13. Jm Tortosa

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249 Al equiparar los actos de terrorismo e incluso el dar refugio a los terroristas con un acto de Guerra, la Administración de Estados Unidos se mantiene bajo la tradicional práctica interna- cional. En este nuevo tipo de guerra, está diciendo, no hay estados neutrales y no hay unos confines geográficos claros. Se debe elegir el lado del que se está, o con nosotros o con ellos. O se está con nosotros o contra nosotros. R.W. Apple Jr., “After the attacks”, The New York Times, 14 de septiembre de 2001 La “guerra contra el terrorismo” que dice mantener el Gobierno de los Estados Unidos se ha deno- minado “guerra de cuarta generación” (Lind, 2004; Richards, 2006), “guerra asimétrica” (Thorton, 2007; Piris, 2007) y también “cuarta guerra mundial” (Podhoretz, 2007). Aunque se mantenga en el título del presente capítulo, la palabra “guerra” es engañosa (Bonanate, 2004: 87-93; Zinn, 2006) y por eso se usa entre comillas. En todo caso, estas tres perspectivas se refieren a una situación rela- tivamente nueva en la que ha aparecido un tipo particular de violencia que también se llama “terro- rismo internacional”, “transnacional” o “global”, cubriendo fenómenos muy heterogéneos que no se reducen a Al Qaeda. Estados Unidos y su “guerra contra el terrorismo”: continuidad o cambio José María Tortosa Instituto Universitario de Desarrollo Social y Paz. Universidad de Alicante 13. jm tortosa:13 6/5/08 21:43 Página 249

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    Al equiparar los actos de terrorismo e incluso el dar refugio a los terroristas con un acto deGuerra, la Administracin de Estados Unidos se mantiene bajo la tradicional prctica interna-cional. En este nuevo tipo de guerra, est diciendo, no hay estados neutrales y no hay unosconfines geogrficos claros. Se debe elegir el lado del que se est, o con nosotros o con ellos.O se est con nosotros o contra nosotros.

    R.W. Apple Jr., After the attacks, The New York Times, 14 de septiembre de 2001

    La guerra contra el terrorismo que dice mantener el Gobierno de los Estados Unidos se ha deno-minado guerra de cuarta generacin (Lind, 2004; Richards, 2006), guerra asimtrica (Thorton,2007; Piris, 2007) y tambin cuarta guerra mundial (Podhoretz, 2007). Aunque se mantenga en elttulo del presente captulo, la palabra guerra es engaosa (Bonanate, 2004: 87-93; Zinn, 2006) ypor eso se usa entre comillas. En todo caso, estas tres perspectivas se refieren a una situacin rela-tivamente nueva en la que ha aparecido un tipo particular de violencia que tambin se llama terro-rismo internacional, transnacional o global, cubriendo fenmenos muy heterogneos que no sereducen a Al Qaeda.

    Estados Unidos y su guerra contra el terrorismo:continuidad o cambio

    Jos Mara Tortosa

    Instituto Universitario de Desarrollo Social y Paz. Universidad de Alicante

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  • La ONU noencuentrauna definicinconsensuada deterrorismo porlas dificultades dehallar una que nose pueda aplicar aIsrael ni a EstadosUnidos

    La reaccin estadounidense ante esta situacin se ha visto como unavariante de las llamadas total war, total war at the grass-roots,absolute war, long war, permanent war, incluso low intensitywar. Guerra en cualquier caso y ya desde el 11-S. Sin embargo, losmotivos aducidos son algo confusos o han sido tergiversados comomuestra el anlisis de una docena larga de libros sobre la ocupacinde Irak: A pesar de la gran cantidad de libros basados en investiga-cin cuidadosa y llenos de enfoques sugestivos sobre el asunto, larazn por la que los Estados Unidos respondi al ataque de Al Qaedainvadiendo Irak sigue siendo, hasta cierto punto, un enigma(Holmes, 2007: 3).

    Los significados que se puedan atribuir a estas violencias son tam-bin variados (Ridenbeck, 2006). La versin oficial es la de un com-bate/guerra contra el terrorismo/terror que enfrenta a losbenevolentes Estados Unidos contra fuerzas yihadistas que repre-sentan, en esta particular interpretacin teolgica de las relacionesinternacionales (Galtung, 1999), al Mal absoluto. Hay, obviamente,otras formas de ver el problema: la de un choque entre fundamenta-lismos o, para ser ms precisos, entre dos barbaries (Achcar, 2007)o, tambin, la de una guerra civil dentro del Islam (Nye, 2004) conramificaciones legitimadoras hacia el exterior. El recuento de muer-tes e incidentes importantes avala esta ltima hiptesis. Lo sucedidoen los Estados Unidos (11-S), Espaa (11-M) e Inglaterra (7-J) no escomparable a la larga lista de ataques en el contexto rabe o musul-mn: Somalia, Kenia, Tanzania, Yemen, Arabia Saudita, Marruecos,Tnez, Indonesia, Pakistn, Egipto, Turqua, Jordania y Argelia. Encualquier caso, los ataques a estadounidenses son mnimos en esteconjunto, lo cual no impide el mantenimiento de la versin oficial.

