13. Salmos
-
Upload
vozdejesus -
Category
Documents
-
view
111 -
download
8
description
Transcript of 13. Salmos
ESTUDIOS BÍBLICOS
ELA:
ALABANZA Y CLAMOR
A DIOS
(SALMOS)
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas
están tomadas de la Versión Reina-Valera, Revisión 1960
©1995 por Ediciones Las Américas, A.C.
Todos los derechos reservados
Prohibida la reproducción parcial o total
Primera impresión, 1995
ISBN 968-6529-39-X
CONTENIDO
1. Valor, origen y características de los Salmos
2. Salmos de alabanza general I
3. Salmos de alabanza general II
4. Salmos de clamor
5. Salmos de alabanza específica
6. Salmos de confianza
7. Salmos sapienciales
8. Salmos de la ley
9. Salmos reales
10. Salmos mesiánicos I
11. Salmos mesiánicos II
12. Salmos imprecatorios
SALMOS ALABANZA Y CLAMOR A DIOS
ALABANZA Y
CLAMOR INSTRUCCIÓN TEMAS ESPECIALES
Salmos de
alabanza general:
103, 113, 136 Salmos de
clamor: 13 Salmos de
alabanza
específica: 30 Salmos de
confianza: 23
Salmos sapienciales: 1 Salmos de la ley: 19, 119
Salmos reales: 72 Salmos mesiánicos: 2, 8, 22, 41, 69, 110 Salmos imprecatorios: 35
1
Valor, Origen y Características
de los Salmos
¿POR QUÉ ESTUDIAR LOS SALMOS?
¿Qué nos enseñan los Salmos? La pregunta es buena, porque como todas las
Escrituras, el himnario de Israel es útil para enseñar, redargüir, corregir e instruir en
justicia (2 Timoteo 3:16). Sin embargo, no fue escrito primordialmente para orientarnos,
sino para adorar al Señor y clamar a él.
El título del libro en hebreo es “tehillim” que significa alabanzas, es muy adecuado,
ya que casi todos los salmos alaban a Dios. ¿Qué es la alabanza? Es contar las virtudes
de alguien, decir lo bueno que es y que ha hecho. Algunos de los salmos reconocen a
Jehová por su poder y bondad, son oraciones. Otros se dirigen a la congregación como
testimonio.
El segundo contenido principal es el clamor. Desde su más profunda angustia, los
salmistas invocan a Dios, no ocultan su zozobra, pero confían en aquél que siempre ha
sido fiel y por lo tanto, los librará nuevamente de la angustia.
CONTENIDO PRINCIPAL DE LOS SALMOS
1. ALABANZA 2. CLAMOR
De manera que, en primer lugar hallaremos que los salmos son medios inspirados
para expresar nuestra alabanza y clamor al Señor. Y sí, también aprenderemos de ellos;
nos enseñarán acerca de la fe, el éxito, las Escrituras, la justicia, el gobierno, el Mesías y
muchas cosas más, pero la lección primordial será cómo adorar mejor al Dios de todo
poder y compasión.
¡PENSEMOS!
¿Cuál es su salmo favorito? ¿Por qué? ¿Cuenta algunas
virtudes de Dios? ¿Cuáles son? ¿Clama a él por socorro?
¿Qué sentimientos expresa? ¿Le ayuda a expresar los
mismos sentimientos? ¿Qué le enseña?
¿HACIA DÓNDE NOS DIRIGIMOS?
En este libro no será posible exponer todos los salmos. Por lo tanto, los
estudiaremos por grupos: de alabanza (tres clases), de clamor, de sabiduría, de la Ley,
del rey, del Mesías y de imprecación. Explicaremos las características de cada categoría,
y luego analizaremos por lo menos uno de ellos. La interpretación de estos poemas
representativos nos ayudará a entender otros del mismo grupo.
Para mayor aprovechamiento, se debe prestar atención a las preguntas que se han
incluido en las secciones ¡PENSEMOS! Las que están colocadas antes de la exposición
del pasaje correspondiente, tienen que ver con el contenido e interpretación. El lector
debe tratar de contestarlas antes de leer la exposición. Así descubrirá por sí mismo
verdades preciosas. Las preguntas que vienen después de la exposición guiarán al lector
en la aplicación del pasaje a su vida. En una clase de estudio bíblico, las secciones
¡PENSEMOS! deben ser usadas para involucrar al grupo en el aprendizaje y la
reflexión.
¿CÓMO SE FORMÓ EL LIBRO DE LOS SALMOS?
Aunque no sabemos a ciencia cierta cómo fue compilado el libro, la Biblia nos
proporciona algunas pistas. Investiguémoslas mediante las siguientes preguntas.
¡PENSEMOS!
¿En cuántas secciones está dividido el libro? (ver caps. 1, 42,
73, 90 y 107) ¿Qué semejanzas hay entre las conclusiones de
los Libros I–IV? (41:13; 72:18–20; 89:52; 106:48) ¿Por qué
será que se parecen tanto?
Según Salmos 72:20, ¿dónde terminan los salmos de David?
¿Hay más después? (ver 86, 101, 103, 108–110, 122, 124, 131,
133, 138–145) ¿Cómo podemos explicar esto?
Salmos 14 (en el Libro I) y 53 (en el Libro II) son dos
versiones del mismo asunto. Asimismo el pasaje de 40:13–17
(en el Libro I) y Salmos 70 (en el Libro II). En cada lugar
donde el capítulo 14 tiene el nombre “Jehová”, ¿qué palabra
utiliza el salmo 53? Cada vez que Salmos 40:13–17 dice
“Jehová”, ¿qué palabra emplea el capítulo 70? De manera
semejante, en todo el Libro I el nombre “Jehová” se usa 272
veces y “Dios” solamente 15 veces, pero en el libro II
“Jehová” aparece 30 veces y “Dios” 164 veces. ¿Cómo
podemos explicar estas diferencias?
Según los títulos, ¿quién escribió los salmos del Libro I?
¿Qué capítulos del Libro I no llevan título?
¿Cómo termina cada uno de los últimos cinco salmos? (146–
150) ¿Qué título llevan? ¿Cómo comienza casi cada oración
del último capítulo?
Con base en los datos que hemos recopilado al contestar estas preguntas, podemos
proponer la siguiente teoría sobre la formación del libro. Esta hipótesis da por sentado
que no solamente los autores fueron inspirados por Dios, sino también los editores, o
por lo menos el editor final.
1. Cada salmo fue compuesto individualmente primero, y posteriormente
coleccionado en los cinco libros.
2. El Libro I, sin los primeros dos salmos, era la primera colección. Consistía casi en
su totalidad, si no exclusivamente, de salmos de David.
3. El Libro II fue formado en una época o lugar en que por reverencia, los israelitas
usaban poco el nombre “Jehová”. En su lugar, los editores de esta colección pusieron
“Dios”. De manera similar, en el Nuevo Testamento el vocablo “Jehová” no aparece ni
una sola vez. Se le cambia por “Señor” (comp. Romanos 10:13 con Joel 2:32). Los
judíos generalmente hacen la misma sustitución hoy en día.
4. La oración “aquí terminan las oraciones de David” (72:20) fue colocada al final
del Libro II cuando fue unido al Libro I. Posteriormente se agregaron los Libros III–V,
incluyendo algunos otros salmos de David.
5. En la etapa final, (a) las bendiciones se agregaron al final de los Libros I–IV
(41:13; 72:18–19; 89:52; 106:48), o se colocó un salmo que terminara con una
bendición (como 1 Crónicas 16:8–36) al final de cada libro, (b) los capítulos 1 y 2
fueron colocados al principio para introducir el libro poniendo énfasis en la ley y el
Mesías, y (c) el Salmo 150, o tal vez los Salmos 146–150, fueron puestos al final para
concluir el himnario con un gran crescendo de alabanza.
¿QUE NOS DICEN LOS TÍTULOS?
Los títulos de los salmos incluyen información sobre el autor, la situación histórica
en la cual escribió (Salmos 3, 52, 54), la ocasión en que fue entonado (Salmos 30, 92),
el tipo de salmo (cántico, oración, sigaión, miktam, masquil, alabanza, aleluya; el
significado de los títulos en letra cursiva es incierto), el instrumento musical (neginot
“instrumentos de cuerdas”, nehilot “flautas”) y la melodía (por ejemplo, “La paloma
silenciosa en paraje muy distante” probablemente era el nombre de una canción
conocida, cuya melodía se usaba para entonar el Salmo 56)
Estos títulos no eran parte original de los salmos, pero siempre datan de tiempos
antiguotestamentarios. La información que aportan ha de ser generalmente fidedigna.
¿POR QUÉ SE DICE QUE LOS SALMOS SON POESÍA?
Comúnmente llamamos “poéticos” a los libros de Job a Cantares. Menos conocido
es el hecho de que también en la mayor parte de los libros proféticos está plasmada la
poesía hebrea. Además, hay algunos poemas en los libros narrativos, como la bendición
de Jacob (Génesis 49), el cántico de Moisés y María (Éxodo 15:1–21), los oráculos de
Balaam (Números 23:7–10, 23:18–24; 24:3–9, 15–24), el cántico y la bendición de
Moisés (Deuteronomio 32 y 33), el cántico de Débora (Jueces 5), el cántico de Ana (1
Samuel 2:1–10), el lamento y el cántico de David (2 Samuel 1:19–27; 22).
Pero la poesía bíblica difiere de la que nosotros conocemos. Hay muy poca rima.
Tampoco se detecta un ritmo fijo, otro rasgo notable de muchos versos en castellano.
Las características de los poemas hebreos son distintas. Algunas de ellas son
evidentes solamente en el idioma original: usan oraciones breves, aproximadamente el
mismo número de palabras y sílabas en líneas paralelas, inversión del orden normal de
las palabras, vocabulario elevado y arcaico. Otras, como el lenguaje figurado y el
paralelismo, se preservan en la traducción al español.
¿CÓMO FUNCIONA EL PARALELISMO?
La característica más sobresaliente de la poesía hebrea es el paralelismo, que sirve
no solamente para embellecer los salmos, sino también para comunicar con mayor
fuerza su mensaje. Veamos algunos ejemplos.
PARALELISMO EN SALMOS 24:1
A. De Jehová
es la tierra y su plenitud
B. el mundo y los que en él habitan
En esta gráfica, las expresiones paralelas se han colocado en la misma columna. De
manera que el texto siempre se lee horizontalmente, pero los paralelismos se indican
verticalmente. “La tierra” y “el mundo” son sinónimos; es decir, significan lo mismo.
Esta es la clasede paralelismo más común en la poesía hebrea.
“Su plenitud” y “los que en él habitan” también son sinónimos, pero esto no es
inmediatamente evidente. Si leemos solamente la línea A, no sabemos qué es la
“plenitud” de la tierra. No es hasta la última frase de la línea B que el salmista, a través
del paralelismo, aclara que lo que él quiere decir por “plenitud” de la tierra es lo que la
llena, es decir, sus habitantes. Así resalta que Jehová es dueño de todo ser viviente.
De la misma manera, con frecuencia la línea B, en especial su parte final, aclara algo
que es ambiguo en la línea A. Esto ayuda en la interpretación. También aumenta el
impacto del versículo, porque leemos esperando cierta explicación y énfasis al final.
PARALELISMO EN SALMOS 5:1–2B
A. Escucha oh Jehová mis palabras
B. Considera mi gemir
C. Está atento a la voz de mi clamor
D. Rey mío y Dios mío
En este ejemplo hay cuatro líneas paralelas y aun otro paralelismo dentro de la línea
D. Los verbos en la primera columna son más o menos sinónimos, pero con cada línea
la acción de oír se intensifica. El salmista ruega que Dios le escuche (línea A), pero con
interés y atención (líneas B y C). En la tercera columna los sustantivos también pueden
considerarse sinónimos, pero van de lo general (línea A) a lo específico (líneas B y C).
Las palabras (línea A) que el autor pide que Dios oiga se definen en las líneas B y C
como gemido y clamor. La línea D invoca a Jehová mediante dos títulos suyos. Así el
salmista concluye la unidad poética confesando su sumisión a Jehová y su dependencia
de él, su rey y su Dios. Estos conceptos son subrayados por el paralelismo entre los dos
títulos.
De manera que en la primera columna hay paralelismo sinónimo, pero con
intensificación. En la segunda, hay paralelismo entre varios nombres y títulos de
Jehová, y en la tercera, entre lo general y lo específico. Las tres clases de paralelismo se
encuentran con frecuencia en los Salmos.
PARALELISMO EN SALMOS 5:2C–3
A. Porque a ti oraré
B. De mañana oirás mi voz
C. De mañana me presentaré delante de ti y esperaré
En esta unidad hay tres líneas. En la segunda columna hallamos tres maneras
distintas de decir más o menos lo mismo: que el salmista presentará su petición a
Jehová. La repetición “de mañana” (la repetición es otra clase de paralelismo común)
pone énfasis en su poema; recalca que desde temprano el autor clama a Dios cada día.
De nuevo el clímax se guarda hasta el final. El vocablo traducido “esperaré” no
significa “esperar pacientemente”, sino “esperar velando, como un atalaya”. En
Habacuc 2:1 está traducido “velaré”, y ese mismo versículo aclara bien su significado.
Habiendo clamado a Dios por socorro, el salmista espera ansiosamente su respuesta
(comp. 130:6).
¡PENSEMOS!
¿Qué problemas le tienen preocupado? ¿Está clamando a
Dios para que él le libre de ellos? ¿Espera su respuesta como
atalaya, o cree que el Señor no responderá? ¿Reconoce a
Jehová como su rey mientras espera?
Estos tres ejemplos de paralelismo ilustran algunos principios que debemos tomar
en cuenta al interpretar los Salmos.
1. Donde hay paralelismo, debemos interpretar las palabras y frases a la luz de sus
paralelos.
2. El paralelismo más común es el sinónimo. No debemos procurar hallar grandes
diferencias de significado entre los sinónimos.
3. Aun cuando el paralelismo es sinónimo, muchas veces la línea B aclara,
intensifica o agrega algo a la línea A.
4. Donde hay líneas paralelas, con frecuencia la parte más enfática se guarda para el
final de la última línea.
2
Salmos de Alabanza General I
¿Cómo debemos alabar a Dios? ¿Qué es la alabanza? ¿Qué diferencia hay entre ella
y la acción de gracias? ¿En qué difiere la alabanza bíblica de los testimonios actuales?
¿Por qué motivos alaban los salmos a Dios? ¿Qué es un salmo de alabanza general?
Estas son algunas de las preguntas que contestaremos en este capítulo
DIFERENCIAS ENTRE LA ALABANZA Y LA ACCIÓN
DE GRACIAS
¡PENSEMOS!
Recuerde la última vez que usted agradeció a alguien un
favor. ¿Qué le dijo? Se acuerda de la última vez que alabó a
alguien? ¿Qué le dijo? ¿Qué diferencias hubo entre su
acción de gracias y su alabanza?
En el primer capítulo definimos la alabanza como “contar las virtudes de alguien”.
A veces expresamos la alabanza directamente a la persona aludida; en otras, la
contamos a otros. Pero siempre decimos cuán bueno, inteligente, guapo, diestro,
amigable, trabajador, consagrado, etc., es el objeto de nuestro loor, o cuán bien hizo
algo. La acción de gracias, en cambio, suele ser una sencilla expresión de gratitud. Con
frecuencia habla más del favor recibido que de quien lo hizo.
La acción de gracias casi siempre utiliza la palabra “gracias” o “agradecer”. Por
ejemplo: “Gracias por tu ayuda”, “agradecemos tu ofrenda”, etc. En cambio, la alabanza
normalmente no emplea la palabra “alabar”, sino que habla acerca de lo que la persona
alabada es o ha hecho. Por ejemplo: “El pastor es el mejor cristiano que conozco”, o
“Alfredo me apoyó cuando todo mundo estaba en mi contra”.
En la gratitud, el sujeto de los verbos es la persona que da gracias (“yo te
agradezco…”, “te doy gracias por…”), o no hay ningún sujeto o verbo expresado
(“gracias por…”). En la alabanza, el sujeto de los verbos es el alabado (“tú creaste”, “él
salvó”).
El alabado es magnificado; el que recibe la acción de gracias muchas veces no lo es.
Al contar las virtudes de alguien, automáticamente lo exaltamos. En cambio, la
expresión de gratitud no necesariamente incluye este elemento.
La gratitud a veces se da públicamente, pero con mayor frecuencia se expresa en
privado, entre la persona que da las gracias y aquel que las recibe. La alabanza también
puede expresarse entre dos personas, pero recibe su plena expresión solamente en
público. Es delante de otros que queremos contar las virtudes del alabado.
Acción de gracias Alabanza
Tema Favor recibido El alabado
Forma “Gracias por…” “El hizo…”, “El es…”
Sujeto de los
verbos El que agradece El alabado
¿Magnifica al
objeto? Muchas veces no Siempre
¿Dónde se
expresa? Normalmente se expresa Plenamente en público
Los salmos contienen muy pocas acciones de gracias, pero en cambio, tienen
bastante alabanza. Esta no es necesariamente mejor que aquélla, pero es distinta. En el
Nuevo Testamento encontramos ambas cosas: Juan 11:41–42; Romanos 1:8; 1 Corintios
1:4; Efesios 1:16; Filipenses 1:3–5; Colosenses 1:3–5; 1 Tesalonicenses 1:2–3; 2:13; 2
Tesalonicenses 1:3–4; 1 Timoteo 1:12–13; 2 Timoteo 1:3–5; Filemón 4–5, y nosotros
necesitamos las dos también.
En nuestras oraciones y testimonios practicamos la acción de gracias, pero la
alabanza, salvo en la música, ha caído en desuso. Hoy día la mayoría de los cristianos ni
siquiera saben cómo expresar su alabanza a Dios. ¡Dios quiera que nuestro estudio de
los Salmos corrija esa deficiencia!
¿QUE ES LA ALABANZA GENERAL?
Algunos salmos cuentan la intervención de Dios para salvar al salmista de algún
peligro. A estos los llamaremos “salmos de alabanza específica”. En contraste, los
“salmos de alabanza general” no hablan de ninguna crisis en la vida del autor, sino sólo
de lo que el Señor es y hace en general, o de lo que hizo en la historia lejana. En esta
categoría se encuentran los salmos 8, 24, 29, 33, 47, 78, 93, 96–100, 103–105, 111, 113,
114, 117, 135, 136 y 145–150.
Los salmos de alabanza general se construyen sobre algunos temas básicos:
TEMAS DE LOS SALMOS DE ALABANZA GENERAL
I. Muchos comienzan y terminan con un llamado a alabar a Dios.
II. Alaban a Dios por dos motivos principales.
A. Por su bondad, su misericordia
B. Por su grandeza, su majestad, manifestada en:
1. Su obra de creación.
2. Su soberanía sobre la historia.
3. Su posición exaltada en los cielos En este capítulo y el próximo estudiaremos tres de estos himnos hebreos.
SALMO 103:
UN SALMO DE ALABANZA GENERAL
Salmos 103:1–2, 22c
¡PENSEMOS!
Lea todo el salmo 103. ¿Qué propósito principal encuentra
en él? ¿Cuál es su tema sobresaliente? ¿Cuáles de los temas
de los salmos de alabanza general están presentes?
