25 años de la OTAN - Especial PCPE

4
DEL REFERÉNDUM DE LA OTAN PCPE (Partido Comunista de los Pueblos de España) 25 AÑOS 1986 - 2011 El nacimiento de la OTAN Ofensiva del imperialismo y la reacción España en la estrategia mili- tar imperialista El referéndum sobre la OTAN Consecuencia de la política de lucha por la paz de los países del bloque socialista Recuperar el movimiento antiotan y por la paz OTAN NO Teníamos razón: BASES FUERA

description

Pequeña revista en el 25 aniversario del referendum de la OTAN en el Estado español

Transcript of 25 años de la OTAN - Especial PCPE

DEL REFERÉNDUM DE LA OTAN

PCPE (Partido Comunista de los

Pueblos de España)

25 AñOs

1986 - 2011

El nacimiento de la OTAN Ofensiva del imperialismo y la

reacción

España en la estrategia mili-tar imperialista

El referéndum sobre la OTAN

Consecuencia de la política de lucha por la paz de los países del

bloque socialista

Recuperar el movimiento antiotan y por la paz

OTAN NO

Teníamos razón:BASES FUERA

25 años del Referéndum de la OTAN

La derrota del fascismo en 1945 modificó la correlación entre las fuer-zas de la reacción y el imperialismo y las fuerzas del progreso, la democracia y el socialismo. La inmensa aporta-ción soviética a la lucha antifascista incrementó el prestigio internacional de la URSS e hizo ver a millones de personas el contenido humano y pací-fico de la política exterior de la Unión Soviética.

El sistema capitalista mundial salió debilitado. En varios países europeos y asiáticos las luchas antifascistas y de liberación se transformaron en revo-luciones democrático – populares y socialistas, mientras triunfa la revolu-ción popular en China y en Vietnam del Norte y Corea del Norte comienza el desarrollo socialista. A su vez, co-mienza a desarrollarse un fuerte mo-vimiento de liberación nacional de las colonias y, en los países capitalistas desarrollados, crece la fuerza el movi-miento obrero.

En la URSS se cumplía con éxito el plan trazado para el restablecimien-to y fomento de la economía nacional (1946 -1950), superando en 1948 el volumen de producción industrial de preguerra e incrementando progre-sivamente la producción social, im-pugnado los pronósticos de teóricos y políticos burgueses de que sin el apoyo de Occidente la URSS no podría su-perar las tremendas pérdidas ocasio-nadas por la guerra.

Los años 1947 y 1948 marcaron el comienzo de una contraofensiva general de la reacción internacional. Los círculos gobernantes de EEUU y Gran Bretaña renunciaron a los acuer-dos internacionales de los tiempos de guerra y emprendieron el camino de la denominada guerra fría, de la con-frontación militar directa con los paí-ses socialistas y los movimientos de liberación nacional.

Aprovechando la debilidad de otras potencias los EEUU ocuparon

el papel de <<gendarme mundial>>, encabezando la ofensiva de las fuerzas reaccionarias y anticomunistas, tanto en la esfera mundial como en el seno de los países capitalistas. En 1947 se proclama la Doctrina Truman y la Doctrina de <<contención del comu-nismo>> afirmando abierta y unilate-ralmente el derecho estadounidense de intervenir en los asuntos de otros estados y volcando sus esperanzas en mantener una relación con la URSS y con el resto de países socialistas basa-das en “posiciones de fuerza”.

La ofensiva reaccionaria se organi-zó sobre nuevas bases en el plano mi-litar, transformándose los EE.UU. en fuerza militar dirigente. En marzo de 1948 se creó en Bruselas la Unión Oc-cidental, un bloque militar que unía a Gran Bretaña, Francia y los países del Benelux y que fue trampolín para ar-ticular un bloque militar más amplio, la OTAN, formado en abril de 1949 mediante la alianza de doce países ca-pitalistas con EEUU al frente.