    Este captulo se divide en tres partes. En la primera se plantea el pro-blema en trminos cuantitativos, conceptuales y tericos. En lasegunda se resean las reacciones oficiales ms importantes que elfenmeno ha suscitado en los Estados Unidos entre 2001 y 2007.Finalmente, en la tercera se intentar reflexionar sobre la continuidady cambio que supone dicha guerra.

    El problema

    Los datos, aunque no coincidan las fuentes, parecen mostrar (MIPT,2007) que en trminos mundiales, los ataques de este tipo de terro-rismo se haban ido reduciendo progresivamente desde el mximoen 1987 sin que el hecho emblemtico del 11-S rompiera la tenden-cia tanto en nmero de incidentes como en nmero de fallecimien-tos producidos por los mismos. Sin embargo, a partir de laocupacin de Irak, los datos del Departamento de Estado (2007) son250

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  • inequvocos. A espera de la publicacin en abril de 2008 del precep-tivo informe oficial con los datos de 2007, se sabe que los ataquesterroristas han aumentado desde la ocupacin de Irak: en 2003 hubo172 ataques significativos; en 2004 hubo 655; en 2005, 11.111; y14.338 en 2006. Es posible que, aunque las bajas del ejrcito esta-dounidense en Irak han sido las mayores desde la ocupacin, en2007 habr habido una disminucin en los ataques, pero eso noafectar a lo que aqu se va a discutir.

    Los datos, de todas formas, no son unvocos ya que no hay una defi-nicin consensuada de terrorismo. Estados Unidos, por su parte, hatenido definiciones cambiantes y tampoco en la actualidad disponede una sola. Entre 1994 y 2001 la definicin del Departamento deDefensa haba sido una utilizacin calculada de la violencia o laamenaza de una accin violenta con el objetivo de coaccionar o inti-midar a Gobiernos o sociedades persiguiendo objetivos que songeneralmente de carcter poltico, religioso o ideolgico. Poste-riormente esa violencia fue calificada como ilegtima o ilegal (unlaw-ful) para evitar, como haba hecho notar Noam Chomsky, que dichadefinicin se aplicase a la poltica exterior de los Estados Unidos. Estaposibilidad queda definitivamente evitada con la definicin que laNational Strategy for Combating Terrorism, firmada por George W.Bush en 2003: la violencia, premeditada y motivada polticamente,perpetrada contra objetivos no combatientes por parte de grupossubnacionales o agentes clandestinos. De todos modos, las distin-tas definiciones se suelen aplicar con criterios ad hoc en funcin delos intereses que en ese momento se quieran satisfacer y, as, en laslistas que publica el Departamento de Estado, se conseguir incluira unos grupos que despus sern excluidos y viceversa. El sistemade Naciones Unidas tampoco ha logrado una definicin consensua-da precisamente por las dificultades de hallar una que no se puedaaplicar a los Estados Unidos ni al otro pas problemtico por sus con-sistentes violaciones de resoluciones del Consejo de Seguridad:Israel y su prctica del terrorismo de Estado.

    Las interpretaciones que suscita un fenmeno tan mal definido tie-nen que ser necesariamente heterogneas. La perspectiva de la gue-rra de cuarta generacin" (Lind, 2004; Richard, 2006) comienzaafirmando que las tres primeras generaciones fueron, bsicamente,guerras entre Estados y la nica manera de vencer era ser mejor queel oponente. Las guerras de cuarta generacin, en cambio, slopodran vencerse mediante la de-escalada, que es la manera conque la polica bien entrenada y democrtica suele resolver las con-frontaciones: si la escalada (accin-reaccin) es la peor de las opcio-nes, slo queda reducir el nivel de enfrentamiento por un lado yafrontar las causas y motivaciones por otro. La perspectiva de laguerra asimtrica, por su parte, tiene algunos elementos con laanterior. Como dir Alberto Piris (2007), la guerra asimtrica contra 251

