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Naciones Unidas S/PV.4176 (Resumption 1) Consejo de Seguridad QuincuagØsimo quinto aæo 4176 sesin MiØrcoles 26 de julio de 2000, a las 15.20 horas Nueva York Provisional La presente acta contiene la versin literal de los discursos pronunciados en espaæol y de la interpretacin de los demÆs discursos. El texto definitivo serÆ reproducido en los Documentos Oficiales del Consejo de Seguridad. Las correcciones deben referirse solamente a los discursos originales y se enviarÆn firmadas por un miembro de la delegacin interesada e incorporadas en un ejemplar del acta, al Jefe del Servicio de Actas Literales, oficina C-178. 00-55269 (S) ````````` Presidente: Sra. Durrant ....................................... (Jamaica) Miembros: Argentina ........................................ Sr. Listre Bangladesh ....................................... Sr. Chowdhury CanadÆ .......................................... Sr. Fowler China ............................................ Sr. Shen Guofang Estados Unidos de AmØrica........................... Sr. Cunningham Federacin de Rusia ................................ Sr. Gatilov Francia .......................................... Sr. Levitte Malasia .......................................... Sr. Hasmy Mal............................................. Sr. Ag Oumar Namibia ......................................... Sr. Andjaba Pases Bajos ...................................... Sr. Hamer Reino Unido de Gran Bretaæa e Irlanda del Norte .......... Sir Jeremy Greenstock Tœnez ........................................... Sr. Jerandi Ucrania .......................................... Sr. Krokhmal Orden del día Los niæos y los conflictos armados Informe del Secretario General al Consejo de Seguridad sobre la aplicacin de la resolucin 1261 (1999), relativa a los niæos y los conflictos armados (S/2000/712)

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Naciones Unidas S/PV.4176 (Resumption 1)

Consejo de SeguridadQuincuagésimo quinto año

4176ª sesiónMiércoles 26 de julio de 2000, a las 15.20 horasNueva York

Provisional

La presente acta contiene la versión literal de los discursos pronunciados en español y de lainterpretación de los demás discursos. El texto definitivo será reproducido en los DocumentosOficiales del Consejo de Seguridad. Las correcciones deben referirse solamente a los discursosoriginales y se enviarán firmadas por un miembro de la delegación interesada e incorporadas enun ejemplar del acta, al Jefe del Servicio de Actas Literales, oficina C-178.

00-55269 (S)`````````

Presidente: Sra. Durrant. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (Jamaica)

Miembros: Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. ListreBangladesh . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. ChowdhuryCanadá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. FowlerChina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. Shen GuofangEstados Unidos de América. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. CunninghamFederación de Rusia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. GatilovFrancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. LevitteMalasia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. HasmyMalí. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. Ag OumarNamibia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. AndjabaPaíses Bajos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. HamerReino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte . . . . . . . . . . Sir Jeremy GreenstockTúnez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. JerandiUcrania . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sr. Krokhmal

Orden del día

Los niños y los conflictos armados

Informe del Secretario General al Consejo de Seguridad sobre la aplicaciónde la resolución 1261 (1999), relativa a los niños y los conflictos armados(S/2000/712)

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Se suspende la sesión a las 13.10 horas y sereanuda a las 15.20 horas.

La Presidenta (habla en inglés): Quisiera infor-mar al Consejo de que he recibido una carta del repre-sentante del Sudán en la que solicita que se le invite aparticipar en el debate del tema que figura en el ordendel día del Consejo. Siguiendo la práctica habitual, de-searía proponer que, con el consentimiento del Conse-jo, se invite a ese representante a participar en el de-bate sin derecho a voto, de conformidad con las dispo-siciones pertinentes de la Carta y el artículo 37 del re-glamento provisional del Consejo.

Al no haber objeciones, así queda acordado.

Por invitación de la Presidenta, el Sr. Rahmtalla(Sudán) ocupa el asiento que se le ha reservado aun lado del Salón del Consejo.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de Aus-tria, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

Sr. Pfanzelter (Austria) (habla en inglés): Gra-cias, Sra. Presidenta, por darme la posibilidad de diri-girme al Consejo en nombre de Austria, país que ocupala Presidencia en ejercicio de la Organización para laSeguridad y la Cooperación de Europa (OSCE), paraformular algunas observaciones sobre los esfuerzos quese llevan a cabo en la OSCE para abordar la cuestiónde los niños y los conflictos armados.

Permítame antes que nada agradecer a Jamaicapor haber organizado, bajo su Presidencia, este impor-tante debate. Asimismo, señora, quiero agradecerle sucapacidad de dirección en esta cuestión.

Quisiera también dar las gracias al RepresentanteEspecial del Secretario General para los niños y losconflictos armados y a la Directora Ejecutiva del Fon-do de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)por la presentación del informe del Secretario General.El informe contiene valiosa información sobre las ac-tuales actividades e ideas relativas a la protección delos niños en los conflictos armados. Sus numerosas re-comendaciones son muy útiles, no sólo para la futuralabor del Consejo de Seguridad y de las Naciones Uni-das, sino también para organizaciones regionales talescomo la OSCE.

En nombre de la Presidenta en ejercicio de laOSCE, la Ministra de Relaciones Exteriores de Austria,

Benita Ferrero�Waldner, quisiera aprovechar estaoportunidad para rendir homenaje al papel decisivo quedesempeña el Sr. Olara Otunnu en la tarea de promovery recomendar medidas concretas a la OSCE. En el cur-so de los últimos 10 meses, se dirigió en dos ocasionesa foros importantes de la OSCE para hablar acerca dela protección de los niños en los conflictos armados.Quisiera agradecer también la importante contribucióndel UNICEF a las deliberaciones de la OSCE y expre-sar el interés de que, en el futuro cercano, la Sra. CarolBellamy participe en una reunión de la OSCE dedicadaa esta cuestión. Expresamos nuestra esperanza de quela OSCE y el UNICEF puedan establecer una estrechacooperación y colaboración en esa esfera. Esto podríacontribuir también a los preparativos del período ex-traordinario de sesiones de la Asamblea General sobreel seguimiento de la Cumbre Mundial en favor de la In-fancia, que tendrá lugar el año próximo.

En la Cumbre de la OSCE celebrada en Estanbulen noviembre de 1999, los Jefes de Estado o de Go-bierno de los Estados participantes de la OSCE secomprometieron a promover activamente los derechosy los intereses de los niños, en particular en el contextode las situaciones de conflicto y de las situacionesposteriores a los conflictos, a abordar periódicamenteel tema de los derechos de los niños en la labor de laOSCE y a prestar especial atención al bienestar físico ypsicológico de los niños que participan en conflictosarmados o que son afectados por ellos. En la Carta so-bre la seguridad europea, que los Jefes de Estado o deGobierno firmaron en la Cumbre, los Estados partici-pantes expresaron su voluntad de elaborar y aplicarmedidas para promover los derechos y los intereses delos niños que se encuentran en situaciones de conflictoarmado o en situaciones posteriores a los conflictosarmados, incluidos los niños refugiados o desplazadosinternamente, y de examinar formas de impedir el re-clutamiento forzoso u obligatorio de personas menoresde 18 años para su utilización en conflictos armados.

Como consecuencia de ello, el Seminario de laDimensión Humana de la OSCE que se celebró en ma-yo de este año en Varsovia estuvo dedicado concreta-mente al tema de los niños y los conflictos armadosa fin de determinar formas en que la organización pue-de mejorar su marco de protección de los niños y ela-borar políticas y medidas concretas, en particular pa-ra las operaciones de la OSCE sobre el terreno. Asistie-ron al Seminario representantes de 47 Estados partici-pantes de la OSCE, de organizaciones internacionales y

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organizaciones no gubernamentales, así como de lasinstituciones de la OSCE y de las operaciones que laorganización lleva a cabo sobre el terreno. Por primeravez en los acontecimientos relativos a la dimensiónhumana de la OSCE, el Seminario se llevó a cabo sobrela base de un criterio multidimensional, ya que asociótemas político�militares y expertos político�militares asus procedimientos, lo que permitió que se establecieraun diálogo constructivo entre la perspectiva de los de-rechos humanos y los aspectos político�militares de lacuestión de los niños y los conflictos armados.

La Oficina de Instituciones Democráticas y Dere-chos Humanos de la OSCE publicó un informe com-pleto sobre el Seminario. Las principales recomenda-ciones del Seminario se pueden sintetizar de la si-guiente manera.

La OSCE y sus Estados participantes deberían ga-rantizar el pleno respeto y la plena aplicación de lasnormas y los instrumentos internacionales para la pro-tección de los niños, en particular en las situaciones deconflicto.

La OSCE debería integrar en sus actividades lacuestión de la protección de los derechos del niño, enparticular en el caso de los niños afectados por los con-flictos armados, y continuar y ampliar la cooperación yla coordinación con otras organizaciones internaciona-les, instituciones nacionales y organizaciones no gu-bernamentales, tanto en el ámbito político, en la sede,como a nivel práctico, sobre el terreno. Con ese fin, elSeminario recomendó en particular las siguientes me-didas: la elaboración de políticas y medidas de laOSCE para la protección de los niños afectados por losconflictos armados; la designación de centros de coor-dinación para los niños afectados por los conflictos ar-mados, incluidas las operaciones pertinentes sobre elterreno; la vigilancia de la protección de los derechosdel niño en las situaciones de conflicto armado y lapresentación de informes al respecto por parte de lasoperaciones de la OSCE que prestan servicios sobre elterreno; el fortalecimiento de la experiencia y de la ca-pacidad de la OSCE en esa esfera, entre otras cosas enel ámbito de sus Equipos rápidos de expertos en asis-tencia y cooperación y la inclusión de los derechos delniño en los programas de capacitación para miembrosde las operaciones de la OSCE que prestan serviciossobre el terreno. Los órganos de la OSCE, en particularla Oficina de la Presidencia, el Consejo Permanentey el Foro para la Cooperación en materia de Seguri-dad, así como las instituciones de la OSCE, deberían

abordar periódicamente la cuestión de los derechos delniño, en particular de los niños afectados por conflictosarmados, y el Foro para la Cooperación en materia deSeguridad debería redoblar sus esfuerzos para elaborarmedidas concretas destinadas a detener la corriente ilí-cita de armas pequeñas y armas ligeras en la zona de laOSCE y para incluir las cuestiones de los niños en eldocumento que la OSCE piensa elaborar sobre esosasuntos.

Se están llevando a cabo dos iniciativas princi-pales para realizar el seguimiento de esas recomenda-ciones. En primer lugar, la Presidenta en ejercicio ya hapedido a las operaciones de la OSCE que prestan servi-cios sobre el terreno, así como a las dependencias de lasecretaría, que presten una atención más sistemática ala protección de los niños afectados por los conflictosarmados y que integren la cuestión en su labor. Ello in-cluye la incorporación de funcionarios de derechoshumanos en las operaciones que se llevan a cabo sobreel terreno para que aporten listas de verificación sobrelas cuestiones relativas a los niños a fin de promover lasensibilización pública, la adopción de medidas y lapresentación de informes, y la inclusión de la cuestiónde los derechos del niño en los cursos de capacitaciónde los miembros de las misiones o, por ejemplo, en losplanes de estudio de la Escuela de la OSCE para elServicio de Policía de Kosovo.

En segundo lugar, en el Seminario de la Dimen-sión Humana hubo un amplio consenso en el sentido deque la OSCE debería elaborar un documento general enel que debería esbozar las políticas y las medidas de laOSCE para proteger a los niños, haciendo especial hin-capié en los niños afectados por conflictos armados.Recientemente se celebró un primer debate de orienta-ción, y las negociaciones continuarán a fin de aprobaroficialmente ese documento de la OSCE en la próximareunión del Consejo Ministerial de la OSCE, que secelebrará en noviembre en Viena.

En el ejercicio de la Presidencia de la OSCE,Austria seguirá trabajando en favor de la aplicación delas recomendaciones del Seminario y adoptará nuevasmedidas para elaborar y perfeccionar políticas y medi-das concretas para beneficio de los niños en situacionesde conflicto, así como en potenciales situaciones deconflicto y en situaciones posteriores a los conflictos.Rumania, que sucederá a Austria para ocupar la Presi-dencia en ejercicio de la OSCE, ha expresado su inten-ción de continuar esas actividades.

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Es evidente que la OSCE y sus operaciones sobreel terreno no tienen los medios para abordar con efica-cia todas las necesidades en materia de asistencia y deprotección que padecen los niños afectados por con-flictos armados en la región de la OSCE. Por lo tanto,la OSCE está tratando de consolidar e intensificar lacooperación con otras entidades, tales como organiza-ciones internacionales, organizaciones no guberna-mentales e iniciativas locales. Estamos considerando laposibilidad de contar con las Naciones Unidas y consus organismos como asociados fundamentales, conuna larga experiencia y un conocimiento práctico únicorespecto de esos asuntos. Hagamos juntos un esfuerzoconcertado para hacer frente con eficacia a las gravesrepercusiones de los conflictos armados en los niños eimpedir así esos efectos.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de Co-lombia, a quien invito a tomar asiento a la mesa delConsejo y a formular su declaración.

Sr. Franco (Colombia): Sra. Presidenta: Deseoexpresarle mi agradecimiento por la iniciativa que us-ted ha tomado en esta reunión y también dar las graciasal Secretario General por el informe que ha presentadoa este Consejo.

Participo en el debate para expresar ideas muyconcretas relacionadas con el tratamiento que el Con-sejo de Seguridad da al tema que ocupa nuestra aten-ción en el día de hoy. Este año fue utilizada la fórmulaArria para permitir la participación de organizacionesno gubernamentales en una reunión con los miembrosdel Consejo de Seguridad en la cual se trató el temaque nos ocupa. Queremos resaltar ante todo el impor-tante papel de las organizaciones no gubernamentalesen este campo. No obstante, tenemos algunos plantea-mientos de procedimiento que quisiéramos exponer.

Hoy en día, gracias a las intensas discusiones quese celebran en el Grupo de Trabajo de composiciónabierta sobre la reforma del Consejo de Seguridad, seha demostrado que el uso e interpretación de la fórmulaArria sigue siendo motivo de discrepancias entre losEstados Miembros, y luego de la reunión de ayer esprobable que estas discrepancias se acentúen aún más.

Según hemos podido comprender, la nuevafórmula Arria que ha aplicado el Consejo de Seguridadconsiste en un proceso de consulta confidencial einformal sin actas oficiales que permitiría a losmiembros del Consejo de Seguridad oír opiniones y

obtener e intercambiar información con organizacionesno gubernamentales que se ocupan de temas que elConsejo de Seguridad, por asignación extensiva, hadecidido adoptar como de su competencia. Es decir, esun nuevo ejemplo en el cual los Estados Miembros queno pertenecen al Consejo de Seguridad se ven privadosde la posibilidad de participar en la discusión, lanegociación y la proyección de los temas propios de laAsamblea General.

La aplicación y puesta en marcha de esta nuevafórmula Arria plantea interrogantes generales para eltrabajo de las Naciones Unidas. Por ejemplo: ¿será elprincipio del fin de los mecanismos de aceptación yconsideración de las organizaciones gubernamentales,tales como el Comité de Organizaciones no Guberna-mentales? ¿Ante quién serán responsables las organiza-ciones no gubernamentales que participen en las sesio-nes futuras de la nueva fórmula Arria? ¿Por qué no sedivulgó con anticipación el nombre de las organizacio-nes que participarían en la reunión bajo la nueva fór-mula Arria? ¿Con qué criterio fueron seleccionadas?¿Hay impedimentos para que estas organizaciones sedirijan a los Estados Miembros en un formato de parti-cipación abierta? ¿Se trataron temas confidenciales quejustificaran esta reunión cerrada?

Por otra parte, valoramos el informe del Secreta-rio General, como ya lo expresamos, en particular encuanto a la sección IV, en que se integra la protecciónde menores en las operaciones de mantenimiento de lapaz, y a la sección V, relativa a la etapa posterior a losconflictos, que parecieran ser las más pertinentes parala órbita natural de acción del Consejo de Seguridad.En este sentido, el Consejo podría ser más apropiadoque la Asamblea General en el logro de resultados con-cretos en estos campos. Asimismo, reconocemos la im-portante labor de la Oficina del Representante Especialdel Secretario General para los niños y los conflictosarmados y la destacada acción que ha venido llevandoa cabo el Fondo de las Naciones Unidas para la Infan-cia (UNICEF).

Podemos preguntarnos cuán efectivo ha sido elConsejo de Seguridad en el manejo de este tema. Es di-fícil establecer indicadores de gestión para saberlo, pe-ro lo cierto es que mientras hoy discutimos el tema enabstracto, muchos hechos concretos se producen en zo-nas que son de la órbita del Consejo de Seguridad. El9 de julio, por ejemplo, se reportó que durante un ata-que protagonizado por 100 personas armadas contraun centro educativo en una ciudad de un país africano

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cuya situación es tema del Consejo de Seguridad, unmenor perdió la vida, cuatro más fueron heridos degravedad y 21 fueron secuestrados. ¿Está llamado en-tonces el Consejo de Seguridad a hacer algo más en uncaso como este?

Termino esta intervención invitando a los Miem-bros de la Organización a continuar el diálogo sobre losmenores afectados por las guerras, pero recordando quees hora de referirnos a ellos como constructores de paz.Siempre que celebramos debates como el de hoy ten-demos a considerar a los menores como objetos, y estoes adecuado si se piensa que son víctimas inocentes delos conflictos armados. Sin embargo, como adultos eshora de pensar en los menores como sujetos indispen-sables para la construcción de la paz. Colombia insisti-rá en esta perspectiva durante la Asamblea del Milenio,al igual que en otros aspectos de importancia, tales co-mo la necesidad de hacer aplicable cuanto antes elProtocolo Facultativo a la Convención sobre los Dere-chos del Niño relativo a la participación de niños en losconflictos armados.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante del Japón,a quien invito a tomar asiento a la mesa del Consejo y aformular su declaración.

Sr. Akasaka (Japón) (habla en inglés): Permíta-me comenzar felicitándola, Sra. Presidenta, por la ca-pacidad de dirección de que ha hecho gala al organizareste debate abierto sobre los niños y los conflic-tos armados.

El Japón se complace en informar de que en lacumbre económica del Grupo de los Ocho, que finalizócon éxito en Okinawa esta semana, se subrayó que laprevención de los conflictos constituye uno de lascuestiones más importantes. En su reunión de Miyaza-ki, los Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo delos Ocho elaboraron la Iniciativa de Miyazaki para laprevención de conflictos.

La cuestión de los niños en los conflictos arma-dos constituye un asunto que es objeto de especialatención por parte de los dirigentes del Grupo de losOcho, quienes convinieron en adoptar iniciativas talescomo presionar a los que utilizan o convierten en blan-co a los niños en los conflictos armados. Reafirmarontambién su compromiso con la seguridad humana me-diante la creación de un ambiente en que se garanticenla dignidad, el bienestar, la seguridad y los derechoshumanos de todas las personas. Convinieron también

en que, en el próximo siglo, las Naciones Unidas debe-rían seguir desempeñando un papel fundamental enesta cuestión.

Ha transcurrido casi un año desde que el Consejoaprobó la resolución 1261 (1999), y el hecho de que secentre más atención internacional en esta cuestión hadado lugar a varios acontecimientos alentadores. A esterespecto, deseo encomiar al Representante Especial delSecretario General para los niños y los conflictos ar-mados, Sr. Olara Otunnu, al Fondo de las NacionesUnidas para la Infancia (UNICEF) y a otros organis-mos internacionales pertinentes, así como a la sociedadcivil, por las actividades con han contribuido a que seprodujeran tales cambios positivos.

Sin embargo, pese a estos acontecimientos, cien-tos de miles de niños aún viven atemorizados y sufrencomo consecuencia de los crueles reveses que inflige laguerra. Como indicamos claramente en la cumbre delGrupo de los Ocho, la difícil situación de los niñosafectados por la guerra es una de las cuestiones de se-guridad más inquietantes que enfrenta hoy el mundo.Por consiguiente, es alentador observar que el informedel Secretario General sobre los niños y los conflictosarmados (S/2000/712) contiene recomendaciones con-cretas que nos orientarán en la adopción de medidas apartir de ahora, medidas en las que el Japón se proponedesempeñar el papel que le corresponde.

Ante todo, deseo recalcar la importancia de laprevención de los conflictos para la protección denuestros niños. En el debate abierto que se celebró enel Consejo de Seguridad el 20 de julio, el Japón pusode relieve la importancia de un enfoque amplio paraprevenir los conflictos que combine medidas políticas,económicas, sociales y humanitarias, así como la im-portancia de la promoción de una cultura de preven-ción. El Japón, por su parte, ha participado en variasactividades para promover una cultura de prevención,tales como la acogida de una serie de conferencias in-ternacionales sobre el desarrollo de África y sobre lacuestión de las armas pequeñas y las armas ligeras, queciertamente tienen repercusiones en los niños.

Este año finalmente se aprobaron los dos proto-colos facultativos a la Convención sobre los Derechosdel Niño, que fueron instrumentos jurídicos esperadosdurante mucho tiempo y son esenciales para continuarfortaleciendo la protección de los niños. El Japón parti-cipó activamente en las negociaciones sobre los textosde consenso, y considera que el Protocolo Facultativo

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relativo a la participación de los niños en los conflictosarmados ciertamente otorga legitimidad adicional a laidea de que los niños no deben transformarse en lasvíctimas de los conflictos armados mediante su utiliza-ción como blancos o como instrumentos. Ahora que seha establecido el marco jurídico, es hora de que nos es-forcemos por hacer realidad sobre el terreno los princi-pios del Protocolo Facultativo.

La sensibilización del público sobre los proble-mas específicos que enfrentan los niños en los conflic-tos armados también es crucial para crear la presióninternacional necesaria para poner término a esos su-frimientos. Quisiera aprovechar esta oportunidad parapresentar algunas de las iniciativas del Japón encami-nadas a apoyar la recuperación de los niños afectadospor la guerra. El flagelo de la guerra afecta la condi-ción física y emocional de los niños de manera espe-cialmente profunda en las situaciones posteriores a losconflictos. Como lo ha señalado correctamente el Se-cretario General en su informe, la rehabilitación y laeducación de los niños que han sido reclutados comosoldados desplazados o separados de sus padres o hansido objeto de abuso sexual, debe constituir una priori-dad en el proceso de restablecimiento de la paz. Coneste fin, el Gobierno del Japón ha aportado contribu-ciones financieras considerables a los programas hu-manitarios de organismos de las Naciones Unidas talescomo el UNICEF y la Oficina del Alto Comisionado delas Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR),así como al Comité Internacional de la Cruz Roja(CICR). Por ejemplo, en 1998 y 1999 el Japón contri-buyó un total de 1,8 millones de dólares para proyectosque incluían el apoyo a los niños en Sierra Leona porconducto del fondo fiduciario de las Naciones Unidas ydel UNICEF. Más recientemente, el Japón autorizó alfondo para la seguridad humana que mi país establecióen las Naciones Unidas para encarar las amenazas a lavida humana, al sustento y a la dignidad, a liberar lasuma de 16 millones de dólares, destinados a la finan-ciación de un proyecto del UNICEF sobre la reactiva-ción de la educación primaria de calidad en Kosovo,Además, el 14 de julio el Gobierno del Japón decidióotorgar al UNICEF una donación de 1.230.000 dólarescon el fin de prestar asistencia en pro de la ejecucióncon éxito y sin tropiezos de su proyecto de reconstruc-ción de las escuelas primarias de Timor Oriental.

