100 Sermon Es de Charles Spurgeon

EDITORIAL CLIEC/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAAE-mail: [email protected] http://www.clie.es

Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, www.cedro.org ) si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra.

2010 Editorial CLIE

SERMONES SELECTOS DE C.H. SPURGEON, VOL.2ISBN: 978-84-8267-488-9

Clasifquese: 328 - HOMILTICA: Sermones colecciones CTC: 01-04-0328-17 Referencia: 224612

Impreso en Colombia / Printed in Colombia

5 Dios Padre, Jesucristo, Espritu Santo

ndice General

Prlogo ............................................................................................................................... 7

CAPTULO I. DOCTRINA DE DIOS1. Dios Padre .................................................................................................................. 152. Jesucristo .................................................................................................................... 573. Espritu Santo ........................................................................................................... 159

CAPTULO II. DOCTRINA DEL HOMBRE1. Estado pecador ......................................................................................................... 1712. Libertad ...................................................................................................................... 206

CAPTULO III. SAGRADA ESCRITURA1. Estudio de la Biblia .................................................................................................. 2372. Parbolas ................................................................................................................... 2633. Personajes ................................................................................................................. 2784. Tipos y figuras .......................................................................................................... 331

CAPTULO IV. SOTERIOLOGA1. Expiacin ................................................................................................................... 3772. Justificacin ............................................................................................................... 4103. Gracia ........................................................................................................................ 4204. Arrepentimiento ......................................................................................................... 4545. Fe .............................................................................................................................. 4986. Salvacin ................................................................................................................. 5157. Regeneracin ............................................................................................................ 567

CAPTULO V. VIDA CRISTIANA1. Seguimiento ............................................................................................................... 5952. Discipulado ................................................................................................................ 6263. Oracin ...................................................................................................................... 6524. Edificacin ................................................................................................................. 7075. Pecados ..................................................................................................................... 7646. Educacin familiar ..................................................................................................... 7977. Avivamiento ............................................................................................................. 8058. Santidad .................................................................................................................... 835

CAPTULO VI. ECLESIOLOGA1. Ministerio ................................................................................................................... 8692. Dones ........................................................................................................................ 9263. Predicacin ................................................................................................................ 9344. Mayordoma ................................................................................................................ 9975. Evangelismo ............................................................................................................ 1010

CAPTULO VII. ESCATOLOGA1. Cielo ........................................................................................................................ 10872. Infierno ..................................................................................................................... 1093

6 SERMONES SELECTOS

ndice Escritural ........................................................................................................... 1105ndice de Ttulos .......................................................................................................... 1107


Prlogo

El secreto de Charles H. Spurgeon

El da 7 de octubre de 1857 una enorme multitud de personas, 23.654 paraser exactos, se congreg en el Palacio de Cristal de Londres con el solo propsitode escuchar un sermn a Charles H. Spurgeon (1834-1892). Fue quizs el au-ditorio ms grande al que se dirigi un predicador evanglico hasta esa fecha.Dnde reside el secreto de Spurgeon para atraer tal cantidad de pblico, la clavede su xito en una cuestin tan prosaica y, aparentemente, poco atractiva y nadaespectacular como escuchar pura y llanamente un sermn religioso sin apoyo derecursos musicales ni visuales?

La verdad es que no creo que se trate de ningn tipo de secreto ni de ningunaclave cuyo desciframiento abra las puertas del xito en la actualidad. Primero,porque cada poca tiene sus modos y preferencias, y la poca victoriana que letoc en suerte a Spurgeon, se caracteriza por el gusto y la aficin de la gentepor los temas evanglicos. Los temas de predicacin dominical se convertan enobjeto de conversacin en la peluquera o el mercado durante toda la semana,tal como hoy ocurre con los asuntos relacionados con el deporte o las estrellasdel cine o la televisin. La nuestra es una poca secularizada que no respondea la invitacin evanglica sino despus de muchos esfuerzos.

Dicho sea de paso, Spurgeon tuvo el privilegio de vivir la poca dorada delcristianismo evanglico: la iglesias crecan numricamente, los candidatos alpastorado abundaban, la misiones se extendan por todo el planeta y parecacercano el da del triunfo universal del Evangelio. En contraste con nuestros das,cuando el islam parece un amenaza creciente, entonces permaneca como unareligin sumida en el letargo y la decadencia: Contemplad la religin de Mahomadice Spurgeon. Durante ms de cien aos amenaz con subvertir los reinosy trastornar el mundo entero; mas, dnde estn las espadas que brillaron en-tonces?, dnde estn las manos que asolaron a sus enemigos? Su religin seha convertido en algo viejo y gastado; nadie se preocupa de ella, y el turco, sentadoen su divn con las piernas entrelazadas y fumando su pipa, es la mejor imagende la religin de Mahoma: vieja, estril y enferma. Pero la religin cristianapermanece tan lozana como cuando comenzara en su cuna de Jerusaln (Unpueblo voluntario y un gua inmutable, II, 1).1

En segundo lugar, lo que se llama secreto o clave no es, en lo que se refierea los temas cristianos, una cuestin oscura o inaccesible slo disponible paraalgunos elegidos. Hay mucho de equvoco, y hasta de engao, en la bsquedadel secreto de esto o de lo otro, que hace que algunos se encumbren con la frmulaque todo resuelve. La religin siempre est tentada por la magia, que es una formasutil de idolatra. Hablando en trminos espirituales, el secreto de la vida cristiana,de la paz, del gozo, del ministerio, es un secreto a voces. Consiste en algo tansencillo como ser cristiano. Simplemente eso, dejar que Dios sea Dios y elEvangelio sea el Evangelio, no imponerle frmulas ni cargarlo con misterios que

1 Lo mismo constat, algunos aos despus, la intrpida viajera britnica Freda M. Stark (1893-1993),en su libro Los Valles de los Asesinos. Ed. Pennsula, Barcelona 2001, ed. org. 1936.

8 SERMONES SELECTOS

bajo la excusa de la sana doctrina impiden que el mensaje de Jesucristo semanifieste, desde la sencillez, en la pluriforme riqueza de su contenido que hacenuevas todas las cosas (2 Co. 5:17; Ap. 21:5), haciendo que cualquier manifes-tacin del Espritu pase por el tamiz de la tradicin de los ancianos.

Ahora bien, es del todo cierto, que es una poca de gigantes del plpitoevanglico, Spurgeon los rebasa a todos en el tiempo, conservando sus sermonesla frescura y el poder espiritual de antao. Alexander Maclaren (1800-1910); HenryMelville (1800-1971), Josehp Parker (1830-1902); F.W. Robertson (1816-1853);F.B. Meyer (1847-1929); Phillips Brooks (1835-1889); A.T. Pierson (1837-1911);y muchos otros destacan en las pginas de la historia de la predicacin cristianapor el contenido de sus mensajes y su poder de atraccin. A su manera todosfueron grandes. Pero lo fueron en su da, mientras que Spurgeon sigue gozandode la estima de miles de creyentes en todas las partes del globo como si de uncontemporneo se tratase. Y esto es as por una razn muy sencilla, sus mensajesexhalan lo mejor del mensaje evanglico de todos los tiempos.

Evanglico de evanglicosEn este punto reside no tanto el xito como la perennidad del legado de

Spurgeon. Encarna con nadie el espritu evanglico heredero del avivamientobritnico de Whitefield y Wesley, fuente y matriz del amplio y diversificado mundoevanglico moderno, que, pese a sus diferencias, y por encima de ellas, coincideen unos cuantos puntos bsicos que identifican y distinguen el modo de serevanglico de cualquier otra expresin del cristianismo habido y por haber.

En principio el cristianismo evanglico va ms all de las frmulas doctrinales,no importa lo correcta y ortodoxas que sean, para indagar en el estado del corazn,regenerado o irregenerado. Profesante de una fe o un credo, o nacido de nuevo,segn la fraseologa del Evangelio de Juan. Evanglico es, ante todo, quien enel umbral del cristianismo coloca el llamamiento a nacer de nuevo, necesidadprimera, sin la cual todo lo dems resulta vano y, al final, condenatorio. Estaenseanza se halla primeramente en la Biblia misma, luego en Lutero,2 y despusen George Whitefield, y as hasta nuestros das. De tal manera cal est necesidaden las iglesias de la Reforma, que desde entonces nada se considera msaborrecible que un ministro o pastor irregenerado, no importa lo instruido que esten teologa o la perfeccin con que efecte los servicios sagrados.

En segundo lugar, y siguiendo esta lnea de pensar y proceder, evanglico esquien busca la salvacin de los dems por el mismo sistema que a l le ha hechosalvo: el nacimiento de nuevo. La doctrina en un paso segundo en relacin alprimer paso de la experiencia de la conversin.

Por ello, y en tercer lugar, el celo evangelstico es caracterstico del evanglico,por el que busca que, tanto cristianos nominales como personas ajenas al cris-tianismo, lleguen a experimentar el nuevo nacimiento, consistente en comprenderla gravedad del pecado en uno mismo, por un lado, y grandeza de la obra amorosade Dios en la muerte de Cristo en favor del pecador, por otro.

De tal modo que, en cuarto lugar, las llamadas doctrinas de la salvacin ocupanel lugar central del mensaje evanglico, en especial las que tienen que ver conel arrepentimiento y la fe, por parte del hombre; y la muerte substitutoria de Cristoen la cruz, por parte de Dios, el cual es justo pero justifica al impo solamentepor la fe, no por las obras.

2 Vase Martn Lutero, Evangelio de Juan, cap. 3, en Comentarios de Martn Lutero, vol. VIII. CLIE,Terrassa 2002.

9 Prlogo

En quinto, y ultimo lugar, el estudio de la Biblia para refrendar su mensaje ycomo un medio para alimentar la nueva criatura nacida como resultado del en-cuentro personal con Cristo y la iluminacin del Espritu Santo, que incorpora acada nuevo creyente en una comunidad centrada en la predicacin de la Palabra,la comunin unos con otros, el partimiento del pan y el testimonio personal.

En Spurgeon, como en todo grand predicador evanglico, pero superndolosa todos en profundidad, extensin y conviccin, laten, surgen, se manifiestan,cobran vida una y otra vez estos grandes temas o puntos que hemos mencionado.Hable de lo que hable, de Dios o del hombre, de la oracin o de la teologa, delestado de la Iglesia o del mundo, de la piedad o de las misiones, de los creyenteso los pastores, Spurgeon dirigir siempre la atencin de sus oyentes a los suso-dichos puntos que son como la carta de naturaleza del cristianismo evanglicoy el mejor remedio de todos los males relativos a la hipocresa e inconsistenciade los cristianos. Pues solo cuando el corazn desconoce el nacimiento de loalto, u olvida su primer amor, asaltan los conflictos a las congregaciones,enemista a los pastores entre s, produce tristeza y malestar, pues al Reino deDios se entre y se vive por el nuevo nacimiento (Jn. 3:3).

