2014-Para Alvina Ruprecht-Antigona de Morisseau

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Algunos han hablado de un teatro latinoamericano del realismo mgico que, igual que la novela, se anima a hacer sus primeras apariciones en los aos 50. Lo fabuloso y no europeo, ciertamente, tiene algo de una reaccin local y caribea frente a los nuevos mitos del capitalismo prspero. Lo cierto es que lgicas arcanas y mitos y rituales estn pidiendo la palabra y subiendo a los escenarios de un teatro experimental.

Flix-Morisseau-Leroy (1912-1928) desencadena en Hait un acontecimiento para la historia con su Antgona en creole, de 1953. La pieza infiltra creole y vod en el corazn de una tragedia griega.

Con actores aficionados reclutados en los templos de Puerto Prncipe, Morisseau convierte a la clebre princesa griega en hija de Dambal, la serpiente. Entre 1953 y 1955, la nueva Antgona recorrer las comarcas del pas poniendo al pblico popular frente a rituales y posesiones. Durante la representacin, las invocaciones a los dioses del vod se van hilvanando con absoluta eficacia dramtica y desbordan la ficcin. El pueblo creyente que las presencia participa de las invocaciones como experiencia real. Y estos loas, por cierto, coinciden en condenar al tirano Cren que esclaviza a su pueblo y viola las leyes sagradas de los honores debidos a los muertos. Todo es Hait.

Tres actrices enmascaradas dan inicio al texto narrando con ritmo de yanvalou el conflicto de una aldea haitiana llamada Tebas donde reina Cren, un jefe rural (chef de section) que se cree que l es el estado. Antgona debe enterrar a su hermano Polinices, muerto en la guerra fratricida; pero Cren lo ha prohibido. Grave situacin, porque el enterramiento y los funerales, en el vod y en Hait, es un rito crucial para que el espritu repose y no se convierta en zombie.

En consecuencia, Antgona se rebela contra la orden de Cren. El coro constata la situacin poltica: Siempre habr un Rey que no escucha a su pueblo y una Antgona que dice no.

El escenario est tratado como un peristyl donde el pueblo se rene a invocar a los loas del vod. Una mamb, que es madrina de fe de Ismene, invoca a Legba y el loa se hace presente; pero contra lo que es costumbre, pap Legba, espritu imprescindible para dar inicio a cualquier rito vod, se retira, declarando que en este asunto de humanos l no puede ayudar.

Ms tarde el adivino Tiresias convoca a Erzuli; pero la diosa reina, ofendida por el irrespeto de Cren, tambin se retira y niega su apoyo. Finalmente es Cren en persona quien llama en su auxilio a Baron Samedi y a Gran Brigitte para que lo ayuden a dar muerte a la rebelde Antgona. En el rito, clava un pual en una vasija con agua y el agua se vuelve sangre. El rey interpreta esta transubstanciacin como una seal de que los loas autorizan su crimen. Pero Tiresias, por el contrario, sostiene ante Cren que la muerte que acaba de infligir a Antgona ha ofendido a los loas.

Al fin, en la escena climtica, hay una nueva posesin. Tiresias llama a Dambal y en lugar de la todopoderosa serpiente aparece Erzuli Freda, que monta a la madrina de Ismene. Erzuli llama a su presencia a Antgona y a Hemn (hijo de Cren y enamorado de Antgona); pero los jvenes no acuden. No pueden venir porque ya no pertenecen a este mundo. Se han ido a la eternidad, protegidos por Dambal. Hemn lo dice:

Me voy. Marcho al encuentro de Antgona. Estoy entrando en un lugar en el que la gente no tiene hambre, en el que la gente no tiene miedo de los otros Antgona y yo, de la mano, estamos entrando en un pas donde la gente vive libre los tambores estn sonando. (cit por Frandinger p. 140)

La voz de Antgona, fuera de escena, confirma la partida. Dice estar ahora en un lugar donde no hay tiempo, ni pobreza ni muerte. Los que dijeron no se han ganado la eternidad y la vida en el Mundo Mejor.

Esta historia de desencuentros entre hombres y dioses y de lucha entre hermanos actualiza simblicamente los conflictos de la Revolucin haitiana. Pero en el nivel de la experiencia escnica, la ejecucin de tales ritos ante pblico haitiano no solo provoca efecto persuasivo de orden ideolgico sino acontecimiento y cambio de base corporal. Contaba Morisseau-Leroy que, durante la representacin del tercer da de Antgona en creole, en Morne Hercule (Puerto Prncipe), con el pblico sentado sobre la yerba, en la escena en que Cren invoca a Dambal, se oy la voz de un espectador que interrumpe la accin y vaticina: Dambal no va a responder (Fradinger, 145). Espectadores y actores quedan as instalados fuera del orden ficticio y viven un momento de cambio en lo real, a semejanza de lo que sucede en un ritual.

Morisseau-Leroy se invent en su compaa Thetre dHati un mtodo un procedimiento homemade, deca l para trabajar con sus actores, la mayor parte aficionados y analfabetos: en vez de distribuirle los libretos, supieran o no leer el poeta dedicaba intensas sesiones a contarles oralmente la historia, tanto a actores individuales como al grupo. A la manera de los conteurs haitianos tradicionales, l mismo lanzaba la historia al espacio para que los actores se apropiaran de ella. De este modo, ocurra que los actores, igual que un pblico de conteur tradicional, se apoderaban de los sucesos y los personajes. En estos procesos Morisseau descubri que, especialmente las actrices que eran mamb en la vida real, tendan a transformar la cancin o el gesto del personaje para acomodarlos a su propia visin. (Clark). De este modo la arraigada cultura del griot dej su marca en el proceso escnico y en el entrenamiento del actor.

Sobre aquel espectculo escribe ese mismo ao Alejo Carpentier, conocedor de la cultura haitiana:

Veo perfectamente una Antgona situada en una isla del Caribe, o en la selva virgen, rodeada de una naturaleza paroxstica, cargando con el peso de un sol implacable, dando rienda suelta a sus energas instintivas, a su concepto elemental y verdadero maniquesta por as decirlo del Bien y del Mal... Tal vez se trata de una mera impresin; pero mejor veo a Cren y a Antgona en una aldea del Macizo Central de Hait, rodeados de buitres que lo son de verdad, que en la extrema civilizacin de la isla de Francia, de Blgica o de Escocia... (Carpentier, s/f).