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    Transiciones II

    El Rey Pirata

    R. A. Salvatore

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    R.A. Salvatore El Rey Pirat

    PRELUDIO

    Suljack, uno de los cinco grandes capitanes que gobernaban Luskan y antiguo comandante duna de las ms eficaces tripulaciones piratas que haban aterrorizado alguna vez la Costa de lEspada, no se dejaba intimidar fcilmente. Era extrovertido y sola bramar sin tener conciencia dello. Su voz, a menudo, era la que se impona en el consejo de gobierno. Hasta la HermandaArcana, de la que muchos saban que era el verdadero poder en la ciudad, se vea obligada a intmidarlo. Diriga la Nave Suljack, y estaba al mando de un slido conjunto de mercaderes y matonede la posada Suljack, en la zona central del sur de Luskan. No era un lugar espectacular ni aparente

    sin duda nada que ver con la majestuosidad del castillo de cuatro torres del gran capitn Taerl, ni cola poderosa torre del gran capitn Kurth, pero estaba bien defendida y convenientemente situadcerca de la residencia de Rethnor, el aliado ms estrecho de Suljack entre los capitanes.

    No obstante, Suljack no las tena todas consigo al entrar en el saln de Diez Robles, el palacio dla Nave Rethnor. El viejo Rethnor no estaba all, y no era de esperar que estuviera. Hablaba a travdel hombre que tena el aspecto menos intimidatorio de todos los del saln, el ms joven de sus trehijos.

    Sin embargo, Suljack saba que las apariencias engaaban.Kensidan, un hombre menudo, bien vestido en tonos adustos de gris y negro, muy atildado y co

    el pelo perfectamente recortado, estaba sentado con una pierna cruzada sobre la otra en uncmoda butaca en la parte ms alejada del despojado saln. Haba quienes lo llamaban el Cuervoya que siempre llevaba una esclavina negra de cuello alto, y botines altos y negros que le llegaban la mitad de la pierna. Su andar era torpe, semejante al de un pjaro, pues no doblaba las piernasEsto, unido a su nariz larga y ganchuda, haca que cuantos lo vean entendieran muy bien el moteincluso un ao antes, cuando todava no haba adoptado la esclavina de cuello alto. Cualquier hechcero de poca monta era capaz de discernir que aquella prenda ocultaba magia, una magia poderosy ese tipo de artilugios tenan fama de realizar cambios en quien los llevaba. Al igual que el famoscinturn de los enanos, que poco a poco confera las caractersticas de un enano a quien lo lucierala esclavina de Kensidan pareca estar actuando sobre l. Su andar se haba ido haciendo mtorpe, y su nariz se haba alargado y se haba hecho ms ganchuda.

    No tena msculos marcados ni manos fuertes. A diferencia de muchos de los hombres d

    Rethnor, Kensidan no llevaba ningn adorno en el pelo, de un tono castao oscuro. En toda spersona no haba nada llamativo. Ms an, los cojines del asiento hacan que se le viera todavms menudo, pero, inexplicablemente, todo eso pareca funcionar en su caso.

    Kensidan era el centro de la reunin, y todos estaban pendientes de las palabras que pronunciaben voz baja. Adems, cada vez que cambiaba de postura o de actitud en la butaca, los que estabacerca no podan por menos que sobresaltarse y mirar a su alrededor con nerviosismo.

    Todos salvo, por supuesto, el enano que estaba de pie detrs de la silla, a la derecha dKensidan. El enano tena los poderosos brazos cruzados sobre su macizo pecho, surcado por lafluidas lneas de la musculatura y por las trenzas adornadas con cuentas de su espesa barbaLlevaba las armas cruzadas sobre la espalda, y las empuaduras claveteadas de las cadenas dcristalacero asomaban por encima de sus hombros. Nadie quera nada con l, ni siquiera Suljack. E

    amigo de Kensidan, msculo recin importado del este, haba sostenido una serie de combates elos muelles que haban dejado muertos o deseando estarlo a todos los que se haban enfrentad

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    con l.Cmo se encuentra tu padre? le pregunt Suljack a Kensidan, aunque sin apartar todav

    los ojos del peligroso enano. Ocup un asiento delante de Kensidan, a un lado.Rethnor est bien respondi Kensidan.

    Bien, tratndose de un anciano? se atrevi a insistir, y Kensidan se limit a asentirCirculan rumores de que quiere retirarse o de que lo ha hecho ya prosigui Suljack.Kensidan apoy los codos en los reposabrazos de la butaca, entrelaz las manos y descans

    mentn sobre ellas en actitud pensativa.Te proclamar su sucesor? insisti Suljack.El joven, que apenas haba superado los veinticinco aos, ri por lo bajo al or aquello, y Suljac

    carraspe.Te desagradara que as fuera? pregunt el Cuervo.Me conoces demasiado para pensar eso protest Suljack.Y qu me dices de los otros tres?Suljack hizo una pausa mientras le daba vueltas a la idea.

    No es nada inesperado dijo con un encogimiento de hombros. Bien recibido? Tal vez, perno dejaran de vigilarte. Los grandes capitanes viven bien y no quieren que se altere el equilibrio.

    Quieres decir que su ambicin es vctima del xito.Otra vez Suljack se encogi de hombros, y dijo con aire despreocupado:Acaso algo es suficiente?No.La respuesta de Kensidan fue simple y descarnadamente sincera, y una vez ms Suljack s

    encontr pisando terreno peligroso.Suljack mir en derredor a los muchos asistentes y luego despidi a los suyos. Kensidan hizo otr

    tanto. Slo qued el guardaespaldas enano, al que Suljack mir con acritud.Puedes hablar libremente dijo Kensidan.Suljack seal al enano con la cabeza.Es sordo explic Kensidan.No oigo nada confirm el enano.Suljack mene la cabeza. Se dijo que lo que tena que decir haba que decirlo, de modo que s

    puso manos a la obra.Hablas en serio cuando dices que vas a ir a por la Hermandad?En el rostro de Kensidan no se reflej la menor emocin.Hay ms de cien hechiceros que consideran que la Torre de Huspedes es su casa anunc

    Suljack.Ni un parpadeo de respuesta.

    Muchos de ellos son archimagos.

    Das por supuesto que hablan y actan como uno solo dijo Kensidan por fin.Arklem Greeth los tiene muy controlados.

    Nadie controla a un hechicero replic Kensidan. La suya es la profesin ms egosta independiente de todas.

    Hay quienes dicen que Greeth ha engaado a la propia muerte.La muerte es un adversario paciente.Suljack lanz un suspiro de frustracin.Tiene tratos con demonios! dijo bruscamente. Greeth no debe ser tomado a la ligera.Yo no tomo a nadie a la ligera lo tranquiliz Kensidan con una intencionalidad clara.

    Suljack volvi a suspirar y consigui calmarse.Desconfo de ellos; eso es todo explic con tono ms reposado. Hasta la gente de Luska

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    sabe a estas alturas que los cinco grandes capitanes, entre los que se cuenta tu padre, somomarionetas en manos de Arklem Greeth. Llevo tanto tiempo bajo su yugo que he olvidado lsensacin del viento rompiendo contra la proa de mi propio barco. Tal vez sera hora de cambiar drumbo.

    Ms que sobrada. Y todo lo que necesitamos es que Arklem Greeth siga sintindose seguro d

    su superioridad. Mueve demasiados hilos, y basta con desenredar algunos para destejer el tapiz dsu poder.Suljack mene la cabeza. Era evidente que no lo vea tan claro.Est a buen recaudo el Triplemente Afortunado? pregunt Kensidan.S, Maimun se hizo a la vela esta maana. Debe reunirse con lord Brambleberry en Agua

    Profundas?Sabe lo que tiene que hacer respondi Kensidan.Suljack hizo una mueca al comprender que eso significaba que l no tena por qu saberlo. E

    secreto era poder, en efecto, aunque l era un matn excesivamente emotivo como para guardauno demasiado tiempo.

    Entonces, se le encendi una luz y mir a Kensidan con ms respeto an, si caba. En el secret

    estaba el peso de ese hombre, la fuerza que haca que todos estuvieran siempre pendientes de Kensidan tena muchas piezas en juego, y slo unas cuantas estaban a la vista.

    En eso resida la fuerza de Kensidan. Todos los que lo rodeaban estaban sobre arenamovedizas, mientras que l se apoyaba sobre roca viva.

    Quieres decir que es Deudermont? pregunt Suljack, decidido a empezar al menos a tejelos hilos del joven para formar un diseo reconocible. Sacudi la cabeza ante lo irnico de esposibilidad.

    El capitn del Duende del Mar es un verdadero hroe popular replic Kensidan, tal vez enico hroe reconocido por el pueblo de Luskan que no tiene a nadie que lo represente en losalones del poder.

    Suljack torci el gesto ante el insulto y se dijo que si era un aguijn destinado a l, la lgica hacque tambin estuviera dirigido al propio padre de Kensidan.Deudermont tiene unos principios slidos y en eso reside nuestra oportunidad explic

    Kensidan. Sin duda, no siente ninguna simpata por la Hermandad.Supongo que la mejor guerra es la que se libra por poderes dijo Suljack.No corrigi Kensidan; la mejor guerra es la que se libra por poderes cuando nadie sabe cu

    es el verdadero poder que la mueve.Suljack respondi con una risita. No tena la menor intencin de rebatirlo. Sin embargo, su ris

    qued atemperada por esa realidad que era Kensidan el Cuervo, su socio, su aliado..., un hombre eel que no le atreva a confiar.

    Un hombre del que no poda ni podra escapar jams.

    Suljack sabe bastante, pero no demasiado? pregunt Rethnor cuando Kensidan se reuncon l un poco ms tarde.

    Kensidan dedic unos instantes a estudiar a su padre antes de hacer un gesto afirmativo a modde respuesta. Qu viejo pareca Rethnor esos das, con las grandes bolsas debajo de los ojos y locolgajos de piel en mejillas y papada. Haba adelgazado considerablemente en cuestin de un ams o menos, y su piel, curtida por tanto tiempo en el mar, careca de firmeza. Caminaba con lapiernas rgidas y muy derecho, pues su espalda haba perdido todo vestigio de flexibilidad, y cuandhablaba, pareca que tena la boca llena de algodn porque su voz sonaba amortiguada y dbil.

    Lo suficiente como para ensartarse en mi espada respondi Kensidan , pero no lo har. Confas en l?

    Kensidan asinti.El y yo queremos lo mismo. No tenemos el menor deseo de servir bajo el yugo de Arklem

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    Greeth.Quieres decir como he servido yo replic Rethnor, pero Kensidan ya estaba haciendo u

    gesto de negacin antes de que su padre terminara la frase.T asentaste las bases sobre las que yo estoy construyendo ahora dijo. Sin tu amplitu

    de miras, yo no me atrevera a hacer nada contra Greeth.

    Suljack lo ve de la misma manera?Como un muerto de hambre que vislumbra un festn en una mesa lejana. Quiere un lugar eesa mesa. Ninguno de nosotros comer si no est presente el otro.

