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8 e Per6deo Domingo, 19 de agosto de 199Ü

GABRIEL JARABA

Barcelona. — Lluís Prenafeta, ex secretario general de la Presidéncia de la Generalitat, el alter ego de Jordi Pujol durante diez años, el hombre que ha logrado personificar como nunca en Catalunya el paradigma del poder político,económico y personal, descubre unapersonalidad llena de matices. Quizáspor ello hegó a convertirse en un extraño en el paraíso este asesor agnósticode un presidente católico, que veraneaen un sector de Cabrils que se llamaSant Crist, y que pone siempre en primer piano de los valores humanos el dea lealtad.

En corto y a la mesa, este hombrede estatura corta, que dice darle al dinero el justo valor que tiene, y que seconfiesa motivado por la fuerza de ailusión, es otra cosa. El león es distintode como o pintan. Y este león, al menos en verano, no parece hecho para fgurar en los pendones de a cruzada deRicardo; es más propio del estandarteartúrico de Pendragón. Las nieblas deAvalon producen muchos matices quehacen resaltar los rasgos humanos.

—Se dice que usted tiene bastantecon nueve o diez dias de vacaciones.

—Sí, y con menos también.—Yo creía que era una persona de

las que nunca se aburren.—No, yo no me aburro nunca. Pero le

tengo pánico al tedio, que puede llegarde muchas maneras. Por ejemplo, teniendo una convivencia social desagradable.

“Yo sé cerrar muy bienlas escotillas, Cuando me ibade la Generalitat por la noche,

ya no existía para mí”

—Hay gente que se aburre cuandono tiene nada productivo que hacer.

—En realidad, uno está produciendosiempre, porque la producción no esnecesariamente la mercantil. Puedesproducir para enriquecerte espiritualmente. Puedo pasarme cuatro o cincohoras tumbado en un sofá escuchandoa Mozart.

—Y eso es productivo.—Mucho.-—Porque luego tiene una conse

cuencia productiva.—No necesariamente en el sentido

industrial. Es productivo porque relaja ysatisface.

—Cuando escucha a Mozart, ¿sele ocurre alguna solución a un negocio?

—No, no, escucho a Mozart y basta.Además, tengo una facultad, que, porlo que veo, posee poca gente: yo sé cerrar muy bien las escotillas. Cuando salgo de un despacho, me olvido por completo de lo que acabo de hacer. Cuando estaba en la Generalitat, al marcharme a las 9 o las 10 de la noche, la Ge-

ujs

neralitat ya no existía para mí.—También le sucede eso en la vi

da personal?—Sí, también.—!,Le permite ello tener una vida

privada satisfactoria?—Alguien que me conoce mucho me

decía el otro día: “Tú estás fuera del horóscopo”. ¡Es muy fuerte eso, es muybueno! Me parece un poco exagerado,

pero algo verdad sí es.—Hasta ahora, estas reflexiones

sólo nos llegaban en boca de empresarios norteamericanos; los de nuestro país suelen hablar de dinero o depoder.

—Esa es una de las grandes deficiencias de nuestro país. Para mí, no esimportante tener dinero; cuando cobramportancia es cuando no lo tienes. Yo

no soy un hombre que ambicione el dinero, y creo que lo he demostrado muchas veces. Lo que me preocupa es notenerlo. Si echo mano al bolsillo y encuentro lo que necesito, ya tengo bastante.

—,Dice eso porque en algún momento usted o su familia no han tenido dinero?

—En casa, que yo recuerde, siempre

que hemos echado mano al bolsillo, poco o mucho, siempre hemos encontrado algo.

—Pero su padre era un obrero.—Mucho, y él sí que sufrió privacio

nes. Pero la familia, no. Incluso, en tiernpos de! astraperlo, que no sé si recordará usted, mi madre iba a comprar alguna vez pan blanco a los contrabandistas..

a la Torrassa.—iExactol—Cerca de allí saltaban de los tre

nes las mujeres que traían el estraperlo a Barcelona.

