26. Lampara Maravillosa (4-8 de Mayo 2015)

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LÁMPARA MÁGICA La primera lámpara mágica, siglos antes de las Mil y una noches, desconcertó mucho a su primer dueño. ¿Cómo usarla? ¿Cómo despertar al genio? ¿Cuántos deseos era posible pedir? El vendedor del bazar no tenía la menor idea. “Es un objeto novedoso”, explicó. “Parece que brota humo y que luego se oye una voz… Pero no sé mucho más”. El primer dueño de la primera lámpara mágica, después de desembolsar por ella cien monedas de oro, pasó larguísimos días tratando de que funcionara. Como es lógico (como es lógico en los cuentos), encontró la solución de casualidad, cuando menos lo esperaba, limpiándola, frotándola para quitarle los dedos y otras marcas estampadas al cabo de mil y un intentos y de mil y un desengaños. El genio apareció, entonces, algo nervioso porque también para él era la primera vez. El primer dueño de la lámpara y el genio de la lámpara se miraron, un buen rato, sin saber muy bien qué hacer. La Literatura no había inventado aún eso de “¿qué desea usted, mi amo?, ni eso de “soy el genio y he de concederte tres deseos”. Peor aún, el mismo genio ignoraba si los deseos que al parecer él podía hacer realidad tenían alguna clase de límite o si, en cambio, todo estaba permitido. Cuesta decir quién tuvo la idea: si el primer dueño de la lámpara, si el genio, si los dos en simultáneo. El caso es que el primer deseo (el tan apreciado manual de instrucciones) fue también la solución que hizo posible más deseos en el futuro. EDUARDO BERTI

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  • LMPARA MGICA

    La primera lmpara mgica, siglos antes de las Mil y una noches, desconcert

    mucho a su primer dueo. Cmo usarla? Cmo despertar al genio?

    Cuntos deseos era posible pedir? El vendedor del bazar no tena la menor

    idea. Es un objeto novedoso, explic. Parece que brota humo y que luego

    se oye una voz Pero no s mucho ms. El primer dueo de la primera

    lmpara mgica, despus de desembolsar por ella cien monedas de oro, pas

    largusimos das tratando de que funcionara. Como es lgico (como es lgico

    en los cuentos), encontr la solucin de casualidad, cuando menos lo

    esperaba, limpindola, frotndola para quitarle los dedos y otras marcas

    estampadas al cabo de mil y un intentos y de mil y un desengaos. El genio

    apareci, entonces, algo nervioso porque tambin para l era la primera vez.

    El primer dueo de la lmpara y el genio de la

    lmpara se miraron, un buen rato, sin saber muy

    bien qu hacer. La Literatura no haba inventado

    an eso de qu desea usted, mi amo?, ni eso de

    soy el genio y he de concederte tres deseos.

    Peor an, el mismo genio ignoraba si los deseos

    que al parecer l poda hacer realidad tenan

    alguna clase de lmite o si, en cambio, todo estaba

    permitido. Cuesta decir quin tuvo la idea: si el

    primer dueo de la lmpara, si el genio, si los dos

    en simultneo. El caso es que el primer deseo (el

    tan apreciado manual de instrucciones) fue

    tambin la solucin que hizo posible ms deseos

    en el futuro.

    EDUARDO BERTI