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(ontieRe:

EL CI~"E y SU ·PUBLICO, por,José María García Escudero.

hace la l'omposiekn ('seolarque tenía ohligación de haeer.

Sorpr!:'lllk siernpl'(, ese díade : 'Hile; bIa IIt'O ('mm, sorpren­de el oloüo con su cHida de lait"j ,l 11 los que Crl'j,:n que 110

ihl n yolWT mú~ el otoño.Dc}¡emos nvroYeeh:¡T" ese día

p;¡ra ir n esn calle ~, h que que­riamos volver haCe' ¡i,'mpo yn".í ~1·:t!Jm·emns ~ll!.!o ~~n el díade pu pel hl:lJlcü. -

uu día de PUl)!'} sin rnaclllntu­1'n, con10 esas planas de Ill}

diario en qLe no ha méil'C'dlonada la múquina,

Hay que tener ddieadl':-;':;cuidado ("01\ el día dl' pU¡H'lblanco, pue" puede agnj l'lT:.l ¡'­

Sé Y por nhí irsp 10 ({ue ,'el1\'

de vital aUlI en Sil ÜH'~ih'-;p.:.­

ciún.Hay (fue dejarlo ¡)aS,'.!' con

esa apatía COl) que el niiio no

En la mañana del domingo hay luz de Vaticilno

RAMONdeGómez

la Serna

por

díadelpapelhlanco

Así corno a veces sale un díaesqueleto, sale también un díade papel blanco.

No necesita ser un día nivo­so, sino escuetamente no escri­te, sin una nota, sin una ape­tencia, sin nada; en blanco.

La ciudad se ha quedado pú­lida, indiferente, sin fisono­mía, como si la hubiesen 1:'1'\'a­do con un reactivo.

Se piensa que quizá sirva eo­mo papel de cartas para escri­bir una carta sincera y aclara­toria pero 110 eorre la tinta ensu blancura, no se puede escri­bir nada.

Unos días dken que sí yotros que no, pero el día de pa­pel blanco no dice ni si ni no.escomo eSa ho,ja que licuenincólume los libros y que no esIÚ siquiera aquella en que ::'W

e¡:,cribe la dedicatoria.Así como en la ciudad salen

días de muchos sitios. un díade Sevilla. otro de Florencia,v basta un día hretón, {'se díadt~<papel blanco no es de nin­guna l>artc.

No es un día de piedra hlan­ea, lliull clÍt1 enyesado, no, (~S

LO NATORAL EN .lEAN CAY­BOL y EL ANTIJ.-IEROE E~

FRAN(OIS NOURISSIEH,1>01' .lean Claude Ibert.

'Ge·•... "".c:i.· OCA)

30 .. ·NO\t "' "".'1. ,.'..".... . - '> ..',.. ,'". "",' .•..,' .. 'l. . .

GlRONELLA, MILLONAHIOPOR UN GUION, entrevista,por Manuel Ortiz.

LA MUERTE DE MOSSET yAQUEL ESCANDALO DEBAUDELAIRE, por AntonioGómez Alfaro.

1)IA.PEL., PAp,EL' BLANCO Y·PISTOI A LONTRA ELet\NCER, por Ramón Gó­rnez de la Serna.

1j1

\ eNA VERSION ROMANTICAj DEL "TENORIO", por J.

Castellano.

I

¡ l '~A NOVELA DEI. SANTO¡ DE ASIS, Pór ;Jol'g(' llsca-

tesen.

....

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" ,,

Ahrir un paraguas es como

Secretario de Redacción:

Mallucl Ortiz.

Uedaclol" Jefe:

.José Julio Perlado.

,Director:Rafal'! M.ol·ales.

Redcreción:

Luis Castillo. Laureano G6·mez, José Hierro, Marianodel Pozo, .Ioaquin de laPuente. Fernando Ruiz Co-ca. I, Dibujan:

Mampaso, Mateos. Millares,Puig Rosado, Velasco.

Hemos fZ8istido esta ,emana auna .magntlica lectura de cuen­los en el aula pequeña. E. Cer­dán. escritor ágil, como prelÍD'l­bulo a sus cuentos, nos dió suopinión sobre este género lite­rario a través de unas pdginasque bien pudieran constituir unensayo.

lA tertulia de La Rábida sereunió esta vez con D. RafaelG€Ullbra, que habló del existen­cialismo.Los temas u-atados enestas ~euniones han sido hattaahora: "Problemas de la censu­ra", que fué desarrollado porD. Vicente Rodríguez Casado."La poesía contemporánea", dela que trató Rafael Morales. DonFlorentino Pérez Empid dirigióun coloquio sobre problemáticaactual y D. Santiago Galindo diósa conf'erencía sobre el comu­nismo.

•..r

i..,.i,i

fEn el Aula de Filosofía, diri- f

gída por los S e ñ o r e s Millán .Pueyes y Oswaldo Market, setrató, el viernes, del conocimien-to filosófico y la estructura de ~

la realidad. fPatrocinadas por el Ateneo k

madrileño se han celebrado esta ysemarw, en los Colegios Mayo- ~res Uníversilari{)s, conferencias f.sobre poesía, novela y teatro. '.

.Fue Gerardo Diego quien noshabló de la poesía femenina. tGarcia b'scudero señaló los pro­blemas generales del ieatro cató- ~/ico y .4.1decoa hizo referencia a ~

la crisis actual de la novela. r,)Úl el Colegío Mayor Ximénez ~

de Cisneros, el teatro Albar puso len escena "Antígona", de Ano- ¡-

¡¡/l. mientras en el Mayor t",Vuestra $eñora de Guadalupe" ¡celebraba Ull concierlo el Caar- rteto Clásico Nacional. t

~

,numeros

.. hacían curaciones a hase de la­cre. ¡Vamos que los enfermosse iban al otro mundo bien cer­tificados!

El oro, sin embargo, gana enconsistencia v en credulidad atodas las otras sustancias. Ellema de la avaricia del "todolo puede el oro", ha resucitado.

Sin embargo, hay que tenercuidado de que por lo menoslas balas tengan el fiel COIl­

traste que certifique su ver­dad, pues hace días se ha de­tenido a un falso doctor queponía inyecciones a muy altoprecio y sólo estaban doradaseon purpurina.

,cancer

contrael

Pistola

.

la sandalia es el bozal de los pies

•El 6 es el núntero que 'Va a tener familia

•La lagartija es -el broche de las tapias

•La B es el ama de cría del alfabeto

•El 8 es el reloj de arena de los

mano radical o enfermera quesepa dispararla con punteria.

¿Será eficaz en definitiva '!La medicina de cada tiempo

vive de una superstición. Aho-ra esa superstición es la deloro y la de las reacciones.

Hubo la época del ácido fór­mico en la que la supersticióndl' las hormigas y su secretafuerza vital -levantan pesosque teniendo en cuenta la pro­uorción no podrían ser levanta­dos por un atleta--, tambiénhubo la época del alcanfor enque todo se curaba con alcan­for y leyendo a Chejov me en­contré con que en su época se

la L par~ce la~gar un puntapié a la letra"1tte va aliado

• La X es la silla de

tijera del alfabeto

No es una invención mía. Esla última novedad.

Es un arma científica conforma de pistola sino que másfina, con algo de objeto opera­torio, con fino caño.

Esa pistola dispara balas deoro que al salir del disparadorson impregnadas con rayos ga­ma, incrustándose en el cora­zón del tumor maligno o delcáncer que comienza.

Una nueva técnica manipu­ladora comienza con esa pis­tola medio infantil y que enVEZ de provocar suicidio pro­voca vividencia.

Yo la be visto preparada enmesa operatoria con sus finasbalas auriferas esperando In

• La F es el grifodel abecedario

PROXIMAS

COLABORACIONES

DE

LA ESTAFETA LITERARIA

Confecciona:

Luis Fernáridez-Cftnccla.

EL-ATENEODEMAORmPttlaQ,··2i

Ignacio Aldecoa.Hafae! de Balbín.Geranio Diego.Alej andro Núñez Alonso.

APARECE LOS SABADOS RAMONGOMEl DE lA SERNA

Pruies de· 5l1SCt'ipciÓd:

Un año {52 números).Un .scmeslre (26n\1-

meros) ....•..Número atrasado ...

Edila:

21)0,­

'~U!5,­

10,-

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El •Clne JOSE MARIA GARCIA ESCUDE~O

, El «Cllte» espaiíol está en la Universidad, en su. ,

agrupaCfOtl y en su pensamiento.

... Han hecho «Ctne» los que no sabían, y no lo han

¡Jecho los que 11alJía11 debido hacerlo.

larga, se volvería a caer en la situación anh:­nor. y aunque mas de una vez, al exponer estaSOlucion, he palpado el desencanto que produ­Cla, porque la mcorporaclOn al ellle ue esaclase no es labor tie un dla y siempre desen­cantan a espalÍoles la::; solUCIOnes para muenotlempo y en las que cada uno, uesde el pri­mcr momento, tiene que arrunar el homoro,acaso sin esperanza <le ver los trutos, desen­tenderse de una SolUCión, porque es incómoda,seria peor. ::ie expone esa, sencillamente, por­que no hay otra.

Es la que mtuia ¡(amón Gómcz de la Sernacuando en el ano 19;¿9 pronosticaba que elcllle espanol SOlO ::;ena tal cine cuando lO lU­cieran "un Joven nuevo, un chico de carrera,un Intelel.:{Ual; una llluJer moderna, lí::;ica y cs-­pmtualmente'; la que mas recientemente halltcmdo presente qUienes han manifcstado suconlJanza en ta Juventud, en la cual hasta Iddisl:Ontof1ludad puede estnnarse potencia cons­tructora, "puesto que lo que se úebe anular noresiste el menor soplo". ¿Acaso no ha :sido aSI rCon sólo unas pellcuias, ¿no &e han convertluodos jóvenes, bardem y tierlanga, en los dospolos complementarios de nuestro cine o, SI10 prefenmos, en el ala ágil que, pasándoserapHJ.amente el balón, ha marcado los goleslilas limpios, claros e indiscutibles de nuestrocme'? t.n la relación de peliculas que al finalue su obra "Le cinéma", recientemente tradu­cida al castellano, inserta Henri Agel, sólo hayun titulo español; "Bienvenido Mr. MarshaH'.Apenas se han asomado fuera esos dos univer­SItarios y han traído para nuestro dne el re­conocinl1ento internaCIOnal que años de pro­tección no le habían consegUIdo. Y aunque nodigo que todos los nombres de atrás sean deallaltabetos, puesto que, al contrario, es clarala procedencia universitaria de la anterior ge­neracion de directores, lo que sí afirmo es quehan estado aislados en un medio -el de laindustria- que no podía entenderles, mien­tras que ahora, detras de los dos namores ci­tados, hay, en potencia al menos, un posibleequipo; toda una generación que aparece losuficientemente vinculada al cine para que nosea arbitrario asociarla con un verdadero na­caniento, más que renacimiento, del cine es­pañol.

Aliadiré do::; precisiones.La primera, que al decir clase intelectual o

lllllvcrsitaria no me refiero exc!u:sivamt:nte aíos que están o han estado matriculados enFacultad o Escuela especial, sino, como prt­ClSO Arroita en ocasión parecida, a "hombresy mujeres con inquietud universal de cultu­ra"; que puedtn ser universitarios y pueden nohaber pisado en su vida un aula.

La segunda precisión es que, al pedir la in­corporacion al cine de esos intelectuales nopostulo su paso a los escalafones activos delcine, en concepto de directores, guionistas, in­térpretes, técnicos, productores, distribuidoreso exhibidores. Esto es necesario, pero vendráde suyo, como una consecuencia natural e in­evitable, una vez que se haya conseguido me­ter a esos intelectuales en los escalafones, di­gamos -provisionalmente- pasivos del cine,q~e ~stán constituídos por el público: pero unpublIco -en este caso- que ya no va al cinepasivamente, sino que lo entiende, lo ama y, enconseCUencia, le exige.

La aparición de este nuevo púbiico es unfenómeno mundial. El cine empezó en espec­táculo de feria rural. Pasó después a los su­burbios urbanos. De cual era su público habi­tual dan fe advertencias como las del primerlocal que abrió Laemmle en Chicago, donde--según se puntualizaba publicamente--- eranIl1deseables los borrachos y se prohibía silbardurante la proyección. La primera gran guerraencontró las salas frecuentadas ya por una cla­se media que al principio las había desdeñado.La postguerra presenciÓ el descubrimiento delséptimo arte por los intelectuales, empleandoesta vez la palabra en su sentido más usual.restringido, minoritario... y antipático. Fué I¡:íépoca del film de vanguardia. Esta segundapostguerra ha representado la promoción, a

(Continúa en la página siguiente.)

¡ ,\

no ha sabido sostener económicamente uno delos movimientos artísticos más importantes dela historia del cine. Pero 10 que aqUí me in­teresa es señalar cómo esa esperanza en lassoluciones absolutas y fulminantes, aunqueéstas se deban al esfuerzo propio, son tambiénreflejo de una pereza semejante a la de quie­nes esperan que todo se les dé hecho.

Por el contrario, y después de pasar revis­ta a la farmacopea --nutrida farmacopea­que se ha aplicado a nuestro cine, cada vezestoy más convencido de que la explicaciónprofunda de su insuficiencia, aquello sin loque nada se explica, pero con lo que se ex­plica todo, está en este hecho: el alejamientodé nuestra clase intelectual, a consecuencia delcual, dicho en términos generales, han hechocine los que no sabían J.' no lo han hecho losque habrían debido hacerlo. Cualquier otro re­medio podrá producir una transitoria mejoria,como. ocurrió con el .cine italia,noipero, ala

públic~

ysu

AESE enfermo crónico que ha sido desde. :su nacimiento el cine español se le han

aplicado muchos remedios. Como esosenfermos, nuestro cine ha ido de médico enmédico, incluso de curandero en curandero, en­sayando medicamentos y hasta 1m; más incon­cebibles ungüentos caseros; más de una vez,con el único resultado de agravarse. Tambiéncomo esos enfermos,ha desembocado en unacredulidad tal que le. ha llevado a vivir pen­diente del milagro, esto es, de la panacea que\.le la noche a la mañana le dé la salud, Aun­que, mientras tanto, se desprecie el único re­medio que podria curarle de verdad, pero queexige una colaboración personal que da miedoú pereza tener que prestar. No todos los re­medios que se han aplicado eran equivocados;pero todos, absolutamcnte todos, necesitabanque, tras recuperar algunas fuerzas, el enfer­mo se levantase de la cama y echase a andar;que se decidiera a cruzar la calle sin que lellevaran de la mano; que dejase de confiarlotodo, por ejemplo, a la sopa boba de la protec­ción oficial. al agua milagrosa, a la varitamágica que va a resolverlo todo en un decirJesús.

Esta mentalidad no es cosa inusitada; enúltima instancia, es consecuencia del lado ma­lo de nuestro modo de ser; del falso mesianis­mo a que tan dados somos los españoles, másinclinados en general a hacer heroicos Dos deMayo que a continuarlos con el trabajo per­severante de todos los días ¡Si incluso ocurrelo mismo con quienes aparentemente están enlos antipodas de esa mentalidad limosnera yvergonzante; con los que no sólo se muestrand,ecidid.os a echar a andar, sino que confíanciegamente en resolverlo todo, apenas puedanh~cerlo. desplegando la plenitud de sus ini­ciativasl La historia de la que me atreveré ~

llamar, recurriendo a Gibbons, grandeza y~alda (meJor que de<:adencia, caída) del cineltalianqcolltemporáneopodría enseñarles loque al mismo tiémpp contienen sus esperanzasde fundad,o y de equivocado, En efect(,), el bri­llanted~plie~ue del •. neorrealismo .. sólo duróu~sañQS)'en su repliegue baninfluidode­c:siv81llente(no digo exclusivarnent~J pero in­slstj)~ d~isívt:Unen1e)causasde.lasqUe. no seP~~~~1.\Ili4arcon~tl.pluma2:().eOntoel bajontYél,(fe.{Q6l:~~~,:de~n~jl1dusttfa'l~ noba~~d~.JaattUfll·..•·<le..lá$C.rCUfl'$tatJe¡a~ y

.-,.," o.' _ ,'_' _, . ',' .'•. ' ,: ..•.... ', ."". . ...:.

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--¿Se coneeden .[1 su juicio--...(:stos premios ron ahsoluta objeti­vidad?

-- .. ·No. hllJI JUlCia ¡¡"so/uto ro sólopuedo lllZuar de mi iloto personalfero. en general. estimo que losJurado.~ SOIl llHlCho mas honradosd~.,lo que se l'III<10/'e(1 e1/ el Ca{éG/j(m

'- .¿. Considera autén t iea nov('\a la11 ()\'e!;J histórica?

·..Estas preguntas exigirían unif'(/III~O lit~1'(lri(/ para cantes/arias.A 1111 me ll1teresa mucho la noue­la hi.~tóriC(J. pero f1 condición di'que el elemento histórico quedeper{ecfmnell{c trabado con la in­lIeTlrió~l,. ~Oll la fábula. lo cual esmUll dIfiCIL. Por otra (Jarfe lodo loq~le es real es hJ'sfórico. lo mismo.q .~e re/rata IIn individuo que de-

3M .'"lT

terminada cwenturl1 de Ulla colel'­tÍL'idad.

Cltil1la pregunta La eOllVersa­eión sigue ahora un cauce pel'SO'nal.

·;¿Qué..hay de su contrato parala fJlmaClon de los "Cipl'l'ses"?

Resc(¡té e/ contrato ya firma­do con HafDel Gil, y lo he vendidoa la flueva pt'odllcíora I'ROCU5A..en /lnas condiciones magníficas,que me permiliráJ7 dedicarme a es­cribil' sin preocupaciones económi­cas durante alguJlos años.

---.¿ Cuánto dinero ha rcdbido?Gir01ldla siente mucho no poder­

11H' deci ,. la cifra exacta. Lo haprometido al firmar el contrato.Pero tal \'cz nosotros podamos ave­riguul·lo por otro camino. Se diceque nn millón de pesetas; algunos.que tres millones de pesetas.

La entrevista ha terminado. He­mos pasado un par de horas con.José Mada Gironella. Con un Gi­ronclla cordial, simpático. y quesupo renunciar a su deseo de in­sultarnos. Con un Gironella qUI'

nos dijo cosas muy interesantesPero ustedes juzgarán.

Manuel ORTIZ SANCHEZ.

-·-Perdurable ... Somos demasiado

• 1

p~eocupan en el mundo contempo­raneo. No t'eo el resurgir por nin­guna parte.

L.e hacemos notar que MiguelDehbes, en una recienlisima confe­rencia pronunciada en ~{a d r i d

"c' . d-;::- ,?l a y ~ruz e la novela espa-nolll -', oplIluba lo contrario

-----;Del,ibes es IIn gran cazador Pe­"0 et dIspara sobre pajaros, no so­~)fe hombres. Repito que si no vio­lamos estamos perdidos.