—jExactamente! iMire cómo lo sabe.A lo mejor también iba usted...

—Su pa&e colocó, adoquín a ado•quín, parte del pavimento de la calleBalmes.

—Mi padre venía de una familia pobre, muy pobre, con el padre muerto,con ocho hermaros, que se apretujaronen un pisito de ants... lo debieron pasar duro, sí. Perc, bueno, como muchagente.

—Cuál es el punto en que el dinero deja de tener importancia?

—Cuando se le deja de dar valor. Unduro, si no lo tienes, tiene el valor de unduro. Cuando llevas varios en el bolsillo, no tiene el mismo valor.

—,El dinero Lo puede todo?—El dinero sirve para comprar la pro

pia libertad. Mientras eso sea verdad,ya me va bien; pero no creo que sirvapara gran cosa más.

“La gente de este país tiende aexacerbare! valor del dinero, ylasociedad civil se achata, comoahora, lo cual es peligrosísimo”

—Sírve también para construir lapropia cárcel?

—La historia está llena de esos casos.

—Lo digo porque últimamente vivimos en una sociedad que no para enmientes para enriquecerse de cualquier modo.

—Eso es verdad. Este país tiene unatendencia, diría que congénita, a mirar-se la cartera, y esto es fatal.

—Así que no es un fenómeno nue

—No. La historia nos lo muestra. Enlas épocas de prosperidad, el país dedina por exceso de bonanza. La gentede este país tiene tendencia a la comodidad, a exacerbar el valor del dinero,justamente en el sentido contrario delque estoy hablando, y la sociedad civilse achate, como ocurre ahora, lo cuales peligrosísimo.

—,Cómo se manifiesta ese achatamiento?

—Yo sitúo el achatamiento así: primero, achatamiento de los principios;segundo, achatamiento de las convicciones; tercero, achatamiento de lasactitudes; cuarto, achatamiento de laimaginación y de la iniciativa

Lluís Prenafeta, en e/jardín de su torre de abriis, con su perro ‘Fum’

yo-

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Domingo, 19 de agosto de 1990 & Periódico 9

ara

—.El achatamiento de los principíos lleva, entonces, a pensar que todo vale, mentira y difamación tabién?

—Exacto. Y se acentúa mucro la envidia. Este es un país prof’indamenteenvidioso. La envidia aume.nía en épocas de prosperidad, no de crisis.

-Por qué es Catalunya un paísenvidioso?

—Porque es pequeño y todos nosconocemos. Se sabe con mayor facilidad si uno cambia de coche o de casa,y eso genera envidia, sobre todo en ladesaforada carrera de despropósitosque significa el consumo por el consumo.

—,A qué principios se refería usted cuando hablaba del achatamiento?

—Cada cual tiene los suyos; no quiero dogmatizar.

—Pero en algún momento usted haenfatizado el honor.

—Valoro mucho el honor, pero también valoro mucho la lealtad. Que cadacual tenga sus principios, y que loscumpla con convicción, y que las situaciones de bienestar no le lleven aablandarlos, como es evidente ahora.

—Se considera un hombre deprincipios?

—Sí inrIIrhImor+ V0 cambio

muy poco.—Y cuál sería el pequeño decálo

go de sus principios?—Tengo un acentuado sentido de la

lealtad y el honor; cierto sentido del orgullo, lo que a veces no es malo, y tengo mi decálogo ético y moral. No tengoprincipios religiosos, pero los otros sí, yprofundos.

—Y la amistad es uno de ellos.—Sí, pero la sitúo más en el terreno

de la lealtad. Amistad es lealtad.—A veces, Jordi Pujol trata de ex

plicar esto; lo hizo el verano pasado.—Sí, entonces ya le empezaba a

preocupar.

“Catalunya es un paísprofundamente envidioso.

