1.Paisajes Culturales mNACTEC · Romero Branchadell, Kyra 1.Paisajes Culturales mNACTEC El museo...

Asignatura Paisajes Culturales

Fábricas y Paisajes, Culturales Romero Branchadell, Kyra

1. Paisajes Culturales mNACTEC

El museo Nacional de la Ciencia y la Técnica de Cataluña promueve la cultura y la vinculación de la misma a su territorio, con un énfasis en la ingeniería y el periodo de la Revolución Industrial, gracias no solo a sus máquinas, sino también a sus elementos construidos. En este apartado, utilizamos el contexto y los referentes del mNACTEC para acotar la relación entre las Fábricas y los Paisajes, Culturales.

El referente más antiguo del mNACTEC 1 es la creación en 1794 del Musée du Conservatoire des Arts et Mètiers en Paris, origen de los museos de Ciencias, a consecuencia de la Revolución Francesa. Más tarde aparecerán otros ejemplos como el Museo Politécnico de Moscú en 1872 o el Museo de la Ciencia y la Industria de Chicago de 1933. Otros casos europeos incluyen los museos técnicos de Praga (1908), Londres (1909), Viena (1909) o Estocolmo (1936). En 1938 se consigue el Decreto de creación de un Museo de la Industria y la Técnica en Cataluña. Sin embargo muchos cambios han ocurrido desde el primer museo de la ciencia y la técnica, cambiando las tendencias tanto de su contenido, como de su continente e incluso de su entorno más allá del mismo.

En primer lugar, desde el siglo XIX a mediados del siglo XX se produce la Industrialización , un momento histórico de “revolución económica y social, que acabó con el predominio de la agricultura como factor de riqueza de las naciones y transformó las relaciones sociales y de poder.” 1 Este periodo que comenzó en Inglaterra, incluso antes del s. XIX, tuvo un fuerte impacto económico, al aumentar el producto interior bruto de los países drásticamente.

En lo social, la revolución industrial generó grandes tensiones en las ciudades con una clase burguesa enriquecida, frente a las condiciones laborales e higiénicas pésimas de la clase trabajadora. Un ejemplo de la doble cara industrial en Barcelona sería el reconocido Cuadrado de Oro del paseo de Gracia, frente al industrial Poblenou también conocido como, el Manchester Catalán . Más allá de la gran ciudad, la necesidad de espacio y recursos, hizo que se distribuyeran fábricas por diferentes áreas del territorio Catalán. Es el caso de Terrassa donde en 1908 se inaugura la Fábrica de Vapores Aymerich, Amat i Jover, magníはca muestra del modernismo Catalán y futura sede de mNACTEC.

La desigualdad fue el caldo de cultivo de “ movimientos populares y obreros , muy críticos con el capitalismo, como los Icarianos de Cabet de la primera mitad del siglo XIX, que tuvieron una gran in辟uencia en Cataluña y, はnalmente, el marxismo.” 2 Estos movimientos enfrentaron a diferentes sectores de la población, a lo que muchos gobiernos hicieron frente llamando a la unidad por los intereses de la nación. Los nacionalismos y cambios de régimen que se sucedían en esos tiempos convulsos desencadenaron las diferentes guerras que asolaron Europa y el mundo en el siglo XX. A consecuencia de la inversión en investigación para el desarrollo de armamento, se realizaron grandes avances cientíはcos, produciendo un cambio de paradigma que nos remite a una nueva época, conocida como post-industrial.

1 Casanelles i Rahola, E. (2015) “L’aportació del Sistema Territorial del mNACTEC a l’estudi, protecció i difusió del Patrimoni Industrial Català” En: Frontissa : butlletí de la CCEPC. p.21. 2 Casanelles i Rahola, E. (2013) “Un museu per a un país: el Sistema Territorial del mNACTEC” p. 22 y 18

Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona Máster de Investigación en Urbanismo UPC

