1 Proceso contra los conjurados y documentos enfavor … · Benedicto Triana el24por la noche...

1Proceso contra los conjurados

y documentos en favor del régimende Bolívar

1. Documentos sobre el proceso de la conspiracióndel 25 de septiembre de 1828

Reimpresión parcial del libro: Enrique Ortega Ricaurte, Documentos sobre el proceso dela conspiración del 25 de septiembre de 1828. Originales del Fondo Pineda y del archivohistórico que reposan en la Biblioteca Nacional. Bogotá: prensas de la Biblioteca Nacio-nal, 1942.

De esta obra, la Fundación publicó lo referente al proceso contra Santander, ladeclaración de Agustín Horment yel Diario de Jenaro Montebrune en el tomo correspon-diente al proceso contra Santander (Nota del editor).

CAPIT AN BENEDICTO TRIANA

Plaza de Bogotá, año de 1828

Sumaria instructiva contra el capitán Benedicto Triana para averiguar la conspiraciónque se tramaba contra el gobierno y excelentísimo señor Libertador.

Juez fiscal el señor mayor de esta plaza y primer comandante José Arce. Secretario elteniente Pedro Portocarrero.

Concluido y remitido a presidio el 16 de octubre de 1828 a Cartagena a cargo delcomandante Espinar.

República de Colombia, Estado Mayor de Cundinamarca.

Bogotá, 26 de septiembre de 1828, 18º

Muy reservado.

Al señor mayor de Plaza.

El señor general comandante general ha sabido extrajudicialmenteque el capitán Benedicto Triana, saliéndose de la prisión en que se hallabaha vertido expresiones subversivas y ha dado a entender que tenía yaformada una conspiración contra el gobierno, contando con oficiales deVargas y otras cosas semejantes. En su virtud su señoría previene procedausted a formar una sumaria información del hecho, para lo cual tomaráusted la primera declaración al subteniente retirado Francisco Salazar,que se presentará a usted para el objeto.

El capitán Triana se halla preso y privado de comunicación en elcuartel de Granaderos.

Dios guarde a usted,

Ramón Guerra.El jefe.

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Estado mayor departamental.

Bogotá, 26 de septiembre de 1828

El señor comandante general nombra de secretario de la presentesumaria, al teniente Pedro Portocarrero.

De su orden.Guerra.El jefe.

ACEPTACION DEL SECRETARIO

José Arce, primer comandante y mayor de esta plaza, certifico que hoy25 de septiembre de 1828 compareció el teniente Pedro Portocarrero, nom-brado secretario en esta sumaria, a quien se le recibió juramento confor-me a ordenanza, prometiendo bajo su palabra de honor desempeñarlegalmente este encargo, guardar sigilo en cuanto actuase y para que asíconste por diligencia, firma con el señor juez fiscal.

.José Arce.Pedro Portocarrero.

DECLARACION DEL PRIMER TESTIGO, SUBTENIENTEFRANCISCO SALAZAR. Septiembre 26.

En el mismo día, mes y año se hizo comparecer al subteniente Francis-co Salazar , a quien se le recibió juramento conforme a ordenanza, quienprometió bajo su palabra de honor decir verdad en lo que supiere y fuereinterrogado; y

Preguntado: su nombre, edad y empleo, dijo llamarse Francisco Sala-zar, de edad de 34 años, que es subteniente de ejército retirado.

Preguntado: ¿Diga si conoce al capitán Benedicto Triana y si ha entendi-do o sabido que este oficial haya manifestado tener algún plan de conspi-ración contra el gobierno, manifestando todo cuanto sepa en el particu-lar, el lugar, hora y personas que puedan acreditar el hecho", dijo: que síconoce al tal referido capitán Triana, que anoche, como a las once de lanoche, estando el que declara en el cuartel de artillería en un cuarto bajodonde está alojado, entró el dicho capitán Triana y le dijo las siguientes

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palabras: "Salazar, vengo de la logia donde me protegen todos y hemosde joder a ese viejo Bolívar que ha dado en [ser] un tirano y he adelantadomucho con los muchachos de Vargas y todos son muchachos decentes,que con cuatro hombres que él tuviera le metía el pie [pateara] a dos-cientos, y después le dijo: ¿no sabe vuestra merced que yo soy masón?" Alo que le contestó el declarante: yo no sé nada de eso y sepa usted que soyprotegido por todos los paisanos del pueblo; y como usted no se vayapronto para el Cauca, verá usted; y si usted me llega a denunciar en esto lepegaré a usted una puñalada en la cama, por lo que el declarante se salió,por cuya razón esta mañana temprano dio parte verbal al excelentísimoseñor Libertador.

Preguntado: ¿Diga si alguno otro oyó esta conversación? dijo: que no,pues el teniente Tovar, que suele dormir cuando está de semana, noestaba ahí anoche.

Preguntado: ¿Diga si observó que dicho Triana estuviese fuera de lossentidos por embriaguez, dijo que no notó estuviese ebrio.

Preguntado: ¿Diga si cuando le manifestó contaba con los muchachosde Vargas le expresó algunos o si le llegó a significar dónde era esa reu-nión, la casa y calle?, dijo: que no le manifestó nada de la pregunta enambas partes. Que esto es lo que ha precedido y es lo mismo que significóa su excelencia, por lo que se concluyó esta declaración, la que leída que lefue se afirmó y ratificó y la firma con el señor juez y el presente secretario.

José Arce. Francisco Salazar.Ante mí,

Pedro Portocarrero.Secretario.

DECLARACION DEL CAPIT AN BENEDICTO TRIANA.Septiembre 26.

En la plaza de Bogotá, a la madrugada del 26, pasó el señor juez fiscalcon asistencia del presente secretario al cuartel de Granaderos donde sehalla preso y sin comunicación el capitán Benedicto Triana, a quien se lerecibió juramento conforme a ordenanza, quien prometió bajo su palabrade honor decir verdad; y

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Preguntado: por una declaración instructiva por su nombre, edad yempleo, dijo llamarse Benedicto Triana, capitán de la sexta compañía delbatallón Cauca, casado, de edad de 41 años; y

Preguntado: ¿Diga con qué permiso salió anoche del arresto en que sehallaba?, dijo: que con motivo de hacer dos años tres meses que se hallapreso salía por el día y por la noche a la inmediación del cuartel, sin quehiciesen alto en ello y que anoche estuvo hasta cerca de las nueve conver-sando con el subteniente Ibarra y el alférez Alquisiras y el señor generalPadilla, donde se halla preso; y que después de esta hora pasó a conversarcon el teniente Luis Quintero en la guardia de prevención de Vargas; queallí le dieron cuatro reales dicho Quintero y vino donde las paisanas yllevó media botella de aguardiente uva; y que habiendo regresado toma-ron de esta el oficial Quintero, el teniente Muñoz y el declarante; y queesto fue en frente al cuartel, en donde vive el alférez Prías; que de allí sevolvió a su cuartel a dormir y se acostó hasta por la mañana a las diez; y

Preguntado: ¿Diga qué conversación tuvo con alguna otra personaantes de acostarse?, dijo: que conversó con el teniente Lizaldi sobre unoscuadernitos de masonería, los que han repartido al capitán Sánchezcuatro, al teniente Vila otro, ofreciéndoles que formarían su logia; y

Preguntado: ¿Diga de dónde tuvo dichos cuadernos o quién le invitópara este repartimiento entre los oficiales de Vargas?, dijo: que desdeQuito los trajo; y

Preguntado: ¿Diga con qué objeto hizo este repartimiento?, dijo: quecomo eran conocidos por sus signos el capitán Sánchez, el tenienteSalazar, el teniente Acuña y el teniente Vila, que se lo recomendó elalférez Macías desde Tocaima paa que lo instruyera, le regaló tambiéncuaderno; y

Preguntado: ¿Diga qué se trató anoche en una reunión que hubo yconsta de 10 actuado acerca del gobierno y el excelentísimo señor Liberta-dor?, dijo: que solo compadeció la suerte del Libertador por tener laresponsabilidad de la nación y que a ninguna hora podría estar conquietud; que esto fue lo único que se trató del gobierno; y

Preguntado: ¿Diga cómo siendo lo único que se trató del gobierno lerelató al subteniente retirado Francisco Salazar todo lo que se habíaproyectado en esa reunión nocturna, dijo: que es falso.

Reconvenido, no se perjure y diga la verdad cuando consta de ladeclaración de este oficial que le refirió tener varios oficiales de Vargas

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comprometidos para quitar al excelentísimo señor Libertador el mando,que ya se había [convertido] en un tirano, dijo que es falso este cargo.

Preguntado: ¿Cómo dice ser falso el cargo cuando llegó el caso deamenazarlo que le daría una puñalada si contaba algo de lo que le habíarevelado?, dijo: que es falso este relato.

Preguntado: ¿Diga por qué le aconsejaba dicho oficial que siguiera al sury que si no vería lo que le iba a acontecer?, dijo: que es falso. Por lo que seconcluyó esta declaración instructiva, la que leída que le fue, se afirmó yratificó y la firmó con el señor juez fiscal y el presente secretario.

José Arce. Benedicto Triana.Ante mí,

Pedro Portocarrero.

CAREO DEL ALFEREZ SALAZAR CON EL CAPITAN TRIANA.Septiembre 26.

Seguidamente el señor juez fiscal, a efecto de aclarar la verdad cuandoel acusado se halle negativo, dispuso, conforme a la ley, practicar un careoentre el testigo y acusado, para lo cual hizo comparecer al subtenienteFrancisco Salazar; y previo el juramento de ordenanza, ofreció decirverdad, e igualmente se practicó esta diligencia con el acusado, prome-tiendo también, bajo su palabra de honor, decir verdad en lo que se leinterrogase; y

Preguntado: si conoce al testigo que se le presenta, si sabe le tenga odioo mala voluntad o si le tiene por sospechoso, dijo que sí le conoce ha[hace] el espacio de tres o cuatro días, que es el subteniente FranciscoSalazar, que no presume le tenga odio ni mala voluntad, ni le tiene porsospechoso; y

Preguntado: al testigo si conoce al que tiene presente, dijo que sí leconoce, que es el capitán Benedicto Triana, el mismo por quien hadeclarado, en cuyo estado se le leyó al acusado la declaración que hadado este testigo; y

Preguntado: al acusado exponga a su presencia todo lo que resulta deella, dijo que niega toda la declaración en todas sus partes y que se remitea su confesión en un todo; y

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Preguntado: al testigo qué reproduce [responde] sobre la negativa quehace el acusado en este careo, dijo que se afirma en su denuncia ydeclaración por ser cierta y verdadera, por lo que se concluyó estadiligencia que firman con el señor juez fiscal y el presente secrtario, queasí lo certifico.

José Arce. Benedicto Triana, Francisco Salazar.Ante mí,

Pedro Portocarrero.

DECLARACION DEL ABANDERADO PEDRO PRIAS.Septiembre 26.

En el mismo día, mes y año se hizo comparecer al subteniente abande-rado Pedro Prías, a quien se le recibió juramento conforme a ordenanza,quien prometió bajo su palabra de honor decir verdad; y preguntado sunombre, edad y empleo dijo: que se llama Pedro Prías, de edad de 29 añosy que es subteniente abanderado del batallón Vargas, de la guardia.

Preguntado: ¿Diga si es evidente haber estado en su casa el capitánBenedicto Triana el 24 por la noche en unión de otros oficiales, conformelo ha expuesto este oficial en su declaración instructiva, expresando lahora en que entró, en la que se retiró, quiénes se hallaron presentes y sobrequé se versó la conversación, relatando todo con puntualidad y verdad?,dijo: que es positivo haber estado allí dicho capitán Triana desde lasnueve hasta como a eso de las diez y que se hallaron el teniente LuisQuintero y Miguel Lizaldi; que la conversación solo versó sobre mujeres;que dicho Triana tomó café yeso porque lo mandó hacer Quintero y quedespués se fue dicho Triana.

Preguntado: ¿Diga si dicho Triana manifestó alguna expresión sobre elgobierno, seductora para trastornar el orden?, dijo que no; que lo que haprecedido es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho, con lo quese concluyó esta declaración; la que leída que le fue, se firmó y ratificó conel señor juez fiscal y el presente secretario.

José Arce. Pedro Prías.Ante mí,

Pedro Portocarrero.

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Señor comandante general.

El oficial Francisco Salazar ha sostenido su denuncio [denuncia] ydeclaración con firmeza, en el careo que fue indispensable practicara a [en]virtud de la negativa de Triana. El suceso de anoche es un adminículo que,reunido a la declaración y denuncio [denuncia] de dicho Salazar, formaun contraste de prueba para imponer a dicho Triana la pena prescrita enla ordenanza, en el artículo 26, tratado 8º, título 1Oº y en el decreto delexcelentísimo señor Libertador sobre conspiración.

Este asunto envuelve suma delicadeza con respecto a las indicacionesque hace Triana, cuyos puntos podrá vuestra excelencia consultarlos conla mayor reserva con su excelencia el excelentísimo señor Libertador,cuyo discernimiento podrá dar al que lleva la voz fiscal una idea sobre lospuntos que ha tocado dicho Triana y los considera del más sigilosoprocedimiento, por no ser conocidos ni en los crímenes militares ni en loscomunes de oficiales. Vuestra excelencia podrá discernir lo que juzguemás acertado al actual estado de las circunstancias. - Bogotá, septiembre26 de 1828.

NOTA

1. Folios 123 recto a 130 recto.

Silverio José Abondano, de los libertadores de Venezuela, primercomandante de infantería y segundo ayudante del estado mayor general.

Comisionado por su excelencia el comandante general de este depar-tamento para actuar una sumaria sobre hechos que tienen relación con laconspiración que ha aparecido en esta capital, para la cual nombra desecretario al capitán José Tomás Gómez, el que aceptó dicho encargo yfirma conmigo en Bogotá, a 1º de octubre de 1828.

S. J. Abondano, J. Tomás Gámez.

DECLARACION DEL SUBTENIENTE FRANCISCO SALAZAR.Octubre ¡º.

Acto continuo compareció el subteniente retirado Francisco Salazar,el que previo el juramento de estilo, dijo llamarse como queda dicho; y

112 Conjurados, t. 1

Preguntado: cuente cuanto sepa relativo a los acontecimientos de estacapital y más particularmente sobre la conversación que tuvo con elcapitán Benedicto Triana , dijo: que la noche del 24, a las doce de ella, vinoel capitán Triana al cuarto del declarante, adonde [en donde] dormíanjuntos, diciéndole: Salazar, ¿no sabe usted que vengo de la logia y heconseguido varios muchachos de Vargas que son muy decentes, ya que amí me protegen todos los del país? Este viejo Bolívar ha dado en [ser] muytirano y lo hemos de joder, que yo con cuatro hombres le meto el pie adoscientos; que después le dijo: Salazar, ¿no sabe usted que yo soymasón?, a lo que le contestó el que relata que no sabía ese cuento demasón; que después de esto se acostó dicho capitán Triana y a un rato selevantó dirigéndose a la cama del que declara y le dijo: cuidado comousted va a denunciarme porque le doy una puñalada en la cama; que asíque se durmió Triana, se salió el que expone a dormir afuera y el siguientedía pasó verbalmente a dar parte a su excelencia el Libertador.

Preguntado,' qué otras noticias ha tenido sobre la enunciada conspira-ción, dijo: que el mismo día que dio parte fue que tuvo lugar el atentadode la conspiración y que habiendo ido al cuartel de artillería a las ocho dela noche entró al cuarto donde dormía y oyó diciendo al alférez Alquisi-ras: "Fuera vagabundos", a cuya expresión se salió para la calle, quedán-dose en dicho cuarto su asistente José María Palacios, el que podrá darrazón de lo que pasó después. Que es cuanto puede decir en el particular yque lo dicho es la verdad a cargo de [bajo] la palabra de honor que tienedada, en que se afirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración, y dijoser de edad de 33 años, y la firma con dicho señor fiscal y el presentesecretario.

S. 1. Abondano, Francisco Salazar, J. Tomás Gámez.

DECLARACION DEL SOLDADO 1.M. PALACIOS. Octubre ¡º.

Inmediatamente compareció el soldado asistente José María Pala-cios, a quien se le recibió juramento conforme a ordenanza, dijollamarse como queda dicho y que es asistente del alférez Salazar.

Preguntado: cuente cuanto vio y oyó en el cuartel de artillería el25 delmes que finó por la noche, dijo: que la noche por que se le pregunta sehalló en el cuartel de artillería desde las siete y media de la nocheaguardando a su patrón para darle un medicamento; que su patrón tomó

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el medicamento, salió y no volvió más; que observó que entraron comocuatro o seis oficiales de los que el exponente no conoce ninguno; que es-tos cubrieron una mesa con licores y estuvieron tomando, entrando ysaliendo hasta muy tarde de la noche, en que habiéndole preguntado auno de ellos al que expone que en dónde estaba su patrón, le contestó queno sabía; que entonces se salieron sacando la luz y cerrando la puerta porla parte de afuera; que a pocos momentos oyó ruido de armas y tiros, peroque no pudo salir porque 10 habían encerrado y que allí permaneció hastaque al otro día por la mañana llegó su patrón y le abrió la puerta,dudando si lo habrían matado; en este estado se mandó suspender estadeclaración por si fuere necesario continuarla, y por no saber firmar eltestigo hace un signo de cruz y la firma el fiscal con el presente secretario(hay una cruz).

S. 1. Abondano.Ante mí,

1. Tomás Gámez.Secretario.

EL CAPITAN TRIANA RESPONDE A LAS DECLARACIONESDE SALAZAR. Octubre IQ.

Inmediatamente pasó el fiscal de esta causa acompañado del presentesecretario al cuarto donde se halla preso el capitán Benedicto Triana, conel objeto de tomarle una declaración, a cuyo fin se le recibió juramento,que hizo conforme a ordenanza y fue interrogado por su nombre yempleo; dijo llamarse como queda dicho y que es capitán de infantería.

Preguntado: ¿Qué conversación tuvo con el alférez Salazar el24del mespasado por la noche?, dijo: que la noche por que se le pregunta entró alcuarto en que dormía en el cuartel de artillería y encontró allí al alférezSalazar a quien le dijo que venía malo del estómago a causa de habersetomado una taza de café con leche y unas copas de aguardiente de uva;que seguramente su estómago quería hacer revolución y mudar de presi-dente; que no tuvo más conversación con el citado Salazar.

Reconvenido con las declaraciones del subteniente Salazar y con lossucesos del día, dijo: que aunque da la casualidad de que la declaración deSalazar coincida con los sucesos posteriores, el exponente no ha tenido talconversación ni sabe nada en el particular. En este estado el fiscal de esta

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sumaria mandó suspender esta declaración por si fuere necesario conti-nuarla; y firma el declarante con el fiscal y el presente secretario, de quecertifico.

S. 1. Abondano, J. Tomás Gámez. Benedicto Triana.

Inmediatamente mandó el fiscal de esta causa se practicase un careoentre el capitán Triana y el alférez Salazar, a cuyo fin compareció elsegundo en la prisión; y previo el juramento de estilo se le leyó al capitánTriana la declaración del alférez Salazar y se le reconvino con su dicho ydijo: que no se conforma por ser falso, y el subteniente Salazar le sostuvosu dicho con reconvenciones; mas el capitán Triana se mantuvo negativo,y para que conste por diligencia lo firman los careados y el presentesecretario.

S. J. Abondano, Benedicto Triana, Francisco Salazar.J. Tomás Gámez.

Secretario.


De la sumaria que he practicado resulta que el dicho del subtenienteSalazar está justificado por los sucesos del 25 y que aunque el capitánTriana se mantiene negativo, no hay duda de que él era sabedor de la cons-piración; su declaración la he dejado abierta por si acaso este individuo enmejor reflexión quiere hablar la verdad en la materia. - Bogotá, 1º deoctubre de 1828.

S. J. Abondano.

Sentencia.

Bogotá, 9 de octubre de 1828

Visto el proceso formado contra el capitán Benedicto Triana porconspiración contra el supremo gobierno de la nación y la persona de suexcelencia el Libertador presidente y resultando una gran prueba de quedicho Triana tuvo un conocimiento perfecto del plan de los conspiradorespor habérselo anunciado al subteniente Francisco Salazar y habersecomprobado su anuncio con la realidad del suceso. Por estos fundarnen-

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tos, administrando justicia a nombre de la República, de conformidad del[con el] decreto de 20 de febrero del presente año, se declara al expresadocapitán Benedicto Triana incurso en la clasificación del artículo quinto ypor lo mismo se condena a la pena de ocho años de presidio, consultándo-se esta sentencia con su excelencia el Libertador presidente para suaprobación o reforma.

Tomás Barriga y Brito.


Me conformo con la sentencia que precede; consúltese al gobiernopara su aprobación o reforma.

El general comandante general,Rafael Urdaneta.


Ministerio de Estado en el departamento de la guerra.Su excelencia el Libertador presidente aprueba la anterior sentencia y

destina al reo Triana al presidio de Puerto Cabello, al que se le enviarápreso por la vía de Cartagena.

J. M. Córdova.


Cúmplase, notifíquese al acusado y compúlsese testimonio de estasentencia, autorizado por el señor mayor de plaza para que sirva decondena a este individuo.

Rafael Urdaneta.

En la plaza de Bogotá, a 15 de octubre de 1828, se hizo saber laanterior sentencia al capitán Benedicto Triana y enterado de ella firmacon el mayor de esta plaza.

José Arce, Benedicto Triana l.

NOTA


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PROCESO CONTRA EL DOCTOREZEQUIEL ROJAS

Diligencias practicadas por los señores general Joaquín París y donManuel B. Alvarez, iniciadas en Bogotá el 26 de septiembre de 1828 ycontinuadas por el general Rafael Urdaneta.

Habiendo sido perturbado el orden público en la noche del día deayer, atacando del modo más escandaloso la casa de habitación de suexcelencia el Libertador presidente, una partida de artilleros armados,asociados de varios paisanos y comandados por algunos oficiales de queresultó haberse sorprendido la guardia; atropellada dicha casa, muerto ala inmediación de ella el coronel Fergusson, edecán de su excelencia;cometídose otros varios excesos hasta llegar el caso de haber sido precisorechazar y dispersar aquella partida con la fuerza armada del batallónVargas: para la indagación de hechos de tanta gravedad y en virtud de laorden expedida por su excelencia el Libertador presidente y nombramien-to que en ella hace, en comisión de auditor, al señor Manuel Alvarez,procédase en unión de dicho auditor a la práctica de las diligenciasconducentes, como por este se dispone, en Bogotá a 26 de septiembre de1828.

Joaquín París, Manuel B. Alvarez.Ante mi,

Cayo Angel.escribano público.

DECLARACION DEL TENIENTE JOSE IGNACIO LOPEZ.Septiembre 26.

En la ciudad de Bogotá, a 26 días del mes de septiembre de 1828, elseñor comandante general, en asocio del auditor nombrado en la orden

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que antecede, se constituyó [sic] en la pieza donde se halla arrestado elteniente José López, a quien recibió juramento, que hizo conforme aordenanza, ofreciendo por la cruz de su espada y bajo su palabra de honordecir verdad en lo que supiere y fuere interrogado; y siéndolo por sunombre, edad, empleo, patria y religión, dijo llamarse como quedaexpresado, de edad de 32 años, su empleo teniente, su patria Barcelona ysu religión católica, apostólica y romana.

Preguntado: si sabe el motivo por que se halla arrestado, dijo: que loIgnora.

Preguntado: ¿En dónde estuvo en la noche del día de ayer y en qué seempleó", dijo: que a prima noche se halló en la Fonda·de la Amistad, endonde permaneció hasta las diez u once de la noche, en cuya hora seencontró con el extranjero Horment y el primer comandante PedroCarujo , los que comandaban una partida de paisanos; y lo condujeron alcuartel de artillería, en donde tomó el comandante Carujo una partida detropa y se dirigieron a la casa del Libertador presidente, adonde [endonde] sorprendieron la guardia, dejando al exponente, con dos soldadosde los que llevaban, en la puerta de la casa, tanto para que sirviesen decentinelas en la puerta como para que custodiasen al exponente; queHorment subió a la casa y habiendo oído, el que declara, ruido, subióigualmente y observó que maltrataban a una señora, por lo que lesinsinuó no se comportasen de ese modo ni matasen a persona alguna; queseguidamente se retiró el exponente hacia la calle, por la que venía eledecán Fergusson; en la esquina de dicha casa adonde Horrnent, que yahabía salido, le descargó dos pistolas con las que lo hirió y el exponentesiguió precipitadamente por la calle de San Felipe, bajando la de lacatedral hacia la plaza, siguiendo por la de Florián hacia San Victorino ,en donde entró en casa de la ciudadana Bárbara Chinga en donde tomóalgún licor y saliendo, se mantuvo en la puerta hasta el amanecer a cuyahora pasó a su habitación y de ella a la casa en donde fue apresado.

Preguntado: ¿Cón qué objeto marchó el exponente en unión del coman-dante Carujo, Horrnent, tropa y los 14 paisanos que formaban la partidadel dicho extranjero a la casa del Libertador", dijo: que lo ignora porqueno se le comunicó.

Preguntado: si en la tarde o noche del día de ayer estuvo el exponenteen unión de algunos oficiales o paisanos en casa de alguno de ellos, algún

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cuartelo cualquiera otra parte, dijo: que no, pues se mantuvo en la casade su habitación.

Preguntado: si conoce al teniente Hinestrosa, a los capitanes Silva,Briceño y Mendoza y si sabe en dónde estuvieron aquellos la noche del díade ayer, dijo: que conoce a los que se le preguntan, pero que ignora dóndeestuvieron anoche.

Preguntado: si tuvo noticia de los planes horrorosos e inicuos queaquellos trazaron para asesinar a su excelencia el Libertador y causar losgrandes males que tal atentado debía traer a la República, dijo: que notuvo noticia alguna de lo que se le pregunta. En este estado se mandósuspender esta declaración y habiéndosela leído, dijo: que es lo mismoque ha expuesto, que no tiene que añadir ni quitar, y que es la verdad bajoel juramento que ha prestado; no firma por no poder verificarlo y lo haceel señor comandante general y auditor, por ante mí, de que doy fe.

Joaquín París. D. Bernardo Alvarez.Ante mí,


DECLARACION DEL SEÑOR GENERAL JOSE PADILLA.Septiembre 26.

En la ciudad de Bogotá, a los 26 días de septiembre de 1828, el señorcomandante general, asociado del auditor, se constituyó [sic] en la piezadel cuartel del batallón Vargas, donde se halla arrestado el señor generalJosé Padilla, a efecto de tomar su declaración indagatoria y para ello se lerecibió juramento, que hizo según ordenanza; ofreciendo por la cruz de suespada y bajo su palabra de honor decir verdad en lo que supiere y fuerepreguntado; y siéndolo por su nombre, empleo, edad, patria y religión,dijo que su nombre es como queda expresado, general de división, deedad de 44 años, natural de Riohacha, católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿En dónde se hallaba la noche del día de ayer, especialmentedesde las diez de ella hasta el amanecer del día de hoy, dijo: que hallándo-se guardando prisión en el cuartel de Milicias de Caballería se recogió a sucama desde las siete de la noche, hallándose en la pieza anterior el coronelJosé Bolívar; que el exponente se quedó dormido y bastante avanzada la

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noche, en que serían las once o doce de ella, según conceptúa, el expresa-do coronel Bolívar se introdujo precipitadamente y desnudo a la piezadonde dormía el que declara, llamándolo y dándole voces en que le decía:general. que me matan; que a ellas se levantó el exponente y el coronelBolívar se le puso a la espalda, cubriéndose con el declarante para no serofendido por una partida de diez o doce artilleros armados y un oficialque no conoció, que le atacaban; que el exponente le insinuó y suplicó nomatasen al dicho coronel; pero que, desatendiéndole y amenazándole dematarle si no se retiraba, consiguieron hacer salir al coronel Bolívar, alque le condujeron al patio del cuartel, donde le hicieron varios tiros,subiendo entretanto una partida de soldados para obligar al declarante aque bajase y tomase partido, a lo que se rehusó, manifestándoles sehallaba preso y no debía mezclarse en tal negocio; que consiguieronhacerlo bajar hasta la puerta del cuartel, de donde a favor del bulliciomilitar pudo escapárseles y volvió a subir a su alojamiento, en dondeencontró al sargento y un soldado de la guardia que le custodiaban y sehabían refugiado en aquella pieza en unión de su asistente; que luego que seretiró la tropa que había entrado a aquel cuartel, reunió las armas de laguardia e hizo a su asistente cerrase la puerta del cuartel con llave, recelosointentasen volver a entrar a obligarle tomar las armas, como lo habían in-tentado al principio, o matarle si a ello no accedía; que así permaneció has-ta que advirtió había cesado la bulla, en cuyo acto mandó a su asistente aque diese aviso al general Urdaneta u otro jefe, que el exponente se hallabaen el lugar de su arresto, habiendo dado varias voces hacia este cuartel,diciendo Vargas, aquí se halla el general Padilla; pero que con el alborotoque había en este batallón no se le oyó; que como a las cuatro y media dela mañana se le comunicó una orden del mismo señor general Urdanetapor el oficial Salazar para que pasase a este cuartel, como lo verificó.

Preguntado: si antes de que se levantase el coronel Bolívar y le llamase,tuvo noticia o supo de algún modo la horrible conspiración que la brigadade artillería con algunos paisanos formaron para quitar la vida a suexcelencia el Libertador presidente y asaltar su casa, dijo: que no tuvonoticia, ni remotamente, de lo que se le pregunta, pues hallándose unoficial a su vista, debía este presenciar la conversación que tuviese concualquier persona que le visitase.

Preguntado: si por los movimientos militares de la tropa, el sigilo conque obraron o los otros medios que pusieron para tan depravado desig-

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nio, no sospechó hubiese alguna trama oculta contraria a la disciplina, algobierno y al orden público, dijo: que no había otra tropa que la guardiaque lo escoltaba y así no vio lo que pasaba en el cuartel de artillería; eneste estado se mandó suspender esta por si conviniere continuarse yhabiéndosela leído, dijo ser lo mismo que ha expuesto y la verdad bajo eljuramento que ha prestado; y firma con el señor comandante general yelauditor, por ante mí, de que doy fe.

Joaquín París. D. B. Alvarez. J. Padilla.Ante mí,

Cayo Angel.

DECLARACION DE BARBARA TORRES. Septiembre 26.

En la ciudad de Bogotá, a los 26 días del mes de septiembre de 1828, elseñor comandante general, asociado del auditor nombrado en esta, hizocomparecer ante sí a Bárbara Torres, citada por el teniente José IgnacioLópez, y habiéndole leído la parte que a ella le comprende, dijo, habiendojurado por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz hacerlo en verdad: quees cierto que en la noche del día de ayer llegó a la casa de la exponente elteniente José Ignacio López, pidió un cuartillo de aguardiente y lo bebió,pero que esto fue después del fuego que se había hecho por las calles lastropas, y que habiéndole preguntado de dónde iba [venía] contestó que deuna fonda, negando que hubiese estado en el suceso que motivó aquelfuego y estas diligencias; que es mayor de 25 años y sin generales; no firmapor decir no saber; lo hace el señor comandante general y auditor, porante mí, de que doy fe.

Joaquín París. D. B. Alvarez.Ante mí,

Cayo Angel.

DECLARACION DEL SARGENTO PRIMEROFRANCISCO MANRIQUE.

En el mismo día se recibió declaración al sargento primero FranciscoManrique , el que juró por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz decirverdad en lo que supiere y le fuere preguntado, y siéndolo por la cita que elseñor general José Padilla le hace en su anterior declaración, la que al

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efecto se le leyó y dijo ser conforme el hecho que en ella se refiere, pues seunió con el general, soldado y asistente en la pieza que se expresa; que esmayor de 25 años, y por no saber firmar hizo una señal de cruz, haciéndo-lo el señor comandante general y auditor, por ante mí, de que doy fe.

Joaquín París. D. B. Alvarez.(Hay una señal de cruz). Ante mí,

Cayo Angel',

NOTA


República de Colombia, secretaría de Estado en el despachode la guerra. Sección central.

Bogotá, 27 de septiembre de 1828 18º

Al señor comandante general de Cundinamarca.

Como director nombrado por el gobierno en el seguimiento de lacausa sobre la conspiración de antes de anoche, he creído convenienteacordar que se trabaje en ella asiduamente desde las seis de la mañanahasta las doce de la noche para que se fenezca a la mayor brevedad, a cuyofin vuestra señoría y los demás que se ocupan como socios en la prácticade las diligencias, no se separarán del despacho sino una hora por lamañana para ir a almorzar y otra por la tarde para ir a comer.

Diariamente me pasará vuestra señoría, por dos ocasiones, empezan-do desde hoy, una noticia circunstanciada de los presos que están a susórdenes y sobre el progreso de la causa, dándome también parte decuanto ocurra de nuevo sobre este negocio para dar las disposiciones queconvengan.

Dios guarde a vuestra señoría,Rafael Urdaneta.

ITENTE [)OCIIMENl Al.'

Archivo del general Joaquín París; propiedad del señor Francisco Ortega París.

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DECLARACION DE EZEQUIEL ROJAS. Septiembre 27.

En la ciudad de Bogotá, a 27 días de septiembre de 1828, el señorcomandante general, asociado del auditor y por ante mí, recibió juramen-to al doctor Ezequiel Rojas, el que en este momento ha sido conducido aeste cuartel de artillería en clase de arrestado, que hizo conforme aderecho por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, bajo del cual ofreciódecir verdad en lo que supiere y le fuere preguntado; y siéndolo sobrequién le aprehendió, en dónde, en qué traje se hallaba cuando ha sidoaprehendido y si se hallaba oculto en este caso, dijo: que unos hombres aquienes no conoce ni por su nombre ni por el empleo que ejerzan; que se leaprehendió en la calle inmediata a la antigua parroquia de San Victorino;que el traje en que andaba y se le aprehendió fue vestido de mujer conunas naguas y mantilia de bayeta que están de presente y que como haexpresado estaba en la calle.

Preguntado: ¿Qué motivo tenia para andar vestido en clase de mujer,cuando no solo es impropio e indecoroso, sino prohibido por las leyes?dijo: que habiendo ido unos soldados a su casa en la tarde del día de ayer aprenderle, no halló otro modo de ponerse en seguridad.

Preguntado: ¿Cón qué motivo se le perseguía y trataba de reducir aprisión?, dijo: que ignora el motivo por qué se trataría de prenderle.

Preguntado: si no tenía motivo por qué temer e ignoraba por qué causase le quería reducir a prisión en lugar de presentarse al juez e inquirir elmotivo de aquel procedimiento, se sale de su casa y disfraza para evadirsedel juez, cuyas medidas son propias únicamente del verdadero criminal,dijo: que porque está persuadido que en tiempo de revolución no esbastante garantía la inocencia.

Preguntado: ¿Cuál es la revolución de que el exponente tiene noticia,cuando actualmente rige a la nación un gobierno legítimamente constitui-do, obran todas las autoridades subalternas según sus atribuciones yreinaba en esta capital el orden y la tranquilidad?, dijo: que la revoluciónde que hace referencia es el movimiento acaecido la noche del 25 delcorriente.

Preguntado: si el exponente se halló en el movimiento que ha expresa-do o tenía noticia de que se preparaba, [dijo:] que no se halló en aquelmovimiento e ignoraba que se preparaba.

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Preguntado: si no tenía parte ni noticia de aquel suceso, qué motivo leha inducido a temer, no siendo bastante garantía la inocencia, segúnha expresado antes, dijo: que porque sabía que estaban prendiendogente.

Preguntado: si siempre que las autoridades han perseguido a los delin-cuentes el exponente se ha ocultado o temido, no teniendo parte ni siendocómplice de los hechos que se investigaban, dijo: que no, porque no son lomismo los tiempos comunes que los tiempos de revolución y porquenunca habían buscado al exponente.

Preguntado: qué motivo tenía para temer, aun cuando fuese inocente,por la revolución que ha indicado, cuando todo el resto de la población, aexcepción de los delincuentes, lejos de ocultarse se han presentado a lasautoridades y han prestado sus servicios para restablecer el orden y latranquilidad pública, dijo: que porque no ha considerado que el serinocente era bastante garantía.

Preguntado: si el exponente es enemigo del actual sistema o de algunode los jefes que rigen la República, dijo: que lo que responde es que esamigo del orden y de todo sistema constitucional y que no es enemigo deningún jefe.

Preguntado: si el exponente ha concurrido a algunas reuniones endonde se tratase de variar la forma de gobierno o deponer alguna de lasautoridades, dijo: que no, a no ser que en esta pregunta las reunionespreliminares a la instalación de la convención y sesiones que esta tuvo, lasque presenció el declarante, se hallen comprendidas en la primera partede esta pregunta.

Preguntado: si el exponente concurría a casa de Luis Vargas Tejada,Florentino González, Agustín Horment, el comandante Carujo u otraen donde se reuniesen los expresados, dijo: que no.

Preguntado: si ha llevado amistad estrecha o trato confidencial con losque se han expresado en la pregunta anterior, dijo: que con Vargas yGonzález son conocidos, mas no con los otros dos.

Preguntado: si de algún modo tuvo alguna noticia de la horrible conju-ración que se tramó para asesinar a su excelencia el Libertador presidentela noche del 25 del pasado, dijo: que no. En este estado se mandósuspender esta, que se continuará si fuere necesario; y habiéndosela

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leído, dijo: ser lo mismo que ha expuesto. De edad de 25; y firma con elseñor comandante general y auditor por ante mí, de que doy fe.

Joaquín París. D. B. Alvarez. Ezequiel Rojas.Ante mí,


DECLARACION DEL TENIENTE CA YET ANO GALINDO.Septiembre 27.

En el mismo día, mes y año, el señor comandante general asociadodel auditor hizo comparecer ante sí al teniente Cayetano Galindo, el quese halla arrestado en el cuartel del batallón Vargas, a quien se recibiójuramento, que hizo conforme a ordenanza, puesta la mano sobre la cruzde su espada y prometiendo bajo su palabra de honor decir verdad en loque supiere y fuere preguntado, y siéndolo sobre quién le aprehendió, quédía y con qué motivo se halla en arresto, dijo: que de orden del señorcomandante general, que vino arrestado en la mañana del día de ayer yque, según infiere, que lo es, según se le dijo, porque se le ha queridocomplicar en el suceso de la noche del 25 del actual.

Preguntado: ¿Qué parte tuvo el exponente en el suceso que ha indi-cado?, dijo: que absolutamente ninguna.

Preguntado: ¿En dónde estuvo y qué hizo la noche citada", dijo: quehabiendo salido de la comandancia general en donde estaba destinado,como a las seis o poco menos de la tarde, se dirigió al cuartel de milicias,llamado por el comandante Zabala con el objeto de racionar unos reclu-tas que se hallaban allí; que, verificado esto, pasó a casa de Diego Mariñoen solicitud del comandante Silva, al que no habiendo encontrado allí,pasó en su busca a casa del señor Juan Bautista Vernaza, adonde se le dijo,por una criada de Mariño, era la reunión; que, efectivamente, lo encontródonde Vernaza, en donde se hallaban igualmente el comandante Zabala,N. Urquinaona, el señor Sancho Briceño y otras personas de que no hacememoria; que le pidió al comandante Silva le diese dos onzas o la llave desu cuarto para sacarlas con motivo que dicho Silva le tenía $200 que lehabía dado a guardar al declarante; que de ellos le dio $ 16 que tenía a lamano, no habiéndole dado la llave del cuarto, porque le exigía se la

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volviese a llevar; que con este dinero se dirigió a casa del doctor Barrigapara hacer la rifa de un caballo, que por no haberse verificado por nohaber nadie de los que debían jugar, se dirigió a casa del comandanteAbondano, en donde estuvo hasta las ocho y media de aquella noche conel subteniente Manuel Lugo, con el cual regresó al cuartel de milicias, endonde un cabo o un soldado le dijo a Lugo que había estado en su solici-tud el coronel Guerra, y preguntado por Lugo a dónde habría seguido elexpresado coronel Guerra, se le dijo que hacia el cuartel de artilleríao para abajo, con cuyo motivo el dicho Lugo le dijo al declarante leacompañase al cuartel para ver si encontraban al coronel Guerra; queasí lo verificó y llegados al cuartel de artillería llamó a la puerta de él eldicho Lugo, preguntó por el coronel Guerra, se le contestó que habíaestado allí, pero se había ido ya; que entraron al expresado cuartel deartillería, donde vio formada la tropa en una de las cuadras, en dos alas,en donde estaba el subteniente Alquisiras; que inmediatamente se volvie-ron al cuartel de milicias el exponente y Lugo, siendo ya pasadas las nuevede la noche; que permanecieron un rato en el poyo del cuartel de milicias,y luego se retiraron para su casa cada uno, en donde permaneció eldeclarante hasta que oídos los tiros salió y se dirigió al estado mayor, endonde no encontró persona alguna ni la tropa, a excepción de unossoldados que estaban sobre la pared divisoria con el cuartel de milicias decaballería, a los cuales les preguntó qué novedad era esa desde el corredordel archivo de la comandancia general donde observaba esto; que a estemismo tiempo estaban ya haciendo fuego sobre el cuartel de Vargas yestedefendiéndose; que como no le contestasen los soldados que estaban en lapared, se salió y dirigió hacia el cuartel de milicias, en donde encontró alcomandante Zabala, al que le dijo que aun cuando fueran reclutas los quese hallaban en aquel cuartel los armase, pues era una revolución la quehabía; que así lo hizo y se mantuvieron allí hasta la mañana, habiendoacostádose el declarante un rato al amanecer.

Preguntado: si el declarante tenía alguna noticia de la conmoción ysuceso de la noche del 25, dijo: que lo ignoraba todo.

Preguntado: si no le produjo alguna sorpresa o sospecha haber vistoformada la brigada de artillería a deshoras, como igualmente el llama-miento de Lugo y demás hechos referidos, dijo: que nada le causónovedad y mucho menos la solicitud que hacía el coronel Guerra por elsubteniente Lugo.

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Preguntado: si cuando entró a la casa del estado mayor y se hacía fuegosobre el cuartel de Vargas, sabía quiénes atacaban al expresado cuartel ycon qué objeto, dijo: que habiendo visto que el cuartel de artillería estabasolo, dedujo que aquella tropa era la que obraba, pero que ignoraba conqué objeto.

Preguntado: si cuando regresó al cuartel de milicias se informó allí delfin de la conmoción y revolución que había, dijo: que al comandanteZabala le preguntó qué sería aquello, el que le contestó que lo ignoraba.

Preguntado: si en tal incertidumbre no estimaba necesario reunirsea los jefes para cooperar a restablecer el orden, dijo: que con tal objeto sedirigió a la oficina del estado mayor, adonde le correspondía ir y endonde no encontró persona alguna, como ha dicho.

Preguntado: ¿Por qué no habiendo encontrado en el estado mayor anadie no se dirigió a casa del comandante general, jefe del estado ma yor, uotra autoridad para dar parte de las novedades que había observado?, dijo:que creyó que nadie estuviese en su casa a aquella hora con motivo de losucedido y mucho más los jefes; que por ello se retiró a la plaza, en dondellegaron a un rato el señor comandante general y señor general Urdaneta,a quienes preguntó si un herido que se hallaba allí se le hacía conducir alhospital, a lo que le contestaron que después se vería eso.

Preguntado: si algún militar o paisano había tenido con el declarantealgunas conversaciones contra el actual sistema, contra la persona de suexcelencia el Libertador o sobre establecer otras personas en su lugar,dijo: que no, pues de cosas políticas solamente trataba con el comandanteAbondano, en las que se manifestaba por el actual; en este estado sesuspendió esta, dejándola abierta por si conviniere continuarse, y habién-dosela leído, dijo ser lo mismo que ha expuesto, que es de 28 años de edady firma con el señor comandante general y auditor, por ante mí, de quedoy fe.

Joaquín París. D. B. Alvarez.Cayetano Galindo.

DECLARACION DE PEDRO CELESTINO AZUERO. Septiembre 27.

En la ciudad de Bogotá, el mismo día, el señor comandante general,asociado del auditor, recibió declaración al señor Pedro CelestinoAzuero, para lo cual le tomó juramento, que hizo por Dios Nuestro

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Señor y una señal de cruz, bajo del cual ofreció decir verdad en 10 quesupiere y fuere preguntado y siéndolo sobre quién le prendió, en dónde ycon qué motivo, dijo: que unos soldados de caballería de milicias leprendieron en el paso del río de San Francisco que guía a la calle de LosCarneros; que ignora el motivo y que serían las diez de la mañana de estedía cuando 10 prendieron.

Preguntado: ¿En dónde estuvo y con quiénes la noche del 25 delpresente?, dijo: que a prima noche estuvo por la calle en unión del señorPrimo Gutiérrez hasta las siete y media poco más o menos, en cuya horase retiró a su casa, en donde permaneció hasta las siete de la mañana delsiguiente día.

Preguntado: si en aquella noche no oyó o tuvo noticia de la asonadaque se ejecutó, dijo: que sí oyó unos tiros, de que se informó al díasiguiente, pero que no había tenido una noticia anterior.

Preguntado: si el exponente no concurría a casa de Agustín Horment,Luis Vargas Tejada u otra en donde se formasen proyectos de conspira-ción contra el gobierno, dijo: que no, ni tiene amistad con ninguno de losdos, y que si saludaba a Horment era porque una vez le dio dinero paraque distribuyese a los presos que se hallaban en Vargas y Granaderos;que fueron $106 y que hace como un mes que sucedió esto.

Preguntado: si el exponente tenía trato frecuente con dichos presos yla causa con que Horment hizo de él esta confianza, dijo: que trataba a lospresos que estaban en Granaderos por el motivo de encontrarse allí unprimo suyo preso y comprendido entre los traídos de Cartagena; a 10segundo, que sería porque Horment sabría que el exponente entraba conel motivo indicado.

Preguntado: si de algún modo tuvo noticia de los designios que setrataron y allanamiento de los que ejecutaron en la noche del suceso deque se trata, dijo: que había oído decir que habría una revolución, peroque no sabía qué día debía verificarse ni el allanamiento de los que 10ejecutaron.

Preguntado: ¿A quiénes oyó decir que debía hacerse la revolución?,dijo: que 10 oyó decir en una tertulia de hombres y mujeres; que nomanifiesta quiénes son por no perjudicarles con su exposición.

Preguntado: si en la conversación que oyó se expresó cómo debíahacerse esta revolución, su objeto y medios de ejecutarse, dijo: que nosupo otra cosa, sino que debería verificarse en estos días, que 10 eran en

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los inmediatos al 18 o 20 del mes pasado, en que acaeció aquella conver-sación.

Preguntado: ¿Quién dirigía esta revolución?, dijo: que no oyó sinogeneralmente que iba haber una revolución, sin especificarse sus autores.

Preguntado: si Agustín Horment, el comandante Carujo u otrosestuvieron en la tertulia cuando se tramó la revolución, dijo: que latertulia fue en casa de un pariente del exponente, adonde no concurrenHorment y Carujo y que los otros que estuvieron, ya ha expresado nodeber declarar sus nombres.

Preguntado: en qué traje ha sido aprehendido el día de hoy, dijo: queen la actitud en que se halla, que lo es con una ruana sobre su traje comúny un pañuelo en la cara.

Preguntado: con qué motivo andaba a las diez de la mañana en untraje que siéndole impropio lo disfrazaba y se ocultaba con el pañuelo enla cara, dijo: que con motivo del suceso del 25, en la mañana del 26 llegóun amigo a casa del declarante y le manifestó que en aquel suceso habíaobrado una multitud de jóvenes, el declarante era sospechoso y debíaocultarse, al menos hasta ver el resultado de lo que se hiciera; que, envirtud de ello, se ocultó en otra casa y cuando hoy pasaba a la suya fueaprehendido; en este estado se suspendió esta, dejándola abierta por siconviniere continuarse, y habiéndosela leído dijo ser lo mismo que haexpuesto; que es de 21 años y firma con el señor comandante general y elauditor, de que doy fe. En este estado añade que con motivo que elcomandante Carujo era director de la sociedad filológica, de donde eramiembro el exponente, contrajo amistad con dicho comandante Carujo.

Joaquín París, D. B. Alvarez, Celestino Azuero.

DECLARACION DE JUAN FRANCISCO ARGANIL.Septiembre 27.

Seguidamente el señor comandante general hizo comparecer ante sí alseñor Juan Francisco Arganil, a quien tomó juramento conforme aderecho, por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, [por] cuya grave-dad ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado; y siéndolocon arreglo al auto que motiva estas diligencias, se le interrogó si sabe otiene noticia [de] quiénes sean los autores de la asonada o conspiración y

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atentados ejecutados la noche del 25 del corriente, los medios de que sevalieron, su objeto y planes consiguientes, dijo: que todo lo ignora,pues hasta la mañana del día de ayer supo lo acaecido la noche anteriorpor los generales Ortega y Vélez y el señor intendente.

Preguntado: ¿En casa de quién vive en esta ciudad o con qué personas",dijo: que ignora quién sea el dueño de la casa en que habita, pero quevivía en compañía de Agustín Horment , Wenceslao Zuláibar y BenitoSanta maría, pagando la casa a prorrata.

Preguntando: si no oyó a los referidos Horrnent, Zuláibar y Santa-maría que tramaban la atroz conspiración de que se ha hablado, dijo: queno les oyó nada sobre estos particulares.

Preguntado: si el exponente no tiene amistad íntima con los dichos yespecialmente con Horrnent, dijo que sí.

Preguntado: ¿Cómo teniendo amistad íntima con los dichos, no lehubieran comunicado estos sus designios, cuando está probado en autosque Horrnent ha sido uno de los cabezas principales del motín y elasesino del coronel Fergusson, debía serlo del Libertador y debía dirigirlas horrorosas escenas de esta conspiración? dijo: que con motivo deun baile de máscaras se preparaban Horment y otros con unas gorrasencarnadas, como con la que se representa la libertad, que el expo-nente les manifestó que esto era provocar al desorden, lo que no debíaser, y que si persistía en ello el exponente saldría de la casa, comoque en efecto trató de salir de la casa, solicitando para ello con la señoraAna de Herrera le proporcionase dónde ir a vivir, y acaso por este motivoocultaron al exponente sus designios.

Preguntado: si no observó o advirtió se preparasen para un tumulto oasonada, ya por los concurrentes donde Horment, horas en que loverificasen u otro motivo semejante, dijo: que con motivo de que siemprehan concurrido varias gentes donde Horment no notó cosa extraordina-ria. En este estado se suspendió esta, que habiéndosela leído dijo ser lomismo que ha expuesto, que es mayor de 70 años, y firma con el señorcomandante general el auditor, de que doy fe.

Joaquín París, D. B. Alvarez, Arganil.

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DECLARACION DE BENITO SANTAMARIA. Septiembre 28.

En la ciudad de Bogotá, a 28 del mes de septiembre de 1828, el señorcomandante general, con el auditor de guerra, hizo comparecer ante sí aBenito Santamaría, a quien se le tomó juramento, que hizo por DiosNuestro Señor y una señal de cruz, por cuyo cargo ofreció decir verdad en10 que fuere preguntado y siéndolo dijo:

Preguntado: si sabe o tuvo noticia de la conspiración que estalló lanoche del 25 del corriente, dónde estuvo, con quiénes habló y cuanto eneste acontecimiento sepa, dijo: que a la primera parte de la pregunta, queno tuvo noticia ni antecedente ninguno y que en caso de haberlo tenidohabría tratado de disuadirlos o participarlo [a] algún magistrado para quellegase al conocimiento de su excelencia el Libertador; en cuanto a lasegunda parte dijo que esa noche, desde las seis de la noche, habiendoestado poco antes con su condiscípulo Joaquín Gómez, que vive en casadel doctor José María Delgadillo, con el objeto de convidarlo, comohabían quedado, para ir al colegio de San Bartolomé a la asistencia dedos actos literarios y que en efecto marcharon al colegio, donde perma-necieron hasta que se concluyeron, que fue cerca de las nueve; de allí sedirigió en compañía de unos condiscípulos, llamados el uno FranciscoEscovar y [sic] Isidro Higuera, quienes lo acompañaron, el primero unacuadra antes de llegar a su casa y el segundo hasta la esquina de SantoDomingo no más; que entró a su casa, refrescó y no hallando a ningunoen su casa, viendo la luna buena salió a caminar y que inmediatamente sedirigió a la botellería de José María, cuyo apellido ignora, que vive enfrente de la fonda de Tadeo Izquierdo; que allí encontró a los ciudadanosBernardo Alcázar, Fulano Torices, oficial de la secretaría de hacienda,Enrique Umaña, un sirviente llamado Matías; que, como a las once ymedia salió de la botellería el ciudadano Enrique Umaña, el cual dejórazón a su hermano Eusebio que ya era tardísimo y que por eso no loaguardaba más; que a un momento entró el ciudadano Eusebio Umañacon Gabriel Granados y Nicolás Prieto; que el primero se fue inmediata-mente y que los demás se quedaron tomando refresco; que cerca de lasdoce, cuando se retiraban todos, se dirigió el declarante a su casa, que seacostó y apenas se había reclinado cuando oyó varios tiros; sorprendidose sentó y después se quedó dormido; que a un rato oyó ruido, se levantóy se halló con Agustín Horment y Wenceslao Zuláibar, que venían de la

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calle sorprendidos y preguntándoles por el exponente ¿qué ha sucedido?,le contestaron que se habían perdido, pues habían ido a dar un golpecontra el Libertador y todo había salido frustrado; que los reconvinodiciéndoles cómo habían tenido valor para cometer semejante acto y lecontestó Horment que lo hecho, hecho; que habiendo antes forzado lapuerta del cuarto de Wenceslao Zuláibar entraron, se pusieron ruanas,ensillaron sus caballos, marcharon y a poco rato volvieron, dejaron loscaballos y se fueron a pie; que el declarante permaneció en la casa hastaque al amanecer llegaron el señor intendente y los generales Vélez yOrtega, quienes le preguntaron por Horment y Zuláibar y demás circuns-tancias, a que contestó poco más o menos en substancia lo que llevareferido; que entregó las llaves de algunas piezas a dichos señores y que seestuvo allí hasta que un oficial del escuadrón Granaderos que se hallabaallí custodiando la casa lo mandó con dos soldados al cuartel del batallónVargas.

Preguntado: si antes de este suceso observó o supo de algún modohubiesen intentado el mismo Horment y algunos otros asaltar al Liberta-dor o trastornar el orden público, dijo: que absolutamente no sospechóde un intento semejante.

Preguntado: si el declarante no concurrió o supo quiénes concurrían auno de los bailes de máscaras en el cual debía Horment trastornar elorden, para lo cual construyó Horment muchas gorras encarnadas, conlas que se simboliza la libertad, dijo: que desde antes de las últimas fiestasobservó en el cuarto de Horment algunas gorras de las que se le pregun-tan, pero que no supo para quiénes debían servir, ni con qué objeto; queaunque el declarante concurría a los bailes de máscaras de las fiestas no lohizo en una reunión como la que se le pregunta.

Preguntado: si observó si en casa de Horment, como que en ella vivíael declarante, se hacían algunas reuniones, se trataban cosas relativas algobierno o fraguaban algunos planes para variarlo, dijo: que no observónada de lo que se le pregunta.

Preguntado: si Horment tiene caudales propios o maneja algunosintereses de otras personas, dijo: que por sí, no tiene nada, y que aunqueantes de ahora se le hicieron algunas consignaciones de casa de D'Mar-tez, en Inglaterra, ahora no las tenía y lo único que manejaba eraperteneciente al Antonio Santa maría. En este estado se mandó suspenderesta declaración, la que leída al exponente dijo ser la misma que ha dicho

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en esta declaración; que es de edad de 22 años y firma con el señorcomandante general y auditor, por ante mí, de que doy fe.

Joaquín París, Alvarez, Benito Santamaria.

DECLARACION DEL SEÑOR CAPITAN DE NAVIORAFAEL CASTILLO. Septiembre 28.

Seguidamente el señor comandante general hizo comparecer ante sí alseñor capitán de navío Rafael del Castillo a quien se le recibió juramentoconforme a ordenanza, por la cruz de su espada y bajo su palabra dehonor, ofreciendo por ella decir verdad en lo que supiere y fuere pregun-tado, y siéndolo sobre lo que oyó, supo u observó la noche del 25 delpresente cuando los conspiradores contra el gobierno obraban, dijo: quesin saber qué hora era de la noche, por estar recogido ya en su cama yprofundamente dormido, oyó un gran número de tiros de fusil y cañón ya muy pocos momentos después advirtió le golpeaban fuertemente a sucuarto, anunciándole una criada que se levantase, que había muchofuego en la ciudad, habiéndose vestido muy a la ligera, subió a lo alto dela casa y encontrándose en uno de los corredores a su hermano JoséMaría del Castillo, se preguntaron uno a otro cuál sería el motivo deaquel fuerte tiroteo de fusil y cañón que se había oído; y no pudiendoninguno de los dos adivinar el verdadero motivo del desorden en que sehallaba la plaza y en consecuencia convinieron pasearse por uno de loscorredores hasta saber el verdadero estado de ella, pues temíamos ambosque el fuego vivo que se oía por diferentes puntos hacía temer que fueseefecto de una conspiración general de la fuerza armada; en tales circuns-tancias convinimos en que el señor José Agapito Labarcés se asomara auno de los balconcitos de la casa que cae sobre la calle traviesa que va dela esquina de la carrera hacia el Carmen, a tiempo que se oían voces queprofería una partida de tropa de artillería que al bajar por la propia calle,hacia la de la Carreta, decía en voces altas: ya murió el tirano, murió elgeneral Bolívar, pueblo bogotano viva fa constitución, vivan las leyes y vivala libertad; a tiempo que la partida que bajaba decía estas palabras,advirtió Labarcés, que permanecía en el balcón, que subía al parecer deVargas otra partida y se preguntó una a otra en voz alta: "¿ya está elgeneral Padilla a la cabeza?" y respondió la otra: "ya está", y ambas

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[Viva la patria!, y marcharon sin ofenderse una a otra. Oídas estasexpresiones por los que nos paseábamos en el corredor y asegurados enellas por el mismo Labarcés nos confirmamos todos en que era en efectolo que oíamos consecuencia de una conspiración general de la fuerzaarmada, en cuya idea permanecimos hasta que habiendo pasado el quedeclara por una escalera de mano puesta en el patio interior de la casahacia la contigua en que habita el señor coronel Torrens, encargado denegocios de los Estados Unidos mejicanos, en primer lugar para tomar losinformes que pudiere suministrarle aquel amigo sobre el estado de laplaza y en segundo para ver si era posible pasase su hermana política yhabiendo permanecido algún tiempo en ella, durante el cual pasó el señorcoronel Ramón Guerra, jefe del estado mayor del departamento deCundinamarca y hécholo subir el señor Torrens, siendo como a las tres ymedia a cuatro de la madrugada, les aseguró a todos el mismo señorGuerra que el movimiento era parcial, ejecutado por la tropa de artillería,capitaneados por el comandante Carujo, por el capitán Mendoza y porotros, cuyo objeto era asesinar a su excelencia el Libertador presidente yponer en libertad al general José Padilla; que lo segundo lo habíanconseguido asesinando al coronel José Bolívar, pero que lo primero no,por haberse arrojado su excelencia por una ventana o balcón hacia una delas calles de la espalda de la casa de gobierno, habiendo asesinado al señorcoronel Fergusson, edecán de su excelencia y gravemente herido alteniente Andrés Ibarra; pero que los conspiradores habían sido batidospor el batallón Vargas que les cogió muchos prisioneros y se habíanpresentado algunos, entre ellos el general José Padilla, siendo por conse-cuencia todo concluido, con cuya noticia salió por la puerta de calle de lacasa del señor Torrens y regresó a la suya, en donde habiendo calmado laagitación de sus dos hermanos y su hermana política, se recogió seguida-mente hasta el día 26 en que, a la hora acostumbrada, concurrió a laoficina de su destino; que es cuanto puede declarar sobre el particular quese le ha interrogado; y leída que le fue esta su declaración, dijo seratificaba en ella bajo su palabra de honor y la firmó con los señorescomandante general y auditor, por ante mí, de que doy fe.

Joaquín París, Alvarez, Rafael del Castillo.

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DECLARACION DE MA TIAS CAMPUZANO. Septiembre 28.

Inmediatamente el señor comandante general hizo comparecer antesí a Matías Campuzano, esclavo de Francisco Luis Campuzano, residen-te actual en Jamaica, a quien se le recibió juramento, que hizo conforme aderecho por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, bajo del cual ofreciódecir verdad en lo que supiere y fuere preguntado; y siéndolo sobre quediga quiénes llegaron a la estancia denominada La Capellanía, de lapertenencia de Antonio Santamaría, en donde se hallaba el declarante,dijo: que en la estancia que se expresa se hallaba Antonio Santamaría consu familia en la noche del25 del corriente; que a la madrugada del viernes,como a las cuatro de ella, llegaron a la misma estancia Agustín Hormenty Wenceslao Zuláibar, hablaron con Antonio Santamaría, tomaronchocolate y se salieron hacia el camino real; que el exponente les preguntópor qué habían llegado a pie a lo que le contestó Horment que conmotivo de haber sido sorprendidos por una partida en San Victorinohabían tenido que abandonar los caballos; que Santamaría se vino comoa las once de la mañana para esta; que como a las siete de la nochevolvieron Horment y Zuláibar a la casa de la estancia, adonde [en donde]lo dijeron al exponente que les diese caballos, a lo que se excusó; queseguidamente pidieron de comer y se les sirvió chocolate y seguidamentetomaron dos botellas de vino, medio queso y dos panelas y se dirigieronnuevamente hacia el camino real; que ayer, como a las siete y media de lanoche, volvieron a la misma casa y exigían nuevamente del declaranteque les diese caballos, a lo que se excusó, manifestándoles que no habíacaballo útil; que seguidamente tomaron chocolate, se proveyeron de pany queso y se retiraron nuevamente sin saber para dónde se dirigieron,llevándose dos ruanas del exponente; que no volvieron más; que anochele dijeron al exponente que entre ellos habían matado hasta cinco perso-nas, pero no dijeron quiénes; que es lo que sabe y puede declarar; que elexponente se hallaba en aquella casa en clase de mayordomo, y firma conel señor comandante general y auditor, por ante mí, de que doy fe.

París. Alvarez, Matias Campuzano.

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DECLARACION DEL SEÑOR JOSE AGAPITO LABARCES.Septiembre 28.

Seguidamente el señor comandante general hizo comparecer ante sí alseñor José Agapito Labarcés, a quien recibió juramento, que hizo con-forme a derecho por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, bajo delcual ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado; y siéndolopor la cita que le hace el señor Rafael Castillo en su anterior declaración,que le fue leída, dijo: que habiéndose asomado a la ventana pasaban tressoldados desarmados, con los cuales se encontró una partida de artillerosque bajaban hacia la calle de la Carrera; que dicha partida dio el quiénvive a los tres soldados, intimándoles rendición, a lo que contestaron lostres soldados que ellos no llevaban armas; que la partida les dijo quesiguieran y se reunieran; gritó la partida: viva Colombia. ya murió eltirano, preguntándole a los tres soldados si el general Padilla estaba a lacabeza, a lo que contestaron que sí, con lo que siguieron; que lo expuestoes la verdad y que con motivo que al principio se retiraban los artillerosatacados por los de Vargas, se halla equívoca la exposición de la cita, yfirma con el señor comandante general y auditor, por ante mí, de que doyfe. Añadiendo el exponente no pudo formar un concepto cabal de lapregunta de la partida, pues aún creyó que se dirigían contra el generalPadilla.

Joaquín París. Alvarez. José Agapito de Labarcés.

AMPLIACION DEL COMANDANTE RUDESINDO SILVA.Septiembre 28.

En el mismo día el señor comandante general se constituyó [sic] en lapieza donde se halla arrestado el capitán Rudesindo Silva, a efecto deampliar su declaración con respecto a la dada por el teniente CayetanoGalindo, a cuyo efecto se le leyó por la variedad que contiene y habiendoprestado juramento conforme a ordenanza, dijo: que estando el exponen-te en casa del señor Vernaza jugando, llegó el teniente Cayetano Galindocerca de las siete a pedirle la llave de su cuarto para sacar dinero y que aldársela le tiró de la mano, lo que le indicó que era un pretexto parallamarle; que con este motivo salió en unión del expresado Galindo yes-tando ya en la calle le dijo que el coronel Guerra le había abierto su pechoy manifestándole lo que se iba a ejecutar aquella noche y que le estaba

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aguardando en el cuartel de artillería; que Galindo se dirigía al de miliciasy el mismo Galindo le devolvió al exponente los $ 16 que le había dado, co-mo que el pedimento de este dinero fue solo un pretexto para sacarlo decasa de Vernaza; que cuando el declarante salió por segunda vez de dondeVernaza, en que serían las siete y cuarto, se dirigió a su cuartel, de este acasa de Vargas Tejada y de esta salió como a las nueve y media de lanoche, a cuya hora encontró al mismo Galindo en la calle de la Carrera,en donde se reunieron y siguieron a la plaza, quedándose en el cuartel demilicias el expresado Cayetano Galindo en unión de su hermano Teodo-ro y el exponente volvió nuevamente a casa de Vernaza; que allí estuvohasta las diez y media, en que se dirigió a su cuartel, encontrandonuevamente en el tránsito a Galindo, el que estuvo en el cuartel deartillería a las once y media cuando estaba ya formada la tropa, pero queaún no había salido y permaneció hasta que se dio principio al suceso, encuyo estado se salió el exponente y no sabe qué haría Galindo; que lo queeste ha expuesto con respecto a la alfa [esparto] del caballo fue unaficción para conectar su entrada donde Vernaza. En este estado se dio porconcluida esta, que firma con el señor comandante general y señorauditor, por ante mí, de que doy fe.

París. Alvarez. Rudesindo Silva l.

República de Colombia, secretaría de Estado en el despachode la guerra. Sección central.

Bogotá, 29 de septiembre de 1828 l8º, a las 12 del día.

Señor comandante general de Cundinamarca.

Sin embargo de que en mi comunicación de hoy dije a vuestraseñoría que debe reunir a los jueces auxiliares con sus auditores parapronunciar sentencia en la causa de conspiración contra aquellos reoscuyo delito estuviese comprobado y en estado de sentencia, como estosería en cierto modo darle al tribunal de vuestra señoría más complica-ción que la que le atribuye el decreto contra conspiradores, dispone suexcelencia el Libertador que vuestra señoría con su auditor como tribu-nal competente y designado por el decreto, pronuncie sentencia hoy

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mismo contra todos los reos cuyas causas estén ya en estado de recibirlasy que la concurrencia de los demás jueces con sus auditores sea solamentepara instruir a vuestra señoría en las dudas que le ocurran por la parteque cada uno de ellos haya tenido en la actuación. Su excelencia previenea vuestra señoría que dentro de una hora haya empezado vuestra señoríaa fallar.

Dios guarde a vuestra señoría,Rafael Urdaneta'

NOTAS

1. Folios 23 recto a 34 recto del proceso original.2. Archivo del general Joaquín París, propiedad del señor Francisco Ortega París.

República de Colombia, ministerio del interior.

Bogotá, 29 de septiembre de 1828.

Al señor general Joaquín París.

El Libertador presidente ha expedido con esta fecha el siguientedecreto:

"Considerando que la horrible conspiración estallada en esta capitalel 25 del corriente hace forzoso que el comandante general del departa-mento, a quien la ley llama a fallar en juicios de esta especie, sea un jefe dedistinguida experiencia, y

"Que el haberse dado principio la traición en la misma residencia delgobierno y hallarse comprendidas en ella personas de categoría, exigeque el custodio inmediato del departamento sea al mismo tiempo un jefede alto rango, y

"Concurriendo estas circunstancias en el general en jefe Rafael Urda-neta, actual ministro secretario de Estado en el despacho de la guerra, enquien tiene además el gobierno entera confianza, decreto:

"Artículo ]Q. El general en jefe Rafael Urdaneta queda desde hoynombrado comandante general del departamento de Cundinamarca conretención del ministerio de la guerra.

"Artículo 2Q• El secretario de Estado en el despacho del interior quedaencargado de comunicar este decreto a quienes corresponda".

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y en su consecuencia procederá vuestra señoría a entregar, como estámandado, la comandancia general que está a su cargo.

Dios guarde a vuestra señoría,(No hay firma en el original).

(Al margen) Comandancia. Comunique en la orden general ycircular de las provincias y cantones. (Hay una rúbrica). V. B;",

NOTA1. Archivo del general Joaquín París, propiedad del señor Francisco Ortega París.

República de Colombia, ministerio de guerra.


Al señor general de brigada Joaquín París.

El señor ministro secretario de Estado en el departamento del interiorme ha comunicado con fecha de hoy el siguiente decreto expedido por suexcelencia el Libertador presidente en la misma fecha:

"Considerando que la horrible conspiración estallada en esta capitalel 25 del corriente hace forzoso que el comandante general del departa-mento, a quien la ley llama a fallar enjuicios de esta especie, sea un jefe dedistinguida experiencia, y

"Que el haberse dado principio a la traición en la misma residencia delgobierno y hallarse comprendidas en ella personas de categoría, exigeque el custodio inmediato del departamento sea al mismo tiempo un jefede alto rango, y

"Concurriendo estas circunstancias en el general en jefe Rafael Urda-neta, actual ministro secretario de Estado en el despacho de la guerra, enquien tiene además el gobierno entera confianza, decreto:

"Artículo Iº. El general en jefe Rafael Urdaneta queda desde hoynombrado comandante general del departamento de Cundinamarca conretención del ministerio de la guerra.

"Artículo 2º. El ministro secretario de Estado en el despacho delinterior está encargado de comunicar este decreto a quienes correspon-da".

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Lo traslado a vuestra señoría para su cumplimiento, anunciándoleque estoy pronto a encargarme de la comandancia general.

Dios guarde a vuestra señoría,Rafael Urdaneta',

NOTA

1. Archivo del general Joaquín París, propiedad del señor Francisco Ortega París.

AMPLIACION DE LA DECLARACION DEL CORONEL GUERRA.Octubre 12•

En la ciudad de Bogotá, a lº de octubre de 1828, el auditor de guerraTomás Barriga y Brito por ante el presente secretario pasó a la capilladonde se hallaba el señor coronel Guerra, con el objeto de que evacuase lacita que le resulta en la declaración del capitán de navío Rafael Castillo,relativa a que el exponente le dijo la noche del 25 al coronel Torrens queel movimiento era parcial, ejecutado por la tropa de artillería capitanea-da por el comandante Carujo, por el capitán Mendoza y por otros, cuyoobjeto era asesinar a su excelencia el Libertador presidente y poner enlibertad al general Padilla; que lo segundo lo habían conseguido asesi-nando al coronel Bolívar; pero que lo primero no, por haberse arrojadosu excelencia a la calle por una ventana, dijo: que es cierto, pero que fuepor la mañana del 26 después de todo lo sucedido y que el declarantehabía ya visto, mucho después de haber salido el Libertador a la plaza yque el señor comandante general mandó al exponente a practicar inme-diatamente una sumaria información del hecho, tomando declaracionesa los artilleros aprehendidos; que pasó el exponente para ir al cuartel deVargas a dicha diligencia por la casa del señor Torrens, quien con el señorLuderdorf y otro sujeto, que no vio pero que en la voz le pareció al señorcoronel Castillo, estaban en el balcón y conocieron al declarante con laluz del día y lo llamaron con mucho empeño para que les refiriera lo quehabía sucedido y qué cosa era la que había; que a estas preguntas contestóel declarante lo que se ha dicho, inferido tanto de lo que ya había vistocomo de lo que le dijeron unos soldados artilleros que trajo a la plaza elseñor general Córdova como prisioneros. Y firma con el auditor ysecretario.

Tomás Barriga y Brito, Ramón Guerra, M. Be/monte.

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DECLARACION DE ISABELA SAENZ. Octubre 14.

En Bogotá, a 14 de octubre de 1828, el señor juez hizo comparecer aIsabela Sáenz, a quien se le recibió juramento, que hizo por Dios NuestroSeñor y una señal de cruz, so [por] cuyo cargo ofreció decir verdad en loque supiere y fuere preguntada; y siéndolo sobre su nombre, edad, oficio yreligión, dijo llamarse como queda dicho, de edad de 15 años, esclava dela señora Manuela Sáenz, cristiana, católica, apostólica y romana.

Preguntada: ¿Dónde estuvo la noche de la revolución? Dijo que en elpalacio en donde se hallaba cuando los conspiradores lo asaltaron y queconoció a uno de ellos, pero que no sabe cómo se llama, pero queponiéndosele a la vista sí lo conocerá, porque fue el que le preguntódónde estaba su excelencia y la declarante le contestó que no sabíadónde se hallaba, pues una que otra vez iba a palacio como sirviente de lacasa; que otro de esos hombres le preguntó dónde estaba la espada debrillantes de su excelencia y le dijo que gritase viva la libertad, lo que nohizo. Que es cuanto puede declarar bajo juramento, que tiene prestado,en lo que se afirma y ratifica y no firma por no saber y lo hace el señorjuez, el auditor, por ante mí.

Urdaneta. Pareja',Mateo Be/monte.

NOTA

1. Aquí aparece la firma del coronel Ricardo José Crofton tachada y al margen "Borrado,no vale".

DECLARACION DE RAMON MARTINEZ. Octubre 14.

Acto continuo el señor juez hizo comparecer a Ramón Martínez, aquien se recibió juramento por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz,so [por] cuyo cargo ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere pregun-tado; y siendo por su nombre, edad, oficio, patria y religión, dijo llamarsecomo queda dicho, de edad de 22 años al parecer, asistente de la casa desu excelencia el Libertador, natural de Antioquia y cristiano.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche de la revolución y en qué parte losorprendió este acontecimiento? Dijo que en el comedor de la casa de su

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excelencia el Libertador se hallaba cuando entraron los conspiradores;que antes estaba acostado en frente de la puerta del dormitorio de suexcelencia y oyendo el alboroto se fue al comedor a ver qué personasentraban; y que en efecto penetraron algunos hasta aquella pieza y lepreguntaron quién vive y se quedó callado por no saber qué contestar;que entonces decían: viva la constitución de Cúcuta y muera el tirano: queel declarante conoció a dos de ellos, pero que ignora sus nombres y sinembargo, si se les presentan a la vista, puede individualmente conocerlos,pues no ha perdido de la memoria su fisonomía; que al exponente loatropellaron para que dijese dónde se hallaba su excelencia el Libertador,y que se excusó diciendo que era un forastero, que no sabía en qué cuartopodía estar. Que es lo que puede declarar en fuerza del juramento quetiene prestado, y que en ellos se afirma y ratifica, y no firma por no saber,y lo hace el señor juez y el auditor, por ante mí,

Urdaneta, Pareja. (Hay una cruz).Mateo Be/monte'.

NOTA

1. En seguida las siguientes palabras, que van tachadas: "Hallándose presos algunos delos conspiradores se les hizo traer a la presencia del señor juez" (Al margen) no valen.

DECLARACION DEL CORONEL RICARDO JOSE CROFTON.Octubre 14.

Incontinenti compareció el señor coronel Ricardo José Crofton, conel objeto de declarar 10 que vio y oyó en el acto en que se le presentaron ala vista de los declarantes a los que se hallan presos por la causa deconspiración y previo el juramento de ordenanza, dijo: que habiendollevado de orden de esta comandancia general a Ezequiel Rojas a presen-cia de los domésticos Ramón Martínez e Isabela Sáenz, con el objeto deidentificar la persona del citado Rojas y de cerciorarse si era el mismo quelos dichos domésticos aseguraron haber visto en la casa de su excelenciael Libertador la noche del 25 del pasado, al ponerlo delante de ellos a untiempo gritaron: este es el mismo que preguntó dónde se hallaba suexcelencia y dónde tenía el pupitre y papeles; que al oír esto Rojas sedemudó, poniéndosele pálido el semblante, y les dijo: muchachos, ¿cómo

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podían conocerme cuando no había luz?, y tratando después de recogerla palabra volvió a decir: ¿acuérdense bien si había luces o no?; que losdomésticos le respondieron que era verdad que no había luz en elcorredor, pero que sí la había en el comedor en donde lo conocieron; queRojas les contestó que no podía ser que ellos lo hubiesen visto en palacio,cuando hasta las diez y media de la noche estuvo en casa de la hermanadel general Santander que estaba de parto y que salió con dicho general abuscar medicinas; que habiendo pasado dos días de aquel reconocimien-to volvió de orden de la misma comandancia general a ponerle a la vista acada uno de los presos que se hallan en el cuartel y habiendo visto a Azue-ro y a otros, dijeron que ninguno de ellos habían conocido en la casa de suexcelencia el Libertador y se ratificaron respecto de Rojas. Que es cuantopuede decir sobre el particular bajo el juramento que tiene dado y firmacon el señor juez, el auditor por ante mí.

Urdaneta, Pareja, R. 1. Crofton.

CAREO ENTRE EZEQUIEL ROJAS E ISABEL SAENZ.Octubre 14.

Para probar la identidad de la persona que conocieron en casa de suexcelencia el Libertador, los domésticos que han declarado en esta causay en virtud de la exposición del señor coronel Ricardo José Crofton, sehizo comparecer al señor Ezequiel Rojas, a quien se le recibió juramento,que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz y habiéndoselepresentado a Isabel Sáenz, se le preguntó si la conoce, si sabe le tengaodio o mala voluntad, dijo: que la ha conocido el día que el señorcoronel Crofton lo llevó a presencia de la testigo que se le presenta y cuyaexposición se le ha leído, que no sabe que le tenga odio o mala voluntad.

Preguntada: dicha doméstica si la persona que se le pone a la vista lavio y conoció en casa de su excelencia el Libertador, dijo: que la personaque se le presenta es la misma que vio y conoció en palacio la noche de laconspiración, pero que antes de ese acontecimiento nunca lo había visto.