La OTAN nace con una orien-tación abiertamente antisoviética, llamada a combatir el creciente mo-vimiento de liberación nacional y a

servir de instrumento para reprimir a las fuerzas progresistas, democrá-ticas y comunistas de los propios paí-ses capitalistas; lo que contrasta con el hecho de que en el periodo de 1946 a 1949, la Unión Soviética propusie-ra reiteradamente en la ONU el des-mantelamiento de las bases militares en el territorio de otros países, retirar las tropas y acantonarlas en los lími-tes de su territorio nacional, prohibir la propaganda de guerra y firmar un acuerdo de paz entre las cinco grandes potencias del momento.

En condiciones de férrea guerra fría, los países socialistas se vieron obligados a interponer una barrera a la política del imperialismo “desde posi-ciones de fuerza”. En 1955 fue firmado el Tratado de Varsovia, lo que supuso una fase cualitativamente nueva en el desarrollo de la cooperación entre los países socialistas que creó las premisas materiales y políticas para prestar una amplia y eficaz ayuda a las fuerzas an-tiimperialistas y a los movimientos de liberación nacional, convirtiéndose en firme baluarte de la paz mundial.

Por tanto, es el Pacto de Varsovia el que nace como respuesta de los países socialistas a la creciente agresividad imperialista y de su máxima expresión organizativa: la OTAN. El mismo hecho del incremento de la actividad criminal de la OTAN, tras los derro-camientos contrarrevolucionarios en la URSS y la desaparición del Pacto de Varsovia, confirma a esa alianza militar imperialista como máximo exponente de la barbarie capitalista y enemigo de cuantas fuerzas luchan por el socialis-mo, la democracia y la paz a lo largo y ancho del planeta.

El nacimiento de la OTAN Ofensiva del imperialismo y la reacción

“La OTAN nace con una orientación abiertamente antisoviética, llamada a combatir el creciente movimiento de liberación nacional y a servir de instrumento para reprimir a las fuerzas progresistas, democráticas y comunistas de los propios países capitalistas.”

25 años del Referéndum de la OTAN

A un mes del 25 aniversario del re-feréndum de la OTAN que conmemo-ramos este mes de Marzo de 2011, el muy atlántico y belicista PSOE, vuelve a cumplir con el guión y acaba de re-novar lo que eufemísticamente llaman Convenio entre el Reino de España y los Estados Unidos de América sobre cooperación para la defensa y que no es otra cosa que el desarrollo lineal del convenio defensivo entre España y Es-tados Unidos que el 26 de Septiembre de 1953 firmaran el gobierno fascista de Franco con el gobierno imperialista del Presidente Eisenhower. Convenio renovado puntualmente por todos los gobiernos posteriores al franquismo y que, sin ningún lugar a dudas, sirve para explicar muy claramente el papel que en la actualidad juega España en la estrategia imperialista.

Analizando este convenio pode-mos convenir sin problema que el elemento fundamental que siempre aporta España en la estrategia impe-rialista “frente al peligro que amena-za al mundo occidental”, como decía

la entrada del Convenio de 1953, es su ubicación geográfica y su capaci-dad para ser una plataforma militar perfecta de control del Mediterráneo y el norte de África y para ser utili-zada como base de aprovisionamien-to a medio camino entre los EE.UU y Oriente Medio y Asia Central. Un lugar privilegiado en el mapa que, a cambio de una cesión absoluta de so-beranía sobre las bases militares y el espacio aéreo, ha servido a la oligarquía española, en todo este tiempo que va desde el año 1953 hasta nuestros días, para tener un elemento de presión que favoreciera su plena homologa-ción internacional contando, a la vez, con absoluta libertad para resolver sus asuntos internos sin “clausulas demo-cráticas” de ningún tipo (franquismo, 23F, GAL…). Soberanía por negocio y libertad para explotar; la verdadera bandera de una oligarquía tan “patrio-ta” como la española.

