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Noviembre 2011 entrega plena 11 Una resto Por el vida 20 de la Publicación internacional de los adventistas del séptimo día dones sanidad 26 Los de profunda que l a piel Más

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Nov iembre 2011

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11Una restoPor elvida

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P u b l i c a c i ó n i n t e r n a c i o n a l d e l o s a d v e n t i s t a s d e l s é p t i m o d í a

donessanidad

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Más

I G L E S I A E N A C C I Ó N

Visión mundial ............... 3

Informe mundial3 Noticias y perspectivas10 Iglesias de un día

Panorama mundial8 Un año para cambiar el mundo

P R E G U N T A S B Í B L I C A S

Los dones de sanidad .............................26Ángel Manuel Rodríguez

E S T U D I O B Í B L I C O

Cómo enfrentar la preocupación y el temor .........................27Mark A. Finley

I N T E R C A M B I O M U N D I A L

29 Cartas30 El rincón de oración31 Intercambio de ideas

El rincón de las personas ....................32

N O T A D E T A P A

Más profunda que la pielChantal y Gerald Klingbeil ......................................................... 16La historia del Colegio Superior Helderberg encierra lecciones para el presente.

I N F O R M E E S P E C I A L

Una entrega plena Penny Brink ........................................... 11La mayordomía: ¿Sacrificio o filantropía?

D E V O C I O N A L

El pecado y el sacrificio Michael Mxolisi Sokupa .............................................................. 14Una transacción con Dios: nuestros pecados por su gracia.

C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

Por el resto de la vida Lael Caesar ...................................... 20Nuestro futuro no será catastrófico sino glorioso.

D E S C U B R A M O S E L E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

Los hechos de los apóstoles .............................................. 22Durante cien años, este libro ha relatado la historia de la Iglesia Cristiana primitiva.

V I D A A D V E N T I S T A

Operación lluvia global Janet Page .................................... 24¿Qué sucede cuando el pueblo de Dios ora?

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Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. www.spanish.adventistworld.org

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El pastor Ted N. C. Wilson, su es-posa Nancy y otros líderes participaron junto a más de ochocientos estudian-tes y empleados del Colegio Superior Unión de Lincoln, Nebraska, Estados Unidos, en un día especial de servicio comunitario organizado por esta insti-tución adventista.

«Ahora puedo ver por qué el Pro-yecto Impacto es un evento tan grande cada año; los jóvenes se sienten felices de ser parte de él –dijo Wilson después del evento–. Todos participan: el

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personal docente y no docente, como también los empleados de la Unión Central. Es una gran oportunidad de servir al Señor, de hacer que otros co-nozcan el colegio y la Iglesia Adventista y de tener una experiencia que une a los involucrados».

Wilson dijo que le impresionó la participación estudiantil en la coordi-nación del evento: «Esto demuestra a los líderes que pueden confiar en los jóvenes y que no necesitan ocuparse de todo. El Señor ha dado un tremendo

Piedras vivas

Me desperté cuando escuché golpes de metal contra la piedra.

Un golpe cada siete segundos. Más allá de los muros del albergue donde estaba alojado, un alegre obrero había madrugado ese domingo en que el sol ya estaba apareciendo en el cielo de Kenia. La suave piedra volcánica estaba siendo moldeada con una colección de cinceles, y pronto sería llevada ladera abajo para levantar una nueva estructura.

Salí a observarlo, y lo vi trabajando en los bloques rojizos con la facilidad que da la experiencia. Mientras lo hacía, tarareaba melodías e intercambiaba una que otra frase con sus colegas. Una a una –una piedra por hora– las piezas de la nueva casa iban tomando forma.

Fascinado, me volví para contemplar el edificio al que había llegado la noche anterior cuando ya estaba oscuro, y por ello no había reparado en su estructura; solo deseaba dormir después de un largo viaje. Pero ahora lo vi con claridad: estaba formado con 1.080 bloques modelados de la misma manera. Cada piedra tenía una terminación primo-rosa, y no pude sino asombrarme cuando noté cuán juntas

estaban unas de otras. Esa casa había sido construida con lentitud y paciencia, con métodos que yo no veía en mi cultura de producción masiva de concreto.

Pronto me vino a la mente la extraordinaria metáfora de Pedro: «Como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo» (1 Ped. 2:5). La lección que recibí en ese lugar fue inequívoca: lleva tiempo, trabajo y adaptación unirse a mis hermanos y hermanas, como parte de una casa espiritual que el Señor puede habitar. No puedo insistir en conservar mi particularidad y aun así afirmar que soy parte del muro. Ser incorporado a una estructura que da gloria a Dios requiere que ceda ante el prójimo y el miembro que está a mi lado, e incorpore la deferencia y humildad a las que continuamente me llama el evangelio.

El reino de Dios es construido –acaso con lentitud, pero de manera sistemática– a medida que somos modelados en piedras vivas por el Espíritu vivificador del Señor. Lo invito a orar ahora mismo por la parte que Dios le pide que cumpla en esa iglesia que existe para su gloria.

– Bill Knott

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Ted Wilson y su esposa participan del día de servicio comunitario

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ÓN PATIO DE JUEGOS: Ted N. C. Wilson,

presidente de la Asociación General, ayuda a instalar un cerco en un patio de juegos en el marco del Proyecto Impacto, un evento de servicio comunitario llevado a cabo por el Colegio Superior Unión desde hace treinta años.

Iglesia en acción

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intelecto y creatividad a los jóvenes. Podemos darles algunas orientaciones y dejar que ellos se encarguen del resto».

Para los estudiantes que participa-ron de tareas de limpieza, arreglo de jardines y pintura en hogares e institu-ciones de la ciudad, los objetivos fueron simples: «Queremos ser las manos de Dios y sus pies», dijo Anna Coridan, estudiante de enfermería y coordinado-ra del Proyecto Impacto 2011.

Wilson estuvo acompañado por Dean Hubbard, ex rector del Colegio Superior Unión y quien en 1981 jugó un papel decisivo en el lanzamiento de este día de servicio.

En sus comienzos, el evento se denominaba «Proyecto BRUSH». Bajo ese nombre, los jóvenes del Colegio Superior Unión pintaron más de cien hogares en diez años. Motivados por el deseo de todo el campus de hacer más, el Proyecto BRUSH se transformó en Proyecto Impacto, como un día dedica-do a ayudar a más de cincuenta agencias de la ciudad de Lincoln que sirven a la comunidad a lo largo de todo el año.

«El Proyecto Impacto hace que por un día no estemos enfocados en noso-tros –dice Coridan–. Es un día dedicado a las necesidades de los demás».

Cada año más del ochenta por ciento de la familia del campus parti-cipa de este evento planificado, coor-dinado y ejecutado por los estudiantes. Desde sus inicios hace treinta años, se estima que han participado 17.500 voluntarios con más de 111 mil horas de trabajo voluntario. Se cree que el Proyecto Impacto es el programa de servicio comunitario estudiantil que ha existido por más tiempo y con el mayor porcentaje de participación estudiantil de los Estados Unidos.–Ryan Teller, Director de Comunicacio-nes del Colegio Superior Unión

Nuevo rector de la Universidad del Norte del Caribe

Trevor Gardner, educador jamai-quino y actual rector de la Universidad del Sur del Caribe (USC) en Trinidad y Tobago, ha sido nombrado rector de la Universidad del Norte del Caribe (UNC). Su designación se produjo en una sesión reciente de la junta de la ins-titución en Mandeville, Jamaica.

El cargo de rector quedó vacante cuando Herbert Thompson se acogió a los beneficios de la jubilación en junio de 2011.

Gardner –quien asumirá el cargo el 1 de enero de 2012– ya conoce la institución, debido a que fue vicerrector académico durante la transición de colegio superior a universidad. En 2004 fue designado rector de la USC, donde en 2006 encabezó la transición de Cole-gio Unión del Caribe a universidad. Du-

rante su liderazgo, la USC ha triplicado el número de estudiantes, que ahora suman alrededor de cuatro mil.

Gardner dijo que la UNC «se ha forjado a lo largo de los años una senda que ha sido de tremendo valor para gente de todo el mundo y en especial del Caribe. Preveo que este legado con-tinúe mientras avanzamos juntos hacia el futuro».

Gardner posee un doctorado en administración educativa y más de cuarenta años de experiencia en educa-ción. Durante los últimos diez años ha trabajado en instituciones de educación superior.

La UNC depende de las regiones eclesiásticas Unión Asociación de Jamaica y Unión Misión del Caribe Atlántico.–Nigel Coke, División Interamericana

Preso australiano evangeliza a otros con lecciones adventistas

Matthew J. Baronet, estudiante de larga data de las lecciones bíblicas que distribuye la Iglesia Adventista, se ha convertido en evangelista dentro de la celda de su prisión mientras cumple su condena en el Centro Correccional de Wolston, en Queensland, Australia. Baronet lleva a cabo esa tarea gracias al Centro Adventista Discovery, un ministerio australiano de la iglesia en la División del Pacífico Sur.

En los seis años que ha estudiado con el Centro Discovery, Matthew ha reunido a casi ciento cincuenta estudiantes y ha dirigido grupos de estudio y oración desde su celda.

ÍDER UNIVERSITARIO: Trevor Gardner fue nombrado hace poco rector de la Universidad del Norte del Caribe.

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Iglesia en acción

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Desde allí también inició el ministerio «JAILMAIL» (Correo de la cárcel). Aun-que comenzó como un simple servicio de correspondencia, en sus primeras once semanas JAILMAIL se extendió a siete cárceles de la provincia de Queens-land y a otra de Nueva Gales del Sur.

«Creo que la prisión es el campo de entrenamiento divino; hay mucho para hacer tras estos muros –dijo Baronet–. El dolor, el sufrimiento, las almas angustiadas y las personas heridas que hay aquí son una clara señal de la obra de Satanás. He visto claramente el poder de Cristo en este mi nuevo hogar».

Baronet cree que el ministerio JAILMAIL constituye una manera de dar felicidad y apoyo a otros presos y también a los que están fuera de la cárcel. «El buen Señor está bendiciendo mi obra aquí en la prisión, y siento una conexión estrecha con el equipo de Discovery», añadió.–Tammy Zyderveldt, División del Pacífico Sur

Judíos adventistas celebran diez años en Argentina

El sábado 27 de agosto de 2011 marcó un importante aniversario para la Comunidad Hebrea Adventista de Buenos Aires, Argentina; el grupo celebró diez años como congregación.

Unas cien personas asistieron a un fin de semana de celebración donde se agradeció a Dios por el progreso de la comunidad.

Desde sus mismos comienzos, los líderes de la comunidad trabajaron en la preparación de un libro de oraciones que reflejara la experiencia religiosa de los judíos adventistas. En conjunción con este décimo aniversario, se presentó una segunda edición del libro de oraciones, conocido en hebreo como Sidur. La edi-

HOMBRE RENOVADO: El preso Matthew J. Baronet, de Australia, es un evangelista que desde la cárcel comparte lecciones bíblicas adventistas.

ción está acompañada de tres volúmenes con alrededor de mil partituras con arre-glos para piano y guitarra. Actualmente se está preparando una edición en inglés.

El pastor Armando Miranda, uno de los vicepresidentes de la iglesia mundial, presentó un mensaje espiritual durante la celebración sabática: «Cuando tra-bajamos para Dios –dijo–, no tenemos que olvidar que solo somos criaturas que servimos a nuestro Padre, y que esto nos protege del desánimo».

Además de Miranda, estuvo presente el pastor Reinaldo Siqueira, director de las comunidades hebreas adventistas en Sudamérica; el pastor Carlos Gill, presi-dente de la Unión Argentina; y Horacio Cayrus y David del Valle, de la misma Unión. El coro de la Universidad Adven-tista del Plata ofreció música especial.–Claudio Graf, División Sudamericana

ORADOR INVITADO: El pastor Armando Miranda, uno de los vicepresidentes de la Iglesia Adventista, se dirige a los presentes en el décimo aniversario de la Comunidad Hebrea Adventista de Buenos Aires, Argentina.

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D I V I S I Ó N D E L P A C Í F I C O S U R

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I N F O R M E M U N D I A L

Los adventistas de Alemania no solamente están interesados en el mensaje adventista sino que

están compartiéndolo con los demás y quieren estar informados sobre la experiencia de reavivamiento y refor-ma de la feligresía mundial.

Esas son las buenas nuevas que recibí en un viaje reciente a Alemania,

de Alemania organizó a su vez un en-cuentro sabático al que asistieron unos mil quinientos miembros.

Alemania es una paradoja: el 65 por ciento de la población (unos 53,5 millones de personas) dice ser cristiana, pero muchos –especialmente los jóvenes– han adoptado un estilo de vida secular. En efecto, el ochenta por ciento de la población del estado de Sajonia-Anhalt, donde nació Martín Lutero, dice no pertenecer a ninguna religión.

En ese clima cultural la testificación es un verdadero desafío, pero las necesidades de la gente siguen siendo las mismas. Los adventistas de Alemania –y de todos los países– tienen un mensaje bíblico único que compartir, que puede satisfacer esas necesidades tan arraiga-das de las personas contemporáneas.

En Alemania, en Europa, en cualquier parte del mundo, tenemos

cristiana, que es compartir el evangelio y los mensajes de los tres ángeles con los que necesitan oír ese mensaje. Durante nuestro viaje por Alemania el énfasis fue la necesidad de enfocarse en las verdades adventistas distintivas y no en las actividades ecuménicas. Además de incentivar la lectura de la Biblia, resaltamos ante los feligreses su doble herencia singular: como adventistas que estiman la Biblia y como alemanes que han recibido la herencia de Martín Lutero y la Reforma.

Tuvimos el privilegio de visitar algunos de los sitios históricos aso-ciados con la Reforma. Nos sentimos entusiasmados al llegar a la iglesia de Wittenberg, donde Martín Lutero clavó sus 95 tesis, y estar en el lugar donde se presentó la justicia y la gracia de Cristo en oposición con la falsedad de la sabiduría humana y la salvación por las obras.

