10. Jesús de Nazaret, Profeta Del Reino de Dios

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7. Reflexionamos - nos comprometemos. El Reino pertenece a los pobres y a los pequeños, es decir a los que lo acogen con un corazón humilde. Jesús fue enviado para "anunciar la Buena Nueva a los pobres" (Lc 4, 18; cf. 7, 22). Los declara bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los cie- los" (Mt 5, 3); a los "pequeños" es a quienes el Padre se ha digna- do revelar las cosas que ha ocultado a los sabios y prudentes (cf. Mt 11, 25). ¿Cómo nuestra pequeña comunidad puede anunciar a los pobres y pe- queños el Reino? ¿Qué signos en la vida de nuestra comunidad están aconteciendo y nos indican que el Reino se está anunciando? Compromisos comunitarios: Hacer conocer la noticia del Reino de Dios a nuestros hermanos: contactar a los jóvenes de la comunidad para hacer mu- rales alusivos al Reino de Dios en algún muro de nuestro sector. Compromiso personal: Convocar a otros hermanos a conocer a Jesús, anun- ciador del Reino, invitándolos a las reuniones de la comunidad. 9. Celebramos: A. En la mesa que estará preparada como siempre tener frases de las bie- naventuranzas. Algunos participantes tomará una y la leerá y realizará una oración con ella (dejar unos momentos de silencio) B. Todos rezan para finalizar la oración del Plan Diocesano Señor Jesús Tú has venido para anunciar el Reino, y nos llamas a seguirte. no quieres seguidores individuales que vivan en solitario su aventura. Por eso, nosotros queremos ser comunidad, ayúdanos a ser una comunidad viva en la que todos nos saludemos y nos queramos, en la que celebremos y compartamos la fe y pongamos a disposición de los otros las cualidades de cada uno, en la que nos sintamos todos evangelizados y evangelizadores, en la que vivamos concretamente el misterio y la responsabilidad de ser verdaderamente Iglesia. Señor Jesús: Queremos seguirte juntos para anunciar y construir el Reino. ¡En comunidad!, Ayúdanos. Amén. 1.- Oremos Juntos: Queremos ser mensajeros de tu Palabra; danos va- lentía para llevarla por todos los rincones de nuestra sociedad, Señor. Queremos ser sembradores de tu Esperanza; danos perseverancia para no bajar los brazos y empezar cada día como si fuera el primer día de labranza. Queremos ser anunciadores de Buenas Nuevas; danos alegría para contagiar a otros la gratuidad de tu amor. Queremos ser una mano tendida al otro; danos compasión para sentir con tu espíritu y actuar con tu com- promiso. Queremos ser constructores de co- munidad; danos comprensión para escuchar, para fortalecer relacio- nes, para unir a las personas. (Extracto Marcelo Murúa) 2. Cantemos al Señor 3.– ¿Donde nos encontramos? ¿Qué aprendimos el encuentro pasado? “”El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y cran en la Buena Noticia” (Mc 1, 14) ANIMADOS POR JESÚS, SOMOS COMUNIDAD SOLIDARIA 10. Jesús de Nazaret, Profeta del Reino de Dios Jesús cada ma- ñana despertaba presuroso y a todo el que veía su noticia le anunciaba. Y cando ano- checía regresa- ba sudoroso junto con sus amigos su noti- cia comentaba ¿Qué noticia es Señor Jesús? (bis) Jesús con su noticia los cami- nos recorría, tres años eran poco para el fuego que lleva- ba, los cerros y los valles a pie los caminaba, y con su gran noti- cia los lagos navegaba. Que Dios ama a los pobres ¿Qué noticia es? Que Dios ama al que lucha ¿Qué noticia es? Que Dios ama esta tierra ¿Qué noticia es? Que sólo al po- bre escucha ¿Qué noticia es?

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7. Reflexionamos - nos comprometemos.

El Reino pertenece a los pobres y a los pequeños, es decir a los que lo acogen con un corazón humilde. Jesús fue enviado para "anunciar la Buena Nueva a los pobres" (Lc 4, 18; cf. 7, 22). Los declara bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los cie-los" (Mt 5, 3); a los "pequeños" es a quienes el Padre se ha digna-do revelar las cosas que ha ocultado a los sabios y prudentes (cf. Mt 11, 25).