¿Cómo comienzan los vv. 1–2 y termina el v. 22c? ¿A quién
habla el salmista? ¿Qué le llama a hacer? ¿Qué significa
“bendice” en estos versículos? ¿Los vv. 1–2 contienen
alabanza?
El autor encierra todo el salmo entre dos llamados a sí mismo a bendecir a Jehová
(vv. 1–2, 22c).
PARALELISMO EN SALMO 103:1
A. Bendice alma mía a Jehová
B. y bendiga todo mi ser su santo nombre
Cuando Dios nos bendice, nos concede algún favor. Nosotros, en cambio, podemos
bendecir a Dios de una sola manera: alabándole. La frase “alma mía” no implica que el
salmista se dirigía solamente a una parte de su ser. Más bien, en hebreo esta frase se
usaba para hablar con uno mismo. Como aclara el paralelo, el salmista quería alabar a
Dios con todo su “ser interior” (así dice el hebreo literalmente) y, por supuesto, usaría
su cuerpo también para pronunciar y escribir el salmo.
Entonces, los primeros dos versículos y la última oración revelan el propósito del
salmo: alabar a Jehová. Sin embargo, estos llamados no contienen alabanza, porque no
cuentan ninguna virtud divina. Son más bien una introducción y una conclusión que
encierran la alabanza en el resto del salmo. De la misma manera expresiones como
“Alabado sea Dios” o “Te alabo, oh Señor” pueden expresar nuestro deseo de
magnificar a Jehová, pero no lo alabamos hasta que anunciamos lo que él es y ha hecho.
Salmos 103:3–18
¡PENSEMOS!
¿Por qué motivos alaba el salmista a Jehová en los vv. 3–5?
¿Qué relación tienen estos versículos con el v. 2b? ¿Dónde
comienza la alabanza?
¿Por qué motivo principal alaba el salmista a Jehová en los
vv. 7–14? Según los vv. 11 y 13, ¿quiénes reciben esta
bendición? ¿La necesitan ellos?
¿Con qué se compara al ser humano en los vv. 15–16? ¿Cuál
es el punto principal de la comparación? ¿Qué contraste se
hace entre los vv. 15–16 y el v. 17? Según los vv. 17–18,
¿quiénes reciben las bendiciones del v. 17?
A partir del v. 3, el salmista comienza a cumplir con la exhortación del v. 2.
Enumera varios de los beneficios divinos: su perdón y sanidad (v. 3), su liberación y
misericordia (v. 4), su provisión y fortaleza (v. 5). Estos versículos no contienen el
vocablo “alabar”, pero son alabanza, pues cuentan lo que Dios ha hecho. El sujeto de
todos los verbos menos el último, es Jehová. También nosotros alabamos a Dios cuando
relatamos lo que él ha hecho.
Los vv. 6–14 siguen magnificando a Jehová, pero ahora desglosan dos de sus
beneficios ya mencionados: su misericordia (vv. 4, 8, 11) y su perdón (vv. 3, 8–12).
Realmente, éste es una manifestación específica de aquélla. Dios es misericordioso con
los necesitados (v. 6), y lo es plenamente frente a nuestra necesidad más grande: el
perdón de nuestros pecados. En vez de castigarnos conforme a lo que merecemos (vv.
8–10), el Señor se compadece de nosotros (vv. 13–14) y aleja de nosotros nuestra
transgresión (vv. 11–12). Notemos de nuevo que esta alabanza no utiliza la palabra
“alabar”, sino una serie de oraciones que declaran lo que el Señor es y ha hecho.
El v. 17 recalca que la misericordia divina es constante e inagotable. Como tal,
difiere radicalmente de la inconstancia humana (vv. 15–16).
Sin embargo, no todos los seres humanos se benefician de esta misericordia
perdonadora, sino solamente los que temen a Dios (vv. 11, 13, 17), es decir, los que
temen desobedecerlo (v. 18; ver Éxodo 20:6, 20). ¿Implica esto que ganamos el perdón
por medio de nuestra obediencia? No puede ser, porque en ese caso, no tendríamos
necesidad de ser perdonados. Además, el v. 10 claramente dice que no merecemos el
perdón.
Más bien, el salmo subraya una de las más importantes verdades bíblicas: los que
confían en Dios para ser perdonados tendrán una conducta consecuente. El Nuevo
Testamento aclara que Dios nos perdona en respuesta a la fe que tenemos en la muerte
de Cristo por nosotros, y que también nos transforma a través de su Espíritu Santo. De
manera que, “si andamos en luz, como él está en luz…la sangre de Jesucristo su Hijo
nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7), pero “el que dice: Yo le conozco, y no guarda
sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4).
Salmos 103:19–22
¡PENSEMOS!
¿Por qué motivo alaba el salmista a Jehová en el v. 19? ¿Qué
relactión hay entre este motivo y la alabanza de los vv. 6–18?
¿A quiénes llaman los vv. 20–22 a bendecir a Jehová? ¿Qué
significa “bendecid” aqui? ¿Cómo ilustran estos versículos el
motivo de alabanza del v. 19?
Después de hablar tanto acerca del perdón y la misericordia de Jehová (vv. 6–18), de
repente el salmista cambia radicalmente el motivo de la alabanza. Ahora habla del
gobierno de Dios, establecido en los cielos y sobre todo el universo (v. 19).
MOTIVOS PRINCIPALES DE ALABANZA A DIOS EN SALMOS
103
Su misericordia
perdonadora
(vv. 6–18)
Su reino soberano
(vv. 19–22)
La magnitud de la autoridad de Jehová se ilustra en los vv. 20–22. Aun los ángeles,
“poderosos en fortaleza”, son sus siervos obedientes y deben rendirle loor (vv. 20–21).
¡Cuánto más todo el resto de la creación, incluyendo el salmista mismo! (v. 22)
¿Por qué, después de hablar tan extensamente de la compasión y perdón de Dios
(vv. 6–18), el salmo concluye con un cambio abrupto de tema? ¿Hay alguna relación
entre la misericordia de Jehová y su majestad? Buscaremos una respuesta a esta
pregunta cuando antlicemos el salmo 113 en el próximo capítulo.
¡PENSEMOS!
¿Ha recibido usted el perdón de Dios por todos sus pecados?
¿Lo merece? (ver Romanos 6:23) ¿Qué has hecho Dios para
perdonarle (2 Corintios 5:21)? ¿A quién lo contará usted?
¿Se da cuenta que al hacerlo, usted estará alabando a Dios?
Estará dando a conocer algunas de sus virtudes.
Escriba un breve salmo de alabanza a Dios por su
misericordia y perdón. Puede usar el Salmo 103 como
modelo. Comience y concluya con un llamado a alabar a
Dios. Escriba tres o cuatro oraciones contando lo que Dios
ha hecho en su vida al darle su perdón. Evite el uso de las
palabras “gracias” “agradecer”. ¿A quién leerá su salmo
para alabar al Señor?
3
Salmos de Alabanza General II
SALMO 113: UN SALMO DE ALABANZA GENERAL
Salmos 113:1–3, 9c
¡PENSEMOS!
Lea todo el Salmo 113. ¿Cuál es su propósito principal?
¿Cuáles son sus temas sobresalientes? ¿Cuántos de los temas
do los salmos de alabanza general están presentes? (Ver la
lista en el capítulo 2)
¿Cómo comienza (vv. 1–3) y termina el salmo? (v. 9c)
¿Dónde comienza la alabanza en el salmo?
¿A quiénes se dirige el salmista? (v. 1) ¿Qué les llama a
hacer? ¿Qué significa alabar el nombre de Jehová? ¿Cuándo
(v. 2) y dónde (v. 3) debe ser alabado Jehová?
Al igual que Salmos 103, el 113 comienza (vv. 1–3) y termina (v. 9c) expresando su
propósito: alabar a Jehová. Estos versículos no contienen alabanza, porque no cuentan
lo que Dios es o ha hecho. Más bien son exhortaciones a alabar, que enmarcan el loor
que permea al resto del salmo.
“Aleluya” (v. 9c) es un vocablo compuesto de dos palabras hebreas: alelú “alabad”
y Ya, forma abreviada de “Jehová”. De manera que el término completo significa
“Alabad a Jehová”.
ALELU ALABAD
+ +
YA A JEHOVÁ
El llamado a alabar a Jehová se dirige a sus siervos, a aquellos que le obedecen (v.
1a). La adoración sin obedincia no agrada a Dios (Isaías 1:11–17; Jeremías 6:19–20).
El “nombre” de Jehová (v. 1b, 2a, 3b) se refiere a todo lo que él es (Salmos 20:1.
Ver la gráfica del paralelismo en Salmos 103:1 en el capítulo 2), pero también nos hace
pensar específicamente en su fama y su renombre (Ezequiel 36:20–23; Malaquías 1:11).
Al contar las virtudes de Dios, engrandecemos su reputación.
El salmista exhorta a los siervos de Dios en todo tiempo (v. 2) y en todo lugar (v. 3)
a unirse con él en esta alabanza. Jehová merece ser ensalzado desde el oriente hasta el
occidente (v. 3) porque él es excelso sobre todas las naciones (v. 4).
Salmo 113:4–9
¡PENSEMOS!
¿Por qué motivo alaba a Jehová el v. 4? ¿Por qué le alaban
los vv. 7–9? ¿Qué contraste hay entre estos dos motivos de
alabanza? ¿Cómo sirven los vv. 5–6 de enlace entre los dos
motivos?
Según 113:7–9, ¿a quiénes ayuda Jehová? ¿Qué hace por
ellos? ¿Por qué el salmista los menciona? ¿Les ayuda Dios
solamente a ellos?
La alabanza principia en el v. 4. Es decir, desde allí el salmo comienza a contar las
virtudes. divinas Lo hace llevándonos desde lo más alto y sublime hasta lo más bajo y
humilde.
Primero señala la posición exaltada de Jehová sobre todo gobierno y pueblo
humano, y aun sobre lo más elevado de la creación (v. 4). Tan alto está sentado (v. 5),
que aun para ver el cielo tiene que inclinarse (v. 6). ¡Cuánto más para enterarse de lo
que sucede en la tierra! (v. 6)
Sin embargo, lo hace. Y lo más increíble es que en la tierra se preocupa no sólo de
los poderosos, sino hasta de los más humildes. Desde la miseria más profunda levanta al
pobre para colocarle en una posición de honor en la sociedad (vv. 7–8). A la estéril,
humillada por su incapacidad de tener hijos (cosa que era más importante en los tiempos
bíblicos que hoy día), le concede descendencia.
EL DIOS ALTÍSIMO
↓
CONDESCIENDE
↓
CON EL SER HUMANO
MÁS BAJO
Estos dos ejemplos nos aseguran que Jehová también nos cuida a nosotros. Si desde
lo alto llega hasta el mendigo y la estéril, seguramente también nos alcanza a todos. Tal
vez usted sienta que la gente no le toma en cuenta. Posiblemente los famosos y
poderosos de la sociedad ni se dan cuenta de que usted existe. Sin embargo, aquel que
ocupa la posición más elevada en todo el universo, que está sentado por encima de los
cielos, está al tanto de cada detalle de su vida, y está y presente para extenderle su
mano.
Todos conocemos a pobres que han prosperado por la gracia de Dios.
Probablemente usted sabe de alguna mujer que no podía tener hijos, pero que con el
tiempo el Señor le concedió ese privilegio. Estos ejemplos nos confirman que la
alabanza en los vv. 7–9 es correcta.
Sin embargo, no todos los pobres prosperan, ni siquiera todo pobre que sirve a
Jehová. Algunas mujeres, aun después de muchas plegarias al Señor, se quedan sin
hijos. ¿Será que el Altísimo no les ha hecho caso? ¿Está demasiado ocupado en cosas
más trascendentes como para prestarles atención?
De ninguna manera. Más bien, su análisis de cada caso es tan cuidadoso y sabio que
él evita aplicar una misma solución a todos. A algunas mujeres les permite ser madres;
pero para otras, su perfecta voluntad es que sean estéiles. A algunos pobres enriquence;
con otros, obra para bien en medio de su pobreza. Cualquiera que sea la aflicción que
tengamos, el Todopoderoso nos entiende mejor que nosotros mismos, y su solución está
diseñada para llenar sus necesidades personales más profundas (Romanos 8:28).
El salmo 103 no explica por qué une el loor a Jehová por su misericordia con el de
su gobierno universal, pero en este Salmo 113 sí hallamos la razón de la yuxtaposición
de estas dos alabanzas: porque constituyen un contraste. La maravillosa gracia del Señor
se aprecia en mayor relieve cuando reconocemos que él mora en lo más alto, y nosotros
en lo más bajo (vv. 5–6). ¡El Altísimo socorre al bajísimo! Jamás entre los seres
humanos hemos visto cosa comparable (v. 5a). ¿Qué diremos en respuesta? ¡Aleluya!
(v. 9c)
¡PENSEMOS!
¿Qué puede hacer usted para que Jehová sea alabado
siempre y en todo el mundo? (vv. 2–3) ¿Qué tiene qué ver el
v. 3 con nuestra responsabilidad misionera?
¿Conoce usted a algún necesitado o despreciado a quien el
Altísimo ha socorrido? ¿Cuándo ha experimentado usted el
auxilio patente de Dios? ¿Qué relación hay entre los vv. 5–8
y Efesios 2:1–7?
¿A quién contará esta semana la forma en que el Dios
Altísimo eætiende su mano a los más necesitados y
despreciados do nuestro mundo? ¿Se da cuenta de que al
contar esto, usted estará alabando al Señor?
SALMOS 136: UN SALMO DE ALABANZA GENERAL
Salmos 136:1–3, 26
¡PENSEMOS!
Lea todo el salmo 136. ¿Cuál es su propósito principal?
¿Cuáles son sus temas principales? ¿Cuántos de los temas de
los salmos de alabanza general están presentes? (vea la lista
del capítulo 2) ¿Qué característica notable tiene la
estructura de este salmo? ¿Qué propósito tendrá esta
estructura?
¿Cómo comienza y termina el salmo? (vv. 1–3, 26) ¿Dónde
comienza la alabanza en el salmo? Según los vv. 1–3 y 26,
¿Por qué razones debemos alabar a Jehová?
Al igual que Salmos 103 y 113, este salmo comienza (vv. 1–3) y termina (v. 26) con
un llamado a alabar a Jehová. Sin embargo, aquí los llamados están entrelazados con
alabanza. Al exhortarnos a contar las virtudes de Dios, el salmista menciona de
principio una de ellas: su misericordia.
Es más, repite en cada cersículo el mismo refrán: “porque para siempre es su
misericordia”. Esta repetición graba el mensaje en nuestra mente. También se presta a
una recitación alternada del salmo. A la vez, nos inquieta con una duda: ¿habrá alguna
relación entre la misericordia de Jehová anunciada en la segunda línea de cada
versículo, y su majestad y proezas citadas en la primera línea?
El vocablo hebreo que se traduce “misericordia” en este salmo y en el Antiguo
Testamento en general, es hésed. A veces “misericordia” es la mejor traducción. En
otras ocasiones, son mejores “lealtad” o “fidelidad” Con mayor frecuencia es necesario
combinar las dos ideas. Dios cumple todas sus promesas a nosotros, pero no es igual de
exigente con nosotros (Salmo 103:14). Aun cuando le somos infieles, él nos perdona y
bendice. De manera que su fidelidad es misericordiosa.
Las exhortaciones a alabar a Jehová aluden también a su grandeza. Los títulos “Dios
de los dioses” (v. 2), “Señor de los señores” (v. 3) y “Dios de los cielos” (v. 26) resaltan
que Aquel que nos muestra su compasión es el ser de más alto rango en todo el
universo.
Salmos 136:4–9
¡PENSEMOS!
¿Por qué motivo alaba a Jehová la primera línea de los vv.
4–9? ¿Por qué le alaba la segunda línea? ¿Qué relación ve
usted entre los dos motivos?
Aquí comienza la evidencia de que en efecto Jehová es el Dios de los dioses y el
Señor de los señores. La primera mitad de cada versículo repasa sus proezas en la
creación del mundo, especialmente en el segundo (comp. v. 5 con Génesis 1:6–8), tercer
(comp. v. 6 con Génesis 1:9–10), y cuarto (comp. vv. 7–9 con Génesis 1:14–19). El
énfasis en la formación de las lumbreras (vv. 7–9) contrarresta la adoración de ellas. No
son dioses, sino obras del “único que hace grandes maravillas” (v. 4).
Quizá a primera vista veamos muy poca relación entre las dos partes de cada
versículo. El estribillo “porque para siempre es su misericordia” parece interrumpir el
hilo que se desarrolla en la primera línea de los versículos.
JEHOVÁ CREÓ EL CIELO, LA TIERRA Y LAS
LUMBRERAS
↓
¿LA RELACIÓN?
↑
PARA SIEMPRE ES SU MISERICORDIA
Sin embargo, al reflexionar un poco comenzamos a ver las relaciones. Por ejemplo,
recordamos de nuevo el contraste entre la grandeza de Dios y su compasión para
nosotros. Reconocemos en la creación manifestaciones de la misericordia divina. Sin la
tierra seca (ver Jeremías 5:22) y sin la luz y el calor del sol, sería imposible vivir sobre
nuestro planeta. Los ciclos que recorren las lumbreras sirven para ordernar nuestras
vidas (Génesis 1:14). La constancia con la cual la tierra y el mar se mantienen separados
y las lumbreras aparecen y desaparecen de nuestra vista son un reflejo y garantía de la
misericordia constante del Señor (Jeremías 31:35–36; 33:20–21).
Salmos 136:10–22
¡PENSEMOS!
¿Por qué motivo alaba a Dios la primera línea de los vv. 10–
15? ¿Por qué le alaba la primera línea de los vv. 16–22?
¿Qué relación ve usted entre estos motivos y el refrán en
cada versículo?
¿Quién fue Sehón, rey amorreo? (Números 21:21–25)
¿Quién fue Og, rey de Basán? (Números 21:33–35)?
Entre los vv. 9 y 10 el salmo salta miles de años. De la creación (vv. 5–9) pasa a dos
de los eventos más relevantes de toda la historia de Israel: el éxodo de Egipto (vv. 10–
12) y la división del Mar Rojo (vv. 13–15). Conmemora las hazañas no de los líderes
israelitas, sino de Jehová. Toda la alabanza es para él. En la liberación de la esclavitud
de Egipto él manifestó de manera suprema su fidelidad misericordiosa para con su
pueblo.
Esa misma lealtad lo dio a conocer cuarenta años después en las victorias sobre
Sehón y Og (vv. 16–22). Cuando Israel iba rumbo a la tierra prometida, quería pasar por
los territorios de estos reyes, quienes no sólo les cerraron el paso, sino que también
salieron a pelear contra ellos. Pero Jehová no abandonó a su pueblo. Derrotó a esos
reyes “grandes” y “poderosos” (vv. 17–18) y entregó sus tierras a Israel (vv. 21–22).
Salmos 136:23–26
¡PENSEMOS!
¿Por qué motivo alaba a Dios la primera línea de los vv. 23–
24? ¿Por qué le alaba la primera línea del v. 25? ¿Qué
relación ve usted entre estos motivos de alabanza y el refrán
de cada versículo?
