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1 Valeria Durán María Paula Yacovino Tamara Domenech Mariel Rubio Mercedes Uzubiaga Mapas barriales: ¿marca de las nuevas centralidades? Los casos de San Telmo, Abasto, Palermo Viejo y Lanín 1.- Introducción En el presente trabajo centraremos la atención en lugares que durante la década de 1990 fueron objeto de transformaciones de carácter estético y político. Dichas transformaciones, impulsadas por sectores privados, estatales y vecinales tienden a sobrecargar de valor espacios que se proponen como únicos, típicos, característicos de la Ciudad de Buenos Aires. Este período se caracteriza por una tendencia creciente a la estetización de la historia y del patrimonio que se verifica en una mayor incidencia de las políticas instrumentadas por las Secretarías de Turismo, Patrimonio y Cultura en la gestión de los barrios, al tiempo que se reduce la implementación de otras políticas sociales de salud, vivienda, etc. Para el gobierno de la Ciudad, este tipo de políticas urbanas y culturales se implementan con el objeto de posicionar a Buenos Aires dentro de la lógica de la “ciudad global”. Esto se evidencia en las palabras del ex jefe de Gobierno, Enrique Olivera, quien en 1999 decía: El marco en el que se inscribe la acción del gobierno de la ciudad es el del papel protagónico que deseamos para Buenos Aires en su ámbito nacional, regional y mundial. Nuestra ciudad, por su historia, su ubicación estratégica y, sobre todo, la calidad de sus recursos humanos posee las condiciones necesarias para reafirmar su título de centro cultural, financiero y turístico de la región, y para aspirar a ser una de las ciudades referentes del mundo globalizado. (Enrique Olivera. Memoria de la gestión 1999) Si bien los casos escogidos para nuestro análisis – San Telmo, Abasto, Palermo Viejo, Pasaje Lanín – no constituyen una enumeración exhaustiva 1 de las transformaciones de la ciudad, consideramos que resultan significativos para explicar este tipo de proceso. Estos espacios fueron estudiados en tanto centralidades, “aunque vista ésta desde la construcción material y simbólica que indujo a la reconversión de ciertos espacios locales a partir de la sobrecarga de valor” 2 . Los casos sobre los que tratará este artículo fueron estudiados desde una perspectiva socio-antropológica. El trabajo de campo consistió en observaciones y en entrevistas a diferentes actores sociales (vecinos, funcionarios, comerciantes, artistas, etc), para cada uno de los barrios en cuestión. Aquí, centraremos nuestra mirada en tres ejes que analizaremos, en cada caso, a partir de sus mapas y recorridos: los que llamamos mapas de “lo visible”, que surgen a partir de un acontecimiento, los “fuera de mapa” y las transformaciones generadas en los mismos a partir de diciembre de 2001. Los mapas del “acontecimiento” Cada uno de los barrios mencionados será analizado en torno a un acontecimiento que, consideramos, establece un antes y un después en las 1 En la Ciudad de Buenos Aires se observan otras nuevas centralidades como Puerto Madero y Mataderos, entre otras, así como en la periferia aparecen las urbanizaciones cerradas. Ver Arizaga y Murgida, en este mismo volumen. 2 Ver Lacarrieu, en este mismo volumen.

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Valeria Durán María Paula Yacovino

Tamara Domenech Mariel Rubio

Mercedes Uzubiaga Mapas barriales: ¿marca de las nuevas centralidades? Los casos de San Telmo, Abasto, Palermo Viejo y Lanín

1.- Introducción En el presente trabajo centraremos la atención en lugares que durante la década de 1990 fueron objeto de transformaciones de carácter estético y político. Dichas transformaciones, impulsadas por sectores privados, estatales y vecinales tienden a sobrecargar de valor espacios que se proponen como únicos, típicos, característicos de la Ciudad de Buenos Aires. Este período se caracteriza por una tendencia creciente a la estetización de la historia y del patrimonio que se verifica en una mayor incidencia de las políticas instrumentadas por las Secretarías de Turismo, Patrimonio y Cultura en la gestión de los barrios, al tiempo que se reduce la implementación de otras políticas sociales de salud, vivienda, etc. Para el gobierno de la Ciudad, este tipo de políticas urbanas y culturales se implementan con el objeto de posicionar a Buenos Aires dentro de la lógica de la “ciudad global”. Esto se evidencia en las palabras del ex jefe de Gobierno, Enrique Olivera, quien en 1999 decía:

El marco en el que se inscribe la acción del gobierno de la ciudad es el del papel protagónico que deseamos para Buenos Aires en su ámbito nacional, regional y mundial. Nuestra ciudad, por su historia, su ubicación estratégica y, sobre todo, la calidad de sus recursos humanos posee las condiciones necesarias para reafirmar su título de centro cultural, financiero y turístico de la región, y para aspirar a ser una de las ciudades referentes del mundo globalizado. (Enrique Olivera. Memoria de la gestión 1999)

Si bien los casos escogidos para nuestro análisis – San Telmo, Abasto, Palermo Viejo, Pasaje Lanín – no constituyen una enumeración exhaustiva1 de las transformaciones de la ciudad, consideramos que resultan significativos para explicar este tipo de proceso. Estos espacios fueron estudiados en tanto centralidades, “aunque vista ésta desde la construcción material y simbólica que indujo a la reconversión de ciertos espacios locales a partir de la sobrecarga de valor”2. Los casos sobre los que tratará este artículo fueron estudiados desde una perspectiva socio-antropológica. El trabajo de campo consistió en observaciones y en entrevistas a diferentes actores sociales (vecinos, funcionarios, comerciantes, artistas, etc), para cada uno de los barrios en cuestión. Aquí, centraremos nuestra mirada en tres ejes que analizaremos, en cada caso, a partir de sus mapas y recorridos: los que llamamos mapas de “lo visible”, que surgen a partir de un acontecimiento, los “fuera de mapa” y las transformaciones generadas en los mismos a partir de diciembre de 2001. Los mapas del “acontecimiento” Cada uno de los barrios mencionados será analizado en torno a un acontecimiento que, consideramos, establece un antes y un después en las 1 En la Ciudad de Buenos Aires se observan otras nuevas centralidades como Puerto Madero y Mataderos, entre otras, así como en la periferia aparecen las urbanizaciones cerradas. Ver Arizaga y Murgida, en este mismo volumen. 2 Ver Lacarrieu, en este mismo volumen.

