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19.- Técnica de los lápices de colores.- 2ª Parte. La técnica de los lápices de colores es conocida como técnica seca, en la que se incluye el carboncillo, las ceras, los crayones, el grafito, la sanguina, las cretas, las tizas y el pastel para diferenciarla de la técnica húmeda, como la tinta, rotuladores, bolígrafos, acuarela, témpera, acrílico y óleo. A pesar de ello, además de los lápices secos, también existen los lápices solubles al agua o “acuarelables” como veremos más adelante. Por ahora hablaremos de los colores secos. DIFERENTES TÉCNICAS Existen diferentes técnicas para dibujar con lápices de colores. Las más usuales son la lineal y la tonal, pero también se utiliza el blanqueado, el matizado, el frotagge, el grattage y el esgrafiado. La técnica lineal consiste en dibujar basándose en el trazo de manera que para conseguir diferentes valores tonales, desde claros a oscuros, se trazan desde finas líneas paralelas a la superposición de líneas cruzadas que reciben el nombre de tramas o achurados. Aumentando la densidad del achurado se obtienen los valores más oscuros. En el tema “4.- Trazos y manchas” del apartado de “Técnicas de Dibujo” de esta misma web ya vimos unos ejemplos de trazos y tramas a lápiz que son válidas tanto para grafito como para lápices de colores.

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19.- Técnica de los lápices de colores.- 2ª Parte.

La técnica de los lápices de colores es conocida como técnica seca, en la que se incluye el carboncillo, las ceras, los crayones, el grafito, la sanguina, las cretas, las tizas y el pastel para diferenciarla de la técnica húmeda, como la tinta, rotuladores, bolígrafos, acuarela, témpera, acrílico y óleo. A pesar de ello, además de los lápices secos, también existen los lápices solubles al agua o “acuarelables” como veremos más adelante. Por ahora hablaremos de los colores secos.

DIFERENTES TÉCNICAS

Existen diferentes técnicas para dibujar con lápices de colores. Las más usuales son la lineal y la tonal, pero también se utiliza el blanqueado, el matizado, el frotagge, el grattage y el esgrafiado.

La técnica lineal consiste en dibujar basándose en el trazo de manera que para conseguir diferentes valores tonales, desde claros a oscuros, se trazan desde finas líneas paralelas a la superposición de líneas cruzadas que reciben el nombre de tramas o achurados. Aumentando la densidad del achurado se obtienen los valores más oscuros.

En el tema “4.- Trazos y manchas” del apartado de “Técnicas de Dibujo” de esta misma web ya vimos unos ejemplos de trazos y tramas a lápiz que son válidas tanto para grafito como para lápices de colores.

Recupero estas muestras de tramas que hice ya hace años. En la 1, una trama de rayado en diagonales de poca densidad. La 2 y la 3, son tramas de rayados diagonales de mayor densidad lo que hace bajar el tono. La 4 es un achurado de diagonales cruzadas lo que provoca que baje aún más el tono. La 5 es una trama o achurado de diagonales cruzadas y sobre ellas un rayado de trazos horizontales. La 6 es la trama anterior pero sobreponemos un rayado de verticales, lo que en definitiva es un rayado reticular sobre un rayado de diagonales cruzadas. Y la 7 y 8 son la misma trama 6 pero con una densidad más alta de los rayados, rayados cruzados múltiples, consiguiendo así tonos muy bajos. Es decir que con simples rayados hemos hecho una escala tonal de ocho valores.

El recurso del achurado nos permite crear volúmenes. Como puede verse en la esfera que he dibujado, con pequeñas tramas muy densas se consiguen zonas de sombra profunda, de penumbra y zonas iluminadas. El punto de brillo casi no tiene trazos y el realce es la reserva del papel. También se puede representar las luces reflejadas en la izquierda y debajo de la esfera producidas por la superficie en la que se encuentra la esfera disminuyendo la concentración del achurado. Como se deduce fácilmente lo que crea el volumen de la bola no es el contorno, que es una simple línea curva cerrada (circunferencia), sino que es la correcta distribución de luces y sombras.

