13- El Baño de Sangre de San Juan. 24 de Junio de 1967

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    Guillermo Lora El bao de sangre de San Juan

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    EL BAO DE SANGRE DE SAN JUAN

    Guillermo Lora

    1. La resistencia obrera

    La resistencia obrera y particularmente minera, a las medidas gubernamentales vena adquiriendo unenorme volumen masivo y comenz a tornarse peligrosa para la estabilidad del gobierno militar. Era

    posible adelantar, partiendo de la experiencia pasada, que las autoridades del Poder Ejecutivo y de lasfuerzas armadas descargaran un golpe preventivo con la nalidad de doblegar a los centros de trabajoms importantes. La resistencia obrera era, en cierta forma, una proyeccin del gran ascenso de masasque lleg a su punto culminante en 1964.

    En febrero de 1967, Vicente Mendoza Nava, dirigente democristiano y Ministro de Trabajo, fueprcticamente expulsado del gobierno, esto porque ya haba cumplido la sucia misin de imponer elfamoso decreto de reordenamiento laboral y porque poda convertirse en obstculo para la aplicacin deuna poltica de mano dura frente a los sindicatos. La democracia cristiana, que a veces asumi actitudesradicales, demostr ser un buen instrumento ocasional en manos de la burguesa. Mendoza Nava habaprometido la solucin favorable del pliego de peticiones presentado seis meses antes por los sindicatos

    legales 1. La medida tomada despticamente por el general Barrientos disip todas las ilusiones quehubiesen podido abrigar las organizaciones obreras acerca de una posible superacin pacca de losconictos econmicos y contribuy a acentuar el repudi al gobierno de parte de los trabajadores deSiglo XX-Catavi. Barrientos y compaa estaban resueltos a responder nuevamente con la violencia alpedido obrero de reposicin salarial.

    El anuncio ocial de estallido de las guerrillas (mes de marzo) paraliz a los mineros, eso segnel testimonio de los observadores que se encontraban en los lugares de trabajo, pero gradualmentevolvieron a centrar su atencin alrededor de la lucha por sus intereses inmediatos.

    En las asambleas generales habidas el 19 de abril y realizadas en el distrito de Siglo XX-Catavi, se aprobla convocatoria a un Ampliado nacional minero en el que deban estar presentes otros sectores laborales

    (fabriles, constructores, etc.) y tambin los universitarios. Inicialmente se acord realizar el Ampliadoel primero de mayo en siglo XX, resolucin que fue revisada en la asamblea general de Huanuni de 6de junio, a la que concurrieron delegados de Catavi, Siglo XX, Santa F, Morococala y San Jos. Losasamblestas acordaron los siguientes puntos:

    1) Reposicin de los salarios vigentes hasta mayo de1965;2) Reincorporacin de los dirigentes y obreros de base retirados despus de mayo de 1965;3) Apoyo a las guerrillascon vveres y medicamentos ;4) Ampliado de la Federacin de Mineros a realizarse en el distrito de Catavi-Siglo XX el 24 de junio;5) Marcha de unidad popular en Oruro el da 8 de junio.

    Al da siguiente, 7 de junio, asambleas simultneas en Catavi y Siglo XX aprobaron lo acordado enHuanuni. Mientras tanto, el 6 de junio, el gobierno decret el estado de sitio, con la maniesta intencin de

    evitar la realizacin de la marcha de unidad en Oruro y del Ampliado anunciado para el 24 de junio. Si setiene en cuenta que la Ley de Seguridad del Estado permita a las autoridades reprimir legalmente todobrote de agitacin social, se tiene que concluir que la dictacin del estado de sitio estaba demostrando ladecisin gubernamental de aplastar violentamente a la ola revolucionaria que comenzaba a encresparseamenazadoramente.

    Poco antes los mineros rechazaron concurrir a la mesa redonda que haba sido convocada por el PresidenteBarrientos para estudiar los problemas de la minera nacionalizada, por considerar que concluira en unnuevo engao y apenas si sera una maniobra destinada a obstaculizar la lucha de los trabajadores por lareposicin de salarios y otros benecios sociales, que durante toda esta etapa se convirti en la banderacentral de la movilizacin de masas.

    Algunas semanas antes la Comibol denunci la cada de los ndices de produccin como consecuencia dela agitacin extremista y los perjuicios econmicos que este hecho ocasionaba la empresa estatizada.

    1- Max Reynolds, Masacre de San Juan, en Masas, La Paz, 1 de enero de 1969

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    Estaba ya decidido que el gobierno volvera a aplicar su receta de la oportuna sangra para que, comopor milagro, subiese la produccin.

    2. Territorios libres

    La represin gubernamental haba vuelto a sealar a las minas como a su objetivo inmediato ycautelosamente fueron enviadas a los centros de trabajo las mejores tropas del ejrcito y de

    carabineros. Se magnic lo que dijeron e hicieron los dirigentes mineros y se utilizaron todos los recursospropagandsticos imaginables para vincular la lucha de los mineros con las guerrillas del Sudeste, conla nalidad de establecer anticipadamente la justicacin de la futura masacre que ya estaba decretada.El foco armado se prepar y estall sin ninguna vinculacin orgnica con el movimiento de masas.

    La memorable asamblea de Huanuni declar a las minas como territorios libres y se tuvo la impresinde que esta determinacin fue la gota que colm la medida. El gobierno sostuvo que la declaratoriade territorios libres le obligaba a volver a ocupar militarmente las minas. En tales declaraciones haymucho de falsa. Lo cierto es que el slogan de territorio libre fue utilizado como pretexto para ejecutarla invasin armada. Las siguientes fueron las declaraciones hechas por el Presidente Barrientos despusde la descomunal matanza:

    Yo no estoy inventando una historia, el proceso subversivo se desarroll en la siguiente forma: primerohubo reuniones agresivas en las cuales los participantes se declararon en favor de las guerrillas yrecaudaron dinero para las mismas. Despus vinieron las amenazas contra el poder constitucional. Mstarde, las radios de Huanuni, Catavi y Siglo XX, emitieron declaraciones y trataron de incitar al pueblo aderrocar al gobierno, para comenzar la lucha de clases e instalar un gobierno proletario. ltimamente,los rojos y los viejos lderes sindicales corrompidos declararon a las tres minas nacionalizadas msimportantes territorio libre, donde nadie podra entrar sin su permiso. Debido a esto, el gobierno ordena las Fuerzas Armadas que ocuparan las minas, para restablecer el orden y el principio de autoridad. Estohubiera sucedido en cualquier pas. 2.

    Durante los gobiernos movimientistas tanto los centros mineros como las universidades se declararon,

    una y otra vez, territorios libres y en la prctica funcionaron como tales, porque hasta ellos no ingresabanlos organismos de represin e inclusive sirvieron de asilo a los opositores. El Poder Ejecutivo de eseentonces actu como si no estuviese enterado de tales hechos, esto porque no les daba importancia obien para evitar un enfrentamiento frontal y armado con los trabajadores. La declaratoria de territoriolibre de una determinada zona constituye una vieja prctica en la lucha revolucionaria y no signica quese convierta en un Estado independiente, al menos desde el primer momento.