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historias barriales, permitiendo recrear en viejos espacios, nuevos lugares. Entendemos el acontecimiento como la narración única e irrepetible de hechos o sucesos –reales o ficcionales– que tienen lugar en un espacio y un tiempo determinados. Es una puesta en orden ética y moral de las relaciones del acto producido y su contexto3. A partir del acontecimiento ocurrido en cada barrio se redefinen las relaciones entre los actores y se instaura el punto cero desde el cual se relee el pasado y se articula con el presente y el futuro. Aunque nuestra mirada se focalice en cuatro espacios concretos de la Ciudad de Buenos Aires, consideramos que éstos no pueden leerse más que en el marco de un relato mayor al que le dan cuerpo: el de la ciudad en su totalidad. Más allá de sus particularidades, estas narraciones son manifestaciones a diferente escala de una lógica de producción de urbanidad, que implica un proceso de selección de aquello que se incluye y que se excluye como digno de ser contado. Esta selección performatiza no sólo la identidad de cada barrio, sino que este conjunto de relatos conforma la trama que constituye la narración hegemónica de la ciudad. Nos interesa indagar en los recorridos barriales que se construyen desde diferentes instancias – institucionales, comerciales, turísticas, patrimoniales, mediáticas, etc. –, es decir, acercarnos al relato barrial que estos recorridos crean. Para esto, trabajaremos a partir de la producción de mapas marcados en cada uno de los casos escogidos. Entendemos por mapas marcados a todos aquellos que incorporan sitios de interés histórico, comercial, institucional, gastronómicos, etc. Es decir, no utilizamos planos limpios, al estilo “Guía T” o “Filcar”4 sino mapas que cuentan con una jerarquización del espacio que se plasma en los íconos que señalan los lugares relevantes de cada uno de los barrios. La selección de los mapas como objetos de análisis se justifica, ya que creemos constituyen una de las instancias de cristalización de determinadas transformaciones urbanas relacionadas con el embellecimiento barrial. Es decir, vemos a los mapas como símbolos que legitiman el proceso por el cual se crean paisajes a partir de la revalorización del patrimonio en tanto estrategia de creación de lugares, con valores vinculados a la limpieza, el equilibrio, la belleza y al placer (Arantes 2002). En este sentido, entendemos que los mapas de cada uno de los barrios intentan legitimar un área turístico-comercial, recurriendo a una identidad que remite al arte, el diseño, la historia, la cultura y el color. Cada uno de estos atributos opera como la marca que distingue a un barrio del resto. La marca, de acuerdo a la definición de la legislación estadounidense que toma Naomi Klein (2001:218) es “cualquier palabra, nombre, símbolo u objeto o combinación de éstos que se emplea (...) para identificar y distinguir los artículos de un productor de los de otros”. Estos mapas marcados logran dar cuenta de un espacio armónico, sin conflicto, a costa de invisibilizar actores y lugares que, con su sola presencia, disputan y ponen en cuestión la imagen que se pretende construir. Estos mapas, entonces, dan cuenta de la “ciudad del progreso” 5, es decir, de una ciudad, que a partir de procesos

3 Las ideas centrales del concepto “acontecimiento” pueden ser buscadas en Badiou, L´ëtre et l ´evenement, París, 1988. 4 Guías de calles y transportes de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano. 5 Cfr. Lacarrieu, M. “Nuevas políticas de lugares: recorridos y fronteras entre la utopía y la crisis” en este mismo volumen. Ver “Recorridos de la ciudad del progreso”.

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de “gentrificación”, cuenta con lugares únicos, atípicos, pero que constituyen a la vez nuevas centralidades. Sin embargo, existen algunos actores barriales que quedan invisibilizados, “fuera de mapa”, pero que procuran incorporarse a los “mapas legítimos”:

“Iba caminando por el pasaje San Lorenzo desde Balcarce hasta Defensa, cuando escucho que alguien me grita: Flaca, flaca. Me doy vuelta y un señor barbudo, en musculosa, me hace señas. Era uno de los comerciantes de los Patios de San Telmo, creo que tiene un bar. Se acerca y me dice: ¿por qué no estamos en el mapa? Le digo que no sé, que yo solo los estaba distribuyendo. Insiste. ¿Por qué nadie vino a verme para figurara en el mapa? Repito que no sé, pero que puedo hablar con la persona que los diseña para que vayan a verlo. Me mira, y me pregunta si ésa es la edición de este año, contesto que sí. Me dice que le diga a quien los hace que pase a hablar con él para estar en la próxima edición.” (Registro de campo: 8/11/2002, durante Estudio Abierto en San Telmo)

Así, el mapa no sólo muestra determinados recorridos y lugares, sino que en el mismo acto de incorporarlos, legitima su pertenencia al circuito visible y, por lo tanto, prestigioso del barrio. No obstante, aún lo que no figura, aquellos recorridos que no se plasman en un determinado mapa, existen y dejan huellas en el barrio. Todos los actores sociales que no responden al ideal de ciudad propuesto quedan “fuera de mapa”. Así, los ocupantes ilegales, inmigrantes, inquilinos, travestis, prostitutas y, a partir de diciembre del 2001, el surgimiento de las asambleas barriales y el incremento en el número de cartoneros, crean tensiones, opacidades, manchas dentro del proyecto equilibrado y homogéneo que se anhela construir. 2.- Los acontecimientos en los barrios El acontecimiento en San Telmo6: El acontecimiento que consideramos clave en el barrio de San Telmo, se remonta a fines de los años sesenta y a la década del setenta. La creación del museo de la ciudad en 1968 y la posterior instalación de la feria de antigüedades en la plaza Dorrego, dan el impulso final a un proyecto largamente postergado: la declaración del centro histórico. Finalmente en 1979, en el marco del gobierno militar, nace la normativa U24 con el objetivo de preservar la zona histórica de su deterioro creciente7. Este hecho establece un punto de inflexión en San Telmo: la transición de barrio viejo, deteriorado y con futuro incierto a centro histórico tradicional que es necesario preservar.

6 De acuerdo a datos censales, San Telmo se ubica en el distrito escolar IV (junto a La Boca y Barracas) y se encuentra comprendido entre el Parque Lezama, la calle Chile, la calle Piedras y el río. San Telmo es la puerta de entrada a la zona sur de la ciudad de Buenos Aires. Balanceándose entre la Boca y Montserrat, entre el sur portuario, fabril y empobrecido, la Plaza de Mayo rodeada de los edificios históricos de mayor carga simbólica y las más modernas y globalizadas construcciones de Puerto Madero. San Telmo conjuga en sus 70 manzanas las múltiples y desiguales caras de la ciudad. 7 Este período es denominado como el de la fundación de San Telmo ya que es recién en este momento cuando el barrio se significa como el lugar de la memoria de la ciudad en base una puesta en escena de la tradición. Hasta este momento, San Telmo era considerado en la normativa como zona destinada a usos comerciales y posteriormente como zona de urbanización futura, lo que permitía su destrucción para la construcción de edificios modernos. Ver Grillo (1994).