La repercusión de los conflictos armados en losniños varía según las circunstancias, pero las conse-cuencias son siempre las mismas: el temor y el dolor

tremendos de quienes son nuestro futuro. La voluntadpolítica firme, la presión internacional colectiva y lasmedidas concretas son esenciales para poner fin a losmás horrendos actos que se cometen contra los niñosen los conflictos armados. El Japón reafirma su com-promiso de continuar trabajando con otros con respectoa esta cuestión sobre la base de un enfoque amplio, yde crear un mundo en el que los niños ya no tengan te-mor de ser niños.

Por último, quisiera presentar otra iniciativa delJapón para proteger a los niños de otro tipo de dañograve. La explotación sexual de los niños, entre otrascosas por medio de la prostitución infantil y de la utili-zación de niños en la pornografía, no sólo causa gravespeligros para la salud, incluidos los embarazos no de-seados, el VIH/SIDA y las enfermedades de transmi-sión sexual, sino que atrapa a los niños en traumas psi-cológicos que con frecuencia son duraderos y los privade su inocencia. Debido a la grave preocupación quesiente ante este problema, el Gobierno del Japón ha de-cidido ser anfitrión de un segundo Congreso Mundialcontra la Explotación Sexual Comercial de los Niños,en cooperación con la organización conocida como EndChild Prostitution, Child Pornography and Traffickingof Children for Sexual Purposes (ECPAT) y con elUNICEF, que ha de celebrarse en Yokohama del 17 al20 de diciembre de 2001. Esperamos que la reuniónpromueva la plena aplicación del programa de acciónaprobado en el primer Congreso Mundial, celebrado en1996, y que contribuya así a la erradicación de la ex-plotación sexual comercial de los niños.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador es el representante de Sudáfrica, a quien invito atomar asiento a la mesa del Consejo y a formular sudeclaración.

Sr. Gumbi (Sudáfrica) (habla en inglés): Sra.Presidenta: Sudáfrica también desea felicitarla por lamanera excelente en que ha dirigido el Consejo en elmes de julio. Su habilidad diplomática y su tenacidadhan tenido una repercusión positiva en la labor delConsejo.

Los sufrimientos que padecen los niños en lassituaciones de conflicto armado es inenarrable. Losniños que se ven inducidos cada vez más a participaren combates como soldados están expuestos a una edadtemprana y delicada a los horrendos e insoportablesefectos colaterales de la guerra. Se violan sus derechoshumanos fundamentales; se los deja huérfanos, se los

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mutila o se los desarraiga de sus familias. Las niñas, enparticular, son víctimas de violaciones y de abusossexuales. En última instancia, estos niños quedanemocionalmente heridos y traumatizados. Esto, a suvez, hace más compleja y difícil la tarea de trabajar conlos niños en las situaciones posteriores a los conflictos.Por lo tanto, es indispensable que este órganoreconozca la necesidad de que se preste especialatención a la protección de los niños en las operacionesde las Naciones Unidas de mantenimiento de la paz yde que se imparta una capacitación adecuada sobre lasnecesidades y los derechos especiales de los niños enlos conflictos armados. Esto es de suma importanciapara que protejamos a nuestros niños ahora y en lasgeneraciones venideras.

Fueron esas circunstancias las que llevaron alMovimiento No Alineado, en su decimotercera confe-rencia ministerial, celebrada en abril de 2000, a acogercon agrado la convocación de un período extraordina-rio de sesiones de la Asamblea General en 2001 paraexaminar y evaluar las cuestiones mundiales que afec-tan a los niños, como seguimiento de la Cumbre Mun-dial en favor de la Infancia, celebrada en 1990. En esaconferencia, los ministros del Movimiento No Alinea-do también expresaron su profunda preocupación antelas condiciones que enfrentan los niños a raíz de la po-breza y el subdesarrollo, tales como su utilización enlos conflictos armados, entre otras cosas, como niñosmercenarios.

En los foros multilaterales, Sudáfrica apoyó fir-memente la posición invariable de los �18 como míni-mo� para el reclutamiento tanto voluntario como obli-gatorio según lo establecido en el Protocolo Facultativoa la Convención sobre los Derechos del Niño. Conside-ramos que este Protocolo es un importante paso en ladirección correcta y contribuye en gran medida a esta-blecer normas jurídicas para abordar la difícil situaciónde los niños en los conflictos armados. Por lo tanto, esimportante fortalecer la cooperación internacional paraasegurar la aplicación del Protocolo y la rehabilitacióne integración social de los niños que son víctimas delos conflictos armados.

Además, Sudáfrica apoya las disposiciones delEstatuto de la Corte Penal Internacional y del Conveniode la Organización Internacional del Trabajo. Estosinstrumentos merecen nuestro pleno apoyo porqueofrecen recursos internacionalmente reconocidos paragarantizar la protección de los niños en los conflictosarmados.

A nivel nacional, poco después de la transición ala democracia, que tuvo lugar en 1994, el Gobierno deSudáfrica tomó las primeras medidas para abordar ladesmovilización, la reintegración y la resocializaciónde los niños. Se crearon distintas instituciones, con in-clusión de la Comisión Nacional de la Juventud y elPrograma de Acción Nacional para los Niños. El exPresidente de Sudáfrica, Sr. Nelson Mandela, estable-ció un fondo para los niños que lleva su nombre, al quecontribuye una gran parte de sus propios ingre-sos financieros.

El 16 de julio de 1995, Sudáfrica ratificó la Con-vención sobre los Derechos del Niño. Para garantizar laaplicación de la Convención, el Gobierno de Sudáfricaanunció el 7 de junio de 1999 su decisión de enmendarla política sudafricana de defensa nacional para elevarla edad mínima de reclutamiento en las fuerzas arma-das de 17 a 18 años. En el pasado, una persona de17 años podía ser reclutada para la Fuerza Sudafricanade Defensa, aunque tenía que tener 18 años para que sele permitiera participar en un conflicto armado. Estoahora ha sido enmendado, y la edad mínima es 18 añostanto para el reclutamiento como para la participaciónactiva en un combate.

La política de Sudáfrica ahora está de acuerdocon la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestardel Niño, de la Organización de la Unidad Africana(OUA), que firmamos el 10 de octubre de 1997 y rati-ficamos en enero de 2000. En la Carta Africana se de-fine al niño como una persona menor de 18 años y seestipula que los Estados parte deben abstenerse de re-clutar niños para las fuerzas armadas y que ningún niñoha de participar directamente en hostilidades.

Todas estas medidas son la respuesta de Sudáfricaa los llamamientos para que se proteja a los niños de laguerra en todo el mundo. Lamentablemente, las inicia-tivas nacionales no pueden por sí solas resolver el pro-blema; de allí la necesidad de fortalecer la cooperacióninternacional para abordar la difícil situación de los ni-ños en las situaciones de conflicto armado. El sistemade las Naciones Unidas, en especial los órganos clave,tales como el Consejo de Seguridad, en asociación conel Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, tieneun papel fundamental que desempeñar para ayudar alos gobiernos a encarar y aliviar este problema.

Por este motivo, mi delegación acoge con bene-plácito el amplio informe del Secretario General so-bre los niños y los conflictos armados, así como la

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convocación de este debate en el Salón del Consejo. Eneste sentido, Sudáfrica celebró la aprobación de la re-solución 1261 (1999). Al aprobar esa resolución, elConsejo adoptó la decisión de proteger a los niños queestán expuestos a la guerra y reconoció que los con-flictos armados tienen consecuencias a largo plazo parala paz, la seguridad y el desarrollo.

Para concluir, deseo recordar a este órgano eltrascendental informe sobre las repercusiones de losconflictos armados en los niños (A/51/306) que laSra. Graça Machel presentó a la Asamblea General delas Naciones Unidas. En este sentido, la Sra. Machelexpresó:

�A todos nosotros nos resulta difícil creerque a fines del siglo XX los niños sean blanco deataques, que los niños puedan ser prescindibles,... que los niños sean refugiados y que inclusoperpetren crímenes en un conflicto tras otro,prácticamente en todos los continentes.�

Al ingresar en un nuevo milenio, hay queeliminar el reclutamiento y la utilización de niñossoldados, ya que constituyen no sólo una afrenta a losvalores humanos, sino también un obstáculofundamental para el desarrollo socioeconómico.Nuestros niños corren muchos riesgos y tienen derechoa vivir en paz y estabilidad.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es la Jefa de la delegacióndel Comité Internacional de la Cruz Roja antelas Naciones Unidas, Sra. Sylvie Junod, a quien invitoa tomar asiento a la mesa del Consejo y a formular sudeclaración.

Sra. Junod (Comité Internacional de la CruzRoja) (habla en francés): Sra. Presidenta: Ante todo,permítame, en nombre del Comité Internacional de laCruz Roja (CICR), dar las gracias a usted, así como alos demás miembros del Consejo, por permitirme haceruso de la palabra hoy en este debate sobre los niños ylos conflictos armados. En efecto, nuestra grave preo-cupación sobre este asunto forma parte de la cuestiónmás amplia de la protección de la población civil, quese halla en el núcleo del mandato del Comité. De todaslas víctimas de la guerra, la suerte de los niños es indu-dablemente la más trágica. Se los ha mutilado, se los hadejado huérfanos o se los ha separado de sus familia-res; han sido testigos o autores de atrocidades inenarra-bles; han sido privados de la educación y traumatiza-dos por el resto de su vida. Generaciones y sociedades

enteras han hipotecado su futuro para pagar el preciode su terrible pasado.

No podemos continuar haciendo caso omiso delhecho de que, algún día, un representante o uno denuestros colegas en la esfera de la asistencia humanita-ria puede perder la vida debido a que un niño soldado,adoctrinado o drogado, lo ha elegido como blanco deun ataque. ¿Quién habría imaginado, incluso hace po-cos años, que el Consejo de Seguridad se ocuparía deestos problemas? El debate de hoy, en el que se hace unseguimiento de la histórica resolución 1261 (1999), esportador de esperanzas, ya que es testimonio de la tomade conciencia universal sobre la urgente necesidad deque la comunidad internacional adopte medidas con-certadas para tratar de atenuar las consecuencias de laguerra en los niños. A este respecto, quisiera encomiarla vigorosa, entusiasta e incansable labor que realiza enaras de los niños el Representante Especial del Secreta-rio General, Sr. Olara Otunnu.

Ya sea al desempeñar su papel de defensor del de-recho internacional humanitario y de experto jurídico oal llevar a cabo sus actividades operacionales, desdehace mucho tiempo el Comité Internacional de la CruzRoja viene prestando gran atención a los niños durantelos conflictos armados y después de ellos. Deseo pre-sentar al Consejo una breve reseña de los esfuerzos quehemos realizado en esta esfera en el plano jurídico yoperacional, así como en el marco del programa de ac-ción del Movimiento Internacional de la Cruz Roja yde la Media Luna Roja.

En el plano jurídico, el CICR ha contribuido, co-mo experto en derecho humanitario, a todos los traba-jos de las conferencias que han dado lugar al desarrollosignificativo del derecho internacional relativo a laprotección de los niños, en particular respecto a laConvención sobre los Derechos del Niño y a su Proto-colo Facultativo relativo al reclutamiento de los niños,al Tratado de Ottawa y al Estatuto de la Corte PenalInternacional.

Me limitaré a hacer algunas observaciones sobreel Protocolo Facultativo que se aprobó recientemente.El principal objetivo de dicho Protocolo fue la consa-gración oficial de la prohibición de reclutar a niños demenos de 18 años de edad y de hacerlos participar enhostilidades. Además, el Protocolo no habría tenidosentido si en él no se hubiera tenido en cuenta a losactores no estatales. El CICR no puede, pues, sino aco-ger con beneplácito el hecho de que este esfuerzo de

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largo aliento por fin haya tenido éxito, y exhortamos alos Estados a que lo ratifiquen lo antes posible.

Este instrumento, sin embargo, no carece de de-fectos. En él no se prohíbe la participación indirecta, yse autoriza el reclutamiento voluntario de niños meno-res de 18 años, sin definir el término �voluntario�, loque deja la puerta abierta a los abusos. Además, las en-tidades no estatales no están obligadas más que por undeber moral. Al respecto, conviene recordar que elProtocolo Adicional II de los Convenios de Ginebra,relativo a los conflictos armados sin carácter interna-cional, que fue ratificado por 149 Estados, va muchomás lejos en esta esfera. En efecto, en él se prohíbe elreclutamiento y la participación en hostilidades de ni-ños de menos de 15 años, y se establecen las mismasobligaciones jurídicas para todas las partes en un con-flicto, ya se trate de las autoridades gubernamentales ode la oposición armada. Es igualmente importante re-cordar que el reclutamiento de niños menores de 15años y su participación en hostilidades se tipifica comocrimen de guerra en el Estatuto de la Corte Penal Inter-nacional.

Si bien la protección jurídica de los niños ha me-jorado en gran medida, todavía queda mucho por haceren lo que atañe a la ratificación y la aplicación. Comose sabe, los servicios consultivos del CICR están a dis-posición de todos los Estados para ayudarlos a elaborarleyes nacionales sobre la aplicación del derecho huma-nitario.

A nivel operacional, en los programas de asisten-cia dirigidos a las poblaciones civiles que son víctimasde conflictos armados, independientemente de quepermanezcan en sus hogares o de que hayan sido des-plazadas, tenemos en cuenta las necesidades especialesde los niños, sobre todo en lo que respecta a la nutri-ción y a la salud.

En el marco de sus actividades de protección alos prisioneros, el CICR hace gestiones para que a losniños se los mantenga en lugares separados de losadultos y, siempre que sea posible, pide su liberación.

La acción del CICR en favor de los niños noacompañados, la búsqueda de sus familiares, el inter-cambio de mensajes y la reunificación de las familiasconstituyen, sin duda, los ámbitos en los que la institu-ción posee la experiencia más amplia. Hay organismostales como el Fondo de las Naciones Unidas para la In-fancia (UNICEF) y algunas organizaciones no guber-namentales que participan de una manera igualmente

activa en esta esfera. En su informe a la Asamblea delMilenio (A/54/2000), el Secretario General propone, ainstancias del Comité Internacional de Rescate, que seestablezca una red mundial que utilice la base de datosde Lille �la Child Connect� para la búsqueda de losniños desaparecidos. El CICR, cuyos métodos de tra-bajo han evolucionado con el uso de las técnicas com-putarizadas, está estudiando ahora la mejor manera decooperar con esta iniciativa, manteniendo siempre susenfoques y sus criterios, que se adaptan a las limitacio-nes que imponen las situaciones de conflicto armado.

En lo que concierne a la rehabilitación y la rein-tegración, las distintas entidades del Movimiento Inter-nacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja �elCICR, la Federación y las Sociedades nacionales�co-menzaron a preparar en 1995 un plan de acción para losniños que son víctimas de conflictos armados. Ademásdel principio del no reclutamiento de niños menores de18 años de edad, que preconizan los componentes delMovimiento, el objetivo del plan es tomar medidasconcretas para proteger y asistir a los niños, incluidasen las etapas de rehabilitación y reintegración. En laactualidad, las Sociedades nacionales están preparandoprogramas, especialmente en lo atinente a la rehabilita-ción psicológica y social, con el apoyo del CICR o dela Federación. Por último, subrayamos que los EstadosPartes en los Convenios de Ginebra que participan enlas conferencias del Movimiento han reafirmado, conocasión de la 27ª conferencia internacional, celebradaen noviembre pasado, su pleno apoyo al plan de acciónque mencionamos.

No puedo concluir sin expresar los mejores votosdel CICR por que, en el período extraordinario de se-siones de la Asamblea General dedicado al seguimientode la Cumbre Mundial en favor de la Infancia, que secelebrará el año próximo y que su país, Sra. Presidenta,tendrá el honor de presidir, puedan lograrse progresostangibles. El seguimiento de las grandes conferenciasobliga a los Estados a presentar informes acerca de susiniciativas. Ojalá que la toma de conciencia de la mag-nitud y la gravedad del problema de la protección delos niños en los conflictos armados, que ahora es uni-versal, suscite en algunos una cierta intranquilidad deconciencia que los impulse a actuar.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador es el representante de Mozambique, a quien in-vito a tomar asiento a la mesa del Consejo y a formularsu declaración.

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Sr. Santos (Mozambique) (habla en inglés): Sra.Presidenta: Me sumo a los oradores que me precedie-ron para felicitarla por haber asumido la Presidenciadel Consejo de Seguridad y por dirigir en forma bri-llante los trabajos del Consejo durante este mes. Esmuy apropiado que usted presida esta reunión, ya quecomplementa y refuerza la excelente labor que estárealizando como Presidenta del Comité Preparatoriodel período extraordinario de sesiones sobre los niños.

También rindo homenaje a su predecesor, elEmbajador Jean�David Levitte, de Francia, por lamanera ejemplar en que guió la labor del Consejo elmes pasado.

Quiero aprovechar esta oportunidad para expresaruna vez más nuestro profundo agradecimiento al Se-cretario General, a su Representante Especial y a la Di-rectora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas pa-ra la Infancia (UNICEF) por su dedicación y sus incan-sables esfuerzos destinados a hacer que la cuestión delos niños en los conflictos armados ocupe el centro delprograma del Consejo de Seguridad, como tema quepreocupa al mundo entero.

La aprobación de la resolución 1261 (1999) delConsejo de Seguridad le dio a la cuestión de los niñosen los conflictos armados el relieve necesario comocuestión que tiene graves implicaciones para la paz y laseguridad internacionales y que, por lo tanto, merece elcompromiso y la dedicación indeclinables de los Esta-dos Miembros, de las organizaciones regionales y de lacomunidad internacional en su conjunto.

Aplaudo el informe del Secretario General, quetenemos a la vista, presentado de conformidad con elpedido formulado en la resolución 1261 (1999). En di-cho informe se presenta una evaluación lúcida y ex-haustiva de la realidad actual y de las tendencias pre-valecientes en relación con los niños y los conflictosarmados, y se hacen recomendaciones concretas paraencarar la penosa situación de los niños, como víctimasy también como instrumentos de la violencia.

El mundo sigue viéndose devastado por muchosconflictos armados, que se cobran víctimas entre losniños, las mujeres y los ancianos. Las cifras que sebrindan en el informe muestran claramente los efectosdesproporcionados que tienen en los niños los conflic-tos armados. Conscientes de esta triste realidad, unavez más el Consejo de Seguridad, la Asamblea Generaly, de hecho, toda la comunidad internacional tienenque respaldar la causa de los niños en los conflictos

armados. Todos debemos unir nuestros esfuerzos,nuestra dedicación y nuestra imaginación para buscarmedios y arbitrios que permitan poner fin al sufri-miento de los niños y evitar que se repitan situacionessimilares.

Los niños de hoy son los hombres y las mujeresdel mañana. No podremos tener un mundo de paz yprosperidad si no salvamos a los niños de hoy de loshorrores de la guerra, que los perseguirán por el restode sus vidas.

Opinamos que este tercer debate público del Con-sejo de Seguridad y los dos debates anteriores, así co-mo la labor del Secretario General, de su RepresentanteEspecial y del UNICEF, en coordinación con otros ór-ganos de las Naciones Unidas y con las organizacionesinternacionales pertinentes, son hechos positivos quenos ayudarán a encontrar una solución a este problemamundial.

Mozambique siempre ha expresado su compromi-so con la promoción y la protección de los derechos delniño. Hoy reafirmamos ese compromiso y prometemosque vamos a proseguir nuestros esfuerzos para ponerfin al sufrimiento de millones de niños en el mundo,especialmente en África. En este contexto, el año pasa-do fuimos sede de una reunión regional sobre los niñosen los conflictos armados, en la que se formularon im-portantes recomendaciones.

Mi propio país vivió el horror de una guerra pro-longada, de la que los niños no salieron incólumes.Hoy en día reina la paz en Mozambique, pero todavíaquedan por delante grandes problemas como conse-cuencia del conflicto. Para que la paz y el proceso dereconciliación sean sostenibles hace falta el esfuerzointegrado de todos los protagonistas de la sociedad deMozambique, además del apoyo de la comunidad inter-nacional. Mi Gobierno cree firmemente que el éxito deesa tarea depende en gran medida de la promoción, laprotección y la educación de los niños, que son loshombres y las mujeres del mañana.

Hemos logrado progresos considerables en larehabilitación de los niños explotados y traumatizadosy en su integración en la sociedad. No obstante, laexistencia de unos 2 millones de minas terrestres, quefueron sembradas durante la guerra, sigue siendo ungran obstáculo para el reasentamiento armonioso de lapoblación y para el desarrollo de las actividades pro-ductivas. Los niños siguen corriendo un grave peligro,ya que no son conscientes de la amenaza que plantean

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las minas terrestres antipersonal. Por consiguiente, lascampañas de concienciación son tan importantes paralos niños como el propio desminado. La terrible situa-ción de los niños de Mozambique se ha visto exacerba-da por las inundaciones sin precedentes que reciente-mente asolaron las regiones central y meridional delpaís.

Nos complace observar que el proceso que inicióla Sra. Graça Machel con su informe fundamental(A/51/306) adquiere un impulso cada vez mayor bajo lacompetente dirección del Representante Especial delSecretario General para los niños en conflictos arma-dos, Sr. Olara Otunnu.

Después de casi un decenio de existencia, la Con-vención sobre los Derechos del Niño es actualmente uninstrumento jurídico universal que constituye una basesólida para la protección de los niños tanto en tiempode paz como durante los conflictos armados. Acogemoscon beneplácito la aprobación, en enero de este año,del Protocolo Facultativo a la Convención sobre losDerechos del Niño. Dicha aprobación constituye unimportante paso adelante, que complementa los funda-mentos jurídicos de la protección de los niños. Ha lle-gado el momento de que todos iniciemos una era deaplicación efectiva de este y otros instrumentos jurídi-cos internacionales pertinentes, como lo recomienda elSecretario General en su informe. Nuestro éxito en lapuesta en práctica de todos los instrumentos pertinentessin duda reducirá la brecha existente entre las leyes y lapráctica e influirá en la conducta de las partes en losconflictos.

La semana pasada el Consejo de Seguridad cele-bró una reunión pública sobre la prevención de los con-flictos armados. En esa reunión se recalcó que un com-promiso constante con el objetivo de prevenir los con-flictos armados en todas las regiones del mundo seríamucho más ventajoso que la alternativa de tener quepagar los costos materiales y humanos de un conflictoya declarado. En ese sentido, reiteramos nuestra firmeconvicción de que una estrategia integral de prevenciónde los conflictos es, en definitiva, la mejor manera deproteger a los niños de los horrores de la guerra.

La paz no es solamente la ausencia de la guerra.Es mucho más que eso; exige la demostración de unespíritu de tolerancia y reconciliación, y la celebraciónde un diálogo constante como medio para resolver losproblemas y las divergencias, así como un rechazo totalde la violencia. Pensamos que si hoy promovemos una

cultura de paz estaremos legando un patrimonio valiosoa las generaciones futuras. Por lo tanto, reafirmamosnuestro compromiso con la puesta en práctica de la De-claración y Programa de Acción sobre una Cultura dePaz, que la Asamblea General aprobó el 13 de septiem-bre de 1999.

El comercio ilícito de armas pequeñas y de armasligeras y la explotación y el comercio ilícitos de recur-sos naturales se encuentran entre las principales causasque contribuyen a la escalada de los conflictos. El casode la UNITA, en Angola, y el de Sierra Leona sonejemplos patentes de ello. Al respecto, encomiamos lasiniciativas del Consejo de Seguridad, así como las devarias organizaciones regionales y subregionales, ten-dientes a restringir el comercio ilícito de armas peque-ñas y de diamantes como medida preventiva.

