LECCIÓN Nº 33 PRIMERA CÁMARA “A”

Apreciado estudiante:

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En exposiciones anteriores, hemos hecho referencia al Pentagrama, la Estrella Flamígera de cinco puntas.

Es necesario hacer una descripción de la PENTALFA. En términos generales diremos que representa al Microcosmos, al hombre Autorrealizado, al Maestro. (Naturalmente, dentro del término hombre incluimos a la mujer, hablando en términos generales, ya que la mujer está en iguales condiciones y con las mismas posibilidades que el hombre para lograr su total Autorrealización). Un individuo, con sus piernas abiertas y estiradas, y sus brazos abiertos formando cruz en su tronco, sea que esté acostado o de pie, inmediatamente adopta la forma de la Estrella de cinco puntas. En las esferas interiores de Marte, encontramos terribles Magos Negros que tiemblan ante el poderoso signo de la PENTALFA. El aspecto negativo de la esfera de Saturno es la Magia Negra, la cual encontramos en plano físico y en los infiernos atómicos de nuestro planeta. En la parte superior de la PENTALFA encontramos los números: 1 - El Padre 2 - El Hijo 3 - El Espíritu Santo Pero los tres emanan de Ain Soph, es decir, la Estrella interior que siempre nos ha iluminado, el Atomo Súper Divino, primera emanación del Absoluto. Los tres en el Ain Soph forman el Santo Cuatro, el TE TRA GRAM MA TON, las palabras TE TRA GRAM MA TON son mántricas.

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Arriba también encontramos el signo de Júpiter, con los ojos del espíritu siempre abiertos. También simbolizan el Padre, el Uno, El Mago, el Número 8 acostado. Hacia la derecha encontramos el Cáliz que representa al cerebro, pero también simboliza al Yoni, principio femenino. En ambos brazos de la Estrella el signo de Marte, totalmente guerrero, en eterna lucha contra las fuerzas del mal. Al lado izquierdo, en el brazo encontramos las palabras IOD HE VAU HE. En el Macrocosmos el Santo cuatro, el TE TRA GRAM MA TON, y en el Microcosmos Hombre, Mujer; Phalo, Utero. A la derecha e interior encontramos otros términos que por el momento mantendremos en reserva. Al lado derecho vemos a la Luna y a la izquierda el Sol; pero si colocamos la imagen, no al frente nuestro, sino a nuestro lado, es claro que a nuestra derecha estará el Sol, y a la izquierda la Luna. El sol está presentado con un punto dentro del círculo y representa las fuerzas Solares, Crísticas, la fuerza positiva o masculina; y la Luna, la fuerza negativa o femenina. (No negativa en el sentido de maldad, sino de polaridad). Ambas polaridades se necesitan para hacer conjunción con la neutra, a fin de que haya el producto: la Autorrealización. A la izquierda encontramos el sello de Salomón, la estrella de seis puntas formada por dos triángulos, uno positivo con el vértice hacia arriba, y otro negativo con el vértice hacia abajo. El positivo nos indica las tres primeras fuerzas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El negativo, a los tres traidores de Hiram Habib: Judas, Pilatos y Caifás de la simbología Cristiana; es decir: el cuerpo astral lunar, el mental lunar y la mala voluntad. En el centro aparece el Caduceo de Mercurio, bajo el signo precisamente de Mercurio. Este es el mensajero de los Dioses de acuerdo a la simbología griega. Es el planeta que está más cerca del sol. Sin Mercurio no sería posible llegar a la autorrealización íntima del Ser. Bajo Mercurio aparece su caduceo con las Alas del Espíritu siempre abiertas y la Corona de la Vida encima. Dos serpientes se enroscan en la vara (la médula espinal) y suben hasta el cáliz del cerebro. Estas dos serpientes son los dos cordones ganglionares tetradimensionales que conducen las fuerzas solares y lunares hasta el cerebro, y luego hasta el corazón. Estas fuerzas son producto de la Transmutación del plomo en oro, de la energía sexual. En las extremidades inferiores, el signo Saturno. A la derecha, la caña de bambú de siete nudos, el Báculo de los Patriarcas, la Vara de Aarón, el Cetro de los Reyes, la vara florecida de José. Es la espina dorsal dentro de la cual va la médula espinal por donde sube el Kundalini. Es también el Phalo. Abajo encontramos la Espada Flamígera que no es más que el fuego sagrado de cada uno de nos; sin la espada Flamígera no seríamos verdaderamente dignos de rendirnos a los pies del Logos. Cuando un Maestro pierde su espada, entonces es precipitado hacia los infiernos atómicos. Cuando un iniciado se cae, cuando derrama el Vaso de Hermes, pierde su espada y es fulminado por el Arcano 16 de la Kábala y cae con la cabeza hacia abajo y las piernas hacia arriba, en la forma de la PENTALFA invertida. De tal manera que el Pentagrama con el vértice superior hacia arriba, en forma correcta, causa terror a los demonios y huyen aterrorizados. En cambio, con el vértice superior hacia abajo y los dos ángulos inferiores hacia arriba, los atrae. Si en la entrada de nuestra habitación, en forma disimulada pintamos la PENTALFA con el ángulo superior hacia dentro y los inferiores hacia afuera, penetrarán a nuestra recámara los