El corazn del Evangelio, dice Spurgeon, es que Cristo ha muerto por lospecadores, pero esto no significa nada si el pecador no puede aadir su pronombrepersonal y decir por m y al decirlo, sentir como de su espalda se desprendeel fardo del pecado y reconoce al instante que Jess, y slo l es el nico ysuficiente Salvador, a partir de cuyo momento vivo por l y para l (G. 2:20).Conoce por experiencia que la gracia, no sus obras, incapaces de alzarse conel mrito o el derecho de la salvacin, le abre la puerta del cielo y le da la completaseguridad de que pertenece al nmero de los elegidos, que nada ni nadie puedesepararle de las manos del Padre. Todo esto, y poco ms, es lo esencial el modode ser y de vivir del cristiano evanglico. Lo dems es como una aadidura. Lateologa, las misiones, la asistencia social, el estudio, la iglesia, la tica, etc.,existen como manifestacin de una experiencia de gracia que, de parte delhombre, se vive como nuevo nacimiento, el paso de la muerte a la vida, de laoscuridad a la luz, de la condenacin a la salvacin.

La moral evanglica es tica de respuesta y gratitud. Se ama porque se hasido amado, sentido el amor inabarcable de Cristo Salvador; se perdona, porquese sabe perdona por Dios; se sirve a los dems porque ha sido servido por Diosmismo; se sacrifica porque alguien, el Hijo de Dios, se sacrific primero. La doctrinacristiana, tal como es desarrollada en el mundo evanglico, crece y se desarrollaen torno a estos puntos, nunca alejndose demasiado de ellos.

El cristocentrismo de la graciaSpurgeon no fue, no es grande por el poder de su oratoria, por sus dotes

naturales de retrica y oportuna ilustracin de sus puntos de vista; tampoco porla apariencia de su persona o la modulacin de su voz. De hecho, su aparienciapersonal no era atractiva, hasta donde podemos colegir por los informes que noshan llegado, no tena magnetismo personal que algunos oradores poseen. Su vozera clara y poderosa, y poda orsele muy bien en saln grande, pero careca dela graduacin de expresin de la que se han servido con ventaja muchos oradores.Spurgeon predicaba de un modo natural, sin ninguna afectacin, y as enseabaa hacerlo. Vase su sermn al respecto: El don de hablar espontneamente.Lo que distingua realmente es la capacidad de concentrarse en Cristo sin dejarseaparte por cuestiones secundarias, y desde ah cubrir todas las necesidades delcorazn creyente y del pecador preocupado por su pecado.

10 SERMONES SELECTOS

La gracia soberana era predicaba por muchos, en especial la versin hipercalvinista cuyas crticas hubo de enfrentar, particularmente en lo que se refierea la oferta indiscriminada de la salvacin.3 Algunos de nuestros hermanos diceque estn muy ansiosos de llevar a cabo los decretos de Dios en vez de creerque Dios puede llevarlos a cabo por s mismo, siempre estn tratando de hacerdistinciones en su predicacin. Predican un Evangelio a un conjunto de pecadoresy otro a otra clase diferente! Son muy diferentes a los viejos sembradores que,cuando salan a sembrar, sembraban entre espinas y en los pedregales y juntoal camino. Estos hermanos, con profunda sabidura, se esfuerzan por encontrarcul es la buena tierra. Insisten mucho en que no se debe tirar ni siquiera un simplepuado de invitaciones si no es en el terreno preparado. Son demasiado sabiospara predicar el Evangelio a los huesos secos que estn en el valle, como Ezequiello hizo mientras todava estaban muertos (Grados de poder en el Evangelio, I).En Spurgeon el anuncio de la gracia salvfica brota espontneamente no de unsistema de decretos o pactos, sino del costado de Cristo, cuya sangre derramadatestifica su amor por los pecadores. Estaba completamente seguro que la sangrede Cristo, es decir, su muerte sacrificial en la cruz, clamaba elocuente y suficien-temente a favor de la conciencia pecadora. Ahora bien, en este punto, l semantuvo fiel a los que creen que la sangre de Cristo slo fue derramada poraquellos a quienes eligi para salvacin.

Ha sido siempre mi costumbre el dirigirme a vosotros con las verdadessencillas del Evangelio dice en La redencin limitada, y raras veces he tratadode explorar en lo profundo de Dios, pero en aquello que Spurgeon considerasuficientemente revelado en la Escritura, no duda en defenderlo y mantenerlo,aunque sea una cuestin impopular, todo ello en un espritu pastoral, que buscael bien de sus oyentes: La nica pregunta que debe preocuparos es: MuriCristo por m? Y la nica respuesta que puedo daros: Palabra fiel y digna de serrecibida de todos, que Cristo Jess vino al mundo para salvar a los pecadores.Podis escribir vuestros nombres detrs de esta frase, entre los pecadores; noentre los pecadores de compromiso, sino entre los pecadores que se sienten comotales, entre los que lloran su culpa, entre los que la lamentan, entre los que buscanmisericordia para la misma? Eres pecador? Si as lo sientes, si as lo reconoces,si as lo confiesas, ests invitado a creer que Cristo muri por ti, porque t erespecador; y eres instado a caer sobre esta grande e inamovible roca, y a encontrarseguridad eterna en el Seor Jesucristo (La redencin limitada).

Un prncipe admirado, pero poco imitadoComo ha ocurrido con todos los grandes iniciadores de movimientos religiosos,

Spurgeon cuenta con ms admiradores que con verdaderos seguidores de suejemplo, no es un sentido de mera repeticin o mmica, sino de continuidadcreativa de sus principios, juicios y creencias. Unos se han quedado con el modelocalvinista del Spurgeon cuyo Evangelio est representado por las enseanzas deCalvino y los puritanos al respecto. No hay duda que mucho de esto hay enSpurgeon: Creo que Calvino dice sabia ms del Evangelio que casi todos loshombres que han vivido, a excepcin de los escritores inspirados (La redencinlimitada, V, 1). Pero Spurgeon es el hombre que a la teologa calvinista ha sabidosumar la calidez evanglica del metodismo primitivo: Si logrramos predicar la

3 Vase Iain H. Murray, Spurgeon v. Hyper-Calvinism. The Battlle for Gospel Preaching. The Bannerof Truth Trust, Edimburgo 1995.

11 Prlogo

doctrina de los puritanos con el celo de los metodistas, veramos un gran futuro.El fuego de Wesley y el combustible de Whitefield producirn un incendio queinflamar los bosques de error, y calentarn el alma misma de esa tierra fra(Sermones, su importancia, IV, e).

Para otros, Spurgeon es un modelo de improvisacin y espontaneidad en lapredicacin, sin artificios de erudicin o de teologa. Cierto, pero sin olvidar queSpurgeon fue un apasionado de la lectura y un gran amante de los libros. Paral, la improvisacin y espontaneidad no estn reidas con lo preparacin y elestudio, antes al contrario, solo un ministerio instructivo puede retener a unacongregacin; el mero hecho de emplear el tiempo en la oratoria, no bastar. Entodas partes los hombres nos exigen que les demos alimentos, alimentos verda-deros. Los religiosos modernos cuyo culto pblico consiste en la palabrera decualquier hermano que tenga a bien pararse y hablar, van ya disminuyendo, yacabarn por dejar de existir y esto, a pesar de los atractivos halagadores quepresentan a los ignorantes y locuaces, porque aun los hombres ms violentos yextravagantes en sus opiniones, y cuya idea de la intencin del Espritu es quecada miembro del cuerpo debe ser una boca, se fastidian muy pronto de or losdisparates de otros, por ms que les guste mucho proferir los suyos. La mayorade la gente buena se cansa pronto de una ignorancia tan insulsa, y vuelven alas iglesias de las cuales se separaron, o mejor dicho, volveran si pudieran hallaren ellas buena predicacin (El don de hablar espontneamente, I). No hayexcusas para la falta de preparacin, por razones ms altas que se invoquen: ElEspritu Santo nunca ha prometido suministrar alimento espiritual a los santos pormedio de ministros que improvisan. El nunca har por nosotros lo que podemoshacer por nuestras propias fuerzas. Si podemos estudiar y no lo hacemos; si laiglesia puede tener ministros estudiosos y no los tiene, no nos asiste el derechode esperar que un agente divino supla las faltas que dimanan de nuestra ociosidado extravagancia (El don de hablar espontneamente, I).

Por esta razn, si el pastor no puede disponer de libros por carecer de recursossuficientes para comprar el mayor nmero, la Iglesia deben esforzarse en ayu-darle. De hecho, Spurgeon emprendi una campaa para que se estableciesenbibliotecas para los ministros, como cosa de primera necesidad. Si se pudieraasegurar a los ministros pobres una pequea cantidad anual para ser empleadaen libros, sera esto una bendicin de Dios as para ellos como para sus respec-tivas congregaciones. Las personas de buen juicio no esperan que un jardn lesproduzca buenas plantas de ao en ao, a menos que abonen el terreno; noesperan que una locomotora funcione sin combustible, ni que un buey o un asnotrabajen sin alimento; pues que tampoco esperen recibir sermones instructivos departe de hombres privados de adquirir buenos conocimientos por su imposibilidadde comprar libros (Ministros con escasos recursos para trabajar, I,1).

Sed bien instruidos en teologa dice en otro lugar, y no hagis caso deldesprecio de los que se burlan de ella porque la ignoran. Muchos predicadoresno son telogos, y de ello proceden los errores que cometen. En nada puedeperjudicar al ms dinmico evangelista el ser tambin un telogo sano, y a menudopuede ser el medio que le salve de cometer enormes disparates. Actualmenteomos a los hombres arrancar de su contexto una frase aislada de la Biblia yclamar: Eureka! Eureka! como si hubieran hallado una nueva verdad, y, sinembargo, no han descubierto un diamante, sino tan solo un pedazo de vidrio roto(Adelante!, I, 2).

Esperemos que la publicacin de estos sermones atraiga la atencin depastores y creyentes por igual, de tal manera que su lectura y meditacin con-


tribuya a reparar ese mal que consiste en dar culto de labios y no poner por obralo que se alaba. Imitando la fe de los buenos discpulos de Cristo (1 Co. 4:16;11:1; Ef. 5:1; Fil. 3:17; 1 Ts.1:6), estaremos mejor preparados para imitar el nicomodelo digno de toda imitacin, a saber, Jesucristo, Salvador del mundo.

ALFONSO ROPERO


Captulo I

DOCTRINA DE DIOS

Dios Padre,Jesucristo,

Espritu Santo


1. Dios Padre

1. MISERICORDIA, OMNIPOTENCIA, Y JUSTICIA

Jehov es tardo para la ira y grandeen poder, y no tendr por inocente al cul-pable (Nahum 1:3).

INTRODUCCIN: Luces y sombras en elcarcter del Altsimo.

I. TARDO PARA LA IRA1. Nunca castiga sin advertencia.

a) Muestra pacienciab) Instruyec) Amonesta

2. Lento en amenazas.3. Lento en sentenciar.

a) Le amonestab) Le da tiempo a arrepentirsec) Retarda la condenacin

4. El estado de nuestras ciudades.5. l es grandioso.

II. GRANDE EN PODER

III. JUSTICIERO1. Nada quedar sin castigo.

a) La escena del Calvario2. Las maravillas de su venganza.

a) El Edn arruinadob) El mundo ahogadoc) Sodomad) La tierra abriendosee) Las plagas de Egipto

4. Razones de su bondad

CONCLUSIN: No dormirse, sino clamarmisericordia.