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Antes del cambio de era, algunos expertos como el geógrafo Carl O. Sauer, ya ponían su énfasis en aspectos que vinculan el Paisaje y el valor inmaterial que aporta el trabajo de las comunidades locales, generando el término: Paisajes Culturales . Su obra “La morfología del Paisaje” ( 1925 ) es una referencia fundamental para todos los espacios culturales que fructiはcaron después de las guerras, como “la recuperación de extensos paisajes industriales (Lowell, Blackstone, Lackawanna, entre otros)” 3 o el sistema territorial del mNACTEC. En ella queda patente cómo el territorio en sí mismo muestra la acción del ser humano sobre él. Por tanto pocos espacios en la actualidad pueden considerarse libres de esta acepción. Si bien, el término se aplica a aquellos lugares donde un valor cultural añadido al Paisaje, es una herramienta, para continuar con su labor, más allá de presiones urbanísticas o económicas. Por tanto, los Paisajes Culturales deはenden el componente cultural y ecológico de ciertos lugares como motivo de conservación y riqueza. Estos espacios son imprescindibles para comprobar, cómo la sociedad sigue vinculada a un lugar, gracias al trabajo que sus antecesores realizaron en el mismo. La historia o el relato, es pues fundamental para conocer los Paisajes Culturales.

Este concepto cobra fuerza en la nueva época post-industrial. Durante el siglo XX diferentes revoluciones afectan al mundo en todos los ámbitos, dando pie a diferentes apelativos para la nueva era: información, tecnología digital, urbana, comunicación en masa, globalización, consumista, etc. Todos estos cambios transforman el entorno a un ritmo acelerado y conllevan, en un primer momento: el olvido, abandono e incluso a veces derribo del testimonio de épocas pasadas, sobretodo la inmediatamente anterior a la actual. Sin embargo, como respuesta a esta falta de atención por la memoria del lugar, diferentes movimientos de revalorización del Patrimonio Industrial empiezan a aparecer. Los primeros lugares que despertaron a la re辟exión fueron: la estación de Londres Euston Station ( 1965 ) o el mercado de la Halle en París (1968-1973).

En ese momento en Cataluña también aparecieron los primeros movimientos de rescate del Patrimonio Industrial, que de otro forma, corría el riesgo de desaparecer. Se diferencian dos tendencias, por una parte la conservación de objetos y maquinaría en colecciones privadas y por otra, la conservación de infraestructuras y ediはcios que re辟ejaban el modo de vida y trabajo industrial. Este segundo apartado sigue pues la corriente de los Paisajes Culturales, manteniendo viva y activa la memoria del lugar. Un caso ejemplar del mismo, sería el Museu Molí Paperer de Capellades fundado en 1958 .

Este antiguo molino de 2.200 m2, a 60 Km de Barcelona, recibió el respaldo de industriales papeleros para su recuperación y reconversión en museo. Posteriormente acabaría formando parte del Sistema Territorial del mNACTEC. La característica actual principal de este espacio es su diversidad funcional que le permite una mayor independencia económica.


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En la misma época, otro testimonio clave de la Industrialización comienza su reconversión como espacio cultural, coincidiendo con el lugar considerado cuna de la industrialización: el Ironbridge , o puente de hierro. Ahora conocido como Ironbridge Gorge Museum Trust, está formado por 35 espacios históricos, 10 de ellos museos. Su pronta recuperación en 1967 le permite contar con numerosos ejemplos tempranos del período industrial. Esta propiedad patrimonial de 5.5 Km2 se convirtió tras haber sido un referente arquitectónico e industrial en sus inicios, en un referente museístico, con su reconversión. Hoy en día sigue ayudando a expandir su modelo con guías sobre cómo hacer un espacio patrimonial sostenible económicamente enfocado al turismo o cómo interpretar los recursos para que lleguen mejor al público. Además, este caso es singular no solo por su sistema en red o su gestión como ONG, sino por la apuesta de la pervivencia de las actividades asociadas al lugar. Así se mantiene vivo el relato de lo que sucedía en ese territorio como parte fundamental de la experiencia. En este contexto aparece el término, Ecomuseo , acuñado por Hugues de Varine en 1978. Este nuevo tipo de museo redeはne las relaciones previas a diferentes escalas: en lugar de mantener colecciones, se conserva Patrimonio; en lugar de estar ubicado en un ediはcio, afecta a todo un Territorio; en lugar de enfocarse a los visitantes, se abre a la Comunidad local. Todos estos requisitos los cumple también el museo de la Ciencia y la Técnica de Cataluña, ya que, como explica su director: “los Ecomuseos, los Centros de interpretación, los museos al aire libre, etc. [son] diferentes sistemas y matices para explicar lo mismo: el patrimonio de una sociedad de base y componente plenamente industrializada en su propio entorno, en su propio paisaje, en su propio territorio”. 4 A nivel internacional, aparece el TICCIH o Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial en 1978 como re辟ejo del interés mutuo de diferentes países por dar a conocer sus lugares emblemáticos en torno a este momento histórico y compartir los diferentes esfuerzos o estrategias destinados a su conservación. La imagen contigua corresponde a la publicación, “Patrimonio Industrial y Paisaje” del TICCIH España (2010). En ella ya se mencionan las claves para la óptima regeneración de estos espacios, como su relación con el paisaje o la incorporación de la memoria y la cultura del trabajo como valor inmaterial que da sentido al Patrimonio Industrial. 3 Más Ibañez, S. y Sabaté, J. (2013) “Gestión del Patrimonio Industrial en la renovación de la ciudad: La experiencia de Terrassa 1959-2011” p. 12 4 Casanelles i Rahola, E. (2015) “L’aportació del Sistema Territorial del mNACTEC a l’estudi, protecció i