Preguntada: en qué traje lo vio, qué fue lo que hizo y qué palabras leoyó decir, dijo: que le parece que estaba vestido de negro, como con

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levita y que individualmente no lo vio hacer ni oyó decir nada, pero quesus compañeros decían que dónde estaba el Libertador, que habíanerrado el tiro y que gritaban viva la libertad. Que no le vio ninguna armay que en el lugar donde lo vio había luz. Y no conformándose dicho Rojascon ninguna de las partes de esta exposición y reputándola antes porenteramente falsa, se concluyó la presente diligencia (añadiendo en esteestado la referida doméstica que no le oyó hablar distintamente, peroque en el momento que se le presentó y habló recuerda haber oído su vozy alguna de las facciones de su rostro; que en el modo de hablar y en lacara se confirma haberlo conocido) y la firma con el señor juez, auditorpor ante mí y no lo hace la testigo por no saber.

Urdaneta, Pareja. Ezequiel Rojas. Mateo Belmonte.

CAREO ENTRE RAMON MARTINEZ y EZEQUIEL ROJAS.Octubre 14.

En el mismo acto se trajo a presencia del señor juez, en continuaciónde esta diligencia, al testigo Ramón Martínez a quien se le puso a la vistala persona del señor Ezequiel Rojas y se le preguntó a este si conoce adicho testigo, si sabe le tenga odio o mala voluntad, dijo: que lo conociópor la primera vez cuando el señor coronel Crofton se los puso depresente; que no sabe le tenga odio o mala voluntad; y habiéndosele leídoal testigo su precedente declaración y preguntándosele si el señor Rojas esalguna de las personas que conoció en casa de su excelencia el Liberta-dor, dijo: que de las dos personas que conoció, porque fueron las que másse le acercaron y le preguntaron dónde estaba el tirano, el señor Rojas esuna de ellas; que estaba vestido de negro y con un puñal en la mano; queviene en conocimiento de su persona por las facciones de su rostro yporque cuando le hablaba conoció en la modulación que le faltaba undiente y que ahora conoce perfectamente su voz; que en compañía deotro de chaqueta blanca le puso el puñal al pecho y le reconocieron lacara; que, por esta circunstancia, solo puede reconocer a ambos indivi-duos y que está cierto que el que se le ha presentado es uno de ellos; quehabía luz en la pieza donde le hablaron y se le acercaron; que antes deaquel acontecimiento jamás lo había visto, pero que como fue el que másse le acercó tiene muy presente su fisonomía. Y no conformándose con la


exposición del testigo el acusado, se concluyó esta diligencia y la firmacon el señor juez, auditor, haciendo el testigo una cruz por no saberfirmar.

Urdaneta, Pareja, Ezequiel Rojas. (Hay una cruz).Mateo Belmonte.

AMPLIACION DE LA DECLARACION DE EZEQUIEL ROJAS.Octubre 16.

En la ciudad de Bogotá, a 16 de octubre de 1828, compareció el señorEzequiel Rojas con el objeto de explanar su declaración, dijo: que aPedro Celestino Azuero, hallándose reunido con el declarante en unamisma pieza la noche que se trasladaron los presos del convento decapuchinos al cuartel de Vargas, le descubrió una herida en la cabeza; quecon este motivo Azuero le contó haber concurrido a palacio la noche del25; que se encontró con un negrito a quien le preguntó por el Libertador yque, habiendo recibido el machetazo en la cabeza, no pudo entrar a losotros cuartos y se retiró de palacio después de haber andado un rato en él.Que esta manifestación la hace para acreditar la ninguna parte que hatenido en la conspiración y por consiguiente su no concurrencia a la casadel Libertador; y que antes no había hecho esta manifestación porque lacreyó innecesaria para su defensa, porque no temía que del proceso leresultase el menor cargo y porque no era preciso su testimonio en la causade Azuero, a quien le pareció muy duro oprimirlo con su dicho cuandosabía que abundaban pruebas contra él. Con lo que se concluyó estadiligencia y la firma el declarante con el señor juez y auditor por ante mí,que doy fe.

Urdaneta, Pareja, Ezequiel Rojas.

Excelentísimo señor general comandante general.

Las pruebas que suministra el proceso actuado contra los conspira-dores no descubren claramente la complicidad de Ezequiel Rojas en tanhorroroso crimen. El habérsele aprehendido al otro día de aquel infaustosuceso disfrazado de mujer, lo cubre de alguna sospecha, porque nadieordinariamente se oculta encontrándose inocente. Pero como aquellasospecha se halla aislada de otra especie de pruebas establecidas por las

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leyes, no cree el auditor, siguiendo las mismas disposiciones legales, quedicho Rojas sea acreedor a las penas prescritas por el decreto de 20 defebrero del presente año contra conspiradores. El reconocimiento practi-cado por dos criados de la casa del Libertador de la persona de EzequielRojas, envolviendo alguna divergencia en sus deposiciones, a juicio delque habla no pasa de un mero indicio que, aunque se acompañe a lasospecha anterior, no forman una prueba perfecta para condenarlo conarreglo al decreto citado. Es verdad que, según la doctrina de algunoscriminalistas, en los delitos atroces y en el de traición las conjeturas osospechas aun muy leves bastan para condenar; pero como esta máximase halla proscrita por la racional filosofía y por la terminante disposiciónde las leyes vigentes, que exigen pruebas tan claras como la luz del díapara condenar a muerte o a cualquiera otra pena, dejando a juicio de losjueces calificar la certeza o claridad de las pruebas según la fuerza queellas hagan en su entendimiento, el auditor no está perfectamente con-vencido en el caso concreto de que el referido Rojas haya sido sabedor operpetrador de la conspiración del 25, y por tanto no se atreve a imponer-le ninguna de las penas detalladas en el decreto de la materia.

Pero sí opina que habiendo Ezequiel Rojas emitido opiniones contra-rias y aun ofensivas a la persona de su excelencia el Libertador y contra elactual régimen, se dé cuenta al gobierno de la actuación practicadacontra el referido Rojas para que, pesando en su imparcial juicio lasprobabilidades que suministra, dicte las medidas que crea oportunaspara alejarlo del país, pues el gobierno, autorizado por las circunstancias,por el poder de la razón y de la justicia, debe toma r todos las providenciasque la prudencia política le aconseje en favor de la conservación delEstado. Este es mi dictamen, el que someto al más acertado de vuestraexcelencia. -Bogotá, 31 de octubre de 1828.


Bogotá, 31 de octubre de 1828.

Me conformo con el dictamen precedente. En consecuencia, eléveseal gobierno para los efectos que haya lugar.

Rafael Urdaneta.

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Bogotá, 1º de noviembre de 1828.

Resultando por la última exposición del comandante Carujo nuevocargo al doctor Ezequiel Rojas, revéase la causa para pronunciar nuevasentencia.

Urdaneta.

República de Colombia, ministerio de Estadoen el departamento de la guerra. Sección central.

Bogotá, 1º de noviembre de 1828.

Al excelentísimo señor comandante general de Cundinamarca.

En vista de la nota de vuestra excelencia de esta fecha, número 32, leremito el proceso seguido contra el doctor Ezequiel Rojas por la parteque tuvo en la conspiración del 25 de septiembre, para los efectos que enella me indica.

Dios guarde a vuestra excelencia,José María Córdova.

CAREO ENTRE EZEQUIEL ROJAS Y PEDRO CARUJO.Noviembre 4.

En la ciudad de Bogotá, a 4 de noviembre de 1828, el señor juez hizotraer a su presencia a Ezequiel Rojas para practicar el careo con el primercomandante Pedro Carujo, a quienes se les recibió juramento, que hi-cieron por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, a cuyo cargo ofrecie-ron decir verdad en lo que se les va a interrogar; y habiéndose le pregunta-do al primero! si conoce al testigo que se le presenta y si sabe le tenga odioo mala voluntad, dijo: que sí lo conoce y que cree que no le tenga odio nimala voluntad y habiéndosele leído la declaración del comandante Caru-jo en la parte que lo cita, se le preguntó si se conforma con ella, dijo: queno se conforma, que el señor Carujo ha padecido una equivocación.

Preguntado: el señor Carujo si conoce al que tiene presente y si seconforma con su exposición, dijo: que sí lo conoce, que es el mismo

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Ezequiel Rojas por quien ha declarado; que ha dicho el exponente queaquel estaba iniciado en la conspiración por haberlo visto en la casa deVargas Tejada en la junta preparatoria, entre diez y 11 de la noche y porhaber oído decir allí a varios tumultuariamente que el dicho Rojas yVargas Tejada podían ir a detener al comandante Whittle para que esteno fuera a su cuartel. Y no habiendo quedado conformes firman con elseñor juez y el auditor, por ante mí.

Urdaneta. Pareja. Ezequiel Rojas. P. Carujo,M. Belmonte.

NOTA

1. Entre renglones. al primero.

Excelentísimo señor general, comandante general.

He visto lo últimamente actuado contra Ezequiel Rojas en virtud delo expuesto por el señor comandante Pedro Carujo en su declaraciónadicional en que afirma que Rojas fue uno de los individuos que asis-tieron a la junta preparatoria hecha en casa de Vargas Tejada, con lascircunstancias de habérsele comisionado, en unión de Tejada, a impedira que viniese el comandante de Vargas a su cuartel; y como solo Carujo loafirma y Rojas niega, resulta que por lo mismo queda absolutamente sinprueba bastante para poderle aplicar pena alguna. Por otra parte, loanteriormente actuado contra Rojas queda desvanecido del todo por lacontradicción que envuelven los dos acontecimientos entre sí, por lo quesi vuestra excelencia lo tiene a bien puede dar cuenta al supremo gobiernopor si lo estima por conveniente se le absuelva o dicte la providencia queexija la política en seguridad del Estado, a precaver cualquier sospecha[que] pueda tenerse de ser perjudicial. Bogotá, 6 de noviembre de 1828.


Bogotá, 6 de noviembre de 1828

Me conformo con el precedente dictamen.Rafael Urdane tao

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Sentencia


Ministerio de Estado en el departamento de la guerra.

Su excelencia el Libertador presidente, oída la opinión del consejo deministros, dispone que Ezequiel Rojas sea desterrado de Colombia conprohibición de que vuelva al país sin licencia de la suprema autoridad.

En cumplimiento de esta disposición se remitirá a Cartagena dentrode tres días con el objeto indicado.

Por su excelencia, el secretario de guerra,José María Córdova.


Cúmplase y ejecútese lo que su excelencia manda, notificándose alinteresado.

Rafael Urdaneta.

Notificación

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, el sargento mayorde esta plaza, primer comandante José Arce, pasó al calabozo del cuartelde Vargas, en donde se halla preso Ezequiel Rojas, a quien hizo saber laanterior sentencia y enterado de ella la firma con el referido mayor.

José Arce, Ezequiel Rojas',

NOTAL Folios 23 recto a 41 vuelto del proceso original.

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MARIANO ESCOBAR

República de Colombia, secretaría de Estadoen el despacho de la guerra. Sección central.


Al señor general de brigada Francisco de P. Vélez.

El gobierno ha tenido a bien disponer que se asocie vuestra señoría encomisión con el doctor José Francisco Pereira a la comandancia generalde este departamento, a efecto de adelantar las diligencias que se practi-can [sic] en la causa sobre la conspiración que tuvo lugar antes de anoche.Lo aviso a vuestra señoría para que, poniéndose de acuerdo con el expre-sado doctor Pereira, dé cumplimiento a esta disposición.


República de Colombia, intendencia del departamentode Cundinamarca.


Al señor jefe de policía.

Su excelencia el Libertador presidente, por el ministerio me ha orde-nado prevenir a usted que por sí, o por comisionados de toda su confian-

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za, proceda prontamente a la pnsion de todas las personas que decualquier modo aparezcan sindicadas de la conspiración de anoche y deenemistad declarada a la persona del Libertador; poniéndolas incomuni-cadas, usted procederá a tomar sus declaraciones indagatorias; si algunasde esta clase no parecieren, se pondrá razón en el proceso y se lesperseguirá activamente hasta reducirlas a prisión. Para estas y las demásmedidas que sea conveniente adoptar, como ocupación y registro depapeles, registro de casas, etc., se declaran suspensas todas las leyes ydecretos que pudieran prohibirlo.

Lo comunico a usted para su inteligencia y que me dé con la brevedadposible cuenta del resultado.

Dios guarde a usted,Pedro A. Herrán.

(Al margen. Bogotá, 27 de septiembre de 1828. Agréguese a lacausa con la adjunta lista y pásese a conocimiento de ella al señor generalde brigada Francisco de P. Vélez para que reciba las declaracionescorrespondientes a los presbíteros Juan N. Azuero y Juan de la CruzGómez Plata y demás. Ortega (rúbrica).

Al señor general Francisco de P. Vélez.

Los presbíteros Juan N. Azuero y Juan de la Cruz Gómez Plata sehallan presos, el primero en San Agustín y el segundo en la cárcel. Son delos que desean fugarse y lo aviso a vuestra señoría para su inteligencia yconforme a comunicación del señor intendente.

Bogotá, 27 de septiembre de 1828.J. M. Ortega.


Al señor general de brigada Francisco de P. Vélez.

En una lista que ha pasado la intendencia de las personas que, comosospechosas y enemigas de su excelencia el Libertador, se hallan en estaciudad, son comprendidas el señor Mariano Escobar, Luis Vargas Teja-

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da y la señora Carmen Rodríguez. Escobar se halla preso en la cárcel y laGaitán 1 en el hospicio. Tejada se ha fugado.

Lo digo a vuestra señoría para su inteligencia y cumplimiento de lasórdenes que tenga en el particular.

Dios guarde a vuestra señoría,J. M. Ortega.

Francisco de P. Vélez, general de brigada de los ejércitos de la República,comisionado por el supremo gobierno en asocio del señor doctor Fran-cisco Pereira para adelantar las diligencias que se practican en la causasobre la conspiración que tuvo lugar en esta capital en la noche def 25 delcorriente, como consta de la nota de su excelencia el señor general en jefe,ministro secretario de la guerra Rafael Urdaneta y oficios de los señoresintendente de este departamento Pedro Alcántara Herrán y general debrigada José María Ortega, que se agregan por cabeza de proceso;habiendo de nombrar escribano que actúe en dichas diligencias, especial-mente en las declaraciones instructivas que se han de recibir a los presbí-teros doctores Juan Nepomuceno Azuero y Juan de la Cruz Gómez, a losseñores Mariano Escobar, Luis Vargas Tejada y señora Carmen Rodrí-guez, nombramos al oficial mayor de la corte superior de justicia de estedepartamento Mariano Acero para que ejerza el empleo de tal escribano,quien advertido de la obligación que contrae, acepta, jura y prometeguardar fidelidad en cuanto actúe; y para que conste, lo firmó conmigoy socio en Bogotá, a 27 de septiembre de 1828.

Francisco de P. Vélez, J. Francisco Pereira.José Mariano Acero.

escribano.

NOTAS1. Doña Carmen Rodríguez de Gaitán. (Nota de E. O. R.).2. En el original tachado quince.

DECLARACION DEL PRESBITERO JUAN N. AZUERO.Septiembre 27.

En el mismo día el señor general de brigada Francisco de Paula Vélez,asociado del doctor Francisco Pereira, comisionados por el supremo

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gobierno para adelantar las diligencias conducentes a la averiguación delos reos comprendidos en la conspiración acaecida en esta capital en lanoche del' 25 de los corrientes, pasaron con asistencia de mí, el presenteescribano a la cárcel pública de esta ciudad, donde se halla preso elpresbítero doctor Juan Nepomuceno Azuero a quien se hizo conducir apresencia de los señores comisionados; y estando libre de todo apremio yprisión, se le recibió juramento, que hizo por Dios Nuestro Señor-in verbo sacerdotis, tacto pectore et corona, bajo el cual ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere preguntado.

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseJuan Nepomuceno Azuero, mayor de 40 años natural del Socorro,católico, apostólico, romano y cura.

Preguntado: si sabe o ha oído decir quiénes fueron los autores ocómplices de la conspiración acaecida en la noche del quince.', digo 25del corriente, dijo: que lo ignora absolutamente por cuanto que hacemucho tiempo que se ha retirado de todo asunto político o público,permaneciendo por lo general en el campo o en esta ciudad metido en sucasa y privado de la sociedad.

Preguntado: si sabe o ha oído decir el objeto de los conspiradores y sianticipadamente tuvo noticia de que se fraguaba dicha conspiración,dijo: que ni sabe el objeto de los conspiradores, ni había tenido noticia deque se fraguaba tal conspiración.

Preguntando: si sabe o ha oído decir quiénes son los enemigos perso-nales de su excelencia el Libertador presidente y si ha visto correspon-dencia epistolar de ellos contra su persona o actual gobierno, dijo: queno sabe ni ha visto correspondencia de ninguno.

Preguntado: si sabe quiénes fueron los que asesinaron a los coronelesFergusson y Bolívar, dijo: que lo ignora absolutamente.

Preguntado: ¿Dónde se hallaba la noche del 25 de los corrientes y conqué personas estuvo?, dijo: que aquella noche estaba en la casa que habitaen la calle nombrada "Gallera Vieja"; que no salió a ninguna parte, ni porel día ni por la noche; que no estuvo en compañía de otras personas, sinode las domésticas, que a la sazón lo eran la señora María de los Ange-les Gallo, una criada libre nombrada Raimunda" y de un negritoque le asiste llamado Manuel; que cuando se rompió el fuego se hallabadurmiendo en su cama y pieza que tiene de costumbre; que a los princi-pios que le despertaron el sonido de los tiros pensó que fuese temblor;

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pero que habiéndose cerciorado por la continuación de las descargas queera en efecto tiroteo militar, se asomó en pechos de camisa a la ventanaque cae a la calle y desde ella preguntó la causa de aquella novedad a loshabitantes que se asomaban a las puertas de las casas y tiendas contiguas.Tales fueron el señor Manuel Salazar, el presbítero Antonio Salazar suhijo, señores Gregario y Bias Angel, un hijo del escribano FranciscoJavier Górnez, que vive con la madre, la señora Londoño, en casa inmedia-ta donde una señora Regina, cuya señora Regina y su familia parece quetambién lo vieron; que sobre todo un tal hombre Vicencio, cuyo apelati-vo ignora, y que vive en una tienda en frente a la ventana donde se asomóel exponente, intimidado con semejante novedad le pidió permiso parapasarse a la casa del declarante, como lo efectuó, y que permaneció allí ensu compañía con dos de sus hijas hasta las seis de la mañana del día 26;que hace reminiscencia que el señor Ramón Salcedo también lo vioaquella noche al tiempo del tiroteo en la ventana, como queda dicho. Queno tiene más que añadir ni quitar; que lo dicho es la verdad en fuerza deljuramento hecho, en que se afirmó y ratificó leída que le fue su declara-ción y lo firmó con dichos señores por ante mí, de que doy fe.

Vélez. Pereira. Juan N. Azuero. Ante mí,José Mariano Acero.

escribano.

NOTAS1. En el original tachado quince.

2. Tachado y una señal de cruz.

3. Quince. tachado.

4. Sobrerrayado.

DECLARACION DE MARIANO ESCOBAR. Septiembre 27.

Incontinenti y con el mismo objeto que anuncia su auto, cabeza deproceso, los señores comisionados, estando en la misma cárcel pública,hicieron comparecer ante sí en presencia de mí el escribano, al señorMariano Escobar, a quien libre de toda prisión se le recibió juramento,

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que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, bajo el cualprometió decir verdad en lo que supiese y le fuese preguntado.

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseMariano Escobar, de 37 años, natural de Cartago, católico, apostólico,romano y hacendado.

Preguntado: si sabe o presume la causa de su prisión, dijo: que nosabe.

Preguntado: si sabe o ha oído decir quiénes fueron los autores ocómplices de la insurrección acaecida en la noche del 25 de los corrientes,dijo: que no sabe quiénes fueron.

Preguntado: si sabe o ha oído decir el objeto de los conspiradores, o sianticipadamente a la noche del 25 tuvo noticia de que se fraguaba dichaconspiración, dijo: que ignora absolutamente el contenido de la pregun-ta, ni tuvo noticia anterior.

Preguntado: si sabe o ha oído decir quiénes son los enemigos persona-les de su excelencia el Libertador presidente y si ha visto correspondenciaepistolar de ellos contra su persona o actual gobierno, dijo: que no sabequiénes sean enemigos personales de su excelencia porque a las personascon quienes trata no les ha oído expresiones que lo indiquen, y ni muchomenos ha visto correspondencia alguna relativa a lo que se le pregunta.

Preguntado: si sabe o ha oído decir quiénes fueron los que asesinarona los coroneles Fergusson y Bolívar, dijo: que no sabe quiénes hayan sidoo fueron los autores de los referidos asesinatos, como que ignora quiénesfueron los de la rebelión.

Preguntado: dónde se hallaba la noche del 25 de los corrientes y conqué personas estuvo, dijo: que desde las cinco de la tarde de aquel día seestuvo en la casa de la señora Francisca Guerra, hasta las seis y media olas siete, en que se fue a su casa; que allí permaneció como lo tiene decostumbre, hasta las ocho que salió y fue a la tienda del señor JesúsToscano, cerca del puente de San Francisco, marido de la señora Merce-des Piedrahita, en la cual se hallaba un señor F. Gaitán, que fue guarda;de allí pasó a la casa de las señoras Cuervos, donde se estuvo hasta lasdiez y media de la noche junto con el señor Francisco Giraldo, edecán delseñor general Córdova, que estuvo instando a dichas señoras hiciesen elmismo paseo de las dos noches anteriores a la Alameda, con motivo de lahermosa noche que hacía; y que luego fuesen a la casa del exponente atomar un poco de vino y bizcochos que de antemano tenía preparado al

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efecto; y que como no se resolviesen a salir se fue el que responde solo a sucasa a cenar, habiendo dado un paseo antes por la calle de San Juan deDios; que después de haber acabado de cenar, que serían las once ymedia, oyó los primeros tiros estando con su sobrino; que habiendosalido al patio y observado que continuaban creyó desde luego quepodría ser alguna discordia entre un cuerpo y otro de los de esta guarni-ción u otro atentado semejante contra el gobierno, como lo fue efectiva-mente; que temiendo en estas circunstancias algún riesgo en su personaresolvió montar a caballo, como lo hizo y bajó hasta la esquina de la callereal de las señoras Vergaras, donde halló como tres personas que leadvirtieron que no atravesase la calle real porque pasaban muchas balas;que viendo que esto era efectivo retrocedió, dio vuelta por arriba delCarmen y por la Huerta de Jaimes, salió a San Victorino, donde hallóalgunas gentes en las puertas de sus tiendas, a las cuales preguntó sisabían la causa de aquel tiroteo y alboroto; pero que ninguno le dabarazón, añadiendo que el señor Mariano París deseaba también saber estomismo; que luego que se lo nombraron, preguntó en qué casa se hallabadicho París y le suplicó a uno de los que estaban por allí que lo llevasedonde estaba el mismo París, con quien estuvo hablando por la ventanasobre el mismo asunto, y consultándole qué harían en tales circunstan-cias y aun le propuso que el declarante pensaba ir a su hacienda paraevitar todo peligro y malas consecuencias; pero que el citado París lereflexionó que no hiciera tal porque después, no hallándose le en laciudad al día siguiente, podría sospechársele y ser perjudicado; queconoció lo justo de esta reflexión y varió de pensamiento; que entonces elmismo París le dijo fuese a su nombre a suplicarle al alcalde Ríosmandase un hombre a la plaza a averiguar lo que pasaba; que así loverificó y que estando en esto en la puerta de la quinta del señor JuliánSantamaría, que también se hallaba presente con otras varias personasque el declarante no conoce, llegó a caballo el señor general Córdova elcual dijo que era una conjuración contra su excelencia el Libertadorpresidente, intentado por un bochinche de acuerdo con algunas tropas;que el bochinche había triunfado matando algunas personas, y que élpensaba irse para Facatativá a reunir las milicias y venir muy tempranocontra los revoltosos; que el declarante se tomó la libertad de decirle quele parecía mejor volver al centro de la ciudad a ver si se lograba reuniralgún cuerpo y con él contener los excesos; que el señor general desapro-

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bó este pensamiento y entonces el que declara volvió donde el señorParís, a quien le refirió lo que acababa de oír al señor general Córdova yle instó a que no se quedase en su casa, sino que se pusiese en seguridadmontando a caballo si le era posible, pues habiendo triunfado un bochin-che, como decía el señor general, no debíamos esperar sino desgracias;que a este mismo tiempo la madre del señor París se manifestó sumamen-te afligida porque presumía que su otro hijo José Ignacio, que vive en laquinta de su excelencia el Libertador presidente, ignoraba lo que estabasucediendo y el que declara se ofreció a ir en persona, como que estaba acaballo, a darle noticia, pues así lo exigía la buena amistad que debe a estesujeto; que emprendió su marcha para verificarlo por detrás de LaCapuchina y La Alameda, por donde salió a la plazuela de Las Nieves;que allí le dijeron algunos paisanos desarmados que andaban partidas degentes haciendo tiros, con lo que tuvo temor de ir hasta donde el señorParís hasta la quinta y se dirigió a su casa; que sobresaltado siempre einquieto con lo que había oído al señor general Córdova sobre habertriunfado el bochinche, no pudo resolverse a quedarse en su casa y volvióa salir a pie, una cuadra arriba donde vive, a la del señor doctor San-guineto, con quien tiene amistad; que estuvo tirando la cuerda de lacampana mucho tiempo, con el designio de que le abrieran y pasar en sucompañía el resto de la noche; que no abrieron y que a este tiempo pasóun señor que le dijo ser un oficial Lornbana, del batallón de Reserva, conel que estuvo hablando y le dijo que andaban patrullas por allí arriba;que se resolvió a aguardar una de ellas allí mismo; que luego llegó elperdiguero de la catedral, que vive allí cerca, y otro hombre, a quien noconoce; que en seguida llegó un señor Pinás y un tal Enrique, que ha oídodecir fue paje del cónsul de Holanda; que se pusieron a conversar sobrelos sucesos de la noche; que a este tiempo asomó una patrulla del batallónVargas, comandada por el cabo José Reyes, queriendo hacer fuego sobrelos que estaban allí con el declarante; pero que la firmeza con que estecontestó a la patrulla, gritándole que eran todos pacíficos y desarmados,que solo trataban de libertarse del riesgo que amenazaban los desórdenesde esa noche, los contuvo; y habiéndose reunido con la expresada patru-lla, el declarante pidió al cabo que los registrase para hacerle ver que nollevaban arma ninguna yen seguida le suplicó lo llevase a su casa, lo queasí sucedió; y el que declara no volvió a salir hasta el día siguiente. Queese mismo día por la noche, a tiempo de irse para la calle a eso de las siete

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y media, llegó el señor jefe de policía y le hizo saber que iba a conducirlopreso de orden del gobierno; que habiéndole manifestado su honradez yel ningún motivo que, en su concepto, había para tal prisión y sobre todola necesidad de aplicarse algunos remedios esa misma noche, como lohace el declarante por los males que notoriamente padece, convino elexpresado señor juez en dejarlo en su casa, previniéndole que se presenta-ra hoya las ocho en la de dicho señor juez, como lo verificó el declarante.

Preguntado: si entre las personas que encontró, según ha expresado, enla esquina de los señores Vergaras cuando llegó allí a caballo, conocióalguna de ellas cuando le dijeron que no atravesara la calle real porqueestaban tirando mucha bala, dijo: que no conoció ninguna y que añadeque su objeto al bajar por allí, atravesando la calle real, era el de volversedonde las señoras Cuervos y avisarle al señor capitán Giraldo, que habíaquedado allí, como tiene dicho, el tiroteo y bulla que había, por si él no lahabía oído y fuese a dar parte al señor general Córdova , de quien esedecán y al mismo tiempo quedarse el que declara acompañando a lasexpresadas señoras en aquel conflicto; pero que no se resolvió, como hadicho, temiendo que le tocase una bala de las muchas que pasaban y diola vuelta que antes ha relacionado. Dijo que no tiene más que añadir niquitar; leída que le fue esta su declaración en que se afirmó, ratificó yfirma con dichos señores por ante mí, de que doy fe.

Vélez, Pereira, M. Escobar.Ante mí,

José Mariano Acero.escribano.

Sentencia


De acuerdo con el señor comandante general y el señor general dedivisión José María Córdova , pongan en libertad al señor MarianoEscobar por no resultar cargo alguno en todo lo actuado que puedaperjudicarle.

Ortega.

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República de Colombia

Bogotá, 28 de septiembre de 18251•

Al señor general de brigada J. M. Ortega.

Hallándome imposibilitado por el estado de mis enfermedades paracontinuar practicando las diligencias que por las comunicaciones delexcelentísimo señor ministro de la guerra y de vuestra señoría que se mehan encargado con fecha de ayer, con el objeto de averiguar sobre laconspiración de la noche del 25 en las personas que expresa la lista queincluyo; y siendo vuestra señoría uno de los encargados por el gobiernopara proceder a hacer iguales averiguaciones en asocio de la comandan-cia general, suplico a vuestra señoría se sirva entregar al señor coman-dante general las diligencias practicadas por mí en unión del señor doctorFrancisco Pereira, para que, en atención a lo expuesto, se me inhiba decontinuar en esta comisión.

Dios guarde a vuestra señoría,Francisco de P. Vélez.

NOTA1. Así está en el original.



Al primer comandante José Arjona.

Habiéndose enfermado el señor general Vélez, que es uno de losjueces nombrados en comisión para actuar en la causa sobre conspira-ción, he nombrado a usted en uso de la autorización que tengo delgobierno para que reemplace a aquel jefe, a cuyo fin se presentará usted

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con esta orden al señor comandante general inmediatamente que lareciba.

Dios guarde a usted,Rafael Urdaneta.

DECLARACION DEL DOCTOR JUAN DE LA CRUZGOMEZ PLATA. Septiembre 28.

En la ciudad de Bogotá, a 28 de septiembre de 1828, el señor JoséMeléndez de Arjona, primer comandante de caballería, sustituido alseñor general de brigada Francisco de Paula Vélez, como aparece de losoficios que se acompañan, procedió en asocio del señor doctor FranciscoPereira a continuar las diligencias que se siguen sobre la investigación delos reos y cómplices en la conspiración acaecida la noche del 25 delcorriente y con este objeto pasaron, con asistencia de mí, el presenteescribano, al convento o colegio de ordenandos de esta capital, en dondese halla preso el doctor Juan de la Cruz Gómez Plata, a quien se hizoconducir a presencia de los señores comisionados y estando libre de todaprisión se le recibió juramento, que hizo in verbo sacerdotis, tactopectore et corona, bajo el cual prometió decir verdad en lo que supiere yfuere interrogado.

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseJuan de la Cruz Gómez Plata, de edad de 33 años, su patria San Gil, en laprovincia del Socorro, católico, apostólico, romano y catedrático de ins-tituciones canónicas de la Universidad Central.

Preguntado: si sabe o presume el motivo de su prisión, dijo: que loignora, que está en ella de orden del jefe de policía, a quien luego que se lepresentó le dijo pasase al convento de San Agustín preso y que lo verificósin haber sido escoltado.

Preguntado: si sabe o ha oído decir quiénes fueron los autores ocómplices de la conspiración acaecida en la noche del 25 del corriente,dijo: que no sabe quiénes fuesen, ni lo ha oído decir; que, posteriormenteal suceso, ha oído con variedad que lo fueron un Horment y un Carujo,pero que nada de esto le consta con certidumbre.

Preguntado: si sabe o ha oído decir el objeto de los conspiradores y sianticipadamente tuvo noticia de que se fraguaba dicha conspiración,dijo: que no supo nada de lo que se pregunta; que posteriormente, por

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una proclama del señor intendente, ha sabido cuál era el objeto de losconspiradores'.

Preguntado: si sabe o ha oído decir cuáles son los enemigos persona-les de su excelencia el Libertador presidente, si ha visto correspondenciaepistolar de ellos contra su persona o actual gobierno, dijo: que no sabe niha oído quiénes son los enemigos personales de su excelencia el Liberta-dor presidente, ni ha visto correspondencia epistolar acerca de esto.

Preguntado: si sabe quiénes fueron los que asesinaron a los coronelesFergusson y Bolívar, dijo que lo ignora absolutamente.

Preguntado: dónde se hallaba la noche del 25 del corriente y con quépersonas estuvo, dijo que desde las seis a las ocho de aquella nocheestuvo en actos literarios en el colegio de San Bartolomé con el doctorPedro Herrera, el pasante del mismo colegio Francisco Martínez, eldoctor Pablo Francisco Plata y otros catedráticos y que a las ocho sevolvió con el mismo doctor Plata hasta su casa en donde reside y endonde ha pasado con él y su familia todo el resto de la noche; que allí oyóel ruido del tiroteo sin que pudiese saber cuál era la causa de semejantealboroto; que no tiene más que añadir ni quitar, leída que le fue esta sudeclaración en que se afirmó y ratificó, firma con dichos señores por antemí, de que doy fe.

José Arjona, Pereira. Juan de la C. Gámez.Ante mí,


NOTA1. Se encuentra publicada en el Suplemento de la Gaceta de Colombia Nº 374 (Nota deE. O. R.).

DECLARACION DE CARMEN RODRIGUEZ. Septiembre 29.

En la ciudad de Bogotá, a 29 de septiembre de 1828, el señor J.Meléndez de Arjona, primer comandante de caballería, en asocio delseñor doctor Francisco Pereira y con asistencia de mí, el presente escriba-no, pasaron a la casa del hospicio, donde se halla presa la señora CarmenRodríguez, a efecto de tomarle su declaración, a quien habiendo llamadoa su presencia y estando libre de toda prisión se le recibió juramento, que

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hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, bajo el cual ofreciódecir verdad en lo que supiere y fuere interrogada, y

Preguntada: su nombre, edad, patria, religión y oficio, dijo llamarseCarmen Rodríguez, mayor de 25 años, natural de esta ciudad, católica,apostólica, romana, y su oficio una tienda en que vende en la calle delcomercio.

Preguntada: si sabe o presume el motivo de su prisión, dijo queignora el motivo absolutamente cual sea.

Preguntada: si sabe o ha oído decir cuáles fueron los autores ocómplices de la conspiración acaecida en la noche del 25 del corriente,dijo: que antes de que aconteciese no tuvo la menor noticia de ella; queposterior al suceso ha oído decir generalmente que son un tal Horment,de quien ha sido demandada ante el alcalde Arrublas por negocios delcomercio y que nunca ha visitado su casa ni tienda, sino en el día que fuea citarla para la demanda que hará de esto como un año, un oficialCarujo, a quien no conoce y el capitán Mendoza, a quien conoce, peroque jamás ha tenido amistad con él y que no se acuerda de otros.

Preguntada: si sabe o ha oído decir el objeto de los conspiradores y sianticipadamente tuvo noticia de que se fraguaba dicha conspiración,dijo que absolutamente ignora lo que se le pregunta.

Preguntada: si sabe o ha oído decir cuáles son los enemigos personalesde su excelencia el Libertador presidente, si ha visto correspondenciaepistolar de ellos contra su persona o actual gobierno, dijo: que ni sabequiénes son, ni ha visto tampoco correspondencia alguna de ellos.

Preguntada: si sabe cuáles fueron los asesinos de los coroneles Fer-gusson y Bolívar, dijo: que ha oído decir generalmente, después de loacaecido, que fueron los mismos que ha expresado de la conspiración.

Preguntada: ¿Dónde se hallaba la noche del 25 del corriente y con quépersonas estuvo?, dijo: que en su casa, que no salió a la calle para nada,pues acababa de llegar del campo a las cinco de la tarde, muy estropeada;que allí estuvieron con la exponente los señores Pío Rengifo, MarianoOrtega, Clemente Padilla, Ramón Sánchez, quienes van todas las nochesa tener un rato de diversión, de tocar y cantar, los cuales permanecieronjuntos hasta como las once de la noche en compañía de la declarante y suhijo Alejandro, quienes luego que se despidieron aquellos se acostaroninmediatamente a dormir; que a poco rato golpearon a la puerta de sucasa y resultó ser el señor Ramón Sánchez, que había estado antes de

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visita, quien suplicó le abriesen porque estaban haciendo fuego en lascalles; que en efecto entró y que ignoraban cuál sería esta novedad,atribuyéndola unas veces a revolución de los godos y otras a que tal vez sefugaba el general Padilla y que lo perseguirían; que así permanecieron apuerta cerrada ella, su hijo Alejandro, Sánchez y la familia de la decla-rante hasta la mañana del día siguiente. Que no tiene más que añadir niquitar, leída que le fue esta su declaración, en que se afirmó y ratificó,firma con dichos señores por ante mí, de que doy fe.

José Arjona. Pereira, Carmen Rodríguez.Ante mí,


DECLARACION DE JOSE RAMON MARQUEZ. Septiembre 26.

En el mismo día, mes y año, el señor J. Meléndez de Arjona, primercomandante de caballería, en asocio del señor doctor Francisco Pereira ycon asistencia de mí, el presente escribano, pasó al colegio de ordenan-dos, donde se halla preso el señor José Ramón Márquez, segundocomandante retirado a efecto de tomarle su declaración, a quien habien-do llamado a su presencia y estando libre de toda prisión, le hizo poner lamano derecha sobre la cruz de su espada, y

Preguntado: si bajo su palabra de honor promete decir verdad en loque se le interrogare, dijo: sí prometo.

Preguntado: su nombre y empleo, dijo: que se llama José RamónMárquez, segundo comandante retirado.

Preguntado: si sabe o presume el motivo de su prisión, dijo: que elseñor comandante general le previno se presentase arrestado en la guar-dia del principal y que así lo verificó, exponiéndole el jefe del estadomayor, que se hallaba allí presente, que era por sospechas.

Preguntado: si sabe o ha oído decir quiénes fueron los autores ocómplices de la conspiración acaecida en la noche del 25 del corriente,dijo: que antes de que sucediese no tuvo la menor noticia; que después delsuceso, estando en la plaza pública, adonde fue por orden del señorgeneral Ortega, que llamó al declarante por la ventana de su casal yalseñor Carlos Whittle, oficial retirado que vive con el exponente, estando

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allí, oyó decir" públicamente que Carujo y Horment eran los que habíanentrado en la casa del Libertador.

Preguntado: si sabe o ha oído decir cuál fue el objeto de los conspira-dores, si anticipadamente tuvo noticia de tal conspiración, dijo: que nosabe porque ninguno de ellos le ha hablado sobre este particular.

Preguntado: si sabe o ha oído decir quiénes son enemigos personalesde su excelencia el Libertador presidente, si ha visto correspondenciaepistolar de ellos contra su persona o actual gobierno, dijo: que ni sabequiénes son, ni tampoco ha visto correspondencia alguna de ellos ni eldeclarante es enemigo del Libertador.

Preguntado: ¿Quiénes fueron los asesinos de los coroneles Fergusson yBolívar?, dijo: que ignora absolutamente la pregunta.

Preguntado: ¿Dónde se hallaba la noche del 25 del corriente y con quépersonas estuvo?, dijo: que como a las siete salió de su casa y fue a labotellería de José María, quien vive en tienda baja de la casa de las señorasPonces, con el objeto de tomar chocolate; que allí permaneció hasta lasocho y media; que durante este tiempo llegó el señor F. Casanova, oficial,y estuvo en la misma botellería; que de allí salió a dar un paseo a SanVictorino y entró en casa de la señora Josefa Suárez, adonde iba algunasnoches de visita, en donde se estuvo hasta un poco más de las once ycuarto en unión de ella y su familia; que a esta hora se retiró a su casa, endonde permaneció hasta que el señor general Ortega tocó en la ventanade su casa y lo llamó para que se fuese a la plaza.

Preguntado: si habiendo estado en la casa de dicha señora Suárez vioen ella al capitán Rudesindo Silva, o si notó alguna cosa que indicasealguna sospecha de la revolución acaecida en aquella noche, dijo: que enesa noche no lo vio allí, como en ninguna de las otras noches, porqueregularmente iba a su casa muy tarde, según se lo referían al declarantelos de su familia; que en esa noche solo habló con la familia, es decir,conla señora y sus hijos. Que cuando estuvo en la plaza, estaban allí y lovieron los señores juez político Ahumada, el capitán Manuel Arjona, PíoDomínguez, primer comandante José Arjona, el señor comandante ge-neral Joaquín París, general Rafael Urdaneta y otros. Que no tiene másque añadir ni quitar; que lo dicho es la verdad a cargo de la palabra dehonor que tiene dada, en que se afirmó y ratificó, leída que le fue esta sudeclaración y firma con dichos señores por ante mí, de que doy fe. Eneste estado añade que el objeto porque entraba con frecuencia a la casa de

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la expresada señora Suárez, es bien público en esta ciudad, que lo es elque el exponente trata de casarse con una de sus niñas.

José Arjona, Pereira, José R. Márquez.Ante mí,

Mariano Acero.escribano'.

NOTAS

1. Va entre renglones por la ventana de su casa.

2. Aquí aparece tachado oyó.

3. Folios 45 recto a 52 recto del proceso original.

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CAUSA CONTRA LOS ARTILLEROS

República de Colombia, intendenciadel departamento de Cundinamarca.

Al señor juez letrado de primera instancia.

La intendencia, convencida del celo, actividad y patriotismo que austed distingue, espera que, asociado con el señor jefe de policía y losdemás letrados que usted comisionare al efecto, procedan inmediata-mente a tomar de los sospechosos, prófugos y otros que se presentarencon el carácter de cómplices en la asonada de anoche, todas las noticiasque crean conducentes a la averiguación de los autores acaudillados,objeto y demás circunstancias de aquella; extendiendo sus providencias ala infatigable persecución de los culpables, asegurándolos como corres-ponde y dando del resultado, dos veces-al día, cuenta a esta intendencia.

Dios guarde a vuestra señoría,Pedro A. Herrán.

(Al margen) Bogotá, 27 de septiembre de 1828. Por recibido yagré-guese a la causa. Hinestrosa. Mendoza.

En la ciudad de Bogotá, a 26 de septiembre de 1828, el señor jefe depolicía Buenaventura Ahumada, dijo: que anoche, siendo cosa de lasonce, hubo una reunión del batallón de artillería con varios paisanos queasaltaron el palacio de su excelencia el Libertador presidente, con el

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objeto de asesinarle. Que después del encuentro entre las tropas, en quehubo un tiroteo, se logró la dispersión y aprehensión de muchos de lossublevados y que, para averiguar, no solo este hecho, sino el autor yplanes que se hubiesen propuesto, mandaba y mandó se practicase suma-ria información con los mismos soldados y paisanos aprehendidos,evacuando las citas que resulten. Y firma con el presente escribanopúblico, que da fe.

Buenaventura Ahumada. Manuel Mendoza.

ARTILLERO CALASANCIO RAMOS, DECLARO.PARTIDA DE CARUJO. Septiembre 26.

Incontinenti dicho señor juez hizo comparecer a Calasancio Ramos,soldado de artillería, a quien tomó juramento por Dios Nuestro Señor yuna señal de cruz y bajo su gravedad prometió decir verdad en lo quesupiere y fuere preguntado.

Preguntado: si el exponente fue uno de los individuos que salieronanoche con el batallón y fue aprehendido, dijo: que el exponente fueefectivamente uno de los que salieron anoche, como a las once, ennúmero de más de 20 hombres y que todos fueron aprehendidos por elgeneral Córdova.

Preguntado: ¿De qué orden habían salido y qué jefe los dirigía?, dijo: quehabían salido de orden del comandante del cuerpo Rudesindo Silva, quela dio al sargento Victoriano Maldonado y que salió con ellos el tenientecoronel Carujo.

Preguntado: ¿Adónde se dirigieron y qué órdenes recibieron?, dijo: quese! dirigieron a la casa del palacio de su excelencia el Libertador; queluego que llegaron, el comandante Carujo los puso de centinelas en lasesquinas; que luego entró al palacio dicho Carujo con varios paisanos ysoldados; que al cabo de un rato salió dicho Carujo y los hizo reunir y lesdio orden de que se retirasen hacia La Alameda, y que así lo hicieron.

Preguntado: ¿Qué otras órdenes recibieron y qué otras cosas hicieron?,dijo: que llegando a La Alameda los encontró el general Córdova ysabiendo que eran artilleros los hizo mantener allí y después los trajo a laplaza mayor y los entregó al batallón Vargas, que estaba en ella, para quelos condujesen al cuartel.

Preguntado: ¿Qué oficiales y paisanos iban reunidos a los artilleroscuando salieron de su cuartel para el palacio?, dijo: que con los que

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salieron solamente fue dicho Carujo y otros cuatro hombres que iban decapote y ruana, armados; que cuando salieron quedaron en el cuartel elcomandante Silva, el alférez Alquisira, el ayudante Galindo y que les oyódecir a esos oficiales que ellos se quedaban para ir a sacar al generalPadilla.

Preguntado: si hubo algún encuentro con otro cuerpo haciendo tiros ysi el exponente lo tuvo también, dijo: que cuando iban para La Alamedase encontraron con una patrulla del batallón Vargas; que el sargento queiba de comandante de ella preguntó quién vivía y contestó Carujo queColombia; que después de haber tomado razón de hallarse en la plaza elbatallón Vargas y la artillería, se dirigieron para San Victorino y detrássiguió Carujo con los artilleros; que luego el comandante de la patrullamandó hacer alto a los artilleros y que no haciendo caso Carujo, sinembargo de la repetición de aquella voz, el de la patrulla mandó hacerfuego, de que resultó haber muerto un artillero y el exponente salióraspado con una bala hacia la quijada, del lado derecho, como semanifiesta y que sin embargo siguieron para San Victorino.

Preguntado: si vio o supo qué otros jefes o personas estaban en elcuartel de artillería antes de salir para palacio, dijo: que le oyó decirsolamente a uno de los soldados que estaban formados (que no supoquién era) que estaba allí también el jefe del estado mayor, pero que elexponente no lo vio. Que es cuanto le consta y puede declarar converdad, so cargo de su juramento, y leída que le fue esta declaración, enella se afirma y ratifica, dice ser de 40 años de edad, poco más, no firmapor no saber y lo hace el señor juez, de que doy fe.

Ahumada, Hines/rosa, Manuel Mendoza.

NOTA

l. Dijo que se, va entre renglones.

DECLARO ARTILLERO PASTOR ORMAZA. Septiembre 26.

Dice que no fue de las partidas que salieron al ataque sino que quedócon el comandante Silva y después a San Victorino.

Incontinenti dicho señor juez recibió juramento al soldado artilleroPastor Ormaza, el que hizo conforme a derecho, por Dios Nuestro Señor

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y una señal de cruz, y bajo su gravedad prometió decir verdad en lo quesupiere y fuere preguntado.

Preguntado: si el exponente fue uno de los individuos que salieronanoche del batallón de artillería y fue aprehendido, dijo que sí es pero nofueron aprehendidos, sino que voluntariamente se presentaron al bata-llón Vargas.

Preguntado: de qué orden salieron y quién los dirigía, dijo: quesalieron de orden del comandante del cuerpo Rudesindo Silva y losdirigió un oficial alto de cuerpo, moreno, que no sabe cómo se llama, elcual iba de ruana y sombrero de jipijapa.

Preguntado: cuántos hombres iban y a dónde se dirigieron, dijo: quesalieron unos doce hombres y se dirigieron derechamente para SanVictorino y se quedaron en el puente; que a la sazón estaban los del delbatallón Vargas y se les reunieron y juntos dieron fuego a los demásartilleros que estaban abajo.

Preguntado: qué oficiales y paisanos vio en el cuartel de artillería antesde salir, dijo: que estaban el comandante Silva, el alférez Alquisira, elayudante Galindo, un oficial bajo de cuerpo, tusa, descolorido, que nosupo quién era, pero que no era de artillería, y también otros cuatrohombres que le parecieron oficiales, armados yen traje de paisanos; queoyó decir a los otros que les parecía estar ahí el jefe del estado mayor,pero que el exponente no lo vio. Que es cuanto le consta y puede decir converdad, a cargo de su juramento; y leída que le fue esta declaración, enella se afirma y ratifica, dijo ser de unos 24 años, no firma por no saber ylo hace el señor juez, de que doy fe.

Ahumada, Hinestrosa, Manuel Mendoza.

ARTILLERO EMIGDIO RONDON, CUARTELERO.Septiembre 26.

En acto continuo el señor juez tomó juramento al soldado artilleroEmigdio Rondón, que lo hizo conforme a derecho, por Dios NuestroSeñor y una señal de cruz y bajo su gravedad prometió decir verdad en loque supiera y fuera preguntado.

Preguntado: si el exponente es uno de los individuos que salieronanoche armados, dijo que así es.

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Preguntado: ¿De qué orden salieron, adónde se dirigieron y qué jefe losllevó?, dijo: que anoche a eso de las ocho fue al cuartel el comandanteSilva con el alférez Alquisira, el ayudante Galindo y otro oficial llamadoCarujo; que les previno el comandante el que estuviesen sobre las armas yles hizo repartir cartuchos de pólvora, a dos paquetes cada uno; quetambién fueron con ellos otros cuatro hombres, que no conoció quiéneseran, pero que eran paisanos. Que a eso de las once o doce de la nochesalieron del cuartel como unos 30 hombres con el comandante Silva y elalférez Alquisira; que salieron hasta la puerta del mismo cuartel, peroque el exponente quedó en el cuartel de cuartelero y que al cabo de unrato oyó tiroteo con el batallón Vargas. Que luego el exponente se fuesolo para la plaza con otro soldado, que se reunieron a una partida queestaba abajo de la calle del divorcio y siguieron para el puente de SanVictorino, en donde se reunieron al batallón Vargas y entregó los paque-tes de pólvora que le habían dado a un cabo o sargento, que preguntó si[los] llevaban. Que los de Vargas se hallaban haciendo fuego a losartilleros que estaban abajo; que luego estos se retiraron y los de Vargas sevinieron para la plaza, de donde los trajeron al cuartel.

Preguntado: ¿Quién estaba de guardia en el cuartel, quiénes estuvieronen él y qué hicieron", contestó: que ya tiene dicho que estuvo allí elcomandante Silva, que también estuvo un capitán alto de cuerpo, al queno pudo conocer con perfección porque estaba algo retirado, pero que leparece que era el capitán López; que también vio a otro oficial bajo decuerpo y que no sabe quién era; que asimismo estuvo el comandanteCarujo y el alférez Teodoro Galindo; que como a eso de las once, pocomás o menos, llegaron unos cuatro paisanos a quienes tampoco conoció.Que el comandante Silva, el alférez Alquisira y el alférez Galindo pusie-ron una escalera sobre la tapia que linda con el cuartel de Vargas y unassillas, acomodándolas unas sobre otras. Que el que estaba de comandan-te de la guardia era el sargento Manuel González y que no vio otra cosa.

Preguntado: si oyó lo que aquellos sujetos conversaron, contestó queno oyó.

Preguntado: si a la tropa le dijeron con qué objeto los mandabanponer sobre las armas, dijo: que el comandante Silva, que fue el que diola orden; les dijo que tenía orden de su excelencia el Libertador presidentede entregar la tropa armada.

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Preguntado: si vio que aquellos paisanos siguieron con la tropa arma-da o para dónde se fueron, contestó que no 10 vio. Con 10 que se concluyóesta diligencia, y leída que le fue esta declaración, en ella se afirma yratifica, dice ser de unos 40 años, no firma por no saber y 10 hace el señorjuez, de que doy fe.

Ahumada, Hinestrosa, Manuel Mendoza.

ARTILLERO CABO BAUTISTA MORENO. Septiembre 26.A LA CASA DEL GENERAL PADILLA.

Inmediatamente el señor juez de policía, asociado del señor juezletrado de primera instancia, en continuación de esta información, reci-bió juramento a Bautista Moreno, cabo de la segunda compañía deartillería, el que hizo conforme a derecho, por Dios Nuestro Señor y unaseñal de cruz; y bajo su gravedad prometió decir verdad en 10 que supieray fuera preguntado.

Preguntado: si el exponente fue uno de los individuos que salieronanoche con el batallón y fue aprehendido, dijo: que aunque él no saliócon el batallón fue uno de los diez que saltaron las tapias divisorias de loscuarteles, artillería y Vargas, de orden del comandante Silva, del capitánBriceño y del ayudante Galindo, con el fin de sacar a la plaza al generalPadilla y con prevención de que si a aquello se oponía el coronel Bolívarle diesen un balazo.

Preguntado: ¿Quiénes fueron los diez individuos que saltaron las tapiasdel cuartel y quién los mandaba?, dijo: que de ellos solo conoce al sargentoElías Romero, a Sebastián Delgado, a Pedro Rojas y Miguel Mela; y quecon ellos saltaron las tapias y los mandaba el capitán Briceño y elayudante Galindo.

Preguntado: ¿Qué fue 10 que ejecutaron luego que saltaron las tapias?,contestó: que inmediatamente que llegaron al patio de la casa en queestaba el general Padilla, salió un soldado con una luz y habiendohablado con él los oficiales subieron la escalera y entraron a la pieza enque estaban durmiendo el general Padilla y el coronel Bolívar; que elcapitán Briceño llamó al coronel Bolívar, diciéndole que allí era donde 10quería ver; que habiéndose despertado el coronel Bolívar y tomado suespada, el capitán Briceño le previno se la entregase, 10 que Bolívarejecutó; que inmediatamente mandó Briceño a dos soldados que condu-

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jesen al coronel Bolívar y que habiéndolo bajado desnudo como estaba,esto es, con solo la camisa y calzoncillos blancos, apenas llegaron a lapuerta se pararon allí el coronel Bolívar, el general Padilla, que loacompañaba y los oficiales, el comandante Silva, el comandante Carujo,el capitán Mendoza, el capitán Briceño', el capitán López, el capitán Hi-nestrosa, pues aunque todos ellos no habían saltado las tapias, como que-da dicho, en unión del alférez Alquisiras habían entrado por la puerta. Queapenas se pararon en ella empezaron a hacer fuego y de un balazo fue muer-to el coronel Bolívar, sin que el declarante sepa quién fue el que lo mató.

Preguntado: ¿Qué hicieron después de haber dado muerte al coronelBolívar?, dijo: que se regresaron los que habían saltado las tapias por elmismo lugar a su cuartel acompañándolos el general Padilla, que llegóhasta el patio de él. Que entonces se retiró el declarante con dos soldadosa un calabozo, en donde permaneció hasta amanecer.

Preguntado: ¿Qué otras cosas hicieron y qué órdenes recibieron?, con-testó: que a eso de las ocho de la noche llegó al cuartel el comandante Silvay los oficiales alférez Alquisiras y el ayudante Galindo, quienes municio-naron la tropa, repartiendo 20 cartuchos a cada uno, mandándoles seacostasen con el fusil para que estuviesen prontos cuando los llamaran aponerse sobre las armas, con mucho sigilo, pero que no les manifestaronel objeto, hasta que cerca de las doce de la noche recibieron la orden delevantarse y formados en el patio, recibió el que declara, la orden de pasarlas tapias con los demás referidos para ir a la casa del general Padilla.

Preguntado: ¿Qué otras personas estuvieron en el cuartel?, respondióque además de los oficiales que ha mencionado, vio a un paisano que soloconoce de vista y que oyó decir a algunos soldados, de cuyos nombres nose acuerda, que había estado allí a eso de las ocho de la noche el jefe delestado mayor.

Preguntado: ¿Quién prendió al exponente?, dijo: que permaneció en elcuartel hasta por la mañana, en que por orden del comandante delbatallón Vargas, fue conducido a este cuartel. Con lo que se concluyóesta diligencia y habiéndosele leído en ella se afirma y ratifica; dice ser de21 años de edad, no firma por no saber y lo hacen los señores jueces, deque doy fe.

Ahumada. Hines/rosa. Manuel Mendoza.NOTA1. Va una tachada.

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PAISANO FRANCISCO DE P. POSADAS. Septiembre 26.

Inmediatamente el señor juez de policía hizo comparecer y recibiójuramento al señor Francisco de P. Posadas, empleado en la comisión decrédito público, el que hizo conforme a derecho, por Dios Nuestro Señory una señal de cruz y bajo su gravedad prometió decir verdad en lo quesupiera y fuera preguntado; y siéndolo sobre el suceso de anoche, contes-tó que hasta la mañana de este día no ha sido impuesto de que el batallónVargas se batió con el de artillería, pues aunque a la medianoche oyóvarios tiros no supo el motivo de ellos.

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del día de ayer?, contestó que aeso de las siete de la noche salió de la casa de las señoras Trujillos, dondevive y se dirigió a la de las señoras Lastras, en la que permaneció hasta lasnueve; que a esta hora salió de allí a la fonda de las que llaman laspaisanas, en donde tomó un pocillo de chocolate, en presencia delcomandante Crofton y que después se retiró a su casa, en donde perma-neció hasta esta mañana.

Preguntado: ¿Quién lo arrestó y con qué motivo?, respondió: que ha-biendo ido a la puerta del cuartel de Vargas con el objeto de ver lo quehabía padecido [sic], se encontró con el general Padilla, quien le refirióque había estado tratando de defender al coronel Bolívar de los que loquerían asesinar y que querían comprometerlo a que tomase parte en larevolución, amenazándolo hasta de matarlo; pero que entonces él seseparó del coronel Bolívar y los revolucionarios lo habían asesinado. Quedespués se despidió de dicho general y se paró en la esquina de la mismacalle, en donde encontró a unos amigos, a quienes refirió lo que el generalPadilla le acababa de contar y que, en este acto, sin duda movidos de losademanes que hacía el declarante al referir el suceso, se acercó a él elcomandante del batallón Vargas y le previno lo siguiese en calidad dearrestado.

Preguntado: ¿Cuántas veces concurrió a las reuniones que por lasnoches se tenían en la casa de Agustín Horment?, respondió que jamás haestado en la casa de este individuo. Con lo que se concluyó esta diligencia,y leída que fue, en ella se afirma y ratifica, dice ser de edad de 19 años yfirma con dicho señor juez, de que doy fe.

Ahumada, Hinestrosa,Francisco de P. Posada [sic], Manuel Mendoza.

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ARTILLERO SARGENTO SEGUNDO FRANCISCO FLOREZ.PARTIDA DE CARUlO. Septiembre 26.

Luego se recibió juramento por dicho señor juez al sargento! segun-do de la primera compañía de artillería Francisco Flórez, que lo hizoconforme a derecho, por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz y bajosu gravedad prometió decir [la] verdad en lo que supiera y fuera preguntado.

Preguntado: si el exponente fue uno de los individuos que salieronanoche con el batallón y fue aprehendido, contestó: que efectivamentefue uno de los que salieron anoche entre las once y las doce con más de 20hombres y que todos fueron conducidos a este cuartel de orden delgeneral Córdova.

Preguntado: ¿A qué órdenes habían salido y qué jefe los mandaba?, dijo:que salieron de orden del comandante del cuerpo Rudesindo Silva y quesalió con ellos el teniente coronel Carujo.

Preguntado: ¿Adónde se dirigieron y qué órdenes recibieron?, contestó:que se dirigieron a la casa de palacio de su excelencia el Libertador; queluego que llegaron sorprendió la guardia el comandante Carujo y ladesarmó; que entonces entró al palacio el capitán López que con otrosdos oficiales que no conoció el declarante, salieron del cuartel con lapartida que mandaba el comandante Carujo; que el declarante oyómucho alboroto y a poco rato el capitán López bajó diciendo: Ya está. yaestá, y el comandante Carujo dijo que ya había muerto el tirano. Que elcomandante Carujo rodeó de centinelas toda la calle y que el declarantese quedó en ella y solo llegó al cuarto de banderas. Que a este tiempovieron venir al comandante Fergusson y que habiéndole preguntado losoficiales quién vive, contestó él: Fergusson, a lo que ellos gritaron: ese esun picarón, y le dispararon un pistoletazo, al cual cayó muerto. Que elcomandante Carujo se fue después con el oficial y tropa que estaba deguardia en la casa del Libertador y que a poco rato regresó; y reuniéndosecon la tropa los oficiales mencionados y unos paisanos que no conoció elque declara, siguieron por la calle del fiscal- y bajaron por la artillería aSan Victorino y de allí siguieron a San Diego. Que estando un poco másallá de esta iglesia los alcanzó el general Córdova y previno al coman-dante Carujo que llevase su tropa a San Victorino a reunirla con otrosartilleros que allí había; que siguieron en efecto por La Alameda y que alllegar a San Victorino no vio ya el declarante al comandante Carujo. Que

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en San Victorino permanecieron algún tiempo hasta que el generalCórdova los condujo a la plaza y de allí los remitió al cuartel de Vargas.

Preguntado: ¿Qué otras personas iban reunidas a los artilleros cuandosalieron de su cuartel para palacio", dijo: que con los oficiales que hanombrado iban tres o cuatro paisanos armados de pistolas.

Preguntado: si hubo encuentro con otro cuerpo haciendo tiros, dijoque el comandante Carujo mandó hacer desde la esquina del palaciounos tiros al batallón Vargas, que estaba formado en la plaza, y que deallí tomaron para la calle del fiscal, como queda dicho.

Preguntado: si vio o supo qué otros jefes o personas estaban en elcuartel de artillería antes de salir para palacio, dijo: que a eso de las ochode la noche vio dentro del cuartel al jefe del estado mayor.

Preguntado: ¿Qué otras órdenes recibieron antes de salir del cuartel",contestó: que poco después de las ocho fue municionada la tropa, repar-tiéndose por el sargento primero Victorino Maldonado 20 cartuchos acada uno y se les previno que se acostasen con su fusil para que estuvie-sen prontos; y que quien hizo esta prevención fue el subteniente CasimiroAlquisiras. Que después de las ocho cargó el cañón el sargento Maldona-do y que después de las diez llegaron al cuartel los capitanes Briceño yMendoza, pero que no sabe hasta qué hora permanecieron allí. Con loque quedó concluida esta declaración y leída que le fue, en ella se afirmay ratifica; dice ser de 22 años y firma con el señor juez, de que doy fe.

Ahumada. Hinestrosa,Francisco Flórez. Manuel Mendo za.

NOTAS1. Va sobrerrayado sargento.

2. Fiscal, sobrerrayado.

ARTILLERO MUSICO JOAQUIN URREA. Septiembre 26.

En el momento el señor juez recibió juramento al músico de labrigada de artillería Joaquín Urrea, el que hizo conforme a derecho, porDios Nuestro Señor y una señal de cruz y bajo su gravedad prometiódecir verdad en lo que supiera y fuera preguntado.

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Preguntado: si el exponente fue uno de los individuos que salieronanoche con el batallón, contestó que salió con la tropa hasta la puerta delcuartel y que allí se quedó porque no quiso seguir.

Preguntado: ¿En virtud de qué órdenes salió la tropa y quién los dirigía?,dijo: que a eso de las once de la noche, estando durmiendo, fue desperta-do por un soldado que le entregó un fusil con su correspondiente fornitu-ra, previniéndole de orden del comandante que se armara; que mientraslo verificaba salió la tropa y que el exponente solo llegó hasta la puertadel cuartel, en donde se quedó; que habiendo marchado la tropa se quitóla fornitura y dejando el fusil en la puerta se marchó para su casa.

Preguntado: si sabe adónde se dirigió la tropa y con qué objeto, dijoque lo ignora.

Preguntado: ¿Qué órdenes se habían dado antes de que saliese la tropadel cuartel?, dijo que no sabe si a la tropa se comunicaría alguna, pero quea los músicos ninguna se comunicó.

Preguntado: ¿Qué oficiales y paisanos iban reunidos a la tropa cuandosalió del cuartel?, dijo: que cuando llegó a la puerta del cuartel vio! alcomandante Silva, al ayudante Galindo y al alférez Alquisiras que mar-charon con la tropa.

Preguntado: ¿Qué otros oficiales o paisanos vio dentro del cuartel antesde salir la tropa?, dijo: que, cuando se despertó, vio en el cuartel al capitánBriceño y a otro capitán que no conoce y al paisano Elorga, que le parecellamarse José, ya quien conoce de cara.

Preguntado: ¿Qué hicieron dichos oficiales y paisano cuando salió latropa?, dijo que lo ignora, porque él, como queda dicho, se fue para sucasa.

Preguntado: si vio O supo qué otros jefes o personas estaban en elcuartel de artillería antes de salir la tropa, respondió que solo vio a losmencionados Briceño y Elorga y al capitán, que no conoció. Con lo quese concluyó esta declaración, y leída que le fue, en ella se afirma y ratifica;dice ser de 23 años de edad y firma con el señor juez, de que doy fe.

Hinestrosa, Ahumada.Joaquín Urrea. Manuel Mendoza.

NOTA1. Va entre renglones vio.


PAISANO BENITO SANTAMARIA. Septiembre, 26.

En el mismo día el señor juez letrado recibio juramento al señorBenito Santamaría, que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz,conforme a derecho y bajo su gravedad prometió decir verdad en lo quesupiera y fuera preguntado.

Preguntado: ¿En dónde estuvo la noche anterior del día 25 del corriente,con quiénes se juntó y qué hizo?, dijo: que temprano, esto es, desde laoración, se vino al colegio de San Bartolomé con el objeto de presenciarunos actos literarios que se sostenían sobre el Génesis y el otro sobrepoética en la clase de literatura; que allí se mantuvo hasta que se conclu-yeron estos actos, muy cerca de las nueve; que de allí se dirigió a su casa arefrescar yen donde no halló a ninguno de sus compañeros; que con estemotivo y estando muy clara la noche volvió a salir y se fue directamente ala botellería de José María (por sobrenombre Cacorro), la que estásituada al frente de la fonda de Tadeo Izquierdo; que en ella se mantuvocon los señores Bernardo Alcázar, Antonio Torices, Enrique Umaña y unmozo llamado Matías, cuyos sujetos estuvieron allí hasta cerca de lasonce y media, que salió el señor Enrique Umaña; que después de lapartida de este llegó Eusebio Umaña, Gabriel Granados y Nicolás Prieto,y que siendo como las doce de la noche se regresó a su casa, acostándoseluego que llegó; que poco después oyó un tiroteo, el que habiendo cesado,se quedó dormido, pero que a eso de la madrugada percibio algún ruidoen la casa y vio que eran [sic] el que habían entrado Agustín Horment yWenceslao Zuláibar, los que estaban muy alterados, pues el declaranteles preguntó qué les había sucedido y ellos no podían articular palabra.

Preguntado: si después le comunicaron Horment y Zuláibar en dóndehabían estado y qué habían hecho, contestó que le dijeron ellos el quehabían ido a dar un golpe contra Bolívar y que todo se había perdido; queel exponente les reconvino por semejante atentado y Horment contestó:que lo hecho, hecho.

Preguntado: qué hicieron Horment y Zuláibar en el tiempo que semantuvieron en su casa después que llegaron a ella en la referida madru-gada, contestó que se pusieron en traje de camino, tomaron algún dinero,ensillaron los caballos y se marcharon, pero que luego volvieron a entrary dejando las caballerías salieron a pie.

Preguntado: ¿Qué otra cosa les oyó conversar y si supo para dónde sefueron?, contestó que no les oyó otra cosa, ni supo para dónde se fueron.

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Preguntado: si observó qué armas llevaban los citados Horment yZuláibar cuando en esa noche llegaron a su casa y si vio que fuesenmanchados o salpicados de sangre, contestó: que en el canapé en que sesentaban a ponerse las botas vio un par de pistolas, pero que no supo cuálde los dos fue el que las llevó; que no advirtió el que fuesen manchados desangre.

Preguntado: ¿Qué sujetos estuvieron en su casa la tarde y noche ante-rior y quiénes otros se juntaron allí en las antecedentes noches?, contestóque jamás vio en su casa a ninguna persona.

Preguntado: si tuvo noticia del plan de sedición o si no se lo comunica-ron sus compañeros o alguna otra persona, contestó que no tuvo noticiani se le comunicó por ninguna persona semejante plan.

Preguntado: ¿Qué armas tenían en la casa?, contestó que Horment teníauna escopeta y una espada y advierte el declarante que como no tuvoningún conocimiento ni intervención en la asonada de la noche anterior yque por eso se mantuvo en su casa hasta que muy de mañana llegó elseñor intendente con los generales Ortega y Vélez; y habiendo golpeado ala ventana el exponente se levantó envuelto en una frazada y abrió lapuerta de la calle y dicho señor intendente le dijo que le manifestara elcuarto de Horment y el de Zuláibar, lo que verificó; que estos señoressalieron de la casa y el oficial que llegó allí le mandó venir al cuartel condos soldados y un cabo, que fueron los que lo condujeron. Y leída que lefue su declaración, expuso ser de 22 años y firma con el señor juez, de quedoy fe, ratificándose en lo expuesto.

Ahumada. Hinestrosa,Benito Santamaria, Manuel Mendoza.

FRAY TOMAS MORA. Septiembre 26.

Incontinenti el señor juez recibió juramento al padre fray TomásSánchez Mora, del orden de predicadores, que lo hizo in verbo sacerdotistacto pectori et corona, bajo cuya gravedad prometió decir verdad en loque supiere y le fuere preguntado.

Preguntado: ¿En dónde estuvo la antecedente noche del día 25 delcorriente, con quiénes se juntó y qué conversaciones tuvo u oyó?, contes-tó: que desde las tres de la tarde está ocupado siempre en enseñararitmética a unas niñas que se educan bajo la dirección de una señora

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Juana Josefa Victoria; que estuvo en esa casa hasta las ocho de la noche,poco más o menos; que de allí se fue a su casa, en donde también havivido el comandante Carujo; que le sorprendió verlo vestido con armas,porque no lo ha acostumbrado; que preguntándole el exponente adóndeiba, le contestó: déjese de preguntas; a usted lo que le importa es irsecomo suele a casa de su tío el jefe de policía, porque tal vez esta noche loquieren sacrificar una gavilla de hombres, tal vez, añadió, por razón deque tiene muchos enemigos por la policía. Que esto alarmó al espíritu delexponente, y aunque nunca creyó que se trataba de lo que despuéssucedió, el amor a su tío, los beneficios que el mismo oficial sabe querecibe de él, le movieron a ir a casa de su tío a avisarle, según se loprevenía aquel; que siendo ya las nueve y media salió a buscar a un primohermano suyo para acompañarse con él e ir a la casa del señor jefe depolicía; que en seguida supo estaba en un baile, entró a la casa a llamarloy se valió de uno de los músicos para que se lo llamaran, porque no queríapresentarse con sus hábitos adentro; que lo llamó y trayéndolo a la callele advirtió que era necesario que fueran a avisarle al jefe de policía lanoticia del comandante; que llegaron a la puerta de la casa, golpearon ysupieron que estaba dentro y entonces se sosegó su ánimo y entró areferirle lo que había pasado; y habiéndose reído el señor Ahumada de lanoticia que le comunicó e instado para que se quedase en la casa, cenó enella y durmió allí. Que por la mañana se impuso de todo el suceso y es loque puede declarar; y leída que le fue esta declaración en ella se afirma yratifica, que es mayor de 25 años y firma con el señor juez, de que doy fe.

Ahumada. Hines/rosa.Tomás Sánchez Mora. Manuel Mendoza.

RECONOCIMIE..NIO DE LOS CADA VERESDE FERGUSSON y BOLIVAR. Septiembre 26.

En el mismo día los señores doctores Benito Osario, José Zapata yAndrés Laisea comparecieron y dijeron haber pasado con el señor juezletrado al palacio, donde hallaron el cadáver del señor Fergusson con dosheridas, una de arma de fuego al costado izquierdo, entre la quinta y lasexta costilla externales, penetrando hasta el corazón, y la otra hecha con

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instrumento contundente, a la parte lateral y superior izquierda de lacabeza, con fractura del hueso; la primera es de necesidad mortal, lasegunda pudo serlo por accidente. Que hecha esta diligencia pasaron alconvento de San Agustín, donde se hallaba el cadáver del coronel Bolí-var, en el cual hallaron una herida de arma de fuego a la parte anteriorizquierda del pecho. Entre la sexta y séptima costilla externales, pene-trando hasta el corazón, y que esta herida es de necesidad mortal,cuyo reconocimiento han practicado de orden verbal de dicho señor juezy bajo juramento que hacen conforme a derecho, por Dios NuestroSeñor y una señal, según sus conocimientos legales; y firman con el señorjuez, de que doy fe.

(No está firmada).

Decreto sobre conspiradores Número 3º

República de Colombia. Secretaria de Estado del despacho delinterior. Bogotá, a 21 de febrero de 1828 18º. Sección tercera. Alseñor secretario de Estado del despacho de marina y guerra. El Liber-tador presidente ha decretado, con fecha de ayer, lo que copio.

"Usando de las facultades extraordinarias que concede al poderejecutivo el artículo 128 de la constitución en los casos de la conmocióninterior a mano armada o de invasión exterior, las que he declaradocorrespóndeme por el decreto de ayer, oído el dictamen del consejo delgobierno y considerando ser de absoluta necesidad prescribir trámitesbreves y seguros para que sean castigados pronta e irremisiblementetodos los traidores y conspiradores contra el gobierno de la República, loque no se puede conseguir si los procesos siguen el curso ordinario de lasleyes, conforme lo acredita la experiencia,

Decreto:"Artículo l". Los juicios contra los traidores, conspiradores y demás

abajo expresados, serán sumarios, ellos corresponderán privativamentey sin que valga fuero alguno en contrario, a los comandantes generales delos departamentos o a los comandantes de armas y, donde no los haya, alos gobernadores de la provincia. La sentencia se pronunciará con dicta-men del auditor y por su falta, con el de un asesor y será ejecutadainmediatamente.

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"Artículo 2º. La pena de los traidores y de los conspiradores queabajo se expresan será la de muerte y confiscación de bienes a favor delEstado. Se exceptúan, Iº) la dote y gananciales que serán de la mujer,siempre que resulte inocente; 2º) el tercio y quinto de los bienes que seránde los hijos o de otros herederos forzosos, cuando los haya inocentes.

"Artículo 3º. Son traidores, l º) todos los que residiendo en el territo-rio de Colombia toman las armas a favor de una potencia extranjera y delos que hacen la guerra o deponen de hecho a cualquiera autoridadconstituida por el gobierno de la República; 2º) los que aconsejan,auxilian o fomentan la rebelión; 3º) los que tengan correspondencia conlos enemigos; ya permanezcan estos dentro, ya fuera de la República ylos que circulen papeles seductores de los mismos enemigos.

"Artículo 4º. Son conspiradores de primera clase y deben sufrir laspenas del artículo segundo: l º) todos los que secretamente se unan ocoliguen, bien en favor de los enemigos de la República, bien contra sugobierno o autoridades constituidas; 2º) los que aconsejen, auxilien ofomenten la conspiración.

"Artículo 5º. Los que sabiendo una conspiración tramada no lodescubran inmediatamente, sufrirán la pena de presidio por un términoque no exceda de ocho años o serán expelidos del territorio de la Repúbli-ca por un tiempo que no pase de diez años.

"Artículo 6º. Sufrirán la pena de expulsión o destierro por tiempolimitado, l º) los que con ánimo de reducir a los pueblos esparzannoticias falsas sobre los movimientos y número de los enemigos; 2º) losque abusando de su ministerio divulgaren especies que desalienten elánimo del pueblo o inspiren ideas contrarias al gobierno o contra elsistema establecido, capaces de excitar a la rebelión; 3º) los que resistierendirectamente cumplir las providencias decretadas por el gobierno parasalvar el país.

"Artículo 7º. Las personas que supieren que otras están en cualquie-ra de los casos de los artículos tercero, cuarto, quinto y sexto y no lasdenunciaren, serán juzgadas por los mismos jueces y de igual modo quelos traidores y conspiradores, imponiéndoles por tiempo limitado la penade expulsión, destierro o multa, según la gravedad del delito.

"Artículo 8º. Los juicios que se formen contra los ciudadanos nomilitares por la infracción de los artículos primero, segundo y tercero demi decreto de 24 de noviembre de 1826, sobre reuniones indebidas, se

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sujetarán a las fórmulas prescritas por el decreto del congreso, fecha 12de octubre del año 11º Y a los perturbadores se aplicará la pena deexpulsión o destierro por tiempo determinado que se proporcionará a lagravedad del delito.

"Artículo 9º. El presente decreto se observará por ahora en los depar-tamentos de Maturín, Venezuela, Orinoco y Zulia.

"Artículo 1Oº. El secretario de Estado del despacho del interiorqueda encargado de la ejecución de este decreto".

Lo comunico a vuestra señoría para los fines convenientes en eldespacho de la secretaría de su cargo.

Dios guarde a vuestra señoría,José Manuel Restrepo.

Es copia.Bogotá, 27 de septiembre de 18281•

NOTA



Bogotá, a 27 de septiembre de 1828 18º

Al señor juez de policía Buenaventura Ahumada.

El gobierno ha dispuesto que las diligencias practicadas por usted conmotivo de la conspiración de antes de anoche, se pasen a la comandanciageneral de este departamento, donde pende el conocimiento de la causaprincipal y que a esta autoridad se agregue el doctor José JoaquínGori, en comisión. Lo digo a usted para su cumplimiento.

Dios guarde a usted,Rafael Urdaneta.

(Al margen) Bogotá, 27 de septiembre de 1828. Por recibido, agré-guese a la causa y cúmplase con su contenido. Ahumada. Mendoza.

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Al señor general de brigada José María Ortega.

El gobierno ha tenido a bien disponer de que se asocie vuestra señoríaen comisión, con el doctor José Joaquín Gori, a la comandancia generalde este departamento a efecto de adelantar las diligencias que se practi-can en la causa sobre la conspiración que tuvo lugar antes de anoche; yque a esta se acumule lo actuado hasta ahora por la policía. Lo digo avuestra señoría para su cumplimiento.


(Al margen) Bogotá, 27 de septiembre de 1828. Por recibido, agré-guese a la causa y cúmplase con su contenido. Ortega. Mendoza.

DOCTOR EZEQUIEL ROJAS. Septiembre 27.