MISERICORDIA, OMNIPOTENCIA,Y JUSTICIA

INTRODUCCINSe requiere cierta educacin para poder

apreciar las obras de arte en sus exquisitosdetalles. La persona que no ha sido aninstruida al respecto, no puede percibir deforma instantnea las variadas excelencias

de la pintura de alguna mano maestra. Tam-poco imaginamos que las maravillas de lasarmonas del mejor cantante, capturen deun modo mgico a los oyentes ignorantes dela msica. Debe de haber algo en el hombremismo, antes de que pueda entender lasexcelencias del arte o la naturaleza. Cierta-mente es una cuestin de carcter. Porcausa de las faltas y fracasos en nuestrapersonalidad y nuestra vida misma, no so-mos capaces de entender cada belleza enparticular y la perfeccin unida del carcterde Cristo, o de Dios el Padre. Nosotros mis-mos ramos puros como los ngeles delcielo. Nuestra raza en el jardn del Edn erainmaculada y perfecta. Deberamos hacer-nos una idea mucho ms acabada y nobledel carcter de Dios, la cual no poseemos,como consecuencia de nuestra naturalezacada. Sin embargo, no podemos dejar dever que los hombres, debido a la alienacinde su naturaleza, estn malinterpretando decontinuo a Dios. Son completamente inca-paces de apreciar su perfeccin. Os habispreguntado alguna vez si Dios detuvo sumano antes de ejercer la ira? Mirad, hayquienes dicen que Dios ha cesado de juzgaral mundo, y adoptan una actitud aptica eindiferente. Castig en otro tiempo Dios alos hombres por su pecado? Algunos dicenque es severo y cruel. Los hombres lo mal-interpretan porque son imperfectos en smismos, y no tienen la capacidad de admi-rar autnticamente el carcter de Dios.

Esto ocurre en lo que tiene que ver conciertas luces y sombras en el carcter delAltsimo, que l ha combinado sabiamentey a la perfeccin junto con su naturaleza.Aunque no podamos ver el punto de contac-to donde se unen ambas caractersticas,somos impactados con la maravilla de laarmona sagrada. Al leer las Escrituras, y enparticular la vida de Pablo, vemos que sedestac por su celo hacia la obra de Dios.Pedro ser recordado por su valor y osada.Juan es admirado por su capacidad deamar. Habis notado que cuando leemosla historia de nuestro Maestro, el SeorJesucristo, no solemos decir que fue notablepor alguna virtud en particular? Por quocurre esto? Es acaso porque la intrepidez


y la osada de Pedro crecieron de tal modoque echaron sombra sobre las virtudes delos dems? Cuando un hombre es notableen algunas reas de su vida, casi siempreno lo es en otros campos. La absoluta ycompleta perfeccin de Jesucristo, hace queno podamos resaltar uno u otro de los ras-gos de su carcter. No estamos acostumbra-dos a hablar de su celo, de su valor o de suamor. De l decimos que tena un carcterperfecto. Sin embargo, no somos capacesde percibir fcilmente donde se mezclabanlas luces y las sombras de su personalidad.En qu punto su mansedumbre se amal-gamaba con su valor, y su amor se fundacon su resolucin para denunciar el pecado?No podemos darnos cuenta de dnde con-vergan los distintos puntos de su carcter.

Lo mismo ocurre con Dios el Padre. Per-mitidme hacer las observaciones y comen-tarios que he hecho en mis apuntes, a causade dos clusulas que parecen describir atri-butos contrarios. Notaris que en mi textohay dos cosas distintas: l es tardo para laira, pero no tendr por inocente al culpa-ble. (Nah. 1:3). Nuestro carcter es tan im-perfecto que no podemos ver la congruenciade los dos atributos. Tal vez nos pregunta-mos y decimos: cmo es que es tardopara la ira, pero no tendr por inocente alculpable? Es porque su carcter es perfec-to, pero nosotros no podemos ver estas doscaractersticas unidas la una con la otra. Sujusticia es infalible, y la severidad que co-rresponde al dueo absoluto del universo,se combina con su amor y su encanto, supaciencia y sus tiernas misericordias. Laausencia de cualquiera de estos rasgos delcarcter de Dios lo habra hecho imperfecto.La presencia de todo ellos, sella el carcterde Dios con una perfeccin nunca vista.

Ahora tratar de analizar y presentarestos dos atributos de Dios, y el vnculo quelos conecta. El Seor es tardo para la ira ygrande en poder. Tendr que demostraroscomo la expresin grande en poder serefiere a la clusula anterior y a la que sigue,como un vnculo entre ambas. Pasaremosentonces, a considerar el prximo atributo:No tendr por inocente al culpable; unatributo de justicia.

I. TARDO PARA LA IRAPermitidme empezar con la primera

caracterstica de Dios. l es tardo para la ira.Dejadme que os explique este atributo yluego llegaremos hasta su mismo origen.Dios es tardo para la ira. Cuando Miseri-cordia vino al mundo montaba en corcelesalados y los ejes de su carruajes se encen-dan a medida que iba adquiriendo veloci-dad. Sin embargo, cuando lleg IRA, camincon un paso lento y arrastrado; no tenaprisa para matar, ni era rpido para conde-nar. La vara de la misericordia de Dios, estsiempre extendida en su mano. La espadade su justicia est guardada en su vaina.Puede sacarse con facilidad, pero hasta quellegue el momento, seguir sujeta por sudueo, que tiene misericordia de los peca-dores, y desea perdonar sus transgresiones.En el cielo Dios tiene muchos oradores, yalgunos de ellos hablan con mucha rapidez.Cuando Gabriel descendi a la tierra paratraer las buenas nuevas, habl rpidamente.Cuando las huestes anglicas descendieronde la gloria, volaron con alas de relmpago,mientras proclamaban: Gloria a Dios enlas alturas, y en la tierra paz, buena voluntadpara con los hombres! (Lc. 2:14). Pero elngel de la Ira es un orador lento, que hablahaciendo muchas pausas. Cuando est apunto de languidecer, Piedad une sus ln-guidas notas, y contina expresndose. A lamitad de su discurso, a menudo esconde surostro, dando lugar para que Perdn y Mi-sericordia continen. El Seor de la ira sedirige a los hombres con el propsito de quesean llevados al arrepentimiento y reciban lapaz y el amor de Dios.

Hermanos, tratar ahora de ensearoscmo Dios es tardo para al ira.

1. En primer lugar, me propongo probarque l realmente es tardo para la ira;porque nunca castiga sin antes advertir loque est mal. Los hombres que son colri-cos y rpidos para enojarse dan una palabraseguida de un resoplido. A veces viene pri-mero el resoplido y luego la palabra. Losreyes, en algunas ocasiones en que sussiervos se rebelaban en contra de ellos,primero les castigaban y luego les hablaban.No hacan ninguna advertencia, ni daban


tiempo para el arrepentimiento. Tampoco lespermitan permanecer dentro de la alianzadel reino. Eran echados fuera para siempre.No sucede as con Dios. l no cortar alrbol enfermo hasta que cave la tierra a sualrededor, la abone y vuelva a recuperarlo.No borrar de la faz de la tierra a aquelhombre que tiene un carcter vil, hasta queno le haya enviado sus advertencias pormedio de los profetas. No ejecutar susjuicios hasta ver que no obedecen la palabrallevada por sus enviados, y les instruir lneasobre lnea y precepto sobre precepto. Diosno destruy ninguna ciudad sin antes adver-tirles seriamente a sus habitantes, sobre lasconsecuencias de su condicin de pecado ydesobediencia. Mientras Lot estuviera den-tro de Sodoma, la ciudad no perecera. Elmundo no fue inundado con el diluvio, hastaque ocho profetas estuvieron predicando yNo, el octavo, profetiz sobre la venida delSeor. Dios no destruy a Nnive antes dehaber mandado a Jons. No aplast aBabilonia hasta que los profetas llevaron sumensaje por las calles. No destruye inme-diatamente al hombre, sino que primero lehace muchas advertencias. Dios adviertepor medio muchas vas; por su Palabra, poruna enfermedad, por mtodos providencia-les y por medio de las consecuencias funes-tas del pecado. l no hiere de golpe y de unaforma contundente, primero reprende yamonesta. En la gracia de Dios no sucedecomo en la naturaleza, que primero brillanlos relmpagos y despus viene el trueno yel rayo. Dios manda primero el trueno de suley, seguido por el relmpago de la ejecu-cin. El ejecutor de la justicia divina, lleva suhacha atada a un manojo de lea, porque nocortar a los hombres de la faz de la tierra,sino hasta que los haya amonestado y stospuedan arrepentirse. Dios es tardo paraairarse.

2. Adems, nuestro Dios es tambinmuy tardo en advertir. Si bien advierte antesde condenar, as y todo es lento en susadvertencias. Sus labios se mueven con li-gereza cuando promete pero despaciocuando advierte o amenaza. El trueno re-tumba tardo, lento suenan los tambores delcielo cuando tocan la marcha fnebre de los

pecadores; pero la msica que proclama lagracia, el amor y la misericordia, tiene notasdulces y ligeras. Dios es tardo para airarse.l no envi a Jons a Nnive hasta que laciudad se haba convertido en un antro deinmundicia. No dijo a Sodoma que serapasada por fuego, hasta que lleg a ser uncentro de corrupcin, detestable para el cie-lo y la tierra. Dios no inund el mundo conel diluvio, ni an amenaz con hacerlo, has-ta el momento en que los pecadores hicieronalianzas prohibidas, llenaron la tierra depecado y violencia, y se apartaron de l. ElSeor ni siquiera amenaza al pecador pormedio de su conciencia, hasta que no hapecado reiteradamente. Le amonestar unay otra vez, apremindole para que se arre-pienta, pero no har que le salte a la vistael infierno con su increble terror. Esperara que una multitud irrefrenable de pecadoshagan manifestar su ira. l es lento aun paraadvertir o amenazar al pecador.

3. Pero, lo que es mejor an, cuandoDios hace una advertencia, qu lento es ensentenciar al culpable! Una vez que le haamonestado, dicindole que a menos que searrepienta recibir el castigo, cunto tiem-po le da para que se vuelva a l! Porqueno aflige ni entristece voluntariamente a loshijos de los hombres (Lm. 3:33). Habismeditado alguna vez en la escena del Jardndel Edn cuando el hombre cay? Dios yale haba advertido a Adn que si pecaba,morira. Adn pec. Se precipit Dios encumplir la sentencia? Dice Gnesis 3:8 queJehov se paseaba en el huerto, al aire delda. Tal vez la fruta fue tomada tempranoen la maana, o al atardecer; pero Dios nose dio prisa en condenar. Esper casi hastala puesta de sol, y lleg luego el fresco delda. Se present ante Adn, en aquellos glo-riosos das en que Dios caminaba con elhombre. Le veo caminar entre los rbolesmuy lentamente, su pecho palpitante y conlgrimas en su rostro por tener que conde-nar al hombre. Por ltimo oigo la dolientevoz: Dnde ests t? (Gn. 3:9). Dndehas cado?, pobre Adn. Has cado de mifavor; te has arrojado a ti mismo a la des-nudez y al temor, pues estabas escondin-dote. Adn, dnde estabas t? Me das mu-


cha pena. Te creste ser Dios. Antes de con-denarte te dar una palabra de piedad.Adn, dnde ests t? S, el Seor fuelento en enojarse y en ejecutar la sentencia,an cuando el mandamiento haba sido que-brantado y la amenaza tuvo que ser pronun-ciada por necesidad. Algo similar sucedicon el diluvio. Amonest a la tierra, pero nosell la sentencia hasta darle tiempo para elarrepentimiento. Durante ciento veinte aos,No deba predicar la Palabra y testificar ala generacin rebelde e impa. No tenaque construir el arca. sta sera como unsermn perpetuo. Deba de ponerse en loalto de un monte, esperando la inundacinpara poder flotar, de manera que fuera vistaen lo alto y constituyera una advertenciabien clara para los impos. Oh cielos!, porqu no abristeis al instante tus fuentes deagua? Dios haba dicho: He aqu yo traigoun diluvio de aguas sobre la tierra. Porqu las aguas no subieron de inmediato?Porque, les oigo decir con un sonido degorgoteo, aunque Dios haba hecho unaadvertencia, fue lento en ejecutarla, espe-rando que la gente se arrepintiera y sevolviera de sus pecados.

