43124 - NARDULLI - Militancia y Educación en La Argentina de Los '70

16

Click here to load reader

Transcript of 43124 - NARDULLI - Militancia y Educación en La Argentina de Los '70

  • Militancia y educacin en la Argentina de los 70. Una aproximacin al papel de los coordinadores de la CREAR (1973-1975) o los alcances y los lmites de la categora de

    intelectuales transformativos.

    Juan Pablo Nardulli (Ceip-UBA)

    En el presente trabajo intentaremos una aproximacin al lugar de los

    educadores que participaron de la Campaa de Reactivacin de Adultos para

    la Reconstruccin (CREAR). Tomamos como unidad de anlisis y reflexin este

    significativo momento de la historia de la educacin de adultos en nuestro pas

    partiendo de la hiptesis de que la campaa, impulsada por la Direccin

    Nacional de Educacin de Adultos (DINEA), fue la expresin de una

    articulacin entre militancia y educacin que logr, aunque fugazmente,

    traducirse en poltica educativa. No es aqu que desarrollaremos en toda su

    dimensin la cuestin. Ms modestamente, el sentido de estas pginas es el

    intento de conceptualizacin del lugar que ocuparon los llamados

    coordinadores de la CREAR en lo que pretendi ser una completa refundacin

    de la educacin de adultos en Argentina. Recurrimos para nuestra reflexin al

    anlisis de los materiales que la DINEA elabor para la capacitacin de los

    coordinadores. En las pginas que siguen relataremos el proceso de

    redefinicin del papel de la DINEA con la asuncin del gobierno peronista en

    1973. En un segundo momento nos proponemos una descripcin del papel

    asignado a los coordinadores de la CREAR. Finalmente abordaremos la

    categora de intelectual transformativo que Henry Giroux, evidentemente

    inspirado en la nocin gramsciana de intelectual, propone como desafo para

    pensar el papel de los intelectuales radicales de su propio medio e

    intentaremos aportar a la reflexin sobre su pertinencia a la hora de significar la

    tarea de los educadores de la DINEA del 73.

    La DINEA y la Argentina de los setenta

    1/16

    HistoriaText Box4/3124 16 cop. PHA (Elisalde - Ampudia)

  • En 1965 el gobierno de Arturo Illia pone en funcionamiento el Programa

    Intensivo de Alfabetizacin y Educacin de Adultos. Si en trminos cuantitativos

    no logr objetivos significativos constituye la base a partir de la cul se

    organiza un segmento del sistema educativo que ir concentrando la direccin

    de los espacios de educacin de adultos existentes e impulsar otros nuevos.

    Que los sectores ms reaccionarios del espectro poltico consideraran

    necesaria la alfabetizacin de los sectores populares se explicaba por el inters

    en evitar que fueran pasto de ideas subversivas. El Secretario de Guerra,

    general Ignacio Abalos, declaraba al analfabetismo:puerta de entrada a

    ideas extremistas y disolventes (que) encuentran un campo ms frtil donde

    reina la ignorancia1. La perspectiva desarrollista, que en nuestro medio

    combina otros elementos, apunta a una modernizacin en el espritu de la

    Alianza para el Progreso que tuvo su expresin en el campo educativo. Los

    programas desarrollistas tenan como meta lograr que los cambios sociales

    inevitables se produjeran en el interior del desarrollo capitalista sin alterar las

    relaciones de dependencia establecida.2 Categoras como movilidad social,

    desarrollo de las comunidades, recursos humanos y otras se inscriben en una

    lnea de reflexin en el campo de la educacin que no puede pensarse por

    fuera de lo que signific una muy conciente poltica hemisfrica

    norteamericana. Han quedado atrs los Estados Unidos del macartismo

    desembozado donde los portavoces de la derecha consideraban que: La base

    del comunismo y de la influencia socialista es la educacin del pueblo3.

    Esto explica que haya sido durante la dictadura militar instalada tras el

    derrocamiento de Illia que, sobre el antecedente y como continuidad de la

    estructura del Programa de 1965, se creara en 1968 la Direccin Nacional de

    Educacin de Adultos (DINEA). Tambin explica la selectividad de la

    apropiacin que por aquellos aos hace la cpula de la DINEA de elementos

    del discurso no solo desarrollista, sino tambin de documentos de la Iglesia

    1 Citado en Rodrguez, Lidia Pedagoga de la Liberacin y Educacin de adultos en Puiggrs, Adriana (direccin) Historia de la educacin en la Argentina: Dictaduras y utopas en la historia reciente de la educacin argentina (1955-1983). Buenos Aires. Ed. Galerna. 2003. Pg. 294. 2 Puiggrs, Adriana. La otra reforma. Pg. 77. 3 Palabras con las que Harold Velde, quien sera luego presidente del Comit de Actividades Antinorteamericanas, se opona en 1950 al servicio de bibliotecas circulantes en las zonas rurales de aquel pas. Citado en Zinn, Howard Donde Buscar un Comunista en Pozzi, Pablo y Nigra, Fabio (comp.) Huellas imperiales. Historia de los Estados Unidos de Amrica 1929-2000. Buenos Aires. Imago Mundi. 2003. Pg. 252.

