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El viento, las olas, las lluvias y toda la dinámica natural nos muestran la compleja

interrelación que existe entre la litosfera, hidrosfera, atmosfera y biosfera. Gran parte de esa dinámica es casi imperceptible, como la erosión o la sedimentación, producidas por el viento, los ríos, los glaciales, etcétera. En cambio, en otros casos, el comportamiento de los elementos naturales es violento, como los movimientos sísmicos y las erupciones volcánicas, que ponen en riesgo las sociedades, sus bienes o sus actividades, Un movimiento sísmico, un huracán o cualquier otro fenómeno extremo de la naturaleza se convierten en desastre catástrofe cuando ocasiona pérdidas humanas o económicas. Es decir, se denomina desastre natural sólo cuando el problema social o económico es detonado por un fenómeno de la naturaleza. Como el experto Golden dice “un peligro latente se convierte en desastre si ocurre donde vive gente “.Las consecuencias de los desastres naturales no deben mirarse únicamente desde el punto de vista de las vidas que se pierden, sino también desde el punto de vista económico, pues constituyen un obstáculo para el desarrollo económico y social de la región, especialmente en los países en desarrollo como el nuestro. En ellos, un desastre puede ocasionar una reducción del producto nacional bruto por varios años, por ejemplo, una inundación arrastra la capa fértil del suelo y tarda años en recuperarse. Se ha calculado que las pérdidas del producto nacional bruto debidas a los desastres pueden ser, en proporción, 20 veces mayores en los países en desarrollo que en las naciones más adelantadas.Los desastres pueden tener consecuencias tardías, es decir que sólo se pueden evaluar a lo largo de varios años. Una sequía o una inundación puede afectar la economía de la región o de un país de manera tal que repercuta en la calidad de vida o la salud de su población por varios años.Una causa importante de la lentitud en la recuperación y reconstrucción de los países en desarrollo después de un desastre, es porque no cuentan con tantos bienes asegurados como los países desarrollados. El huracán Andrew, que azotó a Estados Unidos e 1992, ocasiono 30.000 millones de dólares de pérdidas, pero el 75 % corrieron a cargo de

compañías aseguradoras. En cambio, las inundaciones y deslizamientos de tierras que asolaron China en 1996, provocaron un perjuicio económico de 24.000 millones de dólares, pero sus seguros no alcanzaron al 2% de las pérdidas.Además, pasado el fenómeno las víctimas no sólo necesitan ayuda material sino también apoyo psicológico: hay estudios que demuestran el aumento de los estados, depresivos, de consumo de alcohol y hasta el incremento de la tasa de suicidios. En la actualidad, al menos un cuarto de la humanidad vive en zonas vulnerables a los desastres, sobre todo en los países en desarrollo. En ellos, la gente asienta sus viviendas en lugares propensos a sufrir estas catástrofes, por ejemplo en las laderas de las montañas, donde los aludes pueden arrastrar pueblos enteros, como sucedió en El Nevado del Ruiz (Colombia), o en los cauces de ríos, que cuando aumentan su caudal, desbordan y producen graves inundaciones, o el caudal de material volcánico por la erupción reciente del volcán en Alotenango (Guatemala).

CLASES DE DESASTRESNATURALESSe han clasificado más de 20 riesgos capaces de producir desastres. Abarcan desde terremotos hasta nieblas y brumas,

pero los más importantes son: - Hidrológicos: oleajes tempestuosos,

tsunamis.- Meteorológicos: Inundaciones,

huracanes, ciclones, tifones, tornados, sequías, heladas, granizadas, olas de frío o de calor, nevadas o temporales de invierno.

- Geofísicos: movimientos sísmicos y vulcanismo, avalanchas, derrumbes, aluviones, aludes.

LAS FUERZAS DEL INTERIOR DE LA TIERRADesde la antigüedad, el hombre ha considerado que los movimientos sísmicos y el vulcanismo se encuentran entre los fenómenos naturales más temibles para su vida y sus bienes. Esto se debe a la rapidez de su aparición y a la violencia de las sacudidas que, en segundos, transforman una ciudad en un cumulo de ruinas. Se originan por el desplazamiento de las placas de la corteza terrestre, que en sus movimientos de reacomodamiento liberan energía. Esta se transmite por medio de ondas que llegan a la superficie provocando la actividad sísmica. Por ello, estos procesos se presentan en las zonas de contacto entre las placas. A fin de perfeccionar la protección antisísmica en el mundo se deben instalar más estaciones sismológicas. También

Foto 1. Tormenta eléctrica con tornados.