difusió del Patrimoni Industrial Català” En: Frontissa : butlletí de la CCEPC. p.21.


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En estos proyectos “de recuperación patrimonial no debe tratarse tan solo de rescatar y de conservar huellas físicas, sino, más allá, ha de procurarse, por un lado, dar un nuevo sentido y una nueva funcionalidad a elementos de otro modo condenados a una situación de obsolescencia, y por otro, reconstruir la memoria colectiva desde una perspectiva cultural, histórica y social.” 3 El caso de las fábricas culturales es paradigmático porque toma esas industrias y las transforma en museos, dotándolos de actividad y reforzando su vínculo cultural con la comunidad. Todo ello contribuye a revitalizar la zona, generalmente degradada, y hacerla atractiva incluso para visitantes exteriores.

Por tanto, más allá del valor intrínseco de estos espacios, la eはciencia y sostenibilidad económica y social de un espacio pasa por su rentabilidad a largo plazo. En el contexto post-industrial, la cultura, como manifestación de lo intangible, se convierte en un preciado bien de consumo, así aparecen las industrias culturales . “Las industrias culturales construyen y difunden valores culturales de interés individual y colectivo, a la vez que son esenciales para promover y difundir la diversidad cultural y contribuyen a democratizar el acceso a la cultura”. 4

Dentro de estos parámetros el referente destacado en este artículo por su dilatada historia y el éxito de su función como dinamizador cultural y defensor del patrimonio industrial, es el museo nacional de la Ciencia y la Técnica (mNACTEC). En concreto, su sede en Terrassa inaugurada en 1984 , supone un gran paso, para un pequeño territorio. Ya que no solo instala un Museo de escala Nacional en esta ciudad de menos de 175.000 habitantes en ese momento, sino que pocos años después, establecerá una red que se extenderá por toda la nación Catalana. Desde estos centros, sigue promoviendo la creación de contenido y espacios que muestren la Industrialización Catalana.

Concretamente, en 1990 surge el Sistema Territorial del museo de la Ciencia y la Técnica o STmNACTEC . Fruto de las in辟uencias internacionales y de las características locales del territorio, este museo se compone de una mixticidad de componentes innovadores. Los más destacados son:

- Descentralización y atención al territorio. - Biodiversidad, geodiversidad,

tecnodiversidad y sociodiversidad. - Complejidad y modernidad.

3 Tielve García N. (2002) “Patrimonio industrial, Cultura, Arte y Sociedad. Propuestas y Realidades” en “Patrimonio industrial: lugares de la memoria” pág. 146 y 151. 4 Felice, A. (2007) “La fábrica cultural, otra forma de producción simbólica” pág. 85-94 en Re辟exión Académica en Diseño y Comunicación Nº VIII”