    2/16

  • Catlica en sus vertientes ms progresistas para elaborar su propio discurso

    educativo, luego de una conveniente depuracin. Lidia Rodrguez seala el

    modo en que: Las estructuras que para Medelln pueden ser opresoras

    resulta aqu que quizs no sean la que ms les conviene a los individuos4. A

    su rbita fueron transferidas todas las escuelas de adultos.

    El ao 1973 signific una bisagra en la historia de nuestro pas. El

    Gobierno Popular expres la complejidad del proceso que termin con la

    autodenominada Revolucin Argentina.5 Al mismo tiempo expres la

    complejidad del movimiento peronista, protagonista indiscutible aunque no

    exclusivo de la derrota de la dictadura. En este punto es necesario decir que

    para los diferentes sectores del peronismo lo nico fuera de discusin era

    tambin lo nico que permiti a sectores ideolgicamente enfrentados

    considerarse parte del mismo espacio poltico: el reconocimiento de Juan

    Pern como jefe del movimiento.

    El peronismo de los setenta incluye un fuerte movimiento obrero

    organizado, sindicatos con un poder de movilizacin forjado en la resistencia

    tanto como en la integracin6 y encolumnado en una central obrera cuya

    direccin piensa a Pern como el garante del retorno a la Argentina del

    acuerdo entre trabajo y capital. Esta ortodoxia peronista, desde cuyos bordes

    se desprenden por derecha agrupaciones filo fascistas, digiere poco y mal la

    pretensin de los recin llegados: sectores juveniles que piensan al peronismo

    como un movimiento de liberacin nacional en sintona con los procesos que se

    desarrollan en el Tercer Mundo y cuyo objetivo es el avance hacia un

    socialismo de caractersticas nacionales. El movimiento peronista est

    tensionado entre la Patria Socialista de una juventud que tiene su espacio de

    militancia fundamental en los barrios populares y los mbitos estudiantiles (y 4 Del mismo modo la educacin liberadora, que es para Medelln el medio clave para liberar a los pueblos de toda servidumbre se transforma aqu en educacin responsable. Rodrguez, Lidia Pedagoga de la Liberacin y Educacin de adultos en Puiggrs, Adriana (direccin) Historia de la educacin en la Argentina: Dictaduras y utopas en la historia reciente de la educacin argentina (1955-1983). Buenos Aires. Ed. Galerna. 2003. Pg. 297 5 El rgimen militar instalado en Argentina entre 1966 y 1973, tras el derrocamiento de Arturo Illia, se propuso disciplinar a la sociedad y desactivar la creciente conflictividad social. Tras los gobiernos de Juan Carlos Ongana y Marcelo Levingston correspondi a Alejandro Agustn Lanusse hacerse cargo del fracaso del rgimen y la transicin hacia las elecciones que el FREJULI ganara en marzo de 1973, colocando a Hctor Cmpora en la presidencia. Ver De Riz, Liliana. Retorno y derrumbe. El ltimo gobierno peronista. Buenos Aires. Hyspamrica. 1988 6 Tomamos la expresin del trabajo de Daniel James. James, Daniel. Resistencia peronista e integracin. Buenos Aires. Sudamericana. 1990.

    3/16

  • que incluye a las Formaciones Especiales, cada vez ms claramente bajo la

    rbita de Montoneros), y la Patria Peronista que los ortodoxos declaman desde

    las oficinas de los sindicatos y la central obrera. La complejidad del

    movimiento peronista se expresa en la dificultosa conformacin de las listas del

    Frente Justicialista de Liberacin (FREJULI) para las elecciones de marzo de

    1973 tanto como en el reparto de cargos que sigui al triunfo electoral.7

    Uno de los espacios ms interesantes para el anlisis es, desde la

    perspectiva que anima nuestra reflexin, la poltica pblica que lleg a

    delinearse desde los organismos estatales responsables del sistema educativo.

    La intencin de vincular el sistema educativo al proceso de profundas

    transformaciones que el peronismo en el gobierno pretenda encarnar se

    expres en iniciativas como el intento de un nuevo tipo de relacin entre

    universidad y organizaciones populares8, la introduccin de ERSA en

    reemplazo de la tradicional y odiada Educacin Democrtica9, pero sobre todo

    en la redefinicin de la DINEA de la que la CREAR es la mejor expresin.

    Adriana Puiggrs ha colocado, en su clsico trabajo sobre la educacin popular

    latinoamericana10, a las reformas en el campo educativo que impuls el

    peronismo del 73 como parte de los discursos popular-democrticos de la

    poca.

