11. Corbetta - Metodologia y Tecnicas de La Investigacion Social

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1.1. 1.2. 1.3. 1.4. 1.5. 1.6. 1.7. 1.8. CAPfrULO LOS PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL KUHN Y LOS PARADIGMAS DE LAS CIENCIAS 4 TRES CUESTIONES DE FONDO 7 EL POSITIVISMO 9 EL NEOPOSITIVISMO Y EL POSTPOSITIVISMO 13 EL INTERPRET ATIVISMO 18 1.5.1. Los inicios 18 1.5.2. Max Weber: objetividad e individualidad 20 1.5.3. Desarrollos posteriores 23 CRÍTICAS, POSTURAS RADICALES Y NUEVAS TENDENCIAS 24 SÍNTESIS DEL CAPÍTULO 1 28 LECTURAS COMPLEMENTARIAS 29 3

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Capitulo 1

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    CAPfrULO 1 LOS PARADIGMAS

    DE LA INVESTIGACIN SOCIAL

    KUHN Y LOS PARADIGMAS DE LAS CIENCIAS 4

    TRES CUESTIONES DE FONDO 7

    EL POSITIVISMO 9

    EL NEOPOSITIVISMO Y EL POSTPOSITIVISMO 13

    EL INTERPRET ATIVISMO 18 1.5.1. Los inicios 18 1.5.2. Max Weber: objetividad e individualidad 20 1.5.3. Desarrollos posteriores 23

    CRTICAS, POSTURAS RADICALES Y NUEVAS TENDENCIAS 24

    SNTESIS DEL CAPTULO 1 28

    LECTURAS COMPLEMENTARIAS 29

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  • 4 METODOLOGA Y TCNICAS DE INVESTIGACIN SOCIAL

    En este captulo se presentan los orgenes filosficos en los que se basan los dos enfoques principales de la investigacin social, que han generado respectivamente las familias de tcnicas cuantitativas y cualitativas. Comenzaremos con una reflexin sobre el concepto de paradigma, es decir, la perspectiva que inspira y dirige todas las ciencias. A continuacin, ilustraremos los orgenes histricos y los principios inspiradores del paradigma positivista y del paradigma interpretativo. El captulo concluir con una serie de reflexiones sobre las tendencias actuales en investigacin social.

    1.1. KUHN Y LOS PARADIGMAS DE LAS CIENCIAS La nocin de paradigma tiene un origen antiguo en la historia del pensamiento filosfico. Fue utilizada tanto por Platn, en el sentido de modelo, como por Aristteles, en el sentido de ejemplo. En las ciencias sociales se ha abusado de su uso y resulta confusa por los mltiples y diversos significados que se le atribuyen: sinnimo de teora, articulacin interna de una teora, sistema de ideas de orden precientfico, corriente de pensamiento o escuela, procedimiento de investigacin modlico o sinnimo de mtodo. Por ello resulta til considerar brevemente el concepto de paradigma tal y como lo plante a principios de los aos sesenta a filsofos y socilogos de la ciencia el estudioso Thomas Kuhn, en su clebre ensayo La estructura de las revoluciones cientficas (1962).

    La reflexin de Kuhn tiene como objeto el desarrollo histrico de las ciencias y supone un rechazo al concepto tradicional de ciencia como acumulacin progre-siva y lineal de nuevos logros. Segn la concepcin acumulativa tradicional, cada invencin y descubrimiento se aadira al cuerpo de conocimientos existente, igual que los ladrillos se superponen en la construccin de un edificio de varias plantas. Sin embargo, segn Kuhn, aunque ste es el proceso de desarrollo de la ciencia en pocas normales, existen tambin periodos revolucionarios en los que se in-terrumpe la continuidad con el pasado y se inicia una nueva construccin, como cuando a veces, siguiendo con la metfora de la edificacin, se demuele un edificio viejo de ladrillo para construir otro con materiales distintos, por ejemplo, un ras-cacielos de cristal y aluminio.

    Kuhn ilustra su argumentacin con una serie de ejemplos tomados de las cien-cias naturales, sobre todo de la fsica. Cita el desarrollo de la fsica ptica, que en la actualidad se basa en una interpretacin cuntica, segn la cual la luz estara cons-tituida por fotones, entidades que tienen al mismo tiempo caractersticas propias de las ondas y de las partculas. Kuhn aade, no obstante, que esta teora naci en el siglo xx. Antes de que Planck, Einstein y otros desarrollaran dicha teora, en las universidades se enseaba que la luz era una onda, segn una teora propuesta a principios del siglo XIX. Y an antes, en el si glo XVII, reinaba la teora de la ptica newtoniana, segn la cual la luz estaba constituida por corpsculos materiales.

    El paso de una perspectiva terca a otra tiene consecuencias tan drsticas para la disciplina afectada que Kuhn no duda en utilizar el trmino revolucin y habla precisamente de revolucin cientfica. Qu cambia, en una determinada discipli-

  • LOS PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIN SOCIAL 5

    na, con una de estas revoluciones? Cambian los problemas que se proponen a la investigacin cientfica, y tambin los criterios para determinar lo que se deba con-siderar un problema admisible o una solucin vlida para el mismo [ibdem, 6]. Y se realiza una reorientacin de la disciplina que consiste en ), la ciencia avanza efectivamente segn el proceso lineal y cumulativo que se suele atribuir al desarrollo cientfico. La tarea de la ciencia nor-mal no es en absoluto descubrir nuevos tipos de fenmenos [ ... ], la investigacin en el mbito de la ciencia normal est orientada a la articulacin de los fenmenos y teo-

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    ras derivados del paradigma [ibdem, 24].

    En las ciencias naturales encontramos numerosos ejemplos de paradigmas cien-tficos. Si retomamos el ejemplo anterior, podemos hablar del paradigma corpuscu-lar, ondulatorio o cuntico, de la fisica ptica. Del mismo modo podemos citar como parejas de paradigmas alternativos que se han sucedido en el tiempo la mec-nica de Newton y la mecnica de Einstein, la cosmologa tolemaica y la copemica-na, y as sucesivamente.

    Hasta qu punto podemos hablar de paradigmas en las ciencias sociales? Kuhn subraya que el paradigma es una caracterstica definitoria de las ciencias madu-ras. Antes de que Newton introdujera la teora corpuscular de la luz, los cientficos que la estudiaban no tenan un paradigma comn, sino que existan diversas escue-las y subescuelas, cada una con su punto de vista y su teora, por lo que, segn Kuhn, si bien quienes desarrollaban actividades en ese campo eran cientficos, el resultado de su actividad no alcanzaba el rango de ciencia [ibdem, 13].

    Desde esta perspectiva, las ciencias sociales, por el hecho de carecer cada una de ellas por separado de un nico paradigma ampliamente compartido por la comuni-dad cientfica, se encontraran en una situacin preparadigmtica, salvo quizs la economa (segn Kuhn, los economistas estn de acuerdo sobre la definicin de economa, mientras an queda pendiente la cuestin de qu sectores de las cien-cias sociales han alcanzado ya paradigmas como ste [ibdem, 14]).

    Lo dicho sobre las ciencias sociales se aplica tambin a la sociologa. Parece difcil identificar, incluso para perodos limitados de la historia de la disciplina, un paradigma comn a toda la comunidad de socilogos.

    Existe otra interpretacin del pensamiento de Kuhn, que se ha propuesto preci-samente para aplicar sus categoras a la sociologa. Se trata de una redefinicin del concepto de paradigma, en la que se mantienen todos los elementos de la definicin original, es decir, visin terica que define la relevancia de los hechos sociales, proporciona hiptesis interpretativas y orienta las tcnicas de la investigacin emp-rica, excepto uno, el consenso de la comunidad cientfica, al menos en periodos de ciencia normal.

    De este modo se abre la posibilidad de convivencia, dentro de una determinada disciplina, de varios paradigmas, y la sociologa pasa de ser preparadigmtica, a ser una disciplina multiparadigmtica. sta es, entre otras, la lectura de Friedrichs [ 1970], que tras haber puesto en evidencia el paradigma que gua el funcionalismo estructural de Parsons, encuentra en el planteamiento dialctico de origen marxista el segundo paradigma de la sociologa, que desplaza el foco de atencin de los conceptos de sistema y consenso, propios de la perspectiva funcionalista, a la idea del conflicto.

    Esta interpretacin del concepto de paradigma en trminos de perspectiva teri-ca global es la ms difundida en las ciencias sociales. Sin embargo, no es la nica, sino que existen otras claramente opuestas a ella. Sin embargo, esta lectura menos rigurosa de la categora original kuhniana realizada para adaptarla al e status de las ciencias sociales, tampoco debe banalizarse identificando paradigma con teora o corriente de pensamiento. De hecho, sigue siendo fundamental en el concepto de paradigma su carcter preterico, en ltimo trmino metafsico, de visin que

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    orienta, de imagen del mundo, o mejor aun, como escribe Friedrichs [ibdem, 55], de imagen fundamental que una disciplina tiene de su objeto, que gua y organiza tanto la reflexin terica como la investigacin emprica, y como tal precede a ambas.

    En este sentido, el concepto de paradigma nos parece til tambin para el anli-sis de los distintos marcos de referencia que han sido desarrollados y an se consul-tan en el campo de la metodologa de la investigacin social.