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Como vemos, el primer factor está relacionado con su carácter descentralizado y por tanto de red. Este factor surge a consecuencia del segundo, la diversidad de la zona y la presencia de algunos espacios ya musealizados desde hacía años como el Museo de la Piel de Igualada (1954) o el Molino Papelero (1958) ya mencionado. Todos estos espacios se in辟uencian unos a otros, y permiten su unión en redes cada vez más complejas. Si bien el STmNACTEC tiene la peculiaridad de situarse entre la asociación equitativa y la organización jerárquica. La gestión de esta red se deはne en referencia a otros sistemas naturales de sobra conocidos como el solar o el circulatorio. En ellos diferentes elementos de diferentes tamaños cumplen funciones especíはcas, si bien todos se relacionan por unas leyes generales, que permiten la unión a la vez que favorecen la independencia y la creatividad. Todo ello le ha permitido crecer en el número de miembros y visitantes a lo largo de sus casi 30 años de existencia. Además su carácter en red ha trascendido fronteras participando en proyectos y congresos con diferentes instituciones: de escala internacional como ERIH o de escala nacional como INCUNA. La red Europea por el Patrimonio Industrial ERIH , surgida en 1999 , destaca el papel de la Industrialización en la identidad europea actual. “Desde mediados del siglo XVIII, nuevas tecnologías y métodos de producción se extendieron rápidamente por Europa. Los productores construían sus fábricas en diferentes países y generaban grandes beneはcios, mientras miles de trabajadores migraban a las emergentes áreas industriales. Uniones de comercio lucharon exitosamente por los derechos de los trabajadores, los cuales se はltraron en el estado del bienestar Europeo actual”. 5 Por tanto, entender las sinergias generadas en estos territorios es parte indisoluble de la historia Europea y como tal, merece ser conservada.

Por su parte la asociación nacional INCUNA en referencia a la Industria, la Cultura y la Naturaleza, nace en 1999 para el estudio y la promoción de la arqueología industrial y el patrimonio cultural y natural. También divulgan los Paisajes Culturales como muestra esta publicación de las Jornadas Internacionales del Patrimonio Industrial: “Paisajes Culturales, Patrimonio Industrial y Desarrollo Regional” organizado por INCUNA en 2013. Esta entidad ha sido declarada de utilidad pública, por el Ministerio del Interior del Gobierno de España desde septiembre del año 2011. Re辟ejando el interés político y por tanto ciudadano en estos aspectos. El objetivo de estas entidades es ofrecer estrategias de desarrollo regional en base a las fuentes naturales y patrimoniales existentes.

5 Meinrad (2016) "European Industrial Heritage: The International Story" Contribución del ERIH para el

año Europeo del Patrimonio.


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2. Fábricas Culturales en Terrassa Terrassa, con sus 215.121 habitantes, es la cuarta ciudad más poblada de Cataluña. Forma parte del Área Metropolitana de Barcelona, a tan solo 20 km. de la misma. Está bien comunicada tanto por tren y metro como por varias autopistas. Limita al Este con Sabadell, con la que comparte capitalidad de la comarca del Vallés Occidental. Su historia se remonta a tiempos iberos y romanos, si bien experimentó un gran desarrollo durante la Revolución Industrial.

La producción principal de Terrassa durante la Industrialización era el téxtil. Fruto de su gran expansión económica, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX, la ciudad experimentó un crecimiento migratorio y urbano. Si bien, a principios de los 70, èmpieza la decadencia del sector textil y con ella, la ciudad comienza la búsqueda por otras fuentes de ingresos. “La crisis del petróleo y el traslado de la actividad textil a países emergentes harán que en diez años desaparezcan la mayoría de empresas”. 1 Más Ibañez, S. y Sabaté, J. (2013) “Gestión del Patrimonio Industrial en la renovación de la ciudad: La experiencia de Terrassa 1959-2011” pág. 24


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Morfológicamente, la ciudad hasta 1956, fecha de la imágen superior, mantenía cierta geometría compacta. Estaba atravesada por 3 elementos lineales vinculados al agua: primero, la Rambla de Egara , donde se sitúa el museo Nacional de la Ciencia y la Técnica de Cataluña; segundo, el actual Parque de Vallparadís, a su vez formado por tres torrentes: Vallparadís, Monner, y el de las Ànimes; tercero, la riera de les Arenes, en un principio, fuera de los límites de la ciudad. Si bien esta limitación y relación con el verde, se ha ido transformando hasta la actualidad, tocando en varios puntos los límites con otros municipios. Este crecimiento se debe sobre todo a bloques de viviendas para la población inmigrante, vivienda en baja densidad próximas a los puntos más altos, así como nuevos polígonos industriales ubicados en la periferia. La mayor diferencia de esta nueva imagen del 2016, es el mayor desarrollo de la parte Este, es decir, alrededor de la Riera de las Arenas. Por otra parte, la zona vinculada a la Rambla de Egara no ha crecido apenas, ya que está limitada al Sur por diferentes carreteras y vías ferroviarias.