-¿.QuÓ novelista del momento veron mús posibilidadc's?

Conll'apregUnla:

-Posibilidades ¿de qué'!

·-Dl· quedar consagrado comonovelista perdurable. .

jovencitos lodos para creer que al­[fIUIO de no.~otros durará tanto.

Vamos a hablar entonces de losjóvenes De los demasiado joven­citos. como dice Gironclla.

.. -¿Qué posibilidades ve al autorjoven en la novela?

·--La hisíorin demuestra que lainmensa mayoria de obras con ma­durez se han escrito alrededor delos cincuenta aiios A los veinle...

--l. Qué edad tiene usted? --In­terrumpimos.

_..Treinta 1I nueue años.._-.... a los veinte ¡lO se puede es­

cribir mlÍs que "Bon jour Tristes­se". r, por el (ono en que lo dice.e.~(á claro que no ¡;e puede derirnada peor de los I)einte años.

Ahora hablamos de premios deliteratur!\ De esos premios qm' rlnntanto que hablar. ,

--riel/en un {/l'UlI (Jeredo r esno poderlos declarar desiertos.

-¿Cree que son necesarios paraelautQr joven, como medio de verpublicada su novela"

-Es indudable que facilitan ela~t~e80 al edilor. Pero estadificul­idd de acceso al editor, a menudo,no es lo peor 'que le podria pasaratflUtor joven.

E

• José María Gironella, escritor preocupado ytenaz, autor fa Inoso por "Los CIpreses creen en

Dios", la obra de un hombre sobre una etapahistórica, puede estar en la línea de un ·'GaldÓs

episodlos" de nuestro siglo xx. Un lTIOmento his­

tórico, desde el plano de la literatura, sien1pregueda como justificacion y dOCUlnento. Hay un

público expectante ante sus próxitnas reJliz~cio­

nes, que formarán un ciclo capaz de llenar unalaguna que la literatura n10derna necesitaba.

·::.. ·.'... ,.:::::··:,c":·:, ,',.,

·-· .. _,:;.;" ....•.. _'_ .....~:i-'"-;:: ~

--l,Cree que la mISlon de nove­lista es sólo narrar?

·.. Me p.arece demasiado solemnehablar de "Misión". Cada cual obrade acuerdo con su temperamento.Por lo que a mi respecta deseartaconseguir 1Il,qo más que narrar.

Sin transición cambio brusco deterna:

. ¿ Le gustaría ser miembro dela Real Academia?

Esta vez no hay paUSll. No nef'csita meditar la respuesta.

-·-No creo que sirviera para·'eso". Soy catalán y el idioma SI.'

lile resiste mucho...ldemás me haremda ilusión el espaldarazo de la.'lcn//' anónima que de los eruditos,1ll1ll<[lle éstos sean de primera cu­lidad.

-_.¡. Considera necesario para Jle­

D

mm,l(ar 11 una plena madurez novelís­tica dejarse influir .,por las ('orrien-lt;s extranjeras? ,

'. -Considero necesario conocer lomu.~ . PONíb/e de lodos lo.~ países.R:'PI.lo una y mil I'eces que si lose,'r;rzlores españoles 110 viajan se­Ulllremos .hablarldo de "Los pesca­dlnre.~ 1Ja.~cos", de los "nítidos cielos{e Castilla", JI de las "tierrttJj deflan llevar".

l' -.~Sc considera el mejor novc-1sta de la post gtlen-a? ,

'd-¡Qué barbaridad! -El interro­ga. o Se torna inquisidor.

. -,;Se puede insultar al I)eriodis­!rl qUe hace estas pregunta.~?

y.No es correcto, le decimos.no nos. insulta. Nos dice:

¡-Una de /(L~ cOSGa que se apren­~~ll ,viajando es a no contraponer1 '7pnu

damentealas personas, a no

1HZ) al' e mejor o de peor. Y¿hago

o que puedo 11 el tiempo dirá.

1Indudablemente se aprenden mu­e 13s COsas viajando.

"-I-'¿Cómo ve actualmente la 1\0­'t. a. .española?

d -101UPi~,q'l1t.ute. ..d~8conectttdae . OSp~(J.bll!1Ra..' que' re:altnenle

----

/\provcc.hulUos que esta en Ma­d1'1I1, en el llOtel bnstol, )' allí va­mos a lJUSCUl'le. La eutrevIsta eslacll, amena, cordIal. La charla sur­ge cspomanca, sm dificultades.

--¿ llene usted el propósito decscrwH' alguna novela durante sueS¡anCIa en l·llllandia?

\' ahora, a la pregunta de rigor,la respuesta de rigor.

--¿De cuál de sus obras está mássatisfecho?

-De uinguna. La más trabajadafué "Los cipreses" ...

~j,Es cierto que la quemó o des·truyó dos veces antes de su redac­ción definitiva?

_._" ¡'umos" -Primera persol/.adel plurat-·- (1 Lel'llllllar ta ¡;,eguILaapW'¡e ac "Los Clpre¡;eS creeJl euLJLO¡¡".

_ ...¿ Ve algún incol1venitmte paralJubucar en .t.:;palla ··u n millón dcll1uerlos" '1

--Ni quemar ni destruir, porquemi mujer guarda todo lo que escri­bo en cu.rpelal. Pero "L08 cipre·ses" la escribí cinco veces.

-¿Le cuesta un gran esfuerzoperfilar sus novelas '1

_. -Las dos primeras, con la clu­sica incon.~ciellcia del adolescente.las escribí sin esfuerzo alguno. Yasí salieron las pobres. A partir de"Los cipl'ese~" cambié radicalmen­le de Ctclilud, 11 desdeentoRcu, elesruerzoque me cuesta 'escribircualquier cosa es exage.rad'O,

Tiene Gironella . un.a aceJ1tWldadesconfiallzaporla juventud, de laque también nos. :hace PjltUclpes aDosc>.tr9s.N9sdicta muy despaciosus respuestas. reetdcando pUDtosy -comas. Vigila lo que escribimos.Pien$U, antes de eQnUill,t8F, en ,lo

que .v~ a ~~~~',: __'o ~ •• , "., J.

---Salura/mellle, csio llO elepellaéele lllL. JUlO pueau decirle que Lae:>loll cscrLulclldo como UlUl persa­UU JlorlJlul JI libre.

Cambiamos dc lema;

---¿úuc pals cousidl'ra que liclleuu mayor Un'el medw de calidad(;llll'l: sus uovcllSUiS·/

-·-Para contestarle scría preCISOCOllOCet· (.le ulla munera completata pl'oliuCClOll etc tocios los pCllses,lo C(4(1 , 1LO es mi caso, porque des­de JlUce lLltWJlo Leo pocas IWUCLas.~}le canse ue ¡¡ecepdonarllle. :)LlIembargo, teJlgo La sospeclla d.e que,en CUUlLW a ltlUcl medIO, l· rUlLCIUe JlIg1alerra iHSJuen el1 el prlmupuesto.

--·¿Qué opina sobre la obra deAlbcrt L..aroÚS '[

-lis aún corlu.. Como novelista"me parece un aulor {rustrado".~omo peHsador moderno, de UllaullpreslOllUllle fuel'za. Lo que masme interesa de su obra es Ulla deLeaü'o que 110 luvo éxito al estre­Jl.Urse eH París: "L'etade de site".:\:te quedé sobrecogido en la bu/a·ca. l~S U1LU parodLa espLendLda ¡lObu los dictadores modernos.

JUSI;: ~üal".Ía Liil'unella es siempreuna l1gLil'u de actualidad. Pero:UW("¡oI na lJasadu al pruuer planoliel lUOlUtll~O; C0111erellCiaulc en"vlaunu, Jurauú OtU ..Preullo Plane­la' y pl'OXlIllO lUrlsta en F1l11andia,se rumorca lamll;\Cll que el> el pri­mer autor que pasa a ser llllHona­1'10 1'01' la venta de un guión a una!}I'OUUClora española.

GIRONEIIA, [LlONARIO POR UN GUION

1UEGO

gananclas? Que productores de esós existanprueba que la cosa no es disparatada. Y niSiquiera la más decidida proteccIón por partedel Estado suprime la necesidad de ese pú­blico intelectual, que apoye con l:iU opinian esecine y suscite dentro oe sí las vocaciones ne­cesanas para continuarlo.

Por esto es esperanzador que hoy exista enEspaña un movlIlltento que, aunque con dll~Z

anos de retraso, reproduce 10 que na ocurndoen t:.uropa con la clase Intelectual. Es tristeque ese mOVl1ll1ento no se canalice, como serialOgll':O, por la Umversidad, que permanece almargen uel cme y en ello lleva :sU pelll ten ¡;¡a,pOfliue se pnva oe lo que podrJa meter Vida,aire libre en sus aUlas. (fal11blt::n en eslO ca­llunamos a remolque. KecordalJa Ultlll,alllen tePerez Lozano cómo, en contral:ite con nuestraindiferencia, la Umversidad de Oxtord ,H;aoade admitir como doctor "honoris causa" aJeanCocteau, hombre de cine en una buena pro­porcIón de su actividad, y la de Cambridgea 1<.ene Clair, hombre de cme en su totalldau.)Atortunadamente, están los cineclubs, de lo~

que alguna vez dije que han servido lOmo sus­titutivo de la Universidad o aula montada enmed,io de la calle 0, mas exactamente, en mi­tad del patio de butacas; y los cineclubs seestán desarrollando últimamente entre n080tro:;con un ímpetu que inclu:;o puede alarmar, con­Siderando lo fácilmente que puede trocarse endesilución cuando choque con las ditlcultadesque hasta ahora han hecho poco menos quemilagrosa la subsistencia de los cincclubs, sies que no se acierta a remover a tiempo esasdificultades. Pese a ellas (pocas pelíCUlas, im­posibilidad de 5elección, taita de informacióny en muchos casos de preparación cinemato­gráfica), nuestros cineclubs, digamos, de so­lera, han realizado una labor, tanto más he­roica cuanto más desconocida o calumniada;la misma eiervescencia actual (en la que sóloel tiempo discernirá lo que haya de moda y loque contenga de auténtica vocación por el ci­ne) ha conseguido ya dar un giro de cientoochenta grados a la actitud de amplios sec­tores sociales, que hasta ahora se contentabancon decir "no" a lo que ahora empiezan a con­siderar como un "sí". Y los cineclubs son so­lamente "una" expresión de un movimiento ge­neral de interés por el cine, que espera única­mente posibilidades materiales para manifes­tarse y dar fruto.

¿Será aventurado esperar qUé este fruto seaganar decididamente para nuestro cine a laclase intelectual; crear un público nuevo, de:que surja a la larga un cine nuevo? En todocaso, siempre será poca la atención que sepreste a este movimiento, durante tantos añosdescuidado, cuando no tenido por snob y ~.os­

pechoso, pero en el que precisamente se en­cuentra la solución para el cine español.

Henos aquí reunidos, entregadosa jugar a vivir. Hasta la (echa,se nos da bien, y cuí nos aprovecha.Pues tanto se nos da; somos los dados.Que no jugamos, no; somos jU~'ldos.

Todo el mundo, a la larga, lo sos,pecha.Mas !fa trampa es feliz y está bien hecha.Ya pagaremos, ya, los entrampados.Entre tanto, es un juego apasionante.Un tanto más. Y otro. No es bastante.que el corazón es hondo y no se sacia.Hasta morir, hermanos. Hasta luego.Ya he comprendido en qué consiste el juego:llega la muerte, al fin. Y ésa es la gracia.

rr' -"""'!---,---_..--.....- ...._....."""'....:.

través de lbS cineciubs, de unpÍlbÍico al quépuede aplicarse con propied,:d la ~efinición declase intelectual que antes di. ¿QUiere esto de­cir, si lo comparamos con el bajo nivel artís­tico de la producción media de todos los pai­ses, que, como asegura Ki~g Vídor, hay. un"descenso deliberado del cme hasta el OIvelmás bajo, hasta que acaba por llegar al só­tano", pero que el público po"ee un f<;mdo deseriedad que le capacita para apreCiar unaproducción de calidad? También Paúl Rothaafirma que el público está por delallte de unosproductores, presos del "neurótico miedo d"'lerdcr su publico de adolescentes", y la se­gunda ediCIón de su obra "The film till now",la dedica a "los que estarían preparados pararecibir una clase mejor de cine, sólo con quelos productores, distribuidores y exhibidorestuvieran el sentido comun de facilitárselo".

A esta cuestión contestaré que, desgraciada­mente, el mal público sigue siendo la mayoríadel público y el que indirectamente dicta lasleyes a la producción. No han sido las gran­des películas neorrealistas las que han llenadolos cines italianos, y el conjunto formado por¡'Los hijos de nadie", "Catene", "Tormento","La sepultada viva", "Corazón ingrato" y unapelícula de Totó conseguía treinta millones deespectadores, para seis que lograba otro con­junto, integrado, ¡nada menos!, por "Ladrónde bicicletas", "Alemania año cero", "El ca­mino de la esperanza", "La tierra tiembla""'Bellísima" y "Humberto D"; la encuesta quehace algunos años organizó la revista "Espec­táculo" entre los .empresarios de casi todaslas salas de nuestro país dió el triunfo a "Elderecho de nacer", como película extranjera;a "Locura de amor" y "El pescador de coplas",por las nacionales; y películas vulgares o ré­matadamente malas, como "Lo que el viento sellevó", "La túnica sagrada", "El mayor espec­táculo del mundo", "Navidades blancas","Duelo al sol", "Qua Vadis" y "Sansón y Da­lila" figuran a la cabeza de las recaudacionesnorteamericanas. Son aún muchos más los queprefieren lo peor, como son millones los ado­lescentes capaces de estremecerse histérica­mente ante los retratos de James Deall, deenviar a Norma Shearer la ofrenda de trozosde piel arrancados d.e su cuerpo o de leer ávi­damente un artículo en donde Ginger Rogerscuenta por qué le gustan las patatas fritas".Esta es una situación que no podemos desco­nocer y que influye necesariamente en todoslos problemas artísticos del cine; pero, ¿no esmucho que se esté fonnandú un público pre­parado, una amplia minoría, muy superior ala que se congregaba en los cenát:ulos van-¡guardistas de los años veintes, capaz de apo- \yar económicamente un cine de calidad, si hayproductores con la inteligencia y la concien­cia de su responsabilid.ad necesarios para quese decidan a hacerlo, sacrificando parte de sus

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dad misma, la existencia misma delInfierno, es. de por 51 lo suficiente­mente locuaz y 110 necesita de estaespecie de rodrigones emotivos o sen­timentaloides, si se la sabe seguir conla tersura de la lógica, sise sabe si­tuarla en sus justas coordenadas. Vi­vir como si el Infierno no existiera,puede apartar de la mente y del cora­zón la verdad de su realidad; munuo­ca conseguirán hacer mociresta rea­lidad. Pensar. vivir, según los módu­los de un "mundo" -en el más ge­nuino sentido que le diera San Juan­en el que "no hay infierno porquetampoco hay Dios", no le quitan U'l.

gramo de entidad. Querer que el In­fierno acabe, por fin, algún día, es algoproducto de mixtificaciones: "es pre­tender arteramente andar por el mun·do sin que el mundo pierda ningunode sus derechos en la eternidad. Lapretensi6n ha alcanzado vuelos locos,amparándose en una loa a la bondadinfinita de Dios. Como si no sonara ablasfemia indignante el querer otor­gar a Dios una bondad más generosaque la que Dios mismo dispensa".Valiente y agudamente, desde las pri­meras líneas, se ha eliminado toda lasensiblería que encierra la decantadatesis de una mitigación de las pen<\Sdel Infierno. Mitigar sería tanto com·:>desconocer la esencia misma del "plan"de un Dios Creador y Previsor; h"malicia" de una prevaricación dau­sa y autocentrada; la "tragedia" quellegaría a convertirse en "comedh"de buenas soluciones donde todos par­ten contentos; la negación misma deuna labor libremente aceptada cuandoI~ucifer inauguró libremente el In­fierno.

Pero "¿po~ qué?" ¿Por qué ha de"ser asf' el Infierno? Dios no lo creó.Lo inanimado es impotente de rebe­li6n: ellos jamás pudieron "crearse"un Infierno: su onticidad concnerdaplenamente con su teleologicidad. Su"ontos" es su propio "telos". S610aquellos seres que fueron creados po"Dios para salvarse, son los capacesde no "querer" salvarse: de crear uninfierno al desdoblar, precisamente, loque otros seres no pueden desdoblar:ser y finalidad: ser y operabüidad li­bre. Desde el ángulo de Dios. el In­fierno es una tolerancia, una fidelidada su propia obra: creación de enteslibres. El Infierno -desde Dios- esal((o "ante cuya entrada Dios derra­m6 un llanto de sangre". Desde 1'1ángulo de Satán, el Infierno es el re­sultado de una "obra"; una fuerzaque, en un instante, fué capaz de con­vertirlo -pervertirlo, seña más exllC­to- de la luz a la tiniebla interiorDesde el hombre: algo que se "gana"a pulso en un mimetismo de lo diabó­lico en la economía del tiempo; cor.unos atenuantes --respecto a la Iuci·dez. por ejemplo. intelectual del an­gel- y con unos agravantes: la gt''1­vitación plena de' una Redención y el

de hoy, especialmente la de Ber­nanos. Pero lo que define y ofreceun carácter del todo personal alescritor cretense, es su poesía (ha.yCfQien ha visto en él a uu nuevojuglar, "poeta ambulante en las pla­zas"), la atmósfera mistica de suobra, su sencillez rústica y su vi­gor elemental. En un ambiente depoesía se nos perfíla la figura deSan Francisco en sU Umbría natal.Francisco hereda, e o m o espiritucultivado, uno de los momentos ca­pitales de la lirica europea: todoel patrimonio de lirismo y bellezaestética y humana de la poesía pro­venzal. Por. dos condllctos le llegaal hijo de Messer Bernardone estaherencia poética. Por vivir en unambiente de preeminencia cultura]de la. granpoesia provenzal y porrecibirla a través de su madre. pro­venzal asu v.ez, y alma de gransensibilidad· y cultura.

,Lo que per~egutaFray León. erala búsqueda de Dios. J)esde eldiade su eq~entro con :Ft'an~j.$eo.·elh\io.del. ric~ .. JJ.lef,CaderMé9$er Ber­n~tdone •. tarobiéllquieJ'~b'Usc$l' ..• aDi()S; ..J,.a!leei.$lón"'$turtl1i#8n~y·~n .••1$....~.·.b,~·~e:.· $einiej-.,

LAC'LOACA DE LA HISTORIAEn torno a un libro -más si abor­

da temas como el presente- la ac­titud del crítico ha de ser siempre res­petuosa, receptora, a la par que verazy constructiva. Muñoz Alonso, entreuna Introducción y un Epílogo, hadesarrollado .en nueve capítulos todauna Diabología, un tratado sobre rolDiablo. Tema de actualidad -valgala expresi6n- eternamente actual yeternamente subyugadora. A fin decuentas, la eternidad tiene el privile­gio de ser siempre de actualidad sub·yugante. El tema sobre el Infierno, elDemonio --easi en un ayer no lejanoa nosotros- se remozó mojándose enla pluma de Papini.