    Al sitio sigui el apresamiento de dirigentes sindicales y polticos opositores, ocialmente sindicados deformar parte de la conspiracin extremista. El ejrcito se encontraba apostado ya en las proximidadesde Huanuni, Oruro, Playa Verde y Sora Sora, con la orden de impedir el paso de los trabajadores a laciudad de Oruro a cualquier precio.

    Segn la informacin proporcionada por Reynolds, el 8 de junio se encontraban en Huanuni los Sindicatosde Catavi y Siglo XX. Cuando los obreros se disponan a embarcarse en un tren de carga con direccin aOruro, se inform que las tropas del ejrcito haban levantado cien metros de riel en Playa Verde y quealrededor de mil soldados ocupaban posiciones en la planicie: El gobierno haba ordenado no dejar pasara los mineros a costa de cualquier cantidad de vidas. La masacre ya ordenada entonces se posterghasta el 24 del mismo mes..Los mineros, pese a los informes alarmantes que recibieron, se mostraron dispuestos a marchar sobreOruro e incluso a enfrentarse con el ejrcito. Los dirigentes sindicales se opusieron terminantemente ala proyectada marcha, con el argumento de que las tropas asesinaran a los mineros, explicacin queestuvo lejos de convencer a las bases. Como tantas otras veces, fue evidente la ruptura entre los obrerosy sus dirigentes. Despus de una larga y encendida discusin se resolvi realizar la que deba ser la

    marcha de la unidad en Huanuni y no en Oruro y se ratic el 24 de junio como fecha de la realizacin

    del ampliado, el apoyo al movimiento foquista a travs del aporte de medio salario diario por trabajador.Al anochecer de ese da los manifestantes retornaron a sus distritos.

    2-Rubn Vsquez Daz, Bolivia a la hora del Che, Mxico, 1968.

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    3. La masacre

    Del 9 al 23 de junio la tarea de los dirigentes se circunscribi a preparar el Ampliado Minero, quevena proyectndose como una reunin de varios sectores (fabriles y universitarios aseguraron suasistencia). El objetivo de la actividad represiva gubernamental era por dems concreto: evitar portodos los medios la realizacin del anunciado Ampliado, porque haba el peligro de que en esa reunin sepusiese en pie un poderoso comando del ascendente movimiento revolucionario. Durante estas jornadasSiglo XX y Catavi, de un modo natural, volvieron a jugar el papel de direccin nacional del movimientoobrero.

    En vsperas de la masacre llegaron al distrito de Catavi decenas de agentes del DIC, destacados desde LaPaz, con la misin de apresara los dirigentes obreros. Circularon rumores alarmantes en sentido de quese pretenda eliminar fsicamente a Isaac Camacho, que estaba actuando clandestinamente, a Reyes,a Chacn, a la sazn Secretario General del Sindicato de Siglo XX, y a Valle, este ltimo notorio lderporista del interior de la mina. Los obreros aguzan su vigilancia en ese ambiente electrizado. Cirilo Vallemuri ms tarde en la regin de Cochabamba cuando se desempeaba como obrero caminero.

    La zozobra creci cuando los trabajadores se dieron cuenta que el da 21 el gerente Sahonero (compadrede Barrientos, segn el rumor popular) abord una avioneta de la fuerza area para trasladarse a

    La Paz, de donde retorn al da siguiente. Se dijo que el director tcnico de la empresa ultim con elgeneral Barrientos los detalles del inminente ingreso de las tropas del ejrcito a los campamentos.

    El acompaante del gerente Sahonero fue el actual Superintendente, Carlos del Pozo, puesto creadogracias al favor poltico y que en la prctica tena a su cargo la direccin de operaciones de los agentesde polica.

    El Secretario de Relaciones de la FSTMB proporcion la informacin que sigue: El da 23, en las primerashoras de la noche, comenzaron a llegar algunas delegaciones fraternales, como fabriles de Oruro yCochabamba invitados al ampliado minero. Sorteando la persecucin sistemtica nos constituimos conanticipacin para el vericativo del ampliado en representacin de la FSTMB. Correspondi al Secretariode Relaciones que suscribe esta informacin adoptar las medidas de organizacin para el examendemocrtico de los problemas.

    Los militantes porstas proporcionaron datos ms amplios y segn ellos arribaron ese da a Siglo XX granparte de las delegaciones mineras, representantes fabriles de Santa Cruz, adems de los indicados msarriba, y os universitarios paceos. Mientras tanto, los obreros se disponan a festejar, como siempre lohacen cada ao, la noche de San Juan, festividad tradicional en el campo, los centros mineros y hastaen las ciudades; para el grueso de las gentes los dems problemas (sindicales y polticos) pasaron asegundo plano.

    Poco antes, los trabajadores en asamblea acordaron un pacto poltico-sindical con los partidos de izquierda(POR, los dos partidos comunistas, PRIN y MNR). Una de las nalidades de este frente era la de lucharpor la defensa de los sindicatos y la reposicin de sueldos y salarios. Los partidos que intervinieron en elpacto se comprometieron a realizar guardia en el local del sindicato de Siglo XX. En la noche de San Juanle correspondi el turno al Partido Comunista pro-Mosc, lo que explica que uno de sus dirigentes fuese

    fusilado por las tropas invasoras.

    A las ocho de la noche Siglo XX y Catavi cambiaron totalmente de aspecto, a la tremenda tensin socialsigui el ambiente de esta. Las fogatas agigantaban las sombras de los hombres y de las edicacioneschatas.

    Dos das despus de que el Presidente Ren Barrientos dijo a la nacin que haba sostenido conversacionessatisfactorias con los representantes de los mineros, el choque ms serio que se haya producido en losltimos aos tuvo lugar entre esos mismos mineros y las Fuerzas Armadas Bolivianas, el sbado 24 de

    junio (R. Vsquez Daz).

    Sin que los obreros en esta se pudiesen enterar, fracciones del regimiento Rangers ocuparon los dispersos

    campamentos de Siglo XX. A los pocos minutos las tropas se desplazaron hacia la Plaza del Minero,dominada por un monumento, el local sindical de piedra, donde funcionaba la notable radioemisora LaVoz del Minero.

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    Velorio en el club deportivo Racing de Siglo XX

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    Cobra singular inters la crnica publicada por La Patria sobre estos acontecimientos: a las 4 y 55 deayer, las poblaciones mineras de esta zona, amanecieron con un intenso tiroteo. Se escucharon disparosde fusiles, ametralladoras y explosiones de dinamita, cuando las fuerzas del ejrcito y de la Polica Mineraocupaban los campamentos mineros en sangrienta accin 3. El matutino orureo describi la ocupacindel distrito de Catavi: Las fracciones del Regimiento Rangers y de la Polica Minera descendieron porlas faldas del cerro San Miguel, con intermitentes disparos, que continuaron hasta las 6 y 30 horas. Lasmayores vctimas se registraron en el campamento denominado La Salvadora cerca de la estacin(ferroviaria) de Cancairi.

