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Año XXXVIII – Número 37 – Ciclo B – 1 de Julio de 2012 DOMINGO XIII ORDINARIO PRIMERA PAGINA Este es el correo electrónico que mandé a parte de mi familia el sábado 14 de Abril: “¡QUERIDA FAMILIA! Gracias a todos por vuestra presencia y vuestra fuerza, que llega a mi para serenarme y darme paz. Como ya sabéis, cuando volví del viaje de estudios, me encontré con mi madre ingresada, pues bueno, lo que parecía no tener importancia se ha materializado en un cáncer de páncreas.

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Año XXXVIII – Número 37 – Ciclo B – 1 de Julio de 2012

DOMINGO XIII ORDINARIO

PRIMERA PAGINA

Este es el correo electrónico que mandé a parte de mi familia el sábado 14 de Abril:

“¡QUERIDA FAMILIA! Gracias a todos por vuestra presencia y vuestra fuerza, que llega a mi para serenarme y darme paz.

Como ya sabéis, cuando volví del viaje de estudios, me encontré con mi madre ingresada, pues bueno, lo que parecía no tener importancia se ha materializado en un cáncer de páncreas.

Después del primer impacto, nos ofrecieron la alternativa de una operación larga, complicada, y con riesgos, como única alternativa a no hacer nada y dejar que el cáncer siga su curso. Ella, que es una mujer valiente, ha decidido operarse,

así que el próximo martes operan a mi madre. Después del nerviosismo y la angustia, ha renacido en mi una paz y una serenidad que me asombra (no se cuanto durará, pero se que es posible)

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Nunca es buen momento para despedirte de los que amas, incluso para los que somos creyentes. Deseamos egoístamente que nos acompañe siempre aunque sabemos que le espera el AMOR CON MAYÚSCULAS, ese que, con toda seguridad, no somos capaces de darle.

Ella está muy tranquila, con una paz que conmueve. Con ganas de luchar pero, según sus palabras, "si ha llegado la hora, que sea. He vivido mucho y estoy contenta con mi vida. Tengo una familia maravillosa que me quiere y a la que quiero. Creo en Dios y la perspectiva de mi encuentro con él, también me llena de gozo. No tengo miedo a la muerte, sí al dolor. Lucharé... y que sea lo que Dios quiera"

Bueno, con una pedazo de madre así, ¿qué puedo hacer salvo emocionarme y acompañarla en su esperanza? No seré yo quien rebaje su esperanza y su fuerza.

Yo rezo, le pido a Dios que desde mi egoísmo me la deje un poco más, pero se que su voluntad será lo mejor para ella, que viva su "prórroga" o que muera aunque mi ser humano sufra su pérdida. Os hablo desde el corazón pues desde la cabeza todo está claro, y al fin y al cabo... ¡sois especialistas en amor!

Los que seáis creyentes, rezad el martes por ella; los que no, mandadle toda la energía que podáis recoger de la fuerza de la vida y el amor.

Para mí, os pido que mandéis la paz y la alegría que sois capaces de generar, repartir y regalar.Sé que estáis conmigo. Gracias por el regalo de vuestra amistad”

Lo reproduzco aquí no solo por comunicar una situación vital vivida desde la fe, sino porque de la fe habla el evangelio de hoy. ¿Cómo transmitir lo vivido y sentido durante 7 horas de operación, 10 días de hospital y su recuperación en casa?

Fe lo llamaría yo, pero FE, de ponerme y, sobre todo, ponerla a ella, en manos de Dios. Fe de pedirle que, egoístamente, me la deje un poco más, fe de saber que pasara lo que pasara Dios estaba ahí, conmigo, con ella.

FE, de una mujer que asumía mejor que yo el ciclo vital, y que se abandonó en manos de Dios con paz, serenidad y esperanza.

No fue fácil “tocar su manto” y esperar.

Aunque comenzamos a vivir la enfermedad en plena Semana Santa, unidos a su dolor y a su pasión, resucitamos en Pascua con él, con su fuerza y su amor. Hemos resucitado, como la hija de Jairo, no sé si es porque supimos “echarnos a sus pies”, más bien creo que su voluntad fue hacer renacer la esperanza en nuestros corazones.

