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Literutura cubana

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  • Denia Garca Ronda

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    no. 8: 116-128, octubre-diciembre, 1996.

    Profesora. Universidad de La Habana.

    Denia Garca Ronda

    Hasta 1987, fecha de la publicacin de la BibliografaOnelio Jorge Cardoso, in memoriam ,1 haban sidopublicados sin contar las colecciones de reportajestreinta y ocho libros del autor, entre ellos selecciones,reediciones, compilaciones. Relatos suyos aparecen enveintitrs antologas de cuentos publicados en Cuba ytreinta y tres en el extranjero. Despus de esa fecha hepodido conocer de veintids publicaciones de su obra,sin que pueda asegurar que son las nicas.

    Cmo se ha comportado la crtica ante estasproducciones? Si bien la Bibliografa de Toms FernndezRobaina recoge ms de cien estimativas y posteriormentehan aparecido otras, la mayora no responde a unverdadero trabajo crtico; son reseas o crnicasperiodsticas sobre el autor y su obra, debidas bien a lasalida de un nuevo libro o algn otro acontecimientorelacionado con el escritor. El resto, sin embargo, ofrecedatos de inters para medir la evolucin de lasapreciaciones sobre la cuentstica de Onelio Jorge. Elcorpus crtico para este anlisis lo constituyen alrededorde veinte textos representativos de esa evolucin.

    No es hasta 1966, con la publicacin de la segundaedicin de Cuentos completos,2 que la crtica se ocupacon ms asiduidad de la obra de Onelio Jorge Cardoso.Antes de 1959, como dijera Ral Aparicio en el prlogoa ese libro, estuvo falto de crtica, falto de estmulo,rodeado de pobreza, aislado.3 Las valoracionesanteriores a esa fecha se reducen a la presentacin deJos Antonio Portuondo en el prlogo a Taita, diga Ud.cmo, 4 referencias a este autor en Cuentos cubanoscontemporneos 5 y El contenido social en la literaturacubana ;6 los comentarios de Salvador Bueno en suAntologa del cuento en Cuba7 y una que otra nota enpublicaciones nacionales.

    Esta escasez de valoraciones pudiera atribuirse a lacarencia de libros del autor en la etapa. Si bien ya habapublicado ms de veinticinco cuentos en casi todas lasrevistas cubanas, y creaciones suyas haban sidoseleccionadas para tres antologas,8 hasta 1958 cuandose edita El cuentero9 la bibliografa oneliana solo cuentacon una pequea coleccin de cuatro relatos (Taita, digaUd. cmo), y ya se sabe que muy excepcionalmente lacrtica se ocupa de textos aparecidos en publicacionesperidicas. Hay, sin embargo, una razn mayor: lapobreza crtica general de la poca, que ha sidoreconocida por varios estudiosos.10

    Onelio Jorge Cardoso:la opinin del otro

    Captulo del libro Un poco ms all. Proyeccin ideoesttica de lacuentstica de Onelio Jorge Cardoso. Premio Razn de Ser 1989. [indito].

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    Por ello resulta de gran utilidad para el anlisis actualde la recepcin de la cuentstica de O.J.C., que hayansido dos valiosos ensayistas y crticos quienes se acercaranen primer lugar a ella. Desde estas estimativas se puedendeducir los rasgos de la primitiva produccin onelianaque valor la recepcin especializada en su momento.Tanto Jos Antonio Portuondo como Salvador Buenoinsisten en el carcter de cronista fiel del mediocampesino del autor, en la sencillez y sobriedad de suestilo, y en la superacin del sociologismo que habalastrado la narrativa de Luis Felipe Rodrguez, especie deparadigma, hasta entonces, de la narracin ruralista.

    Como ha demostrado la crtica posterior, lacuentstica de Onelio Jorge es mucho ms rica y complejade lo que sugieren estas caracterizaciones; pero esosprimeros acercamientos no dejan de ser significativos:hasta 1945-46, fechas de las primeras apreciaciones dePortuondo, solo ha aparecido, como dije anteriormente,una coleccin de cuentos del autor justamente la que elcrtico prepar y prolog y las publicaciones en revistasno pasaban de una docena. Hasta 1952, cuando SalvadorBueno culmina su Antologa..., solo cinco cuentos ms hapublicado Onelio Jorge. Entre esos menos de veinterelatos, estn aquellos que (en opinin del propio autor,quien no los recogi en libro) constituyen el necesarioaprendizaje de un narrador,11 por lo que ambosespecialistas juzgaban a partir de un corpus escaso y nosiempre significativo.

    Si tenemos en cuenta, por otra parte, que el estado dela metodologa crtica no permita anlisis quedescubrieran procedimientos novedosos y eficaces enalgunos de los cuentos ya publicados, el hecho de sealarla superacin del discurso sociologista y algunos de loselementos del trabajo composicional de O.J.C., los coloca,por derecho propio, como los precursores de la mejorestimativa sobre la obra oneliana, aunque en aquellosmomentos no descubrieran toda su secreta complejidady riqueza de sentidos.

    Como ha expresado posteriormente el propio SalvadorBueno, tal visin crtica aprehenda la narrativa de OnelioJorge como un ejemplo de realismo epidrmico,motivado, segn Bueno, por el carcter tpico de su praxisliteraria [que] lo aproximaba a las pautas prevalecientespor entonces de la narrativa regionalista de la llamadanovela de la tierra.12 Para l, por tanto, esasapreciaciones respondan a las caractersticas propias delos textos juzgados, cuyos ingredientes variaransensiblemente desde el cuento El caballo de coral [...]de 1959.13

    Aunque es innegable la superacin constante de losprocedimientos artsticos de O.J.C., creo que no est enel carcter tpico de su praxis literaria de los primerostiempos, sino en los aparatos metodolgicos de quedispona la crtica literaria cubana, la causa de laorientacin de esta a verla como ejemplo de realismoepidrmico.

    Ms dramtica, aunque igualmente explicable, es lasoledad del escritor despus del triunfo de la Revoluciny hasta la segunda edicin de Cuentos completos (1966),

    cuando se ampla, aunque no lo suficiente, el nmero deexgesis sobre su obra.

    La publicacin de El cuentero (1958) nicamentemotiva tres artculos crticos, uno de los cuales aparecefuera de Cuba; mientras que de El caballo de coral (1960),14

    el bibligrafo solo puede asentar una corta resea, en larevista Casa de las Amricas, firmada por Ral Aparicio.En 1962 ve la luz la primera edicin de Cuentos completos.Como en el caso anterior, solo una crtica aparece asentada.

    Ese nico artculo de Jos Rodrguez Feo15 es, sinembargo, especialmente revelador y valioso. En primerlugar, demuestra el rechazo inicial de parte de la crtica ylectores especializados a la obra narrativa de Onelio JorgeCardoso al identificarla, aun sin haberla ledo, con elconjunto de narraciones que en toda Amrica Latinahaban desvalorizado el tratamiento de lo regional por elabuso de situaciones banales, paisajismo colorista,mimetismo lingstico, crticas panfletarias ajenas a undiscurso verdaderamente artstico, y otros males.

    El descubrimiento de Onelio Jorge Cardoso porJos Rodrguez Feo hombre de Orgenes, despus deveinte aos de labor artstica del primero, indica tambinla dispersin de los intelectuales en las dcadas de losaos 40 y 50, as como permite inferir uno de los resultadosde los estereotipos que se haban ido creando acerca de laproduccin literaria nacional (en lo que mucho tuvieronque ver las historias de la literatura cubana) quenecesariamente influan en las elecciones receptivas. Losencasillamientos en lneas ideoestticas dogmticamentefijas y polares (nacionalismo/cosmopolitismo;compromiso/evasin; realismo/fantasa; claridad/hermetismo), contribuyeron, sin dudas, a alentarprejuicios en las preferencias tanto de creadores como decrticos y lectores.

    Lo ms importante, sin embargo, del artculo deRodrguez Feo, es el tratamiento de aspectos hastaentonces no abordados o solo aludidos por la crtica. Unode ellos es la hazaa de llevar a categora de arte literarioescrito los relatos orales de los campesinos cubanos; yotro la voluntad autoral de tratar sobre las necesidadesespirituales del hombre, y la funcin de la cultura en susatisfaccin. Es igualmente Rodrguez Feo el primercrtico que reconoce explcitamente el carcteruniversalista de los cuentos de O.J.C., a partir deltratamiento de la doble necesidad humana de bienesmateriales y espirituales.

    De los escasos comentarios crticos motivados por lapublicacin de La otra muerte del gato (1964), merecencitarse el de Flix Pita Rodrguez16 y el de OscarHurtado.17 El impresionismo de ambos acercamientosno oculta la mencin de rasgos que, indudablemente,conforman la escritura oneliana y que la crtica anteriorapenas haba sealado. En el caso de Hurtado es lacondicin potica de su lenguaje, y la llamada de atencinsobre los cuentos para nios incluidos en el ttulo quecomenta.

    Flix Pita Rodrguez, por su parte, alude a la fabulacinde la realidad y a la voluntad autoral de tratarartsticamente lo sorprendente de lo cotidiano. Aunque

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    no lo dice explcitamente, sita la cuentstica de O.J.C.fuera de los lmites del realismo tradicional para acercarlaa una suerte de realismo mgico, antes de que el trminose hiciera comn a partir del boom narrativolatinoamericano.