    Los obreros fueron sorprendidos por un nutrido tiroteo en la zona de La Salvadora y Llallagua y, enlos primeros momentos, pensaron que se trataba de dinamitazos y de disparos de armas de fuegoque siempre se producen en festividades similares. Las detonaciones cobraban mayor volumen cadaminuto que pasaba y corri velozmente, como una estremecedora descarga elctrica, la noticia sobrela presencia de tropas del ejrcito en los campamentos. No se dejaron esperar las lamentaciones de losheridos y los gritos desesperados de las mujeres y nios. Las balas cruzaban en todas direcciones y yano era posible dudar de que las fuerzas armadas haban ingresado en tren de combate. Slo a esta alturalos trabajadores lograron reponerse de la sorpresa, pero, como es lgico suponer, no tuvieron tiempopara oponer resistencia ordenada a los invasores. Los franco tiradores ocuparon el lugar de la accincoordinada de los obreros.

    A pesar de todo, los datos de La Patria resultaronfragmentarios. Las tropas haban desembarcado a unosdos kilmetros de la estacin de Cancairi, precaucin elemental que les permiti ltrarse sigilosamentehasta el corazn mismo de Siglo XX, a n de evitar que los mineros tuviesen tiempo para organizarse.Los soldados se descolgaron por la zona de La Salvadora y tambin por el campamento llamadoVillarroel, ubicado en una hondonada. Las fracciones de carabineros y de agentes civiles avanzaron porLlallagua hacia los campamentos. Esta operacin envolvente y sorpresiva (preciso es subrayar que seejecut sin tener que vencer la menor resistencia) buscaba, al cerrarse, atenazar al local sindical, que alas seis de la maana ya estaba en poder del ejrcito.

    Los soldados al ingresar al local sindical asesinaron a Rosendo Garca. Al clarear el da se pudo observarque la mayora de muertos y heridos eran moradores del campamento La Salvadora que se dirigan

    al trabajo para cumplir la primera punta. Los invasores disparaban contra toda persona que tratabade escapar. A las seis y treinta el ejrcito era dueo de todo Siglo XX; el sindicato apareci ocupado yrodeado de uniformados. En los lugares estratgicos se vea la boca de las ametralladoras. Las sirenas delas ambulancias hacan estremecer el ambiente y los centenares de heridos y decenas de muertos eranrecogidos y llevados a Catavi. La nica reaccin de los mineros fue de huir a las bocaminas, all se hizoun recuento de lo sucedido. En la tarde muchos cadveres estaban tendidos en el local de! Club Racing(Reynolds).

    Inicialmente se dijo que fueron muertos 16 mineros y heridos unos 71, pero La Patria del 2 de juniosubi el nmero de occisos a veinte: De acuerdo a la lista ocial recogida ayer en Siglo XX, la lista demuertos es la siguiente:

    - Ponciano Mamani

    - Alejandro Mamani- Garca Maisman- Nicanor Trrez- Barroso, Seccin Azul- Maximiliano Achu, Seccin Siglo XX- Isaac Casorla, venerista- Bernardino Condori, nio de ocho aos- una seora en estado de gravidez- un joven de 13 a 14 aos, una criatura de horas de nacimiento- un obrero de 29 a 30 aos, herido en la cabeza- un obrero muerto por el impacto de proyectil en la cabeza- un joven de 22 a 25 aos

    - Gabriel Sequeiros de la Guardia Nacional

    3- La Patria, Oruro, 25 de junio de 1967

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    Est dems decir que las informaciones ociales se esforzaron por disminuir el nmero de vctimas.Muchos heridos no fueron al hospital y algunos obreros simplemente desaparecieron, sin que se hubiesepodido establecer con exactitud la suerte corrida por ellos.

    La prensa orurea crey de su deber dejar sentado que no se produjeron enfrentamientos de grandesproporciones, pero hubo friccin en el local del sindicato. Los mineros se encontraban festejando lasestas de San Juan. Los trabajadores no se engaaron acerca del objetivo buscado por los invasores:

    El propsito del ejrcito era hacer fracasar el Ampliado Minero pero para ello no tuvieron por quenfrentarse y ofrendar tantas vidas, y slo se ha conseguido consolidar la unin de los trabajadores, seindic (Reynolds).El da 25 se efectu el entierro de los obreros cobardemente asesinados. El acto se transform en ungrandioso mitin de repudio al gobierno y al ejrcito. Asistieron cerca de treinta mil personas enfurecidas,que vehementemente protestaban por la nueva masacre. Tiene que admirar que inmediatamente despusde una colosal sangra los trabajadores ganasen tan impetuosamente las calles para seguir luchando.Todos los moradores del distrito conocan el menor detalle de lo ocurrido gracias al dramtico relato quede los luctuosos acontecimientos hizo la radio catlica Po XII el da 24.

    4. Emergencias de la masacre

    Como quiera que no tuvo lugar una batalla frontal entre los efectivos obreros y militares no se registrun inmediato retroceso de los sindicalizados.Tras la ocupacin, el distrito minero de Siglo XX y las zonas circunvecnas fueron declaradas zonasmilitares, medida que sobrevivi al mismo general Barrientos. Se procedi as para consumar unarigurosa purga en las las obreras, para apresar a todo sospechoso y para colocar un cordn sanitarioalrededor de la mina ms grande del pas (Siglo XX). La corriente elctrica fue cortada de tal modo queayer no funcionaron los servicios telegrcos y los de transporte fueron suspendidos. Se ha intensicadola vigilancia en las carreteras, con grupos de soldados del ejrcito y en una que otra tranca cooperadospor funcionarios del DIC. Este servicio de vigilancia impidi que nuestros reporteros pudieran pasar

    con el vehculo que ocupaban al distrito de Huanuni, ya que las fracciones que controlaban la trancaindicaron que slo obedecen una autorizacin del Comando de la II Divisin del Ejrcito para viajar a lazona convulsionada. Desde las 9 de la maana de ayer, varios aviones militares sobrevolaron Siglo XX yCatavi, con la consiguiente alarma de los pobladores,. Varios de estos aparatos siguieron sobrevolandohasta pasado el medioda. Circularon rumores de que stos bombardearon los dos distritos mineros,aunque estas versiones no pudieron ser conrmadas (La Patria).

    El Diario (La Paz) de 25 de junio transcribe una informacin proporcionada por el Comandante dela Fuerza Area, Jorge Belmonte Ardiles, en sentido de que el propsito de las Fuerzas Armadas eratomar por sorpresa los centros mineros, apresar a los dirigentes y normalizar las actividades en loscampamentos de Comibol.