    La impronta desarrollista, que como se ha dicho marc el discurso de la

    DINEA hasta el 73, todava resuena en ciertos segmentos del sistema

    educativo. Las palabras claves del desarrollismo - modernizacin, crecimiento,

    capital humano, etc. se instalan como sentido comn en un circuito del

    sistema educativo que piensa la calificacin de mano de obra como objetivo

    estratgico. Pablo Pineau, en su anlisis de la educacin tcnica de los

    sesenta y setenta, seala que: La relacin entre educacin y rendimiento 7 Ver De Riz, Liliana. Retorno y derrumbe. El ltimo gobierno peronista. Buenos Aires. Hyspamrica. 1988; Torre, Juan Carlos. Los sindicatos en el gobierno. 1973-1976. Buenos Aires. CEAL. 1983. 8 Sobre la Universidad en 1973 es interesante, por colocar su mirada sobre la muy conservadora Facultad de Derecho de la UBA, el anlisis que hacen Perel, Races y Perel. Incluyen como apndice de su trabajo los planes de estudio propuestos para las carreras de abogaca, trabajo social y otras que son una fuente riqusima para enfocar la perspectiva de vinculacin entre la universidad y la problemtica social. Perel, Pablo, Races, Eduardo, Perel, Martn. Universidad y dictadura. Derecho, entre la Liberacin y el Orden. Buenos Aires. Ed. CCC. 2006. 9 La calificacin no nos corresponde a nosotros sino a Rosa Nacimento. Nacimento, Rosa. El Sistema Educativo Argentino: Breve Historia desde 1930 en AA.VV. El sistema educativo argentino. Antecedentes, formacin y crisis. Buenos Aires. Ed. Cartago. 1985. Pg. 170. 10 Puiggrs, Adriana. La educacin popular en Amrica Latina. Orgenes, polmicas y perspectivas. Bs. As. Mio y Dvila Eds. 1998. Pg. 25.

    4/16

  • econmico fue analizada en forma causal y directa, por lo que a mayor nivel

    educativo se manifestaba una mayor calificacin para el trabajo y

    consecuentemente un aumento de los ingresos y de la renta socialEstas

    nuevas posturas educativas redundaron en la interpelacin de un nuevo sujeto

    pedaggico comprendido como asocial, individualista, racional y planificador,

    un sujeto carente de significaciones sociales, de inserciones colectivas, que

    acta movido exclusivamente por la bsqueda racional del mximo beneficio al

    menor costo.11 Ese sujeto resulta funcional a la acumulacin de capital en un

    doble sentido. Por un lado como mano de obra calificada para los segmentos

    modernos del aparato productivo que son, no casualmente, los vinculados a

    las multinacionales. Por otro lado, en tanto sujeto despolitizado y atomizado, es

    funcional al proyecto poltico autoritario de la Revolucin Argentina.

    Con la reformulacin de la DINEA en 1973, donde la presencia de la

    izquierda peronista marc la tnica, la idea del sujeto pedaggico cambia para

    retomar la vieja concepcin del primer peronismo. Los trabajadores, pensados

    como clase trabajadora y no ya como meros productores individuales, vuelven

    a ser los protagonistas. Esto se expresa en la misma redefinicin de la

    educacin de adultos:

    1. La educacin de adultos tendr como marco referencial

    las expectativas y aspiraciones de los trabajadores

    argentinos.

    Se trata de los sujetos, no ya mano de obra, con la formacin necesaria

    para intervenir activamente en los procesos de toma de decisiones en la vida

    poltica y social.

    2. La participacin organizada de los trabajadores permitir la

    formulacin de un nuevo sistema educativo para los adultos

    plenamente integrado a la realidad y a la cultura del pueblo, y

    ligado estrechamente al trabajo, que tenga como fin ltimo la

    11 Pineau, Pablo. La Vergenza de Haber Sido y el Dolor de ya no Ser: los Avatares de la Educacin Tcnica entre 1955 y 1983. en Puiggrs, Adriana (direccin) Historia de la educacin en la Argentina: Dictaduras y utopas en la historia reciente de la educacin argentina (1955-1983). Buenos Aires. Ed. Galerna. 2003. Pg. 384.

    5/16

  • preparacin de un hombre solidario y comprometido con la lucha

    de su pueblo.12

    Los trabajadores son pensados como protagonistas de su propia

    educacin. La crtica a un sistema estrictamente segmentado y graduado se

    acompaa de la propuesta de un subsistema flexible que permitiera al

    estudiante adulto el armado de su propio recorrido:

    5. Frente a los ciclos rgidos que no permiten desplazamientos a

    quienes tienen inquietudes, se proponen nuevas modalidades que

    alienten la iniciativa, libertad y bsqueda del adulto, convirtindolo

    en un sujeto activo de su educacin.13

    Pero en el discurso de la DINEA los trabajadores son todava algo ms.