La envidia aumenta en épocasde prosperidad, no de crisis”

—Pero se echa de menos que lospatricios, como se decía antes, hablen de ello en la perspectiva de unasociedad abierta.

—Es que tenemos la sociedad quetenemos, ¿eh? Y aquí, la sociedad, los

patricios, los dirigentes que podrían darciertos ejemplos, son los que menos lohacen. Y ésa es otra de nuestras taras;aquella parte de la sociedad que se dice más elevada acaba pagando siempre con palabras y no con hechos. Yotengo ejemplos decepcionantes.

—,Cree usted que vivimos en unaparte del mundo que tiende hacia mayores cotas de libertad?

—Déjeme decirle un exabrupto: semeo refot. Es el mundo que me toca vivir, y procuro hacerlo, como dice Leopardi, con la máxima ilusión posible.Encuentro, y sigo citando a Leopardi,más el placer y la satisfacción en las ilusiones. A veces, cuando se conviertenen realidades, dejan de producir satisfacción, y hay que buscar otras.

—Cuáles son sus ilusiones?—Tenerlas.—Por las personas o por las co

sas?—Por todo.—,Por amasar fortunas?—No.—,Nunea entraría en esa espiral?—Cuidado, yo no desdeño el dinero,

pero no entra dentro de mis prioridadesy objetivos. Si me viene dado, de acuerdo, pero no tomo las decisiones con eldinero como objetivo.

—Además de Husionarse, ¿se

emociona?—Difícilmente, A veces puede ema

cionarme alguna pequeña cosa, peroes muy difícil que me emocione. Soy unhombre, creo, bastante sereno, Frío no,en absoluto.

—Quizás alguien no entienda cómo puede no ser frío alguien que nose emociona.

—Como decía Josep Pla, hay apasionados en frío y apasionados en caliente. Dios nos guarde de encontrarnoscon apasionados en caliente. A mí puede considerarme un apasionado en frío.

“Tengo mi decálogo éticoy moraL No tengo principiosreligiosos, pero de los otros

sí, y profundos”

—.Es tolerante?—En eso creo que he evolucionado.

Yo era bastante intolerante, intransigente e inflexible. Ahora aún debo serlo, pero bastante menos; a base de irrecibiendo palos...

—,Ante qué debilidad humana esusted más tolerante?

—Con todas aquellas que no provengan de la perversidad o la maldad.

-.Existe el mal como un ente palpable y presente?

—Sí. El mal existe como existe el dolor. Es más difícil aceptar que exista e!bien o la felicidad. Caramba, ya he hecho una frase!

—ESe considera usted un hombrebueno?

—No me considero un hombre malo.—El empresario que un día se de

cide a hacer política, ¿s.’ equívoca?—Sí, totalmente. Yo también me

equivoqué. Cuidado, voy a matizar. Noestoy arrepentido de haber dedicadodiez años de mi vida a la política. Perono compensa. Creo que un empresarioha de hacer de empresario. ¿Por quéfui, entonces, a la política por diezaños, ya que yo era empresario? Puespor lealtad a una persona que me pidióque la ayudase. Luego me encontré enla rueda de la dinámica del ejecutivo yme quedé diez años. No querría que seme malinterpretase. Lo que soy, poco omucho, lo debo en gran parte al presidente Pujol, que me ha brindado oportunidades únicas que se dan en muypocos casos en Catalunya. Para mí,eso no tiene precio.

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JAUME MOR

retario general de la Presidéncia de la Generalitat nada en la piscina de su residencia de e pasará parte del verano.

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Domingo, 19 de agosto de 199010 e Peñódco

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—Hay políticos dignos de esenombre en este país?

—Sí, sí.—Quizás no muchos.—No conozco muchos, pero los hay.—Se cuentan con una mano los

políticos que hay en España?—Los estadistas, sí. Políticos, hay

más. Y los que viven de la política soninfinidad.