    Parece que efectivamente el proyecto original era ejecutar un golpe sorpresivo sobre Siglo XX y Huanuni,en ese momento considerados como los ncleos obreros ms explosivos, que les permitiese apoderarsede los locales sindicales, destruir las radioemisoras (las autoridades denunciaban diariamente que sehaban dedicado a propalar falsedades y mensaje subversivos, bajo la inspiracin del Che Guevara)y apresar a los dirigentes y trabajadores que haban sido catalogados por los servicios de inteligenciacomo peligrosos activistas tanto en el campo sindical como poltico. En los medios castrenses estaoperacin fue bautizada con el nombre de Plan Pingino. Las declaraciones ociales y militares tenancomo denominador comn la especie de que la ocupacin de las minas evit que una mayor cantidad demineros muriesen como consecuencia de la subversin extremista, que la consideraban inevitable.

    La opinin pblica qued horrorizada ante la descomunal masacre y no se dio cuenta de la purga degrandes proporciones que tuvo lugar en los centros mineros. El da 26 de junio por la noche, soldadosy agentes civiles se dieron a la tarea de rodear los domicilios de innumerables trabajadores que fueron

    apresados sin que mediase formalidad alguna. A algunos se los atrap en las mismas bocaminas, cientocincuenta obreros que vestan sus gruesas ropas de trabajo fueron enviados a los campos de concentracinque funcionaban en el corazn mismo de la selva tropical, otros acabaron encarcelados y, nalmente,

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    enjuiciados criminalmente por delitos ideados por los scales.

    En Siglo XX las tropas tuvieron, para poder cumplir su misin represiva, que reducir previamente laresistencia opuesta por los trabajadores. Al asesinato colectivo sigui un rgimen de terror sin paraleloy que continu por mucho tiempo. La oposicin al gorilismo no fue quebrada del todo y adquiri lasmodalidades ms insospechadas.

    El 26 estall la huelga general del nivel 411 del interior de la mina. Los obreros no encontraron ningnotro medio que les permitiese expresar su repudio a la poltica gubernamental. Al da siguiente tuvo lugar,en el mismo paraje, una nueva asamblea a la que lograron llegar algunos altos dirigentes sindicales. Fuefaccionada la lista de los obreros apresados y connados, se acord mantener la huelga y se efectuaroncambios en la direccin de la FSTMB: Simn Reyes fue designado Secretario General e Isaac Camachode Relaciones, nadie dudaba (desgraciadamente tampoco las autoridades) que en ese momento esteltimo era el caudillo ms valeroso y que, por esto mismo, constitua el mayor peligro para el gobiernoantiobrero. En este momento de aguda crisis para el movimiento obrero, las bases marginaron de laFederacin a Irineo Pimentel. La prensa public los acuerdos ms importantes:

    1) Retiro inmediato de las tropas del ejrcito de los distritos mineros. A n de evitar choques ms seriosy de consecuencias imprevistas.

    2) Devolucin a la organizacin obrera las llaves del local sindical y de la radio La Voz del Minero.

    3) Libertad inmediata de los dirigentes y obreros apresados y connados.

    4) Pago por Comibol de las sumas adeudadas a los trabajadores desde mayo de 1965, para que losfamiliares de los mineros puedan emigrar a las ciudades donde sus vidas puedan estar a salvo.

    5) Cuarenta y ocho horas de huelga general.

    6) Persistir en el frente conformado con los partidos de izquierda, como una forma de fortalecer almovimiento obrero.

    7) Cuota quincenal de diez pesos por obrero para solventar los gastos del sindicato y adquirir armas.

    8) Indemnizacin por parte del gobierno a los familiares de los obreros muertos y heridos.

    9) Los obreros garantizarn las actividades de los tcnicos en los centros de trabajo.

    10) Apoyo a los dirigentes sindicales y exigencia de que las autoridades respeten el cumplimiento de susfunciones.

    Los comisionados de las bases entregaron el anterior pliego al coronel A. Villalpando, jefe de la zonamilitar y con asiento en Catavi. Despus de una conversacin de dos horas y media no se lleg a ningnresultado fructfero. Despus de la reunin, el coronel de los rangers dijo a la prensa que sus tropas

    rehusaran abandonar la zona y que su presencia en la regin minera tena un carcter pacco (VsquezD.).

    El 30 de junio se organiza el Comit de Huelga encabezado por Berros y Crdoba (este ltimo elemento dela ORIT, segn G. Lora), los mismos que inician las negociaciones con las autoridades gubernamentales.El documento que puso n al conicto es por dems humillante. Se impusieron todas las condicionesordenadas por el rgimen Barrientos-Ovando. En julio fueron apresados Isaac Camacho y Ren Chacn.Este ltimo comenz como socialcristiano, pero bien pronto fue obligado por las bases a colocarse frenteal gobierno. Ms tarde cay tambin Simn Reyes. La liquidacin fsica, aunque momentnea, de lossindicatos, oblig a una docena de dirigentes a permanecer hasta nes de 1968 en el Panptico Nacionalde La Paz. El gobierno fue desconociendo y persiguiendo a todo elemento que tuvo la debilidad de aceptarcargos sindicales, no soport ni siquiera a quienes podan acomodarse a sus intereses. De esta manera

    fue cerrada la posibilidad de existencia de los sindicatos legales. El totalitarismo se mostr incompatiblecon las organizaciones obreras libres.

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    En Huanuni la Operacin Pingino de San Juan comenz siendo ejecutada incruentamente, pues sloalgunas horas despus, cuando se proceda a la destruccin de la Radio Nacional, cayeron los primerosheridos y un obrero muerto.

    Efectivos del ejrcito ingresaron la noche del lunes (26 de junio, horas 22) a Huanuni, desmantelaronRadio Nacional de ese distrito minero y se llevaron presos aproximadamente a cuarenta personas 4.

    Tardamente el gobierno descubri una nueva justicacin de la masacre. Se dijo que los extremistas deSiglo XX tenan proyectado asaltar el cuartel de Lagunillas para desarmar a los soldados; todo esto comoparte de un complot subversivo. La ocupacin militar de las minas habra buscado evitar la consumacinde este atentado.

    5. El foquismo y la represin

    Desde la aparicin del movimiento foquista en ancahuaz, los servicios de inteligencia del Ministeriode Gobierno y del ejrcito quedaron supeditados a la CIA norteamericana, que seguramente tuvoa su cargo la elaboracin de gran parte de los planes de la ocupacin militar de las minas y su mismaejecucin.

    A la operacin se le asign el objetivo central de erradicar del escenario a todo activista poltico ysindical. Es por esto que la represin se extendi tambin a las ciudades, donde fueron aprehendidos lolprincipales dirigentes mneros.

    En la primera pgina de Presencia de primero de agosto apareci un recuadro de una columna conel ttulo de Lder minero del POR apresado, La noticia se refera a la captura de Isaac Camacho, queen los momentos ms difciles supo colocarse a la cabeza de los trabajadores e inici la organizacinclandestina de los sindicatos como la nica forma de burlar la feroz represin gubernamental. Camachologr salir de Siglo XX despus de la carnicera de San Juan y gran partede la resistencia al gobierno militar fue obra suya.