En la ciudad de Bogotá, a 27 de septiembre de 1828, el señor generalde brigada José María Ortega, asociado del doctor José Joaquín Gori,hizo traer a su presencia al doctor Ezequiel Rojas y le recibió juramento,que hizo conforme a derecho, por Dios Nuestro Señor y una señal decruz y bajo su gravedad prometió decir verdad en 10 que supiera y fuerapreguntado; y siéndolo sobre que diga quién le prendió, en qué traje y aqué hora, contestó que 10 prendieron unos hombres que no conoce, queiba desertado [sic] en traje de mujer, a eso de las nueve de la mañana deeste día, cerca de la iglesia de San Victorino.

Preguntado: ¿Qué motivo tuvo para disfrazarse y hacia dónde se diri-gía?, dijo: que se disfrazó con el motivo de haber tenido noticia de que eldía de ayer habían estado en su casa con el objeto de prenderlo y que sedirigía a esconderse en el río del Arzobispo, en cualquier matorral.

Preguntado: ¿Qué motivo tenía para huir con solo la noticia de quetrataban de prenderlo, quién le dio este aviso y qué pensaba hacer ocultoen un matorral del río del Arzobispo?, contestó: que huía porque no creía

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que su inocencia era bastante garantía para su seguridad, que su madrefue quien le dio la noticia de que habían estado a prenderlo y que pensabaestarse oculto en el río del Arzobispo hasta resolver qué camino debíatomar.

Preguntado: ¿Qué motivo tiene para dudar 'que su inocencia fuesebastante garantía para su seguridad, cuando en el caso de que hubiesesido aprehendido debía ser juzgado con arreglo a las leyes?, dijo: queporque la historia enseña que en tiempos de revolución no es bastantegarantía la inocencia.

Preguntado: dónde estaba el día de ayer cuando dice fueron a buscarloa su casa, contestó que no sabía dónde estaba.

Preguntado: ¿Cómo dice que no sabía dónde estaba, cuando asegura lofueron a prender, pues lo que se le pregunta es si en aquel acto estaba ensu misma casa o en la calle?, dijo que se remite a lo que tiene contestado.

Preguntado: si en el día de ayer salió a la calle, ¿a qué hora y adónde sedirigió?, contestó: que salió a la calle sin dirigirse a casa ninguna y quedespués de haber dado un paseo por ella se regresó a su casa y que susalida fue después de pasadas las tres de la tarde.

Preguntado: ¿Con qué personas se encontró en su tránsito?, contestóque no se encontró con persona conocida.

Preguntado: ¿Quién le dio la noticia de la revolución de que antes hahablado?, dijo que nadie le dio tal noticia, pero que él se la infirió por lostiros que oyó.

Preguntado: ¿De dónde infirió que los tiros debían ser efectos nece-sarios de una revolución, cuando, como otros creyeron, podía dimanar dela persecución de ladrones o de otra causa?, contestó: que al oír muchostiros, entre ellos de cañones, eso fue lo que se le ocurrió.

Preguntado: si al día siguiente preguntó a alguna persona qué era loque había ocurrido la noche del 25, contestó que a nadie preguntó y secontentó con lo que oyó desde su balcón a las personas que pasaban.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la tarde del día 25 y con qué personas seencontró?, contestó que hasta cerca de las cinco de la tarde estuvo en sucasa con el señor Manuel Páramo y que el resto de la tarde, hasta cosa delas ocho y media o las nueve de la noche, permaneció en su casa; que adicha hora fue adonde la señora Josefa Santander por su madre, queestaba allí de visita, y que con ella regresó a su casa entre las nueve y diezde la noche y permaneció en ella hasta el día siguiente.

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Preguntado: ¿Qué personas estaban en casa de la señora Santandercuando dice llegó por su madre?, contestó: que allí estaban el generalSantander, el coronel Briceño, Honorato Rodríguez yel padre González,de San Diego, la señora María Josefa Fortoul y la señora Juana Santan-der y que todas estas personas vieron y saludaron al declarante.

Preguntado: ¿Qué personas lo vieron en su casa desde que se retiró elseñor Páramo hasta que salió en solicitud de su madre, y desde queregresó con esta hasta el día siguiente?, contestó: que desde que se retiró elseñor Páramo hasta la hora en que el declarante salió en solicitud de sumadre, nadie lo vio, pero que desde que regresó hasta por la mañana lovieron sus padres, su hermano y una muchacha que ha criado su madre.

Preguntado: si en su casa no había otras personas que pudieran verlo,respondió: que en su casa estaban dos jóvenes llamados PantaleónMuñoz y David Forero, un albañil llamado José Antonio, la señora RitaSantander y una criada que está enferma, pero cree que ninguna de estaspersonas lo vieron, porque se acuestan temprano.

Preguntado: si en la noche del día 25 estuvo en la casa del señor LuisVargas Tejada, contestó que no.

Preguntado: si en la tarde del día 25 estuvo en la casa de FlorentinoGonzález, contestó que no.

Preguntado: ¿Quién le abrió la puerta de la calle, cuando dice regresócon su madre la noche del 25?, contestó que como iba a alguna distanciade su madre no vio si esta tocó o no.

Preguntado: si no oyó los golpes que diera su madre para que leabriesen, dijo que no, porque estaba a mucha distancia.

Preguntado: ¿Con qué motivo se quedó a tanta distancia, cuando su ob-jeto era el de acompañar a su madre?, dijo que se quedó atrás porque sumadre iba en compañía de su hermano Eleutero [sic] y de la señora RitaSantander.

Preguntado: si su hermano y la señora Santander lo vieron entrar,contestó que no sabe si lo vieron las expresadas personas.

Preguntado: ¿Cómo dice que no sabe si su hermano lo vio entrarcuando antes ha asegurado que este lo vio en su casa desde que regresócon su madre hasta el día siguiente?, contestó que lo que ha dicho es loque vieron sus padres y una muchacha, pero que no puede asegurar si suhermano lo vio.

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Preguntado: ¿Cuáles fueron las expresiones que indica haber oídodesde su balcón la noche del 25 a los que pasaban?, respondió que a unosles oía decir que había revolución, contestando a las preguntas que otrosles hacían, a otros que habían matado a Bolívar y que aunque se hapuesto que oyó dichas expresiones desde su balcón, no fue sino desde lacama que las oyó.

Preguntado: ¿Con qué traje salió a la calle la noche del 25?, contestó quecon una esclavina azul y un sombrero negro.

Preguntado: cómo dice que se contentó con las expresiones que oyódesde su cama y que al día siguiente a nadie preguntó lo ocurrido enaquella noche, cuando es imposible creerlo tan egoísta, o tan estúpido,que no tratase de averiguar siquiera al día siguiente la realidad de unsuceso de tanta magnitud, contestó que para saberlo no necesitó depreguntarlo, porque lo oyó decir.

Preguntado: en dónde está la esclavina con que dice salió la noche del25, dijo que la tiene en el cuarto donde se halla preso. Con lo que quedóconcluida esta declaración, y siéndole leída en ella se afirma y ratifica,dice ser de 25 años de edad y firma con el señor general y asesor, de quedoy fe.

Ortega. Gori, Ezequiel Rojas. Manuel Mendoza.

MANUELA RAMIREZ. Septiembre 27.

Inmediatamente dicho señor general, asociado del doctor Gori, hizocomparecer a su presencia a la señora Manuela Ramírez y le recibiójuramento, que hizo conforme a derecho por Dios Nuestro Señor y unaseñal de cruz, y bajo su gravedad prometió decir verdad en lo que supieray le fuera preguntado.

Preguntada: ¿Dónde estuvo la noche del día 25 del corriente?, contestó:que a eso de las siete de la noche salió de su casa en unión de las señorasJuana y Rita Santander y de sus dos hijos Eleuterio y Ezequiel Rojas, yque se dirigió con ellos a la casa de la señora Josefa Santander, en dondepermaneció con sus hijos hasta cerca de las diez, que salió con ellos y laseñora Rita Santander y que, unidos todos, entraron a su casa.

Preguntada: si cuando llegó a su casa encontró las puertas abiertas ocerradas, contestó que las encontró cerradas y que habiendo tocado yabiértose la puerta por un muchacho de la señora Santander, entraron

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juntos todos los expresados y que habiéndose quedado en su cuarto laseñora Santander siguió para el suyo la que declara, en unión de sus doshijos, Eleuterio y Ezequiel, y que se mantuvo conversando con ellos hastadespués de las once de la noche, en que se acostaron.

Preguntada: qué traje tenía su hijo Ezequiel esa noche, dijo que leparece tenía esclavina.

Preguntada: ¿Cuándo fue que volvió a ver a su hijo después de haberseacostado la noche del 25 y por quién tuvo noticia de lo ocurrido en esanoche?, contestó: que a las seis de la mañana del día siguiente fue quevolvió a ver a su hijo Ezequiel; que quien le dio noticia de lo ocurrido en lanoche del 25 fue su hijo Eleuterio, con referencia a una de las señorasCetinas.

Preguntada: ¿Qué hizo su hizo Ezequiel después que se levantó el día deayer, en todo él?, contestó: que a invitación de la que declara permanecióen la casa todo el día hasta poco después de la oración, en que por consejode la misma que declara, salió disfrazado de mujer, y que no lo ha vuelto aver hasta la fecha.

Preguntada: ¿Qué motivo tuvo para aconsejar a su hizo Ezequiel que sedisfrazase con traje de mujer?, respondió: que lo que la obligó a esto fue[sic] las voces que oyó en una tienda de que trataban de cogerlos a todos,fuesen o no cómplices.

Preguntada: ¿Si en todo el tiempo que permaneció la noche del 25 en lacasa de la señora Santander estuvo con ella constantemente su hijoEzequiel?, contestó: que desde que entró hasta que salió estuvo con ella suhizo Ezequiel.

Preguntada: ¿Qué personas estaban en la casa de la señora Santandercuando llegó a ella con sus dos hijos?, contestó que cuando llegó estabanallí el doctor Arganil y después llegaron Honorato Rodríguez, el padreGonzález, de San Diego, el doctor Joaquín Suárez y el general Santander.

Preguntada: ¿Qué hizo su hijo Ezequiel la tarde del día 25?, dijo: quehasta cerca de las cinco de la tarde estuvo en su casa en unión de unantioqueño, de cuyo nombre no se acuerda, y a quien su hijo le defendíaun pleito, y que después de las cinco permaneció en unión de la quedeclara hasta que salieron a casa de la señora Santander. Con lo quequedó concluida esta declaración y leída que le fue, en ella se afirma yratifica, dice ser mayor de 40 años, y por no saber firmar, lo hace a su

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ruego el señor Roque Lesmes con el señor general y asociado, por antemí, de que doy fe.

Ortega. Gori. A ruego de mi esposa, Manuela Ramírez,Roque Lesmes, Manuel Mendoza.

PANTALEON MUÑOZ. Septiembre 27.

Incontinenti dicho señor general con el doctor Gori hizo traer a supresencia al muchacho Pantaleón Muñoz y le recibió juramento, que hizoconforme a derecho, por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, y bajosu gravedad prometió decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado.

Preguntado: ¿En dónde estuvo la noche del día 25 del corriente?, dijo:que se mantuvo en la casa del señor Roque Lesmes y que durmió en lamisma pieza en que dormían juntos los señores Eleuterio y EzequielRojas.

Preguntado: ¿A qué hora salió de la casa en dicha noche el señorEzequiel Rojas?, contestó: que el declarante no lo vio hasta cosa de las diezde la noche, en que él y el señor Eleuterio le mandaron encender vela paraacostarse, y que después de haberlo verificado también el que declara, nolos volvió a ver hasta las seis de la mañana del día de ayer, en que selevantaron.

Preguntado: ¿Qué hizo en todo el día de ayer el señor Ezequiel Rojas?,contestó que el declarante no lo vio porque estaba en una tienda y a lasseis de la tarde, cuando volvió a la casa, dio de refrescar al señor Ezequiely no volvió a saber de él hasta hoy, que le dijeron que estaba preso. Con loque se concluyó esta declaración, y leída que le fue, en ella se afirma yratifica, dice ser de 13 años de edad y firma con el señor juez, de quedoy fe.

Ortega. Gori, Pantaleón Muñoz, Manuel Mendoza.

ELEUTERIO ROJAS. Septiembre 27.

En acto continuo el señor general con el doctor Gori tomaron jura-mento al señor Eleuterio Rojas (que se halla enfermo en cama), el quehizo en forma por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, y bajo sugravedad prometió decir verdad en lo que supiera y fuera preguntado.

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Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche del día 25 del corriente?, dijo: que aeso de las tres de la tarde llegó a su casa y cerca de las siete de la nochesalió de ella con su madre la señora Manuela Ramírez, su hermanoEzequiel y la señora Rita Santander y que se dirigieron a casa de la señoraJosefa Santander, en donde encontraron al doctor Arganil y al señorHonorato Rodríguez, y a poco rato llegaron el general Santander, elpadre González y el doctor Joaquín Suárez. Que a eso de las diez de lanoche regresaron a su casa todos reunidos, los mismos que de ellahabían salido.

Preguntado: si cuando llegó a su casa encontraron las puertas de lacalle abiertas o cerradas, contestó que las puertas de la calle estabancerradas y que habiendo tocado la señora Santander abrió un muchachode dicha señora; que esta se quedó en su cuarto y que el declarante enunión de sus padres y de su hermano Ezequiel siguieron a otra pieza endonde permanecieron reunidos hasta después de las once de la noche, enque se retiraron cada uno a la pieza en que dormía.

Preguntado: ¿Qué traje tenía su hermano Ezequiel en esa noche?,contestó que tenía una esclavina azul y un sombrero negro.

Preguntado: ¿Cuándo volvió a ver por la vez primera a su hermanoEzequiel después de haberse acostado la noche del 25?, contestó: que a esode las doce y media de la noche oyó unos tiros y que habiéndose sentadoen su cama entró a su cuarto su hermano Ezequiel y le preguntó si habíaoído los tiros; que el declarante le contestó que sí y levantándose de lacama se asomaron al balcón, él y su hermano, y viendo en la calle a laseñora Rita Ce tina le aconsejó el declarante se retirase a su casa; queentonces salió a la calle y en la esquina de su casa se reunió con RamónSánchez y Clemente Padilla y se pusieron a hablar con el señor FranciscoVergara, que estaba en su ventana, a tiempo que pasaban dos soldados aquienes preguntaron qué era lo sucedido, y ellos contestaron que loshabían metido en que sacaran [sic] al general Padilla; que entonces el decla-rante se retiró a su casa y dio noticia de todo a su hermano Ezequiel, queaún permanecía en la pieza del exponente; que entonces se recostaron, elque declara en su cama y su hermano en un canapé, y permanecieron asíhasta las seis de la mañana, en que entró su madre a preguntarles qué eralo que había sucedido, pues ella nada sabía, y que a eso de las ocho ymedia salió el declarante a la calle. Que volvió después a las tres a comer yencontró a su hermano Ezequiel, que después de comer salió y volvió a su

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casa como a las ocho de la noche y ya no halló en ella a su hermanoEzequiel, de quien su madre no quiso darle razón, aunque le preguntópor él; que incómodo con esta negativa no quiso volver a preguntar por élhasta hoy que supo estaba preso.

Preguntado: ¿En qué se ocupó su hermano Ezequiel la tarde del día 25?,contestó: que toda ella la pasó despachando un expediente del señorObeso, de Antioquia; que en compañía de su hermano estuvieron endicha tarde algunas personas, pero que el declarante ignora quiénes eran.Con lo que quedó concluida esta declaración, y leída que le fue, en ella seafirma y ra tifica; dice ser de 24 años de edad y firma con el señor general yacompañado por ante mí, de que doy fe.

Ortega. Gori, Eleuterio Rojas.Manuel Mendoza.

DECLARACION DE RITA SANTANDER. Septiembre 27.

En acto continuo se recibió juramento a la señora Rita Santander, elque hizo conforme a derecho por Dios Nuestro Señor y una señal decruz, y bajo su gravedad prometió decir verdad en lo que supiera y fuerapreguntada.

Preguntada: ¿Dónde estuvo la noche del 25 del corriente?, contestó:que a las siete y media salió de la casa en que vive con la señora ManuelaRamírez y los señores Eleuterio y Ezequiel Rojas y siguieron a la casa dela señora Josefa Santander, en donde encontraron al doctor Arganil, y apoco rato llegaron los señores general Santander y Honorato Rodríguez,en cuya compañía permanecieron hasta después de las nueve de la noche,que regresaron en [a] ella los mismos que habían salido; que a su llegadaencontraron cerrada la puerta de la calle y que habiendo tocado abrióun muchacho de la señora que declara; que habiendo entrado la señoraRamírez y sus dos dichos hijos, la declarante cerró con llave la puerta dela calle, guardó dicha llave hasta las seis de la mañana del día de ayer, enque ella misma abrió la puerta; que no volvió a ver a Ezequiel Rojas hastael día de ayer a las mismas seis de la mañana; que en todo el día de ayer,tanto por la mañana como por la tarde, lo vio en la casa, sin que saliese deella a ninguna hora, pero que no sabe lo que se hizo por la noche, puesdesde la oración no volvió a saber de él hasta hoy que le dijeron estabapreso.

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Preguntada: si sabe dónde estuvo Ezequiel Rojas la tarde del día 25,respondió que en toda ella se mantuvo en la casa, no sabe si solo oacompañado. Con lo que quedó concluida esta declaración, y leída que lefue, en ella se afirma y ratifica; dice ser mayor de 25 años, no firma por nosaber y hace la señal de la cruz, haciéndolo sí el señor general yacompa-ñado por ante mí, de que doy fe.

Ortega, Gori.(Hay una cruz)

Manuel Mendoza.

PAISANO JOSE ANTONIO VENEGAS. Septiembre 27.

Inmediatamente se hizo comparecer a José Antonio Venegas y se letomó juramento conforme a derecho, y bajo su gravedad prometió decirverdad en lo que supiere y fuere preguntado.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche del 25 del corriente?, dijo: que encasa del señor Roque Lesmes, donde está trabajando; que a las ocho ymedia de la misma noche se acostó y sintió que la señora ManuelaRamírez con sus dos hijos los señores Eleuterio y Ezequiel Rojas y suesposo el señor Lesmes, salieron a la calle y regresaron todos juntos,como a las diez de la misma noche. Que permanecieron conversando en elcuarto de las señoras como dos horas, hasta que los dos señores Rojas sefueron a acostar. Que no supo más hasta el día de ayer, en que tanto a lahora de almorzar como a la de comer, que subió a la cocina, vio al señorEzequiel en el comedor. Que a la tarde lo vio también bajar con la señoraRamírez a las cuatro y no ha vuelto a saber de él, hasta hoy en que leavisaron su prisión. Con lo que quedó concluida esta declaración, y leídaque lo fue, en ella se afirma y ratifica; dice ser de 45 años de edad, no firmapor no saber y hace la señal de la cruz y firman el señor general yacompañado por ante mí, de que doy fe.

Ortega, Gori.(Hay una cruz).

Manuel Mendoza.

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TERESA SANDOV AL. Septiembre 27.

Acto continuo se hizo comparecer y se recibió juramento a TeresaSandoval, que lo hizo conforme a derecho, por Dios Nuestro Señor yuna señal de cruz, y bajo su gravedad prometió decir verdad en lo quesupiera y fuera preguntada.

Preguntada: ¿Dónde estuvo la noche del25 del corriente?, dijo: que en lacasa de su madrina la señora Manuela Ramírez, donde vio salir a dichaseñora como a las siete de la noche a una visita en casa de la señora JosefaSantander y acompañada de su esposo y sus dos hijos los señores Eleu-terio y Ezequiel Rojas y la señora Rita Santander; y regresar a las mismaspersonas a las once, permaneciendo en conversación como un cuarto dehora, en que los señores Rojas se fueron para su cuarto a acostarse. Quehasta ayer a las seis de la mañana lo volvió a ver, seguidamente al tiempode comer y por la noche lo vio también al tiempo de acostarse, como a lasnueve, desde cuya hora no supo de él hasta hoya las diez en que leavisaron su prisión.

Preguntada: si sabe en qué se ocupó el señor Ezequiel Rojas la tardedel 25 y dónde estuvo, dijo que la pasó escribiendo en su cuarto solo. Conlo que se concluyó esta declaración, y leída que le fue, en ella se afirma yratifica, y por no saber firmar hace la señal de la cruz; dice ser de edadcomo de 25 años y firman dichos señores, de que doy fe.

Ortega, Gori.(Hay una cruz)

Manuel Mendoza.

DA VID FORERO. Septiembre 27.

Acto continuo se recibió juramento a David Forero, el que hizoconforme a derecho, por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, y bajosu gravedad prometió decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche del 25 del corriente y qué supo [sic]o vio?, dijo: que en la casa de su madrina y tía la señora Manuela Ramírez;que como a las ocho y cuarto salió esta señora con sus dos hijosEleuterioy Ezequiel Rojas y la señora Rita Santander a visitar a la señora JosefaSantander, habiendo vuelto todos juntos como a las once de la mismanoche, en que se acostaron cada uno en su cuarto. Que hasta ayer a las

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seis de la mañana volvió a ver al señor Ezequiel a las doce del mismo día ycinco de la tarde, en que bajó el expresado señor acompañado de sumadre al cuarto de las señoras Santander; que desde entonces no volvióa saber del señor Rojas hasta hoya las once, en que supo lo llevaronpreso.

Preguntado: ¿Dónde pasó la tarde del 25 el señor Ezequiel Rojas y enqué se ocupó?, dijo: que en su cuarto escribiendo solo. Con lo que quedóconcluida esta diligencia, y leída que le fue, en ella se afirma y ratifica;dice ser de 15 años de edad y firma con dichos señores, de que doy fe.

Ortega. Gori, David Forero. Manuel Mendoza.

ROQUE LESMES. Septiembre 27.

Incontinenti se le recibió juramento al señor Roque Lesmes, el quehizo conforme a derecho y bajo su gravedad prometió decir verdad en loque supiera y fuera preguntado.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche del 25 del corriente y diga en quése ocupó esa misma noche su entenado el señor Ezequiel Rojas?, contestó:que en su casa de habitación, de donde salió su señora, acompañada desus dos hijos Eleuterio y Ezequiel Rojas, para la casa de la señora JosefaSantander; que entre las diez y once de la misma regresaron todosjuntos y habiendo cenado se retiraron a sus cuartos a acostarse, nohabiendo vuelto a verlo! hasta hoya las nueve de la mañana, en quesupo que lo llevaban preso.

Preguntado: ¿En qué se ocupó y dónde estuvo la tarde del 25 dicho se-ñor Rojas?, respondió que en su cuarto, acompañado de un sujeto que noconoce. Con lo cual quedó concluida esta declaración, en que leídaque le fue se afirma y ratifica; dice ser de 60 años y firma con dichosseñores, de que doy fe.

Ortega. Gori, Roque Lesmes, Manuel Mendoza':

NOTASI Va tachado del sino.2. Folios 176 recto a 200 recto del proceso original.

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DECLARACION DE WENCESLAO ZULAIBAR.Septiembre 29.

En la ciudad de Bogotá, a 29 de septiembre de 1828, el señor generaljuez fiscal, presente el auditor de guerra, hizo comparecer ante sí al señorWenceslao Zuláibar, a efecto de averiguar sobre los hechos escandalososy criminales de la noche del 25 del corriente, y habiéndole recibidojuramento por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere preguntado, y siéndolo por su nombre, sisabe la causa de su prisión, dijo llamarse como queda dicho; que sabe lacausa de su prisión, que es haber concurrido personalmente al hecho quese indica.

Preguntado: ¿De qué modo contribuyó, quiénes lo acompañaron, cuálera la intención, cómo pudieron contar con el cuerpo de artillería, quéjefes contribuyeron y que diga todo lo que se trató para el plan y suejecución, y cuántas personas tuvieron conocimiento de él?, dijo: quecontribuyó como uno de tantos, armado con un par de pistolas y unpuñal; que los único que conoció [sic], que fue así a una casa que no sabe dequién, en la calle de la carrera, en donde encontró reunidos, que cono-ciera, al señor Florentino González, al comandante Pedro Carujo, alcapitán Silva, al teniente Ignacio López, Agustín Horment, y que noconoció a los demás; que allí citaron la hora en que debían ejecutar elmovimiento; que este era dispuesto por el comandante Carujo con 17artilleros, los paisanos nombrados; entre ellos el declarante debía diri-girse a tomar el palacio, y tomar prisionero al general Bolívar o ma tarlo,y que el resto de la artillería debía atacar al cuartel del Vargas; que loacompañaron los que ya ha nombrado. Que la intención del movimientogeneral era proclamar la constitución de Cúcuta del año 21º. Que Floren-tino González fue quien le dijo que contaban con la artillería y que él sepersuadió de ello viendo entre el complot. al comandante. Qué jefesmilitares, sabía él, que contribuyeron los dos que ya ha dicho, Carujo ySilva; que ya ha dicho el objeto del movimiento y su combinación, que nosabe tuvieran conocimiento otras personas que las que ya ha nombrado,que los paisanos que fueron al palacio aguardaron al comandante Carujoen la plazuela de San Carlos. Que llegó Carujo, fueron directamente alpalacio, atropellaron la guardia, hirieron a algunos soldados de ella, su-bieron, buscaron al Libertador hasta el cuarto de dormir, en donde seencontraron a una señora a quien preguntaron por el Libertador y les

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dijo que estaba en consejo. Que no encontrándolo allí, se salieron a lacalle. Que después trataron de buscar la artillería, y que habiendo vistoque su plan era frustrado, se dispersaron.

Reconvenido: ¿Cómo no había de saber que el plan era [sic] el principiode este plan, cómo no habían de estar con él injeridos los generalesSantander y Padilla, cuando contaban que el uno tomaría el mando de lastropas y el otro el gobierno?, dijo: que absolutamente no sabe si secontaba con la cooperación de estos dos generales.

Preguntado: ¿Después de estos acontecimientos dónde estuvo, quién loauxilió?, dijo: que inmediatamente montó a caballo con su compañeroHorment en su casa, y que no habiendo sido posible salir a caballo,porque estaban cortados, dejaron los caballos y se fueron por chambas almonte, donde los cogieron unos paisanos que iban con el capitán España.Que no tiene más que decir, y leída que le fue esta su declaración, dijo seafirma y ratifica bajo el juramento hecho, y firma con el señor general,juez y el auditor y el presente secretario.

José María Córdova, Wenceslao Zuláibar.Tomás Barriga y Brito.

Ante mí,J. Tomás Gámez,

secreta ri01•

República de Colombia, comandancia general.

Bogotá, a oo. de oo. de 1822•

Al primer comandante Silverio Abondano '.

Pase vuestra merced 4 inmediatamente a la capilla donde se halla el reoWenceslao Zuláibar y pregúntele vuestra merced si no es verdad que éldijo delante de alguna persona que cuando intentaron el asesinato de suexcelencia tuvieron en mira que, si lo conseguían, proclamarían la consti-tución de Cúcuta y pondrían a la cabeza del gobierno al general Fran-cisco de P. Santander. Si lo negare, puede vuestra merced reconvenirlecon el señor José Ignacio París, que se lo oyó 5.

Dios guarde a vuestra merced,Rafael Urdaneta.

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NOTAS

1 Cordovez Maure José María. Reminiscencias de Santafé y Bogotá. 5'. edición. Bogotá,Librería Americana, 1916, p. 140-142.

2. Así está el original.

3. En las Reminiscencias de San tajé y Bogotá. por don José María Cordovez Maure sesuprimió este renglón.

4. En dicha comunicación se cambió vuestra merced por usted.

5. En la mencionada publicación aparece que todo lo oyó.

ULTIMA DECLARACION DE ZULAIBAR. Septiembre 30.

Inmediatamente pasé a la capilla en que se halla el señor WenceslaoZuláibar, a quien le recibí juramento, el que hizo por Dios Nuestro Señory una señal de cruz, bajo cuya gravedad ofreció decir verdad en lo quefuera interrogado, y siéndolo por el contenido del oficio anterior, dijo:que lo que dijo el señor José Ignacio París fue que, conseguido el plan yproclamada la constitución de Cúcuta, pondrían a la cabeza del gobiernoa la persona que llamase la misma constitución, a lo que replicó el señorParís que sería el general Francisco de Paula Santander': que es cuantopasó en el particular, y firma conmigo.

S. J. Abondano, Wenceslao Zuláibar.Ante mí,

Atanasio Pose?

Excelentísimo señor general, comandante general.

Tengo el honor de dar cuenta a vuestra excelencia con la declaracióntomada al reo Wenceslao Zuláibar para que vuestra excelencia me comi-sionó en el oficio que motiva este expediente. Bogotá, 30 de septiembre de1828.

Excelentísimo señor,S. J. Abondanoí,

NOTAS

1 En el original aparece tachado y él repuso.

2. En las Reminiscencias de San tajé y Bogotá aparece Antonio Anastasia Posse.

3. Folio 13 recto del proceso original.

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CORONEL RAMON NONATO GUERRADel proceso seguido contra el coronel Ramón Nonato Guerra, sólo

aparecen en el expediente original los documentos que van en seguida.Concluida.

CAREO ENTRE EL CORONEL GUERRA Y EL CAPIT ANTORREALBA. Septiembre 30.

En la ciudad de Bogotá, a los 30 días del mes de septiembre de 1828, elseñor comandante general, juez de la causa que se sigue contra losconspiradores, asociado del auditor de guerra, y en virtud de la comuni-cación del gobierno de esta misma fecha, en que se previene que se reveala causa del coronel Ramón Guerra y se pronuncie nueva sentencia,porque el mismo gobierno ha encontrado en ella fuertes cargos, hizotraer a su presencia al citado coronel Guerra, libre de toda prisión, aquien se le recibió el juramento prescrito por ordenanza, a cuyo cargoofreció decir verdad en lo que fuere preguntado, y al efecto se hizocomparecer al capitán Santiago Torrealba para el careo correspondiente,en virtud de los cargos que por la declaración de este resultan contradicho coronel Guerra.

Leída íntegramente la expresada declaración, e impuesto el señorcoronel Guerra de su tenor y contenido de ella, y resultándole el cargo deno haber dado parte a su excelencia el general Urdaneta de la reparticiónde dinero que se hizo por Pedro Celestino Azuero a los oficiales presos enel cuartel de Vargas, con cuyo objeto se lo comunicó por haber entradoen sospechas de que pudiera resultar algún desorden y que, por su parte,quería ponerse a cubierto; y que por lo mismo con el mayor interés lesuplicó que llamase a su excelencia el general Urdaneta para decirseloverbalmente, ya que no podía hacerlo por escrito por hallarse preso. A lo

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que le contestó el señor Guerra que él mismo en persona hablaría con suexcelencia, sin embargo de que no era de tanta urgencia, y que nosufrirían sino una simple reprensión los oficiales de guardia por permitirsaliesen a la calle los oficiales presos, pero que al día siguiente le daría elparte a dicho señor general. El señor Guerra niega este cargo y expresaque si el capitán Santiago Torrealba le habló sobre la repartición dedinero y evasión de los oficiales presos, fue familiarmente. En este estadodice que lo cierto es y que no se ha escrito exactamente su descargo; que elexpresado Torrealba le habló familiarmente sobre una solicitud quequería elevar a su excelencia el general Urdaneta sobre su inocencia en lacausa que se sigue al general Padilla y los deseos que tenía de que losacaran de esa prisión a la artillería, o a su casa, como había estado enCartagena, pues no quería estar junto con aquellos oficiales no teniendodelito ninguno; que ya le había hablado a su defensor para que seinteresara con su excelencia el general Urdaneta a fin de que le oyerasobre esto y algunas otras cosas que tenía que decirle; que su defensor, elcomandante Carujo, le había contestado que era mejor que hiciera unarepresentación, la cual había hecho ya, o iba a hacerla, e interesaba alexponente para que le diera su curso con un buen informe; que reconveni-do el capitán Torrealba por el exponente, si sabía alguna cosa de si salíanlos oficiales a la calle, pues justamente se estaba sumariando a un oficialdel batallón Vargas por sospechas sobre esto, que era necesario que dieraparte porque eso era cosa de mucha importancia y delicadeza. Respondióel capitán Torrealba con palabras misteriosas, volviendo a hablar de suinocencia solamente; que entonces se despidió el exponente ofreciéndolea Torrealba que hablaría al comandante Abondano cuando se pusierabueno, para que informara bien su solicitud y que el exponente lo haríatambién si llegaba a sus manos; que todo lo demás del cargo es unacalumnia o que el capitán Torrealba ha equivocado su conversación conCarujo y la del exponente; que de todo lo que le dijo el capitán Torrealbano infirió el exponente sino que sería la misma queja de que habíansalido unos oficiales presos con el que estaba de guardia, sobre cuyohecho estaba siguiendo una sumaria información el comandante delbatallón Vargas, y por lo mismo no creyó de una necesidad urgente ir allamar a su excelencia el secretario de la guerra.

El capitán Torrealba se sostiene en su declaración y la ratifica,añadiendo que con respecto a la representación de que habla hace

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muchos días que la hizo y que puede verse, pues debe parar en poder delfiscal el comandante Abondano. El señor Guerra se mantuvo en lo queha declarado diciendo ser lo cierto y lo único que ha ocurrido. Y noadelantándose otra cosa mandó su excelencia, juez de esta causa, con-cluir esta diligencia; y firmándola con el auditor y declarantes por antemí, de que doy fe.

Urdaneta, Pareja, Ramón Guerra,Mateo Be/monte, Santiago Torrea/ba.

CAREO ENTRE EL CORONEL GUERRA Y EL SARGENTOHERNANDEZ. Septiembre 30.

Incontinenti el señor juez, estando presente el señor coronel Guerra,hizo comparecer al sargento de artillería Angel Hernández, a fin depracticar el careo correspondiente, y previo el juramento que hizo porDios Nuestro Señor y una señal de cruz, prometió decir verdad, y alefecto se le leyó a dicho sargento la exposición que tiene hecha en sudeclaración con relación al señor coronel Guerra, dijo que se afirmaba yratificaba en la parte de su declaración que se le ha leído, a lo que contestóel señor coronel Guerra que es falso, falsísimo, haber vuelto al cuartel deartillería desde las cuatro y media de la tarde, en que se retiró, después dehaber puesto una orden con el comandante general, y por consiguienteno ha estado por la noche a la hora que se cita, y que no vio, por lo tanto,a ningún oficial que se expresan en la declaración que acaba de oír. Yrepuso el expresado sargento que se sostiene en su declaración porhaberlo visto con sus propios ojos parado cerca de la mesa del cuarto delteniente Tobar. Y el señor coronel Ramón Guerra negó absolutamente elcargo, asegurando no haberse movido de su casa en la hora que seexpresa por el sargento Hernández, observando que no le cabe duda quehan tomado su nombre por salvarse. Con lo que se concluyó esta diligen-cia y la firman su excelencia el señor juez, auditor y reos por ante mí.

Urdaneta, Pareja, Ramón Guerra,Mateo Belmonte, Angel Hernández.

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Sentencia

Vistos estos autos seguidos contra los conspiradores que asaltaron amano armada la casa de su excelencia el Libertador presidente, despuésde haber asesinado a su edecán coronel Guillermo Fergusson y al coronelJosé Bolívar la noche deljueves 25 del presente mes y año; y resultando deellos que el coronel Ramón Guerra ha cometido el delito de traición yconspiración, primero: por haber sabido mucho tiempo antes que setrataba de una conjuración para destruir el gobierno del Libertadorpresidente; que este plan se lo comunicó el comandante Pedro Carujo yque pocos días después le aseguró este mismo que se esperaba la oportu-nidad de que saliese el Libertador a pasear para matarlo o dar un golpe, yque no denunció este proyecto por no sacrificar a Carujo. Segundo: quede la declaración del comandante de artillería Rudesindo Silva constaque el coronel Ramón Guerra le había hablado sobre el mismo plan y delas reuniones que tenían en casa de Agustín Horment para organizarlo.Tercero: que de las declaraciones del mencionado Silva, de la del sargen-to de artillería Angel Hernández y de la del sargento segundo del mismocuerpo Francisco Flores, resulta que el señor coronel Ramón Guerra dioórdenes al primero para que tuviese lista la tropa de su mando y queaquella noche ha estado en el cuartel hasta más de las siete y media dandoprevenciones para el efecto. Cuarto: que obran en los autos las dosórdenes impartidas por el coronel Guerra al comandante Silva, fechas 23y 241, víspera de la revolución, para que municionase y pertrechase latropa de artillería. Y considerando, primero: que por el decreto de 21 defebrero de este año contra los conspiradores y traidores, expedido por suexcelencia el Libertador presidente, son calificados por traidores los queaconsejan, auxilian o fomentan la rebelión. Segundo: que por el artículo26, tratado ocho, título diez de la ordenanza son traidores los oficiales quehabiendo prestado juramento de sostener y obedecer el gobierno estable-cido, después se rebelan contra él. Tercero: que por el citado decreto sonconspiradores de primera clase todos los que secretamente se unan ocoliguen, bien en favor de los enemigos de la República, bien contra sugobierno o autoridades constituidas, y los que aconsejan, auxilian ofomentan la conspiración. Cuarto: que en la segunda clase de conspira-dores están comprendidos los que sabiendo una conspiración trazada nola descubren inmediatamente. Hallándose comprendido el coronel Ra-

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món Guerra en la clasificación del articulo tercero del expresado decretoque habla de traidores y en el citado artículo de la ordenanza, compren-diéndole también las clasificaciones primera y segunda del artículo cuar-to, sobre conspiradores, administrando justicia a nombre de la Repúblicay con arreglo al mismo decreto y a la autorización que me ha conferido elgobierno para rever su causa y pronunciar sentencia, he venido encondenar y condeno al expresado coronel Ramón Guerra a que sufra lapena de muerte, y como no se detalla la clase de muerte que deba sufrircon arreglo al artículo de la ordenanza como traidor, debe sufrir la dehorca, previa la degradación de su empleo y confiscación de sus bienes,según lo dispone el decreto expresado. La ejecución de esta sentencia sehará pasadas seis horas de estar el reo en capilla y hágase saber, consul-tándose previamente para su aprobación o reforma con su excelencia elLibertador presidente. Bogotá, 1º de octubre de 1828.

Rafael Urdaneta, Tomás Barriga y Brito.

NOTA

1. No existen en el proceso.

Palacio de Gobierno en Bogotá, 1º de octubre de 1828.Ministerio de Estado en el departamento de la guerra.

El Libertador presidente aprueba esta sentencia.

José María Córdova.


Ejecútese previa la degradación. El mayor de plaza hará que secumpla.

El general, comandante general,Rafael Urdaneta.

Excelentísimo señor comandante general.

Queda cumplida la sentencia pronunciada por esa comandanciageneral contra el coronel Ramón Guerra, ejecutándose hoy 2 de octubre

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de 1828, a las once y media del día, en la plaza mayor de esta capital', ypara conocimiento de vuestra excelencia firmo esta diligencia.

El mayor,.J. Arce2•

NOTAS

1. Don José María Cordovez Moure nos relata así la ejecución del coronel Guerra:"Al toque de la corneta de atención dado en la plaza. contestaron las campanas de los

templos con doliente plegaria, y se puso en marcha el aterrador cortejo, precedido delcrucifijo de los agonizantes, a las once de la mañana del día 2 de octubre de 1828.

La entrada de aquella siniestra procesión a la plaza fue saludada por el sonidoestridente de los tambores y cornetas que batían marcha militar, en contraste con ellúgubre tañido de las campanas, y en medio de las voces de mando de los jefes de losbatallones para que éstos echasen al hombro las armas.

El coronel Guerra, vestido con su uniforme militar, caminaba con la mirada fija en elcrucifijo que llevaba en las manos. escuchando las preces que recitaba a su oído el doctorMargallo, quien lo conducía abrazado; en todos sus ademanes mostró Guerra perfectaresignación y tranquilidad de espíritu.

Padilla marchaba altivo y vestía uniforme de general de división; apenas atendía a lasexhortaciones del religioso que lo acompañaba llevando el crucifijo.

En las venas del héroe del Lago de Maracaibo circulaba sangre de aquellos indoma-bles guerreros africanos que no doblegan la cerviz ante ningún infortunio, y que provocana sus enemigos mientras alienten un soplo de vida, aunque se les tenga atados de pies ymanos. El general Padilla era un mulato esbelto, de constitución de atleta, usaba patillas,e! pelo cortado al rape, bizco, de mirada inteligente, de andar cadencioso como escostumbre en los hombres de mar, sin otra instrucción que la necesaria para gobernar unbarco, y valiente hasta la temeridad. Padilla no desmintió su carácter en el cadalso.

Después de que se paseó a los dos condenados a muerte por el frente de las tropasformadas en la plaza, se les condujo al pie de los banquillos para dar cumplimiento a lasentencia del general Urdaneta.

A los conspiradores militares a quienes se impuso la pena de degradación, se les aplicóen el cuartel; estaba reservada a dos distinguidos jefes granadinos la ignominia de que seles infamara en público.

El coronel Guerra se dejó despojar de las insignias militares con la humildad del queespera acogerse en breve a la justicia de Dios.

Cuando un sargento le quitó al general Padilla las charreteras de sus hombros, esteexclamó con acento de sarcasmo: "[Esas no me las dio Bolívar, sino la República!".

Después intentó el mismo sargento quitarle la casaca, y como no pudiese hacerlo,porque tenía atados los brazos, el general le dijo con dureza militar:

-¡Torpe! ¡Afloja las ligaduras, y entonces podrás quitármela!Terminada la degradación, quedaron Padilla y Guerra en pechos de camisa; tomaron

asiento en su respectivo banquillo, y esperaron la muerte en medio de un pavorososilencio. Padilla no permitió que le vendasen, y mientras lo ataban al infame poste,exclamó con voz de trueno que resonó en los ámbitos de la plaza:

-¡Viva la República! ¡Viva la libertad!A la primera descarga quedó muerto el coronel Guerra; no sucedió lo mismo al

general Padilla, a quien despedazaron a balazos; pero antes de expirar, en un movimientoconvulsivo de su agonía, se le oyó el grito de ¡cobardes! lanzado a la escolta, con unapostrer mirada de intenso desprecio.

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Entonces se dijo que si el general Urda neta sabía condenar a muerte, sus víctimastambién sabían morir.

Apenas expiraron Guerra y Padilla, se presentó una escuadra de presidiarios paraquitar los cadáveres de los banquillos, y se les colgó de las horcas preparadas deantemano: odioso espectáculo que hizo recordar al pacificador Morillo y a sus tenientes".2. Folios 10 recto a 12 vuelto del proceso original.

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DECLARACION DE LOS ARTILLEROS

Tomadas por el comandante Arjona. Escribano, el sargento VásquezPosse.Concluido

José Meléndez de Arjona, primer comandante de caballería, certifico:que hallándose presos varios individuos de tropa de la brigada de artille-ría por haber tomado las armas para sostener la conspiración contra suexcelencia el Libertador presidente y destruir el gobierno actual, la nochedel 25 del corriente septiembre, de cuyo crimen son acusados, paso deorden de su excelencia el señor general comandante de las armas a recibirlas declaraciones y confesiones a dichos individuos, por hallarme de juezauxiliar del mismo señor comandante general, que al efecto me nombró,y para que conste lo pongo por diligencia, en la plaza de Bogotá, a 30 deseptiembre de 1828.

José Arjona.

NOMBRAMIENTO DE ESCRIBANO

José Meléndez de Arjona, primer comandante de caballería, habien-do de nombrar escribano conforme a ordenanza para que actúe en estasumaria, nombro al sargento primero aspirante, escribiente del estadomayor departamental Atanasio Vásquez Posse, para que ejerza el empleode escribano, y habiéndole advertido de la obligación que contrae,acepta, jura y promete guardar sigilo y fidelidad en cuanto actúe, y paraque conste lo firma conmigo en la plaza de Bogotá, a 30 de septiembre de1828.

Arjona', Atanasio Vásquez Posse.

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1". DECLARACION DEL SARGENTO PRIMERODE ARTILLERIA ANGEL HERNANDEZ. Septiembre 30.

En la ciudad de Bogotá, a 30 de septiembre del año de 1828, el señorcomandante José Arjona pasó, con asistencia de mí el escribano, alcuartel del batallón Vargas, donde se hallan presos los individuos de latropa de la brigada de artillería comprendidos en la conspiración del 25del corriente, a efecto de tomarles sus declaraciones, y habiendo hechotraer a su presencia al sargento primero Angel Hernández, ante sí y elpresente escribano, le recibió juramento conforme a ordenanza, bajo elcual ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere interrogado, y

Preguntado: por su nombre y empleo, edad, patria y religión, dijollamarse Angel Hernández, que es sargento primero de la segunda com-pañía de la brigada de artillería, de edad de 35 años, católico, apostólico,romano y que es natural de esta capital.

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que lo ignora, pero quese persuade que será por lo acontecido la noche del 25.

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del corriente, en qué partese halló, en compañía de quiénes y que cuente menudamente cuanto pasóen esta noche/", dijo: que pasaron lista de seis yen seguida se fue a ponerbien las piedras en los fusiles de su compañía, por orden que allí mismo ledio el alférez Casimiro Alquisiras; que antes de las ocho llegó el ayudanteTeodoro Galindo y le previno al declarante que pusiese piedras limpias alos fusiles que había, lo que ejecutó, advirtiendo que la orden fue conrespecto a los fusiles sobrantes que había en la compañía; que en elmomento que tocaron la retreta le mandó el alférez Alquisiras que fueradonde el sargento de la primera compañía Victorino Maldonado y lepidiera 68 paquetes de cartuchos embalados, lo que ejecutó, trayéndolosa la compañía, en donde de orden del mismo Alquisiras y en su presencialos repartió a la compañía que se hallaba formada para pasar lista deocho; que, en seguida, mandó el mismo Alquisiras que se acostase latropa, cada uno con su fusil por ser orden de su excelencia el Libertador ydel gobierno, diciéndoles que esta era una perspectiva para si el Liberta-dor iba allí o pedía la tropa; que la tropa se acostó en la disposición que élmandó; que como a las diez y media, poco más, volvió el expresadoAlquisiras y levantó él mismo la tropa con mucho silencio, y al declaranteel último, y la condujo al segundo patio, en donde la formó, quedándose

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el declarante en la cuadra; que en el momento volvió Alquisiras y mandóal declarante por diez paquetes más donde el sargento Victorino, lo queejecutó poniéndolo sobre la mesa y pasando a la guardia a examinar, deorden del mismo oficial, si los soldados de la compañía estaban municio-nados, y cuando volvió el declarante ya no halló los paquetes y sí a cuatropaisanos que no conoció, tomando fusiles de los que allí había; queseguidamente se fue el alférez Alquisiras a repartirle a la tropa unaporción de botellas de aguardiente que sacó de su cuarto, llamando luegoal declarante al patio donde se hallaba la tropa; que en seguida llamó elcomandante Silva al declarante y lo hizo formar a la cabeza de un piqueteque estaba allí separado, al mando del comandante Carujo, que sehallaba allí, y que junto con el declarante fue llamado el sargento Florespara el mismo fin; que el comandante Silva los previno fuesen a lasórdenes del comandante Carujo de auxilio a la casa del señor Libertador,quien así lo había mandado; que seguidamente se vinieron por la calle dela carrera hasta la esquina de la plaza; que como diez varas antes deconcluir la cuadra les mandó hacer alto el comandante Carujo; que enesta partida salieron desde el cuartel como ocho o diez oficiales con susdivisas; que no conoció el declarante más que al capitán N. López; queinmediatamente llegó allí otro oficial, habló con Carujo y este les mandóseguir, diciéndoles que tuviesen valor, que iban a librar la vida del padrede la República, y que habiendo llegado a la casa del Libertador la mitadde la partida se colocó en la puerta de la guardia y la otra mitad en la de lacasa y los oficiales entraron a palacio y el comandante Carujo aprehendióa la guardia y a su comandante; que a este tiempo llegaron como 40 paisa-nos, entre ellos algunos divisados de oficiales, y entraron a palacio; que sepusieron centinelas en la cuadra, y el declarante en seguida, por haberoído echar vivas a Cúcuta y Santander, se fue por la calle del coliseo, peroque al tiempo de irse hicieron un tiro de pistola en la esquina y al pasarencontró allí un hombre muerto; que su fuga la hizo con el soldadoManrique, a quien llamó para el intento; que en la cuadra que va para LaCandelaria se encontró con el asistente del coronel Fergusson, llamadoVargas, y le refirió el pasaje, suplicándole se fueran a buscar al batallónVargas para unirse con él, y que habiendo llegado allí el capitán Pereirallevó al declarante preso al hospital de Las Aguas, y que no puede darotra razón porque fue el primer piquete que salió del cuartel.

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Preguntado: ¿Qué otros oficiales o personas había en el cuartel esanoche?, dijo: que el jefe del estado mayor coronel Guerra había estado allí,desde la oración hasta las siete y media, en el cuarto del teniente Tovarcon los oficiales del cuerpo; que también por la tarde estuvo allí en elcuarto y en la mayoría con el comandante Silva el expresado coronel, yque no vio otras personas; y

Preguntado: si sabe quiénes más están comprendidos en la conspira-ción, dijo que lo ignora, pues no tuvo ningún indicio, pues si lo hubieratenido hubiera dado parte inmediatamente; que no tiene más qué añadiry que lo dicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho, en quese afirmó y ratificó, leída que le fue esta declaración; y lo firma con dichoseñor y el presente escribano.

José Arjona, Angel Hernández.Ante mí,

Atanasia Vásquez Posse.

Notas1. Va tachado que.2. Va tachado que.

z-. DECLARACION DEL SEGUNDO SARGENTODE ARTILLERIA BASILIO GODOY. Septiembre 30.

Incontinenti dicho señor hizo comparecer al sargento de la brigada deartillería Basilio Godoy y por ante mí el presente escribano le recibiójuramento conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decir verdad en loque supiere y fuere interrogado, y

Preguntado: por su nombre, empleo, edad, patria y religión, dijo: quese llama Basilio Godoy, sargento segundo de la segunda compañía de labrigada de artillería, de edad 23 a 24 años, de la villa de Barichara,dependiente del Socorro, católico, apostólico, romano, y

Preguntado: ¿Sí sabe por qué se halla preso?, dijo: que por el bochin-che de artillería y Vargas, en que no se halló por estar en el calabozo, dedonde salió cuando estaban en el tiroteo; y

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del corriente, en quéparajes estuvo, en compañía de quiénes y que exprese por menor cuantopasó aquella noche?, dijo: que hallándose dormido en el calabozo lodespertó el tiroteo, y como la puerta solo tenía una aldaba muy floja le

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dio un empujón y salió, encontrando solo el cuartel y unas mesas puestasen el segundo patio, arrimadas a la tapia que linda con el cuartel demilicias de caballería, y que temiendo lo matasen se fue por la espalda delcuartel, saltando una tapia y saliendo a la cuadra de la gallera, dirigién-dose a la plazuela de San Victorino con el objeto de esconderse por LaCapuchina, y que en la misma cuadra de la gallera se encontró con elsargento de la primera compañía del mismo cuerpo, Elías Romero, elcual le dijo que ignoraba el motivo de aquella novedad, y que se fueronjuntos con otros tres soldados llamados Evangelista Romero, ToribioColorado y Bautista Pregonero que iba herido; y que habiéndoles dichounos paisanos que por San Victorino andaba el general Córdova, sefueron con ellos y se presentaron a dicho señor general abajo de lasmil-vanas, en donde lo encontraron; que el expresado señor general lespreguntó qué cosa sería el tiroteo, a que no le pudo responder el declaran-te, porque lo ignoraba; que a un rato se reunieron otros artilleros y seestuvieron ahí hasta que cesó el tiroteo; que se vinieron a la plaza con elexpresado señor general y en derechura los llevaron al cuartel de Vargas; y

Preguntado: si de antemano supo que se estaba tramando la expresadaconspiración, yen este caso diga qué persona sabe tenía parte en ella, dijoque ignora la pregunta, que no tiene más qué añadir y que lo dicho es laverdad a cargo del juramento que tiene hecho, en que se afirmó y ratificó,leída que le fue esta su declaración; y lo firma con dicho señor y elpresente escribano.

José Arjona, Basilio Godoy.Ante mí,


3'. DECLARACION DEL SARGENTO SEGUNDOGASPAR MONTERO. Septiembre 30.

Seguidamente dicho señor hizo comparecer al sargento de la brigadade artillería Gaspar Montero, por ante mí el presente escribano, lerecibió juramento conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decir laverdad en lo que supiere y fuere interrogado; y

Preguntado: por su nombre, empleo, edad, patria, religión, dijo lla-marse Gaspar Montero, que es sargento segundo, agregado a la primera


compañía de la brigada de artillería el día 24 del corriente, por orden delseñor jefe del estado mayor departamental por hallarse ausente su cuer-po, que lo es el batallón Paya; que es de edad de 28 años, natural delSocorro, católico, apostólico y romano.

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que lo ignora pero quese hace cargo es porque se hallaba en la brigada de artillería la noche del25 del corriente; y

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del corriente, en quéparajes estuvo, en compañía de quiénes y que exprese por menor cuantopasó aquella noche?, dijo: que aquella noche, a la oración, fue a su cuartela la lista, se mantuvo un rato en el cuerpo de guardia y a las ocho se fue ala primera cuadra y se acostó a dormir, desde donde observó que seformó la compañía por orden del alférez Alquisiras, el cual, en unión delsargento Victorino y el sargento Flores, la municionaron y luego seacostaron todos; que como una hora después oyó decir: arriba la compa-ñía; y lo ejecutaron saliéndose consecutivamente, quedándose el decla-rante en su cama, hasta que oyó el tiroteo, que salió y se metió en otrocuarto a donde vino el sargento de la guardia N. González y se estuvieronallí, habiendo trancado la puerta por dentro; que a un rato llegaron dosmúsicos, que ignora sus nombres, y el uno venía herido de un machetazo;que al día siguiente como a las siete de la mañana entró el comandante deVargas con una partida y llevó al declarante junto con otros músicos ysoldados que habían llegado presos al cuartel de Vargas; y

Preguntado: si vio algunos jefes, oficiales y paisanos en el cuartel y eneste caso qué les oyó decir acerca del movimiento que iban a hacer, dijoque no vio a más que al alférez Alquisiras y que por supuesto no oyóninguna conversación sobre lo que se le pregunta; y

Preguntado: si en esos días antes supo u oyó decir que se iba o tratabade hacer esta revolución, dijo que ignora la pregunta, porque desde el 16de agosto solo permaneció en el alojamiento de su madrastra, de dondepasó al hospital, enfermo, hasta el día 24 del corriente! que se dio de alta ylo agregaron a la artillería; que en dicho día 16 llegó a esta capital,viniendo de Cartagena; que antes de salir la tropa del cuartel oyó, mediodormido, decir que iban a sacar al general Padilla; que no tiene más quéañadir y que lo dicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho,

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en que se afirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración; y la firmacon dicho señor y el presente escribano .

.José Arjona, Gaspar Montero.Ante mí,

A tanasio Vásque z Posse.

NOTA

1 Va entre renglones del corriente.

s-. DECLARACION DEL CABO DE LA BANDA DE MUSICOSDE ARTILLERIA JOSE MARIA FRANCO. Octubre lº.

En la ciudad de Bogotá, a 1º de octubre de 1828, el señor comandanteJosé Arjona pasó, con asistencia de mí el escribano, al cuartel delbatallón Vargas, a efecto de continuar estas diligencias, y habiendohecho comparecer a su presencia al cabo primero de la banda de músicosde artillería José María Franco, por ante mí el presente escribano, lerecibió juramento conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere interrogado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo: que sellama José María Franco, que es de edad de 24 años, natural de la Villade Leiva, correspondiente al departamento de Boyacá, católico, apostóli-co, romano y que es cabo primero de la banda de músicos de la brigadade artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que lo ignora; yPreguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del corriente, digo, del

próximo pasado septiembre, en unión de quiénes y que exprese menuda-mente cuanto pasó aquella noche?, dijo: que a las ocho y cuarto de laexpresada noche llegó a su cuartel, pasó lista a la banda y se retiró a sucasa, habiéndolo sacado del cuartel el alférez Alquisiras, en virtud de lalicencia del comandante del cuerpo que tenía el declarante para dormiren su casa. Que con el declarante salió el músico José María Trujillo y sefue para su casa; que yendo el declarante por la calle de Florián encontróal teniente Tovar, quien le preguntó que para dónde iba y que qué habíapor el cuartel, a que respondió decían allí que estaban sobre las armas yque se hallaba el cañón cargado, pero que el declarante no lo había visto ysolo se lo oyó decir al sargento Victorino ya varios soldados; y seguida-

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mente se fue para su casa y se acostó a dormir, no habiendo despertadohasta el día siguiente a las cinco de la mañana, a causa de haber tomadoaguardiente esa noche en su casa; y

Preguntado: si en el cuartel vio algunos jefes, oficiales y paisanosaquella noche, y en este caso qué les oyó decir acerca del movimiento queiba a hacer la tropa, dijo: que ignora la pregunta en todas sus partes, puessolo vio en el cuartel al alférez Alquisiras, al ayudante Teodoro Galindo,que llegó al cuartel cuando el declarante salía; y

Preguntado: si en los días anteriores supo que se trataba de haceralguna revolución y atentar contra su excelencia el Libertador, yen estecaso diga cómo lo sabe y por quiénes, dijo: que absolutamente ignora lapregunta, pues a la menor cosa que hubiera entendido habría dado parte; y

Preguntado: si supo que a la tropa se le hubiese hecho alguna oferta dedinero o premios, dijo que ignora la pregunta, que no tiene más que deciry que lo dicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho, en quese afirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración, añadiendo que labanda de música de Vargas y el sargento Agudelo fueron los que llevaronpreso al declarante, sacándolo de su casa en la mañana que se expresa; yla firma con dicho señor y el presente escribano.

José Arjona. José María Franco.Ante mí,

Antonio Vásquez Posse.

6". DECLARACION DEL CABO SEGUNDODE ARTILLERIA PEDRO VASQUEZ. Octubre IQ.

Incontinenti dicho señor hizo comparecer al cabo segundo de labrigada de artillería Pedro Vásquez y, por ante mí el presente escribano,le recibió juramento conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere interrogado; y

Preguntado: por su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijollamarse Pedro Vásquez, que es cabo segundo de la segunda compañía dela brigada de artillería; que es de edad de 22 años, natural de Samacá,jurisdicción de Tunja, católico, apostólico, romano; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que lo ignora, pero queinfiere será por lo que hicieron los oficiales de su cuerpo la noche del 25del próximo pasado septiembre; y

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Preguntado: ¿Que en qué se ocupó la noche del 25 del próximo pasadoseptiembre, en qué parajes estuvo, en compañía de quiénes y que expresemenudamente cuanto pasó aquella noche?, dijo: que como se hallabaenfermo, sin poder hacer servicio de armas, estaba hacía 18 días de cabodel cuartel, en donde se mantuvo aquella noche hasta las siete del díasiguiente que llegó allí el comandante del batallón Vargas' y lo mandóllevar a su cuartel preso con dos reclutas que se hallaron en compañía deldeclarante toda la noche; que como a las siete de la noche entró el alférezAlquisiras y mandó al sargento Hernández que pusiese las piedras a losfusiles de los reclutas, dándole aceite para que le untara a las llaves; queinmediatamente mandó llamar dicho Alquisiras al sargento y dos sol-dados, los cuales volvieron con una manta llena de paquetes de cartuchosy los repartieron a la tropa; que el declarante creyó sería para foguearla aldía siguiente, como lo habían hecho los anteriores; que seguidamentemandó el expresado oficial poner una guardia de cuatro hombres en lacompañía para que no saliese ninguno y se mantuviesen todos con sufusil, acostados; que como de las diez a las once volvió Alquisirasmandando que la compañía estuviera lista, aguardando silencio, y segui-damente fue y trajo unas botellas de aguardiente y las repartió a lacompañía, haciéndola luego desfilar para el segundo patio, y que eldeclarante se mantuvo en la cuadra con tres reclutas que lo fueron los doscon quienes lo aprehendieron y otro que se desertó aquella noche, loscuales sabe se hallan presos; que a un rato salieron las compañías a lacalle guardando mucho silencio, y a poco tiempo comenzó el fuego, yeldeclarante se estuvo quieto en la cuadra, como lleva dicho, sin haber oídoni sabido nada hasta por la mañana; y

Preguntado: si vio algunos oficiales o paisanos en el cuartel aquellanoche, y en este caso diga qué les oyó hablar acerca del movimiento queiban a hacer, dijo: que desde la cuadra alcanzó a ver que en el patio habíacomo seis paisanos y un oficial, que dijeron ser el capitán Briceño, y queesto fue poco antes de salir la tropa; que allí se hallaban el comandanteSilva y el teniente Tovar; y

Preguntado: si en los días anteriores tuvo noticia de estarse preparan-do alguna conspiración contra su excelencia el Libertador y actualgobierno, dijo que ignora la pregunta; y

Preguntado: si supo que les ofreciesen plata o algún premio a lossoldados de su cuerpo y que con qué objeto, dijo que ignora la pregunta,

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que no tiene más que añadir y que lo dicho es la verdad a cargo deljuramento que tiene hecho, en que se afirmó y ratificó, leída que le fueesta su declaración; y la firma dicho señor y el presente secretario,haciendo una señal de cruz el declarante, por no saber escribir.

José Arjona.(Hay una cruz). Ante mí,

Atanasia Vásquez Pose.

NOTA

L Al margen el comandante del Vargas lo afirma.

i-. DECLARACION DEL CABO SEGUNDO DE LA BRIGADADE ARTILLERIA SEBASTIAN VILLAPOL. Octubre lº.

Incontinenti dicho señor hizo comparecer al cabo segundo de labrigada de artillería, Sebastián Villapol, y por ante mí el presente escriba-no, le recibió juramento conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere interrogado; y

Preguntado: por su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijollamarse Sebastián Villapol, que es cabo segundo de la segunda compa-ñía de la brigada de artillería, que es de edad de 25 años, natural de Lima,católico, apostólico y romano; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que lo ignora; yPreguntado: que en qué se ocupó la noche del 25 del próximo pasado

septiembre, en qué parajes estuvo, en compañía de quiénes y que expresemenudamente cuanto pasó aquella noche, dijo: que aquella noche fue asu cuartel, pasadas las seis, pasó lista en su compañía, y como el alférezAlquisiras puso una centinela en la puerta de la compañía para que nosaliese nadie, se acostó a dormir, y que a las ocho lo llamaron para quepasara lista, y a poco rato fue el alférez Alquisiras con el sargentoprimero Angel Hernández y municionaron la compañía con paquetesque trajeron en una cobija; que en seguida llamó el sargento al declarantey lo llevó a su cuarto para que pusiera zapatillas a los fusiles que allíhabía, y estándolas cortando llegó el alférez Teodoro Galindo y previnose pusiesen bien las zapatillas y piedras; que inmediatamente fue el alférezAlquisiras y le mandó al sargento fuese a la compañía y mandaseguardaran silencio; que allí estaba el jefe, y que luego se fue el declarante

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a la compañía por haberlo llamado el sargento, diciéndole que se dejarade hacer zapatillas; que a poco rato llegó allí el alférez Alquisiras,previniendo guardaran silencio y estuvieran listos porque su excelencia elLibertador había de ir a pedir la tropa, y les dio aceite para untar losrastrillos, mandándoles se acostaran todos con sus fusiles, teniéndolosabrazados, y se fue; que, como más de las once y media de aquella noche,lo llamó el sargento primero Victorino Maldonado para que fuese decabo de cañón y como el declarante le manifestó que no podía, llamó alcabo José Vargas para encargarlo del cañón; que estando allí entraroncomo 40 paisanos que no conocía; que también se hallaron allí el tenienteCayetano Galindo, el comandante Carujo, el comandante Silva y elalférez Teodoro Galindo, como igualmente el alférez Alquisiras; queseguidamente sacaron el cañón suspendido con el mayor silencio, a lapuerta del lado de adentro del cuartel y luego lo sacaron en carreraviolenta y lo abocaron al cuartel de Vargas, mandando al declarante conel sargento Agucio a guardar la esquina de Santa Clara; que inmediata-mente rompió el fuego y el declarante, conociendo que aquello era contrael gobierno, se fue a presentar al señor comandante general, y como nolo halló en su casa, se quedó allí hasta que fue dicho señor, a quien sepresentó el declarante con su fusil y 19cartuchos y uno en el fusil, que sonlos 20 que le entregaron; y

Preguntado: si vio algunos otros oficiales o paisanos, dijo que por lacalle vio algunos que no conoció; y

Preguntado: si en los días anteriores tuvo alguna noticia de estarsepreparando esta conspiración y si ofrecieron algún dinero o premios a losartilleros para el efecto, dijo que ignora la pregunta, que no tiene más queañadir, que lo dicho es la verdad a cargo del juramento que lleva hecho,en que se afirmó y ratificó, leída que le fue esta su declaración; y por nosaber escribir hizo la señal de la cruz y lo firma dicho señor con el presenteescribano.


Atanasio Vásquez Pose.

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s-. DECLARACION DEL CABO PRIMERO DE ARTILLERIAJOSE CARVAJAL. Octubre IQ.

Incontinenti dicho señor hizo comparecer al cabo primero de la briga-da de artillería José Carvajal y por ante mí el presente escribano, se lerecibió juramento conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere preguntado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseJosé Carvajal, de edad de 21 años, natural de Santiago de Chile y que escabo primero de la brigada de artillería, católico, apostólico y romano; y

Preguntado: ¿Por qué.se halla preso?, dijo: que lo ignora, que ignora elcontenido de la pregunta pero que los compañeros le han dicho que serápor lo acaecido en la noche del 25 del próximo pasado septiembre.

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del próximo pasado sep-tiembre, en qué parajes estuvo, en compañía de quiénes y cuente cuantopasó aquella noche?, dijo: que con motivo de ser rebajado, se estuvo ensu casa hasta las cinco de la mañana, que se levantó, y habiendo oído decirque se había levantado la brigada de artillería se fue para el cuartel de gra-naderos y como encontró en el camino al ayudante de este cuerpo se le pre-sentó y se fue con él a juntar unos caballos, lo que verificado fueron alcuartel y se presentó allí al comandante y oficiales, en donde estuvo hastalas diez, que salió a la calle y viniendo para la plaza lo cogieron dos solda-dos de Vargas y llevaron preso a su cuartel; que como a las once y media dela noche estando dormido lo despertó el tiroteo y se levantó, pero que co-mo había mucho bullicio de gente por las calles no se atrevió a salir porqueen el tiroteo no lo matasen y se volvió a acostar en su cama; que en aqueldía ni en los demás anteriores vino al cuartel sino por la mañana un rato.

Preguntado: si en esos días antes supo o entendió que se trataba algunaconspiración contra su excelencia el Libertador para destruir el actualgobierno, dijo que ignora el contenido de la pregunta.

Preguntado: si supo o entendió que a los artilleros les hubiesen ofreci-do algún dinero o premios, dijo: que ignora la pregunta y que no tienemás que añadir a cargo del juramento que tiene hecho, en que se afirmó yratificó; y leída que le fue esta su declaración; y la firmó con el señor juezfiscal y el presente escribano, de que doy fe.

José Arjona. José Caravajal.Ante mí,


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9'. DECLARACION DEL SOLDADO DE ARTILLERIAHERMENEGILDO RODERO. Octubre 2.

En la ciudad de Bogotá, a 2 de octubre de 1828, el señor comandanteJosé Arjona, pasó con asistencia de mí el escribano, al cuartel del bata-llón Vargas, a efecto de continuar estas diligencias, y habiendo hechocomparecer a su presencia al soldado de la primera compañía de la brigadade artillería Hermenegildo Rodero, por ante mí el presente escribano, lerecibió juramento conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere interrogado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo que sellama Hermenegildo Rodero, que es de edad de 28 años, natural de laparroquia de Suesca, correspondiente al departamento de Cundinamar-ca, católico, apostólico, romano y que es soldado de la primera compañíade la brigada de artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que se persuade serápor el acontecimiento de la noche del 25 del próximo pasado septiembre,por ser soldado de artillería.

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del próximo pasadoseptiembre, en unión de quiénes y que exprese menudamente cuanto pasóaquella noche?, dijo: que a las seis de dicha noche luego que pasó lista en sucompañía estuvo formado en ella hasta las siete de la noche, en cuyotiempo les leyó las leyes penales un sargento del cuerpo, que no seacuerda su nombre y apellido; que después los mandaron acostar y a lasocho los llamó el sargento Elías Romero y formó la compañía con armas,y a poco rato llegó allí el alférez Alquisiras con el sargento Victorino ymunicionó la compañía a dos paquetes por soldado, cuyas municioneslas llevaron en una cobija; que el alférez Alquisiras y el sargento Victorino,al municionar la tropa, les dijo era de orden del gobierno para queestuviera pronta por si iba allí su excelencia el Libertador o la pedía, y lesmandó acostarse cada uno con su fusil abrazado como si fuera unamujer, y se retiraron poniendo dos centinelas en la puerta de la compañíacon orden de que no saliera ninguno; que como a las once de la mismanoche llegó allí el sargento Victorino Maldonado, ya citado, hizoformar la compañía armada, previniéndoles guardaran silencio sin hacerruido alguno y en seguida la sacó y formó en el patio interior; queseguidamente salió la segunda compañía y se formó en el mismo patio;

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que a poco rato se presentó allí el comandante del cuerpo RudesindoSilva con todos los oficiales, que lo fueron Alquisiras, Teodoro Galindo,quienes iban acompañados del comandante Carujo y otros oficiales queno conocía, que eran seis; que el comandante Silva mandó a la tropacargar sus fusiles de uno a uno sin hacer ruido y la fue dividiendo enpartidas hasta el número de cuatro, poniendo una a las órdenes delcomandante Carujo, la cual salió inmediatamente del cuartel yen la quese hallaba el declarante, y siguió a tomar la calle de la carrera, por la cualsiguió hasta la esquina de la plaza, en donde hicieron alto, habiendoencontrado en el tránsito como ocho paisanos de capa que se reunieron ala partida, dándoles abrazos el comandante Carujo, de los cuales noconocía ninguno el declarante; que de la esquina de la plaza siguieroninmediatamente por la calle de San Carlos para el palacio, yencontrandoen la marcha cuatro paisanos que también se reunieron a la partida, laque hizo alto al llegar a la esquina del palacio, y a pocos momentos lamandó el comandante Carujo seguirlo, habiéndose primero adelantadolos paisanos; que al llegar a la puerta de palacio les mandó Carujo queentraran y él entró adelante, y como la partida no los siguió, volvió a saliry la dividió en dos partes, situando la una en la puerta de palacio y la otraen la de la guardia, adonde se entró con la espada en la mano y sorprendióal oficial y la guardia, que se hallaban acostados, advirtiendo que Carujoentró por la puerta de palacio y salió por la de la guardia; que inmediata-mente este comandante mandó poner centinelas en las esquinas y enseguida sacó a la guardia de palacio desarmada y la formó junto con lapartida; que, inmediatamente, salieron los paisanos que habían entrado apalacio y se reunieron allí otros tantos paisanos que hacían más númeroque la tropa, armados unos con carabinas y otros con pistolas y mache-tes, a los que no conocía; que seguidamente entró el comandante Carujoal cuerpo, sacó una bandera, mandó tomar las armas a la guardia y siguiócon ella diciendo iba al cuartel de granaderos y dejando en palacio a losartilleros, mandándoles se mantuviesen a pie firme; que a poco ratovolvió dicho comandante y se unió allí con los paisanos, diciendo que yahabía muerto el tirano y que viviera Santander, y mandando reunir latropa siguieron junto con los paisanos por la calle que sigue para elpuente de Lesmes, doblando luego por la calle del chorro de los fiscales,se dirigieron para la artillería hasta la esquina de dicho cuerpo, en dondehicieron alto, y habiéndoles dado el quién vive los soldados de Vargas, se

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fueron por la calle de las águilas para San Victorino, de donde siguieronpor la alameda de San Diego, habiéndose dispersado en el camino todoslos paisanos y habiendo hecho alto en la cuadra siguiente de capuchinosvino allí el señor general Córdova, y como la partida huía para abajo losllamó diciéndoles que se volvieran con él, que no se les seguiría perjuicio,y los hizo marchar para San Victorino con el mismo comandante Carujoy él se adelantó y siguió por San Victorino abajo, mandándoles seguir conun paisano que habló allí con dicho señor general, el cual paisano ' habíasalido de una casa de la cuadra de más allá de capuchinos, y habiendollegado a la pila de abajo de San Victorino hicieron alto, notando que elcomandante Carujo se les había desaparecido; que a poco rato vino allí elreferido señor general Córdova y les mandó que se mantuviesen firmes, yse fue a recoger otros artilleros que había por allí dispersos, mandar unsargento que subiera a reconocer quiénes había por allí arriba, y comoeste sargento se encontró con dos soldados de granaderos que lo tra taronde matar y le quitaron el fusil, se volvió huyendo a incorporarse con lapartida, dándole parte al señor general Córdova, el cual todavía no sehabía ido esperando al sargento para saber la novedad que hubiera; queentonces mandó hacer fuego, volver a cargar y los retiró para abajo hastaabajo de Garzón, que los hizo hacer alto, formándolos en el camino, endonde se estuvieron hasta las cuatro de la mañana que mandó dichoseñor general a un paisano a reconocer hasta el puente de San Victorino sihabía alguna novedad, y habiendo vuelto el paisano manifestándole nohabía novedad, se vinieron con dicho señor general hasta la plaza, endonde los entregó al señor comandante del batallón Vargas, el cual losdesarmó y llevó presos al cuartel de Vargas; y

Preguntado: si en el cuartel vio aquella noche otros jefes, oficiales opaisanos, y en este caso qué les oyó decir acerca del movimiento que iba ahacer la tropa y con qué objeto, dijo: que no vio a ninguno otro más quelos que lleva, ni oyó hablar sobre el movimiento que iba a hacer la tropa,ni su objeto.

Preguntado: si en los días anteriores supo que se trataba de haceralguna revolución contra el gobierno actual y su excelencia el Libertador,y en este caso diga cómo lo sabe y por quiénes, dijo: que ignora lapregunta.

Preguntado: si supo o entendió que a la tropa de la brigada le hubiesenhecho alguna oferta de dinero o premio, y en este caso diga cuáles y por

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quiénes, dijo que ignora la pregunta, que no tiene más que añadir y quelo dicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho, en que seafirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración, y por no saberescribir hizo la señal de la cruz y lo firma dicho señor con el presenteescribano.



NOTA

1. Paisano va entre renglones.

ro-. DECLARACION DEL SOLDADO DE ARTILLERIAFRANCISCO HERNANDEZ. Octubre 2.

Incontinenti dicho señor hizo comparecer ante sí al soldado de labrigada de artillería Francisco Hernández, y por ante mí el presenteescribano se le recibió juramento con arreglo a ordenanza bajo el cualofreció decir verdad en lo que supiera y fuera interrogado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseFrancisco Hernández, de edad de 25 años, natural de Bogotá, católico,apostólico, romano y que es soldado de la segunda compañía de labrigada de artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que lo ignora pero queinfiere que es por ser soldado de artillería; y

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del próximo pasadoseptiembre, en qué parajes estuvo, en compañía de quién y que expresecuanto pasó aquella noche?, dijo que con motivo de ser rebajado no iba alcuartel sino cada mes a pasar revista de comisario, por lo que el referidodía 25 se fue a Montes a traer ganado para matar, como que este era subalance, y que habiendo vuelto de la estancia de Montes, donde fue atraer el ganado con Toribio Acosta, se ocupó en vender su carne en laplaza y como a las cinco de la tarde se retiró a su casa, en donde semantuvo toda la noche hasta las siete del día siguiente que salió a vendercarne a la plaza, en donde lo cogieron a las tres de la tarde, llevándolo alcuartel de granaderos y de allí al cuartel de Vargas; que la noche del 25 no

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habló con persona alguna, pues como lleva dicho se estuvo en su casa yaunque oyó el tiroteo creyó que fuese fogueando los reclutas de Vargas,pues como estaba dormido, cuando lo despertaron los tiros se persuadióque ya era de día, y como hasta las siete de la mañana no venía a la plaza avender la carne no se levantó y se volvió a quedar dormido; y

Preguntado: si en los días anteriores supo o entendió que se trataba dehacer alguna revolución y atentar contra su excelencia el Libertador, y eneste caso diga cómo lo sabe y por quiénes, dijo que ignora la pregunta,pues como no iba al cuartel, no trataba con sus compañeros y solo seocupaba en su negociación, y que si hubiera entendido o sabido de que setrataba sobre lo que se le pregunta, hubiera hecho el denuncio inmediata-mente; y

Preguntado: si supo o entendió que a la tropa de la brigada le hubiesenhecho alguna oferta de dinero o premio y en este caso quiénes, o si losseducían para la revolución, dijo que ignora la pregunta, que no tienemás qué añadir, que lo dicho es la verdad a cargo del juramento que tienehecho, en que se afirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración; y porno saber escribir hizo la señal de la cruz y lo firma dicho señor con elpresente escribano.