Me propongo hacer un análisis dela obra de Muñoz Alonso. Un aná­lisis que yo llamaría de acompaña­miento: quiero acompañar al autor ensu monografía, en la creencia de queasí puedo acompañar también a loslectores futuros de ella. Un análisisque sumará además el valor de unassugerencias que cobraron forma en mía medida que las páginas se sucedían.Muñoz Alonso es un filósofo y unteólogo. Es un técnico, sí; pero a lapar es un hombres que vive de llenoen la encrucijada palpitante del hoy.Por eso es algo más que un técnico:es un artesano que cuida con esmeroy rigurosidad, con cariño y vitalidadlos temas. Desde la misma Introduc­ción nos dice que su libro no son"más que reflexiones sencillas, orde­nadas y serias sobre el Infierno". Re­flexión de una verdad objetivamentedogmática; sencillez de una pluralidadreducida y reluciente en la unidad deun pensar; seriedad -el tema lo pi­de- defendida desde el ángulo autén·tico de la Historia, el pecado. los án­geles, los hombres y de Dios.

En la Introducci6n y primer capí.tulo se delimita la primera cuestión:"qué es el Infierno". Es el "gran mis­terio de la Eternidad o, para ser másprecisos, de la inmortalidad"; es el"gran misterio y la gran Tragedia".Trágica y eternamente "creado" porLucifer, tolerado. por Dios, que algunoshombres "alquilan en sociedad concontrato eterno". Algo que "es"; una"verdad" que aunque horripile o dis­guste, "es", está ahí. Algo que al"desentenderse" de él, se corre elriesgo de caer de bruces en él. Algoexponente de "una voluntad cerradaen su propia obstinación": "el pode­río inmenso de Dios -dirá MuñozAlonso- no se ejerce aniquilando lasustancia de los cuerpos con alma, ode los espíritus sin cuerpo, sino redu­ciéndolos a su "voluntad cerrada" desí mismos, cuando cierran ellos con"obstinación prevaricadora" con t r aDios". Todo ello sencillamente: sinvisiones dantescas de círculos sin sa­lidas, sin juegos ni explosiones terro­ristas, sin visiones melodramáticas demazmorras y reductos sin luz. La ver-

mana y un mundo poético de acen­tos realmente nuevos y auténticos,elementos destinados a superar la"crisis" de la novela y todo estan··camiento literario.

No han faltado las comparacio­nes entre la obra de Kazantzaki yla de algunos escritores católicos

Ni~os Kazantzaki La muerto recientemente. Autor de "Cristo

de nuevo crucilicado", excelente Dovela que ha sido llevada a

la pélfttallabajo el título "El que debe morir", KazaDuaki

con un estilo persona~ dásico y deslumbrador de bntasía,

aLorda la verdadera novela católica, de tema grandioso, que

en España .lta sido reUejado coa demasiada prisa y demasiada

irrealidad por J. L. Martía Desealzoen'tafronterade J)jos"

prestigio. Destacan, entre sus no­velas, "Cristo recrucificado" "Laú I t i m a tentación", "Libertad omuerte". "Alexis'Zorba" y esta sin­gular biografía de San 'Franciscoque aqui comentamos. En el pano­rama de la novela contemporáneal~azantzaki nos ofrece un ejempla~slngular. Contemporáneo de unJoy.ce, Aldous Huxley, Lav.'Tence,Stembeck o Faulkner, escritores deextraordinario talento que quierensuperar la crisis de la novela mo­dificando los criterios técnicos.forzando los temas, rompiendo losmuros de contención de una litera­tura tradi~i0!lal de enorme peso,KazantzakI SIgue siendo un granescritor sin que nada espectaculartenga lugar en su obra. Porque suobra nos lo reve.la como un escri­tor clás.ico, de una fuerte y vigoro­sa sencIllez, grandilocuente a veces,quemado por una llama interiorque hace de él un gran rebelde.Pero lo que hace de su obra algocapaz de situarlo en un plano devalores literarios de excepción esla vibración humana y la gran poe­sia que contiene. Una vibración hu-

L :\ atracción que un escritorde la talJa del cretense Ni­kos Kazantzaki, siente por

San Francisco, radica por lo tan10en una vieja tradición de la Igle­s~a ortodoxa. Además ella llega enc~erto modo a dar cima a la ple­Illtud del talento de un gran escri­t<?r. A Nikos Kazuntzaki, que nosolo es el mejor escrito¡' griego dehoy, sino uno de los más auténti­cos de la actual literatura europea,novelista de amplios vuelos, deenorme cultura y de una intensi­dad vital que une muchas veces unsentimiento de fe profunda a otrode no menos profunda rebeldía. sele puede presentar con estas pa­labras que un día le dedicara Mar­eel Brion: "Se ha dicho de sus no­velas que en ellas resucitaba el es­píritu de Homero. Thomas Mannadmirador suyo, no d u d a b a e~compararlas con las obras maes­tras de la epopeya antigua."

Nikos Kazantzaki es un cretenseuniversal, como aquel DomenicoTheotocopolis que llevó consigo aOccidente muchos de los valoresindiscutibles que, todo cristianooriental conserva, depurados deconvencionalismos y de cargas his­tóricas,. del cristianismo primitivo.Despues de estudiar en Atenas yParis, dedica la primera parte desu actividad literaria a obras decarácter poético y filosófico. Esautor de interesantes estudios so­bre Nietzsche y Bergson, de algu­nas tragedias y de una nueva "Odi­sea", obra de 33.000 versos, que co­mienza donde termina la "Odisea"de Homero. Viajero incansable Ka­zantzaki ha visto y ha estudiadocon profundo interés España Ita­lia, Inglaterra, Rusia, Egipto,' Chi­na, Japón, etc., y sus libros de via­jes están entre los más revelantesen la literatura de este género. Suobra de novelista es, indudable­mente, la que ha consagradQ·SU

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'RE5ENA5

no de ,toda una Historia. Desde unosy otros: un desvío que s610 pueo.egerminar en un eterno desasosiego,

"iCuándo" se originó el Infierno'Cuando en el .plan divino se introdujola cuña de la libre decisión, de la li­bre d~terminación degeneradas en "li­bertinajes", ¿Por qué pecaron? Muñoz Alonsotranscnbe dos posturas ex­p'icativas: la suareciana y la agusti­nbna. El capitulo XIII del libro VIIdel "De Angelis". de Suárez. y loscapítulos V al IX de I "De CívitateDei", xn. agustinianos. Suárez, eseautor al que, según Werner, en su ,)br""FrlnzSuárez und die Scholastik derletzten Jahrhunderte", hay que volvet'siempre que se trata de penetrar másprofundamente en el espíritu y en lainteligencia de la ciencia eclesiástica"(Prot. pág, 111); Suárez, "maestrn deprecisiones de conceptos y de sentidode las cuestiones: ponderada y pru­dente delimitación de sus asertos; er1.tica aguda y a la par moderada delos zrgumentos aducidos.•, ten Suárezse oye a la Escuela!" (M. Grabmann,"Historia de la Teología Católica"). SiSan Agustín es el "Doctor de la Gra·cia" -según expresión del CardenalMazella-. "Suárez es el Te6logo dela Gracia". La gracia es, sin duda. elpunto crucial de toda investigación enterno a lz. dogmática del Infierno: ellaf¡¡é y es ?lgo que se pierde definiti­vamellte al pisar sus umbrales. Por¡ollo. Muñoz Alonso ha querido aunara estos dos autores. Por ello. y quizátambién. en el caso de Suárez comoexponente de un deseo enunciado enla~ primeras líneas del libro. en lamls;na Orientación Bibliográfica: "elcapItulo que incluimos, en esforz2daversión castellana, bien puede servircomo estímulo para que se acometa, a

auien cumpla, la tarea que la filoso­fía V teología católicas imponen, detraducir ínte~ramente al escolásticomás ilustre del Renacimiento". Talvez porque la conjugación de dos au­tores -Suárez y Agustín de Hipo­na-, en un tema como el presente,Sl"a la única cap, z de dar una imagenreal y densa, a la par que humana yrigurosa.

El Infierno -para sus pobladores­se abre al concluir la vida. La vidaque nos madura para la muerte -di­ce M. Alonso en su cuarto capitulo­nos da en destino irrevocable el In­fierno o Dios. Para el hombre, el In­fierno es algo que puede y debe es­auivar -mientras estamos en la orillade acá-; para Dios, algo que no qui­so para el hombre.

..¿Cómo es la vida en el Infierno?Intimamente está enlazada la cuesti6ncon los capítu'os que se sucederán.Podríamos decir que el libro gira entomo a dos ideas rectoras: el qué yel cómo es el Infierno. Este cómo, enanálisis de investigador, podrá el au­tor descomponerlo en subaspectos:eterno. sin alivio ni esperanza, lugarde in-lucidez.

"La cloaca de la Historia" -utulobrindado por San Agustín- es el In­fierno. Desgraciadamente los hombresv ánge'es condenados a ella la digni­fican: la prestan la única grandezaque tiene; igual que el siervo -<:readopara cosas mayores-. en cierta ma­tl"ra. cuando se le castiga a la lim­pieza de la cloaca. con su mera pre­sencia ya la está enalteciendo.

Manuel María de SALCEDO

Muñoz Alonso (Ado'fo). - Madrid.Ed. Euroamérica, 1957.-161 pági-

nas. T~"",

losé :-.raría Alonso (;;:¡mn: A Its,·n[i,J. In­- sula. 1vh\,' rid, 35 ptas.

E! libro A l¡senci'l. de José María Aloll­so (;a111(J , ('s¡á rr,n1pncsto por cinco lar­¡:(os pü, ma:'. "Prim: r l'oenn ,le ¿!Usen­cia". 1'.Aus<:nc:a en el marl!, ",Au~(:nci71 enel sucio", ¡¡.Ausencia el! 1a titTra" y "Alatú cn~rc las a1as de !~b aves".

En ra'la uno d.~ elk> j IH.'e ta ~hollda

t11 su soledad ha:::ta q:'!1~darst' :-:O~l) en ~u

drama. ¡en el t¡emp.:,. ('( t\ la ,l1na<13, cone] a'-án

";k tri1-~·r ¡J. los hr'rnhn:;<.;, ('(In tu avuda,[(,1 !'"a. Y('Z el amor."

A. A.

•COllcha I.a"os: El com,zn11 (n!lSndo. Ago-

ra. ~I'ra'!rirl. 1957. 30 ptas.

"Al s\:Jcillo vivir dirijo la mirad;l.,,",confiesa Concha Lagos en el umbralmismo de su libro El corazón cansado. y

e" asi, miranr.o sencillamente, como elsuave optimismo que a veces agrifta lamelallcolia de sus v?rsos la obliga a es­cribir:"y. en 1In ansia de vuelo. alzo los brazos".

De aquí que sus poemas "Escríbeme"y "Carta al azul"~ trasrknrlan Ud sencillovivir" del qne arranca su poesía. y en laq1l'" apova Sil ~peranza porque

"allí. sobre los campos, sif.\'ue el crespón[de luz......

A A.

•Saint- Tohn Perse: Anabasis. Aelonais,\'01. CXLlI. Mar.rid, 19~7. 12 ptas.

El l'r){'ta argentino A¡1;1lstín Larrauri113 vertielo al castellano el poema Anabo·siso de Saint-John Perseo Es la primeravez (]Il{, apar{'ce en España la traducciónre lln;¡ obra de este importante poetafrancés. cuva ohra, iniciada en 1910 h:,s¡<lo considerada por all:;Ún crítico c~moun hecho único. sin <tnter?dentes. que en<'il'rto modo snpone una concepción v unafnrm;¡ totalmente nueva \' extraña' a lat radidt"n rultural franee;a.

Es particularmentt' interesante la oh­"er.,,:~ción que A~llstín Larrauri hace alas?guramos que "mientrlls la poesh con­temporánea inscribía infinitas variantessohre la forma, v r1 r¡,yqumRnf" de,ana­rech ante la cO:1;trucción dislocada d; laim~gen. Persc retorn;¡ al ¡rran poema ar­rll~;tecturado. él la poe;;fa de t{'IIla. Espe­cie ,le sum"w donde el poeta vuelve aser !~ voz de un pueblo y de una época,

A. A

•.1 nI jo de Am;¡ya, O. F. M.: Fl m'undo a

~'ÍSln de Dics. Col. "Mtman Mejor",número 22. S~'rie T Hada un Mundomehr, \'01. 4. 304 páginass. 40 ptas.18 X 11.

Fray Julio de Amaye, en su libro El

mundo a ...I-Ísfa de Dios. l'u:e ele I1nprofundo anáiisis de las rollcl'l'ciones---opuesta, y ex tremas-- del mundo,.\naliza cl'ÍtiC;!lll·.n:e: la vi:,i"n pes.misl;'y optin1ista que ;:l\., e,;;:,ta C~J1l['í'pCil\n se vie­ne dando, para fund;tn;t'l!~::r ::·t~ estudie'(1) una cs~:u~tur:,~:-j611 uni :;,~r;I:.l. r,¡guroS~t­tHCJlt·:· tcolog1ca. (lcl H-.:tnl ,f;(! :;-:l~:r:tnH:'!:·

tai del Univers'¡ y drl p:,,'e: 'Jll\ el h'Jlll­bre repres,.. nta e;¡ ia armonia. c·'smica.cuyo tpiccntro v n1c~tivac~;::"i1 (:s Cri;;tL. ~~s part~cu13rnll.'t1t,-- ;nh:'ru<lntt;: el aná,~

liSiS preVIO que del roncepir;, nlu~d()

hac,> fray Julio d;, AI~;¡Y<1 rara e>tu~!a:':le luego en su Pt'rlf)<1r¡ de- ("re:lí~lnn

"de pecado" y "d~ cen::umací(;'I1": p,.",taj vez sea más int{'resmte aún el moje:ronto el autor de c~t(.. nl(1;.;:ní rico CH:'3.V/Jt'strl1c:tnra su l){'ns(in1Íl'r:h~ y la tr~ls~;-:l~rente sutilidad cen Q\1': lo e'\ pone. P':>rello. v a pesar dd macim rigr,r teoj(,­gico ~C!1 que el :I~ltor dl:sdobl'a su pen­samiento, el lector 110 precisa poseer unapreparación esp?cial para aJen trarse ensus páginas. ('scritas con tal din"mismny profundidad, que 'el tema central delensayo llega a hacerse apas'onante parael le·ctor.

Después de leer este libro nns persua­dimos dc que b cOIIS;gna pon(ificÍ;¡ Inrarehacer y lograr un Mundo :\Iejor noes no nuevo s!of}ll'm apostt>!ico. sir.o unaposibi1idad hacedera y una exige neja parad cristiano, cuya misión trascendentalse nos mu~stra, de un modo orgánico yprofundo. en El mundo a ~~'sta de Dioslibro en que fray Julio de Amaya s~reveb como uno de los ensayistas cat<"­liros más importantes de nuestro mo­mento intelectual.

AA

•José María Garda Escudero: Catolicis··

mo de fron/c1"(ls adentro. Col. "Mun-'do Mejor". núm. 2. Serie VI, Apos­tolado Seg~ar, núm. 1. 182 páginas35 ptas. 18 X 11.

He aouí la labor comprometida en f]1lf;

se ha implicado un escritor coetáneo.José María García Escudero, dándon<JS.no sólo un imjlort;mle testimonio liter<.\­rio en S11 libro CatOrirismo dr f"onferas(Jdc11tro, sino Ull fino y penetrante aná­lisis de la inquieturl religiosa españoLen los últimos años. losé María (',¡arcLEscudero ha pOlariz;¡clo esas inc¡uiett¡d?:i(1i;¡ fananJ('l1!e, con l-'na brevf,dad jugos ..1y \211a !s~nel'(¡"irlad intelectual ejempJ¡\1

Latu!;nsm,,! de ¡"oJlteras adNltro e~,;

por esto, un libm lleno de matices de;·conc:rtztntc a veces por el modo de am:·lizar los he·~hos que expone, y e(]uilibrddo y ponderado siempre a pesar de] ríe;­go intc!ectll;'\ o ideológico en que el at.·tor Se S:t[l<1. Es. por e!lo. un libro in·prescindihle pa~:{ conocer una rrran n'l'·cela de nuestro üempo. de 511' sendJil:­dar! y dd clima esp(ritual en que viv,'mos.

AA

Francisco tiene el mando desde elprimer momento. Los primeros he­~hos tienen lu¡;(ar en Assisí peque­no btl~o umbro, rodeado de coJi­nas JI' viñedos. Pero cada hecho ad­quiere el aspecto de una gesta sin­gulnJ', y la serie ininterrumpida degestos humildes y poéticos, de co­munión con ]a pobreza y los seresde ,Dios, de' amor infinito por loshombres y la naturaleza, de her­mandad absoluta. irnunpenen elreducido escenario con resonanciade gestas universales. El camino dela perfección y la santidad, la bús­~uedll de .Dios. no pierden un soloInstante el sabor poético en la no­"ela de Kazanlznk1. ¡Pero qué te­rl"ible lucha. q~lé intenso combate,cuán dura flagelación de la "her­mana carne", a la cual Francisco,a diferencia de tantos aqaeoretas,qu.iere, como quiere a todas lascrIatura!! de .• Dios y quiere puriCi­C~T']a en}a alegria última del esp!­l"Itut~e le p,a reprochado en ciertoIl'l$dQazll1l1zaki, no sabemos si~o.~ ·:r,~h8.ber acentlladohas­t~et te~Jltremo el·' terrible ca­

~tie.· l~ .santldadtie'c1;ra!ls~lti(,l~·bastllJ:lo$'­

~fltt"at\lci~l1.c~lll()~rotp-

tipo de la Santidad poética, pura yarmoniosa como el cielo azul desu inmortal tierra.

La gran empresa de Francisco,tantas'veces celebrada por escrito­res. poetas y pintores, desdr Dantev Giotto hasta nuestros días, laaeomJ)l!ña. el escritor por medio delln estilo de notable riqueza litera­ria, de un fervor poético y de unaadmiración incontenible hacia elprotagonista de este singular dra­mn que !'elÍne lo divino y lo hu­mano en la más bella epoprya re­ligiosa que el mundo conoció des­pués de la encarnación histlÍrieafiel Salvador.