    1.2. TRES CUESTIONES DE FONDO Una vez definido y delimitado el concepto de paradigma e indicada su aplicacin en el campo de las ciencias sociales, conviene dejar el terreno resbaladizo de los para-digmas de la teora sociolgica (un paradigma?, dos paradigmas?, cien paradig-mas?), para pasar a un terreno ms estable, el de la metodologa de la investigacin social. Pero tampoco en este caso nos adentraremos en la compleja problemtica epistemolgica de cuntos y cules pueden ser los marcos de referencia filosficos que orientan la investigacin emprica en el campo de las ciencias sociales.

    Nos limitaremos a un examen de carcter histrico, describiendo brevemente las perspectivas fundamentales que se han propuesto y consolidado en el curso de la evolucin de la disciplina. Dado que este libro trata sobre tcnicas de investigacin social, resulta fundamental, en primer lugar, plntear la cuestin de los paradigmas fundacionales de la investigacin social, de los que nacieron los primeros procedi-mientos operativos y que han guiado sucesivamente el avance de la investigacin emprica. Sabemos que una de las funciones de un paradigma es definir los mtodos y tcnicas de investigacin aceptables para una disciplina. Como escribe Hughes:

    Cada procedimiento o instrumento de investigacin est entrelazado de manera inextricable con las interpretaciones concretas del mundo que tiene el investiga-dor y sus modos de conocer ese mundo. Usar un cuestionario o una escala de actitudes, asumir el papel de observador participante o construir una muestra aleatoria( ... ] equivalen a aceptar concepciones del mundo que permitan el uso de estos instrumentos para lograr los objetivos fijados. Ninguna teora o mtodo de investigacin [ ... ] se justifican por s mismos: su eficacia, su propia calificacin de instrumentos de investigacin [ ... ] dependen en ltima instancia de justificacio-nes de tipo filosfico.

    [Hughes, 1980, 13]

    Podemos identificar, entre las perspectivas filosficas que han generado y acom-paado en su desarrollo a la investigacin social, visiones lo bastante generales, coherentes y operativas, como para poder atribuirles la categora de paradigma? En nuestra opinin la respuesta a esta pregunta es afirmativa. Existe un acuerdo gene-ralizado sobre la existencia de dos grandes marcos de referencia globales que han orientado la investigacin social desde su nacimiento: la perspectiva empirista y la

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    aunque est menos consolidado, el de interpretativismo ). Se trata de dos divisio-nes orgnicas y claramente opuestas de la realidad social y los modos de conocerla, que han generado dos conjuntos de tcnicas de investigacin coherentes y muy dife-renciados entre s. Antes de describirlas, debemos. conocer sus orgenes filosficos para poder comprenderlas correctamente.

    Recordemos que estos paradigmas no son teoras sociolgicas, sino concepcio-nes generales sobre la naturaleza de la realidad social, la naturaleza del hombre, y el modo en que ste puede conocer dicha realidad. Para comparar adecuadamente los dos paradigmas arriba mencionados, trataremos de entender cmo responden a las preguntas fundamentales a las que se enfrenta la investigacin social, y, en general, la investigacin cientfica. Estas preguntas se pueden expresar como sigue: existe la realidad (social)?, es conocible?, cmo podemos conocerla? En otras palabras: esencia, conocimiento y mtodo.

    La cuestin ontolgica 1 Esta cuestin concierne a la naturaleza de la realidad social y su forma. N os pregunta si el mundo de los hechos sociales es un mundo real y objetivo con existencia autnoma fuera de la mente humana e independiente de la interpretacin que hace del mismo el sujeto. Es decir, nos pregunta si los fenmenos sociales son cosas en s mismas o y el qu, y el resultado de esta relacin. Concierne a la posibilidad de conocer la realidad social y hace especial nfasis en la relacin entre el estudioso y la realidad estudiada. Todas las manifestaciones o los niveles de conocimiento, observar, perci-bir, determinar, interpretar, negar o afirmar, presuponen la relacin del hombre con el mundo y son posibles slo sobre la base de esta relacin [Abbagnano, 1971, 162]. La respuesta a esta cuestin depende, a su vez, de la respuesta dada a la cuestin ontolgica precedente. Si el mundo social existe como tal, con independencia de la actuacin humana, ser lcito aspirar a conocerlo con distancia objetiva, sin miedo a alterarlo en el curso del proceso cognitivo. Las caractersticas, es decir, la forma, que el conocimiento puede adoptar estn estrechamente ligadas a la respuesta que demos a esta cuestin: stas pueden ser leyes naturales deterministas dominadas por las categoras de causa-efecto, leyes menos imperativas, generalizaciones varias, por ejemplo, los tipos ideales weberianos, o ausencia de generalizaciones, es decir, slo conocimientos especficos y contingentes.

    1 Ontologa: parte de la filosofta que estudia el ser como tal; del griego ntos (ser, ente) y lgos (discurso, reflexin).

    2 Epistemologa: reflexin sobre el conocimiento cientfico, del griego episteme (conocimien-to cierto).

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    La cuestin metodolgica 3 Es la cuestin del cmo, es decir, cmo se puede conocer la realidad social. Concierne a la instrumentacin tcnica empleada en el proceso cognitivo. De nuevo, las respuestas a esta cuestin estn estrechamente rela-cionadas con las respuestas a las cuestiones precedentes. Si consideramos que la realidad social es un objeto externo que no se ve afectado por el proceso cognitivo del cientfico ser ms plausible utilizar tcnicas de manipulacin, por ejemplo, el experimento, el control de las variables, etc., que si consideramos que existe una interaccin entre el investigador y lo investigado.

    Por tanto, las tres cuestiones estn relacionadas entre s, no slo porque las respuestas para cada una de ellas se influyen entre s, sino tambin porque a veces es dificil distinguir los lmites entre ellas. Nosotros intentaremos hacerlo para procu-rar la mxima claridad didctica y expositiva. En efecto, resulta difcil distinguir las concepciones sobre la naturaleza de la realidad social de las reflexiones sobre la posibilidad de conocerla, y stas de las tcnicas para hacerlo. En realidad, esta dependencia mutua se encuentra en la propia definicin de paradigma cientfico, que, como hemos visto, implica tanto una visin terica, como una orientacin de los procedimientos de investigacin.

    1.3. POSITIVISMO La tabla 1.1 contiene un resumen que facilita la comparacin entre los distintos paradigmas en relacin con las cuestiones fundamentales que acabamos de presen-tar. Conviene notar que las columnas de los paradigmas son tres, en lugar de dos, porque hemos presentado dos versiones del positivismo. La versin original del siglo xrx, hoy probablemente en desuso incluso para los empiristas ms perseveran-tes, y su reformulacin, construida en el siglo xx para subsanar sus limitaciones evidentes. Hemos considerado oportuno presentar tambin el paradigma positivista original, por razones de carcter histrico, por tratarse de la perspectiva que ha acompaado el nacimiento de las ciencias sociales, y en particular de la sociologa, y porque a partir de su crtica se podrn comprender mejor las caractersticas de los otros dos paradigmas.

    La sociologa nace, por tanto, dentro del marco del pensamiento positivista. En el momento en que, a mediados del siglo pasado, el hombre empieza a plantearse preguntas sobre la realidad social como tal y a transformarla en objeto de estudio, la nueva disciplina adopta el modelo que era el paradigma de las ciencias naturales. Los fundadores de la disciplina, en especial Comte y Spencer, tenan en comn una fe ingenua en los mtodos de las ciencias naturales. El paradigma positivista se

    3 Metodologa: del griego mtodos (va por la cual, mtodo). Cuestin metodolgica en cuanto tiene que ver con los

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    puede resumir muy brevemente como sigue: el estudio de la realidad social utilizan-do el marco conceptual, las tcnicas de observacin y medicin, los instrumentos de anlisis matemtico y los procedimientos de inferencia de las ciencias naturales.

    Examinemos con ms detalle el contenido de esta definicin. El marco concep-tual hace referencia a las categoras de ley natural, de causa-efecto, de comproba-cin emprica, de explicacin, etc. Las tcnicas de observacin y se refie-ren al uso de variables cuantitativas incluso para fenmenos de naturaleza e alitativa, los procedimientos de medicin aplicados a ideologas, capacidades ment les, esta-dos psquicos, por ejemplo, la medicin de actitudes, los tests de inteli enca, etc. Por ltimo, los procedimientos de deduccin hacen referencia al proces que per-mite formular hiptesis sobre lo desconocido partiendo de lo conocido, es decir, el paso de la observacin particular a la ley general, la utilizacin de la teora para anticipar resultados, la generalizacin a toda la poblacin partiendo de una muestra de la misma.

    Gracias a Comte, el profeta del positivismo sociolgico del siglo XIX, sabemos que la adopcin de la perspectiva positivista constituye en cada ciencia el punto final de un camino que ha pasado previamente por las fases teolgica y metafsica. No todas las disciplinas realizan este camino de manera simultnea. Primero se impuso en las ciencias de naturaleza inorgnica, como la astronoma, la fsica o la qumica; a con ti-nuacin en las de la naturaleza orgnica, como la biologa; y finalmente, en una secuencia que va de las disciplinas ms simples a las ms complejas, en el terreno ms complejo por definicin: la sociedad. De esta manera se constituy una nueva ciencia, la sociologa, o ciencia positiva de la sociedad. De acuerdo con esta idea, la ciencia es universal y el mtodo cientfico es nico. Las ciencias de la sociedad no son distintas de las ciencias de la naturaleza y el modo de pensar positivo que ha llevado a conquis-tas tan significativas en astronoma, fisica o biologa, est destinado a triunfar tam-bin cuando se pasa de los objetos naturales a los sociales: la religin, la poltica o el trabajo.