    Son los protagonistas de la produccin y deben formarse para controlar los

    procesos productivos:

    10. Estas medidas se complementarn con la educacin de los

    trabajadores para las formas de cogestin y autogestin,

    capacitndolos fundamentalmente para que planifiquen y ejecuten

    la produccin, coordinados con los responsables del gobierno en

    cada rea de la economa.14

    La idea del control de los trabajadores sobre los procesos productivos

    entronca por un lado con situaciones que efectivamente se vivieron en las

    fbricas en los cuarenta y cincuenta, y que generaran la crtica del

    empresariado temeroso del avance de lo que pareca ser el desafo a la

    12Objetivos respecto a la concepcin educativa en Ministerio de Cultura y Educacin, DINEA. Bases para una poltica educativa de adultos. Buenos Aires s/d. Citado en Hernndez, Isabel y Facciolo, Ana Mara. Educacin de Adultos en la ltima dcada. http://www.crefal.edi.mx/biblioteca digital crefal. Pg. 151. 13 Objetivos respecto a la concepcin educativa en Ministerio de Cultura y Educacin, DINEA. Bases para una poltica educativa de adultos. Buenos Aires s/d. Citado en Hernndez, Isabel y Facciolo, Ana Mara. Educacin de Adultos en la ltima dcada. http://www.crefal.edi.mx/biblioteca digital crefal. Pg. 151. 14 Objetivos respecto a la concepcin educativa en Ministerio de Cultura y Educacin, DINEA. Bases para una poltica educativa de adultos. Buenos Aires s/d. Citado en Hernndez, Isabel y Facciolo, Ana Mara. Educacin de Adultos en la ltima dcada. http://www.crefal.edi.mx/biblioteca digital crefal. Pg. 152.

    6/16

  • dominacin del capital sobre el trabajo, a la disciplina propia del sistema fabril.

    Pero probablemente la experiencia del sindicalismo clasista, contempornea y

    fuertemente instalada en mbitos como las automotrices cordobesas, haya

    abonado tambin estas definiciones. Vemos que el sujeto pedaggico que

    propone la DINEA en 1973 est bien lejos de las definiciones anteriores. Es

    mucho ms que el trabajador pensado en su insercin en el mbito de la

    produccin y subordinado a las necesidades de la acumulacin capitalista.

    La CREAR y el papel de los coordinadores

    La iniciativa ms notable de la DINEA del 73 fue la Campaa de

    Reactivacin de Adultos para la Reconstruccin (CREAR). Los objetivos de la

    CREAR apuntaban a la alfabetizacin de adultos, la erradicacin del

    semianalfabetismo o analfabetismo por desuso, propiciar las condiciones para

    la culminacin de los niveles primario y secundario para quienes estn en

    condiciones de hacerlo, integrar la capacitacin laboral en los diferentes

    circuitos pensados para las tareas mencionadas, sistematizar y recuperar

    las formas y peculiaridades de la comunidad y del pas, organizar centros

    de cultura popular.15 Coherente con la intencin de ligar la lectura de la palabra

    a la lectura del mundo, la formacin de los formadores apuntaba a orientarlos

    en la tarea de direccionar la reflexin de los alfabetizandos16. Recurrimos aqu

    al Material de Apoyo, pensado y dirigido a los coordinadores de base. Ahora

    bien Qu papel cumplen los coordinadores? La DINEA desarrolla este punto

    con claridad:

    114. El objetivo ser,, entonces generar una accin educativa

    que dinamice todos los aspectos de la vida del pueblo. Para que

    ello sea una realidad, las formas educativas deben proceder del

    15 Ministerio de Cultura y Educacin, DINEA. Bases de la Campaa de Reactivacin Educativa de Adultos para la Reconstruccin. Buenos Aires s/d. Citado en Hernndez, Isabel y Facciolo, Ana Mara. Educacin de Adultos en la ltima dcada. http://www.crefal.edi.mx/biblioteca digital crefal. Pg. 16 Los textos del material de la crear fueron elaborados por un equipo coordinado por Jorge Luis Cavodeassi, que inclua a Elida Luparia de Ferr, Mercedes Frutos, Beatriz Mengoni, Herminio Bayon, Jorge Francisco Viapiano, Marta Santote, Daniel Gonzalo, Eduardo Salas, Andrs Correa y Manuel Gmez. Las ilustraciones del material fueron hechas por Omar Gasparini.

    7/16

  • pueblo, funcionar como Instrumentos al alcance del pueblo y ser

    animada por educadores concientes de su responsabilidad17

    De qu modo el coordinador se posiciona frente a los alfabetizandos en

    un proceso planteado en estos trminos? Es interesante un recorrido por las

    Instrucciones para el momento de la reflexin. All aparece expresado con

    claridad lo que se espera del trabajo de coordinacin:

    6. Principio fundamental: El coordinador de base informar y

    propondr lo ms claramente posible los objetivos y la tcnica a

    emplear en el trabajo, para que el grupo lo acepte tal cual es o lo

    modifique, participando desde el vamos en la tarea comn. Todos

    los participantes deben tener claro qu se ha de realizar18

    El sentido poltico profundo de la Campaa y el papel directivo de los

    coordinadores aparece explicitado de un modo que no deja margen para la

    duda.

