345 Presidentes Iglesia Alumno

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Presidentes de la Iglesia M ANUAL DEL ALUMNO Religión 345

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Presidentes de la IglesiaManual del alumnoReligión 345

Preparado porEl Sistema Educativo de la IglesiaPublicado porLa Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos DíasSalt Lake City, Utah, Estados Unidos de América

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AGRADECIMIENTOExpresamos nuestro agradecimiento por el uso de las artes visuales que se encuentran en

este manual. Las artes visuales que no se especifican se han obtenido del Archivo General dela Iglesia, del Museo de Arte e Historia de la Iglesia, de los cursos de estudios universitarios

del Sistema Educativo de la Iglesia y de la Biblioteca de Ayudas Visuales de la Iglesia.

Envíe sus comentarios y correcciones, incluso los errores tipográficos a: CES Editing, 50 E. North Temple Street, Floor 8, Salt Lake City, UT 84150-2722 USA.

Correo electrónico: [email protected]

© 2003 por Intellectual Reserve, Inc.Todos los derechos reservados

Actualizado en 2004Impreso en los Estados Unidos de América

Aprobación del inglés: 10/04Aprobación de la traducción: 10/04

Traducción de Presidents of the Church Student Manual: Religion 345Spanish

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Capítulo 1 José Smith: Primer Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

Capítulo 2 Brigham Young: Segundo Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . 21

Capítulo 3 John Taylor: Tercer Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

Capítulo 4 Wilford Woodruff: Cuarto Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . 59

Capítulo 5 Lorenzo Snow: Quinto Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . 78

Capítulo 6 Joseph F. Smith: Sexto Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . 96

Capítulo 7 Heber J. Grant: Séptimo Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . 114

Capítulo 8 George Albert Smith: Octavo Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . 133

Capítulo 9 David O. McKay: Noveno Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . 150

Capítulo 10 Joseph Fielding Smith: Décimo Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . 168

Capítulo 11 Harold B. Lee: Undécimo Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . 185

Capítulo 12 Spencer W. Kimball: Duodécimo Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . 203

Capítulo 13 Ezra Taft Benson: Decimotercer Presidente de la Iglesia . . . . . . . . . 223

Capítulo 14 Howard W. Hunter: Decimocuarto Presidente de la Iglesia . . . . . . . 245

Capítulo 15 Gordon B. Hinckley: Decimoquinto Presidente de la Iglesia . . . . . . 267

Apéndice Cronología de los Presidentes de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293

Índice de temas

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José SmithPRIMER PRESIDENTE DE LA IGLESIA

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CAPÍTULO 1

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ACONTECIMIENTOS MÁS DESTACADOS DE LA VIDA DE JOSÉ SMITH

Edad Acontecimientos

Nace el 23 de diciembre de 1805 en Sharon, Condado de Windsor, Vermont;sus padres son Joseph Smith y Lucy Mack Smith.

7 Se le efectúa una operación en la pierna, durante la cual le quitan parte de unhueso enfermo (invierno de 1812–1813).

14 Se le aparecen Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo, y habla con ellos (primaverade 1820).

17 Moroni lo visita y le habla acerca de los anales nefitas (21–22 de septiembrede 1823. A partir de ese momento, Moroni lo visita anualmente entre los años1824–1827).

21 Contrae matrimonio con Emma Hale (18 de enero de 1827), obtiene lasplanchas (22 de septiembre de 1827), y comienza la traducción de las mismas(diciembre de 1827).

22 Se pierden 116 páginas del manuscrito del Libro de Mormón (junio de 1828).

23 Él y Oliver Cowdery reciben el Sacerdocio Aarónico de manos de Juan el Bautista(15 de mayo de 1829); reciben el Sacerdocio de Melquisedec de manos de Pedro,Santiago y Juan (posiblemente entre el 16 al 28 de mayo de 1829); se muestranlas planchas a los Tres Testigos (junio de 1829).

24 Se publica el Libro de Mormón (los primeros ejemplares se editan el 26 de marzode 1830); se organiza la Iglesia (6 de abril de 1830).

25 Se muda con su familia a Kirtland, Ohio (1831); dedica el sitio del templo enIndependence, Misuri (3 de agosto de 1831).

26 Se le sostiene como Presidente del sumo sacerdocio (25 de enero de 1833).

27 Se organiza la Primera Presidencia (18 de marzo de 1832).

28 Conduce el Campamento de Sión desde Ohio hasta Misuri (de mayo a juniode 1834).

29 Se llama y se ordena a los primeros miembros del Quórum de los Doce Apóstoles(14 de febrero de 1835) y a los Setenta (28 de febrero de 1835); se acepta Doctrinay Convenios como Escritura (17 de agosto de 1835).

30 Dedica el Templo de Kirtland (27 de marzo de 1836); Jesucristo, Moisés, Elías yElías el profeta se le aparecen a él y a Oliver Cowdery y restauran las llaves delsacerdocio (3 abril de 1836).

32 Es llevado preso a la cárcel de Liberty (1838).

33 Dirige la Iglesia desde la cárcel de Liberty (de diciembre de 1838 a abril de 1839);se comienza a edificar Nauvoo (1839); los miembros de la Iglesia se congreganen Nauvoo y se comienza la edificación del lugar (1839).

35 Se comienza la obra de construcción del Templo de Nauvoo; se planea lainmigración de los miembros de la Iglesia europeos (1841).

36 Se publica el libro de Abraham (1 de marzo de 1842); se organiza la Sociedad deSocorro (17 de marzo de 1842); José Smith profetiza que los santos se trasladaríana las Montañas Rocosas (6 de agosto de 1842).

37 Se registra la revelación del matrimonio eterno (12 de julio de 1843).

38 José Smith se postula como candidato para la presidencia de los Estados Unidosde Norteamérica (enero de 1844); él y su hermano Hyrum mueren como mártiresen la cárcel de Carthage (27 de junio de 1844).

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José Smith Capítulo 1

El presidente Spencer W. Kimball, en ese entoncespresidente del Quórum de los Doce Apóstoles, escribió:

“Cuando se vuelve imperante la necesidad de disi-par las nubes del error, de penetrar la oscuridad espiri-tual y de que los cielos se abran, nace un niño. Apenasunos pocos vecinos de la apartada región boscosa y es-carpada [de Vermont] se habían enterado de que Lucy[Mack Smith] estaba esperando un bebé. En ese rústicoambiente no hay cuidado prenatal, ni enfermeras, nihospital, ni ambulancia ni sala de partos; y los niñosviven y mueren y muy pocos se enteran de ello.

“¡Lucy tuvo otro hijo! No suenan las trompetas nihay anuncios de última hora; nadie saca fotografías nise avisa a nadie; sólo unos cuantos vecinos de la comu-nidad se pasan la voz entre ellos. ¡Fue un varón! Sushermanos y hermanas están lejos de imaginar que hanacido un profeta en la familia” (véase La fe precedeal milagro, Deseret Book Co., 1972, págs. 322–323).

José Smith nació el 23 de diciembre de 1805; suspadres fueron Joseph Smith y Lucy Mack Smith. Esospadres fieles enseñaron a sus hijos principios religio-sos. Lucy, en especial, alentaba a los niños a estudiarla Biblia. Joseph, el padre, a pesar de desconfiar de lasiglesias tradicionales, tenía una creencia muy firme enDios. Ambos descendían de generaciones de antepasa-dos que se habían esforzado por vivir principios reli-giosos correctos.

José Smith fue un espíritu noble a quien se lehabía preordenado y enseñado antes de nacer. Se crióen una granja y, durante sus primeros años de vida sufamilia se mudó a menudo, en búsqueda de un lugardonde vivir y en el cual pudieran sostenerse económi-camente. José trabajó junto a su familia, sufriendo lasmismas dificultades. Perdieron cosechas, fueron vícti-mas de fraudes en la compra de tierras y de traición ensus inversiones. Pero a pesar de ello, la familia Smithtuvo una función importante en la restauración delEvangelio en los últimos días.

Lucy Mack Smith, la madre del profetaJosé Smith, nació el 8 de julio de 1776en Gilsum, New Hampshire.

Joseph Smith, el padre del profetaJosé Smith, nació el 12 de julio de1771 en Topsfield, Massachusetts.

JOSÉ SMITH FUE UN MUCHACHOVALIENTE Y RESUELTO

Lucy Mack Smith escribió acerca de cómo José, alos siete años, luchó para superar una grave infecciónmuy poco común que tuvo en la pierna izquierda, pocodespués de haberse recuperado de fiebre tifoidea:

“La pierna comenzó inmediatamente a inflamárseley siguió padeciendo dolores terribles por espacio de dossemanas más. Durante todo ese tiempo, lo cargué en bra-zos casi continuamente, tratando de calmarlo y haciendotodo lo que se me ocurría para aliviar sus dolores, hastaque caí exhausta y yo también enfermé gravemente.

“Entonces Hyrum, quien siempre sobresalió porsu ternura y su compasión, quiso tomar mi lugar, ycomo era un muchacho bueno y en el que se podíaconfiar, le permitimos hacerlo y, con el fin de facilitarlela tarea lo más posible, acostamos a José en una camitabaja y entonces Hyrum pasaba sentado junto a él casitodo el día y la noche, tomando entre las manos laparte afectada y apretándola para que el pequeño pu-diera soportar mejor el dolor, el cual parecía que esta-ba a punto de acabar con su vida” (History of JosephSmith by His Mother, eds. Scot Facer Proctor y MaurineJensen Proctor, 1996, pág. 73).

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En 1811 la familia Smith alquiló una granja en West Lebanon, New Hampshire.Se estableció que esta casa fue residencia de la familia Smith. Fue demolidaen 1967.

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El joven José Smith.

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Después de varias semanas y de dos intentos falli-dos para bajar la inflamación y hacer drenar la infección,fue necesario consultar a un grupo de cirujanos, quienesrecomendaron que se le amputara la pierna. Sin embar-go, la madre de José se opuso hasta que hicieran otro in-tento de operarlo. Ella escribió lo siguiente:

“Después de haber hablado por un momento, elcirujano a cargo, pidió que trajeran una cuerda paraatar a José a la cama con el fin de inmovilizarlo, peroéste se negó. Cuando el doctor insistió en que debíaninmovilizarlo, José decidido le dijo: ‘No, doctor. Noquiero que me aten; voy a poder soportar mejor si noestoy inmovilizado’.

“‘Entonces’, le dijo el médico, ‘¿beberás algo devino? Debes beber algo o no podrás soportar la graveoperación que vamos a tener que practicar’.

“‘No’, contestó el niño, ‘no voy a beber ni una gotade alcohol ni voy a dejar que me aten; pero le diré encambio lo que haré. Le pediré a mi padre que se sienteen la cama junto a mí y yo haré todo lo que sea necesa-rio para que puedan quitarme el hueso. Pero tú mamá,quiero que te vayas de la habitación. Sé que no soporta-rás verme sufrir; pero papá sí podrá. Tú me has cargadoy me has cuidado por tanto tiempo que estás casi agota-da’. Después, mirándome al rostro, con los ojos llenosde lágrimas, me dijo en tono suplicante: ‘Por favor,mamá, prométeme que no te vas a quedar. El Señor meva a ayudar. Voy a salir bien, no te preocupes; y aléjatehasta que ellos hayan terminado’…

(1) Zona arbolada conocida como la Arboleda Sagrada, (2) lugar donde se restauró la cabaña de troncos que la familia Smith construyó previamente, (3) la casa quecomenzó a construir Alvin Smith, (4) vista panorámica del pueblo de Palmyra. En 1907, la Iglesia compró toda la granja de los Smith, incluso la Arboleda Sagrada.

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“Los cirujanos comenzaron la operación perforan-do el hueso de la pierna, primero por el lado donde es-taba la parte afectada y después por el otro, luego de locual lo quebraron con un par de fórceps o pinzas, y deesa manera pudieron sacar nueve grandes pedazos dehueso. Cuando rompieron la primera parte, él gritó tanfuerte por el dolor que yo no pude contenerme y corríhacia la habitación, pero apenas entré, él gimió: ‘¡Nomamá! ¡Vete! ¡Vete! No quiero que entres. Yo podré so-portarlo mejor si tú te vas” (Smith, History of JosephSmith by His Mother, págs. 74–75).

Su recuperación fue lenta, pero finalmente la pier-na del pequeño José se curó, y sólo le quedó la secuelade cojear ligeramente de tanto en tanto.

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En 1816, Palmyra, en el estado de Nueva York, era una pequeña aldeaagrícola. Cuando en 1822 se construyó el Canal Erie en la zona, el pueblose convirtió en un próspero centro de comercio. Esa intersección se llama“Four Corners” (las cuatro esquinas) y en cada una hay una iglesia diferente:metodista, presbiteriana, episcopal y bautista. La capilla presbiteriana fue laprimera en construirse, en 1832, un año después de que la familia Smith semudara a Ohio. Para 1870, las otras capillas ya se habían construido.

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José Smith Capítulo 1

DIOS EL PADRE Y SU HIJO,JESUCRISTO, SE LE APARECIERONAL JOVEN PROFETA

A principios del siglo XIX, hubo una gran agitaciónreligiosa en la zona oeste del estado de Nueva York(véase La Historia de la Iglesia en la Dispensación delCumplimiento de los Tiempos, págs. 32–34). Al jovenJosé Smith lo confundían esas enseñanzas conflictivas,pues se sentía influenciado por ese fervor y a la vezpreocupado por su condición espiritual. Había muchasiglesias y sectas opuestas, y cada una contendía contralas demás. ¿Quién tenía la razón? ¿Cómo se podía sabercon seguridad? José encontró las respuestas a esas pre-guntas en la primavera de 1820 cuando se le aparecie-ron Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo. (Véase JoséSmith—Historia 1:5–20.)

Cuando el 28 dejulio de 1973, el presi-dente Harold B. Lee visi-tó el lugar que llamamosla Arboleda Sagrada, dijo:“Sé que éste es el lugardonde el Padre y el Hijovinieron” (en Dell VanOrden, “Pres. Lee VisitsHill Cumorah”, ChurchNews, 4 de agosto de1973, pág. 3).

DETALLES ADICIONALES DELRELATO QUE HIZO JOSÉ SMITHDE LA PRIMERA VISIÓN EN 1832

Durante su ministerio, el profeta José Smith com-partió muchas veces su experiencia de la Primera Visión.En 1838, él escribió el relato que está registrado en JoséSmith—Historia, en la Perla de Gran Precio (véase JoséSmith—Historia 1:2).

La Arboleda Sagrada, cerca dePalmyra, Nueva York.

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Una típica reunión religiosa alrededor de los años 1830–1835; dibujo de A. Rider.

En un relato ante-rior, dio algunos detallesadicionales de la preocu-pación que sentía porsaber qué iglesia era laverdadera y de las pre-guntas que lo perturba-ban y que finalmente lollevaron a preguntarle aDios: “Alrededor de laedad de doce años, co-mencé a inquietarme se-riamente con respecto atodo lo importante queatañía al bienestar de mialma inmortal, lo que mellevó a escudriñar lasEscrituras, creyendo,según se me había ense-

ñado, que contenían la palabra de Dios. Sin embargo,mi búsqueda en las Escrituras y mi trato con la gentede las diversas denominaciones religiosas me causaronun gran asombro, pues descubrí que no honraban loque profesaban con acciones santas ni conversación de-vota que estuvieran de acuerdo con lo que yo había en-contrado en aquel sagrado escrito. Esto causó pesar enmi alma; y fue por eso que, desde la edad de doceaños hasta los quince, medité muchas cosas en el cora-zón acerca de la situación del mundo, de la humani-dad, de las contenciones y de las divisiones, de lainiquidad y de las abominaciones, y de las tinieblas quecubrían la mente del género humano. Me sentía cadavez más angustiado al sentirme convencido de mis pe-cados; sin embargo, al escudriñar las Escrituras, encon-tré que el hombre no se acercaba al Señor sino quehabía apostatado de la fe verdadera y viva. Y no habíaninguna sociedad ni denominación que estuviera edifi-cada sobre el Evangelio de Jesucristo, tal como se regis-tra en el Nuevo Testamento. Sentía deseos de llorar pormis pecados y por los pecados del mundo, porque delas Escrituras había aprendido que Dios es el mismoayer, hoy y para siempre y que no hace acepción depersonas, porque Él es Dios. Porque había observadoel sol —la luminaria gloriosa de la tierra— y también laluna pasando majestuosos por los cielos, y las estrellasbrillando en su curso, y la tierra sobre la cual estoy, y alas bestias del campo, a las aves del cielo y a los pecesde las aguas, y también al hombre andando por sobrela faz de la tierra con majestad y belleza… Y al reflexio-nar sobre esas cosas, clamé desde el fondo de mi cora-zón: ‘El hombre prudente tuvo razón cuando dijo quees necio el que dice en su corazón que no hay Dios’.Mi corazón exclamó: ‘Todo esto da testimonio y pone

“Al reposar sobre mí la luz, vi en el airearriba de mí a dos Personajes, cuyofulgor y gloria no admiten descripción”(José Smith—Historia 1:17).

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en evidencia un poder omnipotente y omnipresente,un Ser que crea las leyes, y decreta y une todas lascosas dentro de sus confines, que llena la eternidad,un Ser que era, que es y que será de eternidad en eter-nidad’. Y cuando consideré todo eso y que ese Serbusca que los que lo adoren, lo hagan en espíritu y enverdad; por tanto, clamé al Señor pidiendo misericor-dia, porque no existía nadie más a quien dirigirme paraobtenerla. Y el Señor escuchó mi ruego en aquel lugarsolitario y, mientras me encontraba en actitud de acu-dir al Señor, en el [decimoquinto] año de mi vida, unacolumna de luz, más brillante que el sol, descendióhasta descansar sobre mí y fui lleno del Espíritu deDios. Y el Señor abrió los cielos sobre mí y vi al Señor,y Él me habló y me dijo: ‘José, hijo mío, tus pecados teson perdonados. Sigue tu camino, anda en mis decre-tos y guarda mis mandamientos. He aquí, Yo soy elSeñor de gloria. Fui crucificado por el mundo paratodos los que crean que en mi nombre puedantener la vida eterna. Heaquí, en este momentoel mundo yace en el pe-cado y no hay quien hagalo bueno, ni siquierauno. Se han apartado demi Evangelio y no guar-dan mis mandamientos;con sus labios me hon-ran, pero su corazónlejos está de mí. Mi iraestá encendida en contrade los habitantes de latierra y caerá sobre ellosde acuerdo con su impie-dad y para llevar a cabo aquello que se ha declaradopor boca de los profetas y los apóstoles. He aquí, ven-dré pronto, como está escrito, en las nubes y revestidode la gloria de mi Padre’. Y mi alma se llenó de amor,y por muchos días me regocijé y sentí una gran dicha,y el Señor estaba conmigo, pero no podía encontrar anadie que creyera en mi visión celestial” (Joseph Smith,“Kirtland Letter Book” [manuscrito, Biblioteca delHistoriador SUD], 1829–1835, págs. 1–6, citado porDean C. Jessee, en “The Early Accounts of JosephSmith’s First Vision”, BYU Studies, tomo IX, núm. 3,primavera de 1969, págs. 279–280).

JOSÉ SMITH FUE PERSEGUIDO YRIDICULIZADO POR SU TESTIMONIODE QUE DIOS HABÍA HABLADO CON ÉL

La revelación, ausente por tanto tiempo de la tie-rra, había regresado, pero la aseveración sincera de

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Camino rural que llevaba a Cumorah.

José Smith de haber tenido una nueva revelación desa-tó una ira inmediata y aparentemente general (véaseJosé Smith—Historia 1:21–26). Lucy Mack Smith, lamadre del Profeta, escribió que desde el momento dela Primera Visión, en la primavera de 1820, “hasta elveintiuno de septiembre de 1823, José continuó traba-jando con su padre como de costumbre, y no sucediónada de gran importancia en ese intervalo, aunque su-frió todo tipo de oposición y persecución de los queintegraban las diferentes órdenes religiosas” (Historyof Joseph Smith by His Mother, pág. 101).

JOSÉ SMITH PERMANECIÓ HUMILDE

Los cielos se habían abierto y José Smith había vistoal Padre y al Hijo; pero en lugar de ostentar una santidadsuperior y fomentar la adulación de la gente, él escribió:

“Seguí con mis ocupaciones comunes de la vida…sufriendo continuamente severa persecución de todaclase de individuos, tanto religiosos como irreligiosos,por motivo de que yo seguía afirmando que había vistouna visión.

“…habiéndoseme prohibido unirme a las sectasreligiosas del día, cualquiera que fuese, teniendo pocosaños, y perseguido por aquellos que debieron haber sidomis amigos y haberme tratado con bondad; y que si mecreían engañado, debieron haber procurado de una ma-nera apropiada y cariñosa rescatarme – me vi sujeto a todaespecie de tentaciones; y, juntándome con toda clase depersonas, frecuentemente cometía muchas imprudenciasy manifestaba las debilidades de la juventud y las flaque-zas de la naturaleza humana, lo cual, me da pena decirlo,me condujo a diversas tentaciones, ofensivas a la vista deDios. Esta confesión no es motivo para que se me juzgueculpable de cometer pecados graves o malos, porquejamás hubo en mi naturaleza la disposición para hacer talcosa. Pero sí fui culpable de levedad, y en ocasiones measociaba con compañeros joviales, etc., cosa que no co-rrespondía con la conducta que había de guardar uno

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“Porque había visto una visión; yo lo sabía, y sabía que Dios lo sabía; y nopodía negarlo, ni osaría hacerlo” (José Smith—Historia 1:25).

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José Smith Capítulo 1

que había sido llamado por Dios como yo. Mas esto nole parecerá muy extraño a cualquiera que se acuerde demi juventud y conozca mi jovial temperamento natural”(José Smith—Historia 1:27–28).

Algunos enemigos del profeta José Smith y de laIglesia han tratado de utilizar la evaluación honesta queJosé había hecho de sí mismo para insinuar que él noera digno de su llamamiento. A esas críticas, les respon-dió de la siguiente manera:

“Durante ese tiempo, como era común entre lamayoría o entre todos los jóvenes, cometí muchas im-prudencias y tonterías; pero como quienes me acusanhan dicho que soy culpable de haber violado en formaescandalosa la paz y el buen orden del lugar, aprove-cho la ocasión para dejar en claro que, tal como dijeanteriormente, ‘como era común entre la mayoría oentre todos los jóvenes, cometí muchas imprudenciasy tonterías’. Pero no se me puede acusar ni probar,con espíritu de verdad, que he sido culpable de haberactuado mal contra ninguna persona o grupo ni haberhecho daño a nadie; y que esas imperfecciones quemencioné y por las cuales muchas veces tuve ocasiónde lamentarme, fueron frívolas pero no graves y enmuchas ocasiones vanas, al tener conversaciones in-sensatas y sin sentido.

“…Jamás he fingido ser nada más que un hombre‘influenciable por las emociones y los sentimientos’ yque, sin la ayuda de la gracia del Salvador, me hubieradesviado del camino perfecto en el cual se le ha man-dado andar al hombre” (History of the Church, tomo I,pág. 10).

JOSÉ SMITH RECIBIÓ VISITASDE MUCHOS ÁNGELES

En 1823, el ángelMoroni visitó a José Smithy empezó a enseñarleacerca de la Restauracióny de la función que él[José] cumpliría en ella(véase José Smith—Historia 1:29–50). Al des-plegarse la Restauración,al Profeta lo instruyeronvarios ángeles y hombresde la antigüedad queposeían las llaves del sa-cerdocio, “todos ellos de-clarando su dispensación,sus derechos, sus llaves,sus honores, su majestady gloria, y el poder de susacerdocio” (D. y C. 128:21).

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Moroni, el mensajero celestial que se leapareció a José Smith la noche del 21de septiembre de 1823, cuando éstetenía 17 años.

JOSÉ LE RELATÓ A SU PADRELA VISITA DE MORONI

Lucy Mack Smith, madre del profeta José Smith,escribió acerca de lo que sucedió después de la visitade Moroni:

“Al día siguiente, José, su padre y su hermano Alvinse encontraban cosechando juntos en el campo cuandode pronto José se detuvo y pareció sumirse por algúntiempo en una profunda meditación. Al darse cuenta,Alvin lo apresuró diciéndole: ‘Vamos, José, debemos se-guir trabajando o no vamos a terminar. El jovencito co-menzó entonces a trabajar de nuevo con diligencia perose detuvo otra vez como lo había hecho anteriormente.Cuando su padre advirtió lo pálido que estaba, le sugirióque volviera a casa y le dijera a la madre que se encon-traba enfermo. José caminó un corto trecho y se detuvoen un hermoso lugar cubierto de hierba, debajo de unmanzano, y se acostó boca abajo porque le faltaron lasfuerzas y no pudo continuar andando.

“No había transcurrido mucho tiempo cuando sele apareció nuevamente el mensajero que le había visi-tado la noche anterior y le dijo: ¿Por qué no le dijiste atu padre lo que te mandé?’. José le respondió que teníamiedo de que su padre no le creyera. Pero el ángel ledijo: ‘Él creerá cada palabra que le digas’.

“José prometió entonces al ángel que haría lo quese le había mandado. Se levantó y regresó al campodonde había dejado a mi esposo y a Alvin… y una vezallí relató todo lo que había pasado entre él y el ángel lanoche anterior. Después de escucharlo, su padre le en-comendó que hiciera estrictamente lo que le había man-dado el mensajero celestial” (History of Joseph Smith byHis Mother, págs. 108–109; véase también José Smith—Historia 1:48–54).

RECIBIÓ UNA BENDICIÓNDE SU PADRE

Cuando José Smithle contó a su padre acer-ca de las visiones y de lasasignaciones que le ha-bían dado los mensajeroscelestiales, éste le brindósu apoyo incondicional,parte del cual fue enforma de amonestacionespaternales en las que leinstaba a tener cuidadode no fracasar en esa im-portante misión que sele había encomendado.

El padre del Profeta supo por revelación que Josépermanecería firme y viviría para cumplir cabalmente

Joseph Smith apoyó y alentó a su hijoJosé a llevar a cabo todo lo que losmensajeros celestiales le habían pedido.

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su misión. En la bendición que le dio en su lecho demuerte, le dijo:“ ‘José, hijo mío, se te ha escogido paracumplir un elevado y santo llamamiento. Se te hallamado para hacer la obra del Señor. Permanece fiel yserás bendecido así como también tu familia y tu des-cendencia. Tú vivirás hasta terminar tu obra’.

“Al escuchar esto José exclamó: ‘Oh, padre, ¿logra-ré hacerlo?’.

“ ‘Sí’, le dijo su padre, ‘lo harás. Vivirás para dejarestablecido el plan completo de toda la obra que Dioste ha mandado. Sé fiel hasta el fin. Ésta es mi bendi-ción final sobre tu cabeza, y lo hago en el nombre deJesús. Y también confirmo sobre ti la bendición ante-rior, porque también se cumplirá. Así sea. Amén’ ”(citado en Smith, History of Joseph Smith by HisMother, pág. 434).

SE LE ENVIARON MAESTROSCELESTIALES A JOSÉ SMITH

El presidenteJoseph F. Smith escribió:“José Smith era un jovensin educación, en lo queconcierne a la sabiduríadel mundo. Fue instruidopor el ángel Moroni;recibió su educaciónde los cielos, del DiosOmnipotente y no deinstituciones de hom-bres; pero acusarlode ignorante sería ala vez injusto y falso;ningún hombre o combi-nación de hombres pose-yeron mayor inteligencia que él, ni podrían la sabiduríay la astucia de la época combinadas producir el equiva-lente de lo que él realizó. No fue ignorante, porquelo instruyó Aquel de quien emana toda inteligencia.Poseía un conocimiento de Dios y de Su ley de la eter-nidad” (Doctrina del Evangelio, págs. 476–477).

CONTRAJO MATRIMONIOCON EMMA HALE

Mientras José Smith esperaba que llegara el mo-mento en que debía sacar las planchas y comenzar latraducción del Libro de Mormón, trabajó para unhombre llamado Josiah Stowell. Durante el tiempoque estuvo en ese empleo, se hospedó en casa delseñor Isaac Hale, en Harmony, Pensilvania. “Isaac Haletenía una hija llamada Emma, una joven de buenosprincipios y sentimientos piadosos. Esa encomiablejoven y José se sintieron mutuamente atraídos por un

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Se enviaron muchos mensajeroscelestiales para dar instruccióna José Smith.

nexo común y le pidie-ron al padre de ella per-miso para contraermatrimonio. El señorHale se opuso por algúntiempo, ya que él se en-contraba en una buenaposición económicamientras que la familiade José había perdido supropiedad. No fue sinohasta el 18 de enero de1827, un año antes de lafecha indicada para ob-tener las planchas, queJosé y Emma pudieroncumplir con su sueño deunirse en matrimonio.

Un caballero llamado Squire [Tarbell] fue quien loscasó ese día en su residencia, en South Bainbridge,Condado de Chenango, Nueva York. Inmediatamentedespués de la boda, José dejó su empleo con el señor[Stowell] y viajó con su esposa hasta la casa de los pa-dres de ella en Manchester, donde trabajó durante elverano para ganar lo necesario para mantener a su fa-milia y para su misión. Estaba cerca el momento deque se cumpliera la gran promesa y de ser recompen-sado por su paciencia y su fidelidad” (George Q.Cannon, Life of Joseph Smith the Prophet, serieClassics in Mormon Literature, 1986, pág. 43).

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Una vista más reciente del cerro de Cumorah, cubierto de árboles que no sonautóctonos del cerro.

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Fotografía antigua del cerro de Cumorah, 1906.

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Emma Hale nació el 10 de julio de1804; sus padres fueron Isaac yElizabeth Hale. Ella tenía veintidósaños cuando contrajo matrimonio conJosé Smith; era una señorita muy bieneducada e instruida y una excelentemodista y cantante.

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José Smith Capítulo 1

SE TRADUJERON LAS PLANCHASEl 22 septiembre

de 1827, el profeta JoséSmith obtuvo las plan-chas sobre las cuales sehabía escrito el Libro deMormón. Aun en mediode una oposición ince-sante, fue guardián de lasplanchas sagradas duran-te aproximadamente die-ciocho meses. Mientrastraducía el Libro deMormón, lo ayudaron va-rios escribientes: MartinHarris, Emma, el herma-no de ella Jesse Hale yOliver Cowdery.

SE PERDIERON LAS PRIMERAS116 PÁGINAS

Durante la traducción de las planchas, José Smithaprendió muchas lecciones y afrontó varios desafíos.En los comienzos de la obra de la traducción, José per-mitió que su escribiente Martin Harris se llevara el ma-nuscrito de las primeras 116 páginas que se habíantraducido hasta ese momento. El Profeta escribió losiguiente acerca de lo que sucedió: “Tiempo despuésde que el señor Harris empezara a escribir para mí, co-menzó a solicitarme con insistencia que le permitierallevar los escritos a su casa para mostrarlos. Me pidióque le preguntara al Señor, por medio del Urim y elTumim, si podía hacerlo. Así lo hice y la respuesta fueque no debía llevárselos; sin embargo, él no quedó sa-tisfecho y me pidió que volviera a preguntar. Lo hicenuevamente y la respuesta fue la misma. Aun así noquedó satisfecho e insistió en que siguiera preguntan-do. Luego de habérmelo pedido muchas veces, le volvía preguntar al Señor, y finalmente se me concedió elpermiso para que él se llevara los escritos bajo ciertascondiciones, las cuales eran que sólo podía mostrárse-los a su esposa, a su hermano, Preserved Harris, a supadre y a su madre y a la señora Cobb, hermana de suesposa. De acuerdo con esa última respuesta, le pedíque me prometiera de la manera más solemne que noharía nada contrario a lo que se le había mandado, y élme lo prometió. Hizo convenio de cumplir todo lo quese le había pedido, tomó el manuscrito y se fue. Sinembargo, a pesar de las grandes restricciones que se lehabían impuesto y de la promesa solemne que habíahecho conmigo, Martin Harris se lo mostró a otras per-

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Martin Harris

sonas que por medio de estratagemas se lo quitaron yhasta el momento no se ha podido recuperar” (Historyof the Church, tomo I, pág. 21).

Lucy Mack Smith escribió lo que sucedió despuésde que Martin Harris se llevara las 116 páginas traduci-das del Libro de Mormón:

“Inmediatamente después de que partiera el señorHarris, Emma dio a luz un hijo, pero fue poco el con-suelo que recibió de la compañía del pequeñito, yaque muy poco tiempo después le fue arrebatado de losbrazos y pasó al mundo de los espíritus antes de tenertiempo de aprender el bien o el mal. Por cierto tiempo,la madre se debatió entre la vida y el reino del silencioa donde había ido su pequeño hijito; y por algún tiem-po su suerte fue tan incierta que José no durmió nisiquiera una hora tranquilo por el espacio de dos sema-nas. Después de ese tiempo, ella comenzó a recuperar-se; no obstante, a medida que la preocupación por suesposa menguaba, otra causa de intranquilidad comen-zaba a invadirle. El señor Harris había estado ausentepor casi tres semanas y José no había recibido ningunanoticia de él, lo cual era contrario a lo que habían acor-dado; por tanto, decidió que apenas su esposa estuvieraun poco más fortalecida, iría a Nueva York para ver quéhabía pasado con el manuscrito, pero no se lo mencio-nó a Emma por temor a inquietarla, dado su precarioestado de salud.

“Sin embargo, a los pocos días, ella le hizo verque también estaba pensando en lo mismo…

“Por fin, después de mucha persuasión, él decidiódejar a su esposa por algunos días al cuidado de sumadre y partió para hacer el mencionado viaje” (Historyof Joseph Smith by His Mother, págs. 161–162).

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En 1822, Alvin, el hermano mayor de José Smith, comenzó a edificaruna casa con nueve habitaciones para que sus padres pudieran vivir másconfortablemente; pero luego enfermó y más adelante murió en noviembrede 1823. La casa se terminó por fin en el otoño de 1825, donde la familiaSmith vivió hasta abril de 1829. Allí fue donde José llevó las planchas demetal y las escondió debajo del piso de piedra del fogón de la casa.

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Presidentes de la Iglesia

Martin Harris había perdido las 116 páginas manus-critas que contenían la traducción del libro de Lehi. ElProfeta estaba realmente consternado. En poco tiempohabía perdido a su bebé recién nacido, casi había perdi-do a su esposa, y ahora, se habían perdido las 116 pági-nas. Su madre describe la reacción que tuvo cuandoMartin Harris le dijo lo que había pasado:

“‘¡Oh, Dios mío, Dios mío!’, dijo José retorcién-dose las manos. ‘¡Todo está perdido! ¡Todo está perdi-do! ¿Qué voy a hacer? He pecado; he sido yo quien hatraído sobre mí la ira de Dios al preguntarle lo que notenía derecho de preguntar, de acuerdo con lo que mehabía dicho el ángel’. Y sollozaba y se lamentaba mien-tras se paseaba incesantemente de un lado al otro dela habitación.

“Al fin le dijo a Martin que volviera a la casa y bus-cara de nuevo. ‘No’, le dijo el señor Harris, ‘todo esen vano; he buscado por todos los rincones de la casa.Incluso he roto los colchones y las almohadas y sé queno está’.

“‘Entonces’, respondió José, ‘¿quiere decir quedebo volver junto a mi esposa y contarle algo así? Nome atrevo a hacerlo; eso la mataría. ¿Y cómo me voya presentar ante el Señor? ¿De qué reprensión no serémerecedor del ángel del Altísimo?’…

“Recuerdo muy bien ese día de oscuridad que nosinvadió tanto en nuestro interior como en el ambienteque nos rodeaba. Por lo menos para nosotros, los cie-los parecían cubiertos de oscuridad y la tierra envueltaen un velo de tristeza. Muchas veces me he dicho quesi los seres más inicuos que jamás hayan puesto un pieen el estrado del Todopoderoso recibieran continua-mente un castigo tan severo como el que experimenta-mos en esa ocasión, aun cuando su castigo no fueramás grande que ése, yo sentiría compasión por ellos”(Smith, History of Joseph Smith by His Mother, págs.165–166, 171).

Manuscrito del Libro de Mormón que abarca 1 Nefi 2:23–3:18. La primeraparte de la página la escribió Oliver Cowdery mientras que es posible queel resto lo haya escrito John Whitmer. Este manuscrito formaba parte de lasplanchas menores, las cuales se tradujeron para reemplazar las 116 páginasde manuscrito que se habían perdido.

ESA PÉRDIDA FUE UNAEXPERIENCIA DE APRENDIZAJE

Después de haberse enterado de la pérdida de las116 páginas, el profeta José Smith permaneció en casade sus padres “por un corto tiempo”. Él escribió lo si-guiente: “Después regresé a mi casa en Pensilvania;pero casi inmediatamente, mientras caminaba unacorta distancia de la casa, he aquí que se me aparecióel mensajero celestial que me había visitado antes yme entregó nuevamente el Urim y Tumim —que seme había quitado al importunar tanto al Señor pidién-dole que se le concediera a Martin Harris el privilegiode llevarse el manuscrito, el cual perdió por transgre-sión— y por medio de él consulté al Señor” (Historyof the Church, tomo I, págs. 21–22).

El Profeta recibió la revelación que se encuentra enla sección 3 de Doctrina y Convenios, la cual contiene lareprimenda del Señor: “porque aun cuando un hombrereciba muchas revelaciones, y tenga poder para hacermuchas obras poderosas, y sin embargo se jacta de supropia fuerza, y desprecia los consejos de Dios, y siguelos dictados de su propia voluntad y de sus deseos carna-les, tendrá que caer e incurrir en la venganza de un Diosjusto” (D. y C. 3:4). Sin embargo, a pesar de la reprimen-da, estaba latente la esperanza, ya que el Señor le dijo aJosé que sus privilegios le habían sido quitados sólo “poruna temporada” (vers. 14).

El arrepentimiento de José Smith era profundo ysincero; por tanto, poco tiempo después se le restaura-ron sus privilegios. Él escribió que después de haberrecibido la revelación anterior, “me fueron quitadas denuevo las planchas y el Urim y Tumim; pero a los pocosdías me los regresaron, cuando le pregunté al Señor yÉl me contestó” (History of the Church, tomo I, pág.23). Fue entonces que recibió la revelación que se en-cuentra en la sección 10 de Doctrina y Convenios. Enesa revelación, el Señor dejó bien en claro que Satanástuvo que ver con la pérdida del manuscrito, pero quela sabiduría de Dios “es más potente que la astucia deldiablo” (D. y C. 10:43).

SE LE PROPORCIONÓUN NUEVO ESCRIBIENTE

Durante el invierno de 1828–1829, el profeta JoséSmith trabajó en forma periódica en la traducción delLibro de Mormón con la ayuda de Emma y del herma-no de ella, pero el hecho de tener que ganarse la vidale dejaba muy poco tiempo para traducir. En marzo de1829, el Profeta oró de todo corazón pidiendo ayudapara terminar la traducción. El Señor le dijo a José quedetuviera la traducción hasta que Él le proporcionaraayuda (véase D. y C. 5:30, 34).

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José Smith Capítulo 1

Oliver Cowdery eramaestro en la escuela delpueblo de Manchester yse hospedaba en la casade Joseph Smith, padredel Profeta. Mientras seencontraba en Manchesteroyó hablar mucho acercade José Smith y de lasplanchas de oro. Despuésde ganarse la confianzade la familia Smith, Oliverhabló con Joseph Smith,quien le explicó acercade las planchas. Oliver

oró y meditó sobre el asunto y le dijo a Joseph Smith que“había recibido la impresión en su corazón de que iba atener el privilegio de escribir para José”, a quien todavíano había conocido. Le dijo a la familia Smith que iría conSamuel a visitar a José durante la primavera, después deque hubiera terminado el curso escolar. Dijo también:“Creo firmemente que si es la voluntad del Señor quevaya y si hay una obra que debo hacer, estoy dispuesto ahacerla” (Smith, History of Joseph Smith by His Mother,págs. 181–182).

El 5 de abril de1829, Samuel Smith yOliver Cowdery llegarona Harmony, Pensilvania, yenseguida el profeta JoséSmith se dio cuenta deque Oliver era la ayudaque el Señor le habíaprometido. El martes 7de abril comenzaron laobra de traducción y tra-bajaron en ella todo elresto del mes. Con laayuda de Oliver, José avanzó más rápido que nunca; ydurante los tres meses siguientes, tradujeron aproxima-damente unas quinientas páginas impresas del Libro deMormón.

SE RESTAURARON EL SACERDOCIOAARÓNICO Y EL SACERDOCIO DEMELQUISEDEC

El 15 de mayo de 1829, el profeta José Smith yOliver Cowdery fueron al bosque a orar y a pedir com-prensión acerca del bautismo, ya que durante la traduc-ción del Libro de Mormón habían encontrado que éste semencionaba. Mientras se encontraban orando, Juan el

Juan el Bautista restauró el SacerdocioAarónico junto al río Susquehanna.

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Bautista “descendió… enuna nube de luz” (JoséSmith—Historia 1:68;véanse también los ver-sículos 66–75), y lesconfirió el SacerdocioAarónico a José y a Oliver.Poco después, Pedro,Santiago y Juan tambiénconfirieron el Sacerdociode Melquisedec a José ya Oliver, restaurando asíuna vez más el poder paraestablecer el reino de

Dios sobre la tierra (véase D. y C. 128:20). “El día, el mesy el año que con tanta precisión se indican para la restau-ración del Sacerdocio Aarónico (15 de mayo de 1829) nose tienen en cambio para el Sacerdocio de Melquisedec.Es también limitado el conocimiento que se tiene de lascircunstancias relacionadas con esa restauración. Sin em-bargo, existen elementos suficientes relacionados coneste rompecabezas histórico como para tener una ideaaproximada de cuándo ocurrieron los hechos. Se tieneevidencia de que podría haber tenido lugar en elperíodo de trece días que va del 16 al 28 de mayo de1829” (Larry C. Porter, “The Restoration of the Aaronicand Melchizedek Priesthoods”, Ensign, diciembre de1996, pág. 33).

SE CONFIRIERON LASLLAVES DEL REINO

El élder Bruce R. McConkie, en ese entonces miem-bro del Primer Consejo de los Setenta, dijo: “Pedro,Santiago y Juan se aparecieron a José Smith y a OliverCowdery y efectuaron tres cosas. Les confirieron a Joséy a Oliver el Sacerdocio de Melquisedec, su poder y au-toridad. Les entregaron las llaves del reino de Dios; o enotras palabras, el derecho de presidir en el Sacerdociode Melquisedec y sobre el reino de Dios sobre la tierra,que es la Iglesia de Jesucristo, la cual no existía todavía,pero aún así, ellos tenían el derecho de presidir sobreella. Después, Pedro, Santiago y Juan les dieron a JoséSmith y a Oliver Cowdery lo que se conoce como las lla-ves de la dispensación del cumplimiento de los tiempos,lo que significa el derecho de presidir sobre la dispensa-ción y dirigir toda la obra espiritual de todas las perso-nas que vivan en esta dispensación de la historia de latierra” (“The Keys of the Kingdom”, discurso pronuncia-do en la reunión de sacerdocio de la Estaca Wilford, 21de febrero de 1955, pág. 3).

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Pedro, Santiago y Juan restauran elSacerdocio de Melquisedec.

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Presidentes de la Iglesia

SE ORGANIZÓ LA IGLESIAEl 6 de abril de 1830, después de la restauración del

Sacerdocio Aarónico y del Sacerdocio de Melquisedec,se volvió a establecer el reino de Dios sobre la tierracuando se organizó legalmente la Iglesia en casa de PeterWhitmer, en Fayette, NuevaYork. La obra de la Iglesia co-menzó bajo la dirección de un profeta con poder para di-rigir el reino de Dios durante sus primeros años. En losaños siguientes, el profeta José Smith recibió más revela-ciones, llamó a más misioneros y congregó a conversos.También se establecieron periódicos, se compraron pro-piedades, se sembró la tierra, se establecieron negocios yse comenzaron industrias.

SE MANDÓ A LOS SANTOSCONSTRUIR UN TEMPLO

Los miembros de la Iglesia, al compartir el mensa-je del Evangelio con parientes y amigos, lograron quehubiese más conversos. Muchos se congregaron enFayette, en Palmyra, en Colesville y en otras poblacio-

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El Templo de Kirtland tiene 24 metros de largo, 18 metros de ancho y 15metros de altura. La torre tiene 33,5 metros de altura, contando desde la base.

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La casa reconstruida de Peter Whitmer en el municipio de Fayette, NuevaYork. Fue aquí donde se terminó la traducción del Libro de Mormón, se firmóel testimonio de los Tres Testigos, se organizó la Iglesia y se recibieron veintede las revelaciones que forman parte de Doctrina y Convenios.

nes del oeste de Nueva York. Más tarde, se mandó a lossantos mudarse más hacia el oeste, a Kirtland, Ohio.Los medios económicos de los miembros quedaroncasi completamente agotados al tener que cuidar de lapoblación en crecimiento de la Iglesia en Kirtland y enlos condados adyacentes. La mayoría no tenía dinero yse encontraba en la pobreza. En medio de esa situaciónles llegó el mandamiento del Señor de edificar un tem-plo: “Organizaos; preparad todo lo que fuere necesa-rio; y estableced una casa, sí, una casa de oración, unacasa de ayuno, una casa de fe, una casa de instrucción,una casa de gloria, una casa de orden, una casa deDios” (D. y C. 88:119).

Con el fin de reco-lectar fondos para laedificación del templo,se nombró un comité.El profeta José Smithsabía que para que estaúltima dispensación delEvangelio sobrevivieraespiritualmente, seríanecesaria la investiduraespiritual que Dios habíaprometido derramarsobre los santos cuandoel templo se hubiera ter-minado. Más adelante

Brigham Young habló de la fidelidad de José Smithacerca de este asunto:

“Mediante nuestro amado profeta José, se mandóa la Iglesia comenzar a edificar un templo al Altísimo,en Kirtland, Ohio. José no sólo recibió la revelación yel mandamiento de edificar un templo, sino que tam-bién recibió el modelo para hacerlo…

“Sin revelación, al igual que cualquier otra perso-na, José Smith no hubiera sabido qué hacer, sin tenerinstrucciones; la Iglesia tenía muy pocos miembros, lafe de ellos era demasiado débil, y eran demasiado po-bres como para intentar una empresa tan extraordina-ria. Pero, mediante todo lo que los empujaba haciadelante, un puñado de hombres, viviendo prácticamen-te del aire y de un poco de maíz y leche, muchas vecescon sal, o sin ella, cuando no había leche; y el gran pro-feta José, en la cantera de piedra, cortando piedras consus propias manos y los pocos que había en la Iglesiaen esa época, siguiendo su ejemplo de obediencia y di-ligencia donde más se le necesitaba; los trabajadores le-vantando las paredes, con la espada en la mano paraprotegerse del populacho, mientras con la otra coloca-ban la piedra y usaban la paleta, el Templo de Kirtland,la segunda Casa del Señor, de la que tenemos registropublicado en la tierra, se terminó como para poder de-dicarse. Y esos primeros élderes que ayudaron en su

Un fotografía antigua del Templode Kirtland.

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José Smith Capítulo 1

construcción recibieron una porción de las primeras in-vestiduras, o para decirlo más claro, recibieron parte delas ordenanzas primeras, introductorias o iniciatorias,en preparación para la investidura” (Discourses ofBrigham Young, sel. John A. Widtsoe, 1954, pág. 415).

MANIFESTACIONES MILAGROSASACOMPAÑARON LA EDIFICACIÓNY LA DEDICACIÓN DEL TEMPLODE KIRTLAND

Cuando se estaba terminando el Templo deKirtland, se derramaron grandes bendiciones sobrelos santos. El profeta José Smith escribió sobre unagran manifestación espiritual que tuvo lugar el 21 deenero de 1836:

“Al atardecer, me reuní con la Presidencia en eltemplo, en el salón oeste de clases, con el fin de ocupar-me de la ordenanza de ungir nuestra cabeza con aceitesanto; también los consejos de Kirtland y de Sión se reu-nieron en los cuartos contiguos y esperaron en oraciónmientras nosotros nos ocupábamos de la ordenanza…

“Muchos de mis hermanos que recibieron la orde-nanza conmigo tuvieron también visiones gloriosas.Los ángeles los ministraron tanto a ellos como a mí, yel poder del Altísimo descansó sobre nosotros, la casase llenó de la gloria de Dios y exclamamos: ¡Hosanna aDios y al Cordero! Mi escribiente también recibió suunción con nosotros y vio, en una visión, los ejércitosde los cielos protegiendo a los santos en su regreso aSión, y yo también vi muchas cosas…

“Las visiones de los cielos se abrieron para [losmiembros del sumo consejo de Kirtland y de Sión, quetambién fueron invitados al cuarto]. Algunos de ellos

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En el Templo de Kirtland se recibieron muchas revelaciones ymanifestaciones celestiales, y se vivieron muchas experiencias espirituales.

vieron el rostro del Salvador y de otras personas queeran ministradas por ángeles santos, y el espíritu de pro-fecía y revelación se derramó con gran poder; y se eleva-ron al cielo hosannas y gloria al Dios de lo alto, porquetodos estuvimos en comunión con las huestes celestia-les. Y en mi visión vi a todos los de la Presidencia en elreino celestial de Dios y a muchos otros que también seencontraban presentes” (History of the Church, tomo II,págs. 379, 381–382).

El Templo de Kirtland se dedicó el 27 de marzo de1836. En su escrito final de los acontecimientos maravi-llosos que tuvieron lugar ese día, el Profeta escribióacerca de una reunión que se realizó al atardecer en elrecién dedicado templo. “El hermano George A. Smithse levantó y comenzó a profetizar, cuando de pronto seescuchó un estruendo como el de un viento fuerte quesoplaba, el cual llenó el templo, y toda la congregaciónse levantó a un mismo tiempo, impelida por un poderinvisible. Muchos comenzaron a hablar en lenguas y aprofetizar; otros tuvieron visiones gloriosas y he aquíque el templo se llenó de ángeles, lo cual declaré a lacongregación. La gente de las inmediaciones llegó co-rriendo (al escuchar un ruido extraordinario en el inte-rior del templo y ver una luz brillante, como un pilarde fuego, descansar sobre él), y se asombró por lo queestaba ocurriendo. Eso siguió hasta que la reunión seterminó a las once de la noche” (History of the Church,tomo II, pág. 428).

El 3 de abril de 1836, el Salvador se apareció aJosé Smith y a Oliver Cowdery en el Templo de Kirtlandy aceptó al templo como Su casa; Moisés, Elías y Elías elprofeta también se aparecieron y se restauraron las lla-ves del sacerdocio (véase D. y C. 110).

SE AFRONTAN LA POBREZA Y LAAPOSTASÍA EN KIRTLAND

Los miembros de la Iglesia disfrutaron de una granmanifestación del Espíritu en la dedicación del Templode Kirtland. Sin embargo, en los dos próximos años sevieron forzados a dejar el templo y la hermosa comuni-dad que habían edificado. La causa de ello tuvo sus raícesen los problemas que afrontaron como miembros nuevosal establecerse en Kirtland, Ohio. Muchos conversos sesintieron entusiasmados de comenzar una nueva vida enKirtland pero tenían pocos recursos económicos, ya quela mudanza a ese lugar había terminado con el poco di-nero que tenían. Pero a pesar de todos esos problemas,había un gran espíritu de optimismo en Kirtland despuésde la dedicación del templo, mientras los miembros de laIglesia esperanzados trataban de corregir las condicionesde pobreza imperantes.

Durante los años 1836 a 1838 se instituyeron variosbancos en los Estados Unidos. Los líderes de la Iglesia

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Presidentes de la Iglesia

pidieron al estado de Ohio que les permitiera establecerun banco, pero la petición les fue denegada. Fue enton-ces que se decidió que sería de gran beneficio formaruna sociedad bancaria que ayudara a la comunidad consus problemas económicos, a la que llamaron KirtlandSafety Society Anti-Banking Company (Sociedad deSeguridad Financiera de Kirtland). El profeta José Smithera el tesorero de la entidad bancaria.

El banco imprimió sus propias notas bancarias yabrió sus puertas al público en enero de 1837. Sin em-bargo, pronto comenzaron a surgir problemas cuandolos demás bancos se rehusaron a aceptar las notas ban-carias. Todo ello, unido a la situación económica enKirtland, a los especuladores imprudentes, a los pro-blemas bancarios por los que pasaba Estados Unidos(conocidos como el Pánico de 1837) y a acreedoresque no invirtieron en la sociedad como habían prome-tido, hicieron que ésta fracasara.

Muchas personas culparon a José Smith y muchosmiembros apostataron, diciendo que él era un profetacaído. Más tarde, la vida del Profeta se vio amenazaday él y otros líderes de la Iglesia tuvieron que huir aMisuri. El Profeta se alejó de Kirtland en enero de 1838y se dirigió a Far West, Misuri. La mayoría de los miem-bros de la Iglesia dejaron atrás sus casas en Kirtlandpara seguir al Profeta, y el núcleo central de congrega-ción de la Iglesia cambió de Kirtland, Ohio, a Misuri,lugar al que los miembros habían comenzado a mudar-se desde 1831.

SE JUZGÓ A JOSÉ SMITH EN RICHMONDY FUE LLEVADO PRISIONERO A LACÁRCEL DE LIBERTY

En noviembre de 1838, el profeta José Smith yotros líderes de la Iglesia fueron tomados prisioneros

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La casa de la granja de John Johnson. En septiembre de 1831, José y Emmaaceptaron la invitación de John Johnson y de su esposa Mary de ir a vivir conellos en la granja de cuarenta hectáreas y media que poseían en Hyrum, Ohio.La granja se encontraba a unos cuarenta y ocho kilómetros de Kirtland. Mientrasse encontraba viviendo con la familia Johnson, el Profeta registró quincerevelaciones, entre las cuales se encuentran las visiones que ahora forman partede la sección 76 de Doctrina y Convenios. Fue allí donde José Smith y SidneyRigdon efectuaron la mayor parte de la obra de la revisión inspirada de la Biblia.

sobre la base de acusaciones falsas y fueron juzgados enRichmond, Misuri. Varios testigos resentidos testificaronen contra de ellos, y cuando se presentaron los nom-bres de los testigos de la defensa, éstos fueron encarce-lados o expulsados de la zona para que no pudierantestificar. Durante dos semanas los prisioneros padecie-ron graves abusos y maltratos. El élder Parley P. Pratt,que fue miembro del Quórum de los Doce Apóstoles,contó que una noche tuvieron que escuchar a los guar-dias hablar durante horas acerca de las persecucionesatroces que decían haber infligido a los santos:

“Había escuchado”, dice, “hasta estar tan disgusta-do, impresionado, horrorizado y lleno de un espíritude justa indignación, que apenas podía refrenarme delevantarme y reprender a los guardias; pero no habíadicho nada al Profeta, ni a los demás, aunque estabaacostado y sabía que él también estaba despierto. Depronto, [José Smith] se levantó y habló con voz detrueno, o como un león rugiente, profiriendo estaspalabras, según lo que recuerdo:

“‘¡SILENCIO, demonios del pozo infernal! En elnombre de Jesucristo os reprendo y os mando callar.¡No soportaré un minuto más ese lenguaje! ¡Callaosen este instante, o vosotros o yo moriremos!’

“Después quedó en silencio, de pie y erguido entemible majestad; encadenado, pero sin armas; sereno,imperturbable y digno como un ángel, mirando a losguardias acobardados, que bajaron las armas o las tiraronal suelo, con las rodillas temblorosas; y que, retirándosea un rincón o inclinándose a sus pies, le pidieron perdóny se quedaron en silencio hasta que cambió la guardia”(Autobiography of Parley P. Pratt, ed. Parley P. Pratt, serieClassics in Mormon Literature, 1985, págs. 179–180; cita-do por Marlin K. Jensen en “La influencia de una buenavida”, Liahona, julio de 1994, págs. 53–54).

Después del juicio en Richmond, José Smith y va-rios líderes de la Iglesia fueron enviados a la cárcel deLiberty, en el Condado de Clay, Misuri. Allí pasaron el

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José Smith reprende a los guardias de la cárcel de Richmond.

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José Smith Capítulo 1

invierno encerrados, desde diciembre de 1838 hastaabril de 1839 [invierno en el hemisferio norte]. El 16de abril de 1839 se les permitió escapar y unirse a lossantos que habían sido expulsados de Misuri y que sehabían dirigido a Quincy, Illinois.

Mientras el profeta José se encontraba en la cárcel,se enteró de las persecuciones y de los sufrimientos delos santos. Eso lo afectó profundamente; por tanto, orócon fervor y con frecuencia por ellos. En marzo de 1839suplicó al Señor con gran preocupación:

“Oh Dios, ¿en dónde estás? ¿y dónde está el pabe-llón que cubre tu morada oculta?

“¿Hasta cuándo se detendrá tu mano, y tu ojo, sí,tu ojo puro, contemplará desde los cielos eternos losagravios de tu pueblo y de tus siervos, y penetrarán suslamentos en tus oídos?” (D. y C. 121:1–2).

La respuesta del Señor se encuentra registrada co-menzando con Doctrina y Convenios121:7 (véase tam-bién D. y C. 122).

LOS SANTOS BUSCAN REFUGIOEN NAUVOO

Kirtland, Ohio, fue la cabecera de la Iglesia desdefebrero de 1831 hasta enero de 1838, cuando el profetaJosé Smith se mudó a Far West, Misuri. En 1838–1839,los santos se vieron forzados a dejar Misuri y buscar re-fugio en el estado de Illinois. Una vez allí comprarontierras y establecieron la ciudad de Nauvoo. Miles depersonas se congregaron en el lugar y Nauvoo se con-virtió en una de las ciudades de más rápido crecimientoen Illinois de esa época. En 1844, en virtud de que nin-guno de los candidatos a la presidencia de los EstadosUnidos apoyaría en forma adecuada la causa de losSantos de los Últimos Días que buscaban que se les in-demnizara por las pérdidas sufridas durante las perse-

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La cárcel de Liberty. El profeta José Smith y varios otros líderes de la Iglesiafueron confinados a un frío, oscuro y sucio cuarto de la cárcel, de sólodieciséis metros cuadrados, llamado la “mazmorra”. Las paredes exterioresde la cárcel eran de piedra caliza gris, de sesenta centímetros de espesor,reforzadas por una pared interior construida de maderos de roble. La cárcelfue construida en 1833 y se utilizó por veintitrés años.

cuciones a las que se vieron sometidos en Misuri, JoséSmith anunció su candidatura presidencial.

EL PROFETA SABÍA MÁS DE LO QUELE ERA PERMITIDO ENSEÑAR

Al profeta JoséSmith no se le permitióenseñar todo lo que elSeñor le había revelado.Él explicó que recibimosel conocimiento a medi-da que estamos prepara-dos para recibirlo:

“[El apóstol] Pabloascendió al tercer cielo, ypudo entender los tres es-calones principales de laescala de Jacob: Las glo-rias o reinos telestial, te-rrestre y celestial, dondePablo vio y oyó cosas queno le fue lícito declarar.Yo podría declarar cien

veces más de lo que he explicado respecto de las gloriasde los reinos que se me han manifestado en visión, sime fuese permitido, y si la gente estuviera preparadapara recibirlas.

El profeta José Smith.

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En febrero de 1841, los trabajadores comenzaron la construcción del temploen Nauvoo. Éste se realizó casi exclusivamente por medio de trabajo donado:voluntarios que ofrecían un día de trabajo cada diez como diezmo. Cuandoocurrió el martirio, el templo aún no estaba terminado. En la primavera de 1846se dedicó con ceremonias privadas y públicas. Antes de su marcha hacia eloeste de los Estados Unidos, 5.629 santos recibieron sus investiduras enese templo.

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Presidentes de la Iglesia

“El Señor trata a esta gente como un tierno padrea un hijo, comunicándole luz, inteligencia y el conoci-miento de sus caminos al paso que pueda recibirlos.Los habitantes de la tierra están dormidos; no saben eldía en que serán visitados” (Enseñanzas del ProfetaJosé Smith, págs. 371–372).

“…Ha sido muy difícil hacer que algo penetre enla cabeza de los de esta generación… Aun nuestrosmiembros son tardos para entender.

“Por varios años he tratado de preparar la mentede los santos para que puedan recibir las cosas de Dios;pero frecuentemente vemos que algunos de ellos, des-pués de sufrir muchas cosas por la obra de Dios, esta-llan en pedazos como el cristal, en cuanto surge algoque se opone a sus tradiciones; no pueden resistir elfuego. Cuántos son los que podrán obedecer una leycelestial, avanzar y recibir su exaltación, no puedo decir,porque muchos son los llamados y pocos los escogidos”(Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 409).

El Profeta también explicó que “Dios no ha revela-do nada a José que no hará saber a los Doce, y aun elmenor de los santos podrá saber todas las cosas tanpronto como pueda soportarlas” (Enseñanzas delProfeta José Smith, pág. 177).

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Brigham Young dijo: “¡Qué gran gozo fue oír al hermano José hablar sobrelos maravillosos principios de la eternidad!” (en Journal of Discourses, tomoIV, pág. 54).

MUCHOS SANTOS NO COMPRENDIERONLA MAGNITUD DEL LLAMAMIENTO DEJOSÉ SMITH

Por medio del profeta José Smith, el Señor restau-ró verdades que se habían perdido; sin embargo, talcomo José Smith lo explicó, no todos comprenderány aceptarán esas verdades:

“Muchos hombres me dicen: ‘Jamás lo abandona-ré, sino que lo apoyaré siempre’. Pero en cuanto unoles enseña algunos de los misterios del reino de Dios,que se han retenido en los cielos y que han de ser re-velados a los hijos de los hombres cuando estén prepa-rados para recibirlos, ellos mismos son los primeros enapedrear y matarlo a uno. Fue este mismo principio elque causó la crucifixión del Señor Jesucristo, y lo queprovocará al pueblo a matar a los profetas en esta ge-neración…

“Hay entre nosotros muchísimos hombres erudi-tos, y mujeres también, que son demasiado sabios paraaprender más; por tanto, tendrán que morir en su ig-norancia, y en la resurrección descubrirán su error.Muchos cierran la puerta de los cielos contra sí mis-mos, diciendo: Hasta aquí puede Dios revelar, y locreeré” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 377).

El profeta José Smith buscó diligentemente enseñarlas verdades de la Restauración y establecer con firmezael reino de Dios por toda la tierra. Mientras se encontra-ba preso en la cárcel de Liberty, el Señor le dijo:

“Los extremos de la tierra indagarán tu nombre,los necios se burlarán de ti y el infierno se encolerizaráen tu contra;

“en tanto que los puros de corazón, los sabios, losnobles y los virtuosos buscarán consejo, autoridad y ben-diciones de tu mano constantemente” (D. y C. 122:1–2).

Pocos meses antes de su muerte, al dirigirse a unacongregación de miles de personas, José Smith declaró:

“Vosotros no me conocéis, jamás conocisteis micorazón. Nadie conoce mi historia. Yo no puedo rela-tarla; jamás lo he intentado. No voy a culpar a nadiepor no creer mi historia. De no haber pasado por lasexperiencias que he conocido, también a mí mismo mesería difícil creer. Jamás he perjudicado a hombre algu-no desde que nací en el mundo. Siempre he alzado mivoz a favor de la paz.

“No puedo morir sino hasta cuando quede termi-nada toda mi obra. Nunca pienso mal ni hago nada quevaya a perjudicar a mis semejantes. Cuando sea llamadopor la trompeta del arcángel y sea pesado en la balanza,entonces todos vosotros me conoceréis. No digo más”(Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 448–449).

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José Smith Capítulo 1

A JOSÉ SMITH LE GUSTABAN MUCHOLAS COMPETENCIAS FÍSICAS

“Hubo muy pocos deportes [de aquella época] enlos que [el profeta José Smith] no tratara de competir,y él sobresalía en muchos. Por ejemplo, le gustaba lalucha y lo hacía muy bien. Él participaba en competicio-nes de salto; para participar en ese deporte, se hacíasencillamente una marca en el suelo y la persona saltabay marcaba hasta dónde había llegado; luego se desafiabaa alguien para que igualara o superara el salto. Tambiéncompetía a tirar del palo; juego en el que los dos com-petidores se sentaban en el suelo, uno frente al otro, yse apoyaban de las plantas de los pies del contrincante yagarraban el palo para tirar de él. El propósito era levan-tar al otro del suelo mientras el más fuerte permanecíasentado. Existía otra variación del juego, en el cual losdos contrincantes, puestos uno enfrente al otro, asíanun palo, como un palo de escoba por ejemplo, y des-pués empujaban hacia abajo. La persona más fuerte semantenía asida al palo mientras que al otro se le resbala-ban las manos.

“José también jugabamuy a menudo al béisbolcon los muchachos y va-riaciones del juego dearos [parecido al juego delas herraduras en el cualse utilizaba muchas vecesuna piedra plana paratirar]. Se le conocía por suhabilidad de crear juegoscon premios, incluso pre-mios para el peor jugador.Algunas veces, en especialcuando había vencido aun oponente, decía algocomo esto: ‘No se ofenda. Cuando estoy con los mucha-chos trato de hacer todo lo posible para que se diviertan’[véase recuerdos de Calvin W. Moore, en The JuvenileInstructor, 15 de abril de 1892, pág. 255]” (Truman G.Madsen, Joseph Smith the Prophet, 1989, págs. 20–21).

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El Profeta disfrutaba de la compañía de los santos.

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Tirando del palo.

EL PROFETA JOSÉ SMITH POSEE LASLLAVES DE ESTA DISPENSACIÓN

El presidente George Q. Cannon, que fueConsejero de la Primera Presidencia, declaró: “Elprofeta José nos dijo en la carta que envió a los santos,cuando huyó de Nauvoo para escapar de las manosde sus enemigos, que ‘al iniciarse la dispensación delcumplimiento de los tiempos, dispensación que ya estácomenzando, es menester que una unión entera, com-pleta y perfecta, así como un encadenamiento de dis-pensaciones, llaves, poderes y glorias se realicen y seanrevelados desde los días de Adán hasta el tiempo pre-sente’ (véase D. y C. 128:18). Por consiguiente, él reci-bió la ministración de diversos ángeles —cabezas dedispensaciones— desde Miguel o Adán hasta el tiempoactual; todos ellos en su tiempo y época viniendo a ély declarando su dispensación, sus derechos, sus llaves,sus honores, su majestad y gloria, y el poder de su sa-cerdocio. Por lo tanto, José Smith, cabeza de esta dis-pensación, el Profeta, Vidente y Revelador que Dioslevantó, recibió de todos ellos, de acuerdo con la in-tención y la voluntad de Dios, y de acuerdo con losdesignios de Dios para él, todo el poder, toda la autori-dad y todas las llaves que eran necesarios para la edifi-cación de la obra de Dios en estos últimos días, y parael cumplimiento de Sus propósitos relacionados conesta dispensación. Él está a la cabeza; él es un persona-je excepcional, diferente de toda otra persona en eseaspecto, y superior a cada uno. En virtud de que él es-taba a la cabeza, Dios lo eligió y, mientras se mantuvie-ra firme, nadie podía tomar su lugar ni su posición. Élfue fiel y murió fiel. Por lo tanto, se encuentra a la ca-beza de esta dispensación y lo estará por toda la eter-nidad, y nadie podrá quitarle ese poder. Si alguienposee esas llaves, las posee bajo la autoridad de él.Nunca habrán oído al presidente Young enseñar otradoctrina diferente; él siempre dijo que José estaba a lacabeza de esta dispensación; que José Smith posee lasllaves, de que a pesar de que él ya se encuentra delotro lado del velo, sigue estando a la cabeza de estadispensación y que él mismo [el presidente Young]posee las llaves subordinado a la autoridad de [JoséSmith]. El presidente Taylor enseña la misma doctrina,y jamás escucharán otra diferente de ninguno de losapóstoles ni de los siervos fieles de Dios, que entien-den el orden del Santo Sacerdocio. Si obtenemos nues-tra salvación tendremos que pasar al lado de él, y sientramos en nuestra gloria, será por medio de la au-toridad que él ha recibido. No podremos esquivarlo”(en Journal of Discourses, tomo XXIII, págs. 360–361;cursiva agregada).

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Presidentes de la Iglesia

LA IGLESIA LLENARÁ EL MUNDOEl 6 de abril de 1830,

el día de la organizaciónde la Iglesia en Fayette,Nueva York, pocas perso-nas habrán comprendidocuán grande se volveríala Iglesia. El presidenteWilford Woodruff hablóde haber oído al profetaJosé Smith hablar decómo la Iglesia creceríahasta llenar el mundo:

“Hacía muy poco que me había bautizado… cuan-do llegué un sábado a Kirtland y me encontré con Joséy Hyrum Smith en la calle. Me presentaron a José Smith;era la primera vez que lo veía en mi vida; pero aún asiél me invitó a ir a su casa y pasar allí el día de reposo,y así lo hice. Ellos tenían reunión los domingos.

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El profeta José Smith y su hermano Hyrum. “¡En vida no fueron divididos,y en su muerte no fueron separados!” (D. y C. 135:3).

Perfiles de José y de Hyrum Smith.

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La Casa de la Mansión, Nauvoo, Illinois. José Smith y su esposa Emma semudaron a la Casa de la Mansión el 31 de agosto de 1843. La casa teníacomo propósito servir de residencia para el Profeta y su familia y para recibirvisitas y conducir asuntos de la Iglesia y cívicos. El edificio que contaba conveintidós cuartos poseía un ala sur que servía como hotel. Ésta poseía unasala grande y una cocina en la planta baja, además de los dormitorios en laplanta alta. El ala se demolió en 1890.

“El domingo por la noche, el Profeta pidió a todoslos que poseían el sacerdocio que se reunieran en unapequeña cabaña que servía de escuela. Era una casa muypequeña, quizá de unos 4,2 metros [14 pies] cuadrados.Ahí estaba todo el sacerdocio de La Iglesia de Jesucristode los Últimos Días que se encontraba entonces en laciudad de Kirtland, y quienes se habían juntado para iral Campo de Sión. Ésa fue la primera vez que vi a OliverCowdery, o que lo oí hablar; y también la primera vezque vi a Brigham Young, a Heber C. Kimball, a los doshermanos Pratt, a Orson Hyde y a muchos otros. Nohabía apóstoles de la Iglesia en ese tiempo exceptoJosé Smith y Oliver Cowdery. Cuando nos reunimos,el Profeta llamó a los élderes de Israel para que dierantestimonio de esta obra. Todos los que nombré hablaron,y muchos otros que no nombré dieron su testimonio.Cuando concluyeron, el Profeta dijo: ‘Hermanos, he sidograndemente edificado e instruido con sus testimoniosesta noche, pero quiero decirles ante el Señor que loque ustedes saben concerniente al destino de esta Iglesiay este reino se puede comparar al conocimiento de unbebé en brazos de su madre. Realmente no lo compren-den’. Me sorprendí. Luego dijo: ‘Esta noche sólo ven aun puñado de hombres con el sacerdocio, pero estaIglesia se extenderá por América del Norte y del Sur, yse extenderá por todo el mundo’ ” (citado por el élderM. Russell Ballard en “Anclados en la fe y la dedicación”,Liahona, agosto de 2001, pág. 33).

ÉL FUE UN PROFETA, VIDENTE,REVELADOR, RESTAURADOR,TESTIGO Y MÁRTIR

Con la autoridad de Dios, el profeta José Smithpuso los cimientos para el establecimiento de una ex-traordinaria restauración en los últimos días, en prepa-ración para la Segunda Venida de Jesucristo. Sinembargo, al igual que muchos profetas antes que él,tuvo que afrontar una gran oposición y dio su vida porel reino de Dios. Fue ridiculizado, acosado y golpeado,

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Cárcel de Carthage, Carthage, Illinois.

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José Smith Capítulo 1

y llevó hasta su tumba las cicatrices de la persecución.Seis de los once hijos que Emma y él tuvieron, dos deellos adoptados, murieron en la infancia. Muchas de laspersonas que antes habían sido sus amigos se volvieronen contra de él y se le entablaron más de cuarenta yseis demandas judiciales.

Él pasó meses en la cárcel bajo cargos falsos. “Alpartir José para Carthage, para entregarse a los supues-tos requisitos de la ley, dos o tres días antes de su ase-sinato, dijo: ‘Voy como cordero al matadero; pero mesiento tan sereno como una mañana veraniega; mi con-ciencia se halla libre de ofensas contra Dios y contratodos los hombres. MORIRÉ INOCENTE, Y AÚN SE DIRÁ DE

MÍ: FUE ASESINADO A SANGRE FRÍA” (D. y C. 135:4). El 27de junio de 1844, un populacho armado tomó porasalto la cárcel y asesinaron al Profeta y a su hermanoHyrum. Su obra en la vida terrenal había llegado a sufin. Sus últimas palabras fueron: “¡Oh Señor, Dios mío!”(D. y C. 135:1).

El presidente Joseph Fielding Smith testificó:“José Smith fue un profeta, llamado en estos últi-

mos días para recibir mediante revelación las verdadessalvadoras del Evangelio y para actuar como adminis-trador legal, al haber recibido desde lo alto el poderpara administrar las ordenanzas del Evangelio.

“Siendo que estas verdades reveladas por interme-dio de él son las mismas que serán predicadas en todaslas naciones antes de la Segunda Venida, no es de ex-trañarse que Moroni le haya dicho a José Smith que‘entre todas las naciones, tribus y lenguas se tomaría[su] nombre para bien y para mal, o sea, que se iba ahablar bien y mal de [él] entre todo pueblo’ [JoséSmith—Historia 1:33.]

“Ni tampoco es de extrañarse que más adelante elSeñor le haya dicho al Profeta: ‘Los extremos de la tie-

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“‘en tanto que los puros de corazón, los sabios, losnobles y los virtuosos buscarán consejo, autoridad y ben-diciones de tu mano constantemente’ (D. y C. 122:1–2).

“Los cabos de la tierra están ahora empezando ainquirir acerca del nombre de José Smith, y muchagente de diversas naciones se regocija en el Evangeliorestaurado por su intermedio” (véase “Para que la ple-nitud de Mi Evangelio sea proclamada”, Liahona, mayode 1971, pág. 2).

Poco después del martirio del Profeta, el élderJohn Taylor, en ese entonces miembro del Quórum delos Doce Apóstoles, testificó: “José Smith, el Profeta yVidente del Señor, ha hecho más por la salvación delhombre en este mundo, que cualquier otro que ha vivi-do en él, exceptuando sólo a Jesús” (D. y C. 135:3).Personas de todas las dispensaciones han sentido la in-fluencia de la obra de la Restauración que el Señor llevóa cabo por medio de ese extraordinario profeta de estaúltima dispensación. Todo aquel que investigue de todocorazón y con honradez, puede saber que José Smithfue un profeta verdadero del Dios viviente.

El élder Gordon B. Hinckley, en ese entoncesmiembro del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó:“Nosotros no adoramos al Profeta. Adoramos a Dios,nuestro Padre Eterno y a Jesucristo, el Señor resucitado.Pero lo reconocemos, lo anunciamos y lo respetamoscomo un instrumento en las manos del Todopoderosopara restaurar a la tierra las antiguas verdades delEvangelio, junto con el sacerdocio, por medio del cualse ejerce la autoridad de Dios con el fin de dirigir SuIglesia y bendecir a Su pueblo” (véase “José el Vidente”,Liahona, octubre de 1977, págs. 52–53).

El populacho en la Cárcel de Carthage.

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Presidentes de la Iglesia

“ÉL ES EL GRAN PROFETA DEESTA DISPENSACIÓN”

El presidenteGordon B. Hinckleyexpresó gratitud por elprofeta José Smith:

“Ciertamente, ¡cuángrande es la deuda quetenemos con él! Su vidase inició en el estado deVermont y llegó a su finen el de Illinois, y mara-villosos fueron los suce-sos que tuvieron lugarentre el sencillo comien-zo y el trágico fin. Él fueel que nos brindó el ver-dadero conocimiento deEl profeta José Smith.

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Dios, el Eterno Padre, y de Su Hijo resucitado, el SeñorJesucristo; en el breve tiempo que duró su grandiosavisión, aprendió más sobre la naturaleza de la Deidadque todos aquellos que, a través de los siglos, habíandiscutido el tema en concilios de eruditos y en foros deletrados. Él puso a nuestra disposición el maravillosoLibro de Mormón como otro testigo de la realidad vi-viente que es el Hijo de Dios y recibió, de los que losposeían en la antigüedad, el sacerdocio, el poder, la au-toridad, las llaves para hablar y actuar en el nombre deDios. Él nos dio la organización de la Iglesia con su mi-sión grandiosa y sagrada. Por medio de él se restaura-ron las llaves de los santos templos, a fin de quehombres y mujeres puedan entrar en convenios eter-nos con Dios y que se lleve a cabo la gran obra por losmuertos para darles la oportunidad de recibir bendicio-nes eternas…

“Él fue un instrumento en las manos delTodopoderoso; fue el siervo que actuó bajo la direc-ción del Señor Jesucristo para llevar a cabo esta granobra de los últimos días.

“Lo honramos; él es el gran Profeta de esta dispen-sación y está a la cabeza de esta grandiosa y extraordina-ria obra que va extendiéndose por toda la tierra; esnuestro Profeta, nuestro revelador, nuestro vidente ynuestro amigo. No lo olvidemos… Demos gracias a Diospor el profeta José” (véase “Una época de expresar grati-tud”, Liahona, diciembre de 1997, págs. 3–4).

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Mascarillas mortuorias del rostro del profeta José y de su hermano Hyrum.El 28 de junio de 1844, los cuerpos de los mártires fueron llevados a laMansión de Nauvoo acompañados por Willard Richards, Samuel Smith yocho guardias. Esa noche se llevó a cabo un velorio. En ese entonces eramuy común hacer un vaciado de yeso del rostro de las personas importantes.El Departamento Histórico de la Iglesia posee los moldes originales.

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Brigham YoungSEGUNDO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

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CAPÍTULO 2

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ACONTECIMIENTOS MÁS DESTACADOSDE LA VIDA DE BRIGHAM YOUNG

Edad Acontecimientos

Nace el 1º de junio de 1801 en Whitingham, Condado de Windham, Vermont;sus padres son John Young y Abigail Howe Young.

14 Muere su madre; empieza a ganarse la vida por su cuenta y con el tiempo llegaa ser carpintero (1815).

23 Contrae matrimonio con Miriam Works (8 de octubre de 1824).

30 Se bautiza en la Iglesia (14 de abril de 1832) y se le ordena al oficio de élder (1832).

31 Fallece su esposa, Miriam (8 de septiembre de 1832), dejándole el cuidadode sus dos hijas.

32 Contrae matrimonio con Mary Ann Angell (18 de febrero de 1834).

32–33 Es capitán en la marcha del Campo de Sión (mayo–julio de 1834).

33 Es ordenado por los Tres Testigos como uno de los miembros originales delQuórum de los Doce Apóstoles (14 de febrero de 1835).

37 Dirige a los santos de Misuri a Illinois (1838–1839).

38–40 Sirve en una misión en Gran Bretaña (septiembre de 1839– julio de 1841).

38 Se le sostiene como Presidente del Quórum de los Doce (14 de abril de 1840).

43–46 Tras el martirio del profeta José Smith, dirige la Iglesia en su calidad de apóstolde mayor antigüedad (1844–1847).

45 Recibe la revelación registrada en Doctrina y Convenios 136; ve al profeta JoséSmith en una visión (14 de enero de 1847).

45–47 Dirige el éxodo de los santos hacia el Valle del Gran Lago Salado (abril de1847–septiembre de 1848).

46 Regresa a Winter Quarters (otoño de 1847); se reorganiza la Primera Presidencia(5 de diciembre de 1847); se le sostiene como Presidente de la Iglesia el 27 dediciembre de 1847, en Kanesville (hoy Council Bluffs), Iowa.

48 Funda la Universidad de Deseret (28 de febrero de 1850), que posteriormentellegaría a ser la Universidad de Utah.

49 Llega a ser Gobernador del Territorio de Utah (20 de septiembre de 1850).

51 Coloca la piedra angular del Templo de Salt Lake (6 de abril de 1853).

56–57 La Guerra de Utah; se le revela de su cargo como gobernador, tras ocho añosde servicio (1857–1858).

66 Se termina de construir el Tabernáculo de Salt Lake; se organiza la Unión Localde Escuelas Dominicales (1867).

67 El ferrocarril llega a Utah (10 de mayo de 1869).

68 Se organiza la Asociación de Moderación de Mujeres Jóvenes (28 de noviembrede 1869).

75 Bajo su dirección, se dedica el Templo de St. George, Utah (6 de abril de 1877).

76 Fallece en Salt Lake City, Utah (29 de agosto de 1877).

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Brigham Young Capítulo 2

Brigham Young nació cuatro años antes que el pro-feta José Smith. Se bautizó en la Iglesia el 14 de abril de1832, cerca de su casa en Mendon, Nueva York. En sep-tiembre de ese año, poco después de la muerte de suesposa, viajó a Kirtland, Ohio, para conocer al Profeta.De ese encuentro, él escribió:

“Fuimos a la casa de su padre y nos dijeron queestaba en el bosque, cortando leña. Inmediatamentenos dirigimos al bosque, donde encontramos al Profetay a dos o tres de sus hermanos, cortando y cargandoleña. Allí recibí un gozo pleno por el privilegio de es-trechar la mano del Profeta de Dios, y recibí el testimo-nio seguro, por el espíritu de profecía, de que él eratodo lo que cualquier hombre podría creer que fuera,como profeta verdadero. Le dio gusto vernos y nos diola bienvenida; poco después regresamos a su casa y élnos acompañó.

“Por la tarde vinieron algunos de los hermanos yconversamos sobre las cosas del reino. Me pidió queofreciera una oración, y al hacerlo, hablé en lenguas.Tan pronto como nos pusimos de pie, después dehaber estado arrodillados, los hermanos lo rodearon[al Profeta] y le pidieron su opinión sobre el don delenguas que yo había recibido. Les dijo que era el len-guaje Adámico puro. Algunos le dijeron que esperabanque él hubiese condenado el don que tenía el herma-no Brigham, pero él dijo: ‘No, es de Dios y llegará eltiempo en que el hermano Brigham Young presidaesta Iglesia’. La última parte de esta conversación fueen mi ausencia” (véase Manuscript History of BrighamYoung, 1801–1844, comp. por Elden Jay Watson, 1968,págs. 4, 5).

Posteriormente, Brigham Young dijo:“Constantemente siento ganas de gritar aleluya cuandopienso que conocí a José Smith, el Profeta que Dios le-vantó y ordenó y a quien le dio las llaves y el poderpara edificar el Reino de Dios sobre la tierra y sostener-lo” (Discourses of Brigham Young, sel. John A. Widtsoe,1954, pág. 458).

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Whittingham, Vermont.

El tiempo y las circunstancias pocas veces colo-can a un hombre en la situación en la que se encon-tró Brigham Young tras el martirio del profeta JoséSmith, el 27 de junio de 1844, al haber revelado elSeñor Su voluntad con respecto a la sucesión en el li-derazgo de la creciente Iglesia y del traslado de lossantos hacia el oeste.

BRIGHAM YOUNG CONOCÍALOS RIGORES DE LA VIDA YDEL TRABAJO ARDUO

Brigham Young conoció el trabajo, las penurias y lasprivaciones. Él explicó lo siguiente acerca de su niñez:

“Desde temprana edad trabajé con mi padre, ayu-dándole a despejar nuevos terrenos y a cultivar sugranja, pasando por las muchas penurias y privacionesrelacionadas con el establecimiento en tierras nuevas”(Manuscript History of Brigham Young, pág. 1).

“El hermano Heber y yo nunca fuimos a la escuelahasta que nos convertimos al ‘mormonismo’: ese fue elinicio de nuestra instrucción. Nunca tuvimos la oportu-nidad de estudiar en nuestra juventud, pero tuvimos elprivilegio de recoger maleza, talar árboles, hacer rodartroncos, y trabajar entre las raíces; y también de tenermoretones en las espinillas, en los pies y en los dedosde los pies. El tío del hermano Merrell, quien ahoramismo está entre la congregación, me hizo el primersombrero que mi padre me compró. En aquel entoncesyo tenía unos once años de edad; eso no quiere decirque antes andaba con la cabeza al descubierto, perotampoco le pedía a mi padre que me comprara periódi-camente un sombrero de cinco dólares, como me pidenalgunos de mis hijos. Mis hermanas me hacían una gorrapara el invierno y en el verano llevaba un sombrero depaja, que a menudo yo mismo trenzaba. Aprendí a hacerpan, a lavar los platos, a ordeñar las vacas y a hacer man-tequilla; y puedo hacer mantequilla y puedo ganarle a la

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Brigham Young amaba al profeta José Smith. Desde su primer encuentro,fueron amigos leales.

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Presidentes de la Iglesia

mayoría de las mujeres de esta comunidad en las tareasdel hogar. Esas son más o menos todas las ventajas queobtuve en mi juventud. Sé cómo economizar, pues mipadre tuvo que hacerlo” (en Journal of Discourses,tomo V, pág. 97).

“En vez de llorar pornuestros sufrimientos,como algunos suelenhacer, prefiero contar unabuena historia y dejar elllanto para los demás.Desconozco haber sufridoalguna vez. No me doycuenta de ello. ¿He pasa-do hambre y he andadocon poca ropa? Sí, peroeso no era sufrir. Yo esta-ba acostumbrado a eso enmi juventud. Solía trabajaren el bosque, cargando

maderos y llevando una yunta de animales, verano e in-vierno, con poca ropa y con poca comida, hasta el puntode que me dolía el estómago, así que estoy acostumbra-do a todo esto, y no he sufrido. Como les dije a los her-manos la otra noche, el único sufrimiento del que me hedado cuenta en esta Iglesia ha sido el de controlar migenio hacia mis enemigos. Pero incluso he superado esobastante” (en Journal of Discourses, tomo XII, pág. 287).

FUE UN EXCELENTE ARTESANO

A la edad de catorce años, Brigham Young empezóa trabajar como aprendiz de un carpintero y pintor decasas. Se destacó en el oficio y durante su aprendizaje,“se estableció como un diestro artesano, famoso en estaciudad [Auburn, Nueva York] por la belleza de sus deco-raciones en las escaleras, los montantes en abanico en-

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Brigham Young fabricó esta repisa para chimenea.

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cima de las puertas, los marcos de puertas, los baranda-les de escaleras, las ventanas laminadas de ático y sobretodo, las repisas de las chimeneas” (Mary Van SickleWait, Brigham Young in Cayuga County, 1813–1829,1964, pág. 24).

FUE UN ESPOSO Y UN PADRE DEVOTO“Brigham conoció a Miriam Angeline Works, de die-

ciocho años de edad, cuya familia vivía cerca de la fábri-ca de baldes [donde trabajaba Brigham] y se decía queeran amigos de Charles Parks [el patrón de Brigham].Miriam (a veces conocida como Angeline), segunda hijade Asa y Abigail Works, nació en Aurelius el 6 (o el 7) dejunio de 1806 y era ‘una hermosa joven rubia de ojosazules y cabello ondulado; dulce y cariñosa’ [Susa YoungGates y Leah D. Widtsoe, The Life Story of BrighamYoung, 1930, pág. 19]. Su padre, como el de Brigham,era veterano de la Guerra de la Revolución. Se habíamudado de Worcester, Massachusetts, a la parte oestedel estado de Nueva York, no muy lejos de Hopkinton,donde había vivido John Young. Brigham y Miriam seconocieron, él la acompañaba a su casa, cantabanjuntos y hablaban de la vida. A la edad de veintitrésaños, Brigham tomó prestado un caballo y una carretadel padre de William Hayden, alquiló una casa no muylejos de allí y se casó con Miriam.

“El casamiento sellevó a cabo el 5 de octu-bre (algunas fuentes dicenel 8 de octubre) de 1824,y lo ofició Gilbert Weed,juez de paz de Aurelius,en la taberna de JamesPine, entre Auburn yBucksville” (Leonard J.Arrington, BrighamYoung: American Moses,1985, pág. 15).

Brigham Young fueun esposo y un padre de-voto. En 1829 se mudójunto con su familia aMendon, Nueva York, aquince millas de la casade José Smith. Allí naciósu segunda hija y su espo-

sa contrajo tuberculosis, que gradualmente la fue debili-tando. Era cariñoso, atento y amoroso, y cada día antesde trabajar, Brigham atendía a su esposa y a sus hijas.

“Brigham Young una vez comentó que después decasarse trabajaba por media corona al día cuando nopodía conseguir más; preparaba el desayuno para suesposa, para sí mismo y para las niñas, las vestía, lim-

Después de casarse, Brigham y MiriamYoung se mudaron de Aurelius, NuevaYork, a la cercana Haydenville, dondeBrigham trabajaba como granjerodurante el verano y en una fábrica depintura en el invierno. Se cree queBrigham y Miriam vivieron en la casaque se ve en esta fotografía.

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piaba la casa, llevaba a su esposa a la mecedora junto ala chimenea y la dejaba ahí hasta que regresaba por latarde. Cuando volvía a casa, cocinaba la cena para todala familia, llevaba a su esposa de vuelta a la cama y ter-minaba con las labores domésticas de la casa” (Gates yWidtsoe, The Life Story of Brigham Young, pág. 5).

El 8 de septiembre de 1832 falleció su esposaMiriam, y fue enterrada en Mendon.

Posteriormente, Brigham contrajo matrimonio conMary Ann Angell. Ella lo había oído predicar y habíaquedado muy impresionada. También había escuchadopredicar el Evangelio a Phineas y a Lorenzo Young, her-manos de Brigham. La bautizó John P. Green, cuñadode Brigham Young y tiempo después ella se mudó aKirtland, en la primavera de 1833. Poco después de lle-gar, Brigham le oyó dar su testimonio y quedó impre-sionado. Se casaron el 18 de febrero de 1834. Él teníatreinta y dos años y ella treinta.

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La casa de Phineas Young, cerca de Victor, Nueva York.

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Brigham Young y sus hermanos, por Charles R. Savage, 13 de septiembre de 1866 (de izquierda a derecha: Lorenzo, Brigham, Phineas, Joseph y John).

BUSCÓ LA REALIZACIÓN ESPIRITUALEl presidente Brigham Young dijo una vez: “Antes

de haber cumplido ocho años, los sacerdotes me ha-bían instado a orar. Sobre este tema tenía yo un senti-miento predominante en la mente: Señor, presérvamehasta que tenga la edad suficiente como para tener unsano juicio, y una mente prudente que haya maduradosobre la base firme y sólida del sentido común” (enJournal of Discourses, tomo VIII, pág. 37).

Tenía buenos valores morales y era trabajador yhonrado. Dijo que de su madre aprendió a amar y areverenciar la Biblia: “De mi madre —aquella que metrajo al mundo— puedo decir que no hubo mejormujer que ella en el mundo… En vida, mi madre ense-ñó constantemente a sus hijos a honrar el nombre delPadre y del Hijo, y a considerar con reverencia al SantoLibro. Ella decía: ‘Léanlo, observen sus preceptos y aplí-quenlos en su vida tanto como puedan. Hagan todo loque es bueno; no hagan nada que sea malo; y si ven

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Presidentes de la Iglesia

personas en apuros, ayúdenlas en sus necesidades;nunca permitan que el enojo los domine, pues si lohacen, el mal los podría vencer’ ” (citado en PrestonNibley, Brigham Young: The Man and His Work, 1936,pág. 2).

“Antes de que yo abrazara el Evangelio, entendíabastante bien lo que predicaban las diferentes sectas,pero me llamaban infiel porque no aceptaba sus creen-cias… Había algunas cosas que ellos predicaban quepodía creer, y algunas que no… Podía creer sus ense-ñanzas hasta donde concordaran con la Biblia, peronada más” (Brigham Young, en Journal of Discourses,tomo XVIII, pág. 247).

“Recuerdo que en mi juventud fui a oír predicar aLorenzo Dow, a quien la gente religiosa lo tenía en altaestima. Aunque era joven y sin experiencia, muchas vecesyo había pensado que me gustaría oír a algún hombreque al abrir la Biblia pudiera decirme algo sobre el Hijode Dios, la voluntad de Dios, lo que los de la antigüedadhicieron y recibieron, vieron y oyeron, y lo qué sabíancon respecto a Dios y al cielo. Así que fui a oír a LorenzoDow. A veces se ponía de pie y a veces se sentaba; cam-biando de una posición a otra. Habló durante dos o treshoras y cuando acabó, me pregunté a mí mismo: ‘¿Quéhas aprendido de Lorenzo Dow?’ Y mi respuesta fue:‘Nada; sólo principios morales’. Él podía decirle a lagente que no debía trabajar en el día de reposo; que nodebía mentir, maldecir, robar, cometer adulterio, etc.,pero en lo que tenía que ver con las cosas de Dios, su os-curidad era como la de la medianoche… Preferiría ir a unpantano a medianoche para aprender a pintar un cuadroy luego definir sus colores cuando no hay ni luna ni es-trellas visibles y cuando prevalece una profunda oscuri-dad, que ir al mundo religioso para aprender acerca deDios, el cielo, el infierno o la fe de un cristiano. Pero sísaben explicar nuestro deber como seres racionales ymorales. Eso es bueno; es excelente, pero no va másallá” (Brigham Young, en Journal of Discourses, tomoXIV, págs. 197–198).

INVESTIGÓ CON CAUTELA LASAFIRMACIONES DEL “MORMONISMO”

Mientras servía en una misión, a principios del año1830, Samuel Smith le vendió una copia del Libro deMormón a Phineas Young, hermano de Brigham. Phineasluego se lo dio a su padre y a su hermana Fanny. Con eltiempo, el libro llegó a manos de Brigham. Estudió ellibro con cautela, como era su naturaleza. Hombre prác-tico y honrado, Brigham no se dejaba presionar pornada. Estudió el libro durante dos años y entonces loaceptó con todo el corazón. Brigham y su esposa Miriamse unieron a la Iglesia. Él quería aprender más, así que

procuró informarse lo antes posible acerca de los santosy del profeta José Smith.

Brigham Young eraun hombre honrado enbúsqueda de la verdad.Su criterio para emitir unjuicio sobre la Iglesia eradirecto y sensato. “Mefijé”, dijo él, “para ver sise manifestaba el buensentido común; y si lo te-nían, quería que lo expu-sieran de acuerdo con lasEscrituras” (en Journalof Discourses, tomo VIII,pág. 38). Dijo que cuan-

do recibió el Libro de Mormón pensó: “ ‘Espera uncorto tiempo; ¿cuál es la doctrina del libro y cuáles sonlas revelaciones que el Señor ha dado? Deseo dedicar-me a ellas de todo corazón’; y después de que hubehecho eso, consideré que tenía el derecho de saber pormí mismo, tanto como a cualquier otro hombre sobrela tierra.”

“Durante dos años, examiné el asunto diligente-mente antes de tomar la decisión de recibir el libro.Sabía que era verdadero de la misma manera que sabíaque podía ver con mis ojos, o sentir con el tacto de misdedos, o percibir la demostración de cualquiera de lossentidos. De no haber sido así, jamás lo habría acepta-do hasta la fecha; todo habría sido sin coordinación nihermosura para mí. Deseaba tener tiempo suficientepara examinarlo todo por mí mismo” (en Journal ofDiscourses, tomo III, pág. 91).

Eso no era una falta de decisión, sino la cautela deun hombre que, tras encontrar la verdad, dedicaría suvida a ella. Dijo él: “No podría haberme preparado conmás honradez y seriedad para ir a la eternidad que de laforma en que lo hice para entrar en esta Iglesia; y cuan-do había madurado todo en mi mente, lo recibí sin re-servas, pero no fue sino hasta entonces” (en Journal ofDiscourses, tomo VIII, pág. 38).

SU CONVERSIÓN TUVO LUGARPOR MEDIO DEL TESTIMONIODIVINO DEL ESPÍRITU SANTO

En 1852, el presidente Brigham Young expresó losiguiente sobre su conversión: “Si se me hubiera envia-do todo el talento, tacto, sabiduría y refinamiento delmundo junto con el Libro de Mormón y éstos me hu-biesen declarado, en la más exaltada de las elocuenciasdel mundo, la verdad de él, con la intención de demos-trarlo mediante la erudición y la sabiduría del mundo,

El arroyo Cayuga. El 14 de abril de1832, Eleazer Miller bautizó a BrighamYoung en este pequeño arroyo cercade Mendon, Nueva York.

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habrían sido para mícomo el humo que subesólo para luego desvane-cerse. Pero cuando vi aun hombre sin elocuen-cia ni talentos para ha-blar en público, que sólopodía decir: ‘Yo sé, porel poder del EspírituSanto, que el Libro deMormón es verdadero,que José Smith es unprofeta del Señor’, elEspíritu Santo que prove-nía de esa persona ilumi-nó mi entendimiento y laluz, la gloria y la inmortalidad estaban ante mí. Estabarodeado de ellos, lleno de ellos, y sabía por mí mismoque el testimonio de ese hombre era verdadero” (enJournal of Discourses, tomo I, pág. 90).

Escribió que después de su bautismo “regresamosa casa, aproximadamente dos millas, el tiempo estabafrío y nevoso; y antes de que la ropa se me secara enla espalda [el hermano Eleazer Miller] puso las manossobre mí y me ordenó élder, ante lo cual me maravillé.Según las palabras del Salvador, sentí un espíritu hu-milde y semejante al de un niño, dándome testimoniode que mis pecados me eran perdonados” (ManuscriptHistory, 1801–1844, pág. 3).

SU CONVERSIÓN TRAJO LOSDONES DEL ESPÍRITU

Debido a su gran fe, Brigham Young gozó de mu-chos de los dones del Espíritu, tales como la revelación,la profecía y el hablar en lenguas. Él escribió: “Unas se-manas después de mi bautismo, una mañana en que yome encontraba en casa del hermano Kimball, mientras seoraba en familia, el hermano Alpheus Gifford comenzó ahablar en lenguas. Poco después el Espíritu vino sobremí y yo también hablé en lenguas y pensamos sólo en eldía de Pentecostés, cuando los apóstoles fueron investi-dos con lenguas repartidas como de fuego” (ManuscriptHistory, 1801–1844, pág. 3).

EL ESPÍRITU DEL SEÑOR LE AYUDÓA PREDICAR Y A ENSEÑAR

Uno de los desafíos más grandes de Brigham Youngera el de hablar en público, pero tan poderoso fue elefecto que el Espíritu tuvo sobre él que no se podía que-dar callado. Declaró lo siguiente acerca de lo que sentía:

“Cuando empecé a hablar en público, me encon-traba tan privado de palabras… Qué dolor de cabezame aquejaba, cuando tenía ideas para exponer ante lagente, mas no contaba con las palabras para expresar-las; pero estaba tan decidido que siempre me esforcé almáximo” (en Journal of Discourses, tomo V, pág. 97).

“Cuando comencé apredicar, tomé la resolu-ción de declarar las cosasque entendía, sin temora los amigos ni a las ame-nazas, sin preocupaciónpor los halagos. Todoeso no era nada para mí,pues mi deber era levan-tarme ante una congrega-ción de extraños y decirque el Señor vive, quese ha revelado en éstos,nuestros días, que nos hadado un profeta, que hatraído el nuevo y sempi-terno convenio para larestauración de Israel;y si eso era todo lo quepodía decir, debía sentir-me tan satisfecho comosi me hubiera puesto depie y hubiera habladodurante horas… De nohaber sido por ese senti-miento, nada me habría inducido a hablar en publico”(en Journal of Discourses, tomo IV, pág. 21).

“Una semana [después del bautismo] tuve el pla-cer de reunirme con una gran congregación y de predi-carles. Creo que estaban presentes en esa ocasióncuatro experimentados élderes, que habían sido de lareligión metodista y bautista, y que habían recibido elEvangelio. Yo esperaba oírles dirigir la palabra sobre losprincipios que acabábamos de recibir por medio de lossiervos del Señor. Dijeron que el Espíritu del Señor noestaba sobre ellos para hablar a la gente y sin embargohabían sido predicadores durante años. Yo no era másque un niño en cuanto a hablar en público y al conoci-miento del mundo; pero el Espíritu del Señor estabasobre mí y sentí como si mis huesos fueran a consumir-se a menos que hablara a la gente y les dijera lo quehabía visto, oído y aprendido, lo que había experimen-tado y en lo que me había regocijado; y en el primerdiscurso que di, hablé por más de una hora. Yo abrí laboca y el Señor la llenó” (en Journal of Discourses,tomo XIII, pág. 211).

El Templo de Kirtland. Kirtland, Ohio, fuetanto una bendición como un terreno deexperiencias para Brigham Young. Su fey su lealtad hacia el profeta José Smithfueron puestas a prueba en la difícilmarcha de 1.930 kilómetros que realizóel Campo de Sión por cuatro estados.Gran parte de la construcción del Templode Kirtland fue supervisada por ArtemiusMillett, un canadiense cuya familia fueconvertida por Brigham Young.

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Brigham Young, aproximadamenteen 1846; copia de un daguerrotipopor Lucian R. Foster.

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FUE INTEGRANTE DELCAMPO DE SIÓN

En 1834, Brigham Young prestó servicio en elCampo de Sión, un grupo de voluntarios dirigidos por elprofeta José Smith que fueron a Misuri para ayudar allí alos miembros oprimidos. Los sacrificios que hicieron y laspenurias que pasaron durante esa marcha proporciona-ron oportunidades para hombres como Brigham Youngde demostrar su devoción y dedicación al Evangelio deJesucristo. La mayoría de los hombres que posteriormen-te fueron escogidos para estar en los consejos directivosde la Iglesia prestaron servicio en el Campo de Sión.

FUE UN DEDICADO DISCÍPULODEL SEÑOR Y DE SU PROFETA

Durante 1836, el espíritu de apostasía se habíaapoderado de una cantidad de santos en Kirtland, peroBrigham Young demostró lealtad al profeta José Smith,característica de todo su ministerio. Él escribió:

“En esa época, el espíritu de especulación, la faltade afecto y lealtad, y la apostasía, asumidos por muchosde los Doce y que fluía por todos los quórumes de laIglesia, prevaleció de manera tan extensa que era muydifícil para cualquiera ver la senda a seguir.

“En cierta ocasión varios de los Doce, los testigosdel Libro de Mormón y otras autoridades de la Iglesiatuvieron una reunión en la sala superior del Templo. Lacuestión que planteaban era la forma de deponer alprofeta José Smith y nombrar a David Whitmer comoPresidente de la Iglesia. Estaban presentes el padre deJohn Smith, el hermano Heber C. Kimball y otros quese oponían a tales medidas. Yo me puse de pie y de unamanera clara y firme les declaré que José era un profe-ta, y que yo lo sabía, y que aunque lo reprocharan y ca-lumniaran tanto como quisieran, no podrían abrogar sullamamiento como Profeta de Dios, que solamente lo-grarían destruir en sí mismos su propia autoridad, su-primir los lazos que los unían al Profeta y a Dios, yterminarían hundiéndose en el infierno. Muchos esta-ban enfurecidos ante mi decidida oposición a sus medi-das, y Jacob Bump (un antiguo pugilista) estaba tanexasperado que no podía permanecer quieto. Algunosde los hermanos que estaban cerca de él lo agarraron yle pidieron que se callara; pero él contorsionó los bra-zos y el cuerpo, y dijo: ‘¿Cómo puedo contenerme deponerle las manos encima a ese hombre?’ Yo le dije quesi él pensaba que le daría algún alivio podía golpearme.La reunión terminó sin que los apóstatas lograran unir-se ni tomar decisiones acerca de las medidas de oposi-ción. Esto fue una crisis en que la tierra y el infierno

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Líderes de la Iglesia en sus inicios: Hyrum Smith, Willard Richards, José Smith, Orson A. Pratt, Parley P. Pratt, Orson Hyde, Heber C. Kimball y Brigham Young.

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Brigham Young Capítulo 2

parecían estar unidos para derrocar al Profeta y a laIglesia de Dios. Las rodillas de muchos de los hombresmás fuertes de la Iglesia flaquearon.

“Durante ese asedio de oscuridad permanecíjunto a José y, con toda la sabiduría y el poder queDios ha conferido sobre mí, dediqué toda mi energía aapoyar al siervo de Dios y a unir a los quórumes de laIglesia” (Manuscript History, 1801–1844, págs. 15–17).

FUE OBJETO DE LA PERSECUCIÓNPOR SER UN DISCÍPULO

Brigham Young es-cribió: “La mañana del 22de diciembre [de 1837],abandoné Kirtland comoconsecuencia de la furiadel populacho y el espíri-tu que prevalecía entrelos apóstatas, que habíanamenazado con destruir-me porque yo proclama-ba, en público y enprivado, que yo sabía,por el poder del EspírituSanto, que José Smithera un Profeta del MásAlto Dios, y que no habíatransgredido y caído

como declaraban los apóstatas” (Manuscript History,1801–1844, pág. 23).

A menudo resulta elevado el costo de ser un dis-cípulo, pero también son grandes las recompensas.Considere la siguiente declaración del presidenteBrigham Young, en ese entonces Presidente delQuórum de los Doce Apóstoles:

“[El 10 de diciembre de 1843] Asistí a la reunión deoración en el Salón de Asambleas. Estando el presidenteJosé Smith ausente, yo presidí e instruí a los hermanossobre la necesidad de seguir a nuestro líder y a nuestroSalvador en todas Sus leyes y en todos Sus mandamien-tos, sin preguntar por qué era así” (Manuscript History,1801–1844, pág. 156).

JOSÉ SMITH FUE UN PROFETA AL QUESE DEBÍA SEGUIR, NO CONDENAR

Al hablar de la importancia de tener fe y confianzaen los líderes de la Iglesia, el presidente BrighamYoung dijo:

“Aunque admitía interiormente y siempre supeque José era un ser humano y que estaba sujeto a co-meter errores, aún así no era de mi incumbencia bus-car sus defectos.

Silla que fabricó Brigham Young parasu padre y la valija misional de Brigham.

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“Me arrepentí de mi incredulidad, y eso también,de manera muy rápida; me arrepentía tan pronto comocometía el error. No era asunto mío preguntar si Josérecibía los dictados del Señor en todo momento y bajotodas las circunstancias o no. Nunca, ni por un mo-mento, me pasó por la mente creer que hombre algu-no o conjunto de hombres o seres sobre la faz de latierra tuvieran algo que ver con él, pues él era superiora todos ellos, y poseía las llaves de salvación para ellos.De no haber comprendido y creído eso a fondo, dudomucho que jamás hubiese aceptado lo que se llama‘mormonismo’…

“No tenía derecho a poner en duda ningún hechode su vida. Él era el siervo de Dios y no mío. No perte-necía al pueblo sino al Señor y estaba haciendo la obradel Señor… Esa era mi fe, y la sigue siendo todavía.

“Si tenemos falta de confianza en aquellos a quie-nes el Señor ha nombrado para dirigir al pueblo, ¿cómopodemos tener confianza en un ser de quien no sabe-mos nada?…

“¿Cómo vamos a obtener una confianza implícitaen todos los hechos y las palabras de José? Medianteun principio único, es decir, el de vivir de manera quela voz del Espíritu nos testifique siempre que él es elsiervo del Más Alto; para que nos demos cuenta que escomo si fuera el Señor mismo declarando: ‘José es misiervo, Yo lo dirijo dondequiera que sea Mi voluntad yle dicto cualquiera que sea Mi voluntad; él es Mi porta-voz para el pueblo’…

“…Esa es la predicación que ustedes siempre oyen,vivir de manera que la voz del Espíritu de Dios siempreesté con ustedes y entonces sabrán que lo que oyen delos líderes del pueblo es lo correcto” (en Journal ofDiscourses, tomo IV, págs. 297–298).

EL PONER EN PRÁCTICA LASPALABRAS DEL PROFETA LLEGÓA SER LA CLAVE DE SU ÉXITO

El profeta José Smithreconoció enseguida lagrandeza de BrighamYoung, y a lo largo delos años los corazonesde estos dos gigantes dela restauración quedaronentrelazados. BrighamYoung escuchó al Profetapredicar y enseñar, nosólo en sesión con otrossino también en privado.Al futuro Presidente de laIglesia se le enseñaron losmisterios de la piedad, se

Mary Ann Angell, esposa deBrigham Young.

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le dieron llaves y poderes de administración y se leconfiaron sagradas enseñanzas que al principio muypocos conocían. Él sabía cómo recibir la disposición yla voluntad del Señor; se le enseñó verdad sobre verdady recibió revelación sobre revelación y ordenanza sobreordenanza hasta que se le dio todo lo que era necesariopara presidir entre las Autoridades Generales y finalmen-te sobre la Iglesia.

En 1868, el presidente Brigham Young dijo: “Enmi experiencia nunca dejé pasar una oportunidad deestar con el profeta José y de oírle hablar en públicoo en privado, para que yo pudiera extraer experien-cia de la fuente de la cual él hablaba, y tenerla y sa-carla a luz cuando hiciera falta. Mi propia experienciame dice que el gran éxito con el que el Señor ha co-ronado mis labores es resultado de aplicar mi cora-zón a la sabiduría… En los días del profeta José, talesmomentos fueron para mí más preciosos que todaslas riquezas del mundo. No importa cuán grandefuera mi pobreza, si tenía que mendigar una comidapara alimentar a mi esposa y a mis hijos, nunca dejépasar una oportunidad de aprender lo que el Profetatenía que impartir. Éste es el secreto del éxito de suhumilde servidor” (en Journal of Discourses, tomoXII, págs. 269–270).

AYUDÓ A SACAR A LOS SANTOS DEMISURI Y LLEVARLOS A ILLINOIS

Brigham Young y Heber C. Kimball sacaron a lossantos de las hostiles influencias de los habitantes deMisuri y los llevaron a Commerce, Illinois. Muchas delas circunstancias asociadas con el éxodo de Misuri sur-gieron nuevamente el 4 de febrero de 1846 cuando lossantos abandonaron Nauvoo, Illinois. A semejanza delprofeta José Smith, Brigham Young recibió instruccióndel Señor para ser una poderosa influencia para bienen el fortalecimiento del reino de Dios sobre la tierra.

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Brigham y Mary Ann Angell Young con sus hijos.

FUE UN MISIONERO FIEL

Brigham Young sirvió diez misiones entre el lapsode tiempo que hubo entre su bautismo y la muerte delprofeta José Smith. En septiembre de 1839, BrighamYoung, aun estando tan enfermo que no podía caminarmucha distancia sin recibir ayuda, dejó a su familiapara servir en una misión de dos años en Inglaterra.Mientras viajaba en un barco a vapor en el Lago Eriedesde Fairport, Ohio, hasta Buffalo, Nueva York, se le-vantó una tormenta que entorpeció el progreso delbarco. Él escribió: “El viento se levantó alrededor dela una de la madrugada. Subí a la cubierta y sentí laimpresión del Espíritu de orar al Padre, en el nombrede Jesús, para pedir perdón por mis pecados, y luegosentí la impresión de mandar a los vientos que cesarany que nos dejaran continuar a salvo nuestro viaje. Losvientos amainaron y sentí el deseo de dar gloria, honory alabanzas a ese Dios que gobierna todas las cosas”

Para él su mayor gozo siempre fue estar en casacon su familia. En julio de 1841, después de su largamisión en Inglaterra, por fin se volvió a reunir consu esposa, Mary Ann, y sus hijos en Nauvoo. El 18 deenero de 1842, con mucha ternura escribió en su dia-rio: “Esta tarde estoy solo con mi esposa junto a la

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Mientras servía en Inglaterra, Brigham Young escribió a su amada Mary Annlo más a menudo posible.

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chimenea por primera vez en años. Lo disfrutamos ysentimos deseos de alabar al Señor” (Diario de BrighamYoung 1837–1845).

SE PREPARÓ PARA SER LÍDERFuerte, inteligente e ingenioso, Brigham Young

pronto recibió responsabilidades de liderazgo. Fuecapitán en el Campo de Sión, confidente del profetaJosé Smith, uno de los primeros apóstoles llamadosen esta dispensación, organizador del éxodo de Misuri,Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles y élderpresidente de la Misión de Inglaterra. Fue constante ensu lealtad y devoción al Profeta, quien confiaba en él.Las penurias y las pruebas fueron como maestros quelo serenaron hasta que llegó a ser el profeta controladoy compasivo que realmente fue.

Durante los oscuros días de Kirtland, cuandola apostasía corría de manera desenfrenada aún entrelos líderes de la Iglesia, la firmeza inquebrantable deBrigham Young fue la fortaleza de los santos leales. Supoderoso liderazgo dirigió a la Iglesia durante las per-secuciones de Misuri mientras el profeta José y HyrumSmith languidecían en la cárcel de Liberty. Llevó a losDoce Apóstoles unos 320 kilómetros tierra adentro delhostil estado de Misuri para que pudieran partir a sumisión a Inglaterra desde el lugar que el siervo delSeñor dijo que debían hacerlo.

En Inglaterra, los Doce Apóstoles lucharon bajoconstantes presiones de los hombres, de la naturalezay del mismo Satanás. A lo largo de todas esas dificulta-des, Brigham Young demostró sus grandes dotes de li-derazgo y dedicación al Evangelio restaurado. Ayudó aWilford Woodruff y a Willard Richards en las conversio-nes en masa de Herefordshire, predicó en Londres,habló en lenguas, sanó a los enfermos y cojos, compilóun libro de himnos, publicó el Libro de Mormón y loindexó, estableció sobre bases firmes la primera misiónal otro lado del océano y organizó un sistema de trans-

Los ocho apóstoles que sirvieron en Inglaterra desde 1840 hasta 1841.

porte para miles de conversos hacia América, a la vezque ayudaba al Quórum de los Doce a convertirse enun cuerpo unificado y eficiente.

Más adelante en Nauvoo, bajo la dirección de laPrimera Presidencia, presidió en reuniones y consejos.Él no buscaba la alabanza ni la vanagloria ni el ser en-grandecido. Dedicaba todos sus esfuerzos a apoyar detodo corazón a su amado Profeta.

EL MANTO DEL PROFETADESCANSÓ SOBRE ÉL

Tras la muerte delprofeta José Smith, varioshombres se presentaroncomo supuestos líderesde la Iglesia. Algunosmiembros estaban con-fundidos con respectoa quién debían seguir,pero en una reunión cru-cial llevada a cabo el 8 deagosto de 1844, el poderde Dios estaba sobre elpresidente BrighamYoung, Presidente delQuórum de los DoceApóstoles. Él escribió en su diario: “Me levanté y habléa la gente. Mi corazón estaba henchido de compasiónhacia ellos y por el poder del Espíritu Santo, aun el es-píritu de los profetas, pude consolar el corazón de lossantos” (Diario de Brigham Young 1837–1845, 8 deagosto de 1844).

En esa ocasión se desplegó una visión ante mu-chos. En representación de los muchos testimonios deaquellos que estaban allí estaba el del élder George Q.Cannon, que en ese entonces tenía quince años y queposteriormente fue apóstol y Consejero de la PrimeraPresidencia: “Era la voz del mismo José Smith; y no sóloera su voz la que se oía, sino que a los ojos de los pre-sentes era como si su propia persona estuviera enfrentede ellos. Jamás hemos oído de ningún suceso más ma-ravilloso y milagroso que el que tuvo lugar ese día enpresencia de aquella congregación. El Señor dio a Supueblo un testimonio que no dejó lugar a dudas sobre

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Brigham Young, aproximadamente 1850.

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La casa de Brigham Young en Nauvoo fue restaurada y renovada porarquitectos y especialistas durante la renovación de Nauvoo.

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quién era el hombre que Él había escogido para dirigir-los. Vieron y también oyeron, con sus ojos y oídos natu-rales, y las palabras que se pronunciaron les llegaronal corazón acompañadas del persuasivo poder de Dios,y se sintieron llenos del Espíritu y de un gran gozo”(“Joseph Smith, the Prophet”, Juvenile Instructor, 29de octubre de 1870, págs. 174–175).

El presidente Wilford Woodruff, que también fuetestigo de lo sucedido, dijo: “Si no lo hubiera visto conmis propios ojos, nadie habría podido convencerme deque no era José Smith quien hablaba. Era como si fuerala voz y el rostro de José Smith; y cualquiera que conocíaa esos dos hombres puede testificar de esto” (citado enJ.M. Whitaker, “Priesthood and the Right of Succession”,Deseret Evening News, 12 de Marzo de 1892).

El hermanoBenjamin F. Johnsonescribió lo que sucediósegún lo que él experi-mentó: “Se le pidió alpresidente Rigdon queexpusiera ante la congre-gación cual era el dere-cho que reclamaba, locual hizo, y tras sus pala-bras, que estaban vacíasde todo poder o influen-cia, se levantó y hablóel presidente BrighamYoung. Lo vi levantarse,

pero tan pronto como empezó a hablar me puse depie como sacudido, pues en todo sentido era la voz deJosé; y su persona, tanto el aspecto como la actitud, lavestimenta y la apariencia, era la del mismo José perso-nificado; e instantáneamente supe que el espíritu y elmanto de José descansaban sobre él” (My Life’s Review[sin fecha], pág. 104).

SU VALOR, FE Y SENTIDO DEL HUMORFUERON EJEMPLOS PARA LOS SANTOS

Tras la muerte del profeta José Smith, el presiden-te Brigham Young se convirtió en el blanco de juicios yarrestos acosadores, pero afrontó las tribulaciones concompostura y sentido del humor.

En noviembre de 1845, el presidente Young escri-bió que mientras él y algunos hermanos estaban en elTemplo de Nauvoo, “Hans C. Hanson, el portero, infor-mó que había dos oficiales esperándome al pie de las es-caleras. Les dije a los hermanos que yo podía aguantarpermanecer allí, donde estaba calentito, tanto tiempocomo los oficiales pudieran estar al frío esperándome”(en History of the Church, tomo VII, pág. 535).

Brigham Young, aproximadamente1853–1854.

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En otra ocasión sele informó al presidenteYoung que le esperabanunos oficiales federalesen la puerta del templopara arrestarlo. Le dijoal cochero que trajera elcarruaje a la entrada deltemplo. Entonces WilliamMiller se puso la gorrade Brigham y la capa deHeber C. Kimball y saliódel templo, actuandocomo si fuera a subir al

carruaje. Los oficiales de la ley se le acercaron y lo arres-taron. Protestó enérgicamente que se habían confundidode hombre y que él no era culpable de los cargos delos que se le acusaba. Creyendo que tenían a BrighamYoung, lo llevaron a Carthage; en todo momento él con-tinuó protestando y proclamando su inocencia.

Una vez que llegaron a Carthage se corrió la vozde que la policía había traído a Brigham Young. Habíagran excitación hasta que un hombre reconoció aWilliam Miller. Llamó al agente federal, quien le pre-guntó a Miller si se apellidaba Young.

“Él contestó: ‘Nunca le dije que yo era Young, ¿ver-dad?’ ‘No’, respondió el agente, ‘pero uno de mis hom-bres dijo que conocía al señor Young, y lo señaló a ustedcomo tal’. Llamaron a William Backenstos y él les dijoque William Miller no era Brigham Young. Otro hombrevino y dijo que podía jurar que Miller no era BrighamYoung. El agente dijo que lo sentía y le preguntó a Millercómo se llamaba y él contestó, ‘William Miller’.

“El agente abandonó la sala y pronto regresó acom-pañado por Edmonds [un abogado], quien se estabariendo con muchas ganas de él. Edmonds preguntó sitenía algo más que hacer con el ‘señor Young’. El agentecontestó que no sabía que tuviera que hacer algo máscon el señor Miller” (Brigham Young, en History of theChurch, tomo VII, págs. 550–551).

SE ORGANIZÓ EL BATALLÓN MORMÓNEn 1845 Estados Unidos anexó el territorio de

Texas; sin embargo, México que reivindicaba como pro-pio la mayoría del territorio de Texas, lo consideró unacto de guerra. James K. Polk, presidente de EstadosUnidos, estaba a favor del expansionismo y sintió quela adquisición del territorio de Texas, junto con la pos-terior adquisición de Nuevo México y Alta California,era importante para el desarrollo del país. El Congresode Estados Unidos le declaró la guerra a México el 12de mayo de 1846. Poco después de la declaración de

El Templo de Nauvoo.

32

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Brigham Young Capítulo 2

guerra, el ejército de Estados Unidos recibió la ordende conquistar todo ese territorio occidental.

Polk no quería quelos santos emigrantes sealinearan con los británi-cos del territorio deOregon ni que jugaran unpapel antagonista en laexpansión de los EstadosUnidos. Por tanto, el go-bierno determinó que sedebía invitar a los santosa reclutar a 500 volunta-rios para servir en la gue-rra contra México. Estoayudaría a que los santosse mantuvieran alineadoscon Estados Unidos; sinembargo, el sentir de lossantos no era tan negativocomo había supuesto elgobierno de EstadosUnidos. El presidenteBrigham Young reconoció

que esa situación les proporcionaba la oportunidad parademostrar lealtad a Estados Unidos y conseguir fondospara el éxodo, los cuales se necesitaban desesperada-mente. También proporcionaba una justificación paraestablecer asentamientos provisionales. El presidenteYoung habló a los santos e intentó eliminar todo prejui-cio que tuvieran en contra del gobierno federal y les dijoque ésta era la primera oferta que habían recibido delgobierno que podría serles de beneficio. En poco tiem-po, muchos santos se dieron cuenta de la oportunidad yse ofrecieron como voluntarios para integrar el batallón.

Bajo la dirección del capitán James Allen delEjército de los Estados Unidos, unos 500 soldados ycasi 80 mujeres y niños comenzaron su marcha haciael Fuerte Leavenworth el 21 de julio de 1846. El 29 deenero de 1847, tras 3.266 kilómetros de marcha, y des-pués de muchas pruebas, el grupo llegó a la MisiónSan Diego, en California. Al llegar a California, el bata-llón sirvió como tropa de ocupación con deberes deguarnición en las regiones de San Diego y Los Ángeles.

Cuando se les equipó, cada uno de los miembrosdel batallón recibió suministros que incluían un fusil y42 dólares para adquirir ropa para el año. Parley P. Prattrecolectó parte de la paga y de la asignación de ropa decada voluntario, la que se le entregó a las familias de losmiembros del batallón en Iowa y a otros miembros dela Iglesia que estaban siendo evacuados de Nauvoo. Trasser relevados en California, muchos miembros del bata-llón continuaron enviando a su familia el dinero que ga-naban en otros trabajos.

Monumento en Winter Quarters,dedicado a los santos enterradosen el Cementerio de los PionerosMormones. El verano, otoño e inviernode 1846–1847 fueron difíciles para lossantos que vivían en los asentamientosen Iowa. Las pobres condiciones devida, la falta de alimentos y un inviernoatroz causaron problemas para losmiembros de la Iglesia. Fue en WinterQuarters donde Brigham Young recibióla revelación de cómo organizar a lossantos para viajar hacia el oeste (véaseD. y C. 136).

VIO AL GRAN VALLE SALADOEN UNA VISIÓN

En 1869, el presi-dente George A. Smith,consejero del presidenteBrigham Young, habló decómo los santos llegarona asentarse en el Valle delGran Lago Salado: “A me-nudo se hace la pregunta,‘¿Cómo encontraron estelugar?’. Yo respondo, fui-mos dirigidos a él porla inspiración de Dios.Después de la muerte deJosé Smith, cuando pare-cía que todos los proble-mas y calamidades habíanrecaído sobre los santos, Brigham Young, que era elPresidente de los Doce, en aquel entonces el Quórumque presidía la Iglesia, buscó al Señor para saber qué de-bían hacer, y hacia dónde debían dirigir al pueblo paraestar a salvo, y mientras oraban y ayunaban diariamente

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Brigham Young reclutando al Batallón Mormón.

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Presidentes de la Iglesia

al respecto, el presidente Young tuvo una visión de JoséSmith, el cual le mostró la montaña que hoy conocemoscomo Ensign Peak (Cima del Estandarte), justo al nortede Salt Lake City, y un estandarte recayó sobre esa cimay José dijo: ‘Construyan bajo el punto donde caen loscolores y prosperarán y tendrán paz’. Los pioneros notenían ni conductor ni guía, ninguno entre ellos habíaestado en la región ni sabían nada de ella. Sin embargo,viajaron bajo la dirección del presidente Young hastaque llegaron a ese valle” (en Journal of Discourses,tomo XIII, pág. 85).

SE ORGANIZÓ LA PRIMERA COMPAÑÍADE PIONEROS

En enero de 1847, el presidente Brigham Youngtuvo un sueño en el cual él conversaba con el profetaJosé Smith sobre la mejor manera de ayudar a los san-tos a cruzar la llanura (véase Bruce A. VanOrden,“Revelation Clarifies Role of Twelve”, Church News, 11de enero de 1997, pág. 7). Tres días después presentóa la Iglesia “La Palabra y la Voluntad del Señor en cuan-to al Campamento de Israel en su jornada hacia elOeste” (DyC 136:1). Se decidió que una compañía depioneros que constaba de 144 hombres seleccionadospersonalmente por Brigham Young, viajaría a la Cuencadel Gran Lago Salado. En ese grupo irían mecánicos,carreteros, cazadores, exploradores, carpinteros, mari-neros, soldados, contadores, albañiles, herreros, fabri-cantes de carretas, etc. La compañía en sí constaba de143 hombres, 3 mujeres y 2 niños. Este grupo estabapreparado para abrir un camino que los demás santosseguirían camino al oeste. Ocho hombres de esta com-pañía eran apóstoles y varios habían servido en elCampo de Sión. Algunos de la compañía partieron deWinter Quarters el 5 de abril de 1847, pero la mayoríadel grupo salió el 16 de abril de 1847.

Esta compañía depioneros recorrió 1.760kilómetros desde WinterQuarters, cerca de la ac-tual Omaha, Nebraska,hasta el Valle de Salt Lake.Cuando era posible ha-cerlo, seguían caminos ysenderos existentes. Suruta siguió el amplio valleplano del Río Platte du-rante 960 kilómetroshasta el Fuerte Laramieen Wyoming. De ahí cru-zaron a la ribera sur delPlatte y siguieron el

Brigham Young, aproximadamenteen 1855.

Sendero de Oregon durante casi 640 kilómetros hasta elFuerte Bridger; entonces continuaron hacia el sur por elcamino Reid-Donner hasta llegar al Valle del Gran LagoSalado. Durante la fase final del viaje, la cual fue la partemás difícil del trayecto, el presidente Young contrajo fie-bre de montaña y la compañía se dividió en tres grupos:la vanguardia, la compañía principal y la retaguardia, enla que se encontraba el presidente Young.

“La compañía que iba a la vanguardia entró en elValle del Gran Lago Salado el 22 de julio de 1847 e in-mediatamente prepararon un primitivo sistema de riegopara inundar el terreno y prepararlo para la siembra. El24 de julio, Brigham Young y la compañía de retaguardiallegaron a la boca del Cañón de la Emigración. WilfordWoodruff llevaba al presidente Young en su carromato, yambos contemplaron el futuro al recorrer el valle con lamirada. Wilford Woodruff escribió: ‘Nos pasaban velocespor la mente pensamientos con imágenes felices al con-templar la posibilidad de que dentro de pocos años loshabitantes de Sión levantarían sobre las montañas laCasa de DIOS y convertirían los valles en huertos, viñas,jardines y campos, y de que se habría levantado el estan-darte para que las naciones se congregaran allí’. BrighamYoung dijo que estaba complacido porque el valle teníael aspecto de un ‘lugar de descanso para los santos yque se sentía ampliamente recompensado por su viaje’[Wilford Woodruff Jornals, 24 de julio de 1847].

“En otra ocasión Wilford Woodruff dijo que, cuan-do salieron del desfiladero, él había dado vuelta al carro-mato para que el presidente Young viera todo el valle.‘Mientras admirábamos la escena que se desplegaba antenosotros, él tuvo una visión que duró varios minutos. Yahabía visto en otra visión el valle y en esa ocasión con-templó la futura gloria de Sión y de Israel, tal como se-rían fundados en los valles de esas montañas. Despuésque pasó la visión, dijo: “Es suficiente. Éste es el lugar.¡Adelante!” ’ [en “Pioneers’ Day”, Deseret Evening News,26 de julio de 1880, pág. 2].

“…El 28 de julio Brigham Young ya había llegado auna decisión firme con respecto al sitio para la ciudad;designó el terreno donde iba a edificarse el templo,entre dos brazos del arroyo City Creek, y a partir deese punto, la ciudad se iba a planificar pareja y en formade un cuadriculado perfecto” (véase La Historia de laIglesia en la Dispensación del Cumplimiento de los

La ruta de Nauvoo al Valle del Gran Lago Salado.

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Brigham Young Capítulo 2

Tiempos, pág. 379). El presidente Young dio a la regiónel nombre “Deseret,” palabra del Libro de Mormón quesignifica “abeja obrera” (véase Éter 2:3).

FUE UN GRAN LÍDER Y COLONIZADORCon autoridad de Dios, el presidente Brigham

Young dirigió a los santos al oeste, dirigió la explora-ción y el asentamiento de grandes regiones, fundó pue-blos y ciudades e hizo la paz con los indios. Fundócolegios, estableció carreteras, sistemas de transporte,líneas telegráficas, sistemas de irrigación, granjas, in-dustrias e instituciones mercantiles. Dirigió el siemprecreciente programa misional y presidió en calidad deprimer gobernador territorial de Utah. A lo largo de suvida trabajó con tal confianza que muchos comentabancon asombro que el “Hermano Brigham” parecía saberexactamente lo que hacía desde el principio. ¡Y sí losabía! Este maestro artesano y constructor había recibi-do el anteproyecto perfecto como base de su trabajo:nada menos que la orden celestial del reino de Dios.

No fue sólo su habilidad ejecutiva que hizo que loquisieran su familia y los santos. Fue un padre ejemplar,que siempre demostró bondad y cariño. Partió leña,cortó maderos, construyó puentes, despejó terrenos yconstruyó carreteras en unión con los santos y su familia.Durante el éxodo, era el primero en levantarse por la ma-ñana y el último en retirarse por la noche, siempre ha-ciendo la ronda para asegurare de que todos estuvieranlo más cómodos posible. Pero por encima de todo, él eraun profeta de Dios. Sabía amonestar y a la vez amar e ins-pirar, exigir y dar, dirigir y seguir. El valor y el sentido delhumor con que afrontó las pruebas sirvieron de ancla yde modelo para los perseguidos y cansados santos.

SE REORGANIZÓ LA PRIMERAPRESIDENCIA

Tras la muerte del profeta José Smith, durante másde tres años el Quórum de los Doce Apóstoles dirigió laIglesia. Tras mucha deliberación y oración, se presentó fi-nalmente la moción y se aprobó que a Brigham Young se

La Primera Presidencia: Heber C. Kimball, Brigham Young y Willard Richards.

le sostuviera como Presidente de la Iglesia y que propu-siera dos consejeros para servir con él en la PrimeraPresidencia. El 7 de diciembre de 1847, durante una con-ferencia general en Kanesville, Iowa, Brigham Young fuesostenido con entusiasmo como el segundo Presidentede la Iglesia, con Heber C. Kimball y Willard Richardscomo sus consejeros.

INICIÓ LA CONSTRUCCIÓN DELTEMPLO DE SALT LAKE

En 1847, poco después de llegar al valle, el presi-dente Brigham Young señaló el sitio del Templo deSalt Lake. El 6 de abril de 1853, bajo su dirección, secolocaron las piedras angulares del Templo de SaltLake. Ese mismo día, durante la conferencia general,dijo: “El pasado julio, se cumplieron cinco años desdeque estuve aquí y en el Espíritu vi el templo a menosde tres metros de donde hemos colocado la piedra an-gular principal. No he preguntado por la clase de tem-plo que debemos construir. ¿Por qué? Porque me fuerepresentado. Nunca he contemplado ese terreno sinque la visión estuviera ante mí. Lo veo tan claramentecomo si estuviese en realidad ante mí” (en Journal ofDiscourses, tomo I, pág. 133).

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Los cimientos del Templo de Salt Lake.

El 28 de julio de 1847, Brigham Young y algunos otros líderes de la Iglesiacaminaron hacia el norte de su campamento a un lugar que el presidenteYoung había visto en visión cuatro días antes. Apuntaló su bastón en el sueloy declaró: “Aquí construiremos el templo de nuestro Dios”. (Fotografíatomada aproximadamente entre 1870 y 1873 por un fotógrafo desconocido).

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Presidentes de la Iglesia

La construcción del templo se retrasó durante laépoca en que el ejército comandado por Johnston seaproximaba al Valle del Gran Lago Salado y sólo sepudo trabajar en la construcción de manera limitadadurante los muchos años en que la Iglesia sufrió perse-cución por causa de la práctica del matrimonio plural.El presidente Young insistió en que sólo se utilizaranlos mejores materiales y la hechura más esmerada paraconstruir el templo; también tenía el presentimientode que no viviría para dedicarlo. Exactamente cuarentaaños después de que se colocaran las piedras angula-res, el presidente Wilford Woodruff, cuarto Presidentede la Iglesia, tuvo esa responsabilidad.

El presidenteWoodruff dirigió la colo-cación de la piedra de co-ronamiento del Templode Salt Lake en abril de1892. Un público de cin-cuenta mil miembrosllenó la Manzana delTemplo y las calles cir-cundantes. El 6 de abrilde 1893, terminada laobra del interior del tem-plo, comenzaron las cere-monias de la dedicación.“El presidente Woodruff vio los acontecimientos de esedía como el cumplimiento de un sueño profético quehabía tenido. Contó a los santos que hacía muchos añoshabía recibido [en sueños] la visita de Brigham Young,que le había entregado las llaves del templo y le habíadicho que lo dedicara al Señor. En su primer discurso,el presidente Woodruff profetizó que desde ese mo-mento en adelante el poder de Satanás se debilitaría,que su potestad sobre los santos disminuiría y que ha-bría mayor interés en el mensaje del Evangelio [véaseMatthias F. Cowley, Wilford Woodruff, 1964, págs.582–583]” (véase La Historia de la Iglesia en laDispensación del Cumplimiento de los Tiempos, págs.506, 507). Verdaderamente “el monte de la casa del

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Pintura de Brigham Young, 1866.

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Fotografía que muestra el Templo de Salt Lake parcialmente terminado.

Señor” se estableció firmemente en lo alto de las mon-tañas (véase Isaías 2:2).

SE CONSTRUYÓ EL TABERNÁCULODE SALT LAKE

El presidente Brigham Young creía que hacía faltaun edificio grande que pudiera reunir a una gran canti-dad de miembros a la vez. Tenía muy clara en su mentela imagen de un modelo abovedado para una grandio-sa casa de adoración. El presidente Young llamó a suoficina a Henry Grow, maestro mecánico y experimen-tado constructor de molinos. Hacía poco, el presidenteYoung lo había visto terminar un puente de arco demadera, sin soportes centrales, sobre el río Jordán. Enla primavera de 1863, con la ayuda del arquitecto de laIglesia, William H. Folsom, comenzó la construccióndel Tabernáculo.

El Tabernáculo sería uno de los edificios más gran-des de su género en todo el mundo, con medidas exte-riores de casi 45 m de ancho por 76 m de largo y 24 mde altura. En el otoño de 1867, el Tabernáculo y su ór-

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Brigham Young, 5 de junio de 1869.Estatua de Brigham Young en elEdificio del Capitolio de los EstadosUnidos, Washington, D.C.

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Construcción del Tabernáculo de Salt Lake, aproximadamente 1867.

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Brigham Young Capítulo 2

gano estaban ya bastante adelantados para usarse en laconferencia de octubre. Para 1870, se terminaron el ór-gano y muchas de las partes interiores. La galería se em-pezó en 1870. El presidente John Taylor, Presidente delQuórum de los Doce Apóstoles, dedicó el Tabernáculoterminado durante la conferencia de octubre de 1875.

MOSTRÓ UNA MEZCLA DE LOPRÁCTICO Y LO ESPIRITUAL

A menudo se hacereferencia al sentidopráctico del presidenteBrigham Young, perodicho sentido se afianzófirmemente en las raícesespirituales del reino deDios, de Sión y de la glo-ria celestial. Dijo de susdías más jóvenes: “Queríapredicar con voz de true-no el Evangelio a las na-ciones. Era como unfuego en mis huesos queno podía contener… Nada podría satisfacerme sinoel proclamar al mundo entero lo que el Señor estállevando a cabo en los últimos días” (en Journal ofDiscourses, tomo I, pág. 313).

Como profeta, vidente y revelador, su deseo conti-nuó ardiendo tal vez con mayor intensidad. Tenía la de-terminación de hacer todo lo posible por realizar todolo que el Señor quería que se hiciera en los últimosdías. Dijo:

“El profeta José Smith ha colocado los cimientosdel reino de Dios en los últimos días; otros levantaránla estructura principal…

“…Sé que fue llamado por Dios; esto lo sé por lasrevelaciones que he recibido de Jesucristo y por el tes-timonio del Espíritu Santo. Si no hubiera conocido esaverdad, nunca habría sido lo que se dice un ‘mormón’,ni estaría aquí hoy” (en Journal of Discourses, tomoIX, págs. 364–365).

El presidente Young insistió en continuar con la in-versión de tiempo y de dinero en la tarea de terminar elTemplo de Nauvoo. Algunos de los santos pensaron queesto era poco práctico puesto que aparentemente noiban a disfrutar del templo mucho tiempo más. Pero elpresidente Young sabía que de ese templo, aunque seutilizaría muy poco tiempo, se recibiría el poder necesa-rio para que los santos hicieran los sacrificios y aguanta-ran las penurias que se requerían para el éxodo. Paraterminar el templo, demostró un equilibrio y una mez-cla de lo práctico, de lo espiritual y de la perspectiva delo eterno.

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Brigham Young, aproximadamente 1870.

“Había, por supuesto, quienes criticaban la estre-cha participación de Brigham Young en lo temporal y losecular, su preocupación por cercar granjas, por nego-ciar contratos para vender granos, por movilizar obre-ros para construir el ferrocarril transcontinental, perosu punto de vista era que los asuntos temporales y espi-rituales eran inseparables. Con los muchos papeles quedesempeñaba —profeta, hombre de negocios, goberna-dor y patriarca familiar— vio que su tarea y su metaeran las de promover el bienestar temporal y espiritualde su pueblo. A su manera de ver, él era el encargadodel Señor en utilizar todos los recursos humanos, públi-cos y privados, de la Iglesia y del estado, para crear unorden socioeconómico en el que todos los hijos deDios bajo su cuidado vivieran en paz y prosperidad…

“Observadores con-temporáneos que mere-cen nuestro respeto—personas educadas,con experiencia y presti-gio que viajaron a Utahpara observarlo— desta-caron tres características:la confianza que tenía ensí mismo, su sinceridad ysu buen sentido común.Fitz Hugh Ludlow, escri-tor de renombre nacio-nal y crítico artístico,reconoció que BrighamYoung tenía una ‘absolu-

ta certeza en sí mismo y en sus propias opiniones’ [TheHeart of a Continent, 1870, pág. 368]. Escribió que elGobernador Young estaba convencido de que hacía laobra de Dios y que si él y otros mortales hacían todolo que estuviera al alcance de ellos para establecer elreino, Dios se encargaría del resto. Esto nos ayuda acomprender la firmeza del gobernador, su calma y su

Brigham Young, aproximadamente 1876.

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La Casa de la Colmena (Beehive House), en Salt Lake City, fue ocupadapor primera vez por Brigham Young y Mary Ann Angell Young en 1854.El presidente Young vivió en ella los últimos veintitrés años de su vida.

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Presidentes de la Iglesia

inquebrantable optimismo al afrontar circunstanciasaparentemente imposibles” (Leonard J. Arrington yRonald K. Esplin, “Building a Commonwealth: TheSecular Leadership of Brigham Young”, Utah HistoricalQuarterly, verano de 1977, págs. 219–220).

COMO COLONIZADOR, NO TIENEPARANGÓN EN LA HISTORIA DEESTADOS UNIDOS

“Mientras se establecían los asentamientos mormo-nes, brotaban numerosos pueblos en lugares favorablespor los arroyos de los desfiladeros adyacentes al Valle delGran Lago Salado. Gradualmente, un valle tras otro reci-bió su porción de colonos, siendo el crecimiento al prin-cipio más hacia el sur, dado que se pensaba que el climaen esa dirección era más favorable para la agricultura quehacia el norte… En los primeros diez años se establecie-ron 100 pueblos en la cuenca, agrupados principalmenteal este y al sur del Gran Lago Salado, del Río Jordán y delLago Utah, con una línea de comunidades en direcciónsudoeste desde el condado de Juab [en la mitad oestedel estado] hasta la esquina sudoeste de Utah. Ademásde estos grupos principales de colonias, un número demormones vivía en el Condado de Sanpete [en el mediodel estado] y en [otros] asentamientos…

“Así que, diez años después de que los santos hu-bieron llegado al Gran Oeste, habían abierto actividadescolonizadoras en una tierra fronteriza que se extendía1.600 kilómetros de norte a sur y 1.280 kilómetros deeste a oeste. Se estaba realizando el plan de BrighamYoung de adelantarse a la colonización del oeste…

“Durante los treinta años que residió en la cuen-ca, el líder mormón Brigham Young fundó con éxitocomunidades en casi todos los valles del actual estadode Utah, así como en muchos del sur de Idaho, Arizonay Nevada, y fue testigo de su desarrollo. La mayoría de

La propuesta del estado de Deseret.

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los pueblos que construyeron los mormones quedabandentro de una zona rectangular de 800 kilómetros delargo por 640 kilómetros de ancho, sin contar los asen-tamientos de Arizona. Sin embargo, algunos se encon-traban tan lejanos como a 1.600 kilómetros al este deSalt Lake City en Iowa y Nebraska; San Bernardino,[California], estaba a unos 1.200 kilómetros al sudoes-te, mientras que el Fuerte Lemhi estaba situado en elnorte de Idaho. La población total de mormones a lamuerte de Brigham (1877) era aproximadamente de140.000” (Milton R. Hunter, Brigham Young, theColonizer, 1940, págs. 354–355, 357).

SE ESTABLECIÓ EL FONDO PERPETUOPARA LA EMIGRACIÓN

El Fondo Perpetuo para la Emigración se estable-ció en 1849 para ayudar a los santos de muchas partesdel mundo que necesitaban apoyo financiero para con-gregarse en el oeste. En 1853, en una epístola generala la Iglesia, la Primera Presidencia declaró: “Con lasbendiciones de la Providencia, de aquí a un año, la ma-yoría de estos fondos, o todos, se utilizarán para ayu-dar con la emigración de los pobres. Por lo tanto, quelos santos no cierren la mano, que hagan todo lo posi-ble para que se abran los libros de contabilidad y quelos presidentes de las varias misiones de los Santosde los Últimos Días de toda la tierra reciban donacio-nes para colaborar con el Fondo Perpetuo para laEmigración, con el fin de que los santos puedan veniraquí. Y todos los que puedan, vengan sin demora, sinesperar a recibir ayuda de estos fondos, sino déjenlospara ayudar a aquellos que no puedan ayudarse a símismos” (en James R. Clark, comp., Messages of theFirst Presidency of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 6 tomos, 1965–1975, tomo II, pág. 116).

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De los cincuenta y siete hijos de Brigham Young, diecisiete varones yveintinueve mujeres crecieron hasta llegar a la madurez. Las diez hijas mayorestenían aproximadamente la misma edad. Sus semblantes están más bien seriosporque no era costumbre, en aquel entonces, sonreír para las fotografías.

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Brigham Young Capítulo 2

LOS SANTOS COLONIZARON MUCHASCOMUNIDADES DEL OESTE

“[Brigham Young]envió grupos de explora-dores para elegir sitios fa-vorables para las nuevascolonias y a menudo élmismo escogía los sitios.Envió grupos equilibra-dos de obreros, agriculto-res e industriales parafundar estas nuevas co-munidades. Brigham per-sonalmente supervisó eldiseño de muchos de lospueblos en manzanascuadriculadas con callesanchas, así como la adju-dicación de terrenos agrí-colas y parcelas urbanaspara los santos.

“Al tiempo que fun-daba colonias también

dotó a sus seguidores de gobiernos civiles, con institucio-nes sociales para su educación y deleite, así como con elequipamiento necesario para la independencia económi-ca y la prosperidad. El 12 de marzo de 1849, fue elegidoGobernador Provisional del ‘Estado de Deseret’. Al añosiguiente, el 28 de septiembre de 1850, Utah se convirtióen territorio con Brigham como gobernador. Mantuvoese cargo hasta 1858, cuando lo reemplazó AlfredCumming. Como gobernador, así como a lo largo detodo su servicio en Utah como Presidente de la IglesiaMormona, Brigham Young merece reconocimiento por eléxito de los agentes federales con los indios, medicionesfederales en toda la cuenca, la construcción del ferroca-rril transcontinental y la construcción del telégrafo.

“Todos los frutos de la colonización mormona fue-ron posibles en parte gracias a que se unieron a ellamiles de colonos, lo cual se logró mediante el envíode misioneros a diferentes partes de Estados Unidosasí como a Europa, Canadá, Hispanoamérica, India,Australia y las Islas del Pacífico. Fue capaz de fusionaresta heterogénea masa de seres humanos que represen-taba diferentes razas en una armoniosa unidad social”(Hunter, Brigham Young, the Colonizer, págs. 358–359).

APOYÓ LA EDUCACIÓN Y LASARTES CULTURALES

“Al tiempo que construían casas, establecían gran-jas y formaban un gobierno, los colonos mormones nose olvidaron de las cosas buenas de la vida. Para el de-sarrollo social del pueblo, se fomentó la educación, la

Brigham Young, aproximadamente 1864.

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religión, el arte, el teatro y la música. Los santos edifi-caron sus propios teatros e instruyeron a sus hijos enlas varias ciencias y en el campo de la música. Al mismotiempo que construían sus propias casas, cada grupode colonos, por medio de los esfuerzos cooperativos,construía una sala pública que se utilizaba como igle-sia, escuela y lugar donde se podían llevar a cabo bailesy obras teatrales. En octubre de 1847, el primer grupopionero abrió una escuela en una vieja carpa militar.Aún en el tiempo en que los colonos luchaban porconstruir sus primeros refugios en el Valle de Salt Lake,esta escuela funcionaba a diario. Sólo había pasado dosaños, cuando el Gobernador Young firmó un decreto,que aprobó la primera Asamblea Legislativa del Estadode Deseret, para crear una universidad, la que poste-riormente se conoció como la Universidad de Utah.

“En 1850 se formó la Asociación de Música y ArtesDramáticas de Salt Lake, la cual hizo sus primeras ac-tuaciones en la Enramada de la Manzana del Templo.Luego, en 1852, se construyó el Salón Social. Fue unode los primeros teatros que se edificó al oeste del ríoMisuri. Diez años más tarde el Teatro de Salt Lakereemplazó el Salón Social” (Hunter, Brigham Young,the Colonizer, págs. 359–360).

Una de las hijas deBrigham Young escribió:“Mi padre se dio cuentade que este pueblo, prác-ticamente aislado decualquier contacto con elmundo exterior, debíaproporcionarse a símismo los medios paraobtener superación cul-tural y entretenimiento.Debió pensar que esaardua tarea estaba com-pletamente justificada,pues años después de

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Brigham Young, 1º de junio de 1871.

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Interior del Teatro de Salt Lake, aproximadamente en 1900.