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En cuanto al Patrimonio, tras el deterioro de las antiguas industrias textiles, “en general, la ciudad opta por borrar su pasado industrial. Uno de los argumentos más comentados para llegar a esta conclusión es la idea de que un cambio de paradigma de la ciudad industrial, a la ciudad de los servicios, así como la necesidad de nuevas incorporaciones básicas, o equipamientos; conllevan necesariamente a la renuncia de los antiguos vapores . Sin embargo, cuando vemos algunas transformaciones realizadas, nos damos cuenta de la contradicción, ya que en algunos casos, se han compatibilizado perfectamente ambas cosas”. 2

El caso ejemplar del éxito de esta transformación es la Fábrica de Vapores Aymerich, Amat i Jover de 1909. En esta imagen de 1920 vemos su fachada a la Rambla de Egara. Su potencia como hito del Paisaje Urbano de la población lo postula como imagen preferida aún en la actualidad con carteles de ferias como el adyacente. Todo ello ha sido posible gracias a diferentes Departamentos de la Generalitat de Cataluña, entre ellos, el de Cultura, que en 1981, asumió el proyecto del museo Nacional de la Ciencia y la Técnica y dos años después, compró este antiguo vapor textil lanero de Terrassa, con el はn de convertirlo en la sede del museo , que en 1984 abrió la puerta al público.

Desde entonces, se dedica a promover la revalorización del patrimonio industrial, esfuerzo que irá calando en las diferentes administraciones municipales. En diciembre de ese mismo año, se redacta el plan especial de Patrimonio histórico, arquitectónico y ambiental de Terrassa, que entraría en vigor en 1986. Además se llevan a cabo dos estrategias para la promoción del patrimonio “la sensibilización y difusión del mismo con la publicación del libro “Terrassa Patrimoni Industrial”; y la creación de recorridos urbanos de reconocimiento y contextualización del patrimonio”. 3 Actualmente existe incluso una app de realidad aumentada que contextualiza el patrimonio existente en la ciudad. La sede del mNACTEC, representa hoy un hito, no solo de la industria Catalana, sino también de su reconversión como Fábrica Cultural. Esta “apuesta por el patrimonio industrial como activo de futuro de ciudad ha sido la base de una experiencia de gestión pionera, que sigue avanzando”. 3

2 Argemi J. (2014) “El silenci dels vapors”.

3 Más Ibañez, S. y Sabaté, J. (2013) “Gestión del Patrimonio Industrial en la renovación de la ciudad: La experiencia de Terrassa 1959-2011” pág. 12


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Así como la sede del mNACTEC deja constancia y promueve el Patrimonio Industrial, también nos invita a la re辟exión sobre una forma de hacer ciudad más sostenible. Su encaje y reutilización es una decisión que sirve de ejemplo para otras fábricas. Con su fachada principal contribuye a construir el frente del trazado histórico: Rambla de Egara, cuyo nombre hace referencia al nombre de la población en los tiempos Romanos. Posteriormente este trazado se llena de vegetación y conecta directamente a ambos lados la ciudad con la naturaleza, como vemos en las imágenes inferiores. Por tanto, la sede del mNACTEC queda además conectada a la red de espacios verdes de la ciudad. Su rehabilitación como museo se diseña de modo que sea accesible y parte de su contenido visible desde el exterior. Todo ello, junto a su ya mencionado componente histórico lo convierte en un referente de los paisajes Culturales, si bien para completarlo haría falta un recorrido y un relato.

Parte de ese relato está vinculado a su relación con la ciudad, y es que los ediはcios, no pueden centrarse solo en su propia función o forma, deben re辟exionar sobre qué forma y función ofrecen al entorno . En este aspecto, un museo no se debe solo a sus visitantes, sino también a sus vecinos. Otras construcciones no tienen la capacidad de hacer grandes aportes, pero un equipamiento que promueve la cultura, si debería velar por mantener la historia de su gente viva; no solo desde un punto de vista documental, sino también productivo.


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En este sentido sería interesante conectar el mNACTEC no solo con otras partes emblemáticas de la ciudad, cosa que ya hace, como muestra la imagen contigua, con el recorrido de las cabalgatas durante las はestas, sino también con diferentes talleres que se puedan reconvertir en nuevos lugares de creación. En este caso el Paisaje Cultural estaría formado por Fábricas Culturales, en un sendero similar al que han tomado muchos espacios del Patrimonio Industrial de Poblenou en Barcelona. Esa alternativa constituye una reactivación de las industrias en desuso situadas próximas al centro (frente al museo), superponiendo capas a su história en lugar de borrandolas.

