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  • Hacia las sociedades del conocimiento

  • INFORME MUNDIAL DE LA UNESCO

    Hacia las sociedades del conocimiento

    Ediciones UNESCO

  • Las designaciones utilizadas en esta publicacin y la presentacin del material que en ella figura no suponen ninguna toma de posicin por parte de la UNESCO acerca de la condicin jurdica de los pases, territorios, ciudades o zonas ni respecto al trazado de sus fronteras o lmites.

    Publicado en 2005 por la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura

    7 Place de Fontenoy; 75732 Pars 07 SP

    http//www.unesco.org/publications

    Maqueta: Roberto C. Rossi

    Impreso por Jouve, Mayenne France

    ISBN 92-3-304000-3

    UNESCO 2005 Todos los derechos reservados

  • 5 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Prefacio

    Educacin, ciencia, cultura y comunicacin: la amplitud del mbito abarcado por la UNESCO es, a un tiempo, una garanta de la pertinencia de su misin y una muestra de la creciente complejidad de sta. Los cambios radicales provocados por la tercera revo-lucin industrial la de las nuevas tecnologas han creado de hecho una nueva dinmica, porque desde mediados del siglo XX la formacin de las personas y los grupos, as como los adelantos cientficos y tcnicos y las expresiones culturales, estn en constante evolu-cin, sobre todo hacia una interdependencia cada vez mayor. Hay que admitir que esto ltimo es un elemento positivo. Por ejemplo, se puede imaginar hoy en da una utilizacin de las biotecnologas que no tenga en cuenta las condiciones culturales de su aplicacin? Se puede concebir una ciencia que se desentienda de la educacin cientfica o de los cono-cimientos locales? Se puede pensar en una cultura que descuide la transmisin educativa y las nuevas formas de conocimiento? Como quiera que sea, la nocin de conocimiento es un elemento central de todas esas mutaciones. En nuestros das, se admite que el conocimiento se ha convertido en objeto de inmensos desafos econmicos, polticos y culturales, hasta tal punto que las sociedades cuyos contornos empezamos a vislumbrar bien pueden calificarse de sociedades del conocimiento.

    Si, por regla general, hay acuerdo sobre la perti-nencia de la expresin sociedades del conocimiento, no ocurre lo mismo con su contenido. En efecto, a qu conocimiento o conocimientos nos referimos? Hay que aceptar la hegemona del modelo tcnico

    y cientfico en la definicin del conocimiento legtimo y productivo? Por otra parte, qu debemos hacer ante los desequilibrios que existen en el acceso al conocimiento y ante los obstculos que se oponen a ese acceso, tanto a nivel local como mundial? Estos son algunos de los interrogantes a los que trata de aportar algunas respuestas ticas y prcticas este primer Informe Mundial de la UNESCO, al que gua una slida conviccin: las sociedades emergentes no pueden contentarse con ser meros componentes de una sociedad mundial de la informacin y tendrn que ser sociedades en las que se comparta el cono-cimiento, a fin de que sigan siendo propicias al desa-rrollo del ser humano y de la vida. Si nos referimos a sociedades en plural, es porque reconocemos la necesidad de una diversidad asumida. El momento parece oportuno para volver a examinar esta cues-tin. En efecto, la multiplicacin de estudios sobre la nueva situacin del conocimiento y el hecho de que se tenga cada vez ms en cuenta esta cuestin en las iniciativas en pro del desarrollo permiten el distan-ciamiento necesario para hacer un primer balance y sacar enseanzas susceptibles de suscitar propuestas en este mbito Todo ello justifica plenamente el ttulo y las orientaciones del presente informe.

    En sus pginas se esboza una panormica del futuro con rasgos prometedores e inquietantes a la vez. Prometedores, porque el potencial ofrecido por la utilizacin razonable y resuelta de las nuevas tecnologas abre autnticas perspectivas al desarrollo humano y sostenible, as como a la edificacin de sociedades ms democrticas. Inquietantes, porque

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    Hacia las sociedades del conocimiento

    son muy reales los obstculos y las celadas en el camino hacia estas metas. Se menciona a menudo la brecha digital, cuya realidad es innegable. Pero hay algo ms inquietante todava: la brecha cognitiva que separa a los pases ms favorecidos de los pases en desarrollo, y ms concretamente de los pases menos adelantados. Esta ltima brecha corre el riesgo de ahondarse, al mismo tiempo que surgen o se amplan otras grietas muy profundas dentro de cada sociedad. Cmo podramos aceptar que las futuras sociedades del conocimiento sean sociedades disociadas?

    La funcin de la prospectiva no consiste en minimizar las tensiones y los peligros futuros en nombre de un optimismo convencional. No obstante, formular previsiones significa tambin incitar a la accin. Desde este punto de vista, la reflexin prospectiva tampoco debe dejarse ganar por el pesimismo si quiere formular prescripciones de forma legtima y oportuna. La UNESCO es un foro y una encrucijada de encuentros, intercambios y debates, cuya vocacin es hallar las vas que nos conduzcan hacia horizontes comunes, preservando al mismo tiempo la diversidad de los ritmos y mtodos. Aadir que esas vas no se limitan a

    preservar esa diversidad, sino que se apoyan en ella por considerarla un punto fuerte y no un punto dbil. No se trata de buscar soluciones simples y unilaterales. De lo que se trata es de encontrar pistas de reflexin y accin para poner la comunicacin y la informacin al servicio de la transmisin del conocimiento. Esta transmisin debe arraigarse en el tiempo, extenderse en el espacio y funcionar entre las generaciones y las culturas.

    La UNESCO, en virtud de sus mbitos de competencia, cuenta con unos conocimientos tcnicos y una experiencia inestimables para hacer frente a un desafo de esta envergadura. La revolucin tecnolgica y cognitiva que hemos heredado del siglo XX ha dado una nueva dimensin al mandato de la Organizacin, haciendo que sean cada vez ms estimulantes los desa-fos estratgicos y complejos que ha de afrontar hoy en da. Las observaciones y los proyectos que presen-tamos en este primer Informe Mundial de la UNESCO ponen de manifiesto la necesidad de sentar las nuevas bases de una tica que oriente a las sociedades del conocimiento en su evolucin. Una tica de la libertad y de la responsabilidad, que ha de basarse en el apro-vechamiento compartido de los conocimientos.

    Koichiro MatsuuraDirector General de la UNESCO

  • 7 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Agradecimientos

    Equipo de preparacin

    La preparacin del Informe Mundial de la UNESCO ha sido supervisada por un Consejo del Informe Mundial presidido por Franoise Rivire, Subdirectora General y Directora del Gabinete del Director General, e inte-grado por los siguientes miembros: Munir Buchenaki, Subdirector General de Cultura, John Daniel, Subdi-rector General de Educacin (hasta mayo de 2004), y Aicha Bah Diallo, Subdirectora General de Educacin interina, Walter Erdelen, Subdirector General de Ciencias Exactas y Naturales, Abdul Waheed Khan, Subdirector General de Comunicacin e Informacin, Pierre San, Subdirector General de Ciencias Sociales y Humanas, Nureini Tidjani-Serpos, Subdirector General del Departamento frica, Hans dOrville, Director de la Oficina de Planificacin Estratgica, y Denise Lievesley, Directora del Instituto de Estadstica (IEU) de la UNESCO.

    Jrme Bind

    Frdric Sampson

    Laetitia Demarais y Jacques Plouin

    Lucie Campos, David Fajolles, Benjamin Fernandez, Carolina Oedman, Jean-Michel Rabotin, Andreas Westerwinter (en periodo de prcticas) y Edna Yahil

    Alessandro Giacone y Charlotte Montel

    Francisco Vicente Sandoval y Araceli Ortiz de Urbina

    Simon Ellis, Ernesto Fernndez Polcuch, Loup Wolff y los equipos del IEU bajo la supervisin de Denise Lievesley y Michael Millward, sucesivamente

    Miroslava Ivanova, Marcel Kabanda, Fanny Kerever y Sabine Vayssires

    Director de la publicacin

    Coordinador editorial

    Colaboradores principales

    Documentacin y trabajos preliminares

    Revisin de los textos

    Traduccin y revisin espaol

    Estadstica

    Auxiliares de edicin

    El presente informe se ha beneficiado de las apor-taciones y anlisis de Yuri N. Afanassiev, Izumi Aizu, Mohammed Arkun, Bruno Amable, Philippe Askenazy, Michel Batisse, Nathalie de Baudry dAsson, Hl Bji, Subhash Bhatnagar, Jos Joaqun Brunner, Nstor Garca Canclini, Michel Candelier, Roberto Carneiro, Manuel Castells, Fay King Chung, Abdallah Daar, Rgis Debray, Gory Delacte, Enzo Del Buffalo, Jacques Derrida, Souleymane Bachir Diagne, Marcel Diki-Kidiri, Jean-Pierre Dupuy, Leo Esaki, Hans-Dieter Evers, Jens

    Erik Fenstad, John Field, Patrice Flichy, Dominique Foray, Clemente Forero Pineda, Thierry Gaudin, Jrme C. Glenn, Olivier Godard, Nilfer Gle, Susantha Goonatilake, Jean-Joseph Goux, Franoise Hritier, Hide Hishiguro, Paulin Hountondji, Peter Jarvis, Serguei Kapitza, Derrick de Kerckove, Yersu Kim, tienne Klein, Julia Kristeva, Bruno Latour, Michel Launey, Dominique Lecourt, Patrick Liedtke, Mara Cecilia Londres, David Lyon, Yannick Maignien, Robin Mansell, Grard Mgie, Philippe Mehaut, Alain Michel, Pippa Norris, Kristof

    Agradecimientos

  • 8 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Hacia las sociedades del conocimiento

    Nyiri, Gloria Origgi, Jean dOrmesson, Pierre Papon, Andrew Puddephat, Yves Qur, Eva Rathgeber, Paul Ricur, Francisco Sagasti, Jean-Jacques Salomon, Carlos Snchez Milani, Saskia Sassen, Peter Scott, Jung Uck Seo, Amath Sumar, Dan Sperber, Nico Stehr, W. Edward Steinmueller, Bernard Stiegler, Tadao Taka-hashi, Naori Tanaka, Alain Touraine, Tu Weiming, Ilkka Tuomi, Christian Vandendorpe, Gianni Vattimo, Thierry Vedel, Wang Huijiong, Ahmed Zahlan, Paul Tiyambe Zeleza y Elia Zureik, as como de la inestimable ayuda de Jean-Pierre Aubin y Ren Zapata, Subdirector de la Oficina de Planificacin Estratgica.

