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2. EL TEXTO HISTÓRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO* Una de las formas en que un campo académico hace ba- lance de sí mismo es considerando su historia. Sin embargo, es difícil realizar una historia objetiva de una disciplina aca- démica, porque si el historiador mismo es un practicante de ésta, probablemente sea un devoto de una u otra tendencia, y, por lo tanto, será parcial; y si no es un practicante, es im- probable que tenga la experiencia para distinguir entre los acontecimientos significativos y los insignificantes en el -k Este ensayo es una versión revisada de una conferencia impartida en el coloquio de literatura comparada de la Universidad de Yale el 24 de enero de 1974, En la misma he tratado de dar forma a algunos de los te- mas que originalmente discutí en un artículo anterior, «The Structure of Historical Narrative», CLIO 1, 1972, págs, 5-20. También recurrí a los materiales de mí libro Metahistory: The Historical Imagination in Ninete- enth-Century Europe} Baltimore, 1973, especialmente la introducción, ti- tulada «The Poetics ofHistory» (trad, cast.: Metahistoria: La imaginación histórica en la Europa del siglo XIX) México, Fondo de Cultura Económi- ca, 1992), El presente ensayo se benefició de conversaciones con Michael Holquist y Geoffrey Hartman, ambos docentes en la Universidad de Ya- le y expertos en teoría de la narrativa, Las citas de Claude Lévi-Strauss proceden de Savage Mind, Londres, 1966 (trad. cast.: El pensamiento sal- vaje) Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2002) y «Overture to Le Cru et le cuit», en Jacques Ehrmann (comp.), Structuralism, Nueva York, 1966 (trad. cast.: «Obertura», en Lo crudo y lo cocido, México, Fondo de Cultura Económica, 1987). Los comentarios sobre la naturaleza icóni- ca de la metáfora se basan en Paul Henle, Language, Thought, and Culture,

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Una de las formas en que un campo acadeacutemico hace bashylance de siacute mismo es considerando su historia Sin embargo es difiacutecil realizar una historia objetiva de una disciplina acashydeacutemica porque si el historiador mismo es un practicante de eacutesta probablemente sea un devoto de una u otra tendencia y por lo tanto seraacute parcial y si no es un practicante es imshyprobable que tenga la experiencia para distinguir entre los acontecimientos significativos y los insignificantes en el

-k Este ensayo es una versioacuten revisada de una conferencia impartida en el coloquio de literatura comparada de la Universidad de Yale el 24 de enero de 1974 En la misma he tratado de dar forma a algunos de los teshymas que originalmente discutiacute en un artiacuteculo anterior laquoThe Structure of Historical Narrativeraquo CLIO 1 1972 paacutegs 5-20 Tambieacuten recurriacute a los materiales de miacute libro Metahistory The Historical Imagination in Nineteshyenth-Century Europe Baltimore 1973 especialmente la introduccioacuten tishytulada laquoThe Poetics ofHistoryraquo (trad cast Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo XIX) Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemishyca 1992) El presente ensayo se beneficioacute de conversaciones con Michael Holquist y Geoffrey Hartman ambos docentes en la Universidad de Yashyle y expertos en teoriacutea de la narrativa Las citas de Claude Leacutevi-Strauss proceden de Savage Mind Londres 1966 (trad cast El pensamiento salshyvaje) Madrid Fondo de Cultura Econoacutemica 2002) y laquoOverture to Le Cru et le cuitraquo en Jacques Ehrmann (comp) Structuralism Nueva York 1966 (trad cast laquoOberturaraquo en Lo crudo y lo cocido Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1987) Los comentarios sobre la naturaleza icoacutenishyca de la metaacutefora se basan en Paul Henle Language Thought and Culture

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desarrollo del campo Se podriacutea pensar que estas dificultades no surgen en el campo de la historia misma pero lo hacen y no soacutelo por las razones ya mencionadas Cuando se trata de escribir la historia de cierta disciplina acadeacutemica o incluso de una ciencia se debe estar preparado para hacer preguntas acerca de eacutesta preguntas que no se plantean en la praacutectica

misma Se debe intentar alcanzar aquello que estaacute maacutes allaacute los presupuestos que sostienen un tipo dado de investigashy

cioacuten y formular las preguntas que pueden ser realizadas en su praacutectica con objeto de determinar por queacute este tipo de indashygacioacuten ha sido disentildeado para resolver los problemas que proshypiamente trata de resolver Esto es lo que la metahistoria trata de hacer Su objetivo son preguntas tales como iquestcuaacutel es la esshytructura de una conciencia peculiarmente histoacuterica iquestCuaacutel es el estatus epistemoloacutegico de las explicaciones histoacutericas comshyparadas con otros tipos de explicaciones que podriacutean ofreshycerse para dar cuenta de los materiales con que los historiashydores tratan generalmente iquestCuaacuteles son las formas posibles representacioacuten histoacuterica y cuaacuteles son sus bases iquestQueacute autorishydad pueden demandar los relatos histoacutericos como contribushyciones a un conocimiento cierto de la realidad en general y de las ciencias humanas en particular

Ahora bien muchas de estas preguntas han sido tratadas de manera bastante competente a lo largo de los uacuteltimos

Ann Arbor 1966 Las ideas de Jakobson sobre la naturaleza tropoloacutegica del estilo estaacuten en laquoLinguistics and Poeticsraquo en Thomas A Sebeok (comp) Style and Language Nueva York y Londres 1960 Ademas de la Anatomy 01 Criticism (Princeton 1957) de Northrop Frye (trad cast Anatomiacutea de la criacutetica Caracas Monte Aacutevila veacutease tambieacuten su enshysayo sobre filosofiacutea de la historia laquoNew Directions from Oldraquo en Fables olIdentity Nueva 1963 Sobre relato y trama en la narrativa histoacuteshyriacuteca en el pensamiento de R G Collingwood veacutease su conocido ensayo The Idea olHistory Oxford 1956 (trad cast Idea de la historia) Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1965)

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veinticinco antildeos por filoacutesofos preocupados por definir relaciones de la historia con otras disciplinas especialmente las ciencias fiacutesicas y sociales y tambieacuten por historiadores interesados en evaluar los logros de su disciplina a la hora de trazar un mapa del pasado y determinar la relacioacuten de ese pasado con el presente Pero hay un problema que ni los loacutesofos ni los historiadores han planteado seriamente y cual los teoacutericos de la literiexclltura han prestado soacutelo una atenshycioacuten superficiaL El asunto tiene que ver con el estatus de la narrativa histoacuterica considerada puramente como un arteshyfacto verbal que pretende ser un modelo de estructuras y procesos muy antiguos y por consiguiente no sujeto a conshytroles experimentales u observacionales no quiere cir que los historiadores y los filoacutesofos de la historia no se hayan percatado de la naturaleza esencialmente provisional y contingente de las representaciones histoacutericas y de que son susceptibles de revisioacuten infinita a la luz de una nueva evidenshycia o de una conceptualizacioacuten maacutes sofisticada de los proshyblemas Una de las caracteriacutesticas de un buen historiador profesional es la coherencia con la cual recuerda a sus lectoshyres la naturaleza puramente provisional de sus caracterizashyciones de los acontecimientos los agentes y las agencias enshycontrados en el siempre incompleto registro histoacuterico Esto tampoco quiere decir que los teoacutericos de la literatura nunca hayan estudiado la estructura de las narrativas histoacutericas Pero en general han sido reticentes a considerar las narratishyvas histoacutericas como lo que manifiestamente son ficciones verbales cuyos contenidos son tanto inventados como enshycontrados y cuyas formas tienen maacutes en comuacuten con sus hoshymoacutelogas en la literatura que con las de las ciencias

Ahora bien es obvio que este encuentro de la conciencia miacutetica y la histoacuterica ofenderaacute a algunos historiadores y moshylestaraacute a aquellos teoacutericos literarios cuya concepcioacuten de la lishyteratura presupone una oposicioacuten radical entre historia y

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ficcioacuten o entre hecho y fantasiacutea Como Northrop Frye ha comentado laquoEn cierto sentido lo histoacuterico es lo opuesto de lo miacutetico por lo cual decirle a un historiador que lo que

a su libro es un 1 bull

teraquo Sin embargo el mlsmo trye quema de un historiador llega a un punto de tud se vuelve miacutetico en forma y entonces se acerca a lo poeacutetico en su estructuraraquo Incluso habla tipos diferentes de mitos histoacutericos mitos novelescos laquobasados en una buacutesshyqueda o peregrinaje hacia la Ciudad Dios o una sociedad sin clasesraquo laquomitos coacutemicos de progreso a traveacutes de la evolushycioacuten o la revolucioacutenraquo mitos traacutegicos de laquodecadencia y caiacuteda como los trabajos de Gibbon y Spenglerraquo y laquomitos iroacutenicos de recurrencia o cataacutestrofe casualraquo Pero Frye parece creer que estos mitos operan soacutelo en aquellas viacutectimas de lo que podriacutea llamarse la laquofalacia poeacuteticaraquo como Hegel Marx Nietzsche Spengler Toynbee y Sartre historiadores cuya fascinacioacuten por la capacidad laquoconstructivaraquo del pensamiento humano ha atenuado su responsabilidad para con los datos laquoencontradosraquo laquoEl historiador trabaja de forma inductiva -dice- recooilando hechos e intentando evitar cualquier

ve en laquodesderaquo una laquoforma unificadoraraquo como el poeta

sino laquohaciaraquo eacutesta y por tanto se que el historiador coshymo cualquier escritor de prosa discursiva tiene que ser juzshygado laquopor la verdad lo dice o por la adecuacioacuten de la reproduccioacuten verbal su modelo externoraquo ya trate ese modelo externo de acciones de hombres pasados o del penshysamiento propio del historiador acerca de tales acciones

Lo que F rye dice es bastante cierto como declaracioacuten del ideal que ha inspirado el escrito histoacuterico desde la eacutepoca de los griegos pero ese ideal presupone una oposicioacuten entre mito e historia que es tan problelnaacutetica como venerable Eacutesta

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sirve muy bien a los propoacutesitos de ya que le permite ubishycar lo especiacuteficamente laquoficticioraquo entre los conceptos de lo laquomiacuteticoraquo y lo laquohistoacutericoraquo Como los de la criacutetica recordaraacuten blimacion~s de estructuras miacutetlcas arauetiacuteolcas turas han sido desplazadas al rrtlr t

les de un modo tal que actuacutean como sign1ilcado 1 1-

significados fundamentales todas ficciones sus conteshynidos temaacuteticos consisten el punto vista de Frye en las laquoestructuras pregeneacutericas tramaraquo o mythoz derivadas de la literatura religiosa claacutesica y judeo-cristiana De acuerdo con esta teoriacutea comprendemos por un relato en particushylar laquoresulta serraquo lo que es cuando hemos identificado el mito arquetiacutepico o estructura de trama de la cual el relato es una ejemplificacioacuten Y vemos el laquopuntoraquo de un relashyto cuando hemos identificado su tema (la traduccioacuten de Frye de dianoia) que hace de aqueacutel laquouna paraacutebola o faacutebula ilustrashytivaraquo laquoCada trabajo de literatura -insiste Frye- tiene tanto un aspecto ficcional como uno temaacuteticoraquo pero cuando nos movemos desde la laquoproyeccioacuten ficcionalraquo hacia la articulashycioacuten evidente del tema el tiende a tomar el aspecto de laquouna apelacioacuten directa o escrito discursivo directo y deja de ser literaturaraquo como hemos visto desde el punto de visshyta de F rye la historia (o al menos laquola historia propiamente dicharaquo) pertenece a la de laquoescrito discursivoraquo de

cuando el elemento ficcional-o estructura m1t1Cl1- presente en ella la historia

LUilLVUa y se convierte en un geacutenero bastardo proshyuna unioacuten no consagrada aunque no antinatur

entre historia y IJ-

Sin embargo yo argumentariacutea que las nlstonas ganan parte de su explicativo a traveacutes de su eacutexito en consshytruir relatos a partir de meras croacutenicas y los relatos a su vez son construidos a partir de croacutenicas por medio de una

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operacioacuten que en otra parte hemiddotllamado laquotramadoraquo Por trashymado entiendo simplemente la codificacioacuten de los hechos contenidos en las croacutenicas como componentes de tipos esshypeciacuteficos de estructuras de trama precisamente en la forma que Frye ha propuesto que sucede en el caso de las laquoficcioshynesraquo en general

El difunto R G Collingwood insistiacutea en que el historiashydor es sobre todo un narrador y consideraba que la sensibishylidad histoacuterica se manifiesta en la capacidad de elaborar un relato plausible a partir de un cuacutemulo de laquohechosraquo que en su forma no procesada carecen por completo de sentido En el esfuerzo por conferir sentido al registro histoacuterico que es siempre fragmentario e incompleto los historiadores tieshynen que hacer uso de lo que Collingwood llamoacute laquoimaginashycioacuten constructivaraquo la cual le sentildeala al historiador -como le

- 1 1 d 1 h bull 11 1Seneacuteha al etectlve competente- eualaquo aDra SIGO el casoraquo dada la evidencia disponible y las propiedades formales que eacutesta le muestra a la conciencia capaz de formular las preshyguntas correctas Esta imaginacioacuten constructiva funciona de manera semejante a la imaginacioacuten a priori de Kant gracias a la cual) aun cuando no somos capaces de percibir los dos lados de una mesa simultaacuteneamente sin embargo podemos afirmar que tiene dos lados aunque soacutelo veamos uno porshyque el concepto mismo de un lado implica al menos otro lashydo Collingwood sugirioacute que los historiadores llegan a sus respectivas evidencias dotados con un sentido de las posibles formas que los distintos tipos de situaciones humanas recoshynocibles pueden tomar A este sentido lo denominoacute olfato para el laquorelatoraquo contenido en la evidencia o para el relato laquoverdaderoraquo que estaba soterrado o escondido bajo el relashyto laquoaparenteraquo Y concluyoacute que los historiadores ofrecen exshyplicaciones plausibles para los cuerpos de evidencia histoacuterishyca cuando logran descubrir el relato o complejo de relatos impliacutecitamente contenidos dentro de ellos

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Lo que Collingwood no advirtioacute sin embargo es que ninshyguacuten conjunto dado de acontecimientos histoacutericos casualmenshyte registrados puede por siacute mismo constituir un relato lo maacuteximo que podriacutea ofrecer al historiador son elementos del relato Los a~ontecimientos son incorporados en un relato meshydiante la supresioacuten y subordinacioacuten de algunos de ellos y el eacutenshyfasis en otros la caracterizacioacuten la repeticioacuten de motivos la variacioacuten del tono y el punto de vista las estrategias descriptiacuteshyvas alternativas y similares en suma mediante todas las teacutecnishycas que normalmente esperariacuteamos encontrar en el tramado de una novela o una obra Por ejemplo ninguacuten acontecimienshyto histoacuterico es intriacutensecamente traacutegico puede ser concebido como tal soacutelo desde un punto de vista particular o dentro del contexto de un conjunto estructurado de acontecimientos enshytre los cuales goza de un lugar privilegiado Porque en la hisshyIoria lo que es traacutegico desde una perspectiva resulta coacutemico desde otra al igual que lo que parece traacutegico en una sociedad desde el punto de vista de una clase puede ser como Marx pretendioacute mostrar en El dieciocho brumario de Luis Bonaparte soacutelo una farsa desde la perspectiva de otra clase Considerados como elementos potenciales de un relato los acontecimientos histoacutericos tienen un valor neutral Que encuentren su lugar finalmente en un relato que es traacutegico coacutemico romaacutentico o iroacutenico -para usar las categoriacuteas de Frye- depende de la deshycisioacuten del historiador de configurarlos de acuerdo con los imshyperativos de determinada estructura de trama o mythos) en lugar de otra El mismo conjunto de acontecimientos puede servir como componente de un relato que es traacutegico o coacutemico seguacuten sea el caso dependiendo de la eleccioacuten del historiador respecto a la estructura de trama que considera maacutes apropiada para ordenar los acontecimientos de ese tipo de forma que se incluyan dentro de un relato comprensible

Esto sugiere que lo que el historiador incorpora a su conshysideracioacuten del registro histoacuterico es una nocioacuten de los tipos de

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configuraciones de acontecimientos que pueden ser reconoshycidos como relatos por el puacuteblico para el que estaacute escribiendo Por supuesto puede fracasar No creo que nadie acepte el tramado de la vida del presidente Kennedy como una comeshydia pero es una cuestioacuten abierta si eacutesta debe ser tramada novelesca traacutegica o satiacutericamente La cuestioacuten central es que la mayoriacutea de las secuencias histoacutericas pueden ser tramadas de diferentes maneras proporcionando diferentes interpreshytaciones de los acontecimientos y otorgaacutendoles diferentes significados ASIacute por ejemplo lo que Michelet en su gran historia de la Revolucioacuten francesa construyoacute como un drashyma de trascendencia novelesca su contemporaacuteneo Tocqueshyville lo tramoacute como una tragedia iroacutenica N o puede decirse que ninguno de ellos haya tenido un mayor conocimiento de los laquohechosraquo contenidos en ese registro simplemente teniacutean

bull l r 1 1 1 1 1 nocIones mIerentes ae las Clases ae relatO que mejor se aJusshytaban a los hechos que conociacutean N o debe pensarse tampoco que contaron diferentes relatos de la revolucioacuten porque hashybiacutean descubi~rto diferentes tipos de hechos poliacuteticos por un lado sociales por otro Buscaron tipos diferentes de hechos porque teniacutean diferentes tipos de relatos para narrar Pero iquestpor queacute estas representaciones alternativas por no decir excluyentes de lo que era sustancialmente el mismo conjunshyto de acontecimientos parecieron igualmente plausibles a sus respectivas audiencias Simplemente porque los histoshyriadores compartiacutean con su puacuteblico ciertas concepciones previas acerca de coacutemo la revolucioacuten podriacutea ser tramada respondiendo a imperativos que eran general~ente ajenos a supuestos histoacutericos ideoloacutegicos esteacuteticos o miacuteticos

Oportunamente Collingwood sentildealoacute que no puede exshyplicarse una tragedia a quien no estaacute familiarizado con los tishypos de situaciones que son vistas como laquotraacutegicasraquo en nuestra cultura Cualquiera que haya ensentildeado o participado en uno de esos cursos antoloacutegicos titulados laquoLa civilizacioacuten occi-

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dentalraquo o laquoIntroduccioacuten a los claacutesicos de la literatura occidenshytalraquo comprenderaacute lo que Collingwood teniacutea en mente A menos que se tenga una idea de los atributos geneacutericos de las situaciones traacutegicas coacutemicas novelescas o iroacutenicas no se podraacute reconocerlas como tales cuando se las encuentre en un texto literario Pero las situaciones histoacutericas no han desashyrrollado dentro de siacute mismas significados intriacutensecos de la manera en que los textos literarios lo hacen Las situaciones histoacutericas no son inherentemente traacutegicas coacutemicas o noveshylescas Pueden ser todas ellas inherentemente iroacutenicas pero no necesitan ser tramadas de ese modo Todo lo que el hisshytoriador necesita hacer para transformar una situacioacuten traacuteshygica en coacutemica es adoptar otro punto de vista o modificar el alcance de sus percepciones De todos modos solamente pensamos en las situaciones como traacutegicas o coacutemicas porgue esos conceptos son parte de nuestra herencia cultural en geshyneral y en particular literaria Coacutemo debe ser configurada una situacioacuten histoacuterica dada depende de la sutileza del hisshytoriador para relacionar una estructura de trama especiacutefica con un conjunto de acontecimientos histoacutericos a los que deshysea dotar de un tipo especial de significado Esto es esenshycialmente una operacioacuten literaria es decir productora de ficcioacuten Y llamarla asiacute en ninguna forma invalida el estatus de las narrativas histoacutericas como proveedoras de un tipo de conocifliento Porque no soacutelo son limitadas en nuacutemero las estructuras pregeneacutericas de trama con las que los conjuntos de acontecimientos pueden ser constituidos como relatos de un tipo particular como Frye y otros grandes eacuteriacuteticos sugieshyren sino que la codificacioacuten de los acontecimientos en teacutershyminos de tales estructuras de trama es una de las formas que posee una cultura para dotar de sentido a los pasados tanto personales como puacuteblicos

Podemos dar sentido a conjuntos de acontecimientos de diferentes maneras Una de ellas consiste en subsumir los

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acontecimientos bajo leyes causales que pueden haber goshybernado su concatenacioacuten en pos de la produccioacuten de una configuracioacuten particular que esos acontecimientos parecen asumir cuando son considerados como laquoefectosraquo de fuerzas mecaacutenicas Asiacute actuacutea la explicacioacuten cientiacutefica Otra forma con la que damos sentido a un conjunto de acontecimientos que parece extrantildeo enigmaacutetico o misterioso en sus manishyfestaciones inmediatas se basa en codificar el conjunto en teacutershyminos de categoriacuteas provistas culturalmente tales como conshyceptos metafiacutesicos creencias religiosas o formas de relato efecto de tales codificaciones se traduce en familiarizarnos con lo no familiar por lo general eacutesta es la forma que adopshyta la historiografiacutea cuyos laquodatosraquo son siempre en principio extrantildeos por no decir exoacuteticos simplemente debido a la distancia que nos separa de ellos en el tiempo ya que se orishyginan en una forma de vida diferente de la nuestra

El historiador comparte con su audiencia nociones geneshyrales de las formas que las situaciones humanas significativas deben adquirir en virtud de su participacioacuten en los procesos especiacuteficos de dotacioacuten de sentido que lo identifican como miembro de un cierto legado cultural Cuando se enfrenta al proceso de estudio de un conjunto dado de acontecimienshytos comienza a percibir la posible forma narrativa que tales acontecimientos pueden adoptar En su relato acerca de coacuteshymo ese conjunto de acontecimientos adquirioacute la forma que percibe como inherente el historiador trama su narracioacuten como un relato de un tipo particular El lector inmerso en el proceso de seguir la narracioacuten del historiador sobre tales acontecimientos gradualmente se da cuenta de que el relato que estaacute leyendo corresponde a un tipo determinado noveshyla tragedia comedia saacutetira eacutepica o cualquier otro cuando ha percibido la clase o el tipo al que pertenece el relato que estaacute leyendo experimenta el efecto de que los acontecimienshytos del relato le han sido explicados En este punto el lector

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no soacutelo ha seguido exitosamente el relato sino que ha captado su esencia lo ha comprendido La extrantildeeza original el misshyterio el exotismo de los acontecimientos desaparece y eacutestos toman un aspecto familiar no en cuanto a sus detalles pero siacute en sus funciones como elementos de un tipo familiar de configuracioacuten Se vuelven comprensibles al ser subsumidos bajo las categoriacuteas de la estructura de trama en la cual son codificados como un relato de un tipo particular Son famishyliarizados pero no solamente porque el lector tiene ahora maacutes informacioacuten sobre los acontecimientos sino tambieacuten porque se le ha mostrado coacutemo los datos se ajustan a un icono de un proceso comprensible terminado una estructura de trama con la que estaacute familiarizado en la medida en que forma parte de su propio legado cultural