¿Cómo nuestra pequeña comunidad puede anunciar a los pobres y pe-queños el Reino?

¿Qué signos en la vida de nuestra comunidad están aconteciendo y nos indican que el Reino se está anunciando?

Compromisos comunitarios: Hacer conocer la noticia del Reino de Dios a nuestros hermanos: contactar a los jóvenes de la comunidad para hacer mu-rales alusivos al Reino de Dios en algún muro de nuestro sector.

Compromiso personal: Convocar a otros hermanos a conocer a Jesús, anun-ciador del Reino, invitándolos a las reuniones de la comunidad.

9. Celebramos:

A. En la mesa que estará preparada como siempre tener frases de las bie-naventuranzas. Algunos participantes tomará una y la leerá y realizará una oración con ella (dejar unos momentos de silencio)

B. Todos rezan para finalizar la oración del Plan Diocesano

Señor Jesús Tú has venido para anunciar el Reino, y nos llamas a seguirte.

no quieres seguidores individuales que vivan en solitario su aventura. Por eso, nosotros queremos ser comunidad,

ayúdanos a ser una comunidad viva en la que todos nos saludemos y nos queramos,

en la que celebremos y compartamos la fe y pongamos a disposición de los otros las cualidades de cada uno,

en la que nos sintamos todos evangelizados y evangelizadores, en la que vivamos concretamente el misterio

y la responsabilidad de ser verdaderamente Iglesia. Señor Jesús:

Queremos seguirte juntos para anunciar y construir el Reino.

¡En comunidad!, Ayúdanos.

Amén.

1.- Oremos Juntos:

Queremos ser mensajeros de tu Palabra; danos va-lentía para llevarla por todos los rincones de nuestra sociedad, Señor.

Queremos ser sembradores de tu Esperanza; danos perseverancia para no bajar los brazos y empezar cada día como si fuera el primer día de labranza.

Queremos ser anunciadores de Buenas Nuevas; danos alegría para contagiar a otros la gratuidad de tu amor.

Queremos ser una mano tendida al otro; danos compasión para sentir con tu espíritu y actuar con tu com-promiso.

Queremos ser constructores de co-munidad; danos comprensión para escuchar, para fortalecer relacio-nes, para unir a las personas. (Extracto Marcelo Murúa)

2. Cantemos al Señor

3.– ¿Donde nos encontramos?

¿Qué aprendimos el encuentro pasado?

“”El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y cran en la Buena Noticia” (Mc 1, 14)

ANIMADOS POR JESÚS, SOMOS COMUNIDAD SOLIDARIA

10. Jesús de Nazaret, Profeta del Reino de Dios

Jesús cada ma-ñana despertaba presuroso y a todo el que veía su noticia le anunciaba.

Y cando ano-checía regresa-ba sudoroso junto con sus amigos su noti-cia comentaba

¿Qué noticia es Señor Jesús? (bis)

Jesús con su noticia los cami-nos recorría, tres años eran poco para el fuego que lleva-ba, los cerros y los valles a pie los caminaba, y con su gran noti-cia los lagos

navegaba.

Que Dios ama a los pobres ¿Qué noticia es?

Que Dios ama al que lucha ¿Qué noticia es?

Que Dios ama esta tierra ¿Qué noticia es?

Que sólo al po-bre escucha ¿Qué noticia es?

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5. Iluminados por la Palabra

Leemos en el Nuevo Testamento: Lucas 4, 18 – 21

Nos preguntamos: ¿Qué dice el texto? ¿De qué está hablando Jesús? ¿a quien se dirige? ¿Qué les quiere trans-mitir a aquella comunidad reunida?

¿Qué me dice el texto? ¿Qué nos dice? ¿Cómo ilumina este texto nuestra vida y nuestro caminar cristiano? ¿Qué señales se están dando en nuestra comunidad que expresen la cercanía del Reino de Dios? ¿Estamos compro-metidos como Jesús en la construcción del Reino de Dios?

¿Qué llamadas a la conversión me hace este texto? ¿Cómo ilumina nuestra vida de comunidad?

