2 y su antigua parroquia derevistapyc.com/Articulos/Grupo63/ART-63-C.pdfmente por caminos y tambos,...

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La red de caminos del Tawantinsuyo estaba conformada básica- mente por caminos y tambos, estos últimos, instalaciones, de ori- gen Huari probablemente (Micucci:2007), que pervivieron y fueron adaptados por el incario para asegurar la distribución y circulación de los bienes y productos de los diferentes pisos ecológicos ha- cia los grandes sitios de acopio y re-distribución como Cajamarca, Jauja, Hatuncolla, Huanuco Pampa y Paria 2 , sistema que inclusive Toledo, más adelante, aprovecharía reglamentando su uso y asegu- rando su permanencia a través de las Ordenanzas del Tambo. La estructura del Tambo estaba compuesta por otras instalaciones asociadas como el Chasquiwasi o alojamiento del Chasqui, el Us- hnu santuario o adoratorio y la Apacheta o acumulo de piedras donde los caminantes depositaban simbólicamente una piedra en señal de liberación de la fatiga afrontada en el camino, la Kancha un espacio abierto de forma trapezoidal rodeado de un muro al que confluían las otras instalaciones y “cuya finalidad principal era aquella de ofrecer alojamiento al viandante”(Micucci) y “que posiblemente sirvieron como atracaderos de llamas y/o áreas de campamento y de intercambio de productos” (BALLIVIAN TO- RREZ:2010) 3 , la qollqa o depósito de granos a manera de silos de base rectangular o circular que se encontraban emplazados en po- sición elevada respecto del resto de las otras instalaciones, algunos Tambos también contenían la Kallanka, edificio rectangular de gran dimensión destinado a albergar a grupos numerosos generalmente ejércitos imperiales. En general los Tambos se encontraban distri- buidos a lo largo de la red vial andina a una distancia promedio de 15 a 25km o la resultante de 1 día de camino. Chuquiapo desde los tiempos del Inca fue poblado por ayllus colo- nos de diferente procedencia en calidad de mitmaqunas, población de “status superior por haber formado parte de una política estatal de control sobre los habitantes y recursos nativos“ 4 que fueron esta- blecidos por el Twantinsuyo con fines “productivos y geoestratégi- cos” en este, también estratégico, enclave minero (Morrone: 2011). Según Arze “los mitmas trasladados allí en tiempos de los incas para explotar las minas de oro del rio: grupos de Canchis, Canas, Lupacas (Cupi y Checa) del norte del lago Titicaca (actual Perú) y Chinchay- suyos (del norte del Perú y Ecuador) (Arze y Barragán 1984), mientras que los ayllus Pacajes y Pucarani fueron posiblemente asentamientos previos del señorío Pacajes en la cabecera de valle de Chuquiabo”; 5 por tanto, desde un inicio y a medida que evolucionaba su proceso de poblamiento, este valle de Chuquiapo fue acentuando su cuali- dad de nudo y espacio de convergencia de la diversidad andina, o siguiendo la interpretación de Saignes, cual “zona de desvinculación étnica, “islas estatales” en pleno territorio pakaxa” 6 En el área media del valle del rio Choqueyapu, la extensión que delimito el enclave minero de Chuquiapo sobre las dos riberas del rio, ocupo el territorio conformado desde el norte por el sector co- nocido como Achachik´ala, sobre la ribera occidental, hasta Zupu- cachi hacia el sur y sobre la ribera oriental desde Tupakuchu hasta Mallcupuchu comprendiendo los prados de PutuPutu hacia el sur, bajo la tutela perenne de la waka Hillemana a la que adoraban y llamaban “quimsa huajrani hallumani achachila” (en Castellano “Señor de tres astas repositorio de agua de lluvia”) 7 cuya adoración, posteriormente, diera origen a la celebración de la actual Festivi- dad del Jesús del Gran Poder en el invierno paceño. Este territorio de la gentilidad aimara pacaxa, de ocupación multiét- nica, se encontraba ordenado según la concepción dual del territorio que organiza el espacio en