    El primer intento de aplicar esta perspectiva terica global a la investigacin emprica lo realiz Durkheim. Comte, como afirma el mismo Durkheim, no estu-di cosas, sino conceptos. Es cierto que Comte proclam que los fenmenos socia-les son hechos naturales sometidos a leyes naturales, reconociendo con ello de ma-nera implcita su carcter de cosas [ ... ]. Pero cuando, dejando a un lado estas generalidades filosficas, intenta aplicar su principio y deducir del mismo la cien-cia que contiene, sus objetos de estudio son las ideas [Durkheim 1895].

    Durkheim, en cambio, se esforz por traducir los principios del pensamiento posi-tivo en praxis emprica; l es el primer cientfico social, el primer socilogo positi-vista verdadero. Y su praxis emprica se fundamenta en la teora del

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    mis actos, en el derecho y en las costumbres. stos armonizan con mis sentimientos, y yo siento interiormente su realidad, '$ no es sin embargo menos objetiva: no los he hecho yo, sino que los he recibido 'mediante la educacin. Lo mismo puede decirse de las creencias y las prcticas religiosas, [ ... ] el sistema de signos que utilizo para expresar mi pensamiento, el sistema monetario que em-pleo para pagar mis deudas [ ... ], las prcticas que se siguen en mi profesin.

    [Ibdem, 50-51]

    Estos hechos sociales, aunque no son entidades materiales, tienen las mismas pro-piedades que las cosas del mundo natural. De ello se derivan dos consecuencias. Por una parte, los hechos sociales no estn sujetos a la voluntad del hombre, sino que ofrecen resistencia a su intervencin, lo condicionan y lo limitan. Por otra, precisa-mente como los fenmenos del mundo natural, los hechos tambin funcionan segn sus propias reglas. Poseen una estructura determinista que el hombre, mediante la investigacin cientfica, puede descubrir. El mundo social, como el mundo natural, est, por tanto, regulado por leyes. Y en ambos casos, estas leyes se pueden estudiar de manera objetiva. De ah el supuesto de que existe una unidad metodolgica funda-mental entre el mundo natural y el mundo social, pese a que sus objetos de estudio son diferentes: ambas se pueden estudiar con la misma lgica de investigacin y el mismo mtodo, de ah el nombre de tsica social que se suele atribuir al estudio de la sociedad.

    La primera afirmacin es, por tanto, que existe una realidad social fuera del individuo. La segunda dice que esta realidad social es objetivamente conocible. La tercera que se puede estudiar con los mismos mtodos de las ciencias naturales. Nuestra regla, escribe Durkheim, no implica[ ... ] ninguna concepcin metafisica, ninguna especulacin sobre el fundamento de los seres, pero reclama que el soci-logo adopte la actitud de los fsicos, qumicos y fisilogos que se adentran en un terreno an inexplorado de su dominio cientfico[ ... ]. Nuestro llamado positivismo no es ms que una consecuencia de este racionalismo [ibdem, 33].

    Faltara hablar sobre el modo de proceder de este conocimiento. En el positivis-mo ste es fundamentalmente inductivo, entendiendo por induccin el paso de lo particular a lo universal\ el proceso por el cual, a partir de la observacin emp-rica, de la identificacin de repeticiones o regularidad en las fracciones de realidad estudiadas, se llega a generalizaciones o leyes universales. El procedimiento induc-tivo lleva implcito el supuesto de que existen un orden y una uniformidad en la naturaleza, unos principios organizadores de carcter universal. La misin del cien-tfico es, precisamente, descubrir estos principios. Esta idea ha dominado durante mucho tiempo las ciencias naturales e incluso se la ha identificado con el mtodo experimental.

    La concepcin positivista de la sociedad asume plenamente la premisa de que

    4 Segn Stuart Mili, la induccin es

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    Jos fenmenos de la vida social obedecen a leyes naturales inmutables: el cientfico social, segn Durkheim, es como un explorador que penetra en lo desconocido; debe sentir que est rodeado de hechos que obedecen a leyes insospechadas, como podan ser las leyes de la vida cuando la biologa an no exista; debe estar prepara-do para descubrir leyes que lo sorprendern y lo desconcertarn [ibdem, 37].

    Por ltimo, con respecto a la forma de este conocimiento, no hay dudas sobre la posibilidad de lograr la identificacin y formulacin de estas leyes de la naturaleza, su demostracin y comprobacin; leyes que en su expresin ms completa adopta-rn la forma de un nexo causa-efecto. Desde el momento en que la ley de causalidad ha sido comprobada en otros mbitos de la naturaleza y ha ampliado de manera progresiva su imperio del mundo fisico-qumico al mundo biolgico, es lcito admitir que esa ley tambin se cumple en el mundo social; y hoy es posible aadir que las investigaciones realizadas sobre la base de este postulado tienden a confirmarlo [ib-dem, 159].

    Podra afirmarse que en los mtodos de las ciencias naturales son demasiado evidentes los elementos de lo que hemos llamado fe ingenua del paradigma posi-tivista. En la base de las distintas articulaciones del positivismo queda siempre una especie de entusiasmo por el conocimiento positivo de tipo cientfico y la consi-deracin de la ciencia y su mtodo como nico conocimiento vlido y eficaz en todos los campos del saber humano.

    1.4. NEOPOSITIVISMO Y POSTPOSITIVISMO

    Dentro de la visin positivista tuvo lugar a lo largo del siglo xx un proceso con-tinuo de revisin y adaptacin, movido justamente por la conciencia de sus pro-pias limitaciones intrnsecas y el intento de superarlas. La tranquilizadora clari-dad y linealidad del positivismo del siglo XIX deja libre el terreno para un positivismo del siglo xx mucho ms complejo, articulado, y en algunos casos no exento de contradicciones y puntos oscuros, sin dejar no obstante de cumplir con ciertas premisas de base, como el realismo ontolgico, es decir, el mundo existe independientemente de nuestro conocimientO>}, y el punto de vista dominante que defiende la observacin emprica como medio para conocer dicho mundo. No entraremos en los detalles de este proceso ni en sus fases histricas, y nos limitare-mos a mencionar el neopositivismO>}, bajo cuya etiqueta se suele catalogar el planteamiento reinante entre los aos treinta y los aos sesenta, y el postpositi-vismo, con el que se suele identificar su evolucin a partir de finales de los aos sesenta 5 Nos limitaremos, por tanto, a perfilar los cambios ms importantes que se produjeron respecto a la ortodoxia positivista que acabamos de presentar.

    Una de las primeras revisiones del positivismo del siglo XIX la realiz la escue-la conocida con el nombre de positivismo lgico, que ha dado origen al neoposi-

    ' Hay que remontarse a Kuhn, Lakatos y Feyerabend para encontrar la critica al neopositivismo denominada postpositivismo.

  • 14 METODOLOGA Y TCNICAS DE INVESTIGACIN SOCIAL

    Resumen 1.2. LAS RESPUESTAS DEL POSITIVISMO A LAS TRES CUESTIONES DE FONDO

    Ontologa: realismo ingenuo. Esta posicin se deriva de todo lo dicho sobre la codificacin de la realidad social, y se puede expresar de manera sinttica mediante dos proposiciones: a) existe una realidad social objeti-va, externa al hombre, ya sea ste el estudioso o el objeto de estudio; y b) esta realidad es conocible en su esencia real 6

    Epistemologa: dualista y objetivista; ley natural. Se afirma la posibilidad del conocimiento gracias a dos hechos: a) el estudioso y el objeto estu-diado se consideran entidades independientes (dualismo); y b) el estudioso puede estudiar el objeto sin influir en l o recibir su influencia ( objetivi-dad). La investigacin se produce mediante un espejo unidireccionab>. El conocimiento adopta la forma de leyes basadas en las categoras de causa y efecto. stas existen en la realidad externa con independencia de los observadores (leyes naturales), y la tarea del cientfico es descu-brirlas. No se teme al riesgo de que los valores del investigador puedan deformar su lectura de la realidad social, o a la inversa. Esta posicin, que elimina los valores a favor de los hechos, se deriva de la nocin de hecho social como dato externo que no se puede modificar.

    Metodologia: experimental y manipuladora. Los mtodos y tcnicas de la investigacin positivista, as como su planteamiento de fondo, se basan en el empirismo clsico de las ciencias naturales. Es decir, se adoptan todos los principios del mtodo emprico: a) el modo de proceder inductivo; y que plantea principios generales a partir de casos particulares observados, b) la formalizacin matemtica, que, aunque no siempre es viable, repre-senta la aspiracin fundamental del cientfico positivista. La tcnica id-nea sigue siendo, con las limitaciones de su aplicabilidad a la realidad social, el experimento, que se basa en la manipulacin y el control de las variables implicadas y en la distancia entre el observador y lo observado.

    6 Algunas cuestiones epistemolgicas relativas a la posibilidad de conocer la realidad se tratarn en la discusin de la problemtica ontolgica, sobre la esencia de la realidad. Lo hacemos as para facilitar la comprensin del lector no familiarizado con estos conceptos, y tambin porque las dos problemticas estn intrnsecamente ligadas. Esto se entender mejor cuando estudiemos el paradigma interpretativo.