Lo mismo sucedi con Sodoma. Ancuando la sentencia contra el pecador esfirmada y sellada por el sello celestial de lacondenacin, Dios es lento en llevarla acabo. La condena de Sodoma est sellada;Jehov ha declarado que ser quemada confuego. Pero Dios es lento en ejecutar eljuicio. Se detiene. Los ngeles desciendena Sodoma, y ven la iniquidad que corre porlas calles como un ro. Sus habitantes, peo-res que las bestias, asechan detrs de laspuertas. Ha levantado ya Dios sus manos,diciendo: infiernos, lloved desde lo alto?.No, la gente sigue con su alboroto toda lanoche. Espera hasta el ltimo momento, yentonces cuando el sol se est levantando,ordena que llueva fuego y azufre. Dios nose apresur a ejecutar su condena. Una vezhecha la advertencia de que iba a desarrai-gar a los cananitas; declar que las ciuda-des de los hijos de Amn seran juzgadascon fuego, y a Abraham le prometi que ledara la tierra a su simiente para siempre.Sin embargo, l hizo permanecer a los hijos

de Israel durante cuatrocientos aos enEgipto, permitiendo a los cananitas vivir enlos das de los patriarcas. An despus,cuando gui a su pueblo fuera de Egipto, lohizo peregrinar cuarenta aos por el desier-to, demorando an ms el juicio sobre loscananitas. Sin embargo, Les dar un espa-cio, dijo l. Aunque he sellado su conde-nacin, a pesar de que su sentencia demuerte ha venido directamente del trono delRey y debe ser ejecutada, les dar un res-piro, hasta que la misericordia haya alcan-zado su lmite. l esperara hasta que lascenizas de Jeric y la destruccin de Haiindicaran que la espada deba salir de suvaina. Entonces Dios despertara como unhombre poderoso y fuerte, lleno de ira.Jehov es lento en ejecutar la sentencia,an cuando sta ya haya sido firmada.

4. Ah, mis amigos!, un pensamiento fu-nesto ha atravesado mi mente. Hay algunoshombres que todava estn vivos, y perma-necen ahora bajo sentencia. Creo que laEscritura me lleva a una temible reflexin ala que quiero hacer alusin. Hay algunoshombres que estn condenados antes deser finalmente inculpados. Hay personascuyos pecados van a juicio primero que ellosy son entregados a una conciencia cauteri-zada, preocupando a aquellos de quienes sedice que el arrepentimiento y la salvacinson imposibles. Algunos pocos individuos enel mundo, son como aquel personaje en lanovela de John Bunyan, que estaba dentrode una jaula de hierro y nunca pudo salir. Seasemejan a Esa; no hallan lugar para elarrepentimiento, a pesar de que, contraria-mente a l, no lo buscan porque, si lo hicie-ran, lo encontraran. Existen muchos quehan cometido el pecado de muerte, porquienes no se puede orar, como vemos en1 Juan 5:16b: Hay pecado de muerte, porel cual yo no digo que se pida. Pero porqu, por qu no estn ya en las llamas delinfierno? Si van a ser condenados, si la mi-sericordia ha cerrado los ojos para siempresobre ellos y nunca les extender su manode ayuda, por qu no son barridos y cor-tados de la tierra de una vez? Porque Diosha establecido: No tendr misericordia so-bre ellos, pero les dejar vivir un poco ms


de tiempo, pues soy reacio a ejecutar lasentencia y los eximir hasta que se cum-plan los aos que un hombre debe vivir. Lespermitir tener una larga vida aqu, puestendrn una eternidad llena de ira y maldi-cin para siempre. S, dejadles tener unpoco de placer aqu, pues su fin ser terri-ble. Pero que tengan cuidado, porque aun-que Dios es lento para enojarse, cuandollega el momento lo har. Si el Seor nofuera lento para la ira, no habra ya fulmi-nado nuestras ciudades, rompindolas enmil pedazos y barrindolas de la faz de latierra? Las iniquidades de estas ciudadesson tan grandes, que si Dios las desarraiga-ra y las tirara al mar, se lo mereceran. Porla noche, nuestras calles presentan un es-pectculo de vicio que es difcil de igualar.Creo que no habr sobre la tierra una nacinque tenga una capital tan corrompida e in-moral como es nuestra ciudad de Londres.Seoras y seores; permits que os diganciertas cosas al odo, de las cuales vuestramodestia debera de avergonzarse. Hay es-pectculos pblicos vergonzosos. Ya es losuficientemente malo que en La Traviata seoigan cosas acerca del sexo y diversasobscenidades; pero que las mujeres de lasesferas de ms alto refinamiento y mejorgusto, lo toleren y aprueben ya es intolera-ble. Caballeros de Inglaterra, dejis que lospecados de los teatros de ambientes bajosde nuestro pas escapen sin vuestra censu-ra. La ms baja bestialidad infernal de unacasa de juegos y los teatros de la pera,estn casi al mismo nivel. Pensaba que conlas pretensiones de piedad que tiene estaciudad y las crticas que ha tenido de laprensa, (una prensa muy poco religiosa), noseran tan indulgentes con sus bajas pasio-nes. Pero, por haber dorado la pldora, yahabis sorbido el veneno. Vuestra conductaest llena de concupiscencias, es engaosay abominable! Llevis a vuestros hijos aescuchar lo que ni vosotros mismos debe-rais haber escuchado. Os sentis en mediode una compaa grande y alegre, a escu-char cosas de las cuales vuestra decenciadebera revolverse. Aunque la marea de laimpiedad os tenga por el momento engaa-dos y engullidos, an albergo un rayo de

esperanza. Ah! slo Dios sabe de la maldadsecreta de esta gran ciudad. Se necesitarauna voz fuerte como una trompeta; un pro-feta que grite a gran voz: Haced sonar laalarma, hacerla sonar en esta ciudad, por-que el enemigo se ha agigantado sobrenosotros. El poder del maligno es enorme,y a menos que Dios ponga su mano y hagadar marcha atrs el torrente de perdicinque baja por nuestras calles, vamos rpida-mente camino de la perdicin. Pero Dios eslento para airarse, y todava no ha desenvai-nado su espada. La ira ha dicho ayer:desenvinate, espada!, y la espada se hasacudido en su vaina. Pero la misericordiapuso su mano sobre la vaina y dijo: Qu-date quieta espada, atrs! La ira ha dadoun golpe con el pie contra el suelo, diciendo:Despierta, despierta espada!. Cuandocasi haba sacado a relucir su filo, Misericor-dia volvi a decirle: atrs, atrs!, y laasegur en su envoltura. All duerme toda-va, pues el Seor es Lento para la ira,y grande en misericordia (Sal. 145:8).

5. Ahora voy a explorar este atributo deDios hasta su origen, por qu l es lentopara la ira? Lo es porque Dios es infinita-mente bueno. Su nombre es bueno. Sunaturaleza tambin lo es, porque l es lentopara la ira.

Repito, Dios es lento para la ira porquel es grandioso. En general, los seres pe-queos son rpidos para enojarse. El perritomalhumorado ladra a cada una de las per-sona que pasa frente a l. Pero el len y elbfalo estn acostados, tranquilos en lahierba y son lentos para mostrar su fiereza.El Seor es lento para la ira, porque esgrande en poder.

II. GRANDE EN PODERVeamos ahora la relacin del vnculo del

que hablbamos anteriormente. Una pode-rosa razn por la cual Dios es lento paraairarse es porque es grande en poder. stees un vnculo que conecta esta parte deltema y la ltima, por lo que ruego vuestraatencin. Insisto: esta expresin, grande enpoder, conecta la primera frase con la ltima,y lo hace de esta manera. El Seor es tardopara airarse, y lo es porque es grande en


poder. Cmo dice usted eso?, me diris.Pues porque el que es grande en poder,tiene poder sobre s mismo, y el que puedemantener su temperamento bajo control ysometer a su propia persona, es ms grandeque el que gobierna una ciudad, o conquistauna nacin. Ya hemos visto cmo Dios des-pliega su poder en el trueno que nos alarmay en el relmpago, cuya luz nos sobrecoge.l abre las puertas del cielo y vemos su brillocegador; y luego las vuelve a cerrar en unmomento sobre la tierra polvorienta. Lo quenos parece tan impresionante no es sino unamuestra del enorme poder que l tienesobre s mismo. Cuando el poder de Dioshace que se restrinja a s mismo, es verda-dero poder; porque es el poder que controlaal mismo poder, el poder que ata a la om-nipotencia. Es, sin duda, un poder excelen-te. Dios es grande en poder y por tanto,puede guardar el enojo. Un hombre con unamente fuerte puede soportar que lo insulteny cargar con varias ofensas, porque es fuer-te. La mente dbil salta y se enoja a la menorprovocacin. La mente fuerte lo sobrellevatodo como una roca; no se mueve aunquereciba mil golpes. Dios marca a sus enemi-gos y sin embargo no se mueve. Se quedaquieto y deja que le maldigan sin montar enclera. Si Dios fuera menos de lo que es ytuviera menos poder del que le conocemos,habra enviado todos sus rayos y truenossobre la tierra hasta vaciar los depsitos delos cielos. Las potentes minas de energa ycombustible que l ha puesto dentro delsubsuelo terrestre, haran explotar el plane-ta en miles de estallidos. Todos nosotrosvolaramos por los aires; seramos consumi-dos y al final destruidos. Bendecimos a Diosque la grandeza de su poder es justamentenuestra proteccin; l es tardo en airarseporque es grande en poder.

Ahora no tendr dificultad en demos-traros cmo este vnculo se une a s mismocon la prxima parte del texto. Jehov estardo para la ira y grande en poder, y notendr por inocente al culpable (Nah. 1:3).Esto no necesita ser demostrado por mediode palabras, no tengo ms que tocar lossentimientos, y lo veris. La grandeza de supoder es una seguridad, y una seguridad de

que l no tendr por inocente al culpable.Quien de vosotros puede mirar una tor-menta como la que tuvimos el viernes pasa-do sin que los pensamientos sobre vuestrospecados se revolvieran en vuestro seno?Cuando brilla el sol y el tiempo est bueno,los hombres no piensan en Dios como elsancionador, o en Jehov como el vengador.Sin embargo, en das de gran tempestad,quin de nosotros no palidece de miedo?Sin embargo, ocurre que algunos creyentesmuchas veces se regocijan en estas tormen-tas y dicen: mi alma est en paz en mediode este espectculo de la tierra y el cielo. Yome regocijo en l. Es un gran da en la casade mi Padre, un da en que hay gran fiestaen los cielos.