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Presidentes de la Iglesia

que se construyera el teatro [de Salt Lake] él dijo: ‘Sime colocaran en una isla de caníbales y se me diera latarea de civilizar al pueblo, rápidamente construiría unteatro para dicho propósito’ ” (Clarissa Young Spencercon Mabel Harmer, Brigham Young at Home, 1940,pág. 147).

SU HUMOR Y SU AMORFUERON APRECIADOS

El sentido del humordel presidente BrighamYoung hizo que sus segui-dores lo quisieran y mos-tró que él no se tomaba así mismo muy en serio.Cuando sus hijos fueronsorprendidos donandounos accesorios (sin per-miso) para una obra escri-ta por sus amigos, elpresidente Young le dijoal gerente del teatro:“Estos muchachos tienenuna obra. La llaman ‘Losladrones de las Montañas

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Brigham Young, aproximadamente 1876.

Rocosas’. No sé si se aplique lo de las montañas, pero sísé que vaciaron mi granero. Déles una fecha para quepresenten la obra en el teatro” (citado en Spencer yHarmer, Brigham Young at Home, pág. 160).

La cualidad que los Santos de los Últimos Días máshonraban y reverenciaban del presidente Young era elamor que reflejaba en su preocupación por cada unode ellos, aun desde los primeros días de su liderazgo.En las llanuras, en una parada llamada Hickory Grove,estuvo todo el día bajo la lluvia acomodando carretas,ayudando a levantar tiendas, cortando leña y en todoslos sentidos asegurándose de que todos estuvieran có-modos. Posteriormente, en Utah, insistía en saludar acada compañía de carretas o de carromatos que le fueraposible y no los dejaba hasta que todas las personas tu-vieran un lugar donde quedarse y una asignación detrabajo con la cual pudieran tener seguridad.

El presidente Brigham Young dirigió la Iglesia du-rante treinta y tres años. Él conocía la divinidad y el desti-no de la obra. Él trajo a la Iglesia al oeste [de los EstadosUnidos] y ayudó a establecer una base desde la cual elreino de Dios pudiera continuar llenando la tierra.

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John TaylorTERCER PRESIDENTE DE LA IGLESIA

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CAPÍTULO 3

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RESUMEN DE LA VIDA DE JOHN TAYLOR

Edad Acontecimientos

Nace el 1º de noviembre de 1808 en Milnthorpe, Westmoreland, Inglaterra;sus padres son James Taylor y Agnes Taylor.

23 Emigra a Toronto, Canadá (1832).

24 Contrae matrimonio con Leonora Cannon (28 de enero de 1833).

27 Parley P. Pratt lo bautiza en la Iglesia (9 de mayo de 1836); más adelante es llamadoa presidir la Iglesia en la zona este de Canadá (1836).

30 Es ordenado apóstol por Brigham Young y Heber C. Kimball (19 de diciembrede 1838).

31–32 Cumple su primera misión en las Islas Británicas (diciembre de 1839–abrilde 1841).

33–37 Es director de los periódicos Times and Seasons y Nauvoo Neighbor (febrero de1842–primavera de 1846).

35 El populacho lo hiere en la Cárcel de Carthage (27 de junio de 1844).

37–38 Cumple una segunda misión en Gran Bretaña (1846–1847).

40–43 Cumple una misión en Francia y en Alemania (octubre de 1849–agosto de 1852).

42–43 Escribe The Government of God [“El gobierno de Dios”] (1851–1852).

44–68 Sirve en la asamblea legislativa del Territorio de Utah (1857–1876).

46–48 Publica el periódico The Mormon [El Mormón] en la ciudad de Nueva York(febrero de 1855–septiembre de 1857).

63 Se aprueba el decreto de ley Morrill en contra de la bigamia, que limitaba losderechos de la Iglesia de ser dueña de propiedades (3 de junio de 1862).

68 Dirige la Iglesia como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles despuésde la muerte de Brigham Young (29 de agosto de 1877).

71 Se le sostiene como Presidente de la Iglesia (10 de octubre de 1880); se acepta laPerla de Gran Precio como parte de los libros canónicos (10 de octubre de 1880).

73 Publica An Examination into and an Elucidation of the Great Principle ofthe Mediation and Atonement of Our Lord and Savior Jesus Christ [“Análisisy aclaración del gran principio de la mediación y la expiación de nuestro Señory Salvador Jesucristo”] (1882); el Congreso de los Estados Unidos aprueba eldecreto de ley Edmunds, el cual declara ilegal la poligamia (16 de febrerode 1882).

75 Dedica el Templo de Logan (17 de mayo de 1884).

76 Da su último discurso en público; después se recluye voluntariamente debido a laspersecuciones que sufrían a causa del matrimonio plural (1 de febrero de 1885).

78 Se aprueba el decreto de ley Edmunds-Tucker, el cual disuelve la corporación de laIglesia (17 de febrero de 1887); fallece en Kaysville, Utah (25 de julio de 1887).

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John Taylor Capítulo 3

John Taylor fue el primero y único presidente dela Iglesia que no nació en los Estados Unidos. Nació enMilnthorpe, Westmoreland, Inglaterra, en 1808, y suspadres fueron James Taylor y Agnes Taylor; el apellidode soltera de la madre también era Taylor. Tuvierondiez hijos; John tenía siete hermanos y dos hermanas.Tres de los hermanos varones murieron cuando eranpequeños y su hermano mayor falleció a los veintidósaños. No era una familia rica pero sí muy unida y reli-giosa. Los padres les enseñaron el valor del trabajoarduo. John trabajó en una granja de la familia y másadelante se especializó como tornero en madera.

Sus padres pertenecían a la Iglesia Anglicana pero,a pesar de que lo habían bautizado cuando era muy pe-queño, él no tenía interés en practicar la fe de sus pa-dres. El Señor lo guió de joven por medio de visionesy de sueños.

“ ‘A menudo, cuando me encontraba solo’, escribió,‘y a veces cuando estaba acompañado, oía música suave,dulce y melodiosa como si viniera de ángeles o de seressobrenaturales’. Siendo un niño, vio en una visión a unángel en los cielos, con una trompeta, que anunciaba un

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La escuela Beetham. La familia de John Taylor se mudó a Hale,Westmoreland, cuando él tenía unos diez u once años de edad, yél fue alumno de esa escuela que quedaba aproximadamente aun kilómetro y medio hacia el norte de su casa.

Las tierras de la familia Taylor en Milnthorpe, Westmoreland, Inglaterra.

mensaje al mundo. No comprendió la importancia de esavisión hasta muchos años más tarde” (B. H. Roberts, TheLife of John Taylor, 1963, págs. 27–28).

EN SU JUVENTUD YA SENTÍAINCLINACIÓN POR LOS TEMASRELIGIOSOS PROFUNDOS

La familia de John Taylor vivió en muchos lugaresdurante su niñez. A los catorce años, John fue aprendizde un hombre que fabricaba barriles (barrilero o tone-lero). Al año siguiente se fue de su casa para aprenderel arte de tornear madera, ocupación que siguió yaprendió a dominar desde los quince hasta los veinteaños de edad.

De adolescentese afilió a la IglesiaMetodista, y con fervorinvitaba a sus amigos aorar con él y a realizarotras obras religiosas.Su entusiasmo y elo-cuencia impresionarontanto a los líderes de esaiglesia que le pidieronque fuera predicador se-glar a los diecisiete añosde edad. Una vez, mien-tras iba caminando con

un compañero, sintió una impresión muy intensa y ledijo a su compañero: “¡Siento la fuerte impresión deque tengo que ir a los Estados Unidos de América apredicar el Evangelio!” (citado en Roberts, Life ofJohn Taylor, pág. 28).

Sus padres se mudaron a Toronto, Canadá, en1830; y en 1832, a John se le presentó la oportunidadde ir a reunirse con ellos. Cuando el barco que abordópara el viaje aún navegaba por el Canal de la Mancha, selevantó un temporal tan grande que destruyó varias delas embarcaciones que los rodeaban. Los oficiales y la tri-pulación del barco estaban seguros de que el barco seiba a hundir en cualquier momento, pero John se man-tuvo inmutable.

“Todavía escuchaba la voz del Espíritu susurrándo-le desde su interior: ‘Debes ir a los Estados Unidos deAmérica a predicar el Evangelio.’ ‘Tan confiado estabaen lo que creía ser mi destino’, dijo, ‘que fui a la cubier-ta a medianoche y, rodeado por la furia de la tormenta,me sentí tan tranquilo como si estuviera sentado en lasala de mi casa. Estaba convencido de que llegaría a losEstados Unidos y de que realizaría lo que se me habíaencomendado’ ” (Roberts, Life of John Taylor, pág. 29).

John Taylor cuando joven.

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Presidentes de la Iglesia

EL ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS LOLLEVÓ A ENCONTRAR A LA IGLESIA DEJESUCRISTO Y A SU FUTURA ESPOSA

John Taylor se estableció en Canadá cerca de suspadres, y allí empezó a trabajar en su oficio. Se afilió ala Iglesia Metodista de la localidad y pronto le asigna-ron las tareas de maestro de una de las clases y de pre-dicador ambulante. Mientras trabajaba para la IglesiaMetodista conoció a Leonora Cannon, quien era doceaños mayor que él, por lo que ella al principio rechazóla propuesta de matrimonio, pero después tuvo unsueño que la convenció de que debía casarse con él.

John Taylor y algu-nos de sus amigos íntimosse dieron cuenta, al estu-diar su religión, de queésta difería bastante dela Iglesia del NuevoTestamento y de las ense-ñanzas de Jesucristo con-tenidas en ese texto. Alreferirse a esa experiencia,John dijo más adelante:“Al no conocer esta Iglesia(La Iglesia de Jesucristode los Santos de los Últi-mos Días), algunos nos reuníamos para estudiar lasEscrituras; y nos dimos cuenta de que algunas de las doc-trinas que habían enseñado Jesucristo y los Apóstoles nolas enseñaban ni los metodistas, ni los bautistas, ni lospresbiterianos, ni los episcopales ni ninguna otra reli-gión. Y sacamos en conclusión de que si la Biblia conte-nía la verdad, las doctrinas del mundo cristiano de esaépoca no eran correctas. Y si por el contrario, sí enseña-ban la verdad, las enseñanzas de la Biblia estaban equivo-cadas. Nuestra investigación era imparcial y ampliamosnuestra búsqueda de la verdad. Examinamos cada uno delos principios religiosos que encontrábamos y los compa-rábamos con lo que enseñaban las sectas religiosas paraver si alguna de ellas coincidía con la palabra de Dios,pero no encontramos ninguna que coincidiera. Ademásde estudiar e investigar, oramos y ayunamos con el pro-pósito de que si Dios tenía algún pueblo en la tierra conministros autorizados para predicar el Evangelio, le rogá-bamos que nos enviara a uno de ellos. Ésa era la condi-ción en la que nos encontrábamos” (en Journal ofDiscourses, tomo XXIII, pág. 30).

PARLEY P. PRATT FUE LA RESPUESTAA SUS ORACIONES

El élder Parley P. Pratt, miembro del Quórum de losDoce Apóstoles, fue a Canadá a proclamar la restauración

Leonora Cannon Taylor (1796–1868),esposa de John Taylor.

de la Iglesia de Cristo dela antigüedad. Encontró aJohn Taylor, que había es-tudiado, comparado, re-flexionado y puesto entela de juicio las religio-nes del momento y queademás había buscado lainspiración de los cielos.Ese encuentro culminósu búsqueda de la Iglesiade Cristo.

John Taylor dijo:“Por esa época (mayo de1836), Parley P. Pratt vino

a verme con una carta de recomendación de un comer-ciante conocido mío. Me inquieté cuando lo vi. Yo habíaescuchado muchas historias similares a las que ustedeshan escuchado, y si les soy franco les diré que me sentíun poco incómodo cuando ese conocido envió a vermea un hombre con esas creencias. A pesar de eso, lo reci-bí cortésmente como era mi deber hacerlo; pero le dijelo que sentía con franqueza y que en mis investigacio-nes no aceptaba cuentos; que se limitara a basarse enlas Escrituras. Hablamos tres horas o más y me mantuvotan cerca de las Escrituras como yo deseaba y basado enellas me probó todo lo que dijo. Después, escribí ochode los sermones que me predicó para poder comparar-los con la palabra de Dios y no encontré nada que lacontradijera. Además, examiné el Libro de Mormón, ylas profecías acerca del libro, y eso también era verdad.Después leí el libro de Doctrina y Convenios y no en-contré nada contrario a las Escrituras. Él nos pidió quenos arrepintiéramos y nos bautizáramos para obtenerla remisión de nuestros pecados y recibir el EspírituSanto. Pero le preguntamos qué era eso y nos contestóque era lo mismo que había ocurrido en el tiempo delos antiguos apóstoles. Varios de nosotros nos bautiza-mos (el 9 de mayo de 1836)” (“Three Nights’ PublicDiscussion…”, en A Series of Pamphlets, by OrsonPratt…, 1851, págs. 17–18).

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Parley P. Pratt.

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John Taylor Capítulo 3

Poco después de su bautismo, recibió el llama-miento de élder presidente de la Iglesia en Canadá.El inspirado llamamiento que recibió el élder Pratt depredicar el Evangelio a la gente de Toronto, Canadá,dio como resultado no sólo la conversión del hombrede que llegaría a ser el tercer presidente de la Iglesia,sino que también se hizo miembro Mary Fielding,quien más tarde se casó con Hyrum Smith y fue lamadre del presidente Joseph F. Smith y la abuela delpresidente Joseph Fielding Smith.

FUE UN DEFENSOR DEL PROFETAJOSÉ SMITH

Casi un año después de su conversión, John Taylorconoció al profeta José Smith en Kirtland, Ohio. Unavez que se dieron la mano y pasaron unas horas juntos,el espíritu que irradiaba el Profeta y sus enseñanzas yexplicaciones del Evangelio fortalecieron muchísimo eltestimonio de John sobre la Iglesia restaurada.

Fue a Kirtland durante los funestos días de la apos-tasía de algunos de los miembros y defendió al profetaJosé Smith con su testimonio ante grupos de apóstatasque amenazaban con matar a cualquiera que defendieraal Profeta. También se reunió con aquellos miembros dela Iglesia cuya fe se estaba debilitando y que habían em-pezado a criticar al Profeta. Entre ellos se encontraba elélder Parley P. Pratt, quien no tenía ninguna reserva enexpresar sus quejas y críticas. A ese apóstol y misionero,que hacía tan poco tiempo lo había convertido a laIglesia con sus enseñanzas y su testimonio, John Taylor lereplicó: “Me sorprende oírlo hablar así, hermano Parley.Antes de regresar de Canadá usted expresó un testimo-nio muy firme de que José Smith era un Profeta de Dios,y que la obra que él había iniciado era verdadera; y tam-bién dijo que sabía esas cosas por medio de la revelacióny el don del Espíritu Santo. Me encargó solemnementeque aunque usted o un ángel del cielo me declarara locontrario no debía creerles. Le digo ahora, hermanoParley, que yo no sigo a un hombre sino al Señor. Losprincipios que usted me enseñó me guiaron hacia Él yahora tengo el mismo testimonio que lo deleitaba a usted

El Templo de Kirtland.

en ese entonces. Si esta obra era verdadera hace seismeses, hoy sigue siendo verdadera; si José Smith era unprofeta hace unos meses, sigue hoy siendo un profeta”(citado en Roberts, Life of John Taylor, pág. 40).

El élder Pratt “ …desistió de guiar por mal caminoal élder Taylor aunque, en realidad, no se había esforza-do mucho por hacerlo. ‘Él, entre muchos otros,’ dijo elélder Taylor, ‘se encontraba debajo de una nube negra,pero pronto hizo las paces con el profeta José y recobrótodos los derechos de miembro’ ” (Roberts, Life of JohnTaylor, pág. 40).

Durante esa mala época de Kirtland, los apóstatasse aseguraban de que se escuchara su punto de vista. Unhombre que sólo hablaba mentiras atacó con crudeza laconducta y la reputación del profeta José Smith, que nose encontraba presente. John Taylor soportó oírlo todolo que pudo y después pidió y recibió permiso para ha-blarle al grupo. Empezó por recordarles la rebelión delpueblo de Israel en contra del Señor y de su profetaMoisés. Luego le pidió al grupo que le dijera cuál era lafuente del conocimiento que tenían sobre el Reino deDios y todos los demás asuntos espirituales. Contestósu propia pregunta con estas palabras: “Fue José Smith,bajo la guía del Todopoderoso, quien dio a conocer losprimeros principios, y debemos dirigirnos a él para reci-bir más instrucciones. Si el espíritu que él manifiesta nonos trae bendiciones, dudo mucho que el que han mani-festado los que han hablado hoy puedan conseguirlo.El pueblo de Israel, en la antigüedad, a pesar de habervisto el poder de Dios manifestado entre ellos, cayó enla rebelión y la idolatría y, sin lugar a dudas, nosotroscorremos el gran riesgo de hacer lo mismo que ellos”(citado en Roberts, Life of John Taylor, pág. 41).

Estos incidentes en Kirtland le dieron a John Taylorla reputación de ser un hombre de gran valor y elocuen-cia en defensa del Evangelio. Fueron otras las circunstan-cias, sin embargo, por las que se le llegó a conocer como“Defensor de la libertad”. Cuando el hermano Taylor sevio ante la responsabilidad de defender los derechos dela Iglesia y de sus miembros ante los enemigos de éstos,este inglés aprendió en seguida a apreciar la libertadconstitucional que la ley garantiza a todos los que vivenen los Estados Unidos.

LE FUE CONFERIDO EL APOSTOLADOY SE LE LLAMÓ A UNA MISIÓN ENEUROPA

Cuando John Taylor tenía veintinueve años, el pro-feta José Smith le pidió que fuera a Misuri a reunirse conlos santos. Esos eran tiempos difíciles; habían expulsadoa los fieles de Ohio y, poco tiempo después de que Johnllegara a Misuri, después de un viaje dificultoso de casi3.200 kilómetros, expulsaron a los santos de allí también.

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Presidentes de la Iglesia

El élder Taylor fuellamado y ordenado alapostolado el 19 de di-ciembre de 1838, pocosdías después de cumplirtreinta años. Por mediode una revelación, se lemandó al Quórum delos Doce Apóstoles quese marchara de FarWest, Misuri, el 26 deabril de 1839, y viajaraa Inglaterra (véaseD. y C. 118).

Los hermanos que fueron a esas misiones dejarona sus familias en la pobreza y enfermas. El élder Taylorescribió sobre sus sentimientos encontrados cuandollegó el momento de partir para Inglaterra: “El pensaren las dificultades que acababan de soportar… la incer-tidumbre de si continuarían ocupando la casa en quevivían, —que sólo tenía un cuarto— las enfermedadesque abundaban, la pobreza de los hermanos, la insegu-ridad que sentían debido a los ataques del populacho,junto con la incertidumbre de lo que podía sucederdurante mi ausencia, me producían en mí sentimientosdiversos… Pero el pensar en seguir adelante por man-dato del Dios de Israel y volver a mi tierra natal paraenseñar los principios de verdad eterna y compartircon ellos lo que Dios había revelado para la salvacióndel mundo, superaba todos los demás sentimientos”(citado en Roberts, Life of John Taylor, págs. 67–68).

El élder Taylor mismo no tenía dinero y estabamuy enfermo. Sin embargo, al igual que sus compañe-ros, sentía que sus pruebas no durarían mucho y sabíaque el Señor no les dejaría pasar necesidades. ConBrigham Young y otros hermanos más, regresaron através de Misuri para poder salir para la misión enInglaterra, en la fecha y desde el lugar que el Señorles había mandado (véase D. y C. 118:4–5).

TESTIFICÓ EN LIVERPOOL,INGLATERRA

Después de un viaje muy agotador, el élder JohnTaylor y su compañero de misión llegaron a Inglaterray se les asignó que trabajaran en la ciudad portuaria deLiverpool. Allí se reunieron con miembros de una con-gregación protestante que buscaban la restauración delEspíritu Santo y la llegada del reino de Cristo. Hablandocon algunos de los líderes del grupo, el élder Taylor lesdio un convincente testimonio de la restauración de losdones y de las bendiciones que ellos buscaban:

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“Hermanos y ami-gos, somos humildes se-guidores de Jesucristo yvenimos de los EstadosUnidos de América. Hacepoco llegamos a estelugar y hemos viajado8.000 kilómetros sin‘bolsa ni alforja’ (confian-do en que Dios provee-rá), y les testifico, mishermanos, que el Señorse ha revelado desde loscielos y ha puesto en

nuestras manos las cosas que ustedes ansían con tantofervor y por las que han estado rogando a Dios recibir.(Muchos gritaron ‘Gloria a Dios,’ y recibieron sus pala-bras con gran emoción.)

“Ha ocurrido lo que profetiza Juan en elApocalipsis: ‘Ví volar por en medio del cielo a otroángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo alos moradores de la tierra, a toda nación, tribu, len-gua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, ydadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado’.Hermanos, nosotros, los siervos de Dios, hemos veni-do a este lugar para avisar a los habitantes del peligroque se aproxima y para decirles que se arrepientan yse bauticen en el nombre de Jesucristo, y entonces re-cibirán el don del Espíritu Santo.

“Estoy ansioso por expresar este testimonio.Siento la palabra del Señor como fuego en mis huesosy deseo tener la oportunidad de proclamarles las ben-diciones que buscan para que se regocijen con noso-tros debido a las gloriosas cosas que Dios ha reveladopara la salvación del mundo en estos últimos días”(citado en Roberts, Life of John Taylor, págs. 77–78).

Era de esperar que en uno de sus primeros ser-mones en Inglaterra el élder John Taylor diera testimo-

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Mientras se encontraba en las Islas Británicas, el élder Taylor visitó brevementeIrlanda, donde conoció a Thomas Tait. Mientras caminaban cerca de LochBrickland, el Sr. Tait pidió que lo bautizaran y fue la primera persona quebautizaron los misioneros en Irlanda.

Retrato tallado de John Taylor porFrederick Piercy.

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John Taylor Capítulo 3

nio de la visión del ángel con la trompeta que había te-nido muchos años antes de haberse unido a la Iglesia.Esa visión se había cumplido; el ángel había venido y elEvangelio había sido restaurado. Gracias a los esfuerzoscontinuos del élder Taylor, al poco tiempo se bautiza-ron diez personas de esa congregación y a partir de esemomento la obra avanzó con mucha rapidez y se esta-bleció en Liverpool una rama grande de la Iglesia.

SUFRIÓ A CAUSA DE LA OPOSICIÓNEN LA ISLA DE MAN

Mientras servíacomo misionero en lasIslas Británicas, el élderJohn Taylor trabajó untiempo en la hermosaIsla de Man, en el Mar deIrlanda, donde había na-cido su esposa y dondese encontraba la casa enla que ella se había cria-do. En casi todas laszonas que comprendíansu misión, el clero de lasdemás iglesias le exigíaque demostrara la veracidad de su creencia delEvangelio restaurado. En la Isla de Man, cuatro minis-tros lo desafiaron. El reverendo Robert Heys se oponíacon vehemencia a la afirmación de la Iglesia de quehabía sido fundada por medio de nuevas revelaciones ybasaba su opinión en tres pasajes de la Biblia que pare-cían prohibir que se añadieran nuevas revelaciones alas Escrituras.

Esto fue lo que le contestó el élder Taylor: “Esto [elargumento del reverendo Heys de que ‘Dios ha decreta-do y declarado que nada debe agregarse… ni quitarse’de la Biblia] debe de ser una revelación nueva ¡porquetal decreto o declaración no se encuentra en ningunaparte de los escritos sagrados! Es verdad que cita trespasajes: uno en Deuteronomio (véase Deuteronomio4:2), uno en Proverbios (véase Proverbios 30:5–6) y otroen Apocalipsis (véase Apocalipsis 22:18–19); ¡pero ningu-no de ellos contiene ese decreto! El de Deuteronomiose refiere exclusivamente al Libro de las Leyes. Si allíse hubiera declarado que las revelaciones de Dios esta-ban completas, nunca se hubieran escrito las demásEscrituras. El de Proverbios se refiere a la parte de los es-critos sagrados que existían en ese entonces. Si declararaque las Sagradas Escrituras estaban completas, no se po-drían haber escrito entonces las revelaciones que se reci-bieron a continuación. El pasaje del Apocalipsis se refieresólo a ese libro que cuando se escribió era un libro porseparado, sin conexión con los otros libros del Nuevo

Irlanda del Norte

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Gales

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Testamento que todavía no se habían compilado; por lotanto, no podría referirse a ningún otro libro ni a otroslibros de las Sagradas Escrituras. De acuerdo con la pro-pia interpretación del señor Heys de los pasajes que hemencionado, al citar Proverbios, rechazaría el NuevoTestamento y lo que profetizaron todos los profetas des-pués de Salomón; y, al citar el pasaje de Deuteronomio,rechazaría toda la Biblia con excepción de los cinco li-bros de Moisés. ¡Pero esperemos que el Sr. [Heys] secuide de no incurrir en la maldición de alterar el signifi-cado de las palabras de los propios libros a los cuales,sin lugar a dudas, se refiere esa prohibición!” (citado enRoberts, Life of John Taylor, págs. 94–95).

La adversidad y la oposición pueden ayudar a edifi-car el reino de Dios. La oposición que enfrentó el élderTaylor en la Isla de Man atrajo a muchas personas a losdebates y allí encontraron la respuesta a sus dudas. Elélder Taylor y su compañero de misión fundaron unadinámica rama de la Iglesia en la isla antes de volver aInglaterra.

John Taylor había salido de Inglaterra varios añosatrás diciendo que tenía la seguridad de que debía ir a

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Nauvoo, Illinois.

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Presidentes de la Iglesia

América a predicar el Evangelio. Es interesante que fueraa los Estados Unidos y allí encontró el Evangelio y des-pués fue llamado para volver a Inglaterra a predicarlo.

EL ESPÍRITU DEL RECOGIMIENTOSE CERNÍA SOBRE LOS SANTOS

“Cuando los apósto-les empezaron sus res-pectivas misiones, elprofeta José Smith leshabía pedido que porel momento no dijerannada sobre el recogimien-to de los miembros, sinduda a causa de la inesta-bilidad en la que se en-contraba la Iglesia en esemomento. Por supuesto,los apóstoles siguieronesas instrucciones; pero

no bien la gente se bautizaba les entraba un gran deseode unirse a la congregación principal de la Iglesia [enlos Estados Unidos]. ‘Encuentro difícil no decirles algoa los santos’, escribe el élder Taylor, ‘porque el Espíritude Dios se los revela… Hace algún tiempo la hermanaMitchel soñó que ella, su esposo y muchas otras perso-nas se encontraban a bordo de un barco, y que habíaotros barcos llenos de santos, que se dirigían a algúnlugar. El sueño la hizo sentir muy contenta y se regocijóen el Señor’ ” (Roberts, Life of John Taylor, pág. 96).

Una vez que se acabaron los problemas en Misuridebido al éxodo de la Iglesia hacia Illinois, y despuésque el Profeta les había comunicado a los apóstolesen Inglaterra que los miembros ya podían emigrar, elélder John Taylor ayudó a fundar una agencia de viajespermanente en Liverpool y ayudó a más de ochocien-tos conversos a que emigran a los Estados Unidos.

Interior de la casa de John Taylor.

La casa de John Taylor en Nauvoo.

DIO UN INFORME DE LA MISIÓNA LOS SANTOS BRITÁNICOS

A principios de 1841, antes de viajar de vuelta aNauvoo con los demás apóstoles, el élder John Taylorescribió un informe de su trabajo entre los santos deInglaterra. Allí decía: “Siento gozo ante Dios porque habendecido mi humilde esfuerzo por promover la causay el reino y por todas las bendiciones que he recibidode esta isla. Pues, aunque viajé ocho mil kilómetros sinbolsa ni alforja, además de haber viajado extensamenteen este país en tren, diligencias, barcos a vapor, carretas,a caballo y en casi todos los otros medios de transporte,y aunque he estado entre desconocidos y en tierras ex-trañas, nunca me faltó dinero ni ropa, ni amigos, ni unacasa, desde entonces hasta ahora. Ni nunca tuve que pe-dirle dinero a nadie. Por lo tanto, he probado al Señory sé que Él cumple su palabra. Y ahora que me marcho,les doy testimonio de que esta obra es de Dios; de queÉl ha hablado desde los cielos; de que José Smith es unprofeta del Señor; de que El Libro de Mormón es verda-dero; y sé que esta obra seguirá adelante hasta que losreinos del mundo hayan llegado a ser de nuestro Señory de su Cristo” (“Communications”, Millennial Star,mayo de 1841, págs. 15–16).

Durante toda la misión que sirvió en Inglaterra, elélder Taylor alzó la voz de advertencia. Miles se congre-garon guiados por el estandarte de la verdad que élayudó a mantener en alto. Publicó materiales y defen-dió su fe en Inglaterra y después regresó a Nauvoo.

PETICIÓN AL CONGRESOA partir del año 1831, algunos miembros de la

Iglesia habían empezado a establecerse en la zona oestede Misuri. Para abril de 1832 ya habían comenzado losroces entre ellos y sus vecinos. Al principio, los Santosde los Últimos Días fueron expulsados de un condadotras otro, y después, para el otoño (de septiembre a no-viembre) de 1838, se les expulsó del estado de Misuri yse fueron a Illinois. En 1839 los miembros de la Iglesiaempezaron a escribir declaraciones juramentadas, o sea,a documentar legalmente las injusticias que se habíancometido en contra de ellos con el fin de lograr que seles compensara por sus sufrimientos.

Después que fueron expulsados de sus pobladosde Misuri, los miembros de la Iglesia buscaron por lomenos en tres ocasiones recibir compensación delCongreso de los Estados Unidos. El élder John Taylorfue uno de los líderes elegidos para pedirle al Congresoque rectificara los maltratos que habían recibido losSantos de los Últimos Días en ese país. Todas las peti-ciones de compensación fueron rechazadas o desatendi-das por el gobierno.

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John Taylor Capítulo 3

SIRVIÓ EN MUCHOS CARGOSEN NAUVOO

John Taylor fue asesor legal y coronel en la Legiónde Nauvoo, miembro del ayuntamiento de la Ciudad deNauvoo, y miembro del consejo rector de la Universidadde Nauvoo. Sirvió como director del periódico oficial dela Iglesia Times and Seasons y director de la publicaciónNauvoo Neighbor, la cual se publicó desde mayo de1843 hasta octubre de 1845. Ese periódico informabasobre las resoluciones del ayuntamiento de la Ciudad deNauvoo, de los tribunales locales, sobre la legislación delestado y daba información sobre las noticias nacionalese internacionales. También contenía artículos de interéslocal sobre agricultura, literatura, ciencia y religión. Entodo lo que escribía, John Taylor se expresaba con granvalentía al defender a la Iglesia y al profeta José Smith.

SE REVELÓ UNA NUEVA ORDENDEL MATRIMONIO

Después que volvieron a Nauvoo, los DoceApóstoles se enfrentaron a un desafío muy distinto delos que habían afrontado en la obra misional. El profe-ta José Smith les enseñó que era necesario restaurar elmatrimonio celestial, incluso la doctrina de tener variasesposas, y esto fue muy difícil para ellos.

El élder John Taylor escribió lo que sentía:“Siempre había tenido ideas muy estrictas sobre la vir-tud y, como hombre casado, sin el conocimiento de esteprincipio, la idea de hacer algo así me horrorizaba. ¡Laidea de pedirle a una joven que se casara conmigocuando yo ya tenía una esposa! Era algo que forzosa-mente alteraría las emociones más profundas del almahumana. Siempre consideré que la castidad era de sumaimportancia… Por tanto, con todo eso que pensaba,sólo el conocimiento de Dios y las revelaciones de Él,que sabía que eran verdaderas, me convencerían deaceptar ese principio” (citado en Roberts, Life of JohnTaylor, pág. 100).

Los hijos de John Taylor.

Por obediencia al consejo del Profeta, y con elconsentimiento de su esposa Leonora, el élder Taylortuvo otras esposas y llegó a ser uno de los portavocesprincipales de la Iglesia en lo que se refería a la defen-sa de este principio durante el resto de su vida.

De todas las leyes de Dios que los santos tuvieronque obedecer, el matrimonio plural fue tal vez la másdifícil de aceptar y de poner en práctica. Sin embargo,sirvió para cumplir el propósito del Señor y fue unaprueba de la fe de ellos y de su obediencia al portavozdel Señor sobre la tierra, dada en el momento adecuado.

SE NOMINÓ A JOSÉ SMITH COMOCANDIDATO A PRESIDENTE DE LOSESTADOS UNIDOS

En febrero de 1842, el élder John Taylor asumió elcargo de director asistente (y más tarde el de director)de la publicación de la Iglesia Times and Seasons. Unaño después, pasó a ocupar el puesto de director delsemanario Nauvoo Neighbor. Las columnas que escribíael élder Taylor pronto se distinguieron por su conteni-do enérgico y franco.

En1844, hubo elecciones gubernamentales para lapresidencia del país. Los santos tenían serias objecionesa los candidatos de los dos partidos nacionales. Se ha-bían comunicado con los dos partidos principales, peroninguno de ellos prometía ayudar a que se respetaranlos derechos constitucionales de los santos. Incluso sesospechaba que tenían planes de perseguirlos “aún más”después de las elecciones.

En Illinois, los santos comprendían un grupo im-portante de votantes. En un editorial del periódicoNauvoo Neighbor, el élder Taylor nominó al profetaJosé Smith como candidato a la presidencia de losEstados Unidos. Entre las razones que tenía para hacer-lo, explicó: “Bajo las circunstancias existentes no nosqueda otra alternativa; si cumplimos nuestro objetivo,bien; pero de lo contrario tendremos la satisfacción

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Muestras de periódicos, libros y folletos publicados por John Taylor.

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de saber que hemos actuado diligentemente y hemoshecho lo que nos dictaba nuestra conciencia. Y si des-perdiciamos nuestros votos, mejor que lo hagamos poruna persona digna y no por alguien que no los merez-ca y que podría utilizar para destruirnos el arma quepondríamos en sus manos” (“Who Shall Be Our NextPresident!”, Nauvoo Neighbor, 14 de febrero de 1844).

RESPETÓ LAS LEYES DEL PAÍSEn la actualidad, la Iglesia se mantiene neutral en

cuanto a la política, pero insta a los santos a participaractivamente en la elección de los candidatos que de-seen que los gobiernen. Se aconseja a los miembrosque elijan a personas responsables que tengan valoresmorales y que deseen apoyar los derechos soberanosy las libertades que nosotros los humanos nos merece-mos y a los que quieran llevar a cabo todo lo buenoque el pueblo desee. Se insta a los Santos de los Últi-mos Días a seguir el ejemplo del élder John Taylor y aexpresar su opinión en lo que se refiere a los asuntosde vital importancia para el bienestar de la nación y desus ciudadanos. En otro editorial, él explicó por qué esesencial que hagamos público nuestro punto de vista:

“Por supuesto, si una persona se fuera a involu-crar en asuntos políticos, debería tratarse de alguiencuyo juicio se dejara influenciar por principios correc-tos, tanto religiosos como políticos. De lo contrario,las personas que tengan una religión serán gobernadaspor los que no profesan ninguna fe, deberán someter-se a sus reglas, permitir que la ley y la palabra de Diossean pisoteadas y se volverán inicuos como los deSodoma y corruptos como los de Gomorra y tendránque prepararse para la destrucción final. Se nos diceque ‘…cuando los inicuos gobiernan, el pueblo se la-menta’ (D. y C. 98:9). Hemos comprobado esto concreces en el estado de Misuri, y, habiéndonos quema-do una vez, ahora tememos al fuego. La causa de losderechos humanos, la causa de la justicia, la causa dela independencia, la causa del patriotismo y la causade Dios requieren que hagamos lo que podamos paraelegir buenos gobernantes. Nuestras revelaciones nosdicen que debemos buscar diligentemente a hombresbuenos y sabios (véase D. y C. 98:4–10)…

“Entonces, que cada persona que odie la opresióny simpatice con las causas justas no sólo vote sino quetambién, con su influencia, consiga el voto de otras per-sonas para que podamos por medio de todos los medioslegales apoyar al que, si es elegido, asegure el mayor be-neficio de toda la nación” (“Religion and Politics”, Timesand Seasons, 15 de marzo de 1844, pág. 471).

FUE HERIDO EN LA CÁRCELDE CARTHAGE

Cuando el profetaJosé Smith fue a la cárcelde Carthage, el élderJohn Taylor lo acompa-ñó. Durmió en la mismacelda y le ofreció suapoyo y consuelo.Cuando le dieron laoportunidad de salir deallí y salvar su vida, rehu-só marcharse. Le cantó alProfeta un himno que

encierra los principios más sagrados del sacrificio pro-pio y el del Profeta. (“Un pobre forastero”, Himnos, Nº16). Trató de apartar las armas de fuego que los amena-zaban desde la puerta de la celda, pero fracasó y resul-tó herido. Le fue imposible escapar y recibió cuatrobalazos, pero sobrevivió.

Eran apenas pasadas las cinco de una calurosa tardedel 27 de junio de 1844. Una vez que cumplieron con sumaligno fin, los que formaban la horda de malhechoreshabían huido temerosos. José Smith, el Profeta que habíasido llamado para dirigir la última y más importante dis-

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El cuarto de la planta alta de la cárcel de Carthage donde el profeta José Smithy su hermano Hyrum fueron asesinados y donde también hirieron a John Taylor.

La cárcel de Carthage, Carthage, Illinois.

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John Taylor Capítulo 3

pensación del Evangelio, yacía muerto afuera de la cárcel,cerca del aljibe, al caer herido desde la ventana del pisosuperior. Hyrum, su querido hermano mayor, se encon-traba también sin vida en el piso del cuarto donde habíanestado prisioneros. El malherido John Taylor yacía en elcuarto contiguo sobre paja y cubierto por un sucio col-chón, lugar donde Willard Richards lo había arrastrado yescondido con mucha prisa para que no lo encontraranlos asesinos. John Taylor pudo haber sufrido la mismasuerte, pero el Señor decretó lo contrario. Todavía teníamisiones que servir y llamamientos que cumplir.

Cuarenta años mástarde, refiriéndose a esahorrible experiencia, elpresidente Taylor dijo:“¿Hay algo que puedasorprendernos de todoesto? No. Si mataron aJesucristo en los tiemposantiguos, ¿no era de es-perar que la misma in-fluencia y las mismasemociones ocasionaranlos mismos resultados enesta época? Yo sabía elriesgo que corría cuandoempecé y estaba prepara-do para enfrentarlo” (enJournal of Discourses,tomo XXV, pág. 92).

REPRENDIÓ A LOS QUE CREÍAN QUELA IGLESIA CAERÍA CON LA MUERTEDE JOSÉ SMITH

La muerte del profeta José y la de Hyrum Smithhizo creer a muchos de los enemigos de la Iglesia, e in-cluso a algunos de los miembros, que ésta se desmoro-naría. En un editorial de Times and Seasons, el élderJohn Taylor afirmó lo contrario. Dijo que se trataba dela Iglesia del Señor y no del hombre.

“Es absurda la idea de que la Iglesia se desorganicey se desmantele porque mataron al Profeta y al Patriarca.La Iglesia lleva dentro de sí las semillas de la inmortali-dad. No es de los hombres ni fue fundada por un hom-bre; fue creada por Dios. Está organizada sobre la basede pautas celestiales, por medio de los principios de larevelación; por la apertura de los cielos, el ministerio deángeles y las revelaciones de Jehová. No la afecta la muer-te de uno ni de dos ni de cincuenta personas: posee elsacerdocio de Melquisedec, o sea el poder de una vidasin fin, sin principio de días ni fin de años. Está organiza-da con el propósito de salvar a esta generación y a las ge-neraciones pasadas; existe en el presente y existirá en la

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El reloj que John Taylor llevaba en unbolsillo cuando estaba en la cárcel deCarthage y que posiblemente le salvarala vida al recibir el impacto de una delas balas.

eternidad. ¿Que fracasará esta Iglesia? ¡Imposible! El tiem-po y las estaciones podrán cambiar, podrá haber una re-volución tras otra, podrán caer los tronos y los imperiosdesaparecer, los terremotos podrán partir la tierra desdeel centro hasta la superficie, las montañas podrán mover-se de su lugar y el gran océano salirse de su lecho; peroen medio del choque de los mundos y la colisión de lamateria, la verdad, la verdad eterna, permanecerá inmu-table, y los principios que Dios ha revelado a sus santossaldrán ilesos de entre los elementos en guerra y perma-necerán tan firmes como el trono de Jehová” (“The Cityof Nauvoo”, Times and Seasons, 15 de diciembre de1844, pág. 744).

DEFENDIÓ LOS DERECHOS DELOS SANTOS EN NAUVOO

Después del martirio, los enemigos de la Iglesiaempezaron a circular declaraciones falsas sobre la Iglesiay sus miembros para que basados en eso, pudieran ex-pulsarlos de Nauvoo. Grupos de malhechores incendia-ban casas, robaban el ganado, asesinaban a los hombresy echaban a las mujeres y a los niños de sus casas.

Las autoridades civiles no los protegían, así que semandó a un grupo de militares estatales para mantenerel orden y lograr que los santos tuvieran unos meses depaz para prepararse para el éxodo hacia el oeste. Perodicha milicia no defendió los derechos de los santos,sino que hacía caso omiso mientras los delincuentescontinuaban violando la privacidad y las propiedades delos santos. Muy disgustado por la insensible indiferenciaante el abuso de los derechos de los miembros, el élderJohn Taylor fue a hablar con el comandante de la mili-cia, el mayor Warren, para protestar por esa negligencia.A su vez, el comandante les recriminó por oponer resis-tencia a la ley. El élder Taylor replicó:

“Mayor Warren, me presento ante usted porquesoy un hombre que ha sido muy perjudicado por loshabitantes de este estado y como consecuencia me en-cuentro muy ofendido y agraviado. Usted habla, señor,de ‘la majestad de la ley, y de mantener la ley’; comose dará cuenta, para nosotros la ley no es más que unafarsa. Durante los años pasados se ha empleado la leysolamente como un medio de opresión. Y nadie nosha protegido…

“… ¡Habla de la majestad de la ley! ¿Qué les hasucedido a los asesinos [del Profeta y de su hermano]?¿Los han colgado o ejecutado o castigado de algunamanera? No, señor, usted sabe que no… Bajo su pro-pia supervisión todavía incendian casas, y usted o noha querido o no ha podido detenerlos. Desde que us-tedes han llegado han incendiado casas, han secuestra-do a hombres, han robado ganado, han maltratado yrobado a nuestros hermanos que iban a cosechar el

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maíz. ¿Tenemos que mantenernos impávidos y permi-tir que esos saqueadores e incendiarios vengan a nues-tra ciudad… sin impedir sus actos criminales? ¿Hemosde soportar que usted, señor, no nos permita defen-dernos mientras nos maltratan cruelmente? Le digoclaramente que yo, por lo menos, no lo haré. En loque a mí concierne, le digo que no lo permitiré… [Mishermanos] no serán maltratados con el pretexto de laley ni de nada más; y no existe patriota en el mundoque no me apoye” (citado en Roberts, Life of JohnTaylor, págs. 163–165).

FUE UN “DEFENSORDE LA LIBERTAD”

Meses más tarde, los santos acampaban en CouncilBluffs, Iowa, cuando se les acercó el capitán Allen, ofi-cial del ejército de los Estados Unidos. Había ido a en-listar cinco mil hombres para que fueran a pelear en laguerra contra México. La lealtad y patriotismo hacia elgobierno se habían vuelto conceptos muy tensos entrelos pioneros.

En un discurso, el élder John Taylor les habló alrespecto: “Muchos de ustedes han sentido un poco derebelión en contra del gobierno de los Estados Unidos.Yo también me he sentido furioso contra el gobierno,al punto de querer insultarlos, por el trato que hemosrecibido de manos de los que tienen autoridad, aun-que no soy de los que dicen improperios. Tenemos ra-zones valederas para sentirnos así, y cualquier hombreque tenga una chispa de amor por la libertad habríasentido lo mismo” (citado en Roberts, Life of JohnTaylor, pág. 173).

A pesar de todas esas emociones bien justificadas,el élder Taylor propuso que confiaran en el gobiernoy organizó lo que hoy conocemos como el BatallónMormón, y su propuesta fue aceptada. Este “Defensorde la Libertad” tenía tanto interés en apoyar al gobier-no de su país como en defender los derechos constitu-cionales de los santos.

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El Batallón Mormón.

AYUDÓ EN LA MIGRACIÓN HACIAEL OESTE Y EN LA CONTINUACIÓNDE LA OBRA MISIONAL

El élder John Taylor sostuvo al presidente BrighamYoung como líder de la Iglesia y lo ayudó en el éxodode los Santos de los Últimos Días en su marcha hacia elOeste. Fue a servir otra misión en Inglaterra y, con elélder Parley P. Pratt, guió al segundo grupo que partióhacia el oeste con más de mil quinientas personas, yllegaron al Valle de Salt Lake el 5 de octubre de 1847.

Los pioneros habían estado en el valle sólo dosaños cuando el presidente Young extendió el llama-miento a cuatro de los apóstoles para ir otra vez a pre-dicar el Evangelio a Europa. A Franklin D. Richards lomandaron a Gran Bretaña, a Lorenzo Snow a Italia, aErastus Snow a Dinamarca y a John Taylor a Francia yAlemania. En Francia, el élder Taylor estableció cuatroramas de la Iglesia con unos cuatrocientos miembros.Uno de los más grandes logros de su misión fue la pu-blicación del Libro de Mormón en francés y en alemán.

DEFENDIÓ LA INTEGRIDADDE JOSÉ SMITH

Cuando trabajabadurante su misión enBoulogne, Francia, tresministros lo retaron atener un debate conellos. En uno de sus ar-gumentos, los ministrosatacaron al profeta JoséSmith. En defensa de laintegridad del Profeta, elélder Taylor dijo:

“Les testifico que yotraté a José Smith duran-te muchos años. Viajécon él, lo vi actuar en pú-blico y en privado, parti-cipé en toda clase de

concilios con él, escuché cientos de veces sus enseñan-zas en público y oí el consejo privado que les daba asus amigos y compañeros; estuve en su casa y vi cómose comportaba con su familia. Lo vi acusado ante lostribunales del país y declarado inocente y libre del mal-sano aliento de las calumnias y las maquinaciones ymentiras de hombres perversos y corruptos. Lo acom-pañé mientras vivía y estuve allí cuando murió, cuandouna banda de malhechores, encabezados por un minis-tro metodista de apellido Williams, que llevaban lascaras pintadas, lo asesinó en la cárcel de Carthage. Yoestaba allí y a mí también me hirieron con cuatro bala-

Un ejemplar bilingüe del Libro deMormón. Las primeras traducciones alfrancés y al alemán se imprimieron enun solo libro: La página de la izquierdaen alemán y la de la derecha en francés.

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zos. Lo vi en todas esas circunstancias y les testificoante Dios, los ángeles y los hombres que era un hom-bre bueno, honorable y virtuoso; que sus doctrinaseran buenas, de valor y basadas en las Escrituras; quesus preceptos eran apropiados para un hombre deDios; que su carácter tanto público como privado erasin censura; y que vivió y murió como un hombre deDios y como un caballero. Éste es mi testimonio. Siquieren disputarlo traigan a una persona autorizada yestoy dispuesto a firmar una declaración juramentada”(“Three Nights’ Public Discussion”, en A Series ofPamphlets, by Orson Pratt, págs. 23–24).

FUE A LA CIUDAD DE NUEVA YORKEN UNA MISIÓN COMO EDITOR

En 1852, se anunció públicamente la doctrina delmatrimonio plural. Pero, basada en lo que decían algu-nos apóstatas corruptos, la prensa nacional había publi-cado artículos que describían esa práctica con grandestergiversaciones. Para detener la ola de prejuicio, al élderJohn Taylor y a cuatro hermanos más se los llamó paraque publicaran un periódico de distribución nacional endefensa de la Iglesia. En la ciudad de Nueva York, el élderTaylor abrió las oficinas del periódico The Mormon justoentre las oficinas de los periódicos New York Herald yNew York Tribune, los dos que criticaban más a la Iglesia.

En el primer ejemplar de The Mormon, el élderTaylor explicaba el punto de vista editorial del periódi-co: “Nuestro único fin es publicar la verdad en cuantoa los temas relacionados con la religión, la política y lafilosofía, y en todo lo que atañe a la moral y a la socie-dad. No nos ata ningún partido político ni credo reli-gioso. Es verdad que somos mormones, por dentro ypor fuera, aquí y en el extranjero, en público y en pri-vado: en todos lados. Pero lo somos en principio. Losomos no porque creemos que sea más popular, lucra-tivo u honorable (a los ojos del mundo), sino porquecreemos que es más verdadero, más razonable, más vir-tuoso y filosófico, y basado en las Escrituras; porquecreemos a conciencia que tiende a aumentar la felici-

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dad y el bienestar de la humanidad en esta vida y a tra-vés de las eternidades, más que cualquier otro sistemaque hemos conocido” (“Introductory Address”, TheMormon, 17 de febrero de 1855, pág. 2).

Requirió mucho valor defender a la Iglesia de la ma-nera audaz y directa en que lo hizo el élder Taylor. El pre-sidente Brigham Young dijo: “En cuanto a la labor delhermano Taylor como editor del periódico The Mormon,publicado en la ciudad de Nueva York, he oído muchoscomentarios positivos acerca de los editoriales, no sólode los santos, sino también de los que no creen en la re-ligión que nosotros profesamos, y probablemente seauno de los periódicos, de todos los que se publican, queha sido editado con más franqueza y valentía” (citado enRoberts, Life of John Taylor, pág. 271).

HIZO UNA PETICIÓN ALPRESIDENTE BUCHANAN

Como paso previo ala incorporación de Utaha los Estados Unidos, elgobierno del país lo decla-ró territorio en 1850. Elpresidente de la nación,Millard Fillmore, nombrócomo primer gobernadora Brigham Young, peropuso en otros cargos delgobierno a hombres deotras partes del país queno simpatizaban con laIglesia, y algunos de ellos

no eran personas nobles ni honorables. Además, casi nin-guno de ellos conocía bien las normas, los ideales y lasmetas de la Iglesia, ni los entendían.

En 1857, el Presidente de los Estados Unidos,James Buchanan, recibió informes de un juez territorialcorrupto que acusaba a los mormones de la destrucciónde registros de los tribunales federales, de desobedien-cia a las leyes federales, de deslealtad al país y de obe-decer únicamente a Brigham Young. Las acusacioneseran ridículas, pero sin siquiera investigarlas, Buchanannombró a Alfred Cumming, de Georgia, como nuevogobernador de Utah y lo mandó con una escolta de dosmil quinientos hombres para resolver lo que considera-ron una rebelión. Además, no se molestó en notificar algobernador Young del cambio de mando; por lo tanto,cuando llegaron a Utah los rumores de que se acercabauna expedición del gobierno, los santos pensaron en lopeor y se prepararon para la guerra.

Le indicaron al élder Taylor que volviera a Utah desu misión en Nueva York y éste preparó un memorando

El Presidente de los Estados Unidos,James Buchanan.

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dirigido al Presidente y al Congreso de los EstadosUnidos, que en parte decía:

“Recurrimos a ustedes como ciudadanos estadouni-denses a los que se ha ultrajado, maltratado y acosado.Hemos sido perseguidos por nuestros incansables ene-migos de ciudad en ciudad, de estado a estado, hastaque al fin nos expulsaron más allá de las fronteras de lacivilización, obligados a buscar cobijo en un desiertocon un clima inhóspito habitado sólo por tribus salvajesde las llanuras desérticas. Declaramos ser parte de estanación y como tal tenemos derechos que exigimos quese respeten. Declaramos que en una república, así esta-blecida por nuestros fundadores, la que todavía profesa-mos ser, los oficiales gubernamentales son siervos delpueblo y no jefes ni dictadores ni tiranos.

“Ante las numerosas acusaciones de nuestros ene-migos nos declaramos inocentes, y retamos a cualquiertribunal del mundo que administre justicia, a que prue-be lo contrario… Trátennos con amistad y relacioneshonrosas en lugar de agredirnos vilmente y de hacernosla guerra. Trátennos como a amigos, como a ciudadanosque tenemos los mismos derechos que los demás, y nocomo a extranjeros enemigos, no sea que nos obliguena serlo… Lo único que queremos es la verdad y la justi-cia. El gobierno ha sido engañado por hombres falsos ycalculadores y tal vez debido a que no han estudiadobien la situación, se han precipitado a actuar. Dígannoslo que quieren de nosotros antes de preparar la horcapara colgarnos o de ‘sacar el cuchillo para extirpar la úl-cera detestable y repulsiva’. ¿Quieren que neguemos aDios y renunciemos a nuestra religión? Eso no lo hare-mos… Retiren las tropas, otórguennos nuestros dere-chos constitucionales y estaremos en paz” (citado enRoberts, Life of John Taylor, págs. 294–295).

JOHN TAYLOR VIO QUE LA MANO DELSEÑOR PROTEGIÓ A LOS SANTOS

A pesar de que los santos estaban preparados pararesistir el avance del ejército, si fuera necesario, hicierontodo lo posible para evitar esa confrontación. Empezaron

El ejército de Johnson.

a negociar para resolver los malos entendidos, antes deque el ejército llegara. El ejército mandó a Salt Lake Cityal capitán Stewart Van Vliet para que investigara. Éste noencontró lo que esperaba y cuando volvió al campamen-to del ejército para informar los resultados de su investi-gación, había cambiado de opinión radicalmente yrecomendó la reconciliación.

Los santos consiguieron que el ejército no entraraal valle de Salt Lake hasta la primavera de 1858. Cuandopermitieron la entrada al ejército a condición de que susintegrantes se comportaran con decencia, éste se encon-tró con que los santos estaban listos para incendiar susviviendas antes de someterse a una opresión ilegal. Enun discurso que pronunció el élder John Taylor en elTabernáculo de Salt Lake, en diciembre de 1857, dijo:

“No recuerdo haber leído en la historia ni haberoído de circunstancias en las que un ejército haya sidosubyugado con tanta facilidad ni desposeído de supoder con tanta eficacia, sin derramar sangre, como haocurrido en nuestras fronteras. Si ésta no es una mani-festación del poder de Dios en nuestra defensa, no séqué es. ¿Alguien ha perdido la vida? No, nadie…

“Supongan que el gobierno de este país se encole-riza al punto de mandar cincuenta mil hombres… nin-guno de nosotros podría prever lo que sucedería.Hablo de estas cosas para que reflexionemos. ¿Quiénpuede decir lo que vendrá después? ¿Quién sabe loque nos depara el futuro? Dense cuenta de la situaciónen la que se nos ha puesto, que dependemos del Señory de sus consejos y de que todo lo que digamos o ha-gamos debe estar de acuerdo con eso de ahora en ade-lante. Sión ha comenzado a elevarse y su luz ilumina.La gloria del Señor se eleva ante nosotros…

“¿Qué pasaría si nos obligan a vivir en las montañas?No importa. ¿Qué sucedería si tenemos que incendiarnuestras casas? Hagámoslo de buena voluntad y bailemosa su alrededor mientras se queman. Estas cosas no meimportan. Estamos en manos de Dios y todo está bien”(en Journal of Discourses, tomo VI, págs. 112–113).

LOS APÓSTOLES DIRIGIERON LAIGLESIA DESDE 1877 HASTA 1880

Cuando falleció el Presidente Brigham Young el 29de agosto de 1877, el Quórum de los Doce Apóstolespasó a ser el quórum presidente de la Iglesia. El 4 deseptiembre de 1877, los Doce Apóstoles que la Iglesiahabía sostenido, con John Taylor como Presidente delQuórum, sirvió en el lugar de la Primera Presidenciahasta que ésta fue reorganizada el 10 de octubre de1880. (El Quórum de los Doce Apóstoles tambiénhabía presidido desde la muerte del profeta José Smithel 27 de junio de 1844 hasta que Brigham Young fue

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John Taylor Capítulo 3

sostenido como Presidente de la Iglesia el 27 de di-ciembre de 1847.)

EL SEÑOR PRESERVÓ LA VIDADE JOHN TAYLOR

La vida de JohnTaylor fue protegida du-rante el asesinato delprofeta José y de HyrumSmith en la cárcel deCarthage. El Señor leconfirmó esto al élderWilford Woodruff, en eseentonces miembro delQuórum de los DoceApóstoles, en una revela-ción dada el 26 de enerode 1880: “Yo, el Señor,les he levantado a misiervo, John Taylor, paraque sea su presidentey promulgue leyes a mi

Iglesia. Él ha mezclado su sangre con la de los profetasmártires. Y, he tomado para mí a mis siervos José yHyrum Smith, y he preservado a mi siervo John Taylorpara un sabio propósito mío” (Wilford Woodruff ’sJournal, 1833–1898 Typescript, editado por Scott G.Kenney, 9 tomos, 1983–1985, tomo VII, pág. 620).

El presidente Taylor tenía una misión especial quecumplir y guió a la Iglesia durante una década de gran-des crisis. Durante la celebración del Día de los Pioneros,el 24 de julio de 1880, profetizó: “En lo futuro tendránlugar acontecimientos, no muy distantes ya, que exigirán

La Primera Presidencia, 10 de octubre de 1880: George Q. Cannon,John Taylor y Joseph F. Smith.

toda nuestra fe, toda nuestra energía, toda nuestra con-fianza, toda nuestra esperanza en Dios, a fin de poder re-sistir las influencias que nos combatirán… No podemosfiarnos de nuestra inteligencia; no podemos dependerde nuestras riquezas; no podemos confiar en ninguna cir-cunstancia que nos rodea; hemos de poner nuestra espe-ranza sólo en el Dios viviente para que nos guíe, nosdirija, nos oriente, nos enseñe y nos instruya. Y jamás hahabido ocasión en que hayamos tenido mayor necesidadde ser más humildes y devotos; en ninguna otra ocasiónhemos tenido tanta necesidad de ser más fieles, más ab-negados y de adherirnos más a los principios de verdadque en esta época” (citado en Joseph Fielding Smith,Elementos de la Historia de la Iglesia, 1975, pág. 621).

SE CELEBRÓ UN AÑO DE JUBILEOEn 1880, a pesar de que en el horizonte se divisa-

ban nubes tormentosas, había un aire general de regoci-jo entre los santos por ser el quincuagésimo aniversariode la restauración de la Iglesia. En el antiguo Israel cadacincuenta años había un jubileo, un tiempo de perdo-nar deudas y de ayudar a los pobres. El presidente JohnTaylor resolvió que ése sería el lema:

“Se me ocurrió quedebemos celebrar de al-guna forma, como sehacía en la antigüedad, yperdonar las deudas alos que se sientan opri-midos por ellas, ayudar alos que tengan necesida-des, aliviarles las cargas alos que se sientan abru-mados y de que sea unaépoca de regocijo gene-ral” (en ConferenceReport, abril de 1880,pág. 61).

La Iglesia canceló las deudas de los pobres queeran dignos y que habían recibido dinero del FondoPerpetuo para la Emigración para ayudarlos a trasladar-se hasta Utah y quienes después de haber llegado ha-bían tenido reveses o infortunios y no podían devolverel dinero que les habían prestado.

El presidente Taylor les dio el siguiente consejo alos miembros más acomodados: “Los ricos… tienen unagran oportunidad de acordarse de los pobres del Señor.Si ellos les deben dinero y no pueden pagarles, exoné-renlos de la carga del capital y el interés o tanto comoustedes quisieran que se les perdonara si las circunstan-cias fueran al revés, y de esa forma hagan por ellos loque quisieran que ellos hicieran por ustedes. Porque deeso dependen la ley y los profetas. Si tienen hipotecadas

El presidente John Taylor dedicó elTemplo de Logan, Utah, el 17 de mayode 1884.

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Presidentes de la Iglesia

las casas de sus hermanos en el Evangelio que son po-bres, dignos y honrados, y que deseen pagarles peroque no puedan hacerlo, líbrenlos de esa carga en formaparcial o total. Extiéndanles un jubileo siempre que pue-dan. Se ganarán su confianza y su fe y sus oraciones, quepuede que valgan más que el dinero” (citado en Roberts,Life of John Taylor, págs. 336–337).

SE CUMPLE UNA PROFECÍA TRISTENubes grises y lluvias torrenciales acompañaron la

conferencia general de abril de 1882. El tiempo parecíaprofetizar el futuro cercano. Habían pasado diecinuevemeses desde que el presidente John Taylor había adver-tido que se juntarían influencias malignas en contra dela Iglesia, y en ese momento se empezaron a sentir. Enel otoño de 1881, los ministros de varias religiones em-pezaron a exigir que se aprobaran leyes más estrictasen cuanto a la práctica de la poligamia, y el 22 demarzo de 1882, el Presidente de los Estados Unidosfirmó el proyecto de ley Edmunds que, al aprobarse,quitaba a la Iglesia todos los derechos legales quehabía tenido y también permitía que se multara o seencarcelara a los miembros varones de la Iglesia quecreyeran en la poligamia o que la practicaran. El presi-dente Taylor aconsejó a los miembros que se prepara-ran para enfrentar el mal tiempo:

“No queremos po-nernos hostiles y desa-fiantes con este gobierno.Cumpliremos con las exi-gencias literales de esaley injusta, inhumana,opresiva e inconstitucio-nal, tanto como podamoshacerlo sin violar nues-tros principios. Pero nopodemos sacrificar todoslos principios de los de-rechos humanos ante lasexigencias de hombrescorruptos, testarudos ysin principios; no pode-

mos violar los principios más grandes y nobles de la na-turaleza humana y convertir en parias y desterradas anuestras nobles, virtuosas y honorables mujeres ni sacri-ficar los principios más altos y nobles de la humanidadpor causa del clamor y de las demandas de otros.

“Cumpliremos con todas las leyes constitucionales,como hemos hecho siempre, pero aunque tememos aDios y cumplimos con la ley y respetamos a todos loshombres y gobernantes honorables, no somos sirvientescobardes ni lamemos los pies de los que nos oprimen

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ni tampoco haremos sumisas reverencias ante el clamorirrazonable del pueblo. Lucharemos con paciencia ypersistencia, legal y constitucionalmente, por nuestrosderechos como ciudadanos estadounidenses y por losderechos universales de la humanidad. Alzamos nuestracabeza con orgullo, conscientes de nuestros derechoscomo ciudadanos de los Estados Unidos, y nos mante-nemos firmes basados en las garantías sagradas de laConstitución. Ese documento aun cuando define elpoder y los privilegios del Presidente y de los podereslegislativo y judicial, también asegura que los poderesque la constitución no delega a los Estados Unidos niprohíbe a los estados se dejen a discreción de los esta-dos o del pueblo respectivamente’ ” (en Journal ofDiscourses, tomo XXIII, pág. 67).

LA FURIA DE LA TORMENTACASTIGA A LOS SANTOS

Una vez más, los miembros de la Iglesia tuvieronque sufrir persecuciones y ya no se sentían segurosen el Oeste. Durante la década de la persecución(1877–1887), las autoridades civiles entraban a lascasas y las saqueaban, los alguaciles federales obligabana personas inocentes a acompañarlos a lugares donde

La casa Gardo, residencia del presidente Taylor.

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John Taylor Capítulo 3

les hacían una inquisición y a los hombres los multa-ban y los perseguían yendo mucho más allá de los lími-tes de la ley. En el sur de los Estados Unidos, a muchosmisioneros los lincharon y apalearon, y a algunos deellos los mataron.

El presidente John Taylor recibió noticias de queel gobierno de Arizona maltrataba a los miembros de laIglesia y fue a visitarlos. Les aconsejó que se establecie-ran temporalmente en México. Obedientes al profeta,con el tiempo, más de tres mil miembros de la Iglesiase mudaron al estado de Chihuahua, México, y funda-ron las poblaciones mormonas de Colonia Juárez,Colonia Dublán y Colonia Díaz. (Véase Roberts, Lifeof John Taylor, págs. 380–383.)

El presidente Taylor más adelante aconsejó a losque vivían en el valle Cache, Utah, que emigraran aCanadá por razones similares. Muchos lugares de laprovincia de Alberta, Canadá, fueron colonizados pormiembros de la Iglesia.

El presidente Taylor se apartó de la vida pública y fue ofrecida unarecompensa por su captura.

VOLUNTARIAMENTE DEJÓ DEAPARECER EN PÚBLICO

Los miembros de la Primera Presidencia, al enterar-se de que existían planes para arrestarlos, y sabiendo quesi eso ocurría los miembros de la Iglesia tratarían de ven-garse y darían un pretexto a los oficiales gubernamenta-les para destruir la Iglesia, decidieron apartarse de la vidapública y continuar su sagrada tarea en privado.

En su último discurso en público, el presidenteJohn Taylor dijo: “A nosotros nos corresponde hacer locorrecto, temer a Dios, observar Sus leyes y guardarSus mandamientos, y el Señor manejará todo lo demás.Pero no debe haber peleas ni derramamiento de sangreni se debe devolver el mal por el mal. Tratemos de cul-tivar el espíritu del Evangelio y adherirnos a los princi-pios verdaderos. Honremos a nuestro Dios y seamosfieles a los principios eternos que Dios nos ha dadopara santificar. Trátenlos como algo sagrado; comoalgo que atesoran. Y mientras otros hombres pisoteanla Constitución, nosotros trataremos de obedecerla”(en Journal of Discourses, tomo XXVI, pág. 156).

“QUE TODO SUCEDA COMO DIOSLO HA ORDENADO”

Cuando John Taylorera joven y viajaba abordo de un barcorumbo a Norteamérica,hacia un destino desco-nocido, el barco se en-contró en medio de unatormenta tan furiosa queel capitán tuvo miedo denaufragar. Sin embargo,John se mantuvo tran-quilo y sin temores. Noprestó atención al vientoni a las olas porque sabía que su vida estaba en manosde Dios. Estaba preparado para hacer lo que el Señordeseara. Otras tormentas lo amenazaron mientrascumplía su misión, tormentas humanas y tormentasnaturales, pero él no se rebeló contra ellas, sino quese mantuvo sereno.

Una vez dijo: “En lo que a mí concierne, que todosuceda como Dios lo ha ordenado. No deseo tener prue-bas; no quiero tener aflicciones: Oro a Dios que no medeje caer en la tentación y que me libre del mal; porqueSuyo es el reino, y el poder, y la gloria. Pero si los terre-motos rugen, los rayos azotan, los truenos retumban y sedesata el poder de las tinieblas, y se permite que brameel espíritu del mal y que una influencia maligna se desen-cadene sobre los santos, y mi vida y la de ellos se pone a

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Presidentes de la Iglesia

prueba, que suceda, porque somos los santos delAltísimo, y todo está muy bien, todo está en paz, todoestá correcto y lo estará en esta tierra y en la eternidad”(en Journal of Discourses, tomo V, págs. 114–115).

MURIÓ EXILIADO

El presidente John Taylor, al estar separado de susseres queridos y sin poder verlos con regularidad, ybajo el peso de las dificultades de la Iglesia en cuantoa hacer valer sus derechos constitucionales, enfermó yfalleció a los setenta y ocho años de edad en Kaysville,Utah, el 25 de julio de 1887. Cuando murió, todavíatenía algunas de las balas con las que lo habían heridocuando asesinaron al profeta José y a Hyrum Smith.Después de su fallecimiento, sus consejeros, George Q.Cannon y Joseph F. Smith, publicaron un artículo pararendirle homenaje, parte del cual decía:

“Era constante y firme en cuanto a la verdad, y hahabido pocos hombres que hayan manifestado tanta in-tegridad y tanto valor inquebrantable, tanto físico comomoral, como nuestro amado presidente que acaba demarcharse de entre nosotros. Nunca sintió miedo cuan-do se trataba de la obra de Dios. Cuando enfrentabahordas iracundas, cuando corría peligro de ser asaltadopor los que amenazaban con quitarle la vida y cuandose amenazaba a los miembros públicamente, nunca seacobardó, nunca le temblaron las rodillas ni las manos.Todos los Santos de los Últimos Días sabían siempre deantemano que cuando se necesitaba firmeza y valor, allíestaría el presidente John Taylor y sabían cuál sería su

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El presidente Taylor murió en la casa de Thomas F. Rouche, cerca deKaysville, Utah.

actitud. Afrontó todos los problemas con valentía, deuna manera que causaba la admiración de todos losque lo veían y escuchaban. El valor y la firmeza inmuta-bles se encontraban entre sus características más pro-minentes, haciéndolo sobresalir de entre otroshombres que se distinguían por las mismas cualidades.Además de esas virtudes, también veneraba la libertad yodiaba la opresión. Era un hombre en el que todos po-dían confiar, y durante toda la vida, como ningún otro,gozó de la total confianza de los profetas José, Hyrum yBrigham y de todos los líderes principales y miembrosde la Iglesia. El sobrenombre de Defensor de laLibertad que se le dio en Nauvoo siempre se consideróapropiado para él…

“Por un milagro realizado por el poder de Dios, elpresidente Taylor sobrevivió a pesar de que los asesinosde la cárcel de Carthage trataron de matarlo. Su sangreluego se mezcló con la de los mártires: el Profeta y elPatriarca. Desde aquel entonces ha sido un mártir vi-viente de la verdad” (“Announcement of the Death ofPresident John Taylor”, Deseret Evening News, 26 dejulio de 1887, pág. 2).

SU VIDA SE CARACTERIZÓ POR ELSERVICIO Y EL MARTIRIO

El presidente JohnTaylor murió en el exilio,durante el que quizásfuera el momento másdifícil de la lucha de laIglesia por sobrevivir;murió como mártir delos principios de lealtady de integridad, comomártir de la libertad dereligión, como mártir dela divinidad y el testimo-nio que acompañaban sullamamiento de apóstol,como mártir de la restau-ración de la verdaderaIglesia de Jesucristo y

como mártir de la existencia de Jesucristo mismo, aquien servía.

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Wilford WoodruffCUARTO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 4

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RESUMEN DE LA VIDA DE WILFORD WOODRUFF

Edad Acontecimientos

Nace el 1º de marzo de 1807 en Farmington, Condado de Hartford, Connecticut;sus padres son Aphek Woodruff y Beulah Thompson Woodruff.

14 Aprende el oficio de molinero (1821).

26 Se bautiza en la Iglesia, cerca de Richmond, Nueva York (31 de diciembre de 1833).

27 Toma parte en la marcha del Campo de Sión (mayo–julio de 1834).

27–29 Sirve en una misión en los estados del sur de los Estados Unidos (1834–1836).

30 Contrae matrimonio con Phoebe Carter (13 de abril de 1837).

30–31 Sirve en una misión en los estados del este de los Estados Unidos y en las Islas Fox(cerca de la costa del estado de Maine; 1837–1838).

32 Brigham Young lo ordena al oficio de apóstol (26 de abril de 1839).

32–34 Sirve en una misión en Gran Bretaña (1839–1841).

36 Sirve en una misión de recaudación de fondos en los estados del este de losEstados Unidos (1844).

36–39 Preside la Misión Europea (1844–1846).

40 Entra con Brigham Young al Valle del Gran Lago Salado (24 de julio de 1847).

41 Preside la Iglesia en los estados del este de los Estados Unidos (1848–1850).

44 Lo nombran legislador del Territorio de Utah (1850).

49 Se le nombra Historiador de la Iglesia (1856).

60 Ayuda a restablecer la Escuela de los Profetas (1867).

70 Se le llama como presidente del Templo de St. George; allí lo visitan los espíritusde personas prominentes de la historia (1877).

73 Se le llama como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles (10 de octubrede 1880).

78 Se aparta voluntariamente de la vida pública debido a la persecución en contrade los que practicaban el matrimonio plural (febrero de 1886).

80 Después de la muerte de John Taylor, dirige la Iglesia como Presidente del Quórumde los Doce Apóstoles (25 de julio de 1887).

81 Dedica el Templo de Manti, Utah (17 de mayo de 1888).

82 Se le sostiene como Presidente de la Iglesia (7 de abril de 1889).

83 Se escribe el Manifiesto (Declaración Oficial 1) que puso fin al matrimonio plural(24 de septiembre de 1890), el que es aceptado por los miembros de la Iglesia(6 de octubre de 1890).

86 Dedica el Templo de Salt Lake (6 de abril de 1893).

87 Organiza la Sociedad Genealógica de Utah (noviembre de 1894).

91 Fallece en San Francisco, California (2 de septiembre de 1898).

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Wilford Woodruff Capítulo 4

Wilford Woodruff vivió durante casi todo el siglodiecinueve. La mayor parte de su vida, desde su con-versión en 1833 hasta su muerte en 1898, se dedicó afomentar la causa del reino de Dios.

ENTENDIÓ EL OBJETIVO DELEVANGELIO RESTAURADO

A pesar de quepocos se daban cuenta dela importancia de la pie-dra que fue cortada delmonte, no con mano(véase Daniel 2:34–35,45), el Señor envió viden-tes que entendían, parcialo totalmente, los propósi-tos del Todopoderoso, nosólo para su época sinopara todas las épocas.Wilford Woodruff fue unode ellos, quién nos ense-ñó la importancia de estaúltima dispensación del Evangelio:

“Ésta es la única dispensación que Dios ha estable-cido que fue preordenada, antes que fuera formado elmundo, para no ser vencida por hombres malignos nipor demonios… El profeta [Enoc] le preguntó al Señorsi en algún momento la tierra podría descansar; y elSeñor le contestó que en la dispensación del cumpli-miento de los tiempos la tierra cumpliría los días de suexistencia y entonces podría descansar de la iniquidady de las abominaciones, porque en esa época Él esta-blecería Su reino para que nunca más fuera destruido.Entonces comenzaría un reinado de bondad, y los hon-rados y mansos de la tierra se congregarían para serviral Señor y tendrían el poder para edificar la gran Siónde Dios en los últimos días…

“Los patriarcas y los profetas han estado pendien-tes de esta dispensación y el Señor la ha comenzado yla ha continuado…

“La obra que había de ser maravillosa ante los ojosdel hombre ya ha comenzado y está tomando cuerpo yforma; pero ellos no pueden verla. Consistirá en la pre-dicación del Evangelio a todo el mundo, el recogimientode los santos de entre todas esas naciones que lo recha-cen, la edificación de la Sión de Dios; el establecimientopermanente de Su reino en la tierra; la preparación de laobra del recogimiento de los judíos y de los aconteci-mientos que seguirán al establecimiento de ellos en suspropias tierras; y la preparación para nosotros de luga-res santos, en los cuales podamos permanecer cuandolos castigos de Dios sobrevengan a las naciones. Ésta esverdaderamente una buena obra” (The Discourses of

Grabado de Wilford Woodruff porFrederick Piercy.

Wilford Woodruff, editado por G. Homer Durham, 1946,págs. 109–111).

ÉL FUE PREORDENADO PARA SUMISIÓN EN LOS ÚLTIMOS DÍAS

En su visión delmundo de los espíritus,el presidente Joseph F.Smith observó queWilford Woodruff erauno de los grandes ynobles que habían sidoescogidos en la vida pre-terrenal para ser líderesen esta dispensación:

“El profeta JoséSmith y mi padre HyrumSmith, y Brigham Young,John Taylor, WilfordWoodruff y otros espíri-

tus selectos que fueron reservados para nacer en elcumplimiento de los tiempos, a fin de participar en lacolocación de los cimientos de la gran obra de los últi-mos días…

“…se hallaban entre los nobles y grandes que fue-ron escogidos en el principio para ser gobernantes enla Iglesia de Dios.

“Aun antes de nacer, ellos, con muchos otros, reci-bieron sus primeras lecciones en el mundo de los espíri-tus, y fueron preparados para venir en el debido tiempodel Señor a obrar en su viña en bien de la salvación delas almas de los hombres” (D. y C. 138:53, 55–56).

SUS PRIMEROS AÑOS ESTUVIERONPLAGADOS DE ACCIDENTES

Wilford Woodruff nació el 1º de marzo de 1807 enFarmington, Connecticut, y sus padres fueron AphekWoodruff y Beulah Thompson Woodruff. Su bisabueloJosiah Woodruff vivió casi cien años y trabajó hasta eldía de su muerte. Su abuelo Eldad Woodruff tenía la re-putación de ser el hombre más trabajador del condado.Wilford aprendió desde niño el valor del trabajo y tra-bajaba con su padre en los molinos de granos deFarmington.

Los primeros años de la vida de Wilford Woodruffestuvieron plagados de dificultades y de accidentes. Amenudo se encontraba en peligro, pero por la graciade Dios, no perdió la vida. Escribió en su diario:

“Sin duda… soy uno de los que están marcadoscomo víctimas de la mala suerte. A veces me parecíaque un poder invisible estaba alerta a todos mis pasosen busca de la oportunidad de quitarme la vida. Por

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Presidentes de la Iglesia

eso, yo atribuyo mi vida en la tierra al cuidado miseri-cordioso de Dios, cuya mano me ha rescatado de lamuerte cuando me encontraba ante los peores peli-gros. Describiré brevemente algunos de los peligrosde los cuales apenas escapé:

“Cuando tenía tres años, me caí adentro de un cal-dero de agua hirviendo y, aunque me rescataron inme-diatamente, me quemé tanto que pasé nueve meses enpeligro de muerte. Durante el quinto y sexto años devida tuve un sinnúmero de accidentes. Un buen díaentré al galpón con mis hermanos mayores y me pusea jugar en un montón de fardos de paja. No habíamosestado allí mucho tiempo cuando me caí de cara alsuelo de uno de los travesaños del techo. Me lastimémucho, pero pronto me recuperé y volví a jugar.

“Un sábado de noche, estaba jugando sin permisocon mis hermanos Azmon y Thompson en los dormito-rios de la casa en la que vivíamos con mis padres, cuandode pronto tropecé, me caí escaleras abajo y me rompí elbrazo. Eso me pasó por desobediente. Me dolió muchísi-mo pero pronto me curé y decidí que cualquier cosa queme pasara de ahí en adelante no sería por desobedienciaa mis padres. El Señor ha mandado a los hijos obedecer alos padres; y el apóstol Pablo dijo ‘que es el primer man-damiento con promesa’.

“Poco tiempo des-pués casi pierdo la vida.Mi padre tenía varias ca-bezas de ganado vacuno,y en la manada había untoro muy bravo. Un atar-decer, yo los estaba ali-mentando con calabazascuando el toro dejó sucalabaza para quitarle lasuya a mi vaca favorita.Me enfurecí cuando viel egoísmo de la bestia yenseguida fui a levantarla que el toro había aban-

donado para dársela a la vaca. Apenas la levanté, cuan-do vi al iracundo animal que venía a embestirme. Corrícolina abajo, todo lo que me daban las piernas, con eltoro persiguiéndome de cerca. Cuando mi padre vio elpeligro en que me encontraba me gritó que tirara la ca-labaza pero, olvidándome de ser obediente, no la solté.Cuando el toro estaba a punto de abalanzarse sobre mícon la furia de un tigre, tropecé y caí al suelo. La cala-baza rodó colina abajo, el toro saltó por encima de míy destrozó la calabaza con los cuernos. Sin duda algu-na, hubiera hecho lo mismo conmigo si yo no me hu-biera caído; y atribuyo a que me salvé, como todas lasdemás veces, a la misericordia y la bondad de Dios.

Un prendedor que Wilford Woodruff leregaló a su esposa, Phoebe, y que en suinterior tiene una foto de él a los 45 años.

“El mismo año, cuando había ido a visitar a mi tíoEldad Woodruff, me caí de un balcón sobre una pila deleña y me rompí el otro brazo.

“No habían pasado muchos meses cuando me su-cedió algo peor. Mi padre, además del molino de gra-nos, tenía un aserradero y, una mañana, con otrosniños, entré al aserradero y me subí en la parte delan-tera del carromato para andar en él, pensando que nocorría peligro, pero de repente, me quedó atrapada lapierna entre dos de las piezas de madera y se me que-bró en dos. Me llevaron a casa y estuve acostado nuevehoras esperando que me reacomodaran los huesos.Pasé ese tiempo con mucho dolor, pero como era toda-vía un niño, los huesos se soldaron y al cabo de pocassemanas ya andaba de pie como de costumbre hacien-do cosas propias de mi edad. Durante el tiempo queno podía moverme fuera de casa, me hacía compañíami hermano Thompson que estaba enfermo de fiebretifoidea.

“Poco después, una noche oscura, un buey mepateó en el vientre, pero como estaba muy cerca delanimal, no recibí el impacto con tanta fuerza y fue másel susto que el golpe.

“Al poco tiempo me tocó por primera vez cargarlos fardos de heno en el carro. Era muy pequeño, peropensé que lo había hecho muy bien. Cuando íbamospara el pajar, la rueda del carro agarró una piedra y sevino todo abajo. Como yo iba arriba del heno, me caí ylos fardos se me cayeron encima. Pronto me desente-rraron y, a pesar de que por un momento había sentidoque me ahogaba, no me lastimé.

“Cuando tenía ocho años, acompañé a mi padre ya otras personas a hacer un trabajo a unos cinco kilóme-tros de casa. Íbamos en una carreta tirada por un solocaballo. Por el camino, el caballo se asustó y descendióla colina al galope dando vuelta la carreta con nosotrosadentro. Corrimos peligro pero nos salvó nuevamente lamano de la Providencia, y todos salimos ilesos.

“Un día me subí a un olmo para sacar parte de lacorteza, pero cuando estaba a más de cuatro metros delsuelo, se quebró la rama seca en la que estaba parado yme caí de espaldas al suelo. El golpe me dejó sin alien-to y mi primo corrió a casa para avisar a mis padres queme había matado, pero antes de que llegaran, reviví, mepuse de pie y fui a encontrarlos por el camino.

“Cuando tenía doce años casi me ahogo en el ríoFarmington. Me hundí unos nueve metros y por mila-gro me salvó un muchacho llamado Bacon; pero sufrímucho después que me revivieron.

“A los trece años, cuando andaba por las llanurasde Farmington en lo más crudo del invierno, duranteuna nevada atroz, me enfrié tanto que tuve que dete-nerme porque estaba casi congelado. Me acurruqué en

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Wilford Woodruff Capítulo 4

el hueco del tronco de un manzano grande. Un hom-bre me vio a la distancia y dándose cuenta del peligroen que me encontraba se acercó deprisa. Antes de quellegara, ya me había dormido y estaba casi inconciente.Le costó mucho convencerme de la situación crítica enla que me encontraba, e inmediatamente me llevó a lacasa de mi padre. De nuevo, la divina Providencia mesalvó la vida.

“A los catorce años me partí el empeine izquierdocon un hacha y casi me amputé el pie. Esa herida mehizo sufrir intensamente y me tomó nueve meses cu-rarme.

“Cuando tenía quince años, un perro rabioso, queestaba en la última etapa de la enfermedad, me mordióla mano pero no me sacó sangre y así, por la misericor-dia y el poder de Dios, se me libró otra vez de una ho-rrible muerte.

“A los diecisiete años tuve otro accidente que mecausó mucho dolor y casi me quitó la vida. Montaba uncaballo muy arisco y cuando íbamos por la senda bajan-do una montaña bastante empinada, de pronto se saliódel camino de un brinco y siguió descendiendo a la dis-parada por un rocoso despeñadero. Al mismo tiempoempezó a corcovear y casi me lanzó contra las rocas porencima de su cabeza. Pero yo me aferré a la cabeza delcaballo y me así fuertemente de sus orejas pensandoque en cualquier instante me haría pedazos contra lasrocas. Mientras me encontraba en esa posición, monta-do sobre el cuello del animal y sin riendas, ni nada paraguiarlo que no fueran las orejas, se arrojó montañaabajo entre las rocas con furia, hasta que chocó contrauna roca que le llegaba casi hasta el pecho y que lo hizocaer al suelo. Yo salí disparado sobre su cabeza y caí depie unos cinco metros más adelante. Caer parado fueprobablemente lo que me salvó la vida, porque si mehubiera golpeado contra las rocas en cualquier partedel cuerpo, quizás me hubiera muerto al instante. Asímismo, se me rompió una de las piernas en dos partesy se me dislocaron los tobillos. El caballo casi me aplas-tó mientras trataba de incorporarse, pero mi tío me vioy vino a socorrerme. Me llevaron a su casa cargándomeentre varias personas. Estuve acostado de las dos de latarde a las diez de la noche sin asistencia médica y conmucho dolor hasta que llegó mi padre con el doctorSwift de Farmington. El doctor me acomodó los huesosy me inmovilizó las piernas. Esa noche me llevó en sucoche a casa que quedaba a 13 kilómetros de allí. Meatendieron bien, y aunque sufrí mucho, a los dos mesesya andaba con muletas y pronto recobré la salud” (cita-do en Matthias F. Cowley, Wilford Woodruff, FourthPresident of The Church of Jesus Christ of Latter-daySaints: History of His Life and Labors As Recorded inHis Daily Journals, 1964, págs. 5–9).

Después describió varios accidentes más, y otrosque pudieron haberle pasado, y concluyó esa parte desu diario con lo siguiente: “Lo que he escrito puede re-sumirse brevemente así: he tenido las dos piernas que-bradas, una de ellas en dos lugares; también se mequebraron los dos brazos, los tobillos, el esternón ytres costillas. Me quemé, me congelé y casi me ahogué;he estado en dos ruedas de molino de agua mientrasdaban vueltas a toda velocidad; y apenas he escapadode muchos otros peligros. Yo adjudico el que se mehaya rescatado una y otra vez de todos esos peligrosa la misericordia de mi Padre Celestial. Cuando meacuerdo de todas las cosas que me pasaron, siempresiento el deseo de dar gracias de corazón al Señor congratitud y gozo. Ruego que el resto de mis días puedapasar en el servicio de Él y en edificar Su reino” (citadoen Cowley, Wilford Woodruff, págs. 11–12).

SIEMPRE BUSCÓ LA VERDADEn su juventud, Wilford Woodruff buscaba con fer-

vor la rectitud. Era un ávido estudioso de la Biblia y de-seaba saber cuál era la voluntad del Señor para cumplircon ella. Escribió: “En mi entusiasmo por promover elbien, organicé reuniones de oración en nuestro puebloy oraba para recibir luz y conocimiento. Mi anhelo erarecibir las ordenanzas del Evangelio, puesto que al leerla Biblia me había dado cuenta de que el bautismo porinmersión era una ordenanza sagrada. En mi inquietud,pero al no conocer la importancia de poseer el santo sa-cerdocio y la verdadera autoridad para oficiar en las or-denanzas de la vida eterna, le pedí a un ministro bautistaque me bautizara. Al principio se rehusó porque le dijeque no pensaba formar parte de su iglesia porque éstano estaba de acuerdo con la iglesia apostólica que habíaestablecido nuestro Señor. Después de muchas conver-saciones, me bautizó el 5 de mayo de 1831 y tambiénbautizó a mi hermano Asahel. Esa fue la primera y únicaordenanza del Evangelio que pedí hasta que me hicemiembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos delos Últimos Días” (citado en Cowley, Wilford Woodruff,págs. 28–29).

“En una ocasión, después de haber orado con fer-vor para saber cuál era el pueblo del Señor, si es queéste existía en la tierra, él [Wilford Woodruff] dijo: ‘ElEspíritu del Señor me comunicó: “Lee Mi palabra y allíte indicaré Mi voluntad y contestaré tu oración”. Abríla Biblia al azar, pidiéndole al Señor que me guiara allugar en el que Su palabra contestaría mi oración. Laabrí en el capítulo 56 de Isaías y vi que era la respuestaa mi oración. Sentí que la salvación de Dios estaba porrevelarse y que Su justicia saldría a luz. También sentíque viviría para ver reunido al pueblo de Dios. Desdeese momento hasta que el Evangelio me encontró a mí,

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Presidentes de la Iglesia

me sentí satisfecho y pensé que no debía preocuparmemás por las iglesias y sus ministros’ ” (Cowley, WilfordWoodruff, pág. 29).

ROBERT MASON LE CONTÓ UNAVISIÓN QUE HABÍA TENIDO

Un hombre que ejer-ció una gran influenciasobre Wilford Woodruff,incluso antes de que éstehubiera oído hablar de laRestauración, fue RobertMason, un buen hombreque anhelaba recibir elEvangelio de Jesucristoen su plenitud. El Señorse apiadó de él y se ledio a conocer lo quepronto se realizaría en

la tierra. Wilford Woodruff escribió lo siguiente acercade esa visión:

“El señor Mason no creía tener autoridad para ofi-ciar en las ordenanzas del Evangelio ni tampoco creíaque esa autoridad existiera en la tierra. Creía, sin em-bargo, que cualquier hombre con fe en Dios tenía elprivilegio de ayunar y orar para curar enfermos me-diante la imposición de manos. Creía que él y todapersona honrada de corazón, fuera hombre o mujer,tenían el derecho de recibir entendimiento y conoci-miento, visiones y revelaciones, por medio de la ora-ción de fe. Me dijo que se acercaba el día en que elSeñor establecería Su Iglesia y Su reino en la tierra contodos los antiguos dones y bendiciones. Dijo que esaobra comenzaría antes que él muriera, pero que no vi-viría para participar en sus bendiciones. Me dijo que yosí viviría para verlo y que tendría una función impor-tante en ese reino.

“La última vez que lo vi me relató la siguiente vi-sión que tuvo en pleno día en el campo: ‘Tuve una vi-sión en la que me encontraba en medio de un huertode árboles frutales. Sentí hambre y empecé a caminarentre los árboles en busca de alguna fruta para comerpero no encontré ninguna. Mientras pensaba admiradoque era raro que no hubiera encontrado fruta entretantos árboles, éstos empezaron a caer como si hubie-ran sido arrancados por un torbellino. Siguieron de-rrumbándose hasta que todos los árboles de la huertase habían caído. Inmediatamente después vi crecer bro-tes de las raíces, los cuales se transformaron en inci-pientes pero frondosos árboles. Se llenaron de brotes,florecieron, dieron frutos y éstos maduraron; era lomás hermoso que había visto en mi vida. Extendí la

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mano y arranqué una fruta y la contemplé con deleite,pero cuando fui a comerla, la visión terminó y no lle-gué a probarla.

“ ‘Al concluir la visión, me incliné y oré con humil-dad para pedirle al Señor que me dijera cómo debía in-terpretarla. Entonces escuché la voz del Señor que medecía: “Hijo del hombre, me has buscado con diligen-cia para saber la verdad en cuanto a mi Iglesia y mireino entre los hombres. Esto sirve para mostrarte quemi Iglesia no está organizada entre los de esta genera-ción a la que perteneces; pero durante la vida de tushijos la Iglesia y el reino de Dios se manifestarán contodos los dones y las bendiciones que gozaban los san-tos de la antigüedad. Vivirás para saber que ocurrió,pero no participarás de sus bendiciones antes de morir.El Señor te bendecirá después de la muerte porque hasseguido el dictado de mi Espíritu en esta vida’.

“Cuando el señor Mason terminó de contarme lavisión y su interpretación, dijo, llamándome por minombre de pila: ‘Wilford, yo nunca comeré esa frutaen la carne, pero tú sí, y serás un personaje importan-te en el nuevo reino’. Entonces se marchó. Esas fueronlas últimas palabras que me dijo aquí en la tierra. Paramí ése fue un hecho muy destacado. Durante un pe-ríodo de veinte años yo había pasado muchos días conel anciano señor Mason, pero nunca me había relatadoesa visión. Esa vez me dijo que se sintió motivado porel Espíritu del Señor para contármela.

“Había recibido la visión alrededor del año 1800 yme la relató en 1830, durante la primavera cuando fueorganizada la Iglesia. Tres años más tarde, cuando fuibautizado en La Iglesia de Jesucristo de los Santos delos Últimos Días, la primera persona que recordé fue aese profeta, Robert Mason. Cuando llegué a Misuri conel Campo de Sión, le escribí una carta larga en la quele informaba que había encontrado el Evangelio contodas sus bendiciones; que la autoridad de la Iglesia deCristo se había restaurado a la tierra como él me habíadicho que sucedería; que había recibido las ordenanzasdel bautismo y de la imposición de manos; que sabíaque por medio de José Smith, el Profeta, Dios había es-tablecido la Iglesia de Cristo en la tierra.

“Él recibió gozoso mi carta y pidió que se la leye-ran muchas veces. La tomó como había tomado la frutaen la visión. Era muy anciano y al poco tiempo falleciósin haber tenido el privilegio de recibir las ordenanzasdel Evangelio oficiadas por un élder de la Iglesia.

“En la primera oportunidad que tuve, despuésde que se reveló la verdad acerca del bautismo porlos muertos, fui a la fuente bautismal del templo deNauvoo y me bauticé por él” (citado en Cowley,Wilford Woodruff, págs. 16–18).

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Wilford Woodruff Capítulo 4

ÉL COMPRENDIÓ EL PROPÓSITODE LA VIDA

Gran parte de la sabiduría de Wilford Woodruff es-taba basada en su percepción del propósito verdaderode su vida. Escribió:

“Tenía veintitrés años y me encontraba reflexio-nando sobre el pasado, cuando me sentí sinceramenteconvencido de que la única manera de obtener la ver-dadera paz mental y la felicidad real era servir a Diosy hacer lo que contara con la aprobación de Él. Tantocomo la imaginación me lo permitía, pensé en elhonor, la gloria y la felicidad de todo el mundo. Meimaginé el oro y las riquezas de los ricos, la gloria, elesplendor y el poder de los reyes, de los presidentes,de los príncipes y de los gobernantes. Pensé en el re-nombre militar de Alejandro, de Napoleón y de otrosgenerales destacados. Me imaginé las innumerablessendas por las que andan los frívolos en pos de placery felicidad. Y al sacar cuentas de todo eso no pude másque exclamar como Salomón: ‘Todo es vanidad de vani-dades, dijo el predicador’.

“Me di cuenta de que todos, pasados unos años, ter-minarían en la tumba. Me convencí de que ningún hom-bre puede gozar de una felicidad real y obtener lo quealimenta el alma inmortal sin que Dios sea su amigo yJesucristo su abogado defensor. Me convencí de que elhombre puede llegar a ser amigo de Ellos si hace la vo-luntad del Padre y guarda Sus mandamientos. Tomé lafirme resolución de que a partir de ese momento busca-ría al Señor para saber Su voluntad, para obedecer Susmandamientos y para seguir los dictados de Su SantoEspíritu. Sobre esta base quería establecerme y pasar elresto de la vida alimentando estas convicciones” (citadoen Cowley, Wilford Woodruff, págs. 26–27).

ENCONTRÓ LA VERDADY FUE BAUTIZADO

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Cuando escuchó el testimonio de dos misionerosmormones, el 29 de diciembre de 1833, WilfordWoodruff inmediatamente reconoció la verdad y fuebautizado dos días más tarde. Desde ese momento,nunca volvió atrás. Escribió: “Sentí que podía exclamarcon el profeta de Dios, ‘Escogería estar a la puerta dela casa de mi Dios, antes que habitar en las moradasde la maldad’. La plenitud del Evangelio sempiternopor fin había llegado y me llenaba de gozo el corazón.Formaba la base de una obra más gloriosa y grandiosade lo que jamás hubiera imaginado ver en esta vida.Ruego a Dios en el nombre de Jesucristo que guíe mivida futura, para que pueda vivir para honrarlo y glori-ficarlo y ser una bendición para mi prójimo y al finalser salvo en Su reino celestial. Que así sea. Amén” (cita-do en Cowley, Wilford Woodruff, pág. 36).

PARTICIPÓ EN EL CAMPO DE SIÓNEn 1833, el Señor pidió a los fieles poseedores del

sacerdocio de Su Iglesia que fueran desde Kirtland, Ohio,hasta Misuri a redimir y restaurar la tierra de Sión (véaseD. y C. 101; 103). El profeta José Smith dirigía el grupode aproximadamente doscientos hombres y WilfordWoodruff se encontraba entre ellos. Cuando se marcha-ron, Wilford tenía veintisiete años y hacía menos de seismeses que era miembro de la Iglesia.

Mientras marchaban con el profeta José Smithcomo parte del Campo de Sión, Wilford fue pulido ypreparado para servir en cargos de mayor responsabili-dad dentro de la causa del Maestro.

Treinta y seis años más tarde, relató en Salt LakeCity: “Cuando se llamaron a los integrantes del Campode Sión, muchos nunca nos habíamos visto; éramosextraños unos con otros y muchos no habíamos vistonunca al Profeta. Habíamos estado esparcidos por todoel país… Éramos jóvenes y se nos llamó en esos prime-ros años de la Iglesia para ir a redimir a Sión, y tuvimosque ejercer la fe para hacer lo que se requería de noso-tros. Desde los estados en los que vivíamos nos dirigi-mos a Kirtland para encontrarnos y de allí fuimos aredimir a Sión para cumplir con el mandamiento queDios nos había dado. Dios aceptó nuestro trabajo tal

El recorrido del Campo de Sión.

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Jefferson City

Independence

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Indianápolis

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Presidentes de la Iglesia

como aceptó las obras de Abraham. Conseguimos reali-zar una obra muy grande a pesar de que los apóstatasy los incrédulos muchas veces preguntaban ‘¿Qué es loque han hecho?’ Adquirimos experiencia que no hubié-ramos conseguido de ninguna otra forma. Tuvimos elprivilegio de conocer al Profeta y de viajar 1600 kilóme-tros con él y darnos cuenta de cómo obraba en él elEspíritu de Dios, de las revelaciones que recibía deJesucristo y del cumplimiento de las mismas. Él reunióa unos doscientos élderes de todo el país en esa épocatemprana de la Iglesia y nos mandó al extranjero a pre-dicar el Evangelio de Jesucristo. Si yo no hubiera parti-cipado en el Campo de Sión no estaría aquí hoy, ysupongo que muchas otras personas de este Territoriotampoco lo estarían” (The Discourses of WilfordWoodruff, sel. G. Homer Durham, 1946, pág. 305).

SIRVIÓ COMO MISIONERO Y LOVISITARON ÁNGELES MINISTRANTES

Para mediados de 1834, Wilford Woodruff sentíaun deseo tan intenso de ser misionero que en muchasde sus oraciones le rogaba a Dios que le diera ese privi-legio. Sirvió su primera misión en los estados del surde los Estados Unidos. El joven misionero viajaba sin“bolsa ni alforja” y a veces caminaba casi cien kilóme-tros por día. Años más tarde testificó que en la misióncontó con el ministerio de ángeles y que nunca se sin-tió más bendecido que cuando era presbítero en elSacerdocio Aarónico y servía una misión honorable:

“Recibí la ministración de ángeles cuando tenía eloficio de presbítero. Tuve visiones y revelaciones. Viajémiles de kilómetros y oficié bautismos aunque no pudehacer confirmaciones ya que no tenía la autoridad parahacerlo.

“Hablo de estas cosas para demostrarles que unhombre no debe avergonzarse de ninguno de los ofi-cios del sacerdocio. Los jóvenes que son diáconosdeben esforzarse por cumplir con ese oficio. Si hacen

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El Campo de Sión.

eso, entonces se les llamará a oficiar como maestros,cuya tarea es enseñar a la gente, visitar a los santos ycuidar de que no haya maldad ni iniquidad entre ellos.Dios no hace distinción de personas, en este sacerdociolo que importa es que magnifiquen sus llamamientos ycumplan su deber” (Discourses of Wilford Woodruff,pág. 298).

CONTRAJO MATRIMONIOCON PHOEBE CARTER

Wilford Woodruff co-noció a Phoebe Carter enKirtland, en 1837. Se tra-taron dos meses y medioy decidieron contraer ma-trimonio; se casaron enla residencia del profetaJosé Smith el 13 de abrilde 1837. Los casó el pre-sidente Frederick G.Williams, que era unode los Consejeros dela Primera Presidenciaporque en esa época elProfeta había tenido quealejarse para huir de sus

enemigos. Los recién casados empezaron su vida matri-monial en la casa del Profeta y estuvieron casados cua-renta y ocho años, hasta la muerte de Phoebe el 19 denoviembre de 1885.

LE ENSEÑÓ EL EVANGELIOA SU FAMILIA

Muchos miembrosde la familia de WilfordWoodruff se habíanmostrado escépticoso desinteresados en lasenseñanzas de la Iglesia.Wilford escribió sobreuna experiencia que tuvomientras visitaba a algu-nos de sus parientes:

“El 1º de julio de1838, me ocurrió una delas cosas más interesan-tes que me han sucedidodurante mi vida en el mi-nisterio. Cuando José Smith, padre, me dio mi bendi-ción patriarcal, entre muchas cosas maravillosas queme dijo, me prometió que convertiría a la familia demi padre al reino de Dios; y pensé que si alguna vez

Templo de Kirtland.

Phoebe Carter Woodruff,aproximadamente 1840.

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Wilford Woodruff Capítulo 4

iba a obtener esa bendición, entonces había llegado elmomento. Con la ayuda de Dios prediqué fielmente elEvangelio a la familia de mi padre y a todos los que es-taban con él y también a mis otros parientes, y fijé eldomingo 1º de julio para tener una reunión en la casade mi padre. Él ya había creído en mi testimonio y tam-bién todos los demás en su casa, pero parecía que eldiablo estaba empeñado en entorpecer el cumplimien-to de la promesa que me había hecho el patriarca…Todos se sintieron afligidos y tentados a rechazar laobra; y parecía que ese mismo poder me devoraría.Tuve que acostarme por una hora antes de la reunión.Oré al Señor con toda mi alma pidiéndole que me res-catara porque sabía que era el poder del demonio elque se estaba ejerciendo para impedirme que cumplie-ra con lo que Dios me había prometido. El Señor oyómi oración y me otorgó lo que le pedí. Cuando llegó lahora de la reunión, me levanté y podría haber cantadoy gritado de gozo sólo de pensar que Dios me habíasalvado del poder del maligno. Lleno del poder deDios, me puse de pie entre ellos y les prediqué congran sencillez el Evangelio de Jesucristo.

“Cuando terminó la reunión nos juntamos a ori-llas del río Farmington, ‘porque por allí corría muchaagua’, y llevé a seis de mis amigos al agua del río y allílos bauticé para la remisión de los pecados. Toda lafamilia de mi padre se encontraba entre esos seis, talcomo lo había prometido el patriarca. Fue sin duda undía de gran gozo para mi alma. Había bautizado a mipadre, a mi madrastra y a mi hermana, y posteriormen-te bauticé también a muchos parientes más. Sentí quela obra de sólo ese día me había recompensado amplia-mente por todo mi trabajo en el ministerio” (Cowley,Wilford Woodruff, págs. 91–92).

FUE LLAMADO AL APOSTOLADOWilford Woodruff

fue ordenado apóstol porBrigham Young el 26 deabril de 1839. Poco des-pués, el élder Woodruffempezó una misión degran importancia enInglaterra y, al igual queel apóstol Pablo, fue guia-do por el Espíritu y llevómiles de almas a Cristo.Más adelante el presiden-te Heber J. Grant dijo deél: “Creo que ningún

otro hombre que vivió en la tierra convirtió a más per-sonas que él al Evangelio de Jesucristo” (en ConferenceReport, junio de 1919, pág. 8).

Después de volver de la misión, en el término dealgunos años, el élder Woodruff fue miembro del con-cilio de la ciudad de Nauvoo (1841), trabajó en la cons-trucción del Templo de Nauvoo (1842) y fue gerenteadministrativo del periódico Times and Seasons.

SE OTORGARON LAS LLAVES DEL REINOWilford Woodruff estuvo presente cuando el profe-

ta José Smith confirió todas las llaves del reino de Diosal Quórum de los Doce Apóstoles. Después de la muertedel Profeta, el élder Woodruff vio el manto de liderazgocaer sobre la persona transfigurada de Brigham Young.Él tenía un testimonio personal de que las llaves delreino, con todo su poder, las poseía el miembro de másantigüedad del Quórum de los Doce. En 1889, enseñó:

“Cuando el Señor confirió las llaves del reino deDios, las llaves del Sacerdocio de Melquisedec, las llavesdel apostolado, y las selló sobre la cabeza de José Smith,lo hizo con la intención de que permanecieran en la tie-rra hasta la venida del Hijo del Hombre. Brigham Youngpodía muy bien decir: ‘Las llaves del reino de Dios estánaquí’. Y las tuvo hasta el día de su muerte. Luego las po-seyó otro hombre, el presidente John Taylor, quien tam-bién las tuvo hasta la hora de su fallecimiento. Después,recayeron, por turno, o por la providencia de Dios, sobremí, Wilford Woodruff.

“Yo les digo a los Santos de los Últimos Días quelas llaves del reino de Dios están aquí, y que van a

La casa de Wilford Woodruff en Nauvoo.

Certificado de ordenación de Wilford Woodruff al oficio de élder.

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permanecer aquí hasta la venida del Hijo del Hombre.Que todo Israel entienda esto. Tal vez yo no las tengapor mucho tiempo, pero después las poseerá otro delos apóstoles, y otro después de él, y así continuarántransfiriéndose hasta que el Señor Jesucristo vengaentre las nubes de los cielos y compense a cada unoconforme a las obras que haya hecho en el cuerpoterrenal” (Discourses of Wilford Woodruff, pág. 73).

Él dijo también: “El Dios de los cielos ha puesto ennuestras manos el Evangelio, el Sacerdocio, las llaves deSu reino y el poder de redimir a la tierra del dominio delpecado y de la maldad que la han mantenido gimiendopor siglos, y bajo cuyo peso todavía se queja hoy en día.Tomemos estas cosas a pecho y tratemos de vivir nuestrareligión para que cuando se termine nuestra vida acá po-damos mirar hacia atrás y sentir que hemos hecho lo quese nos pidió, tanto individual como colectivamente. ElSeñor requiere mucho de nosotros, mucho más de loque se les ha requerido a otras generaciones que nos hanprecedido, porque a ninguna de ellas se le había pedidoque estableciera el reino de Dios en la tierra, con el co-nocimiento de que jamás sería destruido” (en Journal ofDiscourses, tomo XIV, pág. 6).

SIRVIÓ EN UNA MISIÓNEN INGLATERRA

En 1880, el élder Wilford Woodruff habló sobre elgran éxito al que fue guiado durante su servicio misio-nal en Inglaterra:

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Wilford Woodruff preparándose para efectuar bautismos en la laguna de lagranja de John Benbow.

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Miles de personas se bautizaron en la Iglesia gracias a la obra misional deWilford Woodruff. El élder Woodruff predicó en la capilla de Gadfield Elm, enInglaterra. La familia Benbow donó esa propiedad a la Iglesia cuando emigróa los Estados Unidos. Fue la primera capilla que tuvo la Iglesia en Inglaterra.

“¿Cuántas veces se nos ha llamado, por medio dela revelación, a ir hacia la derecha o hacia la izquierda,hacia acá o hacia allá, o a otros lugares, aun en contrade lo que esperábamos?

“Les relataré lo que yo mismo viví. En el año 1840me encontraba en Staffordshire, en la población deStanley, en donde llevé a cabo una reunión en el ayun-tamiento. Ya tenía citas para predicar toda la semana enese pueblo, pero antes de ponerme de pie para hablar,el Espíritu del Señor me dijo: ‘Ésta es la última reuniónque tendrás con esta gente por muchos días’. Cuandome levanté, le dije a la congregación lo que me habíamanifestado el Espíritu del Señor. Les sorprendió tantocomo a mí. No sabía lo que el Señor quería, pero másadelante me di cuenta del propósito de Dios. ElEspíritu del Señor me dijo: ‘Ve hacia el sur’, y viajéunos 130 kilómetros hasta el sur de Inglaterra. Encuanto llegué, conocí a John Benbow y se me manifes-tó con claridad el por qué se me había llamado a ir aese lugar. Había dejado atrás un fértil campo bautismal,donde bautizaba todas las noches de la semana, perocuando llegué a ese lugar, encontré a unas seiscientaspersonas que habían formado una secta a la que ha-bían llamado “Hermanos Unidos”. Me enteré que elloshabían estado orando para recibir luz y verdad y quehabían progresado hasta donde les había sido posible.Me di cuenta de que el Señor me había mandado paraque les enseñara y al fin bauticé al que era el superin-tendente, a cuarenta predicadores y a unos 600 miem-bros… Un total de aproximadamente 1800 personas sebautizaron en esa región… Menciono esto para hacer-les ver que tenemos que dejarnos gobernar y guiar porlas revelaciones de Dios día a día. Si no lo hacemos así,no podremos conseguir nada” (Discourses of WilfordWoodruff, pág. 60).

ESCRIBIÓ UNA CRÓNICADE ACONTECIMIENTOS

Wilford Woodruff escribió en su diario durante sesenta y dos años. Larecopilación contiene diecinueve tomos con más de 7.000 páginas.

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Wilford Woodruff Capítulo 4

Wilford Woodruff siguió el consejo del profetaJosé Smith y llevó fielmente un diario. En los archivosde la Oficina del Historiador de la Iglesia existenaproximadamente siete mil páginas de los diarios deWilford Woodruff. El registro que llevó fue invalorablepara él mismo, para su familia y ahora para toda laIglesia. Más adelante, en 1856, el élder Woodruff co-menzó su carrera como historiador de la Iglesia, perodesde que se bautizó, sintió que tenía una responsabili-dad especial de escribir los acontecimientos, los discur-sos, los lugares, la gente y los sucesos importantes dela Restauración. Sus voluminosos diarios constituyengran parte de lo que ahora sabemos sobre los primerosaños de la historia de la Iglesia.

El 20 de enero de 1872, escribió en su diario loque había enseñado en una de las reuniones de laEscuela de los Profetas:

“Quisiera tocar un punto hoy referente a llevarun diario de las comunicaciones de Dios con nosotros.Muchas veces he pensado que el Quórum de los Doce yotros consideraban que me dejaba arrastrar demasiadopor el entusiasmo en cuanto a este punto, pero cuandoel profeta José organizó el Quórum de los Doce, lesaconsejó que llevaran una historia de su vida y les diolas razones por las que debían hacerlo. Yo he sentidoese deseo y ese deber desde que me uní a la Iglesia.Escribí el primer sermón que escuché y desde ese díahasta ahora he llevado un diario. Siempre que oía predi-car, enseñar o profetizar a José Smith, consideraba queera mi obligación escribirlo. Hasta que no lo hacía, mesentía incómodo y no podía comer, tomar nada ni dor-mir; y he ejercitado la mente hasta tal punto que cuan-do lo escuchaba enseñar y no tenía lápiz ni papel en elmomento, llegaba a casa, me sentaba y escribía todo elsermón, casi palabra por palabra y frase por frase, talcomo él lo había dicho, y una vez que lo había escritose me olvidaba y no lo recordaba más. Ése era uno delos dones que Dios me había dado.

“El demonio ha querido quitarme la vida desde eldía en que nací, incluso más de lo que ha tratado de qui-

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tarle la vida a otras personas. Como si el adversario mehubiera señalado como una de sus víctimas, y he encon-trado una sola razón para eso: que el diablo sabía que sime convertía en miembro de La Iglesia de Jesucristo delos Santos de los Últimos Días, escribiría la historia deesta Iglesia y dejaría un registro de la obra y de las ense-ñanzas de los profetas, de los apóstoles y de los élderes”(citado en Cowley, Wilford Woodruff, págs. 476–477).

TESTIFICÓ ACERCA DE LAIMPORTANCIA DE LLEVAR UNDIARIO Y AMONESTÓ A LOSFUTUROS HISTORIADORES

En el asiento quehizo en su diario el 6de septiembre de 1856,Wilford Woodruff dijo:“No tendemos a darnoscuenta de la importanciade lo que nos ocurre enel momento, sino hastamás adelante. Vivimos enuna de las más importan-tes generaciones en queha vivido el hombre ydebemos escribir esoshechos importantes que

están sucediendo ante nuestros ojos como cumpli-miento de las profecías y de la revelación de Dios.Muchísimas revelaciones están cumpliéndose en nues-tros días, y a medida que suceden, debemos dejar unregistro de ellas” (Wilford Woodruff ’s Journal, tomoIIII, pág. 444).

El 17 de marzo de 1857, escribió: “Las horas quehe pasado documentando en mi diario lo que veo yoigo han sido de más provecho para la humanidadque el tiempo que he pasado en otras actividades…Algunos de los más gloriosos sermones del Evangelio,de las verdades y de las revelaciones que Dios dio aeste pueblo a través de las palabras de los profetas JoséSmith, Brigham Young, Heber C. Kimball y de los Doceno se conocerían si no se encontraran en mis diarios,pero ahora están compiladas en la historia de la Iglesiay serán transmitidas a los santos de Dios de las genera-ciones futuras. ¿No es eso suficiente recompensa pormi esfuerzo? Claro que lo es” (Wilford Woodruff ’sJournal, tomo V, pág. 37).

En las anotaciones asentadas en su diario el día 5 dejulio de 1877, testificó: “Dios me ha inspirado para quelleve un diario y la historia de la Iglesia, y advierto a loshistoriadores futuros que den crédito a la historia quehe escrito acerca de la Iglesia y del reino, porque mi testi-monio es verdadero, y la veracidad de este registro será

Página del diario de Wilford Woodruff.

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Presidentes de la Iglesia

confirmada en el mundo venidero” (Wilford Woodruff ’sJournal, tomo VII, pág. 359).

SENTÍA GRAN DEVOCIÓN PORLA OBRA DEL TEMPLO

Para Wilford Woodruff, uno de los más preciadosprincipios del Evangelio era la obra por los muertos. Fueel primer presidente del templo de St. George, Utah, ymás adelante uno de los organizadores de la SociedadGenealógica de Utah, que facilitó la obra de salvar aaquellos que se encuentran del otro lado del velo. En1877, el élder Woodruff habló sobre la importancia delos templos y de la obra que se realiza en ellos:

“Es nuestra responsabilidad construir esos templos.Yo considero esa parte de nuestro ministerio una misiónde tanta importancia como la de predicar a los vivos; losmuertos escucharán la voz de los siervos de Dios en elmundo de los espíritus y, a menos que se efectúen cier-tas ordenanzas por ellos en los templos que se constru-yen en el nombre de Dios, no les será posible resucitaren la mañana de la resurrección. Se requiere lo mismopara la salvación de una persona fallecida que para lasalvación de una que está con vida…

“Antes de terminar, les diré que dos semanas antesde retirarme del Templo de St. George, los espíritus delos muertos se congregaron a mi alrededor y me pregun-taron por qué no los habíamos redimido. Dijeron: ‘Hantenido en funcionamiento la Casa de Investiduras por va-rios años y nunca han hecho nada por nosotros. Hemosfundamos el gobierno que ahora ustedes disfrutan ynunca nos apartamos de sus principios, sino que nosmantuvimos leales y también fieles a Dios’. Ellos eran losque habían firmado la Declaración de la Independencia[de los Estados Unidos], y me visitaron por dos días ydos noches. Pensé que era extraño que a pesar de que

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El Templo de St. George, Utah, en1876, donde se realizó la obra vicaria porlos fundadores de los Estados Unidos y otros líderes del pasado.

habíamos hecho la obra por tantas personas no se habíahecho nada por ellos. Supongo que nunca se me habíaocurrido hacerlo, porque estábamos más preocupadospor hacer la obra por nuestros amigos y parientes máscercanos. Por tanto, me dirigí inmediatamente a la fuentebautismal y le pedí al hermano McCallister que me bauti-zara por quienes habían firmado la Declaración de laIndependencia [de los Estados Unidos] y por otros cin-cuenta hombres ilustres; en total fueron cien, entre ellosJohn Wesley, (Cristóbal) Colón y otros más. Después lobauticé a él por todos los presidentes de los EstadosUnidos, excepto tres de ellos; y cuando la causa de ellossea justa, alguien más hará la obra por ellos” (en Journalof Discourses, tomo XIX, págs. 228–229).

Posteriormente se llevó a cabo la obra del templopor esos mencionados tres presidentes de los EstadosUnidos.

SATANÁS SE ESFORZÓ POR DETENERLA OBRA DEL SEÑOR

Apenas habían goza-do de diez años de pazen el Oeste (1847–1857)cuando se empezó a aco-sar otra vez a la Iglesia.Los líderes de la Iglesiasabían que una vez queotros empezaran a coloni-zar el Oeste, los miem-bros de la Iglesia volveríana sufrir las mismas perse-cuciones y problemas quehabían afrontado cuandolos expulsaron de Ohio,Misuri e Illinois. Los ini-cuos no dejarían tranquilaa la Iglesia.

El Templo de Manti, Utah fue dedicadoen una ceremonia privada el 17 demayo de 1888. El élder Lorenzo Snowofreció la oración dedicatoria que habíaescrito el presidente Wilford Woodruff.

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Para que seamos redimidos, los líderes de la nación y Wilford Woodruff.

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Wilford Woodruff Capítulo 4

En una carta dirigida al presidente John Taylor yal Quórum de los Doce Apóstoles, fechada el 15 deseptiembre de 1879, el élder Wilford Woodruff dijo:“El demonio está haciendo lo imposible para que noconstruyamos templos ni continuemos con la obra delSeñor, y los malvados están ayudándolo, pero herma-nos, Dios reina y los sostendrá hasta el fin” (citado enCowley, Wilford Woodruff, pág. 528).

1884 FUE UN AÑO DE CRISISPara 1884, el gobierno federal de los Estados

Unidos se había movilizado no sólo para afrontar elasunto de la poligamia, sino también para amenazar lavida de los Santos de los Últimos Días y la existenciade la Iglesia como institución. El ambiente que se sen-tía en esa época se refleja parcialmente en el siguientedebate entre John Nicholson, director de un periódicode la Iglesia, y un juez federal cuando aquel directorcompareció ante un tribunal para ser sentenciado.

En su declaración, el hermano Nicholson dijo: “Mipropósito es firme y espero que sea también inalterable.Lo que quiero decir es que voy a continuar siendo leal aDios, y siendo fiel a mi familia y, al que creo, es mi debera la Constitución de este país, que garantiza la plena li-bertad religiosa a sus ciudadanos”. El juez le respondió:“Si usted no se somete, claro que va a tener que atener-se a las consecuencias; pero la voluntad del pueblo esta-dounidense ha sido declarada… y esta ley prevalecerá ylos hará polvo a usted y a su institución” (Deseret News[semanario], 21 de octubre de 1885, pág. 1).

SE LE LLAMA COMO PRESIDENTEDE LA IGLESIA

Wilford Woodruff presidió la Iglesia en calidad depresidente del Quórum de los Doce Apóstoles desde elmomento en que falleció el presidente John Taylor, el 25julio de 1887, hasta que fue sostenido como Presidentede la Iglesia el 7 de abril de 1889. En la conferencia gene-ral de ese día, dijo: “Hoy, 7 de abril de 1889, es uno delos días más importantes de mi vida, porque se me sostu-vo como Presidente de La Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Últimos Días por el voto unánime de diezmil miembros. El voto se hizo primero por quórumes ydespués votó toda la congregación, tal como se hizo enel caso del presidente John Taylor. Éste es el oficio másalto que se pueda conferir a un hombre en la carne. Lorecibo a los ochenta y tres años de edad y ruego a Diosque me proteja y me dé el poder de magnificar mi llama-miento hasta el fin de mis días. El Señor me ha cuidado yprotegido hasta el presente” (citado en Cowley, WilfordWoodruff, págs. 564–565).

EL PRESIDENTE DE LA IGLESIATENDRÁ EL PODER DE DIOSY UNA COMUNIÓN CON ÉL

En cuanto a sus responsabilidades como Presidentede la Iglesia, el presidente Wilford Woodruff enseñó: “Mideber es tener comunión con Dios, a pesar de ser uninstrumento débil en Sus manos. También es mi debertener el poder de Dios, porque al tenerlo, mis conseje-ros me apoyan y están a mi lado. Debemos ser de unasola mente y de un solo corazón en todos los asuntos,tanto temporales como espirituales, que se presentanante nosotros en la obra de la Iglesia y en el reino deDios. Y me siento agradecido de que éste haya sido elcaso desde que recibí este llamamiento o desde que seorganizó la Presidencia de la Iglesia” (Discourses ofWilford Woodruff, pág. 89).

PRESIDIÓ DURANTE UNA ÉPOCADE CRISIS SEVERA

Cuando el presidente Wilford Woodruff comenzó aadministrar la Iglesia como presidente, lo hizo duranteuna época de gran crisis. El presidente John Taylor habíamuerto durante su exilio voluntario y la mayoría de los

La Primera Presidencia en abril de 1889: George Q. Cannon, WilfordWoodruff y Joseph F. Smith.

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Presidentes de la Iglesia

líderes principales de la Iglesia estaban encarcelados olas persecuciones les impedían desempeñar sus cargoseficazmente. Las leyes federales no sólo declaraban ilegalla práctica del matrimonio plural sino que prohibía a lospolígamos que votaran o que ocuparan cargos en el go-bierno. Parecía que Utah nunca iba a conseguir ser unode los estados de los Estados Unidos. Se trataron deaprobar leyes que quitaran los derechos legales y prohi-bieran votar a todos los miembros de la Iglesia. Ésta,como institución, ya había perdido sus derechos legales,se habían confiscado los fondos de los diezmos, y laManzana del Templo y otras propiedades de la Iglesiahabían pasado a ser del gobierno de los Estados Unidos.Muchos trataban de destruir por completo a La Iglesiade Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. La obramisional y la obra del templo por los muertos corríangran peligro.

LA NACIÓN SE HABÍA VUELTO ENCONTRA DE LOS SANTOS

En su diario, el presidente Wilford Woodruff resu-mió el año 1889 con estas palabras: “Así finaliza el año1889 y empieza a cumplirse lo que dijo el profeta JoséSmith, que la nación entera se volvería en contra deSión y declararía la guerra contra los santos. Nunca sehan diseminado tantas mentiras por todo el país encontra de los santos como en el presente. El año 1890será muy importante para los Santos de los ÚltimosDías y para los Estados Unidos” (Wilford Woodruff ’sJournal, tomo IX, pág. 74).

EL MANIFIESTO FUE RECIBIDOPOR REVELACIÓN

El Manifiesto sobre el matrimonio plural (véase laDeclaración Oficial—1) no dejaba lugar a dudas de cuálera la voluntad del Señor en cuanto al cese de la prácti-

Wilford y Emma Smith Woodruff.

ca del matrimonio plural. Después de años de sacrificioy de cumplir el mandamiento del Señor sobre el matri-monio plural, la fe de los santos en los profetas vivien-tes sería puesta a prueba.

“Esos fueron años muy difíciles (la década de 1880)para el presidente Woodruff, para otros líderes de laIglesia y para los miembros en general. Muchos habíansido arrestados por practicar el matrimonio plural. Pormedio de impuestos injustos o simplemente confiscandopropiedades, el gobierno se estaba apoderando de losbienes de la Iglesia. El presidente Woodruff se dirigiócon humildad al Señor para pedirle ayuda. Durantevarias semanas el presidente Woodruff oró con todasu alma al Señor hasta que recibió una visión en la quevio las consecuencias de continuar esa práctica y recibióinstrucciones sobre lo que debía hacer. El 24 de sep-tiembre de 1890, en el documento que ahora llamamosel Manifiesto, anunció que se iba a abandonar la prácticadel matrimonio plural” (Brian Smith, “Wilford Woodruff:‘Wilford the Faithful’ Became God’s Anointed,” ChurchNews, 1º de mayo de 1993, pág. 10).

El 1º de noviembre de 1891, al pronunciar un dis-curso en una conferencia de estaca en Logan, Utah, elpresidente Woodruff enseñó:

“ ‘Y lo que hablen cuando sean inspirados porel Espíritu Santo será Escritura, será la voluntad delSeñor, será la intención del Señor, será la palabra delSeñor, será la voz del Señor y el poder de Dios parasalvación’ (D. y C. 68:4).

“Por medio de ese poder hemos guiado a Israel.Por ese poder el presidente Young presidió y guió a laIglesia. Por ese mismo poder el presidente John Taylorpresidió y guió a la Iglesia. Y yo he actuado de la misma

El artículo del periódico Salt Lake Herald sobre el Manifiesto, 7 de octubrede 1890.

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Wilford Woodruff Capítulo 4

manera, lo mejor que he podido, en ese llamamiento.No quiero que los Santos de los Últimos Días piensenque el Señor no nos acompaña y que no nos da más re-velaciones; porque Él nos da revelaciones y lo seguiráhaciendo hasta el fin.

“He recibido algunas revelaciones recientemente, yde suma importancia para mí, y os diré lo que el Señorme ha dicho. Permítaseme dirigir vuestra atención a loque se conoce como el Manifiesto… El Señor me ha re-velado que ese Manifiesto ha sido motivo de pruebapara muchos miembros de la Iglesia en toda Sión…

“El Señor me mostró, en visión y por revelación,exactamente lo que sucedería si no poníamos fin a estapráctica… todas las ordenanzas [del templo] se habríansuspendido en toda la tierra de Sión. Habría reinado laconfusión por todo Israel, y muchos hombres hubieransido encarcelados. Esta dificultad habría sobrevenido atoda la Iglesia y se nos habría obligado a dar fin a lapráctica. Ahora bien, la pregunta es si debe suspender-se de este modo o según la manera que el Señor nosha manifestado, y dejar a nuestros Profetas y Apóstolesy padres de familia como hombres libres, y los templosen poder de los miembros, a fin de que los muertospuedan ser redimidos…

“…Vi exactamente loque hubiera sucedido sino se hubiera hecho algoal respecto. Este espírituha estado sobre mí desdehace mucho tiempo. Masquiero decir esto: Yohubiera permitido quetodos los templos seescaparan de nuestrasmanos, yo mismo hubieradejado que me encarcela-ran y habría permitidoque encarcelaran a todos

los demás hombres si el Dios del cielo no me hubieramandado hacer lo que hice; y cuando llegó la hora enque se me mandó que hiciera eso, todo era muy claropara mí. Fui ante el Señor y anoté lo que Él me dijo queescribiera. Se lo presenté a mis hermanos, hombres fir-mes como el hermano George Q. Cannon, el hermanoJoseph F. Smith y a los Doce Apóstoles. Hubiera sidomás fácil tratar de ahuyentar a un ejército enemigo conuna bandera que hacer cambiar de opinión a estos her-manos si ellos no lo hubieran considerado correcto,pero estuvieron de acuerdo conmigo y diez mil Santosde los Últimos Días también me apoyaron. ¿Por qué?Porque los inspiraron el Espíritu de Dios y las revelacio-nes de Jesucristo” (“Remarks Made by President WilfordWoodruff ”, Deseret Evening News, 7 de noviembre de1891, pág. 4; véase también la Declaración Oficial 1;

Selecciones de tres discursos del Presidente WilfordWoodruff referentes al Manifiesto).

DIOS ESTÁ AL MANDOLos propósitos del

Señor se cumplirán ypodemos confiar en quecada profeta que presidaal pueblo del Señor harecibido el poder paraseguir un curso firme.El presidente WilfordWoodruff declaró: “Hoydigo a todo Israel y atodo el mundo que elDios de Israel que orga-nizó esta Iglesia y reino,nunca ordenó a ningúnpresidente ni a ningunapresidencia que los llevepor mal camino. Prestenatención, ningún hombreque haya respirado el

aliento de vida puede poseer estas llaves del reino deDios y a su vez descarriar al pueblo” (Discourses ofWilford Woodruff, pág. 74).

ENSEÑÓ ACERCA DE LA REVELACIÓNEl presidente Wilford Woodruff enseñó lo siguien-

te acerca de la revelación:“¿Qué es la revelación? Es el testimonio del Padre y

del Hijo. ¿Cuántos de ustedes han recibido revelación?¿Cuántos han oído el susurro del Espíritu de Dios conuna voz apacible y delicada? Yo estaría hace muchosaños en el mundo de los espíritus si no hubiese obede-cido la inspiración de esa voz. Ésas eran las revelacionesde Jesucristo, el testimonio más fuerte que un hombre ouna mujer pueda tener. He tenido muchos testimoniosdesde que pertenezco a esta Iglesia y a este reino. Enocasiones, se me ha bendecido con ciertos dones y gra-cias, revelaciones y ministerios; pero aún así nunca heencontrado nada de lo que pueda depender más que dela voz apacible y delicada del Espíritu Santo” (Discoursesof Wilford Woodruff, pág. 45).

“Es ese conocimiento revelado que Dios nos dio encuanto a Su obra… una de las principales razones de lafortaleza que poseen los Santos de los Últimos Días. Setrata del principio de la revelación que proviene de lacabecera de la Iglesia y se transmite a toda la Iglesia, unprincipio cuyo uso o aplicación no está limitado a unsolo hombre, ni a tres hombres, ni a doce hombres sinoque se extiende a toda persona miembro de la Iglesia,en mayor o menor grado, a medida que cada uno decide

Ephraim George Holding, electricistadel Templo de Salt Lake, subido a unade las torres del templo en 1893.

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utilizarlo. Hay una forma correcta, sin embargo, de reci-bir revelación del Señor para gobernar la Iglesia. Hay unsolo hombre en la tierra que tiene ese poder, pero todoslos miembros tienen el privilegio de recibir revelacionesdel Señor en forma personal para guiar su propia vida”(Discourses of Wilford Woodruff, pág. 54).

“El Señor no me permitiría ocupar este cargo ni unsolo día de mi vida si yo no tuviera la sensibilidad de re-cibir la inspiración del Espíritu Santo y las revelacionesde Dios. Es demasiado tarde para que esta Iglesia sobre-viva sin la revelación” (Discourses of Wilford Woodruff,pág. 57).

ÉL ENTENDÍA LOS FINES DE DIOSEn las anotaciones de su diario fechadas el 26 de

enero de 1880, Wilford Woodruff escribió: “Me fui a acos-tar orando y meditando mucho. Me dormí, pero volví adespertar alrededor de la medianoche. El Señor derramósobre mí Su espíritu y volvió mi mente receptiva paraque yo pudiera comprender, lo mejor posible, los deseosy la voluntad de Dios, y Sus metas en cuanto a nuestropaís y a los habitantes de Sión. Y cuando se abrió mimente y comprendí la situación de nuestra nación, dela iniquidad, de las abominaciones y la corrupción de lagente, de los juicios de Dios y de la destrucción que losesperaba, y cuando entendí la enorme magnitud de laresponsabilidad que tenía el Quórum de los Apóstolesante Dios y las huestes celestiales, mis ojos se volvieronun manantial de lágrimas y se humedeció mi almohadacomo si hubiera caído rocío del cielo. Ya no pude conci-liar el sueño y el Señor me reveló nuestro deber, la res-ponsabilidad de los Doce Apóstoles y de todos los fielesélderes de Israel” (Wilford Woodruff ’s Journal, tomo VII,pág. 546).

El élder Woodruff, en ese entonces miembro delQuórum de los Doce Apóstoles, hizo una copia de larevelación que recibió y se la entregó a la PrimeraPresidencia de la Iglesia.

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Fotografía de la ceremonia de coronamiento del Templo de Salt Lake, 6 deabril de 1892, a la cual asistieron 50.000 personas.

SE ORGANIZÓ LA SOCIEDADGENEALÓGICA

El presidente Wilford Woodruff siempre tuvomucho interés en la obra por los muertos y, bajo suguía, en 1894 se organizó la Sociedad Genealógica deUtah. Ese mismo año, el presidente Woodruff anuncióasuntos importantes que el Señor había revelado refe-rentes al sellamiento de las familias:

“Queremos que los Santos de los Últimos Días deesta época busquen la genealogía de sus antepasadosinvestigando todo lo que puedan de las generacionesque los precedieron y que se sellen a sus padres. Quesellen los hijos a los padres y que formen una cadenalo más completa posible… Ésa es la voluntad del Señorpara Su pueblo, y creo que cuando reflexionen sobreesto se darán cuenta de que es lo correcto…

“… los antepasados de este pueblo aceptarán elEvangelio. Es mi deber honrar a mi padre que me diovida en la tierra y es también la responsabilidad de us-tedes. Cuando lo hagan, el Espíritu de Dios los acom-pañará y continuaremos realizando esta obra, y elSeñor nos iluminará todavía más de lo que ya lo hahecho… Hay hombres en esta congregación que de-sean que yo los adopte [que los selle a mí]. Pero yo lesdigo que se sellen a sus propios padres, y ayuden a sal-varlos y que se hagan responsables del linaje de su pro-pia familia, como salvadores sobre el Monte de Sión, yDios los bendecirá. Esto es lo que quiero decir y lo quedeseo que se realice en nuestros templos… Me preocu-pa mucho este tema y he deseado mucho vivir hastatener la oportunidad de enseñar estos principios a losSantos de los Últimos Días, porque son verdaderos.Constituyen un paso adelante en la obra del ministerioy en la obra de las investiduras en los templos de nues-tro Dios… Con la ayuda de mis amigos, yo he realizadola obra y redimido a mis antepasados paternos y mater-nos. Cuando le pregunté al Señor cómo podría redimir

Invitación a la dedicación del Templo de Salt Lake.

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Wilford Woodruff Capítulo 4

a mis antepasados muertos, pues estaba en St. Georgey no tenía allí a mis familiares para ayudarme, el Señorme dijo que les pidiera a los que vivían allí que me ayu-daran a oficiar en el templo y que Él lo consideraríaaceptable… Esta es una revelación para nosotros, elque nos ayudemos unos a otros en estos asuntos”(Discourses of Wilford Woodruff, págs. 157–159).

SE ACLARÓ LA LEY DEL AYUNOEn 1896, bajo la dirección del presidente Wilford

Woodruff, se cambió la costumbre de observar un día deayuno el primer jueves del mes y se instituyó la prácticaactual del primer domingo del mes como día de ayuno.Además de este cambio, la Primera Presidencia reiteróprincipios eternos: “En algunos lugares han empezado acreer que basta con no desayunar para considerarlo unayuno. Esa costumbre difiere de lo que se hacía en losprimeros años de la Iglesia en los que se acostumbrabano comer nada desde el día anterior hasta después de lareunión de ayuno por la tarde del día de ayuno. Al hacerlas donaciones para los pobres también se ha entendidoque los alimentos que se hubieran consumido en las doscomidas deben donarse a los pobres, y mucho más queeso si la persona tiene los medios y desea hacerlo” (“AnAddress”, The Deseret Weekly, 14 de noviembre de 1896,pág. 678).

SIÓN AVANZA CON FIRMEZAEl presidente

Wilford Woodruff enseñó:“Han ocurrido tantas

cosas que han diferido delas ideas preconcebidasde cómo se debía edificarSión que debemos tenerla seguridad de que Diosnos está guiando por lasenda que ahora segui-mos. Para los que se desa-niman fácilmente y ventodo con un aire tenebro-so, tal vez les parezca queSión es como un barco

que se ha apartado del puerto donde siempre estuvo an-clado, porque se están haciendo o aceptando ciertascosas que, en su opinión, presagian la ruina para noso-tros y para la obra de Dios.

“Siempre hemos tenido entre nosotros a algunosque piensan que algo malo nos va a suceder y quenunca entienden la sabiduría de Dios en los pasos queÉl nos ha pedido que demos. Han dudado y encontra-do algo que criticar en los consejos que se han dado yen las medidas que hemos adoptado. Han afirmadoque la revelación ha cesado y que los santos ya no songuiados por hombres inspirados por Dios… Sabemospor experiencia que en todos los casos, los que hacenesas acusaciones son los que se encuentran en el error.

“Sin embargo, losfieles, los que han cum-plido estrictamente conlo que el Evangelio re-quiere de los santos, nohan sido acosados pordudas de esa naturaleza.Es posible que muchascosas no las hayan enten-dido en su totalidad, yque en cierto momentono hayan comprendidolas razones de algunamedida tomada, perocomo eran guiados porel Espíritu de Dios, con-fiaron en el Señor y acep-taron dejar a cargo de Su sabiduría suprema el manejodel reino y de los asuntos de éste. Con el tiempo com-prendieron que la Iglesia había sido guiada para seguirun curso correcto. Esto ha ocurrido con tanta frecuen-cia en nuestra carrera que los detalles serán aparentespara los que estén familiarizados con nuestra historia.Sin embargo, por ese medio se ha probado de maneraconstante la fe del pueblo” (Discourses of WilfordWoodruff, págs. 141–142).

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Un bastón, un sombrero y una bufandaque usó el presidente Woodruff durantelos últimos años de su vida.

Un desfile estatal celebrando la admisión de Utah, como estado, a losEstados Unidos; en 1896 pasó de ser territorio a ser uno de los estados.

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Presidentes de la Iglesia

DEBEMOS ESFORZARNOS PORRECIBIR EL ESPÍRITU

Advierta las siguientes palabras del presidenteWilford Woodruff:

“José Smith me visitó muchas veces después de fa-llecido y me enseñó muchos principios importantes…Entre otras cosas, me dijo que siempre contaría con elEspíritu de Dios; que todos lo necesitábamos…

“Brigham Young también me visitó después de sumuerte… me dijo lo que José Smith le había enseñadoen Winter Quarters, que les enseñara a los miembros aobtener el Espíritu de Dios. Le había dicho: ‘Quiero queenseñes al pueblo a valerse del Espíritu de Dios. Sin Él,no es posible edificar el reino de Dios’.

“Eso es lo que quiero comunicar a los hermanosy hermanas que están aquí hoy. Todo hombre y mujeren esta Iglesia debe esforzarse por tener el Espíritu.Estamos rodeados de espíritus malignos que están enguerra con Dios y que luchan en contra de todo lo queedifique el reino de Dios; y necesitamos el Espíritu

LOS MIEMBROS LO HONRARON CONUNA CELEBRACIÓN DE CUMPLEAÑOS

“Una de las fechas más importantes de la larga vidadel presidente Woodruff fue la celebración de sus no-venta años, el 1º de marzo de 1897. En esa ocasión,miles de Santos de los Últimos Días se reunieron en elTabernáculo de Salt Lake para rendirle homenaje. Susconsejeros y otras autoridades generales hablaron, losobreros del templo le obsequiaron un bastón con ador-

Fotografía tomada el 24 de julio de 1897 de los pioneros que aún vivían y que habían llegado al Valle de Salt Lake en 1847, cincuenta años antes.

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Santo para poder vencer esas influencias. He contadocon la compañía del Espíritu Santo en mis viajes. Todoslos que han ido a la viña y han trabajado con diligenciapor la causa de Dios han gozado de esa compañía. Hehablado antes de mi experiencia con la ministración deángeles. ¿Qué hicieron esos ángeles? Uno de ellos meenseñó algunas cosas relacionadas con las señales queprecederán a la venida del Hijo del Hombre. Otros vi-nieron a salvarme la vida y después se marcharon.Pero, ¿qué sucede con el Espíritu Santo? Si cumplimoscon nuestro deber, el Espíritu Santo no se apartará demí ni de ninguna otra persona. Siempre lo hemos sabi-do. En una ocasión José Smith le dijo al hermano JohnTaylor que se esforzara por obtener el Espíritu de Diosy que siguiera sus dictados y que éste sería una fuentede revelación para él. Dios me ha bendecido con esarevelación, y todo lo que he hecho desde que he esta-do en esta Iglesia se ha basado en ese principio. ElEspíritu de Dios me ha dicho lo que debo hacer y hetenido que obedecerlo” (“Discourse”, The DeseretWeekly, 7 de noviembre de 1896, págs. 642–643).

nos de plata y la congregación cantó ‘Te damos, Señor,nuestras gracias’. Al volver a su casa, el presidenteWoodruff escribió sus impresiones del día en su diario.‘La escena me dejó muy emocionado. Me vinieron a lamente los años de mi niñez y de mi juventud, y recordécon claridad con qué fervor oraba al Señor pidiéndoleque me permitiera llegar a conocer a un profeta o a unapóstol que me enseñara el Evangelio de Jesucristo. Yallí me encontraba yo, en el gran Tabernáculo, repleto

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Wilford Woodruff Capítulo 4

de diez mil niños, rodeado de profetas, apóstoles y san-tos. Mis ojos se convirtieron en un manantial de lágri-mas, pero aun así hablé a la numerosa congregación’ ”(Preston Nibley, The Presidents of the Church, 1974,págs. 132–133).

ERA UN HOMBRE DE VISIÓNPROFÉTICA

Wilford Woodruff tenía una visión muy clara de lavida y era fiel a ella. Una vez dijo: “¿Qué aprovechará elhombre si ganare todo el mundo y perdiese su alma?Nada. ¿Qué recompensa dará el hombre por su alma alllegar al otro lado del velo? Me sorprende mucho elpoco interés que en general manifiestan los habitantesde la tierra acerca de la vida futura. Todas las personasvan a vivir del otro lado del velo tanto tiempo como suCreador, hasta la eternidad que no tiene fin; y el desti-no eterno de cada persona depende de la manera enque se comporte durante los pocos años que dure estavida. Pregunto en el nombre del Señor, ¿qué significa lapopularidad para ustedes o para mí? ¿Qué significa eloro o la plata o la riqueza del mundo para cualquierade nosotros, si no es para permitirnos obtener lo nece-sario para comer, beber, vestirnos y edificar el reino deDios? Y que dejemos de orar y nos encandilemos conlas riquezas del mundo es el súmmum de la ridiculez.Juzgando por el comportamiento de algunas personas,parecería que creen que van a vivir aquí eternamente yque lo que les depara el futuro depende de cuánto di-nero tengan. A veces les pregunto a los Santos de los

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Esta colcha confeccionada con seda natural producida en Utah fue uno delos regalos que recibió el presidente Woodruff cuando cumplió noventa años.

Últimos Días, ¿cuánto teníamos cuando vinimos a latierra? ¿Cuánto nos trajimos, y de dónde vino? No creoque ninguno haya traído una esposa ni una casa de la-drillo; no creo que ninguno haya nacido montado a ca-ballo ni en un coche; ni que hayamos traído accionesde la ferroviaria, ni ganado ni casas, sino que todosnacimos desnudos como Job y sé que nos marchare-mos tan desnudos como él” (Discourses of WilfordWoodruff, págs. 243–244).

SE LE CONOCÍA COMO“WILFORD EL FIEL”

Cuando el corazóndel presidente WilfordWoodruff dejó de latir el2 de septiembre de 1898,los santos de Dios tuvie-ron motivos para llorar lapérdida porque los habíadejado un hombre noble.Vivió una vida noble por-que la había consagrado afomentar la causa de Sión.Años antes, había escritoen su diario: “Dejo cons-tancia de que yo, WilfordWoodruff, por mi propiavoluntad pacto con miDios que me consagraré y

dedicaré, y también ofreceré todo lo que poseo al Señor,con el fin de ayudar a edificar Su reino y Su Sión en estatierra, con el fin de cumplir Su ley. Entregaré todo ante elobispo de Su Iglesia para poder ser un heredero merece-dor del reino celestial de Dios” (citado en Cowley,Wilford Woodruff, pág. 45).

Wilford Woodruff fue un hombre que siendo jovenanhelaba ver algún día a un apóstol del Señor Jesucristo,y vivió siguiendo los pasos de los profetas e incluso llegóa presidir entre los santos. Su deseo era permanecer fielen todas las cosas hasta el fin de su vida. Era conocidopor muchos como “Wilford el Fiel”; en una revelaciónen los inicios de la Iglesia, el Señor lo llamó “mi siervo”(D. y C. 118:6). ¡Qué gran epitafio para cualquier hijode Dios!

El presidente Wilford Woodruff enagosto de 1898.

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Lorenzo SnowQUINTO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 5

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RESUMEN DE LA VIDA DE LORENZO SNOW

Edad Acontecimientos

Nace el 3 de abril de 1814 en Mantua, Condado de Portage, Ohio; sus padresson Oliver Snow y Rosetta Leonora Pettibone Snow.

22 Empieza a estudiar hebreo en Kirtland (primavera de 1836); es bautizado enla Iglesia en Kirtland, Ohio (19 de junio de 1836).

23 Sirve en una misión en Ohio (marzo de 1837).

24–25 Sirve en una misión en la zona sur de Misuri, Illinois, Kentucky y Ohio(1838–1839).

26–29 Sirve en una misión en Inglaterra (1840–1843).

31 Contrae matrimonio con Charlotte Merril Squires, Mary Adaline Goddard, SarahPrichard y Harriet Amelia Squires (1845).

34 Se le ordena al oficio de apóstol (12 de febrero de 1849).

35 Ayuda a organizar el Fondo Perpetuo para la Emigración (octubre de 1849).

35–38 Sirve en una misión en Italia; hace los arreglos y supervisa el trabajo de traduccióndel Libro de Mormón al italiano(octubre de 1849–julio de 1852).

38 Es elegido miembro de la cámara del poder legislativo de Utah (1852); sirve enese cargo 29 años.

39 Preside la colonización de Brigham City, Utah (1853).

49–50 Sirve en una misión especial en Hawai, en donde casi muere ahogado (1864).

58–68 Es Presidente del Consejo Legislativo del Territorio de Utah (1872–1882);ayuda durante la segunda dedicación de Palestina para el regreso de losjudíos (1872–1873).

59–63 Presta servicio como consejero del presidente Brigham Young (abril de1873–agosto de 1877).

59 Instituye la Orden Unida en Brigham City (1873–1880).

71 Sirve en una misión entre los indios del noroeste de los Estados Unidos (1885).

72–73 Permanece preso en la cárcel durante once meses por practicar el matrimonioplural (1886–1887).

74 Ofrece la oración dedicatoria del Templo de Manti, Utah (21 de mayo de 1888).

75 Se le llama como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles (7 de abril de 1889).

76 Se publica el Manifiesto que ponía fin al matrimonio plural (Declaración Oficial—1)fue escrito el (24 de septiembre de 1890) y aceptado por los miembros de la Iglesia(6 de octubre de 1890).

79 Se le llama como presidente del Templo de Salt Lake (1893).

84 Nuestro Salvador lo visita en el Templo de Salt Lake (1898); se le ordena y apartacomo Presidente de la Iglesia (13 de septiembre de 1898).

85 Desde el sur de Utah, comienza hacer hincapié en el pago de los diezmos(mayo de 1899).

87 Fallece en Salt Lake City, Utah (10 de octubre de 1901).

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Presidentes de la Iglesia

Lorenzo Snow era un joven del campo, criado enOhio en el siglo XIX, en lo que era entonces la fronterade los Estados Unidos. Su trabajo diario era talar árbo-les, limpiar los campos de maleza y encargarse de lagranja cuando su padre estaba ausente, lo que ocurríacon frecuencia. Era el mayor de varios hijos y no sabíalo que era no tener nada para hacer. El amor, la con-fianza y la ayuda mutua eran los lazos imperecederosque los unían.

A TEMPRANA EDAD SE LE ENSEÑÓA SER RESPONSABLE

Oliver y Rosetta Snow provenían de NuevaInglaterra. Después del nacimiento de sus dos hijasmayores, se mudaron a Ohio, donde tuvieron cincohijos más: dos mujeres y tres varones. Lorenzo era elquinto hijo y el primer varón. Sus padres se hicierongranjeros en el condado de Portage en Ohio. Prontolos siguieron parientes y amigos de Nueva Inglaterra.Con el paso de los años, la familia Snow prosperó eco-nómicamente y llegó a ser influyente en la comunidad.

Los padres y familiares de Lorenzo Snow y muchosde los habitantes de esa región eran personas educadasy enseñaban a sus hijos a destacarse en el aspecto social,cultural e intelectual. Lorenzo fue también criado de esamanera, y a la vez se esforzó por alcanzar lo que su fami-lia y sus vecinos esperaban de él.