  • LOS PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIN SOCIAL 15

    tivismo. Esta corriente surgi en torno a las discusiones de un grupo de estudiosos de distintas disciplinas que en la segunda mitad de los aos veinte constituyeron el llamado Crculo de Viena, algunos de cuyos miembros ms destacados son los filsofos Schlick y Carnap, el matemtico Hahn, el economista Neurath y el fsi-co Frank. Ms adelante se formara un grupo similar en Berln, integrado por Rei-chenbach, Herzberg, Lewin, Hempel y otros. La emigracin a Estados Unidos de algunos representantes acreditados de esta escuela, debido a las persecuciones na-zis, y la sintona entre este planteamiento y el pragmatismo estadounidense, favo-recieron notablemente la difusin del pensamiento neopositivista y su influencia sobre otras disciplinas, incluida la sociologa. Fue precisamente en Estados Uni-dos donde surgi, a partir de los aos treinta, un rico filn de investigacin socio-lgica emprica.

    Esta nueva perspectiva concede un papel central a la crtica de la ciencia, redefi-niendo la tarea de la filosofia, que debe abandonar el terreno terico para pasar al anlisis crtico de lo que se elabora en las teoras de cada disciplina. De hecho, Schlick augura la llegada de un tiempo en el que no habr libros de filosofia, sino que todos los libros estarn escritos de modo filosfico. Por ello se rechazan las grandes cuestiones y las metafisicas carentes de sentido, o pseudoproblemas, en la medida en que no se pueden demostrar. En cambio se dedica la mxima atencin a los pro-blemas metodolgicos de cada ciencia, a la sintaxis de su lenguaje y sus elaboraciones tericas, a la crtica de sus tesis y, no en ltimo lugar, a los procedimientos de valida-cin de las elaboraciones conceptuales mediante la verificacin emprica.

    Por todo lo dicho parece evidente que esta corriente de pensamiento concede una gran importancia a las cuestiones epistemolgicas, y resulta, por tanto, comprensible la influencia que tuvo sobre la metodologa de las ciencias, incluidas las ciencias sociales. Conviene recordar que uno de los postulados del neopositivismo es la difun-dida conviccin de que el sentido de una afirmacin se deriva de la posibilidad de formular una definicin operativa a partir de ella para comprobar su validez. La siguiente frase resume muy bien este punto de vista: el significado de una proposi-cin es el mtodo para su verificacin.

    Qu ha significado esta concepcin de la ciencia y del conocimiento cientfico para la investigacin social, y cules han sido sus consecuencias sobre los procedi-mientos operativos y sobre las tcnicas de investigacin? La consecuencia principal fue el desarrollo de una forma totalmente nueva de hablar de la realidad social, mediante un lenguaje extrado de las matemticas y de la estadstica, que Paul F. Lazarsfeld, el principal exponente de la metodologa emprica neopositivista en sociologa, llam lenguaje de las variables. Cada objeto social, empezando por el individuo, se defina de manera analtica a partir de una serie de atributos y propie-dades, las variables, y se reduca a ellos; y los fenmenos sociales se estudiaban en trminos de relaciones entre variables. La variable, con sus caractersticas de neutralidad, objetividad y operatividad matemtica, se converta as en la protago-nista del anlisis social.

    La investigacin social, por tanto, se despersonaliza, y el lenguaje de las variables, con la medicin de los conceptos, la distincin entre variables depen-dientes e independientes, la cuantificacin de sus relaciones mutuas, la formula-

  • 16 METODOLOGA Y TCNICAS DE INVESTIGACIN SOCIAL

    cin de modelos causales, ofreca un instrumento formal que permita ir ms all del lenguaje cotidiano notoriamente impreciso [en un proceso de] clarificacin y purificacin del discurso [que es] fundamental para el cientfico social;[ ... ] nues-tro conocimiento se poda organizar de forma manipulable [ ... ],y el sentido co-mn se poda reformular en proposiciones verificables , feld y Rosenberg, 1955, 2, 11]. De este modo todos los fenmenos sociales se podan registrar, medir, relacionar, elaborar y formalizar, y las teoras se podan confirmar o invalidar de manera objetiva y sin ambigedades.

    Pero ya nada poda ser como antes. La concepcin de la ciencia del siglo xx estaba muy lejos de las slidas certezas del positivismo del siglo XIX, en el que predominaba la concepcin mecnica de la realidad, la seguridad en las leyes inmutables, la fe en el progreso cientfico. El origen de este nuevo marco de refe-rencia filosfico-cientfico est sobre todo en ciertos avances de las ciencias natura-les, y en particular de la fsica, en los primeros aos del nuevo siglo. La mecnica cuntica, la relativizacin del espacio y el tiempo propuesta por Einstein, el princi-pio de indeterminacin de Heisenberg, por citar slo algunos de los cimientos de la nueva fsica, introducen elementos de probabilidad e incertidumbre en aspectos cruciales, como el concepto de ley causal, la objetividad-inmutabilidad del mundo exterior e incluso las categoras clsicas del espacio y el tiempo.

    Las teoras acaban perdiendo la marca imperativa de las leyes deterministas para asumir la connotacin de la probabilidad. El momento crucial de este cambio se encuentra en el paso de la fisica clsica (newtoniana) a la cuntica. Segn la mec-nica cuntica, en la fisica elemental existen procesos, los llamados saltos cunticos, que no se pueden analizar segn los mecanismos causales tradicionales, porque son hechos absolutamente imprevisibles gobernados por leyes probabilsticas. De esta forma se pierde la certidumbre de la ley, se destruye el ideal clsico de la ciencia como sistema invariable de verdades necesarias.

    Las teoras cientficas ya no estn destinadas a explicar los fenmenos sociales mediante esquemas de naturaleza lgica restrictiva, y la ley determinista es sustitui-da por la ley probabilstica, que implica la presencia de imprevisin, de perturba-ciones y fluctuaciones. Si este supuesto de indeterminacin probabilstica es vlido para el mundo natural, ser aun ms vlido para el mundo social, el mundo del lenguaje, del pensamiento, de la interaccin entre humanos.

    Un elemento importante incorporado al pensamiento cientfico en su evolucin a partir del modelo positivista inicial es la categora de refutabilidad, considerada como criterio de validacin emprica de una teora o hiptesis. sta establece que la comparacin entre la teora y el dato emprico no puede hacerse de forma positiva, mediante la comprobacin o verificacin de que los datos confirman la teora, sino que debe realizarse de forma negativa, comprobando que los datos emprcos no invalidan la teora, es decir, que no contradicen la hiptesis, y, por tanto, son compatibles con ella. La comprobacin positiva no puede servir como criterio por-que los mismos datos podran ser compatibles con diversas hiptesis.

    De este planteamiento se deriva un sentido de provisionalidad de las hiptesis tericas, que nunca son definitivamente vlidas y siempre estn expuestas al riesgo de una posible refutacin. Con esto se derrumba, como escribe Popper, el dolo de

  • LOS PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIN SOCIAL 17

    la certidumbre. El viejo ideal cientfico del episteme, del conocimiento absoluta-mente cierto, demostrable, ha resultado ser un dolo. La exigencia de la objetividad cientfica hace ineludible que cada afirmacin de la ciencia quede necesariamente y para siempre en un estado de provisionalidad [1934: 280]. El hombre no puede conocer, slo conjeturar. Podemos ilustrar esto con una afirmacin atribuida a Eins-tein: en la medida en que nuestras proposiciones son ciertas, no dicen nada sobre la realidad, y en la medida en que dicen algo, no son ciertas.

    Por ltimo, llegamos a las novedades ms recientes de la orientacin postpositi-vista. Se ha consolidado la conviccin de que la observacin emprica, la propia percepcin de la realidad, no es una fotografia objetiva, sino que depende de la teora, es decir, est cargada de teora 7 En otras palabras, incluso el mero registro de la realidad depende de la ventana mental del investigador, de sus condicionamientos sociales y culturales. Es decir, partiendo de que la realidad existe con independencia de la actividad cognitiva y la capacidad perceptiva humana, el acto de conocer est condicionado por las circunstancias sociales y el marco terico en que se sita.

    La afirmacin de que no existe una separacin clara entre los conceptos tericos y los datos observados derroca incluso la ltima de las certezas positivistas, la de la objetividad del dato obtenido y neutralidad del lenguaje observador.

    Hay que decir, sin embargo, que este proceso de alejamiento de la ortodoxia posi-tivista inicial, primero con el neopositivismo y despus con el postpositivismo, no conlleva una anulacin del espritu empirista. Se mantiene, tambin en los plantea-mientos ms recientes, la importancia del mtodo cientfico en la investigacin social, y la analoga de fondo entre el mtodo de las ciencias sociales y el de las ciencias naturales.

    El positivismo moderno, cuando afirma que las leyes, tanto naturales como sociales, son slo probables y susceptibles de revisin, cuando defiende la naturale-za provisional del conocimiento cientfico y el condicionamiento terico sobre la propia observacin, ha recorrido un largo camino desde la interpretacin ingenua de las leyes deterministas del positivismo inicial. Pero, aunque ha perdido la certi-dumbre, no renuncia al fundamento empirista.