    Cuando retorn clandestinamente al distrito de Catavi, su escondite en Llallagua fue ubicadopor la polica, seguramente gracias a una delacin. Las fuerzas represivas arrojaron unabomba a la casa donde se encontraba y lo sacaron en camilla pensando que estaba muerto.Con seguridad que ya en ese entonces se buscaba asesinarlo. Con todo, el dirigente sindicaly porista logr salir con vida e inmediatamente se vio sometido a un rgimen de tortura, sele queran arrancar confesiones acerca del lugar donde haban sido escondidas las armas delos mineros, etc. Con posterioridad dijo el Ministro de Gobierno, Antonio Arguedas, -queentonces ociaba de perdonavidas y de jurado enemigo de la izquierda-, que el lder minerofue desterrado a la Argentina el 9 de agosto. Su Partido, despus de haber hecho minuciosasinvestigaciones en los posibles lugares en los que poda encontrarse, lleg a la conclusin deque fue asesinado por rdenes de la CIA y seguramente en manos de Arguedas. Algunosdas antes de la captura de Camacho cay preso en Oruro el dirigente Chacn, que por suerte fue inmediatamente conducido a la crcel. La leyenda acerca del peregrinaje del dirigente mineropor el exterior fue ideada por el gobierno y por Arguedas para ocultar su crimen.

    La cacera de los revolucionarios continuo a lo largo del pas. En Siglo XX muchos sindicalistas fueronperseguidos a bala en plena va pblica, pensando que as se veran obligados a abandonar el distrito.Citemos el caso de Pastor Pelez, porista,viejo obrero y dirigente sindical a quien se le hicieron disparosde arma de fuego en la misma plaza de Llallagua. Pelez, como algunos otros, sobrevivieron a la tremendanoche de terror, demostrando de esta manera su gran temple revolucionario.

    Como un anticipo de esta descomunal cacera de brujas fueron apresados, a mediados de enero de1967, dirigentes polticos de izquierda y enviados a la jungla del Noreste, ms tarde se los acusar deser autores del estallido de las guerrillas e incluso de los sucesos de San Juan. Entre los connados seencontraban Guillermo y Miguel Lora.

    Los trabajadores, muy especialmente los mineros, demostraron no estar dispuestos a agachar la cabeza

    4-Presencia, La Paz, 28 de junio de 1967.

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    frente a la prepotencia gubernamental. Los obreros de San Jos, Huanuni, Siglo XX y la semi-clndestinaCOB, respondieron con un paro de 24 horas a la dictacin del estado de sitio. Las organizacioneslaborales siguieron fustigando duramente al rgimen calicado por ellas como. entreguista y antiobrero.Las autoridades llegaron al convencimiento de que, deban extremar an ms las medidas represivas.En Oruro, en la tarde del mismo da 6 de junio, se realiz una belicosa manifestacin d protesta, al dasiguiente y muy dicultosamente pudo restablecerse el orden.

    El gobierno estaba interesado en demostrar que los extremistas haban incluido en su plan actividadesterroristas que deban desembocar en una insurreccin. El pas qued sorprendido cuando la prensa del 10de junio inform que el da anterior fue asaltado y destruido el local del DIC de Llallagua. En un comienzolos medios ociales dijeron que los autores eran grupos juveniles que se dedicaron al saqueo; a estapresunta explicacin demasiado abstracta sigui, al da siguiente, la especie de que los ejecutores delatentado eran militantes extremistas y, entre otros, se cit a Chacn, Secretario General del Sindicato, yal porista Cirilo Valle. No puede haber la menor duda de que con estas mentiras se pretenda convencera la opinin pblica que el complot fraguado por el Ejecutivo corresponda a la realidad.

    El estado de sitio no logr contener la arremetida obrera y menos hacerla retroceder; contrariamente,oblig a imprimir mayor energa a la movilizacin masiva y a anar la coordinacin de las actividadesobrero-estudiantiles con la de los otros sectores populares, tras el objetivo de libertar a los presos

    polticos y rechazar los atropellos de las autoridades.

    La lucha por el retorno a las garantas democrticas y sindicales estaba inconfundiblemente timoneadapor el proletariado.

    A la masacre de San Juan sigui -como tenemos indicado- la huelga general de mineros que dur diezy seis das y una impetuosa ola de protestas, en la que jugaron un papel importante los estudiantes.El 27 de junio la universidad pacea fue declarada territorio libre y asilo de los perseguidos polticos.En el voto resolutivo que fue lanzado al respecto se seal como enemigos del pueblo a los generalesBarrientos y Ovando. Un franco espritu de desafo alentaba la medida, sobre todo si se tiene en cuentaque sigui a la sangrienta represin del 24 de junio. El cabildo abierto convocado por los estudiantescontribuy en mucho a acelerar la lucha revolucionaria. Barrientos se vio obligado a sostener, en uno de

    sus innumerables discursos, que su misin era la de libertar a los estudiantes de la nefasta inuenciadel castro-comunismo. El Ministro de Gobierno Arguedas, haciendo gala de cinismo, asegur que en laUMSA los opositores haban almacenado armas para hacer posible la subversin. El despropsito fueenrgicamente respondido por la FUL pacea, cuya declaracin registraron los peridicos del 30 de

    junio. En dicho documento se deca que no haban armas en la universidad; que sta no provocaba yque no existan condiciones para aceptar la invitacin del Presidente Barrientos para abrir un dilogo enprocura de la pacicacin nacional. El gobierno dio pruebas sucientes que conrmaban la tesis de queel prximo objetivo era la universidad y toda la campaa de provocaciones que puso en prctica buscabapor lo menos hacer retroceder a los belicosos y bullangueros estudiantes. Los hechos ensean que estono se pudo lograr porque los jvenes continuaron siendo los dueos de las calles, incluso despus delas innumerables derrotas sindicales. Nadie poda dudar que las autoridades haban decidido ampliar elmbito de su accin represiva, extremo que se evidenci por la armacin del seor Arguedas en sentidode que no habr fuero para los subvertores. La movilizacin popularse convirtien la mejor defensa de

    la universidad.

    6. Plataforma de la Resistencia

    El movimiento revolucionario de las ciudades se vio fortalecido por la terca persistencia de los minerosen la batalla, que continuaron deliberando en el interior de los socavones para poder sealar losmejores mtodos de lucha y el camino de la fusin de los movimientos sindical y poltico. Las noticiaspropaladas por el ocialismo hicieron saber que las asambleas en el subsuelo se realizaban bajoel control de Isaac Camacho, Chacn y Reyes. Se explica que la captura de estos elementos fueseespecialmente recomendada por la DIC. Las resoluciones adoptadas por los mineros adquirieron muchaimportancia, tanto porque sealaban con anticipacin el camino que deba recorrer el movimiento

    revolucionario como porque la direccin nacional volvi a concentrarse en Siglo XX, el ncleo obreroms maduro, polticamente hablando. Se acord constituir un Comit Nacional clandestino, armar ygeneralizar los pactos intersindicales, adems de persistir en el frente de izquierdas. Muchos de estos

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    Masacre de San Juan en Siglo XX

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    puntos no pudieron cumplirse debido al apresamiento de los principales dirigentes y porque no setomaron las providencias necesarias para que continuasen funcionando las comisione sclandestinas.