    Deseamos expresar especial agradecimiento por la ayuda prestada, en la Secretara de la UNESCO, a los miembros del Comit Editorial que ha contribuido a

    la revisin de los textos. En los trabajos de este Comit han participado Monique Couratier, Milagros del Corral, Mustafa El Tayeb, Georges Haddad, Mireille Jardin, Anthony Krause, Jean-Yves Le Saux, Louis Marmoz, Eduardo Martnez Garca, Saturnino Muoz Gmez, Krista Pikkat, Boyan Radoykov, Cheikhna Sankare, Mogens Schmidt, Susan Schneegans y Simone Scholze. El presente informe se ha beneficiado tambin de las contribuciones de Michel Barton, Abdalla Bubtana, Jean-Claude Dauphin, Marina Faetanini, mile Gll, Mufida Gucha, Cynthia Guttman, Chaibong Hahm, Ulla Kahla, Elizabeth Longworth, Claudio Menezes, Douglas Nakashima, Steve Packer, Axel Plathe, Georges Poussin, Mauro Rosi, Davide Storti, Diane Stukel, Michiko Tanaka y Janine Treves-Habar.

  • 9 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    ndice

    Lista de recuadros, figuras y cuadros 11Lista de siglas y acrnimos 14Introduccin 17Presentacin 25

    1. De la sociedad de la informacin a las sociedades del conocimiento 29Las sociedades del conocimiento, fuentes de desarrollo 29La solidaridad digital 31La libertad de expresin, piedra angular de las sociedades del conocimiento 39

    2. Sociedades en redes, conocimientos y nuevas tecnologas 49La economa del conocimiento en las sociedades en redes 49El impacto de las nuevas tecnologas en los conocimientos en redes 51De las sociedades de la memoria a las sociedades del conocimiento? 56

    3. Las sociedades del aprendizaje 61Nos encaminamos hacia una cultura de la innovacin? 62Aprender, un valor clave de las sociedades del conocimiento 64La disponibilidad de los conocimientos 68

    4. Hacia la educacin para todos a lo largo de toda la vida? 75Educacin bsica para todos 77La educacin para todos a lo largo de toda la vida 84Enriquecer la educacin: reforma de las instituciones, formacin de los docentes y educacin de calidad 89E-ducacin: nuevas tecnologas y educacin a distancia 92

    5. El futuro de la enseanza superior 95Vamos hacia un mercado de la enseanza superior? La cuestin de la financiacin 95Redes universitarias por inventar 99Las nuevas misiones de la enseanza superior 104

    6. Una revolucin en la investigacin? 109Los nuevos centros de la investigacin 109Las nuevas fronteras de la ciencia 123Investigacin y desarrollo: los desafos del futuro 125

  • 10 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Hacia las sociedades del conocimiento

    7. Las ciencias, el pblico y las sociedades del conocimiento 131Gobernanza en el mbito de la ciencia y la tecnologa 131Crisis en la enseanza de las ciencias? 138Por una cultura cientfica 142

    8. Riesgos y seguridad humana en las sociedades del conocimiento 147El conocimiento es una panacea contra los riesgos? Prospectiva y previsin de catstrofes 147Son fuentes de nuevos riesgos las sociedades del conocimiento? Riesgos globales, riesgos estratgicos y nuevas formas de delincuencia 152Sociedades del conocimiento, seguridad humana, derechos humanos y lucha contra la pobreza 154Nos encaminamos hacia sociedades del desarrollo sostenible? 157

    9. Conocimientos locales y autctonos, diversidad lingstica y sociedades del conocimiento 163Preservar los conocimientos locales y autctonos 164Diversidad lingstica y sociedades del conocimiento 169Pluralismo, traduccin y aprovechamiento compartido del conocimiento 173

    10. Del acceso a la participacin: hacia sociedades del conocimiento para todos 175De la brecha cognitiva al aprovechamiento compartido del conocimientos 175Las mujeres en las sociedades del conocimiento 183El acceso universal al conocimiento: aprovechamiento compartido del conocimiento y proteccin de la propiedad intelectual 186La renovacin de los mbitos pblicos democrticos en las sociedades del conocimiento 197

    Conclusin 203Recomendaciones 210Referencias 214Notas 230

  • 11 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Recuadros

    1.1 Una brecha digital multiforme 321.2 La cuestin del equipamiento 361.3 Los centros comunitarios multimedia 421.4 Un giro hacia la seguridad a ultranza? 462.1 De la informacin al conocimiento y viceversa 512.2 Vamos hacia sociedades de vigilancia generalizada? 522.3 Conocimiento y nuevas tecnologas al servicio de las ms

    nobles causas del siglo XXI: la solidaridad con las regiones damnificadas por desastres naturales y la lucha contra el VIH/SIDA 53

    2.4 Creatividad artstica y artes digitales 552.5 La conservacin del patrimonio digital 582.6 Los jvenes y las nuevas tecnologas 593.1 Innovacin y desarrollo de Internet 633.2 Gestin automtica de los conocimientos y la informacin y motores de bsqueda 653.3 Incorporar el aprendizaje a las prioridades de las ciencias cognitivas 663.4 La educacin artstica proporciona al nio y al adolescente un salvoconducto para la vida 673.5 Bibliotheca Alexandrina 724.1 El derecho a la educacin: una conquista y una meta 764.2 Se alcanzarn los objetivos de la Educacin para Todos? 774.3 Los Centros de Aprendizaje Comunitarios 874.4 Una propuesta de la Comisin Internacional sobre la Educacin

    para el Siglo XXI presidida por Jacques Delors: el crdito-tiempo para la educacin 884.5 El precio de la gratuidad 894.6 El Colegio de Secundaria Virtual (Virtual High School) 925.1 La masificacin de la enseanza superior 96

    Lista de recuadros, figuras y cuadros

    Los cuadros y figuras en los que no se menciona fuente alguna han sido elaborados a partir de la base de datos de la Divisin de Estudios Prospectivos, Filosofa y Ciencias Humanas de la UNESCO, encargada de la preparacin de este Informe Mundial. En las figuras y cuadros que presentan un desglose por regiones, puede darse una superposicin entre la regin del Africa Subsahariana y la de los Estados rabes.

  • 12 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Hacia las sociedades del conocimiento

    5.2 La competicin internacional entre las universidades 1005.3 La pertinencia de la enseanza superior 1056.1 Enseanzas del Proyecto del Genoma Humano para el colaboratorio 1206.2 El colaboratorio y la UNESCO 1226.3 Publicaciones cientficas incluidas en el Science Citation Index (SCI), 2000 1266.4 La propiedad intelectual y la brecha cientfica 1287.1 El observatorio global de la tica 1357.2 Declaracin de Helsinki de la Asociacin Mdica Mundial, enmendada en 2000 (extractos) 1367.3 Reforzar las capacidades ticas de los cientficos 1377.4 La crisis de la enseanza de las ciencias 1407.5 La semana nacional de la ciencia en Sudfrica: incitar al estudio de las ciencias 1417.6 Divulgacin de la ciencia en Internet: dos ejemplos 1437.7 Manos a la obra 1458.1 El sistema de alerta contra los tsunamis en el Pacfico 1498.2 Una definicin prctica del principio de precaucin propuesta por la COMEST 1518.3 Cronologa de algunos accidentes tecnolgicos e industriales importantes 1538.4 Informe Mundial sobre Desarrollo Humano del PNUD, 1994 1558.5 Principales etapas de la elaboracin del concepto de desarrollo sostenible 1568.6 Decenio de la Educacin para el Desarrollo Sostenible 1578.7 Preservar la biodiversidad y conocerla 1588.8 Hacia un desarrollo humano sostenible y compartido 1609.1 La integracin de los conocimientos indgenas en proyectos de desarrollo sostenible 1659.2 La biopiratera 1669.3 La proteccin de los conocimientos tradicionales y el patrimonio gentico 1679.4 El patrimonio inmaterial en las sociedades del conocimiento 1689.5 Iniciacin a las lenguas 1699.6 Las lenguas africanas en el ciberespacio 17210.1 Hacia un indicador de desarrollo del conocimiento? 17710.2 Poner remedio a la fuga de cerebros: la propuesta del Presidente Wade 17910.3 Hacia un desarrollo multidimensional de las sociedades del conocimiento 180-18110.4 El desarrollo de las sociedades del conocimiento tambin est al alcance

    de los pases del Sur 18410.5 Se pueden considerar algunos conocimientos bienes pblicos mundiales? 18810.6 Los principios bsicos del ICSU y del CODATA para propiciar

    un acceso abierto y completo a los datos 19110.7 Algunas iniciativas innovadoras en pro de un acceso poco oneroso

    a informaciones y datos cientficos en lnea 19210.8 La UNESCO y la proteccin del derecho de autor 19510.9 Programas libres y de fuente abierta (open source) 19610.10 La e-administracin en los pases del Sur 200

  • 13 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Figuras

    1.1 Nmero de usuarios de Internet en 2003, por cada 10.000 habitantes 341.2 Nmero de servidores Internet en 2003, por cada 10.000 habitantes 341.3 Nmero de abonados a una DSL en 2003, por cada 100 habitantes 351.4 Porcentaje de hogares equipados con un aparato de radio en 2002 391.5 Porcentaje de hogares equipados con un televisor en 2002 401.6 Proporcin del nmero de abonados al telfono mvil (por persona)

    con respecto al nmero de lneas fijas telefnicas (por hogar) en 2003 401.7 Evolucin de la telefona fija y mvil en Finlandia 411.8 Evolucin de la telefona fija y mvil en Marruecos 414.1 Tasas de analfabetismo por regin y sexo 764.2 Tasa bruta de escolarizacin en primaria (CINE 1) por pas, 2002-2003 794.3 Tasa bruta de escolarizacin en secundaria (CINE 2+3) por pas, 2002-2003 814.4 Tasa bruta de escolarizacin en preprimaria (CINE 0) por pas, 2002-2003 865.1 Distribucin de los estudiantes extranjeros por pas/territorio en 2002-2003 1036.1 Gasto interno en investigacin y desarrollo (GIID) en porcentaje

    del GIID mundial, por regin 1106.2 GIID en porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB), por regin 1116.3 GIID en porcentaje del PIB en la Repblica de Corea, China y Singapur 1117.1 Una nueva gobernanza de las ciencias? 13310.1 El impacto de las nuevas tecnologas en la participacin democrtica

    en la Unin Europea 201

    Cuadros

    1.1 Algunos ejemplos de reconocimiento de la libertad de expresin y la libertad de informacin en el mundo (antes del 11 de septiembre de 2001) 44

