40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las...

36
40. a CONFERENCIA TEMA El Bandolerismo.—Sus orígenes y tradiciones.—Sus cau- sas permanentes y accidentales. Sus caracteres y formas diversas. ORADOR D. NARCISO CAMPILLO Señores: Ciertamente es arduo empeño dar una buena confe- rencia en este sitio y en el seno de esta Sociedad, cele- brada dentro y fuera de España por su proverbial cul- tura: en este sitio digo, donde aún resuenan las voces elocuentes de nuestros más insignes oradores, que han escogido para tema de sus discursos ya el engrandeci- miento, decadencia y ruina de imperios y naciones; ya las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li- terarias; ya, por último, los inventos y la suerte de los nobles bienhechores de lahumanidad, que fueron casi siempre á la par de grandes inventores, grandes már- tires de la civilizaci&n y del pensamiento, á quienes hoy damos tardía satisfacción honrando su modesto- sepulcro... si es que sepulcro han tenido, y no los arro- jaron desdeñosamente á la fosa común el menosprecio ajeno y su propia desventura. Ni me ha tocado en suerte ninguno de tales asuntos,. ni mi escasa elocuencia podría tal vez elevarse á su al- Tomo III XL-1

Transcript of 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las...

Page 1: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

40.a CONFERENCIA

TEMAEl Bandolerismo.—Sus orígenes y tradiciones.—Sus cau-

sas permanentes y accidentales. — Sus caracteres yformas diversas.

ORADOR

D . N A R C I S O C A M P I L L O

Señores:

Ciertamente es arduo empeño dar una buena confe-rencia en este sitio y en el seno de esta Sociedad, cele-brada dentro y fuera de España por su proverbial cul-tura: en este sitio digo, donde aún resuenan las voceselocuentes de nuestros más insignes oradores, que hanescogido para tema de sus discursos ya el engrandeci-miento, decadencia y ruina de imperios y naciones; yalas varios y terribles lances de la guerra; ya las altasespeculaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya, por último, los inventos y la suerte de losnobles bienhechores de la humanidad, que fueron casisiempre á la par de grandes inventores, grandes már-tires de la civilizaci&n y del pensamiento, á quieneshoy damos tardía satisfacción honrando su modesto-sepulcro... si es que sepulcro han tenido, y no los arro-jaron desdeñosamente á la fosa común el menosprecioajeno y su propia desventura.

Ni me ha tocado en suerte ninguno de tales asuntos,.ni mi escasa elocuencia podría tal vez elevarse á su al-

Tomo III X L - 1

Page 2: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

546 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

tura: ¿qué diría yo que ya no hayan escrito y dicho»cien plumas y cien lenguas, merecedoras de todas las.alabanzas de la fama? Ciertamente más limitado, aun-que no menos difícil por la especial índole de su natu-raleza misma, es el tema que de un modo sumario voyá tratar ahora para no cansar vuestra atención, abu-sando de vuestra benevolencia. Este asunto es el ban-dolerismo, examinado en sus causas, en su historia yen sus formas permanentes y accidentales, sin olvidarlos remedios más eficaces de semejante dolencia ó pla-ga social. *

Y debo deplorar aquí ser yo el encargado de estaconferencia. Mucho más cumplidamente la desempe-ñaría quien antes nos prometió darla, y hoy, por faltade salud, me cede su lugar, aunque no sus especialesy profundos conocimientos.

Así como el cuerpo humano padece de ciertas en-fermedades, que á la larga suelen minar y destruir laexistencia, de igual modo y desde las edades más f"e-motas la sociedad tiene en su complicado organismociertos males, y uno de ellos es sin duda este que sirvehoy de tema y asunto para la conferencia actual. Siexaminamos sus orígenes, claro es que proviene detodas las malas pasiones, singularmente de las engen-dradas por la ignorancia y la miseria unidas en funes-to maridaje. Abriendo las páginas de la historia, laspáginas relativas á los tiempos más remotos, hallamosla existencia de este cáncer, que parece anejo á la so-ciedad, según en todas épocas y regiones se manifiestay propaga, siempre igual en su fondo y cambiando so-lamente de circunstancias y formas.

En las primitivas épocas y hallándose la sociedadescasa de medios para reprimir este daño, apela alsentimiento religioso, innato en el hombre, y coloca lossitios más adecuados para el latrocinio y la violenciabajo la protección de dioses tutelares, como sucedió en

Page 3: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 547

los antiguos imperios asiáticos, en Egipto, Grecia yRoma. Ciertos lugares solitarios y sombríos, desfilade-ros de montañas, selvas inextricables y espesos bos-ques, derrumbaderos y barrancos, por la propia confi-guración del terreno que ofrece sorpresa y ventaja enla acometida y facilidad para la fuga, por su aspecto

•salvaje y lúgubre, son funestos para la moral y pare-1

cen hechos expresamente para la emboscada y el lazo,el asesinato y la rapiña. En estos lugares peligrosos ytemibles solían erigirse templos, que eran á la vez reli-giosa protesta contra todo crimen, asilo de caminantes,y en ocasiones depósito de caudales públicos. Debo deadvertir que en lo antiguo no se miraba el robo, y porconsiguiente, al ladrón con el profundo menosprecio dehoy: dlcese que las primitivas leyes de Esparta, conobjeto de afinar la penetración y astucia de los ciuda-danos para emplearlas después en los ardides délaguerra, consentían el hurto, siempre que fuese hechode ingeniosa manera. Sólo indica esto el atraso deaquellas gentes y su sencillez infantil, caso de ser ver-dad; pues en lo antiguo, no era el hurto, sino el robo ámano armada la ordinaria forma de que para apode-rarse de lo ajeno se valían los malhechores. Las famo-sas empresas de Hércules, Teseo, Jason, Piritóo y otrossemi-dioses y héroes de los tiempos fabulosos, inter-pretadas hoy racionalmente por la crítica, se reducenen su mayor parte á la persecución y exterminio debandoleros, dando la seguridad posible entonces á laspoblaciones rurales, á los bosques y caminos, y con-tribuyendo así al desarrollo y prosperidad de la agrUcultura y del comercio.

Después de haberse enseñoreado de toda la penín-sula italiana, desbórdase Roma por los tres continentesdel antiguo mundo, y acreciendo de una manera fabu-losa su extensión y poderío, llega por la fuerza dé las

y su constante política de absorción á ser el nú-

Page 4: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

548 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

eléo del orbe y el vasto centro á donde confluye la hu-manidad entera. De la capital romana escribe Tácito,en el libro XV de su historia, estas palabras que lahonran muy poco:—«Roma, ciudad inmensa de ladro-nes.» Y no es difícil, examinando las circunstancias deaquel tiempo, comprender la afirmación del historia- .dor, el motivo que la inspiraba y la verdad que en-cierra.

Efectivamente, Roma era entonces no sólo el núcleo,sino el cerebro, el corazón y la vida del mundo; era unaciudad vastísima poblada de muchos millones de ha-bitantes, donde se codeaban diariamente el griego y eínúrnida, el sármata y el galo, el asiático y el egipcio,individuos de todas las comarcas, de todos los climas,de todas las religiones; allí acudían los hombres másnotables, á gastar sus tesoros los ricos, á remediar sumiseria los pobres, en busca de placeres y lujo los vo-luptuosos, de ciencia los sabios, de inspiración y nóm-bradía los artistas-y poetas; inmensa Babel y depósitode todo, á donde afluía con incesantes oleadas humanaslo mejor y lo peor del antiguo mundo.