El Dios que reina en las alturas, y lanza los truenos cuando le place, que cabalga sobre los cielos tormentosos, y gobierna los mares, Este terrible Dios es nuestro, nuestro Padre y nuestro amor, l har descender sus poderes celestiales, para llevarnos a l.Pero el hombre que no tiene una buena

conciencia estar alarmado hasta cuandolas maderas de su casa crujan. Los funda-mentos de la tierra parecen gemir. Ah!,quin es el que no tiembla? Sus rbolesestn desgajados por el medio. Un rayo haabierto sus troncos y all yacen malditospara siempre, una muestra de lo que Diospuede hacer. Quin estuvo all y los vio?Fue un blasfemo? Blasfem all mismo?Era alguien que quebrant el da de repo-so? Era un arrogante? Despreci a Dios?Oh, cmo se sacuda entonces y temblaba!No habis visto sus pelos de punta? Nose palidecieron al instante sus mejillas?No cerr sus ojos y camin horrorizadohacia atrs al ver ese terrible espectculo;temiendo que Dios hiciese lo mismo con l?S amigos, cuando se ve el poder de Diosen la tempestad, ya sea en la tierra o en elmar, en el terremoto y en el huracn, es unaprueba de que l no dejar escapar a losmalvados. Yo no s cmo explicar esta clasede sentimiento, pero sin embargo es la


verdad. Los majestuosos despliegues de laomnipotencia, tienen un efecto convincentean en la mente ms dura. Dios, que es tanpoderoso, no tendr por inocente al culpa-ble. Amigos, as os he tratado de explicary simplificar la funcin de este vnculo.

III. JUSTICIEROEl ltimo atributo, y el ms terrible, es

que no tendr por inocente al culpable(Nah. 1:3). En primer lugar, permitidme quedesdoble estas palabras para daros unaexplicacin ms clara; y luego tratar ir a suorigen como hice con el primer atributo.

Dios no tendr por inocente al culpa-ble. Cmo puedo probar sto? Lo har dela siguiente manera: El Seor nunca haperdonado un pecado que quedara sin cas-tigo. A travs de todos los siglos de la his-toria, Dios nunca ha borrado un pecado sinque ste haya recibido primero su castigo.Qu? preguntaris vosotros, las perso-nas que estn ya en el cielo no han sidoperdonadas? O no hay muchos transgre-sores perdonados, que han escapado sincastigo? l ha dicho: Yo deshice como unanube tus rebeliones, y como niebla tus pe-cados (Is. 44:22).

1. S, es muy cierto, y mi aseveracintambin lo es; ni uno solo de esos pecadosque han sido perdonados quedaron sincastigo. Me preguntis cmo y por qualgo as puede ser verdad? Os sealo a laatroz escena del Calvario. El castigo que nocay sobre el pecado perdonado, cay all.La nube de justicia fue cargada con fierogranizo. El pecador lo mereca; descendisobre l, pero, por todas estas cosas, cayy consumi su furia; cay all, en la granreserva de miseria; y cay en el corazn delSalvador. Las plagas, los azotes, que debe-ran caer sobre nuestra ingratitud, no caye-ron sobre nosotros, sino en algn otro lugar,y quin fue el que las recibi? DimeGetseman; Oh dime cumbre del Calvario!,quin fue azotado?. La doliente respuestallega; Eli, Eli, lama sabactani? (Mat.27:46). Dios mo, Dios mo, por qu me hasdesamparado? Es Jess, sufriendo todoslos castigos del pecado. La transgresin esperdonada, Aunque el pecador es liberado.

2. Pero, diris vosotros, esta no es unaprueba muy definitiva de que no tendr porinocente al culpable. Yo sostengo que s loes, y de una forma muy clara. Pero, querisuna prueba ms convincente de que Dios notendr por inocente al culpable? Entonces,necesito guiaros a travs de una larga listade terribles maravillas que Dios ha escrito;las maravillas de su venganza. Debomostraros el Edn arruinado? Queris queos permita ver a un mundo ahogado y losmonstruos marinos saltando en la inunda-cin y metindose en los palacios de losreyes? O tal vez deberais escuchar el gritofinal del ltimo hombre que se est ahogan-do en el diluvio, despus de haber sidobarrido por una enorme ola de un mar queno tiene orilla? Queris que os haga ver lamuerte montando sobre la cresta de una ola,triunfando porque ha conseguido llevar acabo su propsito. Todos los hombres hanmuerto, salvndose solamente aquellos queestn en el arca? Necesito mostraros a laciudad de Sodoma, con sus habitantes ate-rrados, cuando el volcn de la poderosa iraderram fuego y azufre sobre ella? Que-ris que os ensee la tierra abriendo su bocay tragando a Cor, Datn y Abirn? Ne-cesito llevaros a las plagas de Egipto?Debo de repetir el grito de muerte delFaran, y cmo se ahogaban todas sushuestes? Seguramente, no necesitis queos mencione las ciudades que estn enruinas o las naciones que han sido cortadasde la faz de la tierra en un da. Sabis bienque Dios en su disgusto e ira, ha sacudidola tierra de un lado para el otro y ha derretidomontaas. No, tenemos suficientes pruebasen la historia y en la Escritura, de que Diosno tendr por inocente al culpable. Sinembargo, si queris la mejor de las pruebas,deberais montar en las negras alas de unamiserable imaginacin, y volar ms all delmundo, al oscuro terreno del caos; lejos,muy lejos, donde las batallas de fuego estncentellando con una luz hrrida. Debis ircon la seguridad del espritu, volando hastaencontrar al gusano que nunca muere, elabismo que no tiene fin, para ver el fuegoque nunca se apaga y los gritos y gemidosde los hombres que se han alejado de Dios


para siempre. Si os fuera posible or losgruidos, los chillidos y quejidos de las al-mas all torturadas, y luego volver a estemundo, petrificados de horror, entonces di-rais, ciertamente Dios no tendr por ino-cente al culpable. Sabis una cosa? Elinfierno es el argumento del texto. Quenunca tengis necesidad de probar el textosintiendo en vosotros mismos el desdobla-miento de estas palabras: Dios no tendrpor inocente al culpable.

3. Ahora, llevaremos este terrible atribu-to a su origen. Por qu lo hacemos? Repe-timos; Dios no tendr por inocente al culpa-ble, porque l sea bueno. Qu? Acaso labondad de Dios demanda que los pecadoressean castigados? As es. El Juez, porqueama a su nacin, debe condenar al criminal.No puedo dejarle ir libre y no debo hacerlo,porque si lo hiciera, usted saldra a matar aotras personas que pertenecen a este pas.No puedo ni debo dejarle en libertad, he dede condenarle desde la parte ms sensiblede mi naturaleza. La bondad de un rey de-manda el castigo de aquellos que son cul-pables. En la legislatura no es maliciosohacer leyes severas contra los grandespecadores, se hacen por amor hacia el restode los hombres, pues el pecado debe serrefrenado. Las grandes compuertas, quecontienen el torrente del pecado, estnpintadas de negro, y parecen las horriblesparedes de un calabozo. Me hacen estreme-cer en mi espritu. Pero, son acaso pruebasde que Dios no es bueno? No seores, si sepudieran abrir de par en par esas compuer-tas y dejar que el diluvio del pecado noscubra, entonces los hombres gritaran: OhDios, oh Dios!, cierra las puertas del cas-tigo con sus goznes. Cierra esas puertaspara que este mundo no pueda ser nueva-mente destruido por personas que se hanconvertido en seres peores que las bestias.Por causa de la bondad, es necesario queel pecado sea castigado. Misericordia, consus ojos llorosos, (pues ella ha llorado porlos pecadores), cuando ve que no se van aarrepentir, parece ms severa que la Justiciaen toda su majestad. Deja caer de su manola bandera blanca y dice: No, yo les llamy rehusaron venir. Extend mi mano, y nadie

la consider. Dejadles morir, dejadles mo-rir. Y esa terrible palabra que pronunciaMisericordia es un trueno ms potente quela misma maldicin de Justicia. Oh, s! labondad de Dios demanda que si pecan, loshombres deben morir eternamente.

Adems, la justicia de Dios lo demanda.Dios es infinitamente justo, y su justiciademanda que los hombres sean castigados,a menos que se vuelvan a l con todo elpropsito de su corazn. Necesito pasarpor todos los a tributos de Dios para probar-lo? Creo que no ser necesario. Todos nos-otros debemos creer que el Dios que estardo para la ira y grande en poder, esttambin seguro de que no considerar ino-cente al culpable. Y ahora un dilogo perso-nal contigo, querido amigo.Cul es tu es-tado en esta maana? Hombre o mujer queests aqu; cul es tu estado? Puedesmirar al cielo y decir: Aunque he pecado engran manera, s que Cristo ha sido castiga-do en mi lugar.

Mi fe mira atrs y ve La carga que l soport Cuando colgando de aquella cruz, Mis pecados y mi culpa l carg.Puedes t, con una fe humilde, mirar

a Jess y decir: mi sustituto, mi refugio, miescudo; t eres mi roca, mi confianza, en tiyo confo?. Entonces amado, no tengo na-da que decirte, salvo esto: nunca tengasmiedo al ver el poder de Dios, pues ahoraests perdonado y aceptado. Por medio dela fe has volado a Cristo como tu refugio. Elpoder de Dios no necesita aterrarte ya ms,as como el escudo y la espada del guerrerono aterran a su mujer e hijo. No, dice sumujer, Es l fuerte? Lo es para m. En subrazo musculoso, y sus nervios rpidos yfuertes? Son rpidos y fuertes para m.Mientras l viva, los extender sobre micabeza. Por cuanto su espada puede vencera los enemigos, tambin puede vencer a losque estn contra mi, y rescatarme. Estadgozosos y no tengis miedo de su poder.