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A pesar de los años, éste continúa siendo el hito que marca a fuego la historia barrial. Sin embargo, en el transcurso de estas décadas han ido variando los modos en los que se gestiona el barrio histórico. En los últimos años el centro histórico pasa a ser Casco Histórico y progresivamente, de la versión patrimonial preservacionista de la dictadura, con el culto a los héroes y las tradiciones, pasamos a la versión light de los años noventa, fundada en su dimensión estética. En esta década, la mayor parte de las acciones que se han realizado proceden de la Subsecretaría de Turismo y la de Patrimonio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Entre ellas cabe destacar: la colocación de faroles y bancos de época, el reempedrado de las calles, la articulación del circuito Plaza Dorrego-Parque Lezama a través de la peatonalización de la calle Defensa los días domingos. A esto se suma el proyecto Balcarce-Chile –iniciado en 1991– que apunta a generar un polo de atracción complementario a la Plaza Dorrego y el establecimiento de una línea de créditos del Banco Ciudad para fomentar el asentamiento de jóvenes profesionales en el barrio. La plaza Dorrego, cubierta por las mesas de los bares de los alrededores, atrae a un público selecto compuesto por turistas y sectores medios8, excluyendo otros usos propios de un espacio público y a otros sectores del barrio que no tienen cabida en él. Los domingos, la fiesta de la feria de antigüedades “a cielo y tango”, pone en escena el espectáculo de la tradición para un turismo que consume y se regodea en una historia transmutada en exótica y espectacular. La cultura, impulsada en San Telmo a través del recurso a una historia fundacional inscripta en las calles del barrio, se refuerza con la presencia de los anticuarios, atelieres y artistas callejeros. A esto se suma la diversidad de la oferta turística; restaurantes y bares con identidad histórica, tanguerías, una oferta musical que incluye jazz, rock y salsa, el teatro y el espectáculo viviente en las calles. El Estado, a través de las Secretarías de Patrimonio, Turismo y Cultura, es el principal gestor de las políticas focalizadas que apuntan al embellecimiento barrial. Sin embargo, no es menor la influencia que en estas decisiones tienen otros actores privados – inmobiliarias, la asociación de anticuarios y comerciantes – que requieren estas transformaciones para llevar a cabo sus proyectos, y que actúan en relación con las posibilidades que el Estado promueve. Por último, los vecinos, incluyendo entre ellos a un colectivo heterogéneo que comprende a los ocupantes ilegales, los habitantes de hoteles pensión, los sectores medios del barrio, y a partir de 2001, las asambleas populares y vecinales que disputan los espacios así concebidos. El acontecimiento en el Abasto9: El 9 de Noviembre de 1998 quedó inaugurado en el antiguo edificio del Mercado de Abasto Proveedor de Buenos Aires el shopping homónimo. En efecto, la inauguración del centro comercial se constituyó como el punto cero de la renovación del barrio circundante. Es el acontecimiento que marcó el punto de inflexión en la historia reciente del barrio, que señaló el antes asociado con la 8 Durante este período se han producido reclamos por parte de algunos vecinos en defensa del carácter público de la Plaza Dorrego. Sin embargo, han tenido escaso poder de convocatoria en relación al barrio y sus reclamos no han encontrado eco en el Estado. 9 El barrio porteño del Abasto está ubicado muy próximo al centro de la ciudad, a sólo 20 cuadras del Obelisco por la Avenida Corrientes. El Abasto no es, strictu sensu un barrio reconocido oficialmente como tal sino que está comprendido dentro del barrio de Balvanera y en menor medida, de Almagro. No obstante retomamos la denominación Abasto que se encuentra consolidada en el imaginario urbano, y los límites que más se corresponden con las singulares características, físicas y simbólicas, de dicho espacio. La zona, entonces, está delimitada por la avenida Córdoba y las calles Ecuador, Billinghurst y J.D. Perón.

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delincuencia y la marginalidad y el después vinculado a las expectativas de reactivación y recuperación del barrio10. Los inversores tenían claro que la transformación del barrio tan degradado era fundamental para el éxito comercial del emprendimiento, por lo tanto se encaró el proceso de saneamiento y embellecimiento de la zona. Este proceso no sólo incluyó la construcción del shopping y sus proyectos anexos – torres jardín11, un hipermercado (Coto) y un hotel de cadena internacional (Holiday Inn) –12, sino que requirió también de la expulsión de los indeseables, es decir, todos aquellos que no eran considerados los habitantes legítimos del barrio como los ocupantes de casas tomadas. IRSA13, a partir de la compra del Mercado de Abasto y de los terrenos aledaños, fue el principal responsable de cambiarle la cara al barrio. Aunque se trató de una iniciativa privada, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires también jugó un papel protagónico, tal como quedó evidenciado en el evento de inauguración del que participaron no sólo los empresarios del emprendimiento sino también gobernantes, funcionarios y políticos. El Gobierno de la Ciudad capitalizó la iniciativa como parte del Programa de Recuperación de la Avenida Corrientes participando de la reactivación a partir de la peatonalización de la cortada Carlos Gardel, con la instalación del monumento al Zorzal Criollo y el arreglo de las calles circundantes. En los últimos años el Gobierno de la Ciudad tuvo una presencia importante en el barrio a partir del auspicio de los Festivales de Cine y de la presentación del MapAbasto14, de la organización de una edición de Estudio Abierto15 en el barrio y de otros tantos eventos relacionados con el tango y Gardel. El acontecimiento en Palermo Viejo16: Desde comienzos de la década del ochenta, Palermo Viejo comienza a cambiar su fisonomía. El tranquilo barrio de casas bajas se transforma a partir de la llegada 10 La historia del barrio fue, en gran medida la historia del mercado homónimo. A partir de 1893, año en que se inaugura el viejo Mercado de Abasto, la zona se convirtió en epicentro de una intensa vida comercial y cultural que giraba en torno al mercado. Algún tiempo después, se emprende la construcción del nuevo mercado – en cuyo edificio funciona hoy el shopping – que finalmente se inaugura en 1934. Cinco décadas más tarde, en las cuales el mercado funcionó activamente, fue trasladado, por ser considerado obsoleto, a La Matanza, en el Gran Buenos Aires. A partir de entonces, el edificio quedó vacío, así como el barrio que perdió su razón de ser. 11 Ver Welch Guerra, en este mismo volumen. 12 Ver Tella y Blanco, en este mismo volumen. 13 IRSA, Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima, cuyo principal accionista era el magnate húngaro-americano George Soros es uno de los ejemplos del boom de las inversiones extranjeras en la Argentina durante la década del noventa. La empresa se dedicó a la compra, reciclado y posterior venta o alquiler de inmuebles. De acuerdo al titular de tapa de Clarín el 14/7/1998: “Soros se quedó con todos los shoppings”, ya que con la compra del Patio Bullrich, sumado al Alto Palermo, Paseo Alcorta, Galerías Pacífico y el Abasto completaba la totalidad de los shoppings porteños. 14 Mapa histórico-cultural, creado a partir de la iniciativa de algunos vecinos e instituciones barriales, que contó con el apoyo del Centro de Gestión y Participación 2 Sur y de la Subsecretaría de Turismo. El dibujante y humorista Rep se encargó de la creación artística del mapa, tomando los datos que los mismos vecinos le aportaron. 15 Estudio Abierto es un evento cultural organizado por Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que se realiza periódicamente en algunos barrios, cuyo eje consiste en que los artistas de la zona abran sus ateliers al público. 16 Palermo Viejo se encuentra al Noroeste de la Capital Federal. Los límites que delimitan al barrio según el mapa comercial son desde la Avenida Santa Fe hasta la Avenida Córdoba y desde la Avenida Scalabrini Ortiz hasta la Avenida Dorrego.