    El 29 de junio, en Huanuni, al concluir el paro de 24 horas, se organiz una comisin debases encargada de tramitar el retiro de las tropas del ejrcito, la libertad de los presos y laindemnizacin de los deudos de las vctimas del da 24. Esta especie de programa ser esgrimidopor los obreros una y otra vez en los meses y aos prximos. Los contactoscon las autoridades seestablecieron por intermedio de los obispos de Oruro y Potos, que actuaron como mediadores.

    Todava en junio de 1969 una asamblea de los obreros del Sindicato Central de Trabajadores de laEmpresa Minera Unicada de Potos acord, entre otros puntos, exigir el cumplimiento de las siguientesdemandas:

    Repliegue de las Fuerzas Armadas a sus respectivos cuarteles, dejando los centros mineros en los quese encuentran y que se confabulan contra la tranquilidad de los hogares mineros,

    Abolicin de la Polica Minera por ser este organismo de represin y una carga econmica para laComibol y los trabajadores.

    Retorno al trabajo de los obreros retirados por causas sindicales y polticas.

    Pago de indemnizaciones a los trabajadores que sufrieron rebaja de sueldos y jornales el ao 1965 yque indebidamente retiene Comibol.

    Aumento de sueldos y jornales y reajuste de precios de contratos en sus diferentes sistemas.

    Devolucin de nuestras emisoras con sus equipos de ondas larga y corta.

    Por la misma poca los mineros desocupados de Huanuni amenazaron con recurrir a la huelga de hambrea n de poder ser admitidos de nuevo en la empresa.

    El gobierno castrense siempre se esforz por aparecer como popular. Se fraguaron votos de aplausopor la ocupacin de las minas. Organizaciones fantasmas y presuntas federaciones campesinas, queproliferaron a la sombra del poder, se apresuraron a emitir comunicados; pero, todo esto no fue sucientepara ocultar la creciente impopularidad del rgimen. El Presidente Barrientos pareci adquirir concienciade este hecho cuando en su conferencia de prensa del primero de julio dijo: en las minas se conoce malmi gura.

    El pueblo no se content con sindicar al Presidente como autor directo del asesinato de los trabajadores,sino que subray el papel jugado por Ovando y por la alta jerarqua de las Fuerzas Armadas en esoscrmenes. No se dej esperar la respuesta del gorilismo.

    El Comandante de las Fuerzas Armadas (general Ovando)_ proporcion, el 30 de junio, ampliasinformaciones a la prensa, cosa desusada en l. El astuto jefe sali a la palestra para justicar

    cuidadosamente la ocupacin de las minas, esgrimiendo como argumento principal la tesis de que elsindicalismo se haba ligado peligrosamente con las guerrillas de inspiracin internacional y drigidas porel Che Guevara 5.

    La segunda reunin del Alto Mando de las Fuerzas Armadas emiti un sugerente comunicado con fecha 20de julio y que buscaba demostrar la estrecha vinculacin de las guerrillas, organizadas por el castrismocon la llamada conmocin en las minas sistemticamente preparada desde muchos meses atrs por losmercenarios al servicio de la aventura castrista. El objetivo del documento (en el que parecieron coincidiraccidentalmente Barrientos y Ovando) fue presentar como parte de la actividad castrsta o guerrillera a

    las agitaciones y otras en gestacin. El ofcialismo parta de la evidencia que no haba sido sucientela matanza de San Juan, tipicada como acto encaminado a defender el orden pblico segn mandatoconstitucional. Ni duda cabe que fue sellado un efmero entendimiento de mutua defensa entre Barrientos

    y Ovando, para poder hacer frente exitosamente a la oposicin que volvi a tornarse amenazante y quetena como comn denominador el antimilitarismo. Hipcritamente los generales se presentaron como

    5-Presencia, La Paz, 1 de julio de 1967.

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    los ms interesados en el esclarecimiento, de los luctuosos sucesos de Siglo XX y Huanuni. El documentodel ejrcito deca: En resguardo del prestigio de las Fuerzas Armadas, el gobierno pedir y pide alHonorable Congreso Nacional el acta de la interpelacin sin demagogia para que se esclarezca la verdady se deslinden responsabilidades ante la conciencia del pueblo, debiendo aplicarse las sanciones de leyms severas contra los autores de este hecho tan doloroso. Para los dueos del poder los autores erannada menos que los agitadores que agonizaban en las crceles.

    En enero de 1967 fueron connados varios dirigentes mineros al campo de concentracin de Puerto Rico(Departamento de Pando). En agosto del mismo ao se los traslad a La Paz e inmediatamente fueronencarcelados en el penal de San Pedro, bajo la acusacin de haber participado en la descomunal masacrede San Juan. Los mineros presos demostraron la falsedad de dicha acusacin, esto porque en la fechade la masacre se encontraban internados en una guarnicin militar a ms de mil kilmetros de distanciadel escenario de los luctuosos acontecimientos. A pesar de lo expuesto y de haberse presentado comotestigo de descargo al propio Ministro de Gobierno y como pruebas -los comunicados ociales y recortesde prensa- la Juez Clara Trres (que demostr no tener nada claras las ideas), con la sinvergenzuracaracterstica de los agentes al servicio del gobierno, rechaz la libertad de los trabajadores mineros,acusndolos de haber realizado ataque en cuadrilla a tropas del ejrcito en el mes de junio y calicandodicho acto como delito comn 6.

    7. Agitacin estudiantil

    Amedida que creca la protesta estudiantil se acentuaron las provocaciones del gobierno. La supuestaactividad pro-guerrillera en las ciudades fue utilizada para hostigar a la universidad. La FUL paceadenunci, el 4 de julio, que agentes de la DIC colocaron banderas rojas en el edicio de la UMSA. Estasistemtica campaa pareca estar destinada a preparar el terreno para hacer posible la intervencincastrense en las casas superiores de estudio.

    Pese a las advertencias y amenazas de las autoridades, el 4 de julio se realiz el anunciado cabildoabierto en la UMSA. Concurrieron bastante pblico y representantes laborales. Menudearon los ataquesal gobierno. Las conclusiones aprobadas hicieron suyas las peticiones de los obreros y aadieron como

    novedad la exigencia de que renuncie Barrientos a la Presidencia (exigencia que ser reiterada despuspor la derechista FSB). Cuando la masa se desconcentraba se produjeron choques de aquellas conlas fuerzas policiales. La prensa habl de ms de cuatro heridos. Con todo, el acto no alcanz lasproporciones esperadas. Los trabajadores mineros, basndose en las informaciones optimistas de losdirigentes estudiantiles, estaban seguros de que el cabildo dara la oportunidad para que todo el pueblopaceo saliese en defensa de los huelguistas y de la vctimas de la represin gubernamental.