-Hablaba usted de política, delealtad y de Pujol. ¿Pujol está rodeadode personas leales?

—Sí, En su entorno de Presidéncia,sin duda alguna. Y en su entorno general, creo que también.

--Usted ha estado expuesto a todas las miradas. ¿Cómo ha vivido esaexposición pública?

—Hube de revestirme de una protección, me creé una especie de coraza,que no se corresponde con la realidadde mi persona Quizás me equivoqué,pero hube de protegerme. Veía demasiados buitres a mi alrededor. Lo quepasa es que los que están en la políticala complican sin necesidad. Todo debería ser, y podría ser, más fácil.

—Parece una paradoja. Usted Ilega a convertirse en el paradigma del‘3oder político y económico en Catalunya. Y en una sociedad que glorificaese paradigma, resulta el blanco detodas las iras.

—Existe una respuesta para eso. Hesido un político que ha tomado decisiones. El político que las toma es objetode elogios y de críticas: cuando he estado en la política he tomado decisonescontinuamente. Me dirá usted, ¿es quelos demás no las toman? Hombre, puestoman muchas menos de las que deberían. ¿Y eso por qué? Porque a veceses un modo de comprar la propia impunidad, ¿estamos?

—Qué ha aprendido en sus diezaños de político?

—Positivo, mi relación con el president Pujol, personal y política. Otras cosas positivas también, pero que seríaprolijo enumerar. Además, he acentuado el sentido de la desconfianza, de laprotección, de la cautela. Uno aprendeque es un juego en el que hay excesivas cartas marcadas. Me ha convertidoen un hombre más sereno, más cauteloso y más tolerante.

“En España, los estadistascaben en una mano. Políticos,

hay más. Y los que vivende la política son infinidad”

—En esos años, además de Pujol,¿ha conocido a personas que le hayan impresionado?

—Sí. Uno es Raymond Barre. Otro,Andreotti. Un personaje que me ha impresionado por su profundo sentido dea ealtad es mi amigo Sabino Fernández Campo. Y de aquí, nadie más.

—Ni en as filas de otro partido.—Nadie más. No digo que no haya

políticos honestós, o que lo hagan bien,sino que me hayan impresionado. Otropersonaje a quien e tengo especialsimpatía es Heribert Barrera. Es uncombre de palabra. Nunca iia dejadode cumplirla cuando a ha empeñado

con nosotros.—Hay flombres de palabra en las

filas socialistas?—Sí, los hay también, naturalmente.—Se ha enganchado con la políti

ca?—No, me he desenganchado.—ANo tiene mono?—No, qué va. Estoy actuando con

una intensidad tremenda, me muevomucho, y no sólo en la actividad económica, y como estoy muy absorbido poresas ilusiones nuevas, ya no estoy concosas pasadas. Nunca he tenido la suficiente vocación política. Y sería injustodecir que he sufrido en la política.

—Usted algue conservando ciertaresponsabilidad política.

—No, ninguna, en absoluto. °ero simi amigo Jordi ujol me dice, ve a Lusboa y haz una gesbón con el presiden

te de la república, la hago. Y todas lascosas que me pida de este tipo. Perodesde el punto de vista institucional ypolítico, cero responsabilidad ahora, ycero responsabilidad, con toda seguridad, en el futuro. Etapa concluida.

--No hubiera sido mejor cortar deltodo?

—Cómo se puede cortar una amistad? Lo que el presidente me pida, selo haré. No lo haría por nadie más.

—Es curiosísimo cómo casan dospersonalidades tan opuestas. Porejemplo, él es católico y usted es¿agnóstico o ateo?

—Yo soy agnóstico. Es muy difícilser ateo.

—Cuando usted apareció en la escena política se vio que aquello noera normaL.

—iMe colé! Yo era nuevo, y ni los políticos ni los periodistas o entendieron.Como soy pequeño, me colé por debajo de a mesa Pero del mismo modoque llegué me tui, y no pasa nada.