Precisamente de Roma viene la voz de bandido, de-rivada de la palabra latina bannitus (desterrado), que seaplicaba á los que, forzosa ó voluntariamente, se apar-taban de la sociedad civil para hacer la vida de losmontes y despoblados, convirtiéndose en lo que hoyllamaríamos bandoleros, porque se dedicaban abierta-mente al robo, en lucha continua contra la autoridad ylas leyes. Dicho queda, al principio de la conferencia,.que este vicio social aparece ya desde los primitivostiempos, viéndose representado el bandolerismo portribus enteras que,, careciendo de medios de subsisten-cia, invaden los terrenos y arrebatan las cosechas delas vecinas comarcas; mientras la policía y defensa dela propiedad.y el orden se hallan personificadas en losmismos labradores despojados, asociándose entre sí

Page 5: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO ' 549

para rechazar á los que les atacaban y desposeían. Pe-ro donde toma terrible incremento y vastísima exten-sión el bandolerismo, es en los períodos que siguen álas guerras con el extranjero, y todavía más á las civi-les; pues entonces queda sin ocupación ni recursos cre-cidísimo número de hombres, acostumbrados á vivirla vida aventurera de los combates, ineptos, por lo co-mún, para toda industria y trabajo metódico y honrado,y materia dispuesta, por tal razón, para el merodeo yel pillaje. , s

Así, adviértese en Roma un recrudecimiento ex-traordinario del bandolerismo después de las encona-das y funestas luchas entre Mario y Sila, como constapor los principales historiadores. En esta época se co-noce el bandidaje bajo cuatro nombres distintos. Enprimer lugar, hallamos los ladrones de las ciudades, áquienes hoy llamaríamos rateros, y los romanos ape-llidaban manticul.artus, de la palabra maníicula, con quese designaba la escarcela ó, bolsillo destinado á llevarel dinero; después los taeistas ó enlazadores, que ejer-cían otro procedimiento en su criminal industria, basa-do precisamente en cierta costumbre romana. Los pa-tricios iniciaron la moda, seguida luego por casi todoslos ciudadanos ricos, caballeros ó libertos, de colocarsobre los pórticos de sus viviendas las estatuas de susantepasados ó de sus dioses tutelares, hechas de plataó forradas de gruesas láminas de este metal precioso.Colocábanlas en altas hornacinas, ó sobre columnasfuera del alcance de la mano; por lo cual, durante lanoche, solían robarlas echándoles diestramente un lazode cuerda, y de aquí tuvo origen el mencionado nom-bre. Los grassatores ó ambulantes corresponden á nues-tros facinerosos en cuadrilla ó salteadores de caminos.Solían guarecerse en montes, bosques y selvas; casi álas puertas de Roma adquirió siniestra nombradla, aúnno borrada totalmente hoy, la selva gallinaria, infesta-

Page 6: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

550 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

da por cientos^ cientos de malhechores, que llevaroná veces su osadía hasta el increíble extremo de saqueará mano armada los arrabales mismos de la ciudad seño-ra del mundo. Fue necesario organizar contra ellos uncuerpo especial de policía, que llamaron digiles; y cuan-do estos registraban las espesuras y guaridas de loscriminales, solían hallar tan enérgica resistencia, quemás de una vez volvieron á la ciudad en vergonzosafuga, después de rechazados y vencidos. Si la suerteles era contraria, embarcábanse los bandidos en lañ-chones y balsas, y por las lagunas Pontinas alcanzabanel mar, de donde caían como el rayo sobre cualquierapueblo de la costa. Terminado el saqueo, internábansede nuevo en los bosques. Y, por último, aún había otraclase de malvados más temibles; llamáronse sicarios,de sicca, puñal de hoja ancha y muy afilada, con queasesinaban á sus víctimas antes de despojarlas. La pa-labra sicario se ha conservado en las lenguas neo-lati-nas, modificando su significación primera; hoy se dátan odioso nombre, á quien hiere ó asesina por manda-to de tercera persona y precio convenido.

No podían las leyes romanas dejar impunes seme-jantes crímenes; ya el Código de las Doce Tablas dictacontra ellos la pena capital, declarando en todo ciu-dadano el derecho á la defensa de su persona y bienes;de día, después de haber clamado auxilio, y por esto sellamó quiritax (es decir, apellidar, invocar á los quiri-tes), el acto de impetrar socorro la persona acometida;y de noche, aún era mucho más lato el derecho de de-fensa, pues pidiendo auxilio, ó sin pedirle, cualquierapodía quitar la vida á quien se introdujese de modafraudulento en su morada; admitiéndose como lógico'supuesto el propósito criminal en el hecho de penetraren casa ajena furtivamente, y aprovechando la oscuri-dad nocturna, para falsear puertas, asaltar ventanas ó«scalar muros.

Page 7: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

RON NARCISO CAMPILLO 551

Y no se crea que tales malhechores sumaban un nú*raero más ó menos crecido de hombres y mujeres, enpugna con la sociedad, y practicando el mal cada unode ellos aisladamente y según su propia inclinación;sino que llegaron á organizarse de tan formidable mo-do, que hizo necesaria la creación de cuerpos dé tropas ,{además de los de policía llamados vigiles) destinadosexclusivamente á perseguirlos. Como nota caracterís-tica del natural consorcio entre la superstición y el cri-men, añadiré que estos mismos malhechores formabanuna especie de cofradía ó hermandad religiosa, bajo laadvocación tutelar de Laberna; diosa, parece extraño eldecirlo, porque estas palabras juntas se pelean, diosaprotectora de los ladrones y asesinos, que no solamen-te la tributaban culto, más también la dedicaron sun-tuoso templo junto á las puertas de Roma, y no lejosdel monte Esquilino. ¡Qué mucho si tales devotos lle-vaban en su mente la creencia de la protección de ladiosa, y colgado al cuello el retrato de la misma, quetal costumbre se haya reproducido y prolongado pormuchos siglos, y muchas y distintas civilizaciones! Losbandoleros actuales de Italia imagínanse protegidospor la virgen, á quien devotamente se encomiendanpara el buen éxito de sus abominables fechorías; losespañoles tienen también su virgen ó su santo predi-lecto, á quienes consideran como protectores y aboga-dos suyos; y no ha sido único el caso, al parecer in-ereible, de aprisionar en cualquiera despoblado á unfraile ó sacerdote, y obligarle á que los confiese y ab-suelva, y aún les predique un sermón, después de ha-berle desbalijado. Hacen muy buena liga y excelentemaridaje la ignorancia y la maldad, engendradoras deldelito, con toda suerte de supersticiones religiosas.

Además de los ladrones ordinarios, que podríamosMamar de manta y trabuco, usando impropiamente, la,frase moderna,pues trabucos no los había entonces,

Page 8: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

552 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

hablaCaíon el Censor de otros, á'quienes apellidaríamos«de guante blanco,» ó ladrones decentes, y los clasificay distribuye dentro de varias categorías, v. gr. los usu-reros; los testigos falsos á tanto el perjurio en pleitosy causas criminales; los captadores de herencias; losadministradores infieles; los representantes de la auto-ridad en las provincias incorporadas á Roma, que envez de administrar justicia expoliaban cínicamente lascomarcas sometidas á sumando... en fin, mencionamuchas especies de bandidos, por desgracia especiesfecundas, según vemos por la multiplicación de susnumerosos descendientes. Cierto y verdad es, que es-te mismo Catón el Censor, tan indignado por la corrup-ción de su tiempo, no se quedó corto de uñas, puescuando en España estuvo, ya de cuestor, ya al frentede las legiones romanas, procuró hacer su negocio, yde vuelta á su país llevóse en barras la friolera de milochocientas libras de oro, y veinticinco mil de plata,no para el tesoro de la República, según candorosa--mente han supuesto algunos, sino para su caja parti-cular y aumento de sus tierras, equivalentes casi á unaprovincia, y del numeroso rebaño de sus esclavos, quepor miles podían contarse. De modo que, establecien-do cierta proporción nada arbitraria, se ofrece formu-lar esta pregunta:—¿Qué tal andaría el mundo romanoen lo relativo á la moralidad, cuando el hombre quehacía estas y otras cosas peores todavía, pasaba enton-ces como tipo y ejemplo de integridad y buenas cos-tumbres?- Pues si tal acontecía en tiempos de la República, y

luego en los del Imperio la corrupción creció espanto-samente, según atestiguan y prueban las historias condatos irrecusables, jaqué nivel moral había descendi-do la sociedad de entonces, en lo exterior dorada y bri-llantísima, y enteramente podrida en sus entrañas? Tanhonda y general era esta podredumbre, que trajo co-

Page 9: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 553

mo necesaria consecuencia la ruina del inmenso im-perio romano ante la invasión de los bárbaros. Mu-cho más rudos éstos, pero también mucho menos co-rrompidos, volcaron con irresistible empuje'el granedificio del antiguo mundo, sobre cuyos restos creannuevas naciones, echando las semillas ,de otra cultu-ra política, social y religiosa. Pero no se verifican se-mejantes cambios y trastornos sin que la sociedad en-tera tiemble sacudida hasta en sus más profundos ci-mientos. De oriente al ocaso y desde el norte al medio-día, todo se extremece y cruge y se derrumba: parece*que el género humano se halla herido de muerte, ymil voces pavorosas anuncian que muy en breve todoestará concluido. Profetas de la desgracia, no aciertanen sus predicciones, Han creído agonía loquees cri-sis salvadora. La sociedad se transformará cuantasveces lo necesite; pero el sol que nos alumbra no. bri-llará jamás sobre una tierra despoblada y vacía.