Su padre se ausentaba de la casa con frecuencia,tanto por asuntos personales como por viajes de nego-cios, y muchas veces dejaba encargado al pequeñoLorenzo. Las responsabilidades de una granja grande ypróspera no parecían ser un gran obstáculo y las lleva-ba a cabo con puntualidad, determinación y energía. Amedida que crecía, empezaron a encargarle la supervi-sión del envío de productos de la granja por el río, con

Lugar de nacimiento de Lorenzo Snow, Mantua, Ohio.

destino a Nueva Orleans. A pesar de que esa tarea du-raba meses, siempre se comportaba como un jovencapaz y responsable.

SE LE ENSEÑÓ A SER COMPASIVO,TOLERANTE Y DE AMPLIO CRITERIO

En la biografía queescribió sobre él, su her-mana mayor Eliza Snow,decía: “Nuestros padresen cuanto a religión pro-fesaban ser bautistas,pero no fanáticos; suhogar siempre recibía debuen grado a todas laspersonas buenas e inteli-gentes de todas las reli-giones y su hospitalidadera bien reconocida”(Eliza R. Snow Smith,Biography and FamilyRecord of Lorenzo Snow,1975, pág. 2). Las conver-saciones en casa nuncademostraban prejuicios ni intolerancia, y a Lorenzo y asus hermanos se les daba la oportunidad de conocer apersonas de distintos pareceres. Los frecuentes viajesde negocios de Lorenzo a Nueva Orleans también ledieron la oportunidad de observar una gran variedadde gente y de situaciones.

LE GUSTABA LEERLos libros eran los compañeros constantes de

Lorenzo Snow. Cuando no tenía que ocuparse de lasresponsabilidades de la granja, tomaba un libro y se ibaa donde sabía que no lo importunarían. Leía de todo yaprendió mucho sobre historia, geografía y literatura,tanto clásica como contemporánea.

QUERÍA SER MILITARTal vez en parte, fue su interés en la historia lo que

le inspiró el deseo de alistarse en el ejército. Poco des-pués de cumplir veintiún años de edad, terminó sus estu-dios preuniversitarios y, a su vez, el gobernador de Ohiole concedió el grado de teniente. Pero, pensando que laeducación universitaria le daría más oportunidades en sucarrera, hizo a un lado temporalmente su entrenamientomilitar, vendió la parte que había heredado de la granjade su padre y se mudó a Oberlin, Ohio, donde los pres-biterianos habían fundado hacía pocos años una renom-brada universidad.

Grabado de Lorenzo Snow porFrederick Piercy.

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Lorenzo Snow Capítulo 5

SU MADRE Y DOS HERMANAS SECONVIRTIERON A LA IGLESIA

Lorenzo Snow estudió un año en la universidadde Oberlin. A pesar de que por naturaleza simpatizabamucho con la gente, nunca le había atraído la religiónorganizada. Antes de terminar ese año de estudios, le es-cribió a su hermana Eliza: “Si no hay nada mejor que loque he encontrado aquí en la universidad de Oberlin,me olvido de todas las religiones” (Smith, Biographyand Family Record, pág. 5).

Su madre y una her-mana fueron las primerasen unirse a La Iglesia deJesucristo de los Santosde los Últimos Días. Másadelante se bautizó Eliza.Lorenzo sentía un pro-fundo respeto por el cri-terio y las opiniones deEliza y le escribió hacién-dole muchas preguntassobre esa religión reciénrevelada. Ella le contestóy le sugirió que fuera aKirtland, Ohio, donde

ella se encontraba, para estudiar con el profesor Seixas,a quien los líderes de la Iglesia habían empleado paraenseñar hebreo. En la primavera de 1836, Lorenzo semudó de Oberlin a Kirtland.

ACEPTÓ LAS ENSEÑANZASDE LA IGLESIA

Lorenzo Snow estaba ansioso por conocer al profe-ta José Smith. Poco después de haber llegado a Kirtland,Ohio, mientras se encontraba conversando con su her-mana Eliza en la calle “José pasó y aunque parecía queiba de prisa, se detuvo sólo un instante sólo para queEliza le presentara a su hermano y para pedirle que lle-vara a Lorenzo a cenar a su casa. Ella alquilaba una ha-bitación en la casa del profeta y enseñaba en la escuelaprivada de éste. Lorenzo siguió con la vista al Profetahasta que desapareció y después le dijo a su hermana:‘José Smith es un hombre excepcional; quisiera llegar aconocerlo mejor. Tal vez, después de todo, haya muchomás que descubrir acerca de José Smith y del mormo-nismo de lo que yo suponía’ ” (Thomas C. Romney, TheLife of Lorenzo Snow, 1955, pág. 23).

Como su padre, Lorenzo nunca consideró la reli-gión desde un punto de vista dogmático ni con ideas pre-concebidas. Consideraba el mormonismo como un solazpara los heridos. Estudiaba la religión con cautela, escu-chaba los discursos del profeta José Smith y conversaba

Eliza R. Snow.

con él personalmente. Se hizo amigo del padre delProfeta, quien le dijo: “Pronto te convencerás de la vera-cidad de esta obra de los últimos días y te bautizarás. Yllegarás a ser grande, tanto como puedas anhelar; tangrande como lo es Dios, y no se puede desear más queeso” (citado en LeRoi C. Snow, “Devotion to a DivineInspiration”, Improvement Era, junio de 1919, pág. 654).

OBSERVÓ DETENIDAMENTEA LOS MIEMBROS ANTES DEACEPTAR EL BAUTISMO

Lorenzo Snow observaba a los miembros de laIglesia y le sorprendía y maravillaba el testimonio delos élderes por su sencillez y convicción acerca de todolo que se refería a lo celestial. Lo maravillaba el poderdivino que se manifestaba en las administraciones delpatriarca Joseph Smith, padre del profeta. “Una vezse encontraba en una ‘reunión de bendiciones’ en eltemplo [de Kirtland], antes de bautizarse. Despuésde escuchar varias bendiciones patriarcales, dadas pormedio de la imposición de manos a varias personasque él conocía, pero que el patriarca no, se maravillóde oír que en las bendiciones se mencionaban esos de-talles con claridad. Y, como lo dijo después, se habíaconvencido de que una influencia sobrenatural y supe-rior al hombre había dictado las palabras a la personaque oficiaba la ordenanza” (Smith, Biography andFamily Record, pág. 9).

ESTUDIÓ, SE BAUTIZÓ Y RECIBIÓUN TESTIMONIO DE LA VERACIDADDE LA RESTAURACIÓN

Lorenzo Snow estudió y cuidadosamente comparólo que afirmaba el mormonismo con la Iglesia Cristianade la antigüedad. Y escribió lo siguiente en su diario:

“Antes de aceptar la ordenanza del bautismo, inves-tigué los principios que enseñaban los Santos de losÚltimos Días y comprobé, al compararlos, que eran losmismos que se encontraban en el Nuevo Testamento yque habían enseñado Cristo y Sus apóstoles. Me convencí

Aquí asistía a la Iglesia la familia Snow.

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Presidentes de la Iglesia

de que al obedecer esosprincipios se recibiríanpoderes, manifestacionesy revelaciones milagrosos.Esperando con optimismoobtener esos resultados,recibí el bautismo y la im-posición de manos pormedio de alguien queprofesaba tener la autori-dad divina; y habiendoobedecido estas ordenan-zas, siempre estaba a laexpectativa del cumpli-miento de la promesa deque recibiría el EspírituSanto.

“Dicha manifestación no ocurrió inmediatamentedespués del bautismo como yo había esperado, pero,a pesar de que tardó, cuando la recibí, la experienciafue más perfecta, tangible y milagrosa de lo que mehabía imaginado.

“Un día, unas dos otres semanas después delbautismo, mientras estu-diaba, comencé a pensaren que no había obteni-do el conocimiento dela veracidad de la obra,que no había obtenidoel cumplimiento de lapromesa de que el que‘quiera hacer la voluntadde Dios, conocerá si ladoctrina es de Dios’ yme sentí un poco preo-cupado. Abandoné loslibros, salí de la casa y

caminé por los campos sintiéndome agobiado por eldesaliento y como si una nube negra me envolvierapor completo. Al anochecer tenía por costumbre ir auna arboleda cerca de mi casa para orar en privado,pero esta vez no sentía deseos de hacerlo. El ánimo deorar se había alejado de mí y los cielos parecían impe-netrables. Poco más tarde, consciente de que había lle-gado el momento de orar, decidí que no abandonaríami rutina y me arrodillé en el lugar acostumbrado casipor obligación y sin sentir el usual deseo de orar.

“Apenas había abierto la boca para orar cuando es-cuché algo encima de mí, como el movimiento de man-tos de seda, e inmediatamente descendió sobre mí elEspíritu de Dios que me envolvió y me llenó por com-pleto de la cabeza a los pies. Y, ¡qué felicidad sentí! Noexisten palabras para expresar la transición casi instan-

El río Chagrin donde se bautizóLorenzo Snow.

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tánea de una densa oscuridad mental y espiritual a larefulgente luz y el conocimiento que me fueron trans-mitidos. Recibí en ese instante un conocimiento perfec-to de que Dios vive, de que Jesucristo es el Hijo deDios y de que eran reales la restauración del santo sa-cerdocio y la plenitud del Evangelio. Fue un bautismocompleto: una inmersión tangible en el principio o ele-mento celestial que es el Espíritu Santo; que ejerció unefecto más real y físico sobre cada parte de mi cuerpoque la inmersión que había tenido en el agua. Con esaexperiencia desapareció para siempre, hasta sucumbirla razón y la memoria, toda posibilidad de dudar o detemer que no fuera verdad lo que la historia nos legó,de que el bebé que nació en Belén es realmente el Hijode Dios y que Él ahora da revelaciones a los hijos delos hombres y les comunica conocimiento como lohacía en los tiempos apostólicos. Me sentí completa-mente satisfecho porque lo que ocurrió fue más de loque esperaba, puedo decir que en un grado infinito.

“No estoy seguro de cuánto tiempo permanecí asíen ese gozo de completo abandono y de divino esclareci-miento, pero pasaron varios minutos antes de que el ele-mento celestial que me llenaba y rodeaba, comenzara adesaparecer gradualmente. Al ponerme de pie sentí elcorazón lleno de una gratitud inexpresable hacia Dios ycreí, o mejor dicho supe, que únicamente un Ser omni-potente me podría haber conferido algo de mayor valorque todas las riquezas y los honores del mundo. Esanoche, cuando me acosté, sentí las mismas manifestacio-nes y continuaron por varias noches sucesivas. El entra-ñable recuerdo de esas gloriosas experiencias, desde eseentonces hasta el presente, las renueva para mí y me dauna influencia inspiradora que invade todo mi ser, y creoque perdurará hasta el fin de mi existencia terrestre” (ci-tado en Smith, Biography and Family Record, págs. 7–9).

Oró, meditó, creyó y se bautizó. El aceptar elEvangelio de todo corazón cambió su vida.

QUERÍA SERVIR A DIOSDurante el otoño de

1836, el joven LorenzoSnow vio a muchos élde-res que volvían de servirmisiones y también éldeseó servir una. Dijolo siguiente:

“Los testimonios delos jóvenes misioneros querelataban sus experienciascomo obreros de la viña,que proclamaban las go-zosas nuevas de que Diosotra vez se comunicaba

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Fotografía del joven Lorenzo Snow.

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Lorenzo Snow Capítulo 5

con Sus hijos en la tierra, de que Él había llamado a unprofeta, por medio de quien revelaba Su voluntad, deque todos los habitantes de la tierra debían arrepentirseporque el reino de los cielos estaba cerca, incitaron enmí un deseo irresistible de unirme a esa gloriosa obra.

“Por esa época, la Primera Presidencia proclamódesde el púlpito que los que quisieran formar partedel Quórum de Élderes presentaran sus nombres y, sila Presidencia los consideraba dignos, serían ordena-dos. Junto al de muchos otros, yo presenté mi nombrepara ver si era aprobado, siendo ésta la única vez enmi vida que solicité un oficio o llamamiento” (citadoen Smith, Biography and Family Record, pág. 14).

Pocas semanas después de ser ordenado élder,Lorenzo comenzó a servir en la primera de muchasmisiones. Predicó a la familia de su padre en Ohio,y después predicó en Misuri, Illinois y Kentucky.También enseñó el Evangelio en Inglaterra, Italia,Francia y Suiza. Tal como lo habían hecho WilfordWoodruff y John Taylor, Lorenzo Snow convirtió amiles de personas a la Iglesia y dio su testimonioante reinas y príncipes.

Escribió lo siguiente acerca de lo que sintió y pensóal partir para servir en esa primera misión:

“A principios de la primavera de 1837, me puse unmorral al hombro y me marché como los antiguos mi-sioneros, ‘sin bolsa ni alforja’, a pie y solo, a proclamarla restauración de la plenitud del Evangelio del Hijo deDios y a dar testimonio de lo que había visto y oído, ydel conocimiento que había recibido por medio de lainspiración del Espíritu Santo.

“Fue, sin embargo, una prueba difícil para mí,sobre todo la de salir sin dinero, ya que me había acos-tumbrado a trabajar desde pequeño y pagar por lo queobtenía, y eso formaba parte de mi dignidad comohombre; y sólo el conocimiento seguro de que Dios lorequería, como lo había requerido de sus siervos en laantigüedad, los discípulos de Jesús, pudo convencermede tener que depender de otras personas para mi sus-tento. Pero mi deber con respecto a esto se me mani-festó con claridad y decidí hacerlo” (citado en Smith,Biography and Family Record, pág. 15).

ESTUVO ANTE SU PRIMERACONGREGACIÓN EN OHIO

Lorenzo Snow predicó su primer sermón en elcondado de Medina, Ohio, en la comunidad de la fami-lia de su padre, y describió la experiencia en su diario:“Se notificó a la gente y se congregó un buen númerode personas. Fue muy difícil para mí hablarle a esa con-gregación como predicador, pero creía y me sentía se-guro de que el Espíritu me inspiraría para saber quédecir. Había pedido esa bendición por medio de la ora-

ción y el ayuno; me había humillado ante el Señor y lehabía suplicado que me otorgara el poder y la inspira-ción del santo sacerdocio; y cuando me paré ante lacongregación, aunque no tenía ni idea de lo que iba adecir, apenas abrí la boca para hablar, el Espíritu Santodescansó con fuerza sobre mí, y me iluminó y me trans-mitió ideas y palabras adecuadas para expresarme. Lagente quedó muy impresionada y solicitó que se convo-cara otra reunión” (citado en Smith, Biography andFamily Record, pág. 16).

Como resultado deesas reuniones, Lorenzobautizó y confirmó a sutío, a su tía y a varios delos primos. Una de esasprimas, Adaline, másadelante se casó con él.Mientras servía en esamisión, viajó por variasregiones del estado deOhio y bautizó a muchaspersonas que se mantu-vieron fieles a la verdad.Escribió que había sidomuy bendecido en la obra misional (véase Smith,Biography and Family Record, págs. 16, 19).

PREDICÓ EN MISURI,ILLINOIS Y KENTUCKY

A raíz del deseo constante que sentía de enseñarel Evangelio, en octubre de 1838, Lorenzo Snow dejóotra vez su casa y viajó rumbo al sur de Misuri con elélder Abel Butterfield. Más adelante decidieron separar-se para que el élder Butterfield hiciera la obra misionalen el norte de Illinois y en Indiana mientras que elélder Snow la llevaba a cabo en la zona sur de Illinoisy en Kentucky. A pesar de que la gente de Illinois nomostró mucho interés en su mensaje, su predicaciónen Kentucky había tenido resultados variados: algunasveces lo habían recibido con cortesía y lo habían escu-chado con interés mientras que otras personas lo ha-bían insultado y maltratado. Volvió de la misión pocoantes de cumplirse seis meses de su partida.

SIRVIÓ EN UNA MISIÓN ENLAS ISLAS BRITÁNICAS

En la primavera de 1840, el élder Lorenzo Snowfue llamado a servir en una misión en Gran Bretaña,donde pasó casi tres años. Muchos miembros delQuórum de los Doce Apóstoles se encontraban tambiéncomo misioneros en las Islas Británicas, entre ellosBrigham Young, Heber C. Kimball, Wilford Woodruff yJohn Taylor. Durante su misión, el élder Snow enfrentó

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Presidentes de la Iglesia

mucha oposición, pero a pesar de eso, la obra misio-nal progresó y la Iglesia creció. Mientras estaba enInglaterra, fue presidente de la Rama de Londres y vioduplicarse la cantidad de miembros. También sirviócomo consejero del presidente de la misión británica,Thomas Ward. Además, otorgó un ejemplar del Librode Mormón, especialmente encuadernado, a la reinaVictoria y otro al príncipe Albert.

CONTRAJO MATRIMONIOCuando volvió de

su primera misión enInglaterra, Lorenzo Snowllegó a la nueva y próspe-ra ciudad de Nauvoo,Illinois. Poco después desu llegada, el profeta JoséSmith le enseñó la doctri-na del matrimonio plural.Dos años más tarde, des-pués del asesinato delProfeta y cuando el tem-plo de Nauvoo estabacasi terminado, Lorenzopuso de manifiesto queaceptaba dicha doctrina.

“Él sabía muy bien que una de las ordenanzas principa-les que se llevaría a cabo en el templo era el sellamien-to de matrimonios en una unión eterna. Debido a sudedicación total a la Iglesia y a sus doctrinas, al consejoque había recibido del profeta José Smith sobre el ma-trimonio plural y a que ya tenía edad suficiente, pode-mos estar seguros de que a medida que se acercaba laapertura del templo, Lorenzo empezó a pensar cadavez con más seriedad en el matrimonio. La profundidadde su determinación puede juzgarse por el hecho deque en 1845, a los treinta y un años de edad, se selló acuatro mujeres en el templo de Nauvoo: Mary AdalineGoddard (su prima que tenía tres hijos de un matrimo-nio previo: Hyrum, Orville y Jacob); Charlotte Squires;Sarah Ann Prichard; y Harriet Amelia Squires” (FrancisM. Gibbons, Lorenzo Snow: Spiritual Giant, Prophet ofGod, 1982, pág. 48).

FUE LLAMADO A PRESTAR SERVICIOMISIONAL EN ITALIA

En octubre de 1849, Lorenzo Snow fue llamado aservir en una misión en Italia, la que incluía tambiénenseñar y predicar en otros países europeos comoInglaterra, Francia y Suiza. Sirvió hasta julio de 1852.En una carta a su hermana Eliza, el élder Snow lecontó sus experiencias durante el invierno de 1849mientras viajaba con sus compañeros a través de las

Lorenzo Snow contrae matrimonio conMary Adaline Goddard en el Templo deNauvoo en el otoño de 1845.

llanuras de los Estados Unidos en dirección a la costaeste, desde donde se embarcarían para la misión:

“Un día, mientras almorzábamos y nuestros caballospastaban tranquilos ocurrió lo siguiente: Con voz de alar-ma alguien gritó dentro nuestro reducido campamento.¡A las armas, a las armas, los indios nos atacan!Miramos y vimos un espectáculo que nos llenó de terror:doscientos guerreros montados sobre furiosos caballos,pintados, armados y vestidos con horrendos atavíos deguerra, corrían hacia nosotros como un imponente to-rrente. En un segundo nos colocamos en actitud de de-fensa. Pero, ¿podríamos treinta hombres detener a esapoderosa horda? Adelante siguió la banda salvaje aumen-tando la velocidad, como si fuera una enorme roca des-prendida de la cima de la montaña que cae con violencia,arrastrando y enterrando todo a su paso. Nos dábamoscuenta de que su intención era atropellarnos con sus ca-ballos que corrían echando espuma por la boca. Estabana pocos pasos, y en un instante nos habrían avasalladocuando, algo parecido a un choque eléctrico detuvo sucarrera como la avalancha que corre montaña abajo sedetiene súbitamente a medio camino por el poder deuna mano invisible: el Señor había dicho, ¡no toquéis amis ungidos ni dañéis a mis profetas!

“Muchos incidentes ocurrieron que a menudonos hacen decir que en nuestra experiencia pasada, lamano del Señor nunca antes se había manifestado contanta visibilidad. Cuando llegamos a las orillas del granrío Misuri, las aguas se congelaron inmediatamente porprimera vez en esa estación, formando un puente porel que pudimos pasar al otro lado; una vez que lo logra-mos el torrente de aguas empezó a correr como antes”(citado en “The Apostle Lorenzo Snow”, Tullidge’sQuarterly Magazine, enero de 1883, pág. 381).

ENFRENTÓ OPOSICIÓN EN ITALIAItalia era la cabecera del catolicismo y el pueblo se

oponía a la obra misional de otras iglesias. Existían leyesen contra del proselitismo en todo el país e imponían

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La casa de Lorenzo Snow en la calle Brigham de Salt Lake City.

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Lorenzo Snow Capítulo 5

castigos estrictos. Lorenzo Snow estaba seguro de que seenfrentaría con persecuciones y sabía que su vida podríacorrer peligro.

En Roma, el 27 de junio de 1851, presenció un díafestivo en honor a San Pedro y, en una carta que envióal presidente Brigham Young, le expresó la ironía deesa celebración, ya que los romanos habían crucificadoa Pedro y, siglos después, habían erigido una inmensacatedral en memoria de su nombre. Sin embargo, tam-bién rechazaban y perseguían a los apóstoles vivos quetenían entre ellos. También consideró cuál sería para él,el resultado de la actitud de ese pueblo, y escribió: “Susantepasados decapitaron a Juan y crucificaron a Pedro;sin embargo, esta semana vimos cómo festejaban conregocijo la memoria de ellos. Es una suposición agrada-ble para mí: tal vez nos maten de hambre, nos esposeny encarcelen, y nos asesinen, y las generaciones venide-ras nos rindan tributo”(citado en Tullidge’s QuarterlyMagazine, enero de 1883, pág. 384).

A pesar de la dificul-tad de esa misión, colo-có la piedra fundamentaldel crecimiento futurode la Iglesia en Italia.Durante los casi tresaños que duró esa mi-sión en Italia, el élderSnow organizó formal-mente la Iglesia en losvalles de la región delPiamonte, en Italia, hizoarreglos para la traduc-ción y la publicación delLibro de Mormón y va-rios folletos misionalesal italiano y supervisó el

trabajo, dirigió la obra misional en Suiza, envió misio-neros a la India para empezar la obra allí, y enseñópor escrito y personalmente a numerosas congregacio-nes de santos en Inglaterra, Francia y Suiza.

El élder Snow llevó cincuenta familias al condado de Box Elder, Utah, dondeplaneó una ciudad nueva que ahora se llama Brigham City. El élder Snowtenía dos casas allí. La casa grande de dos pisos (que se muestra arriba a laderecha), originalmente era un hotel.

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ESTABLECIÓ UNA PRÓSPERACOOPERATIVA

En octubre de 1853, el presidente Brigham Youngle pidió al élder Lorenzo Snow, en ese entonces miem-bro del Quórum de los Doce Apóstoles, que fuera a vivircon su familia a Brigham City, Utah, y que presidiera laIglesia allí. Varios años más tarde, el élder Snow estable-ció una cooperativa financiera basada en los principiosde la Orden Unida con el propósito de unir a la gentetanto espiritual como temporalmente.

“El primer paso que dio en la fundación de la coo-perativa fue en el aspecto mercantil. En 1863–1864 pusoen marcha la tienda mercantil de la cooperativa, la quevendía acciones a $5.00 dólares cada una. Debido al bajoprecio, las personas de pocos alcances económicos tam-bién podían ser accionistas.

“Al principio tuvieron muchas dificultades y elprogreso fue lento, pero la confianza de la gente cre-ció a un ritmo constante y los accionistas ganaronentre veinte y veinticinco por ciento anual en merca-dería, y a los cinco años llegó a ser muy próspera.Después, con las ganancias del departamento mercan-til, se construyó una curtidora que costó $10.000 dóla-res y a muchos se les dio la oportunidad de adquiriracciones con mano de obra en lugar de dinero. Una

La Cooperativa de Brigham City.

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Presidentes de la Iglesia

vez que estas operaciones comenzaron a tener éxito,se abrió una fábrica de textiles de lana que costó casicuarenta mil dólares, y también se intercambió lamano de obra por acciones.

“Pronto agregaron un rebaño de ovejas para pro-veer de lana a la fábrica, después granjas y una lecheríaque hacía quesos. Así se fueron estableciendo industriatras industria hasta que se combinaron entre treinta ycuarenta diferentes, todas marchando en armonía comolas ruedas de una enorme máquina” (Eliza R. Snow, cita-do en “The Twelve Apostles”, Historical Record, febrerode 1887, págs. 142–143).

Muchos de los que conocían a Lorenzo Snow atri-buyeron a su carácter espiritual el éxito que tuvo en laempresa que emprendió en Brigham City. Se escribiómás adelante que él “…había alcanzado una gran espiri-tualidad. Esa era la característica más predominante desu personalidad. Todas las demás características eransimples anexos que rodeaban esa gran condición, laobediencia a esa voluntad y el apoyo para cumplir supropósito. Durante años predicó y trabajó sobre asuntosconcernientes a este mundo, pero lo material era sóloun medio para alcanzar lo espiritual. El carácter financie-ro siempre se subordinaba al carácter apostólico” (LeslieWoodruff Snow, “President Lorenzo Show”, YoungWoman’s Journal, septiembre de 1903, pág. 392).

SE LE SALVÓ LA VIDA EN HAWAIEn noviembre de 1860, el presidente Brigham

Young llamó a Walter Murray Gibson, un nuevo conver-so, a servir en una misión en Japón. En el verano de1861, cuando se dirigía a Japón, Gibson llegó a Hawaiy decidió quedarse allí. Debido a que se había hechoregresar a los misioneros durante la guerra de Utah,Gibson logró apoderarse del comando de la Iglesia enHawai. Convenció a muchos miembros hawaianos deque le regalaran sus propiedades y se inclinaran ante

La Casa del Consejo, donde se reunía la legislatura del territorio.

él. También vendió algunas de las oficinas de la Iglesiaa miembros incautos y usaba mantos para oficiar en lasreuniones de la Iglesia con ceremonias y gran pompa.Su plan era apoderarse de las islas y convertirse en rey.

La Primera Presidencia se enteró de lo que sucedíaen Hawai y envió a Ezra T. Benson y a Lorenzo Snow,que eran miembros del Quórum de los Doce Apóstoles,y a los ex misioneros de Hawai, William W. Cluff, AlmaSmith y Joseph F. Smith a disciplinar a Walter Gibson ya solucionar los problemas que había causado. Al tratarde alcanzar la playa a través de las turbulentas aguas,desembarcaron del barco de vapor en el que habían via-jado y abordaron un pequeño bote. Joseph F. Smith sequedó en el barco porque se dio cuenta de que habíauna gran marejada y que correrían peligro, lo cual re-sultó cierto.

Al cruzar los arrecifes para llegar a la costa, olas gi-gantescas volcaron el bote. Rescataron a todos menos aLorenzo, al que encontraron inconsciente en el agua yparcialmente debajo del bote. Sus compañeros lo lleva-ron a la playa y trataron de revivirlo durante casi unahora. William Cluff explicó cómo lograron revivirlo:

“Hicimos no sólo lo que se acostumbra en esoscasos, sino también lo que el Espíritu parecía indicarnos.

“Después de vernos tratar de revivirlo por un tiem-po prolongado sin que hubiera indicaciones de que ibaa revivir, los que nos miraban nos dijeron que no po-dríamos hacer nada más por él. Pero no estábamos dis-puestos a darnos por vencidos y seguimos orando ytratando de hacerlo volver en sí, seguros de que elSeñor escucharía y contestaría nuestras oraciones.

“Al fin se nos ocurrió poner nuestra boca sobre lade él y soplar para inflarle los pulmones y luego sacarleel aire imitando el proceso natural de la respiración…Al poco tiempo percibimos débiles indicaciones de quele retornaba la vida al cuerpo… Éstas se hicieron más ymás marcadas hasta que volvió a despertar” (citado enRomney, Life of Lorenzo Snow, págs. 203–204).

Después de realizar una investigación y de reunirsevarias veces con los miembros, se excomulgó a WalterGibson y el liderazgo de la misión y de la Iglesia enHawai se puso en manos de Joseph F. Smith. El élderSnow volvió a casa con el élder Benson.

FUE UN APÓSTOL DEDICADOY UN DEFENSOR DE LA FE

Los decretos del proyecto de ley Morrill de 1862,la ley de Edmunds de 1882 y el proyecto de ley deEdmunds Tucker de 1887 se hicieron cumplir durantelas tres décadas anteriores al Manifiesto de 1890.Durante esos años, fueron confiscadas importantespropiedades de la Iglesia.

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Lorenzo Snow Capítulo 5

En 1886, el élder Lorenzo Snow fue acusado ysentenciado por violar la ley Edmunds. Para apelar lasentencia de los casos del matrimonio plural ante el tri-bunal supremo de los Estados Unidos, los acusados te-nían que ir a la cárcel. El élder Snow fue encarcelado aligual que muchísimos hermanos en las mismas circuns-tancias. Estuvo once meses en la cárcel y durante esetiempo organizó una escuela.

Lorenzo Snow fue paciente mientras estuvo presocomo antiguamente lo había sido el apóstol Pablo. Añosantes, había testificado:

“Estamos aquí para ser educados en la escuela delsufrimiento y de las pruebas de fuego, la cual fue tam-bién necesaria para que Jesús, nuestro hermano mayor,como nos dicen las Escrituras, se perfeccionara pormedio del sufrimiento. Es necesario que suframos todaslas cosas para recibir capacitación y ser dignos de gober-nar sobre todas las cosas, tal como nuestro Padre en loscielos y Su Hijo mayor, Jesucristo…

“Y ahora, ¿qué hombre entre ustedes que hayauna vez al menos partido el velo y visto esa pureza, lagloria, el poder, la majestad y el dominio de un hom-bre perfeccionado, rodeado de gloria celestial, en laeternidad, no se resignaría de buena gana en esta vidaa sufrir las peores torturas, a ser descuartizado antesque deshonrar o abandonar su sacerdocio?” (“Addressto the Saints of Great Britain,” Millennial Star, 1º dediciembre de 1851, pág. 363).

HIZO REVIVIR A UNA JOVENPoco después que Lorenzo Snow se bautizó, reci-

bió una bendición del patriarca Joseph Smith, padredel Profeta. Entre otras bendiciones, se le prometióque “si fuera necesario, los muertos revivirán y se le-vantarán ante tu mandato” (citado en Romney, Life of

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El monte de los Olivos, cerca de Jerusalén. En 1872, el presidente BrighamYoung asignó a su primer consejero, George Albert Smith, ir a la Tierra Santay dedicarla al Señor. Lorenzo Snow y su hermana Eliza eran dos de los sieteacompañantes que llevó el presidente Smith.

Lorenzo Snow, pág. 406).Esa bendición prometidase cumplió literalmentevarios años después,cuando el presidenteSnow era presidente delQuórum de los DoceApóstoles. Bendijo a susobrina, Ella Jensen, deBrigham City, Utah, ymandó que su espírituvolviera del mundo delos espíritus a pesar deque ella había estadomuerta por tres horas.Ella Jensen escribió lo si-guiente acerca de lo sucedido:

“El 1º de marzo de 1891, me enfermé de grave-dad con fiebre escarlatina y sufrí mucho durante unasemana. La mañana del día 9 desperté con el senti-miento de que iba a morir. En cuanto abrí los ojosempecé a ver a algunos de mis parientes que estabanen el otro mundo… Entonces le pedí a mi hermanaque me ayudara a prepararme para ir al mundo de losespíritus. Me peinó, me lavó y yo me cepillé los dien-tes y me limpié las uñas para estar limpia cuando mepresentara ante mi Creador… Entonces me despedíde mis seres queridos y mi espíritu dejó mi cuerpo.

“Durante un tiempo oía a mis padres y familiaresllorar y lamentarse, lo que me ponía muy triste. Sinembargo, tan pronto como divisé el otro mundo, miatención se concentró en mis familiares que estabanallí, todos los cuales parecían estar contentos deverme… Vi a muchos de mis amigos y parientes falleci-dos, a los que he mencionado muchas veces después,y conversé con muchos de ellos… Después de haberestado con mis amigos fallecidos, lo que me pareciópoco tiempo, sin embargo fueron varias horas, oí queel apóstol Lorenzo Snow me bendecía y me decía quedebía volver porque todavía tenía qué hacer en la tie-rra. No quería marcharme de ese lugar celestial, peroles dije a mis amigos que tenía que dejarlos… Después,durante mucho tiempo anhelé volver al lugar del des-canso celestial donde estuve tan poco tiempo” (citadoen “Remarkable Experience”, Young Woman’s Journal,enero de 1893, pág. 165).

EL SALVADOR SE LE APARECIÓEN EL TEMPLO DE SALT LAKE

“Por algún tiempo el presidente Woodruff no habíaestado bien de salud y casi todas las noches el presidenteLorenzo Snow lo iba a visitar a su casa. Esa noche en par-ticular, los doctores dijeron que el presidente Woodruff

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Lorenzo Snow

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Presidentes de la Iglesia

no viviría mucho más ya que estaba cada vez más débil.El presidente Snow quedó muy preocupado. No pode-mos imaginarnos hoy en día la pésima condición econó-mica en la que se encontraba la Iglesia en esa época;debía millones de dólares y no podía pagar siquieralos intereses de las deudas.

“Mi padre fue a suoficina, en el Templo deSalt Lake; vestido con elmanto del sacerdocio searrodilló en el sagradoaltar del Lugar Santísimo,en la casa del Señor, y allírogó a Dios que no per-mitiera que el presidenteWoodruff se muriera toda-vía y que permitiera quelo sobreviviera a él, paraque la gran responsabili-dad del liderazgo de laIglesia no recayera sobresus hombros. A pesar de

ese ruego, le prometió que realizaría devotamente cual-quier deber que el Señor requiriera de sus manos…

“… El 2 de septiembre de 1898, después de ente-rarse de que Wilford Woodruff había fallecido, el presi-dente Show fue otra vez a su oficina privada en elTemplo de Salt Lake.

“El presidente Snow se puso los santos mantosdel templo y otra vez se dirigió al mismo altar sagrado,hizo los signos del sacerdocio y volcó su corazón anteel Señor. Le recordó al Señor que le había rogado queel presidente Woodruff viviera más que él para nuncatener que llevar la pesada carga y la responsabilidad dela Iglesia. ‘No obstante’, le dijo, ‘hágase Tu voluntad. Yono he buscado esta responsabilidad, pero si Tú quieres,me presento ante Ti para que me guíes e instruyas. Tepido que me indiques lo que Tú deseas que haga’.

“Después de orar, esperaba una respuesta, algunamanifestación especial del Señor. Por tanto esperó, es-peró y esperó; pero no recibió respuesta, ni oyó ningu-na voz ni vio ninguna visión, ni ninguna manifestación.Se levantó del altar y dejó el salón con gran desánimo.Sin embargo, al pasar por el cuarto celestial y llegar alamplio corredor, recibió una gloriosa manifestaciónque ahora relato según las palabras de su nieta, AllieYoung Pond…

“ ‘Una tarde, cuando fui a visitar al abuelo Snow ensu oficina del Templo de Salt Lake, permanecí con élhasta que los porteros ya se habían marchado, pero losvigilantes no habían llegado todavía. El abuelo dijo queme acompañaría a la entrada principal y me dejaría salirpor esa puerta. Sacó un llavero con muchas llaves deuna gaveta y salimos del cuarto. Cuando caminábamos

Alice Armeda Snow Young Pond(1876–1943), escuchó a su abuelo, elpresidente Lorenzo Snow, contar de lavisita del Señor al Templo de Salt Lake.

todavía por el amplio corredor que lleva al salón celes-tial, yo iba unos pasos adelante de él cuando me detu-vo: “Espera, Allie, quiero contarte algo. Aquí mismo fuedonde el Señor Jesucristo se me apareció cuando falle-ció el presidente Woodruff. Me dijo que reorganizaraenseguida la Primera Presidencia de la Iglesia y que noesperara, como se había hecho anteriormente despuésde la muerte de los presidentes anteriores, y que yo to-mara el lugar del presidente Woodruff ”.

“ ‘Después, el abuelo dio un paso hacia donde yome encontraba, señaló con la mano izquierda y dijo:“Se paró aquí mismo, como a un metro del piso y pare-cía que estaba sobre una plancha de oro macizo”.

“ ‘Me dijo que el Salvador era un personaje glorio-so y me describió Sus manos, sus pies, su semblante ysus hermosas y blancas vestiduras, las cuales reflejabantal luminosidad y blancura gloriosas que casi no podíamirarlo.

“ ‘Después se acercó un paso más, puso la manoderecha sobre mi cabeza y me dijo: “Nieta, deseo querecuerdes que éste es el testimonio de tu abuelo, queél te dijo con sus propias palabras que en verdad vio alSalvador aquí en el templo y habló con Él cara a cara” ’ ”(LeRoi C. Snow, “An Experience of My Father’s”,Improvement Era, septiembre de 1933, pág. 677).

FUE LLAMADO COMO PRESIDENTEDE LA IGLESIA

Lorenzo Snow sirviónueve años comoPresidente del Quórumde los Doce Apóstoles, ya la edad de ochenta ycuatro años pasó a serPresidente de la Iglesia.Algunas personas expre-saron su temor de queun hombre de su edadno pudiera soportar laresponsabilidad y losretos de la presidencia.No era un hombre gran-de, era más bien menudoy parecía más débil y delicado de lo que era en realidad,porque pesaba sólo 57 kilos. Pero pronto disipó esos te-mores. Era erguido, fuerte y activo y lleno de inspira-ción hasta que se enfermó por última vez a los ochentay siete años de edad. Su lucidez la demostró una y otravez al dirigirse a los santos, al dirigir la Iglesia y al haceravanzar el reino de Dios hacia su destino. Su hija menor,que nació cuando él tenía ochenta y dos años, recordabaque acostumbraba llevarla sobre la espalda escaleras arri-ba hasta su último año de vida. Más importante aún era

Presidente Lorenzo Snow.

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Lorenzo Snow Capítulo 5

que al Señor no le importaba que fuera un ancianoporque había sido Él quien había llamado a ese giganteespiritual para que fuera Su profeta.

RECIBIÓ UNA REVELACIÓN QUEAYUDÓ A SACAR A LA IGLESIA DELA CRISIS ECONÓMICA

El presidente Lorenzo Snow se esforzó con empe-ño por sacar a la Iglesia de las dificultades económicasen las que se encontraba debido a varias décadas depersecución. Como el gobierno federal se había apode-rado de tantas cosas que le pertenecían a la Iglesia,muchos de los miembros pensaban que pagar diezmosy ofrendas era dar dinero a los enemigos de la Iglesia.Los santos no eran ricos y muchos habían decidido queno pagarían diezmos. Los recursos de la Iglesia eranmuy pocos.

A principios de mayo de 1899, el Señor le revelóal presidente Snow que él y otras de las Autoridades

Generales debían ir a St. George, Utah, para tener unaconferencia. El Señor no le reveló en ese momento elmotivo de la visita que iban a hacer, sólo que debíantener una serie de conferencias especiales. Y viajarona St. George en coches tirados por caballos.

La primera sesión de la conferencia se llevó a caboel 17 de mayo de ese año. El presidente Snow les dijoa los santos: “Mis hermanos y hermanas, estamos acáporque el Señor me indicó que debíamos venir; perohasta el momento no sé cuál es el propósito de esta vi-sita, pero ya lo sabré a medida que esté entre ustedes”(citado en Romney, Life of Lorenzo Snow, pág. 456).

LeRoi C. Snow, hijo del presidente Snow, estabahaciendo un reportaje de la conferencia para el perió-dico Deseret News y recuerda lo que sucedió duranteuna de las siguientes sesiones mientras el presidentehablaba:

“De pronto papá hizo una pausa en el discurso ytodo quedó en profundo silencio. Mientras tenga vida noolvidaré la emoción de esa experiencia. Cuando empezó

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Presidentes de la Iglesia

a hablar otra vez, su voz era más sonora y la inspiraciónde Dios parecía reposar sobre él y tener influencia sobretoda la asamblea. Sus ojos y su semblante adquirieron lu-minosidad y reflejaban un poder especial. Luego pasó arevelar la visión que se presentaba ante él.

“Dios le manifestó en ese momento no sólo elpropósito de la visita a los santos del sur de Utah, sinotambién la misión especial que tenía él, la gran obrapara la cual Dios lo había preparado y preservado, ypuso de manifiesto la visión a la gente. Les dijo que sedaba cuenta ahora más que nunca que habían descui-dado la ley de diezmos, que los santos mismos teníandeudas excesivas, al igual que la Iglesia, y que obede-ciendo estrictamente esa ley, el pago de un diezmo ín-tegro y honrado, no sólo la Iglesia saldría de deudas,sino que por medio de las bendiciones del Señor, esaobediencia también cumpliría el fin de librar a losSantos de los Últimos Días de sus obligaciones perso-nales y prosperarían económicamente” (LeRoi C. Snow,“The Lord’s Way out of Bondage Was Not the Way ofMen”, Improvement Era, julio de 1938, pág. 439).

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El Tabernáculo de St. George, donde se presentó por primera vez larevelación que recibió el presidente Snow sobre el diezmo.

En su discurso, el presidente Snow dijo a los santos:“La palabra del Señor no es nueva para ustedes;

es simplemente ésta: HA LLEGADO EL MOMENTO DE QUE

CADA SANTO DE LOS ÚLTIMOS DÍAS QUE PLANEE PREPARAR-SE PARA EL FUTURO Y ESTABLECER UNA BASE FIRME HAGA

LA VOLUNTAD DEL SEÑOR Y PAGUE UN DIEZMO ÍNTEGRO.Ésta es la palabra del Señor para ustedes, y la será tam-bién para todas las colonias de toda la tierra de Sión.Una vez que me marche y tengan tiempo de pensarsobre esto, se darán cuenta de que ha llegado el mo-mento de que todo hombre cumpla con su deber ypague un diezmo íntegro. El Señor nos ha bendecidoy hasta ahora ha tenido misericordia de nosotros; peroen esta época el Señor requiere que seamos firmes y ha-gamos lo que Él nos ha mandado y no lo dejemos másde lado. Lo que les digo acá, en esta estaca de Sión, lorepetiré en todas las estacas de Sión que han sido orga-nizadas. No hay hombre ni mujer que escuche lo quedigo hoy que pueda sentirse en paz si no paga un diez-mo íntegro” (“Discourse by President Lorenzo Show”,Millennial Star, 24 de agosto de 1899, pág. 533).

“Antes de morir”, dijo una vez el presidente Snow,“espero ver a la Iglesia libre de deudas y en buena posi-ción económica” (“Characteristic Sayings of PresidentLorenzo Show”, Improvement Era, junio de 1919, pág.651). Por medio de una revelación pidió a los santosque obedecieran la ley de diezmos. La obediencia de lossantos a ese mandato con el tiempo sacó a la Iglesia dedeudas (durante la administración del presidente JosephF. Smith) y estableció una base temporal firme para elreino de Dios. El crecimiento actual de la Iglesia que sepone de manifiesto en la construcción de templos, capi-llas y otros edificios, como así también la ejecución deprogramas de la Iglesia en todo el mundo, se debe di-rectamente a la prosperidad económica de la Iglesia quese obtuvo y todavía se mantiene mediante la obedienciade los miembros a la ley de diezmos.

DISFRUTÓ DE UNA CARRERADE CARRUAJES

Después de la conferencia de St. George, Utah,donde se había recibido la revelación sobre la ley dediezmos, el presidente Lorenzo Snow y sus acompa-ñantes volvieron a Salt Lake City en carruajes, y se de-tuvieron a predicar en cada colonia que encontraronen el camino. Cuando iban de Cove Fort a Fillmore, elcoche en el que viajaba el presidente Snow iba adelan-te de los demás. Era un día claro y todos estaban debuen humor.

“Por lo general, les era difícil mantener una veloci-dad constante, pero en esta ocasión el carro del presi-dente [de ochenta y cinco años] se movía a unavelocidad normal. El presidente Joseph F. Smith, que

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Lorenzo Snow Capítulo 5

iba segundo, se colocó al lado del Presidente y le dijo:‘Presidente Snow, quizás sea conveniente ir un poquitomás ligero en estos caminos en buenas condiciones’.

“ ‘¡Muy bien!’, le contestó; ‘¡sígannos!’ El presiden-te Snow le hizo una seña disimulada al conductor y casial mismo tiempo los dos coches salieron a galope tendi-do a través de matas de artemisa y zanjas y los que losseguían veían sólo nubes de polvo y de vez en cuandodivisaban el toldo de uno de los carros. Los caballoscontinuaron su desenfrenada carrera mientras el entu-siasmo de los ocupantes crecía con cada barquinazo.¡Se llenaron de gran emoción! Los caballos habían corri-do parejos durante unos tres kilómetros o más. Cuandoel anciano líder se incorporó para presenciar mejor lacarrera, se observó un fulgurante brillo en sus ojos.

“ ‘¡Vamos, vamos!’, gritaba, ‘¡no te preocupes porlas zanjas! ¡Nos van a ganar! ¡Vamos!’, y el cochero si-guió las instrucciones. La yunta del carro del presiden-te Smith iba perdiendo por muy poquito y la otra semantenía adelante. Las matas de artemisa y los zanjo-nes parecían diminutos a los ojos de esos venerableslíderes que en ese momento revivían su tiempo de ju-ventud. Los carruajes saltaban los obstáculos y tocabanapenas las partes más elevadas del terreno corriendomás de veinte kilómetros a ese paso. El presidenteSnow se deleita contando que ganó la carrera, aunqueel presidente Smith le disputa la victoria” (citado enRomney, Life of Lorenzo Snow, págs. 453, 455).

RECIBIÓ UNA REVELACIÓN ACERCADEL POTENCIAL DIVINO DEL HOMBRE

“En la primavera de 1840, justo antes de partir parasu primera misión en Inglaterra, Lorenzo Snow fue a vi-sitar a un amigo, el élder H. G. Sherwood, en Nauvoo.El élder Sherwood se encontraba explicando la paráboladel Salvador sobre el señor de la viña que envió obrerosa trabajar allí a diferentes horas del día. Mientras estabaconcentrado escuchando, sucedió algo muy importante,como lo relata el propio presidente Snow:

La Primera Presidencia, 18 de septiembre de 1898: George Q. Cannon,Lorenzo Snow y Joseph F. Smith.

“ ‘Mientras escuchaba atento la explicación (delélder Sherwood), el Espíritu del Señor descansó pro-fundamente sobre mí; se iluminó mi entendimiento yvi, con la claridad que se ve el sol del mediodía, mara-villado y sorprendido, el camino de Dios y del hombre.Las frases siguientes resumen la revelación, tal como seme mostró…

Así como el hombre es,Dios una vez fue.

Así como Dios es,el hombre puedellegar a ser.

“ ‘Consideré estarevelación como una co-municación sagrada deDios y sólo se la conté ami hermana Eliza, hastaque llegué a Inglaterra,donde en una conversación privada y confidencial, lerelaté al presidente Brigham Young, en Manchester,esta manifestación extraordinaria’.

“Poco después de regresar de Inglaterra, enenero de 1843, Lorenzo Snow, durante una entrevistaconfidencial en Nauvoo, le contó al profeta José Smithla experiencia que había tenido en la casa del élderSherwood. El Profeta le contestó: ‘Hermano Snow, esadoctrina es cierta y es una revelación que Dios te dio’ ”(Snow, Improvement Era, junio de 1919, pág. 656).

El principio que trata el potencial divino del hom-bre se le había revelado previamente al profeta JoséSmith y a su padre. De hecho, algo que dijo cuatro añosantes, este patriarca de la Iglesia, Joseph Smith, padre,fue lo que despertó esta idea en la mente de LorenzoSnow, ya que cuando estaba investigando las enseñan-zas de la Iglesia, éste le había dicho: “Pronto te conven-cerás de la veracidad de esta obra de los últimos días yte bautizarás. Y llegarás a ser grande, tanto como pue-das anhelar; tan grande como Dios y no se puede de-sear más que eso” (citado en Snow, Improvement Era,junio de 1919, pág. 654). Sin embargo, esta doctrinano se enseñó públicamente hasta 1844.

Lorenzo Snow estaba presente cuando el profetaJosé Smith dio un sermón durante la conferencia gene-ral de abril, con motivo del fallecimiento de King Follet,un élder de la Iglesia. En su discurso el Profeta enseñó:

“¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es unhombre glorificado, y está sentado sobre su trono alláen los cielos! Ese es el gran secreto. Si el velo se partierahoy, y el Gran Dios, que conserva este mundo en su ór-bita y sostiene todos los mundos y todas las cosas consu poder, se manifestase a sí mismo, digo que si fueseisa verlo hoy, lo veríais en la forma de un hombre, así

Presidente Lorenzo Snow.

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Presidentes de la Iglesia

como vosotros os halláis en toda la persona, imagen yforma misma de un hombre; porque Adán fue creado ala misma imagen y semejanza de Dios, y de Él recibióinstrucciones, y anduvo y conversó con Él, como unhombre habla y se comunica con otro…

“Para algunos éstas son ideas incomprensibles, peroson sencillas. El primer principio del Evangelio es sabercon certeza la naturaleza de Dios, y saber que podemosconversar con Él como un hombre conversa con otro, yque en un tiempo fue hombre como nosotros; sí, queDios mismo, el Padre de todos nosotros, habitó sobreuna tierra, como Jesucristo mismo lo hizo; y voy a pro-barlo por medio de la Biblia” (Enseñanzas del ProfetaJosé Smith, págs. 427–428).

Refiriéndose a las enseñanzas que formaron partedel discurso del Profeta, y que se publicaron en los pe-riódicos Times and Seasons y Millennial Star, LeRoi C.Snow, hijo del presidente Snow, escribió:

“En la colección del Times and Seasons que perte-necía a mi padre, y que ahora yo poseo, él había subra-yado con su propio lápiz indeleble esa parte del sermóndel Profeta (del funeral de King Follett) y le había presta-do más atención que a cualquier otra referencia de losseis tomos. La gran esperanza en el potencial del hom-bre, que podía alcanzarse por medio de la estricta obe-diencia al Evangelio, ocupaba sus pensamientos contanta frecuencia que a menudo lo mencionaba en suhogar, en sus discursos, cuando hablaba con padres deentrada edad y cuando hablaba con niños pequeños;muchos de sus amigos íntimos sabían que ese era unode los temas preferidos de sus conversaciones privadas.

“En sus discursos, la comparación que repetía conmás frecuencia era la siguiente:

“ ‘Como ilustración, imaginemos a un bebé enbrazos de su madre. No tiene ni el poder ni el conoci-miento necesarios para alimentarse ni vestirse solo. Estan incapaz de hacerlo que la madre tiene que alimen-tarlo. Pero, ¡piensen en lo que puede llegar a ser! Elbebé tiene padres, pero no sabe casi nada de ellos.¿Quién es el padre? ¿Quién es la madre? Seguramenteel padre es emperador y su madre emperatriz. Se sien-tan en un trono y gobiernan un imperio. Lo más pro-bable es que el pequeñito un día llegue a sentarse enel trono de su padre y a gobernar y controlar el impe-rio, así como el Rey Edward de Inglaterra ahora ocupael trono de su madre. Debemos recordar esto, porquesomos hijos de Dios, más aún que hijos de nuestrospadres terrestres.

“ ‘Ustedes, hermanas, supongo que habrán leídola poesía que hace años escribió mi hermana Eliza R.Snow Smith, y que ahora se canta con frecuencia ennuestras reuniones (véase “Oh mi Padre”, Himnos, Nº187). Nos dice que no sólo tenemos un Padre “en elcelestial hogar” sino que también tenemos una Madre;y ustedes, hermanas, si son fieles, llegarán a ser tangloriosas como su Madre’ ” (Improvement Era, juniode 1919, pág. 658).

ORGANIZARÁN MUNDOSY LOS GOBERNARÁN

“Poco tiempo antes de morir, el presidente Snowvisitó la Universidad Brigham Young [que entonces se

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La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles.

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Lorenzo Snow Capítulo 5

llamaba Academia Brigham Young] en Provo. El presi-dente Brimhall guiaba al grupo por uno de los edificiospara llegar lo antes posible al salón de asambleas dondeya se habían congregado los alumnos. Iban pasando poruno de los salones de las clases del jardín de niños [in-fantes]. El presidente Brimhall había llegado a la puertade salida y estaba a punto de abrirla para seguir el cami-no cuando el presidente Snow dijo: ‘Espere, presidenteBrimhall, quiero observar a los niños; ¿qué están ha-ciendo?’. El hermano Brimhall le contestó que estabanmodelando esferas de arcilla. ‘Eso es muy interesante’,dijo el presidente. ‘Quiero observarlos’. Miró en silen-cio a los niños unos minutos y luego alzó a una niñitaque tenía quizás seis años de edad, y la paró sobre unamesa. Después tomó de sus manos la esfera que ellamodelaba y, dirigiéndose al hermano Brimhall, dijo:

“ ‘Presidente Brimhall, estos niños ahora juegan yhacen mundos de arcilla, pero llegará el día en que algu-nos de estos niños, si son fieles al Evangelio, progresa-rán y desarrollarán conocimiento, inteligencia y poderen las eternidades futuras hasta llegar a ser capaces detomar del espacio materia desorganizada y combinar loselementos necesarios para organizarlos y, conociendo lasleyes y los poderes de la naturaleza y controlándolos,podrán formar mundos en los que podrán vivir sus des-cendientes y ellos los gobernarán como dioses’ ” (Snow,Improvement Era, junio de 1919, págs. 658–659).

LA PRUEBA DE LA VIDA TERRENAL ESLA ESCUELA DE LA PERFECCIÓN

En 1851, el élder Lorenzo Snow, en ese entoncesmiembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dio el si-guiente consejo:

“Siempre tengan presente en todas sus accionesque ahora se están preparando y están viviendo unavida que continuará por las eternidades; nunca siganprincipios de los que se podrían avergonzar si estuvie-ran en los cielos; no usen ningún medio para alcanzarun fin que su propia conciencia, una vez que sea ilumi-nada con luz celestial, desaprobaría. Cuando los senti-mientos y las pasiones los impulsen a la acción, siempredéjense gobernar por principios puros, honorables, san-tos y virtuosos. Dentro de nosotros, nuestro espíritu esde carácter divino, somos hijos de Dios, concebidos aSu imagen…

“Estamos aquí para ser educados en la escuela delsufrimiento y de las pruebas de fuego, la cual fue tam-bién necesaria para que Jesús, nuestro hermano mayor,como nos dicen las Escrituras, se perfeccionara pormedio del sufrimiento. Es necesario que suframos todaslas cosas para recibir capacitación y ser dignos de gober-nar sobre todas las cosas, tal como nuestro Padre en loscielos y Su Hijo mayor, Jesucristo” (“Address to the Saints

of Great Britain”, Millennial Star, 1º de diciembre de1851, pág. 363).

DEBEMOS ESFORZARNOSPOR SER OBEDIENTES

El presidenteLorenzo Snow enseñó:

“Podemos sentir ungran gozo al recordar loque hemos hecho bienen el pasado y en saberque estamos actuandobien ahora, porque todoslos Santos de los ÚltimosDías tenemos el privile-gio de saber cuándo esta-mos haciendo las cosasdel Señor… Este es unprivilegio que todo Santode los Últimos Días debeobtener: el saber con cer-teza que su comporta-

miento es aceptado por Dios. Creo que los Santos delos Últimos Días no son mejores que el resto de lagente y que tal vez sean peores que ellos si no tienenesa certeza y no tratan de hacer lo correcto…

“…Juan dijo: ‘Amados, ahora somos hijos de Dios,y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; perosabemos que cuando él se manifieste, seremos seme-jantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todoaquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a símismo, así como él es puro’ (1 Juan: 3:2–3).

“Todo el que tiene esta esperanza en Él se purificaa sí mismo. Entonces resurge en su persona la determi-nación de obtener esa posición importante y noble, deesforzarse diligentemente para lograr el cumplimientode las grandiosas promesas que ha recibido. Lo inducea seguir un curso recto” (en Conference Report, abrilde 1898, pág. 13).

DEBEMOS TRATAR DEMEJORAR A DIARIO

El presidente Lorenzo Snow enseñó: “Debemos me-jorar y movernos con más rapidez hacia la perfección. Sedice que no podemos ser perfectos. Jesús nos ha manda-do ser perfectos como nuestro Padre que está en los cie-los es perfecto. Es nuestro deber tratar de ser perfectos ynuestra tarea es lograr mejorar a diario y fijarnos en loque hicimos la semana anterior para hacerlo mejor estasemana; hagan las cosas mejor hoy que ayer, y progresende un nivel de rectitud al siguiente. Jesús vendrá en untiempo futuro y se aparecerá entre nosotros, como se

Presidente Lorenzo Snow.

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Presidentes de la Iglesia

apareció cuando vivió en la tierra entre los judíos, y co-merá y beberá con nosotros y nos hablará, y nos explica-rá los misterios del Reino, y nos dirá cosas que ahora nopodemos expresar” (en Conference Report, abril de 1898,págs. 13–14).

NECESITAMOS LA AYUDA DIVINAPARA VENCER AL MUNDO

El presidente Lorenzo Snow dijo lo siguiente acercade la forma en que podemos recibir la ayuda de Dios:

“He leído algo peculiar en cuanto a las promesasque se han hecho, y que sé que se van a cumplir si no-sotros hacemos lo que nos corresponde. No he vividoen esta Iglesia por sesenta y dos años sin aprender algo.Me he dedicado a ser digno de recibir lo que ningúnmortal puede recibir excepto por medio del espíritu yel poder del Espíritu Santo, y el Señor me ha mostradocosas y me ha hecho comprenderlas, con la claridad delsol al mediodía, en lo que respecta a lo que va a suce-derles a los Santos de los Últimos Días que sean fieles asus llamamientos… (En seguida, citó D. y C. 84:37–38 yApocalipsis 3:21.)

“Existen muchos pasajes de las Escrituras que tocaneste punto. Yo creo en esto. Creo que somos hijos e hijasde Dios y que Él nos ha dado la capacidad de poseer unasabiduría y un conocimiento infinitos, porque nos hadado una parte de Él mismo” (en Conference Report,abril de 1898, págs. 62–63).

“Dependemos del Espíritu del Señor para ayudar-nos y para que nos manifieste de vez en cuando lo quenecesitamos alcanzar, de acuerdo con las circunstanciasque nos rodean. Es el privilegio de los Santos de los Últi-mos Días, cuando se encuentren en dificultades, contarcon el poder sobrenatural de Dios, y con fe, día tras día,obtener de las circunstancias lo que nos beneficie y nosayude a alcanzar la santidad para que podamos acercar-nos en lo posible a parecernos a nuestro Padre” (enConference Report, octubre de 1898, pág. 2).

NO SE DESANIMEN AL TRATARDE MEJORAR

El presidente Lorenzo Snow explicó:“Si pudiéramos leer en detalle la vida de Abraham,

o la vida de otros grandes y santos hombres, sin dudaencontraríamos que no siempre que se esforzaban porhacer lo justo les iba bien. Por lo tanto, nosotros tampo-co debemos desanimarnos si sucumbimos en un momen-to de flaqueza, sino, por el contrario, inmediatamentearrepentirnos de nuestro error o de lo malo que haya-mos hecho, y repararlo lo mejor que podamos, y despuésacercarnos a Dios para que renueve nuestra fortaleza deseguir adelante y de comportarnos mejor…

“Si el apóstol Pedro se hubiera desanimado por suevidente fracaso al no mantenerse en la posición quehabía tomado previamente de defender al Salvador bajocualquier circunstancia, lo habría perdido todo. Sin em-bargo, se arrepintió y perseveró y no perdió nada sinoque lo ganó todo, permitiendo que nosotros tambiénaprendiéramos de su experiencia. Los Santos de losÚltimos Días debemos cultivar esta virtud constante-mente como la establecieron tan claramente los apósto-les de la antigüedad. Debemos tratar de vivir de maneraque podamos tener la conciencia libre de ofensas con-tra todos… Al darnos cuenta de nuestras debilidades,no debemos permitir que el desaliento se apodere denosotros” (The Teachings of Lorenzo Snow, ed. porClyde J. Williams, 1996, págs. 34–35).

AYUDÓ A EDIFICAR EL REINOLorenzo Snow fue maestro de escuela, participante

en una campaña política, esposo, padre, constructor detemplos, director de escuelas, oficiante del templo, pre-sidente de rama, pionero y apóstol. Como miembro delQuórum de los Doce Apóstoles, participó en concilios yadministró los negocios de la Iglesia. Otras de sus res-ponsabilidades fueron: ser director del Fondo Perpetuopara la Emigración, fundador de la Misión Italiana, su-pervisor de la traducción del Libro de Mormón a otrosidiomas, y escritor y editor de folletos misionales. Fuemiembro de la junta de gobierno de una universidad,legislador del territorio de Utah y fundador de socieda-des filosóficas y científicas. Era austero, devoto y abne-gado; no trabajaba para su propio beneficio sino para elMaestro, cuyo siervo era. Fue guiado en su ministeriopor medio de sueños y revelaciones.

Lorenzo Snow fuellamado a presidir a lossantos del condado deBox Elder, Utah, quemás adelante tomó elnombre de Brigham City.Interrumpió esa asigna-ción para servir en laguerra de Utah y paraservir en misiones enHawai y en la TierraSanta. Cuando volvió aBrigham City, la coopera-tiva que había establecidoprosperó. (Dicha coope-rativa fue disuelta a finesde la década de 1870bajo la presión del go-bierno federal en contradel matrimonio plural.)

El presidente Snow celebrando losochenta y siete años de edad, el3 de abril de 1901.

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Lorenzo Snow Capítulo 5

Lorenzo Snow fue Consejero de la PrimeraPresidencia cuando Brigham Young era el presidente;sirvió nueve años como Presidente del Quórum de losDoce Apóstoles y, a la edad avanzada de ochenta y cua-tro años, llegó a ser Presidente de la Iglesia. Durantetres años se empeñó con todas sus fuerzas por sacar ala Iglesia de las dificultades económicas que habíansido causadas por varias décadas de persecución. Hizohincapié en la ley de diezmos una vez más entre lossantos y antes de morir tuvo la satisfacción de ver quela Iglesia estaba en vías de recuperación en el planoeconómico. También pudo dedicarse otra vez al anhelode sus primeros años como apóstol: el de establecermisiones en todo el mundo. Envió misioneros a Japóny habló de predicar el Evangelio a todas las naciones.Buscó la purificación de Sión y confió enteramente enla promesa de que el destino del hombre era llegar a

ser como su Padre Celestial, un dios en la eternidad.Sentía que al saber eso sería una estrella brillante ensu corazón, en su alma y en su mente, que iluminaríasiempre su camino.

Así como el hombre es, Dios una vez fue.Así como Dios es, el hombre puede llegar a ser.

Un hijo de Dios, que aunque dios será,no habrá de quitarle nada a la Deidad.(Lorenzo Snow, Improvement Era, junio de1919, pág. 651.)

El presidente Lorenzo Snow fue un profeta deDios y debe considerarse uno de los más importantesreformadores sociales de esa época.

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Joseph F. SmithSEXTO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 6

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ACONTECIMIENTOS MÁS DESTACADOS DE LA VIDADE JOSEPH F. SMITH

Edad Acontecimientos

Nace el 13 de noviembre de 1838 en Far West, condado de Caldwell, Misuri;sus padres son Hyrum Smith y Mary Fielding Smith.

5 Su padre, Hyrum Smith, muere como mártir (27 de junio de 1844).

9 Conduce una yunta de bueyes a través de las llanuras, desde Winter Quartershasta el Valle del Gran Lago Salado (1848).

13 Fallece su madre, Mary Fielding Smith (21 de septiembre de 1852).

15–19 Sirve en una misión en Hawai (1854–1857).

19 Presta servicio militar en la campaña Echo Canyon de la Guerra de Utah (1857).

21 Contrae matrimonio con Levira A. Smith (5 de abril de 1859).

21–24 Sirve en una misión en Gran Bretaña (1860–1863).

25 Sirve en una misión especial en Hawai (1864).

27–35 Es miembro de la Asamblea Legislativa Territorial (1865–1874).

27 Es ordenado apóstol y es llamado como consejero del presidente Brigham Young(1º de julio de 1866; también sirve como consejero de los presidentes John Taylor,1880–1887; Wilford Woodruff, 1889–1898; y Lorenzo Snow, 1898–1901).

28 Se le sostiene en calidad de miembro del Quórum de los Doce Apóstoles(8 de octubre de 1867).

35 Presta servicio como Presidente de la Misión Europea (1874–1875).

39 Sirve en una misión en los estados del este de los Estados Unidos de Norteaméricapara recabar información sobre la historia de la Iglesia (1878).

46 Se separa voluntariamente de la vida pública a causa de la persecución por lapráctica del matrimonio plural (1884–1891).

51 Se da a conocer el Manifiesto (Declaración Oficial 1), el cual pone fin a la prácticadel matrimonio plural (1890).

54 Es miembro de la Convención Constitucional del estado de Utah (1893).

62 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (17 de octubre de 1901; se lesostiene el 10 de noviembre).

65 Testifica ante el Congreso (2–9 de marzo de 1904); presenta un segundo manifiestosobre el matrimonio plural (6 de abril de 1904).

67 Primer Presidente de la Iglesia que viaja a Europa durante su llamamiento comopresidente (verano de 1906).

70 La Primera Presidencia publica una declaración oficial sobre el origen del hombre(noviembre de 1909).

74 Se da inicio al programa de la Noche de Hogar para la familia (1915).

75 La Primera Presidencia publica una exposición doctrinal sobre el Padre y elHijo (1916).

79 Recibe una visión concerniente a la redención de los muertos (D. y C. 138;3 de octubre de 1918).

80 Fallece en Salt Lake City, Utah (19 de noviembre de 1918).

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Presidentes de la Iglesia

Joseph F. Smith nació el 13 de noviembre de 1838durante un período de severa persecución que sufríanlos santos de Dios; su padre, Hyrum Smith, y su tío, elprofeta José Smith, fueron llevados presos a la cárcelde Liberty. Su madre, Mary Fielding Smith, quien se ha-llaba enferma por las presiones físicas y emocionales,tuvo que recibir ayuda para cuidar de él y de los otroscinco hijos de Hyrum.

NACIÓ EN UNA ÉPOCADE PERSECUCIÓN

Integrantes del po-pulacho y de la milicia sehabían reunido afuera dela casa de Hyrum Smithen Far West, Misuri.Podía escucharse la vozdel reverendo SamuelBogart, un hábil predica-dor que había sido lafuerza principal en inspi-rar el odio de la chusmahacia los santos. Adentro,Mary Fielding Smith sehallaba postrada en camaenferma; y su hermana,Mercy Thompson, preo-cupada pensando quequizás Mary no se recu-perara de la enfermedad,

intentaba sofocar sus propios temores y tranquilizar asu hermana.

La delicada condi-ción de Mary se habíaagravado emocionalmen-te al ver que su esposoera sacado de su casa apunta de bayoneta. Unguardia le había dichocon malicia a Mary quese despidiera por últimavez de Hyrum, porqueera mejor que no pensa-ra que volvería a verlovivo. Sufrió físicamentebajo estas circunstanciasmientras esperaba el na-cimiento de su primerhijo, que nació dos sema-nas después y a quien dio el nombre de su queridohermano, Joseph Fielding. Había tenido que soportartantas cosas que ni siquiera le quedaban fuerzas sufi-cientes para alimentar al pequeño. Su hermana Mercy

Hyrum Smith, padre de Joseph F. Smith.

Mary Fielding Smith, madre deJoseph F. Smith.

(cuyo esposo se vio forzado a huir para salvar su pro-pia vida) se mudó con ella para cuidarla y atender alrecién nacido.

La milicia había entrado por la fuerza a muchos ho-gares con el pretexto de buscar armas, pero en realidadhabía aprovechado la oportunidad para saquear y come-ter atropellos contra los santos. Hasta ese momento, nohabían molestado a las dos hermanas, pero no pasómucho tiempo antes de que los rufianes entraran a lacasa. Sin importarles la condición en que se hallaban, elpopulacho obligó a todos, con excepción del pequeñoJoseph F., a que permanecieran en otro lugar de la casamientras ellos se dedicaban a robar y a despojarlos desus pertenencias; abrieron un baúl y tomaron todo loque desearon de su contenido; en otra habitación algu-nos levantaron una de las camas y la arrojaron encima deotra en su frenética búsqueda. Sin importarles la vida denadie, habían sepultado al recién nacido Joseph F. debajodel sofocante peso de la ropa de cama.

Después de tomar lo que deseaba, el populachopartió tan rápido como había llegado. Pasaron unos mo-mentos antes de que la familia se recuperara de la con-moción y comenzara a buscar ansiosamente a Joseph; allevantar los cobertores lo encontraron. A pesar de quehabía estado sepultado y su semblante había cambiadode color por falta de oxígeno, su vida había sido preser-vada. Mary tomó en sus brazos a la criatura sintiéndoseagradecida de que estuviera con vida.

El élder Samuel O. Bennion, miembro de losSetenta, testificó: “Yo creo que el Señor lo conocía aúnantes de llegar aquí, y cuando Joseph F. Smith nació enMisuri, Dios ya lo conocía; creo que también Lucifer,‘el Hijo de la mañana’, el adversario de todo lo bueno,sabía quién era, y trató de destruirlo… Yo creo queLucifer sabía que llegaría a ser un gran líder en Israel”(en Conference Report, octubre de 1917, pág. 121).

FUE SUMAMENTE MADUROPARA SU EDAD

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Mary Fielding Smith y su hijo Joseph F. viajando hacia el Valle de Salt Lake.

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Joseph F. Smith Capítulo 6

La niñez de Joseph F. fue inusitadamente atribu-lada y le ayudó a madurar a pesar de su corta edad.Cuando tenía cinco años, su padre y su tío fueronasesinados en Carthage, Illinois. A la edad de sieteaños, condujo una yunta de bueyes en un recorridode 320 kilómetros desde Montrose, Iowa, cerca deNauvoo, hasta Winter Quarters.

“Mary Smith y su familia permanecieron enNauvoo hasta el verano de 1846. Fue sólo uno o dosdías antes de la batalla de Nauvoo cuando, debido a lasamenazas, subió a una balsa a sus hijos y todas las per-tenencias que les fueran posibles llevar, y cruzaron elrío Misisipi hasta llegar a un lugar cerca de Montrose.Allí bajo los árboles, a la orilla del río, acamparon esanoche, y desde allí tuvieron la experiencia de escucharcon horror los ataques contra Nauvoo… Aunque Josephaún no tenía ocho años de edad, tuvo que conducir unayunta de bueyes durante la mayor parte del caminodesde Montrose hasta Winter Quarters. La familia per-maneció en ese lugar hasta la primavera de 1848; mien-tras tanto se esforzaba, con la ayuda de sus amigos queno se hallaban en condiciones de continuar el viaje ymediante el trabajo arduo, para reunir suficientes yun-tas de bueyes y los artículos necesarios para emprenderel recorrido a través de las llanuras” (Joseph FieldingSmith, comp., Life of Joseph F. Smith, 1938, pág. 131).

Cuando tenía casi nueve años, a Joseph F., juntocon otros niños, se les mandó vigilar el ganado que pas-taba a tres kilómetros del poblado de Winter Quarters.Una mañana, mientras el ganado pastaba, los niños sedivertían corriendo carreras cortas y saltando zanjas acaballo, cuando de repente fueron atacados por ungrupo de indios.

Joseph F. recuerda lo siguiente: “Mi primer impul-so fue evitar que se llevaran el ganado, pues en un ins-tante pensé en nuestro viaje al valle, en lo mucho quedependíamos del ganado y en el temor de que nos vié-ramos obligados a permanecer en Winter Quarters.Puse manos a la obra y salí a todo galope para intercep-tar el ganado y, si era posible, encaminarlo a casa” (cita-do en Smith, comp., Life of Joseph F. Smith, pág. 135).

Mientras los demás corrían en busca de ayuda,Joseph F. intentó arrear el ganado de vuelta al pueblolo antes posible, pero no pudo ganarles a los indios, yéstos pronto lo alcanzaron. Aún así, el pequeño conti-nuó eludiéndolos y galopando hasta que su caballo secansó. Dijo lo siguiente: “Un indio se acercó por la iz-quierda y otro por la derecha, y cada uno me tomó deun brazo y de una pierna y me levantaron de mi caba-llo; entonces disminuyeron su velocidad para que micaballo se adelantara, y me arrojaron al suelo con granviolencia. Varios caballos que estaban atrás saltaron porencima de mí, pero no me hicieron daño. Los indios seapoderaron de mi caballo y, sin disminuir la velocidad,

se fueron por donde habían venido” (citado en Smith,comp., Life of Joseph F. Smith, pág. 136).

Sin embargo, la persecución había demorado eltiempo suficiente como para que los hombres que ve-nían del campo evitaran el regreso de los indios. Se re-cobró el ganado, aunque nunca se rescató el caballoque montaba Joseph F.

LA FE QUE DEMOSTRÓ SU MADREDurante un viaje

para obtener provisionespara el largo recorrido,de Winter Quarters alValle del Gran LagoSalado, el joven Joseph F.Smith fue testigo de laconfianza y la fe en Diosque tenía su madre paravencer los obstáculos.Una noche mientrasacampaban cerca de unarroyo y de unos hom-bres que tenían una ma-nada de ganado, JosephF. llevó a pastar a losbueyes de la familia.

A la mañana siguiente no podían encontrar sumejor yunta de bueyes. Joseph F. y su tío buscaron todala mañana hasta sentirse descorazonados. Lo recuerdade la siguiente manera: “Fui el primero en regresar anuestras carretas, y al acercarme vi a mi madre arrodilla-da orando. Me detuve un momento y después me acer-qué con discreción hasta una distancia desde la que oíasus súplicas al Señor de que no permitiera que nos que-dáramos en esa situación tan difícil, y que nos guiarapara que pudiéramos recobrar nuestros animales a finde continuar nuestro viaje a salvo. Cuando se incorpo-ró, me encontraba de pie cerca de ella. La primera ex-presión que capté en su bello rostro fue una radiantesonrisa; hallándome tan descorazonado, aquella expre-sión renovó en mí la esperanza y me dio una seguridadque no había sentido hasta ese momento” (citado enSmith, comp., Life of Joseph F. Smith, pág. 132).

Después que él y su tío volvieron al campamento,la madre de Joseph F. insistió en que comieran algomientras ella salía a caminar por los alrededores enbusca de los bueyes. Su hermano intentó disuadirla, einsistió en que ellos ya habían buscado en todas partes;pero ella estaba decidida, y caminó hacia el río. Allí seencontró con uno de los hombres que pastaban la ma-nada, quien le dijo que había visto a los bueyes ir endirección opuesta a la que ella caminaba; ella no leprestó atención y continuó caminando. Al llegar al río,

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Mary Fielding Smith.

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Presidentes de la Iglesia

se dio vuelta y le hizo señas a su hijo y a su hermano,quienes se apresuraron hasta llegar a su lado. Joseph F.lo describe de la siguiente manera: “Allí vi a nuestrosbueyes atados a unos sauces que crecían al fondo deuna cañada profunda que se había formado por lainundación de la orilla arenosa del río, cerca del pe-queño arroyo, quedando así perfectamente escondidosde la vista de los demás. No tardamos en liberarlos desus ataduras y volver con ellos a nuestro campamento,donde el resto del ganado había estado atado toda lamañana a las ruedas de la carreta, y pronto emprendi-mos gozosos nuestro camino a casa. Los hombres quepastoreaban la manada se fueron inmediatamente alver que mamá hacia caso omiso de sus palabras; esperoque hayan ido en busca de la honradez que habían per-dido, y que la hayan encontrado” (citado en Smith,comp., Life of Joseph F. Smith, pág. 133).

Tiempo después, durante el viaje hacia el oeste, elpequeño Joseph F. una vez más fue testigo del poderde la fe de su madre. Cuando ya habían recorrido granparte del camino a Sión, uno de sus mejores bueyescayó a tierra. “El buey se ponía tenso con cada espas-mo mientras aparentemente agonizaba antes de morir.La muerte de ese fiel animal hubiera resultado desas-trosa para la viuda de Hyrum Smith en su viaje alvalle… Sacando un recipiente con aceite consagrado,ella les pidió a su hermano y a James Lawson que un-gieran al buey tal como lo hubieran hecho con unapersona enferma, pues era indispensable que el bueyse recuperara para continuar el viaje. Los hermanos ac-cedieron a su ferviente súplica y ungieron con aceitela cabeza del buey y le impusieron las manos, repren-diendo el poder del destructor tal y como lo hubieranhecho si se hubiese tratado de un ser humano. El bueyse incorporó inmediatamente y al cabo de unos mo-mentos tiraba del yugo como si nada hubiese sucedido.Esto causó gran asombro entre los del grupo. Antes dellegar más lejos, otro de los bueyes cayó de la misma

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Por medio de la oración, Mary Fielding Smith encontró los bueyes que se leshabían perdido.

forma que el primero; y al usar el mismo método, éstetambién se incorporó; y esto volvió a suceder por ter-cera vez, al imponerles las manos, los bueyes sanaroncompletamente” (Smith, comp., Life of Joseph F. Smith,pág. 150).

FUE UN NIÑO EN QUIEN SE PODÍACONFIAR

Joseph F. Smith escribió: “Mi principal ocupaciónde 1848 a 1854 fue la de cuidar el ganado, aunquetambién trabajé en los sembradíos, en la trilla y en loscañones cortando y acarreando leña. Aunque tenía ami cargo el cuidado del ganado de la familia de 1846a 1854, no recuerdo que durante esa época se hayaperdido, ni que se haya muerto ni una sola ‘cabeza’de ganado a causa de negligencia o descuido de miparte” (citado en Smith, comp., Life of Joseph F.Smith, pág. 163).

En una ocasión, durante el invierno de 1848,“vio a un lobo persiguiendo a una oveja en campoabierto. Era un día lluvioso y el terreno estaba blan-do. La lana de la oveja estaba mojada a causa de lalluvia y eso hacía que fuese más pesada, y a conse-cuencia de eso su huida era más lenta. Cuando ellobo estaba a punto de apresar a la oveja, Joseph F.llegó en su rescate y la salvó. Aunque los lobos erannumerosos y audaces, a menudo se veía a Joseph F.en la pradera después del atardecer, en tiempos fríos,donde escuchaba los feroces alaridos de los merodea-dores. Tenía un perro para ayudarle en su trabajo,pero en ocasiones éste se aterraba a causa del grannúmero de lobos y se agachaba a sus pies. Ésta era ladiversión que tenía este niño fiel a una edad en laque a la mayoría de los niños les gusta jugar y partici-par en los deportes” (Smith, comp., Life of Joseph F.Smith, pág. 164).

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La vieja casa de adobe. Esta casa se desmanteló y se trasladó al Parque EstatalPioneer Trials, cerca del monumento “Éste es el lugar”, en Salt Lake City.

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Joseph F. Smith Capítulo 6

SUPERÓ MUCHAS DIFICULTADESAL SERVIR EN VARIAS MISIONES

Poco después de cumplir los quince años de edad,Joseph F. Smith fue ordenado élder y se le llamó a ser-vir en una misión de tres años en Hawai. Durante sumisión, venció la fatiga, una grave enfermedad y la pér-dida de bienes materiales en inundaciones e incendios.Predicó, sanó a los enfermos, echó fuera demonios ypresidió en muchas ramas de la Iglesia.

El élder Charles W. Nibley, en ese entonces ObispoPresidente de la Iglesia, habló de los desafíos que afrontóeste élder de quince años de edad: “En esa misión a lasIslas Sándwich [actualmente Hawai], enfrentó dificulta-des severas. Recuerdo que en nuestro primer viaje a lasislas [yo fui con él en cuatro ocasiones], al navegar entrelas distintas islas, él me señalaba tal o cual lugar: ‘Allí esdonde viví por mucho tiempo en una pequeña choza depaja’, la cual se había quemado o había sido destruidapor una inundación. O me señalaba otro lugar en dondehabía estado enfermo, postrado en cama, y donde labuena gente de Hawai le había atendido. Mientras viajá-bamos juntos iba relatándome una y otra experiencia;todas ellas, si tuviera el tiempo de relatarlas, infunden fee inspiran, y les permitirían darse cuenta de la madurezde este joven muchacho, pues, como ya les he dicho, enese entonces tenía quince o dieciséis años de edad” (enConference Report, junio de 1919, pág. 62).

Poco después de lle-gar a las islas, el élderSmith enfermó gravemen-te, pero se recuperó gra-cias al cuidado bondadosode sus amigos. A pesar delas dificultades, utilizó eltiempo de su convalecen-cia para estudiar hawaia-no. El élder Parley P. Prattle había prometido quedominaría el idioma me-Joseph F. Smith, alrededor del año 1857.

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Rescatando a un becerro de los lobos.

diante la fe y el estudio; él aplicó ambos, y en cien díasya hablaba el idioma nativo con fluidez.

Tiempo después enfermó de nuevo y tardó tresmeses para recuperarse completamente; aun así, dedicóese tiempo al estudio del Evangelio y a perfeccionar sudestreza con el idioma. Al caer enfermo por segundavez, un joven hermano hawaiano y su esposa lo atendie-ron. En una ocasión, el poder del adversario se apoderóde la mujer de la casa, hecho que le causó horriblesconvulsiones; y aunque al principio sintió temor, eljoven oró y encontró la fuerza que necesitaba para re-prender al espíritu maligno.

Muchos años después, el obispo Charles W. Nibleyrelató la forma en que los santos recibieron al presi-dente Joseph F. Smith cuando éste volvió a Hawai, añosdespués de su misión. Los miembros se reunieron paradarle la bienvenida al profeta cuando su barco llegó aun muelle de Honolulú. Lo cubrieron de coronas deflores y lo bañaron de lágrimas. Durante la celebración,el obispo Nibley “observó que guiaban [al lugar dondese habían congregado los santos] a una pobre ancianaciega y que caminaba con dificultad bajo el peso de susnoventa años. Llevaba en sus manos unas cuantas ba-nanas que era todo lo que ella tenía; era su ofrenda.Ella lo llamaba: ‘¡Iosepa, Iosepa!’ Cuando la vio, corrióde inmediato hacia ella y tomándola entre los brazos,la abrazó y la besó una y otra vez, acariciando su cabe-za y diciéndole: ‘¡Mamá, Mamá, mi querida viejita!’.

“Y con lágrimas rodándole por las mejillas, se vol-vió hacia mí y me dijo: ‘Charley, ella me atendió en mijuventud, cuando me encontraba enfermo y sin nadieque me cuidara; me dio alojamiento y, ¡fue una madrepara mí!’ ” (Citado en Smith, comp., Life of Joseph F.Smith, pág. 186).

UN SUEÑO LO ALENTÓ EN SU MISIÓNSiendo un joven misionero —humilde, enfermo y

desalentado— se sintió fortalecido después que soñó

La primera misión que cumplió Joseph F. Smith fue en las Islas Hawaicuando tenía quince años de edad. Ése tipo de choza hawaiana de pajaes semejante a la que por lo general, él utilizaba para vivir.

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Presidentes de la Iglesia

con su padre, con su madre, con el profeta José Smithy con otros. Tiempo después escribió:

“Una vez tuve un sueño: para mí fue una cosa lite-ral, fue una realidad.

“Una vez, durante una misión, me sentía muy ago-biado. Estaba casi sin ropa y completamente sin ami-gos, con excepción de la amistad de un pueblo pobre,sin esclarecimiento y retraído. Me sentía tan rebajadoen mi condición de pobreza, falta de inteligencia y co-nocimiento, de edad tan tierna, que difícilmente meatrevía a mirar a la cara de un hombre blanco.

“Mientras me hallaba en tal condición, soñé que ibade viaje, y con la impresión de que debía apurarme, apu-rarme con todas mis fuerzas, por temor a llegar tarde…Por último llegué a una maravillosa mansión… Sabíaque ése era mi destino. Al dirigirme allí, con la prisa quellevaba, vi un letrero que decía ‘Baño’. Rápidamente medesvié y entré en el baño y me lavé. Abrí el pequeñobulto que llevaba, y en él había una ropa blanca y lim-pia, cosa que no había visto por mucho tiempo… Me lapuse. Luego corrí hacia lo que parecía ser una gran en-trada o puerta. Toqué y se abrió la puerta, y el hombreque se presentó era el profeta José Smith. Me dirigióuna mirada un poco reprensora, y las primeras palabrasque me dijo fueron: ‘Joseph, llegas tarde’. No obstante,sentí confianza y dije:

“ ‘¡Sí, pero estoy limpio; me encuentro limpio!’.“Me tomó de la mano y me condujo hacia aden-

tro, luego cerró la gran puerta… Al entrar vi a mi padrey a Brigham Young y a Heber C. Kimball y a WillardRichards y a otros buenos hombres que yo había cono-cido, que estaban de pie en fila… Mi madre estaba sen-tada allí…; y pude nombrar a todos cuyos nombres yoconocía, que estaban sentados allí, los cuales parecíanhallarse entre los escogidos, entre los exaltados…

“Esa mañana, aldespertar, yo era unhombre, aunque aún eraun muchacho. No habíanada en el mundo queyo temiera… Esa visión,esa manifestación y esetestimonio que yo dis-fruté en esa ocasión mehan hecho lo que soy, sies que soy alguna cosabuena, o limpia, o rectaante el Señor, si es quehay cosa buena dentrode mí. Esto me ha ayu-dado en toda prueba yen toda dificultad”(Doctrina del Evangelio,págs. 535–536).

Joseph F. Smith

A la edad de veintiún años se casó con Levira A.Smith, y a los veintidós cumplió su segunda misión, enesa ocasión en Gran Bretaña, donde presidió en variosdistritos. Después de haber estado en casa otra vez porsólo cinco meses, fue llamado a regresar a las islas deHawai para cumplir una tercera misión, en donde sir-vió como asistente de dos apóstoles.

SU DESEO ERA EXPRESARUN TESTIMONIO FIRME

En 1854, mientras servía en una misión, escribióuna carta dirigida a su primo, el élder George A.Smith, quien era miembro del Quórum de los DoceApóstoles, en la que relataba sus deseos de una mane-ra conmovedora:

“Yo sé que la obra que estoy llevando a cabo esdel Dios viviente y verdadero, y estoy dispuesto a ex-presar mi testimonio en cualquier momento, en cual-quier lugar, o bajo cualquier circunstancia que meencuentre. Espero que siempre pueda ser fiel en serviral Señor, mi Dios, y ruego que así sea. Estoy contentode poder decir que estoy listo para superar cualquierdificultad por esta causa; y verdaderamente espero serfiel hasta el fin, y ruego que así sea…

“Dile a toda la familia que les mando mi amor… ydiles que me tengan en sus oraciones, para que puedamantenerme fiel y cumplir mi llamamiento con honorpara mí mismo y para la causa en la que me encuentro.Preferiría morir en esta misión que deshonrarme a mímismo o mi llamamiento. Esto es lo que siento en micorazón. Ruego que podamos ser fieles y perseverarhasta el fin, y que finalmente seamos coronados en elreino de Dios con aquellos que han partido antes quenosotros” (citado en Smith, comp., Life of Joseph F.Smith, págs. 176–177).

El Libro de Mormón en hawaiano y las botas de la misión.

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Joseph F. Smith Capítulo 6

BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIANEGARÍA SU TESTIMONIO

De regreso a su hogar después de su primera mi-sión en Hawai, Joseph F. Smith y sus compañeros seencontraron con un grupo de fanáticos mientras acam-paban una noche. El líder del grupo juró que mataría acualquiera que fuera mormón. Apuntando a Joseph F.con su pistola, le preguntó: “¿Eres tú mormón?”. Sinembargo, aun cuando esperaba recibir un tiro, respon-dió: “Sí, señor, hasta el fin, de lo más fiel, sin duda al-guna”. Esa respuesta, pronunciada en forma tan audazy sin titubeo, sorprendió al hombre de tal forma queen su confusión lo único que pudo hacer fue estrecharla mano del joven y felicitarlo por su gran valor. Loshombres se alejaron a caballo y ya no los volvieron amolestar (véase Smith, comp., Life of Joseph F. Smith,pág. 189).

Tres años más tarde,en1860, Joseph F. de-mostró de nuevo esamisma firmeza de convic-ción. En esta ocasión via-jaba para servir en unamisión en Inglaterra. Alacercarse él y sus compa-ñeros a Nauvoo, dondehabían decidido perma-necer por un tiempo, seencontraron con queexistía gran animosidad yamenazas de muerte [enel barco]. Aunque Joseph

F. y sus compañeros habían tratado de evitar que se su-piera quiénes eran para evadir cualquier problema, unsacerdote católico les preguntó directamente si eran él-deres mormones. Joseph F. confesó que en ese mo-mento sintió con más fuerza que nunca la tentación denegar la verdad; pero venciéndola, dijo que sí lo eran.La respuesta satisfizo al sacerdote y no provocó la irade los demás. Cuando llegaron a Nauvoo, se alojaronen el mismo lugar que el sacerdote. De esta experien-cia Joseph F. Smith dijo posteriormente: “Nunca mesentí más feliz… que al ver allí al ministro y saber quele habíamos dicho la verdad acerca de nuestra misión”(Doctrina del Evangelio, págs. 526–527).

RECIBIÓ EL LLAMAMIENTO PARASERVIR COMO APÓSTOL

“El 1º de julio de 1866, Joseph F. Smith se encon-tró con el presidente Brigham Young y varios apósto-les en un cuarto del piso superior de la Oficina del

Joseph F. Smith

Historiador, en una reunión de consejo y de oraciónde acuerdo con la costumbre de las AutoridadesGenerales presidentes; Joseph F. era el secretario dedicho consejo. Después de terminar el círculo de ora-ción, el presidente Brigham Young repentinamente sedio vuelta hacia sus hermanos y les dijo: ‘Un momentohermanos, ¿debo obedecer lo que se me está indican-do? Siempre me siento bien al hacer lo que me indicael Espíritu. Es mi deseo ordenar al hermano Joseph F.Smith al apostolado, y como uno de mis consejeros’.Después pidió a cada uno de los hermanos presentesque expresaran su opinión al respecto, y cada uno res-pondió declarando que la acción contaba con su fervo-rosa aprobación. Entonces los hermanos colocaron lasmanos sobre la cabeza de Joseph F.” (Smith, comp.,Life of Joseph F. Smith, págs. 226–227).

Poco después de unaño de haber sido orde-nado apóstol, el élderSmith fue apartadocomo miembro delQuórum de los DoceApóstoles. Mientras ser-vía en ese oficio, sirviócomo Consejero de laPrimera Presidencia,como presidente de laMisión Europea, comoconsejero de la AMM,como concejal de las

ciudades de Salt Lake y Provo, y como miembro de lalegislatura territorial; también presidió la convenciónconstitucional del estado en 1882.

EL HOGAR ES LA INSTITUCIÓN MÁSSAGRADA DE LOS CIELOS

A Joseph F. Smith se le llamó a practicar el matri-monio plural y con el paso de los años tuvo cinco espo-sas. Era considerado y bondadoso y amó profundamentea sus esposas e hijos. Hizo las siguientes declaracionessobre la importancia del hogar y la familia:

“La alegría más grande de la tierra son mis queri-dos hijos” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia:Joseph F. Smith, pág. 316).

“No hay substituto para el hogar. Su fundamentoes tan antiguo como el mundo, y su misión fue estable-cida por Dios desde las épocas más remotas… De modoque el hogar es más que una morada, es una instituciónque significa estabilidad y el amor en las personas asícomo en las naciones” (véase Doctrina del Evangelio,págs. 293–294).

Joseph F. Smith, alrededor del año 1874.

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Presidentes de la Iglesia

“En el hogar debida-mente ordenado se poneel fundamento mismodel reino de Dios, de larectitud, del progreso,del desarrollo, de la vidaeterna y del aumento[progenie] eterno en elreino de Dios. No debeser difícil considerar elhogar con la más alta re-verencia y pensamientosexaltados, si puede fun-darse sobre los princi-pios de pureza, de cariñoverdadero, de rectitud yjusticia. El hombre y la mujer que tienen perfecta con-fianza el uno en el otro, y que determinan obedecer lasleyes de Dios en sus vidas y cumplir la medida de sumisión en la tierra, no estarían y nunca podrían estarcontentos sin un hogar. Sus corazones, sus sentimien-tos, sus mentes, sus deseos se inclinarían naturalmentehacia el establecimiento de un hogar y una familia yreino propios, hacia la colocación de los cimientos delcrecimiento [la progenie] eterno y del poder, la gloria,la exaltación y el dominio por los siglos de los siglos”(véase Doctrina del Evangelio, págs. 297–298).

ENSEÑÓ ACERCA DELORDEN PATRIARCAL

El presidente JosephF. Smith dijo:

“No hay autoridadmás alta en los asuntos re-lacionados con la organi-zación familiar que la delpadre, especialmentecuando preside esa orga-nización un hombre queposee el SacerdocioMayor. Esta autoridad seha honrado en todaépoca, y entre el pueblode Dios ha sido sumamen-te respetada en todas lasdispensaciones, y los profetas inspirados por Dios la hanrecalcado muchas veces en sus enseñanzas. El orden pa-triarcal es de origen divino y continuará a través de estavida y de la eternidad… Se debe enseñar a las esposas ehijos a sentir que se ha establecido el orden patriarcal enel reino de Dios para un propósito sabio y benéfico, ydeben sostener al jefe de la casa y alentarlo en el cumpli-miento de sus deberes, y hacer cuanto esté a su alcance

Joseph F. Smith

Joseph F. Smith alrededor de loscuarenta años de edad.

para ayudarlo en el ejercicio de los derechos y privilegiosque Dios ha conferido sobre el que está a la cabeza delhogar. Este orden patriarcal tiene su divino espíritu y pro-pósito, y los que lo desprecian por este o aquel pretextono están de conformidad con el espíritu de las leyes deDios que fueron dispuestas para ser reconocidas en elhogar. No es asunto de quién pueda ser el más apto; nitampoco es cuestión de quién esté llevando la vida másdigna. Es principalmente asunto de ley y orden, y su im-portancia frecuentemente se ve en el hecho de que la au-toridad permanece y es respetada mucho después que unhombre ya no es realmente digno de ejercerla.

“Esta autoridad lleva en sí una responsabilidad,y grande por cierto, así como derechos y privilegios, ynunca será demasiado el ejemplo que den los hombrescon su manera de vivir, ni será demasiado el cuidadoque tengan de vivir en armonía con esta importanteregla de conducta ordenada por Dios en la organiza-ción familiar. Ciertas promesas y bendiciones se basanen esta autoridad, y aquellos que la observen y la res-peten pueden pedir el favor divino que no puedenhallar a menos que respeten y observen las leyes queDios ha establecido como las normas y la autoridaddel hogar. ‘Honra a tu padre y a tu madre, para que tusdías se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da’,fue una ley fundamental en el antiguo Israel que rige atodo miembro de la Iglesia hoy en día, debido a que esuna ley eterna” (véase Enseñanzas de los Presidentesde la Iglesia: Joseph F. Smith, pág. 411; véase tambiénDoctrina del Evangelio, págs. 280–281).

SE DA A CONOCER LA NOCHEDE HOGAR

Con excepción de la guerra, quizás ningún otrofactor caracterice mejor al siglo veinte que la batallaque se ha desatado en contra de la familia. Muchas

La familia de Joseph F. Smith en 1898.

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Joseph F. Smith Capítulo 6

fuerzas están empeñadas en destruir los cimientos deesta institución ordenada por Dios. Voces fuertes y se-ductoras claman desde todos lados. El aborto, las alter-nativas al matrimonio, la homosexualidad, la llamadaliberación femenina y la presión de no tener hijos otener sólo algunos, se proclaman en alta voz con todaslas demás expresiones de egoísmo. Los proponentesde estos movimientos y conceptos insidiosos expresangran indignación cuando alguien defiende a la familia,la institución más noble que Dios ha creado para salvara sus hijos.

Mucho antes de que estas ideas llegasen a ser unproblema crítico, el Señor inspiró al presidente JosephF. Smith, y éste reconoció la necesidad de fortalecer loshogares de los santos de manera que pudieran comba-tir eficazmente las fuerzas que tratarían de destruir elhogar. La Primera Presidencia hizo una declaración ofi-cial que se promulgó en 1915 en la que se instó a lossantos a poner en práctica un programa que constitui-ría la base de un hogar fuerte y feliz. Dicha declaracióndecía en parte:

“Aconsejamos e instamos a que se dé inicio a la‘Noche de Hogar’ en toda la Iglesia, un tiempo en el queel padre y la madre deben reunir a sus hijos e hijas conellos en el hogar y enseñarles la palabra del Señor. Deesta manera ellos podrán aprender más acerca de las ne-cesidades y condiciones de su familia, y al mismo tiempoconocer junto a sus hijos más minuciosamente y de ma-nera más profunda los principios del Evangelio deJesucristo. Esa ‘Noche de Hogar’ debe dedicarse a orar,cantar himnos, canciones, música instrumental, leer lasEscrituras, tratar temas de interés familiar y dar instruc-ción específica sobre los principios del Evangelio y losproblemas de conducta en la vida, así como sobre losdeberes y obligaciones de los hijos hacia los padres, elhogar, la Iglesia, la sociedad y la nación. Para los niñospequeños, se pueden preparar recitaciones, canciones,relatos o juegos apropiados. Se puede tener un refrige-rio sencillo que en su mayoría se prepare en el hogar.

“Se debe dar especial atención a evitar que hayaun ambiente formal y ceremonioso, y toda la familiadebe participar en el programa.

“Dichas reuniones proporcionarán la oportunidadpara el desarrollo de la confianza mutua entre padres e

El hogar de la familia de Joseph F. Smith en la calle 200 North, Salt Lake City.

hijos y entre hermanos, así como también la oportuni-dad para que los padres aconsejen y amonesten a sushijos. También brindarán la oportunidad para que loshijos honren a su padre y a su madre, y demuestren elaprecio que sienten por las bendiciones del hogar, a finde que la promesa que el Señor les ha hecho se cumplaliteralmente y sus vidas se prolonguen y sean felices…

“Si los santos obe-decen este consejo, lesprometemos que recibi-rán grandes bendiciones.Aumentarán el amor enel hogar y la obedienciaa los padres; se cultivarála fe en el corazón de lajuventud de Israel, y ob-tendrán así el poder paracombatir la influencia ylas tentaciones de la mal-dad que les acosen”(“Home Evening”,Improvement Era, juniode 1915, págs. 733–734).

DEDICÓ TIEMPO Y ESFUERZO ENEL CUIDADO DE SUS HIJOS

El obispo Charles W. Nibley, en ese entonces ObispoPresidente de la Iglesia, declaró lo siguiente: “Estuve devisita en su casa cuando uno de sus hijos pequeños sehallaba enfermo. Lo vi llegar de su trabajo por la noche,cansado, como era natural, y sin embargo, paseaba a esepequeñito en los brazos durante horas, acariciándolo ymimándolo, animándole con una ternura, una compasióny un amor nacidos del alma, que muy pocas madres hu-biesen demostrado” (“Reminiscenses of President JosephF. Smith” , Improvement Era, enero de 1919, pág. 197).

COMPARTIÓ SU TESTIMONIO CON SUSHIJOS Y LES IMPARTIÓ ENSEÑANZA

Joseph FieldingSmith, uno de los hijosdel presidente Joseph F.Smith, al recordar elpoder de las enseñanzasde su padre, dijo: “Enesas ocasiones [cuandopasaba tiempo en sucasa], a menudo llevaba acabo reuniones familiaresy enseñaba a sus hijos losprincipios del Evangelio.Todos se regocijaban en

Joseph F. Smith y su hijo JosephFielding Smith.

Joseph F. Smith, alrededor de la fechaen que se le llamó al apostolado.

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Presidentes de la Iglesia

su presencia y se sentían agradecidos por los maravillo-sos consejos y la instrucción que impartía en talesocasiones, en medio de las preocupaciones. Nuncaolvidaron lo que se les enseñó, y esos recuerdos hanquedado con ellos y seguramente permanecerán porsiempre… Mi padre fue el hombre más tierno quejamás he conocido… Entre los recuerdos más memora-bles que tengo, se hallan las horas que pasé a su ladohablando sobre los principios del Evangelio y recibien-do instrucción como sólo él la podía dar. Así fue comoel fundamento de mi propio conocimiento se afianzóen la verdad” (citado en Joseph Fielding Smith Jr. yJohn J. Stewart, The Life of Joseph Fielding Smith,1972, pág. 40).

LOS PADRES RESPONSABLESENSEÑAN A SUS HIJOS LASNORMAS DEL EVANGELIO

El presidente JosephF. Smith dio este consejoa los santos:

“No permita Diosque alguno de nosotrossienta un cariño tan im-prudentemente condes-cendiente, tan irreflexivoy tan superficial por loshijos que, por temor aofenderlos no se atreva adetenerlos si comienzana ser desobedientes, ahacer cosas que no estánbien y a sentir un desati-nado amor por las cosas del mundo más que por las dela rectitud. Quisiera decir lo siguiente: Algunos han lle-gado a tener una confianza tan ilimitada en sus hijos,que no creen posible que se puedan desviar o haceralgo malo… Como consecuencia, los dejan libres demañana, al mediodía y de noche para que asistan atoda clase de diversiones y entretenimientos, acompa-ñados con frecuencia por aquellos a quienes no cono-cen ni comprenden. Algunos de nuestros hijos son taninocentes que no sospechan que haya algo malo y, porconsiguiente, no están prevenidos y caen en los lazosdel mal” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia:Joseph F. Smith, pág. 322).

“…Deseo hacer una advertencia a los Santos de losÚltimos Días. El tiempo ha llegado en que deben velarpor sus hijos. Hombres astutos de entendimiento e inge-nio usan todo artificio posible para apartar a nuestroshijos de la fe en el Evangelio y del amor por la verdad…Sólo será posible que nuestros hijos sean alejados de suspadres y de la fe en el Evangelio si no conocen la verdad

Joseph F. Smith alrededor del año 1893.

por sí mismos porque no se les ha dado el ejemplo apro-piado para inculcarla en su mente…

“Me disculpo, puesto que en todo lugar bien sesabe, creo yo, que al hablar digo lo que siento, y meatrevo a decir que… preferiría tener que acompañara uno de mis hijos al sepulcro que verlo alejarse deeste Evangelio. Preferiría caminar en procesión porel cementerio y saber que conservaron su inocenciahasta la tumba que ver que se han envilecido por lascosas del mundo” (en Conference Report, octubre de1909, págs. 4–5).

AMÓ A SU FAMILIA CON UNAMOR PURO Y SANTO

“ ‘Sería difícil encon-trar en el mundo una fa-milia que manifestaramayor amor y considera-ción el uno por el otroque la del presidenteJoseph F. Smith’, escribió[su hijo] Joseph Fielding.‘Creemos poder afirmarque ningún otro padresintió más amor por suesposa o esposas e hijos,y estuvo más sinceramen-te interesado en el bien-estar de ellos, que él… Elmundo es un lugar dondemuy a menudo se consi-dera el matrimonio sola-

mente como un contrato que puede disolverse a la másligera provocación, donde las familias constantementepadecen de desunión, y donde, mediante la acción delos tribunales de divorcio, los hijos son desprovistos delderecho tan sagrado de recibir el cariño paternal. Eneste mundo puede existir la opinión de que en una fa-milia como la del Presidente Smith solamente podríanreinar la discordia, los celos y el odio; pero al contrario,no ha habido ni hay ninguna familia que aún siendo mo-nógama pudiese ser más unida. Para el asombro de unmundo incrédulo, las esposas se querían mucho; cuan-do alguna enfermaba, las otras la cuidaban y la atendíancon ternura; cuando moría uno de los niños, todas de-mostraban un pesar sincero… Dos de las esposas [Julinay Edna] eran parteras profesionales y muy hábiles, yatendieron muchos partos. Cuidaban a las otras esposasen el momento de dar a luz, y cuando nacían los bebés,todas se regocijaban con la madre.

“ ‘Los hijos se consideraban mutuamente hermanosy hermanas, no medio hermanos como el mundo los hu-biera considerado. Se defendían unos a otros y se apoya-

Joseph F. y Julina Smith en elcincuenta aniversario de su boda,alrededor del año 1916.

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Joseph F. Smith Capítulo 6

ban sin importar de qué parte de la familia procedían…Joseph F. Smith amaba a sus esposas e hijos con unamor santo, pocas veces visto y nunca superado. Al igualque Job en la antigüedad, oraba por ellos de noche y dedía y le rogaba al Señor que los conservara puros y sinmácula en el sendero de la rectitud’ ” (Smith y Stewart,Life of Joseph Fielding Smith, págs. 46–47).

PERMANECIÓ SEPARADODE SU FAMILIA

Una de las pruebas más grandes de la vida deJoseph F. Smith fue el permanecer exiliado lejos de sufamilia por años; sin embargo, siguió las indicacionesdel presidente John Taylor para evitar el arresto duran-te la llamada “Cruzada Contra los Mormones”, cuandola Iglesia sufrió persecución debido a la práctica delmatrimonio plural. Gran parte de ese tiempo permane-ció dirigiendo la obra en Hawai. Lejos de su hogar,sintiéndose impotente, indignado y sufriendo de la en-fermedad más grave de su vida, se enteró de la perse-cución de los santos, de la forma en que su familia sevio forzada a abandonar su casa y de la muerte de unode sus hijos. Con inquebrantable determinación, escri-bió: “Las pruebas son necesarias a fin de que la huma-nidad pueda perfeccionarse, tal como la fricción esnecesaria para separar la escoria del razonamiento hu-mano y la grandeza de la sabiduría divina” (citado enSmith, comp., Life of Joseph F. Smith, pág. 280). Sinembargo, finalmente llegó el momento de la amnistía,y la familia recibió con gozo el retorno de su padre.

La Primera Presidencia durante la dedicación del Templo de Salt Lake, alrededordel año 1893; George Q. Cannon, Wilford Woodruff y Joseph F. Smith.

CONOCIÓ EL DOLOR Y ELSUFRIMIENTO DE PERDER A UN HIJO

Diez veces, Joseph F. Smith y sus esposas tuvieronque lamentar la muerte de uno de sus hijos; por quie-nes habían orado fervientemente y ayudado a criarlos.“El 17 de marzo de 1898, al morir Ruth, una de sus pe-queñitas, relató la forma en que cuidó de ella con ter-nura durante la enfermedad y luego oró con fervor porsu recuperación. ‘¡Oh, pero nuestras oraciones fueronen vano!’

“ ‘Al final la paseé en mis brazos y me sentí incapaz,impotente de hacer algo por mi querida hijita moribun-da, la vi fallecer y dejar este mundo para volver a Dios dedonde había venido con su gloriosa inteligencia y su ilu-minado espíritu angelical. Faltaban 20 minutos para las20 horas. Con ella partió toda nuestra esperanza, amory gozo terrenales. ¡Oh! ¡Cómo amaba yo a esa niña! ¡Erademasiado inteligente para su edad; llena de vida, cariño-sa, especial y alegre! ¡Pero se ha ido para unirse con losespíritus bellos y gloriosos de sus hermanos y hermanasque la han antecedido! Sara Ella, M. Josephine, Alfred,Heber, Rhoda, Albert, Robert y John. ¡Oh, mi alma! ¡Veoa mi propia y amorosa madre con los brazos extendidosdando la bienvenida al redimido y glorioso espíritu de midulce hijita! ¡Oh, Dios mío, gracias te doy por esta prodi-giosa visión! Y allí también están reunidos en la moradade mi Padre todos mis amados pequeñitos: no en desam-paro infantil, sino ¡en todo el poder, la gloria y la majes-tad de los espíritus santificados! Llenos de inteligencia,de regocijo, de gracia y de verdad. Mi querida hijita en subrillante hogar junto con sus hermanos y hermanas quele han antecedido. ¡Cuán bendecida, cuán feliz debeestar! ¡Cuán triste es para nosotros!’ ” (Smith, comp.,Life of Joseph F. Smith, pág. 463; porciones citadas enEnseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F.Smith, pág. 138).

VALEROSO Y RESUELTO ADEFENDER LA VERDAD

Publicaciones de Joseph F. Smith: Doctrina del Evangelio y The Father andthe Son.

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Presidentes de la Iglesia

Joseph F. Smith era valiente y elocuente, un pode-roso predicador y autor. Al servir como instrumento delEspíritu Santo, podía hacer brotar las lágrimas, inspirarel gozo y lograr que los hombres y las mujeres olvida-ran la fatiga de una larga jornada. En una ocasión unperiodista veterano quedó tan cautivado con su discur-so que se olvidó de tomar notas. Joseph F. Smith utilizóestos dones en defensa del reino, para reprender a susenemigos y defender sus verdades, hasta el punto dellegar a ser conocido como “El Apóstol Luchador”.

John A. Widtsoe, quien llegó a ser miembro delQuórum de los Doce Apóstoles, le rindió tributo al pre-sidente Smith y escribió:

“ ‘El Apóstol Luchador’ fue el sobrenombre que ledieron cuando se lanzó contra las falsedades en cuantoal ‘mormonismo’, y su vigilancia implacable llegó a seruna fuerza represiva entre aquellos que ideaban lo malocontra un pueblo bueno y pacífico.

“Apóstol luchador siempre lo ha sido, luchandopor la causa de la verdad” (citado en Smith, Doctrinadel Evangelio, pág. 504). (Véase La Historia de laIglesia en el Cumplimiento de los Tiempos, págs.478–481, para conocer más detalles relacionados conla persecución de los santos durante la época de luchacontra la poligamia.)

SE LE LLAMÓ A SERVIR COMOPRESIDENTE DE LA IGLESIA

Al morir el presiden-te Lorenzo Snow en 1901,el cargo de Presidente dela Iglesia descansó sobrelos hombros de Joseph F.Smith. Algunas de lasAutoridades Generaleshabían sentido anterior-mente que Joseph F. llega-ría a ser Presidente de laIglesia.

“Tanto el presidenteWilford Woodruff comoel presidente LorenzoSnow habían predicho

que un día Joseph F. Smith llegaría a ser Presidente dela Iglesia. Treinta y siete años antes, cuando el presi-dente Snow, en ese tiempo miembro del Consejo delos Doce, estuvo a punto de ahogarse en las Islas deHawai, declaró que el Señor le había dado a conocer‘que este joven, Joseph F. Smith… sería algún día elProfeta de Dios sobre la tierra’. En otra ocasión, el pre-sidente Woodruff relataba a un grupo de niños algunosincidentes de la vida del profeta José Smith. Luego se

El presidente Joseph F. Smith.

dio vuelta hacia el élder Joseph F. Smith y le pidió quese levantara. El élder Smith obedeció. ‘Mírenlo, niños’,dijo Wilford Woodruff, ‘pues él se parece más al profetaJosé que cualquier otro hombre que vive, y llegará aser el Presidente de La Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Últimos Días. Deseo que cada uno deustedes recuerde lo que les he dicho esta mañana’.Después de la muerte del presidente Woodruff, el pre-sidente Snow le dijo a Joseph F. Smith que el Espíritude Dios le había susurrado que él, Joseph, le sucederíaa él, Lorenzo, como Presidente de la Iglesia” (Smith yStewart, Life of Joseph Fielding Smith, pág. 124).

En 1906, el presidente Smith y Charles W. Nibley del Obispado Presidentevisitaron las misiones europeas de la Iglesia. Era la primera vez que unPresidente de la Iglesia visitaba Europa. El presidente Smith volvió a Europaen 1910 para hacer una visita similar. Aparece en la parte inferior izquierdade la fotografía.

El presidente Heber J. Grant dijo: “Lorenzo Snowcasi se ahogó en el puerto de Honolulú, en las Islas deHawai, y llevó varias horas revivirlo. En esa época elSeñor le reveló que el joven Joseph F. Smith sería elProfeta de Dios. Joseph F. rehusó salir del barco quelos había llevado de San Francisco a Honolulú y subira una pequeña embarcación. Le respondió a LorenzoSnow, quien estaba a cargo del grupo, y dijo: ‘Si medice por la autoridad del sacerdocio de Dios queposee que suba a esa embarcación para llegar a tierrafirme, lo haré; pero no lo haré a menos que lo ordenepor la autoridad del sacerdocio, porque no es segurozarpar hacia tierra firme en una pequeña embarcaciónmientras ruja este tifón’. Se rieron del joven Joseph F.Smith, pero él dijo: ‘La embarcación se volcará’. Losdemás subieron a la embarcación, y ésta se volcó.Lorenzo Snow revivió gracias a las bendiciones delSeñor, puesto que se habría ahogado en esa ocasión.Fue allí que recibió la revelación de que el joven queposeía el valor de sus convicciones, con un temple deacero de soportar que se rieran y se mofaran de él porpermanecer en el barco y no tener el valor de subirsea la embarcación, llegaría a ser el Profeta de Dios.Lorenzo Snow me lo dijo en varias ocasiones, muchosaños antes de que Joseph F. Smith llegara a la presi-dencia de la Iglesia” (en Conference Report, junio de1919, págs. 10–11).

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Joseph F. Smith Capítulo 6

El élder Melvin J. Ballard, miembro del Quórum delos Doce Apóstoles y muy cercano al presidente Smith,dijo: “Tengo gratos recuerdos del presidente Smith por lagran admiración que sentía por él; era mi ideal; a medidaque lo iba conociendo, intenté guiar mi vida como la deél. Desde que era un niño, el Señor me había reveladoque el presidente Smith presidiría la Iglesia algún día; yademás de ello, vi muchas cosas que el presidente Smithharía; y cuando estuvo ante la congregación de santos enoctubre pasado… supe que todo lo que el Señor teníapara el presidente Smith se había realizado. Aquello quevi cuando era niño se había cumplido, se había llevado acabo, había concluido” (en Conference Report, junio de1919, pág. 68).

Como Presidente de la Iglesia, Joseph F. Smithcontinuó haciendo hincapié en la importancia depagar el diezmo tal como lo había hecho el presidenteSnow, y finalmente vio a la Iglesia completamente librede deudas. Emitió declaraciones doctrinales y fue ungran instrumento para desterrar el odio, el prejuicio yla persecución.

El presidente Smith en las Islas Británicas, en 1906.

CUANDO ERA PRESIDENTE DELA IGLESIA, FUE EL BLANCO DEATAQUES PERSONALES

Después que la cruzada en contra del matrimonioplural se había calmado, muchos hombres solicitarony recibieron la amnistía, y Joseph F. Smith fue uno deellos. Cuando asumió la presidencia en 1901, las perse-cuciones de fines del siglo diecinueve eran cosa del pa-sado, pero las tribulaciones que tendría que pasar aúnno habían terminado. Se organizó en Utah un partidopolítico antimormón que lanzó un intenso ataque ver-bal en contra del Profeta y la Iglesia. El medio principaldel ataque fue el periódico local Salt Lake Tribune.

Los periódicos lo denigraron, hicieron sátira de ély lo difamaron; sin embargo, “El Apóstol Luchador” noescribió una sola carta en su propia defensa. “Duranteesos años [1905-1911], este periódico publicaba carica-turas casi diariamente del presidente Joseph F. Smithcon la maliciosa intención de difamarlo. Estos periódicoseran distribuidos por todos los Estados Unidos, y natu-ralmente, después de verlo día tras día, las personas deesta nación y aún más allá de las fronteras de los EstadosUnidos llegaron a la conclusión de que el Presidente dela Iglesia, Joseph F. Smith, era el hombre más bajo y

La Primera Presidencia, 1901–1910: John R. Winder, Joseph F. Smithy John H. Smith.

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El presidente Smith en Hawai, alrededor del año 1909.

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Presidentes de la Iglesia

despreciable del mundo. Los misioneros fueron perse-guidos e insultados en todos lados. Sin embargo, a pesarde todo esto, la Iglesia continuó creciendo” (Smith,comp., Life of Joseph F. Smith, pág. 350).

“Joseph F. Smith soportó la persecución, las inju-rias y el desatino de los malvados, las falsas acusacio-nes que provenían de las criaturas más despreciables yviles de la familia humana, y todo esto sin pronunciaruna sola palabra de venganza… Pensaba que si JoséSmith había podido soportar el maltrato y la difama-ción que se habían lanzado en su contra y que si elHijo de Dios había podido soportarlo y no buscar lavenganza, entonces él también, como humilde siervodel Maestro, podía soportar en silencio, pues no temíaal brazo de la carne sino que confiaba en el Señor, yllegaría el momento en que la verdad triunfaría y el ca-lumniador se hundiría en el anonimato y sería olvida-do” (Smith, comp., Life of Joseph F. Smith, pág. 439).

Insistió en que todo debía perdonarse y que final-mente predominaría la verdad, y de hecho, así sucedió. Asu muerte, muchos de los que habían sido sus enemigosmás acérrimos, iluminados por su vida tan pura y estric-ta, escribieron en su honor palabras de pesar y alabanza.

TESTIFICÓ ANTE EL CONGRESO

En marzo de 1904, el viento frío hacía volar elabrigo del presidente Joseph F. Smith mientras subíalas escaleras que conducían a la Cámara del Senado enel Capitolio de los Estados Unidos. Llevaba sobre loshombros una gran responsabilidad. En un gran salónestaban reunidos hombres de gran poder e influencia:los senadores de los Estados Unidos. El propósito apa-rente de esa reunión era decidir si se permitiría queReed Smoot, Senador del Estado de Utah y Apóstolde la Iglesia, conservara su lugar como miembro delSenado. Pero el verdadero motivo era muy diferente.

En Washington, D.C., en la década de 1890, cuando solicitó que Utah fueraaceptado como estado.

Algunos de los senadores que formaban el comitéde investigación eran implacablemente hostiles a laIglesia. Solamente uno de los catorce senadores de esecomité mostraría al principio un poco de interés y be-nevolencia. La mayoría deseaba utilizar su influenciapara degradar y difamar a la Iglesia, al Presidente y alos miembros de ella.

Se llamó al presidente Smith a testificar ante esegrupo como el primer testigo. Mientras continuaba su-biendo las largas escaleras, estaba plenamente cons-ciente del motivo real y de su magnitud. No se estabaenjuiciando a Reed Smoot, sino a la Iglesia. Los perió-dicos de todo el país publicarían en primera plana lasnoticias del procedimiento. Muchos de ellos estaríanmás que ansiosos de publicar cualquier cosa que dejaramal a la Iglesia. Sin embargo, el presidente Smith teníaconfianza en que todo iba a salir bien.

Cuán diferente era este gran profeta del joven queaños antes, cuando era misionero en las islas de Hawai,se había sentido “tan rebajado debido a mi condiciónde pobreza, falta de inteligencia y conocimiento… quedifícilmente me atrevía a mirar a la cara a un hombreblanco” (véase Doctrina del Evangelio, pág. 535).

El presidente Smith en la Arboleda Sagrada, en 1905.

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Joseph F. Smith Capítulo 6

Durante tres días, el presidente Joseph F. Smithtestificó ante el comité del Senado en defensa deReed Smoot. Su sinceridad, imparcialidad y franquezaejercieron una influencia favorable en algunos de losmiembros del comité. Los malentendidos y los prejui-cios comenzaron a disiparse. Aunque hubo algunosantimormones que testificaron en contra de la Iglesia,muchos de los que fueron llamados a testificar relata-ron la historia verídica de la Iglesia. Esos testimoniosfueron publicados por la prensa y por primera vezmuchos leyeron y comprendieron la posición y lasenseñanzas de la Iglesia. En todas partes comenzó acambiar la actitud de la gente, y la Iglesia empezó aser aceptada. Fue necesario escribir más de doscientaspáginas de los registros oficiales para registrar el testi-monio del presidente Smith.

El obispo Charles W. Nibley relató la conversaciónque tuvo con el presidente Smith sobre su compare-cencia ante el Congreso:

“Recuerdo una noche en 1906, cuando veníamosa bordo de un barco que volvía de Europa. Era unanoche muy iluminada por el fulgor de la luna, y noshallábamos inclinados sobre la baranda, disfrutando dela calma del mar y la tibia brisa nocturna. La investiga-ción que se le había hecho al senador Smoot un pocoantes, la cual había provocado tanta controversia entodo el país, estaba presente en nuestra mente, cuandoconversando al respecto, comenté que sería impruden-te que Reed Smoot fuese reelegido para volver alSenado de los Estados Unidos. Mi objeción era sincera;había recopilado toda la información de los hechos, losargumentos y la lógica que había podido; considerabaque estaba bien informado en cuanto al tema y quehabía presentado mi punto de vista de la manera másclara y hábil que me había sido posible. Me llevaría de-masiado espacio presentar aquí todos los argumentosque tenía, pero para mí eran los mejores. Me di cuentade que empezó a escuchar con un poco de impacien-cia; y sin embargo, me permitió decir todo lo que yoquería. Enseguida, con un tono y de una manera quejamás olvidaré, golpeando con su puño enérgicamenteen la baranda, me contestó de manera positiva y firme:

La Primera Presidencia en 1910: Anthon H. Lund, Joseph F. Smith yJohn H. Smith.

“ ‘Si alguna vez el Espíritu del Señor me ha mani-festado algo con claridad, con sencillez y en forma posi-tiva, es esto: Reed Smoot debe permanecer en el Senadode los Estados Unidos. Puede ser de mayor utilidad allíque en cualquier otra parte’.

“Por supuesto, no discutí más con él, sino queacepté desde ese momento su punto de vista y lo adop-té como mío. Han pasado doce años desde esa ocasióny ahora al evocarla, no puedo menos que pensar cuánmaravillosa y espléndidamente se ha confirmado la ins-piración del Todopoderoso, mientras que mis argumen-tos, datos y lógica se han desplomado” (ImprovementEra, enero de 1919, pág. 195).

Reed Smoot sirvió en el Senado de los EstadosUnidos durante treinta años.

SEÑALÓ TRES DE LOS PELIGROSQUE ENFRENTA LA IGLESIA

El presidente Joseph F. Smith advirtió:“Hay por lo menos tres peligros que amenazan a

la Iglesia por dentro, y es menester que las autorida-des [eclesiásticas] se den cuenta de que se debe amo-nestar incesantemente al pueblo en cuanto a estascosas. Como yo las veo son: el halago a los hombresprominentes del mundo, los falsos conceptos educati-vos y la impureza sexual…

“…Éste último, la pureza personal, es quizásel de mayor importancia. Creemos en una norma demoralidad para los hombres y para las mujeres. Sise desatiende la pureza de la vida, todos los demáspeligros confluyen sobre nosotros como los ríos alabrirse las compuertas” (“Three Threatening Dangers”,Improvement Era, marzo de 1914, págs. 476–477; cita-do parcialmente en Enseñanzas de los Presidentes dela Iglesia: Joseph F. Smith, pág. 167).

HIZO HINCAPIÉ EN LA NECESIDADDE SER MORALMENTE LIMPIOS

En un artículo queel presidente Joseph F.Smith escribió para laNewspaper EnterpriseAssociation de SanFrancisco, California,a petición de la misma,declaró:

“Ningún otro espan-toso cáncer desfiguramás el cuerpo y el almade la sociedad hoy endía, que la terrible aflic-ción que causa el pecado Joseph F. Smith

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Presidentes de la Iglesia

sexual, que corrompe la fuente misma de la vida, y dejaun legado de horribles consecuencias para el que toda-vía no ha nacido; acecha en los pueblos y las ciudades,en los hogares acaudalados y entre los menesterososcomo una bestia voraz en espera de su presa; y mero-dea la tierra desafiando las leyes de Dios y del hombreen forma blasfema.

“La unión legítima de los sexos ha sido ordenadapor Dios y no tan sólo como el único medio de perpe-tuar la raza, sino también para el desarrollo de las máselevadas aptitudes y los más nobles rasgos de carácterde la naturaleza humana, los cuales sólo pueden asegu-rar el compañerismo inspirado por el amor entre hom-bre y mujer…

“La unión sexual es lícita en el matrimonio y, si separticipa en ella con el debido propósito, es honorabley santificadora; pero fuera del matrimonio, es un peca-do degradante, abominable a la vista de Dios…

“Al igual que muchas enfermedades físicas, el deli-to sexual arrastra consigo una cadena de otros males.Así como los efectos físicos de la embriaguez incluyenel deterioro de los tejidos y el entorpecimiento de lasfunciones vitales, dejando al cuerpo susceptible decontraer cualquier enfermedad, al mismo tiempo quedisminuye su resistencia hasta llegar a la ruina total, deesa misma forma, la falta de castidad deja al alma ex-puesta a trastornos espirituales, la debilita y disminuyesu capacidad de recuperación. La generación adúltera

Terreno del Templo de Laie, Hawai. El presidente Smith visitó cuatro veces lasIslas de Hawai durante el tiempo de su llamamiento como presidente de laIglesia. Mientras se hallaba de visita en 1915, eligió y dedicó este lugar parael Templo de Laie, Oahu. La fotografía muestra el centro de reuniones cuyaconstrucción se comenzó en 1882. Se dedicó el templo en 1919, un añodespués del fallecimiento del presidente Smith.

de la época de Cristo no escuchó la voz de la verdad, ya causa del estado enfermo de su mente y de su cora-zón, buscó señales y prefirió dar oído a las palabrasvanas que al mensaje de salvación” (“Unchastity theDominant Evil of the Age”, Improvement Era, juniode 1917, págs. 739, 742–743; citado parcialmente enEnseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F.Smith, págs. 169–170).

VIVIÓ EN ÍNTIMA COMUNIÓNCON EL ESPÍRITU DEL SEÑOR

El obispo Charles W. Nibley escribió:“Hace algunos años, cuando volvíamos en tren de

un viaje que habíamos hecho al este [de los EstadosUnidos], poco antes de llegar a Green River, vi que selevantó y salió por la puerta del vagón de pasajeroshasta la plataforma y luego volvió inmediatamente, titu-beó un momento y luego se sentó en el asiento que es-taba delante de mí. No bien acababa de sentarse,cuando algo ocurrió con el tren. Un riel quebradohabía causado que la máquina chocara y que la mayoríade los vagones se descarrilaran. El vagón de pasajerosen el que dormíamos recibió una fuerte sacudida peropermaneció sobre los rieles.

“El presidente inme-diatamente me informóque al salir a la platafor-ma del vagón de pasaje-ros, oyó una voz que ledijo: ‘Entra y siéntate’.

“Cuando volvió, ob-servé que permaneció depie durante unos mo-mentos, y pareció titu-bear, pero se sentó.

“Mencionó tambiénque al volver y permane-cer de pie en el pasillopensó: ‘Quizás fue sólomi imaginación’; pero

oyó la voz de nuevo diciéndole: ‘Siéntate’, y se sentóinmediatamente; poco después sucedió lo que acabode relatar.

“Indudablemente habría sufrido heridas graves sihubiera permanecido en la plataforma, porque los va-gones que se descarrilaron chocaron unos contra otrosfuertemente. Dijo: ‘He oído esa voz en numerosas oca-siones durante mi vida, y siempre me ha beneficiadoobedecerla’…

“Vivía en íntima comunión con el Espíritu del Señor,y su vida era tan ejemplar y pura que el Señor fácilmente

El presidente Smith, alrededor delaño 1917.

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Joseph F. Smith Capítulo 6

podía manifestársele. Verdaderamente él podía decir:‘Habla, Jehová, porque tu siervo oye’. No todo siervopuede oír cuando el Señor habla, pero el corazón delpresidente Smith estaba en armonía con las melodías ce-lestiales; y era capaz de oír y así lo hacía” (ImprovementEra, enero de 1919, págs. 197–198).

TUVO UNA VISIÓN DE LA REDENCIÓNDE LOS MUERTOS

Durante los últimos meses de su vida, el velo sehizo muy tenue y estuvo en continua comunicacióncon el Espíritu. El 4 de octubre de 1918, durante el dis-curso de apertura en su última conferencia general, unmes antes de fallecer, declaró: “No quiero mencionarni me atrevo a decir muchas de las cosas que embarganmi mente esta mañana, y dejaré para otra ocasión, siasí lo desea el Señor, mi intento de relatarles algunasde esas cosas que también ocupan mi mente y mi cora-zón. No he estado solo estos cinco meses. He perma-necido en un espíritu de oración, de súplica, de fe ydeterminación; y he tenido comunicación continua conel Espíritu del Señor” (en Conference Report, octubrede 1918, pág. 2).

Un día antes, el 3 de octubre de 1918, los cielosfueron abiertos y contempló la Visión de la Redenciónde los Muertos, en la cual vio el ministerio del Señoren el mundo espiritual. Esa gran revelación es ahorala sección 138 de Doctrina y Convenios.

PREVALECIÓ ANTE LAS PRUEBASY LAS TRIBULACIONES

La vida del presi-dente Joseph F. Smithllegó a su fin el 19 de no-viembre de 1918. Su vidano había sido fácil, y sinembargo su temple, sucarácter y su fe eran talesque no lo vencieron lastribulaciones que afron-tó. Las pruebas que pasólo ayudaron a refinarlopara que pudiera discer-nir y revelar las cosas delEspíritu que era necesa-rio que el Señor diera aconocer a Sus hijos.

El élder James E. Talmage, en ese entonces miem-bro del Quórum de los Doce Apóstoles, declaró: “Lestestifico que Joseph F. Smith fue uno de los apóstolesverdaderos del Señor Jesucristo. He escuchado sus re-sonantes palabras de testimonio y amonestación anteasambleas de miles de personas, y también en muyraras ocasiones, estando a solas con él o lo que sucedíacon más frecuencia, en compañía de mis hermanos ycolaboradores. Lo he escuchado predicar y nunca hevisto su cuerpo más iluminado y lleno de poder quecuando daba testimonio de Cristo. A mí me parecía queél conocía a Jesucristo como un hombre conoce a unamigo” (en Conference Report, junio de 1919, pág. 59).

Joseph F. Smith había dirigido y servido a la Iglesiacon grandeza; rehusó permitir que la adversidad conta-minara su alma y menguara su amor. Por su humildad yperseverancia recibió poder; el velo se hizo tenue y sele permitió ver al Salvador, contemplar el mundo espi-ritual y las cosas de Dios. Hasta el fin de su vida diotestimonio ferviente de Cristo, cuyo siervo era.

El presidente Joseph F. Smith.

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Heber J. GrantSÉPTIMO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 7

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ACONTECIMIENTOS MÁS DESTACADOS DE LA VIDADE HEBER J. GRANT

Edad Acontecimientos

Nace el 22 de noviembre de 1856 en Salt Lake City, Utah; sus padres son JedediahM. Grant y Rachel Ridgeway Ivins Grant; su padre fallece cuando Heber tenía sólonueve días de nacido.

15 Es ordenado Setenta (1871); comienza una carrera como empleado de banco(1871).

20 Contrae matrimonio con Lucy Stringham (1º de noviembre de 1877); ella falleceen 1893.

23 Se le llama como presidente de la Estaca de Tooele, Utah (30 de octubre de 1880).

25 Se le ordena apóstol (16 de octubre de 1882).

26–27 Cumple una misión entre los indios americanos (1883–1884).

33 Se publica el Manifiesto (Declaración Oficial 1), que da fin al matrimonioplural (1890).

40 Es candidato para gobernador del estado de Utah (1896), pero después retirasu candidatura voluntariamente.

41 Llega a ser miembro de la Superintendencia General de la AMMHJ (Asociaciónde Mejoramiento Mutuo de los Hombres Jóvenes; 1897).

45 Abre y preside la Misión de Japón (1901–1903).

47–49 Preside las misiones británica y europea (1904–1906).

58–62 Primera Guerra Mundial (1914–1918).

60 Se le llama como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles (23 de noviembrede 1916).

62 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (23 de noviembre de 1918).

63 Dedica el Templo de Laie, Hawai (27 de noviembre de 1919).

67 Dedica el Templo de Cardston, Alberta (26 de agosto de 1923); habla en laprimera transmisión por radio de la conferencia general (1923).

70 La Iglesia adquiere el cerro de Cumorah y la granja de los Whitmer (1926).

71 Dedica el Templo de Mesa, Arizona (23 de octubre de 1927).

80 Se establece el plan de bienestar de la Iglesia (1936).

81 Visita las misiones de Europa (junio–septiembre de 1937).

83 Se retira de Europa a los misioneros al comienzo de la Segunda GuerraMundial (1939).

85 Llama a los primeros Asistentes del Quórum de los Doce Apóstoles(6 de abril de 1941).

88 Fallece en Salt Lake City, Utah (14 de mayo de 1945). Finaliza la SegundaGuerra Mundial (2 de septiembre de 1945).

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Presidentes de la Iglesia

Heber Jeddy Grantnació el 22 de noviembrede 1856, durante unaépoca en la que podríadecirse que los demásestadounidenses teníanmenos simpatía quenunca por los Santos delos Últimos Días. El hechode que ese sentimientonegativo comenzara acambiar en forma signifi-cativa durante la vidadel presidente Grant,se debió a su esfuerzopersonal por mejorar lapercepción pública quese tenía de la Iglesia.

Su padre, Jedediah M. Grant, falleció cuando Hebertenía sólo nueve días. Debido a que Heber era un bebédelicado y su madre había quedado en la pobreza, mu-chos predijeron que no sobreviviría por mucho tiempo.Sin embargo, el Señor tenía otros planes.

SE CRIÓ EN EL VALLE DEL GRANLAGO SALADO

Cuando Heber J. Grant cumplió nueve años, yahabía terminado la Guerra Civil de los Estados Unidos. Elpresidente Abraham Lincoln había establecido el FuerteDouglas y había enviado tropas a Utah para que se esta-blecieran allí permanentemente. Lo más probable es queHeber Grant haya visto a los soldados de la Unión pasarfrente a su casa, que se encontraba media cuadra hacia elsur de la Manzana del Templo de Salt Lake.

Una escena muy común para Heber habrá sidosin duda la de los finos caballos y carretas de BrighamYoung, George Q. Cannon, Daniel H. Wells y otroshombres prominentes de la Iglesia y del comercio deese próspero pueblo fronterizo. Quizás vio pasar los

La casa de la familia Grant en la calle Main en Salt Lake City.

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Jedediah M. Grant, padre de Heber J.Grant, falleció nueve días después delnacimiento de Heber.

cargamentos de mercancía dirigirse hacia el norte,rumbo a Ogden, y hacia el sur, rumbo a Provo, con suscarretas tiradas por yuntas de caballos, mulas o bueyes;o salió a dar cortos paseos por la Manzana del Templopara mirar cómo progresaba la construcción del tem-plo y del tabernáculo, y alrededor de la manzana paraver el nuevo Teatro de Salt Lake.

Heber pasaba gran parte del tiempo jugando enlas calles y en los jardines; era muy diestro para jugara las canicas (bolitas) y a menudo ganaba suficientescanicas para pagarles a sus amigos para que hicieransus quehaceres y él así pasar más tiempo practicandoel lanzamiento de pelota de béisbol. Y por supuesto,también tenía que asistir a la escuela.

Sus mejores amigoseran Feramorz L. yRichard W. Young, hijo ynieto, respectivamente,del presidente BrighamYoung. Juntos entrabancorriendo a la Casa delLeón cuando sonaba lacampana para anunciarla hora de la oración, yse unía a la familia Youngpara orar con ellos. Enocasiones el joven Heberabría un poco los ojospara ver si Brigham esta-

ba hablando cara a cara con su Padre Celestial, porquela manera en que oraba le hacía suponer que así era.Además de las oraciones, en ocasiones Heber asistíaa la escuela de Brigham Young. También conversabamucho con el presidente Young, con Eliza R. Snow ycon Erastus Snow, pariente de Eliza, a quien Heberconsideraba un apóstol ideal. Le hablaron a Heberacerca del profeta José Smith y de su padre, JedediahM. Grant, uno de los amigos más entrañables delProfeta. La sola mención de su nombre le abrió laspuertas a Heber cuando comenzó a andar en los círcu-los de negocios. Ésas eran influencias poderosas en lavida de un niño dotado de un gran destino.

AUNQUE ERA DOTADO, NO SE SENTÍAA LA ALTURA DE LOS DEMÁS

Heber J. Grant era una persona de gran capacidad,sin embargo, la opinión que tenía de sí mismo, según lorevelan sus declaraciones públicas, demuestran un sen-tido de profunda humildad, o de no sentirse a la alturade los demás. Sentía que solamente mediante una grandeterminación y un esfuerzo constante podría alcanzarlas metas que se había establecido.

El pequeño Heber J. Grant, aproximada-mente en el año 1860. Era costumbrede la época que a los niños se lespusieran vestidos para las fotografías.

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Heber J. Grant Capítulo 7

Vivió en una época en que muy a menudo los lí-deres expresaban su aprecio por el aprendizaje, el ta-lento artístico, el éxito profesional y otros logros quedependían de lo que generalmente se define como ta-lentos o dones, y fue en esos aspectos que tuvo que lu-char más. Sus talentos sobresalían en el mundo de losnegocios y en el éxito social, aunque a menudo pasa-ban desapercibidos, aun cuando debieron haber sidomás importantes. Su fortaleza lo ayudó a vencer todoslos obstáculos.

SE ESFORZÓ PARA LLEGAR A SERUN ATLETA EXCELENTE

El siguiente relato que el presidente Heber J. Grantcompartió sobre su juventud ilustra su determinación devencer los obstáculos:

“Siendo hijo único, mi madre me crió con muchoscuidados; por lo tanto, crecí más o menos como unaplanta de invernadero, la cual crece alta y delgada,pero no muy fuerte. Aprendí a barrer y a lavar y secarla vajilla, pero muy pocas veces tiré piedras y participéen aquellos deportes que son interesantes y atractivospara los niños, y que desarrollan el cuerpo físico. Porlo tanto, cuando me uní a un club de béisbol, los niñosde mi propia edad y un poco más grandes eran los ju-gadores de primera línea, los menores eran los de se-gunda línea y los más pequeños eran el segundorespaldo, y era allí donde yo jugaba.

“Algunas de las razones se debían a la dificultadque tenía para lanzar la pelota de una base a otra, yporque me faltaba la fortaleza física necesaria para co-rrer o batear bien. Cuando recogía la pelota, los niñosgeneralmente gritaban:

“ ‘¡Lánzala para acá, debilucho!’“Mis compañeros de infancia se divertían tanto a

costa mía que prometí solemnemente que jugaría béis-bol con los nueve de primera línea que ganarían elcampeonato del Territorio de Utah.

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Heber J. Grant tenía la determinación de cultivar sus habilidades.

“En esa época, mimadre daba hospedaje,para ganarse el sustento,atendiendo a los huéspe-des, y yo les lustraba lasbotas hasta que pude aho-rrar un dólar para com-prar una pelota debéisbol. Me pasaba largashoras lanzando la pelotacontra el granero del obis-po Edwin D. Woolley, loque hizo que él dijera queyo era el niño más perezo-

so del Barrio Trece. A menudo mi brazo me dolía tantoque casi no podía dormir por la noche; pero seguí practi-cando y finalmente logré colocarme entre los jugadoresde segunda línea de nuestro club. Posteriormente me unía un club mejor y finalmente jugué con los de primeralínea que ganaron el campeonato del territorio, y venci-mos a los equipos que habían ganado los campeonatosde California, Colorado y Wyoming. Después de habercumplido la promesa que me había hecho a mí mismo,me retiré del ámbito del béisbol” (Gospel Standards,comp. de G. Homer Durham [1969], págs. 342–343).

SU MADRE LO ALENTÓCON SABIDURÍA A CUMPLIRCON SU DETERMINACIÓN

El presidente David O. McKay, en ese entoncesConsejero de la Primera Presidencia, dio un discursodurante el funeral del presidente Heber J. Grant y dijo:

“Desde los albores de su juventud, desarrolló en sujoven alma un espíritu de independencia y determina-ción que más tarde lo hizo sobresalir entre sus compa-ñeros… En el ambiente humilde y el entorno espiritualdel hogar de su infancia se formaron esas excelentes

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Campeones de béisbol del territorio. El equipo de béisbol Red Stocking, enagosto de 1877. Vencieron a los equipos de Utah, California, Colorado yWyoming para ganar el campeonato. Heber J. Grant se encuentra al centroen la segunda fila.

Heber J. Grant y su madre, RachelRidgeway Ivins Grant.

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Presidentes de la Iglesia

cualidades de carácter que hicieron de él en su madurezun hombre muy distinguido.

“El presidente Grant siempre habló con respeto ysincero aprecio por la noble herencia que había recibi-do de sus padres…

“Desprovisto del compañerismo de un padre,el presidente Grant apreció aún más profundamenteel poder de transformación del amor de una madre;fue ella quien convirtió su timidez en valor; su faltade estima propia en autoconfianza; su impetuosidaden autocontrol; su falta de iniciativa en perseverancia”(“Presidente Heber J. Grant,” Improvement Era, juniode 1945, pág. 334).

LOS SACRIFICIOS DE SU FAMILIALE AFECTARON PROFUNDAMENTE

El presidente Heber J. Grant dijo: “Nunca he escu-chado y espero jamás escuchar hasta el día de mi muer-te, mi himno favorito: ‘Santos venid, sin miedo, sintemor, mas con gozo andad’, sin pensar en la muertey la sepultura de mi pequeña hermanita y en los lobosque desenterraron su cuerpo en las praderas. Piensoen la muerte de la primera esposa de mi padre y el

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Una nueva casa para su madre. Originalmente tenía cuatro recámaras y uncuarto muy grande para guardar la ropa, el cual llegó a ser la habitación deHeber cuando comenzaron a tener huéspedes en la casa.

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La máquina de coser de Rachel Grant. Cosía para ganarse la vida yproporcionar así alimento y ropa para ella y el pequeño Heber.

transporte de su cuerpo desde Echo Canyon hasta aquípara sepultarlo. Pienso en otros de los que he sabido,que dieron sus vidas. Pienso en ese maravilloso viajede Brigham Young y su grupo de pioneros, aquellosque le siguieron. Y mi corazón rebosa de una gratitudmayor que la que Dios me ha dado para poder expre-sarme, porque mis padres estuvieron entre los que fue-ron fieles a Dios, y que hicieron esos sacrificios dadala convicción que existía en sus corazones, debido alconocimiento que poseían de que Dios vive, que Jesúses el Cristo y de que José Smith es Su Profeta” (enConference Report, octubre de 1922, pág. 13).

NUNCA OLVIDÓ LO SAGRADO QUEES LA RESPONSABILIDAD FAMILIAR

El presidente Heber J. Grant escribió una expe-riencia que le enseñó la importancia de ser autosufi-ciente y de cuidar de la familia:

“Al hablar de mi maravillosa madre, recuerdo queun día teníamos en el suelo por lo menos media doce-na de recipientes, si no eran más, juntando la lluviaque caía por los agujeros del techo. Llovía muy fuerte,y el obispo Edwin D. Wooley entró a la casa y dijo:

“ ‘Hermana Grant, esto es terrible. Tomaré partedel dinero de las ofrendas de ayuno y le colocaré untecho nuevo a su casa’.

“ ‘No, nada de eso’,dijo mi madre. ‘No pon-drá ningún techo en micasa usando dinero do-nado. Aquí tengo mi cos-tura’. (Ella se mantuvo yme mantuvo a mí duran-te muchos años cosiendosólo con una aguja ehilo, y más tarde conuna máquina de coserWheeler y Wilcox…)

“Mi madre dijo:‘Cuando termine con estacostura que estoy hacien-do, compraré unas tejas ycubriré los orificios, y esta casa me amparará hasta quemi hijo sea un hombre y me construya una nueva’.

“El obispo se alejó diciendo que sentía muchapena por la viuda de Grant, y que si esperaba que suhijo le construyera una casa, nunca la tendría, pues eseniño era el más flojo de todo el Barrio Trece. Dijo ade-más que yo desperdiciaba mi tiempo arrojando una pe-lota contra su granero de adobe por sobre el cerco quehabía detrás de la casa, hora tras hora, día tras día y se-mana tras semana.

Heber J. Grant de jovencito.

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Heber J. Grant Capítulo 7

“Agradezco al Señor por haber tenido una madreque fue un general además de ser un Santo de los Últi-mos Días, que comprendió que era maravilloso y esplén-dido animar a un niño que tenía ambiciones deportivasa hacer algo más que ordeñar las vacas si se criaban enuna granja” (Gospel Standards, págs. 343–344).

RECIBIÓ EL DESAFÍO DE LEEREL LIBRO DE MORMÓN

El presidente Heber J. Grant escribió acerca de laexperiencia que tuvo al leer el Libro de Mormón porprimera vez:

“Recuerdo claramente cuando el tío AnthonyIvins… nos dijo a mí y a su hijo, Anthony C. Ivins:

“ ‘Heber, Anthony, ¿ya leyeron el Libro deMormón?’.

“Nosotros contestamos: ‘No’.“Él dijo: ‘Quiero que lo lean. Quiero que me pro-

metan que no se saltarán una sola palabra, y al que lo

lea primero, le daré un par de guantes de diez dólareshechos de gamuza y piel de castor’.

“Todo joven de ca-torce años que tenía unpar de esos guantes pen-saba que era el mejor detodos. Yo recuerdo quemi madre me había insta-do a leer el Libro deMormón regularmente;mas no lo había hecho.Pero ahora decidí leer ellibro, veinticinco páginaspor día, y beneficiarmecon su contenido. Yocreía que lo que conteníaera verdadero porque mimadre y muchos otros melo habían dicho y tambiénpor el testimonio del

Heber J. Grant (al frente), Louis A.Kalsch, Horace S. Ensign y Alma D.Taylor dedicaron Japón para la obramisional el 1º de septiembre de 1901.

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Muestra de la letra de Heber J. Grant.

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maestro de la clase a la que asistíamos Richard W. Youngy yo; sin embargo, para ganar esos guantes tendría queleer el libro con tanta rapidez que no sacaría ningúnprovecho de su lectura, de manera que decidí dejar queAnthony ganara los guantes.

“Me encontré con mi primo Anthony C. a la maña-na siguiente y él me preguntó: ‘¿Cuántas páginas hasleído?’

“Le dije: ‘He leído veinticinco páginas’.“Él dijo: ‘Yo he leído más de ciento cincuenta.

Estuve leyendo hasta después de la medianoche’.“Yo dije: ‘Adiós guantes’.“Seguí leyendo las veinticinco páginas diarias y

ocasionalmente me interesaba tanto que leía cincuentao setenta y cinco, y he aquí, que terminé primero y megané los guantes. Él comenzó tan bien que ya no sepreocupó de leer más hasta que yo ya había terminadoel libro” (Gospel Standards, págs. 350–351).

SU CALIGRAFÍA PROGRESÓDE “GARABATOS” A SER LAMEJOR DE UTAH

“Un día Heber se encontraba jugando a las canicascon otros niños, cuando el encargado de llevar los li-bros del Banco de la Compañía Wells Fargo pasó cami-nando por el lado contrario de la calle. Uno de losniños comentó: ‘Ese hombre gana 150 dólares al mes’.Heber calculó rápidamente que sin contar los domin-gos, ese hombre ganaba 6 dólares al día y que, si él co-braba cinco centavos por par de zapatos, tendría quelustrar 120 pares de botas para ganar esa cantidad dedinero. En ese mismo momento decidió que algún díasería tenedor de libros en el Banco de Wells Fargo yCompañía. En aquellos días todos los registros y cuen-tas del banco se escribían a mano, y uno de los requisi-tos para ser un buen tenedor de libros era la habilidadpara escribir con buena letra. Fue el primer punto quetomó en cuenta para prepararse para obtener ese tra-bajo y cumplir con lo que se había propuesto, y se dis-puso a llegar a ser un buen calígrafo.

