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Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N° 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: hp://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus Tesis Estado, vecinos e indígenas en la conformación del espacio fronterizo: Buenos Aires, 1810-1852 Silvia M. Rao Director: Jorge D. Gelman Grado: Doctora en Historia Universidad de Buenos Aires Defensa: Buenos Aires, 22 de abril de 2004 Resumen: El proceso de expansión territorial de la provincia de Buenos Aires se vio condicionado tanto por factores internos a la sociedad criolla como por procesos intrínsecos de la sociedad indígena. Las marchas y retrocesos experimentados por las políticas provinciales tendrían como basamento diversos proyectos sostenidos por distintos actores de la sociedad provincial, así como situaciones intestinas de los pueblos nativos que impactaron sobre la política de frontera. Paralelamente y como la otra cara de este proceso, la creciente presión del poder estatal sobre el territorio indígena implicó para los líderes étnicos la toma de decisiones muy diferentes en torno a la estrategia a seguir en su relación con ese Estado. La hipótesis del trabajo es que la imposibilidad y/o la ineficacia por parte del gobierno de encarar un curso de acción excluyentemente agresivo y militar derivó en la necesidad de realizar la expansión territorial y la consolidación del nuevo espacio provincial mediante el acuerdo con los grupos indígenas del sur de la provincia. Del lado indígena, la misma imposibilidad de detener bélicamente el avance provincial habría llevado a algunas parcialidades a aceptar las condiciones impuestas por el gobierno bonaerense integrándose como habitantes en el nuevo espacio fronterizo. El espacio de negociación entre, por un lado, autoridades y pobladores de la campaña y, por otro, distintas agrupaciones indígenas, marcó todo el período analizado tanto en el nivel diplomático como en el de la vida cotidiana. En el ultimo sentido proponemos que se configuró en el espacio fronterizo una cultura mestiza, un “lugar en el medio” entre la sociedad indígena y la sociedad criolla, que combinaba elementos culturales de las dos sociedades en contacto dando origen a una formación diferenciada. Palabras clave: Frontera, Relaciones interétnicas, Intermediarios culturales State, neighbors and indigenous people in the conformation of the frontier: Buenos Aires, 1810-1852 Abstract: The process of territorial expansion in the province of Buenos Aires was conditioned as much by internal factors of the Creole society as by intrinsic processes of Indian society. The ups and downs of border policy are explained by the various projects of the people and authorities of Buenos Aires as well as internal situations of indigenous people. As the other side of this process, the increasing pressure of state power over Indian territory led the indigenous leaders to take different strategies when dealing with the government. The hypothesis of this work is that the inability and / or ineffectiveness of the government to carry out an aggressive expansion on indigenous territory led to the need to negotiate with indigenous people the territorial advance. In the Indian side, the same inability to stop the provincial advances by war, led some to accept the conditions imposed by the Buenos Aires government and integrate as inhabitants the new border space. The space of negotiation between authorities and residents of the frontier on the one hand, and various indigenous groups, on the other, marked all the studied period both diplomatically and in everyday life. In the laer sense we propose that a mestizo culture formed in the in-between space of Creole and indigenous society, a sort of “middle ground” that combined elements of both giving rise to a third differentiated society. Key words: Frontier, Interethnic relations, Cultural intermediaries

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  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpusTesisEstado, vecinos e indgenas en la conformacin del espacio fronterizo: Buenos Aires, 1810-1852Silvia M. Ratto Director: Jorge D. GelmanGrado: Doctora en HistoriaUniversidad de Buenos AiresDefensa: Buenos Aires, 22 de abril de 2004Resumen:El proceso de expansin territorial de la provincia de Buenos Aires se vio condicionado tanto por factores internos a la sociedad criolla como por procesos intrnsecos de la sociedad indgena. Las marchas y retrocesos experimentados por las polticas provinciales tendran como basamento diversos proyectos sostenidos por distintos actores de la sociedad provincial, as como situaciones intestinas de los pueblos nativos que impactaron sobre la poltica de frontera. Paralelamente y como la otra cara de este proceso, la creciente presin del poder estatal sobre el territorio indgena implic para los lderes tnicos la toma de decisiones muy diferentes en torno a la estrategia a seguir en su relacin con ese Estado. La hiptesis del trabajo es que la imposibilidad y/o la ineficacia por parte del gobierno de encarar un curso de accin excluyentemente agresivo y militar deriv en la necesidad de realizar la expansin territorial y la consolidacin del nuevo espacio provincial mediante el acuerdo con los grupos indgenas del sur de la provincia. Del lado indgena, la misma imposibilidad de detener blicamente el avance provincial habra llevado a algunas parcialidades a aceptar las condiciones impuestas por el gobierno bonaerense integrndose como habitantes en el nuevo espacio fronterizo. El espacio de negociacin entre, por un lado, autoridades y pobladores de la campaa y, por otro, distintas agrupaciones indgenas, marc todo el perodo analizado tanto en el nivel diplomtico como en el de la vida cotidiana. En el ultimo sentido proponemos que se configur en el espacio fronterizo una cultura mestiza, un lugar en el medio entre la sociedad indgena y la sociedad criolla, que combinaba elementos culturales de las dos sociedades en contacto dando origen a una formacin diferenciada.Palabras clave: Frontera, Relaciones intertnicas, Intermediarios culturalesState, neighbors and indigenous people in the conformation of the frontier: Buenos Aires, 1810-1852Abstract:The process of territorial expansion in the province of Buenos Aires was conditioned as much by internal factors of the Creole society as by intrinsic processes of Indian society. The ups and downs of border policy are explained by the various projects of the people and authorities of Buenos Aires as well as internal situations of indigenous people. As the other side of this process, the increasing pressure of state power over Indian territory led the indigenous leaders to take different strategies when dealing with the government. The hypothesis of this work is that the inability and / or ineffectiveness of the government to carry out an aggressive expansion on indigenous territory led to the need to negotiate with indigenous people the territorial advance. In the Indian side, the same inability to stop the provincial advances by war, led some to accept the conditions imposed by the Buenos Aires government and integrate as inhabitants the new border space. The space of negotiation between authorities and residents of the frontier on the one hand, and various indigenous groups, on the other, marked all the studied period both diplomatically and in everyday life. In the latter sense we propose that a mestizo culture formed in the in-between space of Creole and indigenous society, a sort of middle ground that combined elements of both giving rise to a third differentiated society.Key words: Frontier, Interethnic relations, Cultural intermediaries
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 1 TESIS DOCTORAL ESTADO, VECINOS E INDGENAS EN LA CONFORMACIN DEL ESPACIO FRONTERIZO: BUENOS AIRES 1810-1852 TESISTA: SILVIA RATTO DIRECTOR: JORGE GELMAN DICIEMBRE 2003
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 2 INDICE Introduccin pag. 3 Estado de la cuestin pg 5 1. La expansin territorial del estado provincial pag. 5 2. Las relaciones intertnicas pag. 13 3. Las sociedades indgenas pg. 21 Primera parte: El largo camino hacia la consolidacin del territorio provincial. pg.42 Captulo 1. Una errtica poltica de frontera. Los proyectos de avance en las dcadas de 1810 y 1820 pg 45 Captulo 2. La pax rosista: el negocio pacfico de indios. pg 97 Segunda parte. Estado y vecinos en el diseo y aplicacin de las polticas de frontera. pag. 159 Captulo 1. Los intentos de agremiacin de los hacendados. pg. 163 Captulo 2. Milicianos y proveedores. La participacin de los vecinos en la defensa y mantenimiento del espacio fronterizo. pg. 206 Tercera parte. Conflictos y alianzas en el espacio pan araucano. pg 255 Captulo 1. Hacia una nueva forma de liderazgo tnico. pg 261 Captulo 2. Del ocaso de los boroganos al apogeo de Calfucur. pg 305 Cuarta parte. Mestizaje cultural en la frontera. pg 350 Conclusiones pg. 448 Fuentes pg. 467 Bibliografa pg. 468
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 3 INTRODUCCION Los procesos de independencia en Amrica Latina no condujeron automticamente a la formacin de estados que mantuvieran las jurisdicciones coloniales existentes hasta ese momento. En general, lo que se produjo fue el desmembramiento de esas grandes unidades polticas representadas por los Virreinatos, en entidades menores1. An as, tampoco fue sencillo organizar polticamente las nuevas regiones independientes. Las disputas entre liberales y conservadores, o entre centralistas, confederacionistas y federalistas enfrentaron, durante gran parte del siglo XIX, a las lites locales. Por debajo de estas formulaciones polticas se enfrentaban muchas veces intereses econmicos contrapuestos; regiones que durante la poca colonial ocuparon una posicin secundaria en la estructura administrativa, intentaron modificar su situacin, reclamando su independencia frente a las tentativas de subordinacin intentadas desde los centros revolucionarios. Estos enfrentamientos se plasmaron, en algunas regiones, en las guerras civiles que sucedieron a los procesos independentistas y que llevaron a primer plano a los jefes militares. Estos caudillos dirigan milicias rurales que respondan ms a sus jefes que al Estado todava incipiente lo que exacerb el sentimiento regional dificultando la unificacin poltica de las regiones2. Dentro de este lento desarrollo en la conformacin de estados autnomos, uno de los problemas centrales que debieron enfrentar los nuevos grupos dirigentes fue el poblamiento y la delimitacin de sus fronteras. En algunos de estos escenarios, la presencia indgena agreg un ingrediente conflictivo ms a este proceso. Durante la primera mitad del siglo XIX, los espacios fronterizos de estos nacientes estados compartiran ciertos rasgos comunes. Centrndonos exclusivamente en sus aspectos sociales y polticos, los ms representativos fueron una continua reduccin de los gastos de defensa fronteriza que, iniciada en la poca tardo colonial, se acentuara en el perodo independiente en virtud de las urgencias de la guerra revolucionaria; cierta autonoma de accin por parte de las autoridades fronterizas que debieron tomar a su cargo la seguridad del espacio apoyndose fundamentalmente en los pobladores; un movimiento espontneo de poblacin hacia estos nuevos espacios dando origen, en un primer momento, a una sociedad de pequeas explotaciones y, en forma paralela, a un estado de conflicto latente con los grupos indgenas que habitaban del otro lado del lmite fronterizo. Como la otra cara de la misma moneda, esa convivencia tan estrecha 1 Annino, A Castro, L y F.X.Guerra, De los Imperios a las Naciones: Iberoamrica. Zaragoza, 1994. 