Ahora el salmista toma otro salto cronológico, esta vez hasta los tiempos en que
vivió. Él y sus paisanos habían experimentado en carne propia el poder y lealtad de
Jehová. Aquel que había formado el mundo, liberado a Israel de Egipto, partido el Mar
Rojo y aplastado a reyes poderosos, también había recordado las promesas hechas a su
pueblo en los días del salmista (v. 23). Los había librado del mal que sus enemigos les
querían hacer (v. 24).
El salmista percibía la fidelidad de Jehová no sólo en sus intervenciones
espectaculares. Aun en la provisión cotidiana para sus criaturas el Rey de reyes
manifiesta su constancia (v. 25; ver 104:10–30).
De verdad, ¡la fidelidad misericordiosa de Jehová es para siempre! (v. 26)
JEHOVÁ MANIFESTÓ SU FIDELIDAD
MISERICORDIOSA EN:
1. La creación (vv. 4–9)
2. El éxodo (vv. 10–15)
3. El camino a la tierra prometida (vv. 16–22)
4. Los tiempos del salmista (vv. 23–25)
¡PENSEMOS!
La creación y el éxodo son dos de las manifestaciones más
relevantes del poder y amor de Jehová en el Antiguo
Testamento. ¿Qué eventos del Nuevo Testamento son de
igual o aun superior categoría? ¿A quiénes contará usted lo
que Dios ha hecho en estos eventos? ¿Se da cuenta que al
hacerlo, usted lo alabará? ¿Continúa la fidelidad
misericordiosa de Jehová en la actualidad? ¿Cómo la ha
visto? ¿A quiénes contará lo que Dios en su fidelidad hace
hoy?
Escriba un salmo de alabanza general a Dios por su
grandeza y su misericordia. Tome en cuenta los temas que
aparecen en la lista del capítulo 2. Puede usar Salmos 113 y
136 como modelo (para un ejemplo más sencillo, ver Salmo
117). Redacte oraciones que cuenten lo que Dios es o ha
hecho. Evite las palabras “gracias” y “agradecer”. ¿A quién
leerá su salmo, alabando así al Señor?
4
Salmos de Clamor
¿Se ha sentido alguna vez atrapado en un problema grave, sin salida? ¿Recuerda la
desesperación que le invadió en esa ocasión? Encontramos ese mismo sentimiento en
los salmos de clamor, pero también hallamos en ellos cuatro pasos que podemos seguir
cuando oramos para librarnos de la angustia
¿QUÉ SON LOS SALMOS DE CLAMOR?
Los salmos que estudiamos en los capítulos 2 y 3 consisten casi por completo de
alabanzas. Los de clamor también incluyen loores a Jehová, pero no es su elemento
principal. Están compuestos a causa de la angustia, expresan el dolor del salmista y sus
ruegos para que el Señor intervenga y lo libre de ella.
En cierto sentido, estos salmos se parecen a nuestras oraciones. En ellas nosotros
presentamos peticiones. Sin embargo, éstas son muy variadas, y aunque a veces se
tratan de situaciones agobiantes, con mayor frecuencia tienen que ver con pormenores
de la vida cotidiana o ministerio. En cambio, los salmos de clamor no mencionan
semejantes detalles. Más bien, piden una sola cosa: liberación de una angustia
abrumadora.
Peticiones en oraciones
normales Peticiones en salmos de clamor
Número Varias Una sola
Temas Pormenores Liberación de angustia
Con frecuencia, se encuentran algunos elementos parecidos en los salmos de clamor.
En el llamado introductorio, el salmista se dirige a Jehová. Expresa su angustia,
muchas veces relacionándola con Dios (“no me has respondido”), con el enemigo y con
el salmista mismo. Su petición es un clamor que pide liberación de la angustia. En
medio de su desesperación, el salmista confiesa su confianza en que el Señor lo salvará.
En el voto de alabanza, promete alabarlo públicamente cuando reciba la liberación. El
voto puede ir acompañado de la razón que lo produjo, o un resumen del motivo del loor
prometido.
ELEMENTOS COMUNES EN LOS SALMOS DE
CLAMOR
1. Llamado introductorio a Dios
2. Angustia: causada por Dios, el salmista y el enemigo
3. Petición de liberación
4. Confesión de confianza en Dios
5. Voto de alabanza
6. Razón por el voto de alabanza Algunos salmos expresan el clamor de un individuo. Incluyen a los salmos 3–5, 7,
10, 13, 17, 22, 25–28, 31, 35, 38, 39, 41–43, 51, 54–57, 59, 61, 63, 64, 69–71, 77, 86,
88, 94, 102, 108, 109, 120, 130, 140–143. En otros, se plasma el clamor del pueblo de
Jehová: Salmos 12, 44, 58, 60, 74, 79, 80, 83, 85, 90, 123, 137.
SALMO 13: UN SALMO DE CLAMOR INDIVIDUAL
Salmos 13:1–2
¡PENSEMOS!
Lea todo el Salmo 13. ¿Cuál es su propósito principal?
¿Cuáles de los elementos comunes de los salmos de clamor
están presentes? ¿Cómo difiere este salmo de los de alabanza
general que hemos estudiado? (Salmos 103, 113, 136)
¿Cuál es el tema principal de los vv. 1–2? ¿Qué frase se
repite cuatro veces? ¿Qué nos comunica?
¿Con quién relaciona el salmista su angustia del v. 1? ¿Con
quiénes la relaciona en el v. 2? ¿Qué tiene cada uno que ver
con su angustia? ¿Debemos acusar a Dios como lo hace el
autor en el v. 1?
La desesperación del poeta se manifiesta desde las primeras palabras. La repetición
cuádruple de “hasta cuando” da a entender que ya no aguanta más. Se dirige a Jehová
con mucha franqueza, acusándolo de no poner atención a su angustia (v. 1).
El tercero y cuarto “hasta cuando” introducen los otros dos causantes del
sufrimiento: el salmista mismo (no puede dejar de pensar en su problema) y su enemigo
(v. 2). De manera que David tiene un triple problema: cómo conseguir el socorro divino,
cómo manejar sus emociones y cómo evitar que su enemigo le venza.
Toma el primer paso para resolver sus problemas en estos dos versículos: Confiesa
a Jehová sin ambages su desesperación. Sus palabras del v. 1 nos pueden parecer
irreverentes. ¡Cómo se atreve hablar así a Dios! Por otro lado, son sinceras. Expresan lo
que verdaderamente siente.
Con Dios, nosotros debemos tener la misma confianza. Cuando oramos, es ilógico
ocultar nuestros sentimientos verdaderos detrás de una pantalla de piedad hipócrita.
¿Acaso Dios no sabe todo lo que realmente pensamos y sentimos? El primer paso para
buscar liberación de la angustia es ser sinceros con Dios acerca de nuestra
desesperación. Sin embargo, este es sólo el primer paso. No podemos quedar satisfechos
con una actitud quejumbrosa.
¡PENSEMOS!
¿Cuando usted ora, plantea a Dios sus problemas más
agudos? ¿Tiene la confianza para decirle lo que realmente
siente, incluso sus sentimientos negativos hacia él? ¿Se da
cuenta que su angustia es causada no solamente por sus
enemigos, sino también por su propia reacción mental y
emocional a su situación?
Salmos 13:3–4
¡PENSEMOS!
¿Cuál es el tema principal de estos versículos? ¿Qué tan
serio era el problema del salmista? A la luz del v. 3b, ¿cuál
era su aflicción? Según el v. 4, ¿por qué quería que Jehová le
librara de su angustia?
Habiendo dado expresión a su angustia, el salmista toma el segundo paso para
resolver su problema: pide a Jehová socorro. El v. 3 sugiere que padecía de una
enfermedad grave. En aquellos tiempos, la ciencia de la medicina se había desarrollado
poco, y la posibilidad de morir por una enfermedad era mucho mayor que hoy día.
David tuvo muchos enemigos políticos, aun dentro de Israel. Por años, Saúl y sus
seguidores intentaron matarlo (1 Samuel 18–30; 2 Samuel 2:8–3:6), y cuando ya era
rey, varios pretendientes quisieron quitarle el trono (2 Samuel 15–18, 20). Cuando
compuso este salmo, David sabía que algún enemigo suyo se alegraría por su muerte (v.
4), en parte tal vez por odio, pero seguramente también porque vería una oportunidad de
aumentar su propio poder. El vocablo hebreo que se traduce como “resbalara” sería
mejor verterlo por “cayera”. Aquí no se refiere a un desliz moral o espiritual, sino a la
muerte.
¡PENSEMOS!
¿Padece usted de alguna enfermedad peligrosa? A la luz del
v. 3, ¿qué debe hacer al respecto? ¿Es capaz Dios de sanarle
aun de una enfermedad incurable? Si su problema es otro,
¿es capaz el Señor de resolverlo también?
¿Está alguien tratando de “moverle el tapete”? ¿Se alegraría
alguien de que usted cayera? A la luz de los vv. 3–4, ¿qué
debe pensar usted acerca de semejante persona?
Salmos 13:5
¡PENSEMOS!
¿Cuál es el tema principal del v. 5? ¿Qué contraste hay entre
las actitudes de los vv. 1 y 5? ¿Cuál será la causa de este
cambio?
De repente, el salmista cambia de tono. En lugar de la acusación del v. 1, ahora
expresa su confianza en que Jehová lo librará de su aflicción. En vez de temer que sus
enemigos se alegren (v. 4), espera su propia alegría. Aquí “tu salvación” no se refiere a
la salvación eterna del pecado, sino a la liberación de la enfermedad y del enemigo. Esta
expresión de confianza en Dios es el tercer paso que toma David para resolver su
problema.
¿A qué se debe este cambio de actitud? Jehová no le ha sanado todavía de su
enfermedad. Tampoco ha quitado a su enemigo. Sin embargo, ha comenzado a obrar en
el tercer causante del sufrimiento mencionado en los vv. 1–2: el autor mismo. Los
sentimientos que lo agobiaban en el v. 2 ahora dan paso a la meditación sobre la hésed
de Jehová, su fidelidad misericordiosa (ver la explicación de este vocablo en el capítulo
3, pág. 28). Tal vez David haya recordado algunas experiencias en las cuales Dios había
manifestado esa lealtad (comp. Salmos 77:7–15). Sea como fuere, de alguna manera
durante la oración misma, el Señor transformó la desesperación de David en esperanza.
Este cambio es el más importante que se opera cuando oramos. Aun cuando el
enemigo todavía esté acosándonos (v. 2c) y el rostro de Jehová todavía no se haya
manifestado a nuestro favor (v. 1), es necesario confiar en él (v. 5). Esa confianza se la
debemos confesar, aun antes de ver su respuesta a nuestro clamor.
¡PENSEMOS!
¿Alguna vez su actitud quejumbrosa cambió mientras usted
oraba? ¿A qué se debió ese cambio?
¿Confiesa usted su confianza en Dios aun antes de recibir
respuesta a su oración? ¿Actualmente está pidiendo al Señor
que lo libre de alguna angustia? ¿Le ha dicho que confía en
su fidelidad y misericordia a pesar del sufrimiento?
Salmos 13:6
¡PENSEMOS!
¿Qué promesa hace el salmista en este versículo? ¿Qué
razón da?
El v. 6 podría interpretarse como una continuación de la expresión de confianza en
Dios. En ese caso, el salmista estaría diciendo que está seguro de que no morirá, sino
que vivirá para cantar de nuevo a Jehová.
Sin embargo, a la luz de pasajes semejantes en otros salmos de clamor, el v. 6 ha de
ser un voto. David promete que cuando recupere su salud, contará públicamente el bien
que Jehová le ha hecho (ver los votos semejantes que aparecen en Salmos 22:22, 25;
26:12b; 35:17–18; 50:14–15; 56:12–13; 116:17–19). Tan seguro está de que Dios le
salvará de su aflicción, que comienza a alabarlo, hablando de la obra divina en tiempo
pasado, como si ya se hubiera realizado: “me ha hecho bien”.
En nuestras oraciones, raras veces añadimos a la petición una promesa de alabar a
Dios. Cuando le presentamos nuestras necesidades, naturalmente pensamos en el
beneficio que esperamos recibir de su respuesta. Pero, ¿con qué frecuencia pensamos en
lo que él desea recibir? ¿Prometemos dar a conocer ante nuestros semejantes la forma
en que él resuelve nuestros problemas? Este voto bíblico es el cuarto paso que debemos
seguir en nuestra oración de clamor a Dios. Y, por supuesto, cuando Dios nos responde,
debemos cumplir la promesa.
¡PENSEMOS!
¿Tendrían sus oraciones más poder si prometiera a Dios
alabarle públicamente por su respuesta? ¿Ha hecho usted
semejante promesa en su oración? ¿La ha cumplido?
En su próxima oración de angustia, siga los cuatro pasos que hemos descubierto en
el salmo 13.
PASOS PARA LIBRARNOS DE LA ANGUSTIA
1. Exponer a Dios cómo nos sentimos (vv. 1–2).
2. Pedirle liberación de la angustia (vv. 3–4).
3. Expresar nuestra confianza en él (v. 5).
4. Prometer alabarle públicamente por su respuesta (v. 6).
5
Salmos de Alabanza Específica
¿Dios sufriría alguna pérdida si usted muriera hoy? ¿Qué debe recordar usted
cuando está agobiado por un sufrimiento que parece interminable? ¿Cómo debe mostrar
a Dios su gratitud cuando él contesta sus oraciones? Estas son algunas de las preguntas
que buscaremos contestar en nuestro estudio de los salmos de alabanza específica
¿QUE SON LOS SALMOS DE ALABANZA ESPECÍFICA?
Estos salmos alaban a Dios por librar al salmista de alguna angustia. Como vimos en
los capítulos 2 y 3, los salmos de alabanza general exaltan a Dios por lo que es y hace o
por lo que hizo hace mucho tiempo (por ejemplo, en la creación o en el éxodo). En
cambio, los salmos de alabanza específica cuentan cómo Dios salvó al salmista o a
Israel de alguna crisis reciente; estos son la secuela natural de los salmos de clamor, que
suplican a Dios intervenir en alguna aflicción y en consecuencia, lo alaban por su
respuesta.
Los salmos de alabanza específica se asemejan a nuestros “testimonios”. Sin
embargo, hay diferencias. Los testimonios normalmente son acciones de gracias, en vez
de alabanzas (para encontrar la diferencia, vea el capítulo 2). Además, en los
testimonios narramos muchos pormenores de lo que nos sucedió y de lo que hicimos.
En cambio, los salmos de alabanza hablan más de lo que Dios hizo, y dan poca
información acerca de qué fue exactamente lo que aconteció. Las referencias vagas
facilitan la aplicación del salmo a la experiencia de los creyentes de todas las épocas. De
manera que lo “específico” de estos salmos no son los detalles de la narración, sino la
liberación que motiva el loor.
Nuestros testimonios Salmos de alabanza específica
Motivo Respuesta a la oración Respuesta a la oración
Forma Acción de gracias Alabanza
Experiencia
narrada En detalle Con poco detalle
Muchos de los salmos de alabanza específica comienzan con una proclamación de
la intención de alabar a Dios (“te alabaré”), a veces seguida de un resumen de la
alabanza específica. Estos elementos se asemejan al voto y la razón que lo motivó que
aparecen en los de clamor. De manera que estos salmos comienzan donde terminan los
de clamor.
A continuación, el salmista da un informe de su angustia, y también un informe de
la liberación. Este tiene dos partes: el clamor y la liberación propia. Esta segunda parte
contiene la alabanza específica; es decir, en ella el autor cuenta lo que Dios ha hecho a
su favor. Muchos salmos de alabanza específica también contienen trozos de alabanza
general, porque reconocen lo que Dios es y hace en general.
ELEMENTOS COMUNES EN LOS SALMOS DE
ALABANZA ESPECIFICA
1. Proclamación de la intención de alabar a Dios
2. Resumen de la alabanza específica
3. Informe de la angustia
4. Informe de la liberación: “clamé a ti” y “me libraste”
5. Alabanza general Esta categoría incluye los salmos 30, 32, 34, 66, 68, 107, 116, 118, 124 y 138.
También se pueden catalogar con ellos los himnos de victoria que aparecen en Éxodo
15:1–18 y Jueces 5.
SALMO 30: UN SALMO DE ALABANZA ESPECÍFICA
Salmos 30:1
¡PENSEMOS!
Lea todo el salmo. ¿Cuál es su propósito principal? ¿Cuáles
de los elementos com unes de los salmos de alabanza
específica están presentes? ¿Cómo difiere este salmo de los
de alabanza general que hemos estudiado? (Salmos 103, 113,
136) ¿Cómo difiere de un salmo de clamor? (Salmo 13)
¿Qué semejanzas hay entre el v. 1 y Salmo 13:6? ¿Por qué
existen esas semejanzas? ¿Por qué motivos alaba el salmista
a Jehová en el v. 1?
El v. 1 tiene la misma forma que el último versículo del Salmo 13.
COMPARACIÓN ENTRE SALMOS 13:6 Y 30:1
13:6: Cantaré a Jehová,
30:1: Te glorificaré, oh
Jehová
Porque me ha hecho bien
Porque me has exaltado
Como vimos en el capítulo 4, el salmo 13 es una oración de clamor a Jehová, y
concluye en el v. 6 con un voto de alabanza. David promete que cuando Dios le libre de
su angustia, lo contará públicamente. El Salmo 30:1, entonces, anuncia la intención de
cumplir con un voto de esa clase.
Sigue en el mismo versículo un resumen de la alabanza. El verbo hebreo que se
traduce como “has exaltado” significa más exactamente “has sacado”. Se utiliza
normalmente para referirse a la acción de sacar agua de un pozo. En el v. 3 el salmista
indicará en qué “pozo” estuvo. Pero por el momento nos informa solamente que Dios lo
ha extraído de algún peligro profundo, y evitado que sus enemigos triunfen sobre él (v.
1b; sobre el papel de los enemigos en el sufrimiento, vea la explicación de Salmos
13:1–4 en el capítulo 4).
Este salmo, entonces, alaba a Dios por librar al autor de una angustia específica. En
esto difiere de los salmos de alabanza general, que hablan solamente de lo que el Señor
es y hace en general.
Salmos 30:2–3
¡PENSEMOS!
¿Por qué motivo alaba el salmista a Jehová en estos
versículos? Según el v. 2, ¿qué había hecho antes que Jehová
lo sanara? ¿Quiere decir el v. 3 que el salmista había
resucitado de entre los muertos?
Después de resumir la alabanza en el v. 1, el autor trae a colación su clamor a
Jehová y cómo él lo salvó. Los vv. 2–3 aclaran que su vida peligraba debido a una
enfermedad (ver la exposición de Salmos 13:3 en el capítulo 4). ¡El Señor respondió
sanándolo!
El vocablo “Seol” se aplica a la tumba y también a la morada de los difuntos.
Entonces, ¿el v. 3a quiere decir que el salmista murió y luego resucitó? El paralelismo
nos ayuda a resolver esta duda.