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Maestros, ahuyentando a los tenebrosos; pero si pintamos la PENTALFA con el ángulo superior hacia afuera y los inferiores hacia adentro, entonces penetrarán a nuestra recámara los tenebrosos. Cuando nosotros pronunciamos la siguiente conjunción: Klim Krisnaya Govindaya Gopijana Valla Baya Suaha, atraemos toda la potencia de la estrella Flamígera de las dimensiones superiores hacia nosotros, protegiéndonos en primer lugar y luego lanzándose con fuerza hacia el enemigo o entidades tenebrosas. Nosotros podemos formar la Estrella Flamígera de la siguiente manera: Nos ponemos de pie, separando los pies unos 40 cm. aproximadamente. Llevamos nuestros brazos arriba de la cabeza, a tocarse los dedos de ambas manos (vértice superior). Luego extendemos los brazos a lado y lado (ángulos laterales). Después cruzamos los brazos en el pecho, el derecho encima del izquierdo. Seguidamente decimos: “En el nombre del Padre” (con la mano derecha tocamos la frente), “Del Hijo” (con la misma mano hacemos una vertical hacia los genitales, no es preciso tocarlos), “Y del Espíritu” (llevamos la mano derecha al hombro izquierdo) “Santo” (llevamos la mano derecha al hombro derecho). Por último, mientras pronunciamos “En el nombre del TE TRA GRAM MA TON”, hacemos un círculo completo, con la mano derecha, comenzando desde la frente, hacia el hombro izquierdo, después hacia abajo, a todo lo largo del brazo, girando hacia el hombro derecho y finalmente hacia la frente, al punto de partida. Siempre debemos hacer la Estrella Microcósmica, antes de acostarnos, antes de salir a la calle. No debemos olvidar que por el simple hecho de estar en la Gnosis, no estaremos libres de determinadas situaciones. Aunque recibamos una protección especial, siempre estamos sujetos a la Ley del Karma, podemos quedar envueltos, por descuido nuestro, en la Ley de Accidentes, y no solo por descuido, sino también por imprudencia, falsas valentías, temeridad, etc. En el camino del filo de la navaja también nos encontramos con la Ley de Recurrencia, la cual en muchas ocasiones cuando implican retornos a caídas, debemos superar o saltar; por ejemplo, cuando nos encontramos con personas del sexo opuesto con las cuales nos unimos sexualmente en vidas anteriores, sea en matrimonio o fuera de él, de acuerdo a la Ley de Recurrencia, nos enfrentamos de nuevo con el mismo drama con sus consecuencias generalmente dolorosas, pero a fin de continuar en nuestro camino iniciático, debemos saltar valientemente la Recurrencia, por muy difícil y dolorosa que sea, a fin de no estancarnos, retroceder o retirarnos del camino. Es necesario distinguir entre lo que es vida común y corriente, lo que es el camino Iniciático. Ambas situaciones tienen la misma base y es fácil confundirlas. La vida es un proceso mecánico que se fundamenta en los procesos que tienen relación con la Ley de los Opuestos. El camino es un proceso consciente, en el cual el iniciado tiene que apartarse de las influencias comunes y corrientes, sin aislarse de los demás, observando la tolerancia y el respeto de la forma de pensar y de sentir de los demás. Existen dos clases de sufrimiento: el Kármico y el Iniciático. Ambos se mezclan en el camino, y entre más Karma tiene el Iniciado de la vida pasada, mayor es su sufrimiento. De todas maneras las deudas tenemos que pagarlas, estemos o no en la Gnosis. “Pero hay remedios y remedios”, dice un antiguo ritual. El sacrificio por la humanidad disminuye el Karma, y por lo tanto, el dolor. Hay personas que entrando al camino se ven sometidas a sufrimientos terribles, y culpan a la Gnosis, culpan al camino, en vez de culparse a sí mismos, en vez de comprender que su sufrimiento se debe en su mayor parte a su propio Karma, entonces reniegan y se retiran de la Gnosis.