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  • Hasta el 11-S, losataques a EstadosUnidos no habansido utilizados tanclaramente paramovilizar a laopinin pblicaestadounidense

    el terrorismo (...) no tiene fin visible. No puede ganarse, pero tampo-co el terrorismo islamista dispone de medios para imponer sus finesde modo definitivo. Por tanto, el forcejeo de los pases occidenta-les contra el terrorismo de raz islmica se prev duradero. Aun as,las perspectivas dominantes han estado ms cercanas a las articula-das por Norman Podhoretz (2007) que defiende la Doctrina Bushsobre cambio de rgimen y guerra anticipatoria (ataque antes de quese materialice la amenaza). Se trata de la Cuarta Guerra Mundial quesucedi a la Tercera (la Guerra Fra), en la que se aplic la DoctrinaTruman con la misma validez moral y pragmtica que la doctrinaBush (antes doctrina Wolfowitz), que incluye el ataque anticipatorioantes incluso de que se materialice la amenaza defendido en laNational Security Strategy for the United States (2002).

    Las estrategias oficiales

    El presidente Bush ha firmado dos documentos oficiales, en 2003 yen 2006, sobre el terrorismo que viene de fuera. A stos hay queaadir la USA Patriot Act de 2001 y la propuesta de ley (pendientede aprobacin definitiva a finales de 2007) sobre el terrorismo origi-nado en el interior. No son los primeros documentos que ha divulga-do el sistema gubernamental estadounidense ya que los Patterns ofGlobal Terrorism los viene publicando, por imperativo legal, elDepartamento de Estado desde 1985. Pero el anlisis de la continui-dad o el cambio puede iniciarse con esta presidencia ya que, en laprctica, comienza con los atentados del 11-S. Hasta ese momen-to, los ataques relevantes nunca haban tenido lugar en su mismosuelo ni haban sido utilizados tan claramente como el Pearl Harborpara movilizar a la opinin pblica estadounidense.

    El primer documento a considerar es laNational Strategy for Comba-ting Terrorism, fechado en febrero de 2003. Se inicia con una cita delpropio presidente Bush del 6 de noviembre de 2001: "Ningn grupoo nacin debera equivocarse sobre las intenciones de los EstadosUnidos: No descansaremos hasta que los grupos terroristas de alcan-ce mundial hayan sido encontrados, detenidos y derrotados".

    A continuacin se parte del hecho de los "ataques terroristas" del 11de septiembre de 2001, "actos de guerra contra los Estados Unidosy sus aliados y contra la misma idea de sociedad civilizada". "El mun-do debe responder a y luchar contra este mal que pretende amena-zar y destruir nuestras libertades bsicas y nuestra forma de vida".Ahora bien, "el enemigo no es una persona. No es un rgimen pol-tico determinado. Ciertamente, no es una religin. El enemigo es elterrorismo".

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  • La primera parte del documento se dedica a dirimir la naturaleza dela amenaza terrorista contempornea. Lo primero que hace es des-cribir lo que all se llama "la estructura del terror", para lo cual sedibuja una pirmide que tiene en su cspide a los lderes. Despus,bajando, est la organizacin, los Estados, el contexto internacionaly, ya en la base de la pirmide, las "condiciones subyacentes". Loslderes son los que proporcionan la direccin, la estrategia y los queenlazan todos estos factores "dando aliento vital a una campaa deterror". La organizacin, su tipo, su solidificacin y su mbito es loque determina las capacidades y alcance del grupo en cuestin, quenecesitar de Estados que le proporcionen santuario, entrenamiento,apoyo financiero o medios para comunicarse entre s. Ambos,Estados y grupos, aprovechan el medio internacional (con fronterasms abiertas) para que el movimiento tome forma. "En la base, lascondiciones subyacentes tales como la pobreza, la corrupcin, losconflictos religiosos y las luchas tnicas crean oportunidades para suexplotacin por parte de los terroristas. Algunas de estas condicio-nes son reales y algunas son fabricadas. Los terroristas usan estascondiciones para justificar sus acciones y para expandir el apoyo delque disfrutan. La creencia de que el terror es un medio legtimo paraafrontar tales condiciones es un problema fundamental que permiteal terrorismo su desarrollo y crecimiento".

    Las condiciones subyacentes, entonces, no son vistas como causa,no slo cuando son inventadas o manipuladas, ni siquiera cuandoson reales. En general, estas condiciones son presentadas como legi-timaciones del comportamiento o como punto de apoyo para aplicarla palanca de estrategias que se originan en otro lugar, no en lapobreza, la corrupcin o los conflictos.