Es también de vital importancia que se apliqueuna estrategia eficaz para la consolidación de la pazdespués de los conflictos, a fin de impedir que éstos serepitan. En este sentido, deben elaborarse programasapropiados ―con inclusión de programas de desarme,desmovilización, reintegración y rehabilitación de losexcombatientes― en los que se preste una atención ca-da vez mayor a la situación de los niños soldados y deotros niños afectados por conflictos armados. Tambiéndebe prestarse una atención especial a la remoción deminas como medida para facilitar el retorno a la nor-malidad y al desarrollo y, sobre todo, para salvar a losniños inocentes en muchos lugares del mundo.

Es fundamental que encaremos las causas profun-das de los conflictos en todo el mundo. Esa tarea abru-madora exige de todos nosotros ―los gobiernos, elsistema de las Naciones Unidas, las organizacionesinternacionales, regionales y subregionales, las organi-zaciones no gubernamentales y la sociedad civil engeneral― un compromiso constante y una acciónconcertada.

El informe del Secretario General contiene reco-mendaciones específicas, algunas de las cuales ya seestán aplicando. A este respecto, encomiamos al Re-presentante Especial del Secretario General por su ini-ciativa, entre otras, de introducir un componente deprotección de los niños en las operaciones de las Na-ciones Unidas de mantenimiento de la paz. Nos com-place observar que se ha incorporado explícitamente uncomponente de esa naturaleza en los mandatos de laMisión de las Naciones Unidas en Sierra Leona

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(UNAMSIL) y de la Misión de las Naciones Unidas enla República Democrática del Congo (MONUC).

Apoyamos firmemente las recomendaciones con-cretas que figuran en el informe del Secretario General,e instamos a todos los demás Estados Miembros a quehagan lo propio. Pensamos que ha llegado el momentode que todos brindemos nuestro apoyo a esas recomen-daciones y a otras iniciativas destinadas a proteger alos niños en los conflictos armados y nos comprome-tamos a ponerlas en práctica. En Mozambique reafir-mamos nuestro compromiso con la causa de los niñosacatando todos los instrumentos jurídicos referentes ala promoción y la protección de los derechos del niño.Seguimos firmemente comprometidos a hacer esfuer-zos más arduos en nuestra región y en nuestra subre-gión, junto con otros miembros de la Organización dela Unidad Africana y de la Comunidad del África Me-ridional para el Desarrollo (SACD), para llevar a lapráctica nuestros compromisos.

Tenemos que actuar ahora, y en forma decisiva,para cumplir con nuestras responsabilidades colectivaspara con los niños y, a través de ellos, para con todaslas generaciones. No podemos permitirnos fracasar enesa tarea, ya que ello afectaría a las generaciones pre-sentes y futuras. Lo que ahora se necesita de nosotroses voluntad política para hacer frente a ese gran desafíode forjar un milenio mejor en el que los niños ocupenel primer lugar en el programa del mundo.

La Presidenta (habla en inglés): Agradezco alrepresentante de Mozambique las amables palabras queme ha dirigido.

El siguiente orador inscrito en mi lista es el re-presentante de Nueva Zelandia, a quien invito atomar asiento a la mesa del Consejo y a formular sudeclaración.

Sr. Powles (Nueva Zelandia) (habla en inglés):Sra. Presidenta: Me sumo a otros oradores para darlelas gracias a usted personalmente por haber convocadoeste debate especial, similar al celebrado el año pasado,sobre la cuestión de los niños y los conflictos armados.

Mi delegación encomia, además, al SecretarioGeneral por su completo informe. En él formula reco-mendaciones amplias e innovadoras para hacer frenteal problema de los niños y los conflictos armados, queesperamos reciban la plena consideración del Consejo.Nos satisface el énfasis que pone el Secretario Generalen la importancia de prevenir los conflictos armados

como principal medio de proteger a los niños de susconsecuencias.

Cuando nos reunimos para deliberar acerca deesta cuestión, en agosto pasado, quedó claro que paramejorar el papel central de las Naciones Unidas en laprotección de los niños del mundo los Estados Miem-bros tenían que mejorar las normas jurídicas interna-cionales para la protección de los niños en el contextode los conflictos armados.

La apertura a la firma, el 25 de mayo, del Proto-colo Facultativo a la Convención sobre los Derechosdel Niño es, pues, un acontecimiento muy positivo. Eléxito de las negociaciones se debió, en gran medida, ala perseverancia y la eficiencia de la Presidenta delGrupo de Trabajo, Embajadora Catherine von Hei-denstam, de Suecia, y reconocemos su contribuciónsubstancial.

Pensamos que cuando el Protocolo Facultativoentre en vigor, constituirá una adición importante a laprotección de los derechos humanos de los niños. Espe-ramos que el límite de edad de 18 años para su partici-pación en conflictos armados se convierta en la nuevanorma internacional. Para que el Protocolo Facultativosea eficaz tendrá que ser ampliamente ratificado. Ins-tamos a los Estados a que concedan prioridad a lacuestión de los niños soldados y trabajen en pro de lafirma y la ratificación del Protocolo Facultativo.

Otra medida importante ha sido la conclusión delEstatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.Nueva Zelandia está elaborando actualmente legisla-ción interna que le permitirá ratificar el Estatuto en elfuturo cercano. Esto incluirá la extensión de la �juris-dicción universal� a los crímenes de guerra, según sedefine en el artículo 8 del Estatuto. Una vez que laCorte se establezca, ayudará a poner fin a la impunidadrespecto de una gama de crímenes de guerra, incluidoel uso de niños pequeños en conflictos armados y enataques a blancos civiles, como escuelas, donde sepuede hacer daño a los niños.

La elaboración de nuevas normas jurídicas debeser respaldada mediante la realización de esfuerzos efi-caces sobre el terreno con el fin de asegurar su aplica-ción. En este sentido, quiero rendir homenaje una vezmás a la labor que realizan el Representante Especialdel Secretario General, Sr. Olara Otunnu, y el Fondo delas Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y suDirectora Ejecutiva, Sra. Carol Bellamy. Agradecemosde manera especial sus contribuciones de esta mañana.

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Las Naciones Unidas, sus organismos y sus institucio-nes pueden contribuir significativamente, y lo hacen,en la tarea de proteger a los niños de los efectos de losconflictos armados y de satisfacer las necesidades delos niños después de las guerras.

Una medida que ya ha instituido el Consejo y quecuenta con nuestro pleno apoyo es el nombramientode asesores en protección del niño en las operacio-nes de mantenimiento de la paz que las Naciones Uni-das llevan a cabo en Sierra Leona y en la RepúblicaDemocrática del Congo. Esta iniciativa es un ejem-plo concreto de los medios creativos y prácticos quepuede emplear esta Organización para ocuparse de lasconsecuencias que tienen los conflictos armados en losniños.

El reciente informe del Secretario General recalcala necesidad de elaborar medidas amplias que se ocu-pen de las consecuencias de los conflictos armados enlos niños en todos sus aspectos. En este sentido, loapoyamos en su llamamiento al Consejo para que tratede reducir al mínimo las consecuencias no intenciona-les que las sanciones ejercen en la población civil, in-cluidos los niños, y que para ello seleccione eficaz-mente el blanco y establezca excepciones de índolehumanitaria. También apoyamos el énfasis que pone elSecretario General en la especial vulnerabilidad de lasniñas, en la necesidad de abordar las necesidades de losniños durante los procesos de paz, en la necesidad deponer fin a la impunidad para quienes violen los dere-chos humanos y en el importante papel que las organi-zaciones no gubernamentales pueden desempeñar en lasupervisión y reducción al mínimo de las consecuen-cias de los conflictos armados en los niños.

Creo que todos estamos de acuerdo en que se ne-cesita hacer mucho para despertar la conciencia sobrelas consecuencias de los conflictos armados en los ni-ños y para alentar a los Estados a que se ocupen de estetema. Los gobiernos, las organizaciones no guberna-mentales y el sector privado tienen papeles importantesque desempeñar en este proceso. Nueva Zelandia sesintió complacida al haber podido brindar un modestoapoyo financiero a la conferencia de Asia y el Pacíficosobre el uso de niños como soldados, que fue celebradaen Nepal, en mayo y fue organizada por la Coaliciónpara poner fin a la utilización de niños soldados, unaorganización no gubernamental. También celebramosla iniciativa del Gobierno del Canadá de organizarla celebración de una conferencia internacional en

Winnipeg sobre los niños afectados por la guerra, quetendrá lugar en septiembre.

Esperamos que iniciativas como ésta, sumadas ala amplia ratificación y a la aplicación concertada denormas jurídicas para la protección de los niños, talescomo el Protocolo Facultativo relativo a la participa-ción de niños en los conflictos armados y el Estatuto dela Corte Penal Internacional, lleven a la eliminación deluso de niños como soldados. Además, el Consejo deSeguridad tiene un papel clave que desempeñar en latarea de examinar con mayor amplitud las consecuen-cias de los conflictos armados en los niños. Celebramossu constante compromiso de hacerlo.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es la representante de Barba-dos, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

Sra. Clarke (Barbados) (habla en inglés): Midelegación celebra la oportunidad de contribuir al de-bate sobre los niños y los conflictos armados dentro delcontexto de los esfuerzos por promover un nuevo ordenhumanitario internacional. Nos complace de maneraespecial esta oportunidad de hacer uso de la palabra eneste foro, y esperamos con interés la celebración deotros debates sobre otros temas de preocupación mutuadentro del marco del Consejo de Seguridad.

Es un honor para mi delegación dirigirse al Con-sejo de Seguridad bajo la Presidencia de Jamaica, paíshermano de la Comunidad del Caribe. Esta no es laprimera vez que Jamaica lleva la batuta de manera tancompetente en nombre de la región de América Latinay el Caribe, y, de hecho, de los países del Sur, y estoysegura de que no será la ultima.

Barbados ha logrado escapar con éxito de la des-trucción de la guerra y los conflictos civiles que hanafligido y siguen destruyendo las sociedades de mu-chos de los Estados Miembros de las Naciones Unidas.Los niños de Barbados han tenido la ventaja de creceren un ambiente de paz, estabilidad política y relativaprosperidad. Nuestros niños no han tenido que soportarel horror de haber sido obligados a luchar en una gue-rra, ni las atrocidades físicas causadas por las minas te-rrestres ni el desapego social y psicológico que expe-rimentan de manera rutinaria los niños en países desga-rrados por la guerra.

La cuestión de los niños y los conflictos arma-dos va más allá de garantizar la seguridad física y los

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derechos humanos de los futuros ciudadanos del mun-do. Se refiere al daño irreparable a las mentes de estosniños, al extremo de que ellos también podrían, másadelante, repetir las atrocidades a que han sido someti-dos. Mi delegación está decidida a lograr que los niñosde todo el mundo, al igual que los niños de Barbados,disfruten la simplicidad de la niñez sin el terror quetantos, lamentablemente, han conocido. Por esta mismarazón, el Gobierno de Barbados apoyó el estableci-miento de la Corte Penal Internacional como mecanis-mo a través del cual los niños pueden ser protegidos delos conflictos armados.

Como pequeño Estado insular en desarrollo conescasos recursos naturales, más allá de sus recursoshumanos, Barbados depende de su reputación en lo queconcierne a su estabilidad política, a una gestión eco-nómica prudente y a la integridad social, y concedeprioridad a los temas relativos a los derechos humanosy a la justicia social. Somos conscientes de la vulnera-bilidad especial de los niños en tiempos de conflicto yde la necesidad de que se tomen medidas especiales te-niendo en cuenta sus preocupaciones particulares.

El Gobierno de Barbados cree firmemente que lasNaciones Unidas deben desempeñar su papel de impe-dir los conflictos y no sólo tratar de mitigarlos despuésde que han estallado. Es de suma preocupación paranosotros que se tengan que desviar cada vez más recur-sos del desarrollo económico, social y de infraestructu-ra para hacer frente a conflictos y otras crisis de carác-ter humanitario.

Debido al respeto por estos mismos principios, elGobierno de Barbados firmó en diciembre de 1997 laConvención sobre la prohibición del empleo, almace-namiento, producción y transferencia de minas antiper-sonal y sobre su destrucción. Si bien la región del Ca-ribe está libre de minas antipersonal, no nos consuelasaber que las minas antipersonal matan o mutilan apro-ximadamente a 10.000 niños por año. Barbados, comosignatario de la Convención sobre los Derechos del Ni-ño y actor principal en su elaboración, se siente obliga-do a ayudar a poner fin a estas trágicas circunstancias yal sufrimiento y la pérdida que engendran. Mi delega-ción toma nota con cierta tristeza de las conclusionesdel informe del Foro Mundial de la Educación, cele-brado en abril de 2000, en el sentido de que el númeroy el alcance de los conflictos ocurridos en el último de-cenio han sido importantes obstáculos para el logro delobjetivo de proporcionar una educación para todos parael año 2000.

Barbados desea dejar constancia de su satisfac-ción por el hecho de que la Asamblea General final-mente pudo adoptar, el 25 de mayo de este año, elProtocolo Facultativo a la Convención sobre los Dere-chos del Niño relativo a la participación de niños en losconflictos armados.

Del mismo modo, apoyamos enérgicamente elllamamiento que el Secretario General formula en suinforme para que la comunidad internacional hable conuna sola voz e insista en que la edad de 18 años sea lamínima para la participación en conflictos, sea en fuer-zas armadas o en grupos armados.

Como país que aporta tropas a las misiones de lasNaciones Unidas de mantenimiento de la paz, Barbadospromete su apoyo a las medidas que adopten las Na-ciones Unidas para establecer las normas que infundanrespeto por el derecho internacional humanitario e ins-piren la adhesión al mismo, particularmente la decisiónde investigar exhaustivamente y procesar cualquierviolación que cometa su personal, en violación del de-recho internacional humanitario y del derecho de losderechos humanos, mientras se encuentra al servicio delas Naciones Unidas. Mi delegación también desea ad-herirse a las propuestas formuladas por el SecretarioGeneral de integrar la protección de los niños en lasoperaciones de las Naciones Unidas de mantenimientode la paz.

Barbados desea reconocer los esfuerzos del Re-presentante Especial del Secretario General para losniños y los conflictos armados, Sr. Olara Otunnu. Gra-cias a sus esfuerzos, la Conferencia Ministerial de Ne-gociación de los Estados de África, el Caribe y el Pací-fico (ACP) incorporó sus propuestas para la protecciónde los niños en el Acuerdo de Alianza entre la UniónEuropea y los Estados de África, el Carie y el Pacífico(ACP�UE), firmado recientemente en Benin. Barbadosdesea también expresar su compromiso respecto de laresolución sobre los niños y los conflictos armados queaprobó el mes pasado la Asamblea General de la Orga-nización de Estados Americanos. En dicha resoluciónse pide a todas las partes en conflictos armados querespeten el derecho internacional humanitario relativoa los niños y se insta a los Estados miembros a queapoyen los esfuerzos destinados a desmovilizar, reinte-grar y rehabilitar a los niños afectados por conflictosarmados.

Mi delegación aprovecha esta oportunidad parareiterar nuestro apoyo a los esfuerzos que despliegan el

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Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia(UNICEF), la Oficina del Alto Comisionado de las Na-ciones Unidas para los Derechos Humanos, la Oficinadel Alto Comisionado de las Naciones Unidas para losRefugiados (ACNUR) y la sociedad civil �inclui-das organizaciones tales como el Comité Internacio-nal de la Cruz Roja� con el objeto de promover laprevención de los conflictos, aliviar el sufrimiento delas sociedades que se encuentran en guerra y promoverla reintegración y la rehabilitación de los niños queparticipan en conflictos armados.

Sin duda, los miembros son conscientes de que lacuestión de la protección y la atención de los niños queson víctimas de conflictos armados recibirá una aten-ción especial cuando el Gobierno de Jamaica sea anfi-trión este año de la Reunión Ministerial para las Amé-ricas, como anticipo del período extraordinario de se-siones de la Asamblea General sobre el logro de losobjetivos de la Cumbre Mundial en favor de la Infan-cia, que se celebrará en septiembre de 2001.

Barbados seguirá desempeñando la parte que lecorresponde, para lo cual participará plenamente en to-dos los esfuerzos de las Naciones Unidas destinados afomentar el respeto y la adhesión al derecho interna-cional humanitario y a los derechos humanos y el reco-nocimiento de la necesidad de proteger a los niños y derespetar sus derechos y libertades.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante del Iraq, aquien invito a tomar asiento a la mesa del Consejo y aformular su declaración.

Sr. Hasan (Iraq) (habla en árabe): Sra. Presi-denta: Para empezar, deseo expresar a usted y a la de-legación amiga de Jamaica nuestro agradecimiento yreconocimiento por la celebración de esta sesión desti-nada a examinar el importante tema que tenemos antenosotros.

También agradezco al Representante Especial delSecretario General, Sr. Olara Otunnu; a la DirectoraEjecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la In-fancia; Sra. Carol Bellamy, y al Comité Internacionalde la Cruz Roja la importante labor que vienen reali-zando para proteger a los niños.

Quiero expresar mi reconocimiento especial porla vigorosa campaña que está realizando el Sr. Otunnupara poner fin a las sanciones regionales impuestascontra Burundi, dados los injustos efectos que ejercen

en los niños y en las familias. Esperamos que el Sr.Otunnu emprenda una iniciativa similar en nombre delos niños del Iraq.

Antes de referirme a la sustancia de la cuestiónquiero recalcar que el debate del Consejo de Seguridadsobre esta cuestión no debe de ninguna maneramenoscabar la competencia y el mandato de laAsamblea General y de otros órganos de las NacionesUnidas. Dado el hecho de que la protección de losniños abarca una amplia gama de cuestiones, laAsamblea General y el Consejo Económico y Socialson los foros apropiados para celebrar debates máscompletos y profundos sobre estos temas.

El informe del Secretario General y las opinionesexpresadas por los Estados Miembros en esta sesión sinduda ayudarán a identificar un enfoque respecto de unaestrategia más integrada y orientada hacia el futuro pa-ra poner fin al sufrimiento de los niños en los conflic-tos armados. Si bien existe una necesidad urgente e in-mediata de establecer modalidades para aliviar el su-frimiento de los niños en regiones de conflicto y parafortalecer los compromisos con las convenciones inter-nacionales en la esfera de la protección de los niños, esigualmente apremiante considerar un enfoque completopara proteger a los niños a largo plazo.

Quizás la manera óptima de proteger a los niñosen conflictos armados consista ante todo en prevenirlos conflictos armados, en refrenarlos y en abordar suscausas fundamentales, entre las cuales destaca el ca-rácter inestable y desequilibrado del clima político yeconómico internacional, que se caracteriza por la he-gemonía y por una brecha que se hace cada vez másprofunda entre los Estados del Norte y los del Sur. ElNorte monopoliza la riqueza, el poder, la influencia yel dominio tecnológico, y deja a los Estados del Surcon la pobreza, el analfabetismo, la hambruna, el de-sempleo y las enfermedades. Todo esto constituye te-rreno fértil para el desarrollo de la intolerancia, la vio-lencia y el conflicto. Por consiguiente, las NacionesUnidas tienen un importante papel que desempeñar pa-ra corregir estos desequilibrios en el actual ambienteinternacional.

La naturaleza indiscriminada y excesiva de lassanciones que aplica el Consejo de Seguridad desdeque los Estados Unidos establecieron su predominioen 1990 ha tenido consecuencias catastróficas en va-rios países del tercer mundo al que estaban dirigidas.Los niños han sido las principales víctimas de estas

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sanciones. En su informe sobre los niños y los conflic-tos armados, que tiene ante sí el Consejo, el SecretarioGeneral ha dedicado una atención especial a la cuestiónde la protección de los niños de los efectos de las san-ciones. Expresó su profunda preocupación por losefectos adversos de las sanciones en los niños y recalcóque

�Los posibles beneficios a largo plazo de las san-ciones deben compararse con los costos inme-diatos y a largo plazo para los niños, incluido elcolapso de las infraestructuras de salud y educa-ción, la reducción de las oportunidades económi-cas y el aumento del trabajo infantil en el sectorno estructurado, así como el aumento de la mor-bilidad y la mortalidad infantiles. El sufrimientode los niños iraquíes, con arreglo a lo informadopor el UNICEF, y el de los niños de los Balcanesconstituyen inquietantes casos pertinentes.�(S/2000/712, párr. 25)

El Secretario General sugiere el envío de misio-nes de evaluación a los Estados seleccionados y a lospaíses vecinos antes de imponer sanciones, con el finde evaluar las posibles repercusiones negativas de esassanciones. Mi delegación apoya esta recomendación yespera que constituya, junto con otras recomendacionespresentadas por varios Estados, una base para restringirla utilización del Artículo 41 de la Carta de las Nacio-nes Unidas, para mantenerlo exclusivamente dentro delos objetivos de la Carta y para impedir que las sancio-nes sean utilizadas como un medio para llevar a caboasesinatos en masa, como en el caso de las sancionesimpuestas contra el Iraq, sanciones que se centraron enla población civil, principalmente en los niños.

La afirmación de algunos de que el sufrimientode cientos de miles de niños iraquíes es un resultado nointencional que surge de manera indirecta de las san-ciones ignora totalmente la realidad que impera sobreel terreno y deja de lado los valores morales. Las san-ciones generales que se impusieron al Iraq fueron dise-ñadas con el propósito de matar la mayor cantidad po-sible de niños iraquíes. Desde que fueron impuestas,esas sanciones no han alcanzado ningún otro objetivo.Permítaseme citar los siguientes datos.

En primer lugar, las sanciones generales impues-tas contra el Iraq mediante la resolución 661 (1990), defecha 6 de agosto de 1990, ni siquiera excluyeron losproductos alimentarios o los medicamentos. Ulterior-mente se excluyeron los libros de textos para niños, las

vestimentas, los juguetes e incluso los ataúdes para ni-ños. En la actualidad el Reino Unido y los EstadosUnidos siguen demorando contratos para la adquisiciónde ambulancias y medicamentos que permitirían salvarvidas de niños, con el pretexto de que son materiales dedoble uso.

En segundo lugar, cinco meses después de la im-posición de las sanciones generales, el Iraq, al amparode las resoluciones del Consejo de Seguridad, se con-virtió en el blanco de la agresión militar más horrendade la historia contemporánea. Un total de 88.000 tone-ladas de artefactos explosivos �equivalentes a siete uocho bombas nucleares como las que se arrojaron sobreHiroshima y Nagasaki� fueron arrojadas sobre ciuda-des y aldeas iraquíes. Esas bombas y misiles destruye-ron, entre otras cosas, escuelas, patios de juegos y hos-pitales para niños. También destruyeron una fábrica dealimentos para bebés que según los estadounidenses erauna fábrica de armas biológicas.

Quisiera al respecto recordar lo que declaró elex Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas,Sr. Marti Ahtisaari, quien visitó el Iraq después de laagresión en calidad de jefe de la misión de las Nacio-nes Unidas para la evaluación de las necesidades hu-manitarias. En su informe, que figura en el documentoS/22360, declaró que nada de lo que habían visto o leí-do los había preparado para la especial forma de de-vastación que había caído entonces sobre el país. Elconflicto reciente había tenido resultados casi apoca-lípticos, dijo, en la infraestructura económica de lo que,hasta enero de 1991, había sido una sociedad muy or-ganizada y mecanizada. Según escribió el Sr. Ahtisaari,la mayoría de los medios de sostén de la vida modernafueron destruidos o quedaron debilitados, y el Iraq severía relegado por un tiempo a la edad pre�industrial,pero con todas las discapacidades que genera la depen-dencia post�industrial en cuanto al uso intensivo de laenergía y la tecnología.