2 Carmagnani, M. (ed), Federalismos latinoamericanos: Mxico, Brasil, Argentina. Mxico, FCE, 1993.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 4 entre poblacines criollas e indgenas deriv en situaciones de contacto que, segn la regin, adoptaran caractersticas particulares. En el territorio de la actual Argentina se dio un proceso similar de lenta determinacin de sus fronteras con el indgena que tuvo su punto culminante en la dcada de 1880 con la ocupacin efectiva de la Patagonia y del Chaco3. Sin embargo, en momentos previos, el proceso de constitucin de estados provinciales enfrent a algunos gobiernos con problemas similares. En este sentido, y centrndonos en la provincia de Buenos Aires, desde la dcada de 1820 los sucesivos gobiernos establecieron como un asunto prioritario dentro de su agenda, la expansin y consolidacin de la frontera con los indgenas del rea pampeana. El estudio de este proceso entre 1810 y 1852 fue abordado, como veremos ms adelante, desde distintas perspectivas y con objetivos diferentes. Por un lado y desde una perspectiva que pona el nfasis en el desarrollo de la sociedad provincial, ha sido objeto de estudios centrados en los fundamentos y consecuencias econmicas de la expansin territorial, de trabajos que analizaron los cambios y continuidades en el tipo de explotaciones agropecuarias que llevaron adelante la produccin en las nuevas tierras conquistadas y de anlisis poblacinales dirigidos a determinar la composicin y crecimiento de la sociedad bonaerense. Este tipo de enfoque centrado en las polticas del gobierno bonaerense, tambin ha dado origen a estudios que tratan la cuestin ms general de las relaciones intertnicas entre blancos e indgenas; en estos trabajos el perodo en cuestin ocupa un lugar relevante debido a la intensificacin del conflicto que se produjo como consecuencia de la expansin territorial. Por otro lado, y desde la ptica de la sociedad indgena, se ha trabajado sobre el impacto que provoc dicha expansin en la estructura socio poltica de los grupos que habitaban la regin de pampa y patagonia. Como se puede observar, todos estos enfoques ms all de la rigurosidad histrica de unos y otros, presentan ms bien una mirada unidireccional del problema ya sea centrado en las polticas estatales de los gobiernos bonaerenses, o en el impacto de las mismas en el interior de la sociedad indgena. Veremos en detalle los avances historiogrficos que se han producido desde cada una de estas perspectivas para, a continuacin, presentar nuestra hiptesis de trabajo. 3 Lagos, Marcelo, La Cuestin Indgena en el Estado y la Sociedad Nacional. Gran Chaco, 1870-1920. Unidad de Investigacin en Historia Regional. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy. Jujuy, 2000. Mases, Enrique, Estado y cuestin indgena. El destino final de los indios sometidos en el sur del territorio (1878-1910). Buenos Aires, Prometeo libros/Entrepasados, 2002.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 5 ESTADO DE LA CUESTION 1. La expansin territorial del estado provincial El ttulo del acpite refleja la mirada de algunos trabajos histricos que se han centrado en el proceso de ocupacin territorial teniendo como marco analtico la formacin y consolidacin de una economa capitalista con una modalidad agroexportadora. Dicho proceso implicaba la conformacin de un mercado de factores de produccin, entre los cuales se encontraba el mercado de tierras. En este sentido, el avance de las relaciones capitalistas de produccin requera la expansin de la frontera y la ocupacin y puesta en produccin de las tierras recientemente incorporadas. Para estos historiadores, la frontera apareca como un espacio a ocupar, como una tierra virgen. El control material de los territorios pampeano-patagnicos surga como algo necesario e inevitable, sus pobladores originarios como un obstculo y su ocupacin efectiva como un problema que el pas tena pendiente. La frontera, en estos trabajos, tiene una clara connotacin poltica, es la frontera interna de una unidad territorial preexistente4. En la dcada de 1960, los trabajos de Halpern Donghi sobre el proceso de expansin territorial llevado adelante por el gobierno bonaerense a partir de la dcada de 1820, presentaran un panorama mucho ms completo y complejo del mismo y, a pesar de las reformulaciones que el mismo autor ha realizado sobre algunos aspectos all planteados, marcaran un hito en esta temtica. En ellos se encuentran expuestos toda una serie de aspectos econmicos, sociales y polticos que permiten estudiar este proceso: los condicionantes econmicos internos y externos. que permitieron el impulso ganadero; la relacin de los precios pecuarios con los mercados internacionales; las caractersticas organizativas de las nuevas explotaciones agrarias; la relacin entre el estado provincial y los sujetos econmicos que llevaran adelante las mismas; la expansin y evolucin demogrfica de los territorios ocupados, fundamentalmente en la zona que denominara el Nuevo Sur5. En estos trabajos la poltica de fronteras desarrollada por el gobierno bonaerense es presentada como un elemento ms que mostrara la estrecha relacin entre los hacendados de 4 Corts Conde, Roberto, Algunos rasgos de la expansin territorial en Argentina en la segunda mitad del siglo XIX, en Desarrollo Econmico, vol. 8, nm. 29 1968; Corts Conde, R. y E. Gallo, La Repblica Conservadora, tomo 5 de la coleccin Historia Argentina, Piads, Buenos Aires. 1972 5 Halpern Donghi, Tulio, "La expansin ganadera en la campaa bonaerense (1810-1852)", Desarrollo Econmico, 3:1-2, 1963 y La expansin de la frontera de Buenos Aires (1810-1852) , en Marcos Gimnez Zapiola, (comp.), El Rgimen Oligrquico, Amorrortu, Buenos Aires, 1975.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 6 la campaa y el poder poltico. Este planteo de Halpern se asemeja a una posicin muy arraigada en la historiografa argentina en la cual el tema de la frontera se ha presentado como parte de un conflicto entre federales y unitarios, sectores que representaran, a su vez, intereses econmicos diferentes: la ganadera y el comercio. Segn esta interpretacin, la etapa 1820-1829 estara dominada por el enfrentamiento entre los dos grupos en donde uno de los temas centrales del conflicto que hara eclosin en el perodo 1824-1827 sera precisamente la frontera. En ese sentido los autores coinciden en que la campaa y la poltica indgena no recibieron la atencin necesaria durante el gobierno de Martn Rodrguez y la presidencia de Bernardino Rivadavia reflejando un verdadero enfrentamiento entre la ciudad y el campo6. La etapa siguiente, que se inicia con la llegada al poder de Juan Manuel de Rosas, es identificada segn una visin muy arraigada en la historiografa tradicional y que ha encontrado seguidores en trabajos ms recientes, con la acumulacin del poder poltico por parte de los terratenientes7. Al decir de Milcades Pea, fue el paraso de los terratenientes reflejada en una accin decidida del gobierno por favorecer los negocios de los propietarios agropecuarios8. Una elaboracin reciente sobre el fenmeno del caudillismo propondra que en este tipo de regmenes polticos, los hacendados seran los brazos armados del gobierno en la campaa teniendo en sus manos los principales instrumentos de control y coercion: la justicia de paz y las milicias. El estado provincial, en sntesis, reproduca a gran escala, el esquema que se desarrollaba en las estancias donde el patrn haba organizado una amplia red clientelar que inclua a sus peones. En este esquema, Rosas, el gran hacendado, se convertira, al asumir el gobierno de la provincia, en el super-patrn9. Esta rgida caracterizacin del mundo poltico y sus vinculaciones con la economa provincial, ha sido reformulada en las ultimas dcadas, ofreciendo un nuevo contexto poltico y social. Con respecto a la primera etapa, se ha criticado la idea de una estricta divisin entre unitarios y federales en el mbito econmico y se ha tendido a poner el nfasis en las relaciones que 6 Bag, S. El plan econmico del grupo rivadaviano (1811-1827) Rosario, Universidad Nacional del Litoral 1966; Barba, E. Unitarismo, federalismo, rosismo. Buenos Aires, CEAL 1982; Burguin, Miron, Aspectos econmicos del federalismo argentino. Buenos Aires, Hachette, 1960; Carretero, Andres, Dorrego. Buenos Aires, Platero, 1968 7 Nicolau, J.C. La economa bonaerense (1829-1835). Buenos Aires, Sadret,1980; Lynch, John, Los caudillos en Hyspanoamerica, Madrid, Mapfre, 1985. Algunos autores remontan el inters del gobierno por la frontera a la gestin de Manuel Dorrego quien de hecho fue el que decret la realizacin de la expansin territorial. (Carretero, A, Dorrego, p.112) 8 Pea, Milcades, El paraso terrateniente. Buenos Aires, 1969 9 Lynch, J. Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Emece, 1984