    Entonces, lo ests vigilando de cerca.S.Rethnor solt una risa ahogada.Y Suljack es demasiado tonto como para traicionarme de una manera que yo no pueda preve

    dijo Kensidan, y la risa de Rethnor se transform en un rpido fruncimiento de ceo.Al que hay que vigilar es a Kurth, no a Suljack aadi Kensidan.Rethnor sopes un momento sus palabras; despus, asinti. El gran capitn Kurth, all en su isl

    de Closeguard y tan prximo a la Torre de Huspedes, era tal vez el ms fuerte de los cinco grande

    capitanes, y sin duda el nico que poda hacer frente individualmente a la Nave Rethnor. AdemKurth era sumamente listo, mientras que su amigo Suljack Rethnor tena que admitirlo a veceno saba ni qu hacer con una zanahoria.

    Est tu hermano en Mirabar? pregunt Rethnor.Kensidan asinti.El destino ha sido magnnimo con nosotros.

    No lo corrigi Rethnor. Arklem Greeth se ha equivocado. Sus amantes de la torrmeridional y la torre septentrional tienen intereses creados en sus planes de infiltracin y dominio dsus tierras, intereses que son diametralmente opuestos.

    Arklem Greeth es demasiado orgulloso y engredo como para reconocer lo inseguro de sposicin. Dudo que entienda el enfado de Arabeth Raurym.

    Ella est a bordo del Triplemente Afortunado, a la busca del Duende del Mar.Y lord Brambleberry espera a Deudermont en Aguas Profundas afirm Rethnor con gest

    de aprobacin.Fue sta una de esas raras ocasiones en que una sonrisa se abra camino en el rostr

    inexpresivo de Kensidan el Cuervo. Se apresur a suprimirla, sin embargo, consciente de lopeligros del orgullo. No caba duda de que Kensidan tena mucho de que enorgullecerse. Era umalabarista con muchas bolas en el aire que giraban con seguridad y precisin cada una en srbita. Estaba dos pasos por delante de Arklem Greeth en el este, y contaba con aliados inadvertidoen el sur. Sus considerables inversiones bolsas de oro haban sido bien empleadas.

    La Hermandad Arcana debe fracasar en el este dijo Rethnor.De manera dolorosa y estrepitosa coincidi Kensidan.Y ten cuidado con la supermaga Shadowmantle le advirti el viejo gran capitn, refirindose

    la elfa de la luna Valindra, seora de la torre septentrional. Se pondr furiosa si se coartan loplanes de Greeth de dominar la Marca Argntea, un lugar que ella aborrece.

    Y culpar a la supermaga Arabeth Raurym, de la torre meridional, hija del marchion Elastuporque quin puede perder tanto como Arabeth por el ansia de poder de Arklem Greeth?

    Rethnor se dispona a decir algo, pero se limit a mirar a su hijo y al esbozar una sonrisa dabsoluta confianza acompaada de un gesto afirmativo. El muchacho lo entenda, lo entenda todo.

    No haba dejado que se le pasara nada.La Hermandad Arcana debe caer en el este repiti, slo para regodearse en las palabras.

    No voy a decepcionarte le prometi el Cuervo.

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    R.A. Salvatore El Rey Pirat

    Primera parte

    Tejiendo el tapiz

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    R.A. Salvatore El Rey Pirat

    TEJIENDO EL TAPIZ

    Un milln de millones de cambios!Innumerables cambios! Todos los das, cada segundo del daAs es la naturaleza de las cosas, del mundo. Con cada decisin, una encrucijada. Cada gota dlluvia, un instrumento de destruccin y de creacin. Cada animal cazado y cada animal comidcambian el presente casi imperceptiblemente.

    A un nivel ms amplio, es apenas perceptible, pero esa multitud de piezas que comprenden cadimagen no son constantes ni es necesariamente persistente la forma en que las vemos.

    Mis amigos y yo no somos moneda corriente para las gentes de Faerun. Hemos recorrido medimundo; en mi caso, tanto en la superficie como en el mundo inferior. La mayor parte de la gentejams ver ms mundo que la ciudad en que naci, ni siquiera las partes ms apartadas de lciudad donde naci. La suya es una existencia pequea y familiar, un lugar cmodo y rutinarioparroquial, selectivo en cuanto a sus amigos de toda la vida.

    Yo no aguantara una existencia as. El tedio se acumula formando unas paredes sofocantes, los diminutos cambios de la existencia cotidiana no son capaces de abrir ventanas lsuficientemente grandes en esas barreras opacas.

    De mis compaeros, creo que Regs sera el ms inclinado a aceptar semejante vida, siempre cuando la comida fuera abundante y sustanciosa, y tuviera alguna manera de mantenerse econtacto con los aconteceres del mundo exterior. Muchas veces me he preguntado cuntas horapodra permanecer un halfling en el mismo lugar de la orilla del mismo lago con la misma hebra sicebo atada al dedo gordo del pie.

    Habr optado Wulfgar por una existencia as? Habr reducido su mundo para retraerse de la

    verdades ms duras de la realidad? Quiz sea posible para l por sus profundas cicatriceemocionales, pero jams sera posible para Catti-brie acompaarlo en una vida de frrea rutina. Deso estoy muy seguro. La sed de maravillas est tan arraigada en ella como en m, y nos obliga acoger el camino, separndonos incluso, y confiados en el amor que compartimos y en quvolveremos a reunimos.

    Ya Bruenor lo veo a diario batallar contra la pequeez de su existencia, gruendo y quejndoseEs el rey de Mithril Hall, con incontables riquezas a su alcance. Todos sus derechos pueden sesatisfechos por una hueste de sbditos que le son leales hasta la muerte. Acepta las responsablidades de su linaje y se acomoda bien al trono, pero se siente molesto todos los das, como sestuviera atado a su trono real. A menudo ha encontrado y sigue encontrando excusas para salir dsu reino con una u otra misin, sin tener en cuenta el peligro.

    El sabe, al igual que Catti-brie y que yo, que estarse quieto significa aburrirse y que eaburrimiento es una muestra minscula de la propia muerte.Es que medimos nuestras vidas por los cambios, por los momentos de lo inusual. Eso pued

    manifestarse en el primer vistazo a una nueva ciudad, o en la primera bocanada de aire en lo alto duna montaa, o en una inmersin en un ro fro originado en el deshielo, o en una encarnizadbatalla librada en las sombras de la cumbre de Kelvin. Las experiencias inusuales son las que dalugar a los recuerdos, y una semana de recuerdos es ms vida que un ao de rutina. Por ejemplorecuerdo mi primera travesa a bordo del Duende del Mar, con tanta intensidad como el primer besde Catti-brie, y aunque ese viaje no dur ms que diez das en una vida que ya abarca las trecuartas partes de un siglo, los recuerdos de esas jornadas se me presentan ms vividos qualgunos de los aos que pas en la Casa Do'Urden, atrapado en la rutina de las tediosas actividade

    de un joven drow.Es cierto que muchas de las gentes ms acaudaladas que he conocido, incluso seores de Agua

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    Profundas, prestas abriran sus bolsas para un viaje a un lugar lejano donde tomarse un respiro. aunque uno en particular no responda a las expectativas que se haban forjado por lo desagradable del clima o de la compaa, porque las comidas no son de su agrado o por alguna enfermedamenor incluso, los seores dirn que el viaje vali el esfuerzo y el oro puestos en l. Lo que msuelen valorar a cambio e las molestias y del dispendio no es el viaje en s, sino el recuerdo que de

    les ha quedado, el recuerdo que se llevarn consigo a la tumba. La vida est tanto en experimentacomo en recordar y en contar lo vivido!En cambio, en Mithril Hall veo a muchos enanos, en especial los mayores, que se regodean en la

    rutina y cuyos pasos de cada da son reflejo el de los de la jornada anterior. Cada comida, cada horde trabajo, cada desbaste que hacen con el pico o cada golpe del martillo siguen el modelo repetida lo largo de los aos. Seque en esto funciona un juego de engao, aunque no me atrevera decirlo en voz alta. Es una lgica callada e a terna que los impulsa a seguir siempre en el mismolugar. Incluso se ha llegado a cantar en una antigua cancin enana:

    Como esto hice ayery a la morada de Moradin no vol,

    hacerlo otra vez me protegey tampoco hoy morir.

    La lgica es simple y directa, y se cae fcilmente en la trampa, pues si mee estas cosas el da

    anterior y vuelvo a hacerlas hoy, es razonable suponer que el resultado no cambiar.Y el resultado es que vivir maana para volver a hacer las mismas osas.De esta manera, lo mundano y lo rutinario se convierten en una garanta falsa de una

    continuidad de la vida, pero tengo que preguntarme, aun cuando la premisa fuera cierta y haciendlo mismo todos los das tuviera garantizada la inmortalidad, si un ao de semejante existencia no elo mismo que la ms turbadora posibilidad de muerte.

    Desde mi perspectiva, esta lgica malhadada es exactamente lo opuesto de lo que ofrece esilusoria promesa! Vivir una dcada en semejante estado equivale a seguir el camino ms rpidhacia la muerte, ya que es como garantizar el paso ms veloz de esa dcada, un recuerdo sirelieve que transcurrir fugazmente y sin pausa; unos aos de existencia pura y llana. Porque eesas horas, y segundos, y das que pasan, no hay ninguna variedad, no hay recuerdo destacado, nun solo primer beso.

    Es cierto que emprender el camino e ir en pos del cambio puede significar una vida ms corta eestos tiempos peligrosos por los que atravieso Faerun, pero en esas horas, das, aos, cualquierque sea la unidad de medida, habr vivido muchsimo ms que el herrero que golpea siempre con mismo martillo el mismo lugar conocido en el metal que le resulta familiar.

    Porque la vida es experiencia, y la longevidad, al final, se mide por la memoria, y los que tienen

    mil historias que contar realmente han vivido ms que cualquiera que se aferr a lo mundano.Drizzt Do'Urde

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    CAPTULO 1

    VIENTOS PROPICIOS PARA SURCAR LOSMARES

    Con las velas hinchadas, los maderos crujiendo y el agua salpicando a gran altura desde la proael Triplemente Afortunado sorteaba las olas con la gracia de una danzarina. Los sonidos mdiversos se fundan en un coro musical que resultaba estimulante e inspirador, y el joven capit

    Maimun pens que si hubiera contratado una banda de msicos para alentar a su tripulacin, strabajo poco podra haber aadido a la msica natural que los rodeaba.

    La persecucin continuaba, y todo hombre y mujer a bordo la senta y la oa.Maimun estaba de pie en la proa, hacia estribor, bien sujeto a una jarcia, con el pelo casta

    ondeando al viento y la negra camisa abotonada a medias y produciendo con su movimiento uefecto refrescante, al mismo tiempo que dejaba ver una cicatriz negra como la pez en cada ladizquierdo de su pecho.

    Estn cerca.La voz de mujer son a sus espaldas, y Maimun se volvi a medias para mirar a la supermag

    Arabeth Raurym, seora de la torre meridional.-Es lo que te dice tu magia?

    -No puedes sentirlo? respondi la mujer.

    Con un estudiado movimiento de cabeza, Arabeth ech hacia atrs la roja cabellera, que lllegaba hasta la cintura, haciendo que se agitaba con el viento sobre su espalda. Llevaba la blustan abierta como la camisa de Maimun, y el joven no pudo por menos que mirar Ilimitado a lseductora criatura.

    Pens en la noche anterior, y en la anterior a sa, y tambin en otra anterior..., en toda lplacentera travesa. Arabeth le haba prometido un viaje maravilloso y apasionante, adems de unabundante suma, por admitirla como pasajera, y Maimun habra mentido si hubiera dicho que lhaba decepcionado. Ella tena aproximadamente su edad, algo ms de treinta aos, y er

    inteligente, atractiva, descarada a veces, cohibida otras, todo en dosis suficientes para hacer quMaimun y los dems hombres que la rodeaban estuvieran constantemente en vilo y siemprempeados en seguirla. Arabeth conoca bien su poder, y Maimun lo saba; sin embargo, no poddesprenderse de ella.