En tercer lugar, los Estados Unidos y el ReinoUnido utilizaron las resoluciones del Consejo de Segu-ridad como oportunidad para poner a prueba una nuevaarma radiactiva que consiste en misiles de uranio em-pobrecido. Arrojaron sobre el Iraq un total de 300 to-neladas de esa arma de destrucción en masa. La utiliza-ción de esa arma causó la muerte de 50.000 niños ira-quíes durante el primer año. La utilización de esta ar-ma radiactiva tendría efectos duraderos sobre las futu-ras generaciones del Iraq, incluida una incidencia máselevada de cáncer, especialmente la leucemia entre los

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niños, de deformaciones fetales y de abortos forzosos.Esto significa que las víctimas principales son los ni-ños del Iraq. Asimismo, la utilización de uranio empo-brecido contribuyó a la contaminación del medio am-biente desde el punto de vista de la calidad del aire, elsuelo, el agua y las plantas. La tasa de contaminaciónse ha decuplicado respecto de los niveles normales. Lasestimaciones de los gastos que habría que hacer paralimpiar el medio ambiente ascienden actualmente aaproximadamente 375.000 millones de dólares.

En cuarto lugar, tras la destrucción militar siste-mática del Iraq, siguen manteniéndose las sancionesgenerales. Los efectos acumulativos de las sancioneshan afectado a la población civil, en particular a los ni-ños. El estudio sobre el terreno dirigido por el UNICEFy publicado en agosto de 1999 hizo hincapié en que lassanciones contra el Iraq han causado la muerte de me-dio millón de niños de menos de 5 años. Según el estu-dio que efectuó sobre el terreno el UNICEF, las tasasde mortalidad infantil aumentaron de 56 por cada 1.000nacimientos vivos durante el período 1984�1989 a131 por cada 1.000 durante el período 1994�1999. Estose añade a la muerte de 1 millón de iraquíes de otrasedades, especialmente mujeres y ancianos.

De los niños que sobreviven, aproximadamente el25% sufre de malnutrición crónica. La matriculación delas escuelas ha disminuido. La Directora Regional delUNICEF en el Iraq, Sra. Rossing, anunció el 21 de ju-lio de 2000 que la nutrición en el Iraq no representabaun problema durante el decenio de 1980, y que el pro-blema apareció recién en el decenio de 1990. Añadióque las sanciones habían perjudicado ampliamente alos niños, muchos de los cuales se vieron obligados aabandonar la escuela y a salir a la calle para ganarse lavida, lo que tendría repercusiones negativas en los re-cursos humanos futuros del país. Esos hechos y esas ci-fras constituyen pruebas adicionales de que las sancio-nes económicas que el Consejo de Seguridad ha im-puesto contra el Iraq constituyen un acto de genocidiosistemático.

En quinto lugar, desde 1991, los Estados Unidosy el Reino Unido han puesto en vigor unilateralmentezonas de prohibición de vuelos en las regiones septen-trional y meridional del Iraq, lo que constituye un fla-grante abuso de la fuerza contra un Estado indepen-diente ante los ojos mismos de las Naciones Unidas yde toda la comunidad internacional. De hecho, paradistraer la atención de sus propias crisis internas, orga-nizan falsas y rimbombantes acciones militares y llevan

a cabo agresiones militares contra el Iraq; la más re-ciente agresión de gran envergadura contra el Iraq tuvolugar entre el 16 y el 20 de diciembre de 1998. Lasvíctimas principales de las zonas de prohibición devuelos, de la agresión y del implacable bombardeo dia-rio son los niños del Iraq, como se demostró en los in-formes de los representantes de las Naciones Unidasque visitaron los vecindarios residenciales del Iraq quefueron blancos de los bombardeos. Además de losbombardeos concretos, el ruido de las aeronaves milita-res supersónicas que vuelan sobre las ciudades y las al-deas iraquíes causa pánico y otros problemas psicoló-gicos en los niños.

Al comenzar el nuevo milenio ha llegado real-mente el momento de que la comunidad internacionaldespierte y rechace el criterio de imponer sancionesgenerales inhumanas, que son un legado de la edad deloscurantismo. Esa posición está reflejada en las cono-cidas palabras del Presidente de los Estados Unidos,Woodrow Wilson:

�Una nación boicoteada es una nación dis-puesta a rendirse. Si se aplica este remedio eco-nómico, pacífico, silencioso y mortífero no habránecesidad de hacer uso de la fuerza. Es un reme-dio terrible.�

El mismo criterio se observó también en la Se-cretaria de Estado de los Estados Unidos, Sra. Made-leine Albright, que en 1996 hizo la famosa declaraciónde que la muerte de medio millón de niños iraquíes eraun precio que �valía la pena� pagar para seguir apli-cando las sanciones contra el Iraq.

La distinción entre combatientes y civiles es unprincipio fundamental del derecho internacional huma-nitario. Se han impuesto sanciones generales contraobjetivos civiles iraquíes. Los Estados Unidos y elReino Unido tienen la plena responsabilidad del geno-cidio que se está cometiendo en flagrante violación delderecho internacional humanitario. No puede haber du-da alguna de que este principio del derecho internacio-nal humanitario ha sido material y moralmente violado.Debe aplicarse el principio según el cual no hay impu-nidad para los que desprecian el derecho internacionalhumanitario. Los que atacan a niños deben ser llevadosante la justicia.

El Consejo de Seguridad, en cuyo nombre se hanimpuesto las sanciones, perdió indiscutiblemente sucredibilidad cuando convino en conceder una falsa le-gitimidad a un plan en que los civiles iraquíes serían

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considerados blancos enemigos. A la luz de la insisten-cia de los Estados Unidos en mantener las sancionescontra el Iraq para alcanzar sus propios objetivos inmo-rales, y ante su amenaza de utilizar su poder de veto, elConsejo ha sido incapaz de rectificar la situación y delevantar las sanciones contra el Iraq. Por lo tanto, espe-ramos que los Estados del mundo adopten una iniciati-va que autorice al Consejo de Seguridad a actuar en sunombre. Esos Estados deberían reexaminar esa autori-zación, porque ahora tenemos la prueba de que se la hautilizado erróneamente para asesinar a los niños delIraq.

Debe recordarse al Consejo que el Artículo 25 dela Carta dice que los Miembros de las Naciones Unidasconvienen en aceptar y cumplir las decisiones del Con-sejo de Seguridad de acuerdo con la Carta. Dado que laimposición de sanciones generales contra el Iraq con-traviene las disposiciones de la Carta �comenzandopor su Preámbulo, en el que se subraya la fe de losMiembros en los derechos humanos fundamentales yen la dignidad y el valor de la persona humana� losEstados Miembros de las Naciones Unidas tienen eldeber jurídico y moral de renunciar a participar en laaplicación de resoluciones que no son coherentes conlas disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas yque se utilizan más bien para ejecutar una política degenocidio contra los niños del Iraq.

Los niños del Iraq, como todos los civiles ira-quíes, llevan profundas heridas en sus corazones y ensus mentes. Siete mil niños iraquíes mueren cada mes aconsecuencia del régimen de sanciones que se ha apli-cado en nombre del Consejo de Seguridad. ¿Acaso elConsejo permanecerá en silencio?

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador es el representante de la República Unida deTanzanía, a quien invito a tomar asiento a la mesa delConsejo y a formular su declaración.

Sr. Mwakawago (República Unida de Tanzanía)(habla en inglés): Para comenzar, permítasemeexpresar que complace a mi delegación ver a Jamaicapresidiendo un nuevo debate del Consejo de Seguridadsobre una delicada cuestión que es crítica para elbienestar de los niños y para la paz y la seguridad. Sra.Presidenta: El hecho de que usted presida también elcomité preparatorio del examen de la Cumbre Mundialen favor de la Infancia 10 años después de sucelebración convierte a esta reunión en una ocasiónespecialmente propicia. Mi delegación está convencida

de que los resultados de estas deliberaciones tendránrepercusiones positivas en los resultados del examen dela Cumbre Mundial en favor de la Infancia.

El Consejo de Seguridad celebra por tercer añoconsecutivo una sesión abierta sobre los niños y losconflictos armados. Nos complace tomar nota de que elConsejo de Seguridad ha mantenido en examen el pro-grama relativo a los niños año tras año. En la sesiónabierta del año pasado sobre este tema del programa, elConsejo aprobó la resolución 1261 (1999), en la que sedio al Consejo de Seguridad el mandato de continuardeliberando sobre la cuestión como parte de su pro-grama, habida cuenta de su importancia para la paz y laseguridad internacionales. Al reunirnos hoy, el Consejodebería realizar una evaluación de los compromisoscontraídos en esa resolución y considerar qué iniciati-vas ulteriores deberían adoptarse para fortalecer la se-guridad y el bienestar de los niños que son víctimas deconflictos armados en distintas partes del mundo.

En un mundo ideal, las guerras se habrían elimi-nado con sólo desearlo y la seguridad de todos estaríagarantizada. Lamentablemente, sin embargo, debemosenfrentar la realidad, y mientras hablamos en este Con-sejo se están librando guerras en muchas partes delmundo, guerras de las que los niños no están a salvo.Por ser el órgano que tiene la responsabilidad principalrespecto de la paz y la seguridad internacionales, in-cumbe al Consejo elaborar, propiciar y recomendar losmedios de lograr que la seguridad de los niños en si-tuaciones de conflicto armado se transforme en un he-cho que se dé por sentado, así garantizar su bienestarincluso después de que las hostilidades han terminado.El informe del Secretario General (S/2000/712) se re-fiere a las innumerables iniciativas que se necesitan pa-ra encarar ampliamente la situación de los niños en losconflictos armados. Encomiamos el informe y apoya-mos muchas de las recomendaciones que contiene.

La Convención sobre los Derechos del Niño es elinstrumento más amplio relativo a los derechos del ni-ño que existe hasta la fecha. Prácticamente todos losMiembros de las Naciones Unidas han ratificado laConvención. Por lo tanto, debe ser el faro que guíe atodos los gobiernos en la adhesión a los derechos delniño y debe allanar el camino para la ratificación delProtocolo Facultativo a la Convención sobre los Dere-chos del Niño y de todos los demás protocolos perti-nentes. Consideramos lógica la sugerencia de que elConsejo imponga penas severas a quienes perpetúan lasdiscrepancias entre la ley y la práctica mediante el

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quebrantamiento de los instrumentos internacional-mente convenidos. Mi Gobierno, que ratificó la Con-vención en 1991, está estableciendo los mecanismosnecesarios para la ratificación del Protocolo Facultativoa la Convención y del Estatuto de Roma. No obstante,la ratificación por sí sola no será suficiente. La ratifica-ción debe complementarse con medidas concretas, y elelemento más importante de dichas medidas es el res-peto de los derechos del niño. En este sentido, mi Go-bierno ha avanzado a tal punto que tradujo la Conven-ción al swahili, nuestro idioma nacional, a fin de quetodos los tanzanianos conozcan la Convención.

La propuesta del Secretario General de que lasempresas elaboren códigos de conducta voluntarios re-lativos al comercio con los países o las partes respon-sables de violaciones graves de los derechos del niñoes oportuna y necesaria. Mi delegación iría más allá deesta propuesta y sugeriría que no haya tolerancia algu-na hacia los países que sean hallados responsables detales violaciones. Esperamos que la propuesta del Se-cretario General se concrete y que se instituyan medi-das de rendición de cuentas que sirvan como instru-mentos de disuasión para todos los que causan daños alos niños o dirigen ataques contra ellos durante los con-flictos armados. Esperamos con interés la conclusiónde la labor del Consejo a este respecto.

Los niños que han sido traumatizados por la gue-rra quedan heridos psicológicamente �y a veces físi-camente� por el resto de su vida. Las cifras que semencionan en el informe del Secretario General nosobligan a detenernos a examinar el modo en que hemosabordado la guerra recientemente. Más allá de las in-quietantes estadísticas hay personas de carne y hueso,personas que representan nuestro futuro. Hay una nece-sidad urgente de abordar la situación de las niñas quehan sido víctimas de la guerra. Según lo indicado en elinforme del Secretario General, es evidente que entiempos de guerra las niñas son invariablemente el gru-po más vulnerable, ya que sufren distintos tipos deabusos, como el abuso sexual, incluidas las violacionessistemáticas, la esclavitud sexual y, en algunos casos,el trauma de la trata.

Los niños refugiados son los más afectados por-que, además de verse desarraigados por la fuerza de suentorno familiar, pierden una parte sustancial de su ni-ñez, junto con sus derechos. El fenómeno delVIH/SIDA ha dado una nueva dimensión inquietante ala situación: las niñas son infectadas con el virus a tra-vés de las violaciones. Huelga decir que las heridas que

dejan dichas experiencias son profundas y duraderas.Deben establecerse disposiciones especiales para tratara esas víctimas si esperamos que se transformen enciudadanos útiles que puedan aportar una contribuciónsignificativa a la sociedad cuando sean adultos. Nosalienta observar la sinergia que se está desarrollando enlo que respecta a las asociaciones entre los gobiernos,la comunidad internacional, las organizaciones no gu-bernamentales y la sociedad civil. Estas asociacionesmerecen encomio y aliento.

No puedo dejar de rendir homenaje al Represen-tante Especial del Secretario General por su labor sobreel terreno. Ahora estamos abordando en el Consejo lacuestión de los niños en los conflictos armados en granmedida sobre la base de sus informes. Nos alienta to-mar nota de que, principalmente por recomendación delRepresentante Especial, las niñas de Rwanda ahorapuedan heredar granjas y otros bienes. Esta es una me-dida significativa, teniendo en cuenta el hecho de queson las niñas quienes quedan generalmente a cargo desus hermanos cuando el padre y la madre han muertoen la guerra o han tenido que abandonar su hogar. ElGobierno de Rwanda es digno de encomio por habertomado medidas oportunas en respuesta a las recomen-daciones del Representante Especial. Instamos a otrospaíses que se hallan en situaciones similares a que ha-gan lo mismo.

En este sentido, encomiamos al Gobierno de Sie-rra Leona por haber establecido la Comisión Nacionalpara los niños afectados por la guerra a fin de garanti-zar que las necesidades de los niños y los jóvenes setengan plenamente en cuenta en el establecimiento deprioridades, en la asignación de recursos, en la planifi-cación de programas y en la elaboración de políticasnacionales. Este mecanismo promete abordar, de mane-ra coherente y amplia, las preocupaciones de los niñosafectados por los conflictos armados.

En la declaración que formulamos el año pasado,señalamos que la pobreza, entre otros problemas, esuna de las causas profundas de la mayoría de los con-flictos armados. Ese axioma no ha cambiado en estenuevo siglo. Abordar las causas profundas de la pobre-za es uno de los medios más eficaces de poner fin ala mayoría de los conflictos armados. Es obvio quela cuestión de los niños y los conflictos armados es in-tersectorial y, por lo tanto, en todo debate en el que sehable acerca de la necesidad de poner fin a los con-flictos armados no se puede hacer caso omiso de la di-mensión de la pobreza. Mi delegación espera que estas

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cuestiones continúen recibiendo la atención del Con-sejo de manera coherente y coordinada, con miras aque hallemos una solución duradera al respecto.

Sra. Presidenta: Le doy las gracias por habernosdado esta oportunidad de dirigirnos al Consejo.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de la In-dia, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

Sr. Sharma (India) (habla en inglés): Sra. Presi-denta: Para comenzar, permítame felicitarla por haberasumido la Presidencia del Consejo, y encomiar alConsejo por la generosidad de tolerar que de vez encuando los niños, al igual que los Estados que no sonmiembros vengan a él.

El trágico padecimiento de los niños, cuyas �al-mas viven en la casa del mañana�, atrapadas en losconflictos y víctimas de los actos brutales que sus ma-yores cometen hoy contra ellos, y cuyas vidas se venarruinadas y destruidas, atormenta nuestros corazonescon angustia. El engaño de los inocentes es especial-mente doloroso. Da un nuevo y conmovedor significa-do al antiguo aforismo de Francis Bacon,

�Los niños endulzan el trabajo, pero hacenque las desgracias sean más amargas,�

o, ciertamente, a la más antigua profecía bíblica:

�A la mujer dijo: Multiplicaré en gran ma-nera los dolores en tus preñeces; con dolor darása luz los hijos�. (La Santa Biblia, Génesis 3:16)

El Representante Especial del Secretario Generalpara los niños y los conflictos armados, Sr. OlaraOtunnu, ha conquistado nuestra admiración y apreciopor la plena e incansable dedicación con que ha asumi-do y cumplido su mandato. Los resultados de sus es-fuerzos constan en el informe del Secretario Generalque examinamos. Sin embargo, el informe plantea al-gunos interrogantes, a los que me referiré con espírituconstructivo.

En primer lugar, una pregunta. ¿En qué medida esútil debatir en forma aislada los problemas que enfren-tan los niños en los conflictos armados? El paludismomata a más niños que los conflictos; el SIDA matará amuchos más, y dejará a otros millones de niños huérfa-nos y desposeídos. No obstante, no abordamos en for-ma separada el problema de los niños y el paludismo, oel de los niños y el SIDA; encaramos el desafío mayor,

y el problema específico de los niños que conlleva. ElComité Preparatorio del seguimiento de la CumbreMundial en favor de la Infancia, que usted tambiénpreside de manera tan competente, Sra. Presidenta,considera sus problemas en un contexto: el de la socie-dad, del desarrollo, del ciclo vital de la niña. La excep-ción se presenta aquí.

Por definición, si una imagen se enfoca desdecerca, el panorama general se verá con menor nitidez,pero, al examinar un problema mundial, es esencialconsiderarlo en perspectiva. Por ejemplo, según elFondo de las Naciones Unidas para la Infancia(UNICEF), sólo en un país las sanciones han causado90.000 muertes por año en el decenio pasado y han he-cho que un millón de niños quedaran desnutridos. Sipresuntamente la mitad de los muertos fueron niños,quizá las sanciones hayan causado la muerte de mediomillón de niños en el decenio pasado; muchos más, conla excepción del genocidio de Rwanda, que los que mu-rieron en los conflictos. No obstante, no disponemos deun informe sobre los niños y las sanciones. Por consi-guiente, como observación general, señalo que es pre-ciso que exista un sentido del equilibrio al debatir eltema de los niños y los conflictos armados.

Si bien en la resolución 1261 (1999) el Consejopidió al Secretario General que preparara un informesobre la aplicación de dicha resolución, lo que exami-namos tiene un alcance mucho mayor. Muy pocas desus 55 recomendaciones están relacionadas con elmantenimiento de la paz y la seguridad internacionalesy, en forma muy apropiada, sólo unas pocas están diri-gidas al Consejo. En lo que respecta a aquellas que noestán dirigidas a este órgano, sin duda el Consejo no seanticipará al debate que se celebre en otros foros.

Sólo me referiré a algunas de las recomendacio-nes formuladas al Consejo, y a unas pocas observacio-nes que figuran en el informe, comenzando por la afir-mación que figura en el párrafo 1 de que

�El Consejo de Seguridad ha reconocido yaclaramente � que las repercusiones perniciosasde los conflictos en los niños tienen consecuen-cias para la paz y la seguridad.�

Considero que el Consejo estará de acuerdo en que, sibien el quebrantamiento de la paz y la seguridad y losconsiguientes conflictos tienen una repercusión trágicaen los niños, no hay pruebas de que su difícil situaciónafecte la paz y la seguridad internacionales. Debemosmitigar la repercusión de los conflictos en los niños, y

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tenemos el deber de hacerlo, ya que son inocentes y nodeben sufrir; no es necesario que nos alarmemos y to-memos medidas evocando un espectro que no existe.

Las medidas que tomemos deben ser bien ponde-radas, pragmáticas y potencialmente útiles. Muchas delas recomendaciones bien intencionadas se ven puestasen tela de juicio por este objetivo. Un buen ejemplo deello es la recomendación 4, la primera de las dirigidasal Consejo, en la que se le pide que inste a los gruposarmados a aceptar la Convención sobre los Derechosdel Niño y su Protocolo Facultativo, así como los códi-gos del derecho internacional humanitario. Dejemos delado por un momento el hecho de que ninguna de estasConvenciones contempla un papel para el Consejo, yasea en su promoción o en su aplicación. Olvidemostambién que la mayoría de los grupos armados no obe-decen las leyes, ya sean nacionales o internacionales, yque para que se los pueda enjuiciar por quebrantarlas,primero habrá que capturarlos. Supongamos que elConsejo tome medidas con respecto a esta recomenda-ción. ¿Acaso esto atemorizará a los infractores y haráque tengan una buena conducta? Quizás en el mundode Harry Potter, pero no en el de Foday Sankoh. ¿En-tonces, qué?

Las sanciones selectivas son la respuesta, deacuerdo con la recomendación 9, pero, ¿lo son? ElConsejo puede imponer sanciones en virtud del Artí-culo 41 sólo si se ha establecido, de acuerdo con el Ar-tículo 39, que existe una suficiente amenaza a la paz yla seguridad internacionales que lo justifique. Tambiénse ha de tener presente que sólo los Estados son partesen las Convenciones; prácticamente por definición, losprotagonistas no estatales quedan excluidos, o, lo quees un problema que tiene casi la misma magnitud, po-drían proponer sumarse para adquirir una condición enel derecho internacional a la que no tienen derecho. Lomás importante es que el Consejo tenga presente queuna violación de la Convención sobre los Derechos delNiño no puede interpretarse automáticamente comouna amenaza a la paz y la seguridad internacionales. Altratar de lograr que otros acaten el imperio del derecho,el Consejo debe tener la precaución de no socavar a losque lo rigen.

Antes de aplicar recomendaciones de este tipo, elConsejo debe realizar un balance, como se podría haberhecho en el informe, de los acontecimientos acaecidosa lo largo del año transcurrido desde la última vez quedebatió este problema. Cuando los grupos armados nohan demostrado mayor interés en acatar la ley, como

creo que lo confirma la experiencia reciente en todo elmundo, estas recomendaciones no pueden ser más queplacebos.

Otra característica de varias recomendaciones esque no profundizan sobre las consecuencias más am-plias. En la recomendación 6, por ejemplo, se exhorta alos Estados Miembros a

�condicionar toda asistencia política, diplomática,financiera, material y militar que presten a laspartes estatales o no estatales en conflictosarmados a su observación de las normas interna-cionales que protegen a los niños en conflictosarmados.�

Esto implica, en primer lugar, que los Estados Miem-bros deben prestar dicha asistencia a las partes no es-tatales en los conflictos como un hecho que se da porsentado y, en segundo lugar, que si el Sr. Jonas Savim-bi, por ejemplo, presentara una declaración jurada indi-cando que, de ahora en adelante, sólo asesinaría a per-sonas mayores de 16 años, nuevamente se le podríanproporcionar armas y dinero en abundancia. De hecho,esto no es lo que se intenta hacer, pero tenemos que te-ner en cuenta la cuestión de la legitimidad.

Una tercera desventaja de estas recomendacioneses que, al tratar de agregar un aspecto diferenciado so-bre los niños a los problemas generales de los conflic-tos, a los que deben hallarse soluciones generales quese están buscando, varias de ellas acaban por implicar,sin duda en forma no deliberada, que deben adoptarsemedidas sólo si los niños están en peligro. Un ejemplode ello es la recomendación 38. Los Estados responsa-bles tomarán medidas de conformidad con sus leyescontra quienes se dedican al tráfico ilícito de armas; nonecesitan que el Consejo les pida que lo hagan, y lo ha-rán para erradicar el problema genérico, no sólo, comose recomienda en el informe, �en los casos en que semaltrata y brutaliza gravemente a niños�.