    Hay un punto, en el campo de la organizacin, que el documentoresalta: la progresiva interconexin transnacional de las organizacio-nes terroristas. Esta conexin mediante ideologa, recursos, enemi-gos comunes, apoyo mutuo y patrocinio permite elaborar un mapade la pirmide de organizaciones terroristas y clasificar a sus com-ponentes por su nivel de actuacin (mundial, regional o estatal) y porla gravedad de su amenaza. En el documento se presenta, comoorganizacin global y de mxima amenaza, Al Qaeda. De ah,mediante lazos y nexos, se va descendiendo hacia otras organizacio-nes menos globales y menos amenazantes hasta movimientos pocopeligrosos y a escala local. La tesis defendida por el documento yapoyada por un grfico ad hoc es que la gravedad de la amenazaaumenta a medida que el grupo es ms global y disminuye cuandoel grupo es ms local.

    El problema fundamental que supone esta pirmide de pirmides esla disponibilidad de armas de destruccin masiva que pueden ser

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  • Estados Unidos hapasado de defendermenos Estadoy ms mercado asealar que si haymenos Estadohabr msterrorismo

    fcilmente trasportadas y utilizadas por movimientos de cualquierpunto del sistema. "La tecnologa moderna ha permitido a los terro-ristas planificar y operar a escala mundial como nunca. Con el avan-ce de las telecomunicaciones, pueden coordinar sus acciones entreclulas dispersas sin necesidad de salir a la luz. (...) Ahora, con lacapacidad para disponer de armas de destruccin masiva, tienen elpotencial de magnificar y multiplicar los efectos de sus acciones".

    Como no se consideran las causas del fenmeno, y algunas de susposibles causas son vistas slo como legitimaciones para la accin,el documento, al pasar a describir la intencin estratgica de EstadosUnidos frente al terrorismo, no aborda, en ningnmomento, la luchacontra las causas del terrorismo. Su preocupacin se centra en susefectos o en la probabilidad de sus efectos. Para ello, un nuevo gr-fico lo describe con claridad: se trata de reducir la gravedad de laamenaza, es decir, reducir la capacidad de accin de los grupos, porun lado, y, por otro, reducir el mbito en que se pueden mover. El findeseado no es la desaparicin del terrorismo, sino su reconduccinhacia el campo de lo meramente "criminal" de forma que sean movi-mientos "menos organizados, actuando a escala local, no patrocina-dos y poco frecuentes". De lo mundial a lo local, pero local fuera delos Estados Unidos.

    El fin primario de la estrategia es, por consiguiente, "derrotar al terro-rismo y a sus organizaciones". Para ello, hay que cumplir con lodicho por el presidente Bush en enero de 2002 como se cita al prin-cipio del captulo dedicado a "fines y objetivos", a saber: "proteger-nos del ataque mediante la accin vigorosa en el exterior y elaumento de vigilancia en el interior". En concreto, se trata de identi-ficar a los terroristas y sus organizaciones, localizarlos y destruirlos."El elemento final de este objetivo es una estrategia agresiva y ofen-siva para eliminar las capacidades que permiten a los terroristas exis-tir y operar, atacando sus santuarios, liderazgo, mando, control ycomunicaciones, apoyo material y finanzas".

    Despus aparece el fin de "negar el patrocinio, apoyo y santuario alos terroristas", para lo cual los objetivos son: acabar con el apoyode Estados al terrorismo, establecer y mantener un nivel internacio-nal de rendimiento de cuentas con respecto a la lucha contra el terro-rismo, fortalecer y mantener el esfuerzo internacional para lucharcontra el terrorismo con tal fin, el Gobierno de Estados Unidosdebe trabajar con Estados que as lo quieran y sean capaces, hacerposible la actuacin de los Estados dbiles, persuadir a los Estadosreacios y obligar a los que se nieguen a colaborar contra el terroris-mo, prohibir y cortar el apoyo material a los terroristas y eliminarlos parasos y santuarios de los mismos. Obsrvese el planteamien-to militarista, unilateral y jerrquico de las acciones a emprender.

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  • Finalmente, aparece un tercer componente de la estrategia, el de"reducir las condiciones subyacentes que los terroristas procuranexplotar". Reducir, no suprimir. El documento repite al respecto lo yaavanzado: "Aunque reconocemos que haymuchos pases y personasque viven en la pobreza, en medio de privaciones, de insuficienciassociales y de disputas polticas y regionales no resueltas, esas con-diciones no justifican el uso de terror. Sin embargo, muchas organi-zaciones terroristas que no tienen mucho en comn con las masaspobres y desamparadas usan esas condiciones en beneficio propio".

    De todas maneras, el documento afirma que "los esfuerzos actualesde los Estados Unidos para resolver las disputas regionales, fomen-tar el desarrollo econmico, social y poltico, la economa de merca-do, la gobernabilidad y el Estado de derecho, aunque no estnnecesariamente dirigidos a combatir al terrorismo, contribuyen a lacampaa porque afrontan las condiciones subyacentes que los terro-ristas procuran manipular en su propio beneficio". Pero los objetivosque asocia a este fin son escasos.