Esto no es distinto de lo que sucede o se supone que sushycede en psicoterapia El conjunto de acontecimientos pasados del paciente que constituyen la presunta causa d~ su angusshy

manifestada en el siacutendrome neuroacutetico se ha vuelto no familiar extrantildeo misterioso y amenazante y ha asumido un significado que el paciente no puede ni aceptar ni rechazar de modo eficaz No es que el paciente no sepa lo que esos aconshytecimientos eran que no conozca los hechos porque si no conociera en alguacuten sentido los hechos estariacutea incapacitado para reconocerlos y reprimirlos cuando surgieran en su conshyciencia Por el contrario los conoce demasiado bien De hecho los conoce tan bien que vive con ellos constantemente y de tal forma que es imposible para eacutel ver cualesquiera otros hechos excepto a traveacutes de la coloracioacuten que el conshyjunto de acontecimientos en cuestioacuten le da a su percepcioacuten del mundo Podriacuteamos decir que de acuerdo con la teoriacutea del psicoanaacutelisis el paciente ha sobretramado esos acontecishymientos los ha cargado con un significado tan intenso que ya sea de manera real o simplemente imaginada continuacutean dando forma tanto a sus percepciones como a sus respuestas

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al mundo mucho despueacutes del momento en que deberiacutean hashyber devenido laquohistoria pasadaraquo El problema del terapeuta entonces no consiste en exponer los laquohechos realesraquo del asunto ante el paciente oponer la laquoverdadraquo a la laquofantasiacutearaquo que lo obsesiona Tampoco se trata de dar al paciente un curso breve de teoriacutea psicoanaliacutetica para aclararle la verdashydera naturaleza de su angustia catalogaacutendola como una mashynifestacioacuten de alguacuten laquocomplejoraquo Esto es lo que el analista podriacutea hacer cuando relata el caso del paciente a un tercero especialmente a otro analista Pero la teoriacutea psicoanaliacutetica reconoce que el paciente resistiraacute ambas taacutecticas del mismo modo que resiste la intrusioacuten en la conciencia de las huellas de la memoria traumatizada en la forma en que obsesivashymente las recuerda El problema se basa en hacer que el pashyciente laquore-trameraquo toda su historia de vida de forma tal que cambie el significado que confiere a aquellos acontecimientos y su significacioacuten para la economiacutea de la serie total de aconteshycimientos que constituyen su vida Visto asiacute el proceso terashypeacuteutico es un ejercicio de refamiliarizacioacuten con los acontecishymientos que han sido desfamiliarizados que se han vuelto extrantildeos a la historia de vida del paciente en virtud de su soshybredeterminacioacuten como fuerzas causales Y podriacuteamos decir que los acontecimientos son destraumatizados al ser eliminashydos de una estructura de trama donde teniacutean un lugar domishynante e insertados en otra donde ocupan una funcioacuten suborshydinada o simplemente ordinaria como elementos de una vida compartida con los demaacutes

Ahora bien no me interesa forzar la analogiacutea entre psishycoterapia e historiografiacutea He usado el ejemplo soacutelo para ilustrar el componente de ficcioacuten en las narrativas histoacutericas Los historiadores buscan refamiliarizarnos con los acontecishymientos que han sido olvidados ya sea por accidente desashytencioacuten o represioacuten Maacutes auacuten los grandes historiadores se han ocupado siempre de aquellos acontecimientos de

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historias de sus culturas por naturaleza maacutes laquotraumaacuteticosraquo el significado de tales acontecimientos es problemaacutetico y esshytaacute sobredeterminado en la significatividad que todaviacutea tienen para la vida cotidiana acontecimientos tales como revolushyciones guerras civiles procesos de gran escala como la dustrializaCioacuten y la urbanizacioacuten o instituciones que han pershydido su funcioacuten original en una sociedad pero que continuacutean desempentildeando un importante papel en la escena social acshytual Observando los modos en que tales estructuras tomaron forma o evolucionaron los historiadores las refamiliarizan no soacutelo aportando maacutes informacioacuten sobre ellas sino tambieacuten mostrando coacutemo su desarrollo se ajustoacute a alguno de los tipos de relato a los que convencionalmente apelamos para dar senshytido a nuestras propias historias de vida

Ahora bien si algo de todo esto es plausible como caracshymiddot rl 1 tprtn p 11rflT1HI rL~ 1 +-~ h~+- _ ~~ ~ t erlzaCl0n _e~ e~ ___ ~ --xl - vv u~ iacutea UallaUVa lLJnOlH_a e

que aporta importantes consideraciones acerca del aspecto mimeacutetico de las narrativas histoacutericas Se suele aducir -coshymo dijo F rye- que una historia es un modelo verbal de un conjunto de acontecimientos externos a la mente del histoshyriador Pero es erroacuteneo pensar en una historia como un moshydelo similar a una reacuteplica a escala de un aeroplano o un barshyco un mapa o una fotografiacutea Porque podemos comprobar la adecuacioacuten de este uacuteltimo tipo de modelo observando el original y a traveacutes de la aplicacioacuten de reglas necesarias de traduccioacuten viendo en queacute aspecto el modelo ha tenido realshymente eacutexito al reproducir el original Sin embargo las estrucshyturas y los procesos histoacutericos no son como esos originales no podemos observarlos con el fin de ver si el historiador los ha reproducido adecuadamente en su narrativa Tampoco debeshyriacuteamos hacerlo aunque pudieacuteramos porque despueacutes de todo fue el mismo caraacutecter extrantildeo del original tal como apareciacutea en los documentos el que inspiroacute los esfuerzos del historiador a la hora de elaborar un modelo Si el historiador

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soacutelo hiciera eso por nosotros estariacuteamos en la misma situashycioacuten que el paciente al que su analista soacutelo le dice sobre la base de entrevistas con sus padres hermanos y amigos de la infancia coacutemo fueron los laquohechos verdaderosraquo de su temshyprana infancia No tendriacuteamos motivos para pensar que nos han explicado nada

Esto es lo que me lleva a pensar que las narrativas histoacuteshyricas son no soacutelo modelos de acontecimientos y procesos pashysados sino tambieacuten enunciados metafoacutericos que sugieren una relacioacuten de similitud entre dichos acontecimientos y procesos y los tipos de relatos que convencionalmente usashymos para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas de significados culturalmente reconocidos Observada en un modo puramente formal una narrativa histoacuterica no es soacutelo una reproduccioacuten de los acontecimientos registrados en ella sino tambieacuten un complejo de siacutembolos que nos sentildeala direcshyciones para encontrar un icono de la estructura de esos aconshytecimientos en nuestra tradicioacuten literaria

Por supuesto asumo aquiacute las distinciones entre signo siacutembolo e icono que C S Peirce desarrolloacute en su filosofiacutea del lenguaje Creo que esas distinciones nos ayudaraacuten a comshyprender lo que es ficticio en toda representacioacuten supuestashymente realista del mundo y lo que es realista en todas las mashynifiestamente ficticias Nos ayudan en suma a responder a la pregunta iquestde queacute son representaciones las representacioshynes histoacutericas Me parece que debemos decir de las historias lo que F rye parecioacute considerar que soacutelo es cierto de la poeshysiacutea o las filosofiacuteas de la historia a saber que considerada coshymo un sistema de signos la narrativa histoacuterica apunta simulshytaacuteneamente en dos direcciones hacia los acontecimientos descritos en la narrativa y hacia el tipo de relato o mythos que el historiador ha elegido como icono de la estructura de los acontecimientos La narrativa en siacute misma no es el icono lo que hace es describir los acontecimientos del registro

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histoacuterico de modo tal que informa al lector acerca de queacute deshybe considerar como icono de los acontecimientos para conshyvertirlos en laquofamiliaresraquo La narrativa histoacuterica media asiacute enshytre los acontecimientos reportados en ella por un lado y la estructura de trama pregeneacuterica convencionalmente usada en nuestra cultura para dotar de significados a los acontecishymientos y situaciones no familiares por otro

La evasioacuten de las implicaciones de la naturaleza ficcional en la narrativa histoacuterica es en parte consecuencia de la utishylidad del concepto de laquohistoriaraquo para la definicioacuten de otros tipos de discurso Se puede oponer laquohistoriaraquo a laquocienciaraquo en virtud de su aspiracioacuten de rigor conceptual y su fracaso cuando trata de generar las leyes universales que de forma caracteriacutestica las ciencias buscan producir Igualmente laquohisshytoriaraquo puede ser opuesta a laquoliteraturaraquo debido a su intereacutes por lo laquorealraquo maacutes que por lo laquoposibleraquo~ que es supuestamenshyte el objeto de representacioacuten de los trabajos laquoliterariosraquo De este modo dentro de una larga y distinguida tradicioacuten criacutetica que ha buscado determinar lo que es laquorealraquo y lo que es laquoimashyginadoraquo en la novela la historia ha servido como una clase de arquetipo del polo laquorealistaraquo de representacioacuten Estoy pensando en Frye Auerbach Booth Scholes Kellogg y otros Sucede con frecuencia que los teoacutericos literarios cuando estaacuten hablando acerca del laquocontextoraquo de un trabajo literario asumen que ese contexto -el laquomedio histoacutericoraquoshytiene una concrecioacuten y una accesibilidad que el trabajo misshymo nunca puede tener como si fuera maacutes faacutecil percibir la reashylidad del mundo pasado reunido a partir de miles de docushymentos histoacutericos que exploran las profundidades de un trabajo literario que estaacute presente para el criacutetico que lo estushydia Pero la presunta concrecioacuten y accesibilidad del entorno histoacuterico esos contextos de los escritos que los eruditos liteshyrarios estudian son en siacute mismos producto de la capacidad de ficcioacuten de los historiadores que los han estudiado Los

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

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dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

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Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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desarrollo del campo Se podriacutea pensar que estas dificultades no surgen en el campo de la historia misma pero lo hacen y no soacutelo por las razones ya mencionadas Cuando se trata de escribir la historia de cierta disciplina acadeacutemica o incluso de una ciencia se debe estar preparado para hacer preguntas acerca de eacutesta preguntas que no se plantean en la praacutectica

misma Se debe intentar alcanzar aquello que estaacute maacutes allaacute los presupuestos que sostienen un tipo dado de investigashy

cioacuten y formular las preguntas que pueden ser realizadas en su praacutectica con objeto de determinar por queacute este tipo de indashygacioacuten ha sido disentildeado para resolver los problemas que proshypiamente trata de resolver Esto es lo que la metahistoria trata de hacer Su objetivo son preguntas tales como iquestcuaacutel es la esshytructura de una conciencia peculiarmente histoacuterica iquestCuaacutel es el estatus epistemoloacutegico de las explicaciones histoacutericas comshyparadas con otros tipos de explicaciones que podriacutean ofreshycerse para dar cuenta de los materiales con que los historiashydores tratan generalmente iquestCuaacuteles son las formas posibles representacioacuten histoacuterica y cuaacuteles son sus bases iquestQueacute autorishydad pueden demandar los relatos histoacutericos como contribushyciones a un conocimiento cierto de la realidad en general y de las ciencias humanas en particular

Ahora bien muchas de estas preguntas han sido tratadas de manera bastante competente a lo largo de los uacuteltimos

Ann Arbor 1966 Las ideas de Jakobson sobre la naturaleza tropoloacutegica del estilo estaacuten en laquoLinguistics and Poeticsraquo en Thomas A Sebeok (comp) Style and Language Nueva York y Londres 1960 Ademas de la Anatomy 01 Criticism (Princeton 1957) de Northrop Frye (trad cast Anatomiacutea de la criacutetica Caracas Monte Aacutevila veacutease tambieacuten su enshysayo sobre filosofiacutea de la historia laquoNew Directions from Oldraquo en Fables olIdentity Nueva 1963 Sobre relato y trama en la narrativa histoacuteshyriacuteca en el pensamiento de R G Collingwood veacutease su conocido ensayo The Idea olHistory Oxford 1956 (trad cast Idea de la historia) Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1965)

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veinticinco antildeos por filoacutesofos preocupados por definir relaciones de la historia con otras disciplinas especialmente las ciencias fiacutesicas y sociales y tambieacuten por historiadores interesados en evaluar los logros de su disciplina a la hora de trazar un mapa del pasado y determinar la relacioacuten de ese pasado con el presente Pero hay un problema que ni los loacutesofos ni los historiadores han planteado seriamente y cual los teoacutericos de la literiexclltura han prestado soacutelo una atenshycioacuten superficiaL El asunto tiene que ver con el estatus de la narrativa histoacuterica considerada puramente como un arteshyfacto verbal que pretende ser un modelo de estructuras y procesos muy antiguos y por consiguiente no sujeto a conshytroles experimentales u observacionales no quiere cir que los historiadores y los filoacutesofos de la historia no se hayan percatado de la naturaleza esencialmente provisional y contingente de las representaciones histoacutericas y de que son susceptibles de revisioacuten infinita a la luz de una nueva evidenshycia o de una conceptualizacioacuten maacutes sofisticada de los proshyblemas Una de las caracteriacutesticas de un buen historiador profesional es la coherencia con la cual recuerda a sus lectoshyres la naturaleza puramente provisional de sus caracterizashyciones de los acontecimientos los agentes y las agencias enshycontrados en el siempre incompleto registro histoacuterico Esto tampoco quiere decir que los teoacutericos de la literatura nunca hayan estudiado la estructura de las narrativas histoacutericas Pero en general han sido reticentes a considerar las narratishyvas histoacutericas como lo que manifiestamente son ficciones verbales cuyos contenidos son tanto inventados como enshycontrados y cuyas formas tienen maacutes en comuacuten con sus hoshymoacutelogas en la literatura que con las de las ciencias

Ahora bien es obvio que este encuentro de la conciencia miacutetica y la histoacuterica ofenderaacute a algunos historiadores y moshylestaraacute a aquellos teoacutericos literarios cuya concepcioacuten de la lishyteratura presupone una oposicioacuten radical entre historia y

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ficcioacuten o entre hecho y fantasiacutea Como Northrop Frye ha comentado laquoEn cierto sentido lo histoacuterico es lo opuesto de lo miacutetico por lo cual decirle a un historiador que lo que

a su libro es un 1 bull

teraquo Sin embargo el mlsmo trye quema de un historiador llega a un punto de tud se vuelve miacutetico en forma y entonces se acerca a lo poeacutetico en su estructuraraquo Incluso habla tipos diferentes de mitos histoacutericos mitos novelescos laquobasados en una buacutesshyqueda o peregrinaje hacia la Ciudad Dios o una sociedad sin clasesraquo laquomitos coacutemicos de progreso a traveacutes de la evolushycioacuten o la revolucioacutenraquo mitos traacutegicos de laquodecadencia y caiacuteda como los trabajos de Gibbon y Spenglerraquo y laquomitos iroacutenicos de recurrencia o cataacutestrofe casualraquo Pero Frye parece creer que estos mitos operan soacutelo en aquellas viacutectimas de lo que podriacutea llamarse la laquofalacia poeacuteticaraquo como Hegel Marx Nietzsche Spengler Toynbee y Sartre historiadores cuya fascinacioacuten por la capacidad laquoconstructivaraquo del pensamiento humano ha atenuado su responsabilidad para con los datos laquoencontradosraquo laquoEl historiador trabaja de forma inductiva -dice- recooilando hechos e intentando evitar cualquier

ve en laquodesderaquo una laquoforma unificadoraraquo como el poeta

sino laquohaciaraquo eacutesta y por tanto se que el historiador coshymo cualquier escritor de prosa discursiva tiene que ser juzshygado laquopor la verdad lo dice o por la adecuacioacuten de la reproduccioacuten verbal su modelo externoraquo ya trate ese modelo externo de acciones de hombres pasados o del penshysamiento propio del historiador acerca de tales acciones

Lo que F rye dice es bastante cierto como declaracioacuten del ideal que ha inspirado el escrito histoacuterico desde la eacutepoca de los griegos pero ese ideal presupone una oposicioacuten entre mito e historia que es tan problelnaacutetica como venerable Eacutesta

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sirve muy bien a los propoacutesitos de ya que le permite ubishycar lo especiacuteficamente laquoficticioraquo entre los conceptos de lo laquomiacuteticoraquo y lo laquohistoacutericoraquo Como los de la criacutetica recordaraacuten blimacion~s de estructuras miacutetlcas arauetiacuteolcas turas han sido desplazadas al rrtlr t

les de un modo tal que actuacutean como sign1ilcado 1 1-

significados fundamentales todas ficciones sus conteshynidos temaacuteticos consisten el punto vista de Frye en las laquoestructuras pregeneacutericas tramaraquo o mythoz derivadas de la literatura religiosa claacutesica y judeo-cristiana De acuerdo con esta teoriacutea comprendemos por un relato en particushylar laquoresulta serraquo lo que es cuando hemos identificado el mito arquetiacutepico o estructura de trama de la cual el relato es una ejemplificacioacuten Y vemos el laquopuntoraquo de un relashyto cuando hemos identificado su tema (la traduccioacuten de Frye de dianoia) que hace de aqueacutel laquouna paraacutebola o faacutebula ilustrashytivaraquo laquoCada trabajo de literatura -insiste Frye- tiene tanto un aspecto ficcional como uno temaacuteticoraquo pero cuando nos movemos desde la laquoproyeccioacuten ficcionalraquo hacia la articulashycioacuten evidente del tema el tiende a tomar el aspecto de laquouna apelacioacuten directa o escrito discursivo directo y deja de ser literaturaraquo como hemos visto desde el punto de visshyta de F rye la historia (o al menos laquola historia propiamente dicharaquo) pertenece a la de laquoescrito discursivoraquo de

cuando el elemento ficcional-o estructura m1t1Cl1- presente en ella la historia

LUilLVUa y se convierte en un geacutenero bastardo proshyuna unioacuten no consagrada aunque no antinatur

entre historia y IJ-

Sin embargo yo argumentariacutea que las nlstonas ganan parte de su explicativo a traveacutes de su eacutexito en consshytruir relatos a partir de meras croacutenicas y los relatos a su vez son construidos a partir de croacutenicas por medio de una

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operacioacuten que en otra parte hemiddotllamado laquotramadoraquo Por trashymado entiendo simplemente la codificacioacuten de los hechos contenidos en las croacutenicas como componentes de tipos esshypeciacuteficos de estructuras de trama precisamente en la forma que Frye ha propuesto que sucede en el caso de las laquoficcioshynesraquo en general

El difunto R G Collingwood insistiacutea en que el historiashydor es sobre todo un narrador y consideraba que la sensibishylidad histoacuterica se manifiesta en la capacidad de elaborar un relato plausible a partir de un cuacutemulo de laquohechosraquo que en su forma no procesada carecen por completo de sentido En el esfuerzo por conferir sentido al registro histoacuterico que es siempre fragmentario e incompleto los historiadores tieshynen que hacer uso de lo que Collingwood llamoacute laquoimaginashycioacuten constructivaraquo la cual le sentildeala al historiador -como le

- 1 1 d 1 h bull 11 1Seneacuteha al etectlve competente- eualaquo aDra SIGO el casoraquo dada la evidencia disponible y las propiedades formales que eacutesta le muestra a la conciencia capaz de formular las preshyguntas correctas Esta imaginacioacuten constructiva funciona de manera semejante a la imaginacioacuten a priori de Kant gracias a la cual) aun cuando no somos capaces de percibir los dos lados de una mesa simultaacuteneamente sin embargo podemos afirmar que tiene dos lados aunque soacutelo veamos uno porshyque el concepto mismo de un lado implica al menos otro lashydo Collingwood sugirioacute que los historiadores llegan a sus respectivas evidencias dotados con un sentido de las posibles formas que los distintos tipos de situaciones humanas recoshynocibles pueden tomar A este sentido lo denominoacute olfato para el laquorelatoraquo contenido en la evidencia o para el relato laquoverdaderoraquo que estaba soterrado o escondido bajo el relashyto laquoaparenteraquo Y concluyoacute que los historiadores ofrecen exshyplicaciones plausibles para los cuerpos de evidencia histoacuterishyca cuando logran descubrir el relato o complejo de relatos impliacutecitamente contenidos dentro de ellos

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Lo que Collingwood no advirtioacute sin embargo es que ninshyguacuten conjunto dado de acontecimientos histoacutericos casualmenshyte registrados puede por siacute mismo constituir un relato lo maacuteximo que podriacutea ofrecer al historiador son elementos del relato Los a~ontecimientos son incorporados en un relato meshydiante la supresioacuten y subordinacioacuten de algunos de ellos y el eacutenshyfasis en otros la caracterizacioacuten la repeticioacuten de motivos la variacioacuten del tono y el punto de vista las estrategias descriptiacuteshyvas alternativas y similares en suma mediante todas las teacutecnishycas que normalmente esperariacuteamos encontrar en el tramado de una novela o una obra Por ejemplo ninguacuten acontecimienshyto histoacuterico es intriacutensecamente traacutegico puede ser concebido como tal soacutelo desde un punto de vista particular o dentro del contexto de un conjunto estructurado de acontecimientos enshytre los cuales goza de un lugar privilegiado Porque en la hisshyIoria lo que es traacutegico desde una perspectiva resulta coacutemico desde otra al igual que lo que parece traacutegico en una sociedad desde el punto de vista de una clase puede ser como Marx pretendioacute mostrar en El dieciocho brumario de Luis Bonaparte soacutelo una farsa desde la perspectiva de otra clase Considerados como elementos potenciales de un relato los acontecimientos histoacutericos tienen un valor neutral Que encuentren su lugar finalmente en un relato que es traacutegico coacutemico romaacutentico o iroacutenico -para usar las categoriacuteas de Frye- depende de la deshycisioacuten del historiador de configurarlos de acuerdo con los imshyperativos de determinada estructura de trama o mythos) en lugar de otra El mismo conjunto de acontecimientos puede servir como componente de un relato que es traacutegico o coacutemico seguacuten sea el caso dependiendo de la eleccioacuten del historiador respecto a la estructura de trama que considera maacutes apropiada para ordenar los acontecimientos de ese tipo de forma que se incluyan dentro de un relato comprensible

Esto sugiere que lo que el historiador incorpora a su conshysideracioacuten del registro histoacuterico es una nocioacuten de los tipos de

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configuraciones de acontecimientos que pueden ser reconoshycidos como relatos por el puacuteblico para el que estaacute escribiendo Por supuesto puede fracasar No creo que nadie acepte el tramado de la vida del presidente Kennedy como una comeshydia pero es una cuestioacuten abierta si eacutesta debe ser tramada novelesca traacutegica o satiacutericamente La cuestioacuten central es que la mayoriacutea de las secuencias histoacutericas pueden ser tramadas de diferentes maneras proporcionando diferentes interpreshytaciones de los acontecimientos y otorgaacutendoles diferentes significados ASIacute por ejemplo lo que Michelet en su gran historia de la Revolucioacuten francesa construyoacute como un drashyma de trascendencia novelesca su contemporaacuteneo Tocqueshyville lo tramoacute como una tragedia iroacutenica N o puede decirse que ninguno de ellos haya tenido un mayor conocimiento de los laquohechosraquo contenidos en ese registro simplemente teniacutean

bull l r 1 1 1 1 1 nocIones mIerentes ae las Clases ae relatO que mejor se aJusshytaban a los hechos que conociacutean N o debe pensarse tampoco que contaron diferentes relatos de la revolucioacuten porque hashybiacutean descubi~rto diferentes tipos de hechos poliacuteticos por un lado sociales por otro Buscaron tipos diferentes de hechos porque teniacutean diferentes tipos de relatos para narrar Pero iquestpor queacute estas representaciones alternativas por no decir excluyentes de lo que era sustancialmente el mismo conjunshyto de acontecimientos parecieron igualmente plausibles a sus respectivas audiencias Simplemente porque los histoshyriadores compartiacutean con su puacuteblico ciertas concepciones previas acerca de coacutemo la revolucioacuten podriacutea ser tramada respondiendo a imperativos que eran general~ente ajenos a supuestos histoacutericos ideoloacutegicos esteacuteticos o miacuteticos