11 DECLARACION DEL SOLDADO DE ARTILLERIAJUAN MONTEALEGRE. Octubre 2.

Incontinenti dicho señor hizo comparecer al soldado de la brigada deartillería Juan Montealegre y por ante mí el presente escribano se lerecibió juramento, bajo el cual ofreció decir verdad en lo que supiera yfuera interrogado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseJuan Montealegre, de edad de 22 años, natural del Guamo,jurisdicciónde Neiva, católico, apostólico, romano y que es soldado de la primeracompañía de la brigada de artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que lo ignora; yPreguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del próximo pasado sep-

tiembre, en unión de quiénes anduvo y que exprese menudamente cuanto

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pasó aquella noche?, dijo: que desde la oración de la expresada noche se es-tuvo en su casa con motivo de ser rebajado, hasta las ocho que fue a sucuartel a pasar lista; que habiendo pasado lista de ocho, fue a poco tiempoel sargento primero Victorino Maldonado e hizo que se formara la com-pañía con sus armas y a poco rato fue allí el alférez Alquisiras, llamó alsargento Victorino, se fue con él ya un momento volvieron trayendo unamanta con paquetes de cartuchos y municionaron la compañía, a dospaquetes cada soldado, encargando mucho silencio, habiendo hechocargar primero los fusiles, y salieron de la cuadra los dos citados, Alquisi-ras y Victorino, dejando dispuesto que se acostaran los soldados con elfusil abrazado; que después fue el sargento Victorino, despertó a los solda-dos y sacó la compañía al patio interior, registrando allí las armas; que enseguida llegó e! ayudante Galindo con el alférez Alquisiras y les dioaguardiente; que a poco rato llegó allí e! comandante Silva con ochooficiales o diez, que no conocía el declarante, el capitán Briceño y elcapitán López, los dos Galindos, Cayetano y Teodoro y como seispaisanos; que en seguida dividieron la tropa en cuatro partidas, destinan-do una para saltar por las tapias al cuartel de milicias de caballería porunas mesas y una escalera que, al efecto, pusieron y las otras salieron parafuera; pero que cuando estas salieron ya estaban en el tejado los de lapartida que destinaron para asaltar el cuartel de caballería; que enseguida salió otra partida, en que iba el declarante, a la cual les dijeronque iban de patrulla, y al llegar al cuartel del batallón Vargas les dio elcentinela el quién vive y respondió el sargento que era patrulla, y habién-dola reconocido, entró el sargento a dar el parte, mandando que entrarala patrulla, pero el centinela de Vargas caló bayoneta y no los dejó entrar,a cuyo tiempo vino allí el sargento Victorino con un cañón y lo situófrente de la puerta de! cuartel, mandándole a la patrulla que se abriera endos alas; que inmediatamente llegó allí el comandante Silva, tomó cuatrosoldados y los llevó a la esquina que va para Santa Clara, entre los cualesse hallaba el declarante, y se volvió para el cuartel mandando no dejaranpasar a nadie por allí; que inmediatamente se rompió e! fuego ya un ratopasó por allí el comandante Silva con todos los oficiales y llamó aldeclarante y demás que estaban allí, mandándoles se fueran al parque ysiguiendo su camino a carrera, por lo que no lo volvieron a ver, y eldeclarante se fue con un recluta al río de San Victorino, donde semantuvo un rato hasta que se concluyó e! fuego; que se fue a la esquina de

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las milla nas y de allí a la huerta de Jaime, donde se ocultó entre unasmatas hasta que aclaró el día; que se vino a su casa, dejó allí el fusil yfornitura y se vino para la plaza, adonde lo cogió un alcalde que noconoce y lo llevó preso al cuartel de milicias de infantería, de donde a unrato lo llevaron al cuartel de Vargas; y

Preguntado: si en el cuartel de artillería vio algunos otros oficiales opaisanos aquella noche, yen este caso qué les oyó decir, dijo que no habíamás que lo que ha relatado; y

Preguntado: si en los días anteriores supo que se trataba de haceralguna revolución y atentar contra su excelencia el Libertador, y en estecaso diga cómo lo sabe y quiénes son, dijo que ignora la pregunta; y

Preguntado: si supo o entendió que a la brigada de artillería les hubie-ran hecho a algunos soldados ofrecimiento de dinero o premios, yen estecaso quiénes, dijo que lo ignora, pues el declarante asistía muy poco enel cuartel con motivo de ser rebajado; que no tiene más qué añadir, que lodicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho, en que seafirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración, en que se afirmó; ypor no saber escribir hace una señal de cruz y lo firma dicho señor y elpresente escribano.



12 DECLARACION DEL SOLDADO DE LA BRIGADADE ARTILLERIA NICOLAS RODRIGUEZ. Octubre 2.

Incontinenti dicho señor hizo comparecer al soldado de la brigada deartillería Nicolás Rodríguez, y por ante mí el presente escribano se lerecibió juramento con arreglo a ordenanza, bajo el cual ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere preguntado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo: que sellama Nicolás Rodríguez, de edad 18 años, natural del pueblo de Piedras,jurisdicción de Ibagué, católico, apostólico, romano y que es soldado dela segunda compañía de la brigada de artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo: que lo ignora, pero quese persuade que será por ser soldado de artillería; y

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Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del próximo pasadoseptiembre, en unión de quiénes anduvo y exprese menuda mente cuan-to pasó aquella noche?, dijo: que con motivo de ser asistente del gene-ral Padilla se estuvo desde la oración en el cuartel de milicias de caba-llería, donde se hallaba preso dicho señor general; que a las ocho deaquella noche se acostó a dormir, lo mismo que hizo el otro asistenteRemigio Villamarín; que, como a las once y media de la noche, sedespertó con la bulla que hacían los dos Galindos, ambos oficiales, y elcapitán Rafael Mendoza, otro oficial que no conoció y sobre ochosoldados que entraron adonde estaba el general y echaron vivas losoficiales por la constitución, el congreso de Cúcuta y por la América libre;que, inmediatamente, se levantó el declarante y a este tiempo se salierontodos llevando preso al coronel Bolívar hasta la puerta del cuartel, endonde dieron muerte con un balazo de pistola al coronel Bolívar, peroque el declarante no vio quién fue el agresor; que como en la calle hacíanmucho fuego no pudieron salir y se volvieron y subieron para las tapiasque caen al cuartel de caballería, digo artillería, quedándose el generalencima de la pared cuando el declarante siguió a botarse a la calle de lagallera, como lo verificó con un soldado de granaderos, que ignora sunombre, de los que custodiaban al general; que de allí siguió en derechurapor San Victorino para San Diego, en donde se ocultó junto con elsoldado de granaderos, que también huyó con el declarante; que a lascinco y media de la mañana del día siguiente salieron para venirse apresentar, y en la alameda encontraron al escuadrón de granaderos, queiban como 25 hombres de partida y se presentaron al comandante de ella,que lo era el mayor el cual mandó al declarante al cuartel de granaderospreso con el mismo soldado que había estado con el declarante; y

Preguntado: si en los días anteriores supo o entendió que se trataba dehacer alguna revolución contra el gobierno actual y su excelencia elLibertador, y en este caso diga cómo lo sabe y por quiénes se intentabaeste crimen, dijo que ignora la pregunta, y

Preguntado: si supo o entendió que a la tropa de artillería le hubiesenhecho alguna oferta de dinero o premio, y en este caso diga por quiénes ya quiénes, dijo que ignora la pregunta, que no tiene más que añadir y quelo dicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho, en que seafirmó y ratificó, leída que le fue esta su declaración; y por no saber

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escribir hizo la señal de la cruz y la firmó dicho señor con el presenteescribano.


Atanasio Vásquez Posse.

13 DECLARACION DEL SOLDADO DE LA BRIGADADE ARTlLLERIA JOS E MARIA MOYA. Octubre 2.

Incontinenti el dicho señor hizo comparecer al soldado de la brigadade artillería José María Moya y por ante mí el presente escribano, se lerecibió juramento con arreglo a ordenanza, bajo el cual ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere interrogado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseJosé María Moya, de edad de 25 años, natural de Guaduas, católico,apostólico, romano y que es recluta de la segunda compañía de la brigadade artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que ignora la pregunta,pero que infiere será por el alboroto de los artilleros la noche del 25 delpróximo pasado septiembre; y

Preguntado: ¿En qué se ocupó la expresada noche, en compañía dequiénes estuvo y exponga menudamente cuanto pasó aquella noche?,dijo: que aquel día se hallaba de guardia en la prevención de su cuartel;que antes de las ocho de la noche se acostó a dormir y a las once lo llamóal alférez Alquisiras y el sargento de guardia y le dieron dos paquetes decartuchos y los pusieron sobre las armas; que, en seguida salió del cuarteluna partida de artilleros y paisanos al mando del comandante Carujo yen seguida sacaron un cañón hasta la puerta, de donde a poco rato losacaron a la calle y detrás salió toda la tropa; que el cañón lo situaron enfrente del cuartel de Vargas y se rompió el fuego; que a un rato vino elcomandante Silva y sacó los de la guardia a planazos para que fueran ahacer fuego, pero que el declarante se escapó, corriendo desde la puertadel cuartel, y se fue por el río para San Victorino hasta la pila nueva, endonde hizo alto con el artillero Gregario Hernández, que también saliócon el declarante del cuartel; que allí se estuvieron pensando venirse apresentar al escuadrón granaderos cuando a este tiempo llegó el generalCórdova y les mandó que 10 siguieran hasta la plazuela de San Victorino,

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en donde los dejó y se fue por la capuchina; que a poco rato llegó elgeneral expresado con una partida de artilleros y reuniéndolos, se fueronhasta la pila nueva, en donde les mandó hacer alto, y a mucho ratodespués los trajo para la plaza, diciéndoles que no tuviesen cuidadoporque viniendo con él no les sucedería nada, y efectivamente los pre-sentó en la plaza al comandante de Vargas, que estaba allí con subatallón; que de allí los llevaron al cuartel de Vargas y los llevaron alcalabozo; y

Preguntado: si en el cuartel de artillería vio esa noche algunos oficialesy paisanos, yen ese caso diga quiénes y qué hablaron, dijo que entraronunos tantos oficiales y paisanos, que compondrían más número que losartilleros, entre los cuales solo conoció al comandante Carujo y alcapitán N. Mendoza, y que aunque estuvieron hablando no les entendiónada porque lo hacían muy paso [sic]; y

Preguntado: si en los días anteriores supo que se trataba de haceralguna revolución y atentar contra su excelencia el Libertador, yen estecaso diga cómo lo sabe y quiénes son, dijo: que ignora la pregunta; y

Preguntado: si supo O entendió que a los soldados de la brigada leshubieran ofrecido en esos días antes algún dinero o premio, y en este casodiga quiénes, dijo que ignora la pregunta, que no tiene más qué añadir yque lo dicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho, en que seafirmó y ratificó, leída que le fue esta su declaración; y por no saberescribir hizo una señal de cruz y lo firma dicho señor y el presenteescribano.



14 DECLARACION DEL SOLDADO DE LA BRIGADADE ARTILLERIA SALVADOR MARTINEZ. Octubre 5.

En la ciudad de Bogotá, a 3 de octubre de 1828, el señor comandanteJosé Arjona pasó, con asistencia de mí el escribano, al cuartel delbatallón Vargas, a efecto de continuar, y habiendo hecho comparecer alsoldado de la segunda compañía de la brigada de artillería SalvadorMartínez y por ante mí el presente escribano, le recibió juramento

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conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decir verdad en lo que supierey le fuere interrogado; y

Preguntado: su nombre edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseSalvador Martínez, de edad de 23 años, natural de la Villa de Leiva, en eldepartamento de Boyacá, católico, apostólico, romano y que es soldadode la segunda compañía de la brigada de artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo: que lo ignora pero quese persuade será por el motín que armaron los jefes de su cuerpo; y

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del próximo pasadoseptiembre, en compañía de quiénes estuvo y exponga menudamentecuanto pasó aquella noche?, dijo: que la noche del 25 del próximo pasadoseptiembre se hallaba preso en el cuartel, estándolo hacía dos meses, yque como a las ocho de la noche fue allí el alférez Alquisiras y mandóformar la compañía, se pasó lista y en seguida la hicieron tomar lasarmas, mandándoles guardar silencio; que en seguida fue dicho Alquisi-ras, trajo cartuchos y municionó la compañía mandándoles que cada unose acostara con el fusil abrazado, como lo verificaron, y se retiró; que a lasonce de la noche volvió allí, hizo levantar la compañía, la sacó al patiointerior y la mandó cargar los fusiles; que en seguida dividió el coman-dante Silva la tropa en partidas y la en que estaba el declarante la sacó elmismo Silva y la llevó a la puerta del cuartel de Vargas, adonde elcentinela les dio el quién vive, y habiendo respuesto [sic] el sargento queera patrulla se abocaron a la puerta, mandándoles un oficial que iba conla partida que entrasen, a cuyo tiempo llegó el sargento Victorino con uncañón, lo situó frente de la puerta del cuartel y mandó a la partida seapartase a un lado y verificado, hizo un tiro con el cañón a la puerta dedicho cuartel; que el sargento que iba con la partida lo fue Vergara yaloficial no lo conoce el declarante; que habiendo rom pido [sic] el fuego losde Vargas, sacó como seis hombres de la partida el comandante Silva,llevándoles a la esquina de dicho cuartel', en donde lo situó dándoles laorden que no dejasen pasar a nadie y se volvió para el cuartel de Vargas;que en esta partida se hallaba el declarante; que a un rato de rompido [sic]el fuego vieron retirarse la artillería y en el momento corrió el declarantecon sus compañeros por la plazuela de San Agustín y tomando la orilladel río arriba, salió a la Peña con Ceferino Rincón, habiéndose dispersa-do los otros en el camino; que en la peña se mantuvieron ocultos entre elmonte hasta las diez del día siguiente, que se fueron por el páramo a salir

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a La Calera y que, al día siguiente, como a las cuatro y media de la tarde,se quedaban en una casa que se halla como a media legua más allá de LaCalera, a mano derecha, en donde permanecieron hasta las doce de lanoche, en que los cogió el alcalde del pueblo de La Calera y los puso en lacárcel; que al día siguiente los remitió presos a esta capital y los entrega-ron en el cuartel de Vargas con sus dos fusiles; y

Preguntado: si en el cuartel de artillería vio la noche del 25 algunosoficiales o paisanos, y en este caso diga quiénes y qué conversacionestuvieron, dijo: que cuando salió en la compañía al patio interior vio allímuchos paisanos y oficiales que no conoce, de los cuales unos salieron ala calle y otros se quedaron allí cuando salió la partida en que iba eldeclarante, y que aunque todos estos conversaban, el declarante no lesentendió nada porque hablaban muy paso [sic]; y

Preguntado: si en los días anteriores se trataba de hacer alguna revo-lución y atentar contra su excelencia el Libertador, y en este caso digacómo lo sabe y por quiénes, dijo que ignora la pregunta; y

Preguntado: si supo o entendió que a la brigada de artillería le hubie-sen ido a cohechar o hacer alguna oferta de dinero o premio, y en estecaso quiénes, dijo que ignora la pregunta, que no tiene más que añadir,que lo dicho es la verdad a cargo del juramento que tiene hecho, en que seafirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración; y por no saberescribir hizo una señal de cruz y la firma dicho señor y el presenteescribano.



15 DECLARACION DEL SOLDADO DE LA SEGUNDACOMPAÑIA DE LA BRIGADA DE ARTILLERIAHIGINIO PRIETO. Octubre 3.

Incontinenti dicho señor hizo comparecer al soldado de la segundacompañía de la brigada de artillería Higinio Prieto, y por ante mí elpresente escribano le recibió juramento conforme a ordenanza, bajo elcual ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere interrogado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseHiginio Prieto, de edad de 18 años, natural de Chocontá, en el departa-

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mento de Cundinamarca, y que es soldado de la segunda compañía de lamedia brigada de artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que lo ignora pero quese persuade que será por la bulla que armó la artillería el día 25 del pró-ximo pasado septiembre; y

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25, en compañía de quiénesestuvo y exponga menudamente cuanto pasó aquella noche?, dijo: quecomo era [sic] reclutado hacía dos semanas no le permitían salir del cuartelni le nombraban servicio porque apenas estaba en la instrucción de giros;que a las ocho de la expresada noche del día 25 entró a la compañía elalférez Alquisiras y mandó componer las piedras de los fusiles; que lacompañía estaba formada con armas; que dicho oficial la municionó conel sargento N. Hernández y luego se les mandó acostarse con su fusilabrazado en el puesto 1 que ocupaban y se retiraron el oficial y sargento;que el declarante, como no lo formaron por ser recluta, se acostó adormir en el momento y cuando lo despertó el fuego, ya no halló a nadieen la compañía y solo sí otros dos reclutas más, llamados Ventura Núñezy José Novoa y el cabo Vásquez, que se hallaba enfermo y lo habíandejado allí para que no los dejara salir; que allí permanecieron todoscuatro hasta las seis de la mañana del día siguiente, que fue una partida deVargas, como a las seis y media y los llevó presos al cuartel de Vargas;que como no salió de la cuadra en aquella noche no puede dar razón denada de lo que pasó; y

Preguntado: si en los días anteriores supo o entendió que se trataba dehacer revolución y quiénes y si a los artilleros les habrían ofrecido algunagratificación o premio por el hecho, dijo que ignora la pregunta entodas sus partes, que no tiene más qué añadir y que lo dicho es la verdada cargo del juramento que tiene hecho, en que se afirmó y ratificó, leídaque le fue esta su declaración; y por no saber escribir hizo una señal decruz y lo firma dicho señor y el presente escribano.

José Arjona. (Hay una cruz).Ante mí,


NOTA

1. Aquí aparece tachado cuerpo y entre renglones puesto.

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16 DECLARACION DEL CABO SEGUNDO DE LA PRIMERACOMPAÑIA DE ARTILLERIA MIGUEL NOGUERA. Octubre 4.

En la ciudad de Bogotá, a 4 de octubre de 1828, el señor comandanteJosé Arjona pasó, con asistencia de mí el escribano, al cuartel de Vargas,a efecto de continuar estas diligencias y habiendo hecho comparecer alcabo segundo de la primera compañía de artillería Miguel Noguera, porante mí el presente escribano, le recibió juramento conforme a ordenan-za, bajo el cual ofreció decir verdad en lo que supiera y fuera interro-gado; y

Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseMiguel Noguera, de edad de 33 años, natural de la parroquia de Gámbi-ta, dependiente de Tunja, católico, apostólico, romano y que es cabosegundo de la primera compañía de artillería; y

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que por lo acaecido lanoche del 25 del próximo pasado septiembre; y

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25, en compañía de quiénesestuvo y exponga menudamente cuanto pasó aquella noche?, dijo: queluego que pasaron lista de seis fue allí el alférez Alquisiras previniendoque estuvieran listos por si su excelencia el Libertador iba a pedirlos; queinmediatamente se formó la compañía y la municionaron, poniendocentinelas para que no salieran de la cuadra y los mandaron a acostar consu fusil; que a las ocho pasaron lista y se volvieron a acostar; que seríanlas nueve y media cuando volvieron y los mandaron levantar y sacaronformados al patio interior, en donde el comandante Silva dividió la genteen tres mitades [sic], mandando la una para fuera, la otra a subir la paredque pasa donde estaba el general Padilla, y dividiendo después la que habíaquedado en dos partes, de las cuales quedó una adentro, en donde habíareclutas, y la otra, en que se hallaba el declarante, salió a la calledirigiéndose al cuartel de Vargas, donde al llegar se supuso, por el sar-gento, ser patrulla; que el sargento lo era José Vergara; que habiéndosetitulado patrulla, entró el sargento a la guardia yen este momento llegó elcapitán Rafael Mendoza dándoles planazos, y arrempujándolos [sic] paraque entraran al cuerpo de guardia, lo que resistieron y no ejecutaron; quelos soldados calaron bayoneta y el declarante se fue para el lado de SantaBárbara y que antes de haber caminado media cuadra se rompió el fuego,a que el declarante no hizo alto y siguió su camino hasta el pueblo de

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Soacha y yendo con el recluta Marcelo Hernández, que alcanzó aldeclarante en el camino, llevando también su fusil y cartuchos; que alllegar a dicho pueblo, los aprehendieron varios indios y llevaron alpueblo en donde el alcalde los puso en la cárcel; que como a las nueve deldía siguiente llegó una partida de granaderos y los trajo a esta capitalpresos; que los cartuchos se los quitaron los indios cuando los cogieron ylo mismo los fusiles, los cuales se los entregaron al alcalde y trajo lapartida de granaderos, pero que los cartuchos ignora si los entregarían; y

Preguntado: si en el cuartel de artillería vio esa noche algunos oficialesy paisanos, y en este caso diga quiénes y qué conversaciones tuvieron,dijo: que allí vio cuando estaban formados en el patio interior al coman-dante Silva, ayudante Teodoro Galindo, al alférez Alquisiras, capitánIgnacio López, comandante Carujo y como ocho o diez paisanos que noconoció y que no oyó conversación alguna; y

Preguntado: si supo o entendió que a la tropa de la brigada de artilleríale hubiesen hecho alguna oferta de dinero o premio, y en este casoquiénes, dijo que ignora la pregunta; y

Preguntado: si supo o entendió que se trataba de hacer revolución yatentar contra su excelencia el Libertador, dijo que ignora la pregunta,que no tiene más que añadir, que lo dicho es la verdad a cargo deljuramento que tiene hecho, en que se afirmó y ratificó leída que le fue estasu declaración; y porque no sabe escribir hizo una señal de cruz, y lofirma dicho señor y el presente escribano.

José Arjona. (Hay una cruz).Ante mí,

Atanasia Vásquez Pose.

CITA EVACUADA QUE HIZO EL PRIMER DECLARANTESARGENTO ANGEL HERNANDEZ AL SOLDADO VARGAS,ASISTENTE DEL CORONEL FERGUSSON. DOMINGO VARGAS.Octubre 4.

En el mismo día, mes y año com pareció ante dicho señor y el presenteescribano el soldado Domingo Vargas, asistente que fue del coronelFergusson y citado por el sargento Angel Hernández en la primeradeclaración, y habiéndole recibido juramento conforme a ordenanza porante mí el presente escribano, bajo el cual ofreció decir verdad en lo quesupiere y fuere preguntado; y

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Preguntado: su nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarseDomingo Vargas, mayor de 25 años, católico, apostólico, romano y quees soldado de la primera compañía del batallón Vargas, y habiéndoleleído la cita que le hace el sargento primero de la primera compañía de labrigada de artillería Angel Hernández, en su declaración que corre aprimera foja vuelta de esta sumaria, dijo que es corriente y verdadera,pues así pasó, y agrega que Hernández le dijo que moría por Dios y elLibertador, en lo que se afirmó y ratificó bajo el juramento hecho; y porno saber escribir hizo una señal de cruz y lo firma dicho señor y elpresente 1 escribano.

Atanasia Vásquez Posse.Ante mí,

José Arjona. (Hay una cruz).

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CAUSA CONTRA LOS ARTILLEROS

PLAZA DE BOGOTA. AÑO DE 1828.Declaraciones tomadas a los artilleros aprehendidos y presentados

a consecuencia del suceso del 25 por la tarde.Jueces que han actuado en ellas:El señor auditor doctor Tomás Barriga.Primer comandante José Arce.

Concluida.

JURAMENTO DEL ESCRIBANO. Octubre lº.

José Arce, primer comandante y nombrado juez fiscal para estasumaria información, certifico que debiendo nombrar escribano confor-me a ordenanza, he venido a hacerlo en el sargento primero del regi-miento de milicias, José María Aranza, a quien se le recibió juramentoconforme a ordenanza, quien ofreció desempeñar legalmente este encar-go y guardar sigilo, y para que así conste por diligencia firma con el juezfiscal.

José Arce. José María Aranza.

DECLARACION DEL SARGENTO PRIMEROMERCEDES VERGARA. SE AMPLIO A FOJAS 13. Octubre 1º.

Inmediatamente compareció el sargento primero aspirante de labrigada de artillería Mercedes Vergara, que se halla preso desde el 25 delpresente mes en el cuartel de Vargas, a quien se le recibió juramento con-forme a ordenanza, quien ofreció decir verdad en lo que se le interrogase, ysiéndolo por su nombre, edad y empleo, dijo llamarse como quedareferido, que es sargento primero aspirante de la segunda compañía, de22 años de edad.

Preguntado: diga en qué se ocupó la noche del 25 del corriente, dijoque se hallaba franco y vino a su cuartel a las ocho y le reconvino elsubteniente Casimiro Alquisiras por qué no había venido a pasarlista de seis, riñéndole por esto. Inmediatamente pasó a su cuadra y se

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acostó con el sargento Angel Hernández; que como a las doce de lanoche se llegó el dicho oficial Alquisiras y comenzó a despertar lacompañía a puntapié, en voz baja, diciéndoles: arriba muchachos, aformar al otro patio, y que habiendo salido al otro patio allí comenzaronlos señores comandante Carujo y Silva y el subteniente Casimiro Alquisi-ras a repartir a la gente en trozos, saliendo el primero con el comandanteCarujo y el sargento Angel Hernández con 16 a 20 hombres, municiona-dos a dos paquetes; ignora dónde se erigía dicha partida; que en lasegunda salió el declarante y la comandaba el comandante Silva y elteniente Hinestrosa, Alquisiras y otros con divisas de oficiales, armadoscon pistolas y trabucos; que se dirigieron inmediamente para el cuartel deVargas cargando antes las armas, cuyas municiones las repartió en sucompañía el alférez Alquisiras; que dirigiéndose para el cuartel de Vargasluego que el centinela le diera el quién vive le respondiera: patrulla, y quese le avance en caso de no dejar entrar el pelotón armado; que eldeclarante cumplió diciéndole al centinela dejase entrar la patrulla, queera orden del jefe del estado mayor y del gobierno, y que luego queestuviesen dentro de la prevención tomasen las armas; que allí se hizoresistencia porque oyó machetazos en el cuarto de banderas.

Preguntado: ¿Diga qué oficial fue destinado para tomar el cuartel endonde está preso el general Padilla?,. dijo: que en el tercer trozo saliócomandado por el capitán Emigdio Briceño, el sargento Elías Romero,según se lo ha referido el mismo sargento; que este podrá declarar elnúmero de tropa y clase de individuos. Por lo que se suspendió estadeclaración, quedando abierta para el caso necesario, y la firmó con eljuez fiscal y el presente escribano.

José Arce, Mercedes Vergara.Ante mí,

José María Aranza.

DECLARACION DEL SOLDADO MANUEL SOTO. Octubre lº.

Seguidamente se hizo sacar del calabozo al soldado Manuel Soto, aquien se le recibió juramento conforme a ordenanza, quien ofreció decirverdad en lo que se le preguntase, y siéndolo: diga en qué partida o trozode tropa salió el 25 por la noche, a dónde se dirigieron, qué órdenes le

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dieron, qué jefes concurrieron u oficiales antes de la salida del cuartel,expresando todo con verdad, dijo: que en la noche del 25 estando ensu cuartel les mandó el alférez Alquisiras saliesen al patio interior y queallí se mantuvieran, lo que verificaron; y que ya había puesto como unmostrador o tarima y un taburete; que a cosa de las 11:30 de la nochevio que subieron el capitán Briceño y el ayudante Teodoro Galin-do; que estos pasaron al cuartel del general Padilla y que el declarante sequedó encima de la pared y luego que oyó tiros de fusil se volvió a sucompañía y allí permaneció hasta el día siguiente, que fue conducido alcuartel de Vargas por una escolta del mismo; que los jefes que allíconcurrieron fueron su comandante Silva, el comandante Carujo, elcapitán Briceño y el ayudante Galindo; que ni antes ni en el acto de estesuceso le dijeron cosa alguna ni a qué se dirigía esta maniobra.

Preguntado: diga si supo les ofreciesen algún premio a los soldadosque entrasen en esta operación del 25, dijo que nada se les ofreció, ni lollegó a entender el declarante. Que es cuanto sabe y puede declarar enfuerza del juramento que ha hecho, por lo que se cubrió esta declaración,en la que se afirmó y ratificó; y por no saber firmar hizo una señal de cruzcon el juez fiscal y el presente escribano.

José Arce. (Hay una cruz).Ante mí,


DECLARACION DEL SOLDADO MIGUEL MELO.Octubre lº.

Seguidamente compareció el soldado Miguel Mela, uno de los sol-dados que fueron al cuartel donde se hallaba el general Padilla, segúnconsta de la lista dada por el sargento Elías Romero; y

Preguntado: ¿Diga en qué términos precedió la pasada al cuartel dedicho general Padilla, qué jefes y oficiales concurrieron a esto, explican-do todo lo que haya precedido y las órdenes que precedieron anterior-mente, por qué jefe fueron comunicadas y en qué términos se dio elasalto?, dijo: que el 25 por la noche llegó a su cuartel, por ser rebajado, alas ocho, y que porque no pasaba lista pronto le comenzó a dar palo elalférez Alquisiras; inmediatamente fue armado y municionado por susargento Victorino Maldonado y sacaron a las dos compañías al patio

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interior, mandándoles cargar los fusiles y que el comandante Silvacomenzó a sacar la gente por trozos a distintos oficiales para que lacomandasen; que el declarante se quedó firme con el capitán Briceño, elteniente Cayetano Galindo y su hermano Teodoro y mandaron quesubiese la tropa por la pared para pasar al cuartel del general Padilla, loque verificaron a las once y media de la noche por una tarima y untaburete, y que estando dentro salió un granadero de la guardia de dichogeneral con una luz y que habiendo oído un tiro se volvió por el mismositio a su cuartel y que de allí se largaron por las tapias a la gallera con dosgranaderos de la guardia y que inmediatamente se volvieron a su cuartelpor la calle, donde permaneció hasta el día siguiente, de donde fueconducido por una escolta de Vargas; que solo oyó decir a su comandan-te Silva esa misma noche que se diesen prisa que; era orden del Liberta-dor para sacar al general Padilla y llevarlo a la plaza; que anteriormenteno supo ni entendió qué órdenes se dieron en el cuerpo por ser rebajado yasistir solo a la noche, por 10 que se concluyó esta declaración; la queleída que le fue se afirmó y ratificó; y por no saber firmar hizo un signo decruz con el juez fiscal y el presente escribano.

José Arce. (Hay una cruz).

DECLARACION DE JULIAN MENDOZA. Octubre 1º.

Seguidamente se hizo sacar del calabozo a Julián Mendoza, a quien sele recibió juramento conforme a ordenanza, quien ofreció decir verdaden lo que se le interrogase; y

Preguntado: su nombre, edad, empleo, dijo llamarse como quedareferido, de edad de 25 años, soldado de la brigada de artillería.

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del presente en el suceso deesta capital, dijo que se hallaba arrestado en el calabozo de su cuartelhacía ocho días por faltar a dos listas; que a cosa de las nueve de la nochelo sacó el cabo del calabozo, Germán Moreno y lo mandó ir a la compa-ñía, en donde le dieron fornitura y lo municionó el alférez Alquisirascon dos paquetes; que, como pasadas las diez, les mandó el comandanteSilva saliesen con él y se dirigieron para el cuartel de Vargas, y que aldeclarante con otros cinco soldados los mandó a la orilla del río para quehicieran bulto, con orden de que si salían de Vargas hiciesen fuego, lo queno verificaron, y se escapó el declarante por el río abajo saliendo a la calle

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de San Juan de Dios, donde se mantuvo el declarante en un portón ycomo a las seis de la mañana se dirigió para el cuartel de milicias, que loaprehendieron los milicianos y lo llevaron al cuartel de Vargas.

Preguntado: ¿Diga qué jefes y oficiales conoció en el cuartel?, dijo: que sucomandante y los subtenientes Alquisiras y Teodoro Galindo y otrosmuchos que conoció con sombreros elásticos y capones y muchos conesclavinas divisadas; que no supo de órdenes ningunas, ni menos leshicieron ofertas algunas, por lo que se concluyó esta diligencia, leídaque le fue se afirmó y ratificó; y por no saber firmar hizo una cruz y lofirma el señor juez fiscal y el presente escribano, de que doy fe.



Preguntado: nuevamente a quién le entregó las municiones y fusil quellevaba, dijo que los paquetes los entregó al oficial que estaba de guardiaen el cuartel de milicias el 26 del presente, y que el fusil se lo entregó alcomandante de la patrulla que lo prendió, y firma el señor juez con elpresente escribano.

DECLARACION DEL SOLDADO JERONIMO RINCON [Sic].Octubre IQ.

Seguidamente se sacó del calabozo al soldado de la brigada deartillería Ceferino Rincón, a quien se le recibió juramento conforme aordenanza, quien ofreció decir verdad en lo que se le preguntase ysiéndolo por su nombre, edad, dijo llamarse como queda referido y que essoldado de la segunda compañía de la brigada de artillería, de edad demás de 25 años.

Preguntado: ¿Diga si sabe por qué se halla preso, desde qué día, cuálla causa y por qué jefe", dijo: que se halla preso por el suceso del 25 en lanoche, que lo aprehendieron en Choachí el alcalde de La Calera con sufornitura y fusil; que la causa fue por haber salido el 25 por la noche aatacar el cuartel de Vargas por el teniente Juan Hinestrosa; que el modofue el siguiente: que a las 11 de la noche los hicieron formar en sucuartel y los municionó el sargento de su compañía Angel Hernández;

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que dirigidos al cuartel de Vargas se calasen bayoneta e hiciesen fuego sisalía la guardia; y que dicho oficial con algunos otros de los soldados,logró entrar a la prevención de Vargas y que el declarante se escapó con elsoldado Salvador Martínez y siguieron toda la noche por el río arriba deSan Agustín, tomando el camino de La Calera a la madrugada; que en eltránsito vendió a un paisano de un rancho un paquete de cartuchos y queel resto, que iba suelto, los vendió a distintas personas.

Preguntado: ¿Diga si antes de este acontecimiento se les manifestó se-rían premiados o si en el acto de salir del cuartel les dieron algún dinero?,dijo: que no les ofrecieron premio ninguno, ni les dieron dinero y que soloun trago de aguardiente por el alférez Alquisiras; que el declarante ignorael suceso dentro de la prevención de Vargas, pues habiendo comenzá-doles a hacer fuego se retiró con Martínez, como lo tiene dicho; por lo quese concluyó esta diligencia, leída que le fue se afirmó y ratificó; y por nosaber firmar hizo una cruz y firma el señor juez fiscal con el presenteescribano.



DECLARACION DEL CABO PRIMERO DE LA BRIGADADE ARTILLERIA NEPOMUCENO CHANA. Octubre lº.

En la plaza de Bogotá, a 1º de octubre de 1828, se hizo sacar delcalabozo al cabo primero de la brigada de artillería Nepomuceno Chana,a quien se le recibió juramento conforme a ordenanza, quien ofreció decirverdad en lo que se le preguntase; y

Preguntado: su nombre, edad y empleo, dijo que es cabo primero de lasegunda compañía, de edad de 20 años, casado.

Preguntado: ¿Diga en qué se ocupó la noche del 25 del mes pasadocuando se hizo la conmoción contra la persona del excelentísimo señorLibertador?, dijo: que esa noche estaba de cabo de sala del hospital y queno sabe lo que pasó, pues a cosa de las 12 de la noche el señor oficial deguardia, teniente Vargas, entró a la sala y dijo que todos los enfermosque se pudieran vestir lo ejecutasen, y así se verificó; por lo que al díasiguiente a las diez los bajaron a todos los artilleros que había enfermos ylos remitieron al cuartel de Vargas en unión de Nazario Sánchez, sirvien-

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te de sala, por lo que se concluyó esta declaración, mandando su excelen-cia el señor comandante general ser puesto en libertad en atención que ensu presencia comprobó la verdad de su declaración con el oficial ManuelVargas.



DECLARACION DEL SOLDADO NAZARIO SANCHEZ.Octubre lº.

Seguidamente se comprobó la identidad de Nazario Sánchez, citadoen la anterior declaración y puesto de manifiesto al teniente ManuelVargas, dijo ser el mismo asistente de sala que remitió y se ha citado en laanterior declaración, por 10 que se concluyó esta diligencia, poniéndoloen libertad de orden de su excelencia el señor comandante general.

José Arce.Ante mí,


DECLARACION DEL SOLDADO INVALIDOJACINTO VANEGAS. Octubre lº

Seguidamente se hizo sacar del calabozo al soldado inválido JacintoVanegas, asistente del capitán Rafael Mendoza, a quien se le recibió jura-mento conforme a ordenanza, y quien ofreció decir verdad en todo 10que se le preguntase; y siéndolo por su nombre, edad y empleo, dijollamarse como queda referido, que es soldado del cuadro de inválidos deesta capital, de edad de 25 años.

Preguntado: ¿Diga si sabe por qué se halla arrestado y desde qué día?,dijo: que desde el día 25 del pasado lo condujeron unos granaderosmontados frente a la portería de San Francisco, como antes de las 11 dela noche; que la causa fue porque habiendo oído tiros su señora Pachita ledijo al declarante que se levantase, que fuera hasta el puente de SanFrancisco; que allí en compañía de Isidro Gómez, que habiendo llegado ala portería de San Francisco los aprehendieron unos granaderos monta-

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dos y los condujeron a dicho cuartel, donde permaneció tres días, y des-pués los condujeron al cuartel de Vargas, donde se halla hasta el día.

Preguntado: ¿Diga si su capitán Mendoza le previno estuviese listo paraaquella noche en el asalto que se dio a la casa del excelentísimo señorLibertador y cuartel de Vargas?, dijo: que no le previno cosa alguna sobreesta materia.

Preguntado: ¿Diga si antes del suceso del 25 por la noche su capitántenía algunas conversaciones sobre revolución, o si se reunían algunasgentes en su casa, y si penetró alguna conversación sobre planes deasaltar?, dijo: que no le consta nada de lo que se le pregunta.

Preguntado: ¿Diga si presume o sabe dónde puede estar escondido elcapitán Mendoza?, dijo: que no puede saber por haber estado encerradotodo este tiempo, por lo que se concluyó esta declaración, la que leída quele fue se afirmó y ratificó; y por no saber firmar lo hizo con una señal decruz con el juez fiscal y el presente escribano.



DECLARACION DEL SOLDADO MIGUEL LACUEST A.Octubre 1º.

Inmediatamente se sacó del calabozo al soldado Miguel Lacuesta, aquien se le recibió juramento conforme a ordenanza, quien ofreció decirverdad en lo que se le interrogase; y

Preguntado: su nombre, edad y empleo, dijo llamarse como quedaexpuesto, que es soldado de la brigada de artillería, de edad de 22 años.

Preguntado: ¿Diga en qué se ocupó la noche del 25 cuando el asalto alpalacio de su excelencia?, dijo: que habiendo salido de su cuartel pororden de su comandante Silva con el comandante Carujo, a quiense los entregó dicho Silva, como a las 11:30 de la noche, este jefe sedirigió por la calle del Chocho a salir a la de la Carrera y después vinieron ala esquina del palacio del señor Libertador, donde dejaron centinela enlas bocacalles de dicha manzana; que el capitán Ignacio López se abocóal palacio con un trozo de paisanos armados; que el declarante semantuvo de centinela abajo del coliseo y que, habiendo oído unos tiros,

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se reunió al piquete que estaba en la esquina opuesta y de allí los condujoel dicho Carujo hasta la pila de abajo de San Victorino, en donde se lesmandó formar, por el señor general Córdova, en ala hasta saber quécosa era, saber dicha alarma, en cuyo momento pasaba un paisano aquien le previno dicho general Córdova llamase al comandante Castro ole mandase un oficial; que habiendo llegado otro paisano se informó delsuceso, previniendo a la tropa siguiese a la plaza, en donde estaba ya elbatallón Vargas, lo que se verificó inmediatamente.

Preguntado: ¿Diga cuántos paquetes sacó de su cuartel y cuántos con-servó?, dijo: que sacó dos paquetes y solo se gastó el que conservaba en sufusil; que estos se los quitaron 1 en la plaza los soldados del batallónVargas, con sus cartucheras.

Preguntado: ¿Diga si antes de esta operación se les ofreció algún premioo gratificación?, dijo: que no, por lo que se concluyó esta declaración, laque leída que le fue se afirmó y ratificó; y por no saber firmar hizo unsigno de cruz con el juez fiscal y el presente escribano.



NOTA

1. Quitaron va entre renglones.

DECLARACION DEL SOLDADO DOMINGO SALADO.Octubre Iº.

Seguidamente se le recibió juramento, conforme a ordenanza, alsoldado Domingo Salado de la brigada de artillería; quien ofreció decirverdad en lo que se le interrogase; y

Preguntado: su nombre, edad y empleo, dijo llamarse como quedaexpuesto, que es soldado de la primera compañía de artillería, de edad de24 años.

Preguntado: ¿Diga en qué se ocupó la noche del 25 cuando se asaltó elpalacio de su excelencia?, dijo: que él se hallaba en su cuartel, salido delhospital ese mismo día; que a las 11 de la noche vio salir todo su cuerpoarmado y municionado por los jefes y oficiales y que como el declarante

1396 Conjurados, 1. 1

estaba convaleciente no lo sacaron y se quedó en su cuartel oyendo lostiros de la calle, por cuya novedad tuvo a bien presentarse esa mismanoche al señor comandante general con su fusil, cartuchera y dos paque-tes, como lo podrá aclarar este jefe; que esto sería como la medianoche,por lo que fue concluida esta declaración, la que leída que le fue se afirmóy ratificó; y por no saber firmar hizo una señal de cruz con el juez fiscal yel presente escribano.



NOTA

1. Quitaron va entre renglones.

DECLARACION DEL SOLDADO ANTONIO QUIROGA.Octubre lº.

Inmediatamente salió del calabozo Antonio Quiroga, a quien se lerecibió juramento conforme a ordenanza, quien prometió decir verdaden todo lo que se le interrogase.

Preguntado: su nombre, edad y empleo, dijo llamarse como quedareferido, que es soldado de la primera compañía de la brigada de artille-ría, de edad de 26 años.

Preguntado: ¿Diga en qué se ocupó la noche del 24 [sic] del pasadocuando se dio el asalto del excelentísimo señor Libertador?, dijo: que esanoche estaba de guardia de prevención e hizo su centinela en el descansode la escalera y le tocó de siete a nueve; que después de relevado fue elsargento González y le dio un paquete, haciéndole cargar el fusil y quefue y se acostó en el cuerpo de guardia; que a las diez y media lo llamó elsargento González; que habiendo arrimado las armas se acostó en elmismo cuerpo de guardia y que habiendo cosa de las 11 de la nochetiros se despertó y se fue para el común, donde permaneció hasta por lamañana, en que lo llevaron al cuartel de Vargas con nueve cartuchos; quees lo que ha precedido y puede declarar.

Preguntado: ¿Diga qué jefes vio entrar esa noche al cuartel y qué órde-nes se dieron antes de este suceso?, dijo: que lo único que oyó a los oficia-les Alquisiras y Teodoro Galindo fueron que estuviesen listos los soldados,

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que los godos venían por Fontibón; que esto [es] lo que sabe y puede de-clarar en fuerza del juramento, con lo que se concluyó esta declaración, laque leída que le fue se afirmó y ratificó; y por no saber firmar lo hizo conun signo de cruz y el señor juez fiscal y el presente escribano.



DECLARACION DEL SOLDADO MARIANO BONILLA. Octubre lº.

Seguidamente se hizo sacar del calabozo al soldado Mariano Bonilla,a quien se le recibió juramento conforme a ordenanza, quien ofreció decirverdad en lo que se le interrogase, y siéndolo por su nombre, edad yempleo, dijo llamarse como queda dicho; que es soldado de la segundacompañía de la brigada de artillería, de edad de 25 años.

Preguntado: ¿Diga en qué se ocupó la noche del 25 en la noche delpasado [sic]?, dijo: que hacía tres días que faltaba a su cuartel y se hallabatrabajando en casa del señor secretario de relaciones Manuel Restrepo;que él no supo de nada y que comprobará su dicho con el mismo maestropintor Melchor Valenzuela y que se vea el parte que exista de su cuerpo defaltar desde el 22 a su cuartel.

Preguntado: ¿Diga si antes de todo este suceso se les anunció algunacosa para comprometerlos, ofreciéndoles algún premio, y en este casomanifieste por qué jefe u oficial se les anunció", dijo: que ignora elcontenido de la pregunta, por lo que se concluyó esta declaración, la queleída que le fue se afirmó, ratificó y la firmó con el señor juez fiscal yelpresente escribano.

José Arce, Mariano Bonilla.Ante mí,


DECLARACION DEL SOLDADO JOSE MARIA TRUJILLO.Octubre lº.

Seguidamente se sacó del calabozo al soldado José María Trujillo, aquien se le recibió juramento conforme a ordenanza, y ofreció decirverdad en lo que se le interrogase.

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Preguntado: su nombre, edad y empleo, dijo ser como queda dicho,que es soldado de la primera compañía, de edad de más de 25 años.

Preguntado: ¿Diga en qué se ocupó la noche del 25 del pasado?, dijo: queestaba franco en su cuartel y que a las nueve de la noche fue el sargento desu compañía Victorino Maldonado y le llamó haciéndose se pusiese enformación toda la compañía, se pasó revista de armas y se les mandócargar los fusiles; y los hicieron bajar al patio interior del cuartel, previ-niéndoles que estuviesen listos para segunda orden; que como a las 11:30de la noche les mandó su comandante Silva que saliesen a lasórdenes del capitán López y el comandante Carujo; que habiéndoloverificado, se dirigieron por la calle del Chocho a salir a la esquina de SanCarlos y que allí pusieron al declarante de centinela, con orden de quediese el quién vive a todo el que pasara y en caso de no responder, lehiciesen fuego, lo que no verificó por no haber llegado caso; que luegoque oyó bulla en el palacio de su excelencia se largó por la calle de lamoneda y se encontró con un paisano, quien le aconsejó que para no serperdido fuera a presentarse a casa de una señora parienta del señorcomandante general París, cerca de la cajita del agua, lo que así verificó,y que al día siguiente el hermano del señor comandante general, El Cojo,lo presentó a este jefe el viernes 26 del mismo mes, a las tres de la tarde,entregando su fusil y dos paquetes; que cuando se les hizo salir se les dijoque era orden del gobierno; que es cuanto puede declarar en fuerza deljuramento que tiene hecho, la que leída que le fue se afirmó y ratificó; ypor no saber firmar lo hizo con un signo de cruz y el señor juez fiscal yelpresente escribano.



DECLARACION DEL CABO GERMAN MORENO. Octubre lº.

En el mismo día, mes y año se hizo sacar del calabozo al cabosegundo Germán Moreno, a quien se le recibió juramento conforme aordenanza, quien ofreció decir verdad en lo que se le interrogase; y

Preguntado: su nombre, edad y empleo, dijo llamarse como quedaexpuesto, que es cabo segundo de la segunda compañía de artillería, deedad de 25 años.

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Preguntado: ¿Diga en qué se ocupó la noche del 25 del pasado cuando elasalto que se dio a la casa de su excelencia el Libertador?, dijo: que sehallaba de guardia de prevención y que, como a las diez de la noche entróel comandante Silva y el alférez Alquisiras y les mandaron a los de laguardia que cargasen las armas, que a poco tiempo sacó el sargentoVictorino con los soldados el cañón y lo apuntaron para el cuartel deVargas y mandaron a los de guardia que hiciesen fuego en la calle, luegohabían disparado el cañón y que el declarante hizo un tiro al aire porqueun comandante les daba de planazos si no lo hacían; y que habiéndosesalido la tropa del cuartel de Vargas, fugaron por la calle de Santa Clara ysalieron a la huerta de Jaime, y que al día siguiente los aprehendieronunos paisanos y condujeron al cuartel de Vargas.

Preguntado: ¿Diga si entre los paisanos que entraron al cuartel conocióa algunos?, dijo: que no.

Preguntado: ¿Diga a quién le entregó el fusil y cartuchera cuando fueaprehendido?, dijo: que el fusil lo dejó esa misma noche botado y tapadocon rama abajo de la huerta de Jaime con la cartuchera y paquetes, porlo que se concluyó esta declaración; y por no saber escribir hizo una señalde cruz y lo firmó dicho señor y el presente escribano.



DECLARACION DEL CABO SEGUNDOPASTOR HERNANDEZ. Octubre lQ.

Seguidamente se hizo sacar del calabozo al cabo segundo PastorHernández, de la segunda compañía de artillería, a quien se le recibiójuramento conforme a ordenanza, quien ofreció decir verdad en todo loque se le interrogase; y

Preguntado: su nombre, edad y empleo, dijo llamarse como quedaexpuesto, que es cabo segundo de la segunda compañía de la brigada deartillería, de edad de 22 años.

Preguntado: ¿Diga en qué se ocupó la noche del 25 del pasado cuando elmotín?, dijo: que se hallaba franco en su compañía y que, pasada la lista deseis, el sargento Hernández les hizo revisar los fusiles y piedras y que lesuntasen aceite a los rastrillos; que a las ocho se les previno tomasen las

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armas dándoles a dos paquetes a cada uno y que tuviesen el fusil abraza-do como si fuera su moza, que era orden del Libertador para tener lista laartillería para sujetar a los de Vargas y granaderos, que se queríanlevantar; que pasadas las diez de la noche fue el comandante y los hizoformar, dividiéndolos en trozos; que al declarante le tocó con un capitánchiquito y el sargento Vergara; que habiendo salido se dirigieron alcuartel de Vargas en clase de patrulla y que habiéndoles dado el quiénvive el centinela, respondió el capitán: patrulla, y se avanzó y le quitó labayoneta, entrándose la mitad de la gente al cuartel de Vargas; que eneste momento se avanzó el comandante Silva, echándoles planazos, y lesprevino que se plantasen al frente de las ventanas del cuartel de Vargas; yen caso de que les hiciesen fuego, lo respondiesen, lo que no verificó;que en el momento que oyó el tiro de cañón en que se desengañó de lasmentiras que les habían metido de ser orden del gobierno, se escapó portoda la orilla del río de San Agustín arriba con otros seis compañeros ytomaron para la Peña, y que al día siguiente, cuando se venían a presen-tar, los aprehendieron unos milicianos al cuartel de Vargas, entregandoellos los fusiles y paquetes enteros.

Preguntado: ¿Diga qué jefes u oficiales concurrieron al cuartel en dichanoche antes del motín?, dijo: que el comandante Carujo, el capitán Brice-ño, el comandante Silva, el capitán López, el ayudante Galindo y suhermano y el capitán Mendoza, por lo que se concluyó esta diligencia, laque leída que le fue se afirmó y ratificó; y por no saber firmar lo hizo conun signo de cruz.



DECLARACION DEL SOLDADO ESTEBAN HERNANDEZ.Octubre 1º.

Inmediatamente se le recibió juramento al soldado que se acaba depresentar, Esteban Hernández, bajo cuyo cargo ofreció decir verdad enlo que supiere y le fuere preguntado, y siéndolo por su nombre, edad y sisabe la causa de su prisión, dijo llamarse como queda dicho, de edad demás de 25 años, y que seguramente la causa de su prisión es el aconteci-miento del 25 del pasado septiembre.

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Preguntado: si no fue de los que salió haciendo fuego y refiera losanteriores acontecimientos, dijo: que ni ha hecho fuego ni salió sino hastala puerta y de allí volvió para dentro, se subió al tejado y saltó a salir a lacalle de la gallera y marchó a esconderse más allá de San Diego, dondetiene el fusil escondido con la carga y los paquetes; sin faltarles un solocartucho los entregó al ayudante de milicias Manuel Lugo anoche cuan-do se presentó voluntariamente, y que el acontecimiento ha tenido suorigen en la forma siguiente: que a las seis de la noche del 25, después depasar lista, les hicieron limpiar los fusiles y poner las piedras; que asípermanecieron hasta las ocho de la noche, los municionaron a dospaquetes por soldado y les hicieron cargar con prontitud, como que elcomandante Silva tomaba fusiles para cargar y al efecto los cargaba; queles previnieron estuviese listos hasta nueva orden, que viniese el Liber-tador o los mandase llevar; que a eso de las 11 o 12 de la noche loslevantaron a puntapiés y los hicieron formar los oficiales Alquisiras, elcomandante Silva, el capitán Briceño y otros muchos que no conoció, yque habiendo distribuido la tropa en tres pelotones fueron saliendo,quedándose el exponente en el último, a cuyo tiempo se marchó en lostérminos que lleva expuesto.

Preguntado: si de los paisanos que entraron al cuartel conoció alguno,dijo: que absolutamente no conoció ninguno, y leída que le fue esta sudeclaración dijo se afirmaba y ratificaba en ella; y por no saber escribir nofirmó y lo firmó dicho señor y el presente escribano.



DECLARACION DEL CABO PRIMEROMARTIN TORRES. Octubre }º.

En la ciudad de Bogotá, a 1º de octubre de 1828, el auditor de guerradoctor Tomás Barriga, en prosecución de las diligencias que se estánpracticando, relativas a la averiguación del crimen que en motín estalló el25 del pasado, hizo comparecer al cabo primero de artillería de la primeracompañía Martín Torres, a quien le recibió juramento por Dios NuestroSeñor y una señal de cruz, bajo el cual ofreció decir verdad en lo que su-

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piese y fuese preguntado, y siéndolo por su nombre, edad y si sabe la cau-sa de su prisión, dijo llamarse como queda dicho, de edad de 46 años yque ignora la causa de su prisión y responde.

Preguntado: ¿Cómo no ha de saber la causa de su prisión cuando fueuno de los que salió de su cuartel municionado completamente y atacó?,dijo: que él fue el que salió en el último trozo a las órdenes del subtenienteAlquisiras; que cuando salió ya estaba el cañón puesto frente al cuartel deVargas y a ese tiempo el exponente se marchó solo al cuartel de miliciassin haber hecho un solo tiro, como lo puede decir el mayor Zabala, aquien le entregó el fusil cargado con cartuchos en prueba de que nohizo fuego; en el momento dicho mayor lo puso en el calabozo de miliciasy no supo más hasta por la mañana, a eso de las cuatro, que lo agregarona otros de la guardia del parque.

Preguntado: si tuvo noticia antes de esta conspiración quiénes fueronlos conspiradores, dijo que no supo quiénes fueron conspiradores ni nadaantes de lo sucedido.

Preguntado: ¿Qué oficiales se hallaron al tiempo de la salida y qué otraspersonas conoció?, dijo: que a las seis pasaron lista sin novedad; que a lasocho los municionaron el comandante Silva, el alférez Alquisiras y elayudante Galindo, les previnieron permaneciesen en quietud con centi-nela para que no los dejasen salir hasta que mandase por la gente elLibertador, pues esa era la orden; que en ese estado permanecieron hastalas 12 que llegaron los oficiales comandante Silva, capitán Briceño,capitán Rafael Mendoza, el ayudante Galindo y su hermano y los hicie-ron salir por trozos, tocándole a él salir de último, como lo tiene dicho alprincipio; que no conoció ningún paisano porque iban disfrazados ycada rato entraban y salían.Y leída que fue esta su declaración dijo seratificaba en ella, que no tiene qué añadir ni quitar y firma con el auditorpor ante mí el presente escribano.

Tomás Barriga y Brito.Martín Torres. José María Morales.

En la ciudad de Bogotá, a 2 de octubre de 18281

NOTA

1. Así está en el original.

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AMPLIACION DE LA DECLARACION DEL SARGENTOMERCEDES VERGARA. Octubre 4.

En la plaza de Bogotá, a 4 de octubre de 1828, pidió el sargentoprimero aspirante Mercedes Vergara ampliar su declaración instructiva yexpresó que, bajo la misma gravedad del juramento que ha prestado, diceque aunque se le dio orden que calase bayoneta y en caso necesario quematase al centinela, no lo verificó; que su salida para esta operación fueporque a las ocho de la noche estuvo en el cuartel el jefe del estado mayor,el comandante Carujo, Cayetano Galindo y que su comandante Silva lesexpuso que era orden superior y que el declarante, luego que advirtió seruna traición, entregó sus dos paquetes al subteniente Manuel Rocafuertey se incorporó con la partida de Vargas y les hizo fuego a los artilleros,como lo podrá declarar dicho oficial, por lo que se concluyó esta amplia-ción, la que leída que le fue se afirmó y ratificó y firmó con el señor juezfiscal y el presente escribano.

José Arce, Mercedes Vergara.Ante mí,


DECLARACION DEL SUBTENIENTEMANUEL ROCAFUERTE. Octubre 4.

Seguidamente se hizo comparecer al subteniente Manuel Rocafuerte,a efecto de evacuar la cita hecha por el sargento, y previo el juramento deordenanza prometió, bajo su palabra de honor decir verdad, y habiéndo-sele leído la cita hecha por el sargento Vergara, dijo que es ciertohabérsele presentado el sargento Vergara, como lo ha referido, en lo máscrítico del motín y que le presentó el fusil y los dos paquetes, incorporán-dose en la tropa de Vargas que mandaba el exponente, que efectivamen-te incorporado les hizo fuego a los del motín, pero que el declarante auncontemplándolo adicto a sostener el orden con la tropa de Vargas, lomandó como detenido a su cuartel de Vargas, por lo que se concluyó estadiligencia, la que firma con el señor juez fiscal y el presente escribano.

José Arce, Manuel Rocafuerte.Ante mí,


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DECLARACION DEL SARGENTO LORENZO RUEDA.Octubre 4.

Seguidamente se hizo comparecer al sargento que se hallaba deguardia la noche del 25 en la prevención de Vargas, a efecto de aclarar laverdad sobre el sargento Mercedes Vergara, y previo el juramento deordenanza se le preguntó dijese qué conducta observó dicho sargentoVergara cuando se presentó con la patrulla en el cuartel de Vargas lanoche del 25 del pasado, dijo: que dicho sargento Vergara se presentó ensu cuartel, haciendo de comandante de la patrulla y que después dehaberle dado el centinela el quién vive, que respondió: patrulla. Recono-cido que fue por patrulla se abocaron a la puerta de su cuartel calandobayoneta; que dicho sargento Vergara se la caló al declarante, despuésde haberle instado dejase entrar la patrulla y que en este momento lesdispararon el cañón con metralla, el que estaba abocado a la puerta deVargas, pasando la metralla por el declarante y Vergara, en cuyo instantese sorprendió Vergara diciéndole al declarante: compañero: ¿qué seráesto?, por lo que lo introdujo al cuerpo de guardia sin que hiciese elmenor movimiento; que esto lo que ha precedido en fuerza del juramen-to, la que leída que le fue se afirmó, ratificó y la firmó con el juez fiscal yel presente escribano.

José Arce, Lorenzo Rueda.Ante mí,


DECLARACION DEL SARGENTO ELlAS ROMERO.Octubre 5.

En la plaza de Bogotá, a 5 de octubre de 1828, se hizo comparecer alsargento segundo Elías Romero, a efecto de que aclarase dos puntos quedeben purificarse y son de toda entidad; para lo cual se le recibiójuramento conforme a ordenanza, bajo cuya gravedad ofreció decirverdad.

Preguntado: ¿Diga cómo expuso en su declaración que se les dijo serorden del gobierno el ponerse sobre las armas la referida noche del 25 yque debían sacar al general Padilla, porque viendo que era un preso quese custodiaba con vigilancia se trataba de sacarlo por tapias y no por lapuerta, como era regular, y se prestó a esta torpe acción?, dijo: que sus jefes

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con sable en mano y pistolas sostenían el hecho, infundiéndoles el mayorterror y que aunque reflexionó y palpó la torpeza del hecho, no le quedólibertad para obrar sin ser sacrificado y sí lo verificó cuando ya losoficiales se acobardaron aprovechando el momento de largarse por lastapias con Bautista Pregonero, Nicolás Rodríguez, Miguel Melo.

Preguntado: ¿Diga qué jefes los aterrorizaron con pistola y sable?, dijo:que el capitán Mendoza, el capitán Briceño y los dos oficiales Galindos yque luego que abrieron la puerta había una partida de paisanos armadoscon otros oficiales de su cuerpo. Con lo que se concluyó esta declara-ción, la que leída, que le fue se afirmó y ratificó y lo firmó con el señorjuez fiscal y el presente escribano.

José Arce. Elías Romero.Ante mí,


DECLARACION DEL SARGENTO FRANCISCO FLORES.Octubre 5.

En el mismo día, mes y año el señor juez fiscal José Arce, a efecto deaclarar la conducta del sargento Francisco Flores, se le hizo sacar delcalabozo y previo el juramento de ordenanza se le preguntó dijese en quétérminos se asaltó la casa de su excelencia, como se ha hecho ver de losautos que fue uno de los sargentos de la partida que comandaba elcomandante Pedro Carujo y capitán Ignacio López, relatando el hechocon puntualidad y verdad y expresando el cabo y soldados que marcharoncon ellos, dijo que la noche del 25 después de pasar la lista se hizo revistade piedras por el declarante y de orden del ayudante Teodoro Galindo;que después, teniendo gana de tomar un poco de chicha, salió con elsargento primero Victorino Maldonado y el sargento Elías Romero y seencaminaron al Ventorrillo; que estando allí observaron que en la esqui-na, abajo del cuartel, había un pelotón de gente [sic] y creyendo no fuesela patrulla dieron vuelta por San Agustín y volvieron al cuartel, entoncesel teniente Tovar le dijo que entrase, que ya estaba el comandante; y se lesmandó por su comandante Silva que saliesen, dividiéndola en trozos; yque el declarante, con 16 a 20 hombres, fue entregado al comando delseñor Pedro Carujo y capitán Ignacio López, dirigiéndose por la calle delChocho y de la Carrera a salir a la esquina del palacio, en donde se les

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mandó hacer alto; y asomándose dicho Carujo a la esquina que divisa laguardia de su excelencia, les mandó avanzar, introduciéndose en elcuerpo de guardia; y hallándolos dormidos se introdujo Carujo a laalcoba del oficial de guardia, quien le dijo: no me mates, Carujo, echandola guardia afuera se les mandó que se mantuviesen firmes, dejando unoficial chiquito, de cachucha, que no conozco y dicho Carujo, en compa-ñía del capitán López y el oficial de guardia del palacio de su excelencia,conduciendo la guardia y estandarte para [sic] la calle del comercio; queantes de esto ya había muerto el coronel Fergusson por un tiro de pistolaque le dio uno de los del grupo de gente al bajar para el palacio, como loha referido en su anterior declaración; y que después de esto volvió elcomandante Carujo y los hizo bajar para San Victorino, en donde losalcanzó el señor general Córdova.

Preguntado: ¿Diga si hizo fuego en palacio o en otro punto?, dijo: queno hizo fuego en palacio y sí en San Victorino cuando ya estaban reuni-dos al señor general Córdova, quien los condujo para la plaza.

Preguntado: ¿Diga por qué siendo un sargento que debía conocer seruna traición no reanimó su tropa y se dirigió a un jefe para dar parte deesta traición, en que se le hubiera premiado por el gobierno, y último casohacerles fuego a quienes se les hubiera opuesto?, dijo: que él era subalter-no del sargento Angel Hernández y nunca la tropa le podría haberobedecido y tal vez lo hubieran sacrificado.

Preguntado: ¿Diga qué artilleros entraron a sorprender la guardia de suexcelencia con el declarante?, dijo: que él no puede asegurar los queentraron pero que en la partida estaban el sargento primero AngelHernández, el declarante, soldados Miguel Lacuesta, Fructuoso Manri-que y Antonio Rojas y que no se acuerda de los demás, porque nosiguieron sino divididos en trozos, que no hizo alto en ello, por lo que seconcluyó esta declaración, la que leída que le fue se afirmó y ratificó yfirmó con el señor juez fiscal y el presente escribano.

José Arce. Francisco Flores.Ante mí,

José María Aranza l.

NOTA


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Sentencia

Excelentísimo señor:He visto el proceso y demás actuaciones practicadas por distintos

comisionados con el objeto de averiguar a los criminales comprendidos dela media brigada de artillería, así de soldados como clase de cabos ysargentos; y después de una suma escrupulosidad y detención en loscareos, cargos y confrontaciones con lo demás que de auto resulta,evacuadas todas las citas para purificar la verdad en todos los aconteci-mientos del 25 del pasado, clasificando ya los que se hallaron de guardiaen Moneda, fábrica de pólvora, parque, asistentes, rebajados, enfermosen el hospital, cabos de sala del mismo y músicos, resulta: primero quetoda la tropa se sacó del cuartel con la infame estratagema de ser ordenexpresa de su excelencia el Libertador, sin permitirles moverse de suscompañías, con el fusil abrazado y repitiéndose estas mismas órdenespor sus principales jefes; y en sentir de ellos por los conductos regula-res como eran: 1º, el jefe del estado mayor departamental, el comandan-te de su cuerpo Rudesindo Silva, el ayudante Teodoro Galindo y losoficiales de sus compañías Tovar y Alquisiras, concurriendo a su invita-ción y engaño el comandante Pedro Carujo, los capitanes EmigdioBriceño, Rafael Mendoza y el adjunto al estado mayor Cayetano Galin-do con otros muchos que aparecieron divisados de oficiales en la referidanoche, en términos que el soldado fue engañado y sin libertad para tomarotra providencia, mayormente cuando casi todos fueron estropeados yamenazados, sin embargo que al mismo tiempo se les contribuían conaguardiente por botellas.

En efecto, bajo este supuesto y de esta íntima persuasión, salierondel cuartel dividiéndose en tres trozos, primero al mando del comandantePedro Carujo y el sargento Angel Hernández, situándose la mitad en lapuerta de palacio y la otra mitad en la puerta de la guardia, previaadvertencia de Carujo de que todo se dirigía a salvarle la vida al padre de lapatria, y así fue que aunque tuvieron el arrojo de introducirse en la casade gobierno Horment, Zuláibar, López y otros que no se ha podidoaveriguar, ningún artillero consta entrase a la casa ni hiciese un tiro, antessí se dispersaron y tuvieron distintos acontecimientos que sería largodetallar, pero ninguno criminal probado. La segunda división obró a ór-denes del comandante Silva, subteniente Casimiro Alquisiras, teniente

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Hinestrosa, otros divisados de oficiales y el capitán Rafael Mendoza a laretaguardia, dándoles planazos con intento de tomar la guardia y cuartelde Vargas, lo que no pudieron verificar, y el sargento Mercedes Vergarase abocó al mismo tiempo al de su clase de la guardia de Vargas, LorenzoRueda, bajo el aspecto de patrulla, a cuya sazón después de los requisitosde recibir una patrulla, quería Mercedes Vergara introducirla en elcuartel, a que se opuso el sargento de Vargas, Lorenzo Rueda, en cuyomomento dispararon el cañón que estaba abocado al cuartel de Vargas yrompiendo este cuerpo el fuego desde sus ventanas, se dispersaronquedando el cañón en poder de su guardia. La tercera división obródentro de su mismo cuartel, maniobrando por la pared divisoria delcuartel intermedio donde se hallaba preso el general Padilla, mandadapor el capitán Emigdio Briceño y sargento Elías Romero, para sacar adicho general y pasarlo al cuartel de artillería; y una parte de reclutassalió y se dispersó; y aunque después hubo varias reuniones de dichastropas, ya agregándose al batallón Vargas, ya poniéndose a disposiciónde los jefes y finalmente deponiendo las armas en distintas partes, nuncasalieron del engaño en que sus jefes les habían envuelto, por cuyasconsideraciones soy de sentir se les declare inocentes, mantlando sepongan los artilleros en plena libertad, pero para evitar hasta el últimoasomo de sospecha serán destinados al ejército en distintos puntos ydiversas compañías. De las clases resulta lo siguiente: no haberse halladola noche del 25 por las causas que también se indican, a saber: lossargentos Miguel Frin, por hallarse de guardia en la Moneda, JuanTorrente y Julián Chiquin, por estar enfermos, y Gervasio Guevara en elalmacén del aserrio , como responsable de él.

El sargento Angel Hernández, aunque salió en la primera partida,justifica que le dijo al soldado Manrique que se fueran y habiéndoseseparado se encontró con el asistente del coronel Fergusson, a quien leinstó fueran a presentarse al batallón Vargas, expresándole que por Diosy el Libertador moriría, por consiguiente lo contemplo salvo.

Basilio Godoy se hallaba preso en el calabozo y se fugó precipitada-mente, comprobándolo con tres testigos que afirman saltó por las tapiasde la gallera y por lo mismo lo creo libre.

El sargento segundo Gaspar Montero justifica en lo posible no habersalido de su cuartel, manteniéndose encerrado en un cuarto en unión de

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otro sargento, Manuel González y lo han comprobado; por consiguientedeben ser absueltos.

El sargento aspirante Mercedes Vergara salió de patrulla con expresaorden de sus jefes de sorprender la guardia de prevención del batallónVargas, matar la centinela y tomar las armas con la patrulla; resulta quese dirigió a dicha guardia dudoso de que en esto hubiese engaño, sinembargo de que sus jefes le aseguraron que dicha guardia estaba insurrec-cionada y la iban a relevar, y casi de cumplimiento le dijo al sargento quese entregase sin ejecutar nada de lo mandado, lo que viendo sus jefes, sinesperar que se separase de allí, le hicieron fuego con el cañón, a lo que ledijo el sargento de Vargas: compañero, ¿qué es esto?, incorporándose conla partida de Vargas que mandaba el subteniente Manuel Rocafuerte,cuyas dos citas, con el sargento y dicho oficial, resultando comprobadasy que además hizo fuego contra los facciosos; se le debe declarar libre.

Al sargento Elías Romero se le hizo cargo cómo había concurrido asacar al general Padilla, trepando paredes, cuando una orden de estanaturaleza se conocía a primera vista no ser del gobierno, aunque se lodijesen, porque si el gobierno la hubiera dictado sería sin estrépito y porla puerta, a lo que contestó en su defensa que no podía hacer otra cosaque exponer su vida si la resistía, porque todos los jefes estaban prepara-dos con sable en mano y pistola y en el momento en que pudo fugarse loverificó, saltando tapias con tres soldados más, y lo ha comprobado; ycomo de toda la causa resulta la ignorancia en que estaba el cuerpo deartillería de que se tratase de obrar contra el gobierno, sino que antes se lehizo creer que era en su apoyo, no habiendo tenido en aquel momentolibertad esta partida para obrar por el castigo con que los obligaron susjefes, lo contemplo sin culpa y debe absolvérsele.

Los dos sargentos, Victorino Maldonado y Felipe Aguado, que fue-ron de los que montaron el cañón y se hallan prófugos, reserva el auditorabrir concepto hasta que se les haya aprehendido, llamándose por edictosasí a estos como a los demás que resulten ausentes.

En cuanto al sargento Francisco Flores y los soldados CalasancioRamos, Fernando Dias, Isidoro Vargas y Miguel Lacuesta, resultandocomprobado que habiendo sido de los que atacaron la casa de su excelen-cia el Libertador fueron también los últimos que se separaron de ella,acompañando al comandante Carujo, sin embargo de haber visto elataque a la casa, la muerte del coronel Fergusson, de haber oído las

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expresiones de ya murió el tirano y de haber visto todos los desórdenesque se cometieron, los cuales debieron hacerles conocer que no se obrabaen defensa del gobierno, sino absolutamente en contra; que su permanen-cia allí les hace reos de alta traición, por cuanto además de los fundamen-tos expresados, pudieron fugarse alegando engaño, como lo hicieron losdemás de la misma partida, y no lo hicieron. Soy de dictamen que sufranla pena de muerte.

Por último, soy de sentir que para afianzar la disciplina y para quitartoda influencia a las clases de cabos y sargentos de artillería que han sidoabsueltos en los cuerpos a que hayan de destinarse, sean todos depuestosy destinados de soldados rasos. Este es mi dictamen; sin embargo, vuestraexcelencia resolverá lo que crea de justicia.

Bogotá, 8 de octubre de 1828.Tomás Barriga y Brito.


Me conformo con la sentencia que precede y para que pueda cumplir-se, elévese al gobierno para su aprobación o reforma.

El comandante general,Rafael Urdaneta.



Su excelencia el Libertador presidente aprueba la anterior sentencia ymanda que se ejecute. Los artilleros destinados al ejército deben remitirseal jefe superior del Magdalena, a quien se comunican órdenes sobre elparticular.



Cúmplase y ejecútese y notifíquese a los acusados, compúlsese testi-monio por el señor mayor de la plaza.

Urdaneta.

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Excelentísimo señor:

Se ha dado cum plimiento a la anterior sentencia pronunciada contra elsargento de la brigada de artillería Francisco Flores y los soldadosCalasancio Ramos, Fernando Dias, Isidro Vargas y Miguel Lacuesta, losque hoy, 14 de octubre de 1828, se han pasado por las armas a las cuatrode la tarde en la plaza mayor de esta capital, quedando el resto de tropade dicha brigada listo para marchar al ejército del Magdalena 1.

J. Arce.

NOTA


República de Colombia, ministerio de Estadoen el departamento de la guerra. Sección central.

Bogotá, a 13 de octubre de 1828

A su excelencia el comandante general de Cundinamarca.

Devuelvo a vuestra excelencia originales los autos que se ha servidopasarme con la sentencia pronunciada contra algunos artilleros y paisa-nos con motivo de la conspiración del 25 de septiembre por la noche. Suexcelencia ha aprobado dicha sentencia y en consecuencia dispone quelos soldados artilleros que deben salir para Cartagena, marchen el día demañana custodiados hasta Honda de un piquete de 20 hombres y unoficial, todos de confianza, a los cuales pueden reunirse los individuos delbatallón Paya, que deben igualmente marchar en aquella dirección. Todoesto va al cargo del primer comandante Ramón Espina, a quien tambiénse recomendará la conducción del extranjero Arganil, destinado a disposi-ción del señor jefe superior del distrito del Magdalena.

Espero que vuestra excelencia se sirva disponer el cumplimiento deestas prevenciones.


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Notifíquese a los acusados.Urdaneta l.

NOTA1. Folios 170 recto y vuelto.

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MANUEL LLANOSPreso en granaderosAbsuelto el 3 de noviembre de 1828.

DECLARACION DE MANUEL LLANOS. Septiembre 30.

En la ciudad de Bogotá, a 30 de septiembre de 18281, el auditor deguerra, doctor Tomás Barriga y Brito, a virtud de las providencias que leha concedido el gobierno para la averiguación del crimen y escandalosoprocedimiento que estalló el 25 del corriente, a Manuel Llanos, soltero yde este vecindario, de edad de más de 25 años, a quien se le recibiójuramento, el que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, bajocuyo cargo ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado, ysiéndole por su nombre, condiciones y si sabe la causa de su prisión, dijollamarse como queda dicho y de las condiciones expresadas, y respondeque ignora la causa de su prisión.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 desde las seis hasta las tresde la mañana?, dijo: que a la oración o seis de la noche dio chocolate a supatrón, que vive en casa del señor José María Castillo, y se llama Aga-pito Labarcés e inmediatamente se retiró a su casa o tienda, sita en lacalle del Arco [sic], en donde permaneció hasta las diez del día 26, sinhaber salido antes en unión de una mujer Francisca, otra Josefa, otraAntonia y María del Rosario.

Preguntado: si habiendo oído los tiros no salió y por qué causa, diceque los oyó y la causa fue de miedo no le fueran a dar algún tiro.

Preguntado: por reconvención, cómo niega todo, cuando resulta pordeposición de testigos que esa noche acompañó a los conspiradores

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llegando al descaro [sic] hasta irles llevando el farol y conduciéndolos hastael mismo palacio de su excelencia el Libertador, dijo: que negaba el cargo,que seguramente sería otro, pues se halla absolutamente inocente.

Preguntado: si tuvo noticia de la conspiración que iba a haber, dijo:que absolutamente lo ignora; por consiguiente no sabe quiénes hayansido los conspiradores, pues carece absolutamente de conocimientos eneste país, y leída que le fue esta su declaración dijo se afirmaba yratificaba en ella, que no tiene que añadir ni quitar; y por no saber firmarlo hace el auditor y el que hace de secretario.

Tomás Barriga y Brito, Francisco Alba".

NOTAS

1. Va entre renglones a 30 de septiembre de 1828.

2. Folios 76 recto y vuelto del proceso original.

Silverio Abondano, segundo ayudante del estado mayor general.

Encargado por su excelencia el comandante general para practicaruna sumaria sobre los acontecimientos del 25 en la noche, pasé a casa delseñor José María del Castillo y Rada, miembro del consejo de estado, afin de que su señoría informe sobre lo que oyó y supo de Manuel Llanos; ypara que conste por diligencia lo firma conmigo, en Bogotá, a 2 deoctubre de 1828.

S. J. Abondano.

José María del Castillo y Rada, etc.

Certifico que en la tarde del 28 de septiembre, cerca del anochecer, mepreguntó su excelencia el Libertador presidente si Manuel Llanos, queservía a José Agapito Labarcés, el cual vive en mi casa, había dormido enella la noche del 25. Contesté a su excelencia que estaba dudoso, aunqueme inclinaba a que no, porque estaba seguro de no haber visto sino unode mis criados; pero que inmediatamente me aseguraría de la verdad.Para ello salí inmediatamente de palacio y habiendo encontrado a La-barcés, que había ido él mismo a presentar el criado, le pregunté si este

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había dormido en casa aquella noche como se lo había asegurado alLibertador presidente. Labarcés me contestó que no había dormido elcriado en la casa; que por la mañana, cuando vino a ella le reconvinofuertemente por haber venido tarde y que él le contestó que la nocheanterior había sido detenido en el cuartel de granaderos a caballo, cuyacontestación manifesté inmediatamente a su excelencia el Libertador,siendo cuanto sé y puedo decir en el particular. -Bogotá, 2 de octubre de1828.

1. M. del Castillo.

DECLARACION DE AGAPITO LABARCES. Octubre 2.

Inmediatamente compareció el señor Agapito Labarcés y previo eljuramento de estilo, dijo llamarse José Agapito Labarcés y que dependede la casa del señor Castillo.

Preguntado: sobre la cita que le resulta de la anterior certificación y sisabe o presume en dónde anduvo su criado esa noche y si tiene costumbrede quedarse fuera, dijo: que es cierta la cita que le hace el señor Castillo,que 1 presume 2 estuvo en su casa esa noche; que este criado se le concertócon la condición de quedarse a dormir en su alojamiento 3 y que todas lasnoches a las ocho, antes o después, se retiraba de la casa; que el 26 por lamañana llegó como a eso de las nueve, y como el tal criado debiese venir ala casa entre seis y siete, lo riñó por su tardanza, a lo que le contestó que sehabía tardado porque lo habían detenido los granaderos a su venida; quees cuanto tiene que decir en el particular, y diciendo ser de edad de 25años, firma con el juez comisionado y el presente secretario, de quecertifico.

S. J. Abondano, José Agapito de Labarcés.Ante mí,

Francisco Alba.