    Otra de las crticas a La otra muerte del gato que meinteresa destacar es la que Reinaldo Gonzlez publicaraen el Suplemento del peridico Revolucin,18 sobre todoporque seala el inters del autor en el tratamiento de loque Gonzlez llama el ambiente literario. Alude a laeticidad que le exige Onelio Jorge al oficio literario einsiste, como ya lo haba hecho Rodrguez Feo, en lautilidad y necesidad humana del arte como uno de losms caros principios ideoestticos onelianos.

    Despus de la publicacin de Cuentos completos de1966, hasta 1970, aparecen quince artculos sobre el autoren publicaciones nacionales, adems de menciones enantologas, ensayos y otros textos. El asunto que movims a la crtica en esta etapa, fue la relacin del autor conel criollismo y sus similares (costumbrismo,pintoresquismo, regionalismo, folklorismo, etc.). Que laquerella del criollismo19 no haba sido superada en losaos 60 al menos en Cuba lo prueba la implcitapolmica que alrededor de la obra de Onelio JorgeCardoso se estableci entre varios crticos. MientrasRaimundo Lazo, Salvador Bueno y Ambrosio Fornet, condistintos puntos de vista, no lo separan tajantemente deesa tendencia, como tampoco lo haba hecho RodrguezFeo; otros, como Jess Daz, Reinaldo Gonzlez yReinaldo Arenas, consideran que su cuentstica nada tieneque ver con los presupuestos y procedimientos delcriollismo.

    Salvador Bueno, en un artculo publicado en El Mundo,en 1966,20 sin entrar de lleno en clasificaciones, sealaalgunos elementos nuevos en relacin con susestimativas anteriores que se pueden considerar dentrode un concepto amplio de criollismo, como laconformacin artstica de la fabulacin popular y lo queel crtico llama, coincidiendo en parte con Flix PitaRodrguez, arte mgico, de realismo bien afinado.

    Raimundo Lazo, en Literatura cubana, esquemahistrico,21 insiste en la apreciacin de la narrativa deOnelio Jorge Cardoso como indagadora de la vidadramtica, incierta, de los humildes en una sociedadegosta. Aunque le confiere artisticidad en la expresin

    de esa vida, el mayor mrito lo encuentra en la captacindirecta de los hechos de la realidad campesina, en loque, segn el historiador, llega hasta el ms crudonaturalismo. La imaginacin y la fantasa sonconsideradas por Lazo como ocasionales en la obraoneliana y francamente identificables con las ficcionescreadas por el pueblo.

    Tal punto de vista resulta, en mi criterio,absolutizador de una relacin que es, en verdad,dialctica. La fabulacin popular est en la base de laestructuracin artstica de la mayora de los cuentos deOnelio Jorge; pero no hay una total identificacin, untraslado a la letra, de sus ficciones, como no lo hay desus experiencias cotidianas; sino una interpretacinartstica de su esencia y, a partir de ello, una mayoruniversalidad en su proyeccin ideoesttica.

    Ambrosio Fornet, por su parte, en el Prlogo a suAntologa del cuento cubano contemporneo (1967),22

    despus de repasar someramente el desarrollo delcriollismo narrativo cubano desde principios de siglo,considera que la cuentstica oneliana, gracias a unavisin fantasiosa y potica del campo, del mar y de sushombres [...] ha llevado al criollismo a un punto deequilibrio que difcilmente pueda ser superado.

    Jess Daz, en un corto artculo aparecido en elnmero 3 de El Caimn Barbudo23 enfoca tambinaunque casi no utiliza el trmino el caso de laubicacin o no de Jorge Cardoso dentro del criollismo.Daz reivindica, apoyndose en la narrativa de JuanRulfo, la posibilidad de modernidad expresiva en obrasde tema rural, oponindose as a la tendencia quedefenda que solo en la literatura urbana es donde residela superacin del nativismo, folklorismo, tipicismo ycostumbrismo de que pecaron nuestras letras.

    En su artculo, Jess Daz alude a los elementos queconsidera que logran esa superacin, entre los queincluye los temas seleccionados y el trabajo con ellenguaje, que para l es indudablemente potico. Otrode los elementos que seala como portadores de cartasde contemporaneidad de una zona de la cuentsticaoneliana (hay cuentos considerados por l como partede una galera esquemtica de tpicos popularizadospor el melodrama) es el tratamiento artstico de laimaginera popular, con lo que apunta, sin extenderseen ello, a uno de los rasgos que ya haban llamado la

    La heterognea formacin intelectual de los que practicabanla crtica literaria, el retraso en la informacin terico-metodolgica, y, sobre todo, el hecho de que en todos los casos,la manifestacin de criterios se produca en cortos artculosperiodsticos, menciones en prlogos de antologas o historiasgenerales de la literatura cubana, afectaron indudablementela posibilidad de una mayor profundizacin en la cuentsticade Onelio Jorge Cardoso.

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    atencin de varios crticos y que motivaraninvestigaciones o reflexiones ms profundasposteriormente.

    Entre los artculos crticos que ms directamenteenfocan la cuestin del criollismo en relacin con lanarrativa de O.J.C., est el que Reinaldo Gonzlez publicen La Gaceta de Cuba en 1969, bajo el ttulo A qu hueleel criollismo?.24 Para Gonzlez, el trmino ha quedadoinvalidado por el abuso y ha llegado a significar el simpletraslado de ambientes, situaciones y hechos de la vidareal [rural] a la literatura, con fidelidad; con lo queidentifica criollismo con un realismo documental ajenoal arte. Onelio Jorge Cardoso no cabra dentro de estosrasgos; no hay en su obra traslado o rescate desituaciones reales ni acuarelismo o crnica decostumbres, sino una interpretacin subjetiva, esttica,de determinado hecho referencial.

    Aunque algunos crticos ya haban aludido a laconveniencia de tomar lo ficcional como objeto de estudiobsico en el anlisis de la obra de O.J.C., es ReinaldoGonzlez quien enfatiza en ello por primera vez, y apunta,por otra parte, los rasgos que lo excluyen del criollismoque ha descrito. Gonzlez aborda, adems, laproblemtica sencillez/complejidad de los cuentosonelianos y su capacidad comunicativa.

    Hay, sin embargo, dos aspectos en la apreciacin deGonzlez que la produccin oneliana por una parte, y lainvestigacin cientfica por otra, han negado. Uno de elloses el agotamiento de la capacidad creativa del autor.Cuando el crtico publica su comentario, an no habansalido a la luz los dos libros mayores de O.J.C.: Abrir ycerrar los ojos (1969)25 y El hilo y la cuerda (1974).26 Juzgaba,por tanto, a partir de lo publicado antes. Elestancamiento que teme se basa posiblemente en laimpresin que le causaron La otra muerte del gato (1964)e Iba caminando (1965),27 colecciones que resultarontransicionales, indispensables para la maduracin de losrecursos expresivos del autor; pero no los mejoresejemplos de su produccin narrativa. Ello quizs hayahecho pensar al crtico que lo ms importante de la obrade Cardoso ya se ha producido y que no es la suya eltipo de narrativa que puede influir en la generacin joven.Ni una cosa ni otra ocurri. Lo ms importante de laobra de Cardoso se haba producido en parte, pero estabaan por completarse. Como libros integrales, ninguno delos anteriores supera a Abrir y cerrar los ojos y El hilo y lacuerda, aunque haya cuentos de aquellos que siempreestarn entre lo ms significativo de su narrativa.

    El otro aspecto discutible del importanteenjuiciamiento de Reinaldo Gonzlez es el que se refierea la supuesta espontaneidad de los hallazgos estilsticosdel autor. Al considerarlo un escritor intuitivo, de feliceshallazgos fortuitos, desvaloriza implcitamente lasganancias artsticas de su obra, al darlas como casuales yno como el resultado de un mtodo creativo, que si bienno fue libresco, s parta de una concepcin del mundo yde la literatura, y de procedimientos y recursos que, node manera fortuita, sino perfectamente interiorizados,tena en su haber el escritor. En el caso de Onelio Jorge

    Cardoso se cumple lo dicho por Roland Barthes: la obraes siempre la realizacin de un proyecto que ha sidodeliberado a un cierto nivel por el autor (este nivel no esforzosamente el del intelecto puro) [...].28 No hay, pues,simple intuicin, sino una determinada voluntad deseleccin, categorizacin e interpretacin esttica, a partirde una lgica artstica especial, por muy espontneosque parezcan los resultados.

    Aun en 1970 despus de publicado Abrir y cerrar losojos la batalla acerca del carcter criollista o no de lanarrativa oneliana no ha cesado, sino que cuenta connuevos y sustanciales elementos de anlisis. En ese propioao, Reinaldo Arenas publica Con los ojos abiertos29

    en La Gaceta de Cuba. Varios aspectos de su crtica resultanbsicos para la estimativa general de los cuentos de OnelioJorge, entre ellos, la valoracin de su lenguaje yestructuracin artstica, el reconocimiento del carcteresttico de su interpretacin de la realidad y otros.

    Como antes otros crticos (Daz, Hurtado, Flix Pita),Arenas se refiere a la poesa de los cuentos de OnelioJorge; pero va ms all porque encuentra esa poesa notanto en el lenguaje del narrador o de los personajes, sinoen la actitud vital de algunos de ellos que, en esencia,representan al Poeta, al imaginador, al artista.