Además las tramas se utilizan también para obtener efectos de color por superposición de líneas partiendo de colores ya disponibles en lápices. Los tres primeros ejemplos son rayados de diagonales paralelas de un solo color, amarillo, rojo y azul, en trazos finos y juntos. Los rayados 4, 5 y 6 son rayados de amarillo y rojo, amarillo y azul, y rojo y azul con huecos del blanco del papel. Los rayados 7, 8 y 9 están compuestos por diagonales de amarillo y rojo, rojo claro y rojo oscuro, y azul claro y azul oscuro sin dejar espacios en blanco. Los achurados 10, 11 y 12

son rayados cruzados compuestos por diagonales paralelas en sentido opuesto de rojo sobre amarillo, azul sobre amarillo y rojo sobre azul. Conviene que estos trazos sean rectos y paralelos pero no demasiado perfectos pues darían la impresión de dibujo técnico perdiendo la espontaneidad del gesto del artista.

Este es uno de mis dibujos más antiguos que conservo que realicé en 1978 con técnica lineal a muy pequeños trazos para simular el pelaje del perro y el fondo también está hecho a trazos pequeños para no perder la unicidad de ejecución del conjunto.

La técnica tonal, que es la más utilizada, consiste en la creación de “manchas” en la que no se percibe el trazo sino que usando normalmente la punta redondeada del lápiz se consigue un efecto de fundido parecido al que se obtendría con el carbón o el lápiz pastel.

La técnica del blanqueado es una derivada de la tonal, como lo que se pretende es conseguir el efecto del dibujo a pastel se aplica sobre todo el dibujo intensamente el lápiz blanco que “apastela” el color, hace desaparecer los rastros que pudiera haber del lápiz fundiéndolo con las

“manchas” y elimina el efecto del granulado del papel produciendo una textura aparente más uniforme.

La técnica del matizado es otra variante del dibujo lineal y también del tonal, sobre cualquiera de ellos se aplica alcohol con un cotonete y al diluirse ligeramente el trazo o la mancha el efecto resultante es similar al que produce el lápiz soluble. Generalmente se utiliza como técnica mixta combinado con el dibujo a líneas.

La técnica del frotagge consiste en colocar el papel sobre una superficie rugosa, como por ejemplo una tabla de madera, y frotando el lápiz sobre el papel se reproduce la textura de la madera o del material que hayamos colocado debajo.

La técnica del grattage, también conocida en castellano como raspado, consiste en cubrir la superficie del papel de uno o varios colores según nuestro propio diseño que servirá de base para el dibujo, a continuación se cubre todo este campo gráfico de un color más oscuro que los preexistentes. Seguidamente con una cuchilla se hace un dibujo raspando con ella el color oscuro que dejará al descubierto los colores subyacentes.

La técnica del esgrafiado, consiste en dibujar con un lápiz de grafito un dibujo a líneas pero sobre un papel fino, preferiblemente transparente o lo más translúcido posible como el papel vegetal, que se colocará sobre el papel definitivo del dibujo, de cierto grosor como la cartulina, procurando que queden ambos bien sujetos el uno sobre le otro para que no se muevan. Luego con un bolígrafo o con un punzón que tenga la punta redondeada, para que no rompa el papel vegetal, o incluso con un lápiz de mina dura, repasamos las líneas del dibujo a grafito presionando sólo lo suficiente para que el dibujo quede reproducido sobre el papel inferior gracias a las hendiduras o surcos producidos. Quitamos el papel vegetal y sobre la cartulina dibujamos a manchas, técnica tonal, de modo que sobre los surcos no entrará el pigmento y aparecerá un dibujo de líneas ”blancas” o del color del papel utilizado. Pero estas técnicas las revisaremos en próximos capítulos, en este nos centramos en la técnica a líneas.