—,Ahora que se ha ido qué tiene?—Muchas ilusiones. Sí, sí, muchas,

no sólo una.—Había usted de la ilusión como si

fuera ía energía nuclear.—Sí, tengo necesidad de tener ilu

siones porque si no me hundiría. Unhombre sin ilusiones no es nada.

—Y el amor, ¿qué es?—El amor también es una ilusión. Lo

que pasa es que el amor es pendular.Con el tiempo, hay muchas clases deamor dentro del amor. Y hay que revitalizario, porque cuando lo dejas de regar, cae. En cierta manera, es el motorbe a ilusión.

—Es curioso oir hablar de ilusión aun hombre ta realista.

—Porque no e doy un sentido lusoho. Si quiero formar una empresa, hede tener ilusión por hacerlo. Seguroque cuando la empresa esté tormada,

la ilusión disminuirá, y entonces deberétener una nueva ilusión. Eso es absolutamente vital justamente para ser realista. Y por otra parte, yo soy un hombre de método. No olvide que mi librode cabecera es El discurso del método,de Descartes.

—Cómo ve la situación económica de Catalunya?

—Creo que vamos a tener aún untiempo bueno, pero hay que ir con cuidado. No hay que pensar que esta bonanza vaya a durar toda la vida. A pesar de que casi todos los indicadoresson buenos, hay uno preocupante: añotras año perdemos competitividad. Esoes fatal, y lo pagaremos caro. A cortoplazo, la situación es buena; a medio,complicada.

“Lo que el ‘president’ Pujolme pida en cuanto a gestiones

políticas se lo haré.No lo haría por nadie más”

—Dentro de sus nuevas actividades de empresario potenciado, ¿enqué campos va a moverse?

—iHombre, silo digo, todo el mundome copiará, y entonces tendré competencia! No, más que en el campo industrial, mucho más en el campo financiero.

—,Está creando un imperio económico?

—Crearé todas las cosas que pueda.—Pero se le podria llamar un im

perio económico?—No... eso es una tontería. Fíjese en

algunos imperios.—No ilegará e ser el Donald

Trump de Catalunya?

—No, caramba, que se ha dado unbuen coscorrón.

—Antes de dárselo.—Lo que pasa es que Trump no te

nía método.—Pero tenía vista, por lo que llegó

a edificar.—Sí, pero con créditos. Trump hizo

cosas formidables, pero siempre debiendo el dinero.

—Y eso es un problema de método.

—Bueno, hay muchos métodos. Perohay mucha gente, en todos los campos, que ni siquiera posee método.

—Y los papeles institucionalesque tiene, por ejemplo en Petrolis deCatalunya o en el Túnel del Cadí?

—No, no es institucional. Hay quepuntualizar. Yo he ido a estas dos sociedades porque me lo han pedido. Entodo caso, Petrolis de Catalunya es unasociedad que puede desarrollarse mucho y bien. ‘ en Túnel del Cadí soyconsejero.

—Y probable presidente—Ya veremos.—Usted mira a las mujeres.—Naturalmente. Y -ne gusta a oue

na comida. No la cantidad sino la calidad; me gusta una tortilla de un huevobien hecha. Y rodearme de todo lo queme produce satisfacción, aunque seancosas epicúreas. Disfruto en una mesacon los amigos discutiendo del vino.

—No le veo como un hombre dehobbíes.

—No, en absoluto, no tengo ninguno.Bueno, los cigarros puros sí. Pero sólofumo dos al día, aunque no puedo dejar!o. Lo otro sí, pero esto no puedo dejarlo.

-,Lo otro es la política?—No, no, je, je. Me refiero a un vhis

ky, al vino o a una buena comida. Peroya ve, e hago una confesión, siemprehe de fumarme un puro.

Lluís Prenafeta.