    Arabeth se acerc a l y, juguetona, le pas los dedos por el grueso cabello. El capitn ech unmirada en derredor, esperando que ningn miembro de la tripulacin hubiera visto aquello, ya que egesto no haca ms que poner de relieve que era muy joven para capitanear un barco, y que todavaparentaba menos edad de la que tena. Era un muchacho esbelto, enjuto pero fuerte, de faccionejuveniles y ojos de un delicado azul celeste. Aunque tena las manos endurecidas como cualquiehombre de mar que se preciara, an no tenan el aspecto castigado y curtido de alguien que llevarmucho tiempo bajo el sol resplandeciente.

    Arabeth se atrevi a introducir la mano por debajo de los faldones de la camisa de Maimun acarici la piel tersa del muchacho hasta el lugar ms spero, donde la piel y la pez se haba

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    fundido. Maimun haba tenido la idea de llevar siempre la camisa lo suficientemente abierta compara dejar entrever la cicatriz, esa especie de insignia de honor que les recordaba a los que tenalrededor que haba pasado casi toda su vida con una espada en la mano.

    Eres una paradoja seal Arabeth, y Maimun se limit a sonrer. Gentil y fuerte, amable rudo, bondadoso e implacable, un artista y un guerrero. Acompandote con el lad, cantas con l

    voz de una sirena, y con la espada en la mano, combates con la tenacidad de un maestro de armadrow.Eso te resulta inquietante?Arabeth se ech a rer.Te arrastrara hasta un camarote ahora mismo respondi, pero ellos estn cerca.Como obedeciendo a una seal y Maimun estaba seguro de que Arabeth haba usado algo d

    magia para confirmar su prediccin antes de hacerla un marinero grit desde la torre del viga:Un barco! Barco a la vista!Dos barcos! le dijo Arabeth a Maimun.Dos barcos! se corrigi el hombre.El Duende del Mar- y el Desatino de Quelch dijo Arabeth, tal como te anunci cuand

    salimos de Luskan.Maimun se limit a sonrer, impotente, ante la manipuladora maga. Record los placeres del viaj

    y la pesada bolsa de oro que esperaba a ser completada.Tambin pens, con un sentimiento agridulce, en el Duende del Mar y en Deudermont, su antigu

    barco y su antiguo capitn.

    Eh, capitn!, o se es Argus Miserable o yo soy el hijo de un rey barba ro y de una reina de loorcos dijo Waillan Micanty, que al terminar hizo una mueca, recordando al cultivado hombre quien serva.

    Micanty mir a Deudermont de pies a cabeza, desde la barba y el pelo prolijamente recortadohasta las altas botas negras sin una sola mota de polvo. El pelo del capitn empezaba a encanecepero no Hincho para un hombre de ms de cincuenta aos, y eso contribua a darle un aire mdistinguido e imponente.

    Entonces, una botella del mejor vino para Dhomas Sheeringvale dijo Deudermont con un tondesenfadado que devolvi la tranquilidad a Micanty. Contrariando todas mis dudas, la informacique obtuviste de l era correcta y finalmente tenemos a ese sucio pirata ante nuestros ojos. Dio Micanty una palmada en la espalda y mir por encima de su hombro al mago del Duende del Maque estaba sentado bajo la toldilla, balanceando las delgadas piernas por debajo de su pesadmanto. Y pronto estar al alcance de nuestra catapulta aadi Deudermont en voz altllamando la atencin del mago, Robillard, si es que nuestro mago residente tiene a bien tensas la

    velas.Eso est hecho replic Robillard, y con un movimiento ondulante de los dedos consigui quel anillo con que controlaba el Veleidoso viento enviara otra poderosa rfaga que hizo crujir toda ltablazn del Duende del Mar.

    Empiezo a cansarme de esta persecucin replic Deudermont, lo que equivala a decir que yestaba deseando enfrentarse, por fin, al bestial pirata al que persegua.

    No tanto como yo replic el mago.Deudermont no lo rebati, y saba que la ventaja de la magia de Robillard que impulsaba las vela

    era mitigada por los fuertes vientos que soplaban. Con mar encalmado, el Duende del Mar podcorrer como una exhalacin, impelido por el mago y por su anillo, mientras que su presa avanzabcansinamente. El capitn palme a Micanty en el hombro y lo condujo hacia un lado para ver l

    nueva catapulta del Duende del Mar, sumamente mejorada. El arma enana, muy reforzada cocinchas de metal, poda levantar una carga mayor. El brazo lanzador y la cesta se tensaban bajo e

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    peso de muchos eslabones de cadena dispuestos por artilleros de gran experiencia para qualcanzaran su mxima extensin.

    Cunto tiempo? pregunt Deudermont al viga que estaba junto a la catapulta con el catalejen la mano.

    Podramos alcanzarlo ahora mismo con una bola de alquitrn tal vez, pero tensar las cadenas

    suficiente como para destrozarle las velas... Para eso es necesario que nos acerquemos otrocincuenta metros.A un metro por rfaga dijo Deudermont con un suspiro de fingida resignacin. Necesitamo

    un mago ms fuerte.Entonces, puedes buscar al propio Elminster le replic Robillard. Y es probable que l t

    queme las velas en algn floreo demencial. Pero, por favor, contrtalo. Me vendran bien unavacaciones y todava lo pasara mejor viendo cmo volvais nadando a Luskan.

    Esa vez, el suspiro de Deudermont fue autntico.Y tambin lo fue la mueca burlona de Robillard.Los maderos del Duende del Mar volvieron a crujir y los mstiles inclinados hacia delant

    impulsaron la proa contra las oscuras aguas.

    Poco despus, todos los reunidos en cubierta, incluso el aparentemente impasible magcontenan la respiracin esperando a que se gritara la orden:

    Virad a estribor!El Duende del Mar se inclin y el agua se arremolin a causa del giro; de ese modo, los mstile

    quedaron retirados para que la catapulta de popa pudiera soltar su carga. Y eso hizo. El arma dasedio enana se tens y cruji antes de lanzar decenas de kilos de metal al aire. Las cadenas sestiraron casi al mximo y, azotando al Desatino de Quelch por encima de la cubierta, le destrozarolas velas.

    Cuando el barco pirata aminor la marcha, el Duende del Mar se peg a su borda. Una actividafebril en la cubierta de los piratas revel la presencia de los arqueros, que se preparaban para batalla. A su vez, la tripulacin de primera del Duende del Mar respondi alinendose a lo largo de barandilla con los arcos compuestos en mano.

    Pero fue Robillard quien, a propsito, atac primero. Adems de construir los conjuros necesariopara la defensa contra ataques mgicos, el mago us un incensario encantado y convoc a uhabitante del plano elemental del aire. Surgi como una tromba marina, pero con ciertos atisbos dforma humana, un torbellino de aire con fuerza suficiente como para succionar y contener agua esu interior a fin de definir mejor sus dimensiones. Leal y obediente gracias al anillo que llevabRobillard la mascota parecida a una nube flot, totalmente visible, sobre la barandilla del Duende deMar y avanz hacia el Desalmo de Quelch.

    El capitn Deudermont alz la mano por encima de la cabeza y uni a Robillard, esperando unseal.

    A su lado, deprisa y recto indic al timonel.Sin inclinacin? pregunt Waillan Micanty, hacindose eco de los pensamientos del timonelNormalmente, el Duende del Mar paralizaba a su contrincante y entraba de costado hasta e

    coronamiento del barco pirata, para dar a sus propios arqueros mayor amplitud y movilidad.Robillard haba convencido a Deudermont de que aplicara un nuevo plan para los rufianes de

    Desatino de Quelch, un plan ms directo y devastador para una tripulacin que no mereca que ldieran cuartel.

    El Duende del Mar acort distancias y los arqueros de ambas cubiertas alzaron sus arcos.Esperad a mi orden indic Deudermont a sus hombres, manteniendo la mano en alto en e

    aire.Ms de un arquero en la cubierta del Duende del Mar se pas el brazo por la frente para secars

    el sudor; ms de uno recorri con sus dedos ansiosos la cuerda del arco. Deudermont les peda qucedieran la iniciativa, que dejaran que los piratas atacaran primero.

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    Esos hombres curtidos, que confiaban en su capitn, obedecieron.Fue as como la tripulacin de Argus lanz al aire sus flechas..., justo hacia el interior del viento d

    elemental del aire de Robillard, que repentinamente empez a aullar. La criatura se elev por encimde las aguas oscuras y comenz a girar de forma tan sbita y veloz que para cuando las flechas d

    los arqueros de Argus abandonaron sus arcos, se metieron directamente en un tornado dintensidad creciente, una tromba marina. Robillard dirigi a la criatura hacia el costado del Desatinde Quelch con vientos tan fuertes que cualquier intento de volver a cargar los arcos fue intil.

    Entonces, cuando slo quedaban unos cuantos metros entre los dos barcos, el mago hizo unseal afirmativa a Deudermont, que cont hacia atrs a partir de tres, el tiempo exacto qunecesitaba Robillard para deshacerse simplemente de su elemental y de los vientos junto con l. Ltripulacin de Argus, errneamente convencida de que el viento era tanto una defensa como uelemento de disuasin para sus propios ataques, a duras penas haba tenido tiempo de pensar eponerse a cubierto cuando la andanada cruz de una cubierta a la otra.

    Son buenos le dijo Arabeth a Maimun mientras contemplaban un cuenco de visin que ellhaba habilitado para que ambos pudieran ver de cerca la lejana batalla.

    Despus de las devastadoras flechas, una segunda catapulta arroj una lluvia de cientos dpequeas piedras sobre la cubierta del barco pirata. Con brutal eficiencia, el Duende del Mar sdesliz de lado y lanz las planchas de abordaje.

    Todo habr terminado cuando lleguemos all dijo Maimun.Querrs decir, cuando t llegues all dijo Arabeth con un guio antes de formular un rpid

    conjuro y desaparecer de la vista. Iza tu bandera, no sea que el Duende del Mar te hunda tambinMaimun ri al or la voz de la maga invisible y se dispona a responder cuando un fogonazo qu

    brill en el agua le indic que Arabeth ya haba creado un portal para desaparecer.Izad la bandera luskana! orden Maimun a su tripulacin.El Triplemente Afortunado estaba en una situacin inmejorable, pues no tena ningn delito de qu

    responder. Luciendo una bandera de Luskan declaraba su intencin de respaldar a Deudermont, sera bien recibido.

    Y por supuesto que Maimun se pondra del lado de Deudermont contra Argus Miserable. Aunqutambin Maimun era considerado una especie de pirata, en nada se pareca a aquel truhn quhaca honor a su apellido. Miserable era un asesino que encontraba placer en ton mar y mataincluso a civiles indefensos.

    Eso era algo que Maimun no poda tolerar, y en parte por ese motivo haba aceptado llevar Arabeth, pues quera ver, por fin, la cada del temido pirata. Se dio cuenta de que estaba asomadpor encima de la barandilla. Nada le habra causado mayor placer que cruzar su espada con la de

    propio Miserable.Sin embargo, Maimun conoca demasiado a Deudermont como para pensar que la batalla fuera durar tanto.

