12. el pensamiento dialéctico Hegel y Marx

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EL PENSAMIENTO DIALÉCTICO. HEGEL Y MARX Circunstancias socioculturales. El capitalismo y la revolución industrial. Producción industrial y acumulación de capital son dos caras inseparables del mismo fenómeno histórico. En el siglo XVIII-XIX se produce la revolución industrial: revolución naval, maquina de vapor, luz de gas, ferrocarril, se crea un comercio mundial, sobre todo un traslado de materias primas desde las colonias hasta las metrópolis. Grandes masas de agricultores son transformadas en obreros: en fábricas, minería o siderurgia. En el siglo XIX se producen los cambios más radicales. La nueva división del trabajo en las fábricas multiplicaba el producto del trabajo humano. La ciencia de la economía con Adam Smith (1723.1790) descubre la clave del aumento de la riqueza en la reducción del coste en el trabajo humano, aumento de producción con la misma cantidad de trabajo. El comercio se liberaliza y las leyes económicas comienzan a regirse por la ley de la oferta y la demanda. David Ricardo ( 1772-1823) dará forma a la nueva ciencia de la economía. 1

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EL PENSAMIENTO DIALÉCTICO.HEGEL Y MARX

Circunstancias socioculturales.

El capitalismo y la revolución industrial.

Producción industrial y acumulación de capital son dos caras inseparables del mismo fenómeno histórico.

En el siglo XVIII-XIX se produce la revolución industrial: revolución naval, maquina de vapor, luz de gas, ferrocarril, se crea un comercio mundial, sobre todo un traslado de materias primas desde las colonias hasta las metrópolis.

Grandes masas de agricultores son transformadas en obreros: en fábricas, minería o siderurgia. En el siglo XIX se producen los cambios más radicales.

La nueva división del trabajo en las fábricas multiplicaba el producto del trabajo humano. La ciencia de la economía con Adam Smith (1723.1790) descubre la clave del aumento de la riqueza en la reducción del coste en el trabajo humano, aumento de producción con la misma cantidad de trabajo.

El comercio se liberaliza y las leyes económicas comienzan a regirse por la ley de la oferta y la demanda.

David Ricardo ( 1772-1823) dará forma a la nueva ciencia de la economía.

Pero la libertad económica trae nuevas desigualdades sociales, la nobleza se pasa a los negocios y las finanzas. Los pequeños artesanos y propietarios no pueden competir con la industria. Se inicia una nueva forma de esclavitud: la del asalariado.

Jornadas de 12 a 18 horas, siete días a la semana, ninguna vacación pagada o impagada, ningún seguro de enfermedad de jubilación o desempleo. En ocasiones el padre podía pedir un préstamo a cambio del futuro trabajo de sus hijos que comenzaban a trabajar sin percibir ningún tipo de salario hasta cubrir el prestamo.el siglo XIX fue un periodo revolucionario, los trabajadores al principio se unen a los movimientos liberales de la burguesía frente a la monarquía,

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pero pronto se desligan por que los burgueses no defienden sus intereses. 1848 es un momento álgido revolucionario en Europa: en Polonia, Italia, España y Alemania se producen revoluciones, la más significativa es la de febrero en París.

Se producen los movimientos obreros. En 1848 Marx y Engels lanzan el manifiesto comunista, en el que hacen análisis de las clases sociales presentes en la revolución del 48. En 1864 obreros franceses, ingleses italianos y alemanes crean la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) la primera internacional.

El idealismo Hegeliano.

Hegel (1770-1831) nace en Stuttgart, estudia teología y filosofía en Tubinga. Obras: Fenomenología del Espíritu, Ciencia de la lógica, Enciclopedia de la ciencias filosóficas y Principios de la filosofía del derecho.

En el pensamiento de Hegel se puede señalar una primera aportación fudamental: la concepción de la naturaleza humana desde el punto de vista histórico.

La historia no puede entenderse como un proceso de causas y efectos, ha de entenderse como un proceso de desarrollo y superación de contradicciones. Este proceso no se puede captar con la lógica de la identidad, en que las cosas son lo que son de manera permanente, sino dialécticamente.

El precedente histórico es Heráclito: las cosas no son sino que devienen, lo que hay es devenir: la entraña del devenir es la lucha de contrarios.