    Arenas da un paso importante en la valoracin de laobra oneliana, al referirse implcitamente a un realismointegral en el que tanto lo material como lo subjetivoforman parte de la realidad que se indaga artsticamente.De la misma manera que rechaza al modo colrico quelo caracterizara ms tarde el adjetivo de criollista paraOnelio Jorge, como lo han llamado algunos traficantesde la palabra, tambin niega los asertos de aquellos queconsideraban el tratamiento de la fantasa como algoocasional y ajeno a su mundo narrativo.

    Una crtica aparecida en 1968 merece comentarioaparte, no solo porque se refiere especficamente a loscuentos para nios, sino por las consideraciones sobrevarios aspectos claves de la narrativa de Onelio JorgeCardoso. Se trata del artculo de Eliseo Diego Trescuentos para nios.30 Diego, quien adems de excelentepoeta era traductor y especialista en literatura en lenguainglesa, incluidas las grandes obras dedicadas a la infancia,fue uno de los primeros en sugerir la presentacin demitos cubanos en pequea escala en los cuentos paranios de Onelio Jorge. Tales mitos forman parte dealgunos de los ms caractersticos ejes temticos de laobra de O.J.C. El tratamiento de los mismos en sunarrativa para nios lcidamente sealados por EliseoDiego tiene una doble significacin: la capacidad de laserie literaria infantil para desarrollar ideas de proyeccinuniversal y el hecho de que Onelio Jorge Cardoso hayapodido sustraerse al pasmo de seriedad que mantienergidamente alejados de los nios a la mayora de losescritores y artistas de nuestras culturas latinas.

    Diego se refiere a rasgos de la estructuracinlingstica de esos cuentos, que son aplicables a toda laprosa oneliana, como el logro de una expresin que es, almismo tiempo, cubana y universal; basadaindudablemente en el registro popular, pero no en la

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    transcripcin de sus elementos cosa, por otra parte, deltodo imposible, segn el crtico, debido a la propianaturaleza del lenguaje hablado, sino en la aprehensinde la sustancia de ese lenguaje y en la organizacin originaldel discurso, sobre todo en cuanto a la sintaxis y laseleccin lxica.

    La dcada del 70 mostrar el inicio de variacionesnada despreciables en los mtodos de enfoque sobre laobra de Onelio Jorge Cardoso. Ello aconseja hacer unbalance parcial de lo ocurrido antes. Lo primero quellamara la atencin de alguien no familiarizado con lasituacin de la crtica cubana hasta esa dcada, es laescasez de valoraciones sobre un autor del que se ha dicho,por importantes crticos y hombres de letras, que es unode los mejores cuentistas de Latinoamrica. Para explicaresa carencia, no habra ms que repasar lo que para lacrtica de toda la produccin artstica y literaria cubanadijeran estudiosos como Juan Marinello, Jos AntonioPortuondo, Ambrosio Fornet, Roberto FernndezRetamar, Desiderio Navarro, entre otros.31

    La heterognea formacin intelectual de los quepracticaban la crtica literaria, el retraso en la informacinterico-metodolgica, y, sobre todo, el hecho de que entodos los casos, la manifestacin de criterios se producaen cortos artculos periodsticos, menciones en prlogosde antologas o historias generales de la literatura cubana,afectaron indudablemente la posibilidad de una mayorprofundizacin en la cuentstica de Onelio Jorge Cardoso.Sin embargo, varios de los que se acercaron a su obra, auncon viejos modos de enjuiciamiento,32 sealaronaspectos de su mtodo artstico, refrendados ydesarrollados ms tarde por anlisis ms profundos ypormenorizados. Tales rasgos correspondangeneralmente al plano ideotemtico y su relacin con elcontexto social y las tendencias literarias, aunque algunoselementos composicionales fueron sealados o sugeridos.

    Entre lo ms significativo de los avances crticos hastaentonces est la consideracin del carcter artsticonovedoso de los cuentos de O.J.C., la fabulizacin y eltratamiento potico de los asuntos seleccionados, eldesarrollo de la idea de la integralidad material-espiritualde las necesidades del hombre y dentro de ello el intersautoral de indagar sobre la creacin y la recepcinartsticas, y la posibilidad de realizacin yautotrascendencia humanas.

    Inicio de la crtica cientfica

    En 1981, Desiderio Navarro haca un balance de lacrtica cubana hasta entonces e insista en el bajo nivelcualitativo de la mayor parte de la crtica literaria delperodo examinado. Entre otras particularidadescausantes de ese estado de cosas, sealaba:

    La desatencin a la realidad textual dada en las obras literariasconcretas, la falta de un aparato conceptual y metodolgicodefinido, coherente, cientfico y actual para el anlisis y lainterpretacin; el tratamiento absolutamente separado delos aspectos de carcter formal o estilstico-composicional y

    los relativos a la ideologa y la psicologa social o al contenidoen general; las explicaciones y generalizaciones vulgares decarcter sociologista, gnoseologista, biografista, psicologistao formalista, etc.33

    A principios de ese mismo ao, 34 Navarro,refirindose a la escasez de trabajos propiamenteinvestigativos y crticos sobre la obra de Onelio JorgeCardoso, hablaba de sus complejas peculiaridadesliterarias y de la necesidad de emplear, para suclasificacin y valoracin, los aparatos conceptuales ymetodolgicos ms efectivos de la narratologa actual.35

    Aunque tmidamente en cuanto al nmero de susautores y la informacin terico-literaria disponible, elacercamiento cientfico a la obra oneliana habacomenzado en Cuba desde bien al inicio de la dcada delos 70 y continuara enriquecindose hasta la actualidad.A ello contribuiran varios factores entre los que sedestacan:

    La paulatina elevacin del nivel cientfico-metodolgicode los crticos sobre todo de los jvenes por lamodernizacin de los estudios de teora y metodologade la investigacin literaria en las universidades.36

    El sostenido aumento de la informacin cientfico-literaria, mediante la publicacin de obras deespecialistas37 y, principalmente, la labor de traduccin,divulgacin y promocin, llevada a cabo por DesiderioNavarro a travs de Criterios38 y de la Sub-seccin (hoyda Seccin) de crtica de la Asociacin de Escritoresde la UNEAC, con la organizacin de talleres,coloquios y eventos nacionales e internacionales sobrela crtica y la investigacin literarias.

    A ello habra que aadir que la dcada de los aos 70fue especialmente productiva para Onelio Jorge Cardoso.Adems de la publicacin en Cuba y en varios pases deselecciones de su obra, cuentos suyos fueron recogidosen veinticinco antologas editadas en el exterior, yaparecieron cuarenta y cinco de sus relatos enpublicaciones peridicas nacionales y extranjeras. En 1974se editan El hilo y la cuerda, uno de los libros ms orgnicosy de mayor calidad de la produccin oneliana, y Caballitoblanco,39 donde se unifican por primera vez sus cuentospara nios, anteriormente solo publicados en revistas oformando parte de otros libros. En 1975 sale a la luzCuentos,40 con los relatos que el autor considerdefinitivos para conformar su narrativa completa hastaesa fecha.

    Todas estas publicaciones, y en especial la maestrademostrada en sus nuevas producciones, incentivaron sindudas la respuesta crtica, y ello no solo en Cuba. Lamayor recepcin de la cuentstica oneliana se aprecia enartculos, prlogos y otros textos salidos de plumasextranjeras. En el perodo 59-70 solo se conocen tresexgesis no cubanas; entre 1971 y 1980, por lo contrario,aparecen trece, entre ellas varias de latinoamericanoscomo Mario Benedetti, Jorge Cornejo Polar, WinstonOrrillo y Jaime Meja Duque.

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    En cuanto a la crtica cubana, se aprecia desde entoncesun mayor inters por indagar aspectos particulares de sumtodo creativo a partir del trabajo composicional y suarticulacin con los valores significativos de sus relatos.

    Ya en 1968, Guillermo Orozco se haba interesado enel estudio de la caracterizacin de personajes en loscuentos de O.J.C.,41 y continuara posteriormente susinvestigaciones sobre algunos de sus procedimientosartsticos.42 Por su parte, Sergio Chaple, en 1970, y SalvadorArias en 1972, inician la investigacin cientfica de lostextos onelianos con sendos anlisis acerca de Hierroviejo43 y Nino.44

    Sobre la base del estudio de las relaciones espaciales ytemporales y sus correspondencias con las acciones depersonajes, as como de algunas distinciones estilsticas,Chaple demuestra la complejidad composicional deHierro viejo, uno de los relatos de la primera etapa enel quehacer narrativo de O.J.C., con lo que niegaobjetivamente el marchamo de sencillo, ingenuo, pocoelaborado, con que buena parte de la crtica habacaracterizado al autor, y al mismo tiempo valida lasconsideraciones impresionistas alusivas a la aparentesencillez y sorprendente complejidad de su cuentstica.

    El crtico destaca, entre otros aspectos, el equilibriologrado en los desplazamientos espacio-temporales, apartir de exposiciones retardadas, clculo indirecto deltiempo, retrospectivas y otros recursos. Al analizar eltrabajo de caracterizacin de personajes y descripcindel espacio, ratifica lo aludido por la crtica anterior encuanto a la voluntad sintetizadora del narrador, que soloofrece aquellos rasgos imprescindibles al desarrollo de lahistoria o la creacin de determinada tensin dramtica,dados casi siempre de manera elptica.