    Entonad una cancin orden el joven capitn, que era tambin un renombrado bardo, y as hizo su tripulacin, cantando las loas del Triplemente Afortunado a modo de advertencia a suenemigos:

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    llevaba tiempo preguntndose si la impresionante reputacin del hombre habra sido exagerada polo incleme n t e de sus tcticas. Robillard, que antes perteneca a la Torre de Huspedes del Arcanhaba conocido a muchos hombres as, bastante corrientes en cuanto a inteligencia o valenta, perque aparentaban mucho ms por estar liberados de los lmites de la moral.

    Barco por babor y a popa! grit el viga.

    Con un movimiento de la mano, Robillard lanz un conjuro para ampliar su visin, fijando la visten la bandera que ondeaba en lo alto del nuevo barco. El Triplemente Afortunado musit, viendo al joven capitn Maimun parado en el puente

    Vuelve a casa, muchacho.Con un suspiro de disgusto, Robillard se desentendi de Maimun y de su barco, y se centr d

    nuevo en la batalla que tena entre manos.Volvi a invocar a su elemental del aire y us su anillo para poner en funcionamiento un conjur

    de levitacin. A una orden suya, el elemental le hizo recorrer la distancia que lo separaba dDesatino de Quelch. Repas visualmente la cubierta mientras se deslizaba en busca de un magoDeudermont y su excelente tripulacin no iban a ser superados por las espadas, lo saba bien, dmodo que la nica posibilidad de hacerles dao era la magia.

    Flot por encima de la barandilla del barco pirata y al pasar se agarr de un cabo para frenar simpulso. Con tranquilidad, lanz una descarga elctrica contra un pirata que tena cerca. El hombrexperiment una o dos extraas sacudidas mientras su pelo se erizaba, antes de caer retorcindose

    Robillard no se qued a mirar. Su vista iba de un combate a otro, y cada vez que vea que uno dlos piratas estaba poniendo en apuros a uno de los hombres de Deudermont lo apuntaba con udedo y le mandaba una andanada de proyectiles mgicos que lo derribaban.

    Pero dnde estaba el mago? Y dnde estaba Miserable?Seguro que escondidos en la bodega, se dijo Robillard para sus adentros.Lanz el conjuro de levitacin y empez a pasearse tranquilamente por la cubierta. Un pirata s

    arroj contra l por el flanco y lo atac con su sable, pero, por supuesto, Robillard tena sudefensas bien preparadas. El sable golpe su piel y fue como si hubiera dado contra una roca slidaya que una barrera mgica lo bloque totalmente.

    Entonces, el pirata vol por los aires, llevado por el elemental de Robillard. Sali disparado poencima de la barandilla, manoteando como un poseso, y acab en las fras aguas del ocano.

    Un favor para una vieja amiga? Robillard oy el susurro mgico en su odo y una voz qureconoci con certeza.

    Arabeth Raurym? Sus labios pronunciaron el nombre con una mezcla de asombro y tristezaQu podra estar haciendo una joven tan prometedora en medio del mar y con tipos como ArguMiserable?

    Robillard volvi a suspirar, derrib a otro par de piratas con una andanada de proyectiles, lanz su elemental de aire sobre otro grupo y se dirigi hacia la escotilla. Al llegar all mir en derredor

    retir la escotilla con una poderosa rfaga de viento. Usando su anillo nuevamente para flotar, pueno quera molestarse en bajar la escalera, el mago descendi bajo cubierta.

    Los pocos miembros de la tripulacin de Argus Miserable que todava seguan combatienddepusieron las armas al acercarse el segundo barco, el Triplemente Afortunado, que haba declaradsu alianza con Deudermont. Con una maniobra de gran pericia, la tripulacin de Maimun puso a snavio costado contra costado con el Desatino de Quelch, en el lado opuesto al Duende del Mar, rpidamente coloc las pasarelas de abordaje.

    Maimun avanz el primero, pero no haba dado dos pasos fuera de su barco cuando el propDeudermont apareci en el otro extremo de la tabla mirndolo fijamente con una mezcla d

    curiosidad y desdn.Sigue tu rumbo dijo el capitn del Duende del Mar. Navego bajo pabelln de Luskan

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    replic Maimun. Deudermont ni siquiera parpade.A esto hemos llegado, capitn? pregunt Maimun. Fuiste t quien eligi.Elegir? dijo Maimun. Acaso slo poda hacerse con tu aprobacin?Mientras hablaba segua acercndose y tuvo la osada de saltar a cubierta al lado de Deudermon

    Se dio la vuelta para mirar a su vaciante tripulacin y les hizo seas de que avanzaran.

    Vamos, capitn dijo Maimun, no hay motivo por el que no podamos compartir un ocantan grande, una costa tan extensa.Y sin embargo, siendo el ocano tan ancho, t te las ingenias para llegar hasta donde yo estoyPor los viejos tiempos dijo Maimun con una risita seductora que hizo que Deudermon

    sonriera a su pesar.Has matado a ese Miserable? pregunt Maimun.No tardaremos en hacerlo.T y yo juntos, tal vez, si somos listos le ofreci Maimun, y cuando Deudermont lo mir d

    manera inquisitiva, aadi un guio de complicidad.Maimun le indic a Deudermont que lo siguiera y lo condujo hacia el camarote del capitn, aunqu

    la puerta ya haba sido arrancada y la antesala pareca vaca.

    Se dice que Miserable siempre tiene una va de escape explic Maimun mientras cruzaban eumbral y entraban en el camarote, exactamente como Arabeth le haba dicho que hiciera.

    Todos los piratas la tienen respondi Deudermont. Dnde est la tuya?Maimun se detuvo y mir a Deudermont con el rabillo del ojo unos instantes, pero no respondi

    la pulla.O quieres decir que tienes una idea de dnde podra estar la va de escape de Miserable?

    pregunt Deudermont al ver que su broma no surta efecto.Maimun condujo al capitn por una puerta secreta hasta las habitaciones privadas del pirata. E

    lugar estaba profusamente adornado con piezas cobradas en diversos lugares y de diseos de lms variado que no combinaban en absoluto. Los cristales se mezclaban con las piezas dorfebrera de la forma ms fantasiosa y recargada, y la abundancia de colores ms que impresionamareaba a quien la miraba. Por supuesto, cualquiera que conociera al capitn Argus Miserable, cosu camisa a rayas rojas y blancas y sus pantalones de brillante color azul, habra reconocido que lhabitacin encajaba perfectamente con la sensibilidad tan amplia y curiosa del pirata.

    El momento de tranquila distraccin tambin les revel algo a los dos, algo que Maimun yesperaba. Desde abajo lleg una conversacin a travs de un pequeo enrejado que haba en unesquina del camarote, y el sonido de una cultivada voz femenina llam la atencin de Deudermont.

    No me importan nada los tipos como Argus Miserable dijo la mujer. Es un perro feo malhumorado con el que habra que acabar.

    Sin embargo, aqu ests respondi una voz de hombre..., la voz de Robillard.Porque temo ms a Arklem Greeth que al Duende del Mar o a cualquier otro presunto cazado

    de piratas de los que navegan por la Costa de la Espada.Presunto? No es ste un pirata? No ha sido cazado?Sabes bien que el Duende del Mar es una fachada preparada por los grandes capitanes par

    que las buenas gentes crean que se las protege.De modo que los grandes capitanes aprueban la piratera? pregunt un Robilla

    evidentemente asombrado. La mujer ri.La Hermandad Arcana dirige el negocio de la piratera con pinges beneficios. Que los grande

    capitanes lo aprueben o no carece de importancia, porque no se atreven a oponerse a ArklemGreeth. No finjas que no ests enterado, hermano Robillard. T serviste durante aos en la Torre dHuspedes.

    Eran otros tiempos.

    Cierto concedi la mujer, pero ahora es como es, y ahora es la hora de Arklem Greeth. Le temes?

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    Le tengo terror y me horroriza lo que es respondi la mujer sin la menor vacilacin, y ruegque alguien se rebele y libere a la Torre de Huspedes de l y de sus muchos secuaces. Pero yo nsoy esa persona. Me enorgullezco de mi habilidad como supermaga y de mi herencia como hija demarchion de Miraban

    Arabeth Raurym articul Deudermont al reconocerla.

    Pero no quiero implicar a mi padre en esto, porque ya est liado con los designios de lHermandad sobre la Marca Argntea. Luskan quedara bien servida si pudiera sacarse de encima Arklem Greeth, incluso podra reinstaurarse el Carnaval del Prisionero bajo un control legal ordenado; pero l sobrevivir a los hijos de los hijos de mis hijos, o ms bien an existir cuandellos hayan desaparecido, ya que hace tiempo que ha dejado de respirar.

    Un lich dijo Robillard en voz baja. Entonces, es cierto.Me voy respondi Arabeth. Tienes intencin de detenerme?Estara en mi derecho si te arrestara aqu mismo. Pero lo hars?Robillard suspiro, y arriba, Deudermont y Maimun oyeron un canturreo y el crepitar de la mag

    liberada cuando Arabeth desapareci.Las implicaciones de lo que haba revelado rumores confirmados ante los propios odos d

    Deudermont quedaron suspendidas en el aire entre el capitn del Duende del Mar y Maimun.Yo no sirvo a Arklem Greeth, por si te lo ests preguntando dijo Maimun. Pero claro, no so

    pirata.Claro respondi un Deudermont nada convencido.Del mismo modo que un soldado no es un asesino dijo Maimun.Los soldados pueden ser asesinos declar Deudermont, lapidario.Tambin pueden serlo los seores y las seoras, los grandes capitanes y los archimagos, lo

    piratas y los cazadores de piratas.Has olvidado a los campesinos le record Deudermont. Y a los pollos. Los pollos puede

    matar, segn me han dicho.Maimun se llev dos dedos a la frente en seal de saludo y de rendicin.La va de escape de Miserable? pregunt DeudermontMaimun se acerc al fondo del camarote. Rebusc en una pequea estantera, moviend

    baratijas, estatuillas y libros, hasta que por fin sonri y puls una palanca oculta.La pared se abri, dejando a la vista un hueco.La va de escape era un bote conjetur Maimun, y Deudermont corri hacia la puerta.Si saba que era el Duende del Mar el que lo persegua, debe hacer ya tiempo que se larg

    dijo Maimun, y Deudermont se detuvo. Miserable no es tonto, ni tiene la lealtad necesaria parseguir a su barco y a su tripulacin al fondo del mar. Sin duda se dio cuenta de que el Duende deMar trataba de darle caza, y abandon el puesto de mando rpida y calladamente. Estos botes descape son cosas ingeniosas. Algunos pueden permanecer sumergidos durante horas y cuentan co

    propulsin mgica para volver a un punto determinado. De todos modos, puedes estar orgulloso, yque se los suele llamardeuderbotes.Deudermont lo mir entornando los ojos.Es algo, al menos coment Maimun.Las hermosas facciones de Deudermont se ensombrecieron mientras sala del camarote.No lo cogers le dijo Maimun, que lo segua.El joven bardo, pirata, capitn suspir y ri, impotente. Saba perfectamente que Miserab

    probablemente estaba de vuelta en Luskan, y conociendo los usos de Kensidan, su jefe, se preguntsi el famoso pirata no estara recibiendo ya una compensacin por haber sacrificado su barcArabeth haba acudido all por un motivo: para mantener aquella conversacin con Robillard dondel capitn Deudermont pudiera orla. Maimun era listo y estaba empezando a encajar las piezas

    Kensidan no tardara en ser un gran capitn, y el ambicioso seor de la guerra estaba trabajanddenodadamente para cambiar la mismsima definicin de ese ttulo.