NOTAS

1. Aquí va tachado no sabe ni.

2. Aquí va tachado en donde.

J. A dormir en su alojamiento va entre renglones.

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DECLARACION DEL SARGENTO PRIMEROJOSE PALACIOS. Octubre 2.

Inmediatamente compareció el sargento primero José Palacios yprevio el juramento de ordenanza, dijo llamarse como queda dicho y quees sargento primero de caballería, dependiente de la casa de su excelenciael Libertador presidente.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 Ycuente cuanto vio y oyóen la citada noche?, dijo: que la noche por la que se le pregunta, estandoen su cama acostado y enfermo como se halla, oyó que atacaban la casade su excelencia el Libertador, e imposibilitado de salir en su defensa, oyóque cuando salían los facciosos de la casa gritaron en la puerta de la calle:"Azuero: ha muerto el tirano, somos libres, viva la constitución deCúcuta y el general Santander"; que no conoció la voz; y que en seguidaoyó otra que decía: comandante Carujo; que en seguida oyó otra vozmuy clara y alta que decía: comandante Carujo, peruanos, somos libres;que entonces acometieron la puerta del cuarto del exponente a empujo-nes, a la sazón, los facciosos sintieron que venían las partidas deVargas y les mandaron a los centinelas que desfilasen; que cuando laspartidas de Vargas ocuparon el palacio, el exponente mandó abrir lapuerta y entraron a su cuarto algunos dependientes de la casa conducien-do el cadáver del señor coronel Fergusson; que no tiene más que decir enel particular, que lo dicho es la verdad a cargo del juramento que tienehecho, en que se afirmó y ratificó leída que le fue esta su declaración, dijoser de edad de 28 años y no firma por no poderlo hacer; lo hace eljuez comisionado y el presente secretario.

s. J. Abondano.Ante mí,

Francisco Alba.

DECLARACION DE GREGORIO BLANCO. Octubre 2.

Inmediatamente compareció Gregorio Blanco, a quien previo eljuramento de estilo dijo llamarse como queda dicho y que es sirviente dela casa de su excelencia el Libertador presidente.

Preguntado: ¿Dónde se halló el 25 en la noche cuando los facciososatacaron la casa de su excelencia el Libertador presidente, y cuente cuan-to vio y oyó?, dijo: que se halló en uno de los cuartos bajos de palacio y

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que a eso de las 11:30 para las 12 de la noche oyó un gran trope! quecon ruido de armas y vocería gritaban: mata, mata; que a esto salióy observó que le habían dado un machetazo al centinela de la esca-lera, a cuya sazón el teniente López levantó e! sable y le tiró al mismocentinela; que el teniente López venía con los facciosos; que entonces elque declara fue a tirarle una estocada al citado López, a cuyo tiempo elsoldado Morales, que dormía en la misma pieza del exponente, se lemetió por medio y le hizo entrar al cuarto a la voz que les dio el sargentoPalacios: ciérreme la puerta que me roban, lo que así verificaron trancan-do el cuarto; que estando ya dentro del cuarto oyó en la calle que decían:Azuero: murió el tirano, viva la constitución de Cúcuta y el generalSantander, somos libres, murió el tirano; que cuando los facciososoyeron las cornetas de Vargas mandaron desfilar por la derecha. Que notiene más que decir, que lo dicho es la verdad en fuerza del juramento quetiene prestado; y diciendo ser mayor de 30 años, hace una señal de cruz yfirma el juez fiscal con el presente secretario.

S. J. Abondano. (Hay una cruz).Ante mí,

Francisco Alba.

DECLARACION DEL SOLDADO MANUEL MORALES. Octubre 2.

Seguidamente compareció e! soldado de granaderos a caballo Ma-nuel Morales, a quien previo el juramento de estilo dijo llamarse comoqueda dicho, soldado de granaderos montados y asistente de la casa de suexcelencia el Libertador presidente.

Preguntado: por la cita anterior, y que cuente cuanto vio y oyó en lanoche del 25, dijo: que la cita que se le hace es cierta en todas sus partes yque oyó a los facciosos que gritaban: Azuero: murió el tirano, somoslibres, viva la constitución de Cúcuta y el general Santander; que cuandolos facciosos oyeron las cornetas de Vargas mandaron desfilar por laderecha y se marcharon. Que es cuanto tiene que decir sobre lo que se lepregunta, y diciendo ser mayor de 25 años, hace una cruz y lo firma el juezcomisionado y el presente secretario.


Francisco Alba.

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DECLARACION DEL SOLDADO TRINIDAD DUARTE.Octubre 2.

Inmediatamente compareció Trinidad Duarte, a quien se le recibiójuramento a estilo de ordenanza y dijo llamarse como queda dicho; y quees soldado de infantería, asistente de su excelencia el Libertador presi-dente.

Preguntado: ¿En dónde se halló la noche del 25 cuando los facciososatacaron la casa de su excelencia y diga cuanto vio y oyó en aquelmomento? dijo: que la noche por la que se le pregunta se hallaba acostadoen la misma puerta de la alcoba con el otro asistente ... lMartínez, cuandooyeron ruido de armas en el corredor de arriba, a cuya sazón se levanta-ron y se vinieron al comedor; que por entre las vidrieras observó el queexpone a un grupo de gente en el corredor de enfrente; que entonces el quehabla, se dirigió hacia la puerta que manda a la cocina acompañado deMartínez; que allí los detuvieron el español Horment y el teniente López,a quienes acompañaba un hombre con farol, que le preguntaron aMartínez por su excelencia y él les dijo que no era su asistente y les indicóal que expone; que entonces dirigiéndosele le hicieron la misma preguntaque a Martínez y el exponente les señaló la pieza del teniente Ibarra, quequeda a distancia de su excelencia; que un grupo de los que salía de lapieza del Libertador le oyó decir a uno: Azuero, aguárdame, ya murió eltirano.

Preguntado: ¿A qué otros conoció de los que entraron a la casa de suexcelencia?, dijo: que no conoció a más.

Preguntado: Si conoció al que llevaba el farol, o si en caso que lo vea loconocerá, dijo: que no lo conoció pero que en caso que lo vea quizá loconocerá; que no tiene más qué decir, que lo dicho es la verdad a cargo deljuramento que tiene hecho; dijo ser de edad de 20 años y hace un signo decruz y lo firma el juez fiscal con el presente secretario.

S. 1. Abondano. (Hay una cruz).Ante mí,

Francisco Alba.

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DECLARACION DE RAMON MARTINEZ. Octubre 2.

Inmediatamente compareció Ramón Martínez, a quien previo eljuramento de estilo dijo llamarse como queda dicho y que es sirviente dela casa de su excelencia el Libertador presidente.

Preguntado: ¿En dónde se halló la noche del 25 cuando los facciososatacaron la casa de su excelencia?, dijo: que la noche por la que se lepregunta se hallaba cerca a la puerta de donde estaba su excelencia elLibertador presidente, a la sazón que se le acercaron unos hombresarmados diciendo: viva el general Santander y la constitución de Cúcuta,y le preguntaron dónde está ese Libertador, donde está el tirano; que elexponente se disculpó con que no era de la casa, temeroso de la muertecon que lo amenazaban.

Preguntado: si conoció alguno de los individuos que atacaron la casade su excelencia el Libertador, dijo: que no conoció ninguno, pero que síobservó un hombre de calzón blanco que traía un farol, a quien tampococonoció.

Preguntado: si en caso de que vuelva a ver el hombre del farol loconocerá, dijo: que puede ser que lo conozca si lo vuelve a ver, que escuanto puede decir en el particular; y diciendo ser de edad de como de21 años hace un signo de cruz y lo firma el juez fiscal con el presentesecretario.

S. J. Abondano.Ante mí,

Francisco Alba.

NOTA1. Se dejó en blanco el espacio. Sin duda alguna es Ramón Martínez, quien declara enseguida.

AMPLIACION DE LA DECLARACIONDE MANUEL LLANOS. Octubre 2.

Inmediatamente el juez comisionado pasó a la prisión en que se hallaManuel Llanos, a quien previo el juramento de estilo se le reconvino conla contradicción que resulta de haber dicho en su declaración que dicehaber estado toda la noche por la calle del arco, haberle dicho a su patrón

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que lo habían detenido en granaderos, y a su excelencia, el Libertadorpresidente que se había quedado en la casa del señor Castillo, dijo: quecon el susto no sabe lo que le contestó a su excelencia, que a su patrónLabarcés lo que le dijo fue que a un muchacho habían cogido en Grana-deros, que es cuanto tiene que decir en el particular; y por no saber firmarhizo una cruz y firma el juez comisionado y el presente secretario.


Francisco Alba.

RECONOCIMIENTO DE LLANOS. Octubre 2.

Inmediatamente el juez comisionado dispuso que Trinidad Duarte yRamón Martínez reconociesen a Manuel Llanos, por haber sospechas deque fuere el que condujo el farol, y al efecto vinieron y previo eljuramento de estilo, y habiéndole reconocido, dijeron: Ramón Martínez,que no era, y Trinidad Duarte, que le parecía que sí era, y para que constepor diligencia lo firma el juez comisionado y el presente secretario.

S. J. Abondano.Ante mí,

Francisco Alba.

Excelentísimo señor comandante general.

De la actuación anterior y de las contradicciones de Manuel Llanos,tanto en su declaración como en lo que dijo a su excelencia el Libertadorpresidente ya Agapito Labarcés, su patrón, con el reconocimiento hechopor Trinidad Duarte, induce una gran sospecha contra el citado Llanos.

Bogotá, 2 de octubre de 1828.Excelentísimo señor,

5;. J. Abondano l.

NOTA

I Folios 71 recto a 75 vuelto.

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Silverio José Abondano, de los libertadores de Venezuela, segundoayudante del estado mayor general, etc.

Certifico que encargado por su excelencia el general comandantegeneral para hacer una averiguación sobre los sucesos del 25 de septiem-bre último, en la que debe actuar de secretario el capitán Mateo Belmonte,el que ofreció desempeñar dicho encargo, y para que conste por diligen-cia lo firma conmigo en Bogotá, a 4 de octubre de 1828.

S'. J. Abondano, Mateo Be/monte.

DECLARACION DEL CAPITAN JOSE MARTINEZ. Octubre 4.

Inmediatamente compareció el capitán del escuadrón granaderosmontados José Martinez, a quien se le recibió juramento con arreglo aordenanza, bajo cuya gravedad ofreció decir verdad en lo que supiere yfuere interrogado; y siéndolo por su nombre y empleo, dijo llamarsecomo queda dicho y que es capitán de la segunda compañía del escua-drón granaderos montados.

Preguntado: ¿Qué personas conoció la noche del 25 que se hallaba deguardia de entre los facciosos que atacaron la casa de su excelencia?, dijo:que conoció al francés Horrnent, a su compañero Zuláibar, al comandan-te Carujo, al teniente López, a un platero llamado Parra que trabaja en lacalle del parque, a su compañero Lozano Ortega, a González, al quellaman El Trompeta; y que conoció de cara a un paisano ' que le llamanEl Llanero, que tuvo tienda de frasquería a la vuelta de la calle real,llamada El Rosario.

Preguntado: ¿Qué otros de los de la guardia o de casa de su excelenciaconocerían estos individuos", dijo: que ignora el contenido de la pregun-ta; que es cuanto tiene que decir sobre el particular, en que se afirma yratifica bajo su palabra de honor que tiene dada; y diciendo ser de edad de24 años, lo firma con el juez comisionado y el presente secretario, de quecertifico.

S. 1. Abondano, José Martinez, Mateo Be/monte.

NOTA

I Va entre renglones a un paisano.

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Se ha solicitado por medio de la autoridad civil a las personas de N.Parra y Lorenzo Ortega, citados en la anterior declaración y resulta queestos individuos se han fugado, abandonando su establecimiento dejoyería, aumentando con su fuga los cargos que de ella se deducen.

Bogotá, 5 de octubre de 1828.Excelentísimo señor,

s. J. Abondano.


De la actuación formada contra Manuel Llanos no aparece unaprueba convincente de que este haya estado la noche de la conspiraciónen la casa de gobierno, pues no se ha probado de un modo cierto ypositivo la identidad de su persona con la confrontación practicada conlos sirvientes de palacio; pero sí se advierten contradicciones en ladeclaración de Llanos con la certificación del señor José María delCastillo y la exposición de Agapito Labarcés, que inducen algunassospechas, por las que, en concepto del auditor, debe ser destinado elexpresado Llanos a uno de los cuerpos que guarnecen la Costa por eltérmino de ocho años, salvo siempre la mejor resolución de vuestraexcelencia. Bogotá, 31 de octubre de 1828.



Me conformo con el dictamen que precede; hágasele saber al intere-sado '.

Sentencia


Habiendo en este estado declarado el paisano Juan Miguel Acevedoque él mismo fue quien condujo el farol a la casa del Libertador, sobre lo

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que se le hacía cargo a Llanos y resultando por lo mismo que Llanos estáinocente del cargo de que se le acusaba, póngasele inmediatamente enlibertad y publíquese su inocencia.

Urdaneta, Barriga 2 •

NOTAS

I No aparece firmada.

2. Folios 77 recto a 78 vuelto del proceso original.

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PROCESOS ACTUADOS CONTRA EL JOVENPEDRO CELESTINO AZUEROy EL TENIENTE JUAN HINESTROSA

DECLARACION DEL TENIENTE JUAN HINESTROSA. Octubre 1º.

En la ciudad de Bogotá, a Iº de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo comparecer al teniente Juan Hinestrosa a efecto de tomarle suconfesión, y previo el juramento que hizo con arreglo a ordenanzaofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado; y siéndolo porsu nombre, edad, clase, vecindad y religión, dijo llamarse como quedaexpresado, que tiene 28 años de edad, que es teniente de infantería, vecinode esta ciudad, católico, apostólico y romano.

Preguntado: si sabe el motivo de su prisión, dijo que sí lo sabe, que espor haber estado en la artillería la noche de la conspiración.

Preguntado: ¿Con qué objeto estuvo en la artillería y con qué personas",dijo: que el comandante Carujo lo llevó al cuartel, en donde lo dejó ypermaneció hasta el momento en que empezaron a hacer fuego y queentonces el declarante se retiró a ocultarse en unos solares, en donde lohan aprehendido.

Preguntado: si tuvo noticia y conocimiento del plan de los conspirado-res antes que Carujo lo llevase al cuartel, dijo: que cerca de las seis de latarde se encontró con el expresado Carujo, quien le dijo que tenía quehablar con el confesante; y con este objeto lo llevó a casa de VargasTejada, en donde se impuso del plan; que habiéndolo llamado Carujo losentó en un sofá y lo advirtió de que se trataba de destruir el actualgobierno y restablecer la constitución y las leyes; que viéndose en medio

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de porción de gente que trataba sobre el mismo asunto y que con el mayorempeño deseaban que se tomasen los cuarteles aquella noche, no pudomenos que aprobar el plan; que, a eso de las diez u 11 de la noche, lotrajo Carujo para el cuartel de artillería, en donde lo dejó.

Preguntado: ¿Qué sucedió después dentro del cuartel, qué parte tuvo elexponente en las operaciones de la tropa de artillería y a qué punto fuedestinado?, dijo: que después que quedó en el cuartel observó que elcomandante Carujo tomó una partida como de 16 ó 20 hombres y sedirigió con ella, según había oído decir, al palacio; que el comandanteSilva tenía el resto del cuerpo formado en los patios del cuartel; que apoco rato el mismo comandante Silva formó otra partida como de 25hombres a las órdenes de un sargento que no sabe cómo se llama, y leprevino al declarante que siguiese con ella al cuartel de Vargas.

Preguntado: si sabe el objeto con que se dirigieron a casa del Liberta-dor, dijo que el señor Carujo le advirtió que una partida se dirigía a casade su excelencia a sorprender a la guardia y si era posible, tomar supersona.

Preguntado: ¿Qué pensaban hacer después de destituir al Libertadorpresidente del mando supremo de la nación?, dijo: que restablecer elorden constitucional.

Preguntado: ¿Cómo niega no saber lo que se había de hacer después dedestruir al Libertador presidente, cuando de la declaración de IgnacioLópez que se le ha leído resulta que el confesante le dijo que el generalPadilla se pondría a la cabeza del ejército?, dijo: que es falsa la aserciónque hace Ignacio López, que no ha habido otra cosa sino que iba a resta-blecerse el orden constitucional.

Preguntado: ¿Qué personas conoció en casa de Vargas Tejada, qué jefesy oficiales, si supo con qué recursos contaban y qué personas los suminis-traban?, dijo: que conoció al comandante Silva, al señor Luis VargasTejada, al señor Horment, a Florentino González; que jefes, al señorCarujo , y de oficiales, al teniente Ignacio López y a otros individuos cuyonombre ignora, pero que tal vez podría conocerlos si se los pusiesendelante; que no pudo conocer distintamente a todos ni verlos individual-mente, porque estaban repartidos, unos en una pieza con luz y en otra, unpoco obscura, otros y también en el corredor; que sobre los recursos quepudiesen contar, no sabe más sino que contaban con el cuerpo deartillería, con el que se habían de tomar los demás cuarteles y que no sabe

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qué personas los hubiesen prestado. Y no pudiéndose adelantar otra cosamandó el señor juez suspender esta confesión si fuese necesario; y leídaque le fue al confesante, dijo que en ella se afirma y ratifica y la firma conel señor juez auditor por ante mí el secretario.

Urdaneta, Pareja, Juan Hinestrosa.

AMPLIACION DE LA DECLARACION DEL TENIENTEHINESTROSA. Octubre 2.

En la ciudad de Bogotá, a 2 de octubre de 1828, hizo traer el señor juezde la causa a su presencia al teniente Juan Hinestrosa, quien previojuramento de ordenanza ofreció decir verdad en lo que supiere y fuerepreguntado; y habiéndosele leído la confesión que tiene dada se lepreguntó si la firma es de su mano propia, si en ella se afirma y ratifica o sitiene que añadir o quitar, dijo: que cuando salió del cuartel, por mandatodel señor Silva y a las órdenes del sargento que comandaba la partida, elexponente ha ido siempre a retaguardia de dicha partida, en la que notuvo mando alguno; que la firma es de su puño y letra; que no se acuerdahaber visto en la reunión en casa de Vargas Tejada a ninguno de losseñores que se le han puesto por delante. Con lo que se concluyó estadiligencia y la firma el señor juez auditor y el declarante por ante mí.

Urdaneta, Pareja, Juan Hinestrosa, J. Tomás Gámez.

Sentencia


Vistos estos autos seguidos a los conspiradores contra el supremogobierno de la nación y contra la persona de su excelencia el libertadorpresidente, y resultando convicto y confeso en tan horrible atentado elteniente Juan Hinestrosa por haber concurrido al cuartel de artillería yhaber obrado con una partida de tropa, según consta de las declaracionesdel comandante Rudesindo Silva y de la del teniente Ignacio López,habiendo confesado el mismo reo haber concurrido a la reunión prepara-

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toria en la casa de Luis Vargas Tejada, de donde se dirigió al cuartel deartillería y se incorporó con la partida que se le había señalado. Por estosfundamentos, administrando justicia a nombre de la República y conarreglo al decreto de 20 de febrero del presente año contra los conspira-dores, se declara incurso al citado reo Juan Hinestrosa en la pena demuerte y confiscación de bienes a favor del Estado; y en su virtud se lecondena a que sufra dicha pena previa la degradación de su empleo, con-sultándose esta sentencia con su excelencia el Libertador presidente parasu aprobación o reforma.

Rafael Urdaneta, Tomás Barriga y Brito.J. Tomás Gámez.



Su excelencia el Libertador presidente aprueba la anterior sentencia.Por su excelencia,


José Arce, primer comandante y mayor de plaza, certifico: que hoy 14de octubre de 1828, se ha hecho saber la anterior sentencia al tenienteJuan Hinestrosa y se ha puesto en capilla para ejecutarse y para queconste lo firmo.

José Arce l.

NOTA1. Folios 58 recto a 60 recto del proceso original.

AMPLIACION DE LA DECLARACIONDE PEDRO CELESTINO AZUERO. Octubre 3.

En la ciudad de Bogotá, a 3 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo comparecer al señor Pedro Celestino Azuero para practicar laratificación de su declaración y confesión que tiene hecha, previo eljuramento que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, habién-


dosele leído se le preguntó si la firma es de su propia mano; si tiene queañadir o quitar, dijo: que la firma que se halla estampada en cada una desus exposiciones es de su propia mano; que se afirma y ratifica en sucontenido; que no tiene qué añadir ni quitar, con lo que se concluyó lapresente diligencia, y la firma el señor juez, auditor y reo por ante mí, deque certifico.

Urdaneta, Pareja, Pedro Celestino Azuero.Ante mí,

J. Tomás Gámez.

DECLARACION DE LA SEÑORA ANDREA AZUERO. Octubre 3.

Acto continuo el señor juez hizo traer a su presencia a la señoraAndrea Azuero, a quien se le recibió juramento, que hizo por DiosNuestro Señor y una señal de cruz, a cuyo cargo se ofreció decir verdad enlo que le fuere preguntado. Interrogada dónde estuvo la noche del jueves25 su hermano Pedro Celestino Azuero, dijo: que a las seis de la noche fuesu hermano a la casa en que habita, que refrescó y después se puso aescribir una carta de José Amaya para su yerno Tomás Ruiz, de Funza;que cerca de las ocho salió su hermano a la calle y regresó cerca de lasnueve; que entró al cuarto de la declarante, encendió una vela y se retiróal cuarto en donde dormía; que en todo el discurso de la noche no sintióque su hermano se hubiese levantado; que por la mañana del día siguienteno supo nada de lo que había ocurrido por la noche, hasta que una amigasuya le refirió haber habido tiros y la convidó para que viniesen juntas ala plaza a tomar noticias; que, en efecto, salió con la amiga y se informóde lo que había sucedido.

Preguntada: si antes de haber salido a la calle, como dice, vio quealguna persona hubiese entrado a su casa y hablado con su hermano,dijo: que vio a uno de los Rojas, el más alto de cuerpo, pero que no sabe sihabló con su hermano, porque 1 la casa en que habita tiene dos entradas yque solo vio a Rojas cuando ya salía este; que antes ni después del sucesono le oyó a su hermano nada sobre el particular; que cuando salió suhermano le dijo que no lo esperase; que por la tarde del viernes le mandóa decir que no lo esperase, que se iba a casa de su tío Jorge Olea y aun lemandó decir a la exponente que hablase con su expresado tío; que la

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declarante le mandó a decir que no fuese tonto, que se fuera a su casa yque no volvió a saber más de su hermano hasta el día siguiente, sábado,en que lo pusieron preso. Que lo dicho es la verdad, en que se afirma yratifica y firma con el señor juez, auditor y presente secretario, de quecertifico.

Urdaneta, Pareja, Andrea Azuero, J. Tomás Gómez,

NOTA

1. Aquí va tachado la puerta de.

DECLARACION DE ELEUTERIO ROJAS. Octubre 3.

Incontinenti el señor juez hizo comparecer a Eleuterio Rojas paraevacuar la cita que se le hace en la anterior diligencia; y previo eljuramento que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz ofreciódecir verdad en lo que supiere y fuere preguntado.

Preguntado: si conoce a Pedro Celestino Azuero y si habló con él en lamañana del jueves 26 del mes pasado, dijo: que sí lo conoce y queviniendo de la calle lo encontró en la puerta de su casa del exponente y mepreguntó qué había y le dijo: te andan solicitando. Que salió inmediata-mente, se fue para la casa del coronel Briceño y antes de eso llegó a la casade Azuero y le dijo a la señora su hermana que a su hermano lo habíavisto en la puerta de la casa del exponente. Que no tiene qué decir mássobre el particular, que en lo dicho se afirma y ratifica y firma con el señorjuez, auditor, por ante mí.

Urdaneta, Pareja, Eleuterio Rojas,José María Morales.

CAREO ENTRE AZUERO y ROJAS. Octubre 3.

En el momento se llamó a Pedro Celestino Azuero para practicar elcareo correspondiente con Eleuterio Rojas, por la contradicción queresulta entre sus declaraciones; y habiéndosele leído al primero la quetiene dada y en la que expresa haber permanecido toda la noche delviernes 25 en que sucedió la revolución hasta las siete de la mañana en que

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un amigo le avisó que lo andaban solicitando y que se ocultase, dijo queha padecido equivocación en asegurar que el citado Rojas le hubiesehecho aquella advertencia en su propia casa, pues sucedió como Rojas loexpresa en su exposición, con la que se conforma; que por las circunstan-cias atribuladas en que se vio cuando dio su primera declaración, segura-mente padeció aquella equivocación. Y no resultando otra contradicciónpor lo que se pueda adelantar esta diligencia, se concluye firmándola elseñor juez, auditor y declarante por ante mí.

Urdaneta, Pareja, 1. Celestino Azuero,Eleuterio Rojas, José María Morales.

Sentencia


Resultando que Eleuterio Rojas ha tratado de salvar a los conspira-dores, anunciándole a Pedro Celestino Azuero que lo solicitaban paraprenderlo, previniéndole que se ocultase; y siendo esta conducta propiade un enemigo del gobierno y de la persona de su excelencia el Libertadorpresidente, póngasele en prisión hasta que se purifiquen las sospechas ycargo que le resultan.

Urdaneta.


Vistos estos autos formados a los conspiradores contra el gobiernosupremo de la nación y la persona de su excelencia el Libertador presi-dente en la noche del jueves 25 del mes pasado, y resultando de ellos quePedro Celestino Azuero fue el órgano de Agustín Horment para repartirdinero entre los oficiales presos en el batallón Vargas; que por lasdeclaraciones del capitán Rudesindo Silva y de la del teniente IgnacioLópez, dicho Azuero concurrió a la casa de Luis Vargas Tejada, en dondelos conspiradores tuvieron su última reunión preparatoria para dar elgolpe; que por estos antecedentes y por haber pertenecido el expresadoAzuero al piquete que al mando del comandante Carujo invadió la casa

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de su excelencia el Libertador presidente y por las declaraciones contestesde tres criados de su excelencia el Libertador, que afirman haber oído elnombre de Azuero cuando los traidores ocuparon la casa y obraron enella, se induce la prudente racional credulidad de que el referido Azueroconcurrió también y obró del mismo modo sobre la casa de gobierno. Porestos fundamentos y por haberse aprehendido al mencionado Azuerodisfrazado a las diez de la mañana del sábado 27, dos días después de laconjuración, se convence plenamente que fue uno de los principalesautores de la conspiración; administrando justicia a nombre de la Repú-blica y con arreglo al decreto de 20 de febrero del presente año contra losconspiradores, se declara a dicho reo incurso en la clasificación delartículo tercero y se le condena a la pena de muerte y confiscación debienes a favor del Estado, conforme al artículo segundo de dicho decreto,consultándose previamente esta sentencia con su excelencia el Libertadorpresidente para su aprobación o reforma.




Su excelencia el Libertador presidente aprueba la anterior sentenciadada por la comandancia general del departamento contra el reo PedroCelestino Azuero.

Por su excelencia,José María Córdova.

República de Colombia, secretaría de Estado en el despacho de la guerra.Sección general

Bogotá, a 8 de octubre de 1828 l8º

Al excelentísimo señor comandante general del departamentode Cundinamarca.

Tengo el honor de devolver a vuestra excelencia original la causasobre la averiguación de los autores de la conspiración de la noche del 25

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de septiembre, habiendo sido aprobadas por su excelencia el Libertadorpresidente las sentencias pronunciadas contra los reos Pedro CelestinoAzuero y teniente Juan Hinestrosa.


Excelentísimo señor:

Se ha dado cumplimiento a la anterior sentencia pronunciada contraPedro Celestino Azuero, pasándolo por las armas hoy 14 de octubre de1828 en la plaza mayor de esta capital y lo mismo al teniente JuanHinestrosa, previa la degradación.

José Arce l.

NOTA


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PATRICIO PARADAConcluido

DECLARACION DEL CAPITAN RETIRADOPATRICIO PARADA. Octubre Iº.

En la ciudad de Bogotá, a Iº de octubre de 1828;el auditor de guerra,a virtud de las facultades concedidas por el gobierno en persecución delas diligencias relativas a la averiguación del crimen que estalló el 25 delcorriente, hizo comparecer ante sí y el presente escribano, al capitánretirado Patricio Parada 1, el que ofreció bajo la palabra de honor y eljuramento que prestó por la cruz del puño de su espada, decir verdad entodo lo que supiese y fuere preguntado; y siéndolo por su nombre, edad ysi sabe la causa de su prisión, dijo llamarse como queda dicho, su edad 34años y que hasta la presente ignora la causa de su prisión.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 del pasado desde las seisy media de la noche hasta el otro día?, dijo: que en su casa permaneciótoda la noche. excepto de las siete a las nueve, que estuvo donde su tíaRosalía.

Preguntado: si tu vo noticia antes del acontecimiento que iba a haber yquiénes estaban metidos en la conspiración, dijo que ignora uno y otro.

Preguntado: si le han mandado componer algunas armas o hacer decualquiera clase que sean, exponga circunstanciadamente cuántas hafabricado, en qué número, dijo que una llave de escopeta que le llevó elseñor doctor Rueda, que le parece es cura del Socorro, y un cañón, que lellevó otro clérigo, de escopeta para que se lo enderezara y la llave paraque la limpiara; otra de don Juan de Dios Haro, que hacía mucho tiempo

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la tenía en su poder, y otra del señor Tomás Escallón y una pistola debolsillo y dos cuchillos o culatas de espada que le llevaron para que lesacase punta y les echase mangos, como en efecto lo hizo, y quien se lomandó componer fue un señor Zuláibar.

Preguntado: si ha compuesto más puñales de los que refiere y si haentregado a otras personas y en qué número, dijo que no más que las quelleva expresadas así respecto de las personas que las mandaron compo-ner.

Preguntado: ¿Qué le dijo Zuláibar cuando le mandó componer loscuchillos que se refieren?, dijo: que le hicieran dos cuchillos para él yotro,que tenían que marchar a Antioquia y que habiéndose negado, exponién-dole no tenía lugar, a este tiempo le sacó las dos culatas o espigas deespada, rotas, que llevaba envueltas en un papel para que les sacase puntay echarles mangos.

Preguntado: ¿Qué figura tenían los cuchillos ya compuestos y qué cali-dad es la del mango y si los pusiesen presentes los conocería?, dijo: que lafigura regular de un puñalete y los mangos de cabo de cacho blanco y quesi se les ponen presente los conocerá.

Preguntado: si los que se le ponen presentes son los mismos, dijo que síy que son los únicos como lleva dicho que sacó punta y echó mangos; yleída que le fue esta su declaración dijo que se afirma y ratifica en ella, conadvertencia que otras armas, compuestas y sin componer en su taller, sehallaban las compuestas hacía mucho tiempo que las tenía ya en eseestado y las otras no había podido componerlas, lo que indica para lo quepueda convenir; y firma con el auditor y el presente escribano.

Tomás Barriga y Brito, P.Robledo de Parada.

Ante mí,José María Aranza'

NOTAS

1. De su Hoja de servicios, existente en el archivo histórico nacional (salón de la Repúbli-ca, "Hojas de servicios", tomo 39, folios 114 recto a 140 recto), transcribimos lossiguientes apartes sobre su actuación durante la guerra de la independencia y primerosaños de la República:

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"CUERPOS EN QUE HA SERVIDO Y DESTINOS QUE HA DESEMPEÑADO

En la brigada de artillería a las órdenes del comandante Salvador Cancino.En la maestranza de esta capital a las órdenes de los tenientes coroneles Mariano

Millán y José María Barrionuevo.De guardaparque de esta ciudad.En la segunda división de operaciones sobre Mariquita, montando algunas piezas de

artillería y arreglando el parque de Honda.Reconociendo y arreglando el parque de esta capital.De guardaparque de esta ciudad segunda vez hasta ahora.

CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA

Hizo la campaña del año de 12º en el norte de la República y la del l4º en esta capital, yla del 31º contra el gobierno intruso del general Rafael Urdaneta.

EXTRACTO

Que principió a servir desde el año de 1810 en clase de soldado voluntario en labrigada de artillería, y que hizo la campaña del norte el año de 1812,. y que se halló en laacción de Ventaquemada contra los españoles; lo comprueba con las certificaciones de los I

señores coroneles José María Cancino, José Arce, sargento mayor Buenaventura Mi-jllán, teniente coronel José María Garzón Zabala. Que hizo la del año de 13º y se halló enlas acciones de guerra del 9 de enero de 1813, y en la que dio el general Bolívar el año de14º a favor del gobierno republicano; lo comprueba con las certificaciones de loscoroneles José Arce, José Arjona, teniente coronel José María Garzón Zabala y sargentomayor Buenaventura Millán. Que hizo la campaña el año de 31 º contra el gobiernointruso del general Urdaneta ya favor del gobierno legítimo; lo justifica con las certifica-ciones de los generales Joaquín París y Ramón Espina y con las de los jefes ya citados,Arce, Arjona y Zabala. Que ha desempeñado los destinos de guardaparque en lasdiferentes épocas que ha sido nombrado, y que ha sido oficial de maestranza de estacapital. Que estuvo en Honda arreglando el parque en aquella ciudad y montandoalgunas piezas de artillería, y que todo esto lo ha desempeñado a satisfacción del gobiernoy de los jefes bajo cuyas órdenes ha estado; consta de las mismas certificaciones ya citadasy de su relación jurada. Asimismo consta de las mismas que su conducta política y militarha sido en todos tiempos irreprensible, perteneciendo siempre al gobierno legítimo.También certifica con tres despachos que ha presentado, haber obtenido el ascenso decapitán y los de los empleos en guardaparque y capitán de obreros de esta capital.

José Tomás Gómez de los libertadores de Venezuela y Cundinamarca, tenientecoronel graduado, primer adjunto al estado mayor general y encargado accidentalmentedel de la segunda división del ejército.

Certifico: Que la presente hoja de servicios ha sido formada con arreglo al decreto de 4de julio de 1833 y demás disposiciones vigentes, y en vista de los documentos presentadospor el interesado capitán Patricio Robledo Parada, al que considero acreedor a la mitadde su sueldo por diez años por hallarse comprendido en el caso 2º de la regla 3", artículonoveno de la ley de 20 de mayo de 1846, a cuya pensión tendrá derecho desde el día en quese deje de estar en servicio activo.

Cuartel general en Bogotá, a 9 de marzo de 1849.José T. Gámez. Visto bueno.

El general comandante general. Urdaneta":

2 Folios 140 recto a 141 vuelto del proceso original.

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LOS CRIADOS DEL DOCTOR DIEGO GOMEZConcluido

Silverio Abondano, segundo ayudante del estado mayor general.

Encargado por su excelencia el comandante general para examinar alos criados del señor Diego Fernando Gómez sobre la ocultación dealgunos conspiradores en la hacienda del Chocho, nombro de escribanoal sargento primero aspirante Francisco Alba, el que aceptó previas lasformalidades de ordenanza y firma conmigo.

Bogotá, 2 de octubre de 1828.S. 1. Abondano, Francisco Alba.

DECLARACION DE FERMIN L1EVANO. Octubre 2.

Inmediatamente pasó el juez comisionado al cuartel de granaderosmontados con el fin de examinar los criados del señor Diego Gómez, acuyo fin hizo comparecer a su presencia a Fermín Liévano, a quien se lerecibió juramento conforme a derecho y dijo llamarse como queda dicho,y que es criado de la hacienda del señor Diego Górnez.

Preguntado: ¿Qué sujetos han ido a la hacienda del Chocho, si losconsidera sospechosos y diga si permanecieron en la hacienda o quévía tomaron?, dijo: que el viernes pasado, como a las seis de la no-che, llegó el señor Juan Acevedo, hermano de la señora del señorGómez, que al día siguiente, como a las nueve de la mañana, llegó el

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señor Luis Vargas Tejada, que el lunes siguiente los fueron a buscar unapartida de tropa a aprehenderlos y que al aviso que les dio León Guerre-ro, también peón de la hacienda y que está en la parroquia para avisarlesde las novedades que ocurren, se escondieron en la hacienda, en donde seencontró una esclavina y la huella, que el exponente cree que hay maliciaen estos hombres por el recelo con que están y por esconderse cuando losbuscan; que al señor Tejada, ha oído decir, le dio un golpe el caballo enTerreros y que juzga que permanezcan escondidos en la misma haciendao sus inmediaciones, porque allí permanecían los caballos y de la hacien-da no faltaba ninguna bestia; que es cuanto tiene que decir sobre elparticular a cargo del juramento que tiene hecho, y diciendo ser de edadde 28 años, hace un signo de cruz y lo firma el señor juez comisionado y elpresente escribano.

S. J. Abondano. (Hay una cruz).Francisco Alba.

DECLARACION DE ANDRES GOMEZ. Octubre 2.

Inmediatamente compareció Andrés Gómez, el que previo el jura-mento de estilo dijo llamarse como queda dicho, y que es sirviente de lacasa del señor Diego Górnez,

Preguntado: ¿Qué sujetos han ido a la hacienda del Chocho, si losconsidera sospechosos, y diga si permanecieron en la hacienda o quévía tomaron?, dijo: que han llegado a la hacienda el señor Juan Ace-vedo el viernes en la noche y el señor Luis Vargas Tejada el sábadopor la mañana; que los considera sospechosos porque se recelan y seocultan en la hacienda cuando los iban a buscar; que en la parroquia deFusagasugá se halla León Guerrero, peón de la misma casa, el que lesavisa de las partidas que llegan y demás novedades que ocurran; que en elplatanal de la hacienda se encontró una esclavina, en que seguramenteestaban acostados, como también la huella hasta el río; que el exponentecree que ellos no han salido de la hacienda o sus inmediaciones, porqueestán en la hacienda las bestias en que fueron y de ellas no falta ninguna yporque supo por la señora de su patrón, que al señor Tejada lo habíaaporreado el caballo en Terreros; que es cuanto tiene que decir en elparticular; se afirma y ratifica bajo el juramento prestado; y diciendo ser

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de edad de 18 años hace un signo de cruz y el señor juez comisionado yelpresente escribano.

S. J. Abondano. (Hay una cruz).Francisco Alba.


De las dos declaraciones anteriores resulta que Luis Vargas Tejada yJuan Acevedo llegaron a la hacienda del Chocho los dos días siguientesal 25 del anterior, que deben permanecer allí ocultos; y que León Guerre-ro es el que les da avisos de las partidas que llegan a la parroquia deFusagasugá y de las demás provincias que observa serán para su aprehen-sión. Bogotá, 3 de octubre de 1828.

Excelentísimo señor,S. J. Abondano l.

NOTA

L Folios 67 recto a 69 vuelto del proceso original.

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RAMON GRANADOSConcluida

DECLARACION DE RAFAEL FERRO. Octubre 3.

En la ciudad de Bogotá, a 3 de octubre de 1828, el auditor de guerra, avirtud de orden superior, hizo comparecer a Rafael Ferro, a quien lerecibió juramento, el que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz,bajo cuyo cargo ofreció decir verdad en lo que supiese y le fuese pregunta-do; y siéndolo por su nombre, edad, y si sabe la causa de su arresto, dijollamarse como queda dicho, de edad de 24 años; y que la causa de suarresto es porque anoche a las siete estando sentado el exponente enla puerta de la botica de M. Ciro, en unión de dos muchachos, que deluno no sabe su nombre, pues solo lo llaman El Catire y el otro, llegó haciaZacon [sic] Rafael Ferro y trabando conversación con el declarante y losdos muchachos, dijo que si mataban al general Santander habría undegüello y que luego se levantaría el Socorro.

Preguntado: si además de esas expresiones virtió [sic] otras, dijo que no,solo que venía de Zipaquirá y se marchaba muy pronto; y leída que fueesta su declaración, dijo se afirmaba y ratificaba en ella sin tener queañadir ni quitar; y por no saber firmar lo hace el auditor con el secretario.

Tomás Barriga y Brito, Marcelino Echeverria.

DECLARACION DE VENTURA VELEZ. Octubre 3.

Inmediatamente hice comparecer a Ventura Vélez, alias El Catire,testigo nombrado en la anterior declaración; y habiéndole recibido jura-

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mento, que hizo en toda forma, ofreció decir verdad en lo que supiese y lefuese preguntado; y siéndole por su nombre y edad, dijo llamarse comoqueda dicho, de edad de 24 años.

Preguntado: ¿Dónde se halló anoche a las siete?, dijo: que se halló sen-tado en la puerta de su patrón, que lo es el señor Antonio Torices, enunión de su negrito José.

Preguntado: ¿Con quién conversó esa noche?, dijo: que con un esclavodel señor Gabriel Granados, el cual anda siempre huido.

Preguntado: ¿A qué se redujo lo que este les conversó?, fue lo siguiente:que así que acabaran de despachar a varios que había que matar y querespecto al general Santander no se sabía nada, pero que de resultas detodo habría degüello, saqueo y que los orejones tenían lanzas entre lasmangas de las chaquetas.

Preguntado: ¿Qué otras cosas dice sobre el particular?, dijo: que no más,y leída que fue esta su declaración dijo se afirmaba y ratificaba en ella; nofirma por decir no saber, lo hace el auditor con el presente secretario.

Tomás Barriga y Brito, Marcelino Echeverría.

DECLARACION DE JOSE CAT ARINO TORICES. Octubre 3.

Acto continuado compareció José Catarino Torices, esclavo del señorAntonio Torices, a quien sin que prestase juramento por menor de edad,se le invitó a que dijese la verdad y lo ofreció; y preguntándole por sunombre y que refiera lo que aconteció anoche a las siete cuando estandosentado en la puerta de su amo, en unión de Vélez y Ferro, cuando llegóRamón Granados. Dijo llamarse como queda dicho y esclavo en losmismos términos; y que lo que pasó anoche fue lo siguiente: que estandoen la situación que se ha expresado, esto es, sentado en la puerta de lacalle de su patrón, llegó Ramón Granados, esclavo del señor Gabriel [sic]Granados, el cual hace cuatro meses que anda huido, empezó a conver-sarles que los socorreños estaban esperando que mataran al generalSantander para levantarse, saquear y degollar, de modo que no se sabríaen qué pararía esto.

Preguntado: si hubo otras conversaciones relativas a lo mismo, dijoque no hubo más, y leída que le fue esta su declaración dijo se afirmaba y

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ratificaba en ello; no firma por decir no saber, lo hace el auditor y elpresente secretario.

Tomás Barriga y Brito,Marcelino Echeverría.

DECLARACION DE RAMON GRANADOS. Octubre 3.

En el mismo día el auditor en prosecución de estas diligencias y aefecto de tomar su confesión a Ramón Granados, y habiéndole recibidojuramento que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, ofreciódecir verdad en lo que supiese y fuese preguntado; y siéndolo por sunombre, edad y si sabe la causa de su prisión, dijo llamarse RamónGranados, esclavo del señor Gabriel [sic] Granados, que es de edad de 24años, dijo que sabe la causa de su prisión, que es porque anoche a cosa delas siete al pasar por la puerta de la casa de su amo lo llamó Rafael Ferroy le dijo: amigo, qué hay de nuevo de estas cosas y le contestó que habíaoído decir a varias gentes que si mataban al general Santander se levanta-ría el Socorro, y esto que los militares ya estaban todos juntos, que no sesabe en lo que vendría a parar esto y que Zipaquirá ya estaba alzado.

Preguntado: ¿A quién se lo oyó decir, en qué lugar y hora?, dijo: queayer después de la ejecución de esos hombres lo oyó decir en la plaza avarias personas que no conoció pues no hizo alto de nada.

Preguntado: si fuera de aquí ha oído semejantes expresiones a otraspersonas, dijo que no.

Preguntado: si no sabe u oído decir que otra persona ha oído lo mismo,dijo que absolutamente; y leida que fue esta su confesión instructiva, dijose afirmaba y ratificaba en ello; y por no saber firmar lo hace el auditorcon el presente secretario.

Tomás Barriga y Brito,Marcelino Echeverría.

Resultando comprobado el hecho de esta actuación por la confesiónde Granados, póngase en libertad a Rafael Ferro y tráigase al tribunalpor el escribano de guerra.

Urdaneta.

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Yo, el infrascrito escribano, en cumplimiento de lo mandado en elantecedente superior decreto, pasé al cuartel de milicias y al señor oficialde guardia que allí hay le impuse de él; y en su virtud puso en libertad aRafael Ferro, al que traje al tribunal de su excelencia, el señor generalRafael Urdaneta. Para su constancia pongo la presente en Bogotá, fechaut supra.

Joaquín Zapata Porras,escribano de guerra.

Sentencia


Vistos. No resultando de la presente actuación ninguna criminalidaden la causa de conspiración contra Ramón Granados, póngasele enentera libertad, comunicándosele esta orden al oficial de guardia delcuartel de milicias, en donde se halla preso Granados.

Urdaneta, Pareja.


En cumplimiento del anterior superior decreto de su excelencia elseñor comandante general, se le comunicó y se le puso en libertad.

El oficial de guardia de milicias,Eugenio Torres l.

NOTA1. Folios 118 recto a 120 vuelto del proceso original.

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JOAQUIN ACEVEDO

DECLARACION DEL CAPITAN JOAQUIN ACEVEDO. Octubre 4.

En la ciudad de Bogotá, a 4 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo traer a su presencia al capitán retirado Joaquín Acevedo, aquien se le recibió el juramento conforme a ordenanza y prometió decirverdad en lo que supiere y fuere preguntado; y siéndolo por su nombre,edad, clase y religión, dijo llamarse como queda dicho, de 51 años deedad, que es capitán retirado, cristiano, católico, apostólico y romano.

Preguntado: si ha tenido conocimiento anterior a la conspiración queestalló en esta ciudad en la noche del jueves 25 del mes pasado, dijoque no.

Preguntado: ¿Dónde estuvo aquella noche y con qué personas habló y aqué horas?, dijo: que retirándose para su casa de las nueve a las nueve ymedia de aquella noche se encontró con un sujeto desconocido, pasadoel puente de San Agustín para abajo, quien le dijo que había revolución,que los Vargas querían echarse sobre el gobierno, que el declarante noquiso creerlo y entonces aquel hombre le dijo que si quería desengañarsese fuese a una casa adelante de Santa Bárbara, en la que estaban reunidosalgunos hombres que disponían la defensa del gobierno; que con esteaviso el exponente se dirigió a aquella casa y efectivamente encontró enella de seis a siete hombres que hablaban en secreto; que el comandanteSilva le dio la mano y le dijo al exponente: silencio. silencio. váyase ustedpara el parque; que a esta prevención que le hizo Silva le preguntó el

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exponente si su excelencia el Libertador ya tenía aviso de la revolución delos Vargas, que Silva le dijo que ya 10 tenía y que se fuera volando para elparque, 10 que en efecto verificó el exponente.

Preguntado: ¿Qué personas conoció de las que estaban reunidas en lacasa donde le habló Silva?, dijo: que conoció al comandante Carujo y alteniente Ignacio López y no más.

Preguntado: si sabe de quién es aquella casa y si vio al dueño de ella,dijo que no sabe de quién es la casa; que cuando entró vio a una señoraque solo conoce de vista.

Preguntado: ¿Qué hizo después que se fue al parque y qué personasencontró allí?, dijo: que no encontró al capitán guardaparque José MaríaLeaño ni allí ni en su casa y que se volvió a buscar al comandanteCamacho a quien encontró cerca de su casa y quien le preguntó quénovedad había ocurrido, le contestó que los hombres a quienes había yaaprehendido dicho comandante le dijeron que Vargas se había subleva-do; que entonces en compañía del mismo Camacho se fueron para elparque.

Preguntado: si después de haber salido de la casa de que ha habladovolvió a encontrarse con Carujo y con el teniente Ignacio López y si hablócon ellos y en qué lugar, dijo que no.

Reconvenido: ¿Cómo ha negado que no ha tenido un conocimientoanterior a la conspiración cuando ha confesado que estuvo en la casa endonde se tuvo la junta preparatoria para el asalto?, dijo: que había com-prendido que se le preguntaba, si había tenido la noticia dos o tres díasantes, pero que es verdad que a las nueve y media de aquella noche supoque había una revolución del batallón Vargas en contra del gobierno.

Reconvenido: ¿Cómo teniendo esa noticia no dio parte inmediatamenteal secretario de la guerra o a cualquier otro jefe?, contestó: que elcomandante Carujo y Silva, cuando el exponente les preguntó si ya 10sabía el gobierno le dijeron que ya lo sabía y que ya estaba todo dispues-to, que lo que le interesaba era que se fuese volando para el parque.

Reconvenido: que siendo un oficial antiguo que debía cumplir con susdeberes, por qué obedeció a Carujo y a Silva y no trató, siendo un sucesode tanta importancia el que se había puesto en su noticia, de informarsedel comandante general o de cualquier otro jefe de rango, dijo que no lohizo porque se le aseguró que ya el gobierno lo sabía.

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Reconvenido: cómo era posible que se hubiese persuadido que seis osiete hombres que dice fueron los que encontró reunidos, fueran capacesde contrarrestar al batallón Vargas y que no siendo creíble que hubiesetenido tal persuasión, por lo mismo se manifiesta que el exponente estuvoen los planes de la revolución, dijo que de ningún modo estuvo impuestoen el plan de los conspiradores, quienes lejos de darle a entender algo lomandaron que inmediatamente se fuera para el parque.

Reconvenido: que no es creíble que el confesante no hubiese estadoinferido en el plan, pues un suceso tan extraordinario como la insurrec-ción del batallón Vargas no la debían esperar con serenidad y calmahasta 1 el momento en que diesen el golpe, sino que debió haberseinformado de los principales jefes si ya se habían tomado todas las provi-dencias necesarias para contenerla, dijo que ya tiene absuelto este cargo.

Reconvenido: cómo niega haber sabido el plan cuando de la declara-ción de Ignacio López, que se le ha leído, resulta que el confesante le dijoa López que el general Padilla debía ponerse a la cabeza de las tropas, dijoque es falso haber hablado con López sobre el particular.

Reconvenido: cómo niega haber hablado con el mismo López despuésde haber salido el confesante de casa de Vargas Tejada, cuando Lópezdeclara que habló con el confesante en la calle de la Carrera y que elconfesante tenía una lanza en la mano y que preguntó a Carujo, que sehallaba también con López, que cómo se tomaría el batallón Vargas, a loque respondió Carujo que el capitán Mendoza y los demás anotados enese cuartel ya estaban avisados para matar al oficial de guardia y hacersecargo de ella y que tomando a Vargas irían a tomar el cuartel degranaderos y que lo mismo harían con la guardia de milicias, dijo que entodas sus partes niega enteramente el cargo. Y no adelantándose otracosa mandó el señor juez suspender esta declaración para continuarla, sifuere necesario; la que habiéndosele leído al confesante dijo que no tieneque añadir ni quitar y que se afirma, ratifica y firma con el señor juez, elauditor, por ante mí, de que certifico.

Urdaneta, Pareja. Joaquín de Acevedo.Ante mí,

J. Tomás Gámez.

NOTA

1. Va entre renglones hasta.

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DECLARACION DE JOSE MARIA LEAÑO. Octubre 5.

En Bogotá, a 5 de octubre de 1828, el señor juez hizo comparecer alcapitán José María Leaño para evacuar la cita que le resulta de la anteriordeclaración; y previo el juramento de ordenanza ofreció decir verdad de10 que supiese y fuese preguntado; y siéndolo por su nombre, edad,empleo y religión, dijo llamarse como queda dicho, de edad de 45 años, suempleo capitán guardaparque, católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde se hallaba la noche del jueves 25 del mes pasadodesde las nueve hasta las 11 y media?, dijo: que en su casa.

Preguntado: ¿Con qué personas habló en esas mismas horas?, dijo: que alas nueve de la noche se acostó a dormir y se despertó cuando se sintieronlos tiros y que entonces ha llegado el capitán Joaquín Acevedo y hagolpeado una de las ventanas de su casa llamando al exponente, que sehizo negar por medio de unas muchachas que viven con él; que el capitánAcevedo fue a su casa en compañía de F. Ortega y que, con la razón que ledieron de no hallarse en la casa del exponente, se retiraron; que el objetocon que el expresado Acevedo fue a su casa fue de indagar sobre lanovedad que había ocurrido y que qué serían aquellos tiros que habíaoído de cañón y fusil!, y que desde entonces no 10 ha vuelto a ver. Que escuanto sabe y puede declarar sobre el particular y que 10 dicho es laverdad, en que se afirma y ratifica y firma con el señor juez, auditor porante mí, de que certifico.

Urdaneta, Pareja,José María Leaño, J. Tomás Gámez.

NOTA1. Va entre renglones y que qué serán aquellos tiros que había oído de cañón y fusil.

DECLARACION DEL COMANDANTEMANUEL HIGINIO CAMACHO. Octubre 5.

En el mismo día, mes y año el señor juez hizo comparecer al primercomandante Manuel Higinio Camacho para evacuar la cita que le haceen su declaración el capitán Joaquín Acevedo; y previo el juramento deordenanza ofreció decir verdad en 10 que fuese preguntado; y siéndolopor su nombre, empleo, edad, religión, dijo llamarse como queda dicho,

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que es comandante de parque, de edad de 53 años, católico, apostólico yromano.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche del 25 del mes pasado desde lasnueve hasta las doce de aquella noche?, dijo: que en su casa hasta elmomento en que, avisado por sus criados del fuego que se sentía, com-prendiendo que fuese una gran novedad, salió a la calle con dirección alparque; que en el tránsito encontró al capitán Joaquín Acevedo, a quienle preguntó qué era eso, que qué novedad había ocurrido, a lo que lecontestó que él se hallaba en la misma perplejidad, que ignoraba lo quehabía sucedio; que en compañía del mismo Acevedo siguió para elparque y que pasados cinco minutos, poco más o menos, llegó el jefe deestado mayor con una guardia del escuadrón granaderos montados ymandó entregar el puesto a la de artillería, conduciéndose estos con elcapitán Acevedo hacia la plaza. Que es cuanto sabe y puede declararsobre el particular, que en lo dicho se afirma y ratifica; y firma con elseñor juez auditor, por ante mí, de que certifico.

Urdaneta, Pareja,Manuel Higinio Camacho.

Ante mí,J. Tomás Gámez.

CAREO ENTRE EL CAPIT AN ACEVEDOy EL COMANDANTE CAMACHO. Octubre 5.

Incontinenti el señor juez mandó se procediese al careo y confronta-ción del capitán Joaquín Acevedo con el primer comandante ManuelHiginio Camacho, testigo citado por su parte; y habiéndosele pregunta-do si conoce al expresado comandante y si sabe que le tenga odio o malavoluntad, previo el juramento de ordenanza, dijo que sí lo conoce y queno sabe le tenga odio o mala voluntad; que se conforma en todo con ladeclaración que se le ha leído del señor comandante Camacho, añadien-do que era tanta la perplejidad en que se encontró aquella noche que nosabía si hablaba con amigos o enemigos. Con lo que se concluyó lapresente diligencia y la firma el señor juez, el auditor y declarante, porante mí, de que certifico.

Urdaneta, Pareja, Manuel Higinio Camacho,Joaquín de Acevedo, J. Tomás Gámez.

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AMPLIACION DE LA DECLARACIONDEL COMANDANTE CARUJO. Octubre 30.

En la ciudad de Bogotá, a 30 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo comparecer ante" sí al primer comandante Pedro Carujo paraevacuar la cita que el teniente Ignacio López hace con referencia alcapitán retirado Joaquín Acevedo, y habiendo prestado el juramento deordenanza, ofreció decir verdad en lo que supiese y fuese preguntado; ysiéndolo sobre si es cierto que estando el exponente la noche del 25 delpasado en la calle de la carrera en unión del teniente López y del capitánAcevedo y Pedro Celestino Azuero, le preguntó dicho Acevedo al decla-rante cómo se tomaría el cuartel de Vargas; y si es verdad que Acevedotenía entonces una lanza en la mano, dijo que no se acuerda absoluta-mente haberse reunido en la calle de la carrera con los sujetos que se citan,en cuya reunión el capitán Joaquín Acevedo preguntase al exponentecómo se tomaría el cuartel de Vargas y que cree que este acontecimientono tuvo lugar en los términos que arriba se expresan, pero que era vozcomún y el declarante lo diría en la casa de Vargas Tejada, según se habíadeterminado allí mismo, que los capitanes Briceño, Mendoza, Silva, elteniente Hinestrosa y los otros oficiales de artillería se encargarían detomar el cuartel de Vargas, y que el capitán Briceño, en particular, habíade ir con un piquete de artilleros a tomar la guardia del general Padilla yponer a este en libertad para reunirse después con los otros; que cuando eldeclarante vio al capitán Joaquín Acevedo en la casa de Vargas Tejada lanoche del 25, le parece que tenía una lanza en la mano y que además hacememoria, el que depone, que se dijo por algunos tumultuariamente quedicho Acevedo podía ir a encargarse de la guardia del parque, pero queignora absolutamente lo que el referido Acevedo practicó esa noche. Conlo que se concluyó esta diligencia y la firma con el señor juez y el auditorpor ante mí.

Urdaneta. Pareja.P. Carujo, M. Be/monte.

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Sentencia


Visto el proceso actuado contra los conspiradores del 25 de septiem-bre úlitmo y resultando que el capitán retirado Joaquín Acevedo concu-rrió a la junta preparatoria en casa de Luis Vargas Tejada por la propiaconfesión del reo y declaración del primer comandante Pedro Carujo; yconstando además de la declaración del teniente Ignacio López que dichoAcevedo obró activamente en la ejecución de la conspiración por habersehallado armado con una lanza, circunstancia que expresa también elcomandante Carujo; y habérsele destinado para que se encargase de laguardia del parque, administrando justicia a nombre de la República ycon arreglo al decreto contra conspiradores de 20 de febrero del presenteaño, se condena a dicho Acevedo a la pena de ser ahorcado y confiscaciónde bienes a favor del Estado, previa degradación de su empleo, consul-tándose esta sentencia con su excelencia el Libertador presidente parasu aprobación o reforma.

Rafael Urdaneta. Tomás Barriga y Brito.

Bogotá, 10 de noviembre de 1828.

Secretaría de Estado en el departamento de la guerra.

Su excelencia el Libertador presidente, oída la opinión del consejo deministros, ha conmutado la pena de horca y confiscación de bienes,sentenciada por el tribunal de la comandancia general de este departa-mento contra el capitán retirado Joaquín Acevedo, en la de seis años depresidio rígido en cualquiera de los de la República, previa la degrada-ción de su empleo. Al efecto, en el término de tres días debe remitirse aCartagena para que de ahí sea enviado al presidio de Maracaibo, en elque debe cumplir su condena.

Por su excelencia, el secretario de guerra,

José Maria Cárdova,Joaquin de Acevedo.

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Cúmplase y ejecútese lo que su excelencia manda, notificándose alacusado.

Rafael Urdaneta.

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, el sargento mayorprimer comandante José Arce pasó al cuartel de Vargas, en donde sehalla preso el capitán de artillería Joaquín Acevedo, a quien hizo saber laanterior sentencia y enterado de ella la firmó con dicho mayor.

José Arce.(No aparece firmada por el capitán Acevedo).

José Arce, primer comandante y mayor de esta plaza, certifico quehoy 13 de noviembre de 1828 ha sido degradado el capitán retiradoJoaquín Acevedo ', con las formalidades de ordenanza y para que asíconste por diligencia, la firmo.

José Arce 2.

NOTAS

L Entre los documentos que forman la Hoja de servicios del capitán Joaquín Acevedo,levantada años más tarde, se encuentra la siguiente certificación, expedida a petición deuna de las hijas del ilustre prócer bogotano:

"José María Mantilla, senador de la República y general de su ejército, en uso de letrasde retiro, certifico y juro:

Que el señor Joaquín Acevedo, sargento mayor de ejército, contribuyó eficaz ynotoriamente en esta capital el memorable 20 de julio de 18 \O a derrocar las autoridadesespañolas y a proclamar la independencia de la Nueva Granada, mereciendo por suheroico comportamiento que el pueblo lo proclamara comandante de una reunión de másde 200 artesanos armados, a cuya cabeza ayudó a tomar el parque y almacenes deartículos de guerra que custodiaban un cuerpo de artilleros españoles.

Me consta que pocos días después de este heroico suceso se organizaron dos compañíasde artilleros y Acevedo fue nombrado sargento primero de una de ellas, en la que muypronto ascendió a alférez, en cuyos destinos prestó útiles servicios con su inteligencia,aplicación y actividad nada comunes.

Me consta que el año de 1812 desempeñó en la ciudad de Tunja el laborioso destino deguardaparque en la división que mandaba el ilustre mariscal de campo Antonio Baraya,destinada a recuperar la frontera de Cúcuta, ocupada entonces por los españoles, y quehabiendo marchado a aquel punto en el de 18 \3 hizo aquella campaña y quedó enguarnición, a tiempo que yo marché, en abril del mismo año, a la campaña de Venezuela,por cuyo motivo no pude ser testigo presencial de sus servicios hasta el de 1815, que fuidestinado a la misma frontera mandando el batallón defensores de la Unión.

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Me consta qué este jefe prestó oportunos y útiles servicios en agosto de 1830 cuandolos amigos del general Bolívar, apoyados en el batallón Callao, sitiaron esta ciudad,obtuvieron el sangriento y ominoso triunfo del Santuario de Funza y derrocaron algobierno legítimo, a tiempo que yo desempeñaba en esta capital el empleo de prefecto deldepartamento de Cundinamarca, por cuyos hechos sufrió persecuciones que más tardedulcificó el carácter benéfico de que se invistió al general en jefe Rafael Urdaneta, jefe dela administración provisoria que recuperó al gobierno legítimo.

No consta, en fin, que siendo Acevedo un pobre carpintero el año de 1810, nohabiendo contado con más recursos que el pequeño sueldo de subalterno del ejército,cuando no era posible asistir a los servidores con lo que la ley les acordaba, yhabiéndose distinguido por su probidad, que vino a ser proverbial, necesariamentemurió pobre, dejando en el más triste desamparo tres o cuatro hijas, cuyo trabajo noles alcanza para vivir y sufren graves escaseces.

A pedimento de una de dichas señoras y en obsequio de la justicia, como tambiénpara tributar un débil homenaje al patriotismo y méritos de aquel virtuoso ciudadano,firmo la presente en Bogotá, a 15 de marzo de 1848.

José María Mantilla"

(Archivo histórico nacional, salón de la colonia, "Hojas de servicios", tomo 2, folios467 recto y vuelto).

2. Folios III recto a 117 recto del presente original:

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DOCTOR JOAQUIN SUAREZConcluido.

DECLARACION DEL DOCTOR JOAQUIN SUAREZ. Octubre 4.

En la ciudad de Bogotá, a 4 de octubre de 1828, el señor juez hizocomparecer al señor doctor Joaquín Suárez, a quien se le recibió jura-mento, que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, a cuyocargo ofreció decir verdad en lo que supiese y fuese preguntado; ysiéndolo por su nombre, edad, empleo, vecindario y religión, dijo lla-marse como queda expresado, mayor de 40 años, juez de diezmos delcantón de La Mesa, vecino de esta ciudad, católico, apostólico y romano.

Preguntado: si ha tenido un conocimiento anticipado de la conspira-ción que estalló en esta ciudad la noche del jueves 25 del mes pasadocontra el gobierno supremo de la nación y la persona de su excelencia elLibertador presidente, dijo que no tuvo conocimiento ningunoanterior.

Preguntado: si por alguno de los que han resultado autores de laconspiración había obtenido antes alguna comisión o encargo, dijo quede todos los que hasta el día resultan autores o cómplices de aquel sucesoy que en este acto se le han nombrado, a excepción de Horment, conquien tuvo cierta desavenencia de intereses, no ha tenido amistad casi conninguno de ellos y que, por lo mismo, no ha merecido ninguna confianzao encargo de parte de ellos.

Preguntado: si en los días anteriores a la revolución tuvo noticia de quese recogiera algún dinero y con qué objeto, dijo que no.

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Preguntado: si conoció al teniente Ignacio López y si tuvo amistad conél, dijo que le parece haberlo visto, pero que no tuvo amistad ni ningunacomunicación con él.

Preguntado:.¿Cómo ha negado no haber tenido una noticia anticipada ala conspiración cuando de la declaración de Ignacio López y de otrasconsta que ha entrado en el plan y ha cooperado a proporcionar recursospara su ejecución?, dijo: que es perentoriamente falso lo que se asegura enel cargo de reconvención que se le ha hecho, nacido de la declaración delteniente Ignacio López; que al citado López no puede ni asegurar que loha conocido bien; que tan lejos ha estado de obtener comisión de ningunaclase, que ignora hasta las generalidades del plan de conspiración quetuviesen formado; que puesto que su comisión era dirigida a recabarauxilios para poner en ejecución el proyecto meditado, apela al testimo-nio del mismo general Fortoul, su cuñado a quien en muchos días antesde la conspiración no había dirigido una sola letra; que solicitará laúltima carta, fecha en Tunja, que ha recibido del referido su cuñado ycaso de que sus hijos no se la hayan perdido la presentará en el momentode ser hallada; que apela al testimonio de las personas que le hayancontribuido, quienes deberán expresar en dónde, en qué moneda y conqué requisitos y en qué términos lo hicieron; que repite que con el señorHorment, desde un pleito que tuvieron sobre el alquiler de un casco dealmacén (que consta a los señores Peñarredonda, Julián y AntonioSantamaría, al señor doctor Hinestrosa, a los escribanos Elorga yPorras, al señor doctor Ronderos y otras personas), no se les habrá vistoni saludarse mutuamente. Que en el espanto y admiración que le causauna declaración tan falsa y tan maligna que no se atreve a creerla dadapor equivocación, ha recordado que siendo ministro interino de la altacorte de justicia juzgó en corte marcial a un tal teniente López, supuestocapitán y cómplice en la recepción de Casimiro Solanilla y de PioquintoCamacho, según se acuerda y que su voto fue condenatorio, circunstan-cia que le hace entrever algún espíritu de venganza, aunque de tantaperversidad como este, pues, repite, no puede asegurar conociese perso-nalmente al mencionado López; que entonces salió depuesto y desterra-do por sentencia de la alta corte marcial; que con motivo de lo que sesabía por notoriedad en orden a la conducta de este oficial juzgado,puede afirmar que le hubiera tenido en cualquier parte después de sujuicio. Empero que, supuesto a que su encargo ha sido recoger dinero

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para proteger la conspiración, las personas que contribuyeron, aquella aquienes pidiese alguna cosa, las que lo recibieron de su mano, o, en fin,cualquiera otra que interviniese en este encargo, puede deponer del día,hora, especie de moneda, lugar en que lo recibieron o de cualquiera otracircunstancia que conduzca a convencer este cargo. Que siendo tal sugravedad, como se conoce a primera vista, apela también a la notoriedadde la conducta del deponente, a que se examine en qué reuniones se le havisto, qué casas frecuentaba de alguna sospecha o con qué personastrataba de poco crédito y honrosidad; quiere que sean examinados sumujer y sus hijos y aun a los sujetos de honor que viven en su vencindad,porque en una comisión de la naturaleza de esta era preciso que diesealgunos pasos y era imposible moralmente desempeñarla sin la interven-ción de otras personas; que sus papeles, sus libros y todo lo que tiene a lavista y que como suene en esta declaración el general Padilla, su compa-dre, a quien ha servido en algunas ocasiones por gratitud y por una justarecompensa de sus servicios, debe sin embargo asegurar que ha más decuatro meses o mejor dirá, que desde junio, se retiró de su casa y de sucomunicación y no volvió más a ella. Que se reserva a exponer lo queconvenga en el particular, si fuese necesario.

Reconvenido: que siempre queda vigente el cargo, que el desvaneci-miento que ha tratado de hacer se funda en el ningún conocimiento yamistad de Ignacio López, en una presunción que este haya hecho esadeclaración por un espíritu de venganza en la conducta del exponente yque, en caso de haber obtenido la comisión que se expresa, debe habermuchas personas que lo sepan y tengan noticia. No es presumible moral-mente hablando que un hombre que se hallaba en capilla entregado a losbrazos de un confesor con quien debió haberse dispuesto para morirbien, que en el momento que esperaba presentarse ante el tribunal delDios eterno, buscase su condenación, forjando una calumnia que podíacausarle al exponente graves males y aun la ruina de su familia. Por lo querespecta a la conducta que expresa, conserva el exponente cuando máses en su favor de su conducta moral, pero como las opiniones políticaspervierten y exaltan el espíritu, habiendo manifestado el exponente unadecisión constante al régimen constitucional que era el que los conspira-dores querían restablecer, por su conducta anteacta, es presumible quehaya cooperado a su restablecimiento. Que no se puede creer que López,por un espíritu de venganza, haya tratado de perder al exponente por su

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voto condenatorio en la causa que expresa, pues el mismo sentimientodebió impelerlo a manchar a los otros jueces que conocieron en aquellacausa, y cuando esto no ha sucedido es muy probable que haya dado sudeclaración en obsequio de la verdad y del orden público, exonerando suconciencia de los reatos que lo oprimían. En cuanto a que sea muy fácildescubrir de las personas que han contribuido con dinero, es presumibleque reputándose cómplices tengan muy buen cuidado en guardar secretoy que la misma operación de recoger el dinero ha debido hacerse deigual modo, dijo que en efecto es muy duro creer que un hombre se atrevaa calumniar a otro al borde mismo del sepulcro, cuando tantos motivosdeben alejarlo de la maldad, pero que prescindiendo de que esto no seríanuevo en las flaquezas de los hombres, le ocurre ahora el creer que bienpuede haberse querido lisonjear por los principales conspiradores, agen-tes como López, con persuadirles de la cooperación de hombres dequienes ellos tuviesen algún concepto, pues es muy conocida la honrosi-dad y la fidelidad inalterable al gobierno del general Pedro Fortoul,quien ha dado tantos testimonios en todas circunstancias de su buencomportamiento. Que por lo que mira a las opiniones del exponente,cualesquiera que hayan sido, él tiene que confesar ahora que siempre hasido honrado, decente en su conducta y que nunca ha entrado ni endisociaciones clandestinas, ni en proyectos criminales, pero ni siquiera hatomado la pluma una sola vez para censurar a los actuales magistrados,para deprimir al gobierno ni para esparcir desconfianzas, aun cuando enesta capital yen otras partes se escribía con animosidad. Que sus amista-des y las personas que frecuentan su casa son bien conocidas y que puedehacer constar con la serie de hijos y domésticos que le rodean, el sosiego yla tranquilidad con que ha dormido en su casa en la noche del suceso. Quede ella salió a las ocho a traer a su esposa de casa de la señora Santanderde Briceño, de quien es pariente, y que se volvió con ella, como a lasnueve y media o diez de la noche, dejando allí al señor general Santander,al coronel Briceño, al doctor Arganil, que había ido como médico, a unsujeto Honorato Rodríguez, a su prima política Josefa Fortoul y a otraspersonas. Que el motivo de esta visita fue porque la señora de Briceñohabía parido a las tres de la tarde y hasta las nueve de la noche, o cerca deellas, tuvo detenida la par con desmayos y accidentes convulsivos y queluego que desapareció el cuidado, trataron de retirarse el exponente y suesposa, quienes entraron a su casa a vista de toda su familia a las nueve y

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media o diez, cenaron y se acostaron hasta el otro día, en que un viejo quedormía en la tienda, con un hijo suyo, entró a referirle lo que habíasentido en la calle real, hasta su cama y a esa hora; que serían las seis ymedia de la mañana, ha salido el que declara a casa de su amigo el doctorEgea a preguntarle qué sabía de tan escandalosa novedad y lo halló casien la misma ignorancia de lo ocurrido. Que repite que nunca ha desmen-tido su obediencia y fidelidad al gobierno y que, por lo menos, si no esfácil descubrir a los cómplices de un delito por su común interés, sí almenos es cierto que ellos no son invisibles y que delitos como el presentenecesitan una repetición de actos por cuya consonancia pudiera deducir-se alguna cosa que indujese siquiera algunas sospechas. Con lo que seconcluyó la presente diligencia, añadiendo en este acto el que expone quehasta ahora no ha dado una sola prueba de odio o desafecto a suexcelencia el Libertador ni a ninguno de los actuales magistrados, obede-ciendo todo acto de gobierno aun cuando no fuese conforme a sus ideas ysuscribiendo, como lo ha hecho gustoso, el acta de 13 de junio, celebradaen esta capital, y la nueva representación que ahora se ha elevado a suexcelencia, la que se le leyó al exponente; y se afirma y ratifica firmándolacon el señor juez, el auditor, por ante mí, de que certifico.

Urdaneta. Pareja. José J. Suárez, J. Tomás Gámez':

NOTA

1. Folios 106 a 110 recto del proceso original.

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FRANCISCO RaCHEConcluido

DECLARACION DE FRANCISCO ROCHE. Octubre 4.

En la ciudad de Bogotá, a 4 de octubre de 1828, el señor juez hizo traera su presencia al señor Francisco Rache con el objeto de aclarar el motivopor qué se le encontraba en su poder el equipaje del teniente PedroGutiérrez, y previo el juramento que hizo por Dios Nuestro Señor y unaseñal de cruz, ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado; ysiéndolo por su nombre, edad, empleo, vecindario y religión, dijo llamar-se como se ha expresado, de edad de 62 años, empleado en las rentas delEstado en el cantón de Sogamoso, vecino de Tunja, cristiano, católico,apostólico y romano.

Preguntado: ¿Cuál ha sido el motivo de haberse encontrado en su poderdos baúles pertenecientes al teniente Pedro Gutiérrez?, dijo que hace unmes que el expresado oficial llegó de Cartagena a esta ciudad y se alojó ensu casa por tener parentesco con su esposa.

Preguntado: si sabe la causa de haber desamparado dicho oficial suequipaje y no haber vuelto a casa del exponente, dijo que ignora elcontenido de la pregunta.

Preguntado: si no sabe que el referido oficial ha sido uno de loscómplices de la conspiración contra el gobierno, dijo que lo ignora.

Preguntado: que a quién ha entregado el equipaje de dicho oficial y dequé orden, dijo que el oficial Rojas fue a casa del exponente en pos dePedro Gutiérrez y no habiéndolo encontrado sino únicamente el equipaje

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y le intimó que viniese al cuartel, que al expresado Rojas entregó elequipaje y que no sabe de orden de quién se lo pidió. Con lo que seconcluyó la presente diligencia y la firma el señor juez, el auditor ydeclarante por ante mí, de que certifico.

Urdaneta. Pareja.Francisco Roche, J. Tomás Gámez+.

NOTA1. Folios 121 recto a 122 recto.

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MANUEL LUGO

DECLARACION DEL SUBTENIENTE MANUEL LUGO. Octubre 6.

En la ciudad de Bogotá, a 6 de octubre de 1828, el señor juez hizo traera su presencia al subteniente Manuel Lugo, a quien se le tomó juramentoconforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decir verdad en lo que fuesepreguntado; y siéndolo por su nombre, edad, clase y religión, dijo lla-marse como queda dicho, de edad de 28 años, ayudante de milicias deinfantería, cristiano, apostólico y romano.

Preguntado: si ha tenido un conocimiento anterior a la conspiraciónacaecida en la noche del 25 del mes pasado, dijo que no.

Preguntado: ¿Con qué personas estuvo aquella noche, en qué lugar yaqué horas?, dijo: que aquella noche estuvo en la puerta del cuartel demilicias con el teniente Cayetano Galindo, el sargento Aranza, el sar-gento León Naranjo y Dionisio Tavera hasta más de las nueve y media;que con ninguno de ellos habló sobre la revolución acaecida, ni les hablócosa relativa a ella.

Preguntado: si en aquella noche habló con el coronel Guerra, dijo quesólo lo vio por la tarde, pero que no habló por la noche con el expresadocoronel.

Preguntado: si antes de estar con Galindo en el cuartel estuvo con esteen alguna reunión, dijo que no.

Preguntado: si en aquella noche estuvo con el expresado Galindo enel cuartel de artillería, dijo que sí, a las siete y media, porque Galindo le


dijo que lo acompañase en solicitud del jefe de estado mayor o delcomandante de artillería.

Preguntado: si cuando estuvo en el cuartel de artillería vio formada latropa y si habló con el subteniente Alquisiras, dijo que no vio formada latropa y que sí habló con Alquisiras, quien le dijo que habían sacado alcapitán Triana para ponerle un par de grillos en granaderos montados.

Preguntado: ¿A qué horas se retiró a su casa y hasta cuándo estuvo enella?, dijo: que hasta las nueve y media, en donde permaneció hasta lascinco de la mañana del día siguiente. Que es cuanto puede declarar, queen lo dicho se afirma y ratifica; y firma con el señor juez y auditor porante mí.

Urdaneta, Pareja, Manuel Lugo.José Tomás Gámez,

Secretario.

DECLARACION DE SAL VADOR CAMARGO. Octubre 6.

Inmediatamente hice comparecer al sargento Salvador Camargo paraevacuar la cita que le resulta de la anterior diligencia, y previo el juramen-to de ordenanza, prometió decir verdad en lo que se le preguntase.

Preguntado: por su edad, clase y religión, dijo llamarse como quedaexpresado, de 23 años de edad, sargento primero del batallón de milicias,cristiano, católico, apostólico y romano.

Preguntado: si antes que sucediese la revolución del jueves 25 del mespasado tuvo alguna noticia de ella, dijo que no.

Preguntado: ¿Con qué personas habló aquella noche y en dónde estuvo?,dijo: que con el ayudante del cuerpo Manuel Lugo, quien lo mandó lla-mar con el tambor Fernando Molano a eso de las ocho de la noche y que sefue para el cuartel, en donde encontró al ayudante Lugo, quien estuvo con eldeclarante hasta las nueve y media de la noche; que el ayudante Galindoinsultó con malas palabras al subteniente Lugo, pero que no sabe por quémotivo; que el ayudante Galindo le dijo al exponente que no le obedecieraal subteniente Lugo, que era un borrico, y que con esto se retiró dichoLugo; que al exponente lo hicieron entrar de guardia esa noche pororden del ayudante Galindo, quien dijo que tenía órdenes reservadascomo adjunto al estado mayor y que en esa virtud mandó que el decla-

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rante entrase [sic] de guardia, en la que permaneció hasta el día si-guiente.