dos parcialidades: Anansaya y Urinsaya. BREVE HISTORIA DE CHUQUIABO y su antigua parroquia de SANTIAGO Msc. Arq. Ana Maria Luna Yáñez 1 Descripción de N. Sra. De La Paz, 1586; PATRONATO.294.N.18; Archivos Estatales. Mecd.es 2 (Hyslop J., 1992[1984]:94).en MICUCCI, Flavia; Relazione Altipiano-Yungas all’interno del modello di “complementarità ecologica” andina. Studi preliminari sulla rete stradale e i modelli di insediamento preispanici della provincia Sud Yungas (Bolivia); Tesi di laurea in Archeologia del paesaggio; Facolta’ di Lettere e Filosofia, Universita’ degli studi di Bologna; Sessione I, Anno accademico 2006/2007.; p77. 3 BALLIVIAN TORREZ, Julio Alejandro, GOYTIA SANABRIA, Andrea; MICHEL LOPEZ, Marcos Rodolfo; El Qhapaq Ñan Urco y los tambos Caquiaviri y Caquingora, aproximación arqueológica.; XXIV Reunión Anual de Etnología-RAE 2010; P12. 4 ASSADOURIAN, 1991 en MORRONE Ariel Jorge; Territorialidad y liderazgo étnico entre la reducción y la revisita: los caciques de San Pedro y San- tiago de Chuquiabo (1573-1630); Revista Andina; Nº 51, año 2011.; p177. 5 ARZE Silvia; los artesanos de las “parroquias de indios¨ de La Paz y la incorporación de ayllus indígenas a la ciudad, p2. 6 SAIGNES Tierry; De los ayllus a las parroquias de indios: Chuquiabo y La Paz”. En: Los Andes orientales: Historia de un olvido, La Paz-Cochabamba: IFEA-CERES, 287-338; 1985. En Morrone Ariel, Id; p167. 7 COUTHBERT George; Acta de Fundación de la ciudad de nuestra Señora de La Paz; en Permalink: http://jorgemachicado.blogspot.com/2009/05aflp_21.html S egún la descripción que hiciera Cabeza de Vaca en 1586 1 en la Primera parte de su relación “Encuanto al primer capitulo/ esta ciudad se llama por nombre despañoles De nia señora delapaz el asiento y lugar donde se poblo se llama en lengua de yndios chuquiapo que quiere dezir heredad del oro por que chuquí quiere decir Oro en esta lengua y el apo quiere decir heredad a causa de que a un lado deste … sitio ay unas minas antiguas de oro que al tiempo que los españoles descubrieron esta tierra las hallaron pobladas y el marques Don Francisco Pisarro primero conquistador y descubridor deste Reyno las labro y beneficio y saco dellas mucha cantidad de oro por sus mayordomos y criados.-“, en el asiento de la provincia de los indios Pacasa “tierra de mucha poblazon y de gente rica y azendada”, fue dónde el Capitán y Justicia Mayor Alonso de Mendoza en mil qui- nientos cuarenta y ocho, en nombre de su majestad, fundo y pobló con 42 vecinos la ciudad de Nuestra Señora de La Paz. Con esta histórica relación, se dio a conocer el estado de situación de esta singular ciudad a tiempo de concretarse su fundación, en calidad de primera ciudad española del Collao, dividida por un rio denominado Choqueyapu, cuyas aguas arrastraban el oro de alu- vión de los perpetuos nevados de la Cordillera Real, se encontraba enclavada estratégicamente en un valle al encuentro de tres zonas ecológicas como la puna, cabecera de valle y la yunga; localizada en un punto intermedio entre Cusco y Potosí. El valle de Chuquiapo, antes de la llegada de los españoles, per- tenecía al señorío aimara Pacaje y cuando este fue anexado al Tawantinsuyo, alrededor del 1450, paso a formar parte de la estruc- tura del imperio incaico, dependiendo directamente del poder del Cusco. Cuando Huayna Capac definio la estructura productiva mi- nera del imperio, incorporo a Chuquiapo a la red de sitios mineros en explotación para el beneficio del Inca, los mismos que estaban vinculados por la estructura vial andina que recorría desde el Ecua- dor hasta el norte de Argentina. En el territorio peruano, saliendo de Cusco y a partir de Azangaro, la red vial incaica se dividía en caminos del Urcosuyo hasta Porco y caminos del Umasuyo hasta La Plata; Chuquiapo formaba parte de los caminos del Umasuyo. 22 Presupuesto & Construcción Año 25 N° 60, Marzo 2015 - Junio 2015