,Al mismo tiempo, el vigor conque el escritor sigue los momentosculminantes en la aventura delSanto es sencillamente magnifico.El encuentro de Francisco con ellepros'o, qne eS 'Cristo en persona,su viaje a Roma y a la Tierra San­ta, su comunión fraternal con lospaisajes queridos y los animales.su infinito amor por los hombres,sus momentos de exaltación poéti·ca al hablar a los pájaros y a las

'fiera5, .. pero sobre t~do la culmina~ción de su epopeya en el retir() tf)-

rrible y solitario en la montaña delAlverno, nos indican que una ma­no maestra de escritor y de hom­bre de fe ha emprendido la tarea<le ofrecer a las generaciones dchoy, en toda su intensidad, la per­sonalidad del Santo de Asís, tanquerido y admirado incluso por es­píritus lejanos a los modos de vidacristianos.

Bella, emocionante, limpia y fres­ca, a la vez que llena de vigor, fet­vorosa y humana, de una gran be­lleza literaria, esta novela de NikosKazantzaki nos trae a un San -Fran·cisco cuya imagen permanecía bas­la ahora lejana, acaso conservadaen una forma tan adecuada a susperfiles solo en los frescos. casicontemporáneos, de Giotto. El eter­no mensa.ie del ,santo de Asis, sufigura eternamente familiar a to­dos, vuelven una vez más entre nos­otros, en unas páginas llenas deamor, de dulce nostalgia de Dios,de heroica nobleza. Un San Fran­cisco Poeta, un humilde soldado dela Pobreza, pero un luchador encuyo espiritu arde la llama eternade 1m3 voluntad propia de manes.

Jorge USCATESCU.

El jau vistopor los estudiantes españoles

El Departamento de Ac¡¡vi­da'les Ctllturaks de) D, U., encolahoración ('on el S. E. U.de :Hcdicjna, de }'fadrid, h" Ol­

ganizado la I Conversación deJan.

Los t"lIlas de estas COlly,'r:;:,·ciones Síl!1 los si g1.t1(l!1t es :

1.. Hi.ctoria del jazz. Su;; orí­genes.

2." I-listo,ia del jau. S¡cg'llC1­

da época.3.' Historia del jazz. Tcr,e­

n, época.4." Las modernas ten\len':;a~

dd jan.,5.> lnilu(~ncia del iazz en 1«

música sinfónic-a cont·:¡¡¡­poránea.

6:' Cn!1cierto de iazz. a Vlr­go de pn:~stjgi()sn:~ 1'"n{¡:.;:­

cos esp;;ñoles.Laf, sesiones se ceJehrarál~ a

las siete tle la tarde en la F;I­cuitilcl (le Medicina. d'~srle el día25 de noviembre 'al 12 de 0:­cíembre.

7

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A L F A R O

Entre la muerle de Mllsset y laaparición del libro de Balldeiail'e:Jpenas si transcurrieron dos me­ses. Aquélla ocurrió ('! 2 de mayude 1857; ésta, el 25 de junio delmismo año. Musset iNlia cuandomurió cuarenta }' siete años .. Bau­delaire --nacido en Paris el 9 deabril de 1821--- tenia treinta V seiswando publicó sus poemas, 'Antessólo había dado a luz unas mag­nificas traducciones al francés deles cuentos de Edgard Alfan POl'.

Dos meses después de aparecerlas <'Fleurs dll mal", su (lutor com·parecía ante la justicia acusado dI'C'fender a la religión, la moral pú­blica y las buenas cosfum!Jres. LosTribunales multaron a Baudelaifey {] su editor, Augusto Poulel-Ma­lassis, y obligaron a que se supri­mieran del libro seis rWl'elitas queen el mismo figuraban. "A al/equi est trap gaie", "Les melamor­phoses du wlmpire", "Lesbos", "Lelflllé", "Les bijotlx", y "Femmpstiamnés".

En 1859, Baudelaire publica la"Morale du joujou", el me/or es­tudio sobre Teófilo Gautier. En1R61 salen a la luz los "Paradisartificiels", un ensayo sobre lusrfeelos del opio y del ha~chich. Aligual que Mussef era considerado"el epicúreo del sufrimiento", Bau­de/aire .es ya el poeta maldito, po­co apreciado por sus contemporá­neos. Habla de ser el tiempo el quese encargara de rehabilitar los va­lores de la obra de Saudelaire.

No hace muchos meses, con mo­tIvo del centenario de su obra, unperiódico francés publicó un dibu­jo del caricaturista "Ben" en elque una serie de escritores actualesilJan a depositar sus obras, en for­ma de flores, ante Baudelaire. En­tre estos modernos "seguidores"de! poeta figuraban Sartre, con"Huls-Clos" y "Le. nausée"j Fran­t;oise Sagan, con "Bon jou,. iris­tesse" y "Une certain sOllrire";Herbert Bazin, cen "Víbora en ma­no"; Jules Oreen, con "Leviathan";Peyreffitte, con "Les amitlés paf­ticulieres"; y {os mismos Anouilh,con sus obras negr:as,y Pran~ois

Mauriac, .. con "ThereseDexque­yrQUX"y "Noued. de. viperes".

Aquel escándalo

de Baudelaire

San .Petersburgo. La eompanUI deHenri BOllblier ha representado"Un caprice" en el Liceo de la ma­drileña calle del Marqués de la En·s,muda, después de ofrecer a unnumeroso público un recital de lospoemas más representativos del ge·nio poético de Ml1sset

A pesur de ello, Mussct será siem.pre el autor de la "Confessíon d'un"nfant du siecle". cuando no el:Jutor de los fllmosos e ti e n t o s

. "Les deux maitresscs", "Emmeli­111.''', ")'Hmí Pinsón", "Histoire d'unmirle bhmc". "Le secret (11' Javot·le", etc., etc.---. al igual qm' Baude­laire será siempre el aulor d(' las"Fleurs <iu mal", libro de cuya pu­blicación se cumplen Jos den años"n 1957, como yn hemos indiendoanles.

G O M E Z

ge Sand no ha terminado aún. Ellaregresa a París. Los dos amantesYl.w!vel1 a verse Renace el idilio.:\ucvas rupturas y nuevas reconci··líadones. Hasta que ella rompe de­finitivamente mientras el lJ o e t a<{ue(la eon ~11 "sainte blcssure".

":'\ui1 <1(: mai", "Nuil d'aout''."Nnit d'oc!obcr", "Nuil de decem­her..." Amores eon madtullc Jau·hert... "Nuit de juin" ... El poetaama 3 la princesa Bc!giojoso_ Haytambi(~n una grísela ¡'namol'udu Ytambién entra en csecna Aimécd':\ltou, otro nuevo amor de .'..¡he­do. Cuando él muere, Aimée se ca­sa con Paul de !\fussel, un h('rmu­no del poeta.

En 1838 llega un cargo oficial:I:onservador de la Biblioleeu del:\Iinisterio de! Interior. Diez añosdespués le destituyen. Y dos mástarde, 1850, Alfredo de :\fusset esnombrado académico de Francia.

Es por esta época cuando el poe­ta se convierte en un conocido'lUtor dramático. Porque la voca­ción tealral de l\fusset. antigua ya,J1:1 cobrado nuevo impulso.

A los veinte afíos, pI di rector delOdeón le bahía encargado una obra('n un aclo, que el autor escribió yque no llegó 3 estrenars(': La Quit­lance du diable". En cambio es es­trenada "Nuit venitienne", q u econstituye un aut¿'ntico desastre.'\[usset abandona clIn ello sus sue·ños dramáticos, aunque sigue es­el'ibien<1o teatro. que publica en la"Hcvuc oe Deux !\fonde.s".

l'na de estas obras, "Un capri­ce", es estrenada en San Petersbnr­go por una actriz francesa, All:nn­de5pl'f'UX, y el éxito que obtienehace que la misma Comedia Fran­cesa se fije en ·Musset. Y el poetase con "ierte en autor de moda.Apnrecen así en escena "Fantasio","Lorcnzaccio", "On oc badine pas:n'('c l'amour". "Le chundelier"."Le servantc du Roi", "Il faut q'unePOJ'tl~ soit ouverte on fermÉ'''. "Bel­tine", "Carmosine". cte., etc.

Ahora con motivo del c('nlenariode ''¡u.sset, Madrid ha puesto 1'11 es·('en a pl't'cisamenlc la misma ohrnq\;e estrenó la AHamoespreux f·n

Arco de Triuado eo la selllau. Ca.pos ElíSCO$ 1857-1957-'" ,,' -.-Dos páginas que envuelven a París. ! la orilla Í!<fnierda~del Sella, Mu.uet y Baucklaire "ajo

un toldo amarillo de Montparnas".A la orilla dereCha, Jean Cayrol y fran~ois Nourissier artistas del día, ttromanciers" del momen·

to, '\:bansoniers" en el «music·baW' de la literatara. París, calle de la melaacolía, ealle de la

actualidad.

ANTONIO

POR

8

LUIS Carlos .\lfrcdo de Musset,",.' familia burguesa. nadó en la('apital de Francia d 11 de diciem­hre de 1~1O. y murió también enI'arís d 2 de mayo de 185i.

Su primera obra, "Contes el'Es·paglle t't d'1talie" ya mostraban se­ñales <k lo que el genio de Mussethabrb de hacer en la literalurafrancesa ~n ellos figuraba la fa­mosa "Ba.ada a la luna", en la queE'sta "brilla sohre el campanariocomo UB punto sobre una j". Elaulor tiene escasamente los veinte:tiios.

A los veintiuno apan~ce "LesYOCUX sleriles". Y un año después,"Un specülcle dans un fauteuil",qm' llama la atención de SainlBeuve h:Jstn el punto de escribirsobre el joven autor unas elogiosascrilicas en la "H.evue de Deux Mon··des", en la que Musest comienzaa colaboral' a raíz de ello. En lafamosa revista puhlica, por ejern­pl(" en 18:\4, "Ün ne badine pasavec l'amour".

Jorge Sand ya ha apan'cirIo ('11su vida por entonces. Es en 1833cuando los amores entre AuroraDupin y Alfredo Musset llegan asu momento cumbre. 1833 es el añodel viaje de ambos escritores allalia. Y es en Venecia donde elmédico Pietro Pagello hace apari­ción en la vida de los dos amantesEn la famosa ciudad italiana quedala Sand con Pagello, mientras l\Ius­,;P1 huye a París, desde donde es­cribe :1 su an ligua amada algunas(' a r t a s conmovedoras. 1.)11a5 co­mienzan "querido hermano"; otras,"mi muy querido .Jorge".

l\lusset. solo ya, escribe su "Con­ft'ssion d'un enfanl du sil'de", untítulo que lo hará f<lJl1oS0 anle laposteridad. Pero el amor con .101'-

La muerte,de Musset

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lo natural

TREBI

Edil.ion:, Plon. París.EditiOn Jlllli:lfCl, Paris.

(1)( ')\- ,

E

"ado sus des primerzs novelas, "L'EauGrisse" y "Les Orphelins d'Au­teui¡" O), una evocando los proble­m,:B del amor a través de la historiade un~. pareja, la. otra anali7:cndo losmismos problemas bajo el ángulo del"aburrimiento entre dos", Una tercera::l.Ove'a, titulada "Livre Noif", que debeaparecer próximamente (2), tratará delos celos, formando así el último pos­tigo ele esta especie de tríptico consa­grado a los sentimientos amorosos.

Lo ese~cÍ31, para Fran~ois Nouris­aier, es llegar a la verdad por la prác­tica constante de lo natural. Los per­sonajes que lleva a escena en sus no­velas. en especial en "Les Orphelinsd'AuteuiJ", parecen estar preocupadosante todo por su sinceridad, y si ce­den a veces al exaltante vértigo de lamentira, al menos procuran volver aencontrar en ellos el camino de lo na·tural, del justo medio, del equilibrioentre los excesos, violencias y la ul·tranza en la pasión, persiguiendo cad",uno de ellos una felicidad imposible. AFrans;ois N ourissier le gusta particu­larmente Constamt. Stenchal, ProUO¡I.Larbaud y Giraudoux; sin estar influí·do directamente por sus ilustres ante­pzsados, sahe conciliar en él las cua­lidades que admira en ellos: la finu­r", del análisis psicológico, la firmezadel estilo. la densidad en la expresiónde Jos sentimientos y de las ideas. En­sayista de gran mérito -su obra so­bre Lorca es una de las más pertine:l­tes que se han escrito sobre este poe­ta-. Francois Nourissier dirige la ex­celente revista "La Parisiennc". De­seemos que no sacrifique su obra denovelista 2 sus actividades de dire-=torde revista. pues tenemos en él un es­critor de talento ya maduro. que ti~ne

un mensaje que entregarnos y del quese pueden el'perar los mejores y másduraderos logros en la novela como enel ensayo,

u;oALeN

,

Fran~ois Nourissier

El anti-héroe en

NUESTRA época es pobre en ideasnuevas. Aquellas de las que se

ha podido pensar que servirían lacausa del hombre colocado frente asu destino, corren el riesgo hoy díade perder su valor de lugar de con·tacto para convertirse en simples lu­gares comunes. Es un poco por estarazón por la que un joven escritorcomo Fran<;ois Nourissier manifiesta,cuando se le interroga, cierta descon­fianza con respecto a las ideas, y pre­fiere interesarse por los hombres.

Cor:cibiendo la literatura como undivertimiento, en el más noble sentidodel término, Fran~ois N ourissier (hanacido en París en mayo en 1927) seesfuerza en introducir un elemento dejuego que le escamotea ese carácterdI: austeridad, entiéndase de gravedad,que numerosos autores se complacenen darle durante estos últimos años.N? .se trata para él. desde luego, deerIgIrse en defensor de una actituddesenvuelta o de una indiferencia di­vertida aote el espectáculo de la vidasino de alcanzar una especie de des~prendimiento del espíritu que le per­mita considerar la rcalidad de las co­sas sin prejuicios, sin aplicarle el ar­bitrario de un rigor de principios deorden moral o metafísico. Pensando,quizá con justicia, que los hombres en­cuentran su mejor medio de expresión~rsonal en el libre ejercicio de sus pa·SlOnes, se dedica a dar un sentido a~t::ts p.asiones, descubrirlas una sig­ntflcaclOn que no está únicamente sa­cada de los motivos a los que debe sunacimiento. Es en esta perspectiva enla que Fran<;ois Nourissier ha elabo-

AEJo

en lean Cayrol

p

El lllJi\·ers(\ '1\10.' descrih, Jcan C~,yro1

es el que se pieusa qne EO acabará nur:­ca, una especie de purg;¡t<',rio dond~ laresignaci')ll podría ser collcebida comouna fonn<l di fdicidad o e]e pruderlciasi cad;, 11tl(, r~o se (Xig;esf la prueba ocqll'~ tiel1\' den:.-bc a e\'adirse a esco:rcrla lib<:ri;,d. a se¡1:\1i:' su '~.·stin,., come-l'"tntienrlc. :'.l1nque (sta prueba 1c.' CnfTf!1tecon laan~~trgura dd írac::¡~o o (:On la D~>

J¡grosa 'xaitadón dé b mcl,t:ra.•JéanCayrol q. cxplica ¡¡demás <obre su pro­pósito dI' 'lOvelista: "Escribe. come seanda". ¡¡¡die;'.. "se ·.!ea1l1hu'a mucho enmis libr(,s porqll<> nllnca se e$tá harto, ..1fe gl'stan ios per,:'ma.ics que se llamar:en el iengll<lie ..k I novdi,:ta ]0..> persona­ie,," útútifrs ... Son estos personajes lo~

<111 ~ t¡(Den el sccretr" y r.adie 10 sabe o'orlo ei ml1nrl(· quiere ignorar:/)." Se tra­t\l. «qili. en 5'.lma, de antihérocs, de hom­hres o mujeres que sufren el drama de~Il vida sin jug-arse su ..:xistencia contra,ualquier ideal (¡tIC teng<l el valor de un¡(h5nlllto que alcanzar. sino (jue, prisio­neros de sí mismo,. se esfuerzan en¡ r;'l1si¡ór ('on la iatalldad, en dar une "ti":, a b v¡v·ic(bcl ele CI1S ;·,ctitl1des.dE' Sil:; cleseos o ele ::us pesar cs. De he­cho, .1e«n Cayro\ nOs los presenta en plc­1(;, f,,::e de crisis moral. crisis nacida,1 menud" d,· circunstancias exteriores"~n aparente gravecbd (I1n aniversario.una mudanza, una escapada) en un mo'mento c1~ 'iU vida en que deben decidirSIl futuro rompiendo bien con el pasado,() hicn con el presente. Para unos la con­fro¡;larión del prcsente ron el pasado es1111 "!Hiquccimiel1to, los recuerdos, las de­cepciones, los errores de ur.a época de­¡inida que pucda :wudarlos a descubrir1In minino d\ salvación; para otros esta,'O\) i ronlacÍc'm es trágica o negativa en/.. Prmétlaaement conduce al suicidio.y ('!1 La &lite lleva al crimen. no obs­1;,n:e. frustrado. Pero unos y otros viven,lls rlf7\mas personales ('cm tal intensid¡dque a ve,..c, tienen la impre ,ión d~ mett'r,n "11 propia aventura C'! sentido mism",!, ti mndic;,'m humana. Y es precis~­

mente ,!quí donde d art~ (k Cavrol ,,1­(;\Oza toda su si¡mi fical'i0l1: ;,1 poner ~11e:::n:tia ,"crsoftaies i·núti/rs¡ hlir:¡{ii r l05 e;1\111 ;'.l1'mimato Que es de riloa individ11"'l! ...1 S 'no ele la colectividad. h,1Ce "'S<11­t;~r Ls prinC'Íl'aJlés valores a los que H

encuentra unido el homhre que todo,: 11('­\'amos dentro, el hombre víctima de la«Iucinante mOl1otonía de 10 cotidiano. ,,1hombre que no se de fine sobrnente porla S1lma de sus actos. sino también porel producto de SIlS desilusiones.

.lean Cayrol es el novelista el? la sole­dad, más que de l¡\ dese.<;peraci,',n; y lasoledad' que descubre en el espesor de lar{'alídad. nos muestra Que es el más se­vero y quizás también el m<Ís trastnrna­dor de los sufrimi~'tltos de verdad.

(l) "'L'Espac~ d'une Nlllt". Ed. duSeuil. Pans, 19M.

(2) "'Le Déménagement" y "1,11. GRffe".FA, dll 8leull. Paris. 1957.