Oportunamente Collingwood sentildealoacute que no puede exshyplicarse una tragedia a quien no estaacute familiarizado con los tishypos de situaciones que son vistas como laquotraacutegicasraquo en nuestra cultura Cualquiera que haya ensentildeado o participado en uno de esos cursos antoloacutegicos titulados laquoLa civilizacioacuten occi-

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dentalraquo o laquoIntroduccioacuten a los claacutesicos de la literatura occidenshytalraquo comprenderaacute lo que Collingwood teniacutea en mente A menos que se tenga una idea de los atributos geneacutericos de las situaciones traacutegicas coacutemicas novelescas o iroacutenicas no se podraacute reconocerlas como tales cuando se las encuentre en un texto literario Pero las situaciones histoacutericas no han desashyrrollado dentro de siacute mismas significados intriacutensecos de la manera en que los textos literarios lo hacen Las situaciones histoacutericas no son inherentemente traacutegicas coacutemicas o noveshylescas Pueden ser todas ellas inherentemente iroacutenicas pero no necesitan ser tramadas de ese modo Todo lo que el hisshytoriador necesita hacer para transformar una situacioacuten traacuteshygica en coacutemica es adoptar otro punto de vista o modificar el alcance de sus percepciones De todos modos solamente pensamos en las situaciones como traacutegicas o coacutemicas porgue esos conceptos son parte de nuestra herencia cultural en geshyneral y en particular literaria Coacutemo debe ser configurada una situacioacuten histoacuterica dada depende de la sutileza del hisshytoriador para relacionar una estructura de trama especiacutefica con un conjunto de acontecimientos histoacutericos a los que deshysea dotar de un tipo especial de significado Esto es esenshycialmente una operacioacuten literaria es decir productora de ficcioacuten Y llamarla asiacute en ninguna forma invalida el estatus de las narrativas histoacutericas como proveedoras de un tipo de conocifliento Porque no soacutelo son limitadas en nuacutemero las estructuras pregeneacutericas de trama con las que los conjuntos de acontecimientos pueden ser constituidos como relatos de un tipo particular como Frye y otros grandes eacuteriacuteticos sugieshyren sino que la codificacioacuten de los acontecimientos en teacutershyminos de tales estructuras de trama es una de las formas que posee una cultura para dotar de sentido a los pasados tanto personales como puacuteblicos

Podemos dar sentido a conjuntos de acontecimientos de diferentes maneras Una de ellas consiste en subsumir los

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acontecimientos bajo leyes causales que pueden haber goshybernado su concatenacioacuten en pos de la produccioacuten de una configuracioacuten particular que esos acontecimientos parecen asumir cuando son considerados como laquoefectosraquo de fuerzas mecaacutenicas Asiacute actuacutea la explicacioacuten cientiacutefica Otra forma con la que damos sentido a un conjunto de acontecimientos que parece extrantildeo enigmaacutetico o misterioso en sus manishyfestaciones inmediatas se basa en codificar el conjunto en teacutershyminos de categoriacuteas provistas culturalmente tales como conshyceptos metafiacutesicos creencias religiosas o formas de relato efecto de tales codificaciones se traduce en familiarizarnos con lo no familiar por lo general eacutesta es la forma que adopshyta la historiografiacutea cuyos laquodatosraquo son siempre en principio extrantildeos por no decir exoacuteticos simplemente debido a la distancia que nos separa de ellos en el tiempo ya que se orishyginan en una forma de vida diferente de la nuestra

El historiador comparte con su audiencia nociones geneshyrales de las formas que las situaciones humanas significativas deben adquirir en virtud de su participacioacuten en los procesos especiacuteficos de dotacioacuten de sentido que lo identifican como miembro de un cierto legado cultural Cuando se enfrenta al proceso de estudio de un conjunto dado de acontecimienshytos comienza a percibir la posible forma narrativa que tales acontecimientos pueden adoptar En su relato acerca de coacuteshymo ese conjunto de acontecimientos adquirioacute la forma que percibe como inherente el historiador trama su narracioacuten como un relato de un tipo particular El lector inmerso en el proceso de seguir la narracioacuten del historiador sobre tales acontecimientos gradualmente se da cuenta de que el relato que estaacute leyendo corresponde a un tipo determinado noveshyla tragedia comedia saacutetira eacutepica o cualquier otro cuando ha percibido la clase o el tipo al que pertenece el relato que estaacute leyendo experimenta el efecto de que los acontecimienshytos del relato le han sido explicados En este punto el lector

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no soacutelo ha seguido exitosamente el relato sino que ha captado su esencia lo ha comprendido La extrantildeeza original el misshyterio el exotismo de los acontecimientos desaparece y eacutestos toman un aspecto familiar no en cuanto a sus detalles pero siacute en sus funciones como elementos de un tipo familiar de configuracioacuten Se vuelven comprensibles al ser subsumidos bajo las categoriacuteas de la estructura de trama en la cual son codificados como un relato de un tipo particular Son famishyliarizados pero no solamente porque el lector tiene ahora maacutes informacioacuten sobre los acontecimientos sino tambieacuten porque se le ha mostrado coacutemo los datos se ajustan a un icono de un proceso comprensible terminado una estructura de trama con la que estaacute familiarizado en la medida en que forma parte de su propio legado cultural

Esto no es distinto de lo que sucede o se supone que sushycede en psicoterapia El conjunto de acontecimientos pasados del paciente que constituyen la presunta causa d~ su angusshy

manifestada en el siacutendrome neuroacutetico se ha vuelto no familiar extrantildeo misterioso y amenazante y ha asumido un significado que el paciente no puede ni aceptar ni rechazar de modo eficaz No es que el paciente no sepa lo que esos aconshytecimientos eran que no conozca los hechos porque si no conociera en alguacuten sentido los hechos estariacutea incapacitado para reconocerlos y reprimirlos cuando surgieran en su conshyciencia Por el contrario los conoce demasiado bien De hecho los conoce tan bien que vive con ellos constantemente y de tal forma que es imposible para eacutel ver cualesquiera otros hechos excepto a traveacutes de la coloracioacuten que el conshyjunto de acontecimientos en cuestioacuten le da a su percepcioacuten del mundo Podriacuteamos decir que de acuerdo con la teoriacutea del psicoanaacutelisis el paciente ha sobretramado esos acontecishymientos los ha cargado con un significado tan intenso que ya sea de manera real o simplemente imaginada continuacutean dando forma tanto a sus percepciones como a sus respuestas

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al mundo mucho despueacutes del momento en que deberiacutean hashyber devenido laquohistoria pasadaraquo El problema del terapeuta entonces no consiste en exponer los laquohechos realesraquo del asunto ante el paciente oponer la laquoverdadraquo a la laquofantasiacutearaquo que lo obsesiona Tampoco se trata de dar al paciente un curso breve de teoriacutea psicoanaliacutetica para aclararle la verdashydera naturaleza de su angustia catalogaacutendola como una mashynifestacioacuten de alguacuten laquocomplejoraquo Esto es lo que el analista podriacutea hacer cuando relata el caso del paciente a un tercero especialmente a otro analista Pero la teoriacutea psicoanaliacutetica reconoce que el paciente resistiraacute ambas taacutecticas del mismo modo que resiste la intrusioacuten en la conciencia de las huellas de la memoria traumatizada en la forma en que obsesivashymente las recuerda El problema se basa en hacer que el pashyciente laquore-trameraquo toda su historia de vida de forma tal que cambie el significado que confiere a aquellos acontecimientos y su significacioacuten para la economiacutea de la serie total de aconteshycimientos que constituyen su vida Visto asiacute el proceso terashypeacuteutico es un ejercicio de refamiliarizacioacuten con los acontecishymientos que han sido desfamiliarizados que se han vuelto extrantildeos a la historia de vida del paciente en virtud de su soshybredeterminacioacuten como fuerzas causales Y podriacuteamos decir que los acontecimientos son destraumatizados al ser eliminashydos de una estructura de trama donde teniacutean un lugar domishynante e insertados en otra donde ocupan una funcioacuten suborshydinada o simplemente ordinaria como elementos de una vida compartida con los demaacutes

Ahora bien no me interesa forzar la analogiacutea entre psishycoterapia e historiografiacutea He usado el ejemplo soacutelo para ilustrar el componente de ficcioacuten en las narrativas histoacutericas Los historiadores buscan refamiliarizarnos con los acontecishymientos que han sido olvidados ya sea por accidente desashytencioacuten o represioacuten Maacutes auacuten los grandes historiadores se han ocupado siempre de aquellos acontecimientos de

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historias de sus culturas por naturaleza maacutes laquotraumaacuteticosraquo el significado de tales acontecimientos es problemaacutetico y esshytaacute sobredeterminado en la significatividad que todaviacutea tienen para la vida cotidiana acontecimientos tales como revolushyciones guerras civiles procesos de gran escala como la dustrializaCioacuten y la urbanizacioacuten o instituciones que han pershydido su funcioacuten original en una sociedad pero que continuacutean desempentildeando un importante papel en la escena social acshytual Observando los modos en que tales estructuras tomaron forma o evolucionaron los historiadores las refamiliarizan no soacutelo aportando maacutes informacioacuten sobre ellas sino tambieacuten mostrando coacutemo su desarrollo se ajustoacute a alguno de los tipos de relato a los que convencionalmente apelamos para dar senshytido a nuestras propias historias de vida

Ahora bien si algo de todo esto es plausible como caracshymiddot rl 1 tprtn p 11rflT1HI rL~ 1 +-~ h~+- _ ~~ ~ t erlzaCl0n _e~ e~ ___ ~ --xl - vv u~ iacutea UallaUVa lLJnOlH_a e

que aporta importantes consideraciones acerca del aspecto mimeacutetico de las narrativas histoacutericas Se suele aducir -coshymo dijo F rye- que una historia es un modelo verbal de un conjunto de acontecimientos externos a la mente del histoshyriador Pero es erroacuteneo pensar en una historia como un moshydelo similar a una reacuteplica a escala de un aeroplano o un barshyco un mapa o una fotografiacutea Porque podemos comprobar la adecuacioacuten de este uacuteltimo tipo de modelo observando el original y a traveacutes de la aplicacioacuten de reglas necesarias de traduccioacuten viendo en queacute aspecto el modelo ha tenido realshymente eacutexito al reproducir el original Sin embargo las estrucshyturas y los procesos histoacutericos no son como esos originales no podemos observarlos con el fin de ver si el historiador los ha reproducido adecuadamente en su narrativa Tampoco debeshyriacuteamos hacerlo aunque pudieacuteramos porque despueacutes de todo fue el mismo caraacutecter extrantildeo del original tal como apareciacutea en los documentos el que inspiroacute los esfuerzos del historiador a la hora de elaborar un modelo Si el historiador

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soacutelo hiciera eso por nosotros estariacuteamos en la misma situashycioacuten que el paciente al que su analista soacutelo le dice sobre la base de entrevistas con sus padres hermanos y amigos de la infancia coacutemo fueron los laquohechos verdaderosraquo de su temshyprana infancia No tendriacuteamos motivos para pensar que nos han explicado nada

Esto es lo que me lleva a pensar que las narrativas histoacuteshyricas son no soacutelo modelos de acontecimientos y procesos pashysados sino tambieacuten enunciados metafoacutericos que sugieren una relacioacuten de similitud entre dichos acontecimientos y procesos y los tipos de relatos que convencionalmente usashymos para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas de significados culturalmente reconocidos Observada en un modo puramente formal una narrativa histoacuterica no es soacutelo una reproduccioacuten de los acontecimientos registrados en ella sino tambieacuten un complejo de siacutembolos que nos sentildeala direcshyciones para encontrar un icono de la estructura de esos aconshytecimientos en nuestra tradicioacuten literaria

Por supuesto asumo aquiacute las distinciones entre signo siacutembolo e icono que C S Peirce desarrolloacute en su filosofiacutea del lenguaje Creo que esas distinciones nos ayudaraacuten a comshyprender lo que es ficticio en toda representacioacuten supuestashymente realista del mundo y lo que es realista en todas las mashynifiestamente ficticias Nos ayudan en suma a responder a la pregunta iquestde queacute son representaciones las representacioshynes histoacutericas Me parece que debemos decir de las historias lo que F rye parecioacute considerar que soacutelo es cierto de la poeshysiacutea o las filosofiacuteas de la historia a saber que considerada coshymo un sistema de signos la narrativa histoacuterica apunta simulshytaacuteneamente en dos direcciones hacia los acontecimientos descritos en la narrativa y hacia el tipo de relato o mythos que el historiador ha elegido como icono de la estructura de los acontecimientos La narrativa en siacute misma no es el icono lo que hace es describir los acontecimientos del registro

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histoacuterico de modo tal que informa al lector acerca de queacute deshybe considerar como icono de los acontecimientos para conshyvertirlos en laquofamiliaresraquo La narrativa histoacuterica media asiacute enshytre los acontecimientos reportados en ella por un lado y la estructura de trama pregeneacuterica convencionalmente usada en nuestra cultura para dotar de significados a los acontecishymientos y situaciones no familiares por otro

La evasioacuten de las implicaciones de la naturaleza ficcional en la narrativa histoacuterica es en parte consecuencia de la utishylidad del concepto de laquohistoriaraquo para la definicioacuten de otros tipos de discurso Se puede oponer laquohistoriaraquo a laquocienciaraquo en virtud de su aspiracioacuten de rigor conceptual y su fracaso cuando trata de generar las leyes universales que de forma caracteriacutestica las ciencias buscan producir Igualmente laquohisshytoriaraquo puede ser opuesta a laquoliteraturaraquo debido a su intereacutes por lo laquorealraquo maacutes que por lo laquoposibleraquo~ que es supuestamenshyte el objeto de representacioacuten de los trabajos laquoliterariosraquo De este modo dentro de una larga y distinguida tradicioacuten criacutetica que ha buscado determinar lo que es laquorealraquo y lo que es laquoimashyginadoraquo en la novela la historia ha servido como una clase de arquetipo del polo laquorealistaraquo de representacioacuten Estoy pensando en Frye Auerbach Booth Scholes Kellogg y otros Sucede con frecuencia que los teoacutericos literarios cuando estaacuten hablando acerca del laquocontextoraquo de un trabajo literario asumen que ese contexto -el laquomedio histoacutericoraquoshytiene una concrecioacuten y una accesibilidad que el trabajo misshymo nunca puede tener como si fuera maacutes faacutecil percibir la reashylidad del mundo pasado reunido a partir de miles de docushymentos histoacutericos que exploran las profundidades de un trabajo literario que estaacute presente para el criacutetico que lo estushydia Pero la presunta concrecioacuten y accesibilidad del entorno histoacuterico esos contextos de los escritos que los eruditos liteshyrarios estudian son en siacute mismos producto de la capacidad de ficcioacuten de los historiadores que los han estudiado Los

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

EL TEXTO HISTOacuteRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO

dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

EL TEXTO HISTOacuteRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO

Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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ficcioacuten o entre hecho y fantasiacutea Como Northrop Frye ha comentado laquoEn cierto sentido lo histoacuterico es lo opuesto de lo miacutetico por lo cual decirle a un historiador que lo que

a su libro es un 1 bull

teraquo Sin embargo el mlsmo trye quema de un historiador llega a un punto de tud se vuelve miacutetico en forma y entonces se acerca a lo poeacutetico en su estructuraraquo Incluso habla tipos diferentes de mitos histoacutericos mitos novelescos laquobasados en una buacutesshyqueda o peregrinaje hacia la Ciudad Dios o una sociedad sin clasesraquo laquomitos coacutemicos de progreso a traveacutes de la evolushycioacuten o la revolucioacutenraquo mitos traacutegicos de laquodecadencia y caiacuteda como los trabajos de Gibbon y Spenglerraquo y laquomitos iroacutenicos de recurrencia o cataacutestrofe casualraquo Pero Frye parece creer que estos mitos operan soacutelo en aquellas viacutectimas de lo que podriacutea llamarse la laquofalacia poeacuteticaraquo como Hegel Marx Nietzsche Spengler Toynbee y Sartre historiadores cuya fascinacioacuten por la capacidad laquoconstructivaraquo del pensamiento humano ha atenuado su responsabilidad para con los datos laquoencontradosraquo laquoEl historiador trabaja de forma inductiva -dice- recooilando hechos e intentando evitar cualquier

ve en laquodesderaquo una laquoforma unificadoraraquo como el poeta

sino laquohaciaraquo eacutesta y por tanto se que el historiador coshymo cualquier escritor de prosa discursiva tiene que ser juzshygado laquopor la verdad lo dice o por la adecuacioacuten de la reproduccioacuten verbal su modelo externoraquo ya trate ese modelo externo de acciones de hombres pasados o del penshysamiento propio del historiador acerca de tales acciones

Lo que F rye dice es bastante cierto como declaracioacuten del ideal que ha inspirado el escrito histoacuterico desde la eacutepoca de los griegos pero ese ideal presupone una oposicioacuten entre mito e historia que es tan problelnaacutetica como venerable Eacutesta

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sirve muy bien a los propoacutesitos de ya que le permite ubishycar lo especiacuteficamente laquoficticioraquo entre los conceptos de lo laquomiacuteticoraquo y lo laquohistoacutericoraquo Como los de la criacutetica recordaraacuten blimacion~s de estructuras miacutetlcas arauetiacuteolcas turas han sido desplazadas al rrtlr t

les de un modo tal que actuacutean como sign1ilcado 1 1-

significados fundamentales todas ficciones sus conteshynidos temaacuteticos consisten el punto vista de Frye en las laquoestructuras pregeneacutericas tramaraquo o mythoz derivadas de la literatura religiosa claacutesica y judeo-cristiana De acuerdo con esta teoriacutea comprendemos por un relato en particushylar laquoresulta serraquo lo que es cuando hemos identificado el mito arquetiacutepico o estructura de trama de la cual el relato es una ejemplificacioacuten Y vemos el laquopuntoraquo de un relashyto cuando hemos identificado su tema (la traduccioacuten de Frye de dianoia) que hace de aqueacutel laquouna paraacutebola o faacutebula ilustrashytivaraquo laquoCada trabajo de literatura -insiste Frye- tiene tanto un aspecto ficcional como uno temaacuteticoraquo pero cuando nos movemos desde la laquoproyeccioacuten ficcionalraquo hacia la articulashycioacuten evidente del tema el tiende a tomar el aspecto de laquouna apelacioacuten directa o escrito discursivo directo y deja de ser literaturaraquo como hemos visto desde el punto de visshyta de F rye la historia (o al menos laquola historia propiamente dicharaquo) pertenece a la de laquoescrito discursivoraquo de

cuando el elemento ficcional-o estructura m1t1Cl1- presente en ella la historia

LUilLVUa y se convierte en un geacutenero bastardo proshyuna unioacuten no consagrada aunque no antinatur

entre historia y IJ-

Sin embargo yo argumentariacutea que las nlstonas ganan parte de su explicativo a traveacutes de su eacutexito en consshytruir relatos a partir de meras croacutenicas y los relatos a su vez son construidos a partir de croacutenicas por medio de una

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operacioacuten que en otra parte hemiddotllamado laquotramadoraquo Por trashymado entiendo simplemente la codificacioacuten de los hechos contenidos en las croacutenicas como componentes de tipos esshypeciacuteficos de estructuras de trama precisamente en la forma que Frye ha propuesto que sucede en el caso de las laquoficcioshynesraquo en general

El difunto R G Collingwood insistiacutea en que el historiashydor es sobre todo un narrador y consideraba que la sensibishylidad histoacuterica se manifiesta en la capacidad de elaborar un relato plausible a partir de un cuacutemulo de laquohechosraquo que en su forma no procesada carecen por completo de sentido En el esfuerzo por conferir sentido al registro histoacuterico que es siempre fragmentario e incompleto los historiadores tieshynen que hacer uso de lo que Collingwood llamoacute laquoimaginashycioacuten constructivaraquo la cual le sentildeala al historiador -como le

- 1 1 d 1 h bull 11 1Seneacuteha al etectlve competente- eualaquo aDra SIGO el casoraquo dada la evidencia disponible y las propiedades formales que eacutesta le muestra a la conciencia capaz de formular las preshyguntas correctas Esta imaginacioacuten constructiva funciona de manera semejante a la imaginacioacuten a priori de Kant gracias a la cual) aun cuando no somos capaces de percibir los dos lados de una mesa simultaacuteneamente sin embargo podemos afirmar que tiene dos lados aunque soacutelo veamos uno porshyque el concepto mismo de un lado implica al menos otro lashydo Collingwood sugirioacute que los historiadores llegan a sus respectivas evidencias dotados con un sentido de las posibles formas que los distintos tipos de situaciones humanas recoshynocibles pueden tomar A este sentido lo denominoacute olfato para el laquorelatoraquo contenido en la evidencia o para el relato laquoverdaderoraquo que estaba soterrado o escondido bajo el relashyto laquoaparenteraquo Y concluyoacute que los historiadores ofrecen exshyplicaciones plausibles para los cuerpos de evidencia histoacuterishyca cuando logran descubrir el relato o complejo de relatos impliacutecitamente contenidos dentro de ellos

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Lo que Collingwood no advirtioacute sin embargo es que ninshyguacuten conjunto dado de acontecimientos histoacutericos casualmenshyte registrados puede por siacute mismo constituir un relato lo maacuteximo que podriacutea ofrecer al historiador son elementos del relato Los a~ontecimientos son incorporados en un relato meshydiante la supresioacuten y subordinacioacuten de algunos de ellos y el eacutenshyfasis en otros la caracterizacioacuten la repeticioacuten de motivos la variacioacuten del tono y el punto de vista las estrategias descriptiacuteshyvas alternativas y similares en suma mediante todas las teacutecnishycas que normalmente esperariacuteamos encontrar en el tramado de una novela o una obra Por ejemplo ninguacuten acontecimienshyto histoacuterico es intriacutensecamente traacutegico puede ser concebido como tal soacutelo desde un punto de vista particular o dentro del contexto de un conjunto estructurado de acontecimientos enshytre los cuales goza de un lugar privilegiado Porque en la hisshyIoria lo que es traacutegico desde una perspectiva resulta coacutemico desde otra al igual que lo que parece traacutegico en una sociedad desde el punto de vista de una clase puede ser como Marx pretendioacute mostrar en El dieciocho brumario de Luis Bonaparte soacutelo una farsa desde la perspectiva de otra clase Considerados como elementos potenciales de un relato los acontecimientos histoacutericos tienen un valor neutral Que encuentren su lugar finalmente en un relato que es traacutegico coacutemico romaacutentico o iroacutenico -para usar las categoriacuteas de Frye- depende de la deshycisioacuten del historiador de configurarlos de acuerdo con los imshyperativos de determinada estructura de trama o mythos) en lugar de otra El mismo conjunto de acontecimientos puede servir como componente de un relato que es traacutegico o coacutemico seguacuten sea el caso dependiendo de la eleccioacuten del historiador respecto a la estructura de trama que considera maacutes apropiada para ordenar los acontecimientos de ese tipo de forma que se incluyan dentro de un relato comprensible