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de nuevos habitantes atraídos por las ventajas que el barrio ofrece: casas bajas, menor densidad poblacional, frondosas arboledas, cercanía al centro. La característica más visible de este cambio es el reciclado de viviendas particulares de la mano de un progresivo recambio poblacional: en una primera etapa, principalmente arquitectos y con posterioridad, sobre todo a partir de los años noventa, son jóvenes, intelectuales y bohemios los que eligen este barrio para vivir. Es en la década de los ochenta que nace la Sociedad de Fomento de Palermo Viejo (1985) y se instala el bar “El Taller”, frente a la Plaza Serrano (luego rebautizada con el nombre de Julio Cortázar), pionero de esta nueva dinámica barrial. El barrio va adquiriendo un tinte bohemio y cultural del que carecía. Este proceso de transformación barrial, que arranca lentamente en los ochenta, cobra un nuevo impulso y toma nuevas direcciones en la década de 1990. En este período las transformaciones se orientan principalmente hacia fines comerciales, específicamente la apertura de bares, restaurantes, comercios. En síntesis, la tendencia dominante de los noventa apunta hacia la construcción de un barrio orientado a la producción de bienes y servicios relacionados con las áreas de la gastronomía, la indumentaria (la moda) y el diseño industrial. A fines de la década del noventa y principios de dos mil, a partir de la instalación de canales de televisión y de distintas productoras, una nueva zona nace en Palermo Viejo: aquella denominada Palermo Hollywood. En muy poco tiempo, esta zona se transformó en un sofisticado centro gastronómico de la ciudad en el que se concentran desde bares de tapas, de ostras, de cervezas importadas, restaurantes de sushi, de comida mediterránea, internacional, vietnamita. Bares donde se venden flores exóticas, adornos, locales con jardín, con terraza o patio17. Como veremos más adelante estas transformaciones se cristalizan en la producción de un mapa comercial, que desde su misma denominación – “Palermo Viejo/ Palermo Hollywood” – discute los límites barriales con relación a la cartografía oficial18. Así, Palermo Viejo, “Sensible” o “Soho” se halla entre la avenida Scalabrini Ortiz y Juan B. Justo, mientras que Palermo Hollywood – cuyo nombre remite a los canales de televisión y distintas productoras instalados en la zona – se halla entre la avenida Juan B. Justo y la avenida Dorrego19. En el primero, las referencias comerciales coexisten con las históricas, mientras que el segundo mapa, solo señala aquellos lugares destinados a la gastronomía. Los actores intervinientes en este proceso de transformación urbana son variados y heterogéneos, diversas organizaciones civiles y comunitarias – entre las cuales la más importante es la Sociedad de Fomento de Palermo Viejo –, aquellos que englobaríamos dentro del sector privado y las distintas secretarías gubernamentales (Turismo, Patrimonio, Cultura). Estas últimas participan activamente en el fomento y desarrollo de “estrategias de la cultura”20, organizando, por

17 La Nación, 10 de diciembre de 2001. 18 Los límites oficiales de este barrio son la calle La Pampa, la Avenida Presidente Figueroa Alcorta, Avenida Valentín Alsina, Zabala, Avenida Cabildo, Jorge Newbery, Cramer, Avenida Dorrego, Avenida Córdoba, Mario Bravo, Avenida Coronel Díaz, Avenida Gral Las Heras, Tagle, vías del ferrocarril Gral. Mitre, Avenida Jerónimo Salguero, Avenida Costanera Rafael Obligado. 19 En relación a las tensiones entre denominaciones y límites físicos, es interesante observar la propuesta presentada el 17 de noviembre del 2002 por el Gobierno de la Ciudad y la Casa Joven junto con el Club de Amigos, el Jardín Japonés, el Museo Sívori y el Planetario Galileo Galilei de una nueva denominación (que unifique Palermo Chico, Viejo y Hollywood) cuyo nombre es “Palermo Vivo”. Suplemento Radar, Página 12, 15 de diciembre de 2002. 20 Sobre este concepto sugerimos ver Lacarrieu, en este mismo volumen.

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ejemplo, visitas guiadas, declarando sitios de interés histórico y llevando a cabo programas culturales como Estudio Abierto21. El acontecimiento en el Pasaje Lanín22: En el año 2000 comenzó la obra que transformaría el pasaje Lanín. El cambio se inició, según comentaron algunos vecinos del lugar, con un plan desarrollado por la empresa Telefónica de Argentina, a partir de la colocación de árboles a lo largo de las veredas. Para otros vecinos, la transformación comenzó a partir de la colorida imagen de las fachadas pintadas con los motivos de los cuadros del artista plástico Marino Santa María23. Paralelamente a dichas transformaciones, el Gobierno de la Ciudad realizó trabajos de limpieza, arreglo de veredas y mejora de luminarias. Tales obras colaboraron a la nueva imagen de Lanín que incorporó un recorrido inédito para el barrio: el recorrido del color. Éste, a través de la fuerte marca que el color establece, se transforma en boleto de inclusión-exclusión. Como parte fundamental de la creación de este lugar, cabe mencionar el rol que desempeñan los vecinos, que apoyaron y cuestionaron al proyecto comandado por Santa María24. Otro actor importante es el Gobierno de la Ciudad, quién apoyó el proyecto incorporándolo a un sistema de lugares que conformarán “el recorrido del progreso”. Esto implica que el pasaje se vuelva visible y participe en el mapa oficial, convirtiéndose en el punto estratégico con plusvalor del barrio de Barracas. 3.- Los mapas de lo visible: Color, historia, diseño De acuerdo al Programa de Visitas Guiadas, editado por el Gobierno de la Ciudad en el 2000:

“Buenos Aires es una unidad armónica formada por distintas zonas que la destacan por su particular impronta. Cada barrio es una expresión única: la ubicación geográfica, su diseño urbano, su gente, sus costumbres, su ritmo”.

En esta línea, el mapa puede ser concebido como la marca de un determinado barrio que quiere incorporarse, desde su particularidad, al relato hegemónico de la ciudad. En cada uno de los casos trabajados, el mapa se construye apelando a la revalorización de aquello que hace del barrio un espacio único. Así, “el barrio deviene él mismo, por extensión, en una suma de experiencias únicas a ser vividas,

21 Según Silvia Fajre subsecretaria de Patrimonio Cultural: “nuestra idea es que la gente tenga la posibilidad de acercarse a la cultura un poco más desacralizada y que pueda acceder a lugares a los que no es fácil llegar”. La Nación, 10/9/ 2001. 22 La calle en cuestión se halla situada en el barrio de Barracas, al sur de la ciudad. Se trata de un pasaje que se extiende a lo largo de tres cuadras, comprendidas entre la calle Brandsen y la avenida Suárez. 23 Este tipo de arte denominado “arte público” significa, de acuerdo a lo señalado por el creador “toda manifestación de arte actual que tiene la gracia de instalarse fuera del museo o fuera de la galería. Sale de los lugares tradicionales de la plástica, de un museo, para instalarse afuera y transportarse a la ciudad y que, en este caso, tiene como soporte el muro”. 24 Resulta interesante contrastar lo sucedido en el Pasaje Lanin, con la participación que recientemente ha tenido Marino Santa María en el barrio del Abasto. Invitado por el Secretario de Turismo, Daniel Scioli (N.deE. actualmente Vicepresidente de la Nación), el artista plástico pintó las calles del pasaje Zelaya, siguiendo el estilo abstracto característico de Lanín. Pero, a diferencia de lo sucedido en Barracas, en el Abasto la obra no obtuvo una respuesta favorable y generó un contra – movimiento mural. De acuerdo al análisis realizado por María Carman (ver en este mismo volumen): “Lo interesante del caso reseñado es que aquí la red de vecinos, cuya práctica de participación se origina en una asamblea barrial, disputa la hegemonía y las “formas de hacer ciudad” al caudillo local – el ex campeón de motonáutica y actual político en ascenso Daniel Scioli – desde su propia forma de construir memoria, retomando emblemas vernáculos (el mercado, el tango, Gardel); si bien juegan su apuesta dentro del juego escogido por el otro: la pintura mural (...) La idea es diferenciarse de la operatoria de Scioli y armar calles temáticas en el barrio con murales pintados por artistas del barrio y otros especialmente convocados.”.