    El primer objetivo relacionado con las causas subyacentes es el de"colaborar con la comunidad internacional para fortalecer a losEstados dbiles y prevenir la (re)emergencia del terrorismo". En cier-ta manera, se reconocen as los efectos de la poltica predicada des-de el Norte contra el Sur durante los tiempos de la globalizacin, asaber: la del debilitamiento del Estado ("menos Estado, ms merca-do" se deca desde diversos foros). Ahora parece decirse "si haymenos Estado, habr ms terrorismo". Si es as, prosigue el docu-mento, "el principal objetivo de nuestra respuesta colectiva ser el dereconstruir Estados de forma que puedan hacerse cargo de su pro-pia gente, de su bienestar, salud, prosperidad y libertad y que pue-dan controlar sus fronteras. Estados Unidos est deseoso de ayudaral mundo civilizado [civilized world] (Gobiernos, organizaciones nogubernamentales y asociaciones entre lo pblico y lo privado) parallevar adelante estos esfuerzos", para lo cual se habla de "continuarlos esfuerzos bilaterales y multilaterales". La visin del Estado que setrasmite es la de una institucin que tiene el monopolio de la violen-cia que se supone legtima: fronteras hacia el exterior y orden pbli-co en el interior. Pero nada del viejo "Estado mnimo" defendidoanteriormente por instituciones como el Fondo MonetarioInternacional y los integristas neoliberales.

    Otro objetivo es el de, con el propsito de hacer disminuir las condi-ciones subyacentes, "ganar la guerra de las ideas". "Junto a la comu-nidad internacional, emprenderemos una guerra de ideas para dejarclaro que todos los actos de terrorismo son ilegtimos, para asegu-rarnos de que las condiciones e ideologas que promueven el terro-rismo no encuentren un terreno frtil en ninguna nacin, para

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  • El Senado debateuna norma contrael terrorismonacional quesupone un chequeen blanco paraque el Ejecutivopueda perpetrarcualquier arbitra-riedad

    disminuir las condiciones subyacentes que los terroristas procuranexplotar en las reas de riesgo y para suscitar las esperanzas y aspi-raciones hacia la libertad en sociedades regidas por los que patroci-nan al terrorismo global". Se trata, en definitiva, "de establecer, juntoa nuestros amigos y aliados, una nueva norma internacional referen-te al terrorismo, que requiera no-apoyo, no-tolerancia y oposicinactiva contra los terroristas". Como es cuestin de percepciones,"usaremos la diplomacia pblica (...) y los medios de comunicacinapoyados por el gobierno para promover el flujo de informacin y deideas que susciten esperanzas y aspiraciones de libertad en aquellassociedades regidas por los que patrocinan el terrorismo global".

    Un ltimo fin que, probablemente, da el sentido a todos los anterio-res: el de "defender a los ciudadanos y a los intereses estadouniden-ses en el interior y en el extranjero", asunto al que se dedica ms deldoble de espacio que al fin anterior.

    La conclusin se inicia con la siguiente frase: "Puede que la violenciapoltica sea endmica en la condicin humana, pero no podemostolerar a terroristas que busquen combinar los poderes de la tecno-loga moderna y las armas de destruccin masiva para amenazar lamisma nocin de sociedad civilizada. La guerra contra el terrorismo,sin embargo, no es una especie de 'choque de civilizaciones'. Enlugar de eso, es un choque entre la civilizacin y los que quieren des-truirla". Esta Estrategia Nacional "refleja la realidad de que el xitoslo se logra mediante la aplicacin mantenida, firme y sistemticade todos los elementos del poder nacional (diplomticos, econmi-cos, informacionales, financieros, de aplicacin de la ley, de inteli-gencia y militares) de manera simultnea a lo largo de cuatro frentes.Vamos a derrotar a las organizaciones terroristas mediante unaaccin despiadada. Vamos impedir que los terroristas tengan lospatrocinadores, apoyos y santuarios que necesitan para su supervi-vencia. Vamos a ganar la guerra de las ideas y vamos a reducir lascondiciones subyacentes que promueven la desesperacin y lasvisiones destructivas de un cambio poltico que llevan a la gente aabrazar, y no rehuir, el terrorismo. Y, en todo tiempo, vamos a defen-der contra ataques terroristas a los Estados Unidos, a nuestros ciu-dadanos y a nuestros intereses en todo el mundo".