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 7 comenzaron a entablarse entre el capital comercial y la produccin agropecuaria luego del proceso revolucionario. En efecto, luego de la revolucin, el quiebre de los circuitos comerciales coloniales y la aparicin de los comerciantes britnicos con una nueva poltica comercial ms dinmica, llevo a los comerciantes rioplatenses a desviar sus capitales hacia otras actividades rentables entre las que se encontraba la produccin agropecuaria10. Esta interrelacin econmica habra derivado en la promocin de la produccin agropecuaria en una suerte de "consenso agroexportador", trmino que tambin se ha cuestionado ultimamente en el sentido de que la transicin hacia la produccin agropecuaria no fue tan pacfica y acordada como se plantea. Esta reformulacin apunta a destacar que, a pesar de la mayor disponibilidad de tierras merced a la poltica gubernamental de apoyar el avance sobre tierras explotables, el conflicto por la ocupacin de tierras entre antiguos ocupantes precarios y nuevos denunciantes no habra estado ausente en la campaa bonaerense11. A esta situacin se agregara el hecho de que, antes que el gobierno encarara de manera oficial la expansin territorial, el espacio ubicado allende la frontera haba comenzado a ser ocupado de manera espontnea por pobladores que haban concertado su asentamiento con los grupos indgenas poseedores del territorio12. A partir de 1820, el mayor peso econmico del sector agropecuario modific la relacin que exista hasta el momento entre los sectores econmicos dominantes y los elencos gubernamentales. Aun cuando estos ultimos fomentaron la explotacin pecuaria a traves de las polticas de tierras, fiscales y monetarias no tenian intereses nicos e iguales a los de los propietarios rurales. Esta idea se asienta en la argumentacin de que a partir de 1810 y con mayor intensidad en la dcada siguiente, el Estado que se va estructurando fue ms precoz y ms desarrollado que el grupo de hacendados por lo cual sus necesidades excedieron los intereses de cualquier grupo particular13. De ah que la relacin entre el gobierno provincial y los propietarios no estuviera exenta de conflictos ni se mantuviera inalterable durante todo el perodo. Precisamente, las necesidades propias del Estado no siempre coincidieron con las de 10 Halperin Donghi, T. Revolucin y guerra. Formacin de una elite dirigente en la Argentina criolla. Buenos Aires, Siglo XXI, 1976; Romero, Luis Alberto, La feliz experiencia. Bs. As., Bastilla 1983 11 Banzato, G y G. Quinteros "La ocupacin de la tierra en la frontera bonaerense: el caso de Chascoms, 1779-1821", Estudios de Historia Rural, II, La Plata ,1992; Gelman, Jorge, Un funcionario en busca del Estado. Pedro Andrs Garca y la cuestin agraria bonaerense, 1810-1822. Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 1997. 12 Rico, Alejandra, "Francisco Ramos Meja: una historia de frontera" Tesis de licenciatura, UBA, 2001. 13. En este punto es fundamental la reformulacin de Halpern realizada en un trabajo reciente (Halperin, T. Clase terrateniente y poder poltico en Buenos Aires (1820-1930)", Cuadernos de Historia Regional, 15. UNLujan, 1995) en donde matiza apreciaciones anteriores sobre la fuerte coincidencia de intereses entre los terratenientes y el estado provincial.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 8 los grandes propietarios, situacin que sera claramente visible en dos mbitos: las necesidades financieras y la competencia por la mano de obra. Vinculado a estos desarrollos historiogrficos, se ha producido asimismo un resurgir de la historia poltica que reformula fuertemente la relacin existente entre el estado provincial en formacin y los habitantes del territorio. En torno a este eje, se ha avanzado recientemente sobre la estructuracin del aparato judicial y policial en la campaa plantendose que el Estado debi recurrir a la colaboracin de los vecinos de los distintos partidos para desplegar su poder sobre el territorio. En ese sentido, los vecinos debieron asumir, entre otras, las tareas de jueces de paz. El objetivo del gobierno central con la creacin de esta institucin en la dcada de 1820 fue imponer un nuevo orden en la campaa. Orden que penalizara fundamentalmente los delitos contra la propiedad, contra el Estado, contra las personas y contra el orden pblico. Este ltimo, a travs de la persecucin de los considerados vagos, tena el propsito de fijar la mano de obra. Frecuentemente, el objetivo de proteger los derechos a la propiedad privada entrara en contradiccin con prcticas de apropiacin directa y de usufructo en comn de ciertos recursos. Esta circunstancia creara una tensin entre los jueces de paz y los pobladores que, ocasionalmente, resistiran la presencia estatal. En este contexto, las nuevas autoridades frecuentemente debieron debatirse entre las exigencias del gobierno y la necesidad de respetar una serie de normas establecidas por la costumbre14. Siguiendo esta lnea interpretativa, en la caracterizacin del periodo siguiente regido por la presencia de Rosas, se ha matizado la nocin de una relacin unvoca entre los terratenientes y el Estado provincial en donde el segundo se hallara a disposicin de los primeros15. Esta reformulacin se vincula asimismo con las nuevas consideraciones acerca del caudillismo. La visin ms tradicional del caudillo hispanoamericano es aquella que lo presenta como un hombre fuerte local que sustentaba su poder en la propiedad de la tierra y en el control de una amplia red clientelar estructurada en lazos personales de dominio y sumisin. Estos grupos de 14 Garavaglia, J.C. "Paz, orden y trabajo en la campaa: la justicia rural y los juzgados de paz en Buenos Aires, 1830-1852", Desarrollo Econmico, 146, 1997; Salvatore, R. "Los crmenes de los paisanos: una aproximacin estadstica", Anuario IEHS, 12. Tandil, UNCPBA, 1997; Fradkin, R, "La experiencia de la justicia: estado, propietarios y arrendatarios en la campaa bonaerense, en AAVV, La fuente judicial en la Construccin de la Memoria, Buenos Aires, 1999 y Gelman, J. Crisis y reconstruccin del orden en la campaa de Buenos Aires. Estado y sociedad en la primer mitad del siglo XIX, Boletin de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 21, Facultad de Filosofia y Letras, UBA, 2000 15 El levantamiento de los Libres del Sur en el ao 1839 es un claro ejemplo de la oposicin que, en una coyuntura desfavorable para sus negocios, presentaron poderosos hacendados del sur a la poltica rosista (Gelman, J. La rebelin de los estancieros contra Rosas. Algunas reflexiones en torno a los Libres del Sur de 1839, en Entrepasados No. 22, 2002).
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 9 base rural lo ayudaran a acceder en forma violenta al poder y seran un factor clave para su mantenimiento en el mismo. Asociada a esta idea se planteaba la importancia de sostener esas redes de subordinacin cobrando vital importancia el "sistema de repartos" implementado por el caudillo. En ese sentido, el caudillo, una vez llegado al poder, protega celosamente los recursos locales, tierra y cargos, ya que en la distribucin acertada de stos entre sus "dependientes" se basaba, en ltima instancia, su permanencia en el gobierno surgiendo as su imagen como benefactor o distribuidor de patronazgo16. El otro elemento fundamental en este esquema es que los caudillos, opuestos al gobierno y a las elites urbanas, impidieron el establecimiento de poderes legales e instituciones republicanas en el mbito provincial17. Desde hace pocos aos, sin embargo, esta visin sobre el significado del caudillismo se ha modificado considerablemente. Actualmente se sostiene que la conformacin de los espacios provinciales a partir de 1820 se produjo en un marco de institucionalizacin del poder poltico que haba antecedido el ascenso de estas figuras a los primeros planos de la vida pblica18 reflejando una coexistencia de formas legales y polticas modernas en una sociedad estamental y tradicional. De manera que la extensin de la autoridad de un caudillo no fue contraria al asentamiento institucional del Estado, al surgimiento de esferas de poder estatales, provinciales y municipales, a un ordenamiento burocrtico, a la legitimacin de su gobierno mediante la apelacin al necesario respecto de las leyes y de los derechos del pueblo y al desarrollo de una sociabilidad republicana. Esta lnea de interpretacin pondr entonces el nfasis en la coexistencia junto con el poder personal del caudillo, de estructuras legales provinciales; coexistencia caracterizada por una combinacin de sometimiento, concurrencia y colaboracin19. En este sentido la experiencia de la provincia de Buenos Aires adquiere caractersticas particulares. En efecto, la relativa densidad de las prcticas polticas inauguradas durante la "feliz experiencia" rivadaviana llevara a que, durante el perodo rosista se mantuvieran gran 16 Wolf, E y Hansen, E. Caudillo politics: a structural analysis, en Comparative Studies in Society and History, No. 9, 1966 17 Lynch, J. Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Emece, 1985 18 Chiaramonte, J.C. "Legalidad constitucional o caudillismo: el problema del orden social en el surgimiento de los estados autnomos del Litoral argentino en la primer mitad del siglo XIX", Desarrollo Econmico, 102, 1968; El federalismo argentino en la primer mitad del siglo XIX", en Carmagnani, M. (comp), Federalismos latinoamericanos: Mxico, Brasil, Argentina, FCE, Mxico, 1993; Goldman, N. y R. Salvatore (comp) Caudillismos rioplatenses. Nuevas miradas a un viejo problema, Buenos Aires, Eudeba, 1998 19 Goldman, Noem, "Legalidad y legitimidad en el caudillismo. Juan Facundo Quiroga y la Rioja en el interior rioplatense (1810-1835)", Boletin de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 7. Facultad de Filosofia y Letras, UBA, 1993
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 10 parte de stas con el objeto de dotar de legalidad y legitimidad al rgimen. Las investigaciones ms recientes han avanzado en el conocimiento del marco jurdico implementado para reglar las relaciones entre los individuos y el Estado20, en la persistencia de prcticas electorales durante todo el perodo21, en las estructuras locales de poder representadas por los juzgados de paz22 y en los discursos polticos que difundan una imagen republicana del gobierno23. Pasando al aspecto socio-econmico de la expansin de la frontera, vemos que en esta temtica, tambin se ha avanzado considerablemente. As, por ejemplo, una serie de trabajos recientes han contribuido a complejizar la imagen que se tena acerca de la expansin agraria de la primer mitad del siglo XIX, mostrando algunos rasgos de continuidad en relacin con el perodo colonial, el ms representativo de los cuales sera la persistencia, junto a las grandes unidades productivas, de pequeas explotaciones campesinas, basadas en el trabajo domstico y dedicadas a la agricultura y al pastoreo de ganado24. Al lado de estos avances, una serie de estudios microrregionales est avanzando en el conocimiento puntual de este proceso expansivo en distintos partidos de la campaa rioplatense (no solamente aquellos que fueron creados con el avance territorial) desde las primeras ocupaciones hasta, en general, mediados del siglo XIX, haciendo hincapi en la composicin poblacinal de estos espacios y los procesos de ocupacin territorial. En estas investigaciones se torna fundamental una nueva mirada hacia los espacios de frontera que, en este aspecto, sigue a una renovacin historiogrfica ms amplia. En efecto, se ha producido una modificacin fundamental de los primeros planteos que sobre esta temtica hubiera planteado Frederick Jackson Turner a quien, sin embargo, no se le puede negar su importancia en el sentido de haber presentado una definicin nueva de la frontera. A partir de sus escritos se abandon la nocin unvoca de frontera como lmite de separacin entre 20 Cansanello, Carlos, "De sbditos a ciudadanos. Los pobladores rurales bonaerenses entre el Antiguo Rgimen y la Modernidad", Boletin de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 11.Facultad de Filosofa y Letras, UBA, 1995; "Las milicias rurales bonaerenses entre 1820 y 1830", en Cuadernos de Historia Regional, 19, UNLujn,1998 21 Ternavasio, M. "Entre la deliberacin y la autorizacin. El rgimen rosista frente al dilema de la inestabilidad poltica", en Goldman y Salvatore (comp), Caudillismos rioplatenses... 22 Garavaglia, J.C.Paz, orden y trabajo; Fradkin, R. La experiencia de la justiciay Gelman, J. Crisis y reconstruccin 23 Myers, Jorge, Orden y virtud. El discurso republicano en el regimen rosista, Bernal, Univ. de Quilmes, 1995 24 Gelman, J. Unos nmeros sorprendentes. Cambio y continuidad en el mundo agrario bonaerense durante la primer mitad del siglo XIX, Anuario IEHS 11, UNCPBA, 1996 y Garavaglia, J.C. Pastores y Labradores de Buenos Aires. Una historia agraria de la campaa bonaerense, 1700-1830, Ed. De la Flor, Buenos Aires, 1999