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La red de caminos del Tawantinsuyo estaba conformada básica-mente por caminos y tambos, estos últimos, instalaciones, de ori-gen Huari probablemente (Micucci:2007), que pervivieron y fueron adaptados por el incario para asegurar la distribución y circulación de los bienes y productos de los diferentes pisos ecológicos ha-cia los grandes sitios de acopio y re-distribución como Cajamarca, Jauja, Hatuncolla, Huanuco Pampa y Paria2, sistema que inclusive Toledo, más adelante, aprovecharía reglamentando su uso y asegu-rando su permanencia a través de las Ordenanzas del Tambo. La estructura del Tambo estaba compuesta por otras instalaciones asociadas como el Chasquiwasi o alojamiento del Chasqui, el Us-hnu santuario o adoratorio y la Apacheta o acumulo de piedras donde los caminantes depositaban simbólicamente una piedra en señal de liberación de la fatiga afrontada en el camino, la Kancha un espacio abierto de forma trapezoidal rodeado de un muro al que confluían las otras instalaciones y “cuya finalidad principal era aquella de ofrecer alojamiento al viandante”(Micucci) y “que posiblemente sirvieron como atracaderos de llamas y/o áreas de campamento y de intercambio de productos” (BALLIVIAN TO-RREZ:2010)3, la qollqa o depósito de granos a manera de silos de base rectangular o circular que se encontraban emplazados en po-sición elevada respecto del resto de las otras instalaciones, algunos Tambos también contenían la Kallanka, edificio rectangular de gran dimensión destinado a albergar a grupos numerosos generalmente ejércitos imperiales. En general los Tambos se encontraban distri-buidos a lo largo de la red vial andina a una distancia promedio de 15 a 25km o la resultante de 1 día de camino.Chuquiapo desde los tiempos del Inca fue poblado por ayllus colo-nos de diferente procedencia en calidad de mitmaqunas, población de “status superior por haber formado parte de una política estatal de control sobre los habitantes y recursos nativos“4 que fueron esta-blecidos por el Twantinsuyo con fines “productivos y geoestratégi-cos” en este, también estratégico, enclave minero (Morrone: 2011). Según Arze “los mitmas trasladados allí en tiempos de los incas para explotar las minas de oro del rio: grupos de Canchis, Canas, Lupacas (Cupi y Checa) del norte del lago Titicaca (actual Perú) y Chinchay-suyos (del norte del Perú y Ecuador) (Arze y Barragán 1984), mientras que los ayllus Pacajes y Pucarani fueron posiblemente asentamientos previos del señorío Pacajes en la cabecera de valle de Chuquiabo”;5 por tanto, desde un inicio y a medida que evolucionaba su proceso de poblamiento, este valle de Chuquiapo fue acentuando su cuali-dad de nudo y espacio de convergencia de la diversidad andina, o siguiendo la interpretación de Saignes, cual “zona de desvinculación étnica, “islas estatales” en pleno territorio pakaxa”6

En el área media del valle del rio Choqueyapu, la extensión que delimito el enclave minero de Chuquiapo sobre las dos riberas del rio, ocupo el territorio conformado desde el norte por el sector co-nocido como Achachik´ala, sobre la ribera occidental, hasta Zupu-cachi hacia el sur y sobre la ribera oriental desde Tupakuchu hasta Mallcupuchu comprendiendo los prados de PutuPutu hacia el sur, bajo la tutela perenne de la waka Hillemana a la que adoraban y llamaban “quimsa huajrani hallumani achachila” (en Castellano “Señor de tres astas repositorio de agua de lluvia”)7 cuya adoración, posteriormente, diera origen a la celebración de la actual Festivi-dad del Jesús del Gran Poder en el invierno paceño. Este territorio de la gentilidad aimara pacaxa, de ocupación multiét-nica, se encontraba ordenado según la concepción dual del territorio que organiza el espacio en dos parcialidades: Anansaya y Urinsaya.