    4.1 Seis escenarios para la escuela del maana 825.1 La funcin del sector privado en la enseanza terciaria (CINE 5+6) 98

    Lista de recuadros, figuras y cuadros

  • 14 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    ADN cido desoxirribonucleico

    ADPIC Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio

    AGCS Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios

    AGORA Acceso a la Investigacin Mundial en Lnea en el Sector Agrcola

    AJOL African Journals OnLine

    ALAS Asociacin Latinoamericana de Sociologa

    AOD Asistencia Oficial para el Desarrollo

    APPEAL Programa de Educacin para Todos en Asia y el Pacfico

    ARPAnet Advanced Research Projects Agency Network

    ASCII American Standard Code for Information Interchange

    ASEA Asociacin de Cirujanos del frica Oriental

    ASEAN Asociacin de Naciones de Asia Sudoriental

    ASTA Arab Scientists and Technologists Abroad

    BID Banco Interamericano de Desarrollo

    BRAC Bangladesh Rural Advancement Committee

    CAC Centro de Aprendizaje Comunitario

    CCM Centros Comunitarios Multimedia

    CDB Convenio sobre la Diversidad Biolgica

    CDESC Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas

    CEPAL Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe

    CEPES Centro Europeo de Enseanza Superior de la UNESCO

    CERI Centro para la Investigacin y la Innovacin Educativas (OCDE)

    CERN Organizacin Europea de Investigaciones Nucleares

    CIFT Centro Internacional Abdus Salam de Fsica Terica

    CINE Clasificacin Internacional Normalizada de la Educacin

    CITRIS Center for Information Technology Research in the Interest of Society

    CMCCNU Convencin Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climtico

    CMCD Comisin Mundial de Cultura y Desarrollo

    CMSI Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informacin

    CODATA Comit de Datos para la Ciencia y la Tecnologa

    COI Comisin Oceanogrfica Intergubernamental de la UNESCO

    COMEST Comisin Mundial de tica del Conocimiento Cientfico y la Tecnologa

    CRESALC Centro Regional para la Educacin Superior en Amrica Latina y el Caribe

    Lista des siglas y acrnimos

  • 15 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    DATAD Database for African Theses and Dissertation

    DFID Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido

    Dot.Force Digital Opportunity Task Force

    DRM Digital Rights Management

    DRM Digital Rights Management

    ECOSOC Consejo Econmico y Social de las Naciones Unidas

    EPA Organismo de Proteccin Ambiental de los Estados Unidos

    EPT Educacin para Todos

    FAO Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin

    G-8 Grupo formado por los ochos pases siguientes: Alemania, Canad, Estados Unidos de Amrica, Francia, Italia, Japn, Reino Unido y Rusia. La Unin Europea participa en el Grupo y est representada por los presidentes de la Comisin Europea y del Consejo de Europa que se hallan en funciones en el momento de celebracin de la Cumbre del G-8.

    GEO Observatorio Mundial de tica

    GIC-ITSU Grupo Internacional de Coordinacin del Sistema de Alerta contra los Tsunamis en el Pacfico

    GIID Gasto Interior en Investigacin y Desarrollo

    GPS Sistema Mundial de Localizacin

    GRID Base de Datos sobre Recursos Mundiales

    GURT Genetic Use Restriction Technologies

    HINARI Iniciativa de Acceso a la Investigacin de la InterRed-Salud

    HTML Lenguaje de Marcado de Hipertexto

    IASI Iniciativa Africana sobre la Sociedad de la Informacin

    ICSTI Consejo Internacional de Informacin Cientfica y Tcnica

    ICSU Consejo Internacional para la Ciencia

    I-D Investigacin y Desarrollo

    IDH Indicador de Desarrollo Humano

    IEU Instituto de Estadstica de la UNESCO

    IFLA Federacin Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas

    IIEP Instituto Internacional de Planeamiento de la Educacin de la UNESCO

    INASP Red Internacional para la Disponibilidad de Publicaciones Cientficas

    INRS Institut National de la Recherche Scientifique (Francia)

    ITER Reactor Termonuclear Experimental Internacional

    ITIC Centro Internacional de Informacin sobre los Tsunamis

    MAB Programa sobre el Hombre y la Biosfera

    MAEP Mecanismo Africano de Evaluacin entre Pares

    MIRCEN Centro de Recursos Microbiolgicos

    MIT Massachussets Institute of Technology

    MONDIACULT Conferencia Mundial sobre las Polticas Culturales

    MOST Programa Gestin de las Transformaciones Sociales

    MSF Mdicos sin Fronteras

    NASA Administracin Nacional de Aeronutica y del Espacio de los Estados Unidos

    NEPAD Nueva Alianza para el Desarrollo de frica

    NOAA Administracin Nacional Ocenica y Atmosfrica de los Estados Unidos

    NSF National Science Foundation (Estados Unidos)

    OCDE Organizacin de Cooperacin y Desarrollo Econmicos

    ODM Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio

    OGM Organismo Genticamente Modificado

    Lista des siglas y acrnimos

  • 16 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Hacia las sociedades del conocimiento

    Task Force

    OIT Organizacin Internacional del Trabajo

    OMC Organizacin Mundial del Comercio

    OMPI Organizacin Mundial de la Propiedad Intelectual

    OMS Organizacin Mundial de la Salud

    ONG Organizacin no Gubernamental

    ONU Organizacin de las Naciones Unidas

    ONUSIDA Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA

    OPAC Online Public Access Catalog

    PDF Formato de Documento Porttil

    PERI Programa para el Fortalecimiento de la Informacin para la Investigacin

    PIB Producto Interior Bruto

    PICF Programa Internacional de Ciencias Fundamentales

    PloS Public Library of Science

    PMA Pases Menos Adelantados

    PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

    PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

    PYME Pequeas y Medianas Empresas

    RICYT Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnologa

    SCI Science Citation Index

    SciDev.Net Science and Development Network

    SIPRI Instituto Internacional de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo

    SRAS Sndrome Respiratorio Agudo Severo

    TIC Tecnologas de la Informacin y la Comunicacin

    TOKTEN Programa de Transferencia de Conocimientos por Intermedio de Profesionales Expatriados

    TWAS Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo

    UA Unin Africana

    UE Unin Europea

    UICN Unin Mundial para la Naturaleza

    UIE Unin Internacional de Editores

    UIT Unin Internacional de Telecomunicaciones

    UN ICT Grupo de Tareas sobre la Tecnologa de la Informacin y las Comunicaciones de las Naciones Unidas

    UNESCO Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura

    UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

    URL Localizador Uniforme de Recursos

    USAID Organismo de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional

    VHS Virtual High School

    VIH/SIDA Virus de la Inmunodeficiencia Humana/Sndrome de Inmunodeficiencia Adquirida

  • 17 Hacia las sociedades del conocimiento ISBN 92-3-304000-3 UNESCO 2005

    Cabe preguntarse si tiene sentido construir sociedades del conocimiento, cuando la historia y la antropologa nos ensean que desde la ms remota antigedad todas las sociedades han sido probablemente socie-dades del conocimiento, cada una a su manera.

    Hoy como ayer, el dominio del conocimiento puede ir acompaado de un cmulo importante de desigualdades, exclusiones y luchas sociales. Durante mucho tiempo el conocimiento fue acaparado por crculos de sabios o iniciados. El principio rector de esas sociedades del conocimiento reservado era el secreto. Desde el Siglo de las Luces, los progresos de la exigencia democrtica basada en un principio de apertura y en la lenta aparicin de un mbito pblico del conocimiento permitieron la difusin de las ideas de universalidad, libertad e igualdad. Esta evolucin histrica fue unida a la propagacin de conocimientos por intermedio del libro, y luego de la imprenta, y tambin a la difusin de una educacin para todos en la escuela y la universidad. Este ideal de conseguir un mbito pblico del conocimiento, que es un elemento fundamental de la UNESCO y su Constitucin, no se puede considerar como un logro definitivo.

    Actualmente, la difusin de las nuevas tecno-logas y la aparicin de la red pblica Internet parecen abrir nuevas perspectivas a la ampliacin del espacio pblico del conocimiento. A este respecto, podemos preguntarnos si poseemos ya los medios que permitan un acceso igual y universal al conocimiento, as como un autntico aprovechamiento compartido de ste. Esta debe ser la piedra de toque de sociedades del conocimiento autnticas, que sean fuentes de un desarrollo humano y sostenible.

    Qu clase de sociedades del conocimiento?

    Una sociedad del conocimiento es una sociedad que se nutre de sus diversidades y capacidades Cada sociedad cuenta con sus propios puntos fuertes en materia de conocimiento. Por consiguiente, es necesario actuar para que los conocimientos de que son ya depositarias las distintas sociedades se articulen con las nuevas formas de elaboracin, adquisicin y difusin del saber valorizadas por el modelo de la economa del conocimiento.

    La nocin de sociedad de la informacin se basa en los progresos tecnolgicos. En cambio, el concepto de sociedades del conocimiento comprende dimen-siones sociales, ticas y polticas mucho ms vastas. El hecho de que nos refiramos a sociedades, en plural, no se debe al azar, sino a la intencin de rechazar la unicidad de un modelo listo para su uso que no tenga suficientemente en cuenta la diversidad cultural y lingstica, nico elemento que nos permite a todos reconocernos en los cambios que se estn produciendo actualmente. Hay siempre diferentes formas de cono-cimiento y cultura que intervienen en la edificacin de las sociedades, comprendidas aquellas muy influidas por el progreso cientfico y tcnico moderno. No se puede admitir que la revolucin de las tecnologas de la informacin y la comunicacin nos conduzca en virtud de un determinismo tecnolgico estrecho y fata-lista a prever una forma nica de sociedad posible.

    Introduccin

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    Hacia las sociedades del conocimiento

    La importancia de la educacin y del espritu crtico pone de relieve que, en la tarea de construir autnticas sociedades del conocimiento, las nuevas posibilidades ofrecidas por Internet o los instrumentos multimedia no deben hacer que nos desinteresemos por otros instrumentos autnticos del conocimiento como la prensa, la radio, la televisin y, sobre todo, la escuela. Antes que los ordenadores y el acceso a Internet, la mayora de las poblaciones del mundo necesitan los libros, los manuales escolares y los maes-tros de que carecen.