AFILADO DE UN LÁPIZ

Aunque parezca algo simple es conveniente saber sacar punta a un lápiz, los lápices deben estar bien afilados. Dibujar con un lápiz con la punta roma, desigual o torcida es como pretender hacer buena música con una guitarra con las cuerdas flojas, sonará desafinado, pues lo mismo ocurre cuando se hace un trazo con un lápiz “desafinado”. En la serie de fotos que sigue podéis ver el procedimiento que utilizo.

A unos tres centímetros de la punta apoyo el borde cortante de la hoja del cutter. Con el dedo pulgar de la mano con la que sujeto el lápiz empujo al cutter para que profundice en la madera. De esta manera

controlo mejor el corte que si empujara el cutter con la misma mano con la que lo agarro. La hoja del cutter no debe incidir perpendicular al eje del lápiz sino casi paralelo para no pasarnos en la profundidad del corte.

En esta foto puede verse como el cutter levanta una astilla de la madera que llega hasta el borde de la parte cubierta de color.

Sigo el procedimiento anterior en todo el contorno de la carcasa de madera.

Aquí se puede ver la sección de madera que ha quedado adelgazada en esta primera serie de cortes.

Aproximadamente hacia la mitad, es decir a un centímetro y medio de la punta, vuelvo a repetir los cortes como hice anteriormente pero sacando astillas de menor tamaño.

El resultado final es de aproximadamente dos centímetros de madera a la vista y un centímetro de mina.

A continuación con la hoja del cutter en perpendicular a la mina raspo suavemente para darle a la mina la forma puntiaguda que interesa.

Y ahora podemos ver el lápiz afilado, con la mina compartiendo el eje del lápiz para que no quede torcida. Una mina de aproximadamente entre 8 mm. y un centímetro. La forma cónica de la madera, de unos dos centímetros, distribuida uniformemente en torno a la mina. Esto es importante porque al dibujar iremos girando el lápiz para que la mina se desgaste por igual en todo su contorno. Si utilizamos el lápiz siempre en la misma posición terminaremos despuntando la mina y transformándola en un corte a bisel lo que hará que el grueso del trazo varíe.

APURALÁPICES

Cuando los lápices estén tan gastados que no puedan manejarse correctamente no hay que abandonarlos en cajas que luego se olvidan y se desperdician. Para aprovecharlos se puede utilizar un “apuralápices” como el que muestro en la fotografía de arriba. En la foto 1 se puede ver un lápiz con el que debido a su pequeño tamaño no resulta fácil dirigir el trazo convenientemente, en la 2 un “apuralápices” que es un mango de madera con una virola metálica en la que se aloja el lápiz y en la foto 3 el conjunto que convierte el lápiz en un instrumento tan manejable como un lápiz nuevo.

MODO DE TOMAR EL LÁPIZ

Modo escritura

La forma de sujetar el lápiz condiciona el trazo. Básicamente hay dos formas de tomar el lápiz, una llamada “modo escritura” en la que se toma el lápiz como lo usamos cuando se escribe pero sujetándolo algo más arriba. Esto permite dibujar detalles pero manteniendo la soltura necesaria para alcanzar distintos sitios del dibujo en obras de pequeño formato. Este modo puede verse en la foto de arriba y se utiliza cuando trabajamos sobre mesa horizontal o tableros con poca inclinación.

Modo espátula

La otra manera de sujetar el lápiz es conocida como “modo espátula” por semejanza a la forma en que sujetamos la espátula cuando pintamos con óleos. Esta modalidad se utiliza cuando dibujamos sobre tableros en vertical, con formatos algo mayores y a cierta distancia del soporte y también cuando hacemos trazos largos que requieren de rapidez y decisión.

RECOMENDACIONES

Cuando dibujamos con lápices de color hay que seguir ciertas recomendaciones.