“Al principio su letra era tan mala que cuando dosde sus compañeros la miraron, uno le dijo al otro: ‘Esasletras parecen garabatos’. ‘No’, dijo el otro, ‘parece comosi un rayo le hubiera pegado a la botella de la tinta’. Estoofendió el orgullo de Heber, que golpeando fuertementesu escritorio con el puño dijo: ‘Algún día podré darleslecciones de caligrafía’…

“Consiguió un puesto como tenedor de libros y es-cribiente de pólizas en una compañía de seguros a laedad de quince años. De esa experiencia, comentó lo si-guiente: ‘Yo tenía una letra muy buena, y eso era todo loque se necesitaba para llenar satisfactoriamente el puesto

que tenía en ese momento. Sin embargo, no me sentíaplenamente satisfecho, sino que continué soñando ypracticando cuando no estaba ocupado… Aprendí a es-cribir bien, tan bien que a menudo ganaba más, antesy después de mis horas de oficina, escribiendo tarjetas,invitaciones y haciendo mapas, que lo que ganaba conmi salario normal. A los diecinueve años llevaba loslibros y actuaba como escribiente de pólizas para HenryWadsworth, el agente de Wells Fargo y Compañía. No tra-bajaba la jornada completa, y no trabajaba para la compa-ñía sino personalmente para el agente. Hice lo mismoque había hecho en el banco del señor White, archivabavoluntariamente muchas cartas de banco, etc., y llevabaunos libros para la Compañía Sandy Smelting, lo cualhacía personalmente el señor Wadsworth. Mi trabajo lecomplació tanto que me empleó para hacer la cobranzapara Wells Fargo y Compañía y me pagó 20 dólares almes además de mi sueldo normal de 75 dólares en el ne-gocio de seguros. Así fue como llegué a ser empleado deWells Fargo y Compañía y a hacer realidad uno de missueños’ ” (Bryant S. Hinckley, Heber J. Grant: Highlightsin the Life of a Great Leader, 1951, págs. 39–42).

“Cuando Heber era aún un adolescente y trabaja-ba como escribiente de pólizas en la oficina de H.R.Mann y Compañía, recibió el ofrecimiento de ir a SanFrancisco como calígrafo por una cantidad tres vecesmayor a la de su salario. Más tarde llegó a ser maestrode caligrafía y teneduría de libros en la Universidad deDeseret (Universidad de Utah)…

“En una de las ferias territoriales en la que no estabaconcursando, notó las exhibiciones de cuatro calígrafosprofesionales. Le comentó al encargado del departamen-to de arte que él escribía mejor que eso cuando tenía die-cisiete años de edad. El encargado se rió y dijo que sóloun imprudente agente de seguros haría tal afirmación.Heber le entregó al caballero los tres dólares necesariospara competir por un reconocimiento y envió por algoque había escrito antes de cumplir los diecisiete años,colgándolo y diciendo: ‘Si los jueces conocen la buenacaligrafía, cuando vean este ejemplo me otorgarán el cer-tificado’. Ganó el certificado por la mejor caligrafía del te-rritorio. Fomentó el arte de la buena caligrafía entre losjóvenes de Sión y ofreció muchos premios por los mejo-res ejemplares” (Hinckley, Heber J. Grant, págs. 40–41).

TENÍA LA DETERMINACIÓN DEAPRENDER A CANTAR

Al igual que con el béisbol y la caligrafía, Heber J.Grant tenía la determinación de aprender a cantar, apesar de las opiniones negativas de los demás. Despuésde años de práctica, logró hacerlo moderadamente bien.Escribió lo siguiente:

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Heber J. Grant Capítulo 7

“Mi madre trató de enseñarme a cantar cuando yoera un niño pequeño, pero fracasó por mi falta de en-tonación.

“Cuando tenía 10 años de edad, comencé una clasede canto que enseñaba el profesor Charles J. Thomas; éltrató y trató en vano de enseñarme a cantar una escala ouna simple tonada, pero finalmente, desesperado, se diopor vencido. Dijo que yo nunca aprendería a cantar eneste mundo; quizás pensó que podría aprender ese artedivino en otro mundo. Desde ese intento, frecuente-mente he tratado de cantar cuando viajo solo y a mu-chos kilómetros de distancia de cualquier persona quepudiera escucharme, pero ni aún en tales ocasiones hetenido éxito en llevar durante una sola estrofa la tonadade uno solo de nuestros himnos familiares, y a menudoni siquiera una sola línea.

“Cuando tenía alrededor de veinticinco años deedad, el profesor Sims me informó que sí podía cantar,pero agregó: ‘Yo preferiría estar por lo menos a 60 kiló-metros de distancia cuando lo hagas’…

“En el viaje reciente a Arizona, les pregunté alos élderes Rudger Clawson y J. Golden Kimball si seoponían a que cantara cien himnos ese día. Ellos lo to-maron a broma y me aseguraron que quedarían encan-tados. Íbamos de Holbrook a St. Johns, una distanciade aproximadamente 100 kilómetros. Después de quehabía cantado cuarenta tonadas, me aseguraron quesi cantaba las sesenta restantes tendrían una crisis ner-viosa. No puse atención alguna a su pedido, sino queme apegué a nuestro trato y canté las cien completas.Ciento quince canciones en un día y cuatrocientas encuatro días es lo máximo que he practicado.

“En la actualidad (1900) está desapareciendo misordera musical, y al sentarme al piano para tocar lasnotas de la melodía, puedo aprender una canción enmenos de la décima parte del tiempo que había puestocuando comencé a practicar” (Gospel Standards, págs.351–352, 354).

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“He aprendido a cantar”.

SE CASÓ CON LUCY STRINGHAM“Después de poner

en marcha su carrera enel campo de los nego-cios, Heber comenzó aconcentrar su atencióntanto en las metas profe-sionales a largo plazocomo en otras metas per-sonales que había tenidoen mente durante variosaños. Sus recuerdos nosayudan a comprender elproceso que siguió paraponerse metas y lo im-portante que éstas eranpara él: ‘Cuando era

joven, me prometí a mí mismo que me casaría antesde los veintiún años de edad, si podía convencer a unabuena jovencita de casarse conmigo, para de esa mane-ra ser un hombre cabal al llegar a la mayoría de edad…Cuando me hice esa promesa, también hice un esque-ma de los planes que tenía en la vida hasta los treinta ytantos años de edad, y decidí qué era lo que quería lo-grar’ ” (Francis M. Gibbons, Heber J. Grant: Man ofSteel, Prophet of God, 1979, págs. 27–28).

Heber tenía la deter-minación de alcanzartodas las metas que sehabía puesto. Decidióque no era una personamuy sociable y se propu-so mejorar; bailar era undesafío para él, pero fi-nalmente llegó a ser unade sus actividades favori-tas, y ayudó a organizarbailes e hizo uso de esasoportunidades para en-contrar una esposa. Alsalir con jovencitas, llegóa interesarse en EmilyWells, la hija de DanielH. Wells, un prominentelíder de la Iglesia; tenían mucho en común y parecíaque contraerían matrimonio. Sin embargo, descubrie-ron que no compartían el mismo modo de pensarsobre la práctica del matrimonio plural. Heber prove-nía de una familia que lo había practicado y quedó sor-prendido de algunos de los comentarios sarcásticosque Emily hacía al respecto; por lo que le preguntó alSeñor en oración si debía continuar buscando el afecto

A Heber J. Grant se le llamó a servircomo presidente de estaca a la edadde veintitrés años y como apóstol a laedad de veinticinco.

Heber y Lucy Grant y familia en sudécimo aniversario de bodas, 1887.

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Presidentes de la Iglesia

de Emily y quedó sorprendido al recibir una respuestaclaramente negativa. Lloró lágrimas amargas debido aque sentía una gran admiración por ella; pero su aten-ción se dirigió entonces hacia Lucy Stringham. (VéaseGibbons, Heber J. Grant, págs. 29–31.)

“Los primeros intentos de acercarse a Lucy en plande cortejo no fueron muy alentadores. Comenzó a acom-pañarla hasta la casa después de las reuniones del do-mingo por la noche, lo cual era una forma común decortejo entre los jóvenes de la época. También era cos-tumbre que la jovencita invitara a su acompañante a sen-tarse con ella en la sala para entablar una conversaciónseria o coquetear, y quizás hasta disfrutar de algún refri-gerio, todo lo cual se hacía bajo la completa supervisiónde los padres de la jovencita. Sin embargo, domingo trasdomingo, en vez de recibir la esperada invitación parapasar a la sala de la familia Stringham, Heber recibía unaindiferente y hasta fría despedida de ‘buenas noches’ enla cerca de entrada a la casa de los Stringham. El hechode que no desistió a pesar del trato desalentador que re-cibió es otra evidencia de la perseverancia que caracteri-zó a Heber J. Grant.

“El momento decisivo de ese poco entusiastacortejo, tuvo lugar un domingo por la noche cuandoRodney C. Badger pasó cerca de la cerca de entrada delos Stringham en el momento en que Heber se despe-día de Lucy, con el acostumbrado ‘buenas noches’ deella. Mientras los dos amigos caminaban juntos hasta laesquina, Heber, en vez de dirigirse hacia el sur rumboa su casa, le dijo a Rodney: ‘Voy a la esquina de la calleWells para hablar allí con algunas jovencitas’.

“Asombrado por loque interpretó como infi-delidad a sus sentimien-tos por Lucy, Rodneyreprendió a Heber pordejar a una jovencitapara después irse enbusca de la compañíade otras. No obstante,Rodney pareció com-prender una vez queHeber le explicó la acti-tud distante que le de-mostraba Lucy.

“Es posible queRodney haya sembrado

una semilla en la mente de Lucy o tal vez fue una sim-ple casualidad, pero al siguiente domingo, Heber reci-bió la invitación para pasar a la sala de los Stringham,lo que sucedió con frecuencia hasta el día en que secasó con Lucy, unos meses después. La razón por laque Lucy se sentía insegura al principio no fue porque

Heber J. Grant y su familia, 1892.

no sintiera algo por el gran hombre con quien se casa-ría después, sino que pensó que sólo ocupaba tempo-ralmente el lugar de Emily Wells.

“Después que llegaron a conocerse mejor y queLucy descubrió que Heber contemplaba casarse conella, el cortejo avanzó a pasos agigantados hasta culmi-nar en la inevitable conclusión del noviazgo. Se casa-ron en el Templo de St. George el 1º de noviembre de1877, tres semanas antes de que Heber cumpliera los21 años” (Gibbons, Heber J. Grant, págs. 32–33).

Después, en 1884, con la completa aprobación deLucy, Heber se casó con Hulda Augusta Winters y conEmily Wells.

A SU DETERMINACIÓN AÑADIÓSU FE EN DIOS, Y DE ESA FORMAVENCIÓ SUS DEBILIDADES

El presidente Heber J. Grant relató la siguiente ex-periencia de su vida:

“Antes de cumplir los veinticuatro años de edad,fui llamado presidente de la Estaca Tooele de Sión. Yoanuncié en un discurso que duró siete minutos y medioque no le pediría a ningún hombre de Tooele que fueramás honesto en el pago del diezmo que yo; que no pe-diría a nadie que diera más de sus medios en propor-ción con lo que tenía de lo que daría yo; o que unhombre viviera la Palabra de Sabiduría mejor que yo,sino que daría lo mejor de mí mismo para el beneficiodel pueblo de esa estaca de Sión.

“Esa noche en la oscuridad escuché a un hombredecir en tono despectivo: ‘Es una lástima que lasAutoridades Generales, si tenían que mandar a unhombre aquí para presidir… no hayan mandado a al-guien con el sentido suficiente como para hablar porlo menos diez minutos, y que hayan tenido en cambioque enviar a un muchachito a presidir sobre nosotros’.

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El élder Heber J. Grant con otras Autoridades Generales y miembros dela Iglesia que asistieron a un servicio funeral en la capilla del Barrio 1 deGrantsville, septiembre de 1892.

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Heber J. Grant Capítulo 7

“Cuando escuché eso, recuerdo haber pensado:‘Este muchachito es el único que tiene derecho algunode quejarse’… Sin embargo, durante los siguientes treso cuatro domingos no pude hablar tanto tiempo comolo hice el primer día, pues se me acababan las ideas encinco, seis y seis y medio minutos.

“Después de mi primer corto discurso de siete mi-nutos y medio, mientras estábamos almorzando, el pre-sidente Smith me dijo: ‘Heber, dijiste que creías en elEvangelio con todo tu corazón, y que te propones vivir-lo, pero no expresaste tu testimonio respecto a su vera-cidad. ¿No sabes con certeza absoluta que esteEvangelio es verdadero?’

“Le contesté: ‘No lo sé’.“ ‘¿Qué dices? ¿Tú, un presidente de estaca?’, dijo

el presidente Joseph F. Smith.“ ‘Eso es lo que dije’.“ ‘Presidente [John]

Taylor, pienso que debe-mos deshacer esta tardelo que hicimos esta ma-ñana. No pienso queningún hombre debapresidir sobre una estacasi no tiene un conoci-miento perfecto y perdu-rable de la divinidad deesta obra’.

“Yo contesté: ‘Nome voy a quejar’.

“El hermano Taylor tenía la costumbre de reírse yhacer vibrar todo su cuerpo cuando algo le complacíamucho. Él dijo: ‘Joseph, Joseph, Joseph, él lo sabe tanbien como tú. Lo único que no sabe es que sí lo sabe.Pasará muy poco tiempo antes de que lo comprenda.Él se esfuerza mucho por hacer lo correcto. No tienespor qué preocuparte’.

“Cuando fui al pequeño pueblo de Vernon en elcondado de Tooele, llevando conmigo a otras dos per-sonas para predicar, al ponerme de pie para decir unascuantas palabras, hablé bajo la inspiración del Señordurante cuarenta y cinco minutos con perfecta fluidez.Esa noche lloré lágrimas de agradecimiento al Señorpor el testimonio firme, perfecto y absoluto que llegóa mi vida en cuanto a la divinidad de esta obra.

“Al siguiente domingo después de hablar en Vernon,fui a Grantsville. Le pedí al Señor que me ayudara, puesdeseaba hablar durante cuarenta y cinco minutos; perocuando me levanté sólo pude hablar durante cinco minu-tos antes de que se me acabaran las ideas y me puse terri-blemente nervioso.

“Después de la reunión, caminé hacia el oeste,casi unas tres millas, hasta dejar atrás la última casa de

Heber J. Grant

Grantsville, y encaminándome hacia la parte de atrásde un pajar, de nuevo lloré. Éstas eran lágrimas de hu-millación. Le juré a Dios en esta ocasión que nuncamás en mi vida me pararía ante una congregación pen-sando que lo único que tenía que hacer era hablar;sino que siempre me levantaría con el deseo de deciralgo que fuera de beneficio para la gente a quien medirigía, y no con el espíritu de orgullo, como el quehabía tenido ese día en Grantsville. A partir de ese mo-mento, hace más de cincuenta años, lo único que hedeseado, cuando hablo, es decir o leer algo que puedaser de beneficio duradero para aquellos que escuchenmi voz” (Gospel Standards, págs. 191–193).

ESTABA DISPUESTO A SACRIFICARSEHeber J. Grant siempre trató de seguir el consejo

de los siervos del Señor: “Nunca hubo un día, desdeque llegué a ser presidente de la Estaca Tooele de Sión,cuando aún no tenía veinticuatro años de edad, en queno deseara saber lo que quería el Presidente de laIglesia, y lo que los oficiales dirigentes de la Iglesia de-seaban que yo hiciera; y siempre quise hacer todo loque ellos desearon que hiciera, sin importar mis prefe-rencias personales. He sacrificado mis propias perspec-tivas económicas en sumo grado; entre ellas estaba laque me ofrecía este querido amigo mío [el coronel A.G. Hawes], un pequeño trabajo de cuarenta mil dólaresal año cuando la Iglesia me estaba dando una asigna-ción de tres mil seiscientos dólares por medio de la ofi-cina de diezmos” (Gospel Standards, págs. 200–201).

SU FE EN DIOS LE INFUNDIÓCONFIANZA

Heber J. Grant creía que al cumplir con nuestrodeber, el Señor nos bendeciría de diferentes formas:

“Recuerdo que en un una ocasión, cuando erajoven, tenía en mi bolsillo 50 dólares que iba a deposi-tar en el banco. Cuando asistí el jueves por la mañana

En 1901, se llamó al élder Grant a servir como presidente de misión en Japón.

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Presidentes de la Iglesia

a la reunión de ayuno (anteriormente se celebraba losjueves, no los domingos como ahora), el obispo pidióun donativo, yo me acerqué y le entregué los 50 dóla-res. Él tomó cinco, los colocó en el cajón, y me devol-vió los 45 dólares restantes, diciendo que ésa era lacontribución que me correspondía.

“Le dije: ‘obispo Woolley, ¿con qué derecho mepriva de poner al Señor en deuda conmigo? ¿No acabade predicar hoy que el Señor recompensa cuatro veceslo que se le da? Mi madre es viuda, y a ella le hacenfalta 200 dólares’.

“Él dijo: ‘Hijo mío, ¿realmente crees que si tomoestos 45 dólares conseguirás más rápidamente los 200dólares?’

“Le respondí: ‘Por supuesto’.“Entonces los tomó.

“Mientras salía de la reunión de ayuno y me enca-minaba hacia mi trabajo, se me ocurrió una idea. Enviéun telegrama a un hombre preguntándole cuántas ac-ciones de cierto tipo compraría a un precio específicoen un espacio de cuarenta y ocho horas, permitiéndo-me hacerlo por medio del Banco Wells Fargo. Era unhombre a quien no conocía; nunca le había hablado entoda mi vida, aun cuando lo había visto en alguna oca-sión en las calles de Salt Lake.

“Me envió otro telegrama diciéndome que desea-ba comprar todas las que pudiera conseguir. Mi ganan-cia por esa transacción fue de 218,50.

“Al día siguiente fui a ver al obispo y le dije: ‘obis-po, gané 218,50 después de donar aquellos 50 dólaresel otro día, así que le debo 21,85 dólares de diezmos.Tendré que ver cómo hago para obtener la diferenciaentre 21,85 y 18,50, pues el Señor no me dio lo sufi-ciente para pagar mis diezmos y aún conservar cuatroveces lo que doné’.

“Alguien dirá que de todas formas hubiera sucedi-do de esa manera. Yo no lo creo. No creo que se mehubiera ocurrido esa idea; ni pienso que hubiera envia-do el telegrama.

“…Creo firmemente en que el Señor abre las ven-tanas de los cielos cuando cumplimos con nuestrodeber económico y derrama sobre nosotros bendicio-

El élder Grant (al centro) en Japón, 1902.

nes de naturaleza espiritual, las cuales son de mayorvalor que las cosas temporales, aun cuando creo quetambién nos da bendiciones de naturaleza temporal”(citado en Hinckley, Heber J. Grant, págs. 98–100).

SUFRIÓ POR LA MUERTE DE SUSSERES QUERIDOS

Heber J. Grant fue un padre y un esposo amado yatento; trataba a sus esposas e hijas como reinas y prin-cesas. La cortesía, generosidad e imparcialidad de élfueron una fuente constante de gozo para ellas. Sin em-bargo, sufrió grandes pruebas a causa de las enfermeda-des y muertes que aquejaron a su familia. Perdió a susúnicos dos hijos varones, uno cuando era sólo un bebéy el otro siendo todavía un niño pequeño. Su angustiafue desmedida, especialmente porque deseaba ansiosa-mente un hijo varón. Después, la muerte prematura sellevó también a dos de sus tres esposas, una de ellastres años después de la publicación del Manifiesto yla otra unos años más tarde. Pero aunque su pena fueenorme, esas tribulaciones le proporcionaron experien-cias espirituales igualmente reconfortantes que afirma-ron el amor y la voluntad de Dios con relación a lapérdida de esos seres amados.

TENÍA LA REPUTACIÓN DE SERUNA PERSONA HONRADA

Heber J. Grant rechazó un nombramiento en laAcademia Naval y prefirió dedicarse a los negocios, ha-ciéndolo con dedicación, tanto a través de tiemposbuenos como de malos, a través de éxitos y fracasos.Procedía en los negocios con tanta intrepidez y contan buenas credenciales que ni siquiera su juventudconstituyó un obstáculo para él. Los grandes financie-ros de Wall Street en Chicago y en otras ciudades deloeste llegaron a saber que Heber J. Grant nunca deja-ría de pagar.

Heber J. Grant durante un congreso internacional de escultismo.

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Heber J. Grant Capítulo 7

Cuando se le llamó como Presidente de la Iglesia,Heber tenía muchos amigos en el mundo cuya admira-ción por su habilidad e integridad era tan grande quesimplemente asumieron la posición de que nada de loque él hacía podría ser en lo más mínimo malo ni des-honesto. Escribió una de sus experiencias: “Cuando fuiordenado apóstol siendo muy joven, recibí una cartade una persona que no pertenecía a la Iglesia… Era al-guien prominente en el mundo de los negocios, puesera gerente de una corporación muy grande… Él dijo:‘Nunca he sentido gran admiración por los dirigentesdel pueblo mormón; siempre pensé que eran un grupode hombres bastante listos, suspicaces e intrigantes,que se enriquecían con los diezmos de un montón depersonas ignorantes, supersticiosas y fanáticas. Peroahora que usted es uno de los quince hombres que en-cabezan la Iglesia Mormona, pido mis disculpas a losotros catorce. Yo sé que si hubiera algo deshonesto res-pecto a la administración de la Iglesia Mormona, ustedlo divulgaría’ ”(Gospel Standards, pág.70).

Aprovechó cada oportunidad que se le presentó deutilizar su amistad para enseñar el Evangelio. Era un granorador y recibió honores de importantes grupos e indivi-duos que no eran miembros de la Iglesia. Su tema siem-pre era el mismo: la historia de su Iglesia, su pueblo ysus principios; la gente se ponía de pie y le aplaudía.

SE LE LLAMÓ A SERVIR EN ELQUÓRUM DE LOS DOCE APÓSTOLES

El presidente John Taylor llamó a Heber J. Granta servir en el Quórum de los Doce Apóstoles un mesantes de que cumpliera los veintiséis años de edad.

Una copia manuscrita de la revelación que recibió el presidente John Tayloren la que se llamó a Heber J. Grant a servir en el apostolado y una fotografíadel élder Grant durante sus primeros años de apóstol.

Antes de ese llamamiento ya había tenido muchosotros en la Iglesia, incluso el de Secretario General dela AMMHJ, a la edad de veintitrés años, y de presidentede la estaca de Tooele. Se podría decir que Heber J.Grant fue un eslabón importante del puente por elcual cruzaba la Iglesia para dejar atrás un viejo mundode críticas y malos entendidos y seguir adelante haciaun nuevo mundo de mesurado respeto y de algunasmanifestaciones directas de admiración y amistad.

Heber J. Grant conoció personalmente a cadapersona que fue llamada a ser Presidente de la Iglesia,desde el presidente Brigham Young hasta el presidenteGordon B. Hinckley. Entre las Autoridades Generales aquienes él llamó a servir se encuentran el presidenteHarold B. Lee, el presidente Spencer W. Kimball y elpresidente Ezra Taft Benson.

Heber no se sentía apto para servir en el apostola-do, por lo que buscó la confirmación del Señor. En unaocasión mientras cabalgaba con un grupo de personas,halló la oportunidad de estar solo y reflexionar sobresu llamamiento. Relató esa experiencia de la siguientemanera:

“Mientras cabalgabapara reunirme con ellos…me pareció oír y ver loque para mí resultó seruna de las experienciasmás reales de mi vida. Meparecía escuchar lo que sedijo. Escuché el diálogocon mucho interés. LaPrimera Presidencia y elQuórum de los DoceApóstoles no había podi-do llegar a un acuerdo encuanto a quiénes deberíanllenar dos vacantes delQuórum de los Doce. Había habido una vacante por dosaños y dos vacantes durante un año, pero en ninguna delas conferencias se habían podido llenar. El Señor estabapresente en ese consejo, y mi padre y el profeta JoséSmith también estaban allí. Ellos comentaron que habíasido un error el hecho de no llenar esas vacantes, y quelo más probable es que tendrían que pasar otros seismeses antes de que pudiera completarse el Quórum.También hablaron en cuanto a quiénes deseaban ellosque ocuparan tales posiciones, y decidieron que la mane-ra de remediar el error sería enviar una revelación. Se medio a saber que el profeta José Smith y mi padre mencio-naron mi nombre, y pidieron que yo fuera llamado aocupar esa posición. Me senté y lloré de gozo. Supe queyo no había hecho nada que me diera derecho a esa posi-ción exaltada, excepto que había llevado una vida limpia

Heber J. Grant

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Presidentes de la Iglesia

y pura. Se me dio a saber que a causa de que mi padreprácticamente había sacrificado su vida en lo que fue co-nocido como la gran reforma, por decirlo así, de la genteen los días anteriores, habiendo sido casi un mártir, elprofeta José Smith y mi padre desearon que yo ocuparaesa posición; y fue a causa de sus fieles obras que fui lla-mado, y no por motivo de algo que yo había hecho nipor ninguna cosa grandiosa que había logrado. Tambiénse me dio a saber que esto era todo lo que ellos, elProfeta y mi padre, podían hacer por mí; desde ese díadependería de mí, solamente de mí, el que yo hiciera demi vida un éxito o un fracaso” (Gospel Standards, págs.195–196).

PRESIDIÓ MISIONES EN JAPÓNY EN INGLATERRA

Al enseñar sobre las ocasiones en que el Señor lobendijo cuando había orado para poder servir en cier-tos llamamientos, Heber J Grant le dijo a la juventudde la Iglesia:

“Mientras me hallaba en Japón, con el sentimientode que no podía lograr nada, me dirigí al bosque, mearrodillé y le dije al Señor que cuando Él hubiese ter-minado conmigo en ese lugar, en donde no podía lo-grar nada, estaría muy contento y agradecido si mepidiera que volviera a casa y me enviara a Europa apresidir en las misiones europeas. Unos días despuésllegó un mensaje que decía: ‘Vuelva a casa en el próxi-mo barco’. Y yo volví.

“El hermano Joseph F. Smith me dijo: ‘Heber, com-prendo que no has logrado nada en Japón. Te enviamosallí por tres años; me gustaría que pasaras el tercer añoen Inglaterra, si es que estás dispuesto a hacerlo’.

“Le respondí: ‘Estoy completamente dispuesto ahacerlo’.

Heber J. Grant y su familia mientras servía como presidente de la misióneuropea en 1905.

“Después fui a despedirme de él y le dije: ‘Lo veréen poco más de un año’.

“Me dijo: ‘Oh, no; decidí que sería mejor un añoy medio’.

“Le contesté: ‘Está bien, multiplique eso por dos yno me diga nada al respecto’. Y así lo hizo.

“Deseo que ustedes los jóvenes sepan que duran-te todo el tiempo que serví me sentí más cerca delSeñor, logré mucho más y sentí un mayor gozo mien-tras me hallaba en el campo misional que en cualquierotro momento antes o después. El hombre existe paraque tenga gozo, y el gozo que sentí en el campo misio-nal fue superior al que hubiese sentido en cualquierotro lugar. Jóvenes, asegúrense que en sus corazonestengan el deseo de prepararse para salir al mundo,donde podrán arrodillarse y acercarse más al Señorque en cualquier otra obra en la que trabajen” (GospelStandards, págs. 245–246).

SE GANÓ EL RESPETO DEPROMINENTES HOMBRES DENEGOCIOS

“Cuando joven, Heber J. Grant procedió valerosa-mente a desempeñar un gran papel en la historia econó-mica de su pueblo. Fue un pionero de la industria, sóloen segundo lugar después de Brigham Young. El ser pio-nero de la industria requiere muchas de las mismas cua-lidades que requiere el ser pionero de nuevas tierras: fe,visión, imaginación, paciencia y fortaleza, respaldadaspor una determinación tal, que no conoce el fracaso; yHeber J. Grant poseía todas esas cualidades.

“Un compañero dela infancia, Heber M.Wells, dijo de él lo si-guiente: ‘Probablementehaya sido el instrumentopara el establecimiento yprogreso de más indus-trias en las montañasRocosas, y la causa de suéxito, que cualquier otrohombre de su época. Sureputación personal, suintegridad intachable, ysu habilidad en las ventasproporcionaron capitalpara ayudar a la Iglesia, ala comunidad y a las em-presas privadas. Tanto entiempos de crisis econó-mica como en tiempos

Mientras disfruta de un pasatiempofavorito.

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Heber J. Grant Capítulo 7

de abundancia, Heber J. Grant ha podido conseguirunos cuantos dólares o millones de dólares, dondeotros hombres han fracasado en conseguir cualquiercantidad. Lo ha conseguido, debido principalmente asu garantía personal y a su persuasión. Nunca ha nega-do ni dejado de pagar un dólar en lo que respecta a lasobligaciones por las que fuera el responsable directo oindirecto, ya sea en forma legal o moral, y el resultadoes que en la actualidad durante todas las décadas quehan transcurrido desde su juventud, puede entrar a lasoficinas de ejecutivos y directores de grandes institu-ciones financieras de Estados Unidos y recibir el saludoafectuoso de hombres que se sienten orgullosos de co-nocerle como amigo y dirigente de industrias financie-ras’ ” ( Hinckley, Heber J. Grant, págs. 51–52).

CONOCIÓ LA AGONÍA DE LAS DEUDASLucy, la hija de Heber J. Grant, dijo: “Durante

aquellos años difíciles que siguieron a la crisis económi-ca de 1893, cuando era más difícil ganar cinco centavosde lo que habría sido regalar cinco dólares, mi padre si-guió ayudando a los necesitados. Él conocía las dificul-tades de las viudas; había sentido en carne propia losproblemas de la pobreza; había conocido la amarguray la esclavitud de las deudas. A través de todas las horasoscuras de su vida, lo sostuvo una fe inquebrantable enDios y en Sus promesas. Yo sé que en esos años el ho-rror de las obligaciones financieras penetró el alma delos que teníamos suficiente edad como para verle bajoesa gran presión, que nos hizo sentir que las deudaseran como un gran dragón, en cuya terrible boca corríala misma sangre vital de sus víctimas. No es de asom-brarse que constantemente clamara al pueblo que seabstuviera de contraer deudas. El que ha vivido esas ex-periencias conoce el dolor intenso del honor y el buennombre a punto de quedar en descrédito” (citado enHinckley, Heber J. Grant, pág. 206).

Durante un viaje en Hawai, aproximadamente en el año 1935. Heber J. Grantestá en la primera fila, el segundo a la izquierda.

FUE UN HOMBRE HONORABLE QUEPAGÓ TODAS SUS DEUDAS

El presidente Heber J. Grant enseñó lo siguienteen cuanto a honrar las obligaciones que tenemos conel Señor y con los demás:

“Algunos amigos me han suplicado que me decla-rara en bancarrota, diciendo que no viviría para ver sal-dadas mis deudas.

“Si hay hombre alguno que tiene el derecho dedecir: ‘Absténganse de las deudas’, su nombre es HeberJ. Grant. Gracias al Señor pude pagar todo, y lo hicesin pedir un sólo dólar de descuento a nadie.

“No creo que hubiera podido pagar lo que debía sino hubiera sido completamente honrado con el Señor.Cuando ganaba dinero, la primera deuda que pagaba erala que tenía con Él. Y creo sin ninguna duda que si losSantos de los Últimos Días como pueblo hubieran acep-tado el consejo del profeta del Señor y hubieran pagadofielmente sus diezmos, no estarían en la condición en laque ahora están” (Gospel Standards, pág. 59).

LA SECCIÓN 121 DE DOCTRINA YCONVENIOS FUE UNA DE LAS GUÍASDE SU VIDA

El élder Heber J. Grant, en ese entonces miembrodel Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “Al hablarlesa los Santos de los Últimos Días, no hay revelación que

De visita en Holanda, 12 de agosto de 1937.

Cerca de la cresta norte del Gran Cañón.

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Presidentes de la Iglesia

haya citado con más frecuencia que la sección 121 deDoctrina y Convenios: …En cuanto a que ‘Ningún podero influencia se puede ni se debe mantener en virtud delsacerdocio, sino por persuasión, por longanimidad, be-nignidad, mansedumbre y por amor sincero’. No existepeligro con un sacerdocio de bondad, mansedumbre yamor sincero. Pero cuando tratamos de ejercer el poderdel Sacerdocio… con el fin de ‘satisfacer nuestro orgu-llo, nuestra vana ambición o ejercer mando, domino ocompulsión sobre las almas de los hijos de los hombres,en cualquier grado de injusticia, he aquí, los cielos se re-tiran, se ofende al Espíritu del Señor, y cuando Éste seaparta, ¡Se acabó el sacerdocio o autoridad de ese hom-bre!’ Éstas son las palabras de Dios” (en ConferenceReport, abril de 1902, pág. 80).

SU DEFINICIÓN DEL ÉXITO ERASENCILLA Y PRÁCTICA

El élder Grant enseñó lo que es el verdadero éxito:“No se puede considerar como una persona de éxito aquien ha acumulado toda una fortuna a costa de losafectos naturales del corazón y de alejar de sí el amorde sus compañeros, sino al que vive de tal manera queaquellos que mejor lo conocen más lo aman; y queDios, que no solamente conoce sus hechos, sino tam-bién los sentimientos más íntimos de su corazón, tam-bién lo ama. Solamente de una persona así, aun cuandomuera en la pobreza, puede decirse verdaderamenteque ‘debe ser coronado con el éxito’ ” (en ConferenceReport, octubre de 1911, pág. 24).

UNO DE LOS SECRETOS DEL ÉXITOES EL SERVICIO

El presidente Heber J. Grant escribió: “Estoy con-vencido de que el prestar servicio conduce a la paz y a la

Durante una reunión con el industrial de automóviles Henry Ford.

felicidad en la vida. El servicio es, según yo creo, la ver-dadera clave de la felicidad. Prestar servicio como el tra-bajo de la obra misional hará que recordemos durantetodo el resto de nuestra vida los logros que obtuvimosen el campo misional. El efectuar un acto de bondadproporcionará sentimientos de satisfacción y de placeren nuestro corazón, mientras que las diversiones ordina-rias pasarán sin dejar huella. No podemos mirar con nin-guna satisfacción especial el haber pasado toda unanoche riéndonos” (Gospel Standards, pág. 187).

POSEÍA UN TESTIMONIO DELPROFETA JOSÉ SMITH

El presidente Grant dijo: “He conocido a cientos dehombres que han dicho: ‘Si no fuera por José Smith po-dría aceptar su religión’. Las personas que no creen enJosé Smith como profeta del Dios viviente y verdadero notienen ningún derecho de estar en esta Iglesia. La revela-ción que recibió José Smith es la piedra fundamental. Siél no vio a Dios ni a Jesucristo ni habló con ellos, enton-ces todo lo relacionado con el mormonismo es un fraca-so y un fraude y no tiene valor alguno sobre la tierra.Pero Dios sí vino y presentó a Su Hijo; Dios sí inspiró aaquel hombre a organizar la Iglesia de Jesucristo, y todala oposición del mundo no podrá poner resistencia antela verdad; porque está floreciendo y creciendo y creceráaún más” (Gospel Standards, pág. 15).

EL PLAN DE BIENESTAR SEESTABLECIÓ DE ACUERDO CONPRINCIPIOS REVELADOS

El plan de bienestar de la Iglesia estaba basado enleyes divinas, invariables, morales y económicas. El presi-

Se escogió al presidente Grant para hablar en la primera transmisión de laestación de radio KZN en Salt Lake City, el 6 de mayo de 1922.

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Heber J. Grant Capítulo 7

dente Heber J. Grant ex-plicó: “Nuestro propósitoprincipal fue establecer,hasta donde fuera posi-ble, un sistema bajo elcual la maldición del ociofuera suprimida, se abo-lieran las limosnas y se es-tablecieran nuevamenteentre nuestro pueblo laindustria, el ahorro y elrespeto propio. El objeti-vo de la Iglesia es ayudar a las personas a ayudarse a símismas. El trabajo debe ser nuevamente el principio im-perante de la vida de los miembros de nuestra Iglesia”(en Conference Report, octubre de 1936, pág. 3).

EL PLAN DE BIENESTAR DE LAIGLESIA SE RECIBIÓ MEDIANTELA INSPIRACIÓN

El élder Harold B. Lee, al que recientemente sele había llamado a prestar servicio como miembro delQuórum de los Doce Apóstoles, dio su testimoniosobre el plan de bienestar: “Durante los últimos cincodifíciles y gloriosos años, he trabajado en un llama-miento de la Primera Presidencia, junto con un grupode hombres, en la elaboración y el desarrollo de lo quehemos llamado el Plan de Bienestar de la Iglesia. Alconcluir mis palabras siento que debo expresarles mitestimonio con respecto a esta obra. Fue el 20 de abrilde 1935 cuando se me llamó a la oficina de la PrimeraPresidencia, un año antes del anuncio oficial del Plande Bienestar en este mismo Tabernáculo. En ese lugar,después de una sesión completa que duró medio día,en la cual estuvieron presentes el presidente Grant y elpresidente McKay (el presidente Clark se hallaba en eleste del país, pero se comunicaron con él para estar se-guros de que todos los miembros de la Presidencia es-tuvieran de acuerdo), quedé sorprendido al saber quedurante años estos hombres habían estado proyectan-do, después de meditar, planear y recibir la inspiracióndel Dios Todopoderoso, los elementos del mismo planque se lleva a cabo en la actualidad y que en ese mo-mento solamente estaba en preparación y en esperadel tiempo en que a su juicio la fe de los Santos de losÚltimos Días fuera tal que estuvieran dispuestos a se-guir el consejo de los hombres que dirigen y presidenesta Iglesia” (en Conference Report, abril de 1941,págs. 120–121).

ENSEÑÓ SOBRE EL PLAN DEBIENESTAR Y LA PALABRA DESABIDURÍA

El presidente Heber J. Grant incluyó la Palabra deSabiduría como un importante principio de bienestar.De hecho, la mencionó como un principio de bienes-tar tan a menudo como lo hizo con el pago de losdiezmos y el evitar las deudas. Se reconoce la Palabrade Sabiduría como uno de los principios de bienestar,debido a que éste está basado en el cuidado de unomismo y en ahorrar los recursos que hay disponibleshoy para utilizarlos el día de mañana.

El presidente Grant enseñó: “Deseo que sepan quesi nosotros como pueblo nunca hiciéramos uso ni en lomás mínimo del té, del café, del tabaco ni del alcohol,llegaríamos a ser uno de los pueblos más económica-mente estables del país. ¿Por qué? Debido a que nuestrocuerpo estaría más vigorizado e incrementaría nuestrafuerza mental, creceríamos espiritualmente y tendría-mos una línea más directa de comunicación con Dios,nuestro Padre Celestial” (Gospel Standards, pág. 50).

También mencionó la gran cantidad de dinero quese malgastaba en el tratamiento de las enfermedadescontraídas a causa del consumo de estas sustancias da-ñinas, la pérdida de empleos, la falta de producción de-bido a los efectos del alcohol, el tabaco y el desperdicio

Heber J. Grant con su esposa y nueve hijas.

El presidente Heber J. Grant y su esposa, 1942.

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El presidente Heber J. Grant.

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Presidentes de la Iglesia

de tiempo perdido en tomar café, los accidentes en lascarreteras causados por conductores ebrios y en la in-dustria por empleados en la misma condición.

EL PAGO DE DIEZMOS Y OFRENDASNOS AYUDA A VENCER EL EGOÍSMO

El presidente Heber J. Grant enseñó: “Algunas per-sonas han encontrado que es muy difícil para ellospagar el diezmo. En cuanto más difícil le sea a la perso-na cumplir con los requisitos del Señor en el pago delos diezmos, mayor será el beneficio cuando finalmentelos pague. El Señor ama al que da generosamente; nin-gún hombre sobre la tierra puede donar para ayudar alos pobres, contribuir para la construcción de centrosde reuniones, templos, academias y universidades, ycon sus propios medios enviar a sus hijos a proclamarel Evangelio sin despojar su alma del egoísmo, no im-porta cuán egoísta haya sido antes. Ésta es una de lasmetas más altas que el hombre puede lograr en estemundo: llegar al punto de librarse totalmente del egoís-mo. Cuando esto sucede, se siente feliz, ansioso y dis-puesto, y busca la oportunidad de hacer el bien contodo lo que el Señor le ha dado, en lugar de tratar deadquirir más” (Gospel Standards, pág. 62).

LA LEY DEL AYUNO ES EL CIMIENTOESPIRITUAL DEL PLAN DE BIENESTAR

El presidente Heber J. Grant enseñó sobre lasbendiciones del ayuno:

“Permítanme prometerles hoy mismo que, si desdeeste día en adelante, todos los Santos de los Últimos Díasguardan el ayuno mensual y pagan en forma honrada y aconciencia a sus obispos la cantidad real que hubierangastado por los dos alimentos [consecutivos] de los quese han abstenido; y si además pagan un diezmo justo, seresolverán todos los problemas relacionados con el bien-estar de los Santos de los Últimos Días, ya que tendría-mos el dinero necesario para cuidar de todos los pobresy los que se encuentran desocupados.

“Cada Santo de los Últimos Días que ayune doscomidas al mes recibirá beneficios espirituales y se es-

La Primera Presidencia: Anthony W. Ivins, Heber J. Grant y Charles W. Nibley.

tablecerá en la fe del Evangelio del Señor Jesucristo, elcual es un beneficio espiritual maravilloso, y a la vez, sepondrán en manos del obispo los medios suficientespara velar por todos los pobres” (Gospel Standards,pág. 123).

EL DIEZMO ES LA LEY DEL SEÑORPARA EL ÉXITO ECONÓMICO

El presidente Heber J.Grant enseñó a menudo sobrela importancia de pagar un diez-mo justo. En 1898, mientras ser-vía como miembro del Quórumde los Doce Apóstoles, testificó:“Un hombre dirá: ‘Le debo dine-ro a mi vecino y debo pagarleantes de poder ajustar mis diez-mos’. Bien, yo sé que les debodinero a muchos de mis veci-nos, y ellos tratan de cobrarme.Pero le debo a Dios un diezmojusto. Él me ha dado un testimo-nio de Jesucristo y la esperanzade obtener la vida eterna, ytengo la intención de pagarle aÉl en primer término, y a misvecinos después. Nuestro deberes primeramente ajustar nues-tras deudas con el Señor, ytengo la intención de hacerlo,con la ayuda de mi PadreCelestial. Y deseo decirles quesi son honrados con el Señor ypagan los diezmos y guardanlos mandamientos, Él no sóloles bendecirá con la luz y la ins-El presidente Heber J. Grant.

En la dedicación del templo de Alberta, Canadá, agosto de 1923, el primertemplo que se construyó fuera de los Estados Unidos. El presidente Granttambién dedicó los templos de Laie, Hawai y de Mesa, Arizona.

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Heber J. Grant Capítulo 7

piración de Su Santo Espíritu, sino que serán bendecidoseconómicamente y podrán pagar sus deudas, y el Señorderramará bendiciones temporales sobre sus cabezas engran abundancia” (en Conference Report, abril de 1898,pág. 16).

En 1925, dijo: “La ley de la prosperidad económicapara los Santos de los Últimos Días, bajo convenio conDios, es pagar un diezmo justo, y no robar al Señor ensus diezmos y ofrendas. Aquellos que observan la ley delos diezmos reciben prosperidad. Cuando digo prospe-ridad no estoy pensando en términos de dinero única-mente, aunque como regla general los miembros quemejor pagan sus diezmos son los que más prosperaneconómicamente. Pero lo que considero la verdaderaprosperidad, como la cosa de mayor valor para cadahombre y mujer terrenal, es el de perfeccionar el cono-cimiento de Dios, el testimonio y hacer todo lo que estéa su alcance para vivir el Evangelio e inspirar a la familiaa hacer lo mismo. Ésa es la mejor clase de prosperidad”(en Conference Report, abril de 1925, pág. 10).

EVITAR LAS DEUDAS ES UN PRINCIPIODE BIENESTAR

El presidente Heber J. Grant dio el siguiente con-sejo sobre las deudas: “Si una persona fuera dueña delo que tiene sin necesidad de pagar intereses, y sola-mente comprara a medida que dispusiera del dineropara hacerlo, la mayoría de las personas se encontra-rían en una situación más desahogada… Las deudashan sido la causa principal de este sufrimiento. Hemoshipotecado nuestro futuro sin tomar en cuenta los im-previstos: las enfermedades, las operaciones quirúrgi-cas, etc.” (Gospel Standards, pág. 112).

SUS COMPAÑEROS MÁS CERCANOSSABÍAN QUE ERA UN HOMBREGENEROSO

El presidente Heber J. Grant con el élder David O. McKay.

En un discurso que se dio durante el funeral delpresidente Heber J. Grant, el presidente David O. McKaydijo: “Al presidente Grant le gustaba ganar dinero, perogozaba en utilizarlo para beneficio de los demás. En másde una ocasión silenciosamente, como de costumbre,imponiéndose si era necesario, mas siempre sin osten-tarlo, ha protegido el buen nombre de sus compañeros,ha pagado hipotecas que pesaban sobre las casas de lasviudas, ha sufragado los gastos de los misioneros, dadoempleo a los que les hacia falta, proporcionado ayuda ysocorro cuando se necesitaba. Ninguna mente ha sidomás presta a bendecir, ningún corazón más tierno, nin-guna mano más generosa que los del presidente Grant.Y así, al ‘andar haciendo el bien’, avivó la flama del amorhumano, y elevó la norma de la virtud civil entre la hu-manidad” (Improvement Era, junio de 1945, pág. 361).

Joseph Anderson, secretario del presidente Grant,escribió: “Nadie sabrá cuántas hipotecas que pesabansobre las casas de las viudas pagó de su propio bolsillo.Con frecuencia verificaba el estado de su cuenta banca-ria, no porque tuviera especial interés en acumular di-nero, sino para ver cuánto bien podía hacer con él”(Prophets I Have Known, 1973, pág. 30).

REALIZÓ CONTRIBUCIONES DESERVICIO Y DE AMOR

Las asignaciones de Heber J. Grant en la Iglesiaeran numerosas, entre ellas su dedicación vitalicia a laAMM, en la cual tuvo muchos puestos de liderazgo yayudó a establecer la revista Improvement Era, sirvien-do como editor y contribuyente desde su comienzo.Con frecuencia se las ideaba para tener el tiempo y losmedios para asistir al templo cuando se encontrabacerca de uno, y generalmente hacía los arreglos necesa-rios para que los miembros de su familia lo acompaña-ran. En calidad de Presidente de la Iglesia, dedicó tresnuevos templos. “El presidente Grant defendió y apoyó

En la Arboleda Sagrada, 22 de septiembre de 1923.

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Presidentes de la Iglesia

en forma práctica la obra por los muertos. Aunque nodio con frecuencia discursos sobre este tema, los regis-tros muestran que él ha hecho más por sus antepasa-dos que han fallecido que cualquier otro hombre, locual era característico de él; así era como hacía lascosas” (Hinckley, Heber J. Grant, pág. 125).

Además de todo esto, enviaba miles de libros conmensajes personales escritos en su letra inigualable amiembros y no miembros, pasaba horas interminablestratando de reformar a los descarriados y también pa-gaba las hipotecas de las casas de las viudas, y muchasotras obras de caridad.

FALLECIÓ EN SALT LAKE CITY“La tarde del 14 de

mayo de 1945, el presi-dente Heber J. Grantmurió tranquilamente ensu residencia en Salt LakeCity. Había estado enfer-mo los últimos cincoaños, pero nunca perdiósu valor y determinaciónde seguir adelante y cum-plir con su deber. Todoslos días, hasta poco antesde su muerte, iba a sudespacho para atendersus deberes, tanto comosu médico le permitía, yaque su vida había sido demucha actividad. Su apa-riencia delicada durantesu juventud fue motivode que se le negara una

póliza de seguros en vista de su condición física. Sin em-bargo, siempre fue activo, participó en los deportes y enun tiempo formó parte del equipo de béisbol que ganóel campeonato de Utah. Su energía era asombrosa y pa-recía que nunca cesaban sus actividades; era intransigen-te con la maldad, pero el público en general nunca seenteró de sus rasgos de carácter más notables. Tenía una

El presidente Heber J. Grant medía1.86 metros de alto. Fue el primerPresidente de la Iglesia que nacióen el oeste del país.

naturaleza tierna y compasiva, amaba encarecidamente asus amigos y era generoso con los necesitados, a quie-nes ayudó innumerables veces sin que nadie lo supiera.Su testimonio de la verdad era inflexible, tenía un sinnú-mero de amigos fuera de la Iglesia y su pueblo lo amabamucho” (véase Joseph Fielding Smith, Elementos de laHistoria de la Iglesia, págs. 690–691).

La Segunda Guerra Mundial estaba terminando enEuropa cuando esa figura alta y delgada descansó en paz.Tanto los miembros de la Iglesia como los que no lo eranlo honraron y lo elogiaron. Miles llegaron a verlo. En sufuneral el presidente J. Reuben Clark, hijo, uno de susconsejeros, dijo de él: “Vivió su vida de manera tal queno hubo un solo momento oscuro que tuviera que ocul-tar. Su vida no tenía nada que lo avergonzara ni nadaque tuviera que esconder” (citado en Hinckley, Heber J.Grant, pág. 262).

“FUE UN HOMBRE GRANDIOSO”En los escritos del

diario del presidenteGordon B. Hinckley confecha del 14 de marzo de1995, mientras se enfren-taba a su nueva responsa-bilidad como Presidentede la Iglesia, escribió: “Enjulio se cumplirán sesen-ta años desde que entré aeste cuarto, después dehaber cumplido una mi-sión, para reunirme conla Primera Presidencia apetición de mi presidente

de misión, el élder Joseph F. Merrill del Consejo de losDoce. Es difícil comprender lo que ha ocurrido desdeentonces, Pensar que ahora me encuentro sentadodonde en esa época se sentó el presidente Heber J.Grant, que fue un hombre grandioso a quien yo amaba”(citado en Sheri L. Dew, Go Forward with Faith: TheBiography of Gordon B. Hinckley, 1996, pág. 511).

El presidente Heber J. Grant.

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George Albert SmithOCTAVO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 8

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ACONTECIMIENTOS MÁS DESTACADOS DE LA VIDADE GEORGE ALBERT SMITH

Edad Acontecimientos

Nace el 4 de abril de 1870 en Salt Lake City, Utah; sus padres son John Henry Smithy Sarah Farr Smith.

13 Comienza a trabajar en una fábrica de ropa de ZCMI (1883); recibe su bendiciónpatriarcal, en la cual se le predice su llamamiento de apóstol (enero de 1884).

21 Cumple una misión en el sur de Utah con la AMMHJ (Asociación de MejoramientoMutuo de Hombres Jóvenes; 1891).

22 Contrae matrimonio con Lucy Emily Woodruff (25 de mayo de 1892).

22–24 Cumple una misión en los estados del sur de los Estados Unidos (junio de1892–junio de 1894).

28 El presidente de los Estados Unidos William McKinley lo designa como tesorerode la Oficina de Catastro y Administrador Especial de Egresos Públicos de Utah(1897–1902).

33 Es ordenado apóstol (8 de octubre de 1903).

34 Escribe su credo (1904).

39–42 Sufre de graves problemas de salud (1909–1912).

49–51 Presta servicio como presidente de la Misión Europea (junio de 1919–julio de 1921).

52 Se le elige vicepresidente de la Sociedad Nacional de los Hijos de la RevoluciónNorteamericana (1922).

61 Es miembro del Consejo Nacional Ejecutivo de los Boy Scouts de América (1931).

73 Se le aparta como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles (1º de juliode 1943).

75 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (21 de mayo de 1945); dedica elTemplo de Idaho Falls, Idaho (23 de septiembre de 1945); se reúne con elpresidente de los Estados Unidos Harry S. Truman (3 de noviembre de 1945).

77 Se celebra el Centenario de los Pioneros de Utah (1947).

81 Fallece en Salt Lake City, Utah (4 de abril de 1951).

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George Albert Smith Capítulo 8

En 1870, mientrasque Ulysses S. Grant,Charles Darwin yAlexander Graham Belleran algunos de los nom-bres que dominaban laatención mundial, en ellejano estado de Utah secumplía un compromisopreterrenal al nacer unbebé que recibió el nom-bre terrenal por el cualun día sería amado y re-verenciado por miles depersonas. Fue un 4 deabril en Salt Lake Cityque a este niño se le dioel nombre de George Albert Smith. Al igual que losdemás profetas, su niñez fue poco notoria; se tratabade un niño pionero, criado en la época en que congran emoción se llevaba a cabo la construcción delTemplo de Salt Lake. Pasó los primeros años de su ju-ventud cuidando vacas, montando caballos y estudian-do. También era músico.

La bendición patriarcal que George recibió a la edadde trece años, de manos del patriarca Zebedee Coltrin,tuvo una profunda influencia sobre su mente y sus actitu-des. En ella se le dijo: “Fuiste llamado y escogido por elSeñor, antes de la fundación de esta tierra, para veniren esta dispensación con el fin de ayudar a establecer laSión de Dios sobre la tierra… Y llegarás a ser un podero-so profeta en medio de los hijos de Sión. Y los ángelesdel Señor te ministrarán… Tu destino es llegar a ser unhombre poderoso ante el Señor, porque llegarás a ser unpoderoso apóstol en la Iglesia y en el reino de Dios sobrela tierra; ninguno de los miembros de la familia de tupadre tendrán mayor poder de Dios que tú, puesto queninguno te superará” (citado en George Albert Smith,The Teachings of George Albert Smith, ed. por Robert ySusan McIntosh, 1996, pág. XIX).

A UNA TEMPRANA EDAD VIVIÓEXPERIENCIAS PERSONALES CONGRANDES LÍDERES

George Albert Smith se crió entre grandes siervosde Dios. Recibió el nombre de su abuelo, George A.Smith, quien había sido apóstol y miembro de la PrimeraPresidencia. Su padre, John Henry Smith, también fueapóstol y consejero del presidente Joseph F. Smith.

Cuando George Albert tenía cinco años de edad,su madre lo envió a entregarle un recado al presidenteBrigham Young. Al entrar por la maciza puerta de hie-rro que daba al patio de Brigham Young, el guarda lo

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George Albert Smith, aproximadamentea la edad de cuatro años.

detuvo y le preguntó qué deseaba, a lo que el niño lerespondió que deseaba ver al presidente Young. Elhombre se rió y le dijo que no pensaba que BrighamYoung tuviera tiempo para ver a un niño pequeño. Enese momento salió caminando de la casa el presidenteYoung y le preguntó al guardia qué sucedía; éste le ex-plicó y el presidente respondió: “Déjelo pasar”. Al re-cordar ese incidente, George Albert Smith dijo:

“El presidente Young me tomó de la mano y mecondujo hasta su oficina, se sentó ante su escritorio ycolocándome en una de sus rodillas, rodeándome conun brazo y del modo más bondadoso que pueda unoimaginar, me dijo: ‘¿Qué deseas del presidente Young?’

“¡Piensen en eso! Él era el Presidente de una granIglesia y Gobernador de un Territorio, y aún con todoslos deberes que tenía que realizar y aunque yo era tansólo un niño pequeño, me recibió con tanta dignidad ybondad como si hubiese acudido a él como gobernadorde algún estado vecino” (citado en Arthur R. Bassett,“George Albert Smith: On Reaching Out to Others”,New Era, enero de 1972, pág. 51).

Esa experiencia ayudó a enseñarle que “los gran-des hombres siempre tienen tiempo para los que ten-gan alguna necesidad…

“Imaginen la imagen que el futuro profeta delSeñor, George Albert Smith, tuvo del presidente Young,mientras siendo un niño pequeño se retiraba de la ofi-cina. En su vida adulta nunca olvidó esa lección y siem-pre estaba conciente de las personas que fácilmentepodían pasar desapercibidas para los demás” (Bassett,New Era, enero de 1972, págs. 51–52).

Años después, como miembro del Quórum de losDoce Apóstoles, el élder George Albert Smith hablósobre la importancia de las lecciones que aprendió deesos grandes líderes: “Desde mi niñez, nunca se me en-señó a hacer nada impropio o que dañara a alguno delos hijos de mi Padre Celestial, sino que desde la infan-cia se me ha enseñado a ser laborioso, sobrio, honesto,

Los hijos de John Henry Smith y Sarah Farr. George Albert es el primeroa la izquierda.

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Presidentes de la Iglesia

íntegro y a adquirir todas aquellas virtudes que poseenlos hombres y mujeres a quienes Dios se deleita en hon-rar y bendecir. Doy gracias a mi Padre Celestial en estedía porque estas enseñanzas me han llegado de Él pormedio de Sus siervos fieles” (en Conference Report, oc-tubre de 1906, págs. 46–47).

APRENDIÓ DEL EJEMPLO Y DE LASENSEÑANZAS DE SU PADRE

El ejemplo que ledio su padre produjo ungran efecto en GeorgeAlbert Smith. Edith Elliott,hija de George AlbertSmith, relató este inciden-te: “Un día mientras mipadre caminaba por unacalle de Salt Lake City consu padre, John HenrySmith, se le acercó alabuelo un hombre queestaba ebrio y le pidió 25centavos para comprarcomida; sin vacilar éste ledio el dinero. Después deque el hombre se marchó, mi padre le preguntó al abue-lo por qué había dado dinero a ese hombre cuando lomás probable era que lo gastara en comprar más licor, alo que el abuelo respondió que daría 25 centavos a diezhombres que quizás los utilizarían en bebidas si hubierala posibilidad de que uno sólo de ellos lo utilizara co-rrectamente” (entrevista personal por los Servicios deCursos de Estudio del SEI, 30 de junio de 1972).

El presidenteGeorge Albert Smith re-lató otro ejemplo delamor que su padre teníapor los demás: “Al pen-sar en la consideración yel afecto que siento porla gran familia humana,la familia de mi PadreCelestial, recuerdo algoque me dijo mi padre te-rrenal, y creo que enparte heredé de él estossentimientos: ‘Nunca hevisto a un hijo de Dios

en condiciones tan bajas que no haya yo sentido el im-pulso de agacharme, ayudarlo a levantarse y a comen-zar de nuevo’. Me gustaría decir que jamás he miradoa uno de los hijos de mi Padre sin comprender que es

Sarah Farr Smith, madre de GeorgeAlbert Smith.

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John Henry Smith, padre de GeorgeAlbert Smith.

mi hermano y que Dios ama a cada uno de sus hijos,aun cuando no ama nuestra iniquidad e infidelidad”(“President Smith’s Leadership Address”, Church News,16 de febrero de 1946, pág. 6).

TENÍA LA FE PARA SER SANADO“Cuando era niño, George Albert Smith enfermó

de fiebre tifoidea. El doctor le aconsejó a su madre quelo tuviera en cama durante tres semanas, que no lediera ningún alimento sólido y que le diera a tomarcafé. Años más tarde el presidente Smith recordó:

“ ‘Cuando el médico se fue, le dije a mi madreque no quería café. Se me había enseñado que laPalabra de Sabiduría, dada por el Señor a José Smith,aconsejaba no beber café.

“ ‘Mamá había dadoa luz a tres hijos y doshabían muerto, por loque estaba muy preocu-pada por mí.

“ ‘Le pedí que envia-ra a buscar al hermanoHawks, uno de nuestrosmaestros orientadoresque trabajaba en una fun-dición, un hombre pobrey humilde con una granfe en el poder del Señor.Él fue, me ungió y mebendijo para que fuerasanado.

“ ‘Cuando el doctorllegó a la mañana siguien-te, yo estaba afuera jugan-do con otros niños; al verme se quedó sorprendido, meexaminó y descubrió que la fiebre había desaparecido yque parecía estar bien.

“ ‘Me sentí muy agradecido al Señor por mi recu-peración, pues estaba seguro de que Él me había sana-do’ ” (Teachings of George Albert Smith, pág. XVII).

FUE FIRME Y FIEL DURANTE LOSTIEMPOS DE PRUEBA

La seguridad de que gozan los que obedecen alSeñor, a pesar de cualquier problema que exista a sualrededor, se ilustra a través de este relato que cuentasobre su niñez el élder George Albert Smith, en ese en-tonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:“…vivíamos en una casa de madera de dos plantas, ycuando el viento soplaba fuerte, ésta se mecía como sise fuera a caer. En esas ocasiones yo tenía demasiadomiedo como para dormir; mi cama se encontraba en

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George Albert Smith y sus treshermanos: Don Carlos (de pie), GeorgeAlbert, Winslow Farr y Ezra Chase(sentados, de izquierda a derecha).

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George Albert Smith Capítulo 8

un pequeño cuarto donde dormía solo, y muchas no-ches me levanté y me arrodillé para pedirle a mi PadreCelestial que cuidara la casa y la preservara para queno se rompiera en pedazos; luego volvía a subir a mipequeña cama con tal seguridad de que sería protegidodel mal como si estuviera tomado de la mano de miPadre” (“To the Relief Society”, Relief Society Magazine,diciembre de 1932, págs. 707–708).

Vivió años de prepa-ración, trabajo, servicio yobediencia, durante loscuales cumplió una mi-sión de corto plazo enel sur de Utah, trabajóen el almacén principalde Utah y contrajo matri-monio con la novia desu adolescencia, LucyWoodruff. El sufrimientoque pasó durante esosaños le ayudó a perfec-cionarse; cuando eraniño contrajo fiebre tifoi-dea, sufrió una grave he-

rida en un ojo mientras trabajaba con un grupo querealizaba un estudio topográfico en el desierto de lazona oeste y escapó dos veces de la muerte mientrascumplía una misión en el sur de los Estados Unidos.Padeció durante cinco largos años una grave enferme-dad que le hizo temer por su vida, pero fue entoncescuando recibió la clara impresión de que su misión te-rrenal no había terminado aún. El sufrimiento le pro-porcionó fortaleza y compasión.

Mientras el jovenGeorge Albert Smith ysu compañero, J. GoldenKimball, se hallaban pre-dicando en el estado deAlabama como misione-ros; “su predicación enlos alrededores habíasuscitado una amargaoposición, que esanoche se tornó violenta.Aproximadamente a lamedianoche, la cabañaestaba rodeada de unafuriosa turba y el líderde ésta golpeó la puerta, exigiendo en tono vulgar eirreverente que los élderes salieran o ‘les dispararían’.Cuando se rehusaron a obedecer, la turba empezó adisparar hacia dentro de la cabaña en dirección a lasesquinas. El élder Smith escribió sobre el incidente:

Fotografía misional de George AlbertSmith.

A George Albert Smith (derecha), a los16 años, y su amigo John Howard lesgustaba divertir a los demás.

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‘Las astillas volaban en todas direcciones sobre nues-tra cabeza; hubo unos momentos de silencio y enton-ces comenzó otra lluvia de balas y más astillas volaronpor el aire’. Le llamó la atención su reacción a lo queconsideró ser ‘uno de los momentos más aterradores’de su vida. Después el misionero escribió: ‘Mientrasestaba tendido en el piso, me sentía tranquilo y teníala seguridad de que mientras estuviera predicando lapalabra de Dios y siguiera sus enseñanzas, el Señorme protegería, y así lo hizo’. A la siguiente mañana,cuando los élderes salieron, encontraron atados va-rios palos de madera sólida iguales a los que se ha-bían estado usando en el sur para golpear a otrosmisioneros” (Francis M. Gibbons, George AlbertSmith: Kind and Caring Christian, Prophet of God,1990, págs. 26–27).

Entre los años 1909y 1912, mientras presta-ba servicio como miem-bro del Quórum de losDoce Apóstoles, GeorgeAlbert Smith sufrió gra-ves problemas de salud.Más tarde le confió a unamigo lo siguiente acer-ca de esa época de prue-bas: “Cuando me hallabaen esa condición tangrave (1909–1912), nosabía si mi labor habíaterminado o no; sin em-

bargo, le dije al Señor que si ésta había terminado yÉl estaba listo para enviarme de vuelta al hogar celes-tial, estaría listo para partir, pero si aún yo tenía unalabor que cumplir, desearía mejorar. Me puse en Susmanos para que hiciera conmigo de acuerdo con Suvoluntad, y poco después empecé a recuperarme” (ci-tado en Glen R. Stubbs, “A Biography of George AlbertSmith, 1870 to 1951”, Tésis doctoral, UniversidadBrigham Young, 1974, pág. 317).

El élder George Albert Smith y el élderHenry Foster.

Conferencia misional, Chattanooga, Tennessee, 1893.

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Presidentes de la Iglesia

SE CASÓ CON LUCY WOODRUFFLucy Emily Woodruff

era nieta del presidenteWilford Woodruff y unamujer de gran fe e inteli-gencia. Había conocido aGeorge Albert Smithdesde que eran niños, ylo amaba y respetaba. Sinembargo, el afecto que letenía se hallaba divididoentre George Albert yotro pretendiente.

En 1891, el cortejose vio interrumpidocuando George recibió

un llamamiento misional de la Primera Presidencia dela Iglesia para fortalecer a la juventud, los miembrosde la Asociación deMejoramiento Mutuode Hombres y MujeresJóvenes de las estacasde Juab, Millard, Beavery Parowan en el sur deUtah. Después de unasemana de haber comen-zado su asignación, escri-bió en su diario: “Lacarta que esperaba nuncallegó”. Cuando Georgerecibió la carta de LucyWoodruff al día siguiente,en ésta ella le hablaba delos posibles planes de matrimonio con el otro preten-diente. George respondió con una carta expresandosus sentimientos por Lucy y le dio el siguiente consejo:“Ora y sé humilde; no confundas el deber que tienescon los demás. Tu deber primordial debe ser contigo

misma. Siento que serásfeliz y ruego por que loseas” (citado en Gibbons,George Albert Smith,pág. 19).

Lucy detuvo sus pla-nes de matrimonio con elotro pretendiente, peroaún estaba indecisa encuanto a los sentimientosque tenía para ambos jó-venes. Después de mesesde confusión, finalmenterompió su relación senti-mental con el otro pre-tendiente y se casó con

Lucy Emily Woodruff, a la edad de10 años.

George Albert Smith en el Templo de Manti, Utah, el 25de mayo de 1892. “Después de un tiempo, al poner enperspectiva el asunto, comprendió que simplemente sehabía sentido deslumbrada por un hombre apuesto quecarecía de lo más fundamental. Lucy Woodruff Smithdijo una y otra vez que ‘estuvo a punto de cometer ungrave error’ ” (Gibbons, George Albert Smith, pág. 21).

FUE LLAMADO AL APOSTOLADOA George Albert Smith se le ordenó miembro

del Quórum de los Doce Apóstoles el 8 de octubre de1903; contaba con treinta y tres años de edad. A pesarde su casi continua debilidad física, viajó, predicó, tra-bajó y oró. Dedicó su atención en especial a los delin-cuentes juveniles, a las personas que no tenían hogar oque lo habían perdido, a los ciegos, a los grupos após-tatas de la Iglesia y al movimiento de los Boy Scouts.

TENÍA UN CREDO PERSONALA la edad de treinta

y cuatro años, GeorgeAlbert Smith hizo unalista de metas para todasu vida. Fue llamado aser apóstol en un mo-mento crucial en el queera importante que defi-niera exactamente porescrito lo que quería lo-grar durante el resto desu vida: “Quisiera seramigo del que no tieneamigos y encontrar gozoatendiendo a las necesi-dades de los pobres.Quisiera visitar al enfermo y al afligido e inspirar enellos el deseo de tener la fe para sanar. Quisiera en-señar la verdad para la comprensión y bendición detoda la humanidad. Quisiera salir en busca del queha errado el camino y tratar de lograr hacerlo volvera la vida de rectitud y felicidad. Quisiera no forzar alas personas a vivir de acuerdo con mis ideales, sinomás bien instarlas amorosamente a hacer lo correcto.Quisiera vivir entre la gente y ayudar a mis semejan-tes a resolver sus problemas a fin de que su vida te-rrenal sea más feliz. Quisiera evitar la publicidad delos altos puestos y rechazar los halagos de los amigosque piensan en forma insensata. No quisiera herir aconciencia los sentimientos de nadie, ni aún los deaquel que haya sido injusto conmigo, mas quisieraprocurar hacerle el bien y convertirlo en mi amigo.Quisiera vencer la tendencia al egoísmo y a los celos,y a regocijarme con el éxito de todos los hijos de mi

George Albert Smith.

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Lucy Woodruff, a la edad de 19 años.

Lucy Woodruff con el vestuario de unapresentación teatral.

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George Albert Smith Capítulo 8

Padre Celestial. No quisiera ser enemigo de ningúnalma viviente. Sabiendo que el Redentor de la huma-nidad ha ofrecido al mundo el único plan que nosdesarrollará completamente y que nos hará realmen-te felices tanto aquí como en la vida venidera, sientoque no es sólo mi deber sino un bendito privilegioexpandir esta verdad” (citado en Bryant S. Hinckley,“Greatness in Men: Superintendent George AlbertSmith”, Improvement Era, marzo de 1932, pág. 295).

George Albert Smith se esforzó por vivir su credo alpie de la letra, lo cual requirió un gran sacrificio de suparte. Su amor era sincero y constante; siempre demos-tró tolerancia, confianza e interés personal en miles delos hijos de nuestro Padre Celestial durante sus viajes yen la labor que realizaba. Por su intermedio se ponía demanifiesto el amor del Maestro. La vida de George AlbertSmith nos demuestra que el amor no es un sentimientopasivo, sino una acción constante y alerta y un deseo fer-viente de servir a cualquier costo.

“¿QUÉ HAS HECHO CONMI NOMBRE?”

Después de su lla-mamiento al apostolado,una poderosa lecciónquedó impresa en lamente de George AlbertSmith por un sueñoque tuvo con su abuelo,George A. Smith, quehabía sido miembro delQuórum de los DoceApóstoles y consejerodel presidente BrighamYoung, y que falleciócuando George Albertcontaba con sólo cincoaños de edad. George

Albert había estado gravemente enfermo y después deun tiempo relató lo siguiente:

“Perdí el conocimiento de lo que ocurría a mi alre-dedor y pensé que había ido al otro lado del velo. Meencontré de pie frente a un gran bosque repleto de ár-boles y había un gran lago hermoso a mis espaldas. Nohabía nadie a la vista, y no había ningún bote sobre ellago ni algún otro indicio visible de cómo había llegadoa ese lugar. Comprendí o parecía comprender que habíaterminado mi obra en la mortalidad y que había vueltoal hogar celestial. Empecé a mirar a mí alrededor paraver si podía encontrar a alguien; no había evidencia al-guna de que persona alguna viviera allí, sólo esos gran-des y hermosos árboles que estaban frente a mí y elmaravilloso lago que se hallaba a mis espaldas.

George A. Smith, abuelo de GeorgeAlbert Smith.

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“Comencé a explo-rar, y pronto encontréun sendero en el bosqueque parecía haber sidomuy poco transitado yque estaba casi ocultopor la maleza. Lo seguí,y después de caminardurante un rato y reco-rrer una distancia consi-derable por el bosque, via un hombre que se diri-gía hacia mí; me percatéde que era muy robusto

y me apresuré a acercarme a él, pues me di cuenta deque era mi abuelo. En vida había pesado casi cientocuarenta kilos, de modo que pueden imaginarse logrande que era. Recuerdo la felicidad que sentí alverlo; yo llevaba su mismo nombre y siempre habíaestado orgulloso de ello.

“Mi abuelo se detuvo cuando llegó a una corta dis-tancia de donde yo estaba, lo cual fue como una invita-ción para que también yo me detuviera. Entonces, y megustaría que ustedes niños y jóvenes nunca lo olviden,me miró con gran seriedad y me dijo:

“ ‘Me gustaría saber qué has hecho con mi nombre’.“Todo lo que yo había hecho hasta entonces pasó

por mi mente como si fuera en una pantalla, absoluta-mente todo, hasta llegar al mismo momento de aquelsueño; toda mi vida había pasado ante mí. Sonreí, miréa mi abuelo y le dije:

“ ‘Nunca he hecho nada con tu nombre de lo quepuedas avergonzarte’.

“Entonces él caminó hacia mí y me abrazó; en esemomento recuperé nuevamente conciencia del lugardonde me encontraba en esta tierra. La almohada esta-ba mojada como si le hubieran echado agua, mojadacon lágrimas de gratitud por haber podido contestara mi abuelo que yo estaba sin mancha” (“Your GoodName,” Improvement Era, marzo de 1947, pág. 139).

COMPARTIÓ EL EVANGELIOSIN TIMIDEZ

George Albert Smith fue realmente un misionero.En un período de diez años envió más de mil doscien-tos libros y folletos a personas que había conocido du-rante sus viajes que no eran miembros de la Iglesia.Durante esa época, se compraron lugares históricoscomo el Cerro de Cumorah y la Arboleda Sagrada paraexpandir aún más el mensaje de salvación. Fue tesorerode los ingresos públicos de la oficina de catastro del es-tado de Utah, presidente de varios congresos de alcancenacional, presidente de la mesa directiva de muchascompañías, propulsor de las mejoras sociales y de las

George Albert Smith, entre 1912–1914.

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Presidentes de la Iglesia

artes y ciencias, y en todo ello su intención principalera dar a conocer la Iglesia al mundo.

Con relación a laobra misional, dijo: “Todogozo y toda felicidad, quesean dignos de calificarsecomo tales, son el resulta-do de la obediencia a losmandamientos de Dios ya Su guía y consejo. Demanera que, al seguiradelante, procuremostener una buena influen-cia sobre nuestros amigosy vecinos; no seamos de-masiado tímidos. No esnecesario fastidiar a las

personas; más bien, hagámosles sentir y entender queno estamos interesados en que sean miembros de laIglesia para aumentar las cifras, sino porque al serlo tam-bién ellos también podrán disfrutar de las bendicionesque nosotros gozamos” (en Conference Report, abril de1948, pág. 162).

IREMOS A CADA RINCÓN DEL MUNDOEl presidente George Albert Smith dijo a los posee-

dores del sacerdocio: “Debemos enseñar el Evangelioen los países sudamericanos, en los que apenas hemospredicado; debemos predicar en cada región de Áfricaen donde no hayamos estado todavía; debemos predi-car el Evangelio en Asia. Y si sigo, diré que tenemos queir a cada rincón del mundo donde todavía no se nos hapermitido entrar. Veo a Rusia como uno de los camposmás fructíferos para la enseñanza del Evangelio deJesucristo. Y si no estoy equivocado, no pasará muchotiempo antes de que la gente que vive allá desee cono-cer algo acerca de esta obra que ha reformado la vidade tantas personas… La obligación más grande que te-nemos, mis hermanos, es compartir con los hijos denuestro Padre todas aquellas verdades fundamentales,todas las normas y reglamentos que conocemos comoel Evangelio de Jesucristo, las cuales nos preparan parala vida eterna. Hasta que hagamos esto usando todala capacidad que poseemos, no recibiremos todas lasbendiciones que tendríamos si lo hiciéramos” (enConference Report, octubre de 1945, pág. 119).

EL EVANGELIO SE ENSEÑARÁ PORMEDIO DE UNA TECNOLOGÍA MÁSDESARROLLADA

En 1946, el presidente George Albert Smith hablósobre los adelantos tecnológicos que habría y que ha-rían que avanzara el establecimiento del reino de Dios

George Albert Smith.

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sobre la tierra:“Continuaremos mejo-rando las transmisionespor onda corta, y no pa-sará mucho tiempo antesde que los siervos delSeñor, desde este mismopúlpito y desde otros lu-gares que se proveerán,puedan enviar sus men-sajes a grupos aislados alos que no se puede lle-gar debido a que se en-cuentran muy lejos. De

esa y otras maneras el Evangelio de nuestro SeñorJesucristo, que es el único poder de Dios para la salva-ción y que nos prepara para el reino celestial, se escu-chará en todas partes del mundo; y muchos de ustedesque están aquí vivirán para ver ese día” (en ConferenceReport, octubre de 1946, pág. 6).

MILLONES DE PERSONAS ACEPTARÁNLA VERDAD

El presidente George Albert Smith dijo: “Mi PadreCelestial… me ha llamado a viajar a muchas partes dela tierra, y he recorrido más de un millón de millasdesde que se me llamó al ministerio. He viajado a mu-chas tierras con diferentes climas, y dondequiera quehe ido he encontrado gente buena, hijos del Dios vi-viente que están esperando el Evangelio de Jesucristo;hay miles, cientos de miles, millones de ellos que acep-tarían la verdad si supieran lo que nosotros sabemos”(en Conference Report, octubre de 1945, pág. 120).

SE PUEDE HALLAR PAZ EN UN MUNDODEVASTADO POR LA GUERRA

Mientras había tanta agitación en el mundo durantela Primera Guerra Mundial, el élder George Albert Smithenseñó: “Aunque el mundo esté lleno de angustia, loscielos se obscurezcan, los relámpagos atraviesen el firma-mento y la tierra tiemble desde su mismo centro, si sabe-mos que Dios vive y que nuestra vida es recta, seremosfelices y tendremos una paz indescriptible porque sabre-mos que el Padre aprueba nuestra vida” (en ConferenceReport, octubre de 1915, pág. 28).

Después de la Primera Guerra Mundial, el élderSmith ejerció una función decisiva en el restablecimien-to de la obra misional en el continente europeo. Comopresidente de la Misión Europea, venció el prejuicio y lahostilidad con sus visitas a los dirigentes gubernamenta-les y editores de periódicos. Defendió el llamado de losprofetas vivientes y profetizó que aquellos que rehusa-ran el consejo de ellos sufrirían resultados desastrosos.

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George Albert Smith Capítulo 8

DURANTE LA SEGUNDA GUERRAMUNDIAL ENSEÑÓ ACERCA DELCAMBIO

En 1942, el mundo se vio envuelto en guerra unavez más. El élder George Albert Smith habló del cambioque puede producir el vivir los principios del Evangelio:

“Esta noche nos encontramos aquí en paz y quie-tud mientras el mundo está conmocionado. En todaspartes, la paz de la tierra ha sido quitada y se le ha dadopoder al diablo sobre su propio dominio. Dios ha dichoque si lo honramos y guardamos Sus mandamientos, siobservamos Sus leyes, Él peleará nuestras batallas y des-truirá a los inicuos; y cuando llegue el momento bajaráen el cielo, no del cielo, sino que traerá consigo el cielo,y esta tierra en la que moramos será el reino celestial.

“¿Qué pasaría si todo el mundo supiera y creyeraeso? ¡Qué cambio habría en las condiciones que existenentre los hijos de los hombres! ¡Qué gozo habría, enlugar de las aflicciones y los pesares de la actualidad!Teniendo conocimiento de todo esto, ustedes y yo tene-mos el deber de impartirlo a los demás” (en ConferenceReport, octubre de 1942, pág. 49).

Los resultados de laSegunda Guerra Mundialfueron horribles y depri-mentes; más de cincuentapaíses habían participadoen ella y se calcula quecincuenta y cinco millo-nes de personas habíanperdido la vida, y habíacostado más de un billónde dólares. Millones depersonas en Europa yAsia se encontraban sinsuficiente alimento, res-guardo y ropa; y el pesar,el odio y la desesperaciónrondaban las naciones ylos hogares. En una u otra forma, la Segunda GuerraMundial había afectado la vida de casi todos los habitan-tes del mundo.

El presidente Smith se preocupó por los efectos que tuvo la Segunda GuerraMundial en todo el mundo. Esta fotografía muestra a los santos holandesescosechando papas [patatas] para enviarlas a los miembros de Alemania.

El presidente Smith fue el “Hombredel Año” de la revista Time, 21 de juliode 1947.

SE LE LLAMÓ A SER PRESIDENTE DELA IGLESIA

El 21 de mayo de 1945, en una época en que ape-nas se vislumbraba el grado total de la mortandad y ladevastación que dejó la guerra, George Albert Smithcambió de un período de preparación a ocupar su po-sición preordenada como Presidente de la Iglesia. Elpresidente Smith no declaró cuál sería su misión perso-nal como profeta, vidente y revelador. No obstante, elélder Joseph F. Smith, quien era patriarca de la Iglesia,hijo de Hyrum Mack Smith y nieto del presidenteJoseph F. Smith, pronunció esta declaración profética:

“Frecuentemente se ha dicho que el Señor ha es-cogido a un hombre en particular para efectuar una mi-sión especial, y cada uno de los que estamos aquí lohemos conversado, así como también de qué maneralos talentos especiales de cada uno de los presidentesde Iglesia han sido de especial valor durante su misiónrespectiva. Yo desearía que todos los miembros de laIglesia pudieran haber sido testigos de la reunión deconsejo en la que se reorganizó la Primera Presidencia.Si alguna vez se ha manifestado el Espíritu del Señor,ha sido en esa ocasión, cuando todos los presentes go-zaron de su presencia, y estuvieron conscientes, sinninguna duda, de que aquello que se estaba haciendoera absolutamente correcto.

“No me corresponde a mí decir cuál será la misiónespecial que tiene por delante el presidente GeorgeAlbert Smith; pero sí sé que en este momento especialde la historia del mundo, nunca ha habido una necesi-dad más desesperada de amor fraternal, como en la

B. H. Roberts, George Albert Smith y Andrew Jenson.

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Presidentes de la Iglesia

actualidad. Además, no conozco a ningún hombre queame más profundamente a la humanidad como la amael presidente George Albert Smith. El que ambas cosas,la necesidad de amor y su llamado a la presidencia enesta época, hayan ocurrido al mismo tiempo, tiene unsignificado especial, al menos para mí” (en ConferenceReport, octubre de 1945, págs. 31–32).

ENVIÓ A UN EMISARIO DE LA PAZAntes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, a

los misioneros se les había enviado de vuelta a casa. LosSantos de los Últimos Días, especialmente los de los paí-ses europeos, no habían visto a un representante de laIglesia por varios años. Al presidente Smith le preocupa-ban esos santos, pero le era imposible ir personalmentea Europa después de la guerra; por lo tanto, envió alélder Ezra Taft Benson a averiguar qué ayuda podríaprestar la Iglesia y cuánta ayuda necesitaban. El élderBenson describió de esta manera lo que vio:

“No tomaré el tiempo en esta ocasión para descri-bir los horrores de la guerra, lo peor de los cuales no esel combate físico, sino sus resultados: el abandono delas restricciones morales y religiosas, el aumento del pe-cado, las enfermedades; el incremento de la mortandadinfantil; y todo el sufrimiento que acompaña al hambre,a la enfermedad y a la inmoralidad. Vimos estas cosas acada paso; vimos naciones completamente arruinadaseconómicamente. Cuando llegamos incluso nos fue difí-cil obtener una comunicación telefónica desde Londrescon muchas de nuestras misiones del continente. Ni si-quiera podíamos comunicarnos telefónicamente conHolanda, y mucho menos con países como Polonia yChecoslovaquia. Casi el único tipo de transporte dispo-nible era el que estaba controlado por los militares…

“Creo que nunca olvidaré esas primeras reunionescon los santos. Ellos han sufrido mucho, mis hermanosy hermanas. Nos preguntábamos cómo nos recibirían ycuál sería su reacción. ¿Estarían sus corazones llenos deamargura y odio? ¿Se habrían vuelto en contra de la

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La Primera Presidencia: J. Reuben Clark, George Albert Smith y David O. McKay.

Iglesia? Recuerdo nuestra primera reunión en Karlsruhe.Después de haber estado en Bélgica, Holanda y los paí-ses escandinavos, entramos a Alemania durante su ocu-pación. Finalmente encontramos nuestro camino allugar en el que se efectuaba la reunión, un edificio casia la mitad de la manzana, que había sido parcialmentedestruido por los bombardeos. Los santos habían estadoreunidos unas dos horas aguardándonos, con la espe-ranza de que llegáramos porque habían recibido la noti-cia de que quizás estuviéramos allí a tiempo para laconferencia. Y entonces vi, por primera vez en mi vida,a casi toda la congregación con lágrimas en los ojos,mirándonos mientras nos dirigíamos a la plataforma ydándose cuenta de que por fin, después de seis o sietelargos años, los representantes de Sión, que así nos lla-maban, habían vuelto a estar entre ellos. Después, alterminar la reunión, que se prolongó a solicitud de lospresentes, insistieron en que fuéramos a la puerta y leestrecháramos la mano a cada uno de ellos mientrasiban saliendo del edificio bombardeado. Y notamos quemuchos, después de pasar por la línea, regresaban y vol-vían a pasar por segunda y tercera vez, de lo felices queestaban de poder estrecharnos la mano. Al mirarlos a lacara, pálidos, enflaquecidos, muchos de ellos vestidoscon andrajos, algunos descalzos, vi brillar en sus ojos laluz de la fe mientras expresaban su testimonio de la divi-nidad de esta gran obra de los últimos días y su gratitudpor las bendiciones del Señor” (en Conference Report,abril de 1947, págs. 153–154; véase también La Historiade la Iglesia en la Dispensación del Cumplimiento delos Tiempos, pág. 611).

La fuerza misional de tiempo completo se recupe-ró de la baja que sufrió durante los años de la guerra de386 misioneros en 1945 hasta más de 5.800 en 1951.

SE REUNIÓ CON EL PRESIDENTEDE LOS ESTADOS UNIDOS

El presidente George Albert Smith con el presidente de los Estados UnidosHarry S. Truman.

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George Albert Smith Capítulo 8

En la década de 1940 imperaban el odio, la deses-peración y el pesar; la Segunda Guerra Mundial habíaendurecido el corazón de muchas personas. GeorgeAlbert Smith era un hombre cuyo amor por el prójimose había forjado en la fragua de la aflicción; se habíadedicado al Señor mediante largas noches de oración yaños de servicio a los demás, y ahora era el profeta deDios. Envió noventa y nueve vagones con alimentos yropa para los santos afligidos de Europa; se pidió unayuno especial y se contribuyó con dinero para ayudarno sólo a los santos sino también a los demás damnifi-cados. Se volvieron a abrir las misiones cerradas y secrearon otras nuevas. El presidente Smith relató unavisita que hizo al Presidente de los Estados Unidos du-rante esa época:

“Cuando terminó la guerra, fui en representaciónde la Iglesia a ver al Presidente de los Estados Unidos.Cuando llegué a visitarlo me recibió con gran cordiali-dad; ya lo había conocido anteriormente, entonces ledije: ‘Señor Presidente, solamente he venido para sabercuál será su actitud si los Santos de los Últimos Díasestán preparados para enviar alimentos, ropa y ropa decama a Europa’.

“Sonrió y mirándome dijo: ‘Bien, ¿para qué de-sean enviar eso allá? El dinero de ellos no vale nada’.

“Le contesté: ‘No queremos su dinero’. Entoncesme miró y me preguntó: ‘¿Quiere decir que lo van aregalar?’

“Yo contesté: ‘Por supuesto que lo vamos a rega-lar. Ellos son nuestros hermanos y hermanas y se en-cuentran en dificultades. Dios nos ha bendecido conmás de lo que necesitamos, y nos sentiríamos muy di-chosos de hacer el envío si contáramos con la coopera-ción del gobierno’.

“Él dijo: ‘Parece que están en el camino correcto’;y añadió, ‘les ayudaremos con gusto en todo lo quepodamos’.

“He recordado eso con frecuencia. Después deestar sentados por un rato, me preguntó otra vez:‘¿Cuánto tiempo les llevará tener todo preparado?’.

“A lo que contesté: ‘Ya está todo listo’.“Como recordarán, el gobierno había estado des-

truyendo alimentos y se rehusaba a plantar granos du-rante la guerra, de manera que le dije:

“ ‘Señor Presidente, mientras el gobierno enWashington aconsejaba destruir los víveres, nosotrosconstruíamos silos, los llenábamos de grano y aumen-tábamos nuestros rebaños y manadas, y ahora lo quenecesitamos son trenes y barcos para enviar cantida-des considerables de alimentos, ropa y ropa de camaa la gente afligida de Europa. Tenemos una organiza-ción en la Iglesia que ha hecho a mano más de dosmil acolchados con ese propósito’.

“…como resultado muchas personas recibieronropa, ropa de cama y alimentos sin demora alguna.Contábamos con lo necesario para enviarlo a Europa tanrápido como conseguíamos los vagones y los barcos” (enConference Report, octubre de 1947, págs. 5–6).

EL AMOR BENDICE A LOS AFLIGIDOSEl presidente George Albert Smith era reconocido

por el amor y la preocupación sinceros por su prójimo,especialmente en los momentos de necesidad. El 8 deabril de 1951, poco después de fallecer el presidenteSmith, el élder John A. Widtsoe, en ese entonces miem-bro del Quórum de los Doce Apóstoles, relató la si-guiente experiencia:

“Durante los aconte-cimientos de los últimosdías, muchos recuerdosse agolpan en mi mente.La tarde de un día calu-roso y agobiante de agos-to o septiembre, meencontraba en mi oficinamuy cansado a causa deun agotador día de traba-jo. La Universidad deUtah había sufrido disen-siones internas, las quesus enemigos se habíanencargado de propagarhasta convertirlas en unescándalo nacional. “Seme había llamado paraayudar a los que intenta-

ban hacer volver a la normalidad la institución y su tra-bajo; era la tercera vez en mi vida que me veía obligadoa servir de esa forma a mi estado y me sentía abruma-do. En ese mismo momento llamaron a la puerta, y

El presidente Smith conoció a HelenKeller en el Hotel Utah en 1941. A laedad de 18 años, el sol dañó uno de losojos de George Albert Smith, mientrasél trabajaba como topógrafo para lacompañía ferroviaria. Su vista quedóperjudicada por el resto de su vida.

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El presidente George Albert Smith.

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entró George Albert Smith, diciendo: ‘Voy camino acasa después de un día de trabajo. Pensé en usted y enlos problemas que se espera que resuelva, y vine paraconsolarlo y bendecirlo’.

“Ésa era la manera de ser de George Albert Smith.De los muchos amigos que tengo a través del estado ymás allá, fue el único, con excepción de unos cuantosamigos íntimos, que se tomó el tiempo para darme laayuda espiritual que necesitaba para llevar a cabo eltrabajo que tenía que desempeñar. Claro que apreciéesa ayuda; nunca la olvidaré. Caminamos juntos poralgún tiempo; luego nos separamos y él se fue a sucasa. Mi corazón se había elevado; ya no me sentíaabrumado” (en Conference Report, abril de 1951,pág. 99).

EL AMOR BUSCA CUALQUIEROPORTUNIDAD DE SERVIR

“En cierta ocasión,[George Albert Smith]viajaba de vuelta de unaconvención. En su grupoestaba la hija del presi-dente Heber J. Grant, lacual relató que el presi-dente Smith, al ver alotro lado del pasillo auna joven madre consus hijos, rodeada porsu equipaje, sintió la ne-cesidad de ir a hablarcon la dama y averiguarsi todo estaba bien.

“ ‘En pocos minutosel presidente Smith ya

se encontraba hablando con la joven madre. Volvió anuestro asiento y dijo: ‘Sí, es tal como yo pensaba. Esajoven madre inicia un largo viaje; miré su pasaje. Nopuedo comprender por qué razón el hombre que selo vendió no le dio una mejor ruta de viaje, pues conla que tiene tendrá que soportar una larga espera enla ciudad de Ogden y otra en Chicago. Tengo su pasajey me bajaré en Ogden para ver si puedo cambiárselode modo que haga otras conexiones y no tenga largasesperas en Ogden y en Chicago’ ”.

“El presidente Smith se bajó del tren en el mo-mento en que éste se detuvo y arregló las cosas parala joven madre, cambiándole el pasaje por otro que lepermitiría hacer un viaje más cómodo. Tal era la sensi-bilidad de este hombre para con los demás” (Bassett,New Era, enero de 1972, pág. 52).

George Albert Smith apoyó conentusiasmo el programa de los Scouts.

EL AMOR ENCUENTRA TIEMPOPARA LOS DEMÁS

“En un… viaje a losestados del centro de losEstados Unidos, [el presi-dente George AlbertSmith] corría para alcan-zar un tren, cuando unamadre con cuatro peque-ños lo detuvo para quesus hijos tuvieran la opor-tunidad de estrecharle lamano. Alguien tomó unafotografía del incidente yle envió una copia al pre-sidente Smith con estainscripción: ‘Le envío estafotografía porque es una ilustración gráfica de la clase dehombre que pensamos que es. La razón por la que apre-ciamos tanto el incidente es porque, a pesar de lo ocu-pado que está y del hecho de que debía correr hacia suautomóvil y después hacia el tren que le esperaba, tomóel tiempo necesario para estrechar la mano de cada unode los niños de esa familia’ ” (D. Arthur Haycock, “A Daywith the President”, Improvement Era, abril de 1950,pág. 288).

LA FELICIDAD SE OBTIENEEN PROPORCIÓN AL AMOR YAL SERVICIO QUE DAMOS

El élder GeorgeAlbert Smith, en eseentonces miembro delQuórum de los DoceApóstoles, enseñó: “Noolviden que no importacuánto dinero den, noimporta cuánto deseenlas cosas de este mundopara ser felices, serán fe-lices en proporción a lacaridad, la bondad y elamor que den a aquelloscon quienes se relacio-nen aquí sobre la tierra.Nuestro Padre Celestialha dicho en palabras

muy claras que el que dice que ama a Dios y no ama asu hermano es un mentiroso” (Relief Society Magazine,diciembre de 1932, pág. 709).

El presidente George Albert Smithrecibió las medallas Castor de platay Búfalo de plata de los Boy Scoutsde América.

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En la dedicación del monumento“Éste es el lugar”.

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George Albert Smith Capítulo 8

TENÍA UNA VISIÓN DEL FUTURO DELOS INDIOS AMERICANOS Y SENTÍACOMPASIÓN POR ELLOS

El élder Spencer W. Kimball, en ese entoncesmiembro del Quórum de los Doce Apóstoles, hablósobre la preocupación que tenía el presidente GeorgeAlbert Smith por los indios americanos, que eran des-cendientes de Lehi:

“Cuando el gran amor que abrigaba por sus seme-jantes lo impulsó a sentir por ellos una gran compa-sión, vio en una visión a todo un pueblo que bajó delproverbial Jerusalén hasta Jericó, y cayó entre unabanda de ladrones. Los vio desnudos y gravemente he-ridos. Los vio desamparados y despojados. Vio que aun lado de ellos pasaban sacerdotes que, aunque veíansu aflicción, pasaban de largo sin detenerse en su cami-no. Vio a levitas modernos que llegaban, miraban y se-guían su camino. El presidente Smith decidió que erahora de hacer algo constructivo por este pueblo indioque había caído en el infortunio; de sanar sus heridasy de verter aceite sobre ellas.

“Acudió al presidente Heber J. Grant (el presiden-te Smith era en ese tiempo miembro del Quórum delos Doce), y le pidió permiso para trabajar entre los in-dios, lo cual le fue concedido. Se organizó un comitéy empezó la obra en forma pequeña, tal como suelencomenzar muchos programas” (“Elder Kimball Tells ofPresident Smith’s Concern for His Lamanite Brethren,”Church News, 11 de abril de 1951, pág. 11).

SU AMOR SE EXTENDIÓ A LOSGRUPOS APÓSTATAS

El presidente George Albert Smith sintió un pro-fundo interés por las personas que se habían apartadode la Iglesia, y trató de demostrarles el error en que

El presidente George Albert Smith con los indios navajos, 23 de octubrede 1948.

habían caído. El siguiente relato ilustra uno de esoscasos: Un grupo grande de miembros se había aparta-do de la Iglesia y había establecido su propia iglesia.Los integrantes estaban molestos con algunos de los lí-deres, y decidieron tomar el control de la situación.En el año 1946, el presidente Smith los visitó, se reu-nió con ellos, les estrechó la mano, habló, oró y lloró,lo que hizo que se sintieran conmovidos por su pre-sencia, pues él tenía la apariencia de un profeta y ac-tuaba como tal. Mil doscientas personas reconocieronque él era un profeta y, al sentir el amor radiante deCristo que se extendía hacia ellos por medio del ungi-do del Señor, regresaron a la seguridad de la Iglesia dela cual se habían alejado.

AMONESTÓ SOBRE LOS JUICIOS QUESE CIERNEN EN LOS ÚLTIMOS DÍAS

A causa del gran amor que sentía por la humani-dad, no podía permanecer callado con respecto a losjuicios que se cernirían sobre el mundo si la gente nose arrepentía. Al igual que Elías el profeta, habló conpoder y autoridad. En una ocasión pronunció una ad-vertencia: “No falta mucho tiempo para que sobreven-gan las calamidades a la familia humana a menos quehaya un pronto arrepentimiento” (en ConferenceReport, abril de 1950, pág. 169).

Fue tan valiente como Abinadí, quien ante la críticay las calumnias, profetizó acerca de los resultados fina-les de esa iniquidad. De aquellos que menospreciabanal profeta José Smith, el presidente Smith dijo: “Seránolvidados y sus restos regresarán a la madre tierra, si esque aún no han regresado, y la reputación de sus horri-bles actos nunca morirá; en cambio la gloria, el honor,la majestuosidad, el valor y la fidelidad manifestadospor el profeta José Smith se relacionarán eternamentecon su nombre” (en Conference Report, abril de 1946,págs. 181–182).

El presidente George Albert Smith con la actriz de cine Ann Blyth,aproximadamente en el año 1949.

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Presidentes de la Iglesia

EL MUNDO SE HALLAESPIRITUALMENTE ENFERMO

El presidente George Albert Smith advirtió:“El mundo está corrompido, y no es la primera vez,

sino que ha sucedido también en otros tiempos; en esasocasiones algunas naciones tuvieron que ser destruidaspor causa de la iniquidad del pueblo que las habitaba. Através de las épocas, el Señor ha hablado con sus líderesy maestros inspirados, pero cuando el mundo se rehúsaa obedecer después de haber recibido la enseñanza ade-cuada, con su actitud le dice a nuestro Padre Celestial, eldueño de este mundo: ‘No te necesitamos y haremosnuestra voluntad’.

“Desafortunadamente, las personas que piensande esa manera no comprenden que están limitando asísus propias experiencias en la vida y preparando el es-cenario para las aflicciones que puedan sobrevenir”(en Conference Report, septiembre–octubre de 1949,pág. 167).

MUCHOS SE HAN APARTADO DE LACREENCIA VERDADERA EN DIOS

El presidente Smith habló de la decreciente creen-cia en Dios y en la misión divina de Jesucristo:

“Es extraño cuan difícil es para muchas personascreer que existe un Dios. Hay muchos que son anticris-tos, que creen en casi cualquier cosa y la defiendencon toda clase de argumentos; hoy quiero decirles quela mayor parte de la población del mundo en que vivi-mos está compuesta por anticristos, personas que deninguna manera desean seguir a Cristo. Y entre los queafirman creer en el cristianismo, son comparativamentepocos los que realmente creen en la misión divina deJesucristo.

“Bien, ¿cuál es el resultado? Las personas se hanalejado del Señor y Él no puede bendecirles cuando serehúsan a ser bendecidos” (en Conference Report, abrilde 1948, pág. 179).

El presidente George Albert Smith y sus consejeros, David O. McKayy J. Reuben Clark.

SE HA LLEGADO A PREFERIR LAFALSEDAD MÁS QUE LA VERDAD

El presidente George Albert Smith dijo: “Alguien hadicho que la gente en general prefiere creer una menti-ra y ser condenada que aceptar la verdad. Esa es unadeclaración sumamente severa, pero creo que podríaaceptarse como un hecho. No existe nada en el mundomás dañino para la familia humana que el odio, el pre-juicio, la sospecha y la actitud de crueldad que algunaspersonas tienen hacia sus semejantes” (en ConferenceReport, octubre de 1949, pág. 5).

AÚN HAY ESPERANZAEl presidente George Albert Smith advirtió sobre las

consecuencias de la iniquidad del mundo, pero ofreció laesperanza de que se puede prevenir: “Me temo que seacerca el tiempo en que, a menos que encontremos lamanera no sólo de evitar la destrucción de la vida huma-na por accidentes causados por descuidos y a menos quepodamos llamar al arrepentimiento a la gente de estemundo para que regrese del error, las calamidades de lagran guerra que acabamos de pasar [la Segunda GuerraMundial] serán algo insignificantes, en lo que tiene quever con las calamidades, comparadas con lo que ha desobrevenir. Y podemos evitarlo si lo deseamos y si todoshacemos nuestra parte” (en Conference Report, octubrede 1946, pág. 149).

PARA EVITAR LAS CALAMIDADESDEBEMOS HACERLO A LA MANERADEL SEÑOR

En 1945, al regresar los ejércitos a sus tierras deorigen, después de la Segunda Guerra Mundial, los diri-gentes de las naciones comenzaron a hacer planes, areunirse y a hablar de tratados, leyes y estatutos. Habíamuchas esperanzas de alcanzar una paz duradera; noobstante, buscaron la paz a la manera del mundo, resol-

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George Albert Smith era una de las Autoridades Generales encargada deadquirir y preservar los lugares históricos importantes de la Iglesia. Enesta fotografía aparecen Lucy Woodruff Smith sobre el cerro de Cumorah,acompañada de Pliny T. Sexton, dueño de la mayor parte del cerro. Para1928, la Iglesia ya había adquirido toda la propiedad alrededor del cerro deCumorah, incluso el cerro mismo.

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George Albert Smith Capítulo 8

viendo los problemas de la guerra por medio de la polí-tica. Mientras seguían adelante la prisa internacional dela reconstrucción, la legislación y las promesas hechaspor los hombres, otra voz hablaba con claridad y senci-llez; era la voz del Señor a través de su profeta, el presi-dente George Albert Smith, que declaró: “Podemosformular leyes hasta que el mundo se acabe, pero esono hará justos a los hombres. Será necesario que aque-llos que anden en la oscuridad se arrepientan de suspecados, enmienden su vida y vivan de tal manera quedisfruten de la influencia del Espíritu de nuestro PadreCelestial” (en Conference Report, septiembre–octubrede 1949, pág. 6).

SOLAMENTE CON LA INFLUENCIADEL ESPÍRITU PUEDEN LOS HOMBRESLABRAR LA PAZ DURADERA

Mucho antes de que estallara la Segunda GuerraMundial, el élder George Albert Smith, en ese entoncesmiembro del Quórum de los Doce Apóstoles, advirtió:“Existe mucha confusión en el mundo, y no parece habermanera de eliminarla, excepto mediante el poder denuestro Padre Celestial. La sabiduría del mundo fracasa,las Escrituras se cumplen y en la actualidad los hombresmás sabios están procurando establecer, mediante la le-gislación, una condición y una vida más sana para la hu-manidad. Podrán esforzarse por lograrlo, pero a menosque los hombres tengan fe en Dios y comprendan el pro-pósito de la vida, no progresarán mucho en sus esfuer-zos. Los habitantes del mundo deben arrepentirse de suspecados antes de que el Señor pueda otorgarles la paz yla felicidad que desean. Ningún otro plan tendrá éxito”(en Conference Report, abril de 1934, pág. 27).

Años después de terminar la Segunda GuerraMundial, el presidente Smith declaró: “Esta terribleGuerra mundial que ha llenado a las personas de odioaparentemente ha tenido un gran efecto en todos. Yano existe entre los hijos de los hombres la idea de que

El presidente Smith con los Boy Scouts, 14 de febrero de 1950.

pueden sentarse alrededor de la mesa del diálogo parahacer planes, para mantener la paz con el fin de satisfa-cer a todos los interesados. ¿Por qué? Porque no tienenel Espíritu de Dios, y sin él nunca llegarán a un acuer-do; esto es algo que nosotros sabemos pero que elmundo desconoce” (en Conference Report, abril de1948, pág. 180).

LA CONSTITUCIÓN DE LOSESTADOS UNIDOS SE DIO PORINSPIRACIÓN DE DIOS

El presidente George Albert Smith dijo: “Sabemosque los Diez Mandamientos contienen la voluntad denuestro Padre Celestial, y estoy agradecido no sólo porlas leyes civiles sino también por las leyes que Dios nosha dado. Me siento obligado a llevar mi vida conforme alas enseñanzas de los Diez Mandamientos. De la mismamanera, me siento obligado a apoyar la Constitución delos Estados Unidos, la cual proviene de la misma fuenteque los Diez Mandamientos. A menos que la gente deesta gran nación comprenda estas cosas y se arrepienta,podrían perder la libertad de la que ahora disfrutan, ylas bendiciones que son tan abundantes entre nosotros”(en Conference Report, abril de 1949, pág. 169).

DEBEMOS SER DIGNOS DE LASBENDICIONES QUE PEDIMOSEN ORACIÓN

El presidente George Albert Smith dijo: “¿Y quésucederá con América? No hace mucho tiempo, estabaen una reunión en la que un grupo de Boy Scouts sepuso de pie y cantó: ‘Dios bendiga a América’; lo hicie-ron muy bien, y mientras cantaban me pregunté a mímismo: ‘¿Cómo puede bendecir a América [EstadosUnidos] si ésta no se arrepiente?’. Nuestro PadreCelestial nos ha prometido que toda gran bendiciónque deseemos la podremos obtener si lo honramos yguardamos Sus mandamientos; orar no es suficiente.

Objetos de interés de los Boy Scouts que pertenecían al presidente Smith.

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Presidentes de la Iglesia

No sólo debemos orar, sino vivir de tal forma queseamos dignos de esas bendiciones” (en ConferenceReport, octubre de 1948, pág. 184).

“PERMANEZCAN DEL LADODEL SEÑOR”

El presidente George Albert Smith con ropa de aviador y su esposa, Lucy,frente a un avión.

El presidente George Albert Smith a menudo divi-día las influencias en dos categorías. Si escogemos una,tendremos una seguridad perfecta; pero si elegimos laotra, no la tendremos. Sus palabras nos dan una clavesencilla para obtener la paz en un mundo de tumulto:

“Existen dos influencias en el mundo. Una es la denuestro Padre Celestial; la otra es la de Satanás. Podemosescoger bajo cuál de ellas deseamos vivir: en el territoriode nuestro Padre Celestial o en el de Satanás.

“En muchas ocasiones he repetido lo que dijo miabuelo; él también habló desde este púlpito, y fue quienme dio el nombre que llevo, que es el suyo. Al aconsejara su familia dijo: ‘Hay una línea divisoria bien definida;de un lado está el territorio del Señor, del otro lado eldel diablo. Si permanecen del lado del Señor, están per-fectamente a salvo, porque el adversario de toda justiciano puede cruzar esa línea divisoria’.

“¿Qué significa eso? Significa para mí que los quellevan una vida recta y guardan todos los mandamien-tos de nuestro Padre Celestial están perfectamente asalvo; no sucede lo mismo con los que le dan poca im-portancia a Sus consejos” (en Conference Report, sep-tiembre–octubre de 1949, págs. 5–6).

EL SEÑOR PELEARÁNUESTRAS BATALLAS

Durante la Segunda Guerra Mundial, en calidad demiembro del Quórum de los Doce Apóstoles, el élderGeorge Albert Smith enseñó sobre la protección divina:“No importa si el cielo está cubierto de amenazantesnubes, no importa si suenan los tambores de guerra, noimporta qué condiciones haya en el mundo, aquí en LaIglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días,

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mientras honremos y guardemos los mandamientos deDios, estaremos protegidos en contra de los poderesdel mal, y los hombres y las mujeres, si guardan losmandamientos de nuestro Padre Celestial, podrán vivirsobre la tierra con honor y gloria hasta el fin de su vida”(en Conference Report, abril de 1942, pág. 15).

“YO SÉ QUE MI REDENTOR VIVE”George Albert

Smith pasó sus días enun esfuerzo incansablepor acercar al pueblomás al Maestro al queservía, pero luego, en1951, su salud se deterio-ró rápidamente, dejándo-lo sin energía. La misiónde su vida se había cum-plido. El obispo RobertL. Simpson, en ese en-tonces consejero delObispado Presidente,habló con Edith Elliotsobre el último día desu padre, el presidenteSmith:

“Me dijo que el último día de vida del presidenteSmith, la familia se reunió a su lado. Respiraba muyprofundamente y eso les preocupaba; el doctor se hizoa un lado para permitir que la familia se acercara. Elhijo mayor se agachó y preguntó: ‘Padre, ¿hay algo quequieres decir a la familia, algo en especial?’.

“Luego describió la forma en que el profeta, conuna sonrisa en los labios, dijo: ‘Si, sólo esto: Yo sé quemi Redentor vive; yo sé que mi Redentor vive’ ” (ThePowers and Responsibilities of the Priesthood, BrighamYoung University Speeches of the Year, 31 de marzo de1964, págs. 7–8).

Muchas personas sintieron la influencia amorosadel presidente Smith, la cual quedó ejemplificada porlos homenajes que le rindieron en esa época dos de losmiembros del Quórum de los Doce Apóstoles que sir-vieron a su lado.

El élder Ezra Taft Benson dijo: “Que Dios bendigala memoria del presidente George Albert Smith. Notengo palabras para expresar el agradecimiento que sien-to por haberme permitido trabajar cerca de él en estosúltimos años. Me siento agradecido porque mi familia havivido en el mismo barrio que él y hemos sentido labuena influencia de su tierno espíritu. Nunca dejaré desentir agradecimiento por las veces que visitó mi casamientras yo servía como humilde misionero, al finalizarla Segunda Guerra Mundial, en las naciones de Europa

El presidente George Albert Smithmedía 1.83 metros de altura; estaballeno de energía y disfrutaba demuchos deportes. Se le conocía porsu bondad y su habilidad de ayudara las personas a sentirse bien.

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George Albert Smith Capítulo 8

que fueron devastadas por el conflicto. En especial, mesiento agradecido por su visita en la tranquilidad de lanoche cuando nuestra pequeñita estaba moribunda. Sinprevio aviso, el presidente Smith encontró el tiempopara venir a nuestro hogar y poner las manos sobre lacabeza de esa pequeñita a quien su madre sostenía enlos brazos desde hacía ya varias horas y prometer que serecuperaría por completo. Ése era el presidente Smith;siempre tenía tiempo para ayudar, especialmente a losque estaban enfermos, aquellos que más lo necesitaban”(en Conference Report, abril de 1951, pág. 46).

El élder Spencer W. Kimball dijo: “Me parece quetodos los hechos y todos los pensamientos de nuestro

presidente nos indican que amó al Señor con todo sucorazón y con toda su alma, y de igual forma amó a suprójimo. ¿Existe algún ser mortal que pudiera haberloamado más que él?” (Church News, 11 de abril de1951, pág. 11).

George Albert Smith cumplió con el gran manda-miento de amar a Dios y a su prójimo. El mundo actualsería más bendecido si las personas hubieran seguidoel ejemplo de su vida magnífica y si hubieran dadooído a sus amorosos consejos. Imaginen las bendicio-nes que hubieran recibido las naciones de la tierra.

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David O. McKay NOVENO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 9

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RESUMEN DE LA VIDA DE DAVID O. MCKAY

Edad Acontecimientos

Nace el 8 de septiembre de 1873 en Huntsville, Condado de Weber, estado deUtah; sus padres son David y Jennette Eveline Evans McKay.

3 Muere el presidente Brigham Young ( 29 de agosto de 1877).

23 Es presidente de su clase y se gradúa con honores, pronunciando el discursoestudiantil de despedida de la Universidad de Utah (junio de 1897).

23–25 Sirve en una misión de dos años en Escocia (1897–1899).

27 Contrae matrimonio con Emma Ray Riggs (2 de enero de 1901).

32 Es ordenado apóstol por el presidente Joseph F. Smith (9 de abril de 1906).

44 Se publica su primer libro, Ancient Apostles (1917).

45 Se le llama como superintendente general de la Escuela Dominical (1918–1934).

46–48 Es Comisionado de Educación de la Iglesia (1919–1921).

47 Durante una gira mundial, tiene una visión de una ciudad celestial (10 de mayode 1921).

49–51 Presta servicio como presidente de la Misión Europea (1922–1924).

61 Se le sostiene como consejero del presidente Heber J. Grant (6 de octubre de1934; más tarde se le sostiene y aparta como consejero del presidente GeorgeAlbert Smith; 21 de mayo de 1945).

77 Se le sostiene como Presidente de la Iglesia (9 de abril de 1951).

78 Visita nueve países europeos (1952).

82 Dedica el Templo de Berna, Suiza (11 de septiembre de 1955); dedica el Templode Los Ángeles, California (11 de marzo de 1956).

85 Dedica el Templo de Hamilton, Nueva Zelanda y el Church College [Universidad dela Iglesia] de Nueva Zelanda (20 de abril de 1958); dedica el Templo de Londres,Inglaterra (7 de septiembre de 1958); dedica el Church College de Hawai[Universidad de la Iglesia en Hawai] (diciembre de 1958).

86 Hace público su bien conocido concepto de “Todo miembro un misionero” (abrilde 1959).

88 Anuncia que a los miembros del Primer Consejo de los Setenta se les debe ordenarcomo sumos sacerdotes; comienza el programa de correlación de la Iglesia (1961).

90 Se introduce el programa de orientación familiar (enero de 1964).

91 Dedica el Templo de Oakland, California (17 de noviembre de 1964).

94 Llama a los primeros representantes regionales del Quórum de los DoceApóstoles (1967).

96 Fallece en Salt Lake City, Utah (18 de enero de 1970).

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Presidentes de la Iglesia

El 8 de septiembre de 1873, cuando nació DavidOman McKay, Brigham Young era el presidente de laIglesia. El pequeño David aprendió la virtud del trabajoarduo de su padre, quien era granjero. La fe en elEvangelio quedó grabada en su corazón por los precep-tos, el ejemplo y la perseverancia que vio en su familia.

El clan de los McKay (o MacKay) tuvo sus orígenesen las tierras altas del norte de Escocia. En ese linajehabía una gran nobleza de carácter. Al convertirse a laIglesia, los abuelos y bisabuelos de David demostraronuna lealtad inalterable hacia el Evangelio.

TUVO IMPORTANTESRESPONSABILIDADES AUNA TEMPRANA EDAD

“Cuando (David O.McKay) tenía ocho años,su padre recibió el llama-miento de servir en unamisión. No era fácil acep-tar ese llamamiento quelo mantendría alejado desu hogar durante dos otres años. Su esposa es-peraba otro hijo y habíanhecho planes para agran-dar la casa y comprar al-gunos muebles. Lasresponsabilidades de ad-

ministrar la granja eran demasiado pesadas para su es-posa, así que cuando le mostró la carta donde lollamaban a la misión, dijo: ‘Por supuesto que me seráimposible ir’. Jennette leyó la carta, miró a su esposo ydijo con resolución: ‘Claro que debes aceptar; no tie-nes por qué preocuparte por mí. David O. y yo podre-mos atender todo muy bien’…

El pequeño David O. McKay, a loscinco años de edad, aproximadamente.

La familia McKay, alrededor de 1878. David O. está sentado en el regazo desu padre.

“…durante la ausencia de su padre, el joven Davidrápidamente encaminó sus energías a las tareas y a lostrabajos de la granja. De esta manera las circunstanciaslo ayudaron a madurar más de lo normal a sus pocosaños de edad” (Llewelyn R. McKay, Home Memories ofPresident David O. McKay, 1956, págs. 5–6).

Poco antes de cumplir los catorce años, recibió subendición patriarcal, en la que se le dijo: “Puesto que teencuentras en los años de tu juventud, necesitas instruc-ción, por tanto te digo, aprende de tus padres el caminode la vida y de la salvación, para que a edad tempranaestés preparado para ocupar un cargo de responsabili-dad, pues el Señor tiene su ojo puesto en ti… El Señortiene una gran obra para ti, en la cual verás gran partedel mundo, ayudarás a congregar a Israel y también tra-bajarás en el ministerio. Tú te sentarás en consejo contus hermanos, presidirás entre la gente y exhortarás a lossantos a ser fieles” (citado en Jeannette McKay Morrell,Highlights in the Life of President David O. McKay,1966, pág. 26).

EN SU JUVENTUD APRENDIÓ ACERCADE LA REVELACIÓN

El presidente David O. McKay compartió la si-guiente historia de su niñez:

“Desde mi niñez me ha sido fácil comprender larealidad de las visiones del profeta José Smith y creeren ellas. Lo que voy a decir puede parecerles muy sen-cillo, pero es algo que llevo muy cerca a mi corazón.

“Cuando era pequeño, tenía miedo durante lanoche. Esto lo atribuí a un sueño que tuve en el quedos indios entraban al patio. Yo corrí a la casa paraprotegerme, pero uno de ellos disparó una flecha queme dio en la espalda. Fue sólo un sueño, pero sentí laherida y me asustó mucho porque en el sueño ellosentraban… y se mofaban de mamá y la asustaban”.

“Nunca me pude re-poner del miedo que medio ese sueño, si ademásle añadimos a ello los te-mores de mi madre.Pues mientras papá seencontraba fuera con elganado o en una misión,mamá no se iba a acostarsin antes revisar debajode la cama, de maneraque la posibilidad deque hombres indeseableso ladrones entraran en lacasa y trataran de apro-

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En busca de un testimonio.

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David O. McKay Capítulo 9

vecharse de ella y de los niños se convirtió en una rea-lidad para mí.

“Sin importar las circunstancias, yo sentía muchomiedo. Una noche en la que no podía conciliar elsueño me pareció oír ruidos alrededor de la casa… Measusté mucho y decidí orar como me habían enseñadomis padres.

“Pensé que sólo podía orar arrodillado al lado dela cama, lo cual era una gran prueba para mí. Pero aunasí, finalmente me levanté, me arrodillé y le pedí a Diosque protegiera a mi madre y a mi familia. Entonces unavoz que me hablaba tan claramente como yo estoy ha-blando ahora, me dijo: ‘No temas; nada les hará daño’.De dónde provino, qué era, no lo diré yo; júzguenlo us-tedes mismos. Para mí fue una respuesta directa y recibíla seguridad de que nunca me pasaría nada malo mien-tras estaba acostado durante la noche.

“He dicho que para mí ha sido fácil comprenderla realidad de las visiones del profeta José y creer enellas. Desde mi juventud me resultó fácil creer en la vi-sión que tuvo al orar, la aparición de Dios el Padre y desu Hijo Jesucristo, cuando él aún era un joven. Nuncase me ocurrió que no fuera verdad. También me resul-tó sencillo creer que Moroni lo visitó en su cuarto. Losseres celestiales fueron muy reales para mí desde mi in-fancia, y al pasar los años esas impresiones fueron for-talecidas por el razonamiento y por la inspiración quemi alma recibió directamente de Dios” (en ConferenceReport, octubre 1951, págs. 182–183).

Posteriormente dijo:“Mientras más años tengo, más agradecido estoy

por mis padres, por la manera en que ellos vivían elEvangelio en la casa, en el campo…Tanto papá comomamá vivían el Evangelio.

“…Mi testimonio de la realidad de la existencia deDios se remonta a ese hogar de mi infancia, y fue por

Equipo de fútbol americano de la Universidad de Utah, 1894. David O. McKayse encuentra en la fila de atrás, segundo a la izquierda.

medio de las enseñanzas y el ejemplo (de mis padres)que recibí el conocimiento de la realidad del mundoespiritual; y testifico que es una realidad…

“Es… fácil para mí darme cuenta que si uno vive decierta forma puede recibir impresiones y mensajes direc-tos por medio del Espíritu Santo. El velo es muy tenueentre los que poseen el sacerdocio y los que están delotro lado del velo. Ese testimonio empezó… en el hogarde mi juventud debido al ejemplo de un padre que hon-raba el Sacerdocio, y el de su esposa que lo apoyó y vivióel Evangelio en el hogar” (en Conference Report, octubre1960, págs. 85–86).

SIRVIÓ EN UNA MISIÓNPARA EL SEÑOR

Cuando tenía vein-tiún años, David O.McKay ingresó a laUniversidad de Utah,donde participó en deba-tes, tocó el piano en ungrupo musical y formóparte del equipo de fút-bol americano; allí tam-bién conoció a EmmaRay Riggs, con quien secasaría más tarde. Se gra-duó en 1897 como presi-dente de su clase, ofrecióel discurso estudiantil dedespedida y se le ofrecióla oportunidad de ser

miembro del profesorado. También recibió el llama-miento para servir en una misión.

El llamamiento del Señor de servir como misione-ro tal vez se presentó en un momento poco convenien-te, pero dejó atrás todo lo que le era más querido y fuea Escocia, a la tierra de sus antepasados. Allí puso másen evidencia la habilidad natural que tenía para dirigiry recibió el llamamiento de servir como presidentede distrito.

“HAZ BIEN TU TAREA”Mientras servía en Stirling, Escocia, David O.

McKay tuvo una experiencia que lo influenció por elresto de su vida. Él y su compañero habían llegado aese lugar hacía unas pocas semanas y estaban teniendomuy poco éxito. Pasaron parte del día caminando porlos alrededores del castillo Stirling y el élder McKay sesentía nostálgico. Más tarde él recordó:

David O. McKay recibió su llamamientomisional para servir en Escocia y fueapartado el 1º de agosto de 1897.

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Presidentes de la Iglesia

“Al regresar al pueblo, vi un edificio sin terminar aunos cuantos metros de la acera. Sobre la puerta prin-cipal había un arco de piedra, algo que es inusual enuna residencia, y lo que lo hacía más inusual era la ins-cripción grabada en el arco.

“Le dije a mi com-pañero: ‘¡Qué raro! Mevoy a fijar en lo que dicela inscripción’. Cuandome acerqué, el mensajeque contenía me llegó,no sólo desde la piedra,sino como si viniera deAquel en cuyo servicioestábamos embarcados:‘Seas lo que seas, hazbien tu tarea’.

“Regresé, y cuandome acerqué a mi compa-ñero le repetí la máxima.

“Ese fue un mensajepara mí esa mañana, elde hacer bien mi tareacomo misionero de LaIglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.Es otra manera de decir… ‘No todo el que me dice:Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino elque hace la voluntad de mi Padre que está en los cie-los’ (Mateo 7:21)” (Cherished Experiences from theWritings of David O. McKay, comp. Clare Middlemiss,1955, págs. 174–175). En ese momento decidió queharía bien su parte como misionero dedicado.

En 1955, siendo Presidente de la Iglesia, volvióa visitar el lugar y compartió esa historia con los pre-sentes. Más tarde la Iglesia adquirió esa piedra yahora se encuentra en la exhibición David O. McKayen el Museo de Historia y Arte cerca de la Manzanadel templo.

SE RECONOCEN SUS HABILIDADESCOMO LÍDER

El 29 de mayo de 1899, durante una reunión pre-sidida por James L. McMurrin de la presidencia de lamisión europea, el élder David O. McKay y otros mi-sioneros experimentaron una gran manifestación delEspíritu. En esa ocasión, el presidente McMurrin pro-fetizó con respecto a varios élderes, y al joven élderMcKay le dijo, “Permítame decirle, hermano David,que Satanás lo quiere para zarandearlo como trigo,pero Dios lo cuida y, si usted mantiene su fe, se senta-rá en los concejos dirigentes de la Iglesia” (citado enMorrell, Highlights in the Life, págs. 37–38).

Esta inscripción se convirtió en el lemaque guió la vida de David O. McKay. Lapiedra original se encuentra ahora en elMuseo de Historia y Arte de la Iglesiaen Salt Lake City, Utah.

ENCONTRÓ A SU COMPAÑERA ETERNAAl regresar de su mi-

sión en Escocia, en agos-to de 1899, David O.McKay empezó a dar cla-ses en la Academia WeberState. El 2 de enero de1901 se casó con EmmaRay en el Templo de SaltLake, y así comenzó unaunión que sería un ejem-plo para toda la Iglesiadurante más de sesentay nueve años. Los miem-bros de la Iglesia sedaban cuenta del amory de la preocupaciónque sentían el uno porel otro. El matrimonioMcKay tuvo siete hijos.

Antes de su matrimonio, David escribía cartas fre-cuentes a Emma Ray. La siguiente carta, con fecha 18de diciembre de 1900, es un ejemplo. Él escribió:

“Mi amadísima novia,

Seré feliz, seré leal,Cuando me case contigo, Mi amor y mi solaz.

“Estas palabras han estado grabadas en mi mentedesde que las escuché hoy. Es verdad que sólo son larima de una canción de amor, sin embargo expresanlos sentimientos de mi corazón esta noche, y al hacer-lo, adquieren un significado más profundo de lo queel autor quiso expresar. Si yo te soy leal desde antes decasarnos, será mucho más fácil serlo después…

“Parece que ha pasado una semana desde que tevi y me parece que solamente han sido dos días desde

Después de su misión aceptó una plaza como maestro en la Academia WeberStake y empezó a impartir clases en 1899. Después de dos años y medio fuellamado a ser director de ese instituto de enseñanza. En la foto se encuentranDavid O. McKay con miembros del alumnado en 1905.

David O. y su hermana Jeanette, en1897, cuando él se graduó de laUniversidad de Utah y pronunció eldiscurso estudiantil de despedida.

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David O. McKay Capítulo 9

que salí de la escuela. Si este sentimiento continúa,¡habrán pasado ocho semanas antes de volver a vernos!Cada día me parece una semana cuando estoy lejos deti, ¡cada día no es sino una hora cuando estoy contigo!¿Qué otra cosa, sino el amor puede hacer que el tiem-po pase tan lentamente en el primer caso y de maneratan inconsciente en el otro?

“Sí, es amor, amor verdadero, y estoy agradecidode saber lo que es el amor puro, y que la persona aquien amo sea la joven más leal y más dulce que existe.

“Amor mío, ¿un amor como éste te consuela? Si esasí, trata de que sea recíproco y dale la felicidad perfectaa tu amado [David]” (citado en David Lawrence McKay,My Father, David O. McKay, 1989, pág. 8).

SE LE LLAMÓ PARA SERVIRCOMO APÓSTOL

En 1906, cuandoDavid O. McKay servíaen la superintendenciade la Escuela Dominicalde la Estaca Weber, elpresidente Joseph F.Smith lo llamó para quesirviera como miembrodel Quórum de losDoce Apóstoles. Davidtenía treinta y dos años.Su ministerio en elQuórum se extendiódurante más de mediosiglo. Inmediatamentese utilizaron sus talentoscomo educador. Sirvió como Consejero de laPresidencia General de la Escuela Dominical y en1919 lo llamaron a ocupar el cargo de Comisionadode Educación de la Iglesia. Para él, la enseñanza erala profesión más noble.

Fue llamado como apóstol a los treintay dos años de edad, abril de 1906.

David O. y Emma Ray McKay con su hijo David Lawrence.

En su primer discur-so como apóstol, el élderDavid O. McKay enseñó:“El hombre que sabe cuáles su deber y no lo cum-ple no es honesto consi-go mismo; no es fiel asus hermanos; no estáviviendo en la luz que leproporcionan Dios y suconciencia. Ésa es nues-tra posición y se aplicaa todos; se refiere a mí.Cuando mi concienciame dice que es correcto

seguir determinada dirección, no soy fiel a mí mismosi no lo hago. ¡Oh! Ya sé que nuestras debilidades y lasinfluencias externas nos desvían; pero es nuestro debercaminar por el sendero recto y angosto en el cumpli-miento de todo deber. Y tomad nota de esto: Cadavez que tenemos la oportunidad y no seguimos lo quenos dicta nuestra conciencia, cada vez que no expresa-mos un buen pensamiento, que no llevamos a cabouna buena acción, nos debilitamos y hacemos que seamás difícil hacerlo en el futuro. Cada vez que llevamosa cabo un buen acto o expresamos un sentimientonoble, se nos facilitará más hacerlo cuando se presentede nuevo la oportunidad” (en Conference Report, octu-bre de 1906, pág. 113).

SUFRIÓ UN GRAVE ACCIDENTEEn 1916 el élder David O. McKay tuvo un grave ac-

cidente automovilístico a causa del cual la cara le quedótan gravemente lesionada que muchos pensaron quequedaría desfigurado por el resto de su vida. El presi-dente Heber J. Grant, que era el presidente del Quórumde los Doce Apóstoles, lo bendijo para que sanara com-pletamente, y así fue.

FUE A UNA GIRA MUNDIALDURANTE 1920–1921

En diciembre de 1920, el élder David O. McKay ini-ció una gira sin precedentes por todo el mundo. Antesde salir recibió una bendición referente a esa gira querealizó con Hugh H. Cannon, director del ImprovementEra. “Los presidentes Heber J. Grant, Anthon H. Lun D.y Charles W. Penrose y varios apóstoles colocaron lasmanos sobre la cabeza del élder McKay y lo bendijeron yapartaron como ‘un misionero para viajar alrededor delmundo’, prometiéndole que sería ‘advertido en contra delos peligros visibles e invisibles, y que recibiría sabiduría

Sus primeros años como apóstol.

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Presidentes de la Iglesia

e inspiración de Dios para evitar todas las trampas quepudieran colocarle’; y también que ‘viajaría en paz, congozo y felicidad y que regresaría a salvo junto a sus seresamados y a la sede de la Iglesia’. Él ha gozado siempredel cuidado protector de nuestro Padre Celestial en suministerio alrededor del mundo” (ClareMiddlemiss,comp., en McKay, Cherished Experiences, pág. 37).

El élder McKay visitó el oriente y, con autoridadapostólica, dedicó la tierra de China para la predica-ción del Evangelio. Mientras estaba en las Islas delPacífico, los santos tahitianos pudieron entender suspalabras como si las hubiera dicho en su propio idio-ma. Después en Hawai, recibió una advertencia sobreel peligro fatal en que se encontraba mientras pronun-ciaba su discurso. Se retiró entonces de la plataformaen la que se encontraba de pie, la cual se derrumbó.Mientras estaba en la antigua Tierra Santa de Israel,profetizó que aunque la tierra se volviera roja de san-gre, los judíos serían congregados. Esa gira ayudó aljoven apóstol a comprender aún mejor que el mensajedel Evangelio es para todos.

TUVO UN SUEÑO INSPIRADOMientras se encontraba realizando esa gira mun-

dial, el élder David O. McKay tuvo un maravillososueño. Él escribió:

“Me… quedé dormido y contemplé en visión algoinfinitamente sublime. A la distancia vi una hermosa ciu-dad blanca; aunque estaba lejos, alcanzaba a entenderque abundaban por todas partes árboles cargados condeliciosa fruta, arbustos con hojas de hermosos matices yflores perfectas. El cielo despejado parecía reflejar aque-llos hermosos y coloridos tonos. Entonces contemplé auna gran cantidad de personas que se aproximaban a laciudad. Cada una llevaba puesta una túnica suelta y untocado blancos. De pronto mi atención se concentró ensu guía y, aunque únicamente alcanzaba a distinguir elperfil de sus rasgos y de su cuerpo, ¡lo reconocí inmedia-tamente como mi Salvador! ¡El tono y el esplendor de su

En su gira mundial con Hugh J. Cannon.

semblante eran gloriosos! Todo a su alrededor irradiabauna paz sublime. ¡Era divino!

“La ciudad, según comprendí, era Suya. Era laCiudad Eterna; y las gentes que lo seguían moraríanen aquel lugar en paz y felicidad eternas.

“Más, ¿quiénes eran?“Como si el Salvador leyera mis pensamientos, los

contestó señalando un semicírculo que apareció enci-ma de ellos en el cual se encontraban escritas en orolas palabras:

“ ‘¡Estos son los que han vencido el mundo, losque verdaderamente han nacido de nuevo!’

“Cuando desperté, estaba amaneciendo” (CherishedExperiences, pág. 102).

GOZÓ DEL DON DE LAINTERPRETACIÓN DE LENGUAS

El presidente David O. McKay compartió mástarde la siguiente experiencia que tuvo con un dondel Espíritu durante su gira mundial:

“Uno de los hechos más importantes de mi giramundial por las misiones de la Iglesia fue el don de in-terpretación del idioma inglés a los santos de NuevaZelanda, en una sesión de la conferencia que se llevó acabo el 23 de abril de 1921, en la rama de Puke Tapu,Distrito de Waikato, Huntly, Nueva Zelanda.

“Los servicios se llevaron a cabo en una gran tien-da de campaña, bajo cuyo abrigo se reunieron cientosde hombres y mujeres sinceros, con un sentimientode expectativa por ver y escuchar a un apóstol de laIglesia, el primero en visitar aquella tierra.

“Cuando contemplé esa gran concurrencia ycomprendí las grandes esperanzas que llenaban el co-razón de todos los que se habían congregado, penséen que estaba pobremente equipado para satisfacerlos deseos ardientes de esas almas, y deseé ferviente-

Hugh J. Cannon y el élder McKay ante la esfinge y la pirámide de Keops,26 de octubre de 1921.

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David O. McKay Capítulo 9

mente recibir el don de lenguas para poder hablarlesen su propio idioma.

“Hasta ese momento nunca había pensado seria-mente en ese don, pero en esa ocasión anhelé con todomi corazón ser digno de recibir aquel poder divino.

“En otras misiones había hablado por medio deun intérprete; pero, aunque la mayoría de ellos son su-mamente capaces, sentía que estaba ante un gran obs-táculo y hasta cierto punto me sentía inhibido ante lapresentación de mi mensaje.

“Allí me enfrentaba a una congregación entre lacual reinaba una expectativa inusual, y comprendí, másque nunca, la gran responsabilidad de mi oficio. Desdelas profundidades de mi alma rogué por la ayuda divina.

“Cuando me levanté para pronunciar mi discurso,le dije al hermano Stuart Meha, nuestro intérprete, quehablaría sin que él tradujera frase por frase lo que yoiba a decir, y me dirigí a la congregación:

“ ‘Quisiera, oh, cómo quisiera tener el poder dehablarles en su propio idioma, para decirles lo queencierro en mi corazón; pero como no tengo el don,ruego, y pido que ustedes también rueguen, que reci-ban el espíritu de interpretación, de discernimiento,para comprender por lo menos el espíritu de lo queestoy hablando, y entonces recibirán las palabras y losconceptos cuando el hermano Meha interprete’.

“Mi discurso duró cuarenta minutos; nunca mehe presentado ante una congregación más atenta y res-petuosa. Mis oyentes comprendieron perfectamente,me di cuenta de ello al ver las lágrimas en sus ojos.Algunos, quizás la mayoría, que no comprendían in-glés, tuvieron el don de interpretación” (CherishedExperiences, págs. 73–74).

SE LE LLAMÓ A INTEGRAR LAPRIMERA PRESIDENCIA

En 1934 el presidente Heber J. Grant llamó alélder David O. McKay a ser Consejero de la Primera

La familia McKay durante la misión del élder McKay en Europa de 1922–1924.

Presidencia. El presidente McKay sirvió más tardecomo consejero del presidente George Albert Smith.

SE LE LLAMÓ COMO PRESIDENTEDE LA IGLESIA

Al presidente McKayse le sostuvo como nove-no Presidente de la Iglesiadurante la conferencia ge-neral del 9 de abril de1951. Ese día dijo:

“Hace apenas unasemana que comprendíque posiblemente reca-yera sobre mis hombrosla responsabilidad de li-derazgo…

“Cuando llegué aesa conclusión, me sentíprofundamente conmovi-

do. Ahora también lo estoy y ruego que pueda decirles,aunque no lo pueda expresar con exactitud, cuán im-portante me parece esta responsabilidad.

“El Señor ha dicho que los tres sumos sacerdotespresidentes escogidos por el cuerpo, nombrados y or-denados a ese oficio de la presidencia, deben ‘ser sos-tenidos por la confianza, fe y oraciones de la iglesia’(D. y C. 107:22). Nadie puede presidir esta Iglesia sinhaberse puesto en armonía con Aquel que está a la ca-beza de la misma, nuestro Señor y Salvador Jesucristo.Él es la cabeza de ésta, Su Iglesia, y sin Su divina guía ySu inspiración constante, no podremos salir adelante.Con Su guía y Su inspiración, no podemos fracasar.

“Como poder que nos sostiene tenemos, ademásde esa certeza, la confianza, la fe, las oraciones y elapoyo unido de la Iglesia.

“Yo les prometo que haré todo lo posible por vivirde tal manera que sea merecedor de la inspiración cons-tante del Santo Espíritu, y ante ustedes ruego que misconsejeros y yo podamos en verdad ser ‘participantesde la naturaleza divina’ ” (en Conference Report, abrilde 1951, pág. 157).

Poco después de ser sostenido como el profeta,emprendió un recorrido por las misiones de todo elmundo. Con el tiempo viajó más de un millón y mediode kilómetros, recorriendo el mundo como un apóstolPablo de nuestros días. La obra misional se aceleró cuan-do animó a cada miembro a ser un misionero. Durantesu ministerio se construyeron miles de capillas. Debidoa que fue Presidente de la Iglesia por diecinueve años, lamayoría de los miembros no habían conocido a ningúnotro profeta aparte de David O. McKay.

David O. McKay

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Presidentes de la Iglesia

El presidente McKaysabía que el Señor desea-ba que Sus santos pro-gresaran espiritualmente.Con frecuencia hablabaacerca de desarrollarnuestra naturaleza divi-na. También habló confrecuencia acerca dela familia y del hogar.Grabó de manera indele-ble en la mente de lossantos la declaración“Ningún éxito puedecompensar el fracaso enel hogar” (citando a James Edward McCulloch, enConference Report, abril de 1935, pág. 116). Confrecuencia proclamaba que enseguida de la importan-cia de la vida en sí misma se encontraba la bendicióninestimable del albedrío y que la Constitución de losEstados Unidos debía defenderse.

RECIBIÓ UN TRIBUTO DURANTESU CUMPLEAÑOS

En su cumpleaños setenta y ocho, su primer cum-pleaños como Presidente de la Iglesia, sus colegas delQuórum de los Doce Apóstoles, con quienes había servi-do durante cuarenta y cinco años, le enviaron una cartaexpresando sus mejores deseos. En ella le dijeron:

“A través de su extraordinaria vida usted ha sidouna inspiración para los jóvenes y los mayores de laIglesia. Su carrera humilde pero brillante en la obra delSeñor ha sido un cumplimiento literal del mandato delSeñor en el Sermón del Monte, el mismo que inspiró aun poeta a escribir:

Sostén en alto tu lámpara encendida,Sé la estrella que ilumine alguna vida.

“Su gran devoción por la verdad ha inculcado lafe y la confianza en el corazón de todos aquellos que lehan seguido. Su ternura y compasión en momentos deprueba han ayudado a los que se sienten desalentados.Su valor para llevar a cabo la obra a pesar de todos losobstáculos ha sido una ayuda idónea para muchos que,de otra manera, quizás no hubieran perseverado hastael fin.

“En éste día de su cumpleaños, le prometemosnuestro amor y devoción, nuestra disposición de seguirsu inspirado liderazgo, nuestra gratitud por el privile-gio de servir al Señor junto a usted” (citado en McKay,Home Memories, pág. 251).

David O. McKay

UNA VISIÓN DE TEMPLOSEN TODO EL MUNDO

Durante la administración del presidente David O.McKay se edificaron más templos que en cualquier presi-dencia anterior de la Iglesia. Sin embargo, la cantidad detemplos que se construyó no es tan significativa como loes su ubicación; comenzaron a construirse templos a tra-vés de todo el mundo.

Llewelyn R. McKay, uno de los hijos del presidenteMcKay, registró la siguiente anécdota, la cual tuvo lugarcuando su padre era presidente de la Misión Europea,en la década de los años 20. “Papá tuvo una visión enla que vio que se construía un templo para los miem-bros europeos de la Iglesia. Recuerdo haberle pregun-tado si los misioneros debían continuar animando a losmiembros a dejar sus hogares y mudarse a Sión. ‘No’,contestó, ‘es importante que las ramas se fortalezcan;los miembros deben permanecer y trabajar para lograrese fin. Algún día tendremos templos para ellos que es-tarán a su alcance, de manera que la anhelada obra deltemplo se pueda llevar a cabo sin sacar a las familias desu país natal’ ” (Home Memories, pág. 33).

En otra ocasión, el presidente McKay compartiósu visión de cómo se debía construir un templo. “Elprimer templo que se construyó en Europa, el Templode Suiza, representaba el compromiso del presidenteMcKay de atender las necesidades espirituales de losSantos en una Iglesia en crecimiento…

“Es más, el presidente McKay evidentemente habíavisto el templo en una visión; sus líneas sencillas re-cuerdan el primer templo de la Iglesia en Kirtland. Lodescribió de manera tan real a Edward O. Anderson, unarquitecto de la Iglesia, que éste lo pudo reproducirexactamente como se lo describió. Sin embargo, a me-dida que avanzaban los planos, el dibujo original fuemodificado y el presidente McKay, al ver los planos, se-ñaló: ‘Hermano Anderson, ése no es el templo que

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El Templo de Berna, Suiza, fue el primero en Europa. Fue dedicado por elpresidente McKay el 11 de septiembre de 1955.

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usted y yo vimos juntos’. Sobra decir que los planosterminados reflejaron la descripción original del presi-dente McKay” (“The Swiss Temple”, Ensign, junio de1978, pág. 80).

LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIOES UN ESFUERZO MUNDIAL

La siguiente declaración del presidente David O.McKay ilustra su compromiso de llevar el mensaje delEvangelio por todo el mundo:

“De manera que junto con ustedes digo: ‘No nosavergonzamos del Evangelio de Cristo’. Ustedes son unsegmento de la Iglesia de Cristo que comparte la res-ponsabilidad de predicar el Evangelio a todo el mundo,porque pertenecemos a una organización mundial.Este Evangelio no está limitado a Utah, ni a Idaho, nia Wyoming ni a California, ni a los Estados Unidos nia Europa, sino que es el poder de Dios para salvaciónpara todo aquel que cree, y cada uno de nosotros debellevar sobre sus hombros parte de la responsabilidadde proclamarlo a todo el mundo” (Stepping Stones toan Abundant Life, comp. Llewelyn R. McKay, 1971,págs. 120–121).

“La misión de La Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Últimos Días puede considerarse a la luzde dos aspectos importantes: (1) la proclamación almundo de la restauración del Evangelio de Jesucristo,la declaración a todo el género humano de que enesta dispensación Dios el Padre y su Hijo Jesucristo seaparecieron al profeta José Smith; (2) el otro gran pro-pósito de la Iglesia es aplicar la verdad para mejorarlas condiciones sociales de la humanidad; o, en otraspalabras, hacer efectiva nuestra religión en la vida delas personas y en el mejoramiento de las condicionessociales” (Man May Know for Himself: Teachings ofPresident David O. McKay, comp. Clare Middlemiss,1967, pág. 162).

Visita a Nueva Zelanda, enero de 1955.

LOS SANTOS DEBEN SER PIONEROSEN EL MUNDO DE NUESTROS DÍAS

En 1947, el presiden-te David O. McKay, en eseentonces Consejero de laPrimera Presidencia, erapresidente de la Comisióndel Centenario de Utah.Era indiscutible que DavidO. McKay realizara unafunción importante en lacelebración para honrar alos pioneros del pasado,pues su vida se remonta-ba a los comienzos delEstado de Utah. En unaocasión dijo: “La mejormanera de honrar a lospioneros es emularlos yaplicar en nuestra vida losideales y las virtudes que

los fortalecieron y los animaron en la vida. Esos idealesy principios eternos que ellos fomentaron y sostuvieron,aun en las condiciones más adversas, son tan aplicablesen la actualidad como lo fue cuando los líderes pioneroslos enseñaron” (en Conference Report, abril de 1947,pág. 118).

ERA RESPETADO EN TODO EL MUNDOA medida que el presidente David O. McKay viaja-

ba por todo el mundo, su influencia se dejó sentir enmuchos lugares, además de la Iglesia. Un Secretario deEstado de los Estados Unidos lo llamó el mejor embaja-dor de buena voluntad que tenían los Estados Unidos.Los monarcas lo honraron. Los presidentes lo visitarony las naciones le brindaron sus más altas distinciones.

El presidente McKay y su esposa.

Presidente David O. McKay.

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Aun los que no eran Santos de los Últimos Díasveían en el presidente McKay el porte de un profeta. Lellamaban el “Profeta Mormón” y en diciembre de 1968,el nombre del presidente McKay figuró entre los cincoprimeros dirigentes eclesiásticos en una encuesta deopinión pública realizada por el Dr. George Gallup delGeorge Gallup’s Institute of Public Opinión [Instituto deOpinión Pública George Gallup] (Joseph Fielding Smith,Essentials in Church History, vigésima tercera edición,1950, pág. 556). Ya estuviera en una recepción ofrecidapor la reina Isabel II de Inglaterra o entre gente común,el presidente McKay sobresalía tanto por su presencia fí-sica como por su espiritualidad.

Arch L. Madesen, quien era presidente deBonneville International Corporation, relató estaexperiencia:

“Recuerdo haber estado en Nueva York cuando elpresidente McKay regresó de Europa. Se habían hechoarreglos para tomar fotografías, pero el fotógrafo queusualmente lo hacía no pudo ir, así que la agencia denoticias United Press tuvo que recurrir al fotógrafo dela sección criminal, un hombre acostumbrado a losambientes más rudos. Este señor fue al aeropuerto ypermaneció allí dos horas; más tarde salió del cuartooscuro con un montón de fotografías, aunque sola-mente debía haber tomado dos. Al verlo, su jefe co-menzó a hacerle reproches, ‘¿Por qué desperdiciastetanto tiempo y todo ese material fotográfico?’

“El fotógrafo se limitó a responder que pagaríagustosamente por el material extra y que podían des-contarle el tiempo extra que se había tomado. Eraobvio que no quería tratar más el tema. Varias horasmás tarde el vicepresidente lo llamó a su oficina de-seando saber lo que había sucedido. El fotógrafo de lasección criminal le dijo, ‘De niño, mi madre solía leer-me pasajes del Antiguo Testamento, y toda mi vida mehabía preguntado qué aspecto tendría un Profeta deDios. Hoy he visto uno’ ” (citado en Memories of aProphet, Improvement Era, febrero 1970, pág. 72).

El presidente y la hermana McKay con los élderes Richard L. Evans ySpencer W. Kimball.

IMPULSÓ LA CORRELACIÓNDEL SACERDOCIO

La correlación básica del sacerdocio en la Iglesiasiempre ha sido de gran interés para los profetas de Dios.En 1908, el élder David O. McKay, miembro del Quórumde los Doce Apóstoles, recibió el llamamiento del presi-dente Joseph F. Smith de servir en un comité de correla-ción. Más tarde, como Presidente de la Iglesia, apoyó yamplió la importancia de la correlación. En octubre de1961, el élder Harold B. Lee, miembro del Quórum delos Doce Apóstoles, habló acerca de la necesidad de lacorrelación en la Iglesia y explicó el plan del presidenteMcKay para que hubiera un consejo coordinador de todala Iglesia. En su discurso, dijo:

“A lo largo de losaños ha sido aparente lacontinua necesidad devolver a examinar los pro-gramas, las actividades ylos cursos de estudio conel fin de asegurarse deque observaran los con-ceptos originales relativosa cada organización, quecada programa, actividady curso de estudio estu-viera funcionando entoda su capacidad, queninguno de ellos usurpa-ra el campo de actividad

del otro, y que se redujera al mínimo la repetición y laduplicación…

“Éste es un programa que, como dije, ha interesadomucho al presidente McKay y ahora, como Presidente dela Iglesia, nos ha dado instrucciones de que sigamos ade-lante consolidando la obra del sacerdocio, de las organi-zaciones auxiliares y de las demás unidades a fin de sermás eficaces y conservar nuestro tiempo, energía y es-fuerzos y dedicarlos al propósito principal por el cual laIglesia se ha organizado” (en Conference Report, septiem-bre–octubre de 1961, págs. 78, 81).