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resulta útil la preparación de un mapa de zonas de mayor frecuencia de sismos para poder aplicar las ordenanzas de construcción antisísmica o, por lo menos, métodos simples que permitan reforzar las viviendas existentes. Los movimientos sísmicos. – Los observatorios registran más de 100.000 temblores cada año, es decir, un promedio de uno cada cinco minutos, pero no se da el alerta porque la gran mayoría no causa daños a la población. Se consideran riesgosos sólo los movimientos bruscos de mayor intensidad que se producen en la corteza terrestre. Si su epicentro se localiza en los continentes, se los denomina terremotos. Si la sacudida es en los fondos marinos se origina un maremoto, que es una agitación muy violenta de las aguas del mar. El aumento de la población y la tendencia a la concentración urbana en áreas vulnerables a estos fenómenos incrementan los riesgos, especialmente la costa del Pacífico.La intensidad de los sismos se mide con el sismógrafo y se utiliza la escala de Richter (1 a 9). Indica por medio de ondas la cantidad de energía liberada desde el epicentro. Existe otra escala denominada Mercalli modificada, que va de 0 a 12 y evalúa la intensidad del sismo de acuerdo con los daños causados.

Vulcanismo. – Más de 10% de la población mundial puede sufrir una catástrofe por vulcanismo. Se calcula que en la superficie terrestre hay alrededor de 1.500 volcanes potencialmente activos, de los cuales alrededor de 500 entraron en actividad en el curso del siglo XX y cerca de 70 continúan en actividad, aunque son muy escasos los que entran en erupción. La erupción del volcán, o sea, el derrame de lava incandescente (entre 9000 °C y 12000 °C), arrasa con todo lo que encuentra a su paso y provoca graves incendios. Cuando la lava se enfría, se solidifica y forma las rocas ígneas. La superficie terrestre queda petrificada y tarda muchos años en volver a formarse sobre ella la capa de suelo donde el hombre pueda practicar la actividad agrícola-ganadera o forestal. Por ejemplo, se calcula que tardó aproximadamente 50 años la recuperación de la flora y la fauna en la isla Krakatoa, en Indonesia, cuando el volcán homónimo entro en 1883 en erupción y su lava la cubrió por completo. Otro caso preocupante es el volcán Popocatépetl, en México, que comenzó su actividad en el año 1994 y amenaza a más de veinte millones de personas que viven en 100 km a la redonda. También está Guatemala que tiene 38 volcanes, y cuatro de ellos están activos, es el cuarto

país más vulnerable a los desastres naturales del mundo.

DESASTRES POR CAUSAS METEOROLÓGICASEn algunas circunstancias el comportamiento de la troposfera alcanza condiciones extremas. Esto genera verdaderas catástrofes, ya que el exceso de precipitaciones, en un cierto lapso origina inundaciones. La falta de Lluvias de manera irregular da lugar a sequías que muchas veces coinciden con olas de calor. Las nevadas extraordinarias, las heladas tardías que también producen pérdidas económicas, especialmente en la agricultura. Otro desastre por causas meteorológicas lo constituyen las granizadas. Las inundaciones. – Las inundaciones son las catástrofes naturales más frecuentes, originadas generalmente por lluvias torrenciales o por deshielos. Provocan varias consecuencias y perturban la economía de la región, sobre todo si es agrícola porque, al retirarse, el agua arrastra la capa fértil del suelo. Además, por la contaminación de los suelos y las napas freáticas, por lo que se presentan riesgos de epidemias.Cuando las lluvias son torrenciales y caen en áreas con pendientes pronunciadas, generan aluviones de barro que arrasan lo que encuentran a su paso.