    La cuestin de las lenguas y los conocimientos es inseparable de la cuestin de los contenidos. Al decir esto, no nos referimos solamente a los debates sobre la preponderancia del ingls con respecto a las dems lenguas de comunicacin importantes, o a la suerte que se depara a los idiomas en peligro de desapari-cin. Nos estamos refiriendo tambin al lugar que deben ocupar los conocimientos locales o autctonos en las sociedades del conocimiento cuyos modelos de desarrollo valoran considerablemente las formas de codificacin caractersticas del conocimiento cientfico. La nueva importancia que cobra la diversidad cultural y lingstica destaca hasta qu punto la problemtica del acceso a los conocimientos es inseparable de las condiciones en que stos se producen. Promover la diversidad equivale a promover la creatividad de las sociedades del conocimiento emergentes. Esta pers-pectiva no obedece exclusivamente a un imperativo abstracto de carcter tico, sino que apunta princi-palmente a suscitar en cada sociedad una toma de conciencia de la riqueza de los conocimientos y capa-cidades de que es depositaria a fin de que los valore y aproveche mejor. Al hacerlo, no cabe duda de que cada sociedad estar mejor armada para hacer frente a las rpidas mutaciones que caracterizan al mundo contemporneo.

    Una sociedad del conocimiento debe garantizar el aprovechamiento compartido del saberUna sociedad del conocimiento ha de poder integrar a cada uno de sus miembros y promover nuevas formas de solidaridad con las generaciones presentes y venideras. No deberan existir marginados en las

    sociedades del conocimiento, ya que ste es un bien pblico que ha de estar a disposicin de todos.

    Los jvenes estn llamados a desempear un papel fundamental en este mbito, ya que suelen hallarse a la vanguardia de la utilizacin de las nuevas tecnologas y contribuyen a insertar la prctica de stas en la vida diaria. Las personas de ms edad tambin estn destinadas a desempear un papel importante, porque cuentan con la experiencia nece-saria para compensar la relativa superficialidad de la comunicacin en tiempo real y recordarnos que el conocimiento es esencialmente un camino hacia la sabidura. Toda sociedad posee la riqueza de un vasto potencial cognitivo que conviene valorizar.

    Adems, dado que las sociedades del conoci-miento de la era de la informacin se distinguen de las antiguas por su carcter integrador y participativo legado por el Siglo de las Luces y la afirmacin de los derechos humanos, la importancia que estas nuevas sociedades conceden a los derechos fundamentales se traducir por una focalizacin especial en: la libertad de opinin y expresin (artculo

    19 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos) y la libertad de informacin, el plura-lismo de los media y la libertad acadmica;

    el derecho a la educacin y sus corolarios: la gratuidad de la enseanza bsica y la evolu-cin hacia la gratuidad de los dems niveles de enseanza (artculo 26 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos y artculo 13 del Pacto Internacional de Derechos Econ-micos, Sociales y Culturales);

    el derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso cientfico y en los beneficios que de l resulten (prrafo 1 del artculo 27 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos).

    La difusin de las tecnologas de la informacin y la comunicacin abre nuevas posibilidades al desarrolloLa coincidencia del auge de Internet, as como de la telefona mvil y las tecnologas digitales, con la tercera revolucin industrial que en un primer momento

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    provoc en los pases desarrollados la migracin de una parte considerable de la poblacin activa hacia el sector de los servicios ha modificado radicalmente la situacin del conocimiento en nuestras sociedades.

    Es de sobra conocido el papel que han desem-peado esas tecnologas1 en el desarrollo econmico mediante la difusin de las innovaciones y los aumentos de productividad posibilitados por stas y en el desarrollo humano.2 Cuando las economas de algunos pases desarrollados se hallaban en pleno marasmo a finales del decenio de 1970, el desarrollo de las nuevas tecnologas se consider una panacea que ofreca soluciones a muchos problemas persistentes, por ejemplo la educacin y la salud de los ms desfa-vorecidos en los Estados Unidos, el choque industrial y monetario en Japn o el desempleo estructural en Europa. La perspectiva de un salto tecnolgico (leapfrogging) tambin pareci sumamente atractiva para los pases en desarrollo, ya que emiti la hip-tesis de que era posible saltarse algunas etapas del desarrollo industrial adoptando directamente las tecnologas ms avanzadas y beneficindose as de su inmenso potencial.

    En las sociedades del conocimiento emergentes se da efectivamente un crculo virtuoso, en funcin del cual los progresos del conocimiento producen a largo plazo ms conocimientos, gracias a las innovaciones tecnolgicas. De esta manera, se acelera la produc-cin de conocimientos. La revolucin de las nuevas tecnologas ha significado la entrada de la informacin y del conocimiento en una lgica acumulativa que Manuel Castells ha definido como la aplicacin [del conocimiento y la informacin] a los procedimientos de creacin, procesamiento y difusin de la informa-cin en un bucle de retroaccin acumulativa entre la innovacin y sus utilizaciones prcticas.3

    En las sociedades del conocimiento, los valores y prcticas de creatividad e innovacin desempe-arn un papel importante aunque slo sea por su capacidad de poner en tela de juicio los modelos existentes para responder mejor a las nuevas nece-sidades de la sociedad. La creatividad y la innovacin conducen asimismo a promover procesos de cola-boracin de nuevo tipo que ya han dado resultados especialmente fructferos.

    Las sociedades del conocimiento no se reducen a la sociedad de la informacinEl nacimiento de una sociedad mundial de la infor-macin como consecuencia de la revolucin de las nuevas tecnologas no debe hacernos perder de vista que se trata slo de un instrumento para la realizacin de autnticas sociedades del conocimiento. El desa-rrollo de las redes no puede de por s solo sentar las bases de la sociedad del conocimiento.

    La informacin es efectivamente un instru-mento del conocimiento, pero no es el conoci-miento en s.4 La informacin, que nace del deseo de intercambiar los conocimientos y hacer ms eficaz su transmisin, es una forma fija y estabilizada de stos que depende del tiempo y de su usuario: una noticia es fresca o no lo es. La informacin es en potencia una mercanca que se compra y vende en un mercado y cuya economa se basa en la rareza, mientras que un conocimiento pese a determinadas limitaciones: secreto de Estado y formas tradicionales de conocimientos esotricos, por ejemplo pertenece legtimamente a cualquier mente razonable, sin que ello contradiga la necesidad de proteger la propiedad intelectual. La excesiva importancia concedida a las informaciones con respecto a los conocimientos pone de manifiesto hasta qu punto nuestra relacin con el saber se ha visto considerablemente modifi-cada por la difusin de los modelos de economa del conocimiento.

    Ahora bien, pese a que estamos presenciando el advenimiento de una sociedad mundial de la informacin en la que la tecnologa ha superado todas las previsiones con respecto al aumento de la cantidad de informaciones disponible y la velocidad de su transmisin, todava nos queda un largo camino que recorrer para acceder a autnticas sociedades del conocimiento. Aunque pueda mejorarse por ejemplo, suprimiendo las interferencias o errores de transmisin una informacin no crea forzosamente sentido. Adems, la informacin slo seguir siendo una masa de datos indiferenciados hasta que todos los habitantes del mundo no gocen de una igualdad de oportunidades en el mbito de la educacin para tratar la informacin disponible con discernimiento y espritu crtico, analizarla, seleccionar sus distintos

    Introduccin

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    Hacia las sociedades del conocimiento

    elementos e incorporar los que estimen ms intere-santes a una base de conocimientos. Muchos se darn cuenta de que en lugar de dominar la informacin, es sta la que los domina a ellos.

    Adems, el exceso de informacin no es forzosamente una fuente de mayor conocimiento. Es necesario que los instrumentos que permiten tratar la informacin estn a la altura. En las sociedades del conocimiento todos tendremos que aprender a desenvolvernos con soltura en medio de la avalancha aplastante de informaciones , y tambin a desarrollar el espritu crtico y las capacidades cognitivas suficientes para diferenciar la informacin til de la que no lo es. Por otra parte, cabe sealar que los conocimientos tiles no son exclusivamente los que se pueden valo-rizar inmediatamente en una economa del conoci-miento. En efecto, los conocimientos humanistas y los conocimientos cientficos obedecen a estrategias distintas de utilizacin de la informacin.

    Las sociedades del conocimiento: un nuevo enfoque de desarrollo pertinente para los pases del SurLa reflexin sobre las sociedades del conocimiento y su edificacin permite replantearse el propio concepto de desarrollo. La nueva valorizacin del capital humano induce a pensar que los modelos de desa-rrollo tradicionales basados en la idea de que eran necesarios inmensos sacrificios para alcanzar el creci-miento al cabo de largo tiempo y a costa de desigual-dades muy considerables, e incluso de un profundo autoritarismo estn siendo substituidos por modelos basados en el conocimiento, la ayuda mutua y los servicios pblicos. A este respecto, cabe preguntarse si la valorizacin del conocimiento no conduce a prever un nuevo modelo de desarrollo cooperativo basado en la garanta de un determinado nmero de bienes pblicos por parte de los poderes pblicos en el que el crecimiento ya no se considere como un fin en s, sino solamente como un medio. Al dar al cono-cimiento una accesibilidad indita y al valorizar ms el desarrollo de las capacidades de todos y cada uno, la revolucin tecnolgica podra facilitar una nueva definicin de la causa final del desarrollo humano. Para Amartya Sen, el desarrollo humano estriba en

    la bsqueda de las libertades elementales o sustan-ciales esto es, no slo las libertades jurdicas, sino las empricamente comprobables que son a la vez el fin y el medio principal del desarrollo. Estas libertades comprenden las posibilidades elementales de acceso en especial, de las nias y las mujeres a la educa-cin, el mercado de trabajo, la salud y los productos, as como la participacin en las decisiones polticas, la igualdad de acceso a la informacin y el derecho a la seguridad colectiva.5 Ahora bien, cabe preguntarse si estas libertades sustanciales no coinciden con los rasgos caractersticos de las sociedades del conoci-miento basadas en la educacin para todos a lo largo de toda la vida y en la promocin de los conocimientos como valor, considerado en su pluralidad.