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Cosa distinta son los distintos obstáculos que se presentan en el camino. Estos obstáculos no tienen más finalidad que fortalecer al discípulo, pues a medida que va superando toda una diversidad de contrariedades, se va superando en todos los niveles. Estos obstáculos están condicionados a la preparación de cada quien. A nadie le ponen una prueba, si no está debidamente preparado. Es difícil comprender las oposiciones de la naturaleza si no luchamos para ello; ésta tiende los obstáculos para que el Iniciado no se libre de ella. Muchos dicen: “Yo desearía continuar en el camino, pero hay obstáculos”. Debemos sobrepasarlos para proseguir en el camino. La tentación es fuego, el triunfo sobre la tentación es luz. Sin embargo, hay quienes buscan evasivas o toda clase de justificaciones para ocultar su debilidad; “paso muy ocupado”, “no me queda tiempo”, “tengo muchos problemas, en mi casa, en mi trabajo, etc.” Quien esto dice, no sabe que los problemas son precisamente para superarlos, no para quedar enredados en ellos; y las enseñanzas Gnósticas, ¿no son precisamente para capacitarse a fin de resolver todos los problemas? Claro que sí, pero mucha gente rechaza, precisamente la Gnosis, debido a sus problemas. Es un círculo vicioso. O buscar la tentación, “a fin de catar su estado de conciencia”, o “darse cuenta si ya eliminaron tal defecto”, y mil argumentos más de la lógica formal, mas no se dan cuenta que esos argumentos son producidos muy sutilmente por esos mismos yoes que ellos consideran ya eliminados. Nuestros estudiantes deben estar totalmente seguros de que las pruebas no hay necesidad de buscarlas, ellas mismas se presentan en el momento preciso y cada vez que es necesario.

APRECIADO ESTUDIANTE: Con esta exposición terminamos nuestro curso de Gnosis por correspondencia. Te hemos entregado los fundamentos de nuestras enseñanzas por cuyas armas puedes conquistar tu propia realización. Como habrás observado, no hemos llenado nuestras exposiciones con vana palabrería, y las prácticas que hemos enseñado son tan importantes, que con las mismas tienes para investigar cuanto tu quieras. Te hacemos una advertencia: no te llenes de vano intelectualismo. Quizás de pronto sientas el deseo de adquirir obras esotéricas de distintos autores y de organizaciones varias. No te culpamos, pues este tipo de enseñanza es sumamente inquietante e induce a buscar aquí, allá y acullá. Sin embargo, existen riesgos. En el Esoterismo, aunque te parezca raro, también encontrarás diversidad de conceptos. Muchos autores y escuelas llegan a un mismo resultado o conclusión, siempre y cuando hayan seguido procedimientos rigurosos de investigación, pero sucede que la gran mayoría no penetran totalmente en el fondo de los misterios, y sólo llegan a resultados parciales que complementan con deducciones que más tarde confunden a quienes desean informarse. No pretendemos ser los únicos poseedores de conocimiento. Sabemos que hay en el planeta, Maestros que han llegado a los mismos resultados en sus investigaciones, y a través de sus organizaciones los han enseñado a sus discípulos. Sin embargo, a estos atletas del Esoterismo hay que buscarlos con la Lámpara de Diógenes.