Ya sé lo que es la Pascua; este año la celebramos desde la carne, desde los huesos, desde los deseos, los llantos y la alegría.

Ya sé lo que es la acción del Espíritu, esa fuerza interior y extraordinaria que te hace fuerte ante la adversidad haciéndote hablar “lenguas” que no conocías y con el corazón apretado decir con paz y una sonrisa en la cara: “tranquila, mami, estamos aquí”

CONCHA [email protected]

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DIOS HABLA

SABIDURIA 1,13-15; 2,23-25

Dios no hizo la muerte, ni goza destruyendo a los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo impera en la tierra. Porque la justicia es inmortal. Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella.

II CORINTIOS 8,7.9.13-15

Hermanos: Ya que sobresalís en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el cariño que nos tenéis, distinguíos también ahora por vuestra generosidad. Porque ya sabéis lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. Pues no se trata de aliviar a otros, pasando vosotros estrecheces; se trata de igualar. En el momento actual, vuestra abundancia remedia la falta que ellos tienen; y un día la abundancia de ellos remediará vuestra falta; así habrá igualdad. Es lo que dice la Escritura: «Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco no le faltaba».

MARCOS 5, 21-43

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva». Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos, y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente, preguntando: «¿Quién me ha tocado el manto?» Los discípulos le contestaron: «Ves como te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”» Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud». Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?» Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe». No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida». Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

EXEGESIS

PRIMERA LECTURA

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Seis versículos de este libro novedoso, optimista, culto, conocedor de la literatura hebrea y griega… es demasiado poco para, como prólogo, condensar los largos discursos de profunda reflexión sobre la auténtica sabiduría y sobre todo, sobre la justicia. Ha escuchado el autor de este libro lo que filósofos bíblicos y griegos han dicho sobre el valor de la vida, los valores que se cotizan en la sociedad, las perplejidades sobre aquello que motiva el trabajo del hombre bajo el sol, o el premio al trabajo o la virtud frente a la ‘suerte de los malvados’. Ha leído sobre todo a Qohelet (Esclesiástico) y Job; le rodea en Alejandría probablemente un ambiente de búsqueda de la sabiduría, que ha convertido la acumulación de conocimientos en base de sabiduría para la vida. Por eso trata de dar respuestas novedosas y coherentes con la sabiduría con que él cuenta en estos momentos aparte su formación: su fe y su confianza en la Sabiduría de Dios y una optimista visión de la vida que brota de su convencimiento sobre la inmortalidad del ser humano.

La lectura de hoy la componen tres versículos del cap.1 y tres del cap.2. Una hermosa inclusión: “Porque la justicia es inmortal” (c 1,15), y “Dios creó al hombre para la inmortalidad” (c.2, 23).Entre medio, una larga exposición tratando de desactivar los argumentos de quienes, no creyendo en la inmortalidad ni del hombre ni de la justicia (o mejor, de quienes no creyendo en la inmortalidad del hombre, ven imposible que les alcance la justicia). Esta experiencia les lleva, a los impíos, a basar su vida y su relación con los demás sobre la base de que no habiendo inmortalidad, este mundo no puede salvar la justicia. Y por tanto, todo me está permitido.

Por una parte la brevedad de la vida invita a disfrutar sin freno de cuanto ofrece de placentera: “Nuestra vida es el paso de una sombra y nuestro fin, irreversible” (1,5ª) “¡Venga! a disfrutar de los bienes presentes, a gozar de las cosas con ansia juvenil, a llenarse de vino y de perfumes” (1,6).

A continuación se desparrama en principios de vida, por desgracia, de tan clara actualidad que estremecen: “Coronémonos con capullos de rosa, antes de que se marchiten (el culto a lo efímero v.8); que no quede pradera sin probar nuestras orgías (daremos hasta con el Amazonas según noticias, v.9); dejemos en todas partes recuerdos de nuestra alegría (el culto a ser espectáculo y al ruido, v 9b); …y como esto tiene su precio habrá que buscar quien lo pague: “Atropellemos al justo que es pobre, no nos apiademos de la viuda, ni respetemos las canas venerables del anciano (v 10), que sea nuestra fuerza la norma del derecho, pues lo débil –es claro- no sirve para nada” (imperialismos de siempre, los votos cautivos que se declaran fuerza de ley (v 12). “Acecharemos al justo que se opone a nuestras acciones… (v 13)”. “Así discurren y se engañan porque los ciega la maldad” (v 21).