Viaje a Alemaniaconecta a líderes,laicos y pastores adventistas

énfasıs en el reavıvamıento

que tuve el privilegio de realizar con un grupo de líderes de la Asociación General: los pastores Mike Ryan, Mark Finley y Williams Costa Jr. Mi esposa Nancy también nos acompañó.

La visita de diez días nos llevó a varios lugares históricos asociados con la vida y la obra del gran reformador protestante Martín Lutero, quien no solo hizo que todos los alemanes pudieran acceder a la Biblia, sino que esta obra fue también precursora del nacimiento y crecimiento del movimiento adventista.

Nuestro cronograma fue variado y ocupado. Junto con unos tres mil quinientos creyentes, asistimos a un encuentro especial en la ciudad de Augsburgo, organizado por la Asocia-ción de Baviera. Participamos de un encuentro ministerial en Darmstadt, organizado por las Uniones Sur y Nor-te de Alemania. Visitamos Stimme der

con

Wilson dirige las reuniones y recorre los pasos del reformador Martín LuteroPor Ted N. C. Wilson, presidente, Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

Hoffnung (La voz de la esperanza), el centro de medios de la División, donde asesoramos sobre los planes de evange-lización y participamos en entrevistas. También participamos en un fin de se-mana de actividades en la Universidad Adventista Friendensau, reuniéndonos con estudiantes, docentes, jubilados y muchos feligreses. La Unión del Norte

que ensalzar a Cristo como la palabra viviente de nuestra vida y testificación a los demás. Cuando compartamos verdades bíblicas preciosas mediante la conducción del Espíritu Santo, hallare-mos muchos interesados en la verdad. Las relaciones con otras denominacio-nes tienen su lugar, pero no tienen que sustituir el centro de la actividad

Iglesia en acción

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Otro punto destacado fue la visita al Castillo de Wartburg, donde Lutero permaneció oculto unos diez meses. En El conflicto de los siglos, Elena White dice que durante ese período de reclusión Dios estaba protegiendo a Martín Lutero del orgullo, dado que muchos lo felicitaban por su liderazgo al desafiar la autoridad de Roma. Fue durante esa época que Lutero tradujo el Nuevo Tes-tamento del griego al alemán en tan solo diez semanas, usando dieciséis dialectos, unificando de esa manera la lengua alemana. Los tipos móviles –la gran contribución de Gutenberg– habían sido inventados unos sesenta años antes, y esa nueva tecnología permitió la distri-bución masiva de la Palabra de Dios a la gente común. Me sentí muy emociona-do al llegar a la habitación donde Lutero tradujo el Nuevo Testamento.

A pesar de esa rica y robusta he-rencia protestante, a los adventistas de

Alemania se les hace difícil retener a los miembros debido a las presiones secu-lares y a los ataques intelectuales contra la veracidad de las Escrituras. Los líderes de la Asociación General que me acompañaron animaron a los miembros para que conserven la lectura simple y directa de la Biblia, aun cuando las pre-siones del mundo académico de la alta crítica recomiendan nuevos y más sub-jetivos métodos de interpretación; pero estos están en conflicto con el enfoque adventista de la interpretación bíblica. Los adventistas apoyamos el método histórico-bíblico o histórico-gramatical, que permite que la Biblia se interprete a sí misma.

Por mi parte, hice un llamado a la unidad con la familia global de la iglesia: «No tenemos una Iglesia Ad-ventista alemana o brasileña o filipina, sino más bien la Iglesia Adventista de Alemania, de Brasil y de las Filipinas.

Esta es una familia mundial liderada por Dios».

Durante una de las varias sesiones de preguntas y respuestas, un miembro me preguntó cuántas de las 28 creen-cias fundamentales tenemos que creer para ser considerados adventistas. Esa pregunta, creo yo, se basa en premisas falsas. El tema no es cuántas creencias pueden ser descartadas o hay que guar-dar, sino más bien, de dónde provienen nuestras creencias fundamentales. Ellas no son una colección arbitraria de declaraciones a las que tenemos que adherir por lealtad a la iglesia, sino tan solo explicaciones abarcadoras de verdades de las Escrituras. No hay una parte de la Biblia o de las creencias fundamentales que no sea importante.

Durante esta visita hice repetidos llamados a los que se han alejado de la iglesia y han dejado de caminar con el Señor, para que renueven su relación con Dios y la iglesia mediante el estu-dio de la Biblia, la oración y la lectura del Espíritu de Profecía. Insté a los que estaban amargados o desanimados para que busquen aliento en la iglesia y en la verdad divina y participen de la misión de evangelización de la iglesia al buscar llegar hasta el pueblo alemán, mientras aguardamos el pronto regreso de Cristo.

Fue un privilegio visitar Alemania y reunirme con tantos otros creyentes. Es gratificante saber que hay muchos miembros fieles que anhelan que Cristo regrese, creen que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es la iglesia remanente de Dios, desean ser parte de esa familia mundial adventista, aceptan lo que dice la Biblia, atesoran las ense-ñanzas del Espíritu de Profecía y están participando en la misión mundial adventista de proclamar los mensajes de los tres ángeles. ■–con Mark A. Kellner, editor de noticias de Adventist World

laicos y pastores adventistasénfasıs en el reavıvamıento

Arriba: «TOCADOS POR DIOS»: Bajo una bandera con las palabras «Tocados por Dios» en alemán, los adventistas se reunieron en el Centro de Convenciones de Augsburgo, Alemania,

para escuchar al pastor Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General. Izquierda: IMPORTANTES ORADORES: El pastor Rainer Wanitschek (izquierda), presidente de la Iglesia Adventista en Bavieria, con el Pastor Wilson, en la plataforma de Augsburgo.

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P A N O R A M A M U N D I A L

Bill Knott, editor de Adventist World, conversó hace poco con el pastor Ted Wilson, presidente de la Asociación General, sobre cómo aprovechar los dones de los millones de jóvenes que tiene la iglesia.

Todo líder sueña con cosas que podría ayudar a lograr en su servicio al pueblo de Dios. He escuchado que en repetidas ocasiones, usted se refirió a un gran sueño: el objetivo de desarrollar una cultura de servicio entre los jóvenes adventistas. ¿Qué quiere decir con eso?Una de las enseñanzas más claras del Nuevo Testamento es que Jesús da dones a todos los que lo siguen mediante el bautismo y llegan a ser parte de su iglesia fiel. Es así de simple: Si nos incorporamos al pueblo rema-nente de Dios, el Espíritu Santo nos da dones que podemos usar en beneficio de toda la iglesia. Esos dones no son solo para las personas de una edad o educación determinadas. Al hablar del gran reavivamiento que Dios enviará a su pueblo, el profeta Joel dijo: «Después de esto derramaré mi espíritu sobre todo ser humano, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones» (Joel 2:28).

La iniciativa mundial «Reavivamiento y reforma» está dejando en claro que hay cientos de miles (millones en realidad) de jóvenes adventistas a quienes Jesús ha dado tremendos dones, para contri-buir a la culminación de la obra. Quiero que la Iglesia Adventista planifique una manera de aprovechar la inmensa creatividad y energía que Dios ya ha colocado en este pueblo al dar dones a los jóvenes fieles.

Existen iniciativas de larga data, como por ejemplo el programa de Estudiantes Misioneros, Servicios

Voluntarios Adventistas, Movimiento de los Mil Misioneros y Pioneros de Misión Global. ¿En qué sentido lo que usted imagina puede ir más allá de lo que ya están haciendo estos programas?Esos programas han representado bendiciones incalculables para la iglesia, y decenas de miles de jóvenes han ofrendado su servicio gracias a ellos. Conozco de manera personal el valor de estos programas; una de mis hijas pasó un año de estudiante misionera.

Unañopara

Le dieron una enorme responsabilidad porque tuvo que enseñar clases que no esperaba, de manera que tuvo que estudiar, esforzarse y desarrollar sus capacidades. Ese año mejoró muchísimo sus habilidades, de manera que llegó a ser una mejor docente cuando se graduó de la universidad. Ella había crecido en un ambiente misionero. Pero ese año reforzó su compromiso, y su vida jamás fue la misma. Nuestras tres hijas han participado de diversos proyectos misio-neros, y han disfrutado muchísimo.

Iglesia en acción

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8 Adventist World | Noviembre 2011

La experiencia de mis hijas es similar a la de decenas de miles de otros jóvenes que han descubierto qué gozo duradero significa contribuir con la iglesia que los ha instruido, moldeado y enseñado de Jesús. Dar de nueve a doce meses en una etapa temprana de la vida –después de la adolescencia pero antes de asumir compromisos familiares o adquirir experiencia profesional– afecta toda la cosmovisión de los jóvenes. Y les puedo asegurar que ya nunca serán los mismos.

¿Cree usted que, en cierto sentido, esto debería ser una actividad obligatoria para todos los jóvenes?No. Una iglesia que siempre ha enfati-zado la importancia del libre albedrío jamás puede imponer una actividad a los jóvenes para que así maduren en la fe. Pero la Iglesia Adventista tiene la obligación de poner frente a ellos una visión que los impulse a una vida de consagración, discipulado y servicio. Bajo la conducción del Espíritu Santo, cuando escuchan un llamado personal al reavivamiento y la reforma, se darán cuenta de que Dios les ha dado dones y talentos por los cuales son responsables. Jesús no les pide que renuncien a todos los sueños que les ha dado. No, les pide que tengan sueños más grandes que tan solo recibir una buena educación y criar una familia sólida. Hay un mundo que ganar por Cristo, y la iglesia de Dios necesita cada don de los jóvenes para alcanzar a los perdidos.

Algunas estimaciones calculan que unos veinticinco mil jóvenes adventistas están dando un año de sus vidas para este tipo de servicio. ¿Qué podemos hacer para atraer no solo a los jóvenes excepcionales y sumamente motivados, de manera que esta llegue a ser la norma de

los jóvenes adventistas? ¿Cómo hacer para que de dos a tres millones de jóvenes participen de esta oportunidad?Por cierto, esto requiere de un plan coordinado que involucre virtualmente todos los departamentos de servicio de la iglesia, así como las instituciones educacionales y ministerios de jóvenes. En gran medida, a los jóvenes adven-tistas les hemos enseñado a orientarse hacia objetivos: terminar la secundaria, completar los estudios de grado en el menor tiempo posible, comenzar a trabajar. La invitación a interrumpir esa marcha tan concentrada implicará desarrollar estructuras en todos los niveles, lo que incluye a nuestras instituciones, para que a los jóvenes les resulte fácil escoger un año de servicio antes de la graduación.

Tenemos que comenzar a hablar del servicio en toda oportunidad que se nos presente, no solo en las semanas misioneras especiales. Desde nuestros primeros intercambios con los niños, tenemos que tener como objetivo, que un día esos niños se dediquen a la tarea más emocionante imaginable, que es la de dar un año de servicio para esparcir los mensajes de los tres ángeles en algún lugar del mundo.

Una idea semejante no puede depender tan solo de la Asociación General, ¿no es así?¡Por supuesto que no! También tenemos que cultivar la idea en cientos de miles de congregaciones adventistas, para que se den cuenta cuánto tienen para ganar –en todos los aspectos– al ser anfitriones de jóvenes en servicio y al enviar a sus propios jóvenes a cumplir un año de servicio. Tenemos que apelar a todas esas iglesias locales para que ayuden a financiar esta iniciativa: en la Asociación General, no existe un «súper fondo» que pueda lograrlo por sí solo.

Las iglesias locales podrían patro-cinar a sus propios jóvenes para que dediquen un año al servicio, a la vez que reciben a jóvenes de otros lugares en sus hogares. No existe mejor manera de ayudarlos a crecer, tanto en carácter como en madurez espiritual, que apo-yarlos cuando asumen el compromiso de dedicar un año de sus vidas a servir a la iglesia de Dios.

Usted está diciendo que el valor de la idea no se encuentra tan solo en la obra misionera que hacen los jóvenes, sino en el desarrollo del carácter que se produce mientras participan de ella.Así es. En realidad, hay dos grandes beneficios para la iglesia. En primer lugar, la iglesia avanzará y sentirá un gran empuje cuando anime a cientos de miles de jóvenes a dar estudios bíblicos, trabajar como médicos misioneros y asistentes de pastor, conducir campañas de evangelización y servir a otros jóvenes. El aumento del talento y la creatividad que pro-ducirá ese año requerirá que la iglesia adopte estructuras y reglamentos lo suficientemente flexibles como para dar cabida a los dones que Dios ha dado a los jóvenes.

Sin embargo, el segundo beneficio –lo que le sucede a ese joven en forma personal– es acaso el más duradero. Si apoyamos a los jóvenes para que den un año de servicio a la iglesia de Dios, estaremos contribuyendo a que inicien una vida entera de servicio, porque el servicio llega a ser un estilo de vida. Y Jesús nos dice que el camino del servi-cio es el camino del gozo y la felicidad duradera. Sabemos asimismo que Dios no necesita a los seres humanos para proclamar el evangelio: Los ángeles podrían hacerlo, ¡o incluso las piedras! Pero Dios sabe que servir a los demás nos transforma por completo: cambia

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Noviembre 2011 | Adventist World 9

«Nadie podía cultivar cafetos de este lado de la montaña; nadie».¿En el valle? Ni un problema.¿Más abajo? Tampoco.¿Aquí arriba? ¡Ni lo intente! «Hay tanto viento que arranca las flores de los

cafetos, y nunca llegan a tener semillas. ¡Solo Dios podría cultivar café aquí! ¡Solo Dios!»

Y así le llamaban todos al lugar: Solo Dios.Un joven agricultor adventista escuchó lo que decía la gente, pero igualmente

llegó al lugar. Trepó el cerro, construyó una casa e inició una granja en la ladera ventosa. Sin embargo, en lugar de sembrar café, plantó citrus y chiles. Y Solo Dios se convirtió en una comunidad exitosa, con una congregación creciente que pronto llenó dos templos.

El primero de ellos tenía piso de tierra, paredes de adobe, ventanas de plástico y una vista espectacular. El segundo, paredes de palos, piso de tierra, bancos parciales y una vista espectacular, aunque el techo dejaba filtrar la lluvia. Se necesitaba una nueva iglesia.