PARALELISMOS EN SALMOS 30:2–3
A. Me sanaste
B. Hiciste subir mi alma del Seol
C. Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura El paralelismo muestra que “hiciste subir mi alma del Seol” no se debe entender
literalmente. Es un tipo de lenguaje figurado llamado “hipérbole”, una exageración para
dar énfasis. ¡Tan cerca de la muerte estaba el salmista durante su enfermedad (comp.
Salmo 88:3–5), que se sentía como si Dios lo hubiera levantado de entre los muertos!
Salmos 30:4–5
¡PENSEMOS!
¿Por qué motivo alaba a Jehová el v. 5? ¿Esta es alabanza
específica, o general? ¿Por qué el salmo tiene las dos clases
de alabanza?
Basado en su experiencia personal, David ahora introduce una breve alabanza por lo
que el Señor hace en general. Llama a todos los seguidores de Jehová a ensalzarlo (v.
4), no sólo por la sanidad que le ha dado a él, sino porque actúa de manera semejante
con todo su pueblo (v. 5). La aflicción que Dios nos permite sufrir, por desagradable e
intensa que sea, en realidad es poca en comparación con sus bendiciones.
¡PENSEMOS!
¿Tiene usted una deuda de alabanza que no ha pagado? ¿Le
ha sanado Dios de alguna enfermedad seria? ¿Le ha librado
de algún otro problema? ¿Lo ha contado a alguien? Si no, ¿a
quién lo contará? ¿Cuándo lo hará? ¿Qué paralelo observa
usted entre el v. 5 y 2 Corintios 4:16–18? ¿Cómo le ayuda
esta verdad a resistir en el sufrimiento?
Salmos 30:6–7
¡PENSEMOS!
¿Qué recuerda el salmista en estos versículos? ¿Qué
contrastes ve usted entre los vv. 6–7a y el v. 7b?
David vuelve a su experiencia personal. Recuerda el inicio de su enfermedad. Tanto
había prosperado, que se sentía inconmovible (v. 6). Ahora reconoce que su firmeza
dependía no de sí mismo, sino del favor divino (v. 7a).
De repente, todo se vino para abajo. Dios escondió su rostro, es decir, dejó de dar la
bendición de la salud y el salmista se halló no solamente enfermo, sino también
emocionalmente descontrolado (v. 7b). Seguramente no entendía por qué Dios había
permitido que le sobreviniera semejante sufrimiento.
EL CAMBIO INESPERADO
ANTES Me afirmaste como monte
fuerte (v. 7) Dije yo: No seré jamás conmovido (v. 6)
DESPUÉS Escondiste tu rostro (v. 7) Fui turbado (v. 7)
El salmo no dice que la enfermedad haya venido como castigo por un pecado grave.
Sin embargo, el v. 6 sugiere que David había comenzado a confiar demasiado en su
prosperidad. El cambio repentino en su salud le vino como un golpe duro pero tal vez
necesario.
¡PENSEMOS!
¿Alguna vez ha experimentado usted un cambio como el que
el salmista relata? ¿Cómo se sentía antes? ¿Cómo le afectó
emocionalmente el cambio?
Salmos 30:8–11
¡PENSEMOS!
¿Qué recuerda el salmista en los vv. 8–10? ¿A qué apeló en
el v. 9 para que Jehová le ayuda ra? ¿A qué apeló en el v.
10? ¿Debemos apelar a las mismas cosas cuando pedimos a
Jehová su ayuda?
¿Qué recuerda el salmista en 30:11?
Aquí el salmista presenta otro informe de su liberación (el primero está en los vv. 2–
3). Esta vez amplía bastante la parte acerca de su clamor (comp. v. 2 con vv. 8–10).
Hace memoria de lo que dijo. No lo expresa en tiempo pasado, sino como si estuviera
viviendo de nuevo su oración.
Comienza aclarando a quién clamaba (v. 8). Coloca las frases “a ti, oh Jehová” y “al
Señor” al principio de las dos oraciones para dar énfasis. La enfermedad le había
despertado de su autosuficiencia. Una vez más reconoce que depende completamente de
Dios.
Aduce que Dios perdería algo si él muriera: su alabanza (v. 9). Este argumento nos
puede parecer extraño y hasta impertinente. Sin embargo, es bíblico. Aparece también
en Salmos 6:4–5 y 88:10–12. Muchos de los salmos de clamor incluyen un voto de
alabanza para persuadir a Dios a que salve al autor (ver la exposición de Salmos 13:6 en
el capítulo 4). Existimos principalmente para glorificar a Dios (Vea Efesios 1:3–14, en
especial los vv. 6, 12, 14).
Pero el salmista reconocía que no podía transar con Jehová. Realmente el Señor no
necesita de ningún ser humano. Nuestra alabanza no puede ni siquiera comenzar a pagar
los favores que el Señor nos concede. Por eso, David se encomendó a la misericordia
divina, rogando que Jehová le concediera su ayuda inmerecida (v. 10).
En el v. 3, el autor habló de los efectos físicos de la intervención divina; Jehová lo
había sanado. Ahora, en el segundo informe sobre la liberación, celebra los efectos
emocionales (v. 11). La tristeza que le agobiaba (v. 7; Salmos 13:2) ha desaparecido. En
vez de levantar su voz en lamentos (como en Salmos 13:1–2), David ahora baila de
alegría (así como en 2 Samuel 6:14–15). Dios le ha quitado el áspero cilicio de luto y le
ha puesto como traje de lujo la alegría.
EFECTOS DE LA INTERVENCIÓN DIVINA
FÍSICOS Sanidad de la enfermedad
(vv. 2–3)
EMOCIONALES Tristeza cambiada en alegría (v. 11)
Salmos 30:12
¡PENSEMOS!
¿Qué promesa hace el salmista en 30:12? ¿Por qué la hace?
¿Qué semejanzas y diferencias hay entre esta promesa y la
de Salmos 13:6?
Los salmos de clamor suelen contener promesas de alabar a Dios públicamente por
su respuesta (ver, por ejemplo, Salmos 35:17–18). David cumplió esta clase de voto
mediante el salmo 30. Ha contado que Jehová lo sanó de su enfermedad mortal y lo
llenó de alegría. Ha cumplido su compromiso.
Sin embargo, concluye este salmo haciendo todavía otro voto de alabanza (v. 12).
¿Por qué? No quería cumplir su promesa sólo en forma mínima. Tanto había hecho
Jehová por él, que merecía ser alabado no sólo una vez, sino para siempre.
¡PENSEMOS!
Si usted muriera hoy, ¿cuánta alabanza perdería Dios?
¿Debemos usar argumentos como el v. 9 al presentar a Dios
nuestras peticiones? A la luz del v. 10, ¿podemos exigirle a
Dios que conteste nuestra oración?
¿Alguna vez ha sentido el cambio que el salmista narra en el
v. 11? ¿Lo ha contado a alguien? ¿Dio a Dios el crédito? Si
no, ¿a quién lo relatará para que el Señor sea alabado?
No leemos en el Nuevo Testamento que la iglesia haya
practicado el baile de alegría, aunque en Hechos 3:8–9 el
cojo sanado hizo algo semejante en el templo. ¿Debemos
alabar a Dios en la iglesia mediante la danza? ¿Debemos
hacerlo en algún otro contexto? Explique sus respuestas.
Según el v. 12, ¿cuántas veces debemos alabar a Dios por sus
bendiciones?
6
Salmos de Confianza
¿Cuándo fue la última vez que usted dijo a su cónyuge: “Te amo”? ¿Cuándo fue la
última vez que le dijo por qué le quiere? Estas palabras se expresan con frecuencia entre
novios, pero muchos perdemos la costumbre de decirlo cuando pasan los años del
matrimonio. Pensamos: “Mi esposo (esposa) sabe que le amo; no hay necesidad que se
lo diga”. Sin embargo, ¿a quién no le agrada una declaración sincera de afecto?
Dios también desea que externemos lo que sentimos para con él. ¿Cómo debemos
hacerlo? En este capítulo aprenderemos del ejemplo que David nos dejó en el salmo
más conocido de todos.
¿QUÉ SON LOS SALMOS DE CONFIANZA?
Hay salmos que se dedican por completo, o casi por completo, al tema de la
confianza en Dios. Expresan fe en Jehová y las razones por las cuales él es digno de esa
confianza. Algunos también exhortan a su pueblo a esperar sólo en él.
ELEMENTOS COMUNES EN LOS SALMOS DE
CONFIANZA
1. Confesión de confianza en Dios.
2. Razones por las que Dios es digno de confianza
3. Exhortación a confiar en Dios. Para demostrar que el Señor es digno de confianza (el segundo elemento), estos
salmos cuentan lo que él es y hace. Al relatar sus virtudes, lo alaban. De manera que los
salmos de confianza constituyen un tercer grupo de salmos de alabanza.
TRES CLASES DE SALMOS DE ALABANZA
Clase de
salmo Alabanza general Alabanza específica Salmos de confianza
Tema Lo que Dios es y
hace Cómo libra Dios de las
angustias Por qué Dios es digno de
confianza
Los salmos de confianza incluyen los Salmos 11, 16, 23, 62, 91, 115, 125 y 131
SALMO 23: UN SALMO DE CONFIANZA
¡PENSEMOS!
Lea todo el salmo. ¿Cuál es su tema principal? ¿Cuáles de
los tres elementos comunes de los salmos de confianza
aparecen? ¿Qué figura de Jehová usan los vv. 1–4? ¿Qué
figura usan de él los vv. 5–6?
El Salmo 23 expresa confianza en Jehová mediante dos figuras. Lo presenta como
pastor (vv. 1–4) y anfitrión (vv. 5–6).
PRINCIPALES DIVISIONES DEL SALMO 23
1. Jehová es mi pastor (vv. 1–4).
2. Jehová es mi anfitrión (vv. 5–6). Los verbos de este salmo pueden traducirse en tiempo presente o bien, futuro (comp.
la Revisión Reina Valera 1960 con la Versión Popular). La primera oración está en
tiempo presente, y las frases “todos los días de mi vida” y “por largos días” indican que
el v. 6 habla del futuro. Todo el resto del salmo se refiere a los dos tiempos. El autor
confía en que Jehová actuará como su pastor y anfitrión en el futuro precisamente
porque ya lo hace en el presente. Dicho de otra manera, en todo el salmo, David
confiesa su confianza en Jehová, y simultáneamente expone las razones por las que él lo
ha hallado digno de confianza.
Salmos 23:1–4: Jehová es mi pastor
¡PENSEMOS!
Según el v. 1, ¿qué provee Jehová para su oveja? ¿Qué le
provee según los vv. 2–4?
Salmos 23:1. Este versículo resume el mensaje de los vv. 1–4. Así como el buen
pastor provee todo lo que sus ovejas necesitan, así también Jehová cuida a David. Este
resumen luego se desglosa: Jehová sustenta (vv. 2–3a), guía (v. 3b) y protege (v. 4) a su
oveja.
JEHOVÁ PROVEE PARA SU OVEJA:
1. Todo (v. 1).
2. Sustento (vv. 2–3a).
3. Dirección (v. 3b)
4. Protección (v. 4) Salmos 23:2–3a. El sustento incluye tres elementos: comida (“pastos” v. 2a), agua
(v. 2b) y reposo (“descansar”, “reposar”, v. 2). El alimento es de alta calidad. La frase
que se traduce como “delicados pastos” es literalmente “verdes pastos” (Versión
Popular). Las “aguas de reposo” son aquellas que se encuentran en un lugar propicio
para el descanso de la oveja. De manera que el v. 2 presenta el cuadro de un pastor que
da descanso a su criatura en un prado verde por donde pasa un riachuelo refrescante.
Como resultado del alimento, el agua y el reposo, la oveja se siente fortalecida (v.
3a). La frase hebrea que se traduce como “confortará mi alma” significa “restaurará el
ánimo” (ver la Versión Popular: “me da nuevas fuerzas”). En Proverbios 25:13 está
vertida por “da refrigerio al alma”.
¡PENSEMOS!
¿Qué alimento provee Jehová para usted? ¿Qué reposo le
da? ¿Cómo le ha fortalecido?
Salmos 23:3b. Jehová también guía a su oveja (v. 3b). En el hebreo hay un juego de
palabras con la expresión “sendas de justicia”. Una traducción literal sería “caminos
rectos” (Versión Popular). Aplicada a las ovejas literales, la frase se refiere a caminos
fáciles de seguir. Sin embargo, para el salmista es una figura que habla de la justicia.
Jehová dirige a David en una vida no sólo tranquila y próspera, sino también recta.
Cuando hablamos de la dirección divina, muchas veces pensamos en decisiones
como: ¿Con quién me casaré? ¿Cuál debe ser mi empleo? ¿Dónde debo vivir? ¿A qué
iglesia debo asistir? Sin embargo, la dirección de la cual habla el v. 3 es más
fundamental. Es la obra del Señor mediante la cual nos aleja del pecado y nos hace
obedientes a él. Dos de los medios principales que él usa para guiarnos en este sentido
son su palabra (Salmos 119:104–105) y su Espíritu (Romanos 8:13–14; Gálatas 5:18–
23).
¿Por qué Jehová mantiene a su oveja en las sendas de justicia? Seguramente una
razón por ello es que la ama. El v. 3b señala otra: por amor de su propio nombre. Su
“nombre” aquí es su renombre (Ezequiel 36:20–23; Malaquías 1:11). Si un pastor
maltrata a sus animales, no les provee alimento, no les da descanso ni los lleva por
buenas sendas, flaquearán, enfermarán y morirán. Pero también la reputación del pastor
quedará en entredicho. De manera semejante, Jehová hace justicia a sus hijos para el
bien de ellos, y también para que él sea glorificado.
¡PENSEMOS!
¿Qué relación ve usted entre el v. 3b y Mateo 5:16?
¿Glorifican sus acciones a Dios, o perjudican su nombre?
(ver Romanos 2:24) ¿Qué más debe hacer para que su vida
aumente la gloria del Señor?
Salmos 23:4. El salmista confía en la protección de Jehová en toda circunstancia.
Aun en el valle más oscuro, donde podría estar escondido algún ladrón o fiera, la
presencia del pastor tranquiliza a sus ovejas (v. 4). La “vara” era un garrote. Con ella, el
Todopoderoso ahuyenta a cualquier enemigo, y utiliza su cayado para evitar que su
criatura pierda el camino.
En este versículo, David deja de hablar acerca de Dios, y comienza a dirigirse
directamente a él. Muchas veces, cuando nos hallamos en peligro es cuando más
buscamos a Dios en oración y más conscientes estamos de nuestra relación personal con
él.
¡PENSEMOS!
¿Qué protección le ha dado Dios? ¿Recuerda alguna
experiencia concreta? ¿Se halla en algún peligro ahora? A la
luz del v. 4, ¿cómo puede sentirse en esa circunstancia? ¿Por
qué?
Salmos 23:5–6: Jehová es mi anfitrión
¡PENSEMOS!
Según el v. 5, ¿qué cosas hace Jehová por David? Según v. 6,
¿qué bendiciones espera recibir el salmista? ¿Cuándo las
espera?
De repente, el salmista cambia la figura. Sigue hablando a Jehová, pero ahora no
como pastor, sino como anfitrión. Dice que el Señor le agasaja con un banquete en su
honor (v. 5); arregla la mesa con una vajilla elegantísima y con los más deliciosos
manjares. Le hace destacar delante de todos, ungiéndolo con el aceite perfumado que
humedece el cutis reseco por el sol (Éxodo 30:23–25; Jueces 9:9; Salmo 104:15; Lucas
7:46). Llena su copa hasta el borde con el mejor vino. Y todo esto lo hace a la vista de
los enemigos que le han angustiado (para un caso semejante, ver Ester 6).
¿Qué significa esta figura del anfitrión? ¿Qué relación tiene con la imagen del
pastor? El nexo entre los vv. 4 y 5 son los enemigos. Jehová no solamente es pastor para
cuidar al salmista de aquellos que quieren hacerle daño, sino que también es el anfitrión
que lo exalta sobre ellos.
SIGNIFICADO DE LAS FIGURAS EN SALMOS 23
Figura Jehová es mi pastor Jehová es mi anfitrión
Significado Jehová cuida Jehová exalta
El verbo que se traduce “seguirán” (v. 6), significa literalmente “perseguirán,
correrán tras”. ¡Quienes perseguirán a David no serán sus angustiadores (v. 5), sino el
bien y la misericordia! El vocablo vertido por “misericordia” es hésed, “fidelidad
misericordiosa” (ver la exposición de Salmos 136:1–3 en el capítulo 3). David estaba
seguro de que el bien correría tras él, porque confiaba que Jehová es fiel a sus promesas
de bendecir a los que andan por “sendas de justicia” (v. 4).
El salmista esperaba disfrutar toda su vida del bien que Dios le concedería. Esta
duración está subrayada por el paralelismo entre “todos los días de mi vida” y “por
largos días”. ¡Cuánto más podemos nosotros esperar lo mismo, sabiendo que “a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28).
PARALELISMO EN SALMOS 23:6
El bien… me seguirán todos los días de mi vida
En la casa de Jehová moraré por largos días
El paralelismo también sugiere que morar en la casa de Jehová era parte del bien y
la misericordia. La segunda línea se presta a interpretaciones legítimas en varios niveles.
A la luz del v. 5 puede significar que Jehová seguiría honrando a David como un
anfitrión. O podría insinuar que el salmista hallaría seguridad de sus enemigos en la
casa de Dios (Salmos 27:5; 61:4).
También recordamos que la casa de Jehová era su santuario en Jerusalén (2 Samuel
6:12–17). David llegaría allí con alegría para presentar sacrificios y alabanzas por el
bien y la misericordia que Jehová le manifestaría (Salmos 66:13–15). Pero el bien
mayor de todos sería disfrutar en ese lugar de la comunión con Dios en su misma
presencia (Salmos 27:4; 84:1–4, 10).
Jesús también nos está preparando lugar a nosotros en la casa de Jehová (Juan 14:2).
Algún día vendrá otra vez y nos tomará, para que en esa casa celestial moremos no sólo
por largos días, sino eternamente (Juan 14:3).
¡PENSEMOS!
¿Cómo exalta Jehová hoy día a los que andan por sendas de
justicia? ¿Dónde puede usted disfrutar de la comunión con
Dios en su presencia? ¿Ha depositado usted su confianza en
Cristo, reservando así su lugar en la casa de su Padre?
Escriba un salmo de confianza en Jehová. Haga memoria de
cómo él le sustenta, guía, protege y exalta. Exprese su
convicción de que él le bendecirá, y que usted morará con él
eternamente. Puede usar el Salmo 23 como modelo, pero tal
vez prefiera emplear otras figuras. ¿A quién leerá su salmo
para alabar a Dios?
7
Salmos Sapienciales
¿Prefiere usted estar sano, o enfermo? ¿Escogería ser próspero, o pobre? ¿Quisiera
ser respetado, o despreciado? ¿Desea la felicidad, o una vida de tristeza? Estas
preguntas pueden parecer tontas. ¿Quién no prefiere la primera opción en cada caso?
Sin embargo, mucha gente que anda en la búsqueda de la buena vida, toma decisiones
que la conducen a la segunda opción. ¿Cuál es la camino que Dios ha establecido para
alcanzar el éxito? ¿Cuál es la senda que debemos evitar? Los salmos sapienciales fueron
escritos precisamente para contestar estas preguntas.