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    No obstante su profundo resentimiento, Maimun se encontr contemplando la puerta por la quhaba salido Deudermont. A pesar de su desencuentro con su antiguo capitn, le produca malestala perspectiva de que ese hombre de indiscutible nobleza fuera utilizado i orno un pen.

    Y Arabeth Raurym acababa de asegurarse de ello.

    Era un buen barco, el mejor que haya tenido protest Argus Miserable.Entonces, el mejor de un mal lote replic Kensidan.El Cuervo estaba sentado al parecer, siempre estaba sentado une aquel pirata extravagante

    bravucn, y sus ropas oscuras y sombras contrastaban visiblemente con los disonantes colores dArgus Miserable.

    Vete a hacer grgaras, maldito Cuervo! maldijo Miserable. Adems tambin perd unbuena tripulacin!

    La mayor parte de tu tripulacin ni siquiera sali de Luskan. Empleaste a una banda de ratas dmuelle y a unos cuantos de los tuyos de los que queras deshacerte. Capitn Miserable, no mtomes por tonto.

    B..., bien..., bien tartamude Miserable. Bien, est bien entonces! Pero con todo, era untripulacin y segua trabajando para mi Y perd el Desatino! No te olvides de eso.

    Por qu habra de olvidar lo que yo mismo orden? Y por qu habra de olvidar aquello por lque se te compens?

    Compensar? dijo el pirata, indignado.Kensidan mir la cadera de Miserable, de donde colgaba la bolsa llena de oro.El oro est bien dijo el pirata, pero necesito un barco, y no voy encontrar uno tan fcilmente

    Quin iba a venderle una embarcacin a Argus Miserable sabiendo que Deudermont le hundi lanterior y anda todava tras l?

    Todo a su debido tiempo dijo Kensidan. Gasta tu oro en delicadezas. Paciencia, pacienciaSoy un hombre de mar.

    Kensidan se removi en su butaca, repos un codo sobre el brazo del asiento y apoy la sien eel dedo ndice mientras miraba a Miserable pensativo y visiblemente fastidiado.

    Puedo hacer que vuelvas al mar hoy mismo.Bien!No creo que te parezca bienEl tono inexpresivo hizo que Miserable cayera en el verdadero significado.Circulaban rumores por Luskan de que varios enemigos de Kensidan haban sido arrojados

    agua en las afueras del puerto.Bueno, sin duda puedo tener un poco de paciencia.Sin duda repiti Kensidan, y te aseguro que te valdr la pena.

    Vas a conseguirme un buen barco?Kensidan ri por lo bajo.Te bastar con el Duende del Mar?.Los ojos inyectados en sangre de Argus se abrieron mucho y dio la impresin de que el hombre s

    haba quedado de piedra. As estuvo un largo rato, tan largo que Kensidan se limit a mirar ms allde l a varios de los lugartenientes de Rethnor alineados junto a las paredes del saln.

    Por supuesto que te bastar dijo Kensidan, y los hombres se rieron. Mirando de nuevo Miserable, aadi: Ve y psatelo bien. Y con eso lo despidi.

    Mientras el pirata sala por una puerta, Suljack entraba por otra.Te parece prudente eso? pregunt el gran capitn.El Cuervo se encogi de hombros e hizo una mueca despectiva.

    Vas a darle el Duende del Mar?Estamos lejos de poseer el Duende del Mar.

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    De acuerdo dijo Suljack, pero acabas de prometrselo.No he prometido nada dijo Kensidan. Simplemente le pregunt si crea que el Duende d

    Mar sera suficiente, nada ms.No creo que l piense eso.Kensidan lanz una risita mientras estiraba la mano para coger su copa de whisky, junto con un

    bolsa de hojas y brotes muy potentes.Vaci la copa de un trago, se acerc las hojas a la nariz e inhal con fruicin el fuerte aroma.Ir por ah jactndose le advirti Suljack. Mientras Deudermont lo busca? Se esconder

    El movimiento de cabeza de Suljack revel sus dudas, pero Kensidan volvi a aspirar el aroma dlas hojas, al parecer indiferente.

    Al parecer, pero no era as. Sus planes estaban saliendo exactamente como l haba previsto.Est Nyphithys en el este? Kensidan se limit a rerse.

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    CAPTULO 2

    EXPECTATIVAS IMPOSIBLES

    La gran piedra de la luna que Catti-brie llevaba al cuello reluci de repente con fiereza y le hizalzar una mano para asirla. Demonios! dijo Drizzt Do'Urden, de modo que el emisario dmarchion Elastul no menta.

    Ya te lo dije yo repuso el enano Torgar Hammerstriker, que haba pertenecido a la corte dElastul apenas unos aos antes. Elastul es un grano en el culo de un enano, pero no es umentiroso y est deseoso de comerciar. Siempre el comercio.

    Han transcurrido ms de cinco aos desde que pasamos por Mirabar camino de vuelta a casaadi Bruenor Battlehammer. Elastul perdi mucho debido a nuestra marcha, y sus nobleestn muy descontentos con l desde hace demasiado tiempo. Nos est pidiendo ayuda.

    Y a l aadi Drizzt, sealando con la cabeza hacia Obould, el seor del recientementformado reino de Muchas Flechas.

    El mundo anda entripado murmur Bruenor, usando una frase referida a sus guardias mdescontrolados y que l se haba apropiado como sinnimo de loco.

    Ser un mundo mejor, entonces dijo prestamente Thibbledorf Pwent, jefe de tales guardias.Cuando hayamos acabado con esto, vas a volver a Mirabar le Indic Bruenor a Torgar. E

    enano abri mucho los ojos y empalideci al orlo. Como mi emisario personal. Elastul ha actuad

    bien y es preciso que le digamos que lo ha hecho bien. Y nadie mejor que Torgar Hammerstrikepara decrselo.Sin duda, Torgar pareca mucho menos convencido, pero asinti. Haba jurado lealtad al re

    Bruenor y estaba dispuesto a seguir sus rdenes sin rechistar.Pero pienso que las cuestiones de aqu son lo primero dijo Bruenor.El rey enano observ a Catti-brie, que se haba vuelto para mirar en la direccin que sealaba l

    piedra del amuleto. El sol poniente haca que su silueta se recortara y que se reflejaran los colorerojo y prpura de su blusa, que en otro tiempo haba sido la tnica mgica de un hechicero gnomoLa hija adoptiva de Bruenor tena casi cuarenta aos, nada para el recuento de un enano, perrozando la edad mediana para un humano. Y aunque todava conservaba una belleza que irradiabdesde el interior, el brillo de su pelo castao y la chispa de la juventud en los grandes ojos azules,

    Bruenor no le pasaban desapercibidos los cambios que se haban producido en ella.Llevaba a Taulmaril, el Buscacorazones, su mortfero arco, colgado de un hombro, aunqu

    ltimamente era Drizzt el que usaba el arma. Catti-brie se haba convertido en maga, y para ellcontaba con una de las mejores tutoras que existan sobre la tierra. La propia Alustriel, seora dLuna Plateada, y una de las afamadas Siete Hermanas, haba tomado a Catti-brie como discpupoco despus de la paralizada guerra entre los enanos de Bruenor y los orcos del rey Obould. Elugar del arco, Catti-brie llevaba slo una pequea daga a la cadera, y la usaba bien poco. En scinto se alineaba una variedad de varitas mgicas y en los dedos luca un par de poderosos anilloencantados, uno de los cuales, segn ella, era capaz de hacer caer las mismsimas estrellas decielo sobre sus enemigos.

    Ellos no estn lejos dijo la mujer, cuya voz segua siendo meldica y llena de curiosidad.Ellos? pregunt Drizzt.Semejante criatura no viajara sola, y sobre todo al encuentro de un orco de tan fero

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    reputacin como Obould le record Catti-brie.Y va escoltada por otros diablos, no por una guardia ms corriente?Catti-brie se encogi de hombros y apret ms el amuleto; se concentr un momento y lueg

    asinti.Una jugada atrevida dijo Drizzt, incluso cuando se est en tratos con un orco. Muy confiad

    debe andar la Hermandad Arcana para permitir que los diablos se muevan abiertamente por la tierraYo slo s que menos confiada maana que hoy farfull Bruenor.El rey enano baj hasta la ladera de una colina pedregosa, desde donde poda ver mejor e

    campamento de Obould.Es cierto reconoci Drizzt, guindole un ojo a Catti-brie antes de colocarse junto al enano

    pues jams habran imaginado que el rey Bruenor Battlehammer acudira en ayuda de un orco.Cierra la boca, elfo gru Bruenor, y Drizzt y Catti-brie intercambiaron una sonrisa.

    Regis ech una mirada nerviosa a su alrededor. Lo que haban acordado era que Obould acudiercon un pequeo contingente, pero estaba claro que el orco haba modificado el plan unilateralmente

    Haba dispuesto a docenas de guerreros y chamanes orcos en torno al campamento principaocultos tras las rocas o en grietas, astutamente escondidos y preparados para salir rpidamente.

    En cuanto los emisarios de Elastul hicieron saber que la Hermandad Arcana se propona avanzasobre la Marca Argntea, y que su primer cometido sera reclutar a Obould, todas las maniobras drey orco haban sido agresivas. Lo que se preguntaba Regis era si no haban ido demasiadagresivas.

    La dama Alustriel y Bruenor haban pedido ayuda a Obould, pero tambin el rey orco se la habpedido a ellos. En los cuatro aos transcurridos desde el Tratado del Barranco de Garumn, no habhabido demasiado contacto entre los dos reinos, enano y orco, y a decir verdad, el contacto se habproducido en su mayor parte en forma de escaramuzas a lo largo de las fronteras disputadas.

    Sin embargo, haban acudido unidos en su primera misin conjunta desde que Bruenor y suamigos, Regis entre ellos, haban ido al norte para ayudar a Obould a sofocar un intento de golpe dEstado de ma cruel tribu de orcos semiogros.

    O no era as? Regis segua dndole vueltas a la cuestin mientras ni aba a su alrededoOstensiblemente, haban acordado acudir junto s al encuentro de los emisarios de la Hermandademostrando su unin, pero una posibilidad inquietante preocupaba al halfling. Y si Obould tuvierpensado ms bien usar su superioridad numrica en apoyo del diablico emisario contra Regis y suamigos?

    No supondrs que iba a arriesgar las vidas del rey Bruenor y de su princesa Catti-brie, discpulde Alustriel, verdad? La voz de Obould son a su espalda, interrumpiendo la lnea dpensamiento del halfling.

    Regis se volvi tmidamente a mirar el enorme humanoide, ataviado con una negra armadura dpiezas superpuestas e imponentes pas y con aquel enorme espadn sujeto a la espalda.N..., no s a qu te refieres balbuci, sintindose desnudo bajo la astuta mirada de aquel orc

    desusadamente sagaz.Obould se ri de l y se alej, dejando al halfling bastante inquieto.Varios de los centinelas de avanzada empezaron a hacerles seas, anunciando la llegada de lo

    extraos. Regis se adelant corriendo para echar una mirada, y cuando unos instantes despuavist a los recin llegados, el corazn le dio un vuelco.