Esa necesidad hizo que un grupo de adolescentes de Maranatha llegaran hasta esa zona montañosa de Chiapas, México, para construir la tercera iglesia, o «Centro de adoración de un día» de piso de concreto, vigas y techo de acero, y paredes de bloques de cemento.

Los adolescentes no solo construyeron la iglesia, sino que jugaron con los niños, compartieron cientos de kilos de arroz, porotos frijoles y mangos; dirigieron la Escuela Bíblica de Vacaciones y cantaron de la mañana hasta la salida de las estrellas.

Solo Dios es un lugar de risas y adoración gozosa. «¡Solo Dios pudo construir una iglesia allí!»

¡Y qué buen trabajo ha hecho!

«Iglesias de un día» es un proyecto en colaboración entre la Iglesia Adventista, Servicios e Industrias de Laicos Adventistas (ASI) y Maranatha Volunteers International. Estas historias llegan hasta usted gracias a Dick Duerksen, el «narrador» de Maranatha.

Solo Dios

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nuestros objetivos y sueños, la manera en que criamos a nuestra familia y lo que sentimos sobre la iglesia remanente.

¿Cuán cerca estamos de que esta iniciativa llegue a ser una realidad en la Iglesia Adventista mundial?Espero que no se demore más de un año. La Secretaría de la Asociación General y de los demás niveles tendrán que trabajar con los responsables de Ministerios Jóvenes y Educación para diseñar un programa lo suficientemente simple y claro que atraiga a esos millo-nes de jóvenes que Dios está llamando al servicio. Las congregaciones tendrán que cambiar y adaptarse para que la iniciativa pueda ser implementada. Pero las bendiciones que recibirán superarán con creces lo que tengan que hacer. Nuestras universidades serán encendidas con el fuego del reavivamiento y la reforma, porque los jóvenes volverán de un año de servicio en otras comunida-des y preguntarán: «¿Qué es lo que Dios quiere para este lugar?»

Dios está haciendo su obra: Su Espíritu está impresionando los cora-zones, agrupando energías, repartiendo dones y equipando a los jóvenes. Es el momento de que su iglesia cumpla su tarea y halle la manera de aprovechar el tremendo potencial que Dios ha colocado entre nosotros. ■

Iglesia en acción

Iglesias de un día

Ted N. C. Wilson es presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista en Silver Spring,

Maryland, EE. UU.

10 Adventist World | Noviembre 2011

Un ministerio en VanuatuJill y Alastair Macgillivray, misioneros

voluntarios experimentados, son buenos mayordomos de Dios. En el archipiélago de Vanuatu, en el Pacífico Sur, están devol-viendo sus dones al compartir los talentos y habilidades que Dios les ha dado, para satisfacer las necesidades básicas de la población. Los Macgillivray anhelan compartir el amor de Dios con los demás.

La economía de Vanuatu está impul-sada por el turismo, pero esa riqueza a

I N F O R M E E S P E C I A L

Unaentregaplena

Penny Brink

Dios nos ha confiado abundantes dones y bendiciones. Cuando le devolvemos nues-tro tiempo, talentos y tesoros, afirmamos

que todo proviene de él. En preparación para el «Sábado de la mayordomía» el próximo 3 de diciembre de 2011, lo invito a leer dos historias inspiradoras sobre mayordomos que entendieron muy bien este concepto.

La mayordomía implica un compromiso total con Cristo

F O T O G R A F Í A S : J I L L Y A L A S T A I R M A C G I L L I V R A Y Noviembre 2011 | Adventist World 11

menudo no llega a la mayoría de la población. Muchas cuestiones sociales y prácticas religiosas de las islas evidencian hoy la falta de educación cristiana. El hambre no es común porque abundan las frutas, pero los vanuatuenses ansían saciar su hambre de educarse en diversos oficios. En el Instituto Listair, los estudiantes se gradúan con mejores perspectivas para la vida y están mejor equipados para atender a sus familias. Por sobre todo, muchos han decidido unirse a la familia de Dios.

El padre de Alastair trasladó a su familia de Escocia a Australia en la década de 1950, buscando guardar el sábado sin perder el trabajo. Pero el acento escocés y la sonrisa compasiva de Alastair no son sus únicas caracterís-ticas distintivas. Es también un obrero destacado en múltiples oficios prácticos y, sumado a ello, un perfeccionista.

Jill siente que ha hecho realidad los sueños de su niñez inspirados en los relatos misioneros que escuchaba en la Escuela Sabática y de los libros de la biblioteca de la iglesia a cargo de su madre.

La fidelidad de generaciones ha influido en sus elecciones. Jill y Alistair estudiaron en el Colegio Superior Avondale, pero se conocieron mientras enseñaban en el Colegio Adventista Carmel, en Australia Occidental. Esta pareja podría haber elegido otro camino, pero respondió al llamado de dedicarse a la misión y el trabajo

Arriba: VISITA FAMILIAR: Jill y Alastair Macgillivray, que sacrificaron sus

«años de jubilación» para vivir y trabajar en Vanuatu, disfrutan de un

momento poco común durante la visita de sus nietos.

Derecha: LISTO PARA NAVEGAR: Los alumnos del Instituto Listair, de Vanuatu, reparan un barco mientras trabajan bajo su inmenso casco.

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voluntario. Contrajeron matrimonio en 1972, y para el año siguiente llegaron a Samoa Occidental.

Durante sus once años como docentes en Samoa y Tonga, Jill y Alistair trajeron al mundo cuatro de sus seis hijos. Des-pués de pasar unos años en Australia, hace doce años sintieron una vez más la atracción del campo misionero. Esta vez, fueron invitados a la Academia Adven-tista Aore, en Vanuatu. Cuando el padre de Alastair falleció, este último usó el dinero de su herencia para comprar maquinaria de carpintería, y dio inicio a la capacitación de los estudiantes.

La industria de muebles de la insti-tución se hizo de un buen nombre en la comunidad, y los estudiantes llegaron a conseguir buenos empleos. Con el tiempo Jill y Alastair creyeron que necesitaban enseñar otros oficios. Esa visión para la isla Santo, en Vanuatu, se hizo realidad cuando el Instituto Listair abrió sus puertas en el año 2002.

En el presente, los estudiantes de Listair toman cursos oficiales de construcción, fabricación de muebles, y construcción de botes. En el futuro, Alistair espera incorporar mecánica, electricidad, plomería y costura. Los

estudiantes que se destacan son invitados a ser instructores del instituto. Nelson, uno de los estudiantes, dice: «En mi casa no hacía nada útil y no sabía ningún oficio. Ahora quiero terminar el curso para enseñar y ayudar a otros jóvenes».

Jill y Alastair llevan a cabo esta tarea «con nada». «Dios sabe lo que necesita-mos –dice Jill–, y él provee. Por ejemplo, el otro día, necesitaba coles para la cena, y Dios proveyó». La única estrategia de recolección de fondos de Alistair consiste en la relación de sus líderes con el Gran Proveedor.

¿Cómo dan el diezmo si no ganan nada? «Damos el diezmo de cualquier dinero que ingrese», dice Jill con total naturalidad, y Alastair amplía su defi-nición fundamental de mayordomía: «Pertenecemos a Dios, todo le pertenece a Dios: nuestro tiempo, recursos, energía y talentos. Es mejor devolvérse-lo todo a él».

Es realmente hermoso estar en Listair cuando llega la noche. Jill y Alastair cumplen tareas administrativas mientras los estudiantes hacen sus tareas en la misma sala. En esta atmósfera de cer-canía los estudiantes se sienten libres de hacer importantes preguntas sobre la vida

y la vida eterna. «¡Son nuestra familia! –dice Jill–. Extrañamos a nuestros nietos, que están lejos, pero tendremos la eternidad para pasar con ellos».

Alastair asiente, confiado: «Sentimos que lo mejor era dedicarnos a la tarea que el Señor nos ha encomendado», dice.

Los sábados se sientan todos juntos en bancos improvisados mientras glori-fican a Dios con corazones agradecidos. Moli, otra estudiante, dice: «En Listair he aprendido más que un oficio; he aprendido de Jesús mi Redentor».

La granja de DiosImagine un recinto cercado, lleno

de ganado. Los animales levantan polvo con las patas mientras desfilan por una estrecha entrada. Allí, un hombre aguarda con un cayado de pastor.

Estamos en una granja en Botsuana, y un grupo observa que el hombre cuenta: «Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez». El hombre marca entonces el décimo animal como propiedad de Dios y lo envía a un recinto separado. Esta actividad continúa toda la tarde, porque es el momento cuando Kegalale Gasennelwe paga sus diezmos.

«La mayordomía cristiana es la manera maravillosa que tiene Dios para incrementar nuestra fe en él al poner a prueba sus pro-mesas para la vida diaria. El Espíritu Santo nos ayuda a compren-der más plenamente el uso completo de nuestro tiempo, talentos y recursos para la misión profética de la iglesia. Al hacerlo, aprendemos a depender plenamente del Señor y vemos que su bendición se incrementa ante nuestros ojos. ¡Qué privilegio confiar implícitamente en sus promesas y su poder mientras maduramos espiritualmente y aguardamos su pronta venida, cuando los resultados de la mayordomía cristiana se harán realidad plena!».—Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista.

«La mayordomía es la manera en que, como individuos y comunidad de fe, administramos todos los recursos dados por Dios. Desde las finanzas al tiempo, los talentos, la salud, el medio ambiente y nuestra responsabilidad social, el uso de nuestros recursos refleja nuestro compromiso espiritual y nuestra responsabilidad con la iglesia». –Kirsten Oster-Lundqvist, pastora de la iglesia adventista de Newbold, Inglaterra.

«La mayordomía es la entrega total que resulta del reconoci-miento de Dios como Creador y Sustentador. Ser mayordomo es dedicar todo lo que tenemos –el tiempo, los talentos y los recursos– para cumplir la voluntad de Dios». –Kleber Faye, estudiante de cuarto año de teología, Brasil.

«La búsqueda del bien de los demás es el camino por el que puede hallarse la verdadera felicidad». –Elena White, Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 27.

mayordomía?¿Qué es la

12 Adventist World | Noviembre 2011

Los animales vivos son una forma muy tangible de diezmo, en especial en África, donde el ganado es tan simbólico y útil en la vida diaria. «Usamos el ganado para pagar la dote, arar los campos, tirar carros con leña y materiales de construcción –explica Gasennelwe–. Nos dan leche, alimento, prendas de vestir y mantas. Son la base de la riqueza y el estatus familiar».

No obstante, Gasennelwe no solo ofrenda a Dios por medio del diezmo de su ganado ahora que es jubilada. Toda su vida ha sido altruista. En efecto, desde sus días de enfermera y en diversos puestos de liderazgo en el país, siempre buscó el beneficio de los demás.

Este parece ser el patrón de las per-sonas dadivosas. El dar crea confianza, la confianza produce generosidad y una vida dedicada a otros. A Gasen-nelwe le gusta que sus hijos y nietos participen en estos momentos de dadivosidad, con la esperanza que este sea un legado familiar para las genera-ciones futuras.

Ese legado comenzó con el padre de Gasennelwe, que enfatizaba cuidar de los menos afortunados. Jamás fue a la escuela, pero leía su Biblia dos veces al día. Creía que en su forma más simple, la misión cristiana implica cuidar de

las viudas y los huérfanos. Gasennelwe recuerda que su madre cocinaba para los niños de la comunidad local, dando así un ejemplo similar. En efecto, una antigua tradición de Botsuana sostiene que si un vecino está luchando para sostener a su familia, uno tiene la obligación de ayudarle prestándole ganado. El jefe tribal incluso podía intervenir para garantizar que se cumpliera ese deber.

Esas influencias de la niñez y culturales han hecho que Gasennelwe siempre esté atenta a las necesidades de los que la rodean. Muchos jóvenes la llamam «Madre», y esto le produce una gran satisfacción. Visita periódicamente las aldeas cercanas con sus ministerios adventistas, y ayuda donde sea necesario. El momento más destacado del año es la fiesta con abundancia de alimentos que organiza para los niños de la co-munidad. ¡Todos la quieren mucho!

En el ámbito profesional, en las áreas de salud y educación de Botsuana, Gasennelwe disfruta de su reputación y confiesa que «no hay nada que me guste más que estar en un puesto donde el dinero llegue direc-tamente a las personas que necesitan recibir ayuda».

Las cosas no siempre fueron fáciles. Gasennelwe sufrió la prematura

muerte de su esposo y de único hijo. «Tiene que existir un propósito –insiste–. En lugar de hacer preguntas que jamás tendrán respuesta, creo que Dios está en control de todo».

Gasennelwe cree que el Señor cumple su promesa (Mal. 3:10). «Dios cumple –dice con firmeza–. No siem-pre tuvimos estas vacas. Comenzamos diezmando los cabritos a partir de un subsidio del gobierno. Mi esposo escu-chó que los pastores locales necesita-ban apoyo, y sintió que era importante dar el diezmo. Ahora toda esta granja pertenece al Señor, no solo las vacas.

«Los diezmos se relacionan con el interés en los demás –añade–. Si no le damos a Dios no podemos darle a los demás y, si no damos a los demás, no podemos darle nada a Dios».

De eso se trata ser generosos, y eso es lo que hace que Gasennelwe siga sonriendo. ■

Penny Brink es directora asistente de mayordomía de la Asociación General de la Iglesia

Adventista en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.

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Izquierda: GANADO DE DIOS: En la granja de Kegalale Gasennelwe, en Botsuana, se cuenta y marca el ganado que pertenece al Señor.

Derecha: EN LA GRANJA: Kegalale Gasennelwe, que trabajó en el gobierno en el ámbito de la educación y la salud, es llamada «Madre» por muchos jóvenes de la zona. En la fotografía, Gasennelwe dialoga con Kago Rammidi, secretario de la Asociación Sur de Botsuana.

Estaba visitando a mi primo en la zona New Cross Roads, de Ciudad del Cabo. Entonces oí a la distancia lo que en un primer momento parecía una radio a todo volumen.