La Primera Presidencia en la dedicación del Templo de Los Ángeles,California, en 1956.

El presidente McKay el día que cumpliósetenta y ocho años de edad, 1951.

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Durante la presidencia del presidente McKay, el pro-grama de correlación tuvo avances muy significativos. Elpresidente Joseph Fielding Smith escribió lo siguiente:

“En los primeros años de la década de 1960, se ini-ció un extenso programa de correlación de la Iglesiabajo la dirección del presidente McKay con el objeto deayudar a los poseedores del sacerdocio a cumplir mejorcon sus obligaciones y responsabilidades. Se formaroncuatro comités en funciones con el fin de hacerse cargode los programas de orientación familiar, de la obra mi-sional, de genealogía y de bienestar. Se llamó a dignosposeedores del sacerdocio para que ocuparan puestosen estos importantes comités generales y ayudaran apreparar materiales y bosquejos para los líderes de lasestacas y barrios. Bajo el programa de correlación del sa-cerdocio se han señalado determinadas responsabilida-des de liderazgo a los quórumes y grupos. A los sumossacerdotes se les designó la obra genealógica; a los se-tentas, el programa misional; a los élderes, la obra debienestar, y a todos los quórumes, el programa de orien-tación familiar. Se amplió extensamente el programa an-terior de maestros orientadores para convertirlo en elnuevo programa de orientación familiar, y a los que sellamaron para ser maestros orientadores recibieron ma-yores responsabilidades como asesores espirituales deun grupo de familias.

“También se presentó un programa organizado denoches de hogar para la familia, como parte del progra-ma de correlación. Se publicó un manual especial delecciones para cada familia de la Iglesia, con sugerenciassobre la manera de efectuar con éxito la noche de hogarpara la familia. Se correlacionaron los cursos de estudiode todas las organizaciones auxiliares, de modo quetodos los grupos docentes de la Iglesia ahora siguenun programa uniforme de enseñanza del Evangelio.

“La obra de la correlación del sacerdocio y elnuevo hincapié en la noche de hogar para la familia yla orientación familiar han causado un ímpetu notableen el crecimiento espiritual dentro de la Iglesia, y hanpuesto de relieve una época significativa en la obra defortalecer el hogar y ayudar a los padres y a las madresa ocupar su debido lugar como directores espiritualesde sus hijos” (véase Elementos de la Historia de laIglesia, págs. 710–711).

ÉL FUE UN EJEMPLO EN SU HOGAREl presidente David O. McKay habló con autoridad

en cuanto al matrimonio, a la familia y al noble papelde la mujer. Su propio matrimonio se prolongó en estavida a través de sesenta y nueve años y en la Iglesia se lellegó a considerar como un matrimonio modelo. Su hijo

Robert R. McKay testificó que había sido muy apropiadoel que su padre recibiera el llamamiento de profeta:

“Como mi padre,le profeso mi amor ydevoción y hago ecode lo expresado por mishermanos y hermanas.Como Presidente de laIglesia, como profeta denuestro Padre Celestial,cuenta con mi obedien-cia como miembro delsacerdocio y con mi votode sostenimiento.

“Puedo decir esto yactuar como testigo per-sonal, pues en todos losaños en que he estadotan cerca de él en nuestracasa, en la granja, en los

negocios y en la Iglesia, nunca he visto ni en sus hechosni en sus palabras, ni siquiera al estar entrenando alcaballo más voluntarioso, nada que me hiciera dudarque él debía ser, lo que finalmente llegó a ser, el re-presentante y profeta de nuestro Padre Celestial. Lesdejo ese testimonio personal” (en Conference Report,abril de 1967, pág. 84).

EL HOGAR ES FUNDAMENTALPARA EL EVANGELIO

El presidente David O. McKay con frecuencia ense-ñó la importancia de una familia firme en el plan delEvangelio:

“Una de nuestras posesiones más preciosas es nues-tra familia. Las relaciones familiares tienen prioridad

En casa con la familia.

El presidente McKay con su esposa,Emma, tocando el piano, 2 de enerode 1951.

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sobre todo lo demás, y en nuestra existencia presentevalen más que cualquier otro lazo social. En ellas loshijos sienten por primera vez el cariño y se revela la pro-funda fuente del amor. El hogar es la escuela principalde las virtudes humanas; sus responsabilidades, gozos,pesares, alegrías, lágrimas, esperanzas y afanes formanlos intereses principales de la vida humana…

“[Cita a James Edward McCulloch:] Cuando se co-locan los negocios o el placer en primer lugar, en esemomento se inicia la decadencia del alma. Cuando elclub se hace más atractivo para el hombre que su hogar,es tiempo de que confiese avergonzado que ha fracasa-do en la oportunidad suprema de su vida y en la prue-ba final de la verdadera hombría. Ningún éxito puedecompensar el fracaso en el hogar. La choza más humil-de en donde el amor reina en la unidad familiar es demayor valor para Dios y la futura humanidad que cual-quier otra riqueza. En un hogar así, Dios puede realizarmilagros, y lo hará.

“Un corazón puro en un hogar puro está siemprea corta distancia del cielo.[Fin de la cita.]

“Si consideramos lo que dicen las Escrituras, tantolas antiguas como las de nuestros días, podemos llegara la conclusión de que el ideal de Cristo concerniente almatrimonio es el hogar íntegro” (en Conference Report,abril de 1964, pág. 5).

DIO DIEZ CONDICIONES QUE PUEDENCONTRIBUIR A UN HOGAR FELIZ

El presidente McKay dio el siguiente consejo paratener un hogar feliz:

“1. Recuerden siempre que empiezan a poner los ci-mientos de un hogar feliz antes de casarse. Mientraspasan por el cortejo, deben aprender a ser leales yverídicos a su futuro esposo o esposa. Manténganselimpios y puros. Valoren los más altos ideales de cas-tidad y pureza. No se dejen engañar.

“2. Escojan a su compañero con discernimiento e ins-piración, incluyendo la atracción física. El intelectoy la buena crianza son vitales e importantes para lafamilia humana.

“3. Vayan al matrimonio con el elevado respeto que semerece. El matrimonio es ordenado por Dios. Noes algo a lo que se llega de manera ligera o que sedisuelve cuando surgen las primeras dificultades.

“4. Recuerden que el propósito más noble del matri-monio es la procreación. El hogar es la escuela na-tural de los hijos. La felicidad en el hogar aumentacuando se tienen hijos.

“5. Permitan que en su hogar prevalezca un espíritude reverencia. Mantengan su hogar de tal maneraque si el Salvador se presentara sorpresivamentepudieran invitarlo a pasar sin que Él estuvierafuera de lugar. Oren en su hogar.

“6. Eviten el hablar en tonos fuertes entre cónyuges.

“7. Aprendan el valor del autocontrol. Nunca nosarrepentiremos de habernos quedado callados. Lafalta del autodominio es la fuente más grande dedesdicha en el hogar. Se debe enseñar a los niñosel autocontrol, el respeto por sí mismos y el respe-to por los demás.

“8. Ayuden a losmiembros de lafamilia a sentirsecomprometidoscon la familia.La compañía deotros fomentael amor. Hagantodo lo que estéa su alcance paracimentar el amorpor toda la eter-nidad.

“9. Pongan al alcan-ce de los niñosmaterial lecturay música apro-piadas.

“10. Motiven a la familia a ser activa en la Iglesia,mediante el ejemplo y el precepto.Esto es fundamental para desarrollar un carácteríntegro. Los padres deben guiar y no dirigir laactividad de la Iglesia” (citado en McKay, HomeMemories, pág. 213).

En su casa en Huntsville, Utah,alrededor de 1947.

Era un excelente jinete. Aquí se le ve con su familia en un paseo entrineo, alrededor de 1954.

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LOS SANTOS DEBEN FORTALECER LASESTACAS DE SIÓN EN DONDE VIVAN

En mayo de 1952,el presidente David O.McKay salió en una girade dos meses por Europa.“El presidente McKay co-mentó a un grupo de per-sonas que el propósitoprincipal del viaje era in-vestigar la posibilidad detener capillas por todaEuropa y animar a losmiembros de la Iglesia apermanecer en su lugarde origen y a no emigrara los Estados Unidos”(Morrell, Highlights in the

Life, pág. 121). Durante ese viaje eligió los lugares parala construcción de templos en Inglaterra y Suiza, los pri-meros que habría en Europa.

AMABA LA LITERATURA EDIFICANTEEl presidente David O. McKay recibió una prepara-

ción académica formal y sentía admiración por los gran-des autores y escritores de idioma inglés. Enseñabaprincipios del Evangelio citando a Shakespeare, ThomasCarlisle o Robert Burns. Su talento de maestro era evi-dente y dirigía sus palabras no sólo a la Iglesia, sino agran parte del mundo.

TENÍA EL DON DE SANIDADEn 1954, en una

carta al élder Mark E.Petersen, miembro delQuórum de los DoceApóstoles, un hombre lerelató acerca de una ex-periencia sagrada que unamigo suyo había tenidocon el presidente DavidO. McKay en uno de lostemplos. Él dijo:

“Mi esposa es conse-jera de la Sociedad deSocorro de nuestro barrioy la otra consejera es lahermana Nina Penrod.Cuando el presidente McKay tomó la mano de la herma-na Penrod, ella le preguntó si recordaba a la madre deella, la hermana Graham de Ogden Valley. Él respondió:

El presidente David O. McKay, agostode 1957.

El presidente McKay amaba a los niñosy ellos lo amaban a él.

‘Por supuesto que la recuerdo’, y colocó su mano iz-quierda encima de la mano de la hermana mientras él lasostenía con su mano derecha. En el momento del apre-tón de manos noté que la cara de la hermana Penrod sesonrojaba. Ella me dijo que se había sentido conmoviday humilde, y más porque cuando ambas manos del pre-sidente McKay estaban en su mano derecha, sintió unadescarga, y se preguntó si los demás habían escuchadoel sonido que acompañó el apretón de manos que paraella había sido muy notorio. Ella comentó que se sintiómuy débil. Y esto es extraño; al mismo tiempo que elpresidente McKay tomaba la mano derecha de la herma-na Penrod con su mano izquierda, estrechaba la de otraspersonas con su derecha. La hermana Penrod comentódespués que había tenido una sensación de gran humil-dad y, al mismo tiempo, jubilosa porque le había sucedi-do algo maravilloso al desaparecer todos los doloresartríticos que tenía…

“Cuando el presidente McKay salió, según me con-taron, la hermana Penrod trató de salir con los demáspero tuvo que recibir ayuda pues estaba demasiadodébil para caminar por sí misma. Siguieron adelantelentamente, y al descender las escaleras gimió, a la vezque se desvanecía. La llevaron al vestuario y la acosta-ron en una cama donde, después de un corto tiempo,recuperó las fuerzas y a medida que se levantaba, dio laespalda a los que estaban con ella y con ambos brazosse alcanzó los omóplatos y dijo, ‘No he podido haceresto durante años’ ” (citado en McKay, CherishedExperiences, págs. 156–157).

DEVOLVIÓ LA VISTA A UN CIEGOEl hermano Melvin

T. Mickelson cuenta cómorecuperó la vista despuésde recibir una bendicióndel presidente David O.McKay. El hermanoMickelson había contraí-do una seria infecciónocular y había perdido lavista en un ojo y casi todala del otro. La condiciónde sus ojos continuabaempeorando hasta queel doctor le dijo que sele tendría que extirpar elojo derecho. El hermanoMickelson explicó:

“Unas dos horas después de haber salido del con-sultorio del doctor, el presidente McKay llegó hasta nues-tra puerta y nos dijo que había escuchado acerca de mi

El presidente David O. McKay.

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enfermedad y se preguntaba si yo aceptaría una bendi-ción. Nadie podía negar el sentimiento de paz que leacompañaba. A medida que me bendecía, el dolor fuedisminuyendo hasta que desapareció. Cuando el presi-dente McKay salió de la habitación, las palabras de fede mi esposa fueron, ‘Estarás bien’…

“A la mañana siguiente regresé al consultorio deldoctor y éste, luego de examinar mis ojos, dijo, ‘Ha su-cedido un milagro. No tendremos que extirpar el ojo.Es más, recuperará del quince al veinte por ciento desu vista’. Al otro día me dijo que recuperaría el setentay cinco por ciento de ella y al tercer día dijo que tal vezrecuperaría toda mi vista…

“Dos o tres años más tarde, un oftalmólogo exami-nó mis ojos y dijo, ‘Tiene mucho tejido cicatrizado en losojos, pero tiene la vista más perfecta que he visto” (citadoen McKay, Cherished Experiences, págs. 163–164).

TENÍA EL DON DE DISCERNIMIENTOEl Obispo Robert L.

Simpson, en ese entoncesconsejero del ObispadoPresidente, habla de laocasión en que fue pre-sentado por primera vezal presidente McKay en1958, durante la dedica-ción del Templo de NuevaZelanda.

“Iba caminando porun pasillo del templocuando un amigo me in-terceptó y me invitó apasar a un cuarto. Mesentí emocionado al

darme cuenta que las únicas personas en el salóneran el presidente y la hermana McKay. Mi amigo dijo,‘Presidente McKay, éste es el hermano Simpson, uno denuestros ex misioneros de Nueva Zelanda’. El presidenteme extendió la mano derecha con un firme apretón y,colocándome la izquierda sobre el hombro, me miró alos ojos con una mirada que penetró cada fibra de miser. Después de estrecharme amistosamente la mano,me apretó el hombro y me dijo: ‘Hermano Simpson, meda mucho gusto conocerle’. No dijo ‘me da gusto salu-darle’, sino ‘conocerle’. Durante los días y las semanassiguientes, seguía acudiendo a mi memoria el recuerdode nuestro encuentro. Aproximadamente tres meses mástarde, al estar sentado en mi oficina en Los Ángeles,sonó el teléfono y al atender oí una voz que me dijo: ‘Lehabla David O. McKay’. Agregó que basándose en nues-tra entrevista, había sentido la inspiración de llamarme

El presidente McKay recibiendo elpremio búfalo de plata de los BoyScouts, con el élder Ezra Taft Benson.

para pedirme que regresara con mi familia a NuevaZelanda para presidir sobre el pueblo al que tantoamaba” (Improvement Era, febrero de 1970, pág. 72).

EL PODER DE DIOS ESTABA CON ÉLEn una ocasión, en el Pacífico Sur, al estar despi-

diéndose de un grupo de santos, sucedió algo maravi-lloso. Un hombre comentó: “Algunos de los presentesque levantaron la vista momentáneamente testificaronluego que, al fluir las palabras inspiradas con gran fuer-za de los labios del élder McKay, se vio sobre él un haloluminoso, como un rayo de luz blanca, y estaban segu-ros de que la línea que separa el cielo de la tierra esta-ba muy próxima al lugar donde ocurrió esa maravillosamanifestación y bendición. El alma de cada uno de losoyentes vibró con la convicción de la verdad” (citadoen McKay, Cherished Experiences, pág. 67).

En un tributo que se rindió a su esposo, la herma-na McKay comentó:

“El Presidente ha sido bendecido con el don depredecir. Muchas mañanas me ha dicho que sucederíanciertos incidentes durante el día e invariablemente suspredicciones se convirtieron realidad. Este don ha sidopara él una guía útil durante toda su vida” (citado enMcKay, Home Memories, pág. 270).

TODA PERSONA EJERCEUNA INFLUENCIA

El presidente David O. McKay enseñó acerca de laimportancia de vivir una vida semejante a la de Cristo:

“Un carácter recto sólo se logra por medio de unesfuerzo continuo y de pensamientos rectos; es el efec-to de tener pensamientos divinos por largo tiempo.Aquel que tiene a Dios como centro de sus pensamien-tos es el que más se acerca al espíritu de Cristo; y elque puede decir con sinceridad: ‘Pero no se haga mi

El presidente McKay con el Presidente de los Estados Unidos, Dwight D.Eisenhower.

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David O. McKay Capítulo 9

voluntad, sino la tuya’, es el que más cerca está delideal que Cristo ejemplificó” (en Conference Report,octubre de 1953, pág. 10).

“Cada persona que vive en este mundo ejerce unainfluencia, ya sea para bien o para mal., no sólo por loque dice o lo que hace, sino por lo que es. Toda perso-na irradia lo que es y a la vez recibe la influencia de losdemás. El Salvador lo sabía. Siempre que estaba en pre-sencia de una persona, sentía esa influencia, ya fuera lamujer de Samaria con su pasado, la que iba a ser ape-dreada o los hombres que la iban a apedrear; ya fuerael estadista Nicodemo o uno de los leprosos. Él percibíalo que cada uno de ellos irradiaba. Y hasta cierto punto,todos podemos percibirlo. Lo que somos y lo que irra-diamos es lo que influye en las personas que nos ro-dean” (en Conference Report, abril de 1963, pág. 129).

ENSEÑÓ ACERCA DE DESARROLLAR LAESPIRITUALIDAD

El presidente David O. McKay enseñó lo siguienteacerca de cómo cultivar la espiritualidad:

“La espiritualidad es el supremo logro del alma, ‘lodivino del hombre, el don que lo convierte en el rey detodas las cosas creadas’. Es la conciencia de la victoriasobre sí mismo y de la comunión con el Infinito. El tenercada vez más influencia, el sentir el desarrollo de nues-tras facultades y la armonía de nuestra alma con Dios ycon el Infinito, eso es espiritualidad. Eso es lo único querealmente nos proporciona lo mejor de la vida.

“La espiritualidad se manifiesta mejor en la acción,no en los sueños. ‘Los sueños extáticos, los vuelos enalas de las fantasías celestiales, los deseos de ver lo invi-sible, no son tan impresionantes como el simple cum-plimiento del deber’.

El presidente y la hermana McKay con el productor de películas Cecil B.DeMille y el actor Charlton Heston caracterizando a Moisés mientras filmabanla película Los Diez Mandamientos. La Universidad Brigham Young otorgó aDeMille un doctorado honorario en mayo de 1957.

“Todo impulsonoble, toda expresión ab-negada de amor, todo su-frimiento valiente por elbien; toda entrega de símismo a algo más eleva-do; toda lealtad a unideal; toda desinteresadadevoción a un principio;toda ayuda a la humani-dad; todo acto de auto-dominio; toda magníficaexpresión de valor delalma, nunca derrotada

por el fingimiento ni la costumbre; todo actuar, ser yvivir el bien por el bien en sí; eso constituye la espiri-tualidad.

“Esta idea de una vida más elevada es universal.La búsqueda y el desarrollo de la paz y la libertad espi-ritual nos interesan a todos.

“El alma se pierde a menos que se desarrolle la es-piritualidad. Quisiera sugerir los siguientes puntos parael desarrollo de la espiritualidad:

“1. Es el deber del hombre llegar a ser el amo dela naturaleza, y no su esclavo. Son importantes el auto-dominio y el control del entorno.

“2. La espiritualidad y la vida abundante depen-den de que se reconozca la mano de Dios y se respetea la Trinidad.

“3. Es necesario tener el conocimiento de queDios ha delegado al hombre la autoridad para actuaren Su nombre.

“4. Debe existir la conciencia de que Dios es elPadre de todos los hombres, y que toda alma tienepara Él un valor especial.

“5. La vida es una misión, y cada hombre tiene eldeber de hacer que el mundo sea un lugar mejor porcausa de su presencia en él” (True to the Faith: Fromthe Sermons and Discourses of David O. McKay, comp.por Llewelyn R. McKay, 1966, págs. 244–245; parte delo cual se cita en Enseñanzas de los Presidentes de laIglesia: David O. McKay, págs. 15–16).

ENSEÑÓ ACERCA DE LAS PIEDRASANGULARES DE SIÓN

El presidente David O. McKay enseñó:“La Sión que edificaremos estará basada en los

ideales de sus habitantes. Para cambiar al mundo y a sushabitantes, es necesario cambiar su manera de pensar,pues lo que el hombre realmente cree es aquello queha pensado, y lo que piensa es lo que vive. El hombreno excede sus ideales; a menudo no los alcanza, peronunca los excede…

El presidente McKay con el Presidentede los Estados Unidos John F. Kennedy.

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“…El Señor ha de-signado a Sión como‘los puros de corazón…’(D. y C. 97:21); y sola-mente cuando seamosasí, Sión ‘…florecerá, yla gloria del Señor des-cansará sobre ella’ (Ibid.,64:41).

“Entonces quedaráestablecido el fundamen-to de Sión en el corazónde los hombres. Los te-rrenos de cultivo, lasminas, los bosques, lasfábricas, los hermososedificios y las comodida-des modernas serán solamente el medio y los comple-mentos para elevar al alma humana y para obtener lafelicidad.

“En la actualidad, al esbozar nuestros planos paraedificar Sión, escojamos lo que podríamos llamar las‘cuatro piedras angulares de los habitantes de Sión’.

“Primera: Una firme convicción y aceptación de laverdad de que este universo es gobernado por la inteli-gencia y la sabiduría, y, como dijo Platón, ‘…que no hasido abandonado a la guía de una casualidad irracional’.

“La segunda piedra angular es que el propósito finaldel gran plan de Dios es la perfección del individuo.

“Es Su deseo que los hombres y las mujeres lleguena ser como Él.

“La tercera piedra angular es la comprensión deque lo primero y lo más esencial para el progreso delhombre es la libertad: el albedrío. El hombre puedeescoger el bien supremo o escoger el bien ínfimo y nollegar nunca a ser lo que debía haber sido.

“La cuarta piedra angular es un sentido de res-ponsabilidad hacia otras personas y hacia la sociedad”(Gospel Ideals, pág. 335).

El presidente McKay y su esposa, “compartiendo los años dorados”.

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El presidente McKay en la banca de unparque a los ochenta y cuatro años deedad, alrededor de 1957.

TENÍA FE EN LA JUVENTUD DE SIÓNEl presidente David O. McKay se regocijaba ante la

lealtad de la juventud de la Iglesia. Durante la confe-rencia general del mes de abril de 1961, dijo:

“Si esta mañana se me hiciera la pregunta: ‘¿Enqué aspecto ha progresado más la Iglesia en este últimoaño?’ Yo no contestaría: ‘En los asuntos económicos’…

“Tampoco contestaría: ‘En el incremento del nú-mero de casas de oración’…

.“…No contestaría: ‘En el incremento del númerode miembros’.

“Lo que contestaríaes que el progreso másalentador de la Iglesiadurante el año pasadose puede observar enel aumento de jóvenesque están activos en laIglesia…

“Que el cielo lesguíe, jóvenes, dondequie-ra que estén. Mientrasse conserven puros y sinmancha, y cerca de nues-tro Padre Celestial por

medio de la oración y la sinceridad, el Espíritu de Dioslos guiará, los magnificará en su juventud y los converti-rá en un poder para el bien sobre la tierra. Su PadreCelestial siempre está listo para ayudarles en los mo-mentos de necesidad y para consolarles y fortalecerlessi tan sólo se acercan a Él con pureza, sencillez y fe”(en Conference Report, abril de 1961, págs. 5, 8).

EL PRESIDENTE JOSEPH FIELDINGSMITH LE RINDIÓ TRIBUTO

En los últimos años,aun cuando físicamentese encontraba limitadodebido a su mala salud,el presidente David O.McKay continuó crecien-do espiritualmente. Confrecuencia hablaba sobreel gozo de vivir. Despuésdel fallecimiento del pre-sidente McKay el 18 deenero de 1970, el presi-dente Joseph FieldingSmith dijo:

“Honro y veneroel nombre y la memoriadel presidente David O.McKay.

La Primera Presidencia: Hugh B. Brown,David O. McKay y N. Eldon Tanner.

Un beso de cumpleaños, 21 de juniode 1963.

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David O. McKay Capítulo 9

“Durante sesenta años me he sentado a su lado enlos consejos de presidentes de la Iglesia. Llegué a co-nocerlo muy bien, lo quise como hombre y lo honrécomo profeta.

“Él era un verdadero siervo del Señor y caminósiempre rectamente ante su Hacedor; amaba a sus se-mejantes; disfrutaba de la vida y se regocijaba ante elprivilegio de servir a los demás; servía con la mirapuesta únicamente en la gloria de Dios.

“Fue un ejemplo perfecto de la norma del AntiguoTestamento: ‘…y qué pide Jehová de ti: solamente hacerjusticia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios’(Miqueas 6:8).

“Según lo declaró una editorial del periódicoDeseret News: ‘Si ha habido un hombre en la épocacontemporánea que ha dejado al mundo en mejorescondiciones por el hecho de haber vivido en él, esehombre es David Oman McKay.

“ ‘Dondequiera que él pasaba, las personas alzabanla vista con mayor esperanza y valor. Dondequiera quese escuchara su voz, había mayor bondad, tolerancia yamor. Dondequiera que se sintiera su influencia, Dios yel hombre se acercaban más en propósito y en hechos’.

“El presidenteMcKay fue llamado alsanto apostolado en abrilde 1906 por mi padre, elpresidente Joseph F.Smith, quien actuó bajola inspiración delEspíritu; llegó a ser unode los dirigentes másgrandes e inspirados deesta dispensación…

“Lo extrañaré mu-chísimo. Me parece im-posible que nos hayadejado. Pero sabemosque ha ido a reunirse go-

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Sesenta y nueve años juntos.

zosamente con su padre y su madre y ahora estará asu-miendo sus labores en el paraíso de Dios al recomen-zar la relación con sus buenos amigos que loantecedieron…

“Vienen a mi mente dos declaraciones hechas porel profeta Lehi que describen la vida del presidenteMcKay. Él era como un gran río, ‘fluyendo continua-mente en la fuente de toda rectitud’, y como un granvalle, ‘firme, constante e inmutable en guardar losmandamientos del Señor’ (1 Nefi 2:9–10).

“Doy gracias a Diospor la vida y el ministeriode este gran hombre. Élera un alma escogida, ungran espíritu que vinoaquí para presidir enIsrael. Efectuó bien suobra y ha regresado lim-pio y perfeccionado a losreinos de luz y a una go-zosa reunión con los queallí moran. Si alguna vezha habido un hombreque mereciera estas pala-bras de bendición de las

Escrituras, ése es el presidente McKay:“ ‘Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino

preparado para vosotros desde la fundación del mundo’(Mateo 25:34), pues hicisteis todo lo que se confió avuestro cuidado” (“One Who Loved His Fellowmen,”Improvement Era, febrero de 1970, págs. 87–88).

Presidente David O. McKay.

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Joseph Fielding SmithDÉCIMO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 10

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RESUMEN DE LA VIDA DE JOSEPH FIELDING SMITH

Edad Acontecimientos

Nace el 19 de julio de 1876 en Salt Lake City, Utah; sus padres son Joseph F. Smithy Julina Lambson Smith.

8 Es bautizado por su padre (19 de julio de 1884).

19 Recibe su bendición patriarcal, en la cual se le dice que presidirá entre el pueblo(enero de 1896).

21 Contrae matrimonio con Louie Emily Shurtliff (26 de abril de 1898; ella falleceel 30 de marzo de 1908).

22–24 Sirve en una misión en Inglaterra (1899–1901).

24 Comienza a trabajar en la Oficina del Historiador de la Iglesia (1901).

29 Llega a ser Ayudante del Historiador de la Iglesia (abril de 1906).

32 Contrae matrimonio con Ethel Georgina Reynolds (2 de noviembre de 1908;ella fallece el 26 de agosto de 1937).

33 Es ordenado apóstol por su padre, el presidente Joseph F. Smith (7 de abril de1910).

44 Llega a ser el Historiador de la Iglesia (1921).

45 Se publica su primer libro, Elementos de la Historia de la Iglesia (1922).

57 Llega a ser Presidente de la Sociedad Genealógica (1934).

61 Se casa con Jessie Ella Evans (el 12 de abril de 1938; ella muere el 3 de agosto de1971).

63 Se encarga de la evacuación de los misioneros de Europa (1939).

68–72 Se le llama como Presidente del Templo de Salt Lake (1945–1949).

74 Se le sostiene como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles (9 de abrilde 1951).

79 Dedica cuatro países para la predicación del Evangelio (1955).

89 Se le llama como consejero del presidente David O. McKay (29 de octubre de 1965).

93 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (23 de enero de 1970).

95 Preside la primera conferencia de área, en Manchester, Inglaterra (27–29 deagosto de 1971); dedica el Templo de Ogden, Utah (18 de enero de 1972);dedica el Templo de Provo, Utah (9 de febrero de 1972); muere en Salt LakeCity, Utah (2 de julio de 1972).

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Presidentes de la Iglesia

Al igual que Ana, lamadre del profeta Samueldel Antiguo Testamento,Julina Lambson Smithhabía deseado tener unhijo varón. Habiendodado vida a tres hermo-sas hijas, añoraba tenerun hijo y rogaba que elSeñor se lo enviara. Leprometió al Señor que sila bendecía en eso, ellaharía todo lo posible paraque el niño fuera criadopara servir a Dios y para

ser motivo de orgullo para el Señor y para su padre,Joseph F. Smith, Consejero de la Primera Presidencia. El19 de julio de 1876, el Señor bendijo el hogar de la fa-milia Smith con un niño que recibiría el nombre de supadre. “Este fue el hijo destinado a seguir más de cercalos pasos de su padre: fue misionero, historiador, após-tol, experto en las Escrituras, teólogo, Consejero de laPrimera Presidencia, y finalmente Profeta del Señor.La voz del hijo llegaría a tomar el lugar de la de supadre; los años de apostolado de los dos formarían unacadena ininterrumpida de más de cien años” (Joseph F.McConkie, True and Faithful: The Life Story of JosephFielding Smith, 1971, págs. 9, 11).

En su juventud, Joseph Fielding Smith bebió dela amarga copa de la persecución cuando los alguacilesfederales entraban a las casas de polígamos de Utahen busca del padre de él y de otros líderes de la Iglesia.Él recordaba que rondaban por su casa interrogando yasustando a las mujeres y a los niños, causándoles infe-licidad y temor. Bajo circunstancias tan lúgubres, supadre se vio obligado a mantenerse escondido la mayorparte del tiempo, desde que Joseph Fielding tenía ochoaños hasta después de cumplir los quince. Así, cuandola gente decía que el presidente Joseph Fielding Smithhabía tenido una niñez y una juventud privilegiadas yque por lo tanto debía llegar a ser un gran hombre, seveía obligado a responder que no comprendían todas

La familia de Joseph F. Smith, padre de Joseph Fielding Smith.

El joven Joseph Fielding Smith.

las circunstancias. Su padre había tenido que mantener-se alejado del hogar durante la mayor parte de los añosde formación de la juventud de Joseph Fielding, debidoa las dificultades que tenían con el gobierno de losEstados Unidos.

Uno de los resultados de esos años solitarios y difí-ciles, fue el desarrollo de una comprensión y un valortales en el joven Joseph Fielding que le ayudaron a lle-gar a ser uno de los defensores más hábiles de la Iglesiaen estos últimos días. El sobrellevar las pruebas y el serencontrado fiel y leal parecen haber sido las característi-cas de la vida de este gran siervo del Dios viviente.

EN SU JUVENTUD APRENDIÓ A HACERLO QUE EL SEÑOR DESEABA DE ÉL

Joseph Fielding Smith era un joven que pensabaque su deber era caminar siempre de la mano delSeñor. De hecho, su deseo de aprender la voluntad delSeñor para poder cumplirla lo motivó a leer el Libro deMormón dos veces antes de cumplir los diez años deedad. Cuando no llegaba a las prácticas de béisbol, suscompañeros sabían que generalmente podrían encon-trarlo en el pajar leyéndolo. También leyó y memorizóel Children’s Catechism [Catequismo para niños] (unapublicación de la Iglesia que explicaba las doctrinas delEvangelio) y los libros de la Primaria. De inteligenciainnata y con sus ansias de adquirir conocimiento, quehabía alimentado durante toda su vida, él llegaría a seruno de los más grandes eruditos del Evangelio quehaya conocido la Iglesia.

Más tarde explicó: “Una de las primeras cosas querecuerdo es que desde que aprendí a leer, he recibidomayor placer y satisfacción del estudio de las Escrituras,de la lectura acerca del Señor Jesucristo y del profetaJosé Smith, y de la obra que se ha llevado a cabo para lasalvación del hombre, que de cualquier otra cosa en elmundo” (en Conference Report, abril de 1930, pág. 91).

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Joseph F. Smith y familia. Joseph Fielding se encuentra en el centro de la filade atrás.

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Joseph Fielding Smith Capítulo 10

LA MUERTE LE RONDÓ MUY DE CERCA“Joseph pasó muchas horas de su juventud pasto-

reando el ganado cerca del río Jordan [en Utah] y tra-bajando con sus hermanos en la granja que la familiatenía en Taylorsville. En una ocasión en que él y suhermano menor George estaban cargando heno enuna carreta para llevarlo del campo al establo, Josephtuvo un accidente serio. Se habían detenido en un ca-mino cerca del canal para apilar unos fardos de heno ydar de beber a los caballos; y como tenían un caballoasustadizo, Joseph le dijo a George que se parara en-frente de los animales y los sujetara por las bridashasta que él pudiera subirse y tomar las riendas, peroen vez de hacerlo, George fue hacia la parte de atrás yempezó a subir agarrándose de la cuerda que sujetabalos fardos. Al hacerlo, los caballos se movieron repen-tinamente y Joseph cayó entre ellos sobre el travesaño(o volea) que los sujetaba a la carreta.

“Un pensamientole vino de súbito a lamente, ‘Bueno, ya mellegó el fin’. Pero algodesvió a los caballos quesalieron disparados haciael canal, y Joseph fuearrojado lejos, quedandoa salvo de los cascos delos caballos y de las rue-das de la carreta. Cuandose levantó, regañó muyfuerte a George y se fuerápidamente a casa, asus-tado pero agradecidode estar sano y salvo. Supadre salió a recibirlo yquiso saber qué dificul-tad había tenido, ya querato antes había recibido

una impresión muy fuerte de que su hijo corría peli-gro” (McConkie, True and Faithful, pág.18).

AYUDABA A SU MADRE“Cuando su madre regresó de las Islas Hawaianas,

Joseph tenía diez años de edad y comenzó a ayudarleen su oficio de partera u obstetra. El trabajo de Josephera el de mozo de caballeriza y conductor de la calesa.Cuando se solicitaban los servicios de su madre, a cual-quier hora del día o de la noche, siempre estaba listopara enganchar la yegua ‘Old Meg’ a la calesa y llevar asu madre a donde la necesitaban. Una vez allí, espera-ba hasta que nacía la criatura; si su madre calculabaque la espera iba a ser larga, lo enviaba de regreso acasa indicándole cuándo debía volver a buscarla…

Los padres de Joseph Fielding Smith:Joseph F. y Julina Lambson Smith ensus bodas de oro, 1916.

“Durante el día y en el verano, la tarea de Josephno era tan desagradable para un jovencito de diezaños. Pero durante la noche y en el invierno era muydesagradable… Algunas veces viajaron bajo la lluvia, elaguanieve o la nieve, o con un viento helado en unacalesa muy bien ventilada. Luego al llegar a la casa dela madre en labor de parto, tenía que esperar lo que aél a menudo le parecía una eternidad.

“ ‘Algunas veces casi me congelé. Me maravillabael hecho de que nacieran tantos niños a la mediano-che, especialmente en las frías noches invernales.Deseaba fervientemente que las madres pudieran con-trolar la hora del nacimiento’ ” (Joseph Fielding SmithJr. y John J. Stewart, The Life of Joseph Fielding Smith,1972, págs. 52–53).

“NACÍ CON UN TESTIMONIO”Joseph Fielding

Smith declaró: “Yo nacícon un testimonio delEvangelio… Recuerdohaber tenido siempreuna confianza plena enla misión del profetaJosé Smith y en las ense-ñanzas y la guía de mispadres” (citado en Smithy Stewart, Life of JosephFielding Smith, pág. 56).

“Por naturaleza,Joseph era más callado

y estudioso que sus hermanos. Tenía por costumbreapurarse con sus quehaceres para ir a la bibliotecade su padre y estudiar” (McConkie, True and Faithful,pág. 18).

En una carta a su hijo que se hallaba en la misión,le escribió: “Recuerdo que una cosa que hacía desdeque aprendí a leer y a escribir era estudiar el Evangelio.Leía y memorizaba el catequismo de los niños y los li-bros de la Primaria sobre el Evangelio. Más tarde leí lahistoria de la Iglesia publicada en el Millennial Star.También leí la Biblia, el Libro de Mormón, la Perla deGran Precio y Doctrina y Convenios, y otras publicacio-nes que caían en mis manos… Aprendí a una edad muytemprana que Dios vive; Él me dio un testimonio cuan-do era un niño, y he tratado de ser obediente siempre,lográndolo la mayoría de las veces” (Answers to GospelQuestions, comp. por Joseph Fielding Smith Jr., 5tomos, 1957–1966, tomo IV, pág. vi).

SE LEVANTABA TEMPRANOSiguiendo el ejemplo de su disciplinado padre,

desde su tierna niñez Joseph Fielding Smith se levantaba

Un regalo de su padre.

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Presidentes de la Iglesia

temprano, una costumbre que lo acompañó durantetoda su vida y que él consideraba la fórmula ideal parahacer todo lo que debía. Aún a la edad de noventa ycinco años “seguía predicando con su ejemplo que noestaba de acuerdo con la jubilación… Se levantaba todaslas mañanas antes de las seis y trabajaba todo el día. Erauna costumbre que conservó y que inculcó en sus hijos.‘Las personas se mueren en la cama’, les advertía, ‘y tam-bién allí se muere el ansia de progreso’.

“ ‘En cierta manera hasta me parecía que era unpecado quedarse en la cama después de las 6 de la ma-ñana’, recuerda uno de sus hijos. ‘Claro que sólo lohice una vez. Mi padre se encargó de que no lo volvie-ra a hacer’ (Smith y Stewart, Life of Joseph FieldingSmith, pág. 3).

ERA MUY TRABAJADOR

“Era una tarde de verano en Salt Lake City en el añode 1894. Joseph Fielding Smith, de dieciocho años deedad, acababa de completar otro día de trabajo pesadoen la sección de venta de comestibles al por mayor en elsótano de la cooperativa Zion’s Cooperative MercantileInstitution, que se encontraba en las calles Main y SouthTemple. Encorvó los hombros, respiró profundamente ytrató de pararse derecho, pero no le fue fácil. El trabajoera agotador, las horas eran largas y el sueldo mísero.‘Trabajaba como un caballo de carga todo el día y estabasumamente agotado al llegar la noche. Cargaba sacos deharina y de azúcar, jamones y tocinos sobre la espalda. Yopesaba 68 kilogramos pero fácilmente levantaba un sacode 91 kilogramos y lo acarreaba sobre el hombro. Fuimuy tonto en hacerlo, porque desde entonces mis hom-bros han quedado un poco torcidos; el derecho recibiómejor “tratamiento” que el izquierdo’.

“Pero no era fácil encontrar empleo y su familianecesitaba todo el apoyo financiero que pudieran darle

Frente de los almacenes ZCMI. Cuando Joseph Fielding Smith teníadieciocho años de edad, trabajó como cajero en la tienda de alimentosde los almacenes ZCMI en Salt Lake City.

él y aquellos de sus hermanos que tenían la edad sufi-ciente para trabajar. Así que Joseph se sentía afortuna-do de tener este empleo a pesar de lo pesado que erael trabajo y del bajo salario. Pensaba que quizás el ejer-cicio físico diario le hiciera bien a la larga, si es que nolo mataba primero.

“Y antes de marcharse, como de costumbre, se de-tuvo para comprar algunos caramelos para llevar a casaa su mamá y a sus hermanitos y hermanitas menores. Leproducía gozo ver la alegría con la que los pequeños re-cibían ese frecuente regalo” (Smith y Stewart, Life ofJoseph Fielding Smith, págs. 65–66).

SE CASÓ ANTES DE SERVIREN UNA MISIÓN

Cuando JosephFielding Smith tenía die-ciocho años de edad, sufamilia invitó a LouieShurtliff, de la mismaedad, a vivir en casa deellos, mientras la jovenasistía a la Universidadde Utah. El padre deLouie y el presidenteJoseph F. Smith habíansido amigos desde su ju-ventud desde los tiemposde Nauvoo. Joseph yLouie se hicieron amigoscasi enseguida, compar-tiendo su amor por el

aprendizaje y una devoción por el Evangelio. No tarda-ron en enamorarse. Él la cortejó durante tres años ymedio, durante los cuales Louie asistió a la universidady Joseph Fielding trabajó para ZCMI. Años después élrecordaría, “Cuando ella terminó la escuela y se gra-duó… no le permití que regresara a su casa y se queda-ra ahí, sino que la persuadí a que cambiara su lugar deresidencia, y el 26 de abril de 1898, fuimos al Templode Salt Lake y mi padre, el presidente Joseph F. Smith,nos casó por tiempo y eternidad” (citado en Smith yStewart, Life of Joseph Fielding Smith, pág.75).

Un año después de su matrimonio, Joseph Fieldingtuvo que dejar en casa a su esposa para servir una mi-sión de dos años en Gran Bretaña. Lo acompañó su her-mano Joseph Richards, quien había sido llamado a serviren la misma misión. El partir para cumplir esa misión nofue fácil para Joseph. Escribió en su diario: “Sábado, 13de mayo, 1899: Fui al pueblo y compré algunos artículospara llevar conmigo a Inglaterra. Empaqué mi baúl porla tarde y preparé todo para partir. A las seis me despedí

Louie E. Shurtliff (1876–1908), primeraesposa de Joseph Fielding. Se casaronel 26 de abril de 1898.

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Joseph Fielding Smith Capítulo 10

de todos y salí hacia la estación con sentimientos quenunca antes había experimentado, porque nunca mehabía ausentado de casa más de un mes en mi vida, yel pensar que me iría durante dos años o más hizo quesentimientos muy especiales se apoderaran de mí” (cita-do en Smith y Stewart, The Life of Joseph Fielding Smith,pág. 83).

En esa época el proselitismo en Inglaterra era muydifícil. Había demasiada oposición y pocos corazones re-ceptivos. Trabajó duro durante su servicio entregandomás de 10.000 folletos y visitando cerca de 4.000 hoga-res, pero no vio los frutos de su labor en forma de bau-tismos. “Durante esa misión de dos años, el élder Smithno convirtió ni bautizó a una sola persona. Confirmó aun miembro, pero esa fue toda la cosecha de su trabajoproselitista” (Francis M. Gibbons, Joseph Fielding Smith:Gospel Scholar, Prophet of God, 1992, pág. 75).

SU PADRE ESPERABA LA EXCELENCIA“Las cartas que

Joseph Fielding recibióde su padre mientras seencontraba en la mi-sión… revelan aun lascualidades pequeñas queel presidente Joseph F.Smith le enseñó a su fiely obediente hijo. El 2 defebrero de 1900, escribió:

“ ‘La mejor escuelaa la que he asistido es lade la experiencia. Hay al-gunas cosas que me re-sultan difíciles de aprender. Una es la ortografía delidioma inglés, y veo que en ese respecto te pareces amí. Si a continuación te escribo unas cuantas palabrasque casi siempre deletreas mal, supongo que tendrásmás cuidado al escribirlas en el futuro’.

Joseph Fielding Smith y su padre, elpresidente Joseph F. Smith, 2 de mayode 1914.

Misioneros en Inglaterra, 28 de mayo de 1901. Joseph Fielding Smith es elsegundo de la izquierda.

“ El padre le da entonces una lista de palabras malescritas…

“El 8 de marzo de 1900 su padre le aconsejó:“ ‘No es necesario

que te diga que hagastus oraciones cortas perofervientes, tus sermonesbreves y sinceros, y queescribas con frecuenciacartas concisas y algrano. El problema conla mayoría de las perso-nas es que utilizan dema-siadas palabras, tanto alhablar como al escribir.Necesitamos concentrarla mente y el pensamien-to y ser más concisos. Mecomplace ver que estásmejorando…’

“Los consejos que da en una carta con fecha del20 de febrero de 1901 pueden ser de provecho paratodos nosotros:

“ ‘Siempre dedica el tiempo necesario para ali-mentarte y escribir en tu diario. Yo he tenido expe-riencia en esas cosas. Un diario es casi inútil a menosque se escriba en él diariamente. Es muy difícil recor-dar lo pasado con exactitud para poder escribirlo.Lleva tu diario al día’ ” (Leonard J. Arrington, “JosephFielding Smith: The training of a Prophet”, HistoricalDepartment Archives, La Iglesia de Jesucristo de losSantos de los Últimos Días, 1972, págs. 7–8; cursivaagregada).

APRENDIÓ MUCHO DE SU PADRE“Joseph F. Smith era un gran maestro que pasaba

muchas horas contestando las preguntas de su hijo yasegurándose de fundarse adecuadamente en los prin-cipios de la verdad. ‘Entre mis recuerdos más caros’,dijo después Joseph Fielding, ‘están los que he pasadoa su lado analizando los principios del Evangelio y reci-biendo instrucciones como sólo él podía hacerlo. Deesa manera permitió que mi propio conocimiento seestableciera en la verdad, y así yo también puedo decirque sé que mi Redentor vive, que José Smith es, fue ysiempre será un profeta del Dios viviente’.

“¿Y qué lugar hay más apropiado para criar a un fu-turo profeta que el hogar de un profeta? Su madre, JulinaLambson Smith, se crió en el hogar de George A. Smith,primo y compañero del profeta José Smith” (McConkie,True and Faithful, pág.12).

Misionero en Inglaterra; el élder JosephFielding Smith, 21 de febrero de 1900.

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Presidentes de la Iglesia

FUE UN DEFENSOR DE LA VERDAD

Después de su misión, Joseph Fielding Smith fuecontratado para trabajar en la Oficina del Historiador dela Iglesia. En 1906, ese trabajo lo llevó a recibir su lla-mamiento como Asistente del Historiador de la Iglesia.En esa capacidad ayudó al presidente Anthon H. Lund,Consejero de la Primera Presidencia e Historiador dela Iglesia, en las diferentes actividades de ese oficio.Uno de sus trabajos era obtener información para la de-fensa de Reed Smoot, Senador de Utah y apóstol, cuyoderecho a ser miembro del Senado se disputaba enWashington, D.C.

Cuando el élderSmoot fue absuelto, suoponente se enfureció, ypor medio de un periódi-co local dio rienda sueltaa su ira con calumnias einsultos contra Joseph F.Smith, Presidente de laIglesia. El joven JosephFielding presentó contanta habilidad la verdad,que casi nunca volvierona causar controversias losmismos temas.

FUE UN ERUDITO DE LOS ÚLTIMOS DÍASEn el prefacio de una compilación de los sermo-

nes y escritos de Joseph Fielding Smith, su yerno,Bruce R. McConkie, escribió: “Joseph Fielding Smithfue un sobresaliente erudito del Evangelio y uno de losmás grandes maestros de doctrina de esta generación.Pocos hombres en esta dispensación se le han aproxi-mado o han superado su percepción espiritual. Suyosson la fe y el conocimiento de su padre, el presidenteJoseph F. Smith, y de su abuelo, el patriarca HyrumSmith” (Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación,comp. Bruce R. McConkie, tomo I, pág. v).

Joseph Fielding Smith fue un escritorprolífico.

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Joseph Fielding Smith empezó a trabajar en la Oficina del Historiador de laIglesia el 1º de octubre de 1901.

ENCUENTRA UNA NUEVA ESPOSAY MADRE PARA SUS HIJOS

Louie, la amada es-posa de Joseph FieldingSmith, enfermó de grave-dad durante su tercerembarazo. Sufrió durantedos meses antes de morirel 30 de marzo de 1908.“Ella y Joseph habían es-tado casados solamentediez años, durante loscuales se separaron dosaños mientras Joseph sir-vió su misión. Louie tuvodos hijas: Josephine, que

entonces tenía cinco años, y Julina, de dos. Fue unamujer con una ‘dulzura muy particular y fortaleza decarácter’ y la congoja por su muerte fue mucha.

“El afligido padrecerró la casa que habíaconstruido para su esposay se mudó con su peque-ña familia a la casa“Beehive House”, dondesu madre y sus hermanasJulina y Emily podríancuidar amorosamente asus dos pequeñas hijas. Eldeceso de su madre fueespecialmente difícil parala pequeña Julina de dosaños, que frecuentementelloraba por su madre ycuyas lágrimas parecíanderretir el corazón de supadre” (McConkie, Trueand Faithful, pág. 32).

Los meses después de la muerte de Louie fuerondifíciles y solitarios. Las niñas continuaban tristes y llora-ban por su madre. Su padre se pasaba horas cada nochereconfortándolas y consolándolas. Las abuelas y las tíashicieron todo lo que pudieron para ayudar a JosephFielding a cuidar de las niñas, pero ellas necesitaban unamamá. Después de buscar el consejo, tanto de su padrecomo de su suegro, Joseph Fielding empezó a buscaren oración una esposa que fuera una amorosa madrepara sus hijas. La encontró en Ethel Georgina Reynolds,hija de George Reynolds, antiguo miembro del PrimerConsejo de los Setenta, y de Amelia Jane Reynolds. El 2de noviembre de 1908, el presidente Joseph F. Smith loscasó en el Templo de Salt Lake.

Joseph Fielding Smith se casó con EthelGeorgina Reynolds el 2 de noviembrede 1908.

Joseph Fielding Smith, alrededorde 1905.

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Joseph Fielding Smith Capítulo 10

SE LE LLAMA COMO APÓSTOL“En abril de 1910, la

Presidencia de la Iglesia yel Consejo de los DoceApóstoles, reunidos en elTemplo de Salt Lake, ha-bían estudiado durantemás de una hora los nom-bres de varios candidatosa llenar la vacante en elConsejo, ocasionada porla muerte del presidenteJohn R. Winder el 27 demarzo. Además se consi-deró que el apóstol JohnHenry Smith pasara a for-

mar parte de la Primera Presidencia. Pero se habían ex-presado objeciones a cada nombre propuesto. Parecíaque sería imposible lograr la unanimidad en el asunto.Finalmente el presidente Joseph F. Smith se retiró solo aun cuarto y se arrodilló a orar para pedir la guía delEspíritu. Cuando regresó les preguntó un poco vacilantea los otros trece hermanos si estarían dispuestos a consi-derar el nombre de su hijo, Joseph Fielding Smith, paraocupar el puesto. Se sentía indeciso si debía sugerirlo,dijo él, porque su hijo Hyrum ya era miembro delConsejo y su hijo David era Consejero en el ObispadoPresidente. Temía que los miembros de la Iglesia se sin-tieran descontentos de que otro de sus hijos fuera llama-do a ser Autoridad General. No obstante, se sintióinspirado a someter a consideración el nombre deJoseph. Los hermanos parecieron recibir muy bien la su-gerencia y apoyaron al presidente Smith” (Smith yStewart, Life of Joseph Fielding Smith, pág.174).

OTRAS PERSONAS SABÍAN QUE ÉLSERÍA ESCOGIDO COMO APÓSTOL

“Del apóstol y sena-dor Reed Smoot llegó estetelegrama de Washington,D.C.: ‘Que Dios te bendi-ga en tu llamamientocomo apóstol. Sé fiel yleal a tu líder’. Y Joseph[Fielding Smith] escribió:‘Siempre trataré de hacer-lo. También he recibidogran cantidad de cartas,telegramas, etc., de ami-gos que se regocijan pormi gran bendición, y pien-so que este sentimiento esbastante universal, aun-

El élder Joseph Fielding Smith, 19 dejulio de 1914, a la edad de 38 años.

Un apóstol recién llamado a la edadde 33 años, 26 de abril de 1910

que hay aquellos a quienes no les ha agradado. El élderBen E. Rich, presidente de la Misión de los Estados delEste… quien siempre ha sido un amigo para mí y haceun año predijo que yo sería llamado a esta gran respon-sabilidad, fue uno de los primeros en extenderme sumano de amistad y su bendición, su fe y sus constantesoraciones. Que el Señor lo bendiga…

“ ‘El presidente Francis M. Lyman me instruyó conrespecto de los deberes de mi llamamiento y me dijoque había sido llamado por revelación del Señor. Dijoque me había observado por varios años y durante elviaje a Vermont (en ocasión de la dedicación delMonumento Conmemorativo de José Smith, en diciem-bre de 1905), tanto de ida como de regreso y mientrasestábamos allí, se había fijado en mí y había sentido ensu corazón que algún día yo llegaría a ser un apóstol. Lamisma predicción ha sido hecha por varias personas,pero no les había dado mucha importancia, todas las re-cibí ligeramente y no pensaba que llegaran a cumplirse’.

“Tres años más tarde, en una segunda bendiciónpatriarcal que recibió del patriarca Joseph D. Smithen Scipio, Condado de Millard, se le dijo a JosephFielding: ‘…fuiste llamado y ordenado, antes de veniren la carne, como apóstol del Señor Jesucristo para re-presentar su obra en la tierra’ ” (Smith y Stewart, Lifeof Joseph Fielding Smith, págs. 178–179,181).

“Años más tarde Heber J. Grant, quien en ese en-tonces era Presidente de la Iglesia y que en 1910 estuvopresente en la reunión de consejo en el templo, el díaque fue escogido Joseph, aseguró al grupo que la deci-sión había sido la correcta. Lo dijo en una reunión fami-liar de los Smith. El presidente Grant señaló a JosephFielding y dijo: ‘Ese hombre fue llamado por revelacióndirecta de Dios. Yo soy testigo de ello’ ” (Smith andStewart, Life of Joseph Fielding Smith, pág. 177).

Tomó en serio su llamamiento al apostolado comoun siervo dedicado del Señor. “Fue ordenado al llama-miento especial de predicar el arrepentimiento al pueblo,

En la dedicación del monumento a José Smith, 23 de diciembre de 1905.Joseph Fielding Smith se encuentra en el extremo derecho de la fila de atrás.También en la foto se encuentran el presidente Joseph F. Smith (segunda fila,tercero de la derecha) y el élder George Albert Smith (primera fila, al centro).

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Presidentes de la Iglesia

y aceptó esa responsabilidad y permaneció fiel a ese man-dato durante todos los días de su vida. Por causa de sudefensa inflexible de las leyes y los principios del Señor,muchos lo consideraban como una persona severa. Élnunca transigió con el pecado, pero siempre estuvo pres-to para perdonar y extender una mano de hermandad alpecador arrepentido. En verdad, ningún hombre tuvomayor interés en cada uno de los miembros de la Iglesiay mayor amor por ellos” (Smith and Stewart, Life ofJoseph Fielding Smith, pág. vi).

SU ESPOSA LO DESCRIBIÓ

En 1932, Ethel Georgina Reynolds Smith dio la si-guiente descripción de su esposo, Joseph Fielding Smith:

“Me piden que les hable del hombre que yo co-nozco. He pensado con frecuencia en lo que la gentedirá cuando él se muera: ‘Era un hombre muy bueno,sincero, estricto en cuanto a la doctrina, etc.’ Hablaránde él tal como el público lo conoce; sin embargo, elhombre que ellos tienen en mente es muy diferentedel hombre que yo conozco, que es bondadoso, un es-poso cariñoso y un padre cuya mayor ambición en lavida es hacer feliz a su familia, olvidándose completa-mente de sí mismo en su esfuerzo por lograrlo. Es unhombre que arrulla al hijo irritable hasta que se duer-me, que les cuenta cuentos a los niños a la hora dedormir, que nunca está demasiado cansado ni ocupadopara permanecer hasta altas horas de la noche o paralevantarse muy temprano para ayudar a los hijos mayo-res a resolver sus problemas escolares. Cuando hay al-guien enfermo, el hombre que conozco atiende conternura al afligido. Los hijos lloran por su padre por-que sienten que la presencia de él es la cura para todoslos males. Son sus manos las que vendan las heridas,son sus brazos los que alientan al que sufre, su voz laque amonesta con delicadeza cuando caen en el error,hasta que sienten felicidad al hacer las cosas que a él lehacen feliz.

Una reunión familiar.

“El hombre que conozco es sumamente gentil ysi siente que ha sido injusto con alguien, la distancianunca es demasiada para ir con palabras amorosas ocon hechos bondadosos a borrar la herida. Recibe congusto a los jóvenes en su hogar, y nunca se siente másfeliz que cuando habla con ellos sobre temas de actua-lidad: deportes o lo que más les interese. Sabe gozarde un buen relato y fácilmente encuentra el lado hu-morístico de una situación, ya sea para reír por unabroma o aceptar que se la hagan a él, siempre dispues-to a participar en cualquier actividad sana.

“El hombre que conozco no es egoísta ni se le oyelamentarse; es considerado, atento, bondadoso, y hacetodo cuanto puede a fin de que la vida sea un gozo su-premo para sus seres queridos. Ése es el hombre que co-nozco” (citado en Bryant S. Hinckley, “Joseph FieldingSmith”, Improvement Era, junio 1932, pág. 459).

Ethel fue la compañera de Joseph Fielding pormás de 28 años. Pero el 26 de agosto de 1937 falleciódejándolo nuevamente solo. Ella dio a luz a nuevehijos pero crió a once. También sirvió durante quinceaños como miembro de la Mesa Directiva General dela Sociedad de Socorro.

JESSIE EVANS LE DIO OTRADIMENSIÓN A SU VIDA

“Antes de que Ethelmuriera ella le había pedi-do que Jessie Evans [fa-mosa solista del Coro delTabernáculo] cantara ensu servicio fúnebre. ‘Si yomuriera antes que tú’, ledijo un día a su esposo,‘deseo que Jessie Evanscante en mi funeral’. A sumuerte Joseph Fieldingenvió a su cuñado WilliamC. Patrick a hacerle esapetición a la Srta. Evans…Ella gustosamente aceptó

Joseph Fielding Smith se casó conJessie Evans el 12 de abril de 1938.

Joseph Fielding Smith con sus hijos.

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Joseph Fielding Smith Capítulo 10

y cantó en el servicio. Después Joseph Fielding le envióuna carta de agradecimiento” (Smith y Stewart, Life ofJoseph Fielding Smith, pág. 252).

Jessie Evans contestó la nota y se formó una amis-tad entre ellos. Pronto la amistad dio lugar al cortejo yel 12 de abril de 1938, a la edad de sesenta y un años,el élder Joseph Fielding Smith se casó con Jessie EllaEvans en el Templo de Salt Lake.

“Cuando el Coro del Tabernáculo programó unagira a California en 1941, con Richard L. Evans comomaestro de ceremonias, Joseph Fielding le escribió unacarta muy graciosa encargándole la protección de Jessiedurante el viaje: ‘Por medio de la presente se le autori-za, nombra, escoge, designa, manda, asigna, ordena ynotifica, informa, avisa e instruye…’ comenzaba la carta,y después de varios párrafos de desatinos, ‘que se en-cargue de que la mencionada señora Jessie Evans Smithviaje a salvo, con comodidad, confort, sin molestia yque sea devuelta de nuevo a su feliz hogar y a su amo-roso esposo y familia en el hermoso y pacífico estadode Utah y a sus preocupados y numerosos parientes…’

“Richard L. respondió en parte: “Su magnífico do-cumento del 15 de agosto me ha hecho fruncir el ceño yme ha costado una gran concentración. Pienso que sinduda la historia lo considerará a la par de la Declaraciónde los Derechos Humanos y de la Carta Magna. Lo asom-broso es que al estudiarlo, mis abogados y yo, llegamosa la conclusión de que no me proporcionará ningún pri-vilegio que ya no me hubiera tomado, ni me imponeninguna responsabilidad que no hubiera decidido yaasumir con placer. Sin embargo, es una buena idea,como podrán atestiguar muchos hombres, obtener elconsentimiento del esposo antes de viajar 3.200 kilóme-tros con la esposa de él…’ ”.

“Tanto a Joseph Fielding como a Jessie les gustabauna placa de hierro forjado que tenían, que estaba col-

El presidente y la hermana Smith en el desfile de la celebración de lospioneros, en 1971.

gada en la pared de la cocina de su apartamento, quedecía: ‘Las opiniones que expresa el marido en estacasa no siempre concuerdan con las de la administra-dora’. En una ocasión en que ella le estaba ayudandoen la oficina ya que la secretaria estaba de vacaciones,él le tocó el hombro cuando estaba escribiendo a má-quina y le dijo:‘Recuerda, querida, que aquí no eres laadministradora!’ ” (Smith y Stewart, Life of JosephFielding Smith, págs. 260–261).

ÉL DISFRUTABA DEL HUMOR SANOLos miembros de la Iglesia en todas partes cono-

cían bien a este respetado teólogo y aceptaban bien susclaros comentarios sobre las Escrituras. Pero casi todosdesconocían su extraordinario sentido del humor, elcual surgía con naturalidad de las experiencias surgidasen la vida diaria. Una experiencia que a Joseph Fieldingle gustaba relatar acerca de sus días de juventud, trata-ba sobre una yegua llamada Junie. Él dijo:

“Junie era uno de los animales más inteligentesque había conocido. Se podía decir que era casi tanhábil como un ser humano. No podía mantenerla ence-rrada en el establo porque continuamente desataba lacorrea de la puerta de su compartimiento. Yo solía co-locar la correa, que estaba unida a la media puerta dela casilla, sobre el poste, pero ella simplemente la le-vantaba con los dientes y el hocico y salía al patio.

“En el patio había una llave de agua que se usabapara llenar el bebedero de los animales y Junie la abríacon los dientes y dejaba correr el agua. Mi padre meregañaba porque no podía mantener a la yegua dentrodel establo. Junie nunca se iba lejos, solamente abría lallave y después caminaba alrededor del patio o sobre elpasto o el huerto. A medianoche escuchaba correr elagua, y tenía que levantarme a cerrar la llave y encerrarde nuevo a Junie.

“Mi padre insinuóque el caballo parecía sermás inteligente que yo yun día decidió encerrarlaél mismo, de maneraque no pudiera salir.Tomó la correa que ge-neralmente estaba colo-cada sobre el poste y laamarró alrededor delposte y por debajo deuna aldaba, y entoncesdijo: ‘A ver jovencitacómo vas a escaparteahora’. Mi padre y yo sa-limos del establo y comenzamos a caminar hacia lacasa, pero antes de llegar, Junie estaba a nuestro lado,

Gozando de un partido de béisbol.

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Presidentes de la Iglesia

para mi deleite. No pude dejar de recordarle a papáque yo no era el único que parecía ser menos inteli-gente que la yegua” (citado en Smith y Stewart, Lifeof Joseph Fielding Smith, págs. 53–54).

GOZABA DE UN ESTILODE VIDA ACTIVO

La familia se preocupó al ver que al entrar en añosJoseph Fielding Smith no aminoraba el paso. Un bió-grafo escribió: “Aún a una edad muy avanzada, JosephFielding Smith era una de las personas más trabajado-ras que he conocido. ‘¿Cómo logra hacer tanto?’, lepregunté en una ocasión. Y él, señalándome una bolsa,me dijo que durante años había traído su almuerzo a laoficina para no tener que interrumpir el trabajo al me-diodía. ‘Eso me da unas 300 horas extras al año’. Undía una de sus hermanas fue a visitarlo a la oficina y loregañó por no dormir la siesta después del almuerzo.Nombró a algunos de sus colegas que lo habían hechopor años. ‘Sí’, le contestó. ‘¿Y dónde están ahora?¡Todos muertos!’ ” (Smith y Stewart, Life of JosephFielding Smith, págs. 3–4).

PARTICIPABA EN LOS DEPORTESAÚN DESPUÉS DE LOS SESENTAY CINCO AÑOS DE EDAD

Aunque era un excelente nadador, bueno para eltenis y el básquetbol (baloncesto), el deporte favorito deJoseph Fielding Smith era el frontón. Su hijo Renyoldsagregó que una vez él y su hermano Lewis jugaron alfrontón con su padre, y éste los derrotó jugando conuna mano detrás de la espalda.

Herbert B. Maw, ex gobernador de Utah y veinteaños menor que Joseph Fielding, compartió este relatoacerca de un juego de frontón con él: “Pensé que tendría

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Al presidente Smith le gustaba jugar frontón con su hermano David.

que darle ventaja a este anciano caballero y que trataríade no ganarle por demasiados puntos. ¡Imagínense mimortificación cuando me ganó por más puntos que nin-guna otra persona en mi vida! Yo me consideraba buenopara el frontón, pero no era rival para él” (citado enSmith y Stewart, Life of Joseph Fielding Smith, pág. 15).

LE GUSTABA VOLARUn biógrafo escribió

una experiencia que tuvoal enterarse que el hobbyde Joseph Fielding Smithera volar en aviones jet “auna edad en que muchoshombres están tranquila-mente arropados en unasilo recibiendo los cui-dados de otras personas”:

“Recuerdo mi sor-presa cuando llegué undía a su oficina en SaltLake City. Su secretaria,Rubie Egbert, dijo: ‘Acérquese a la ventana y tal vez lopueda ver’. Con curiosidad caminé hacia la ventana. Loúnico que vi fue un jet militar que cruzaba el cielo porarriba del Gran Lago Salado. La estela de vapor blancoen el cielo marcaba las peripecias que había dado…

“ ‘¿Quiere decir que está en ese avión?’, le pregun-té incrédulo.

“ ‘Oh sí, ése es él. Le gusta mucho volar. Dice quelo distrae. Un amigo de la Guardia Nacional lo llama yle dice: ‘¿Te gustaría hacer un vuelo de descanso?’ Unavez que están en el aire él a menudo toma los contro-les. ¡La semana pasada volaron hasta el Gran Cañón yde regreso a 644 kilómetros por hora!’

“No pude resistirme a ir al aeropuerto para estarallí cuando él aterrizara. A medida que el avión T-Birdde dos plazas corría por la pista hasta detenerse, delasiento trasero, vestido de traje y con casco, salió estevenerable anciano de 80 años con una amplia sonrisa.‘¡Fue maravilloso!’, exclamó. ‘Eso es lo más cerca delcielo que puedo estar por el momento’.

“A los 92 años de edad fue nombrado brigadier ge-neral honorario de la Guardia Nacional. ‘Pero aún asíno me dejaban volar solo’. Más tarde sus vuelos se limi-taron a las líneas comerciales… ‘Los grandes avionesno son tan emocionantes como el gran T-Bird, pero ami edad es reconfortante poder moverse más rápidoque el sonido’, dijo cuando tenía 95 años” (Smith andStewart, Life of Joseph Fielding Smith, págs. 1–2).

Le encantaba volar. El presidenteSmith a bordo de un jet de la GuardiaNacional, 1954.

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Joseph Fielding Smith Capítulo 10

LOS NIÑOS LO ADORABANSensible y compren-

sivo, Joseph FieldingSmith odiaba la miseria yel sufrimiento en todaspartes e hizo todo lo queestaba en sus manos paraaliviarla vistiendo al des-nudo, alimentando a loshambrientos y visitando alos necesitados. Dio forta-leza y ánimo a su familia ya la Iglesia y fue amadouniversalmente. Los niñospequeños lo adoraban yél los amaba a ellos.

“Después de la con-ferencia general de abrilde 1970, cuando se sostuvo al presidente Smith, unamultitud se congregó a las puertas del Tabernáculopara verlo.

“Una pequeña se separó de la multitud y se dirigióhacia el presidente. Muy pronto estaba en sus brazosrecibiendo un fuerte abrazo. Un fotógrafo de un perió-dico les tomó una fotografía y la pequeña desaparecióde nuevo entre la multitud.

“La fotografía apareció sin nombre en el periódicoChurch News; pero poco después, la abuela de la niña,la Sra. Milo Hobbs, de Preston, Idaho, en una carta alpresidente Smith le decía quién era la niña.

“El día de su [cuarto] cumpleaños, Venus Hobbs,de Torrence, California, recibió una llamada telefónicade sorpresa del Presidente y la hermana Smith, quevisitaban California esa semana. Le cantaron ‘FelizCumpleaños’ por teléfono. Venus quedó encantada conla canción y sus padres se sintieron conmovidos al pen-sar que el Presidente de la Iglesia la hubiera llamado.

“Los padres explicaron que Venus había ido con susdos tías a la conferencia, pero que se les había escapado.Ellas temían que se hubiera perdido en la multitud.Cuando regresó le preguntaron, ‘¿Cómo te perdiste?’

“ ‘No estaba perdida’, respondió.“ ‘¿Quién te encontró?’ le preguntaron.“ ‘Estaba en brazos del profeta’, les respondió”

(“Joy of Life, Activity and People,” Church News, 8 dejulio de 1972, pág. 7).

Los niños de todas partes respondían inmediata-mente al cariño que les demostraba el presidente JosephFielding Smith. Se sentían libres de expresar su amor porél abierta y honestamente. Dondequiera que él iba teníatiempo para los niños. Ellos gozaban de sus abrazos sin-ceros y sentían la seguridad de su amor.

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El profeta amaba a los niños. El presi-dente Smith con su bisnieta ShaunaMcConkie durante la época navideña.

SE SOSTIENE A UN NUEVOPRESIDENTE

Durante la confe-rencia general de abrilde 1970, más de dosmillones y medio demiembros de la Iglesiasostuvieron reverente-mente a un nuevoPresidente de la Iglesiapor primera vez en casidiecinueve años. A laedad de noventa y tresaños, el presidenteJoseph Fielding Smithera el hombre de másedad sostenido comoPresidente de la Iglesia.

Algunos habían pensado que el Señor escogería aun hombre más joven y se preguntaban cómo soporta-ría el presidente Smith el peso de la administración dela Iglesia que crecía a pasos agigantados. Sin embargo,el vigoroso perfil de la presidencia del presidente Smithno dejó dudas en las mentes de los santos con respectoa ese asunto. Se invitó a dos consejeros “jóvenes” a se-guir el ritmo de este profeta: Harold B. Lee, de setentay dos años, y N. Eldon Tanner, de setenta y tres.

DEBEMOS PREPARARNOS PARALA VENIDA DEL SEÑOR

El presidente Joseph Fielding Smith enseñó acercade la importancia de estar preparados para la SegundaVenida de Jesucristo:

“No hace mucho se me preguntó si yo podía decircuándo vendría el Señor. Respondí que sí; y ahora res-pondo lo mismo. Yo sé cuándo Él vendrá: vendrá maña-na. Tenemos Su palabra al respecto. Permítaseme leerla:

“ ‘He aquí, el tiempopresente es llamado hoyhasta la venida del Hijodel Hombre; y en verdad,es un día de sacrificio yde requerir el diezmo demi pueblo, porque el quees diezmado no será que-mado en su venida’.(Aquí tenemos un discur-so suficiente en cuantoa los diezmos.) ‘Porquedespués de hoy viene laquema —esto es, hablan-do según la manera del Un erudito de los últimos días.

La Primera Presidencia: Harold B. Lee,Joseph Fielding Smith y N. EldonTanner, alrededor de 1970.

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Presidentes de la Iglesia

Señor— porque de cierto os digo, mañana todos los so-berbios y los que hacen maldad serán como rastrojo; yyo los quemaré, porque soy el Señor de las Huestes; yno perdonaré a ninguno que se quede en Babilonia’(D. y C. 64:23–24).

“De manera que el Señor, vuelvo a repetir, vienemañana. Preparémonos, pues. El hermano Orson F.Whitney solía escribir acerca de la ‘noche del sábadodel tiempo’. Estamos viviendo en la noche del sábadodel tiempo. Nos hallamos en el sexto día, el cual ahorase está aproximando a su fin. Cuando el Señor diceque es hoy hasta su venida, me parece que eso es pre-cisamente lo que tiene proyectado, porque Él vendráen la mañana del día de reposo, o el séptimo día de laexistencia temporal de la tierra, para inaugurar el reinomilenario y ocupar Su puesto legítimo como Rey dereyes y Señor de Señores, para gobernar y reinar sobrela tierra conforme a su derecho (véase D. y C. 77:12)”(véase Doctrina de Salvación, tomo III, págs. 1–2).

“Yo sé que hay muchos, y aun algunos entre losSantos de los Últimos Días, que están diciendo precisa-mente lo que el Señor declaró que dirían: ‘Mi Señortarda en venir’. (D. y C. 45:26; 2 Pedro 3:3–14.) Unhombre dijo: ‘Es imposible que Jesucristo venga antesde 300 ó 400 años’. Mas yo os digo, velad.

“Yo no sé cuándo va a venir. Ningún hombre losabe. Aun los ángeles del cielo ignoran esa gran verdad.(Véase Mateo 24:36–37.) Mas esto sí sé, que las señalesque se han declarado están aquí. La tierra está llena decalamidad, de angustia. El corazón de todo hombre estádesfalleciendo. Vemos las señales así como vemos que lahiguera se cubre de hojas; y sabiendo que este tiempoestá cerca, conviene que yo, y conviene que ustedes, yque todo hombre sobre la faz de la tierra, prestemosatención a las palabras de Cristo, a sus apóstoles, y vele-mos, porque no sabemos ni el día ni la hora. Mas esto osdigo, vendrá como ladrón en la noche, cuando muchosde nosotros no estemos preparados” (véase Doctrina deSalvación, tomo III, pág. 51).

CRISTO VENDRÁ EN UN DÍADE GRAN INIQUIDAD

El presidente Joseph Fielding Smith enseñó quela Segunda Venida del Señor no se demorará debido anuestra iniquidad:

“Cuando maduremos en la iniquidad es cuando elSeñor vendrá. A veces me siento molesto con algunosde nuestros élderes que al hablar dicen que el Señorvendrá cuando todos nosotros lleguemos a ser lo sufi-cientemente justos como para recibirlo. El Señor nova a esperar hasta que nos volvamos justos. Cuando se

disponga a venir, Él vendrá —cuando se llene la copade la iniquidad—, pero si en ese tiempo no somos jus-tos, pobre de nosotros porque seremos contados entrelos impíos, y seremos como rastrojo que será barridode sobre la faz de la tierra, porque el Señor dice quela maldad no existirá.

“No penséis que elSeñor demora su venida,porque Él vendrá en eltiempo señalado, no eltiempo que he oído queunos predican, cuando latierra se vuelva lo idónea-mente recta para recibir-lo. He escuchado aalgunos hombres queocupan cargos de con-fianza en la Iglesia predi-car esto, hombres quesupuestamente tienen co-nocimiento de la palabra

del Señor, mas no lograron comprender las Escrituras.Cristo vendrá en el día de iniquidad, cuando la tierramadure en la maldad y esté preparada para la purifica-ción; y Él vendrá como lavador y purificador, y todos losinicuos serán como rastrojo y serán consumidos” (véaseDoctrina de Salvación, tomo III, pág. 3).

DEBEMOS ALZAR LA VOZ DEAMONESTACIÓN

El presidente Smith enseñó: “No hay paz. El cora-zón de los hombres está desfalleciendo. La avariciaocupa el lugar principal en el corazón de los hombres.La maldad se manifiesta por todos lados, y la gente se

Joseph Fielding Smith con su yerno, el élder Bruce R. McConkie, del Quórumde los Doce Apóstoles.

Joseph Fielding Smith.

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Joseph Fielding Smith Capítulo 10

une para sus propios intereses egoístas. Por ese moti-vo, quedé complacido al oír la voz de amonestaciónque ayer alzaron nuestro querido Presidente [Heber J.Grant] y sus consejeros, así como otros de los herma-nos que han hablado; porque yo opino que éste debeser un tiempo de amonestación, no sólo para losSantos de los Últimos Días, sino para todo el mundo.Tenemos la obligación para con el mundo de alzar lavoz de amonestación, y especialmente a los miembrosde la Iglesia” (véase Doctrinas de Salvación, tomo III,págs. 47–48).

EL MUNDO HACE CASO OMISO DELAS AMONESTACIONES

El presidente Joseph Fielding Smith enseñó dequé manera las condiciones del mundo serían mejoressi la gente escuchara la voz de amonestación del Señor:

“El Señor tiene por objeto que los hombres seanfelices; tal es su propósito. Mas los hombres se niegana ser felices, y ellos mismos se vuelven miserables por-que creen que sus caminos son mejores que los deDios, por motivo del egoísmo, la avaricia y la maldadque hay en sus corazones; y eso es lo que nos está pa-sando hoy. Los jefes de nuestras naciones están luchan-do y tratando de hacer algo para mejorar lascondiciones. Yo puedo decirles en pocas palabras pre-cisamente cómo se puede lograr, y no va a realizarsepor medio de legislación; no se va a llevar a efecto re-galando dinero al pueblo.

“El socorro temporal no va a mejorar la situación,porque todavía estamos combatiendo, luchando y con-tendiendo con el crimen, con la enfermedad, con lasplagas, con la pestilencia, y con los torbellinos, con lastolvaneras, con los terremotos y todo lo demás que vaa venir sobre la faz de la tierra, de acuerdo con las pa-labras de los profetas; y todo esto porque los hombresno quieren hacer caso de la voz de amonestación.

“Cuando dejemos de amar el dinero y deseche-mos de nuestro corazón el amor por el oro, la avariciay el egoísmo, y aprendamos a amar al Señor, nuestroDios, con todo nuestro corazón, y a nuestro prójimocomo a nosotros mismos, y nos postremos de rodillas yaprendamos a orar y a arrepentirnos de nuestros peca-dos, tendremos prosperidad, tendremos paz, tendre-mos contentamiento. Mas el pueblo no quierearrepentirse, pese a la amonestación que se haga, pesea lo mucho que se les llame la atención en estas cosas;el pueblo no quiere arrepentirse porque su corazónestá puesto en la maldad, y la destrucción los espera”(véase Doctrina de Salvación, tomo III, págs. 34–35).

LOS SANTOS SERÁN PRESERVADOSSOLAMENTE MEDIANTE LA OBEDIENCIA

El presidente Smithenseñó que la obediencianos protege de las plagasde los últimos días:

“En este día deprosperidad, seamos hu-mildes y recordemos alSeñor, guardemos susmandamientos y conside-remos que los peligrosfrente a nosotros sonmucho mayores de loque son en los días deprueba y tribulación. Nopenséis ni por un mo-mento que los días de prueba han pasado; no es así. Siguardamos los mandamientos del Señor prosperare-mos, seremos bendecidos; las plagas, las calamidadesque se han prometido serán derramadas sobre los pue-blos de la tierra, y nosotros nos libraremos de ellas, sí,pasarán de nosotros.

“Mas recordad que el Señor dice que si dejamosde obedecer su palabra, si andamos en los caminos delmundo, no pasarán de nosotros, sino que seremos visi-tados con inundaciones y con fuego, con la espada ycon plagas y destrucción. Podemos librarnos de estascosas mediante la fidelidad” (Doctrina de Salvación,tomo III, págs. 32–33).

TODOS DEBEN VIVIR EL EVANGELIOEl presidente Joseph Fielding Smith instó a todos

a vivir el Evangelio:“A los honrados de corazón de todo el mundo, les

decimos: el Señor os ama; desea que recibáis las bendi-ciones plenas del Evangelio; os está invitando a creeren el Libro de Mormón, a aceptar a José Smith comoun profeta y a integraros en su reino terrenal y conver-tiros de este modo en herederos de la vida eterna ensu reino celestial.

A aquellos que han recibido el Evangelio, lesdecimos: Guardad los mandamientos; andad en la luz,perseverad hasta el fin; sed fieles a cada convenio yobligación, y el Señor os bendecirá más de lo que osimagináis. Como fue dicho: ‘El fin de todo el discursooído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos;porque esto es el todo del hombre’ (Eclesiastés 12:13).

“A todas las familias en Israel les decimos: La fami-lia es la organización más importante por tiempo yeternidad. Nuestro propósito en la vida es crear para

Joseph Fielding Smith.

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Presidentes de la Iglesia

nosotros unidades familiares eternas. No hay nada quellegue a nuestra vida familiar que sea tan importantecomo las bendiciones selladoras del templo y el guar-dar los convenios hechos en conexión con este ordendel matrimonio celestial.

“A los padres enla Iglesia les decimos:Ámense el uno al otrocon todo el corazón;guarden la ley de casti-dad y vivan el Evangelio;críen a sus hijos en la luzy la verdad; enséñenleslas verdades salvadorasdel Evangelio y hagande su hogar un cielo en

la tierra, un lugar donde el Espíritu del Señor puedamorar y donde la justicia viva en el corazón de cadamiembro.

“La voluntad del Señor es fortalecer y preservar launidad familiar. Les suplicamos a los padres que tomensu lugar como cabeza del hogar. Suplicamos a las ma-dres que sostengan y apoyen a sus esposos y sean unaluz para sus hijos.

“El presidente Joseph F. Smith dijo: ‘La maternidadconstituye el fundamento de la felicidad en el hogar y dela prosperidad de la nación. Dios ha impuesto sobre loshombres y las mujeres obligaciones muy sagradas en loque respecta a la maternidad, y son obligaciones que nose pueden pasar por alto sin incurrir en el desagrado di-vino’ (véase Doctrina del Evangelio, pág. 282). También,‘Lograr el éxito como padre o como madre es superior alograr el éxito como general o estadista’ (Ibid., pág. 279).

“A la juventud de Sión le decimos: que el Señor losbendiga y los guarde, lo cual ciertamente será así mien-tras aprendan sus leyes y vivan en armonía con ellas.Sean leales a toda confianza; honren a sus padres,moren juntos con amor y conformidad; sean modestosen la manera de vestir; sojuzguen al mundo, y no sedesvíen por las modas y prácticas de aquellos cuyos in-tereses están centrados en las cosas de este mundo.

“Contraigan matrimonio en el templo, y vivanvidas rebosantes y justas. Recuerden las palabras deAlma: ‘La maldad nunca fue felicidad’ (Alma 41:10).Recuerden también que nuestra esperanza para el fu-turo, el destino de la Iglesia y la causa de la justicia,yace en nuestras manos.

“A aquellos que son llamados a puestos de confianzay responsabilidad en la Iglesia, les decimos: Prediquen elEvangelio con sencillez y simplicidad tal como se encuen-tra en los libros canónicos de la Iglesia. Testifiquen de laverdad de la obra y de las doctrinas reveladas nuevamen-te en esta época.

Un abrazo del profeta.

“Recuerden las palabras del Señor Jesucristo, quedijo: ‘Yo estoy entre vosotros como el que sirve’ (Lucas22:27), y elijan hacer las cosas con el deseo sincero deglorificar a Dios. Visiten a los huérfanos y a las viudasen su aflicción, y manténganse sin mancha de los peca-dos del mundo” (véase Joseph Fielding Smith, “Consejoa los santos y al mundo”, Liahona, diciembre 1972,págs. 8–9).

SE INICIÓ UNA NUEVA ERA DECONFERENCIAS DE ÁREA

Del 27 al 29 de agosto de 1971, en Manchester,Inglaterra, el presidente Joseph Fielding Smith se reu-nió con los miembros en una conferencia de área porprimera vez en la Iglesia. Había una gran emociónentre los miembros de la Iglesia que habían venido demuchas partes de Europa para escuchar al profeta deDios. Para muchos Santos de los Últimos Días presen-tes, era la primera vez que estaban en la presencia delrepresentante del Señor. El presidente Smith les dijo:

“Es una gran satisfacción para mí y las demásAutoridades Generales de que la Iglesia haya crecidohasta el punto en que se hace necesario efectuar confe-rencias generales en diversas naciones…

“Somos miembros de una iglesia mundial, laIglesia que tiene el plan de vida y salvación, la Iglesiaestablecida por el Señor mismo en estos últimos díaspara llevar Su mensaje de salvación a todos Sus hijosen toda la tierra.

“Ha quedado muy lejos la época en que la genteinstruida pensaba que éramos un grupo peculiar de per-sonas que vivían en las Montañas Rocosas de América. Escierto que la sede de la Iglesia se encuentra en Salt LakeCity, y que ahí se ha levantado la Casa del Señor, la cualla gente de muchas naciones ha visitado para aprenderlas leyes de Dios y andar en sus senderos.

El presidente Joseph Fielding Smith y su consejero, el presidente N. EldonTanner, en la ceremonia de la colocación de la piedra angular del Templo deOgden, Utah, septiembre de 1970.

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Joseph Fielding Smith Capítulo 10

“Pero ahora hemos llegado a la mayoría de edadcomo Iglesia y como pueblo. Hemos alcanzado la esta-tura y la fortaleza que nos están capacitando para cum-plir el mandamiento que nos fue dado por el Señor através del profeta José Smith, de que debíamos llevarlas buenas nuevas de la restauración a toda nación y atodo pueblo.

“Y no solamente predicaremos el Evangelio entoda nación antes de la segunda venida del Hijo delHombre, sino que haremos conversos y estableceremoscongregaciones de santos entre ellos…

“Por esta razón digo que somos y seremos una igle-sia mundial. Ése es nuestro destino, y es una parte delprograma del Señor. ‘El pueblo del convenio del Señor’se encuentra ‘esparcido sobre toda la faz de la tierra’, yes nuestro deber ir a todas las naciones y traer a todosestos elegidos a la Iglesia, y llevarlos a un conocimientode su Redentor, a fin de que sean herederos de salvaciónen su reino” (Joseph Fielding Smith, “Mensaje para losmiembros de la Iglesia en Gran Bretaña”, Liahona, fe-brero de 1972, págs.1–2).

“Al terminar laprimera ConferenciaGeneral Británica yponerse de pie el presi-dente Joseph FieldingSmith, los concurrenteslo observaron con losojos llenos de lágrimas,guardaron silencio y sepusieron de pie. Nadiese movió cuando el pro-feta dejó el estrado; eracomo si no desearandejar atrás el espírituque había prevalecidoen la reunión. Se sentíaun ambiente sagrado en

King’s Hall y como testimonio del espíritu que ahí rei-naba, la congregación espontáneamente comenzó acantar ‘Te damos, Señor, nuestras gracias’.

El himno terminó, pero la multitud permanecióallí, gozando del dulce ambiente que prevalecía” (J. M.Heslop, “Prophet Leads Conference; British SaintsRejoice”, Church News, 4 de septiembre de 1973, pág. 3).

ÉL PIDE QUE SE LE DÉ MÁSIMPORTANCIA A LA NOCHEDE HOGAR PARA LA FAMILIA

Nada había más importante en el corazón del pre-sidente Joseph Fielding Smith que la importancia y la

El presidente Smith pronunciando undiscurso en King’s Hall, Manchester,Inglaterra, agosto de 1971.

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santidad del hogar. Sus mensajes están repletos de con-sejos para los padres y los hijos. Una de las primerascosas que hizo después de que se le sostuvo comoPresidente de la Iglesia, fue resaltar la importancia delhogar mediante el fortalecimiento de un programa yarevelado, la noche de hogar para la familia.

El presidente Smith anunció que la noche de losdías lunes debía reservarse para reunirse con la familiay enseñar el Evangelio, y con gran amor instó a los pa-dres a tomar seriamente ese cometido:

“Sentimos una gran preocupación por el bienestarespiritual y moral de todos los jóvenes. La moralidad,la castidad, la virtud y el alejarnos del pecado —son ydeben ser elementos básicos en nuestra manera devivir, si es que vamos a llevar a cabo plenamente supropósito.

“Suplicamos a los padres y madres que enseñenla pureza personal mediante el precepto y el ejemploy que aconsejen a sus hijos en lo que a eso respecta.

“Les pedimos que pongan un ejemplo de rectituden sus propias vidas y que reúnan a sus hijos a su alre-dedor para enseñarles el Evangelio durante la nochede hogar y en otras ocasiones” (véase “Nuestra preocu-pación por todos los hijos de nuestro Padre”, Liahona,noviembre de 1970, pág. 2).

FUE LEAL Y FIRME HASTA EL FINLos noventa y cinco años del presidente Joseph

Fielding Smith abarcaron desde la calesa tirada por ca-ballos hasta la era del jet. Tenía veintisiete años deedad cuando los hermanos Wright (inventores del pri-mer aeroplano) hicieron su primer vuelo en KittyHawk, Carolina del Norte. Él consideraba la invencióndel aeroplano como el cumplimiento de una profecía.Le encantaba volar en avión y le emocionaba la veloci-dad supersónica. En cuanto a su vida diaria, podemosdecir que era un modelo de sencillez. Lo que más leinteresaba era servir al prójimo y no el dinero ni la po-pularidad. Con generosidad daba dinero a los necesi-tados, pero se sentía visiblemente cohibido cuandorecibía reconocimiento público. Escogió vivir en unapartamento sencillo en vez de una habitación lujosa.Prefería caminar que andar en automóvil y que su es-posa manejara el auto compacto que tenían en vez deusar la limosina lujosa con chofer que se les habíaofrecido.

A medida que el presidente Smith envejecía, con-tinuó trabajando arduamente y mantuvo su buen sen-tido del humor. “Cuando tenía 89 años, iba bajandolas escaleras de su apartamento cuando tropezó y secayó, sufriendo múltiples fracturas en una pierna.

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Presidentes de la Iglesia

Pero tenía que estar en una reunión en el templo quese encontraba a una cuadra de distancia. Apretandolos dientes caminó esa cuadra, ‘cojeando como un an-ciano’, asistió a la reunión, regresó caminando a casa ysólo entonces, ante la insistencia de las personas pre-sentes, aceptó tratamiento médico. ‘La reunión estuvoun poco larga’, admitió más tarde. ‘Pero por lo generalasí es’ (Smith and Stewart, Life of Joseph Fielding Smith,pág. 4).

El presidente Smith falleció en Salt Lake City el 2de julio de 1972. En una carta a sus hijos, el presiden-te Harold B. Lee les dijo: “Para mí su fallecimiento fuelo más parecido a una traslación de la mortalidad a lainmortalidad que pueda verse en esta vida. Murió tal

como vivió, y nos hademostrado a todos elhonor y el privilegioque puede obtener unapersona que ha vividoen constante comunióncon el Señor, como fueel caso del noble pa-triarca y padre de uste-des, Joseph FieldingSmith” (citado en Smithand Stewart, Life ofJoseph Fielding Smith,pág. 384).

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Presidente Joseph Fielding Smith.

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CAPÍTULO 11

Harold B. LeeUNDÉCIMO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

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RESUMEN DE LA VIDA DE HAROLD B. LEE

Edad Acontecimientos

Nace el 28 de marzo de 1899 en Clifton, Idaho; sus padres fueron Samuel MarionLee y Louisa Emily Bingham Lee.

13–17 Asiste a la Academia de la Estaca Oneida (1912–1916).

17–21 Es maestro durante cuatro años (1916–1920).

21–23 Sirve en una misión en los estados del oeste de los Estados Unidos (1920–1922).

24–29 Es director de escuela en el Distrito Escolar Granite, Salt Lake City, Utah(1923–1928).

24 Contrae matrimonio con Fern L. Tanner (14 de noviembre 1923; ella fallece el 24de septiembre de 1962).

31 Se le llama como presidente de la Estaca Pioneer (26 de octubre de 1930); ayudaa desarrollar programas para ayudar a los necesitados de su estaca.

33 Pasa a ser integrante de la Junta Municipal de Salt Lake City (diciembre de 1932).

36 Se le llama a organizar el Programa General de Bienestar de la Iglesia (1935).

37 Pasa a ser director administrativo del Programa General de Bienestar de la Iglesia(15 de abril de 1936).

42 Es ordenado apóstol (10 de abril de 1941).

55 Hace un recorrido por el oriente (otoño de 1954).

60 Hace un recorrido por las misiones de Centro y Sudamérica (1959).

62 Se le nombra Presidente del Comité de Correlación de la Iglesia (4 de octubrede 1961).

64 Contrae matrimonio con Freda Joan Jensen (17 de junio de 1963).

70 Se le ordena Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles y consejero delpresidente Joseph Fielding Smith (23 de enero de 1970).

73 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (7 de julio de 1972); organizala primera rama en Jerusalén (20 de septiembre de 1972); preside la segundaconferencia de área de la Iglesia en la Ciudad de México (26–28 de agosto de1972).

74 Fallece en Salt Lake City, Utah (26 de diciembre de 1973).

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Harold B. Lee Capítulo 11

El 7 de julio de 1972, los periodistas esperaban an-siosamente la primera conferencia de prensa de HaroldB. Lee, a quien recientemente se le había ordenadoPresidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos delos Últimos Días. En esa ocasión él les dijo: “La seguri-dad de la Iglesia depende de que los miembros guardenlos mandamientos. No hay nada más importante quedecirles. A medida que guardemos los mandamientos,seremos bendecidos” (citado en Stephen W. Gibson,“Presidency Meets the Press”, Church News, 15 de juliode 1972, pág. 3).

ERA DE UN LINAJE NOBLEWilliam Lee, uno

de los antepasados deHarold B. Lee, luchócontra los inglesesen la Guerra deIndependencia de losEstados Unidos y fueherido en el campo debatalla. Su bisabueloFrancis Lee se unió a laIglesia en 1832 y sufriótodas las vicisitudes quelos primeros santos pa-decieron. Su abuelaMargaret Lee tuvo onceembarazos, pero ningu-no de los niños sobre-vivió sino hasta elduodécimo, Samuel Lee.Ella murió ocho díasdespués de dar a luz.

NACIÓ DE BUENOS PADRESHarold Bingham Lee nació en Clifton, Idaho, el 28

de marzo de 1899, y sus padres fueron Samuel Lee yLouisa Bingham Lee. Harold fue el segundo de seis hijos.Samuel Lee, el padre de Harold, era un hombre tranqui-lo, compasivo, modesto y considerado. Fue un esposo ypadre devoto y un fiel siervo del Señor. Cuando Haroldfue llamado a servir en una misión a Denver, Colorado,su padre le dio una bendición. Cuando fue llamado a serapóstol, de nuevo su padre lo bendijo. Su madre, Louisa,fue una fortaleza dentro y fuera del hogar de los Lee. Erasensible espiritualmente y enseñó a su hijo a seguir lossusurros del Espíritu.

CRECIÓ EN CLIFTON, IDAHOA medida que Harold B. Lee crecía, experimentó

las vicisitudes de la vida del campo. Durante su juventud

Harold B. Lee de cinco años.

había pocos tractores y poca maquinaria para cultivar,sembrar o cosechar. Ese entorno rural le dio la capacita-ción y las bendiciones que serían de gran importanciaen sus llamamientos futuros en el reino del Señor.

Más adelante en suvida explicó lo que esorepresentó para él: “Hepensado en la disciplinarequerida a los niños demis días de infancia enuna comunidad rural.Comenzábamos a ‘hacertareas’ poco después delamanecer para ‘comen-zar’ el trabajo diario a lasalida del sol. Al terminarel trabajo del día, aún te-níamos que realizar las‘tareas’ nocturnas, gene-ralmente con la ayuda deuna linterna. A pesar de que en esa época no había re-glamentos en cuanto a horas de trabajo ni salarios, nileyes en cuanto al trabajo de los niños, no parece quehayamos sido perjudicados por el trabajo que hacía-mos. La necesidad que teníamos de dormir no permitíaque hubiera tiempo para frivolidades. Los ingresos pornuestras labores eran pocos y generalmente se recibíananualmente en la temporada de la cosecha. En esosdías había muy poco dinero en efectivo en las casas,pero nuestras vacas nos proporcionaban leche, mante-quilla y queso, y en nuestros graneros generalmentehabía suficiente trigo para llevar al molino para hacerharina y cereales. Teníamos nuestras propias gallinas,nuestro huerto y fruta de la temporada” (Decisions forSuccessful Living, 1973, págs. 12–13).

“HAROLD, NO VAYAS ALLÁ”Harold B. Lee recor-

dó un importante inci-dente de su juventud:“Cuando era pequeñotuve mi primera experien-cia íntima con la divini-dad. Estaba en la granjaesperando que mi padreterminara su trabajo, ymientras jugaba parapasar el tiempo vi al otrolado del cerco, en el te-rreno del vecino, unasconstrucciones de madera

carcomida que casi se estaban derrumbando. Me imagi-né que sería un castillo que debía explorar, por lo que

Harold B. Lee escuchó una voz divinaque le advirtió que se alejara de unoscobertizos desvencijados.

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me dirigí al cerco, y en el momento en que me encon-traba pasándolo escuché una voz clara, como la que us-tedes están escuchando de mí, que me decía: ‘Harold,no vayas allá’. Miré en todas direcciones para ver quiénme hablaba. Me pregunté si habría sido mi padre, peroél no me alcanzaba a ver. No pude ver a nadie y com-prendí que alguien me prevenía de un peligro oculto;no sé si era un nido de víboras de cascabel o que la ma-dera en mal estado se hubiera caído sobre mí y me hu-biera lastimado. Sin embargo, desde ese momentoacepté sin duda alguna el hecho de que existen procesosdesconocidos para el hombre, por medio de los cualespodemos escuchar voces del mundo que no vemos, y re-cibir las visiones de la eternidad” (en Conference Report,Manchester England Area Conference 1971, pág.141; oEnsign, noviembre de 1971, pág. 17).

SU MADRE LE SALVÓ DE DOSACCIDENTES CASI MORTALES

“La bendición pa-triarcal de Louisa men-cionaba su don desanidad, y en varias oca-siones su inspiración pre-servó la vida de Harold.Cuando él tenía ochoaños, su madre le pidióque le trajera una lata delejía para hacer jabón,que tenía que bajar deuna repisa bastante alta.Él se tropezó con la lataentre las manos, y se lavolcó encima. Louisa in-mediatamente agarró a

Harold para que no corriera, y de un puntapié destapóun gran barril de remolachas encurtidas, y le arrojóuna taza tras otra de jugo de vinagre rojo sobre la cabe-za y el cuerpo para neutralizar el efecto de la lejía. Seevitó lo que pudo haber sido una tragedia a causa deuna rápida e inspirada reacción.

“Ya de adolescente, mientras estaba trabajando enel campo, Harold se cortó una arteria con un pedazode vidrio. Louisa detuvo la hemorragia, pero la heridase infectó. Ella tomó entonces una media negra y lim-pia, la quemó hasta que quedó hecha cenizas, abrió laherida y la frotó minuciosamente con ellas, después delo cual la herida sanó rápidamente” (Jaynann MorganPayne, “Louisa Bringham Lee: Sacrifice and Spirit, “Ensign, febrero de 1974, págs. 82–83).

Harold (sentado) y su hermanomayor Perry.

LA DEPRESIÓN ECONÓMICASE CONSIDERABA COMO UNAOPORTUNIDAD PARA APRENDERY PROGRESAR

El presidenteHarold B. Lee explicó dequé manera las dificulta-des que tuvo que pasaren su adolescencia leayudaron a cultivar unamejor comprensión delas necesidades de losdemás: “Sí, en esos díaséramos bastante pobres,pero eso me ayudó a ca-pacitarme y me dio com-pensaciones que nuncahubiera recibido, piensoyo, si hubiéramos tenidotodos los lujos. No nos moríamos de hambre.Teníamos qué comer y mamá sabía cómo arreglar laropa para sus muchachos. Yo nunca tuve lo que llamá-bamos un ‘traje comprado’ hasta que fui a los cursospreuniversitarios, pero siempre me consideré bienvestido. Serví en una misión, regresé a casa y fui a laUniversidad de Utah para obtener un certificado demaestro. Con frecuencia caminaba porque no teníadinero para tomar el autobús, pues el dinero quetenía lo necesitaba para comprar los libros” (Ye Arethe Light of the World: Selected Sermons and Writingsof President Harold B. Lee, 1974, págs. 344–345).

EL CUIDADO DE SU MADRE DEJÓ UNAIMPRESIÓN PERDURABLE EN ÉL

Poco después de ser llamado al Quórum de losDoce Apóstoles, el élder Harold B. Lee rindió tributoa su madre:

Harold B. Lee (al frente, segundo de la derecha) con amigos enfrentede la Academia de la Estaca Oneida, Preston, Idaho, en 1916.

Harold B. Lee cuando era estudiantepreuniversitario

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Harold B. Lee Capítulo 11

“He sido bendecido con un padre maravilloso yuna madre amorosa que en pocas ocasiones demostra-ba públicamente su afecto, pero que de manera tangi-ble me demostró su amor, y desde que era niño pudereconocer que era un verdadero amor maternal.

“Cuando estudiaba los cursos preuniversitariossalí de viaje con el equipo de debate estudiantil de laescuela, y ganamos la competencia. Al regresar llamé ami madre por teléfono y ella me contestó: ‘No necesi-tas relatármelo, hijo. Ya lo sé todo. Te lo contaré cuan-do regreses este fin de semana’. Cuando volví a casame dijo: ‘Cuando supe que era la hora de comenzar eldebate, fui hasta donde están los sauces del riachuelo yallí, estando a solas, te recordé y le rogué a Dios queno fracasaras’. He llegado a saber que esa clase deamor es necesaria para todo hijo e hija que desea lo-grar algo en este mundo” (en Conference Report, abrilde 1941, pág. 120).

ERA UN ALUMNO SOBRESALIENTEY TRABAJADOR

Harold B. Lee terminó el octavo grado en la escue-la elemental de Clifton, Idaho, a la edad de trece años.Sus padres lo apoyaron para que continuara su educa-ción y lo enviaron a la Academia de la Estaca Oneidaque fue fundada en 1888 en Franklin, Idaho y que sehabía trasladado a Preston en 1898. Ofrecía cursos deciencias, matemáticas, biología, comercio, historia yeducación física. Había cursos especiales de carpintería,música y obra misional. Los primeros dos años, Haroldse interesó en la música. Tocaba el alto (instrumentomusical) y el corno francés y más tarde el corno. Al cre-cer tuvo mayor participación en los deportes, siendo el

Le gustaba jugar baloncesto. Harold B. Lee está de pie, el segundoa la derecha.

baloncesto su favorito. Durante el último año, sus activi-dades escolares incluyeron la participación en el perió-dico estudiantil y en el debate entre estudiantes. Segraduó en la primavera de 1916.

RECIBIÓ SU CERTIFICADODE MAESTRO

Harold B. Lee expli-ca lo que tuvo que hacerpara recibir su certificadode maestro:

“En el verano de1916, a la edad de dieci-siete años, asistí a laEscuela Normal deAlbion, en Albion, Idaho,para recibir capacitacióny obtener mi certificadode maestro. Era unabuena escuela, y en ellase preparaban los mejo-res maestros de mi época.Las leyes de Idaho reque-

rían que se tomara un examen sobre quince materiaspara calificarse como maestro, por lo que pasé un vera-no difícil estudiando intensivamente y perdí nueve kilosde peso, pero alcancé mi objetivo, y pasé el examen re-querido con una calificación promedio de 89 por ciento.

“Albion era un antiguo pueblo pequeño y pintores-co que se encontraba a unos 35 ó 50 kilómetros de la es-tación de tren más cercana a Burley, Idaho. Prácticamenteno había nada ahí sino la escuela, la cual era espléndida.Para distraernos no había más que las actividades de laescuela, y las aceras de madera indicaban la atrasada si-tuación de los habitantes. Dado que se encontraba tanalejado de todas las diversiones que pudieran distraermede mis estudios, considero que nunca absorbí tanto co-nocimiento como durante los veranos de 1916 y 1917cuando obtuve mis certificados de segunda y terceraclase” (citado en L. Brent Goates, Harold B. Lee: Prophetand Seer, 1985, pág. 48).

ENSEÑÓ DURANTE CUATRO AÑOSANTES DE SALIR EN UNA MISIÓN

Después del primer verano en la Escuela NormalEstatal de Albion, Harold B. Lee se preparó para comen-zar a enseñar. Su primer cargo como maestro fue en unaescuela de una sola aula en Weston, Idaho, con veinticin-co alumnos de primero a octavo grados. Se echó al aireuna moneda para decidir si su salario mensual sería desesenta o sesenta y cinco dólares mensuales, y Haroldperdió. Pasó largas horas preparando un programa que

Campeones de debate. Harold B. Leees el de la derecha.

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Presidentes de la Iglesia

satisficiera las necesidades de un grupo tan diverso deestudiantes. Era estricto, pero justo, y se ganó el respetode sus alumnos.

A los dieciocho años, Harold llegó a ser directorde una escuela en Oxford, Idaho. Además de los cursosde estudio regulares, fundó el Club Atlético Oxford yun coro femenino. También se le llamó para ser presi-dente del quórum de élderes. Más tarde escribió acercade su época en esa escuela:

“Fui director de esaescuela durante tres in-viernos y estuve allí du-rante la epidemia deinfluenza de 1918, cuan-do nuestra escuela estu-vo bajo cuarentena variosmeses. Recién habíamosabierto la escuela cuandotodas las familias, excep-to dos, cayeron enfermascon influenza, por lo quese hizo necesario que lospueblos vecinos ayuda-ran con comida y cuida-dos hasta su totalrecuperación…

“Ya que mi padre había financiado mis estudios yporque yo vivía en la casa paterna, le entregaba el che-que que cobraba en la escuela y cubría mis gastos extrastocando en una orquesta” (citado en Goates, Harold B.Lee, pág. 53).

RECIBIÓ UN LLAMAMIENTO MISIONALEn septiembre de

1920, a la edad de vein-tiún años, Harold B. Leerecibió una carta del pre-sidente Heber J. Grantllamándolo a servir en laMisión de los EstadosOccidentales, con sedeen Denver, Colorado.Su llamamiento misionalsignificaba que la familiaLee se las tendría quearreglar sin el ingresoque Harold aportaba.También significaba quetendrían que mantenera su hijo y hermano enel campo misional.

Después de servir durante nueve meses, el élderLee fue llamado a presidir la Conferencia de Denver.

El élder Harold B. Lee como misioneroen la Misión de los EstadosOccidentales, 1920–1922.

Su primer trabajo como maestrofue en la escuela Silver Star School,en Weston, Idaho, de 1916–1918.También fue director de esa escuela.

Su presidente de misión, John M. Knight, le dijo: “Teestoy dando la oportunidad de demostrar lo que eres”(citado en Goates, Harold B. Lee, pág. 62). Se ganó elrespeto de su presidente de misión, de sus compañe-ros misioneros y de los miembros de la Iglesia.

Un punto culminante de su misión fue el ser invi-tado por el presidente Knight a hacer un recorrido porla misión. En cierta ocasión, el presidente Knight nopudo estar presente los dos primeros días de las reu-niones con los santos de Sheridan, Wyoming. Los líde-res de Sheridan se sintieron decepcionados ante laposibilidad de pasar dos días con un líder del sacerdo-cio tan joven e inexperto; sin embargo, después de re-cibir instrucción por el élder Lee, cuando el presidenteKnight se reunió con ellos, dos días después, deseabanseguir escuchando al joven misionero.

El élder Lee fue relevado de su misión en diciem-bre de 1922. Escribió en su diario: “Cuando el presiden-te [de misión] anunció que quedaba relevado, comentóque no tenía palabras para expresar lo que pensaba acer-ca de mí y dijo que yo había estado en el frente de bata-lla desde el día que había llegado a Denver” (citado enGoates, Harold B. Lee, pág.72).

SE CASÓ CON FERN TANNERUna de las grandes

bendiciones de la misiónde Harold B. Lee fue co-nocer a la hermana FernTanner. Luego de su re-greso, reinició su contac-to con ella, y el 14 denoviembre de 1923 secasaron. Poco despuésde su misión hizo unavisita de cortesía a FredaJensen, novia de un com-pañero de misión. Fredanunca se casó con el mi-sionero, y permaneciósoltera hasta la muertede Fern Tanner Lee.Cuarenta años despuésde su primer encuentro,se convirtió en la esposade Harold B. Lee.

EL SEÑOR LO PREPARÓ PARA AYUDARA LOS NECESITADOS

Una severa depresión económica azotó a losEstados Unidos en octubre de 1929. En 1930, cuandoHarold B. Lee tenía treinta y un años de edad, se elevó

Mientras se encontraba en su misión,Harold B. Lee conoció a Fern LucindaTanner, una misionera de Utah.Después de sus respectivas misionesrenovaron su amistad en Salt Lake Cityy se casaron en el Templo de Salt Lakeel 14 de noviembre de 1923.

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Harold B. Lee Capítulo 11

drásticamente el desempleo y no había dinero disponi-ble para hacer préstamos. Más de la mitad de los miem-bros de la Estaca Pioneer, donde él vivía, estaban sintrabajo. En octubre fue llamado como presidente de esaestaca. Estaba preocupado por el bienestar de sus miem-bros; y lloró y oró y finalmente recibió inspiración, y secrearon programas para ayudar a los necesitados.

El presidente Marion G. Romney, en ese entoncesmiembro de la Primera Presidencia, habló de esos años:

“Poco después de haberlo conocido supe que vivíaen una casa humilde en la avenida Indiana. Muchos delos muebles que decoraban la casita habían sido hechospor él o por su talentosa esposa. Esa humilde morada erasantificada por el amor que él tenía por su amada compa-ñera y sus dos hijas de ojos alegres, Maurine y Helen.

“En esa época, nuestra nación atravesaba la grandepresión de la década de 1930. Él era presidente de laEstaca Pioneer, y pocos miembros de la Iglesia fuerontan severamente afligidos por la necesidad y el desánimocomo los miembros de esa estaca. Además de sentirseabatido por la responsabilidad que tenía de proporcio-nar lo necesario para su familia, tenía también que velarpor las necesidades de todos los miembros de su estaca.

“En esos días había muchos que, habiendo fracasa-do, buscaban la ayuda económica del gobierno estatal ydel federal. Harold B. Lee no fue uno de ellos. Por mediode sus propios esfuerzos y con la ayuda de sus hermanos,puso en práctica lo que el Señor había dicho de que elhombre debe ganarse el sustento con el sudor de su fren-te y convencido de que todas las cosas son posibles paraaquel que en verdad cree, se lanzó temerariamente, conel ingenio y la valentía de Brigham Young, a establecer uncamino por el cual los miembros de su estaca pudieranobtener las cosas necesarias para su propio sustento.

“Dejándose guiar por la luz de los cielos, median-te proyectos de construcción, de producción y diversasotras actividades de rehabilitación, demostró un amorpor sus semejantes pocas veces igualado en cualquiergeneración.

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Harold B. Lee fue pionero en los servicios de bienestar. El almacén del obispode la Estaca Pioneer se organizó en 1932. Se convirtió una sucia bodegaubicada en 33 Pierpont Avenue, en Salt Lake City en un lugar limpio y alegre.

“Los que estaban cerca de él en esos oscuros díassaben que lloró por el sufrimiento de su pueblo, perohizo más que eso; hizo algo para aliviarlo.

“Amó y sirvió a sus semejantes con todo su cora-zón. Amó a los pobres, pues él había sido uno de ellos.‘Les he amado’, dijo él. ‘Les he llegado a conocer ínti-mamente. Sus problemas, gracias al Señor, han sido losmíos, porque yo sé, como ustedes saben, lo que signifi-ca caminar cuando no hay suficiente dinero para tomarel autobús. Sé lo que significa andar sin comer parapoder comprar un libro para ir a la universidad. Ahoradoy gracias a Dios por esas experiencias. Los amo porsu devoción y su fe. Que Dios les bendiga para que nodesfallezcan (Discurso pronunciado en la conferenciageneral del 6 de abril de 1941)” (“In the Shadow of theAlmighty” [discurso para un funeral], Ensign, febrerode 1974, pág. 96).

TRATÓ SINCERAMENTE DE CONOCERLAS NECESIDADES DE LOS SANTOS

El presidenteHarold B. Lee compartióla siguiente experienciaque tuvo cuando era pre-sidente de estaca:

“La primera Navidaddespués que fui llamadocomo presidente de esta-ca, nuestras hijitas reci-bieron unas muñecas yotros lindos regalos lamañana de Navidad, yluego se vistieron y fue-ron a la casa de sus ami-guitas para enseñarles loque les había traído Papá Harold B. Lee

El programa de Seguridad de la Iglesia, después conocido como el programade Bienestar de la Iglesia, fue inicialmente dirigido por Harold B. Lee. Aquí sele muestra explicando un proyecto a los élderes George Albert Smith, MarionG. Romney y Ezra Taft Benson.

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Presidentes de la Iglesia

Noel. Pocos momentos después regresaron llorando.‘¿Qué sucede?’ les preguntamos. ‘Donna Mae no reci-bió nada para Navidad. Papá Noel no llegó a su casa’.Entonces comprendimos muy tarde que el padre habíaestado sin trabajo y que no tenían dinero para gastaren esa ocasión, así que trajimos a los pequeños deaquella familia y compartimos nuestra fiesta de Navidadcon ellos; pero era demasiado tarde, y nos sentamos acomer con el corazón acongojado.

“Entonces decidí que antes de que llegara la si-guiente Navidad, nos aseguraríamos de que cada fami-lia de nuestra estaca pudiera festejarla como nosotros.

Los obispos de nuestra estaca, bajo la dirección dela presidencia de ésta, hicieron una encuesta entre losmiembros a su cargo, y se asombraron de ver que 4.800de ellos no podían mantenerse a sí mismos ya sea totalo parcialmente, ya que los cabezas de familia no teníanun empleo fijo, y no había en esos días ningún plan delgobierno para crear empleos. Solamente podíamos con-tar con nosotros mismos. También se nos dijo que nopodíamos esperar recibir gran cosa de los fondos gene-rales de la Iglesia.

“Sabíamos que teníamos aproximadamente milniños menores de diez años de edad para quienes, si nohubiera alguien que les ayudara, no habría fiesta navide-ña. Así que comenzamos a prepararnos. Encontramos unsegundo piso de un viejo almacén en la calle Pierpont.Juntamos juguetes, algunos de los cuales estaban rotos,y durante uno o dos meses antes de las fiestas, los pa-dres fueron a ayudarnos. Muchos llegaban temprano ose iban muy tarde para hacer algo especial para sus pro-pios pequeños. Ése era el espíritu navideño. Uno notenía más que entrar por esa puerta para verlo y sentirlo.Nuestra meta era asegurarnos que ninguno de los niñosde la Estaca Pioneer se quedara sin la oportunidad decelebrar la Navidad. Nosotros nos haríamos cargo deque hubiera una cena de Nochebuena en los 4.800 ho-gares, que sin ayuda no habrían podido tenerla.

“En ese entonces yoera uno de los comisiona-dos de la ciudad. El díaantes de Navidad habíacaído una fuerte nevada,y me había pasado toda lanoche con los trabajado-res limpiando las calles,sabiendo que si algunode mis hombres fallabaen hacer su trabajo, yosería culpado. Despuésme había ido a casa paracambiarme de ropa yluego ir a la oficina.El élder Harold B. Lee, alrededor

de 1942.

“Cuando estaba en camino, vi a un niño a un ladode la carretera haciendo señas para que algún auto lolevantara; estaba parado en aquel frío congelante sinabrigo ni guantes ni botas. Me detuve y le preguntéhacia dónde se dirigía.

“ ‘Voy al centro a la exhibición gratis de una pelí-cula’, contestó.

“Le dije que yo también iba para ese lado y quepodía llevarlo.

“ ‘Hijo, le pregunté, ¿estás listo para la Navidad?’“ ‘No, señor; no vamos a tener Navidad en nuestra

casa. Papá murió hace tres meses, dejándonos a mamá,a mi hermanito y a mi hermanita y a mí’.

“¡Tres criaturas menores de doce años!“Encendí la calefacción del auto y le dije, ‘Dame

tu nombre y tu dirección. Alguien irá a tu casa; noserán olvidados. Ahora, que te diviertas mucho, y re-cuerda que ¡hoy es Nochebuena!

“Esa noche le pedí a cada obispo que fuera consus ayudantes y que se aseguraran de que cada familiatuviera lo necesario, y que regresaran para informarme.Mientras esperaba a que llegara el último obispo, dolo-rosamente recordé algo. Con la prisa de asegurarme deque todos mis deberes en el trabajo y mis responsabili-dades en la Iglesia se cumplieran, me había olvidadodel muchacho que había estado en mi auto y de la pro-mesa que le había hecho.

“Cuando el último obispo vino para rendirme in-forme, le pregunté: ‘Obispo, ¿tiene todavía lo suficientepara visitar a otra familia?’.

“‘Sí, tenemos’, contestó.“Le conté lo que había sucedido y le di la direc-

ción. Más tarde llamó para comunicarme que esa familiatambién había recibido varios canastos bien repletos. LaNochebuena había llegado a su fin, y me fui a acostar.

“Cuando desperté a la mañana siguiente, dije enmi corazón: ‘Dios me permita que nunca deje pasarotro año sin que yo, como líder, conozca verdadera-mente a mi gente. Conoceré sus necesidades y seréconsciente de aquellos que más necesiten mi direc-ción’ ” (Ye Are the Light of the World, págs. 345–347).

Las experiencias de Harold B. Lee en su juventudy su cuidado por las personas de su estaca lo prepara-ron para un futuro llamamiento.

LA PRIMERA PRESIDENCIA LO LLAMÓPARA CONTINUAR PROMOVIENDO ELSISTEMA DE BIENESTAR DE LA IGLESIA

La década de 1930 se caracterizó por frases como“cocinas portátiles” y “líneas para el pan”. La GranDepresión había llegado y el 25 por ciento de la fuerzalaboral normal de los Estados Unidos estaba sin empleo.Otros países se encontraban en condiciones similares o

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Harold B. Lee Capítulo 11

peores. Los miembros dela Iglesia no estaban exen-tos de sufrir los efectosde este período, pues mu-chos tuvieron serios pro-blemas económicos. Porejemplo, la estaca Pioneerde Salt Lake City tenía unaproporción de desempleodel 50 por ciento de supoblación masculina. Peroel Señor había estado ins-pirando a sus profetas

para preparar a la Iglesia para tales tiempos de dificultady, por consiguiente, se llamó al presidente de esa estaca,Harold B. Lee, para asumir una responsabilidad impor-tante en esos preparativos. En 1941, el recién nombradomiembro del Quórum de los Doce Apóstoles, el élderHarold B. Lee, testificó de la mano del Señor en el esta-blecimiento del programa de bienestar de la Iglesia:

“Durante los últimos cinco agotadores y gloriososaños, había estado trabajando bajo un llamamiento dela Primera Presidencia, con un grupo de hombres, en lacreación y el lanzamiento de lo que hemos llamado elPlan de Bienestar de la Iglesia. Sentí que debía testifi-carles acerca de esa obra… El 20 de abril de 1935, seme llamó a la oficina de la Primera Presidencia. Eso fueun año antes del anuncio oficial del Plan de Bienestardesde este Tabernáculo. Hubo una sesión que durómedio día, en la que estuvieron presentes el presidenteGrant y el presidente McKay y hubo comunicación tele-fónica con el presidente Clark, que estaba en el este delos Estados Unidos, a fin de que todos los miembros dela Presidencia estuvieran de acuerdo. Después de la se-sión, me asombré al darme cuenta de que por variosaños habían tenido ante ellos esta idea, que era el re-sultado de su estudio y planeación, y de la inspiracióndel Todopoderoso. Este plan que se está llevando acabo, en esa época estaba en espera, preparándosepara el tiempo en que de acuerdo con su juicio, la fede los Santos de los Últimos Días fuera tal que estuvie-ran dispuestos a seguir el consejo de los hombres queguiaban y presidían la Iglesia.

“En esa reunión se describió lo que sería mi humil-de lugar en el programa, y salí cerca del mediodía, sin-tiéndome como me siento hoy. Me dirigí en mi auto a laentrada del Cañón City Creek, y después de manejar lomás lejos posible, caminé por entre los árboles en buscade mi Padre Celestial. Al sentarme para meditar en cuan-to a ese asunto, tratando de pensar en la organizaciónperfecta para llevar a cabo esa obra, recibí el hermosotestimonio de que Dios ya había revelado la organiza-ción más perfecta que podía dar a la humanidad, y quetodo lo que se necesitaba ahora era que dicha organiza-

ción se pusiera a trabajar para salvaguardar el bienestartemporal de los Santos de los Últimos Días…

“Eso ocurrió en agosto de ese mismo año… Para en-tonces ya se notaba una gran mejoría en el campo de losnegocios, tanto, que muchos dudaban de la sabiduría deese programa y se preguntaban por qué la Iglesia no lohabía hecho antes. Esa mañana tuve una fuerte impre-sión, tan real como si alguien me hubiera hablado. Y esaimpresión ha permanecido conmigo todos estos años yfue la siguiente: No hay ninguna persona en la Iglesiaque sepa el verdadero propósito por el cual se ha inicia-do este programa; pero les será manifestado poco antesde que la Iglesia haya hecho los preparativos suficientes;y cuando esto suceda, será un desafío para todos los re-cursos de la Iglesia. El sentimiento que me invadió estre-meció mi ser, y desde ese día, ese sentimiento me haimpulsado de día y de noche sin cesar, sabiendo que ésaera la voluntad del Señor y que éste es Su plan. Lo úniconecesario ahora es que los Santos de los Últimos Días detodo el mundo reconozcan a estos hombres que estánsentados en el estrado como las fuentes de verdad me-diante las cuales Dios revela Su voluntad, para que lossantos puedan ser preservados en épocas difíciles.

“…Sé que la obra que ahora estamos llevando acabo y promoviendo tiene un potencial todavía mayoren cuanto a posibilidades. Éstas vendrán en la medidaen que los Santos de los Últimos Días aprendan a hacerlo que se les diga, no antes; y algunas de las cosas másgrandes que todavía están por venir sólo llegarán siaprendemos a escuchar a estos hombres que presidencomo profetas, videntes y reveladores” (en ConferenceReport, abril, 1941, págs. 120–122).

FUE LLAMADO EN CALIDADDE APÓSTOL

El élder Harold B. Lee, su esposa Fern, y sus hijas Maurine y Helen,en la época en que fue llamado al apostolado, 1941.

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El élder Harold B. Lee en Hawai, 1945.

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Presidentes de la Iglesia

El presidente Heber J. Grant llamó a Harold B.Lee en calidad de apóstol del Señor, y la ordenaciónse realizó el 10 de abril de 1941. Años más tarde, él ex-presó lo que había sentido acerca de ese llamamiento:

“Nunca olvidaré los sentimientos de soledadque experimenté la noche del sábado después queel Presidente de la Iglesia me dijo que al otro día seme sostendría como miembro del Quórum de losDoce Apóstoles. Fue una noche de insomnio; pasa-ron por mi mente todas las cosas pequeñas de mivida, las tonterías, las ligerezas de la juventud. Pudehaberles relatado de aquellos contra quienes teníamalos sentimientos y aquellos que los tenían en micontra. Y antes de ser aceptado al siguiente día, sabíaque debía pararme ante el Señor y testificar ante Élque amaría y perdonaría a cada persona que camina-ra sobre la tierra y que a su vez le pediría que Él meperdonara para poder ser digno de aquel cargo.

“Yo dije, como supongo que todos diríamos al serllamados a esa posición o a cualquier otra: ‘PresidenteGrant, ¿piensa usted que yo soy digno de este llama-miento?’ Y como relámpago respondió, ‘Hijo mío, si nolo pensara, nunca se te habría llamado a que ocuparaseste cargo’.

“El Señor conocíami corazón y sabía queno era perfecto y quetodos tenemos faltas quenecesitamos superar. Élnos acepta con nuestrasimperfecciones y esperaque comencemos dondeestamos y conformemosnuestras vidas plenamen-te a los principios y a ladoctrina de Jesucristo.

“Al día siguiente fuial templo, y se me con-dujo al salón en dondese reúne semanalmente

el Consejo de los Doce con la Presidencia, en un cuar-to superior del templo. Pensé en todos los grandeshombres que habían ocupado aquellos asientos, yahora aquí estaba yo, sólo un hombre joven, 20 añosmenor que el más joven de los doce. Se me estaba pi-diendo que me sentara en una de aquellas sillas. Eraatemorizante.

“Y entonces un miembro del comité de radio, quetenía un programa el domingo en la noche, dijo: ‘Ahorasabe que después de haber sido ordenado, será un testi-go especial de la misión del Señor Jesucristo. Deseamosque el próximo domingo en la noche nos dé un discur-so especial de Pascua’. Esto era dar testimonio de la mi-

El élder Harold B. Lee y su esposa Fern.

sión del Señor concerniente a Su resurrección, Su viday Su ministerio, así que fui a un cuarto del edificio delas Oficinas Generales de la Iglesia donde pudiera estarsolo, y leí los Evangelios, especialmente aquellos rela-cionados con los últimos días, semanas y meses de lavida de Jesús, y al hacerlo comprendí que estaba vivien-do una experiencia nueva.

“Ya no se trataba solamente de un relato, parecíacomo si yo realmente estuviera viendo los acontecimien-tos que estaba leyendo, y cuando di mi discurso y concluícon mi testimonio, dije: ‘Ahora yo soy el menor de todaslas Autoridades Generales y deseo testificarles que sé,como nunca lo supe antes de este llamamiento, de queJesús es el Salvador de este mundo. Él vive y murió pornosotros’. ¿Por qué lo sabía? Porque había recibido unaespecie de testimonio, un testimonio especial que fuemás aún que la palabra profética más segura, necesariapara ser un testigo especial” (“Speaking for Himself:President Lee’s Stories”, Ensign, febrero 1974, pág. 18).

Poco después de recibir su llamamiento, hizo re-corridos por varias misiones y bases militares en mu-chas partes del mundo, pronunció sermones por radiollamados “La juventud y la Iglesia” y trabajó diligente-mente como asesor de la Primaria y de la Sociedad deSocorro. Organizó dos misiones en Sudamérica y la pri-mera estaca en Inglaterra.

AMÓ A TODOSAl referirse a la noche anterior a su sostenimiento

como apóstol, el élder Harold B. Lee relató: “Yo sé quehay poderes que se acercan a la persona que llena sucorazón de… amor… Una noche hace algunos años,comprendí que antes de ser digno del alto llamamientoque había recibido, debía amar y perdonar a toda almaque caminara sobre la faz de la tierra, y en esa ocasión

Un cuarteto de apóstoles, con el élder Harold B. Lee al piano. De izquierda aderecha: los élderes Mark E. Petersen, Matthew Cowley, Spencer W. Kimbally Ezra Taft Benson.

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Harold B. Lee Capítulo 11

llegué a saber y recibí paz, dirección, consuelo e inspi-ración que me dijeron de cosas venideras y recibí im-presiones que yo sabía que eran de origen divino” (enConference Report, octubre 1946, pág. 146).

ORGANIZÓ LOS PRINCIPIOS DE LACORRELACIÓN DEL SACERDOCIO

En 1960, bajo la dirección del presidente David O.McKay, la Primera Presidencia envió la siguiente carta alComité General del Sacerdocio, el cual estaba bajo ladirección del élder Lee:

“Nosotros, los integrantes de la PrimeraPresidencia, hemos sentido a través de los años la ne-cesidad de que exista una correlación entre los cursosde estudio presentados por el Comité General delSacerdocio y por los dirigentes responsables de otrosComités de las Autoridades Generales para la instruc-ción del sacerdocio de la Iglesia.

“También hemos sentido la urgente necesidad deque haya una correlación de estudios entre las organi-zaciones auxiliares de la Iglesia…

“Pensamos que du-rante el estudio que haráel comité que se ha orga-nizado ahora, se debentener en cuenta losasuntos mencionados.Tenemos la seguridadde que si se observara elplan de estudios de todala Iglesia desde el puntode vista del propósito glo-bal de todas estas organi-zaciones, se llegaría a unaunidad y se limitarían lostemas de los diversos cur-sos de las organizacionesauxiliares, lo cual les ayu-

El élder Lee con Scotty Hafen, decuatro años de edad. El niño fue elmodelo para la campaña de 1974 dela asociación benéfica March of Dimes.

El élder Harold B. Lee en Corea, 1954.

daría a ser más eficaces en el cumplimiento del propósi-to por el cual fueron creadas.

“Por tanto, les encomendamos a ustedes, hermanosdel Comité General del Sacerdocio, que con la ayuda y lacooperación de las organizaciones auxiliares comiencencon oración un estudio minucioso de este tema para quela Iglesia recoja la cosecha más grande de devoción, fe,inteligencia, habilidad y conocimiento de nuestras dife-rentes organizaciones auxiliares y comités del sacerdocio”(citado en Harold B. Lee, en Conference Report, septiem-bre–octubre de 1967, págs. 98–99).

Estos principios revelados fueron conocidos mástarde como los principios de correlación del sacerdo-cio. Al presentarse gradualmente esos principios a laIglesia, y especialmente a los líderes del sacerdocio,llegó a ser evidente que éste no era simplemente unprograma administrativo para facilitar una mejor comu-nicación y una enseñanza más eficaz, sino que era el di-seño del Señor para establecer un programa de defensacontra algunos de los designios insidiosos del adversa-rio, que tiene la intención de frustrar y desintegrar a lafamilia y al reino de Dios.

En 1961 el élder Harold B. Lee fue nombrado pre-sidente del Comité de Correlación de la Iglesia. La ex-periencia le había enseñado lo difícil que sería cumpliruna asignación de esa magnitud. Con fe y valor inter-cambió opiniones y recibió consejos de otros líderes yformuló un plan que incluía un renovado esfuerzo enel programa de bienestar, la obra misional, la genealo-gía, la educación, la orientación familiar y la noche dehogar para la familia. Los recursos de la Iglesia se alia-ban para beneficiar y fortalecer el hogar.

EL SACERDOCIO DEBE DIRIGIREl élder Harold B.

Lee testificó de la guíadel Señor al organizar elprograma de correlaciónpara la Iglesia.

“Algunas veces la na-turaleza extraordinariade mi asignación ha re-querido de mí un valorque casi sobrepasa misfuerzas. Me presento hoyante ustedes con espíritude humildad y con el tes-timonio sincero de queel Señor revela y efectúaSu obra a través de los conductos que Él ha designado.No permitan nunca ustedes, los miembros de la Iglesia,que les digan que el Señor no revela, dirige y desarro-lla proyectos para concentrar todas las fuerzas de la

Los élderes Harold B. Lee y Gordon B.Hinckley en el Partenón, en Atenas,Grecia, 1972.

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Presidentes de la Iglesia

Iglesia, con el objeto de hacer frente al desafío quepresentan las insidiosas fuerzas activas que se propo-nen frustrar, derribar y minar a la Iglesia y al reinode Dios.

“Les doy mi solemne testimonio de que sé queDios dirige esta obra en la actualidad y de que revelaSu voluntad y Su propósito. La luz se deja ver, y si lo-gramos que el sacerdocio cobre vida y aplique toda sufuerza, presenciaremos algunos de los acontecimien-tos más maravillosos, y veremos que sucederán lascosas más grandiosas con las fuerzas que el Señorponga en acción, como jamás hayamos visto en estadispensación” (en Conference Report, octubre de1962, pág. 83).

“EL PROPÓSITO DE LA CORRELACIÓNES FORTALECER EL HOGAR”

El élder Harold B. Lee enseñó acerca de “cuatrofactores importantes para desarrollar una correlacióneficaz. Primero, debemos procurar que todo el esfuerzode la correlación sea para fortalecer el hogar y ayudaren la solución de sus problemas, dando ayuda especialconforme se necesite.

“Segundo, la fuerza del sacerdocio se debe em-plear totalmente dentro de la responsabilidad de losquórumes del sacerdocio, tal como se establece clara-mente en las revelaciones.

“Tercero, debemos conocer los propósitos queyacen tras la creación y el propósito de cada organiza-ción auxiliar.

“Y cuarto, el objetivo principal y final de todolo que se hace es fortalecer el conocimiento delEvangelio, el poder para promulgarlo, el promoveruna mayor fe y progreso espiritual y un testimoniomás fuerte de los principios del Evangelio entre losmiembros de la Iglesia” (en Conference Report, octu-bre de 1964, págs. 80–81).

LOS PROGRAMAS DE LA IGLESIAPROPORCIONAN APOYO AL HOGAR

En la conferencia general de octubre de 1967, elélder Harold B. Lee volvió a recalcar la necesidad deque los diversos programas de la Iglesia apoyen elhogar: “Se nos ha repetido una y otra vez que el hogares la base de una vida recta, de manera que recalcamosnuevamente que al buscar el ‘cómo’ lograrlo no olvide-mos el ‘por qué’ debemos hacerlo. Los programas delsacerdocio operan para apoyar al hogar; y los progra-mas auxiliares proporcionan una valiosa ayuda. Un li-derazgo regional sabio nos ayuda a hacer nuestra partepara cumplir con el propósito de Dios de ‘llevar a cabola inmortalidad y la vida eterna del hombre’ (Moisés

1:39). Tanto las revelaciones de Dios como la sabiduríade los hombres nos dicen cuán importante es el hogaren la formación de las experiencias de la vida de unapersona. Seguramente se habrán dado cuenta de queun tema común en todo lo que se ha dicho duranteesta conferencia es la urgente necesidad de recalcar laimportancia de una mejor enseñanza y una mayor res-ponsabilidad de los padres en el hogar. Mucho de loque hacemos en las organizaciones de la Iglesia sepuede comparar al andamiaje para ayudar a edificaral individuo; no debemos confundir los programas (an-damiaje) con el alma (de la persona)” (en ConferenceReport, octubre de 1967, pág. 107).

ÉL FUE PULIDO POR MEDIODE SUS PRUEBAS

Los profetas de Diosno son inmunes a laspruebas y tribulacionesde la vida, sino que sonpreparados en el crisolde la adversidad y el su-frimiento. La vida deHarold B. Lee recibió elpulido y el refinamientoque sólo la mano delMaestro puede lograr; yen el curso del procesoobtuvo experiencias quefueron para su provechoy también para el delreino del Señor. La muer-te de seres queridos, elsufrimiento físico perso-nal y algunos llamamien-tos que parecían serimposibles de cumplirfueron sólo parte de lo que vivió.

Fern, su amada esposa durante treinta y nueveaños, murió en 1962. Varios meses después de su falle-cimiento, el élder Lee compartió lo que aprendió deesa amarga experiencia: “En 1958, justo después deregresar con mi amada compañera de la Tierra Santa,me dirigí al estudiantado para hablar acerca del tema‘Caminé por donde Jesús caminó’. Les describí los ca-minos y las veredas que recorrimos en esa Tierra Santadonde el Maestro había caminado. Pero las experien-cias de los últimos cinco meses me han hecho ver cuánciego estaba con respecto al camino que Jesús recorrió.He aprendido que sólo mediante la aflicción y el cami-nar solitario en el valle de la sombra de la muerte co-menzamos a comprender el camino que tuvo que

Se casó con Freda Joan Jensenel 17 de junio de 1963.

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Harold B. Lee Capítulo 11

seguir Jesucristo. Sólo entonces podemos reclamarnuestro parentesco con Aquel que dio Su vida paraque los hombres existiesen” (Building Your House ofTomorrow, Brigham Young University Speeches of theYear, 13 de febrero de 1963, pág. 11).

Tres años más tarde, en 1965, el élder Lee sufrióla pérdida de su hija Maurine. Él se encontraba enHawai, asistiendo a conferencias de la Iglesia, cuandose le notificó acerca de su gravedad, y poco más tardede su muerte. Al hablar de la angustia que pasó en esosmomentos, dijo:

“Muchas veces me he preguntado respecto del su-frimiento del Maestro que le hizo exclamar angustiadoen el jardín de Getsemaní: ‘Yendo un poco adelante, sepostró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío,si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea comoyo quiero, sino como tú’ (Mateo 26:39).

“Al avanzar en años, comienzo a comprender enuna pequeña medida lo que sintió el Maestro en esaocasión. En la soledad del cuarto de un hotel a 4.000 ki-lómetros de distancia de mi casa, tal vez ustedes tambiénlloren algún día desde la profundidad de su alma, comoyo lo hice aquel día, y digan: ‘Oh querido Dios, ¡nodejes que muera! Yo la necesito, su familia la necesita’.

“No fue contestadala oración del Maestro ytampoco lo fue la mía.El propósito de ese sufri-miento personal sola-mente puede explicarsecon lo que el Señor dijopor intermedio de Pablo:

“ ‘Y aunque era hijo,por lo que padeció apren-dió la obediencia;

“ ‘y habiendo sidoperfeccionado, vino a serautor de eterna salvaciónpara todos los que le obe-decen’ (Hebreos 5:8–9).

“Y así es en nuestrosdías. Permita Dios que

ustedes y yo aprendamos a obedecer la voluntad deDios, si es necesario por medio del sufrimiento” (enConference Report, octubre de 1965, págs. 130–131).

SU VIDA FUE PRESERVADA PORMEDIO DE LA INSPIRACIÓN

Aun cuando nuestras oraciones en ocasiones noparecen ser contestadas de la manera que nosotros lodeseamos, el Señor está pendiente de cada uno denosotros y de nuestros retos personales. Al tratar de

Presidente Harold B. Lee.

hacer Su voluntad y obedecer Sus mandamientos, Élnos guiará y protegerá hasta que nuestros días sobrela tierra lleguen a su fin. El élder Harold B. Lee com-partió un ejemplo de la guía y la protección que él re-cibió en su vida:

“Quisiera aprovechar este momento para expresarmi agradecimiento por algo que sucedió hace muchotiempo, hace años [marzo de 1967]. Sufría yo en aquelentonces de una úlcera que empeoraba poco a poco.Mi esposa Joan y yo nos encontrábamos de visita enuna de las misiones… y… sentimos la imperiosa nece-sidad de regresar a nuestra casa tan pronto como fueraposible, aun cuando habíamos hecho planes de asistira algunas reuniones más.

“Durante nuestro viaje de regreso, nos encontrá-bamos sentados en la parte delantera del avión. Otrosmiembros de la Iglesia se encontraban en la otra sec-ción. En determinado momento sentí que alguien meponía las manos sobre la cabeza. Al mirar hacia arribapara ver de quién se trataba, comprobé que no habíanadie a mi lado que pudiera haberlo hecho. Lo mismovolvió a suceder antes de llegar a nuestra casa, repitién-dose en forma similar a la primera. Quién lo hizo, porqué medio, nunca lo podré saber, pero lo que sí supefue que recibí una bendición, que según más tardepude comprender, necesitaba urgentemente.

“Tan pronto como llegamos a casa, mi esposallamó al doctor. Eran más o menos las 11 de la noche.Por teléfono el médico me preguntó cómo me encon-traba, a lo cual le contesté: ‘Bueno, estoy muy cansado,pero creo que estaré bien’. Poco después experimentéuna hemorragia masiva que si hubiera tenido lugar du-rante el viaje, muy posiblemente no me encontraríahoy aquí hablando con ustedes.

“Yo sé que hay poderes divinos que nos socorrencuando es imposible conseguir otro tipo de ayuda”(véase Discursos de Conferencias Generales, abril de1973, pág. 23).

SI SEGUIMOS EL CONSEJO DELPROFETA PROTEGEREMOS LASANTIDAD DE NUESTRO HOGAR

En 1970, en un discurso de la conferencia general,el presidente Harold B. Lee, Consejero de la PrimeraPresidencia, comparó el evitar una tragedia en un vueloespacial con el ser guiados a un lugar seguro en unmundo turbulento:

“Hace algunos meses, millones de observadores entodo el mundo esperaban ansiosamente, conteniendoel aliento, el vuelo precario del Apolo 13. El mundo en-tero parecía orar por una sola cosa: el regreso a salvo ala tierra de esos tres hombres valientes.

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Presidentes de la Iglesia

“De pronto unode ellos, con ansiedadcontenida, dio la alar-mante información,‘Hemos tenido una ex-plosión’. La estación decontrol de Houston in-mediatamente movilizó atodos los científicos quehabían sido capacitadosdurante años y que ha-bían planeado con tododetalle ese vuelo.

“La seguridad deesos tres hombres depen-día de dos cosas vitales:

de las habilidades y los conocimientos de los técnicosdel centro de control de Houston, y de la implícita obe-diencia de los hombres del Apolo a cada instrucciónque recibieran de los técnicos, quienes, a causa de suentendimiento de los problemas de los astronautas, es-taban mejor calificados para encontrar soluciones. Lasdecisiones de los técnicos tenían que ser perfectas oel Apolo podría errar su regreso a la tierra por milesde kilómetros.

“Ese dramático suceso es comparable, en ciertamedida, a estos tiempos turbulentos en que vivimos…Muchas personas se sienten atemorizadas al ver y oíracerca de los sucesos increíbles que están ocurriendopor todo el mundo: intrigas políticas, guerras y conten-ción por doquier, las frustraciones de los padres al en-frentarse con los problemas sociales que amenazan conderrumbar la santidad del hogar, las frustraciones delos hijos y la juventud al verse ante desafíos tocante asu fe y sus principios morales.

“Únicamente si ustedes están dispuestos a escu-char y obedecer, como lo hicieron los astronautas del

Sostenimiento de la nueva Primera Presidencia: Marion G. Romney, Harold B.Lee y N. Eldon Tanner.

El presidente Harold B. Lee y el élderEzra Taft Benson.

Apolo, podrán, en compañía de su familia, ser guiadosa la paz y a la seguridad final a la manera del Señor”(en Conference Report, octubre de 1970, pág. 113).

En un discurso pos-terior que dio en esamisma conferencia gene-ral, el presidente Leedijo: “La única protec-ción que tenemos comomiembros de esta Iglesiaes hacer exactamente loque el Señor dijo a losprimeros miembros eldía en que ésta se organi-zó. Debemos aprender aescuchar las palabras ylos mandamientos que elSeñor dará por medio de

su profeta, ‘según los reciba, andando delante de mícon toda santidad… con toda fe y paciencia como si vi-niera de mi propia boca’ (D. y C. 21:4–5). Habrá algu-nas cosas que requieran paciencia y fe. Puede ser queno les guste lo que digan las autoridades de la Iglesia,ya que puede contradecir sus puntos de vista políticoso sociales. Pero si escuchan estas cosas como si vinie-ran de la boca del Señor mismo, con paciencia y fe, lapromesa es que ‘las puertas del infierno no prevalece-rán contra vosotros; sí, y Dios el Señor dispersará lospoderes de las tinieblas de ante vosotros, y hará sacu-dir los cielos para vuestro bien y para la gloria de sunombre’ (D. y C. 21:6)” (en Conference Report, octubrede 1970, pág. 152).

SE LE SOSTIENE COMO PRESIDENTEDE LA IGLESIA

En 1970 el presidente Joseph Fielding Smithllamó al élder Harold B. Lee como Consejero de laPrimera Presidencia; dos años más tarde, el 7 de juliode 1972, el presidente Lee fue ordenado Presidente dela Iglesia. Los miembros de la Iglesia habían sentido suinfluencia durante los treinta años que fue apóstol, yahora sentirían su mano firme dirigiéndola. Predicóque el sacerdocio era el poder más grande sobre la tie-rra, que atender a la familia era la labor más importan-te de todas; habló de los enemigos que se encontrabandentro de la Iglesia y de que la seguridad de los santosdependía de la estricta obediencia al profeta de Dios.Era capaz de amar y ser firme a la vez con los transgre-sores de una manera semejante a Cristo, y extendía lamano con amor para ayudarles a arrepentirse. Sentíauna gran preocupación por los viudos, los discapacita-dos y los solteros.

Presidente Harold B. Lee.

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Harold B. Lee Capítulo 11

El élder Gordon B. Hinckley, en ese entoncesmiembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dijodel presidente Lee: “La lealtad a Dios y a su Hijo, elSeñor resucitado, era la característica principal de suvida. Acostumbraba decir: ‘Nunca piensen que soy elcabeza de esta Iglesia. Jesucristo lo es; yo soy solamen-te un hombre, Su siervo.’ Enseñó acerca del Señor conuna capacidad magistral digna de admirar, y testificósiempre con gran persuasión. Un hombre de negociosle dijo en una ocasión: ‘Yo creo en el Señor, pero notengo un testimonio de que vive’. El presidente Lee lerespondió: ‘Entonces apóyese en mi testimonio mien-tras estudia y ora hasta que el suyo sea lo suficiente-mente fuerte como para sostenerse solo’ ” (HaroldBingham Lee: Humility, Benevolence, Loyalty”, Ensign,febrero de 1974, pág. 90).

AMABA CON EL CORAZÓN Y LAMENTE A TODOS LOS SANTOSDE LOS ÚLTIMOS DÍAS

El presidente HaroldB. Lee dijo: “Ahora deseorelatarles una pequeñaexperiencia sagrada quetuve después de habersido llamado comoPresidente de la Iglesia. Ala mañana siguiente, muytemprano, mi esposa y yonos encontrábamos arro-dillados en humilde ora-ción, y repentinamentetuve la impresión de quemi mente y mi corazónse extendían hacia losmás de tres millones de

miembros en todo el mundo. Me pareció sentir amorpor cada uno de ellos, sin importar dónde vivían o cuálera su color, si eran ricos o pobres, humildes o encum-brados, educados o no. Repentinamente sentí como sitodos me pertenecieran, como si todos fueran mis pro-pios hermanos y hermanas” (en Conference Report,Mexico and Central America Area Conference, agostode 1972, pág. 151).

SE PROBÓ A SÍ MISMO ANTE DIOSY ANTE SU PUEBLO

En su primer discurso como Presidente de laIglesia, Harold B. Lee vio en perspectiva su vida y con-templó las experiencias por las que había atravesado yque en ocasiones habían sido difíciles de comprender.

El presidente Lee en el Jardín delSepulcro, Jerusalén, septiembrede 1972.

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“El día después de este nombramiento, tras el fa-llecimiento de nuestro amado presidente Smith, mellamó la atención un párrafo de un sermón que OrsonHyde, en ese entonces miembro de los Doce, pronun-ció en una conferencia general en 1853, el cual me im-pulsó a hacer un examen de conciencia.

“El tema de su dis-curso fue: ‘El hombreque ha de guiar al pueblode Dios’, y cito breve-mente parte de su ser-món: ‘…invariablemente,cuando a una persona sele ordena y se le nombrapara dirigir al pueblo, hapasado por tribulacionesy pruebas, y se ha proba-do a sí mismo ante Diosy ante Su pueblo, que esdigno de la posición queocupa… y cuando unapersona no ha sido pues-ta a prueba, no se ha pro-

bado a sí misma ante Dios y ante Su pueblo y ante losconsejos del Altísimo de ser digna, no va a llegar a diri-gir a la Iglesia ni al pueblo de Dios. Jamás ha pasado,sino que desde el principio, la persona que dirigirá a laIglesia es alguien que entiende al Espíritu y el consejodel Todopoderoso, que conoce a la Iglesia y ésta lo co-noce’ (Journal of Discourses, tomo I, pág. 123).

“A medida que conozco la vida de los que me hanprecedido, me he dado cuenta de que cada uno pare-ció tener una misión especial para su tiempo y época.

“Entonces, con una profunda introspección,pensé en mí mismo y en las experiencias por las quehe pasado, sobre las cuales hizo referencia OrsonHyde. Entonces recordé las palabras del profeta Joséen las que él se caracterizaba a sí mismo, y me parecióque eran análogas en mi caso. Esto fue lo que dijo:

“ ‘Soy como una enorme piedra áspera que vienerodando desde lo alto de la montaña; y la única mane-ra en que puedo pulirme es cuando una de las orillasde la piedra se alisa al frotarse con otra cosa, comocuando pega fuertemente contra la intolerancia religio-sa, se topa con la superchería de los sacerdotes, aboga-dos, doctores, editores mentirosos, jueces y juradossobornados, y choca contra la autoridad de oficialesperjuros, respaldados por los populachos, por los blas-femos y por hombres y mujeres licenciosos y corrup-tos; todo este corro infernal le allana esta aspereza acáy esta otra más allá. Y así llegaré a ser dardo pulido yterso en la aljaba del Todopoderoso’ (Enseñanzas delProfeta José Smith, pág. 370).

El presidente Lee, con un intérprete,hablando en la Sala Olímpica deMunich, Alemania.

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Presidentes de la Iglesia

“Estos pensamientos que ahora invaden mi menteempiezan a dar significado a algunas de las experien-cias de mi vida, cosas que han sucedido y que han sidodifíciles de entender. A veces me parecía como si yotambién fuera como una piedra áspera que viene ro-dando por el costado de la montaña, recibiendo golpesy puliéndose, supongo yo, con las experiencias, a finde que yo también pudiera llegar a ser dardo pulidoy terso en la aljaba del Todopoderoso.