1ª.- Debido a que la corrección, o borrado, de los trazos del lápiz de color es poco satisfactoria porque generalmente la goma deja marcas en el papel es muy conveniente conocer el efecto que produce la superposición de trazos de diferente color, por ello es aconsejable que se utilice siempre un papel auxiliar para las pruebas de color antes de aplicarlo sobre el dibujo. Los lápices de calidad elevada son más fáciles de borrar que los de baja calidad.

En la primera parte ya vimos como se puede obtener una amplísima gama de colores por superposición de capas de diferentes colores, pero es bueno experimentar para obtener nuevos colores que se adapten mejor a las preferencias de cada dibujante. Aunque la mayoría de los colores se pueden reproducir con los tres colores primarios, para ahorrar trabajo y para no castigar el papel con excesivas mezclas es aconsejable utilizar al menos una docena de lápices de colores puros que cubra las gamas básicas de cálidos, fríos y quebrados.

2ª.- Cuando se comienza el dibujo los trazos deben ser muy suaves, es decir sin “matar” el papel, porque si tapamos los poros del papel podremos tener dos problemas: dificultamos el borrado si fuese necesario y sobre todo si hay que superponer capas de otro color al estar ya los poros sellados el nuevo color no se adhiere bien. Además si dibujamos presionando mucho el lápiz el resultado es que la zona dibujada queda cubierta por la cera, goma arábiga o resina que como aglomerante contiene el lápiz lo que la convertirá en una pátina resbaladiza que impide el agarre del nuevo trazo. Si se quiere conseguir un color más denso hay que aplicar capa sobre capa pero siempre con la misma suave presión.

3ª.- Debido a que la mezcla de colores no es matérica sino óptica y por lo tanto un lápiz de color blanco no tapará otro color aplicado anteriormente, es inevitable hacer lo que se llama “reserva de blancos”, que son esas zonas que finalmente serán de colores muy claros o mismamente blancas, y por lo tanto el papel debe dejarse sin pintar. Es decir que un color obtenido por mezcla de otros no podrá ser más claro que los colores que se aplicaron. Esto significa que no se debe improvisar sino que debemos tener la obra ya pensada antes de comenzar porque sobre un color oscuro no es práctico aplicar colores claros. En consecuencia hay que trabajar empezando con claros y superponiendo oscuros.

EJERCICIO DE DIBUJO A LÍNEAS

Para este ejercicio he elegido estas peras de una fotografía de internet. Comenzaremos haciendo un dibujo a líneas con lápiz grafito procurando que los trazos sean muy suaves para no dejar marcas en el papel que luego al cubrirlas de color quedarían como surcos sin rellenar que estropearían el dibujo. Utilizar el grafito para el dibujo base se debe a que es más fácil de borrar para corregir las líneas de tanteo que no se ajusten al modelo. Los lápices de color al contener cera o resinas son más difíciles de borrar por eso no son convenientes en esta primera fase. Para los que no tengan mucha práctica y les resulte difícil dibujar estas peras recomiendo que las vean como si contuviesen círculos dentro de su contorno, tal como aparecen en la foto.

Estos círculos nos ayudan a construir la forma exterior de las peras, para ello dibujamos los círculos en las posiciones en que se encuentran en el modelo. No es necesario que sean círculos perfectos los trazamos a mano alzada y por simple tanteo, ya que son orientativos y luego se borrarán. Debo precisar que en mi dibujo real los trazos apenas se

notan por lo que para que se puedan ver he tenido que bajar el tono de la foto por medio de un programa de tratamiento de imágenes, eso se repetirá también en las siguientes.

Apoyándonos en estas curvas cerradas dibujamos el perfil exterior de las peras, como se ve en la siguiente fotografía.