El carácter del bandolerismo en esta época es laosadía y la violencia. Se roba francamente y en todaspartes. Los que roban no se llaman ladrones, sinoaventureros, hombres de armas, caballeros, partida-rios, condes, conquistadores. Y antes de seguir, paré-cerne oportuno establecer la debida diferencia. El Dic-cionario nuestro y todos los diccionarios de Europadistinguen de categorías, como Aristóteles, clasifican-do en diversos órdenes ciertas cosas, que si son igua-les en el fondo, varían en sus accidentes: y así. existela palabra ratero, aplicable al ladronzuelo que sustraeobjetos insignificantes, valiéndose mucho más de la as-tucia que de la fuerza; como siguiendo una gradual es-cala, llamamos indistintamente ladrona quien se apode-ra de ajenos bienes sin ó contra la voluntad de sus resr-pectivos dueños. Viene luego la voz bandido, calificativadel que pertenece á una banda ó grupo de hombres, or-ganizados parala detentación y el pillaje; pero si esta

Page 10: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

554 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

misma agrupación de hombres enarbola bandera y pro-clama cualquier principio político ó social, aunque só-lo sea como pretexto para encubrir sus fechorías, yael nonahre deshonroso de bandido se cambia por élde partidario: y si el partidario capitanea huestes nu-merosas y formidables y es persona de gran nombre ygerarquía social, y no se propone despojar al mísero-caminante, ni saquear un cortijo, ni desbalijar una di-ligencia, sino apoderarse de pueblos enteros y nacio-nes extrañas, recibe ya nombres pomposos y altiso-nantes, y se le apellida conquistador, héroe sublime, et-cétera, etc. (Bisas.) Pues mi auditorio se ríe, yo me ríatambién, y así nos divertimos todos.

Digo estas cosas sin malicia, señores, ni segundaintención; y sólo para que se muestre la rica variedaddel idioma, capaz de expresarlo todo y con toda distin-ción y finura. Desde la abatida ramera á la egregia se-ñora de costumbres galantes, ya veis si existe enormedistancia en la calificación y apariencia, siendo las mis-mas perras con diversos collares. Pero dejémoslas ensus casas, ó donde estén, y volvamos á nuestros la-drones.

Concretándome á España, desde luego aparecen du-rante los siglos medios largas y revueltas épocas, quepudieran llamarse tempestuosas respecto á la plaga so-cial del bandolerismo. Mas hay también un período bo-nancible y honrado, verdadera edad de oro en compa-ración con los anteriores y posteriores, período que sedilata desde la segunda mitad del siglo xn hasta pasa-da ya la primera del siguiente. Comienza esta dichosacenturia con el reinado de Alfonso VI el conquistadorde Toledo, y termina algo después de Fernando III,conquistador de Córdoba y Sevilla. Durante el mencio-nado tiempo pudo decirse, como asegura un historia-dor notable: «Fueron tales la paz moral y el respeto álas leyes, que cualquiera débil mujer podía caminar

Page 11: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 555

por todas partes con un puñado de oro en la mano, sintemor de insulto ni molestia.»

Mas á este tiempo, relativamente feliz, sucede otrocalamitoso y turbulento hasta lo increíble. Subleva-ciones de príncipes díscolos en contra desús mismospadres, minorías turbulentas, aspiraciones avasalla-doras de la nobleza, guerras civiles y exteriores, y porañadidura epidemias, inundaciones, terremotos y todolinaje de miserias, hacen que vuelva á levantar cabezael bandolerismo armado, más rapaz, insolente y codi:

cioso que nunca. Para ponerle coto, hácese declararmayor de edad Alfonso XI á los catorce años, toma convigorosa mano las riendas del gobierno y emprendetal campaña en pro de las violadas leyes, que alcanzael dictado de Justiciero. Baste apuntar como ligera ideade la deplorable situación del país, que no sólo roba-ban los facinerosos vulgares, sino también los mismosseñores fortificados en sus castillos, llevando á tal ex-tremo su desvergüenza y osadía, que hasta cobrabantributo á villas y ciudades, como contribución legítima,por no saquearlos é incendiarlos con sus huestes. Prin-cipia el rey Justiciero reorganizando la HermandadVieja de Toledo, especie de guardia civil establecidapor San Fernando para persecución y exterminiode malhechores en campos y despoblados; hace es-carmientos ejemplares derribando muy soberbias ca-bezas, hasta de individuos de su propia familia, entreellas la de D. Juan el Tuerto, y... ya que nombroáeste canalla, advertiré de paso un error. No le apo-daban el Tuerto porque le faltase un ojo, como creenmuchos, sino por ser contrahecho, con el espina-zo torcido y un hombro más alto que el otro. Estefue el mismo infante que en el cerco de Tarifa estabaunido á los mahometanos, á quienes entregó el hijode Guzmán el Bueno para que le degollasen, siendo talinfamia una de sus muchas fechorías. A su castigo si-

Page 12: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

556 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

guieron otros tail numerosos como duros, y probable-mente Don Alfonso hubiera llevado muy adelante sugeneroso empeño, á no haber sucumbido en una deso-ladora epidemia. • , • • •

Tras.de su muerte, hereda la corona D. Pedro I deCastilla, siempre en lucha contra sus hermanos bastar-dos y contra los nobles, rebeldes á someterse bajo deleyes comunes y ávidos de poder y de irritantes exen-ciones. Al calor de estas luchas y amparado por el de-sorden que necesariamente introducían en todas las es-feras sociales, el bandolerismo vuelve á tomar cuerpoy propagarse durante este reinado y los sucesivos de ladinastía de-Trastamara hasta el último tercio del sigloxv; de suerte, que el no haberse disuelto en tan largocomo lamentable periodo la nacionalidad española,prueba inconcusa es de su profunda vitalidad y extra-ordinaria resistencia. A tal extremo llegaron las turbu-lencias políticas y la osadía de los nobles, que de la ma-nera afrentosa que todos sabemos fue destronado en laciudad de Avila el débil Enrique IV. Pueblos y comar-cas enteras gemían bajo el férreo yugo de los señoresde castillos y fortalezas; quienes, abandonando la gue-rra contra los musulmanes que ocupaban todavía unade las más fértiles regiones de la Península, se dedica-ban aLdespojo, saqueo y degüello de cuantos excitabansu codicia ó su cólera. Las exacciones y tributos ilega-les que Don Alfonso XI había logrado suprimir con tan-ta dificultad y esfuerzos, volvieron á gravar sobre al-deas, villas y ciudades; y tales fueron las demasías deaquellos magnates soberbios y depredadores, quecuando por muerte de Enrique IV los Reyes Católicosunieron las coronas castellana y aragonesa dando másamplia base á la nación española, propusiéronse con elmayor empeño poner coto á semejantes desmanes yviolencias y castigar sin consideración alguna á susautores. Para cuyo fin reorganizaron la Hermandad

Page 13: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

' DON NARCISO CAMPILLO 557

"vieja de Toledo, concediéndola amplia jurisdicción yatribuciones, y aumentando su fuerza hasta 2.000 gine-tes y 8.000 infantes: desde entonces se llamó Santa Her-madad porque Vapula del papa Clemente V aprobándolay autorizándola, empezaba con esta frase: Vestra sanctafratemitas, etc.

Tenemos ya en campaña un cuerpo formidable, com-puesto de hombres escogidos y bien armados, con laaprobación del Sumo Pontífice, bajo los auspicios de laautoridad regia, dispuesto á limpiar el país de todo ge-*ñero de malhechores y que empieza á manifestarse conejemplares y rápidas justicias. Aldeas, villas y ciuda-des", llenas de gozo al ver eficazmente defendida la se-guridad común, elogian el reformado instituto y la acer-tada medida de los reyes; pero alguien protesta contraella, alguien se opone al imperio de una ley protectorade la clase llana y á la existencia misma de la SantaHermandad. Son muchos magnates' y no pocos obis-pos. Aun no había transcurrido un año, cuando estosseñores, constituidos en junta, determinan y acuerdanacudir, como lo hicieron, en son de queja y protesta álos Reyes Católicos, pidiéndoles encarecidamente la di-solución de aquella Hermandad tan formidable paraellos. No sólo negáronse los reyes á la vergonzosa de-manda; sino que aumentaron los susodichos 2.000 ca-ballos y 8.000 infantes á 4.000 y 12.000 respectivamente,extendiendo su acción justiciera á toda España. Segun-da vez nobles^ obispos y prelados reclaman la supre-sión de esta milicia, y segunda vez desestiman los mo-narcas semejantes reclamaciones.