Esto sugiere que lo que el historiador incorpora a su conshysideracioacuten del registro histoacuterico es una nocioacuten de los tipos de

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configuraciones de acontecimientos que pueden ser reconoshycidos como relatos por el puacuteblico para el que estaacute escribiendo Por supuesto puede fracasar No creo que nadie acepte el tramado de la vida del presidente Kennedy como una comeshydia pero es una cuestioacuten abierta si eacutesta debe ser tramada novelesca traacutegica o satiacutericamente La cuestioacuten central es que la mayoriacutea de las secuencias histoacutericas pueden ser tramadas de diferentes maneras proporcionando diferentes interpreshytaciones de los acontecimientos y otorgaacutendoles diferentes significados ASIacute por ejemplo lo que Michelet en su gran historia de la Revolucioacuten francesa construyoacute como un drashyma de trascendencia novelesca su contemporaacuteneo Tocqueshyville lo tramoacute como una tragedia iroacutenica N o puede decirse que ninguno de ellos haya tenido un mayor conocimiento de los laquohechosraquo contenidos en ese registro simplemente teniacutean

bull l r 1 1 1 1 1 nocIones mIerentes ae las Clases ae relatO que mejor se aJusshytaban a los hechos que conociacutean N o debe pensarse tampoco que contaron diferentes relatos de la revolucioacuten porque hashybiacutean descubi~rto diferentes tipos de hechos poliacuteticos por un lado sociales por otro Buscaron tipos diferentes de hechos porque teniacutean diferentes tipos de relatos para narrar Pero iquestpor queacute estas representaciones alternativas por no decir excluyentes de lo que era sustancialmente el mismo conjunshyto de acontecimientos parecieron igualmente plausibles a sus respectivas audiencias Simplemente porque los histoshyriadores compartiacutean con su puacuteblico ciertas concepciones previas acerca de coacutemo la revolucioacuten podriacutea ser tramada respondiendo a imperativos que eran general~ente ajenos a supuestos histoacutericos ideoloacutegicos esteacuteticos o miacuteticos

Oportunamente Collingwood sentildealoacute que no puede exshyplicarse una tragedia a quien no estaacute familiarizado con los tishypos de situaciones que son vistas como laquotraacutegicasraquo en nuestra cultura Cualquiera que haya ensentildeado o participado en uno de esos cursos antoloacutegicos titulados laquoLa civilizacioacuten occi-

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dentalraquo o laquoIntroduccioacuten a los claacutesicos de la literatura occidenshytalraquo comprenderaacute lo que Collingwood teniacutea en mente A menos que se tenga una idea de los atributos geneacutericos de las situaciones traacutegicas coacutemicas novelescas o iroacutenicas no se podraacute reconocerlas como tales cuando se las encuentre en un texto literario Pero las situaciones histoacutericas no han desashyrrollado dentro de siacute mismas significados intriacutensecos de la manera en que los textos literarios lo hacen Las situaciones histoacutericas no son inherentemente traacutegicas coacutemicas o noveshylescas Pueden ser todas ellas inherentemente iroacutenicas pero no necesitan ser tramadas de ese modo Todo lo que el hisshytoriador necesita hacer para transformar una situacioacuten traacuteshygica en coacutemica es adoptar otro punto de vista o modificar el alcance de sus percepciones De todos modos solamente pensamos en las situaciones como traacutegicas o coacutemicas porgue esos conceptos son parte de nuestra herencia cultural en geshyneral y en particular literaria Coacutemo debe ser configurada una situacioacuten histoacuterica dada depende de la sutileza del hisshytoriador para relacionar una estructura de trama especiacutefica con un conjunto de acontecimientos histoacutericos a los que deshysea dotar de un tipo especial de significado Esto es esenshycialmente una operacioacuten literaria es decir productora de ficcioacuten Y llamarla asiacute en ninguna forma invalida el estatus de las narrativas histoacutericas como proveedoras de un tipo de conocifliento Porque no soacutelo son limitadas en nuacutemero las estructuras pregeneacutericas de trama con las que los conjuntos de acontecimientos pueden ser constituidos como relatos de un tipo particular como Frye y otros grandes eacuteriacuteticos sugieshyren sino que la codificacioacuten de los acontecimientos en teacutershyminos de tales estructuras de trama es una de las formas que posee una cultura para dotar de sentido a los pasados tanto personales como puacuteblicos

Podemos dar sentido a conjuntos de acontecimientos de diferentes maneras Una de ellas consiste en subsumir los

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acontecimientos bajo leyes causales que pueden haber goshybernado su concatenacioacuten en pos de la produccioacuten de una configuracioacuten particular que esos acontecimientos parecen asumir cuando son considerados como laquoefectosraquo de fuerzas mecaacutenicas Asiacute actuacutea la explicacioacuten cientiacutefica Otra forma con la que damos sentido a un conjunto de acontecimientos que parece extrantildeo enigmaacutetico o misterioso en sus manishyfestaciones inmediatas se basa en codificar el conjunto en teacutershyminos de categoriacuteas provistas culturalmente tales como conshyceptos metafiacutesicos creencias religiosas o formas de relato efecto de tales codificaciones se traduce en familiarizarnos con lo no familiar por lo general eacutesta es la forma que adopshyta la historiografiacutea cuyos laquodatosraquo son siempre en principio extrantildeos por no decir exoacuteticos simplemente debido a la distancia que nos separa de ellos en el tiempo ya que se orishyginan en una forma de vida diferente de la nuestra

El historiador comparte con su audiencia nociones geneshyrales de las formas que las situaciones humanas significativas deben adquirir en virtud de su participacioacuten en los procesos especiacuteficos de dotacioacuten de sentido que lo identifican como miembro de un cierto legado cultural Cuando se enfrenta al proceso de estudio de un conjunto dado de acontecimienshytos comienza a percibir la posible forma narrativa que tales acontecimientos pueden adoptar En su relato acerca de coacuteshymo ese conjunto de acontecimientos adquirioacute la forma que percibe como inherente el historiador trama su narracioacuten como un relato de un tipo particular El lector inmerso en el proceso de seguir la narracioacuten del historiador sobre tales acontecimientos gradualmente se da cuenta de que el relato que estaacute leyendo corresponde a un tipo determinado noveshyla tragedia comedia saacutetira eacutepica o cualquier otro cuando ha percibido la clase o el tipo al que pertenece el relato que estaacute leyendo experimenta el efecto de que los acontecimienshytos del relato le han sido explicados En este punto el lector

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no soacutelo ha seguido exitosamente el relato sino que ha captado su esencia lo ha comprendido La extrantildeeza original el misshyterio el exotismo de los acontecimientos desaparece y eacutestos toman un aspecto familiar no en cuanto a sus detalles pero siacute en sus funciones como elementos de un tipo familiar de configuracioacuten Se vuelven comprensibles al ser subsumidos bajo las categoriacuteas de la estructura de trama en la cual son codificados como un relato de un tipo particular Son famishyliarizados pero no solamente porque el lector tiene ahora maacutes informacioacuten sobre los acontecimientos sino tambieacuten porque se le ha mostrado coacutemo los datos se ajustan a un icono de un proceso comprensible terminado una estructura de trama con la que estaacute familiarizado en la medida en que forma parte de su propio legado cultural

Esto no es distinto de lo que sucede o se supone que sushycede en psicoterapia El conjunto de acontecimientos pasados del paciente que constituyen la presunta causa d~ su angusshy

manifestada en el siacutendrome neuroacutetico se ha vuelto no familiar extrantildeo misterioso y amenazante y ha asumido un significado que el paciente no puede ni aceptar ni rechazar de modo eficaz No es que el paciente no sepa lo que esos aconshytecimientos eran que no conozca los hechos porque si no conociera en alguacuten sentido los hechos estariacutea incapacitado para reconocerlos y reprimirlos cuando surgieran en su conshyciencia Por el contrario los conoce demasiado bien De hecho los conoce tan bien que vive con ellos constantemente y de tal forma que es imposible para eacutel ver cualesquiera otros hechos excepto a traveacutes de la coloracioacuten que el conshyjunto de acontecimientos en cuestioacuten le da a su percepcioacuten del mundo Podriacuteamos decir que de acuerdo con la teoriacutea del psicoanaacutelisis el paciente ha sobretramado esos acontecishymientos los ha cargado con un significado tan intenso que ya sea de manera real o simplemente imaginada continuacutean dando forma tanto a sus percepciones como a sus respuestas

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al mundo mucho despueacutes del momento en que deberiacutean hashyber devenido laquohistoria pasadaraquo El problema del terapeuta entonces no consiste en exponer los laquohechos realesraquo del asunto ante el paciente oponer la laquoverdadraquo a la laquofantasiacutearaquo que lo obsesiona Tampoco se trata de dar al paciente un curso breve de teoriacutea psicoanaliacutetica para aclararle la verdashydera naturaleza de su angustia catalogaacutendola como una mashynifestacioacuten de alguacuten laquocomplejoraquo Esto es lo que el analista podriacutea hacer cuando relata el caso del paciente a un tercero especialmente a otro analista Pero la teoriacutea psicoanaliacutetica reconoce que el paciente resistiraacute ambas taacutecticas del mismo modo que resiste la intrusioacuten en la conciencia de las huellas de la memoria traumatizada en la forma en que obsesivashymente las recuerda El problema se basa en hacer que el pashyciente laquore-trameraquo toda su historia de vida de forma tal que cambie el significado que confiere a aquellos acontecimientos y su significacioacuten para la economiacutea de la serie total de aconteshycimientos que constituyen su vida Visto asiacute el proceso terashypeacuteutico es un ejercicio de refamiliarizacioacuten con los acontecishymientos que han sido desfamiliarizados que se han vuelto extrantildeos a la historia de vida del paciente en virtud de su soshybredeterminacioacuten como fuerzas causales Y podriacuteamos decir que los acontecimientos son destraumatizados al ser eliminashydos de una estructura de trama donde teniacutean un lugar domishynante e insertados en otra donde ocupan una funcioacuten suborshydinada o simplemente ordinaria como elementos de una vida compartida con los demaacutes

Ahora bien no me interesa forzar la analogiacutea entre psishycoterapia e historiografiacutea He usado el ejemplo soacutelo para ilustrar el componente de ficcioacuten en las narrativas histoacutericas Los historiadores buscan refamiliarizarnos con los acontecishymientos que han sido olvidados ya sea por accidente desashytencioacuten o represioacuten Maacutes auacuten los grandes historiadores se han ocupado siempre de aquellos acontecimientos de

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historias de sus culturas por naturaleza maacutes laquotraumaacuteticosraquo el significado de tales acontecimientos es problemaacutetico y esshytaacute sobredeterminado en la significatividad que todaviacutea tienen para la vida cotidiana acontecimientos tales como revolushyciones guerras civiles procesos de gran escala como la dustrializaCioacuten y la urbanizacioacuten o instituciones que han pershydido su funcioacuten original en una sociedad pero que continuacutean desempentildeando un importante papel en la escena social acshytual Observando los modos en que tales estructuras tomaron forma o evolucionaron los historiadores las refamiliarizan no soacutelo aportando maacutes informacioacuten sobre ellas sino tambieacuten mostrando coacutemo su desarrollo se ajustoacute a alguno de los tipos de relato a los que convencionalmente apelamos para dar senshytido a nuestras propias historias de vida

Ahora bien si algo de todo esto es plausible como caracshymiddot rl 1 tprtn p 11rflT1HI rL~ 1 +-~ h~+- _ ~~ ~ t erlzaCl0n _e~ e~ ___ ~ --xl - vv u~ iacutea UallaUVa lLJnOlH_a e

que aporta importantes consideraciones acerca del aspecto mimeacutetico de las narrativas histoacutericas Se suele aducir -coshymo dijo F rye- que una historia es un modelo verbal de un conjunto de acontecimientos externos a la mente del histoshyriador Pero es erroacuteneo pensar en una historia como un moshydelo similar a una reacuteplica a escala de un aeroplano o un barshyco un mapa o una fotografiacutea Porque podemos comprobar la adecuacioacuten de este uacuteltimo tipo de modelo observando el original y a traveacutes de la aplicacioacuten de reglas necesarias de traduccioacuten viendo en queacute aspecto el modelo ha tenido realshymente eacutexito al reproducir el original Sin embargo las estrucshyturas y los procesos histoacutericos no son como esos originales no podemos observarlos con el fin de ver si el historiador los ha reproducido adecuadamente en su narrativa Tampoco debeshyriacuteamos hacerlo aunque pudieacuteramos porque despueacutes de todo fue el mismo caraacutecter extrantildeo del original tal como apareciacutea en los documentos el que inspiroacute los esfuerzos del historiador a la hora de elaborar un modelo Si el historiador

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soacutelo hiciera eso por nosotros estariacuteamos en la misma situashycioacuten que el paciente al que su analista soacutelo le dice sobre la base de entrevistas con sus padres hermanos y amigos de la infancia coacutemo fueron los laquohechos verdaderosraquo de su temshyprana infancia No tendriacuteamos motivos para pensar que nos han explicado nada

Esto es lo que me lleva a pensar que las narrativas histoacuteshyricas son no soacutelo modelos de acontecimientos y procesos pashysados sino tambieacuten enunciados metafoacutericos que sugieren una relacioacuten de similitud entre dichos acontecimientos y procesos y los tipos de relatos que convencionalmente usashymos para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas de significados culturalmente reconocidos Observada en un modo puramente formal una narrativa histoacuterica no es soacutelo una reproduccioacuten de los acontecimientos registrados en ella sino tambieacuten un complejo de siacutembolos que nos sentildeala direcshyciones para encontrar un icono de la estructura de esos aconshytecimientos en nuestra tradicioacuten literaria

Por supuesto asumo aquiacute las distinciones entre signo siacutembolo e icono que C S Peirce desarrolloacute en su filosofiacutea del lenguaje Creo que esas distinciones nos ayudaraacuten a comshyprender lo que es ficticio en toda representacioacuten supuestashymente realista del mundo y lo que es realista en todas las mashynifiestamente ficticias Nos ayudan en suma a responder a la pregunta iquestde queacute son representaciones las representacioshynes histoacutericas Me parece que debemos decir de las historias lo que F rye parecioacute considerar que soacutelo es cierto de la poeshysiacutea o las filosofiacuteas de la historia a saber que considerada coshymo un sistema de signos la narrativa histoacuterica apunta simulshytaacuteneamente en dos direcciones hacia los acontecimientos descritos en la narrativa y hacia el tipo de relato o mythos que el historiador ha elegido como icono de la estructura de los acontecimientos La narrativa en siacute misma no es el icono lo que hace es describir los acontecimientos del registro

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histoacuterico de modo tal que informa al lector acerca de queacute deshybe considerar como icono de los acontecimientos para conshyvertirlos en laquofamiliaresraquo La narrativa histoacuterica media asiacute enshytre los acontecimientos reportados en ella por un lado y la estructura de trama pregeneacuterica convencionalmente usada en nuestra cultura para dotar de significados a los acontecishymientos y situaciones no familiares por otro

La evasioacuten de las implicaciones de la naturaleza ficcional en la narrativa histoacuterica es en parte consecuencia de la utishylidad del concepto de laquohistoriaraquo para la definicioacuten de otros tipos de discurso Se puede oponer laquohistoriaraquo a laquocienciaraquo en virtud de su aspiracioacuten de rigor conceptual y su fracaso cuando trata de generar las leyes universales que de forma caracteriacutestica las ciencias buscan producir Igualmente laquohisshytoriaraquo puede ser opuesta a laquoliteraturaraquo debido a su intereacutes por lo laquorealraquo maacutes que por lo laquoposibleraquo~ que es supuestamenshyte el objeto de representacioacuten de los trabajos laquoliterariosraquo De este modo dentro de una larga y distinguida tradicioacuten criacutetica que ha buscado determinar lo que es laquorealraquo y lo que es laquoimashyginadoraquo en la novela la historia ha servido como una clase de arquetipo del polo laquorealistaraquo de representacioacuten Estoy pensando en Frye Auerbach Booth Scholes Kellogg y otros Sucede con frecuencia que los teoacutericos literarios cuando estaacuten hablando acerca del laquocontextoraquo de un trabajo literario asumen que ese contexto -el laquomedio histoacutericoraquoshytiene una concrecioacuten y una accesibilidad que el trabajo misshymo nunca puede tener como si fuera maacutes faacutecil percibir la reashylidad del mundo pasado reunido a partir de miles de docushymentos histoacutericos que exploran las profundidades de un trabajo literario que estaacute presente para el criacutetico que lo estushydia Pero la presunta concrecioacuten y accesibilidad del entorno histoacuterico esos contextos de los escritos que los eruditos liteshyrarios estudian son en siacute mismos producto de la capacidad de ficcioacuten de los historiadores que los han estudiado Los

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

EL TEXTO HISTOacuteRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO

dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

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Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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operacioacuten que en otra parte hemiddotllamado laquotramadoraquo Por trashymado entiendo simplemente la codificacioacuten de los hechos contenidos en las croacutenicas como componentes de tipos esshypeciacuteficos de estructuras de trama precisamente en la forma que Frye ha propuesto que sucede en el caso de las laquoficcioshynesraquo en general

El difunto R G Collingwood insistiacutea en que el historiashydor es sobre todo un narrador y consideraba que la sensibishylidad histoacuterica se manifiesta en la capacidad de elaborar un relato plausible a partir de un cuacutemulo de laquohechosraquo que en su forma no procesada carecen por completo de sentido En el esfuerzo por conferir sentido al registro histoacuterico que es siempre fragmentario e incompleto los historiadores tieshynen que hacer uso de lo que Collingwood llamoacute laquoimaginashycioacuten constructivaraquo la cual le sentildeala al historiador -como le

- 1 1 d 1 h bull 11 1Seneacuteha al etectlve competente- eualaquo aDra SIGO el casoraquo dada la evidencia disponible y las propiedades formales que eacutesta le muestra a la conciencia capaz de formular las preshyguntas correctas Esta imaginacioacuten constructiva funciona de manera semejante a la imaginacioacuten a priori de Kant gracias a la cual) aun cuando no somos capaces de percibir los dos lados de una mesa simultaacuteneamente sin embargo podemos afirmar que tiene dos lados aunque soacutelo veamos uno porshyque el concepto mismo de un lado implica al menos otro lashydo Collingwood sugirioacute que los historiadores llegan a sus respectivas evidencias dotados con un sentido de las posibles formas que los distintos tipos de situaciones humanas recoshynocibles pueden tomar A este sentido lo denominoacute olfato para el laquorelatoraquo contenido en la evidencia o para el relato laquoverdaderoraquo que estaba soterrado o escondido bajo el relashyto laquoaparenteraquo Y concluyoacute que los historiadores ofrecen exshyplicaciones plausibles para los cuerpos de evidencia histoacuterishyca cuando logran descubrir el relato o complejo de relatos impliacutecitamente contenidos dentro de ellos

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Lo que Collingwood no advirtioacute sin embargo es que ninshyguacuten conjunto dado de acontecimientos histoacutericos casualmenshyte registrados puede por siacute mismo constituir un relato lo maacuteximo que podriacutea ofrecer al historiador son elementos del relato Los a~ontecimientos son incorporados en un relato meshydiante la supresioacuten y subordinacioacuten de algunos de ellos y el eacutenshyfasis en otros la caracterizacioacuten la repeticioacuten de motivos la variacioacuten del tono y el punto de vista las estrategias descriptiacuteshyvas alternativas y similares en suma mediante todas las teacutecnishycas que normalmente esperariacuteamos encontrar en el tramado de una novela o una obra Por ejemplo ninguacuten acontecimienshyto histoacuterico es intriacutensecamente traacutegico puede ser concebido como tal soacutelo desde un punto de vista particular o dentro del contexto de un conjunto estructurado de acontecimientos enshytre los cuales goza de un lugar privilegiado Porque en la hisshyIoria lo que es traacutegico desde una perspectiva resulta coacutemico desde otra al igual que lo que parece traacutegico en una sociedad desde el punto de vista de una clase puede ser como Marx pretendioacute mostrar en El dieciocho brumario de Luis Bonaparte soacutelo una farsa desde la perspectiva de otra clase Considerados como elementos potenciales de un relato los acontecimientos histoacutericos tienen un valor neutral Que encuentren su lugar finalmente en un relato que es traacutegico coacutemico romaacutentico o iroacutenico -para usar las categoriacuteas de Frye- depende de la deshycisioacuten del historiador de configurarlos de acuerdo con los imshyperativos de determinada estructura de trama o mythos) en lugar de otra El mismo conjunto de acontecimientos puede servir como componente de un relato que es traacutegico o coacutemico seguacuten sea el caso dependiendo de la eleccioacuten del historiador respecto a la estructura de trama que considera maacutes apropiada para ordenar los acontecimientos de ese tipo de forma que se incluyan dentro de un relato comprensible

Esto sugiere que lo que el historiador incorpora a su conshysideracioacuten del registro histoacuterico es una nocioacuten de los tipos de

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configuraciones de acontecimientos que pueden ser reconoshycidos como relatos por el puacuteblico para el que estaacute escribiendo Por supuesto puede fracasar No creo que nadie acepte el tramado de la vida del presidente Kennedy como una comeshydia pero es una cuestioacuten abierta si eacutesta debe ser tramada novelesca traacutegica o satiacutericamente La cuestioacuten central es que la mayoriacutea de las secuencias histoacutericas pueden ser tramadas de diferentes maneras proporcionando diferentes interpreshytaciones de los acontecimientos y otorgaacutendoles diferentes significados ASIacute por ejemplo lo que Michelet en su gran historia de la Revolucioacuten francesa construyoacute como un drashyma de trascendencia novelesca su contemporaacuteneo Tocqueshyville lo tramoacute como una tragedia iroacutenica N o puede decirse que ninguno de ellos haya tenido un mayor conocimiento de los laquohechosraquo contenidos en ese registro simplemente teniacutean

bull l r 1 1 1 1 1 nocIones mIerentes ae las Clases ae relatO que mejor se aJusshytaban a los hechos que conociacutean N o debe pensarse tampoco que contaron diferentes relatos de la revolucioacuten porque hashybiacutean descubi~rto diferentes tipos de hechos poliacuteticos por un lado sociales por otro Buscaron tipos diferentes de hechos porque teniacutean diferentes tipos de relatos para narrar Pero iquestpor queacute estas representaciones alternativas por no decir excluyentes de lo que era sustancialmente el mismo conjunshyto de acontecimientos parecieron igualmente plausibles a sus respectivas audiencias Simplemente porque los histoshyriadores compartiacutean con su puacuteblico ciertas concepciones previas acerca de coacutemo la revolucioacuten podriacutea ser tramada respondiendo a imperativos que eran general~ente ajenos a supuestos histoacutericos ideoloacutegicos esteacuteticos o miacuteticos