    El nuevo positivismo redefine los presupuestos iniciales y los objetivos de la investigacin social, pero los procedimientos empricos, aunque son reinterpreta-dos, siguen apoyndose en las bases de la operacionalizacin, la cuantificacin y la generalizacin. Y dado que este manual trata sobre tcnicas de investigacin, ste es el punto que nos interesa. Los procedimientos operativos, las modalidades de ob-tencin de datos, las operaciones de medicin, las elaboraciones estadsticas, no sufren variaciones de fondo. Se adoptan tcnicas cualitativas, pero sin restar impor-tancia a las cuantitativas. Se adopta una mayor cautela respecto a las conclusiones, pero las tcnicas utilizadas son siempre las mismas.

    Podemos concluir la reflexin sobre el paradigma positivista retomando la columna de la tabla 1.1 que refleja las posiciones del positivismo moderno sobre

    las tres cuestiones de fondo. stas quedan sintetizadas en el resumen 1.3.

    7 La expresin procede de Hanson (1958).

  • 18 METODOLOGA Y TCNICAS DE INVESTIGACIN SOCIAL

    1.5. INTERPRETATIVISMO

    1.5.1. Los inicios Hemos presentado dos versiones del paradigma positivista: la perspectiva inicial que apareci en el siglo XIX, y su revisin crtica, surgida en los aos treinta y continuada a partir de los aos setenta. Podramos proceder de forma casi paralela con el paradigma que vamos a presentar ahora, donde el casi se refiere slo al desfase temporal de la analoga. Para ello introducimos primero la sociologa com-prensiva}} de Max Weber, que propuso la elaboracin metodolgica y los primeros intentos de investigacin emprica a principios del siglo xx, de manera similar al papel ejercido por Durkheim en el positivismo. A continuacin vendra la reinter-pretacin del planteamiento original que se fue concretando a partir de los aos sesenta sobre todo en la sociologa estadounidense, y que dio lugar a las diversas corrientes del interaccionismo simblico, la sociologa fenomenolgica y la etno-metodologa, diferentes entre s pero con el elemento comn de la importancia que conceden a la interaccin individual.

    No obstante, este paralelismo no nos parece adecuado, porque entre la visin weberiana inicial y sus posteriores desarrollos no existe la discontinuidad que he-mos constatado en el paso del positivismo del siglo XIX al del siglo xx. Preferimos, por tanto, incluir bajo un nico ttulo estos dos bloques histricos de aproximacin a la investigacin social, clasificando bajo el trmino general de interpretativis-mm} todas las perspectivas tericas para las que la realidad no puede ser slo obser vada, sino que debe ser interpretada}}.

    Cmo nace esta nueva perspectiva de la ciencia social? Si el positivismo tiene sus orgenes en las culturas francesa e inglesa del siglo XIX (basta citar a Auguste Comte, John Stuart Mili y Herbert Spencer), y desarrolla su vertiente sociolgica sobre todo en la primera (Durkheim), la crtica ms radical y sistemtica a su plan-teamiento aparece en el contexto del historicismo alemn.

    Hay que remontarse al filsofo alemn Wilhelm Dilthey para encontrar la pri-mera critica al cientificismo comtiano en nombre de la autonoma de las ciencias humanas, en el sentido de que no son equiparables con las ciencias naturales. Dilthey ana en su polmica tanto el idealismo hegeliano como el positivismo comtiano, que tendran en comn la misma fe en la historia como progreso necesario a travs de fases tambin necesariaS}}, a partir de un concepto de la historia entendida como construccin del hombre, de la interrelacin individual, y que devuelve por tanto al hombre su libertad, aun reconociendo la realidad del condicionamientm} [Izzo, 1974, 366].

    Dilthey realiza, en su Introduccin a las ciencias del espritu (1883), una clebre distincin entre ciencias de la naturaleza}} y ciencias del espritu}}, basada precisa-mente en la relacin entre el investigador y la realidad estudiada. El objeto de las ciencias naturales lo constituye una realidad externa al hombre, que se mantiene como tal en el curso del proceso cognitivo, que adopta las formas de la explicacin (leyes de causa-efecto, etc.). En las ciencias del espritu, al no existir esta separacin entre el observador y la realidad estudiada, el conocimiento slo puede producirse mediante

  • LOS PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIN SOCIAL 19

    Resumen 1.3. LAS RESPUESTAS DEL NEO Y POST POSITIVISMO A LAS TRES CUESTIONES DE FONDO

    Ontologa: realismo crtico. De manera anloga al positivismo, se presume la existencia de una realidad externa al hombre, pero, a diferencia de lo defendido en ese paradigma, sta slo se puede conocer de un modo im-perfecto, ya sea por la inevitable imprecisin de todo conocimiento hu-mano, ya sea por la propia naturaleza de sus leyes, que tienen carcter probabilstico. Este punto de vista tambin se ha llamado realismo crti-cm>: realismo, porque acepta que existen relaciones causa-efecto fuera de la mente humana (en la realidad), y crtico, por subrayar esa postura de sospecha continua y esa propensin a la duda que debe adoptar el cientfi-co frente a todos los logros de la ciencia.

    Epistemologa: dualismo-objetividad modificados; leyes de alcance limita-do, probabsticas y provisionales. Con respecto a la cuestin de la rela-cin estudioso-estudiado, ya no se defiende el dualismo como separacin y ausencia de interferencia entre las dos realidades. Se tiene conciencia de los elementos de perturbacin que introduce en el objeto estudiado el su-jeto que lo estudia y de la reaccin que se puede derivar de ellos. La objetividad del conocimiento sigue siendo el criterio de referencia, pero slo se puede lograr de forma aproximada. En el proceso cognitivo cobra valor el procedimiento deductivo, por el mecanismo de refutacin de hi-ptesis. El objetivo sigue siendo formular generalizaciones en forma de leyes, aunque de alcance limitado, probabilsticas en su potencial de apli-cacin y provisionales en el tiempo.

    Metodologa: experimental-manipuladora modificada. Las fases operativas de la investigacin siguen siendo fundamentalmente las planteadas por el neopositivismo, para asegurar la separacin entre el investigador y el ob-jeto estudiado (experimentos, manipulacin de las variables, entrevistas cuantitativas, anlisis de fuentes estadsticas, etc.), aunque no se descartan los mtodos cualitativos. La comunidad cientfica concede importancia a la crtica de las nuevas teoras y los procesos de confirmacin de las mis-mas (si los resultados se repiten es ms probable que sean vlidas las leyes generales que los explican).

    un proceso muy distinto, el de la comprensin. Por tanto, segn Dilthey, explicamos la naturaleza y entendemos la vida psquica.

    En el mismo periodo otro estudioso alemn propona una distincin alternativa, aunque estrechamente ligada a la anterior. Nos referimos a Windelband, que intro-

  • 20 METODOLOGA Y TCNICAS DE INVESTIGACIN SOCIAL

    duce la diferencia entre ciencias nomotticas, orientadas a la identificacin de leyes generales, y ciencias idiogrficas, que buscan la singularidad de los fen-menos, su cualidad de nicos e irrepetibles 8

    1.5.2. Max Weber: objetividad y orientacin hacia la individualidad

    Esta nueva perspectiva entra en el campo de la sociologa con Max Weber. Dilthey haba hablado genricamente de las ciencias del espritu, concediendo un papel privilegiado a la historiografa. Weber lleva el concepto de Verstehen a la sociolo-ga, revisando el planteamiento original de Dilthey. La preocupacin de Weber es no caer en el individualismo subjetivista y el psicologismo al adoptar el principio del Verstehen; quiere salvar la objetividad de la ciencia social en los aspectos de neutralidad valorativa, es decir, independencia de los juicios de valor, y posibili-dad de formular enunciados con un cierto carcter general, aun partiendo de una orientacin hacia lo particular.

    En relacin con el primer aspecto, Weber insisti durante toda su vida en la necesidad de que las ciencias histrico-sociales estn libres de todo juicio de valor. Hay que decir, sin embargo, que en Weber destaca ms la conciencia del problema, agudizada por su intensa actividad poltica y replanteada en sus ltimos aos de vida por las cuestiones ticas derivadas de la amenaza de conflicto mundial, que su capacidad para encontrar una respuesta unvoca para el mismo. La neutralidad va-lorativa de las ciencias histrico-sociales sigue siendo un fundamento ineludible. La capacidad de distinguir entre conocer y valorar, es decir, entre el cumplimiento del deber cientfico de percibir la realidad de los hechos y el cumplimiento del deber prctico de defender los ideales propios. ste es el principio que debemos observar con ms firmeza>> [Weber, 1904].

    Aunque las ciencias histrico-sociales no pueden admitir supuestos de valor, segn Weber, es inevitable que stos intervengan en la eleccin de los problemas a estudiar, asumiendo un papel orientador en la investigacin. Incluso privados de su funcin de valoracin, los valores siguen estando presentes, realizando lo que podramos llamar una funcin de seleccin. Weber se adhiere en este punto a la distincin de Rickert entre juicio de valor y relacin de valor. Esta ltima no es un principio de valoracin, sino un principio de eleccin: sirve para esta-blecer un campo de investigacin, en el que la bsqueda se realiza de manera objetiva para lograr la explicacin causal de los fenmenos [ ... ]. La relacin de valor viene a designar la direccin particular del inters cognitivo que motiva la investigacin, es decir, el punto de vista especfico en el que sta se sita, delimi-tando su propio campo [Rossi, 1985, 24-25].