“Quizás fuera necesario que yo también aprendieraobediencia por las cosas que he sufrido, a fin de obtenerexperiencia, y que éstas fueron para mi beneficio, y paraver si yo podía sobrellevar alguna de las varias pruebasdel estado terrenal” (en Discursos de ConferenciasGenerales, octubre 1972, pág. 304).

LOS MIEMBROS DE LA IGLESIADEBEN PREPARARSE PARA ELCONFLICTO CON LA INIQUIDAD

El presidenteHarold B. Lee enseñó:

“Los miembros deesta Iglesia en todas par-tes del mundo deben re-forzarse para la contiendasin fin entre las fuerzasde la rectitud y las fuer-zas del mal…

“Si seguimos la di-rección del sacerdocio,el Señor cumplirá su pro-mesa, la cual se encuen-tra en el prefacio de susrevelaciones, cuandoSatanás tenga podersobre su propio dominio.Ésta fue la promesa:‘…el Señor tendrá podersobre sus santos, y reina-

rá en medio de ellos, y bajará en juicio sobre… elmundo’ (D. y C. 1:36).

“Insto encarecidamente a toda nuestra gente aunirse bajo el verdadero estandarte del Maestro, a en-señar el Evangelio de Jesucristo en forma tan profundaque ninguna persona verdaderamente convertida po-dría jamás alinearse con estos contenciosos conceptosy procedimientos contrarios al plan de salvación delSeñor” (en Discursos de Conferencias Generales, octu-bre 1972, pág. 309).

El presidente Harold B. Lee y elpresidente Spencer W. Kimball, entoncespresidente del Quórum de los DoceApóstoles, en la conferencia de áreade Munich, Alemania, agosto de 1973.Asistieron más de 14.000 miembros dela Iglesia de ocho países europeos.

LA SEGURIDAD SE OBTIENE ALGUARDAR LOS MANDAMIENTOSDE DIOS

El presidente Harold B. Lee dijo: “Estoy convenci-do de que la mayor de las razones fundamentales dela fortaleza de esta Iglesia es que aquellos que guardanlos mandamientos de Dios apoyan en un cien por cien-to a sus líderes. Sin este apoyo unido, se entiende fácil-mente que la Iglesia no podrá seguir adelante parahacer frente a los problemas de estos tiempos. Nuestrollamado es que todos sus miembros guarden los man-damientos de Dios, pues en ello yace la seguridad delmundo” (en Discursos de Conferencias Generales, abrilde 1973, pág. 18).

LA IGLESIA ES UNA DEFENSAY UN REFUGIO

Cuando prestaba servicio como miembro delQuórum de los Doce Apóstoles, el élder Harold B.Lee dijo:

“Casi imperceptiblemente vemos que la manode Dios se mueve para hacer las cosas, y yo interpretoesto como la unión de las fuerzas del Señor bajo la di-rección del profeta, como si fuera un ejército; a fin deenfrentarse a un enemigo superior en número, las fuer-zas de nuestra oposición a las fuerzas del mal debenconsolidarse para presentar la defensa más efectivaposible.

“Estamos en un programa de defensa. La Iglesiade Jesucristo se ha establecido sobre esta tierra enestos días ‘…para defensa y para refugio contra la tem-pestad y contra la ira, cuando sea derramada sin mez-cla sobre toda la tierra’ (D. y C. 115:6)” (en ConferenceReport, septiembre–octubre de 1961, pág. 81).

El presidente Harold B. Lee.

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Harold B. Lee Capítulo 11

En otra ocasión citó una profecía del presidenteHeber C. Kimball que se aplica a nuestros días:

“El presidente Heber C. Kimball, poco despuésque los santos llegaron aquí a las montañas —y supon-go que algunos se estaban jactando del triunfo provi-sional sobre sus enemigos— dijo lo siguiente:‘…pensamos que estamos a salvo aquí en las montañaseternas, donde podemos cerrar las pocas puertas de ac-ceso a los cañones en contra de los populachos y per-seguidores, los inicuos y viles, quienes siempre noshan acechado con violencia y robos, pero deseo decir-les, mis hermanos, que llegará el momento en que enestos valles pacíficos estaremos tan mezclados que serádifícil distinguir la cara de un enemigo de la del pueblode Dios. Entonces, hermanos, cuidado, porque habráun tiempo en que seremos cernidos y muchos caerán;pues les digo que viene una prueba, una PRUEBA, unaPRUEBA, y ¿quién podrá soportarla?…

“ ‘Permítanme decirles que muchos de ustedesverán el tiempo en que sufrirán todos los problemas,las pruebas y las persecuciones que les va a ser posiblesoportar, y tendrán muchas oportunidades de demos-trar que son fieles a Dios y a Su obra. Esta Iglesia tieneante sí muchos senderos estrechos por los que habráde pasar antes de que la obra de Dios sea coronadacon la victoria. Para afrontar las dificultades que seaproximan, será necesario que tengan un conocimientopropio de la veracidad de esta obra. Testifico que las di-ficultades serán de tal naturaleza que el hombre o lamujer que no posea este conocimiento o testimoniocaerá. Si aún no tienen dicho testimonio, vivan recta-mente y pidan al Señor sin cesar hasta que lo obten-gan, porque si no lo hacen, no podrán superar lasdificultades.

“ ‘Recuerden estas palabras, pues muchos de uste-des vivirán para ver su cumplimiento. Llegará el día enque ningún hombre o mujer podrá prevalecer con luzprestada. Cada uno deberá guiarse por su propia luz. Sino la tienen, ¿cómo podrán prevalecer?’ (Life of Heber C.Kimball, págs. 446, 449–450)” ( en Conference Report,octubre de 1965, pág. 128).

Luego, como Presidente de la Iglesia, dio la si-guiente admonición: “El desafío más grande que tene-mos actualmente es enseñar a los miembros de estaIglesia a guardar los mandamientos de Dios. Nuncaantes ha habido tal desafío a la doctrina de la rectitud,la pureza y la castidad. Los poderes del mal están co-rrompiendo las normas morales. No hay nada más im-portante para nosotros que enseñar con gran poder,guiados por el Espíritu del Señor, a fin de persuadira nuestro pueblo que se halla en el mundo a vivircerca del Señor en esta hora de gran tentación”(citado en J. M. Heslop, “President Harold B. Lee:

Directs Church; Led by the Spirit,” Church News,15 de julio de 1972, pág. 4).

LAS INFLUENCIAS DESTRUCTORASDEL MUNDO AMENAZAN A LA FAMILIA

Cuando era miem-bro del Quórum de losDoce Apóstoles, el élderHarold B. Lee instó a lasfamilias a efectuar lanoche de hogar semanal-mente: “Mediante el pro-grama que llamamos lanoche de hogar para lafamilia, se dio mayor én-fasis a la enseñanza delos hijos en el hogar.Esto no era nuevo. Se ledio énfasis hace cincuen-ta años; y al remontarnos a la historia, encontramosque en la última epístola escrita a la Iglesia por el pre-sidente Brigham Young y sus consejeros, se instaba alos padres a juntar a sus hijos y enseñarles el Evangeliofrecuentemente en el hogar. Así que la noche de hogarse ha fomentado desde que se estableció la Iglesia enesta dispensación” (en Conference Report, septiem-bre–octubre de 1967, pág. 101).

Después, ante el ataque cada vez mayor del adver-sario contra la familia, el presidente Lee declaró:

“Nos hallamos en tiempos difíciles. Por todo elmundo hay influencias que procuran atacar el hogar,las relaciones sagradas de esposo y esposa, de padrese hijos. Nuestros miembros adultos de la Iglesia queno están casados tienen que enfrentarse con la mismainfluencia perniciosa.

“Cuán afortunados somos de tener en medio detodo esto las enseñanzas de nuestro Señor y SalvadorJesucristo, quien está a la cabeza de la Iglesia. Sus pala-bras y las de Sus profetas nos ayudan a fortalecer nues-tros hogares y a traer a ellos más paz y felicidad.

“No sé de ningún otro pueblo sobre la faz de la tie-rra que tenga los altos conceptos del matrimonio y delcarácter sagrado del hogar que poseen los Santos de losÚltimos Días. En una revelación dada en nuestra época,el Señor dijo: ‘’…el matrimonio lo decretó Dios para elhombre. Por tanto, es lícito que tenga una esposa, y losdos serán una sola carne, y todo esto para que la tierracumpla el objeto de su creación’ (D. y C. 49:15,16).

“Sin embargo, se ven evidencias inequívocas de quelos mismos peligros que andan por el mundo se hallanentre nosotros, tratando de destruir esta institución queDios nos ha dado y que es el hogar” (Fortaleciendo elhogar, folleto, 1973, págs. 1–2).

El presidente Lee pronunciando undiscurso en el Tabernáculo de Salt Lake.

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Presidentes de la Iglesia

EL OBJETIVO DE LA IGLESIA ESAYUDAR A LOS SANTOS A AFRONTARLOS PROBLEMAS DE NUESTROS DÍAS

El presidente Harold B. Lee enseñó: “Hay un granobjetivo en toda esta gran organización de la Iglesia…Ese objetivo es proporcionar y promover la salvacióno el bienestar espiritual, temporal y social de cada inte-grante de estos grupos del sacerdocio o de las organi-zaciones auxiliares. Si cada grupo es impulsado por elpoder y la justicia de los principios sobre los cualesestá basado, ‘tendrá todo el poder necesario para solu-cionar cualquier problema en este mundo moderno ycambiante’ (Brigham Young)” (Decisions for SuccessfulLiving, pág. 211).

EL MAYOR MILAGRO DE TODOSES SANAR LAS ALMAS ENFERMAS

El presidente Harold B. Lee dijo: “En esta confe-rencia, las Autoridades Generales han hecho el llama-miento de ayudar a aquellos que necesitan asistenciaespiritual. Los milagros más maravillosos que he tenidola oportunidad de presenciar en la actualidad, no sonprecisamente la cura de cuerpos enfermos, sino la curade espíritus enfermos, de aquellos que están enfermostanto en el espíritu como en el alma, de los abatidos ydescreídos, de los que se encuentran al borde del co-lapso, tanto nervioso como espiritual. Tratamos de lle-gar a todos lo que están en ese estado y darles la ayudaque necesiten, porque son preciosas criaturas a la vistadel Señor, y no queremos que nadie sienta o crea queha sido olvidado” (“Permaneced en los lugares santos”,Liahona, marzo de 1974, pág. 44).

LA MUERTE DE UN PROFETAEl presidente

Harold B. Lee falleció el26 de diciembre de 1973.Aunque su administra-ción como Presidente dela Iglesia fue de sólo die-ciocho meses, sus ense-ñanzas e influencia enlos consejos directivos dela Iglesia causaron pro-funda impresión durantedécadas. Algunos pensa-ron que falleció antes detiempo, pero esto nuncasucede con un hombrede Dios. Su sucesor, elpresidente Spencer W.Kimball, dijo en su funeral: “un árbol gigante ha caídoy ha dejado un gran espacio vacío en el bosque” (“AGiant of a Man,” Ensign, febrero de 1974, pág. 86).

Verda Lee Ross, hermana del presidente Lee, dijo:“Todos los que iban a su casa se sentían como prínci-pes o princesas, ya que los trataba como si fueran de larealeza. Era un anfitrión sumamente atento. Resultabadifícil verlo erguido cuando estaba rodeado de perso-nas, pues siempre estaba inclinado hablando con unniño o agachado consolando a una persona anciana.Todas las personas significaban algo especial para él.Amaba a la gente, sin excepción” (de una entrevistacon miembros de la familia Lee realizada por el perso-nal de Cursos de Estudio Universitarios del SEI, 6 dejulio de 1978).

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El presidente Harold B. Lee.

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Spencer W. KimballDUODÉCIMO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 12

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ACONTECIMIENTOS MÁS DESTACADOS DE LA VIDA DESPENCER W. KIMBALL

Edad Acontecimientos

Nace el 28 de marzo de 1895, en Salt Lake City, Utah; sus padres son AndrewKimball y Olive Woolley Kimball.

9 Un patriarca declara que él trabajará entre los lamanitas.

11 Muere su madre (1906).

19 Se gradúa de la Academia Gila con los más altos honores (1914).

19–21 Sirve en una misión en la región central de los Estados Unidos (1914–1916).

22 Contrae matrimonio con Camilla Eyring (16 de noviembre de 1917).

43–48 Es presidente de la Estaca Mount Graham (1938–1943).

48 El presidente Heber J. Grant lo ordena apóstol (7 de octubre de 1943).

51 Es presidente del Comité de Asuntos Indígenas de la Iglesia (1946).

62 Padece de cáncer de la garganta que resulta en la pérdida de una cuerda vocaly parte de otra (1957).

69–72 Supervisa la obra misional en América del Sur (1964–1967).

74 Se publica su libro titulado El Milagro del Perdón (1969); asume el cargode Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles (23 de enerode 1970).

77 Se le aparta como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles (7 de juliode 1972).

78 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (30 de diciembre de 1973).

79 Pronuncia un discurso dirigido a los Representantes Regionales de los DoceApóstoles, lo cual da inicio a la expansión de la obra misional (4 de abril de1974); dedica el Templo de Washington, D.C. (19 de noviembre de 1974).

80 Dedica el Edificio de las Oficinas Generales de la Iglesia (24 de julio de 1975);se forman quince estacas en la Ciudad de México de las cinco que existían(9 de noviembre de 1975); se anuncia la construcción de templos en Brasil,Japón, México y el estado de Washington (1975).

81 Se agregan dos revelaciones a la Perla de Gran Precio (actualmente D. y C.137–138; 3 de abril de 1976); los Ayudantes del Quórum de los DoceApóstoles pasan a formar parte del Primer Quórum de los Setenta (1976).

83 La Primera Presidencia da a conocer la revelación que otorga a todo hombre fielde la Iglesia el derecho de poseer el santo sacerdocio (8 de junio 1978).

84, 86 Se imprimen nuevas ediciones de las Escrituras con referencias correlacionadas(1979, 1981).

84 Dedica el Jardín Conmemorativo Orson Hyde en Jerusalén (24 de octubre de 1979).

89 Se nombran Presidencias de Área por primera vez (1984).

90 Se imprime una nueva edición del himnario con más himnos sobre la Restauración.Muere en Salt Lake City, Utah (5 de noviembre de 1985).

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

Spencer WoolleyKimball nació en SaltLake City, Utah, el 28de marzo de 1895; suspadres fueron AndrewKimball y Olive WooleyKimball. Al siguientemes de enero a Utah sele otorga la condición deestado. Habían pasadocinco años desde la pu-blicación del Manifiesto,la economía iba mejo-rando y los santos entra-ban en una época derelativa calma.

CRECIÓ EN THATCHER, ARIZONALa familia se mudó a Thatcher, Arizona, cuando

Spencer W. Kimball tenía tres años de edad. Allí tuvoque ordeñar vacas, quitar la mala hierba de los huertosy pintar los edificios. Exigía mucho de sí mismo; en laescuela, en la Iglesia y entre los amigos, se esforzabapor lograr la excelencia. Se abstenía totalmente decualquier cosa que pudiera contaminar su cuerpo. Fuepresidente del quórum de diáconos y continuó sirvien-do en puestos de liderazgo, cumpliendo cada llama-miento con tenacidad y devoción.

LA HERENCIA FAMILIAR DESPENCER W. KIMBALL

“Al igual que Nefi en la antigüedad, [Spencer W.Kimball] también puede dar gracias al Señor por habernacido de buenos padres. Sus dos abuelos eran coloni-zadores y hombres sobresalientes: Heber C. Kimballfue un apóstol del Señor, amigo y discípulo del profetaJosé Smith, consejero del presidente Young, y misione-

Olive Woolley Kimball, madrede Spencer W. Kimball.

Andrew Kimball, padre de Spencer W.Kimball.

Spencer (derecha), a la edad deun año, con su hermana Ruth.

ro extraordinario; Edwin D. Woolley fue una autoridadpolítica muy original en Salt Lake, el administrador denegocios del presidente Young y un gran obispo delBarrio 13 durante un período de cuarenta años.Andrew Kimball, padre de Spencer, fue también unhombre asombroso, siempre enérgico y celoso defen-sor del Evangelio restaurado; presidió la Misión delTerritorio Indio durante diez años y a intervalos regre-saba a Salt Lake a fin de ganar el sustento para la fami-lia. Durante veintiséis años y medio, desde 1898 hastael día de su muerte, fue presidente de la Estaca St.Joseph que, a sugerencia del presidente John Taylor,había recibido su nombre en honor al profeta JoséSmith. Su capacidad como constructor y organizadorayudó al desarrollo de un gran imperio agrícola en eleste de Arizona y, durante los años de su llamamiento,la estaca que se componía de unos cuantos barrios alo largo del río Gila llegó a tener diecisiete barrios yramas que se extendían desde la ciudad de Miami,Arizona, hasta la de El Paso, Texas” (Jesse A. Udall,“Spencer W. Kimball, the Apostle from Arizona”,Improvement Era, octubre de 1943, pág. 590).

SUS TEMPRANAS EXPERIENCIAS LOPREPARARON PARA SERVIR

Spencer W. Kimball tuvo muchos encuentros cerca-nos con la muerte: casi se ahogó, tuvo varios accidentes,enfermedades extremadamente serias y operacionesquirúrgicas. Su hija Olive Beth Kimball Mack dijo:

“Papá ha tenido muchas aflicciones, enfermeda-des, y varias experiencias difíciles que vencer, las cualesno sólo lo han fortalecido sino también le han enseña-do a ser comprensivo con los demás… Perdió a sumamá cuando tenía once años y poco después murióuna de sus hermanitas. Él escribe lo siguiente con res-pecto a esa época:

Andrew y Olive Kimball con sus hijos, 1897. Spencer está sentadoen el regazo de su padre.

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Presidentes de la Iglesia

“ ‘Me vino a la me-moria, el recuerdo lejanode una escena de angus-tia, terror, miedo y deses-peranza. Allí estábamosocho de los once hijosen el dormitorio de mispadres. Nuestra madrehabía fallecido, nuestropadre se encontrabalejos y nuestro hermanomayor Gordon estabasentado en una sillamientras nuestra herma-nita menor moría en susbrazos, y todos nosotros alrededor de su silla, asusta-dos, orando y llorando. El doctor se encontraba a mu-chos kilómetros de distancia; su calesa tirada por uncaballo no podía hacer que llegara a tiempo a casa; yaunque hubiera llegado a tiempo, ¿qué hubiera podidohacer? La pequeña Rachel parecía estar sufriendo deuna combinación de difteria y tos ferina que práctica-mente la estaban ahogando. Aterrorizados, observába-mos mientras su pequeño cuerpo luchaba tenazmentepor respirar y por su vida, hasta que de pronto secalmó totalmente; había perdido la batalla’ ” (How aDaughter Sees Her Father, the Prophet [discurso pro-nunciado en el Seminario e Instituto de Religión deSalt Lake, 9 de abril de 1976], págs. 3–4).

Al escribir sobre la vida de este hombre extraordi-nario, el élder Boyd K. Packer citó las palabras delmismo Spencer W. Kimball para describirlo:

“En una ocasión, elpresidente Kimball dijo:‘¿Qué madre, al contem-plar a su bebé con ternu-ra, no lo imagina comoel futuro Presidente de laIglesia o el presidente desu país? Al acunarlo ensus brazos lo ve ya comoun hombre de estado,una autoridad, un profe-ta. ¡Y para algunas ma-dres ese sueño se hacerealidad! Una madre nosdio a un Shakespeare;

otra, a un Miguel Ángel; otra, a un Abraham Lincoln yotra, a un José Smith.

“ ‘Cuando los teólogos tambalean y tropiezan,cuando los labios alardean y los corazones se apartan,y los hombres “van errantes de mar a mar; desde elnorte hasta el oriente buscando la palabra de Jehová

Spencer W. Kimball y Clarence Naylor.

Spencer W. Kimball (centro) y sushermanos cuando Spencer teníaonce años, 1906.

sin poder hallarla”, cuando hace falta que las nubes delerror se disipen, que la oscuridad espiritual se desva-nezca y que los cielos se abran, nace una criatura’ ”(Conference address, 4 de abril de 1960).

“Y en esas circunstancias llegó Spencer WoolleyKimball. El Señor dispuso esos sencillos comienzos.No preparaba a un simple hombre de negocios, ni a unlíder cívico ni a un orador, poeta, músico ni siquiera aun maestro —aunque él estaría capacitado para cual-quiera de esos cargos— sino que preparaba a un padre,un patriarca para su familia, un apóstol y profeta, unpresidente para Su Iglesia” (véase “Spencer W. Kimball:Un hombre diferente”, Liahona, julio de 1974, pág. 2).

MANTUVO UN REGISTRO PERFECTODE ASISTENCIA A LA ESCUELADOMINICAL Y A LA PRIMARIA

“Desde su niñez siempre ha sido muy estricto consu trabajo, conformándose solamente cuando lo hacíacon excelencia. Durante años tuvo un registro perfectode asistencia a la Escuela Dominical y la Primaria. Unlunes estaba en el campo apisonando heno con sushermanos mayores, cuando sonó la campana de la ca-pilla que llamaba a los niños a la Primaria.

“ ‘Tengo que ir a la Primaria’, les dijo tímidamente.“ ‘No puedes ir hoy; te necesitamos’, le contestaron.“ ‘Bueno, si papá estuviera aquí, me dejaría ir’,

insistió él.“ ‘Papá no está aquí’, le dijeron sus hermanos,

‘y no vas a ir’.

“Los montones de paja se acumularon tanto queestuvieron a punto de cubrir al pequeño Spencer; perofinalmente alcanzó a salir y se escapó, escurriéndoseen silencio por detrás de la carreta; y recién cuando élya se encontraba a medio camino de la capilla, mante-niendo así intacto su propio récord, se dieron cuentade su ausencia…

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La vida en la granja: los hermanos Gordon, Spencer y Del Kimball encimade la carreta de heno, cerca de su casa en Thatcher, Arizona.

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

“…Al igual que Daniel, el élder Kimball nunca secontaminó con el pecado. Si alguien le preguntaba sisiempre había obedecido la Palabra de Sabiduría, élrespondía con humildad que nunca había probado té,café, alcohol, ni tabaco” (Udall, Improvement Era, oc-tubre de 1943, pág. 591).

SU PADRE PRESINTIÓ LA FUTURAGRANDEZA DEL JOVEN SPENCER

“Cuando Spencer Wooley Kimball tenía diez añosde edad, le gustaba ayudar a su padre en los quehace-res. Sentado en un banco, cantaba alegremente mien-tras ordeñaba una de las vacas, totalmente ajeno a supadre, que estaba parado a la entrada del granero ha-blando con un vecino que acababa de entregarle unacarga de calabazas para los puercos.

“ ‘Spencer es un chico excepcional’, le decía [elpadre de Spencer, quien era presidente de estaca].‘Procura siempre obedecerme en todo lo que le digo.Lo he dedicado para que sea uno de los portavocesdel Señor, si ésa es Su voluntad. Algún día lo veráusted como un gran líder. Lo he dedicado al serviciode Dios, y llegará a ser un hombre de gran influenciaen la Iglesia’.

“Aún al ordeñar las vacas, el niño justificaba consu proceder la fe y la confianza de su padre, pues can-taba con un propósito: En el suelo, junto al cubo deleche, había un pedazo de papel en el que estaba escri-ta la letra del himno que deseaba aprender; así practi-caba todos los días para poder memorizar las palabrasde los himnos de la Iglesia. A menudo hacía lo mismocon versículos de Escritura, memorizándolos parapoder citarlos en el futuro” (“Early Prophecies Madeabout Mission of Elder Kimball”, Church News, 18 denoviembre de 1961, pág.16).

Spencer W. Kimball (al centro de la primera fila) en el Globe Dairy, 1914.

A TEMPRANA EDAD SE FIJÓ LAMETA DE LEER LA BIBLIA

En un discurso pronunciado en una conferenciageneral de 1974, el presidente Spencer W. Kimballhabló de la satisfacción que sintió al alcanzar la metaque se había trazado en su juventud:

“Permítanme hablar-les de una de las metasque me propuse cuandotodavía era un jovencito.Al oír a una de las autori-dades de la Iglesia decir-nos que debíamos leer lasEscrituras, pensé en queyo nunca había leído laBiblia; esa misma noche,al terminar el sermón, mefui a casa que se encon-traba cerca de allí, subí ami cuarto en la buhardi-lla, encendí una pequeña

lámpara de petróleo que se hallaba en una mesita y leílos primeros capítulos de Génesis. Un año después cerréla Biblia, después de haber leído cada uno de los capítu-los de ese grande y glorioso libro.

“Descubrí que la Biblia que estaba leyendo conte-nía 66 libros; estuve a punto de desanimarme cuandovi que contenía 1.189 capítulos y 1.519 páginas. Erauna tarea formidable, pero yo sabía que si otros lo ha-bían hecho, yo también podía hacerlo.

“Comprobé que había ciertas partes que eran difí-ciles de entender para un joven de catorce años, y al-gunas páginas no me interesaban en particular; pero,después de haber leído los 66 libros, y los 1.189 capí-tulos y las 1.519 páginas, sentí la agradable satisfacciónde saber que me había impuesto una meta y la habíalogrado.

“No les relato esto para jactarme; sólo lo estoyusando como ejemplo para decirles que si yo pude ha-cerlo a la luz de una lámpara de petróleo, ustedes pue-den hacerlo con luz eléctrica. Siempre he sentido gozopor haber leído la Biblia de un extremo al otro” (véaseSpencer W. Kimball, “Haciendo Planes para una vidaplena y satisfactoria”, Liahona, septiembre de 1974,pág. 34).

FUE BUEN ESTUDIANTEY DEPORTISTA

“El joven Spencer creció en Thatcher y, al habercompletado sus estudios en escuelas públicas, ingresó a

Spencer lee a la luz de una lámparade petróleo.

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Presidentes de la Iglesia

la Academia Gila, institución establecida por la Iglesia alcomienzo de la colonización del valle. Más tarde se cam-bió el nombre de la institución a Gila Junior College. En1914 fue presidente de su clase y se graduó con los másaltos honores. Además de sus éxitos escolares, tambiénfue el delantero estrella del equipo de básquetbol (ba-loncesto), el que alcanzó la victoria en muchos partidospor la habilidad que él tenía para encestar desde cual-quier posición en la cancha” (Udall, Improvement Era,octubre de 1943, pág. 591).

Muchos años después, mientras yacía sin poderdormir en una cama de hospital, el presidente SpencerW. Kimball recordó una de sus experiencias anterioresen la cancha de básquetbol:

“Estoy en la cancha de básquetbol. Jugamos conpantalones de trabajo y camisa, con zapatos baratosde goma y balones que compramos nosotros mismos.Derrotamos al equipo de Globe High School en nues-tra cancha de tierra, a Safford y otras escuelas; estanoche nosotros, los de la Academia, jugamos contrael equipo de la Universidad de Arizona.

“Es una gran ocasión. Esta noche han venido mu-chas personas por primera vez. Algunos de los del pue-blo dicen que el básquetbol es un deporte de niñas;no obstante, muchos asisten esta noche. Nuestra can-cha no es exactamente de las medidas reglamentarias;nosotros estamos acostumbrados a ella, pero nuestrosoponentes no. Hoy tengo una singular suerte en lostiros y el balón entra en el cesto una y otra vez. Eljuego termina con el triunfo de nuestro equipo. Yo soyel jugador más pequeño y el más joven del grupo, perohe conseguido marcar más puntos que nadie debido aque todo el equipo ha hecho esfuerzos para proteger-me y pasarme la pelota. Estoy sobre los hombros de losmuchachos más grandes de la Academia, que me llevanen andas alrededor del salón para mi consternación yvergüenza” (One Silent Sleepless Night, 1975, pág. 57).

Spencer cuando se graduó del octavo grado. Spencer W. Kimball es elsegundo de la derecha en la segunda fila.

APRENDIÓ A HACER LAS COSASCORRECTAMENTE

Años después, elpresidente Spencer W.Kimball habló más acercade las otras responsabili-dades que tenía mientrascrecía:

“Allí está el coberti-zo de los arneses. Papásiempre es muy meticu-loso con ellos y debenestar colgados cuandono se estén usando paralos caballos. Los collaresdeben estar suaves y lim-pios, las bridas ajustadasexactamente, las anteojeras en su lugar; el arnés debelavarse con frecuencia con jabón especial y despuésaceitarse. Además aprendo otra lección importante: nose debe descuidar el equipo de cuero, para que nuncase reseque o agriete.

“Allí está el cobertizo de los carruajes. Los carruajesno sólo deben estar en él, protegidos de las tormentas ydel sol, sino que también se deben mantener limpios.Aprendo a lavar y engrasar los vehículos. En un peque-ño envase que está a la derecha del edificio se encuen-tran la lata de grasa y el embadurnador; levanto un ladosobre el caballete de madera, quito la rueda, engrasocuidadosamente el eje, coloco la tuerca y la aprieto paramantenerla en su lugar; después hago lo mismo con laotra rueda. También se debe seguir este procedimientocon las carretas tantas veces como lo necesiten, y ade-más, es necesario pintarlas. Desde muy niño aprendo acomprar la pintura, mezclarla y aplicarla a la carrocería,

El joven Spencer W. Kimball.

El equipo de básquetbol (baloncesto) de la Academia Gila, 1912–1913.Spencer W. Kimball es el primero de la derecha.

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

las ruedas y el armazón; la línea fina de adorno debeaplicarse con precisión. Es necesario blanquear con callas cercas y pintar de verde el enrejado. La casa grandetambién necesita pintura, y me subo por las escalerasaltas para pintar los aleros y la orilla. Al principio papáhacía la mayor parte, pero gradualmente, he comenza-do a hacerlo yo hasta que poco a poco se ha convertidocasi exclusivamente en mi tarea. También se deben pin-tar a intervalos el granero, el cobertizo de los arneses ylos establos” (One Silent Sleepless Night, pág. 20).

FUE UN MISIONERO ENTREGADOY DEDICADO

“En mayo de 1914, mientras ordeñaba las vacas,…Spencer recibió una carta de la oficina misional de SaltLake City, por medio de la cual se le extendía el llama-miento de servir en una misión proselitista en la MisiónSuiza-Alemania. La carta, firmada por Joseph F. Smith,sexto presidente de la Iglesia, indicaba que debía partiren octubre. Spencer anticipaba que Europa sería un lugarexótico y fascinante, y el alemán que había aprendido enla academia le facilitaría el aprendizaje del idioma.

“Pero en julio delmismo año, la situaciónen Europa cambió drás-ticamente. Un estudian-te serbio asesinó alarchiduque FranciscoFernando, heredero deltrono Austro-Húngaro,hecho que motivó aAustria-Hungría a decla-rarle la guerra a Serbia,el 28 del mismo mes.Esto creó un conflictoque se extendió rápida-mente por Alemania,Rusia, Francia, Bélgicay Gran Bretaña.

“Por motivo de laguerra, el élder Kimballfue reasignado a laMisión de los EstadosCentrales de los EstadosUnidos, cuya sede se en-

contraba en Independence, Misuri. Se sentía desilusio-nado, pero se resignó a aceptar el cambio de servir enel lugar donde su padre, su madrastra y su hermanoGordon habían cumplido una misión. Mientras el trenatravesaba los desiertos de Arizona y California haciaNevada y Utah, Spencer, un nuevo élder, sentía ansie-dad al igual que curiosidad y emoción al contemplarlos cambios que estaban a punto de surgir en su vida.

En 1915 recibió su llamamiento misionalpara servir en la Misión de los EstadosCentrales de los Estados Unidos.

“La responsabilidad de pagar los gastos de la mi-sión les correspondía a los misioneros o a sus familias,por lo que el élder Kimball vendió su brioso caballonegro por ciento setenta y cinco dólares, cantidad sufi-ciente para cubrir sus gastos por seis meses; además,utilizó el dinero que había ganado cuando trabajaba enla lechería, y el resto lo pagó su padre. Esto no signifi-caba que pudiera permitirse un estilo de vida lujoso”(Edward L. Kimball y Andrew E. Kimball Jr. Spencer W.Kimball, 1977, págs.72–73).

Durante la misión, elélder Kimball vivió expe-riencias que le causaronangustia y desaliento: enmayo de 1915, su padrele informó de la muertede Ruth, su hermana deveintiún años; muchagente rechazaba su men-saje y las responsabilida-des que había asumidoeran pesadas; no obstan-te, continúo trabajandodiligentemente.

Después de catorcemeses en el campo mi-sional, lo nombraronpresidente de conferencia de la región de Saint Louis.Ésta asignación le ocasionaba temor, ya que él eramenor que la mayoría de los treinta y cinco misionerosque estaban a su cargo, pero gracias a su dedicación ala obra y a su confianza en el Señor, logró tener éxito.

El tocar puertas y predicar en las calles eran activi-dades que formaban parte del trabajo de un misionero,y a veces, el élder Kimball inventaba métodos creativospara entablar conversaciones con la gente. “Al dirigirsea los misioneros años después, solía relatarles una desus experiencias en la que había utilizado una tácticaingeniosa para establecer contactos. Cierta vez, al re-partir folletos en Saint Louis, vio un piano por entreuna puerta entreabierta, y le dijo a la mujer, que estabaa punto de cerrarla: ‘Usted tiene un bonito piano’.

“ ‘Acabamos de comprarlo’, titubeó la mujer.“ ‘Es de marca Kimball, ¿no es cierto? Kimball es

mi apellido. Podría tocar una canción que a lo mejorle guste’.

“Sorprendida, le respondió: ‘Por supuesto; pase’.“El élder Kimball se sentó en el banco y no sólo

tocó, sino también cantó el himno ‘Oh, mi Padre’.“Que el élder Kimball haya sabido, ella nunca

se unió a la Iglesia, pero no fue porque él no hubieseintentado” (Kimball y Kimball, Spencer W. Kimball,págs. 79–80).

Misioneros en Misuri: el élder SpencerW. Kimball (izquierda) y su compañero,el élder L. M. Hawkes, junio de 1915.

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Presidentes de la Iglesia

El élder Kimball disfrutaba de las reuniones enlas calles. “Uno de sus lugares favoritos era la esquinaentre la calle Veinte y Franklin. Mientras que otros sepreguntaban del valor que dichas reuniones tenían, elélder Kimball nunca dudó de ello. Sentía un gozo in-comparable a cualquier otro tipo de proselitismo alparticipar en esas actividades. Dichas experiencias leproporcionaron memorias inolvidables, como la quetuvo una vez al terminar una reunión, en que no habíaninguna otra persona aparte de los misioneros, el élderque dirigía dijo solemnemente: ‘Si todos ponen aten-ción, daremos por terminada la reunión’, o aquella vezque el élder Kimball concluyó su discurso en la mitadde una frase, cuando vio que los únicos que estabanallí eran sus dos compañeros” (Francis M. Gibbons,Spencer W. Kimball: Resolute Disciple, Prophet of God,1995, pág. 51).

ENCONTRÓ UNA ESPOSAENCANTADORA

Spencer W. Kimballregresó de su misión enenero de 1917. En agostode ese mismo año dio uninforme sobre su misiónen una conferencia de es-taca, en la que estaba pre-sente Camilla Eyring, unajoven que le habían pre-sentado informalmenteantes de la misión. Cuatrodías después de la confe-rencia, se encontraron enla parada del autobús, sesentaron juntos y partici-

paron en su primera conversación, durante la cual él lepreguntó a Camilla si podía visitarla y ella aceptó.

“Sin embargo, ella no se imaginó que él llegaría sinaviso previo. Una noche poco después de su viaje en au-tobús, Camilla estaba preparándose para ir a un baile consu novio y otros amigos; llevaba puesta una bata y teníarulos (tubos) en el cabello, cuando el joven Spencer seapareció. Sin saber qué hacer, Camilla se sentó a conver-sar con él en la entrada de su casa, esperando que sefuera pronto, hasta que parecía obvio que él no teníaintenciones de irse.

“ ‘Estaba metida en camisa de once varas’, añadióCamilla más tarde. Aunque quería demostrar preferen-cia por Spencer, ya tenía una cita, así que no le revelótoda la verdad y le dijo que un grupo de personas iba aun baile y le preguntó si le gustaría ir. Spencer, encan-

Camilla Eyring.

tado por su buena suerte, aceptó la invitación; cuandoAlvin y los demás llegaron, Camilla le preguntó si suamigo podía acompañarlos. Los dos subieron al auto yAlvin demostró su disgusto por medio del acelerador.‘Manejó’, dijo Camilla, ‘como si el diablo lo estuviesepersiguiendo’. Cuando habían llegado al salón de baileen Layton, Alvin dio por terminada su relación conCamilla y no volvió a bailar con ella por quince años.‘Fue una mala jugada’, admitió Camilla” (Kimball yKimball, Spencer W. Kimball, pág. 84; véase tambiénGibbons, Spencer W. Kimball, págs. 63–64).

El noviazgo deCamilla y Spencer flore-ció y los llevó a contraermatrimonio el 16 de no-viembre de 1917. Mástarde, se le rindió a ellael siguiente homenaje:

“¡Cuánto del éxitodel hombre dependede su esposa! El élderKimball ha sido favoreci-do con una compañeraencantadora que ha sidoconstante, paciente, alentadora y llena de compren-sión. Su capacitación en la economía doméstica y laenseñanza de esta materia le han permitido alimentary vestir bien a su familia, aun cuando algunas veceslos ingresos fueron escasos. Camilla es hija de EdgardChristian Eyring y Carolina Romney. Su familia habíallegado a Arizona en 1912 procedente de México, tra-tando de escapar de la revolución mexicana. En 1917,mientras enseñaba en la Academia Gila en Thatcher,

conoció a Spencer, yantes de que pasaranmuchos meses, su corte-jo terminó en matrimo-nio. Se dice que lasflores transplantadas songeneralmente las másbellas, y así fue en elcaso de la joven de ojosazules, cabello dorado,con nombre español,trasplantada de México.Floreció gloriosamentehasta convertirse en unamujer inteligente, capa-citada y prominente”(Udall, ImprovementEra, octubre de 1943,pág. 591).

Spencer y Camilla Kimball, febrerode 1918.

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Spencer W. Kimball, aproximadamenteen el año 1933.

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

LAS OPORTUNIDADES DE LIDERAZGOLO PREPARARON PARA EL APOSTOLADO

A la edad de veintitrés años, un año después dehaber sido relevado de su misión, Spencer W. Kimballasumió el cargo de secretario de la Estaca St. Joseph enSafford, Arizona. Seis años más tarde, en 1924, lo sostu-vieron como consejero de la presidencia de esa estaca, yen ocasiones, desempeñó ambos cargos simultáneamen-te. Luego, en 1938, la estaca se dividió y él pasó a serpresidente de la nueva Estaca Mount Graham. Cincoaños y medio después, y luego de haber pasado casiun cuarto de siglo trabajando en cargos directivos de laestaca, fue ordenado apóstol y pasó a formar parte delQuórum de los Doce Apóstoles, el 7 de octubre de 1943.

“El [élder] Kimballposee tantas cualidadesque lo califican paratomar parte en el lideraz-go de la Iglesia, que esdifícil señalar alguna ca-racterística en especial ydecir que en ella yace elsecreto de su éxito. Dosde sus características so-bresalientes son: primero,su amor por la gente, unamor que engendra elamor; las personas acep-tan con agrado sus en-señanzas; sus tratosinfunden confianza; elgranjero próspero o elhumilde trabajador, el ama de casa o el joven o la joven-cita adolescente tienen confianza en su integridad; y se-gundo, su atención constante a los deberes cotidianos…El nuevo apóstol ha vivido de tal manera que pareceríaque estuviera constantemente en la presencia de Dios, yque en ningún momento de su atareada vida ha olvida-do la responsabilidad que tiene ante su Creador” (Udall,Improvement Era, octubre de 1943, pág. 639).

Spencer W. Kimballtambién trabajó con éxitodurante veinticinco añosen la banca, los seguros ylos bienes raíces. Ayudó aorganizar las compañíasGila BroadcastingCompany [CompañíaRadiodifusora de Gila] yValley Irrigation Company[Compañía de Irrigacióndel Valle de Gila], ademásde desempeñar importan-

Spencer W. Kimball, gobernador de dis-trito del Club Rotario Internacional, 1936.

Spencer W. Kimball asciende lamontaña Mount Graham sobreraquetas de nieve, Arizona, 1938.

tes asignaciones directivas en las mismas. Fue goberna-dor de distrito del Club Rotario Internacional y presi-dente del Club Rotario de Safford, miembro de lamesa directiva de la Universidad de Gila, miembro delCuerpo de Jubilación de Maestros de Arizona, vice-pre-sidente del Consejo de Boy Scouts de Roosevelt, presi-dente de la USO (Organización Unida de Servicios),director de la campaña de Recaudación de Fondospara la Guerra en el Condado de Graham, y maestrode ceremonias en muchas funciones cívicas y de laIglesia. Como pianista y cantante estaba en constantedemanda y durante muchos años fue miembro de unpopular cuarteto llamado Los Conquistadores.

ACEPTÓ SU LLAMAMIENTOCON HUMILDAD

En la conferencia general de octubre de 1943,el día en que se le sostuvo como apóstol, el élderSpencer W. Kimball se dirigió a la congregación y, refi-riéndose al día de su nombramiento al Quórum de losDoce Apóstoles, dijo:

“Creo que las Autoridades Generales fueron muyamables conmigo al darme tiempo para arreglar misasuntos cuando me notificaron del llamamiento; peroprobablemente estuvieron más inspirados por darmeel período que necesitaba para purificarme, pues, du-rante esos largos días y semanas dediqué mucho tiempoa meditar y orar, ayunar y orar. Pensamientos confusossurgían en mi mente; parecía como si escuchara vocesque me decían: ‘No puedes hacer la obra. No eresdigno. No tienes la capacidad’, mas por fin me llegó laidea triunfante: ‘Debes hacer el trabajo asignado; debescapacitarte, ser digno y merecedor’. Y la batalla conti-nuó con más fuerza.

Spencer Kimball (centro de la primera fila) cuando era presidente deestaca, 1942.

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Presidentes de la Iglesia

“Recuerdo haber leído que Jacob luchó toda lanoche ‘hasta el amanecer’, por una bendición; y yodeseo decirles que por ochenta y cinco noches he pasa-do por esa experiencia, luchando por una bendición.Ochenta y cinco veces las primeras luces del alba meencontraron de rodillas rogando al Señor que me ayu-dara, que me fortaleciera y me capacitara para cumplircon esa gran responsabilidad que había recibido”(Conference Report, octubre de 1943, págs.15–16).

SENTÍA UN GRAN AMOR PORLOS HIJOS DE LEHI

El élder Spencer W. Kimball explicó:“No sé cuándo comencé a amar a los hijos de Lehi.

Puede haber sido cuando nací, porque antes y despuésde que naciera, mi padre cumplió varias misiones entreellos en territorio indio. Él era el presidente de la mi-sión. Ese amor pudo haber nacido en aquellos primerosaños de mi niñez, cuando mi padre solía cantarnos loscantos de los indios y mostrarnos recuerdos y fotogra-

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“Vela por los descendientes de Lehi”. El élder Spencer W. Kimball, elpresidente George Albert Smith, el élder Anthony W. Ivins (de pie) y elélder Matthew Cowley se reúnen con un grupo de indios norteamericanospoco después de que los últimos tres pasaron a formar parte del Comitéde Asuntos Indígenas de la Iglesia.

Un retrato familiar.

fías de sus amigos indios. Puede que haya sido cuandorecibí mi bendición patriarcal, de manos del patriarcaSamuel Claridge, cuando tenía nueve años de edad. Enuna parte de la bendición dice:

“ ‘Predicarás el Evangelio a mucha gente, peromuy especialmente a los lamanitas, porque el Señor tebendecirá con el don de lenguas y con poder para en-señar el Evangelio a ese pueblo con gran sencillez. Losverás organizados y estarás preparado para ser un ba-luarte “entre este pueblo” ’…

“…Tenemos como medio millón de hijos de Lehien las islas del mar, y como sesenta millones en Nortey Sudamérica, siendo quizás la tercera parte de ellos desangre pura, y las otras dos terceras partes son mezclas,pero tienen la sangre de Jacob en sus venas.

“Alguien ha dicho:“ ‘Si mi pluma tuviera el don del llanto, escribiría

un libro y lo llamaría “El indio”, y haría que todo elmundo llorara’.

“Espero poder ayudar a que todo el mundo llorepor los hijos de Lehi. ¿Puede alguien contener las lágri-mas al contemplar la caída de este pueblo que ha sidorebajado desde su nivel de cultura y logros hasta el anal-fabetismo y la degradación; de reyes y emperadores, a laesclavitud; de poseedores de las tierras de grandes conti-nentes a ser aprendices indigentes de los gobiernos ypeones; de hijos de Dios con un conocimiento divino, asalvajes, víctimas de la superstición, y de constructoresde templos a moradores de casas de lodo…?

“Cómo desearía que pudieran acompañarme porlas reservaciones amerindias y especialmente a la tierrade la tribu Navajo y ver la pobreza, la necesidad y lascondiciones míseras que padecen, y comprender denuevo que esas gentes son hijos e hijas de Dios; que sucondición mísera es el resultado, no sólo de siglos deguerras, y de pecados y separación de Dios, sino quetambién es atribuible a nosotros, sus conquistadores,quienes los pusimos en reservaciones con recursos ymedios limitados, para morir de inanición y malnutri-ción o por condiciones insalubres, mientras que noso-

El élder Kimball y el jefe indio Dan George.

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

tros prosperamos con losbienes que les arrebata-mos. Piensa en estascosas, pueblo mío, y des-pués llora por el indio, yjunto con tu llanto, ora ydespués trabaja por él.Solamente por medio denosotros, sus ‘ayos y no-drizas’, podrán con eltiempo disfrutar del cum-plimiento de las muchaspromesas que se les hanhecho. Suponiendo quecumplamos con el deberque tenemos para conellos, los indios y otroshijos de Lehi aún se le-vantarán con poder y fuerza. El Señor recordará el con-venio que hizo con ellos; Su Iglesia será establecidaentre ellos; la Biblia y otras Escrituras estarán disponi-bles para ellos; entrarán en los santos templos para re-cibir sus investiduras y hacer la obra vicaria; llegarán alconocimiento de sus padres y obtendrán un entendi-miento perfecto de su Redentor Jesucristo; prospera-rán en la tierra y, con nuestra ayuda, edificarán unaciudad santa, aun una Nueva Jerusalén, para su Dios”(en Conference Report, abril de 1947, págs. 144–145,151–152).

UN APÓSTOL ES UN TESTIGOESPECIAL DE CRISTO

“Después de su lla-mamiento como miem-bro del Consejo de losDoce, [el élder SpencerW. Kimball] sufrió unaserie de ataques al cora-zón y, habiéndole dicholos médicos que debíadescansar, él quiso estarcon sus amados indios.El hermano Golden R.Buchanan lo llevó al cam-pamento del hermanoPolacca y su esposa, enlas cumbres, entre losbosques de pinos del es-tado de Arizona, dondepermaneció durante se-manas hasta que se lenormalizó el corazón yrecobró su vigor.

El élder Kimball y su esposa pocodespués que él recibiera su llamamientocomo miembro del Quórum de los DoceApóstoles.

“Una mañana lo echaron de menos en el campa-mento y como no regresaba para el desayuno, el her-mano Polacca y otros amigos indios salieron en subusca; lo encontraron a varios kilómetros de allí, senta-do bajo un enorme pino, con la Biblia abierta en el úl-timo capítulo del Evangelio según Juan. En respuesta ala interrogante de sus preocupados rostros, les dijo:‘Hoy hace seis años que recibí mi llamamiento comoapóstol del Señor Jesucristo, y quise pasar el día conÉl, ya que soy Su testigo’.

“Después, los problemas del corazón volvieron apresentársele, mas esto no le hizo disminuir su ritmode trabajo durante mucho tiempo” (véase Boyd K.Packer, “Spencer W. Kimball: Un hombre diferente”,Liahona, julio de 1974, pág. 4).

SUFRIÓ DE CÁNCER EN LA GARGANTAY EN LAS CUERDAS VOCALES

En 1957, despuésde luchar con problemasde ronquera por variosaños, al élder Spencer W.Kimball se le diagnosticócáncer en la garganta yen las cuerdas vocales.Los doctores le dijeronque perdería la voz, ele-mento principal de suvida y de su serviciocomo apóstol. El élderBoyd K. Packer escribió:

“Sería tal vez ése suGetsemaní.

“Fue a operarse a la parte este de los EstadosUnidos y lo acompañó el élder Harold B. Lee. Cuandolo preparaban para llevarlo a la sala de cirugía, sus su-frimientos eran intensos al pensar en las nefastas posi-bilidades, y dirigiéndose al Señor le dijo que no veíacómo podría vivir sin voz, puesto que su llamamientoconsistía en predicar y en hablar.

“ ‘Este paciente al que usted va a operar no esun hombre común’, le dijo el élder Lee al cirujano.Como resultado de las bendiciones y las oraciones, laoperación no fue tan radical como el médico había re-comendado.

“Pasó por un largo período de recuperación y pre-paración. Había perdido la voz, pero una nueva vino areemplazarla; una voz baja, persuasiva, suave, una vozadquirida, una voz atractiva y amada por los santos.

El élder Spencer W. Kimball,aproximadamente en el año 1950.

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El élder Kimball en la regiónSudoeste de los Estados Unidos.

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Presidentes de la Iglesia

“Entretanto, pudoseguir trabajando; duran-te las entrevistas, escribíaa máquina sus respues-tas. También pasabaparte del tiempo traba-jando en la oficina.

“Entonces llegó elmomento de la prueba.¿Podría hablar? ¿Podríapredicar?

“Para dar su primerdiscurso, regresó al valledonde había crecido. Allí,en una conferencia de laEstaca Mount Graham,acompañado por su esti-mado amigo y compañero de Arizona, el élder DelbertL. Stapley, se puso de pie ante el púlpito.

“ ‘He vuelto aquí’, dijo, ‘a fin de estar entre mipropia gente. Aquí fui presidente de estaca’. Tal vezpensara que si la voz llegaba a fallarle, allí estaría entreaquéllos que más lo amaban, y que comprenderían.

“Hubo una gran demostración de amor y la ten-sión de ese momento dramático que había llegado a sufin cuando dijo: ‘Debo decirles lo que me ha ocurrido.Fui al Este, y mientras estaba allí, caí en manos de de-golladores…’ Después de eso, no importó lo que dije-ra. ¡El élder Kimball había regresado!” (véase Boyd K.Packer, “Spencer W. Kimball: Un hombre diferente”,Liahona, julio de 1974, pág. 3).

Fue así, que entre sus amigos, le dijo adiós al pa-sado y comenzó a hablar con una voz nueva que porcierto no le permitiría cantar, pero que llegaría a seramada y familiar para los miembros, con un sonidograve que reflejaría la gravedad de su mensaje.

SE SOMETIÓ A UNA CIRUGÍAA CORAZÓN ABIERTO

La fragilidad de susalud de nuevo amenazócon truncar el llama-miento para el cual esta-ba siendo preparado; lascomplicaciones del cora-zón volvieron a surgir yse requirió una interven-ción quirúrgica para sal-varle la vida. Nuevamenteel presidente Lee le diouna bendición en la quepidió por la vida del pa-ciente y la guía divinapara el cirujano. Ambas

El élder Kimball poco después de laoperación quirúrgica que se le efectúoen el corazón, aproximadamente en elaño 1972.

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El élder Kimball y su esposa partenpara Sudamérica, aproximadamenteen el año 1959.

bendiciones se cumplieron y el élder Kimball se recu-peró; un profeta se había salvado. Dos años más tardese le sostuvo como Presidente de la Iglesia del Señor,y demostró tener una salud asombrosamente buena.

AMONESTÓ EN CONTRA DEL AMORPOR LAS RIQUEZAS DEL MUNDO

El élder Spencer W.Kimball ofreció la siguien-te perspectiva con respec-to a las riquezas y a lasposesiones materiales:

“Un día, un amigome llevó a su casa decampo. Abrió la puertade su automóvil nuevo ygrande, se sentó detrásdel volante y dijo con sa-tisfacción: ‘¿Te gusta miauto nuevo?’ Recorrimos

la zona rural con suma comodidad, y llegamos a unacasa recién construida y ubicada en un hermoso pre-dio; allí me dijo con gran orgullo: ‘¡Ésta es mi casa!’

“Seguimos hasta una colina cubierta de césped. Elsol se estaba escondiendo detrás de los cerros distan-tes. Él recorrió con la vista su vasto dominio…

“…Nos dimos vuelta para mirar a la distancia, yme señaló graneros, silos y una granja hacia el oeste.Con un amplio gesto que lo abarcaba todo, dijo conalarde: ‘Desde la arboleda hasta el lago, desde los ris-cos hasta la granja y sus edificios, y todo lo que quedaen medio —¡todo eso es mío! Y esas manchas negrasen la llanura… es el ganado, y me pertenece’.

“Fue entonces que le pregunté cómo lo había ob-tenido. La cadena de propietarios en su familia llegabahasta las concesiones de tierras hechas por los gobier-nos. Su abogado le había asegurado que tenía un títulolibre de trabas.

“ ‘¿De quién lo obtuvo el gobierno?’, inquirí.‘¿Cuánto se pagó por ese título?’

“A mi mente llegó la declaración salmista expuestaosadamente por Pablo: ‘Porque del Señor es la tierra ysu plenitud’ (1 Corintios 10:26)…

“Y luego le pregunté: ‘¿Recibieron el título de pro-piedad del Creador de la tierra, por lo tanto, el dueñode todo? ¿Se le pagó a Él? ¿Él te vendió esa propiedado te la arrendó o te la regaló? Si es un regalo, ¿de quiénvino? Si es producto de una venta, ¿con qué tipo decambio o moneda se compró? Si la tienes en arriendo,¿cómo haces un balance financiero adecuado?’

“Y luego pregunté, ‘¿Cuál es el precio de todoesto? ¿Con qué tesoros compraste esta tierra?’

“ ‘¡Con dinero!’

El élder Spencer W. Kimball.

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

“ ‘¿Dónde obtuviste el dinero?’“ ‘Mediante mi esfuerzo, mi sudor, mi trabajo y

toda mi energía’.“ ‘¿De dónde sacaste la fuerza, la energía para tra-

bajar y las glándulas para sudar?’“Y me habló de alimentos, y yo agregué:“ ‘¿Dónde se originó el alimento?’“ ‘Mediante la energía del sol, con la contribución

de la atmósfera, la tierra y el agua’.“ ‘Y ¿quién trajo aquí esos elementos?’…“Mas mi amigo continuó diciendo: ‘¡Es mía… es

mía!’, como si quisiera convencerse contra el conoci-miento más cierto de que a lo sumo era un arrendadordesleal.

“Eso sucedió hace muchos años. Tiempo despuéslo vi en su lecho de muerte, entre muebles lujosos, enuna mansión palaciega. Su fortuna era enorme. Lecrucé los brazos sobre el pecho y le cerré los ojos;hablé en su funeral, y seguí el cortejo desde los terre-nos que él reclamaba como suyos, hasta su tumba, unaextensión pequeñita y oblonga, del largo de un hom-bre alto y el ancho de un cuerpo rollizo.

“Más tarde vi aquella misma tierra, amarilla degrano, verde de alfalfa, blanca de algodón… evidente-mente impasible ante la vida y la muerte de aquel quela había reclamado como suya. ¡Oh, insignificante hom-bre, ve a la hormiga trabajadora llevando las arenas delmar!” (véase Spencer W. Kimball, “Probadme en esto”,Liahona, abril de 1981, págs. 4–6).

EL EVANGELIO PROPORCIONASOLUCIONES A LOS PROBLEMAS

En 1971, el presidente Spencer W. Kimball, en eseentonces Presidente en Funciones del Quórum de losDoce Apóstoles, enseñó que “el Señor proporcionó todolo que el hombre necesita para ser feliz en esta tierra…

El élder Kimball y su esposa en Egipto, 1960.

“Cuán perturbado se debe sentir [el PadreCelestial] al ver que Sus hijos no utilizan su albedríosabiamente y al ver a cientos de millones de Sus hijosque no tienen lo que necesitan, a otros cientos de mi-llones que a duras penas cuentan con lo necesario y algran número de hijos sumergidos en una abundanciaque ni siquiera utilizan.

“Ciertamente no es la intención del Señor invertirel proceso y hacer que el rico se haga pobre y el pobre,rico. Lo que le gustaría al Señor es tener una situaciónmás equitativa, donde todos trabajen y disfruten de losfrutos de toda la tierra…

“El hombre limitaría la pobreza por medio delcontrol de la natalidad y el aborto. El Evangelio limita-ría la pobreza a través de una mejor distribución de lariqueza del mundo, de la cual dice el Señor que hay‘suficiente y de sobra’ y que ‘los caminos del hombreno siempre son los caminos de Dios’.

“El Señor Jesucristo no vino con la espada, nicon las llaves de la cárcel, ni con poderes legales. Élno vino con el poder de las armas ni las municiones,sino con la ley de la persuasión. Mientras Él predicabala justicia, el mundo peleaba, pecaba, y moría en suhedor. El Evangelio es para todos, pero también paracada uno. El inmenso mundo corrupto y moribundopuede curarse; pero el único remedio es que aplique-mos el Evangelio en nuestra vida. Es necesario cambiary controlar la naturaleza humana…

“Mientras me encontraba en Lima, Perú, un grupode hombres de la prensa de los periódicos más impor-tantes me rodearon en la casa de la misión… Y cuandola mayoría de ellos había tomado sus notas y partidoaparentemente satisfechos, un joven permaneció parainterrogarme. Esta vez, sus preguntas se enfocaron enla poligamia, el racismo, la pobreza y la guerra. Traté deresponder sus preguntas insinuantes de una manera sig-nificativa y respetuosa… Desdeñosamente preguntó porqué la Iglesia ‘mormona’ no había curado a este mundode la pobreza. Entonces le respondí lo siguiente.

“¡Señor! ¿Qué es lo que usted me pregunta? ¿Sabeusted acaso dónde nace la pobreza, dónde reside ydónde se nutre? He viajado por todo su país desde la

El élder Kimball y el élder Boyd K. Packer (el primero de la izquierda).

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Presidentes de la Iglesia

costa hasta las montañas más altas… He visto a su pue-blo montañés apenas labrando una existencia con he-rramientas primitivas y viviendo en chozas sucias, conalimentos limitados y una ausencia total de lujos. Ensu gran ciudad veo mansiones y palacios, pero tambiénveo las numerosas casas de cartón y latas al igual quelos desnutridos cuerpos de sus indios que radican tierraadentro y en las montañas. He visto sus catedrales conaltares de oro y plata y sus mendigos sobre los fríospisos de estos mismos edificios, con sus delgados bra-zos extendidos y sus manos dirigiéndose hacia aquéllosque van para contemplar y adorar. Y usted me preguntaa mí sobre la pobreza. He atravesado las montañas delos Andes y llorado por los indios que aún son perse-guidos, privados, sobrecargados e ignorados. Llevansobre sí sus pesares y sus preocupaciones y sobre susespaldas lo que han comprado y la mercancía para ven-der en el mercado. Y cuando llegan a las grandes ciuda-des veo que son despreciados, ignorados y rechazados.Han estado con ustedes por cuatrocientos años, y du-rante esos cuatro siglos sólo han sido indios pobres ynecesitados que apenas han subsistido. Durante cuatro-cientos años, al igual que los hijos de Israel, han estadoen una esclavitud literal. Acompañando su miserablepobreza están generaciones de ignorancia y supersti-ción, de hambre y pestilencia al igual que las difícilescondiciones de vida que la naturaleza les presenta. Yusted me viene a hablar a mí de la pobreza, de la priva-ción, del sufrimiento y de la necesidad.

“Los han tenido porcuatrocientos años. ¿Hanmejorado sus normas mo-rales, disminuido sus su-persticiones, enriquecidosu cultura? ¿Se han eleva-do sus ideales, motivadosus aspiraciones, se ha au-mentado su producción ysu fe ha crecido? ¿Quéhan hecho ustedes porellos? ¿Están en mejorescondiciones ahora en losAndes, que cuando uste-des llegaron hace cuatrosiglos?…

“Recogió sus papeles y sus lápices.“Y seguí deliberando:“Nosotros también tenemos indios, indios que pro-

venían de chozas en el desierto, donde imperaba la ina-nición, y ahora, en una sola generación, ya están bienvestidos, bien educados, cumpliendo misiones, obte-niendo grados universitarios, y ganando buenos sueldosy ocupando puestos de importancia en sus comunida-des y en su nación” (The Gospel Solves Problems of the

Spencer W. Kimball y el presidenteN. Eldon Tanner, Consejero de laPrimera Presidencia.

World, discurso pronunciado en la Universidad BrighamYoung, 26 de septiembre de 1971, págs. 2–3, 7–8).

“CUANDO EL MUNDO SE HAYACONVERTIDO”

Spencer W. Kimballfue apartado comoPresidente del Quórumde los Doce Apóstoles el7 de julio de 1972, y el30 de diciembre de 1973,después de la muerte delpresidente Harold B. Lee,fue ordenado y apartadocomo Presidente de laIglesia, llamamiento quele concedió el derecho deejercer todas las llavesdel reino de Cristo aquíen la tierra.

En abril de 1974, enun discurso dirigido a los Representantes Regionalesde la Iglesia, el presidente Kimball expresó con podersu convicción acerca de nuestras responsabilidades dellevar adelante la obra misional a fin de cumplir con elmandato del Señor de “por tanto, id, y haced discípu-los a todas las naciones” (Mateo 28:19)

“¿Se refería a todas las naciones existentes en eseentonces?

“¿Creen ustedes que incluía a todas las nacionesque habrían de organizarse hasta que ese momento lle-gase? Y al mandarles que fuesen a todas las naciones,¿creen que dudaba de que pudieran lograrlo? Él nosaseguró que tenía potestad: “Toda potestad me es dadaen el cielo y en la tierra… y estoy con vosotros todoslos días’…

“…A [los] profetas se les permitió ver los numero-sos espíritus y todas las creaciones. Me parece que elSeñor eligió cuidadosamente Sus palabras cuando serefirió a: ‘todas las naciones’, ‘toda la tierra’, ‘lo últimode la tierra’, ‘toda lengua’, ‘todo pueblo’, ‘toda alma’,‘todo el mundo’, ‘muchas tierras’.

“¡Por supuesto que Sus palabras tienen significado!“Ciertamente sus ovejas no se limitaban a los

miles que le rodeaban y con quienes estaba diariamen-te en contacto. Se trataba de, ¡una familia universal!,¡un mandamiento universal!

“Hermanos, me pregunto si estamos haciendotodo lo que podemos. ¿Estamos satisfechos con nuestraforma de enseñar a todo el mundo? Hemos estado rea-lizando la obra proselitista durante 144 años, ¿estamospreparados para acelerar el paso?, ¿para ampliar nues-tra perspectiva?

El presidente Spencer W. Kimball ysu esposa Camilla.

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

“Recordemos siempre que Dios es nuestro aliado,nuestro jefe supremo. Él hizo los planes y dio la voz demando” (“Id por todo el mundo”, Liahona, noviembrede 1974, págs. 2–3).

Israel debe congregarse, los descendientes de Lehideben llegar al conocimiento del Evangelio, el reino deDios debe expandirse y el mundo debe ser amonestado.No es de extrañarse que el profeta nos haya llamado aalargar el paso y a ampliar nuestra perspectiva. El presi-dente Kimball vislumbró los resultados mediante la fe.

PIDIÓ MISIONEROS MEJORCAPACITADOS

El presidente Spencer W. Kimball declaró que todojoven digno y capaz debe prepararse para cumplir unamisión:

“Cuando pido misioneros, no pido misioneros sintestimonios ni misioneros inmorales; pido que comen-cemos a preparar antes y mejor a nuestros jóvenes, entodas las ramas y en todos los barrios de la Iglesia delmundo. He aquí otro cometido: que nuestros jóveneslleguen a comprender que cumplir una misión consti-tuye un gran privilegio, y que deben hallarse en buenascondiciones físicas, mentales y espirituales; y además,que ‘el Señor no puede considerar el pecado con elmás mínimo grado de tolerancia’ (véase D. y C. 1:31).

“Pido misioneros que hayan sido instruidos y pre-parados, tanto en el seno familiar como en las organi-zaciones de la Iglesia, y que lleven a la misión grandesanhelos. Pido… que preparemos a nuestros futuros mi-sioneros mucho mejor, con más anticipación y durantemás tiempo, de manera que cada uno espere su llama-miento con gran gozo…

“Frecuentemente surge la pregunta: ¿Debe todojoven cumplir una misión? La respuesta afirmativa la hadado el Señor. ‘Todo hombre joven ha de cumplir unamisión’ (Véase D. y C. 133:8; véase también D. y C.63:37)…

“No estableció fronteras.

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Dedicación del Jardín Conmemorativo Orson Hyde en Jerusalén, Israel, 1979.

“La respuesta es ‘sí’.Cada hombre debe tam-bién pagar sus diezmos;cada hombre debe obser-var el día de reposo, asis-tir a las reuniones,casarse en el templo, ycapacitar adecuadamentea sus hijos, y hacer mu-chas otras obras justas.Claro que debería, perono siempre lo hace.

“Nos damos cuentade que si bien todos losvarones deben definitiva-mente cumplir una misión, no todos están preparadospara ir a enseñar el Evangelio al extranjero. Demasiadosmuchachos llegan a la edad requerida sin tener absoluta-mente ninguna preparación para la misión, y desdeluego, no deben ir. Pero todos deben estar preparados.Hay unos cuantos cuyas condiciones físicas no les permi-ten cumplir con el servicio misional, aunque Pablo tam-bién sentía los aguijones en el costado. Hay demasiadosincapacitados por sus condiciones emocionales, menta-les y morales porque no han conservado su vida limpia yen armonía con el espíritu de la obra misional. Éstos de-berían haberse preparados. Pero, como han quebranta-do las leyes, pueden verse excluidos, y en esto yaceunode nuestros más grandes cometidos: el de mantener dig-nos a nuestros muchachos. Sí, decimos que todo hom-bre digno y capacitado debe tomar la cruz y llevarla alhombro. ¡Qué ejército tendríamos entonces que enseña-ra sobre Cristo y Su resurrección! Sí, deben prepararsecomo de costumbre y ahorrar dinero para la misión, yestar siempre dispuestos a servir con corazón alegre”(véase “Id por todo el mundo”, Liahona, noviembre de1974, págs. 7–8).

“¿QUIÉN LES DIO SU VOZ?”El élder Rex D. Pinegar, en ese entonces miembro

del Quórum de los Setenta, compartió la siguiente en-señanza del presidente Spencer W. Kimball:

“Mientras estaba en una Conferencia de Área enArgentina, en el año 1975, el presidente Kimball se diri-gió a una numerosa congregación de jóvenes y, pocodespués de haber empezado, puso a un lado el texto ori-ginal de su discurso y compartió con ellos una experien-cia personal. Después de preguntarles, ‘¿quién les dio lavoz que tienen?’, les relató la prueba que tuvo que pasarcuando se sometió a una delicada intervención quirúrgi-ca. Les explicó que el Señor le había salvado la voz, y queaunque no era la misma que había tenido antes y ya nopodía cantar como le gustaba hacerlo, por lo menos tenía

El presidente Spencer W. Kimball.

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Presidentes de la Iglesia

voz. Reconoció que su voz no es muy atractiva, pero yoles puedo asegurar que era hermosa cuando enseñó esanoche; es más, a medida que iba hablando, los jóvenesse mostraban conmovidos aun antes de que el intérpretehablara. También les dijo que ‘servir una misión es comopagar los diezmos: nadie nos obliga, simplemente lohacemos porque es lo correcto; nuestro deseo de salircomo misioneros se basa en nuestro conocimiento deque eso es lo que el Señor espera de nosotros. ElSalvador no dijo: “Si es conveniente, vayan”. Él dijo:“Id por todo el mundo…” (Marcos 16:15). Además,el presidente Kimball explicó que es responsabilidadde las jóvenes ayudar a los muchachos a permanecerdignos y animarlos para que salgan como misioneros.

“Al terminar su discurso, preguntó: ‘¿Acaso elSeñor no les dio su voz para que puedan enseñar elEvangelio?’ Testificó luego que él había comprendidoque él tiene voz, y nosotros también, para predicar elEvangelio de Jesucristo y testificar de las verdades quele fueron reveladas al profeta José Smith. El presidenteKimball nos enseña la perspectiva correcta de la vida”(véase Rex Pinegar, “El profeta”, Liahona, febrero de1977, págs. 29–30).

DIO A CONOCER LA RAZÓN MÁSIMPORTANTE DE LA OBRA MISIONAL

La Primera Presidencia: N. Eldon Tanner, Spencer W. Kimball y Marion G.Romney, 1980.

El presidente Kimball y su esposa acompañados de sus nietos, diciembrede 1974.

El amor del presidente Spencer W. Kimball porla obra misional se hizo evidente en el hecho de queabordaba el tema constantemente: “Si no hubiese con-versos, la Iglesia se reduciría y desaparecería. Pero talvez la razón más poderosa de la obra misional sea brin-dar al mundo la oportunidad de escuchar y aceptar elEvangelio. Las Escrituras están repletas de mandatos,promesas, llamamientos y galardones concernientes ala enseñanza del Evangelio. He usado deliberadamenteel término ‘mandato’ pues parece ser una orden direc-ta a la cual no podemos escapar ni individual ni colecti-vamente” (Spencer W. Kimball, “Id por todo el mundo”,Liahona, noviembre de 1974, pág. 2).

DEBEMOS CUMPLIR CONNUESTRA RESPONSABILIDADMISIONAL A NIVEL MUNDIAL

El presidente Spencer W. Kimball declaró:“Ante nosotros se destaca la grandiosidad de

la obra, cuando consideramos que la población delmundo se va acercando a los cuatro mil millones.

“No pretendo engañarme, pensando que ésteserá un asunto fácil que no necesitará esfuerzo, o quepueda hacerse de la noche a la mañana, pero tengola fe en que podemos seguir adelante y extendernosmucho más rápido de lo que lo estamos haciendo…

“Cuando hayamos aumentado la cantidad de mi-sioneros en las regiones organizadas de la Iglesia a unnúmero cercano al potencial, o sea, que todo joven ca-pacitado y digno vaya a una misión; cuando todas lasestacas y misiones del extranjero proporcionen misio-neros suficientes para sus respectivos países; cuandoutilicemos los servicios de nuestros hombres capacespara ayudar a los apóstoles a abrir esos nuevos camposde labor misional; cuando usemos los satélites especia-les y otros descubrimientos de este tipo al máximo desu potencial, como asimismo todos los medios de co-municación, como diarios, periódicos, revistas, televi-sión, radio, hasta el límite de su utilidad; cuandoorganicemos numerosas estacas nuevas, que constitu-yan el punto de partida para este fin; cuando saquemosde la inactividad a los numerosos jóvenes que hastaahora no han sido ordenados en el sacerdocio, ni hanservido en una misión, ni se han casado; entonces, ysólo entonces, nos acercaremos al cumplimiento dela meta fijada por nuestro Señor y Maestro de ir portodo el mundo y predicar el Evangelio a toda criatura”(Ensign, octubre de 1974, págs. 13–14).

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

EL EVANGELIO TRIUNFARÁEl presidente

Spencer W. Kimballindicó:

“Si hacemos todo loque podemos, y yo perso-nalmente acepto mi parteen tal responsabilidad,estoy seguro de que elSeñor proporcionará másdescubrimientos paraque podamos utilizarlos.Producirá un cambio enel corazón de reyes, demagistrados y de empera-dores, y si fuera necesa-rio, desviará el curso delos ríos, formará mares oencontrará las formas ne-cesarias para inspirar elcorazón de la gente. Él

abrirá las puertas y hará posible el proselitismo. Tengouna gran fe en ello.

“Del Señor tenemos la promesa de que el malignojamás tendrá el poder de frustrar totalmente la obraque Él nos ha mandado a cumplir.

“ ‘Este reino continuará aumentando y desarro-llándose, extendiéndose y prosperando cada vez más ymás. Cada vez que sus enemigos emprendan la tareade derrocarlo, en lugar de disminuir o debilitarse, con-tinuará aumentando, llegando a ser evidente a las na-ciones por sus maravillas, hasta que llene toda la tierra’” (véase Spencer W. Kimball, “Cuando el mundo seaconvertido”, Liahona, octubre de 1974, pág. 5).

ENSEÑÓ ACERCA DEL MILAGRODEL PERDÓN

El presidente Kimball enseñó extensamente acercadel principio del arrepentimiento, y sus enseñanzas hantenido una influencia positiva en la vida de muchos. El

El jardín de flores de la familia, abril de 1978.

Un momento de meditación, 1981.

élder Boyd K. Packer reconoció esa gran influencia y es-cribió lo siguiente: “El mismo presidente Kimball es uncirujano experto en varios aspectos; no un doctor enmedicina, sino un médico del bienestar espiritual, puesmuchos han sido los cánceres espirituales que ha extir-pado, muchos los defectos de carácter que ha quitado,muchas y variadas enfermedades espirituales que se hancurado gracias a sus esfuerzos. Él ha rescatado inclusoa algunos que se encontraban al borde mismo de ladestrucción espiritual. Ha escrito un libro titulado ElMilagro del Perdón, que requirió años de preparación.Muchos se han sentido protegidos por sus consejos y aotros ha inspirado para que pusieran en orden su vida,haciéndoles experimentar ese milagro” (véase Boyd K.Packer, “Spencer W. Kimball: un hombre diferente”,Liahona, julio de 1974, pág. 4).

ENSEÑÓ ACERCA DEL VERDADEROARREPENTIMIENTO

El presidenteKimball explicó:

“En ocasiones es másfácil definir algo diciendolo que no es.

“El arrepentimientono es repetir el pecado;no es tomarlo a la ligera;no es tratar de justificar-lo. El arrepentimiento noes perder la sensibilidadespiritual; no es minimi-zar la gravedad del error;no es dejar de ser activo

en la Iglesia; no es esconder el pecado, lo cual corroe ysobrecarga espiritualmente al pecador…

“El verdadero arrepentimiento consta de muchoselementos y cada uno está relacionado con los demás.

“El presidente Joseph F. Smith trató muy bieneste tema:

“ ‘El verdadero arrepentimiento no es sólo elpesar que sentimos por haber pecado y una humildepenitencia y contrición ante Dios, sino que también in-cluye la necesidad de apartarse del mal y de abandonartodo hecho malo; es una reforma total de la vida, uncambio vital del mal al bien, del vicio a la virtud, de laoscuridad a la luz, y no sólo eso, sino que también sedebe hacer restitución, en lo posible, por todos losdaños que se hayan infligido, pagar por el pecado co-metido y restaurar los derechos ajenos que se hayanviolado. Esto es el verdadero arrepentimiento, y es ne-cesario ejercer al máximo toda la voluntad necesaria yel poder del cuerpo y de la mente para completar estagloriosa obra’.

Un momento de estudio.

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Presidentes de la Iglesia

“El verdadero arrepentimiento es individual y nose puede lograr en forma vicaria; no se puede comprar,pedir prestado ni vender. No hay ningún camino fácilque conduzca hasta él: ya se trate del hijo de un presi-dente o la hija de un rey, de un emperador o un humildecampesino, el pecador debe arrepentirse y su arrepenti-miento debe ser personal, individual y humilde.

“Sea gordo o flaco, guapo o feo, alto o bajo, inte-lectual o de pocos estudios, debe cambiar su manerade vivir mediante un arrepentimiento real y humilde.

“Se debe tener consciencia de la culpabilidad sintratar de hacerla a un lado; se debe reconocer y no jus-tificar; debe dársele su importancia plena. Si es unafalta grave, no se debe tomar a la ligera ni restarle mag-nitud; si la deuda del pecado equivale a diez mil talen-tos, no se debe estimar como una de cien denarios; simide un kilómetro, no debe reducirse a cinco metrosni un metro; y por último, si pesa una tonelada, nodebe considerarse como un pecado de un kilogramo…

“El verdadero arrepentimiento implica perdonara todos los demás. Una persona no puede obtener elperdón si guarda rencor contra otros. Debe ser ‘miseri-cordioso con [sus] hermanos; [tratarlos] con justicia,[juzgarlos] con rectitud, y [hacer] lo bueno sin cesar…’(Alma 41:14).

“Se debe abandonar totalmente la transgresión, enforma sincera, constante y continua. En 1832 el Señordijo: ‘…id y no pequéis más; pero los pecados anterio-res volverán al alma que peque, dice el Señor vuestroDios’ (D. y C. 82:7).

“Y un cambio momentáneo y temporal no es sufi-ciente…

“La verdadera confesión no significa sólo dar aconocer ciertas acciones, sino también alcanzar la paz,lo cual evidentemente no se puede lograr por ningúnotro medio.

La Primera Presidencia: N. Eldon Tanner, Marion G. Romney, Gordon B.Hinckley y Spencer W. Kimball, 1982.

“Con frecuencialas personas relacionanel arrepentimientocon el tiempo: ¿Cuántotiempo debe pasar paraque sean perdonados?¿Cuándo podrán ir altemplo?

“El arrepentimientono tiene límite de tiem-po. La evidencia de queuna persona se ha arre-pentido es la transfor-mación de la vida.Ciertamente debemostener en cuenta esto si

deseamos mantener nuestros valores intactos y hacerevaluaciones correctas.

“Ciertamente es necesario que comprendamos queel castigo por el pecado no es resultado de un sádicodeseo del Señor; por eso, cuando las personas cometengrandes inmoralidades u otros pecados comparables,es indispensable que haya tribunales con la jurisdicciónadecuada que tomen cartas en el asunto. Hay personasa quienes les es imposible arrepentirse hasta que hayansufrido mucho. Éstas no pueden dirigir sus pensamien-tos por cauces limpios; no pueden controlar sus actosni pueden planear adecuadamente su futuro hasta des-pués de haber perdido aquellos valores que no aprecia-ban plenamente. Por lo tanto, el Señor ha prescrito lacorrespondiente excomunión, suspensión o período deprueba. Esto va de acuerdo con la declaración de Almade que no hay arrepentimiento sin sufrimiento, y ésteno existe si las personas no llegan a reconocer su peca-do y a tener conciencia de su culpabilidad.

“La privación de privilegios es una forma de casti-go; por lo tanto, si a una persona no se le permite par-ticipar de la Santa Cena, ejercer el sacerdocio, ir al

El Presidente Kimball y su consejero Gordon B. Hinckley.

El Presidente Kimball y su consejeroGordon B. Hinckley (primero de laderecha).

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Spencer W. Kimball Capítulo 12

templo ni hablar u orar en cualquiera de las reuniones,esto constituye una vergüenza, una privación y un cas-tigo. De hecho, el principal castigo que la Iglesia impo-ne es la privación de privilegios…

“El verdadero arrepentimiento debe incluir la resti-tución. Hay pecados, como el robo, por los cuales sepuede hacer restitución; pero hay otros, como el asesi-nato, el adulterio o el incesto, que no admiten restitu-ción alguna. Uno de los requisitos del arrepentimientoes obedecer los mandamientos del Señor; quizás seanpocas las personas que comprendan la importancia queello tiene. Aunque se puede abandonar completamenteel pecado y aun confesarlo al obispo, el que no llevauna vida de buenas acciones, servicio y rectitud, lo cualel Señor ha indicado que es necesario, es que no se haarrepentido: ‘…el que se arrepienta y cumpla los man-damientos del Señor será perdonado’ ” (“What Is TrueRepentance,” New Era, mayo de 1974, págs. 4–5, 7).

“TODO HOMBRE FIEL Y DIGNODE LA IGLESIA TIENE DERECHO ARECIBIR EL SANTO SACERDOCIO”

“Habrá quizás pocos acontecimientos que hayantenido el impacto que tuvo en la expansión delEvangelio por todo el mundo, la revelación que reci-bió el presidente Spencer W. Kimball en 1978, por lacual se extendía el sacerdocio a todo varón digno,fuera cual fuera su raza. Desde hacía tiempo, lasAutoridades Generales habían estado tratando eseasunto a fondo en las reuniones regulares que se reali-zaban en el templo. El presidente Kimball iba tambiénal templo con frecuencia, especialmente los sábados ydomingos porque podía estar a solas, donde oraba su-plicando guía. ‘Quería estar seguro’, explicó él des-pués” (véase “ ‘News’ Interviews Prophet”, ChurchNews, 6 de enero de 1979, pág. 4).

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Conversos nigerianos entran a las aguas del bautismo con el élder Ted Cannon.

“El 1o de junio de 1978, el presidente Kimball sereunió con sus consejeros y el Consejo de los Doce yles habló otra vez de la posibilidad de conferir el sa-cerdocio a los varones de toda raza que fueran dig-nos; también les expresó la esperanza de recibir unarespuesta clara, ya fuera afirmativa o negativa. Elélder Bruce R. McConkie, del Quórum de los DoceApóstoles, relató lo siguiente: ‘Dicho esto, el presi-dente Kimball preguntó a los hermanos si alguien de-seaba expresar sus sentimientos y opinión. Todos lohicieron, libre y extensamente. Cada quien expuso supunto de vista y manifestó el sentir de su corazón.Hubo maravillosas expresiones de unidad, solidari-dad y acuerdo en el consejo’ (Bruce R. McConkie,“The New Revelation on Priesthood”, Priesthood,1981, pág. 27).

“Después de deliberar durante dos horas, el presi-dente Kimball pidió al grupo que se uniera con él enoración y sugirió humildemente que se le dejara ser elportavoz. Él describió así aquel momento:

“ ‘Le dije al Señor que si no estaba bien, si Él noquería que ocurriera ese cambio en la Iglesia, yo segui-ría siendo leal a Su voluntad todo el resto de mi vida,y que pelearía contra el mundo, si eso era lo que Éldeseaba.

“ ‘Pero la revelación y la seguridad me sobrevinie-ron con tanta claridad que no hubo lugar a dudas.

“El presidente Gordon B. Hinckley estaba pre-sente en aquella histórica reunión y la describió así:‘En la sala se percibía una atmósfera venerable y sa-grada. A mí me pareció como si se hubiera abierto unconducto de comunicación entre el trono celestial yel suplicante Profeta de Dios arrodillado y rodeadode sus hermanos…

“ ‘Por el poder del Espíritu Santo, todos los hom-bres que nos hallábamos en aquel círculo sentimos ysupimos la misma cosa…

“ ‘…Ninguno de los que estábamos presentes enaquella ocasión volvió a ser la misma persona despuésde eso. Tampoco la Iglesia ha vuelto a ser exactamentela misma…

“ ‘De aquella manifestación están surgiendo enor-mes y eternas consecuencias para millones de personaspor toda la tierra…

“ ‘Ello ha abierto grandes regiones del mundopara la prédica del Evangelio sempiterno. Ha hechoposible que ‘todo hombre testifique en el nombre deDios, aun el Salvador del mundo’.

“ ‘Tenemos motivo para regocijarnos y alabar al Diosde nuestra salvación por haber presenciado este día glo-rioso” (La Historia de la Iglesia en el Cumplimiento delos Tiempos, pág. 648).

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Presidentes de la Iglesia

LA IGLESIA LAMENTÓ LA PÉRDIDADE UN GRAN HOMBRE

El presidenteSpencer W. Kimball falle-ció el 5 de noviembre de1985. Durante su perío-do administrativo, losmiembros aceptaron elcometido de “alargar elpaso”, y para ello con-centraron sus esfuerzosen la obra misional, laconstrucción de templosy en todos los aspectosdel Evangelio. Había ser-vido en calidad de após-tol durante treinta años El presidente Spencer W. Kimball.

antes de asumir el cargo de presidente de la Iglesia,y aunque los que trabajaron con él lo admiraban porsus muchas habilidades, apenas podían ponerse a lapar del ritmo de vida que él llevaba. Estableció normaselevadas tanto para la Iglesia como para sí mismo. Sulema, “Hazlo”, alentó a otros a dar lo mejor de sí mis-mos y a no malgastar el tiempo que podían aprovecharpara edificar el reino del Señor.

Su vida fue un ejemplo claro del consejo que nosdio: “Recuerden que a aquellos que han llegado a luga-res altos, no les ha sido fácil lograrlo” (véase SpencerW. Kimball, “Los Davids y los Goliats”, Liahona, marzode 1975, pág. 30).

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Ezra Taft BensonDECIMOTERCER PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 13

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ACONTECIMIENTOS MÁS DESTACADOS DE LA VIDA DEEZRA TAFT BENSONEdad Acontecimientos

Nace el 4 de agosto de 1899 en Whitney, condado de Franklin, Idaho; sus padresson George T. Benson y Sarah Dunkley Benson.

12 Su padre sale para servir en la misión de los Estados del Norte de los EstadosUnidos (8 de abril de 1912).

15 Comienza sus estudios en la Academia de la Estaca Oneida, Preston, Idaho (1914).

19 Estudia en la Universidad Agrícola del Estado de Utah (otoño de 1918).

21–23 Sirve en la Misión Británica (14 de julio de 1921–1923).

26 Recibe el título de Ingeniero Agrónomo y Cría de Animales de la UniversidadBrigham Young (primavera de 1926).

27 Se casa con Flora Smith Amussen (10 de septiembre de 1926); recibe su maestríaen Economía Agrícola de la Universidad del Estado de Iowa (13 de junio de 1927).

29 Comienza a trabajar como agente de los Servicios de Agricultura de la Universidadde Idaho (4 de marzo de 1929).

36 Recibe una beca para realizar estudios avanzados en Berkeley, California, y setraslada a esa ciudad (1º de agosto de 1936).

39 El élder Melvin J. Ballard lo aparta como presidente de la Estaca Boise, Idaho (27de noviembre de 1938); empieza a trabajar como secretario ejecutivo del ConsejoNacional de Cooperativas Agrícolas en Washington, D.C. (15 de abril de 1939).

40 Lo apartan como presidente de la Estaca Washington, D.C. (30 de junio de 1940).

44 El presidente Heber J. Grant lo ordena apóstol (7 de octubre de 1943).

46–47 Después de la guerra, reinicia la obra misional y supervisa la distribución de víveres yotros artículos de primera necesidad en Europa; sirve como presidente de la MisiónEuropea (22 de diciembre de 1945–22 de diciembre de 1946).

49 Reemplaza al presidente George Albert Smith al ser elegido miembro de la MesaEjecutiva Nacional de los Boy Scouts (23 de mayo de 1949).

53 Presta juramento como Secretario de Agricultura de los Estados Unidos deNorteamérica (20 de enero de 1953).

64 El presidente David O. McKay le extiende el llamamiento de servir como presidentede la Misión Europea (18 de octubre de 1963).

74 Se le aparta como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles (30 de diciembrede 1973).

78 Recibe la medalla de honor George Washington de la asociación FreedomsFoundation en Valley Forge, Pensilvania (2 de mayo de 1978).

86 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (10 de noviembre de 1985).

87 Se descontinúan los quórumes de los setenta en las estacas (4 de octubre de 1986).

88 Dedica el Templo de Francfort, Alemania (28 de agosto de 1987).

89 Se organiza el Segundo Quórum de los Setenta (1º de abril de 1989); recibe elpremio Lobo de Bronce, la distinción más alta que otorga la Asociación Mundialde los Boy Scouts (1º de abril de 1989).

90 El presidente de los Estados Unidos, George H. W. Bush, lo condecora con laMedalla Presidencial del Ciudadano, y dice que es “uno de los estadounidensesmás distinguidos de su época” (agosto de 1989); participa en la dedicación delTemplo de Portland, Oregon (19 de agosto de 1989).

91 Se crean veintinueve misiones (1990).

93 Fallece su amada esposa Flora (14 de agosto de 1992).

94 Muere en Salt Lake City, Utah (30 de mayo de 1994).

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

“A mediados de la década de los cincuenta, un jovenque trabajaba en Washington, D.C., conoció a Ezra TaftBenson, en ese entonces Secretario de Agricultura. Al ob-servar que éste desempeñaba las funciones de secretario,un puesto muy absorbente y a veces hasta controversial,y que también se comportaba con la dignidad de unapóstol, le preguntó cómo lo lograba. El élder Benson lecontestó que trabajaba con ahínco y hacía todo lo que es-taba a su alcance; que cumplía los mandamientos y des-pués permitía que el Señor hiciera lo que faltaba. Esaspalabras expresan la manera de vivir del presidenteBenson y explican el éxito que obtuvo” (Sheri L. Dew,Ezra Taft Benson: A Biography, 1987, págs. VII–VIII).

SU BISABUELO TAMBIÉNFUE APÓSTOL

A Ezra Taft Bensonle pusieron el nombrede su bisabuelo, al queBrigham Young llamó aser apóstol durante eléxodo de los miembrosde la Iglesia hacia el Valledel Gran Lago Salado.Fue el primer apóstolque se llamó despuésde la muerte del profetaJosé Smith. “Fue caminoal valle que se llamó aEzra T. al Quórum de losDoce… Parte de lo que

le dijo el presidente Young a Ezra, fue: ‘Si aceptas esteoficio, quiero que vengas inmediatamente a CouncilBluffs a prepararte para ir a las Montañas Rocosas’. Elpresidente Young ordenó apóstol a Ezra Benson, detreinta y cinco años de edad, el 16 de julio de 1846, yle prometió que tendría la fuerza de Sansón. Casi unaño después, formaba parte del primer grupo de pio-neros que entró al Valle del Gran Lago Salado, el 24de julio de 1847. Dio un discurso en la primera reu-nión sacramental que serealizó allí, y luego regre-só por la misma rutapara avisar a los otrosgrupos que estaban encamino que habían en-contrado un lugar paraestablecerse.

“Durante los añossiguientes Ezra sirvió envarias misiones, entreellas una en Europa yla otra en Hawai; fue

Ezra T. Benson (1811–1869), bisabuelode Ezra Taft Benson

muchas veces a Salt Lake City y contribuyó a colonizarel valle y sus alrededores, en particular Tooele, Utah,donde tenía un aserradero, y más adelante CacheValley [en Idaho]” (Dew, Ezra Taft Benson, págs. 6–7).

NACE UN PROFETA“El 19 de octubre

de 1898, Sarah [SophiaDunkley Benson] yGeorge [Taft Benson,hijo] se casaron en elTemplo de Logan, Utah.La casita que habíanmandado edificar [a unosdos kilómetros y medioal noreste del pueblo deWhitney, Idaho] y queellos mismos habíanamueblado, ya se encon-traba lista. Aunque noera suntuosa, era muyapropiada para una pare-ja de enamorados…

“A George le encantaba trabajar la tierra y aplicar laley de la cosecha: sólo se puede cosechar lo que se siem-bra… Era un hombre de excelentes cualidades que pen-saba que no debía depender de nadie para su sustento yque deseaba inculcar en sus hijos la idea de que fueranautosuficientes. Su esposa tenía tantas virtudes como ély se destacaba en saber criar bien a sus hijos.

“Cuando Sarah descubrió que serían bendecidoscon su primer hijo, los dos se sintieron muy felices.Oraron y planearon su vida familiar y esperaron anhe-losos la llegada del bebé.

“El 4 de agosto de 1899, Sarah sintió los primerosdolores de parto y George le dio una bendición desalud. El doctor Allen Cutler la atendió en el dormito-rio de la casa en presencia de las dos futuras abuelas,Louisa Benson y Margaret Dunkley. El parto fue muyprolongado y cuando nació un enorme varón, el doc-tor, al no lograr hacerlo respirar, lo dejó sobre la camadiciendo: ‘No hay esperanzas para el niño, pero creoque podemos salvar a la madre’. Mientras el doctor sededicaba a atender a Sarah, las abuelas corrieron a lacocina, orando en silencio, y volvieron enseguida condos vasijas de agua, una fría y otra templada.Sumergieron al bebé una y otra vez, primero en el aguafría y después en la templada, hasta que lo oyeron llori-quear. ¡El bebé de 5 kilos y 300 gramos estaba vivo! Lasdos abuelas testificaron más adelante que el Señor lehabía salvado la vida. George y Sarah le pusieron elnombre de Ezra Taft Benson.

Ezra Taft Benson a los tres mesesde edad

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George T. Benson, padre de Ezra Taft

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Presidentes de la Iglesia

“Desde que empezó a caminar, Ezra, a quien habíanapodado “T”, no se separaba de su padre, tanto cuandomontaban a caballo, trabajaban en los cultivos, prepara-ban la calesa para ir a las reuniones de la Iglesia, jugabana la pelota o se bañaban en el arroyo. Se sentía orgullosode su legado familiar, no sólo por ser el primer bisnietode Ezra T. Benson sino también porque adoraba a supadre y desde niño se sentía muy orgulloso de ser quiénera. Años más tarde, cuando George Benson falleció,Ezra escuchó sin querer que uno de los pocos hombresque no eran mormones en Whitney decir: ‘Hoy enterra-mos al hombre que ha tenido más influencia para bienen Cache Valley’. Sin duda alguna, George Benson ejer-ció una gran influencia en la vida de su hijo mayor”(Dew, Ezra Taft Benson, págs. 12–14).

FUE CRIADO EN UNAFAMILIA EJEMPLAR

En el hogar de los Benson se percibía un ambien-te de cariño y alegría. Los niños pensaban que su fami-lia era ideal, y los padres se adoraban el uno al otro.En el campo se trabajaba arduamente y todos trabaja-ban a la par. Algunas de las tareas que ocupaban susdías eran cultivar papas y remolachas azucareras, pasto-rear al ganado, agrandar la casa, reparar la maquinariadel campo, etc.

Los hijos aprendieron a trabajar desde pequeños.Ezra Taft Benson “…tenía sólo cuatro años cuando ma-nejó un carro tirado por animales por primera vez, peroa medida que fue creciendo en la hacienda, aprendió adesempeñar toda clase de trabajos de la vida de un agri-cultor. Aprendió lo que significaba trabajar y le gustabahacerlo. Como ejemplo de que era muy trabajador, sepasó un día entero entresacando las plantitas de remo-lachas de cuatro hectáreas para ralear el plantío. Le pa-garon $12 dólares por hacerlo.

“Aunque el trabajo y los estudios le ocupabanmucho tiempo, nunca dejó de hacer deportes. Los queprefería eran el básquetbol [baloncesto] y el béisbol.

Sarah Benson con los hijos, alrededor del tiempo en que su esposo fuellamado a una misión, 1912. Ezra Taft Benson tiene 14 años de edad y esel más alto de todos ellos.

Era amigo del presidente Harold B. Lee, que tambiénse crió en Idaho, y jugaban al básquetbol juntos.

“Estudiaba en la Academia de la Estaca Oneida, enPreston, Idaho, y como medios de transporte de la casaal colegio usaba el caballo, la calesa y en invierno, eltrineo” (Mark E. Petersen, “Ezra Taft Benson: ‘A Habitof Integrity’ ”, Ensign, octubre de 1974, pág. 23).

“George Benson era por naturaleza un hombre ale-gre. En cuanto se levantaba se le oía gritar: ‘Dejemos en-trar el sol. Corramos las cortinas y abramos la puerta yque entre el sol’. Si hacía calor, abría la puerta del frentey llamaba a los hijos: ‘Ezra, Joe, Margaret, es hora dehacer los quehaceres’ y sacudía con fuerza la estufa deleña. El cuarto de los muchachos estaba justo encima dela cocina, en el segundo piso, y ese ruido les anunciabaque era mejor que se levantaran…

“La mayoría de los sábados se trabajaba sólomedio día. A eso de la una de la tarde, se terminabanlos quehaceres y la familia se divertía junta. Corrían ca-rreras a pie o a caballo, jugaban al béisbol, jugaban alos rodeos y los varones trataban de montarse a losterneros. También les gustaba bañarse en el arroyo,hacer caminatas y salir de día de campo. Se decía queno había nadie como Sarah para preparar una canastapara salir de día de campo. Los Benson tuvieron el pri-mer fonógrafo de la zona y los muchachos tenían unacancha de básquetbol con tableros y canastas en cadaextremo y un piso de tierra que George había aplana-do hasta que quedó liso y compacto. La granja de losBenson era un punto de congregación para los jóve-nes del lugar” (Dew, Ezra Taft Benson, págs. 21–22).

LLAMARON A SU PADRE A SERVIREN UNA MISIÓN

“En ese ambiente hogareño, el que más adelantedescribió como ideal, Ezra Taft Benson aprendió a sa-crificarse para obtener bendiciones espirituales. Teníasólo doce años cuando su padre fue llamado a serviren una misión de un año y medio en la región centralde los Estados Unidos. Los Benson tenían siete hijos yestaba por nacer el octavo cuando el padre se marchóa cumplir una misión. Ezra, por ser el hijo mayor, tuvoque hacerse cargo de gran parte de la responsabilidaddel trabajo de la granja. Una de las cosas que más re-cordaba el presidente Benson de la ausencia de supadre eran los momentos en que la familia se reuníaalrededor de la mesa para que su madre les leyera lascartas que llegaban semanalmente de su esposo. Laspalabras de su padre inculcaron en ellos un espíritumisional que nunca olvidaron, recordaba el presidenteBenson. Los once hijos de los Benson salieron comomisioneros cuando llegaron a la edad requerida”

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

(“President Ezra Taft Benson: A Sure Voice of Faith,”Ensign, julio de 1994, pág. 10).

APRENDIÓ MUCHO DE SUS PRIMERASEXPERIENCIAS ESCOLARES

La Academia de la Estaca Oneida era una escuelaque pertenecía a la Iglesia, y todos los días comenza-ban las clases con una oración y una corta reunión es-piritual. Fue allí donde conoció a Harold B. Lee, queestaba un año más adelantado que él. Se hicieron bue-nos amigos y cantaban juntos en el primer coro que seformó en la escuela. Las clases que más le gustaban aEzra eran las vocacionales y las que tenían que ver conla agricultura. Pensaba que un hombre debía saber re-parar cualquier cosa.

Contó la siguiente experiencia que tuvo en suadolescencia:

“La academia quedaba a cinco kilómetros de micasa y yo iba a caballo. Cuando había mal tiempo mecostaba mucho llegar a tiempo a la clase de las ocho dela mañana. Como los otros muchachos, a menudo falta-ba a la escuela para ayudar en la granja, sobre todo enotoño, que era la época de la cosecha, y en primavera,cuando se plantaba.

“El hombre que tuvo más influencia en mi vida,después de mi padre, fue mi tío Serge B. Benson. Erami profesor de tres de las clases, pero sobre todo, meenseñó mucho sobre el valor moral, físico e intelectual,lecciones que he tratado de aplicar en la vida. Reafirmólo que ya había aprendido en casa sobre la honestidady sobre defender la verdad a toda costa.

“A veces el precio era muy alto.“Un día cuando estábamos en medio de un impor-

tante examen escrito, se me rompió la punta del lápiz.En esa época afilábamos los lápices con cortaplumas yyo me había olvidado de llevar el mío. Cuando me di

George T. Benson (el de la derecha) con sus siete hijos varones. Ezra está allado de su padre.

vuelta para pedirle uno a mi compañero, el profesorme vio y me acusó de copiar. Cuando traté de explicar-le, me reprendió severamente por mentirle y, peor aún,me prohibió que jugara el próximo partido importantede básquetbol con mi equipo.

“Me di cuenta deque cuanto más protesta-ba yo, más enojado seponía el profesor, peroyo, con porfía, seguía re-pitiéndole una y otra vezlo que había sucedido.Aunque el director técni-co del equipo le pidióque cambiara de idea,el profesor siguió con lasuya. La vergüenza queyo sentía era difícil de so-portar. Aunque unos mi-nutos antes del partidoel profesor decidió dejar-me jugar, eso no me

causó ninguna satisfacción. Y, a pesar de que me dolióque perdiéramos el partido, mucho peor fue la injuriade que me consideraran mentiroso y tramposo.

“Cuando miro hacia atrás, me doy cuenta de quela lección provenía de Dios. Esa clase de pruebas sonlas que nos moldean el carácter.

“Mis padres me creyeron, me comprendieron yme dieron ánimo. Contando con el apoyo de ellos, laslecciones del tío Serge y una conciencia tranquila, em-pecé a darme cuenta de que cuando uno está en pazcon su Creador, si bien no puede pasar completamentepor alto la crítica, puede relegarla a un plano inferior.

“Y aprendí algo más: la importancia de evitar lasmalas apariencias. Aunque yo era inocente, las circuns-tancias me hacían parecer culpable. Ya que este con-cepto podía aplicarse a muchas situaciones de la vida,tomé la resolución de que, siempre que me fuera posi-ble, iba a guardar las apariencias para que mi compor-tamiento nunca diera qué decir. También me di cuentade que si yo había sufrido esa injusticia, también lespodía suceder a los demás y que no debía juzgar susacciones basado sólo en las apariencias” (Cross Fire:The Eight Years with Eisenhower, 1962, pág. 17).

LE ENCANTABA JUGARAL BÁSQUETBOL

A Ezra Taft Benson le gustaban mucho los deportes,especialmente el básquetbol, deporte preferido tambiénde su padre, que iba a ver los partidos en los que juga-ban sus hijos y animó a los siete hijos varones a jugar albásquetbol. En el periódico local, el Franklin County

Ezra Taft Benson (sentado) a los 18años de edad y su hermano, Orval,de 14 años.

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Presidentes de la Iglesia

Citizen, George anunció que sus hijos estaban listospara aceptar el desafío de cualquier otra familia a jugarun partido de básquetbol. Ezra decía que probablemen-te la fortuna les sonrió cuando ninguna otra familiaaceptó el reto. (Véase Dew, Ezra Taft Benson, pág. 38.)

EL ESCULTISMO SE CONVIRTIÓ ENLA DEVOCIÓN DE TODA UNA VIDA

Toda su vida apoyó el programa de los Scouts, yrecibió los premios a nivel nacional más altos que seotorgaban: el Castor Plateado, el Antílope Plateado y elBúfalo Plateado. A nivel mundial recibió además el pre-mio más alto, el del Lobo de Bronce.

“Ezra sentía la vocación de ser líder de los jóvenes,y en 1918 tuvo la primera oportunidad ‘oficial’ cuandosu abuelo, el obispo Benson, le extendió el llamamientode asistente del jefe de una tropa de veinticinco travie-sos Scouts. (Más adelante fue el jefe de la tropa.) Ezradesempeñó el cargo como un veterano. En esos días laAsociación de Mejoramiento Mutuo, la Mutual, formabacoros para los jóvenes, y el jefe de la tropa tenía la res-ponsabilidad de hacerlos ensayar. Los coros cantabanno sólo por el placer de cantar sino también para parti-cipar en concursos. Después de muchas semanas de en-sayos con los desinteresados y traviesos muchachos, elcoro ganó el concurso de la Estaca Franklin y de allí po-drían competir en el Tabernáculo de Logan contra otrosseis coros ganadores. Ése era un gran acontecimientopara los muchachos, ya que algunos de ellos ni siquieraconocían la ciudad de Logan.

“Para motivar a la tropa, Ezra les prometió —noestá seguro si fue en un momento de ansiedad o de de-bilidad— que si ganaban el concurso regional, los lle-varía en una caminata de unos 55 kilómetros cruzandolas montañas hasta llegar al lago Bear Lake.

“La noche del concurso, los coros se sortearonpara saber en qué orden iban a cantar. El coro del ba-

Ezra Taft Benson dedicó gran parte de su vida al escultismo. Aquí está elpresidente Benson en una convención nacional de los Scouts en MorainePark, Pensilvania, 1977.

rrio Whitney quedó en último lugar, lo que prolongó laansiedad que sentían. Cuando por fin los anunciaron,veinticuatro chicos marcharon por el pasillo rumbo alescenario mientras el piano tocaba una marcha militar.Ezra se agachó entre dos bancos para dirigirlos.Después contó: ‘Cantaron mejor que nunca y, por su-puesto, yo no contaría lo que pasó si no hubiéramosganado el primer premio en Logan’.

“Una promesa es una deuda, y apenas les dijeronque habían ganado, rodearon a su jefe de tropa pararecordarle la caminata. Cuando se juntaron otra vezpara planear la excursión, uno de los Scouts de doceaños de edad sugirió entusiasmado: ‘Quisiera proponeralgo. ¿Por qué no nos cortamos todos el pelo bien cor-tito para no tener que preocuparnos de llevar peinesa la excursión?’. Los Scouts mayores se pusieron ner-viosos (se imaginaron que un corte militar no atraeríamucho a las chicas), pero la idea prevaleció, no sinantes escuchar de uno de los muchachos mayores: ‘¿Yeso se aplica también a los guías?’ Entonces fue a Ezraal que no le gustó la idea.

“El siguiente sábado, Ezra se sentó en la silla del pe-luquero rodeado de sus veinticuatro Scouts. Cuando es-taba terminando el corte de pelo, el peluquero le dijo: ‘Sime deja raparle la cabeza, les corto el pelo gratis a todoslos muchachos’. Dos días más tarde, veinticuatro Scoutsy un jefe de tropa y sus asistentes de cabeza rapada em-prendieron la caminata hacia Bear Lake. La excursión dediez días fue estupenda de todos modos. Pescaron, acam-paron, escalaron la montaña, se bañaron en los arroyos ydisfrutaron plenamente de la compañía de unos y otros.‘Uno de los placeres de trabajar con los muchachos esque uno encuentra satisfacciones a medida que los sirve’,explicó Ezra en otra oportunidad. ‘Se puede observar elresultado de su liderazgo a diario… y esa satisfacción notiene precio; tiene que ganarse’. [Véase Ezra Taft Benson,“Scouting Builds Men”, New Era, febrero de 1975, págs.14–18.]” (Dew, Ezra Taft Benson, págs. 42–44).

LO LLAMARON A SERVIR COMOMISIONERO EN INGLATERRA

En los primeros años de la década de 1850, cuandomuchos de los santos se mudaban para el Valle de SaltLake, los misioneros que servían en Gran Bretaña teníanmucho éxito. En Gran Bretaña el número de miembroshabía doblado a los que había en los Estados Unidos.Muchos de los conversos ingleses con el tiempo se fue-ron a vivir a los Estados Unidos y se establecieron en lafrontera oeste del país. A principios del Siglo XX, sin em-bargo, personas antimormonas habían creado un am-biente hostil en Gran Bretaña y resultaba difícil hacer laobra misional allí. El cine y las publicaciones decían quelos mormones eran personas embaucadoras e inmorales.

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

En 1921 llamarona Ezra Taft Benson a ser-vir en una misión enInglaterra. En 1922, elélder David O. McKay, enese entonces miembrodel Quórum de los DoceApóstoles, fue llamadocomo presidente de laMisión de Inglaterra yencontró que el país es-taba plagado de las peo-res injurias en contra dela Iglesia. En ese am-biente sirvió el élderBenson.

“Una serie de frases cortas en su diario nos indicanlos problemas que tuvo que afrontar [el élder Benson]:‘Una criada doméstica de 18 años nos insultó… predica-mos entre los ricos; me gustó a pesar de su resentimien-to’; ‘nos vigilan detectives’; ‘¡dos pastores nos miran irde puerta en puerta! Lluvia y nieve’. Las mucamas de lascasas de los adinerados por lo general atendían la puertay algunas acusaron a los misioneros de tratar de llevárse-las. Los enemigos de la Iglesia tuvieron una asambleauna noche y el tema a tratar iba a ser ‘La verdad acercadel mormonismo’, mientras los santos tenían una reu-nión de la mutual. ‘El pueblo convulsionado acerca delos mormones, durante una gran asamblea todos vota-ron echarnos de la ciudad’, escribió Ezra el 30 de marzode 1922. Escribió un artículo que se publicó en el perió-dico Cumberland News refutando las mentiras que sepublicaban acerca del mormonismo.

“A pesar de los rechazos, Ezra conservó su buenhumor (‘Salimos a predicar, ¡nos echaron a puntapiésólo dos veces!’) Y una buena perspectiva (‘Los niñosnos gritan ¡mormones! cuando caminamos hacia laIglesia, pero gracias a Dios soy mormón’). Pero los pro-blemas se intensificaron al punto de que los misionerostuvieron que recurrir a la policía para que los protegiera.En abril de 1922, cuando trataban de alquilar un localpara hacer una reunión, Ezra se lamentó, ‘Buscamos envano un local y no lo conseguimos. Parece que todo elmundo está en contra de la obra del Señor’.

“No obstante la oposición, la propaganda antimor-mona logró beneficiar a la Iglesia. El periódico de laIglesia The Millennial Star, en un artículo sobre unareunión llevada a cabo en Grimsby, Inglaterra, el 31 demarzo de 1922, decía: ‘La opinión unánime era que es-taban haciéndonos más bien que mal. Iba más gente alas reuniones que la que había asistido en años anterio-res, y logramos que más gente simpatizara con noso-tros” (Dew, Ezra Taft Benson, pág. 58).

Misionero en las Islas Británicas,1921–1923

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SE CASÓ CON FLORA AMUSSEN, SUCOMPAÑERA DE TODA LA VIDA

Ezra Taft Bensonse casó con Flora SmithAmussen el 10 de sep-tiembre de 1926 en elTemplo de Salt Lake. Erala hija de un pionerodanés que había emigradode Dinamarca y que erajoyero y relojero. Algunosde los amigos de Ezra nocreían que él pudiera con-quistarla. Recordó que“…estaba pasando unfin de semana en Logan,Utah, con unos amigoscuando vio por primera vez a su futura esposa.‘Estábamos cerca de los establos cuando pasó una jovenmuy atractiva en su pequeño coche camino a la lechería’,él recordaba. ‘Los muchachos la saludaron con la manoy ella les devolvió el saludo. Les pregunté quién era yme contestaron “Es Flora Amussen”. Entonces les dije:“Tengo la impresión de que me voy a casar con ella” ’.

“Sus amigos se rieron y le contestaron que ellaera muy popular para ennoviarse con un campesino.El joven Ezra simplemente contestó: ‘Eso lo hace aúnmás interesante’.

“Después de un noviazgo maravilloso, lo llama-ron a servir en una misión en Gran Bretaña. Florahabía terminado sus estudios preuniversitarios en elColegio Brigham Young (que tuvo clases preuniversi-tarias desde 1909 hasta que cerró en 1926) y planeabaasistir a la Universidad Agrícola del Estado de Utah(que ahora se llama Universidad del Estado de Utah[Utah State University]).

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Flora Amussen Benson.

Misioneros en las Islas Británicas. El élder Ezra Taft Benson está sentadoa la derecha de todos, junto al presidente de la misión, David O. McKay,y su esposa, la hermana McKay, 1922.

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Presidentes de la Iglesia

“ ‘Cuando volví, se-guimos el noviazgo’, rela-tó el presidente Benson.‘Pero fue una gran sor-presa cuando Flora reci-bió el llamamiento paraservir en una misión enlas Islas Hawaianas. Mealegró que se le diera laoportunidad de ir, y ellalo vio como una oportu-nidad de que yo me gra-duara de la universidad’.

“El hermanoBenson se recibió dela Universidad BrighamYoung en 1926, el mismoaño que la hermanaBenson terminó la mi-sión. Se casaron cuando

ella volvió y se establecieron en Ames, Iowa, donde elpresidente Benson había recibido una beca de setentadólares al mes para estudiar agricultura en el Colegiodel Estado de Iowa (ahora Universidad del Estado deIowa [Iowa State University).

“Una vez que el her-mano Benson terminólos estudios de postgra-do y recibió la maestríaen 1929, los Benson semudaron a una haciendade 33 hectáreas cerca deWhitney, Idaho. El her-mano Benson trabajócomo director de los ser-vicios de agricultura delcondado y luego fue eco-nomista y especialista enmercadotecnia para laUniversidad de Idaho”(“President and SisterBenson Celebrate 60thWedding Anniversary”,Ensign, noviembre de 1986, pág. 99).

QUERÍA AYUDAR A LOSAGRICULTORES

“…Regresó a Whitney, [Idaho] después de haberobtenido una maestría, ansioso de ayudar a otros granje-ros a tener mejores cosechas. De hecho, era tan servicialque sus vecinos lo nombraron agente de la extensiónagrícola del condado.

Su graduación en la UniversidadBrigham Young, 1926.

Escalando la montaña Timpanogos,en Utah, 1926. Ezra está en el centro.

“Durante los quinceaños subsiguientes, su tra-bajo en la agricultura ysu servicio a la Iglesia au-mentaron en dimensióne influencia. A los treintay un años de edad, se fuea Boise, Idaho, donde fueecónomo en agricultura yespecialista en mercado-tecnia para la Universidadde Idaho, en donde orga-nizó un concejo coopera-tivo para agricultores.En Boise también sirviócomo superintendente dela AMM (para hombres jó-venes) de la estaca, conse-

jero de la presidencia de estaca y presidente de estaca. Alos treinta y nueve años de edad recibió una oferta paratrabajar en Washington, D. C., como secretario ejecutivode una organización nacional que representaba a másde dos millones de agricultores y a cuatro mil seiscien-tas cooperativas agrícolas. Aceptó el puesto únicamentedespués de que le aseguraron que no tendría que asistira cócteles ni comprometer sus principios en ningún sen-tido. A los cuarenta años de edad ya había recibido unsegundo llamamiento como presidente de estaca, estavez de la recién organizada Estaca de Washington, D. C.”(“President Ezra Taft Benson”, Liahona, julio de 1994,edición especial, págs. 10–11).

Cuando trabajó como economista y especialista enmercadotecnia para la Universidad de Idaho, “…observósituaciones que no tenían ningún sentido de ser: granje-ros que sembraban grano pero que compraban con sa-crificios cereal de trigo procesado; otros que comprabanla fruta que consumía la familia en lugar de plantar fruta-les en tierras que no se utilizaban para cultivar; algunosdejaban la maquinaria afuera en invierno y no se preo-cupaban por prevenir que se herrumbrara. Derramó lá-grimas con hombres que lo único que sabían hacer eratrabajar en los campos que habían pertenecido a la fami-lia por generaciones pero que ya no podían ganarse lavida allí y tenían que marcharse.

“Después de haber hecho un recorrido por el es-tado, Ezra apreció aún más el consejo del profeta JoséSmith a los Santos de los Últimos Días cuando dijoque al hombre se le deben enseñar principios correc-tos y después permitirle que se gobierne a sí mismo.‘Mi manera de pensar era muy firme’, dijo Ezra. ‘Paraque la ayuda que uno le da a la gente sea duradera, nose puede hacer por ellos lo que pueden y deben hacerpor sí mismos. Tuve que ayudar a las personas a valer-se por sí mismas’ ” (Dew, Ezra Taft Benson, pág. 107).

Ezra Taft Benson con sus hijos, en Boise,Idaho, a fines de la década de 1930.

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

LO LLAMARON AL APOSTOLADO“El 26 de julio de

1943, la verdadera voca-ción de Ezra Taft Bensonde servir en el reino seconvirtió en su ocupa-ción regular cuando elpresidente Heber J.Grant lo llamó comomiembro del Quórumde los Doce. Fue aparta-do el 7 de octubre deese año, el mismo díaen que fue apartadoel élder Spencer W.Kimball, a quien sucede-ría como Presidente [dela Iglesia]” (“PresidentEzra Taft Benson”,

Liahona, julio de 1994, edición especial, pág. 13).El 26 de julio Ezra recibió una llamada telefónica

pidiéndole que fuera a la cabaña de verano del presi-dente Grant a reunirse con él.

“… inmediatamente lo llevaron al dormitoriodel presidente Grant, donde el anciano profeta estabadescansando. A petición del presidente, Ezra cerró lapuerta, se acercó y tomó asiento en una silla junto ala cama. El presidente Grant le tomó la mano derechaentre las suyas y, con los ojos llenos de lágrimas, le dijo:‘Hermano Benson, lo felicito de todo corazón y ruegoque Dios lo bendiga. Ha sido elegido para ser el miem-bro más joven del Consejo de los Doce Apóstoles’.

“La sorpresa se re-flejó en el rostro de Ezray sintió que el piso sehundía bajo sus pies. Nohabía tenido ningún pre-sentimiento que le hu-biera dado una idea delllamamiento que iba a re-cibir. Después, escribióacerca de ese sentimien-to: ‘Me costaba creer queel llamamiento fuera cier-to y me sentía sumamen-te conmovido… Lo únicoque se me ocurrió decirfue: “Presidente Grant, ¡no puede ser!”. Debo de haberrepetido esa frase varias veces hasta que pude pensarcon claridad y darme cuenta de lo que acababa de su-ceder… Él mantuvo mi mano entre las suyas por largorato mientras los dos derramábamos lágrimas de emo-ción… Permanecimos más de una hora solos, la mayor

El élder Ezra Taft Benson.

En octubre de 1943, se sostuvo a losélderes Spencer W. Kimball y Ezra TaftBenson a formar parte del Quórum delos Doce.

parte del tiempo tomados de la mano. A pesar de queél estaba debilitado por su avanzada edad, tenía lamente clara y alerta. Me impresionó muchísimo su hu-mildad, bondad y ternura; parecía que su espíritu secomunicaba directamente con mi alma.

“ ‘Me sentía tan débil y tan poco merecedor quelas palabras de ánimo que me dijo me reconfortaronen forma muy especial. Me dijo entre otras cosas: “ElSeñor magnifica a los hombres que son llamados a car-gos de liderazgo”. Cuando a pesar de lo humilde queme sentía logré decirle que la Iglesia significaba muchopara mí, me contestó: “Ya lo sabemos, y el Señor quie-re hombres que den todo por Su obra”.

“ ‘Me contó que habían tomado la decisión en unareunión especial de la Primera Presidencia y los Docedos semanas antes y que el intercambio de ideas encuanto a mi persona había sido entusiasta y unánime…Yo confío en que sólo gracias a las abundantes bendicio-nes del Todopoderoso podré desempeñar ese cargo’.

“El Presidente le pidió a Ezra que asistiera a laconferencia general de octubre, durante la cual seríasostenido y luego ordenado. También le dijo que suabuelo y otros de sus antepasados fieles estaban gozo-sos de que uno de sus descendientes fuera llamado alapostolado” (Dew, Ezra Taft Benson, págs. 174–175).

LO LLAMARON A UNA MISIÓNPARA AYUDAR A LOS SANTOSEUROPEOS NECESITADOS

“…En diciembrede 1945, poco despuésde terminada la SegundaGuerra Mundial, fue asig-nado a presidir la MisiónEuropea. Su misión espe-cífica fue la de reabrirlas misiones por todaEuropa y distribuir ali-mentos, ropa y cobijas(mantas) a los santosdestituidos.

“En una misiónde amor que duró casionce meses, viajó casicien mil kilómetros a tra-vés de Alemania, Polonia,

Checoslovaquia y Escandinavia, muchas veces en climascon temperaturas congelantes y en trenes y aviones sincalefacción. Con su optimismo típico, organizó con suscompañeros de viaje un cuarteto para matar las horasaburridas e incómodas.

“En innumerables ocasiones en las que parecíaimposible obtener permiso para entrar en los países

El élder Benson y Max Zimmer en losdepósitos de la Cruz Roja Internacionalen Ginebra, Suiza, inspeccionando losvíveres y demás artículos enviados porla Iglesia a los santos de Europa, 1946.

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Presidentes de la Iglesia

desvastados por la guerra o para distribuir víveres,acudió al Señor para que les abriera el camino. Así de-sapareció una barrera tras otra, y la Iglesia envió milesde toneladas de provisiones a los santos de Europa.Durante esta misión, también dedicó Finlandia parala predicación del Evangelio.

“En escuelas y capillas bombardeadas, se reunió conlos miembros de la Iglesia que habían perdido sus hoga-res, sus familias y su salud: todo excepto su devoción alEvangelio. Al presidente Benson nunca se le borraron dela memoria las escenas de inanición y destrucción, ni losrostros y la fe de sus amados hermanos y hermanas euro-peos, de quienes hablaba con frecuencia. Dieciocho añosmás tarde, volvió a presidir las misiones europeas, estavez con sede en Francfort, Alemania. Siempre sintió unregocijo especial al ver el establecimiento de estacas,misiones y templos en Europa” (“President Ezra TaftBenson”, Liahona, julio de 1994, edición especial,págs. 13–14).

En agosto de 1946, “…el élder Benson se enteróde que el élder Alma Sonne, Asistente de los Doce,había sido llamado para reemplazarlo en Europa. Lanoticia fue inesperada. Había planeado permanecer enEuropa unos seis meses más y pensaba que quedabamucho por hacer. De todos modos, se alegró muchoporque podría volver a su casa. En un momento de re-flexión, reconoció que los meses anteriores habían sidodifíciles para él y que el Señor lo había sostenido deuna manera casi milagrosa.

El élder Benson con un grupo de miembros en Polonia, 1946.

Vista de la destrucción causada por la Segunda Guerra Mundial, 1946.

“Debido a que el cambio había ocurrido tan de re-pente, se puso a pensar que tal vez lo que había hechono había sido aceptable, pero tuvo una experiencia quelo sacó de dudas y que luego describió en su diario:‘Anoche, en un sueño, tuve el privilegio de pasar loque me pareció como una hora con el presidenteGeorge Albert Smith en Salt Lake City. Fue una expe-riencia que me impresionó mucho y me produjo grangozo. Hablamos en confianza sobre la gran obra en laque servíamos y sobre mi devota familia. Sentí la calidezde su abrazo mientras ambos derramábamos lágrimasde gratitud por las abundantes bendiciones del Señor…Durante los días anteriores, yo me había estado pregun-tando si mi trabajo en Europa había sido del agrado dela Primera Presidencia y de las Autoridades Generales y,especialmente, de mi Padre Celestial. Esta tierna expe-riencia me ha tranquilizado completamente y he dejadode dudar, por lo que me siento sumamente agradecido.’

“Poco después, elélder Harold B. Lee le es-cribió a Ezra: ‘Todas lasAutoridades Generalessomos de la opinión deque has desempeñadouna extraordinaria mi-sión y una obra que otrocon menos valor y habili-dad y sin la inquebranta-ble fe que posees en elpoder del Señor para de-rribar obstáculos, no ha-bría podido realizar…’”(Dew, Ezra Taft Benson,pág. 224).

LLEGÓ A SER SECRETARIODE AGRICULTURA DE LOSESTADOS UNIDOS

El élder Ezra Taft Benson en su juramento al cargo como Secretario deAgricultura de los Estados Unidos por el Presidente de la Suprema Corte, FredM. Vinson, en presencia del presidente Dwight D. Eisenhower, enero de 1953.

Provisiones de bienestar para Europadespués de ser devastada por laguerra, 1946.

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

“En 1952, recibió una gran sorpresa el recibiruna llamada telefónica en la que le informaban queel presidente electo de los Estados Unidos, Dwight D.Eisenhower, un hombre a quien nunca había conocido,deseaba hablarle con respecto a ocupar la vacante deSecretario (ministro) de Agricultura de los EstadosUnidos. Los líderes agrícolas habían recomendado aEzra Taft Benson como el mejor candidato para llevar acabo la tarea. Habiendo recibido el consentimiento delpresidente David O. McKay, y la seguridad del presiden-te Eisenhower de que jamás tendría que respaldar nin-guna disposición con la que no estuviera de acuerdo,el élder Benson se convirtió en el Secretario Benson.La familia Benson regresó a vivir a Washington, D. C.,durante los ocho años que duró la administración delpresidente Eisenhower” (“President Ezra Taft Benson”,Liahona, julio de 1994, edición especial, págs.14–15).

Los años que ocupó ese puesto de gobierno, desde1953 a 1961, fueron difíciles. “Poco después de empezara desempeñarse como secretario, el élder Benson lepidió una bendición a la Primera Presidencia. El presi-dente McKay, asistido por J. Reuben Clark, bendijo alapóstol con palabras de ánimo y consejo: ‘Tendrás unaresponsabilidad mayor que los demás secretarios porquesirves como… apóstol del Señor Jesucristo. Tienes dere-cho a recibir inspiración de lo alto, y si recuerdas esto yoras y vives para merecerla, tendrás la guía divina quelos demás quizás no tengan… Te bendecimos, por lotanto, querido hermano Ezra, para que cuando surjandudas de si un asunto es correcto o no, durante las deli-beraciones con otros hombres, sepas con claridad lo queestá bien, y cuando lo sepas, tengas el valor de defenderlo que es correcto y apropiado… Sellamos sobre ti lasbendiciones de… buen juicio y de una visión clara, paraque veas las necesidades futuras de este país; para quetambién te des cuenta de cuáles son los enemigos quetratarán de destruir la libertad individual que garantiza laConstitución… y tengas la valentía para ponerte en con-tra de esas influencias subversivas y seas fuerte en la de-fensa de los derechos y privilegios establecidos en laConstitución’ ” (Dew, Ezra Taft Benson, págs. 258–259).

Mientras el élder Benson sirvió como Ministro deAgricultura, tuvo que enfrentarse a muchos grupos hos-tiles que una vez que lo escuchaban se convencían deque era un hombre honrado. Muchos de sus críticos sevolvieron sus defensores. Muchas veces convenció aesos mismos grupos de que sus opiniones eran acerta-das y de que todos se beneficiarían si lo apoyaban. Elpresidente Eisenhower llegó a reconocer que granparte de la popularidad que él gozaba mientras fuepresidente, sobre todo en los estados del Sur, se debíaa su Secretario de Agricultura, Ezra Taft Benson.

“A pesar de que Ezrase oponía a que el go-bierno federal se hicieramuy grande y tuviera de-masiado poder sobre losestados, tuvo que tomarlas riendas de un ministe-rio enorme. El Ministeriode Agricultura (USDA)tenía una décima de sus78.000 empleados traba-jando en el edificio Sur yel de Administración, losque juntos tenían casicinco mil oficinas y trecekilómetros de corredores.Los demás empleados tra-bajaban en diez mil loca-les distribuidos por todoslos Estados Unidos y dise-

minados por cincuenta países. El presupuesto del mi-nisterio en 1953 era de dos mil cien millones de dólaresy era el más grande de todos los ministerios civiles des-pués del de la Tesorería de la nación. Él y sus emplea-dos supervisaban todo lo que se relacionaba con losalimentos de más de 160 millones de estadounidenses”(Dew, Ezra Taft Benson, pág. 260).

“Durante ese perío-do hacía furor la contro-versia de cómo estabilizarla oferta y la demanda enuna economía agrícola in-cierta, y la fotografía deEzra Taft Benson aparecióen esa época en las cu-biertas de las revistas ypublicaciones nacionales.Expresaba sus opinionesde manera vehemente,sin preocuparse de la crí-tica. Al dirigirse a los agri-cultores y políticos dijocon valentía que las solu-ciones a los problemaseconómicos y políticos sebasan en principios espirituales y morales, sin los cua-les ninguna nación puede gozar de paz ni prosperi-dad. En Washington, el élder Benson instituyó lapráctica de dar comienzo a las reuniones de Gabinetecon una oración, y la familia Benson presentó un pro-grama de la noche de hogar a la familia Eisenhower”(“President Ezra Taft Benson”, Liahona, julio de 1994,edición especial, pág. 15).

La revista Time lo declaró el “Hombredel Año”, 13 de abril de 1953. ElSecretario Benson apareció en laportada de varias revistas de coberturanacional en los Estados Unidos.

El ministro Benson inspeccionando unagranja durante una sequía.

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Presidentes de la Iglesia

“Como Secretario de Agricultura de los EstadosUnidos, Ezra Taft Benson pasó ocho años en lo que éldenominó ‘la línea de fuego’ de la política nacional…Fue uno de los únicos dos miembros del Gabinete quepermaneció en ese cargo durante los dos períodos dela presidencia de Dwight D. Eisenhower…

“Al asumir ese cargo, se encontró en una posiciónmuy vulnerable, ya que propuso programas y normasde agricultura que no fueron bien recibidos al princi-pio, pero que más adelante probaron ser los adecuados.

“En Cross Fire, un libro que escribió acerca de losaños que fue miembro del gabinete de gobierno, decla-ró: ‘En la política… ¡ayuda tener piel de elefante!’.

“Sus críticos eran belicosos y no tenían pelos en lalengua, a tal punto que uno de sus compañeros del gabi-nete dijo una vez: ‘¡Todas las noches cuando me acuestoagradezco a Dios por no ser el Ministro de Agricultura!’.

“A pesar de que la opinión pública con frecuenciaestaba en contra de él, probó ser con el tiempo un mi-nistro sabio y competente y uno de los más popularesque ha servido en el gobierno.

“El ministro Benson declaró: ‘El desafío más gran-de al adoptar cualquier política de gobierno, sea enagricultura o en cualquier otra cosa, debe ser: “¿Cómoafectará esta política el carácter, la moral y el bienestarde nuestro pueblo?” ’.

“Por mantenerse firme en sus convicciones, seganó el voto de los agricultores en 1956 y en 1960.Con el paso de los años, muchos de sus críticos pasa-ron a ser sus defensores” (Gerry Avant, “8 Years in‘Cross Fire’ of U.S. Politics”, Church News, 4 de juniode 1994, pág. 17).

“A través de los años de servicio en el gabinete desu país, mantuvo la calma ante la crítica despiadada, lacual dejaba asombrados incluso a aquellos que se opo-nían a sus medidas. Una placa que tenía sobre su escri-torio con la siguiente inscripción: “Oh Dios, danoshombres con un cometido más sublime que el queotorga la urna electoral” explicaba una de las razonesde su ecuanimidad: Ezra Taft Benson simplementehacía lo que pensaba que era lo mejor, no lo que po-dría haber sido conveniente desde el punto de vista

El Gabinete de Eisenhower. El ministro Benson es el tercero de la derecha.Sirvió como Ministro de Agricultura de 1953–1961.

político. Más tarde dijo cuál era la otra razón: ‘Heorado, -toda nuestra familia ha orado- para que no lle-gáramos a tener malos sentimientos hacia nadie y evitá-ramos la contención” (“President Ezra Taft Benson”,Liahona, julio de 1994, edición especial, pág. 15).

LA FAMILIA BENSON ERA MUY UNIDA

“Su familia -con sus programas musicales, nochesde hogar y oraciones por el bienestar mutuo- siemprele brindó refugio y apoyo. La prensa de Washington sequedaba boquiabierta cuando el élder Benson y su es-posa de la manera más natural, rehusaban invitacionessociales cuando estaba de por medio algún concierto oactividad de los hijos. (“President Ezra Taft Benson”,Liahona, julio de 1994, edición especial, pág. 15).

“Cuando uno de los miembros del gabinete lo in-vitó a asistir a una cena importante, [Ezra Taft] Bensondijo: ‘No puedo asistir; tengo un compromiso con mihija Bonnie’.

“Se trataba de una fiestita en la Iglesia mormona,de padres e hijas, la que incluía un juego en el que sebuscan por el vecindario una lista de artículos predeter-minados. Después de la cena, durante la cual cada jo-vencita sirvió la comida a su padre, todos intervinieron

La familia Benson con el presidente Eisenhower en el centro.

El ministro Benson hablando con agricultores en Nebraska.

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

en el juego. El primer dúo de padre e hija que volvieraa la capilla con el tesoro estipulado ganaría el premio.

“Los residentes del vecindario de los alrededoresde la capilla se sorprendieron esa noche cuando al abrirla puerta se encontraron con el Ministro de Agriculturay una jovencita de catorce años pidiéndoles cosas comoun escarbadientes verde, un cordón de zapato viejo, uncalendario de 1952 o un ejemplar atrasado de una revis-ta de noticias. El equipo de los Benson fue tan rápidoque ganó el primer premio: un baulito lleno de choco-lates con forma de monedas de un dólar. ‘Se sentíamucho más feliz así’, dijo otro miembro de la Iglesia,‘que asistiendo a una fiesta en la Casa Blanca’. Hacercosas sencillas con la familia le ayuda a distraersemucho más que cualquier reunión social del gobierno”(Roul Tunley, “Everybody Picks on Benson”, AmericanMagazine, junio de 1954, pág. 108).

“ORA POR PAPÁ”“En aquel mes de abril descubrí una de las fuentes

de poder de una Autoridad General.“Me encontraba sentada entre los seis hijos del

élder Ezra Taft Benson, porque mi compañera de cuartoera una de sus hijas. Cuando el presidente McKay sepuso de pie y anunció que el siguiente orador sería elélder Benson, mi interés aumentó, pues todavía nohabía tenido oportunidad de conocer al padre de miamiga. Lo observé con mucha atención mientras se diri-gía al púlpito. Era un hombre grande, más o menos deun metro ochenta; se le conocía internacionalmentepor haber sido Secretario de Agricultura de los EstadosUnidos, y por ser un testigo del Señor, un hombre cal-mado y seguro de sí mismo, que había dirigido la pala-bra a muchas audiencias y congregaciones en todo elmundo. De pronto sentí que alguien me tocaba el hom-bro. Una de sus hijas pequeñas se inclinó hacia mi y medijo: “Oremos por papá”.

“Sorprendida comprendí que aquél era un mensa-je que se esperaba fuera pasando de boca en boca a

Bienvenida en un aeropuerto en 1958.

todos los que estábamos en el banco y supuse quedebía pasarlo a mi vez, a la persona que estaba a mi iz-quierda; me pregunté cómo debía expresarme. ¿Debíadecir “oremos por élder Benson?”; ¿o quizás “orad porvuestro padre”?. De todas maneras, me di cuenta de laurgencia del momento, e inclinándome hacia mi amigarepetí: “Oremos por papá”.

“Observé cómo iban todos repitiendo el mismomensaje hasta llegar a la hermana Benson, que ya teníala cabeza inclinada en actitud de orar.

“A través de los años, en casi todas las conferen-cias generales, el élder Benson ha hablado, y cada vezque lo ha hecho yo he pensado: “En este momento sushijos, que están dispersados en diversas partes del país,se han unido en una oración por su padre”.

“Y he llegado al convencimiento de que aquelmensaje, pasado de boca en boca de un banco delTabernáculo hace veintiún años, es el más importanteque una familia pueda compartir. Uno de los poderesmás extraordinarios que un hombre puede poseer paraaceptar el desafío diario de la vida es que en algunaparte del mundo uno de sus hijos diga: ‘Oremos porpapá’” (Elaine S. McKay, “Oremos por papá”, Liahona,octubre de 1988, págs. 23–24).

ENSEÑÓ LA IMPORTANCIA DEL HOGAR

El élder Ezra Taft Benson dijo: “Ninguna naciónpuede progresar si no está integrada por hogares bue-nos… Cuando se trata de conseguir que una personasea íntegra, la Iglesia, la escuela e incluso la nación notienen ninguna influencia que pueda deshacer el dañoque causa una familia débil y degradada. La familiabuena tiene la base en la roca, es la piedra fundamen-tal de la civilización. No puede existir la felicidad verda-dera si no está ligada a un buen hogar que tenga comobase virtudes fundamentales. Si un país desea prevale-cer, debe resguardar y fortalecer el hogar y darle la im-portancia que se merece” (véase en Conference Report,Abril de 1966, pág. 130).

Un paseo con la familia.

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Presidentes de la Iglesia

FUE PRESIDENTE DE LOS DOCE

El 30 de diciembre de 1973, a los setenta y cuatroaños de edad, el élder Ezra Taft Benson fue apartadocomo Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles.“Había sido apóstol treinta años, y desde el momentoen que su colega, que se había sentado a su lado du-rante ese largo período, fue ordenado profeta, Ezra ledio todo su apoyo…

“En lo que concierne a su propia asignación, quehabía llegado cuando no la esperaba, había escrito ensu diario: ‘Me cuesta hacerme a la idea… de que se mehaya llamado para servir como Presidente de los Doce.Buscaré la inspiración de los cielos y las bendicionesde nuestro Padre Celestial con todo mi corazón. Séque esta obra es verdadera. Sé que Dios vive y que estaIglesia lleva el nombre de Jesucristo. Con Su ayuda ycon la de mi Padre Celestial, estoy seguro de que mihumilde esfuerzo será bendecido con éxito’…

“En abril de 1974, en un discurso magistral que dioa los representantes regionales, el presidente Kimball ex-puso la visión que tenía de aumentar considerablementeel programa misional [véase Spencer W. Kimball, “Whenthe World Will Be Converted”, Ensign, octubre de 1974,págs. 3–14]. El élder William Grant Bangerter del PrimerQuórum de los Setenta recuerda: ‘No hacía mucho quehabía comenzado a hablar el presidente Kimball cuandola congregación percibió algo diferente. Percibimos unasorprendente presencia espiritual, y nos dimos cuenta deque escuchábamos algo extraordinario… Sentíamoscomo que nos erizábamos, sólo que en vez de ser unasensación física era espiritual’. Cuando el presidenteKimball concluyó su discurso, el presidente Benson de-claró con la voz muy emocionada: ‘Presidente Kimball,durante todos los años en los que hemos tenido estasreuniones, nunca hemos escuchado un discurso como elque nos acaba de dar. Sin duda, ¡hay un Profeta enIsrael!’. Esa noche Ezra escribió en su diario: ‘Ruego queel hermano Kimball viva muchos, muchos años más. ElSeñor lo está magnificando; el manto de presidente harecaído sobre él… Será una gran bendición para toda laIglesia’ ” (Dew, Ezra Taft Benson, págs. 426, 431).

Con el presidente Spencer W. Kimball.

LA ESPIRITUALIDAD ES CLAVE PARAQUE SE MANTENGA VIVA LA LIBERTAD

El presidente Ezra Taft Benson era un gran de-fensor de la libertad. Una vez escribió: “¿Qué pode-mos hacer para que se mantenga viva la luz de lalibertad? Cumplir los mandamientos de Dios y rendir-le honores. Pagar los diezmos y ofrendas. Asistir altemplo. Mantenernos puros. Participar en las eleccio-nes locales, porque el Señor ha dicho: ‘Por tanto,debe buscarse diligentemente a hombres honrados ysabios, y a hombres buenos y sabios debéis esforzarospor apoyar’ (D. y C. 98:10). Sean honrados en todaslas circunstancias. Siempre tengan la noche de hogar.Oren: oren al Dios de los cielos para que intervengapara que conservemos nuestra valiosa libertad, paraque Su Evangelio llegue a toda nación y pueblo. Sí,como lo expresó el Señor mismo: ‘…permaneced enlugares santos y no seáis movidos, hasta que venga eldía del Señor…’ (D. y C. 87:8). Esos ‘lugares santos’son nuestros templos, nuestras estacas, nuestros ba-rrios y nuestros hogares” (This Nation Shall Endure,1977, págs. 9–10).

SE LE LLAMÓ COMO PRESIDENTEDE LA IGLESIA

El 10 de noviembre de 1985, casi doce años des-pués que ocupó el puesto de Presidente del Quórumde los Doce Apóstoles, el presidente Ezra Taft Bensonfue ordenado y apartado Presidente de la Iglesia. Fueun día que él no hubiera querido que llegara. Él y suesposa habían orado siempre para que se prolongarala vida del presidente Kimball. No obstante, él dijo:

“Ahora que el Señor ha dado la orden, haremos loque podamos, con Su guía, para avanzar la obra en latierra…

“Algunos han preguntado y están ansiosos porsaber la orientación que tomará la Iglesia en el futuro.Quisiera decirles que el Señor, por medio del presiden-

La Primera Presidencia: Ezra Taft Benson, Gordon B. Hinckleyy Thomas S. Monson.

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

te Kimball, ha hecho hincapié en la misión tripartita dela Iglesia: predicar el Evangelio, perfeccionar a los san-tos y redimir a los muertos. Continuaremos poniendotodo nuestro esfuerzo en cumplir esa misión” (citadoen Don L. Searle, “President Ezra Taft Benson OrdainedThirteenth President of the Church”, Ensign, diciembrede 1985, pág. 5).

“ El manto de la autoridad de profeta recayó sobreél cuando tenía ochenta y seis años de edad, y fue obvioque el llamamiento lo animó y fortaleció ya que viajóextensamente por toda la Iglesia, dedicando templos yhablando a los santos…

“Durante el período de su presidencia, presencióalgunos acontecimientos extraordinarios en los que esta-ban de por medio los principios de libertad que enforma tan tenaz había defendido durante toda su vida.De una manera milagrosa, la cortina de hierro en EuropaOriental empezó a caer para bendición de la gente queél había llegado a querer después de la Segunda GuerraMundial. En 1985 se dedicó el Templo de Freiberg, ubica-do en la República Democrática Alemana: un milagro ensí. Pero sin la obra misional en ese país, el crecimiento dela Iglesia era limitado. Luego, en 1988, el gobierno comu-nista de dicha República concedió permiso para que losmisioneros extranjeros sirvieran allí, y para que sus jóve-nes ciudadanos pudieran servir misiones en otros países.

“Para 1990, los cambios políticos ya se habían exten-dido aún más. Las barreras entre el este y el oeste empe-zaron a disolverse a medida que la gente de EuropaOriental y otras naciones abrazaran fervientemente losprincipios de la democracia y la religión” (Liahona, juliode 1994, edición especial, págs. 16, 18-19).

EL PRESIDENTE BENSON ERADEVOTO DE LA LECTURA DELLIBRO DE MORMÓN

El presidenteHoward W. Hunter, enese tiempo Presidentedel Quórum de los DoceApóstoles, dijo:

“El presidenteBenson habló con afectoy con frecuencia de laobra misional, de lostemplos y de las respon-sabilidades del sacerdo-cio. Habló de nuestrolegado pionero, del per-juicio que puede causar-nos el orgullo y de losdones del Espíritu Santo.

Toda la vida fue devoto del Librode Mormón.

Pero, más que nada, habló de su libro preferido: ElLibro de Mormón.

“¿Podrá alguna generación, incluso las que aún nohayan nacido, pensar en la presidencia del presidenteEzra Taft Benson sin acordarse inmediatamente de sudevoción por el Libro de Mormón? Tal vez no haya ha-bido ningún presidente de la Iglesia, sin contar al pro-feta José Smith, que haya enseñado con más frecuencialas verdades del Libro de Mormón, que lo haya reco-mendado a toda la Iglesia como curso de estudio diarioy que haya hecho más por ‘inundar la tierra’ con sudistribución.

“Al principio de su administración como profeta, vi-dente y revelador, el presidente Benson dijo con firme-za: ‘El Libro de Mormón debe volver a ocupar el lugarprincipal en la mente y el corazón de nuestra gente.Debemos respetarlo leyéndolo, estudiándolo y ponien-do en práctica sus preceptos en nuestra vida, transfor-mándolas en vidas como las que se requieren de losverdaderos seguidores de Cristo’ (“El don de la revela-ción moderna”, Liahona julio de 1987, pág. 79)” (“AStrong and Mighty Man”, Ensign, julio de 1994, pág. 42).

EL LIBRO DE MORMÓN NOSACERCA A CRISTO

El presidente EzraTaft Benson, en ese en-tonces Presidente delQuórum de los DoceApóstoles, enseñó que elLibro de Mormón lleva alas personas a Cristo:

“El Libro deMormón acerca a laspersonas a Cristo de dosformas básicas. Primero,habla de una manerasencilla de Cristo y SuEvangelio. Testifica deSu origen divino y de la

necesidad de un Redentor y de confiar en Él. Testificade la Caída y de la Expiación y de los primeros princi-pios del Evangelio, incluso que debemos tener un co-razón quebrantado y un espíritu contrito y nacer denuevo espiritualmente. Proclama que debemos perse-verar hasta el fin con rectitud y vivir la vida digna deun santo.

“Segundo, el Libro de Mormón desenmascara a losenemigos de Cristo, frustra las doctrinas falsas y eliminala contención. (Véase 2 Nefi 3:12.) Fortalece a los segui-dores humildes de Cristo en contra de los designios, lasestrategias y las doctrinas del diablo en nuestros días.

El presidente Benson dando undiscurso en una conferencia general.

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Presidentes de la Iglesia

La clase de apóstatas que encontramos en el Libro deMormón son similares a los que existen hoy. Dios, consu infinita sabiduría, moldeó el Libro de Mormón paraque supiéramos lo que está equivocado y reconociéra-mos cómo combatir los conceptos falsos en la educa-ción, la política, la religión y la filosofía de nuestrotiempo” (véase “El Libro de Mormón es la palabra deDios”, Liahona, agosto de 1975, pág. 41).

NOS BENDIJO CON MÁSDISCERNIMIENTO Y COMPRENSIÓN

Al final de la conferencia general de abril de 1986,el presidente Ezra Taft Benson nos dio una bendicióncomo profeta:

“Ahora, en nuestra época, el Señor ha reveladola necesidad de dar un renovado énfasis al Libro deMormón para sacar a la Iglesia y a todos los hijos deSión de la condenación y del azote del juicio. (VéaseD. y C. 84:54–58.) Este mensaje también debe llevarsea los miembros de la Iglesia de todo el mundo…

“Ahora, por la autoridad del sagrado sacerdocioque poseo, invoco una bendición sobre los Santosde los Últimos Días y sobre toda la gente buena delmundo.

“Los bendigo con mayor discernimiento para juz-gar entre el Cristo y el anticristo. Los bendigo conmayor poder para hacer el bien y resistir el mal. Losbendigo con una mayor comprensión del Libro deMormón. Les prometo que desde este momento, sidiariamente leemos de sus páginas y vivimos sus pre-ceptos, Dios derramará sobre cada hijo de Sión y laIglesia bendiciones como las que jamás hemos visto;y suplicaremos al Señor que levante la condenación,el azote y el juicio. De esto testifico solemnemente”(“Una responsabilidad sagrada”, Liahona, julio de1986, pág. 70).

La familia Benson visitando una hacienda.

“TENGO UNA VISIÓN DE LATIERRA INUNDADA CON ELLIBRO DE MORMÓN”

El presidente Ezra Taft Benson les dijo a los miem-bros de la Iglesia:

“El Libro de Mormón es el instrumento que Diosha designado para, ‘inundar la tierra como con un dilu-vio, a fin de recoger a los escogidos’ (véase Moisés7:62). Es preciso que este sagrado libro de Escriturasocupe un lugar de mayor importancia tanto en nuestrapredicación como en nuestra enseñanza y en nuestraobra misional…

“Ya ha quedado muy atrás el tiempo en que debíahaberse inundado profusamente la tierra con el Librode Mormón por las muchas razones que el Señor hamanifestado. En esta época de la comunicación electró-nica y de la enorme distribución de la palabra impresa,Dios nos hará responsables si no damos a conocer elLibro de Mormón de un modo monumental.

“Tenemos el Libro de Mormón, tenemos losmiembros, tenemos los misioneros, tenemos los me-dios, y el mundo tiene la necesidad.

“¡El momento es ahora!…“Tengo una visión de hogares que se alegran, de cla-

ses que se animan y de púlpitos que vibran de entusias-mo con el espíritu de los mensajes del Libro de Mormón.

“Tengo una visiónde maestros orientado-res y maestras visitantes,y oficiales de barrio yrama, de líderes de esta-ca y de misión que danconsejos a nuestra gentebasándose en el más co-rrecto de los libros dela tierra: El Libro deMormón.

“Tengo una visiónde artistas que llevana películas, al teatro,a la literatura, a lamúsica y a la pintura

los excelsos temas y los grandes personajes del Librode Mormón.

“Tengo una visión de miles de misioneros quevan al campo misional habiendo memorizado cientosde pasajes del Libro de Mormón para satisfacer las ne-cesidades de un mundo espiritualmente hambriento.