S1 h al·Ji,·it.,¡: de :Ü~ criticos v ..\ell';lh¡~,r; s,' ¡'iji) en Jean Cayr¿¡ (ha11"('·",! ('1> 1911) cHanclo se le COll­

('f d'it, ~l i're!nio l~{''l"¡él~ldot con toda jus­t i(;a, (11 ]()..4.7, son 5í lhrc h>dú sus obra!"rccicnk' las que han contribuído ha ha­cer de él 1m" ,le los ;:,we.listas más sig­nific.<ltives (¡tL' se h;w fl'velado duranteestos ú11imos rliez años. ::\ove\as comoL'Esp(/(, ¿'Ut/I' .'Vuii. Le Déménagp­me,a :1 /.(1 Da/fi' (l y 2) muestranen efeClc" al mi,,.,,u tiempo pcr su con·tenido \. ~:l terma {'J1 que han sido escri­tas, UTi fer\':ent<: deseo de renovar elaparato no'C(~lcsc"o tradicional. Su origi­nalidad no se (\ek· sohme.nk al hechohastant,· excl'pl-ional ,h' que la acción enque se apoyan ~c dl's:\rrüHa ,:ti veinti­cuatro bora,:. sir:o tarnhién ea d sentidotrágico cotidiano qu',' expre~ull perfect;l­mente.

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· /VerSlOn

"Tenorio"

rioso y significativo el salto formi­dable que da la obra de Zorrilla.en este instante: se interrumpe laacción y volvemos a encontrarnosa Don Juan en Sevilla, de regresode un largo viaje. ¡Qué conmove­doramente romántica es ('sta vuel­ta! Nos recuerda ('sos inefahlesatnores fracasados de juventud quevuelven a eneontra~e y florecer· enIn vejez, por un azar del destino."No murió Don Juan ---,le dicestescultor .-. ni sll('umbió . ,';-

'"Y~<porque la fortuna .,~,~.

'va tras él (h'sde la cuna/,l_*

Es la primera frase de reflexión,df' consciencia de sí mismo quepronuncia. Y anlt' las tumbas quecontempla, en so]edafl, se dice

"Mi buen padre empleó en estocntera la hacienda mia."

Percibimos su cl'eJ)úl;culo, suocaso, una tendenda a II a l.p a raqueHo que no domina, aquello queno ('n tiende. La cena ell su casa,con C{mteHas y AveHaneda, no esJíl ('('na de un Don ,Tuan altanero vjubiloso, sino la de 1j.nos "sefioro·nes" que añoran tiempos pasados.Sólo les falta pedir café con lechey fumar el habano correspondien­k. l.No es característicamente de­cimonónica? Y, lue~ú, el final; la"Apoteosis del Amor y Misericor­dia de Dios": l, no es, esta escena,una interpretación romántica deun auto sacramental m('dievllI?

Creo, en rlefinitiva, que la ver­si(¡n romántica de Tamayo que he·mos visto en el Teatro Español, hasido un acierto. Y, fundamental­mpnte, hemos de consignar un he­cho que. sobre todo, .iustificaria pa­ra el público esta "(,xperiencin":el que, para nuestra sensihilidad.nuestro modo actual de entenderlas cosas, ha sido ésta. quizft, In pri­mera vez que hemos "oído" y "en­tendid(J" el Tenorio de Zorrilla.plena y eficazmente. Ese ritmo tre­pidante con que otras veces. co­rrienlempnte. se ha qllcrirlo ocul­lar, consciente o inconscientemen­le, los "ripios" y fallos que, litera­riamente. tiene la obra (de los cua­les Zorrilla, que la escrihió en vein.tiún dias, tenia consciencia, y nogustaba hablar de el1n), y, al mis­mo tiempo se le ha querido dar esetono de comedia de "eapa y espa­da" del si{ó(lo XVII. que en ahsolu­to tiene, no lo~rahan otra cosa queun "confusionismo" de gentes yversos más o menos sonoros, quc.('n la confianza de que podía ver­se otros nños y_ generalmente, leer·se, pasaba y se toleraba, ("Don.Tuan Tenorio", en España, ya sesabe, es una especie de "institu­ción" literaria, una es])ede de "cos­tumbre". algo así como las torrijasde Semana Santa, que nos impide,en mucho, verla como una obra,con 1ales y talt's valores, pero co-

, .rOmantlca

complace en ella por la conquistaen si (si acaso, por la calidad dela dama que tiene en turno), ni uti­liza esa complacencia intima y ma·quiavélica cómo defensa y corazapara no enfrentarse con la reali­dad. Pero el Don Juan del que ba­hlamos solo vive y se basta a tra­vés de esa complacencia, está digoparado desde y para ella; se arro­dilla ante el Comendador, en acti­tud humilde (que de bumilde sólotiene la fonua), convencido de queama a Doña Inés (un amor que nole impide huir y dejarla en suquinta), para pedirle la mano de suhija entre frases de retórico arre­pentimiento. Pero, ¡ah!. que DonGonzalo no intente oponérsele, queno ose dudar de su sincero amor yarrepentimiento porqUé él es mu­cho DonJuan y... si pierde a DoñaInés, ya encontrará a otra. (En estegesto altivo, en esta resistencia adoblegarse y a dejar de ser algo delo que es, si está ese españolistnQque L. !bor ve en· el .Don Juan deZortiUa. Pues sólo falta, en. esta es­cena, que. sueneesc. refrán. españo­l1simode qué "ullamorena:sustitu­ye a u~a rubia" o viceversa) ; !J.)e lInp¡stoletJl%o'mataal. ~en~dor ••..~atl"a:desa a "J)onLuiS l1\Ié1!a$. LUego.se march4 ..hUy~.¿'Dónde' Escu~

constituyendo un producto, un "en­gendro", diabólicamente fantásticoque sólo adquiere un sentido real-cuando tropieza con el insoslaya­ble problema de su propio yo,cuando ya no sabe si está vivo omuerto, euando quiere trascender,y, cuando. ¡ay! del arte, ¡ay! de lafantasía, ha dejado de ser DonJuan. En definitiva, Don Juan re­sulta ser un personaje de sorpren­dente, fabulosa intrascendencia. acausa de la cual, precisamente, enel plano real, a muchos "don jUll­IH'S" callejeros les resultu tan fácil"cl'f'ersc" como la encarnación deltipo legendario. (lino de los rasgosmás decisivos. entre las muchas in­terI)retaciones que de Don Juan sehan hecho, es el trazado por Ros­tand, en "La última noche de DonJuan", que obliga y t~ondena a supersonaje a ser una eterna figuraguiñolcsca. PuIcinellu (el diablo),que maneja los trebejos del guiñol.mete a la fuena a Don Juan, en sudiminuto escenario y cierra tras éllas cortinas para que no se esca­pe). Y, ¿no es este escape de larealidad, este afán de liberaciónanárquica y rebelde, las caracteris­ticas fundamentales, las esencialesdimensiones con las que hemos de·finido el "romanticismo", al hom­bre, al pensar y al sentir románti­cos? Evidentemente, que, visto des­de los actuales tiempos y desde lasensibilidad "vigente", su figura senos estereotipizará, nos resultaráafectada, hasta cursi. anti-naturalanti-real: pero hc ahí lo que e~Don Juan. Al Jl1(~nos, el Don .Tuande Zorrilla, el "conquistador". noese 'otro Don .Juan que se ha idoforjando con elementos de otrosm~lchos Don .Tuanes, en los quemas o menos. hay un denominadorcomún, pero que han venido acomponer una especie de "com­puesto" en el que cada cual en­juicia lo que ve y quiere. Es posi­ble que haya o pueda pensarse enUD Don Juan generoso, hombre degesto y de garbo, que, al conquis­tar tenga, si, consciencia de su con­quista, pero que no se jacta, no se

delhazañas eróticas es insuficiente",que "la inquietud de Don Juan tie­ne su raíz fáustica, de ambición deinfinitud". Indudablemente q u eDon Juan no es solo v exclusiva­mente un empedernido mujeriegolibidinoso; es, antes que Don Juan,un hombre y, como todo hombre,lleva en si ese ansia, esa ambiciónde infinitud, de algo inquieto y nocalmado que, en mayor o menorgrado, a lodos nos duele. Pero esDon Juan, por su "donjuanismo",y, éste, sólo se entiende a trav"s dela presencia de la mujer. Que es loque lo distingue, en su "búsqueda",de la búsqueda de infinitud delmístico o de la del filósofo. Estoes, por una especial consciencia ysi¡;rnificación del sentido eróticoante la mujer. (¡Cuántas modalida­des, cuántos grados no caben enésta "significación" l). En el casode Don Juan, desde esta conscien­dación, se dispara la arquelipi~a­

ción de un ser libre de toda traba(que, en lenguaje vulgar y cotidia­no, significa nada menos. ni nadamás que tener resueltos todos l~sproblemas; de ahí la imposibilidadde su "realización"), un ser de to­dos los .tiempos y para "todos .1QStiempos (y, para todas las mujeresy. al mismo tiempo. de ninguna)..

Una

¿ "Don .luan Tenorio", en "1'0­mán lico"? ¡. POI' qué no? ¿Acaso,ZOI'rilla, no fué un escritor endia­hladamenlc romántico, y su obra,pese a que la "vistió" en el si­glo XVI, no está concebida v am­bien tilda en una atmósfera y 'épocarománticas por los cuatro costa­dos '? Y, mús aún, ¡. acaso el "tipo"de Don Juan, el "mito" no es esen·dal, profundamente "novelesco",romancesco, romántico, en fin? Esposible que cn 1844, cuando Zorri­IJa la escribió y se estrenó en elTeatro de la Cruz, a un público quevivia cotidianamente una atmósferay un sentir románticos, le aburriesecontemplar en el escenario la repe·tición de un ambiente que, natural­mente, le resultaba más fascinanlevivir que juzgar; y es muy posibleque fuese ésta una de las razonespoderosas que inclinasen la inten­dón de Zorrilla (casi me atreveríaa decir, más decisiva que una fi­delidad a la cronología que le im­ponía Tirso), para hacer que laobra se desarrollase en otros tiem­pos. El mito, este mito de Don Juan,tan sin aclarar; esta figura que tanpronto nos atrae como nos repug­na, sin transiciones; este cuasi-sercon su fenoménica y paradójicacapacidad para el amor y, al mis­mo tiempo. para la radical ausen­cia de piedad y caridíHl; este per­sonaje multiforme, polifacético,que siempl'(; hemos de acabar de­jándolo en lo "n()Yclesco", que tansolo podemos "novelar", ya que noatraparlo, reducirlo a "una" di-mensión auténticamente real., nimucho menos vivir, v que, irreme­diablemente, tenemo's que llamarfantástico, ha estado siempn~, hasido afín, no diré eou el "eternomasculino" (ya qne la fantasía es,en cierto modo, un privilegio decultura y civilización), pero si des­de que para el hombre ha sidoeonsciente el slntido erótico de la¡>J'esencia de la mujer. López Ibor,dice, en unos párrafos que escribeen el programa de mano, que "li­mitar la figura de Don Juan a sus

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~mo una obra más de nuestra lite­:ratura). Laeseena ante la casa de¡Doña Ana dePantoia. de noche,¡;\(jquiere. en esta "ver~i~ll" esa¡fluidez galana de romantiCismo sa­i!JO sin efectismos melodramáticos.iLa escena ·'del sofá:' (600 es 1osul­hántemente romántico este mue­¡¡¡le?), está lograda con toda la a~­lhientación justa .yexacta: . qngl­"'gllntesco, espléndIdo sofá (digno de~\Iadame Recamier), que "~lena","¡¡Jrácticamente la escena. sItuado, f d d "f] 1 ..~Hnte un on o e . ores a ,;. quehlOS recuerda las pmturas mge­¡nllas" de Rousseau "le Douani<;r'.'.lLos versos ingenuos, caooorosll>l-

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CINENotre-Dame de Paris

Es corriente en el cine de hoy que las películas cuyo argumento procedede la literatura guarden muy poca semejanza con el libro original. Porello causa sorpresa la proyección de ésta, porque el guión ha seguidocasi exactamente la narración de Víctor Rugo, Desde el arranque del re­lato, con la enigmática p¡¡labra ANANKÉ grabada sobre el muro de la"atedral, hasta el trágico desenlace. se ha guardado un desusado respeto alabro, a diferencia de versiones cinematográficas anteriores, en las que senabía subordinado la eXectitud literaria a la comel'cialidad del "happy end".

Producida por Robert y Raymond Hakim, su argumento es sobrada­mente conocido. La pasión del perverso Frollo por la gitana Esmeralda,enamorada a su vez del capitán Febo, tiene un sangriento final en el queJuega un papel únportante el deforme campanero Qu¡¡simodo. Es un mundode tintes sombríos sobre cuyo fondo se destaca la ingenuidad salvaje dela gitana y la pueril bondad del jorobado. Víctor Hugo vertió en su obraun negro fatalismo templad':) en parte por la grandeza arquitectónica dela catedral, y la faceta arqueológica era en su libro -a decir de Menéndez yPelayo- "su alma y su espíritu mismo". Por ello, siendo imposible tras­ladar tal reconstrucción histórica desde la letra a la imagen, NOTREDAME queda reducida a un cuento que tiene mucho de extravagante yabsurdo. Por eso no es de extrañar que el espectador que desconoce }anovela manifieste su regocijo en el momento culminante de la película -elasalto de la catedral por la chusma harapienta, y la ferl ,-'c'cnsa de Quasi­modo-, pues entonces pasa la anécdota de 10 trágico a lo ridiculo al perderla envoltura del estilo literario

Víctor Hugo centró intencionada y sectariamente toda la maldad de sunovela en un personaje eclesiástico, el arcediano Claudio FroIlo; por eso laobra fué incluida en el "Indice de libros prohibidos" en 1834. En la ver­sión que comentamos Frollo es simplemente un alquimista versado ·en bru­Jerías que vive en la torre de la catedral.

Anthony Quínn. como Quasimodo, luce una caracterización repulsivay una buena interpretación. A nuestro juicio, se trata de uno de los mejo­res actores actuales; prueba de ello es el hecho de que generalmente se leencomienda la creación de personajes-tipo, y este año se le concedió unnuevo "Osear al mejor actor secundario" por la encarnación de Gauguinen "Lust for lile". Por el contrario, Gina Lollobrigida no encaja en supapel. pues le sobran años y le falta ingenuidad, especialmente en susbailes gitanos. mezcla de Danza del Fuego y rumba oriental. El director,Jean Delannoy ("María Antonieta"), demuestra su experiencia en las es­cenas de masas --el Carnaval, la Corte de los Milagros, el ataque delos mendigos-, y a pesar de algunos fallos del Eastmancolor y cierta esca­sez de figurantes, ha sabido llenar la pantalla del Cinemascope con el des­enfrenado y lúgubre París de 1482 que imaginó aquel tremendo pesimistaque fué Víctor Rugo.

Mariano DEL POZO

Como un Cltc11illo,como una flor...

Agradezco a William Saro­van, el título de su libro decuentos. Un cuento, al fin y alcabo, sin garambainas precep­tivescas, muy bien puede ser ('saanécdota que muchos conocen yque cada Ilno narra () SIl mane­ra; ese mínimo S!lceso de cadadia o de cada hombre: un so­plo de amor; una c()r~iente d!'risa limpia. La pequcí'w verdadque por estar sujeta CO/1 alfile­res, puede parecer una pequeñamentira; todo eso que no repre­senta "absolutamente nada enel mundo".

FERNANDEZ ALMAGROY EL TAXISTA

De la mano de Melchol' Fernáll'dez Almagro podemos andar porlos recovecos de la vida, de la po­lítica y de la literatura del XIX,como si atravesáramos un laberin­to mágico. Esto 10 sabe todo elmundo. También todo el mundosabe que el famoso crítico abre suventana, matinal y domin(I;Uer¡¡, conrigor. pero con cordia1idad. Sinembargo, hay algo que sólo cono­cen sus amigos: su ingenio seco ydesconcertante.

H?ce di¡¡s, atravesaba un crucede calles, tan distraído, que no oyóel claxon de un taxi. que por noatropellarle se atrevía a romper laley del silencio. El ch6fer. sacandola cabeza fuera de la ventanilla, legritó con esa voz que sólo he oídoa los bajos de ópera, a los taxistasy a a1~unos borrachos:

-¡Oig¡¡!.. lEs usted tonto osordo?

El ilustre académico se volvió rá­pido, y dijo:-j Sordo.", sordo!'"

J. CASTELLANO.

buenos temas al cine. Un nuevo in­tento es ahora el rodaje de "So timefor sergeants" ("So hap tiempo parasargentos"), de Mac Hyman, éxitoeditorial de 1956 en Norteaméricaadaptado inmediatamente al teatro. Setrata de una parodia de la vida mili­tar yanqui. y será protagonizada porAnd Griffitb.B~ard Shaw escn1>ió "Pigmalión",

y el cine hizo una primera versión in­olvidable, con Leslie Howard y Wen­dy Hiller.Hace dos años se estrenóen Broadway "My fait lady" ("Mibella dama"). opereta basada en "Pig­mali6n". con Res: Harrison en el pa­pel prlnQipal. Ahora este mismo actory JacqQeUne Codet han comenzado lapeUcula"My fair lady". "Sic tran­sit.....

"'..-: '""~un$ilent.ntndeep". ("Va hondo

,. sigiloso"). novela. de la. guerra sub~.tl11lritta ·.del tapitbdeú'a¡ata EeJward

'" .' '"

POSIBLE CANDIDATO APREMIO

En las Bases del Concurso deNoveIa Corta, que anualmente 01'­;;aniza el Ateneo de Valladolid, hayuna cláusula que dice: "Cuando elC(JrJcursante desee que su nombreno sea publicado en los avances in­formativos del Premio, en las in­formaciones que acompañen a lareunión fin;}} del Jurado y, en ge­neral, en cualquier medio de difu­sión de que el Ateneo se sirva, de·berá hacerlo constar, y. en tal ca·50, indicará el seudónimo o lemacon quP. las referencias de su obrapuedan ser difundidas."

Esta cláusula pregona tanto lag:cncrosidad de los organizadores,como las 25.000 pesetas que ofre­cen por esos cincuenta folios novc­¡¡¡dos. Ahora bien: ¿será utilizadapor los concursantes? Yo creo queno. El escritor tiene conciencia deque no debe eludir los riesgos desu profesión; el riesgo, que enno·blece y hace atractivo cualquieroficio, en literatura ayuda muchasveces a perfilar vocaciones.

Ya que hablamos de este Pre­mio. añadiré que un amigo, resi­dente en Valladolid y muy relacio­nado con los organizadores, me haasegurado que uno de los más fir­mes candidatos es José María Gi­ronella. Doy esta noticia con cier­t: s n~servas, pues me extraña queun autor de novelas tan largas, sepresente 11 un Premio de novelastan "cortas".

PANCHO COSSIO, NUE­VO JURADO EN "SE­SAMa"

Tomás Cruz ha reforzado el Ju­rado de Pintura de los Premios"Sésamo", incluyendo en él a Pan­~ho Cossio. Sé que cuando le pi­dieron Sil conformidad, Pancho ac­cedió con prontitud y satisfacción,en él poco frecuentes.