    El juego precisin/imprecisin, como recurso tcnicode peso en Hierro viejo y lo que Chaple llamaperspectivas visuales rasgos que le hacen considerarel mtodo oneliano como muy cercano al impresionismoliterario van a ser elementos hurgados por anlisisposteriores en distintos relatos de O.J.C. Igual carcteranticipador tiene la consideracin de la concepcinsimblica general del cuento y la carga semntica queadquieren ciertos objetos y acciones, aunque, a mi modode ver, el crtico hiperboliza esa significacin en algunosde ellos.

    El ensayo de Salvador Arias, por su parte, ms extensoy con ms elementos que investigar en su objeto de estudio,es igualmente fundador del anlisis cientfico de lanarrativa de Onelio Jorge Cardoso. Arias es el primeroque de manera explcita refiere lo que considero elquilate rey de la composicin oneliana: ...laespontaneidad y la sencillez pueden ser logros obtenidospor el talento del autor, que ha sabido encubrir losandamiajes tcnicos en beneficio de la comunicabilidad.

    El crtico escoge para la indagacin sobre lascaractersticas y valores de Onelio Jorge Cardoso comocuentista [y para] una ejemplificacin objetiva de losbasamentos tcnicos del gnero, el cuento Nino, escritoy publicado en 1944, y uno de los cuatro que forman elprimer libro del escritor. Su anlisis ratifica algunos de

    los procedimientos metodolgicos que haba encontradoSergio Chaple en Hierro viejo, y aade otras calas aldiseo composicional oneliano a partir de un tripleabordaje: la definicin de la estructura externa,caracterizada bsicamente por la articulacin entre unahistoria-marco y una enmarcada; la de la estructurainterna, mediante la identificacin y examen delfuncionamiento de los elementos mnimos de la accin,vistos en secuencia; y el anlisis de las distintas formaselocutivas utilizadas en el cuento, y su combinacin.

    Tanto Chaple como Arias realizan sus indagacionessin renunciar a la interpretacin y valoracin del texto ensus relaciones con el autor y con el contexto social que lesirve de referente. Uno y otro, sin seguir modelosespecficos de anlisis tomados de un solo autor o escuela,logran por primera vez en la estimativa sobre la obra deO.J.C., aplicar mtodos cientficos al estudio de sus textos,lo que influira no poco en el creciente inters por estetipo de examen, interpretacin y valoracin crtica enotros relatos onelianos.

    Otro paso en la definicin de procedimientos ysentidos de los cuentos de O.J.C. lo da el propio SalvadorArias, en 1976, al hacer un primer acercamientocomparatstico entre un cuento popular tradicional,tomado de la antologa Cuentos populares cubanos ,45

    realizada por Samuel Feijo, y una de las historiasinsertadas en El cuentero.46

    Otros investigadores y crticos realizaran en elperodo 71-80, indagaciones sobre procedimientoscomposicionales y estilsticos del autor en uno o mscuentos. Arnaldo Tauler, que las hace sobre En lacinaga,47 escrito en 1961, se apoya, como GuillermoOrozco, sobre todo en el trabajo de caracterizacin depersonajes y su relacin con el contexto social presentadoen la historia. A partir de ello analiza algunos elementosestructurales y recursos de estilo, al tiempo que losinterpreta semnticamente. El resultado de su anlisiscoincide con los anteriores en la determinacin deprocedimientos y propsitos ideoestticos del autor, loque ratifica la presencia de un mtodo de configuracinartstica en la narrativa de O.J.C.

    En su crtica, Tauler se refiere a errores de punto devista en el cuento que analiza. La obra dice estnarrada en tercera persona (omnisciente), pero introducea veces, de manera no consciente, giros pronominales dela primera. La confusin entre la narracin en tercerapersona y la omnisciencia del narrador ha sido yasuperada por los actuales estudios narratolgicos. Unalectura atenta de En la cinaga nos da cuenta de que elnarrador es solo parcialmente heterodiegtico y no losabe todo, como tambin pasa en otros cuentos (Elhomicida, Moigeso, Isabelita, El hilo y lacuerda). En el caso de En la cinaga, como el propioTauler dice al principio de su ensayo, el hablar delhombre de la cinaga nos llega en la expresiva y realistavoz del cuentero que percibimos en el relato [el nfasis esmo. D.G.R.]. Para probarlo utiliza un ejemplo de la voznarrativa: Ella pudo venir desde cualquier punto delredondo horizonte de cortaderas. Tal enunciado, la duda

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    implcita en la forma verbal pudo venir, niega de iniciola omnisciencia. El narrador incorpora al Gallego y esdesde su punto de vista que focaliza a la mujer y alescenario de las acciones. Ello parte, segn mi criterio, dela voluntad autoral de representar literariamente laatmsfera de la comunicacin oral su herenciacuentera y no de un error composicional. El hechode que insista, en cuentos como En la cinaga, escritoen 1961, en esas transgresiones que ya aparecen en Elhomicida, de 1940, creo que prueba lo dicho.

    Nuevos rumbos de la crtica

    En la dcada de los aos 80 la crtica sobre la cuentsticade Onelio Jorge Cardoso presenta varios aspectos deinters. Adems de un mayor nmero de valoraciones(ms de cincuenta, sin contar notas de homenajes,entrevistas, referencias a su muerte), se aprecia, en muchasde ellas, un mayor rigor cientfico, tanto en indagacionesrealizadas por cubanos como por especialistas extranjeros.

    Varios hechos fueron motivadores y/o representativosde los nuevos rumbos de la crtica acerca de este autor.Uno de ellos fue el ya mencionado Coloquio, celebradoen 1981 en la UNEAC. Cinco de las siete ponenciaspresentadas fueron expresamente preparadas para elevento, y cada una examina una faceta de la obra de O.J.C.poco o nada abordada anteriormente. Con distintosprocedimientos y puntos de vista, se expusieron estudiossobre el tratamiento de los personajes femeninos (SalvadorBueno), las ganancias estilstico-composicionales de loscuentos recogidos en el primer libro del escritor (ErnestoGarca Alzola), el relieve narrativo de sus cuentos (LuisAlvarez Alvarez), el tratamiento de los valores espirituales(Denia Garca Ronda) y la relacin sintagmtica entrereportajes y textos de ficcin del autor (Eduardo LpezMorales).

    Varios aos despus, Salvador Bueno prepar laValoracin mltiple48 para Casa de las Amricas, antologacrtica que recoge los mejores estudios acerca de la obraliteraria oneliana. La seleccin demuestrafehacientemente la capacidad de esa cuentstica paramotivar indagaciones en las que se ponen en juego lasposibilidades terico-metodolgicas ms modernas y

    eficaces, y los ms diversos enfoques ideolgicos yestticos.

    Otro hecho significativo y novedoso dentro deluniverso crtico oneliano, es la publicacin de librosenteramente dedicados a su obra. En la dcadaaparecieron tres, uno en Cuba (Algunos aspectos de lacuentstica de Onelio Jorge Cardoso , de Josefa de la C.Hernndez Azaret49), otro en Mxico (Potica y liberacinen la narrativa de Onelio Jorge Cardoso, de Renato PradaOropeza50) y el ltimo en los Estados Unidos (OnelioJorge Cardoso: cuentero para nios y adultos, de EfthimiaP. Paulakis51). A estos habra que sumar, ya en 1993,Secretos de Juan Candela, de Agustn Mulet Prez,52 queintenta un anlisis psicolgico de personajes ysituaciones en algunos cuentos de O.J.C., y El cuentero,la otra dimensin (1995), de Denia Garca Ronda.53

    Una de las exgesis ms actualizadas y productivaspara la interpretacin y valoracin del mtodo artsticooneliano, es la que expuso Luis Alvarez Alvarez en elColoquio del 81.54 Tomando como base terico-metodolgica el estudio de Harald Weinrich sobre lostiempos verbales, el investigador profundiza en laorganizacin interna de algunos cuentos, sobre todo enla funcin del narrador-personaje que Alvarez resumecomo la de poner en la propia voz de los humildes lahistoria que va a ser narrada. Vale decir la misinimportantsima de lograr un efecto de directaverosimilitud sobre el lector.

    Confrontando los narradores homodiegticos quedescribe Weinrich, y asimismo los de algunas obrascubanas, con los de los cuentos onelianos, el crticoseala las diferencias entre unos y otros, sobre todo encuanto al sentido de pertenencia al mundo presentado.Despus de analizar esos aspectos concluye que, en elcaso de O.J.C., su cuentstica se apoya sobre un rasgode estilo bien definido: el proponer un relieve narrativoque se orienta hacia el lector, con predominio [...] de unmaterial lingstico directo en el cual parece asordinarsela intervencin explcita del autor. Con lo que la ubicaen la inmediatez y el dramatismo del mundocomentado, por sobre el distanciamiento relativo delmundo narrado.