Foto 2. Inundación por intensas precipitaciones pluviales en el Beni y Pando de Bolivia. (Febrero 2007)

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en mayo de 1999, quedando miles de personas sin viviendas. El tornado más fuerte alcanzó un diámetro de un kilómetro, y una velocidad superior a los 200km/ hora.Los huracanes son violentas perturbaciones que se producen en la troposfera. Se originan por una baja presión atmosférica (de hasta 900 hPa) y giran en forma de espiral alrededor de su centro (ojo del huracán).Un huracán muy devastador fue el Mitch, en 1998. A su paso por Centroamérica dejó alrededor de 30.000 muertos y desaparecidos, y cuantiosas pérdidas económicas, ya que destruyó viviendas, puentes, caminos y gran parte de las plantaciones de café y plátanos. Otro caso fue el huracán Irma en Centroamérica y la Florida (Estados Unidos), donde el estado recibía al huracán Irma bajo vientos de 200 kilómetros por hora y categoría cuatro

LOS FENOMENOD DE EL NIÑO Y LA NIÑAEl Niño y La Niña son los nombres de dos fenómenos atmosféricos-oceánicos que se presentan cíclicamente en períodos variables de 2 a 7 años. Tienen mayor incidencia en el océano Pacífico y sus alrededores, a la latitud del ecuador. Las consecuencias que generan afectan tanto el ámbito regional como el global, pues transforman el estado del clima de casi toda la Tierra. Por ejemplo, durante el episodio de El Niño 1997-1998 la temperatura en Mongolia alcanzó los 42°C y las precipitaciones en el centro de Europa ocasionaron una de las mayores inundaciones del siglo.Las consecuencias afectan severamente la vida social, económica y política de los países. En las áreas normalmente húmedas se originan prolongadas sequías, en las zonas áridas se producen torrenciales lluvias y olas del frio o de calor en distintos lugares del mundo. Esto provoca graves pérdidas en las actividades económicas, sobre todo en las actividades primarias, por lo que afectan mucho más a los paisajes en desarrollo donde éstas constituyen la base de su economía.

LAS NUEVAS TECNOLOGIASLa tecnología desempeña un importante papel en la detección y prevención de los desastres.La década de 1990 ha sido declarada en la XII Asamblea General de las Naciones

La inundación de mayo de 1998 en Argentina, fue considerada la mayor catástrofe de este tipo del siglo XX. Afectó a un tercio de las provincias argentinas situadas a orillas de los ríos Paraná y Paraguay. Las ciudades de Resistencia (Chaco) y Goya (Corrientes) fueron las más afectadas. La inundación de 1999 afecto una de las zonas agrícolas más productivas del país, comprendida por el noreste de Buenos Aires y nordeste de La Pampa sur de Córdoba.Las sequias. – No se debe confundir aridez con sequía. La aridez es una condición permanente y las sociedades que viven en los desiertos se han adaptado a ella, realizando las obras necesarias para suplir la falta de agua. En cambio, la sequía es un fenómeno circunstancial o esporádico que provoca un desastre.Las sequias se expande con mayor alcance y suelen durar más tiempo que los otros fenómenos naturales, por lo que el daño a largo plazo es mayor. Los efectos se extienden a todos los aspectos de la vida, entre ellos:- Falta de agua potable, por la

disminución del caudal de ríos y arroyos y el agotamiento de las napas freáticas.

- Hacinamiento en las ciudades, debido al éxodo rural a causa de la muerte del ganado por sed y hambre por falta de pasturas. Además, el viento provoca la voladura de los suelos arrastrando su capa fértil.

- Crisis económica, el ganado adelgaza por falta de pasturas y baja su precio en el mercado. Además, su debilidad lo hace más vulnerable a las epidemias. También se elevan los precios de los alimentos al perderse las cosechas.

- Aumenta la frecuencia de incendios, al elevarse la temperatura y la aridez.

Los tornados y los huracanes. - Los tornados son tormentas que pueden alcanzar una velocidad de hasta 500 km/hora. Se desplazan sobre los continentes entre los 200 y 500 de latitud en ambos hemisferios, formando una veloz corriente ascendente de aproximadamente 250 m de diámetro. Si se producen sobre las aguas marianas, se llaman trombas y representan un serio peligro para la navegación. Entre los más recientes se destaca la serie de 59 tornados, que, uno tras otro, devastaron inmensas áreas de la planicie central de Estados Unidos,

Foto 3. Desastres naturales a causa de tornados.