-¡Muy bien, muy bien I EsosPremios me gustan.

Una pn¡eba más de que Cossíosigue siendo el más joven de lospL'1tores españoles.

JONAS

o•IR·•

BIG

L. B,each. alcanzó difusión mundi¡¡ldebido a la condensación que publicóel Reader's Digest. Los derechos parala pantalla han sido adquiridos por losproductores independientes Hecht­Hill-Lancaster. Dirigirá Robert Wiesee interpretarán Clark Gable y -na ':u~

ralmente-- Burt Laneaster.'" .. '"

La catástrofe del "Titanic" ha ins­pirado una llueva' cinta sobre el tema.La causa ha sido el inesperado éxito<lel libro "A night !o reme:crnber"("Una noche memorahle"), de \ValterI.ord. que relata hora por hora el des­arrollo del drama que conn¡ovió almundo.

Joaquín Calvo Sotelo, Mibura yRafael Gil ban escrito el ¡¡rgumentode "Viva lo imposible". película diri­gida por Gil que está en rodaje en losestudios CEA de Madrid.

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IN • O • T •I1

t'.... ..Collt}IlÚa.en los estudios de Madrid1 rodaje de "Las de Caín ", de los,:."lIltt'fO. "Deslrc under the elms"\ j)e~co bajo los olmos") está en pro­~UCC'on. con la primera intervención¡SleJar (!e Rebeca WelJes, hija de Or­~n y Rita H;wworth. Al mismo tiem­~) Jayne Mansfield interpreta una se·fllnda vcrsión,music;a.l esta vez, d,e!Anna Christie", el primer éxito uni­~T~.al de Greta. Garbo.I Rtch::lfd Rodgers y O¡;car Ham­h(Tst,elll U ..el com.P.o.sitor ligero yelk' 1",etlsta má~ populares en Estadosf'!lIdc:s, Van ll., ver vertida al celuloide~~ic~at,,~mífo~a opereta, "South p¡¡­i'" .' ac.. tea SUr").. Vna adapta­,OH teatral .dI;I .Ia misma· se estrenór.c,; dOlltemt>9nu¡las en Madrid con~(:;:Ugl() ~e "A1S\1r deIPadñco". Elf Ontsta en R()UYW<1M· será .. Ros­roo. Brazzi.

ILa.nt~4;:'otts&a ·ha'.dado

mos de la declaración de Don Juan;1 Doña Inés. suenan aquí el1 su jus­a dimensión de maquiavelismo: la'parente inocencia que seduce yen.'anta a la novicia trémula y sen­'i!la Señalaría otros momentos, lo·'radas, en la interpretación: por131'tt' de Asunción Sancho, la lec-

,tara de la carta de Don Juan (co­j1liO verdadera novicia que lee una'(,;II'ta (le amor y de "cosas", que

unea ha oído), y Luis Prendes,¡rrodilludo unte la tumba rlc Doñanf·s. asombrarlo ante el misterio1(' lo sobrenatural. .

l.os decorados deEm ilio Burgos,I\ll~' acertados, en la eseena "del'ofá", citada, y los de la cena en'asa de Don Juan. Los de la "Hos·

~('rja'" pecan de un exceso de "na­:\('nquismo". Alegres y ligeros losl(' la casa de Doña Ana, y discre­~os y bien los del cementerio,;

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La Selllan<l pasada t!\vo lugar enMadrid un homt:I1;,jl' dedicado aEnrique Franco, el famoso críticomusical de Radio Kacional d" E~­paña y del diario" Arriba ", al qm'asistieron destacadas personalidadesde las letl'as, las artes y la músicaespañolas.A este homenaje se suma muy

gustosa LA ESTAFETA LITE­RARIA.

..Homenaje a Enrique franco

R. Gl\\"ESTAL

quitcctUr" mundial contcmp(>ránea uo('x¡~ta quiza otra que haya plasmadu('1\ tres dilllen~iunc"', ele una maner;,'.1m ;'ll<.:n¡atla, loda una doctrina po··litlca, la que b llIa5<l, 1;, euitocliYiJa(1(·s todo. y el in<!l\'iJuo un sumaudode la lllism,l. PO!'quc ia misma ar(jt\l"~cctüI a s~)viC::lica h~; p~"upen~~\kll ¡;on­lnrlne hall ;tvanZí:,Uv ~U~ arHj~1 a un1'-':'02 ahur6Ut.~s(.¡niel:~l' de(jl1n01~()llicu.111\1) en cull~rastc con tOdlb :-.llS tCO­

rías.<Juizá el eiélllll!U ma" til,ieo ,le c~tc

¡,erioJo de 1;; ar;lllitl;clur:l aillllana es,Junto al E~tadiv .le ;\ urcllllJ<""g"-gran­..tes. conct:lltraCiollt's, grandl'.~ illaSf1S-1

la llue 1i1(; ;'\ uc"a Cancillería dé Bcr­1m. (Ibra de Albert Srn:er. Ubra fría«.:11 el CXh:riü:- y cuyo 1anlOSI) patio t~

'luizo\ un r~m"do de nucstr" pJ.tio de!v,; R"yes, qu.c: el mencionadu 1\rqui­'ceto visitó en el año 1935.. Final.-Traspa~ada Alemania al aca­b"l' la gnerra nllllldiai, y ablltido, porcf)llsiguiellle, el régimen nazi, la na­o,'m partida por ,k,;gracia en dos, encuanto pudo se entr.:gó a su recons­IrtlCClón, Europa iu," enterándose, tras,le saiir de la catástrofe, de lo realiza­do ell Suecia, en :\orteamérica, enl\rdsiL Arquitectos europeos que lacc)nilagr~ci6n llevó hacia el Nuev(),\1 nudo, tuvieron alli campo para susproyectos y su~ creaciones., Alemania,¡¡éSe a sus hendas, convoco el certa­men de Hannover. Y en este año de195i es la Interbau de Berlín la queparece cnlazar con los anteriores mo­vimientos, 'vVerkbund y Bauhaus, enllna continuidad fecunda para toda laarquitectura contemporánea y mundial.que cs decir para todo el género hu­mano.

Este movimiento 'vVerkbund estácronológicamente emparedado entreel Art Nouveau y el Bauhaus.

Bauhaus.-Es \Valter Grúpius el ar­quitecto de flexible pCfsonaIiJ"d, sinrimbombancias, el que desarrolla. to­da~ sus realizaciones períectamentc ar­ticuladas, COl! un mac1amiento de vo­lúmenes que responde a todo un pro­grama que va de dentro a fuera dela edifícación, con toda holgura y elas­ticidad. Contrastan sus obras con lasde los funcionalistas puros a base de,·nlúmenes simples, de rectángulos yprismas, sometiendo el edificio casi a\\n programa prefabricado.

Este grupo Bauhaus tuvo por direc­tor a Mies van der Rohe, que en el«flO 1932 hubo de trasladarlo ,le ~a

sede inicial, Dessau a Uerlin; y el!1937, debido al programa nazi sobrearquitectura, tuvo que disolverlo ytrasladarse a Estados Cllldos, d')nd"hoy día continúa, en el Instituto deTecIlología de Illinois. Un ejemplo yaclásico, de antología, de este arquitec­to, t'S el famoso pabellón ~kmáIl de1" . Exposición Internacional de Baree·Jona cn 1929. Prolongación de los mu­ros más allá de la caja perinletral has­ta encontrar la naturaleza exterior.limpios pianos ver.tieal,:s, y una atrevI­da y adecuada utlltzaclOil de los 1?a­leriales, son las notas de este artlst¡¡coutcmporáneo.

Período nazi.-Con la llegada delnazismo al poder, la marcha de estosmovimientos queda desviada por lastendencias oficiales. Las edificacionesestatales procuran la v~e1ta a ~n neo­clasicismo severo Y fno. MUOlCh,. c~­na del movimiento nazi, parece mdl­e;,r el camino a seguir. ~stas nll~vas

construcciones las cncomlenda, ~I1tlcr;.l arquitecto Paul LlIdwmg 1 roost.La arquitectura oficial marca el pas.oy todas las realizaciones de la arqlll­tectura a:emana marchan a su com­pás. Muerto Troost, es Alber~ Speerel llamado a dirígir ia arqUItectura1iaóonal-socialis tao

Puede decirse tiue en toda la a.r-

Node andarse con tiento a la hora de establecer, rigurosamente, estrictoslimites geográficos. El Románico, el Gótico, el RenacimieD:~' el Barroco.,todos los estados artísticos europeos hasta el post-roman~ls.mo contem­poráneo, fueron realizados internacionales. Y, ya se sabe, Jamás ahogaronel desarrollo de lo puramente individual, racial o nacional.

Presumo de celtibero. Pero me molestan tanto los papanatas q~e hacenuna visitU1a a Paris y luego pasan por modernos, .copiando ?e lámInas quefisgan en los libros que no compran para no 5entlr la neceSidad de leer...me molestan tanto, digo, como esa majc:za que jura en v.ano que nosotrosSOmos los más listos y guapos, porque SI. He';llos de explicarnos. No ~stael "porque sí", y más si nos acogemos al Universal y generoso espacIo delas creaciones velazqueñas.

La verdad es que Ve1ázquez, harto sosegado siempre, estará deseandose le deje en paz. Obras y razones son amores y no títulos, motes o enc?­miendas. No malversemos nuestro patrimonio. Aunqu~ hered~~.de el.sólo nos cabe la obligación de enriquecerlo c?n la clandad del JUlelO y latotal entrega a la salvación de la humana realidad.

JOSE LUIS GALICIA (Ateneo de Madrid).-(De clasificaciones anda­mos hoy.) Bamett D. Conlan, crítico de "Art !Jews'.',. de ~ndr~, y de"Pictures", de Nueva York, afirma que José Lu1S Gall~la esta consl~eradointernacionalmente como de vanguardia. De ser' esto Cierto, no habra másremedio que ponerse triste.

(De paso, nos pondremos pesados y perogrullescos, d~ puro ~ógicos.)Vanguardia es lo que va delante de algo que va detrás. Detras de ~ Ju.v~ntud-nació en 1930-- de Galicia hay muchas cosas que, con toda JUStíCI~, ~ellamaron vanguardistas. Delante de las litografias de e~te joven y .madnlenoartistasíglien estando tales vanguardias -las de Plcasso, Matisse, JuanGris...-. Luego José Luis Galicia no hace .honor .a su .t;.dad y MI". BarnettD. Conlan, no debía haber suscrito la antedicha aílfIIla~tot1. . .

Evid«nte produce derta pena el suceso. José LUIS Galicla pos~e des­treza manuai, conoCimiento suficient~ del oficio de litógrafo, Anhela e~ ordeny la belleu <lelas eoloraciones plams y sencillas, Desea la moderrodad r,sin embargo . elle en el' academismo. (M.uchos son los modos de lo acade­nUco,N~o tu\lOorganizaci6n más vasta y completa que la que ahorase anDa .8Obs'e.cua.t:rtas .. tendendas fueron bravas zvanzadas n? hac~ mucho.)Entr.e·. "José L~isGalicia es IN1Y joven, 10 repIto. El arte eslllrgo y l8.~ evcklQ1Sé húis Galkia .sabrá aprovechar ambos. Ya lo prue-ba ap"·t~adoaVivir, '

;' ',. Joaquín DE LA PUENTE

elon de 1957, con la modalidad de laconcurrencia de d¡"tll1tus anj.lilt~~tos

L1e diversos paises, tiene un slgOlÍlca­uvo arlteccaente en otra C:!C:pOS1Clon. "~'ana celebraJa en Stuttgar hace,""... - 1 19"-I ustamente tfcltlta allos,. ,eu e ...1.

'¡- ué aquella una exposlclOn. de casas¡¡ara obreros ~ \!I,! Clsscnhoisledlung),en la que intervmicron, enl:e otros,-,lies van der Rohe, Le:: Corbu,;lt::r,,~ropius. Rading y Peter Beuhr(;lls.Este certamen. fué . orgamzado po~ elgrupO Deutscher Werkbund, cuya tUll­

daclón data de lW7, y que ya en elaÜO 14 organizó en Colonia otro cer­wmen que fué como ei cerrojazo a la«n¡lütectura anterior a lo que paraentendernos pudiéramos llamar arqUI­tectul'a moderna, ro.ciona.hsta, orgalll'ca o funcional.

Esta arquitt:ctura que va llcnandoel siglo XX, cuyo desarrollo :t conse­cuencias las estamos palp¡¡,nuo, tienepor precursores y 11l~estros. a esto:>grupOs alemane:.: Le Corbusler puedehaber sido el mas escandaloso propa­',andi¡¡ta, pero es Alemania -patria:le Kant y de su tilosoiía- la queimpone una disciplina, una lógica yun orden en ladas las ideas que seplantean en la ~ueva. arquitcctura.QUizá con este raclonallsmo se pIerda10 que nosotros conocemos con ~lnombre de ángel, que no haya gra.clani fanta,;ia, pero en bencíício de loqm; se proyecta, no hay íormas ca­prichosas ni juegos malabares.

Aquella Exposición de SlUttgart delaño lY27 es ya Ulla afirmación de ar­quitectura racionalista. Peter Bchreus,que en sus comien:ws fué pmtor yque ¡ormó partc de la Seccslól, Vie­nesa, es dentro del \Vel'kbuuJ el quepropugna una esl reehi~ima colabora­ción entre la 1uduS\l ia y la Arquitec­tura. La Empre:.a berlinesa de Elec­tricidad A .E G, lc encomendó en suJia una de S1\S fábricas, que él pro­yectó y realizó de una manera nueva,racional, qui,;zá un poco fría, y en laque el hierro y el vidrio fUeron uti­IJndos idóneamente.

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INTEI.BAU 1957 Y algo de la arquitecturaalemana contemporánea

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E~TE verano quedó abi{~rta por elPre~i(teute de la República Fe­

deral Alemalla !a Exposición Interna­,-jonal de Ohras y COl1struccinues el'

Berlín, CertallH'1l conocido por lntt'f­h~u 1957.

Con esta Exposición se ha ctlbiertnd Barrio (j(. Bllll5a, que qlled6 arra·sado de una ll1an{~ra total la pe sadagnerra. .'\.r'tu;\('cto.s de todos !os p;"í·se", y los 11l:b prestigiosos, hall <:ola­horado con Sil>' ~xperieneias, oire"icn­do bloques (k viviendas hasta de die­cisiete plantas, como la casa··t(¡rre, ycasas unifamiliares, respondiendo todoa l1aa unidad, en cuanto planteamien­to urhanístieo, aIlnque cada edifica­cji,!: con 1;:. personalidad y originali­dad de su autor.Zona~ .... erdes. espacios 1ibJ"l"s, jardi­

Ilería han sido completamente estudia­das. Los L.drill05 extmidos de las rui­nas hall cOl,stitllído llno de los ma­teriales l~scll·,~ialf>s.

De: (,~lc (<'rtamen pued(~n y deben,CUIno e~ k,glco, f.\acarSt~ consecuencia:,!.Jlliá la fundalllental es que la vi­\ j('nd;, pm',le re,lucirse a tillOS limitesimTmsímil("s, aunque no incómodos,~i l': '1m' proyect •. pretende en todoin';I,<\(<; huir de todos los tópicos, y1:"1'" ta1c:nto cn'ador y sensibílidad.1,;, '.rq\litectura -fundamentaltnclltchi\\' ,lja-_ cstá sometida a nnas 1<'­

rr;],l<:s limitaciones: de espacio, de"lI,;to y .sensihilidad oel cliente -in­dividual " colecti\'o--, de tiempo mu­ch;~ V(~c('s. y, primordialmente, la lj·mjt;lción ('(:onómica. El proy(~ctar u]Javjvi{'llIb para aliviar ese angu~tio~,",

(Ir<\:l1;\ univ('rsal qtl(" <'5 su escasez, yaSU),''\:{' 1111 sometimiento a límites ",­trietos de materi;·]Cs. de s\I!"'('rficÍ<'. d(,economía.

El Werkbund.-·-pffo ('s:;\ Ex!,' ',-Fernando RUIZ COCA

_Cruz .Herrera, .Casero, G. Carrilera, Garda Vázquez, Ruetos, L. Piñeir,"),t'erez G~l. Valenc1ano e Yzquierdo Vivas constituyen el conjunto de autoresque exhiben sus obras en la segunda exposición del denominado "GrupoVelázquez", .

Quién sabe si la noticia no pasaría de aquí, de no tenerse en cuenta íaunportancia de que alguien se tome para sí el glorioso nombre de Ve­lázquez.

Aun cuando el Secretario del "Grupo" dict~mine con voz tonante qu.;está clara, pata cuantos "no nacieron miopes o faltos de inteligencia o sen.sibilidad", resulta difícil explicarse "su razón de ser y su justificación".Naturalmente, "hubiera sido una necedad y una estupidez llam?rle GrupoPicasso o Ddí". Pero ¿por qué Velázquez y no Pedro Berruguete, Greco-perdón, sería cacofónico decir Grupo Greco--, o Goya? El arte españcidesde hace. muchos siglos está lleno de nombres insignes. Hay de s'.bradonde elegu-, ¿Por qué, pues, tomar el de aquel nobilísimo va,ón, deseo\Klde independencia, quien dijo que prefería ser "el primero en la grov~r'aque el segundo en la delicadeza"? Nadie podrá creer que los pertenecientesa esta asociación buyen de "cuadricu1zrse" o hacerse "capillitas", pues, porun lado, toda denominación implica una doctrina y las doctrinas fueronsiempre y deben ser ahora materia de clasificación. Mientras que, de¡:.(1eotro ángulo de la cuestión, Velázquez merece uno de los más graMes tem.plos del ámbito espiritual de la cultura. No desear capillitas y tirar paraadelante cOn toda una catedral, sí que debe señalarse como miopía -17 de:las inefablesl-, como falta de inteligencia -es necesaria mucha para serhumilde y personal- e insensibilidad -¡menuda epidermis se requiere fJarallevar encima, y no sufrir tan .enorme peso, tan singular responsabilMad!-.