A su vez, con el planteamiento de una OTAN universal - definida por primera vez en el Nuevo Concepto

Estratégico aprobado en el Consejo Atlántico celebrado en Washington de 1999 y que ha sido desarrollada en la Cumbre celebrada en Lisboa en Noviembre de 2010 - que sitúa las prioridades absolutas de la OTAN en lo que, sin vergüenza alguna, llaman evitar la inestabilidad de muchos paí-ses, especialmente países del desapare-cido bloque soviético y árabes, la lucha contra el narcotráfico, la inmigración descontrolada, el desafío energético y el terrorismo internacional, queda cla-ro nuevamente el papel que vuelve a jugar España en el seno de la estrate-gia militar imperialista universal. Un papel que más allá de la implicación política y financiera y la presencia militar activa en cualquier conflicto que interese a la OTAN (hasta ahora fundamentalmente Yugoslavia, Iraq y Afganistán), supone la puesta a dispo-sición de la OTAN y de los EE.UU, como se demostró con los vuelos se-cretos de la CIA, de la totalidad del territorio español – bases, aeropuertos, cuarteles – para el “mantenimiento de la Paz y la seguridad de Occidente”.

En resumen, un papel de base lo-gística que evidencia la subsidiariedad política de un estado que, al servicio de la oligarquía financiera y las multi-nacionales surgidas de la privatización de las empresas públicas, ha renuncia-do al ejercicio de su soberanía nacio-nal y al desarrollo de una política de Paz, a cambio de asegurarle a estas empresas su pequeña porción en el ex-polio del Planeta.

España en la estrategia militar imperialista

La situación de la lucha por la paz, en 1986, en nuestro país nada tenía que ver con el vaciado ideológico en que hoy se sitúan los movimientos an-timilitaristas y pacifistas.

Fueron las elaboraciones teóricas sobre la lucha por la paz con origen en la URSS, y en los países socialistas del Este europeo, las que marcaron la

orientación política de una izquierda –fundamentalmente comunista, en sus diversas variantes- que impulsó la lucha contra la OTAN como bloque militar imperialista.

No era, por tanto, una posición ética en relación a la violencia en sí o a una cierta visión idílica de las rela-ciones sociales y de la lucha de clases,

sino una posición netamente antiim-perialista y de defensa del socialismo.

La lucha por el referéndum, esen-cialmente, fue un gran movimiento de masas de dimensiones impresionantes. En miles de lugares existían Comités Anti-OTAN, plataformas por la paz, y otro tipo de organizaciones similares con un enorme arraigo popular.

(Continúa)

El referéndum sobre la OTANConsecuencia de la política de lucha por la paz de los países del bloque socialista

25 años del Referéndum de la OTAN“ El gobierno de Felipe González se vio obligado a convocar el re-feréndum sobre la pertenencia en la OTAN, para el 12 de marzo

de 1986, como consecuencia de una fuerte presión política de base popular, que estaba dotada de una gran capacidad de movilización.”(Continuación)

Esta amplitud del movimiento fue consecuencia de una política de alianzas nada sectaria -en la cual la hegemonía era sin lugar a dudas de las posiciones defensoras del socialismo-, que fue llevada a cabo con un especial grado de madurez por unas organiza-ciones de izquierdas que habían asi-milado con profundidad las orienta-ciones políticas emanadas de la Unión Soviética.

En esta situación el gobierno de Felipe González tuvo que recurrir a todo tipo de artimañas para violentar la posición -mayoritaria en el censo del país-, contraria a la incorporación de España a la OTAN.

La claudicante posición de la so-cialdemocracia –que anteriormente a su entrada en el gobierno había usado un eslogan que decía “OTAN de en-trada NO”- hizo del miedo a las con-

secuencias de una mayoría del NO el elemento central de su campaña: “per-deríamos el tren de Europa, los ameri-canos no se irían nunca de las instala-ciones militares en España, etc.”