La conclusión del autor de Sabiduría es todo lo contrario: hay vida y hay justicia; y el justo será reivindicado por Dios y la justicia alcanzará a los justos para salvación y a los impíos para muerte.

Y si está claro que, siendo el hombre inmortal e inmortal la justicia, todo lo anterior referido a los impíos no tendría sitio ni para pensarse, ¿de dónde sale esa ignorancia?. Sólo una explicación concuerda con que esta situación de desprotección de la vida y la justicia se haya implantado en la tierra: el pecado.

Esa raíz pervierte todos los valores, el diablo arrasa el mundo con la envidia que lleva a la muerte. Vale la pena releer esta primera lectura del Libro de la Sabiduría: pero el texto completo intermedio Sab 1,13-2,24.

Así se comprende mejor, en contraste con el malvado pensando todo el día a quién acechar, la paz que dimana la vida de un justo pendiente todo el día de a quién curar y hacer vivir: la jornada de Jesús en Cafarnaún del evangelio de hoy que ‘pasa haciendo el bien’ a los oprimidos y transmitiendo paz: “No temas; basta que tengas fe”; “Vete en paz y con salud”.

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TOMÁS RAMÍ[email protected]

SEGUNDA LECTURAToda la elevada teología de San Pablo no le impide tener los pies sobre la tierra. Buen ejemplo de ello es la perícopa de hoy. Bien sea que se trate de un billete aparte, incorporado luego a la carta principal o que formara parte de ella desde un principio, Pablo toca el tema del dinero.

Había tomado como una tarea de su vida ayudar a la comunidad de Jerusalén que se encontraba en una situación económica difícil. En esta ocasión se dirige a los corintios para pedirles su colaboración en esta tarea.

Es importante percibir la motivación ofrecida por el apóstol para algo que hoy en día también han de seguir haciendo, sobre todo agentes pastorales. Pablo apela a lo más hond de la fe: el vaciamiento de Cristo y su empobrecimiento en su vida moral. De un modo semejante los cristianos han de proceder en su medida. El mismo Señor impulsa a la comunicación de bienes a quienes quieren ser como Él. Esta es otra de las motivaciones de Pablo.

Es obvio que la fe no se debe quedar en mera interioridad, sino que se ha de traducir en obras concretas. Y tan concretas como los dineros.

Habría mucho que aprender de este modo de ejecutar tareas, a veces incómodas, pero pertenecientes al amor cristiano.

FEDERICO [email protected]

EVANGELIO1. Aclaraciones al texto V.22 Un jefe de la sinagoga. Personaje local prominente, encargado de asegurar el orden externo en la celebración del culto. Echarse a sus pies. El gesto es más que de sola cortesía; es de adoración a alguien divino.V.23 Mi niña. Lenguaje de la intimidad familiar. Mi hijita, en traducción literal del original griego.V.26 Flujos de sangre. La gravedad de las hemorragias se desprende de su duración (doce años). V.33 Asustada y temblorosa se le echó a los pies. El mismo gesto de adoración del jefe de sinagoga. Asustada y temblorosa: no se trata del temor y temblor causado por una acción mal hecha (temor psicológico), sino del temor y temblor por la cercanía y el contacto con lo divino (temor religioso).V.36 No temas. Imperativo habitual en escenas de revelación divina. Basta que tengas fe. Es preferible mantener la secuencia del segundo imperativo en las palabras originales: ¡Sólo ten fe!V.38 Alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Plañideras y flautistas eran requisito imprescindible de todo entierro judío. Incluso el más pobre en Israel contaba con no menos de dos flautistas y una plañidera.V.42 Tenía doce años. La indicación de la edad indica que es todavía una niña. Hasta los doce años y medio una muchacha era inhábil para contraer matrimonio. Se quedaron viendo visiones. Reacción típica a la vivencia de algo extraordinario.