Para dar idea de cuan arraigados estaban en las cla-* ses superiores el bandolerismo y el menosprecio de to-

da ley, baste decir que sólo en Galicia tuvieron los re-yes que ir conquistando castillo por castillo, demolien^do sobre 64 fortalezas, verdaderos nidos de buitres

e retiraban impunemente después de sus fe-

Page 14: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

558 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

chorías magnates facinerosos y cargados de crímenes.Soberbio y cruel y poderoso entre todos ellos fue donPedro Pardo de Cela, cuyo solo nombre hacía temblarlas gen tes. en sesenta leguas á la redonda. Poseía enfeudo, además de muchas villas, infinidad de fortalezasy lugares inaccesibles, abastecidos de armas* víveres ytoda suerte de pertrechos para la defensa: y tan gran-des eran sus medios y tan numerosas sus huestes, quepor tres años seguidos luchó sin tregua contra todo elpoder de los monarcas. Sitiado finalmente en su postre-ra guarida y siéndole ya imposible continuar la resis-tencia, apeló á la fuga; pero fue cogido, juzgado, sen-tenciado y muerto en garrote con su hijo D. Juan, mozo 'de veintidós años, en su propio y último castillo, arra-sado en seguida hasta los cimientos. Tal fue la agoníadel bandolerismo en esa región de España durante elgobierno de los Reyes Católicos.

Pero en otras comarcas existían bandas de malhe-chores, con diversos nombres y aplicando á distintascosas su actividad funesta. Unos eran llamados simple-mente malandrines, palabra que ha quedado en nues-tro idioma como aplicable á toda gente de baja raleaque vive de lo que ilícitamente adquiere. Estos eran la-drones de frutos en huertas y heredades, cuatreros,expoliadores de viandantes aislados en sendas y encru-cijadas: mendigos, peregrinos y santeros maleantes ba-jo capa de devoción; y más que todo, gitanos, que ennúmero de muchos miles cayeron entonces sobre nues-tro país, sin que nadie supiese la procedencia de seme-jante langosta; pues mientras unos la suponían origi-naria del oriente, otros la creían llegada de Egipto, yotros del norte de Europa; siendo este punto materia dedisquisiciones largas y de contrarios asertos, ningunode ellos comprobado todavía. Más temibles y feroceseran los monfíes, moriscos procedentes de las provin-cias recién conquistadas, que no queriendo sujetarse «1

Page 15: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO .559

cristianismo, ni tampoco emigrar al África, como mu-chos de sus correligionarios, se habían refugiado á lasmontañas; donde organizados ya y armados en grannúmero, llegaron á luchar de frente alguna vez contralas huestes reales, como sucedió enlas Alpujarras; sien-do lo más común el distribuirse en asoladoras cuadri-llas para acometer alquerías, monasterios campestresy pueblos de corto vecindario, entregándose en ellos ála devastación, al saqueo y toda suerte de violencias ydelitos. Aun peores que estos eran los golfines. .De unaparte, formaban sus bandas los monfíes, que acabo de*citar: y de otra los;que podríamos llamar pregonados órematados; esto es, criminales empedernidos* senten-ciados á muerte por los tribunales de Castilla, Aragóny Navarra y fugados de las prisiones; ó individuos re-beldes á toda ley, que ya no podían vivir en parte algu-na. Mucho antes de terminada la reconquista se hablacon terror de estos golfines, cuadrillas numerosas for-madas de cristianos y mahometanos con lo peor de lossectarios de Cristo y de JVlahoma. Generalmente opera-ban en territorios fronterizos, ó en sus cercanías, apro-vechándose de tal circunstancia y de la duplicidad desus elementos constitutivos; de suerte, que si cometíanlas depredaciones en tierras de cristianos, los musul-manes de la banda corríanse á las de sus correligiona-rios donde vendían el botín: y viceversa en caso con-trario. Así, estas honradas gentes jugaban con dos ba-rajas, una para ganar y otra para no perder, pues lorobado á cristianos lo vendían á los moros, y á éstos losdespojos de aquéllos. A tantos males, según lo manifas-

, tado ya,; pusieron término los Reyes Católicos organi-zando el país*abatiendo la soberbia de los nobles, re-cuperando de, ellos los bienes usurpados y haciendo in-corporar a la Corona las órdenes militares. Con lo cualpudo repetirse en el primer tercio del siglo xvi, cuando

•.;se vio el resultado de tan sabias medidas, que se podía

Page 16: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

• 5 6 0 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

caminar seguramente por España, sin temor alguno derobo ni violencia.

Por desgracia, no duraron mucho la tranquilidad yel orden; pues apenas Jlegado Carlos I de España y V deAlemania, se esparce comoja peste una multitud deflamencos avaros, que sólo cuidan de vender títulos yempleos y de allegar en breve término muchas rique-zas, usando y abusando de su perniciosa influencia conel nuevo monarca. La desmoralización entonces, co-menzando por lo alto, cunde y se propaga rápidamenteá las capas¡inferiores, engendra sublevaciones que al-teran la paz del reino, y otra vez tenemos el bandoleris-mo en campaña. Más el anterior impulso dado contra

1 él había sido tan enérgico y la organización de la fuer-za pública se hallaba tan adelantada, que no pudo ad-quirir el desarrollo de sus anteriores épocas. En el últi-mo tercio del siglo xvi y todavía bajo el gobierno de Fe-lipe II aparecen con toda claridad en decadencia la casade Austria y la nación española, decadencia que en pro-gresión espantosa crece y amenaza rápidamente disol-verlo y devorarlo todo, riqueza, industria, comercio,agricultura, armada, ejército, costumbres públicas yhasta la nación misma. El régimen teocrático daba susnaturales frutos.

Ya en 1558 había Felipe II mandado desmontar las•prensas de imprimir, excepto las dedicadas á estamparmisales, breviarios y libros devotos, conminando conpena de muerte y confiscación dé bienes á los infracto-res de tan absurda ley. Su hijo Felipe III, en 1610, prohi-be á los autores publicar fuera del reino sus obras, ex-pulsa de un golpe centenares de miles de moriscos,gente industriosa y trabajadora: y después Felipe TV,según las mismas palabras de uno de sus historiado-res, «cierra en absoluto la puerta á todo discurso ó in-vestigación sobre materias políticas y de gobierno.»Con semejante barbarie erigida en sistema, ¿cómo no-

Page 17: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 561

habían de sobrevenir la despoblación, la ignorancia, lamiseria más general y profunda, y por consiguiente losataques á las propiedades y personas, ó lo que es igual,el bandolerismo?

Ya Cervantes nos habla de los opuestos bandos deNiarros y Cadelles; de los Roque Guinart y Monipodios,de las almadrabas famosas de Zahara y de muchosotros centros, verdaderas universidades de malhecho-res: Lope de Vega, de otros bandidos feroces y temibles:y á medida que avanza el tiempo, y con él la ruina dela nación, vemos reflejada en la literatura, cada vez pormanera más deplorable y vergonzosa, esta llaga social,hasta el reinado del imbécil Carlos II, en que se mani-fiesta algo encubierta con apariencias legales en las cía-«es altas; pero descarada y gangrenosa en las infe-riores.

Poco es cuanto se diga de tan infeliz reinado: y comono quiero prolongar esta plática, y temo siempre cansarla paciencia de mi auditorio, me limito á leer algún cu_rioso documento. Por el estado de la corte puede calcu-larse lo que sería el de las demás poblaciones, en par-ticular de las villas y aldeas, escasas de vecindario yde recursos, y muy singularmente el de los campos. Lamarquesa de Villars, esposa del embajador de Franciaen Madrid, escribía, en carta dirigida á un su parientecon fecha de 1681, estas palabras, traducidas literal-mente:—«¿Qué os diré de la increíble miseria de este»reino? El hambre ha entrado hasta en el palacio reaU»hablé ayer con ocho ó diez camaristas, y la Molina me»dijo que hacía mucho tiempo que no les daban pan n¡»carne. En las caballerizas del rey y de la reina sucede»lo mismo.»