    Alvarez Alvarez toca en su almendra uno de losmisterios de la cuentstica oneliana, su para muchos

    La creciente interpretacin de Onelio Jorge Cardoso como unescritor de valor universal se demuestra en las sucesivascomparaciones que ha establecido la crtica con grandesnarradores de diversas pocas y pases. De una forma u otra,algunos crticos han encontrado coincidencias en niveles decalidad y en determinados aspectos ideotemticos y/ocomposicionales entre la cuentstica del cubano y Antn Chjov,Julio Ramn Ribeyro, Jos Mara Arguedas y, sobre todo, JuanRulfo.

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    sorprendente comunicabilidad, a pesar de que, cadada ms, la crtica descubre nuevos meandros en sucomplejidad conceptual y estructural. Para l, esprecisamente el relieve de su estructura narrativa, sufidelidad al mundo comentado, lo que permitefcilmente el acceso del lector al mbito creadoliterariamente.

    En el mismo ao del Coloquio, la chilena PatriciaRubio de Lrtora public en Mxico El concepto defocalizacin. Su aplicacin a la cuentstica de OnelioJorge Cardoso,55 que constituye uno de los ensayosms esclarecedores y completos sobre elfuncionamiento de la estructura discursiva en la obrade este autor. Al tiempo que demuestra la potencialidadde la cuentst ica oneliana para servir de base aexploraciones sobre determinado mtodo deinvestigacin cientfico-literaria, Rubio de Lrtoraclasif ica, mediante la aplicacin de niveles ymodalidades de focalizacin, aspectos del relievenarrativo de algunos relatos, cuya complej idadresultaba indescifrable utilizando otras tcnicas, o quefueron considerados errores en otros acercamientoscrticos.

    La aplicacin del concepto de focalizacin a lacuentstica oneliana, realizada por Patricia Rubio, nose limita a la descripcin de la misma y los cambios demodalidad y nivel focalizadores o sus combinaciones,sino que su desentraamiento permite inferir sudecisiva participacin en la produccin de sentidos delos distintos relatos. Esta capacidad es, en mi criterio,lo ms valioso del mtodo, y de su aplicacin a loscuentos de O.J.C., que le permitieron a la investigadora,por otra parte, hacer efectivos ajustes a las tipologasque le sirvieron de base terico-metodolgica.

    La misma autora public en 1985 La figura delnarratario en la narrativa de Onelio Jorge Cardoso,56

    en el que a partir de las categoras de narrador ynarratario, de las que realiza una amplia descripcin,valora la especial funcionalidad de esta ltima en varioscuentos onelianos.

    Editado en 1982, pero aparentemente escrito aosantes, Algunos aspectos de la cuentstica de Onelio JorgeCardoso,57 de Josefa de la C. Hernndez Azaret, resultser la primera monografa dedicada por entero alescritor. Teniendo en cuenta la escasez deacercamientos crticos sobre la obra de Jorge Cardoso,la autora se propone objetivos modestos: mover oestimular el inters de los estudiosos y aficionados dela literatura hacia autores cubanos importantes y pocoestudiados.

    El mayor nfasis valorativo lo pone la investigadoraen el plano ideotemtico, y dentro de l en la denunciasocial, que considera objetivo bsico de buena parte dela cuentstica oneliana, sobre todo en su primera etapa.Esta, por otra parte, constituye casi totalmente el corpusde su anlisis. El perodo de mayor madurez creativadel autor es apenas tratado mediante vagasgeneralizaciones. Por ello, la divisin en etapas resultaprcticamente inoperante en el texto.

    De estos acercamientos, lo ms logrado es el estudiode los personajes. Hernndez Azaret repasa los distintostipos de caracterizacin utilizados en cuentosrepresentativos, as como la relacin entre ellos y laproduccin de significados. Hay, sin embargo, aspectospolmicos en su valoracin, sobre todo en lo que respectaa las peculiaridades del habla. Segn la autora, esterecurso pierde eficacia, al no individualizar correctamentea los personajes [...] Cardoso se vale a veces de giros quese alejan por completo de la norma de estas gentes o quesencillamente no caben dentro de ella. Al reclamar unadeterminada fidelidad a la norma lingstica referencial,Hernndez Azaret toma como patrn de anlisis unmodelo de realismo epidrmico, que ella misma hanegado anteriormente. An ms discutible es suapreciacin de la no diferenciacin lingstica depersonajes y narrador como una falla de estilo; mscuando, en los ejemplos que cita, o bien el narrador es unpersonaje (Mi hermana Visia, El caballo de coral) ola narracin es prcticamente un discurso indirecto deuno de los personajes (El regreso, Donde empieza elagua).

    Aunque no deja de tener utilidad, sobre todo paraintroducir a nuevos lectores en la obra oneliana, lamonografa de Josefa Hernndez Azaret presenta ellamisma, determinados percances tcnicos que nopermiten su mayor efectividad en tanto investigacincrtico-literaria. El aparato conceptual y metodolgicocuyas fuentes tericas no se sealan no permiti unamayor profundizacin en las peculiaridades del mtodocreativo de Onelio Jorge Cardoso, ni la ms convincenteinterpretacin y valoracin de su cuentstica.

    La creciente interpretacin de Onelio Jorge Cardosocomo un escritor de valor universal se demuestra en lassucesivas comparaciones que ha establecido la crtica congrandes narradores de diversas pocas y pases. De unaforma u otra, algunos crticos han encontradocoincidencias en niveles de calidad y en determinadosaspectos ideotemticos y/o composicionales entre lacuentstica del cubano y Antn Chjov, Julio RamnRibeyro, Jos Mara Arguedas y, sobre todo, Juan Rulfo,a quien se refieren Omar Gonzlez, Jos Soler Puig, RenatoPrada Oropeza, Iuri Talvet y Mnica Mansour, por solocitar algunos.

    En esos casos, sin embargo, no se han realizado anlisiscomparatsticos que prueben objetivamente los elementosde concurrencia, influencia, intertextualidad u otros, entrerelatos especficos. Si descontamos el breve artculo deOmar Gonzlez,58 la confrontacin de uno o ms cuentosonelianos con los de otro narrador, la inicia TrinidadPrez en Joo Guimares Rosa y Onelio Jorge Cardoso:en la tercera orilla de la imaginacin,59 en donde estudiaelementos de coincidencia entre La tercera orilla delro, cuento del escritor brasileo, y El caballo de coral.

    Aunque estos relatos presentan ciertas cercanasargumentales, el elemento de identidad lo encuentra lainvestigadora en lo que se puede considerar la Potica deambos autores, que se sintetiza en los dos relatosestudiados. La proyeccin semntica en uno y otro se

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    manifiesta mediante la contraposicin de dos realidades:una lgica y cotidiana, que se niega con otra cargada deirracionalidad y extraamiento. Para demostrar estaspremisas, Trinidad Prez analiza, mediante variosesquemas de accin, la progresin narrativa de amboscuentos, que sealan su carcter simblico.

    El estudio de Trinidad Prez resulta un modelometodolgico eficaz para nuevas confrontaciones de laobra de Onelio Jorge con otros escritores con los quepresenta determinada afinidad. Por lo pronto, el resultadode su investigacin no deja lugar a dudas sobre lasignificacin del cuentista cubano, cuyos valores soncomparables a los de grandes escritores latinoamericanosde nuestro siglo.

    Como sucedera con otros textos, Los relatos y losdas, de Jaime Meja Duque,60 fue escrito especialmentepara la Valoracin mltiple, pero apareci antes en otrapublicacin por la demorada salida de aquella. Para MejaDuque los cuentos de O.J.C. potencian la relacin texto-lector, al punto de poder considerarse al ltimo como unsegundo narrador. Mediante paulatinos desciframientosy transformaciones de la experiencia receptiva,provocados por el texto, se cumple lo que considerafuncin bsica de la cuentstica oneliana: la dilatacindel espacio social de la cultura y la afirmacin de laidentidad propia en ella. Las sugerencias de interpretacinde los relatos van tambin distendindose y provocan enel lector nuevas y cada vez ms profundas convicciones.Y todo ello a partir de la presentacin elptica y concisade la ancdota y la densidad potica del lenguaje.

    Del mismo modo encuentra el crtico una entraablerelacin autor-texto, no con un sentido biografista nisuponiendo su presencia en el discurso narrativo, sinoconsiderando la influencia, en su sistema temtico-expresivo, de la experiencia, convicciones y visin delmundo del autor real, cuyos procedimientos artsticosson consecuencia tcnica de una visin estoica de laspropias conductas de los hombres y no un trabajoartesanal.

    Meja aprecia, creo que con razn, una intencinalegrica en el tratamiento de lo imaginario y lo fantsticoen la narrativa de O.J.C., as como su relacin con laoralidad de los relatos populares. Para l, tal relacin seestablece no solo por la naturalidad de la expresin, sinopor la sabidura secular que se manifiesta en sus cuentos,equilibrada eficazmente con los rigores expresivos de lamodernidad. Su estimacin acerca de ello, no se detieneen la bsqueda de los procedimientos que acercan losrelatos de Onelio Jorge a la tradicin cubana, sino, sinnegar esto, al acervo universal desde los tiempos msantiguos.

    La conclusin de sus indagaciones, despus de analizaruna considerable muestra de los cuentos de Onelio Jorge,resulta una valoracin hasta entonces indita: Es as comode pronto, y dijrase que por el camino ms breve ysoslayado, Onelio se convierte en un clsico [nfasis deJ.M.D.].