Hay una falta de claridad en algunas de las reco-mendaciones. No está claro a quiénes van dirigidas y elConsejo debe resistirse a la tentación de asumir quevan dirigidas a él. El análisis tiende a ser sucinto, y losanclajes fácticos no son sólidos. En la sección en la quese trata el mantenimiento de la paz, por ejemplo, se nosdice que dos operaciones de mantenimiento de la pazcuentan con asesores en protección del niño, pero nonos explican cuál es el bien que han logrado, si esque han logrado alguno. La Misión de las NacionesUnidas en Sierra Leona (UNAMSIL) es una de ellas, y

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la experiencia ha demostrado que no ha habido allígrandes cambios el año pasado. El informe habría sidoútil si hubiera hecho un examen de los mecanismosestablecidos hasta ahora y hubiera hecho recomenda-ciones sobre la base de lo que se ha aprendido. Ello ha-bría hecho que las medidas fueran más eficaces.

En varias de las recomendaciones se pide al Con-sejo que tome medidas que van más allá de su manda-to. La recomendación 10 es un ejemplo de ello. Cier-tamente no incumbe al Consejo de Seguridad pedir alsector empresarial internacional que elabore códigos deconducta sobre sus actividades económicas. Podría ha-cerlo el Consejo Económico y Social, pero no esteConsejo. Otras recomendaciones, como la 41 y la 42,deberían haberse hecho directamente a los EstadosMiembros y no al Consejo, que no tiene jurisdicción enesos ámbitos.

En las recomendaciones 21 a 24, relativas al des-plazamiento interno y a los principios rectores sobre eldesplazamiento interno, se pasa por alto el hecho, esta-blecido una vez más en las difíciles negociaciones lle-vadas a cabo en el actual período de sesiones del Con-sejo Económico y Social, de que dichos principios nocuentan con la aprobación de los gobiernos ni son jurí-dicamente obligatorios. En el interior de los países de-be prevalecer la legislación nacional. La acción inter-nacional, si la hubiere, debe respetar la soberanía, ydebe llevarse a cabo a pedido del país de que se trate.

El alcance de la recomendación 53 es enorme. LaIndia acoge con beneplácito la participación de las or-ganizaciones no gubernamentales acreditadas en la la-bor de las Naciones Unidas, pero ¿cuáles son esas or-ganizaciones no gubernamentales a las que el Consejodebe consultar y cuyas informaciones debe tener encuenta? ¿Cómo se elegirían? ¿Quién examinaría suscredenciales? ¿Y qué tiene pensado hacer el Consejocon la información que proporcionen? Lo que se reco-mienda aquí va mucho más allá de los parámetros de laparticipación de las organizaciones no gubernamentalesen la labor de las Naciones Unidas y debe sopesarsecuidadosamente.

Mi buen amigo Olara Otunnu, que a estas alturaspienso que cree que la Matanza de los Inocentes debe-ría haberse cometido en la época en que yo nací, podríapreguntar, con toda razón, si tenemos propuestas o úni-camente críticas a sus recomendaciones. Lo que reco-mendaríamos sería lo siguiente: que cuando se puedafrenar o contener conflictos armados si se establecen

rápidamente fuertes operaciones de mantenimiento dela paz, el Consejo debe hacerlo. La acción rápida salvavidas, y en primerísimo lugar las vidas de los niños,que son los más vulnerables. Admiramos sinceramentesu trabajo incansable de promoción como Represen-tante Especial y lo instamos a que siga así. Difundir elmensaje y verificar con regularidad si ha tenido algúnefecto es la única manera segura de progresar. Le de-seamos fortaleza y éxito en esta empresa y estamosdispuestos a apoyarlo en su acción pragmática.

Los organismos que proporcionan asistencia hu-manitaria deben poder contar con los recursos que ne-cesitan; los que cuentan con recursos deben contribuirgenerosamente a esta causa.

Es necesario que otros órganos u organismos delas Naciones Unidas examinen algunas de las recomen-daciones. Deben hacerlo rápidamente.

Quiero aprovechar esta oportunidad para dar lasgracias a los Representantes Permanentes de Malasia yde Namibia por haber dedicado su tiempo esta tarde aescuchar a sus colegas.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante del Sene-gal, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

Sr. Ka (Senegal) (habla en francés): Sra. Presi-denta: Permítame, ante todo, expresarle nuestro pro-fundo reconocimiento por la iniciativa del Consejo,bajo su dinámica Presidencia, de celebrar un debatepúblico sobre la cuestión de los niños y los conflictosarmados. La atención cada vez mayor que presta elConsejo a esta cuestión merece encomio y un apoyodecidido.

Mi delegación acoge con beneplácito el trabajosobresaliente que lleva a cabo el Representante Espe-cial del Secretario General, Sr. Olara Otunnu, que seencarga de estudiar el impacto de los conflictos arma-dos en los niños. A mi delegación le complace tambiénla importante campaña que han emprendido el Fondode las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y suDirectora Ejecutiva con el objetivo de poner fin a lautilización de niños soldados, para proteger a los niñosde los efectos de las sanciones y para elaborar códigosde conducta especiales sobre los derechos de los niñospara todo el personal civil, militar y de mantenimientode la paz.

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Es verdad que, como señala la Sra. Graça Machelen su informe de 1996 sobre las repercusiones de losconflictos armados en los niños, en los conflictos ar-mados mueren o son heridos más niños que militares.Según las estadísticas disponibles, desde el comienzodel decenio de 1990 han muerto más de 2 millones deniños, y más de 6 millones han sido heridos o han que-dado mutilados, en conflictos armados. En casi 60 paí-ses los niños viven en campos minados, y más de10.000 de esos niños mueren o quedan mutilados todoslos días debido en gran medida a las minas terrestresantipersonal. Más allá de estas estadísticas, tambiéndebemos tener en cuenta los traumas de todo tipo quesufren los niños afectados por la guerra y las repercu-siones que ésta genera en ellos mismos, en sus familiasy en la sociedad en general.

En este sentido, África está soportando la cargamás pesada como resultado del recrudecimiento de losconflictos armados nacionales y regionales. La situa-ción se ha vuelto aún más grave como consecuencia dela aparición de bandas armadas que no forman parte delas fuerzas armadas regulares. Esas bandas, de manerasistemática y sin ninguna consideración hacia la ética,la moral o las normas internacionales, proceden a re-clutar, entrenar y utilizar a niños en las hostilidades,incluso fuera de las fronteras nacionales. Esta situacióngenera un llamamiento a la conciencia universal, a losdirigentes políticos del mundo, a la comunidad interna-cional; genera un llamamiento, en fin, a las NacionesUnidas, y en particular a su Consejo de Seguridad.

Es alentador que esta cuestión haya sido tratadadirectamente por nuestra Organización, que no deja depedir que se respeten las disposiciones de la Conven-ción sobre los Derechos del Niño. Mi delegación cele-bra, además, que la Asamblea General haya aprobadoel Protocolo Facultativo a dicha Convención relativo ala participación de niños en los conflictos armados. Endicho Protocolo se pide a todos los Estados Partes quevelen por que los miembros de sus fuerzas armadas quetengan menos de 18 años de edad no participen direc-tamente en las hostilidades y no sean objeto de reclu-tamiento obligatorio. En él se plantea igualmente �yes importante subrayarlo� el principio del recluta-miento voluntario antes de la edad de 18 años, princi-pio sujeto a un cierto número de condiciones estrictasque tienen como objetivo luchar contra el recluta-miento forzado, incluido el reclutamiento por parte degrupos armados no estatales.

En África, la cuestión de los niños soldados siguesiendo una gran preocupación para la Organización dela Unidad Africana (OUA) y para las organizacionessubregionales. En abril de 2000 se celebró en Accra,Ghana, en cooperación con el Gobierno del Canadá,una conferencia de la Comunidad Económica de losEstados del África Occidental (CEDEAO) sobre los ni-ños afectados por la guerra. En esa conferencia seaprobó una declaración y un plan de acción que mere-cen el apoyo de toda la comunidad internacional. Sehizo un llamamiento a todos los Estados Miembros pa-ra que respeten las disposiciones pertinentes de las re-soluciones 1261 (1999) y 1265 (1999) del Consejo deSeguridad, los cuatro Convenios de Ginebra y susProtocolos, la Carta Africana sobre los Derechos y elBienestar del Niño, la Convención sobre los Derechosdel Niño y, especialmente, el Convenio No. 182 de laOrganización Internacional del Trabajo, sobre la prohi-bición de las peores formas de trabajo infantil.

En la conferencia de Accra se elaboró un con-junto de medidas relativas a la desmovilización, eldesarme, la rehabilitación y la reintegración de los ni-ños soldados. También se elaboraron medidas sobre laeducación, medidas de carácter preventivo, medidas di-rigidas a sensibilizar a los medios de difusión, y medi-das sobre los sistemas de alerta temprana.

Entre las medidas regionales, quiero solamentedestacar aquí la integración de la dimensión de la pro-tección del niño en las iniciativas de paz y en las ope-raciones de la CEDEAO de mantenimiento de la paz; elnombramiento, en las misiones de la CEDEAO queactúan sobre el terreno, de un consejero en materia deprotección de los derechos del niño; la creación, en elseno de la CEDEAO, de una oficina para la protecciónde los niños afectados por la guerra, y la institución, entodos los países miembros de la CEDEAO, de una se-mana de tregua del África occidental para los niñosafectados por la guerra. Esa semana coincide con el 16de junio �Día del Niño Africano� y su propósito esaumentar la conciencia de la opinión pública acerca dela terrible situación de los niños africanos afectadospor la guerra.

Estas iniciativas regionales y subregionales mere-cen el apoyo del sistema de las Naciones Unidas, de losasociados para el desarrollo, de las instituciones inter-nacionales, de las organizaciones no gubernamentales yde todos los demás protagonistas interesados de la so-ciedad civil.

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Conozco y encomio el sobresaliente trabajo quelleva a cabo el Sr. Otunnu en esta esfera. Las NacionesUnidas, y en particular el Consejo de Seguridad, debe-rían respaldarlo, apoyarlo y alentarlo más.

En realidad, deberíamos ocuparnos más de lacuestión de la reintegración de los niños soldados. Estacuestión, naturalmente, debe ser parte integral de lasestrategias de reconstrucción posterior a los conflictos,esfera en la que, es preciso subrayarlo, la acción de lasNaciones Unidas no es todavía demasiado visible y enla que se observan varias insuficiencias y hasta diría-mos carencias reprobables. Todos debemos reflexionarsobre la manera en que debemos encarar esta cuestión.De esta manera será posible evitar la reaparición deconflictos o de focos de tensión que se creían yaextinguidos.

A este respecto, mi delegación acoge con bene-plácito la celebración de una conferencia internacionalsobre los niños afectados por la guerra, que tendrá lu-gar en septiembre, en Winnipeg, Canadá, así como elofrecimiento que hizo ese país de colaborar con laCEDEAO para la creación de una dependencia de pro-tección de los niños. Esa dependencia se encargaría,entre otras cosas, de vigilar la condición de los niñosen las situaciones de conflicto, de emprender su reha-bilitación y reintegración durante la etapa de la conso-lidación de la paz, y de proteger sus derechos funda-mentales, de conformidad con las disposiciones de laConvención sobre los Derechos del Niño.

La paz, como se ha dicho con frecuencia, no esúnicamente la ausencia de la guerra. Es también el de-sarrollo, puesto que muchos conflictos son el resultadode situaciones de pobreza, de pobreza extrema y desubdesarrollo. En consecuencia, hoy más que nunca, esimportante que encontremos la forma de eliminar losnumerosos obstáculos que dificultan el desarrollo deÁfrica. Esos obstáculos son bien conocidos. Los hemosrecordado aquí en muchas ocasiones, ante este augustoforo. Quiero mencionar especialmente el peso aplas-tante de la deuda, las barreras arancelarias y no aran-celarias al acceso de los productos africanos de expor-tación al mercado internacional, y la drástica disminu-ción de la asistencia oficial para el desarrollo.

Todos estos problemas tienen repercusiones ne-gativas en las crisis políticas y sociales de África, in-fluyen en el recrudecimiento de los conflictos armadosnacionales o regionales y, por consiguiente, afectan a lapaz y la seguridad del continente africano.

Para concluir, mi delegación abriga la esperanzade que este debate produzca respuestas audaces e inno-vadoras a la espinosa cuestión de cómo proteger a losniños del flagelo de la guerra para que, mañana, estosniños, que están en la primavera de la vida, puedan sereducados y capacitados para convertirse en forjadoresactivos del desarrollo de sus países.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de Nepal,a quien invito a tomar asiento a la mesa del Consejo y aformular su declaración.

Sr. Sharma (Nepal) (habla en inglés): Ayer, unavión Concorde que se dirigía a Nueva York se estrellóen París, y todos sus pasajeros, la tripulación y cuatropersonas que se encontraban en tierra perdieron la vida.Quiero expresar nuestro más sentido pésame a los Go-biernos de Francia y de Alemania por este trágico acci-dente. Acompañamos en su profundo dolor a los fami-liares de los que fallecieron y les manifestamos nuestrasolidaridad.

Los más afectados por este terrible desastre sonlos hijos inocentes de los que murieron en ese infierno.Muchos niños habrán perdido a sus queridos padres ymadres. Ese espantoso accidente los ha convertido enhuérfanos y ahora deben hacer frente a un futuroincierto.

En muchos lugares asolados por conflictos escomún que los niños queden huérfanos o mutilados omueran al ser utilizados deliberadamente por los adul-tos para perseguir un objetivo o para llevar a cabo unavenganza. Pero es aún más horrendo cuando niños ino-centes se convierten en asesinos. A una edad en la quedeberían llevar libros en sus mochilas escolares, esosniños se ven forzados a portar armas que apenas pue-den cargar y a esconderse en los bosques. Hay casosatroces en los que las víctimas de los conflictos se con-vierten en victimarios.

Esto debe cambiar. Nepal se siente muy alentadopor este debate público, el tercero de su tipo, que siguea los que se celebraron en junio de 1998 y en agostode 1999. Este debate es en verdad una manifestaciónde nuestra conciencia colectiva y de nuestraseriedad para abordar la cuestión de los niños y losconflictos. Sra. Presidenta: Deseo expresarle el sinceroagradecimiento de Nepal por fomentar esta provechosadeliberación.

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Sin duda, la comunidad internacional ha hechomucho para proteger los derechos de los niños y realzarsu bienestar. Ciento noventa y un países ya han ratifi-cado la Convención sobre los Derechos del Niño o hanadherido a ella. Se ha abierto a la firma el ProtocoloFacultativo a la Convención sobre los Derechos del Ni-ño relativo a la participación de niños en los conflictosarmados. La resolución 1261 (1999) del Consejo deSeguridad debe ser altamente elogiada como una cul-minación apropiada de nuestra voluntad y nuestro es-fuerzo colectivos para ayudar a prevenir el crecienteuso de niños como escudos o como niños soldados amedida que los conflictos destructivos proliferan en to-do el mundo.

El informe del Secretario General presenta datosfríos y desoladores sobre millones de niños refugiados,sobre varios miles de niños soldados y sobre millonesde niños asesinados, heridos, traumatizados o violados,o que han quedado huérfanos. Sin duda, como señala elSecretario General,

�los niños son afectados desproporcionadamentepor los conflictos armados y sus necesidades re-claman nuestra atención concertada.�(S/2000/712, párr.4)

A comienzos del tercer milenio estamos presen-ciando algo muy similar. Está claro que lo que hemoshecho hasta ahora no es suficiente. Necesitamos hacermás y hacerlo rápidamente. La paz y la prosperidad demañana dependen en gran medida de nuestros niños.Debemos actuar juntos para brindar a nuestros niñosuna niñez normal e inocente y la oportunidad de alcan-zar su pleno potencial. Al tiempo que debemos redo-blar nuestros esfuerzos para aplicar los compactos ydecisiones mundialmente convenidos con el fin de lo-grar que la difícil situación de los niños cambie rápi-damente, también se deben tomar medidas adicionales,según sea necesario. Este debate contribuye a ese pro-ceso. La aplicación del derecho internacional y de lasresoluciones de las Naciones Unidas es siempre laparte más difícil. Lo que hemos logrado en papel tieneque traducirse todavía en una mejora concreta en la vi-da de miles de millones de niños.

Sin duda, la responsabilidad primordial respectode la protección de los niños y de la promoción de susderechos recae en los países interesados. Sin embargo,los conflictos armados prolongados raramente se sos-tienen sin ayuda y encubrimiento procedentes del exte-rior. Por lo tanto, Nepal cree en la unidad de objetivos

y en la conveniencia de aunar nuestros esfuerzos paralograr el complemento y la sinergia necesarios para al-canzar nuestro objetivo común.

La cuestión de los niños en los conflictos es com-plicada. Tiene dimensiones políticas, económicas y so-ciales. El tratamiento de los síntomas de un mal másprofundo no constituye una respuesta adecuada. Tene-mos que llegar a la raíz del problema. La exclusión po-lítica, la pobreza y la injusticia social constituyen laraíz de la mayoría de los conflictos contemporáneos.Creemos que la cuestión de los niños en situaciones deconflicto debe examinarse en su perspectiva correcta.A juicio de mi delegación, para avanzar en esta esferaresulta esencial adoptar medidas a nivel mundial, re-gional, nacional, comunitario y de la sociedad civil.

A nivel internacional, debemos seguir salvando lacreciente brecha que existe entre los ricos y los pobres.Solamente un mundo caracterizado por la igualdad so-berana, el respeto mutuo, la no injerencia y la prosperi-dad económica compartida ayudará a reducir la brechay a promover la coexistencia pacífica. También se de-ben realizar esfuerzos para dar seguimiento constante ala aplicación de las medidas internacionalmente conve-nidas para proteger a los niños de los conflictos. Asi-mismo, deben instituirse sistemas de alerta tempranadesplegados para detectar las señales de un conflicto enevolución, y las Naciones Unidas deben estar en condi-ciones de ofrecer con rapidez una respuesta preventivapara controlarlos antes de que estalle. Esto evitaría lanecesidad de los conflictos y el impulso hacia ellos.Definitivamente, los esfuerzos regionales concomitan-tes para promover mucho de lo anterior serían prove-chosos, ya que estarían más cerca del escenario delconflicto.

A nivel nacional, la participación política y la re-ducción de las diferencias entre los ricos y los pobresson tan necesarias como el imperativo de la justicia so-cial con el fin de fomentar la comprensión mutua a tra-vés de las líneas divisorias raciales y culturales. Laaplicación de los acuerdos internacionales destinados aproteger a los niños de los conflictos debe ser la res-ponsabilidad primordial de cada país, mientras que lacomunidad internacional debe dar muestras de su dis-posición a apoyar a los países que tengan dificultadespara gestionar los recursos necesarios.

A nivel de la comunidad, se pueden fomentar re-laciones sociales armoniosas para aunar las prioridadesque compitan entre sí y los pedidos de recursos. Las

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organizaciones comunitarias, junto con la sociedad ci-vil, que pueden servir de puente entre los gobiernos ylos rebeldes así como a través de las divisiones racialesy culturales, deben ser los instrumentos más eficacespara inculcar en la sociedad una nueva cultura de paz yprevención de los conflictos en la sociedad. La gestiónpública inclusiva, junto con una economía en expan-sión, pueden ser muy útiles para unir a toda la pobla-ción en mosaicos de tolerancia sobre el paisaje social.El reto que tenemos ante nosotros consiste en lograrque los rebeldes y los revolucionarios tomen concien-cia de la necesidad de respetar los derechos de los ni-ños. La sociedad civil sería la más calificada para ocu-parse de esa tarea.

Nepal fue uno de los primeros países en firmar yratificar la Convención sobre los Derechos del Niño.Nuestro compromiso con las disposiciones de la Con-vención está reflejado plenamente en la Constitucióndel Reino de Nepal y en la legislación posterior quepermite aplicar dichas disposiciones. Los dos Protoco-los Facultativos a la Convención están siendo exami-nados activamente para su firma. Se ha constituido laComisión Nacional sobre Derechos Humanos.

Nuestra sociedad es una sociedad tolerante en laque, hasta ahora, han convivido en armonía personas dedistintas religiones y de distintos orígenes étnicos. Elsistema multipartidista de gobierno ofrece a todos lasmismas oportunidades para la participación política.Por ser un país menos adelantado necesitamos recursostanto para nuestro desarrollo social y económico comopara nuestros esfuerzos destinados a proteger los dere-chos de los niños y a promoverlos aún más.

Quiero compartir el hecho de que Nepal tiene unapolítica de reclutamiento voluntario en todos sus servi-cios uniformados y que ninguna persona menor de 18años es enviada a la línea del frente.

Sra. Presidenta: Antes de concluir, en vista de queme he dirigido al Consejo de Seguridad por primeravez desde que asumí mi cargo de RepresentanteEspecial de Nepal, permítame felicitarla por haberpresidido exitosamente el Consejo en el mes de julio.También aprovecho esta oportunidad para expresar miagradecimiento al Secretario General por su excelenteinforme sobre los niños y los conflictos armados.Asimismo, felicito a la Sra. Carol Bellamy por suatinada declaración de esta mañana. La manerabrillante en que el Sr. Olara Otunnu presentó al

Consejo el informe también merece nuestroagradecimiento y nuestro encomio.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de Leso-tho, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

Sr. Mangoaela (Lesotho) (habla en inglés):Cuando el Consejo abordó la cuestión de los niños ylos conflictos armados como uno de sus debates temá-ticos y posteriormente aprobó la resolución 1261(1999) en agosto de 1999, dio una señal sobre el reno-vado compromiso internacional de revertir la crecientey trágica manera en que más de 300.000 niños menoresde 18 años de edad, algunos de apenas 7 años de edad,que actualmente luchan en conflictos en distintas partesdel mundo, al igual que otros miles que han sido re-clutados en fuerzas armadas y que podrían ser enviadosa combatir en cualquier momento, se han convertido envíctimas.

Quienes reclutan niños no distinguen entre niñosy niñas, que en ambos casos son utilizados no sólo paracometer atrocidades sino que también sirven de escla-vos sexuales de los comandantes militares. Muchos sonsometidos a abusos físicos y sucumben al suicidiocuando no pueden soportar las durísimas exigenciasque se les impone. Los que sobreviven algunas de estasexperiencias desoladoras plantean graves retos respectode su rehabilitación y su reintegración en la vida civil.¿Qué futuro pueden esperar tener estos niños cuando seles negaron las oportunidades de educación y se los hadejado física y mentalmente marcados e incapacitados,lo que representa un peligro no sólo para ellos mismossino para otros niños?

Ha llegado el momento de que la comunidad in-ternacional �este Consejo y otros organismos� unasus manos para tomar medidas adecuadas con el fin deabordar el problema del reclutamiento de niños, espe-cialmente niñas, en las fuerzas armadas.

Sra. Presidenta: En este contexto, celebramos laoportunidad de compartir nuestras opiniones sobre es-tos temas, y queremos encomiar la manera en que hapresidido el Consejo durante el mes de julio, así comosus esfuerzos para organizar este oportuno debate. Estedebate es especialmente oportuno habida cuenta de quela Asamblea General aprobó recientemente dos Proto-colos, relativos a la participación de niños en los con-flictos armados y a la venta de niños, la prostitución in-fantil y la pornografía infantil. Ambos protocolos son

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herramientas importantes en la lucha contra la explota-ción de niños.

Sin duda, el firme apoyo que brinde este Consejoal Protocolo relativo a la participación de niños enlos conflictos armados realzará los esfuerzos interna-cionales tendientes a contener este flagelo, que se haconvertido en característica de los conflictos armadosen todas las regiones del mundo.