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 11 sociedades adoptando en su lugar la connotacin de un espacio habitado. Las ideas de Turner fueron fundamentales para sustentar la construccin terica de la identidad americana a la que se caracteriz como un espritu individualista que no encontraba barreras para su expansin y desarrollo. Pero, ms all de este fundamento ideolgico, el modelo de frontera turneriano fue duramente criticado ponindose en duda su validez histrica. Una de los grandes errores que se imputaron al modelo fue el de circunscribir los sujetos que protagonizaron el avance fronterizo al pionero blanco de descendencia europea, lo que borraba del escenario tanto a diferentes minoras que acompaaron el proceso (esclavos, mestizos, mujeres, asiticos) como a los mismos pueblos nativos con quienes los pioneros debieron encontrarse. Luego de algunos intentos aislados que marcaran otras fallas histricas del modelo turneriano, a inicios de la dcada de 1980, varios investigadores se nuclearon en un movimiento que se conoci con el nombre de New Western History y que producira ms fuertes crticas a los escritos de Turner. Las principales se centraron en los siguientes ejes: la necesidad de incorporar al anlisis el "lado oscuro" de la expansin al oeste, es decir, los conflictos de raza, genero y poder; el impacto de dicha expansin sobre el medio ambiente y la definicin del oeste como una regin con caractersticas propias y con diversas conexiones con el resto de la nacin y con Europa. Lo que subyace en estos ltimos planteos que muestran la diversidad de actores que convivieron en la frontera, es la necesidad de estudiarla como un espacio multicultural, como un mbito de interaccin de culturas diferentes, en donde centrarse en el anlisis de un solo grupo implicara el riesgo de considerar una sola fase del proceso25. En el mbito local, fundamentalmente si nos centramos en los estudios ms recientes sobre la frontera bonaerense, solo en unos pocos casos se puede registrar el eco de ideas turnerianas. De todos modos, an cuando no exista en ellos una clara referencia sobre las reformulaciones a las que hicimos mencin, las investigaciones han avanzado sobre los mismos temas que renovaron la historiografa de la frontera en Norteamrica. En los trabajos ms actuales sobre la expansin de la frontera en la regin rioplatense hay un general consenso por definir estos mbitos como espacios de gran complejidad derivada, entre otros factores, de la diversidad de actores en escena (pobladores originales, migrantes, esclavos, indios) situacin que, como 25 Para una resea sobre los avances historiogrrficos en torno al concepto de frontera remitimos a nuestro trabajo Ratto, S. "El debate sobre la frontera en la historiografa americana. La New Western History, los Borderland y su repercusin en las pampas. En Boletin de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani No. 24. Facultad de Filosofia y Letras, UBA, 2003a.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 12 hemos visto, se halla prcticamente ausente en la obra de Turner. Sin embargo, a la hora de buscar un marco analtico que encuadre la investigacin se apela, en general, a ciertos aspectos del modelo turneriano como sucede en los trabajos de Juan Carlos Garavaglia26 y Carlos Mayo27 sobre la frontera bonaerense. En efecto, si bien Garavaglia reconoce el peso ideolgico que subyace en la formulacin de Turner y que trasciende el anlisis histrico, toma ciertos planteos turnerianos para aplicarlos a la frontera pampeana, como el concepto de apertura y cierre de la oferta de tierras frtiles. En ese sentido, el autor considera que existi una presin social sobre las tierras fronterizas al igual que en Norteamrica pero que el resultado fue diferente porque los valores imperantes en las sociedades detrs de las fronteras eran tambin diferentes. De igual manera, en los trabajos de Mayo sobre la frontera bonaerense la referencia a Turner es bien explcita. Mayo, apelando a los diferentes sentidos que en los escritos turnerianos se le otorg a la frontera se define el concepto como lmite geogrfico entre dos sociedades y a la vez, como lugar de encuentro entre culturas. Esta doble definicin lleva a que, al analizar la relacin con los indgenas por momentos se caiga en un relato tradicional donde las sociedades se conectan principalmente a travs de enfrentamientos blicos, donde las polticas indgenas espaolas se analizan solamente en funcin de las estrategias blancas y, finalmente, se mencione como mbito casi exclusivo de contacto pacfico, el comercio. En relacin con esta dificultad por incorporar de manera ms general al indgena en el mundo de la frontera, Carlos Mayo advierte en la introduccin a su ltimo libro, que el mismo no aparecer en los trabajos compilados en el volumen no obstante lo cual debe entenderse que, como teln de fondo, se encuentra muy presente en el espacio fronterizo. De los temas que concentraron la atencin de los historiadores de la frontera, los que ms han sido desarrollados por nuestra historiografa fueron la influencia del medio ambiente en la ocupacin del espacio, el proceso de poblamiento de estas regiones y el papel desempeado por algunos grupos subordinados, como los migrantes internos. 26 Garavaglia, J.C. Pastores y labradores 27 Mayo, C y A. Latroubesse, Terratenientes, soldados y cautivos: la frotnera (1736-1815). Buenos Aires, Universidad de Mar del Plata, 1993 y Mayo, Carlos Vivir en la frontera. La casa, la dieta, la pulperia, la escuela (1770-1870). Buenos Aires, Biblos, 2000.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 13 Con respecto al primer aspecto, el papel del medio ambiente es incluido como un elemento tan importante como la poblacin en la explicacin de los procesos de ocupacin de la tierra, hacindose referencia, por ejemplo, a las motivaciones econmicas que determinan el asentamiento en determinado lugar, la forma de distribucin de las unidades productivas en funcin de los recursos naturales, etc.28 De igual manera se ha integrado al anlisis, la influencia de los ciclos climticos sobre el desarrollo de la regin29. Con respecto al segundo tema, los estudios demogrficos ms recientes han arrojado luz sobre la estructura poblacinal de la campaa destacndose en estos trabajos el papel que tuvieron los migrantes del interior en la ocupacin de algunas zonas de la campaa bonaerense30. Algunos de ellos lograran una insercin en la sociedad como vecinos a travs de distintos mecanismos, en tanto otros, en la medida en que no lograran integrarse a las redes de relaciones existentes entre los pobladores del lugar, permaneceran como transentes31. De todos modos, y a pesar de estos indudables avances en el conocimiento del proceso de ocupacin del espacio y del desarrollo de poblacines en la campaa bonaerense, an faltan trabajos que logren desplegar en su plenitud el estudio de la frontera como un mbito multicultural que integre a los distintos grupos que vivan en ella. Esta falencia, como veremos ms adelante, tambin se encuentra en los trabajos centrados en la sociedad indgena. 2. Las relaciones intertnicas. Desde otra perspectiva historiogrfica, el tema de la frontera ha sido analizado por autores que centraron su atencin en la relacin entre blancos e indios. Dentro de este enfoque se pueden sealar distintos tipos de estudios con objetivos muy diferentes. Por un lado, podemos sealar trabajos tradicionales en los que esta relacin adopta excluyentemente el carcter de enfrentamiento armado y de conflicto irresoluble en donde el indgena es caracterizado como la suma de todo lo negativo y como el principal obstculo para el desarrollo de la 28 Canedo, Mariana Propietarios, ocupantes y pobladores. San Nicols de los Arroyos, 1600-1860, GIHRR/Univ. de Mar del Plata, 2000, Banzato, Guillermo, De ocupantes a propietarios, los conflictos entre vecinos de la frontera bonaerense. Chascoms y Ranchos, 1800-1840, en Quinto Sol, Ao 4, No. 4. Universidad Nacional de La Pampa, 2000, Mascioli, Alejandra, Poblacin y mano de obra al sur del Salado. Dolores en la primera mitad del siglo XIX, en Fradkin, Canedo y Mateo (comp) Tierra, poblacin y relaciones sociales en la campaa bonaerense (siglos XVIII y XIX). Universidad Nacional de Mar del Plata, 1999 29 Garavaglia, J.C., Pastores y labradores 30 Moreno, J.L. y J.Mateo, "El redescubrimiento de la demografa histrica en la historia econmica y social", Anuario IEHS, 12. Tandil, UNCPBA, 1997 31 Cansanello, C. De sbditos a ciudadanos; Mateo, J. Poblacin, parentesco y red social en la frontera. Lobos (Provincia de Buenos Aires) en el siglo XIX. UNMar del Plata, 2001
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 14 civilizacin blanca32. Acordando con la idea bsica del vnculo intertnico como una relacin de conflicto, otros autores presentaban una visin diferente en donde se hace evidente cierta simpata hacia el indgena al que se intenta limitar al papel de vctima de los embates militares de los blancos33. Un caso particular que podemos incluir dentro de esta ltima tendencia son los trabajos del padre Meinrado Hux que ha encarado la encomiable tarea de presentar una serie de biografas de caciques de los distintos grupos que habitaron la zona de pampa-patagonia a lo largo de la historia. Estos relatos, que presentan con bastante frecuencia datos inexactos, tienen el inconveniente de dificultar una comprensin global de la dinmica interna de la sociedad indgena al presentar relatos fragmentados de cada uno de estos lderes34. A pesar de esta mejor predisposicin hacia el objeto de estudio, estos trabajos adolecen de la misma falla que los anteriores: el indgena no es un sujeto activo en la historia que se cuenta sino un espectador pasivo de la violencia blanca. A pesar de los avances historiogrficos que con mayor rigurosidad cientfica han indagado sobre los pueblos nativos (ver en el prximo acpite), la visin intertnica recientemente sealada, an tiene representantes en la produccin ms reciente. Ejemplo de esta persistencia son los libros de Carlos Martnez Sarasola y Hugo Trinchero quienes, posiblemente preocupados por la situacin de los pueblos indgenas luego de la conquista al desierto, retrotraen esta imagen de avasallamiento y dominacin a momentos muy anteriores impidiendo la posibilidad de indagar sobre las diferentes estrategias de adaptacin y resistencia que los mismos pusieron en juego desde el periodo colonial35. En todos estos trabajos, viejos y nuevos, subyace el presupuesto de que los pueblos nativos se hallaban aislados, con poco o ningn contacto entre ellos, viviendo de manera autosuficiente 32 Indudablemente el texto ms representativo de esta corriente es el de Juan Carlos Walther (La Conquista Del Desierto, Buenos Aires, Crculo Militar,1964). Ver tambin Muiz, Rmulo (Los indios pampas. Buenos Aires, Editorial Bragado,1966) y Schoo Lastra, Dionisio (El indio del desierto 1535-1879.Buenos Aires, Ed Goncourt, 1977). 33 Franco, Luis, Los grandes caciques de la pampa. Buenos Aires, Ediciones del Candil, 1967. Franco produjo asimismo una serie de pintorescos artculos periodsticos dedicados a diferentes caciques indgenas y a personajes de la frontera. Ver Calfucur en La Prensa, 15/8/65; Las Cautivas, en Ibidem 3/10/65; Cipriano Catriel, en Ibidem, 12/12/65; Yanquetruz, en ibidem 9/10/66. 34 Entre los aos 1992 y 1993, el padre Hux edit una serie de libros con las biografas de los principales caciques de las agrupaciones indgenas de pampa y patagonia. Ver bibliografa. 35 Martnez Sarasola, Carlos, Nuestros paisanos los indios. Vida, historia y destino de las comunidades indgenas en la Argentina. Buenos Aires, Emec, 1992; Trinchero, Hugo, Los dominios del demonio. Civilizacin y barbarie en las fronteras de la Nacin. El chaco central. Buenos Aires, Eudeba, 2000