    Un tro de hermosas mujeres, muy ligeras de ropas, abra la marcha. Una de ellas caminaborgullosamente delante, flanqueada a derecha e izquierda por su squito. Eran altas, esculturalede sedosa piel, y a Regis le parecieron seres casi anglicos, pero de detrs de sus hombros, fuerte

    y delicados a un tiempo, brotaban un par de alas de plumas blancas relucientes.En ellas, todo pareca de otro mundo, desde sus encantos naturales o sobrenaturales!

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    desde el pelo demasiado lustroso y los ojos demasiado brillantes, hasta adornos tales comhermosas espadas y cuerdas delicadas. Las armas despedan un brillo mgico, con tonalidades darco iris, e iban sujetas a cinturones en los que se mezclaban brillantes fibras de oro y plata qurelucan como por efecto de un encantamiento.

    Habra resultado fcil confundir a esas mujeres con bondadosos seres celestiales de no habe

    sido por su escolta. Detrs de ellas vena una hueste de guerreros bastos y bestiales, los barbezuCada uno iba armado con una espada antigua serrada que reluca bajo la luz, mientras las criaturaencorvadas, de piel verdosa, avanzaban arrastrando los pies detrs de sus jefes. A los barbezu slos conoca tambin como demonios barbudos porque tenan una franja de pelo facial bajo mandbula, de oreja a oreja, por debajo de una boca de la que salan unos dientes demasiadgrandes para esas caras de aspecto demacrado. Dispersas entre sus filas iban sus mascotas, lolmures, criaturas sudorosas y rechonchas que no tenan una forma ms reconocible que un pontde piedras molidas, y que continuamente rodaban, se desparramaban y se contraan parimpulsarse hacia delante.

    El grupo, unos cuarenta segn cont Regis, avanzaba sin pausa por el camino rocoso haciObould, que haba trepado a la cima para interceptarlos directamente. A apenas doce pasos de l, e

    tro que iba delante hizo seas a sus tropas para que se detuviesen y avanz en grupo, nuevamentcon la misma seductora criatura de pelo, ojos y labios demasiado rojos llevando la delantera.

    Estoy segura de que t eres Obould ronrone la erinia.La mujer se movi hasta colocarse delante del imponente orco, y a pesar de que l la aventajab

    en estatura ms de quince centmetros y que pesaba el doble que ella, no pareci sentirsdisminuida ante l.

    Nyphithys, supongo replic Obould.La diablesa sonri, mostrando unos dientes de una blancura deslumbrante y peligrosament

    afilados.Nos honra hablar con el rey Obould Muchas Flechas dijo la criatura con ojos que reluca

    tmidamente. Tu fama se ha extendido por todo Faerun y tu reino trae esperanzas a todos loorcos.Y a la Hermandad Arcana, por lo que parece dijo Obould.Nyphithys volvi la vista hacia un lado, donde estaba Regis medio oculto tras una gran roca. L

    erinia sonri de nuevo, y Regis sinti que se le aflojaban las rodillas antes de que, por fortuna, lcriatura mirara otra vez al imponente rey orco.

    No ocultamos nuestros deseos de expandir nuestra influencia admiti; no a aquellos con loque queremos aliarnos, por lo ni nos. Ante otros... dej la frase sin acabar mientras mirabnuevamente hacia donde estaba Regis.

    Es un infiltrado til coment Obould, uno que entrega su lealtad a quien le ofrece ms oroYo tengo mucho oro.

    El gesto de aceptacin de Nyphithys no pareci muy convincente.Tu ejrcito es poderoso, sin duda dijo la diablesa. Tienes Menos sanadores. En lo qufallas es en el Arte, lo que te hace peligrosamente vulnerable a los magos que prevalecen en LunPlateada. Y eso es lo que ofrece la Hermandad Arcana conjetur Obould.

    Podemos superar el poder de Alustriel. Y as, respaldado por vosotros, el reino de Muchas Flechas arras a r la Marca Argntea.A Regis volvieron a temblarle las piernas ante la proclamacin de Obould. La idea de traicin bull

    en la mente del halfling. Sus amigos se hallaran peligrosamente expuestos... y l mismo estarcondenado sin remedio!

    Sera una hermosa unin dijo la erinia, y pas la delicada mano por el enorme pecho d

    Obould.Una unin es una disposicin temporal.

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    Un demonio barbudo se lanz contra el rey orco, aparentemente distrado, pero Obould dio lvuelta en el ltimo momento, y su llameante espadn describi un demoledor arco que hizo que lcriatura Cayera... hecha pedazos.

    Sin embargo, cuando se volvi para mirar a Nyphithys, una cuerda lo rode. Se dio cuenta de quera una cuerda mgica y constat que se mova por propia iniciativa, de modo que envolvi, co

    cegadora rapidez y con la fuerza de una gigantesca boa constrictor, su torso y sus miembros. Antede que pudiera pensar incluso en librarse de ella, una segunda cuerda empez tambin a rodearlomientras las compaeras de Nyphithys, colocadas a uno y otro lado de la erinia, las asan con sumanos de fuerza mgica.

    Acabad con todos! orden Nyphithys a su horda. No son ms que orcos!

    Nada ms que orcos! repiti un diablo barbudo, o ms bien lo intent, porque lo que le salifue nada ms que or-glup cuando una pa le atraves la espina dorsal y los pulmones, y de specho brot un chorro de sangre.

    S, seguid repitindoos eso dijo Thibbledorf Pwent, que se haba lanzado de cabeza, o m

    bien con la pa de su casco por delante, desde un saliente rocoso sobre la incauta criatura.Pwent se puso de pie, arrastrando a la criatura moribunda, que agitaba pies y manos por encim

    de su cabeza. Con una poderosa sacudida, hizo que su vctima saliera volando.Har que os sintis mejor dijo a continuacin, y con un aullido carg contra el siguient

    adversario que encontr.Ms despacio, maldito cabeza de adoqun! le grit sin resultado Bruenor, que bajaba co

    ms cuidado por la pendiente. Vaya formacin! refunfu el rey enano cuando Drizzt pas a slado con paso ligero, saltando de piedra en piedra con la misma facilidad que si corriera por lllanura de la tundra.

    El drow toc el suelo sin dejar de correr y como una flecha se lanz hacia un lado y sorte couna voltereta lateral una piedra antes de aterrizar firmemente sobre los pies y con las cimitarratrazando ya un dibujo mortal hacia delante. Los sudorosos lmures se hinchaban y estallaban bajo ecastigo de aquellas espadas mientras Drizzt iba llegando al paroxismo de su danza. De golpe sdetuvo y gir sobre s mismo justo a tiempo para bloquear el arma de un barbezu. Sin querer parade lleno la lanza dentada del enemigo, Drizzt la desvi con una serie de golpes cortos y eficaces.

    Con las tobilleras mgicas que ampliaban sus zancadas, el drow se coloc velozmente tras la gujconsiguiendo con Muerte de Hielo y Centella, sus fieles espadas, una rpida eliminacin ddemonio barbudo.

    Voy a tener que conseguirme un poni veloz grua Bruenor.Un cerdo de guerra lo corrigi otro de los enanos que bajaban con l, otro Revientabuches.Lo que sea concedi Bruenor, siempre y cuando me permita llegar al campo de batal

    antes de que me priven de toda la diversin.Venga, chicos! grit Pwent como si lo hubiera odo. Hay sangre que derramar!Y todos los Revientabuches gritaron, enardecidos, y empezaron a caer como el granizo en torno

    Bruenor. Saltaban de las piedras y se daban sus buenos porrazos, pero no les importaba; corracomo un solo enano y con la potencia de un tornado en medio de un mercado.

    Bruenor suspir y mir a Torgar, el nico que se haba quedado junto a l al pie del saledizo que no pudo reprimir una risita.

    Lo hacen por amor a su rey coment el enano de Mirabar.Lo hacen porque quieren dar mamporros farfull Bruenor.Al mirar por encima del hombro, hacia las rocas, el rey enano vio a Catti-brie, que estab

    agazapada, usando una piedra para afianzar su puntera.

    Ella lo mir a su vez, le hizo un guio y seal con la cabeza hacia arriba, guiando la mirada denano hacia las tres erinias voladoras.

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    Una docena de proyectiles orcos fueron lanzados contra Nyphithys y sus hermanas mientraBruenor las miraba, pero ninguno consigui penetrar la piel de las diablesas, que haban activadescudos mgicos para impedir esos ataques.

    Bruenor volvi a mirar a Catti-brie, que le hizo otro guio, tens el arco poderosamente encantady lanz una flecha que surc el aire como un rayo.

    El escudo mgico de Nyphithys lanz chispas de protesta cuando i] proyectil lo alcanz, aunquepreciso es reconocerlo, consigui desviar la flecha de Catti-brie lo suficiente como para que en lugade alcanzar a la diablesa en el pecho, slo impactara en las alas. Saltaron plumas blancas potodas partes cuando el proyectil dio de lleno en un a la y luego en la otra. La diablesa, con unmueca de sorpresa y dolor empez a caer en una espiral descendente.

    Buen disparo observ Torgar.No s por qu pierde el tiempo con esa sandez de la magia... respondi Bruenor.Una cacofona de ruidos metlicos les hizo volver la vista hacia un lado y vieron que Drizz

    retroceda con furia, saltando de roca en roca ante el asedio de una multitud de gujas que latacaban.

    Quin est perdiendo el tiempo? pregunt el elfo oscuro entre bloqueo y bloqueo.Bruenor y Torgar captaron la indirecta, alzaron sus armas y corrieron a darle apoyo.Desde lo alto vol otra flecha que le pas rozando a Drizzt y le parti la cara al diablo barbudo qu

    estaba delante de l.La vieja hacha mellada de Bruenor se encarg del que asediaba al drow por el otro lado, y Torga

    pas como una exhalacin junto al drow para desviar otra guja con su escudo. Drizzt dio un salto podetrs de l y le cort el gaote al sorprendido demonio.

    Me juego la cerveza de un ao y un da a que matamos a ms que Pwent y sus chicos gritBruenor, cargando junto con sus compaeros.

    Ellos son diez y nosotros, tres le record Torgar a su rey cuando otra flecha de Taulmarderrib a un lmur que iba lanzado hacia ellos.

    Nosotros somos cuatro! lo corrigi Bruenor con un guio a Catti-brie. Y creo que voy ganar esa apuesta!

    Ya fuera porque no se haban dado cuenta o porque no les importaba la cada de Nyphithys, laotras erinias aumentaron la presin sobre Obould. Sus cuerdas mgicas lo haban envueltfrreamente, y las diablesas aplicaban toda su fuerza sobrenatural en direcciones opuestas pardesgarrar al rey orco y levantarlo del suelo.

    Sin embargo, no eran las nicas dotadas de fuerza sobrenatural.Obould permiti que las cuerdas le apretaran la cintura y bloque sus msculos abdominales pa

    evitar que pudieran causarle un dao real. Dej caer el espadn al suelo y asi las cuerdas qupartan de l en diagonal, dndoles una vuelta alrededor de las manos para que no se le escaparanMientras que cualquier otro habra tratado de liberarse de las dos diablesas, Obould se alegraba dque lo hubieran cogido. En cuanto hubo comprobado que controlaba la fuerza, con todos sumsculos en accin contra la cuerda y contra el dominio de las erinias, el orco empez a dar tironerepentinos y brutales hacia abajo.