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o mejor aún: una experiencia irreductible a lo que uno podría vivenciar en otros espacios de la ciudad”25. Lo único en cada barrio toma distintos carices, es el color en el pasaje Lanín; es el diseño en Palermo Viejo; es la historia en San Telmo y Abasto. Los casos de Abasto y Palermo Viejo resultan emblemáticos en tanto son dos barrios que crean mapas a partir de sus respectivos acontecimientos. Es decir, dado que no constituyen barrios de acuerdo a la denominación oficial – ya hemos dicho que Abasto forma parte de Balvanera y Almagro, y que Palermo Viejo es sólo una parte de Palermo – sus mapas se originan a partir del acontecimiento. La recuperación del barrio del Abasto, a partir de la instalación del shopping y de sus proyectos anexos, en una zona tan cara a la historia de Buenos Aires y tan ligada a su música ciudadana – recordemos que en sus míticas cantinas y bares Carlos Gardel inició su carrera artística – lo hacía merecedor no sólo de su inclusión y marcación en los mapas de la ciudad26 sino también de la creación de sus propios mapas27. Sin embargo, los mapas que aparecieron no fueron los del barrio, sino más bien, los mapas del acontecimiento en el barrio. En ellos, el shopping siempre ocupaba el lugar más relevante, seguido de cerca por el hotel, las torres y los cines. Los mapas exclusivos para Palermo Viejo/ Hollywood surgen a partir de una iniciativa privada que acompaña y difunde la movida del diseño como nuevo atractivo de la zona: el mapa comercial visibiliza todos aquellos lugares destinados al consumo y al placer. Lo que hace que este barrio sea único es el modo en el que se organiza el consumo, es decir, se apela a que éste se vuelva una experiencia, personalizada, exótica, sensible28. Un consumo sofisticado, creador de moda y formador del gusto. En este sentido hallamos dos marcas de mapas: “Palermo” y “Saber a dónde ir: circuitos y tendencias urbanas, Palermo Viejo / Palermo Hollywood”. En ellos nos encontramos con información relativa a la gastronomía, restaurantes en los que se puede comer comida china, japonesa, italiana, brasileña, hindú; al diseño, desde la ropa de diseñadores jóvenes, hasta objetos para el hogar de diversos estilos – indios, modernos, kitch, minimales, barrocos –; y a la cultura – librerías de humanidades, eróticas, gays, de libros usados.

25 Ver Carman, en este mismo volumen. 26 Vale recordar que durante la segunda mitad de la década de 1980 y durante la década de 1990, la zona casi no tuvo atractivos turísticos ni comerciales – a excepción del teatro under, en espacios como La Galera, El callejón de los deseos y el mítico Babilonia – lo cual sumado a su fama de insegura hacía que fuera un área poco transitada. 27 A partir del proyecto del shopping en el ex Mercado de Abasto se produce un progresivo proceso de autonomización barrial que tiene que ver con el mayor status que va adquiriendo en el conjunto de la ciudad, proceso similar al ocurre con los avisos clasificados de los diarios, en donde se incluye un apartado para las propiedades de la zona, mientras que anteriormente se incluían en Balvanera o Almagro. 28 Sólo para dar un ejemplo respecto al lenguaje utilizado en los mapas y otras publicaciones, transcribimos una publicidad de la revista “Palermo Paseo” – Agosto 2002 – para que se vea cómo se plasma la marca, a saber, la preeminencia de lo único: “Palermo Paseo los invita a descubrir la belleza de este lugar que ha logrado preservar en su espíritu apacible y bohemio la esencia misma de Buenos Aires, al tiempo que reúne las últimas tendencias en diseño, moda, arte y gastronomía, rasgo propio de las urbes más elegantes y modernas del mundo. Nuestra revista intenta dar una mirada íntima y perceptiva de este lugar y propone un agradable paseo por uno de los barrios más atractivos de la ciudad”. Por otra parte, así describe “Palermo Paseo” un negocio de velas: “velas de la Ballena, nos invita a experimentar el placer de iluminar y perfumar nuestra casa con cautivantes perfumes y colores. Para crear momentos únicos, con luces tenues y sensuales, fragancias que embellecen nuestra percepción. Jabones de suaves aromas que acarician la piel. Para decorar los ambientes de la casa o para convertir una cena en un momento mágico”.

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En cambio, en San Telmo, barrio oficial y con un fuerte arraigo en el imaginario porteño, nos encontramos más que con la creación de un mapa, con la redemarcación del espacio barrial. La Plaza Dorrego29 tiene un papel clave tanto por ser el locus de la feria de antigüedades como por ser el eje a partir del cual los límites del barrio se dilatan o contraen para narrar la historia. Los proyectos implementados en estos últimos años tienen éxito en la medida en que son una extensión de ella: fundamentalmente apuntan a la consolidación del eje Defensa-Plaza Dorrego. Así, pese a los diversos intentos de expansión, el barrio se ve reducido a unas pocas cuadras en torno a la plaza en las que se concentra todo aquello que “no se puede dejar de ver”. Por su parte, el pasaje Lanín tiene la particularidad de incorporarse como hito turístico al mapa del tradicional barrio de Barracas a partir de su invención fundada en el color. “El color le dio vida a un pasaje que solía ser gris”, nos comentó una vecina, así como también se mencionan los árboles que se encuentran a lo largo de las veredas. Quienes habitan en Lanín mencionan que ambos factores (la pintada y los árboles) incidieron en la nueva imagen de la calle. La hipótesis de que el color visibilizó el espacio que antes se ocultaba bajo un gris que unificaba todo el barrio –incluidos los hospitales Borda, Moyano y las fábricas – parece corroborarse. La relación con Caminito en La Boca surge como inevitable y éste se convierte en objeto de disputa de aquellos que, involucrados con Lanín, procuran la construcción simbólica de la nueva calle. Caminito se convierte en el espacio referencial desde el cual ordenar, legitimar, disputar y hasta negociar el “Pasaje Lanín”. Sin embargo, Caminito también es el punto de conflicto respecto de la imagen no deseable para Lanín. Tanto Marino Santa María como los vecinos en su totalidad configuran sus discursos sobre el proyecto Lanín con una fuerte invocación a Caminito, éste acaba siendo el contraluz de aquél. Sin embargo, esa construcción no resulta unívoca. Para el artista plástico, la asociación con el paseo peatonal de La Boca se da por el color, no obstante, potenciando su visión diferenciadora, la distinción desde el denominado “arte público” le permite definir y vincular Caminito con la “modernidad urbana”, y a Lanín con la “ciudad posmoderna”. En cuanto a los vecinos, la referencia a Caminito suele ser objeto de controversia: quienes desean el cambio de imagen de Lanín a través del color pero no aspiran a una legitimación de la calle por medio del ruido y movimirento que se atribuye a Caminito, no esperan la instalación de ferias, comercios, situación que amplificaría el turismo pero eludiría la relevancia que para estos vecinos adquiere el lugar como espacio de la cotidianeidad; para otro pequeño sector de vecinos, Caminito es el punto máximo de aspiración, imaginando – en una analogía con los “recorridos del progreso” que han llevado adelante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y los privados en otros sitios –, un circuito-recorrido que aúne, como espacio practicado guiado por los designios de un relato específico, Lanín y Caminito. Ya hemos mencionado algunos atributos, como el color y el diseño, que crean marcas en los barrios. Sin embargo, aunque el recurso a la historia es fundamental en los ejemplos de Abasto y San Telmo, en todos los casos, en mayor o menor medida, la historia se presenta como legitimante de los nuevos lugares. Esta constante evocación del pasado también aparece plasmada en los mapas. 29 Declarada Monumento Histórico Nacional por haber sido la sede donde se ratificó la declaración de la independencia del 9 de julio de 1816.