    9. Objetivo del coordinador: es conducir al grupo de manera que

    se produzca siempre una discusin ordenada, para que sus

    componentes sean capaces de recorrer sistemticamente los

    pasos previstos, que llevan al grupo a organizarse para participar

    en el proceso de Reconstruccin Nacional19

    Cmo se traduce esta enunciacin de los objetivos en una propuesta de

    trabajo concreta? Tomamos aqu un ejemplo concreto. Sobre la reflexin que

    se propone a partir de la palabra compaero encontramos que desde una

    nocin reconocible a partir del sentido comn el coordinador propone avanzar

    hacia una definicin claramente poltica.

    17 Mtodo Crear. Material de Apoyo. Objetivos y contenidos para la etapa de reflexin en la alfabetizacin en Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 34. 18 Mtodo Crear. Material de Apoyo. Objetivos y contenidos para la etapa de reflexin en la alfabetizacin en Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 53. 19 Mtodo Crear. Material de Apoyo. Objetivos y contenidos para la etapa de reflexin en la alfabetizacin en Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 53.

    8/16

  • la palabra compaero expresa en su sentido ms general la

    idea de compartir la accin y el destino de nuestros semejantes20

    Pero la nocin de compaero solo est completa en su vinculacin con

    una actitud militante conciente, cualquiera sea el mbito en el que se

    desarrolle:

    El compaero es el que en todos los lugares donde acta: el

    sindicato, el partido, el barrio, la villa, etc. trabaja para convertirlo

    en elemento de una comunidad organizada.21

    La necesidad de visualizar la comunidad organizada como objetivo

    aparece como un elemento que define al compaero dentro del arco poltico

    del peronismo, identidad poltica de la clase trabajadora:

    En la lucha poltica: el compaero es el que asume el proyecto

    poltico de las mayoras populares. La palabra compaero encierra

    la identidad poltica de la clase trabajadora argentina22

    En la lectura del mundo que acompaa la lectura de la palabra, el

    compaero debe asumir un compromiso capaz de manifestarse en las

    coyunturas favorables como en aquellas en las que la actividad militante se

    vuelve peligrosa:

    es solidario en la lucha, en la derrota y en la proteccin bajo

    condiciones de represin.

    Entendemos que en este punto el espritu de la formacin a la que

    apunta el trabajo de la CREAR no seala solo aquello que el compaero debe

    20 Mtodo Crear. Material de Apoyo. Objetivos y contenidos para la etapa de reflexin en la alfabetizacin en Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 65. 21 Mtodo Crear. Material de Apoyo. Objetivos y contenidos para la etapa de reflexin en la alfabetizacin en Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 65. Subrayado en el original. 22 Mtodo Crear. Material de Apoyo. Objetivos y contenidos para la etapa de reflexin en la alfabetizacin en Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 66. Subrayado en el original.

    9/16

  • ser, sino tambin de lo que efectivamente ha sido en la difcil coyuntura de la

    dictadura reciente: solidario con los militantes frente a la persecucin de las

    fuerzas represivas.

    La reflexin sobre las caractersticas del buen compaero incluye la

    identificacin de su contrario, movilizado por intereses mezquinos. El falso

    compaero est caracterizado por el individualismo, la ambicin y la vanidad:

    saboteador de la organizacin solidaria, defensor de los valores

    y los intereses de los enemigos del pueblo, ejercita la delacin y la

    entrega23

    No se trata del indiferente sino del activo saboteador de la organizacin

    popular coincidiendo as con los manejos de los opresores. La dicotoma

    pueblo-antipueblo, constitutiva del discurso poltico peronista pero que

    expresar sentidos diversos de acuerdo al espacio del movimiento en el que se

    enuncie, encuentra su expresin en la reflexin que propone el Material de

    Apoyo.

    Intelectuales transformativos, educadores militantes

    Tomaz Tadeu Da Silva, historizando la reflexin de Henry Giroux, seala

    las influencias que lo llevaron a la identificacin de los conceptos centrales de

    su concepcin, entre ellos aparece el intelectual transformativo24. Desde la

    perspectiva de Henry Giroux la categora de intelectuales transformativos

    permite pensar la tarea docente ms all de las definiciones instrumentales a

    la vez que permite enfocar el papel que desempean los profesores en la

    produccin y legitimacin de diversos intereses polticos, econmicos y

    sociales a travs de las pedagogas que ellos mismos aprueban y utilizan25.