Toda la realidad tiene un dinamismo que la hace tender a la superación de sus limitaciones y a su plena realización. Hegel llama dialéctica a este proceso y en el distingue tres momentos: tesis o afirmación, la antítesis o negación y la síntesis, negación de la negación o superación, que a su vez se convierte en una nueva tesis que será negada.Para Kant el conocimiento es relativo al sujeto: no conocemos la cosa en sí sino el fenómeno. Pero en la dialéctica transcendental reconocía Kant la tendencia irrenunciable de la razón al conocimiento absoluto, aunque irrealizable.

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Hegel afirma que el conocimiento sólo es verdadero si es conocimiento de la totalidad, sólo es verdadero conocimiento el conocimiento absoluto. Se obliga a un conocimiento de la totalidad de lo real. Cada cosa, cada acontecimiento particular es sólo un momento que remite a la totalidad y sólo puede entenderse en función de la totalidad.

La dialéctica, que es la ley del pensar verdadero, es la ley misma del proceso de la realidad: pensar y ser se identifican.

Sólo superado la distinción entre el sujeto y el objeto y concibiéndolos como una misma cosa puede desarrollarse un conocimiento de la totalidad, un conocimiento dialéctico. Es la realidad la que se conoce a sí misma, como dice Hegel en la fenomenología del Espíritu: la sustancia deviene en sujeto.

El espíritu como sujeto, el idealismo absoluto.

¿Cuál es el sujeto de ese proceso dialéctico de la realidad que es la historia? Convertida la sustancia en sujeto y no pudiendo ser la actividad de éste otra cosa que el conocimiento de sí mismo, el sujeto es espíritu. Todo lo racional es real, todo lo real es racional.

En La Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas se desarrolla el despliegue dialéctico de la razón o la idea con un carácter divino panteísta. El primer momento es la afirmación de la idea pura, la tesis. El segundo momento es la negación o alineación de la idea que sale de sí misma y se manifiesta como naturaleza. Y el tercer momento es la reconciliación de los contrarios, idea y naturaleza en el espíritu. En ese momento la realidad, el espíritu, se conoce a sí mismo y se libera.

Hay tres momentos en esta última etapa del desarrollo dialéctico:

1. El espíritu subjetivo: el espíritu se expresa en el individuo humano como pensamiento y libertad hasta alcanzar la autorrealización.

2. El espíritu objetivo. La racionalidad plasmada en el derecho, la propiedad privada, la familia, el estado.

3. El espíritu absoluto, es el momento de plenitud en la realización final del espíritu que se piensa a sí mismo alcanzando la autoconciencia a partir del arte, que es su manifestación sensible, la religión,

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momento en el que pasa de la representación estética a la interioridad del sujeto y finalmente la filosofía, momento de reconciliación perfecta y definitiva en la que el espíritu alcanza su autoconciencia.

Karl Marx

(introducir vida)

Escritos de Marx

1843 Crítica de la filosofía hegeliana del derecho.1843 La cuestión judía.1845 La Sagrada Familia.1845 La ideología alemana.1848 Manifiesto comunista.1859 Contribución a la crítica de la economía política.1867 El capital.

La crítica de Marx al idealismo y al materialismo

Marx critica el idealismo hegeliano. Sólo le interesa su pensamiento dialéctico, heredero de la lucha de contrarios de Heráclito. Para Marx la dialéctica hegeliana ha perdido la realidad del mundo y del hombre: “para mí lo ideal no es más que lo material transferido y traducido en el cerebro de los hombres”. La realidad es materia y no espíritu o idea.

La única realidad a la que podemos acceder es la que nos viene por los sentidos. No existen ideas inmutables, no hay nada que sea previo a la conciencia y acción humana.

Más que definir al ser humano por su pensamiento habrá que definirlo como un ser activo, práctico, cognoscente y trabajador. Marx se define como materialista en el sentido de que son las necesidades elementales del ser humano las que ponen en marcha el proceso de la sociedad humana y de la historia.

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De la sospecha al concepto de “ideología”

El hombre no es una realidad o esencia anterior a su propia historia natural. Esa historia es la de la producción de sí mismo en unión con la naturaleza.

Analiza el fracaso de la revolución francesa, que Kant creía era la emancipación del hombre, su mayoría de edad, y Marx se da cuenta de que la política por sí misma no cambia la realidad. No son las ideas políticas las que determinan la realidad, es la realidad social la que explica una determinada política en cada momento histórico.