Oportunamente Collingwood sentildealoacute que no puede exshyplicarse una tragedia a quien no estaacute familiarizado con los tishypos de situaciones que son vistas como laquotraacutegicasraquo en nuestra cultura Cualquiera que haya ensentildeado o participado en uno de esos cursos antoloacutegicos titulados laquoLa civilizacioacuten occi-

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dentalraquo o laquoIntroduccioacuten a los claacutesicos de la literatura occidenshytalraquo comprenderaacute lo que Collingwood teniacutea en mente A menos que se tenga una idea de los atributos geneacutericos de las situaciones traacutegicas coacutemicas novelescas o iroacutenicas no se podraacute reconocerlas como tales cuando se las encuentre en un texto literario Pero las situaciones histoacutericas no han desashyrrollado dentro de siacute mismas significados intriacutensecos de la manera en que los textos literarios lo hacen Las situaciones histoacutericas no son inherentemente traacutegicas coacutemicas o noveshylescas Pueden ser todas ellas inherentemente iroacutenicas pero no necesitan ser tramadas de ese modo Todo lo que el hisshytoriador necesita hacer para transformar una situacioacuten traacuteshygica en coacutemica es adoptar otro punto de vista o modificar el alcance de sus percepciones De todos modos solamente pensamos en las situaciones como traacutegicas o coacutemicas porgue esos conceptos son parte de nuestra herencia cultural en geshyneral y en particular literaria Coacutemo debe ser configurada una situacioacuten histoacuterica dada depende de la sutileza del hisshytoriador para relacionar una estructura de trama especiacutefica con un conjunto de acontecimientos histoacutericos a los que deshysea dotar de un tipo especial de significado Esto es esenshycialmente una operacioacuten literaria es decir productora de ficcioacuten Y llamarla asiacute en ninguna forma invalida el estatus de las narrativas histoacutericas como proveedoras de un tipo de conocifliento Porque no soacutelo son limitadas en nuacutemero las estructuras pregeneacutericas de trama con las que los conjuntos de acontecimientos pueden ser constituidos como relatos de un tipo particular como Frye y otros grandes eacuteriacuteticos sugieshyren sino que la codificacioacuten de los acontecimientos en teacutershyminos de tales estructuras de trama es una de las formas que posee una cultura para dotar de sentido a los pasados tanto personales como puacuteblicos

Podemos dar sentido a conjuntos de acontecimientos de diferentes maneras Una de ellas consiste en subsumir los

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acontecimientos bajo leyes causales que pueden haber goshybernado su concatenacioacuten en pos de la produccioacuten de una configuracioacuten particular que esos acontecimientos parecen asumir cuando son considerados como laquoefectosraquo de fuerzas mecaacutenicas Asiacute actuacutea la explicacioacuten cientiacutefica Otra forma con la que damos sentido a un conjunto de acontecimientos que parece extrantildeo enigmaacutetico o misterioso en sus manishyfestaciones inmediatas se basa en codificar el conjunto en teacutershyminos de categoriacuteas provistas culturalmente tales como conshyceptos metafiacutesicos creencias religiosas o formas de relato efecto de tales codificaciones se traduce en familiarizarnos con lo no familiar por lo general eacutesta es la forma que adopshyta la historiografiacutea cuyos laquodatosraquo son siempre en principio extrantildeos por no decir exoacuteticos simplemente debido a la distancia que nos separa de ellos en el tiempo ya que se orishyginan en una forma de vida diferente de la nuestra

El historiador comparte con su audiencia nociones geneshyrales de las formas que las situaciones humanas significativas deben adquirir en virtud de su participacioacuten en los procesos especiacuteficos de dotacioacuten de sentido que lo identifican como miembro de un cierto legado cultural Cuando se enfrenta al proceso de estudio de un conjunto dado de acontecimienshytos comienza a percibir la posible forma narrativa que tales acontecimientos pueden adoptar En su relato acerca de coacuteshymo ese conjunto de acontecimientos adquirioacute la forma que percibe como inherente el historiador trama su narracioacuten como un relato de un tipo particular El lector inmerso en el proceso de seguir la narracioacuten del historiador sobre tales acontecimientos gradualmente se da cuenta de que el relato que estaacute leyendo corresponde a un tipo determinado noveshyla tragedia comedia saacutetira eacutepica o cualquier otro cuando ha percibido la clase o el tipo al que pertenece el relato que estaacute leyendo experimenta el efecto de que los acontecimienshytos del relato le han sido explicados En este punto el lector

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no soacutelo ha seguido exitosamente el relato sino que ha captado su esencia lo ha comprendido La extrantildeeza original el misshyterio el exotismo de los acontecimientos desaparece y eacutestos toman un aspecto familiar no en cuanto a sus detalles pero siacute en sus funciones como elementos de un tipo familiar de configuracioacuten Se vuelven comprensibles al ser subsumidos bajo las categoriacuteas de la estructura de trama en la cual son codificados como un relato de un tipo particular Son famishyliarizados pero no solamente porque el lector tiene ahora maacutes informacioacuten sobre los acontecimientos sino tambieacuten porque se le ha mostrado coacutemo los datos se ajustan a un icono de un proceso comprensible terminado una estructura de trama con la que estaacute familiarizado en la medida en que forma parte de su propio legado cultural

Esto no es distinto de lo que sucede o se supone que sushycede en psicoterapia El conjunto de acontecimientos pasados del paciente que constituyen la presunta causa d~ su angusshy

manifestada en el siacutendrome neuroacutetico se ha vuelto no familiar extrantildeo misterioso y amenazante y ha asumido un significado que el paciente no puede ni aceptar ni rechazar de modo eficaz No es que el paciente no sepa lo que esos aconshytecimientos eran que no conozca los hechos porque si no conociera en alguacuten sentido los hechos estariacutea incapacitado para reconocerlos y reprimirlos cuando surgieran en su conshyciencia Por el contrario los conoce demasiado bien De hecho los conoce tan bien que vive con ellos constantemente y de tal forma que es imposible para eacutel ver cualesquiera otros hechos excepto a traveacutes de la coloracioacuten que el conshyjunto de acontecimientos en cuestioacuten le da a su percepcioacuten del mundo Podriacuteamos decir que de acuerdo con la teoriacutea del psicoanaacutelisis el paciente ha sobretramado esos acontecishymientos los ha cargado con un significado tan intenso que ya sea de manera real o simplemente imaginada continuacutean dando forma tanto a sus percepciones como a sus respuestas

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al mundo mucho despueacutes del momento en que deberiacutean hashyber devenido laquohistoria pasadaraquo El problema del terapeuta entonces no consiste en exponer los laquohechos realesraquo del asunto ante el paciente oponer la laquoverdadraquo a la laquofantasiacutearaquo que lo obsesiona Tampoco se trata de dar al paciente un curso breve de teoriacutea psicoanaliacutetica para aclararle la verdashydera naturaleza de su angustia catalogaacutendola como una mashynifestacioacuten de alguacuten laquocomplejoraquo Esto es lo que el analista podriacutea hacer cuando relata el caso del paciente a un tercero especialmente a otro analista Pero la teoriacutea psicoanaliacutetica reconoce que el paciente resistiraacute ambas taacutecticas del mismo modo que resiste la intrusioacuten en la conciencia de las huellas de la memoria traumatizada en la forma en que obsesivashymente las recuerda El problema se basa en hacer que el pashyciente laquore-trameraquo toda su historia de vida de forma tal que cambie el significado que confiere a aquellos acontecimientos y su significacioacuten para la economiacutea de la serie total de aconteshycimientos que constituyen su vida Visto asiacute el proceso terashypeacuteutico es un ejercicio de refamiliarizacioacuten con los acontecishymientos que han sido desfamiliarizados que se han vuelto extrantildeos a la historia de vida del paciente en virtud de su soshybredeterminacioacuten como fuerzas causales Y podriacuteamos decir que los acontecimientos son destraumatizados al ser eliminashydos de una estructura de trama donde teniacutean un lugar domishynante e insertados en otra donde ocupan una funcioacuten suborshydinada o simplemente ordinaria como elementos de una vida compartida con los demaacutes

Ahora bien no me interesa forzar la analogiacutea entre psishycoterapia e historiografiacutea He usado el ejemplo soacutelo para ilustrar el componente de ficcioacuten en las narrativas histoacutericas Los historiadores buscan refamiliarizarnos con los acontecishymientos que han sido olvidados ya sea por accidente desashytencioacuten o represioacuten Maacutes auacuten los grandes historiadores se han ocupado siempre de aquellos acontecimientos de

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historias de sus culturas por naturaleza maacutes laquotraumaacuteticosraquo el significado de tales acontecimientos es problemaacutetico y esshytaacute sobredeterminado en la significatividad que todaviacutea tienen para la vida cotidiana acontecimientos tales como revolushyciones guerras civiles procesos de gran escala como la dustrializaCioacuten y la urbanizacioacuten o instituciones que han pershydido su funcioacuten original en una sociedad pero que continuacutean desempentildeando un importante papel en la escena social acshytual Observando los modos en que tales estructuras tomaron forma o evolucionaron los historiadores las refamiliarizan no soacutelo aportando maacutes informacioacuten sobre ellas sino tambieacuten mostrando coacutemo su desarrollo se ajustoacute a alguno de los tipos de relato a los que convencionalmente apelamos para dar senshytido a nuestras propias historias de vida

Ahora bien si algo de todo esto es plausible como caracshymiddot rl 1 tprtn p 11rflT1HI rL~ 1 +-~ h~+- _ ~~ ~ t erlzaCl0n _e~ e~ ___ ~ --xl - vv u~ iacutea UallaUVa lLJnOlH_a e

que aporta importantes consideraciones acerca del aspecto mimeacutetico de las narrativas histoacutericas Se suele aducir -coshymo dijo F rye- que una historia es un modelo verbal de un conjunto de acontecimientos externos a la mente del histoshyriador Pero es erroacuteneo pensar en una historia como un moshydelo similar a una reacuteplica a escala de un aeroplano o un barshyco un mapa o una fotografiacutea Porque podemos comprobar la adecuacioacuten de este uacuteltimo tipo de modelo observando el original y a traveacutes de la aplicacioacuten de reglas necesarias de traduccioacuten viendo en queacute aspecto el modelo ha tenido realshymente eacutexito al reproducir el original Sin embargo las estrucshyturas y los procesos histoacutericos no son como esos originales no podemos observarlos con el fin de ver si el historiador los ha reproducido adecuadamente en su narrativa Tampoco debeshyriacuteamos hacerlo aunque pudieacuteramos porque despueacutes de todo fue el mismo caraacutecter extrantildeo del original tal como apareciacutea en los documentos el que inspiroacute los esfuerzos del historiador a la hora de elaborar un modelo Si el historiador

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soacutelo hiciera eso por nosotros estariacuteamos en la misma situashycioacuten que el paciente al que su analista soacutelo le dice sobre la base de entrevistas con sus padres hermanos y amigos de la infancia coacutemo fueron los laquohechos verdaderosraquo de su temshyprana infancia No tendriacuteamos motivos para pensar que nos han explicado nada

Esto es lo que me lleva a pensar que las narrativas histoacuteshyricas son no soacutelo modelos de acontecimientos y procesos pashysados sino tambieacuten enunciados metafoacutericos que sugieren una relacioacuten de similitud entre dichos acontecimientos y procesos y los tipos de relatos que convencionalmente usashymos para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas de significados culturalmente reconocidos Observada en un modo puramente formal una narrativa histoacuterica no es soacutelo una reproduccioacuten de los acontecimientos registrados en ella sino tambieacuten un complejo de siacutembolos que nos sentildeala direcshyciones para encontrar un icono de la estructura de esos aconshytecimientos en nuestra tradicioacuten literaria

Por supuesto asumo aquiacute las distinciones entre signo siacutembolo e icono que C S Peirce desarrolloacute en su filosofiacutea del lenguaje Creo que esas distinciones nos ayudaraacuten a comshyprender lo que es ficticio en toda representacioacuten supuestashymente realista del mundo y lo que es realista en todas las mashynifiestamente ficticias Nos ayudan en suma a responder a la pregunta iquestde queacute son representaciones las representacioshynes histoacutericas Me parece que debemos decir de las historias lo que F rye parecioacute considerar que soacutelo es cierto de la poeshysiacutea o las filosofiacuteas de la historia a saber que considerada coshymo un sistema de signos la narrativa histoacuterica apunta simulshytaacuteneamente en dos direcciones hacia los acontecimientos descritos en la narrativa y hacia el tipo de relato o mythos que el historiador ha elegido como icono de la estructura de los acontecimientos La narrativa en siacute misma no es el icono lo que hace es describir los acontecimientos del registro

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histoacuterico de modo tal que informa al lector acerca de queacute deshybe considerar como icono de los acontecimientos para conshyvertirlos en laquofamiliaresraquo La narrativa histoacuterica media asiacute enshytre los acontecimientos reportados en ella por un lado y la estructura de trama pregeneacuterica convencionalmente usada en nuestra cultura para dotar de significados a los acontecishymientos y situaciones no familiares por otro

La evasioacuten de las implicaciones de la naturaleza ficcional en la narrativa histoacuterica es en parte consecuencia de la utishylidad del concepto de laquohistoriaraquo para la definicioacuten de otros tipos de discurso Se puede oponer laquohistoriaraquo a laquocienciaraquo en virtud de su aspiracioacuten de rigor conceptual y su fracaso cuando trata de generar las leyes universales que de forma caracteriacutestica las ciencias buscan producir Igualmente laquohisshytoriaraquo puede ser opuesta a laquoliteraturaraquo debido a su intereacutes por lo laquorealraquo maacutes que por lo laquoposibleraquo~ que es supuestamenshyte el objeto de representacioacuten de los trabajos laquoliterariosraquo De este modo dentro de una larga y distinguida tradicioacuten criacutetica que ha buscado determinar lo que es laquorealraquo y lo que es laquoimashyginadoraquo en la novela la historia ha servido como una clase de arquetipo del polo laquorealistaraquo de representacioacuten Estoy pensando en Frye Auerbach Booth Scholes Kellogg y otros Sucede con frecuencia que los teoacutericos literarios cuando estaacuten hablando acerca del laquocontextoraquo de un trabajo literario asumen que ese contexto -el laquomedio histoacutericoraquoshytiene una concrecioacuten y una accesibilidad que el trabajo misshymo nunca puede tener como si fuera maacutes faacutecil percibir la reashylidad del mundo pasado reunido a partir de miles de docushymentos histoacutericos que exploran las profundidades de un trabajo literario que estaacute presente para el criacutetico que lo estushydia Pero la presunta concrecioacuten y accesibilidad del entorno histoacuterico esos contextos de los escritos que los eruditos liteshyrarios estudian son en siacute mismos producto de la capacidad de ficcioacuten de los historiadores que los han estudiado Los

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

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dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

EL TEXTO HISTOacuteRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO

Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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configuraciones de acontecimientos que pueden ser reconoshycidos como relatos por el puacuteblico para el que estaacute escribiendo Por supuesto puede fracasar No creo que nadie acepte el tramado de la vida del presidente Kennedy como una comeshydia pero es una cuestioacuten abierta si eacutesta debe ser tramada novelesca traacutegica o satiacutericamente La cuestioacuten central es que la mayoriacutea de las secuencias histoacutericas pueden ser tramadas de diferentes maneras proporcionando diferentes interpreshytaciones de los acontecimientos y otorgaacutendoles diferentes significados ASIacute por ejemplo lo que Michelet en su gran historia de la Revolucioacuten francesa construyoacute como un drashyma de trascendencia novelesca su contemporaacuteneo Tocqueshyville lo tramoacute como una tragedia iroacutenica N o puede decirse que ninguno de ellos haya tenido un mayor conocimiento de los laquohechosraquo contenidos en ese registro simplemente teniacutean

bull l r 1 1 1 1 1 nocIones mIerentes ae las Clases ae relatO que mejor se aJusshytaban a los hechos que conociacutean N o debe pensarse tampoco que contaron diferentes relatos de la revolucioacuten porque hashybiacutean descubi~rto diferentes tipos de hechos poliacuteticos por un lado sociales por otro Buscaron tipos diferentes de hechos porque teniacutean diferentes tipos de relatos para narrar Pero iquestpor queacute estas representaciones alternativas por no decir excluyentes de lo que era sustancialmente el mismo conjunshyto de acontecimientos parecieron igualmente plausibles a sus respectivas audiencias Simplemente porque los histoshyriadores compartiacutean con su puacuteblico ciertas concepciones previas acerca de coacutemo la revolucioacuten podriacutea ser tramada respondiendo a imperativos que eran general~ente ajenos a supuestos histoacutericos ideoloacutegicos esteacuteticos o miacuteticos

Oportunamente Collingwood sentildealoacute que no puede exshyplicarse una tragedia a quien no estaacute familiarizado con los tishypos de situaciones que son vistas como laquotraacutegicasraquo en nuestra cultura Cualquiera que haya ensentildeado o participado en uno de esos cursos antoloacutegicos titulados laquoLa civilizacioacuten occi-

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dentalraquo o laquoIntroduccioacuten a los claacutesicos de la literatura occidenshytalraquo comprenderaacute lo que Collingwood teniacutea en mente A menos que se tenga una idea de los atributos geneacutericos de las situaciones traacutegicas coacutemicas novelescas o iroacutenicas no se podraacute reconocerlas como tales cuando se las encuentre en un texto literario Pero las situaciones histoacutericas no han desashyrrollado dentro de siacute mismas significados intriacutensecos de la manera en que los textos literarios lo hacen Las situaciones histoacutericas no son inherentemente traacutegicas coacutemicas o noveshylescas Pueden ser todas ellas inherentemente iroacutenicas pero no necesitan ser tramadas de ese modo Todo lo que el hisshytoriador necesita hacer para transformar una situacioacuten traacuteshygica en coacutemica es adoptar otro punto de vista o modificar el alcance de sus percepciones De todos modos solamente pensamos en las situaciones como traacutegicas o coacutemicas porgue esos conceptos son parte de nuestra herencia cultural en geshyneral y en particular literaria Coacutemo debe ser configurada una situacioacuten histoacuterica dada depende de la sutileza del hisshytoriador para relacionar una estructura de trama especiacutefica con un conjunto de acontecimientos histoacutericos a los que deshysea dotar de un tipo especial de significado Esto es esenshycialmente una operacioacuten literaria es decir productora de ficcioacuten Y llamarla asiacute en ninguna forma invalida el estatus de las narrativas histoacutericas como proveedoras de un tipo de conocifliento Porque no soacutelo son limitadas en nuacutemero las estructuras pregeneacutericas de trama con las que los conjuntos de acontecimientos pueden ser constituidos como relatos de un tipo particular como Frye y otros grandes eacuteriacuteticos sugieshyren sino que la codificacioacuten de los acontecimientos en teacutershyminos de tales estructuras de trama es una de las formas que posee una cultura para dotar de sentido a los pasados tanto personales como puacuteblicos

Podemos dar sentido a conjuntos de acontecimientos de diferentes maneras Una de ellas consiste en subsumir los

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acontecimientos bajo leyes causales que pueden haber goshybernado su concatenacioacuten en pos de la produccioacuten de una configuracioacuten particular que esos acontecimientos parecen asumir cuando son considerados como laquoefectosraquo de fuerzas mecaacutenicas Asiacute actuacutea la explicacioacuten cientiacutefica Otra forma con la que damos sentido a un conjunto de acontecimientos que parece extrantildeo enigmaacutetico o misterioso en sus manishyfestaciones inmediatas se basa en codificar el conjunto en teacutershyminos de categoriacuteas provistas culturalmente tales como conshyceptos metafiacutesicos creencias religiosas o formas de relato efecto de tales codificaciones se traduce en familiarizarnos con lo no familiar por lo general eacutesta es la forma que adopshyta la historiografiacutea cuyos laquodatosraquo son siempre en principio extrantildeos por no decir exoacuteticos simplemente debido a la distancia que nos separa de ellos en el tiempo ya que se orishyginan en una forma de vida diferente de la nuestra

El historiador comparte con su audiencia nociones geneshyrales de las formas que las situaciones humanas significativas deben adquirir en virtud de su participacioacuten en los procesos especiacuteficos de dotacioacuten de sentido que lo identifican como miembro de un cierto legado cultural Cuando se enfrenta al proceso de estudio de un conjunto dado de acontecimienshytos comienza a percibir la posible forma narrativa que tales acontecimientos pueden adoptar En su relato acerca de coacuteshymo ese conjunto de acontecimientos adquirioacute la forma que percibe como inherente el historiador trama su narracioacuten como un relato de un tipo particular El lector inmerso en el proceso de seguir la narracioacuten del historiador sobre tales acontecimientos gradualmente se da cuenta de que el relato que estaacute leyendo corresponde a un tipo determinado noveshyla tragedia comedia saacutetira eacutepica o cualquier otro cuando ha percibido la clase o el tipo al que pertenece el relato que estaacute leyendo experimenta el efecto de que los acontecimienshytos del relato le han sido explicados En este punto el lector

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no soacutelo ha seguido exitosamente el relato sino que ha captado su esencia lo ha comprendido La extrantildeeza original el misshyterio el exotismo de los acontecimientos desaparece y eacutestos toman un aspecto familiar no en cuanto a sus detalles pero siacute en sus funciones como elementos de un tipo familiar de configuracioacuten Se vuelven comprensibles al ser subsumidos bajo las categoriacuteas de la estructura de trama en la cual son codificados como un relato de un tipo particular Son famishyliarizados pero no solamente porque el lector tiene ahora maacutes informacioacuten sobre los acontecimientos sino tambieacuten porque se le ha mostrado coacutemo los datos se ajustan a un icono de un proceso comprensible terminado una estructura de trama con la que estaacute familiarizado en la medida en que forma parte de su propio legado cultural

Esto no es distinto de lo que sucede o se supone que sushycede en psicoterapia El conjunto de acontecimientos pasados del paciente que constituyen la presunta causa d~ su angusshy

manifestada en el siacutendrome neuroacutetico se ha vuelto no familiar extrantildeo misterioso y amenazante y ha asumido un significado que el paciente no puede ni aceptar ni rechazar de modo eficaz No es que el paciente no sepa lo que esos aconshytecimientos eran que no conozca los hechos porque si no conociera en alguacuten sentido los hechos estariacutea incapacitado para reconocerlos y reprimirlos cuando surgieran en su conshyciencia Por el contrario los conoce demasiado bien De hecho los conoce tan bien que vive con ellos constantemente y de tal forma que es imposible para eacutel ver cualesquiera otros hechos excepto a traveacutes de la coloracioacuten que el conshyjunto de acontecimientos en cuestioacuten le da a su percepcioacuten del mundo Podriacuteamos decir que de acuerdo con la teoriacutea del psicoanaacutelisis el paciente ha sobretramado esos acontecishymientos los ha cargado con un significado tan intenso que ya sea de manera real o simplemente imaginada continuacutean dando forma tanto a sus percepciones como a sus respuestas