BREVE HISTORIADE CHUQUIABOy su antigua parroquia de SANTIAGO

Msc. Arq. Ana Maria Luna Yáñez

1 Descripción de N. Sra. De La Paz, 1586; PATRONATO.294.N.18; Archivos Estatales. Mecd.es2 (Hyslop J., 1992[1984]:94).en MICUCCI, Flavia; Relazione Altipiano-Yungas all’interno del modello di “complementarità ecologica” andina. Studi

preliminari sulla rete stradale e i modelli di insediamento preispanici della provincia Sud Yungas (Bolivia); Tesi di laurea in Archeologia del paesaggio; Facolta’ di Lettere e Filosofia, Universita’ degli studi di Bologna; Sessione I, Anno accademico 2006/2007.; p77.

3 BALLIVIAN TORREZ, Julio Alejandro, GOYTIA SANABRIA, Andrea; MICHEL LOPEZ, Marcos Rodolfo; El Qhapaq Ñan Urco y los tambos Caquiaviri y Caquingora, aproximación arqueológica.; XXIV Reunión Anual de Etnología-RAE 2010; P12.

4 ASSADOURIAN, 1991 en MORRONE Ariel Jorge; Territorialidad y liderazgo étnico entre la reducción y la revisita: los caciques de San Pedro y San-tiago de Chuquiabo (1573-1630); Revista Andina; Nº 51, año 2011.; p177.

5 ARZE Silvia; los artesanos de las “parroquias de indios¨ de La Paz y la incorporación de ayllus indígenas a la ciudad, p2.6 SAIGNES Tierry; De los ayllus a las parroquias de indios: Chuquiabo y La Paz”. En: Los Andes orientales: Historia de un olvido, La Paz-Cochabamba:

IFEA-CERES, 287-338; 1985. En Morrone Ariel, Id; p167.7 COUTHBERT George; Acta de Fundación de la ciudad de nuestra Señora de La Paz; en Permalink: http://jorgemachicado.blogspot.com/2009/05aflp_21.html

Según la descripción que hiciera Cabeza de Vaca en 15861 en la Primera parte de su relación “Encuanto al primer capitulo/ esta ciudad se llama por nombre despañoles De nia señora delapaz el asiento y lugar donde se poblo se llama en lengua de yndios

chuquiapo que quiere dezir heredad del oro por que chuquí quiere decir Oro en esta lengua y el apo quiere decir heredad a causa de que a un lado deste … sitio ay unas minas antiguas de oro que al tiempo que los españoles descubrieron esta tierra las hallaron pobladas y el marques Don Francisco Pisarro primero conquistador y descubridor deste Reyno las labro y beneficio y saco dellas mucha cantidad de oro por sus mayordomos y criados.-“, en el asiento de la provincia de los indios Pacasa “tierra de mucha poblazon y de gente rica y azendada”, fue dónde el Capitán y Justicia Mayor Alonso de Mendoza en mil qui-nientos cuarenta y ocho, en nombre de su majestad, fundo y pobló con 42 vecinos la ciudad de Nuestra Señora de La Paz. Con esta histórica relación, se dio a conocer el estado de situación de esta singular ciudad a tiempo de concretarse su fundación, en calidad de primera ciudad española del Collao, dividida por un rio denominado Choqueyapu, cuyas aguas arrastraban el oro de alu-vión de los perpetuos nevados de la Cordillera Real, se encontraba enclavada estratégicamente en un valle al encuentro de tres zonas ecológicas como la puna, cabecera de valle y la yunga; localizada en un punto intermedio entre Cusco y Potosí. El valle de Chuquiapo, antes de la llegada de los españoles, per-tenecía al señorío aimara Pacaje y cuando este fue anexado al Tawantinsuyo, alrededor del 1450, paso a formar parte de la estruc-tura del imperio incaico, dependiendo directamente del poder del Cusco. Cuando Huayna Capac definio la estructura productiva mi-nera del imperio, incorporo a Chuquiapo a la red de sitios mineros en explotación para el beneficio del Inca, los mismos que estaban vinculados por la estructura vial andina que recorría desde el Ecua-dor hasta el norte de Argentina. En el territorio peruano, saliendo de Cusco y a partir de Azangaro, la red vial incaica se dividía en caminos del Urcosuyo hasta Porco y caminos del Umasuyo hasta La Plata; Chuquiapo formaba parte de los caminos del Umasuyo.