    Las sociedades del conocimiento son socie-dades en redes que propician necesariamente una mejor toma de conciencia de los problemas mundiales. Los perjuicios causados al medio ambiente, los riesgos tecnolgicos, las crisis econmicas y la pobreza son elementos que se pueden tratar mejor mediante la cooperacin internacional y la colaboracin cientfica.6 El conocimiento es un poderoso vector de la lucha contra la pobreza porque esa lucha no puede redu-cirse exclusivamente al suministro de infraestructuras, la ejecucin de microproyectos cuya perdurabilidad depende en gran medida de financiaciones externas caso por caso, o la promocin de mecanismos institu-cionales cuya utilidad para los pases menos adelan-tados puede cuestionarse. La estructura en materia de informacin y la creacin de capacidades son igual-mente importantes, sino ms. Los xitos conseguidos por algunos pases de Asia Oriental y Sudoriental en la lucha contra la pobreza se explican en gran parte por las inversiones masivas que han realizado a lo largo de varios decenios en la educacin y la inves-tigacin y desarrollo. El ejemplo de esos pases debe ser meditado por muchas naciones en desarrollo, ya que sacarn gran provecho de experiencias que han permitido reducir la pobreza absoluta en proporciones considerables. Dentro de esta perspectiva, la nocin de sociedades del conocimiento no se puede reducir a una visin exclusiva de los pases del Norte, ya que parece constituir tambin un nuevo enfoque de desa-rrollo pertinente para los pases del Sur.

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    Qu tipo de contexto?La nocin de sociedad del conocimiento fue utilizada por primera vez en 1969 por un universitario, Peter Drucker,7 y en el decenio de 1990 fue profundizada en una serie de estudios detallados publicados por investigadores como Robin Mansell8 o Nico Stehr.9 Esta nocin, como veremos ms adelante, naci a finales de los aos sesenta y principios de los setenta, casi al mismo tiempo que los conceptos de socie-dades del aprendizaje y de educacin para todos a lo largo de toda la vida, lo cual no es precisamente una casualidad. La UNESCO, por lo dems, no permaneci ajena a esta evolucin como lo demuestra el informe titulado Aprender a ser: el mundo de la educacin hoy y maana y elaborado en 1972 por la Comisin Internacional de la UNESCO sobre el Desarrollo de la Educacin, presidida por Edgar Faure (en lo sucesivo denominado Informe Faure). La nocin de sociedad del conocimiento tambin es inseparable de los estu-dios sobre la sociedad de la informacin suscitados por el desarrollo de la ciberntica. Desde los aos sesenta hasta la triloga de Manuel Castells dedicada a la era de la informacin10 que fue publicada a finales de los aos noventa, la nocin de sociedad de la infor-macin sintetiz en cierto modo las transformaciones y tendencias descritas o vislumbradas por los primeros precursores: penetracin del poder por la tecnologa, nueva economa del conocimiento cientfico, muta-ciones del trabajo, etc.

    Las consecuencias del auge cobrado por las temticas de la sociedad de la informacin y la sociedad del conocimiento en el plano institucional son importantes para definir polticas de investigacin, educacin e innovacin. Antes de la primera etapa de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informa-cin (Ginebra, 10-12 de diciembre de 2003), la reflexin de la comunidad internacional en este mbito haba sido respaldada por una serie de iniciativas como la Conferencia Mundial sobre la Enseanza Superior,11 la Conferencia Mundial de Budapest sobre el tema La ciencia para el siglo XXI: un nuevo compromiso12 y la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible.13 El inters por esta cuestin tambin se manifest en la

    preparacin de la Cumbre de Ginebra con la organi-zacin de diversas cumbres regionales y la adopcin de iniciativas de carcter gubernamental y no guber-namental. Las comunidades intelectuales y cientficas, as como la sociedad civil en general, han participado tambin en esta labor como lo demuestran los nume-rosos trabajos realizados sobre las nuevas modalidades de produccin del conocimiento cientfico, la innova-cin, las sociedades del aprendizaje y los nexos entre las sociedades del conocimiento, la investigacin cientfica y la educacin para todos a lo largo de toda la vida. Adems de estas iniciativas de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, cabe destacar tambin la aparicin de iniciativas conjuntas de estas tres categoras de protagonistas, por ejemplo la Inicia-tiva para el Conocimiento Global (Global Knowledge Initiative) o el Grupo de Tareas sobre la Tecnologa de la Informacin y las Comunicaciones de las Naciones Unidas (UN ICT Task Force).

    Hay que sealar tambin que algunos Estados han prestado atencin a esta evolucin hacia un nuevo paradigma tecnolgico y social. Hoy en da, la nocin de sociedad del conocimiento se ha conver-tido en un marco de reflexin necesario no solamente para la mayora de los pases de la OCDE, sino tambin para muchas naciones de economas emergentes y numerosos pases en desarrollo, especialmente de Asia Oriental y Sudoriental, Amrica Latina y el Caribe, frica Subsahariana, Europa Central y Oriental y la regin de los Estados rabes.

    Los lmites de las iniciativas existentes

    La gran mayora de los trabajos de investigacin reali-zados hasta ahora en los campos de la educacin, la investigacin cientfica y las nuevas tecnologas siguen siendo tributarios de un gran determinismo tecnol-gico y de una visin demasiado fragmentada de las interacciones existentes. El inters por los efectos a corto plazo de la introduccin de las nuevas tecnolo-gas en la enseanza y el aprendizaje puede conducir a que se deje de lado un estudio ms profundo de los nuevos contenidos de la educacin, as como de su calidad y sus modalidades. Esta evolucin puede llegar a ser preocupante en un momento en que la enseanza tiende a veces a dar prioridad a la gestin

    Introduccin

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    Hacia las sociedades del conocimiento

    de informacin preparada de antemano por provee-dores de contenidos en lnea, lo cual va en detrimento del desarrollo de las capacidades de anlisis y discer-nimiento crtico. Ahora bien, lo que constituye una transformacin revolucionaria no es tanto el rpido auge de las nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin Internet y la telefona mvil, entre otras como el recurso cada vez mayor a estos instru-mentos por parte de proveedores de contenidos informativos, educativos y culturales en los que los media tienen un papel cada vez ms considerable.

    A este respecto, es importante adoptar una perspectiva histrica. En vez de proponer un modelo nico de sociedades del conocimiento a los pases en desarrollo, conviene recordar que los progresos realizados por algunos pases son en gran medida el resultado de decenios de pacientes y concertados esfuerzos en mbitos como la educacin a todos los niveles, la recuperacin del retraso tecnolgico en sectores estratgicos, la investigacin cientfica o la creacin de sistemas de innovacin de alto rendi-miento.14 Adems, la liberalizacin de los intercambios ha modificado considerablemente la ndole misma de la competencia econmica, que exige cambios rpidos y profundos en las polticas nacionales de enseanza superior e investigacin cientfica. Es cierto que resulta difcil prever la evolucin de esos cambios, pero al menos es necesario tratar de evaluar con mayor precisin en qu medida estn poniendo ya radicalmente en tela de juicio la naturaleza misma de los centros de enseanza superior y del sector pblico de la investigacin. Muchos pases ya han emprendido esta va. Estas transformaciones no pueden dejar de influir, a plazo ms o menos corto, en el conjunto de los sistemas educativos y en la propia definicin de las finalidades de la educacin a todos los niveles.

    El ritmo constante de la innovacin tecno-lgica obliga a efectuar actualizaciones peridicas. El acceso a Internet a alta velocidad por conducto de lneas elctricas y no exclusivamente de lneas telefnicas, la televisin interactiva en los telfonos mviles y la comercializacin de nuevos programas informticos, al reducir considerablemente el costo de las comunicaciones telefnicas, estn modificando completamente las bases del debate sobre el acceso

    a las tecnologas y a contenidos diversificados. Al mismo tiempo, Internet tambin podra a muy corto plazo fragmentarse en una multiplicidad de redes de primera, segunda o tercera categora, debido a las rivalidades suscitadas por el control de los meca-nismos de registro de nombres de dominio y debido tambin a las repercusiones que puede acarrear la creacin de una red Internet de segunda generacin, cuyo costo ser considerable y limitar, por lo tanto, el crculo de sus usuarios a las instituciones con ms recursos econmicos. Un ejemplo notable de esto lo constituye la extensin del proyecto Abilene,15 que supone la creacin de infraestructuras nacionales y subregionales a las que solamente pueden acceder instituciones que abonan derechos y estn asociadas en el seno de una red limitada a un nmero reducido de regiones.

    Qu desafos se plantean?Pese a todo lo antedicho, muchos expertos estiman que el desarrollo de las nuevas tecnologas podra contribuir a la lucha contra una serie de restricciones que han venido obstaculizando hasta la fecha la apari-cin de las sociedades del conocimiento, por ejemplo la distancia geogrfica o las limitaciones propias de los medios de comunicacin. Evidentemente, la creacin de redes permite acabar con el aislamiento de todo un conjunto de conocimientos por ejemplo, los de carcter cientfico y tcnico que estaban sujetos hasta ahora a distintos regmenes de confidencia-lidad o secreto, en particular por motivos de ndole estratgica y militar.16 No obstante, hay una serie de obstculos que siguen dificultando el acceso al conocimiento, a los que han venido a aadirse otros nuevos. Es posible aceptar que las futuras sociedades del conocimiento funcionen como clubs cerrados y reservados a unos cuantos privilegiados?

    Nos encaminamos hacia una sociedad disociada?Las sociedades del conocimiento sern sociedades donde el saber est compartido y el conocimiento sea accesible a todos, o sociedades donde el saber

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    est repartido? En la era de la informacin, y en un momento en que se nos promete el advenimiento de las sociedades del conocimiento, podemos observar cmo se multiplican paradjicamente las brechas y las exclusiones, tanto entre los pases del Norte y del Sur como dentro de cada sociedad.

    El nmero de internautas aumenta muy rpida-mente: su nmero representaba en 1995 el 3% de la poblacin mundial y en 2003 el 11%, es decir ms de 600 millones de personas. Sin embargo, el crecimiento de la red corre el riesgo de tropezar rpidamente con el tope o techo transparente de la solvencia econ-mica y la educacin. En efecto, no debemos olvidar que vivimos en una sociedad en la que el 20% de la poblacin mundial concentra en sus manos el 80 % de los ingresos del planeta.17 La brecha digital o mejor dicho las brechas digitales, habida cuenta de su carcter multiforme es un problema muy preocu-pante y cabe prever que el acelerado ritmo actual de crecimiento del nmero de internautas disminuya a medida que su proporcin se vaya acercando al 20 % de la poblacin mundial.