Hablar de "extranjerismos vergonzantes". de ser' cierta la intenci):l ge­neralizadora de quien escribió estas palabras, denota carencia de sentidohistórico, sobre todo, después de acogerse bajo el sigIlO de Velázque:t, Launiversalidad de 'la pintura a .ninguno.queda oculta. Ella detemúna la exis­tencia de mínimas fronteras, en tanto cuanto aludimos a las formas. Tic.nicamen~, Velázquez es un pintor veneciano. Espiritualmente, p~enecehasta la entraiía al movimiento barroco de la Contretn:.form?, Todo el mun­do está en el seaéto de que c~to'aprendió del extranjero,'cp Italia o enla c.ot~6ndel Alcáxar de Madrid, fué trasvasado a lo más profundo deSil· herm6ticá, mmera de ser y de meer. Pero {Wr oc-:'nos arduo diserbrii­nar 10 propio de 10 ajeno en el maestro sevillimo, ·no· podemos n~ga.r :e6rno'coaOd6 y aprovech6 8a~ente .las m.neras deJo-s -demás.. EI1 .~ há

GRUPO VElAlQUEl (SalóR Dardo)

LA ORQUESTA DE CAMARA DEL SIGLO XXNo hace muchos días me deda el excelente viola del Quinteto Na­

cional, Pedro Meroño, que la máxima satisfacción que le proporcionabala música de cámara no estaba en los conciertos, sino en las largas,morosas horas de ensayo, en que, con sus compañeros, iba leyendo lasobras, examinando despacio determinados pasajes, sopesando frases, acen­tos y matices. Pienso que, efectivamente, M;eroño tenía mucha razónal señalar su preferencia por las horas de solitaria y amistosa lectura,sobre las del concierto, en que la intimidad se ha de abrir y rompercomo espectáculo para el público,

Música de cámara y concierto siempre me han parecido conceptosantagónicos, en cierto modo. Antagonismo que se resuelve. generdmen­te, en el clima feliz en que esta música nos sitúa, en el Que el públicobreve parece sentirse un poco en un viejo salón familiar. Ilusión que seacentúa por el hecho de que estas sesiones salen muy rar~mente delámbito de las pequeñas sociedades musicales, en que todos se conocenpersonalmente y son como parientes por parte de sensibilidad.

En Madrid tenemos ana muy buena :esociación de este tipo, para laque viene actuando en una labor constante, honesta y eficaz la Agrupa­ción Nacional de Música de Cámara. Sin embargo, en el concierto quecomento el público fué muy distinto: el de las Juventudes Musicales.Variaba el paisaje expectante y, por tanto, hubo de vari",r la músicaofrecida. Cuartetos del siglo XX, para gente joven.

Todo puede decirse en la intimidad. Desde el siglo XVII, las me­jores, más líricas y profundas confidencias, las hemos rt"cibido de estosdesnudos pentagramas, sin recursos ni posib'e tentación de gr,ndilocuen­cia. Los pequeños grupos instrumentales, apurando sus posibilidades ex­presivas tímbricas, han ido quintaesenciando el espíritu de su época,dándonoslo en ascética, desnuda y 'pura medida. Por ello. resulta de es~

pecial interés este programa en que Debussy, Bartok y Cristóbal Halffterson como espejo de nuestras almas.

Música de cámara del siglo XX. En ella, el impresionismo, la con­templación de la realidad cambiante, aglutinada en una atmósfera en quetodo se funde, interna un sistema de coordenadas imposibles para su flu­yente río sonoro, que Heráclito y Bergson contemplan melancólicos. Des­pués, Bartok, eu su sexta, humanísima, angustiada y aguda confidenciacuartetística. Confidencia de los años de guerra -su fecha es 1940-,con aires alternos en que la esperanza, la desesperación, la nostalgiade no se sabe qué, el mist~rio entrevisto serenamente en el dolor, tienensiempre el contrapunto hondísimo de lOS tiempos "tristes". Para todoello, lz técnica tradicional, la feliz estética académica se muestra insufi­ciente. Y una nueva manera, no sólo en el hacer, sino en el concebir. vaapareciendo, del brazo de la necesidad. El atonalismo -no lo dodecafó­nico-- como medio expresivo del caos gris, sin hitos firmes, en que semueve el autor. Y la conquista decisiva del mundo de lo subconscienteal repertorio de ideas y alusiones. Para todo, la forma, hecha sustanciamusical; el cuarteto, como disciplina ordenadora.

Por último, 1<5 "Tres piezas para cuarteto", de Cristóbal Ralffter,obra de />U8 veintiséis años cuajados de madurez, y la aportación másprofunda de la música contemporánea española a lo camerístico. Desdela "Antífona Regina Creli" hasta estas piezas, Cn'1tóbal ha hecho muchocamino y del que importa. Camino hacia las estrellas y hacia los hondo­nes del alma, y que, creo, equidist:t -no importan demasiado ocasfol121esacercamientos-- de Strawinsky y de Bartok. La habilidad en el juegotímbrico en su desnudez responde a un concepto estético cada vez másdefinido. Lo que fué esperanza ya empieza a ser presente.

Música d~ cámara del siglo XX. Soled< d, angustia, confidencia, in­timidad presentida. Y un público joven, expectznte. que busca orden ensus almas, enfrente.

F. R. C.

"DlSCOFIUA". O e t u b re 1957.Publica esla reTJista, entre otros in­teresanles trabajos, un articulo so­bre Sibelíus, que firma el director,E Mole.~ .. IIna entrevista con Anto­lIio Femández Cid, acerca de suredente "iaje a América, y nume­rosas colaboraciones críticas sobrelos discos últímamente aparecidos.

fJl'etl'S. Todo ello fué glosado, porI'l l' Sope1ia, Joaquín Rodrigo yJosé Ramón Alo/lso. Enrique Fran­co, que eIl breves palabras agrade­ció el homenaje. filé muy felicitado.

ENRIQUE FRM';CO ha recíbidoel homenaje que desde hace tiempomerecia. En torno al e:rcelen/l' crí­liro ·--prefiero cOllsidemr todas suslIU11lerOSa~ actividades musicalespl'('sididas por el apasionado saber!I d jllsto críferio- - se reunieronen Iln almuerzo un muy nutridoflrllpo de personalidades. entre lasque figuraban, junto a composito·res e intérpretes .---prdcticamente,todos los residentes en Madrid-­muy conocidas figuras de la.~ artes!l las letras. Sus camparias en la ra­dio aquellas "semanas de música1"~lJUiíntn", a las que sólo falló unfollelo conservando los comenta­dos a los programas, como l/OCIl'fIlenio inapreciable de nuestra mlÍ­sica t:ontemporánea--,' su aguda,bien informada 11 forma tilla labor1'11 prensa 11 conferencias .. su pre·.~encia IJ aliento en toda tentativade hacer llegar al público cllantasobras Hl/eVaS lo merecían; su aYlIda(11M jÓl'enes compositores e infér-

1,.4. ORQUESTA N:tCION.4.L hainlerpretado la VI Sinf<wia dl~Beethoven, dirigida por Sir TllOmasBeccllOm. Esta es noticia que llevaimplícito un juicio, 110 ya fU/'om­ble, silla óptímo. Un director deesta tlll/a viene a devolver la pleIlaseguridad a quienes encuentran ene.~ta hermosísima obra, algo másque un mero inlento descriptivoHoy, todallia, se encuentran empe­cinados defensores de esta teoria.que, si bien me parece inadecuadapara cualquier clase de obms

-creo que, aún el! la música másabiertamente descriptiva, lo que LlU­le en ella es, precisamente, lo quemenos se atiene a esta serllidum­bre---- resulta absurda y minimizu­doro ante la "Pas/oral". El prota­[Jonista de este poema en forma desinfonia -qUl~ no es lo mismo queun poema .~infónico-·- es siempreel yo que contempla y can/o.. No esel paisaje lo que aquí importa, si­no los "s~ntimientos a.qradables quese experImentan en lo. contl~mpla­

ción de los campo.~", como el mis­mo BeethOllcn titula el s e g u n dotiempo.

J)il' Thomas Beecham hizo decirla obra a La orquesta según una vi­,<¡ión personal, den/ro del lícitomargen que ha de concederse a unaran maestro. \'isión riente, opti­mista y llena de colorido, como unaran himno pánico. El triunfo ddmaestro --··-·que en todo momento jocompartió con la orquesta··- - fué delos más importantes que recorda·mas eu el Palacio de la JIIÍsica

En la primera parle de eMe COn­cierto acluó la excelente cantan/eIrmgard Seefried COH arias de Mo­::art y "lieder" de Straus (¡hIlillOun grande y merecido éxito

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-BARCELONA

,En la Casa de la Cultura el Doctor norteamericano Mr.G o l' d o 11Brown disertó sobre "La educación norteamericana se enfrentacon el futuro". Abordó su pensa­miento sobre la educación escolaren la hora presente ~n Norteamé·rica, trató del problema de la se­gregación racial -ahora tan de ac'tnalidad- del que dijo que el tiem­po lo cancelará definitivamente

En su última reunión delPatro·nato de la Casa de la Cnltura -quevielle desarrollando una gran laborcultural y artistica- solieitó lacreación .deU1l Instituto· 4e Estu­dios Locales encuadr&do en el Pa­tronato ··,José Maria Cu3dradQ, ddConsejo Superior de ·lnyestigacio­nesCientifieas.

Va1eriano GlJTIJmREz. MACIAS.

QUIEN ES QUIEN?CASTELLANOS, José.-Na­

cido en Sevilla en 1929. Ha di­rigido el T. E. U. de Madrid yde Sevilla. Colaborador de "PII­sarela", "Universidad", etc. Ac­tualmente reside en Madrid ycursa Filosofía y Letras.

GOMEZ ALFARO, Antonio.Nació en Córdoba en 1931. Li­cenciado en Del;CCho. Alumnode Curso 2.· en la Escuela dePeriodismo. Fundó, en colabora­ción con otros jóvenes escrito­res, la revista "Alfoz", de poe­sía. Premio "Juan de Mena pa­ra ensayo", 1957, de Córdoba.

GOMEZ DE LA SERNA,Ramón. - Madrileño. Nació en1888. Novelista. cuentista, ensa­y i s t a, biógrafo, dramaturgo,creador de la "greguería", maes­tro de la excentricidad literari~,autor que ha influido en las ge­neraciones modernas.

SALCEDO, Manuel Maria.­Naci6 en Sevilla en 1925. Li­cenciado en Filosofía y Letras.Profesor ayudante en la Uni­versidad de Madrid. B.ecario delGobierno alemán en Munster.Colaborador en "Arbor", "Re­vista Nacional de Educación","Enseñall28 Media", etc.

PRIETO, Antonio.-Andaluz.Estudiante de Filosofía y Le­tras y de Medicina. A los vein­ticinco años obtiene el Premio"Planeta" con la novela "Trespisadas de hombre". Un añomás tarde publica "Buenas no­ches, Argüellcs" y prepara"Vuelve atrás, Lázaro". Cola­borador en el diario "Pueblo",de Madrid, y en diversas revis­tas, como LA ESTAFETA LI­TERARIA, "Revista de Litera­tura", del C. S. 1. e., o de Uni­versidades, como las de Pisa,California, Murcia, etc.

RODRlGUEZ GINESTAL,Rafael.-Nacido en Tánger en1919. Arquitecto y licenciado enCiencias Físico - Matemáticas.Colabora en varias revistas ypublicaciones profesionales. En..Aldes" ha publicado varios tra­bajos sobre "Arquitectura ru­ral" .

GARCIA ESCUDERO, JoséMaría.-Nació en Madrid en1916. Presidente de la Federa­ción Nacional de Cineclubs yprofesor del l. l. C. Ha sido m­rector general de Cinematogra­fía y Teatro. Ha publicado"Historia en cien palabras delcine español". Actualmente pre­paTa una obra sobre el cine so­cial.

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Continuando una labor artístico­wltural digna de la mayor consi­üeración, la Caja de Aborros delSureste de España, semanalmenteva ofreciendo. gratuitamente a losalicantinos, el programa del pre­sen te curso, y así en estos últimosdías las sesiones de teatro de me­sa, a cargo de la Sección corres­pondiente del Aula "Gabriel Miró",la exposición de José Cruz llerre­ra, dentro del recinto de la galeriapietórica permanente del Sureste,y la interesante y amena diserta­ción de Jaime Ferrán, en torno a"La joven poesia espanola".

Corno esbozo de las tareas a des­,¡rrollar en fechas próximas, de ca­rácter estrictamente musical. dire­mos que para fechas inmediatas es­tán concertadas las audiciones conel pianista Andor Foldes, húngaronacionalizado en Estados "Cnidos,Premio Listz; el quinteto, com­puesto de arcos, flauta, c1avecín }'lina excelente soprano, a cal'go delsuizo Ricercare; eltriQ al(~mán di­rigido por Román Schitnmer; Em­ma Contestabíle, la exquisita pia­nista italiana que reaparecerá en.\licante después de su "tourné"1)01' ~orteamérica; el cuarteto Mo­zart, de Salzburgo. estando tambiéncomprometida la orquesta Kam­rnermusikkreis. de Be l' 1 i n conviolas, c1avichémba.lo, flauta, oboey fagot.

Miguel LORENZO DE NEM.A.

agudo ingenio Y viveza del diálogo.ese diálogo que juegan lucidamenteLiU Murati y su compañía.

COSACOS DEL URAL EN ELPALACIO DE LA MUSICA

Las ya viejas y recargadas paredesdel Palacio de la Música debieron sor­prenderse un poco al presenciar lairrupci6n en el severo escenario de. loscomponentes del Coro de Cosacos delU ral y de los cinco bailarines que lesacompañan. El coro de CQ6acos, diri­gido por André Sboluj, nos ofrecióuna velada intensa en calidades, másque de voces, de sensibilidad y matiz,de fuerza racial y armonía de conjun­to, que los, ya un poco talluditos. co­sacos evidenciaron en sus interpreta­ciones de cantos religiosos y popula­res. Con ellos destacaron los cinco bai­larines que acompañan al Coro, y en­tre los que se encuentra la brillantevitalidad de Xenia Tripolitova.

Julio MANEGAT

...../.-

para los más asiduos concurrentes a laBiblioteca que la Caja de Pensionestiene abierta en la vecina localidad deMoyá. Los premios son doce: tres pa­ra hombres, tres para mujeres, trr:3para niños y tres para niñas. El 31de julio de cada añq se hará públicoel nombre de los que hayan pasadomás horas en la citada Biblioteca. Asíse establece un círculo "vicioso": amás horas de lectura, más libros paraleer. La inciativa del Dr. Vilardell nosparece perfecta.

ROBERT A. ANDERSON y RUIZIRIARTE

El mundo de la farándula se ha mo­vido alrededor de dos estrenos: la pie­za dramática de Robert A. Anderson"Té y simpatía", y "También la bue­na gente ..... , de Víctor Ruiz lriarte."Té y simpatía", que ha sido puestaen escena por la compañía de CarlosLemos, según la versión castellana d~

V. Fernández Asís. triunfa en el esce­nario del Teatro Barcelona, y el pú­blico sigue con interés el curso de estaobra amarga, inquieta, escabrosa casi,pero llena de ternura y delicada sen­sibilidad. La versión de FernándezAsís es correctísima y la interpre­tación de Carlos Lemos recta y des­tacada, aunque, en realidad, el peso dela obra caiga sobre el joven actor Fer­nando Miarin Calvo, lleno de fuerzay de patetismo desesperanzado. Conellos Pastora Peña da vida a un per­sonaje difícil que requiere una fina fle­xibilidad expresiva.

Víctor Ruiz Iriarte ha vuelto a Bar­celona y al Teatro Barcelona, en elque tantos aplausos ha recogido a lolargo de su carrera. La última come­dia de Víctor Ruiz lriarte es una de­liciosa farsa cómica que tras un mag­nífico arranque Se debilita y alarga,pero en todo momento nos ofrece laplenitud del ingenio del autor de "Ellandó de seis caballos", que, junto ah farsa, nos brinda una intención sa­tirica viva en comprensiones y afec­tos. "También la buena gente ..... , sinser una de las mejores obras de Ruiz1riarte, nos entretiene y divierte con el

Días pasados se inauguró en el es­belto Palacio de la Virreina una cu­riosa e ínteresantísimaexposición detejidos recientemente adqúirida por laDiputación Provincial para engrosar loque, en su día, será 1"1 más importan­te Museo de Tejidos de Eumpa. S~

trata de la Colección Viñas, de teJí.dos antiguos, reunida por don RicardoViñas Geis en los últimos decenios.Consta nada menos que de 2.661 ,>Ít.­zas, a las que deben sumarse 250 delExtremo Oriente y 450 piezas de pa­samanería. En ella pueden admil:llsetejidos de la Edad de Bronce, unapieza de algodón que es la muestratextil más antigua hallada en Espa­ña, tejidos del Egipto faraónico, cop­tos, islámicos, hispano-árabes y mu­déjares, del Oriente islámico, de In.donesia, de la América precolombinay de casi todos los países de Europa.En la notable exposición pueden ver­se prodigiosas muestras de brocadosterciopelos, sedas labradas, adama'!.=:a:dos, brocateles, estampados y pint;t­dos. alfombras, bordados, etc. Asimis­mo. y formando parte de esta colec­ción, se exhibe una biblioteca espeCl"I­lizada de sumo valor y en laque seintegran libros, revistas, folletos, ma­nuscritos, etc., así como una de fasmejores colecciones del mundo de le­gislación española sobre tejidos e ;1"­dumentaria.

DE OPERA

PREMIOS PARA LOS LECTORES

Un médico barcelonés, el Dr. D. Ja­cinto Villardell, ha pensado que se con­ceden demasiados premios a los escri­tores y ninguno a los lectores, y asíha creado unos premios consistentesen varios miles de pesetas en libros

UNA PRODIGIOSA EXPOSICIONDE TEJIDOS

5,E INICIA LA TEMPORADA

El dia 21 se inicia la temporada deópera en el Gran Teatro del Liceode la Ciudad Condal. El programaconsta de 17 funciones de tarde y lasrestantes, hasta 50, de noche, conjun­tándose en total dieciséis programasdistintos entre los repertorios italiano,francés, alemán y españoL Durante es­ta temporada se conmemorará el cen­tenario del nacimiento de GiacomoPuccini, y con tal motivo se represen­tarán cuatro óperas del gran compo­sitor italiano: "Suor Angélica", "Gian­ni Schichi" y las inevitables "La Bo­heme" y "Madame Butterfly", quecantará Renata Tebaldi por primeravez en su vida. La temporada se ver.:iresaltada con dos estrenos absolutosen España: "La Santa de BleekcrStreet", libro y música de Gian CarIoMenotti, el autor de "El cónsul" y"La medium", y la ópera en un acto,de Renzo Rosellini, "La guerra". Porotra parte, se estrenarán también enel Liceo "María Egizíaca", de Respi­ghi. y el "Retablo de Maese Pedro",de Falla, con puesta en escena de LuisEscobar y bajo la dirección de JoséIturbi que, por vez primera, dirigiráópera en España.

Con la temporada operística se ini­cia el calendario oficial de invierno er.Barcelona y un espectáculo gratu;topara el buen paseante de las Rambl<ls,que siempre se detiene curioso a ve.la entrada y salida del público ar..t(este Gran Teatro del Liceo, que sigu~

siendo uno de los más importantes tea·tros de la ópera del mundo.

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en la ciuáad~

Esta semana. para mi, ha tenido,si no sabor español, si un ciertomatiz hispanoamericano: el juevesesluve en una exposición de pinto­1es chilenos, y el sábado, pudecomprobar que el tema de la his­¡/Unidad -como aportación cullu­ral-, siguepl'eocupando a los inte­lectuales italianos.