Una muestra de las fábricas que aún perviven en la actualidad puede extraerse de las tesis ya mencionadas. 2 y 3 Ello nos sirve de partida para seleccionar los puntos del recorrido, que junto al relato de la historia del textil en Terrassa, nos permitirían reactivar la memoria y el futuro de la zona. A continuación, vemos unos planos donde destacan las fábricas que se han mantenido en la zona próxima al museo, el cual funciona como polo de atracción directa desde la rambla y punto de partida de lo que serían nuevos recorridos fabriles. Por último vemos el estado actual de las dos fábricas situadas más al Oeste, ambas con potencial, pero con necesidad de rehabilitación y nuevos usos que las inserten en el tejido urbano.


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En referencia a los usos planeados, se mantiene una coherencia y especiはcidad del entorno del museo respecto al resto de la ciudad. El Centro histórico que veíamos en la página anterior queda en la parte superior izquierda, con el mNACTEC marcado como industrial (más oscuro). A consecuencia del cambio global explicado con anterioridad, la economía se ha trasladado hacia actividades terciarias y cuaternarias. Por eso frente a la fábrica de Vapores Aymerich, Amat i Jover, encontramos las fábricas en desuso mencionadas, que como vemos en el plan se transforman en equipamientos y residencia, perdiendo su potencial productivo. La ciudad ha desplazado su sector industrial hacia el Este (esquina inferior derecha) separándolo en gran medida del centro, sobretodo por el parque de Vallparadís. Además este crecimiento ocupa los límites de la riera de las Arenas, en lo que podría ser un espacio más naturalizado para la ciudad. Estos son los puntos críticos del plan, si bien, podemos destacar como positivo la homogénea distribución de los equipamientos (en azul). A pesar de la aparente descentralidad de la zona, el mNACTEC se sitúa en una posición privilegiada , a tan solo 650 m. de la estación de ferrocarril Terrassa - Rambla e incrustada en el casco antiguo. Además “representa la mejor obra arquitectónica industrial modernista del país”. 4 Su arquitecto, Lluís Muncunill tiene otras obras destacadas en la ciudad, como la famosa Masía Freixa (adyacente) o la Casa Consistorial de Terrassa.


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En cuanto al valor arquitectónico de esta obra, todas sus cualidades apuntan a una fácil reconversión como ediはcio cultural. Por ejemplo, su gran superfície, con sus 11.000 m2, solo en la antigua nave de producción, o su magníはca reinterpretación de la cubierta de sierra fusionada con la bóveda catalana que le aportan un carácter único. Las 161 bóvedas reposan sobre “300 columnas de hierro fundido, que servían también como bajantes de agua y como soporte de los embarrados, los ingenios que transmitían la fuerza de la máquina de vapor en todas las máquinas de la fábrica”. 4

El interior destaca por la funcionalidad de los objetos mostrados y su sencillez, respecto a la maquinaria contemporánea, más mecanizada, por tanto, los objetos del periodo de la industrialización muestran con más claridad sus procesos. Las características que exige el museo a sus objetos, más allá de la función, es la autenticidad , la estética y cierto componente espectacular o con encanto. Lo mismo podríamos decir que se busca con el ediはcio. “El proyecto arquitectónico respeta la autenticidad de la fábrica con las únicas excepciones de sacar la capa de cal blanca dejando el ladrillo visto, y construir un gran subterráneo en la parte central de la nave”. 4

En cuanto al entorno inmediato, se adecúo una nueva entrada, más contemporánea, ya que todo museo, debe ser también un puente al progreso. Esta entrada se retranquea respecto a la rambla para generar un espacio público de acceso y se cubre la medianera preexistente con una gran superはcie fotovoltaica que muestra el camino hacia el futuro. El último punto de análisis o más bien agradecimiento, se debe a la entrevista al director durante 30 años y fundador del museo: Eusebi Casanelles. Él ha impulsado este proceso, puliendo lo que algunos consideraban desfasado, convirtiéndolo en joyas de la Museología y el Patrimonio Industrial, verdaderas Fábricas Culturales. 4 Casanelles i Rahola, E. (2013) “Un museu per a un país: el Sistema Territorial del mNACTEC” p.27


