4) Totalmente, la presencia institucionalizada de la violencia en nuestra vida cotidiana, en los contextos y lugares que transitan nuestros jvenes y su posterior naturalizacin hacen muchas veces imperceptible al fenmeno de la violencia por parte de los jvenes y los adolescentes que lo viven como su da a da. La cultura de hoy es violenta, aplicada como analizan los autores desde todos los planos y niveles de la vida social, los medios de comunicacin inclusive, en la sociedad del conocimiento, es moneda corriente, porque se aplica como regla de vida, es determinante para el desarrollo de la vida de los sujetos, en ese sentido las redes sociales, los canales de televisin, los diarios, radios, etc. son vehculos e instrumentos de movilizacin de distintas formas explicitas e implcitas de ejercer violencia; dirigida o no la violencia repercute en los adolescentes que absorben y naturalizan la misma trasladndola a sus medios de accin, a su cotidianidad: la escuela. En este sentido reproducen meramente la violencia que ven, que escuchan, que siente, que ejercen otros sobre ellos, transformndose en una suerte de catalizadores de violencia social, que el medio les aplica a ellos y que ellos aplican al resto, en un crculo vicioso infinito y terrible.

5) La diferencia nodal entre ambos artculos, se ve reflejada en el posicionamiento que toman en torno a la figura (y en la descripcin de la cultura de los jvenes), en el primer artculo se ve caracteriza a la cultura juvenil como violenta, donde los jvenes son descriptos ms como victimarios que como vctimas, se habla de una inconducta juvenil, en donde las responsabilidades quedan casi exclusivamente puestas en los adolescentes. El segundo artculo a diferencia del primero, plantea la vulnerabilidad de los jvenes y los irresponsabiliza de los temas de violencia de manera directa, se piensa un sujeto de derechos integral, donde los diferentes factores sociales (Estado, instituciones, sociedad en general) constituyen elementos una cadena de violencia que sita a los jvenes en el ltimo eslabn de la misma, podramos hablar de vctimas, cosa que el primer artculo piensa contrariamente. Ambos artculos sitan al Estado como un ente inoperante en los temas de violencia y divergen en cuanto a la punibilidad de los jvenes, el primero apunta a ser ms severos en cuanto a la condenas, el segundo no apunta a una pena concreta, sino a ser menos estigmatizantes con los jvenes, desmitificando el arraigo criminal que se le aplica, el rol de accin frente a la problemtica se sita en ambos casos en las autoridades que deben tomar medidas para enfrentar la problemtica, siendo el rol del estado en este sentido central.