CONCLUSINPero, has acudido alguna vez a Cristo

como refugio? No crees en el Redentor?Le has confiado alguna vez tu alma en sus


manos? Entonces, amigos mos, odme, enel nombre de Dios, odme solo un momento.Amigo mo, no estara en tu posicin siquie-ra por una hora. Por qu mantienes esaposicin? Has pecado, y Dios no te tendrpor inocente; por el contrario, te castigar.Ahora te est dejando vivir, pero ests reser-vado para la condenacin. Pobre de aquelque est reservado sin tener el perdn! Tureserva pronto se acabar; tu reloj de arenase est vaciando cada da. En algunos devosotros la muerte ya ha puesto su framano, y ha emblanquecido vuestros cabe-llos. Necesitas de un apoyo, de tu bastn,l es ahora la nica barrera entre t y latumba. Y todos vosotros, ancianos y jve-nes, estis en un estrecho trozo de tierra, elistmo de la vida, estrechndose cada vezms; y t, t, y t estis sin perdonar. Hayuna ciudad que ser saqueada, y t te hallasdentro de ella. Los soldados se encuentrana las puertas, se da la voz de mando paraque cada hombre que est en la ciudad sesalve de la muerte dando la contrasea.Dormid, dormid, hoy no ser el ataque.Pero ser maana, seor. Ay!, dormid,dormid; no ser sino hasta maana; retra-sadlo, retrasadlo. Puedo or el tambor alas puertas de la ciudad. El ariete se estacercando. Las puertas se estn sacudien-do. Dormid, dormid, los soldados no hanllegado an a las puertas; seguid durmien-do, todava no pidis misericordia. Ay!,pero oigo el sonido del clarn. Qu horror!los gritos desesperados de los hombres ylas mujeres! Los estn matando; caen, caenal suelo. Duerme, duerme, todava no es-tn a tu puerta; pero, cielos!, estn a laspuertas, con pasos lentos pero fuertes, oigoa los soldados marchar escaleras arriba.No, puedes seguir durmiendo, an no hanllegado a tu habitacin. Pero mirad, hanabierto la puerta de pronto. Es la puerta queos separa de ellos, y all estn! No, duer-me todava, duerme; la espada no est anen tu cuello, duerme, duerme. Ahora s,est en tu garganta, y la miras horrorizado.Duerme, duerme. Pero te has ido! Demo-nio, por qu me dijiste que me quedaraquieto? Hubiera sido conveniente escaparde la ciudad cuando las puertas eran sacu-

didas por primera vez. Por qu no ped lapalabra de contrasea antes de que entra-ran las tropas? Y por qu no sal corriendopor las calles, y grit la contrasea cuandolos soldados estaban all? Por qu me que-d hasta que la espada estuvo en mi gar-ganta? Ay, demonio que eres, malditoseas; pero yo estar maldito junto contigopara siempre!. Sabis la aplicacin de estedrama. Es una parbola que todos vosotrospodis exponer. No necesitis que yo osdiga que la muerte os sigue los pasos, quela justicia quiere devoraros, y que Cristocrucificado es la nica contrasea que ospuede salvar, pero que todava no habisaprendido. Para alguno de vosotros, lamuerte se est acercando, acercando cadavez ms, y est cerca de todos vosotros. Nonecesito exponeros y explicaros que Sata-ns es el demonio. Cmo le maldeciris al y a vosotros mismos en el infierno porhabernos retrasado! Cmo, viendo queDios era tardo para la ira, habis sido voso-tros tan tardos para el arrepentimiento?Dios es grande en poder, y l no daba deinmediato salida a su ira. Por eso retrasas-teis vuestros pasos y no le buscasteis; y heaqu que estis donde estis!

Espritu de Dios, bendice estas pala-bras y hazlas llegar a las almas para quepuedan ser salvas; que hoy mismo, algunospecadores sean trados a los pies del Sal-vador, y supliquen su misericordia! Te lopedimos en el nombre de Jess. Amn.

2. DIOS, QUIEN TODO LO VE

El Seol y el Abadn estn delante deJehov; cuanto ms los corazones de loshombres! (Proverbios 15:11).

INTRODUCCIN: La omnisciencia divina.

I. UN GRAN HECHO DECLARADO1. Infierno o muerte.

a) Dios sabe donde yacen sus hijosb) Dios conoce el destino de cada cual

2. Destruccin o infierno.

II. EL GRAN HECHO INFERIDO1. Por qu?


a) Los corazones estn abiertos ante l2. Cmo conoce Dios el corazn?

a) Dios pruebe y examina3. Qu?

a) Dios ve el corazn del hombre4. Cundo?

a) En todo momento y lugar

CONCLUSIN: Dios lo ve todo.

DIOS, QUIEN TODO LO VE

INTRODUCCINA menudo os habis redo ante la igno-

rancia de los paganos que se inclinan delan-te de los dioses de madera y piedra. Tal vezcitasteis las palabras de la Escritura: Quetiene ojos y no ve, que tiene odos y no oye(Jer. 5:21). Por lo tanto, habis testificadoque no pueden ser dioses en absoluto,porque no ven ni oyen, ni hay en ellos unapizca de vida. No os imaginabais cmo esoshombres podan degradar su entendimientohaciendo de esas cosas objetos de adora-cin. Puedo haceros solamente una pre-gunta? Vuestro Dios puede ver y or, seravuestra conducta diferente en algn aspectosi tuvierais un Dios como los que adoran lospaganos? Suponed por un minuto queJehov, pudiera ser (aunque es casi blasfe-mo suponerlo) herido con ceguera, de modoque no viera las obras de los hombres niconociera sus pensamientos. No os volve-rais ms descuidados en vuestra conducta,de lo que sois ahora? En nueve de cada diezcasos, y tal vez en una ms grande y lamen-table proporcin, la doctrina de laOmnisciencia Divina, si bien es recibida ycreda, no tiene efectos prcticos en nues-tras vidas. La mayora de la humanidad seolvida de Dios; hay naciones enteras queconocen su existencia y creen que Dios lesve, y sin embargo viven como si no lo tuvie-ran. Mercaderes, granjeros, dueos de tien-das, de campos, esposos con sus familias,esposas y amas de casa, viven como si Diosno existiera; como si no hubiera ningn ojoobservndoles, ningn odo que oyera la vozde sus labios y ninguna mente eterna queatesorara la recoleccin de sus actos. Ah,

somos ateos prcticos, pero aquellos denosotros que nacimos de nuevo y hemospasado de muerte a vida, no deberamosserlo. Multitudes de hombres no sern nun-ca afectados por este cambio, seguiranviviendo de la misma manera que ahora consus vidas tan vacas de Dios en sus cami-nos, que su ausencia no les afectar enningn aspecto. Permitidme entonces, enesta maana, con la ayuda de Dios, desper-tar vuestros corazones y que l me asegureque mis palabras puedan quitar algn ates-mo prctico de entre vosotros. Tratar depresentaros a Dios como el que todo lo ve,y grabar en vuestras mentes el tremendohecho de que siempre estamos siendo ob-servados por el Todopoderoso.

En nuestro texto tenemos, primero detodo, un gran hecho declarado El Seol y elAbadn estn delante de Jehov (Pr.15:11). En segundo lugar, tenemos un granhecho inferido Cunto ms los corazonesde los hombres!

I. UN GRAN HECHO DECLARADOComenzaremos con el gran hecho de-

clarado un hecho que nos provee con laspremisas de donde deducimos la conclusinprctica de la segunda frase Cunto mslos corazones de los hombres! La mejorinterpretacin que le podis dar a esas dospalabras infierno y destruccin, creo queest comprendida en una frase como esta:La muerte y el infierno estn delante delSeor. El estado separado de los espritusque han partido, y la destruccin, Abadn,como lo dice en hebreo, el lugar de tormen-to, son ambos solemnemente misteriosospara nosotros, pero suficientemente mani-fiestos para Dios.

1. Primero pues, la palabra que aqu setraduce como infierno puede ser tambin sertraducida como muerte, o el estado de losespritus que han partido. Ahora bien, lamuerte, con todas sus solemnes conse-cuencias, es visible ate el Seor. Entrenosotros y el ms all de los espritus quehan partido, hay una gran nube negra. Aquy all, el Espritu Santo ha hecho como sifueran grietas en la pared de separacin, pormedio de la cual podemos ver por la fe, que

235 Biblia, Parbolas, Personajes, Tipos y figuras

Captulo III

SAGRADA ESCRITURA

Estudio de la Biblia,Parbolas,

Personajes,Tipos y figuras


1. Estudio de la Biblia

26. MANERAS DE ESPIRITUALIZAR

En estas cosas hay una alegora, puesestas mujeres son dos pactos (Glatas4:24).

INTRODUCCIN

I. NO HAY QUE FORZAR UN TEXTO AL ESPIRITUALIZARLO

II. NO ESPIRITUALIZAR SOBRE ASUNTOS INDECENTES

III. NO ESPIRITUALIZAR PARA IMPRESIONAR

IV. DISTINGUIR CON CUIDADO HISTORIA Y PARBOLA

V. PARBOLAS Y MILAGROS EN SU CONTENIDO SIMBLICO

VI. ESPIRITUALIDAD E INGENIO

MANERAS DE ESPIRITUALIZAR

INTRODUCCINMuchos que escriben sobre la homi-

ltica, condenan en trminos severos inclu-so el que accidentalmente se espiritualice untexto. Dice Adn Clarke: La predicacinalegrica vicia el gusto y encadena el enten-dimiento tanto del predicador como de losoyentes. La regla de Wesley es mejor:Haced uso raras veces de la espiritua-lizacin, y alegorizad muy poco. Escogedtextos, dicen estos maestros, de cuyosentido claro y literal podis tratar; nunca ospermitis hacer uso de otro significado queno sea el ms obvio de un pasaje; nunca ospermitis acomodaros o adaptaros un texto;esto es un artificio propio de los hombrespoco instruidos; una treta de los charlatanes;una manifestacin miserable de mal gusto yde imprudencia. Quiero honrar a los quemerecen la honra, pero no puedo menosque disentir de esta opinin tan ilustrada,

creyendo que es ms caprichosa que exac-ta, y ms aparente que verdadera. Por ejem-plo, qu otra cosa, si no es un mero capri-cho o algo peor, pudo haber inducido al Sr.Athanase Coquerel a escribir criticas comostas? Para nosotros cristianos, el sacer-docio universal y supremo del Hijo de Dios,no se recomienda en lo ms mnimo, cuandose asemeja al pontificado de Melquisedec;y nuestra peregrinacin hacia el pas celes-tial teniendo a Jess de jefe, se parece muypoco a la de Israel hacia la tierra prometida,teniendo como tal a Josu, no obstante quelos nombres se asemejan entre si. Muchostextos se prestan con una facilidad maravi-llosa a esta clase de interpretacin que enrealidad no lo es. Seor, slvanos, que pe-recemos, clamaron los apstoles, cuandola tempestad en la mar de Galilea amena-zaba la destruccin de su barca. Quieresser sano?, dijo Cristo al paraltico deBetsaida. Conocemos que sera muy fcilalegorizar estas palabras. Se ha hecho esomil veces, y tal vez ningn predicador, es-pecialmente cuando se encuentre despro-visto de textos estudiados y de esqueletosformados, se rehsa a emplear este recursotanto ms seductor, cuanto que es fcil enextremo. Compuse un sermn extenso so-bre la invitacin de Moiss a su suegroHobab o Jethro, (Nm. 10:29): Nosotros nosdirigimos al lugar del cual Jehov ha dicho:Yo os lo dar. Ven con nosotros. La divisinera muy sencilla y fcil. Comenc con unexordio histrico: El lugar es el cielo; elSeor nos lo da como nuestro pas. El ver-dadero creyente dice a cada uno de sushermanos: Ven con nosotros, etc., etc..Nunca me he perdonado a m mismo elhaber escrito y aprendido de memoria 30pginas relativas a este tema. Si el Sr.Coquerel no hubiera incurrido en mayor faltaque esta, seria mucho mejor ministro de loque es actualmente. Se puede hacer muchobien eligiendo de vez en cuando textos ol-vidados, singulares, notables o raros; yestoy cierto de que si apelramos a un ju-rado de predicadores prcticos que hantenido buen xito en su vocacin, y no hansido slo tericos, tendramos la pluralidadde votos en nuestro favor. Tal vez los rabinos


ilustrados de nuestra generacin sean de-masiado sublimes y celestiales para con-descender en bajar hasta los hombres hu-mildes; pero nosotros que no tenemos nin-gn cultivo, ni ilustracin profunda, ni elo-cuencia arrebatadora de qu gloriarnoshemos credo conveniente hacer uso delmismo mtodo que los ilustres han reproba-do, porque es para nosotros el modo mseficaz de evitar la rutina de una formalidadfastidiosa, y tambin nos da una especie desal con qu sazonar la verdad que sera deotro modo desabrida. Muchos de los quelograron el mejor xito en ganar almas, tu-vieron a bien dar un papirote a su ministerio,y fijar la atencin de su congregacin ha-ciendo uso de vez en cuando de algnmtodo original y desconocido. La experien-cia no les ha enseado que estuvieran enerror, sino lo contrario. Hermanos, no temisespiritualizar, ni escoger textos singulares;hacedlo solo prudentemente. Seguid bus-cando pasajes de la Biblia, no solo dndolessu sentido ms palpable, como es vuestrodeber, sino tambin sacando de ellos leccio-nes que no se puedan encontrar en la su-perficie. Recibid el consejo en lo que puedavaler; pero os recomiendo seriamente quepongis de manifiesto a los crticos sutiles,que hay algunos que no adoran la imagende oro que han levantado. Os aconsejo, yque no os entreguis a continuas e indiscre-tas imaginaciones, como Jorge Fox lasllamara. No os ahoguis porque se os re-comienda que os bais, ni os conviene queos ahorquis porque se dice que el tannines muy til como astringente. Una cosaadmisible, si llega a ser excesiva, es vicio,as como el fuego es buen amigo en elhogar, pero tirano temible cuando se en-cuentra en una casa incendiada. El exceso,aun de una cosa buena, ahta y fastidia, yen ningn caso es esto ms cierto que enel que estamos tratando.