Y finalmente la formulación de la pregunta vino a ser la expresión máxi-ma del manejo. Un supuesto condicio-nal –no estructura militar, no armas nucleares, reducción de bases militares yankis- que no tenia otra finalidad que llevar al engaño a una parte de las per-sonas convocadas a expresar su voto.

La resolución del referéndum a favor del Sí -junto con la aceptación de la incorporación de España a la en-tonces CEE- validó a la socialdemo-cracia española como eficaz gestora de los intereses de la oligarquía. Se dio un salto cualitativo en el cierre de la “transición” y se cuadró la normaliza-ción del capitalismo español en el polo imperialista europeo.

No hizo falta mucho tiempo para que el gobierno de turno liquidara las tres condiciones formuladas en la pregunta del referéndum, y pasára-mos a la integración plena en que nos encontramos hoy. Integración en la OTAN en dos tiempos, como siempre que el capitalismo no puede conseguir su objetivo a la primera. Esa es su de-mocracia.

La extensión generalizada desde 1981 de Comités Anti OTAN con una amplia base popular en empresas, ba-rrios, institutos, universidades…obligó al PCE a unificar su campaña “Bases Fuera” con los Comités Anti OTAN, naciendo de esa alianza la Coordina-dora Estatal de Organizaciones Paci-fista (CEOP) como entidad unitaria que desarrolló la mayor parte de la campaña, primero por el Referéndum y después por el No. Unidad que posibilitó niveles de movilización po-pular desconocidos desde la firma de los Pactos de la Moncloa y que, pese a ser traicionada en un momento clave, enero de 1986 por el PCE al consti-tuir la más “constitucional y europeís-ta” Plataforma Cívica por la Salida de la OTAN y luchar contra todo el po-der del estado, consiguió la nada des-preciable cantidad de 6.872.421 votos que equivalían al 38,85% de los votos emitidos.

Tras la derrota en el Referéndum, y pese a las declaraciones iniciales, el

movimiento anti OTAN no fue capaz de sobrevivir y, de mano de la inteli-gencia del estado, que sin duda jugó su papel, y de la miopía reformista de muchos/as de sus líderes, vinculados fundamentalmente al MC, la LCR y a sectores de cristianos de base , ini-ció un camino de sectorialización de la lucha hacia la insumisión (MOC, Mili KK) y la ayuda al desarrollo ( campaña O,7, ONGDs) que no sólo condujo a la práctica desaparición del movimiento por la Paz e internaciona-lista como expresión política de amplia base social, sino que, además, sentó las bases para el desarrollo, en la mayoría de los casos, de un movimiento por la Paz y de solidaridad internacionalista interiorizado y/o subvencionado por el estado con una incapacidad eviden-te de constituirse en un germen de contrapoder popular.

Un fracaso que unido a la derrota de la experiencia socialista en la Euro-pa del Este y a la definitiva homolo-gación por el sistema del PCE, supu-

so, fundamentalmente entre amplios sectores de la Juventud, la ruptura con una memoria y una experiencia de lu-cha situada, sin género de dudas, en el campo revolucionario.

Hoy la tarea que nos corresponde a aquellas organizaciones que, como el PCPE y los CJC, supimos mantener viva esa memoria y esa lucha de orga-nización y lucha popular, es recuperar, a través del trabajo y la coherencia que nos permita construir hegemonía re-volucionaria en el movimiento popu-lar, una iniciativa política y organiza-tiva que desde la base reclame y exija la articulación de estructuras unitarias (locales, nacionales/regionales y esta-tales) capaces de unificar en una mis-ma plataforma de lucha la multitud de expresiones populares de rechazo a las políticas belicistas e intervencionis-ta del imperialismo y sus estructuras internacionales políticas (UE, ONU, OCDE), militares (OTAN, Euroejér-cito) y financieras (FMI, BM, OMC, Foro de Davos).

Recuperar el movimiento antiotan y por la paz“ Breve e insuficiente crónica de una derrota estratégica del movimiento popular de la que es nece-sario aprender para remontarla”.