Otra carta del embajador de Inglaterra en Madrid,escrita doce años después de la anterior, ó sea en 1693 y

dice io siguiente:—«Nos hallamos en un período de ca-lamidad espantosa. Más de 20.000 pobres vagan deses-

TOMO III XL-2

Page 18: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

562 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

«perados por las calles y las cercanías de la capital.• «Desde el 27 de Mayo la grande escasez se ha conver-gido en hambre terrible, y aumenta con los muchísi-»mos que vienen de fuera. Yo me he arreglado lo menos»mal que he podido; pero la dificultad de encontrar pan«sin el auxilio de la autoridad, me ha hecho recurrir al»corregidor, quien después de preguntarme cuántas»personas componen mi familia, ordenó que se me ven-»diesen veinte panes por día; pero hay que ir á buscar-»los á Vallecas, que está á dos leguas, y yo mismo he«ido esta noche con mis criados armados con fusiles,«porque todos los días hay muchos asesinatos dentro«de las mismas calles por un pedazo de pan. Mi secre-«tario D. Francisco vio ayer cinco pobres mujeres aho-»gadas por la multitud delante de una tahona.»

Y en el volumen III de la Cioilisaeión Española, diceTapia:—«En Andalucía entonces moría mucha gente de«hambre, y el consulado de Sevilla envió una diputa-»ción para representar que aquella ciudad había que-»dado reducida á la cuarta parte de la población que«había tenido cincuenta años antes.»

Después de estas notas, fieles y auténticas y toma-das de documentos de aquella época, excusado es pon-derar lo que sucedería con 20.000 pobres hambrientosvagando como perros sin amo por las calles de Madrid,que no tenía entonces la cuarta parte de su poblaciónactual, ni alumbrado, ni vigilancia pública: y bien secomprende que tan horrible miseria, común á toda lanación, produciría infinidad de atentados, desmanes ycrímenes. A tal punto llegaron las cosas, que casi po-día decirse no eran los peores los que hostigados porel hambre salían á robar por los caminos; pues las mis-mas instituciones oficiales que debieran servir de se-guridad y protección, daban el mal ejemplo. Durante la,segunda mitad del siglo xvi, y aun antes, cuando en-,traban en cualquiera ciudad nuestra, no ya tropas ex-

Page 19: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 5G3

tranjeras¿ sino españolas, lo primero que se hacía erasalir ambos cleros regular y secular en procesión porcalles y plazas, llevando el Santísimo Sacramento y pi-diendo á Dios con solemnes rogativas, que no sufrie-sen mucho los habitantes de la población por los des-manes, tropelías y escándalos de la soldadesca.

Y ¿qué mucho que tal sucediese cuando las tropasespañolas no eran ya ni sombra siquiera de lo que ha-bían sido? Las huestes españolas, en tiempos gloriosospara nuestra nación, formaban el ejército más instruía-do del mundo: en sus filas abundaban los humanistas,historiadores, pintores, poetas y matemáticos, distin-guiéndose brillantemente en Italia de las tropas france-sas, en las cuales apenas había algunos caballeros quesupiesen leer y escribir; pero en la época del últimovastago de la dinastía austriaca, la cultura y el valorfueron sustituidos por la ignorancia, la superstición yla ferocidad entre el paisanaje y el ejército. Sólo así tie-nen alguna explicación numerosos hechos por el estilodel siguiente:—En 1639 llegó á Madrid la compañía deD. Diego de Castro; y en dos semanas, á pesar de lasrogativas que se hicieron implorando la protección di-vina, hubo nada menos, entre asesinatos y pendencias,que sesenta muertes violentas perpetradas por los sol-dados, y heridas por los mismos entraron cuarenta ydos mujeres en los hospitales. Y si esto pasaba ya,transcurrido apenas el primer tercio del siglo xvn, ¿quéno sucedería cuando terminaba el mismo, habiéndoseido acrecentando todos los males con progresión es-pantosa?

Baste decir que en tiempos de Felipe IV Portugal seemancipa, Andalucía y Cataluña intentan segregarse dela nación proclamándose independientes, piérdense in-mensos territorios; y luego, aun antes de espirar Car-los II, ya las naciones europeas tramaban un propósitoó proyecto para repartirse entre ellas las provincias de

Page 20: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

564 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

España y sus colonias y vastísimas posesiones de Ul-tramar; último y vergonzoso desastre que pudo evitar-se por la vitalidad de la nación española y el cambio dedinastía. Con la borbónica ó francesa principia un me-joramiento social lento, pero fecundo: la administracióny gobierno del país van organizándose; algunas vocesse alzan contra la viciosa rutina y antiguas preocupa-ciones; se procura repoblar la Península, que habíaquedado medio desierta con sólo seis millones y mediode habitantes; se roturan espaciosos baldíos; se inten-ta, aunque en vano, que la nobleza y clero contribuyanequitativamente á los gastos públicos y cargas del Es-tado; se reprime algún tanto el poder abusivo y losfueros insolentes de la Inquisición, cuyas víctimas dis-minuyen considerablemente; se dá al pensamiento al-guna libertad; se crean centros donde se estudien cien-cias físicas, exactas y naturales, cuyas nociones aquíse habían perdido tan por completo, que de cincuentay dos cátedras de matemáticas, cosmografía y cienciasnaturales que tuvo la Universidad de Salamanca noquedó ninguna, excepto una clase de geografía elemen-tal, sin esferas, mapas ni aparato alguno de enseñanza.Pero aprendían los estudiantes un insulso cuadernomanuscrito donde se daban ideas mezquinas y erró-neas de las varias regiones de la tierra; y según Pto-lomeo del número y posición respectiva de los astros.¡A tal punto había llegado la decadencia del genio espa-ñol! Y recuérdese que Alfonso el Sabio, en el siglo XIIÍ,había sido el primero en rechazar el sistema astronó-mico de Ptolomeo; que en España se enseñaba el deCopérnico ya en el siglo xvi; por lo que parece increí-ble, de puro absurdo, que volviese á dominar la ense-ñanza geo-céntrica antigua, convencida de falsedad ydesacreditada en todas partes; retroceso todavía mayorque lo sería el de suprimir hoy los telégrafos eléctricospara sustituirlos con los de mira y señales. Clames que

Page 21: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 565

en estas condiciones mucho tuvo que luchar y que ha-cer la nueva dinastía para arreglar el organismo dela nación, logrando poco á poco despertarla de su anti-guo marasmo y encaminarla con rumbo de verdaderoprogreso.

Como antes manifesté, señores, las guerras civilessuelen dejar la triste herencia de un bandolerismo des-enfrenado. No faltó semejante herencia después de ter-minada la guerra de sucesión; pero la energía de Feli-pe V consiguió sofocar el desorden en beneficio de latranquilidad común. El bandolerismo quedó reducido álos piratas africanos que asolaban nuestras costas, dedonde no podían separarse las barcas pescadoras y aunbuques mercantes de mayor porte, sin grave riesgo deser apresados. Las costas mismas, fuera de las grandesciudades que tenían algunos medios de resistencia, sehallaban desiertas y despobladas de lugares, aldeas ycaseríos por temor de tales agresiones; hasta que entiempos de Fernando VI empezó á remediarse el daño,extirpándolo totalmente el heroico Barceló en el reina-do de Carlos III.

Y no se crea que sólo en España la seguridad indi-vidual se hallaba poco protegida: en Italia, Inglaterra,Francia y Alemania, en toda Europa sucedía otro tanto,siempre á consecuencia de anteriores guerras y de lamiseria pública. En Alemania y Francia, tras la devas-tadora guerra de los treinta años, había que fusilar enmasa numerosas cuadrillas de soldados desertores, queen pueblos, aldeas y campos cometían los más ferocescrímenes, yendo por lo común en compañía del robo,el asesinato y el incendio. En la misma Francia y en elsiglo pasado infundían profundo terror los abrasadores,bandidos que no sólo desbaldaban caminantes, sino queá viva fuerza asaltaban y saqueaban granjas, caseríos ypoblaciones de corto vecindario. En el siglo actual, y yabastante adelantado, la justicia francesa tuvo que lu-

Page 22: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

566 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

char no poco para el exterminio de la banda Poulman(1844), de la banda Thibert, compuesta de más de 800malvados, entre facinerosos y encubridores (1847), dela banda Lemaire-Villot (1856), y de la de Graft que, ba-jo las honradas apariencias comerciales, era una ver-dadera plaga del imperio de Napoleón III.