    Permite sealar con fuerza el carcter poltico de la educacin, uno de los

    temas fundantes de la pedagoga crtica, en el centro de la discusin y coloca

    23 Mtodo Crear. Material de Apoyo. Objetivos y contenidos para la etapa de reflexin en la alfabetizacin en Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 68. 24 Da Silva, Tomaz Tadeu Teoras crticas y poscrticas en espacios de identidad Nuevas visiones sobre el currculum. Barcelona. Octaedro. 2001. Pg. 36. 25 Giroux, Henry A. Los Profesores Como Intelectuales Transformativos en Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagoga crtica del aprendizaje. Barcelona. Paids. 1990. Pg. 176.

    10/16

  • a educadores y educandos en el lugar de sujetos polticos de un modo

    contundente. Podemos decir, hasta donde nos es posible, que las aulas de la

    CREAR intentaron ser, y quiz lo fueron, espacios donde confluy el lenguaje

    de la crtica con el lenguaje de la posibilidad26. La formacin de sujetos

    polticos capaces de asumir el protagonismo en el proceso de

    transformaciones econmicas, sociales y polticas que desde la perspectiva de

    la izquierda peronista caba bajo el nombre de Patria Socialista, estaba en el

    horizonte de la CREAR. Ahora bien Es el coordinador de la CREAR un

    intelectual transformativo en el sentido que Giroux piensa la categora? Lo es

    sin duda si recordamos la inspiracin gramsciana del concepto que identifica a

    educadores que apuestan a conseguir que lo pedaggico sea ms poltico y

    lo poltico ms pedaggico, que buscan servirse de formas de formas de

    pedagoga que traten a los estudiantes como sujetos crticos, hacer

    problemtico el conocimiento, recurrir al dilogo crtico y afirmativo, y apoyar la

    lucha por un mundo cualitativamente mejor para todas las personas. 27

    Segn el trabajo de Isabel Hernndez que toma entre otras fuentes el

    testimonio de los protagonistas, uno de los aspectos crticos de la CREAR

    fue la incorporacin de muchos alfabetizadores como afiliados o

    simpatizantes28. Sin embargo Puede considerarse esta incorporacin como

    una debilidad? Si la vinculacin con los movimientos sociales aparece desde la

    perspectiva de Giroux como condicin para pensar en intelectuales

    transformativos No debera valorarse de otro modo? Para Antonio Gramsci la

    respuesta no reviste complejidad: Que todos los miembros de un partido

    poltico deban ser considerados como intelectuales, he ah una afirmacin que

    puede prestarse a la burla y a la caricatura; sin embargo, si se reflexiona, nada

    hay ms exacto. Se pueden hacer distinciones de grado, un partido podr

    tener una mayor o menor composicin del grado ms alto o del ms bajo, no

    es esto lo que importa: importa la funcin directiva y organizativa, es decir,

    26 Giroux, Henry A. Introduccin en Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagoga crtica del aprendizaje. Barcelona. Paids. 1990. Pg. 34. 27 Giroux, Henry A. Los Profesores Como Intelectuales Transformativos en Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagoga crtica del aprendizaje. Barcelona. Paids. 1990. Pg. 177-178. 28 Hernndez, Isabel y Facciolo, Ana Mara. Educacin de Adultos en la ltima dcada. http://www.crefal.edi.mx/biblioteca digital crefal. Pg. 170.

    11/16

  • educativa o sea intelectual29 Creemos que la afirmacin del dirigente

    comunista italiano, que hace honor a su adscripcin leninista mejor de lo que el

    progresismo gramsciano est dispuesto a aceptar, es contundente. Y si, como

    sostiene James Petras, los actuales movimientos sociales son la tercera

    oleada de una izquierda que se expresa hoy de modos diversos pero con el

    mismo horizonte anticapitalista de Gramsci y sus camaradas, la afirmacin se

    inscribe en los debates del presente con toda su fuerza.30

    Por otro lado Cules son los lmites de la categora propuesta por

    Giroux para dar cuenta del papel de los coordinadores de la CREAR? Si

    acordamos en la necesidad de explicitar las condiciones de produccin de la

    categora intelectual transformativo no podemos desprenderla de la discusin

    que el norteamericano intenta establecer en su propio medio frente al avance

    de la oleada neoconservadora en el campo de la educacin. En ese contexto

    Carlos Alberto Torres, menos radical que Giroux en su perspectiva de futuro

    posible pero quiz ms a tono con el grueso del progresismo acadmico

    norteamericano, seala que: Es menester construir una educacin tolerante,

    que acepte y entienda la diversidad, y que respete un modelo multiculturalista,

    en el marco de un Estado democrtico que pueda incidir, y de ser posible,

    resolver, las tendencias histricas desiguales del capitalismo. 31 En los das

    de escritura de estas pginas las fuertes iniciativas de la administracin

    demcrata para restablecer la buena salud de la economa de EEUU parecen

    una invitacin a la desconfianza en que la intervencin estatal, an dirigida por

    cierto progresismo, vaya necesariamente a contrariar las tendencias histricas

    desiguales del capitalismo. No es difcil creer ms bien lo contrario.