¿QUE SON LOS SALMOS SAPIENCIALES?
“Sapiencial” significa “relacionado con la sabiduría”. Los salmos sapienciales,
entonces, son aquellos cuyo tema principal es la sabiduría.
SALMOS SAPIENCIALES = SALMOS DE SABIDURÍA
Hay tres libros sapienciales en el Antiguo Testamento: Proverbios, Job y
Eclesiastés. En ellos, la sabiduría consiste en saber llevar una vida de éxito con
prosperidad, buena salud, largos años, buena reputación y felicidad. Los salmos
sapienciales tienen que ver con el mismo tema. Si bien incluyen alabanzas a Dios, su
propósito principal es dar instrucción.
TEMA DE LOS SALMOS SAPIENCIALES:
COMO TENER UNA VIDA DE ÉXITO
Entre los sapienciales se incluyen los salmos 1, 15, 37, 49, 73, 91, 112, 127, 128 y
133.
SALMO 1: UN SALMO SAPIENCIAL
¡PENSEMOS!
Lea todo el salmo. ¿Cuál es su tema principal? ¿Cuál es su
propósito principal? ¿Cómo difiere este de los que ya hemos
estudiado? ¿Es de alabanza? ¿Es de clamor?
Este salmo es bastante diferente de los otros que ya hemos estudiado. No hay ningún
clamor, y el único versículo que contiene alabanza y cuenta lo que Dios hace, es el 6. El
propósito del salmo 1 es más bien instruir acerca del éxito. Su mensaje central es:
Bienaventurado el justo (vv. 1–3, 6a); no así los malos (vv. 4–5, 6b).
BOSQUEJO DE SALMOS 1
1. Bienaventurado el justo (vv. 1–3)
2. No así los malos (vv. 4–5)
3. Resumen (v. 6)
Salmos 1:1–3
¡PENSEMOS!
¿Qué clase de persona describen los vv. 1–2? ¿Qué
diferencia hay entre la descripción del v. 1 y la que se da en
el v. 2? ¿Cuáles son las tres cosas que no hace la persona
bienaventurada? (v. 1) ¿Qué significa cada una? ¿Qué hace
la persona bienaventurada? (v. 2) ¿Cuándo lo hace? ¿Qué
significa meditar en la ley de Jehová?
Según el v. 3, ¿cómo será el justo? ¿Qué significa esta
figura? ¿Cuándo experimentará esto el justo?
Los primeros tres versículos describen al bienaventurado. Esta palabra significa
“feliz, dichoso” (en 1 Reyes 10:8 está traducida “dichoso”). El v. 1 anuncia lo que el
bienaventurado no ha hecho, y el 2 lo que sí hace. Luego el v. 3 pinta poéticamente su
prosperidad.
Salmos 1:1. Las tres cosas que no ha hecho el dichoso se presentan en paralelismo.
LO QUE NO HA HECHO EL BIENAVENTURADO
No anduvo en consejo de malos
Ni estuvo en camino de pecadores
Ni se ha
sentado en silla de escarnecedores
El “consejo de los malos” consiste en decir que la felicidad y la prosperidad se
alcanzan rápidamente y sin esfuerzo por medios ilícitos: robando, mintiendo,
engañando, emborrachándose, teniendo relaciones sexuales fuera del matrimonio, etc
Hay un buen ejemplo en Proverbios 1:10–14. En ese pasaje, una banda de ladrones
incita al joven a unirse a ellos. Prometen que robando y matando (v. 11) se enriquecerán
pronto (v. 13). El joven será aceptado en el “convivio” del grupo (v. 14). ¡Qué atractivo
para un joven que anda en búsqueda de amigos y riquezas! Sin embargo, el que desea
una vida de felicidad verdadera y duradera, no seguirá ese consejo (v. 15; Salmo 1:1).
“Andar” en este contexto tiene que ver con la conducta. No “andar en el consejo de los
malos” es no comportarse según sus ideas.
“Estar en camino de pecadores” significa más o menos lo mismo. Sin embargo, en
la gráfica del paralelismo que aparece arriba hay una progresión en la primera columna.
“Estar” sugiere permanencia, más que sólo “andar”, y “sentarse” la aumenta todavía
más. El vocablo traducido como “estuvo” es literalmente “se paró”. Pararse en camino
de pecadores es mantenerse en su conducta en forma habitual.
“Sentarse en silla de escarnecedores” es todavía más enfático, no solamente por el
verbo “sentarse”, sino también por la palabra “escarnecedores”. Los paralelos, “malos”
y “pecadores”, se refieren a los injustos en términos generales. En cambio, la tercera
línea habla de una transgresión específica. Los escarnecedores son aquellos que se
burlan del justo. Lo tildan de “tonto”, “ingenuo”, “santurrón” o cosas peores, porque
mantiene su rectitud a pesar de las oportunidades que se le ofrecen de lograr riquezas o
placeres ilícitos. Se ríen de su confianza en que Dios recompensará a los rectos. Dicen:
“¿Cómo sabe Dios? y ¿hay conocimiento en el Altísimo?” (Salmos 73:11; ver 94:4–7).
El vocablo hebreo que se traduce “silla” está vertido por “reunión” en Salmos
107:32. Así se puede traducir aquí también. Sentarse en una reunión de escarnecedores
es participar con ellos en la planificación de sus fechorías. El que goza de la verdadera
bienaventuranza no la ha alcanzado siguiendo el ejemplo de los malos, y mucho menos
confabulándose con ellos.
Salmos 1:2. Lo que sí hace el bienaventurado se presenta en el v. 2.
LO QUE HACE EL BIENAVENTURADO
En la ley de
Jehová está su delicia
Y en su ley medita de día y de noche
Se deleita en la ley de Jehová. Tal vez la ley de Moisés era toda la Biblia que existía
en los días del autor, aunque la frase “la ley de Jehová” podría incluir otros libros
bíblicos también. El paralelismo aclara que el deleite en la ley se manifiesta meditando
en ella, o sea, reflexionando sobre su mensaje e implicaciones.
El bienaventurado hace esto “de día y de noche”. Esta frase dice que no lo hace
solamente un rato en el día y otro en la noche. Más bien, es un modismo que significa
“todo el tiempo”.
Para meditar en la ley, es necesario conocerla. Hay que leerla y estudiarla, a solas y
juntamente con otros creyentes. Sin embargo, el contraste entre los vv. 1 y 2 implica
que la meditación no tiene fines sólo intelectuales, sino también prácticos. En cada
situación de la vida, el bienaventurado medita cómo va a ser su actuación de tal manera
que sea consecuente no con el consejo de los malos, sino con la palabra de Dios. Como
Jehová dijo a Josué: “De día y de noche meditarás en él (el libro de la ley), para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8).
Salmos 1:3. El árbol plantado junto a corrientes de agua (v. 3) se mantiene verde y
da su fruto aun durante tiempo de sequía (Jeremías 17:8). Igual de segura es la
prosperidad de aquel que rechaza la tentación de alcanzar el éxito por medios ilícitos, y
que se somete a los mandamientos de Dios. El tiempo futuro en este versículo implica
que aunque no todos los justos son prósperos, sin duda lo serán. Quizá tengan que
trabajar arduamente y esperar con paciencia, pero Dios los recompensará. Tal vez les
conceda una parte de la felicidad y éxito pronto, y otra parte a largo plazo. Sea como
fuere, el cumplimiento pleno de la promesa se otorgará en el juicio que se hará más allá
de esta vida, cuando se alcance el disfrute eterno de la presencia divina (ver Apocalipsis
21:3–4).
LA PROSPERIDAD DEL JUSTO
No busca la prosperidad
por medios ilícitos
Obedece la palabra de
Dios
El resultado es que
prospera
v. 1 v. 2 v. 3
¡PENSEMOS!
¿Cuáles son algunos
consejos que dan los
malos actualmente
acerca de cómo lograr
felicidad y prosperidad?
¿Qué hay de atractivo en
sus consejos?
¿Qué oportunidades
existen para que usted
estudie la Biblia?
¿Cuáles de ellas
aprovecha? ¿Hay otras
que debe aprovechar?
¿Qué hace para aplicar
los principios bíblicos a
cada aspecto de su vida?
¿Le ha prosperado Dios
de alguna manera? ¿Qué
bendiciones espera
recibir de él todavía?
Salmos 1:4–5
¡PENSEMOS!
¿De qué clase de personas hablan los vv. 4–5? Según el v. 4b,
¿cómo serán? ¿Qué significa esta figura? Según el v. 5, ¿cuál
es el destino de los malos? ¿Cuándo sucederá esto?
Los malos no serán como el árbol próspero que crece junto a las aguas, sino como el
tamo que arrebata el viento (v. 4). Después de cosechar la cebada y el trigo, los
israelitas los llevaban a la era. Allí pasaban por encima del grano con bueyes y trillos
para separar el grano de la cáscara y de la paja. Luego tiraban todo al aire. El grano caía
a la tierra cerca de donde había sido aventado, mientras la cáscara y la paja, por ser más
livianas, eran llevadas por el viento. Estas partes son el “tamo”.
Los malos son tan poco permanentes como ellas (Oseas 13:3). Puesto que ellos
aprovechan las oportunidades ilícitas, a veces logran la prosperidad, hasta en gran
escala. Al mirar esto, el justo puede verse tentado a seguir su ejemplo (Salmos 73:1–
14). Sin embargo, su éxito es pasajero. “Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se
extendía como laurel verde. Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; lo busqué y no fue
hallado (Salmos 37:35–36).
FIGURAS DE PROSPERIDAD
El justo El malo
Figura Árbol junto a río v. 3 Tamo llevado por el viento v. 4
Significado Prosperidad permanente Prosperidad temporal
La razón por la que la prosperidad de los malos no es duradera es porque el juicio
vendrá sobre ellos (v. 5). En el v. 1 vimos que el justo no participa con los que buscan
éxito ilícitamente. El otro lado de la moneda aparece en el v. 5: los malos no participan
en las bendiciones reservadas para la congregación de los justos.
Normalmente, Jehová comienza el juicio durante la vida del malo. Le aflige con
enfermedades, el alcoholismo, el rechazo de la comunidad, la pobreza o la muerte
misma. Sin embargo, el castigo no se aplicará en toda su plenitud hasta el juicio del
gran trono blanco (Apocalipsis 20:11–15). Entonces los impíos acabarán en el lago de
fuego.
Salmos 1:6
¡PENSEMOS!
¿Qué contraste se presenta en el v. 6? A la luz de él, ¿qué
significa el verbo “conoce” aquí? ¿Qué función tiene este
versículo al final del salmo?
El v. 6 resume el mensaje de todo el salmo. El paralelismo nos ayuda a entender sus
contrastes.
PARALELISMO EN SALMOS 1:6
Jehová conoce el camino de los justos
Mas perecerá la senda de los malos
“El camino” y “la senda” son sinónimos; significan lo mismo. “Los justos” y “los
malos” son antónimos; significan lo opuesto el uno del otro. La relación entre “Jehová
conoce” y “perecerá” es menos obvia, pero en el contexto del versículo completo tienen
que ser antónimos. Es decir, “Jehová conoce” ha de ser lo contrario de “perecerá”. En
algunos pasajes, la frase “Jehová conoce a alguien” significa que él lo ha escogido para
bendecirlo (Amós 3:2). La primera línea entonces, no quiere decir solamente que Jehová
sabe lo que sucede en el camino de los justos (él sabe lo que sucede en el camino de
todos, sean buenos o malos), sino que él bendecirá su camino (Proverbios 4:18).
¿En qué sentido perecerá la senda de los malos? Los conducirá a la destrucción
(Mateo 7:13). Los que transitan por ella llegarán a un fin desastroso.
¡PENSEMOS!
¡Conoce usted a alguien que ha alcanzado la prosperidad
por medios ilícitos? ¿Es feliz? ¿Sigue siendo todavía
próspero? ¿Cuál será su fin? ¿Participa usted en alguna
actividad desagradable a Dios a fin de lograr la prosperidad
o la felicidad? Si así es, ¿qué hará al respecto?
EL SALMO 1 COMO INTRODUCCIÓN A LOS SALMOS
¡PENSEMOS!
¿Cómo sirve el Salmo 1 para dar la introducción al libro de
los Salmos?
Si nos tocara editar el libro de Salmos, ¿qué clase de salmo
pondríamos al inicio? Como la alabanza predomina en ellos,
tal vez colocaríamos un llamado a alabar a Dios, como el
salmo 150. O, como muchos salmos son de clamor a Jehová,
tal vez abriríamos el libro con una oración de esta clase.
Sin embargo, Salmos 1 es de enseñanza y nos instruye acerca
de la conducta que se requiere re para poder alcanzar la
verdadera felicidad y prosperidad. ¿Por qué el libro de los
Salmos se introduce así? Una de las razones es recordarnos
que aun la alabanza más bella y más fervorosa no es
aceptable delante de Dios si no viene respaldada por una
vida recta.
8
Salmos de la Ley
Fue una reunión para nuevos creyentes. El pastor les hablaba de algunas cosas que
debían hacer para crecer espiritualmente. Mencionó la necesidad de confesar sus
pecados a Dios todos los días. Una señora, perpleja, comentó que no sabía qué debía
confesar. Nunca había robado, ni matado, ni cometido adulterio. Sinceramente pensaba
que no tenía nada que confesar.
Paradójicamente, los que más reconocen su pecado son los que más crecen
espiritualmente y mejor sirven a Dios (Isaías 6:5–8; Lucas 5:8–10). En cambio, los que
no confiesan sus transgresiones no agradan al Señor (Lucas 18:9–14; 1 Juan 1:8–10).
¿Cómo podemos estar conscientes de nuestros pecados y librarnos de ellos?
Encontraremos una respuesta a este interrogante en nuestro estudio de los salmos de la
ley.
¿QUE SON LOS SALMOS DE LA LEY?
Como su título sugiere, estos salmos son los que exaltan la ley de Jehová. Al igual
que los sapienciales, anuncian que la obediencia a los mandamientos divinos es
necesaria para alcanzar una vida de éxito (Salmos 1:2). Sin embargo, el tema central de
estos salmos no es el éxito, sino la ley misma. También guardan cierta semejanza con
los salmos de alabanza general. No cuentan mucho de lo que Dios es o ha hecho, más
bien lo magnifican al exaltar su palabra.
PROPÓSITO DE LOS SALMOS DE LA LEY:
EXALTAR LA LEY DE JEHOVÁ
Existen dos salmos de este tipo. A continuación veremos algunos detalles
interesantes acerca del salmo 119, y luego estudiaremos más detenidamente el 19.
SALMO 119: SALMO DE LA LEY
El salmo 119 es el capítulo más largo de toda la Biblia. Está dividido en 22 partes,
de ocho versículos cada una. Dentro de ellas, todos los versículos comienzan con la
misma letra hebrea. El nombre de la letra se halla en los 22 encabezados. Todas las 22
letras hebreas se utilizan, en orden alfabético. Los salmos en los cuales las primeras
letras de los versículos están en orden alfabético se llaman “acrósticos”.
Hay otros acrósticos en la Biblia: Salmos 9–10; 25; 34; 37; 111; 112; 145;
Proverbios 31:10–31; Lamentaciones 1; 2; 3; 4. En casi todos estos poemas cada letra se
usa al principio de una oración. En Lamentaciones 3, cada una da inicio a tres oraciones,
pero sólo en el Salmos 119 hallamos ocho oraciones consecutivas que comienzan con la
misma letra.
De los 176 versículos, 171 mencionan la palabra de Dios. Para no repetirse
demasiado, emplean una variedad de sinónimos. Citados en el orden en el cual aparecen
por primera vez en el salmo, son: ley, testimonios, caminos, preceptos (v. 4; el vocablo
hebreo no es el mismo que en el v. 6), estatutos, mandamientos, palabra y dichos.
A pesar de su énfasis en la ley, el salmo no la adora. Siempre recuerda que los
mandamientos son de Jehová. Al exaltar su palabra, lo alaba a él.
SALMO 19: SALMO DE LA LEY
¡PENSEMOS!
Lea todo el salmo 19. ¿Cuál es el tema de los vv. 1–6? ¿Cuál
es el tema del 7–10? ¿Cuál es el tema de 11–14?
El Salmo 19 tiene tres partes.
DIVISIONES DEL SALMO 19
1. La revelación de Dios en
los cielos 2. La revelación de Jehová
en su palabra 3. La obediencia del siervo
de Jehová
1–6 7–10
11–14
SALMOS 19:1–6: LA REVELACIÓN DE DIOS EN LOS
CIELOS
¡PENSEMOS!
Según el v. 1, ¿qué proclaman los cielos? ¿Cuándo lo
proclaman? (v. 2) ¿Dónde lo proclaman? (v. 4) ¿Qué
paradoja se ve entre los vv. 3 y 4? ¿Qué significa? ¿En qué
parte de los cielos centran su atención los vv. 4c–6? ¿Qué
dicen acerca de ella? ¿Por qué hablan de ella?
Cuando estudiamos el paralelismo encontramos que se iluminan varios aspectos del
v. 1.
PARALELLSMO EN SALMOS 19:1
Los cielos cuentan la gloria de Dios
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos
El “firmamento” es la bóveda celeste. En Génesis 1:6–8, 17, el mismo vocablo
hebreo está traducido “expansión”. Señala que los cielos parecen estar extendidos sobre
la tierra como si fueran un inmenso domo. Su uso aquí nos avisa que el salmo no tiene
en mente los cielos donde Dios mora, sino la región del sol, la luna y las estrellas.
La tercera columna nos recuerda que vemos la gloria de Dios en los cielos porque
reconocemos que son obra de sus manos. En la actualidad, algunos aducen que el
universo llegó a existir por eventos puramente casuales. Sin embargo, la belleza,
inmensidad y complejidad de los cielos se explican mucho mejor como producto de un
Creador inteligente, con sentido artístico y todopoderoso.
Los cielos dan su mensaje todo el tiempo (v. 2) y en todo lugar (v. 4). Se percibe de
día y de noche (v. 2). De día el sol domina el cielo (vv. 4c–6). De noche nos damos
cuenta de que hay una multitud innumerable de otras lumbreras. Paradójicamente, el
lenguaje de los cielos es silencioso (v. 3), no hay ni una parte de la tierra a donde no
llegue (v. 4). Su mensaje es visual.
La lumbrera mayor para nosotros es el sol (Génesis 1:16). Los vv. 4c–6 lo describen
poéticamente. La bóveda celeste es la tienda donde habita (v. 4c; un tabernáculo es
sencillamente una tienda). Cada mañana el sol sale tan resplandeciente como un novio
ataviado para su boda (v. 5a). Corre desde un extremo de los cielos hasta el otro con la
facilidad de un atleta (vv. 5b–6b). La palabra que se traduce “gigante” significa más
bien “guerrero”. En el Antiguo Testamento no había competencias deportivas. Era en
las guerras donde se mostraban la agilidad, resistencia y fuerza física (2 Samuel 18:19–
27; Salmos 18:29, 36–37).
¿Por qué el salmo dedica tanta atención al sol? Por lo menos hay tres razones.
1. El sol es la lumbrera que más nos llama la atención, y de la cual más dependemos
para nuestra existencia. Por lo tanto, nos hace recordar tanto el poder de Dios como su
bondad.