    Tendremos la ocasin de ver que esta brecha digital alimenta otra mucho ms preocupante: la brecha cognitiva, que acumula los efectos de las distintas brechas observadas en los principales mbitos constitutivos del conocimiento el acceso a la informa-cin, la educacin, la investigacin cientfica y la diver-sidad cultural y lingstica y representa el verdadero desafo planteado a la edificacin de las sociedades del conocimiento.18 Esta brecha se basa en la din-mica propia de las disparidades en materia de cono-cimientos, ya se trate de desigualdades mundiales en el reparto del potencial cognitivo (disparidades entre los conocimientos), o de la valoracin dispar de unos determinados tipos de saber con respecto a otros en la economa del conocimiento (disparidades dentro de los conocimientos). La brecha cognitiva es obvia entre los pases del Norte y los del Sur, pero tambin se mani-fiesta dentro de cada sociedad, ya que un contacto igual con el conocimiento raras veces da por resultado un dominio igual de dicho conocimiento.19 La resolu-cin del problema de la brecha digital no bastar para resolver el de la brecha cognitiva. En efecto, el acceso a los conocimientos tiles y pertinentes no es una

    mera cuestin de infraestructuras, sino que depende de la formacin, de las capacidades cognitivas y de una reglamentacin adecuada sobre el acceso a los contenidos. Poner en contacto a las poblaciones mediante cables y fibras pticas no sirve para nada, a no ser que esa conexin vaya acompaada por una creacin de capacidades y una labor encaminada a producir contenidos adecuados. Las tecnologas de la informacin y la comunicacin necesitan todava que se elaboren nuevos instrumentos cognitivos y jurdicos para actualizar todo su potencial.

    Los peligros de una mercantilizacin excesiva de los conocimientosLas prometedoras perspectivas econmicas y sociales que pareca encerrar la sociedad de la infor-macin ya se trate del pleno empleo, de la nueva economa o del boom de la competitividad han dejado paso a toda una serie de dudas acerca de los lmites de la era de la informacin. Algunos expertos han sealado que nuestras sociedades no slo distan mucho de confirmar la hiptesis de una presunta desmaterializacin, sino que se hallan inmersas en un proceso de hiperindustrializacin porque el propio conocimiento se ha mercantilizado en forma de informaciones intercambiables y codifi-cables. De hecho, no faltan crticas e inquietudes ante una situacin en la que el conocimiento podra acabar autodestruyndose como tal, a fuerza de ser manipulado en las bases de datos y los motores de bsqueda, de ser integrado en la produccin como dispositivo de la tecnociencia y de ser transformado en condicin del desarrollo, elemento de poder o instrumento de vigilancia.

    Una apropiacin o mercantilizacin excesiva de los conocimientos en la sociedad mundial de la informacin representara un grave peligro para la diversidad de las culturas cognitivas. En efecto, en una economa en la que se da prioridad a los cono-cimientos cientficos y tcnicos, cul sera el lugar de algunos conocimientos prcticos especializados, locales o autctonos? Por lo que respecta a estos ltimos ya suficientemente desvalorizados con respecto a los conocimientos tcnicos y cientficos, cabe preguntarse si no corren el riesgo de desapa-

    Introduccin

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    recer pura y simplemente, pese a que representan una riqueza patrimonial inestimable y constituyen un instrumento valioso del desarrollo sostenible.

    El conocimiento no se puede considerar una mercanca como las dems. La tendencia actual a la privatizacin e internacionalizacin de los sistemas de enseanza superior merece una atencin especial por parte de los encargados de adoptar decisiones y debera examinarse en el marco de un debate pblico, efectuando un verdadero trabajo de prospectiva a escala nacional, regional e internacional. El saber representa un bien comn y su mercantilizacin merece, por consiguiente, un examen atento.

    El Informe Mundial de la UNESCO sobre las sociedades del conocimiento se publica en un momento crucial. En efecto, tras los progresos reali-zados en la primera fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informacin (Ginebra, 10-12 de diciembre de 2003), no slo se observa un acrecentado inters a nivel internacional por el paradigma de creci-miento y desarrollo que lleva en s la idea de las socie-dades del conocimiento, sino tambin una exigencia de clarificacin de las finalidades de este paradigma como proyecto de sociedad. El Informe Mundial de la UNESCO trata de responder a este desafo, en vsperas de nuevos encuentros internacionales decisivos.20

    Fuentes Castells, M. (1996); Drucker, P. (1969); Faure, E. y otros (1972); Mansell, R. y Wehn, U. (1998); Sen, A. (2000); Stehr, N. (1994).

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    Presentacin

    En el Captulo 1, De la sociedad de la informacin a las sociedades del conocimiento, se aborda la cues-tin de las bases en que se puede asentar una sociedad mundial del conocimiento que sea fuente de desa-rrollo para todos y, ms concretamente, para los pases menos adelantados. Se hace hincapi en la necesidad de consolidar dos pilares de la sociedad mundial de la informacin que hasta ahora se han garantizado de forma muy desigual: el acceso a la informacin para todos y la libertad de expresin. Los fundamentos de una sociedad de la informacin y del conocimiento nunca se podrn reducir a los adelantos tecnolgicos exclusivamente. En efecto, hay que preguntarse si la desigualdad de acceso a las fuentes, contenidos e infraestructuras de la informacin no pone en tela de juicio el carcter realmente mundial de la sociedad de la informacin y compromete, por lo tanto, el desa-rrollo de las sociedades del conocimiento.

    Nuestra poca es escenario de transformaciones y cambios radicales tan considerables que algunos no vacilan en afirmar que estamos viviendo una tercera revolucin industrial la de las nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin que va acom-paada por un cambio en el rgimen de los conoci-mientos. Desde hace varios decenios la amplitud de las transformaciones tecnolgicas viene influyendo en los medios de creacin, transmisin y tratamiento de los conocimientos, lo cual induce a pensar que estamos en vsperas de una nueva era digital del conocimiento. En el Captulo 2, Sociedades en redes, conoci-mientos y nuevas tecnologas, se examinan todos esos cambios y sus corolarios: la economa del cono-

    Presentacin

    cimiento y de lo inmaterial, as como el impacto de las nuevas tecnologas en las sociedades en redes, que son elementos medulares de las mutaciones actuales. Adems, en este captulo se plantea la cuestin de saber si con las nuevas modalidades de conservacin del conocimiento estamos pasando de sociedades de la memoria a sociedades del conocimiento.

    En el Captulo 3, Las sociedades del apren-dizaje, se muestra hasta qu punto esas mutaciones han ido unidas, en el plano pedaggico y educativo, a un desplazamiento del inters por los poseedores del saber hacia los que tratan de adquirirlo, no slo en el marco de los sistemas formales de educacin, sino tambin en las actividades profesionales y la educacin informal, en la que desempean un papel tan importante la prensa y los media audiovisuales. En un momento en que las mutaciones cada vez ms rpidas cuestionan los antiguos modelos y en que el learning by doing y la capacidad de innovacin cobran una creciente importancia, la dinmica cognitiva de nuestras sociedades ha llegado a constituir una problemtica esencial. El modelo del aprendizaje se ha difundido mucho ms all del universo de los educadores y se ha extendido a todos los niveles de la vida econmica y social. Es cada vez ms evidente que toda organizacin con fines comerciales o sin ellos tendr que acrecentar su dimensin de aprendizaje, con lo cual los centros y los medios del conocimiento estn destinados a multiplicarse tanto en los pases del Norte como en los del Sur.

    En el Captulo 4, Hacia la educacin para todos a lo largo de toda la vida?, se examinan las

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    Hacia las sociedades del conocimiento

    consecuencias de esta nueva dinmica con respecto a la realizacin del derecho a la educacin universal-mente proclamado. La educacin bsica para todos sigue siendo una prioridad absoluta. Adems, la educacin de los adultos que poda parecer poco pertinente en pases donde las necesidades bsicas en materia de educacin distan mucho de haber sido satisfechas ha adquirido hoy en da una importancia absolutamente decisiva por ser una condicin esen-cial del desarrollo. As, la educacin para todos a lo largo de toda la vida puede constituir una respuesta a la creciente inestabilidad del empleo y los oficios y carreras profesionales vaticinada por la mayora de los especialistas en prospectiva. Por otra parte, conviene examinar la cuestin de la privatizacin cada vez ms perceptible de la oferta educativa, que ya es especial-mente notoria en la enseanza superior y empieza a extenderse a otros niveles de los sistemas educativos. La escolarizacin universal y una oferta educativa adecuada no bastan de por s para garantizar la eficacia y el xito de la educacin, que dependen tambin de la calidad de esa oferta. Algunos factores de dicha calidad se conocen desde hace tiempo: la proporcin de alumnos por docente, la formacin de los educa-dores, la calidad de las infraestructuras existentes o el material de que disponen los alumnos y los profesores. Todos estos factores guardan una relacin estrecha con el gasto en educacin, sobre todo el efectuado por los poderes pblicos.

    El Captulo 5, El futuro de la enseanza supe-rior, se centra tambin en la educacin y la formacin y examina, en especial, el papel fundamental desem-peado en las sociedades del conocimiento por las instituciones de enseanza superior, que se ven enfrentadas a un cambio radical sin precedentes en los esquemas clsicos de produccin, difusin y apli-cacin de los conocimientos. Si bien es verdad que la oferta educativa se diversifica a medida que los cono-cimientos progresan, la masificacin de la enseanza superior supone nuevas cargas para los presupuestos de los Estados. Un nmero cada vez mayor de centros docentes recurre a otras modalidades de financiacin, sobre todo de procedencia privada. Por eso, se ha creado una trama compleja de instituciones pblicas o privadas en la que ya no se da un modelo nico de

    universidad. Si no se hace nada a este respecto, los pases que carecen de tradicin universitaria corren el riesgo de verse afectados de lleno por este fenmeno, que conduce a la aparicin de autnticos mercados de la enseanza superior. Para garantizar la calidad y pertinencia de los sistemas de enseanza superior emergentes ser necesario mejorar la cooperacin internacional.

    En el Captulo 6, Una revolucin en la investigacin?, se hace hincapi en la importancia que se ha de conceder a la ciencia y la tecnologa. La propia idea de sociedades del conocimiento debe mucho al desarrollo de la investigacin y la innova-cin cientficas. Los protagonistas y los centros de actividades cientficas estn experimentando actual-mente una honda mutacin. Teniendo en cuenta la presencia cada vez mayor del mercado en el mbito de las actividades cientficas, es a stos a quienes corresponde crear en el punto de interseccin de los sectores cientfico, econmico y poltico sistemas de investigacin e innovacin que propicien el desa-rrollo sostenible y redunden en beneficio tanto de los pases del Norte como del Sur. Los nuevos modelos de aprovechamiento compartido de los conocimientos por ejemplo, el colaboratorio representan una va que se ha de aprovechar ms a fondo. As es como la ciencia y la tecnologa podrn contribuir a edificar sociedades del conocimiento basadas en la integra-cin y participacin de todos.