Para dibujar este contorno es preferible ir haciendo trazos cortos marcando los cambios de dirección. Aunque el resultado sea una línea

que se quiebra en cada cambio, más tarde cuando utilicemos el color le daremos su sinuosa forma. Si hay que borrar trazos equivocados es preferible utilizar la goma moldeable que es menos agresiva con el papel que la goma plástica, ya que el rastro del borrado se notará al aplicar el color. Una vez tengamos bien definidas las líneas básicas, que habremos dibujado con un lápiz de grafito duro para que sea más fácil de borrar, por ejemplo un H, eliminamos los círculos y también intentamos que el contorno de las peras sea lo más suave posible ya que sobre él redibujaremos con lápiz de color y no conviene que se note demasiado el grafito.

Como dije repetimos el dibujo resiguiendo las líneas hechas anteriormente con grafito. He elegido un lápiz de color verde claro para que pueda integrarse en el esquema cromático del dibujo. Como los colores dominantes en las peras son el verde y el rojo he preferido el verde por ser el que predomina en la mayor parte de las líneas del contorno. Y de momento queda como está en la foto de arriba.

A continuación con color amarillo claro aplicamos una suave capa de color dejando el blanco del papel en reserva en aquellas zonas que serán cubiertas de rojo. Esta primera capa debe ser muy suave para que el color verde que vamos a superponer se adhiera sin problemas.

Así es como lo llevamos. Bien, sigamos con nuestro ejercicio.

Con rojo claro cubrimos la zona que habíamos dejamos en reserva con trazos paralelos pero cortos que siguen la curvatura de la pera. Esto produce la impresión óptica de volumen que es lo que se pretende. Los trazos de rojo pueden invadir la zona de amarillo según convenga de acuerdo con el modelo, en este caso en el lado izquierdo de la pera de la izquierda. El contorno de la parte superior de la pera de la derecha lo redibujamos con rojo ya que en ese lado predomina el rojo. Los pedúnculos (o pedículos o pedicelos que son esas pequeñas ramitas que unen las peras a la rama del árbol) también los cubrimos ligeramente de rojo.

En esta fase cubrimos todo el color amarillo y rojo que aplicamos anteriormente de una suave capa de verde muy claro y luminoso, dejando algunas pequeñas zonas en reserva para los brillos. Con estos tres colores, amarillo, rojo y verde en tonos claros hemos dejado establecida la base de color sobre la que trabajaremos el resto del dibujo con los mismos colores pero en tonos más oscuros. Hasta ahora sólo hemos delimitado ligeramente los brillos, las zonas iluminadas y en sombra y los dos matices principales y casi únicos de la fruta, el amarillo verdoso y el rojo casi anaranjado.

Con amarillo y rojo pero en tonos más oscuros y con el mismo procedimiento de los pasos anteriores reforzamos los colores para que la textura de las peras aparente más consistencia y materialidad ya que en el paso anterior todavía se veían demasiado “transparentes” y esbozadas.

Con verde oscuro completamos los tres matices con lo que las peras adquieren ya un aspecto más natural.

Acentuamos las sombras con color violeta azulado para aumentar el contraste tonal y el efecto de volumen. Uso el violeta azulado porque el violeta es complementario del amarillo verdoso de la pera y el azul del rojo anaranjado por lo cual el violeta azulado es el que mejor armoniza con ambos matices.

Finalmente con color marrón muy oscuro coloreamos los pedúnculos y profundizamos algo más las sombras en la zona de contacto de las peras entre sí. Y para terminar este ejercicio, sobre una base de amarillo para armonizar el conjunto, dibujamos la sombra de las peras reflejada sobre la mesa con el violeta.

Aquí podemos ver el proceso del color en todos sus pasos.

En esta imagen se puede ver los lápices utilizados y la gama de colores: dos amarillos (limón y anaranjado) dos rojos (cadmio y carmín) dos verdes (claro y oliva) un violeta azulado y un marrón oscuro.

Y esto ha sido todo por ahora, en la 3ª Parte seguiremos revisando otras técnicas de dibujo.

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