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Mediante el recurso de mitos, leyendas y personajes se le otorga al barrio un plusvalor que crea y afirma una marca identitaria. Esta particular impronta es lo que hará al lugar diferente del resto de la ciudad consolidada. En el casco histórico de la ciudad, San Telmo, es la historia consagrada, cristalizada en el patrimonio, la que ilumina un recorrido de peso: el de una Buenos Aires colonial, que supo llegar a ser la “París de Latinoamérica”. Cualquiera de los mapas del circuito histórico turístico (se trate de los realizados por la Secretaría de Turismo o por el sector privado) sirven como ejemplo de la utilización de este recurso. Así, la referencia a la colonia y a las luchas independentistas, vale decir, los fragmentos del pasado barrial vinculados a la historia nacional memorable son los pilares de los recorridos marcados en el barrio. También en el caso del Abasto la historia tiene un papel central en la legitimación del lugar. A diferencia de San Telmo, que evoca fundamentalmente la historia nacional, aquí prima la referencia a una historia ligada al tango y a Carlos Gardel. La constante apelación al pasado noble del barrio y a su habitante más ilustre crean la marca identitaria del barrio, ese plus que otros barrios no tienen. Nada que quiera referirse al Abasto puede evitar la imagen de Gardel o cualquier referencia al tango30. En el mapa editado por el hotel Holiday Inn para su inauguración, sobresalen los ya citados nuevos hitos del barrio, pero sorprende la ausencia de cualquier otra marca histórica. Sin embargo, en otros mapas más actuales de la ciudad, como el mapa “Buenos Aires, ciudad de compras” auspiciado por la Subsecretaría de Turismo, las únicas referencias marcadas en la zona son el shopping – a veces con una pequeña foto – y el monumento a Gardel, sobre la cortada homónima. Incluso en uno de los pliegues de dicho mapa dedicado a los centros comerciales, el del Abasto aparece publicitado como el “más grande la ciudad para ir de compras, vivir el tango y conocer la historia de Buenos Aires”. En el caso de Palermo Viejo es interesante observar como al tiempo que prospera la apertura de espacios destinados al consumo, se intentan inscribir estos circuitos dentro de un marco que remita a la historia y la memoria. En este sentido, el cambio de la denominación de la plaza “Serrano” por “Julio Cortázar” en el año 1994 – a partir de una iniciativa de la Sociedad de Fomento de Palermo Viejo – y de la calle “Serrano” por “Jorge Luis Borges” en el año 1996 – por iniciativa del Gobierno de la Ciudad – da cuenta del proceso por el cual el patrimonio simbólico provee citas específicas para la consolidación del barrio. Estas citas son las únicas referencias históricas, junto a la casa en la que vivió J. L. Borges, que figuran en los mapas31.

30 Sería muy difícil realizar una enumeración que cubra siquiera una parte de los ejemplos existentes. Para citar sólo algunos podemos mencionar los nombres de las torres jardín (Carlos Gardel, Aníbal Troilo, Enrique Santos Discépolo – célebres tangueros), o la enorme foto de Gardel que cuelga en la esquina de Corrientes y Anchorena, decorando un local de la cadena de farmacias MS, o la particular decoración navideña que cada año imprime un toque tanguero, como el sombrero o un bandoneón en la figura norteamericana tradicional de Santa Claus. 31 Así son nombrados en los mapas: la fundación mítica de Buenos Aires: “...sobre Serrano luce una placa de bronce que recuerda ‘la fundación mítica de Buenos Aires’, escrita por Borges en 1927 y ocurrida según él, en Palermo, seguramente porque a media cuadra de allí, vivió con su familia hasta los catorce años de edad”; la Plaza Cortázar: “rincón de Palermo Viejo conmemorado al escritor argentino, donde se puede vivenciar la movida joven nocturna y diurna con sus bares literarios, cantobar, restaurantes, cafés temáticos y el especial encuentro en la feria del trueque. (se realizan visitas guiadas)”.

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Finalmente, en el caso de Lanín, fue el autor del proyecto, Marino Santa María, quien intentó generar un movimiento turístico que revalorizara el lugar apelando al color como su marca distintiva. Las pinturas, sin embargo, no dan cuenta del pasado ni de la historia del barrio sino que responden a una idea moderna y abstracta bajo el título de “arte público”. Aun así, este arte nuevo comienza a asociarse a lo memorial, lo perfecto, lo intachable de antaño, mostrándose en mapas de recorridos turísticos junto a puntos de la historia de Barracas32. Todos estos mapas construidos en torno a la historia, el color y el diseño instauran ciertos recorridos como dignos de ser transitados y admirados, los “recorridos del progreso”. Éstos, enmarcados en una lógica de producción urbana, son reconocidos y aceptados tanto desde instancias gubernamentales y mediáticas como desde la misma sociedad. Veamo8s ahora que pasa con todo lo que no muestran los mapas, aquello que intentan invisibilizar en su afán de redefinir la relación de fuerzas entre actores y espacios. 4.- Los “fuera de mapa” La apelación a la historia que opera en cada uno de estos barrios legitimando la marca que los distingue, no sólo hace visibles ciertos recorridos opacando otros, sino que también resalta una determinada versión de la historia en detrimento de otras posibles, tan legítimas como las escogidas. Como argumenta Carman en este mismo volumen, “en el mismo gesto en que se eligen ciertos elementos, objetos, personajes o pequeños próceres locales para ser exhibidos en la vidriera general de la ciudad, se accionan ciertos usos del pasado y del presente en detrimento de otros”. Uno de los ejemplos más claros al respecto tiene lugar en San Telmo, donde la “inflación de la memoria” alude solamente a la evocación del pasado fundacional mientras que ignora hechos relativos al pasado reciente, como por ejemplo, la última dictadura militar (1976-1983). Así, queda fuera del recorrido de lo visible el centro de detención Club Atlético33 (C.A.) también conocido como Comando Antisubversivo, cuyas excavaciones comenzaron a fines de 2001. Este ejemplo marca el fuerte contraste entre la historia armónica, casi mítica, que se quiere narrar con la crudeza de la otra historia del barrio: un centro de detención enclavado dentro de los límites del casco histórico34. El olvido de estas otras historias, va de la mano de la invisibilización de determinados actores sociales. En los cuatro casos estudiados, son los sectores populares y las zonas de cada uno de los barrios asociadas a ellos, los que indiscutiblemente quedan fuera de mapa. En el Abasto, por ejemplo, los ocupantes de casas tomadas, los inmigrantes de países limítrofes constituyen los invisibles del barrio, de un barrio que parece circunscribirse a las pocas cuadras iluminadas que separan el shopping del hotel y el supermercado de las torres. En palabras de Carman: “La

32 La mayoría de las visitas guiadas –como las que organiza el Gobierno de la Ciudad –, incluyen al pasaje Lanín dentro de los lugares representativos de Barracas. Las visitas suelen comenzar en la Avenida Montes de Oca, pasando por la Plaza Colombia, la Iglesia de Santa Felicitas y la fábrica de chocolates “El Águila”. 33 Entre enero y diciembre de 1977, en un edifico de sótano y tres plantas ubicado entre las calles Paseo Colón, Cochabamba, Azopardo y San Juan, funcionó uno de los centros clandestinos de detención y tortura que hubo en el país. Posteriormente fue demolido para la construcción de la autopista 25 de mayo. (según datos extraídos de un folleto de la agrupación de derechos humanos H.I.J.O.S) 34Sin embargo, también podríamos referirnos a otras historias que son olvidadas, que datan también de la colonia, como la esclavitud o los restos de asentamientos indígenas de los que nunca se habla.