    El 6 de junio los universitarios de Cochabamba realizaron su propio cabildo. Los peridicos hablaronde 1.500 asistentes y de violentas arengas antigubernamentales. Ampliaron y concretizaron algunosaspectos de las peticiones de sus compaeros de La Paz: plazo de 48 horas para el retiro de tropas de loscentros obreros y exigencia de renuncia de Barrientos y Ovando de sus cargos, tipicados como autoresconfesos del genocidio de los mineros. La manifestacin que sigui al cabildo fue disuelta dos cuadrasantes de llegar a la plaza principal.

    El movimiento poltico y la accin universitaria centraron su atencin alrededor de la consigna de libertadde los connados y del retorno a la vigencia de las garantas democrticas. La creciente presin populararranc al general Barrientos la promesa de una casi inmediata amnista. El gobernante crey oportunohablar de sus inclinaciones pro-izquierdistas y anti-imperialistas. El estado de sitio fue suspendido el 2 deagosto, poco antes de los dos meses de su dictacin, aunque es cierto que continu la represin contralos elementos considerados como lderes de la oposicin izquierdista.

    La agitacin estudiantil volvi a adquirir mucha importancia, se convirti en el canal de expresin delrepudio popular al desgobierno castrense, en la palanca de movilizacin de las masas y en el polocatalizador de las energas sociales que haban sido dispersadas por la bestial represin. El Ejecutivo pusotodo su empeo en abatir este bastin de la resistencia popular y comenz por minarlo internamente. Los

    fanticos de la cruz y del escapulario se organizaron en una minscula capilla barrentista y antiguerrilleray abusivamente hablaron a nombre de la masa estudiantil.

    6-Masas No. 342, La Paz, 19 de marzo de 1968.

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    Los estudiantes muestran muchas facetas negativas. Partiendo de la evidencia de que por momentos,constituyen el sector ms osado de la lucha y que ms fcilmente se radicaliza, llegan a la conclusin de queslo ellos pueden dirigir con xito a la mayora nacional, La arrogancia pequeo-burguesa no es obstculopara que en los momentos crticos pongan en evidencia su inclinacin natural hacia el compromiso y lacapitulacin. Por suerte que los elementos estudiantiles ms avanzados maduraron polticamente en laadversidad y, por esto mismo, se despojaron de sus absurdas pretensiones. Buscaron aproximarse alproletariado, sabiendo que a ste le corresponde la direccin poltica del proceso revolucionario.

    8. La lucha en las minas

    La leccin de estos acontecimientos a pesar de la masacre, los trabajadores persistieron en sus peticiones,debido a que stas eran la expresin de sus necesidades ms premiosas. En el reportaje publicadopor IBEAS sobre las minas (27 de julio) se lee que los trabajadores, al tiempo de levantar !a huelga, nohan renunciado a la reposicin de salarios. Toda vez que los mineros tuvieron oportunidad de expresarsus desesos y su pensamiento reiteraron con energa sus reivindicaciones que fueron enarboladas antesde la noche trgica de San Juan.

    A veces, en la ltima poca, llegaron momentneamente hasta las direcciones sindicales elementos

    amarillos, dependientesde la ORIT o de las organizaciones catlicas, y, sin embargo, cediendo a lapoderosa presin de las bases, aquellos se vieron obligados a hablar un lenguaje radical. En los lugaresmismos de trabajo los obreros no se cansaron de reiterar sus exigencias de mejoras econmicas, delibertad de los presos y de vuelta la empresa de los trabajadores cesantes. Las peticiones y lasprotestas no se tradujeron, necesariamente, en huelgas ni acciones callejeras, las masas tenan quedarse un respiro, llenar el vaco dejado por la direccin tradicional y reagrupar sus fuerzas.

    La Comibol se resisti a dar paso incluso a las reivindicaciones ms pequeas, actitud que se ajustabaa la orientacin gubernamental. El coronel Juan Lechn, que al decir de los marxistas estaba por encimadel Ejecutivo y nicamente reconoca como a sus superiores a los personeros del BID y al embajadornorteamericano, rechaz de plano la exigencia laboral en sentido de incluir en el aguinaldo anual elincentivo a la asistencia y otros benecios menores, con el argumento que importara convertir los bonos

    en salarios y, por tanto, inar las incidencias sociales. Algo ms, hizo saber que recontratara nicamentea los que ostentasen inocencia en materia poltica y calcul que stos no pasaran de diez.

    El 26 de julio el ocialismo present a los periodistas a algunos elementos que decan ser portavocesde los mineros de siglo XX, era posible percatarse a primera vista que haban sido seleccionados porlos agentes de la ORIT. Es cierto que pidieron escuelas de sindicalismo que les ayuden a liberarsedel extremismo, pero no tuvieron ms remedio que demandar la satisfaccin de las reivindicacioneseconmicas que haban sido formuladas por los extremistas. Estos visitantes casi nunca daban susnombres porque saban que a su vuelta a las minas seran hostilizados por sus sufridos compaeros quepermanecan eles a lo que dio en llamarse lucha antigorilista.

    La prensa del 14 de julio public la noticia de que los mineros de Siglo XX, segn comunicado rmadopor el Comit de Huelga, reiteraron su pedido de libertad de los obreros detenidos, devolucin del localsindical (en ese momento ocupado por efectivos militares) y formacin de comisiones (parlamento,iglesia, prensa, Cruz Roja, etc) para que investigasen los sucesos de San Juan.

    Es preciso volver a la nalizacin del movimiento huelgustico, que import la imposicin al Comitde Bases de las draconianas condiciones gubernamentales 7. El conveno de catorce puntos buscabaestrangular toda actividad de las organizaciones laborales.

    El primer prrafo margin de la empresa toda manifestacin de proselitismo poltico y prohibi que seplanteasen cuestiones polticas en las asambleas (Toda asamblea ser con carcter social y econmicoy se realizar en la forma establecida con previa autorizacin de la empresa)

    La Comibol se comprometi (es el punto que oblig a algo a los empleadores) A reincorporar a sus

    trabajos a los obreros que fueron apresados y que mereciesen la absolucin de la justicia ordinaria(punto 8). En el aparte dcimo se reiter que los obreros no tenan por qu inmiscuirse en los aspectos

    7-Presencia, La Paz, 10 de julio de 1967.

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    tcnicos y administrativos de la empresa. La vieja disputa sobre si la gerencia puede o no, conforme asu capricho, despedir a sus obreros cuando crea conveniente encontr su solucin en el convenio y, claroest, a costa de los sindicalizados. La empresa anunci que en el futuro retirara a cualquier obrero quecreyera conveniente (punto 13). Como cuadra en un campo de concentracin, ningn obrero poda portararma de fuego o dinamita (punto 12).