Al analizar el momento histórico, Marx se da cuenta de que el estado de derecho garantiza la igualdad entre todos pero en la práctica el trabajador, aunque puede o no aceptar las condiciones laborales que le ofrece el patrono, en realidad está obligado porque que quiere sobrevivir y mantener a su familia.

A Marx se le ha llamado el filósofo de la sospecha. Sospechar no es simplemente dudar. Sospechamos que alguien miente, que hay algo inconfesable que trata de ocultarse, descubrimos que hay una intencionalidad en que las cosas aparezcan cambiadas o falseadas. La sospecha nació primero en la religión y su papel tranquilizante de la sociedad. Después sospecho también del optimismo del estado que sostenía Hegel...no es ya que las ideas no nos entreguen la realidad, ni nos la den a entender, sino que la falsean para ocultarla. Éste es el sentido del término “ideología”.

El hombre vive no menso en un mundo de las ideas que en un mundocosas y acontecimientos. La cultura en la que estamos inmersos es nuestro mundo. Las ideas han nacido de un ser humano pero se convierten en algo independiente como si tuvieran vida propia. La conciencia ideológica es así un producto social pero al mismo tiempo la conciencia es también practica y actúa a su vez sobre la sociedad.

Por eso sólo una ciencia que, por debajo de los fenómenos sociales, descubra la forma originaria de producción de la vida social de los hombres será científica y estará en condiciones de desvelar las claves de las contradicciones sociales. Marx recoge así la última tesis de Feuerbach: “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”.

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La concepción del hombre en Marx.

Si lo real es el hombre concreto natural, la reducción de la alienación no consistirá en una tarea especulativa de comprensión de la alienación, sino en la tarea ética práctica de suprimirla. Alienación es desrealización, enajenación del hombre, pérdida de sí mismo. Los hombres no provienen de una idea adánica, sino de la naturaleza. Los hombres son productos naturales.

Visto así el trabajo es la auténtica esencia del hombre. El hombre se constituye en humano en el acto de transformar la naturaleza al producir su propia vida. Esta actividad constitutiva de lo humano es el trabajo. Por la tanto el hombre es un ser activo, práctico y no contemplativo.

Por otra parte la esencia humana es el conjunto de las relaciones sociales. El hombre no es que sea social por naturaleza, sino que se hace humano en sociedad. Los distintos modos de producción a partir de la naturaleza dan lugar a distintos modos de cooperación y distintas relaciones entre los individuos, y de esta manera se originan diversas formaciones sociales que determinan formas diferentes de vida humana.Por lo tanto la esencia no está en cada individuo concreto sino en el conjunto de las relaciones sociales.

La antropología de Marx es un naturalismo, y por contraposición al idealismo, ha sido clasificada de materialismo. Se excluye toda realidad transcendente o sobrenatural. Se llega al ateísmo.

Si la religión es algo que aliena al hombre habrá que suprimirla. El marxismo es un humanismo que trata de suprimir toda alienación del hombre.

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La dialéctica de las alienaciones.

La alienación religiosa es para Marx el paradigma de toda forma de de pérdida de sí mismo. La religión encubre una realidad social humana contradictoria y desgarrada.

El estado actúa de forma religiosa cuando dice consagrar la igualdad de los ciudadanos y al mismo tiempo la libertad de enriquecerse ilimitadamente signo de predestinación”. Lo mismo cuando impone a los desfavorecidos una moral de resignación y aceptación de la realidad existente.

Las características del modo religioso de la existencia no son otras que la inseguridad y la abyección de la criatura ante el creador que es juez y puede salvar o condenar. El sentimiento religioso se presenta como absoluta humildad y sumisión obediente. La vida es un “valle de lágrimas” un “tránsito a la verdadera vida”.

La alienación política consiste en la defensa de la igualdad de todos y la situación creciente de desigualdad y dominación en las relaciones sociales que se deriva de la libertad económica. La sociedad se ha dividido en dos clases antagónicas: la burguesía y el proletariado.

La alienación social. La burguesía revolucionaria de la ilustración francesa se ha convertido en burguesía liberal con la industrialización. Se produce una acumulación del capital y los pequeños burgueses y proletarios pasan a depender de las grandes industrias. Se produce la dialéctica del amo y esclavo, la degradación de ambas clases sociales: burgueses y proletarios, convirtiendo las relaciones humanas en relaciones mercantiles.