    Aunque la versin de la National Strategy de 2006 est llena de refe-rencias a la que se acaba de resumir, son interesantes los cambiosque introduce. Entre 2003 y 2006 ha aumentado el problema de losataques terroristas a escala mundial y la ocupacin de Irak ya no tie-ne victoria presentable. LaNational Strategy de 2006 ya no tiene unavisin tan jerrquica y piramidal de las organizaciones que practicanel terrorismo. Es mucho ms claro ahora que se trata de redes y que,por tanto, descabezarlas es intil. La victoria ya no est tan al

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  • alcance de la mano y empieza a verse que tal vez habra que comen-zar por la base de la pirmide a la que se refera la versin de 2003:hay que plantear estrategias a largo plazo y entre ellas est la demo-cracia, la prevencin, las instituciones apropiadas y evitar que losgrupos que practican el terrorismo tengan acceso a armas de des-truccin masiva, evitar que se les d santuario o, sobre todo, evitarque los grupos terroristas se hagan con el poder de algn pas. Si laStrategy de 2003 estaba ms en la lnea de la cuarta guerra mun-dial, esta versin de 2006 se acerca ms a los planteamientos de laguerra asimtrica o de la guerra de cuarta generacin. George W.Bush atribuy este carcter ms difuso del terrorismo precisamentea los logros de su estrategia contra Al Qaeda (Washington Post, 27de septiembre de 2006), aunque haymotivos para pensar que ya eradifuso antes y que lo que cambi fue la percepcin del fenmeno porparte del Gobierno estadounidense o, por lo menos, cambi su for-ma de presentarlo a su propia ciudadana.

    El paso siguiente es la ley que se discutir en el Senado en 2008 des-pus de haber pasado por el Congreso: la Violent Radicalization andHomegrown Terrorism Prevention Act of 2007. Tiene algunos con-tenidos que es preciso resaltar. En la lnea del USA Patriot Act de2001 (el nombre de la ley es un acrnimo para Uniendo y Forta-leciendo Amrica mediante la Aportacin de las HerramientasApropiadas Requeridas para Interceptar y Obstruir al Terrorismo),que ya supuso un recorte de las libertades en los Estados Unidos,esta nueva propuesta de ley es una toma de posicin y legitimacinde una serie de medidas adicionales frente al problema estrictamen-te domstico que se haya podido plantear o que se podra plantearen el futuro. El terrorismo domstico ser usar, planear usar o ame-nazar con usar la fuerza o la violencia por parte de un grupo o unapersona nacida, criada o que acte principalmente en los EstadosUnidos o cualesquiera de sus posesiones para intimidar o forzar algobierno de los Estados Unidos, a la poblacin civil o a cualquier seg-mento de ella en la promocin de objetivos sociales o polticos. Sise quiere, es una aplicacin domstica del ataque anticipatorio. Lavaguedad de sus definiciones y consiguientes medidas ha sido criti-cada precisamente porque extiende un cheque en blanco para que elEjecutivo pueda perpetrar casi cualquier arbitrariedad y hace recor-dar al Red scare (1918-1921) y a la posterior Caza de Brujas de laComisin de Actividades Antiamericanas de Joseph McCarthy contoda la serie de delaciones, falsas acusaciones, listas negras y con-denas que trajeron consigo. Instrumentada en gran parte por J.Edgard Hoover del FBI, la Caza de Brujas dur desde 1948 hasta porlo menos 1956 y quiz hasta 1969, aunque todava, en cierta mane-ra, no habra terminado y podra recrudecerse con la tercera edicin,despus de la de los aos cincuenta y la de los setenta, la del actualCommittee on the Present Danger: un sistema de represin internacon propsitos polticos ajenos a lo que se dice querer combatir. 257

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  • Con la guerracontra el terror,las lites de losEstados Unidoshan conseguidohacer desaparecercualquier atisbode oposicin realal rgimen y lohan hechomediante estassucesivas intimida-ciones

    Continuidad y cambio

    Si se sita la discusin a partir del 11-S de 2001, es preciso partir dela constatacin de que los Gobiernos de George W. Bush no han sidoespecialmente escrupulosos con la verdad y ms bien parecenhaberse situado en lo que la corriente de filosofa poltica que va dePlatn a Leo Strauss llama la noble mentira, es decir, en la necesi-dad que tiene el filsofo-rey de contar al pueblo ignorante las men-tiras necesarias para conseguir el bien de todos. Algunos casos hansido particularmente llamativos: desde las mentiras sobre los moti-vos para la ocupacin de Irak, igualmente cambiantes desde lasarmas de destruccin masiva a la promocin de la democracia, a lasdiferentes retricas sobre Irn, desde las armas de destruccin masi-va al apoyo iran a determinadas milicias iraques (Wallerstein,2007b), pasando por los diversos casos de rovismo (por el dimiti-do Karl Rove, cerebro de varias manipulaciones polticas muy sona-das) y de ocultacin de pruebas que han llevado a los altos cargosde dicho Gobierno al borde el impeachment, la destitucin parla-mentaria (McGovern, 2008). Si se sita en dicho contexto la supues-ta guerra contra el terror, hay motivos ms que suficientes para notomar al pie de la letra sus diferentes diagnsticos y estrategias, sinoverlos como parte de sucesivas nobles mentiras (Hayes, 2006). Dehecho, hasta el preceptivo Patterns of Global Terrorism que venapublicando el Departamento de Estado desde 1985 se transform en2005 en Country Reports on Terrorism cambiando metodologa yformato para mejor adecuarse a los intereses polticos de los que lopublicaban.