“Tengo una visión de toda la Iglesia acercándosemás a Dios al guiarse por los preceptos del Libro deMormón.

“De hecho, tengo una visión de la tierra inundadacon el Libro de Mormón.

El presidente Benson hablado en unareunión general del sacerdocio.

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

“Mis amados hermanos, estoy entrando en los no-venta años; voy envejeciendo y perdiendo mi vigor…

“No sé cabalmente por qué Dios me ha preserva-do la vida hasta esta edad, pero esto sí sé: que al pre-sente Él me ha revelado la absoluta necesidad de llevarel Libro de Mormón al mundo ahora y de un modomaravilloso. Todos ustedes deben ayudar en esta tareay en esta bendición que Dios ha depositado sobre todala Iglesia, sobre todos los hijos de Sión.

“Moisés nunca entró en la tierra prometida. JoséSmith nunca vio la redención de Sión. Algunos tal vezno vivamos para ver el día en que el Libro de Mormóninunde la tierra y el Señor quite su condenación (véaseD. y C. 84:54–58). Pero, Dios mediante, pienso dedicar elresto de mis días a esta magnífica tarea” (véase “Tenemosque inundar la tierra con el Libro de Mormón”, Liahona,enero de 1989, págs. 4–6).

ACONSEJÓ A LOS JÓVENESQUE FUERAN PUROS

El presidente Ezra Taft Benson dio el siguienteconsejo a los jóvenes sobre la castidad:

“Reconozco que la mayoría de la gente peca sexual-mente con el equívoco intento de llenar las necesidadesbásicas del ser humano. Todos tenemos la necesidad desentirnos queridos e importantes; todos buscamos la fe-licidad y el gozo en la vida. Y como Satanás sabe muybien esto, induce a las personas a la inmoralidad moti-vándolas a satisfacer las necesidades básicas prometien-do placeres, felicidad y un sentimiento de seguridad ysatisfacción personal.

“Pero el pecado, inevitablemente, conduce alengaño…

“No se dejen engañar por las mentiras de Satanás.El placer de la inmoralidad no perdura; no existe elgozo en quebrantar la ley de castidad, sino que, por elcontrario, causa frustración y pesar. Al principio todoparece maravilloso, pero muy pronto el entusiasmo se

Siempre dispuesto a enseñar.

desvanece y lo sustituyen la vergüenza y los sentimien-tos de culpa; surge el temor a que se descubra el peca-do; las personas se ven obligadas a ocultar y a mentir.El amor comienza a morir y se despierta la amargura,el enojo, la desconfianza y hasta el odio. Todo esto esel resultado del pecado y la transgresión.

“Por otro lado, cuando obedecemos la ley de casti-dad y nos conservamos moralmente limpios, recibire-mos las bendiciones de sentir cada vez más amor y paz,de tener más confianza y respeto por nuestro cónyuge,una entrega mayor del uno para el otro y, por lo tanto,una comprensión más profunda de lo que es el verdade-ro gozo y felicidad” (véase “La ley de castidad”, Liahona,octubre de 1988, págs. 37–38).

ACONSEJÓ A LOS ADULTOS SOLTEROSQUE SE PUSIERAN COMO META ELMATRIMONIO CELESTIAL

Después de aconsejar a los jóvenes adultos solte-ros de la Iglesia que examinaran sus prioridades, elpresidente Ezra Taft Benson dijo:

“Ahora quisiera decir un poco más sobre la opor-tunidad y responsabilidad eterna… que es de gran im-portancia para ustedes. Me refiero al casamiento porlas eternidades…

“…Queremos que sepan que la posición de laIglesia nunca ha cambiado en cuanto a la importanciadel matrimonio celestial. Sigue siendo un mandamientode Dios. Y la declaración del Señor dada en el Génesissigue en vigencia: ‘Y dijo Jehová Dios: No es bueno queel hombre esté solo’ (Génesis 2:18).

“Para obtener la plenitud de la gloria y de la exal-tación en el reino celestial, debemos recibir esta orde-nanza que es la más sagrada de todas.

“Sin el matrimonio, los objetivos de Dios se veríanfrustrados. Espíritus escogidos no tendrían la oportuni-dad de pasar por la vida mortal. Y posponer el matrimo-nio sin razón justificada, la mayoría de las veces, quieredecir que tendrán menos posteridad, y llegará el día en

Le gustaba jugar al béisbol.

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Presidentes de la Iglesia

que, mis hermanos, sentirán a ciencia cierta la pérdidaque hayan sufrido.

“Les aseguro que la responsabilidad más grande yel gozo más intenso de esta vida se centran en la fami-lia, en un matrimonio honorable y en criar una posteri-dad digna. Y cuantos más años pasen, tendrán menosoportunidades de casarse y entonces correrán el riesgode perder esas bendiciones eternas para siempre…

“Yo estoy consciente de que algunos de ustedes,hermanos, tienen miedo de la gran responsabilidadque tendrán si se casan. Les preocupa no llegar a sercapaces de mantener a una esposa y a los hijos y darleslo que necesiten en esta época de incertidumbre eco-nómica. Pero esos temores deben descartarse para darlugar a la fe.

“Yo les aseguro, hermanos, que si son trabajado-res, pagan los diezmos y ofrendas con fidelidad y sonconscientes en el cumplimiento de los mandamientos,el Señor los apoyará. Sí, tendrán que sacrificarse, peroeso les hará progresar y llegarán a ser mejores hombrespor haberlo hecho.

“Esfuércense todo lo posible en los estudios y enel trabajo. Confíen en el Señor con fe y todo se arregla-rá. El Señor nunca nos da un mandamiento sin darnostambién la capacidad y medios para cumplir con él(véase 1 Nefi 3:7).

“Además, no dejen que el materialismo los atrape,porque es una de las peores plagas de nuestra genera-ción; me refiero a acumular cosas materiales, a preocu-parse sólo por divertirse y procurar triunfar en la carreraescogida sin pensar en casarse.

“Un buen matrimonio es más importante que lasriquezas y la buena posición. Como marido y mujerpueden alcanzar juntos las metas más importantes dela vida. A medida que los dos se sacrifiquen el uno porel otro y por sus hijos, el Señor los bendecirá y aumen-tará la dedicación que tengan hacia el Señor y el servi-cio en su reino.

“Ahora, hermanos, les digo que no esperen la per-fección en la esposa que elijan. No sean demasiado exi-gentes y fíjense más en las cualidades que son realmenteimportantes, como que ella tenga un fuerte testimonio,que viva los principios del Evangelio, que quiera dedi-carse a su hogar, que quiera ser una madre en Sión yque los apoye en las responsabilidades del sacerdocio.

“Por supuesto que también deben sentirse atraí-dos por ella, pero no salgan con una joven y con otrasólo por el placer de salir con una muchacha sin esco-ger a una compañera eterna y pedirle a Dios que les déuna confirmación cuando lo hagan.

“Y una buena forma de determinar si la joven es lamejor para ustedes es analizar si cuando están con ellatienen los pensamientos más nobles, aspiran a alcanzarlas cosas más bellas y quieren ser mejores de lo que

son” (“A los mayores solteros de la Iglesia”, Liahona,julio de 1988, págs. 49–51).

ACONSEJÓ A LAS HERMANAS ADULTASSOLTERAS QUE NO ABANDONARAN LAMETA DEL MATRIMONIO CELESTIAL

Después de expre-sar su amor y gratitudpor las hermanas solterasde la Iglesia, el presiden-te Ezra Taft Benson dijo:

“Quisiera expresar-les la esperanza que te-nemos para cada unade ustedes, la cual esmuy real: que lleguena estar en el más altogrado de gloria en elreino celestial y que pue-dan entrar en el nuevoy eterno convenio delmatrimonio.

“Queridas hermanas, nunca pierdan de vista estameta sagrada: mediante la oración, prepárense para re-cibirla y vivan para lograrla. Contraigan matrimonio dela manera prescrita por el Señor; el matrimonio en eltemplo es una ordenanza de exaltación del Evangelio ynuestro Padre Celestial desea que cada una de sus hijasposea esta bendición eterna.

“Por lo tanto, no malgasten la felicidad buscandola compañía de alguien que no pueda llevarlas digna-mente al templo. Tomen la decisión, ahora, de que ésees el lugar donde se casarán. El dejar esa decisión hastael momento en que tengan alguna relación románticaes correr un gran riesgo cuyas consecuencias ahora nopueden prever en su totalidad.

“Y recuerden una cosa; no tienen por qué abando-nar sus normas de moralidad sólo por tener un compa-ñero. Consérvense atractivas, mantengan normas altas demoralidad, mantengan su autorrespeto. No participen enactos de intimidad que más tarde les traerán problemas yaflicción. Pónganse en situaciones en donde les sea posi-ble conocer a hombres dignos y participar en actividadesconstructivas.

“Al seleccionar a un compañero, no esperen laperfección. No se preocupen tanto por su aparienciafísica y su cuenta bancaria [el dinero que posean] quepasen por alto sus cualidades más importantes. Porcierto que les deberá parecer atractivo y debe ser capazde mantenerlas económicamente, pero, ¿posee un tes-timonio firme? ¿Vive los principios del Evangelio y mag-nifica su sacerdocio? ¿Es activo en su barrio y estaca?¿Ama el hogar y la familia, y llegará a ser un esposo fiel

Un momento de esparcimiento conalgunas mujeres jóvenes.

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

y un buen padre? Éstas son las cualidades verdadera-mente importantes.

“Quisiera también amonestar a las hermanas solte-ras, a que no se vuelvan tan independientes y confíentanto en ellas mismas que lleguen a pensar que el ma-trimonio no vale la pena y que pueden estar muy biensolas. Algunas de nuestras hermanas han indicado queno están dispuestas a considerar el matrimonio hastadespués de haber obtenido su título o acabado una ca-rrera. Eso no está bien. Ciertamente deseamos quenuestras hermanas solteras alcancen el máximo de supotencial individual, que obtengan una buena educa-ción y se destaquen en su actual ocupación. Tienenmucho que contribuir a la sociedad, a la comunidad yal vecindario, pero rogamos fervientemente que nues-tras hermanas solteras deseen un matrimonio honora-ble en el templo con un hombre digno y críen unafamilia recta, aunque esto signifique sacrificar los títu-los o las carreras. Cuando nos demos cuenta de que nohay llamamiento más sublime que el de ser una esposay madre honorable, significará que hemos puesto loque tiene prioridad en el plano debido.

“Reconozco también que no todas las mujeres dela Iglesia tendrán la oportunidad de casarse y ser ma-dres en esta vida, pero si aquellas de ustedes que seencuentren en esta situación son dignas y perseveranfielmente, pueden tener la seguridad de que recibirántodas las bendiciones de un Padre Celestial misericor-dioso y amoroso; y recalco, todas las bendiciones.

“Les aseguro que si aun tienen que esperar hasta laotra vida para ser bendecidas con un compañero recto,Dios ciertamente las compensará. El tiempo le es medidosolamente al hombre: Dios tiene presente la perspectivaeterna de ustedes” (“Para las hermanas adultas solterasde la Iglesia”, Liahona, enero de 1989, págs. 103–104).

ACONSEJÓ A LOS PADRES SOBRE SULLAMAMIENTO ETERNO

El presidente EzraTaft Benson dijo:

“Padres, ustedes tie-nen un llamamiento eter-no del que nunca seránrelevados; el de ser pa-dres. Los llamamientosen la Iglesia son muy im-portantes, pero siemprese dan por un períodode tiempo y después sereleva de ellos a la perso-na. Por el contrario, elllamamiento de ser pa-dres es eterno y su im-portancia continúa másEl presidente Ezra Taft Benson.

allá de esta vida. Es un llamamiento por esta vida y portoda la eternidad…

“Examinemos cuáles son las responsabilidades es-pecíficas de los padres dentro de los sagrados confinesde su hogar. Quisiera recordarles dos de las responsa-bilidades básicas de todo padre en Israel.

“Primero, tienen el sagrado deber de satisfacer lasnecesidades materiales de la familia…

“Segundo, tienen la sagrada responsabilidad deser los líderes espirituales de la familia…

“Las madres tienen un papel preponderante en elhogar y son el corazón de él, pero esto no disminuyela función importantísima que desempeñan los padrescomo cabeza de la familia al criar, enseñar y amar asus hijos.

“Como el patriarca del hogar, ustedes tienen lagran responsabilidad de asumir el liderazgo para edu-car a sus hijos. Deben ayudar a crear un hogar en elque pueda morar el Espíritu del Señor. La función deustedes es guiar la vida familiar en todos los aspectos,tomando parte activa en establecer las reglas de disci-plina familiar y en su aplicación” (“Para el padre de fa-milia”, Liahona, enero de 1988, págs. 48–50).

El presidente Benson dijo más adelante:“Hubo una época en que conocíamos muy bien

a nuestro… Padre Celestial…“Ahora estamos acá y nuestra memoria está cubier-

ta por un velo. Acá demostramos a Dios y a nosotrosmismos lo que podemos hacer. Y nada nos sorprende-rá más que, al pasar al otro lado del velo en la eterni-dad, poder darnos cuenta de lo bien que conocemosa nuestro Padre y lo familiar que nos es su rostro” (“Loque podemos darle al Señor”, Liahona, diciembre de1987, págs. 3–5).

ACONSEJÓ A LAS MADRES ACERCADE LA NOBLEZA DE SU OBRA

En una conferencia para los padres y las madres,el presidente Ezra Taft Benson habló sobre la importan-cia del papel de las madres:

“Tanto en la literatura secular como en lasEscrituras, no existe una palabra más sagrada quemadre. Y tampoco hay labor más noble que la quelleva a cabo una buena madre que ama a Dios…

“En la familia eterna, Dios estableció que el padrees quien preside en el hogar. El padre debe proveer elsustento, amar, enseñar y dirigir.

“Pero el papel de la madre también fue ordenadopor Dios. La madre ha de concebir, dar a luz, nutrir,amar y enseñar. Así lo declaran las revelaciones…

“Y ahora bien, queridas madres, sabiendo que te-néis el papel divino de dar a luz y criar hijos, y de lle-varlos de regreso a Dios, ¿cómo [lograrán] esto a la

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Presidentes de la Iglesia

manera del Señor? Y digo ‘a la manera del Señor’ por-que es diferente de la manera del mundo.

“El Señor definióclaramente los cometi-dos que tienen padre ymadre en proveer el sus-tento para su posteridady criarla rectamente. Enel principio, se le dijo aAdán, no a Eva, que seganara el pan con elsudor de su frente.Contrariamente a laidea convencional,el llamamiento de unamadre está en su hogary no en el mundo delos negocios.

“En Doctrina y Convenios leemos: ‘Las mujerestienen el derecho de recibir sostén de sus maridoshasta que éstos mueran’ (D. y C. 83:2). Ése es el dere-cho divino de una esposa y madre. Ella cuida de sushijos y los nutre en el hogar; el esposo gana el sustentode la familia, lo que hace posible que la mujer cumplasu cometido. Por tener ella ese derecho de recibir desu marido el sostén económico, la Iglesia siempre haaconsejado a las madres quedarse en su hogar criandoa sus hijos y cuidándolos.

“Por otra parte, nos damos cuenta de que algunasde nuestras hermanas son viudas o divorciadas, y queotras se encuentran en circunstancias especiales en lasque, por necesidad, deben trabajar durante un tiempo.Pero estos casos son la excepción y no la regla” (A lasmadres en Sión, folleto, 1987, págs. 1–2, 4–5).

NOS PIDIÓ QUE NOS CUIDÁRAMOSDEL ORGULLO

El presidente Ezra Taft Benson instó a los miem-bros de la Iglesia a vencer el orgullo por medio de uncorazón quebrantado y un espíritu contrito:

Oficial honorario de un desfile en Preston, Idaho, 1976.

El presidente Benson y su esposa.

“La mayoría de nosotros pensamos que el orgulloes egoísmo, vanidad, jactancia, arrogancia o altivez;aunque todos éstos son elementos que forman partede ese pecado, su núcleo no está en ellos.

“La característicaprincipal del orgullo es laenemistad: enemistadhacia Dios y enemistadhacia nuestros semejan-tes. Enemistad significa‘aversión, odio resenti-miento’ u oposición. Es elpoder por el cual Satanásdesea dominarnos.

“El orgullo por na-turaleza fomenta la com-petencia. Oponemosnuestra voluntad a la deDios. Cuando somos or-gullosos ante Dios, lo hacemos con el espíritu de:‘Que se haga mi voluntad y no la tuya’. Como dijoPablo: ‘Todos buscan lo suyo propio, no lo que esde Cristo Jesús’ (Filipenses 2:21).

“Nuestra voluntad en competencia con la de Dioshace que nuestros deseos, apetitos y pasiones corrandesenfrenados (véase Alma 38:12; 3 Nefi 12:30).

“Los orgullosos no pueden aceptar que la autori-dad de Dios dé dirección a su vida (véase Helamán12:6). Oponen sus percepciones de la verdad al cono-cimiento omnisciente de Dios, su capacidad al poderdel Sacerdocio de Dios, sus propios logros a las obrasgrandiosas de Él…

“El orgullo es un pecado que se puede observarfácilmente en los demás, pero que raramente admiti-mos en nosotros mismos. La mayoría de nosotros loconsideramos un pecado de las personas que estánarriba de nosotros, como los ricos y los eruditos, quenos miran a los demás ‘por encima del hombro’ (véase2 Nefi 9:42). Sin embargo, hay una dolencia muchomás común entre nosotros, y es la del orgullo de losque están abajo, mirando hacia arriba; éste se manifies-ta de diversas formas, como la crítica, el chisme, la ca-lumnia, la murmuración, la pretensión de gastar másde lo que tenemos, la envidia, la codicia, la supresiónde la gratitud y el elogio que podrían elevar a otro, elrencor y los celos…

“El orgullo nos afecta a todos, en momentos dife-rentes y con distinta intensidad. En esto se puede verpor qué el edificio que estaba en el sueño de Lehi yque representaba el orgullo del mundo era vasto y es-pacioso y se reunieron en él grandes multitudes (véase1 Nefi 8:26, 33; 11:35–36).

El presidente Benson se reúne conel Presidente de los Estados Unidos,Ronald Reagan, en la Oficina Oval de laCasa Blanca, Washington, D.C., en enerode 1986, para hablar de la contribuciónde la Iglesia de $10 millones de dólarespara aliviar el hambre en el mundo.

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Ezra Taft Benson Capítulo 13

“El orgullo es el pecado universal, el gran vicio. Sí,es el pecado universal, el gran vicio.

“Su antídoto es la humildad, la mansedumbre, ladocilidad (véase Alma 7:23). Es el corazón quebrantadoy el espíritu contrito (véase 3 Nefi 9:20; 12:19; D. y C.20:37; 59:8; Salmos 34:18; Isaías 57:15; 66:2)…

“Dios quiere un pueblo humilde. Podemos elegirentre ser humildes por decisión propia o porque se nosobligue a serlo. Alma dijo: ‘Benditos son aquellos que sehumillan sin ser obligados a ser humildes’ (Alma 32:16).

“Por lo tanto, tomemos la decisión de serhumildes…

“El orgullo es la gran piedra de tropiezo paraSión. Repito, el orgullo es la gran piedra de tropiezopara Sión.

“Debemos limpiar el interior del vaso venciendoel orgullo (véase Alma 6:2–4; Mateo 23:25–26)”(véase “Cuidaos del orgullo”, Liahona, julio de 1989,págs. 4–8).

CREEMOS EN CRISTO

En el transcurso de su ministerio, el presidente EzraTaft Benson dio un testimonio muy firme sobre Jesucristoy el poder que Él tiene de cambiar nuestra vida:

“A veces se hace la pregunta: ‘¿Son cristianos losmormones?’ Declaramos la divinidad de Jesucristo; loconsideramos como la única fuente de nuestra salva-ción; nos esforzamos por vivir Sus enseñanzas, y espe-ramos con ansias el tiempo en que Él volverá de nuevoa la tierra para gobernar y reinar como Rey de Reyes ySeñor de Señores. Según las palabras de un profeta delLibro de Mormón, decimos a todos los hombres actual-mente: ‘…no se dará otro nombre, ni otra senda nimedio, por el cual la salvación llegue a los hijos delos hombres, sino en el nombre de Cristo, el SeñorOmnipotente, y por medio de ese nombre’ (Mosíah3:17)” (“El testimonio de un profeta”, Liahona, juliode 1993, pág. 104).

La Primera Presidencia: Gordon B. Hinckley, Ezra Taft Bensony Thomas S. Monson.

“El Señor ejerce su poder desde el interior delhombre hacia afuera. Por el contrario, el mundo loejerce desde afuera hacia el interior. El mundo trata desacar a la gente de los barrios bajos; Cristo saca la baje-za social del corazón de las personas y ellos mismossalen de los barrios bajos. El mundo trata de reformaral hombre cambiándolo de ambiente; Cristo cambia alhombre, y éste cambia el ambiente que lo rodea. Elmundo trata de amoldar el comportamiento del hom-bre, pero Cristo puede cambiar la naturaleza humana”(“Nacidos de Dios”, Liahona, enero de 1986, pág. 3).

“Los hombres y las mujeres que entregan su vidaa Dios descubrirán que Él puede hacer mucho más porsus vidas que lo que ellos mismos pueden hacer. Lesdará más gozo, ampliará su visión, avivará su mente,fortalecerá sus músculos, elevará sus espíritus, multipli-cará sus bendiciones, aumentará sus oportunidades,confortará sus almas, les dará amigos y paz. El que pier-da su vida en el servicio de Dios hallará la vida eterna(véase Mateo 10:39)” (Teachings of Ezra Taft Benson,pág. 361; véase también “Venid a Cristo”, Liahona, juliode 1993, pág. 99).

RECIBIÓ UNA MENCIÓN HONORÍFICA“La Medalla Presidencial al Ciudadano

Norteamericano fue otorgada al presidente Ezra TaftBenson el 30 de agosto [de 1989] en honor a ‘todauna vida dedicada a servir al país, a la comunidad, ala Iglesia y a la familia’.

“Brent Scowcroft, uno de los asistentes del presi-dente George Bush encargado de los asuntos de seguri-dad nacional y originario del estado de Utah, le otorgóla medalla en nombre del presidente Bush, quien sedisculpó por no haber podido entregarla en persona.

“La Casa Blanca anunció la condecoración en julio,y fue la primera otorgada por el presidente Bush desdeque ocupó su puesto.

El Presidente de los Estados Unidos, George H. W. Bush, con el presidenteEzra Taft Benson y el presidente Gordon B. Hinckley.

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Presidentes de la Iglesia

“ ‘El presidente Bush lo honra con esta medallapor ser uno de los estadounidenses más distinguidosde nuestros tiempos’, le dijo Scowcroft al líder de laIglesia de noventa años que había servido comoMinistro de Agricultura de los Estados Unidos desde1953 hasta 1960.

“ ‘Ésta es una medalla poco común’, dijo: ‘Fuecreada en 1969 por orden del poder ejecutivo con elpropósito de brindar reconocimiento a los ciudadanosde los Estados Unidos que hayan servido en formaejemplar al país o a los demás ciudadanos.

“ ‘El presidente Bush considera que su larga y dis-tinguida vida de servicio al país, a sus ciudadanos y ala humanidad en general representa los valores que sehonran con esta medalla’, le dijo Scowcroft al presiden-te Benson.

“El presidente Benson le contestó: ‘No merezcoeste honor’. A lo que Scowcroft contestó: ‘Por ciertoque lo merece y mucho más’.

“El texto de la mención honorífica que acompañaa la medalla dice:

“ ‘El Presidente de los Estados Unidos de Américaotorga esta Medalla Presidencial al ciudadano estadouni-dense Ezra Taft Benson, uno de los más distinguidos denuestra época por haber dedicado toda una vida al servi-cio del país, de la comunidad, de la Iglesia y de la familia.Como asesor de agricultura de los presidentes Roosevelty Eisenhower, líder de su Iglesia y benefactor de la orga-nización de los Boy Scouts de los Estados Unidos por 60

años, ha trabajado incansablemente. Su devoción a la fa-milia y a los principios de la libertad son un ejemplo paratodos los estadounidenses’ ” (“Prophet Receives U.S.Presidential Medal”, Church News, 2 de septiembre de1989, pág. 4).

LA MUERTE DE UN PROFETAEl presidente Ezra

Taft Benson murió de in-suficiencia cardíaca ellunes 30 de mayo de1994, a la edad de no-venta y cuatro años, trashaber servido comoAutoridad Generalmás de cincuenta años.Durante toda la vidahabía servido al Señor, ala Iglesia, a su familia yal país. Como tributo asu vida de servicio a los

demás, el presidente Ezra Taft Benson recibió catorcetítulos honorarios de facultades y universidades esta-dounidenses.

Pidió que lo enterraran en Whitney, Idaho, la pe-queña comunidad agrícola donde nació, junto a suamada esposa, Flora, quien había fallecido en agostode 1992. Habían estado casados sesenta y seis años.

El presidente Ezra Taft Benson.

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Howard W. HunterDECIMOCUARTO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

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CAPÍTULO 14

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RESUMEN DE LA VIDA DE HOWARD W. HUNTER

Edad Acontecimientos

Nace el 14 de noviembre de 1907 en Boise, Idaho; sus padres son John WilliamHunter y Nellie Marie Rasmussen Hunter.

3 Contrae polio y se recupera (1911).

12 Es bautizado en una piscina (alberca) cerrada (4 de abril de 1920).

15 Obtiene el rango de Águila Scout (11 de mayo 1923).

19 Se embarca en el SS President Jackson con los “Hunter’s Croonaders”, una bandade música bailable y orquesta de barco, durante un crucero de dos meses por elOriente (5 de enero de 1927).

21 En los Estados Unidos se produce la Gran Depresión Económica (octubre de 1929).

22 Recibe su bendición patriarcal (marzo de 1930).

23 Contrae matrimonio con Claire Jeffs (10 de junio de 1931; ella fallece el 9 deoctubre de 1983).

31 Se gradúa cum laude (con honores) de la Facultad de Derecho, siendo el tercerode su clase (1939).

42 Recibe el llamamiento de presidente de la Estaca Pasadena California (25 defebrero de 1950).

46 Es sellado a sus padres en el Templo de Mesa, Arizona (14 de noviembre de 1953).

51 Es ordenado apóstol por el presidente David O. McKay (15 de octubre de 1959).

62 Recibe el llamamiento de Historiador de la Iglesia (24 de enero de 1970).

77 Se le aparta como Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles(10 de noviembre de 1985).

80 Se le aparta como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles (2 de junio de1988).

81 Dedica el Centro Jerusalén de la Universidad Brigham Young (mayo de 1989).

82 Contrae matrimonio con Inis Bernice Egan (12 de abril de 1990).

85 Un intruso lo enfrentó mientras se encontraba dando un discurso en el CentroMarriott de la Universidad Brigham Young, en Provo, Utah (7 de febrero de 1993).

86 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (5 de junio de 1994).

87 Preside la creación de la estaca número 2000 de la Iglesia, la Estaca MéxicoContreras de la Ciudad de México (11 de diciembre de 1994); fallece en SaltLake City, Utah (3 de marzo de 1995).

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Howard W. Hunter Capítulo 14

El presidente Howard W. Hunter bien pudo estardescribiendo su propia vida cuando dijo:

“No existe tal cosacomo la grandeza instan-tánea. El logro de la ver-dadera grandeza es unproceso a largo plazo, ypuede que tengamos de-rrotas ocasionales. El re-sultado final tal vez nosiempre sea claramentevisible, pero parece quesiempre requiere de pasosregulares, constantes, pe-queños, y a veces ordina-rios y rutinarios por unperíodo muy largo…

“La verdadera grandeza nunca es el resultado deun acontecimiento casual, ni de un único esfuerzo ologro. Requiere del perfeccionamiento del carácter yuna multitud de decisiones correctas al hacer las elec-ciones cotidianas entre el bien y el mal…

“A medida que evaluamos nuestra vida, es impor-tante que tengamos en cuenta no solamente nuestroslogros sino también las condiciones bajo las que hemostrabajado. Todos somos personas singulares y distintas.En la carrera de la vida cada uno ha tenido puntos departida diferentes y tiene una mezcla única de talentosy habilidades. Tenemos, cada uno, nuestro propio pa-quete de desafíos y limitaciones con los cuales conten-der” (véase Liahona, julio de 1982, págs. 34–35).

EL PRESIDENTE HUNTER ERADE ASCENDENCIA ESCOCESA

El clan Hunter se estableció en Escocia durante lossiglos XII y XIII. Allí construyeron el Castillo Hunterston,cerca de Hunter’s Toune (Pueblo de Hunter). “El 2 demayo de 1374, el rey de Escocia Robert II firmó un per-gamino confirmando una concesión real de tierras aWilliam Hunter, señor y propietario del Castillo de

Howard W. Hunter, entre 6 y 8 meses de edad.

John y Nellie Hunter, padres deHoward W. Hunter.

Hunterston, ‘por el fiel servicio que ha prestado y queprestará…’

“John Hunter, bisabuelo de Howard W. Hunter,nació en Paisley, Renfrewshire, Escocia, no lejosdelCastillo Hunterston…

“En 1860 los misioneros de La Iglesia de Jesucristode los Santos de los Últimos Días llevaron el mensajedel Evangelio restaurado a Paisley, y entre los que sebautizaron estaban John Hunter y su esposa, Margaret.En aquel entonces la Iglesia instaba a los nuevos con-versos a unirse a los santos en el Valle de Salt Lake, ylos misioneros instaron a John y a su familia a emigrar.Esto planteó un problema difícil, pues John tendría queabandonar un negocio próspero, y la familia una casaconfortable…

“…Al llegar al Valle de Salt Lake a fines de sep-tiembre de 1860, John pronto se desilusionó y, segúnla descripción de su hijo John (abuelo de Howard W.Hunter), ‘finalmente se alejó de la Iglesia con su fami-lia… quedando la familia en un país extraño sin unaguía’ ” (Eleanor Knowles, Howard W. Hunter, 1994,págs. 1–2, 4).

SUS PADRES Y SU INFANCIAAYUDARON A FORMAR SU CARÁCTER

“En 1904, NellieMarie Rasmussen, quellegaría a ser la madredel presidente Hunter,fue desde su casa, quese encontraba en Mt.Pleasant, Utah, hastaBoise, Idaho, para visitara una tía. Fue allí dondeconoció a John WilliamHunter, que la cortejódurante dos años. Noobstante, él no era miem-bro de la Iglesia en esetiempo, y ella, como noquería contraer matrimo-nio fuera de la Iglesia, re-gresó a Mt. Pleasant. Peroél persistió, y se casaron el 3 de diciembre de 1906. Lajoven pareja se mudó a Boise, donde alquilaron unacasita ubicada en la calle Sherman. Howard WilliamHunter nació en Boise el 14 de noviembre de 1907, ysu hermana Dorothy nació dos años más tarde” (JamesE. Faust, “El rastro del águila”, Liahona, septiembre de1994, pág. 5).

Howard W. Hunter, más o menos a los2 años de edad, 1909.

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Presidentes de la Iglesia

La madre de Howardfue activa en la Iglesia du-rante toda su vida y animóa Howard a participar entodas las actividades dela Iglesia disponibles enBoise, Idaho. El padre deHoward asistía ocasional-mente a la Iglesia conNellie y los hijos. Howardno tuvo permiso parabautizarse a los ocho añosde edad porque el padresentía que no tenía edadsuficiente para tomar suspropias decisiones. Pero

al llegar a los doce años, Howard habló con su padre yle pidió que permitiera que lo bautizaran. Ansiosamentequería recibir el Sacerdocio Aarónico y poder repartir laSanta Cena. El padre consintió y se bautizó el 4 de abrilde 1920. Once semanas después de su bautismo fue or-denado diácono. “Recuerdo la primera vez que repartíla Santa Cena”, dijo. “Estaba asustado pero emocionadopor tener ese privilegio. Después de la reunión, el obispome felicitó por la forma en que lo había hecho. El obisposiempre me tuvo en consideración” (citado en J. M.Heslop, “He Found Pleasure in Work”, Church News, 16de noviembre de 1974, pág. 4).

LAS EXPERIENCIAS DE SU JUVENTUDDEMOSTRARON SU DETERMINACIÓNY FORTALEZA

“Poco después delnacimiento de Dorothy[hermana de Howard W.Hunter], Nellie estabahirviendo agua en una ca-cerola, para purificarla,sobre un aparato para co-cinar que se encontrabaen la sala y que la familiausaba como calefactor y,como el recipiente estabademasiado caliente parasostenerlo, lo puso sobreel piso en el mismo mo-

mento en que Howard entraba corriendo en la casa. Elniño cayó sobre la cacerola, puso la mano izquierdahacia adelante para protegerse, y recibió quemadurasmuy serias. Años más tarde, en su historia, describió asílo sucedido:

“ ‘Llamaron al doctor, y él recomendó que mi brazofuera envuelto en puré de papa y vendado. Algunas veci-

Howard W. Hunter, más o menos a los12 años de edad, 1919.

Howard W. Hunter, más o menos a los5 años de edad.

nas vinieron a ayudar. Recuerdo estar sentado sobre lamesa de la cocina, mientras las papas eran machacadasy puestas alrededor de mi brazo. Hicieron tiras de telapara hacer una venda. Afortunadamente la grave quema-dura no impidió el crecimiento de mi brazo, aunque hetenido la cicatriz toda mi vida” (Knowles, Howard W.Hunter, pág. 18).

“El joven Howard…vendía diarios en una es-quina de Boise. Su familiavivía cerca del club cam-pestre, de manera quefrecuentemente él hacíade caddie para los golfis-tas. Enmarcaba obras dearte en una tienda espe-cializada, entregaba tele-gramas, y hacía todasuerte de trabajos en unatienda. A causa del éxitoque tuvo con un proyectoen el trabajo que tenía enuna farmacia después delhorario de clases, se ganóun curso por correspon-dencia sobre farmacia, y lo completó antes de finalizarsus estudios preuniversitarios.

“Parecía que tenía éxito en toda cosa buena quese proponía. En 1919, cuando se estaban recabandofondos para una capilla nueva en Boise; Howard, en-tonces diácono, fue el primero en ofrecer un donativo.Dio veinticinco dólares, ¡una suma considerable paraun muchacho de doce años de edad!” (véase Don L.Searle, “President Howard W. Hunter, Acting Presidentof the Quorum of the Twelve Apostles”, Ensign, abrilde 1986, pág. 22).

TENÍA MUCHOS TALENTOS“ ‘Mi madre decía

que desde que él eraun bebé, había siempremantenido un ritmomusical perfecto’, re-cuerda Dorothy HunterRasmussen, hermanadel presidente Hunter.‘Tiene oído absoluto’,dice ella, y ‘una hermosavoz’. Esos talentos musi-cales llegarían a ser im-portantes en su vida.

“Otras cualidadestambién se manifestaronHoward W. Hunter.

Howard W. Hunter, más o menos alos 8 años de edad, con su hermanaDorothy.

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Howard W. Hunter Capítulo 14

temprano en su vida. ‘Siempre fue buen estudiante’,dice la hermana Rasmussen. Tenía ‘una gran motiva-ción y una mente brillante’; sin embargo, su ambicióne inteligencia eran atenuadas por su amor y compa-sión. Él se ganaba las canicas de otros muchachos enel juego, y luego rehusaba quedarse con ellas. Una vezrechazó un empleo que quería porque supo que otromuchacho sería despedido para lograr una vacantepara él” (Searle, Ensign, abril de 1986, pág. 22).

“En general, Howard se desempeñó bien en los es-tudios. Sin embargo, sostiene que tenía dos limitaciones:‘Yo no era bueno para los deportes y tenía un problemapara diferenciar los colores; no todos los colores, sinolos tonos rojo, verde y marrón’.

“Inventó una forma ingeniosa para resolver su dal-tonismo. Ponía los lápices de colores sobre su escrito-rio y cuando la maestra pedía que los alumnos tomaranuno de cierto color, él deslizaba el dedo sobre los lápi-ces de cera y Beatrice Beach, que se sentaba detrás deél, le tocaba el hombro cuando llegaba al correcto. Sesentía molesto por tener que admitir ante la maestra elhecho de que no podía distinguir los colores.

“En cuanto a la otra ‘limitación’ de Howard, era sufalta de interés por los deportes, lo más cerca que estu-vo de asistir a un campeonato atlético fue un año duran-te sus cursos preuniversitarios, cuando asistía a lospartidos de fútbol americano para luego informar los re-sultados al diario local. Le gustaba leer y escribir, sobrela mayoría de los temas académicos, pero no siempre seesforzó para dominarlos. Tuvo además muchos otros in-tereses, tales como una serie de trabajos fuera del hora-rio escolar y durante los veranos” (Knowles, Howard W.Hunter, pág. 32).

LLEGÓ A SER SCOUT ÁGUILAEl programa de escultismo había empezado hacía

apenas una década cuando Howard W. Hunter comen-zó a participar en él. En cierto momento se dio cuentade que si continuaba ganando insignias de reconoci-miento al paso en que lo hacía, sería el primer ÁguilaScout de Idaho.

“Al regresar del campamento aquel año, Howardhabía obtenido nueve insignias de mérito más. Esas in-signias, y una que había ganado antes del campamento,le fueron entregadas en un tribunal de honor el 14 deseptiembre de 1922, en una reunión conjunta del RotaryClub y del Ayuntamiento de Boise, estando presentes elalcalde y otros hombres prominentes de la ciudad.

“ ‘Para la fecha en que se realizó el tribunal dehonor’, comentó Howard, ‘ya había reunido los requi-sitos para recibir 15 insignias de reconocimiento y paralos premios de “Scout Vida” y “Scout Estrella”. Para elrango de Scout Águila solo se requerían seis más. La re-

vista del escultismo traía historias de muchachos quehabían obtenido el rango de Águila, pero se nos dijoque en Idaho todavía no había ninguno. La carrera eraentre Edwin Phipps, de la Tropa 6, y yo’.

“Cuando se realizóel siguiente tribunal dehonor, ambos muchachoshabían obtenido 24 insig-nias de mérito, númerorequerido para el rangode Águila, pero Edwinhabía completado todoslos requisitos en tantoque a Howard le faltabanlas insignias de atletismo,civismo y cocina. Deforma que Edwin recibiósu Águila en marzo de1923, dos meses antes deque Howard recibiese lasuya” (Knowles, HowardW. Hunter, págs. 39–40).

Desde entonces sele ha reconocido como elsegundo Scout Águila deBoise, y posiblemente detodo el estado de Idaho.

FUE UN JOVEN EMPRENDEDOR“Otro de sus pasatiempos de jovencito [de Howard

W. Hunter] era recolectar relojes despertadores descom-puestos, para desarmarlos, lubricarlos y repararlos; des-pués los vendía para tener dinero para sus gastos.

“Otro trabajo que desempeñó fue el de seleccio-nar limones, separando los más verdes de los más ama-rillos. Ésa fue una tarea para la que no tenía aptitud yaque padece de daltonismo [defecto de la vista que im-pide distinguir ciertos colores]. Lo interesante es quemás tarde llegó a ser experto en la selección de pláta-nos (bananas)” (Faust, “El rastro del águila”, Liahona,septiembre de 1994, pág. 7).

ORGANIZÓ EL GRUPO “HUNTER’SCROONADERS”

“Durante el segundo año de estudios preuniversita-rios, Howard participó en un concurso de ventas, patroci-nado por la Compañía Sampson Music. Los compradoresde mercaderías en la tienda recibían un punto por cadadólar gastado y podían indicar cuál de los participantes enel concurso recibirían los puntos. Howard instó a todossus amigos y conocidos a comprar en la tienda Sampson,y los puntos acreditados a él le adjudicaron el segundo

Fue uno de los primeros Scouts Águilaen Idaho.

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Presidentes de la Iglesia

premio, una marimba.Pronto aprendió a tocarlapor sí solo lo suficiente-mente bien como parapresentar números musi-cales en la escuela, en laIglesia y en otros progra-mas, y luego como partede una orquesta de baile.

“ ‘La mayoría de lasorquestas no eran lo su-ficientemente grandescomo para tener un eje-cutante de marimba, amenos que tocara tam-bién otros instrumentos’,explicó Howard, ‘de ma-nera que empecé a tocar también la batería. Al tocarcada vez más a nivel profesional, comencé además atocar el saxofón y el clarinete y posteriormente tam-bién la trompeta’. También tocaba el piano y el violín,instrumentos que estudió durante aproximadamenteun año mientras estaba en la escuela primaria.

“En el otoño de 1924, después de haber tocadoen diferentes orquestas, Howard organizó su propiogrupo al que llamó Hunter’s Croonaders. En noviem-bre y diciembre el grupo tocó en 6 bailes, y al año si-guiente tuvo 53 compromisos de bailes en salonespúblicos y restaurantes, en fiestas particulares y en re-cepciones de bodas, en escuelas e iglesias, en clubes cí-vicos y en fraternidades. La mayoría del trabajo fue enBoise y en pueblos vecinos, aunque ocasionalmente elgrupo tocaba más lejos” (Knowles, Howard W. Hunter,págs. 45–46).

En 1926, a Howard se le ofreció la oportunidadde formar una orquesta de cinco instrumentos paraun crucero al Oriente en el trasatlántico SS PresidentJackson. El grupo fue contratado para tocar la música

Organizó una orquesta de cinco músicos llamada los “Croonaders”.Howard W. Hunter es el del medio, y sostiene el saxofón.

de fondo de los filmes exhibidos a bordo. También to-caron música clásica para acompañar las cenas y losbailes de salón.

UNA LECCIÓN DE LA ESCUELADOMINICAL LO ANIMÓ A RECIBIRSU BENDICIÓN PATRIARCAL

“En la clase de adultos jóvenes de la EscuelaDominical [Howard W. Hunter] llegó a experimentarun ansia de conocimiento del Evangelio. En su historiaescribió:

“ ‘Aunque había concurrido a las clases de laIglesia casi toda la vida, mi primer verdadero despertaral Evangelio se produjo en una clase de la EscuelaDominical en el barrio Adams, enseñada por el herma-no Peter A. Clayton. Él tenía riqueza de conocimientoy la habilidad de inspirar a los jóvenes. Yo estudiabalas lecciones, leía las asignaciones que nos daba y par-ticipaba hablando de los temas asignados. De prontome di cuenta del sentido real de algunos principiosdel Evangelio; entendí los grados de gloria y los requi-sitos de la exaltación celestial a medida que el herma-no Clayton enseñaba y nos instruía. Considero eseperíodo de mi vida como el tiempo en que las verda-des del Evangelio comenzaron a desplegarse ante mí.Siempre tuve un testimonio del Evangelio, pero repen-tinamente comencé a comprender’.

“El tema de una de las lecciones del hermanoClayton, a principios de marzo de 1930, fue las bendicio-nes patriarcales. Yo nunca había entendido realmente lasbendiciones patriarcales, pero ahora tenían sentido’, es-cribió Howard. ‘Aquel día fui a ver al hermano George T.Wride, patriarca de la estaca, y él me pidió que fuera eldomingo siguiente a la oficina en la casa de la misión,detrás de la capilla del barrio Adams’.

“Ese domingo del mes de marzo, después de ha-blar con Howard durante unos pocos minutos, el her-mano Wride puso sus manos sobre la cabeza del joveny le dio una bendición patriarcal.

“La bendición declaraba que Howard era uno ‘aquien el Señor conoció desde antes’, y que él había de-mostrado ‘gran liderazgo entre las huestes de los cielos’y había sido ordenado ‘para efectuar una obra impor-tante en la vida mortal al llevar a cabo los propósitos[del Señor] con relación a Su pueblo escogido’. Se leprometió que si permanecía fiel, sobre él llovería ‘inteli-gencia de lo alto’, que sería ‘un experto en su profesióny un maestro de sabiduría terrenal así como un sacerdo-te del Altísimo’, y que usaría sus talentos para servir a laIglesia, que se sentaría en sus concejos y sería conocidopor su sabiduría y juicios justos” (Knowles, Howard W.Hunter, págs. 70–71).

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Howard W. Hunter sosteniendoun saxofón.

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Howard W. Hunter Capítulo 14

CONTRAE MATRIMONIOCON CLARA JEFFS

En un baile de adul-tos jóvenes en California,el 8 de junio de 1928,un amigo de Howard W.Hunter le presentó a unajoven. “Se llamaba Clara(Claire) May Jeffs. El jovenHoward, sintiéndose deinmediato atraído haciaella, le dijo bromeando:‘¿Por qué [nunca] salesconmigo?’ Ella le respon-dió: ‘¿Por qué no me lopides?’ Al poco tiempoempezaron su noviazgo;

se comprometieron a principios de 1931 y se casaronel 10 de junio de ese mismo año[en el Templo de SaltLake]” (James E. Faust, “El rastro del águila”, Liahona,septiembre de 1994, pág. 7).

“A medida que se aproximaba el día de la boda,Howard tomó otras decisiones importantes. Por variosaños había estado tocando en orquestas para bailes yfiestas, en salones públicos, en la radio y en los teatros.‘En cierto modo eso era atractivo’, reflexionó, ‘y yo ga-naba buen dinero, pero la asociación con muchos delos músicos no era agradable porque bebían y porquesus normas morales no eran muy buenas’. Tales rela-ciones no eran compatibles con el estilo de vida quese imaginaba al tener una esposa e hijos, de modo quedecidió abandonar la música profesional.

“El 6 de junio de1931, cuatro días antes dela boda, Howard se pre-sentó a su último compro-miso en el Salón de BaileVirginia, en HuntingtonPark. Al llegar a su casaesa noche, envolvió sussaxofones, los clarinetes ysu música y los guardó. Yahabía vendido sus tambo-res y la marimba, y habíaempacado su trompeta ysu violín.

“ ‘A partir de aquellanoche’, dijo, ‘no he vuel-to a tocar mis instrumentos musicales excepto enpocas ocasiones, cuando los hijos estaban en casa, [y]cantábamos villancicos de Navidad y yo los acompaña-ba con el clarinete. Aunque eso dejó un vacío en algoque yo había disfrutado, nunca he lamentado esa deci-sión’ ” (Knowles, Howard W. Hunter, pág. 81).

Howard y Claire Hunter.

Claire May Jeffs de adolescente.

LA VIDA DE CASADOS FUE DULCE“Howard y Claire co-

menzaron su vida de ca-sados en un apartamentodesde donde se veía elocéano en HermosaBeach [California]. Cadamañana, recuerda él, ‘noslevantábamos temprano.Me ponía el traje debaño, corría a la playa yme sumergía en las olas.Después de nadar vigoro-samente y de tomar unbaño caliente, el desayu-no estaba listo. Me lleva-ba quince minutos llegaral banco en Hawthorne yya estaba listo para el tra-bajo del día. A menudoíbamos juntos a nadar detardecita cuando llegaba a casa, y usualmente caminába-mos por la playa bajo las estrellas antes de acostarnos.Aunque los días eran cálidos, la brisa del mar hacía quelas noches fueran frescas y agradables, y el golpeteo delas olas era una canción de cuna’.

“Cuando alquilaron el apartamento, dijo él, sabíanque no podrían permitirse vivir allí mucho tiempo, ‘peroquisimos el lujo de un lindo lugar para iniciar nuestravida de casados’.

“Poco después se mudaron a una casa sin amo-blar de tres dormitorios, a corta distancia del bancoHawthorne. Claire tenía un juego de dormitorio ycompraron algunos muebles más y unas pocas cosaspara la casa, pero tenían la determinación… de nocontraer deudas. ‘Por esa razón no teníamos todo loque queríamos, pero tuvimos lo necesario para estarcómodos’, dijo Howard” (Knowles, Howard W.Hunter, pág. 83).

LE INTERESABA LA JURISPRUDENCIA“Después que cerró el banco en el que trabajaba

[durante la Gran Depresión Económica], HowardHunter, de 24 años de edad, vendió jabón de puerta enpuerta, ayudó en la inspección de caminos y pintópuentes.

“En 1934 se le presentó una gran oportunidadcuando consiguió un empleo en la división de títulosde propiedad en el Distrito de Control de Inundacionesdel Condado de Los Ángeles. Se dio cuenta de quetenía aptitud para entender el trabajo jurídico y, a los 26años de edad, tomó la gran decisión de estudiar derecho.Después de tomar las clases previas requeridas, ingresó a

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Howard W. Hunter con su esposa,Claire, y sus hijos Richard y John.

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la Facultad de Derecho deSouthwestern University,de la cual se graduó cua-tro años más tarde, traba-jando jornada completaen el día y tomando clasesnocturnas. Y durante eselapso de tiempo, arriba-ron también tres bebés ala familia” (Jay M. Todd,“President Howard W.Hunter: FourteenthPresident of the Church”,Ensign, julio de 1994,pág. 6).

“Para los hermanosHunter fue crucial la decisión de que él ingresara a lacarrera de derecho… ‘Trabajaba ocho horas al día y to-maba la mayoría de mis clases en la noche. Estudiabadespués que salía de clases y durante los fines de sema-na’, cuenta el presidente Hunter. Al principio se queda-ba estudiando hasta las dos de la mañana, pero luegodescubrió que se cansaba menos y rendía más cuandose acostaba temprano y se levantaba a las dos de la ma-drugada a estudiar.

“Fue un período de riguroso entrenamiento que loayudó a disciplinarse para poder responder tanto a lasfuertes demandas de la carrera, como al cumplir con laobra dentro de la Iglesia y atender a su vida familiar. Segraduó con excelentes notas” (Searle, “El élder HowardW. Hunter: Presidente en Funciones del Quórum de losDoce Apóstoles”, Liahona, abril de 1987, págs. 21–22).

Una semana después de graduarse, ocupando eltercer lugar en su grupo, comenzó a prepararse para elexamen que le permitiera obtener el título de abogadoen California. Se le informó que solamente uno de cadatres participantes aprobaría el examen.

“Howard presentó el examen, ‘una de las experien-cias más agotadoras de mi vida’, el 23, 24 y 25 de octubre[de 1939]. ‘Después del tercer día estaba completamenteexhausto. Había puesto lo mejor de mí, pero tenía la in-certidumbre de no saber si eso era suficiente’.

“La espera parecía interminable, pues ‘varios añosde trabajo intenso habían apuntado hacia los resulta-dos de un solo acontecimiento’. Sabía que si recibíauna carta delgada, significaría que no había aprobadoel examen. Una carta voluminosa no solo incluiría unacarta con noticias felices, sino también varios formula-rios de solicitud de admisión a la profesión de abogacíay a los tribunales.

“Fue la mañana del 12 de diciembre que Claire mellamó a la oficina y dijo que el cartero acababa de traeruna carta del Comité del Colegio de Examinadores’, re-

memoró. ‘¿Está en un sobre delgado o grueso?’, pre-gunté. ‘Es una carta abultada’, me respondió ella. ‘Sentíel flujo de la sangre en la cabeza y cerré los ojos, y es-peré que abriera la carta y la leyera. El arduo trabajo ylos sacrificios que habíamos hecho habían concluidocon el éxito’. Y su profesor tenía razón: de las 718 per-sonas que presentaron el examen, lo aprobaron 254, osea el 35.4%. Casi las dos terceras partes reprobaron”(Knowles, Howard W. Hunter, pág. 93).

FUE LLAMADO A SER OBISPO YLUEGO PRESIDENTE DE ESTACA

En agosto de 1940, Bertrum M. Jones, presidentede la Estaca Pasadena, llamó a Howard W. Hunter a ser-vir como obispo del barrio El Sereno. “Howard se quedóaturdido. ‘Yo siempre había pensado que un obispo eraun hombre de más edad’, recordó, ‘y pregunté cómopodía ser padre del barrio a los treinta y dos años. Medijeron que yo sería el obispo más joven que había sidollamado en el sur de California hasta ese entonces, peroque ellos sabían que estaría a la altura de la asignación.Expresé mi aprecio por su confianza y les dije que daríalo mejor de mí’.

“Todavía aturdido, fue a casa y compartió las nue-vas con Claire. ’Recordamos la decisión que habíamostomado de casarnos en lugar de ir a una misión y de

La presidencia de la estaca Pasadena California (a principios de 1950).

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Howard W. Hunter.

Howard y Claire Hunter.

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Howard W. Hunter Capítulo 14

que juntos, algún día, serviríamos en una misión’, dijo.‘Tal vez ésta era aquella misión en una forma diferentede lo que esperábamos’ ” (Knowles, Howard W. Hunter,pág. 94).

Casi diez años más tarde, “en febrero de 1950, losélderes Stephen L. Richards y Harold B. Lee fueron asig-nados a dividir la Estaca Pasadena, y llamaron a HowardW. Hunter a ser presidente de la estaca que conservóese nombre. Éste no vaciló en aceptar el llamamiento.“Puesto que llevaba un diario meticuloso desde que erajovencito, anotó en él lo siguiente: ‘Bien pude compren-der el comentario de las Autoridades Generales cuandonos dijeron que habíamos sido seleccionados a causa dela fortaleza de nuestras esposas. Claire… siempre estuvoa mi lado brindándome su apoyo y su comprensión du-rante los años en que cursaba mis estudios de abogado,mientras fui obispo, así como en cualquier cargo que hetenido’ ” (James E. Faust, “El rastro del águila”, Liahona,septiembre de 1994, págs. 10–11).

FUE LLAMADO A SER APÓSTOL“El 9 de octubre de

1959 ocurrió un cambiodramático en la vida deHoward W. Hunter. Él ysu esposa habían ido aSalt Lake City para asistira la conferencia generalde octubre, donde le co-municaron que el presi-dente David O. McKaydeseaba verlo… El presi-dente McKay le informó:‘Mañana será sostenidocomo miembro delConsejo de los Doce’ ” Presidente del Quórum de los Doce

Apóstoles, cerca de 1988.

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NHoward W. Hunter con su esposa Claire y su hijo John, en el Taj Mahal,India, 1958.

(James E. Faust, “El rastro del águila”, Liahona, sep-tiembre de 1994, pág.12).

Al relatar esa experiencia, el élder Hunter escribió:“El presidente McKay me saludó con una agrada-

ble sonrisa y con un cálido apretón de manos y luegome dijo: ‘Siéntese, presidente Hunter, deseo hablar conusted. El Señor ha hablado. Usted es llamado a ser unode Sus testigos especiales, y mañana será sostenidocomo miembro del Consejo de los Doce’.

“No puedo ni siquiera intentar explicar el senti-miento que me invadió. Brotaron lágrimas a mis ojosy no pude hablar. Nunca me he sentido tan completa-mente humilde como al estar en la presencia de esehombre tan bondadoso y dulce, el Profeta del Señor.Me habló del gran gozo que esto traería a mi vida,de la maravillosa asociación con las AutoridadesGenerales y que, en adelante, mi vida y mi tiempoestarían dedicados a ser un siervo del Señor y que yosería de la Iglesia y del mundo entero. Dijo otras cosaspero yo estaba tan abrumado que no recuerdo los de-talles, pero sí recuerdo que me abrazó y me aseguróque el Señor me amaba y que yo tendría la confianzay el apoyo de la Primera Presidencia y del Consejo delos Doce.

“La entrevista duró sólo unos minutos, y al partirle dije que amaba a la Iglesia, que los sostenía a él y alos demás miembros de la Primera Presidencia y delConsejo de los Doce, y que gustosamente daría mitiempo, mi vida y todo lo que poseía a ese servicio.Me dijo que podía llamar a mi esposa e informarle…Regresé al Hotel Utah y llamé a Claire que se encon-traba en Provo, pero cuando contestó el teléfono, yocasi no podía hablar” (citado en Knowles, Howard W.Hunter, págs. 144–145).

“Una vez que se presentó su nombre en laConferencia General y después de haber sido sosteni-do, el presidente Clark lo invitó a que pasara a tomarsu lugar en el estrado con los demás miembros de losDoce. Él recuerda: ‘El corazón me latía cada vez másfuerte al ascender por aquellos escalones. El élderHugh B. Brown se hizo a un lado para dejarme pasary tomé mi lugar como el decimosegundo miembro delQuórum. Sentí que la mirada de todos los presentesestaba sobre mí, así como el peso del mundo sobre mishombros. Durante el transcurso de la conferencia, mesentí muy incómodo y me preguntaba si algún día meacostumbraría a la idea de que ése iba a ser mi lugar’ ”(James E. Faust, “El rastro del águila”, Liahona, sep-tiembre de 1994, pág. 12).

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Presidentes de la Iglesia

EXPRESÓ SUS SENTIMIENTOS CONRESPECTO A SER UN APÓSTOL

“El élder Hunternunca ha dejado de ma-ravillarse por el privilegioque ha tenido cada sema-na de reunirse en elTemplo con la PrimeraPresidencia y los Docepara participar de laSanta Cena, hacer peti-ciones al Señor en ora-ción y hablar de losasuntos del reino delSeñor. ‘La reunión de

este consejo en el templo es una experiencia que haceque uno sienta que debe ser mejor y obrar mejor’, es-cribió en 1967. ‘Allí hay bondad, armonía y amor’.

“Muchas de esas expresiones se combinan con sen-timientos de asombro como éstas por ser tan bendecido:‘Sentarme con este grupo de mis hermanos me hace vermis deficiencias, mas siempre resuelvo hacer un esfuerzoaún más grande’. ‘Momentos como éstos me hacen sentirmi propia insignificancia e indignidad de recibir tales pri-vilegios y bendiciones’. ‘Estas reuniones son puntos cul-minantes en mi vida y siempre me dejan con la preguntade por qué tengo el privilegio de sentarme en este conse-jo’. ‘Hoy salí del templo, como en ocasiones anteriores,sintiendo mis limitaciones y preguntándome por qué fuielegido para esta participación. Siempre resuelvo hacerun mayor esfuerzo y tratar de ser un ejemplo de lo quese espera de mí’ ” (Knowles, Howard W. Hunter, págs.226–227).

Con el élder Boyd K. Packer.

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El élder Hunter y su esposa con su primer nieto, Robert Mark Hunter, hijo deLourine y John Hunter, octubre de 1959.

ENSEÑÓ ACERCA DE LAVERDADERA RELIGIÓN:

El élder Howard W.Hunter explicó:

“Entre la ética y lareligión hay una gran di-ferencia. Hay una diferen-cia entre aquel cuya vidase basa en principios éti-cos y aquel que vive unavida verdaderamente reli-giosa. Necesitamos laética, pero la verdaderareligión incluye las verda-des de la ética y va muchomás allá. La verdadera re-ligión tiene sus raíces en

la creencia en un Ser supremo. La religión cristiana sebasa en una creencia en Dios, el Eterno Padre, y en SuHijo Jesucristo y en la palabra del Señor tal como se en-cuentra registrada en las Escrituras. La religión tambiénva más allá de la teología. Es más que la creencia enDios; es la práctica de la creencia…

“Para el cristiano, la verdadera religión se demues-tra mediante una creencia real en Dios y en la compren-sión de que somos responsables ante Él por nuestroshechos y nuestra conducta. La persona que vive esa reli-gión está dispuesta a vivir los principios del Evangeliode Cristo y de andar rectamente ante el Señor en todaslas cosas de acuerdo con la ley revelada de Dios. Esto leda al hombre, o a la mujer, un sentimiento de paz y li-beración de la confusión de la vida, y da la certeza de lavida eterna en el más allá” (en Conference Report, octu-bre de 1969, pág. 112).

EN SU LLAMAMIENTO APOSTÓLICOVIAJÓ POR EL MUNDO

Una de las tareasde un apóstol consisteen llevar el Evangelioal mundo, y el élderHoward W. Hunter viajópor el mundo reuniéndo-se con los santos de mu-chas naciones. Viajó másde dos docenas de vecesa la Tierra Santa dirigien-do los asuntos de laIglesia, y ayudó a estable-cer lazos de amistad enel Oriente Medio con lí-deres tanto judíos comoEnseñando en la Tierra Santa.

Pronunciando un discurso en elTabernáculo de Salt Lake.

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Howard W. Hunter Capítulo 14

árabes. Esos lazos eventualmente ayudaron a la Iglesiaa obtener el permiso para edificar el Centro Jerusalén.A él le gustaba viajar a la Tierra Santa con sus compa-ñeros de los Doce y renovar amistades con las perso-nas que ya conocía. Para el año 1993, ya había visitadocasi cada una de las naciones islámicas principales delmundo. A menudo les recordaba a los santos que tantolos judíos como los árabes eran hijos de la promesa yque los santos no debían tomar partido.

“Refinó sus dones y atributos celestiales cada vezque iba a Jerusalén, en la Tierra Santa. La ciudad deJerusalén era como un imán para él. Su liderazgo enla adquisición del terreno y la construcción del CentroJerusalén de la Universidad Brigham Young, fue verdade-ramente inspirado. Parecía insaciable su deseo de estaren donde caminó y enseñó el Salvador. Le encantabantodas las escenas y los sonidos del lugar. En especial legustaba Galilea, pero había un lugar que le gustaba másque todos los demás. Siempre decía: ‘Vamos al Huertodel Sepulcro, sólo una vez más, por los viejos tiempos’.Estando allí se quedaba sentado meditando como sipenetrara el velo que lo separaba del Salvador” (véaseJames E. Faust, “Howard W. Hunter: Man of God”,Ensign, abril de 1995, pág. 27).

RECIBIÓ ASIGNACIONESESPECIALES DEBIDO A SUAMOR POR LA TIERRA SANTA

En 1961 el élder Howard W. Hunter, junto con elélder Spencer W. Kimball y sus respectivas esposas, via-jaron a Egipto y al Oriente Medio. En una carta a suscolegas del Quórum de los Doce, los dos apóstoles es-cribieron:

“En Nochebuena estuvimos en Belén, donde nacióCristo. Había unas 20.000 personas más, de toda nacióny de todo color, raza, lengua y credo. Pero al bajar hastael Prado de los Pastores, estábamos solos en la oscuri-dad. Es decir, habría estado oscuro si no hubiera sidopor la luna brillante y el cielo estrellado. Cantamos sua-vemente: ‘En la Judea, en tierra de Dios, fieles pastoresoyeron la voz: Gloria a Dios en lo alto’. Aquí ni las mez-quitas, ni las catedrales menoscababan la escena, y sen-timos un dulce espíritu, y bien pudimos creer que aquíha habido pocos cambios desde aquella noche santa…

“… En Jerusalén y en los alrededores visitamos lamayoría de los lugares tradicionales.

“Recorrimos a pie las pocas millas desde Betaniahasta el Monte de los Olivos y bajamos a Jerusalén porel camino que Él siguió tantas veces. Ascendimos elcerro que bien pudo ser el Calvario, Gólgota, y nossentamos quedándonos atrás para leer del arresto, eljuicio y la crucifixión tan crueles de nuestro Salvador.

“Fuimos cerro abajo, junto a la apesadumbradamultitud, y pasamos bastante tiempo en la tumba y elhuerto que dicen ser los lugares reales que han sidoexcavados. Allí tuvimos un sentimiento espiritual cálidoy bueno. Estuvimos seguros de que bien podría ser eseel lugar auténtico. Y los Evangelios tuvieron nuevo sen-tido al leerlos en el lugar de los hechos.

“Y en el Monte de los Olivos leímos acerca de laascensión. Fue una experiencia gloriosa… Creemosque estos viajes nos han vuelto más conscientes de larealidad del pasado, de la relación del pasado con elpresente y de nuestra deuda con el Señor cuya vida,muerte y sacrificio parecen ser aún más reales” (citadoen Knowles, Howard W. Hunter, págs. 163–164).

“En el Oriente Medio, el élder Hunter conoció ajefes de estado y a otros líderes gubernamentales, perotambién conversó con camelleros y empleados. Fue re-cibido en palacios y en tiendas de beduinos; anduvo enlimusinas, mulas y camellos; comió platos suntuosos yla comida sencilla de los campesinos. Se relacionó conpersonas de todas las clases sociales en razón de su ge-nuino interés por la gente. Estuvo en conferencias yleyó mucho acerca del Medio Oriente, y el conocimien-to que obtuvo de esos países abrió puertas y dio comoresultado amistades valiosas para la Iglesia…

“Como resultado del conocimiento del élderHunter acerca de ese lugar especial, la PrimeraPresidencia lo asignó para encabezar dos emprendi-mientos significativos de la Iglesia en la Tierra Santa:el Jardín Conmemorativo Orson Hyde y el CentroJerusalén para Estudios del Cercano Oriente”(Knowles, Howard W. Hunter, págs. 210–212).

SE CONSTRUYÓ EL JARDÍNCONMEMORATIVO ORSON HYDE

“El 24 de octubre de 1841, el élder Orson Hyde,del Quórum de los Doce Apóstoles, estuvo en la TierraSanta, que en aquel entonces se conocía como Palestina,en una misión especial para la Iglesia… De pie en el[Monte de los Olivos], cruzando el Valle del Cedrón alotro lado de Jerusalén, ofreció una oración dedicando latierra de Palestina para la edificación de Jerusalén y el re-cogimiento de la posteridad de Abraham.

“El 24 de octubre de 1979, el presidente SpencerW. Kimball estuvo en el mismo cerro para dedicar unjardín honrando la oración del élder Hyde. El élderHoward W. Hunter estuvo presente en esa ocasión, ha-biendo desempeñado un papel importante en la recau-dación de fondos y en las negociaciones que llevaron ala creación del jardín.

“El trabajo preliminar para ese proyecto comenzócuando el presidente Harold B. Lee, él élder Gordon B.Hinckley de los Doce y el presidente Edwin Q. Cannon,

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Presidentes de la Iglesia

hijo, de la Misión Suiza visitaron Israel en septiembrede 1972. Se reunieron con representantes de los minis-terios israelíes de religión, de relaciones exteriores y deturismo, y estudiaron la posibilidad de hacer un monu-mento a Orson Hyde en Jerusalén.

“Tres meses después, el 19 de diciembre de 1972,el élder Hunter escribió en su diario: ‘Como la semanapróxima voy a la Tierra Santa, la Primera Presidenciame citó a su reunión de esta mañana y me preguntaronsi me reuniría con el líder del grupo [de la Iglesia] enJerusalén y con el alcalde, si fuera necesario, con rela-ción a un monumento a la oración de Orson Hyde enJerusalén’.

“En Jerusalén, el día de Año Nuevo, el élderHunter y su esposa visitaron varios sitios para la cons-trucción del monumento. El élder Hunter le informóal presidente Lee en cuanto a sus impresiones respectoa los lugares visitados, pero no se decidió nada en esemomento. Dos años más tarde, la ciudad de Jerusaléninvitó a la Iglesia a participar en el desarrollo de un par-que, tipo cinturón verde, que rodearía las murallas dela Ciudad Santa. Después de una visita a Jerusalén, elélder Hunter informó que el lugar propuesto, ubicadoen el Monte de los Olivos, sería la porción más grandedel parque, y fue así que comenzó a ser una realidad elJardín Conmemorativo Orson Hyde” (Knowles, HowardW. Hunter, págs. 212, 213).

“TODOS SON IGUALES ANTE DIOS”Durante la época en que la Iglesia participaba en

el proyecto del Jardín Conmemorativo, el élder Hunterenseñó lo siguiente:

“Como miembros de la Iglesia del Señor, tenemosque elevar nuestra visión más allá de los prejuicios per-sonales. Necesitamos descubrir la verdad suprema deque ciertamente nuestro Padre no hace acepción depersonas. A veces indebidamente ofendemos a nues-tros hermanos y hermanas de otras naciones adjudican-do exclusividad a una nacionalidad sobre otra.

“Permítanme citar, como ejemplo de exclusividad,el problema actual del Medio Oriente, el conflictoentre los árabes y los judíos…

“Tenemos miembros de la Iglesia en el mundo mu-sulmán… A veces ellos son ofendidos por miembros dela Iglesia que dan la impresión de favorecer solo los pro-pósitos de los judíos. La Iglesia tiene interés en todos losdescendientes de Abraham, y debemos recordar que lahistoria de los árabes se remonta a Abraham a través desu hijo Ismael.

Con los élderes James E. Faust (tercero de la derecha) y Jeffrey R. Holland(borde derecho) y familiares en el Huerto del Sepulcro, mayo de 1985.

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El élder Hunter se reúne con Teddy Kolleck, alcalde de Jerusalén, en la dedicación del Jardín Conmemorativo Orson Hyde, 1979.

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Howard W. Hunter Capítulo 14

“Imaginen a un padre con muchos hijos, cada unocon temperamento, aptitudes y rasgos espirituales dife-rentes. ¿Ama él a un hijo menos que a otro? Tal vez elhijo que tenga menos inclinación por lo espiritual reci-ba más atención, oraciones y ruegos del padre que losdemás. ¿Significa eso que ama menos a los otros? ¿Seimaginan ustedes a nuestro Padre Celestial amando auna nación de Su progenie con más exclusividad que aotra? Como miembros de la Iglesia, tenemos que recor-dar la pregunta de Nefi, la cual nos hace reflexionar:‘¿No sabéis que hay más de una nación?’ (2 Nefi 29:7).

“Hoy estamos comprometidos en un proyecto paraembellecer el Monte de los Olivos en Jerusalén, con unjardín en memoria de Orson Hyde, uno de los primerosapóstoles de la Iglesia, y de la oración dedicatoria que élofreció en aquel lugar. No es porque favorezcamos a unpueblo sobre otro. Jerusalén es sagrada para los judíos,pero también es sagrada para los árabes.

“Un ministro del gabinete egipcio una vez me dijoque si alguna vez se va a levantar un puente entre elcristianismo y el Islam, éste debe ser levantado por laIglesia Mormona. Al inquirir en cuanto a la razón de sudeclaración, me sentí impresionado por su explicaciónde las semejanzas y lazos comunes de hermandad.

“Tanto los judíos como los árabes son hijos denuestro Padre. Ambos son hijos de la promesa y, comoIglesia, no tomamos partido por unos u otros. Los ama-mos y nos interesamos por cada uno” (“All Are Alikeunto God”, 1979 Devotional Speeches of the Year,1980, págs. 35–36).

SE CONSTRUYÓ EL CENTROJERUSALÉN

“Mientras los planes para el proyecto Orson Hydeproseguían en Jerusalén, el élder Hunter también bus-caba y negociaba la compra de un terreno como sedepara el programa de estudios en el extranjero de laUniversidad Brigham Young, y también de la rama y eldistrito de Jerusalén de la Iglesia.

“Sin embargo, encontrar un sitio apropiado, crearun plano arquitectónico apropiado y allanar el caminoa través de innumerables requisitos burocráticos no ibaa ser fácil…

“La búsqueda de un lugar comenzó en serio en1979, cuando el Jardín Conmemorativo Orson Hyde es-taba cerca de su finalización. El 8 de febrero de 1979, elélder Hunter se reunió con un grupo de AutoridadesGenerales y oficiales de la Universidad Brigham Youngpara determinar si la Iglesia debía construir en Jerusalén.

“Dos meses después el élder Hunter, el élderJames E. Faust y el Comisionado de Educación de laIglesia Jeffrey R. Holland se reunieron con la PrimeraPresidencia y, escribió el élder Hunter, ‘recomendamosla compra del terreno en Jerusalén y la construcción deuna capilla para la rama… y también habitaciones y sa-lones para el programa de estudios en el extranjero dela Universidad Brigham Young’. La propuesta fue apro-bada y se le autorizó al élder Hunter buscar y negociarla compra de un terreno.

“Esa decisión dio lugar a innumerables reuniones,llamadas telefónicas y viajes a Israel, mientras el élderHunter aprendía en cuanto a las complejas leyes deIsrael sobre transferencias de propiedad y otros requi-sitos que había que satisfacer antes de poder iniciar laconstrucción…

“El sitio que la Iglesia consideraba, era uno queel presidente Kimball había visitado cuando estuvoen Jerusalén para dedicar los jardines Orson Hyde.Propiedad del gobierno israelí, estaba en el Monte delos Olivos, contigua al campus Monte Scopus de laUniversidad Hebrea y cerca del lugar donde se propo-nía construir un edificio para la Suprema Corte deIsrael…

El Centro Jerusalén de BYU.

El Centro Jerusalén de BYU.

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Presidentes de la Iglesia

“Finalmente, en enero de 1981, el élder Hunterrecibió la notificación de que se había aprobado lainscripción de la Universidad Brigham Young enIsrael, allanando el camino para la adquisición de unterreno allí. Cuatro meses más tarde las AutoridadesTerritoriales Israelíes acordaron dar, por medio de uncontrato de arrendamiento, dos hectáreas del terrenoen el que estaba interesada la Iglesia, por el términode cuarenta y nueve años y con opción de renovar elarrendamiento por cuarenta y nueve años más…

“Después de casi tres años de negociaciones y deprolongadas revisiones, David Galbraith [que en 1972fue llamado por el presidente Harold B. Lee a ser elprimer presidente de rama en Israel], llamó al élderHunter el 27 de septiembre de 1983 y le dijo que losplanos habían sido aprobados por el Consejo delDistrito de Jerusalén…

“Mas eso no dio fin a los problemas para edificarel centro. Aunque la intención de la Iglesia de edificarun centro educativo se había anunciado mucho antes,la oposición tanto de judíos como de árabes aumentódrásticamente tan pronto como la construcción se ini-ció en el lugar. ‘Los judíos temen que nuestra presen-cia en Jerusalén sea un medio para hacer proselitismo,y los árabes están preocupados porque estamos edifi-cando en lo que ellos consideran territorio ocupado’,informó el élder Hunter a la Primera Presidencia des-pués de un viaje a Jerusalén en febrero de 1985, reali-zado para intentar calmar la oposición.

“En los diarios de Jerusalén había artículos quepedían que el Knesset [el gabinete israelí] invalidara elpermiso de seguir adelante con el proyecto, y quienesprotestaban aumentaron su presión sobre los oficialespúblicos y amenazaron con violencia en el lugar de laconstrucción…

“El tema del proselitismo era el foco de la posturade los judíos. La Iglesia había acordado, como condi-ción para edificar en Jerusalén, no hacer proselitismo,postura reiterada en un artículo del Church News enel cual un vocero de la Iglesia señaló: ‘En los lugaresdonde la obra misional es contraria a la ley, no la efec-tuamos’ (Church News, 28 de julio de 1985, pág. 4).Sin embargo, los que protestaban rehusaron aceptaresa afirmación y la controversia continuó con furia.

“Entretanto, la construcción del centro siguió ade-lante. Los élderes Hunter y Faust viajaron de nuevo aJerusalén en mayo de 1986. ‘Esa tarde [del 21 de mayo]visitamos el edificio’, escribió el élder Hunter. ‘El gruesode la construcción está casi terminado y para octubre losdormitorios para los estudiantes estarán listos para serocupados… Hemos entregado a cada uno de los 120miembros del Knesset una copia de una carta firmadapor 154 miembros del Congreso de los Estados Unidosde Norteamérica, de ambos partidos, en la que hacen

una apelación conjunta para que se permita la finaliza-ción del Centro BYU para Estudios del Cercano Orienteen Jerusalén’ ” (Knowles, Howard W. Hunter, págs.215–220).

El gabinete israelí otorgó el permiso para seguiradelante. En marzo de 1987 los estudiantes se muda-ron al centro mientras todavía estaba en construccióny el 16 de mayo de 1988 se firmó un contrato de arren-damiento. El presidente Hunter dedicó el centro el 16de mayo de 1989.

ENSEÑÓ EN CUANTO AL DESARROLLODE LA ESPIRITUALIDAD

El élder Howard W. Hunter dijo:“No es fácil desarrollar la espiritualidad y estar en

armonía con las influencias más altas de la santidad; estorequiere tiempo y con frecuencia una larga lucha. No selogra por casualidad, sino que llega mediante el esfuer-zo, la oración, y la obediencia a los mandamientos…

“Parte de las dificultades que encontramos mien-tras nos esforzamos por lograr espiritualidad es el sen-timiento de que hay mucho que hacer y que estamosfracasando. No vamos a alcanzar la perfección ahoramismo; sin embargo, podemos capitalizar nuestras bue-nas cualidades, podemos empezar ahora, y luego bus-car la felicidad que se encuentra siguiendo el caminode Dios…

“Ninguno de nosotros ha alcanzado la perfecciónni ha llegado al apogeo del desarrollo espiritual quepodemos lograr en la mortalidad, pero cada personapuede y debe progresar espiritualmente. El Evangeliode Jesucristo es el plan divino para que ese desarrollosea eterno. Es más que un código de ética; es más queun orden social ideal; es más que un pensamiento po-sitivo relacionado con la auto-superación y la determi-nación. El Evangelio es el poder salvador del SeñorJesucristo con Su Sacerdocio, Su sostén, y con elEspíritu Santo. Si tenemos fe en Él y obedecemos SuEvangelio, mejoramos paso a paso, buscando fortalezapor medio de la oración; y mejorando nuestras actitu-des, nos encontraremos completamente integrados enel rebaño del Buen Pastor. Para eso se requiere discipli-na, entrenamiento, esfuerzo y vigor; así como lo dijo elapóstol Pablo: ‘Todo lo puedo en Cristo que me forta-lece’ (Filipenses 4:13)” (“El desarrollo de la espirituali-dad”, Liahona, agosto de 1979, págs. 33–35).

LOS SANTOS LO ALIMENTARONMUY BIEN

El élder Howard W. Hunter viajó a muchos lugarespor el mundo entero y se enfrentó con un sinfín de de-safíos. Escribió acerca de un desafío sorprendente quetuvo que afrontar como Autoridad General:

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Howard W. Hunter Capítulo 14

“Es casi imposibleque las AutoridadesGenerales de la Iglesiase mantengan delgadas.Cada fin de semana nosalojamos en la casa de unpresidente de estaca, y suesposa se esfuerza en co-cinar, hornear y poner lamesa con abundancia detodo. Nunca me heopuesto porque no haycosa que no me guste…no hay nada que no dis-frute. A la mayoría de lagente le gusta el jamónasado y el pollo frito, y a mí también, pero recientemen-te he comido tanto que no puedo mirar a un cerdo ni aun pollo directamente a los ojos sin sentirme culpableporque me invade la aversión que empiezo a sentir…

“Me siento agradecido por la gente maravillosacon la que nos alojamos cada fin de semana y apreciosu bondad para con nosotros, pero camino a casa, alpasar por un lugar donde venden hamburguesas,pensé: ‘¿No sería un banquete comer una hamburguesay una leche malteada?’ ” (Knowles, Howard W. Hunter,págs. 172–173).

SENTÍA INTERÉS POR LAARQUEOLOGÍA DE CENTROY SUDAMÉRICA

El élder Hunter tenía un profundo amor por elLibro de Mormón y su misión divina. También estabainteresado en los detalles históricos y arqueológicoscontenidos en él. El 26 de enero de 1961 fue desig-nado como Director de una mesa consultora de laNew World Archaeological Foundation [FundaciónArqueológica del Nuevo Mundo], y sirvió en ese pues-to durante veinticuatro años. Esa organización se aso-ció con el trabajo arqueológico patrocinado por laUniversidad Brigham Young en el sur de México yen el norte de Centroamérica. “Su meta era buscarlos sitios que tuvieran alguna conexión con los des-cendientes de Lehi. Algunos de esos sitios eran bas-tante primitivos, y la asignación del presidente Hunterliteralmente lo llevó hasta el corazón de la selva, endonde aprendió a sobrevivir comiendo huevos durosy plátanos (bananas)” (James E. Faust, “El rastro deláguila”, septiembre de 1994, pág. 15).

“El élder Hunter desarrolló un interés activo en lafundación, reuniéndose a menudo con los integrantes

Ayudando con la Cena de Navidad, 1983.

de la mesa e inspeccionando personalmente los sitiosarqueológicos dos o tres veces al año. También demos-tró un gran interés paternal en el personal del grupo yen sus familias. Sus expediciones, a menudo combina-das con asignaciones de la Iglesia, lo llevaron a zonasprimitivas y a veces peligrosas, y estudió tan profunda-mente como le fue posible acerca de las civilizacionesantiguas y los artefactos hallados” (Knowles, HowardW. Hunter, págs. 198–199).

ESTABLECIÓ UN NUEVO RÉCORDDurante un viaje a México, en noviembre de 1975,

el élder Howard W. Hunter estableció un récord hasta eseentonces inigualado en la historia de la Iglesia. “Asistidopor el élder J. Thomas Fyans, que en ese entonces servíacomo Ayudante de los Doce, se le había asignado al élderHunter reorganizar varias estacas en México. Después dereunirse con los representantes regionales y el presidentede misión, y de estudiar la información aportada por lospresidentes de estaca, determinó que cinco estacas, juntocon algunas ramas de la Misión de la Ciudad de México,pasaran a ser quince.

Le gustaba visitar sitios arqueológicos de Mesoamérica y realizó ciertonúmero de viajes a esas zonas.

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Presidentes de la Iglesia

“ ‘Nuestro propósito’, escribió en su diario, ‘fue re-ducir el tamaño de las estacas, alinearlas mejor, reducirel traslado de los miembros y también proveer para elrápido crecimiento que se está produciendo en México.Concordábamos en qué se puede capacitar mejor a lasestacas más pequeñas, que el liderazgo puede ser máseficaz y que el crecimiento esperado, de casi mil miem-bros, comenzando desde marzo, será mejor hermanado’” (Knowles, Howard W. Hunter, pág. 202).

FALLECIÓ SU ESPOSADesde principios de

la década de 1970, Claire,esposa del élder Hunter,había padecido seriosproblemas de salud. “Enmayo de 1981, Clairetuvo una hemorragia ce-rebral. El diagnóstico:probablemente no volve-ría a caminar. Cuando fuedada de alta en el hospi-tal, dos semanas y unosdías más tarde, estabaconfinada a una silla deruedas, incapaz de caminar. Dos semanas despuésHoward escribió esperanzado: ‘Aunque los médicos handicho que no volverá a caminar, ahora ya es capaz deponerse de pie si se la sostiene, y esta mañana, tomán-dola (yo) de la mano y dirigiéndola, pudo caminardesde el dormitorio hasta la cocina’.

“Dorothy Nielsen, querida amiga de Claire y deHoward, y vecina del otro lado de la calle, recuerdahaber estado presente cuando Howard volvía de la ofi-cina o de un viaje. Él ayudaba a Claire a ponerse depie, y sosteniéndola firmemente la hacía girar por lasala tal como hacían cuando iban a bailar tantos añosantes. Asiduamente la llevaba a la peluquera favoritade ella para sus permanentes y lavados de cabello, yaunque ella no podía hablar, él le hablaba y le contabaacerca de cómo había sido el día para él y compartía

Claire Hunter.

Saludando a un grupo de misioneros.

sus noticias con ella acerca de la familia y los amigos”(Knowles, Howard W. Hunter, págs. 267–268).

“En l983 falleció su amada esposa Clara JeffsHunter… El presidente Hunter [había velado] por susnecesidades y la [había colmado] de atenciones con unsingular respeto y dedicación durante muchos años, ol-vidándose completamente de su propia salud. Pero susesfuerzos no eran vanos ya que, no obstante los impe-dimentos físicos de su esposa, ella le sonreía y reaccio-naba solamente ante él. La ternura tan evidente en suforma de comunicarse era conmovedora. Nunca hemosvisto un ejemplo semejante de devoción de un maridohacia su mujer. El amor que existía entre ellos teníamuchas facetas” (véase James E. Faust, “El rastro deláguila”, Liahona, septiembre de 1994, pág. 16).

HABLÓ A LOS PADRES PREOCUPADOSEl élder Hunter en-

señó la doctrina que dabaconsuelo a los padresque se sentían desanima-dos a causa de sus hijosdescarriados:

“…hay muchos pa-dres en la Iglesia y en elmundo que tienen senti-mientos de culpabilidady falta de valía, porquealgunos de sus hijos sehan alejado del rebaño ose han extraviado…

“Básicamente, sabemos que, aunque los padresconscientes dan lo mejor de sí, casi todos han cometi-do errores. No es posible embarcarse en una empresacomo la de la paternidad sin llegar muy pronto a darsecuenta de que se cometerán muchos errores a lo largodel camino. Ciertamente, cuando nuestro PadreCelestial confía Sus hijos espirituales al cuidado de pa-dres jóvenes e inexpertos, Él sabe que [habrá equivoca-ciones y errores de juicio]…

“¿Puede haber responsabilidad más difícil que la demoldear apropiadamente a los jóvenes? Hay numerososfactores que determinan el carácter y la personalidad deun niño. Probablemente es cierto que, en muchos o enla mayoría de los casos, los padres son la mayor influen-cia para modelar al niño; pero a veces hay otras influen-cias que también son muy significativas…

“…recordemos que, sean buenas o malas las ac-ciones de nuestros hijos, la nuestra no ha sido la únicainfluencia que ha contribuido a ellas.

“…Sabed que nuestro Padre Celestial reconocenuestro amor, sacrificio y preocupación, aun cuandonuestros grandes esfuerzos no hayan tenido éxito.

A menudo habló de las relaciones entrepadres e hijos.

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Howard W. Hunter Capítulo 14

Aunque los padres a menudo tienen el corazón destro-zado por el dolor, deben comprender que, cuando hanenseñado a sus hijos principios correctos, éstos sonresponsables de sus propios actos…

“Los padres que han tenido éxito son los que hanamado, los que se han sacrificado, los que se han preo-cupado, han enseñado y han atendido a las necesidadesde sus hijos. Si habéis hecho todo eso y aún así vuestrohijo es desobediente, contencioso o mundano, puedemuy bien ser que, a pesar de ello, hayáis sido buenospadres. Es posible que entre los jóvenes que han venidoal mundo haya hijos que serían un problema para cual-quier pareja de padres, bajo cualquier circunstancia. Enla misma manera, quizá haya otros que serían una ben-dición y un gozo para cualquier padre o madre.

“Me preocupa el pensar que hay padres que qui-zás se juzguen muy duramente como tales, y que per-mitan que esos sentimientos destruyan su vida, cuandoen realidad han hecho lo mejor que podían, y debenseguir con fe” (véase “¿Se ha extraviado vuestro hijo?”,Liahona, enero de 1984, págs. 112–115).

EN LA VIDA TODOS NOSENFRENTAMOS CON LA ADVERSIDAD

Las pruebas fueronparte de la vida deHoward W. Hunter.Aprendió mucho mante-niéndose fiel durante losmomentos difíciles. Su ex-periencia le ayudó a ense-ñar a los santos:

“Creo que sin lugara dudas en el transcursode nuestra vida todostendremos adversidades,

algunas de las cuales podrán ser violentas, dañinas ydestructivas; algunas incluso podrán poner a pruebanuestra fe en un Dios amoroso que tiene el poder parabrindarnos consuelo.

“Pienso que a estos temores el Padre de todos no-sotros respondería: ‘¿Por qué estáis así amedrentados?¿Cómo no tenéis fe?’ Y lógicamente esta fe debe perdu-rar a través de toda nuestra vida, y no solamente du-rante aquellos momentos tempestuosos…

“…Jesús no fue ajeno a la angustia, el dolor y losbofetones…

“No obstante la ferocidad de la tormenta, en los la-bios y el corazón del Salvador sólo había paz. Que asísea con nosotros: en nuestro corazón, en nuestro hogar,entre las naciones del mundo, y aun en medio de losbofetones que de vez en cuando afronta la Iglesia. Nodebemos pensar que pasaremos por esta vida, ya sea in-

El presidente Howard W. Hunter.

dividual o colectivamente, sin recibir oposición” (véase “‘Cristo, el mar se encrespa’ ”, Liahona, enero de 1985,págs. 28–29).

LLEGÓ A SER PRESIDENTE DELQUÓRUM DE LOS DOCE APÓSTOLES

“El viernes 20 demayo de 1988, Marion G.Romney, Presidente delQuórum de los DoceApóstoles, falleció ensu casa en Salt Lake City.Trece días después, el 2de junio, en la reuniónsemanal en el Templo,a Howard W. Hunter sele sostuvo y se le apartócomo presidente delos Doce.

“Aunque hacía sóloun año que había tenidouna operación quirúrgica en la espalda y todavía luchabapor recuperar el uso de sus piernas, el presidente Hunterestaba decidido a no permitir que algo lo apartara decumplir sus responsabilidades de presidir al quórum. Alhaber prestado servicio como Presidente en funcionesdel Quórum durante más de treinta meses, sabía muybien cuáles eran esas responsabilidades” (Knowles,Howard W. Hunter, pág. 287).

TUVO FE PARA VOLVER A CAMINAR

En su discurso en una de las conferencias genera-les de 1991, el élder Rulon G. Craven habló de la de-terminación del presidente Howard W, Hunter devolver a caminar:

“Muchos recordarán que hace algunos años se leinformó al presidente Hunter que no podría volver a ca-minar y que quedaría confinado a una silla de ruedas.

Al presidente Hunter se le informó que tal vez nunca volvería a caminar.

El presidente Howard W. Hunter.

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Presidentes de la Iglesia

Sin embargo, su fe y su determinación fueron más fuer-tes que ese diagnóstico. Diariamente, sin publicidad yen forma muy callada, se sometió a una terapia de ejer-cicios agotadores y difíciles, con la determinación y lavisión de que algún día volvería a caminar. Durante esosdifíciles meses, sus hermanos de los

Doce oraron diariamente por él en sus reunionesde quórum y en forma privada. “Meses después, unjueves por la mañana, fui a la oficina del presidenteHunter por un asunto que estaba anotado en la ordendel día para la reunión del templo. Me dijeron que yase había ido caminando al templo. Aun cuando dudéde lo que me habían dicho, me apresuré para alcanzar-lo. Cuando lo hice, pude ver que caminaba con laayuda de un andador. Fuimos juntos hasta el ascensory luego hasta el cuarto piso, y caminamos hasta el apo-sento alto. Cuando el presidente entró en la sala, losDoce se pusieron de pie y lo aplaudieron. Lo observa-ron cariñosamente caminar hasta su silla y sentarse yluego, con amor, honor y ternura magníficos, cada unode ellos se acercó a él, lo besó en la frente y lo abrazó,demostrándole así su cariño y admiración. Luego quetodos se sentaron, el presidente Hunter les agradeció yles dijo: ‘Se decía que yo no volvería a caminar, perocon la ayuda del Señor y mi determinación, y lo que esmás importante, la fe de mis hermanos de los Doce,estoy caminando nuevamente’. El presidente Hunter esun ejemplo de cómo mantener la fe y la determinaciónfrente a la adversidad” (véase “Profetas”, Liahona, juliode 1991, págs. 29–30).

El élder James E.Faust, entonces miem-bro del Quórum de losDoce Apóstoles, escribióde cómo el presidenteHunter mantuvo el sen-tido del humor mientraspadecía problemas desalud:

“Cuando le fue difícilcaminar y aun ponerse depie, sorprendió a la con-gregación en la conferen-cia general dirigiendo lapalabra desde una silla deruedas. Su buen humorbrilla a través de las pri-

meras frases: ‘Perdónenme si permanezco sentado mien-tras hago estos comentarios. No es que prefiera hablardesde una silla de ruedas; pero veo que ustedes parecengozar de la conferencia sentados, por lo tanto, seguirésu ejemplo’ (en Liahona, septiembre de 1994, pág. 16).

“En abril de 1988, con la ayuda de un andador, sepuso de pie ante el púlpito para presentar su mensaje.

Presidente del Quórum de los DoceApóstoles.

Casi a la mitad del discurso perdió el equilibrio y cayóhacia atrás. El presidente Monson, el élder Packer y unguardia de seguridad rápidamente lo levantaron y élcontinuó el discurso como si nada hubiera sucedido.Al terminar la sesión de la conferencia, con su sentidodel humor siempre intacto, dijo: ‘¡Aterricé en las flo-res!’ ”. Al caer se quebró tres costillas (véase Boyd K.Packer: “President Howard W. Hunter – He Enduredto the End”, Ensign, abril de 1995, págs. 28–29).

DEBEMOS CONOCER LAS ESCRITURAS

El estudio de las Escrituras fue uno de los grandesamores del presidente Hunter. Él enseñó:

“Debemos tener una Iglesia repleta de mujeres yhombres que conozcan cabalmente las Escrituras, que co-rrelacionen pasajes de las Escrituras y las marquen, quepreparen lecciones y discursos empleando la Guía parael Estudio de las Escrituras y que dominen los mapas, ylas demás ayudas que este maravilloso grupo de libros ca-nónicos contiene” (citado en Packer, véase “La enseñan-za: El llamamiento más importante”, pág. 61).

“Ni en esta dispensación ni ciertamente en ningu-na otra, se han estructurado tan prácticamente ni hanestado tan disponibles las Escrituras, la palabra perdu-rable e iluminante de Dios, para el uso de todo hom-bre, mujer y niño que esté dispuesto a escudriñarlas.Nunca antes en la historia del mundo han tenido losmiembros la palabra escrita de Dios en forma tan acce-sible y fácil de leer. Ciertamente se nos tendrá por res-ponsables si no las leemos” (Eternal Investments,discurso ante los maestros de religión, 10 de febrerode 1989, págs. 2–3).

DEBEMOS CENTRAR NUESTRAVIDA EN CRISTO

El presidente Howard W. Hunter amaba al Salvadory a menudo enseñó a los santos a seguir en sus vidas las

Discursando en la conferencia general.

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Howard W. Hunter Capítulo 14

enseñanzas y el ejemplo del Señor: “Por favor recuerdenesto: Si centramos nuestra vida y nuestra fe en Jesucristoy en Su Evangelio restaurado, nada malo que ocurra serápermanente. Por otra parte, si nuestra vida no se centraen el Salvador y en Sus enseñanzas, ningún otro éxitoque tengamos será permanente” (“Fear Not, Little Flock”,Brigham Young University 1988–89 Devotional andFireside Speeches, 1989, pág. 112).

CONTRAJO MATRIMONIO CONINIS BERNICE EGAN

Casi siete años des-pués de la muerte de suesposa, el presidenteHoward W. Hunter hizoun sorprendente anuncioa sus compañeros delQuórum de los Doce.“El jueves 12 de abrilde 1990, después quese habían tratado todoslos puntos del orden deldía, el presidente Hunterpreguntó: ‘¿Alguno tienealgún otro asunto quetratar, que no esté en laagenda?’. Habiendo sidoavisados en privado que su presidente tenía algo quequería presentar si había tiempo al final de la reunión,ninguno de los presentes dijo nada. ‘Bien, entonces’,continuó, ‘si nadie tiene nada que decir, pensé quedebía comunicarles que esta tarde me voy a casar’.

“…Entonces el presidente Hunter, en su formamuy modesta, explicó: ‘Inis Stanton es una conocidade California de hace muchos años. La he estado visi-tando durante algún tiempo y he decidido casarme’…

El presidente Hunter e Inis BerniceEgan contrajeron matrimonio el 12de abril de 1990.

Saludando al presidente Ezra Taft Benson.

“A las dos de la tarde de aquel jueves, Howard W.Hunter e Inis Bernice Egan Stanton se arrodillaronante el altar de una de las salas de sellamiento del tem-plo, y el presidente Hinckley efectuó la ceremonia desellamiento y los declaró marido y mujer” (Knowles,Howard W. Hunter, págs. 291–292).

Dos años más tarde, en su aniversario de bodas, elpresidente Hunter escribió en su diario que los dos últi-mos años habían sido felices. Inis lo había acompañadoen sus extensos viajes alrededor del mundo, y él comen-tó cómo ella hacía de su hogar un deleite. El presidenteBoyd K. Packer relató una experiencia que ilustra el amordel Presidente por su esposa:

“Tres días antes de la muerte del presidente Hunter,el élder Russell M. Nelson y yo visitamos al Presidente.Estaba sentado en el solario con vista al templo y a losjardines. Nos arrodillamos delante de él, cada uno soste-niendo una de sus manos. Mientras le hablábamos, él re-petidamente miraba por sobre su hombro, hacia la sala,y entonces llamó a su esposa, Inis.

“Siempre presente y siempre atenta, ella respon-dió inmediatamente y preguntó qué necesitaba. Él dijo:‘Estás demasiado lejos; quiero que estés cerca de mi’.Le dije: ‘Presidente, ella estaba sólo a diez metros’. Medijo: ‘Lo sé, y eso es demasiado lejos’ ” (Ensign, abrilde 1995, pág. 30).

ACONSEJÓ A LAS HERMANASEn un discurso dirigido a las mujeres de la Iglesia,

el presidente Hunter les aconsejó que apoyaran a lasAutoridades Generales y que buscaran la oportunidadde servir más que preocuparse por el prestigio:

“De la misma manera que, durante Su ministerio,nuestro Señor y Salvador necesitó de las mujeres paraque ofrecieran una mano de ayuda, un oído dispuesto,un corazón fiel, una mirada bondadosa, una palabra dealiento y su lealtad —aun en Su hora de humillación, deagonía y de muerte— también nosotros, Sus siervos detoda la Iglesia, necesitamos a las mujeres de la Iglesiapara que se dispongan con nosotros y por nosotros a re-sistir la corriente de maldad que amenaza arrastrarnos.Juntos, debemos mantenernos fieles y firmes en la fe,defendiéndonos de las mayorías que piensan de maneradiferente. Me parece que hay una gran necesidad de reu-nir a las mujeres de la Iglesia para que se unan a lasAutoridades Generales y con ellos traten de oponersea la corriente del mal que nos rodea y de hacer avanzarla obra de nuestro Salvador. Nefi dijo lo siguiente:‘…Debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, tenien-do un fulgor perfecto de esperanza y amor por todoslos hombres”; y yo agrego: y por las mujeres y los niños’(2 Nefi 31:20). Si le somos obedientes, seremos mayoría.Pero solamente si nos unimos podremos llevar a cabo la

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Presidentes de la Iglesia

obra que Él nos ha encomendado y prepararnos para eldía en que podamos verlo…

“Hermanas, conti-núen tratando de encon-trar oportunidades deservir al prójimo; no sepreocupen si la posiciónque ocupan se destaca ono. Recuerden el consejodel Salvador en cuanto alos que buscan ‘los pri-meros asientos en lascenas, y las primeras si-llas en las sinagogas’. Élaconsejó: ‘El que es elmayor de vosotros seavuestro siervo’ (Mateo

23. 6, 11). Aunque es importante para nosotros saberque se nos aprecia, debemos hacer destacar la rectitud,no el reconocimiento; el servicio y no la posición. Lafiel maestra visitante, que sin ostentación lleva a cabosu tarea mes tras mes, es tan importante para la obradel Señor como los que ocupan posiciones que algu-nos consideran de más prominencia en la Iglesia. El ha-cerse ver no es un equivalente del valor que se tenga”(véase “A las Mujeres de la Iglesia”, Liahona, enero de1993, págs. 107–108).

MANTUVO LA CALMA CUANDOFUE AMENAZADA SU VIDA

El presidenteHunter… “siempre hasido un hombre de grandeterminación. El 7 de fe-brero de 1993 se encon-traba en la UniversidadBrigham Young para diri-gir la palabra duranteuna charla fogonera paradiecinueve estacas, dis-curso que transmitiría elSistema Educativo de laIglesia. Cuando el presi-dente Hunter se puso depie para hablar ante un

auditorio de aproximadamente veinte mil jóvenes con-gregados en el Centro Marriott, de repente, se presentóun asaltante que lo amenazó gritándole: ‘¡Deténgase ahímismo!’ El individuo afirmó tener una bomba con undetonador, y ordenó que todos bajaran del estrado,excepto el presidente Hunter. Muchas personas obede-cieron, pero el presidente permaneció firme ante el púl-pito, con dos guardias de seguridad. A pesar de que el

El presidente Howard W. Hunter.

El presidente Hunter y su esposa conlas hijas de él, octubre de 1994.

sujeto lo amenazaba con lo que parecía ser una pistola,el presidente con firmeza se negó a leer el mensaje es-crito que el asaltante le había entregado. Cuando lospresentes empezaron espontáneamente a cantar ‘Tedamos, Señor, nuestras gracias’, el hombre se distrajoun momento, y un guardia de seguridad se precipitósobre él y lo aprehendió. Otros guardias ayudaron alpresidente Hunter a mantenerse agachado en el suelocomo medida de seguridad.

“Naturalmente, se desató una gran conmociónentre la congregación, pero pronto volvió a reinar lacalma. Tras unos momentos que tardó en volver a tomarsu lugar ante el púlpito, el presidente Hunter se acercóal micrófono y leyó la primera frase de su discurso: ‘Lavida nos depara un buen número de desafíos’. Se detu-vo, miró a la congregación y agregó: ‘Como acaba de de-mostrarse’. En seguida, continuó con su mensaje comosi nada hubiera pasado” (James E. Faust, “El rastro deláguila”, Liahona, septiembre de 1994, págs. 17–18).

En otra ocasión se enfrentó con una amenaza simi-lar. El presidente Boyd K. Packer explicó: “Lo acompa-ñamos a Jerusalén a la dedicación del Centro Jerusalénde la Universidad Brigham Young. Mientras yo estabahablando, oí cierto alboroto al fondo del salón. Habíanentrado hombres uniformados que le enviaron unanota al presidente Hunter. Me di vuelta y pedí instruc-ciones. Me dijo: ‘Hubo una amenaza de bomba. ¿Tienemiedo?’ Respondí que no, y él me dijo: ‘Tampoco yo;siga con el discurso’ ” (Ensign, abril de 1995, pág. 29).

SE LE SOSTUVO COMO PRESIDENTEDE LA IGLESIA

El 5 de junio de 1994, Howard W. Hunter fue orde-nado y apartado en calidad de decimocuarto Presidentede la Iglesia. Había servido más de tres décadas comoAutoridad General. Durante una conferencia de prensarealizada al día siguiente, invitó a “todos los miembrosde la Iglesia a vivir poniendo más atención a la vida y alejemplo del Señor Jesucristo, especialmente… al amor,la esperanza y a la compasión que Él demostró…

La Primera Presidencia en una conferencia de prensa: Gordon B. Hinckley,Howard W. Hunter y Thomas S. Monson.

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Howard W. Hunter Capítulo 14

“Ruego que nos tratemos con más bondad,más cortesía, más humildad, paciencia e indulgencia.Ciertamente, esperamos mucho unos de otros, y todospodemos mejorar. Nuestro mundo clama por una formamás disciplinada de vivir los mandamientos de Dios, perola forma en que debemos fomentarla, como el Señor ledijo al profeta José Smith en los helados calabozos de lacárcel Liberty, es ‘por persuasión, por longanimidad, be-nignidad, mansedumbre y por amor sincero… sin hipo-cresía y sin malicia’ (D. y C. 121:41–42).

“A los que han transgredido o han sido ofendidos,les decimos: vuelvan. A los que están lastimados, tienenproblemas y sienten temor, les decimos: permítannosestar con ustedes y secar sus lágrimas. A quienes se sien-tan confundidos o estén abrumados de errores o peca-dos, les decimos: vengan al Dios de toda verdad y a laIglesia de la revelación continua. Vuelvan. Estén con no-sotros. Sigan adelante. Sean creyentes. Todo está bien ytodo estará bien. Participen de todas las bendiciones ydoctrinas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de losÚltimos Días y esfuércense por seguir al Buen Pastor quelas ha provisto. Tengan esperanza, ejerzan la fe, reciban yden caridad, el amor puro de Cristo” (citado en Todd,Ensign, julio de 1994, págs. 4–5).

Aunque su servicio como Presidente de la Iglesia fuede nueve breves meses, el ejemplo y las enseñanzas delpresidente Hunter fueron muy estimados por los santos.

TODO MIEMBRO DEBE SERDIGNO DE IR AL TEMPLO

Al extender la invita-ción de seguir con mayordiligencia la vida y elejemplo del Salvador, elpresidente Howard W.Hunter dijo:

“Pido a los miem-bros de la Iglesia que re-conozcan al templo delSeñor como el símbolomás grande de su partici-pación como miembrosde la Iglesia y el lugar su-premo donde realizansus convenios más sagra-dos. El deseo más grandede mi corazón es quetodo miembro de la Iglesia sea digno de entrar en eltemplo. Desearía que todo miembro adulto fuera dignode obtener una recomendación para entrar en el tem-plo y que tuviera esa recomendación vigente, aunquepor el momento no pueda ir porque vive lejos de untemplo o le sea imposible asistir muy seguido” (James

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La Primera Presidencia en la dedicacióndel Templo de Bountiful, Utah.

E. Faust, “El rastro del águila”, Liahona, septiembre de1994, pág. 4).

“Seamos, en verdad, una gente que ame al templo yque esté deseosa de asistir a él. Vayamos al templo con lafrecuencia y la prudencia que nuestras circunstancias per-sonales nos lo permitan. Vayamos, no solamente paraefectuar la obra en favor de nuestros parientes fallecidos,sino también para recibir las bendiciones personales quese obtienen mediante la adoración en el templo, y parasentir la santidad y la seguridad que reinan dentro deesas santas y consagradas paredes. El templo es un lugarbello; es un lugar de revelación; es un lugar de paz. Es laCasa del Señor. Es un sitio santo para Él y debería serlotambién para nosotros” (Hunter, “Un pueblo deseoso deasistir al templo”, Liahona, marzo de 2004, pág. 45).

DIO UN POTENTE TESTIMONIODE CRISTO

En su primera con-ferencia general siendoPresidente de la Iglesia,la cual llegó a ser su últi-ma conferencia general,el presidente Howard W.Hunter expresó a lossantos su testimonio deJesucristo y de la Iglesia:

“Mi mayor fortalezadurante estos meses pasa-dos ha sido mi constantetestimonio de que ésta esla obra de Dios y no la delos hombres. Jesucristo

está a la cabeza de esta Iglesia y Él la dirige de palabra yobra. Es un honor inexpresable el haber sido llamado,por una temporada, para ser un instrumento en lasmanos de Dios para presidir Su Iglesia. Pero sin el co-nocimiento de que Cristo está a la cabeza de la Iglesia,ni yo ni ningún otro hombre podría sobrellevar la cargade este llamamiento que he recibido.

“Al asumir esta responsabilidad, reconozco la mila-grosa mano de Dios en mi vida. En repetidas ocasionesme ha preservado la vida y he recobrado las fuerzas; nu-merosas veces me ha rescatado del borde de la eternidady me ha permitido continuar mi ministerio terrenal porotra temporada. A veces me he preguntado por qué meha preservado la vida, pero por ahora he dejado de pen-sar en eso, y sólo pido que los miembros de la Iglesiaoren por mí con fe para que podamos hacer esta obrajuntos, yo trabajando al lado de ustedes, para cumplircon los propósitos de Dios en esta época de nuestravida” (“Preciosas y grandísimas promesas”, Liahona,enero de 1995, pág. 7).

Participando en una ceremonia degraduación en Hawai.

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Presidentes de la Iglesia

BUSQUEN LLEVAR UNA VIDASEMEJANTE A LA DE CRISTO

En un devocional de Navidad, el presidenteHoward W. Hunter animó a la gente a seguir el ejemplodel Salvador: “En esta Navidad, ‘Resuelvan una disputa.Busquen a un amigo olvidado. Desechen la sospecha yreemplácenla con la confianza. Escriban una carta. Denuna respuesta blanda. Motiven a los jóvenes. Manifiestensu lealtad con palabra y hechos. Honren una promesa.Renuncien a un rencor. Perdonen a un enemigo. Pidandisculpas. Traten de comprender. Examinen lo que de-mandan de los demás. Piensen en otra persona primero.Sean bondadosos. Sean gentiles. Ríanse un poco más.Expresen su gratitud. Reciban al extraño. Alegren el co-razón de un niño. Deléitense en la belleza y la maravillade la tierra. Expresen su amor y vuélvanlo a expresar’(Adaptado de un autor desconocido)” (The Teachingsof Howard W. Hunter, ed. por Clyde J. Williams, 1997,págs. 270–271).

SE LE RINDIÓ UN TRIBUTO FINALEl presidente

Howard W. Hunter falle-ció el 3 de marzo de1995. En su funeral, elpresidente Gordon B.Hinckley dijo:

“En el bosque hacaído un árbol majestuo-so, dejando un vacío. Deentre nosotros se ha idouna fuerza sencilla yenorme.

“Mucho se ha dichode su sufrimiento. En miopinión duró más y fueEl presidente Howard W. Hunter.

más intenso y profundo de lo que cualquiera de noso-tros supo en realidad. Desarrolló una inusual toleranciaal dolor y no se quejó al respecto. El que haya vividotanto tiempo es en sí un milagro. Su sufrimiento dioconsuelo y mitigó el dolor de muchos otros que sufren.Ellos saben que él entendía lo pesado de sus cargas. Élles tendió la mano con una clase especial de amor.

“Mucho se ha dicho en cuanto a su bondad, suconsideración, su cortesía para con los demás. Todo escierto. Él se sujetó al modelo del Señor a quien amaba.Era un hombre tranquilo y reflexivo, pero tambiénpodía expresar sus opiniones fuertes y sabias…

“El hermano Hunter era bondadoso y gentil, perotambién podía ser fuerte y persuasivo en sus declaracio-nes. Como se ha dicho, recibió su capacitación en cuantoa las leyes. Sabía cómo exponer un asunto. Exponía lasdiferentes premisas en forma ordenada, y de allí pasaba asus conclusiones. Cuando hablaba todos escuchábamos.La mayoría de las veces sus sugerencias prevalecían. Perocuando no eran aceptadas tenía la flexibilidad de retirarsu opinión, de aceptar la decisión del Presidente de laIglesia, su profeta, y desde ahí ir por la Iglesia promo-viendo con convicción la conclusión que se había alcan-zado y el programa que se había escogido…

“Howard W. Hunter, profeta, vidente y revelador,tenía un testimonio cierto y seguro de la realidad delDios viviente, nuestro Padre Eterno. Con gran convic-ción dio voz a su testimonio de la divinidad del SeñorJesucristo, el Redentor de la humanidad. Con amorhabló del profeta José Smith y de todos aquellos quelo siguieron en la línea de sucesión hasta su propiollamamiento…

“¡Que Dios bendiga su memoria para nuestro bien!”(“A Prophet Polished and Refined”, Ensign, abril de 1995,págs. 33–35).

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Gordon B. HinckleyDECIMOQUINTO PRESIDENTE DE LA IGLESIA

CAPÍTULO 15

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RESUMEN DE LA VIDA DE GORDON B. HINCKLEY

Edad Acontecimientos

Nace en Salt Lake City, Utah, el 23 de junio de 1910; sus padres son Bryant S.Hinckley y Ada Bitner Hinckley.

8 Es bautizado por su padre (28 de abril de 1919).

20 Fallece su madre (9 de noviembre de 1930).

21 Se gradúa de la Universidad de Utah (junio de 1932).

22–24 Sirve como misionero en las Islas Británicas (1933–1935).

24 Recibe el nombramiento de secretario ejecutivo del Comité de PublicacionesMisionales, Publicidad y Radio de la Iglesia (1935).

26 Contrae matrimonio con Marjorie Pay (29 de abril de 1937).

33 Acepta un puesto en la compañía ferrocarrilera Union Depot and RailroadCompany en Salt Lake City (1943).

41 Se le llama como secretario general del Comité Misional General (1951).

42 El presidente David O. McKay le pide que prepare las presentaciones del temploen idiomas no anglo-sajones (1953).

46 Se le llama como presidente de la Estaca East Millcreek (28 de octubre de 1956).

47 Se le sostiene como Ayudante de los Doce (6 de abril de 1958).

51 Se le ordena como apóstol (5 de octubre de 1961).

53 Habla en el programa de televisión de la cadena CBS Church of the Air(6 de octubre de 1963).

70 Bajo la dirección del presidente Spencer W. Kimball, lee una proclamación de laPrimera Presidencia y del Quórum de los Doce Apóstoles en conmemoración delsesquicentenario de la Iglesia, transmitido vía satélite desde Fayette, Nueva York(6 de abril de 1980).

71 Se le llama como consejero del presidente Spencer W. Kimball (23 de julio de 1981).

75 Se le llama como consejero del presidente Ezra Taft Benson (10 de noviembrede 1985).

83 Se le llama como consejero del presidente Howard W. Hunter (5 de junio de 1994).

84 Se le ordena y aparta como Presidente de la Iglesia (12 de marzo de 1995).

85 Presenta “La familia: Una proclamación para el mundo” en la reunión general dela Sociedad de Socorro (23 de septiembre de 1995).

86 Representa a la Iglesia en el programa televisivo 60 Minutes (transmitido en abrilde 1996); organiza Quórumes de Setenta adicionales (aumentando a cincoquórumes el 5 de abril de 1997).

87 Anuncia que se construirán templos más pequeños por todo el mundo (octubrede 1997).

88 Habla, vía satélite, en la que puede haber sido la reunión más grande demisioneros congregada hasta esa fecha (21 de febrero de 1999).

89 La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles publicaron eldocumento “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles” (1º de enerode 2000); dedica el Templo de Palmyra, Nueva York (6 de abril de 2000).

90 Dedica el Centro de Conferencias en Salt Lake City, Utah (8 de octubre de 2000);recorre aproximadamente 3.250.000 kilómetros, visita 58 países, habla ante 2.200.000miembros y dedica 24 templos (2000); publica su libro Standing for Something: TenNeglected Virtues That Will Heal Our Hearts and Homes (2000); anuncia el FondoPerpetuo para la Educación, para ayudar a que los jóvenes de la Iglesia en todo elmundo puedan estudiar (abril de 2001).

92 Dedica el Templo de Nauvoo, Illinois (27 de junio de 2002); publica su libro Wayto Be!: Nine Ways to Be Happy and Make Something of Your Life (2002).

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Gordon B. Hinckley Capítulo 15

DESCIENDE DE ANTEPASADOSPIONEROS

“Thomas Hinckley,antepasado del presidenteHinckley, fue gobernadorde la Colonia Plymouth,Massachusetts, de 1681a 1692. El abuelo delpresidente Hinckley,Ira Nathaniel Hinckley,perdió a sus padres yfue enviado desde elestado de Michigan hastaNauvoo y conoció al pro-feta José Smith” (Boyd K.Packer, “PresidenteGordon B. Hinckley:Primer Consejero”,

Liahona, octubre/noviembre de 1986, pág. 7).

En 1843, a los catorce años de edad, Ira NathanielHinckley se unió a la Iglesia, y en 1850 llegó al Valledel Gran Lago Salado. Después de establecerse en SaltLake City con su familia, viajó en varias ocasiones aleste para ayudar a otros santos a emigrar al oeste. En1862 se alistó en el ejército para vigilar la línea telegrá-fica transcontinental durante la Guerra Civil. En 1867el presidente Brigham Young le envió una carta a Ira,pidiéndole que aceptara una nueva asignación:

“ ‘Deseamos tener a una persona apta y buenapara establecerse en la hacienda de la Iglesia en CoveCreek, Condado de Millard y hacerse cargo de ella. Seha sugerido su nombre para ese puesto. Como está acierta distancia de otras poblaciones, para ese cargo senecesita un hombre de juicio práctico y sólido, y de ex-periencia. Cove Creek está sobre el camino principalhacia Dixie (en Utah), Pahranagat (en Nevada), y el surde California, a unos 55 kilómetros al sur de Fillmore yaproximadamente a 29 kilómetros al norte de Beaver.Si usted considera aceptar esta misión, debe tratar deacompañarnos al sur. Esperamos partir este lunes. Noes prudente que lleve a su familia hasta que se constru-ya el fuerte… Si resuelve ir, háganoslo saber a través

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Ira Nathaniel Hinckley supervisó la construcción del Fuerte Cove en l867.

Ira Nathaniel Hinckley, abuelo deGordon B. Hinckley.

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del portador de esta carta, y cuando venga, traiga supropio transporte a fin de acompañarnos’.

“…Ira envió una respuesta sencilla con el mensaje-ro: ‘Dígale al Presidente que estaré allí el día indicadocon el transporte preparado para partir’ ” (Sheri L. Dew,Go Forward with Faith: The Biography of Gordon B.Hinckley, 1996, pág. 12).

SU PADRE FUE FUERTE Y FIELIra Nathaniel

Hinckley dejó a su familiaen Coalville, Utah, hastaque el fuerte en CoveCreek estuvo listo paraser ocupado. Mientrasestuvo lejos, su esposa,Angelina Wilcox NobleHinckley, dio a luz a unhijo, Bryant StringhamHinckley (padre deGordon B. Hinckley),el 9 de julio de 1867.Ira mudó a su familia aCove Fort y durante lossiguientes diecisiete años ayudaron a que los viajerosque pasaban por la zona tuviesen abrigo, alimento yseguridad.

“Los primeros recuerdos de Bryant Hinckley eransobre la vida en Cove Fort, donde él y sus hermanosaprendieron a cabalgar casi al mismo tiempo que apren-dieron a caminar. Muchas tardes se subían a los murosdel fuerte, con sus binoculares en la mano, observandoa los vaqueros en sus cabalgaduras poniendo en el co-rral a caballos salvajes, y al ganado que pastaba en loscerros hacia el este…

“En 1883, cuando Bryant tenía dieciséis años,Angeline se mudó a Provo para que los cinco hijos ma-yores de Ira asistieran a la Academia Brigham Young.Bryant tenía una edad en la que se es muy impresiona-ble, y la academia abrió para el muchacho rural deUtah todo un mundo nuevo…

“Después de su graduación, se le ofreció unpuesto para enseñar en la academia, a condición deque obtuviera más entrenamiento. En consecuenciaviajó a Poughkeepsie, Nueva York, y asistió al EastmanBusiness College, del cual se graduó en diciembre de1892. También completó varios meses de postgradoen la Universidad Rochester Business antes de regresara casa en la primavera de 1893 para enseñar en laAcademia Brigham Young. En junio de 1893, contrajomatrimonio con Christine Johnson” (Dew, Go Forwardwith Faith, págs. 16–18).

Angeline Wilcox Noble Hinckley, abuelade Gordon B. Hinckley

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Presidentes de la Iglesia

A principios de 1900, Bryant aceptó el ofrecimientodel puesto de rector del nuevo LDS Business College enSalt Lake City. “Su instinto para los negocios, así comosu capacidad como maestro y su facilidad para comuni-carse con los demás, sirvieron mucho al colegio… Diezaños después, cuando dejó el puesto, el colegio se con-sideraba como uno de los mejores del país en el campode los negocios” (Dew, Go Forward with Faith, pág. 18).

Bryant y Christine Hinckley tuvieron nueve hijos.Trágicamente, el mismo día que nació el quinto, su hijade dos años de edad murió a causa de una fiebre aguda,y en julio de 1908, después de quince años de matrimo-nio, Christine enfermó repentinamente y tuvo una inter-vención quirúrgica de emergencia. Todos los esfuerzospara curarla fueron inútiles y falleció poco después.Bryant estaba desolado. Su esposa estaba muerta, élhabía quedado solo y con ocho hijos para cuidar.

NACIÓ GORDON B. HINCKLEYMeses después del

fallecimiento de su espo-sa, Bryant Hinckley sintióque sus hijos necesitabanuna madre y él una com-pañera. En aquel entoncesera rector del LDSBusiness College, y AdaBitner, talentosa profesorade inglés y de taquigrafía,formaba parte del perso-nal docente. Después deun breve noviazgo, Bryanty Ada se casaron en elTemplo de Salt Lake, el4 de agosto de 1909.

“En la bendición pa-triarcal recibida quinceaños antes, a Bryant sele había prometido: ‘Nosólo llegarás tú a ser gran-de sino que tu posteridadtambién lo será; de tuslomos saldrán estadistas,profetas, sacerdotes yReyes del Altísimo. ElSacerdocio jamás se apar-tará de tu familia. Nohabrá fin para tu posteri-dad… y el nombre deHinckley será honrado entodas las naciones debajode los cielos’.

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Ada Bitner Hinckley, madre deGordon B. Hinckley.

Bryant Stringham Hinckley, padre deGordon B. Hinckley.

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“El día que Bryant yAda se regocijaron porla llegada de su primerhijo, no pudieron haberprevisto que en gran ma-nera ese hijo daría cum-plimiento a la profecía.Nació el 23 de junio de1910, y recibió el nom-bre de soltera de sumadre, por lo que se leconocería como GordonBitner Hinckley” (Dew,Go Forward with Faith,pág. 22).

DESDE TEMPRANA EDAD APRENDIÓMUCHAS LECCIONES

“Un niño larguirucho y delgado, susceptible al dolorde oídos y otras dolencias, Gordon fue una preocupaciónconstante para su madre. De noche era común encontrara Ada calentando dos pequeñas bolsas de sal que luegosujetaba contra los doloridos oídos del niño…

“Gordon también sufría de alergias, asma y fiebredel heno, y las condiciones de vida de esa época agra-vaban sus problemas. Casi todos los habitantes de SaltLake City quemaban carbón en las estufas, las cocinas ylos hornos, y el hollín resultante permanecía sobre laciudad como una manta que sofocaba, particularmenteen la etapa más dura del invierno…

“La pesada concen-tración de hollín y deotros contaminantes fueel desafío más severo deGordon. A los dos añosde edad contrajo un casotan severo de tos ferinaque un médico le dijo aAda que el único reme-dio era el aire puro decampo. Bryant atendióel consejo y compró unagranja de dos hectáreasen la zona rural de EastMilcreek, al este del Vallede Salt Lake” (Dew, GoForward With Faith,págs. 24–25).

Al recordar algunas de las lecciones que aprendióen su niñez, el presidente Gordon B. Hinckley dijo:

“Yo crecí aquí, en Salt Lake City, y fui un niñocomún y pecoso… Mi padre era un hombre instruidoy tenía mucho talento; era respetado en la comunidad.

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Gordon B. Hinckley (a la derecha)con su hermano Sherman,aproximadamente en 1913.

El joven Gordon B. Hinckley.

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Amaba mucho a la Iglesia y a sus líderes. El presidenteJoseph F. Smith, que era el Presidente de la Iglesia ensu época, fue uno de sus héroes. También llegó a esti-mar mucho al presidente Heber J. Grant, que fue tam-bién Presidente de la Iglesia en 1918.

“Mi madre también era muy inteligente y bonda-dosa. Ella también era maestra, pero cuando se casócon mi padre… dejó su empleo para ser ama de casay madre, y para nosotros, ella triunfó en su cometido.

“Vivíamos en lo que a mí me parecía una casagrande en el Barrio Uno. Tenía cuatro cuartos en laplanta baja: cocina, comedor, sala y biblioteca, y arriba,cuatro dormitorios. La casa estaba ubicada en la esqui-na de un terreno grande con mucho césped, muchosárboles y demandaba grandes y constantes quehaceres.

“En mis primerosaños, teníamos una coci-na a leña en la cocina yuna estufa en el come-dor. Más adelante instala-mos calefacción central ynos parecía maravillosa;sin embargo la calderatenía un apetito vorazpor carbón y no tenía unaparato que la alimentaraautomáticamente. Habíaque alimentarla a paladasy acumular el carbón arri-ba de la llama para quedurara toda la noche.

“Yo aprendí una gran lección de ese monstruo. Siquería estar calentito, tenía que llenar la caldera de car-bón (o sea, que aprendí que si quería estar confortabletenía que trabajar).

“Mi padre era de la opinión de que sus hijos te-nían que aprender a trabajar en verano tanto como eninvierno, por lo tanto, compró una granja de dos hec-táreas, que con el tiempo llegó a ser de más de doce.Allí vivíamos todo el verano y volvíamos a la ciudadcuando empezaban las clases.

“Teníamos muchos árboles frutales que habíaque podar todas las primaveras. Papá nos llevó a verdemostraciones de podado por expertos de la escuelaagraria. Así aprendimos una gran lección: que podía-mos predecir cómo iba a ser la fruta en otoño por laforma en que podábamos en primavera. La clave era es-paciar las ramas para que la fruta tuviera bastante aire ysol. Además aprendimos que las ramas nuevas daban lamejor fruta. Esto tiene muchas aplicaciones en la vida”(“Lecciones que aprendí en la niñez”, Liahona, julio de1993, págs. 63–64).

Gordon B. Hinckley a los 12 años deedad, aproximadamente.

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LOS HINCKLEY REALIZABAN NOCHESDE HOGAR PARA LA FAMILIA

El presidente Hinckley compartió los siguientesrecuerdos de su niñez:

“En 1915 el presidente Joseph F. Smith pidió quelas familias de la Iglesia tuvieran la Noche de Hogar. Mipadre dijo que lo haríamos, que calentaríamos la saladonde estaba el piano de mi madre y haríamos lo quenos pedía el Presidente de la Iglesia.

“Cuando éramos niños, a mis hermanos y a mí nonos gustaba hacer nada enfrente de los demás. Una cosaera hacer algo mientras jugábamos, pero pedirnos quecantáramos un solo enfrente de los demás era como pe-dirle al helado que no se derritiera con el calor de la co-cina. Al principio nos reíamos y hacíamos comentariostontos, pero mis padres insistieron y aprendimos a cantary a orar juntos, a escuchar con atención cuando mamános leía cuentos de la Biblia y del Libro de Mormón.Papá nos contaba cuentos de memoria…

“De esas humildes reuniones en la sala de nuestravieja casa surgió algo indescriptible. Se fortaleció el amorque sentíamos por nuestros padres y nuestros hermanos.Aumentó el amor que sentíamos por el Señor y creció ennuestro corazón el agradecimiento que sentíamos por lascosas simples y buenas. Esas cosas maravillosas sucedie-ron porque nuestros padres obedecieron el consejo delpresidente de la Iglesia. (De eso aprendí algo tremenda-mente importante.)

“En nuestra casa sabíamos que papá amaba a mamá.Esa fue otra de las grandes lecciones de mi niñez. No re-cuerdo haber escuchado a mi padre nunca hablar mal ami madre ni decir nada malo de ella. Él la animaba a par-ticipar en las actividades de la Iglesia y a cumplir con susresponsabilidades cívicas y vecinales. Ella tenía mucho ta-lento y él la alentaba para que lo utilizara. Papá siempretrataba de que mamá estuviera confortable. Los hijosveíamos que se trataban con igualdad, que eran compa-ñeros, que trabajaban juntos y se amaban y eran conside-rados el uno con el otro, como también sabíamos que

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Bryant y Ada Hinckley con sus hijos: Sylvia, Gordon, Ruth, Shermany Ramona, aproximadamente en 1928.

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nos querían a nosotros” (“Lecciones que aprendí en laniñez”, Liahona, julio de 1993, págs. 65–66).

LA FAMILIA HINCKLEY VALORABAEL APRENDIZAJE EN EL HOGAR

Los padres de Gordon B. Hinckley eran profesoresy querían dar a sus hijos las mejores oportunidades deaprendizaje. “Ya que Ada había sido maestra de inglés,había leído mucho e insistía en que su familia usara lagramática correctamente. No toleraba el lenguaje des-cuidado, y sus hijos aprendieron a hablar con precisióny cuidado. Decir “pa” en lugar de “para” o usar lengua-je corriente era casi imperdonable.

“Ada había sidouna estudiante excep-cional y esperaba lomismo de sus hijos.Durante años Gordonatesoró el pequeñoHandy Dictionary(Diccionario práctico)de Webster que teníaesta inscripción: ‘AdaBitner, Premio a laExcelencia, 1889’. Loslibros y la preparaciónacadémica eran tambiénimportantes para Bryant,y él había transformadoen biblioteca uno de loscuartos de la casa, elcual se podía cerrar paraestudiar. Los estantes es-

taban llenos de más de mil libros” (Dew, Go ForwardWith Faith, pág. 30).

Años más tarde, el presidente Hinckley habló concariño acerca de la biblioteca de su casa:

“Cuando yo era niño vivíamos en una casa grandey vieja. A uno de los cuartos se le llamaba “la bibliote-ca”. Contaba con una mesa sólida y una buena lámpara,tres o cuatro sillas cómodas con buena iluminación, yhabía libros en estantes que cubrían las paredes. Habíamuchos tomos que mis padres habían adquirido en eltranscurso de muchos años.

“Nunca se nos obligaba a leerlos, pero estabanahí, a la mano, para que los utilizáramos cuando qui-siéramos.

“En aquella habitación siempre había silencio, yaque se daba por sentado que era un lugar para estudiar.

“También había revistas: las revistas de la Iglesia yotras dos o tres buenas revistas. Había libros de histo-ria y literatura, libros sobre temas técnicos, dicciona-rios, un conjunto de enciclopedias y un atlas del

Bryant y Ada Hinckley.

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mundo. Naturalmente, en aquella época no había tele-visión. La radio hizo su aparición en la época en que yoestaba creciendo, pero en nuestra casa prevalecía unambiente propicio para el estudio. No quisiera que us-tedes pensaran que éramos grandes eruditos, pero sí senos exponía a la buena literatura, a las grandes ideasde pensadores famosos y al lenguaje de hombres y mu-jeres de pensamientos profundos que se expresabanmaravillosamente” (véase “El ambiente de nuestros ho-gares”, Liahona, octubre/noviembre de 1985, pág. 2).

SUS PADRES ESPERABANLO MEJOR DE SUS HIJOS

“Irónicamente en su niñez, con todo lo que losHinckley habían recalcado en cuanto a la literatura yal aprendizaje, a Gordon no le gustaba la escuela. Alos seis años de edad, cuando debió haber comenza-do primer año, se escondió de los padres el primerdía de clase. Como era un niño pequeño y delicadode salud, Bryant y Ada decidieron que tal vez se senti-ría mejor al año siguiente si asistía con Sherman, suhermano menor.

“Cuando al año si-guiente llegó el primerdía de clases, Gordon co-rrió dando vueltas por lacasa en un intento de es-capar de su madre, peroAda prevaleció… En pocotiempo Gordon alcanzó alos de su año y pasó al se-gundo grado” (Dew, GoForward With Faith, págs.30–31). No fue sino hastacursar los estudios preu-niversitarios que la acti-tud de Gordon cambióradicalmente.

Los padres siemprelos animaron, a él y a losotros hijos a dar lo mejorde sí y siempre se esperóde todos ellos el cumpli-miento de ciertas normasde conducta. Los padresno aplicaban una discipli-na estricta, pero sabíancómo comunicar lo quese esperaba. Si era nece-sario, asignaban tareasadicionales a los hijosque necesitaban ese estí-mulo. En cierta ocasión,

Bryant S. Hinckley (1867–1961), padrede Gordon B. Hinckley.

Gordon B. Hinckley.

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Gordon B. Hinckley Capítulo 15

en primer año, “después de un día particularmente di-fícil en la escuela, Gordon volvió a la casa, arrojó los li-bros sobre la mesa y se puso a andar de un lado a otrode la cocina, y luego lanzó una imprecación. Ada, se es-candalizó ante esa expresión, explicó que bajo ningunacircunstancia esas palabras deberían volver a salir de suboca y llevó a Gordon al lavatorio, donde enjabonó ge-nerosamente una toallita y se la restregó alrededor dela lengua y por los dientes. Él escupió ‘espuma’ y sintióganas de volver a decir varias malas palabras, pero re-sistió ese deseo” (Dew, Go Forward With Faith, pág.33). Mucho después dijo: “Fue una buena lección.Puedo decir que me he esforzado por no tomar elnombre del Señor en vano desde aquel día. Estoy agra-decido por esa lección” (véase “No tomarás el nombrede Dios en vano”, Liahona, enero de 1988, pág. 46).

RECIBIÓ UNA BENDICIÓN PATRIARCALEn 1995 el presidente Hinckley habló de su bendi-

ción patriarcal:“Recibí mi bendición patriarcal cuando era toda-

vía un niño, a los once años de edad. Un converso[Thomas E. Callister] que había venido de Inglaterraera nuestro patriarca; quien me puso las manos sobrela cabeza y me dio una bendición. Creo que nunca leíaquella bendición hasta que estaba en el barco de viajea Inglaterra, en 1933. La saqué de mi baúl y la leí dete-nidamente, y la volvía a leer cada tanto mientras esta-ba en la misión en Inglaterra.

“No quiero contarles todo lo que contiene esabendición, pero aquel hombre habló con voz profética.Entre otras cosas dijo que yo elevaría mi voz en testi-monio de la verdad entre las naciones de la tierra.Cuando fui relevado de mi misión, hablé en Londresen una reunión de testimonios en el Battersea TownHall; al domingo siguiente hablé en Berlín, y el siguien-te en París. Al otro domingo hablé en Washington D.C.Volví a casa cansado, débil, delgado y fatigado… y medije: ‘Ya basta. He viajado tan lejos como pude haberlodeseado. No quiero volver a viajar nunca más’. Y penséque ya había cumplido aquella bendición. Había habla-do en cuatro de las grandes capitales del mundo:Londres, Berlín, París y Washington, D.C. Pensé quehabía cumplido aquella parte de la bendición.

“Digo con gratitud y con un espíritu de testimo-nio… que desde entonces ha sido mi privilegio, por laprovidencia y la bondad del Señor, dar testimonio deesta obra y del llamamiento divino del profeta JoséSmith en todas las tierras de Asia, o casi todas: Japón,Corea, Tailandia, Taiwán, Filipinas, Hong-Kong, Vietnam,Burma, Malasia, India, Indonesia, Singapur y algunasotras. He testificado de la divinidad de esta obra enAustralia, Nueva Zelandia, en las islas del Pacífico, en

las naciones de Europa, en todas las naciones deAmérica del Sur y en todas las naciones del Oriente,”(Teachings of Gordon B. Hinckley, 1997, págs. 422–423).

RECIBIÓ UN FIRME TESTIMONIOACERCA DE JOSÉ SMITH

El presidenteHinckley compartió unaexperiencia que tuvo ensu niñez, cuando llegó asaber que José Smithrealmente era un profeta:

“Hace muchos años,cuando a los doce añosde edad me ordenarondiácono, mi padre, queentonces era presidentede nuestra estaca, mellevó a mi primera reu-nión del sacerdocio. Enaquellos días esas reunio-nes se efectuaban unanoche entre semana.

Recuerdo que fuimos al edificio del Barrio Diez en SaltLake City. Él se dirigió hacia el estrado y yo me sentéen la última fila, sintiéndome un poco solitario e incó-modo en aquel salón lleno de hombres fuertes que ha-bían sido ordenados al sacerdocio de Dios. La reuniónse inició, se anunció el himno de apertura y, como erala costumbre en aquel entonces, todos nos pusimosde pie para cantar. Allí había quizás unas cuatrocientaspersonas. Todos juntos esos hombres elevaron susvoces potentes, algunos con acento de lenguas euro-peas, de donde habían venido como conversos, todoscantando estas palabras con un gran espíritu de convic-ción y testimonio:

Al gran Profeta rindamos honores.Fue ordenado por Cristo Jesús,a restaurar la verdad a los hombresy entregar a los pueblos la luz.(Himnos, Nº 15).

“Cantaban del profeta José Smith, y al hacerlo seme llenó el corazón de amor por el gran Profeta deesta dispensación, y de creencia en él. En mi niñez seme había enseñado mucho acerca de él en las reunio-nes y las clases de nuestro barrio, así como también ennuestro hogar; pero mi experiencia en aquella reuniónde sacerdocio de estaca fue diferente. Supe entonces,mediante el poder del Espíritu Santo, que José Smithciertamente era un Profeta de Dios.

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“Cierto es que durante los años siguientes, huboocasiones en que ese testimonio vaciló un poco, parti-cularmente en los años de mis estudios universitarios.Sin embargo, aquella convicción nunca me abandonódel todo, y se ha ido afirmando a través de los años,en parte a causa de los desafíos de aquellos días queme llevaron a leer, estudiar y lograr esa certeza por mímismo” (véase “ ‘Al gran Profeta rindamos honores’ ”,Liahona, mayo de 1984, págs. 1–2).

NO HABÍA LUGAR SUFICIENTEEN EL EDIFICIO DE LA ESCUELASECUNDARIA

El presidente Hinckley compartió la siguiente expe-riencia de cuando ingresó a los estudios secundarios:

“…como no cabían todos los alumnos en el [edifi-cio de la secundaria], mandaron a nuestra clase de sép-timo grado de vuelta a la [escuela primaria].

“Nos sentimos rebajados; estábamos furiosos.Habíamos pasado ya seis años difíciles en esa escuelay pensábamos que merecíamos algo mejor. Los varo-nes nos reunimos después de clase y decidimos queno íbamos a tolerar que nos trataran así. Decidimoshacer una huelga.

Al día siguiente nofuimos a clase, pero nosabíamos adónde ir. Nopodíamos quedarnos enla casa porque nuestrasmadres nos descubrirían.No se nos ocurrió irnosa un cine del centro por-que no teníamos dineropara cosas así. No quería-mos ir al parque porqueteníamos miedo de quenos viera el Sr. Clayton,el que vigilaba si algunofaltaba a escondidas. No se nos ocurrió escondernosdetrás de la cerca de la escuela y contar chistes verdesporque no sabíamos ninguno. Nunca habíamos oídohablar de drogas ni de nada por el estilo. Así que cami-namos sin rumbo y desperdiciamos el día.

“A la mañana siguiente, Don Stearns (que en inglésse pronuncia igual que la palabra que significa severo enespañol) nos esperaba en la puerta de la escuela. Su apa-riencia hacía juego con su nombre. Nos habló sin mira-mientos y después nos dijo que no podíamos volver a laescuela si no traíamos una nota de nuestros padres. Esafue mi primera experiencia con una expulsión. Nos dijotambién que las huelgas no solucionaban los problemasy que se esperaba que fuéramos ciudadanos responsables

Gordon B. Hinckley.

y, que si teníamos una queja, debíamos ir a hablar con eldirector de la escuela.

“No nos quedaba otra alternativa que volver a casay conseguir la nota.

“Recuerdo haber entrado a casa con el rabo entrelas piernas. Mi madre me preguntó qué me pasaba y leconté. Le dije que necesitaba una nota para volver a laescuela y ella la escribió. Fue muy breve, pero fue lapeor reprimenda que me dio en su vida. Decía así:

“ ‘Estimado Sr. Stearns:“ ‘Sírvase disculpar la falta de Gordon ayer. No

tuvo el valor de oponerse a la presión de sus amigos’. “La firmó y me la entregó.“Caminé de vuelta a la escuela y llegué al mismo

tiempo que otros muchachos. Todos le entregamos lasnotas a Don Stearns. No tengo idea de si alguna vez lasleyó, pero nunca me olvidé de la nota de mi madre. Apesar de que yo había tomado parte activa en la deci-sión, desde ese día me hice el firme propósito de quejamás haría algo sólo por seguir a la mayoría. Decidí allímismo que tomaría mis propias decisiones de acuerdocon mis principios y con lo adecuado en ese momento,y que no dejaría que nadie me presionara a decidir unacosa u otra.

“Muchas veces, esa decisión ha sido una bendiciónen mi vida, a veces en circunstancias muy difíciles. Haevitado que hiciera algunas cosas que, si las hubierahecho, podían haberme costado caro o por lo menos mehubieran robado el autorrespeto” (véase “Lecciones queaprendí en la niñez”, Liahona, julio de 1993, pág. 65).

SU FE SUPERÓ SUS DUDAS“En 1928 Gordon

terminó los estudiospreuniversitarios enLDS High School y esemismo otoño se inscribióen la Universidad deUtah, exactamente unaño antes del comienzode la Gran DepresiónEconómica…

“Mientras Gordonsiguió estudiando en launiversidad y pasó de de-pender de sus padres aser autosuficiente, él ymuchos de sus compañeros comenzaron a preguntarsecon respecto a la vida, al mundo y aun a la Iglesia. Sus in-quietudes fueron agravadas por el cinismo de la época…

“Afortunadamente pudo comentar con su padre al-gunas de sus inquietudes, y juntos examinaron los inte-

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rrogantes que él tenía: la falibilidad de las AutoridadesGenerales, el por qué a la gente que vive el Evangeliole suceden cosas difíciles, por qué Dios permite que al-gunos de Sus hijos sufran, etc. El entorno de fe queabundaba en la casa de Gordon fue vital durante eseperíodo inquisitivo, tal como lo explicó más adelante:‘Mis padres eran absolutamente firmes en su fe. No in-tentaron hacerme “engullir” el Evangelio ni me empu-jaron a participar, pero no dejaron de expresar lo quepensaban. Mi padre era sabio y de buen juicio y no eradogmático. Él había enseñado a estudiantes universita-rios y apreciaba a la gente joven así como sus puntosde vista y dificultades. Tenía una actitud comprensiva ytolerante, y siempre estaba dispuesto a hablar de loque me preocupaba’.

“Debajo de los interrogantes de Gordon, y de suactitud de crítica, había un hilo de fe que se había esta-do formando desde hacía mucho tiempo. Poco a poco,a pesar de sus interrogantes y dudas, comprendió quetenía un testimonio que no podía negar. Y aunque co-menzó a comprender que no siempre había una res-puesta clara y definida para cada pregunta difícil,también se dio cuenta de que su fe en Dios superabasus dudas. Desde aquella noche, hacía tantos años, enque había asistido a su primera reunión de sacerdociode estaca, había sabido que José Smith era un profeta:‘El testimonio que había recibido de jovencito perma-neció conmigo y llegó a ser un baluarte al cual pudeasirme durante aquellos años tan difíciles’, dijo” (Dew,Go Forward with Faith, págs. 45–47).

FALLECIÓ SU MADRELa madre de Gordon

B. Hinckley, Ada BitnerHinckley, falleció el 9 denoviembre de 1930, cuan-do él tenía veinte años.Hablando de la muertede su madre, dijo:

“A los cincuentaaños, mamá contrajocáncer y [mi padre] laatendía constantemente.Recuerdo nuestras oracio-nes familiares y nuestrosruegos y las oraciones deél, con lágrimas en los ojos.

“En aquel entonces no había seguros médicos.Papá hubiera gastado hasta el último centavo para bus-car una cura. En realidad gastó muchísimo dinero consu enfermedad. La llevó a Los Ángeles en busca de me-jores tratamientos, pero sin resultados.

Ada Bitner Hinckley (1880–1930),madre de Gordon B. Hinckley.

“De eso hace 62 años, pero recuerdo con claridadel dolor de mi padre cuando bajó del tren y saludó asus desconsolados hijos. Caminamos taciturnamentepor la plataforma de la estación hasta otro vagón; deallí bajaron el ataúd y se lo entregaron al encargado dela empresa funeraria. Allí aprendimos un poco más delcariño y la consideración de mi padre, y eso tuvo unefecto perdurable en mi vida.

“También entendí mejor el sufrimiento tan pro-fundo que sienten los niños que pierden a su madre,pero, a la vez, que la muerte es un estado en el quese siente completa paz, sin dolor, y que no es el finaldel alma” (véase “Lecciones que aprendí en la niñez”,Liahona, julio de 1993, págs. 66–67).

FUE LLAMADO A SERVIR EN UNAMISIÓN EN INGLATERRA

Después de graduar-se de la Universidad deUtah en 1932, Gordon B.Hinckley tenía intencio-nes de inscribirse en laFacultad de Periodismode la UniversidadColumbia, en la Ciudadde Nueva York, pero elSeñor tenía otros planespara él. “Un domingopor la tarde, poco antesde cumplir los veintitrésaños de edad, el obispoDuncan invitó a Gordona ir a verlo a su casa. El

obispo fue directo al grano: ¿Había pensado en servircomo misionero? Gordon se asombró. En aquellos díasde depresión económica, el servicio misional era la ex-cepción y no la regla. Como consecuencia de la inesta-bilidad económica, el sostener a un misionero eraprácticamente imposible para la mayoría de las fami-lias; de hecho, pocos eran los llamados a servir comomisioneros. Sin embargo, tan pronto como el obispoexpuso el asunto, Gordon supo cuál debía ser su res-puesta: le dijo al obispo Duncan que iría.

“Sin embargo, se perfilaba la realidad de financiarla misión. Bryant le aseguró a su hijo que encontraríala forma de hacerlo, y Sherman [hermano menor deGordon] ofreció colaborar. Gordon decidió usar los mo-destos ahorros que había acumulado para sus estudiosde postgrado. Lamentablemente, poco después de ha-berse comprometido a ir, el banco donde tenía sus aho-rros quebró, y Gordon perdió todo su dinero. Pocodespués la familia descubrió que durante años Ada había

Como misionero, hablando en HydePark, Londres, Inglaterra, 22 de juliode 1934.

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mantenido una pequeña cuenta de ahorros con las mo-nedas que recibía como cambio cuando hacía las com-pras y la había reservado para el servicio misional de sushijos. Gordon se sintió conmovido por los años de calla-do sacrificio de su madre y de su profética visión. Aúndespués de su muerte ella continuaba dándole apoyo ysostén. Más importante aún fue el ejemplo de consagra-ción, y él consideró sagrado el dinero que recibió de losahorros de ella” (Dew, Go Forward with Faith, pág. 56).

Recibió su llamamiento misional para ir a laMisión Europea, con sede en Londres, Inglaterra. Elélder Hinckley viajó a Inglaterra en un barco que atra-có en Plymouth la noche del 1º de julio de 1933. Aldía siguiente se le asignó ir a Preston, Lancashire.

Como sucede con muchos misioneros, él tuvo susmomentos de desánimo. Sus alergias lo molestaron a

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El élder Hinckley (segundo de la derecha) con los misioneros AngusNicholson, Richard S. Bennett y Ormond J. Koulam.

causa de las pasturas de junio que estaban polinizandocuando él llegó. Las lágrimas que la fiebre del heno leproducía eran constantes, y su energía y resistencia es-taban bajas en sumo grado, como jamás lo habían esta-do. Posteriormente rememoró:

“A mi arribo al lugar yo no me sentía bien. Debido ami estado de salud y a la oposición que se hacía sentir,me sentí desanimado durante esas primeras semanas, atal punto que le escribí una carta a mi padre para decirleque creía que yo estaba perdiendo el tiempo y desperdi-ciando su dinero. Él no sólo era mi padre, sino tambiénmi presidente de estaca, y asimismo un hombre sabio einspirado. Respondió a mi misiva con una carta muybreve, en la que decía: ‘Querido Gordon: Recibí tu últi-ma carta, y sólo tengo un consejo que darte: Olvídate deti mismo y ponte a trabajar’. Horas antes, esa misma ma-ñana, durante nuestra clase de estudio de las Escrituras,mi compañero y yo habíamos leído estas palabras delSeñor: ‘Porque todo el que quiera salvar su vida, la per-derá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y delevangelio, la salvará.’ (Marcos 8:35).

“Aquellas palabras del Maestro, seguidas por elconsejo de mi padre, llegaron a lo más recóndito demi alma. Con la carta de mi padre en la mano, entré aldormitorio de esa casa en la que vivíamos, me arrodi-llé y le hice una promesa al Señor. Hice convenio conÉl de que me esforzaría por olvidarme de mí mismo yme concentraría en Su servicio.

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Misioneros en Inglaterra, 6 de mayo de 1935. El élder Hinckley está en la segunda fila, segundo de la izquierda.

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Gordon B. Hinckley Capítulo 15

“Ese dichoso día dejulio de 1933 fue mi díade decisión. Mi vida se vioinundada de una nuevaluz y mi corazón de unjúbilo antes desconocidopara mí. Mi experienciamisional fue altamentesatisfactoria y preciada, ypor ello guardo una eter-na gratitud, por haber tra-bajado en Preston, dondecomenzó la obra misional,y en otros lugares a losque ésta había llegado,incluso la gran ciudad deLondres donde serví lamayor parte de mi misión” (véase “Una proclamación almundo”, Liahona, noviembre de 1987, pág. 6).

“Tan pronto como el élder Hinckley se puso delleno a trabajar en la obra, recibió una carta trasladán-dolo de Lancashire a Londres como asistente especialdel élder Joseph F. Merrill, que en ese entonces eramiembro del Consejo de los Doce Apóstoles yPresidente de la Misión Europea.