Preguntado: si el ayudante Galindo o el subteniente Lugo no lehicieron algunas prevenciones o no le advirtieron sobre la revolución queiba a haber esa noche, dijo que el teniente Galindo le dijo que noobedeciese al subteniente Lugo; que le dijo que estuviese listo, que quiénsabe qué habría esa noche y que aun cuando trató de averiguar qué era loque iba a haber no se lo quiso descubrir; que cuando ha oído los tiros pusomovimiento y formó la guardia; que estuvo en gran cuidado hasta queoyó decir viva el Libertador, viva el gobierno; que antes prendió un cabo yun soldado de artillería que se acercaron al cuartel de milicias y lespreguntó que qué novedad había y le dijeron que el batallón Vargas sehabía sublevado; que es cuanto sabe y puede declarar bajo el juramentoque tiene hecho; y firma con el señor juez, el auditor, por ante mí.

Urdaneta, Pareja,Salvador Camargo.

Por ante mí,J. Tomás Gómez

DECLARACION DE JOSE MARIA ARANZA. Octubre 7.

En la ciudad de Bogotá, a 7 de octubre de 1828, el señor juez hizocomparecer al sargento de milicias José María Aranza, quien previo eljuramento de ordenanza ofreció decir verdad en lo que fuese preguntado;y siéndolo por su nombre, empleo, edad y religión, dijo que se llama comoqueda dicho, que es sargento primero de milicias de infantería, de edad de26 años, católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche del jueves 25 del mes pasado enque aconteció la revolución?, dijo: que desde las ocho de aquella nocheestuvo en el cuartel milicias hasta el otro día viernes, que entró de guardia.

Preguntado: ¿Qué oficiales vio y con quiénes conversó aquella noche enlas horas que estuvo en su cuartel?, dijo: que vio al subteniente Lugo y alteniente Cayetano Galindo, a quienes no vio conversar; que el tenienteGalindo insultó con palabras injuriosas al subteniente Lugo en la puertadel cuartel, porque hizo salir fuera a los tres sargentos que se hallaban allí,

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y que por este motivo el subteniente Lugo se retiró y el exponente sequedó en el cuartel; que serían las nueve y media cuando el expresadoLugo se fue para su casa.

Preguntado: si antes de aquella noche o cuando estuvo Galindo en elcuartel le oyó hablar alguna cosa sobre la revolución, dijo que no. Que escuanto puede declarar sobre el particular y que en lo dicho se afirma yratifica; y firma con el señor juez, el auditor, por ante mí.

Urdaneta. Pareja.José María Aranza. J. Tomás Gámez.

DECLARACION DE DIONISIO TAVERA. Octubre 7.

Inmediatamente compareció el sargento primero Dionisio Tavera,quien previo el juramento de ordenanza ofreció decir verdad en lo quefuere preguntado; y siéndolo por su nombre, empleo, edad y religión, dijollamarse como queda dicho, que es sargento primero de milicias, de edadde 25 años, católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche del jueves 25 del mes pasado enque estalló la revolución?, dijo: que estuvo en el cuartel de milicias aconsecuencia de la orden del teniente Galindo para que se estuvieran allí;que el subteniente Lugo por súplica de los sargentos les dijo que sesalieran para la calle, a tiempo que el teniente Galindo estaba en la puerta;que este les dijo que sus órdenes eran las que se obedecían, que a ese oficialborrico, bruto, no tenían que obedecerle y que si no se iba de allí Lugo losacaría a patadas.

Preguntado: si el subteniente Lugo se quedó en el cuartel después delas voces que tuvieron Galindo y él, dijo que inmediatamente se fue parasu casa dicho Lugo.

Preguntado: ¿Qué oficiales vio y con quiénes conversó aquellas horasen que permaneció en el cuartel?, dijo: que no vio más oficiales que a losque ha mencionado, pero que como a las nueve de aquella noche llegó elmayor Zabala y se estuvo sentado como media hora en el cuartel y quecon nadie conversó.

Preguntado: si antes de aquella noche le oyó decir alguna cosa aGalindo u otras personas relativamente a la revolución, dijo que no. Que

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no tiene más que decir, que se afirma y ratifica; y la firma con el señorjuez, el auditor, por ante mí.

Urdaneta. Pareja. Dionisio Tavera.Ante mí,

J. Tomás Gómez

DECLARACION DE LEON NARANJO. Octubre 7.

Incontinenti el señor juez hizo comparecer al sargento primero LeónNaranjo, a quien se le tomó juramento con arreglo a ordenanza y prome-tió decir verdad en lo que fuere preguntado; y siéndolo por su nombre,edad, clase y religión, dijo llamarse como queda dicho, de edad de 25años, que es sargento primero de milicias, católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde estuvo, a qué horas y con qué personas la noche deljueves 25 del mes pasado?, dijo: que estando conversando en una tiendacon el sargento Tavera, llegó el teniente Cayetano Galindo y por la fuerzalos hizo entrar al cuartel de milicias a presencia del subteniente Lugo; quedespués que se salió Galindo le dijo el exponente al ayudante Lugo quepara qué sería aquello, que una vez que estaban sin ración y que no sehallaban acuartelados les permitiera irse a dormir a sus casas; que Lugoaccedió y viéndolo salir Galindo los volvió a hacer entrar diciéndoles queese borrico, bruto, de Lugo, no tenía voz ni mando allí y que si no se iba ledaría de patadas; que a esto el ayudante Lugo tomó su esclavina y se fuepara su casa; que esto sucedió como a las nueve de la noche. Que no tienemás que decir sobre el particular, que en lo dicho se afirma y ratifica; yfirma con el señor juez, el auditor, por ante mí.

Urdaneta. Pareja,León Naranjo. J. Tomás Gámez.

Sentencia

Bogotá, a 7 de octubre de 1828.

Vistos. No resultando de la presente actuación la más pequeña com-plicidad en la causa de conspiración contra el subteniente Manuel Lugo,póngase en entera libertad.

Urdaneta, Pareja, J. Tomás Gómez

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Inmediatamente hice saber la anterior providencia al subtenienteManuel Lugo.

Manuel Lugo, Gámezí,

L Folios 250 recto a 263 recto vuelto del proceso original.

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JUAN MIGUEL ACEVEDO


DECLARACION DE JUAN MIGUEL ACEVEDO. Octubre 10.

En la ciudad de Bogotá, a 10 de octubre de 1828, el auditor de guerradoctor Tomás Barriga, a virtud de orden superior, hizo comparecer antesí y el presente escribano al señor Juan Miguel Acevedo, al que habiendoprestado el juramento de decir verdad en lo que supiese y fuese pregunta-do, y siéndolo por su nombre, edad, dijo llamarse como queda dicho, deedad 20 años.

Preguntado: ¿Desde cuándo supo que se tramaba la conspiración, quéhizo la noche del 25, con qué personas habló, qué personas conoció?, dijo:que media hora antes del acontecimiento, que estuvo donde su tío Juan avisitarlo por enfermo y a esperar a su tía Luisa para venirse juntos a sucasa, como lo había hecho las noches anteriores; que duró en casa dedicho su tío desde las seis y media de la noche hasta cosa de las nueve, enque se volvió solo por no haber llegado su tía y responde que supo elacontecimiento media hora antes que sucediera.

Preguntado: ¿Cómo lo supo?, dijo: que estando el exponente en la piezabaja donde duerme su tía con sus primos Pepito y Rufina vio bajar a su tíaLuisa llorando y le dijo al declarante que su hijo estaba perdido, que ibana hacer una revolución y Acevedo contestó que él se iba, que no permanece-ría en la casa; que subió a la sala, donde había cosa de 18 personas, de lascuales está cierto haber conocido al comandante Carujo por haberlo oídonombrar y vístolo con un sombrero atravesado; que conoció hasta esa

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noche a Florentino González; que oyó nombrar a Horment; que vio yconoció al teniente López, al capitán Silva y le pareció, vio también aCelestino Azuero y que ninguna otra conoció; que inmediatamente bajó ala pieza donde duerme su tía, en donde permanecería una hora poco máso menos, a cuya sazón se oyó el fuego y subió al balcón con su tía.

Preguntado: ¿Con qué personas conversaron por el balcón, a quiénesconoció en ese acto, qué dijeron y qué más hubo de particular?, dijo: quecon ninguna persona conversaron, porque aunque pasó un paisano soloque no conoció, este, como que se dirigía al balcón sin detenerse, dijo:perdidos somos, se ha perdido todo; que sintieron un tropel de caballosque iba por la calle de la carrera, diciendo: viva el Libertador, viva elpadre de la patria; que el exponente inmediatamente se marchó a pie paraFusagasugá y llegó a las ocho de la noche del mismo viernes al Chocho,casa de su cuñado Diego Gómez, donde permaneció hasta las diez o lasonce solo con la familia del señor Diego Gómez.

Preguntado: si habló con la familia sobre los sucesos y qué le contesta-ron, dijo que no se trató sino de cosas caseras.

Preguntado: ¿A qué horas llegó el sábado Luis Vargas Tejada, quéconversó con el declarante, con don Diego Gómez y demás familia?, dijo:que llegó el sábado a las diez u once del día disimulando todo, principal-mente con el señor Diego Gómez, como que esa tarde para disfrazarestuvieron enlazando yeguas y manifestando impavidez hasta las seis ymedia de la noche; estando refrescando se lo dijeron a la familia, asegu-rando que se iba, no por la revolución que había habido, sino porque nolo fueran a aprehender por sus opiniones anteriores.

Preguntado: ¿Qué dijo el señor Diego Gómez sobre la exposición ynoticias que le dio Vargas?, dijo: que como el exponente en el acto salió ahacerse cargo de las provisiones que necesitaba, los dejó solos conversan-do; que llamó a su hermana Concepción para completar las provisionesque le faltaban y le dijo que él también se iba con Luis al monte, se estaríacon él algunos días; que en el momento salió con Vargas y se dirigieronpara el monte, donde permanecería como cosa de diez o doce días hastaque se separó de él.

Preguntado: ¿Qué cosas le dijo sobre el suceso, si lo impuso en el plandel motín y qué personas refirió estaban comprometidas?, dijo: que loúnico que le dijo a virtud de reconvenciones del declarante por qué se

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había metido en esa, a que le contestó que la culpa la tenían Carujo yHorment que lo habían precipitado, y que su desgracia(?), pero lo quemás sentía era haber matado a su madre de la pesadumbre y los hombresde bien que padecerían sin haberse metido en nada y que después todofue planes acerca de la fuga.

Preguntado: ¿Qué motivo tuvo para separarse de Luis Vargas, con quéobjeto, qué ofertas le hizo y en qué punto lo dejó?, dijo que el motivo desepararse fue el temor y peligro que le amenazaba en perrnanecer'con él, yel objeto de ver a su madre y consolarla y permanecer escondido hasta queapareciera Luis Vargas o se calmaran las cosas; que las ofertas que le hizofue consolar a su tía en caso que muriera o lo mataran y hacer cuantoestuviera de su parte por auxiliarlas.

Preguntado: ¿Cómo no ha de estar comprendido el exponente cuandohuyó precipitadamente de esta ciudad, se unió a Luis Vargas y permane-ció diez u once días en su compañía, lo que no puede ser sin conceptuarsecriminal?, dijo: que bastante motivo era haber estado posado allí y ha-ber visto lo que lleva referido y que como se aumentó el miedo siguióacompañándolo hasta el tiempo que lleva indicado. Y leída que le fue estasu declaración, se afirma y ratifica, no tiene qué añadir ni quitar y firmacon el señor juez y el presente escribano.

Tomás Barriga y Brito,Juan Miguel Acevedo.

Ante mí,Francisco Alba

AMPLIACION DE LA DECLARACION DE ACEVEDO.Noviembre 3. .

En la ciudad de Bogotá, a 3 de noviembre de 1828, el señor juez de lacausa hizo comparecer ante sí a Miguel Acevedo con el objeto de tomarlesu confesión, previo el juramento que hizo por Dios Nuestro Señor y unaseñal de cruz, a cuyo cargo ofreció decir verdad en lo que supiese y fuesepreguntado; y siéndole por su nombre, edad, patria, oficio y religión, dijollamarse como queda dicho; que es de edad de 20 años, natural de Bogotá,su oficio campesino y que es católico, apostólico y romano.

Preguntado: si sabe la causa de su prisión, dijo que no sabe por qué sele ha aumentado ahora la prisión, pues hasta el viernes 31 del pasado ha

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permanecido en el principal arrestado y en aquel día se le trasladó a uncalabozo.

Preguntado: si sabe cuál fue la causa de su arresto en el principal, dijoque porque había acompañado a Luis Vargas Tejada al lugar dondeaquel se había ocultado.

Preguntado: ¿Qué parte tuvo en la conspiración del 25 de septiembre",dijo: que habiendo sido seducido en aquella misma noche una hora antesdel suceso por su primo Luis Vargas Tejada y con más eficacia por PedroCelestino Azuero, convino en contribuir a la ejecución de la conspiración;que, en efecto, fue comisionado por Horment y Carujo para invadir lacasa de su excelencia el Libertador, adonde se dirigió con FlorentinoGonzález, y habiendo llegado a palacio se incorporó con los demás queentraron a él; que se hizo cargo del farol que estaba en la escalera yacompañó a los demás que registraban la casa; que después que salieronde palacio fue destinado por Horment para que tuviese cuenta en unaesquina y que sintiéndose acometido de un accidente que le suele dar, seretiró a casa de su tía Luisa y cambiando, o por mejor decir, poniéndoseotra ruana sobre la que tenía se puso en fuga.

Preguntado: si supo que el general Santander aprobaba o tenía parteen la conspiración, dijo: que no; que lo único que oyó decir fue que se leavisase al general Obando, pero que no verificaron dicho aviso porque yaera tarde; que se le dijo que se contaba con todos los antioqueños, con elcuerpo de artillería, con casi todos los conventos y con la opinión generaldecidida por la libertad y que, expresamente, se le encargó que gritaraque había muerto el tirano para que con esta voz desmayasen las tropasque debían sostener al Libertador y todos los que pertenecieran a supartido; que el exponente, alucinado con las lisonjeras ofertas que lehicieron de premiar a su familia por los sacrificios que había hecho por laindependencia y de sacarla de la miseria en que yace, entró en la conspira-ción por sola la esperanza de mudar de suerte.

Preguntado: si el doctor Diego Gómez fue sabedor de la conspiración,dijo que lo ignora; que al tiempo de salir de la hacienda de dicho Gómez,Vargas Tejada le contó de todo lo que había ocurrido en esta ciudad.

Preguntado: que a dónde se dirigieron después que salió el exponentecon Vargas Tejada de la hacienda del doctor Gómez, quiénes les presta-ron auxilios y en dónde dejó a Vargas Tejada cuando el confesanteregresó a esta ciudad, dijo que se dirigieron al monte que se halla enfrente

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de la casa de aquella hacienda al lado del río, en el que permanecieron dosdías, y de allí se trasladaron a otra montaña grande, en la que mantuvie-ron ocho días, hasta que se vinieron al monte que llaman de San Fortuna-to, que es el lugar adonde condujo al señor juez de policía. Y aunque se lehan hecho otras preguntas y reconvenciones, dijo no saber otra cosa,añadiendo que en prueba de haber venido hasta San Fortunato conVargas Tejada y haberlo dejado allí, cita a un tal Balta, vecino deFusagasugá, quien los condujo hasta el Pajonal. Con lo que se concluyóesta confesión y la firma con el señor juez y el auditor por ante mí.Habiéndose afirmado y ratificado en ella, leída que le fue bajo el juramen-to que tiene hecho.

Urdaneta. Pareja.Juan Miguel Acevedo, M. Belmonte

Sentencia

Visto el proceso formado contra Juan Miguel Acevedo como conspi-rador comprendido en la que estalló el 25 del último septiembre y segúnlas declaraciones, cargos y confrontaciones resulta confeso y convicto dehaberse hallado en la junta preparatoria hecha en la casa de VargasTejada, en la que se comprometió a obrar activamente en aquel infameatentado; que, en efecto, recibió instrucciones y entró en el palacio delexcelentísimo señor presidente Libertador, en unión de los traidores,tomando en la misma casa el farol de la escalera para registrar todas laspiezas, como lo verificó anunciando había muerto el tirano, conforme asu comisión. Por estos fundamentos, administrando justicia a nombre dela República y por autoridad de la ley, se le condena a que sufra la pena demuerte, confiscándole sus bienes a favor del Estado, con arreglo aldecreto de 20 de febrero del presente año contra conspiradores, dándosecuenta al gobierno para su aprobación o reforma.

Rafael Urdaneta.Tomás Barriga y Brito

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Ministerio de Estado en el despacho de la guerra.

Su excelencia el Libertador presidente, oída la opinión del consejo deministros, conmuta la pena de muerte y confiscación de bienes impuestapor el tribunal de la comandancia general contra Juan Miguel Acevedoen la de ser destinado al servicio militar por ocho años, en clase desoldado raso, sin opción a ascenso ninguno. Para cuyo cumplimientodebe ser remitido a Cartagena en el término de tres días, para que de allísea remitido a Venezuela para que en los cuerpos de aquel ejército cumplasu condena.

Por su excelencia, el secretario de la guerra,José María Córdova


Cúmplase y ejecútese lo que su excelencia manda, notificándosele alacusado.

Rafael Urdaneta

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, el sargento mayorde plaza, primer comandante José Arce, pasó al cuartel de Vargas, endonde se halla preso Miguel Acevedo, a quien hizo saber la anterior sen-tencia, y enterado de ella la firmó con dicho mayor.

José Arce, Juan Miguel Acevedo 1 •

NOTA1. Folios 61 recto a 68 recto del proceso original.

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CONTRA EL CAPITAN JOSE MARTINEZ


Resultando de la causa seguida contra los facciosos del 25 del pasadoque la guardia que estaba en la casa de su excelencia el Libertador nodefendió su puesto, ni en manera alguna llenó su deber, sino que antesbien se hizo sospechosa por la facilidad con que fue tomada la casa de suexcelencia y por haberse retirado en formación sin hacer un tiro y sinperder más gente que los centinelas que estaban separados del cuerpo deguardia, procédase a poner en prisión al oficial comandante capitánMartínez y recíbanse declaraciones a los señores coronel Juan Santana,doctor Tomás Barriga, primer comandante retirado Francisco ValerioBarriga, José María y Sebastián del mismo apellido y al señor generalcomandante general, que era Joaquín París, sobre lo que les conste acercade la conducta del capitán Martínez, nombrándose de auditor, por elimpedimento del propietario, al doctor Joaquín Pareja, que lo es auxiliaren esta causa.

Urdaneta.

DECLARACION DEL DOCTOR TOMAS BARRIGA. Octubre 1l.

Incontinenti el señor comandante general, juez de la causa, hizocomparecer al señor doctor Tomás Barriga, a quien se le recibió jura-mento conforme a ordenanza, bajo el cual ofreció decir verdad en 10 que

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le fuere preguntado, y siéndolo por su nombre, empleo, edad y religión,dijo llamarse como queda dicho, que es coronel de milicias de caballería,de edad de 52 años, católico, apostólico y romano.

Preguntado: si conoce al capitán José Antonio Martínez y si lo vio lanoche del jueves 25 del mes pasado, en dónde, a qué horas y con quépersonas, dijo que lo conoce y que la noche del 25, a poco rato de haberoído unos tiros, de las 11 y media a las 12, habiéndose levantado de sucama, así el exponente como sus tres hijos y el coronel Santana que allívive, pasaron a la sala que cae a la calle, y cuando desesperados por saberla suerte del Libertador, conoció el coronel Santana la voz del capitánMartínez y le dijo al exponente: "Aquella voz es de Martínez; este nopuede ser traidor porque estaba de guardia donde el general, con que yo lepregunto, y en efecto dio la voz Santa na diciendo: Martínez, qué hay demi Libertador, qué novedad ha habido", a lo que se le contestó porMartínez o Carujo, que no estoy cierto: carajo, bajen usted o si no lostiramos, todos han muerto, [viva la libertad! Que conoció perfectamenteel exponente que Martínez llevaba el estandarte a la izquierda y el sable ala derecha y que sólo vio a Carujo con Martínez y la guardia de palacio.Que aunque pasaron a forzar la puerta de la calle, como tiene dos puertas,que el exponente tenía las llaves en la faltriquera, no se le dio cuidadomucho menos cuando advirtió que ya se habían ido. Que es cuanto sabe yle consta sobre el particular, que en lo dicho se afirma y ratifica; y firmacon el señor juez, el auditor, por ante mí.

Urdaneta, Pareja, Tomás Barrigay Brito, J. Tomás Gámez.

DECLARACION DEL SEÑOR CORONEL SANTANA. Octubre 11.

Acto continuo compareció el señor coronel Juan Santana y previo eljuramento de ordenanza prometió decir verdad en lo que le fuere pregun-tado; y siéndolo por su nombre, empleo, edad y religión, dijo llamarsecomo queda dicho, empleo el que se expresa, de edad de 26 años, católico,apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde estuvo la noche del 25 del mes pasado y con quépersonas?, dijo: que en casa del doctor Tomás Barriga, donde se hallaalojado, y que pasó la noche con la familia de dicho señor.

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Preguntado: ¿Qué personas vio, a qué hora y de qué modo?, dijo: quevio tropa de granaderos que bajaba por aquella calle, como entre las once ylas doce, e inmediatamente viendo que era de la guardia salió al balcón ainformarse de lo que sucedía y a prestar su servicio, puesto que era tropade la que no se podía desconfiar, mucho menos cuando oía la voz delcapitán Martínez, de quien no podía desconfiar; que al preguntar qué eralo que había sucedido respondió Martínez que todo el mundo habíamuerto; oyó varios gritos confusos de viva la libertad y estas palabras leindicaron lo que sucedía; que al mismo tiempo oyó que se le mandababajar o que se le tirase; entonces se internó en el interior por su propiaseguridad; que a este mismo tiempo oyó sonar las cornetas del batallónVargas y entonces se marchó el piquete referido sin cuidar de él. Que escuanto puede decir sobre el particular, que en lo dicho se afirma y ratificabajo su palabra de honor; y lo firma con el señor juez, auditor, por ante mí.

Urdaneta. Pareja. Juan Santana.

DECLARACION DEL PRIMER COMANDANTEFRANCISCO BARRIGA. Octubre lI.

En el momento compareció el primer comandante retirado FranciscoValerio Barriga para evacuar la cita que le resulta y previo el juramentode ordenanza, prometió decir verdad en lo que supiere y fuere pregunta-do; y siéndolo por su nombre, empleo, edad y religión, dijo llamarse comoqueda dicho, que es primer comandante retirado, católico, apostólico,romano y de edad de 28 años.

Preguntado: sobre el contenido de las anteriores declaraciones, dijoser exacta la verdad de lo que se refiere en ellas y que, por lo mismo, lasreproduce bajo su palabra de honor y firma con el señor juez, auditor, porante mí.

Urdaneta. Pareja. Valerio F. Barriga.J. Tomás Gámez.

DECLARACION DEL SEÑOR JOSE MARIA BARRIGA. Octubre lI.

Acto continuo compareció el señor José María Barriga, quien previoel juramento que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, ofreció

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decir verdad en lo que le fuere preguntado, y siéndolo por su nombre,empleo, edad y religión, dijo llamarse como queda dicho, que es hacenda-do, de edad de 22 años, católico, apostólico y romano.

Preguntado: sobre el contenido de las anteriores declaraciones, dijoque se refiere en todo a la declaración que ha dado su hermano Franciscoy que por ser la verdad se afirma y ratifica en ella bajo el juramentoprestado, y la firma con el señor juez, auditor, por ante mí.

Urdaneta, Pareja, José María Barriga,J. Tomás Gámez.

DECLARACION DEL SEÑOR SEBASTIAN BARRIGA.Octubre 11.

Para el mismo efecto se le leyeron las declaraciones precedentes alseñor Sebastián Barriga, quien bajo el juramento que hizo por DiosNuestro Señor y una señal de cruz, prometió decir verdad en lo quesupiese y lo interrogase.

Preguntado: su nombre, edad, empleo y religión dijo llamarse comoqueda dicho, de edad de 21 años, hacendado, católico, apostólico yromano.

Preguntado: sobre el contenido de las anteriores declaraciones y quecuente cuanto sepa sobre el particular, dijo que hallándolas conformescon lo que sucedió en la noche del jueves 25 con respecto a lo que seexpresa sobre el capitán Martínez, las reproduce en todo y se afirma yratifica bajo el juramento que tiene prestado y firma con el señor juez,auditor, por ante mí.

Urdaneta, Pareja,Sebastián Barriga, J. Tomás Gámez.

DECLARACION DEL CAPIT AN JOSE ANTONIO MARTINEZ.Octubre 11.

Inmediatamente el señor juez hizo comparecer al capitán José Anto-nio Martínez, a quien se le recibió el juramento de ordenanza, bajo el cualofreció decir verdad en lo que supiese y fuese preguntado. Y siéndolo porsu nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo que se llama José

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Martínez, de edad de 25 años, natural de San Cristóbal, cristiano, apostó-lico, romano y su empleo capitán del escuadrón granaderos.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del jueves 25 de septiembreúltimo, en compañía de qué personas y cuente menudamente lo queocurrió en aquella noche?, dijo: que en aquella noche estuvo de guardia encasa de su excelencia el Libertador presidente con 21 soldados de suescuadrón, que no habló con ninguna persona de la clase militar ni conpaisanos; que a las siete de la noche puso el retén en el zaguán y dio lasórdenes respectivas para la seguridad del puesto y se retiró al cuarto debanderas, en donde permaneció hasta las 11 y media, en que fue sor-prendido por el comandante Carujo con una partida de artilleros; queel confesante estaba acostado cuando oyó la bulla y tratando de salir aver lo que era, lo asaltó Carujo poniéndole dos pistolas a los pechos yrodeándolo de soldados; que se rindió el exponente y lo sacaron paraafuera y entonces vio que ya habían desarmado también la guardia; quelos hicieron formar y prepararon las armas con demostraciones de que losiban a tirar; que, en esa circunstancia, se apareció el coronel Fergusson yle preguntó: ¿qué hay, Martínez?, y le contestó el exponente: "Mi coronel,que me han sorprendido", y entonces Carujo le ha tirado el pistoletazo adicho Fergusson y le dijo al confesante y a los demás soldados de laguardia: "Lo mismo les va a pasar a todos ustedes"; que el exponente ledijo: no mate usted a hombres rendidos, que seguiría con él; que Carujoarengó a la tropa diciéndoles: soldados chilenos y peruanos, vosotros soislibres, mañana marcharéis para vuestro país con dinero y con todo lo quevosotros queráis; y los ha llevado con dirección al escuadrón granaderos,diciendo que este cuerpo estaba también ya sublevado y que en efecto losconducía con una partida de artilleros y al pasar por la casa en donde viveel coronel Santana le dijo a este: escóndase, mi coronel, mire que lomatan; entonces marchando para la calle real se encontraron con elescuadrón de granaderos, quien dio la voz de quién vive y contestóCarujo: la patria y libertad, y los granaderos contestaron: viva el Liberta-dor e hicieron una descarga sobre Carujo y los artilleros, y quizá losgranaderos que iban con él dieron fuego a la voz que Carujo les dio; quecon este motivo se dispersaron y logró el exponente retirarse a la plaza, endonde se incorporó con el capitán Pereira, con ocho o nueve granaderos,a quien le pidió 20 hombres para rescatar la casa del Libertador y serehusó por no tener orden del comandante; que a ese tiempo llegó su

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excelencia el señor general Urdaneta y le previno que se mantuviese consu piquete dentro del portal de la casa de correo.

Preguntado: si antes del asalto de Carujo a casa del Libertador nohabía tenido noticia o conocimiento de la conspiración, dijo que como sehallaba de guardia en aquel día supo que un oficial fue a dar parte de quese preparaba una revolución, pero como no viese que por el gobierno setomasen providencias, no hizo caso.

Reconvenido: cómo dice no haber tenido conocimiento del plan de losconspiradores cuando por su conducta en aquella noche manifiesta haberestado de acuerdo con ellos, pues acaba de asegurar que al retén quedispuso en el zaguán de la casa de su excelencia el Libertador le previnoque si viesen dos hombres se les hiciese hacer alto para reconocerlos; y noes verosímil que con esta prevención hubieran dejado las centinelasabocarse un gran grupo de gente como el que asaltó la guardia y penetró ala casa del Libertador. Y mucho más se descubre su combinación con lostraidores, cuando en una noche tan clara como el mediodía, sin ningúnobstáculo, hicieron su invasión y cuando la noche no estaba aún muyavanzada, dijo que la prueba de no haber tenido ningún acuerdo con losconspiradores es la de hallarse heridos algunos de los soldados quepertenecían al retén.

Reconvenido: cómo niega el anterior cargo cuando por su conductaposterior después del asalto de Carujo se manifiesta que él obró conperfecto acuerdo del exponente. Por las declaraciones de los señoresTomás Barriga y sus tres hijos y la del coronel Juan Santana consta quecon toda libertad iba el confesante con Carujo y la guardia de palacio,llevando en la mano izquierda el estandarte y en la derecha el sable, puessin haber favorecido las ideas de Carujo, no debió ir con toda seguridadgritando: ya murieron todos y además yendo como iba con los soldadosde su guardia, que seguramente iban armados, porque ha declarado quehicieron fuego al escuadrón de granaderos, por qué no amarró o mató aCarujo como a un hombre traidor y enemigo de su patria, dijo que en esofue que erraron, en no haber matado a Carujo, pero que la confusión fuetan grande que aún no pudo pensar lo que había de hacer.

Reconvenido: que como militar que ha jurado sostener el actualgobierno y al Libertador presidente como jefe supremo proclamado portodos los pueblos, ha faltado a sus deberes, pues debió haber defendidohasta el último trance un puesto tan importante como el de la guardia de

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la casa del Libertador y se conoce que no hizo la más pequeña vitalidadpor defenderlo cuando los traidores, con toda libertad: iProfanaron lacasa del Libertador penetrando hasta su dormitorio y atentando contrasu vida! Si se encontró desarmado, como ha dicho, debió haber llamadola tropa a su deber, y aun cuando esta hubiese estado indefensa debióhaber expirado dando gritos para que el pueblo o todos los amigos delLibertador hubiesen volado a su defensa. La muerte sola de Fergussondebió haberlo alentado a pelear con tan infames asesinos y preferir milveces la muerte que sobrevivir con el infame nombre de cobarde. Dijo queno tiene más que decir sino que nunca ha sido enemigo del Libertador,sino que le sucedió aquella desgracia, que 13 años hace que lo acompañaen infinitas campañas que han dado libertad a Suramérica. y aunque se lehicieron otras preguntas y reconvenciones no se pudo adelantar más estadiligencia, por lo que mandó el señor juez suspenderla para continuarla sifuere necesario, y la firma el confesante con el señor juez ', el auditor, porante mi.

Urdaneta, Pareja . .José Martínez.

DECLARACION DEL SARGENTO SEGUNDO FERNANDORODRIGUEZ. Octubre 17.

En la ciudad de Bogotá, a 17 de octubre de 1828, el señor juez hizocomparecer al sargento segundo del escuadrón granaderos, FernandoRodríguez, a quien se le recibió juramento con arreglo a ordenanza, bajoel cual ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado, ysiéndolo por su nombre, patria, edad, clase y religión; dijo llamarse comoqueda dicho, que es natural de Valencia, de edad de 25 años, que essargento segundo del escuadrón granaderos, católico, apostólico yromano.

Preguntado: ¿Dónde se hallaba la noche de la revolución y en qué partelo sorprendió esta?, dijo: que de guardia en el palacio de su excelencia elLibertador.

Preguntado: ¿Cómo lograron entrar los conspiradores en el palacio desu excelencia?, dijo: que después de haber puesto el retén compuesto de uncabo y cuatro hombres se retiró al cuarto de banderas a descansar un rato,y habiéndose quedado dormido, de repente fue sorprendido por el co-

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mandante Carujo, quien le puso una pistola en el pecho, diciéndole: ea,muchachos, que somos libres, mañana serán recompensados; que elexponente en su sorpresa no sabía qué hacerse mayormente viendo alcapitán de la guardia rodeado de artilleros, quienes lo obligaron a entre-gar su espada; que después de haber desarmado a todos los soldados de laguardia los sacaron para fuera y los formaron, y estando en esa disposi-ción el comandante Carujo los alentaba diciéndoles: soldados chilenos yperuanos, vosotros sois libres, dadme un abrazo. Que en estas circunstan-cias llegó el coronel Fergusson y le tiraron el pistoletazo; que temiendo elcapitán Martínez correr igual suerte le suplicó a Carujo que no lo matasey este le dijo que no temiese nada porque era un muchacho valiente; queviéndose todavía acometido por los artilleros el capitán Martínez lepreguntó a Carujo qué era lo que había y qué gobierno se había proclama-do, y diciéndole Carujo: "somos libres, el batallón Vargas y el escuadróngranaderos también están con nosotros y el general Padilla a la cabeza",el capitán Martínez se vio precisado a seguir a Carujo.

Preguntado: si el exponente también siguió con Carujo y los demássoldados de la guardia, dijo que sí los siguió, pero que oyendo tiros decañón por el cuartel de Vargas se les escapó y se fue para allá, y en elcamino se reunió con el teniente Quintero, en cuya reunión obró en lapersecución de los facciones.

Preguntado: ¿A quiénes conoció de los facciosos?, dijo: que no conociómás que al teniente López y a un sargento de artillería y a muchossoldados. Con lo que se concluyó esta diligencia, en la que se afirma yratifica bajo el juramento que tiene prestado, y la firma con el señor juez, elauditor, por ante mí, haciendo una señal de cruz.

Urdaneta, Pareja, (Hay una cruz)Mateo Be/monte.

DECLARACION DEL SOLDADO JaSE DUEÑAS.Octubre 17.

Inmediatamente el señor juez por ante mí el presente escribano hizocomparecer al soldado del escuadrón granaderos José Dueñas, el quehabiendo prestado el juramento conforme a ordenanza ofreció decirverdad en lo que supiese y fuese preguntado, y siéndole por su nombre,

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edad y religión, dijo llamarse como queda dicho, mayor de 25 años,católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 del pasado, qué sucedió, sidesamparó el puesto donde se hallaba y refiera menudamente sus particu-laridades?, dijo: que hallándose durmiendo en el cuerpo de guardia, derepente y sin ser sentidos entró una escolta de artilleros y poniendolas bayonetas a los pechos los desarmaron; que a esta sazón sacan alcapitán Martínez de la alcoba agarrado por varios soldados, tratando dematarlo, hasta que el comandante Carujo 10 impidió; que los sacaronfuera desarmados, a cuyo tiempo, sin saber dónde, se apareció el coronelFergusson y en el momento 10 mataron, y que el oficial Martínez dijo:señores, qué es esto, no me maten, a que repuso Carujo: qué dice [sic]usted y toda su gente para el caso de resistencia salir de usted; ya Vargasestá por mí y formado en la plaza, 10 mismo granaderos y el pueblo;ustedes son los últimos, entonces los armó y se retiraron con unosartilleros por detrás y algún paisanaje.

Preguntado: si conoció o supo que el oficial de la guardia tuviesealguna connivencia o alianza con los traidores, dijo que de ningún modo,pues antes, por el contrario, se escapó milagrosamente que 10 matara elzambo López y otros artilleros, de modo que el concepto del que habla ytoda la guardia se halla inocente.

Preguntado: si conoció algunos de los que atacaron al palacio, así mili-tares como paisanos, dijo que absolutamente no conoció persona alguna.

Preguntado: cuando salieron de la calle de palacio para dónde tiraron,qué hicieron, a qué jefe o cuerpo se agregaron, dijo que bajaron por lacalle de la catedral y doblaron por la calle real; que a la segunda cuadraencontraron parte del escuadrón, diciendo: viva el Libertador; que ha-biéndoles mandado hacer alto después del quién vive, hizo fuego laartillería, a que respondió granaderos, aflojaron los artilleros marchán-dose, según se dijo allí, llevando un herido, y el capitán Martínez y laguardia se reunieron un rato con los granaderos y después volvió areunirse con el batallón Vargas y formó a su lado, donde permanecióhasta que vino una escolta por la bandera y se retiraron a su cuartel. Yleída que fue esta su declaración dijo se afirmaba y ratificaba con ello, yfirma con el juez y el presente escribano.

Pareja, Gregorio Castro, José Dueñas.

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DECLARACION DEL SOLDADO JOSE DURAN.Octubre 17.

En el instante compareció ante el señor juez y presente el escribano, elsoldado del escuadrón granaderos José Durán, el que habiendo prestadoel juramento de ordenanza ofreció decir verdad en lo que supiese y fuesepreguntado; y siéndole por su nombre, edad, religión y dónde se halló lanoche del 25 del pasado, dijo llamarse como queda dicho, mayor de 25años, católico, apostólico, romano, y que el 25 del pasado se hallaba elexponente de guardia en la casa del Libertador; y que entre las 11 ymedia de la noche, estando durmiendo, entró de repente y sin ser sentidosel comandante Carujo, el teniente López y una escolta de artillería yponiéndoles las bayonetas al pecho los desarmaron; que a esta sazónsacaron al capitán de la alcoba preso, poniéndole un par de pistolas alpecho; que varios lo querían matar, pero lo impidió Carujo; que elcapitán decía: señores, qué es esto, no me maten; que a esta sazón asomóel coronel Fergusson y le dieron un pistoletazo y volviéndose a la guardia,que estaba desarmada todavía, les dijo Carujo que en aquella tropa todoseran colombianos, que todos tendrían sus licencias, que el batallónVargas ya estaba en la plaza ya por él, lo mismo el escuadrón granaderos yel pueblo, entonces los armaron.

Preguntado: si conocieron o llegaron a comprender que el oficial deguardia capitán Martínez tuviese alguna connivencia o alianza con lostraidores, dijo que antes por el contrario se escapó que lo mataran ycumplió cuanto pudo con su deber.

Preguntado: ¿Después que se separaron de la casa del Libertador adónde fueron, qué hicieron, a qué tropa se unieron?, dijo: que bajaron porla calle de la catedral y doblaron por la calle real, llevando a retaguardiavarios artilleros y paisanaje armado; que a la segunda cuadra se encontra-ron con el escuadrón de húsares, quien habiéndoles mandado hacer altodespués del quién vive, los artilleros rompieron el fuego y granaderos lescontestó graneada; que se disiparon los artilleros llevando un paisanoherido; que el capitán Martínez y la guardia se unió por unos momentoscon los granaderos y después pasó a reunirse con Vargas y se formaron asu lado; así estuvo hasta que vino la escolta por la bandera y todos seretiraron a su cuartel. Y leída que le fue esta su declaración dijo se afirma

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y ratifica en ello, no firma por decir no saber, hace una señal de cruz,firma el señor juez por ante mí.

Pareja, Gregario Castro (Hay una cruz).

DECLARACION DEL SOLDADO SIMON VARGAS.Octubre 17.

En la ciudad de Bogotá, a 17 de octubre, el auditor nombrado avirtud de la orden superior, hizo comparecer ante sí y el presente escriba-no al soldado Simón Vargas del escuadrón granaderos, el que habiendoprestado juramento, conforme a ordenanza, ofreció decir verdad en loque supiese y fuese preguntado; y siéndole por su nombre, edad y religióny dónde se halló la noche del 25 del pasado, dijo llamarse como quedadicho, católico, apostólico, romano y de edad 20 años; dijo que hallán-dose de guardia en el palacio de su excelencia el Libertador fue puesto decentinela de las diez a las 12, frente a la cocina.

Preguntado: ¿Qué sucedió estando de centinela, qué personas vio en-trar, si las conoció, así militares como paisanos, si desamparó su puesto,si se reunió a algún jefe y cuente menudamente todo con sus circunstan-cias?, dijo: que, como a eso de las 11 y media, entraron como 100 hom-bres que le parecieron todos paisanos, gritando: [viva Colombia!;que no conoció a ninguno, que desamparó su puesto después de que se vioen medio de los 100 hombres y advirtió que el centinela que estaba en laescalera de arriba y la más inmediata al exponente estaba bastante herido;y entonces, en unión de él, llevándolo casi alzado se escondieron en elcuarto del común, en donde permaneció sin ver más hasta que sosegadotodo recibió orden del mayordomo José para que recogiese los heridos,que había tres con el que se escondió, y que los condujese a su cuartel; queen efecto que salió con ese objeto y que no pudiendo pasar para dichocuartel se agregó al batallón Vargas, que se hallaba formado y un piquetedel mismo le previno los pusiese en los portales de la aduana y los metió enla casa del correo.

Preguntado: ¿Después de haber dejado los enfermos en el lugar que dice,qué practicó?, dijo: que se reunió al piquete de Vargas, vio venir parte de suescuadrón y marchando a reunirse a él luego que llegó, como llevaba unacarabina además de la suya, de un herido bastante untada de sangre, le

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previno uno de los oficiales de su cuerpo se fuese a su cuartel, entregase lascarabinas y permaneciese en él, y que así lo verificó.

Preguntado: si tuvo noticia de este acaecimiento antes de que sucedie-se, cómo se entregó la guardia y si el oficial de ella tuvo alguna conniven-cia con los traidores, dijo que absolutamente ignora la pregunta en todassus partes. Y leída que le fue esta su declaración dijo se afirmaba yratificaba en ella, por no saber firmar hace una señal de cruz y firma elseñor auditor por ante mi.

Pareja (Hay una cruz)Pedro Zapata.

DECLARACION DEL SOLDADO LAUREANO BARRERA.Octubre 17.

Inmediatamente compareció el soldado del escuadrón granaderos,Laureano Barrera, y habiendo prestado juramento conforme a ordenan-za ofreció decir verdad en lo que supiese y fuese preguntado; y siéndolepor su nombre, edad, religión y dónde se halló el 25 del pasado, dijollamarse como queda dicho, mayor de 25 años, católico, apostólico,romano y que la noche del 25 se hallaba de guardia en casa del Libertador.

Preguntado: ¿Qué sucedió allí esa noche, cómo se entregó la guardia?,dijo: que estando durmiendo en una pieza que se hallaba la puerta abierta,como cosa de las 11 y media de la noche, entraron de repente de ocho adiez artilleros presididos por el comandante Carujo y poniéndoles losfusiles al pecho les dijeron: ríndanse, que ya son nuestros y que tuvieronque ir tirando los sables porque ya las carabinas las habían quitadocuando estaba dormido y que al salir para la calle vieron que cuatrosoldados sacaban al oficial con el estandarte; y habiendo formado latropa desarmada en fila contra la tapia, dijo el oficial: ¿qué es esto, señores?,a que dijo Carujo: viva la constitución de Cúcuta, ya murió el tirano;entonces repuso el oficial de la guardia: señores, no me maten, qué van ahacer conmigo, y entonces dijo Carujo: usted es valiente, ríndase yvéngase conmigo, a que contestó el capitán Martínezr me tienen ustedespreso, ¿qué más rendido quieren?

Preguntado: ¿Cómo fue que se armaron inmediatamente y si el oficial dela guardia estaba aliado 1 con los traidores, qué más gente había allí, asípaisanos como militares, y si los conoció, refiera individualmente este

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segundo suceso", dijo: que estando en la positura [sic] que ha expresado elcomandante Carujo fue preguntando a los soldados por su nombre y supaís y después de esta operación les dijo: todos son chilenos, buenosmuchachos, y volviendo a Martínez: no tengas cuidado que ya Vargasestá formado en la plaza y es de los nuestros y lo mismo el escuadrón degranaderos con parte del pueblo, y que con el miedo que tenían, puespoco antes los habían querido matar los artilleros, que fue necesario quelo impidiera Carujo, y con la consideración de estar todas las tropasformadas en su favor, así que los armaron de nuevo, salieron por esa callede la catedral, dejando a su espalda a los artilleros; que el exponente estáperfectamente persuadido que su capitán Martínez no tuvo la menoralianza con los traidores; que todo fue obra del miedo y la sorpresa, comolleva referido; que no conoció paisano alguno, porque los que entraron ala pieza donde dormían, fueron artilleros y solo oyeron el ruido depersonas que subían.

Preguntado: ¿Inmediatamente que se separaron de la casa del Liberta-dor por dónde marcharon, qué hicieron, con quiénes se batieron ya quéjefe o cuerpo se agregaron?, dijo: que tomaron por la calle de la catedral ycruzando por la calle real, en la segunda, se encontraron con el escuadróngranaderos, quien les dio el quién vive, a que contestó Carujo: la constitu-ción de Cúcuta, y Carujo les dijo a los artilleros: ahora es que se necesitael valor y les mandó hacer fuego, lo que ejecutaron haciendo cuatro tiros,y como el escuadrón contestase rompiéndoles fuego graneado, todoscorrieron llevando a un paisano que venía con Carujo armado con un parde pistolas, por estar herido; que solo la guardia que mandaba Martínezse hizo a un lado, gritando el capitán: no hagan fuego que somos granade-ros y se reunieron en el escuadrón. Que quería auxilio para volver contralos que habían quedado en palacio, que no lo consiguió y vino adondeestaba el batallón Vargas y después de quién vive y reconocimiento formóa un lado donde permaneció hasta que vino una escolta por la bandera ysiguieron con ella a su cuartel, donde permaneció.

Preguntado: si vieron matar al coronel Fergusson, quién lo ejecutó, aqué tiempo y asimismo vieron otros excesos, así en la cuadra como en lacasa, dijo: que cuando estaban desarmados llegó el coronel Fergusson a lamisma esquina y siendo reconocido por Carujo y otro oficial, que no sabequién es, a un tiempo Carujo y el oficial le dieron cada uno un tiro. Que novio más excesos.

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Preguntado: si tuvo alguna noticia con antelación del motín, dijo queno tuvo la menor noticia. Y leída que le fue esta declaración dijo seafirma y ratifica en ella; por no saber firmar hace una señal de cruz, yfirma el auditor por ante mí.

Pareja, Pedro Zapata (Hay una cruz).

NOTA

1. Va entre renglones aliado.

DECLARACION DEL CABO SEGUNDO LUCAS GUANIPA.Octubre 17.

Acto continuo se hizo comparecer a Lucas Guanipa, cabo segundodel escuadrón granaderos, y previo el juramento de ordenanza, bajo elcual ofreció decir en lo que supiese y fuese preguntado; y siéndolepor su nombre, edad, religión y dónde se halló la noche del 25 del pasado,dijo llamarse como queda dicho, de edad 25 años, católico, apostólico,romano y que la noche del 25 se hallaba de guardia en el palacio delLibertador.

Preguntado: ¿Qué sucedió allí esa noche, cómo se entregó la guardia?,dijo: que estando durmiendo la tropa entraron de repente y sin sersentidos el comandante Carujo con cosa de 20 artilleros, que cogierontodas las armas y los despertaron, poniéndoles las bayonetas al pecho yhaciéndoles tirar los sables; y a este tiempo sacaron al capitán cuatrosoldados de la alcoba, que algunos lo querían matar y el comandanteCarujo lo evitó; inmediatamente los formaron desarmados y saliendo eloficial preso dijo: qué es esto, señores, no me maten, qué bandera siguenustedes, a que contestó Carujo que la constitución de Cúcuta, y a Martí-nez que se rindiera, a que contestó que qué más rendido lo quería, que sino lo tenía preso; entonces preguntó a cada soldado su nombre y su país yles dijo que todos eran valientes, que todos volverían a su país y aMartinez que no tuvieran cuidado que el batallón Vargas era suyo ya,lo mismo que el escuadrón de granaderos y el pueblo; que entonces losarmó dejando muerto al coronel Fergusson que acababa de llegar.

Preguntado: si conocieron que el comandante Carujo estuviese aliadocon el oficial de la guardia, dijo que no, que antes le parece lo contrariopor lo que allí pasó y tiene referido.

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Preguntado: ¿Cuando se separaron de la casa del Libertador para dóndefueron, si hicieron fuego, a quién ya qué jefe o cuerpos se unieron?, dijo:que bajaron por la calle de la catedral y tomaron por la calle real yen lasegunda se encontraron con el escuadrón granaderos, quien dio el quiénvive, que los artilleros contestaron con cuatro tiros y el escuadrón confuego graneado y entonces se desaparecieron los artilleros con el coman-dante Carujo, llevándose un paisano herido, que no conoció el exponen-te; que el capitán Martínez y la guardia se agregaron al escuadróngranaderos y que se volvió para la plaza, seguramente porque traía elestandarte; que llegaron a la plaza y el batallón Vargas les hizo hacer alto;que, reconocidos, formaron a un lado hasta que vino la escolta y llevaronla bandera a su cuartel, donde permanecieron hasta el otro día.

Preguntado: ¿Qué personas conoció, así militares como paisanos, y situvo alguna noticia o conocimiento con antelación de lo sucedido?, dijo:que no conoció a nadie y que no tuvo la menor noticia y leída que le fueesta declaración dijo se afirma y ratifica en ella, no firma y hace una señalde cruz, firma el auditor por ante mí.

Pareja (Hay una cruz),Pedro Zapata.

DECLARACION DEL SOLDADO PABLO LEANDRO. Octubre 17.

Inmediatamente se hizo comparecer al soldado del escuadrón degranaderos Pablo Leandro, el que bajo el juramento que hizo conforme aordenanza, ofreció decir verdad en lo que supiese y que fuese preguntado,y siéndolo por su nombre, edad, religión y dónde se halló la noche del 25del pasado, dijo llamarse como queda dicho, de edad de 25 años, pocomás o menos, religión católica, apostólica, romana, que el 25 del pasadose hallaba de guardia en casa del Libertador.

Preguntado: ¿Qué sucedió allí, cómo se entregó la guardia y refieracircunstanciadamente los particulares ocurridos?, dijo: que estando dur-miendo la guardia entró de repente una escolta de artillería y sin sersentidos cogieron las armas y poniéndoles las bayonetas a los pechos leshicieron tirar los sables y los sacaron desarmados fuera; que al mismotiempo cuatro soldados sacaron de la alcoba al capitán Martínez preso,que él les decía que qué era eso, que no lo mataran; que llegó a ese tiempo

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el coronel Fergusson y reconocido que fue por el comandante Carujo ledio él un pistoletazo y otro el teniente López; que volvió Carujo a laguardia y preguntados los nombres y el país de la tropa, les dijo que todoseran valientes, que volverían a sus países y a Martínez que no tuvieracuidado que el escuadrón granaderos, el batallón Vargas y el puebloestaban por ellos y en el momento lo armó, dejando unos artilleros aretaguardia.

Preguntado: ¿Después que se separaron de la casa del Libertador ysalieron armados, para dónde se dirigieron, con quién se batieron y a quécuerpo o jefe se reunieron", dijo: que vinieron por la calle de la catedral,doblaron por la calle real y en la segunda cuadra se encontraron con elescuadrón granaderos, el que les dio el quién vive y mandó hacer alto;entonces mandó Carujo a los artilleros a hacer fuego y el escuadrónrespondió con fuego graneado; entonces se desaparecieron los artillerosllevándose un paisano herido; que Martínez con la guardia se agregó alescuadrón húsares procurando auxilio para venir a batir los que habíanquedado en la puerta del Libertador; que, volviendo a la plaza, seencontraron con el batallón Vargas, y después de reconocidos formaron aun lado, donde permanecieron hasta que vino una escolta por la banderay se retiraron a su cuartel, donde permanecieron.

Preguntado: si sabe o conoció que el oficial Martínez tuviese algunaconnivencia o alianza con Carujo, dijo que conoció que el oficial estabainocente por lo que vio y presenció.

Preguntado: si conoció algunos paisamos o militares o si tuvo noticiaantes que sucediese este acontecimiento, dijo que no conoció absoluta-mente a nadie ni tuvo la menor noticia de la revolución. Y leída que le fueesta declaración dijo se afirma y ratifica en ella y no firma por no saber,hace una señal de cruz.

Pareja (Hay una cruz),Pedro Zapa tao

DECLARACION DEL SOLDADO FRANCISCO CUENDO. Octubre 18.

En la ciudad de Bogotá, a 18 de octubre de 1828, el señor juez de estacausa hizo comparecer ante sí y el presente escribano al soldado delescuadrón granaderos, Francisco Cuendo, el que habiendo prestado el

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juramento de ordenanza ofreció decir verdad en lo que supiese y fuesepreguntado; y siéndolo por su nombre, edad y religión, dijo llamarsecomo queda dicho, de edad de 30 años, católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde se halló el 25 del pasado?, dijo: que de guardia enel palacio de su excelencia el Libertador.

Preguntado: ¿Qué sucedió, cómo se entregó la guardia y refiera todocircunstancialmente lo acaecido?, dijo: que estando durmiendo entraronde repente y sin ser sentidos un comandante Carujo, un teniente López conuna escolta de artillería y poniéndoles las bayonetas al pecho los desarma-ron; que al mismo tiempo otros sacaron de la alcoba al capitán Martínez,preso, quien suplicábales que no lo matasen; que sacaron toda la tropafuera, desarmada; que en este momento asomó el coronel Fergusson a laesquina y le dieron un pistoletazo; que el exponente no supo quién; queCarujo les dijo que sabía que todos eran valientes, pero que ahora no lesvalía, pues solo ellos faltaban el que se rindiesen, pero lo estaba Vargas, elescuadrón y parte del pueblo en la plaza a su mando.

Preguntado: si conoció que el oficial de la guardia estuviese de acuerdocon los traidores, dijo que por el contrario conocen todos que el oficialestá ignorante, que fue una sorpresa y que hizo cuanto estuvo de su partepor evitarla.

Preguntado: ¿Cuando se separaron de la casa del Libertador adóndefueron, qué hicieron y a qué jefe o cuerpo se unieron?, dijo: que bajaronpor la calle de la catedral, llevando a la retaguardia algunos artilleros ypaisanaje armados; que doblaron para la calle real y a la segunda cuadrase encontraron con el escuadrón granaderos, quien después del quiénvive, les mandó hacer alto y los artilleros hicieron cuatro tiros, a quecorrespondió granaderos con fuego graneado; se disolvieron los artillerosllevando un herido, según se dijo; que Martínez y la guardia estuvoreunido un rato con el escuadrón y luego se pasaron a Vargas formando asu lado, donde permanecieron hasta que vino una escolta del cuartel porla bandera, y todos se retiraron a él. Y leída que fue esta su declaración seafirma y ratifica en ella, no firma por decir no saber, hace la señal de cruzy firma el señor juez por ante mi.

Gregorio Castro.Pareja (Hay una cruz).

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DECLARACION DEL SOLDADO VICTORINO FONSECA.Octubre 18.

Inmediatamente compareció ante el señor juez y el presente escriba-no, Victorino Fonseca, soldado del escuadrón granaderos, el que habien-do prestado el juramento de ordenanza ofreció decir verdad en lo quesupiese y fuese preguntado; y siéndolo por su nombre, edad, religión ydónde se halló la noche del 25 del pasado, dijo llamarse como quedadicho, mayor de 25 años, católico, apostólico, romano y que la noche del25 pasado se hallaba de guardia en casa del Libertador.

Preguntado: ¿Cómo se rindió la guardia, qué sucedió y refiera todomenudamente, con sus circunstancias?, dijo: que estando durmiendo lodespertaron de un culatazo y vio que le tenían a él ya un compañero lasbayonetas puestas al pecho y vio salir de la alcoba al capitán Martínez,que lo sacaban preso, poniéndole dos pistolas al pecho; que intentaronmatarlo, pero Carujo lo defendió; que salieron todos desarmados y seformaron fuera; que allí decía el capitán: señores, qué es esto, no mematen, ya ese tiempo asomó a la esquina el coronel Fergusson, a quien ledieron un pistoletazo, que no supo quién, y que les dijo Carujo volviéndo-se a la tropa, que todos eran valientes, que se rindieran, pues ya solo ellosfaltaban por estar de su parte en la plaza el escuadrón, el batallón Vargasy parte del pueblo, entonces los armaron.

Preguntado: si cree o conoció que el capitán tuviese connivencia oalianza con los traidores, dijo que de ningún modo, que el capitán estáinocente, pues no pudo hacer otra cosa.

Preguntado: ¿Qué hicieron cuando se separaron de la casa del Liberta-dor, a dónde se dirigieron?, dijo: que bajaron por la calle de la catedraldejando a la retaguardia algunos artilleros y paisanos armados; quedoblaron por la calle real y a las dos cuadras se encontraron con elescuadrón, quien les hizo hacer alto, después del quién vive; que laartillería contestó con cuatro tiros y los granaderos hicieron fuego gra-neado; que dispersaron los artilleros, llevándose un herido; que el capitánMartínez se arrimó inmediatamente al escuadrón, estuvo un rato y pasóal batallón Vargas, en donde permaneció hasta que vino una escolta porla bandera y se retiraron a su cuartel. Leída que le fue esta declaracióndijo se afirma en ella, no firma por decir no saber, lo hace el señor juezpor ante mí y él una cruz.

Pareja. Gregorio Castro (Hay una cruz).

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DECLARACION DEL SOLDADO REMIGIO AL VAREZ.Octubre 18.

Inmediatamente compareció ante el señor juez y el presente escribanoel soldado del escuadrón granaderos, Remigio Alvarez, el que habiendoprestado el juramento con arreglo a la ordenanza, ofreció decir verdad enlo que supiera y fuera preguntado; y siéndolo por su nombre, edad,religión y dónde se halló la noche del 25 del pasado, dijo llamarse comoqueda dicho, mayor de 25 años, católico, apostólico, romano y que en lanoche del 25 pasado se hallaba de guardia en la casa del Libertador.

Preguntado: ¿Cómo se rindió la guardia, qué circunstancias ocurrieron?,refiera todo menudamente, dijo que estando durmiendo, encerrados,cuando menos acordaron se halló él y sus compañeros que les teníanpuestas las bayonetas al pecho, que los desarmaron y a esta sazónsacaron al oficial de la alcoba, poniéndole dos pistolas al pecho e inten-tando matarlo y que Carujo lo impidió; que estando todos fuera, sin armasy viendo matar al coronel Fergusson que acababa de llegar, el capitánMartínez dijo: qué es esto, señores, no me maten; le dijeron se rindiese y élcontestó: qué más rendido quieren, cuando estoy preso; que entonces lesdijo Carujo que solo ellos faltaban se rindiesen, pues Vargas, granaderosy el pueblo estaban a sus órdenes, entonces los armaron poniéndoles ala retaguardia unos artilleros y paisanos armados.

Preguntado: si sabían o conocieron que el oficial de la guardia estabade acuerdo con los traidores, dijo que de ningún modo, que su capitánestá inocente, pues antes escapó con la vida y no pudo hacer más.

Preguntado: cuando se separaron de la casa del Libertador adónde sedirigieron, a qué cuerpo o jefe se unieron, dijo que bajaron por la calle dela catedral y doblaron por la calle real, que a las dos cuadras se encontra-ron con granaderos y habiéndoles mandado hacer alto, los artilleros leshicieron fuego y granaderos contestó con fuego graneado, los que losdispersó, llevándose un paisano bastantemente herido; que Martínez y laguardia se reunió por un rato con granaderos y volvió a los Vargas, dondepermaneció formado a un lado hasta que vino la escolta del cuartel por labandera y todos se retiraron. Leída que fue esta declaración dijo seafirma y ratifica en ello y firma con el juez por ante mí, haciendo la señalde la cruz.


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DECLARACION DEL SOLDADO MANUEL FLORES.Octubre 18.

Inmediatamente el señor juez hizo comparecer por ante el señor juez yel presente escribano al soldado del escuadrón granaderos, Manuel Flo-res, quien habiendo prestado el juramento de ordenanza ofreció decirverdad en lo que supiese y fuese preguntado; y siéndole por su nombre,edad, religión y dónde se halló la noche 25 del pasado, dijo llamarse comoqueda dicho, mayor de 25 años, católico, apostólico, romano, que lanoche expresada se halló de guardia en casa del Libertador.

Preguntado: cómo se entregó la guardia, qué vio allí, qué sucedió yrefiera todo menudamente, dijo que hallándose durmiendo cuando des-pertó tenía puesta una bayoneta al pecho, que vio del mismo modo a suscompañeros; que a este tiempo sacaron de la alcoba al capitán Martínezcon pistolas al pecho; que desarmados, los sacaron fuera y que variosintentaron matar al capitán, pero Carujo lo libertó; que Martínez decia:qué es esto, no me maten; que a este tiempo mataron al coronel FergussonCarujo y el teniente López; que volvió a la tropa y al oficial y les dijo quesolo ellos faltaban el que se rindiesen, pues Vargas, granaderos y todo elpueblo se hallaban en la plaza a sus órdenes.

Preguntado: si el capitán de la guardia Cree estuviese de acuerdo conlos traidores, dijo que no, que hizo demasiado el capitán y antes milagro-samente se escapó de morir.

Preguntado: ¿Cuando se separaron de la casa del Libertador a dónde sedirigieron, qué hicieron, a qué cuerpo o jefe se agregaron?, dijo: quebajaron por la calle de la catedral con unos artilleros a retaguardia ypaisanaje armado, que doblaron por la calle real, donde se encontraroncon el escuadrón, quien habiéndoles mandado hacer alto les contestaronlos artilleros con fuego y entonces los granaderos contestó con fuegograneado; que los dispersó llevándose a un paisano gravemente herido; elcapitán Martínez se agregó a su escuadrón con su guardia, estuvo un ratoy luego volvió a Vargas, donde formó a un lado; y estuvo allí hasta quevino la escolta por la bandera y se retiraron a su cuartel. Y leída que fueesta su declaración ella se firma y ratifica, dijo no firma por no saber, lohace el señor juez por ante mí.


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DECLARACION DEL SOLDADO JOSE ALVAREZ.Octubre 18.

Inmediatamente el señor juez hizo comparecer al soldado del escua-drón granaderos José Alvarez, a quien le recibió juramento con arreglo aordenanza, bajo el cual ofreció decir verdad en lo que supiese y fuerapreguntado; y siéndolo por su nombre, edad, religión, dijo llamarse comoqueda dicho, de edad de 20 años, católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 del pasado?, dijo: que deguardia en casa del Libertador.

Preguntado: cómo se entregó la guardia, qué sucedió y refiera todocircunstancialmente, dijo que hallándose durmiendo cuando despertó se en-contró que le tenían puesta bayoneta al pecho, así a él como a sus compañe-ros; que en este instante vio sacaban al capitán Martínez de la alcoba,preso, poniéndole dos pistolas al pecho; que allí quisieron matarlo, peroque Carujo lo defendió; que inmediatamente los sacaron desarmadosfuera y llegado el coronel Fergusson, Carujo le tiró un pistoletazo que lomató y volviendo así al oficial le dijo MartÍnez: qué es esto, señores, no mematen; que Carujo le dijo que se rindiese y él le contestó que qué másrendido lo querían; entonces dijo Carujo que Vargas, granaderos y elpueblo estaban a sus órdenes en la plaza; que entonces los armó, ponién-doles los artilleros a retaguardia.

Preguntado: si cree o conoció que el oficial Martínez estuviese deacuerdo con los traidores, dijo que de ningún modo, que lo cree inocente,pues no pudo hacer más.

Preguntado: ¿Cuando se separaron de la casa del Libertador qué hicie-ron y adónde se dirigieron?, dijo: que bajaron por la calle de la catedral ydoblaron por la calle real, donde se encontraron con el escuadrón grana-deros, quien les mandó hacer alto, a lo que contestaron los artilleroshaciendo fuego; los granaderos hicieron otra graneada, que los dispersa-ron, llevándose un paisano gravemente herido; que el oficial MartÍnez y laguardia se agregaron al escuadrón por un rato; que después volvió aVargas, se formó a un lado y allí permaneció hasta que vino una escoltapor la bandera y marcharon todos unidos al cuartel; y leída que le fue estasu declaración dijo se afirmaba y ratificaba en ella; no firma por no saber,hace la señal de la cruz y firma el señor juez por ante mí.

Pareja, Gregorio Castro (Hay una cruz).


DECLARACION DEL SOLDADO SANTOS SAAVEDRA.Octubre 18.

Incontinenti el mismo señor juez hizo comparecer por ante el presenteescribano al soldado del escuadrón granaderos Santos Saavedra, a quiense le recibió juramento con arreglo a ordenanza, bajo ' ofreció decirverdad sobre lo que supiese y fuese preguntado; y siendo por su nombre,edad, religión, dijo llamarse como queda dicho, de edad de 19 años,católico, apostólico y romano.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 pasado?, dijo: que deguardia en la casa del Libertador.

Preguntado: ¿Cómo se entregó la guardia, qué vio allí, qué sucedió yrefiera todo menudamente?, dijo: que hallándose dormido cuando des-pertó tenía puesta una bayoneta al pecho, que vio del mismo a suscompañeros, que a este tiempo sacaron de la alcoba a el capitán Martínezcon pistola al pecho; que, desarmados, los sacaron fuera y que variosintentaron matar al capitán, pero que el comandante Carujo lo impidió;que Martínez decía: qué es esto, no me maten; que a este tiempo mataronal coronel Fergusson. Carujo y el teniente López; que volvió a la tropa y aloficial y les dijo que solo ellos faltaban el que se rindiesen, pues los demáscuerpos y algunos paisanos estaban ya formados en la plaza a susórdenes.

Preguntado: si el capitán de guardia cree estuviese de acuerdo con lostraidores, dijo que no, y que hizo demasiado y que se escapó de la muerte.

Preguntado: ¿Cuando se separaron de la casa del Libertador adónde sedirigieron, qué hicieron, a qué cuerpo o jefe se agregaron?, dijo: quebajaron por la calle de la catedral y volvieron por la calle del comercio;que, a las dos cuadras, se encontraron con el escuadrón, quien preguntán-doles quién vive les contestó la artillería con cuatro tiros, a 10 que contestóel granadero con fuego graneado hasta que los dispersó llevando unpaisano gravemente herido. El capitán Martínez se agregó al escuadrónun rato y luego volvió a reunirse a la plaza al batallón Vargas, en dondepermaneció hasta que vino una escolta por la bandera y se retiraron a sucuartel. Y leída que le fue la declaración y dijo que se afirma en ella; nofirma por decir no saber, lo hace el señor juez por ante mí y hace una cruz.

Pareja. Gregario Castro (Hay una cruz).

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DECLARACION DEL SOLDADO SANTOS GONZALEZ.Octubre 18.

Acto continuo compareció el soldado del escuadrón granaderos San-tos González ante el señor juez y presente escribano, y habiendo prestadoel juramento conforme a ordenanza, ofreció decir verdad en lo quesupiese y fuese preguntado; y siéndolo por su nombre, edad, religión, dijollamarse como queda dicho, que es mayor de 25 años, católico, apostólicoy romano.

Preguntado: ¿Dónde estuvo el 25 del pasado?, dijo: que se hallaba deguardia en casa del Libertador.

Preguntado: cómo se entregó la guardia, qué sucedió, qué vio y refieratodo menudamente, dijo que estando durmiendo entraron de repente ysin ser sentidos una escolta, que a él y a sus compañeros le pusieron lasbayonetas al pecho con arma prepara [sic]; que los desarmaron y a esetiempo vio sacar al oficial de la alcoba preso, poniéndole las pistolas alpecho y que allí intentaron matarlo, pero que Carujo lo impidió; que losacaron fuera desarmados a tiempo que asomó el coronel Fergusson , atiempo que le dieron un pistoletazo; que el exponente no supo quién; yvolviendo al capitán Martínez en ademán de tirarle, dijo él: señores, quées esto, no me maten; entonces Carujo dijo: solo a ustedes me faltabarendir, pues Vargas, Granaderos y todo el pueblo está en la plaza a misórdenes; que entonces los armaron poniéndoles a la retaguardia unosartilleros y paisanaje armado.

Preguntado: si el oficial de la guardia tendría alguna connivencia oestaría de acuerdo con los traidores, dijo que de ningún modo, que eloficial está inocente, que milagrosamente se escapó, que no tuvo lugardehacer otra cosa.

Preguntado: ¿Cuando se separaron de la casa del Libertador adónde sedirigieron, qué hicieron, a qué cuerpo o jefe se reunieron?, dijo: que baja-ron por la calle de la catedral y doblaron por la calle real, donde se encontra-ron con el escuadrón, quien les mandó hacer alto y los artilleros contesta-ron con fuego; que entonces los granaderos les hicieron otro graneado,cop lo que los dispersaron, llevándose consigo un paisano que quedógravemente herido; que entonces el capitán Martínez y la guardia seagregó al escuadrón por un rato y volvieron a Vargas formando a un lado;allí permanecieron hasta que la escolta del cuartel [fue] por la bandera, y

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unidos todos marcharon al cuartel. Leída que fue esta su declaración dijose afirma y ratifica en ella, no firma por no saber, hace una señal de cruz yfirma el juez por ante mí.


NOTA1. Así está en el original.

Sentencia


Visto el proceso criminal actuado por la conspiración del 25 deseptiembre último contra el capitán del escuadrón granaderos José Mar-tínez y no resultando de su mérito y demás actuaciones practicadas sobreel caso la menor complicidad contra el referido Martínez, se le absuelve anombre de la República y por autoridad de la ley del cargo, por lo querespecta a la conspiración, pero como resulte de autos que en aquellanoche estuvo de comandante de la guardia que custodiaba el palacio yque por su poca vigilancia se dejó sorprender por los traidores que loinvadieron, y siendo este un delito 'al cual le impone severas penas laordenanza, la comandancia general cree que debe ser juzgado por estafalta. Mas habiéndose puesto término por resolución del gobierno a lacausa de conspiración y a todo lo que tenga relación con ella, remítaseeste proceso a su excelencia el Libertador presidente, para que en su vistadetermine lo que crea más conveniente.

Rafael Urdaneta, Pareja.



Su excelencia el Libertador presidente dispone que el capitán degranaderos a caballo, José Martínez, sea destituido de su empleo por sudébil conducta en la noche de la conspiración del 25 de septiembre, que se

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hallaba de guardia en el palacio de su excelencia. Que se destine luego alejército del sur a servir allí de simple soldado.

Por su excelencia, el ministro secretario de guerra,

José María Córdova


Cúmplase, notifíquese por el mayor de plaza y háganse las comunica-ciones al caso.

París.

En la plaza de Bogotá, a 20 de noviembre de 1828, el sargento mayorde esta plaza pasó al cuartel de Vargas, donde se halla arrestado el capitánJosé Martínez, del escuadrón granaderos montados, a quien hizo saber laanterior sentencia, y enterado de ella, la firmó con el expresado mayor.

Arce, José Martinez':

NOTA


Nota

Aun cuando de las declaraciones tomadas a los oficiales y soldadosdel escuadrón granaderos, que hacían la guardia en el palacio del Liberta-dor presidente, no aparece que hubiese muerto el sargento segundoEstanislao Rojas, quien se hallaba allí la noche del 25 de septiembre,transcribimos en seguida, por vía de información únicamente, la siguientenota necrológica publicada en el número 377 de la Gaceta de Colombia,correspondiente al domigno 12 de octubre de 1828:

"El sargento segundo de granaderos Estanislao Rojas, que se hallabade guardia en palacio la noche del25 de septiembre, ha muerto el9 últimode resultas de la grave herida que recibió por sostener su puesto. Con sumuerte ha dejado un ejemplo de virtud a sus compañeros de armas y unmotivo más para execrar a los conspiradores que lo asesinaron".

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FRANCISCO TORRES


DECLARACION DE FRANCISCO TORRES. Octubre 13.

En la ciudad de Bogotá, a 13 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo comparecer a Francisco Torres, a quien se le recibió juramentoque hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, bajo el cual ofreciódecir verdad en lo que fuere preguntado 1, Y siéndolo por su nombre,edad, empleo y religión, dijo llamarse como queda dicho, que es de edadde 20 años, de oficio sastre y que es católico, apostólico y romano.

Preguntado: si sabe por qué se halla aquí preso, dijo que lo ignora yque sólo sabe que en un bando publicado ayer por el señor intendente se lenombraba como sospechoso y ocurrió a presentarse luego y el señorintendente lo mandó aquí, en donde ha permanecido preso hasta ahora.

Preguntado: ¿En qué se ocupó la noche del 25 del pasado, con quiénesanduvo, en qué parte estuvo y si tuvo noticia de que se tramaba unaconspiración contra el gobierno?, dijo: que desde prima noche y aun antestodo el día se ha mantenido en su tienda, hasta las siete y media; que a esahora se fue a la fonda de la Chepa Ortiz, en donde estuvo hasta las ochoque salió a la calle y se estuvo en la esquina de la calle real, en donde apoco tiempo se le reunió Francisco Londoño; que se convidaron a tocarpor las calles después que aquel saliese de un baile en casa de las señorasAranzas; que acompañó a Londoño hasta la casa de dichas señoras y sevolvió a la calle de los plateros a esperar una mujer que debía ir allí;que como a las once volvió a la fonda a cenar; que de allí salió y se dirigió

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nuevamente a la casa del baile en busca de Londoño, y no habiéndoseacabado el baile se volvió también a la calle de los plateros; que llegóhasta la esquina de la calle real, en donde permaneció hasta que se oyeronlos primeros tiros; que intentó venirse a la plaza y como el fuego continua-ba se volvió hasta la casa del baile, en donde no encontró ya a nadie; quesiguió por la calle de la candelaria con dirección hacia su casa y quecuando estuvo en la esquina de arriba del chorro de la moneda oyó ruidode la parte de abajo y se dirigió a ver lo que era, y que a la cuadra encontróa Francisco Londoño, quien le dijo que había oído voces de que habíanmatado al Libertador y que el exponente también lo oyó distintamentedesde allí; que de allí convidó a Londoño y se fueron juntos por la calle delCarmen, hacia Santa Bárbara, a tomar noticias, y que habiendo llegadofrente a la casa de doña Custodia Vargas, esta les preguntó por la ventanalo que había y ellos le respondieron lo que habían oído y entonces, ainvitación de dicha señora, entraron a su casa, donde permanecieronhasta que ya era cerca del día, que salieron y se dirigieron hacia SanAgustín, y al llegar al puente fueron detenidos por los centinelas; que,aunque estos los dejaban ya pasar, ellos resolvieron irse al cuartel comopunto de más seguridad; que allí permanecieron dos días, al cabo de loscuales fueron puestos en libertad por el señor general París; que no oyódecir ni tuvo noticia alguna anterior a la revolución, ni habló con personaque le dijese nada sobre el particular.

Preguntado: cómo dice que no supo de la conspiración cuando constadel proceso que estuvo en una reunión con el teniente Ignacio López,teniente Hinestrosa, capitanes Briceño, Mendoza y el viejo Acevedo?,dijo: que no ha estado en tal reunión.

Reconvenido: ¿Cómo asegura no haber estado en la reunión cuandohay testigos que aseguran que estaba el que declara presente cuando setrató de poner al general Santander en el mando si conseguían matar alLibertador", dijo: que se ratifica en lo que tiene dicho antes, que no haestado en tal reunión ni sabe nada de lo que se le pregunta.

Vuelto a reconvenir cómo niega la pregunta, cuando consta de autosque era uno de los comisionados para matar al comandante del batallónVargas en su misma casa, dijo que ignora en un todo el contenido de lapregunta y que no conoce nada del cargo que se le hace. Y aunque se lehan hecho otras preguntas y reconvenciones no se ha adelantado otracosa, por lo que mandó el señor juez suspender esta diligencia para

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continuarla si fuere necesario, y la firma con el señor juez auditor por antemí.

Urdaneta, Pareja,Francisco Torres, J. Tomás Gámez.

NOTA

1. Aquí se encuentra tachado dijo.

Sentencia


No resultando contra Francisco Torres otro cargo que la cita que de élhizo el teniente Ignacio López, que no hace prueba por ser singular, se leabsuelve de la instancia; dé se cuenta al gobierno para los efectos legales ypara las medidas de seguridad que se crean convenientes.




Su excelencia el Libertador presidente aprueba la determinación deltribunal de la comandancia general en lo actuado contra FranciscoTorres.

Por su excelencia, el secretario de la guerra,José María Córdova.



Rafael Urdaneta.

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, el sargento mayorde esta plaza, primer comandante José Arce, pasó al cuartel de Vargas en

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donde se halla preso Francisco Torres, a quien hizo saber la anteriorsentencia, y enterado de ella la firmó con dicho mayor.

José Arce. Francisco Torres 1,

NOTA


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LOUIS LEWISConcluido

DECLARACION DE LOUIS LEWIS. Octubre 13.

En la plaza de Bogotá, a 13 de octubre de 1828, com pareció el señorLouis Lewis con el objeto de evacuar una cita que le resulta de la confesiónde Agustín Horment, y previo el juramento de estilo conforme a sucreencia ofreció decir verdad en lo que le fuera preguntado y siéndolo porsu nombre, edad, patria, religión y empleo, dijo llamarse como quedadicho, de 22 años, natural de Jamaica, protestante y que es comerciante.

Preguntado: si la noche del 25 al 26 del pasado habló con AgustínHorment, a qué hora y en qué lugar, dijo que a las diez de la noche cuandose retiraba para su casa se encontró con Agustín Horment en la esquina dela calle real y siguió con él hasta la calle de los carneros, en donde sedespidió el exponente para su casa y Horment siguió con dirección a laplaza de San Francisco; que, desde aquella hora, no volvió a ver ni ahablar con Horment.