Mas sin buscar ladrones en otras partes, pues aquí,á Dios gracias, los tenemos de sobra, de todas castas,pelos y calibres, basta para concluir esta ligerísima re-seña de tales caballeros indicar que después de la gue-rra de la Independencia infestaron numerosas cuadri-llas las comarcas de Galicia, Cataluña, Valencia, ambasCastillas y Andalucía. Tristemente famosas fueron enesta bella región de España las partidas de José María,el Rubio de Espera, el Barquero de Cantillana, el Chatode Benamejí y singularmente la llamada de los SieteNiños de Écija. Siempre la componían siete hombres,pues cuando alguno era muerto por los escopeteros ytropas destinadas á su persecución, muy poco, á veceshoras no más, tardaba en completarse, volviendo á pre-sentar el mismo número de siete intrépidos foragidos,así dispuestos á toda suerte de expoliaciones y atrope-llos, como á batirse con audacia increíble contra com-pañías enteras de escopeteros y soldados. Por cuya ra-zón no faltaban gentes que los creían invulnerables.Cuando acabó la cuadrilla de los Siete Niños de Écija,aún había 64 hombres apuntados para ir sustituyendoá los que muriesen. De estos malhechores, los más te-mibles fueron una mujer, cuyo nombre no recuerdoahora; un sacerdote, Fray Antonio de Legama, ahorca-do en Sevilla (Noviembre 1817), y el cruel gitano Ulloa,alias La Fiera, también ahorcado en la misma ciudad,antes contrabandista y torero, y autor de esta copla,cantada por él momentos antes de subir al patíbulo:

Una mujer fue la causade mi perdición primera; ;

Page 23: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 5Ü7

que no hay perdición de hombresque por mujeres no venga.

Con efecto, la liviandad de su hermosa mujer le im-pulsó á derramar la primera sangre humana, degollan-do á ésta y al amante en la misma noche. Del terriblegitano Ulloa declaró el mencionado Fray Antonio deLegama «que él solo había matado hombres para llenarun cementerio.» Son palabras textuales.

Además de tales bandas, hubo otras famosísimas entoda España, cuyo funesto recuerdo todavía dura unid'oal nombre ó apodo de los malhechores que lasacaudilla-ron. Pero ya que de estos nombres han tratado con ex-ceso el romance vulgar y cierta clase de novelas, paré-ceme injusto elolvidoen que se deja áotros hombres nomenos arrojados y valerosos y mucho mejores, que, re-presentando los fueros déla sociedad y la justicia, lucha-ron contra el bandolerismo y lo vencieron con su ener-gía, y lo espantaron con rápidos y terribles escarmien-tos. Tales fueron, entre otros, Campa, Faletti, Barrón yNozaleda. Creo excusado, señores, el hablar de los tiem-pos actuales, pues los conocéis de seguro tanto como yoy nada podría decir que no fuese repetición de lo ya ex-presado, y tal vez motivo para entrar en un terreno im-propio de estas conferencias académicas y tranquilas.

Respiro al fin. Siento el alivio del que, habiendo lle-vado sobre sus hombros una carga abrumadora, laarroja al suelo y descansa. Respiro con libertad, puesya puse término á tan larga enumeración de infamias yde crímenes. Voy á examinar ahora cuáles son las cau-sas y cuáles podrían ser los remedios de esta llaga so-cial, siempre viva y abierta y nunca por completo ci-catrizada desde los siglos primeros de la historia. Siacierto, lo deberé mucho menos á la ciencia que á lasinspiraciones de un alma honrada: si por desgraciame equivoco, jamás podrá faltarme para con vosotrosla natural disculpa de mi buen deseo.

Page 24: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

558 CONFERENCIAS -HISTÓRICAS

Paréceme haber dicho, ó cuando menos indicado, alprincipio de esta conferencia que el bandolerismo tieney tuvo por causas y orígenes la perversión del sentidomoral, la opresión de los poderosos, la falta de un buensistema administrativo, las desigualdades irritantes denacimiento y riquezas, las más irritantes aún de las re-compensas concedidas al trabajo, todas las descarria-das pasiones y todos los injustificados sufrimientos. Ycondensado y formulado en una sola palabra, EL MAL.Pero el mal, idea abstracta y contrapuesta al bien, tie-ne dos caras como el antiguo Jano bifronte y se ma-nifiesta en sociedad bajo dos principales aspectos ycon dos nombres formidables: la ignorancia y la mise-ria.. Se dirá: pues si contra siete vicios hay siete virtu-des, claro es que contra ignorancia y miseria son re-medios eficaces la instrucción y el trabajo. Pero ¿cómo,bajo de qué forma, dentro de qué organismo, de quémanera podremos lograr tan satisfactorio resultado?Este es el problema.

Difícil es resolverlo,- pero se resolverá. Yo os lo ase-guro con plena confianza, yo que no lo he de ver, á vos-otros que no lo veréis tampoco; porque la vida de unageneración es sólo un minuto en el reloj infatigable deltiempo. Se resolverá ciertamente, si el hoy es hijo de!ayer y padre del mañana; si hay lógica en el mundo; siel progreso no es una mentira; y si los divinos esplen-dores de la verdad futura y del reinado del bien, quetodas las almas sanas desean y todas las inteligenciasvigorosas columbran, no son un espejismo ilusorio yuna burla infame. Escuchadme y participareis de misconvicciones.

Hay cierta cualidad del ánimo, designada con losnombres de paciencia, estoicismo, resignación, de quemuchos moralistas han hecho una virtud, y virtud cris-tiana; pero cualidad ó virtud, á mi entender, tan daño-sa, que si hubiera dominado siempre entre los hom-

Page 25: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 569

bres, aún no habríamos logrado salir del estado salva-je. El verdadero principio y raíz del progreso y de todaslas grandezas humanas ha sido y es el NO resignarseal atraso y al sufrimiento; el procurar convertirlos enadelanto y goce. Los pueblos antiguos, azotados por ellátigo de una ruda y bravia naturaleza, acariciados áveces por esa naturaleza misma, no podían atribuir aipropio origen el sol vivificante que madura las cosechasy la tempestad que las arrasa; el viento bonancible quebesa la nave y la conduce á otras regiones, y el hura-cán que la arrebata y despedaza y sepulta bajo las olas.Para explicarse ambos fenómenos, idearon dos princi-pios ó dioses opuestos, el del bien y el del mal, el de lavida y el de la muerte. Adoraban al uno, al otro le te-mían. Para congraciarse con ambos se imponían espan-tosas penitencias y desgastaban sus rodillas delante delos altares; siempre el incienso velaba la faz impasible delídolo; á veces no era sólo incienso lo que humeaba; erasangre de animales y también de hombres. A pesar deesto, las calamidades crecían: ¿qué hacer entonces? Re-signarse. Doblaban sus adoraciones y súplicas; en vano;¿qué hacían de nuevo? Resignarse. Mas en la edad mo-derna la sociedad inteligente ya no se resigna, ya nodobla.la cerviz al yugo, ya no acéptalo malo como cosairremediable y fatal, ni le busca lenitivo y curación conpalabras vacías y ceremonias religiosas. Ha penetradoel gran secreto. Sabe muy bien que todos los ídolos sonsordos; que sólo el hombre es el libertador y regenera-dor del hombre mismo, y que para caminar con acerta-do rumbo lleva en su propia inteligencia la estrella y elfaro, la brújula y el piloto.

Vé, por ejemplo, que la palabra, encadenada al ma-nuscrito, se propaga con suma lentitud, habla á muypocos, se desfigura y perece. Un incendio, una guerra,una catástrofe impensada, pueden ser la muerte de fe-cundos y grandiosos1 pensamientos; pero produce 1Í»

Page 26: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

570 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

imprenta, y esa palabra tarda y perecedera, toma lasalas de la luz y la duración de lo eterno. Reconoce elhombre la cortedad de su vista, y atento á perfeccio-narse de continuo, mediante su trabajo, inventa el te-lescopio, penetra los asombrosos espacios estelare?,comienza á explicarse ya el organismo del mundo, pre-siente otras humanidades fuera de nuestro planetamezquino, y para su anhelo de inmortalidad, una serieinacabable de ulteriores y gloriosas existencias. Abrecon la pólvora los senos de la tierra, en busca de pre-ciosos metales; pulveriza las rocas y montes opuestosá su paso; derriba el castillo feudal; disminuye, abre-viando su duración, los estragos de las guerras/ y aúnhace predominar en ellas la cultura del espíritu sobre laley brutal del número y de la fuerza física. Ya una bar-barie nueva no barrerá como ola irresistible todo unmundo civilizado; la victoria es ya hermana de la civi-lización, y para el bárbaro no tiene laureles. Al día su_cede la noche, encubridora de crímenes; y ¿qué hace elhombre? Por conductos subterráneos lleva y distribuyeun leve fluido, que al inflamarse, produce súbita clari-dad; y el resplandor del gas ilumina ciudades enteras,y al día natural, al día físico, añade un nuevo día, quepodríamos llamar humano, como inventado por el hom-bre. Y sin género de duda, hizo más en pro de la mora-lidad quien ideó y logró derramar torrentes de luz sobrelas dormidas ciudades, que todos los predicadores jun-tos y todos los penitentes anacoretas de los desiertos.Porque el delito, el crimen y todas las infamias y mal-dades huyen de la luz, como los animales nocturnosdesaparecen ante la claridad de la aurora. Opónese elinmenso mar á la comunicación entre pueblos situadosen opuestas orillas, y nácela navegación; y no conten-to el hombre con avanzar, flotando a! capricho delviento y déla ola, medita, y de su meditación fecundasale el vapor; y el buque, juguete antes del Océano, lo