No cabe duda de que el derecho internacional querige el uso de niños como soldados ha avanzado a lolargo de los años. Además de la Convención sobre losDerechos del Niño �que, entre otras cosas, define co-mo niño a toda persona menor de 18 años de edad�otras convenciones que fijan en 18 años la edad míni-ma para el reclutamiento y la participación en conflic-tos incluyen la Carta Africana sobre los Derechos y elBienestar del Niño Africano y la Convención No. 182de la OIT, que caracteriza el reclutamiento forzado yobligatorio de niños menores de 18 años como una delas peores formas de trabajo infantil. Este Consejo hacondenado anteriormente la elección de niños comoblanco en los conflictos armados y ha pedido la rápidaconcertación del Protocolo Facultativo tendiente a for-talecer la Convención sobre los Derechos del Niño.

Con la reciente adopción del Protocolo Facultati-vo a la Convención y con la confirmación de los 18años como edad mínima para la participación en con-flictos armados se ha preparado el terreno para que elConsejo tome medidas orientadas hacia la acción en lasesferas de su competencia a fin de garantizar que lasnormas humanitarias internacionales y los instrumentosinternacionales de derechos humanos que regulan el re-clutamiento de niños como soldados se hagan cumplirvigorosamente. Además de respaldar el protocolo sobrelos niños en los conflictos armados y de pedir su firmay ratificación, este Consejo tiene el deber moral, políti-co y jurídico de exhortar a los Estados a que prohíbanel reclutamiento de niños menores de 18 años y de pe-dir a todos los Estados que establezcan salvaguardiasadecuadas para comprobar la edad y el carácter volun-tario del reclutamiento. No se deben escatimar esfuer-zos para rectificar la situación sobre el terreno y paragarantizar que este protocolo y otras normas humanita-rias internacionales y de derechos humanos alcancenlos objetivos para los que fueron elaboradas, a saber,proteger los derechos de los niños y erradicar el uso deniños como soldados.

Lo que hace falta es nuestro esfuerzo y nuestrocompromiso colectivos para poner fin al uso indebidode niños como soldados, para desmovilizar a los niñosque se encuentren sirviendo en fuerzas armadas y paragarantizar su reintegración en la vida civil.

Esta delegación se encuentra entre las que siguenestando especialmente preocupadas por el sufrimientode las mujeres y las niñas soldados en los conflictosarmados, tema que no parece atraer la atención quecreemos que merece. Recientemente este Consejo tomómedidas para abordar el flagelo del VIH/SIDA en ge-neral, y en particular en lo que se refiere al manteni-miento de la paz. Estrechamente vinculadas a estacuestión se encuentran las necesidades especiales delas niñas soldados, cuyo papel no se limita a combatir,ya que en muchos casos se las recluta principalmentepara que brinden servicios sexuales como esclavas se-xuales o como concubinas.

Estos abusos no sólo resultan en la propagaciónde enfermedades de transmisión sexual, incluido elVIH/SIDA, sino que también llevan a embarazos y anacimientos de niños infectados o a abortos no contro-lados. A menos que se reconozcan las necesidades es-peciales de las niñas soldados y se tomen medidas con-cretas para abordarlas, las niñas de hoy nunca creceránpara convertirse en la mujer de mañana.

En sus resoluciones este Consejo debe pedir quese tomen medidas concretas para revertir las políticasdiscriminatorias en las fuerzas armadas, para revertirlos problemas de acoso sexual y para garantizar que enlos programas de desmovilización, rehabilitación y re-integración se tomen en cuenta las necesidades espe-ciales de las niñas soldados.

Si bien la prevención de los conflictos es induda-blemente la mejor manera de proteger a los niños, no sepuede pasar por alto el vínculo que existe entre la po-breza y el reclutamiento de niños. Una dimensión per-turbadora de este flagelo es que la mayor parte de losmás vulnerables son los pobres, los miembros menoseducados y más marginalizados de la sociedad, que yahan sufrido abusos o provienen de familias disueltas yasea como refugiados o como personas internamentedesplazadas. La necesidad de un enfoque integral y deestrategias comunes de prevención y protección, espe-cialmente en lo que se refiere a la aplicación de lasnormas internacionales, se ha convertido así en unaprioridad.

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Con este fin, los encomiables esfuerzos que lle-van a cabo el Representante Especial del SecretarioGeneral, Sr. Olaru Otunnu, y el Fondo de las NacionesUnidas para la Infancia (UNICEF), con la orientaciónde su competente líder, la Sra. Carol Bellamy, requie-ren el pleno reconocimiento y apoyo de este Consejo,que entre otras cosas debe facilitar una más firme co-ordinación mediante el establecimiento de un grupo detareas entre organismos que realice visitas al terreno yprepare informes para que se los debata en el Consejocon miras a poner sobre aviso a los países y, cuandosea necesario, a identificarlos y avergonzarlos.

Hay que elogiar y apoyar de manera especial alRepresentante Especial por sus esfuerzos destinados aabrir líneas de comunicación con todos los participan-tes y a hacerles ver las responsabilidades primordialesque les incumben en la tarea de proteger a los niños, deconformidad con el derecho de los derechos humanos ycon el derecho internacional humanitario.

Para concluir, quiero felicitar a todos los actorespertinentes en los niveles nacional e internacional, y enespecial a nuestros asociados de la sociedad civil, porsu dedicación a la cuestión de los niños y los conflictosarmados. A través de su experiencia, de sus conoci-mientos y de su constante participación han aumentadoenormemente las probabilidades de encontrar solucio-nes al problema de los niños en los conflictos armados.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de Indo-nesia, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

Sr. Wibisono (Indonesia) (habla en inglés): Sra.Presidenta: Quiero empezar expresándole el agradeci-miento de la delegación de Indonesia por haber convo-cado hoy esta revisión sobre el tema que tenemos antenosotros, lo que refleja la renovada determinación delConsejo de proteger a los niños de la devastación delos conflictos armados.

Mi delegación también quiere felicitar al Secreta-rio General por su oportuno informe, que figura en eldocumento S/2000/712. En él describe un retrato con-movedor de los efectos devastadores que los conflictosactuales ejercen en los niños, tanto en cuanto a sumagnitud como en cuanto a sus efectos a largo plazo.El informe contiene una serie de recomendaciones cuyaaplicación pondrá a los niños a salvo del daño y de laposibilidad de ser escogidos deliberadamente como

blanco, en flagrante violación de las normas, preceptosy principios que cuentan con una aceptación universal.

Mi delegación ha tomado nota con profundapreocupación del aumento de la utilización de niños enlos conflictos armados. Se estima que en la actualidadse utiliza a más de 300.000 niños de menos de 18 añosde edad como soldados en conflictos que tienen lugaren distintas regiones del mundo. Como consecuenciade esos conflictos, más de 2 millones de niños han per-dido la vida, 6 millones de niños han quedado heridos omutilados, 1 millón de niños han quedado huérfanos ymuchísimos otros han quedado traumatizados. Estosconflictos han hecho que los niños constituyan más dela mitad de los 24 millones de refugiados que hay en elmundo.

En el pasado mi delegación ha respaldado los es-fuerzos internacionales concertados destinados a miti-gar los sufrimientos de los niños que se ven arrastradosa los conflictos. Indonesia es signataria de la Conven-ción sobre los Derechos del Niño, de 1989, que defien-de los derechos políticos, socioeconómicos y civiles delos niños, y apoya firmemente el Protocolo Facultativoque fortalece esa Convención al abogar en favor de unaedad mínima de 18 años para la participación en hosti-lidades. Lamentablemente, sin embargo, el recluta-miento y el despliegue de niños como soldados conti-núan. Por lo tanto, la comunidad internacional deberíaexpresarse al unísono e insistir en que la edad mínimaaceptable para participar en conflictos armados sea de18 años, lo que establecería una diferencia tangiblerespecto del destino de los niños que se ven expuestosal peligro sobre el terreno, donde más de 250.000 niñosde menos de 18 años han participado en más de 30 con-flictos armados en distintas partes del mundo, y dondelos niños han representado el 40% de las víctimas dedichos conflictos.

El hecho de no haber podido poner coto al flujoclandestino de armas pequeñas y armas ligeras a travésde las fronteras ha tenido un precio desproporcionadopara los niños en los conflictos intraestatales, y en úl-tima instancia ha generado una mayor inseguridad ydesestabilización. La proliferación y la fácil disponibi-lidad de estas armas hacen que incluso a niños peque-ños les resulte posible perpetrar actos de violencia.Esta situación ominosa requiere esfuerzos concertadosa nivel nacional, regional y mundial con el fin de ponercoto a la transferencia ilícita de esas armas. Indonesiasigue abrigando la esperanza de que la Conferencia delas Naciones Unidas sobre el comercio ilícito de armas

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pequeñas y armas ligeras en todos sus aspectos, que secelebrará el año próximo, permita adoptar medidas quetomen plenamente en cuenta los intereses y la protec-ción de los niños.

Los derechos de los niños en los conflictos arma-dos también deberían ser reconocidos como prioridadexplícita y deberían quedar firmemente consagradosen los procesos de establecimiento de la paz, consoli-dación de la paz y solución de conflictos, así como enlos planes de desarme, desmovilización y reintegra-ción. Un programa de asistencia de esa índole es cru-cial para consolidar la paz y para apoyar la capacidadde rehabilitación.

La denegación premeditada de asistencia huma-nitaria a los niños tiene una repercusión devastadorasobre esos niños, que tienen el derecho fundamental derecibir asistencia en virtud del derecho internacionalhumanitario. Los niños no solamente son instrumentosde la guerra, sino también sus víctimas. No son plena-mente conscientes de las razones y de los objetivos quehay detrás de los conflictos armados en los que a me-nudo se ven obligados a participar. Por lo tanto, es ra-zonable esperar que las partes involucradas en con-flictos permitan que el personal que participa en misio-nes humanitarias tenga libre acceso a los niños que seven inadvertidamente atrapados en conflictos armados.

Las minas terrestres son armas que actúan enforma indiscriminada y no distinguen entre un soldadoy un civil, entre un amigo y un enemigo, entre unadulto y un niño. Resulta irónico que quienes más su-fren las consecuencias no son los combatientes activossino los civiles, especialmente las mujeres y los niños.Si bien la remoción de minas es la única alternativa pa-ra eliminar los peligros que plantean las minas terres-tres, debería impulsarse en forma vigorosa el estable-cimiento de programas eficaces y amplios de concien-ciación sobre el problema de las minas que estén cen-trados en los niños.

Además, las sanciones que se imponen contra go-biernos o contra facciones armadas tienen un efectodesproporcionadamente negativo sobre los niños, yaque debilitan estructuras esenciales, especialmente lasrelacionadas con la educación, la salud y las oportuni-dades de empleo. Si bien resulta difícil cuantificar loscostos que esto tiene a corto y a largo plazo para el fu-turo de los niños, mi delegación está de acuerdo con lasugerencia que han planteado Malasia, Nueva Zelandiay la India en el sentido de que se deben realizar esfuer-

zos para mitigar los sufrimientos de los niños que vi-ven bajo regímenes de sanciones, y que para ello se de-ben establecer excepciones humanitarias a fin de quelos niños no se vean privados, como consecuencia deun conflicto, del acceso a los medios que les permitansatisfacer sus necesidades básicas.

En suma, el futuro de la humanidad depende delos niños. La utilización de niños en conflictos armadosecha una sombra sobre su futuro, porque los niños queson expuestos a la violencia llevan a menudo en su co-razón y en su mente el temor y el odio, lo que tieneprofundos efectos de largo plazo. Debido a la grancantidad de niños que han estado involucrados en con-flictos armados en distintos lugares del mundo y quehan sido víctimas de esos conflictos, el futuro de losniños está en peligro a raíz de las limitadas oportunida-des con que cuentan para emprender carreras producti-vas. Por lo tanto, se necesita hacer mucho para mitigarsu sufrimiento y para garantizar que ocupen el lugarque les corresponde en sus sociedades mediante pro-gramas de apoyo adecuados. La sombría alternativa se-ría una situación potencialmente grave si la comunidadinternacional no adoptara medidas oportunas y apro-piadas para hacer frente a este problema.

No cumpliría con mi deber si concluyera esta de-claración sin encomiar el papel que desempeñan el Re-presentante Especial del Secretario General para losniños y los conflictos armados, Sr. Olara Otunnu, y laDirectora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidaspara la Infancia (UNICEF), Sra. Carol Bellamy, quie-nes han aportado contribuciones significativas con elfin de mejorar la situación de los niños menos afortu-nados, para muchos de los cuales ahora la vida serádigna de ser vivida. Los Estados Miembros tienen eldeber de brindar su cooperación en cumplimiento delmandato que se les ha encomendado.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante del Ecua-dor, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

Sr. Alemán (Ecuador): Sra. Presidenta: Comomiembro del Grupo de Estados de América Latina y elCaribe, conozco de cerca su claro talento y su habilidaddiplomática, y por lo mismo me satisface grandementeverla presidir este importante órgano del sistema de lasNaciones Unidas encargado de velar por la paz y la se-guridad internacionales.

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Al iniciar mi intervención, quisiera agradecer losvaliosos e importantes esfuerzos que han desplegado enel tema que hoy ocupa el orden del día de este Consejotanto la Directora Ejecutiva del Fondo de las NacionesUnidas para la Infancia (UNICEF), Sra. Bellamy, comoel Representante Especial del Secretario General paralos niños y los conflictos armados, Sr. Otunnu.

En la última década, en forma deliberada, losniños han sido más que nunca víctimas inocentes deguerras y agresiones armadas y también han sidoforzados o inducidos a formar parte de fuerzas o gruposen armas.

En el primer caso, el Consejo de Seguridad haaprobado una serie de resoluciones y medidas sobre laprotección de la población civil en los conflictos arma-dos, destacando la urgencia de conceder una atenciónespecial a la capa más necesitada de dicha población,que son los niños, las mujeres y los ancianos. La co-munidad internacional, por su parte, también ha reac-cionado positivamente, aprobando una serie de instru-mentos internacionales que dan el marco legal y obli-gatorio para amparar y proteger particularmente los de-rechos de niños y niñas de los reprochables actos deviolencia que originan los enfrentamientos armados.

En el segundo caso, de una declaración presiden-cial el Consejo de Seguridad pasó a una resolución im-portante, y la comunidad internacional adoptó el Proto-colo Facultativo a la Convención sobre los Derechosdel Niño relativo a la participación de niños en los con-flictos armados y la Convención 182 de la Organiza-ción Internacional del Trabajo, sobre la eliminación delas peores formas de trabajo infantil.

Antes de los 18 años de edad, los menores no seencuentran capacitados ni mental ni físicamente paraintervenir en conflictos armados. Impulsarlos a vestir eluniforme de combatientes tiene un impacto nocivo ensu formación y genera el desarraigo de su núcleo fami-liar y de su entorno social. Además, podría tener gravesconsecuencias para su salud física y anímica, que endeterminadas circunstancias demandarían largos ycostosos procesos de rehabilitación. El adolescente en-rolado en fuerzas o grupos armados suspende sus estu-dios, y eventualmente una buena parte de esos adoles-centes no completa su educación secundaria, lo cualpuede tener un impacto negativo en su formación per-sonal e inclusive en el desarrollo nacional de cada país.

La utilización de niños como soldados comba-tientes atenta, pues, contra los principios establecidos

en la legislación internacional y en la ecuatoriana, queestablece la edad de 18 años como requerimiento paraobtener la ciudadanía y para cumplir con el serviciomilitar obligatorio. No hay duda de que tanto los Esta-dos, dentro de su jurisdicción interna, como el propioConsejo, de acuerdo con la Carta de las Naciones Uni-das, deben tomar las medidas apropiadas, incluidas lassanciones que sean del caso, a fin de evitar que empre-sas comerciales o individuos aprovechen los conflictosarmados para obtener ventajas económicas traficandocon recursos naturales y armas pequeñas, que alimen-tan los enfrentamientos en las cuales los niños resultanser los primeros perjudicados.

Estoy seguro de que las actuales deliberacionesllevarán a este Consejo a sentar un hito más en la per-manente y humana tarea de impedir la participación deniños en los conflictos armados, tomando siempre encuenta que sus intereses deben merecer una considera-ción primordial en todas las decisiones que les concier-nen. El niño debería ser formado para enfrentar la granaventura de la vida, y no empujado a develar tempra-namente el misterio de la muerte.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de Kenya,a quien invito a tomar asiento a la mesa del Consejo y aformular su declaración.

Sr. Kuindwa (Kenya) (habla en inglés): Sra. Pre-sidenta: En nombre de la delegación de Kenya, quisieraaprovechar esta oportunidad para darle las gracias porhaber convocado este debate, y también para transmitirel reconocimiento de mi delegación a su predecesor, elEmbajador de Francia, quien presidió de una maneramuy distinguida la labor del Consejo durante el mes dejunio. Su propio entusiasmo, señora, al presidir las de-liberaciones del Consejo de Seguridad durante el mesde julio nos brinda motivos para sentirnos orgullosos yagradecidos. Su compromiso personal con la cuestiónque nos ha reunido hoy aquí es elogiable.

Quisiera también aprovechar esta oportunidad pa-ra dar las gracias al Secretario General por el informeque el Consejo de Seguridad tiene ante sí, a la Directo-ra Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para laInfancia, Sra. Carol Bellamy, por su exposición, y enparticular al Representante Especial del Secretario Ge-neral, nuestro hermano Olara Otunnu, que viene de laregión del África oriental, por su declaración intro-ductoria, que incita a una profunda reflexión. El debateen el que estamos participando es particularmente

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importante para África, donde se registra un aumentodel número de atrocidades a que se ven sometidos losniños, y, en verdad, del número de atrocidades en lasque participan.

Todos conocemos las estadísticas de quienes par-ticipan en los conflictos armados, y las cifras son colo-sales. La proliferación de armas pequeñas y del tráficode drogas que se registró en el pasado decenio, y queinvolucró miles de millones de dólares, ha contribuidoa la intensificación de estos conflictos. Estamos vi-viendo en una era en la que hay muchos conflictos yguerras, situación que algunos utilizan para promoversus propios programas políticos y económicos. La-mentablemente, son las mujeres, los niños y las fami-lias en su conjunto quienes sufren. Una intervencióneficaz que reduzca y finalmente elimine la participa-ción de niños en todas las formas de conflicto tendrá unefecto duradero. En el informe que estamos examinan-do hoy se formulan una serie de recomendaciones paraabordar esta crisis, recomendaciones que, según el Se-cretario General, caen dentro del ámbito de este Con-sejo. Mi delegación quisiera formular algunas observa-ciones con respecto a algunas de ellas.

En lo que concierne a la base normativa, mi dele-gación quisiera señalar que Kenya ha ratificado laConvención sobre los Derechos del Niño y ha promul-gado una ley del Parlamento por la que la ha puesto envigor a nivel nacional. En verdad, las leyes destinadasespecíficamente a los niños fueron aprobadas en laAsamblea Nacional. Asimismo, nos resulta claro que laCumbre del Milenio brindará una oportunidad adecua-da para que firmemos el Protocolo Facultativo.

En cuanto a la cuestión de poner coto al flujo ilí-cito de armas, Kenya considera que este aspecto delproblema es urgente. La urgencia se basa en el recono-cimiento de que, si bien el mundo está cambiando rápi-damente, los países en desarrollo no pueden mantenerel ritmo de esos cambios ni están en condiciones de so-portar el peso de la injusticia económica y de la desi-gualdad social. Debemos seguir manteniéndonos vigi-lantes y cobrar una conciencia aún mayor acerca delpeligro, con el fin de que las cuestiones relativas a losniños reciban una atención prioritaria cuando se deter-minen las cuestiones económicas y sociales.

Quisiera referirme a diversas declaraciones quehan desempeñado un papel importante para abordar lacuestión de los niños y los conflictos armados en Áfri-ca. La Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de

la Organización de la Unidad Africana (OUA) ha rea-firmado reiteradamente la determinación de la organi-zación de bregar en forma infatigable en favor de lapromoción de los derechos y del bienestar de los niños,de combatir todas las formas de explotación de niños y,en particular, de poner fin al fenómeno de los niñossoldados. En la reunión que celebraron en Durbán ennoviembre del año pasado, los Jefes de Estado y deGobierno condenaron enérgicamente el hecho de que setome a los niños como blanco de ataques, así como losabusos, el reclutamiento y el despliegue de niños enconflictos armados. En verdad, la campaña de promo-ción de la Coalición para impedir la utilización de ni-ños soldados fue fundamental para generar a nivelmundial un impulso en favor de un acuerdo sobre elProtocolo Facultativo a la Convención sobre los Dere-chos del Niño relativo a la participación de niños en losconflictos armados. Mi delegación considera que todosestos elementos brindarán la base para que los gobier-nos pasen rápidamente a la adopción de programas deacción eficaces, como se requiere en el informe del Se-cretario General.

La Conferencia de los Grandes Lagos y el Cuernode África sobre la proliferación de las armas pequeñas,celebrada en marzo de 2000, en la que 10 países de laregión participaron a nivel ministerial, permitió apro-bar la Declaración de Nairobi, en la que se propusieronvarias medidas regionales de carácter cooperativo paraponer coto a los flujos ilegales de armas pequeñas. LaDeclaración ha sido publicada como documento de laAsamblea General y del Consejo de Seguridad.

Para finalizar, la humanidad enfrenta enormes de-safíos al comenzar el siglo XXI, que está marcado poruna profundización de la pobreza y un ensanchamientode la brecha que separa a los ricos de los pobres, por elaumento del número de conflictos y de hechos de vio-lencia, por la mortífera propagación del VIH/SIDA ypor la persistencia de la discriminación, en particularcontra las mujeres y las niñas. Se requieren enormescambios en las sociedades del mundo entero a fin deque podamos concretar la visión de nuestros niños, queson nuestro futuro. Esperamos que las leyes vigentesque rigen la participación de los niños en los conflictosarmados sean examinadas con el fin de brindar unaprotección esencial a esos miembros vulnerables de lasociedad. También se necesitan sistemas de alerta tem-prana, entre ellos un mejor sistema permanente de su-pervisión y de información, a fin de poder evitar lospeores abusos.

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La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el Observador Permanentede la Organización de la Conferencia Islámica ante lasNaciones Unidas, Sr. Mokhtar Lamani, a quien el Con-sejo ha extendido una invitación en virtud del artícu-lo 39 de su reglamento provisional. Lo invito a to-mar asiento a la mesa del Consejo y a formular sudeclaración.

Sr. Lamani (Organización de la Conferencia Is-lámica) (habla en francés): Sra. Presidenta: Ante todo,deseo felicitarla sinceramente por presidir usted estasesión. También dirijo mis felicitaciones y agradeci-miento a la Vicesecretaria General, Sra. LouiseFréchette; a la Directora Ejecutiva del Fondo de lasNaciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Sra. Ca-rol Bellamy, y al Sr. Olara Otunnu por sus inspiradorasintervenciones de esta mañana.

Los conflictos armados siempre causan sufri-mientos, sobre todo a los niños y a las mujeres. Losefectos nefastos y duraderos de esos conflictos afectandirectamente las posibilidades de crear un clima de pazy estabilidad. Huelga decir que la solución definitiva sehallará si se abordan las causas profundas de los con-flictos, ya sean socioeconómicas, raciales, religiosas ode otro tipo.

En el informe del Secretario General se señalaque los niños se han transformado cada vez más en lasvíctimas de los conflictos internos, en los que son almismo tiempo protagonistas y blanco de los ataques. Sibien esos niños, que son el futuro de la humanidad, es-tán protegidos por un arsenal de instrumentos jurídicosque estableció la comunidad internacional, lamenta-blemente los numerosos conflictos que han estallado endistintas regiones del mundo en los últimos años se hancaracterizado por las violaciones continuas de los dere-chos fundamentales de los niños y del derecho interna-cional humanitario en general.