    Entre lo textos entregados expresamente para laValoracin mltiple, est El cuentista de los cuenteros,

    de la franco-mexicana Mnica Mansour,61 que constituyeun interesante acercamiento a la obra de Onelio Jorge ensu relacin con las narraciones oral-populares, vistas estasno en su variante cubana, sino en su conceptualizacinuniversal. Acertadamente, la Mansour opina que la obrade Onelio podra considerarse, de distintas maneras,como una indagacin tanto de la funcin del cuentero,como de la funcin del cuento. No creo, sin embargo,valedero su criterio acerca de la reproduccin otranscripcin fiel de los cuentos populares en los relatosde O.J.C. Tal concepcin de transcripcin lleva aMansour, en ocasiones, a absolutizar procedimientos delautor en la estructuracin narrativa de este tipo de relatos;como asegurar, por ejemplo, que los recursos retricosen sus cuentos se utilizan siempre en relacin no con lasacciones (la transformacin narrativa), sino con lasdescripciones sobre todo fsicas de los personajes.Ello es cierto solo en algunos textos; pero en otros, comoEl cuentero, La noche como una piedra o Lossinsontes, son precisamente las acciones de los personajesoyentes, su transformacin en relacin con las historiasde los respectivos cuenteros, lo que destaca el narrador.Por otra parte, las descripciones sobre todo fsicasson escasas e intencionadas en los cuentos onelianos, yno siempre funcionan como acotaciones para lograr laatmsfera de la oralidad.

    A pesar de estas absolutizaciones, es muy valioso elanlisis de la Mansour acerca de los planos narrativos, ascomo temporales y espaciales, provocados por elprocedimiento de insertar historias provenientes de laoralidad popular en un cuento escrito y que, en su lectura,clarifican la produccin de sentidos desde lo realistahasta lo fantstico y lo mgico, con un mediador elcuentero que conecta los dos planos y logra una especialcoherencia en aspectos aparentemente polares como locotidiano y lo mgico, el realismo y la fantasa.

    Segn la apreciacin de Iuri Talvet, quien en 1986public Onelio Jorge Cardoso en sus dos tiempos,62 lanarrativa oneliana se manifiesta en dos grandes campos:el costumbrista, que representa el inicio de la dimensinrealista en su obra, y lo que llama el tiempo de laimaginacin, del subconsciente: la amplificacin de ladimensin realista. Tal divisin pudiera hacer pensaren una revitalizacin de la vieja polmica acerca de laubicacin o no de la obra de O.J.C. dentro del localismocostumbrista. Sin embargo, a partir de su concepto decostumbrismo el tratamiento del mundoinmediatamente circundante con sus relaciones materialesy su presin sobre la conciencia del hombre, Talvetampla el campo semntico del trmino.

    La pertenencia de determinados relatos onelianos alcostumbrismo, la justifica el crtico sovitico por el hechode que el campo visual se concentra en la esfera de locotidiano tanto rural como urbano donde no haylugar para aventuras grandes, acontecimientosextraordinarios que destaquen en el cuento la historia, laleyenda [nfasis de Talvet]. Su concepcin, por tanto, sebasa en la mayor o menor amplitud del foco y no tanto enla profundizacin de la indagacin artstica. Por ello en

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    la zona costumbrista de la cuentstica de Onelio Jorge,no faltan la densificacin del mundo presentadomediante la simbolizacin; la utilizacin conpropsito semntico del humor, la irona y aun elsarcasmo, el humor negro y el grotesco; y en general laorganizacin discursiva de historias donde lospersonajes superan su tiempo fsico para entrar en untiempo humano, gracias a la imaginacin o a actitudesvitales enriquecedoras.

    En mi criterio, Talvet jerarquiza en demasa lobiolgico y lo fsico como representantes de un estadioelemental de la existencia y como oponentes de la cabalrealizacin humana, que el crtico concibe como tareaindividual. La humillacin espiritual que efectivamentesufren algunos personajes, apunta siempre a causassociales y a la conciencia individual o colectiva quehistricamente aquellas han ido conformando. Polmicaes tambin la dicotoma existencia material y biolgica/superacin individual de esa existencia como proponeTalvet. La proyeccin ideoesttica de los cuentosonelianos tiende a crear un sujeto social representativode una determinada colectividad, y la superacin de laexistencia oprimida y subordinada por muyindividuales que sean los portadores tiene tambinun objetivo colectivista, a partir del carcter alegricode la mayora de los relatos.

    De lo ms significativo en el texto del crticosovitico es la valoracin del carcter realista de loscuentos de Onelio Jorge, que se orienta hacia la negacindel reduccionismo de muchas de las estimativas sobreel concepto. Especialmente alrededor de los relatos quele permiten hablar de un tiempo de la imaginacin, delsubconsciente, Talvet realiza una vlida interpretacinde la versin oneliana del realismo. Al respecto expresaque

    en los mejores cuentos de Onelio Jorge Cardoso el planodel subconsciente adquiere una calidad superior gracias alos movimientos rpidos de un punto de vista a otro, a lavinculacin dinmica del subconsciente con la realidadinmediata, con la conciencia trivial y con el plano de laimaginacin.

    Dentro de la variedad de enfoques y procedimientoscrticos, sobre la obra oneliana en los aos 80, estnaquellos que estudian un texto en particular. En varioscasos ello fue estimulado por Salvador Bueno para suinclusin en la Valoracin mltiple , pero no siempreaparecieron por primera vez en ella, dada la demora enel proceso de edicin del volumen, como ya heinformado. No obstante, la conjuncin de varias de estasindagaciones y de otras anteriores, muestra laencomiable tendencia crtica a hacer estudiosnarratolgicos detallados de textos especficos del autor,lo que permite una mayor profundizacin en su relievenarrativo y en la produccin de sentidos. De este carizson los anlisis sobre El caballo de coral, de RicardoRepilado, Mi hermana Visia, de Guillermo Orozco, yEl hambre, de Alberto Vargas Boch. Entre ellos debe

    incluirse Cuentos para nios y alguien ms deOnelio Jorge Cardoso, de Salvador Redonet,63 que secentra en Pjaro, murcilago y ratn.

    El breve ensayo analtico-interpretativo de SalvadorRedonet tiene, en la estimativa general de los cuentos deO.J.C., una importancia singular. Entre otras cosaspropone implcitamente un mtodo el semntico-espacial que, dadas las caractersticas composicionalesde la obra oneliana, es idneo para aprehender laproduccin de sentidos en ella y en general lasconcepciones artsticas e ideolgicas del autor. Por otraparte, tal mtodo fundamenta la potencialidad semnticade los cuentos para nios de O.J.C., que no quedan pordebajo del resto de su produccin. Despus de suindagacin, Redonet puede asegurar que Caballito blancoconstituye la mejor coleccin de cuentos que haya escritoOnelio Jorge Cardoso.

    Redonet reconoce, segn ciertas particularidadesideotemticas y composicionales, cuatro subconjuntos enla serie de cuentos para nios de O.J.C. De ello resultaque el ltimo, formado nicamente por Pjaro,murcilago y ratn, presenta diferencias sustanciales,en ambos planos, con el resto de la serie. Desde laperspectiva semntico-espacial aludida antes, y teniendoen cuenta el diseo caracterolgico del protagonista y elresto de los personajes, el crtico demuestra sus hiptesisacerca del carcter trgico de este cuento y el especialproceso de transformacin del protagonista, que adiferencia de otros relatos del autor dedicados a la infancia,se produce en el orden de su mundo interior, de lareflexin, que lo lleva del desconocimiento de s y de losdems, pasa por el conocimiento del mundo (o buenaparte de l) y va a dar al reconocimiento de su verdaderacondicin. Con esta y otras valoraciones, fundamentadasen los anlisis, Redonet prueba la profundidad delplanteamiento ideotemtico de este cuento.

    Aunque en algn momento el investigador aseguraque Pjaro, murcilago y ratn no es un cuento taninfantil, yo prefiero la sugerencia del ttulo (Cuentospara nios y alguien ms...), porque por una parte, lapropia estructuracin de este y los otros relatos de la serie(narrador omnisciente, desarrollo lineal, trabajotropolgico sencillo, insistencia en el smil, tono decuentos maravillosos), indica que el receptor ideal esprecisamente el lector nio, aunque en todos los casospueden y debieran ser disfrutados, y asimilada suproyeccin semntica, por los adultos. La intencinideoesttica de Onelio Jorge parece ser, desde el inicio desus creaciones para la infancia, la homologacin de esosrelatos, en cuanto a nivel semntico y capacidadcomunicativa, con el resto de su cuentstica (de ah suinsercin, sin especificaciones, en libros para adultos).Precisamente por esa voluntad desprejuiciada sedesarrollan en ellos en ocasiones, como sugiere Redonet,con un sentido crtico del orden anquilosado muchoms radical que en los otros problemticas universalesesenciales y complejas. Los cuentos para nios de OnelioJorge son para nios no solo en el sentido de su recepcinideal; son tambin una va de representacin de sus

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    variantes que el propio texto sugiere y que le resultanms efectivas para su hermenutica.