2. Algunos israelitas adoptaron la costumbre pagana de rendir culto al sol, la luna y
las estrellas (Job 31:26–28; 2 Reyes 21:3–5; 23:4–5). El Salmo 19 aclara que el sol, por
impresionante que sea, no es un dios, sino, como todas las lumbreras celestiales, obra
del único Dios verdadero.
3. La última oración del v. 6 nos sorprende. Si bien recalca la fuerza del sol, lo hace
de manera negativa. No habla de los beneficios de su calor, sino de la imposibilidad de
esconderse de él. Así, sutilmente hace un enlace con la sección siguiente. Para los
paganos el sol era el dios juez, que veía todo lo que sucedía a su paso por el cielo. La
palabra hebrea “calor” se usa también en el sentido de “ira”. Así como nadie puede
esconderse del calor del sol, tampoco se puede ocultar del verdadero Juez y su castigo.
LOS CIELOS CUENTAN LA GLORIA DE DIOS (SALMOS 19:1–6)
Los cielos en general El sol específicamente
vv. 1–4b vv. 4c–6
¡PENSEMOS!
¿Qué otras partes del
mundo natural cuentan
la gloria de Dios? ¿Qué
dicen acerca de él?
¿Cómo lo hacen? ¿Qué
estímulo dan los vv. 1–6
al estudio de las ciencias
naturales? A la luz del v.
1, ¿cuál debe ser una de
nuestras reacciones
cuando contemplamos la
naturaleza?
SALMOS 19:7–10: LA REVELACIÓN DE JEHOVÁ EN SU
PALABRA
¡PENSEMOS!
¿Qué nombres dan los vv. 7–9 a las Escrituras? ¿Qué idea
predomina en estos nombres? ¿Qué adjetivos usan los vv. 7–
9 para describir a las Escrituras? ¿Qué ideas predominan en
ellos? Según los vv. 7–9, ¿qué cosas hacen las Escrituras? ¿A
qué cosas las compara el v. 10? ¿Qué significan estas
comparaciones?
¿Qué nombre se usa para el Señor en los vv. 7–9? ¿Cuántas
veces aparece? ¿Qué nombre se usó en la sección anterior?
¿Qué significa esta diferencia?
¿Qué relación hay entre los vv. 7–10 y los vv. 1–6?
Las primeras palabras del v. 7 anuncian dos cambios. En vez de la revelación de
Dios en la naturaleza, el tema es ahora su revelación en las Escrituras. En lugar del
nombre “Dios” (v. 1), el cual se aplica especialmente al Señor en su relación con todo el
mundo, hallamos “Jehová”. Este nombre se emplea más en relación con Israel.
Efectivamente, aquí pasamos de la revelación con Israel. Efectivamente, aquí pasamos
de la revelación general de Dios a todo el mundo, a su revelación especial encomendada
a su pueblo escogido.
¡PENSEMOS!
¿Es usted miembro del pueblo de Jehová, salvo por la fe en
Jesucristo (ver 1 Pedro 2:9–10), o guarda la misma relación
con Dios que el resto del mundo creado?
Cada oración que aparece en los vv. 7–9 tiene la misma estructura. Comienza con un
sinónimo de la palabra de Jehová (a menos que el v. 9a sea una excepción), seguido de
una descripción de ella, y luego menciona algo que la misma hace.
ESTRUCTURA DE SALMOS 19:7–9
Nombre de la palabra + Descripción de la palabra + Actividad de la palabra Los nombres son: ley, testimonio, mandamientos, precepto, temor y juicios (en cada
caso “de Jehová”). Se aplican a los mandamientos de la ley de Moisés, pero pueden
referirse al resto de la Biblia también. Recalcan que la palabra de Dios debe ser
obedecida.
Los adjetivos son: perfecta, fiel, rectos, puro, limpio y verdad. Nos aseguran que
podemos confiar en los mandamientos y exhortaciones de la palabra de Dios para
guiarnos, pues siempre son justos.
No cabe duda que la Biblia “convierte el alma” (v. 7). La naturaleza revela que Dios
existe y que es eternamente poderoso (Romanos 1:20), pero sólo las Escrituras nos
señalan nuestro pecado y explican el camino a la salvación por medio de Jesucristo
(Romanos 10:13–17).
Sin embargo, el salmista tenía en mente otra cosa en el v. 7a. La frase hebrea que se
traduce como “convierte el alma” significa “restaurar el ánimo”. Ya explicamos la
misma frase en Salmos 23:3 (ver capítulo 6). Aquí hace pareja con “alegran el corazón”
(v. 8). La ley de Jehová conduce a una vida de ánimo y alegría (ver la exposición de
Salmos 1:1–3 en el capítulo 7).
El “sencillo” (v. 7) es aquel carece de sabiduría. Aun a éste las Escrituras lo
convierten en sabio. Los mandamientos le “alumbran los ojos” (v. 8), señalándole el
camino a una vida de éxito (Salmos 119:104–105; ver la definición de “sabiduría” en el
capítulo 7).
El temor de Jehová (v. 9) es más que solamente reverencia. Incluye miedo. Sin
embargo, no se trata de terror a un Dios irascible e irracional (Éxodo 20:18–20a). Más
bien, es temer desobedecer al Padre, creyendo que él nos puede bendecir o castigar
(Éxodo 20:20b). Este temor “permanece para siempre” (v. 9). A diferencia de la senda
de los malos, no perecerá, sino que conducirá a la prosperidad y felicidad eternas
(Salmos 1:6).
Dos cosas que los seres humanos siempre hemos deseado son el dinero y la comida
sabrosa. En el Antiguo Testamento se usaba la plata como dinero, pero el oro tenía
todavía más valor. El manjar más delicioso era la miel. Sin embargo, los mandamientos
divinos son más deseables aun que el oro más puro y la miel más rica (v. 10), ya que
conducen a la verdadera prosperidad y felicidad (v. 11).
¡PENSEMOS!
¿Qué alegría le ha traído la palabra de Dios? ¿Qué luz le ha
dado para llevar una vida de éxito? ¿Cómo aprende de ella?
¿Usted teme desobedecer a Dios, o piensa que puede pecar
con impunidad?
SALMOS 19:11–14: LA OBEDIENCIA DEL SIERVO DE
JEHOVÁ
¡PENSEMOS!
¿Cómo se llama el autor a sí mismo en los vv. 11 y 13? ¿Por
qué se denomina así?
Según el v. 11, ¿qué hacen las Escrituras? ¿De qué clases de
pecados ruega el salmista ser librado en los vv. 12–13? ¿Qué
aspectos de su vida deseaba que fueran gratos delante de
Jehová? (v. 14) ¿Por qué no pidió que sus acciones también
fueran gratas?
¿Qué figuras utiliza el autor para referirse a Dios al final de
su salmo (v. 14)? ¿Qué significan?
¿Qué relación hay entre la oración de los vv. 12b–14 y el
tema de los vv. 7–11?
En esta sección, dos veces el autor se llama a sí mismo “tu siervo”, indicando así su
deseo de obedecer a Dios. Sabía que las Escrituras le ayudarían a alcanzar esa meta. Le
amonestarían (v. 11), revelándole su pecado.
En los vv. 12–14 el salmista eleva una oración a Dios. Reconoce que ni siquiera la
palabra de Dios puede erradicar el mal de su vida si no cuenta con el poder divino.
A veces, no estamos conscientes de algunos pecados. Pueden llamarse “errores”, o
pecados “ocultos” (v. 12). Aun éstos nos los señalan las Escrituras, pues son ofensa
seria delante de Dios (Números 15:27–29).
Por el otro extremo está la desobediencia deliberada, la que se comete con soberbia
(v. 13). Esta es todavía más grave (Números 15:30–31), pues constituye una abierta
rebelión contra nuestro Amo.
El salmista no está contento sólo con sus acciones agradables a Jehová. Se da cuenta
que es mucho más difícil controlar la lengua (Santiago 3:2–12), y más aún la mente. En
el v. 14 ruega a Dios que limpie aun lo más íntimo de su ser.
Llama la atención que la concluir no llame a Jehová “juez” o “acusador”, sino
“roca” y “redentor”. La roca era el lugar de refugio y protección en la batalla (Salmos
71:3). El redentor era el individuo pudiente que defendía y socorría a un pariente
necesitado (la misma raíz hebrea se usa en Levítico 25:25, 47–49; Rut 4:4). David no
tenía en sí mismo la capacidad de limpiarse, pero confiaba en que su roca y redentor
estaría a su lado para defenderlo de la tentación y fortalecerlo para obedecer.
LA PALABRA Y EL PODER DE DIOS NOS LIBRAN DE:
PECADOS
INCONSCIENTES PECADOS
DELIBERADOS PECADOS DEL HABLA PECADOS MENTALES
v. 12 v. 13 v. 14 v. 14
¡PENSEMOS!
¿Cómo le ha ayudado la
Biblia a reconocer sus
errores? ¿Cómo le ha
guardado de pecado
deliberado? ¿Cómo le ha
fortalecido Dios para
obedecer sus
mandamientos? ¿Puede
dar algunos ejemplos?
¿De qué clase de pecado
necesita más ser librado?
¿Cómo puede usted
combinar el
conocimiento de las
Escrituras con la oración
y la confianza en Dios
para buscar esa
liberación? ¿Lo está
haciendo? Si no, ¿cuándo
comenzará?
9
Salmos Reales
El Mesías “juzgará…a los pobres” (Isaías 11:4). ¿Qué significa esto? ¿Los
condenará? ¿Por qué juzgará a los pobres en particular? ¿Merecen ellos atención
especial? ¿Qué responsabilidad tiene nuestro gobierno hacia ellos? ¿Qué relación hay
entre justicia social y prosperidad? ¿Qué responsabilidad tiene usted hacia los débiles
que están bajo su autoridad? Nuestro estudio de los salmos reales proporcionará
respuestas a estas preguntas.
¿QUÉ SON LOS SALMOS REALES?
Llamamos “reales” a los salmos que claramente hablan acerca del rey. Algunos
suplican y alaban a Dios por el dominio que el rey ejerce sobre sus enemigos (Salmos 2,
18, 20, 21, 101, 144). Otros, celebran su matrimonio (cap. 45), o hablan de la justicia de
su gobierno (72, 101) y otros más claman a Jehová por él en base al pacto davídico
(Salmos 89, 132).
SALMO 72: UN SALMO REAL
Salmos 72:1–4
¡PENSEMOS!
¿Por quién se ora en el v. 1? ¿Qué pide? Según el v. 4, ¿qué
grupos debe juzgar? ¿Cuál debe ser la consecuencia del
juicio para estos grupos? Según el v. 3, ¿qué resultado se
espera para la nación?
El título del salmo puede traducirse “para Salomón” o “de Salomón”. En cualquiera
de los casos, probablemente el ”rey” del v. 1 originalmente fue el famoso hijo de David,
y posteriormente el salmo se aplicó a los monarcas descendientes de él. A todos ellos se
les podría llamar “rey” e “hijo del rey”. Estos títulos no se refieren a dos personas, sino
a una sola (ver el singular “él juzgará” en el v. 2).
El v. 1 revela que el salmo 72 es una oración. En la Versión Reina Valera 1960 los
demás versículos parecen ser predicciones. Sin embargo, sería mejor traducir todos los
verbos, salvo los de los vv. 12–14, como plegarias a Dios (ver la Versión Popular).
La primera petición es que el rey sea justo. Necesita la justicia de Dios (v. 1) para
juzgar al pueblo de Dios (v. 2). Una de las atribuciones del rey era dirimir los pleitos
entre sus súbditos (2 Samuel 14:4–11; 15:2–4; 1 Reyes 3:16–28). Pero el verbo “juzgar”
también se usa para referirse al gobierno en general (1 Samuel 8:5). De manera que el v.
2 ruega que la justicia caracterice a los fallos jurídicos del rey y también a toda su
administración.
A la par de la justicia, la oración pide prosperidad nacional (v. 3). El vocablo que se
traduce como “paz” en el Antiguo Testamento es shalom. En realidad, la paz es sólo
uno de los beneficios que la palabra implica. También significa “bienestar completo”:
salud, larga vida, prosperidad económica, libertad y felicidad. ¿En qué sentido esperaba
el autor que los montes llevaran bienestar al pueblo? El salmo nos deja con esta duda
hasta el v. 16, donde da la respuesta.
DOS PETICIONES
1. JUSTICIA
2. PROSPERIDAD
Había dos grupos en particular que el rey debía juzgar: a los afligidos y los hijos del
menesteroso por un lado, y a los opresores por el otro (v. 4). A éstos los debía aplastar,
y a aquéllos, salvar. El salmo no habla de la salvación eterna, sino de liberación de los
que son explotados. ¿Por qué el gobernante debe prestar atención especial a los
menesterosos y a los opresores? ¿Debe mostrar favoritismo al pobre? Estas preguntas
también quedan pendientes por el momento, hasta que llegamos a los vv. 12–14.
DOS GRUPOS QUE DEBÍAN SER JUZGADOS (V. 4)
Grupo Menesterosos Opresores
Juicio Liberación del opresor Destrucción
Salmos 72:5–11
¡PENSEMOS!
¿Por cuánto tiempo pide el salmo que dure la justicia y
prosperidad del gobierno del rey (vv. 5–7)? ¿Hasta dónde
ruega que se extienda su dominio (vv. 8–9)?
Los vv. 1–4 presentan los temas principales del salmo. El resto los amplía. Los vv.
5–11 piden que los efectos del gobierno se hagan manifiestos para siempre (vv. 5–7) y
hasta los fines de la tierra (vv. 8–11).
EXTENSIÓN DE LOS EFECTOS DEL REINO
Extensión temporal:
Extensión geográfica:
Para siempre (vv. 5–7)
Todo el mundo (vv. 8–11)
El salmista ruega a Dios que haga florecer la justicia y bienestar desde los días del
rey hasta que el sol y la luna dejen de existir (vv. 5, 7). Desea que el gobernante sea de
tanto beneficio para su pueblo como es la lluvia para la vegetación (v. 6).
La petición tocante a la extensión geográfica del imperio comienza con la tierra
prometida (v. 8) y luego aumenta la esfera paso a paso (vv. 9–10) hasta abarcar el resto
del mundo (v. 11). Los dos mares (v. 8), el Mediterráneo y el Muerto, eran los límites
occidental y oriental de Canaán (Números 34:6, 12). Sus fronteras sur y norte eran el río
de Egipto y el Eufrates (Génesis 15:18). En el v. 8, entonces, “la tierra” es aquella que
Dios había prometido a Israel. El reino de Salomón casi llegó a ocupar todos esos
“confines”.
El v. 9 extiende el dominio para incluir a los beduinos del desierto que vivían al
oriente y sur de Israel, así como a todos sus enemigos. Luego, el círculo se expande de
nuevo, alcanzando a los monarcas de Tarsis que moraban en el occidente más lejano (tal
vez España), los de las costas del mar Mediterráneo, y los de Sabá y Seba en el sur de
Arabia (v. 10). El deseo de este versículo se cumplió en alguna medida con Salomón (1
Reyes 10:1–10, 22; 2 Crónicas 9:21–24).
El clímax llega en el v. 11. Ningún rey de Israel, ni siquiera Salomón en su mejores
épocas, llegó a ejercer un dominio realmente mundial. Sólo hay un verdadero Rey de
reyes que dominará al mundo, en cuya presencia se doblará toda rodilla (Filipenses 2:9–
11; Apocalipsis 19:16).
Salmos 72:12–14
¡PENSEMOS!
Según los vv. 12–14, ¿a quiénes ayudará el rey justo? ¿Qué
hará por ellos?
Esta estrofa amplía el v. 4. Su primera palabra “porque”, relaciona las dos peticiones
del salmo. Se puede rogar con confianza que el rey y su gobierno prosperen porque él
defenderá a los pobres. Es al gobierno justo que Dios dará su shalom.
El v. 12 revela por qué el rey debe librar al menestero so. No es que deba siempre
juzgar a su favor. La ley de Moisés, a la par de sus muchos mandamientos para hacer
justicia a los desposeídos, deja bien claro que el juez debe ser imparcial, no mostrando
preferencia al rico (la tentación más común), pero tampoco al pobre (Éxodo 23:3;
Deuteronomio 16:19).
Más bien, la razón por la cual el rey debe librar al afligido es porque éste no tiene a
nadie que le socorra (v. 12b). No se trata de mostrarle favoritismo, sino de asegurar que
se le haga justicia. Los poderosos tienen medios para defenderse a sí mismos: dinero,
contactos, conocimiento del sistema. En cambio, muchos pobres no saben cómo hacer
valer sus derechos. Por lo tanto, son presa fácil de los opresores. En el v. 4, esta
debilidad se recalca también con la expresión “hijos del menesteroso”. Si los
menesterosos están desvalidos, ¡cuánto más sus pequeñuelos! El rey debe estar atento y
accesible para oír el clamor de aquellos que están indefensos, y ser enérgico para
defenderlos de las injusticias.
¿POR QUÉ DEFENDER AL POBRE?
PORQUE NO TIENE QUIEN LE SOCORRA
Llama la atención que el salmo dé esta responsabilidad al rey. Los de arriba tienden
a interesarse poco en los problemas de los de abajo. Con frecuencia, los únicos que
levantan la voz a favor de los desposeídos son los jóvenes revoltosos. La Biblia, en
cambio, asigna este deber a los más poderosos de la sociedad (Proverbios 31:1, 8–9).
Los opresores suelen recurrir a la violencia. Matan para apoderarse de los bienes de
sus víctimas, o para callar a quienes protestan por sus prácticas. A través de sus leyes y
la administración de justicia, el gobierno debe proteger a los oprimidos por tales
personas (vv. 13–14). El v. 14a no se refiere a la redención eterna. Más bien, el vocablo
que se traduce como “almas” aquí significa “vida” (así está vertido en el v. 13). La
sangre de los pobres será tan preciosa ante los ojos del rey, que la protegerá de ser
derramada, y si no logra esto, no dejará impune a los asesinos (v. 14b). Al fin y al cabo,
“aplastará al opresor” (v. 4).
Salmos 72:15–20
¡PENSEMOS!
¿Qué bendiciones piden los vv. 15–17 para el rey y su
pueblo? ¿Qué relaciones hay entre los vv. 18–19 con el resto
del salmo?
Los vv. 15–17 vuelven a pedir bienestar completo para el rey y su pueblo: larga vida
(v. 15), riquezas (v. 15), oración a su favor (v. 15), cosechas abundantes (v. 16),
crecimiento en la población (v. 16) y fama eterna (v. 17). En fin, se ruega que la dicha
del monarca llegue a tal grado, que sea conocida entre todas las naciones (v. 17;
“bienaventurado” significa “dichoso, feliz”).
La primera parte del v. 16 resuelve la duda que surgió cuando leímos el v. 3a. Pide
que las cosechas abunden aun en las cumbres de los montes, donde la productividad
agrícola es relativamente baja. Si los montes llevan bienestar al pueblo (v. 3a), ¡cuánto
más los valles y llanuras!
En los tiempos bíblicos no existía el problema del exceso de población en las
ciudades. Más bien, a veces hacía falta gente para defenderlas adecuadamente
(Nehemías 11:1–2). La parte final del v. 16 ruega que el rey no tenga ese problema.