    Una vez establecida la neutralidad valorativa como primera condicin para la objetividad de las ciencias sociales, quedan por definir los trminos de la segun-

    8 Los dos trminos derivan del griego. Nomottico: que tiene validez general (nmos: ley; the-tes: que establece), idiogrfico: que tiene rasgos individuales (dios: propio; graphos: dibujo).

  • LOS PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIN SOCIAL 21

    da condicin, entendida como capacidad de formular principios dotados de un cierto carcter de generalidad. Las ciencias sociales, segn Weber, se distinguen de las ciencias naturales no por el objeto, ni porque su fin sea estudiar los fenme-nos sociales aisladamente, pues tambin buscan formas de generalizacin, sino por su orientacin hacia el individuo [ibdem, 21].

    Esta orientacin afecta, en primer lugar, al mtodo. Y para Weber el mtodo es el de comprenden>. Pero al definir lo que l entiende por Verstehen, Weber rechaza toda relacin con la psicologa. No se trata de perspicacia psicolgica ni de ilumina-cin repentina, sino de comprensin racional de las motivaciones para los actos; no se trata de intuicin, sino de interpretacin: entender el objetivo de los actos, la magnitud del propsito y la intencin de la accin humana. El componente de identificacin con el otro, presente en el concepto de Verstehen, tambin tiene como fin la interpretacin racional: identificarse con el otro para comprenden>. Com-prender las motivaciones de sus actos, el significado subjetivo atribuido por el indi-viduo a su conducta, porque toda conducta, hasta la que parece ms ilgica, tiene una racionalidad propia, un sentido interior. En palabras de Raymond Boudon:

    Para Weber, comprender un acto de un individuo significa hacerse con medios de informacin suficientes para analizar las motivaciones que lo inspiraron. El observador comprende el acto del sujeto observado en el momento en que pue-de llegar a la conclusin de que, en la misma situacin, l habra actuado sin duda del mismo modo [ ... ]. Como puede verse, la comprensin en el sentido weberiano supone que el observador pueda ponerse en el lugar del que acta, pero de ningn modo implica que la subjetividad del segundo sea evidente para el primero [ ... ]. En realidad la nocin weberiana de comprensin representa una actitud muy cercana a la que los manuales de lgica designan con la expresin induccin policial, que consiste en buscar las motivaciones que no son direc-tamente accesibles con el mtodo de reconstruccin de los hechos a partir de informacin procedente de varias fuentes, con el efecto de cruzarlos entre s.

    [Boudon, 1984; 31, 51]

    Cmo se puede conseguir la objetividad con este enfoque individualista? Si el punto de partida est representado por el individuo y por el sentido subjetivo de sus actos, cmo es posible llegar a un conocimiento objetivo con carcter de generali-dad? Estamos ante la segunda condicin para la objetividad de las ciencias histri-co-sociales enunciada ms arriba.

    La concepcin weberiana del tipo ideal es la solucin a este problema. Para We-ber los tipos ideales son formas de actuacin social que pueden encontrarse de modo recurrente en la conducta de los individuos. Esas formas se reconstruyen mediante un proceso de abstraccin que, aislando ciertos elementos presentes en los datos em-pricos, los coordina dentro de un marco coherente. El tipo ideal es, por tanto, una abstraccin que nace del reconocimiento emprico de la uniformidad.

    El concepto tipo-ideal, escribe Weber, se obtiene mediante la acentuacin uni-lateral de uno o de varios puntos de vista, y la conexin de una serie de fenme-

  • 22 METODOLOGA Y TCNICAS DE INVESTIGACIN SOCIAL

    nos particulares conocidos y comunes, presentes en mayor o menor medida [ ... ], dentro de un marco conceptual unitario. Dada su pureza conceptual, este marco nunca puede encontrarse empricamente en la realidad; se trata de una utopa, y la labor histrica debe encargarse de determinar en cada caso la mayor o menor distancia entre la realidad y ese marco ideal [ ... ]. ste tiene el significado de un concepto, lmite ideal puro, con el que la realidad se debe medir y comparar, a fin de ilustrar determinados elementos significativos de su contenido emprico.

    [Weber, 1904, en Rossi, 1974, 124-125]

    El tipo ideal weberiano se extiende a todos los campos de lo social y puede situarse a diversos niveles de generalidad en la escala que abarca desde el individuo hasta el conjunto de la sociedad. Weber ofreci ejemplos formulando tipos idea-les en relacin con estructuras sociales, como el capitalismo, instituciones, como la burocracia, la iglesia, la secta, las formas de poder, y el comportamiento del individuo, por ejemplo, la conducta racional.

    Los tipos ideales, escribe Weber, no se deben confundir con la realidad[ ... ]. Han sido construidos de un modo ideal heurstico [Weber, l922aJ; son ideales en el sentido de que son construcciones mentales del hombre, y cumplen una fun-cin heurstica en el sentido de que orientan su conocimiento. Son cscaras va-cas, ficciones exentas de vida, como los defmi Schutz; no tienen un equivalente concreto en la realidad, sin embargo, son modelos tericos que ayudan al investiga-dor a interpretarla. Por ejemplo, es probable que ninguno de los tres tipos ideales de poder identificados por Weber, poder carismtico, tradicional y racional-legal, haya existido nunca en su forma pura. El tipo ideal es una construccin racional clara, coherente, exenta de ambigedad. En cambio la realidad es mucho ms compleja, contradictoria y desordenada: todas las formas de poder carismtico que han existi-do en la historia, aunque se podran clasificar bajo uno de los tres tipos weberia-nos, no representan de manera plena y exclusiva a ninguno de ellos, y tienen tam-bin elementos y aspectos de los otras dos.

    Las regularidades que el investigador busca y encuentra en su interpretacin de la realidad social no son las leyes, en el sentido que les da la sociologa positiva. Para Weber, el nmero y el tipo de causas que han determinado un hecho concreto cualquiera, es siempre infinito [ ... ],y la cuestin causal, cuando se trata de la indi-vidualidad de un fenmeno, no es una cuestin de leyes, sino una cuestin de co-nexiones causales concretas[ ... ], la posibilidad de seleccionar entre la infinidad de elementos determinantes [Weber 1922bJ. Por tanto, no debemos hablar de leyes, sino de conexiones causales, o, utilizando una expresin de Boudon, de enunciados de posibilidad. (Si sucede A, entonces, en la mayora de los casos, se produce tambin B [Boudon 1984: 75J). En definitiva, el objetivo de establecer los facto-res determinantes de un hecho social o una conducta individual concretos resulta inalcanzable; en cambio, s se puede conseguir el objetivo de determinar las condi-ciones que los hacen posibles.

    A las leyes causales positivistas dotadas de generalidad y obligatoriedad (si bien atenuada por el aspecto probabilstico en la interpretacin neopositivista), se

  • LOS PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIN SOCIAL 23

    contraponen enunciados y conexiones, marcados por las caractersticas de especifi-cidad y posibilidad.

    1.5.3. Desarrollos posteriores Hemos dedicado especial atencin a Weber porque el gran socilogo alemn se anticip prcticamente a todos los temas desarrollados ms adelante por ese rico filn de teora e investigacin sociolgica que dio lugar a la sociologa fenomenol-gica (Husserl y Schutz), el interaccionismo simblico (Mead y Blumer) y la etno-metodologa (Garmkel y Cicourel), consolidados en el contexto de la sociologa estadounidense en los aos sesenta. Todas estas perspectivas tienen en comn los rasgos fundamentales del planteamiento weberiano: la fuerte conviccin antideter-minista, la oposicin a la filosofia de la historia, y a toda forma de evolucionismo. De este modo, la diferencia esencial, ontolgica>>, entre las ciencias naturales y las ciencias sociales es la irreductibilidad de las segundas a los mtodos de investiga-cin de las primeras. La crtica a todo intento de explicar la accin humana a partir del sistema social y los factores de condicionamiento presentes en el mismo tambin procede de las aportaciones de Weber. En definitiva, en todos estos enfoques est presente, en trminos positivos, la conviccin de que en el centro de cada fenmeno social, as como de la actividad del socilogo, se encuentra la accin individual dotada de sentido.

    Sin embargo, Weber no llev su posicin metodolgica a sus ltimas conse-cuencias. El autor elabor estos conceptos en sus escritos metodolgicos, pero tanto en su reflexin terica como en la investigacin emprica que desarroll se movi siempre en un plano macro sociolgico, en una perspectiva de historia com-parada, guiado por el inters de comprender fenmenos macroestructurales como la economa, el Estado, el poder, la religin o la burocracia. En cambio, el movi-miento que nace en Estados Unidos en los aos sesenta desarrolla la perspectiva weberiana en la direccin microestructural. Si la sociedad se construye a partir de las interpretaciones de los individuos, y su interaccin es la que crea las estructu-ras sociales, para entender la sociedad debemos observar dicha interaccin. De aqu procede el descubrimiento y la valoracin de un campo de investigacin completamente nuevo para la sociologa, el mundo de la vida cotidiana, cuyo estudio se haba ignorado y considerado no cientfico hasta aquel momento.