    Adems del valor general del texto, que resulta lams completa investigacin sobre la potica oneliana,hay mltiples aspectos particulares que igualmenteconstituyen logros significativos en la estimativa sobreel escritor. Entre otras ganancias, su mtodo clarificaelementos de la complejidad narrativa de los textos deO.J.C., al tiempo que expone la correspondencia con susentido y significacin, segn la lectura de Prada. Delmismo modo diafaniza el sumo cuidado y la lucidezconceptual con que [el autor implcito] organiza sudiscurso, lo que, indirectamente, resulta el definitivoments a la catalogaciones de sencillo, espontneo,intuitivo y otras similares que la crtica tradicionalotorgara a Onelio Jorge Cardoso y que han sidopaulatinamente negadas por investigaciones yacercamientos ms objetivos, y con cada vez msactualizados procedimientos metodolgicos.

    El recorrido realizado por el discurso crtico sobreO.J.C., desde aquellas primeras aproximaciones hastalos exhaustivos anlisis de los aos 80, prueban, por unaparte, la constante evolucin de las estimativas hacia unenjuiciamiento ms cientfico de la narrativa oneliana;y por otra, la capacidad de esta ltima para ser objeto deestudio de las ms diversas acometidas crticas einvestigaciones cientfico-literarias.

    En los ltimos aos, sin embargo, se han publicadomuy pocos acercamientos crticos a la narrativa deOnelio Jorge Cardoso. Las causas pueden ser varias:desde la casi inexistencia de reediciones de sus cuentos,hasta la resurreccin con variantes actualizadasdel viejo prejuicio de que hablaba Jos Rodrguez Feoen 1962. Ambos extremos de una potencial serie derazones resultan perjudiciales no solo para la obra de unautor considerado como un clsico de la literaturacubana y uno de los mejores cuentistas latinoamericanos,sino para el discurso crtico nacional, que ha tenido ensus textos como ha sido reiteradamente probado unobjeto idneo para la aplicacin de los ms modernosmtodos, y sobre todo para la literatura cubana, que nose fortalece como tambin ha demostrado la historiacon la creacin de zonas de silencio, sino con el estudiodesprejuiciado de la diversidad de tendenciasideoestticas que la conforman.

    Notas

    1. Toms Fernndez Robaina, Onelio Jorge Cardoso, in memoriam ,Biblioteca Nacional Jos Mart, La Habana, 1987.

    2. Onelio Jorge Cardoso, Cuentos completos, Ediciones UNION,La Habana, 1966.

    3. Ral Aparicio, Prlogo, en Cuentos completos, ed. cit. ,pp. VII-XII.

    4. Jos Antonio Portuondo, Prlogo, en Taita, diga Ud. cmo ,Talleres de Bartolom Costa, Mxico D. F., 1945, pp. 3-4.

    derechos en el espacio violento y hostil que es el mundoen que viven. Por ello, no solo es posible, sino necesario,que sean tambin para alguien ms. Desentraar esaverdad es uno de los ms efectivos resultados de laindagacin de Salvador Redonet sobre Pjaro,murcilago y ratn.

    Dentro de la investigacin cientfica de la obra deOnelio Jorge Cardoso merecen lugar destacado lasindagaciones del profesor boliviano Renato PradaOropeza, quien realiza una interpretacin (hermenutica)a partir del anlisis semitico de una muestra significativade relatos. En 1988 apareci su texto Potica y liberacinen la narrativa de Onelio Jorge Cardoso,64 que constituyeuno de los pocos libros enteramente dedicados al escritor,e indudablemente el ms til y de mayor rigor cientfico.65

    En el libro, el investigador ofrece dos variantes delmismo asunto: la va corta, especie de resumenensaystico de los resultados de su estudio, y la va larga,en la que se detallan los pasos seguidos en el anlisis y laconsecuente interpretacin, se exponen elementosconceptuales, y se definen algunas descripciones de losmodelos terico-metodolgicos utilizados. Como explicael propio autor, esta va es una hermenutica explcita yconsciente de serlo. El objetivo de ambos textos esexponer lo que para el crtico constituye la concepcinpotica narrativizada en los relatos seleccionados, que seclarifica mediante la interpretacin de los elementosestructuradores de sentido.

    Su abordaje se centra en el desciframiento de la relacinenajenacin/desenajenacin en ellos. Para esto constituyeun corpus significante de diez relatos organizados(mediante una diacrona sistemtica queconscientemente no tiene en cuenta lo histrico-gentico)en tres instancias:

    La violencia del parecer/ser o el triunfo absoluto de laenajenacin humana (El homicida, El hilo y lacuerda).

    El descubrimiento del ser o la conciencia del mundoenajenante (La rueda de la fortuna, Isabelita, Nadieme encuentre ese muerto, Abrir y cerrar los ojos).

    La superacin del parecer/ser en el ser-otro del arte:utopa y liberacin humana (El cuentero, El caballode coral y en cierto sentido Los sinsontes).

    De acuerdo con la postulacin y organizacin de esecorpus y su consecuente anlisis, la interpretacin de Pradasobre la concepcin potica oneliana se puede resumircomo la fundamentacin del valor utpico liberador delarte frente al mundo enajenado del hombre, la postulacinde la dimensin oculta de la realidad a travs de laspotencialidades de la imaginacin, y el carcter mediadordel artista, por lo que debe encarnar una actitud quecoadyuve a la transformacin que el arte realiza sobre elhombre enajenado.

    Aunque en todos los casos Prada se apoya en el anlisissemio-lingstico a partir del modelo de Greimasfundamentalmente en cada uno de ellos aprovecha las

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    5. Jos Antonio Portuondo, comp., Cuentos cubanos contemporneos,Ed. Leyendas, Mxico D. F., 1946.

    6. Jos Antonio Portuondo, El contenido social en la literatura cubana,El Colegio de Mxico, Mxico D. F., 1944.

    7. Salvador Bueno, comp., Antologa del cuento en Cuba (1902-1952), Ministerio de Educacin, La Habana, 1953, p. 326.

    8. Emma Prez, comp., Cuentos cubanos: antologa , Cultural S. A.,La Habana, 1945, pp. 141-153; Jos Antonio Portuondo, comp.,Cuentos cubanos contemporneos , ed. cit. , pp. 231-237; SalvadorBueno, comp., Antologa del cuento en Cuba (1902-1952) , ed. cit.,pp. 237-334.

    9. Onelio Jorge Cardoso, El cuentero, Universidad Central de LasVillas, La Habana, 1958.

    10. Vase Desiderio Navarro, La crtica literaria cubana en elperodo revolucionario, en Cultura y marxismo, problemas ypolmicas, Letras Cubanas, La Habana, 1986, pp. 403-414.

    11. Entre esos cuentos no recogidos en libros estn El milagro(1936), Velorio (1936), Camaj (1940), Sol y agua (1940), Elregreso de Tontile (1941), Careto (1944), Esta paz (1944).

    12. Salvador Bueno, Prlogo, en Onelio Jorge Cardoso. Valoracinmltiple, Casa de las Amricas, La Habana, 1988, pp. 7-21.

    13. Ibdem.

    14. Onelio Jorge Cardoso, El caballo de coral , Departamento deCultura, Gobierno Municipal de Santa Clara, La Habana, 1960.

    15. Jos Rodrguez Feo, Onelio Jorge Cardoso, Notas crticas,UNEAC, 1962, La Habana, pp. 141-148.

    16. Flix Pita Rodrguez, Opina sobre La otra muerte del gato,Hoy Domingo, La Habana, 1 de noviembre de 1964, p. 14.

    17. Oscar Hurtado, Para Onelio Jorge Cardoso, Revolucin yCultura, La Habana, 3 de septiembre de 1964, p. 8.

    18. Reinaldo Gonzlez, Cuntas veces muere el gato?,Suplemento de Revolucin, La Habana, 3 de julio de 1964, p. 15.

    19. Salvador Bueno, Prlogo, en Onelio Jorge Cardoso. Valoracinmltiple , ed. cit.

    20. Salvador Bueno, Estos cuentos de Onelio, El Mundo, LaHabana, 13 de julio de 1966, p. 4.

    21. Raimundo Lazo, Literatura cubana: esquema histrico (desde susorgenes hasta 1966), UNAM, Mxico D. F., 1966. Para la presentelectura he utilizado la edicin de Universidad de La Habana,1967, pp. 226-227.

    22. Ambrosio Fornet, Introduccin, en Antologa del cuentocubano contemporneo, Era, Mxico D. F., 1967, pp. 38-39.

    23. Jess Daz, Onelio, el cuentero, El Caimn Barbudo, n. 3, LaHabana, mayo de 1966, p. 23.

    24. Reinaldo Gonzlez, A qu huele el criollismo?, La Gacetade Cuba, La Habana, marzo de 1969, pp. 2-4.

    25. Onelio Jorge Cardoso, Abrir y cerrar los ojos, Ed. UNEAC, LaHabana, 1969.

    26. Onelio Jorge Cardoso, El hilo y la cuerda , Ed. UNEAC, LaHabana, 1974.

    27. Onelio Jorge Cardoso, Iba caminando, Ed. Granma, La Habana,1966.

    28. Roland Barthes, La literatura hoy, Ensayos crticos, Seix Barral,Barcelona, 1967, p. 175.

    29. Reinaldo Arenas, Con los ojos abiertos, La Gaceta de Cuba,n. 81, La Habana, febrero-marzo de 1970, pp. 10-11.

    30. Eliseo Diego, Tres cuentos para nios, Unin, n. 3, La Habana,septiembre de 1968, pp. 144-150. Se refiere a la coleccin del mismottulo (La Habana, Instituto de Literatura y Lingstica, s/f) querecoge La lechuza ambiciosa, El canto de la cigarra y El cangrejovolador.