Reconvenido: cómo dice que no habló más con Horment cuando de ladeclaración de este resulta que a la madrugada, cuando Horment yZuláibar andaban por el callejón que está detrás de capuchinos, a caballoy con intención de salir por el camino real de San Victorino, fueronavisados por uno llamado Luis, de casa del señor Raimundo Santamaría,de que ya el general Córdova cubría el camino con algunas partidas detropa y que, en consecuencia de esto, se volvieron a su casa, dijo que lacita es equivocada respecto del exponente; que el Luis de que se trata es

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Luis Santamaría, pariente del señor Raimundo, que vive en su casa y quecon este fue que tuvo lugar el pasaje a que se refiere la pregunta; que losabe porque el mismo Luis Santa maría lo ha dicho y que porque espúblico en la familia de Santa maría; que hace como dos meses que no viveen casa del señor Santamaría, ni depende de él; que puede citar ademáslas personas en cuya compañía durmió esa noche, que son las señorasJuliana y Micaela Trujillo, Urbano Bonance, Francisco Posadas y dosmuchachos más, cuyos nombres ignora; que todos estuvieron despiertoscuando el tiroteo y que después el exponente salió cuando todo habíacalmado yen la puerta de su casa encontró a dos generales Vélez y Ortega,quienes impidieron que el oficial de granaderos F. Rojas lo prendiese porequivocación; que después de informado por dichos señores del suceso sevino a la plaza y se presentó al actual juez de esta causa; que allípermaneció hasta que vino su excelencia el Libertador y que con lasdemás personas que le acompañaron se dirigió también al palacio.

Preguntado: qué conversación tuvo ayer tarde, como a las cinco, con elgranadero José de Jesús García, de la primera compañía, dónde empezóla conversación, a dónde se dirigió con él, a qué horas se separaron y quéhizo después, dijo que se encontró con el granadero en la esquina de lacalle real primera, que le saludó diciéndole que le iba a pedir un favor;que el exponente le preguntó qué era y el granadero le contestó pidiéndoleun real; que el exponente le dijo que no tenía dinero en el bolsillo y que elgranadero le dijo que iría con el exponente a su casa; que el exponente sedirigió con él a su tienda y en lugar de un real le dio dos, porque creyó queaquel granadero era el mismo que le había servido una vez que elexponente se privó en el coliseo, y fue conducido a su casa por ungranadero; que después volvió a la esquina de la primera calle real,donde encontró al señor Mariano París, al sastre Parada y dos más, queno sabe sus nombres; y le refirió lo mismo que lleva declarado; que elgranadero se había separado del exponente luego que recibió sus dosreales, haciéndole mil protestas de agradecimiento; que no tiene más queañadir ni quitar, que lo dicho es la verdad en que se afirmó y ratificó enfuerza del juramento que tiene prestado, leída que le fue esta declaracióny la firma con el señor juez, el auditor, por ante mí.

Urdaneta, Tomás Barriga y Brito,Louis Lewis, J. Tomás Gámez.

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DECLARACION DE JOSE DE JESUS GARCIA. Octubre 13.

Inmediatamente el señor Juez hizo comparecer al granadero José deJesús García, quien previo el juramento de ordenanza, prometió decirverdad en lo que le fuere preguntado, y siéndolo por su nombre, empleo,edad y religión, dijo llamarse como queda dicho, que es soldado de laprimera compañía del, escuadrón granaderos montados, de edad de 25años, católico, apostólico y romano.

Preguntado: si conoce al señor Louis Lewis, dijo que no lo conoce.Preguntado: si ayer tarde pasó por la calle real, si habló con alguna

persona, si entró en alguna tienda, si recibió alguna cosa de mano dealgún sujeto y diga menudamente cuanto haya pasado, dijo que pasandopor la calle real con un canasto en la mano, a eso de las cinco o más, en-contró en la primera esquina a un caballero que no conoce y le pidió un real;que el caballero le dijo que viniera a su tienda para dárselo, y vino a la tien-da y le dio una peseta; que luego que la recibió se fue sin hablar más nada.

Preguntado: cómo no ha de conocer al sujeto de que se trata, puestoque le pidió dinero y que anduvo con él media cuadra por lo menos, dijoque no lo conoce.

Preguntado: si lo conocerá poniéndoselo de manifiesto, dijo, despuésde mil y mil vueltas, que sí, y habiéndole presentado al señor Louis Lewisdijo que era el mismo.

Preguntado: si le había conocido antes y si tenía confianza con él,supuesto que le pidió un real, dijo que no le conocía ni tenía confianza;que habiéndolo visto parado se acercó a él y le pidió por favor que le dieraun real y que el caballero le dio dos en su tienda, como ya deja dicho.

Preguntado: si se acuerda de haber acompañado a este mismo caba-llero alguna vez desde el coliseo a su casa, dijo que no, que nunca lo haconocido ni se acuerda de haberlo visto y que el haberle pedido un real fueuna casualidad; que no tiene más qué decir; que lo dicho es la verdad enfuerza del juramento hecho en que se afirmó y ratificó, y por no saberfirmar hizo una señal de cruz, firmándola el señor juez, auditor, por antemí, de que certifico.

Urdaneta, Tomás Barriga y Brito (Hay una cruz),1. Tomás Gámezí,

NOTA


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CAPITANES EMIGDIO BRICEÑOy RAFAEL MENDOZA

DECLARACION DEL CAPIT AN EMIGDIO BRICEÑO.Octubre 14.

En la ciudad de Bogotá, a 14 de octubre de 1828, el señor juez hizotraer a su presencia al capitán Emigdio Briceño, a quien se le recibiójuramento con arreglo a ordenanza, bajo el cual ofreció decir verdad en loque le fuere preguntado; y siéndolo por su nombre, edad, patria, religióny empleo, dijo que se llama como queda dicho, de edad de 26 años,católico, apostólico, romano y que es capitán adjunto al estado mayorgeneral.

Preguntado: si sabe por qué se halla preso, dijo que por la conspiracióndel 25 del mes pasado.

Preguntado qué parte tuvo en la conspiración del 25 del mes pasado,dijo que atacó la guardia que custodiaba al general Padilla; que parahacerlo trepó la pared divisoria del cuartel de artillería y la casa en queguardaba su arresto dicho general, hizo rendir la guardia, hizo prender alcoronel Bolívar y puso en libertad al general Padilla, a quien entregó laespada de aquel; que después se dirigió por la puerta de la calle con ochoartilleros (porque dos dejó custodiando al coronel Bolívar)! a atacar elcuartel de Vargas, en donde fue derrotado; que en seguida se dirigió haciael parque, a donde llegó con cuatro artilleros y el teniente Pedro Gutié-rrez, comandante de la guardia del general Padilla; que no habiéndoleabierto la puerta del parque se dirigió a uno de los solares del río, endonde permaneció todo el viernes 26 hasta la noche que se fue a la casa de

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Mendoza, donde fue aprehendido, habiéndosele dispersado antes de ir alrío los artilleros y el teniente Gutiérrez.

Preguntado: ¿Quién le indujo a entrar en la conspiración y con quéobjeto la ejecutaron?, dijo: que cuatro días antes de la conspiración loconvidó el comandante Carujo para entrar en una revolución con elobjeto de restablecer la constitución del año de 21, pero que no habíanfijado día.

Preguntado: ¿De qué medios debían valerse y con quiénes contabanpara esta conspiración?, dijo: que cuando se le habló no supo que hubiesemás en el plan sino el comandante Carujo, el capitán Mendoza, el tenienteHinestrosa, Wenceslao Zuláibar y el francés Agustín Horment, porque,como había dicho, aún no estaba concertado el plan ni se había fijado eldía de la ejecución.

Preguntado: ¿Con qué motivo se aceleró y se ejecutó el 25 por la noche,qué personas concurrieron además de las que tiene citadas, en dónde sereunieron y qué plan concertaron para la ejecución?, dijo: que el25 por latarde el comandante Carujo le avisó que habían puesto preso al capitánTriana y que el Libertador tenía una lista de los conspiradores y que elexponente era uno de ellos, y que el coronel Guerra le había avisado aCarujo que era preciso dar el golpe esa noche y que lo citaron para unareunión en casa de Luis Vargas Tejada; que, entre las siete y las ocho de lanoche, se reunieron en dicha casa estando presentes el citado Tejada,el comandante Carujo, el capitán Mendoza, Hinestrosa, el capitánSilva, Horment, Zuláibar, el teniente López y algunos otros que noconoció; que el plan concertado fue el mismo que se ejecutó, es decir:Carujo con 20 artilleros y algunos paisanos a tomar el palacio; Silva, elteniente Hinestrosa, el teniente Tovar y el subteniente Alquisiras con lamayor parte del cuerpo a atacar el cuartel de Vargas con el auxilio quedebía prestar el capitán Mendoza, que se hallaba arrestado en Vargas,para facilitar la sorpresa de la guardia, y el exponente atacar la guardia dePadilla, como lleva dicho.

Preguntado: ¿Qué debía hacer Carujo con el Libertador, tomada quefuera su casa?, dijo: que se propuso en la reunión asesinar al Libertador, algeneral Urdaneta, al general Córdova, al coronel Bolívar, al coronelFergusson y a los comandantes de Vargas y granaderos, pero que elexponente se opuso diciendo que no era necesario matar a ninguno de loscitados para restablecer la constitución; que, en todos tiempos, se habían

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respetado los hombres que habían prestado algunos servicios a la patria yque su mismo crédito exigía esta conducta porque los asesinos del Liber-tador no podían menos que ser mirados con horror en el mundo; que estomismo pueden declararlo el comandante Carujo, el capitán Mendoza y elteniente Hinestrosa; que esta exposición la hace no por temor ni pordebilidad sino solamente por desahogar su corazón y por justificar unsentimiento que le ha sido propio; que al salir el comandante Carujo delcuartel con su partida volvió a encargarle que no fuese a matar a nadie ymucho menos al Libertador, y que Carujo le aseguró que así lo haría.

Preguntado: ¿Qué objeto se proponía en dar libertad al general Padi-lla?, dijo: que cuando Carujo le destinó a tomar esa guardia le manifestó laimportancia de poner en libertad al general Padilla para que tomado quefuese el cuartel de Vargas, se pusiese a la cabeza de la tropa que pudiesenreunir y marcharse a atacar el cuartel de granaderos, en donde dichogeneral tenía mucho influjo y era fácil tomarlo principalmente hallándosefuera el comandante.

Preguntado: si estaban de acuerdo con el comandante de la guardia dePadilla cuando se dirigió a atacarla, dijo que sabe que Gutiérrez estabaconvidado para la conspiración y que estaba de acuerdo, pero que hasta elmomento de ejecutarse no tuvo aviso de que fuese esa noche.

Preguntado: ¿Cómo debía verificarse esta revolución, no habiendo sidopreciso acelerarla con la prisión de Triana?, dijo: que el plan que le indicóCarujo, antes del acontecimiento de Triana, no era otro que el de prenderal Libertador, declarar este departamento constitucional, reunir las per-sonas más notables del pueblo al siguiente día y nombrar una persona derespeto y representación que lo presidiera, ponerse en comunicación conlos demás departamentos para que reuniéndose el senado se presentase aél su excelencia el Libertador, quien entretanto debía guardar arrestobajo la responsabilidad del jefe del departamento que se nombrase; quecomo el plan no estaba todavía bien organizado, no habían convenido losmedios que era necesario emplear para llevarlo a cabo y ni aun se habíaconvenido en la persona que debía mandar; que aunque en la reunión del25 en la noche y desde antes se trató de poner al general Santander, elexponente no fue de esa opinión porque creyendo que era odiado enalgunos departamentos juzgaba que podía embarazar la nueva marcha, yque lo que deseaba era una persona imparcial.

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Preguntado: ¿Quién propuso en la reunión que se diese aviso al generalSantander de que esa noche iba a darse el golpe?, dijo: que Vargas Tejadapropuso que se le avisara, pero que no se acuerda muy bien si fue Carujoel que se opuso a que no se le diese parte, temiendo que lo impidiera o queembarazara su ejecución y que no sabe si se llevó a efecto el aviso a dichogeneral.

Preguntado: ¿Con quiénes contaban en la provincia del Socorro y en lade Pamplona para secundar su proyecto?, dijo: que no supo que se con-tase con nadie fuera de Bogotá y que lo único que le oyó a Carujo fue queen Valencia y en Caracas se habían declarado ya por la constitución.

Preguntado: ¿Qué parte ha podido tener el general Santander en estenegocio?, dijo: que siempre oyó decir que el general Santander se oponía aesta revolución; que así se lo aseguró Zuláibar la misma tarde que seprendió a Triana; que el exponente nunca habló con el general Santandersobre este particular, y que aunque la expresión de que se oponía indicamuy bien que el general Santander había sido consultado para ello, elexponente no puede asegurarlo.

Preguntado: ¿Qué combinación tenían para en caso de un mal suceso, adónde pensaban retirarse, con qué auxilios contaban y qué plan debíanseguir después", dijo: que no formaron más plan de retirada que el de ir aEgipto a reunirse en caso de mal suceso, para de allí salvarse cada unocomo pudiera; que no contaban con auxilio de nadie porque el sucesotuvo lugar solamente por la prisión de Triana y por el temor de ser presosa consecuencia de la lista que, se decía, había dado este al Libertador, yque aunque nadie conocía el conducto por donde Triana pudiese habersido impuesto de la revolución, en la duda creyeron conveniente acelerar-la, y que ni en esa noche ni antes supo el exponente que se contasecon otros apoyos que con los que ha referido, pues que ni aun la concu-rrencia del cuerpo de artillería lo supo hasta que fue Silva a la reunión encasa de Vargas Tejada.

Preguntado: ¿De qué opinión era Vargas Tejada en esa noche conrespecto a la ejecución del plan?, dijo: que mientras el exponente estuvoallí Vargas Tejada se ocupó en componer unas pistolas y solamente le oyóinstar porque se le avisase al general Santander; y que cree el exponenteaunque no está cierto de ello, que tuvo la comisión de detener en su casa alcomandante del batallón Vargas. Con lo que mandó el señor juez suspen-

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der esta declaración para continuarla si fuere necesario, y la firmaron elseñor juez, el auditor y declarante por ante mí.

Urdaneta, Pareja,Emigdio Briceño, J. Tomás Gámez.

NOTA

1. Aquí va tachado y se dirigió.

DECLARACION DEL CAPITAN RAFAEL MENDOZA.Octubre 14.

Acto continuo el señor juez hizo traer a su presencia para el efecto detomarle su declaración al capitán Rafael Mendoza, a quien previo eljuramento de ordenanza, se le preguntó por su nombre, empleo, edad yreligión. Dijo llamarse como queda dicho, su empleo capitán, de edad de28 años y religión cristiana.

Preguntado: si sabe la causa de su prisión, dijo que sí por hallarseinjerido en la conspiración del 25 del pasado.

Preguntado: ¿Qué parte tuvo y de qué manera obró en la conspiración?,dijo: que se le comisionó, por hallarse arrestado en el cuartel de Vargas,para que matase al oficial de la guardia y a los centinelas para facilitar laentrada de los veinte hombres de artillería que debían tomar la guardia dedicho cuerpo.

Preguntado: ¿Cuál fue el plan de los conspiradores, quién lo indujo aentrar en la conspiración y con qué objeto la ejecutaron?, dijo': queproclamar la constitución en todas sus partes, para cuyo efecto debíaasesinarse la persona del Libertador, los comandantes de los dos cuerpos,granaderos y Vargas, si estos hacían resistencia con sus cuerpos y alcoronel Bolívar si se resistía también; que este fue el proyecto que se leindicó al exponente; que estuvo en una tertulia una noche con el señorZuláibar, el señor Horment y Silva en la esquina de Santo Domingo, a lasocho de la noche, los que le dijeron que si se podría contar con su personae inválidos [sic] para una empresa; les exigió le indicasen qué clase de em-presa, y dicho que fue el plan indicado les contestó que lo pensaría y que encaso comprometería su persona, no a otros individuos; que otra noche loencontró el señor Zuláibar en la calle de los carneros y le dijo que era

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necesario ir a una reunión para que emitiera su voto deliberativo, a lo quele contestó que no podía porque no tenía lugar y que, en caso de determi-narse él, concurriría en el acto mismo; que el objeto con que verificaron laconspiración ya lo tiene expuesto.

Preguntado: ¿De qué medios debían valerse y con quiénes contabanpara llevar a efecto la conspiración?, dijo: que a él apenas se le indicó secontaba con la artillería y su comandante y con varios oficiales y ciudada-nos de los más ilustres de la capital, pero no le indicaron el nombre detodos ellos; que querían valerse del medio de asaltar la casa del Liberta-dor con una parte de artillería y una parte de ciudadanos, del mismomodo al batallón Vargas y al escuadrón granaderos; que a Horment seencargó de atacar la casa de su excelencia el Libertador con variospaisanos; que al exponente, con el comandante Silva, se le comisionó parasorprender el cuartel de Vargas y, según oyó decir, a Cayetano Galindocon otros oficiales para atacar el cuartel de granaderos; que el exponenteno puede expresar individualmente el nombre de cada uno de los que hantenido parte, porque solo concurrió a la última reunión en casa de LuisVargas Tejada; que cuando llegó a ella, ya era más de las 11de la noche, acausa de que ignoraba todo hasta aquel momento; que a eso de las ocho ymedia salió del cuartel con destino de ir a refrescar a su casa, se encontrócon el coronel Ramón Guerra, quien le avisó que lo esperaban en casa deVargas Tejada, que no hizo caso y continuó siempre para su casa arefrescar, de donde salió a las 11 y se dirigió a casa de Tejada y encontróallí a Horment y Zuláibar, quienes le dijeron: chico, qué tarde has venido,ya todo el mundo ha salido con sus comisiones, porque esta noche es lacosa; ea, pues, tu comisión es matar al oficial de guardia y algunoscentinelas para facilitar la entrada de Silva con la tropa y tomar el cuartel;que salieron el exponente, Horment, Zuláibar, López y Silva; que estostres tomaron la dirección hacia el palacio a reunirse con los demáscompañeros; que el exponente con Silva se dirigieron, Silva a la artillería yel declarante al cuartel de Vargas, a donde fue a esperar a la gente; que a unrato llegó la tropa y como el sargento de la guardia no permitió desfilar latropa, que era lo que se intentaba, cuando oyó que forzaban ya lacentinela, se dirigió al oficial de guardia dando la voz de adentro, artille-ros; que le repugnó matar al oficial de guardia por estar desarmado y sersu amigo; que, como estaba dormido, se tomó la espada de la cabecera;que en ese instante rompió el fuego la guardia y fueron rechazados los

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artilleros; que entonces el exponente se volvió a entrar al cuarto debanderas y se salió por la ventana, la cual habían ya roto los otrosoficiales presos; que se unió a los artilleros que mandaban el cañón, aquienes les hizo hacer dos tiros; y no habiendo más cartuchos se fuepasando por frente al cuartel de Vargas con un piquete de artilleros, y quecuando llegó a la esquina de Santa Clara oyó fuego en la plaza y resolvióirse por esa calle abajo, en donde se dispersaron los artilleros y elexponente se dirigió a su casa, pero no entró en ella hasta el día siguiente,porque permaneció escondido en un solar.

Preguntado: ¿Con qué motivo se aceleró y ejecutó la conspiración lanoche del 25?, dijo: que según rumores que oyó, le parece que fue por laprisión del capitán Triana, quien se decía estaba orientado de la cosa; queesta especie la oyó en el cuartel indistintamente a varios oficiales.

Preguntado: ¿Qué debía hacer Carujo con el Libertador, tomada quefuera la casa?, dijo: que ignora la pregunta, que Horment era el encargadode matar a la persona de su excelencia el Libertador.

Preguntado: ¿Qué objeto se propusieron en dar la libertad al generalPadilla?, dijo: que ignora el contenido de la pregunta.

Preguntado: ¿Si sabe que estuviesen de acuerdo con el comandante de laguardia que custodiaba al general Padilla?, dijo: que igualmente ignora elcontenido de la pregunta.

Preguntado: ¿Cómo debía verificarse la revolución si no hubiera sidopreciso acelerarla por la prisión de Triana?, dijo: que el exponente nosupo cómo debía realizarse, porque sus autores muy poco hablaron conel exponente.

Preguntado: ¿Si sabe quién propuso en la reunión de Vargas Tejada quese diese aviso al general Santander de que esa noche se iba a dar el golpe?,dijo: que no lo sabe si oyó nombrar aquella noche al general Santander.

Preguntado: ¿Con quiénes contaban en la provincia del Socorro yen lade Pamplona para secundar su proyecto?, dijo: que lo ignora.

Preguntado: ¿Qué parte ha podido tener el general Santander en estenegocio?, dijo: que lo ignora.

Preguntado: ¿Qué combinación tenían para en caso de un mal suceso, adónde debían retirarse, con qué auxilios contaban y qué debían hacerdespués?, dijo: que nunca se previó ese caso y que aun cuando se hubieseprevisto, no le comunicaron nada al exponente.

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Preguntado: ¿Qué opinión manifestó Vargas Tejada en aquella nochecon respecto a la ejecución del plan?, dijo: que cuando el exponente llegó acasa de Vargas Tejada ya había salido este, y que, por lo mismo, no le oyócosa alguna. Con lo que mandó el señor juez suspender esta diligenciapara continuarla, si fuere necesario; y la firma el señor auditor, el decla-rante, de que certifico.

Urdaneta. Pareja.Rafael Mendoza, Mateo Belmonte.

RATIFICACION DE LA DECLARACION DEL CAPITAN BRICEÑO.Octubre 16.

En la ciudad de Bogotá, a 16 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo traer a su presencia al capitán Emigdio Briceño, a quien previoel juramento de ordenanza se le preguntó si la declaración que se le acabade leer es la misma que tiene dada; si tiene que añadir o quitar, si conoce lafirma, si es de su mano propia y si se afirma y ratifica en ella bajo eljuramento hecho, dijo que lo que se le ha leído es lo mismo que declaró;que no tiene qué añadir ni quitar; que la firma es la de su puño y letra y queen todo se afirma y ratifica, y la firmó con el señor juez, el auditor, porante mí.

Urdaneta, Pareja. E.Briceño, Mateo Belmonte.

RATIFICACION DE LA DECLARACION DEL CAPIT AN MENDOZA.Octubre 16.

Para la misma diligencia de ratificación el señor juez hizo compareceral capitán Rafael Mendoza, a quien previo el juramento de ordenanza sele preguntó si la declaración que se le acaba de leer es la misma que tienedada, si la firma es de su propia mano, si tiene qué añadir o quitar y si seafirma o ratifica bajo el juramento que tiene hecho, dijo: que lo que se leha leído es lo mismo que lo que tiene declarado, que la firma es de su puñoy letra y que se afirma y ratifica en ello bajo el juramento que tieneprestado y lo firma con el señor juez, el auditor, por ante mi,

Urdaneta. Pareja. R.Mendoza, Mateo Belmonte.

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AMPLIACION DE LA DECLARACION DEL CAPIT AN MENDOZA.Octubre 17.

En la ciudad de Bogotá, a 17 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo comparecer al capitán Rafael Mendoza por haber este pedidoque se le oyese nuevamente y, previo el juramento de ordenanza, dijo: queaunque en su declaración y ratificación aseguró que no tenía más nadaque decir y que aunque había resuelto sufrir la pena a que se ha hechoacreedor por su concurrencia a la conspiración del 25 del pasado, sinhablar una palabra que pudiese comprometer a nadie, como no puedeprescindir de su amor a la patria y de su deseo de verla prosperar, hacreído que el silencio de algunas circunstancias que le son conocidaspodía perjudicar la estabilidad de la República y que, por tanto, va aexponer lo que sabe en relación a la conspiración.

Hizo una exposición de sus opiniones anteriores, del interés que tomócuando su excelencia el Libertador venía del Perú para que esta ciudad leconfiriese facultades absolutas, como lo habían hecho otros departamen-tos, porque estaba convencido de que la marcha de nuestros negocios enaquel tiempo era ruinosa a la República, y porque creía firmemente queel gobierno absoluto en manos del Libertador era la mejor garantía conque podía contar Colombia para su dicha; que, en fuerza de estos senti-mientos, fue el primero que activó la reunión del cabildo y el primero quehizo manifestaciones de regocijo cuando supo que aquel cuerpo conveníacon sus ideas; ideas que ha conservado hasta pocos días antes de laconspiración, y por las cuales en la época que lleva citada se le mandóabrir una causa al exponente ya otros oficiales de la guarnición de ordendel vicepresidente, en comunicación reservada, y que como el coronel Leyvino a ser el juez y era de las mismas opiniones no tuvo efecto la causa.Habló también de su adhesión ciega hacia la persona del señor generalPáez, bajo cuyas órdenes ha servido, y esto con el objeto de que en lo quedirá más adelante se vea la parte que ha podido tener esta misma adhesiónen su actual compromiso, y entonces empezó a hacer la relación de lo queprecedió respecto de él a la conspiración.

Dijo que cuatro o cinco días antes le habló el comandante Carujo paraentrar en una revolución contra el gobierno y que para ello empezó apicarle su amor propio con ideas de provincialismo, con la pérdida de lalibertad por el mando absoluto que ejercía el Libertador presidente ycon

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el bien que resultaría a la República de restablecer la constitución del año21, etc.; que el exponente en la confianza de la amistad le desaprobó e!proyecto y le dijo que era del todo quimérico, que él no tenía ningúnmotivo para entrar en una revolución semejante, porque además delamor y respeto que había tenido siempre al Libertador, su actual adminis-tración no había dado motivos de disgusto, y el exponente creía que porella se consolidaría la República; que aunque se había restablecido laordenanza española, él no consideraba sino ventajosa esta disposición, nipodía citarse como un acto de despotismo, porque aun existiendo laconstitución la ordenanza estaba en vigor y a los militares les conveníamás un gobierno, si se quiere absoluto, que el popular representativo enque habían sido rebajados y sometidos a los alcaldes. Dijo que Carujo lehizo una porción de observaciones más o menos importantes en aquel díay que el exponente se separó sin haberle dado su palabra; que despuésvolvieron a verse y siempre le habló Carujo de lo mismo, sin que e!exponente conviniera en nada; que otro día se encontró con el corone!Guerra y le dijo este: "Carujo me ha dicho que se puede contar conusted", y que él contestó que no había dado su palabra; que no era seguroque la diese, porque aunque le habían dicho que todo esto se dirigía albien común, él no descubría sino un proyecto disparatado; que Guerra leinstó nuevamente, y el exponente, para siquiera formar juicio de lo quepensaba hacer, le dijo estas palabras: "Mi coronel, dígame usted a lomenos ¿con quiénes se cuenta? porque yo podré decidirme o no segúnla formalidad que le vea a este negocio. ¿Se cuenta con el general San-tander?"; que Guerra le respondió: "Contamos con gente de importan-cia y aunque el general Santander ha desaprobado el plan, porque lo creemuy aventurado, él lo sabe y conoce la empresa". Que el exponente sedespidió sin dar su palabra y fue a ver a Carujo y habiéndole contado loque le había dicho al coronel Guerra, volvió a preguntarle si el generalSantander estaba en el negocio, a lo que le respondió Carujo en estostérminos: "El general Santander lo que no quiere es tomar parteactiva en el proyecto, pero él lo conoce y lo secundará; ahora mismo-continuó Carujo- ha ido Florentino González a hablarle sobre e!particular". Que entre otras cosas que siguieron hablando, le dijo Carujoque e! general Páez también entraba en el negocio, fundándose para deciresto en que no había querido publicar el decreto orgánico dado por elLibertador y que se habían mandado ya emisarios para allá a tratar de

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estos negocios y que se contaba con los peruanos, que también estabanen contra del Libertador; que el exponente, que como ha dicho al princi-pio, es entusiasta por el general Páez, cuando oyó decir que entraría en larevolución se ofuscó, volvió a preguntar si era cierto lo que se le decía, yhabiéndole contestado que no dudase, se decidió porque ya le parecióuna cosa formal y dio su palabra, pero siempre en la inteligencia de que nohabría efusión de sangre ni asesinatos, porque así se le había asegura-do también. Que ' antes de esto le habían hablado también Horment yZuláibar y estos le dijeron que no temiese entrar en el proyecto, puesaunque el general Santander no aparecía ostensiblemente, él lo aprobabay podían contar con él; pero que el exponente nunca se decidió hasta losúltimos momentos en que se le habló del general Páez y que después hasabido que todo fue un engaño respecto a este general. Con lo que seconcluyó esta diligencia; y habiéndosele leído al exponente esta decla-ración, dijo que no la daba por concluida, porque aún puede recordaralgo más que podrá decir, lo que no hace ahora porque no tiene su cabezapara continuar esta declaración, y la firma con el señor juez y el auditorpor ante mí.

Urdaneta, ParejaRafael Mendoza, Mateo Belmonte

AMPLIACION DE LA DECLARACION DEL CAPIT AN BRICEÑOOctubre 18.

En la ciudad de Bogotá, a 18 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo comparecer al capitán Emigdio Briceño, por haber pedidoeste que se le oyese nuevamente para hacer una exposición sobre elconocimiento que tiene, además de lo que ha dicho en su confesión, yprevio el juramento de ordenanza, dijo que en la soledad de su prisión haquerido dedicarle sus últimos desvelos a la patria como los postrerosfrutos de su amor. Que es bien sabido que Colombia se halla dividida endos partidos, el uno por la constitución del año 21º y leyes de loscongresos siguientes, y el otro por el nuevo gobierno establecido por suexcelencia el Libertador presidente; que estos partidos en su efervescenciase chocan a cada instante sin que de ello resulte otra cosa que encendersemás los ánimos, sacrificarse centenares de víctimas; afianzar bajo basesmás sólidas el nuevo gobierno que los pueblos creen ya necesario en las

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actuales circunstancias, según las actas últimamente publicadas y prepa-rarnos a la guerra civil; esa guerra desoladora que no respeta las leyes dela sangre, de la amistad y el paisanaje y que tantos héroes ha costado ya aColombia desde el año 26 a esta parte. Que es constante que estos dospartidos tienen sus dos jefes primarios, cuales son su excelencia el Liber-tador presidente y su señoría el general Santander; que, partiendo de esteprincipio, puede asegurar bajo el juramento que tiene hecho, que dichoSantander obró como el agente principal de la conspiración que estalló el25 del mes próximo pasado por las razones siguientes: primera, quequeriendo saber el confesante, cuando se le inició en ella, con qué perso-nas de representación y crédito se contaba para tan ardua empresa, fueinstruido por el comandante Pedro Carujo de que a nosotros no tocabaotra cosa que obrar a mano armada; que los efectos secundarios estabanencargados al general Santander y sus amigos, esto es, a los amigos de laconstitución; que estos trabajaban en grande y secretamente; que noquería este general comprometer su presencia, porque estando empla-zado para dar cuenta a la nación de la administración de su gobierno, secreería que hacía la revolución por evadirse de este cargo. Segunda,porque estando en la junta preparatoria del 25 por la noche en casa deVargas Tejada, este dijo que era necesario avisarle al general Santander lodeterminado, porque no sabiendo que esa misma noche se verificaba larevolución se asustaría y que convenía ir el mismo Tejada; que habiéndolehecho el exponente la observación de que Santander se opondría, lecontestó que no tuviese cuidado, que lo que importaba era avisarle paraque se estuviese en su casa hasta el momento preciso, pues que de ningúnmodo convendría exponerlo al peligro; y tercera, porque convinierontodos en que Santander tomara a su cargo el gobierno y se presentara alpueblo acabada que fuese la pelea; que como los miembros que compo-nían la revolución estaban divididos en tres secciones, cuyos jefes eranCarujo, Horment y Florentino González, estos eran los órganos por losque a cada sección se comunicaban las determinaciones y que a cadaindividuo, según su más o menos representación, se le indicaba lo necesa-rio y que por consiguiente ignora con cuáles otros sujetos se contaba en losdemás departamentos o provincias, pues que solo se le dijo que en casode un mal suceso deberían retirarse hacia el sur para incorporarse alejército peruano que venía con el objeto de auxiliarlos y que, en laretirada, se contaría con el coronel Pedro Antonio García, en Neiva, con

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el coronel Obando, en Popayán y con el coronel López, en Pasto; que coneste objeto se trataba de evitar la marcha de granaderos y Paya que ibanen auxilio del general Flores.

Que ha creído conveniente hacer esta aclaración porque ya quetorrentes de sangre no han bastado para restablecer la constitución de laRepública, cree el confesante que con esta exposición evitará mayoresmales, y que quiere más bien para Colombia un gobierno moderado, quela guerra civil, confiando en que su excelencia el Libertador presidente notraspasará los límites que él mismo se ha fijado, que dentro del círculo deellos haga feliz esta República hija de sus tareas y victorias y que leconserve siempre el don más precioso que le ha dado, la libertad. Con loque se concluyó esta diligencia y la firma con el señor juez y el auditor porante mí.

Urdaneta, Pareja.Emigdio Briceño, Mateo Be/monte.

En la ciudad de Bogotá, a 18 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo traer a su presencia al capitán Rafael Mendoza con el objetode que continuase la declaración que había dejado pendiente, o seratificase en ella, si acaso no tenía más que decir; y previo el juramento deordenanza, dijo que se ratifica en lo que tiene declarado ayer y añade,además, que parte del plan se les descubría a medida de las circunstanciasque concurrían en cada individuo de la conspiración, según se lo dijoCarujo preguntándole por la esencia de ella, le dijo que estaba distribuidaen secciones, cada sección tenía sus respectivos jefes, que estos obrabancada cual en su comisión y que había secciones que aunque no debíanobrar activamente estaban reservadas para los efectos secundarios; quepreguntándole a Carujo, Zuláibar y Guerra a presencia del capitánEmigdio Briceño, quién tomaba las riendas del gobierno después derealizado el proyecto, pues le era de suma importancia saber, porqueacaso de aquí emanaba la ruina total de la República, le dijeron quesiendo el sistema constitucional el que se iba a proclamar, de consiguientelas riendas del gobierno quien debía tomarlas era el que la constituciónpedía; les dijo el exponente que si ya el general Santander estaba deacuerdo y le respondieron que sí, que estaba todo corriente; que, aunqueno tomaría una parte activa como los demás que iban a pelear, era

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porque no se dijese después que había ambicionado el mando y porque supersona no debja exponerse y sí reservarse para este fin; que le dijeronigualmente que las secciones pasivas trabajaban infatigablemente, peroera para la estabilidad futura del gobierno y para levantar el plan dedefensa en caso de un ataque, aunque este no debía temerse porque,como ha dicho, le aseguraron que se contaba con el general Páez; que elgeneral Bermúdez estaba organizando una expedición y tenía revolucio-nado todo el oriente en favor de la constitución; que el general Padillainmediatamente marcharía al departamento del Magdalena, 10 revolu-cionaría, tomaría la plaza y extendería su plan de operaciones con suinflujo y su valor hacia el del Zulia, a pesar de que este departamento erainsignificante; que en el de Boyacá el cantón de Pamplona era muyconstitucional y que en el momento se pronunciaría, pues estaba allá elgeneral Fortoul, que era muy liberal; que por el sur era menos el temorporque la división del general Flores estaba muy desmembrada e incapazde hacer invasión y que, además, se contaba con el coronel Obando, quereunía bastante opinión, quien inmediatamente realizaría el plan enaquellos pueblos y en caso se opondría a Flores; que Bolivia habíaahuyentado al general Sucre y su ejército y que estos existían solamenteen la memoria del general Bolívar; que el ejército peruano bloqueaba ya aGuayaquil, que no esperaba más que esta transformación y declararseprotector del gobierno constitucional; que en otra entrevista le dijeronlos mismos, a instancias del exponente, que después de realizado el plandebía aprehenderse a todos los sospechosos, removerlos de los destinos,sustituir otros de su confianza, marchar inmediatamente a los departa-mentos varios individuos de las secciones pasivas que, con su influjo ypersuasión, cimentarían el sistema; y si algún departamento se oponíareducirlo por la fuerza, a cuyo efecto 10 primero a que se atendería sería aorganizar una respetable división; que para esto se contaba con hombresde mérito y representación, con dinero y con todos los auxilios necesa-rios; que no había cuidado, que 10 que interesaba era el primer golpe yque después las luces y conocimiento del general Santander acallaríancualquier grito; que los jefes de secciones que debían contribuir al asaltocon sus respectivos socios eran Horment, Zuláibar, Florentino Gonzá-lez, Carujo, el jefe del estado mayor del departamento y un Santamaría,al cual no conoció por no haber concurrido a la reunión aquella noche,pero que Carujo le aseguró que dicho Santamaría erajefe de otra sección;

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que cada uno de estos jefes debía contar con 20 individuos; cada uno deestos con cuatro o cinco individuos y por este orden multiplicarse, perocon tal precaución que no se conociesen los prosélitos y era prohibidoindicarlos; que las dos reuniones en que se halló el exponente, la una encasa de Carujo y la última en la ~e Vargas Tejada, sostuvieron el quedeclara y el capitán Emigdio Briceño, hasta lo último con reflexionesmuy poderosas, que no estaban porque se matase a su excelencia elLibertador, ni hubiera efusión de sangre, a lo que les contestaron VargasTejada, Zuláibar y Carujo que quedando el objeto quedaban los efectos,y que nada se haría no obstante que, según las circunstancias, allá sepensaría, por cuya razón no quisieron comisionar al declarante y aBriceño a la casa del Libertador, porque estando ciertos que eran losúnicos que se oponían a este atentado, desconfiaron en el acto de ellos, yasí fue que se les destinaron a otras comisiones, cuya relación la hizo elcapitán Silva en el cuartel de artillería a presencia de la tropa que sehallaba formada y de otros oficiales, en donde también se hallaba elsubteniente Teodoro Galindo, quien tampoco aprobó que se atentasecontra la vida de su excelencia el Libertador; que se le indicó también alexponente por los mismos que ha dicho, que inmediatamente que sehubiese verificado el proyecto y tenido buen éxito, el primer paso debíaser ir a la casa del general Santander, presentarlo al pueblo y ponerlo a lacabeza del gobierno, publicar un bando de obediencia y después hacerjurar la constitución y las leyes del congreso; entablar estrechas relacio-nes con la República peruana y alianza ofensiva y defensiva con lasdemás repúblicas americanas, con las que ya se tenía alguna relación; quele consta al exponente, desde el instante que se supo que iban a marcharmil hombres en auxilios del general Flores, activaban el golpe para quecon esa fuerza menos tuviera lugar el Perú de invadirlo; que se le dijo aldeclarante por los mismos individuos que lo injirieron en esta revolu-ción, que en caso de un mal éxito el sur era el apoyo, pues en aqueltránsito se contaba con varios jefes que los acogerían, reunirían algunatropa y en guerrillas podrían destruir al general Flores y abrir paso parareunirse al ejército peruano; que también le indicaron que después derealizado el plan era de necesidad poner ciertos límites a las relaciones conel gabinete inglés; que además se le dijo al exponente que el generalSantander, sus asociados y algunos convencionistas componían la sec-ción capital y la que iba a consolidar de nuevo el sistema constitucional;

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que los que iban a pelear eran tan solo a remover el primer obstáculo; queen la reunión de la casa de Luis Vargas Tejada, antes del asalto, al salir,preguntó a Carujo, Horment, Zuláibar y Tejada si el general Santanderestaba impuesto de que aquella noche se iba a dar el golpe y le dijeron quesí, que ya le habían ido a avisar para que se viniera a su casa y se estuvieraallí esperando el resultado. Dice el exponente que fascinado por todosestos incidentes y persuadido que el plan era guiado por hombres derepresentación y de luces, creyó allá en el momento de su error que aquelpaso tendía a la felicidad de la patria y a la salud pública; que estossentimientos le han precipitado el caos en que hoy se halla; que paracorroborar esta aserción y hacer ver no obstante lo que tiene declarado,que por simpatía ha estimado siempre a su excelencia el Libertador y porconvencimiento anhelado y procurado que su excelencia, posea el mandoabsoluto de la nación en las críticas circunstancias en que se encontrabala República, suplica se reciba el dicho del señor intendente coronelPedro Alcántara Herrán, si es cierto que fue el primero que se le presentóal día siguiente de la llegada de su excelencia el Libertador del Perú a estacapital, le manifestó su opinión diciéndole que solo esperaba el consenti-miento de algún jefe para en aquella misma noche depositar el mandosupremo en manos de su excelencia, pues este era el deseo de casi todoslos habitantes de la capital y que el exponente haría todo lo posible porrealizarlo; que pide igualmente se tomen algunas nociones entre losindividuos principales de esta ciudad si les consta esto mismo, comotambién en los valles de Tenza, adonde mandó a los alcaldes copias paraque celebraran sus actas con relación a lo mismo.

Que el exponente al hacer esta confesión paladina no tiene otro objetoque ceder al grito de su conciencia en bien de la patria, y para que acasono se derrame la sangre de los inocentes y de otros individuos menosculpables, ni se envuelva la nación en la desoladora guerra civil, que seriainevitable si el que declara no manifestara al gobierno lo que sabe acercadel plan de conspiración y sus autores, para que este mismo gobiernotome las precauciones que dicte la justicia y la humanidad a fin de evitarmayores males. Con lo que se concluyó esta diligencia, y la firma bajo lapalabra que tenía empeñada con el señor juez y el auditor por ante mí.

Urdaneta, Pareja. Rafael Mendoza,M. Be/monte

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Sentencia


Visto el proceso formado contra los capitanes Emigdio Briceño yRafael Mendoza por la complicidad en la conspiración del25 de septiem-bre último; y hallándose plenamente convictos en la causa y confesos entan horroroso crimen, administrando justicia a nombre de la República ycon arreglo al decreto de 20 de febrero del presente año contra conspira-dores, se les condena a la pena de muerte que sufrirán en la horca yconfiscación de bienes a favor del Estado, previa la degradación de susempleos, consultándose esta sentencia con su excelencia el Libertadorpresidente para su aprobación o reforma.




Su excelencia el Libertador presidente, oída la opinión del consejo deministros, ha tenido a bien conmutar la pena de muerte, ahorcados, yconfiscación de bienes que el tribunal de la comandancia general ha dadocontra los capitanes Emigdio Briceño y Rafael Mendoza en la de seis añosde presidio, previa destitución de sus empleos. En cumplimiento seremitirán a Cartagena en el término de tres días para que el señorcomandante general de aquel distrito mande el uno a Puerto Cabello y elotro quede en el presidio de aquella plaza.

Por su excelencia, el secretario de la guerra,José María Córdova.


Cúmplase y ejecútese lo que su excelencia manda, notificándose a losacusados.

Rafael Urdaneta.

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En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, el sargento mayorde esta plaza primer comandante José Arce, pasó al cuartel de Vargas, endonde se halla arrestado el capitán Emigdio Briceño, a quien hizo saberla anterior sentencia, y enterado de ella la firmó con dicho mayor.

José Arce. Emigdio Briceño.

Igualmente se le notificó al capitán Rafael Mendoza, quien enteradode ella la firmó.

José Arce. Rafael Mendoza'

NOTA


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CARMEN RODRIGUEZBogotá, 16 de octubre de 1828.

DECLARACION DE CARMEN RODRIGUEZ. Octubre 16.

En la ciudad de Bogotá, a 16 de octubre de 1828, el señor juez de estacausa hizo comparecer a la señora Carmen Rodriguez, a quien le tomójuramento por Dios nuestro Señor y una señal de cruz; y ofreciendo decirverdad en lo que supiere y fuere interrogada.

Preguntada por su nombre, patria, edad y religión, dijo llamarsecomo queda dicho, natural de Bogotá, de edad de más de 25 años,católica, apostólica y romana.

Preguntada si tiene noticia de una reunión llamada La Botica, quié-nes concurrian a ella y qué se trataba allí, dijo que absolutamente ignoraque exista tal reunión con ese nombre, ni ninguna otra, que sobre botica nopuede decir otra cosa que un proyecto, que tuvo el año pasado y tienetodavía de comprarle la que tiene el señor don Miguel Ibáñez, porque leoyó decir que quería venderla o fiarla a un dependiente de Merizalde; queeste señor le ofreció varios renglones por separado, a quien le pidió le for-mase un botiquín para que llevase a su hijo Alejandro a Neiva, o que le dieseuna lista de las drogas de botica para que viese su dicho hijo cuáles eranlas más vendibles en aquel lugar; pero que no se acuerda que su hijohubiese llevado la lista y que está cierta de que no llevó el expresadobotiquín por la dilación de Ibáñez en dárselo; que al señor MarianoAlvarez, que tiene botica en La Mesa, le ofreció algunas drogas de botica,contando con las que le iba a tomar a Ibáñez, a fin de lucrar algo; que con

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relación al particular sobre que se le ha interrogado, no sabe ninguna otracosa. Con lo que se concluyó esta diligencia y la firma con el señor juez,auditor, por ante mi.

Urdaneta. Pareja. Carmen Rodríguez.Mateo Belmonte.

DECLARACION DEL DOCTOR MIGUEL IBAÑEZ. Octubre 16.

Acto continuo el señor juez hizo comparecer al señor Miguel Ibáñezpara evacuar la cita que le resulta de la anterior declaración, e impuestoen su contenido, previo juramento necesario, dijo: que absolutamente notiene noticia de ninguna reunión con el nombre de Botica, ni de cual-quiera otra; que por lo que respecta a la cita que le hace la señoraRodríguez es cierto que el exponente [en] varias ocasiones le ha dado lasdrogas que le ha pedido, tanto para el uso particular de dicha señora,como también para especulación; que es cuanto puede expedir sobre elparticular y que en lo dicho se afirma, ratifica y firma con el señor juez, elauditor por ante mí, de que doy fe.

Pareja, Miguel Ibáñez,Mateo Belmonte':

NOTA

1. Folios 44 recto y siguiente del proceso original.

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TEODORO GALINDO

DECLARACION DEL SUBTENIENTE TEODORO GALINDO.Octubre 22

En la ciudad de Bogotá, a 22 de octubre de 1828, el señor auditor deguerra, a virtud de orden superior, hizo comparecer ante sí al subtenienteTeodoro Galindo, el que habiendo prestado el juramento conforme aordenanza; y siéndole preguntado bajo él, ofreció decir verdad.

Preguntado: por su nombre, edad, religión, dijo llamarse como quedadicho, que es de edad de 26 años, católico, apostólico y romano.

Preguntado: si sabe la causa de su prisión, dijo que se presume será porel acontecimiento del 25 del mes pasado.

Preguntado: ¿Dónde se halló esa noche desde las seis hasta las doce, conquiénes estuvo, qué hizo y refiera circunstanciadamente todo lo queocurrió?, dijo: que a las seis llegó al cuartel a dejar un cuaderno de la causadel ex general Padilla, de que era secretario el exponente y habiéndolepedido la llave al comandante Silva del cuarto de la mayoría paraguardarlo allí, que en efecto se la dio, y al devolvérsela le dijo Silva queera preciso se estuviese por allí dando sus vueltas por si se ofrece algo, aque le contestó que se estarir, hasta las ocho o madrugaría, a que le dijoSilva que no, el exponente le dijo que por ahí se estaría, que no mandaríatraer cama y que en esto se fue Silva, dándole orden que los que entraranno dejara salir, que se quedó sentado el exponente en un banco que habíaen la puerta, que salió cor. ánimo de comprar unos dulces a la tienda dejunto al cuartel de milicias, a cuya sazón se encontró con su hermano


Cayetano Galindo, quien le preguntó qué hacía y habiéndole contestadoque nada, entonces le dijo el hermano que se retirase al cuartel, pues elcoronel Guerra le preguntó a Silva dónde estaba el declarante y que ledijo que le había dado orden de que se estuviera en el cuartel y por lomismo le dijo su hermano se retirara al cuartel antes que fueran y no loencontraran; que se fue al cuartel, donde se estuvo hasta las ocho, a cuyahora se retiró; y al llegar por la calle de Florián se encontró con elcomandante Silva, el que le previno que se volviese para el cuartel,diciéndole que si no le había dicho que llevase su cama, pues el jefe delestado mayor había estado con él y le había prevenido pusiese las tropassobre las armas; que de allí se separaron diciéndole que se fuera, como lehabía prevenido para el cuartel, que ya él iba con el coronel Guerra a verqué órdenes se daban; que así lo ejecutó y a un rato de estar allí llegó elcoronel Guerra solo, y preguntándole al alférez Alquisiras si habíavenido Silva, le contestó que no; entonces le dijo que si venía Silva ledijese que ahí había estado dicho Guerra, que iba y volvía; igualmentepreguntó que si la tropa estaba toda adentro y se le contestó que [de] losque habían entrado ninguno había salido; que a poco rato llegó Silva, se ledio la razón que le había dejado Guerra y preguntó para dónde habíamarchado dicho Guerra, y le dijo al declarante que fueran a ver si loencontraban; que al separarse le dijo al subteniente Alquisiras mandaseal sargento Victorino Maldonado al parque por los pertrechos queconstaban en la orden que había dado el jefe por lo que pudiera suceder,pues era un descuido de T ovar no haber ido por ellos cuando hacía tresdías que estaba dada la orden; que se separaron del cuartel el declarante ySilva, que a distancia de una cuadra le mandó al exponente se volviese yse estuviese en el cuartel, que así lo ejecutó y estando conversando conAlquisiras sobre qué sería aquello, para qué sería esa prevención, contes-tándole Alquisiras que él también ignoraba, pero que algo sería, pues eljefe le había preguntado si estaba la tropa lista, los fusiles corrientes y siya habrían sacado los pertrechos que había mandado traer del parque;que allí permanecieron cosa de una hora hasta que llegó el comandanteSilva, quien le preguntó al subteniente Alquisiras que si había cumplidocon las órdenes que le había dado, a [lo] que contestó que todo estaba hechoconforme se le había prevenido; que ya la tropa estaba acostada en sus com-pañías; que también le preguntó dónde encontrarían aguardiente, a [lo]que le dijo que en su casa, entonces le dijo Silva que no era para él sino

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una damasana para darle a los soldados, que él la pagaría; a este tiempodijo el exponente que quién habría dado orden para que salieran losmúsicos, pues él les había prevenido que no salieran conforme a la ordendel comandante y Alquisiras contestó que conforme a la misma ordenlos había dejado salir. A este tiempo, retirándose el comandante Silvasolo, volvió y llamó al declarante diciéndole: vamos hasta por ahí; que enefecto vinieron por la plaza, tomaron por la calle de la carrera, siguieronla de San Agustín y Santa Bárbara, yen una casa a mano izquierda, debalcón, tocó el comandante Silva en la puerta y preguntando dentroquién era, contestó él: Silva; a esta sazón le dijo el exponente: ¿aquí vive elcoronel guerra?, le contestó: no, que es otro amigo; abrió la puerta unmozo de ruana, pequeño, y habiendo preguntado Silva si ahí estaba elseñor Tejada, le contestaron que sí y que entrase; que subió Silva adelantey el declarante siguió detrás; que pasaron por una sala oscura y llegando aotra donde había luz, salió un mozo carilargo, blanco, preguntó quiénera, le dijo que Silva; entonces le preguntó el carilargo quién era elexponente y le contestó Silva que Galindo; a esa sazón le preguntó a Silvadónde estaba Guerra, a que le contestó Silva que él creía que estaba allí;mientras esta conversación, reparó que había allí cosa de ocho hombres,de los cuales no conoció más que a López y un hijo de Elorga; que Silva ledijo fuera al cuartel a ver si estaba el coronel y que, si lo encontraba, ledijese que en casa de Tejada lo esperaba, y que si no lo encontraba, sequedase en el cuartel; que el declarante se vino por la calle de la carrera alcuartel de milicias a ver si encontraba al coronel Guerra, pero haciendopoca diligencia y con ánimo de ir a dormir a su casa, pero que en el cuartelde milicias encontró a su hermano Cayetano, el que le preguntó de dóndevenía y le contestó que de adelante de Santa Bárbara, de donde lomandaba el comandante Silva en busca del jefe del estado mayor, peroque al exponente se le hacía dificultoso encontrarlo y de consiguiente quese iba para su casa, a que le contestó su hermano que cómo se había de ir,que si no le habían dado orden para que estuviese en el cuartel, que siquería que le resultase algún cargo, pues hasta yo quizá tengo que ir paraallá; entonces le dijo que se fueran juntos, a cuyo tiempo llegó el coman-dante Silva y le preguntó al declarante si había encontrado al jefe y que sihabía ido ya a al cuartel y contestádole que no, le dijo: vámonos para alláa ver qué hay; que, en efecto, entraron al cuartel; que Silva le preguntó sitenía espada, que le contestó que no la había comprado, y estando en eso

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golpearon la puerta, la abrieron y entraron aprisa desfilando, el coman-dante Carujo, el capitán Briceño, el teniente López, el capitán Mendoza,el hijo de Elorga y otros que no conoció; que a ese tiempo entró elteniente Tovar y el comandante Silva [quien] previno se les diese aguardien-te a los soldados y que los formase pronto antes que viniese el jede del estadomayor; que formaron en el segundo patio las compañías; que el declaran-te se quedó en el primer patio con el sargento Elías Romero, preguntán-dole qué sería eso; que después pasó al segundo patio, donde estaba lagente, a tiempo que Carujo y Silva estaban nombrando la gente que habíade seguir a sus respectivos destinos; que el comandante Carujo cogió unaescolta y dijo seguía para su destino, el que el declarante no supo; que losotros siguieron varios destinos, a que estaban encomendados, y que alexponente le previno el comandante Silva que siguiese a las órdenes delcapitán Briceño a sacar al ex general Padilla, a que le repuso el declaranteque en dónde estaba y para qué lo sacaban, que siguiera que el capitánBriceño sabía todo; que entonces comenzaron a pasar los soldados alotro lado por una mesa; que le dijo Briceño al declarante que subiera, queél repugnaba, y que habiendo subido el capitán Briceño subió también elexponente; que pasaron al cuartel donde se hallaba preso el ex generalPadilla; que Briceño pasó adelante y suguió preguntando por el generalPadilla y que habiéndose repartido los artilleros por una y otra parte sacóel capitán Briceño al general Padilla y al coronel Bolívar; que el tenienteGutiérrez trajo las llaves y abrió la puerta de la calle 1, a lo que elexponente quiso largarse, porque ya conoció que era traición, pues leestaban haciendo fuego ya a los de Vargas; que Silva advirtió que queríael exponente escaparse y le dijo que si se meneaba lo mandaba tirar; queentonces permaneció quieto hasta que volteando Silva la espalda echó acorrer volteando la calle de la cruz abajo, y dando la vuelta por SanVictorino tomó el camino de la laja al monte, donde estuvo cosa de 15días hasta que volvió a su casa con ánimo de presentarse, donde locogieron.

Preguntado: si supo con antelación el plan o las providencias quetomaron para el motín, dijo que nada absolutamente, pues le parecerecelaban de él, pues había tenido un choque con el teniente Tovar.

Pregrntado: cómo, si se conceptuaba inocente, huyó precipitadamen-te metiéndose en el monte, cuyo hecho manifiesta ser criminal, dijo quehuyó porque vio que se estaban tiroteando Vargas y la artillería y que no

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podía tener buenos resultados. Y leída que le fue esta su declaración dijose afirmaba y ratificaba en ella y firma con el auditor por ante mí el pre-sente escribano.

Tomás Barriga y Brito,Teodoro Galindo. Francisco Alba.

NOTA

1. Aquí se encuentra tachado a cuyo.

RATIFlCACION DEL SUBTENIENTE GALINDO.Octubre 30.

En la ciudad de Bogotá, a 30 de octubre de 1828, el señor juez hizocomparecer ante sí al subteniente Teodoro Galindo, a efecto de ratificar-lo en su anterior declaración; y preguntado si se afirma y ratifica en ella yen todo su contenido, dijo que sí.

Reconvenido: cómo ha negado haber tenido un pleno conocimientoen los planes cuando su hermano Cayetano los tenía, como ha sidonotorio, y no era verosímil que al exponente se lo ocultasen, mayormentecuando se contaba con él, como efectivamente se contó, dijo que todo sele ocultó.

Reconvenido: cómo había de ignorar el expresado plan cuando constade autos que se halló presente en la junta preparatoria hecha en casa deVargas Tejada, donde se dieron las disposiciones de atacar la casa de suexcelencia el Libertador, dijo que estuvo efectivamente en la casa, peroque no oyó nada.

Vuelto a reconvenir: cómo si ignoraba los planes ejecutó providenciasescandalosas, clandestinas y violentas, cuando por su naturaleza seconocían eran contrarias al gobierno, como saltar tapias a mano armadapara poner en libertad a un reo, como lo era el ex general Padilla, dijo queno creyó fuese contra el gobierno por estar el jefe del estado mayorinterviniendo en ellos. Y leída que le fue esta su ratificación, dijo seafirmaba y ratificaba en ella y firma con el auditor y el presente escribano.

Urdaneta, Barriga, Teodoro Calindo.

271

Sentencia


Visto el proceso actuado contra el subteniente Teodoro Galindocomo conspirador la noche del 25 del pasado y resultando plenamentejustificado por su propia confesión, por las declaraciones del primercomandante Pedro Carujo, capitán Rudesindo Silva, teniente IgnacioLópez y otras muchas, que asistió a la junta preparatoria en casa de LuisVargas Tejada, haber obrado activamente en el cuartel de artillería yasaltado al en que se hallaba preso el ex general Padilla; por estosfundamentos, administrando justicia en nombre de la República y porautoridad de la ley, se le condena a que sufra la pena de muerte en unahorca, previa la degradación de su empleo, y confiscación de bienes afavor del Estado con arreglo al decreto de 20 de febrero del presente añocontra conspiradores, consultándose esta sentencia con su excelencia elLibertador presidente para su aprobación o reforma.




Su excelencia el Libertador presidente, oída la opinión del consejo deministros, conmuta la pena de muerte en horca y confiscación de bienesque el tribunal de la comandancia general ha sentenciado contra elsubteniente Teodoro Galindo en la de seis años de presidio rígido encualquiera de los de la República, previa degradación de su empleo. Encumplimiento de esta sentencia debe ser remitido dentro de tres días aCartagena para que de allí sea remitido al presidio de Puerto Cabellopara cumplir su condena.

Por su excelencia, el ministro secretario de la guerra,


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Rafael Urdaneta.

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, pasó al calabozodel cuartel de Vargas el primer comandante mayor de esta plaza JoséArce a efecto de intimar al subteniente de artillería Teodoro Galindo laanterior sentencia, y enterado de ella la firmó con dicho mayor.

José Arce, Teodoro Galindo':

NOTA

1. De los documentos relacionados con el teniente coronel Teodoro Galindo, que seencuentran a los folios 225 recto a 294 vuelto del tomo 20 de "Hojas de Servicios",tomamos los siguientes datos:

"El teniente coronel Teodoro Galindo, su edad, 49 años; su país, Bogotá; su estado,casado; su salud, regular; sus servicios y circunstancias, los que se expresan:

Cuerpos en donde ha servidoEn el cuadro veterano de milicias de esta capital. En el escuadrón húsares de la

guardia número primero. En la brigada de artillería veterana de esta ciudad. En elbatallón Boyacá. En el batallón Vargas. En el batallón número primero de comandantede la guardia nacional de artillería de esta capital. En el batallón número cuarto. En elbatallón número quinto jefe de instructor del medio batallón de artillería auxiliar deZipaquirá y en el batallón de artillería número octavo.

Campañas y acciones de guerra en que se ha halladoHizo la campaña del sur desde febrero hasta diciembre de 1822. La de 1830, en sostén

del gobierno, en los meses de julio y agosto. La de 1831 contra la administración intrusa,desde enero hasta el 15 de mayo. La del sur contra el Ecuador, desde febrero de 1832 hastael 15 de mayo de 1833. La del sur, desde el 16 de julio de 1839 hasta el 5 de diciembre de1840. La del norte, hasta San Gil, y ha hecho servicios de campaña desde 19 de julio de1851 hasta 7 de diciembre último. Se halló en varios tiroteos en Popayán, Timbío yTambo a las inmediatas órdenes del capitán Juan María Yáñez, el año de 1822. Asistió alos hechos de armas que tuvieron lugar en Zipaquirá el 12 de agosto de 1830 contra elbatallón Callao, a las órdenes del coronel José María Gaitán; el 22 del mismo mes y año enUsaquén, a las órdenes del general Francisco de P. Vélez; el 23 de ídem, ídem, desdeUsaquén hasta San Victorino, de esta ciudad, a las órdenes del mismo general. Estuvo enla batalla del Santuario el 27 del indicado mes y año, a las órdenes del señor coronel Pedro

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Antonio García. En la campaña del sur, desde 1839, concurrió a las acciones de guerra deBuesaco , La Laguna, a la de La Cruz, a la del Barranco, a la de la ciudad de Pasto y a otrosvarios tiroteos.

Extracto

Que sirve desde ellO de agosto de 1819; que hizo las campañas que quedan menciona-das, en los años de 1822, 1830, 1831; de 1832 hasta 1833; de 1839 a 1840, y la del norte,hasta San Gil, lo acredita con la declaración del capitán Pedro Bernal y con las certifica-ciones de los señores generales Antonio Obando , Pedro A. Herrán y Hermógenes Maza,coroneles José María Gaitán, José Lindo y el graduado Gregario Forero y sargentosmayores Buenaventura Millán y Benedicto Triana. Que se halló en las acciones de guerraque se han mencionado, está comprobado con los expresados documentos. Que ha sidoretirado del servicio, nuevamente destinado, etc., en las fechas de que se ha hecho méritoen las deducciones, está acreditado con los documentos que se han ya referido y que vanadjuntos. Los servicios que ha prestado después del año de 1841 están comprobados conlas certificaciones del ciudadano general José María Mela, tenientes coroneles RafaelPeña, Antonio María Echeverr ia , sargento mayor Antonio Casanova y con la del tenientecoronel Joaquín Garcés.

JOSE CA RAZO, teniente coronel del ejército, jefe del estado mayor de la segundaDivisión.

Certifico: que la hoja de servicios que antecede ha sido formada en vista de losdocumentos presentados por el interesado, teniente coronel Teodoro Galindo, y conarreglo a la resolución del gobierno, comunicada a la comandancia general de es.edepartamento por la secretaría de guerra, en oficio de fecha 7 del presente, número 46, dela sección primera.

Bogotá, 8 de marzo de 1853.José Carazo"

José Arce, primer comandante y mayor de esta plaza, certifico quehoy 13 de noviembre de 1828 ha sido degradado el subteniente deartillería Teodoro Galindo con arreglo y formalidades de ordenanza ypara que así conste por diligencia lo firmo.José Arcel•

NOTA


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COMANDANTE PEDRO CA RUJO

Excelentísimo señor Libertador presidente.Pedro Carujo, primer comandante de los ejércitos de la República,

con todo el respeto que se debe al Libertador presidente de Colombia ycon la franqueza y buena fe que siempre y notoriamente han marcado miconducta, me dirijo a vuestra excelencia por medio de esta representa-ción, a efecto de exponerle lo que sigue:

Ha llegado a mi noticia, por casualidad, que el gobierno ha autoriza-do al señor intendente de este departamento para que, a su nombre,garantice mi vida con la condición de que me presente a fin de recibir,según presumo yo, la pena en que se conmute la de muerte que acasopodría aplicárseme.

Al instruirme de esta disposición, después del furor y encarnizamien-to excesivos levantados contra mi persona por algunos hombres másignorantes, estúpidos y obcecados que amantes de la justicia y del ordensocial me ha sido necesario, excelentísimo señor, prestar suma atención ala suspicacia y esforzado tino que hoy deben dirigir mis acciones y a lamultitud de circunstancias graves y delicadas en que actualmente mehallo, se halla el gobierno y se halla mi patria.

He meditado cuanto se necesita en semejante caso; y aunque porcarecer de un espíritu superior y de todos los datos exteriores que sonprecisos, no me ha sido posible inspeccionar las circunstancias por elaspecto verdadero que debiera conducirme a la formación de un juiciocabal y acertado, he concluido sin embargo persuadiéndome que no soy

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un criminal tal cual aparezco a la inteligencia de algunos hombressuperficiales; que vuestra excelencia encargado del gobierno es clemente,generoso y filósofo; y que mi querida y desgraciada patria está expuestapróxima y gravemente.

Permítame vuestra excelencia hacerle presente de paso que para hoyva transcurrido un número considerable de días que permanezco oculto,y si a pesar del despecho, del dolor y de las amarguras que han desgarradomi corazón y abismado mi espíritu en términos inexplicables, yo hepodido sobrevivir al sacrificio de 14 víctimas inmoladas hasta aquí sobrelas aras de la libertad, no ha sido, excelentísimo señor, por el efecto de unconato racional; no ha sido por el temor de perder una existencia fugitivay miserable que pude no haber recibido jamás; no ha sido tampoco elproducto de una esperanza vana por la voz de un impulso internonatural, que no es dable descifrar, y que nos impele muda y fuertementehacia la conservación de la vida; ha sido solo, excelentísimo señor, eldeseo de ser de alguna utilidad a la causa de la libertad y de vindicarmealgún día, en el modo legítimo que me fuere posible, de la criminalidadque se me imputa.

Volviendo, excelentísimo señor, a la especie de indulto que se meconcede si me presento, yo prometo que siendo verdadero, como estoyinformado, emanando originalmente de vuestra excelencia, que es quienpuede otorgármelo y si se me asegura en él la concesión de un pasaportepara fuera de Colombia por el tiempo moderado que el gobierno measigne, supuesto un tratamiento decente y decoroso, me presentaré desdeluego y en obsequio de mi patria misma, para la inteligencia del gobiernoy las reglas de su conducta sucesiva, me obligo espontáneamente aimponerle por un término abstracto y general sobre la parte motiva oconsideraciones que han producido esta conspiración; sus elementos conla extensión de ellos y su efectuación.

Cualquier gobierno, en iguales o semejantes circunstancias, puededignamente consentir en esto, pues si un individuo en mis caso deja deemplear todos sus derechos naturales y los medios de protección de quedisponga para eludir la persecución del gobierno, permanecer ocultoaños enteros, o salir del país con seguridad, si lo estimare conveniente,como puedo yo hacerlo, el gobierno también puede en justicia suspenderlas acciones judiciales y penales que, en diferente caso, debiese ejercersobre aquel individuo.

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Ahora, excelentísimo señor, supuesto que todo lo que dejo referido sepracticase al pie de la letra para conmigo en cuanto me fuera favorable,¿no sería natural que, en seguida yo me permitiera la libertad de interro-gar a vuestra excelencia sobre si su clemencia y generosidad filantrópicaeran limitadas o si eran proporcionales, como deben serlo, a los otrosdones de corazón y de alma que el eterno Ser le concedió para caracteri-zarle en la escena de la tierra? Quiero aludir a los otros desdichadossujetos al influjo de la misma suerte que yo.

¡Ah, excelentísimo señor! En el orden complicado, obscuro e inciertode las cosas humanas que vuestra excelencia debe haber palpado durantesu larga carrera como filósofo, como guerrero y como director de loshombres, ¿qué mortal será tan arrogante y temerario que ose proferir contono firme y decisivo si es la justicia necesaria y absoluta, o bien unafatalidad temporal y respectiva quien nos condena?

Recordar vuestra excelencia un poco de su filosofía y hacer unarápida consideración acerca del origen insignificante del hombre actual,su lastimosa carrera y su triste y uniforme término, eso obra más eficaz-mente en la mente de vuestra excelencia que cuantas reflexiones pudieranpresentarle sobre este punto todos los filósofos reunidos. Vuestra exce-lencia ve un carro puesto en movimiento y observa que los radios de unarueda suya ofrecen en sus extremos que rematan en la periferia la másexacta y tocante imagen de las alternativas e instabilidad de todo lo queexiste para perecer. También repara y contempla vuestra excelencia conalma filosófica que un dado que se hace correr sobre la superficie de unamesa presenta al fin en su cara superior el seis o el uno, yeso muestravivamente la igual probabilidad de conservar o destruir de un solo golpela existencia de un hombre, de un Estado y aun de todo el linaje humano ...

¡Esperanzas y temores! Así pasa la vida del hombre entre el perpetuocombate de aquellos dos sentimientos ... y así también pasa la de lasnaciones hasta que la mano inflexible del tiempo las hace desaparecer dela faz de la tierra, como diariamente arrebata a los individuos, quedandosolo de ellos un nombre en la historia, el recuerdo de sus hazañas, desu fortuna o de su desgracia, la memoria de su poder o de su debilidad, desu grandeza o de su decadencia y un montón de ruinas ... que recuerdan alviajero el lugar que ocuparán en la superficie del globo, donde tantasgeneraciones existieran, donde tantos proyectos se concibieran y realiza-

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ran, y donde al bullicio y al movimiento han sucedido el silencio y lasoledad de los sepulcros 1.

Perrnitarne igualmente vuestra excelencia recordarle que por efectode la conspiración y con designio del momento de parte de los conspira-dores, solo murieron dos individuos que acaso no han hecho verterninguna lágrima. Vuestra excelencia puede haber sido aprehendido y nomuerto. Muchas personas de otra categoría y de las más queridas porvuestra excelencia pudieron ser sacrificadas, y en nada menos se pensó; ysi después han creído que deben su salvación a la casualidad, a la fortunao a la imposibilidad de parte de aquellos de quienes tenían que temer, seengañan ciertamente, pues sus vidas solamente son debidas a la resolu-ción bien pronunciada que se tomó de no tocarlas, sino en caso deextremada e inevitable necesidad.

Si el señor general Urdaneta , que parece haberse distinguido por suinexorabilidad y desapiado [sic] hacia los conspiradores, reflexionaracon calma sobre lo que digo en el párrafo anterior, se convencería de suverdad y tendría lugar de conocer que no es invulnerable, inmortal nieterno, sino un frágil mortal como todos los que reciben alguna vez lavida en el universo.

En punición de los cómplices de la conspiración, vuestra excelenciaha confirmado la sentencia de muerte pronunciada hasta ahora contra 14personas que han sido ejecutadas; y yo protesto a vuestra excelencia contoda la sinceridad y verdad de que soy capaz, que creo plenamente que suconciencia está tranquila, porque vuestra excelencia está Íntimamentepersuadido que es la más estricta justicia quien las ha condenado; pero yahe dicho, excelentísimo señor, que en esta materia no es posible juzgar sinpeligro.

Aquellas ejecuciones han cubierto de luto y anegado en llanto unagran parte de la capital y han consternado, atribulado y conmovido laciudad eterna. ¡Ah, excelentísimo señor! Yo no soy de ninguna importan-cia entre los hombres, ni entre la sociedad particular a que pertenezco; notengo valimiento de ninguna especie para con nadie; y lo que pone sello ami nulidad, es que ahora mismo se me reputa por algunos como uncriminal. Mas a pesar de todo, en calidad de hombre, en calidad deindividuo de la más miserable de las especies animales y en nombre de lafilantropía, yo no puedo dispensarme de rogar a vuestra excelencia por lomás venerable, santo, justo y sensible que hay en toda la creación, no

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permita se aumente el número de las víctimas y ponga en viva acción suclemencia y su generosidad para enjugar, en cuanto quepa, las lágrimasde los afligidos y quitarles cuanto antes el triste luto que hoy llevansobre sí.

Es evidente, excelentísimo señor, que una tal conducta ha de añadirquilates al conjunto de acciones que señalen la vida de vuestra excelenciay que la conducta opuesta lo sumo que puede obrar en su favor esaumentar aquellos negativamente. Para los efectos ejemplares que natu-ralmente vuestra excelencia se haya propuesto hacer producir bastanmuy bien 14 víctimas; un número mayor no procuraría ya mejor efecto,vuestra excelencia lo conoce y no ignora los resultados de la desespera-ción.

Castigos hay fuera de la pena capital que quitan todo el poder dedañar a un hombre que se teme por algún lado; castigos que quizá en larealidad y en el fondo son más graves que la pérdida de la vida; pero queno aparecen así y se consideran soportables. Los Nerones, los Silas, losDionisios, etc., no alcanzarán jamás la dulce tranquilidad del alma queúnicamente constituye la felicidad asequible, pero sí el Washington delsiglo XVIII, y el Bolívar del siglo XIX, porque observan una conductacontraria.

Finalmente, excelentísimo señor, voy a terminar este memorial expo-sitivo, cuya difusión me hace sentir haber distraído demasiado la aten-ción de vuestra excelencia. Su generosidad, de que he hablado, apenas hapodido sorprenderme, y cuando traigo a la memoria la vida y hechos devuestra excelencia, me parece que debía esperar, o a lo menos obtener lapetición mía, la gracia que vuestra excelencia de su propia grado estáinclinado a acordarme. Yo no quedaré menos obligado a la benignidadde vuestra excelencia en caso que se me destierre del país como dejopedido antes. Ello es cosa dura, excelentísimo señor, abandonar la patria,conciudadanos, hogares, familia, deudos y todos los objetos más caros yamados que rodean a un hombre desde que ve la luz por la primera vez;pero me resignaré; erraré por países extraños cual otro Aristides yTemístocles, aunque solo tenga de común con estos grandes hombres elpadecimiento de un mismo infortunio.

Espero, pues, que llegue a mis manos la garantía que se me haofrecido en los términos que dejo indicados, y son los propios que el

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gobierno pudiera prescribir a lo más, atendidas la clemencia y generosi-dad que le animan; inmediatamente después efectuaré mi presentación.

Dios guarde la interesante vida de vuestra excelencia que tantoimporta conservar para evitar el presente naufragio que amenaza elaniquilamiento general de la República,

P. Carujo.

NOTA

1. Este párrafo va al margen entre dos manecillas.

GarantíaNúmero 3

República de Colombia. Ministerio de Estadoen el departamento de la guerra. Sección central.

Bogotá, a 22 de octubre de 1828

Al señor Pedro Carujo.

El Libertador ha recibido la representación de usted solicitando unindulto y pasaporte para salir del país, y ofreciendo descubrir los proyec-tos de la conspiración en que se halla usted complicado; y el Libertador,usando de su magnanimidad, le ofrece a usted, por mi órgano, el indultoy pasaporte que pide con tal que usted cumpla con su ofrecimiento entérmino de 24 horas.

Dios guarde a usted,José María Cárdova',

NOTA

1. Pedro Carujo. Perfidia inaudita. Caracas, Imprenta de Tomás Antera, 1830, p. 19.

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OficioNúmero 4

República de Colombia. Intendencia del departamentode Cundinamarca.


Al señor comandante Pedro Carujo.

Su excelencia el Libertador, a quien presenté la solicitud de usted, hamandado expedir por el conducto legal el adjunto documento para suseguridad. Por tanto, pues, queda desde ahora responsable directamenteel gobierno de la garantía que, en igual sentido, había ofrecido yo a usted,debiendo solo añadir que las 24 horas a que se limita, tienen por términolas dos de la tarde del día de mañana, pasado el cual, no podrá ustedhacer ningún uso de dicha garantía.

Sírvale a usted de gobierno, que yo permaneceré desde este momentoque son las dos de la tarde hasta mañana a igual hora en la casa de mi ha-bitación, frente a La Enseñanza, para facilitarle a usted su presentación,si es que se determina a verificarla.

Dios guarde a usted,Pedro A. Herrán',

NOTA

1. Pedro Carujo. Perfidia Inaudita. Caracas, Imprenta de Tomás Antero, 1830, p. 19.

CartaNúmero 5

Bogotá, 22 de octubre de 1828. A las dos de la tarde.

Señor comandante Pedro Carujo.

Muy señor mío:Yo me alegro ser el órgano para dirigir a usted el salvoconducto que le

ofrecí en los términos que va. He hablado al Libertador sobre su conteni-

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do y me ha infundido absoluta confianza. Consúltese usted consigomismo y resuélvase sin dilación.

Muy satisfactorio me será haber tenido alguna parte en la salvaciónde su vida y me hallo además decidido absolutamente a hacer a ustedcualquier servicio compatible con mi destino público.

De usted muy atento servidor que su mano besa,Pedro A. Herrán',

NOTA

1. Pedro Carujo. Perfidia inaudita. Caracas, Imprenta de Tomás Antero, 1830, p. 19.

DECLARACION DEL COMANDANTE PEDRO CARUJO.Octubre 23.

En la ciudad de Bogotá, a 23 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa contra los conspiradores hizo traer a su presencia al primer coman-dante Pedro Carujo , cómplice en tal delito, para efecto de tomarle sudeclaración y previo el juramento de ordenanza ofreció decir verdad encuanto supiere y fuere preguntado; y siéndolo por su nombre, edad,empleo, patria y religión, dijo llamarse como queda dicho; que es de edadde 26 años, que es primer comandante de infantería, segundo ayudantedel estado mayor general de la República, que es natural de la ciudad deBarcelona, en el departamento de Maturín, y que su religión es lacatólica, apostólica y romana.

1º. Preguntado: ¿Qué parte tuvo en la conspiración del 25 de septiern-bre?, dijo: ser uno de los directores del plan formado para efectuar dichaconspiración.

2º. Preguntado: ¿Quiénes han sido los principales autores de dichoplan?, dijo: que el coronel Ramón Guerra, el señor Agustín Horment, elseñor Wenceslao Zuláibar y el exponente.

3º. Preguntado: ¿Con qué recursos contaron, qué personas los suminis-traron y con quiénes debía llevarlo a efecto?, dijo: que en cuanto a recursospecuniarios no tiene la menor noticia de que hubiese algún fondo destina-do al efecto, porque no se creyó de ninguna necesidad. Que respecto deelementos personales se contaba con el comandante de la brigada deartillería, a quien se encargó hablar el coronel Guerra y, por consiguien-te, por una vehemente presunción con todos los oficiales y tropa de dicho

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cuerpo, con innumerables personas del pueblo conocidas por el coronelGuerra, Horment y Zuláibar y no por el exponente a causa de su notorioaislamiento en esta capital, consagrado constantemente al desempeño desus obligaciones y al estudio, y porque las conferencias que tenía acercade la conspiración en términos serios, solo las practicaba con los tresindividuos mencionados que estaban en el fondo del proyecto; queconoce a algunas otras' personas de vista y muy pocas de nombre, lascuales solía ver en la casa de Horment y que también se contaba con laopinión pública y la masa total del pueblo, porque a juicio de los tressujetos referidos y del exponente, estaban plenamente persuadidos deldescontento y aun exasperación general producida según la voz de todosy la particular inteligencia de cada uno por la autoridad omnímoda,ilimitada y temporalmente indefinida con que se había investido alLibertador y que, según la íntima persuasión de todas, no había sido obrade la voluntad nacional ni producto de los deseos de vuestra excelencia,sino de la fuerza y de la voluntad de algunos empleados públicos.