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 15 hasta la llegada de los conquistadores. Se hace evidente en estos textos una gran dificultad por percibir la heterogeneidad que caracteriza al mundo indgena. En efecto, en ellos la sociedad indgena aparece como un bloque monoltico que no reconoce significativas diferenciaciones internas. Los trminos ranqueles, pehuenches, chilenos, que son utilizados en los textos cumplen el objeto de localizar geogrficamente a los diferentes grupos nativos ya que lo que se quiere mostrar es que el indio, los indgenas, la sociedad indgena, son trminos intercambiables que identifican al enemigo quienes, a pesar de algunos conflictos domsticos, se hallaban unidos en su oposicin hacia el blanco. La aparicin de los europeos actuara como un dispositivo de cambios. Por un lado, deriv en la adopcin del caballo que permiti a estos grupos una mayor movilidad, un incremento de la actividad guerrera, un abandono de los patrones de agricultura y su conversin a una economa cazadora y recolectora. Por otro lado, la posibilidad de incrementar su rea de accin habra puesto en contacto a pueblos hasta el momento incomunicados36. En esta perspectiva en la cual el indio no es un sujeto que merece una caracterizacin ms profunda, se hace evidente la dificultad y/o falta de inters por entender una sociedad con lgicas de organizacin distintas. Este preconcepto lleva a la infructuosa bsqueda de cdigos y estructuras occidentales en estos grupos. El resultado de esta traspolacin se ve plasmada en la presencia de fuertes estereotipos como, por ejemplo, el rol subordinado de la mujer en estas comunidades. As, podemos leer que entre las tribus araucanas a la mujer le estaba asignada la funcin de esclava universal37 o, la mujer se conceba como propiedad absoluta del hombre, de lo que el autor colega una aparente disminucin femenina38. Por otro lado, la necesidad de otorgar a los pueblos nativos una organizacin poltica que pudiera asimilarse a la blanca llevaba asimismo a caracterizaciones errneas plantendose la existencia de una gran concentracin del poder, una estructura poltica en la cual la jefatura tena un poder ilimitado e indiscutido39. En algunos autores, el anclaje a este esquema entraba en contradiccin con la evidencia emprica que manejaban dando por resultado afirmaciones difciles de entender. As, uno de los autores que sostena el presupuesto anterior sobre la concentracin del poder en los caciques, agregaba en otra parte de su trabajo que aunque rudimentaria y sin mayores formas exteriores los indios argentinos tuvieron su 36 Muiz, R, Los indios pampas; Martnez Sarasola, C. Nuestros paisanos 37 Franco, L, Los grandes caciques, negrita nuestra. 38 Martinez Sarasola, C. Nuestros paisanos p. 130. 39 Zeballos, E. La dinasta de los Piedra. Buenos Aires, Hachette, 1961; Muiz, R. Los indios pampas
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 16 organizacin poltica propia40. Vinculado a esta dificultad por comprender lo distintivo de la organizacin poltica indgena, existe tambin la tendencia a generalizar un proceso de concentracin del poder que solo algunos grupos llegaron a experimentar a la vez que retrotraen esa situacin a momentos muy tempranos. Por ejemplo, segn Sarasola La incorporacin del caballo en el transcurso del siglo XVII [provoco que] la institucin del cacicazgo, antes laxo y que no sobrepasaba el nivel de la banda, se fuera convirtiendo en algo ms general desparramando su jefatura a numerosas bandas41. En relacin con esta tendencia por quitar especificidad a la sociedad indgena hay un punto que vale la pena mencionar porque se ha convertido ltimamente en una temtica muy estudiada desde la antropologa y la historia: las caractersticas de la guerra llevada adelante por los indios. En los trabajos mencionados se seala que stos no tenan ningn tipo de orden para la guerra. El autor ms representativo de esta posicin es Flix Best de quien vale la pena rescatar algunas expresiones. En un esfuerzo evidente por evaluar la tctica guerrera indgena en relacin con la que era conocida por el militar, puede leerse en su trabajo que Las fuerzas indias, todas de caballera, no tenan unidades tcticas especiales, sino que se constituan grupos por tribus con ms o menos efectivos. No podra pues, decirse que conocieran esas unidades ni las operativas de los ejrcitos regulares. Formaban el montn, confuso ncleo sin orden ni reglas en donde, por ejemplo los capitanejos cuyas atribuciones eran harto indefinidas jugaban el papel de los cuadros subalternos las empresas maloneras estaban organizadas por el principio de la masa agregando que los caciques que haban servido coyunturalmente en las fuerzas provinciales para luego regresar a sus tolderas aplicaban lo aprendido42. Finalmente cabe sealar el uso del sustantivo desierto, como idea que implica la doble concepcin de zona deshabitada e improductiva, lo cual legitimara la apropiacin de dichas tierras. Asimismo, estos autores sustentan la nocin de indio como perteneciente a una nacionalidad (ya sea argentina o chilena) convalidando as la idea de invasin del araucano chileno sobre nuestro territorio. Esta lnea historiogrfica, reivindicatoria de la gesta 40 Ronco, Bartolom, Los indios pampas. Buenos Aires, 1920, negrita nuestra 41 Martinez Sarasola, Nuestros paisanos p. 126. 42 Best, Felix. Historia de las guerras argentinas, de la independencia, internacionales, civiles y con el indio. Buenos Aires, Ed. Peuser. 2 tomos, 1960. Tomo 1. p. 106-108
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 17 militar de Roca, experiment un notable impulso editorial en ocasin del centenario de la conquista del desierto43. Con un enfoque totalmente diferente, existe una corriente historiogrfica que analiza las relaciones intertnicas entre blancos e indgenas desde una perspectiva jurdica. Dentro de esta tendencia, algunos autores han centrando la atencin en las caractersticas legales de los parlamentos y acuerdos de paces realizados a lo largo del tiempo, lo que les permite hablar de tratados o capitulaciones en virtud de los derechos y/u obligaciones que surgen de la documentacin44. Si algunos autores se han limitado a analizar el texto de los tratados para colegir de su lectura el estado de la relacin intertnica45, otros han avanzado mucho ms tratando de entender el significado mismo que tuvieron los encuentros diplomticos llevados a cabo entre las autoridades hispano criollas y las parcialidades indgenas para los participantes. En esta lnea podemos ubicar los excelentes trabajos de Lzaro vila. Para el autor, estos encuentros incluan rasgos culturales de las dos sociedades. Por un lado, la realizacin de los parlamentos haca referencia al carcter lingstico de los acuerdos y se enlazaba con la tradicin oral y grafa de los indios. Por otro lado, la redaccin de las actas en las que se transcriban los acuerdos a los que se llegaba en el encuentro, era un reflejo de la tradicin oral de la cultura europea que desea dar validez jurdica a lo resuelto en el parlamento. La validacin indgena de estas reuniones se apoyaba en otro tipo de elementos vinculados con rituales propios y solo luego de mucho tiempo, los caciques comenzaron a firmar las actas, reclamndolas en encuentros posteriores para verificar el cumplimiento de acuerdos previos46. Las caractersticas sealadas permiten analizar estos encuentros en dos niveles diferentes pero complementarios. Por un lado, las vicisitudes que se produjeron en el encuentro de las 43 Para esa ocasin se publicaron una coleccin de 4 volmenes editada por la Academia Nacional de la Historia, Congreso Nacional de Historia sobre la Conquista del Desierto, General Roca, 1979, Buenos Aires, 1980; y un nmero especial de la Revista Logos, ao IX, nm. 15, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad de Buenos Aires, 1979. 44 Levaggi, Abelardo, Tratados celebrados entre Gobiernos argentinos e indios del sur de Buenos Aires, Santa Fe, Crdoba y Cuyo (1810-1852) en Revista de Historia del Derecho Ricardo Levene, 30. Buenos Aires, 1995 y Paz en la Frontera. Historia de las relaciones diplomticas con las comunidades indgenas en la Argentina. (Siglos XVI-XIX). Buenos Aires. Universidad del Museo Social Argentino, 2000; Lzaro vila, Carlos, Parlamentos de paz en la Araucana y las Pampas: una visin comparativa (1604-1820)2, Memoria Americana. Cuadernos de Etnohistoria 7. Facultad de Filosofa y Letras, UBA, 1999. 45 Levaggi, A, Tratados y Paz en la frontera 46 Lzaro vila, Carlos, "El reformismo borbnico y los indgenas fronterizos americanos", en Guimera, Agustn (Ed.), El reformismo borbnico. Madrid, Alianza editorial, 1996 y Parlamentos de paz.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 18 comitivas, los discursos y las argumentaciones de ambas partes permiten conocer las estrategias puestas en juego por cada una de las partes que trataban de intimidar y deslumbrar al Otro evitando de esa manera el encuentro militar. Por otro lado, las actas producidas como conclusin del parlamento reflejaban el acuerdo final al que se llegara luego de las discusiones previas. Si bien estos documentos nos hacen conocer, a travs de las exigencias, compromisos y solicitudes mutuas, cul era el estado de la relacin en ese momento, presentan, una seria limitacin para la comprensin de la dinmica de interrelacin que es la de pretender que el contacto intertnico reproduca la letra de los tratados firmados. O en palabras de Lzaro vila, el carcter jurdico de la redaccin de las actas no corresponda a la realidad histrica que se viva. Esto es particularmente notorio cuando se comparan el valor de los encuentros diplomticos en diferentes espacios fronterizos. Solo en aquellos lugares en donde la tradicin de parlamentos y tratados fue muy slida, como por ejemplo, la frontera de Araucana, puede plantearse que el instrumento legal adquiri con el tiempo, la misma validez jurdica para ambas sociedades. Esto no sucedi en la frontera bonaerense donde los tratados fueron muy espordicos tanto en el perodo colonial como en el independiente. Por otro lado, el gobierno hispano-criollo a travs de estos documentos buscaba acuerdo con algunos caciques intentando lograr en estas figuras una concentracin del poder. La inexistencia de este tipo de estructura poltica en los grupos cercanos a la frontera bonaerense llevara a que los acuerdos firmados por un jefe tnico en particular produjera frecuentemente el efecto inverso al deseado, es decir, una mayor rivalidad por monopolizar y usufructuar la relacin con el poder hispano-criollo (que derivaba fundamentalmente en la percepcin de regalos). En relacin con esta perspectiva que privilegia un acercamiento desde la normativa, hay trabajos que han indagado acerca del lugar que ocup el indgena en la sociedad blanca luego de la independencia. Esta preocupacin se integra a la problemtica ms general que estudia los cambios en la condicin jurdica de los habitantes a partir de la difusin de valores liberales que comenzaron a expandirse a fines del perodo colonial y actuaron con mayor fuerza a partir de los movimientos revolucionarios. En un proceso que se ha definido como el pasaje de la condicin de sbdito a ciudadano, distintos autores han marcado que el ciudadano ideal que figuraba en las distintas cartas constitucionales promulgadas luego de la independencia como sujeto con derechos polticos y sociales fue, en los hechos, el vecino, antiguo sujeto poltico de las ciudades ibricas y americanas. De manera que la obtencin de la categora de vecino a partir del perodo revolucionario cobrara una importancia