El salmista reconoce que el único que puede contestar su oración por el rey es
Jehová (v. 18b). Cree que el Señor también desea responder, pues él es “Dios de Israel”
(v. 18a). Ha escogido a Israel para hacer un pacto con ellos y darles su bendición.
Como Jehová está identificado con su pueblo, su fama será engrandecida juntamente
con la de su rey (comp. v. 19 con v. 17). El deseo que se expresa en los vv. 18–19 de
que Jehová sea alabado (“bendito” aquí significa “alabado”) no sólo es el final de este
salmo, sino que juntamente con el v. 20, marca el final del Segundo Libro de los
Salmos.
¡PENSEMOS!
¡Qué relación hay entre el salmo 72 y 1 Timoteo 2:1–2? ¿Con
qué frecuencia ora usted para que sus gobernantes sean
justos y exitosos? ¿Qué más puede usted hacer para que sus
gobernantes sean justos? Si fueran más justos, ¿Daría Dios a
ellos y a su pueblo más prosperidad?
¿Sobre quiénes ejerce autoridad usted (en la familia, el
trabajo, la comunidad)? ¿Lo hace con justicia, o con
favoritismo? Entre los que están bajo su autoridad, ¿quiénes
son los más indefensos? ¿Cómo vela usted por sus derechos?
Si es justo, ¿derramará Jehová sobre usted su shalom?
10
Salmos Mesiánicos I
¿DE QUIÉN HABLAN LOS SALMOS MESIÁNICOS?
Según el Nuevo Testamento, los pasajes de unos quince salmos se cumplieron con
la vida, muerte, resurrección y ascensión de Jesús. Sin embargo, si leemos estos salmos
completos, parece que hablan de algún personaje o situación contemporáneos del autor.
¿Por qué, entonces, el Nuevo Testamento los aplica a Jesús? En nuestro estudio
analizaremos cómo es que se interpretaban estos salmos cuando fueron escritos, y por
qué son mesiánicos.
Este capítulo expondrá con algún detalle uno de los salmos mesiánicos. Luego, el
capítulo 11 definirá varias categorías de pasajes mesiánicos, dando ejemplos de cada
uno. Siempre buscaremos tres aplicaciones: a los tiempos del salmista, a Jesús y a
nosotros hoy día.
TRES APLICACIONES DE LOS SALMOS
MESIÁNICOS:
1. A LOS TIEMPOS DEL SALMISTA
2. A JESÚS
3. A NOSOTROS HOY
SALMO 2: UN SALMO MESIÁNICO
Salmos 2:1–3
¡PENSEMOS!
¿Qué grupos actúan en los vv. 1–2? ¿Qué hacen? ¿Contra
quiénes lo hacen? Según el v. 3, ¿qué quieren hacer?
El salmo comienza revelando poco a poco una rebelión. Primero nos damos cuenta
de que las naciones (v. 1) y sus gobernantes (v. 2) están tramando “cosas vanas”, es
decir, un plan inútil (en el hebreo el v. 2 está en tiempo presente, como el v. 1; ver la
Versión Popular). Luego descubrimos que el complot se dirige contra Jehová y su
ungido (v. 2c). El ungido es el rey (v. 6), pues en Israel la manera normal de instalarlo
era por medio de la unción (1 Samuel 10:1; 16:13; 2 Reyes 11:12). El ungido por
excelencia es el Mesías. De hecho, este nombre significa “ungido”. “Cristo” significa lo
mismo, ya que es la traducción al griego de “Mesías”.
Lo que traman las naciones es para librarse del dominio de Jehová y su rey (v. 3).
Los pueblos que habían sido subyugados a David seguramente procurarían hacer esto.
Lo mismo sucederá cuando la bestia y los reyes de la tierra se reúnan para guerrear
contra Cristo en su segunda venida (Apocalipsis 19:19), y habrá todavía otra rebelión al
final del milenio (Apocalipsis 20:7–9). Pero Hechos 4:25–27 aplica el salmo 2:1–2 a la
primera venida en que “se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel”.
Entonces, ¿a qué época se refieren los vv. 1–3: a los tiempos de David, a la muerte
de Jesús, a la segunda venida, o al fin del milenio? La mejor respuesta es que se aplican
a todos estos períodos, y tal vez a otros también.
Quizá el salmista tenía en mente solamente su propia situación, pero el Espíritu
Santo que lo inspiró conocía las similitudes entre los tiempos davídicos y el resto de la
historia humana. En la Biblia observamos que Dios lleva a cabo su plan para el mundo
repitiendo ciertos patrones. Lo que él hace en un período a veces anticipa lo que hará en
otro. De manera que al escribir sobre su propia época, David, guiado por el Espíritu,
también habló del porvenir. Por cierto, en todo tiempo los gobernantes se han opuesto a
Jehová y su Cristo (1 Corintios 2:6–8).
OPOSICIÓN DE GOBERNANTES A JEHOVÁ Y
SU UNGIDO A TRAVÉS DE LA HISTORIA
SALMO 2:1–3:
1. EN EL IMPERIO DE DAVID
2. EN LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS
3. EN LA SEGUNDA VENIDA
4. AL FINAL DEL MILENIO
5. HOY MISMO
Salmos 2:4–6
¡PENSEMOS!
¿Qué actitudes toma Jehová frente a la rebelión planificada
por los reyes (vv. 4–5)? ¿Qué mensaje tiene para ellos? (v. 6)
¿Qué era el monte Sion?
Jehová reacciona a la sublevación de las naciones con burla (v. 4) e ira (v. 5). No
podrán derrocar a su ungido, porque él mismo lo ha establecido como rey. El monte
Sion era una colina de Jerusalén. Era “santo”, porque Jehová lo había escogido como
sitio para su santuario (Salmos 132:13; Joel 3:17). David reinó allí, así como sus
descendientes. Entre ellos está Cristo, quien gobernará desde el mismo lugar (Isaías
2:2–5; Miqueas 4:7; Apocalipsis 14:1).
Salmos 2:7–9
¡PENSEMOS!
¿Quién habla en estos versículos? ¿Qué relación tiene con
Jehová (v. 7)? ¿Qué herencia recibirá de su padre (v. 8)?
¿Qué hará con ella (v. 9)? ¿Por qué?
Los reyes rebeldes hablaron en los vv. 1–3, y Jehová en los vv. 4–6. Ahora el
ungido se expresa. Cita el decreto por medio del cual Jehová anunció que él era su hijo
(v. 6). En el antiguo oriente “mi hijo eres tú” era una fórmula de adopción. Así que
cuando Jacob dijo a José: “Tus dos hijos Efraín y Manasés… míos son”, los adoptó
(Génesis 48:5). Lo hizo, no porque fueran huérfanos, sino para que tuvieran parte en su
herencia.
De manera similar, Jehová adoptó a David y a los reyes que descendieron de él. Lo
hizo para guiarlos como un padre (2 Samuel 7:14), pero también para darles una
herencia (vv. 8–9; Salmos 89:20, 26–27).
PROPÓSITO DE LA ADOPCIÓN:
DAR HERENCIA AL ADOPTADO
El paralelismo indica que “yo te engendré hoy” también era una fórmula de
adopción. El “hoy” fue el día en que Jehová estableció su pacto con David (2 Samuel
7:8–16, a esp. v. 14). Para sus descendientes sería el día en que fueran ungidos como
reyes.
MI HIJO ERES TU = YO TE ENGENDRÉ HOY = YO TE ADOPTO
HOY
El Nuevo Testamento aplica el v. 7 a Jesús en su bautismo (Mateo 3:17 = Marcos
1:11 = Lucas 3:22), su transfiguración (Mateo 17:5 = Marcos 9:7 = Lucas 9:35 = 2
Pedro 1:17), su resurrección (Hechos 13:33; Romanos 1:4), su ascensión a la diestra del
Padre (Hebreos 1:3–5; 5:5) y su reino milenial (Lucas 1:32; ver Mateo 16:16 y Juan
6:69). Cada uno de estos eventos es un paso progresivo en el establecimiento de su
reino. En cada uno recibe más de la herencia de su Padre.
Por supuesto, Jesús es Hijo de Dios no solamente en el sentido de la adopción.
También lo es por ser engendrado por el Espíritu Santo (Lucas 1:35) y por ser Dios el
Hijo desde toda la eternidad (Juan 1:1; 5:17–18; 1 Juan 5:20).
Siendo hijo de Jehová, el rey recibe como herencia el dominio sobre las naciones (v.
8), las mismas que pensaban sublevarse contra él (vv. 1–3). Si ellas persistieran en su
rebelión, el Señor permitiría a su ungido aplastarlas (v. 9).
Esta profecía se cumplió sólo de manera limitada con David, y todavía menos con
sus descendientes. El dominio del hijo de Isaí tal vez haya alcanzado todos los confines
de la tierra prometida (sobre la posibilidad de interpretar así “los confines de la tierra”,
ver la explicación del salmo 72:8 en el capítulo 9), pero ni siquiera llegó a estar cerca de
dominar todos los confines del mundo.
La promesa de los vv. 8–9 se cumplirá plenamente sólo cuando Cristo regrese a
“regir con vara de hierro a todas las naciones” Apocalipsis 12:5; 19:15). Increíblemente,
¡él compartirá con los que seamos creyentes fieles esa misma autoridad! (Apocalipsis
2:26–27)
Las frases “las naciones” y “los confines de la tierra” también se emplean en el
Nuevo Testamento para anunciar nuestra responsabilidad misionera (Mateo 28:18–20;
Lucas 24:47; Hechos 1:8). A través de nuestros esfuerzos por hacer discípulos en todos
los pueblos, el Padre muestra que ha dado a su Hijo toda potestad en el cielo y en la
tierra (Mateo 28:18–20).
¡PENSEMOS!
¿Qué herencia da Dios a sus hijos adoptivos hoy día?
(Romanos 8:14–17; Gálatas 4:4–7) ¿Ha sido usted
engendrado por Dios mediante la fe en Cristo? (Juan 1:12–
13)
¿Qué hace usted para que el evangelio llegue hasta los
confines de la tierra? ¿Qué hace su iglesia? ¿Qué más deben
hacer?
A la luz de Apocalipsis 2:26–27, ¿qué debe usted hacer para
ejercer autoridad sobre las naciones? ¿Lo está haciendo?
Salmos 2:10–12
¡PENSEMOS!
¿Qué consejos da el salmista a los gobernantes rebeldes (vv.
10–12)? Según la última oración del salmo, ¿a quiénes más
se aplican estos consejos?
El salmo se compone de cuatro estrofas de tres versículos. En cada una habla
alguien diferente, pero todos se dirigen a los reyes y pueblos rebeldes. En la última
estrofa es el salmista quien se expresa. Es el mismo David (Hechos 4:25–26), pero
ahora no habla como el ungido, sino como si fuera otra persona (en el v. 12 no dice
“Honradme”, sino “Honrad al Hijo”).
LAS CUATRO ESTROFAS DEL SALMO 2
1. Los rebeldes hablan
entre sí 2. Jehová habla a los
rebeldes 3. El ungido habla a los
rebeldes 4. El salmista habla a los
rebeldes
vv. 1–3 vv. 4–6 vv. 7–9
vv. 10–12
El autor advierte a los reyes (v. 10) que abandonen sus planes de rebelión y se
sujeten a Jehová (v. 11) y a su hijo (v. 12). Como ya hemos visto, su hijo era el rey.
Cuando el salmo fue escrito, era David. El hebreo no distinguía entre mayúsculas y
minúsculas. Sin embargo, la mayúscula que la Versión 1960 utiliza en “Hijo” nos
recuerda que el rey a quien todo gobernante algún día se tendrá que someter es el Hijo
único de Dios.
El consejo del salmista es para el bien de los rebeldes. Si no sirven a Jehová y su
ungido, serán destruidos por la ira divina (v. 12). En cambio, si se someten a ellos en
confianza, serán bienaventurados; es decir, gozarán de verdadera felicidad y prosperidad
(ver la explicación de Salmos 1:1–3 en el capítulo 7).
La bienaventuranza amplía la aplicación del salmo para incluir no sólo a los reyes
rebeldes, sino a todos. A cada uno se nos deja la opción: perecer por rebelión contra
Dios, o confiar en el Hijo para recibir su bendición (ver Efesios 2:8–10). Todavía hoy,
el camino a la verdadera alegría es el servicio a Jehová en temor (v. 11).
DOS OPCIONES (SALMO 2:12)
Acción Rebelarse Someterese por fe
Resultado Perecer en el camino Ser bienaventurados
¡PENSEMOS!
¿Se somete usted por fe a Jehová y su
Hijo? ¿Cómo lo manifiesta? ¿Qué
bienaventuranza ha recibido?
¿Cómo se opone su pueblo a Jehová y su
Hijo? ¿Qué puede usted hacer al
respecto? ¿Cómo se oponen sus
gobernantes a Jehová y su Hijo? ¿Qué
puede hacer usted al respecto?
11
Salmos Mesiánicos II
¿Qué características sirven para identificar a los salmos mesiánicos? En este
capítulo veremos cuatro clases de textos en el himnario de Israel que Jesús y los autores
del Nuevo Testamento aplicaron a Cristo
PASAJES EXCLUSIVAMENTE MESIÁNICOS
El único ejemplo claro de un salmo entero que habla solamente del Mesías, sin
referencia a otro rey, es el Salmo 110. Jesús mismo aseguró que en ese poema David
había escrito acerca de su Señor, el Cristo, y no acerca de sí mismo ni ningún otro rey
antiguotestamentario (Mateo 22:41–45 = Marcos 12:35–37 = Lucas 20:41–44).
El salmo 110 se puede dividir en tres partes.
1. Jehová entroniza al Mesías a su diestra como rey (vv. 1–3)
2. Jehová nombra al Mesías sacerdote según el orden de Melquisedec (v. 4).
3. Jehová está a la diestra del Mesías Para pelear por él (vv. 5–7).
Llama la atención el juego de palabras de los versículos 1 y 5. En el 1, el Mesías a
está a la diestra de Jehová, pero en el 5, el Señor está a la diestra del Mesías. En el
primer caso, “a la diestra” significa “en posición de favor”, pero en el v. 5 quiere decir
“para fortalecerlo”.
DIVISIONES DE SALMO 110
1. Jehová pone al Mesías
como rey 2. Jehová pone al Mesías
como sacerdote 3. Jehová pelea por el
vv. 1–3 v. 4
vv. 5–7
Mesías
Bastantes pasajes del Nuevo Testamento aplican los vv. 1 y 4 a Jesús. El v. 1
aparece citado en Mateo 22:44 = Marcos 12:36 = Lucas 20:42–43; Hechos 2:34–35; y
Hebreos 1:13. Muchos textos más se basan en este versículo: Mateo 26:64 = Marcos
14:62 = Lucas 22:69; Marcos 16:19; Hechos 5:31; 7:55–56; Romanos 8:34; 1 Corintios
15:25; Efesios 1:20, 22; Colosenses 3:1; Hebreos 1:3; 8:1; 10:12–13; 12:2; 1 Pedro
3:22. Algunos de estos pasajes dan a conocer que Cristo reina en el cielo desde su
ascensión. Otros hablan de su dominio más visible durante el milenio, una vez que haya
regresado a la tierra.
Toda la enseñanza de Hebreos 4:14–10:39 acerca del sacerdocio de Cristo se
fundamenta en Salmos 110:4 (ver especialmente Hebreos 5:5–10; 6:19–7:28). El salmo
profetiza que el Mesías será tanto rey como sacerdote: Soberano sobre todo el mundo,
pero capaz de “compadecerse de nuestras debilidades” (Hebreos 4:15). “Acerquémonos,
pues, confiadamente al trono…” (Hebreos 4:16).
¡PENSEMOS!
¿Es Jesús su rey y sacerdote? ¿ Tiene usted algún problema
demasiado grande para el Rey? ¿Tiene algún problema
demasiado pequeño o vergonzoso para el Sacerdote?
PASAJES CON HIPÉRBOLE
Algunos pasajes describen las experiencias del salmista en lenguaje hiperbólico. Es
decir, para dar énfasis, usan expresiones exageradas.
HIPÉRBOLE ES:
UNA EXAGERACIÓN PARA DAR ÉNFASIS
Aplicado a los personajes veterotestamentarios, las exageraciones se entienden
poéticamente. Sin embargo, se cumplen literalmente en el Mesías. El salmo 22 ofrece
varios ejemplos.
¡PENSEMOS!
Lea el salmo 22. ¿Qué versículos parecen hablar de la
experiencia del salmista? ¿Qué partes se podrían aplicar a
Jesús? ¿Cuáles de ellas son citadas en el Nuevo Testamento?
¿Qué porciones son exageradas con respecto al salmista pero
literales con respecto al Mesías?
En el salmo 22, David clama a Dios pidiendo que lo salve de ser destruido por sus
enemigos. Hallamos todos los elementos comunes de los salmos de clamor (ver el
capítulo 4): Llamado introductorio a Dios (vv. 1–2), angustia del salmista (vv. 1–2),
confesión de confianza en Dios (vv. 3–5), angustia (vv. 6–8), confianza en Dios, (vv. 9–
10), petición (v. 11), angustia (vv. 12–18), petición (vv. 19–21), voto de alabanza (v.
22), razón por el voto (vv. 23–24) y, una vez más, voto de alabanza (v. 25). El salmo
concluye con una predicción de cómo Jehová será glorificado cuando libere al autor de
su angustia (vv. 26–31).
Varios pasajes del Nuevo Testamento aplican el salmo 22 a Jesús. El Señor mismo
citó el v. 1 cuando estaba clavado en la cruz (Mateo 27:46 = Marcos 15:34), y los
espectadores se burlaban de él como los que miraban con desprecio al salmista (comp.
vv. 7–8 con Mateo 27:39, 43). Los cuatro evangelios informan que los soldados echaron
suertes para repartir la ropa de Jesús (Mateo 27:35; Marcos 15:24; Lucas 23:34; Juan
19:23–24), y Mateo y Juan explícitamente señalan que esta acción cumplió el v. 18.
Hebreos 2:13 pone en boca de Cristo las palabras del v. 22 para demostrar su plena
identificatión con los seres humanos.
Una razón por la cual el salmo 22 es mesiánico es que contiene lenguaje que se
aplica a David sólo como hipérbole, pero a Jesús literalmente. Por medio de la figura
del v. 18 el autor quería decir que sus enemigos buscaban quitarle hasta sus posesiones
más íntimas y pequeñas. En cambio, este versículo se cumplió con toda exactitud
cuando Jesús pendía de la cruz. David, agobiado por sus enemigos, se sentía
abandonado por Dios (v. 1; comp. Salmos 13:1). Jesús vivió emociones semejantes
(Mateo 27:46; Marcos 15:34), pues en cierto sentido, el Padre realmente tuvo que darle
la espalda, ya que él estaba cargando con todos nuestros pecados (2 Corintios 5:21).
Los vv. 14–18 describen poéticamente la angustia de David. Aunque no se cita en el
Nuevo Testamento, su contenido se puede aplicar con bastante literalidad a la
crucifixión: Desarticulación de los huesos (v. 14), para cardíaco (v. 14), sed (v. 15),
perforación de las manos y los pies (v. 16), humillación pública (v. 7), repartición de la
ropa (v. 18) y muerte (v. 15). ¡Y todo esto se escribió siglos antes de que se conociera la
crucifixión romana!