Presté atención, y noté que no era el único que oía ese sonido y las exclamaciones de fondo; en la sala, otros también los escuchaban. Los cánticos eran cada vez más fuertes y, al prestar atención, reconocí la canción que suelen cantar los jóvenes cuando regresan de la escuela de iniciación. Un grupo de muchachos regresaba a casa después de varias semanas de iniciación en la selva. En el ambiente rural donde se originaron estos rituales suele haber suficiente espacio. El perímetro sagrado del kraal, el patio y las demás edificaciones para cocinar, dormir, almacenar o vivir, tienen espacio de sobra.

No obstante, los habitantes de New Cross Roads viven muy hacinados. No tienen espacio para un kraal y, además, el código de construcción les impone restricciones. Estas circunstancias hacen que la gente recorra grandes distancias

el tabernáculo terrenal y cómo se hacía frente al pecado mediante el sistema de sacrificios. Sin embargo, después del sacrificio de Jesús, caducó el sistema de sacrificios como medio para tratar el pecado. El libro de Hebreos fue dirigido en primer lugar a los judíos y cristianos judíos de la diáspora. Se habían dispersado y les preocupaba estar lejos del Templo. No podían participar en sus rituales diarios. Algunos ni siquiera podían viajar una vez al año para observar la Pascua, que era un festival clave de los judíos. El autor de Hebreos les recuerda a esos cristianos que ahora pueden acceder al Santuario celestial gracias a Cristo; no importa dónde se encuentren.

hasta sus aldeas nativas para cumplir esos rituales. Sin embargo, algunos como yo, hemos perdido esa costumbre. Por ello, muchos siguen llevando a cabo estos ritos de iniciación en la ciudad. Muchos erigen un kraal temporario, en especial para sacrificar animales y para reconstruir el marco original.

El remedio para el pecadoCuando Adán y Eva pecaron en el Edén, Dios sacrificó un

cordero para que tuvieran con qué cubrirse.1 Por ese acto, el Señor introdujo por primera vez la idea del sacrificio, que instituyó como remedio para el pecado. Hebreos 9:1-9 describe

N I N A A L D I N T H U N E

pecadosacrificioEl problema y el remedio

Michael Mxolisi Sokupa

D E V O C I O N A L

El

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¿Temporal o permanente?Algo que aprendí cuando realicé un curso de primeros

auxilios –para cumplir los requisitos de una clase de Guía Mayor– es qué hacer en caso de una mordedura de serpiente. Mientras se espera el antídoto (la solución permanente), hay que tratar de evitar que el veneno se esparza por todo el cuerpo. Si la serpiente muerde una pierna, hay que tratar de que esta quede lo más quieta posible y bajo el nivel del cora-zón, para minimizar la sangre que regresa al corazón y a los órganos. En primer lugar hay que identificar la serpiente para hallar el antídoto apropiado. El tiempo es un factor esencial, porque no se puede esperar la asistencia médica durante horas o días.

Cuando la humanidad cayó en pecado, Dios inició un plan de primeros auxilios: el sistema de sacrificios. No sería eterno, porque no era su objetivo ser una solución perma-nente para el problema del pecado. Por ello, «cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos» (Gál. 4:4, 5).2

El Santuario terrenalEl Santuario terrenal trataba con varias categorías de

pecado. Si un sacerdote, líder, persona o toda la comunidad pecaba involuntariamente, tenía que ofrecer una ofrenda ya determinada, una vez que adquirían conciencia de su pecado (Lev. 4:1-3, 13, 22, 27). Otras categorías de pecado, que eran llevados al Santuario para purificar al individuo o grupo, incluían los pecados de omisión (Lev. 5:1, 5, 6) y las impurezas físicas rituales (Núm. 19:13, 20). Una vez al año se presentaban en el Santuario dos machos cabríos y, después de tirar suertes, uno era sacrificado por el pecado (el del Señor), y el sacerdote colocaba las manos sobre el macho cabrío vivo y confesaba toda la maldad y rebelión de Israel (Lev. 16:7, 9, 21). Esto purificaba el lugar sagrado de la contaminación de todos los pecados confesados y no confesados. El propósito del Día de la Expiación no era ofrecer el perdón a los que ignoraban por su rebelión los remedios ofrecidos. Por el contrario, mostraba el plan divino de purificar el Santuario de toda maldad y rebelión y señalaba una solución más abarcadora. Se esperaba que todos los que tenían un pacto con el Señor fueran leales a él, lo que se demostraba al aceptar los remedios que él proporcionaba.

El Santuario celestialEl sacrificio de Cristo introdujo un nuevo orden. Escuche-

mos cómo lo expresa el autor de Hebreos: «¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?» (Heb. 9:14). Se necesita el sacrificio para que el perdón se haga realidad,

lo que se expresa un poco más adelante: «Y según la Ley, casi todo es purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión» (vers. 22). Cuando una persona es llevada al hospital después de que lo muerde una serpiente, se quitan todas las vendas, y el equipo de primeros auxilios o de para-médicos se retira para dar lugar al médico. Sería suicida que la víctima exigiera que los paramédicos continuaran con lo que estaban haciendo. Ya ha llegado el médico, quien puede resol-ver el problema de manera permanente. «Así que, hermanos, tenemos libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne. También tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios. Acerquémonos, pues, con corazón sincero» (Heb. 10:19-22). Dios requiere que seamos fieles solo a él.

No hay lugar para lealtades divididasEs significativa la promesa divina de Hebreos 10:17:

«Nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones». Cuando nuestros pecados son perdonados, la exigencia de la ley de Dios es satisfecha. Podemos reclamar la justicia de Cristo como la nuestra. Por lo tanto, «no hay más ofrenda por el pecado» (vers. 18). Nuestra lealtad a Cristo no contempla que permanezcamos en el antiguo orden. Hace poco participé en sacar un espíritu maligno. Cuando entré en la habitación donde la víctima era sostenida por dos hombres fuertes, rodeados por pastores, vi que comenzó a convulsionar. Entonces oramos hasta que se calmó. Llegó un momento cuando nos tuvimos que asegurar que estaba consciente, y le pedimos que orara e invocara el nombre de Jesús. Al hacerlo, estaba afirmando su lealtad a Dios y denunciando los espíritus malignos que habían tomado posesión de su vida. En Efesios, Pablo recuerda a los creyentes que tienen que despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo hombre (4:22-24). Cuando Dios nos transforma, ya no hay lugar para lealtades divididas.

Dios quiere que lo tomemos en serio. Él nos ha brindado la única solución permanente al problema del pecado. Satanás también está interesado en nuestra lealtad. No le importa compartir esa lealtad con Dios. Pero Dios solo pue-de ser el Señor de todo. Requiere nuestra lealtad plena con el plan que ha puesto en funcionamiento desde la fundación del mundo. ■

1 Como se insinúa en Génesis 3:21.

Michael Mxolisi Sokupa, Ph.D., es profesor de Nuevo Testamento en el Colegio Superior Helderberg, Sudáfrica. Está casado con Zanele, y tienen tres hijos.

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Adónde vamos?Parecía una pregunta muy simple, pero en 1989,

para un grupo de estudiantes universitarios que que-ría hacer algo afuera del campus era una situación incómoda. El Colegio Superior Helderberg, ubicado en la bella Provincia del Cabo, en Sudáfrica, se encuentra recostado en la ladera de los Montes Helderberg, y cuenta con una vista impresionante del Océano Índico. Lo natural para un sábado de tarde era caminar por la playa o la Reserva Natural Helderberg. Sin embargo, había un problema: éramos un grupo mixto, en su mayoría de blancos, algunos coloureds (mestizos), un negro y un indio. Aunque ya era el ocaso del apartheid, algunas costumbres eran difíciles de abandonar. En la playa aún había letreros que proclamaban: «Solo para blancos».

F O T O G R A F Í A S : E D W A R D A . A P P O L L I S

C O R T E S Í A H E L D E R B E R G C O L L E G E

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Chantal y Gerald Klingbeil

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La Sudáfrica del apartheidPara todo el que nació en Sudáfrica después de la Segunda

Guerra Mundial, el apartheid era el patrón que regía toda la vida, procurando segregar y separar por completo las diversas razas. Comenzó oficialmente en 1948 cuando el Partido Nacional ganó una victoria electoral decisiva en el país e implementó una política de «separación» o apartheid, basada en la ideología de la supremacía blanca. El sistema fue abolido oficialmente en 1994 después de las primeras elecciones multirraciales.

La segregación racial, por supuesto, no fue una invención sudafricana, porque ya era un elemento destacado aun antes de la era colonial y una realidad en muchas partes del mundo. Sin embargo, lo nuevo es que pasó a ser parte de las leyes y conformar la base del gobierno. La legislación clasificó la población en cuatro grupos raciales: «blancos», «nativos» o «negros», «coloureds» o «mestizos», y «asiáticos» o «indios». Se segregaron entonces las áreas residenciales, la educación, la

Más

Lecciones de la transformación de un colegio adventista

mirar hacia atrás, se puede notar cuán profundamente se afianzaron los valores del apartheid en el corazón y la mente de los miembros. Cuando en la década de 1960, Alwyn du Preez, el primer estudiante coloured, fue admitido en Helderberg, no se le permitió vivir en el campus ni usar las instalaciones del colegio con excepción del salón de clases y la biblioteca. Tampoco se le permitió asistir a la ceremonia de graduación o que su fotografía estuviera junto a la de su clase de graduandos.

Muchos miembros y administradores acaso creyeron que las estrictas leyes del apartheid no les daban otra opción. Pero jamás se probó hasta qué extremos legales podría haber lle-gado la institución como modelo de la hermandad cristiana. Pueden haber existido otras opciones para ser líderes y no seguidores, como lo demuestra un sorpresivo intercambio entre la institución y las autoridades educativas del gobierno. En 1971, Robert Hall, un estudiante negro proveniente de Zimbabue, logró completar sus estudios en Helderberg bajo las mismas condiciones que du Preez. Al solicitar un permiso especial para admitir a Hall, el colegio recibió una sorpresiva respuesta afirmativa, y la explicación de que «no es, ni jamás ha sido política del gobierno interferir en la educación de los ministros de ninguna denominación».2

Para entonces, Sudáfrica estaba experimentando tre-mendos cambios sociales. Las demostraciones y las revueltas sacudieron los fundamentos del apartheid. Estos cambios sociales y el deterioro de la situación económica afectaron a Helderberg, que desde 1972 realizó movimientos tentativos de integrar a los coloureds que estudiaban teología. En 1974 tuvieron los primeros estudiantes de esa raza, que tampoco pudieron alojarse en el campus ni pasar de los salones de clase y la biblioteca, aunque se les permitió graduarse junto con sus compañeros.

Durante las décadas de 1970 y 1980, el apartheid sufrió transformaciones debido a las presiones internas e interna-cionales y a las dificultades económicas. En 1983 se formó un parlamento tricameral que autorizó la representación de los coloureds y asiáticos. En 1986 se abolieron las odiadas leyes de pases. Esta fue también la etapa de mayor violencia política.

Cambios realesEn febrero de 1990, el presidente sudafricano F. W. de

Klerk anunció la liberación de Nelson Mandela de prisión, lo que dio inicio al lento proceso de desmantelar el sistema

De izquierda a derecha: ASÍ ERA: El Colegio Unión Claremont en 1917. Fue el precursor del Colegio Superior Helderberg. CLASE DE 2010: Los graduandos de la clase 2010 posan para una fotografía grupal antes de abandonar el campus para servir en el nombre de Cristo. SÍMBOLO DEL CAMPUS: El templo del colegio, un lugar familiar para la institución.

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atención médica, las playas y otros servicios públicos. A partir de 1970, los negros perdieron su ciudadanía y se convirtieron legalmente en ciudadanos de uno de los diez grupos tribales autónomos. Los movimientos de la población negra estaban limitados, dado que se requería un pase especial para encon-trar trabajo en las ciudades. Esto hizo que muchas familias quedaran separadas cuando el padre iba a trabajar en la ciudad pero su esposa e hijos tenían que permanecer en sus territorios.

El colegio durante el apartheidAlgo tan abarcador como el apartheid no podía pasar

por alto a la Iglesia Adventista. Los adventistas comenzaron su misión en Sudáfrica en la década de 1890 y, para entonces, la sociedad ya estaba dividida informalmente por razas.

A pesar del ambiente social, los pioneros y educadores adventistas parecen haber tenido una visión inicial más amplia que la sociedad en general. Los registros muestran que el Colegio Claremont Union, establecido

en 1892 y uno de los dos predecesores de Heldeberg, contaba con al menos un alumno de raza negra y varios coloureds. Después de su traslado a una zona más rural y su cambio de nombre (Colegio Spion Kop), se comenzaron a ofrecer clases de zulú, una de las dos lenguas nativas más destacadas de Sudáfrica. No hay duda de que los educadores tenían en mente la misión de la iglesia.1

El Colegio Spion Kop terminó siendo demasiado rural y solo graduó a treinta y dos estudiantes. La educación adventista en Sudáfrica necesitaba un nuevo hogar y, en 1928, el Colegio Helderberg abrió sus puertas en el campus actual, de óptima ubicación.

El colegio tenía un nuevo hogar y un nuevo himno oficial, que comenzaba con las palabras «¡Viva Helderberg, del África la luz!». Fue una tarea que docentes y alumnos se tomaron muy en serio. Antes de la Segunda Guerra Mundial, los ex alumnos de Heldeberg estaban trabajando en todo el continente africano.

Cuando Sudáfrica recibió sanciones internacionales, el colegio ya no pudo preparar y enviar misioneros. Sin este enfoque misionero, los cambios sociales y políticos sutilmente llegaron a ser la norma de la institución. En lugar de ser la luz del África, el colegio se dedicó tan solo a la pequeña comunidad adventista blanca de Sudáfrica. Al

oficial del apartheid. El 27 de abril de 1994, se llevaron a cabo las primeras elecciones democráticas inclusivas en el país, en las que gente de todas las razas pudo emitir su voto.

En medio de estos tremendos cambios, en 1991 se cerró el Departamento de Teología del Colegio Superior Bethel (el colegio para gente de color), y todos los estudiantes de teología fueron transferidos a Heldelberg.