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 19 fundamental como garanta de derechos polticos47. Pero a su vez, la misma definicin de la vecindad sufri transformaciones. Si durante la etapa colonial, se encontraba indisolublemente unida a la de propiedad, con el tiempo, la vecindad se extendi al conjunto de los domiciliados, fueran o no propietarios48. En este contexto, varios trabajos han estudiado lo que se ha dado en llamar el proceso de ciudadanizacin del indgena en aquellas regiones en las cuales los habitantes nativos constituan un porcentaje nada desdeable de la poblacin total: Bolivia, Mxico, Guatemala49. En estos trabajos y de igual manera que planteamos para los trabajos centrados en el anlisis de los tratados, existe el peligro de que, en el anlisis, se traspole una intencionalidad jurdica a las prcticas sociales50. En el espacio objeto de nuestra investigacin nos encontramos en presencia de grupos indgenas que tenan una fluida comunicacin con las poblacines hispanocriollas pero eran polticamente independientes por lo cual el modo de referenciarlos y la preocupacin acerca de su situacin deba ser necesariamente diferente. Un caso similar al que nos interesa fue el que se plante en el ex reino de Chile donde gran parte de la poblacin indgena se hallaba al sur del territorio sobre el que el nuevo gobierno revolucionario poda verificar una verdadera ocupacin. Pinto Rodrguez seala que desde muy temprano se produjeron discusiones en torno al lugar que ocuparan los indgenas de Araucana luego del movimiento emancipatorio. En una declaracin del Senado del ao 1819 se incorpor a los indgenas de encomienda a la nacin convirtindolos en ciudadanos y cuatro aos ms tarde fueron incluidos dentro de sus alcances a los indios de frontera. El autor prosigue explicando que, en ocasin del debate para promulgar la constitucin de 1828, la inclusin de los indgenas dentro de la nacionalidad chilena volvi a ser un punto de discusin. Lamentablemente el anlisis se detiene en la explicitacin de estos debates polticos que si bien son reveladores en cuanto a las concepciones que tenan distintos grupos de la elite chilena sobre los indgenas, no nos 47 Annino, A. Ciudadana versus gobernabilidad republicana en Mexico. Los origenes de un dilema, en Sbato, Hilda (coord), Ciudadana poltica y formacion de las naciones. Perspectivas histricas de Amrica Latina. Mxico, FCE, 1999; Guerra, F.X, El soberano y su reino. Reflexiones sobre la gnesis del ciudadano en Amrica Latina, en Sabato, H (coord.), Ciudadana poltica y formacin de las naciones. Perspectivas histricas de Amrica Latina. Mxico, FCE, 1999. 48 Cansanello, C. De sbditos 49 Irurozqui. Marta, A bala, piedra y palo. La construccin de la ciudadana poltica en Bolivia 1925-1952. Sevilla, 2002, Annino, A. Ciudadana, Mejas, Sonia, La participacin indgena en la construccin de la repblica de Guatemala, siglo XIX. Madrid, UAM Ediciones, 2002 50 Quijada, Mnica, El paradigma de la homogeneidad, en Quijada, M., C. Bernand y A. Schneider. Homogeneidad y nacin. Con un estudio de caso: Argentina, siglos XIX y XX. Madrid, CSIC, 2000.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 20 permite conocer el impacto que estas medidas pueden haber tenido sobre la poblacin araucana51. Los trabajos que analizaron esta problemtica en el actual territorio argentino se centraron fundamentalmente en el noroeste debido al peso que tena en esa regin la poblacin nativa. Se plantea as que las autoridades revolucionarias del ex virreinato del Ro de la Plata tomaron como primera medida con respecto a la poblacin indgena del Alto Per, la abolicin del tributo y el fin de la servidumbre52, rasgos de un pensamiento integracionista que tuvo su punto culminante en la constitucin de 1819 donde se decret la ciudadanizacin de los nativos53. Pero, cul sera la reaccin con respecto a los grupos indgenas no sometidos? En las negociaciones de paz realizadas en la provincia de Buenos Aires durante la dcada de 1810, los enviados del gobierno se dirigan a los indgenas nombrndolos como hermanos americanos, compatriotas54 reproduciendo la misma ficcin integradora que se aplic con los indgenas del noroeste. De hecho, ninguna de estas declaraciones propona los medios por los cuales se espera integrar a los pueblos nativos interpelados a la, en ese entonces llamada, nacin americana55. En un trabajo reciente, planteamos que esta tendencia por incorporar al indgena no sometido aunque sea en la letra de los documentos oficiales, no haba desplazado totalmente sino que se conjugara con la persistencia de la tradicin colonial fundada en el Derecho de Gentes que haca hincapi en la concepcin de naciones separadas y soberanas. A estas dos posiciones se sumara ms tarde otra posicin que tenda a no reconocerle al indgena la categora de nacin soberana. Plantebamos asimismo, y en este punto coincidamos con el riesgo de aferrarse a lo establecido en la normativa, que la situacin jurdica de los indios no sometidos deba confrontarse con los itinerarios personales que siguieron algunos indgenas de manera individual. En este sentido habamos sealado que 51 Pinto Rodrguez, Jorge, De la inclusin a la exclusin. La formacin del estado, la nacin y el pueblo mapuche. Universidad de Santiago, 2000 52 Halpern, T, Revolucin y guerra, Gil Montero, Raquel, Guerra y frontera interna. La Puna de Jujuy a comienzos del siglo XIX. Mimeo, 2001 53 La Constitucin estableca que Siendo los indios iguales en dignidad y en derecho a los demas ciudadanos, gozan de las mismas preeminencias y sern regidos por las mismas leyes. Queda extinguida toda tasa o servicio personal bajo cualquier pretexto o denominacin que sea. El cuerpo legislativo promover eficazmente el bien de los naturales por medio de leyes que mejoren su condicin hasta ponerlos al nivel de las dems clases del Estado. Captulo II, Derechos particulares, CXXVIII. Constitucin de 1819, en Estatutos, reglamentos y constituciones argentinas (1811-1898). Facultad de Filosofa y Letras, Instituto de Historia Argentina Dr. Emilio Ravignani. 54 Levaggi, A, Paz en la frontera 55 Sobre la coexistenica de distinto tipo de identidades polticas en el territorio del ex virreinato del Rio de la Plata durante la dcada de 1810, ver, Chiaramonte, J.C. Legalidad constitucional o caudillismo.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 21 aquellos que pudieron integrarse a las redes existentes dentro de los pueblos de campaa haban podido seguir una original trayectoria de indio a vecino56. 3. Las sociedades indgenas. En las ltimas dcadas y recogiendo una tendencia ms general a nivel historiogrfico, se han comenzado a producir en nuestro pas trabajos cuyo centro de atencin est situado en el interior del mundo indgena. En ellos se parte de la idea bsica de que las sociedades indgenas no constituyen un bloque monoltico que se opone a la sociedad hispano-criolla. Por el contrario, comprende una diversidad de agrupaciones con relaciones complejas tanto entre ellas como con los diferentes gobiernos de turno con quienes interacta. Este enfoque ha debido sortear distintos obstculos historiogrficos y metodolgicos para poder llevarse a cabo. La reconstruccin de lo que podra llamarse historia indgena en el sentido de, como seala Len Sols para el caso chileno, una historia que sin ser indgena en el sentido propio hecha por mapuches para mapuches- no sea tampoco un mero reflejo de los eventos que tuvieron lugar en los mbitos hispano-criollos presenta algunas dificultades derivadas de la falta de documentacin escrita producida por los propios actores57. Esta ausencia lleva a que para reconstruir la historia de pueblos sin historia se deba partir de los testimonios que han dejado individuos pertenecientes a otra cultura. Para recorrer este camino se deben tener en cuenta las precauciones lgicas de despojar a esas voces de los prejuicios que se pueden presentar al describir una sociedad diferente y de las contaminaciones frecuentes derivadas de la trasposicin de elementos culturales que no son propios del pueblo del que se habla. No terminan all las dificultades al analizar estas fuentes. En primer lugar, el frecuente desconocimiento de la lengua indgena haca que los informantes expresaran el nombre de los lderes tnicos segn su fontica por lo que un mismo cacique poda llegar a tener, en la documentacin, una gran variedad de nombres asignados; por otro lado, puede percibirse una fuerte insistencia por catalogar tnicamente a los jefes indgenas dentro de los grupos ms conocidos. En ese sentido y hasta hace poco, se tenda a tomar sin recaudos las 56 Ratto, S. Soberanos, clientes o vecinos? Algunas consideraciones sobre la condicin del indgena en la sociedad bonerense. En Villar,D (ed.), Jimenez y Ratto Conflicto, poder y justicia en la frontera bonaerense, 1818-1832. Baha Blanca-Santa Rosa, Depto de Humanidades UNSur, Facultad de Ciencias Humanas UNLPampa, 2003 57 Len Sols, Leonardo, El pacto colonial hispano-americano y el parlamento de 1692, Ntram 30 Santiago,. 1992b