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al mundo mucho despueacutes del momento en que deberiacutean hashyber devenido laquohistoria pasadaraquo El problema del terapeuta entonces no consiste en exponer los laquohechos realesraquo del asunto ante el paciente oponer la laquoverdadraquo a la laquofantasiacutearaquo que lo obsesiona Tampoco se trata de dar al paciente un curso breve de teoriacutea psicoanaliacutetica para aclararle la verdashydera naturaleza de su angustia catalogaacutendola como una mashynifestacioacuten de alguacuten laquocomplejoraquo Esto es lo que el analista podriacutea hacer cuando relata el caso del paciente a un tercero especialmente a otro analista Pero la teoriacutea psicoanaliacutetica reconoce que el paciente resistiraacute ambas taacutecticas del mismo modo que resiste la intrusioacuten en la conciencia de las huellas de la memoria traumatizada en la forma en que obsesivashymente las recuerda El problema se basa en hacer que el pashyciente laquore-trameraquo toda su historia de vida de forma tal que cambie el significado que confiere a aquellos acontecimientos y su significacioacuten para la economiacutea de la serie total de aconteshycimientos que constituyen su vida Visto asiacute el proceso terashypeacuteutico es un ejercicio de refamiliarizacioacuten con los acontecishymientos que han sido desfamiliarizados que se han vuelto extrantildeos a la historia de vida del paciente en virtud de su soshybredeterminacioacuten como fuerzas causales Y podriacuteamos decir que los acontecimientos son destraumatizados al ser eliminashydos de una estructura de trama donde teniacutean un lugar domishynante e insertados en otra donde ocupan una funcioacuten suborshydinada o simplemente ordinaria como elementos de una vida compartida con los demaacutes

Ahora bien no me interesa forzar la analogiacutea entre psishycoterapia e historiografiacutea He usado el ejemplo soacutelo para ilustrar el componente de ficcioacuten en las narrativas histoacutericas Los historiadores buscan refamiliarizarnos con los acontecishymientos que han sido olvidados ya sea por accidente desashytencioacuten o represioacuten Maacutes auacuten los grandes historiadores se han ocupado siempre de aquellos acontecimientos de

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historias de sus culturas por naturaleza maacutes laquotraumaacuteticosraquo el significado de tales acontecimientos es problemaacutetico y esshytaacute sobredeterminado en la significatividad que todaviacutea tienen para la vida cotidiana acontecimientos tales como revolushyciones guerras civiles procesos de gran escala como la dustrializaCioacuten y la urbanizacioacuten o instituciones que han pershydido su funcioacuten original en una sociedad pero que continuacutean desempentildeando un importante papel en la escena social acshytual Observando los modos en que tales estructuras tomaron forma o evolucionaron los historiadores las refamiliarizan no soacutelo aportando maacutes informacioacuten sobre ellas sino tambieacuten mostrando coacutemo su desarrollo se ajustoacute a alguno de los tipos de relato a los que convencionalmente apelamos para dar senshytido a nuestras propias historias de vida

Ahora bien si algo de todo esto es plausible como caracshymiddot rl 1 tprtn p 11rflT1HI rL~ 1 +-~ h~+- _ ~~ ~ t erlzaCl0n _e~ e~ ___ ~ --xl - vv u~ iacutea UallaUVa lLJnOlH_a e

que aporta importantes consideraciones acerca del aspecto mimeacutetico de las narrativas histoacutericas Se suele aducir -coshymo dijo F rye- que una historia es un modelo verbal de un conjunto de acontecimientos externos a la mente del histoshyriador Pero es erroacuteneo pensar en una historia como un moshydelo similar a una reacuteplica a escala de un aeroplano o un barshyco un mapa o una fotografiacutea Porque podemos comprobar la adecuacioacuten de este uacuteltimo tipo de modelo observando el original y a traveacutes de la aplicacioacuten de reglas necesarias de traduccioacuten viendo en queacute aspecto el modelo ha tenido realshymente eacutexito al reproducir el original Sin embargo las estrucshyturas y los procesos histoacutericos no son como esos originales no podemos observarlos con el fin de ver si el historiador los ha reproducido adecuadamente en su narrativa Tampoco debeshyriacuteamos hacerlo aunque pudieacuteramos porque despueacutes de todo fue el mismo caraacutecter extrantildeo del original tal como apareciacutea en los documentos el que inspiroacute los esfuerzos del historiador a la hora de elaborar un modelo Si el historiador

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soacutelo hiciera eso por nosotros estariacuteamos en la misma situashycioacuten que el paciente al que su analista soacutelo le dice sobre la base de entrevistas con sus padres hermanos y amigos de la infancia coacutemo fueron los laquohechos verdaderosraquo de su temshyprana infancia No tendriacuteamos motivos para pensar que nos han explicado nada

Esto es lo que me lleva a pensar que las narrativas histoacuteshyricas son no soacutelo modelos de acontecimientos y procesos pashysados sino tambieacuten enunciados metafoacutericos que sugieren una relacioacuten de similitud entre dichos acontecimientos y procesos y los tipos de relatos que convencionalmente usashymos para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas de significados culturalmente reconocidos Observada en un modo puramente formal una narrativa histoacuterica no es soacutelo una reproduccioacuten de los acontecimientos registrados en ella sino tambieacuten un complejo de siacutembolos que nos sentildeala direcshyciones para encontrar un icono de la estructura de esos aconshytecimientos en nuestra tradicioacuten literaria

Por supuesto asumo aquiacute las distinciones entre signo siacutembolo e icono que C S Peirce desarrolloacute en su filosofiacutea del lenguaje Creo que esas distinciones nos ayudaraacuten a comshyprender lo que es ficticio en toda representacioacuten supuestashymente realista del mundo y lo que es realista en todas las mashynifiestamente ficticias Nos ayudan en suma a responder a la pregunta iquestde queacute son representaciones las representacioshynes histoacutericas Me parece que debemos decir de las historias lo que F rye parecioacute considerar que soacutelo es cierto de la poeshysiacutea o las filosofiacuteas de la historia a saber que considerada coshymo un sistema de signos la narrativa histoacuterica apunta simulshytaacuteneamente en dos direcciones hacia los acontecimientos descritos en la narrativa y hacia el tipo de relato o mythos que el historiador ha elegido como icono de la estructura de los acontecimientos La narrativa en siacute misma no es el icono lo que hace es describir los acontecimientos del registro

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histoacuterico de modo tal que informa al lector acerca de queacute deshybe considerar como icono de los acontecimientos para conshyvertirlos en laquofamiliaresraquo La narrativa histoacuterica media asiacute enshytre los acontecimientos reportados en ella por un lado y la estructura de trama pregeneacuterica convencionalmente usada en nuestra cultura para dotar de significados a los acontecishymientos y situaciones no familiares por otro

La evasioacuten de las implicaciones de la naturaleza ficcional en la narrativa histoacuterica es en parte consecuencia de la utishylidad del concepto de laquohistoriaraquo para la definicioacuten de otros tipos de discurso Se puede oponer laquohistoriaraquo a laquocienciaraquo en virtud de su aspiracioacuten de rigor conceptual y su fracaso cuando trata de generar las leyes universales que de forma caracteriacutestica las ciencias buscan producir Igualmente laquohisshytoriaraquo puede ser opuesta a laquoliteraturaraquo debido a su intereacutes por lo laquorealraquo maacutes que por lo laquoposibleraquo~ que es supuestamenshyte el objeto de representacioacuten de los trabajos laquoliterariosraquo De este modo dentro de una larga y distinguida tradicioacuten criacutetica que ha buscado determinar lo que es laquorealraquo y lo que es laquoimashyginadoraquo en la novela la historia ha servido como una clase de arquetipo del polo laquorealistaraquo de representacioacuten Estoy pensando en Frye Auerbach Booth Scholes Kellogg y otros Sucede con frecuencia que los teoacutericos literarios cuando estaacuten hablando acerca del laquocontextoraquo de un trabajo literario asumen que ese contexto -el laquomedio histoacutericoraquoshytiene una concrecioacuten y una accesibilidad que el trabajo misshymo nunca puede tener como si fuera maacutes faacutecil percibir la reashylidad del mundo pasado reunido a partir de miles de docushymentos histoacutericos que exploran las profundidades de un trabajo literario que estaacute presente para el criacutetico que lo estushydia Pero la presunta concrecioacuten y accesibilidad del entorno histoacuterico esos contextos de los escritos que los eruditos liteshyrarios estudian son en siacute mismos producto de la capacidad de ficcioacuten de los historiadores que los han estudiado Los

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

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dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

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Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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acontecimientos bajo leyes causales que pueden haber goshybernado su concatenacioacuten en pos de la produccioacuten de una configuracioacuten particular que esos acontecimientos parecen asumir cuando son considerados como laquoefectosraquo de fuerzas mecaacutenicas Asiacute actuacutea la explicacioacuten cientiacutefica Otra forma con la que damos sentido a un conjunto de acontecimientos que parece extrantildeo enigmaacutetico o misterioso en sus manishyfestaciones inmediatas se basa en codificar el conjunto en teacutershyminos de categoriacuteas provistas culturalmente tales como conshyceptos metafiacutesicos creencias religiosas o formas de relato efecto de tales codificaciones se traduce en familiarizarnos con lo no familiar por lo general eacutesta es la forma que adopshyta la historiografiacutea cuyos laquodatosraquo son siempre en principio extrantildeos por no decir exoacuteticos simplemente debido a la distancia que nos separa de ellos en el tiempo ya que se orishyginan en una forma de vida diferente de la nuestra

El historiador comparte con su audiencia nociones geneshyrales de las formas que las situaciones humanas significativas deben adquirir en virtud de su participacioacuten en los procesos especiacuteficos de dotacioacuten de sentido que lo identifican como miembro de un cierto legado cultural Cuando se enfrenta al proceso de estudio de un conjunto dado de acontecimienshytos comienza a percibir la posible forma narrativa que tales acontecimientos pueden adoptar En su relato acerca de coacuteshymo ese conjunto de acontecimientos adquirioacute la forma que percibe como inherente el historiador trama su narracioacuten como un relato de un tipo particular El lector inmerso en el proceso de seguir la narracioacuten del historiador sobre tales acontecimientos gradualmente se da cuenta de que el relato que estaacute leyendo corresponde a un tipo determinado noveshyla tragedia comedia saacutetira eacutepica o cualquier otro cuando ha percibido la clase o el tipo al que pertenece el relato que estaacute leyendo experimenta el efecto de que los acontecimienshytos del relato le han sido explicados En este punto el lector

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no soacutelo ha seguido exitosamente el relato sino que ha captado su esencia lo ha comprendido La extrantildeeza original el misshyterio el exotismo de los acontecimientos desaparece y eacutestos toman un aspecto familiar no en cuanto a sus detalles pero siacute en sus funciones como elementos de un tipo familiar de configuracioacuten Se vuelven comprensibles al ser subsumidos bajo las categoriacuteas de la estructura de trama en la cual son codificados como un relato de un tipo particular Son famishyliarizados pero no solamente porque el lector tiene ahora maacutes informacioacuten sobre los acontecimientos sino tambieacuten porque se le ha mostrado coacutemo los datos se ajustan a un icono de un proceso comprensible terminado una estructura de trama con la que estaacute familiarizado en la medida en que forma parte de su propio legado cultural

Esto no es distinto de lo que sucede o se supone que sushycede en psicoterapia El conjunto de acontecimientos pasados del paciente que constituyen la presunta causa d~ su angusshy

manifestada en el siacutendrome neuroacutetico se ha vuelto no familiar extrantildeo misterioso y amenazante y ha asumido un significado que el paciente no puede ni aceptar ni rechazar de modo eficaz No es que el paciente no sepa lo que esos aconshytecimientos eran que no conozca los hechos porque si no conociera en alguacuten sentido los hechos estariacutea incapacitado para reconocerlos y reprimirlos cuando surgieran en su conshyciencia Por el contrario los conoce demasiado bien De hecho los conoce tan bien que vive con ellos constantemente y de tal forma que es imposible para eacutel ver cualesquiera otros hechos excepto a traveacutes de la coloracioacuten que el conshyjunto de acontecimientos en cuestioacuten le da a su percepcioacuten del mundo Podriacuteamos decir que de acuerdo con la teoriacutea del psicoanaacutelisis el paciente ha sobretramado esos acontecishymientos los ha cargado con un significado tan intenso que ya sea de manera real o simplemente imaginada continuacutean dando forma tanto a sus percepciones como a sus respuestas

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al mundo mucho despueacutes del momento en que deberiacutean hashyber devenido laquohistoria pasadaraquo El problema del terapeuta entonces no consiste en exponer los laquohechos realesraquo del asunto ante el paciente oponer la laquoverdadraquo a la laquofantasiacutearaquo que lo obsesiona Tampoco se trata de dar al paciente un curso breve de teoriacutea psicoanaliacutetica para aclararle la verdashydera naturaleza de su angustia catalogaacutendola como una mashynifestacioacuten de alguacuten laquocomplejoraquo Esto es lo que el analista podriacutea hacer cuando relata el caso del paciente a un tercero especialmente a otro analista Pero la teoriacutea psicoanaliacutetica reconoce que el paciente resistiraacute ambas taacutecticas del mismo modo que resiste la intrusioacuten en la conciencia de las huellas de la memoria traumatizada en la forma en que obsesivashymente las recuerda El problema se basa en hacer que el pashyciente laquore-trameraquo toda su historia de vida de forma tal que cambie el significado que confiere a aquellos acontecimientos y su significacioacuten para la economiacutea de la serie total de aconteshycimientos que constituyen su vida Visto asiacute el proceso terashypeacuteutico es un ejercicio de refamiliarizacioacuten con los acontecishymientos que han sido desfamiliarizados que se han vuelto extrantildeos a la historia de vida del paciente en virtud de su soshybredeterminacioacuten como fuerzas causales Y podriacuteamos decir que los acontecimientos son destraumatizados al ser eliminashydos de una estructura de trama donde teniacutean un lugar domishynante e insertados en otra donde ocupan una funcioacuten suborshydinada o simplemente ordinaria como elementos de una vida compartida con los demaacutes

Ahora bien no me interesa forzar la analogiacutea entre psishycoterapia e historiografiacutea He usado el ejemplo soacutelo para ilustrar el componente de ficcioacuten en las narrativas histoacutericas Los historiadores buscan refamiliarizarnos con los acontecishymientos que han sido olvidados ya sea por accidente desashytencioacuten o represioacuten Maacutes auacuten los grandes historiadores se han ocupado siempre de aquellos acontecimientos de

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historias de sus culturas por naturaleza maacutes laquotraumaacuteticosraquo el significado de tales acontecimientos es problemaacutetico y esshytaacute sobredeterminado en la significatividad que todaviacutea tienen para la vida cotidiana acontecimientos tales como revolushyciones guerras civiles procesos de gran escala como la dustrializaCioacuten y la urbanizacioacuten o instituciones que han pershydido su funcioacuten original en una sociedad pero que continuacutean desempentildeando un importante papel en la escena social acshytual Observando los modos en que tales estructuras tomaron forma o evolucionaron los historiadores las refamiliarizan no soacutelo aportando maacutes informacioacuten sobre ellas sino tambieacuten mostrando coacutemo su desarrollo se ajustoacute a alguno de los tipos de relato a los que convencionalmente apelamos para dar senshytido a nuestras propias historias de vida

Ahora bien si algo de todo esto es plausible como caracshymiddot rl 1 tprtn p 11rflT1HI rL~ 1 +-~ h~+- _ ~~ ~ t erlzaCl0n _e~ e~ ___ ~ --xl - vv u~ iacutea UallaUVa lLJnOlH_a e

que aporta importantes consideraciones acerca del aspecto mimeacutetico de las narrativas histoacutericas Se suele aducir -coshymo dijo F rye- que una historia es un modelo verbal de un conjunto de acontecimientos externos a la mente del histoshyriador Pero es erroacuteneo pensar en una historia como un moshydelo similar a una reacuteplica a escala de un aeroplano o un barshyco un mapa o una fotografiacutea Porque podemos comprobar la adecuacioacuten de este uacuteltimo tipo de modelo observando el original y a traveacutes de la aplicacioacuten de reglas necesarias de traduccioacuten viendo en queacute aspecto el modelo ha tenido realshymente eacutexito al reproducir el original Sin embargo las estrucshyturas y los procesos histoacutericos no son como esos originales no podemos observarlos con el fin de ver si el historiador los ha reproducido adecuadamente en su narrativa Tampoco debeshyriacuteamos hacerlo aunque pudieacuteramos porque despueacutes de todo fue el mismo caraacutecter extrantildeo del original tal como apareciacutea en los documentos el que inspiroacute los esfuerzos del historiador a la hora de elaborar un modelo Si el historiador

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soacutelo hiciera eso por nosotros estariacuteamos en la misma situashycioacuten que el paciente al que su analista soacutelo le dice sobre la base de entrevistas con sus padres hermanos y amigos de la infancia coacutemo fueron los laquohechos verdaderosraquo de su temshyprana infancia No tendriacuteamos motivos para pensar que nos han explicado nada

Esto es lo que me lleva a pensar que las narrativas histoacuteshyricas son no soacutelo modelos de acontecimientos y procesos pashysados sino tambieacuten enunciados metafoacutericos que sugieren una relacioacuten de similitud entre dichos acontecimientos y procesos y los tipos de relatos que convencionalmente usashymos para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas de significados culturalmente reconocidos Observada en un modo puramente formal una narrativa histoacuterica no es soacutelo una reproduccioacuten de los acontecimientos registrados en ella sino tambieacuten un complejo de siacutembolos que nos sentildeala direcshyciones para encontrar un icono de la estructura de esos aconshytecimientos en nuestra tradicioacuten literaria

Por supuesto asumo aquiacute las distinciones entre signo siacutembolo e icono que C S Peirce desarrolloacute en su filosofiacutea del lenguaje Creo que esas distinciones nos ayudaraacuten a comshyprender lo que es ficticio en toda representacioacuten supuestashymente realista del mundo y lo que es realista en todas las mashynifiestamente ficticias Nos ayudan en suma a responder a la pregunta iquestde queacute son representaciones las representacioshynes histoacutericas Me parece que debemos decir de las historias lo que F rye parecioacute considerar que soacutelo es cierto de la poeshysiacutea o las filosofiacuteas de la historia a saber que considerada coshymo un sistema de signos la narrativa histoacuterica apunta simulshytaacuteneamente en dos direcciones hacia los acontecimientos descritos en la narrativa y hacia el tipo de relato o mythos que el historiador ha elegido como icono de la estructura de los acontecimientos La narrativa en siacute misma no es el icono lo que hace es describir los acontecimientos del registro

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histoacuterico de modo tal que informa al lector acerca de queacute deshybe considerar como icono de los acontecimientos para conshyvertirlos en laquofamiliaresraquo La narrativa histoacuterica media asiacute enshytre los acontecimientos reportados en ella por un lado y la estructura de trama pregeneacuterica convencionalmente usada en nuestra cultura para dotar de significados a los acontecishymientos y situaciones no familiares por otro

La evasioacuten de las implicaciones de la naturaleza ficcional en la narrativa histoacuterica es en parte consecuencia de la utishylidad del concepto de laquohistoriaraquo para la definicioacuten de otros tipos de discurso Se puede oponer laquohistoriaraquo a laquocienciaraquo en virtud de su aspiracioacuten de rigor conceptual y su fracaso cuando trata de generar las leyes universales que de forma caracteriacutestica las ciencias buscan producir Igualmente laquohisshytoriaraquo puede ser opuesta a laquoliteraturaraquo debido a su intereacutes por lo laquorealraquo maacutes que por lo laquoposibleraquo~ que es supuestamenshyte el objeto de representacioacuten de los trabajos laquoliterariosraquo De este modo dentro de una larga y distinguida tradicioacuten criacutetica que ha buscado determinar lo que es laquorealraquo y lo que es laquoimashyginadoraquo en la novela la historia ha servido como una clase de arquetipo del polo laquorealistaraquo de representacioacuten Estoy pensando en Frye Auerbach Booth Scholes Kellogg y otros Sucede con frecuencia que los teoacutericos literarios cuando estaacuten hablando acerca del laquocontextoraquo de un trabajo literario asumen que ese contexto -el laquomedio histoacutericoraquoshytiene una concrecioacuten y una accesibilidad que el trabajo misshymo nunca puede tener como si fuera maacutes faacutecil percibir la reashylidad del mundo pasado reunido a partir de miles de docushymentos histoacutericos que exploran las profundidades de un trabajo literario que estaacute presente para el criacutetico que lo estushydia Pero la presunta concrecioacuten y accesibilidad del entorno histoacuterico esos contextos de los escritos que los eruditos liteshyrarios estudian son en siacute mismos producto de la capacidad de ficcioacuten de los historiadores que los han estudiado Los

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

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dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

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Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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al mundo mucho despueacutes del momento en que deberiacutean hashyber devenido laquohistoria pasadaraquo El problema del terapeuta entonces no consiste en exponer los laquohechos realesraquo del asunto ante el paciente oponer la laquoverdadraquo a la laquofantasiacutearaquo que lo obsesiona Tampoco se trata de dar al paciente un curso breve de teoriacutea psicoanaliacutetica para aclararle la verdashydera naturaleza de su angustia catalogaacutendola como una mashynifestacioacuten de alguacuten laquocomplejoraquo Esto es lo que el analista podriacutea hacer cuando relata el caso del paciente a un tercero especialmente a otro analista Pero la teoriacutea psicoanaliacutetica reconoce que el paciente resistiraacute ambas taacutecticas del mismo modo que resiste la intrusioacuten en la conciencia de las huellas de la memoria traumatizada en la forma en que obsesivashymente las recuerda El problema se basa en hacer que el pashyciente laquore-trameraquo toda su historia de vida de forma tal que cambie el significado que confiere a aquellos acontecimientos y su significacioacuten para la economiacutea de la serie total de aconteshycimientos que constituyen su vida Visto asiacute el proceso terashypeacuteutico es un ejercicio de refamiliarizacioacuten con los acontecishymientos que han sido desfamiliarizados que se han vuelto extrantildeos a la historia de vida del paciente en virtud de su soshybredeterminacioacuten como fuerzas causales Y podriacuteamos decir que los acontecimientos son destraumatizados al ser eliminashydos de una estructura de trama donde teniacutean un lugar domishynante e insertados en otra donde ocupan una funcioacuten suborshydinada o simplemente ordinaria como elementos de una vida compartida con los demaacutes

Ahora bien no me interesa forzar la analogiacutea entre psishycoterapia e historiografiacutea He usado el ejemplo soacutelo para ilustrar el componente de ficcioacuten en las narrativas histoacutericas Los historiadores buscan refamiliarizarnos con los acontecishymientos que han sido olvidados ya sea por accidente desashytencioacuten o represioacuten Maacutes auacuten los grandes historiadores se han ocupado siempre de aquellos acontecimientos de