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Unidas, como Década Internacional para la reducción de las Desastres Naturales (DIRDN). Con la ayuda de las nuevas tecnologías, entre ellas la espacial (telemática) y la de los censores, gran cantidad de científicos (meteorólogos), vulcanólogos, etcétera) están dedicados a estudiar el origen y desarrollo de estos fenómenos. El objetivo es tomar las medidas necesarias con el fin de moderar los efectos de los desastres naturales y educar a la población para afrontarlos y contrarrestarlos en la medida de lo posible.Por medio de satélites, como el GPG- que es controlado por la estación espacial National Aeronautics and Space Administration (NASA)-, se pueden medir los desplazamientos de las placas tectónicas, aunque sean milimétricos, lo que permite advertir sobre una futura actividad sísmica o volcánica.Los satélites de percepción remota, que utilizan técnicas fotográficas con rayos infrarrojos, pueden emplearse para detectar modificaciones en la densidad de la vegetación en zonas proclives a las sequías. También hay satélites meteorológicos que permiten la predicción y seguimiento de las tormentas tropicales. Asimismo, la NASA ha desarrollado un escáner térmico multiespectral de infrarrojos (TIMS) que opera desde un avión y permite detectar los cambios en la temperatura del magma de los volcanes. Esta información resulta sumamente útil para predecir sus erupciones o seguir la evolución de las nubes eruptivas.

LA CULTURA DE LA PREVENCION Ya que es imposible evitar los fenómenos extremos de la naturaleza, las sociedades deben prepararse para limitar sus efectos. Es necesario crear una cultura de prevención, para la cual es de suma importancia la tarea de los medios de comunicación y de los docentes como multiplicadores de la información. De esta manera, el 90% de las defunciones provocadas por los movimientos sísmicos podrían evitarse. Sin embargo, alrededor de la mitad de los países más vulnerables a los desastres no cuenta con una planificación adecuada para enfrentarlos.Ni la planificación, ni su aplicación o su resultado es igual en todos los espacios geográficos del mundo, pues depende de factores políticos culturales y, sobre todo, del nivel de desarrollo socio-económico del país. No produce el mismo tipo de daño un sismo, huracán o tornado en Estados Unidos que en Bangladesh o la India. Con respecto a las pérdidas económicas, son de mayor volumen en Estados Unidos pues las autopsias,

Foto 4. Sequías a causa del fenómeno del niño.

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viviendas, etcétera, tienen mayor valor. Pero el número de víctimas fatales es mayor en los países en desarrollo por su escasa infraestructura para proteger a la población y sus bienes. La prevención de los riesgos es fundamental y, aunque parezca elevado el costo de su planificación, es sin embargo íntimo con respecto a los gastos posteriores a un desastre. Por ello, aunque la prevención debería insumir los mayores esfuerzos físicos y monetarios, no es así en casi todos los países del mundo, ya que el presupuesto más elevado está destinado a la reconstrucción. En la década de 1950, en 11 tifones e inundaciones importantes fallecieron alrededor de 13.000 personas y más de un millón de hogares resultaron destruidos o anegados, en cambio, cuando en junio de 1964, Nigata, en Japón, sufrió el mayor terremoto ocurrido en 40 años, aunque fueron afectadas más de 150.000 personas y la mitad de la ciudad quedó inundada, solo 11 personas resultaron muertas y unas 120 heridas. Esto se debió a que la respuesta de la comunidad ante el desastre fue eficaz, por que Japón había implementado planes de información pública sobre las acciones a seguir ante la presencia de un desastre natural. La planificación debe tener en cuenta todas las actividades de prevención y mitigación de un desastre, e incluir a todos los actores sociales: economistas, sociólogos, políticos, geólogos, meteorólogos, políticos, geólogos, meteorólogos, asociaciones gubernamentales y no gubernamentales, etc. Los principales aspectos a tener en cuenta son:- Investigación del fenómeno para

evaluar su intensidad y frecuencia con el fin de confeccionar y difundir el mapa con las zonas de riesgos. Esto sirve para que todos los que habitan dicho espacio conozcan los peligros a los que están expuestos y cómo deben actuar en caso de catástrofes.

- Toma de medidas preventivas, como normas de seguridad para el asentamiento de la población, con edificaciones de baja altura que resistan ciclones y huracanes o movimientos sísmicos de magnitud. Las nuevas construcciones en las zonas sísmicas se realizan con técnicas sismo resistente, sus cimientos están apoyados en materiales aislantes de las vibraciones del suelo.