Page 27: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 571

domina ahora con el propio impulso de la potente má-quina encerrada en su seno, y zarpa y llega con rumboy plazo fljo desde las costas de Europa hasta el extremoOriente. El mismo vapor empuja por tierra la audaz lo-comotora, salva con rápido paso las fronteras trans-portando en pos de sí verdaderas muchedumbres, acer-cando el hombre al hombre, y haciendo de todas lasnaciones de un vastísimo continente como provinciasde un solo pueblo. Y aquí aparece una vez más esa re-petida coincidencia, que pudiera llamarse el sincronis-"'mo de la historia, y que hace de unas invenciones elauxiliar poderoso y el complemento de las demás. Si elferrocarril avanza con la rapidez del viento, otra cosainfinitamente más veloz, el pensamiento humano, lapalabra alada le precede y guía volando por el hilo eléc-trico, tendido como lazo de alianza sobre todo el mundocivilizado, y vibrando sin cesar cual si fuese el sistemanervioso del mundo mismo. ¿Para qué seguir acumu-lando ejemplos? Tal vez alguien replicaría que, en ver-dad, son invenciones y progresos materiales debidos álas ciencias; pero que el orden moral permanece siem-pre idéntico, y aún no falta quien asegure que en él, le-jos de adelantar, hemos retrocedido.

¡Invenciones y progresos materiales! Señores, yosiento decirlo, pero es verdad; la gran mayoría de loshombres repite las palabras como lo hacen los loros,por haberlas oído, sin penetrar su valor y significado; yeso que llaman sentidocomún,eslomenos común y másraro que existe. Pues ¡qué! ¿Puede imaginarse un progre-so material, que no lo sea moral también y al mismotiempo? ¿Tal influencia tiene todavía el criterio cerradoy estrecho de la Edad Media, que se ha de suponer hoyen el siglo xix, de una parte el espíritu, y de otro lamateria, separados y opuestos como irreconciliablesenemigos?

Pero dejando esto ahora, por no meterme en re-

Page 28: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

572 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

flexiones filosóficas que me llevarían muy lejos, yaceptando la absurda calificación de progresos materia-les, añado: ¿son acaso también progresos puramentemateriales la abolición de la esclavitud, la extinciónde Ja servidumbre, la conversión de las monarquíasdespóticas y absolutas en gobiernos constitucionales,la repugnancia que el último de los jornaleros sientehacia la mendicidad, gala un tiempo del cristiano y co-rno corona y complemento de sus mayores virtudes?Pues como han desaparecido ó van desapareciendoestas cosas, desaparecerá también la plaga del bando-lerismo poderoso, organizado y amenazante para elorden social. Claro es, que nunca dejarán de ocurrircasos aislados de rapiña, porque nunca los pueblosformados por hombres, pueden llegar á ser pueblos deángeles.

Contra la ignorancia existe ya innumerable multitudde escuelas, pagadas por el rico, gratuitas para el po-bre. Escuelas de párvulos, de adultos, de soldados enlos escuadrones y regimientos: otras para enseñar ofi-cios y artes mecánicas: escuelas subvencionadas pordiputaciones y municipios, por corporaciones diver-sas, príncipes y particulares. Hay premios estableci-dos, consistentes en dinero, libros y ropas, que sirvande estímulo á la aplicación; bibliotecas y cátedras abier-tas para todos, sin excepción de clases ni personas. Enmuchos países la enseñanza primaria es obligatoria:en el nuestro se ha difundido notablemente desde hacetreinta años. El nivel intelectual se eleva con rapidez,según lo comprueban los datos estadísticos. En el pri-mer tercio del siglo presente los individuos de un cen-tro académico, doctores casi todos y dedicados á la en-señanza, decían á Fernando VII:—«Señor, lejos de nos-otros la funesta manía de pensar.» Hoy, si no constasela autenticidad de tales palabras, las creeríamos inven-tadas-por algún chusco. Se combate, pues, enérgica-

Page 29: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 573

mente la ignorancia, indudable concausa y germen delbandolerismo: la ignorancia pierde terreno, retrocedepaso á pasóles menor cada día, sus propios adeptos nose atreven á defenderla y sólo la apoyan oponiendo deuna manera embozada y vergonzante obstáculos á ladifusión de conocimientos, ó procurando falsear la en-señanza, entregándola en manos del clero. Ya que noalcanzan á suprimirla, intentan hacerla esclava de susintereses y pasiones; pero en la lucha sostenida entrela luz y las tinieblas, ¿acaso puede ser dudoso el triun-

. fo! Cada letra que aprende un niño es un grano de lasemilla del bien depositado en su alma; y la sociedad/como el individuo, sólo recogerá la cosecha que siem-bre: al paso que multiplique las escuelas disminuirálos presidios. Pregúntese á la estadística por la instruc-ción de los confinados: ella nos demostrará con breves,pero elocuentes cifras, que en su inmensa mayoría lainstrucción es nula; y én casi todos los demás casos,deficiente ó extraviada. El pecado original nuestro es laignorancia.

En cuanto á la miseria, su remedio es mucho másdifícil. Y no porque sea verdadera la frase melancólicade Malthus, de que «en el banquete de la vida no haycubiertos para todos los convidados;» sino por la irri-tante desigualdad de las raciones para los convidadosmismos. Unos revientan de plétora, mientras otroslanguidecen. El hambre del pobre y la indigestión delrico se completan: son los dos platillos de la balanza.Veamos si esta balanza tiene su ñel, y si es posiblerestablecer algún tanto el perturbado equilibrio. En pri-mer lugar, es un hecho indudable para todo entendi-miento reflexivo, que en esta vasta máquina del mundocada cosa tiene su por qué, su oficio y su fin determi-nado. Cuando algo nos parece inútil ó sup'érfluo con-siste ciertamente, no en que 4o sea, sino en que todavíano hemos logrado averiguar y poner en limpio su na-

Page 30: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

574 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

turaleza y aplicaciones. A medida que el hombre vásiendo más antiguo inquilino del mundo, vá conocien-do mejor su casa y explicándose muchas singularida-des y fenómenos de que antes no hallaba explicaciónsatisfactoria; y asi por analogía hemos llegado lógica-mente á suponer con suposición racional que no hayley, ni cosa alguna, ni la pieza al parecer más insigni-ficante de la vasta máquina del mundo, que no tenga sucausa y oficio de contribuir á la vida universal. Dichoesto y meditado con amplitud de espíritu resulta absur-do, no ya el afirmar, sino el sospechar siquiera que la •tierra se halle falta de recursos para sostener y alimen-tar de un modo suficiente á los seres que hoy la habi-tan, y aun á muchos millones más que en lo sucesivopudieran habitarla. Todavía se halla despoblada y de-sierta en las tres cuartas partes de su extensión: hayllanuras, montañas, selvas y bosques aún no pisadospor planta humana, donde largas generaciones de ár-boles envejecen durante siglos y se derrumban al cabosin saber lo que es el hacha; y miles de leguas de fera-císimos terrenos se cubren de espesos matorrales sinsaber lo que es el trigo. Aun suponiendo cubierta depobladores la total extensión del planeta nuestro, paralo cual sería preciso suponer largas series de genera-ciones viviendo y desarrollándose al calor de no inte-rrumpida y creciente civilización; todavía la tierra so-braría para mantenerlos ampliamente, mucho mejor deloque los mantiene y alimenta hoy mismo, pues cen-tuplica sus fuerzas productoras á medida que las ne-cesidades sociales y el trabajo humano se lo exigen.Es como una madre fecunda, cuyo ilimitado amor seextiende á todos sus hijos. Millares de ejemplos lo com-prueban: para el caso actual basta citar uno solo, y esel siguiente: el territorio belga consta de 29.455 kilóme-tros cuadrados, es deqiry menos que las tres cuartaspartes de nuestras dos provincias extremeñas, cuya

Page 31: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 575

medida supercial se extiente á 43.250 kilómetros. Sin -embargo, Bélgica sostiene seis millones de habitantes,mientras los de Extremadura apenas pasan de mediomillón, debiendo ser proporcionalmente unos ocho mi-llones, y los de España 100, siguiendo el mismo cálculode extensión territorial. ¿Por qué, pues, tamaña diferen-cia entre lo que debe ser y lo que es? ¿Acaso en clima,suelo y cielo resulta España inferior á Bélgica? De nin-gún modo. Al contrario, allí es el suelo arenisco y fan-goso, la naturaleza fría y de escaso vigor; aquí hay solcaliente y tierra fecunda. Pero allí el trabajo humano9

lo aprovecha todo y hace brotar, cual Moisés, el aguade la roca; mientras aquí, perezosos y mal gobernados,sufrimos la escasez en el seno mismo de la abundan-cia. El continente asiático, el mayor y mejor del globo,á pesar de su extensión enorme, sólo tiene 725 millonesde habitantes, cuando pudiera mantener más de 8.000.En la tierra, pues, hay lugar de sobra para todos cuan-tos llegan y pueden llegar al banquete de la vida. Elsol y el cielo brillan y se extienden sobre todas lascabezas, y para todos difunden su dulce luz y suaverocío.