* * * El Reino de Dios es el núcleo central de la predicación de Jesús, su convicción

más profunda, la pasión que anima toda su actividad. Todo lo que dice y hace

Jesús está al servicio del Reino de Dios. Jesús está consciente de que él ha venido

a cumplir lo que prometieron os profetas (Cf. Lc 4, 18—21). Por eso hace presen-

te el Reino con su práctica: curar a los enfermos, anunciar la Buena Noticia de

liberación a los oprimidos y a los pobres, hacer presente el amor y la misericor-

dia de Dios a los pecadores.

4. Experiencia humana

En el mundo aún existen las monarquías. En los países donde existe la monarquía como forma de gobierno no hay presidentes constitucionales sino reyes. Los reyes gobiernan “su reino” y todos los que viven en el territo-rio que comprende el reino son sus súbditos. Las rela-ciones que se establecen, igual que en los regímenes políticos presidencialistas son asimétricas… Los gober-nantes están arriba, en el más alto peldaño de la escale-

ra social, el pueblo ocupa los últimos lugares. De vez en cuando los reyes salen a saludar a sus súbditos, especialmente en las fiestas del reino. Jesús vino a anunciar el Reino de Dios ¿En qué consiste? ¿Qué les viene a la mente cuando escuchamos la expresión propia de Jesús: Reino de Dios”? Parece que el reino de Dios, no se parece en nada a los reinos de este mundo ¿Por qué? ¿qué lo hace diferente? ¿qué hemos escuchado del Re-ino de Dios? ¿Qué significa que debemos construir el Reino de Dios aquí y ahora? Compartamos entre todos.

6. Profeta del Reino de Dios Todo adquiere su unidad, su verdadero significado y su fuerza apasio-nante desde esa realidad. El Reino de Dios es la clave para captar el sen-tido que Jesús da a su vida y para entender el proyecto que quiere ver realizado en Galilea, en el pueblo de Israel y, en definitiva, en todos los pueblos. Jesús no enseña en galilea una doctrina religiosa para que sus oyen-tes la aprendan bien. Anuncia un acontecimiento para que aquellas gentes lo acojan con gozo y con fe. Nadie ve en él a un maestro dedica-do a explicar las tradiciones religiosas de Israel. Se encuentran con un profeta apasionado por una vida más digna para todos, que busca con todas sus fuerzas que Dios sea acogido y que su reinado de justicia y misericordia se vaya extendiendo con alegría. Su objetivo no es perfec-cionar la religión judía, sino contribuir a que se implante cuanto antes el tan añorado reino de Dios y, con él, la vida, la justicia y la paz. Jesús no se dedica tampoco a exponer a aquellos campesinos de gali-lea nuevas normas y leyes morales. Les anuncia una noticia: “Dios ya está aquí buscando una vida más dichosa para todos. Hemos de cam-biar nuestra mirada y nuestro corazón”. Su objetivo no es proporcionar-les un código moral más perfecto, sino ayudarles a intuir cómo es y cómo actúa Dios, y cómo va a ser el mundo y la vida si todos actúan co-mo él. Eso es lo que quiere comunicar con su palabra y con su vida ente-ra. Jesús sorprendió a todos con esta declaración: “El Reino de Dios ya ha llegado”. Su seguridad tuvo que causar un verdadero impacto. Su acti-tud era demasiado audaz: ¿No seguía Israel dominado por los romanos? ¿no seguían los campesinos oprimidos por las clases poderosas? ¿No estaba el mundo lleno de corrupción e injusticia? Jesús, sin embargo habla y actúa por una convicción sorprendente: Dios está ya aquí, ac-tuando de manera nueva. Su reinado a comenzado a abrirse paso en estas aldeas de Galilea. La fuerza salvadora de Dios se ha puesto en marcha. Él lo está ya experimentando y quiere comunicarlo a todos. Esta intervención decisiva de Dios que todo el pueblo estaba esperando no es en modo alguno un sueño lejano; es real y se puede captar ya desde ahora. Dios comienza a hacerse sentir. En lo mas hondo de la vida se puede percibir su presencia salvadora. (Cf. PAGOLA, José A., Jesús, aproximación histórica, PPC, Madrid Mayo de 2013, 98—107) ¿Jesús iba por las plazas y pueblos anunciando el mensaje del Re-

ino ¿Dónde deberíamos anunciar actualmente el mensaje del Evangelio del Reino?

¿Qué hacer para que el Reino de Dios se haga presente en nues-tra comunidad y en nuestro país?

¿Cómo dar vida abundante a nuestro pueblo?