    Ha habido, pues, dos fuentes de cambio en dicha guerra. Por unlado, los intereses tcticos cambiantes aunque el fin estratgicosiguiese siendo el mismo. Por otro, las diferencias en las percepcio-nes del fenmeno en parte debidas a intentos de desmontar el diag-nstico en que se dicen basar estas estrategias. Estos diferentesintentos incluyen a autores muy heterogneos desde el punto de vis-ta poltico (Friedman, 2005; Dreyfuss, 2006; Feffer et al., 2007;Schultz et al., 2007). Pero tambin puede haberse constatado quealgunos elementos de la estrategia han fracasado de manera tanestrepitosa como sus antecedentes histricos (Wallerstein, 2007a) ohan implicado contenidos rechazables desde el punto de vista de losderechos humanos como la tortura, los abusos con el espionaje y losexcesos en la vigilancia a los ciudadanos en general (New YorkTimes, 2007a, 2007b).

    Los elementos en los que se percibe una mayor continuidad tienenque ver con los Estados Unidos mismos. No es la primera vez, enefecto, que utiliza amenazas reales o supuestas para hacer limpie-za poltica en su interior. El hecho es que las lites de los Estados

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  • Unidos han conseguido hacer desaparecer cualquier atisbo de opo-sicin real al rgimen y lo han hecho mediante estas sucesivas inti-midaciones. La actual guerra no parece ser una excepcin(Schrecker, 2007). Por otro lado, el planteamiento dominante en lapoltica exterior estadounidense ha tendido a ser particularmentemaniqueo, asumiendo todo el Bien de su parte y proyectando un Malabsoluto en el enemigo (Galtung, 1999). Esta perspectiva teolgicaha justificado la actuacin de los Gobiernos de los Estados Unidospor encima de fronteras y soberanas, pero, simultneamente, conun gran sentido del negocio y de las oportunidades legales e ilega-les de enriquecimiento adicional de sus lites. Algunas pginas webescritas en los Estados Unidos como www.publicintegrity.org owww.moveon.org dan buena cuenta informativa de ello.

    Que la amenaza es manipulada es algo relativamente fcil de con-trastar. Pero tambin es una amenaza real y ah residen las relativasnovedades. En primer lugar, el enemigo a batir es ahora permanen-te. Definido de manera suficientemente vaga y engaosa (el terroris-mo es un instrumento, no una ideologa y menos una organizacin),permite justificar cualquier decisin poltica que convenga a la litedirigente. De hecho, el actual Gobierno de los Estados Unidos hatenido suficientes casos de aplicacin de la doble moral como paraque no se vea que el trmino terrorista, al no tener una definicinunvoca, puede ser aplicado a cualquiera segn convenga y no apli-cado a quien, como Israel en la prctica o Arabia Saudita en la ideo-loga, se le podra aplicar, pero no conviene en ese momento.

    En segundo lugar, y en esa misma lnea, el enemigo esta vez es par-ticularmente difuso. Los sucesivos documentos oficiales hablan deentidades muy genricas, lo que est todava ms claro si se dejanlos documentos y se pasa a los discursos. Ah puede aparecer hastael islamofascismo (Podhoretz, 2007) o el Islam radical o el yiha-dismo o el fundamentalismo, todo sin precisiones de lo que incluyey excluye. Porque, y esa es otra novedad, se dice ahora que el ene-migo pertenece a otra cultura. Las fuentes oficiales, escritas o habla-das, recalcan que no se trata de que el Islam sea el enemigo. Sedistancian o pretenden que parezca que se distancian de la hipte-sis del choque de civilizaciones que s aparece clara en los discur-sos de Al Qaeda. En cambio, la Unin Sovitica no era tan diferentede los Estados Unidos como se intentaba hacer creer a un lado y otrodel teln de acero. Los elementos ideolgicos comunes eran msabundantes que las diferencias, siendo probablemente la fuente delconflicto no la ideologa sino el deseo compartido de ser potenciahegemnica.