    En el Captulo 7, Las ciencias, el pblico y las sociedades del conocimiento, se pone de manifiesto el papel del pblico en el debate sobre los beneficios y los riesgos que entraa la utilizacin de las nuevas tecnologas y de los resultados de la investigacin cientfica, especialmente en el mbito de las biotec-nologas y las nanotecnologas. De hecho, la proble-mtica econmica y social ocupa un lugar cada vez ms importante en la conduccin de la investigacin y la innovacin. Adems, el creciente peso de la ciencia y la tecnologa es cada vez ms el elemento central de intensos debates ticos y polticos, sobre todo cuando se trata de la alimentacin, la demografa y el medio ambiente. Las ciencias y tecnologas son ahora materia de gobernanza y, por consiguiente, entran en el mbito de responsabilidad de sus protagonistas, es

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    decir los cientficos y los encargados de adoptar deci-siones tanto en el sector pblico como privado. Esta nueva situacin exige una redefinicin de las normas y supone un fortalecimiento de las capacidades ticas y cientficas, as como la mejor informacin cientfica del pblico. De ah la importancia que revisten los comits de tica, la enseanza de las ciencias y la sensibilizacin eficaz del pblico, que requiere una mediatizacin lograda de la ciencia y la tecnologa.

    En el Captulo 8, Riesgos y seguridad humana en las sociedades del conocimiento, se estudia la aparicin de una sociedad del riesgo. Por muy prometedor que sea, el acceso de un gran nmero de personas a los recursos cognitivos puede causar tambin perjuicios irreparables o crear peligros imprevisibles. A este respecto, cabe preguntarse si el desarrollo de las sociedades del conocimiento no cons-tituye precisamente uno de los medios ms eficaces para hacer frente a esta nueva y compleja situacin. Asimismo, se plantea la cuestin de saber si ante la multiplicacin de los riesgos una gestin adecuada del conocimiento permitira liberarse de temores y coer-ciones y atenuar la incertidumbre que trae consigo el advenimiento de sociedades complejas.

    El desarrollo de las sociedades del cono-cimiento puede acentuar la tendencia actual a la homogeneizacin de las culturas? En el Captulo 9, Conocimientos locales y autctonos, diversidad lingstica y sociedades del conocimiento, se examina la paradoja que supone hablar del desa-rrollo de sociedades del conocimiento cuando en el mundo entero desaparecen las lenguas, se olvidan las tradiciones y se marginan o decaen las culturas vulnerables. Cuando hablamos de sociedades del conocimiento, a qu conocimiento nos referimos? A menudo se sospecha que con esta expresin se est haciendo referencia sobre todo al conocimiento cientfico y tcnico que se halla concentrado princi-palmente en los pases industrializados. Qu ocurre entonces con los conocimientos locales, y ms concretamente con los autctonos o indgenas? Otra cuestin relacionada con la diversidad es el multilin-

    gismo, que facilita considerablemente el acceso al conocimiento, sobre todo en la escuela. El anlisis de las sociedades del conocimiento no puede prescindir de una honda reflexin sobre el futuro de la diversidad lingstica y los medios para protegerla frente a los riesgos de estandarizacin y uniformidad que entraa la revolucin de la informacin. Las sociedades del conocimiento han de orientarse hacia el dilogo, el aprovechamiento compartido del saber y los benefi-cios derivados de la traduccin, que permiten crear mbitos comunes en los que se preserva y enriquece la diversidad de todos.

    Por ltimo, en el Captulo 10, Del acceso a la participacin: hacia sociedades del conocimiento para todos, se destaca la importancia que reviste una nueva concepcin del conocimiento que, lejos de ser un factor de exclusin como pudo ocurrir en el pasado, favorezca la plena participacin de todos. Ahora bien, es innegable que en el plano mundial se dan numerosas asimetras relacionadas con el conoci-miento brecha digital, brecha cientfica, analfabetismo masivo de los pases del Sur, fuga de cerebros, etc. y que su superposicin crea una autntica brecha cogni-tiva. Esta brecha de la que es un ejemplo importante la desigualdad entre los sexos pone de manifiesto el potencial de exclusin que pueden conllevar las sociedades del conocimiento, cuando su desarrollo se limita a promover una economa del conocimiento o la sociedad de la informacin. Sin la promocin de una nueva tica del conocimiento basada en el aprove-chamiento compartido y la cooperacin, la tendencia de los pases ms avanzados a capitalizar su adelanto puede privar a los ms pobres de los bienes cogni-tivos ms fundamentales por ejemplo, los nuevos conocimientos en medicina y agronoma, y crear as condiciones muy poco propicias para el desarrollo del saber. Por eso, ser necesario hallar un equilibrio entre la proteccin de la propiedad intelectual y la promocin del dominio pblico del conocimiento. El acceso universal al conocimiento debe seguir siendo el pilar en el que se apoye la transicin hacia sociedades del conocimiento.

    Presentacin

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    De la sociedad de la informacin a las sociedades

    del conocimiento

    Captulo 1

    El auge de las nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin ha creado nuevas condiciones para la aparicin de sociedades del conocimiento. La sociedad mundial de la informacin en gestacin slo cobrar su verdadero sentido si se convierte en un medio al servicio de un fin ms elevado y deseable: la construccin a nivel mundial de sociedades del cono-cimiento que sean fuentes de desarrollo para todos, y sobre todo para los pases menos adelantados. Para lograrlo, dos desafos planteados por la revolucin de la informacin revisten una importancia particular: el acceso a la informacin para todos y el futuro de la libertad de expresin. En efecto, cabe preguntarse si la desigualdad de acceso a las fuentes, contenidos e infraestructuras de la informacin no pone en tela de juicio el carcter mundial de la sociedad de la informacin. Adems, cmo se puede hablar de sociedad mundial de la informacin, cuando la libre circulacin de informaciones se ve obstaculizada o cuando la propia informacin es objeto de censuras y manipulaciones?

    Las sociedades del conocimiento, fuentes de desarrolloUn elemento central de las sociedades del conoci-miento es la capacidad para identificar, producir, tratar, transformar, difundir y utilizar la informacin

    con vistas a crear y aplicar los conocimientos nece-sarios para el desarrollo humano. Estas sociedades se basan en una visin de la sociedad que propicia la autonoma y engloba las nociones de pluralidad, integracin, solidaridad y participacin.1 Tal como la UNESCO puso de relieve en la primera parte de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informacin (CMSI),2 la nocin de sociedades del conocimiento es ms enriquecedora y promueve ms la autonoma que los conceptos de tecnologa y capacidad de conexin que a menudo constituyen un elemento central en los debates sobre la sociedad de la informacin.3 Las cuestiones relativas a la tecnologa y la capacidad de conexin hacen hincapi en las infraestructuras y la gobernanza del universo de las redes. Aunque revisten una importancia fundamental evidente, no deberan considerarse como un fin en s mismas. En otras pala-bras, la sociedad mundial de la informacin slo cobra sentido si propicia el desarrollo de sociedades del conocimiento y se asigna como finalidad ir hacia un desarrollo del ser humano basado en los derechos de ste.4 Este objetivo es fundamental porque la tercera revolucin industrial la de las nuevas tecnologas y la nueva fase de mundializacin que la acompaa han modificado radicalmente numerosos puntos de referencia y aumentado las brechas existentes entre ricos y pobres, entre pases industrializados y pases en desarrollo, e incluso entre los ciudadanos de un mismo pas. La UNESCO estima que la edificacin de las socie-dades del conocimiento es la que abre camino a la humanizacin del proceso de mundializacin.5

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    Hacia las sociedades del conocimiento

    La importancia de los derechos humanos en las sociedades del conocimientoEl enfoque basado en el desarrollo humano y la autonoma, que es un elemento central de la nocin de sociedades del conocimiento, debera permitir una mejor puesta en prctica de los derechos universales y las libertades fundamentales, mejorando al mismo tiempo la eficacia de la lucha contra la pobreza y de las polticas de desarrollo. El auge de las sociedades del conocimiento exige que se anuden nuevos vnculos entre el conocimiento y el desarrollo, ya que el cono-cimiento es tanto un instrumento para satisfacer las necesidades econmicas como un componente pleno del desarrollo. La dinmica poltica, econmica y social subyacente al desarrollo de las sociedades del conocimiento pone de manifiesto la ntima relacin que existe entre la lucha contra la pobreza y la promo-cin de las libertades civiles y polticas.

    En las sociedades del conocimiento emer-gentes, no cabe contentarse con proponer algunas reformas para reducir la desigualdad de acceso a la sociedad mundial de la informacin y luchar contra las disparidades econmicas y educativas subyacentes. Es necesario tambin que en sus principios constitutivos figuren, en primer plano, la salvaguarda y promocin de los derechos y libertades proclamados por los instrumentos internacionales universales relativos a los derechos humanos, entre los que figuran en primer lugar la Declaracin Universal de Derechos Humanos de 1948 y los dos Pactos de 1966: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos y el Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales. En efecto, el conocimiento y la educacin constituyen las garantas ms slidas de los derechos. El adagio la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento no slo impone a cada uno el deber de conocer sus derechos y obligaciones, sino que recuerda tambin la estrecha relacin existente entre el reconocimiento de un derecho y el conocimiento de ste. Los derechos, as como los principios ticos en los que se basan, deben primero conocerse para poder ser luego reivindicados y reconocidos.

    Adems, el saber, el pensamiento y la conciencia son elementos constitutivos de la dignidad espec-

    fica del ser humano que hace de ste un sujeto de derecho. En la Constitucin de la UNESCO se recuerda ese vnculo entre la dignidad humana y la difusin de la cultura y la educacin de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz.6 Los derechos y libertades fundamentales son y sern un elemento esencial de las sociedades del conocimiento. Tal como la UNESCO ha reiterado durante los preparativos de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informacin, la utiliza-cin de las tecnologas de la informacin y la comuni-cacin para edificar sociedades del conocimiento debe orientarse hacia el desarrollo del ser humano basado en los derechos de ste. 7

    Libertad de expresin y autonomaEntre todos los derechos fundamentales, es necesario poner de relieve la importancia especial que reviste la libertad de expresin, postulado fundamental en el que descansan las sociedades del conocimiento.8 En la resolucin 59 (1), adoptada en 1946 en el primer periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se dice que la libertad de expresin es un derecho humano fundamental y piedra toque de todas las libertades a las cuales estn consagradas las Naciones Unidas. Este principio se proclama tambin en el artculo 19 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos de 1948, en estos trminos:

    Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinin y de expresin. Este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitacin de fronteras, por cualquier medio de expresin.