    A pesar de sus poderosas alas, a pesar de su fuerza diablica, las erinias no podan aguantar fuerza del magnfico orco, y cada tirn las haca descender un poco ms. Actuando como un pescador, Obould haca funcionar todos sus msculos sincronizadamente y soltaba un poco de cuerda eel preciso momento para sujetarla desde ms arriba.

    A su alrededor, la batalla continuaba en todo su apogeo, y Obould se saba vulnerable, pero srabia poda ms. Incluso cuando un barbezu se le acerc, sigui su lucha con las erinias.

    El barbezu lanz un alarido, creyendo que haba encontrado una brecha, y se lanz hacia delante

    pero una serie de pequeos destellos plateados restallaron junto a Obould. El barbezu se sacudi dio vueltas, tratando de evitar o desviar la andanada de dagas. Obould se las arregl para echar un

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    como si fuera un ltigo.El elfo oscuro se movi incluso antes de que ella avanzara: se volvi de lado para esquivar l

    cuerda restallante. Le tir una estocada con Muerte de Hielo, la espada que manejaba con derecha; gir en redondo para golpearla ms arriba con un revs de izquierda con Centella, y volva atacar con Muerte de Hielo, esa vez ms fuerte.

    Dio una vuelta, y otra, y otra, trazando tres crculos que lo apartaban de la cuerda y acort sextensin a cada poderoso tajo.Cuando gir por cuarta vez, hizo frente a la espada de Nyphithys ion un bloqueo de revs.Sin embargo, la diablesa lo esperaba preparada, y con fcil movimiento pas su hoja por encim

    de la cimitarra y lanz una estocada al vientre de Drizzt mientras ste segua girando.Drizzt estaba preparado para que ella tambin lo estuviera, y Muerte de Hielo asom por debaj

    de la larga espada y la par con su encorvada hoja. El elfo oscuro complet el movimientascendente, rotando el brazo hacia arriba y hacia fuera, lo que hizo que la hoja de Nyphithydescribiera un amplio arco hacia arriba y hacia su derecha.

    Antes de que la diablesa pudiera liberar la espada, Drizzt hizo un triple movimiento perfectamentcoordinado: movi hacia arriba y de travs a Centella para reemplazar a su otra espada en el act

    de mantener la de la diablesa apartada, dio un paso adelante y lanz la derecha hacia abajo y afrente, de modo que apoy estrechamente el filo contra la garganta de la diablesa.

    All la tena, indefensa, pero no dejaba de sonrer.Y de repente, desapareci; as, sin ms: desapareci de su vista.Drizzt gir sobre s mismo y dio una voltereta defensiva, pero se tranquiliz un poco cuando vio

    la diablesa a unos nueve metros de distancia, sobre una isla de roca que estaba un poco por encimde su nivel.

    Drow necio se burl. Necios, todos vosotros. Mis seores di i irn vuestra tierra reducida cenizas y roca molida!

    Un movimiento a un lado hizo que se volviera y vio que Obould avanzaba hacia ella a grandezancadas.

    Y t, el ms necio de todos le dijo con voz ronca. Te prometimos un poder superior a todo que pudieras haber imaginado.

    El orco dio tres zancadas repentinas y furiosas, y luego salt como slo Obould poda hacerlo. Fuun salto tan descomunal que ningn orco podra siquiera haberlo intentado, un salto que ms biepareca un vuelo mgico.

    Nyphithys no lo haba previsto. Drizzt, tampoco. Ni Bruenor o Catti-brie, que estaba preparanduna flecha para tratar de acabar con la diablesa. La mujer dedujo rpidamente que no sernecesaria cuando Obould cubri la distancia restante y fue a aterrizar junto a Nyphithys. El orco dio la respuesta trasladando todo su impulso a un golpe de su poderoso espadn.

    Drizzt hizo una mueca, porque ya haba presenciado antes ese juego. Pens en Tarathiel, s

    amigo cado, y se imagin al elfo en el lugar de Nyphithys cuando sta qued partida en dos por feroz espada del orco.La diablesa cay sobre la piedra, en dos partes.

    Por la jarra de Moradin! dijo Thibbledorf Pwent, de pie entre Bruenor y Regis. Ya s que eun orco, pero ese to empieza a gustarme.

    Bruenor sonri afectadamente a su escolta batallador, pero en seguida volvi a mirar a Obouldque pareca casi un dios, all de pie, sobre la roca, con su enemiga, vencida, a sus pies.

    Se dio cuenta de que tena que reaccionar y avanz hacia el orco.Habra sido una buena prisionera le record a Obould.

    Me gusta ms como trofeo le replic el rey orco, y l y Bruenor cruzaron sus caractersticamiradas torvas. Los dos parecan siempre a punto de pelear.

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    CAPTULO 3

    ATREVERSE A SOAR

    Unos cuantos aos antes, el Duende del Mar se habra limitado a enviar al Desatino de Quelch afondo del mar y se habra alejado en busca de ms piratas. Y seguramente habra encontrado otroa los que destruir antes de tener que volver a puerto. El Duende del Mar poda capturar, destruir perseguir otra vez casi con total impunidad. Era ms rpido y ms resistente, y posea una tremendventaja sobre aquellos a los que persegua en cuanto a informacin. Sin embargo, las capturas eracada vez ms escasas, aunque haba piratas en abundancia.

    Un atribulado Deudermont se paseaba por la cubierta de su amado cazapiratas, lanzando algunque otra mirada al barco daado que Ilevaba a remolque. Necesitaba asegurarse. Como ugladiador envejecido, Deudermont se daba cuenta de que el tiempo pasaba rpidamente para que sus enemigos se haban habituado a sus tcticas. El barco capturado, en cierto modo, aquietabesos temores, como matar a un contrincante sobre la arena. Tambin saba que obtendra unbuena recompensa en Aguas Profundas.

    Llevo meses preguntndomelo... le dijo Deudermont a Robillard cuando se acerc al magosentado como de costumbre en su trono, detrs del palo mayor, a unos cinco metros por encima dla cubierta. Ahora lo s.

    Saber qu, mi capitn? pregunt Robillard con inters obviamente fingido. Por qu no damos con ellos.

    Hemos dado con uno. Por qu no los encontramos con ms facilidad replic el c a p i t n ante el inefable humcido de su mago.

    Te ruego que me lo digas. Mientras hablaba, aparentemente Robillard capt la intensidad dla mirada del capitn y no apart la suya.

    He odo tu conversacin con Arabeth Raurym dijo Deudermont.Robillard disimul su sorpresa tras una mueca divertida. De veras? Es una interesant

    criaturita.Una pirata que se nos escap de las manos seal Deudermont.Te habra gustado que la hubiera encadenado? pregunt el mago. Supongo que conoce

    su linaje. El capitn no parpade.

    Y su poder aadi Robillard. Es una supermaga de la Torre de Huspedes del Arcano. Shubiera tratado de detenerla, habra volado el barco con todos nosotros dentro, incluido t.

    No es precisamente sa la circunstancia para la que fuiste contratado?Robillard hizo un gesto burln y dej pasar la pulla.No me gusta que haya escapado dijo Deudermont. Hizo una pausa y dirigi la mirada haci

    estribor.El sol se hunda en el horizonte y proyectaba feroces tonalidades naranjas, rojas y rosadas a un

    distante masa de nubes. El sol se estaba poniendo, pero al menos era un hermoso espectculo. Deudermont no se le escap el simbolismo de la puesta de sol, dado lo que senta al considerar lrelativa ineficacia del Duende del Mar en los ltimos tiempos, esa sospecha preocupante de que su

    tcticas eran contrarrestadas con xito por los muchos piratas que campaban a sus anchas a llargo de la Costa de la Espada.Contempl la puesta de sol.

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    La Hermandad Arcana se mete en lo que no debiera dijo con calma, tanto para s como parRobillard.

    Esperabas otra cosa? respondi el mago.Deudermont consigui apartar la vista del espectculo natural y mirar a Robillard.Siempre han sido unos metomentodo explic Robillard. Algunos, al menos. Estamos esos

    entre los que me cuento, que simplemente queramos que nos dejaran en paz con nuestros estudioy experimentos. Considerbamos que la Torre de Huspedes era un refugio para las mentebrillantes. Lo lamentable es que haba otros que queran usar esa brillantez para ganar o pardominar.

    Esa tal criatura llamada Arklem Greeth.Criatura? S, es una buena descripcin.T abandonaste la Torre de Huspedes antes de que l llegara? pregunt Deudermont.Desgraciadamente, todava estaba entre sus miembros cuando l cobr relevancia.Fue su ascenso uno de los motivos para marcharte?Robillard lo pens un momento y acab encogindose de hombros.No creo que Greeth fuera el nico que propiciara los cambios en la Torre; l fue ms bien u

    sntoma. Sin embargo, es posible que baya sido el golpe de gracia para el poco honor que quedabtodava all.

    Ahora apoya a los piratas.Tal vez sea el menor de sus crmenes. Es una criatura indecente. Deudermont se frot lo

    cansados ojos y volvi a centrarse en la puesta de sol.

    Tres das despus, el Duende del Mar y el Desatino de Quelch cuyo nombre haba sidconvenientemente emborronado para que no lo reconocieran entraron en el puerto de AguaProfundas. Los recibieron con ansiedad los estibadores y el propio capitn de puerto, que tambihaca las veces de subastador de los barcos piratas capturados que Deudermont y unos cuantoms traan hasta all.

    El barco de Argus Miserable le dijo a Deudermont cuando el capitn baj del Duende del Ma. Dime que lo traes encerrado en tu bodega y me alegrars el da.

    Deudermont neg con la cabeza y mir por encima del capitn de puerto a un joven amigo suyolord Brambleberry, de la nobleza de Aguas Profundas oriental. El hombre avanz rpidamente, coel paso ligero de un jovencito. Haba superado apenas los veinte aos, y Deudermont admiraba sjuventud y vigor, convencido de que tena ante s a un alma gemela, ya que Brambleberry recordaba mucho su propia forma de ser a esa misma edad, aunque a veces encontraba al jovedemasiado ansioso por hacerse un nombre. Deudermont saba que

    una ambicin tan desmedida poda acabar con una visita prematura al plano de fuga.

    Entonces, lo mataste? le pregunt el capitn de puerto.No estaba all cuando abordamos el barco explic Deudermont, pero tenemos una veintende prisioneros piratas para tus carceleros.

    Bah!, los cambiara a todos por la fea cabeza de Argus Miserable. El hombre acompa supalabras escupiendo al suelo.

    Deudermont asinti rpidamente y pas andando junto a l.Me enter de que haban avistado tus velas y esperaba que entraras hoy dijo lor

    Brambleberry al acercarse el capitn. Extendi la mano, y Deudermont le respondi con un firmapretn.

    Queras ser el primero en optar al barco de Miserable? pregunt Deudermont.Puede ser respondi el joven noble.Lord Brambleberry era ms alto que el comn de los hombres, tanto como Deudermont; tena e

    pelo del color del trigo bajo un sol brillante y ojos que lo miraban todo con avidez y sin prevencin

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    con uno o dos piratas. No, amigo mo, hablo de un acuerdo ms secreto y poderoso.Si no se trata de los grandes capitanes, entonces...La Torre de Huspedes dijo Brambleberry.La expresin de Deudermont revel su creciente inters.S que es sorprendente, capitn coment Brambleberry, pero he odo rumores, de fuente

    fiables, de que la Torre de Huspedes ltimamente se ha implicado cada vez ms en la piratera, lcual explicara lo limitado de tus xitos, y los de todas las dems autoridades que tratan de perseguy de limpiar las aguas de esa escoria.