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Según Prada: “La Anansaya de Chuquiapo estaba conformada por 16 comarcas”, lo mismo ocurría con la Urinsaya”8, con instalaciones asociadas como “el Tambo de Huaina Capac, el “caserío” del Caci-que Uturuncu, el Tambo del Cacique Quirquincho, la hilandería de Chanty-uyu, el “caserío” del Cacique Apumalla, el “rancherío” de los Cañiris y cuatro “regiones suburbanas”, la de Munaipata, la de Cusiñapata, la de Wilckipata y la de Larkhapata”9, de esta manera estaba constituido el asentamiento minero que antecedía el ingreso al rico territorio amazónico de la Yunga (Peri y Chaupi), importante por la producción de coca para el consumo imperial, que al igual que Chuquiapo se caracterizó por su multietnicidad10 en el periodo prehispánico Cuando Pizarro en 1533 se adjudicó las minas de Huayna Cápac denomino “Pueblo Nuevo” al sitio de Chuquiapo del que las cróni-cas describen y caracterizan en un entorno de agreste y escarpadas laderas que abruptamente descienden hacia un amplio valle surcado por riachuelos y acequias, afluentes de un principal rio de temporal que surca el valle dividiéndolo de norte a sud en dos riberas sobre las que los españoles encontraron diversas formas de explotación mine-ra, ya sea en perforaciones o grutas excavadas en las laderas, lavando el oro en pozos excavados en el lecho del rio, o mediante acequias o canales, producto de la ingeniería hidráulica aimara, que desviaban y conducían las aguas hacia los patios de algunas viviendas donde eran tratadas por decantación y luego de vuelta expulsadas hacia el rio11. Resultado de estos sistemas, sobre todo del último, pareciera haberse originado el asentamiento humano de Chuquiapo, definido urbanísticamente por la lógica del orden andino desprovisto de ejes y estructurado entorno a un área denominada Churupampa que en aimara significa “campo de caracoles”.Con la presencia de los españoles en el valle, Chuquiapo ingresa al proceso histórico colonial de larga duración, donde ciertos hitos irán marcando el devenir de este asentamiento hasta nuestros días. Desde el ordenamiento político y social impuesto por el Tawantin-suyo el sitio minero pasaría al ordenamiento social y político de la colonia, atravesando por las sucesivas etapas de la encomienda, el repartimiento, corregimiento y la reducción, antes de convertirse en barrio urbano, durante la república y hasta nuestros días.Los primeros españoles llegados al valle, de inicio, se asentaron sobre la planicie de Churupampa, flanqueada por el rio Choqueyapu hacia el oriente y el rio Apumalla por el occidente; ocupando el asentamien-to indígena durante aproximadamente 1 año antes de fundar ciudad española sobre una explanada en la ribera oriental del rio, contravi-niendo así la legislación indiana que prohibía a los españoles com-partir el asentamiento indígena y menos aún desplazarlos a estos para asentarse en él. Sin embargo, por la fuerza de las circunstancias, hasta no definir el lugar donde fundar ciudad en este valle surcado por innu-merables acuíferos afluentes al rio Choqueyapu, los españoles se esta-blecieron erigiendo sus viviendas en solares expropiados a los residen-tes originarios, re-ordenando el espacio político de la “plaza” con sus instalaciones asociadas como el Cabildo, la Iglesia y las residencias de los señores principales, compartiendo el espacio político de los originales señores principales indígenas y sus instalaciones asociadas, el Tambo del Cacique Quirquincha y el solar del Cacique Irusta.La temprana década colonial de 1540 seria intensa para este antiguo enclave pakaxa, ya que luego de la muerte de Pizarro paso a la tutela de su hijo menor, Gonzalo, “habido con doña Inés Guayllas” (Morrone: 2011) dándose inicio al sistema colonial de la encomienda, que cam-biaría su vocación minera por la agrícola, con la empresa española.