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3. Síntesis y encaje general

“El museo ha salido de sus propias paredes y ha considerado todo el territorio Catalán como objeto de intervención. Gracias a este esfuerzo hecho durante los últimos 25 años,

actualmente una parte notable de la sociedad admite que el patrimonio industrial es una parte del patrimonio cultural que ha contribuido a incrementar la

riqueza patrimonial de nuestro país.” Eusebi Casanelles 1

La sede del museo de la Ciencia y la Técnica es solo un ejemplo, de las muchas intervenciones que están ayudando a construir un nuevo lenguaje en torno al patrimonio industrial y su reutilización como equipamiento cultural. Para sacar conclusiones contrastadas sobre su impacto en la ciudad, haría falta una muestra de casos más amplia. En otros artículos que componen la investigación sobre Fábricas Culturales en la provincia de Barcelona, se estudian otros tres casos. Dos más del sistema territorial del museo Nacional de la Ciencia y la Técnica de Cataluña, en concreto: el Museo del Ter en Manlleu y el Museo de la Piel en Igualada; junto a una muestra del Museo de Historia de Barcelona, los antiguos talleres de Oliva Artés.

Frente a la amenaza de derribo de un barrio obsoleto, hay dos opciones, abandonarlo promoviendo su degradación a un ritmo acelerado o hacer pequeñas actuaciones que demuestren que sigue vivo. Ahí reside el poder de los pequeños proyectos, su in辟uencia para que otros continúen su labor. En este sentido ha sido interesante analizar los condicionantes de la sede del mNACTEC en Terrassa.

Este caso sobresale en la mayoría de aspectos analizados, por lo que lidera un cambio en cómo se actúa con estos espacios. Sin embargo, a la hora de generar nuevos focos de interés o creación en sus proximidades, resulta más complicado, por ser un ejemplo casi único y difícil de alcanzar. Una propuesta para el futuro es incentivar otros espacios de sus proximidades a que se conviertan en Fábricas Culturales.

1 Casanelles i Rahola, E. (2013) “Un museu per a un país: el Sistema Territorial del mNACTEC” p.23


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El repaso cronológico tanto de conceptos vinculados como de crecimiento de la ciudad conはrma que fábricas como la de los Vapores Aymerich, Amat i Jover tienen las características urbanas e históricas óptimas para reconvertirse en espacios de promoción de la cultura. Es más sostenible recuperar estos espacios y transformarlos con una actuación mínima, que destruirlos para construir algo nuevo, que puede, no se inserte tan bien en el paisaje urbano. Además tienen un gran poder transformador, por su posición estratégica y buenas comunicaciones. Por último, tienen un papel documental ya que forman parte de la historia de la industrialización, tanto, como las casas modernistas burguesas.

A continuación, las conclusiones obtenidas del proceso de reducción del material analizado.

- El museo de la Ciencia y la Técnica mantiene vivo el legado de un barrio obrero de la sociedad industrial .

- Este espacio contribuye al mantenimiento y revitalización de un trazado histórico .

- Como fábrica cultural contribuye a deはnir y mantener el paisaje urbano de su entorno.

- La Rambla en la que se encuentra genera centralidad por su posición estratégica.

- Este espacio se establece como rótula entre el centro y una zona industrial en desuso que podría reactivar.

Estas potencialidades pueden encontrarse en otros barrios o ciudades, siendo este caso un buen ejemplo para otras Fábricas culturales. Si bien, no debe usarse solo un ediはcio como salvaguarda de los puntos mencionados. La ciudad se compone de diversos elementos y es la unión de todos ellos lo que construye, esa memoria, trazados, paisajes, centralidades o rótulas. Si queremos buenas ciudades necesitamos más ejemplos de elementos que construyan tanto urbanidad como puentes entre el pasado y el futuro de las ciudades.

“ Debemos favorecer actividades que trabajen con los "materiales de la memoria": sensibles al entorno, viables económicamente, didácticas, que generen empleo, que empoderen a la comunidad local y les incite a formar parte de las soluciones para el futuro.” 2

2 Pol Méndez, F. (1999) "Experiencias Recientes. Debates abiertos" en La ciudad deseada. Valorización cultural de la ciudad histórica, su evolución sostenible y su futuro en la previsible ordenación del territorio, Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. PP. 113-114.


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