    31. Marinello hablaba en 1969 de indigencia crtica, por ser escasa,intermitente. (Sobre nuestra crtica literaria, Ensayos, Ed. Arte yLiteratura, La Habana, 1977, pp. 361-372). Tanto l como Jos A.Portuondo (El ensayo y la crtica en Cuba revolucionaria, en Elensayo y la crtica en Iberoamrica , Toronto, 1970, pp. 215-20)encuentran en el cambio histrico, todava en plena ebullicin, laprincipal causa de la crisis. Ambos coinciden, adems, en la necesidadde una ms firme conciencia de la realidad y un mayor rigor cientficoen el quehacer crtico. Vase tambin, Roberto Fernndez Retamar,Apuntes sobre Revolucin y literatura en Cuba, Para una teorade la literatura hispanoamericana y otras aproximaciones , Casa de lasAmricas, La Habana, 1975, y Desiderio Navarro, Algunasreflexiones sobre la crtica literaria y artstica y La crtica literariacubana en el perodo revolucionario, Cultura y marxismo. Problemasy polmicas, La Habana, Ed. Letras Cubanas, 1986, pp. 336-60 y 403-414.

    32. Desiderio Navarro, Algunas reflexiones..., ob. cit., p. 341.

    33. Desiderio Navarro, La crtica literaria cubana..., ob. cit.,p. 403.

    34. En enero de 1981 se llev a efecto un Coloquio sobre la obra deOnelio Jorge Cardoso, organizado por la Sub-seccin de crticade la entonces Seccin de Literatura (hoy Asociacin de escritores)de la UNEAC. Posteriormente, las ponencias all expuestas fueronrecogidas en Coloquio sobre la cuentstica de Onelio Jorge Cardoso ,Cuadernos de la Revista Unin, La Habana, 1983. En ambos casosDesiderio Navarro hizo la presentacin de los trabajos.

    35. Desiderio Navarro, Introduccin, en Coloquio..., ed. cit.,pp. 9-11.

    36. Desde 1972, y sobre todo a partir de 1975, los estudios terico-literarios y de metodologa de la investigacin en la Facultad deArtes y Letras de la Universidad de La Habana, se actualizan ydesarrollan. En ello ha tenido una participacin primordial el profesorSalvador Redonet Cook. En Santiago de Cuba, el profesor GuillermoOrozco, de la Universidad de Oriente, estimul entre sus estudiantesel desarrollo de habilidades en anlisis de textos, especialmente losreferidos a los elementos estilstico-composicionales.

    37. En la dcada de los aos 70 fueron algunas revistas las que dierona conocer trabajos tericos de importancia. Entre esas publicacionesdestacan Casa de las Amricas y La Gaceta de Cuba.

    38. Criterios comenz a publicarse como Boletn de la Sub-seccinde crtica literaria de la UNEAC, en 1979. Posteriormente aparecicomo revista, hasta su poca actual, que se publica conjuntamentepor Casa de las Amricas y la Unin de Escritores y Artistas deCuba (UNEAC). En todos los perodos ha divulgado los trabajosms actualizados y significativos de los estudios terico-culturalesproducidos en el mundo.

    39. Onelio Jorge Cardoso, Caballito blanco, Ed. Gente Nueva, LaHabana, 1974.

  • Denia Garca Ronda

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    40. Onelio Jorge Cardoso, Cuentos, Arte y Literatura, La Habana,1975.

    41. Guillermo Orozco, Apuntes para un estudio de lacaracterizacin en la cuentstica de Onelio Jorge Cardoso, TallerLiterario, n. 18, Santiago de Cuba, 1968, pp. 5-7.

    42. Guillermo Orozco, Algunos cuentos ms ledos: En la caja delcuerpo, Santiago, n. 30, junio de 1968, pp. 77-84.

    43. Sergio Chaple, En torno a un cuento de Onelio Jorge Cardoso,Anuario ILL, n. 1, La Habana, 1968, pp. 196-207. Para el presentetrabajo utilizo la edicin de Coloquio sobre la cuentstica..., ed. cit.,pp. 36-45.

    44. Salvador Arias, Anlisis de un cuento de Onelio Jorge Cardoso,Casa de las Amricas, n. 71, La Habana, marzo-abril de 1972, pp. 55-68. Para el presente trabajo utilizo la edicin de Onelio Jorge Cardoso.Valoracin mltiple, ed. cit., pp. 279-312. Aparece bajo el ttulo deNino.

    45. Samuel Feijo, Cuentos populares cubanos , Ed. UNEAC, LaHabana, 1965.

    46. Salvador Arias, Onelio Jorge Cardoso y el cuento popular,Juventud Rebelde , La Habana, 7 de junio de 1976, p. 4. Para elpresente trabajo utilizo la edicin de Coloquio..., ed. cit., pp. 23-27.

    47. Arnaldo Tauler, Anlisis del cuento En la cinaga, de OnelioJorge Cardoso, Unin, n. 2, La Habana, 1979, pp. 83-94. Para elpresente trabajo utilizo la edicin de Onelio Jorge Cardoso. Valoracinmltiple, ed. cit., pp. 313-328. Aparece bajo el ttulo de En lacinaga.

    48. Varios, Onelio Jorge Cardoso. Valoracin mltiple, ed. cit.

    49. Josefa de la C. Hernndez Concepcin, Algunos aspectos de lacuentstica de Onelio Jorge Cardoso, Ed. Oriente, Santiago de Cuba,1982.

    50. Renato Prada Oropeza, Potica y liberacin en la narrativa deOnelio Jorge Cardoso, Universidad Veracruzana, Mxico D. F., 1988.

    51. Efthimia P. Pavlakis, Onelio Jorge Cardoso: cuentero para nios yadultos, U.M.I., Ann Arbor, Michigan, 1988.

    52. Agustn Mulet Prez, Secretos de Juan Candela , Ed. Holgun,Holgun, 1993.

    53. Denia Garca Ronda, El cuentero, la otra dimensin , LetrasCubanas, La Habana,1995.

    54. Luis Alvarez Alvarez, El relieve narrativo en la obra cuentsticade Onelio Jorge Cardoso, en Coloquio sobre la cuentstica de OnelioJorge Cardoso, ed. cit., pp. 13-22. Aparece tambin en Onelio JorgeCardoso. Valoracin mltiple, ed. cit., pp. 207-219.

    55. Patricia Rubio de Lrtora, El concepto de focalizacin. Suaplicacin a la cuentstica de Onelio Jorge Cardoso, Semiosis, n. 6,Mxico D. F., enero-julio de 1981, pp. 99-127. La segunda parte deeste ensayo fue recogida en Onelio Jorge Cardoso. Valoracin mltiple,ed. cit., pp. 233-252, bajo el ttulo Las focalizaciones en la cuentsticade Onelio Jorge Cardoso.

    56. Patricia Rubio de Lrtora, La figura del narratario en la narrativade Onelio Jorge Cardoso, Revista de Crtica LiterariaLatinoamericana, n. 21-22, Lima, 1 y 2 semestre de 1985, pp. 193-204.

    57. Josefa de la C. Hernndez Azaret, ob. cit.

    58. Omar Gonzlez, Algunos antecedentes y relaciones en la obrade Onelio Jorge Cardoso, El Caimn Barbudo, n. 104, La Habana,julio de 1976.

    59. Trinidad Prez, Joo Guimares Rosa y Onelio Jorge Cardoso:en la tercera orilla de la imaginacin, en Jos Prats Sariol, comp.,Nuevos crticos cubanos, Letras Cubanas, La Habana, 1983, pp. 421-436. Tambin aparece en Onelio Jorge Cardoso. Valoracin mltiple ,ed. cit., pp. 409-424.

    60. Jaime Meja Duque, Onelio Jorge Cardoso: los relatos y losdas, Unin, n. 3, La Habana, mayo de 1984, pp. 5-20. Fue incluidoen Onelio Jorge Cardoso. Valoracin mltiple , ed. cit., pp. 54-75.

    61. Mnica Mansour, El cuentista de los cuenteros, en OnelioJorge Cardoso. Valoracin mltiple, ed. cit., pp. 152-178.

    62. Iuri Talvet, Onelio Jorge Cardoso en sus dos tiempos, Casa delas Amricas, vol. 27, n. 158, La Habana, septiembre-octubre de1986, pp. 42-50.

    63. Salvador Redonet Cook, Cuentos para nios y alguienms, de Onelio Jorge Cardoso, Unin, n. 2, La Habana, marzo de1987, pp. 65-77. Aparece tambin en Onelio Jorge Cardoso. Valoracinmltiple, ed. cit., pp. 391-408.

    64. Renato Prada Oropeza, ob. cit.

    65. Adems del libro de Hernndez Azaret, ya comentado, se publicel de Efthimia P. Pavlakis (vase nota 51), texto que le vali a suautora el grado de Doctora (Ph.D.) por la Universidad de NuevaYork. El mtodo de investigacin, tradicional en cuanto al anlisis,y basado demasiado cercanamente en la bibliografa pasiva, da porresultado valoraciones elementales y repetitivas, por lo que no hecredo necesario incluir el texto en la muestra crtica que comento.

    , 1996.