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historias de sus culturas por naturaleza maacutes laquotraumaacuteticosraquo el significado de tales acontecimientos es problemaacutetico y esshytaacute sobredeterminado en la significatividad que todaviacutea tienen para la vida cotidiana acontecimientos tales como revolushyciones guerras civiles procesos de gran escala como la dustrializaCioacuten y la urbanizacioacuten o instituciones que han pershydido su funcioacuten original en una sociedad pero que continuacutean desempentildeando un importante papel en la escena social acshytual Observando los modos en que tales estructuras tomaron forma o evolucionaron los historiadores las refamiliarizan no soacutelo aportando maacutes informacioacuten sobre ellas sino tambieacuten mostrando coacutemo su desarrollo se ajustoacute a alguno de los tipos de relato a los que convencionalmente apelamos para dar senshytido a nuestras propias historias de vida

Ahora bien si algo de todo esto es plausible como caracshymiddot rl 1 tprtn p 11rflT1HI rL~ 1 +-~ h~+- _ ~~ ~ t erlzaCl0n _e~ e~ ___ ~ --xl - vv u~ iacutea UallaUVa lLJnOlH_a e

que aporta importantes consideraciones acerca del aspecto mimeacutetico de las narrativas histoacutericas Se suele aducir -coshymo dijo F rye- que una historia es un modelo verbal de un conjunto de acontecimientos externos a la mente del histoshyriador Pero es erroacuteneo pensar en una historia como un moshydelo similar a una reacuteplica a escala de un aeroplano o un barshyco un mapa o una fotografiacutea Porque podemos comprobar la adecuacioacuten de este uacuteltimo tipo de modelo observando el original y a traveacutes de la aplicacioacuten de reglas necesarias de traduccioacuten viendo en queacute aspecto el modelo ha tenido realshymente eacutexito al reproducir el original Sin embargo las estrucshyturas y los procesos histoacutericos no son como esos originales no podemos observarlos con el fin de ver si el historiador los ha reproducido adecuadamente en su narrativa Tampoco debeshyriacuteamos hacerlo aunque pudieacuteramos porque despueacutes de todo fue el mismo caraacutecter extrantildeo del original tal como apareciacutea en los documentos el que inspiroacute los esfuerzos del historiador a la hora de elaborar un modelo Si el historiador

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soacutelo hiciera eso por nosotros estariacuteamos en la misma situashycioacuten que el paciente al que su analista soacutelo le dice sobre la base de entrevistas con sus padres hermanos y amigos de la infancia coacutemo fueron los laquohechos verdaderosraquo de su temshyprana infancia No tendriacuteamos motivos para pensar que nos han explicado nada

Esto es lo que me lleva a pensar que las narrativas histoacuteshyricas son no soacutelo modelos de acontecimientos y procesos pashysados sino tambieacuten enunciados metafoacutericos que sugieren una relacioacuten de similitud entre dichos acontecimientos y procesos y los tipos de relatos que convencionalmente usashymos para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas de significados culturalmente reconocidos Observada en un modo puramente formal una narrativa histoacuterica no es soacutelo una reproduccioacuten de los acontecimientos registrados en ella sino tambieacuten un complejo de siacutembolos que nos sentildeala direcshyciones para encontrar un icono de la estructura de esos aconshytecimientos en nuestra tradicioacuten literaria

Por supuesto asumo aquiacute las distinciones entre signo siacutembolo e icono que C S Peirce desarrolloacute en su filosofiacutea del lenguaje Creo que esas distinciones nos ayudaraacuten a comshyprender lo que es ficticio en toda representacioacuten supuestashymente realista del mundo y lo que es realista en todas las mashynifiestamente ficticias Nos ayudan en suma a responder a la pregunta iquestde queacute son representaciones las representacioshynes histoacutericas Me parece que debemos decir de las historias lo que F rye parecioacute considerar que soacutelo es cierto de la poeshysiacutea o las filosofiacuteas de la historia a saber que considerada coshymo un sistema de signos la narrativa histoacuterica apunta simulshytaacuteneamente en dos direcciones hacia los acontecimientos descritos en la narrativa y hacia el tipo de relato o mythos que el historiador ha elegido como icono de la estructura de los acontecimientos La narrativa en siacute misma no es el icono lo que hace es describir los acontecimientos del registro

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histoacuterico de modo tal que informa al lector acerca de queacute deshybe considerar como icono de los acontecimientos para conshyvertirlos en laquofamiliaresraquo La narrativa histoacuterica media asiacute enshytre los acontecimientos reportados en ella por un lado y la estructura de trama pregeneacuterica convencionalmente usada en nuestra cultura para dotar de significados a los acontecishymientos y situaciones no familiares por otro

La evasioacuten de las implicaciones de la naturaleza ficcional en la narrativa histoacuterica es en parte consecuencia de la utishylidad del concepto de laquohistoriaraquo para la definicioacuten de otros tipos de discurso Se puede oponer laquohistoriaraquo a laquocienciaraquo en virtud de su aspiracioacuten de rigor conceptual y su fracaso cuando trata de generar las leyes universales que de forma caracteriacutestica las ciencias buscan producir Igualmente laquohisshytoriaraquo puede ser opuesta a laquoliteraturaraquo debido a su intereacutes por lo laquorealraquo maacutes que por lo laquoposibleraquo~ que es supuestamenshyte el objeto de representacioacuten de los trabajos laquoliterariosraquo De este modo dentro de una larga y distinguida tradicioacuten criacutetica que ha buscado determinar lo que es laquorealraquo y lo que es laquoimashyginadoraquo en la novela la historia ha servido como una clase de arquetipo del polo laquorealistaraquo de representacioacuten Estoy pensando en Frye Auerbach Booth Scholes Kellogg y otros Sucede con frecuencia que los teoacutericos literarios cuando estaacuten hablando acerca del laquocontextoraquo de un trabajo literario asumen que ese contexto -el laquomedio histoacutericoraquoshytiene una concrecioacuten y una accesibilidad que el trabajo misshymo nunca puede tener como si fuera maacutes faacutecil percibir la reashylidad del mundo pasado reunido a partir de miles de docushymentos histoacutericos que exploran las profundidades de un trabajo literario que estaacute presente para el criacutetico que lo estushydia Pero la presunta concrecioacuten y accesibilidad del entorno histoacuterico esos contextos de los escritos que los eruditos liteshyrarios estudian son en siacute mismos producto de la capacidad de ficcioacuten de los historiadores que los han estudiado Los

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

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dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

EL TEXTO HISTOacuteRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO

Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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soacutelo hiciera eso por nosotros estariacuteamos en la misma situashycioacuten que el paciente al que su analista soacutelo le dice sobre la base de entrevistas con sus padres hermanos y amigos de la infancia coacutemo fueron los laquohechos verdaderosraquo de su temshyprana infancia No tendriacuteamos motivos para pensar que nos han explicado nada

Esto es lo que me lleva a pensar que las narrativas histoacuteshyricas son no soacutelo modelos de acontecimientos y procesos pashysados sino tambieacuten enunciados metafoacutericos que sugieren una relacioacuten de similitud entre dichos acontecimientos y procesos y los tipos de relatos que convencionalmente usashymos para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas de significados culturalmente reconocidos Observada en un modo puramente formal una narrativa histoacuterica no es soacutelo una reproduccioacuten de los acontecimientos registrados en ella sino tambieacuten un complejo de siacutembolos que nos sentildeala direcshyciones para encontrar un icono de la estructura de esos aconshytecimientos en nuestra tradicioacuten literaria

Por supuesto asumo aquiacute las distinciones entre signo siacutembolo e icono que C S Peirce desarrolloacute en su filosofiacutea del lenguaje Creo que esas distinciones nos ayudaraacuten a comshyprender lo que es ficticio en toda representacioacuten supuestashymente realista del mundo y lo que es realista en todas las mashynifiestamente ficticias Nos ayudan en suma a responder a la pregunta iquestde queacute son representaciones las representacioshynes histoacutericas Me parece que debemos decir de las historias lo que F rye parecioacute considerar que soacutelo es cierto de la poeshysiacutea o las filosofiacuteas de la historia a saber que considerada coshymo un sistema de signos la narrativa histoacuterica apunta simulshytaacuteneamente en dos direcciones hacia los acontecimientos descritos en la narrativa y hacia el tipo de relato o mythos que el historiador ha elegido como icono de la estructura de los acontecimientos La narrativa en siacute misma no es el icono lo que hace es describir los acontecimientos del registro

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histoacuterico de modo tal que informa al lector acerca de queacute deshybe considerar como icono de los acontecimientos para conshyvertirlos en laquofamiliaresraquo La narrativa histoacuterica media asiacute enshytre los acontecimientos reportados en ella por un lado y la estructura de trama pregeneacuterica convencionalmente usada en nuestra cultura para dotar de significados a los acontecishymientos y situaciones no familiares por otro

La evasioacuten de las implicaciones de la naturaleza ficcional en la narrativa histoacuterica es en parte consecuencia de la utishylidad del concepto de laquohistoriaraquo para la definicioacuten de otros tipos de discurso Se puede oponer laquohistoriaraquo a laquocienciaraquo en virtud de su aspiracioacuten de rigor conceptual y su fracaso cuando trata de generar las leyes universales que de forma caracteriacutestica las ciencias buscan producir Igualmente laquohisshytoriaraquo puede ser opuesta a laquoliteraturaraquo debido a su intereacutes por lo laquorealraquo maacutes que por lo laquoposibleraquo~ que es supuestamenshyte el objeto de representacioacuten de los trabajos laquoliterariosraquo De este modo dentro de una larga y distinguida tradicioacuten criacutetica que ha buscado determinar lo que es laquorealraquo y lo que es laquoimashyginadoraquo en la novela la historia ha servido como una clase de arquetipo del polo laquorealistaraquo de representacioacuten Estoy pensando en Frye Auerbach Booth Scholes Kellogg y otros Sucede con frecuencia que los teoacutericos literarios cuando estaacuten hablando acerca del laquocontextoraquo de un trabajo literario asumen que ese contexto -el laquomedio histoacutericoraquoshytiene una concrecioacuten y una accesibilidad que el trabajo misshymo nunca puede tener como si fuera maacutes faacutecil percibir la reashylidad del mundo pasado reunido a partir de miles de docushymentos histoacutericos que exploran las profundidades de un trabajo literario que estaacute presente para el criacutetico que lo estushydia Pero la presunta concrecioacuten y accesibilidad del entorno histoacuterico esos contextos de los escritos que los eruditos liteshyrarios estudian son en siacute mismos producto de la capacidad de ficcioacuten de los historiadores que los han estudiado Los

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

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dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

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Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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documentos histoacutericos no son menos oscuros los textos estudiados por los criacuteticos literarios Tampoco es maacutes acceshy

el mundo que esos no es maacutes laquodadoraquo que UluLl-lV supuestoen los documentos histoacutericos se ve increshymentada por la produccioacuten de narrativas Cada nueshyvo trabajo histoacuterico se agrega a los muacuteltiples textos posibles que tienen que ser interpretados si es que se quiere trazar fielshymente un cuadro completo y riguroso de determinado medio histoacuterico La relacioacuten entre el pasado que se va a analizar y los trabajos histoacutericos generados por el examen de los documenshytos es paradoacutejica cuanto maacutes conocemos sobre el pasado maacutes difiacutecil resulta hacer generalizaciones acerca de eacutel

No obstante si el incremento de nuestro conocimiento sobre el pasado dificulta las generalizaciones sobre eacutel debeshyriacutea en cambio facilitarnos la acerca de las mas en que ese conocimiento nos es transmitido Nuestro conocimiento del pasado puede incrementarse pero nuesshytro entendimiento no Nuestro entendimiento del pasado tampoco progresa gracias al tipo de avances revolucionarios

desarrollo de las fiacutesicas Como LllHvua progresa a la produccioacuten de

claacutesicos cuya naturaleza impide que sean desautorizados o invalidados como lo son los esquemas concepshytuales de la ciencia Y es su no disconfirmabilidad la que testifica sobre la naturaleza esencialmente literaria de los claacutesicos histoacutericos Hay algo en una obra maestra histoacuterica que no puede ser invalidado y este elemento no invalidable es su forma la forma que es su ficcioacuten

A menudo se olvida -o cuando se recuerda se desestishyma- que ninguacuten conjunto dado de acontecimientos atesshytiguados por el registro histoacuterico comprende un relato mashynifiestamente terminado y completo Esto es tan verdadero para los acontecimientos que comprenden la vida de un in-

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dividuo como para una institucioacuten una nacioacuten o todo un pueblo No vivimos relatos ni siquiera cuando damos signishyficado a nuestras vidas retrospectivamente disponieacutendolas en forma de rflJt) sucede con

sobre la naturaleza laquomiacuteticaraquo de la historiografiacutea comenta el asombro que un visitante de otro planeta sentiriacutea si le presentaran las les de historias acerca de la Revolucioacuten francesa Porque en esos trabajos los laquoautores no siempre hacen uso de los mismos incidentes cuando lo hacen los incidentes son revelados bajo una luz diferente Y aun asiacute eacutestas son vashyriaciones que tienen que ver con el mismo paiacutes el mismo periacuteodo y los mismos acontecimientos acontecimientos cuya realidad es dispersada a traveacutes de varios niveles en una estructura de muacuteltiples capasraquo Leacutevi-Strauss prosigue sugiriendo que el criterio de validez para evaluar los relatos histoacutericos no puede depender de sus laquoelementosraquo esto es sus contenidos faacutecticos putativos Por el contrario observa laquoaislado a propoacutesito cada elemento se muestra como maacutes allaacute de la aprehensioacuten algunos de ellos obtienen la coshyLl-l-Llw del hecho que pueden ser integrados en un sisshy

son o menos creiacutebles cuando son coherencia total de las seriesraquo Pero su

laquocoherencia de las no puede ser la coherencia de las series cronoloacutegicas esa secuencia de laquohechosraquo organizados en el orden temporal de su incidencia original Porque laquocroacutenicaraquo de los acontecimientos fuera de la cual el historiashydor elabora su relato de laquolo que realmente ocurrioacuteraquo viene ya precodificada Existen cronologiacuteas laquocalientesraquo y laquofriacuteasraquo cronologiacuteas en que se presentan mayor o menor nuacutemero de datos que deberiacutean incluirse en una croacutenica completa de lo que ocurrioacute Maacutes auacuten los datos mismos nos llegan ya agrushypados en clases de datos clases que son constitutivas de domishynios putativos del campo histoacuterico dominios que aparecen

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

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Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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como problemas que debe resolver el historiador si es que desea presentar un relato completo y culturalmente responshysable del pasado

Todo esto sugiere a Leacutevi-Strauss que cuando se trata de desarrollar un relato amplio de los diversos dominios del reshygistro histoacuterico adoptando la forma de una narracioacuten las laquopresuntas continuidades histoacutericasraquo que el historiador preshytende encontrar en el registro son laquoobtenidas solamente a partir de esbozos fraudulentosraquo impuestos por el historiashydor sobre el registro Estos laquoesbozos fraudulentosraquo son en opinioacuten de Leacutevi-Strauss un producto de la laquoabstraccioacutenraquo y un medio de escape frente a la laquoamenaza de un regreso al inshyfinitoraquo que siempre se esconde dentro de cada conjunto complejo de laquohechosraquo histoacutericos Podemos construir un reshylato comprensible del pasado insiste Leacutevi-Strauss solamenshyte mediaacutente la decisioacuten de laquoabandonarraquo uno o varios de los dominios de hechos que se ofrecen para ser incluidos en nuestros relatos Nuestras explicaciones de las estructuras histoacutericas y los procesos estaacuten asiacute determinadas maacutes por lo que dejamos fuera de nuestras representaciones que por lo que incluimos en ellas Porque es en esa difiacutecil capacidad de excluir ciertos hechos con objeto de constituir otros como componentes de un relato comprensible donde el historiashydor demuestra su tacto al tiempo que su entendimiento La laquocoheren~ia totalraquo de cualquier laquoserieraquo dada de hechos hisshytoacutericos es la coherencia del relato pero esa coherencia se logra soacutelo adaptando los laquohechosraquo a los requerimientos de la forma del relato De esta manera Leacutevi-Strauss concluye laquoA pesar de los encomiables e indispensables esfuerzos por traer a la vida otro momento de la historia para poseerla una historia clarividente deberiacutea admitir que nunca escapa por completo a la naturaleza del mitoraquo

Esta funcioacuten mediatizadora nos permite hablar de la narrativa histoacuterica como una metaacutefora extendida Como

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estructura simboacutelica la narrativa histoacuterica no reproduce los acontecimientos que describe nos dice en queacute direccioacuten pensar acerca de los acontecimientos y carga nuestro pensashymiento sobre los acontecimientos de diferentes valencias emocionales La narrativa histoacuterica no refleja las cosas que sentildeala recuerda imaacutegenes de las cosas que indica como lo hace la metaacutefora Cuando una confluencia dada de aconteshycimientos es tramada como una laquotragediaraquo esto simpleshymente significa que el historiador ha descrito tambieacuten los acontecimientos para recordarnos esa forma de ficcioacuten que nosotros asociamos con el concepto de laquotraacutegicoraquo Correctashymente entendidas las historias nunca deben ser leiacutedas como signos no ambiguos de los acontecimientos de los que dan cuenta sino maacutes bien como estructuras simboacutelicas metaacutefoshyras extendidas que laquoasemejanraquo los acontecimientos relatashydos en ellas con alguna forma con la que ya nos hemos famishyliarizado en nuestra cultura literaria

Tal vez deberiacutea indicar brevemente queacute quiero decir con los aspectos simboacutelicos e icoacutenicos de la metaacutefora La conocida frase laquovii amor una rosaraquo no pretende obviamente dar a entender que lo amado es realmente una rosa Ni siquiera sugiere que lo amado tiene los atributos especiacuteficos de una rosa esto es que lo amado es rojo amarillo naranja o blanco que es una planta tiene espinas necesita luz debe ser rociado regularmente con insecticidas etc Significa que debe enshytenderse como que lo amado comparte las cualidades que la rosa ha venido a simbolizar en los usos linguumliacutesticos habituashyles de la cultura occidental Esto es considerada como un mensaje la metaacutefora brinda direcciones para encontrar una entidad que evocaraacute las imaacutegenes asociadas con los amados y los siacutemiles de rosas en nuestra cultura La metaacutefora no reshyfleja la cosa que busca caracterizar brinda direcciones para encontrar el conjunto de imaacutegenes que se pretende asociar con esa cosa Funciona como un sUacutenbolo maacutes que como un

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

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Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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signo lo que quiere decir que no nos da una descripcioacuten o un icono de la cosa que representa pero nos dice queacute imaacutegenes buscar en nuestra experiencia cultural codificada en pos de determinar coacutemo nos deberiacuteamos sentir acerca de la cosa representada

Esto vale igualmente para las narrativas histoacutericas Eacutestas logran dotar a los conjuntos de acontecimientos pasados de significados ademaacutes de cualquier comprensioacuten que ellas provean apelando a leyes causales putativas a traveacutes de la explotacioacuten de las similitudes metafoacutericas entre los conjunshytos de acontecimientos reales y las estructuras convencionashyles de nuestr~s ficciones Mediante la constitucioacuten misma de un conjunto de acontecimientos de tal forma que aporte a partir de ellos un relato comprensible el historiador carga aquellos acontecimientos con la significatividad simboacutelica de una estructura de trama comprensible A los historiadoshyres puede no gustarles pensar en sus trabajos como traducshyciones de los hechos en ficciones pero eacuteste es uno de los efectos de sus trabajos Al proponer tram~dos alternativos de una secuencia dada de acontecimientos histoacutericos los historiadores proveen a eacutestos de todos los posibles significashydos que el arte literario de su cultura es capaz de otorgar La verdadera disputa entre el historiador propiamente dicho y el filoacutesofo de la historia tiene que ver con la insistencia del uacuteltimo en que los acontecimientos pueden ser tramados en una sola forma de relato El escrito histoacuterico prospera sobre el descubrimiento de todas las posibles estructuras de trama que podriacutean ser invocadas para dotar a los conjuntos de acontecimientos de significados diferentes Y nuestro enshytendimiento del pasado se incrementa precisamente en la medida en que tenemos eacutexito en determinar hasta queacute punto ese pasado se adecua a las estrategias de dotacioacuten de sentido que estaacuten contenidas en sus formas puras en el arte literario

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Concebir las narrativas histoacutericas de esta manera nos permite interiorizar la crisis del pensamiento histoacuterico que nos ha acompantildeado desde el comienzo de nuestro siglo Imaginemos que el problema del historiador es dar sentido a un conjunto hipoteacutetico de acontecimientos ordenaacutendolos en una serie que estaacute estructurada al mismo tiempo cronoshyloacutegica y sintaacutecticamente del mismo modo en que estaacute esshytructurado cualquier discurso desde una oracioacuten hasta una novela Podemos ver inmed~atamente que los imperativos del ordenamiento cronoloacutegico de los acontecimientos que constituyen el conjunto entraraacuten en conflicto con los impeshyrativos de las estrategias sintaacutecticas aludidas tanto si las uacutelshytimas son concebidas como pertenecientes a la loacutegica (el sishylogismo) o a la narrativa (la estructura de trama)

De esta manera tenemos un conjunto de acontecimientos

(1) a) b) c) d) e) ) -n)

ordenados cronoloacutegicamente pero que requieren que se describan o caractericen como elementos de la trama o del argumento para darles significado Ahora bien las series pueden ser tramadas de diferentes maneras y por ende doshytadas con diferentes significados sin violar los imperativos del orden cronoloacutegico Podemos caracterizar brevemente algunos de esos tramados de las siguientes maneras

(2) A b) c) ct e) ) n (3 ) a) E) C ct e) ) nJ

a) b) e) ct e) ) n (5) a) b) c) D) e) ) n

y asiacute sucesivamente Las letras mayuacutesculas indican el estatus privilegiado conshy

ferido a ciertos acontecimientos o conjuntos de acontecishy

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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mientos en las series por las que son dotados de fuerza exshyplicativa ya sea como causas que explican la estructura de la serie en su conjunto ya sea como siacutembolos de la estructura de la trama de la serie considerada como un determinado tipo de relato Podriacuteamos decir que la historia que otorga a un acontecimiento putativo original a el estatus de un factor deshycisivo A en la estructuracioacuten de la serie completa de aconteshycimientos que lo siguen es laquodeterministaraquo Los tramados de la historia de la laquosociedadraquo elaborados por Rousseau en su Segundo discurso de la desigualdad por Marx en el Manishyfiesto y por Freud en Toacutetem y tabuacute entrariacutean dentro de esta categoriacutea Del mismo modo cualquier historia que otorgue al uacuteltimo acontecimiento de la serie e sea real o soacutelo proshyyectado especulativamente la fuerza del pleno poder explishycativo E pertenece al tipo de todas las historias escatoloacutegishycas o apocaliacutepticas La Ciudad de Dios de san Agustiacuten asiacute como las diversas versiones de la nocioacuten joaquinita del adshyvenimiento del milenio la Filosofiacutea de la huacutetoria de Hegel y en general todas las historias idealistas son de esta clase En el teacutermino medio tendriacuteamos distintas formas de historioshygrafiacutea que apelariacutean a estructuras de trama de un tipo disshytintivamente laquoficcionalraquo (novela comedia tragedia y saacutetira) gracias a las cuales la serie adoptariacutea una forma perceptible y un laquosentidoraquo concebible