En 1560 Felipe II otorgó en encomienda la concesión de Chuquiabo al capitán de infantería Juan Remón quien se posesionó en 1564 “de la mano de don Juan Chillca, cacique principal del repartimiento de Chuquiabo” (Morrone: 2011). En este periodo temprano, la mayoría de los vecinos españoles del Pueblo Nuevo, ejercían de encomende-ros de otros repartimientos del entorno de Chuquiabo, situación que perduraría hasta la década de 1570 cuando el Virrey Toledo inició su visita general que duro aproximadamente cinco años, dando inicio al proceso de estructuración del espacio andino en corregimientos y pueblos de indios con el objetivo de extraer los tributos, cambiando el tributo indígena en especie por la temprana y cada vez mayor monetización; definir la mano de obra indígena destinada a la mita de Potosí y organizar el espacio de la doctrina cristiana.En 1573 bajo las ordenanzas que dictara el Virrey Toledo, la pobla-ción de Chuquiabo, con sus dos parcialidades, fue “reagrupada en un pueblo de reducción” denominado pueblo de San Pedro y Santiago de Chuquiabo12, siendo este primer nombre una alusión a la significa-ción del carácter fundacional de Pedro para la cristiandad, acentuan-do en ello el acto de fundación de este primer pueblo de indios, como también, probablemente, el carácter originario de este asentamiento pacaxa; y de igual manera con el nombre de Santiago, que reflejaba la permanencia en el imaginario español colonial de las empresas de re-conquista cristiana de la península ibérica de manos de los moros y su posterior conversión al catolicismo, no tan alejadas cronológicamente de esta nueva empresa en el continente americano. En el templo del pueblo de la parcialidad de Santiago, en 1552 fue entronizada la Virgen del Pilar13 cuyo origen se remite a la leyen-da de Santiago (San Jaime) quien recibiera una visión de la Virgen Maria que le ordeno construyera una iglesia en la que depositare el pilar en el que había sido Jesús torturado, dando así origen a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar en la Catedral de Santiago de Compostela en Galicia. El templo de la parcialidad de Santiago, por los símbolos que lo relacionan, puede decirse que se inscribe en la esfera de influencia de la Orden de los Caballeros de San-tiago, tanto por su denominación, por su inicial advocación a la Virgen del Pilar como por la venera que corona el roleo del nicho/ventana en la parte alta de la Portada del Perdón14. Según ARZE Silvia, la dualidad de estas dos parcialidades del pueblo de indios persistió durante el siglo XVII (1600) e inclusive en el siglo XVIII (1700), con una población que se fue incrementando, alcanzando para fines de 1600, “alrededor de 9.311 personas” lo que motivo al alto clero a dividir la parroquia y sus dos parcialidades en tres, con las parro-quias de San Pedro, San Sebastián e incorporando el otro asentamiento indígena de antiguos mitmaqunas sobre la ribera oriental del Choque-yapu, al sur de la ciudad española como era Santa Bárbara15. Estas tres parroquias se encontraban en “extramuros” de la ciudad española, y constituían el “espacio del trajín” comercial de la ciudad virreinal, cuya dinámica cotidiana enlazaba la antigua Chuquiapo con sitios tan dis-tantes como el Cusco, Lima, Charcas, Buenos Aires y la mítica Potosí; o con sitios tan cercanos como Mecapacac, Collana, Cohoni, o las pa-rroquias y antiguas markas de las orillas del lago y haciendas de la zona de Yungas. Los caminos que se iniciaban en estos extramuros llegaban a estos centros distantes gracias a la arriería que portaba los productos amazónicos de la Yunga, de la puna y de las cabeceras del valle del Choqueyapu junto a los tejidos y prendas producidas en los obrajes al sur del valle, para ser distribuidos en los mercados del sur andino.La parroquia de San Sebastián, antiguo asentamiento de diversos mitmaqunas, con el pasar del tiempo fue reflejando, precisamente,