Aún están vívidas en la memoria las largas hileras de personas aguardando con paciencia para emitir su voto por primera vez. Desde entonces, el país y la Iglesia Adventista han hecho grandes avances, procurando transformar las realidades políticas, sociales y económicas.

La transformación también alcanzó a Helderberg. Una prioridad fue la integración de un cuerpo docente de etnias diversas. En 2005, Gerald du Preez llegó a ser el primer rector coloured de la institución, y en 2010 le siguió Tankiso Letseli, el primer presidente negro del colegio. Cuando a comienzos de 2011 Letseli recibió un llamado para ser el nuevo presi-dente de la Unión Asociación Sudafricana, Paul Shongwe se convirtió en el segundo presidente negro.

Casi 18 años después de esa primera votación histórica, la institución continúa su proceso de transformación. Hoy cuenta con un cuerpo docente internacional en tres facultades (Humanidades, Ciencias Económicas y Teología). Uno de los desafíos del colegio sigue siendo estimular el sentimiento de pertenencia, procurando que todos los entes de la iglesia involucrados y la comunidad, se identifiquen con la insti-tución mediante una nueva gama dinámica de carreras que satisfagan las necesidades de los estudiantes. La matriculación está mejorando y el cuerpo estudiantil ahora refleja más estrechamente la demografía del país.

Helderberg brinda una educación de calidad, y también sirve como un modelo dinámico de la unión de instituciones que han estado creciendo en forma separada. Aunque es verdad que las formas de pensar y actitudes arraigadas por

generaciones no cambian de la noche a la mañana, el colegio está preparando a jóvenes adventistas para que trasciendan las diferencias de color y raza para tomar en cuenta a los seres humanos. Helderberg no busca ser un crisol de razas. Por el contrario, los docentes y estudiantes son viajeros de una travesía de descubrimiento que trasciende por lejos el aspecto académico. La educación adventista también implica apren-der a ver y apreciar las diversas culturas, y un autodescubri-miento, por el cual cada persona puede aprender a apreciar sus aspectos positivos y ser consciente de las debilidades de su cultura. Por sobre todo, implica un descubrimiento práctico del poder del amor divino, que puede unirnos con un objeti-vo y una misión comunes.

Lecciones que aprenderLos cambios no se están produciendo solo en Sudáfrica. El

cambio es una realidad en todo el mundo. ¿Qué pueden hacer las instituciones adventistas en este mar de cambios sociales? ¿Qué podemos aprender de la experiencia de Helderberg?

1. Leamos en primer lugar las instrucciones: Muchos no leen las instrucciones. Sienten que ya saben para qué sirve el producto, y sin más comienzan a armarlo. A menudo se ven forzados más adelante a revolver la basura en busca de las instrucciones. Y a veces es muy tarde para reparar el daño.

En cierta ocasión, Jesús contó una historia similar. No hablaba de instrucciones, sino de cimientos. ¿Recuerda al hombre que fundó su casa sobre la arena (Mat. 7:24-27)? Desafortunadamente, a menudo nos unimos a los construc-tores sobre la arena cuando nuestro entusiasmo supera la obra tranquila pero esencial de conocer la orientación divina para nuestras instituciones y emprendimientos. Necesitamos una teología sólida y una clara visión antes de lanzarnos a construir o abrir un restaurante vegetariano, centro comuni-tario, casa editora, grupo de jóvenes, escuela primaria, clínica o universidad.

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De izquierda a derecha: CUERPO ESTUDIANTIL: Los alumnos del Colegio Superior Claremont, en una salida allá por 1917. NUEVO RECTOR: Paul Shongwe es el segundo rector de color en Helderbeg. SERVICIO COMUNITARIO: Alumnos de Helderberg visitan la comunidad como parte del Programa de Transformación MFuleni.

La transformación, un cambio de corazónLos adventistas entendemos que la transformación está

muy relacionada con la conversión. Lo injusto es declarado justo. El pecador llega a ser hijo de Dios. El perdido es hallado. Es un proceso del corazón. Jamás es cuestión de reglamentos, porque nuestras mentes tienen que cambiar. Los sistemas políticos van y vienen. Los valores sociales cambian. El egoís-mo, los prejuicios, el orgullo, el abuso, la envidia y la codicia encuentran nuevas formas de expresión. Pero la transforma-ción del Espíritu Santo no es un proceso que se produce por la fuerza, las amenazas o la coerción. Gerald du Preez nos recuerda: «Tenemos que entender que a cada uno de nosotros, no importa en qué etapa de transformación nos encontremos, nos ha llevado un buen tiempo llegar allí. Otros han tenido que ser pacientes con nosotros para que estemos donde estamos. Tenemos que extender la misma paciencia a los demás».

Durante la graduación 2007, la transformación alcanzó con fuerza a Helderberg. Alwyn du Preez y Robert Hall, quie-nes jamás se pudieron graduar oficialmente, caminaron por el pasillo del Hall Anderson y recibieron sus diplomas y una ovación de pie, casi cuarenta años después de completar sus estudios. Un mal público, había sido corregido en público. La transformación se había hecho real, y había unido una nueva comunidad.

Paul Shongwe, actual rector de Heldelberg, recurre a esta útil metáfora: «Cuanto más cerca estamos de Dios, mejor nos relacionamos con los demás […]. Dios llega a ser el centro». La transformación bíblica se centra en Dios y requiere un cambio de mentalidad. Ezequiel lo resume poderosamente: «Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne» (36:26). ■

1 Por un buen resumen de la historia temprana del Colegio Superior Heldelberg, véase D. F. Neu-feld, ed., Seventh-day Adventist Encyclopedia (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1996), vol. 10, pp. 686-688.2 I. F. du Preez y Roy H. du Preez, A Century of Good Hope: A History of the Good Hope Conference, Its Educational Institutions and Early Workers, 1893-1993 (East London: Western Research Group/Southern History Association, 1994), pp. 109-113. También nos resultó útil leer Jeff Crocombe, «The Seventh-day Adventist Church in Southern Africa—Race Relations and Apartheid» (traba-jo presentado en el encuentro de la Asociación de Historiadores Adventistas, Colegio Superior Oakwood, 2007).3 Phillip Wessels a Elena White, 14 de enero de 1893.

Chantal y Gerald Klingbeil escriben desde Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, donde Gerald trabaja como

editor asociado de ADVENTIST WORLD mientras que Chantal es maestra de sus tres hijas. El Colegio Superior Heldelberg ocupa un lugar especial en sus corazones, porque allí se conocieron, además de contraer matrimonio en Sudáfrica. Aún recuerdan cuando votaron en esa primera elección inclusiva de 1994.

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En el caso de Heldelberg, los líderes y laicos podrían haber tenido una mejor base para to-mar decisiones durante el apartheid si hubieran cuestionado las tendencias sociales de entonces y escudriñado la Palabra de Dios y las afirmaciones del Espíritu de Profecía en busca de consejo. Si no procuramos activamente hacer la voluntad de Dios, seguiremos a la mayoría. La ideología acep-table para la sociedad actual llegará a ser nuestra norma de operación.

2. Seamos activos, no reactivos: Para ello, nece-sitamos tener una clara comprensión de la volun-tad de Dios para nuestra vida. En efecto, Jesús nos llama a ser la sal de la tierra (Mat. 5:13).

En Sudáfrica, la Iglesia Adventista estaba dividida según las razas mucho antes de la introducción formal del apartheid en 1948, y reflejó en gran medida lo que sucedía en la socie-dad de esa época.

Letseli lo expresa así: «No esperemos que el ambiente nos dicte qué hacer, porque seremos superados por los eventos. Seamos líderes de la transformación. El mundo está cam-biando. Creo que la educación tiene que prepararnos para ser agentes de cambio, en lugar de responder meramente a este. Todos deberían tener la posibilidad de aprender y de ver en nosotros modelos dignos de imitar».

3. Jamás olvidemos la misión: Ser adventistas o administrar una institución adventista en ciertos climas políticos puede significar un delicado acto de equilibrio. A veces se necesita gran tacto y adaptación para evitar que la obra se cierre por asumir una postura controvertida. Por otro lado, es preciso que no prediquemos un evangelio diferente, por temor a las repercusiones políticas o sociales.

La influencia del liderazgo no puede ser sobreestimada. Philip Wessels, pionero adventista sudafricano, escribió a Elena White en 1893: «Hay una línea racial muy bien marcada en esta sociedad. Por mi parte, no tengo problemas. Puedo estrechar la mano de las personas de color sin problemas. Pero nuestra asociación con ellos arruinará nuestra influencia con otros que están acostumbrados a estas cosas […]. Si que-remos tener alguna influencia con la clase más alta, tenemos que respetar estas diferencias».3

Wessels decidió que en lugar de tomar una posición moral de igualdad racial, conservaría al menos externamente, los valores de la cultura que lo rodeaba para dar el evangelio a cierta sección de la sociedad. Desafortunadamente, esa dirección llegó a ser la norma de la obra adventista en Sudáfrica.

Jamás olvidemos que nuestra misión es alcanzar a todos. Eso significa buscar la manera de no alienar a diversos grupos o entidades políticas. En algunos casos, no hablar en contra de una práctica cultural aceptada puede implicar hablar a favor de ella con nuestro silencio.

El 21 de mayo de 2011, a las 18:00, el mundo rehusó llegar a su fin –un evento dramático que deja

lugar para multitud de nuevos vaticina-dores e infractores reincidentes.1

Los adventistas formados a partir de los sucesos de 1830-1861 y que no han olvidado la manera en que el Señor los ha guiado a lo largo de la historia, aún tienen algo específico que enseñar a otros cristianos, a saber, que todavía debemos trazar planes para el mañana.

Los eventos pueden ser triviales, im-portantes o esenciales. Las distracciones triviales de la vida (los sabores del helado y los estilos de llaveros) y sus urgencias (los horarios de trabajo, los preparativos finales para una boda o la desesperación de comprar regalos para las fiestas de fin de año), pueden ser importantes. Pero más allá de lo trivial y aun de la tiranía de lo urgente, está lo indispensable. Jesús quiere que nos enfoquemos en ello cuan-do nos pide que evaluemos nuestra alma (Mat. 16:16; Mar. 8:36). El cristianismo no es una inconsciencia de fantasía, sino que implica estudiar el mercado a futuro, pensar en el mañana y asegurar el nuestro ahora.

Consejos para el tiempo del finEs trágico que parte del pensamiento

cristiano ha reducido lo esencial a lo trivial. Leemos los consejos de Jesús sobre estar preparados y los reducimos a lo trivial. Leemos los consejos de Jesús sobre estar preparados y los reducimos a un en-tretenimiento académico basado en cifras. Al responder la pregunta de sus discípulos sobre su Jerusalén amada, Jesús expresó de qué manera los que vivieran en 2011 podrían asegurarse el mañana. Esto se debe a que, para él, es esencial contar con un futuro seguro. Vez tras vez promete un gran mañana y, aun hoy mismo, a aquel que tome una decisión por él le asegura «vida eterna» (Juan 3:16), «el reino de los cielos» (Mat. 5:10) y «cien veces más ahora en este tiempo» –con persecuciones– «y en el siglo venidero la vida eterna» (Mar. 10:30).

Sin embargo, lo que más recordamos sobre la preparación para el mañana es que Jesús habló de señales en el cielo, angustia entre los hombres, fraude religio-so y gente temerosa, como pruebas de que su venida está cercana (Mat. 24:5-14, 29; Luc. 21: 25, 26). Algunos insisten que de acuerdo con estas predicciones, los desastres naturales de la tierra están au-mentando en número a medida que nos aproximamos al fin. Otros, por el con-trario, rechazan cualquier afirmación de que existe un patrón o una razón en la locura de los elementos que azotan nuestra vida y el planeta.

A juzgar por esto, el propósito de Jesús al dar consejos sobre el mañana era hacer que sus hijos practicaran pequeños juegos de adición y sustrac-ción, contando terremotos por número, intensidad y distribución, para probar que hubo diez grandes sismos hoy en contraste con nueve sismos y medio que se producirán mañana. Esas veinte mil muertes por el tsunami de Japón superan a las trescientas víctimas del tornado en Tennessee. Esa incómoda lucha cristiana sobre el significado, número e intensidad de los tsunamis, huracanes y bombardeos bien puede

llevar o estar basada en la idea de que Dios o los cristianos salen ganando cuando disputan la relativa violencia de los desastres antiguos y modernos, o la crueldad relativa de los asirios de la antigüedad y los modernos Saddam, Hitler o Stalin. Sin embargo, es impro-bable que la intención de Cristo era que esos juegos de cálculo formen parte de nuestra planificación para el mañana. O que el estudio de la Biblia sumado a la lectura del periódico tuviera el propósito de inspirar discusiones sobre cuántos más o menos tienen que morir, cuánta hambruna, pedofilia o atrocida-des tienen que producirse antes de que Jesús regrese.

Enfocados en CristoPor el contrario, las palabras de

Jesús señalan la miseria que nos rodea y que habita en nuestro interior como prueba omnipresente de nuestra condición humana totalmente deses-perante. Ofrecen asimismo evidencias convincentes de la finitud patética de la humanidad y la naturaleza sin Cristo. Jesús busca que aceptemos su singularidad como la única espe-ranza de la humanidad, porque él es el

Por elresto

de lavıdaN Ú M E R O 2 5

Hagamos planes para un mañana real

C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

Lael Caesar

20 Adventist World | Noviembre 2011

único que realmente puede garantizar nuestro futuro. Somos finitos; él es infinito. Somos endebles; él es for-midable. Estamos desesperados; él es nuestro socorro en las tribulaciones. No somos nada, pero él nos dice: «Hijos míos, quiero darles un mañana seguro. Siempre que observen lo que pasa –no solo en 2011 sino desde siempre, pero aún más con el paso del tiempo y el cumplimiento de las profecías– siempre que vean la confusión en la naturaleza, el pánico de las naciones por lo que vendrá, todo lo que acontece –sean sucesos del mundo físico, político, religioso, militar, económico– “cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vues-tra redención está cerca” [Luc. 21:28]». Por eso, siervos de Dios la trompeta tocad: ¡Cristo muy pronto vendrá! Ese es nuestro mañana y nuestra esperanza; esa es nuestra mejor inversión y nuestra seguridad.