    Pero an en la perspectiva ms radical de Giroux la idea de democracia

    tiene un significado especfico en el contexto en el que ha sido formulado:

    como un activo movimiento social basado en relaciones ideolgicas e

    institucionales de poder que apelan a una vigorosa poltica de participacin

    29 Gramsci, Antonio Los intelectuales y la organizacin de la cultura. Mxico. Juan Pablos Editor. 1975. Pg. 21. 30 Petras, James. Neoliberalismo en Amrica Latina. La izquierda devuelve el golpe. Rosario, Homo Sapiens, 1997. 31 Torres, Carlos Alberto Educacin y Neoliberalismo. Ensayos de oposicin. Madrid. Editorial Popular. 2006. Pg. 148.

    12/16

  • empapada de tradiciones democrticas vinculadas a Jefferson. 32 Es en ese

    espacio en el que se mueve tambin Michael Apple en su contundente crtica

    al sentido comn de la derecha neoconservador/neoliberal, para reclamar la

    reconstruccin de un discurso crtico que incorpore como objetivos:

    restringir los modelos de mercado a esferas muy limitadas, de tal forma que

    la justicia social - y no el lucro y el prejuicio sea la perspectiva central a partir

    de la cual podamos examinar las polticas sociales y educativas33.

    Creemos que la categora debera reescribirse para dar cuenta de

    educadores que desarrollaban su actividad en otro contexto y en un proceso

    diferente, para capacitar, formar conciencia, romper incomunicaciones y

    contribuir a la liberacin de quienes actualmente se encuentran oprimidos,

    buscando el compromiso con la accin revolucionaria en la que se

    encuentra abocado el gobierno popular34. Quiz la categora intelectual

    transformativo no logra captar en toda su dimensin el compromiso poltico

    asumido por los educadores de la CREAR, un compromiso con un proceso que

    se consideraba encaminado a la liberacin nacional y social. Las ideas de

    democracia y ciudadana, formuladas desde una perspectiva liberal radical por

    los pedagogos crticos norteamericanos, tienen contenidos diferentes en el

    discurso poltico latinoamericano.

    Conclusiones

    En estos tiempos en los que el Ministerio de Educacin de la Nacin

    homenajea a la CREAR reeditando los materiales de la campaa como parte

    del impulso a su propio plan de alfabetizacin, las referencias al sentido

    poltico profundo de aquella experiencia nos parecen indispensables. El

    sentido del trabajo de formacin de formadores de la CREAR apunt al

    desarrollo de educadores vinculados al movimiento social, condicin

    necesarias para, ahora s verdaderos intelectuales transformativos en el 32 Giroux, Henry y MC Laren, Peter La Educacin del Profesor y la Poltica de Reforma Democrtica en Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagoga crtica del aprendizaje. Barcelona. Paids. 1990. Pg. 223. 33 Appel, Michael W. El Neoliberalismo y la Naturalizacin de las Desigualdades: Gentica, Moral y Poltica Educativa en Gentili, Pablo (comp.) Cultura, poltica y currculum. Buenos Aires. Losada. 1997. Pg. 106. 34 DINEA. Bases de la Campaa de Reactivacin Educativa de Adultos para la Reconstruccinen Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 13.

    13/16

  • sentido de Giroux - pero sobre todo de Gramsci-, trascender el lenguaje de la

    crtica para hablar -y testimoniar- el lenguaje de la posibilidad. Sin embargo

    la categora intelectual transformativo ha sido producida, como hemos dicho,

    en un contexto especfico para dar cuenta de la tarea que frente a la avanzada

    neoconservadora en el mbito de la educacin norteamericana tienen los

    educadores progresistas. No creemos sin embargo que debamos descartarla

    para dar cuenta del papel de los educadores de la CREAR. S entendemos

    que es necesario reescribirla desde el proceso que nuestro pas vivi en los

    primeros aos setenta. Desde la certeza (no discutiremos aqu si fundada o no)

    de encontrarse a las puertas de un proceso de profundas y revolucionarias

    transformaciones, aquellos educadores militantes hubiesen considerado poco

    atractivo un lenguaje de la posibilidad que apuntara a lograr algunos cambios

    dentro del orden establecido. Quiz se hubiesen sentido ms a gusto con una

    categora que sintetizara mejor el sentido de radical de su compromiso poltico.