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Por otra parte, todo lo que se manifiesta en el plano físico se deteriora a través del tiempo, se corroe, y nosotros los bípedos tricerebrados no estamos exentos de culpa. “Cada cabeza es un mundo”, reza el dicho popular. Los Maestros de todas las épocas han enseñado los mismos principios morales y los discípulos más avanzados, los que han logrado no solo captar, sino vivir la enseñanza de sus respectivos Maestros, continúan la labor, pero lamentablemente después de unas pocas generaciones, esa enseñanza ya ha sufrido transformaciones; al igual que una noticia pasa de boca en boca, modificándose de acuerdo al momento mental y emocional de sus consecutivos heraldos, en esa misma forma, las sublimes enseñanzas que nos han legado los grandes Maestros del pasado, sufren tantas transformaciones en el transcurso del tiempo, con el agravante de que los distintos traductores, a pesar de sus sanas intenciones, preparación intelectual, etc., no logran llevar a otro idioma, con la fidelidad necesaria, lo que el Maestro enseñó; después es imposible comparar la altura espiritual de éste con la de aquellos y por ende, existe una notable diferencia entre lo que el uno vio, palpó, experimentó en las fuentes mismas de la Gran Realidad, y lo que los otros captaron intelectualmente y emocionalmente. Por todo esto te sugerimos, ya que te han encontrado con la Gnosis, que profundices en nuestros estudios, y practiques, sacándole a las claves el mayor provecho posible. Después de un tiempo, tú mismo determinarás si buscas en otras fuentes, o si tu sed de investigación se ha saciado en la Gnosis. Con todo, respetamos tu libre albedrío. Muchos estudiantes de la Gnosis han trajinado antes en distintas Escuelas y después de tanto tiempo se encuentran con nuestros estudios que “esto es lo que han andado buscando”. Los mejores discípulos de la Gnosis son exigentes consigo mismos, estudiando y practicando la ciencia gnóstica durante las veinticuatro horas de cada día, viviendo los tres factores: estudiando de momento en momento sus defectos y eliminándolos; transmutando sus energías, sacrificándose por llevarle bienestar material y espiritual a los demás. En cambio otros, particularmente los que se inician hasta ahora en Esoterismo, muy eufóricos, se deciden recabar información, no precisamente de las dimensiones superiores, a base de las prácticas que gustosamente proporcionamos, sino de otras Escuelas, y terminan por confundirse, debido a las diferencias entre una y otra enseñanza, precisamente porque se limitan a recibir información de tipo subjetivo, meramente intelectual. En nuestro Curso de Gnosis por Correspondencia, se han transmitido enseñanzas que muchos buscadores no habían podido encontrar después de veinte y más años de trajinar en el Esoterismo. En el futuro, cuando la Gnosis vea dificultada su labor una vez más, este curso constará, no de treinta y tres exposiciones, sino de muchos miles, y lo que nosotros enseñamos en corto período de ocho meses, en el futuro parte será ocultado de nuevo y parte se enseñará en treinta y más años. Lo más importante, como son las claves de la Muerte de los defectos, el Nacimiento a través de la transmutación y el verdadero Sacrificio, lo ocultarán de nuevo, quedándose las masas con lo superficial. Las claves de la Muerte y el Nacimiento no son una exclusividad de la Gnosis. Ya en otras épocas se dieron a conocer públicamente, en épocas muy remotas, y en períodos subsiguientes se ocultaron. En siglos pasados y comienzos del presente, todos los Maestros lo poseían, pero no tenían autorización para divulgarlas, no porque no fueran capaces, sino porque la humanidad no había llegado a la madurez que ahora tiene. Esa es la razón por la cual hablaron siempre en forma simbólica, y en todos sus escritos se encuentran las enseñanzas en una forma muy vedada, y ha tocado al V.M. Samael Aun Weor, develar todos los misterios de la presente época. Ahora vuelve el

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mismo conocimiento de todos los tiempos, totalmente actualizado y adaptado a las exigencias y necesidades de la presente humanidad.