La celebración de este debate demuestra que latoma de conciencia que comenzó a inicios del deceniode 1990, tras la aprobación de la Convención sobre losDerechos del Niño, se ha convertido en un verdaderoelemento de la gestión de los asuntos internacionales,lo que ha dado lugar a la adopción de un número con-siderable de medidas encaminadas a proteger a los ni-ños contra los tipos de violencia a que a veces se vensometidos. Deben hallarse nuevos métodos y medios, ydeben intensificarse aún más los esfuerzos para impedirlas peores atrocidades. Por ello, consideramos que las

recomendaciones y las medidas encaminadas a alentarel respeto de las obligaciones y los compromisos quefiguran en el informe que el Secretario General pre-sentó al Consejo deben ser objeto de especial atención.Por su competencia específica, el Consejo de Seguridades el órgano adecuado para pronunciarse en forma ex-plícita a favor del derecho y de su respeto.

En la Sección VI del informe del Secretario Ge-neral se abordan las iniciativas regionales en favor delos niños afectados por conflictos armados y el papelde las organizaciones regionales. A este respecto, deseoen primer lugar celebrar los esfuerzos incansables delRepresentante Especial del Secretario General, Sr. Ola-ra Otunnu. En segundo lugar, deseo insistir en que escrucial que las organizaciones regionales continúencentrando cada vez más atención en la cuestión de losniños.

En este sentido, en el vigésimo séptimo períodode sesiones de la Conferencia Islámica de Ministros deRelaciones Exteriores, que se celebró en Kuala Lumpurdel 27 al 30 de junio de 2000, se recordaron las posi-ciones firmes de los miembros de la Organización de laConferencia Islámica en el sentido de que se debenadoptar las medidas necesarias para garantizar un ma-yor respeto de las normas de conducta aceptadas.

Por último, reitero el deseo profundo y sincero dela Organización de la Conferencia Islámica de trabajarde consuno con las demás instituciones internacionales,en especial el Fondo de las Naciones Unidas para la In-fancia (UNICEF), así como con el Representante Espe-cial del Secretario General, para intercambiar expe-riencias y aprovecharlas de la mejor manera posible enfavor de los niños afectados por los conflictos.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de Nige-ria, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

Sr. Mbanefo (Nigeria) (habla en inglés):Sra. Presidenta: La delegación de Nigeria desea expre-sarle su aprecio por haber convocado esta reunión tanimportante sobre los niños y los conflictos armados. Esesencial y ciertamente correcto que el Consejo de Se-guridad se centre en la difícil situación de los niños enlos conflictos armados, habida cuenta de la recienteintensificación de los conflictos intraestatales enlas distintas regiones del mundo, en particular en Áfri-ca. Esta reunión también es testimonio del compromi-so del Consejo de Seguridad, bajo su Presidencia, de

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intensificar los esfuerzos por poner fin a la explotacióna la que los caudillos someten a niños inocentes paralograr sus objetivos en los conflictos armados. Tambiéncabe esperar que movilice a la opinión pública interna-cional contra todos aquellos que han hecho horrendosestragos en perjuicio de los niños del mundo.

En los últimos años, el mundo ha presenciado conhorror la matanza que las guerras han generado en elcontinente africano, en las que las poblaciones civileshan soportado sufrimientos y penurias inimaginables.Es especialmente horrenda la imagen de las actividadesbrutales de los rebeldes del Frente Revolucionario Uni-do (FRU) en Sierra Leona, quienes ofendieron de ma-nera flagrante la dignidad de la humanidad al cortar enforma indiscriminada las extremidades de cientos dehombres, mujeres y niños ante los ojos de un Gobiernoimpotente. Es lamentable señalar que algunos de losque participaron en la perpetración de estos aborreci-bles delitos fueron niños reclutados por los grupos be-ligerantes. Esos niños, que tenían entre 7 y 14 años deedad, se ven despojados de su inocencia y expuestos aluso de drogas �duras�. Son manipulados para transfor-marse en perfectos instrumentos de muerte. En lugar dejugar con juguetes y con otros niños de sus comunida-des, están armados con rifles AK�47. En lugar de ir ala escuela, su aula es el campo de batalla, en el que seles enseña a matar.

Además del fenómeno de los niños soldados, es-tas sociedades también están traumatizadas por las ho-rrendas heridas que se infligen a esos niños inocentes.Sierra Leona es un ejemplo típico de una fase de bruta-lidad inaceptable en una situación de conflicto. ¿Cómoafrontan las familias una situación en la que ningunode los niños tiene brazos o extremidades? ¿Cómo enca-ran las comunidades una situación en la que la pobla-ción está integrada por ciudadanos que no tienen bra-zos? Estas son preguntas muy pertinentes que el Con-sejo de Seguridad, y ciertamente la comunidad interna-cional, deben abordar al elaborar medidas para enfren-tar a quienes perpetran estas atrocidades.

Otro aspecto lamentable de esta situación es elhecho de que se ha creado inadvertidamente un sín-drome de dependencia en estas sociedades. Debido aque las sociedades se ven devastadas por la guerra, noestán en condiciones de elaborar ningún programa derehabilitación significativo y que cuente con fondos su-ficientes. A este respecto, mi delegación quisiera rendirun homenaje especial a las organizaciones no guber-

namentales, que han trabajado muy activamente paraprestar asistencia a estos niños indefensos.

También es preciso encomiar al RepresentanteEspecial del Secretario General para los niños y losconflictos armados, Sr. Olara Otunnu, por todo lo queha hecho para centrar la atención mundial en este fe-nómeno inaceptable.

Obviamente, una solución permanente de esteproblema es la prevención de los conflictos. Los diri-gentes africanos están desplegando sus mejores esfuer-zos no sólo para resolver los conflictos que asolannuestro continente, sino también para prevenirlos. Aeste respecto, se están promoviendo grandes empeñosdentro del marco de la Conferencia sobre la seguridad,la estabilidad, el desarrollo y la cooperación en África.Su principal objetivo es fortalecer la capacidad africanaen materia de prevención, gestión y solución de losconflictos.

Dado que todos reconocemos que las experienciastraumáticas de los niños que describí anteriormente soninaceptables, corresponde al Consejo de Seguridad y ala comunidad internacional hallar los medios y arbi-trios de evitar la repetición de este fenómeno. Debe ha-ber normas que protejan a nuestros niños en los con-flictos o las zonas de guerra para evitar que se con-viertan en instrumentos de guerra. Su participación enla guerra causa mucha más preocupación que su parti-cipación en el trabajo productivo. Por lo tanto, el Con-sejo de Seguridad debe elaborar los procedimientos ymecanismos para que se enjuicie a los que perpetranestas atrocidades, quienes deben ser considerados cri-minales. Si no lo hacemos de manera decisiva, estare-mos dejando el futuro de los niños del mundo librado alos caprichos de los caudillos.

El Consejo de Seguridad debe actuar ahora.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de Ugan-da, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Consejoy a formular su declaración.

Sr. Semakula Kiwanuka (Uganda) (habla en in-glés): Sra. Presidenta: Uganda la felicita por presidireste importante debate abierto del Consejo de Seguri-dad sobre el tema de los niños en los conflictosarmados.

Mi delegación da las gracias al Secretario Gene-ral por su amplio informe sobre los niños. Encomiamosal Consejo de Seguridad por su continuo compromiso

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con las cuestiones que atañen a la seguridad humana.Rendimos un homenaje especial al Fondo de las Na-ciones Unidas para la Infancia (UNICEF); al Repre-sentante Especial del Secretario General para la cues-tión de los niños y los conflictos armados, Sr. OlaraOtunnu; al Comité Internacional de la Cruz Roja; a laOficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidaspara los Refugiados (ACNUR); al Programa Mundialde Alimentos, y a numerosas organizaciones no guber-namentales por su continuo compromiso con la difícilsituación de los niños en los conflictos armados.

La aprobación del Protocolo Facultativo a laConvención sobre los Derechos del Niño relativo a laparticipación de niños en los conflictos armados es unode los hitos importantes en la historia de las NacionesUnidas. Acogemos con beneplácito la disposición queestipula la edad mínima de 18 años para la participa-ción en conflictos armados. Este Protocolo, junto conla resolución 1261 (1999) del Consejo de Seguridad,son grandes avances en la esfera de los derechos y elbienestar de los niños.

Pese a estos avances, en muchas partes del mundoreal aún abundan las prácticas atroces. En muchos paí-ses se utiliza impunemente niños como soldados. Se losutiliza para matar y para cometer atrocidades inenarra-bles. Con frecuencia son amenazados con la muerte, lamutilación o las heridas. Las niñas son violadas y ven-didas como concubinas.

Uganda desea aprovechar esta oportunidad parainformar al Consejo sobre la trágica situación que si-guen padeciendo los niños ugandeses que han sido se-cuestrados y llevados al Sudán. Desde 1997, el gruporebelde con sede en el Sudán llamado Ejército de laResistencia de Dios ha secuestrado a aproximadamente10.000 niños del norte de Uganda. Estos secuestros sonbrutales, y muchos niños son obligados a presenciar elasesinato de familiares y amigos y la destrucción desus hogares. El Ejército de la Resistencia de Dios se-cuestra niños para que presten servicios a estos hom-bres brutales como niños soldados, esclavos sexuales,cargadores y cocineros.

El secuestro, la conscripción forzosa y el asesi-nato de estos niños a manos de este grupo rebeldeconstituyen una de las peores violaciones de los dere-chos del niño que se cometen en todo el mundo. Se es-tima que más de la mitad de los niños secuestrados porel Ejército de la Resistencia de Dios sólo tienen 8 añosde edad. Estas personas perversas prefieren a los niños

porque son más fáciles de manipular, intimidar y adoc-trinar que los adolescentes y los adultos. Los secues-trados que tratan de escapar son castigados. Con fre-cuencia se los obliga a golpear y matar a hachazos aotros niños que fueron atrapados cuando trataban deescapar. Se estima que todavía hay unos 8.000 niñosdesaparecidos. En Uganda sus padres no conocen suparadero. Algunas cifras indican que quizá la mitad deellos haya muerto a raíz de las enfermedades o el ham-bre, o que quizá se los haya asesinado.

La participación de niños en los conflictos arma-dos ha distorsionado el comportamiento y las prácticasculturales de nuestro pueblo, ya que con frecuenciaesos niños son enviados de regreso a sus aldeas y dis-tritos y llevan a cabo mutilaciones sistemáticas y atro-ces de distintas personas, incluidos sus familiares.

En noviembre del año pasado, una organizaciónno gubernamental llamada Consejo Directivo sobre losniños en los conflictos armados publicó un informe so-bre Uganda con el título �Nuestros niños siguen desa-parecidos�. Sí, los niños ugandeses siguen desapareci-dos en el Sudán.

En los últimos cinco años, el Gobierno de Ugandaha hecho varios intentos de alcanzar un acuerdo con elGobierno del Sudán. De hecho, se han firmado acuer-dos. Uno de ellos fue patrocinado por el Presidente deMalawi y otro por el Irán. Esta mañana el Sr. OlaraOtunnu instó al Consejo a tomar medidas rigurosascontra los países y los gobiernos que convierten indis-criminadamente a los niños en víctimas de los conflic-tos armados. El Gobierno de Uganda no puede dejar derecalcar la gravedad del hecho de que nuestros vecinosno acaten los acuerdos que han firmado.

Mi delegación exhorta al Consejo, al concluir estedebate, a que exija que se ponga fin a la impunidad delbrutal Ejército de la Resistencia de Dios y que exijaque el Sudán deniegue el territorio, el amparo y el apo-yo a ese grupo. El Consejo debe ser inequívoco en sucondena del continuo secuestro de miles y miles denuestros niños.

Antes de concluir, deseo expresar el reconoci-miento de mi delegación a la Unión Europea por su re-ciente resolución en la que se condenan las actividadesdel Ejército de la Resistencia de Dios y se exige que sele niegue protección en territorio sudanés.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de la

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República Democrática del Congo, a quien invito a to-mar asiento a la mesa del Consejo y a formular sudeclaración.

Sr. Mukongo Ngay (República Democrática delCongo) (habla en francés): Ahora que se aproxima elfinal de su mandato como Presidente del Consejo deSeguridad por el mes de julio, mi delegación consideraque es oportuno felicitarla, Sra. Presidenta, por la laborque ha llevado a cabo. Nos sentimos muy honrados departicipar en este importante debate, cuyo éxito pode-mos ya predecir.

Mi delegación celebra especialmente que el Con-sejo de Seguridad haya manifestado siempre interés porla dramática situación de los niños afectados por losconflictos armados, y piensa que esta toma de concien-cia lo llevará a proponer las soluciones que más con-vengan a las situaciones de guerra, de las que los niñosson las primeras víctimas. Celebramos también lasconclusiones y recomendaciones que figuran en el in-forme del Secretario General publicado el 19 de juliocon la signatura S/2000/712, así como las medidas re-lativas a la integración de la protección de los niños enlas operaciones de establecimiento y mantenimiento dela paz.

Desde hace algún tiempo, se observa en todo elmundo un fenómeno cuyas graves consecuencias cons-tituyen una burla de los valores universalmente recono-cidos, especialmente en lo que se refiere a la tragediaque viven diariamente decenas de millones de niñoscomo resultado de la guerra.

Afortunadamente, la comunidad internacional hademostrado haber tomado conciencia de esta tragediacon la aprobación de la Convención sobre los Derechosdel Niño, con el nombramiento del Representante Es-pecial del Secretario General para los niños y los con-flictos armados, con la aprobación del ConvenioNo. 182 de la Organización Internacional del Trabajo,relativo a la prohibición de las peores formas de trabajoinfantil, y con la aprobación, en mayo pasado, delProtocolo Facultativo a la Convención sobre los Dere-chos del Niño relativo a la participación de los niños enlos conflictos armados.

Cada vez se elevan más voces y se adoptan másmedidas para poner fin a la tragedia de los niños en losconflictos armados. El Estatuto de Roma de la CortePenal Internacional, aprobado en julio de 1999, tipificacomo crimen de guerra el reclutamiento de niños me-nores de 15 años en las fuerzas armadas nacionales. En

su resolución 1261 (1999), de 25 de agosto de 1999, elConsejo de Seguridad pidió abiertamente a los Estadosy a todos los organismos pertinentes del sistema de lasNaciones Unidas que redoblen sus esfuerzos para ponerfin al reclutamiento y a la utilización de niños en losconflictos armados. Insistió sobre todo en que los Esta-dos y los organismos pertinentes faciliten el desarme,la desmovilización, la rehabilitación y la reintegraciónde los niños soldados.

Los Estados se están movilizando para alcanzareste noble objetivo, y África ya ha dado el tono. Si-guiendo el ejemplo de Sudáfrica y de Malawi, el Go-bierno de la República Democrática del Congo, quedesde hace mucho tiempo viene esforzándose por hacerque los derechos humanos sean el eje de su política dereconstrucción nacional, ha dado pruebas de su deter-minación de resolver el problema de los niños afecta-dos por la guerra. La República Democrática del Con-go se ha convertido en el tercer país africano en esta-blecer un plan nacional de acción, de conformidad conla resolución aprobada en Viena en 1993 en la Confe-rencia Mundial de Derechos Humanos.

Pronto el arsenal jurídico del Congo quedarácompleto en lo que se refiere a las importantes disposi-ciones jurídicas por las que se protegen los derechosdel niño. La República Democrática del Congo ya haratificado, por Decreto�Ley No. 90�048, de 21 deagosto de 1999, la Convención de las Naciones Unidassobre los Derechos del Niño. Ahora está en vías de ra-tificar la Carta Africana pertinente. Se encuentra sufi-cientemente bien preparada para ratificar el ProtocoloFacultativo a la Convención sobre los Derechos del Ni-ño, que se abrió a la firma y a la ratificación el 5 de ju-nio. Mi país se propone ratificar todos los instrumentosexistentes sobre el particular.

Huelga decir que en todos los países en los que selibra una guerra, aunque esos países hayan firmado yratificado todas las convenciones relativas a los dere-chos del niño, los niños se encuentran en el frente debatalla cuando, en principio, deberían estar en la es-cuela, sentados ante sus pupitres. La República Demo-crática del Congo no es excepción a esta regla. Cuandocomenzó la agresión armada contra la República De-mocrática del Congo, de 6.000 a 7.000 niños formabanparte de las fuerzas gubernamentales. No obstante, elnúmero de niños reclutados en los grupos armados enel este y en la provincia del Equateur sigue siendo difí-cil de evaluar.

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Ante esta situación, el Gobierno pronto compren-dió que el lugar de los niños no era el ejército sino lafamilia, la escuela y las comunidades en las que se res-petan sin reservas su tierna edad y su fragilidad. ElGobierno comenzó por tomar ciertas medidas conser-vadoras para poner fin al reclutamiento de niños en lasfuerzas armadas congoleñas e inició el proceso de des-movilización de los excombatientes.

De la prohibición del reclutamiento de niños enlas fuerzas armadas congoleñas, conforme a la Con-vención sobre los Derechos del Niño, a su asignación atareas que no entrañaban el uso de armas, pasando porla prohibición de enviar a los menores al frente en casode que se reanudaran los combates, mi Gobierno haavanzado a gran velocidad.

El Gobierno dio un giro verdaderamente decisivocuando organizó en Kinshasa, del 6 al 10 de diciembrede 1999, a pesar de que continuaba el estado de guerra,un importante foro sobre la desmovilización y la rein-tegración de los niños soldados, cuyos principales ob-jetivos eran confirmar el compromiso de la RepúblicaDemocrática del Congo con el proceso de paz y con elrespeto de las convenciones internacionales en las quees Parte; compartir con los otros países las experienciasvividas en materia de desmovilización y reintegraciónde los menores en la familia y en la sociedad, y sensi-bilizar a los donantes, los asociados en la cooperaciónbilateral y multilateral y las organizaciones no guber-namentales nacionales e internacionales especializadaspara que participen en masa en apoyo del proceso.

El foro de Kinshasa fue un éxito total. Contó conla participación de expertos de muchos países de Áfri-ca, Europa, Asia y América. Se destacó especialmentela presencia de las delegaciones de Angola, Kenya, Li-beria, Mozambique y el Chad, de África; los EstadosUnidos de América, El Salvador y Nicaragua, de Amé-rica; Bélgica, Francia y Suiza, de Europa, y Camboya ySri Lanka, de Asia.

Al finalizar los trabajos, los participantes en elforo de Kinshasa rindieron homenaje a la voluntad po-lítica del Gobierno de la República Democrática delCongo de reconocer el fenómeno de los niños soldados,así como a su determinación de proceder a la desmovi-lización de esos niños. Tomaron nota de su decisión decrear un mecanismo intergubernamental para que seocupe de la coordinación de la desmovilización, dela reintegración y de todos los demás aspectos de esalabor.

Además, expresaron su opinión de que la desmo-vilización de los niños debería entenderse como unobjetivo prioritario en todo proceso de paz y de que laexclusión de los niños de las guerras constituye un actode prevención de los conflictos y de adhesión a losideales de los derechos humanos. Pidieron a los Esta-dos africanos que incorporaran en sus legislaciones na-cionales el principio de establecer la edad de 18 añoscomo edad mínima para el reclutamiento en sus fuerzasarmadas. Hicieron un llamamiento a la comunidad in-ternacional para que prestara un apoyo real a los proce-sos internos de desmovilización y reintegración de losniños soldados, en particular en la República Demo-crática del Congo. Invitaron a los medios de difusión aque lanzaran una campaña para la promoción de ladesmovilización y de la reintegración entre los propiosniños y en la sociedad en general, y les pidieron que seabstuvieran de difundir imágenes y textos que incitarana los niños a ingresar al ejército.

Pidieron a los Estados que prestaran una atenciónparticular a los niños discapacitados, a los calificadosde �brujos� y a los que estén bajo protección jurídica.Alentaron la reintegración, especialmente mediante elretorno a la célula familiar, a la vida profesional, a laenseñanza y a la formación, teniendo en cuenta la es-pecificidad de sus distintos grupos. Hicieron un llama-miento a los organismos internacionales de promociónpara que se abstuvieran de contemplar esta cuestión delos niños soldados desde un ángulo político y para queevitaran que este fenómeno se utilizara con fines políti-cos. Subrayaron que los resultados serían contrarios alos intereses de los niños y a los derechos humanos.

Como culminación de todos estos esfuerzos, elPresidente de la República, el Excelentísimo Sr. Lau-rent�Désiré Kabila, promulgó el 9 de junio del 2000 elDecreto�Ley No. 66 sobre la desmovilización y la re-integración de los niños soldados en la República De-mocrática del Congo. Ese Decreto�Ley ha dotado a laRepública Democrática del Congo de un mecanismointerministerial de coordinación o, lo que es aún mejor,de una acción concertada que se hará cargo de todos losaspectos de la desmovilización y la reintegración de losniños que habían sido reclutados como soldados.

En la República Democrática del Congo, la cele-bración del foro de Kinshasa sobre la desmovilizacióny la reintegración de los niños soldados hizo nacer unagran esperanza y fue entendida como una respuesta to-talmente proporcionada a las expectativas de las fami-lias y de las comunidades congoleñas martirizadas por

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los sufrimientos y los traumas de la guerra de agresión.Si no se apoyan estos esfuerzos, corremos el riesgo dever desvanecerse en el aire el sueño de proteger a losniños.

Mi Gobierno aprecia las actividades que realizanen la República Democrática del Congo los represen-tantes del sistema de las Naciones Unidas, sobre todolos de la oficina del Fondo de las Naciones Unidas parala Infancia (UNICEF), cuyo profundo interés en estacuestión valoramos grandemente. Apreciamos tambiénla acción que la Oficina del Alto Comisionado de lasNaciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y laOficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidaspara los Derechos Humanos llevan a cabo en apoyo alos esfuerzos de mi Gobierno en el proceso de desmo-vilización de los niños soldados. Damos las gracias alos organismos humanitarios por la constante asistenciaque brindan a los refugiados y a las personas desplaza-das por la guerra en la República Democrática delCongo, entre los cuales los niños constituyen el grupomás vulnerable. Pero destacamos que se trata de sólouna de las formas en las que las Naciones Unidas miti-gan los efectos de los conflictos armados en los niños.

Para concluir, si se quiere que los esfuerzos delGobierno para proteger a los niños, y especialmente pa-ra completar el proceso de desmovilizacion y reinte-gración de los niños soldados, den los frutos deseados,el Consejo de Seguridad, cuya responsabilidad primor-dial es el mantenimiento de la paz y la seguridad inter-nacionales, debe asumir plenamente sus responsabili-dades. Debe hacer cumplir, sin tácticas dilatorias, lasdiferentes resoluciones en las que se exige la retiradatotal, completa e incondicional de las tropas de Uganday de Rwanda del territorio de la República Democráticadel Congo, que ocupan en violación de la propia Cartade las Naciones Unidas.

Aprovecho esta oportunidad para preguntar si los500 millones de dólares asignados el año pasado a lasvíctimas de los conflictos y los desastres naturales enÁfrica no podrían beneficiar también a los niños con-goleños que han sido víctimas de la agresión de Rwan-da, Uganda y Burundi.

Aprovecho también esta oportunidad para pedir atodos los organismos de cooperación y desarrollo quese asocien a la acción del Gobierno congoleño, que hatomado la delantera, y que apoyen sus esfuerzos en elmarco de la Comisión Nacional de Desmovilización yReintegración, órgano encargado de dirigir en Kinshasa

y en todas las provincias de nuestro país las sucesivasetapas de estas actividades.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de SierraLeona, a quien invito a tomar asiento a la mesa delConsejo y a formular su declaración.