    Deudermont se rasc el mentn, tratando de considerarlo todo en perspectiva.No me crees? pregunt el noble.Todo lo contrario replic el capitn. Tus palabras no hacen sino confirmar informaci

    similar que me ha llegado recientemente.Con una ancha sonrisa, Brambleberry volvi a coger su copa, pero hizo una pausa al levantarla

    la mir con intensidad.Estas copas son muy caras dijo.Su calidad es evidente.

    Y el vino que contienen es mucho ms precioso. Alz la vista hacia Deudermont.Qu puedo decir? pregunt el capitn. Estoy agradecido por participar de un luj

    semejante.A eso voy -dijo el joven, y en la cara de Deudermont se reflej su confusin. Mira a t

    alrededor lo invit el noble de Aguas Profundas. Riquezas, riquezas increbles. S que has siddebidamente recompensado por tus esfuerzos durante todos estos aos, buen capitn Deudermonpero si pudieras sumar todo el pago recibido, dudo de que pudieras pagar siquiera el botellero deque saqu lo que estamos bebiendo.

    Deudermont dej su copa sin saber muy bien qu responder, o cmo quera su amigo qurespondiera. Dej de lado su orgullo herido y pidi al otro que continuara.

    T te haces a la mar y capturas a Argus Miserable, con gran esfuerzo y corriendo enormeriesgos prosigui Brambleberry. Y vuelves con su barco, que yo podra comprar a mi antojo coslo chasquear los dedos, y con un coste para mis arcas que slo notara un contable muminucioso.

    Todos ocupamos el lugar que nos corresponde replic Deudermont, que iba entendiendadonde quera llegar el joven.

    -Aun cuando ese lugar no se alcance por esfuerzo o por justicia dijo el noble con una risita ddisgusto. Tengo la sensacin de que llevo una buena vida y la vida de un buen hombre, capitnTrato bien a mis sirvientes e intento servir a la gente.

    Eres muy respetado, y hay buenos motivos para ello.Y t eres un hroe, en Luskan y en Aguas Profundas.

    Y un villano a los ojos de muchos otros dijo el capitn con una sonrisa amarga.Puede que un villano para los villanos, para nadie ms. Y yo te saludo y te miro con respeto aadi, y finalmente alz su copa en un brindis, y me cambiara por ti.

    Dselo a tu personal, y yo har otro tanto con mi tripulacin dijo Deudermont, riendo.No estoy bromeando replic Brambleberry. Ojal fuera tan sencillo! Pero ambos sabemo

    que no es as, y s bien que seguir tus huellas slo se consigue con hazaas; no es un derecho dnacimiento ni algo que se compre. Quisiera que un da la gente hablara de m como hablan ahordel capitn Deudermont.

    Ante la sorpresa del marino, Brambleberry arroj su copa contra el hogar, donde se hizo aicos.Nada de lo que tengo lo he ganado, slo lo he recibido por haber nacido en esta casa. Ya ves

    capitn, estoy decidido a poner a t r abajar esta buena suerte. S, te voy a comprar el barco de Argu

    Miserable para que mi flota tenga tres barcos, y voy a hacerlos navegar, tripulados con mercenarioshasta Luskan, a tu lado si quieres mili te a m. Y voy a dar a esos piratas que asolan la Costa de l

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    Espada un golpe como no han conocido otro. Y cuando hayamos terminado, dejar a mi flota librpor los mares, cazando como lo hace el Duende del Mar, hasta que limpiemos las aguas de esescoria de la piratera.

    Deudermont dej que aquella proclamacin quedara suspendida en el aire un buen rato, tratandde examinar mentalmente todas las implicaciones posibles, y la mayor parte le pareciero

    desastrosas.Si quieres hacer la guerra a la Torre de Huspedes, te enfrentas a un enemigo formidable, uenemigo que cuenta con el apoyo de cinco grandes capitanes de Luskan respondi por finQuieres iniciar una guerra entre Aguas Profundas y la Ciudad de los Veleros?

    No, por supuesto que no dijo Brambleberry. Podemos actuar menos abiertamente.Una fuerza reducida para desbancar a Arklem Greeth y a sus hechiceros supremos? inquir

    Deudermont.Pero no una fuerza cualquiera prometi Brambleberry. En Aguas Profundas hay mucho

    individuos de considerable poder personal.Deudermont segua all, mirndolo, mientras pasaban los segundos. Considera la

    posibilidades, capitn Deudermont le rog el noble.

    No ests demasiado ansioso por conseguir lo que quieres, mi joven amigo?Quiz te est ofreciendo la oportunidad de rematar realmente lo que empezaste hace mucho

    aos replic Brambleberry. Asestar un golpe como ste supondra que todos los esfuerzos quhas realizado durante todos estos aos habrn conseguido algo ms que aliviar slo temporalmentlos infortunios de los mercantes que navegan por la Costa de la Espada.

    El capitn Deudermont se ech atrs en su butaca y alz su copa para beber. Sin embargo, sdetuvo mirando las cambiantes llamas del hogar reflejadas en las facetas del cristal.

    No poda negar que era todo un desafo, y encerraba la esperanza de un autntico logro.

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    CAPTULO 4

    A LA PESCA DE RECUERDOS

    Fue un ejemplo de primer orden de las bondades de la cooperacin seal Drizzt. Por su gestRegis se dio cuenta de que aquella frase grandilocuente obedeca ms a su deseo de exasperar Bruenor que de expresar una profunda verdad filosfica.

    ;Bah!, era cuestin de elegir entre los orcos y los demonios... Diablos lo corrigi el halflingque recibi del enano una mirada furiosa.Entre orcos y diablos reconoci el rey enano. Eleg a los que olan mejor.No tuviste ms remedio que hacerlo as se atrevi a decir Regs, y esa vez fue l quien le hiz

    a Drizzt un guio de complicidad. Cmo no. Los Nueve Infiernos!Tendr que sacar el Tratado del Barranco de Garumn para que veamos a qu s

    comprometieron los firmantes? pregunt Drizzt.S, t hazle un guio a l y despus mteme a m un dedo en el ojo. Qu tal si yo voy y lanz

    a Panza Redonda por el pasillo de una patada? le advirti Bruenor.No puedes culparlos por quedar sorprendidos de que el rey Bruenor acuda a ayudar a un orco.Una voz lleg desde la puerta, y los tres se volvieron al mismo tiempo para observar a Catti-brie

    que entraba en la habitacin.No te unas a ellos le advirti Bruenor.Catti-brie hizo una reverencia respetuosa.-No tengas miedo dijo. He venido a por mi esposo para que me acompae en mi camino.Otra vez a Luna Plateada a recibir ms lecciones de Alustriel? pregunt Regis.Y ms que eso respondi Drizzt por ella mientras le ofreca su brazo. La dama Alustriel l

    ha prometido a Catti-brie un recorrido que pondr ante sus ojos la mitad del continente y varioplanos de existencia. Mir a su esposa y sonri sin disimular su envidia.

    Y cunto tiempo va a durar eso? quiso saber Bruenor.El rey enano no le haba ocultado nunca a Catti-brie que sus prolongadas ausencias de Mithr

    Hall significaban trabajo extra para l, aunque, a decir verdad, tanto ella como todos cuantos l

    haban odo quejarse haban comprendido que sa era su forma de admitir que la echaba mucho dmenos sin decirlo.

    Vais a escapar a otro invierno en Mithril Hall dijo Regis. Tenis sitio para un compaerbajito pero resistente?

    Slo si ella te convierte en un sapo respondi Drizzt mientras sala de la sala junto con Cattbrie.

    Ms avanzado el da, Regis sali de Mithril Hall para dirigirse a las orillas del ro Surbrin. Smencin del invierno le haba recordado que la inclemente estacin no estaba lejos y, la verdad

    aunque el da era magnfico, el viento soplaba del norte, fuerte y fro, y las hojas de los abundanterboles del otro lado del ro, empezaban a lucir ya los colores del otoo.

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    R.A. Salvatore El Rey Pirat

    Haba algo en el aire de ese da el viento o el olor de la estacin que cambiaba que lrecordaba a Regis su antiguo hogar en el Valle del Viento Helado. En Mithril Hall haba ms cosaque senta como suyas, y ms seguridad porque dnde poda uno sentirse ms seguro qudentro de una sala enana?, pero lo que haba ganado no bastaba para mitigar la sensacin dprdida por lo que haba dejado atrs. Haba llevado una buena vida en el Valle del Viento Helado

    Sola pasar los das pescando truchas testartejas en las orillas del Maer Dual-don. El lago le habproporcionado con creces todo lo que necesitaba en materia de agua y comida. Haba llegado conocer cien buenas formas de cocinar ese delicioso pescado, y pocos eran ms capaces que Regen el arte de tallar sus crneos. Los dijes, estatuillas y pisapapeles le haban dado una buena famentre los comerciantes locales.

    Pero, por supuesto, lo mejor de todo era que su trabajo consista ms que nada en estar echaden las orillas del lago con un hilo de pescar atado al dedo gordo del pie.

    Pensando en eso, Regis pas un buen rato caminando por la orilla del ro, al norte del puente, ebusca del lugar perfecto. Finalmente se decidi por un pequeo prado, un poco protegido del vientdel mu te por una roca gris redondeada, aunque no tan grande como para privarle de todo el soPuso mucho cuidado en echar el hilo en el lugar adecuado, una poza de aguas ms tranquilas junt

    a un saliente rocoso en las oscuras aguas. Us una piedra pesada para sujetarlo; de haber echadel hilo en el tramo central del ro, la fuerte corriente se lo habra llevado aguas abajo, pues la piedrno hubiera sido suficiente para asegurarlo.

    Esper unos minutos y, confiando en haber elegido un buen lugar, se quit un zapato, enrosc ehilo alrededor de su dedo gordo y coloc el petate de modo que le sirviera de almohada. Apenas shaba acomodado y haba cerrado los ojos cuando un ruido proveniente del norte lo sobresalt.

    Reconoci la fuente incluso antes de incorporarse para mirar al otro lado de la roca redondeada.Orcos.Varios orcos jvenes se haban reunido a la orilla del ro. Discutan ruidosamente por qu

    seran los orcos siempre tan ruidosos? sobre sedales y redes de pesca, y dnde y cmcolocarlos.

    Regis casi se ri de s mismo por su enfado, porque entendi que lo que senta era enojo. Eraorcos, por eso estaba enfadado. Eran orcos, y por eso se impacientaba. Eran orcos, y por lo tantosu primera reaccin tena que ser negativa.

    Resultaba difcil olvidar los antiguos resentimientos.Regis pens en otro tiempo y en otro lugar. Record un da en que un grupo de nios y nia

    haban iniciado una competicin de zambullidas cerca de donde l haba dispuesto el hilo en el MaeDual-don. Ese da Regis se haba limitado a echarles una regaina.

    No pudo evitar una sonrisa al recordar la estupenda tarde que haba pasado despuensendoles a pescar, lo que deban hacer cuanto mu trucha tragaba el anzuelo y cmo limpialuego la pesca. Lo cierto era que aquella lejana noche los jovencitos se haban dejado caer por l

    casa de Regis, invitados por l, para ver algunas de sus tallas y paladear una