Pero la imperfección de los organismos sociales, elatraso en que todavía nos hallamos (aunque adelantorelativo comparado con anteriores épocas), la ignoran-cia de unos y el miedo y egoísmo de otros, hacen quede este abundantísimo banquete de la naturaleza gocenpor completo pocos, se alimenten con más ó menosparquedad muchos, y de ninguna manera alcance paratodos. Los excluidos sin piedad y los no satisfechos sequejan primeramente, murmuran después, la protes-ta se alza, y no hallando concordia razonable, surgenla rebelión, la violencia y la lucha.

Este secular combate entre quien carece de lo nece-sario y quien dispone en absoluto de lo supérfluo, lovemos emprendido y continuado sin tregua desdé los

Page 32: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

576 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

tiempos más remotos de la historia, y dura todavía, yno verá su terminación ninguno de los que hoy vivi-rnos; pero terminará, no lo dudéis. Revistiéndose deformas políticas, ha tomado muchos y diversos nom-bres; en su fondo siempre es el mismo y por lo mismo.Parias de la India, esclavos de Grecia y Roma, siervosdel terruño bajo el régimen feudal, proletarios y jorna-leros contemporáneos, todos son unos, y todos protes-tan contra la irritante desigualdad que los oprime.Sus esfuerzos van lentamente mejorando su condi-ción, muy lentamente, es verdad, porque en la vidatotal y común los siglos son mucho menos que mi-nutos en la vida del individuo. Por esto el carro de Jacivilización me parece que marcha tirado por tortugas.Es un engaño muy natural el que sufrimos. Lo mis-mo sucede con otras cosas. También cada día noscreemos exactamente iguales á lo que éramos al díaanterior; sin embargo, de la niñez pasamos á la ju-ventud y luego á la edad madura, y después nos ha-cemos ancianos, si la muerte no lo estorba. ¿Cuándo,en qué año, en qué día y Lhora se hicieron tales mu-danzas? Nadie lo sabe; pero tampoco nadie duda de quese han verificado.

Pues bien; el hombre ha comprendido que sólo ensu inteligencia hallará lenitivo primero y remedio des-pués para la mayor parte de sus males; de esos malesprocedentes de un organismo social incompleto y de-fectuoso, que en vez de aprovechar todas las fuerzasequilibrándolas en lo posible y dirigiéndolas al fin máshumano, las esteriliza en unos y concentra en otros,con perjuicio de todos, hasta de los que más favoreci-dos se juzgan. Y comprendiéndolo de esta manera,plantea el problema del proletariado (que lleva y entra-ña en sí el del bandolerismo), y dice:—¿Qué interesesluchan aquí como irreconciliables enemigos? ¿Dóndeestá la contraposición, engendradora del combate? Sí,

Page 33: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

DON NARCISO CAMPILLO 577

estos son los elementos de discordia: de una parte, eicapital sin trabajo; de otra, el trabajo sin capital: aquíel propietario que dice:—«Soy dueño de mi hacienda ymi propiedad es sagrada.» Allí el trabajador que res-ponde:—«Pues yo soy dueño de mi vida, que es otrapropiedad sagrada también, más sagrada todavía quela tuya.» Pero la razón, muy superior á toda mira par-cial y egoísta, dirígese á entrambos en esta forma:—¿Qué necesidad hay de que el trabajo vea su enemigaen el capital, y de que el capital vea su enemigo en eltrabajo? Pues qué, ¿la riqueza por sí sola es acaso fe2-cunda? Y el trabajo por su parte, ¿no requiere tambiénel auxilio de la riqueza? Y siendo esto así, como indu-dablemente lo es, ¿cuánto más valdrá para entramboselementos unir en próspero consorcio la riqueza y eltrabajo, mezclar la semilla á la tierra fecunda para lo-grar abundantes y sazonados frutos?

Esta complicada y amenazadora cuestión entre elproletario y el capitalista plantéase ya bajo el supuestode que el jornalero sea copartícipe de los productos ácuya existencia ayudó con su trabajo: tal es la idea ma-dre, y ahora se discuten la forma, el modo, el tiempo,la extensión de sus aplicaciones. Yes naturalísimo queasí suceda: primero siempre se ofrecen á la inteligen-cia los pensamientos de una manera confusa y vaga ycomo en borrón; después el estudio, los ensayos, la ex-periencia de muchos logran formularlos, definirlos conentera claridad y aplicarlos en beneficio délos pueblos^Durante esta misma legislatura fue presentada á la Cá-mara francesa una proposición firmada y apoyada porconsiderable número de diputados, y en ella se expresaclaramente la doctrina de la participación del trabaja-dor en los productos de la industria á que aplica susesfuerzos; de que la antigua ley de herencias se modifi-que profundamente, sobre todo respecto de los herede-ros colaterales; de que el trabajo sea enaltecido y ase-

TOMO III XL—3

Page 34: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

578 CONFERENCIAS HISTÓRICAS

gurado, más de lo que la está, por las leyes, eon objetode que poco á poco vayan aunándose y confundiéndoseen amplia esfera común todos los valores y todas lasactividades de la vida:

De otra manera, señores, si se desatiende la manco-munidad, mejor dicho, la fraternidad humana, giraránlas naciones recorriendo continuamente un círculo fa-tal de engrandecimiento, decadencia y ruina, sin dejartras de sí riada estable, nada fijo, nada sólido como hue- *lia de su paso por el planeta; de otro modo, las civiliza-ciones serán como esos círculos del Infierno qué nosdescribe la sombría imaginación del Dante, siempre gi-rando en perpetuo remolino, siempre volviendo des-pués de fatigoso viaje al punto inicial de partida, sinninguna mejora sólida, sin ningún adelanto indepen-diente del continuo volver y mudanza de los tiempos,sin ningún resultado favorable y definitivo para la hu-manidad; y esto sería completa y absolutamente negary desconocer la ley del progreso, que es ley supremadel mundo y de cuantos en él vivimos. Pues así comoel hijo hereda á su padre, el siglo que nace hereda tam-bién al siglo que muere: cual depósito sagrado recibesus conocimientos y obras, los corrige y acrecientacon su trabajo, añadiendo al heredado caudal el de suspropios estudios, observaciones y descubrimientos;y por tal manera es como va formándose y ensan-chándose y alumbrándose con vivos rayos de luz estecamino sin fin de que somos á la vez peregrinos yartífices, y que se llama el gran progreso humano.(Aplausos.)

Cuando este problema que hoy abiertamente seplantea y discute por superiores inteligencias se halleresuelto, cuando la fraternidad entre los hombres seaya un hecho universal y glorioso, hecho que hoy mis-mo vislumbramos y llenos de fe inquebrantable anuñ _ciamos desde ahora para lo futuro eon entera certidura-

Page 35: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,

579 D. larciso Campillo

-bre, entonces, únicamente entonces, es cuando

podrán clamar pueblos y razas en la exaltación

de su conciencia: "Dios está con nosotros, sus

leyes se ven cumplidas, y sobre la tierra ensan-

grentada antes con liorribles luchas, comienza ya

su verdadero reinado". HE DICHO.

(Aplausos)

i,.¿Y hI

I i. ,,.r

\7, A

Page 36: 40.a CONFERENCIA - Inicio - Ateneo de Madrid · las varios y terribles lances de la guerra; ya las altas especulaciones científicas, ó las bellezas artísticas y li-terarias; ya,