Los vv. 1–18 pueden considerarse un tipo del sufrimiento de Cristo en la cruz, los
vv. 19–21 de su oració en el huerto de Getsemaní, y los vv. 22–31 de su resurrección y
exaltación. La alabanza universal de Jehová profetizada en los vv. 27–31 no se logró
cuando Dios libró a David de sus enemigos. Sin embargo, en nuestros tiempos Dios es
adorado en todas partes del mundo por la resurrección de Cristo, y algún día todos se
postrarán ante él (Filipenses 2:9–11).
HIPÉRBOLES DEL SALMO 22 QUE
SE CUMPLIERON CON CRISTO:
1. “Dios mío, por qué me
has desamparado” 2. Descripción del
sufrimiento 3. Repartición de los
vestidos 4. Alabanza mundial de
Jehová
v. 1 vv. 14–17
v. 18 vv. 27–31
Hay otros dos ejemplos más de hipérboles que se cumplen literalmente en Jesús
(comp. Salmos 34:19–20 con Juan 19:36, y Salmo 16:10–11 con Hechos 2:25–31).
¡PENSEMOS!
El sufrimiento y exaltación de David anticipaban lo que
sucedería con Jesús. ¿En qué sentido corresponden nuestros
sufrimientos y exaltación a los de Jesús? (Romanos 8:17;
Hebreos 2:18; 12:2–4) ¿Qué consuelo y ánimo le da esto en
tiempos de sufrimiento?
SALMOS REALES QUE SE APLICAN AL REY DE REYES
Algunos pasajes de los salmos reales se prestan para describir al Mesías y su
gobierno. Muchos de ellos son también hiperbólicos. Hablan de la extensión y justicia
del gobierno y del rey en términos que se cumplen cabalmente sólo en el Mesías.
Un ejemplo es Salmos 2 (ver el capítulo 10). Aunque no son citados como
mesiánicos en el Nuevo Testamento, también podrían incluirse en esta categoría los
Salmos 72 (ver el capítulo 9) y 89 (especialmente los vv. 22–27).
PASAJES CON TIPOS MESIÁNICOS SENCILLOS
Algunos salmos mesiánicos en su contexto original no hablan directamente del
Mesías, ni del gobierno del rey, ni utilizan mucho lenguaje hiperbólico. Sin embargo,
traen a colación experiencias semejantes a las que tendría siglos después el Mesías. La
correspondencia que existe entre los eventos antiguotestamentarios y los que suceden
con el Mesías se llaman “tipos”.
Salmos 41
¡PENSEMOS!
¿Qué hay en el Salmo 41 que muestra que no habla
directamente acerca de Jesús? Según Juan 13:18, ¿cómo se
cumplió el v. 9?
Este poema es un salmo de clamor (ver el capítulo 4). Nuestra primera impresión es
que no tiene nada que ver con el Mesías. Más bien, David pide que Jehová le sane de
una enfermedad grave para que él pueda derrotar a sus enemigos. La confesión de
pecado en el v. 4 definitivamente no puede referirse a Jesús.
Sin embargo, en Juan 13:18 Jesús anunció que el v. 9 se cumpliría con la traición de
Judas. Así como el amigo íntimo de David le había pagado mal por bien, de la misma
manera el discípulo trataría a su Señor. De modo que la experiencia del salmista resultó
siendo un tipo de lo que pasó con Jesús. Tal vez esta correspondencia tenga mayor
relevancia porque: (1) el autor del salmo fue David, un tipo del Mesías en muchos
sentidos, y (2) el v. 12 contiene lenguaje hiperbólico que se ha cumplido literalmente
con Jesús.
¡PENSEMOS!
¿Puede el cristiano “alzar su calcañar” contra Cristo?
¿Cómo puede hacerlo? ¿Lo hace usted de alguna manera?
¿Qué debe hacer al respecto?
Salmos 69
El Nuevo Testamento también toma este salmo davídico como típico del sufrimiento
de Jesús. De nuevo, la confesión de pecado (v. 5) demuestra que el poema no es una
profecía directa sobre el Mesías. Sin embargo, el v. 4 se aplica a Jesús en Juan 15:25, el
v. 9a en Juan 2:17, el v. 9b en Romanos 15:3, y el v. 21 en Juan 19:28–29. Los vv. 8 y
21 son figuras de la angustia del salmista, pero se cumplieron literalmente en la vida y
muerte de Jesús.
Salmos 8
¡PENSEMOS!
¿De qué hombre hablan los vv. 4–8? ¿A quién se aplica este
pasaje Hebreos 2:6–9? ¿Por qué?
Este salmo alaba a Jehová por el lugar exaltado que ha dado al ser humano en el
universo. No hay evidencia de que el autor haya tenido en mente al Mesías. El
“hombre” (v. 4) es el ser humano en general, y el paralelo “el hijo del hombre” es un
modismo hebreo que significa lo mismo.
Hebreos 2:6–9 anota una correspondencia entre la posición del ser humano de
Salmos 8:4–6 y la trayectoria de Cristo. En su encarnación, el Hijo fue hecho “un poco
menor que los ángeles”, pero ya ha sido “coronado de gloria y de honra”. De manera
que, Dios ha sujetado bajo sus pies todo, incluso a los ángeles mismos.
¿Por qué el autor de Hebreos aplicó a Cristo un salmo acerca de la humanidad en
general? Jesús es el hombre por excelencia (Hebreos 2:10–18). Si en algún sentido Dios
puso toda la creación bajo autoridad humana, ¡cuánto más Jesús tiene autoridad sobre
ella! De nuevo la hipérbole juega un papel importante aquí. No todo está bajo los pies
del ser humano en general, pero sí de Jesús (Hebreos 2:8–9).
CLASES DE PASAJES MESIÁNICOS
1. Profecía directamente mesiánica
2. Hipérboles que se cumplen en el Mesías
3. Salmos reales que se aplican al Rey de reyes
4. Tipos mesiánicos sencillos
12
Salmos Imprecatorios
“Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña”. ¿No le horroriza esta
“bienaventuranza”? ¿Quién sería capaz de expresarla? Tal vez a todos nos moleste
hallarla al final del salmo 137. ¿Cómo puede la Biblia aprobar semejante sentimiento?
¿Debemos desear venganza de nuestros enemigos? ¿No contradice esto la enseñanza de
Jesús? Estas son algunas de las preguntas difíciles que buscaremos contestar en nuestro
estudio de los salmos imprecatorios.
¿QUE SON LOS SALMOS IMPRECATORIOS?
“Imprecar” significa “proferir palabras con que se expresa el vivo deseo de que
alguien sufra un mal o daño”. Por lo tanto, las palabras que se profieren son
“imprecaciones”, y los salmos que las contienen son llamados salmos imprecatorios.
Hay bastantes imprecaciones en los Salmos. Incluyen 5:10; 9:19; 10:15; 17:13;
28:4; 31:17–18; 35:4–8, 26; 40:14–15; 54:5; 55:9, 15; 56:7; 58:6–8; 59:5, 11–15; 68:1–
2; 69:22–28; 70:2–3; 71:13; 79:6, 10, 12; 83:9–17; 94:1–2; 104:35; 109:6–20, 29;
118:9–17; 137:7–9 y 141:10. Algunas emplean lenguaje muy fuerte (ver especialmente
109:6–13; 137:9). Para tratar de entender estas maldiciones, primero estudiaremos el
Salmo 35, analizando algunas características relevantes de las imprecaciones. Luego nos
preguntaremos a la luz del Nuevo Testamento, qué podemos aprender de los salmos
imprecatorios para nuestra vida.
SALMO 35: UN SALMO IMPRECATORIO
Contenido de las imprecaciones
¡PENSEMOS!
Lea todo el salmo 35. ¿Cuál es su propósito principal? ¿Qué
elementos comunes con los salmos de clamor (ver 1a lista en
el capítulo 4) están presentes? ¿Qué versículos contienen
imprecaciones? ¿A cuál de los elementos de los salmos de
clamor pertenecen las imprecaciones? ¿Qué males desea
David para sus enemigos?
El salmo 35, como casi todos los imprecatorios, es de clamor. Comienza con un
llamado introductorio a Jehová (vv. 1–3). La petición por liberación también se oye
desde el primer versículo. David ruega a Dios que le salve de sus enemigos (vv. 1–3) y
los castigue (vv. 4–8). Luego promete alabar al Señor por la liberación (vv. 9–10) y
expone su angustia (vv. 11–16). El resto del salmo recalca y amplía los elementos ya
vistos: petición por liberación (vv. 17, 19, 22–27), voto de alabanza (vv. 18, 28) y
expresión de angustia (vv. 20–21).
Las imprecaciones están en los vv. 4–8 y 26. David pide que sus enemigos sean
avergonzados (vv. 4, 26), removidos (v. 5), afligidos por el ángel de Jehová (vv. 5b–6) y
destruidos por el mismo mal que ellos han tramado para él (vv. 7–8).
La primera maldición (v. 4) es igual a la última (v. 26). Ruega que los enemigos
sean públicamente humillados mediante el fracaso de sus planes para destruirlo.
Aunque los enemigos parecen inconmovibles, David pide que el ángel de Jehová los
arrase como un viento recio se Ileva al tamo (v. 5; ver la explicación de Salmos 1:4 en
el capítulo 7). El ángel de Jehová es la manifestación de Dios mismo (ver Jueces 13:21–
22).
David cambia la figura en el v. 6. Ahora pide que la vida de sus enemigos sea como
un camino peligroso, oscuro y resbaladizo, y que en esa senda tan difícil de transitar se
sientan temerosos por la persecución del ángel de Jehová. ¡Qué contraste con la
protección que el justo recibe del mismo ángel de Jehová! (Salmos 34:7; curiosamente
estos dos salmos consecutivos son los únicos que mencionan al ángel de Jehová).
El salmista desea para sus enemigos destrucción repentina y completa (v. 8). El
quebrantamiento será justo; es el mismo fin que ellos han maquinado para él (vv. 7–8).
En la figura de estos versículos la red no es para pescar, sino para cazar.
MALES QUE SE DESEAN EN LAS
IMPRECACIONES DEL SALMO 35
1. Humillación
2. Eliminación
3. Persecución por el ángel de Jehová
4. Destrucción
Características de las imprecaciones
¡PENSEMOS!
¿Qué relación hay entre las imprecaciones (vv. 4–8, 26) y las
peticiones de liberación? (vv. 1–3, 17, 19–25) ¿Qué
evidencias hay de que la causa del autor es justa? ¿Cómo
será glorificado Dios si ejecuta las imprecaciones expresadas
por el autor?
En el salmo 35 hallamos muchas de las características relevantes de las
imprecaciones bíblicas.
1. Las imprecaciones forman parte del clamor del autor. Sus enemigos buscan su
muerte (v. 4). En su angustia ruega a Jehová salvarlo (v. 3). Para él, la destrucción de
sus enemigos es necesaria para que él se libre de ellos. Pide que Jehová los acabe a fin
de que no le sigan acosando (Salmo 17:13).
2. Las imprecaciones son justas. David desea para sus enemigos exactamente lo que
ellos traman en su contra (vv. 7–8). Además, su causa es justa (v. 27). Ellos le han
devuelto mal por bien (vv. 12–16). ¡David estaba dispuesto a proferir una imprecación
contra sí mismo, si él hubiera cometido semejante traición! (Salmos 7:3–5) Sin
embargo, él ha sido siervo de Jehová (v. 27). Por lo tanto, ruega que Dios le haga
justicia (vv. 23–24). No pide más.
3. Los enemigos son malos: asesinos (v. 4), despojadores (v. 10), mentirosos (vv.
11, 20), traidores (vv. 12–16) y hacedores de mal sin causa (vv. 7, 19). David sabía que
tales personas eran enemigas de Jehová también, y que él había prometido destruirlas
(Éxodo 20:5; Salmos 5:5–6; 52:1–5; 55:19, 23; 75:7–8; 139:19–22). Al pronunciar
imprecaciones sobre los que aborrecían a Dios, David se ponía de acuerdo con los
designios divinos para ellos.
4. Las imprecaciones son expresiones de confianza en Jehová (Salmos 55:15–19;
56:3–7; 59:9–10). Los salmistas no recurren a las maldades de sus enemigos para
vengarse, sino que encomiendan su causa al Juez justo (vv. 23–24; Salmos 94:20–23).
5. Los salmos imprecatorios se preocupan por la gloria de Dios. Señalan que él será
magnificado por la destrucción de los enemigos, no solamente porque el salmista mismo
se encargará de alabarlo (vv. 9–10, 18, 28. Para ver un ejemplo, ver Salmos 9), sino
también porque la gente recta lo exaltará por demostrar su justicia (v. 27; 11:5–7;
58:10–11).
Mientras los malvados prosperen en sus fechorías, la fama del Rey divino estará en
entredicho (Salmos 10:1–13; 79:6–7, 10, 12). David reconocía que como rey humano él
era responsable de castigar a los injustos (Salmos 101:3–8). No podía esperar menos de
Jehová. Era necesario que el Señor juzgara a los malvados para que la gente, aun la
pagana, reconociera que él es Dios de poder y justicia (Salmos 58:10–11; 59:12–13;
62:11–12; 64:7–9; 83:13–18). Un aspecto particular de su justicia que Jehová
demostraba al ejecutar las imprecaciones era dar protección a los pobres y otros
indefensos frente a sus opresores (v. 10; 10:12–18; 146:7–9).
Puesto que en los tiempos antiguotestamentarios había poca revelación clara acerca
de la vida después de la muerte (Salmos 6:5; 88:10–12; 115:17), el salmista no tenía la
seguridad de que Jehová rectificaría todas las injusticias en un juicio después de la
muerte. Por eso, urgía al Señor a que demostrara su justicia durante su vida terrenal
(Salmos 119:84).
CARACTERÍSTICAS DE LAS IMPRECACIONES
EN LOS SALMOS
1. Son parte del clamor por liberación del enemigo
2. Son justas.
3. Concuerdan con los planes divinos para los malos.
4. Expresan confianza en Dios.
5. Buscan la gloria de Dios.
Las imprecaciones y el cristiano
¡PENSEMOS!
¿Qué podemos aprender para nuestra vida de los salmos
imprecatorios? ¿Qué aspectos de ellos no debemos imitar?
Lo que no debemos imitar. Jesús nos enseña claramente que no debemos proferir
imprecaciones contra nuestros enemigos personales, sino amarlos, bendecirlos, hacerles
bien y orar por ellos (Mateo 5:44; comp. Romanos 12:14). Varias verdades
neotestamentarias, las cuales no se entendían en forma clara durante los tiempos del
Antiguo Testamento, nos dan una perspectiva para comprender y obedecer este
mandamiento.
1. Jesús ha muerto por los pecados de todo el mundo. Ahora podemos perdonar a
nuestros enemigos y pedir que Dios también les perdone, porque su Hijo ya pagó el
castigo que ellos merecen (comp. 2 Crónicas 24:22 y Jeremías 18:23 con Hechos 7:60 y
2 Timoteo 4:16).
2. El Espíritu Santo hace una obra de conversión mucho mayor que en el Antiguo
Testamento. En vez de suplicar a Dios que castigue a nuestros enemigos, ahora ahora
podemos rogarle que los haga nuestros hermanos en Cristo.
3. Más allá de esta vida, Dios castigará a los malhechores (Apocalipsis 21:8) y
recompensará a sus hijos que han sufrido injustamente (1 Pedro 2:19–23). Por lo tanto,
ahora no tenemos que pedir que Dios nos haga justicia completa durante esta vida. En
vez de responder a las injusticias con imprecaciones, podemos imitar a Cristo,
descansando en la seguridad de que Dios nos hará justicia en forma perfecta, aunque sea
después de la muerte (1 Pedro 2:23).
4. Algunas de las imprecaciones se expresan contra pueblos enemigos (Salmos
137:7–9). Hoy la iglesia de Cristo existe entre las naciones. La razón de su existencia es
la misión que tiene que cumplir: ser bendición al mundo. Entonces, en lugar de clamar a
Jehová por venganza contra los países enemigos, podemos orar por su conversión al
evangelio.
Lo que debemos imitar. Entonces, no debemos proferir imprecaciones contra
aquellos que nos tratan mal. Sin embargo, los salmos imprecatorios todavía nos sirven
de modelo en algunos aspectos.
1. Todavía debemos confiar en el Juez de toda la tierra para que él nos haga justicia,
en vez de tomar venganza con nuestras manos (Romanos 12:17, 19).
2. Debemos pedir que Dios manifieste su justicia en nuestro medio (Mateo 5:6;
6:10). Esto implica orar por las autoridades que nos gobiernan, para que Ileven a cabo
su responsabilidad de castigar a los malhechores y alabar a los que hacen el bien (1
Pedro 2:14), salvar al menesteroso y aplastar al opresor (Salmos 72:4). También implica
anhelar la venida de Cristo (Mateo 6:10), cuando él hará justicia a sus escogidos que
claman a él (Lucas 18:7–8) y vengará sus sufrimientos (Apocalipsis 6:9–11).
3. Debemos tener la plena seguridad de que Dios castigará a aquellos que se le
oponen. En el Nuevo Testamento el castigo se presenta en forma aun más horrible que
en el Antiguo. Ahora sabemos que más allá de la muerte espera a los inconversos un
castigo eterno (2 Tesalonicenses 1:8–9; Apocalipsis 20:10, 15).
4. Debemos preocuparnos por la gloria de Dios. En algunos casos, esto puede
significar pedir al Señor que castigue a los que se oponen al evangelio, ya sea
obstaculizando su avance (Hechos 13:6–12; Apocalipsis 6:10), o desvirtuándolo
mediante falsas enseñanzas (Gálatas 1:8–9).
APLICACIONES ACTUALES
DE LOS SALMOS IMPRECATORIOS
1. Confiar en Dios para que él nos haga justicia
2. Orar por la justicia en la sociedad
3. Orar por la venida de Cristo
4. Creer en el castigo eterno de los inconversos
5. Orar contra los enemigos del evangelio
¡PENSEMOS!
¿Cuándo fue la última vez que usted pidió a Dios que su
gobierno castigue a los malhechores y opresores? ¿Cuándo
fue la última vez que le rogó que viniera Cristo? ¿Cree que
debe pedirle que castigue a los enemigos del evangelio? A la
luz del estudio de este capítulo, ¿qué cambios debe hacer en
sus oraciones? ¿Confía en que Dios le hará justicia? ¿Cómo
afecta esta confianza sus reacciones con aquellos que le
tratan mal?
¿Está convencido de que Dios castigará eternamente a los
que no creen en Cristo? ¿Cómo le motiva esto a compartir el
evangelio con otros? ¿Cómo afecta a su visión misionera?
1
2
1Williams, G. (1995). Estudios Bıblicos ELA: Alabanza y clamor a Dios (Salmos) (108). Puebla,
Pue., Mexico: Ediciones Las Americas, A. C.
2Williams, G. (1995). Estudios Bıblicos ELA: Alabanza y clamor a Dios (Salmos) (1). Puebla, Pue.,
Mexico: Ediciones Las Americas, A. C.