8 PRADA Raúl; Cartografía del poder colonial* Conexiones entre haciendas y ciudades, recorridos entre Ayllus y Markas. Rev Cien Cult n.7 La Paz jul. 2000. P177.9 IBIDEM, p177.10 MICUCCI:2011, p124.11 BEDREGAL Juan Francisco, comunicación oral, 2015.12 ARZE Silvia; los artesanos de las “parroquias de indios¨ de La Paz y la incorporación de ayllus indígenas a la ciudad; p1.13 MENDOZA SALAZAR, David; La fe viva de la histórica parroquia de San Sebastián; Consejo Parroquial de San Sebastián; http://apicaliente.blogspot.

com/2007/10/la-fe-viva-de-la-historica-parroquia-de.html.14 Según comunicación oral de ARZE Silvia y BEDREGAL Juan Francisco, luego de un análisis detallado que ambos hicieran de la iconografía existente en la

portada del templo y de la imagen de la patrona, la Virgen del Pilar, hoy bajo la advocación de la Virgen de Asunta; concluyeron en dar por reconocido el pueblo de la parcialidad de Santiago a partir de estas huellas del tiempo radicadas en los rasgos iconográficos del actual templo de San Sebastián; enero 2016.

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esta diversidad en la prestación de servicios a la ciudad española mediante el ejercicio de diversos oficios por parte de sus poblado-res, al decir de Arze “el proceso de surgimiento del grupo mayor de artesanos en La Paz sucediera principalmente en la “parroquia de indios” de San Sebastián, que fue un ayllu indígena con su pro-pia organización tradicional” p5. Estos oficios estaban orientados a cubrir las necesidades del uso cotidiano como el teñido de la vestimenta, gracias a los tintoreros, tocuyeros, sastres y costureras, la producción de sombreros, confección y arreglo de los zapatos a cargo de los zapateros, la producción de velas de cebo y fuegos artificiales a cargo de los coheteros, la producción de impresos y la elaboración del pan diario. Con esta dinámica de servicios y comercio, los habitantes de la parroquia de San Sebastián gradualmente se fueron incorporando a la dinámica de la ciudad española. Al mediar el siglo XVIII, según los datos de los padrones de las parroquias de La Paz, se conoce que para San Sebastián 6 ayllus: Primer Inca, Condesuyo, Segundo Inca, Collasuyo, Mostrenco de Ayllu Collasuyo (ARZE:200), regis-traban a sus artesanos según su ocupación; esta población había incrementado su número para el final del siglo y con el correr del tiempo, el ejercicio de los oficios los llevo a organizarse en gremios de artesanos debidamente auto reglamentados.En 1781, el movimiento revolucionario indígena liderado por Ju-lián Apasa (Tupac Katari) que cercara la ciudad española por el lapso aproximado de 9 meses dejo gran secuela en los barrios de indios, sobre todo en el de San Sebastián que se vio afectado por la quema de varios de sus edificios como la Iglesia, el Tambo, el convento de San Francisco y viviendas inmediatas al puente de las Concebidas y al de San Francisco, tal y como lo demuestra el cuadro de Florentino Olivares que retrata la ciudad a poco de acaecido este luctuoso hecho. A partir de entonces, el “barrio de indios de San Sebastián”, junto a la ciudad liberada del asedio in-dígena, atravesó por un proceso de reconstrucción que permitió al mismo tiempo un mayor ordenamiento de su estructura urbana y una transformación que desembocaría a inicios del siglo XIX en un barrio con “carácter más heterogéneo en donde convivieron caciques indígenas de pueblos cercanos que tenían casa en La Paz, tambos, casas de comerciantes mestizos y de curas, pequeñas cha-cras indígenas, talleres artesanales, casas de criollos y militares y pequeñas industrias de conocidos vecinos.”16 Para 1879 la ciudad estaría incorporada al sistema de demarcación por “cuarteles” que la modernizaba, pero “porque había mucha inexactitud en sus lin-deros”17 los barrios indígenas como San Sebastián solo fueron in-cluidos en listado que indicaba “Churubamba.-Era desde el puente de Concebidas hasta la Recoleta inclusive; Conde-Huyo.- Todo lo comprendido entre la plazuela de Alonso de Mendoza, la calle de los Molinos y el rio; Calle Ancha y Coscochaca.- Eran desde la calle de la Recoleta todo lo que está al Sud hasta la calle de Graneros”De esta manera en un gradual proceso de transformación en el tiempo, se fue modelando su estructura política, social y urbana, atravesando por diversas etapas, desde el enclave minero prehispá-nico, una inicial encomienda de reparto colonial y corregimiento en el siglo XVI parroquia y pueblo de indios en el siglo XVII hasta derivar a fines del siglo XVIII y principio del XIX en el barrio de San Sebastián. Según Barragán Rossana “La singularidad de estas comunidades-parroquias es que persisten en su organización como ayllus hasta fines del siglo XIX”18 El devenir de esta parroquia de Santiago podemos apreciar en su cartografía, con los aportes de las fuentes históricas y también con los aportes interpretativos de con-notados historiadores y autores de la bibliografía paceña, como:

15 PAREDES 1955:18-19 en ARZE…; P3.16 ARZE, Silvia; p9.17 ACOSTA, Nicolás; Guía del viajero en La Paz; La Paz, Impr. de la Unión Americana, 1880; p76.18 BARRAGAN R Rossana; Entre polleras, lliqllas y ñañacas. Los mestizos y la emergencia de la tercera república; p9/63 en Etnicidad, economía y simbo-

lismo en los Andes; Silvia Arze, Rossana Barragan, Laura Escobari, el al. Institut Francais d´etudes andines; http://books.openedition.org/ifea/2290?lan-g=es.

19 En MICUCCI, Flavia; p.104; Fig. 9 Divisione tra Urcusuyu e Umasuyu nel contesto delle province incaiche del Collao (da Julien C.2000[1998]:83).20 ARZE, Silvia, p3 y 4.

1. JULIEN, Catherine19; con “la división entre Urcosuyo e umasuyo en el contexto de la provincia del Collao” para los caminos de la red vial incaica.

2. ARZE, Silvia20; con Fig. 1. Ubicación posible de ayllus indígenas en un sector de los asentamientos prehispánicos del valle del Choqueyapu (sobre referencias actu-ales).

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3. SAIGNES, Thierry21 y el poblamiento temprano del valle, en la colonia, con los ríos, las tres parroquias, el territorio y sus marcadores, y los caminos que de este salían.

21 SAIGNES, Thierry; “De los ayllus a las parroquias de indios: Chuquiabo y La Paz”. En: Los Andes orientales: Historia de un olvido, La Paz-Cochabamba: IFEA-CERES, 1985; 287-338.

22 ARCHONDO Rafael; Capítulo VI, El escenario histórico-cultural del Desarrollo Humano en la ciudad de La Paz.P41.23 LANZA, Leonardo; plano dedicado al H. Consejo Municipal de 1877, incluido en la Guía de Nicolás Acosta de 1880.

4. ARZE, Silvia con Fig. 2. Jurisdicción de las tres “parroquias de indios” de La Paz, siglos XVII y XVIII:

5. OLIVARES, Florentino; 1781; con el retrato de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz y las parroquias de San Pedro y Santiago con sus edificaciones en ruinas:

6. ARCHONDO, Rafael22; y su interpretación histórica de la conformación urbana de la ciudad y sus barrios indígenas para 1825.

7. LANZA, Leonardo 187723; con la representación de la ciudad de La Paz y todos sus servicios, edificaciones, calles y ríos: Para de esta forma ingresar al siglo XX en cali-dad de barrio indígena que con el transcurrir del tiempo, tanto San Sebastian como los otros barrios indigenas se fueron incorporando al tejido urbano de la ciudad de La Paz.

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