“ ‘No bautizamosa muchas personas enLondres en aquellosdías’, dice su compañerode misión Wendell J.Ashton, ‘pero el élderHinckley causaba sensa-ción en las reuniones queteníamos en una esquinadel parque Hyde Park.Les puedo asegurar queaprendimos a hablar rápi-damente y a tener listauna respuesta. Y el élderHinckley era el mejor denuestro grupo. Siempre he pensado que allí, en HydePark en Londres, él obtuvo una gran experiencia de loque haría tan hábilmente el resto de su vida: defender ala Iglesia y hablar con valor de sus verdades. Lo hacíabien entonces y sigue haciéndolo bien ahora’.

“El tiempo pasó rápidamente y en poco tiempoel joven élder Hinckley estuvo de regreso en Salt LakeCity, cansado, delgado y (con gran ironía a la luz de loque le deparaba el destino) con el deseo de ‘no volvera viajar a ningún otro lado’ ” (véase Jeffrey R. Holland,“Presidente Gordon B. Hinckley: Valiente y denodado”,Liahona, agosto de 1995, pág. 14).

Con el presidente Joseph FieldingSmith, leyendo el folleto “La VerdadRestaurada”, del cual fue autorGordon B. Hinckley.

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En la granja de East Creek, febrero de1936, poco después de su misión.

SIRVIÓ EN EL COMITÉ DEPUBLICACIONES MISIONALES,RADIO Y PUBLICIDAD

Después de la misión del presidente Hinckley,su presidente de misión, el élder Joseph F. Merrill delConsejo de los Doce, le pidió que rindiera un informeal presidente Heber J. Grant y a la Primera Presidenciasobre la publicación de materiales misionales. “Se or-ganizó un nuevo comité de los Doce para poner al al-cance de la obra misional las facilidades que ofrecíanlos medios de comunicación más modernos. Gordonserviría como productor y secretario del Comité de[Publicaciones Misionales, Radio y Publicidad] de laIglesia. De hecho, este fue el comienzo de la oficinade comunicaciones públicas de la Iglesia. Debió ponera un lado sus planes de ir a la universidad. Su carreracomo maestro de Seminario, ya que enseñaba mediajornada a su regreso de la misión, tuvo que reempla-zarse. El comité se componía de seis miembros de losDoce, con el élder Stephen L. Richards como presidente”(Packer, “Presidente Gordon B. Hinckley: PrimerConsejero”, Liahona, octubre de 1986, pág. 6).

ENCONTRÓ A SU COMPAÑERA ETERNAGordon B. Hinckley

y Marjorie Pay se habíanestado cortejando antesde la misión de él y eranbuenos amigos. Ella sesintió muy feliz cuandosupo del llamamiento ylo animó a que fuera aservir. “ ‘Marjorie era latípica jovencita mormonade nuestra juventud’, Marjorie Pay Hinckley.

Sirvió como secretario ejecutivo del Comité de Publicaciones Misionales,Publicidad y Radio de la Iglesia, en 1935. Mientras se encontraba en esepuesto escribió y creó gran parte de los primeros materiales de relacionespúblicas y ayudas visuales de la Iglesia.

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recuerda Ramona H. Sullivan, hermana menor del presi-dente Hinckley, ‘y vivía al otro lado de la calle. Era muybonita. Lo que más recuerdo de Marge en aquellos díases cuán refinada y ejemplar era, aun desde jovencita, alpresentar discursos y números especiales en las reunio-nes y actividades de nuestro viejo Barrio Uno. Todas lasdemás parecían ponerse de pie y hablar entre dientes,pero Marjorie era totalmente profesional. Ella tenía unadicción excelente y controlaba todos sus movimientos.Aún recuerdo aquellos discursos que daba’.

“Aunque no empeza-ron un noviazgo en seriohasta que él regresó de lamisión, lo primero que lellamó la atención fueprecisamente una de esaslecturas de los años juve-niles de Marjorie Pay. ‘Lavi por primera vez en laPrimaria’, cuenta riéndo-se el presidente Hinckley.‘Ella dio un discurso.No sé de qué forma meimpresionó, pero lo cier-

to es que jamás lo olvidé. Después ella creció hastaconvertirse en una joven hermosa, y yo tuve el buensentido de casarme con ella’.

“Los Hinckley contrajeron matrimonio el 29 deabril de 1937 y tuvieron tres hijas y dos hijos… A estafamilia tan unida se añadieron más tarde veinticinconietos y trece bisnietos” (véase Holland, “PresidenteGordon B. Hinckley: Valiente y denodado”, Liahona,agosto de 1995, pág. 17–18).

HUBO UN PERÍODO DE AJUSTEEN EL MATRIMONIO

“Mientras continua-ba aprendiendo más acer-ca de la administraciónde la Iglesia, Gordon tam-bién encontró que habíamucho para mantenerloocupado en casa mientrasél y Marjorie aprendíana vivir juntos. Y huboajustes. Poco despuésde haber anunciado sucompromiso, Emma MarrPetersen, esposa del élderMark E. Petersen, había

advertido a Marjorie que los primeros diez años de ma-trimonio serían los más difíciles. Su comentario sorpren-dió y asombró a Marjorie, quien más adelante admitió:

Con el presidente David O. McKay en elpúlpito del Tabernáculo de Salt Lake.

El élder Hinckley y su esposa, abrilde 1970.

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‘Yo estaba segura de que los diez primeros años seríanmaravillosos, pero durante nuestro primer tiempo jun-tos descubrí que ella ¡ había dado en el clavo! Hubomuchos ajustes. Claro que no eran del tipo de cosas quete hacen correr a la casa de mamá para contarle. Pero devez en cuando lloré sobre mi almohada. Los problemasestaban casi siempre relacionados con vivir según el ca-lendario de actividades de la otra persona y de hacer lascosas a la manera del otro. Nos amábamos, no cabía nin-guna duda, pero también teníamos que acostumbrarnosel uno al otro. Creo que todos los matrimonios tienenque hacerlo’ ” (Dew, Go Forward with Faith, pág. 118).

CONSTRUYÓ UNA CASA“Poco después de

contraer matrimonio,[Gordon B. Hinckley] diocomienzo a la difícil tareade construir una pequeñacasa, con la intención deir agregándole habitacio-nes a medida que la fami-lia fuera haciéndose másnumerosa. Su hijo Clarkrecuerda: ‘Papá siempretenía un plan para el fu-turo. En la casa que cons-truyó, dejó las paredespreparadas para instalarlas puertas, pensandoque a medida que fuesereconstruyendo y expan-diendo, se necesitarían las puertas como parte delplan’. Dick, el hijo mayor, agrega: ‘Parecía que nuestracasa siempre estaba uno o dos años atrasada comparadacon el crecimiento de la familia, y mamá constantemen-te tenía que verse con alguna parte de la casa o del jar-

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El élder Hinckley y su esposa.

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La familia Hinckley, en la época en que fue llamado a ser Ayudante de losDoce, abril de 1958.

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dín sin terminar. Años más tarde, cuando se mudaron aun condominio, mamá comentó: ‘¡Por fin tenemos pa-redes que papá no puede derribar ni cambiar!’ ” (véaseM. Russell Ballard, “Presidente Gordon B. Hinckley”,Liahona, octubre de 1994, págs. 11–12).

FUE LLAMADO AL APOSTOLADODurante veinticuatro

años Gordon B. Hinckleyhabía trabajado en lasOficinas Generales dela Iglesia y había cultiva-do una buena relacióncon muchas de lasAutoridades Generales.En 1958 fue llamado aservir como Ayudantedel Quórum de los DoceApóstoles. El 30 de sep-tiembre de 1961, tempra-no por la mañana, recibióuna llamada telefónica

del presidente David O. McKay, quien lo invitó a ir a suoficina tan pronto como le fuera posible.

“Menos de una hora después, los dos hombres seencontraban sentados uno frente al otro, y el presiden-te McKay explicó la razón de esta temprana visita antesde la sesión matutina de la conferencia general: ‘Hesentido que debía proponerlo para ocupar la vacante enel Quórum de los Doce Apóstoles’, le dijo sencillamenteal élder Hinckley, ‘y deseamos sostenerlo hoy en la con-ferencia’. Esas palabras dejaron a Gordon sin habla, ybuscó una respuesta, pero sin éxito. ¿Cómo era posibleque recibiera un llamamiento semejante? Él sabía, natu-ralmente, que había una vacante en el Quórum, pero nipor un instante había pensado, ni remotamente, que élsería llamado a ocupar ese lugar.

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El élder Hinckley y su esposa con sus hijos, octubre de 1961.

Después de recibir su llamamientocomo apóstol, septiembre de 1961.

“El presidente McKay continuó: ‘Su abuelo y supadre eran dignos de este puesto, y usted también loes’. Con esas palabras, la compostura del élder Hinckleyse derrumbó, porque no había tributo mayor que el pro-feta pudiera haberle rendido, y que hubiese significadomás para él. ‘Las lágrimas comenzaron a inundar misojos mientras el presidente McKay me miraba con aque-lla mirada penetrante y hablaba de mis antepasados’, re-memoró. ‘Mi padre fue un hombre mejor que yo, perono tuvo las oportunidades que yo había tenido. El Señorme ha bendecido con grandes oportunidades’…

“En una carta que escribió en su propia máquinaportátil, le dijo a su hijo misionero, que en ese enton-ces servía en Duisburg, Alemania: ‘Pienso que debocontarte que he sido llamado al Quórum de los DoceApóstoles’, le dijo a Dick. ‘No sé por qué he sido llama-do a ese puesto. No he hecho nada extraordinario; sólohe tratado de hacer lo mejor posible en las tareas quese me han encomendado, sin preocuparme en cuanto aquién recibe el reconocimiento’. Dick dijo tiempo des-pués: ‘Por la carta pude darme cuenta de que papá sesentía abrumado con el llamamiento. Yo mismo me sor-prendí con las novedades. Nunca se me había ocurridoque él pudiera ser llamado a ser uno de los Doce’ ”(Dew, Go Forward with Faith, págs. 234, 236).

DEBEMOS RECORDAR LA EXPIACIÓNDE JESUCRISTO:

El élder Gordon B.Hinckley enseñó:

“Ningún miembrode esta Iglesia debe olvi-dar jamás el terrible pre-cio que pagó nuestroRedentor, quien dio suvida para que el génerohumano pudiera vivir: laagonía de Getsemaní, lafarsa amarga de Su juicio,la hiriente corona de es-pinas que desgarró sucarne, el grito de sangredel populacho delante dePilato, el solitario sufri-miento de la torturantecaminata a lo largo del camino del Calvario, el espan-toso dolor que padeció cuando los grandes clavos leperforaron las manos y los pies, la febril tortura de Sucuerpo al colgar de la cruz aquel trágico día, el Hijo deDios exclamando: ‘Padre, perdónalos; porque no sabenlo que hacen’ (Lucas 23:34).

“Ésa fue la cruz, el instrumento de Su tortura, elterrible artefacto diseñado para destruir al Hombre de

En la conferencia general.

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Presidentes de la Iglesia

Paz, la inicua recompensa por Su obra milagrosa decurar a los enfermos, de hacer que los ciegos vieran,de levantar a los muertos. Ésa fue la cruz sobre la quecolgó y murió en la solitaria cumbre del Gólgota.

“No podemos olvidar ese hecho. No debemos ol-vidarlo jamás, ya que fue allí donde nuestro Salvadory Redentor, el Hijo de Dios, se entregó en un sacrificiovicario por cada uno de nosotros” (“Nuestra más bellaesperanza”, Liahona, abril de 1995, págs. 4–5).

FUE LLAMADO A SER CONSEJERODE LA PRIMERA PRESIDENCIA

“Indudablemente, uno de los momentos más emo-cionantes de la vida de Gordon B. Hinckley fue a media-dos de 1981, cuando el presidente Spencer W. Kimball lollamó para que fuera consejero en la Primera Presidencia.Aunque los que la integraban se hallaban en estados va-riados de mala salud, la Primera Presidencia estaba ‘com-pleta’, con el presidente Kimball y los presidentesN. Eldon Tanner y Marion G. Romney aún servían enella. Sin embargo, en un momento de clara inspiracióny de buena salud, el presidente Kimball le pidió al élderHinckley que formara parte de la Primera Presidenciacomo ‘Consejero de la Primera Presidencia’ como conse-jero adicional, cargo del cual había amplio precedenteen la historia de la Iglesia…

“ ‘Cuando acepté elllamado del presidenteKimball para unirme aellos, no sabía exactamen-te cuáles serían mis fun-ciones, y tal vez ellostampoco lo supieran en-tonces’, dice el presidenteHinckley. ‘Pero las circuns-tancias requerían una asis-tencia extra, y yo estabamás que dispuesto a pres-tarla. Ignoraba si el llama-miento sería por unosdías o por unos meses’.

“Según resultó, el presidente Gordon B. Hinckleyno se alejaría ya más de la Primera Presidencia de laIglesia. En 1982 falleció el presidente Tanner; el presi-dente Romney pasó a ser Primer Consejero y el presi-dente Hinckley fue llamado como Segundo Consejero.

“ ‘Aquella fue una responsabilidad enorme y abru-madora’, dice. ‘Había momentos en que parecía unacarga terrible. Por supuesto, siempre consultaba a nues-tros hermanos del Quórum de los Doce.

“ ‘Me acuerdo de una ocasión en particular en queme arrodillé para pedir ayuda al Señor pidiéndole ayudaen medio de una situación muy difícil y me vinieron a la

Con el presidente Spencer W. Kimball.

memoria aquellas pala-bras: “Quedaos tranquilosy sabed que yo soy Dios”(D. y C. 101:16). Supeotra vez que ésta es Suobra y que Él no la deja-ría fallar, que todo lo queteníamos que hacer eraponernos a trabajar connuestro mejor esfuerzo, yque la obra seguiría avan-zando sin obstáculos niimpedimentos de ningu-na clase” (véase Jeffrey R.Holland, “El presidente Gordon B. Hinckley valiente ydenodado”, Liahona, junio de 1995, pág. 22).

Mientras servía como consejero de los presidentesSpencer W. Kimball, Ezra T. Benson y Howard W. Hunter,el presidente Hinckley observó la carga física que ellospadecieron al final de sus vidas. Hubo ocasiones en lasque presidió en las reuniones cuando el Presidente o losotros consejeros no pudieron estar presentes por causade mala salud. La responsabilidad de dirigir recayó en élen la toma de muchas decisiones que mantuvieron a laIglesia siguiendo adelante. Él aceptó humildemente ycon oración la carga abrumadora.

“El élder Thomas S. Monson reflexionó sobre elpapel del presidente Hinckley durante ese período sin-gular de la historia de la Iglesia: ‘El presidente Hinckleyse encontraba en una situación sumamente difícil por-que el presidente Kimball aún era el profeta. Aunqueun hombre tenga limitaciones físicas, puede no estarlomental ni espiritualmente. El presidente Hinckley tuvola tarea nada envidiable de no ir demasiado lejos ni de-masiado rápidamente, pero sí de seguir adelante tantocomo fuese necesario. Siempre tuvo la habilidad y elsentido común para hacer lo que un consejero debehacer: jamás intervenir en lo que únicamente le corres-ponde hacer al presidente’ ” (Dew, Go Forward withFaith, pág. 401).

Entre 1981–1985, frecuentemente presidió solo en la conferencia general.

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Con el presidente Howard W. Hunter.

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Gordon B. Hinckley Capítulo 15

“NO PODEMOS ABANDONAR LAPALABRA DEL SEÑOR”

El presidente Gordon B. Hinckley escribió lo si-guiente:

“El Señor nos ha dado tantos consejos y manda-mientos con respecto a eso que ningún miembro de laIglesia tiene por qué equivocarse. Nos ha dado pautasclaras en cuanto a la pureza personal, a la relación conel prójimo, a la obediencia a las leyes, a la lealtad quedebemos tener hacia el gobierno, a la observancia deldía de reposo, al pago del diezmo y otras ofrendas, alcuidado de los pobres, así como a abstenernos de lasbebidas alcohólicas y del tabaco, a ser buenos vecinos,tener un hogar e hijos, a dar a conocer el Evangelio aotros, y podría seguir enumerándolas.

“No hay necesidad de discutir acerca de esas nor-mas. Si permanecemos fieles y aplicamos las creenciasde nuestra religión, impulsaremos la causa más eficaz-mente que por cualquier otro medio. . .

“No van a faltar quienes traten de tentarnos y dehacernos caer en una trampa. Hasta es posible que nosmenosprecien, que nos humillen, que nos vituperen,que nos pongan en ridículo ante los demás. Tambiénestán aquellos, tanto fuera como dentro de la Iglesia,que tratan de obligarnos a cambiar de parecer en algu-nos asuntos, como si tuviéramos derecho de usurpar laautoridad que le pertenece sólo a Dios.

“No tenemos ninguna intención de discutir conotros; nosotros enseñamos el Evangelio de paz. No po-demos desechar la palabra del Señor, que llega a noso-tros por medio de hombres a quienes hemos sostenidocomo profetas” (véase Gordon B. Hinckley, “No discutáiscon los demás, sino seguid firmes en la fe”, Liahona, no-viembre de 1989, págs. 4–5).

EL LIBRO DE MORMÓN ES UNAINFLUENCIA TANGIBLE

El presidenteHinckley testificó encuanto al milagro delLibro de Mormón: “Sihay milagros entre noso-tros, seguramente unode ellos es el Libro deMormón. Los incrédulospueden dudar de laPrimera Visión y alegarque no hubo testigospara comprobarlo. Loscríticos pueden despre-ciar toda manifestacióndivina acaecida a la apari-ción de esta obra alegan-

Examinando un tomo de la primeraedición del Libro de Mormón en chino,con el presidente David O. McKay,enero de 1966.

do que es de naturaleza tan intangible que es imposi-ble demostrar para la mente pragmática; como si lascosas de Dios se pudieran comprender por otro medioque no sea el espíritu de Dios. Podrán negar nuestrateología; pero no pueden negar honradamente el Librode Mormón. Aquí está; lo pueden sentir y leer, puedenaquilatar su valor y contenido. Pueden testificar de suinfluencia” (“Agregamos nuestro testimonio”, Liahona,diciembre de 1989, pág. 9).

USEN SUS TALENTOS PARA SERVIRY BENDECIR A OTROS

Dirigiéndose a un grupo de jóvenes, el presidenteHinckley dijo:

“Sería éste un mundo hermoso si toda joven tuvie-ra el privilegio de casarse con un hombre bueno enquien pudiera respaldarse con orgullo no solo por estavida sino por la eternidad, que le perteneciera sólo aella para amarlo, respetarlo y apoyarlo. ¡Qué mundomaravilloso sería si cada joven se casara en la casa delSeñor con una joven a cuyo lado pudiese estar y servir-le de protector, proveer para sus necesidades, ser suesposo y compañero!

“Pero las cosas no siempre se dan de ese modo.Hay personas que por razones inexplicables no tienenla oportunidad de casarse. A ustedes quisiera decir queno pasen el tiempo y gasten sus vidas navegando en elmar de la autocompasión. Dios les ha dado talentos dediversos tipos y les ha dado la capacidad de satisfacerlas necesidades de otras personas y llegar a sus corazo-nes con su bondad e interés. Alléguense a alguien ne-cesitado. También de ese tipo de personas hay muchas.

“Incrementen su conocimiento. Refinen la mente ylas habilidades en aquello para lo que tengan vocación.Nunca en la historia del mundo han tenido las mujerestales oportunidades en las profesiones, en los negocios,en la educación y en todas las vocaciones honorables de

El presidente Hinckley enseñando.

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Presidentes de la Iglesia

la vida. No piensen que porque son solteras Dios se haolvidado de ustedes. Repito Su promesa citada antes:‘Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la mano,y dará respuesta a tus oraciones’ (D. y C. 112:10).

“El mundo las necesita. La Iglesia también las ne-cesita. Muchas son las causas que requieren de susfuerzas, su sabiduría y sus talentos” (véase Gordon B.Hinckley, “Vivid conforme a vuestra herencia”, Liahona,enero de 1984, pág. 142).

ENSEÑÓ LA IMPORTANCIADE LA MATERNIDAD

En la reunión general de mujeres de septiembrede 1983, el presidente Gordon B. Hinckley dijo:

“A ustedes que tie-nen la necesidad de traba-jar aun cuando preferiríanquedarse en casa, quisieradecirles algunas palabras.Sé que hay muchas que seencuentran en esta situa-ción. Han sido abandona-das o son divorciadas ycon hijos que cuidar.Otras son viudas con fami-lias por las que velar. Lespresento mi profundo res-peto por su dignidad y es-

píritu de autosuficiencia. Ruego que el Señor les bendigacon fuerzas y con gran capacidad, pues necesitan ambascosas. Tienen tanto la responsabilidad de proveer susten-to como la de cuidar de un hogar. Sé que es difícil ymuchas veces descorazonador. Ruego que el Señor lesbendiga con sabiduría especial y con el tremendo talentode proveer para sus hijos mediante el tiempo, la compa-ñía, el amor, con esa guía particular que sólo una madrees capaz de dar. Ruego también que Él les bendiga conayuda generosa de familiares, de amigos y de la Iglesia,la que servirá para aliviar parte del peso de sus hombrosy brindar consuelo en momentos extremos.

“Percibimos, al menos en cierto grado, la soledadque a menudo deben cumplir, y las frustraciones quedeben experimentar al tratar de superar problemas quea veces les parece que exceden su capacidad para solu-cionarlos…

“Ahora les hablo a las que trabajan sin ser necesa-rio y que por así hacerlo dejan a sus hijos al cuidadode quienes a menudo son apenas pobres sustitutos.Vayan a ustedes unas palabras de advertencia. Nohagan algo de lo que más tarde tendrán que arrepentir-se. Si el propósito de esa ocupación diaria es sencilla-mente ganar más dinero para ciertos lujos o para

Hablando en la conferencia general.

bienes deseables, aunque no indispensables, y comoprecio de ellos sacrifican la compañía de sus hijos y laoportunidad de criarlos, se darán cuenta de que hanperdido la sustancia mientras trataban de aferrarse a lassombras…

“… Me consta que [nuestro Padre Celestial] ama aSus hijas tanto como a Sus hijos. El presidente HaroldB. Lee declaró en una ocasión que el sacerdocio es elpoder por el cual Dios obra por medio del hombre.Deseo agregar que la maternidad es el medio por elcual Dios cristaliza Su gran plan maestro de preservarSu creación. Tanto el sacerdocio como la maternidadson vitales en el plan del Señor.

“Cada uno complementa al otro y se necesitan mu-tuamente. Dios nos creó varón y mujer, cada uno concaracterísticas y aptitudes individuales y singulares. Lamujer es la que da a luz y nutre a los hijos, y el hombrees el proveedor y el protector. No hay ley que pueda al-terar los sexos. Las legislaciones deben brindar igualdadde oportunidades, igualdad de comprensión y tambiénde privilegios políticos, pero toda legislación que tengacomo fin crear un género neutro en cuanto a lo queDios creó, varón y mujer, resultará más en problemasque en beneficios. De ello estoy convencido.

“Deseo, de todo corazón, que empleáramos menoscantidad de tiempo en hablar de derechos y más en ha-blar de responsabilidades. Dios ha dado a la mujer deesta Iglesia una obra que cumplir en el establecimientode Su reino. Esa obra está ligada a todos los aspectos denuestras tres responsabilidades, que son: primero, ense-ñar el Evangelio al mundo; segundo, fortalecer la fe yfomentar la felicidad de los miembros de la Iglesia, ytercero, llevar adelante la gran obra de la salvación delos muertos…

“Pónganse sus ropas hermosas, oh hijas de Sión.Vivan conforme a la magnífica herencia que el Señor

Saludando a un grupo de mujeres jóvenes.

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Gordon B. Hinckley Capítulo 15

Dios, nuestro Padre Celestial, les ha concedido.Elévense por encima del polvo del mundo, amparadasen el conocimiento de que son hijas de Dios, con underecho divino. Caminen a la luz del sol con la cabezaen alto sabiendo que se les ama y se les honra, que sonparte de Su reino y que hay para ustedes una gran obraque no puede delegarse a nadie más” (véase “Vivid con-forme a vuestra herencia”, Liahona, enero de 1984,págs. 142–144).

EL EGOÍSMO ES UNA DE LASPRINCIPALES CAUSAS DE DIVORCIO

El presidente Gordon B. Hinckley enseñó:“¿Por qué hay tantos hogares deshechos? ¿Qué les

sucede a los matrimonios que empezaron con amorsincero y el deseo de ser leales y fieles el uno al otro?

“La respuesta no esfácil, lo sé. Pero me pare-ce que hay algunas razo-nes obvias para explicarun gran porcentaje delos problemas. Lo digopor la experiencia que hetenido al tratar con estastragedias, y encuentroque el egoísmo es la raízde la mayoría de ellos.

“No creo que unmatrimonio feliz seaaquel donde hayamucho romanticismosino donde el cónyuge

se interesa verdaderamente por el bienestar de sucompañero.

“El egoísmo es a menudo la base de los problemaseconómicos, que son serios y que afectan de manera vi-sible la estabilidad de la vida familiar. El egoísmo es laraíz del adulterio, de la desobediencia a los conveniossagrados que se han hecho, y todo por satisfacer la pa-sión. El egoísmo es lo contrario del amor; es el cáncerde la ambición; destruye la autodisciplina, desvanece lalealtad, desbarata convenios sagrados. [Y aflige tanto ahombres como a mujeres.]

“Demasiadas son las personas que llegan al matri-monio habiendo sido malcriadas y consentidas, pen-sando que todo debe andar perfectamente bien entodo momento, que la vida es una serie de entreteni-mientos y que las pasiones deben satisfacerse aun sacri-ficando principios. ¡Qué trágicas son las consecuenciasde esas ideas superficiales y poco razonables!…

El presidente Hinckley y su esposacelebrando un aniversario de bodas.

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“Hay un remedio para todo esto, y no es el divor-cio. Se encuentra en el Evangelio del Hijo de Dios. Élfue quien dijo: ‘…por tanto, lo que Dios juntó, no losepare el hombre’ (Mateo 19:6). El remedio para la ma-yoría de los problemas matrimoniales no es el divorciosino el arrepentimiento. No es la separación sino la in-tegridad que impulsa a un hombre a armarse de valor ycumplir con sus obligaciones. El remedio se encuentraen la aplicación de la Regla de Oro…

“A veces existen causas legítimas para el divorcio.No puedo decir que nunca es justificado. Pero digocon toda seguridad que esta plaga que parece estar enaumento en todos lados no es de Dios, sino que es laobra del enemigo de la rectitud, de la paz y de la ver-dad” (“Lo que Dios ha unido”, Liahona, julio de 1991,págs. 79–80).

EL MATRIMONIO DEBE SER UNAASOCIACIÓN ETERNA

El presidente Gordon B. Hinckley dijo:“Estoy convencido de que Dios, nuestro Padre

Eterno, no ama a Sus hijas menos que a Sus hijos. Enel plan del Evangelio la esposa no va adelante ni detrásde su esposo, sino a su lado en un verdadero compa-ñerismo ante el Señor.

“Veo a mi propiacompañera de cincuentay dos años. ¿Es la contri-bución de ella menosaceptable ante el Señorque la mía? Estoy bien se-guro que no. Ella ha an-dado silenciosamente ami lado, me ha apoyadoen mis responsabilida-des, ha criado y bendeci-do a nuestros hijos, haservido en muchos llama-mientos en la Iglesia y hasembrado una ilimitadamedida de alegría y bon-dad dondequiera que ha ido. Cuantos más años tengo,más aprecio, sí, tanto más amo, a esta mujercita con lacual me arrodillé en el altar de la casa del Señor hacemás de medio siglo.

“De todo corazón deseo que los matrimonios seanfelices. Deseo que cada matrimonio sea una asociacióneterna. Creo que ese deseo se puede cumplir si hay vo-luntad de hacer el esfuerzo para que se lleve a cabo”(véase “Alcanzad vuestro potencial divino”, Liahona,enero de 1990, págs. 96–97).

La hermana Marjorie Pay Hinckley,marzo de 1988.

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Presidentes de la Iglesia

“Creo en una familia en la que haya un hombreque contemple a su compañera como su tesoro más pre-ciado, y la trate de acuerdo con ese sentimiento; una fa-milia en la que la mujer vea a su marido como un anclay una fuente de fortaleza, de consuelo y seguridad; unhogar donde haya hijos que miren a sus padres con res-peto y gratitud, donde haya padres que vean a sus hijoscomo una bendición, y que consideren la tarea de criar-los y educarlos como una responsabilidad maravillosa yextremadamente seria. Criar un hogar como ése exigeesfuerzo y energía, paciencia y disposición a perdonar,amor, perseverancia y sacrificio; las demandas son mu-chas, pero vale la pena hacer el esfuerzo” (“Yo creo”,Liahona, marzo de 1993, pág. 7).

SE LE SOSTIENE COMO PRESIDENTEDE LA IGLESIA

El 3 de marzo de1995, falleció el presi-dente Howard W. Hunter.El presidente Gordon B.Hinckley, sabiendo queel manto para presidirla Iglesia ahora recaeríasobre él, necesitaba laconfirmación de partedel Señor y la seguridadque Él da. Fue al Templode Salt Lake para cono-cer la voluntad del Señor.Allí en la sala de reunio-

nes de la Primera Presidencia y del Quórum de losDoce, tras puertas cerradas, leyó las Escrituras y meditósobre la expiación del Señor. Examinó los retratos delos profetas de esta dispensación y sintió que ellos loanimaban y que él sería bendecido y apoyado en suministerio. Escribió:

El presidente Gordon B. Hinckley.

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El presidente Hinckley con el presidente Ronald Reagan, de los EstadosUnidos de Norteamérica, y con el presidente Thomas S. Monson, septiembrede 1982.

“ ‘Parecía que ellos me decían que habían habladoen mi favor en un concilio realizado en los cielos, queno tenía necesidad de temer, que sería bendecido ysostenido en mi ministerio.

“ ‘Me arrodillé y le rogué al Señor. Hablé muchocon Él en oración… Tengo la seguridad de que me-diante el poder del Espíritu, oí la palabra del Señor,no vocalmente, sino como algo cálido que sentí en micorazón, concerniente a las preguntas que yo habíahecho en oración’.

“Después del tiempo que pasó en el templo, elpresidente Hinckley sintió cierta paz acerca de lo queestaba por delante. ‘Me siento mejor; tengo en el cora-zón una seguridad más firme de que el Señor está ha-ciendo Su voluntad con relación a Su causa y a Sureino, que seré sostenido como Presidente de laIglesia, profeta, vidente y revelador, y así serviré tantotiempo como el Señor desee’, escribió después. ‘Conla confirmación del Espíritu en mi corazón, ahoraestoy listo para marchar adelante y trabajar de la mejormanera que sé hacerlo. Es difícil para mí creer que elSeñor me está dando esta responsabilidad tan sagraday sublime… Espero que el Señor me haya capacitadopara hacer lo que espera de mí. Le daré lealtad total,y ciertamente buscaré Su guía’…

“El presidente James E. Faust expresó un senti-miento que compartían muchas de las AutoridadesGenerales: ‘No sé de ningún hombre que haya llegadoa la Presidencia de esta Iglesia estando tan bien prepara-do para esta responsabilidad. El presidente Hinckley haconocido y trabajado con cada Presidente de la Iglesiadesde el presidente Heber J. Grant hasta Howard W.Hunter, y ha estado bajo la tutela de todos estos gran-des líderes de nuestro tiempo, uno por uno, en unaforma muy personal’ ” (Dew, Go Forward with Faith,págs. 508, 510–511).

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La Primera Presidencia durante una conferencia de prensa cerca de laestatua de José Smith, en el Edificio Conmemorativo José Smith.

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SE SIENTE CÓMODO CON LOSMEDIOS DE COMUNICACIÓN

Las primeras asigna-ciones del presidenteHinckley en el campo delas relaciones públicas leaportaron mucha expe-riencia con los mediosde comunicación. Su dis-posición a relacionarsecon ellos le ha dado ala Iglesia oportunidadessin precedentes de com-partir el mensaje de laRestauración con elmundo; y sus entrevistasen radio y televisión hanpermitido que muchaspersonas se enteren de laIglesia por primera vez.

“ ‘El presidente Hinckley está ayudando a sacar a laIglesia de la oscuridad’, dijo el élder Neal A. Maxwell. ‘LaIglesia no puede progresar como necesita hacerlo si esta-mos escondidos debajo de un almud. Alguien tiene quedar un paso hacia adelante, y el presidente Hinckley estádispuesto a hacerlo. Es un hombre de la historia y almismo tiempo de nuestros días, y tiene dones maravillososde expresión que le permiten presentar nuestro mensajeen una forma que agrada a la gente de todas partes’…

“ ‘El presidenteHinckley siente respetopor los medios de comu-nicación, pero no lestiene temor’, explicó elélder Maxwell, que fuetestigo de sus presenta-ciones en entornossimilares. ‘Y tiene tal co-nocimiento de la historiade la Iglesia y de datosacerca de la Iglesia dehoy, que no es probable

verlo desconcertado ante una pregunta inesperada en laque no haya pensado o que no haya procesado ya en supropia mente. Sabe dar respuestas importantes que sonconcisas y adecuadas para los medios de difusión. Esmentalmente ágil y está a la altura de las situaciones enlas que se llega a encontrar. No se siente compelido aeludir ninguna de nuestras faltas como pueblo; ni lasencubre ni las hermosea. Como resultado, los periodis-tas responden ante su sinceridad. Tiene la capacidad deestablecer lazos con personas de todas las condiciones,y en ese sentido está sumamente preparado para pre-

Entrevistado en el programa detelevisión Larry King Live.

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Con el comentarista de televisión MikeWallace, durante una entrevista comoparte del programa “60 Minutes”,diciembre de 1995.

sentar nuestra historia al mundo’ ” (Dew, Go Forwardwith Faith, págs. 536, 546–547).

CREEMOS EN CRISTO

En 1995, durante una entrevista por radio, el presi-dente Hinckley explicó: “Somos cristianos. Ninguna delas religiones existentes expresa un testimonio mayorde la divinidad de nuestro Señor Jesucristo como Hijode Dios y como Redentor del mundo que la Iglesia quelleva Su nombre: La Iglesia de Jesucristo de los Santosde los Últimos Días. Su Evangelio es el… que enseña-mos. Y nos esforzamos por trabajar con el mismo espíri-tu de amor que Él ejemplificó” (véase “Las palabras delProfeta actual”, Liahona, diciembre de 1996, pág. 8).

LA REVELACIÓN CONTINÚAEl presidente

Gordon B. Hinckleydijo: “Una vez alguienle preguntó al hermanoWidtsoe: ‘¿Cuándo vamosa recibir otra revelación?¿Cómo es que no hemosrecibido revelacionesdesde que Doctrina yConvenios fue recopilada?¿Cuánto hace que no reci-bimos una revelación?’. Elhermano Widtsoe respon-dió: ‘Oh, desde el juevespasado’. Y así es como su-cede. Cada jueves, cuandoestamos en Salt Lake, laPrimera Presidencia y losDoce nos reunimos en eltemplo, en esos sagrados

En abril de 1980 se celebró elsesquicentenario de La Iglesia deJesucristo de los Santos de los ÚltimosDías. Durante la conferencia generaldel 6 de abril de ese año, el élderHinckley presentó la Proclamación dela Primera Presidencia y del Quórum delos Doce Apóstoles, en la granja PeterWhitmer, en Fayette, Nueva York.

La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles delante de laestatua “Christus”, en el Centro de Visitantes Norte, en la Manzana delTemplo, 1995.

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recintos, y oramos juntos y comentamos entre todosciertos asuntos, y el espíritu de revelación viene sobrelos presentes. Lo sé. Lo he visto. Yo estuve allí aquel díade junio en 1978 cuando el presidente Kimball recibiórevelación, rodeado por integrantes del Consejo de losDoce, de los cuales en aquel tiempo yo era uno. Ésta esla obra de Dios; es la labor del Todopoderoso. No hayhombre que pueda entorpecerla ni detenerla; seguiráadelante y continuará creciendo y bendiciendo la vida dela gente a través de toda la tierra” (Teachings of GordonB. Hinckley, pág. 555).

EXPLICÓ LA NECESIDAD DE LAPROCLAMACIÓN SOBRE LA FAMILIA

En septiembre de 1995, la Primera Presidencia yel Quórum de los Doce Apóstoles dio a conocer “LaFamilia: Una Proclamación para el Mundo”. Primero fueleída por el presidente Hinckley como parte de su men-saje en la Reunión General de la Sociedad de Socorro.Antes de leerla, dijo: “Con tanta sofistería que se hacepasar como verdad, con tanto engaño en cuanto a lasnormas y los valores, con tanta tentación de seguir losconsejos del mundo, hemos sentido la necesidad deamonestar y advertir sobre todo ello. A fin de hacerlo,nosotros, la Primera Presidencia y el Consejo de losDoce Apóstoles, presentamos una proclamación a laIglesia y al mundo como una declaración y confirmaciónde las normas, doctrinas y prácticas relativas a la familiaque los profetas, videntes y reveladores de esta Iglesiahan repetido a través de la historia” (“Permanezcan fir-mes frente a las asechanzas del mundo”, Liahona, enerode 1996, pág. 116).

En un almuerzopara los medios de difu-sión y conferencia deprensa en mayo de 1996,el presidente Gordon B.Hinckley ofreció esclare-cimiento sobre la necesi-dad de la proclamación.“¿Por qué tenemos hoyen día esta proclamaciónsobre la familia? Porquela familia está siendo ata-cada, por todo el mundose están desintegrandolas familias. El lugar paraempezar a mejorar la so-ciedad es el seno delhogar. En su mayor parte, los hijos hacen lo que se lesenseña. Estamos tratando de hacer del mundo un lugarmejor al fortalecer a la familia” (“Pensamientos de ins-piración”, Liahona, agosto de 1997, pág. 5).

Visita a Nauvoo, Illinois.

“¡QUE DIOS LAS BENDIGA, MADRES!”El presidente Gordon B. Hinckley dijo:“La verdadera fortaleza de cualquier nación, socie-

dad o familia yace en las cualidades de carácter que loshijos mayormente han aprendido en el modo cotidiano,sencillo y tranquilo de sus madres. Lo que una vez decla-ró Jean Paul Richter en cuanto al padre es aún más cier-to respecto a la madre, y cambiaré un poco las palabraspara recalcar mi punto: ‘Lo que una madre dice a sushijos no lo oye el mundo, pero lo oirá la posteridad’…

“…Invito a todamujer, dondequiera quese encuentre, a elevarsehasta alcanzar el granpotencial que hay enella. No les pido quevayan más allá de su ca-pacidad, pero sí que nose desesperen con pen-samientos de fracaso.Espero que no traten deponerse metas más alláde su aptitud para alcan-zarlas, sino que simple-mente hagan lo quepuedan como mejorsepan. Si lo hacen,verán milagros.

“¡Que Dios las ben-diga, madres! Una vezque todas las victorias ylas derrotas de los hom-bres se cuenten, cuandoel polvo de las batallas dela vida comience a asen-tarse, cuando todo por loque trabajamos con tantoesfuerzo en este mundode conquista se desvanez-

ca delante de nuestros ojos, ustedes estarán allí, debenestar allí como fortaleza para una generación nueva, enla marcha siempre progresista de la raza humana, cuyacalidad dependerá de ustedes” (Motherhood: A Heritageof Faith, folleto, 1995, págs. 6, 9, 13).

“EDUQUEN A SUS HIJOS POR LOSSENDEROS DEL EVANGELIO”

Dirigiendo sus palabras a las madres sin compañe-ro, el presidente Hinckley dijo:

“Sea cual fuere la causa de su situación presente,tengan la seguridad de que las llevamos en el corazón.Sabemos que muchas viven solas, con inseguridad, preo-

El presidente Hinckley saluda a lossantos de África.

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El presidente Hinckley con George H.W. Bush, Presidente de los EstadosUnidos de Norteamérica, julio de 1992.

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cupación y temor. En lamayoría de los casos, casinunca tienen bastante di-nero; sienten constanteinquietud por sus hijosy por el futuro de ellos.Muchas se encuentranen circunstancias en lasque tienen que trabajary dejar a sus niños solos,sin nadie que los cuide.Pero si les dan mucho ca-riño mientras son peque-ñitos, si les hacen muchasdemostraciones de amor,si oran juntos, entonceshay más posibilidad deque sus hijos tengan paz

en el corazón y un carácter íntegro. Enséñenles los cami-nos del Señor. Isaías declaró: ‘Y todos tus hijos serán en-señados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos’(Isaías 54:13).

“Cuanto más eduquen a sus hijos por los senderosdel Evangelio de Jesucristo, con amor y altas metas, tantamás seguridad hay de que tendrán paz en la vida” (véase“Permanezcan firmes frente a las asechanzas del mundo”,Liahona, enero de 1996, pág. 115).

LAS MUJERES JÓVENES DEBENRECIBIR UNA BUENA EDUCACIÓN

Hablando a las Mujeres Jóvenes de la Iglesia, elpresidente Hinckley dijo: “Les insto a cada una a obte-ner toda la educación posible porque la necesitarán enel mundo al que entrarán. La vida es cada vez más com-petitiva y los expertos afirman que el hombre o la mujercomún y corriente, a lo largo de sus años de empleo,puede esperar cinco cambios de trabajo. El mundo estácambiando, y es muy importante que nos preparemospara cambiar con él. Pero todo esto tiene su lado positi-

Disfrutando de un momento con mujeres jóvenes de la Iglesia.

vo: ninguna otra generación en la historia ha brindadotantas oportunidades a las mujeres. El objetivo primor-dial de ustedes debe ser tener un matrimonio feliz, se-llado en el templo del Señor, y seguido por la crianzade una buena familia; y si obtienen una buena educa-ción, estarán mejor preparadas para realizar esos idea-les” (“Seamos verídicos y fieles”, Liahona, julio de 1996,págs. 102–103).

“SIN TEMPLOS LA IGLESIANO ESTÁ COMPLETA”

El presidente Hinckley a menudo habla de la im-portancia de los templos:

“La edificación y la dedicación de templos hanavanzado con tanta rapidez en los últimos años, que al-gunas personas no le prestan gran atención ni le danmucha importancia.

“Pero para el adver-sario eso no ha pasadoinadvertido. La construc-ción y la dedicación deestos sagrados edificioshan estado acompañadasde un resurgimiento dela oposición por parte deunos cuantos enemigosde la Iglesia, así como dela crítica de algunos desus miembros. Esto meha hecho recordar unaspalabras que BrighamYoung pronunció en1861, cuando el Templode Salt Lake estaba enconstrucción. Al pedirle a un hombre que evidente-mente tenía experiencia anterior que trabajara también

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El presidente Hinckley y su esposa.

Constructor de muchos templos; hablando con el élder W. Grant Bangerter.

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Disfrutando de un momento conalgunos niños.

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en la edificación de este templo, él respondió: ‘No megusta la idea, porque nunca hemos podido construirun templo sin que las campanas del infierno empiecena repicar’.

“A lo cual Brigham Young comentó: ‘Quiero oírlasrepicar otra vez…’ (véase “Regocijaos en esta granépoca de construir templos”, Liahona, enero de 1986,pág. 43).

“He sentido el ferviente deseo de tener un templodondequiera que se necesite a fin de que nuestra gente,esté donde esté y sin realizar un sacrificio demasiadogrande, pueda ir la Casa del Señor a recibir sus propiasinvestiduras y tener la oportunidad de realizar la obravicaria por los muertos…

“Sin templos la Iglesia no está completa. Sin esasordenanzas sagradas la doctrina no se puede cumplir.Sin la Casa del Señor las personas no pueden tener laplenitud de aquello a lo que tienen derecho comomiembros de esta Iglesia.

“El Señor nos ha bendecido con los medios, a travésde las fieles consagraciones de los santos, para hacer loque debemos hacer y tenemos que hacer. Ésta es laépoca más grande de construcción de templos en toda lahistoria del mundo. Pero no es suficiente. Debemos con-tinuar con esta obra hasta tener un templo dedicado alalcance de nuestros fieles en todo el mundo” (Teachingsof Gordon B. Hinckley, pág. 629).

HIZO PLANES DE TENER CIENTEMPLOS PARA EL AÑO 2000

El presidente Hinckley ha tenido la oportunidadde dedicar más templos que todos los demás líderesde esta dispensación, en conjunto. Bajo su dirección laIglesia aumentó su número de templos en funciona-miento por encima de los 100. Durante la conferenciageneral de abril de 1998, el presidente Hinckley anun-ció la construcción de templos más pequeños y comu-nicó el plan de tener 100 templos funcionando para elaño 2000:

“…en estos últimos meses hemos estado viajandopor muchos lugares donde residen miembros de laIglesia. He estado con muchos que poseen muy poco enlo que respecta a bienes materiales, pero que tienen enel corazón una ardiente fe acerca de esta obra de los úl-timos días; aman la Iglesia, aman el Evangelio y aman alSeñor, y desean hacer Su voluntad. Ellos pagan su diez-mo, por modesto que sea; hacen tremendos sacrificiospara poder ir al templo, viajando días enteros en auto-buses incómodos y en botes viejos, además de ahorrardinero y privarse de muchas cosas para lograrlo.

“Ellos necesitan templos más cercanos: templospequeños, hermosos y prácticos.

“Por lo tanto, aprovecho la oportunidad paraanunciar a toda la Iglesia un programa para construirde inmediato treinta templos más pequeños… Contaráncon todas las instalaciones necesarias para efectuar lasordenanzas de la Casa del Señor.

“Éste será un proyecto extraordinario. Nada, nisiquiera parecido, se había intentado antes… Con esose alcanzará un total de cuarenta y siete templos nue-vos además de los cincuenta y uno que se encuentranen funcionamiento. Pienso que sería una buena ideaque agregáramos dos más con el fin de llegar a loscien para el fin del siglo, dado que se cumplirán dosmil años ‘…desde la venida de nuestro Señor ySalvador Jesucristo en la carne…’ (D. y C. 20:1). Eneste programa estamos avanzando a una velocidadnunca vista antes…

“Si las ordenanzas del templo son parte esencialdel Evangelio restaurado, y yo les testifico que sí lo son,es entonces imprescindible que proporcionemos losmedios para que puedan llevarse a cabo. Todo nuestrovasto esfuerzo de historia familiar está orientado haciala obra del templo, y no tiene ningún otro propósito.Las ordenanzas del templo se convierten en las bendi-ciones supremas que la Iglesia tiene para ofrecer”(véase “Nuevos templos para proporcionar ‘las bendi-ciones supremas’ del Evangelio, Liahona, julio de 1998,págs. 95–96).

El templo número cien que se anunció (aunque fueel número setenta y siete que se dedicó) se construyó enPalmyra, Nueva York, cerca de la Arboleda Sagrada y dela antigua granja de la familia Smith, donde José Smithrecibió la Primera Visión. El Templo de Palmyra, NuevaYork fue dedicado el 6 de abril de 2000, en el aniversa-rio número ciento setenta de la organización de laIglesia. También conmemoró el aniversario dos mildel nacimiento del Salvador. Concurrieron aproximada-mente mil cuatrocientos miembros a los cuatro serviciosdedicatorios y se calcula que un millón trescientos milmiembros participaron en la dedicación a través deuna transmisión vía satélite a los centros de estaca delos Estados Unidos y Canadá (véase Shaun D. Stahle,“A Day of Sacred Significance”, Church News, 15 deabril de 2000, págs. 3, 6).

SE CONSTRUYÓ EL CENTRODE CONFERENCIAS

Durante la conferencia general de abril de 1996,el presidente Gordon B. Hinckley anunció que laIglesia construiría un nuevo edificio de asambleas, elcual sería mucho más grande que el Tabernáculo, quetiene una capacidad de 6.000 personas y que propor-cionaría más lugar para quienes quisieran asistir a la

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Page 294: 345 Presidentes Iglesia Alumno

Gordon B. Hinckley Capítulo 15

conferencia general. La ceremonia de la palada inicialpara el edificio se llevó a cabo el 24 de julio de 1997, yla construcción del enorme edificio se terminó en tresaños. El Centro de Conferencias se diseñó de maneraque diera cabida a más de 21.000 personas, y tambiéncon el fin de utilizarse para muchos otros eventos de laIglesia y de la comunidad.

Durante la primera conferencia general realizadaen el Centro de Conferencias recién terminado, en abrilde 2000, el presidente Hinckley dijo:

“Estamos agradecidos por el entusiasmo de losSantos de los Últimos Días con respecto a este nuevocentro de reuniones. Confío en que el entusiasmo con-tinúe y en que tengamos el recinto lleno en todas lasconferencias futuras.

“Éste es el más nuevo de una serie de lugares dereuniones construidos por nuestra gente. Cuando llega-ron por primera vez a este valle hicieron una enramada,que si bien los protegía del sol, no les daba abrigo ycasi ninguna comodidad. Entonces edificaron el antiguoTabernáculo, al cual siguió el nuevo Tabernáculo quetan bien nos ha servido durante más de 130 años.

“Ahora, en esta histórica época en la que demarca-mos el nacimiento de un nuevo siglo y el comienzo deun nuevo milenio, hemos construido este nuevo y es-pléndido Centro de Conferencias.

“Cada una de las obras de construcción del pasadofue una empresa audaz y sobre todo la del Tabernáculo.Su diseño fue exclusivo, ya que nunca nadie había cons-truido un edificio así; todavía sigue siendo único en sugénero. Ha sido y seguirá siendo un edificio admirable.Seguirá existiendo, pues creo que los edificios tienen suvida propia, y continuará sirviendo largo tiempo en elimprevisible futuro.

“La construcción de esta estructura ha sido unaobra temeraria. Nos hemos preocupado por ella.

Hemos orado por ella. Hemos escuchado los susurrosdel Espíritu con respecto a ella. Y sólo cuando percibi-mos la voz confirmante del Señor resolvimos dar elpaso adelante” (véase “Mi testimonio a todo el mundo”,Liahona, julio de 2000, pág. 4).

LA PORNOGRAFÍA ESCLAVIZAEntre las advertencias del presidente Gordon B.

Hinckley en cuanto a la pornografía, encontramos:“La pornografía, que es una escuela de la inmora-

lidad más descarada, ya no es vista como un asuntoque hay que esconder. En demasiados hogares y vidas,ahora se le considera un entretenimiento legítimo. Lapornografía les roba a sus víctimas el autorrespeto y elaprecio por las bellezas de la vida. Destroza a los quecaen en sus garras y los arrastra a una ciénaga de malospensamientos y posiblemente de actos inicuos. Seduce,destruye y distorsiona la verdad con respecto al amory a la intimidad. Es más mortífera que una espantosaenfermedad. La pornografía es tan adictiva y autodes-tructiva como lo son las drogas ilícitas, y literalmentedestruye las relaciones personales de quienes se vuel-ven sus esclavos.

“Ninguno de nosotros puede darse el lujo de parti-cipar de tal basura. No podemos arriesgar el daño queproduce a la más preciosa de todas las relaciones, elmatrimonio, y a otras interacciones en el seno familiar.No podemos arriesgar el efecto que tendrá en nuestroespíritu y en nuestra alma. Las cintas obscenas de video,las líneas telefónicas dedicadas a ese negocio, la basuradisponible vía Internet, las revistas y los filmes sensua-les: todos ellos son trampas que deben ser evitadascomo se evitan las plagas más mortíferas” (Standing forSomething: Ten Neglected Virtues That Will Heal OurHearts and Homes, 2000, págs. 36–37).

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Examinando el programa de ayuda humanitaria de la Iglesia.

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Presidentes de la Iglesia

ORÓ POR LOS JÓVENESDE LA IGLESIA

Durante una transmisión mundial vía satélite, elpresidente Hinckley aconsejó a los jóvenes de la Iglesiaa hacer seis cosas:

1. Sean agradecidos.2. Sean inteligentes.3. Sean limpios [puros].4. Sean verídicos.5. Sean humildes.6. Sean delicados a la oración.

Al concluir su mensaje, el presidente Hinckleyofreció la siguiente oración y bendición para los jóve-nes de la Iglesia:

“Oh Dios, nuestroPadre Eterno, como Tusiervo, me inclino ante Tien oración en beneficiode estos jóvenes disemi-nados por la tierra, quie-nes están reunidos estanoche en congregacionespor todas partes. Ten abien sonreír con aproba-ción sobre ellos. Porfavor escúchalos a medi-da que eleven sus vocesen oración a Ti. Por favorllévalos tiernamente de lamano en la dirección quedeben seguir.

“Por favor ayúdalos a andar en los senderos de ver-dad y de rectitud y guárdalos de la maldad del mundo.Bendícelos para que sean felices unas veces y serios enotras, para que puedan gozar de la vida y beber de suplenitud. Bendícelos para que anden aceptablementeante Ti como Tus preciados hijos e hijas. Cada uno deellos es Tu hijo, con la capacidad de realizar cosas gran-des y nobles. Consérvalos en el alto sendero que con-

El élder Hinckley visita la Chinacontinental, mayo de 1980.

Charlando con jóvenes en Chile, 1969.

duce al éxito. Presérvalos de los errores que podríandestruirlos. Si han errado, perdona sus transgresiones yllévalos de nuevo a los caminos de paz y de progreso.Estas bendiciones las suplico humildemente con grati-tud por ellos e invoco Tus bendiciones sobre ellos conamor y afecto, en el nombre de Él, que lleva las cargasde nuestros pecados, sí, el Señor Jesucristo. Amén.” (“Elconsejo y la oración de un profeta en beneficio de la ju-ventud”, Liahona, abril de 2001, págs. 33, 41).

SALT LAKE CITY FUE SEDE DE LASOLIMPÍADAS DE INVIERNO DE 2002

Del 8 al 24 de febrero, como sede de los JuegosOlímpicos de Invierno de 2002, Salt Lake City recibióal mundo. Fue un acontecimiento muy esperado, en elque se invirtieron más de siete años de preparación.Miles de voluntarios expusieron ante el mundo la hos-pitalidad de los residentes de Utah y ayudaron a esta-blecer relaciones con las naciones de la tierra. Fueron“días en que la gente proveniente de todas las nacionesque vinieron a Salt Lake City, algunas con suspicacia yprejuicios, se fueron con aprecio y respeto” (SarahJane Weaver, “Olympics Earn Friends and Respect forChurch”, Church News, 2 de marzo de 2002, pág. 3).

Posteriormente el presidente Gordon B. Hinckleydijo: “ ‘Creo que estaremos complacidos [con lasOlimpíadas] y seremos beneficiados por ellas no sóloen el extranjero sino aquí, en nuestro estado, por lasgrandes relaciones que hemos establecido durante estatemporada en la que se llevaron a cabo los juegosmundiales’…

“Las Olimpíadas, dijo, producen excelencia enel atletismo y en la gente. ‘Es algo maravilloso que al-guien sea el mejor de todo el mundo en cierto evento.

El Templo de Salt Lake, con el Edificio de las Oficinas Generales de la Iglesia(a la derecha, atrás) ya decorado para las Olimpíadas con un pendón en elque se ve a un patinador.

290

Page 296: 345 Presidentes Iglesia Alumno

Gordon B. Hinckley Capítulo 15

Este asunto de la excelencia es algo maravilloso, y lasOlimpíadas se crearon para cultivarlo. ¡Qué cosa tan es-tupenda! Con todo eso, hubo hermanamiento, amistad,aprecio, respeto y buenos sentimientos. No sé cómohubiéramos podido hacerlo mejor’.

“Uno de los beneficios de los juegos, dijo, fue quela gente conociera a los miembros de la Iglesia y expe-rimentara su hospitalidad y su disposición de servir.‘Somos parte de esta comunidad. Tuvimos muchísimosvoluntarios que sirvieron allí desinteresadamente.Nosotros somos corteses, hospitalarios y amistosos.Creo que el mundo entero nos vio como somos, ypienso que llegaron a apreciarnos y a respetarnos’…

“Para concluir, el presidente Hinckley expresó suamor por todas las personas del mundo, muchas delas cuales visitaron Utah durante los juegos olímpicos.‘Amo a la gente’, dijo. ‘Pienso que amo a toda la gente.Reconozco que todos los hombres y todas las mujeresson hijos e hijas de Dios y que como tales todos somoshermanos y hermanas en un sentido muy real. No sepuede tener paternidad sin hermandad. Eso es lo queyo siento’…

“ ‘Me siento contento de que ya haya terminado yque todo haya salido bien, y anticipo nuevas oportuni-dades’, dijo” (Weaver, Church News, 2 de marzo de2002, pág. 3).

SE RECONSTRUYÓ EL TEMPLODE NAUVOO, ILLINOIS

Ira Nathaniel Hinckley, abuelo del presidenteGordon B. Hinckley, vivió en Nauvoo durante su juven-tud, cuando se estaba construyendo el templo original, yfue parte del éxodo hacia el oeste para escapar de la per-secución y la destrucción de Nauvoo. En 1938, casi cienaños después de que los Santos de los Últimos Días fun-

daran la ciudad de Nauvoo, Bryant S. Hinckley, hijo deIra Hinckley y padre del presidente Hinckley, en ese en-tonces presidente de la Misión de los Estados del Norte,escribió en la revista Improvement Era en cuanto a suvisión de restaurar Nauvoo. El año anterior la Iglesiahabía comenzado a adquirir terrenos y edificios dondehabían vivido los santos en Nauvoo. Él sabía que era elmomento de comenzar la restauración de Nauvoo. Dijo:“Completar este proyecto extraordinario será un asuntode enorme importancia. Pondrá de relieve uno de los lo-gros más fascinantes, dramáticos y heroicos de los pione-ros realizados en suelo americano. Revelará una historiade entereza, de autosuficiencia y de emprendimiento va-leroso y patriótico que debe estimular la fe en el corazónde todos los hombres, en un tiempo en el que los másfuertes vacilan y titubean” (“The Nauvoo Memorial”,Improvement Era, agosto de 1938, pág. 511).

Al final de la conferencia general de abril de 1999,el presidente Gordon B. Hinckley anunció la recons-trucción del Templo de Nauvoo.

“En servicios sagrados e históricos efectuados eljueves 27 de junio de 2000, marcando el 158º aniversa-rio del martirio del profeta José Smith y de su hermanoHyrum, el presidente Gordon B. Hinckley dedicó eltemplo reconstruido de Nauvoo, Illinois.

“Después de una ausencia de más de un siglo ymedio, una Casa del Señor, con todas las ordenanzassagradas que allí se ofrecen, una vez más está embelle-ciendo majestuosamente un terreno elevado en Nauvoo,Illinois, desde el cual se ve una curva del río Misisipi. Elpresente tiene un encuentro con el pasado en este tem-plo que dentro de lo posible es una réplica del diseño yla estructura del templo original; es el último que se haedificado en esta era sin precedentes de la construcciónde templos” (“A Temple, Again, in Nauvoo”, ChurchNews, 29 de junio de 2002, pág. 24).

El presidente Hinckley decidió tener la primera se-sión dedicatoria en el 158º aniversario del martirio delprofeta José Smith y de su hermano Hyrum en la cárcelde Carthage. “El primer servicio comenzó a las 6 de latarde, hora de los estados centrales de los EstadosUnidos; el presidente Hinckley hizo notar que serían las5 de la tarde en la época de José Smith. ‘A esta hora, hace158 años, en Carthage, el populacho asesino subió las es-caleras, disparó sus pistolas y abrió a fuerzas la puerta dela celda’, dijo el presidente Hinckley al relatar los hechosque llevaron al martirio…

“El presidente Hinckley dijo que él sentía la pre-sencia del Padre y del Hijo, ‘que se habían revelado alprofeta José, quien dio su vida por esta obra. Creo queÉl debe sentir un gran regocijo’.

“También dijo que sentía la presencia de su abuelo(Ira N. Hinckley), que había vivido en Nauvoo de joven,y de su padre, Bryant S. Hinckley, que había servido

291

Page 297: 345 Presidentes Iglesia Alumno

Presidentes de la Iglesia

como presidente de la Misión de los Estados del Norteque incluía a Nauvoo. Expresó su confianza en que ‘mu-chos de ustedes sienten que sus antepasados están pre-sentes’…

“Comentó acerca del enorme número de personasque participaban del servicio dedicatorio, tanto personal-mente como en los centros de reuniones a lo ancho delmundo. Presentes en el templo había 1.631 miembros;las reuniones se transmitieron vía satélite a aproximada-mente 2.300 localidades en 72 países. A la congregaciónen el templo, dijo: ‘Estoy seguro de que hay una nume-rosa concurrencia invisible que nos observa, aquellos quepasaron al otro lado y que ven en el edificio que dedica-mos hoy el cumplimiento de sus esperanzas y sueños, ycierta recompensa por sus lágrimas y sacrificios indescrip-tibles. Ellos deben sentir un profundo amor por nosotrosque hemos hecho posible la creación de este magníficoedificio que se levanta en memoria de ellos’ ” (GerryAvant, “ ‘Crowning Objective of Joseph’s Life’ ”, ChurchNews, 29 de junio de 2002, págs. 3–4).

Hubo doce sesiones dedicatorias adicionales entreel 28 y el 30 de junio. El Templo de Nauvoo, Illinois, esel templo número 113 en funcionamiento en la Iglesia.

“SÉ…”El presidente

Gordon B. Hinckleyexpresó el siguientetestimonio:

“Ésta es mi oportu-nidad de dejarles mi tes-timonio del Evangelio ydel Señor Jesucristo y deDios, mi Padre Eterno.¿Sé que Ellos viven?¡Naturalmente que lo sé!Y creo que la mayoría deustedes lo sabe. Esperoque lo sepan. Sé con cer-

teza que Dios es mi Padre Eterno… No sé cómo Él es-cucha todas nuestras oraciones; eso no lo sé. Solo séque lo hace porque contesta mis oraciones y tambiénlas de ustedes. Si piensan en ello, creo que dirán quelas de ustedes han sido contestadas. Él es mi PadreEterno y sé también que vendrá el día en que tendréque rendir cuentas ante Él de mi vida y de lo que hehecho con ella, cómo la he usado, lo que he logrado yel bien que he hecho en este mundo. Los libros serán

Amor por las Escrituras.

abiertos y lo escrito será claro y seremos juzgadossegún el registro de nuestra vida; eso lo sé. Sé que Éles misericordioso y bondadoso. Sé que ama a Sus hijose hijas. Sé que quiere que todos seamos felices. Sé quequiere que de nuestra vida hagamos algo bueno. Deeso estoy seguro; en eso confío; eso lo sé.

“Sé que Su Hijo Unigénito en la carne, Su HijoAmado, es mi Redentor, mi Salvador y mi SeñorJesucristo, el Hijo de Dios, una vez el gran Jehová, quevino a la tierra, nació en un establo en una nación vasa-lla, entre un pueblo en el que había mucho odio y mal-dad. Él fue el gran Príncipe de Paz que enseñó amor,bondad y paciencia, que anduvo haciendo el bien, sanan-do a los enfermos, levantando a los muertos, haciendoque los ciegos vieran. Él fue mi Salvador que sangró porcada poro cuando habló con Su Padre en Getsemaní, ymurió sobre la cruz por cada uno de nosotros y luegosalió otra vez al tercer día para ser las primicias de losque durmieron. Él es mi Salvador y mi Redentor.

“Dios el Padre y elSeñor resucitado visita-ron al joven José Smithen una arboleda de lagranja de su padre. Allíle dijeron que no seuniera a ninguna de lasiglesias, que tuviera pa-ciencia y que el Señor lousaría a Su manera parallevar a cabo Sus propó-sitos. Luego recibió elLibro de Mormón a tra-vés de Moroni, un ser re-sucitado, y después el

Sacerdocio Aarónico por medio de Juan el Bautista.Luego se recibió el Sacerdocio de Melquisedec por in-termedio de Pedro, Santiago y Juan. Otras llaves delsacerdocio fueron restauradas a través de Moisés, Elíasy Elías el profeta. Estas cosas son verdaderas. Son ver-dad. Que Dios nos bendiga para ser fieles en el granconocimiento que tenemos para que cultivemos ennuestro corazón un espíritu de testimonio, para quemoldeemos nuestra vida de acuerdo con ese conoci-miento y para que recibamos en nuestra vida la granfelicidad que será una bendición para cada uno denosotros, es mi humilde oración, en el nombre deJesucristo. Amén” (Teachings of Gordon B. Hinckley,págs. 650–651).

El presidente Gordon B. Hinckley.

292

Page 298: 345 Presidentes Iglesia Alumno

293

Cronología de los Presidentes de la Iglesia

La casa de Joseph Smith, padre de José Smith, Manchester, Nueva York.

Page 299: 345 Presidentes Iglesia Alumno

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1800 1801 1802 1803 1804 1805 1806 1807 1808 1809 1810 1811 1812 1813 1814 1815

José Smith (23 de diciembre de 1805–27 de junio de 1844).

John Taylor (1º de noviembre de 1808–25 de julio de 1887).

Wilford Woodruff (1º de marzo de 1807–2 de septiembre de 1898).

Brigham Young (1º de junio de 1801–29 de agosto de 1877).

• Nace Hyrum Smith

(9 de febrero).

• Joseph Smith,

padre, se muda

con su familia a

Sharon, Vermont.

• A José Smith

le hacen una

intervención

quirúrgica en

la pierna.

• Nace David Whitmer

(7 de enero).

• Nace Oliver Cowdery

(3 de octubre).

• La expedición Lewis y Clark,

por tierra hasta la costa del

Pacífico y de regreso, partió de

St. Louis, Misuri (1804–1806).

• Segundo

“Gran Despertar”

(despertar religioso)

(1800–1830).

Población de los EstadosUnidos de Norteamérica:5.308.483.

7.239.881

La poblaciónmundial se estimaen 813 millonesde personas.

• The Missouri Gazette

es el primer diario

publicado al oeste

del río Misisipi.

• Entra en vigencia el

acta del Congreso pro-

hibiendo el comercio

de esclavos africanos.

• El Parlamento

Británico prohíbe

el comercio de

esclavos.

• Ludwig van

Beethoven

(Alemania) pre-

senta el debut

de su quinta y

sexta sinfonía.

• Comienza la cons-

trucción del Camino

Cumberland, conec-

tando a Maryland

con West Virginia.

• El Capitolio de los

Estados Unidos se cambia

de Filadelfia, Pensilvania,

a Washington, D.C.

• Eli Whitney (Estados

Unidos) fabrica mosquetes

(fusiles) con partes inter-

cambiables.

• William Herschel

(Gran Bretaña)

descubre los rayos

solares infrarrojos.

• Se negocia con Francia la com-

pra del estado de Louisiana,

duplicando así el territorio de los

Estados Unidos de Norteamérica.

• Robert Fulton

inventa el

barco a vapor.

• Lewis y Clark ven

por primera vez las

Montañas Rocosas.

• Ohio se convierte

en el decimosép-

timo estado.

• Louisiana se

convierte en

decimoctavo

estado.

• Comienza la

Guerra de 1812

(1812–1815).

• Napoleón se autopro-

clama Rey de Italia.

• Napoleón inicia

la invasión de

Rusia.

• Terremoto en

Nápoles, Italia;

mata a casi 26

mil personas.

• Comienzan las

guerras napoleóni-

cas; duran 12 años.

• Richard Trevithick

(Gran Bretaña)

construye la pri-

mera locomotora

a vapor.

• Napoleón Bonaparte es

coronado emperador

en París, Francia.

• Jacob y Wilhelm

Grimm (Alemania)

publican sus cuentos

de hadas.

• Argentina, Colombia y

Chile se independizan

de España; los mexi-

canos comienzan la

lucha para independi-

zarse de España.

• Thomas Jefferson, Presidente 1801–1809. • James Madison, Presidente 1809–1817.

1800 1801 1802 1803 1804 1805 1806 1807 1808 1809 1810 1811 1812 1813 1814 1815

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• Francis Scott

Key escribe

“Star-Spangled

Banner”, el

Himno Nacional

de los Estados

Unidos

• Después de

varias derrotas,

Napoleón es

desterrado a la

isla de Elba.

• François Appert

(Francia) crea un

método para

enlatar alimentos.

• Las fuerzas

británicas

incendian

Washington,

D.C.

Page 300: 345 Presidentes Iglesia Alumno

2951815 1816 1817 1818 1819 1820 1821 1822 1823 1824 1825 1826 1827 1828 1829 1830

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José Smith

John Taylor

Wilford Woodruff

Lorenzo Snow (3 de abril de 1814–10 de octubre de 1901).

Brigham Young

• James Monroe, Presidente 1817–1825. • John Quincy Adams, Presidente 1825–1829.

• La familia Smith se

muda de Vermont

a Palmyra, Nueva

York, debido a la

pérdida de tres

cosechas sucesivas.

• La familia

Smith se muda

a Manchester,

Nueva York.

• Muere Alvin

Smith (19 de

noviembre).

• El monte Tambora entra en

erupción en Indonesia, matando

a cerca de 10.000 personas;

indirectamente contribuye a un

total de 80.000 muertos en todo

el mundo y produce enormes

cambios climáticos

• El Congreso de Viena

(1814–1815) produce nue-

vos alineamientos geográfi-

cos y políticos en Europa.

• Napoleón sale de Elba

para retomar Francia; es

vencido en Waterloo.

• Argentina declara

su independencia

de España.

• Chile obtiene su

independencia

de España

• Napoleón

muere en la

isla de Santa

Elena.

• En Siria un terre-

moto mata a 20.000

personas.

• México se

convierte en

república.

• Fallece el rey

Jorge III de Gran

Bretaña; su hijo,

Jorge IV, se con-

vierte en rey.

• Franz X. Gruber

(Austria) com-

pone la música

de “Noche de luz,

noche de paz”.

• José Smith

recibe la

Primera Visión

(primavera).

• El ángel Moroni visita

a José Smith tres

veces durante una

noche, y dos veces al

día siguiente (21–22

de septiembre).

• José Smith

visita por primera

vez el cerro de

Cumorah y ve las

planchas de oro.

• José Smith visita el

cerro de Cumorah,

por segunda vez,

para recibir instruc-

ciones.

• José Smith efectúa

la tercera visita al

cerro de Cumorah

para recibir instruc-

ciones.

• José Smith realiza

la cuarta visita al

cerro de Cumorah

para recibir ins-

trucciones.

• José Smith

recibe las

planchas de

oro (22 de

septiembre;

véase Isaías

29:11–12).

• Martin Harris

visita a Charles

Anthon, en la

ciudad de Nueva

York (febrero).

• José Smith y

Emma Hale con-

traen matrimonio

(18 de enero).

9.638.453

• Se completa el Canal

Erie, de 584 kms. de

largo, desde Albany

hasta Buffalo, Nueva

York.

• Jedediah Smith, trazador de

caminos y trampero, es el pri-

mer hombre de raza blanca

que viaja por tierra desde el

río Misisipi hasta California;

conduce al primer grupo

que sale desde el Gran

Lago Salado hasta el sur

de California para asesorar

sobre las posibilidades de

la caza con trampas (1827).

• Se anuncia la doc-

trina Monroe, advir-

tiendo a los países

europeos respecto

de la interferencia

con los países del

hemisferio occidental.

• Primer decreto ofi-

cial autorizando un

ferrocarril en los

Estados Unidos

• Un año sin verano; se pier-

den las cosechas en Nueva

Inglaterra como resultado

de la erupción volcánica en

Indonesia el año anterior

• Simón Bolívar com-

pleta la campaña por

la independencia de

Bolivia, Panamá,

Colombia, Ecuador,

Perú y Venezuela.

• Indiana se con-

vierte en el deci-

monoveno estado.

• Misisipi se con-

vierte en el vigé-

simo estado.

• Illinois se con-

vierte en el estado

número 21.

• Alabama se con-

vierte en el estado

número 22.

• Maine se con-

vierte en el estado

número 23.

• Misuri se con-

vierte en el estado

número 24.• Comienza la cons-

trucción del Canal

Erie.

• España cede a los

Estados Unidos el

este de la penín-

sula de Florida.

• Noah Webster

publica su pri-

mer diccionario.

• Jim Bridger des-

cubre el Gran

Lago Salado.

• En Inglaterra

comienza a fun-

cionar la primera

locomotora a

vapor.

• John Walker

(Inglaterra) pre-

senta los fósfo-

ros de azufre

de encendido

por fricción.

• Se restaura

el Sacerdocio

Aarónico (15

de mayo); el

Sacerdocio de

Melquisedec se

restaura unas dos

semanas más tarde,

probablemente a

fines de mayo; José

Smith es ordenado

apóstol por Pedro,

Santiago y Juan

(véase D. y C. 20:2;

27:12; 128:20).

• José Smith vuelve

a recibir el don

para traducir el

Libro de Mormón

(septiembre).

• Martin Harris

pierde 116 pági-

nas manuscritas

del Libro de

Mormón (junio).

• Se completa

la traducción

del Libro de

Mormón; se

muestran las

planchas de

oro a los Tres

y a los Ocho

Testigos.

1815 1816 1817 1818 1819 1820 1821 1822 1823 1824 1825 1826 1827 1828 1829 1830

• Andrew Jackson,

Presidente 1829–1837.

• Primera locomotora

impulsada a vapor en

los Estados Unidos;

primera línea de pasa-

jeros por línea férrea.

1815 1816 1817 1818 1819 1820 1821 1822 1823 1824 1825 1826 1827 1828 1829 1830

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1830 1831 1832 1833 1834 1835 1836 1837 1838 1839 1840 1841 1842 1843 1844 1845

(es ordenado apóstol, 19 de diciembre de 1838).

(es ordenado apóstol, 26 de abril de 1839).

Lorenzo Snow

Wilford Woodruff

John Taylor

Brigham Young (es ordenado apóstol, 14 de febrero de 1835).

• Martin Van Buren, Presidente 1837–1841.

• John Tyler, Presidente 1841–1845.

• Se publica

el Libro de

Mormón.

• A José Smith

se le sos-

tiene como

Presidente

del Sumo

Sacerdocio

(25 de enero).

• Se recibe la visión

de los tres grados

de gloria (D. y C.

76) (16 de feb).

• Se recibe la Palabra

de Sabiduría (D. y C.

89) (27 de febrero).

• Se recibe la “Profecía

sobre la guerra” (D. y C.

87; 25 de diciembre) y la

“Hoja de Olivo” (D. y C.

88; 27–28 de diciembre,

3 de enero).

• Se organiza

la Iglesia

(6 de abril).

• Los miembros

de la Iglesia

comienzan a

congregarse

en Ohio.

• Se organiza

la Primera

Presidencia

(18 de marzo).

• Se organizan el Quórum

de los Doce Apóstoles

y el Quórum de los

Setenta (febrero).

• Se le compran

papiros y momias

a Michael Chandler

(julio).

• El gobernador Boggs

emite la “Orden de

Exterminación”, en

Misuri (27 de octubre).

• Masacre del

Molino de Haun

(30 de octubre).

• Se escribe la

Carta Wentworth

(primavera).

• Se efectúa la

primera investi-

dura completa

(4 de mayo).

• Se publica

el Libro de

Abraham.

• Se organiza

la Sociedad

de Socorro

(17 de marzo).

• José y Hyrum Smith

son encerrados en

la cárcel de Liberty

(diciembre de

1838–abril de 1839).

• Se aprueba

Doctrina y

Convenios

(17 de agosto).

• Se publica el himna-

rio de la Iglesia en

inglés (noviembre).

• Se bautiza John

Taylor (9 de mayo).

• Se bautiza

Lorenzo Snow

(19 de junio).

• Se bautiza Wilford

Woodruff (31 de

diciembre).

• Se organiza la

primera estaca.

• Se bautiza

Brigham Young

(14 de abril).

• El Campo de Sión

(mayo–julio).

• Se dedica el Templo

de Kirtland (27 de

marzo); primer tem-

plo construido en

esta dispensación.

• Moisés, Elías y Elías

el profeta entregan

las llaves del sacer-

docio a José Smith

y Oliver Cowdery

(3 de abril).

• En Gran Bretaña

se organiza la

primera misión

de la Iglesia.

• Zarpan de

Inglaterra los pri-

meros miembros

de la Iglesia que

se congregan de

un país extranjero.

• Orson Hyde

dedica la Tierra

Santa para el

regreso de los

judíos (24 de

octubre).

• Se publica

el Libro de

Mandamientos.

• Algunos

miembros

de la Iglesia

se mudan a

Misuri.

• Los miembros

se mudan a

Illinois e Iowa.

• José Smith

recibe una reve-

lación sobre los

diezmos (8 de

julio).

• José Smith

comienza a ense-

ñar el bautismo

por los muertos

(15 de agosto).

16.865

Número de miembros de laIglesia: aproximadamente280 al final del año.

Población de los EstadosUnidos: 12.866.020

• Charles Darwin

zarpa a bordo

del H.M.S. Beagle

en una expedición

de reconocimiento

(hasta 1836).

• Cyrus

McCormick

introduce la

cosechadora

mecánica

de granos.

• Louis Braille

(Francia) perfec-

ciona su sistema

de lectura para

ciegos.

• El primer grupo nume-

roso emigra al oeste

por la Ruta Oregon;

sale de Independence,

Misuri.

17.068.953

• Anuncio público

del sistema de

fotografía de

Louis Daguerre

(Francia).

• Samuel Morse

envía el pri-

mer mensaje

telegráfico.

• Charles Dickens

publica Cuento

de Navidad.

• El presidente

Jackson firma el

Decreto de Traslado

de Indígenas; los

indígenas son trasla-

dados del Este al

Oeste, logrando así

que sean coloniza-

dos los territorios al

este del Misisipi.

• Arkansas se con-

vierte en el estado

número 25.

• Michigan se con-

vierte en el estado

número 26.

• Traslado forzoso de los indios

Cherokee en lo que se llega a

conocer como el “Sendero de

Lágrimas”.

• La Batalla

del Álamo

• Los Estados

Unidos intentan

comprarle a

México el terri-

torio de Texas.

• Muere Jorge IV, Rey

de Gran Bretaña;

Guillermo IV, su her-

mano, queda en el

trono.

• Crisis económica

y financiera.

• Más de 15.000 indí-

genas mueren de

viruela a lo largo

del río Misuri.

• Charles Goodyear des-

cubre el proceso de la

vulcanización, haciendo

posible el uso comercial

de la goma (hule).

• Se juega el primer

partido de béisbol

en Cooperstown,

Nueva York.

• Crawford W. Long

usa el éter como

anestesia para las

operaciones qui-

rúrgicas.

• En el Imperio

Británico

queda abolida

la esclavitud.

• Reaparece el

cometa Halley (en

su ciclo de 76 años).

• Hans Christian Andersen

(Dinamarca) publica el

primero de sus cuentos

infantiles.

• Al fallecer su

tío, Victoria se

convierte en

Reina de Gran

Bretaña.

• Kirkpatrick Macmillan

(Escocia) construye

la primera bicicleta.

• China cede

Hong Kong a

Gran Bretaña.

• Friedrich

Gottlob Keller

(Alemania)

inventa el papel

de pulpa de

madera (celu-

losa).

José Smith (se le sostiene como Primer Élder de la Iglesia, 6 de abril de 1830).

• Se redacta la

revelación sobre

el nuevo y sem-

piterno convenio,

el matrimonio y

la plenitud de

vida (D. y C. 132;

registrada el 12

de julio).

• José y Hyrum

Smith mue-

ren como

mártires en

Carthage,

Illinois (27

de junio).

• Se sostiene

a los Doce

Apóstoles

como el

quórum pre-

sidente de la

Iglesia (8 de

agosto).

• William Henry Harrison, Presidente durante

31 días; muere de pulmonía.

Joseph F. Smith (13 de noviembre de 1838–19 de noviembre de 1918).

1830 1831 1832 1833 1834 1835 1836 1837 1838 1839 1840 1841 1842 1843 1844 1845+

1830 1831 1832 1833 1834 1835 1836 1837 1838 1839 1840 1841 1842 1843 1844 1845

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Brigham Young

John Taylor

Wilford Woodruff

(Presidente de la Iglesia, 27 de diciembre de 1847).

(es ordenado apóstol, 12 de febrero de 1849).

• Los líderes de

la Iglesia anun-

cian planes de

trasladarse al

oeste (octubre).

• El Grupo de

Pioneros de Brigham

Young llega al Valle

de Salt Lake (22–24

de julio).

• Brigham Young pasa a

ser el segundo Presidente

de la Iglesia, con Heber

C. Kimball y Willard

Richards como conseje-

ros (27 de diciembre).

• El milagro de las

gaviotas salva las

cosechas.

• El día de ayuno

se realiza el pri-

mer jueves de

cada mes.

• Los grupos pioneros de

carros de mano comienzan

(a partir de junio); se res-

cata a los grupos Willie y

Martin (octubre–noviembre).

• Se establece el

Fondo Perpetuo

para la Emigración

(octubre).

• Organización de la

Escuela Dominical

(9 de diciembre).

• Se da de baja a los inte-

grantes del Batallón

Mormón en Los Ángeles,

California (16 de julio).

• Utah se convierte

en territorio de los

Estados Unidos;

Brigham Young es

designado primer

gobernador (sep-

tiembre).

• El ejército de

Johnston atra-

viesa la Ciudad

de Salt Lake

(26 de junio).

• La Perla de Gran

Precio se publica en

Liverpool, Inglaterra.

• Se anuncia pública-

mente por primera

vez la doctrina del

matrimonio plural

(28–29 de agosto).

• Se colocan las cuatro pie-

dras angulares del Templo

de Salt Lake (6 de abril).

• Los santos comien-

zan a abandonar

Nauvoo (febrero).

• Se dedica el Templo de

Nauvoo (1º de mayo).

Joseph F. Smith

51.839

• El Batallón Mormón

parte de Kanesville,

Iowa y comienza su

marcha de 3.200 kms.

(21 de julio).

• Brigham Young y los

santos se enteran de

la Expedición a Utah

(24 de julio); la Guerra

de Utah (hasta 1858),

• James K. Polk, Presidente 1845–1849.

• Gran Bretaña

regala el

Territorio de

Oregon a los

Estados Unidos

• John Deere

construye el

arado de acero.

• Elias Howe

(Estados Unidos)

patenta la primera

máquina de coser

de puntada de

candado.

• Isaac Singer

(Estados Unidos)

patenta la pri-

mera máquina

de coser de pun-

tada continua.

• La pérdida de la cose-

cha de papa produce

hambruna en Irlanda.

• Se descubre oro

en el Molino

Sutter, en

California.

• El Tratado de

Guadalupe Hidalgo

pone fin a la Guerra

con México, que-

dando los Estados

Unidos con la mayo-

ría de los que hoy

conforman los esta-

dos del sudoeste.

• Herman Melville

publica Moby Dick.

• Zachary Taylor, Presidente 1849–1850

(muere de cólera durante su presidencia).

• Millard Fillmore, Presidente 1850–1853.

• Franklin Pierce, Presidente 1853–1857.

23.191.876

• Marx y Engles

publican el

Manifiesto

del Partido

Comunista.

La población mun-dial se estima en1.128 millones depersonas

• Comienza la Guerra de

Crimea (hasta 1856).

• Henry David

Thoreau publica

Walden, o La vida

en los bosques.

• Walt Whitman

publica Hojas de

hierba.

• El primer jardín de

infantes de los

Estados Unidos

abre sus puertas

en Waterton,

Wisconsin.

• Durante la Guerra

de Crimea, Florence

Nightingale (Inglaterra)

redefine el campo de

la enfermería.

Lorenzo Snow

• Florida y Texas se

convierten en los

estados número 27 y

28, respectivamente.

• Iowa se convierte

en el estado

número 29.

• Wisconsin se con-

vierte en el trigé-

simo estado.

• California se con-

vierte en el estado

número 31.

• Harriet Beecher

Stowe publica

La cabaña del

tío Tom.

• Nathaniel Hawthorne

publica La letra

escarlata.

• Armand Fizeau

(Francia) deter-

mina la veloci-

dad de la luz.

• R. W. Bunsen

(Alemania) fabrica un

quemador de gas.

• El Comodoro Matthew Perry

(Estados Unidos) zarpa hacia

Japón (aislado durante 150

años) para negociar acuerdos

comerciales.

• Comienza a

funcionar el

telégrafo entre

Londres y

París.

1845 1846 1847 1848 1849 1850 1851 1852 1853 1854 1855 1856 1857 1858 1859 1860• James Buchanan, Presidente 1857–1861.

• Oregon se

convierte en

el estado

número 33.

• Minnesota se con-

vierte en el estado

número 32.

• Se descubre oro en

Cherry Creek, ahora

parte de Colorado

(cerca de Denver).

• Primer gran descubri-

miento de plata en

los Estados Unidos

de Norteamérica, en

Comstock Lode, en lo

que hoy es Nevada.

1845 1846 1847 1848 1849 1850 1851 1852 1853 1854 1855 1856 1857 1858 1859 1860

• Se completa el primer

cable telegráfico tras-

atlántico entre los

Estados Unidos y

Gran Bretaña.

• Charles Darwin

publica El origen

de las especies por

selección natural.

Heber J. Grant (22 de noviem-bre de 1856–14 de mayo de1945).

Page 303: 345 Presidentes Iglesia Alumno

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1860 1861 1862 1863 1864 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875

Miembros de laIglesia: 61.082 90.130

John Taylor

Wilford Woodruff

Lorenzo Snow

Brigham Young

Joseph F. Smith (es ordenado apóstol el 1º de julio de 1866).

Heber J. Grant

• Brigham Young es arres-

tado con el cargo de biga-

mia (10 de marzo); nunca

fue llevado a juicio.

• En muchos

lugares de Utah

los colonos

pelean contra

los indios.

• Se realiza en el

Tabernáculo la primera

conferencia general

(6 de octubre).

• Llega al Valle

de Salt Lake la

última “caravana

de la Iglesia”.

• Inicia sus actividades la coopera-

tiva mercantil Zion’s Cooperative

Mercantil Institution (ZCMI), pro-

piedad de la Iglesia (durante la

primavera).

• Utah se convierte en uno de

los primeros estados o territo-

rios de los Estados Unidos

que otorga el derecho de voto

a la mujer (12 de febrero).

• Se dedica el sitio

para el Templo

de Saint George

(noviembre).

• El presidente Brigham Young

organiza la Asociación de

Moderación de las Mujeres

Jóvenes (28 de noviembre;

más adelante se le cambia

el nombre a Asociación de

Mejoramiento Mutuo de

Mujeres Jóvenes).

• Comienza la Guerra

Black Hawk en la

parte central de Utah

(9 de abril; termina

en 1867).

• Comienza la

Guerra Civil

(hasta 1865).

• Abraham Lincoln, Presidente 1861–1865.

• Con Salt Lake City

como punto de

confluencia, se

completan las

líneas telegráficas

transcontinentales.

• El Congreso de los Estados

Unidos aprueba la Ley Morrill

que declara ilegal el matrimo-

nio plural en los territorios de

los Estados Unidos (8 de

julio).

• El presidente

Lincoln firma la

Proclama de

Emancipación.

• Se acuñan las primeras mone-

das con la frase “En God we

Trust” (En Dios confiamos).

• Se ratifica la

Decimotercera

Enmienda,

aboliendo la

esclavitud.

• El presidente

Lincoln es

asesinado.

• Andrew Johnson, Presidente 1865–1869

• Victor Hugo

(Francia) publica

Los Miserables.

• Se funda el Comité

Internacional de la

Cruz Roja.

• Louis Pasteur

(Francia) crea

el método de la

pasteurización.

• Lewis Carroll (Inglaterra)

publica Alicia en el País

de las Maravillas.

• Los Estados

Unidos le compran

el territorio de

Alaska a Rusia.

• Se completa la

primera vía férrea

transcontinental

en Promontory,

Utah.

• En el incendio de Chicago,

Illinois, mueren 300 personas

y 90.000 quedan sin hogar;

resultan destruidos 18.000

edificios y los daños causa-

dos ascienden a 200 millones

de dólares.

• P. T. Barnum inaugura su

circo “El Espectáculo Más

Grande del Mundo”.

• Se crea el Parque

Nacional Yellowstone.

• Ulysses S. Grant, Presidente 1869–1877.

38.558.371Población de los EstadosUnidos: 31.443.321.

• Se inaugura el Canal

de Suez, comunicando

el Mar Mediterráneo

con el Mar Rojo.

• Estalla la guerra

Franco-Prusiana

(hasta 1871).

• Se crea la

fotografía

a color.

• El presidente

Young llama a

seis consejeros

adicionales de

la Primera

Presidencia.

• Fin de la era de

las carretas de

mano (el último

grupo llegó a

Salt Lake en

agosto).

• Se dedica el

Teatro Salt

Lake (6 de

marzo).

• La Iglesia comienza a usar

caravanas de carretas que

salen del Valle de Salt Lake

en la primavera con provi-

siones para la inmigración

anual y regresan en el otoño

con los inmigrantes; se usan

hasta 1868 (el ferrocarril

llega en 1869).

• Kansas se convierte en

el estado número 34.

• West Virginia

se convierte

en el estado

número 35.

• Nevada se con-

vierte en el estado

número 36.

• Nebraska se con-

vierte en el estado

número 37.

• Se inaugura el servicio

de correo a caballo Pony

Express.

• Jean Etienne

Lenoir (Francia)

inventa el primer

motor práctico

de combustión

interna.

• Todos los extranjeros

fueron expulsados de

Japón.

• Gustavo Doré

(Francia) crea

sus ilustraciones

para la Biblia.

• Fiodor Dostoievski

(Rusia) publicó Crimen

y castigo.

• Alfredo Nobel

(Suecia) inventa

la dinamita.

• Gran Bretaña

otorga la soberanía

a cuatro provincias

canadienses.

• Louisa May

Alcott publica

Mujercitas.

• Johannes Brahms

(Alemania) compone Ein

Deutsches Réquiem.

• Julio Verne (Francia)

publica La vuelta al

mundo en 80 días.

• Se inaugura el

movimiento de

la orden unida

(febrero); a fines

de ese año hay

más de 200

órdenes unidas

establecidas en

las poblaciones

de los Santos de

los Últimos Días.

1860 1861 1862 1863 1864 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875

• Se introduce el

método de coc-

ción a presión

para enlatar ali-

mentos.

1860 1861 1862 1863 1864 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875

George Albert Smith (4 de abril de 1870–4 de abril de 1951).

Page 304: 345 Presidentes Iglesia Alumno

2991875 1876 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890

1875 1876 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890

Heber J. Grant

John Taylor

Wilford Woodruff

Lorenzo Snow

Joseph F. Smith

(es ordenado apóstol 16 de octubre de 1882).

George Albert Smith

David O. McKay (8 de septiembre de 1873–18 de enero de 1970).

• Se organiza

la primera

Asociación de

Mejoramiento

Mutuo de

Hombres

Jóvenes

(10 de junio).

• Se dedica el

Tabernáculo de

Salt Lake (octu-

bre); el presidente

John Taylor,

Presidente del

Quórum de los

Doce, lee la ora-

ción dedicatoria.

• Se funda la Academia

Brigham Young en Provo,

Utah (16 de octubre); en

1903 se convierte en la

Universidad Brigham

Young.

• Se dedica el Templo de

Saint George (6 de abril);

primer templo desde que

la Iglesia se traslada al

oeste.

• Se dedica el Templo de

Logan (17 de mayo);

segundo templo desde

que la Iglesia se trasladó

al oeste

• Fallece el presi-

dente Brigham

Young (29 de

agosto).

• Estando en el “exi-

lio”, fallece el presi-

dente John Taylor

(25 de julio).

• Se inicia la obra

misional en

México

• Se funda la

Primaria; la pri-

mera reunión es

Farmington, Utah

(25 de agosto).

• Se acepta La

Perla de Gran

Precio como

libro canónico

de la Iglesia

(10 de octubre).

• John Taylor pasa a ser

el tercer Presidente de

la Iglesia, con George

Q. Cannon y Joseph F.

Smith como consejeros

(10 de octubre).

• Inaugura la cele-

bración del año de

jubileo (6 de abril),

a semejanza de

la práctica en la

época del Antiguo

Testamento (véase

Levítico 25).

(Presidente de la Iglesia, 10 de octubre de 1880).

Brigham Young

133.628

• Mark Twain

publica Las

aventuras de

Tom Sawyer.

• Alexander Graham

Bell (Estados Unidos)

patenta el teléfono.

• Tomás Edison inventa

el fonógrafo.

• Thomas Edison

inventa la lam-

parilla eléctrica

incandescente.

• Más de 14.000 personas

mueren en una epidemia

de fiebre amarilla en el sur

de los Estados Unidos.

• Rutherford B. Hayes,

Presidente 1877–1881.

50.189.209

• Se dedica la Sala

de Asambleas en la

Manzana del Templo

(8 de enero).

• Se convierte en ley

el Proyecto de Ley

Edmunds contra la

poligamia.

• Se organiza la

primera rama

permanente de

la Iglesia entre

los maoríes de

Nueva Zelandia

(26 de agosto).

• Se encarcela a

cientos de miem-

bros de la Iglesia

por practicar la

poligamia.

• Se establecen las

colonias de la Iglesia

en México.• Comienza el

establecimiento

de asentamien-

tos de la Iglesia

en Canadá

• Bajo la Ley Edmunds,

continúa la extensa

persecución contra los

miembros de la Iglesia

que practican la poliga-

mia; el presidente John

Taylor y otros líderes

tienen que ocultarse.

• Se aprueba La ley

Edmunds-Tucker

contra la poligamia.

• La Iglesia pierde la perso-

nería jurídica y se le con-

fiscan los bienes debido

a la acción judicial bajo la

Ley Edmunds-Tucker.

• Clara Barton

organiza la

Cruz Roja

Americana.

• El presidente James Garfield

es asesinado (es baleado el

2 de julio y muere el 19 de

septiembre).

• James A. Garfield, Presidente 1881.

• Chester A. Arthur, Presidente 1881–1885.

• En Chicago se

completa el primer

“rascacielos” del

mundo (10 pisos

de altura) con

estructura de

acero.

• Dedicación de la

Estatua de la

Libertad, regalo de

Francia.

• Grover Cleveland, Presidente 1885–1889.

• Se comienza la

obra misional en

Samoa

• George Eastman

produce el papel

fotográfico con

capa sensible

Joseph Fielding Smith (19 de julio de 1876–2 de julio de 1972).

• El conde León

Tolstoi (Rusia)

publica Ana

Karenina.

• Colorado se con-

vierte en el estado

número 38.

• Tiene lugar la batalla del Little

Bighorn entre el ejército de

los Estados Unidos y los

indios Sioux y Cheyenne.

• Corea se

convierte en

nación inde-

pendiente.

• Robert Louis Stevenson

(Escocia) publica La isla

del tesoro.

• Hace erupción el

Krakatoa, volcán de

Indonesia; mueren

casi 36.000 personas

en las islas vecinas.

• Karl Benz (Alemania)

construye el primer

automóvil impulsado

por un motor de com-

bustión interna.

• Hannibal Goodwin

inventa la película

de celuloide.

• Nikola Tesla

(Estados Unidos)

crea el primer

motor eléctrico de

corriente alterna.

• Se dedica el Templo

de Manti (17, 21 de

mayo); tercer templo

desde que la Iglesia

se trasladó al oeste.

• Wilford Woodruff

pasa a ser el cuarto

Presidente de la

Iglesia, con George

Q. Cannon y Joseph

F. Smith como con-

sejeros (7 de abril)

1875 1876 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890• Benjamin Harrison,

Presidente 1889–1893.

• Dakota del Norte,

Dakota del Sur,

Montana y

Washington se con-

vierten en los esta-

dos número 39, 40,

41 y 42.

• Al romperse la presa

cerca de Johnstown,

Pensilvania, mueren

5.000 personas.

• George Eastman crea

la cámara fotográfica

de caja “Kodak”.

1875 1876 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890

• Se inaugura

la Torre Eiffel

durante la

Exposición

Mundial de

París.

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300

• Se publica “El Manifiesto”

(24 de septiembre); se

acepta por voto unánime

en la conferencia general

(6 de octubre; véase

Declaración Oficial—1).

• La Primera Presidencia envía

una carta instruyendo que se

establezca un programa de

instrucción religiosa entre

semana en cada barrio

donde no hubiera una

escuela propiedad de la

Iglesia (25 de octubre).

Miembros de laIglesia: 188.263.

Población de los EstadosUnidos: 62.979.766.

Lorenzo Snow

Joseph F. Smith

Heber J. Grant

George Albert Smith

David O. McKay

Wilford Woodruff (Presidente de la Iglesia, 7 de abril de 1889).

• La Iglesia celebra el

quincuagésimo aniver-

sario de la Sociedad

de Socorro.

• El Presidente de los

Estados Unidos de

Norteamérica, Benjamin

Harrison, emite la procla-

mación de amnistía para

los polígamos (4 de enero).

• Se dedica el Templo de

Salt Lake (6 de abril);

el cuarto templo desde

que la Iglesia se tras-

ladó al oeste.

• Se firma la resolución del

Congreso con respecto a la

devolución de la propiedad

personal de la Iglesia (25 de

octubre); 3 años más tarde

(28 de marzo de 1896) se

aprueba una declaración que

restaura los bienes raíces de

la Iglesia.

• Se organiza la Sociedad

Genealógica de Utah

(13 de noviembre).

• En Provo, Utah, se

dedica el edificio de

la Academia Brigham

Young (4 de enero).

• Se ratifica la constitu-

ción del estado de

Utah y se aprueba su

condición de estado

(5 de noviembre).

• Whitcomb Judson patenta

la cremallera (el cierre).

• Grover Cleveland, Presidente 1893–1897.

• Rudyard Kipling

(Inglaterra)

publica El libro

de la selva.

• Wilhelm Röntgen

(Alemania) descu-

bre los rayos X.

• Utah se convierte en

estado (4 de enero).

• El domingo de

ayuno se cam-

bia del jueves al

domingo (5 de

noviembre).

• Se crea en Cardston, Alberta,

Canadá, la primera estaca

fuera de los Estados Unidos

(9 de junio).

• Se inicia la publicación

de la revista Improvement

Era (noviembre).

• Se celebra el quincuagé-

simo aniversario de la

llegada de los santos

al Valle de Salt Lake

(24 de julio).

• El presidente Snow

recibe una revelación

en que se resalta la

ley del diezmo (17 de

mayo).

• Muere el presidente Wilford

Woodruff (2 de septiem-

bre); Lorenzo Snow pasa a

ser el quinto Presidente de

la Iglesia, con George Q.

Cannon y Joseph F. Smith

como consejeros (13 de

septiembre).• Muere el presidente Lorenzo

Snow (10 de octubre); Joseph

F. Smith llega a ser el sexto

Presidente de la Iglesia, con

John R. Winder y Anthon H.

Lund como consejeros (17 de

octubre).

(Presidente de la Iglesia, 13 de septiembre de 1898).

• William McKinley, Presidente 1897–1901.

• España y Estados

Unidos se declaran

la guerra para dis-

putarse Cuba

(abril– diciembre).

• Primera graba-

ción magnética

de sonido.

• Se venden más de un millón de

copias de la composición musical

de Scott Joplin, “Maple Leaf Rag”

(El Trapo [andrajo o harapo] de

Hoja de Arce).

• En Atenas, Grecia,

se realizan los pri-

meros juegos olím-

picos de la era

moderna.

• El Congreso

Sionista Judío

se reúne en

Suiza.

• Comienza la Guerra de

los Bóers en Sudáfrica

(termina en 1902).

• La compañía Bayer

(Alemania) patenta

la aspirina.

283.765

• El presidente Snow rea-

firma la prohibición del

matrimonio plural en la

Iglesia (8 de enero).

• Se establece una

misión en Japón

(12 de agosto).

• Se aparta a las pri-

meras misioneras

proselitistas solte-

ras (primavera).

• Se comienza a

publicar la revista

Children’s Friend

(enero).

• Reginald Fessenden

transmite el primer

discurso por radio.

• Asesinato del presidente

William McKinley.

• Los hermanos

Wright vuelan

en un aeroplano

motorizado y tri-

pulado, en Kitty

Hawk, Carolina

del Norte.

• En China comienza

la Rebelión Bóxer

contra los extranjeros

(termina en 1901).

76.212.168

• Se abre la Represa

de Asuán en Egipto.

Joseph Fielding Smith

Spencer W. Kimball (28 de marzo de 1895–5 de noviembre de 1985).

• Idaho y Wyoming

se convierten

en los estados

número 43 y 44.

• Batalla de

Wounded Knee.

• Utah se convierte

en el estado

número 45.

• En Japón, un terre-

moto mata a casi

10.000 personas.

• Se abre Ellis Island

(Isla Ellis) como esta-

ción de inmigración.

• Se presenta por vez

primera el ballet El

Cascanueces, con

música compuesta

por Pyotr Tchaikovsky

(Rusia).

• La quiebra del mer-

cado de valores pro-

duce una depresión

económica que dura

cuatro años.

• Guglielmo

Marconi (Italia)

inventa la radio-

telegrafía.

• Comienza la fiebre del

oro en Klondike, Yukon,

Canadá.

• La Suprema Corte

de los Estados

Unidos declara que

son constituciona-

les las instalacio-

nes “separadas

pero iguales” para

blancos y negros

• Pierre y Marie

Curie (Francia)

descubren el

elemento quí-

mico llamado

radio.

• Walter Reed descubre que el

mosquito es el transmisor del

virus de la fiebre amarilla.

• El monte Pelée entra

en erupción y mata

aproximadamente a

29.000 personas.

• Muere la reina Victoria

de Inglaterra; la sucede

su hijo Eduardo VII.

• El presidente

Smith publica

el segundo

manifiesto

(6 de abril).

• La Academia

Brigham Young pasa

a ser la Universidad

Brigham Young

(octubre).

• La Iglesia com-

pra la cárcel de

Carthage (5 de

noviembre).

1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905

• Theodore Roosevelt, Presidente 1901–1909.

• Henry Ford funda

la Ford Motor

Company en

Detroit, Michigan.

1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905

• Tiene lugar la pri-

mera Vuelta Ciclista

de Francia (Tour de

France).

• Se completa

la línea férrea

trans-siberiana

(7.414 kms).

Ezra Taft Benson (4 de agosto de 1899–30 de mayo de 1994).

Harold B. Lee (28 de marzo de 1899–26 de diciembre de 1973).

(Presidente de la Iglesia, 17 de octubre de 1901).

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3011905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920

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George Albert Smith (es ordenado apóstol, 8 de octubre de 1903).

Heber J. Grant

Joseph Fielding Smith

Joseph F. Smith

(es ordenado apóstol, 7 de abril de 1910).

David O. McKay (es ordenado apóstol, 9 de abril de 1906).

Harold B. Lee

Spencer W. Kimball

Ezra Taft Benson

• Se inaugura en Salt Lake City

(1º de enero) el hospital Dr.

William H. Groves Latter-day

Saints Hospital, el primero de

un sistema de hospitales de la

Iglesia; en 1975 la Iglesia pasa

sus hospitales a una organiza-

ción privada.

• Se dedican el Monumento y

la Cabaña Conmemorativos

de José Smith, en Sharon,

Vermont, lugar de nacimiento

del Profeta (23 de diciembre).

• El presidente Joseph F. Smith

es el primer Presidente de la

Iglesia que visita Europa

(verano).

• El presidente Smith anun-

cia que la Iglesia está libre

de deudas (10 de enero).

Howard W. Hunter (14 de noviembre de 1907–3 de marzo de 1995).

• Se sistematizan

los programas del

sacerdocio y de

otras organizacio-

nes (8 de abril).

• Respondiendo al debate del

darvinismo y la evolución, la

Primera Presidencia publica

una declaración oficial sobre

el origen del hombre

(noviembre).

Gordon B. Hinckley (23 de junio de 1910).

398.478

• La Iglesia adopta

el programa de

Escultismo.

• La Iglesia compra la

granja Smith cerca

de Palmyra, Nueva

York, la cual incluye

la Arboleda Sagrada.

• 700 personas mue-

ren en el terremoto

de San Francisco;

hubo daños a pro-

piedades por valor

de $400 millones

de dólares.

• Henry Ford

fabrica el auto-

móvil Modelo T.

• Fundación de la

FBI (Agencia

Federal de

Investigaciones).

• William Howard Taft, Presidente 1909–1913.

92.228.496

• Mohandas Ghandi

inicia en Sudáfrica

el movimiento de

resistencia sin

violencia.

• Sir Robert Baden-

Powell (Inglaterra)

funda los Boy

Scouts.

• Robert E. Peary

(Estados Unidos)

es la primera per-

sona en llegar al

Polo Norte.

• Sigmund Freud

(Austria) presenta

sus teorías sobre

el psicoanálisis.

La poblaciónmundial seestima en1.750 millones

• Se organiza el pri-

mer seminario en el

Colegio Secundario

Granite, en Salt Lake

City (septiembre).

• Se crea el Comité

de Correlación

(8 de noviembre).

• El programa de

Escultismo se adopta

oficialmente como pro-

grama de actividades

de los jóvenes de la

Iglesia (21 de mayo).

• Se dedica el Monumento

a las Gaviotas en la

Manzana del Templo

(1º de octubre).

• Se inicia la publicación de la

revista mensual Relief Society

Magazine (La Revista de la

Sociedad de Socorro) (enero).

• La Primera Presidencia

inaugura el programa

de la “Noche de Hogar”

(27 de abril).

• Se publica el libro

del élder James E.

Talmage Jesús el

Cristo (septiembre).

• La Academia Ricks,

en Rexburg, Idaho,

se convierte en la

Universidad Ricks

(otoño).

• Mediante la

ratificación de la

Enmienda Dieciséis

a la Constitución de

los Estados Unidos

de Norteamérica,

se introduce el

impuesto federal

sobre la renta.

• Woodrow Wilson, Presidente 1913–1921.

• Robert H. Goddard

comienza sus experi-

mentos de cohetería.

• Albert Einstein

(Alemania) publica

su Teoría General

de la Relatividad.

• Se realiza la primera lla-

mada telefónica transcon-

tinental, entre Nueva York

y San Francisco.

• Es asesinado el

archiduque Francisco

Fernando de Austria-

Hungría, dando inicio

a la Primera Guerra

Mundial.

• Se construye

el Canal de

Panamá.

• La Primera Presidencia

y el Quórum de los

Doce publican una

exposición doctrinal

sobre el Padre y el Hijo

(30 de junio).

• Se termina

el Edificio de

Administración

de la Iglesia, en

Salt Lake City

(2 de octubre).

• Los Estados

Unidos participan

en la Primera

Guerra Mundial.

• La Declaración

Balfour proclama

que Palestina es

la patria de los

judíos.

• Oklahoma se con-

vierte en el estado

número 46.• Nuevo México y

Arizona se con-

vierten en los

estados número

47 y 48.

• Un tifón causa la

muerte de más

de 10.000 perso-

nas en Tahití.

• William D. Boyce

organiza los Boy

Scouts de América

(de los Estados

Unidos).

• W.E.B. DuBois

funda la National

Association for the

Advancement of

Colored People

[Asociación Nacional

para Mejorar la

Posición de la Gente

de Color] (siglas en

inglés NAACP).

• Muere el rey

Eduardo VII de

Inglaterra; es suce-

dido por Jorge V.

• Roald Amundsen

(Noruega) es la pri-

mera persona en

llegar al Polo Sur.

• Después de

chocar con un

témpano de

hielo, se hunde

el SS Titanic y

mueren 1.513

personas entre

los pasajeros y

la tripulación.

• La Batalla de

Verdún deja más de

un millón de solda-

dos muertos.

• El Zar Nicolás II y

su familia son eje-

cutados; revolución

rusa (hasta 1921).

• El presidente Smithrecibe la visión de laredención de losmuertos (3 de octubre;véase D. y C. 138).

• Fallece el presidenteJoseph F. Smith (19 denoviembre); Heber J.Grant pasa a ser el sép-timo Presidente de laIglesia, con Anthon H.Lund y Charles W.Penrose como conseje-ros (23 de noviembre).

• La conferenciageneral de abrilse pospone parael 13 de juniodebido a una epi-demia nacionalde influenza.

• Se desata una epidemia

de influenza (para 1920

había matado a 20 millo-

nes de personas).

• El Tratado de

Versailles oficial-

mente pone fin a

la Primera Guerra

Mundial.

1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920

• Se promulga el plan de

la hora de verano para

conservar combustible.

• Se crea el Parque

Nacional Gran

Cañón.

• Se ratifica la

Enmienda Dieciocho

que prohíbe la fabri-

cación, la venta, la

importación y la

exportación de bebi-

das alcohólicas

(finaliza en 1933).

1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920

• Se dedica elTemplo de Laie,Hawai, primertemplo dedi-cado fuera delos EstadosUnidos (conti-nental)[27 denoviembre].

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302

George Albert Smith

David O. McKay

Joseph Fielding Smith

Spencer W. Kimball

Harold B. Lee

Ezra Taft Benson

Howard W. Hunter

Gordon B. Hinckley

Heber J. Grant (Presidente de la Iglesia, 23 de noviembre de 1918).

• El presidente Heber J.

Grant dedica la estación

de radio Deseret News

y, por primera vez en la

historia de la Iglesia,

transmite un mensaje

radial (6 de mayo).

• Se inaugura el

Hospital de los Niños

de la Primaria en Salt

Lake City (mayo).

• Los élderes David O.

McKay y Hugh J.

Cannon parten en un

viaje de inspección de

89.956 kms. para visitar

las misiones de la Iglesia

(4 de diciembre; regre-

san el 24 de diciembre

de 1921).

Miembros de la Iglesia:525.987.

• Se ratifica la Enmienda

Diecinueve que otorga

el derecho de voto sin

distinción de género.

• Warren G. Harding, Presidente 1921–1923.

Población de los EstadosUnidos: 106.021.537

• Un terremoto en

China deja un

saldo de más de

180.000 muertos.

• Se funda la

Sociedad de

Naciones.

• Se abre la

tumba de

Tutankamón

(Tutankamen)

en Egipto.

Estimación:1.860 millones.

• Mussolini establece

una dictadura en

Italia.

• Se dedica el Templo

de Cardston, Alberta,

en Canadá (26 de

agosto).

• Primera transmi-

sión radial de la

conferencia gene-

ral (3 de octubre).

• La Iglesia compra parte

del cerro de Cumorah.

• Se establece la

primera misión

en Sudáfrica

(6 de diciembre).

• Casa de Misión

en Salt Lake City;

primera capacita-

ción organizada

para misioneros.

• Comienza el primer

instituto de religión

en Moscow, Idaho,

en la Universidad de

Idaho (otoño).

• Se dedica el Templo

de Mesa, Arizona (23

de octubre); transmi-

sión radial de los ser-

vicios dedicatorios.

• Se organiza

la estaca

número 100

en Lehi, Utah

(1º de julio).

• La Iglesia compra

la otra parte del

cerro de Cumorah.

• En el caso del

“Juicio Scopes-

Mono”, John

Scopes es hallado

culpable de ense-

ñar la teoría de la

evolución en la

escuela pública.

• Calvin Coolidge, Presidente 1923–1929.

• Charles Lindberg

finaliza su vuelo

transatlántico solo,

desde Nueva York

hasta París en 33,5

horas.

• Alexander

Fleming (Gran

Bretaña) descu-

bre la penicilina.

• Chiang Kai-shek

derroca la dinastía

Manchú; y es ele-

gido Presidente

de China

• Richard Byrd y

Floyd Bennet

(Estados Unidos)

efectúan el primer

vuelo sobre el

Polo Norte.

• El Coro del Tabernáculo

comienza las transmi-

siones semanales por

cadena radial (15 de

julio)

• La Iglesia conme-

mora el centenario

de su organiza-

ción (6 de abril).

• Por primera vez se publica

el semanario Church News

como parte del diario de

la Iglesia Deseret News

(6 de abril).

• La Iglesia inicia

una campaña

contra el uso del

tabaco (2 de abril).

• Quiebra de la bolsa de valo-

res de Nueva York, comienza

una severa depresión econó-

mica (hasta 1941).

670.017

• Herbert Hoover, Presidente 1929–1933.

• El Congreso

reaprueba el

“Star-Spangled

Banner” como

himno nacional.

• Amelia Earhart se

convierte en la pri-

mera mujer que atra-

viesa sola el Atlántico

en avión

• Philo Farnsworth

crea la televisión

electrónica.

123.202.624

La poblaciónmundial seestima en:2.070 millones.

• Muere el presi-

dente Warren G.

Harding.

• El estreno de

Rapsodia en

azul, de George

Gershwin.

• Adolfo Hitler

publica Mein

Kampf (Mi lucha).

• Estreno del primer filme

sonoro, The Jazz Singer

[El cantante de Jazz].

• El colapso del sis-

tema económico

de Alemania.

• José Stalin comienza

su Plan Quinquenal en

la Unión Soviética.

• Max Theiler

(Sudáfrica)

crea la vacuna

contra la fiebre

amarilla.

• La Escuela

Dominical para

los niños se

convierte en

parte oficial

de la Escuela

Dominical.

• La Iglesia conmemora

durante seis días el cente-

nario de la revelación de

la Palabra de Sabiduría

(21–26 febrero).

• Durante la Gran Depresión

Económica se convoca un

día de ayuno especial

para ayudar a los pobres

(15 de mayo).

• Franklin Delano Roosevelt,

Presidente 1933–1945.

• Se ratifica la Enmienda

Veintiuno, dando fin a la

“Ley Seca” (prohibición de

la fabricación, venta, etc.

de bebidas alcohólicas).

• Mohandas “Mahatma” Ghandi inicia un

“ayuno hasta la muerte” y convoca un

boicot contra los productos británicos

como protesta contra el trato dado por

el gobierno británico a la casta más

baja de la India, los “intocables”; con-

tribuye a promover reformas.

• Hitler obtiene el

título de Führer

y el control de

Alemania.

• Se establecen en Alemania

los primeros campos de con-

centración nazis; para 1945

hay entre 8 y 10 millones de

prisioneros y muere por lo

menos la mitad de ellos (la

mayoría eran judíos).

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George Albert Smith

David O. McKay

Joseph Fielding Smith

Spencer W. Kimball

Harold B. Lee (es ordenado apóstol el 10 de abril de 1941).

(es ordenado apóstol el 7 de octubre de 1943).

Ezra Taft Benson

Howard W. Hunter

Gordon B. Hinckley

Heber J. Grant

• Se dedica el

Monumento del

cerro de Cumorah

(21 de julio).

• Se firma la Ley de

Seguridad Social,

que otorga fon-

dos de pensión

y seguro por

desempleo; el pri-

mer pago se efec-

túa en 1937.

• La Iglesia lanza su

programa formal de

bienestar, el Programa

de Seguridad de la

Iglesia (abril); poste-

riormente se le cambia

el nombre a Programa

de Bienestar de la

Iglesia (1938).

• Se estrenan las presentacio-

nes del espectáculo en el

cerro de Cumorah “America’s

Witness for Christ” (julio).

• Se inaugura el primer almacén

(tienda) de las Industrias Deseret,

en Salt Lake City (14 de agosto).

• Se aconseja a los

miembros almacenar

suficientes alimentos

para un año (abril).

• La Iglesia compra

parte del terreno del

Templo de Nauvoo

(20 de febrero).

• La Sociedad Genealógica

de Utah comienza a

microfilmar registros

(noviembre).

• El atleta olímpico

Jesse Owens gana

cuatro medallas de

oro en los juegos

de Berlín.• Por primera vez se

usa el plástico en

la industria manu-

facturera.

• Se inaugura el

puente Golden

Gate en San

Francisco.

• Cuando aterrizaba

en Nueva Jersey,

el dirigible alemán

Hindenburg explota

y se incendia.

• La transmisión radial de La

Guerra de los Mundos, de

Orson Welles, causa histeria

colectiva entre los escuchas.

• Comienza la Guerra

Civil española (ter-

mina en 1939).

• Frank Whittle (Gran Bretaña)

construye el primer motor a

reacción (jet).

• Lajos Biró

(Hungría) inventa

el bolígrafo.

• La Primera Presidencia

retira de Europa a

todos los misioneros

(agosto–noviembre).

• La Iglesia compra la

cárcel de Liberty, en

Misuri (19 de junio).

• La Primera Presidencia

retira del Pacífico Sur y

de Sudáfrica a todos

los misioneros.

862.664

• La Primera Presidencia

anuncia nuevos cargos

de Ayudantes de los

Doce (6 de abril).

• Se insta a los miem-

bros a limitar sus

viajes, a fin de suje-

tarse a las restriccio-

nes impuestas por el

estado de guerra.

• Se realiza el lanzamiento

del USS Brigham Young,

barco de carga mercantil

(17 de agosto).

• En la Exposición

Mundial de Nueva

York se demuestra

el funcionamiento

de la televisión.

• El compositor

Irving Berlin

estrena “God

Bless America”

(“Dios bendiga

a América”).

• Se completa el

Monumento

Nacional Mt.

Rushmore.

• El presidente Franklin

D. Roosevelt autoriza la

concentración de los

nipones-americanos.

• Alemania ataca

barcos de los

Estados Unidos;

Japón ataca

Pearl Harbor;

los Estados

Unidos entran

a la Segunda

Guerra Mundial.

132.164.569

• Alemania invade a

Polonia; comienza

la Segunda Guerra

Mundial (termina

en 1945).

• Comienza el bombardeo

alemán sobre Londres; al

terminar el año casi una

tercera parte de la ciudad

está destruida.

La poblaciónmundial seestima en:2.300 millones.

• C.S. Lewis

(Inglaterra)

publica The

Screwtape Letters

(Cartas del diablo

a su sobrino).

• La hambruna en la India deja

un saldo de por lo menos 1,5

millones de muertos.

• Los aliados ini-

cian la invasión

de Europa en

el llamado

“Día-D”.

• Se realiza el lanza-

miento del USS

Joseph Smith, un

barco de carga mer-

cantil (22 de mayo).

• La Iglesia anun-

cia la compra

de Spring Hill

en Misuri (Adán-

ondi-Ahmán;

en marzo).

• Se realizan Servicios

Conmemorativos por el

centenario del martirio

del profeta José Smith

y de su hermano Hyrum

(junio).

• Por primera vez

desde 1942, se

invita a los miem-

bros de la Iglesia a

concurrir a la confe-

rencia general (5–7

de octubre).

• La Iglesia comienza a

enviar víveres a Europa,

que ha quedado desvas-

tada por la guerra (enero).

(Presidente de la Iglesia, 21 de mayo de 1945).

• Los Estados

Unidos lanzan

dos bombas

atómicas sobre

Japón.

• Harry S. Truman, Presidente 1945–1953

• Las Naciones

Unidas realiza su

primera sesión.

• Comienza la Guerra

Fría (hasta 1990);

Winston Churchill,

Primer Ministro de

Gran Bretaña,

acuña la expresión

“Cortina de Hierro”.

• Se encuentran

los Rollos del

Mar Muerto.

(es ordenado apóstol el 7 de octubre de 1943).

• Muere el presidente

Heber J. Grant (14 de

mayo); George Albert

Smith pasa a ser el

octavo Presidente de la

Iglesia, con J. Reuben

Clark, hijo, y David O.

McKay como consejeros

(21 de mayo).

• Robert Watson-Watt (Escocia)

construye equipo de radar

para detectar aeronaves.

• Muere el rey Jorge V de

Inglaterra, sucedido por

su hijo, Eduardo VIII;

posteriormente Eduardo

VIII renuncia y es suce-

dido por Jorge VI, su

hermano.

• El estreno de

la comedia musi-

cal Oklahoma,

de Rodgers y

Hammerstein.

• Selman Waksman

(Estados Unidos)

descubre la

estreptomicina.

• El saldo de la epi-

demia de polio es

de 1.200 muertos

y de miles de

lisiados.

• Fallece el presi-

dente Franklin D.

Roosevelt.

• Fin de la

Segunda

Guerra

Mundial.

• Se crea la

Comisión de

Energía Atómica.

1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950

1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950

• El Programa

de Bienestar se

declara programa

de la Iglesia (5 de

abril).

• La cantidad de miembros de

la Iglesia sobrepasa el millón.

• La Iglesia celebra el

centenario de la lle-

gada de los pioneros

al valle de Salt Lake

(24 de julio).

• El Coro del

Tabernáculo pre-

senta su milésima

transmisión radial

(17 de octubre).

• Se comien-

zan las trans-

misiones vía

televisión de

la conferen-

cia general

(octubre).

• Para comprobar la inmigración pre-

histórica, Thor Hyerdahl (Noruega)

emprende la travesía en balsa desde

Perú hasta la Polinesia.

• El establecimiento

independiente de la

República de Irlanda.

• Se organiza el Concilio

Mundial de las Iglesias.

• Se crean la República

Democrática Alemana

y la República Federal

de Alemania, dividiendo

a Alemania en dos:

Alemania Oriental y

Alemania. Occidental.

• Israel se declara

estado independiente.

• Los Laboratorios Bell

Telephone inventan el

transistor.

• El avión X-1, propul-

sado por cohete, rea-

liza el primer vuelo

supersónico.

• Se decreta inconsti-

tucional la enseñanza

religiosa en las

escuelas públicas.

• Al aprobarse la “Declaración de

derechos de los veteranos”, más

de un millón de veteranos de gue-

rra ingresa a las universidades.

Page 309: 345 Presidentes Iglesia Alumno

HIS

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RIA

DE

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1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965

304

Joseph Fielding Smith

Spencer W. Kimball

Harold B. Lee

Ezra Taft Benson

Howard W. Hunter (es ordenado apóstol el 15 de octubre de 1959).

Gordon B. Hinckley

George Albert Smith

• Comienza el primer

seminario matutino

en el sur de California

(septiembre).

• El presidente George

Albert Smith dedica

una estatua de Brigham

Young en el Capitolio

de los Estados Unidos

(1º de junio).

• Los misioneros comienzan a

usar el Programa Unificado

para la Enseñanza del

Evangelio, inaugurando así

el uso de un plan único para

la obra misional en toda la

Iglesia.

• Se organiza el

Sistema Unificado

de Escuelas de la

Iglesia (9 de julio).

• El élder Ezra Taft Benson

es nombrado Secretario de

Agricultura por Dwight D.

Eisenhower, Presidente de

los Estados Unidos recién

electo (31 de diciembre); el

élder Benson presta ese

servicio durante siete años.

David O. McKay (Presidente de la Iglesia, 9 de abril de 1951).

Miembros de laIglesia: 1.111.314.

Población de losEstados Unidos:151.325.798.

• Dwight D. Eisenhower, Presidente 1953–1961.

• Empieza la Guerra

de Corea (termina

en 1953).

Poblaciónmundial: 2.555millones.

• Sir Edmund Hillary (de

Nueva Zelandia) y Tenzing

Norgay (de Nepal) son los

primeros en llegar a la cima

del monte Everest, la mon-

taña más alta del mundo.

• Muere Jorge VI, Rey

de Inglaterra; suce-

dido por su hija

Elizabeth II.

• La Iglesia anuncia

la inauguración del

Programa de Tutelaje

de Estudiantes Indios

(julio).

• Se organiza

el Comité de

Construcción de

la Iglesia (julio).

• Se dedica el Templo de

Berna, Suiza (el primero

de Europa continental)

(11 de septiembre).

• Se inaugura la Universidad de

Hawai de la Iglesia (hoy en día

BYU–Hawai) (26 de septiembre).

• Se dedica el Edificio

de la Sociedad de

Socorro en Salt Lake

City (3 de octubre).

• El Coro del Tabernáculo

realiza una gran gira de

conciertos por Europa

(agosto–septiembre).

• La conferencia

general semianual

se cancela a causa

de la epidemia de

influenza (octubre).

• Se dedica el Templo de

Hamilton, Nueva Zelandia

y el Templo de Londres,

Inglaterra (20 de abril;

7 de septiembre).

• Jonas Salk

crea la

vacuna con-

tra la polio.

• Se propone el sis-

tema de carreteras

interestatales.

• La Suprema Corte dic-

tamina que la segre-

gación racial en las

escuelas públicas es

inconstitucional.

• Rosa Parks, mujer

de raza negra, es

arrestada por rehu-

sar sentarse en el

fondo del autobús.

• Se inagura Disneylandia en

Anaheim, California.

• Los Estados Unidos y Canadá

establecen el Comando de

Defensa Aeroespacial de

Norteamérica (NORAD por

sus siglas en inglés).

• El Dr. Seuss

publica El Gato

en el Sombrero

(El gato garabato).

• Se establece la Administración

Nacional de Aeronáutica y

Espacial (NASA por sus siglas

en inglés).

• Se inicia el ser-

vicio telefónico

trasatlántico vía

cable.

• La Unión

Soviética

lanza el

Sputnik I, pri-

mer satélite

artificial.

• Nikita Khrushchev

pasa a ser líder de

la USSR.

• Fidel Castro

toma el control

del gobierno

cubano.

• Guerra de

Vietnam

(hasta 1973).

• El presidente McKay

declara: “Todo

miembro un misio-

nero” (6 de abril).

• La Primera Presidencia

pronuncia una declara-

ción aconsejando a los

miembros a santificar el

día de reposo y a evitar

comprar el día domingo

(19 de junio).

• Se otorga un premio

Grammy, premio nacio-

nal de música, al Coro

del Tabernáculo por su

grabación del “Himno

de la Batalla de la

República” (29 de

noviembre).

• Se crea la primera estaca

que no es anglohablante,

creada en La Haya, Países

Bajos (12 de marzo).

• Se organiza en Manchester

la primera estaca de

Inglaterra (27 de marzo).

• Alaska y Hawai

se convierten

en los estados

número 49 y 50.

• Alan Shepard

es el primer

americano en

el espacio.

1.693.180

179.323.175

3.040 millones

• Se establece el

Cuerpo de Paz

(Peace Corps).

• John Glenn es

el primer ameri-

cano en órbita

terrestre.

• Fracasa en Cuba

la invasión de la

Bahía de Cochinos.

• Yuri Gagarin

(URSS) es el pri-

mer hombre en

el espacio, en

órbita terrestre.

• Alemania Oriental

construye el Muro

de Berlín.

• La crisis de los

misiles de Cuba.

• Fallece el presidente

George Albert Smith (4 de

abril); David O. McKay pasa

a ser el noveno Presidente

de la Iglesia, con Stephen

L. Richards y J. Reuben

Clark, hijo, como conseje-

ros (9 de abril).

• Se produce

electricidad por

medio de com-

bustible nuclear.

• La detonación

de la primera

bomba termo-

nuclear, en las

Islas Marshall.

• Se lanza la tele-

visión a color.

• Se publica la obra El

Diario de Ana Frank.

• Detonación de la primera

bomba de hidrógeno.

• Se comienza a

entender que hay

una conexión entre

el tabaco y el cán-

cer del pulmón.

• En Sudáfrica la

policía, armada,

desaloja a 60.000

negros de una

zona designada

para ser ocupada

sólo por blancos.

• Se dedica en

Hawai el Centro

Cultural Polinesio

(12 de octubre).

• Se lanza el pro-

grama de orien-

tación familiar

(enero).

• La Iglesia compra una

estación de radio de

onda corta (10 de octu-

bre); posteriormente la

usa para transmitir pro-

gramas de la Iglesia a

Europa y Sudamérica.

• La Iglesia pone

un pabellón en

la Feria Mundial

de Nueva York

(abril).

• La edad de los varones

jóvenes elegibles para ir

a una misión de tiempo

completo se reduce de

20 a 19 años (marzo).

• Se establece en la Universidad

Brigham Young el Instituto de

Capacitación de Lenguas

(noviembre); posteriormente se

le llamó Misión de Capacitación

de Lenguas (1963).

1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965• John F. Kennedy, Presidente 1961–1963.

• Lyndon Baines Johnson,

Presidente 1963–1969.

• Martin Luther King,

hijo, da su discurso

“Tengo un Sueño”.

• Asesinan al presi-

dente John F.

Kennedy.

• El conjunto

musical británico

de los “Beatles”

realiza su pri-

mera visita a los

Estados Unidos.

1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965

• Leónidas Brezhnev

llega a ser el líder

de la URSS.

• Valentina

Tereshkova

(URSS) es la

primera mujer

en el espacio.

• Se pone en órbita el primer

satélite de comunicaciones,

el Telstar (Estados Unidos).

(es ordenado apóstol el 5 de octubre de 1961).

Page 310: 345 Presidentes Iglesia Alumno

3051965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

Joseph Fielding Smith

Harold B. Lee

Spencer W. Kimball

Ezra Taft Benson

Howard W. Hunter

Gordon B. Hinckley

David O. McKay

• La Iglesia publica

el primer manual

de la noche de

hogar para la

familia (enero).

• Se reinicia la

obra misional en

Italia; había sido

detenida en 1862

(febrero).

• En São Paulo,

Brasil, se organiza

la primera estaca

en Sudamérica

(1º de mayo).

• Se dedica la

Bóveda de

Registros de

la Montaña

de Granito

(22 de junio).

• Se llamó a dos con-

sejeros adicionales

de la Primera

Presidencia: Joseph

Fielding Smith y

Thorpe B. Isaacson

(octubre); en abril de

1968 se llama a Alvin

R. Dyer como tercer

consejero adicional.

• Los Estados

Unidos entran

en la Guerra de

Vietnam.

• Llamamiento de los pri-

meros Representantes

Regionales (29 de sep-

tiembre).

• Comienza la

obra misional

en Tailandia

(febrero).

• La llegada de los

primeros misione-

ros a España

(junio).

• Por primera vez se

envían misioneros a

Indonesia (enero).

• Comienza el programa

de “misioneros médi-

cos” (julio).

• La primera conferencia de

área, en Manchester, Inglaterra

(27–29 de agosto).

• El Museo

Metropolitano de Arte

de Nueva York regala

a la Iglesia algunos

de los papiros egip-

cios que fueron pro-

piedad de José Smith

(noviembre).

• La Presidenta General de

la Sociedad de Socorro,

Belle S. Spafford, es

nombrada presidenta del

Concejo Nacional de la

Mujer de los Estados

Unidos (17 de octubre);

sirvió por dos años.

• Se inagura el pro-

grama de capaci-

tación de idiomas

de dos meses

para los misione-

ros de tiempo

completo (enero).

• Se revoca en

Tennessee la

“Ley del Mono”,

permitiendo así

que en las escue-

las públicas se

enseñe la teoría

de la evolución.

• Neil Armstrong

se convierte en

el primer hombre

que pisa la luna.

• Richard M. Nixon, Presidente 1969–1974.

• La Guerra de

los Seis Días

entre israelíes

y árabes.

• En Sudáfrica se

realiza el primer

transplante de

corazón.

• Se designa el lunes

como el día para

realizar la noche de

hogar para la familia

en toda la Iglesia

(octubre).

(Presidente de la Iglesia, 23 de enero de 1970).

2.930.810

• Se inicia la publica-

ción de nuevas

revistas de la Iglesia

(en inglés): Ensign,

New Era y Friend

(enero).

(Presidente de la Iglesia, 30 de diciembre de 1973).

• Se anuncia la creación

del Departamento de

Servicios de Bienestar

(7 de abril).• Se dedica el

Templo de

Washington,

D. C. (19 de

noviembre).

• Se dedica el

Edificio de las

Oficinas de la

Iglesia, de 28

pisos (24 de julio;

los departamen-

tos de la Iglesia

habían comen-

zado a ocuparlo

en noviembre de

1972).

• El presidente Richard

M. Nixon renuncia

como resultado del

escándalo Watergate.

• Gerald R. Ford, Presidente 1974–1977.

203.302.031

• Se completa en

Egipto la Gran

Represa de Asuán.

• En Perú los terremo-

tos, las inundaciones

y el desprendimiento

de tierras matan a

30.000 personas.

• En Pakistán oriental

los ciclones e inunda-

ciones dejan un saldo

de 500.000 muertos.

3.708 millones

• Las naciones árabes produc-

toras de petróleo prohíben la

exportación del mismo a los

Estados Unidos, a Europa

occidental y a Japón (hasta

1974) en virtud del apoyo

de esos países a Israel, y

ello produce una crisis ener-

gética.

• Se acepta agregar

dos revelaciones a La

Perla de Gran Precio

(3 de abril); posterior-

mente fueron cambia-

das a Doctrina y

Convenios (6 de

junio de 1979; véase

D. y C. 137; 138).

• Se rompe la Presa

Teton, en Idaho, afec-

tando a miles de Santos

de los Últimos Días

(5 de junio).

• Se anuncia la organiza-

ción del Primer Quórum

de los Setenta (1º de

octubre).

• Se construye en Provo, Utah,

el Centro de Capacitación de

Lenguas; posteriormente llegó

a ser el Centro de Capacitación

Misional, que se utiliza para

capacitar a todos los misione-

ros (26 de octubre de 1978).

• Alex Haley

publica: Raíces:

La saga de una

familia estado-

unidense.

• Las sondas espaciales Viking

I y II descienden en Marte.

• Se celebra el bicentenario

de los Estados Unidos.

(Presidente de la Iglesia, 7 de julio de 1972).

• Fallece el presidente

David O. McKay (18 de

enero); Joseph Fielding

Smith pasa a ser el

décimo Presidente de

la Iglesia, con Harold B.

Lee y N. Eldon Tanner

como consejeros (23 de

enero).

• Fallece el presidente

Joseph Fielding Smith

(2 de julio); Harold B.

Lee pasa a ser el deci-

moprimer Presidente de

la Iglesia, con N. Eldon

Tanner y Marion G.

Romney como conseje-

ros (7 de julio).

• Fallece el presidente

Harold B. Lee (26 de

diciembre); Spencer W.

Kimball pasa a ser el

duodécimo Presidente

de la Iglesia, con

N. Eldon Tanner y

Marion G. Romney

como consejeros

(30 de diciembre).

• Más de 250.000 personas se

reúnen en Washington, D. C.,

para protestar por la partici-

pación de los Estados Unidos

en Vietnam.

• El asesinato de

Martin Luther

King, hijo.

• Se ratifica la

Enmienda Veintiséis,

reduciendo a 18 años

la edad para votar.

• Se realiza la Primera

Conferencia Mundial de

Registros (en Salt Lake City).

• Un terremoto en

Nicaragua deja un

saldo de más de

10.000 muertos.

• Se terminan de

construir las dos

torres del World

Trade Center, en

Nueva York, los

edificios más

altos del mundo.

• Fin de la Guerra

de Vietnam; se

retiran las tropas

estadounidenses.

• Es expulsado de la

Unión Soviética

Aleksandr Solzhenitsyn

después que publica El

Archipiélago Gulag.

• Los comunistas

asumen el control

del gobierno de

Vietnam del Sur.

• Terremotos en

Italia, China,

Filipinas, Turquía,

Bali y Guatemala

dejan un saldo

aproximado de

780.000 muertos.

• El primer vuelo

del transbordador

espacial.

• Estados Unidos

confirma haber

hecho pruebas

con una bomba

de neutrones.

1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

• James Earl Carter, hijo, Presidente

1977–1981.

• Por la fusión

accidental y par-

cial del núcleo

de un reactor en

la planta nuclear

Three-Mile

Island, hubo un

escape de radio-

actividad en la

atmósfera.

1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

• La Madre

Teresa recibe el

Premio Nobel

de la Paz.

• Margaret Thatcher

se convierte en la

primera mujer que

ocupa el cargo de

Primera Ministra de

Gran Bretaña.

• Se dedica el Templo

de São Paulo, Brasil, el

primero de Sudamérica

(30 de octubre).

• Se anuncia el nuevo formato

para las conferencias gene-

rales (1º de enero): el primer

domingo de abril y de octu-

bre de cada año y el sábado

anterior.• Se publica la edi-

ción de la Biblia

del Rey Santiago

de la Iglesia (en

inglés) (29 de

septiembre).

• Se anuncia la revelación

dando lugar a que todos

los hombres dignos, de

todas las razas, reciban el

sacerdocio (junio; véase

Declaración Oficial 2).

• Se organiza en

Nauvoo, Illinois, la

estaca número mil

(18 de febrero).

• Se dedica

el Jardín Con-

memorativo

Orson Hyde,

en el Monte de

los Olivos en

Jerusalén (24

de octubre).

Page 311: 345 Presidentes Iglesia Alumno

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1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995

306

Ezra Taft Benson

Howard W. Hunter

Gordon B. Hinckley

Spencer W. Kimball

• El horario con-

solidado de 3

horas de reu-

niones domini-

cales comienza

a aplicarse en

los Estados

Unidos y en

Canadá (2 de

marzo). • Se publica la nueva versión

de la combinación triple

(en inglés) (septiembre).

• Se proclama la

misión tripartita

de la Iglesia

(4 de abril).

Miembros de laIglesia: 4.639.822.

• En el estado de

Washington entra

en erupción el

volcán Mount St.

Helens y deja un

saldo de 57 muer-

tos.

• El Voyager 1 envía

fotografías de otras

lunas alrededor de

Saturno.

Población de los EstadosUnidos: 226.542.199

• IBM lanza la pri-

mera computadora

personal o para el

hogar (PC).

• Ronald W. Reagan, Presidente 1981–1989.

Población mundial:4.454 millones.

• Se identifica el

Síndrome de

Inmunodeficiencia

Adquirida (SIDA). • Se identifica el

virus del SIDA.

• Se alcanzan

los cinco

millones de

miembros de

la Iglesia (se

anuncia el 1º

de abril).

• Se llama al élder

Gordon B. Hinckley

como tercer conse-

jero de la Primera

Presidencia (23 de

julio).

• La Iglesia

celebra su

sesquicente-

nario (6 de

abril).

• El período de servi-

cio para élderes sol-

teros en misiones de

tiempo completo se

reduce a 18 meses

(2 de abril); poste-

riormente vuelve a

ser de 24 meses

(26 de noviembre

de 1984).

• Se realiza en

Londres, Inglaterra,

la primera confe-

rencia regional

(16 de octubre).

• Se rechaza la Enmienda

para la Igualdad de

Derechos.

• Se implanta el

primer corazón

artificial.

• Se lanza al mercado

el disco compacto

para uso público.

• Apple Computer lanza el

primer “ratón” para com-

putadora.

• La más severa aparición

de El Niño (1982–1983)

hasta la fecha causa

anomalías climáticas

mundiales.

• Se nombran

Presidencias

de Área

(24 de junio).

• Se dedica el

Museo de Arte

e Historia de

la Iglesia, en

Salt Lake City

(4 de abril).

• Se organiza la estaca

número 1.500, la Estaca

Yaqui, Ciudad Obregón,

México, 150 años después

de haberse organizado la

primera estaca en Kirtland,

Ohio (28 de octubre).

• Se dedica el Templo de

Freiberg, Alemania, en lo

que en ese entonces era

la República Democrática

Alemana, controlada por los

comunistas (29 de junio).

• Se publica la primera revi-

sión del himnario de la

Iglesia en inglés, la primera

en 37 años (2 de agosto).

• Se dedica en

Salt Lake City

la Biblioteca

Genealógica

de la Iglesia

(23 de octubre).

(Presidente de la Iglesia, 10 de noviembre de 1985).

• Se desconti-

núan los quó-

rumes de

Setentas en

las estacas

(4 de octubre).

• Explota el transbordador

espacial Challenger 74

segundos después de

despegar.

• Un terremoto en

Armenia deja un

saldo de más de

40.000 muertos.

• Se organiza el Segundo

Quórum de los Setenta

(abril).

• Los misioneros

son expulsados de

Ghana, nación del

África Occidental (14

de junio); posterior-

mente se les auto-

riza regresar (30 de

noviembre de 1990).

• Se organiza

la Estaca Aba

Nigeria, la pri-

mera estaca de

África Occidental

(15 de mayo).

• Se anuncia que la Iglesia

ha obtenido los derechos

de efectuar la obra misio-

nal en la República

Democrática Alemana

(12 de noviembre).

• En Inglaterra los

miembros conme-

moran el sesqui-

centenario del

inicio de la obra

misional en Gran

Bretaña (24–26

de julio).

• Se alcanza la cifra

de 100 millones

de investiduras

efectuadas en

bien de los difun-

tos (agosto).

• Se cambia el nombre

del Departamento

Genealógico de la

Iglesia a Departamento

de Historia Familiar (15

de agosto).

• La Iglesia lanza el sof-

tware FamilySearch

para simplificar la

investigación de histo-

ria familiar (2 de abril).

• Se establece la

rama Tallin Estonia;

la primera en la

Unión Soviética

(28 de enero).

• Se celebra el sesquicen-

tenario de la organiza-

ción de la Sociedad de

Socorro (14 de marzo).

• MacMillian

Publishing

Co. publica la

Encyclopedia

of Mormonism

(Enciclopedia

del mormonismo).

• La República Rusa,

la más grande de

la Unión Soviética,

otorga reconoci-

miento oficial a la

Iglesia (24 de junio).

• Se conmemora

el centenario del

establecimiento

de la Iglesia en

Tonga (13–27 de

agosto).

• Se anuncia el

programa de alfa-

betización patro-

cinado por la

Sociedad de

Socorro (15 de

diciembre).

7.761.207

• El barco petrolero Valdez choca

contra un arrecife frente a Alaska,

produciendo uno de los derra-

mes de petróleo más grandes

del mundo (41.639.500 litros de

petróleo).

• George H. W. Bush, Presidente 1989–1993.

248.718.301

• Masacre de la Plaza de

Tiananmen en China; mueren

entre 300 y 400 estudiantes

pro democracia.

• Se desmantela el

Muro de Berlín.

• El parlamento

soviético aprueba

la libertad de

creencia religiosa.

5.276 millones

• Guerra del

Golfo Pérsico.

• Se disuelve la

URSS; se convierte

en la Federación

Rusa.

• Fallece el presidente

Spencer W. Kimball (5

de noviembre); Ezra Taft

Benson pasa a ser el

decimotercer Presidente

de la Iglesia, con Gordon

B. Hinckley y Thomas S.

Monson como conseje-

ros (10 de noviembre)

• Regresan a tierra los

cosmonautas soviéti-

cos después de 185

días en una estación

espacial.

• Sally Ride llega

a ser la primera

mujer estado-

unidense en el

espacio.

• En Bopal, India,

un escape de gas

tóxico mata a más

de 2.000 personas

• Mijaíl Gorbachov llega

a Primer Ministro de

la Unión Soviética.

• Un reactor

nuclear explota

en Chernobyl,

Ucrania; 133.000

evacuados; las

nubes residuales

afectan a toda

Europa

• La Suprema Corte esta-

blece que el dinero dado

directamente a los misio-

neros no es deducible de

los impuestos.

• Formalmente

se da fin a la

Guerra Fría.

• El Hotel Utah, renovado

y restaurado, recibe un

nuevo nombre, Edificio

Conmemorativo José

Smith, y es dedicado

nuevamente (27 de

junio).

• Se anuncia

el software

TempleReady

(8 de noviem-

bre).

• Fallece el presi-

dente Ezra Taft

Benson (30 de

mayo); Howard W.

Hunter pasa a ser

el decimocuarto

Presidente de

la Iglesia, con

Gordon B.

Hinckley y

Thomas S.

Monson como

consejeros

(5 de junio).

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• Las inundaciones que afec-

tan a 9 estados en la región

central de los Estados

Unidos dejan a 70.000 per-

sonas sin hogar y causan

pérdidas por el monto de

12 mil millones de dólares.

• Pasa a ser ley, el Acta

de Restauración de la

Libertad Religiosa.

• Militantes colocan una

bomba en el World Trade

Center, en la Ciudad de

Nueva York, matando a

seis personas.

• William Jefferson Clinton,

Presidente 1993–2001.

• Nelson Mandela

llega a ser el

primer presi-

dente negro

de Sudáfrica.

• Comienza la era

de Internet público.

• Se abre al público

el Eurotúnel (túnel

ferroviario) entre

Francia e Inglaterra.

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• Se descontinúa la asigna-

ción de Representante

Regional; se anuncia la

nueva asignación de

Setenta Autoridad de

Área (1º de abril).

• La Primera Presidencia y el

Quórum de los Doce Apóstoles

publican “La Familia: Una

Proclamación para el Mundo”

(23 de septiembre).

• La mayoría de los

miembros reside

fuera de los

Estados Unidos

(28 de febrero).

• Una bomba en el

edificio Federal

de Oklahoma City,

Oklahoma, mata a

168 personas.

• Organización de los

Setenta Autoridades

de Área en tres nuevos

quórumes (5 de abril).

• Se anuncia la

construcción de

templos pequeños

(4 de octubre).

• A través de todo el

mundo los miembros

de la Iglesia conmemo-

ran el sesquicentenario

del éxodo de los pione-

ros hacia el oeste nor-

teamericano.

• El presidente

Hinckley anuncia

que habrá 100

templos en funcio-

namiento para

fines del Siglo XX

(4 de abril).

• La Iglesia

lanza el

Servicio

Genealógico

de Internet

FamilySearch

(24 de mayo).

• Última con-

ferencia

general rea-

lizada en el

Tabernáculo

(2–3 de

octubre).

• Se dedica el Templo de

Boston, Massachussets, el

templo número 100 en fun-

cionamiento (1º de octubre).

• Dedicación del Templo

de Nauvoo, Illinois,

reconstruido, en el ani-

versario número 158 del

martirio del profeta José

Smith y de su hermano

Hyrum (27 de junio).

• Primera conferencia gene-

ral realizada en el nuevo

Centro de Conferencias

(1–2 de abril); dedicación

del Centro de Conferencias

(8 de octubre).

• Se anuncia el estable-

cimiento del Fondo

Perpetuo para la

Educación (31 de

marzo).

• Se imprime el tomo

número cien millones del

Libro de Mormón; el Libro

de Mormón se imprime en

100 idiomas.

• Los miembros de la

Iglesia sobrepasan los

11 millones (septiembre);

son más los miembros

que no hablan inglés que

los que lo hablan.

• La Primera Presidencia

y el Quórum de los

Doce publican “El Cristo

Viviente: El Testimonio

de los Apóstoles”

(1 de enero)

11.068.861

281.421.906 (censode abril de 2000)

• George Walker Bush, Presidente 2001.

• Se le devuelve

a China el con-

trol de Hong

Kong

6.790 millones

Gordon B. Hinckley (Presidente de la Iglesia, 12 de marzo de 1995).

Howard W. Hunter (Presidente de la Iglesia, 5 de junio de 1994).

• Fallece el presidente

Howard W. Hunter

(3 de marzo); Gordon B.

Hinckley pasa a ser el

decimoquinto Presidente

de la Iglesia, con Thomas

S. Monson y James E.

Faust como consejeros

(12 de marzo).

• Tropas estadouni-

denses en Bosnia

(hasta 1996)

• Un terremoto en

Kobe, Japón, deja

un saldo de más

de 5.000 muertos

• Las compañías

tabacaleras acuer-

dan pagar 206 mil

millones de dóla-

res por el costo

de las enfermeda-

des causadas por

el tabaco.

• Se realiza una vista

para considerar las

acusaciones for-

muladas contra el

presidente William

Clinton.

• Con su voto, los aus-

tralianos eligen mante-

ner a la monarquía

británica como cabeza

de estado, en lugar de

elegir a un presidente

• Panamá toma

de los Estados

Unidos el con-

trol del Canal

de Panamá.

• La elección presidencial más

reñida en la historia de los

Estados Unidos; George W.

Bush es declarado el ganador.

• Se realizan las

Olimpíadas de Invierno

en Salt Lake City, Utah.

• Luego de secuestrar aviones, los

terroristas los estrellan contra el

World Trade Center en la Ciudad de

Nueva York; contra el Pentágono en

Washington, D.C.; y en un campo

de Pensilvania; dejando un saldo

de muertos de más de 3.000.

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El Templo de Nauvoo, Illinois, reconstruido

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