2. TextoEn el intenso movimiento de gente que Jesús generaba en torno a él, destacan Jairo y una mujer anónima.

Jairo era persona conocida y padre. Sus palabras desvelan su intimidad de padre, su tragedia de padre por su hijita en las últimas, su esperanza de padre. Y Jesús fue con Jairo. Algo había en las palabras de Jairo que impelió a Jesús a ir con Jairo.

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¿Qué había en ellas? ¡No tengas miedo! ¡Sólo ten fe! Sí, en las palabras de Jairo había fe en Jesús. Esta fe impelió a Jesús a ir con Jairo. Cuando llega la noticia de la muerte de la hijita, Jesús hace explícita esa fe de Jairo y le pide que se mantenga en ella sin miedo.

A partir de aquí Jesús es fuerza divina de vida. Él se sabe poseedor de esa fuerza, la cual nada tiene que ver con prepotencia ni con exhibición. Jesús ordena todo desde el más serio y profundo pudor. Sin multitudes, sin alaridos; en la intimidad familiar natural (padre, madre) y en la intimidad familiar de la fe (Pedro Santiago y Juan). Y así, en un ambiente de fe, es efectiva la palabra de vida de Jesús: ¡Niña, levántate! A pesar de las risas y burlas externas.

La segunda persona que destaca dentro del movimiento de gente en torno a Jesús es una mujer anónima, desconocida, sin esperanza médica para sus incesantes hemorragias. Ella ha oído hablar de Jesús y alberga la total creencia de que Jesús está cargado de fuerza curativa divina y de que el solo contacto con la ropa de Jesús le bastará para curarse. Así lo hace y así acontece. Ella nota su curación y Jesús nota que la fuerza divina le ha convulsionado. La situación sigue sorprendiendo hoy, como sorprendió entonces: ¡Ves como te apretuja la gente y preguntas quién te ha tocado! El equivalente a las risas del caso de Jairo, aunque sin el componente burlesco de ellas.

Pero Jesús tenía razón y así lo hace público la mujer, compartiendo el mismo gesto de adoración de Jairo. También aquí la fe hizo posible el milagro. ¡Hija! Tu fe te ha curado. La interpelación cariñosa y familiar tiene la misma función que el no tengas miedo dicho a Jairo. 3. Comprensión actualizante Tener fe en Jesús, abrirse a él, fiarse absolutamente de él, depositar en él toda la confianza. ¿Por qué hacerlo? Porque es Dios. Jairo y su esposa, la mujer anónima curada, Pedro, Santiago y Juan así lo experimentaron incontestablemente. De la experiencia divina de estas seis personas no se puede dudar con fundamento.

Al que se abre a Jesús, Jesús lo va librando de miedos y lo va fortaleciendo en confianza y seguridad.

Por supuesto, nunca faltarán quienes se rían y burlen del creyente en Jesús.

ALBERTO [email protected]

NOTAS PARA LA HOMILIA

Sobre el fondo de la vida de los dos grandes profetas Elías y Eliseo (2 Reyes 4, 25-37; 1 Reyes 17,17-24), el evangelista nos transmite la revelación de Jesús. Según estos textos, aquellos dos profetas realizaron cada uno el milagro de resucitar un muerto.

Jesús recoge y supera la actuación de los profetas que le precedieron, para llevar a término el proyecto salvador de Dios. La experiencia pascual de la comunidad cristiana manifestó a sus discípulos la gloria de Jesús, como vencedor de la muerte y testigo del amor del Padre.

En concreto este evangelio nos presenta dos casos de extrema necesidad. La muerte había entrado en casa del jefe de la sinagoga para llevarse consigo a su hija de doce años. Doce años llevaba también una mujer enferma padeciendo y gastando con médicos inútilmente.

La salvación que Jesús regala a ambas, va precedida de una admirable fe. El padre de la niña confía en Jesús y le pide que entre en su casa: “Se echó a sus pies, rogándole con insistencia”. La otra mujer tiene que sacar todo su ingenio para acercarse a Jesús sin ser notada, para evitar que Jesús quede contagiado de su impureza. “Acercándose por detrás entre la gente, le tocó el manto”.

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En ambos casos Jesús es muy complaciente, acude sin hacerse rogar y transmite con abundancia la vida que rebosa en su interior. La fe de sus pacientes es la que permite que el caudal de gracia y de vida que el Padre ha depositado en su Hijo para nuestra salvación, se comunique generosamente.