- Previsión de los riesgos secundarios que se pueden presentar; por ejemplo, inundaciones causadas por la fractura de un embalse como consecuencia de un sismo.

- Los medios de comunicación son muy importantes tanto para la alerta (sirenas, luces, etcétera.) como para la difusión (radio, televisión, Internet) de la información para organizar a la comunidad en el momento o reorganizarla después del desastre. Por ejemplo, los sistemas de alarma instalados en los países caribeños han reducido el número de víctimas durante la estación de los huracanes.

LOS DESASTRES DE FEBREROY MARZO EN BOLIVIALos desastres naturales que provocaron las lluvias en enero, febrero y marzo del 2007, dejaron un daño económico de 260 millones de dólares, 39.000 familias damnificadas y la pérdida de 2.100 km. de caminos vecinales y carreteras departamentales. De las 39.000 familias damnificadas, 27.000 fueron atendidas y 3.200 estuvieron temporalmente en albergues y campamentos instalados por las Fuerzas Armadas y Defensas Civil, porque perdieron no sólo sus cosechas, sino todos sus bienes.Los daños en las actividades agropecuarias y la infraestructura vial, fueron intensas: fueron afectadas 160.000 hectáreas de cultivos, hubo considerables pérdidas de ganado, vacuno, ovino, camélido y avícola.De todo lo anterior expuesto, se puede concluir que vivir en un medio ambiente sano es un derecho humano. La Declaración de la Conferencia de las Naciones sobre el Medio Humano, reunida en Estocolmo en junio de 1972 expresa la convicción común de que “el hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio la calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las generaciones presentes y futuras”

LA VULNERABILIDAD ANTE LOS DESASTRES POR EVENTOS METEOROLOGICOS EN BOLIVIALos eventos hidro-meteorológicos, como lluvias, inundaciones y deslaves, son los causantes del 85 por ciento de los desastres naturales reportados en Bolivia. La causa más común son las lluvias prolongadas, las tormentas locales severas y la combinación de éstas.

PRINCIPALES FACTORES QUE HAN AFECTADO LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN 2006 Y 2007 La temporada agrícola 2006/07 se ha caracterizado por una serie de eventos

Foto 6. Tierras erosionadas por una ola de frío.

Foto 7. Ilustración de movimientos sísmicos (terremotos con epicentros superficiales o profundos.

Foto 8. Deslizamiento de tierra en suelos poco estables, provocaron derrumbes y destrozos en viviendas.

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climáticos adversos que han afectado, en diferentes medidas, la superficie a ser cosechada y los rendimientos de los principales cultivos en los nueve departamentos del país.Desde noviembre 2006 hasta finales de marzo 2007, inundaciones y derrumbes en las tierras bajas y déficit de lluvia, heladas y granizadas en los valles y el altiplano han causado pérdidas y daños en todos los sectores, con particular intensidad en relación a las infraestructuras y la agricultura. En general, todos esos eventos meteorológicos han sido considerados por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI) como la consecuencia directa del fenómeno de El Niño que se presentó en su forma leve/moderada en la región. De todas maneras, cabe destacar que el severo impacto que esos eventos tuvieron en el país es debido también a su creciente vulnerabilidad, resultado de factores socio-económicos como la migración de la población hacia las tierras bajas y el avance de la frontera agrícola a costa de la cobertura boscosa.En muchas zonas del Altiplano, las lluvias fueron tardías postergando la siembra de papas hasta mediados de noviembre. De noviembre 2006 a abril 2007, las precipitaciones acumuladas fueron menores que en el mismo período del año anterior. Además, en el mes de enero se produjeron heladas que coincidieron con el periodo de floración de los cultivos, principalmente de papa y trigo, con efectos negativos en los rendimientos.