Si las series fueran tan soacutelo registradas en el orden en que sucedieron los acontecimientos originalmente bajo el sushypuesto de que el ordenamiento de los acontecimientos en su secuencia temporal proporcionariacutea por siacute mismo una explishycacioacuten determinada acerca de por queacute ocurrieron cuaacutendo y doacutende tendriacuteamos la forma pura de la croacutenica De todas formas eacutesta seriacutea una forma laquoingenuaraquo de croacutenica en la meshydida en que las categoriacuteas de tiempo y espacio por siacute solas serviriacutean como principios interpretativos informantes contra de la forma ingenua de croacutenica podriacuteamos aducir

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como su contrapartida laquosentimentalraquo el rechazo iroacutenico a considerar que las series histoacutericas tienen alguacuten tipo de sigshynificatividad maacutes amplia o que describen cualquier estrucshytura detrama imaginable o que pueden auacuten ser construidas como relatos con un principio un desarrollo y un final disshycernible Podriacuteamos concebir tales relatos de historia como antiacutedotos que pretenden servirse de sus homoacutelogos falsos o sobretramados (nuacutemeros 234 y 5 expuestos maacutes arriba) y podriacuteamos representarlos como un retorno iroacutenico a la meshyra croacutenica constituyendo el uacutenico sentido que cualquier hisshytoria cognitivamente responsable pudiera tener Podriacuteamos caracterizar tales historias de esta n1anera

(6) laquoal b cl ~ e nraquo

donde las comillas indican la interpretacioacuten consciente de los acontecimientos que no tienen otro significado que la serialidad

Este esquema es por supuesto muy abstracto y no hace justicia a las posibles combinaciones de los tipos que se inshytenta distinguir ni a las variaciones entre esos tipos Pero creo que nos ayuda a concebir coacutemo los acontecimientos podriacutean ser tramados de maneras diferentes sin trastocar los imperativos del orden cronoloacutegico de los acontecimientos (ya que de todos modos eacutestos son construidos) para produshycir interpretaciones alternativas mutuamente excluyentes y auacuten maacutes igualmente plausibles del conjunto He tratado de demostrar en Metahistoria que tales combinaciones y variashyciones aparecen ya en los escritos de los grandes historiadores del siglo XIX y he sugerido en ese libro que los relatos histoacuteshyricos claacutesicos siempre representan intentos tanto de tramar las series histoacutericas adecuadamente como de impliacutecitamente reconocer otros tramados plausibles Es esa tensioacuten dialeacutectica entre dos o maacutes tramados posibles la que sentildeala el elemento

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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de autoconciencia criacutetica presente en cada historiador de talante claacutesico reconocible

Las historias entonces no versan soacutelo sobre acontecishymientos sino tambieacuten sobre los posibles conjuntos de relashyciones que puede demostrarse que esos acontecimientos representan Esos conjuntos de relaciones no son sin emshybargo inmanentes a los acontecimientos mismos existen soacutelo en la mente del historiador que reflexiona sobre ellos Estaacuten presentes como modos de relaciones conceptualizadas en el mito la faacutebula el folklore el conocimiento cientiacutefico la reshyligioacuten y el arte literario de la propia cultura del historiador Pero maacutes importante auacuten como ya he sugerido en el citado ensayo tales modos de relaciones son inmanentes al mismo lenguaje que el historiador debe usar para describir los aconshytecimientos con anterioridad a un anaacutelisis cientiacutefico o un trashymado ficcional de los mismos Porque si el propoacutesito del historiador es familiarizarnos con lo no familiar debe usar maacutes que un lenguaje teacutecnico un lenguaje figurativo Los lenguajes teacutecnicos resultan familiarizadores soacutelo para aqueshyllos que han sido adoctrinados en sus usos y soacutelo de aquellos conjuntos de acontecimientos que los practicantes de una disciplina han acordado describir en una terminologiacutea unishyforme La historia no posee tal terminologiacutea teacutecnica acepta-

de forma unaacutenime y en realidad tampoco hay en ella acuerdo sobre los tipos de acontecimientos que constituyen su problemaacutetica especiacutefica El instrumento caracteriacutestico de los historiadores de codificacioacuten comunicacioacuten e intercamshybio es el discurso ordinario culto Esto implica que los uacutenishycos instrumentos que tienen para otorgar significados a sus datos volviendo familiar lo extrantildeo transformando el pasashydo misterioso en comprensible son las teacutecnicas del lenguaje figurativo Todas las narrativas histoacutericas presuponen caracshyterizaciones figurativas de los acontecimientos que pretenshyden representar y explicar Y esto significa que las narrativas

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histoacutericas consideradas puramente como artefactos verbales pueden ser caracterizadas por el modo de discurso figuratishyvo en el que son presentadas

Si eacuteste es el caso entonces bien puede suceder que el tishypo de trama que el historiador decida usar para dar signifishycado a un conjunto de acontecimientos histoacutericos sea dictashydo por el modo figurativo dominante que ha usado para describir los elementos de su relato con anterioridad a su composicioacuten de una narrativa Geoffrey Hartman sentildealoacute en cierta ocasioacuten en una conferencia de historia de la literatura a la que asistiacute que no estaba seguro de saber 10 que los hisshytoriadores de la literatura queriacutean hacer pero siacute sabiacutea que escribir una historia significa ubicar un acontecimiento en un contexto relacionaacutendolo como una parte de alguna totashylidad concebible Agregoacute que por 10 que sabiacutea habiacutea soacutelo dos maneras de relacionar las partes con las totalidades a traveacutes de la metonimia y de la sineacutecdoque Habieacutendome dedishycado durante alguacuten tiempo al estudio del pensamiento de Giambattista Vico me sentiacute atrapado por ese razonamiento porque se adecuaba a 10 que defendiacutea Vico la ltltloacutegicaraquo de la laquosabiduriacutea poeacuteticaraquo estaacute contenida en las relaciones que el lenguaje mismo confiere a los cuatro modos principales de la representacioacuten figurativa metaacutefora metonimia sineacutecdoshyque e ironiacutea Mi propia intuicioacuten -y es una intuicioacuten que encontreacute confirmada en las reflexiones de Hegel sobre la nashyturaleza del discurso no cientiacutefico- es que en cualquier campo de estudio que como es el caso de la historia no haya sido todaviacutea disciplinado hasta el punto de construir un sisshytema terminoloacutegico formal para describir sus objetos en la forma en que la fiacutesica y la quiacutemica 10 han hecho son los tipos del discurso figurativo los que dictan las formas fundamenshytales de los datos que son estudiados Esto significa que la forma de las relaciones que pareceraacuten ser inherentes a los obshyjetos presentes en el campo habraacute sido en realidad impuesta

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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al campo por el investigador en el acto mismo de identzficar y describir los objetos que alliacute encuentra De aquiacute se desshyprende que los historiadores constituyen sus temas como poshysibles objetos de representacioacuten narrativa a partir del mismo lenguaje que usan para describirlos Y si eacuteste es el caso eso significa que los diferentes tipos de interpretaciones histoacutericas que poseemos para el mismo conjunto de acontecimientos como por ejemplo la Revolucioacuten francesa interpretada por Michelet Tocqueville Taine y otros son poco maacutes que proshyyecciones de los protocolos linguumliacutesticos que esos historiadoshyres usaron para pre-figurar ese conjunto de acontecimientos antes de escribir sus narrativas sobre el mismo Eacutesta es soacutelo una hipoacutetesis pero parece posible que la conviccioacuten del toriador de que eacutel ha laquoencontradoraquo la forma de su narrativa en los acontecimientos mismos maacutes que imponieacutendosela al modo en que lo hace el poeta sea el resultado de cierta carencia de autoconciencia linguumliacutestica que dificulta ver hasshyta queacute punto las descripciones de los acontecimientos ya contienen las interpretaciones de su naturaleza Visto de esta manera la diferencia entre los relatos de Michelet y Tocshyqueville no reside tan soacutelo en que el primero tramoacute su relato adoptando la modalidad de la novela y el segundo la de tragedia reside tambieacuten en el modo tropoloacutegico -metafoacuteshyrico y metoniacutemico respectivamente- que cada uno confishyrioacute a su aprehensioacuten de los hechos que apareciacutean en los doshycumentos

dispongo de espacio para intentar demostrar la plausishybilidad de esta hipoacutetesis que es el principio informante de mi libro Metahistoria Sin embargo espero que este ensayo pueshyda servir para sugerir un enfoque del estudio de formas de prosa discursiva como la historiografiacutea un enfoque tan antishyguo como el estudio de la retoacuterica y tan novedoso como linguumliacutestica moderna Tal estudio avanzariacutea tomando como referencia las ideas apuntadas por Roman Jakobson en un

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artiacuteculo titulado laquoLinguumliacutestica y poeacuteticaraquo donde sentildeala que la diferencia entre la poesiacutea romaacutentica y las distintas formas de la prosa realista decimonoacutenica reside en la naturaleza esenshycialmente metafoacuterica de la primera y la naturaleza esencialshymente metoniacutemica de la uacuteltima Considero que esta caracteshyrizacioacuten de la diferencia entre poesiacutea y prosa es demasiado estrecha de miras porque presupone que las narrativas comshyplejas macroestructurales como la novela son poco maacutes que proyecciones del eje laquoselectivoraquo (es decir foneacutemico) de todos los actos discursivos Jakobson caracteriza asiacute pues

poesiacutea y especialmente la poesiacutea romaacutentica como una proyeccioacuten del eje laquocombinatorioraquo (esto es morfeacutemico) del lenguaje Una teoriacutea binaria tal empuja al analista hacia una oposicioacuten dualista entre poesiacutea y prosa que parece descartar la posibilidad de una poesiacutea metoniacutemica y una prosa metashyfoacuterica Pero la prodigalidad de la teoriacutea de Jakobson cansa en la sugerencia de que tanto las distintas formas de poesiacutea como de prosa que tienen todas ellas sus ejemplos en la narrativa en general y por lo tanto tambieacuten en la histoshyriografiacutea pueden ser caracterizadas en teacuterminos del tropo dominante que sirve como paradigma provisto por el len shyguaje mismo de todas las relaciones significantes cuya exisshytencias puede concebir cualquiera que desee representar esas relaciones en el lenguaje

La narracioacuten o la dispersioacuten sintagmaacutetica de los aconteshycimientos a lo largo de las series temporales presentadas como discurso en prosa de un modo tal que exhiben su elashyboracioacuten progresiva como forma comprensible representariacutea laquoel giro introspectivoraquo que el discurso toma cuando intenta mostrar al lector la forma verdadera las cosas que existen detraacutes de lo mera y aparentemente amorfo estilo narratishyvo tanto en la historia como en la novela seriacutea entonces construido como la modalidad del movimiento desde la representacioacuten de cierto estado original de cosas a

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estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

138 EL TEXTO HISTOacuteRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO

del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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134 EL TEXTO HISTOacuteRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO

estado subsiguiente El signtficado primario de una narrashycioacuten consistiriacutea en la desestructuracioacuten de un conjunto de acontecimientos (reales o imaginados) originalmente codifishycado en un modo tropoloacutegico y la progresiva reestructurashycioacuten del conjunto en otro modo tropoloacutegico Visto de esta manera la narracioacuten consistiriacutea en un proceso de decodifishycacioacuten y recodificacioacuten en el que una percepcioacuten es clarifishycada al ser presentada en un modo figurativo diferente de aquel en el que fue codificada por la convencioacuten la autorishydad o la costumbre Y la fuerza explicativa de la narracioacuten entonces dependeriacutea del contraste entre la codificacioacuten orishyginal y la posterior

Por ejemplo supongamos que un conjunto de experienshycias nos llega como un grotesco esto es como inclasificado e inclasificable Nuestro problema consiste en identificar la moshydalidad de las relaciones que unen los elementos discernibles de la totalidad amorfa de tal forma que eacutesta se conviena en una totalidad de determinado tipo Si subrayamos las similishytudes entre los elementos estamos trabajando en el modo de

metaacutefora si subrayamos las diferencias entre ellos estamos trabajando en el modo de la metonimia Por supuesto en aras de obtener sentido a partir de cualquier conjunto de expeshyriencias debemos obviamente identificar tanto las partes que parecen constituirlo como la naturaleza de los aspectos que comparten las partes que las hacen identificables como totalidad Esto implica que todas las caracterizaciones origishynales de cualquier cosa deben utilizar tanto la metaacutefora como la metonimia con objeto de laquofijarraquo aqueacutella como algo acerca de lo que podamos obtener un discurso significativo

En el caso de la historiografiacutea los intentos de los comenshytaristas para dar sentido a la Revolucioacuten francesa son insshytructivos Burke decodificoacute los acontecimientos de la revoshylucioacuten que sus contemporaacuteneos experimentaron como un grotesco recodificaacutendolos en el modo de la ironiacutea Michelet

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recodificoacute esos acontecimientos en el modo de la sineacutecdoque Tocqueville los recodificoacute en el modo de la metonimia En cada caso no obstante el movimiento de la codificacioacuten a recodificacioacuten es descrito narrativamente esto es dispuesto en una liacutenea temporal de tal manera que la interpretacioacuten de los acontecimientos que dieron lugar a la laquorevolucioacutenraquo se convierte en un tipo de drama que podemos reconocer como satiacuterico romaacutentico y traacutegico respectivamente Este drama puede ser seguido por el lector de la narracioacuten como si expeshyrimentara una revelacioacuten progresiva acerca de lo que consshytituye la verdadera naturaleza de los acontecimientos La revelacioacuten no es experimentada sin embargo como una reshyestructuracioacuten de la percepcioacuten sino maacutes bien como una iluminacioacuten de lo acontecido Pero realmente lo que ha ocushyrrido es que un conjunto de acontecimientos originalmente codificados de una manera ha sido simplemente decodificado y recodificado de otro modo Los acontecimientos mismos no cambian sustancialmente de un relato a otro Es decir los datos que deben ser analizados no son significativamente dishyferentes en los diferentes relatos Lo que es diferente son las modalidades de sus relaciones Estas modalidades a su vez a pesar de que al lector le pueda parecer que estaacuten basadas en diferentes teoriacuteas sobre la naturaleza de la sociedad la poliacutetica y la historia finalmente tienen su origen en las cashyracterizaciones figurativas del conjunto total de acontecishymientos que representan totalidades de tipos muy diferentes Por ello cuando tratamos de distinguir diferentes interpreshytaciones enfrentadas entre siacute de un mismo conjunto de fenoacutemenos histoacutericos en un intento por decidir cuaacutel es la mejor o la maacutes convincente solemos caer en la confusioacuten o la ambiguumledad Esto no significa que no podamos distinguir entre la buena y la mala historiografiacutea dado que siempre poshydemos acudir a criterios tales como la responsabilidad para con las reglas de la evidencia la relativa plenitud del detalle

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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narrativo la coherencia loacutegica y aspectos similares a la hora de clarificar esta cuestioacuten Pero hay que decir que el esfuerzo por distinguir entre buenas y malas interpretaciones de un acontecimiento histoacuterico tal como la Revolucioacuten francesa cuando se trata con interpretaciones alternativas elaboradas por historiadores de formacioacuten y complejidad conceptual relativamente equivalentes no es tan nimio como podriacutea pashyrecer en un principio Despueacutes de todo un gran claacutesico de la historia no puede ser desautorizado o anulado ya sea por el descubrimiento de alguacuten dato nuevo que ponga en cuestioacuten una explicacioacuten especiacutefica de alguacuten elemento del relato en general ya por la generacioacuten de nuevos meacutetodos de anaacutelisis que nos permitan tratar con cuestiones que los historiadores anteriores pueden no haber sometido a consideracioacuten Y es precisamente porque los grandes claacutesicos de la historia como las obras de Gibbon Michelet TUcIacutedides) Mommsen Ranke~ Burckhardt Bancroft entre otros no pueden ser definitishyvamente desautorizados por lo que debemos observar los aspectos especiacuteficamente literarios de sus trabajos como crushy

ciales y no soacutelo subsidiarios en su teacutecnica historiograacutefica Todo esto apunta a la necesidad de revisar la distincioacuten

convencional entre discurso poeacutetico y discurso en prosa en la discusioacuten de formas narrativas tales como la historiografiacutea y reconocer que la distincioacuten entre historia y poesiacutea ya enunciada por Aristoacuteteles oscurece tanto como aclara amshybas nociones Si hay un elemento de historia en toda poesiacutea hay tambieacuten un elemento de poesiacutea en cada relato histoacuterico acerca del mundo Y esto es asiacute porque en nuestro relato del mundo histoacuterico dependemos en un grado que tal vez no se da en las ciencias naturales de las teacutecnicas del lenguaje figushyrativo tanto para nuestra caracterizacioacuten de los objetos de nuestra representacioacuten narrativa como para las estrategias con las que construimos los relatos narrativos acerca de las transformaciones que sufren esos objetos en el tiempo

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y ello se debe a que no hay asuntos atribuidos exclusivamente a la historia la historia es siempre escrita como parte de una contienda entre figuraciones poeacuteticas rivales acerca de en queacute puede consistir el pasado

La antigla distincioacuten entre ficcioacuten e historia en la que la ficcioacuten se concibe como la representacioacuten de lo imaginable y la historia como la representacioacuten de lo real debe dejar lushygar al reconocimiento de que soacutelo podemos conocer lo real contrastaacutendolo o asemejaacutendolo a lo imaginable Concebidas de este modo las narrativas histoacutericas son estructuras comshyplejas en las que un mundo de experiencia es imaginado coshymo existente bajo por lo menos dos modos uno de los cuashyles es codificado como laquorealraquo y el otro laquoreveladoraquo como ilusorio en el curso de la narracioacuten Por supuesto es una ficshycioacuten del historiador considerar que las distintas situaciones que eacutel constituye como el principio el nudo y el final de un curso de desarrollo son laquorealesraquo y que eacutel meramente ha reshygistrado laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten desde una fase inaushygural a una terminal Pero tanto la situacioacuten inicial como la final son inevitablemente construcciones poeacuteticas y como tales dependientes de la modalidad del lenguaje figurativo usado para darles coherencia Esto implica que toda narrashycioacuten no es simplemente un registro de laquolo que pasoacuteraquo en la transicioacuten de una situacioacuten a otra sino una redescripcioacuten progresiva de las series de acontecimientos de manera que desmantelan una estructura codificada en cierto modo verbal al principio para justificar una recodificacioacuten de eacutesta en otro modo al final En esto consiste el laquomedioraquo de todas las narraciones

Todo esto resulta muy esquemaacutetico y seacute que esta insisshytencia en los elementos ficcionales presentes en todas las narrativas histoacutericas seguramente despierta la ira de los hisshytoriadores quienes creen que estaacuten haciendo algo fundashymentalmente diferente a lo que hace el novelista en virtud

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

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mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo

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del hecho de que estaacuten tratando con acontecimientos laquoreashylesraquo mientras que el novelista trata con acontecimientos laquoimaginadosraquo Sin embargo ni la forma ni el poder explicashytivo de la narracioacuten derivan de los diferentes contenidos que se presume debe ser capaz de albergar De hecho la historia -el mundo real tal como evoluciona en el tiempo- cobra sentido de la misma manera en que el poeta o el novelista tratan de darle sentido es decir dotando a lo que originalshymente parece ser problemaacutetico y misterioso del aspecto de una forma reconocible porque es familiar No importa si el mundo es concebido como real o solamente imaginado la manera de darle sentido es la misma

Asiacute decir que damos sentido al mundo real imponieacutendole la coherencia formal que nosotros asociamos por costumbre con los productos de los escritores de ficcioacuten no invalida en forma alguna el estatus de conocimiento que adscribimos a la historiografiacutea Soacutelo invalidariacutea ese estatus si creyeacuteramos qUe la literatura no nos ensentildea nada acerca de la realidad que es un producto de una imaginacioacuten que no es de este mundo sino de alguacuten otro inhumano En mi opinioacuten experimentamos la laquoficcionalizacioacutenraquo de la historia como una laquoexplicacioacutenraquo por la misma razoacuten que experimentamos la gran ficcioacuten como un esclarecimiento de un mundo que habitamos junto con el autor En ambos reconocemos las formas gracias a las cuales la conciencia constituye y coloniza el mundo que busca conforshytablemente habitar

Finalmente cabe antildeadir que si los historiadores reconoshycieran los elementos ficcionales en sus narraciones esto no significariacutea la degradacioacuten de la historiografiacutea al estatus de ideologiacutea o propaganda De hecho este reconocimiento sershyviriacutea como un potente antiacutedoto frente a la tendencia manishyfiesta de los historiadores a ser presa de presupuestos ideoshyloacutegicos que no reconocen como tales sino que honran como la percepcioacuten laquocorrectaraquo de laquola forma en que las cosas real-

EL TEXTO HISTOacuteRICO COMO ARTEFACTO LITERARIO 139

mente sonraquo Al acercar la historiografiacutea a sus oriacutegenes en la sensibilidad literaria deberiacuteamos ser capaces de identificar el elemento ideoloacutegico por ser el elemento ficticio en nuestro propio discurso Siempre somos capaces de ver los elemenshytos ficticios en aquellos historiadores con cuyas interpretashyciones de un conjunto dado de acontecimientos estamos en desacuerdo rara vez percibimos ese elemento en nuestra propia prosa Por tanto si reconocieacuteramos el elemento liteshyrario o ficticio en cada relato histoacuterico seriacuteamos capaces de llevar la ensentildeanza de la historiografiacutea a un nivel de autoshyconciencia maacutes elevado que el actual

iquestQueacute maestro no ha lamentado su incapacidad para insshytruir a los aprendices en la escritura de la historia iquestQueacute lishycenciado en historia no se ha desesperado tratando de comshyprender e imitar el modelo al que sus profesores pareciacutean rendir tributo pero cuyos principios permanecen ignotos Si reconocemos que hay un elemento de ficcioacuten en toda nashyrrativa -histoacuterica encontraremos en la teoriacutea del lenguaje y en la narrativa misma la base para una presentacioacuten de aquello en lo que consiste la historiografiacutea maacutes sutil que aquella que simplemente le dice al estudiante que vaya y laquoaveriguumle los hechosraquo y que los escriba de un modo que cuente laquolo que realmente pasoacuteraquo

En mi opinioacuten la historia es una disciplina en mal estado hoy en diacutea porque ha perdido de vista sus oriacutegenes en la imashyginacioacuten literaria En aras de parecer cientiacutefica y objetiva se ha reprimido y se ha negado a siacute misma su propia y principal fuente de fuerza y renovacioacuten Al volver a poner en contacshyto a la historiografiacutea con sus fundamentos literarios no deshyberiacuteamos estar ponieacutendonos en guardia contra distorsiones meramente ideoloacutegicas deberiacuteamos estar en el camino de alshycanzar esa laquoteoriacutearaquo de la historia sin la que eacutesta no puede en absoluto pretender ser una laquodisciplinaraquo