Cuando Dios da, no es escaso, dice un proverbio castellano. La libertad de Jesús rompe y supera las estrecheces de la Ley de Moisés, que no permitía contacto alguno con aquella mujer enferma. No sólo se deja tocar, sino que deja fluir instantáneamente la salud por sólo un leve contacto con la punta de su manto.

Para que nosotros experimentemos con la misma abundancia la salvación que Jesús resucitado puede darnos, necesitamos tener la misma confianza en Él que tuvieron esos testigos de su bondad. Las situaciones extremas ayudan a buscar en Dios la salvación que los humanos no pueden dar. El dolor y la angustia, los trabajos del Reinado de Dios, la enfermedad, la muerte y tantos otros momentos importantes de la vida, en los que hemos de emplear a fondo toda nuestra responsabilidad, son una ocasión excelente para experimentar que “Dios me escuchó, y atendió a mi voz suplicante”. Salmo 65, 19.

LORENZO [email protected]

PARA CONSIDERAR Y REFLEXIONAR EN GRUPOS

«Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud» (Mc 5, 34)

Preguntas y cuestiones ¿He sufrido alguna situación extrema como la que pasó la mujer del evangelio de hoy?

¿He conseguido tener en Dios la misma confianza que tuvo aquella mujer?¿Puedo decir yo también que mi fe me está salvando?¿Cómo puedo conseguir tener tanta fe como aquella mujer?

PARA LA ORACIONSeñor Jesús, tú te compadecías de los enfermos y de todos los que sufrían por cualquier mal. Hoy acudimos a ti, cargados con el peso de tantas necesidades y problemas de nuestros hermanos y nuestros.Pero venimos con la confianza que nos inspira tu bondad. La necesidad más urgente que sentimos es la de conocerte en profundidad y seguirte por los caminos de la vida con amor y coherencia.Danos, Señor, los dones de tu Espíritu para ser tus testigos en medio de nuestro mundo.

--------------------------------------------Sobre la mesa del altar ponemos, Señor, la vida de todos nuestros hermanos con sus inquietudes, proyectos y miserias.Mira con amor la realidad de nuestro mundo y danos tu Espíritu para que transforme nuestro barro y lo llene a rebosar con sus dones.

--------------------------------------------Al escuchar, Padre, la vida de tu Hijo Jesús, sentimos necesidad de alabarte y darte gracias.Gracias a Él te conocemos y experimentamos tu amor y tu bondad. Su vida es para nosotros una luz que nos abre los misterios de tu misericordia. Su persona es el camino que nos acerca a Ti. Su Espíritu nos conduce hacia la plenitud de la verdad.Gracias, Padre, porque al resucitarle de entre los muertos, nos abriste las puertas del cielo y nos invitaste a gozar eternamente de la salvación.La vida nueva que por Él nos has comunicado, nos constituye en hijos tuyos y hermanos entre todos nosotros.

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Gracias, Padre, por la misión que nos encomendaste y que con tu ayuda tantos apóstoles han conseguido realizar.Entre nosotros están los testigos de Jesús que nos sirven de profetas y referentes para nuestra conversión.Nos unimos con alegría y gratitud a los que ya llegaron a la patria y que te están alabando por toda la eternidad.

--------------------------------------------En esta celebración de la muerte y resurrección de Jesús, hemos recibido también nosotros una parte de la salvación que recibieron las dos mujeres del evangelio que hemos escuchado.Ayúdanos, Señor, a quererte tanto como te quisieron ellas. Así podremos ser tus testigos en nuestro mundo.

LA MISA DE HOY

MONICIÓN DE ENTRADAAcerquémonos, hermanos, a la fuente de la gracia que está en Jesús, para recibir con abundancia la salvación de nuestros males.Nuestra fe en él, conseguirá como a los necesitados del evangelio, que nuestra vida cambie después de encontrarnos con el Señor.Sintámonos hermanos en la fe que se acercan a la casa del Padre para darle gracias y presentarle la situación de nuestro mundo y la de cada uno de nosotros.

SALUDOLos consuelos de Dios y la alegría del Espíritu Santo estén con todos vosotros.

ACTO PENITENCIALDios sabe de qué barro nos hizo, por eso confiamos en su misericordia.