    En tercer lugar, el mundo no tiene la bipolaridad que tuvo durante laGuerra fra. Se ha intentado presentarlo como bipolar, pero el mun-

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  • La mayor novedadde esta guerra esque no hayposibilidad devictoria militarsobre esta difusaorganizacin enred que estdetrs delterrorismointernacional

    do ya es multi-cntrico y el Gobierno estadounidense no consiguesubsumir bajo la guerra contra el terror los numerosos conflictoseconmicos y polticos (y no slo militares) en los que se encuentra.

    En cualquier hiptesis, la mayor novedad es que esta guerra no tie-ne posibilidad alguna de victoria militar ni tiene fin de la Historia.Como hacen ver los tericos de la guerra asimtrica y de la guerrade cuarta generacin, es imposible, para un lado y otro del enfren-tamiento, el llegar a alcanzar objetivos militares victoriosos con res-pecto a su enemigo. Por ms que se pretenda lo contrario, lo quesabemos sobre el fin o decadencia de otras organizaciones que hanpracticado o practican el terrorismo es difcil que se aplique a estadifusa organizacin en red, con clulas asociadas, clulas como enfranquicia, grupos afines no integrados orgnicamente y simplessimpatizantes (Hamilton et al., 2006: 4). Pero tampoco es fcil visua-lizar en qu consistira la victoria por parte de los Estados Unidos, ano ser que se entienda por victoria la continuidad en el poder de suclase dominante.

    Segn Cronin (2006), la primera forma de reducir la fuerza de un gru-po terrorista o hacerlo desaparecer consiste en capturar a sus lde-res. Como ejemplos, Aum Shinrikyo en el Japn y Sendero Luminosoen el Per. sa fue una de las justificaciones del ataque a Afganistn:capturar a Osama bin Laden. De momento no ha sido capturado y,por lo que se sabe de la red Al Qaeda, no servira de mucho. Lasegunda consiste en esperar (y fomentar) que el cambio generacio-nal no funcione. Se propone como ejemplo las Brigadas Rojas enItalia y la Fraccin del Ejrcito Rojo en Alemania. Es obvio que entodas estas organizaciones, cuando estn organizadas de formapiramidal, los lderes no son eternos y hay que cambiarlos. No esttan claro que pueda funcionar con Al Qaeda. Al contrario: el cambiogeneracional puede hacer ms letal a una organizacin de grupscu-los fuertemente cohesionados, algunos independientes de Al Qaeday otros acogidos a sta como si fuese una franquicia. Es obvio, ter-cer punto del artculo de Cronin, que si el grupo logra sus objetivos,deja de practicar el terrorismo. El ejemplo que da es el CongresoNacional Africano dirigido por Mandela. Los objetivos manifestadospor Al Qaeda no parece que se vayan a cumplir. Cuarta forma dereducir y hacer desaparecer a un grupo que practica el terrorismo: lanegociacin. Es el caso del IRA en Irlanda. El problema, con Al Qaeda,es qu negociar y con quin. La quinta se produce cuando el gruposufre una prdida de apoyo popular. El autor que se est comentan-do pone, entre otros ejemplos, el caso de ETA. Sin embargo, las ocu-paciones de Afganistn e Irak han conseguido que la organizacintenga ahora ms apoyo que el que tena en el 11-S. La sexta seraque el movimiento que usa del terrorismo se transforme en unaorganizacin sencillamente criminal. El ejemplo son las FARC colom-bianas. No se aplica a Al Qaeda todava, si es que llega a aplicarse.260

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  • Finalmente, y abonando lo recin dicho, algunos grupos dejan el usodel terrorismo para convertirse en movimientos insurgentes comolos Jemeres Rojos en Camboya. Para lograr el poder, el terrorismo noparece ser el medio ms adecuado. Por eso algunos optan por lainsurgencia, si es que pueden. Tampoco se aplica a Al Qaeda.

    En consecuencia, se puede decir que con esta guerra contra elterror, las lites de los Estados Unidos han buscado, sin conseguir-lo plenamente, al enemigo perfecto para lo que ha sido su poltica alo largo del siglo XX, a saber, utilizacin de un enemigo permanente,difuso, lejano e invencible que permita continuar con el carcter key-nesiano (invertido y pervertido, pero keynesiano) de su industria delarmamento y el enriquecimiento desorbitado de sus lites y manten-ga, en trminos orwellianos, una poblacin sometida aunque peri-dicamente distrada con el odio y el miedo. En cualquier caso, todohay que decirlo, la poltica del miedo podra estar fracasando y 2008,con sus elecciones en noviembre, el fiasco geopoltico en Oriente, elexceso de desigualdad interna hasta el borde de la ruptura y la cri-sis econmica global unida al desplome de dlar (Chalmers, 2007),podra significar el principio del fin.

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