Os Jw.blar¿ hoy de la exposición:¡'laza de Españ.a. De las tres caUesque unen la Piazza COII el Corso,UIZa -lapl'tmem,ª la izquierda se­gÚIl seviene.·d(f la vía della Pro­paganda-, u .FrattilUl. Busco elHúmero 38,'Y ·allt, en un primer pi­"o, como un poco arrinconada, meCllcuentrQ UlUl Sala de Exposicio­ms que varios españoles -Vaque­ro 1urci/)$, Inmaculada Montero.María del Carmen La!fón...- co­/locerán: LA PELUCA.

¡1llí exponen cuatro artistas chi­'e IZOS: JIarta León, Sergio Caslillo,Ivan Vial e lvo Babarovíc. Vienendl~ París. y han hecllO l/na pequeI1arecalada ell Roma.

Pocas obras pero bastallle bielIescogidas. y como dice Camilo AJo­ri en la presentación que de ellos}¡ace "son jóv.enes, tienen talento.JI un gran amor por la libertad deexpresión". Traduciendo un pocoy entre críticos, esto es como n¿decir nada. Y es que, en realidad,e.~ demasiado aventurado decir ul­go cuando se está en presencia deella/ro autores jóvenes. que ·/it'llenIlIllChos wios por delante pura des­mentir la crítica más autorizuda.

Sin embargo, quiero decir algo.Mar/.{l León es la má.~ joven, pero

si sigue el camilla iniciado llegarátI una meta cualquiera. y sin salida.COIl cualrora.~gos sobre fondos decolores diferentes -llublo de su Se­lie delle Prigioni- es fácil plas­illar un sentimiento subjetivo, pero

BRUSELAS

Sofía 1\OEL

Entramos ya "sensibilizados" paracaptar la obra de Juste de Gante, Be­rrugude y la Corte de Urbino.

En la Corte de Urbino trabajabanjuntos venecianos, dálmatas, florenti­nos, españoles y flamencos. Así se ex­plle", la glol'iosa presencia de n~e~:ro

Pedro Berruguete en esta exPOS1ClOtl.

Espafia envió veinte telas, obras. pin­tadas después de su re~so de Urbi­no; entre otras, el gran ¡'etablo de.. La Adoraci6n de los Magos", deAvila, conservado en el Museo delPrado; "La Anunciación", de la Car­tuja de Miraflores; los retablos de Pa­lencia y Paredes de Nava.

Los directivos del Museo de BellasArtes de Gante, deseosos de crear unclima adecuado, adornaron las salascon tapices, esculturas y l11u~bles deUrbino, entre ellos, un faCIstol debronce perteneciente al Duque.

Es de recordar que Pedro Berm­guete nació, en el siglo XV, en Pare­des de N aya. Cuando empezó su for­mación artística, el estilo flamencoimperaba en Castilla. ¿Por qué, haciael año 1475, tomó la decisión de mar­char a 1taHa en vez de a Flandes?Ignoramos todo lo rcíerente a las cir­cunstancias de aquel viaje. En 1480,después de la muerte del Duque, Be­rrllguete regres6 a España. donde tra­hajó no sólo en Tierra de Campos,sino en Toledo y Avila, donde murió,en 1503.

Berruguete es el primer pintor e~·

pañol influenciado par el Renacimien­to. Esta tendencia :;e maniEesta ensus construcciones arquitectónicas yen el empleo de la luz. Sin embargo,Pedro Berruguete nunca dejará de serun pintor gótico-flamenco. En él seda el caso extraño del artista que,asimilando el espíritu dd Renacimien­10, llega a mezclarlo con su propiuestilo tradicionalista castellano.

Hoy en día, los más eminentes crí­ticos se han puesto dt~ acuerdo paraafirmar que la mayor parte de los re­tratos del Palacio de Urbino S011 obrade Berruguete y de Juste de Gante.Estos retratos son de un realismo, delma vida sobrecogedores.

1:'01' encima de todas las posiblesdasiíicaciones, análisis, estudios técni­cos. el interés humano de estas dosmagníficas exposiciones reside en laposibilidad que ofrecen al espectadorde adentrarse en un mundo remoto,bañado en Ulla ddicada poesía en laque se juntan milagrosamente el pro­fuudo sentimiento religioso con el másra(\iante humanismo.

Ernesto .TU LIA.

es el dulce, delicado paisaje de los al­rededores de Lovaina, ·dollde el pin­tor se instaló cllando tenia unos cua­renta aiios. No es el p:;isajt' fantásti­co, idílico de Van Eyck. Por vez pri­mera, en el norte aparece un pintorque coloca sus personajes cn su am­biente cotidiano. Su paleta es delicaday limitada tan solo a algunos colores(carmín, verde, azul... ); las sombras,suaves y sugerentes.

Bouts es, sin duda, un gran pintorcristiano; pero su austera me1ancolble da un carácter existencial (que seme perdone el t('pico d" nuestra épo­ca). Una irradiación misteriosa se des­prende de la obra de este flamencodel siglo XV, (¡elf: nos obliga a re­flexionar sobre los problemas esencia­les del hombre, inmutables a travésdel tiempo y del espacio.

En Belgica, dos exposiciones fuera de serieLas dos exposiciones que tienen lu­

gar estos días en Bélgica, constituyendos autélltícos acontecimientos. Porvez primera, las obras maestra.s de lapintura flamenca del siglo X V estánn:unidas e11 un mismo país. DiericBouts y su séquito en el "PaJais desBeaux 1\rt5" de Bruselas, y Juste de(~ante, Berruguete y la Corte de Ur­bino, <:n el Museo de Bellas Artes deGante.

Al lado del realismo minucioso deJan Van Eyck, con sus intencionesdramáticas muy deHnidas, al lado dela angustia de Van Del' Goes y delespiritu satánico del Bosco, DiericBouts trae, en el siglo XV, un mundonuevo, inquietante, extr;:.iio, un senti­do gótico del cristianismo, del hombrey de la naturaleza. El paisaje de Bouts

lUlda más. De sus esculturas, las demármol me parecen mucho mejo­res que las de metal, en las quesolamente quiere decir algo.

t'ergio Ca.stillo parece un escul­tor más hec1ID. con un senderolru­zado y con unas cerámicas bastan­te buenas como lales.

lvo Babarovic ha logrado dos na­turalezas muertas --"interno e na­tura morta" y "1'avola con frutd'­con tonos opacos. verduscos, ne­gros, que lo descubren como unpintor intelectual. Sus cuadros lie­nen además algo fundamental; es­lI'Uctura. No son pura creacióll sub­jetiva. Sus visiones de la realidadse mantienen a base de UIl equili­brio inlerior en el cuadro. POIlgOpor caso "Due Sorelle".

}l. por último, luan Vial, pintorabstracto. Plástico excelente -buenma.ru:jo de colores, dislribución depIWlOS...- Lástima que le taita esacu.rga de intelectualidad de un Ba­barovic. luan Vial está lanzado porsu camíno Retrata y pinta cuadrosabstractos. Quiere plasmar sus sen­Saciones para que "sus cuadros ha­blen solos", y yo pienso que es UlUlpena que sólo sean sensaciones loque lvan "íal quiere y puede dar.

Homa, 17-Xl-57.

Sel,,,ana

ROMA

Una

(Viene de la Pá..qiTza 16.)

-No. nada más. ¿Es que no le parece bien?;-¡No!-¿'Por qué, San Pe...,-¡Vete! ¡Vete de aquí antes de que olvide

IUi paciencia con los pecadores! ¡Vete, locoly tuve que irme porque aquella vez, sólo

aquella vez, la sonrisa de San Pedro tardabaun poco en aparece~

,Al principio yo no comprendía que San Pe­dl'O se hubiera puesto tan serio. Porque la ver-

Ddad es que yo no pretendía ni dinero ni fama.

.c verdad. Era que sentia ganas de escribir;s?lo eso; la misma necesidad que tuve en laherra, Luego empecé a comprenderlo.

Unos dias más tarde volví junto a San })e-d~kdije: ,

-Bueno, San Pedro: ya no quiero escribirnovelas.. San Pedro se voivió, y otra vez vi su son­

l'lsa. Pero había algo .místerioso en sus .ojos.algo que tenia un color intenso a mar. Dijo:-A ve()es pienso que no estás tan loco.Yo. no entendi mucho sus palabras, y seguí

la mIrada de sus ejos. Estábamos mirando aun gl11PO de doce. hombres que acababan deentrar y que aún tenian torma de hombres.Llevaban las ropas mojadas, rotas, y sus ros­tros, sin afeitar, parecían muy cansados.

-¿Quiénes son, San Pedro?--Acaban., de ahogarse.-¿Todos?

"V7"Si; losdo~e. Jban en. Una bérca llamadaE lrgen. del Qumen" }' elmar los envolvió.. ran Wloabuenos.:pescadores.

-¿Como tú?-Algo asi. ,Volví a mirar los ojos de San Pedro, y los

vi más cargados de mar que nunca, con unmar algo triste e intencionado.

Pasaron más días, y yo iba todas las ma·ñanas a ver a San Pedro. Pero últimamenteestaba un poco raro. como si pensara una cosaimporlánte que no se atrevía a dccirme. Em­pecé a notarlo porque ya no me decía queme marchase o que estaba loco. Su voz eracomo un pez que llevara mucho rato fuera delagua. !Me saludaba:

-Buenos días, Antonio Prieto.y luego se callaba; no era como antes.Una mañana me acerqué a su lado. Después

dc saludarme, dijo: ,-Ayer no entró nadie, y podía haberme li-

brado de venir. .Después se ('.alló. Tampoco aquella mañana

entraba nadic; no aparecía ninguno subiendopor el camino. Estábamos en silencio, y yo mehallaba preocupado por San ·Pcdro. Entoncesdije: ,

--l,Te ocurre algo?-No, no.'y lo dijo con una voz extraña, que no pa-

recia suya..-.Anda; cuéntame qué te pasa, San Pedro.

Soy tu amigo, ¿no'!San Pedro me miró fijamente, y sus ojos

empezaron a ser como antes, a tener el brillo.de las escamas, Y yo me alegré y animé conmi alegria sus ojos de pescador.

-¿Sabes. Antonio Prii:10'l-¿Qué, San Pedro?

-Aquella idea tuya de irnos a pescar meha estado bailando en la cabeza todos estosdías.

-Era buena, ¿ verdad?-Sí; IllUY buena. ¿Tú crees que Dios... '?--¡Yo creo que si! ,-¿No se enfadará Dios con nosotros'!-,-No; seguro que no. l.Le hablamos?Dudó un poco, y luego dijo:-Vamos. Pero como me regañe por culpa

tuya, no volveré a dejarle hablar. Esto estoquizá no sea serio y Dios piense que .

-¡Vamos! ,lhamos caminando lDUY contentos y con un

poco de miedo, y era hennoso ver a San Pe­dro, tan grande, COI1 su enorme barba, ir conla alegria más infantil del mundo. Llegamosante Dios, y Dios nos esperaba con una son­risa.

--Señor... ,--¿,Qué hay, Pedro']--Es ... ; tal vez sea una locura, pcro yo... ;

Tú ya sabes ...Dios empezó a reirse; se reía muy contento

de vernos allí. Y dijo: .-Pero ·Pedro: (.no se te habrá olvidado pes­

car? Hace ya mucho tiempo que dejaste dehacerlo. ¿,Sabrás pescar todavía?

-¡Claro que sabré, Señor! ¡Claro que sabré!y fuimos a pescar a un pueblecito llamado

Balerma. ,Y aquel día San Pedro dejó sus llaves so­

bre una nube, y ni un solo hombre bueno mu­rió en la tierra.

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cruzaba con un alma, y le preguntaba su nom­bre. Y si era de otro tiempo distinto al mio,hablábamos y hablábamos de cosas de la tie­rra, porque aún teníamos tierra en los huesos

Algunas veces me acercaba a San Pedro sinque él se diera cuenta. Se volvía, y exclamaba:

._-¿ Ya estás aquí otra vez Antonio Prieto '1Un día te daré UD puntapié y te mandaré ala tierra dando vuellas, ,

Pero apenas decia esto empezaba a sonreír,y su sonrisa era como la cola de un pez ja­ponés que borrara las palabras. Era cuando yohablaba.

--San Pedro: he encontrado un alma estu­penda.

-¿Si?-S1. y tiene una vida magnífica para es-

cribir una buena novela.-¿De veras?-¡'Palabra!-Vaya, vaya..•-¿Es que me estás tomando el pelo, San

Pedro? ,-No, no, Antonio Prieto. Sólo que aquí,

¿quién va a leer tu novela?,-Tampoco en la tierra se lee mucho, no

creas..-Si; pero aquí tu novela no es ninguna no­

vedad, y la conocen perfectamente. ¿Es queaún no comprendes que has salido de la tierra?

--Sí; ya comprendo.Entonces San Pedro se acercaba a miy de­

jaha su mallo sobre mi cabeza, y yo percibíaun olor hermoso de redes, brea y mar.

Recuerdo que una vez me acerqué a SanPedro con una voz demasiado humana. SanPedro lo notó en seguida porque mis palabrasolian a tierra. Pero no dijo· nada quizá porquemi tierra tuviera· una cierta limpieza. Yo ,que­da hacede una proposición.

--San Pedro: tu estás en muy buena armo-nía con Dios. ¿verdad?

--j Naturalmente!-¿Y no te gustarla ser editor?·-¿Editor? ¡Estás loco, Antonio Prieto, coro

pletamente loco! ¿Tú sabes lo que es uneditor? ,

--¡Claro que si! El primel'o que tnve $C lla­maba Lara, y, a su manera, era una e$tupendapersona.

---¡Pues estás loco! ¿Cómo voy a Sí:}' editor?- ..-Cálmate~ San Pedro, cálmate. Acuérdate de

cuando tenias paciencia con los pescadores.y cálmate. .

---Muy bien; ya te escucbo.-Verás mi proposición. Todo consiste en

que hile digas a Dios que le qUíte un pocode sabiduría a las almas, y as!. no podrán sa­ber lo que·· voy a eseribir. .

--'MuS bien. J. Y qué mas'l. .. .. ,. ,--Después, buscamos a unparde.hJlpreso-

res,.ytú te conviertes en editor, yyo ,Podrées~rj;biJ"liii~'n();velaá • ... .• ...• . .••. . ... .. .,-

.-H,:Y.· no~ereslJltÍs. Antonio' Pr~el.o''..... , .. '..: ...'.- .(Pii.Bfzll. fa¡iQj¡tna 15.>

.;,i"'l~~' ,~~,~t~)

juguemos mejor. Uno lo ve y entonces sabeque es una solemne tonter1a bacer cualquiercosa mala.

Yo me quedaba detrás de él fisgando. Ál­gunos de los que pasaban se me quedaban mi­rando, y yo les sonreía. 'Cuando llevaba unbuen rato y veía un claro,le deCÍa:

---J3ueno, San Pedro; ya me voy. 1

-¡Vaya! -y volvía a sonreir, y sus barbasse movían como si por entre ellas nadllrlln.cbanquetes-. ¡Ya era hora de que te fueras!

-¿Es que no me quieres, San·Pedro?San Pedro, entonces, se acercaba a mí un

poco. .-Sí; claro que te quiero, Antonio, Prieto;

pero eres desobediente, testarodo y. me dicescosas apsurdas.. . ., I

-Bueno; me voy. Pero sigo siendo escritor.-¡ y yo Pedro, el pescador! , ,y me iba por ahí,por· entre las nubes. la

mar de feliz, porque",podia .. ir]leun .. sitio ..otro sin pagar billetey. si~ lle~~l",1'l1e ~car,;,bonilla o de humo. De,eutlndo-el1,etIft(k) me

4~Utl""'"t",.,.. ~[a,~",,<.,.<",'titI ,f"'Ij :t:[L) 1f!I'{,...,c;,,,......;A.l

SAN Pedro era igual que -un amigo que tuveen la tierra, en Balcrma, y que tiraba delos copos con más fuerza que dos homO'

br~s juntos. Uno ve a San Pedro, y dice: "Estees un hombre sano." Cuando me acercaba ad, decía:

---¿ Ya estús aquí, An tonio j)rieto '1-No puedo evitarlo, San Pedro. .Entonces San Pedro sonreía, y su sonrisa

le llenaba el rostro de peces, igual que cuandopescaba en el mar de Tibcríades y se le dababien.

--Anda, vete a otro sitio, Antonio Prieto..--¿Es que no me dejas fisgar?-No, no puedo; tengo mucho trabajo.-Es sólo un poco, San Pedro.--¿un poco? --y dudaba-o No; luego pre-

guntas y preguntas, y quieres saber cómo sellaman los que entran y qué hicieron. Anda,vete por ahí.

San Pedro se volvía y continuaba en su tra­bajo. Pero yo no me iba; era desobediente co­mo un niño, y miraba a todos los que pasaban.Luego se volvía y me encontraba allí, aunqueél ya sabia que no me había ido.

-¿Aún estás ahí, Antonio Prieto? -Yo ba­jaba un poco la vista, y él añadia-·: Voy atener que regañarte.

Pero yo sabía que no me regañaría, que SanPedro estaba contento de tenerme allí, aunqueera verdad que le distraía un poco en su tra-bajo. .

--Es que no te aeuerdas, San Pedro '!-¿De qué? .-En la tierra yo era escritor.,.Bueno; pero ya no estás en la tierra.--<Pero era escritor, ¿no? Igual que tú pes-

cabas en el mar de Tiberiades.-Sí; eso es. Y ahora es distinto.,-Es que no te fijas, San 'Pedro. Uno puede

dejar de pescar, pero no puede dejar de serescritor.

--¿Si? ¿Es eso lo que piensas, AntonioPrieto?

-Eso es.--¡Pues te equivocas! ¿,Es Q1.u: crees que a

mt no me gustaría echar las redes alguna vez?j Vaya si me gustaría!

-¿Y por qué no se lo decirnos a Dios y nosvamos un día? Yo eOllOZCO Ullll playa que...

-Estás loco, Antonio Prieto, completamenteloco. Anda, vete y no digas más absurdos.¡Vete, hombre!

,san Pedro volvía a sonreír, y era como sipor sus ojos asomaran dos boquerones nadan"do. Y se volvía porque quizá fuera cierto quevo habia dicho un absurdo. Quizá. Pero yo~~reo que aquello de pedil"1e permiso a Diospara irme a pescar era una idea que a SanPedro le gustaba mucho.

Yo, de vcras, os deseo qu<e algún día veáisa San Pedro. Es un hombl'c magnífico. Os ase­guro que dan ganas de ser niüo, de tener. sieteaños y de jugar con él. Siempre da la impre­sión de que se va a dejar engañar para que