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 22 denominaciones tnicas que brindaban las fuentes58. Esta decisin metodolgica responda a una accin conciente por mostrar un mundo indgena esttico, con grupos que mantenan una especificidad identitaria y/o cultural a lo largo del tiempo, con lo cual se negaba su historicidad. Esa postura de ubicar un momento inicial de culturas puras reproduca la visin que los conquistadores quisieron brindar de la situacin que hallaron. En efecto, conquistadores y colonizadores buscaron cuadricular el espacio concibiendo a las comunidades con las que se relacionaron como entidades culturalmente homogneas, dotadas de una misma lengua, de una misma cultura e instituciones polticas y funcionando en un equilibrio estable que solo comenz a ser perturbado a partir del proceso de conquista. Los nuevos planteos metodolgicos comparten asimismo, una critica a ciertos conceptos cannicos como etna, cultura e identidad. Durante muchos aos y con variantes segn las distintas escuelas antropolgicas de que se trate (difusionismo, funcionalismo, culturalismo) se consider a la cultura como un conjunto cerrado de elementos que podan ser aislados y estudiados; la cultura, para estas interpretaciones era una sustancia y en consecuencia, los procesos de mestizajes que se haban producido entre nativos y conquistadores eran analizados en una sola direccin como la prdida de la cultura e identidad original de los grupos indgenas59. Recin con las investigaciones acerca de la aculturacin pudo lograrse un cambio sustancial en la concepcin que los investigadores tenan sobre la cultura. De todos modos, en los primeros tiempos, estos estudios mantuvieron cierto apego a la nocin de la cultura como un fenmeno cerrado y aislable al centrarse en las permanencias de algunos elementos culturales que no haban sido modificados en el proceso de contacto. Ms tarde comenz a plantearse que la aculturacin era un fenmeno universal y que no existan culturas puras. Esta posicin invalidara la tradicional dicotoma entre sociedades fras, claramente diferenciadas entre ellas, que resisten encarnizadamente cualquier cambio para defender una tradicin ancestral y slo se transforman por contaminacin y las sociedades calientes, permeables al cambio60. En ese sentido Denys Cuche sealara recientemente que Toda cultura est en un permanente proceso de construccin, desconstruccin y 58 Lidia Nacuzzi se refiere puntualmente a este inconveniente. La autora analiza la relacin entre los pobladores del asentamiento de Carmen de Patagones establecido a fines del siglo XVIII en el sur de la provincia de Buenos Aires y las parcialidades circundantes que se llaman: tehuelches, pampas y aucas. Estos no eran nombres inventados por los pobladores sino que se usaban ya para referirse a los habitantes del lugar pero funcionaron como identidades impuestas en el sentido de que no existi interes de los funcionarios espaoles por ver que nombre se daban los indgenas a si mismos sino que los catalogaron as para facilitar la relacin diplomtica y comercial con ellos (Nacuzzi, Lidia, Identidades impuestas. Tehuelches, aucas y pampas en el norte de la Patagonia. Sociedad Argentina de Antropologa,1998). 59 Boccara, G. Mundos nuevos en las fronteras del Nuevo Mundo en E-review (CNRS-CERMA), 2001 60 Segn la clsica distincin realizada por Levi Strauss.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 23 reconstruccin Quizs habra que reemplazar la palabra cultura por la de culturacin para subrayar esta dimensin dinmica de la cultura61. Una evolucin similar se produjo en torno a la categora de identidad y su relacin con la cultura. Antiguamente prevaleca una concepcin objetivista de la identidad que se apoyaba en la determinacin de elementos objetivos que determinaban la identidad de un grupo: lengua, territorio, etc. Para estas concepciones la identidad cultural remita a un sentimiento de pertenencia innato, era una condicin inmanente del individuo, lo que da por resultado la definicin de una identidad como algo fijo e inmutable. Un importante giro en torno a la identidad fue considerarla como una construccin que se elabora en funcin de la relacin con otros grupos, es decir la identidad se define como una manifestacin relacional. El pionero en avanzar en este sentido fue Fredrik Barth62. Para el autor, la definicin de la identidad de un grupo se encuentra en aquellos rasgos utilizados por el grupo como marcas para diferenciarse de los otros. Esto lleva a que la identidad sea algo que se construye y reconstruye permanentemente en funcin de las relaciones con otros grupos. Estas marcas no necesariamente son siempre las mismas, pueden variar. Todo cambio en la situacin social, econmica o poltica puede producir desplazamientos de las fronteras culturales impuestas por un grupo en su relacin con otros. El mismo replanteo fue realizado por Amselle al uso del trmino etna63. El autor, refirindose al contexto africano, considera que, en cierto modo, las etnias se originaron por la accin del colonizador quien, en su afn de territorializar al continente africano, recort entidades tnicas que luego fueron reapropiadas por las poblacines. Para Amselle el escenario africano preconquista debe analizarse en funcin de cadenas de sociedades. Cada sociedad local era un efecto de una red de relaciones que incluan diversos espacios sociales de relacin: de intercambio (en donde se estableceran espacios de produccin, de circulacin y de consumo); estatales, polticos y/o guerreros (en donde pueden hallarse procesos de fusin y/o de fisin en un constante ir y venir en el tiempo que incitan a abandonar una visin evolucionista de la historia en la que formas menos desarrolladas preceden a las ms complejas); lingsticos; culturales y religiosos. Con la conquista se producira un proceso de desarticulacin de esta cadena relacional de sociedades locales. 61 Cuche, D. La nocin de cultura en las ciencias sociales. Buenos Aires, ediciones Nueva Vision, 1999. p. :82 62 Barth, F (comp), Los grupos tnicos y sus fronteras. Mexico, FCE, 1976. 63 Amselle, J.L. Logiques mtisses. Antropologie de lidentit en Afrique et ailleurs. Paris, Ed. Payot, 1990.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 24 Al dotar a todos estos conceptos de dinamismo e historicidad se pudo detectar cambios en las estrategias de algunas comunidades; as, por ejemplo, un mismo grupo pudo haber pasado de pocas de gran innovacin y cambio a otras, de aparente apata y de rechazo a la adaptacin o situaciones en donde, en su interior coexistan al mismo tiempo estas dos lgicas, creando tensiones polticas entre los diferentes sectores. Estas interpretaciones sostienen que las transferencias y circulacin de objetos y personas as como la adopcin de elementos exgenos tuvieron una doble direccin que involucr a los dos grupos en contacto y permiten, asimismo, retrotraer el anlisis a momentos anteriores a la conquista, al pensar la relacin con el exterior como un elemento estructural de la reproduccin interna de una sociedad. Estas nuevas perspectivas de anlisis centradas en rescatar la historicidad de los pueblos nativos, han producido estudios extremadamente novedosos. Una lnea de anlisis est centrada en los procesos de etnognesis por los que han transitado distintos grupos aborgenes. El concepto de etnognesis experiment cierta evolucin a lo largo del tiempo. Utilizado por primera vez por William Sturtevant hace ya unos treinta aos, los fenmenos de etnognesis remitan estrictamente a la emergencia fsica de nuevos grupos polticos a causa de la llegada de los europeos. En su trabajo mostraba cmo los Seminola se haban diferenciado histricamente de los Creek64. Esta nueva entidad haba emergido a travs de un doble proceso de fisin con la Confederacin Creek y de fusin con los indios nativistas Red Stick y con los esclavos fugitivos de la colonia. Luego de estas incorporaciones tuvo que enfrentar varias guerras contra las tropas norteamericanas, lo que la llev a refugiarse cada vez ms al sur de la Florida. Retomada luego por otros estudiosos norteamericanos, la nocin de etnognesis experiment un notable cambio semntico en los ltimos tiempos. En la actualidad se la utiliza para caracterizar procesos muy diversos de transformaciones no solamente polticas sino tambin en las formas de definicin identitarias de un mismo grupo a travs del tiempo. Al desvincular la nocin de etnognesis de su acepcin estrictamente biolgica, los estudios recientes pusieron nfasis en las capacidades de adaptacin y de creacin de las sociedades indgenas y empezaron a considerar la posibilidad de que las nuevas configuraciones sociales tuvieran lugar no slo a travs de los procesos de fisin y fusin sino tambin a travs de la 64 Albers, P. Changing patterns of ethnicity in the northeasterns plains 1780-1870 en Hill, J (comp) History, Power, & Identity. Ethnogenesis in the Americas, 1492-1992. University of Iowa Press, 1996; Sattler, R. Remnants, renegades and runaways: seminole ethnogenesis reconsidered, en Hill (comp) History, Power...
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 25 incorporacin de elementos algenos. De esta manera, la categora etnognesis no se refiere slo al nivel de emergencia de pueblos culturalmente distintos, sino a un proceso de creacin de identidades persistentes en contextos de radicales cambios y discontinuidades. Hickerson seala que el proceso de etnognesis puede ser dividido en tres fases: separacin (momento de negacin de las lealtades hacia un grupo especfico), perodo liminal (en donde los lazos sociales y/o econmicos sobrevivientes son descartados comenzando a generarse nuevos vnculos de relacin) y reintegracin (que hace referencia a la consolidacin de una nueva identidad). Como dice la autora, en general se ha tendido a utilizar el trmino de etnognesis para describir la tercera fase, lo cual oscurece los momentos previos en los cuales los antiguos vnculos se van desintegrando y se promueve entonces cierta creencia en un origen milagroso o una creacin especial y espontnea. El resultado de este tipo de anlisis es que se da un aire de misterio al asunto en la aparicin de nuevas tribus que parecen emerger de la nada, o sin predecesores obvios. 65 Este surgimiento de nuevos grupos a partir de un punto cero en que no contaban con algn tipo de antecedente cultural, histrico o territorial inmediato es bastante difcil de encontrar aunque no imposible. En efecto, el caso de los marroon, sera un ejemplo. Se trataba de comunidades de esclavos nacidos en distintos puntos de frica, con diferentes lenguas y culturas, que luego de fugados de su confinamiento en las plantaciones desarrollaron nuevas identificaciones tnicas con base en mitologas culturales y biolgicas que los adscriban a nuevos territorios en reas selvticas de Surinam, Guyana, Jamaica y Brasil. Quiz por esta dificultad, en la prctica, los estudios que han explorado la emergencia tnica no parecen haber podido dar cuenta acabadamente del proceso de constitucin de grupos tnicos donde antes no existan como tales, es decir, sin presuponer la existencia previa de conjuntos poblacinales, identidades, adscripciones o sentidos de pertenencia y devenir que, an pequeos o desarticulados, o sin autoconciencia de su etnicidad, constituiran el referente para la formacin de colectivos sociales ms amplios66. Uno de los cambios ms tajantes a partir de los cuales se han estudiado en profundidad los procesos de etnognesis indgena, o de grupos afroamericanos en Amrica, sera la 65 Hickerson, N. Ethnogenesis in the South Plains, en Hill (comp) History, Power... 66 Bilby, K. Ethnogenesis in the Guianas and Jamaicas: an emerging regional picture, en Hill (comp) History, Power...