El “Manifiesto Comunista” es en realidad, como consecuencia de las frustradas revoluciones del 48, la llamada a la conciencia de clase del mundo del obrero: “¡ proletarios del mundo uníos!”

Desde mediados de siglo se hace cada vez más claro que el enfrentamiento de las clases sociales no puede tener solución política. Los socialismos utópicos de Proudhon, Saint-Simon y otros bienintencionados no tienen la solución.

La alienación económica.

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Hay que analizar los hechos económicos que sustentan la situación actual. Esto lo hace en el “Capital”.

El producto del trabajo humano se convierte en mercancía tan pronto la sociedad comienza con el trueque. Pero hay dos valores en él:

Valor de uso: sirve para satisfacer las necesidades humanas. Si tengo hambre de nada me sirve un cuadro de Picasso.

Valor de intercambio: no importa su valor de uso, se abstrae. La mercancía vale por el tiempo y cantidad de trabajo humano. Se puede intercambiar por dinero.

Aparece el fetichismo del valor: el dinero vale por sí mismo. El dinero no es la alienación, sino la condición para la alienación. Se ha convertido en capital ¿Cómo? El capitalista tenía que encontrar una mercancía que al consumirla produjese nuevas mercancías creando valor: esa mercancía es la fuerza del trabajo.

El trabajador sin ser esclavo vende su fuerza de trabajo, su tiempo. Al mismo tiempo está desprovisto de los medios para realizar por sí mismo su fuerza de trabajo. El empresario que compra el tiempo del obrero obtiene plusvalías pues el valor de mercado es mayor que el valor de uso. Esta es la base del capitalismo. El empresario debe invertir en máquinas que producen más y se disminuye el valor de la mercancía y genera la destrucción de puestos de trabajo y la disminución del poder adquisitivo de la clase trabajadora.

Formas de alienación del trabajo:

Alienación con respecto al producto: El producto es ajeno al trabajador y hace más fuerte al propietario del que depende la vida del trabajador.

Alienación en el acto mismo de la producción: El obrero realiza un trabajo que no le pertenece. El trabajo, aquella actividad que le humaniza frente a la naturaleza y los animales, le devuelve, en el trabajo asalariado, a la vida animal.

Alienación con respecto a la naturaleza: El trabajo relaciona al hombre con la naturaleza. Pero en el trabajo asalariado el hombre pierde la capacidad de transformar la naturaleza y la ve sólo como su condición biológica.

Alienación respecto al otro hombre: El obrero considera al otro como competidor por el puesto de trabajo si es obrero o como amo a cuyo servicio está. Al mismo tiempo el empresario está también alienado

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por su interés en la plusvalía. Amo y esclavo están privados de todo lo humano que es ajeno a lo económico.

El materialismo histórico.

En Marx se pasa de la concepción natural del hombre a la concepción materialista de la historia. Esto quiere decir que la producción de la vida social humana funda la historia y explica la sucesión de los acontecimientos históricos. No es el espíritu de Hegel, ni el Dios cristiano, ni los grandes genios los que determinan la historia. Son las relaciones de producción las que generan el devenir histórico: “la infraestructura determina la superestructura”. Lo que define a una época concreta no es lo que produce, sino la forma o sistema de producirlo.

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La lucha de clases en la historia.

Marx, desde su visión de la importancia decisiva de los medios de producción, explica en el Manifiesto como el molino “produce” la sociedad medieval y el feudalismo y como la máquina de vapor produce el sistema capitalista industrial. La historia se ha ido moviendo por crisis revolucionarias y luchas de clases. La historia entera es lucha de clases.

El capitalismo separa al trabajador de los medios de producción en manos de los empresarios. La consecuencia será el empobrecimiento paulatino de los obreros y por tanto la revolución.

Socialismo científico y revolución comunista.

Sólo el saber práctico, socialismo científico cambia la sociedad. Las crisis internas que genera el capitalismo hacen que sea inminente la revolución proletaria que traerá la sociedad sin clases y la eliminación de las alienaciones. Todas las revoluciones anteriores han sido políticas, esta última revolución es la del socialismo científico.

En su libro “Crítica del programa de Gotha”, Marx afirma que ha de pasarse de “cada cual según su capacidad a cada cual según sus necesidades”. En esta revolución es inevitable un periodo corto de dictadura antes de la abolición definitiva del estado. Después vendría la sociedad comunista.

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