I. NO HAY QUE FORZAR UN TEXTO AL ESPIRITUALIZARLO

El primer canon que observar es: noforcis un texto espiritualizndolo. Estosera un pecado contra el sentido comn.Cun terriblemente se ha maltratado y des-

pedazado la Palabra de Dios por determina-da clase de predicadores que han dado tor-mento a ciertos textos para hacerlos revelarlo que de otro modo nunca habran dicho!

El Sr. Slopdash, de quien Rowland Hillnos habla en sus Dilogos de una Aldea, esel tipo perfecto de una clase numerosa depredicadores. Lo describe como haciendoun discurso sobre las palabras del panaderode Faran que podemos ver en Gnesis40:16: Tena tres canastillos blancos sobremi cabeza. Valindose de este texto, esenecio, tres veces ungido, como dira ciertoamigo mo, discurri sobre la doctrina de laTrinidad! Un ministro cristiano muy amado,hermano venerable y excelente, y uno de losmejores predicadores de su distrito, me dijoque un domingo, en el culto de su capilla seextra de no ver un labrador y a su esposa.Continu extrandolos en la congregacinpor espacio de muchas semanas, hasta queun lunes, encontrando por casualidad almarido en la calle, le dijo:

Qu milagro!, Juan, no le he visto austed por mucho tiempo.

No seor respondi aquel, no noshemos aprovechado del ministerio de ustedtanto en estos ltimos das como antes.

De veras, Juan? lo siento mucho.Bien, hablando con toda franqueza, le

dir a usted que nos gustan a m y a mimujer, las doctrinas de gracia y, por tanto,hemos asistido recientemente a los cultosdel Sr. Bawler.

Ah! se refiere usted al hermano queministra el culto de los hiper calvinistas?

S, seor, y estamos muy contentos,recibimos muy buen alimento all, diecisisonzas en cada libra. Nos estbamos murien-do de hambre bajo el ministerio de usted,aunque le respetar a usted siempre, seor,como hombre.

Muy bien, amigo; por supuesto queusted debe asistir donde pueda conseguir elmayor bien verdadero; pero qu recibiusted el domingo pasado?

Oh, seor! tuvimos un culto muy pre-cioso: en la maana tuvimos tal vez nodeba decrselo a usted, pero realmente dis-frutamos de un gran privilegio.

Si, pero en qu consisti, Juan?


Seor, el ministro nos explic de unmodo admirable y precioso, aquel pasajeque dice: Si tienes gran apetito, pon cuchi-llo a tu garganta cuando te sentares a comercon algn seor.

S, y qu dijo el predicador sobreaquel texto?

Bien, seor, le dir a usted lo que ldijo, pero quiero saber primero qu hubierausted dicho sobre este pasaje?

No s, Juan, me parece que no lo hu-biera escogido; pero si hubiera tenido quepredicar sobre l, habra dicho que unapersona muy afecta a comer y beber, debeestar muy encima de s mientras se halle enpresencia de los grandes, pues de lo con-trario, se arruinar a s mismo. La glotonera,aun en esta vida, es ruinosa.

Ah! exclam el hombre, esa es lainterpretacin seca de usted. Como dije a mimujer el otro da, desde que comenzamosa or al Sr. Bawler, se nos ha abierto la Bibliade tal modo que podemos ver mucho msen ella que antes.

S, y qu les dijo a ustedes el Sr.Bawler concerniente a su texto?

Bien, comenz diciendo que un hom-bre que tena gran apetito, era un joven con-verso, que siempre tena muchas ganas deor la predicacin, y siempre quera alimen-to; pero que no estaba siempre bien infor-mado en cuanto a la clase de comida quele convendra mejor.

Bien, y qu ms, Juan?Dijo que si el joven converso se sen-

tara con un seor, es decir, con un predica-dor de la ley, las consecuencias seran muytristes para l.

Pero, qu hubo del cuchillo, Juan?Seor, el Sr. Bawler nos dijo que era

una cosa muy peligrosa la de or a los pre-dicadores de la ley, que, a no dudarlo, arrui-naran al que lo hiciera; y que eso sera lomismo que el que se cortaran la garganta.

Supongo que el asunto fue llamar laatencin sobre los efectos dainos de per-mitir a los jvenes cristianos que escuchena otros ministros de los de la escuela hipercalvinista; y la leccin sacada fue la de queeste hermano bien podra poner un cuchilloa su garganta antes que asistir a un culto de

su ministro anterior. Esto fue excederse enel modo de interpretar y aleccionar.

Hemos odo hablar de otro sujeto que seocup de Proverbios 21:17: Hombre nece-sitado ser el que ama el deleite; y el queama el vino y ungentos no enriquecer.Los Proverbios son un campo favorito paralos que espiritualizan. Aqu ejercen su apti-tud para alegorizar con toda libertad. Nues-tro hombre dispuso del pasaje del modosiguiente: El que ama el deleite, es decir,el cristiano que goza de los medios de lagracia ser hombre necesitado, a saber,ser pobre en espritu; y el que ama el vinoy el ungento, es decir, el que disfruta delas provisiones de la alianza y goza delaceite y vino del Evangelio, no enriquecer,o sea, no se estimar a s mismo como rico:enseando as la excelencia de los que sonpobres en espritu, y como deseen regoci-jarse de los deleites del Evangelio. ste esun pensamiento muy bueno y propio, perono lo encuentro en aquel texto. Todos habisodo hablar de la interpretacin famosa dadapor el Sr. Guillermo Huntingdon, al pasaje deIsaas 11:8: Y el nio de teta se entretendrsobre la cueva del spid, y el recin des-tetado extender su mano sobre la cavernade la vbora. El nio de teta, es decir, elnene en la gracia, se entretendr sobre lacueva del spid, es decir, sobre la boca delarminiano. Entonces sigue una descripcinde los juegos en que los cristianos sencillossobrepujan en sabidura a los arminianos.Los profesores de la otra escuela de teolo-ga, ordinariamente han tenido a bien noresponder a sus opositores en el mismoespritu, de otro modo, los antinomianosbien podran haberse encontrado en el mis-mo rango que las vboras con sus oposito-res, desafindolos jactanciosamente en laboca de sus cavernas. Esta clase de abusoperjudica solo a los que lo emplean. Lasdiferencias teolgicas se explican y se es-fuerzan mucho mejor, por medios entera-mente distintos de estas bufonadas. Losefectos producidos por la pura estupidezunida al amor propio, son a veces muycmicos. Basta que se refiera un ejemplo.Un buen ministro me dijo el otro da, quehaba estado predicando recientemente a su


congregacin sobre los veintinueve cuchi-llos de Esdras. Estoy cierto de que l sabrmanejar estos utensilios prudentemente,pero no pude menos de decirle que espera-ba que l no hubiera imitado a aquel sabiointrprete que vio en el nmero impar decuchillos, una referencia a los veinticuatroancianos del Apocalipsis. Un pasaje de losProverbios dice as: Por tres cosas se al-borota la tierra, y la cuarta no la puede sufrir;por el siervo cuando reinare, y por el neciocuando se hartare de pan; por la mujeraborrecida cuando se casare, y por la siervacuando heredare a su seora (Pr. 30:21-23). Un ministro muy amigo a espiritualizar,dice que estas palabras son una represen-tacin figurada de la obra de la gracia en elalma, y que ensean lo que perturba a losarminianos y los hace pensativos. Un sier-vo cuando reine, es decir, pobres siervostales como nosotros, cuando nos sea dadoreinar juntamente con Cristo; un neciocuando se harte de pan, es a saber, pobreshombres necios tales como nosotros, cuan-do nos sea dado comer del mejor trigo dela verdad del Evangelio; una mujer aborre-cida cuando se case, es decir, un pecadorcuando se una a Cristo; una sierva cuandoherede a su seora, es a saber, cuandonosotros, que ramos pobres siervos o es-clavos bajo la ley, lleguemos a disfrutar losprivilegios de Sara, y a hacernos herederosde nuestra seora. stas son unas cuantasmuestras de las curiosidades eclesisticas,tan numerosas y apreciables como las reli-quias que se recogen en gran nmero todoslos das en el campo de batalla de Waterloo,y son recibidos por los pocos instruidos cualtesoros inapreciables. Pero os he cansadoy no quiero malgastar ms vuestro tiempo.Yo creo que no es necesario amonestarosque os apartis de toda esta clase de extra-vagantes absurdos. Tales cosas deshonranla Biblia, insultan el sentido comn de losoyentes, y humillan al ministro. No es estala espiritualizacin que os recomendamos,as como el cardillo del Lbano no es el cedrode Lbano. Guardaos de aquella trivialidadpueril y tendencia atroz de torcer textos, queos har sabios a vista de los necios, peronecios a vista de los sabios.

II. NO ESPIRITUALIZAR SOBRE ASUNTOS INDECENTES

Nuestro segundo consejo es que nuncaespiritualicis sobre asuntos indecentes. Esnecesario advertiros esto, porque la familiade predicadores poco juiciosos son muyafectos a hablar de cosas que tien desonrojos las mejillas de la modestia. Haycierta clase de escarabajos que se cran enla inmundicia, y estos animalejos tienen suprototipo entre los hombres. Recuerdo aho-ra a un telogo raro que trataba con un gustoadmirable y con una uncin sensual, elpasaje de la concubina hecha diez pedazos.Greenacre mismo no hubiera podidohaberlo hecho mejor. Cuntas cosas abo-minables no se han dicho sobre algunos delos smiles ms severos y horripilantes deJeremas y de Ezequiel! Donde el EsprituSanto se ha expresado valindose de unestilo velado y casto, estos hombres hanquitado el velo, y hablado como tan solo laslenguas sueltas se atreveran a hacerlo. Enverdad yo no soy escrupuloso: lejos de ah;pero explicaciones del renacimiento que sebasan en las analogas sugeridas por unapartera; exposiciones minuciosas de la vidade los casados, me encolerizaran y meinclinaran a mandar a imitacin de Jeh,que los que tal descaro tienen, fuesen arro-jados del puesto elevado que osaran des-honrar por su impudencia desvergonzada.Creo que ningn espritu puro debe estarsujeto al aliento ms ligero de indecencia, nimucho menos en el plpito. La esposa deCsar debe estar fuera de toda sospecha,y los ministros de Jesucristo deben ser in-maculados en su vida y en sus palabras.Seores, los besos y abrazos en que sedeleitan algunos predicadores, son detesta-bles; seria mucho mejor no predicar sobreel Cantar de los Cantares de Salomn, quetratarlo, como lo han hecho muchos herma-nos, con un estilo medio indecente. Losjvenes deben tener empeo especial enser escrupulosa y celosamente modestos ypuros en sus palabras. A un anciano se lepermite ms libertad, quin sabe por qu;pero un joven no tendra pretexto alguno, siviolara la ms perfecta delicadeza.