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 26 expansin histrica de los estados coloniales y nacionales en el continente americano67. Vinculado tambin al impacto de la expansin de los estados coloniales, Ferguson y Whitehead elaboraron el concepto de zona tribal con el objeto de aplicarlo a aquellas reas donde el contacto de las sociedades indgenas con sociedades estatales -europeas primero y criollas ms tarde- desencaden complejos procesos de mutuas transformaciones y modificaciones de los patrones de la violencia. Los autores se referirn especialmente a los cambios producidos en las tcticas de guerra indgena, a raz del contacto permanente con sociedades estatales introductoras de nuevos bienes, tecnologas y enfermedades68. El trmino zona tribal define concretamente un rea geogrfica continuamente afectada por la proximidad de un estado pero que no se encuentra bajo su administracin directa. El impacto que produce el estado sobre estas poblacines puede verificarse a travs de una dinmica de coercin y seduccin. En el primer caso mediante el uso de la amenaza militar y en el segundo a travs de distintas vas como los obsequios a jerarquas indgenas, condiciones favorables para el intercambio comercial y/o ayuda militar. Los autores sealan que el proceso de intrusin estatal no se efecta solamente a travs de la accin de actores estatales, los que a su vez conforman un grupo heterogneo de personas: gobernadores, soldados, religiosos, comerciantes y pobladores cada uno con sus propios intereses. La accin estatal tambin puede registrarse por la accin de factores especficos. Dentro de stos se encuentran las epidemias (cuyos efectos pueden ser devastadores produciendo cambios fundamentales en la densidad, tamao y ubicacin de las poblacines), los cambios en el medio fsico por la introduccin de nuevas plantas y animales y cambios tecnolgicos derivados de la aparicin de bienes europeos que originan la conformacin de nuevos circuitos econmicos. La respuesta ante la expansin estatal es variada y puede dar origen a diverso tipo de estructura poltica dentro de la zona tribal69: cacicazgos, redes de alianzas, villas autnomas, clanes segmentales, familias extendidas, bandas especializadas y tribus. Ms all de las modificaciones en la estructura sociopoltica de estas agrupaciones, las respuestas de estos 67 Hill, Johnatan (comp) History, Power... 68 Ferguson, B. Blood of the Leviathan: western contact and warfare in amazonia, en American Ethnology No. 17 (2), 1990; Ferguson & Whitehead, "The violent edge of empire" en Ferguson, B y N. Whitehead (eds) War in the Tribal Zone. Santa Fe. New Mexico. School of American Research Papers, 1992 69 Un plateo similar acerca de la influencia de un poder estatal sobre las conformaciones polticas nativas habia sido planteado por Morton Fried en lo que denomin "el sesgante efecto de las situaciones secundarias", es decir "un cambio en complejidad de las instituciones polticas en presencia de sociedades ms desarrolladas polticamente". Citado en Bechis, Martha, "Los lideratos polticos en el rea arauco-pampeana en el siglo XIX: autoridad o poder?" en La etnohistoria en CD Nmero especial de la revista Naya, Facultad de Filosofa y Letras, 1999.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 27 grupos ante la expansin estatal se reducen, segn los autores, a tres opciones bsicas: la resistencia, la cooperacin y la huida hacia otros espacios. La definicin del tipo de estrategia a establecer con la estructura estatal puede producir una divisin al interior de los grupos en donde algunos lderes pueden apoyar una va de resistencia en tanto otros sostengan la conciliacin. Como sealamos ms arriba, dentro de los cambios que se producen en la zona tribal, los autores centraran su atencin en la conducta guerrera clasificando los tipos de guerras que pueden identificarse dentro de la misma: guerra de resistencia o rebelin ante este avance estatal; entre indgenas respondiendo a sus propios intereses en las cambiantes circunstancias de la zona tribal o, entre diferentes grupos indgenas con la particularidad de que uno de ellos est conformado por soldados tnicos que estn bajo control o influencia del estado. Estos soldados tnicos son indgenas que responden a las directivas del estado con un grado variable de dependencia con respecto al mismo; puede tratarse de milicias auxiliares, grupos fuertemente integrados a las fuerzas estatales o grupos mercenarios que son convocados coyunturalmente70. Si nos acercamos ms al mbito de la frontera, veremos que tambin en este campo se ha dado una redefinicin del papel jugado por los pueblos nativos en situacin de contacto. Tradicionalmente se presentaba solo una doble alternativa en cuanto a las posibilidades que tuvieron los pueblos indgenas en situaciones coloniales: la aculturacin o la resistencia. Se postulaba asimismo que estos dos procesos haban tenido lugar en territorios distintos y bajo modalidades radicalmente diferentes. As, mientras el proceso de aculturacin se ubicaba en espacios que haban sido conquistados a travs de una triple accin que involucraba la accin evangelizadora de la Iglesia, la normalizacin jurdico-poltica y la organizacin de la produccin colonial, los casos de resistencia se localizaban, fundamentalmente, en espacios fronterizos tomando la forma de enfrentamientos blicos. La reformulacin de estos presupuestos deriv en la constatacin de la amplsima gama de relaciones que involucraron a los pueblos indgenas, a los colonizadores europeos y a distintos grupos de migrantes que arribaron asimismo a la frontera. De manera que, en contraposicin con lo sostenido anteriormente es en los espacios fronterizos donde se operan los cambios 70 Whitehead, Neil, Carib ethnic soldiering in Venezuela, the Guianas and Antilles, 1492-1820, en Etnohistory No 37 (4), 1990
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 28 ms radicales71. Dentro de las nuevas propuestas metodolgicas para analizar el encuentro entre pueblos nativos y conquistadores se hallan los conceptos de middle ground72, pensamiento mestizo73 y lgica mestiza74 todos los cuales tratan de dar cuenta de los diversos prestamos culturales que se produjeron entre los grupos en contacto para lograr una comunicacin adecuada y permitir el desarrollo de la vida diplomtica y cotidiana. En estos encuentros cobraran un papel relevante determinados individuos (interpretes, traductores, misioneros, cronistas, curanderos) o sectores (mercaderes, caciques, mestizos) que por su posicin econmica, social, poltica, religiosa, desempearon el papel de passeurs culturels o mediadores culturales entre varios mundos75. De manera que ante la imagen metafrica de una frontera cultural entre dos mundos encontramos a estos intermediarios que se ocupan en hacer pasar elementos de un lado a otro desdibujando esos lmites. El verdadero desafo en el estudio de estas figuras se encuentra en descifrar de qu manera se realiza la comunicacin entre diferentes tradiciones en contacto. Quines se convierten en agentes mediadores y que elementos de una determinada cultura se busca difundir? Cules parecen ms susceptibles de ser recibidos por otra o cules elige el receptor?76. Los intermediarios culturales ms estudiados han sido los mestizos y los caciques. Los primeros, rechazados tanto por los espaoles como por los indgenas, eran individuos que vivan en el medio de dos mundos, con una gran movilidad espacial que coincide con la idea del movimiento entre dos mundos y quienes tambin en el plano econmico cumplen papeles de intermediarios (transporte de mercancas, mayordomos, intrpretes). El rol de los caciques ha producido, desde los clsicos trabajos de Wachtel y Spalding77, cantidad de trabajos en los que se reconoca su importancia como intermediarios claves entre las comunidades rurales andinas y el estado colonial. De su xito para mediar con el mundo exterior dependa en buena medida la supervivencia de la comunidad rural andina. Aunque se reconoca asimismo que las oportunidades de enriquecimiento personal y ascenso social 71 Boccara, G. Mundos nuevos 72 White, Richard, The Middle Ground. Indians, Empires, & Republics in the Great Lakes Region, 1650-1815. Cambridge University Press, 1991 73 Gruzinski, Serge, El pensamiento mestizo. Paids, Barcelona, 2000 74 Boccara, G. Antropologa Diacrnica. Dinmicas culturales, procesos histricos y poder poltico" en Guillaume Boccara & Sylvia Galindo (Eds.) Lgica mestiza en Amrica. Instituto de Estudios Indgenas. Universidad de la Frontera. Temuco. Chile, 2000. 75 Ares, B y Gruzinski, S. Entre dos mundos: fronteras culturales y agentes mediadores. Sevilla, EEHA, 1997 76 Ibidem, p. 416-420. 77 Wachtell, Nathan La desestructuracin economica y social del mundo andino, en Sociedad e ideologa. Lima, IEP, 1973 y Spalding, Karen, De indio a campesino. Lima, IEP, 1974.
  • Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N 2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 29 creadas por la economa mercantil haban operado como formidables presiones sobre la funcin del cacicazgo en la sociedad andina. Vinculado a las reformulaciones acerca del significado de los mestizajes, tambin se ha tendido a abandonar la idea de que el nivel de consenso de las autoridades tnicas era proporcional al grado de apego a principios andinos, precolombinos de comportamiento. Por el contrario, se plantea actualmente que la acumulacin econmica individual, la observancia de rituales y creencias religiosas catlicas o el manejo de la escritura y el idioma espaol no eran elementos que trazaban por si mismos la lnea que separaba a los caciques legtimos de los caciques despticos78. Hecha esta rpida y seleccionada revisin de nuevas propuestas para el estudio de los pueblos nativos y de los procesos de contacto, pasaremos a resear los avances que la historiografa local ha realizado alrededor de estos ejes. En primer lugar cabe destacar que la misma se ha plegado a los avances ms tempranos que, desde la dcada de 1980, se produjeron en Chile alrededor del estudio de la sociedad indgena y su relacin con la sociedad colonial. Uno de los puntos de mayor acuerdo entre los historiadores de ambos pases fue el de plantear como unidad espacial de anlisis para estos procesos un rea pan araucana que abarcara las dos vertientes cordilleranas, en virtud de la fluida y constante interrelacin de los grupos indgenas al este y al oeste de los Andes79. Teniendo en cuenta este acuerdo y haciendo una revisin conjunta sobre la historiografa de ambos pases, se debe ubicar indudablemente como punto inicial de renovacin el ya clsico libro compilado por Sergio Villalobos donde se rechazaba la nocin de la frontera como lmite entre sociedades y un contacto entre ellas bsicamente militar80. En su lugar se planteara la existencia de, como se seala en el mismo ttulo del libro, relaciones fronterizas entre indios y espaoles a lo largo de una frontera que pierde el carcter de lnea divisoria para convertirse en un espacio habitado por individuos pertenecientes a ambas culturas y cruzado permanentemente por una multiplicidad de relaciones de diverso tipo (comercial, 78 Serulnikov, Sergio, Legitimidad poltica y organizacin social en las comunidades indgenas de la provincia Chayanta (siglo XVIII), en Anuario de Estudios Americanos, en prensa. 79 Len Sols, Leonardo, Maloqueros y conchavadores en Araucana y las Pampas, 1700-1800. Ed. Universidad de la Frontera, 1991; Palermo, Miguel Angel, "La compleja integracin Hispano-Indgena del sur argenti