    La diferencia entre esta concepcin y el marco de referencia positivista es clara. El enfoque subjetivista es ante todo una reaccin al planteamiento obje-tivista positivista, que, al reducir la realidad social y la accin humana a algo objetivamente, silenciaba precisamente la dimensin individual, el aspecto hu-mano, lo que distingue el mundo de los humanos del mundo de las cosas. Pre-cisamente lo que segn el enfoque positivista alteraba la investigacin cientfica y deba excluirse de sta, los componentes individuales, la motivacin, la inten-cin, los valores, el libre albedro, es resumen, la dimensin subjetiva no percep-tible con los instrumentos cuantitativos, se convierte aqu en el principal objeto de investigacin. En esta diversidad del objeto se basa tambin, desde el punto de vista interpretativo, su presunta superioridad con relacin al mtodo positivista.

  • 24 METODOLOGA Y TCNICAS DE INVESTIGACIN SOCIAL

    El defensor del paradigma interpretativo no slo corrobora la autonoma y diver-sidad de las ciencias histrico-sociales frente a las naturales, sino que afirma su superioridad, pues slo el mtodo Verstehen permitira esa inteligibilidad profun-da que subyace al conocimiento del mundo social y de los actos.

    Las diferencias de fondo implican tambin una diferencia en las tcnicas y los procedimientos de investigacin. Este es el aspecto que ms nos interesa tratar en este libro. La idea es que si la vida humana es en esencia distinta de la vida del mundo natural, entonces tendr que estudiarse con mtodos diferentes de los positi-vistas. El subjetivista no puede, por tanto, adoptar el lenguaje de las variables, ni en la fase de observacin emprica, debido a la importancia de los componentes intencionales y subjetivos, que por definicin escapan a la cuantificacin objetiva, ni en la fase de anlisis de los datos, porque no puede imaginarse el anlisis de la conducta humana en trminos de interaccin de componentes separados (las varia-bles). La unidad del ser humano impide que el todo se pueda reducir a la suma de las partes.

    El enfoque subjetivista elaborar, por tanto, procedimientos y tcnicas pro-pias de la observacin y el anlisis de la realidad emprica, que darn lugar al cuerpo de la denominada investigacin cualitativa. Ms adelante volveremos sobre ella para tratarla con ms detalle. De momento concluimos nuestra presenta-cin del paradigma interpretativo proponiendo de nuevo una sntesis que se pre-senta en el resumen 1.4. Este cuadro desarrolla con ms detalle la ltima columna de la tabla 1.1.

    1.6. CRTICAS, POSTURAS RADICALES, Y NUEVAS TENDENCIAS

    Hemos trazado las lneas maestras de lo que consideramos los dos paradigmas que han definido histricamente, al margen de diversas especificaciones, el plantea-miento y las tcnicas de investigacin social, haciendo referencia a los conceptos fundamentales y a quienes podramos considerar los padres fundadores de la socio-loga. Faltara hablar de las criticas a los dos enfoques y de algunas posturas ms radicales que han surgido recientemente.

    Por lo que respecta al paradigma positivista, hemos visto que prestaba una gran atencin y cuidado a la formulacin y el desarrollo de tcnicas y procedimientos empricos, sobre todo en el periodo del neopositivismo. La radicalizacin de esta tendencia ha derivado en una especie de empirismo antiespeculativo, dominado por el mito del mtodo y el dato, en el que el objetivo del cientfico social ya no es formular teoras y despus comprobarlas empricamente, sino recopilar y describir datos con la ingenua ilusin de que los datos hablarn por s mismos.

    Se trata de un proceso de reduccin progresiva (de ah la acusacin de reduc-cionismo), que ha atravesado varias fases. En primer lugar, se reducen los lmites de la exploracin terica, destacando los problemas de la comprobacin o confir-macin de hiptesis en la actividad cientfica, es decir el ars probandi, en detrimen-to de la profundizacin sobre los descubrimientos, es decir, el ars inveniendi. En

  • LOS PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIN SOCIAL 25

    segundo lugar, se desplaza la atencin del contenido al mtodo. En la tensin entre teora y comprobacin emprica, dar prioridad a la segunda ha significado excluir del mbito de las consideraciones tericas aquellos interrogantes que no fueran traducibles de manera inmediata y simple a procedimientos empricamente com-probables, en un proceso de reduccin de la complejidad terica hasta la trivializa-cin ms extrema.

    En definitiva, este proceso de reduccin se concluy desplazando la atencin del mtodo al dato, de los problemas de la operacionalizacin de conceptos a los proble-mas prcticos de la obtencin y el anlisis de los datos, incluso con tcnicas estads-ticas avanzadas. Como escribe Gallino, los resultados inmediatos de las investiga-ciones fueron los que los crticos del neopositivismo sociolgico podan esperar: una gran cantidad de datos, recopilados, medidos y clasificados con sumo cuidado, pero no armonizados entre s, sin conexiones significativas entre ellos, incapaces de pro-porcionar un conocimiento adecuado del objeto al que hacen referencia [Gallino, 1978, 457].

    El enfoque del paradigma que hemos denominado interpretativista tampoco est exenta de problemas. La crtica se ha centrado no tanto en los planteamientos webe-riano iniciales, como en sus intrpretes y seguidores, que llevaron la orientacin hacia el individuo weberiana original a sus ltimas consecuencias. En Weber an est muy presente la tensin por la superacin de la subjetividad: l no excluye la posibilidad de alcanzar formas de generalizacin cognitiva, es decir, los tipos idea-les, y una parte importante de sus exposiciones metodolgicas est orientada a con-ciliar causalidad y comprensin; por ltimo, aunque parte del individuo, no descui-da la problemtica sistmica ni la dimensin institucional de la sociedad.

    Las nuevas corrientes de la reflexin sociolgica desarrolladas a partir de los aos sesenta, tambin conocidas como sociologa neocomprensiva, en cambio, hicieron hincapi en el carcter subjetivista del planteamiento weberiano inicial. As mismo, desplazaron la atencin al mundo de la vida cotidiana y la interaccin intersubjetiva. Este desplazamiento ha dado ms fuerza a las dos crticas del para-digma interpretativo formuladas por sus oponentes.

    La primera crtica sostiene que el subjetivismo extremo excluye la posibilidad misma de que exista la ciencia, y en particular la ciencia social. El hecho de que la accin humana tenga siempre un elemento de singularidad, su irreductibilidad a componentes sociales externos al individuo, o incluso la afirmacin de que la reali-dad es una construccin subjetiva, todo ello niega la posibilidad de llegar ms all del individuo, de formular generalizaciones supraindividuales, y niega, por tanto, la objetividad del conocimiento. La ausencia de separacin entre el estudioso y lo estudiado tambin contribuye a esta negacin. La imposibilidad para el investigador de trascender al objeto de investigacin significa la imposibilidad del conocimiento objetivo, as como del control intersubjetivo, que subyace al propio concepto de ciencia, es decir, el hecho de que otro investigador pueda llegar al mismo resultado elaborando los mismos datos u otros.

    En segundo lugar, se acusa al enfoque interpretativo, siempre por la atencin que presta al individuo, de excluir de sus intereses lo que debera ser el objeto de la reflexin sociolgica por excelencia: las instituciones. Con ello corre el peligro de

  • 26 METODOLOGA Y TCNICAS DE INVESTIGACIN SOCIAL

    Resumen 1.4. LAS RESPUESTAS DEL INTERPRETATIVISM0'1'---r-A LAS TRES CUESTIONES DE FONDO

    Ontologa: constructivismo y relativismo (realidad mltiple). Constructi-vismo: el mundo susceptible de ser conocido es el del significado atri-buido por los individuos. La perspectiva constructivista radical excluye la existencia de un mundo objetivo, dado que cada individuo produce una realidad propia. La posicin ms moderada no se plantea el problema de la existencia de una realidad externa, al margen de las construcciones in-dividuales, pero afirma que slo se pueden conocer stas ltimas. Relati-vismo: estos significados, estas construcciones mentales, varan entre los individuos; e incluso cuando no son individuales, sino que son comunes a grupos de individuos, varan entre las diferentes culturas. No existe una realidad social universal vlida para todos los hombres (realidad absolu-ta), sino que existen mltiples realidades (realidad mltiple), como mltiples y diversas son las perspectivas con las que los hombres perciben e interpretan los hechos sociales.

    Epistemologa: no dualismo y no objetividad; tipos ideales, enunciados de posibilidad. Tiende a desaparecer la separacin entre estudioso y objeto de estudio, as como la separacin entre ontologa y epistemologa. Por contraste con la perspectiva positivista, la investigacin social se define como

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    ramente distinta acusando a la sociologa fenomenolgica, a la etnometodologa y al interaccionismo simblico de haberse ceido a lo microsociolgico, de haber limitado sus propios intereses a la interaccin, a las relaciones interpersonales, de no querer o no poder aplicar sus planteamientos a problemas que trasciendan a los hechos de la vida cotidiana.

    Todo lo expuesto hasta ahora se basa en las grandes corrientes del pensamiento sociolgico que han fundado la disciplina, han dado forma a sus mtodos y tcnicas de investigacin y han guiado la investigacin sociolgica desde su nacimiento has-ta mediados de los aos setenta, aproximadamente.