III. NO ESPIRITUALIZAR PARA IMPRESIONAR

En tercer lugar, nunca espiritualicis afin de llamar la atencin sobre vuestro propiotalento extraordinario. Tal objeto sera malo,y el mtodo empleado seria necio. nica-mente un egregio simpln buscar que se leguarde consideracin especial por haberhecho lo que casi todos los hombres hubie-ran podido hacer igualmente bien. Ciertoaspirante predic una vez sobre la palabrapero, esperando as ganarse el favor dela congregacin que, segn su modo depensar, no poda menos de entusiasmarsepor el talento de un hermano que poda ex-tenderse tanto al tratar de una simple con-juncin. Su asunto parece que era ste: pormucho bueno que hubiera en el carcter deun hombre, o por admirable que fuera ensus circunstancias, siempre habra algunadificultad, alguna prueba en conexin conesto. Por poner un ejemplo, Naamn eraun gran varn delante de su seor, peroleproso. Cuando el orador baj del plpito,los diconos dijeron: Bien, usted acaba dedarnos un sermn muy raro; pero nos constacon toda claridad, que no es usted la per-sona ideal para esta congregacin. Ay dela agudeza, cuando llega a ser tan despre-ciable, y con todo, pone una arma en manosde sus propios enemigos!

Recordad y tened presente que el espi-ritualizar no es algo admirable como mani-festacin de la destreza intelectual, aunquepodis hacerlo bien, y recordad tambin quesin discrecin es el modo ms fcil de reve-lar vuestra extrema necedad. Seores, sianhelis rivalizar con Orgenes, en sus inter-pretaciones extravagantes y originales, se-ra provechoso que leyerais su biografa ynotareis atentamente las necedades en quecay no obstante su ilustracin, por permitirque una imaginacin desenfrenada domina-ra totalmente su juicio; y si llevis por miraexceder a los declamadores vulgares de lageneracin pasada, dejadme que os recuer-de que la gorra y las campanitas no influyentanto ahora en la gente, como hicieron hacealgunos aos.

IV. DISTINGUIR CON CUIDADO HISTORIA Y PARBOLA

Nuestra cuarta advertencia, es que nun-ca pervirtis la Escritura con pretexto dedarle un significado original y espiritual, nosea que os hagis reos de aquella maldicinsolemne con que se guarda y se cierra elrollo de la inspiracin. El Sr. Cook, de Mai-denhead, se vio obligado a separarse deGuillermo Huntingdon, a causa de que steinterpretaba el 7 mandamiento como dirigi-do por Dios Padre a su Hijo, y teniendo estesignificado: No codiciars la mujer del dia-blo, a saber, de los reprobados. No pode-mos menos que exclamar al orla: horri-ble!. Quiz seria un insulto a vuestra razny religin decir: detestad el pensamiento detal profanacin. Por instinto, la aborrecis.

Adems, nunca permitis que vuestracongregacin se olvide de que las narracio-nes que espiritualizis, son hechos y nomeras fbulas o parbolas. Este significadopalpable de un pasaje, nunca se debe ane-gar en la exuberancia de vuestra imagina-cin, sino debe ponerse de manifiesto contoda claridad, y ocupar el primer rango en laimportancia. Vuestra interpretacin acomo-dada, nunca debe hacer abstraccin delsentido original y nativo del texto, ni aunmenoscabarlo. La Biblia no es una compila-cin de alegoras interesantes, ni de tradicio-nes poticas e instructivas, sino que enseahechos literales, y revela realidades tremen-das. Poned de manifiesto a todos los que osescuchen, vuestra persuasin plena de laverdad de esta declaracin. Seria muy tristepara la Iglesia, que el plpito adoptara aunaparentemente, la teora escptica de quelas Santas Escrituras no son sino una mito-loga pulida, consignada autoritativamente,en la cual glbulos de verdad se encuentranen solucin en un ocano de detalles po-ticos e imaginarios. Sin embargo, espiritua-lizar textos tiene un lugar legtimo, o msbien lo tiene el don particular que induce alos hombres a hacerlo. Los hombres despro-vistos de imaginacin y de ingenio nieganesto, as como las guilas pueden poner enduda la legalidad de cazar moscas; sinembargo, las golondrinas fueron creadas


con este fin, as el fin principal de algunoshombres es el ejercicio de una imaginacinpiadosa. Por ejemplo, habis visto frecuen-temente que los tipos ofrecen un campo muyvasto para el ejercicio de una ingeniosidadsantificada. Qu necesidad tenis de bus-car una referencia en la Biblia a mujeresdetestables de que tratar en vuestros ser-mones, mientras tengis enfrente el Taber-nculo en el desierto, con todos sus utensi-lios sagrados, el holocausto, el sacrificiopropiciatorio y todos los otros sacrificios quefueron ofrecidos a Dios? Por qu buscisnovedades, cuando tenis delante de voso-tros el templo y todas sus glorias? El talentoms capaz de interpretar los tipos, puedeocuparse casi sin lmites, de los smboloslegtimos de la Palabra de Dios, y tendrmayor satisfaccin en este ejercicio, puestoque esta clase de smbolos se han instituidopor Dios. Cuando hayis tratado de todoslos tipos del Antiguo Testamento, os restartodava el tesoro de mil metforas.

Una explicacin discreta de las alusio-nes poticas de las Santas Escrituras, sermuy aceptable a vuestras congregaciones,y con la bendicin divina, muy provechosa.Pero dando por sentado que habis explica-do todos los tipos, ordinariamente reconoci-dos como tales, y que habis arrojado vues-tra luz sobre los emblemas y las expresionesfiguradas de la Biblia, debern dormir des-pus vuestra imaginacin y aptitud parainterpretar los smiles? De ningn modo.Cuando el apstol Pablo encuentra un mis-terio en Melquisedec, y hablando de Agar ySara, dice: Las cuales cosas son dichaspor alegora, nos da un precedente paraque descubramos alegoras Bblicas enotros pasajes adems de los referidos. A laverdad, los libros histricos nos ofrecen ale-goras no solo aqu y all, sino que pareceque como un todo han sido escritas con elfin de darnos una enseanza simblica. Unpasaje del prefacio de la obra del Sr.Andreas Jukes sobre los tipos del Gnesis,nos ensear sin forzar la interpretacin,puede muy bien una teora bien elaborada,formarse por una inteligencia piadosa. Vedlo que dice ese autor llevado en alas de suimaginacin: como base o razn de lo que

ha de seguir, se nos demuestra primero loque se origina del hombre y de todas lasdistintas formas de vida que ya por natura-leza o ya por gracia, puede producir la razdel viejo Adn. Esto se encuentra en el librodel Gnesis. Enseguida vemos que no sien-do bueno lo que ha procedido de Adn, espreciso que haya redencin, por esto encon-tramos a un pueblo escogido, redimido porla sangre del Cordero y rescatado de Egipto.Esto es lo que se contiene en el xodo.Siendo conocida la redencin, adquirimos lacerteza de que los escogidos necesitan ac-ceso a Dios, el Redentor, y que en el santua-rio aprenden el modo de conseguirlo. Estose consigna en el Levtico. Despus cami-nando como peregrinos por el desierto deeste mundo, una vez salidos de Egipto, casade esclavitud, pas de maravillas y de lasabidura humana para dirigirnos a la tierraprometida ms all del Jordn, tierra quefluye leche y miel, se aprenden las pruebasdel camino. Esto se ve en el libro de losNmeros. A continuacin viene el deseo decambiar el desierto por la tierra prometida,en la cual los elegidos no quieren entrar poralgn tiempo aun despus de haber cono-cido la redencin. Esto corresponde al de-seo que tienen los escogidos de realizar suprogreso, en cierto grado, de conocer la vir-tud de la resurreccin, de vivir en suma, aunen este mundo, como si estuvieran en luga-res celestiales. En este concepto siguenlgicamente las reglas y los preceptos quese deben obedecer para lograr el fin indica-do. El Deuteronomio, segunda anunciacinde la ley, segunda purificacin, nos habla delcamino de progreso. Despus de todo esto,se llega a la tierra de Canan. Atravesamosel Jordn; conocemos prcticamente lamuerte de la carne, y lo que es ser circun-cidado y quitar de nosotros el oprobio deEgipto. Ahora conocemos qu significa serresucitado con Cristo, y tener lucha no con-tra sangre y carne, sino contra principadosy malicias espirituales que habitan en losaires. Esto lo vemos en Josu. Enseguidaviene la derrota de los escogidos en lugarescelestiales, derrota que resulta de haberhecho pactos con los cananeos en vez dehaberlos vencido. Esto nos consta en los


Jueces. Despus de esto, las distintas for-mas de gobierno que la Iglesia ha de cono-cer, pasan sucesivamente en los libros delos Reyes. stas se extienden desde el esta-blecimiento de la monarqua en Israel, hastasu extincin, poca en que los escogidosson a consecuencia de sus pecados, entre-gados en poder de Babilonia. Siendo cono-cido esto, con toda su vergenza, vemosque el resto de los escogidos, cada unasegn su fuerza, hacen lo que les es posiblepara restaurar a Israel. Algunos comoEsdras, regresan a Canan para reedificarel templo, es decir para restaurar el verda-dero culto; y otros como Nehemas, subenpara reconstruir el muro, es decir, para res-tablecer con licencia de los gentiles, unaimitacin dbil de la poltica antigua, mien-tras que otro resto en Ester, se ve cautivo,pero fiel y providencialmente salvado, porms que el nombre de Dios no aparece niuna sola vez en todo ese relato. No os re-comiendo que hagis uso de la imaginacinen un grado tan extravagante como el deeste autor en algunos comentarios de susescritos, en los cuales vemos su tendenciahacia el misticismo; pero sin embargo, lee-ris la Palabra de Dios con un inters au-mentado en extremo, si notis la relacinmutua de los libros de la Biblia y el desarrollode sus tipos, siguiendo un orden sistemti-co. Bien podemos agregar que la aptitudpara espiritualizar, se emplear con prove-cho generalizando los grandes principiosuniversales que se ingieren de hechos mi-nuciosos y distintos. Este uso es ingenioso,instructivo y legitimo. Tal vez no queris pre-dicar sobre el texto Tmala por la cola(x. 4:4); pero la observacin sugerida poreste pasaje, es muy interesante

100 Sermon Es de Charles Spurgeon

Documents

Transcript of 100 Sermon Es de Charles Spurgeon