    El documento fue ntegramente redactado por la empresa y los obreros se vieron obligados a rmarlo,pues por el momento no vean ninguna otra salida al conicto. Huanuni, reaccionando ante la mentalidadultimatista del coronel Lechn, persisti algunos das ms en la huelga. La opinin pblica se sintiofendida y molesta por semejante acuerdo (lo exacto sera decir imposicin).

    Una asamblea de Siglo XX rechaz el documento de 14 puntos, a pesar de haber sido suscrito por losllamados representantes de base. Los asamblestas de Huanuni pusieron mayor nfasis en su rechazo.

    La situacin del gobierno se vio agravada porque simultneamente a estos acontecimientos lasorganizaciones fabriles reiteraron su pedido de mejores remuneraciones.

    Los conictos docente-estudiantiles se elevaron a su punto culminante. Los maestros venan agitandola consigna del sueldo bsico de novecientos pesos por mes desde su congreso de Potos y los alumnos

    ganaron las calles buscando recursos econmicos para la refaccin de locales y dotacin de mobiliariopara las escuelas. Esta agitacin desemboc en la huelga general de maestros que no pudo lograrsus objetivos. El 24 de julio la Federacin de Estudiantes de Secundaria de La Paz rechaz el plangubernamental de edicaciones escolares por considerarlo deciente en extremo. Fue decretada lahuelga y los alumnos del Colegio Ayacucho adoptaron medidas an ms radicales.

    El Presidente Barrientos pidi a los maestros (27 de julio) desistiesen de su pedido de aumento deremuneraciones y el sueldo catorce. La conferencia econmica extraordinaria del magisterio, despusde conversar con el Presidente a sugerencia del dirigente Dvila, retir todo el pliego econmico (sueldobsico de 900 $b- particularmente) para nicamente exigir el sueldo catorce o prima. Muy fcilmente y acambio de nada fueron olvidados los acuerdos del congreso de Potos; el Presidentese limit a responderque el pliego sera considerado cuando mejorasen las condiciones econmicas del pas.

    El general Ovando, que decidi la designacin de Crespo Gutirrez, hombre de la rosca, como Ministrode Defensa, revel algunos aspectos de la poltica del Ejecutivo que se desarroll en el futuro inmediato:romper el frente opositor interno, adoptando medidas que permitiesen ganar a la juventud, que sela consideraba fuertemente inuenciada por el comunismo y auspiciar medidas de cooperacininternacional en materia de lucha anti-extremista. As se hizo pblico el sometimiento de la polticainterna a los dictados imperialistas. Barrientos dijo que uno de sus objetivos era procurar la intervencinarmada de Cuba por los gobiernos latinoamericanos.

    Preocupado porque la resistencia popular no hubiese disminuido pese a las premeditadas masacres,el gobierno ensay un nuevo viraje izquierdizante. Barrientos consign en sus discursos el repudio alas ocultas intenciones de la derecha, pese a que el Partido Social Demcrata, cerebro de la rosca,se convirti en el puntal ms serio de su gobierno. Al reorganizar su gabinete dio a entender que se

    inclinaba abiertamente en favor de la izquierda: el PIR elev a dos su cupo ministerial (Anaya aparecicomo Ministro de Minas y Petrleo) y el mismo Guevara se convirti en Canciller. Despus de muchotiempo el presidente habl de su orientacin antiimperiali$ta, claro que su antiimperialismo no pas deser una palabra sin sentido:

    Y debo rearmar una denicin que ha hecho mi gobierno en forma rotunda: si bien nosotros somosantiimperialistas, pero estamos con la Alianza para el Progreso, porque en esta nueva oportunidadencontramos todas las posibilidades para poder cumplir un verdadero plan de gobierno 8.

    No debe perderse de vista la declaracin del Presidente Barrientos en sentido de que su gobierno permitirala presencia del marxismo, si ste se desenvuelve dentro del marco democrtico.

    En su mensaje al congreso de 1967 vuelve a su intento de dividir al pas en demcratas y pro-comunistas,por encima de cualquier otra consideracin partidista o ideolgica. Salta a la vista su afn de llevar al

    8-Presencia, La Paz, 3 de agosto de 1967.

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    marco nacional lo ya logrado en el seno de las Fuerzas Armadas; se vuelve a magnicar el peligro de lasguerrillas y se anuncia la posible intervencin armada de los pases vecinos (estuvo de moda referirsea la balcanizacin de Bolivia), para obligar a todos, moros y cristianos, a unirse alrededor de su gura.En ese documento volvemos a encontrar la curiosa denicin de la lnea supuestamente antiimperialistadel gobierno castrense, a pesar de que no se niega que en materia econmica el pas se encontrabaestrechamente vigilado por Ios organismos norteamericanos 9.

    SIGLO XX: DESCOMUNAL CAMPODE CONCENTRACIN

    Desde la brutal masacre de San Juan, los centros mineros de Catavi y Siglo XX fueron declaradoszonas militares; las fuerzas mercenarias del gorilismo no han abandonado an esos distritos.El sector que ayer fuera el baluarte de las luchas sociales del proletariado boliviano se ha convertidoen nuestros das en un virtual campo de concentracin que en nada tiene que envidiar a sus similaresorganizados por los fascistas alemanes. Los trabajadores mineros son obligados a callar y a trabajarcon la bayoneta en las espaldas; como si todo lo anterior fuera poco, los parsitos del gorilismo viven acosta de la COMIBOL, desmantelando las pulperas y dejando las migajas a los autnticos sostenes dela economa nacional.

    En los ltimos das los trabajadores mineros se han sorprendido al conocer la inaudita determinacin deque todo pasajero con destino a aquellos centros mineros debe recabar la correspondiente autorizacinde la Segunda Divisin del Ejrcito -cumple funciones de inteligencia- con asiento en Oruro.

    La anterior determinacin concluye por pisotear descaradamente uno de los derechos ms elementalesconsignados en la Constitucin Poltica del Estado, el del libre trnsito de cualquier ciudadano bolivianodentro de las fronteras nacionales.

    Los ciudadanos que logran ingresar al distrito de Siglo XX son conducidos a las ocinas de la DIC, dondese les conmina a no conversar con los obreros y menos propalar noticias o discutir cuestiones polticas.En esta regin minera ya no imperan las leyes y garantas democrticas del pas, sino la voluntad

    desptica de los gorilas.

    La voluntad gorila desptica ha convertido a los centros obreros en descomunales e inhumanos camposde concentracin.

    Debe aadirse que en esa zona impera un control policial extremadamente riguroso, esto en todos loscampamentos tanto de Siglo XX como de Catavi. No exageramos al puntualizar que este rgimen brutalalcanza a las poblaciones civiles de Llallagua, Unca, etc.

    (De Masas, No. 560, L a Paz, 24 de julio de 1969).

    9- Gral. Ren Barrientos Ortuo, Mensaje al H. Congreso Nacional, La Paz, 1967.