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inflación de la cultura, la memoria y los tesoros locales no hace sino redoblar la invisibilidad de los sectores populares que en apariencia no ‘producen cultura’”35. En el caso de Palermo Viejo, también quedan fuera de mapa lugares característicos del barrio: gomerías, talleres mecánicos, mercerías, almacenes, tapicerías, clubes de fomento, es decir, todos aquellos comercios que no acompañan la nueva marca del barrio. Asimismo, quedan fuera distintos actores sociales, como por ejemplo, los jóvenes que no tienen acceso a la movida diurna y nocturna y se apropian de la placita, y las travestis y prostitutas. Para el caso de Lanín, como dijimos, el límite entre lo visible y lo invisible está claramente establecido por la frontera del color. Entonces, fuera de mapa quedan los “lugares grises” del barrio: los hospitales psiquiátricos Borda y Moyano, las fábricas abandonadas, algunas de las cuales están siendo recuperadas por el M.O.I. (Movimiento de Ocupantes e Inquilinos). Los conflictos al interior del barrio se visibilizan notoriamente. Por ejemplo, mientras algunos vecinos se muestran contentos con la incorporación de Lanín al circuito turístico de la ciudad, para otros esta mayor visibilidad es la causa de la llegada de gente no deseable36. Esta estetización del paisaje exacerba las disputas entre viejos y nuevos vecinos, redoblada por la presencia de casas tomadas a la vuelta del pasaje. Además, la marca del color también fue objeto de negociaciones. Si bien los dueños de las viviendas aceptaron el proyecto de Santa María expresaron sus opiniones y tuvieron injerencia en la elección final de los colores, vetando, por ejemplo, el color negro. La consolidación de los recorridos de lo visible entra en tensión con otras prácticas, usos del espacio e intereses de distintos sectores del barrio, tanto de los que se quieren invisibilizar como de que aquellos que tienen otras propuestas alternativas a los proyectos hegemónicos de los barrios. Así, la creación de estos mapas armónicos, encubre y oscurece la compleja trama de disputas y negociaciones sobre los que se construyen. En el caso de San Telmo, su mapa nos permite encontrarnos con los resabios de un pasado que por lejano parece carente de conflicto, en el que coexisten las primeras construcciones religiosas con los solares de los héroes de la independencia y con los más

35 Sin embargo, esto cambia notablemente a partir de Estudio Abierto, organizado en Junio de 2001, cuando las comunidades de extranjeros provenientes de países limítrofes pasan a ser visibilizados en función de su exotismo étnico. Por ejemplo, en dicho evento fueron promocionadas varias degustaciones de platos peruanos, una clase abierta de “Huayla del Perú”, entre otros. 36 Parte del problema lo genera el gobierno de la Ciudad, quien promueve proyectos de reubicación de familias en terrenos cercanos al pasaje Lanín, como es el caso de la ocupación de una antigua fábrica. Respecto al tema, un vecino sostenía: “...al MOI le han dado un crédito de un montón de guita y con eso ha comprado algunas fábricas. Después tienen que arreglar las fábricas y ellos le venden los créditos de vivienda a la gente... a los ocupantes. Y se tienen que instalar ahí. El problema en Barracas es que las cloacas no dan para que vivan tantas familias, las cloacas éstas no dan para sumar esa población, por un lado; y por el otro lado, la gente de Lanín y la gente de Barracas siente que no quiere recibir ese tipo de envíos, ¿no? Entonces eh... se congregan esas dos situaciones, de las cuales los vecinos, por racismo o por miedo o por lo que fuere, no quieren ese tipo de vecinos”. Cuando los vecinos de la zona se enteraron del proyecto del MOI, se dirigieron a Santa María con el fin de persuadirlo para que negociara con dicha organización el abandono del proyecto. De acuerdo a lo dicho por el artista plástico, algunos vecinos creyeron que él estaba de acuerdo con la iniciativa y por ello lo amenazaron con blanquear las casas, a menos que mediante su intervención se abandonara el proyecto. Finalmente, el conflicto se aplacó y Santa María respondió de la forma que los vecinos esperaban.

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recientes conventillos en los que habitaron los migrantes de comienzos de siglo37. En este contexto, la plaza Dorrego aparece como un espacio cooptado por los bares y la feria de antigüedades, excluyendo otros usos propios de un espacio público y a otros sectores del barrio que no tienen cabida en ella. Finalmente, en el barrio del Abasto, el mapa comercial generó una respuesta particular. A partir de una iniciativa de algunos vecinos, nació el “MapAbasto”. Dicho mapa, lanzado a fines de 2001, constituye lo que podría denominarse el mapa de la gente, de los vecinos, ya que fueron ellos mismos quienes instruyeron a su dibujante, Rep, respecto de la cartografía barrial. Este mapa, no sólo no toma como eje central al shopping sino que incluye también a los personajes reconocidos del barrio: a los visibles pero también a los que se pretende ocultar desde los mapas comerciales38. 5.- Instantáneas de una “ciudad en crisis” 39 A partir de los hechos de diciembre de 2001 se produce en los distintos barrios analizados la puesta en cuestión de la viabilidad del proyecto hegemónico de ciudad que se intentaba estructurar. Desde la irrupción espontánea de la gente en la calle el 19 de diciembre fueron tomando cuerpo diversas formas de acción directa, como la emergencia de asambleas vecinales, de comedores populares, clubes de trueque, ferias alternativas a las oficiales y la proliferación de cartoneros, que imprimen sus huellas a la ciudad. Estas marcas, lejos de ser aquellas características de la ciudad del progreso, revelan y acentúan los recorridos, hasta entonces invisibilizados, de la crisis. Si hasta ahora la gestión de cada uno de los barrios en torno a los ejes Turismo, Patrimonio y Cultura, pudo llevarse adelante contando con el acuerdo tácito de gran parte de los vecinos y enfrentándose sólo a una débil oposición que no pudo arraigarse en otros sectores de los barrios, a lo largo de este año nos encontramos con voces que enfrentan con fuerza este tipo de políticas. Una hipótesis que podríamos esbozar es que partir de los sucesos de diciembre, la emergencia de la acuciante problemática social sustituye a los proyectos culturales, hecho que pareciera manifestarse en muchas de las actividades y proyectos que están en la lista de prioridades de los distintos grupos surgidos – asambleas vecinales y populares, Movimiento de Trabajadores Desocupados, sociedades de fomento, etc. Tanto en San Telmo como en Palermo, las asambleas barriales ponen el eje en actividades ligadas al dominio de la vida material y no a su aparente cosmética patrimonial: comer, controlar los precios, curarse, proveer instrucción, reparar, abrigar. Del mismo modo, promueven acciones que apuntan a visibilizar aquellos recorridos y sectores que hasta ahora se encontraban invisibilizados.