Eso es lo que Jesús, Pablo y Juan dijeron siglos antes del cumplimiento de la predicción de los 2.300 días (1 Tes. 4:13-18; Apoc. 22:6-10). El

cumplimiento profético no hace que de un día para el otro se vuelva aceptable mirar a Jesús y dejar de centrarnos en el yo. Por el contrario, las profecías pre-dictivas demuestran a los observadores honestos cuán imposible de probar pero confiable, es la palabra del Dios cuyas manos sostienen los tiempos y las edades, cuyos ojos ven el fin desde el principio, y quien conoce todos nuestros mañanas. Desde un principio era nuestro deber mirarlo a él y dejar de concentrarnos en nosotros mismos. «Tu futuro me pertenece –nos dice–. Tu corazón no tiene que preocuparse aunque otros lo hagan; si crees en Dios, tienes que creer que soy digno de con-fianza. Asegura ahora mismo tu futuro, durante el “día de salvación” [2 Cor. 6:2]. Solo yo y nadie más puede salvarte [Isa. 43:11]. Y regresaré a buscarte para que estemos juntos para siempre».

Cualquier análisis de los sermones de Cristo sobre el tiempo del fin (Mat. 24 y Luc. 21) tiene que tomar en cuenta esta relación entre sus predicciones de desastres naturales, económicos, polí-ticos y espirituales y el acontecimiento

culminante de su segunda venida. Jesús no recomienda jugar con los números de las catástrofes antiguas o recientes como pasatiempo inteligente para los sábados de tarde. Por el contrario, el que arrojó nuestra vergüenza a lo pro-fundo del mar quiere que aseguremos nuestro futuro e instemos a que todos también lo hagan, al invertir en él ahora mismo para el mañana y para la eternidad. Es mucho más significativo y productivo que determinar cuántos murieron o se salvaron de la última locura de Satanás. Y mucho más esencial para el resto de nuestra vida. ■

1 Mientras escribo estas líneas, algunos aguardan el fin del mundo predicho por Howard Camping el próximo 21 de octubre. Véase http://www.nytimes.com/2011/05/24/us/24rapture.html.

La segunda venida de Cristo es la bienaventurada esperanza de la iglesia, la gran culminación del evangelio. La venida del Salvador será literal, personal, visible y de alcance mundial. Cuando regrese, los justos muertos resucitarán y junto con los justos vivos serán glorificados y llevados al cielo, pero los impíos morirán. El hecho de que la mayor parte de las profecías esté alcanzando su pleno cumplimiento, unido a las presentes condiciones del mundo, nos indica que la venida de Cristo es inminente. El momento cuando ocurrirá este acontecimiento no ha sido revelado, y por lo tanto se nos exhorta a estar preparados en todo tiempo. (Tit. 2:13; Heb. 9:28; Juan 14:1-3; Hech. 1:9-11; Mat. 24:14; Apoc. 1:7; Mat. 24:43, 44; 1 Tes. 4:13-18; 1 Cor. 15:51-54; 2 Tes. 1:7-10; 2:8; Apoc. 14:14-20; 19:11-21; Mat. 24; Mar- 13; Luc. 21; 2 Tim. 3:1-5; 1 Tes. 5:1-6).

Lael Caesar se sumó hace poco a la familia editorial de ADVENTIST WORLD después de quince

años de trabajar como profesor de religión en la Universidad Andrews EE. UU.

segunda venidac r i s tode

Jesús busca que aceptemos su singularidad como la única esperanza de la humanidad.

La

Noviembre 2011 | Adventist World 21

hechosLos

apóstolesde los

Un don que cumple cien años

P A T R I M O N I O W H I T E

Arriba: REGALO DE CUMPLEAÑOS: Copia de la carta que Elena White envió a su hijo, diciéndole que repartiera ejemplares de su último libro entre amigos y colegas. Abajo: Cada libro incluía una inscripción firmada en la primera página.

D E S C U B R I R E L E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

Os envío este libro con la esperanza de que su registro de incansable servicio os anime para perseverar hasta que el conflicto llegue a su fin». Eso escribió Elena

White al celebrar su octogésimo cuarto cumpleaños y enviar ejemplares autografiados de Los hechos de los apóstoles, de reciente publicación, a un grupo de amigos y colegas cercanos.

En respuesta a una necesidadDurante más de una década Elena White había deseado

revisar la edición agotada de Sketches From the Life of Paul (Esbozos de la vida de Pablo), que en 1883 había sido enviada a la prensa, a las apuradas. La historia de Los hechos de los apóstoles nos lleva a reflexionar en esa obra y su historia.

Las lecciones de la Escuela Sabática de 1881 y 1882 trataron de la vida de Cristo y, en el segundo trimestre de 1883, se

«

había planeado que estuvieran dedicadas al libro de los Hechos y al ministerio de Pablo. Los líderes de la iglesia habían sugerido un comentario bien conocido de W. J. Conybeare y J. S. Howson como lectura adicional del estudio. Elena White misma había usado esa obra en sus escritos anteriores sobre los apóstoles, y hasta lo había recomendado en las páginas de la revista Signs of the Times: «Considero que The Life of St. Paul, de Conybeare y Howson, es un libro de gran mérito y de extraordinaria utilidad para el estudio sincero de la historia del Nuevo Testamento».1

Muy pronto, sin embargo, como recordó más tarde su hijo Guillermo White, «los maestros de Escuela Sabática y los laicos se quejaron porque la obra [de 764 páginas] era dema-siado voluminosa y pesada, y dijeron que los escritos simples de la señora White serían mucho más útiles para la mayoría de nuestro pueblo; se le pidió entonces a la señora White que escribiera un libro que pudiera ser usado como ayuda para el estudio».2

Elena White y sus asistentes trabajaron con rapidez para recopilar lo que ya había escrito sobre el tema, y a eso le agregó materiales adicionales.3 Sketches From the Life of Paul se publicó en junio de 1883 y entonces se enviaron ejemplares a los encuentros campestres. Según Guillermo White, se imprimieron dos ediciones de cinco mil ejemplares cada una, que se agotaron a mediados de la década de 1890. Cuando se quiso hacer una reimpresión del libro, Elena White expresó en cambio que deseaba preparar una edición revisada.4 Sin embargo esta intención se vio retrasadas puesto que primero debía terminar El Deseado de todas las gentes (1898), Palabras de vida del gran Maestro (1900), La educación (1903), y El ministerio de curación (1905), entre otras obras. Recién hacia fines de 1910 pudo concentrarse más en revisar el manuscrito.

Es interesante que así como las lecciones de Escuela Sabática de 1883 motivaron el primer volumen sobre la vida de Pablo, las de 1911 sobre el libro de los Hechos, la animaron a completar la edición revisada de la obra.

Guillermo White describió de qué manera los asistentes de Elena White dedicaron unos cinco meses a buscar lo que había escrito sobre la vida y enseñanzas de los apóstoles antes de organizar las selecciones en capítulos. La señora White recibió los manuscritos, los leyó, «día tras día y los marcó a voluntad, intercalando y añadiendo palabras, frases y oraciones para que sus declaraciones fueran más claras y contundentes». Guillermo agregó: «Con frecuencia mamá nos daba instrucciones sobre puntos importantes que había escrito y que quería que nos esforzáramos por encontrar en sus escritos».5

El armado el libroComo sabían que el libro no estaría a tiempo para el

comienzo de las lecciones, los asistentes enviaron artículos a las publicaciones de la iglesia, extraídos de la «obra en preparación».

Al escribir a Guillermo a mediados de febrero de 1911, Elena White expresó así sus esperanzas en relación con el impacto espiritual del libro en los lectores: «Desde que te fuiste, me he dedicado por completo a preparar los materiales sobre la vida de Pablo. Estamos tratando de presentar evi-dencias bíblicas de la verdad, que creemos, serán apreciadas por nuestro pueblo. Me he preocupado por introducir en este libro temas que serán de especial ayuda para nuestros obreros que acaso tengan que atravesar experiencias similares a las que tuvo que enfrentar la iglesia cristiana primitiva. En la historia de los Hechos de los Apóstoles hay muchas cosas que, de aplicarse a la vida diaria, inspirarán a nuestros hermanos y hermanas con un deseo de buscar una vida espiritual más elevada y mayor poder, y la sabiduría para cooperar con las inteligencias celestiales para la salvación de las almas».6

La correspondencia de ese año revela los progresos del manuscrito y el entusiasmo de Elena White al acercarse a su compleción: «Últimamente he estado muy ocupada para ter-minar el libro sobre los Hechos de los Apóstoles –le escribió a su nieta Mabel en septiembre de 1911–. Creo que mi parte en esta obra está casi terminada».7 El 6 de octubre le escribió al pastor Haskell: «Mi libro Los hechos de los apóstoles ha sido enviado a la imprenta».8 Seis semanas después tuvo el primer ejemplar en sus manos.

La historia del pueblo de Dios en el siglo I puede inspi-rarnos a emular su valor y confianza en la fidelidad de Dios en tiempos en que los sucesos catastróficos son cada vez más numerosos. Si usted no ha leído últimamente ese poderoso libro, lo invito a repasar su mensaje. Ese don de Elena White a la iglesia ha cumplido cien años, pero la historia de lo que puede hacer el Espíritu Santo cuando los corazones se entregan plenamente al Señor, se renueva cada día. ■

1 Signs of the Times, 22 de febrero de 1883, p. 96.2 Guillermo White, «Brief Statements Regarding the Writings of Ellen G. White», pp. 9, 10. 3 La tercera parte aproximadamente del material preexistente fue extraído de la obra de Elena White Spirit of Prophecy, t. 3, publicada en 1878 (que apareció en forma paralela en la Serie Redemption, números 7 y 8).4 Guillermo White a F. M. Wilcox, 1 de abril de 1917. Algunos han afirmado erróneamente que el libro no fue reimpreso para evitar la amenaza de una demanda de los editores de la obra de Conybeare y Howson, dado que Elena White había usado su popular obra al preparar el manuscrito. Los editores del libro, sin embargo, negaron tener conocimiento de semejante objeción, o de la posibilidad de una demanda legal, dado que la edición que publicaron no contaba con derechos de autor.5 Guillermo White a L. R. Conradi, 8 de diciembre de 1911. Por el trasfondo adicional sobre la preparación del libro, véase Arthur L. White, Ellen G. White: The Later Elmshaven Years, 1905-1915, pp. 340-344. 6 Elena White, Carta 4, 1911 (A Guillermo C. White, 15 de febrero de 1911).7 Elena White, Carta 72, 1911 (A Mabel Workman, 18 de septiembre de 1911).8 Elena White, Carta 80, 1911 (A S. N. Haskell, 8 de octubre de 1911).

Tim Poirier es vicedirector del Patrimonio White en la sede central de la Iglesia Adventista, en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.

apóstoles

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El título del sermón era: «Por qué no estamos listos para el Pentecostés».

¡Va a ser una buena amonestación para los perezosos espirituales!, pensó Atonte Myers, esposa del pastor Ivor Myers. Pero al escuchar el sermón, Atonte comenzó a darse cuenta de su propia necesidad de reavivamiento. Se convenció de su condición pecaminosa y ese día, junto con otros feligreses, se puso de pie cuando su esposo hizo un llama-

calle decidieron entrar, y otros regresaron después de muchos años. Nos regocija-mos al ver que Dios estaba respondiendo a nuestras oraciones».

Los Myers entonces tuvieron una idea: ¿Y si invitamos a otras iglesias de la zona para orar durante diez días? ¿Y si toda la Asociación participa? ¿O toda la iglesia mundial? El pastor Myers pronto consiguió el apoyo de Jerry Page, quien por entonces era presidente de la Asociación Central de California, y así

O p e r a c i ó n

do para dedicar diez días consecutivos para orar por el derramamiento del Espíritu Santo. No fueron diez días de predicaciones, sino de oración y ruego por la bendición del Espíritu.

Cada noche, hasta setenta miembros de la iglesia del pastor Myers en California, Estados Unidos, oraron por un tema específico como el verdadero arrepen-timiento, el perdón, la testificación y temas familiares.

«Oramos con frases breves en lugar de oraciones extensas –dice Atonte–. Eso hizo que el tiempo volara y que todos es-tuviéramos concentrados en la plegaria».

La Santa Cena de la última noche produjo reconciliaciones y «la sanidad tan necesaria en nuestra iglesia –dice Atonte–. Algunas personas que se había distancia-do durante años, lloraron, se abrazaron y pidieron perdón por su enojo y amargura. El sábado siguiente la iglesia estaba llena –añade–. Algunos que andaban por la

nació este movimiento de los feligreses denominado «Operación lluvia global».

Para fomentar el reavivamientoNadie esperaba lo que sucedió a

continuación. La idea se esparció con rapidez, y pronto más de mil ochocien-tas iglesias en ochenta países se registra-ron para participar del primer evento mundial, llevado a cabo en enero de 2007. Al finalizar, llovieron testimonios sobre iglesias que experimentaron el reavivamiento, conversiones y un entu-siasmo renovado por el evangelismo y las relaciones restauradas.

«El Señor me mostró que solo me-diante corazones humildes, verdadero arrepentimiento y oración conjunta como hicieron los apóstoles, hemos de experimentar el reavivamiento y recibir el derramamiento del Espíritu Santo que necesitamos para dar el mensaje a todo el mundo», dice Atonte.

Desde entonces, cada mes de enero, cientos de iglesias del mundo participan de esta iniciativa de oración.

La conexión con «Reavivamiento y reforma»

Como parte de la iniciativa «Reavi-vamiento y reforma» de la Asociación General, durante el Concilio Anual 2010, la Junta Directiva de la iglesia mundial votó hacer de los diez días de oración un evento mundial cada enero. La próxima «Operación lluvia global» ha sido planificada del 4 al 14 de enero de 2012, y contará con encuentros diarios de oración. El último día, un sábado, habrá una celebración especial.

La casa editora Pacific Press ha im-preso un libro de Mark Finley titulado 10 Days in the Upper Room [Diez días en el aposento alto].