También en los Valles la precipitación acumulada durante la campaña fue menor que el del año anterior y su inicio fue tardío, obligando a menudo a una postergación de las siembras y posiblemente a reducciones en la superficie plantada. En particular, ha habido casos de reducción de la superficie sembrada con papa a causa de la limitada humedad de los suelos durante la época de siembra. La temporada se caracterizó por una distribución irregular de las lluvias, muy concentrada en algunos días y muy escasa en algunas semanas. En algunos casos, las lluvias fueron acompañadas por intensas granizadas con un fuerte impacto negativo en los rendimientos de papa y trigo. Los frutales fueron particularmente afectados por los largos períodos sin lluvia y las granizadas, las pérdidas se estiman por encima del 50 por ciento en las zonas más afectadas. En zonas de transición hacia las tierras bajas, como el caso del Chapare en el departamento de Cochabamba, la elevada concentración de lluvias ocasionó la crecida y desborde de ríos, que inundaron las parcelas de cultivo de las riberas, ocasionando fuertes pérdidas de cultivos (especialmente arroz y banano) y de suelos.En las tierras bajas de Santa Cruz y Beni se combinaron los efectos negativos de las excesivas precipitaciones locales, concentradas de diciembre a marzo, con las fuertes lluvias caídas en el mismo periodo en las zonas medias de

las cuencas de los ríos de la Cordillera Oriental y que escurrieron hasta las tierras bajas.Sólo en esos meses llovió 909,5 mm, claramente mayores al promedio de los mismos meses en el año anterior de 580,70 mm. El resultado fue la crecida de los ríos, como el río Grande, el Ichilo, el Chané y el Piraí, y su desborde y consecuente inundación con fuertes pérdidas de la superficie plantada de arroz y maíz. Al mismo tiempo, cabe destacar que en algunas áreas al norte de Santa Cruz y en los valles meso térmicos las abundantes precipitaciones tuvieron un efecto favorable sobre los rendimientos de algunos cultivos como el arroz y el maíz que al momento de las lluvias se encontraban en fase de crecimiento.Las llanuras del Beni, las intensas lluvias caídas a inicios del 2007 causaron la subida del nivel de las aguas de los ríos con frecuentes desbordes que resultaron en la inundación de grandes extensiones de bosques naturales, áreas de cultivo y pastos. En esta zona, casi la totalidad de la superficie plantada ha sido afectada, con daños especialmente en el cultivo de arroz. El ahogamiento de las semillas en el suelo, o de las plantas en proceso de crecimiento, o la imposibilidad de maduración de arroz que fue sembrado tempranamente, han reducido fuertemente los rendimientos que, calculados sobre la superficie sembrada, se estiman alrededor de 600 kilos por hectárea o sea un 30 por ciento del promedio de los últimos años.

LA VULNERABILIDAD ANTE LOS DESASTRES La vulnerabilidad ante desastres naturales es un problema de salud pública y de bienestar. La mitigación de desastres es una política pública, y es poco lo que se puede hacer para prevenir las lluvias o vientos excesivos dado el estado actual y los costos de la tecnología. La solución es política, no tecnológica. Las instituciones, sus funciones y responsabilidades, deben de ser organizadas de cierta manera para reducir el impacto de los fenómenos naturales y no echar a perder los esfuerzos del país por alcanzar el desarrollo económico sustentable. Pero la ausencia de herramientas y análisis económicos de la vulnerabilidad ha impedido la toma de decisiones acertadas en el tema y, más bien, las comunidades humanas magnifican con algunos comportamientos su vulnerabilidad ante los eventos naturales con poder destructivo. Se falla mucho en reconocer y establecer las relaciones entre la destrucción de hábitat, los cambios de uso de la tierra y la ubicación de los asentamientos humanos, lo que conduce a un dramático aumento en la exposición

Foto 9. Megadeslizamiento por lluvias en La Paz (Febrero 2011)

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y vulnerabilidad a los desastres hidro meteorológicos. La evaluación socioeconómica se ha utilizado normalmente para evaluar los daños una vez producidos. Si bien han sido desarrolladas metodologías, por ejemplo lo ha hecho la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (1996, 1998, 1999 y 2003), las evaluaciones se han hecho para eventos específicos como los huracanes Mitch, Cesar y otros, con el fin de orientar y destinar fondos para solucionar las respectivas emergencias. En el presente artículo se comenta sobre el tema de la vulnerabilidad ante desastres naturales de carácter hidro meteorológico, los actores relacionados con la misma y el papel del estado en su solución. Se siguió un enfoque ex ante de valoración, esto es, sin esperar la ocurrencia del desastre, determinándose el eventual valor de los daños hipotéticos para dar una connotación económica a la vulnerabilidad.Se define la vulnerabilidad como el grado de susceptibilidad de una comunidad humana a la amenaza natural. Esta es condicionada por la localización y distribución de la población, por las condiciones de uso del suelo, la infraestructura, las viviendas, la densidad de población, la capacidad de organización, etcétera.La vulnerabilidad se analiza en cuatro procesos fundamentales:1. Definición y elección de las zonas

propensas de inundación y de peligros por derrumbes.