37 El solar de French, la casa de Esteban de Luca, la desaparecida casa de la sargento Martina Céspedes, por mencionar algunos de los héroes patrios; como así también, la iglesia de Belén, la cárcel de mujeres, la escuela N° 22 Guillermo Rawson, la casa mínima, el gomero histórico de la plaza Dorrego, las magnolias lilifloras del colegio, antigua residencia betlehemitas, el conventillo de La Paloma. Y el tango, con su historia de malevos y compadritos, de arrabal marginal y violento, aportando su cuota de exotismo. 38 El dibujante Rep incluyó en el mapa a personajes del barrio tan disímiles como por ejemplo: boliviano, artista, ex – changarín, judío ortodoxo, etc. 39 Dada la contemporaneidad de los cambios que se vinieron desarrollando desde fines de 2001, sólo podemos aprehenderlos desde una mirada exploratoria sin animarnos a sacar conclusiones definitivas. Lo ocurrido nos suscita, al menos hasta ahora, más preguntas que respuestas, más dudas que certezas.

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Así, las ferias del trueque y las ferias alternativas a las oficiales se cruzan con aquellas otras orientadas al turismo. Es el caso del circuito turístico santelmino en el que coexisten la tradicional feria de antigüedades con las más recientes ferias del trueque, de usados y de artesanías. Un claro ejemplo es la feria del trueque y de usados promovida por la asamblea de vecinos de México y Chacabuco, ubicada primero bajo la autopista en Defensa y San Juan, y luego trasladada al Pasaje Giuffra. Desde que se instaló, esta feria se enfrenta a la férrea oposición de la tradicional asociación de anticuarios de San Telmo, para quienes su presencia prostituye el barrio histórico. Sin embargo, quienes la sostienen defienden su derecho a utilizar el espacio público y la potencialidad del barrio histórico para hacer frente a la situación de desempleo. La Plaza Dorrego se erige en escenario de disputas post Diciembre. A partir de la ocupación de ese espacio por la asamblea San Telmo-Plaza Dorrego, comienza a ser usada por sectores populares del barrio que, protegidos bajo la bandera de la asamblea, instalaron una feria de alimentos, ropa usada y artesanías que funciona los días de semana (luego de una negociación entablada con los anticuarios quienes mantienen el uso del día domingo). También la plaza ha sido sede de fiestas populares, con choripanes incluidos, pese a las protestas de comerciantes y anticuarios, hasta este momento principales decisores en torno a este espacio público. Un claro ejemplo de cómo aquello que hasta ahora era invisibilizado pero que a la vez se autoinvisibilizaba comienza a hacerse visible por la acción de los propios sujetos, es el Patronato de la Infancia. En noviembre de 2002, el gran edificio situado en Balcarce y Humberto Iº, esquina que remata el circuito turístico dominguero, hasta ahora ausente de las visitas guiadas, y oscurecido por la fama de peligroso y usurpado, ha adquirido un grado de visibilidad importante. A partir de la ultima amenaza de desalojo, el Patronato se ha llenado de banderas que denuncian al jefe de gobierno y a las autoridades de promoción social como responsables del deterioro del edificio, se suman a éstas las banderas de asambleas barriales, organismos de derechos humanos, partidos que apoyan su lucha. Además, los habitantes del edificio están comenzando a blanquearlo, a organizar fiestas en la calle con miras a recaudar fondos para recuperarlo. De esta manera, el Patronato, emblema de lo invisible barrial, se incorpora por su propia acción a los circuitos de lo visible40. La Asamblea Vecinal Plaza Palermo Viejo se instala en un ex mercado municipal41, –al que la Asamblea considera patrimonio histórico– ubicado en Gurruchaga y Nicaragua, que permanecía cerrado desde 1994. Los vecinos, luego de negociar con las autoridades del Gobierno de la Ciudad, consiguieron temporalmente la

40 En los meses que transcurrieron entre la finalización de la escritura de este trabajo y las últimas instacias de corrección del mismo, la situación del Patronato de la Infancia cambio drásticamente. A pesar de largas negociaciones y nuevos fallos judiciales que ponían en cuestión la emergencia edilicia, el 25 de febrero de 2003 el Patronato fue violentamente desalojado, quedando como saldo más de 80 detenidos entre los que se contaban menores, discapacitados y embarazadas, 13 detenidos heridos derivados al Hospital Argerich. La situación actual legal de los ex habitantes del patronato sigue siendo confusa y se continúa disputando la propiedad por vía legal. 41 Sobre el predio sostienen “es fácil oponer esta imagen [se refieren a la recuperación del predio por parte de ellos] a aquella que hemos visto durante años en Nicaragua y Gurruchaga: el predio abandonado a la mugre y a las cucarachas, como emblema de la inoperancia y la corrupción de la clase dirigente responsable del desmantelamineto del país. Las ruinas las hicieron ellos. Nosotros para construir lo nuevo, demolemos las ruinas”.

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cesión del predio. En él, además de los encuentros periódicos de los asambleístas, funciona actualmente un merendero, y se realizan distintos espectáculos artísticos gratuitos. Ante la visibilización de estas voces, surge el interrogante acerca de si éstas podrán poner en cuestión el modelo de ciudad del progreso y sobrevivir sin ser cooptadas por el discurso oficial. Paradójicamente a pesar de ser contestatarias, a partir de la visibilización de los lugares y prácticas estas voces intentan ser incluidas en los recorridos del progreso, específicamente en clave turística: las asambleas, piquetes y otras formas de protesta social forman parte de un nuevo circuito turístico que los banaliza, el turismo de la crisis. 6.- Conclusiones Los mapas de lo visible existen en tanto en cada barrio ciertos recorridos privilegiados pretenden mostrar una ciudad próspera, la ciudad del progreso digna de un mundo globalizado. Sin embargo, esta presencia denota necesariamente una ausencia, la de los mapas de lo invisible, recorridos de aquellos sectores fuera de mapa, que aunque sean ocultados, existen y habitan los barrios. Los mapas de lo visible, aún sin proponérselo señalan la ausencia de otros recorridos, ya que éstos sólo existen en tanto hay algo que deben invisibilizar, y viceversa. Desde nuestra perspectiva, esta invisibilidad de ciertas zonas, sectores sociales, historias, no hace más que marcar la ausencia de políticas de contenido social que, al tiempo que permitirían equilibrar las diferencias al interior del escenario barrial, rearticularían con otros acentos los mapas de lo visible. El objetivo central de nuestro aporte es mostrar que esta política de la no política, que solamente focaliza determinadas zonas y aspectos de los barrios en referencia al turismo y a la exaltación del consumo y del estilo de vida neoliberal, no hace más que promover el deterioro urbanístico y social de todo aquello que no responda al ideal de armonía y belleza hegemónico. Los llamados “recorridos de la crisis”, sabemos, no nacen en diciembre de 2001. El cuestionamiento a proyectos anteriormente aceptados acríticamente y la irrupción de los invisibles, no es tanto el surgimiento de algo nuevo, sino más bien la puesta en escena de algo que se mantenía oculto tras el manto de la aparente prosperidad neoliberal. Sin embargo, los cambios que se produjeron implicaron cambios en las formas de vivir los barrios. Desde entonces, los fuera de mapa no hacen sino, irónicamente, extenderse ad infinitum y por la propia fuerza de sus protestas, creando a su manera un mapa con tanta fuerza como aquellos que se intentan consolidar desde los recorridos del progreso. Quedará por ver, de ahora en adelante, si resisten autónomamente, si son absorbidos o suprimidos por los discursos oficiales.

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