Las congregaciones, grupos peque-ños o individuos interesados en ser

globallluvia Una

iniciativa de los miembros se extiende por el mundo

Janet Page

D A V I D S H E R W I N

V I D A A D V E N T I S T A

24 Adventist World | Noviembre 2011

parte de «Operación lluvia global 2012» pueden visitar www.revivalandrefor-mation.org y presionar en «Operation Global Rain» para registrarse. En el sitio pronto se incluirán hojas temáticas dia-rias que los miembros, líderes y pastores podrán usar para coordinar momentos efectivos de oración grupal. Se anima a los grupos a que destinen una hora por día para orar juntos. Cada persona tam-bién podrá orar sola o con sus amigos si no está cerca de una iglesia participante. Todos deberían recordar las palabras de Jesús en Hechos 1:8: «Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos».

Durante la hora diaria de oración, se recomienda orar con frases breves para que todos puedan orar más de una vez. Esto ayuda a mantener la concentración y evita oraciones que podrían resultar cansadoras. Elena White dice: «[Muchas] oraciones son largas y mecánicas. Cansan a los ángeles y a la gente que las escucha. Las oraciones deben ser cortas y directas. Déjense las largas y fatigantes peticiones para la cámara privada, si alguno las tiene que ofrecer. Dejemos al Espíritu de Dios entrar en nuestro corazón, y él apartará toda árida formalidad».1

Los momentos de oración deberían basarse en la Palabra de Dios. Pueden comenzar con alabanza, con la lectura de un salmo u otro pasaje bíblico de

■ Pídale a Dios que prepare su corazón para estos diez días especiales.

■ Pida a una o más personas que se le unan, o pídale a su pastor que toda la iglesia participe del evento.

■ Elija un momento conveniente para orar juntos. De ser posible, dedique una hora diaria a la oración grupal.

■ Inicie y termine la oración grupal con alabanzas y acción de gracias. Escoja un salmo que pueda usar de oración.

■ Ore en frases breves para que cada persona pueda orar más de una vez y para que el Espíritu Santo le muestre cómo orar.

alabanza. Cuando oramos por la salva-ción de un individuo, es útil reclamar promesas como las de Jeremías 24:7.

«Nuestras oraciones deberían estar saturadas por la Palabra de Dios –dice Page, ahora el secretario de la Asociación Ministerial de la Asociación General–. Queremos asegurarnos de que estamos orando según su voluntad. Es nuestro deseo y oración que cada iglesia, congrega-ción, grupo pequeño e individuo participe de un esfuerzo conjunto para orar por el Espíritu. Sabemos que solo mediante el derramamiento de la presencia y el poder del Espíritu recibiremos poder para alcan-zar a este mundo con el amor de Jesús, de manera que él pueda regresar muy pronto».

Elena White enfatizó la misma necesidad: «Debemos rodear el mundo con una cadena de creyentes sinceros en oración. Que todos oren con humildad. Los vecinos pueden unirse a orar por el Espíritu Santo. Que los que no pueden salir de su hogar reúnan a sus hijos para aprender a orar juntos. Que reclamen la promesa del Salvador: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”».2

Cada oración es importanteTed N. C. Wilson, presidente de la

Iglesia Adventista mundial, cree que el cielo está «aguardando ansiosamente que el pueblo de Dios se levante y reclame la

bendición del Espíritu de Dios. La prome-sa “pedid y se os dará” es certera. El Señor responderá las oraciones para el derrama-miento de su Espíritu. La culminación de la obra de Dios no será resultado solo de mayores esfuerzos o diferentes métodos. El poder del Espíritu de Dios obrando en la vida de su pueblo iluminará efecti-vamente al mundo con la gloria de Dios, para que Jesús pueda regresar».

En esta importante obra se nece-sitan las oraciones de cada uno de los miembros. Toda oración sincera por el Espíritu Santo será respondida con poder, porque Dios no espera que em-peore la condición del mundo sino que su pueblo unido lo busque.

Si desea unirse a otros para buscar el Espíritu de Dios durante diez días de ora-ción (del próximo 4-14 de enero de 2012), visite www.revivalandreformation.org y presione «Operation Global Rain». ■

1 Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 74.2 Elena White, en Advent Review and Sabbath Herald, 3 de enero de 1907.

Janet Page es secretaria asociada de Oración, Esposas de Pastor y Familias de la Asociación

Ministerial de la Asociación General en Silver Spring, Maryland, EE. UU.

1Odías de oraciónConsejos para participar de los

JANET PAGE

■ Haga que los momentos especiales sean más poderosos, dedicándolos a la oración y no a la discusión.

■ Además de los momentos de oración grupal, dedique tiempo personal para estar en comunión con Dios.

■ Participe de algún tipo de ayuno, como por ejemplo, no mire TV, o no escuche música secular, o no mire películas, ni use Internet o no coma postres. Use el tiempo extra para orar y leer la Biblia. Pida a Dios que se le revele personalmente.

■ Pida promocionar los diez días de oración en su iglesia compartiendo testimonios de la manera en que ha obrado Dios por medio de la oración grupal. En ambos sábados durante los diez días, den un énfasis especial a la oración.

■ Pida a Dios que le muestre cinco personas por las cuales orar durante los diez días.

■ Si desea más ideas, visite www.revivalandreformation.org.

Noviembre 2011 | Adventist World 25

Ángel Manuel Rodríguez

P R E G U N TA : ¿Creen los adventistas en el don de sanidad?

Por cierto que sí. Según las Escrituras, Dios puede responder nuestras oraciones y sanar a aquellos por quienes oramos (Sant. 5:13-15). A algunos se les hace

difícil entender la naturaleza de este don por al menos dos razones. En primer lugar, parece ser que la manifestación de este don no es tan común en la actualidad como lo era en el período apostólico; en se-gundo, nuestra percepción se ha visto perjudicada por lo que vemos en las iglesias ca-rismáticas. Algunos creen que el don debería manifestarse entre nosotros de la misma manera que lo hace en esas comunidades cristianas.

1. Es un don divino: Es interesante notar que, en las Escrituras, los milagros y la sanidad no son un fenómeno común. La historia bíblica cubre un período de varios miles de años. En su tota-lidad, puede verse que los milagros y la sanidad no son tan comunes como se podría pensar. Podemos ver también que su número no solo es limitado, sino que solían agruparse en instancias coyunturales de la historia. Por ejemplo, hubo una cantidad significativa de milagros durante el éxodo de Egipto. Fue un momento de crisis, cuando Dios tuvo que manifestar su poder para demostrar que era el verdadero Dios. Durante los ministerios de Elías y Eliseo también se produjeron milagros en cantidad inusual. Esa fue una época de gran apostasía en Israel, donde Dios demostró que era el verdadero Dios de Israel.

Vemos una gran manifestación de milagros de sanidad en el ministerio de Jesús y los apóstoles. Esas muestras singu-lares del poder divino tenían varios propósitos. El principal era validar la misión divina y la autenticidad de la obra de Cristo. Pero a lo largo de la historia bíblica hallamos también manifestaciones esporádicas del don de sanidad. En otras palabras, el don fue permanente entre el pueblo de Dios, pero Dios escogió cuándo manifestarlo de manera más poderosa o intensa. Sucedió en momentos de crisis, cuando Dios reveló que estaba activo en el ministerio de su pueblo, para validar la obra de este y ayudar a los que abrigaban dudas.

2. Experiencia presente y futura del don: El don aún está presente en su iglesia, pero el Señor es quien decide cuándo y de qué manera hacerlo manifiesto. Los milagros de sanidad se producen en el pueblo remanente de Dios en todo el mundo, en respuesta a las oraciones fervientes de los pastores y miem-bros. Son milagros esporádicos, aislados entre sí, mediante la presencia silenciosa del Espíritu entre nosotros. El Señor probablemente ha decidido actuar de esta manera porque en la culminación del conflicto cósmico las fuerzas del mal usarán los milagros para validar sus afirmaciones de que pro-

vienen de Dios (Apoc. 13:13; 16:14). Nuestra seguridad no se halla en los milagros y actos de sanidad sino en las enseñanzas de las Escrituras.

A medida que nos acer-quemos al fin del conflicto cósmico, la apostasía y la confusión alcanzarán dimen-siones mundiales, y Dios manifestará el poder del Espí-ritu de la manera más glorio-sa. El Señor hará más intensa la manifestación del Espíritu entre nosotros, y la profecía de Joel hallará su cumplimiento final (Joel 2:28-32). Dios validará el mensaje y la misión de su pueblo remanente por medio de las Escrituras y la magnífica demostración del poder del Espíritu.

3. La sanidad y la medicina: Hoy día experimentamos el don de sanidad por medio de los servicios médicos. Jesús venció los poderes del mal mediante sus curaciones, y hoy puede actuar mediante los que hallan maneras de prevenir, tratar y sanar las enfermedades. Los que participan en la obra médico misionera y en la investigación, forman parte del conflicto cósmico en el nivel más básico, y el Señor les da sabiduría para ayudarlos a traer sanidad a un mundo afligido y sufriente. La sabiduría que les da el Señor es el don a su iglesia para beneficio de la humanidad. Por lo tanto, la obra médico misionera, llevada a cabo por personas consagradas al Señor que solo buscan la gloria para él, es una manifestación válida del don de sanidad que trasciende las fronteras de la iglesia y proviene del Señor. ■

Ángel Manuel Rodríguez fue hasta su reciente jubilación director del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General.

sanıdaddones

P R E G U N TA S B Í B L I C A S

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26 Adventist World | Noviembre 2011

E S T U D I O B Í B L I C O

Muchos cristianos están llenos de preocupaciones. El temor los lleva a imaginar lo peor. Estos enemigos íntimos de la fe –la preocupación y el temor– les roban el gozo de la vida cristiana. La esperanza se transforma en un espectro, y pasan a vivir en el lúgubre pesimismo de sus pensamientos aterradores. ¿Tiene Dios una respuesta para las mentes preocupadas y los corazones atribulados? ¡Por supuesto que sí! En primer lugar, admitamos que todos nos preocupamos. En este mundo caído, la preocupación es parte de la vida. Nos preocupa nuestra salud, nuestros hijos y nuestras finanzas. Pero la preocupación y el temor se vuelven negativos cuando nos enfocamos y dejamos consumir por ellos. En este estudio aprenderemos cómo enfocarnos en cambio en la realidad del amor, el cuidado y la presencia de Dios en nuestras vidas.

1. Compare la experiencia de los discípulos con la de Jesús durante la tormenta en el Mar de Galilea. ¿Por qué tenían tanto miedo los discípulos? ¿Por qué Jesús tenía tanta calma?«Pero se levantó una gran tempestad de viento que echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Lo despertaron y le dijeron: ¡Maestro! ¿No tienes cuidado que perecemos? Él, levantándose, reprendió al viento y dijo al mar: ¡Calla, enmudece! Entonces cesó el viento y sobrevino una gran calma. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?» (Mar. 4:37-40).

¿En qué estaban pensando los discípulos?

¿Qué llenaba la mente de Jesús?

2. ¿Qué invitación se nos hace cuando estamos agobiados por las preocupaciones y temores?«Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1 Ped. 5:7).

toda vuestra sobre él.

El original griego usa un término para «echad» que significa arrojar todo nuestro peso sobre algo. Podríamos traducir: «Arrojen todo el peso de sus preocupaciones y ansiedades sobre Jesús. Él es plenamente capaz de cargarlas».

3. ¿Cuál es el resultado de echar todas nuestras preocupaciones sobre Jesús, confiando en que él puede cargarlas?«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová, el Señor está la fortaleza de los siglos» (Isa. 26:3, 4).

Dios nos da su paz.

Mark A. Finley

enfrentarpreocupación

temor

Cómo

lay el

Noviembre 2011 | Adventist World 27

4. No siempre podemos controlar cada pensamiento que aparece en nuestra mente. Cuando nos atacan las preocupaciones, ¿qué consejo nos da Jesús?«Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que no os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal» (Mat. 6:33, 34).

Es una cuestión de prioridades; tenemos que enfocarnos en Jesús. Él nos ama y se preocupa por nosotros. Anhela que tengamos una vida feliz y abundante. Los problemas vendrán, pero él es plenamente capaz de encargarse de ellos. Con su fuerza, enfrentemos los desafíos presentes, y estaremos equipados para hacerle frente a los problemas que nos traiga el mañana.

5. ¿Dónde podemos hallar la fuerza para enfrentar nuestros temores más profundos?«En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa afuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. Nosotros lo amamos a él porque él nos amó primero» (1 Juan 4:18, 19).

El perfecto echa fuera el .

La fuerza para enfrentar el temor y las preocupaciones se encuentra en el amor de Dios. Saber que nos ama, y descansar en ese amor, nos libra de los efectos paralizantes y terribles del temor.

6. ¿De dónde proviene el temor? ¿Es Dios quien origina el temor, la preocupación y la ansiedad?«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2 Tim. 1:7).

El temor y la preocupación no provienen de Dios. En ocasiones, la preocupación es producto de circunstancias más allá de nuestro control. En otras, puede ser una emoción que hemos cultivado por años. Por supuesto, Satanás está detrás de todas las emociones negativas que buscan privarnos del verdadero gozo de la vida. El poder de Dios es suficiente para darnos un estado de ánimo saludable, que esté libre de los tormentos de la preocupación.

7. ¿Cómo describe el apóstol Pablo el objetivo final de Dios para todo cristiano sincero?«Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo» (Rom. 15:13).

Dios quiere llenarnos de , y .

La Biblia menciona la esperanza decenas de veces. Dios anhela llenarnos de esperanza. Quiere que tengamos vidas de gozo y paz. ¿Por qué no darle todas nuestras preocupaciones y temores elevando esta simple oración?

«Querido Señor: Confieso que a veces me enfoco más en los problemas que en la solución. A veces me sobrecogen las preocupaciones y el temor. Ahora mismo

decido echar todas mis cargas sobre ti. Creo que tú puedes hacerte cargo de ellas. Por fe recibo la paz, el gozo y la esperanza que tú me

das. En el nombre de Jesús, amén».