    Una radicalidad fundada en definiciones contundentes que aparecen con toda

    claridad expresadas por la DINEA en 1973: Nuestro proyecto parte del

    reconocimiento previo de que la explotacin del imperialismo y el capitalismo

    liberal ha generado en la clase trabajadorauna gran cantidad de poblacin

    adulta excluida de toda posibilidad educativa; lo que intensific su condicin de

    explotada y marginada de los centros de poder y decisin poltica, econmica y

    cultural.35 Poco margen queda para preguntarse de qu hablaba la DINEA al

    referirse al significado al menos en ese sentido - de la nocin de liberacin.36

    En este punto nos parece indispensable revisar los fundamentos del

    Programa Encuentro, que los responsables de la poltica educativa actual

    presentan como heredero de la CREAR. Sin desmerecer el esfuerzo que los

    alfabetizadores del actual programa oficial desarrollan nos parece que

    objetivos tales como afirmar y gestionar la terminalidad de la educacin

    bsica y la formacin para mejorar las condiciones para el ingreso y/o la

    35 DINEA. Bases de la Campaa de Reactivacin Educativa de Adultos para la Reconstruccinen Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009. Pg. 12. 36 No se nos escapa la inquietud de Lidia Rodrguez acerca de los mltiples sentidos del significante liberacin. Rodrguez, Lidia Pedagoga de la Liberacin y Educacin de adultos en Puiggrs, Adriana (direccin) Historia de la educacin en la Argentina: Dictaduras y utopas en la historia reciente de la educacin argentina (1955-1983). Buenos Aires. Ed. Galerna. 2003.

    14/16

  • permanencia en el mundo del trabajo37 (un mundo del trabajo que se mueve

    segn la lgica y las necesidades de los sectores ms concentrados del

    capital) y presentarlo como parte fundamental del compromiso poltico asumido

    tiene muy poco que ver con la CREAR. La distribucin de poder social

    buscada a travs del acto alfabetizador nos parece, en este contexto, ms

    cercana a las clsicas declaraciones liberales que a la tradicin nacional-

    popular. Las afirmaciones acerca de que los tiempos han cambiado o a que el

    contexto es otro no nos parecen otra cosa que el reconocimiento por parte de

    los responsables de la poltica educativa de los estrechos lmites del proyecto

    poltico del que forman parte. Del que poco dicen, llamativamente, los textos

    del Programa Encuentro.

    Si existe una herencia del espritu que anim la CREAR quiz deba

    buscarse menos en los programas oficiales compensatorios que en la iniciativa

    de aquellas organizaciones sociales que en mbitos diversos vienen

    desarrollando sus propias experiencias educativas desde lgicas diferentes a

    la de las buenas intenciones en el estrecho marco de lo posible.

    Probablemente all pueda encontrarse al intelectual transformativo radical que

    ms all de las definiciones de los pedagogos crticos norteamericanos,

    preferimos llamar gramscianamente - educador/militante.

    Bibliografa Appel, Michael W. El Neoliberalismo y la Naturalizacin de las Desigualdades:

    Gentica, Moral y Poltica Educativa en Gentili, Pablo (comp.) Cultura, poltica y

    currculum. Buenos Aires. Losada. 1997.

    Da Silva, Tomaz Tadeu Teoras crticas y poscrticas en espacios de identidad Nuevas

    visiones sobre el currculum. Barcelona. Octaedro. 2001.

    Giroux, Henry A. Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagoga crtica del

    aprendizaje. Barcelona. Paids. 1990.

    37 Programa Nacional de Alfabetizacin. Cuaderno de Apoyo Alfabetizadores I. Ministerio de Educacin, ciencia y Tecnologa. 2006. Pg. 8.

    15/16

  • Gramsci, Antonio Los intelectuales y la organizacin de la cultura. Mxico. Juan

    Pablos Editor. 1975.

    Hernndez, Isabel y Facciolo, Ana Mara. Educacin de Adultos en la ltima dcada.

    http://www.crefal.edi.mx/biblioteca digital crefal.

    Mtodo Crear. Material de Apoyo. Objetivos y contenidos para la etapa de reflexin en

    la alfabetizacin en Homenaje a la CREAR. Ministerio de Educacin. 2009.

    Pineau, Pablo. La Vergenza de Haber Sido y el Dolor de ya no Ser: los Avatares de

    la Educacin Tcnica entre 1955 y 1983 en Puiggrs, Adriana (direccin) Historia de

    la educacin en la Argentina: Dictaduras y utopas en la historia reciente de la

    educacin argentina (1955-1983). Buenos Aires. Ed. Galerna. 2003.

    Puiggrs, Adriana. La educacin popular en Amrica Latina. Orgenes, polmicas y

    perspectivas. Bs. As. Mio y Dvila Eds. 1998.

    Rodrguez, Lidia Pedagoga de la Liberacin y Educacin de adultos en Puiggrs,

    Adriana (direccin) Historia de la educacin en la Argentina: Dictaduras y utopas en la

    historia reciente de la educacin argentina (1955-1983). Buenos Aires. Ed. Galerna.

    2003.

    Torres, Carlos Alberto Educacin y Neoliberalismo. Ensayos de oposicin. Madrid.

    Editorial Popular. 2006.

    16/16