- “Los humanos se acogen a la sombra de tus alas”. (Salmo 36,8). Señor, ten piedad.- “Señor, no te cierres a mi súplica”. (Salmo 55, 2). Cristo, ten piedad.- “Oh, Dios, piedad, que me refugio en ti”. Señor, ten piedad.

El Señor tenga piedad de nosotros, nos perdone y nos llene de sus consuelos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURALa primera lectura nos muestra la bondad que el Creador ha derramado en todas las creaturas.La presencia de Dios y su belleza podemos contemplarla en la naturaleza de las cosas, en toda la creación y en todos los seres.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 29)

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.Tañed para el Señor, fieles suyos; dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante, su bondad de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

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MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURASan Pablo recibió el encargo de ayudar económicamente a la comunidad de Jerusalén, considerada entonces como la más importante por hacer comenzado allí la Iglesia.Cumplió este encargo organizando una colecta entre todas las comunidades fundadas por él. Quiso que así todas las comunidades se sintieran unidas en la misma fe, tanto las de los judíos como las de los gentiles.Para estimular su generosidad propone el ejemplo de Jesús que se hizo pobre para enriquecernos a nosotros.

MONICIÓN A LA LECTURA EVANGÉLICAEsta página del evangelio nos presenta a Jesús como terapeuta eficaz, sin necesidad de esforzarse para vencer el mal.La curación sale de él con toda naturalidad, como se derrama el agua de una fuente.

ORACIÓN DE LOS FIELESPresentemos al Padre las necesidades de todos los hombres junto con las de nuestra comunidad y las de cada uno de nosotros.Respondamos: Escúchanos, Señor.

- Guía, Señor, las mentes de los gobernantes para que organicen el mundo desde la justicia y la paz. Oremos.

- Escucha, Padre, los gritos de tantos que sufren porque no tienen lo necesario para llevar adelante a su familia. Oremos.

- Mira, Padre, a tantos niños que sufren hambre, torturas, enfermedades o muertes evitables. Oremos.

- Atiende, Padre, el malestar de tantos obreros que han quedado sin trabajo a causa de esta crisis. Oremos.

- Ayuda, Padre, a todos los cristianos que están comprometidos en conseguir un mundo más humano y más feliz. Oremos.

- Ayuda, Padre, a todos los educadores para que enseñen los valores verdaderos y preparen una sociedad mejor. Oremos.

- Mira, Padre, a tantos jóvenes que tienen que irse al extranjero para buscar trabajo. Oremos. - Ayúdanos, Señor, a tener una fe que influya de verdad en nuestra vida. Oremos.- Conduce, Señor, a todos los difuntos a la luz que tú habitas para que gocen contigo

eternamente. Oremos.Recibe, Padre, estas peticiones que te presentamos confiando en tu poder y en tu bondad. Por Jesucristo nuestro Señor.

CANTOS PARA LA CELEBRACION

Entrada. Cristo nos da la libertad (1 CLN-708); El Señor nos ha reunido junto a El (Del grupo Kairoi, disco ‘Vive’); Un solo Señor (1 CLN-708); Dios está aquí (de A. Gacias en el nuevo Cd titulado ’20 canciones famosas para las celebraciones’); Que alegría cuando me dijeron.Salmo. Te ensalzaré, Señor (1 CLN-506).Aleluya. (1 CLN-E 3).Oración de los fieles. (1 CLN-G 1)Ofertorio. Llevemos al Señor (del reciente Cd titulado ’16 Cantos para la misa’)Santo. (1 CLN-I 3)Comunión. Cristo ayer (Himno del jubileo 2000); No podemos caminar (1 CLN-O 13); Creo que Cristo vive (1 CLN-455); Altísimo Señor.Final. Te doy gracias, Señor (1 CLN-532); Ven conmigo, amigo (Letra y música de E. Gallego, del grupo Kairoi, en el cassette ‘A tu lado Señor’).

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Director: Enrique Abad Continente ·Paricio Frontiñán, s/n· Tlf 976458529-Fax 976439635 · 50004 ZARAGOZATlf. del Evangelio: 976.44.45.46 - Página web: www.dabar.net - Correo-e: [email protected]