Sr. Kamara (Sierra Leona) (habla en inglés):Mi delegación le da las gracias, Sra. Presidenta, porhaber convocado este debate abierto sobre la cuestiónde los niños y los conflictos armados. También damoslas gracias al Secretario General por su completo in-forme, bien estructurado y bien documentado. Mi dele-gación encomia, además, al Representante Especial delSecretario General para los niños y los conflictos ar-mados, Sr. Olara Otunnu, y a la Directora Ejecutiva delFondo de las Naciones Unidas para la Infancia(UNICEF), Sra. Carol Bellamy, por su perseverancia ysu excelente labor. En Sierra Leona sabemos que estasdos personalidades son un prestigio para nuestra Orga-nización mundial.

El Consejo de Seguridad ha reconocido clara-mente que el impacto de los conflictos en los niños tie-ne una variedad de implicaciones para la paz y la segu-ridad internacionales. La aprobación de la resolución1261 (1999) dio lugar a la adopción de medidas espe-ciales destinadas a proteger a los niños expuestos a losconflictos, promoviendo así los derechos políticos, ci-viles, económicos, sociales y culturales del niño en elmarco de la Convención sobre los Derechos del Niño.

Hemos observado también que la protección delos niños, especialmente de los que fueron conscriptoso reclutados como niños soldados, ha sido ampliamenteexaminado y ha sido reconocida en algunos instru-mentos internacionales, como el Estatuto de Roma de1998 de la Corte Penal Internacional, el ConvenioNo. 182 de 1999 de la Organización Internacional delTrabajo, relativo a la prohibición y la acción inmediatapara la eliminación de las peores formas del trabajo in-fantil, y la Carta Africana sobre los Derechos y el Bie-nestar del Niño. Para promover esta causa, la AsambleaGeneral aprobó también el Protocolo Facultativo a laConvención sobre los Derechos del Niño, relativo a laparticipación de niños en los conflictos armados.Al escuchar el llamado del Secretario General, elParlamento de Sierra Leona, el 23 de mayo de este año,ratificó el Estatuto de Roma por el que se establecela Corte Penal Internacional. El instrumento de

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ratificación será depositado próximamente ante el Se-cretario General.

A ese respecto, pedimos a todos los miembros dela comunidad internacional que firmen y ratifiquen to-dos los instrumentos relacionados con la protección delos niños en los conflictos armados.

La cuestión de los niños y los conflictos armadosinteresa especialmente a mi país. Ese fenómeno ha sidouna característica trágica de la guerra de rebelión desdeque comenzó, en marzo de 1991. Nuestro conflicto hasido llamado �la guerra de los niños� debido a que, trá-gicamente, los niños no fueron solamente víctimas delconflicto armado en el que se vieron atrapados, sinoque también fueron los que perpetraron algunas de lasatrocidades que se cometieron. Los niños son los másafectados por el creciente número de conflictos arma-dos, de los cuales son blanco, víctimas e instrumentos.Esos niños no deberían participar en los conflictos ar-mados. Es necesario protegerlos.

Mi delegación encomia al Consejo de Seguridadpor haber aprobado la resolución 1306 (2000) sobreSierra Leona �la resolución sobre los diamantes� yademás acoge con beneplácito la resolución que apro-baron la semana pasada, el miércoles 20 de julio, lasdos principales asociaciones del mundo que comerciancon diamantes con el fin de frenar el comercio ilícitode los diamantes del conflicto. Ambas resoluciones seconcentran en el nexo existente entre el comercio ilí-cito de diamantes y el de armas y en el papel que am-bos desempeñan al atizar algunas de las más brutales ydevastadoras guerras del continente africano.

Mi delegación también está de acuerdo con las re-ferencias a la inadecuada conciencia de los sufrimien-tos extremos que padecen las mujeres, y especialmentelas niñas, durante los conflictos. Mi Gobierno ha res-pondido apropiadamente a las necesidades especialesde las niñas, así como a las de los demás niños afecta-dos por la guerra, a través de sus programas de desar-me, desmovilización y reintegración.

Se deben organizar y poner al alcance de las niñasoportunidades educativas y de capacitación profesio-nal. En abril de este año mi Gobierno creó la ComisiónNacional para los niños afectados por la guerra, comomedio de garantizar que las preocupaciones y el bie-nestar de los niños y los jóvenes se tomen plenamenteen cuenta en la asignación de recursos, la planificaciónde programas y la elaboración de políticas nacionales.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta SierraLeona tras el conflicto es la crisis de los jóvenes. Paraque los ex niños soldados se conviertan en miembrosproductivos de las sociedades después de los conflictosse deben crear alternativas para la lucha y programaseficaces para su reintegración. El Acuerdo de Pazde Lomé estipula que en los programas existentes dedesarme, desmovilización y reintegración se debeprestar una atención particular a las necesidades espe-ciales de estos niños soldados.

Para concluir, mi delegación quisiera expresar suagradecimiento a los países que aportan tropas, felicitara la Misión de las Naciones Unidas en Sierra Leona(UNAMSIL) por sus recientes éxitos y expresar sussentidas condolencias a los países y las familias de lossoldados heridos y de los que perdieron la vida.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante de No-ruega, a quien invito a tomar asiento a la mesa delConsejo y a formular su declaración.

Sr. Larsen (Noruega) (habla en inglés): La dele-gación de Noruega quisiera agradecer al Secretario Ge-neral su informe sustantivo y la importante labor querealiza el Representante Especial para la cuestión delos niños y los conflictos armados, Sr. Olara Otunnu,así como también dar las gracias al Fondo de las Na-ciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y a otros ac-tores del sistema de las Naciones Unidas. Mi Gobiernoapoya las recomendaciones contenidas en el informedel Secretario General.

Noruega desempeñó un papel activo en la redac-ción del Protocolo Facultativo a la Convención so-bre los Derechos del Niño relativo a la participación deniños en los conflictos armados, así como en la Con-vención de la Organización Internacional del Trabajo(No. 182) en la que se señala el reclutamiento forzosou obligatorio de niños menores de 18 años para su uti-lización en conflictos armados como una de las peoresformas de trabajo infantil. Estamos brindando apoyofinanciero y de otro tipo a la Coalición para impedir lautilización de niños soldados, que participa activa-mente en la promoción del Protocolo. Con la adopcióndel Protocolo Facultativo nuestra atención se centraráahora en el objetivo de obtener apoyo para la aplica-ción de sus disposiciones.

El informe Machel ayudó a preparar el terrenopara nuestras políticas sobre la protección de los niñosafectados por las guerras durante los últimos cinco

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años. Con miras a hacer que las recomendaciones con-tenidas en el informe adquieran una dimensión opera-cional. Noruega ha ayudado a una serie de actores ensus esfuerzos por elaborar políticas en esta esfera.

En los últimos años hemos participado en variasconferencias sobre los niños y los conflictos armados,incluidas conferencias regionales en África, en 1999, yen Asia y Europa, este año, organizadas por la Coali-ción para impedir la utilización de niños soldados, conel objetivo de captar apoyo para el Protocolo Facultati-vo y de intercambiar opiniones sobre la programaciónpara los niños afectados por la guerra. En la conferen-cia africana se hizo evidente que existe la necesidad deuna cooperación más estrecha entre los actores de lassubregiones. Junto con el Canadá hemos tomado medi-das para movilizar a los actores de las subregiones. Enabril pasado el Canadá apoyó la exitosa conferenciasobre los niños afectados por la guerra en el África oc-cidental, que se celebró en Accra y fue organizada porel Gobierno de Ghana. Este año se celebrará una reu-nión en Kampala para la región de los Grandes Lagos yel Sudán, con el apoyo del Gobierno noruego. La aten-ción se centrará en la necesidad de una cooperación yuna interacción más estrechas entre las organizacionesno gubernamentales que operan sobre el terreno.

Noruega ha brindado apoyo y financiamiento alRepresentante Especial del Secretario General para darseguimiento a las visitas del Representante Especial aGuatemala, Sri Lanka y el Sudán.

Mi país ha sugerido la desmovilización de los ni-ños soldados como una medida de fomento de la con-fianza en el proceso de paz del Foro de Asociados de laAutoridad Intergubernamental de Asuntos Relaciona-dos con el Desarrollo (IGAD). Actualmente se estánrealizando preparativos para dicha medida. El UNICEFparticipa en su planificación.

En nuestra política humanitaria hemos otorgadoun lugar prominente a la necesidad de proteger a losniños y a otros civiles de las minas antipersonal, in-cluida la necesidad de abordar los efectos a largo plazotras los conflictos y las guerras. Como seguimiento a laConvención sobre la prohibición de las minas, el Go-bierno noruego se ha comprometido a aportar a lo largode un período de cinco años el equivalente a 120 mi-llones de dólares para programas de actividades relati-vas a las minas.

La diseminación de armas pequeñas y de armasligeras ha agravado los conflictos entre los Estados y

los conflictos internos de los Estados, ha socavado eldesarrollo político y económico, ha desestabilizadocomunidades y ha devastado las vidas de millones depersonas. Noruega ha concedido prioridad a la búsque-da de soluciones prácticas y realistas a este grave pro-blema, que afecta a los niños de muchas maneras, co-mo víctimas de las hostilidades y como participantes enellas. La experiencia noruega es que la cooperaciónestrecha entre un amplio conjunto de actores es funda-mental para que nuestros esfuerzos den resultados sos-tenibles. Por nuestra parte, Noruega seguirá brindandoapoyo a los esfuerzos en pro del control de las armaspequeñas y a los programas de asistencia humanitaria yreintegración que beneficien a los niños, incluida elÁfrica occidental. Hemos apoyado la importante laborde Malí y de otros miembros de la Comunidad Econó-mica de los Estados del África Occidental (CEDEAO)sobre la cuestión de las armas pequeñas. Al igual queotros oradores, Noruega cree que las necesidades deSierra Leona merecen la atención particular del Con-sejo y de la comunidad internacional de donantes.

Los esfuerzos tendientes a aliviar el sufrimientode los niños en los conflictos armados son eficaces endistintos niveles. Algunos se realizan para proteger alos civiles en general, otros para proteger a los niños enparticular. Ciertamente, el informe Machel ha desem-peñado un papel importante para que la protección es-pecial de los niños afectados por la guerra ocupe un lu-gar prioritario en el programa de política de Noruega.Los derechos de los niños, y especialmente la protec-ción de los derechos de los niños en los conflictos ar-mados, han atraído una atención creciente. Mucho seha hecho para dirigirse a los actores a nivel internacio-nal. Existe ahora una conciencia creciente de que a finde que ocurran cambios, los actores subregionales y lo-cales tienen que participar más y deben tener más po-der. Nos complace que este debate confirme la disposi-ción de la comunidad internacional de seguir apoyandolas medidas también a esos niveles.

Sra. Presidenta: Antes de concluir, mi delegaciónquisiera felicitarla calurosamente por sus esfuerzospersonales respecto de los derechos de los niños y pordirigir la atención del Consejo hacia este tema funda-mental. Mi Gobierno lo aprecia en gran medida.

La Presidenta (habla en inglés): El siguienteorador inscrito en mi lista es el representante del Su-dán, a quien invito a tomar asiento a la mesa del Con-sejo y a formular su declaración.

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Sr. Rahmtalla (Sudán) (habla en árabe):Sra. Presidenta: Quiero felicitarla por la manera sobre-saliente en que ha presidido el Consejo durante el pre-sente mes. Recuerdo claramente la manera notable enque presidió el Comité Preparatorio de la CumbreMundial en favor de la Infancia. También quisieradar las gracias a su predecesor, el representantede Francia, por su distinguida actuación como Presi-dente durante el mes pasado, y a la delegación francesapor la labor realizada en el mes en que Francia ocupóla Presidencia.

El Sudán concede un interés particular a la cues-tión que examina hoy el Consejo. Hemos participadoen todos los debates públicos celebrados en el Consejosobre la cuestión de los niños en los conflictos armadosy en todos los demás temas que se ocupan de esteasunto.

Antes de adentrarme en el tema quisiera expresarmi agradecimiento y reconocimiento al RepresentanteEspecial del Secretario General para los niños y losconflictos armados, Sr. Olara Otunnu, por los esfuerzosincansables que está llevando a cabo para despertar laconciencia pública a escala mundial sobre esta cues-tión, que amenaza a las generaciones venideras. En elmismo contexto, rendimos homenaje a la labor del Se-cretario General y le agradecemos el informe sobre losniños y los conflictos armados que ha presentado alConsejo y a la Asamblea General.

Creemos que esta sesión será seguida por otrasreuniones que se celebrarán en la Asamblea General ylos organismos especializados de las Naciones Unidaspara examinar el informe y sus recomendaciones a finde que todos los Estados Miembros de las NacionesUnidas puedan adoptar una postura respecto de estetema sumamente importante, que creemos interesa atodos los Estados Miembros, sin excepción.

El Sudán fue uno de los primeros Estados en fir-mar la Convención sobre los Derechos del Niño. Debi-do al interés que concedemos a los niños, reciente-mente creamos un consejo superior sobre los niños quedepende directamente de la Presidencia de la Repúbli-ca. También hemos creado una comisión para poner final fenómeno del secuestro de niños. Dicha comisiónfue creada con la participación y el apoyo del Fondo delas Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y dela Unión Europea, así como de una serie de Estadosy organizaciones no gubernamentales nacionales einternacionales.

Actualmente las autoridades de mi país están con-siderando seriamente la posibilidad de firmar el Proto-colo Facultativo a la Convención sobre los Derechosdel Niño. La firma de la Convención de Ottawa sobrelas minas antipersonal reafirma el compromiso del Su-dán de permitir que todos los civiles, y los niños enparticular, se libren de esas armas peligrosas.

El Gobierno del Sudán también ha cooperado conel Representante Especial del Secretario General paralos niños y los conflictos armados, Sr. Otunnu, en eltranscurso de sus visitas al Sudán al reafirmar su com-promiso de no reclutar a niños menores de 18 años enlas fuerzas militares ni de exponer sus vidas al peligro.El Gobierno del Sudán reafirmó su apoyo a los esfuer-zos realizados respecto de las normas y valores localesy tradicionales. Esos esfuerzos ayudarán a promoverlos derechos de los niños. Mi Gobierno también haasegurado al Sr. Otunnu su plena cooperación, hechoque el Sr. Otunnu ha encomiado en sus informes trassus visitas al Sudán.

Mi delegación quisiera hacer algunas observacio-nes preliminares sobre el informe del Secretario Gene-ral, que incluye una serie de recomendaciones. Comohemos dicho, dichas recomendaciones requierenun examen cuidadoso en el Consejo y en la AsambleaGeneral.

Primero, acogemos con beneplácito la recomen-dación de que el Consejo inste a los grupos armados acomprometerse a respetar las normas para la protecciónde los niños consagradas en la Convención sobre losDerechos Niño y en su Protocolo Facultativo y a res-petar el derecho internacional humanitario en relacióncon la situación de los niños en regiones de conflictoarmado. Mi país cree que los grupos armados rebeldesde África son directamente responsables de las viola-ciones de los derechos de los niños en regiones de con-flicto. Creemos que ha llegado el momento de conde-nar a dichos grupos armados, de llamar a las cosas porsu verdadero nombre y de hacer distinciones entre lasresponsabilidades de los Estados, por una parte, y lasde esos grupos armados, por la otra. También ha llega-do el momento de poner fin a las violaciones del dere-cho internacional y del derecho humanitario que co-meten esos grupos.

Segundo, la recomendación 53, en la que se re-comienda al Consejo de Seguridad que procure obtenery utilizar sistemáticamente información procedente deorganizaciones no gubernamentales sobre la forma en

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que las partes en los conflictos cumplen sus obligacio-nes y compromisos con respecto a la protección de losniños, también se dice que el Consejo debe tomar encuenta dicha información. Esta recomendación requeri-rá tiempo. Con el debido reconocimiento del impor-tante papel que desempeñan las organizaciones no gu-bernamentales en la movilización de la comunidad in-ternacional sobre situaciones en las que los niños en-frentan peligros y otros problemas humanitarios, tam-bién queremos recalcar clara y categóricamente queuna serie de organizaciones no gubernamentales que seocupan de brindar asistencia humanitaria han cometidoviolaciones del derecho nacional. También ha habidoviolaciones flagrantes de los principios del derecho in-ternacional y del derecho humanitario, así como de lospropósitos y principios de la Carta de las NacionesUnidas.

Se ha demostrado de manera definitiva que ungran número de organizaciones no gubernamentaleshan participado en actividades que agravan la violenciay el conflicto en África. Queremos recordar lo que seseñaló sobre la participación de algunas organizacionesno gubernamentales en la transferencia de municionesy personal al movimiento rebelde que actúa en el surdel Sudán. Esa participación incitó al movimiento re-belde a violar la cesación del fuego humanitaria en laregión de Bahr El-Ghazal y a poner en peligro la vidade civiles, especialmente de mujeres y niños.

Por lo tanto, el Consejo debe, ante todo, cooperarcon los Estados y los gobiernos para recolectar infor-mación sobre la medida en que los Estados cumplensus compromisos relativos a la protección de los niños.Al Consejo se le pide también que trate con organiza-ciones serias y creíbles, que consagre el principio de latransparencia al tratar con organizaciones, que mani-fieste claramente sus opiniones y que verifique la ver-dad de esas violaciones a los Estados pertinentes.

Para concluir, como ya lo hemos recalcado, lasobservaciones que hemos hecho aquí son solamenteobservaciones preliminares sobre el completo informedel Secretario General. Esperamos que el informe reci-ba todo el interés que se merece de parte de todos losEstados Miembros cuando se lo examine en la Asam-blea General. El Consejo debe tomar en cuenta las opi-niones de todos los Estados antes de tomar decisionessobre el informe. Esperamos que en un futuro muy cer-cano podamos discutir nuevamente el informe de ma-nera detallada.

Sin embargo, es sumamente importante que lacomunidad internacional demuestre un interés real enencontrar soluciones fundamentales para las causassubyacentes a los conflictos armados, a saber, la pobre-za y el subdesarrollo. También debe tratar de poner final sufrimiento de los niños que son víctimas de dichosconflictos. Los pueblos deben realizar todos los esfuer-zos posibles por lograr el desarrollo sostenible.

Por último, a esta hora ya tardía, quiero decir alrepresentante de Uganda que lo que dijo en su declara-ción acusatoria no tiene fundamento. El problema deUganda guarda relación con un conflicto entre las tri-bus de Uganda. El Presidente Museveni visitó la regiónseptentrional del país hace tres meses y dijo claramenteque el Sudán no participaba en los problemas de Ugan-da y que esos problemas se debían al conflicto y a lasdesavenencias existentes dentro de Uganda. Por lotanto, el Presidente Museveni es perfectamente cons-ciente de que el Sudán no intervino en la situación im-perante en el norte de Uganda. Como ya lo he dicho,este es un asunto que se debe al conflicto que existeentre las tribus respecto del gobierno de la minoría. Esun problema interno del pueblo de Uganda.

Quiero terminar diciendo que el diálogo y elcontacto entre Uganda y el Sudán continúan con el finde tratar de buscar remedio a todos los problemas entrelos dos países. El Sudán seguirá haciendo todos los in-tentos posibles para garantizar el éxito de sus esfuer-zos, porque queremos tener relaciones de buena vecin-dad con Uganda, como las tenemos con todos los otrospaíses vecinos. Afirmamos aquí que queremos aplicartodas las iniciativas africanas e internacionales. Creoque el representante de Uganda mencionó las iniciati-vas de Zambia y del Irán. Señalo que el Centro Cartertambién ha lanzado una iniciativa. Hace algo más deuna semana se celebraron reuniones muy importantes anivel ministerial entre el Sudán y Uganda, dentro delmarco de un diálogo para la aplicación de los acuerdosque concertamos. Esas reuniones se celebraron enAtlanta.

Por último, reafirmamos que las diferencias entrelos pueblos deben resolverse de conformidad con laCarta de las Naciones Unidas y mediante un diálogoconstructivo a fin de aplicar todos estos acuerdos.

La Presidenta (habla en inglés): Hemos llegadoal final de nuestro debate.

Tiene ahora la palabra el Representante Especialdel Secretario General para los niños y los conflictos

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armados, Sr. Olara Otunnu, para formular unas brevesobservaciones. Lo seguirá la Directora Ejecutivadel Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia,Sra. Bellamy.

Sr. Otunnu (habla en inglés): Deseo agradecerprofundamente a todos los miembros del Consejo deSeguridad, así como a los Miembros de las NacionesUnidas en general, especialmente a los que han partici-pado en este debate. Mis colegas y yo hemos tomadocuidadosa nota de todas las observaciones y críticasque se han formulado. Haremos todo lo posible, juntocon el Consejo, para incorporarlas en la elaboración delmandato del Representante Especial. Aguardo con mu-cho interés la posibilidad de seguir trabajando en estre-cha colaboración con el Consejo, y también el resulta-do de este debate y el resultado del informe que elConsejo tiene ante sí.

Permítaseme formular otra observación. Quierofelicitar muy sinceramente a mi buen amigo, el Emba-jador Kamalesh Sharma, de la India, por la crítica ca-racterísticamente rigurosa y brillante que ha formuladorespecto del mandato del Representante Especial y delinforme que el Consejo de Seguridad tiene ante sí. Lecomplacerá escuchar que no me hubiese gustado que laMatanza de los Inocentes hubiese tenido lugar en laépoca en que nació. Por el contrario, las Naciones Uni-das serían muchísimo más pobres sin las perspectivassistemáticas y serias que la delegación de la Indiaaporta a nuestras deliberaciones y a nuestro diálogo.Lamento profundamente que, debido a las limitacionesde tiempo, no podamos celebrar un diálogo constructi-vo sobre las cuestiones que planteó, pero estoy segurode que él y yo, y también otros, encontraremos oportu-nidades fuera de este Salón para proseguir este diálogo.

La Presidenta (habla en inglés): Doy la palabraa la Sra. Bellamy.

Sra. Bellamy (habla en inglés): Acordamos queel Sr. Otunnu contaría con dos segundos y yo con un

segundo, así que trataré de lograr que mi declaraciónsea aún más breve que la de él.

En nombre del Fondo de las Naciones Unidas pa-ra la Infancia (UNICEF) y de nuestros colegas de lasNaciones Unidas, quisiera expresar mi agradecimientopor el papel de vanguardia que el Consejo ha asumidonuevamente en el tratamiento de este tema, por su lide-razgo, Sra. Presidenta, y en verdad por la respuestaverdaderamente impresionante que brindaron los mu-chos representantes que hablaron hoy en cuanto a sucompromiso.

Simplemente quisiera decir lo siguiente, ademásde comprometernos a seguir trabajando con el Consejo.El Consejo de Seguridad es un órgano poderoso. Elinforme que tiene ante sí contiene algunasrecomendaciones muy útiles, que en un gran porcentajecaen dentro del ámbito del Consejo. Pido al Consejoque por favor no se extienda indefinidamente en elexamen de este informe. Como dije en mis palabrasinaugurales, y como sabe el Consejo, la niñez esefímera. No vuelve, y con cada momento que pasa laniñez se va. Este es el momento de actuar, e instamosal Consejo a que lo haga.

La Presidenta (habla en inglés): Doy las graciasa la Sra. Bellamy y al Sr. Otunnu por su participaciónen el debate de hoy, y sin duda aguardamos con interésla posibilidad de seguir trabajando con ellos.

También quiero dar las gracias a todos los quehan participado en el debate abierto del Consejo. Sucontribución enriquecerá indudablemente el examenque efectúe el Consejo sobre el tema �Los niños y losconflictos armados�.

La próxima reunión en que el Consejo de Seguri-dad continuará examinando el tema que figura en el or-den del día se celebrará en una fecha que será acordadaen consulta con los miembros del Consejo.

Se levanta la sesión a las 19.30 horas.