    Adems, este derecho est garantizado por un tratado, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, cuyo artculo 19 est redactado en trminos casi anlogos. El desarrollo de una sociedad mundial de la informacin debe inducir a aplicar ese derecho plenamente y sin limitacin de fronteras, tal como se proclama en la Declaracin. En efecto, la libertad de expresin es la condicin sine qua non del objetivo de autonoma anteriormente mencionado. El ejercicio de sta exige una observancia estricta de los derechos cuyo progreso ha de acompaar la expansin de las nuevas tecnologas (ausencia de censura o control

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    De la sociedad de la informacin a las sociedades del conocimiento

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    de la informacin, libre circulacin de los datos e informaciones, pluralismo de los media y libertad de prensa). Tambin exige que se garanticen los derechos fundamentales de los individuos, por ser los nicos que pueden asegurar la libre participacin de stos en las sociedades del saber (libertad de opinin y expresin). En las sociedades en que la informacin tiene una importancia estratgica, el desarrollo de la libertad de expresin puede propiciar la difusin de normas y principios deontolgicos que garantizarn la calidad de la informacin que circula. Hacer hincapi en la libertad de expresin supone respetar la libertad indispensable para llevar a cabo investigaciones cient-ficas y actividades creativas, tal como se proclama en el artculo 15 del Pacto Internacional de Derechos Econ-micos, Sociales y Culturales. Para construir autnticas sociedades del conocimiento, no cabe limitarse a la libre circulacin de las informaciones, ya que stas han de ser objeto de intercambio, confrontacin, crtica, evaluacin y reflexin con el aporte de la investigacin cientfica y filosfica, si se aspira a que todos estn en condiciones de producir nuevos conocimientos a partir de los flujos de informacin.

    Si se respetan plenamente, la libertad de expresin y la libertad de investigacin cientfica y de creacin permiten construir autnticas sociedades del conocimiento gracias al desarrollo de una sociedad mundial de la informacin. Hacer hincapi en la libertad de expresin equivale a destacar el espritu de apertura y dilogo que debe presidir las relaciones entre individuos y grupos sociales dentro de las socie-dades del conocimiento. Sin libertad de expresin, no hay intercambios ni debates pblicos. La libertad de expresin es la garanta de la vitalidad de los vnculos que unen a los individuos en una sociedad determi-nada. Sin libertad de expresin, los conocimientos pueden existir, pero no se dar un aprovechamiento compartido de los mismos ni tampoco existir una sociedad del conocimiento.

    Libertad de expresin y lucha contra la pobreza en las sociedades del conocimientoComo demuestran los trabajos de Amartya Sen, la salvaguarda de la libertad de expresin no se puede

    considerar como un principio exclusivamente poltico, ya que tiene hondas repercusiones econmicas y sociales que la convierten en un instrumento especial-mente til para el desarrollo. Desde el punto de vista de la construccin de las sociedades del conocimiento, una promocin efectiva de la libertad de expresin en la sociedad mundial de la informacin puede contri-buir a resolver un nmero considerable de problemas polticos, por ejemplo la censura, las manipulaciones de la informacin con fines polticos o el riesgo de una generalizacin de la vigilancia. Tambin puede contri-buir a solucionar problemas econmicos mediante la prevencin de las hambrunas, la reduccin de la brecha digital o la lucha contra las desigualdades en el desarrollo. La libre circulacin de informaciones y contenidos puede tambin coadyuvar a la sensibi-lizacin del pblico, ya sea en cuestiones de salud pblica9 o en materia de prevencin de desastres.10

    El desarrollo de las sociedades del conoci-miento puede contribuir considerablemente a la reali-zacin de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio,11 que las Naciones Unidas se han fijado con motivo de la Cumbre del Milenio celebrada el ao 2000 en Nueva York. Si bien las nuevas tecnologas impulsan los cambios sociales, slo podrn convertirse en una promesa de desarrollo para todos mediante una alianza de la libertad de expresin, el conocimiento, los principios democrticos y el ideal de justicia, que son los cimientos de la Constitucin de la UNESCO. Poniendo la voluntad necesaria, las sociedades del conocimiento podran hacer que esta promesa se convirtiera en realidad.

    La solidaridad digitalHoy en da, solamente el 11% de la poblacin mundial tiene acceso a Internet. El 90% de las personas conec-tadas viven en los pases industrializados: 30% en Amrica del Norte, 30% en Europa y 30% en Asia y el Pacfico.12 Estas estadsticas sitan de entrada, en su verdadero contexto, la repercusin de la revolucin de las nuevas tecnologas en el mundo. En efecto, se suele hablar de sociedad mundial de la informacin y de red extendida por todo el mundo (world wide

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    Hacia las sociedades del conocimiento

    No hay una, sino varias brechas digitales multiformes que, lejos de excluirse mutuamente, se combinan entre s en funcin de las situaciones nacionales y locales. En efecto, los factores que influyen en la brecha digital son mltiples:

    Los recursos econmicos: El precio todava muy elevado de un ordenador y de las telecomunicaciones para los particulares en los pases del Sur, as como el costo elevado de las inversiones en infraestructuras, representan un poderoso factor de desigualdad.

    La geografa: La asimetra entre las ciudades y el campo crea situaciones de profunda desigualdad. En los pases del Sur, las dificultades para acceder a la tierra y al crdito, la libre circulacin de la mano de obra, las deslocalizaciones y el impacto de los media han provocado un desarrollo sin precedentes de las zonas urbanas en detrimento de la participacin de las regiones rurales en la revolucin de las nuevas tecnologas. En la India, el 80% de las conexiones con Internet se efecta en las 12 ciudades ms importantes del pas. Aunque las tecnologas nmadas ofrecen una posibilidad sin precedentes para romper el aislamiento de las zonas rurales,13 los operadores de telecomunicaciones en las regiones apartadas de los pases del Sur no las han difundido todava suficientemente.

    La edad: Los jvenes se sitan a menudo en cabeza con respecto a la utilizacin de las innovaciones tecnolgicas y sus aplicaciones, pero constituyen un pblico especialmente vulnerable a las dificultades econmicas y sociales. Por otra parte, el trabajo de reciclaje que necesitara la puesta al da de las personas de cierta edad al ritmo actual de las innovaciones tecnolgicas puede ser un obstculo insuperable, teniendo en cuenta la carencia de estructuras de formacin adecuadas. Una formacin sistemtica de los jvenes en las nuevas tecnologas y una mayor solidaridad entre las generaciones en beneficio de las personas de ms edad permitiran reducir las brechas existentes y contribuiran a reforzar los vnculos sociales y familiares en las sociedades del conocimiento emergentes.

    El sexo: Las desigualdades entre hombres y mujeres en el mbito de las nuevas tecnologas es otra faceta de la brecha digital. En efecto, casi los dos tercios de los analfabetos del mundo son mujeres. En los pases en desarrollo, una mujer de cada dos por trmino medio no sabe leer. Aunque en los pases industrializados las mujeres representan una proporcin bastante considerable de los usuarios de Internet, en los pases en desarrollo existe el riesgo de que acumulen una serie de desventajas que les impidan acceder a las nuevas tecnologas.14

    La lengua: Representa un obstculo importante para la participacin de todos en las sociedades del conocimiento. El auge del ingls como vector de la mundializacin restringe la utilizacin de los dems idiomas en el ciberespacio, tal como puede verse en el Captulo 9 del presente Informe.

    La educacin y la procedencia sociolgica o cultural: Desde mediados del siglo XIX la escuela obligatoria permiti afrontar los desafos planteados por la primera y segunda revoluciones industriales. Cabe preguntarse si en el siglo XXI la iniciacin a las nuevas tecnologas no est destinada a convertirse en un elemento fundamental de la educacin para todos. La evolucin de la sociedad postindustrial necesitar inversiones considerables en educacin y formacin. Aqu, una vez ms, se da una ntima conexin entre la sociedad de la informacin y las sociedades del conocimiento.

    El empleo: En muchos pases, el acceso a Internet slo se efecta en los lugares de trabajo y los cibercafs, que distan mucho de estar al alcance de todos los bolsillos. La brecha tecnolgica va a menudo unida a la brecha en materia de empleo.

    La integridad fsica: En el ao 2000, slo un 23,9% de los discapacitados posea un ordenador personal en los Estados Unidos, mientras que esa proporcin ascenda al 51,7% en el resto de la poblacin.15 Como la mayora de los discapacitados suelen estar confinados en sus domicilios, Internet representa para ellos una posibilidad nica de reinsercin social, por ejemplo mediante el teletrabajo. Sin embargo, los discapacitados acumulan desventajas econmicas, culturales o psicolgicas que contribuyen a ahondar la brecha digital. Adems, las discapacidades fsicas en s mismas representan un importante obstculo para la utilizacin de los ordenadores. En el ao 2000, un 31,2% de los discapacitados mentales tena acceso a Internet en los Estados Unidos, pero esa proporcin disminua progresivamente entre los sordos (21,3%), las personas con dificultades para utilizar sus manos (17,5%), los deficientes visuales (16,3%) y los discapacitados motores (15%). No obstante, es preciso reconocer los esfuerzos de los constructores para crear instrumentos que facilitan la utilizacin de los ordenadores por los discapacitados, por ejemplo la posibilidad de acceso a mens contextuales utilizando el teclado con una sola mano.

    Recuadro 1.1 Una brecha digital multiforme

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    De la sociedad de la informacin a las sociedades del conocimiento

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    web), pero en realidad slo un 10% de las conexiones con Internet del planeta provienen del 82% de la poblacin mundial.16 Esta brecha digital es ante todo un problema de acceso a las infraestructuras. A este respecto, conviene recordar que 2.000 millones de seres humanos no disponen de corriente elctrica, que por el momento es la condicin bsica del acceso masivo a las nuevas tecnologas. Adems, se da tambin un problema de solvencia econmica muy agudo porque el costo de las telecomunicaciones sigue siendo muy elevado en los pases del Sur con respecto a los del Norte, tanto en trminos de valor absoluto como de poder adquisitivo. Los ordenadores tambin son onerosos y el suministro de servicios Internet representa una inversin sumamente elevada en las ciudades y est muy poco extendido por las zonas rurales. Adems, la familiarizacin con los instru-mentos informticos exige un tiempo considerable a los qu