28 Adventist World | Noviembre 2011

C A R T A S

busquemos las cosas de arriba y no permitamos que el mundo nos imponga su molde. Es tiempo de que cada uno de los seguidores de Cristo se separe de la multitud y dé el ejemplo, al igual que Daniel y sus amigos.

Muchas gracias por presentar este tema, y por hacer que el mundo conozca el valor y la importancia de «la adoración verdadera».

Litton Prosad MowalieDhaka, Bangladés

La entrevista de Bill Knott con Ted Wilson, y las respuestas de Wilson, fueron muy oportunas y apropiadas para las necesidades de la iglesia actual. De hecho, parece providencial y no una mera coincidencia que las lecciones de la Escuela Sabática también tocaran este tema. El análisis conciso que hace Wilson de la adoración en el contexto de los mensajes de los tres ángeles necesita ser más enfatizado en nuestra iglesia. Estos mensajes especiales de Apocalipsis 14 son, antes que nada, un llamado a adorar al verdadero Dios, al que le sigue un llamado a abandonar los sistemas de adoración falsa del mundo y, por último, un llamado a unirnos a los verdaderos adoradores que «guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús».

En todos nuestros esfuerzos de evangelización tenemos que dar mayor énfasis a la centralidad del llamado a la

verdadera adoración que impregna todo el libro de Apocalipsis, y relacionar todo el resto de las implicaciones proféticas de ese libro con su tema central. Esto es muy importante en vista de las ten-dencias culturales seculares de la actua-lidad, que promueven la «adoración» a estrellas del deporte, del cine, como también a personas de alta posición social, prestigio o riquezas.

Chris EderesingheOriginalmente de Sri Lanka

Felicidad y desesperanzaEl artículo «¿Felicidad o desesperanza?», de Jung Park (Agosto 2011), me ayuda a conquistar la desesperación que he estado sintiendo.

Sí, es real. No podemos evadir las aflicciones. Nos guste o no, llegan hasta nosotros. Pero tenemos la bendición de poder elegir; las fuerzas negativas pueden limitarnos, vencernos y hacernos caer. ¡Pero hay buenas nuevas! Podemos crecer en Cristo. En él nuestra atención se ve atraída hacia una atmósfera creciente de confianza. Si tenemos problemas, estos pueden estancar nuestra relación con el Señor, de manera tal que nuestro apego a él se debilite. Pero en nuestras luchas íntimas e individua-les podemos buscar esa bienaventurada esperanza de la seguridad de reclamar su toque distintivo, mediante su poder y nuestra elección.

Los creyentes deberíamos esforzarnos por alcanzar la igualdad, y enfocarnos en Dios, que nos ve a todos iguales .

– Tovimbanashe Sayi Silang, Cavite, Filipinas

Intercambio mundial

Noviembre 2011 | Adventist World 29

La protección divina de su puebloLa nota de tapa de Agosto 2011, titu-lada «El milagro de Hiroshima», de Ryoko Suzuki, me resultó mara-villosa. El artículo

mencionó que ningún adventista salió herido o perdió la vida durante el bombardeo de Hiroshima. Esto no hace más que mostrar que Dios puede proteger a su pueblo en momentos de dificultad, como lo expresó David en Salmos 91:4-7.

Su promesa de protección siempre está allí si somos fieles. Algunos sufri-mos de incredulidad (falta de fe), pero sé que el Señor puede darnos lo que nos falta si tan solo confiamos en él.

Simpe JaoLaveen, Arizona, Estados Unidos

La adoración verdaderaQuisiera expresar mi gratitud a Adven-tist World y al presidente de la Asociación General Ted N. C. Wilson por la entrevista con Bill Knott titulada «La adoración verdadera» (Agosto 2011).

Me resultó alentadora la hermosa explicación de Wilson sobre la verda-dera adoración y sobre su énfasis en la importancia del reavivamiento y la reforma. Es muy apropiada para el presente, cuando vemos tantos compro-misos con el mundo y cuando muchos son egocéntricos, orgullosos, egoístas y desprecian la verdad. Me alegro al saber que la carga del presidente de la Asocia-ción General es enfatizar la importancia de este tema para la iglesia actual.

Con seguridad, necesitamos que el derramamiento del Espíritu Santo nos reforme y reviva. Qué urgente es que fijemos nuestros ojos en Cristo,

C A R T A S

Sí, a veces nos encontramos con situaciones difíciles, pero Dios tiene el propósito de cumplir su misión en nuestra vida.

Estrella JordanGinebra, Suiza

Da lo mismo cinco o dos que unoMe resultó inspirador el artículo «Da lo mismo cinco o dos que uno», de Richard A. Sabuin (Agosto 2011). Me mostró que los creyentes deberíamos esforzarnos por alcanzar la igualdad, y enfocarnos en Dios, que nos ve a todos iguales. Si como iglesia pode-mos tener ese espíritu, nos sentiremos satisfechos con la manera en que Dios decida usarnos. El enemigo está siempre listo para desparramar a las ovejas de Dios y devorarlas. Sigamos unidos en espíritu mientras aguardamos su próxima venida.

Tovimbanashe SayiSilang, Cavite, Filipinas

La obra de ADRALa noticia publicada en Abril 2011 sobre la obra de ADRA en Haití ha sido un gran estímulo para nosotros en Aru, donde también hemos sufrido calami-

dades (la guerra y sus efectos).

Contamos con miembros de iglesia nuevos y activos, pero la gente aún adora a los espíritus de sus antepasados y a otros espíritus. Al igual que en

Haití, ADRA puede hacer más por los habitantes de Aru.

Jules Kiza Ibona Aru, Distrito of Ituri, República Democrática del Congo

Una travesía extraordinariaEstoy muy contento con el número de Julio 2010 de Adventist World.

Sé que Dios obra maravillas. Oren por favor para que no me desanime y para que Dios me ayude a matricularme en los estudios teológicos.

Creo que los problemas de mi ma-trimonio se solucionarán pacíficamente en el nombre de Jesús. Cuento con sus oraciones, hermanos y hermanas en Cristo. ¡Gracias!

Asa, Kenia

Oren por favor por nuestra escuela y su número de alumnos. Sé que son tiempos económicos difíciles y los padres realmente están sufriendo las consecuencias. Nuestra escuela suele

tener entre 80 y 85 estudiantes; hasta el momento tenemos solo 25 inscriptos.

Veronica, Estados Unidos

Les pido que por favor oren por mí. Fui madre hace poco y a veces tengo temor. Estoy orando por sabiduría para criar a mi hijo.

Janine, Sudáfrica

Oren por favor por mí, para que me mantenga alejada del pecado. Real-mente deseo ser representante de Dios en toda circunstancia y lugar. Oren también por los familiares «perdidos» que ya no asisten a la iglesia. Y por

último, oren por favor para que Dios me dé su bendición de manera que pueda pagar todas mis deudas; a veces siento que ellas me mantienen alejada de Dios.

Syalvia, Malasia

E L R I N C Ó N D E O R A C I Ó N

Cartas al editor; comuníquese a la dirección letters@ adventistworld.org. Las cartas deben hacer referencia a algún tema que haya aparecido en la revista; deben ser claras y al punto; de no más de 250 palabras. Asegúrese de incluir el título, la fecha de publicación y el número de página del artículo. Agregue también sus datos (nombre, ciudad o pueblo, provincia o estado y país). Por motivos de espacio y claridad, dichas cartas podrán ser editadas. Las que lleguen a tiempo tendrán más probabilidades de ser incluidas; no todas serán publicadas.

El rincón de oración; comuníquese a la dirección [email protected]. Pedidos de oración y alabanzas (agradecimientos por oraciones contestadas). Los mensajes de-ben ser breves y concisos; de no más de 75 palabras. Por motivos de espacio y claridad, podrán ser editados. Aunque oraremos por cada mensaje durante nuestras reuniones semanales, no todos aparecerán en la revista. Por favor, junto al mensaje agregue su nombre y su país de procedencia.

Intercambio mundial

30 Adventist World | Noviembre 2011

Entre otros, he leído los artícu-los «Una travesía extraordinaria» y «Moldeados por la Palabra», que realmente me han ayudado en el camino cristiano. Agradezco a Dios por la gran obra que hacen en su viña.

Wamangoli DicksonDistrito Kiboga, Uganda

I N T E R C A M B I O D E I D E A S

En este número de Adventist World, se presenta un informe especial sobre mayordomía («Una entrega plena», de

Penny Brink). Aquí incluimos palabras alentadoras sobre el tema de parte de Robert Lemon, tesorero de la Asociación General.

«La fidelidad de los hijos de Dios en sus diez-mos y ofrendas, aun durante tiempos económicos difíciles, confirma la fe. Durante una recesión, se espera que los diezmos se reduzcan en el mismo porcentaje en que bajan los ingresos de los

miembros, pero este no ha sido el caso. Algunos que durante períodos de bonanza económica no han sido tan cuidadosos con sus diezmos se dan cuenta de que todas las bendiciones, incluido tener trabajo, son del Señor, y buscan arreglar las cosas con Dios. Las bendiciones prometidas en Malaquías 3:10 se aplican tanto a los buenos tiempos como a los momentos de dificultades económicas».

¿Qué piensa usted al respecto? Nos gustaría conocer su opinión sobre este tema. Envíe sus cartas, comentarios o breves incidentes a The People’s Place, Adventist World, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, Maryland, Estados Unidos 20904-6600; fax: (001) 301-680-6638; dirección electrónica: [email protected]. Por favor, no más de trescientas palabras por envío. Tenga a bien incluir su nombre y el lugar desde donde nos escribe.

Aun antes de comenzar el primer grado, Bernard, que ahora tiene siete años, había escogido una iglesia, cuando se sintió atraído por las actividades

de la misma en febrero de 2010, durante unas reuniones de evangelización en la Clínica Geja, cerca de Sanyati, Zimbabue. Cuando su nuevo maestro le preguntó por su iglesia, él mencionó la iglesia adventista Katsime.

Poco tiempo antes el niño les dijo a sus padres que que-ría ir a la iglesia los sábados y cada sábado se preparaba para asistir. Su padre no es creyente, pero le permitió ir a la iglesia y hasta pidió a su esposa que lo ayude a preparar la ropa que el muchachito usaría. No mucho después que Bernard comenzó a asistir a la iglesia, un amigo se le unió, y ahora van juntos cada sábado.

La madre de Bernard asiste a una iglesia católica, pero como su hijo tiene tantos deseos de asistir a la iglesia adventista, ella se lo permite. Hace poco, pidió a los adventistas que oren por ellos. Oramos para que el poder de Dios y la influencia del Espíritu Santo lleven a los padres de Bernard a acompañar a su hijo, y para que finalmente ellos también lleguen a ser miembros de nuestra iglesia.

–Juta Makanda, Sanyati, Zimbabue

Fiel en todo momento

Un muchachito decide ir a la iglesia.

AB

EL

L

UT

HU

LI

P A K O E . M O K G W A N E , B O T S W A N A

comienzo de una historia

“He aquí, vengo pronto . . .”Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

EditorADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista.

Editor ejecutivo Bill Knott

Editor asociado Claude Richli

Gerente editor internacional Chun, Pyung Duk

Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vicepresidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal.

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A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638

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A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995.

ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos e Indonesia.

Vol. 7, No. 11

El

Noviembre 2011 | Adventist World 31

RESPUESTA: En Aore, Vanuatu, los estudiantes del Instituto Listair dedican un momento para posar con el cofundador y director Alastair McGillivray. Si desea saber más sobre este ministerio, vaya a la página 11–13.

¿ E N Q U É L U G A R D E L M U N D O S E E N C U E N T R A ?

PERS NASEl rincón de las

C I T A D E L M E S«El verdadero amor se da cuando los integrantes del matrimonio deciden ser consortes y no solo pareja. Las parejas suelen separarse cuando pasa la temporada –es el caso de los animales– pero los consortes están vinculados espiritual, mental, física y socialmente, uniéndose de tal forma que resisten cualquier separación».–Isaac Milioti Daka, «evangelista médico», durante un encuentro en 2010 en Chipata, Zambia

V I D A A D V E N T I S T ALa semana pasada, San, el

flamante nuevo jefe de diáconos de mi iglesia local, llamó por teléfono al pastor y le dijo: «Pastor, ¡me estoy reportando de regreso de la muerte!»

El pastor se rascó la cabeza, desconcertado, y le preguntó:

–¿Qué está diciendo? –Pastor –replicó San–.

Dígame: ¿Estoy muerto o vivo? –Por supuesto que está vivo.

¿Qué me quiere decir?–¿Fue usted el que ayer comu-

nicó la composición de la nueva junta de iglesia? –replicó San.

–Así es –dijo el pastor.–Según el anuncio, tengo que

estar muerto.El pastor se alarmó. Después

de disculparse, revisó el men-saje que había enviado. Para su horror, descubrió un error de ortografía. En lugar de escribir «Head Deacon» (Jefe de diá-

conos), había escrito «Dead Deacon» (Diácono fallecido).

San se sintió agradecido de que esta experiencia de cerca-nía con la muerte duró poco, porque el pastor pronto envió un nuevo mensaje corregido. La iglesia suspiró aliviada. San superó esa instancia y ahora disfruta de su vida con una nueva visión.–G. T. Ng, Silver Spring, Maryland, Estados Unidos

B U Z Ó NEstoy terminando la escuela secundaria en la

Academia Ouachita Hills, en Amity, Arkansas, Estados Unidos. Hace poco, en un culto matutino, el orador dijo: «Dios crea de la nada, de manera que tenemos que llegar a ser nada antes de que él nos convierta en algo».

Esas palabras me llegaron al corazón. ¡Es tan cierto! Como adventistas tenemos un mensaje que compartir, pero antes de ser de alguna utilidad para Dios tenemos que vaciar nuestros corazones del yo, morir al «viejo hombre» de pecado, y permitir que Cristo cree en nosotros un nuevo corazón. ¡Que Dios bendiga a todos los que se esfuerzan por compartirlo con los demás!–Ariel Hempel, Arkansas, Estados Unidos F O T O G R A F Í A : E N V I A D A P O R J I L L Y A L A S T A I R M A C G I L L I V R A Y