    El ltimo cuarto del siglo xx represent un periodo de de safios en la historia de la investigacin social, despus de una dcada tumultuosa en la historia de las socie-dades occidentales, los aos sesenta, con los movimientos por los derechos civiles, las protestas estudiantiles, las revueltas urbanas con trasfondo racial, la lucha contra la pobreza y las desigualdades, el desarrollo y la difusin del movimiento feminis-ta. En este contexto, la teora sociolgica y la investigacin social asumieron una relevancia y una popularidad hasta entonces desconocidas, y la sociologa, por de-dicarse a la reflexin sobre estas transformaciones, pareci renovar su misin social. Se consolidaron nuevas perspectivas tericas, surgieron los enfoques neomar-xistas, neoweberianos, se desarroll una teoria crtica y nuevas perspectivas radica-les opuestas a la complaciente alianza entre neopositivismo y funcionalismo que haba dominado hasta ese momento la elaboracin terica y la investigacin social.

    En el mismo periodo, adems de estas perspectivas macro, empez a desarro-llarse la denominada .

    Podemos definir de manera escueta esta corriente haciendo referencia a aquello que rechaza. El modernismo, entendido como heredero directo de la ilustracin es un ejercicio crtico de la razn en torno al hombre, la naturaleza y la sociedad, se caracteriza por su confianza en la ciencia, basada en el orden y la racionalidad, en la simplicidad de la explicacin cientfica y en el carcter cumulativo del saber. Elpostmodernismo implicara ir ms all, y en contra, de los logros del moder-nismo, en una crtica que podemos resumir brevemente en cuatro puntos: a) re-chazo de las teoras generales, universales, acusadas de totalitarismo uniforma-dor, de imperialismo cultural, de negacin y represin de las diferencias entre las sociedades con el fin de perpetuar las aspiraciones hegemnicas del mundo y la cultura occidentales, a favor de planteamientos y lenguajes tericos diversos, en

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    una exaltacin de la fragmentacin y de la no unidad de la explicacin cientfica; b) rechazo de la racionalidad, la linealidad y la simplicidad del conocimiento \ cientfico, a favor de la paradoja, la contradiccin, la opacidad y la idea de que existen mltiples facetas alternativas e irreconciliables; e) exaltacin de las dife-rencias, la diversidad, la multiplicidad de verdades particulares y contextuales, rechazo del carcter cumulativo de la ciencia; y d) exaltacin de lo otro, lo distinto, las minoras, identificacin con los oprimidos, consideracin del po-den> como categora explicativa y origen de todas las relaciones y estructuras sociales.

    No profundizaremos ms en este breve y simplificado esbozo de las nuevas tendencias de la ciencia social contempornea y sus posibles paradigmas. Nuestro nico inters es describir los que han sido o son los paradigmas fundamentales de las ciencias sociales que han influido y dado forma, generado y nutrido las estrate-gias de investigacin emprica, sus mtodos y sus tcnicas.

    Desde este punto de vista, las nuevas tendencias y perspectivas que han agitado el mundo de la ciencia social y de la sociologa en el ltimo cuarto de siglo no han provocado grandes revoluciones en las tcnicas de investigacin social, a excepcin de una mayor legitimidad y aceptacin de las tcnicas de investigacin cualitativas y un uso mucho ms frecuente de las mismas, sin aadir, en ningn caso, grandes novedades a las tcnicas empleadas. De este tema nos ocuparemos en el captulo siguiente.

    1.7. SNTESIS DEL CAPTULO 1 l. Toda ciencia madura tiene, en cada momento de su historia, un paradigma

    propio. ste representa una especie de visin que orienta, una perspectiva terica aceptada por la comunidad de cientficos que dirige la investigacin, determinando qu estudiar y formulando hiptesis explicativas de los fenme-nos observados.

    2. En las ciencias sociales, los dos paradigmas que han orientado la investigacin desde sus inicios han sido el positivismo y el interpretativismo. A fin de compa-rarlos, nos hemos preguntado cmo ha respondido cada uno de ellos a las tres cuestiones de fondo de la investigacin social: la cuestin ontolgica (existe la realidad social?), la cuestin epistemolgica (se puede conocer?) y la cuestin metodolgica (cmo podemos conocerla?).

    3. El paradigma positivista se consolid en la investigacin social en el siglo XIX, tras el gran xito de las ciencias naturales. El positivismo sostena que la reali-dad social se deba estudiar con la misma lgica investigadora y el mismo mtodo utilizados en las ciencias naturales; de ah el nombre de fsica social atribuido al estudio de la sociedad.

    4. En el curso del siglo xx la inspiracin positivista sufre ciertas transformaciones para superar sus propias limitaciones. Segn los paradigmas neopositivista y postpositivista, las teoras sociales no se deben expresar en forma de leyes de-terministas, sino en trminos probabilsticos. Toda afirmacin terica asume

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    por tanto una connotacin de provisionalidad y queda siempre sujeta a la posi-bilidad de ser desmentida. Adems, en la comunidad cientfica se desarrolla la conciencia de que cualquier observacin emprica no es una descripcin objeti-va de la realidad, sino que est cargada de teora, en el sentido de que hasta el simple acto de registrar una realidad se ve afectado por los esquemas menta-les del investigador. Esta revisin del positivismo no renuncia sin embargo a sus fundamentos empricos ni a su fe en la cuantificacin y en la posibilidad de generalizar los resultados, por lo que dedica mucha atencin a las tcnicas de investigacin emprica, al denominado lenguaje de las variables, procedente de las matemticas y la estadstica.

    5. Segn el interpretativismo, existe una diferencia epistemolgica fundamen-tal entre las ciencias sociales y las naturales, ya que la realidad social no puede ser simplemente observada, sino que se debe interpretar. En las ciencias naturales el objeto de estudio es una realidad externa al investigador y as se mantiene durante toda la investigacin, por ello el conocimiento adopta la for-ma de explicacin. En las ciencias sociales no existe esta separacin entre el observador y lo observado, y el conocimiento slo puede alcanzarse a travs de un proceso totalmente distinto, el de la comprensin (Verstehen). Esta diferen-cia fundamental conlleva procedimientos y tcnicas de investigacin distintos. El enfoque subjetivista, al no poder adoptar el lenguaje de las variables, ha tenido que desarrollar sus propias tcnicas de observacin y modalidades de anlisis del material emprico, que constituyen el cuerpo de la denominada investigacin cualitativa.

    6. La radicalizacin de ambos enfoques puede tener graves consecuencias. Si el planteamiento positivista se lleva hasta sus ltimas consecuencias podra pro-ducirse una reduccin progresiva del alcance de la investigacin, que quedara centrada en el dato emprico y limitada a una mera descripcin del mismo. Por su parte, el subjetivismo extremo pone en duda la propia existencia de la cien-cia social, excluyendo la posibilidad de realizar generalizaciones supraindivi-duales y afirmando que la realidad es una construccin subjetiva. Un desarrollo reciente del paradigma interpretativo ha sentado las bases del denominado post-modernismo, una suerte de rechazo del concepto tradicional de ciencia, en-tendida como orden y racionalidad, simplicidad y generalizacin, a favor de la paradoja, la contradiccin y la exaltacin de las diferencias.

    1.8. LECTURAS COMPLEMENTARIAS Una seleccin de ensayos que permiten profundizar en las perspectivas tericas que han orientado los mtodos de investigacin social es la antologa de G. Ritzer y B. Smart, Handbook of Social Theory (Sage, 2001, 552 pp.). En particular, para profun-dizar en los temas que hemos tratado en este captulo, recomendamos los siguientes ensayos: M. Gane, Durkheim 's Project for a Sociological Science; P. Halfpenny, Po-sitivism in Twentieth Century; S. Whimster, Max Weber: Work and Interpretation; K. L. Sanstrom, D. D. Martn y G. A. Fine, Symbo/ic Interactionism at the End ofthe

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    Century; S. Crook, Social Theory and the Posmodern. Una presentacin introductoria sobre el planteamiento paradigmtico de la tra-

    dicin de investigacin cuantitativa y cualitativa puede encontrarse en el primer captulo de A. Tashakkori y C. Teddlie, Mixed methodology: Combining Qualita-tive and Quantitative Approaches (Sage 1998, 185 pp.); una gua ms completa sobre las diferentes respuestas de las escuelas de pensamiento clsicas y contempo-rneas a los dilemas fundamentales de la investigacin social, se encuentra en N. Blaikie, Approaches to Social Inquiry (Polity Press, 1993, 238 pp.).

    Para enmarcar las perspectivas tericas de las que derivan las diversas corrien-tes de la investigacin cualitativa actual, recomendamos el ensayo de Y. S. Lincoln y E. G. Guba, Paradigmatic Controversies, Contradictions, and Emerging Con-fluences, de Denzin y Lincoln (2000). En la misma lnea y con algo ms de pro-fundidad se sita la obra de J. F. Gubrium y J. M. Holstein, The New Language of Qualitative Method (Sage, 1997, 244 pp. ), en la que los autores identifican cua-tro idiomas (naturalismo, constructivismo social, emocionalismo, postmoder-nismo ), de los que se derivan los diversos enfoques de la investigacin cualitativa reciente. Para una reflexin sobre las tendencias actuales de la investigacin so-cial, pero desde el punto de vista del paradigma neopositivista, que no rechaza el uso de tcnicas cualitativas, remitimos al libro de J. Goldthorpe, On Sociology: Numbers, Narratives, and the Integration of Research and Theory (Oxford U. P., 2000, 337 pp.).