2. Establecimiento de lo vulnerable, que se divide en: vulnerabilidad ambiental, de la infraestructura vulnerable y vulnerabilidad socioeconómica

3. Establecimientos de costos promedio para lo vulnerable, enfocados básicamente a infraestructura y elementos socioeconómicos.

4. Determinación de la vulnerabilidad en términos monetarios y sus consecuencias.

Para la vulnerabilidad ambiental, el indicador principal es el conflicto de uso: especialmente en las áreas de sobreutilización, que son las más propensas a derrumbes, deslaves, entre otros, cuando se presenta un exceso de precipitación, los indicadores de vulnerabilidad socioeconómica están orientados a medir la proporción de población en zonas de riesgo respecto del total de la población regional y nacional, medidos a partir del índice de desarrollo social; la población de estratos económicos y sociales históricamente bajos ha resultado proporcionalmente más afectada por los desastres naturales. La infraestructura más vulnerable evaluada fue: colegios, escuelas, viviendas en municipios de índice de desarrollo social bajo, hospitales, clínicas, puentes y acueductos. Un gran espacio del área total de Bolivia está en peligro de inundación y gran parte de la infraestructura de caminos, viviendas, escuelas y áreas de cultivo agrícola se encuentra en riesgo de desastre. Dado que el ser humano influye sobre su misma vulnerabilidad, incrementándola o disminuyéndola, el estado debe enfatizar en la infraestructura, ya que si no se actúa desde un enfoque preventivo la eventual destrucción de ella tendrá altos costos. La prioridad está en los caminos y en las viviendas. Además, se recomienda actuar, en primera instancia sobre el uso del suelo, aplicar y establecer políticas nacionales de generación de información y un marco regulador de tal uso; sin por ello dejar de ejecutar de forma descentralizada los planes locales como forma efectiva de reducir la vulnerabilidad. La reducción de la vulnerabilidad tiene una base municipal, principalmente a través de los planes reguladores.Una de las acciones más urgentes para mejorar la gestión del riesgo consiste en colocarse en el mismo bando que los

tomadores de decisiones, tanto dentro de la arena política como de la inversión privada y su cultura gerencial. Las metas fundamentales de esta nueva estrategia se pueden resumir en:1.Orientar el proceso de toma de decisiones para incorporar la gestión del riesgo dentro de la planificación del estado (gobierno, municipio, población) y los proyectos de inversión para el desarrollo; no puede haber desarrollo bajo las condiciones actuales de vulnerabilidad, independientemente de la retórica y los discursos demagógicos; debe quedar claro que desarrollo y reducción de la vulnerabilidad son inseparables. 2.Mejorar el nivel de conciencia y apropiación por parte de los líderes nacionales, interesarlos cautivarlos y comprometerlos hacia las acciones y procesos para la gestión del riesgo; los medios para acceder a su idiosincrasia deben fundamentarse en la capacidad renovada de la comunidad científica para adecuar el contenido técnico de su información y propuestas de acción: presentar el mensaje con un lenguaje accesible y, sobre todo, atractivo y rentable desde el punto de vista político. 3.Resaltar las ventajas de la visión preventiva y subrayar, de paso, la responsabilidad asumida al mantener la inacción, el desinterés y los niveles de riesgos aceptado actuales; es de suma importancia hacer ver que de ahora en adelante no puede aducirse ignorancia, pues se cuenta con un conocimiento suficiente acerca de las amenazas y de la vulnerabilidad.Una sociedad consciente de su responsabilidad frente al riesgo emprenderá las acciones apropiadas para poseer una base sólida de su conocimiento y de las posibilidades de intervenir sus factores; este es uno de los pasos determinante para reducir la vulnerabilidad ante las amenazas naturales.

Foto 10. Desastres naturales a causas de huracanes. Foto 11. Volcán activo en plena erupción. Foto 12. Tornados.

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