4º. Preguntado: ¿Quién indujo al exponente a entrar en la conspi-ración?, dijo: que el primero que le habló sobre la materia a fines del añopasado fue el coronel Guerra, pero en términos muy diferentes de aque-llos en que se efectuó el proyecto, pues lo que se practicó entonces fue unajunta denominada de observación y cuyo objeto era examinar imparcial,prolija y madura mente la opinión pública, la conducta del gobierno y, enfin, la marcha general de las cosas que tuviesen relación con la Repúblicabajo el aspecto social y principalmente sobre lo que pudiera atacar lalibertad de los colombianos.

5º. Preguntado: ¿Qué individuos pertenecieron a aquella junta de ob-servación y en qué lugar la celebraban?, dijo: que pertenecían a lajunta deobservación los tres individuos ya nombrados y el exponente, y quecuando las conferencias se celebraban entre los cuatro reunidos, se elegíala casa de Horment y que el declarante hablaba frecuentemente con elcoronel Guerra en la casa de este y en su oficina por la facilidad que teníapara ello, y que dicho Guerra lo practicaba también con los otros dos enla tienda de comercio de estos y en la calle, según aquel le decía.

6º. Preguntado: ¿Quién le habló al exponente después del coronel Gue-rra sobre la conspiración que tuvo lugar el 25?, dijo: que nadie más.

7º. Preguntado: ¿Cuál fue el objeto del plan?, dijo: que el plan y objetoprimitivos a cargo de la junta de observación era, como lo ha dicho,

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examinar imparcial, prolija y madura mente la opinión pública, la con-ducta del gobierno y, en fin, la marcha general de las cosas que tuviesenrelación con la República bajo el aspecto social y, principalmente, sobrelo que pudiera atacar la libertad de los colombianos; y que finalmentedespués del 13 de junio último, el plan de la conspiración tenía por únicoobjeto aprehender la persona del Libertador y rogarle y obligarle en lostérminos suaves, respetuosos y compatibles con su dignidad y todo lo queColombia y la América le deben, que se desnudase de la autoridadomnímoda ilimitada y temporalmente indefinida con que se hallabainvestido; que hiciera proclamar de nuevo la constitución de 1821, to-mando de ellas las facultades extraordinarias que en esos casos de turbu-lencias le concedía como legítimo presidente el artículo 128; y que convo-cara inmediatamente la gran convención que, por desgracia, se habíadisuelto prematuramente para que en el sosiego de las pasiones y coneficacia llenara el objeto para que fue reunida.

8º. Preguntado: ¿Quiénes eran los jefes de secciones en que se hallabadistribuido el número de los conspiradores y en qué lugar cada seccióntenía sus juntas?, dijo: que no está perfectamente impuesto sobre esto, peroque sabe que Guerra, Horment, Zuláibar, el capitán Rudesindo Silva, elseñor Juan Francisco Arganil y el exponente fueron nombrados jefes desección con el fin de que cada uno, por su parte, reuniese un corto númerode hombres bien conocidos en el pueblo por su publicidad, conducta ypatriotismo; pero que el referido Arganil se excusó de semejante comi-sión y fue exonerado; que ignora el lugar en que cada sección tenía susjuntas y que la del exponente no las tenía en ninguna parte, pues por sufalta de relaciones que ha expresado anteriormente y por la cautela quedebía observar nunca tuvo sección, y porque también creía que la brigadade artillería y unos pocos hombres del pueblo que los otros buscasen,bastarían para efectuar la conspiración del modo que se pensaba, yporque esperaba confiadamente que en este caso la capital entera sancio-naría el acto según la disposición observada en el ánimo de todos; quesólo contaba por su parte con dos o tres individuos a quienes conocía porsu exaltado patriotismo y tenía intención de solicitar en el momento quese resolviera efectuar la conspiración.

9º. Preguntado: ¿Quién nombró al exponente ya los demás individuosque expresa para jefes de sección?, dijo: que los cuatro que componían lajunta de observación.

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1Oº. Preguntado: si el exponente concurrió a la junta preparatoriapara el asalto que se tuvo en casa de Luis Vargas Tejada, dijo que sí.

11. Preguntado: si en aquella reunión, después de haber combinadoentre los concurrentes dar el golpe aquella noche, el exponente le oyó aVargas Tejada que iba a darle aviso al general Santander de que aquellanoche se efectuaba la revolución, dijo que no.

12. Preguntado: ¿Qué personas concurrieron a casa de Luis Vargas Te-jada a la junta preparatoria en la que se halló el exponente?, dijo: que nopuede dar razón de todas las personas que concurrieron a la juntapreparatoria celebrada en la casa de Vargas Tejada, por que el exponenteconcurrió a ella muy temprano, cuando todavía no había ninguno, salió yvolvió a las diez u 11 cuando algunos acaso habrían asistido y salidoya, pero que se acuerda haber visto a Horment, Zuláibar, Vargas Tejada,los tenientes Ignacio López y Juan Hinestrosa, a quienes el exponenteprevino esa misma noche que asistieran, Pedro Celestino Azuero, JuanMiguel Acevedo, los capitanes Emigdio Briceño, Rafael Mendoza yRudesindo Silva y otras personas de entre las cuales unas no conoce eldeclarante porque las vio aquella noche por la primera vez, y de otras deque no se acuerda, aunque quizá conozca, de vista y nombre.

13. Preguntado: ¿Qué personas indujo el exponente para formar susección?, dijo: que antes del 25 solo había iniciado por medio de Hinestrosaa los capitanes Briceño y Mendoza, pero sin el objeto de que pertenecie-ran a su sección, y que solo contaba para componer esta, como ha dichoantes, con dos o tres personas a quienes por cautela no había queridodecir nada antes y tenía previstas para el momento de la conspiración, yeran el teniente López, el señor Patricio Parada y el señor Felipe Avila,pero que al dicho Parada nunca pudo decir nada el declarante, ni asistió ala junta preparatoria, porque aunque lo hizo buscar por medio deHinestrosa desde la tarde del 25, no fue posible encontrarlo en ningunaparte.

14. Preguntado: ¿Quién fue el que mandó la partida que invadió elpalacio?, dijo: que el declarante mandó el piquete de 16 artilleros quesorprendió y tomó la guardia del palacio, y que Horment mandó otropequeño piquete que subió al palacio.

15. Preguntado: ¿Quién fue el que repartió las comisiones para queobrasen en los distintos puntos que asaltaron los conspiradores?, dijo: que

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a ninguno particularmente se encargó esta repartición y que se efectuóentre todos generalmente.

16. Preguntado: ¿En caso de mal suceso en su empresa cuál era el plande retirada y con qué auxilios debían contar en ella?, dijo: que ninguno,porque todos unánimemente se prometían la mayor esperanza posible deobtener el resultado que se proponían, pues tal era la confianza queinspiraba el valor y entusiasmo que todos mostraban por la justicia quecreían caracterizaba y defendía el acto, y por el apoyo que esperaban detoda la capital con los pueblos circunvecinos y sucesivamente de toda laRepública.

17. Preguntado: ¿Con quiénes contaban en el sur y qué plan debíaseguirse allí?, dijo: que no tiene la menor noticia se contase en el surpositiva y determinadamente con algunos pueblos o personas, pero quepresumían fuertemente, según el descontento general que en concepto detodos afectaba los pueblos, que el movimiento sería seguido al momentoen todas partes, mayormente cuando se esperaba obtener del Libertadorlo que iba a exigírsele y queda expresado en la respuesta a la séptimapregunta.

lQ• Reconvenido: ¿Que cómo asegura que los principales autores delplan trazado para la conspiración han sido el exponente, el coronelRamón Guerra, Agustín Horment y Wenceslao Zuláibar, cuando deautos consta que no han sido sino sus meros agentes o ejecutores?, dijo: queno tiene que atender a lo que conste de los autos que se citan y que poco leimporta su contenido; que solo atiende a la exposición de la verdad de loque sabe sobre lo que se le ha preguntado hasta ahora, como lo haofrecido espontáneamente al gobierno desde el más seguro de los asilos; yque repite que él ha estado en la persuasión de que las cuatro personasmencionadas, incluso el declarante, han sido los directores en los térmi-nos declarados de la conspiración del 25 de septiembre; pero que comono le es permitido penetrar en el interior de los hombres, no puede asegu-rar que en Bogotá o en alguna otra parte no se hubiese concebido otraconspiración diferente por Guerra, Horment, Zuláibar o algunas otraspersonas, aunque puede asegurar que lo ignora.

2Q• Reconvenido: que no ha hablado la verdad, ni lo que sabe en sus

contestaciones a las anteriores preguntas; que no ha cumplido con lo queespontáneamente ha ofrecido al gobierno, ni menos con lo que su propiohonor le impone bajo cuya garantía ha ofrecido decir verdad, cuando de

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a ninguno particularmente se encargó esta repartición y que se efectuóentre todos generalmente.

16. Preguntado: ¿En caso de mal suceso en su empresa cuál era el plande retirada y con qué auxilios debían contar en ella?, dijo: que ninguno,porque todos unánimemente se prometían la mayor esperanza posible deobtener el resultado que se proponían, pues tal era la confianza queinspiraba el valor y entusiasmo que todos mostraban por la justicia quecreían caracterizaba y defendía el acto, y por el apoyo que esperaban detoda la capital con los pueblos circunvecinos y sucesivamente de toda laRepública.

17. Preguntado: ¿Con quiénes contaban en el sur y qué plan debíaseguirse allí?, dijo: que no tiene la menor noticia se contase en el surpositiva y determinadamente con algunos pueblos o personas, pero quepresumían fuertemente, según el descontento general que en concepto detodos afectaba los pueblos, que el movimiento sería seguido al momentoen todas partes, mayormente cuando se esperaba obtener del Libertadorlo que iba a exigírsele y queda expresado en la respuesta a la séptimapregunta.

]Q. Reconvenido: ¿Que cómo asegura que los principales autores delplan trazado para la conspiración han sido el exponente, el coronelRamón Guerra, Agustín Horment y Wenceslao Zuláibar, cuando deautos consta que no han sido sino sus meros agentes o ejecutores?, dijo: queno tiene que atender a lo que conste de los autos que se citan y que poco leimporta su contenido; que solo atiende a la exposición de la verdad de loque sabe sobre lo que se le ha preguntado hasta ahora, como lo haofrecido espontáneamente al gobierno desde el más seguro de los asilos; yque repite que él ha estado en la persuasión de que las cuatro personasmencionadas, incluso el declarante, han sido los directores en los térmi-nos declarados de la conspiración del 25 de septiembre; pero que comono le es permitido penetrar en el interior de los hombres, no puede asegu-rar que en Bogotá o en alguna otra parte no se hubiese concebido otraconspiración diferente por Guerra, Horment, Zuláibar o algunas otraspersonas, aunque puede asegurar que lo ignora.

2Q• Reconvenido: que no ha hablado la verdad, ni lo que sabe en sus

contestaciones a las anteriores preguntas; que no ha cumplido con lo queespontáneamente ha ofrecido al gobierno, ni menos con lo que su propiohonor le impone bajo cuya garantía ha ofrecido decir verdad, cuando de

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las declaraciones del coronel Ramón Guerra, de las de los capitanesRudesindo Silva, Emigdio Briceño, Rafael Mendoza y de las de lostenientes Ignacio López y Juan Hinestrosa y los paisanos Agustín Hor-ment y Wenceslao Zuláibar se manifiesta que el confesante y los demásjefes de sección que expresa han obrado como agentes intermediarios enla conspiración, cuyo testimonio en juicio vale más que el dicho delexponente; que si ha prometido al gobierno espontáneamente decir laverdad desde un asilo, de donde la severidad del gobierno pudo haberloarrancado y que, por su clemencia, no lo hizo para que el confesante pormedio de la verdad redimiese su propia sangre y evitase el sacrificio deinnumerables víctimas que deben caer al peso de la justicia si no se poneen claro este negocio, pues ni las leyes ni el derecho político le prescribenreglas al jefe de la nación para que no pueda sofocar en sangre laanimosidad de los que bajo el especioso pretexto de defender la libertadsolo han tratado de sumir a la patria en el infierno de la anarquía, dijo queel señor auditor de la comandancia general, que le toma la presentedeclaración, le injuria alta e ignominiosamente en términos más negros ysensibles para el honor y delicadeza del declarante, que la muerte máscruel e inhumana por cuanto le trata de falso y mentiroso, asegurandoque no ha hablado la verdad ni lo que sabe en sus contestaciones a lasanteriores preguntas, y que no ha cumplido con lo que espontáneamente haofrecido al gobierno ni menos con lo que su propio honor le impone, bajocuya garantía ha ofrecido decir verdad, etc.; que reclama ante el mismogobierno estos insultos que acaban de inferírsele; que los cuatro indi-viduos de que ha hecho mención no obraban como agentes de ningunapersona o personas como ha dicho antes, o a lo menos que lo ignora eldeclarante absolutamente en cuanto a los otros tres y que, por su parte,puede asegurar que nadie le ha impulsado ni sugerido en lo más leve ensus operaciones; que es cierto, según ha oído decir, que en el laberinto delderecho, que jamás ha entendido ni querido entender, las deposiciones demuchos merecen más crédito que la de uno solo aunque todos aquellosmientan que esta diga la verdad, como cree que sucede en el presentecaso, pues bien palpables son las contradicciones y titubeos de las decla-raciones que se le acaban de leer, dadas por los ocho individuos enumera-dos arriba, yeso testifica que ellos no quisieron o no tuvieron valor paraexponer la verdad de los hechos, tal cual podían saberla; pero el exponen-te se encuentra en muy diferente caso, no tiene necesidad de mentir para

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salvar su vida; no teme la muerte, ha ofrecido espontáneamente decir laverdad sin alteración, adición ni restricción, lo ha cumplido hasta aquípor el orden en que se le ha interrogado y lo cumplirá en adelante delmismo modo, según su honor y conciencia, salvo algunas levísimascircunstancias que por tras cuerdo o falta de memoria pudiere omitirinvoluntariamente.

3º. Reconvenido: que hallándose fundada la reconvención que ante-riormente se le ha hecho en el mérito de las declaraciones que se le hanleído, de ninguna manera puede el confesante llamar insultos aquelcargo; no de estos, sino de aquellas, debe reclamar ante quien pueda; elque lo interroga, ni como hombre ni como juez, es capaz de irrogar anadie insulto alguno, ni menos añadir aflicción al afligido; que en lacontestación que acaba de dar el exponente deja en pie y en toda su fuerzaaquella reconvención, porque no es presumible, moralmente hablando,que varios hombres que en distintas circunstancias, en diversos lugares yhallándose solos y separadamente se hayan convenido en atestiguar delmismo modo y en iguales términos contra el exponente, y aseverar lacausa y motivos de la conspiración en igual sentido con referencia alconfesante. Crece tanto más esta prudente presunción, cuanto que ha-biéndose dirigido principalmente la conspiración contra el gobierno delLibertador y atacar su persona, nadie, a no ser un insensato, podrá creerque el confesante y los sujetos que expresa hayan sido exclusivamente losautores de la conjuración, cuando todo el mundo conoce que la existen-cia del general Bolívar vale tanto como la de la República, pues libre yespontáneamente la mayoría de la nación se ha puesto en sus manos y sugobierno es la obra de los hombres pensadores, de los verdaderos propie-tarios, de los que han hecho más grandes sacrificios por la patria y por lomismo para destruir la existencia del Libertador o, lo que es lo mismo, lade la República, todos los esfuerzos del exponente y de los sujetos que hanombrado no podían pasar de una ilusión, porque se necesitaba que esamisma mayoría que ha confiado su destino en manos del Libertador porun espíritu de vértigo (si de él fuesen susceptibles los hombres pensado-res), cambiando sus sentimientos, hubiese tratado de destruir el ídolo queacababa de colocar en el altar de la patria. En ninguna de las anterioresrespuestas, ni en el descargo que acaba de hacer el confesante, ha dadouna contestación cierta y positiva, pues los elementos con que contabapara hacer la revolución solo serían bastantes para obrar en una Repúbli-

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ca como la de Platón, que solo existió en la mente de su autor, pero no enuna sociedad de hombres que, a costa de inmensos sacrificios, conocen yasus verdaderos intereses y que solo se desprenderían de estos a esfuerzosdel poder o de otras circunstancias, que hombres de un gran partidopudieran suscitar; circunstancias que ni el exponente ni ninguno otro delos que ha mencionado podían producir; y este conocimiento induce acreer que hombres de algún influjo o poder han sido los principalesautores de la conspiración, y por consiguiente que las exposiciones que sele han leído tienen todo el carácter de la veracidad. Responde que estatercera reconvención que le parece tan larga como inútil solo contienecuatro o seis líneas que exijan contestación, pues todo lo demás sonepisodios que no vienen al caso, como, por ejemplo, pretender probarlelas virtudes, importancia, etc., del Libertador, que es lo mismo queempeñarse en demostrarle que la suma de dos mitades componen el todo;que nadie más que el declarante ha expresado siempre pública y privada-mente' el alto y singular concepto que le debe el Libertador, y bien lo hadado a entender en la respuesta a la pregunta séptima de esta declaración;que en cuanto a reconvenirle sobre que en la contestación dada a laanterior segunda reconvención deja esta en pie y en toda su fuerza,contesta que así puede quedarse eternamente, a menos que por unatransformación de que se considera incapaz se resolviese a mentir y aexcogitar palabras y hechos que no sabe para exponer; que en este casocometería verdaderamente la infamia de engañar al gobierno y desaten-der a su honor y a su conciencia, pues ha ofrecido decirle verdad yeso eslo que ha dicho hasta aquí; que en cuanto a la reflexión que se hacerelativa a que dirigiéndose principalmente la conspiración contra el gobier-no del Libertador, nadie, a no ser un insensa to, podrá creer que el confesantey los sujetos que expresa hayan sido exclusivamente los autores de laconjuración, contesta que lo que puede deducirse de dicha reflexión es quelos referidos individuos se alucinaron en esos cálculos y acometieron unaempresa ridícula y muy superior a sus fuerzas; que contestando al cargoque se le hace sobre que en ninguna de las anteriores respuestas, ni en eldescargo que acaba de hacer el confesante, ha dado una contestación ciertay positiva, dice que le parece muy bien; según su lógica han sido ciertas ypositivas porque son verdaderas. Y por ser más de las nueve de la nochemandó el señor juez suspender esta confesión para continuarla a primera

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hora en el día de mañana, y la firma con el señor auditor y declarante porante mí.

Urdaneta, Pareja, P.Carujo, M. Be/monte.

NOTA

1. Aquí va tachado ha expresado.

En la ciudad de Bogotá, a 24 de octubre de 1828, el señor juez hizotraer a su presencia al primer comandante Pedro Carujo para la prosecu-ción de su declaración y bajo la palabra de honor promete decir verdad.

4º. Reconvenido: cómo asegura en su respuesta a la séptima preguntaque el único objeto que tuvo el plan de la conspiración era aprehender lapersona del Libertador, rogarle y obligarle en los términos suaves, respe-tuosos y compatibles con su dignidad y todo lo que Colombia y laAmérica le deben, que se desnudase de la autoridad omnímoda, ilimitaday temporalmente indefinida con que se hallaba investido y que hicieraproclamar la constitución del año 21, y cuando de las declaraciones quese le han leído al confesante consta que el primer objeto de los conspira-dores era asesinar la persona de su excelencia el Libertador presidente, loque se confirma con los atentados y violencias cometidos en palacio yasesinatos de la persona del coronel Fergusson, la del coronel Bolívar y lapremeditada intención de matar a los generales excelentísimo señorRafael Urdaneta, José María Córdova y a los coroneles comandantes delbatallón Vargas y escuadrón granaderos, de lo que se deduce que elobjeto de los conspiradores no era el tomar medidas suaves respecto delLibertador presidente sino que el plan contenía designios proditorios yde horror, dijo que en virtud de la verdad de lo que sabe y de lo que estabapersuadido, repite lo que ha contestado a la pregunta séptima y queexcita su creencia por las reflexiones siguientes: si el principal objeto de laconspiración hubiera sido quitar la vida al Libertador, se habría aprove-chado para efectuarlo de las ocasiones en que su excelencia iba casi solo aSoacha, o en uno de los bailes de máscaras a que su excelencia asistió, opor la calle, de día o de noche, cuando su excelencia salía a paseo, como sepropuso por algunos en todas las ocasiones referidas, pero que se des-echaron siempre semejantes proposiciones, porque de admitirlas no se

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habría podido atender simultáneamente a la toma de los cuarteles para loque se contaba, según ha expuesto ya, con la brigada de artillería y todoslos oficiales y con las innumerables personas del pueblo; que Guerra,Horment y Zuláibar le aseguraban siempre estar prontas al efecto; quecualquiera que juzgue y reflexione con acierto se convencerá de la refle-xión antecedente, pues para asesinar al Libertador bastaban solo cuatroo seis personas que le acechasen cuando saliera del palacio, lo queejecutaba siempre con muy poca compañía; que asegura en verdad elexponente que los cuatro individuos directores resolvieron una vez,después de una larga y seria discusión, que el Libertador no debía morir,aunque se determinó al mismo tiempo que se dijese lo contrario a algunaspersonas, sobradamente exaltadas, que no se obligaran a cooperar sinobajo la condición de sacrificar a su excelencia; que el exponente por suparte asegura que estaba dispuesto a no atentar contra la vida delLibertador y cree que los otros tres se lo prometieron también sincera-mente, y que algunos momentos antes de llegar a palacio le dijo aHorment: le repito que usted se encarga de asegurar la vida al Libertador, yque aquel contestó: ya hemos convenido en ello; que, anticipadamente, sehabía convenido divulgar la voz de que su excelencia había muerto, desdeel instante en que se aprehendiera, con el fin de desalentar algunasporciones de tropa que no se hubiesen rendido o que pudiesen intentaralguna reacción en aquella misma noche; que no puede concebir que delos atentados y violencias cometidos en palacio, consistentes en las heridasirrogadas a cinco o seis personas, según se le informa ahora por el señorauditor, y de la muerte de los coroneles Fergusson y Bolívar, se deduzcalegítimamente raciocinando que también habría muerto el Libertador;que el declarante está íntimamente persuadido que nada menos se preme-ditó que la muerte de los señores generales Urdaneta y Córdova, lo que seprueba en cuanto al segundo con un hecho repetido, pues durante uncorto intervalo de tiempo, que el declarante se separó del palacio sepresentó allí el señor general Córdova a caballo y Horment y Zuláibar ledijeron buenamente que se retirase, según estos mismos le informarondespués, y que pasado algún tiempo el exponente mismo que aún tenía asus órdenes diez o 12 soldados, encontró en La Alameda al dicho señorgeneral Córdova y no quiso matarle, antes bien le entregó los referidossoldados que tenía; que también fue informado por Horment y Zuláibarque mientras el exponente se separó del palacio se presentó en él el

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general París y le dijeron igualmente que se retirara; y que estando el quedeclara en la esquina del palacio se presentó allí el señor intendente y leintimó, juntamente con Horment y Zuláibar, que se retirase; que encuanto a los coroneles comandantes de los cuerpos de Vargas y granade-ros sabe el que declara se nombraron comisiones para que les impidiesenasistir a sus respectivos cuarteles y evitar el embarazo que su presenciapodía causar en la rendición de la tropa; que para acabar de persuadirque el objeto principal del plan no solo no era matar al Libertador, sinoque tampoco la muerte de su excelencia formaba parte suya, se considereque no se sabía positivamente que su excelencia estaba aquella noche enpalacio a la hora que estalló la conspiración, y que más bien se presumíaque estuviese afuera en cierta casa particular, a donde se dijo que suexcelencia iba siempre disfrazado tarde de la noche; a cuya casa es biensabido que no se destinaron ningunas personas, como pudo y debióhacerse en el caso que el mayor conato hubiera consistido en sacrificar alLibertador, puesto que no se sabía con certeza si a la sazón estaba en elpalacio o en la mencionada casa; que el palacio fue invadido en efectopara asegurar la tropa que lo aguardaba, así como para aprehender lapersona de su excelencia, caso que se encontrase en él; que finalmenteatendidas las circunstancias favorables en que actualmente se halla el quedeclara, debidas a la clemencia y generosidad del gobierno y atendidotambién el desprecio que más de una vez durante su vida ha mostrado desu existencia, se medite qué motivos de conveniencia o de necesidadpodían inducirle a omitir en este punto, ni en ninguno otro, la exposiciónde la verdad tal cual le sea constante.

5º. Reconvenido: cómo niega en su contestación a la 11 preguntahaber oído a Vargas Tejada que iba a darle aviso al general Santander deque aquella noche, es decir, la del 25, se efectuaba la revolución, cuandode las declaraciones que se le han leído consta que a la proposición quehizo Vargas Tejada de avisarle al general Santander aun se opuso elexponente, dijo que repite su contestación dada a la 11 pregunta, sobreno haber oído a Vargas Tejada que iba a dar aviso al general Santanderde que aquella noche se efectuaba la revolución y que, por consiguiente,no tuvo lugar el declarante de asentir o de oponerse a semejante aviso;que no tiene presente en este instante si en las tres declaraciones que se lehan leído de Guerra, Briceño y Mendoza consta que a la proposición quehizo Vargas Tejada de avisarle al general Santander aun se opuso el

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exponente; pero que si así fuere y aun constare por infinitas deposiciones,el deponente repite que nada oyó sobre este punto, aunque no puedaasegurar afirmativamente, que Vargas Tejada no dijese lo que se lepregunta, y que ninguna otra persona dejase de oírlo; pero que repite, porsegunda vez, que él no lo oyó, y por consiguiente ni consintió en ello ni seopuso.

18. Preguntado: ¿Qué razones tiene el exponente para no asegurar afir-mativamente que Vargas Tejada no dijese lo que se le pregunta", dijo:que la razón que tiene para ello es tan sencilla como patente y concluyen-te, pues el declarante, en verdad y conciencia, solo puede asegurarafirmativa y positivamente lo que sabe y de que se acuerda y no puederacionalmente y sin peligro de error afirmar ni negar lo que ignora, comopor ejemplo, afirmar o negar que en este momento París está o no estásepultado debajo de sus ruinas por el efecto de un terremoto, o que dosestrellas fijas en el mismo instante se han confundido o permanecenseparadas, etc., etc.; que la prudencia y el acierto le aconsejan observarsemejante conducta en sus contestaciones, como lo ha hecho al fin de larespuesta dada a la primera reconvención de esta declaración y quizá enalgún otro lugar de la misma.

19. Preguntado: ¿Quién dio muerte al coronel Fergusson?, dijo elexponente: aunque no estaba premeditada, como la de ninguna otrapersona; pero que el declarante se resolvió a ejecutarla en el momento enque dicho coronel se presentó armado al palacio, considerando que aqueljefe, por su valor, por su rango, por ser tan conocido de los soldados degranaderos y por su inmediación y afecto notorios a la persona delLibertador, pudiera en el instante inducir a una reacción a la guardia delpalacio, que era más numerosa, según le pareció, que el piquete deartilleros con que el deponente la sorprendió y tomó.

20. Preguntado: ¿Qué parte tuvo el oficial de la guardia en la sorpresade ella y de qué modo la sorprendieron?, dijo el declarante: con lossoldados de su mando, se introdujo súbitamente con su espada en lamano derecha y una pistola en la izquierda al cuarto en que estaban lossoldados y el capitán Martinez, jefe de la guardia, acostados; que dichocapitán Martínez, con sable en mano y todos los granaderos al momentoque lo sintieron adentro gritaron: a las armas y se pusieron en pie; peroque el exponente con sus soldados se interpuso entre los de la guardia y lasarmas de estos y les impidió tomarlas; le pidió el sable al capitán Martinez,

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que no pudo negarlo a pesar de su valor, por la posición desesperada enque se hallaba; y en seguida el exponente formó la guardia sin armas en lacalle y la rodeó con los artilleros; que, pasada una hora o más, Horment,el declarante y no se acuerda si alguno otro, le dijeron al capitán Martínezque el Libertador había muerto, que el batallón Vargas estaba tomado yque un gran número de pueblo estaba reunido para obrar con ellos y quesi quería en atención a todo esto resolverse a obrar también con ellos; quedicho capitán Martínez, bien fuese por el aturdimiento en que natural-mente debía encontrarse en aquellos momentos o bien por salir del poderdel exponente y que le permitiera armarse con la guardia de su mando,le contestó que sí después de haberle preguntado repetidas veces si eraverdad que el Libertador había muerto y que el cuerpo de Vargas estabatomado, a lo que el exponente le contestaba afirmativamente, según sehabía convenido para semejantes casos, y ya ha expuesto en parte de larespuesta dada a la cuarta reconvención que se le ha hecho en estadeclaración; que seguidamente se dirigió el exponente con la guardia delcapitán Martínez, este, el teniente Ignacio López y alguno o algunosotros individuos de que no se acuerda actualmente, al cuartel de granade-ros con el designio de tomar este cuerpo si fuera posible; pero que eldeclarante, habiendo encontrado una partida de granaderos en la calledel comercio y habiendo sabido que el resto de aquel cuerpo estaba sobrelas armas con su comandante a la cabeza, al mismo tiempo que habíaobservado que Vargas estaba en la plaza, formado sin haberse tomado, lepareció imposible tomar el cuartel de granaderos; por consecuenciaretrocedió con el capitán Martínez y su guardia; aquel con esta se dirigióa la plaza y se incorporó a Vargas, y el declarante marchó a reunirse conel piquete de artilleros que había dejado en palacio.

21. Preguntado: si sabe que Florentino González hubiese hablado conel general Santander sobre la conspiración, dijo que absolutamente loignora y que solo sabe que Florentino González solía visitar al generalSantander, constándole igualmente por comunicación del mismo Gon-zález que una vez fue este a visitar a dicho general en su hacienda, y queen otra ocasión le acompañó en un paseo a Soacha.

2'2. Preguntado: si sabe cuál fue la persona comisionada para recogerdinero para llevar a efecto la conspiración, dijo que no tiene la menornoticia de que se hubiese recogido dinero alguno destinado para llevar aefecto la conspiración, como ha expuesto ya al principio de la respuesta

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dada a la tercera pregunta que se le ha hecho en esta declaración, porqueno se creyó de ninguna necesidad; pero que sabe, por habérselo dichoHorment, Zuláibar, el capitán Torrealba y algunas otras personas, deque no se acuerda, que se distribuyeron ciento o más pesos entre losoficiales venidos de Cartagena que se hallaban presos en los cuarteles deVargas y granaderos, y que no se acuerda positivamente de la personaque entregó dicho dinero a los referidos oficiales, aunque tiene una ideaconfusa de que fue Pedro Celestino Azuero.

23. Preguntado: ¿Qué parte tuvo el general Padilla en la revolución?,dijo: que ignora absolutamente la parte que tuviese el general Padilla en larevolución, pero que sabe se había convenido en que algunos momentosantes de efectuarse se le avisara si fuera cómodamente posible.

24. Preguntado: ¿Con qué objeto debía avisársele a dicho general pocosmomentos antes que sucediese la conspiración?, dijo: que sabe que seme-jante aviso no tenía un objeto fijo y determinado, sino el de que estuvieseadvertido para el momento del golpe y que obrara en el lugar y en lostérminos que pudiera o presentasen las circunstancias como verosímil-mente se esperaba, atendida su posición actual.

25. Preguntado: ¿Con qué objeto se repartió el dinero que expresa aaquellos oficiales?, dijo: que según se le informó y él cree muy bien fue consolo el objeto de socorrer algún tanto la miseria y penuria en que se decíaestaban los referidos oficiales.

26. Preguntado: ¿A qué personas fuera de la capital se les han dadoinstrucciones para que promuevan un movimiento igual al que se realizóel 25?, dijo: que no tiene la menor noticia se hubiesen dado instrucciones aninguna persona fuera de la capital para que promovieran un movimien-to igual al que se realizó el 25; que el declarante puede asegurar por suparte que sobre la revolución no tuvo jamás la menor relación conninguna persona fuera de la capital y que cree que los otros tres directorestampoco la tenían, porque desde el principio se convino no escribir anadie una sola palabra ni en los términos más superficiales sobre elasunto fuera de la capital, que en cuanto a recursos exteriores ya ha dichoen la respuesta a la 1 pregunta 17 que se le presumía fuertemente según eldescontento general que en concepto de todos afectaba los pueblos; queel movimiento sería seguido al momento en todas partes, mayormentecuando se esperaba obtener del Libertador lo que iba a exigírsele y quedaexpresado en la respuesta a la séptima pregunta; que se decía vagamente

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que no se dudaba de que el general Fortoul en Boyacá, los coronelesHilario López y Obando en el Cauca, el coronel García en Neiva, otrasvarias personas de que el declarante no se acuerda, y aun el general Páezen Venezuela, contribuirían a efectuar respectivamente el mismo movi-miento, porque se las consideraba eminentemente democráticas y sesuponía que había de preferir ver en vigor la constitución de 1821, ya quela gran convención no había sancionado otra y ver al mismo tiempo alLibertador a la cabeza del gobierno, según lo había estado y debía estarlotodavía como legítimo presidente, gobernando la República conforme ala referida constitución y con las facultades extraordinarias que su artícu-lo 128 le concede en ciertos casos y debía tomar entonces necesariamentepor el estado de novedad interior en que la nación iba a ponerse y por laguerra de España y del Perú que se temía.

Con lo que mandó el señor juez concluir esta confesión, la quehabiéndosele leído al confesante se afirma en ella y ratifica y la firma conel señor juez, auditor, por ante mí, de que doy fe.

Urdaneta. Pareja.P. Carujo. M. Be/monte.

NOTA

1. Va entre renglones respuesta a la.

CAREO ENTRE CARUJO y EL CAPIT AN MENDOZA. Octubre 23.

En el mismo día, mes y año el señor juez hizo traer a su presencia alcapitán Rafael Mendoza para practicar el careo y confrontación con elprimer comandante Pedro Carujo, a quien previo el juramento necesariose le preguntó si conoce a dicho capitán Mendoza y si sabe le tenga odio omala voluntad, dijo que conoce al capitán Rafael Mendoza y que no creele tenga odio o mala voluntad; y habiéndosele leído la declaración delreferido Mendoza y preguntado si se conforma con ella, dijo' que siempreha tenido al capitán Mendoza por hombre de veracidad y que, porconsiguiente, no cree que sea capaz de mentir ni de suponer voluntaria-mente hechos que ignore; pero que no se conforma con lo que haexpuesto relativamente al declarante en algunos lugares de su declara-ción, porque no son verdaderos, aunque el capitán Mendoza los haya

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presentado como tales por efecto de equivocación, falta de memoria oatención y por la confusión que él mismo ha expresado, reinaba en losmomentos en que tuvieron lugar las comunicaciones y reuniones a que serefiere.

Preguntado: el capitán Mendoza si conoce al que tiene presente y si esel mismo por quien ha declarado, dijo que conoce al que tiene presente yque es el mismo por quien ha declarado; que con respecto a las objecionesque le hace a su declaración, agradeciendo el concepto que tiene de él,dice que al dar sus declaraciones lo ha hecho con demasiado tino a nocomprometer acaso su palabra ni la mayor o menor responsabilidad delos individuos a que se ha referido, sin que la confusión u otro accidentelo hubiera trastornado; que es verdad que como en todas las reuniones,principalmente en aquellas de mucha importancia como las del casopresente, cuando algún individuo hace esta u otra pregunta todos respon-den a la vez, todos tratan de convencer y todos hablan, bien puede ser queuna que otra cosa de las que emite en su declaración con relación alcomandante Carujo, no se las haya dicho este personalmente, como enque las restricciones que se debían poner a las relaciones con el gabineteinglés, pues esto está seguro que se lo dijo Zuláibar hablando muyexaltado contra los ingleses; la respuesta que obtuvo a su pregunta lanoche del asalto en casa de Vargas Tejada sobre el aviso susomencionadoal general Santander que a la vez todos le contestaron lo que ha declara-do, hallándose también allí el comandante Carujo, ciñéndose la banda ola espada y no puede asegurar fehacientemente si dicho Carujo le contes-tó juntamente con los otros; y aún más, ahora se acuerda le dijeron alexponente que el general Santander se hallaba en casa de su hermana,pero que tampoco puede decir quién se lo dijo, por las mismas razonesque ha dicho y de que al general Santander se le presentaría al pueblo y sepondría a la cabeza del gobierno, siendo este el primer paso, pues esto selo indicó primero el coronel Guerra en la calle real y después VargasTejada, Zuláibar, Horment y demás que se hallaron en la reunión lanoche referida, en cuyos momentos no se hallaba el comandante Carujopresente, habiendo llegado a un rato; pero que este mismo le aseguró másde una vez que el general Santander era quien tomaba las riendas delgobierno; y que en todo lo demás se ratifica y afirma por estar cierto en elcontenido de su declaración, y añade que si entró en dicha conspiraciónfue porque estuvo convencido íntimamente que el general Santander la

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dirigía, pues de lo contrario; no porque el comandante Carujo hubiesedirigido el plan, hubiese entrado en él, porque el exponente en ese casotambién se habría considerado capaz de dirigirlo. Que en este momentohace recuerdo que relativamente a lo que expone en su declaración, que lasección capital que iba a consolidar de nuevo el sistema constitucionalera el general Santander, sus asociados y varios convencionistas, nointervino el comandante Carujo, pues no se hallaba presente, mas envarias ocasiones no dejó de indicarle, aunque con ambigüedad, que elgeneral Santander tenía partido entre los principales y que ello tendería ala felicidad futura. Y habiendo quedado conformes, mandó el señor juezconcluir esta diligencia firmándola los declarantes por ante mí.

Urdaneta, Pareja, P. Carujo,R. Mendoza, M. Belmonte.

NOTA

1. Aquí va tachado aunque.

En este estado habiendo el comandante Carujo leído de nuevo ladeclaración del capitán Rafael Mendoza , expuso que hay todavía en ellaalgunos otros lugares con que no se conforma y desea aclarar como se hahecho con los puntos anteriores y son los siguientes: Primero: que en ladeclaración se expresa haber dicho al capitán Mendoza que había seccio-nes que aunque no debían obrar activamente estaban reservadas para losefectos secundarios; y lo que en lugar de esto le dijo el declarante fue quehabía multitud de personas que no obrarían activamente por ser inútilespara casos de armas y que estaban reservadas para los efectos secunda-rios, pero sin servirse de la palabra sección sino hablando de las seccionesactivas. Segundo: que consta en la declaración del referido capitánMendoza, que el declarante estaba presente y le pregunto a él, a Zuláibary Guerra a presencia del capitán Briceño si ya el general Santander estabade acuerdo, y que contestó que sí, juntamente con Zuláibar; pero que eldeclarante cree, o por lo menos no se acuerda absolutamente, quehubiese dado semejante contestación. Tercero: en la declaración mencio-nada hay otros varios lugares de poca o ninguna importancia, que eldeclarante cree también que no ha dicho al capitán Mendoza y que si le hadicho no se acuerda. Impuesto el capitán Mendoza del contenido de cada

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uno de los puntos a que se contrae la exposición del comandante Carujo,dijo que su declaración está emitida con verdad, a excepción de lospuntos que ha declarado con referencia al comandante Carujo; que en lodemás se refiere a su citada declaración, en la que se afirma y ratifica denuevo. y no quedando conformes en los puntos adicionales mandó elseñor juez cerrar esta diligencia firmándola los declarantes por ante mí.

Urdaneta. Pareja. P. Carujo,R. Mendoza, M. Be/monte.

CAREO ENTRE CARUJO y EL CAPIT AN BRICEÑO. Octubre 23.

Inmediatamente el señor juez hizo comparecer al capitán EmigdioBriceño para practicar el careo y confrontación con el primer coman-dante Pedro Carujo, a quien previo el juramento necesario se le preguntósi conoce a dicho capitán Briceño y si sabe le tenga odio o mala voluntad,dijo que sí lo conoce, y que no cree le tenga odio ni mala voluntad, eimpuesto del contenido de la declaración y consiguiente explicación deella que ha hecho el capitán Briceño, dijo que solo encuentra en lareferida declaración del capitán Briceño dos puntos! que objetar: pri-mero, que aquel expuso en su deposición principal que Vargas Tejadapropuso en la reunión preparatoria tenida en su casa que se diese aviso algeneral Santander de que esa noche iba a darse el golpe y que no seacuerda muy bien; añade el capitán Briceño, si fue Carujo el declaranteel que se opuso a que no se le diese parte, temiendo que lo impidiera o queembarazara su ejecución; que el declarante ha expuesto en la respuestadada a la undécima pregunta y en la contestación a la quinta reconven-ción de su declaración", que ignoraba absolutamente lo que había pasadosobre esto porque no oyó el mencionado aviso que Vargas Tejada queríadirigir al general Santander y que, por consiguiente, no pudo oponerse niasentir a ello y que como interesa al honor y veracidad del declarantemostrar al gobierno que cumple fielmente su promesa diciendo la verdadde lo que sepa y de que se acuerde en cuanto se le ha preguntado, aunquesea sobre hechos insignificantes, no puede conformarse con la referidaexposición del capitán Briceño; pero como ha observado que él mismo laanula en su declaración adicional, asegurando que él fue el que se opuso a


que Vargas Tejada dirigiera al general Santander el referido aviso, solo leexige que repita esto mismo y que añada si le constare que el declaranteno estaba presente a la sazón y que, por consiguiente, no pudo oírlo.Segundo: que el capitán Briceño dice en su declaración que el exponentele expuso una vez que a él solo tocaba obrar como uno de tantos a manoarmada, y que al general Santander y a los amigos de la constitución, sedejaba al cuidado de los efectos secundarios, etc.; y que el declarante,aunque no asegura positivamente no haberle dicho esto, expone que nose acuerda de ello.

y habiendo oído el capitán Briceño la declaración del comandanteCarujo y las objeciones que acaba de hacer, previo el juramento deordenanza, dijo que a la primera objeción del comandante Carujo, yatiene dicho en su última exposición, que el mismo testigo tiene ya dichoen su última confesión, que él mismo fue quien hizo la observacióna Tejada y que, por consiguiente, quedan acordes en este punto, puesque no sabe si en aquel acto estaba o no el comandante Carujo en la casa.Que con respecto a la segunda objeción, seguramente no se acuerda dehaberle hablado en estos términos, pero que efectivamente sí se lo dijo.Que le es muy satisfactorio al testigo que hayan estado acordes susdeclaraciones, porque esto prueba que ha usado del lenguaje de laverdad, principalmente con respecto a las muertes de su excelencia elLibertador presidente y demás jefes. Y al quedar concluida esta diligen-cia, la firmaron los declarantes con el señor juez por ante mi.

Urdaneta, Pareja, P. Carujo,E. Briceño, M. Be/monte

RATIFICACION DE LA DECLARACION DE CARUJO. Octubre 25.

En la ciudad de Bogotá, a 25 de octubre de 1828, el señor juez de estacausa hizo comparecer ante sí al primer comandante Pedro Carujo, yprevio el juramento de ordenanza, habiéndosele leído su declaración ypreguntado si la firma es de su propia mano, si es la misma declaraciónque ha dado, si tiene qué añadir o quitar y si se afirma y ratifica en ella,dijo que la declaración que se le ha leído es la misma que ha dado eldeponente y que la firma de su nombre y apellido, estampada al pie deella, es de su propio puño; que a la respuesta dada a la tercera pregunta

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añade, por haberse acordado después, que entre las pocas personas queconocía de nombre de que no hacía memoria y solía ver en la casa deHorment, se contaban Florentino González y Juan Francisco Arganil yBenito Santamaría, que vivían en la misma casa; que a la contestacióndada a la octava pregunta añade, según ha recordado posteriormente,que Florentino González fue nombrado jefe de sección y que también leparece que lo fue alguno otro, pero que no se acuerda; que a la respuestade la duodécima pregunta añade haberse acordado después que entre laspersonas que concurrieron a la junta preparatoria en la casa de VargasTejada, y de que el declarante ha dicho no decía memoria, aunquepudiera conocer de nombre, estaban Luciano Roa, el capitán de artilleríaJoaquín Acevedo, Florentino González, Teodoro Galindo; que alu-diendo a la vigesimaprimera pregunta, aunque le parece insignificante loque va a exponer, por cuya razón cree que no se le ha preguntado, diceque ha recordado ulteriormente, al favor de algunas reflexiones verbalesque le ha hecho el capitán Briceño, que una noche en la casa de Hormentfue preguntado (no sabe por quién) Florentino González sobre la dispo-sición del general Santander sobre el asunto, y que le parece que dichoGonzález contestó que aquel general se oponía; que el declarante y losotros directores, así como algunas otras personas siempre creyeron que elgeneral Santander se opondría a la conspiración por delicadeza, o porqueen concepto de los mismos el dicho general no se resolviera jamás o no seatreviera a exponer su vida y sus intereses; que el exponente asegura porsu honor y conciencia que siempre creyó de todo punto inútil, así comolos demás, al referido general para todo lo que se intentaba hacer; y que eldeclarante con los demás estaban resueltos a no asentir que el generalSantander tuviese la menor noticia ni injerencia en el asunto, porquedespués se creería que ellos no habrían obrado a impulsos de la justiciaque, en su concepto, los animaba, sino sugeridos por algunas personas ymovidos por intereses particulares, lo cual consideraban que los cubríade infamia.

Finalmente el declarante espera que el gobierno le hará la justicia decreer perfectamente que a todo cuanto se le ha preguntado ha respondidocon verdad del modo que sabe y ha procurado escrupulosamente acor-darse de los hechos según le imponen su honor y conciencia, la promesahecha al gobierno y el juramento prestado. A mayor abundamientosuplica al gobierno tenga presente que en la primera garantía que se le

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expidió por el órgano del señor intendente, el gobierno asegura la vida deldeclarante con la sola condición de que se presentase; y que el declarantepudo haberlo practicado así estando persuadido de la salvación de suvida y pudiendo dispensarse de decir la más leve cosa acerca de laconspiración del 25 de septiembre; pero que el exponente, lleno degratitud a la clemencia y generosidad del Libertador, le dirige unarepresentación manifestándoselo y exponiéndole que si la garantía men-cionada emanaba originalmente del gobierno, como se le había infor-mado, y si se le concedía un pasaporte para separarse de Colombia poralgún tiempo moderado, se presentaría desde luego y se obligó espontá-neamente a instruirle abstractamente sobre cuanto le constase acerca dela referida conspiración por lo que sus informes pudiesen importar algobierno y a la patria. Su excelencia el Libertador se sirvió expedir unasegunda garantía por conducto del señor ministro de la guerra, conce-bido en los mismos términos que el declarante había indicado; y sepresentó en consecuencia antes de 24 horas. Que aunque pudo conbastante derecho haber dado su declaración en términos abstractosrefiriendo los hechos y hablando de las personas numéricamente sindenominarlas, ha cedido esta acción a la primera insinuación del señorauditor, por cuanto pudiera interesar a la inteligencia del gobierno, queha querido instruir de buena fe sobre todo lo que el declarante supiese,como lo ha hecho en su declaración, en la que se afirma y ratifica.

Con lo que se concluyó esta diligencia y la firman el señor juez, elauditor y declarante por ante mí.

Urdaneta, Pareja,P. Carujo, M. Be/mantel

NOTA

1. Dos puntos va entre renglones.

2. Va entre renglones de su declaración.


Al señor ministro secretario de Estado en el despacho de la guerra.

Señor ministro:Ayer nos reunimos los infrascritos en virtud de la comunicación que

vuestra señoría con fecha del día anterior dirigió a la comandancia

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general de orden del Libertador presidente, y después de haber exami-nado detenidamente la representación del comandante Pedro Carujo, elofrecimiento que en su virtud le hizo el Libertador presidente por elconducto de vuestra señoría y cuanto ha declarado hasta ahora, creemosde nuestro deber exponer que el mencionado Carujo no ha cumplido conlo que ofreció en su representación, pues si bien ha indicado la partemotiva o consideraciones que, dice, produjeron la conspiración de 25 deseptiembre, no aclara, como lo ofreció, sus elementos y la extensión deestos.

Esta era la parte más importante de que debiera instruir al gobiernopara que este tomara las precauciones necesarias y fijare las reglas de suconducta, y es sin embargo la que más ha procurado Carujo cubrir conun denso velo. Los elementos de una conspiración son los hombres;mientras los conspiradores no sean descubiertos existen los elementosque la producirán siempre; el interés del gobierno es descubrirlos paraprecaverse de ellos; esto es lo que ofreció descubrir Carujo y sin embargoes lo que más ha procurado ocultar.

Desde luego se nota su falta de sinceridad y su empeño en engañar algobierno. ¿Podrá persuadirse nadie que los elementos de una conspira-ción, tan aventurada como execrable, fuesen cuatro hombres oscuroscomo Carujo y sus tres únicos pretendidos socios? Es cierto que él indicavagamente que contaban con innumerables personas de esta capital, peroes tan vaga esta indicación que obligaría al gobierno a dejar impunes amuchos delincuentes o a proceder ciegamente contra innumerables per-sonas por meras sospechas.

Ofreció también Carujo imponer de la extensión de los elementos dela conspiración, es decir, que ofreció dejar bien impuesto al gobierno detodos los motores y agentes principales del crimen, porque ellos son losverdaderos elementos, y su extensión es su número. Sin embargo Carujolo reduce a cuatro, a tres muertos ya él; que pretende quedar impune pormedio de esta arteria, cuando por lo que se ha actuado en los procesos delos otros reos resulta que fue el quíntuple el que concurrió a la últimajunta preparatoria; que había más de cuatro secciones encargadas dederramar el veneno y de adquirir prosélitos y que todas recibían más altasinspiraciones. Carujo ha faltado hasta ahora a sus ofrecimientos y damuestras de su mala fe, de que ha querido sacar partido, no solo parasalvarse sino talvez para cubrir por ahora el fuego de una conspiración

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que no pudo tener suceso en la noche del 25 de septiembre y que acaso sequiere fomentar y darle más extensión para que otra vez sea seguro elgolpe. El Libertador ofreció a Carujo el indulto y pasaporte que pidiócon tal que cumpliera con su ofrecimiento; estos son los términos en queestá concebida la comunicación de vuestra excelencia de 23 del corriente,y desde luego se conoce que este ha sido un ofrecimiento condicional,cuyo cumplimiento no puede exigirse mientras no sea cumplida la condi-ción. Carujo no puede reclamar el indulto y pasaporte ofrecido si nocumple, como lo ofreció, con imponer perfectamente al gobierno de loselementos de la conspiración y de la extensión de estos, porque ello esnecesario para la inteligencia del gobierno y para fijar las reglas de suconducta sucesiva.

Pretender que Carujo goce el indulto sin hacer aquellos descubri-mientos, cuando de todos los procesos y de su misma confesión resultaque es de los primeros y principales autores y uno de los más criminalescomo militar y como hombre, pues que a los delitos de conspirador, deamotinado y de traidor ha añadido el de asesino del coronel Fergusson, aquien quitó la vida con ventaja y alevosía, sería pretender la impunidadde un gran reo porque ha querido parecer más astuto y dar ocasión a quese censurase semejante excepción como un acto de señalada injusticia ytal vez como efecto de una parcialidad que se pintaría con los más feoscolores y que tendría muy funestas consecuencias.

La palabra de un gobierno debe ser siempre sagrada y rígidamentecumplida, porque el gobierno ha de ser en todos casos el modelo de losgobernados, pero no es esto bastante para que sus ofrecimientos condi-cionales sean cumplidos aunque no lo hayan sido las condiciones con quese hicieron. En tal caso nunca se creería otra cosa sino que la debilidad learrancaba el cumplimiento de una promesa que resiste la justicia intrín-seca de las cosas y que no es compatible con la imparcialidad tannecesaria y tan imperiosamente reclamada por la justicia.

En fuerza de estas consideraciones hemos convenido en consultar alLibertador presidente disponga que desde luego se haga conocer alcomandante Carujo que el gobierno, dispuesto a cumplir fielmente con elindulto y pasaporte que se ha ofrecido bajo la precisa condición de que élcumpliera por su parte con hacer las revelaciones necesarias para asegu-rarle contra todo ataque interior, no ve cumplida la condición con lasdeclaraciones vagas, confusas e inverosímiles que ha hecho hasta ahora

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Carujo y que, por lo mismo, se le requiera para que cumpla con manifes-tar los elementos de la conspiración y su extensión, si quiere gozar delindulto y pasaporte, o quede entendido de que, libre el gobierno de todocomprometimiento, él será tratado como a un criminal tan calificadocomo lo está por todas las declaraciones; y que si después de todo él seobstinase en callar la verdad y en burlarse del gobierno, de la justicia y dela moral, se asegure su persona como la de un criminal y se forme suproceso hasta sentenciarlo en justicia.

Esta reclama la justa severidad del gobierno como única regla quedebe guiarle en todos los tiempos y muy particularmente en el de unacrisis tan horrorosa como la presente, que ha sido producida por lainmoralidad, el descuido de la justicia y la impunidad de los crímenes.

Vuestra señoría pondrá esta consulta en conocimiento del Libertadorpresidente para que su excelencia resuelva como en ella se propone, ocomo considere más conveniente.

Dios guarde a vuestra excelencia,

1. M. del Castillo. J. Manuel Restrepo,Estanislao Vergara, Rafael Urdaneta

Repú blica de Colombia, Ministerio de Estado en el departamentode la guerra. Sección central.


Al excelentísimo señor general comandante generaldel departamento de Cundinamarca.

La adjunta comunicación impondrá a vuestra excelencia de lo acor-dado por el consejo de ministros en orden a examinar si el primercomandante Pedro Carujo ha llenado el ofrecimiento que hizo algobierno de manifestarle los proyectos de la conspiración que estalló lanoche del 25 de septiembre último en esta capital, siempre que se leconcediese un indulto y pasaporte para fuera de Colombia. Su excelenciael Libertador presidente se ha conformado con el parecer del consejo ypara que se pongan en ejecución desde luego, me ha mandado pasar a

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vuestra excelencia este oficio que vuestra excelencia tendrá la bondad decontestarme.

Dios guarde a vuestra excelencia,José M. Cárdova'

AMPLIACION DE LA DECLARACION DE CARUJO. Octubre 31.

En la ciudad de Bogotá, a 31 de octubre de 1828, el señor juez de lacausa hizo traer a su presencia al primer comandante Pedro Carujo parael objeto de hacerle saber la anterior resolución del supremo gobierno, eimpuesto de su contenido se le ha requerido nuevamente para queexponga cuanto sepa a fin de cumplir con el ofrecimiento que ha hecho algobierno de descubrir los proyectos de la conspiración y que cumpla conél en obsequio de su misma vida, de la salud de la patria y seguridad delgobierno; dijo que insiste en lo que verbalmente ha dicho al señorauditor y al señor comandante general sobre que el dictamen del consejode ministros le parece injusto en la parte que opina que el declarante no hadicho la verdad en cuanto ha respondido a todas las preguntas que se le hanhecho en su declaración, a excepción de lo que respondió a la vigésimaprimera; y aunque es cierto que el deponente ha callado algunas cosasque está resuelto en este momento a exponer con toda verdad y proliji-dad; que los puntos que va a exponer los había callado hasta ahora,primero, porque habiendo ofrecido al gobierno en su representacióninstruirle acerca de la conspiración por un término abstracto y general enlo cual parece que convino el mismo gobierno, según el tenor de lagarantía que en consecuencia expidió por el órgano del señor ministro dela guerra, se creía el declarante autorizado en conciencia para reservaralgunas cosas, ya que había cedido aquel derecho casi en toda su declara-ción y segundo, porque creyendo que la clemencia del gobierno notocase en el extremo y dejase obrar las leyes, quería el declarante porcompasión no contribuir con su testimonio al castigo que pudiesenmerecer otras personas; pero que en el día, resuelto como está a decir contoda la verdad posible y que acostumbra, el resto de lo que sabe acerca dela conspiración y animado además, por la clemencia del Libertador, va acumplirlo en los términos siguientes: el declarante, sabiendo que Floren-tino González tenía alguna amistad con el general Santander, le dijo

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varias veces que consultase a dicho general sobre la conspiración que sepreparaba y le exigiese su opinión en el asunto; que dicho González ledijo que había hablado detenidamente con el referido general y que este lecontestó diciéndole que le parecía prematura; que sería bueno esperar aque los pueblos satisficiesen su expectativa acerca de lo que esperaban yse les había ofrecido del nuevo gobierno del Libertador; y que en cuanto ala efectuación le parecía muy dificil e imposible porque el comandante deVargas era muy activo y querido de sus soldados, y otras varias reflexio-nes de que el declarante no se acuerda; que el mismo declarante, que-riendo certificarse por sí propio de la disposición y opinión del generalSantander acerca de la conspiración, fue una noche en persona a la casade dicho general al efecto indicado, a tiempo que solo se hallaba con elseñor José Vallarino, quien salió luego que el deponente declaró y que elexpresado general contestó a su consulta en los mismos términos, pocomás o menos, que González le dijo había contestado a él cuando le habló;que esa misma noche estaba su excelencia el Libertador en Soacha y sehabía propuesto por algunos ir a matarle y que el exponente, que acababade manifestar su oposición sobre esto a Horment, Zuláibar y otros, leindicó esta especie al general Santander y que este también le manifestóigual oposición y dijo al declarante, después de haberle contestado a laconsulta que le hizo, en los términos que deja expresados, que fuerainmediatamente a la casa de Horment y les impidiera el designio de ir aSoacha a matar al Libertador, lo que el declarante ejecutó al momento;que sabe el declarante estaban iniciados un tal Ospina, miembro de lasociedad filológica, el mayor de los dos hermanos que pertenecían a dichasociedad, Lorenzo Ortega, Felipe Avila, Luciano Roa, Celestino Azuero,Florentino González, Miguel Acevedo, un tal Parra, platero, los cuales oalgunos otros de que el exponente no se acuerda pertenecieron al piquetecon que Horment subió al palacio; que también estaban iniciados el señorMariano Escobar, Sinforiano Hernández, el señor José Duque, JoséGutiérrez, Ezequiel Rojas, Alejo Pérez, Benito Santamaria, el señor JuanFrancisco Arganil, José Elorga' y aun algunos otros de que el declaranteno hace memoria, aunque quizá pueda conocer de vista y nombre; queestando conversando el que depone con el coronel Guerra una tarde en lacasa de este, le dijo que tenía un gran susto dentro del cuerpo, y habiéndo-le el declarante exigido la causa de ello, le contestó dicho Guerra que eraporque creía que le habían interceptado en el correo una o dos cartas del

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coronel Obando, de Popayán, con quien según, le añadió, hacía muchotiempo mantenía correspondencia sobre asuntos relativos a revolución;que pocos días antes del 25 de septiembre último, el que declara dijo alcapitán Tomás Gómez que si podía contarse con él para una revolución yque el referido Gómez le contestó que sí, añadiéndole que era necesariomatar gente, a lo cual replicó el exponente que por supuesto si fuerapreciso; que el mismo Gómez el 25 a la una o las dos de la tarde fueenviado por el coronel Guerra desde el estado mayor a la casa deldeclarante para decirle de parte del referido Guerra que Triana acababade denunciarnos; que en la noche de125, como una hora después de habertomado el que declara la guardia del palacio, aparecieron allí el señorManuel Antonio Arrublas y otra persona, que al exponente le parece erasu hermano, pero que no puede asegurarlo positivamente porque eldeclarante no tiene de él una idea distinta; que el declarante oyó decir, nosabe si a Vargas Tejada o a otra persona, en la junta preparatoria tenidaen la casa de aquel, que se enviara a avisar al general Obando en suhacienda lo que se iba a hacer aquella noche, con el objeto de que dichogeneral reuniese las milicias de su vecindario para que con ellas contribu-yese, como le fuera posible, al movimiento; y que le parece que efectiva-mente se mandó un posta a caballo al objeto indicado. En este estadoexpuso el declarante no acordarse de ninguna otra especie relativa a laconspiración y que está pronto a satisfacer con la mayor franqueza yverdad cualquiera otra pregunta que se le haga, aclarar cualquiera cita,practicar cualquier careo, diligencia, etc., y que se afirma y ratifica denuevo en su primitiva declaración en cuanto no esté reformado por estaúltima exposición, la que firma con el señor juez y el auditor por ante mí.

Urdaneta, Pareja,P. Carujo. Mateo Be/monte

DECLARACION DE FLORENTINO GONZALEZ. Noviembre 1Q

En la ciudad de Bogotá, a 1Q de noviembre de 1828, el señor juez hizotraer a su presencia al señor Florentino González para evacuar la ci ta quele resulta de la anterior exposición del primer comandante Pedro Carujo,y habiendo ofrecido decir verdad sobre el punto que se le va a interrogar,

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se le leyó la cita en la que el comandante Carujo se refiere a dichoGonzález, e impuesto de su contenido, dijo que se acuerda que estandouna noche en la sociedad filológica llegó el comandante Carujo ysentándosele al lado le dijo: "Tú tienes bastante intimidad con el generalSantander y necesitamos de una persona que le dé parte de un negocio demucho interés que actualmente nos ocupa a varios amigos y a mí. Yahabrás visto el decreto provisorio que establece un nuevo sistema degobierno, y veo muy bien que ni el general Santander ni tú estaráncontentoscon él, ni el pueblo tampoco, porque todos los que pensamoscomo ustedes no lo estamos. Es, pues, preciso que tú vayas a casa delgeneral Santander y le digas de parte del coronel Guerra, Horment y de lamía, que estamos resueltos a obrar a viva fuerza contra el nuevo sistemade gobierno porque no es el que parece tenían los pueblos derecho aesperar. Que se halla establecida una junta de observación, la cualcombinaba los planes y hacía prosélitos que para que aquel día (que seriaellO o 12 de septiembre) contaba ya la junta de observación con losoficiales y tropa de artillería y con 50 o 60 hombres decentes, ya abo-gados, ya comerciantes, ya oficiales retirados, ya empleados civiles y enfin con un crecido número de estudiantes. Que hecha esta relación,preguntase al general Santander si en caso de que el movimiento selograse tomaría las riendas del gobierno y restablecería la constitución de1821 y restituiría todas las cosas al estado en que se hallaban el 30 de abrilde 1826, época en que empezó el trastorno que tantas y tan tristesdesgracias ha traído a Colombia". Que efectivamente, a las ocho de lanoche fue el declarante a casa del general Santander y le hizo la mismaexposición que queda inserta y entrando en discusión sobre el fondo de lamateria el general Santander dijo: "Bien convencido estoy yo y lo está lamayor parte de los hombres pensadores, que el gobierno que establece eldecreto de 27 de agosto, no es el que exigen los sacrificios de 18 años yla situación política en que se halla Colombia. Desde el día en que sepublicó el decreto lo conozco. Conozco también que será necesarioalguna vez obrar a viva fuerza y derribar el edificio; pero es preciso dejarmadurar la manzana, y, además, yo estimo mucho mi buena fama yreputación para que se diga que se había hecho un movimiento porque yoquería apoderarme del gobierno y tiranizar a Colombia; por esta razónsiempre me opondré a que haya una revolución mientras esté en elterritorio. Como usted sabe, yo debo irme dentro de poco para los

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Estados Unidos. Cuando yo haya dejado las costas de Colombia, ustedespueden obrar de la manera que dicen y yo estaré pronto en cualquiertiempo a restituirme al seno de mi patria si el gobierno que se establezcame llama, y a servirla en lo que se quiera, si el pueblo creyere necesariosmis servicios. Pero cuando digo a usted que es necesario obrar a vivafuerza y destruir este gobierno, no puedo menos de manifestarle loextemporáneo que sería hacerlo ahora. El pueblo, agobiado por una serielarga de padecimientos, víctima de todos los infortunios de la guerra civily temiendo de un momento a otro la disolución de la sociedad entera, habuscado por diferentes caminos el remedio a tantos males. Para esto sehan hecho actas solicitando al principio una cosa, después otra, encar-gando hoy al Libertador presidente del mando supremo y mañanapidiendo que se convocase la gran convención. Se convocó en efecto esta,y los pueblos, a pesar de las promesas que se les habían hecho, ningúnbeneficio han recibido. Preciso es, pues, que ellos esperan de alguna parteel remedio. Ellos lo esperan efectivamente del gobierno que les ha prome-tido el general Bolívar. Déjese que este gobierno se conozca en todos losángulos de Colombia, aguárdese que se publiquen los decretos consi-guientes, principalmente los de contribuciones, y entonces, viendo lospueblos que tampoco han conseguido lo que tenían derecho a esperardespués de que habían tentado todos los medios para conseguirlo, eldescontento brillará y habrá llegado el instante en que pueda efectuarsecon suceso una reacción y dar a Colombia instituciones liberales ybenéficas. Pero mientras no haya sucedido todo esto, ¿no ve usted quecualquier golpe sería aventurado? Efectivamente lo sería, porque lospueblos tendrían derecho a decir: ¿cómo hemos de rebelarnos nosotroscontra un gobierno que todavía no conocemos, y cuyo influjo, buenoo malo, sobre la suerte de Colombia no se ha sentido aún? Por otra parte,usted no ignora, González, que por los hechos heroicos, por las accionesgloriosas y por la conducta liberal que en algún tiempo distinguió algeneral Bolívar, este individuo se ha atraído los corazones de los jefes delejército, a quienes repetidas veces condujo a la victoria, y estos hombresdemasiado acostumbrados a obedecerle y poco amigos de reflexionar,estarán siempre dispuestos a sostenerlo en sus pretensiones, a pesar delvoto de los pueblos y de la justicia de la causa. Por consiguiente, espreciso también aguardar a que algunos jefes se desengañen. Para esto espreciso escribir a algunos amigos en los departamentos, en lo cual yo no

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me mezclaré, porque ya he dicho que no quiero que en ningún tiempo sediga que yo he hecho esta revolución para suplantar al general Bolí-var, lo que no he deseado y mucho menos deseo ahora que estoy perfecta-mente convencido de la versatilidad del pueblo y los azares que traeconsigo el mando supremo de las naciones. Puede escribir Guerra avarios jefes que tiene conocidos en el sur y en el norte; puede escribirCarujo a sus amigos en Maturín y, en fin, pueden ustedes y todos los quese hallan iniciados hacer lo que crean conveniente para el logro de laempresa, como que son los que van a ejecutarla, pues yo me marcho muypronto para los Estados Unidos y no he de presenciar los sucesos nitomar parte alguna en ellos, como lo tengo protestado. Mas, diga usted aesos señores si ellos obran a principios del mes entrante, como lo dicen,yo haré cuanto esté de mi parte para que la revolución se frustre,porque, repito, que no quiero perder en un día la reputación y la gloriaque he adquirido en 18 años de trabajos; pero como mis consejos puedenserles útiles, puede usted decir a esos señores que sería muy conveniente elque se estableciese una sociedad republicana que tuviese por objetoobservar el estado de la opinión pública y establecer otras con el mismoobjeto en los varios departamentos de la República, las cuales se comuni-casen con la central. Que formadas estas asociaciones será muy fácilsaber la opinión de los ciudadanos y ganar el afecto de algunos generales,cuyo influjo puede ser necesario. Válgase usted para con esos señores delascendiente que pueda darle su amistad para que por ahora se limitenabsolutamente a preparar a la opinión y a tratar por este medio de que elmovimiento sea general, y esto en caso de que el general Bolívar novuelva sobre sus pasos, porque nunca se debe derramar la sangre de loshombres si esto no cede en provecho de los pueblos. Las revoluciones nodeben tener por objeto matar; su fin debe ser mejorar las instituciones; lasangre de un magistrado no debe hacerse correr sino cuando de aquíresulta la felicidad nacional. Entonces ella es una ofrenda que se hace, nosolo al Estado que este gobernaba, sino a la libertad del género humano.Si usted se ve ahora con Carujo o con cualquiera de los otros que lo hayanenviado, dígales que mientras esté en Colombia me opongo a su pro-yecto, que aunque lo creo justo, no me pondré a la cabeza del gobierno sise efectúa para el tiempo que dicen por las razones ya expuestas y porqueademás este paso podría traer a Colombia la guerra civil, pues es biensabido que yo tengo muchos enemigos y que estando yo en el mando no

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dejarían de excitar turbaciones bajo cualquier pretexto. Por otra parte yoestoy muy escarmentado de la vida pública y no quiero volver jamás aella; serviré a mi patria cuando la necesidad de mis servicios seaextrema". Que pasada esta conversación, como a las diez de la noche,salió el exponente de casa del general Santander para retirarse a la suya yse encontró en la puerta de la fonda de las paisanas con el comandanteCarujo; que entraron allí y que el exponente le dijo que no contasenabsolutamente con la cooperación del general Santander; que él estabaresuelto a efectuar su viaje a los Estados Unidos; que si logrado elmovimiento el gobierno que se estableciese lo llamaba, podría servir,pero nunca en el mando supremo porque le había tomado un odioimplacable. Que Carujo le respondió que bueno, que con el generalSantander o sin el general Santander siempre ellos obrarían, porque noera por el general Santander que se hacía la revolución sino por losprincipios republicanos y no faltaría un hombre que los sostuviese ytomara las riendas del gobierno. Con lo que se concluyó esta diligencia,firmándola con el señor juez y el auditor por ante mí.

Urdaneta, Pareja,N. F. González, M. Belmonte

Sentencia


Habiendo expuesto el comandante Carujo que no tiene más que decirrelativo al conocimiento que tuvo de la extensión de la conspiración del25 de septiembre último, dése cuenta al gobierno con lo actuado para quese resuelva el punto pendiente de si ha cumplido o no con su ofrecimientoy se dicte la providencia que haya lugar.

Urdaneta, Tomás Barriga y Brito

Bogotá, 10 de diciembre de 1828

Su excelencia el Libertador presidente, oída la opinión del consejo deministros, ha determinado que al comandante Pedro Carujo se le dé el

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pasaporte que se le ofreció para fuera del territorio de la República,destituyéndosele antes de su empleo con prohibición de que vuelva a élsin licencia expresa y con calidad de que sea juzgado como conjurado yasesino si quebrantare esta prohibición. Debe salir para Cartagena den-tro del término de tres días de comunicada esta determinación.

Por su excelencia, el ministro secretario de la guerra,

José María Córdova



Rafael Urdaneta

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, el sargento mayorde esta plaza primer comandante José Arce pasó al cuartel de Vargas, endonde se halla arrestado el comandante Pedro Carujo, a quien hizo saberla anterior sentencia, y enterado de ella, la firmó con dicho mayor.

José Arce. P. Carujo'

NOTA1. Folios 6 recto a 9 vuelto del proceso original.

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SEÑOR MANUEL A. ARRUBLA

Bogotá, 1Q de noviembre de 1828

En la ciudad de Bogotá, a 1Q de noviembre de 1828, en virtud de ordenverbal del excelentísimo señor general en jefe comandante general RafaelU rdaneta para tomar una declaración instructiva sobre los sucesos del 25de septiembre último al señor Manuel Antonio Arrubla, nombré paraque actuase de escribano al sargento primero aspirante Francisco Alba, ypara que conste por diligencia lo firma conmigo.

s. J. Abondano, Francisco Alba

DECLARACION DEL SEÑOR MANUEL A. ARRUBLA. Noviembre lQ.

Acto continuo compareció el citado señor Arrubla y previo el jura-mento de estilo, fue preguntado por su nombre, empleo, dijo llamarsecomo queda dicho y que es del comercio de esta capital.

Preguntado: ¿En dónde se halló la noche del 25 de septiembre último?,dijo: que en la casa de su habitación.

Preguntado: ¿De quiénes supo el suceso que tuvo lugar en aquella noche,a qué horas y cuente menudamente cuanto sepa en este particular?,dijo: que por la noche por que se le pregunta, hallándose recogido en sucasa, oyó unos tiros', y oído empujar fuertemente la puerta de su casa, sedirigió a ella", la que encontró abierta por haber reventado el palo que lacerraba; que en seguida se dirigió hacia la esquina de la calle, a la parte dearriba,a la sazón que pasaba por allí a caballo el señor general Córdova,

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quien le preguntó que qué era eso, a lo que el exponente contestó que nosabía y le dijo: ¿qué hacemos?, a lo que dicho general contestó: retíreseusted a su casa que yo lo hago a la mía, y se dirigió para ella retirándose elexponente a la suya; que esto sería entre 12 de la noche y dos de lamañana; que al día siguiente se levantó a las seis de la mañana y salió albalcón de su casa a tiempo que pasaba por la calle el señor alcaldeRaimundo Santamaría, a quien le preguntó por lo ocurrido en la nocheanterior, el que le dijo que habían querido matar a su excelencia elLibertador presidente, pero que este se hallaba ya en su casa sin novedadalguna, con lo que se despidió y el declarante se entró; que a poco rato sevistió y acompañado de su hermano el señor Juan Manuel fueron avisitar a su excelencia, a quien no vieron por haber dado orden de quesólo por asuntos del servicio le avisasen.

Preguntado: ¿A prima noche antes de retirarse a su casa en dóndeestuvo y con quiénes?, dijo: que estuvo en la casa del señor ManuelPadilla, contigua a la del exponente, con los señores Lemus, AntonioTorres y Pedro Laso.

Preguntado: ¿Si al retirarse o cuando salió de su casa aquella nocheatravesó algunas cuadras de la ciudad y con quiénes se encontró?, dijo:que en aquella noche no ha andado sino de su casa a la del señor Padilla yde esta en regreso otra vez a la suya, yen este pequeño tránsito no encontró'persona alguna, que salió de su casa a las siete y regresó a las diez.

Reconvenido: con la cita que le resulta de la segunda declaración delcomandante Pedro Carujo, que al efecto se le leyó, dijo que se equivoca,porque el exponente no solo no ha estado con Carujo , sino que realmenteno lo conoce. Con lo que se suspende esta declaración por si fuerenecesario continuarla, y habiéndosela leído al testigo, dijo que es lomismo que tiene dicho; expresó ser de edad de 40 años y firma con el jefeencargado y el presente escribano.

S. J. Abondano,M. A. Arrubla, Francisco Alba

CAREO ENTRE CARUlO y ARRUBLA. Noviembre lº.

Incontinenti el señor juez hizo traer a su presencia al primer coman-dante Pedro Carujo para practicar el careo y confrontación con el señor

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Manuel Antonio Arrubla, a quien se le preguntó, bajo el juramento queha prestado, si conoce al testigo que se le presenta; si sabe que le tengaodio o mala voluntad, dijo que apenas lo conoce de vista, pero que no denombre ni de trato y comunicación; que no cree que le tenga odio o malavoluntad, y habiéndosele leído en este estado la declaración del coman-dante Carujo en la parte en que hace referencia del señor Manuel Anto-nio Arrubla, y preguntado este si se conforma con ella, dijo que no seconforma por ser inexacta, y que en prueba de ello el testigo deberáexponer cuál era el traje que el declarante tenía en aquella hora en queasegura haberlo visto en la esquina de palacio la noche del 25.

Preguntado: el comandante Carujo si conoce al que se le presenta y si esel mismo por quien ha declarado y si tiene que hacer algunos reparos a loque se le reprueba de su declaración, dijo que conoce al que se le presenta,aunque solo de vista y que es el mismo por quien ha declarado; que eltraje que le observó al señor Arrubla era una levita oscura y sombreronegro. y de no quedar conformes en esta confrontación, habiendoexpuesto el señor Arrubla que el general José María Córdova lo vioentre las 12 a las dos de la mañana parado en la esquina de su casa, casisin vestido, pues al oír el ruido se botó de su cama y casi desnudo,envuelto en una capa, salió al lugar donde lo vio dicho general, quiendeberá exponer sobre el particular, firmaron con el señor juez, el auditor,por ante mí.

Urdaneta, Pareja. M. A. Arrubla, P. Carujo

Sentencia


No resultando en la causa de conspiración otro cargo contra el señorManuel Antonio Arrubla 1 que la acusación del comandante PedroCarujo, que por ser singular y por no haberse conformado con ella elacusado no hace prueba, el tribunal le absuelve del cargo. Dése cuenta algobierno para su aprobación o reforma o para las medidas que creaconveniente dictar en beneficio de la seguridad pública.

Rafael Urdaneta, Tomás Barriga y Brito

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Su excelencia el Libertador presidente aprueba la absolución dadapor el tribunal de la comandancia general al señor Manuel AntonioArrubla.

Por su excelencia, el secretario de la guerra,José María Córdova



Rafael Urdaneta

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, se hizo compareceren la comandancia general de armas al señor Manuel Antonio Arrubla,a quien por el mayor de esta plaza primer comandante José Arce, se lehizo saber la anterior sentencia y enterado de ella la firmó.

José Arce. M. A. Arrubkr

NOTA

1. Va entre renglones contra el señor Manuel Antonio Arrubla.

2. Folios 20 y siguientes del proceso original.

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CAPIT AN TOMAS GOMEZBogotá, 3 de noviembre de 1828

DECLARACION DEL CAPIT AN TOMAS GOMEZ. Noviembre 3.

En la ciudad de Bogotá, a 3 de noviembre de 1828, el señor juez de lacausa hizo traer a su presencia al capitán Tomás Gómez con el objeto detomarle su declaración indagatoria, para cuyo efecto se le recibió jura-mento que hizo con arreglo a la ordenanza, a cuyo cargo ofreció decirverdad en lo que supiere y fuere preguntado; y siéndole por su nombre,patria, edad, empleo y religión, dijo llamarse como queda dicho, que supatria es Honda, que tiene 23 años, su empleo capitán adjunto al estadomayor general y su religión la católica, apostólica y romana.

Preguntado: si tuvo conocimiento anterior a la conspiración del 25 deseptiembre sobre el plan de los conspiradores, dijo que no, que aquel díalo supo, el 26 por la mañana.

Preguntado: si alguna persona le habló sobre la conspiración antes queella sucediese, dijo que no.

Preguntado: si el día 25, entre la una o dos de la tarde, habló con elcomandante Carujo y a qué se redujo la conversación, dijo que a las 11de la mañana fue invitado por dicho Carujo para entrar en la rifa de uncaballo que debía hacerse en casa del doctor Barriga por la tarde y que secomprometió a entrar en ella en vaca con Carujo, y con este objetodebían reunirse a las cuatro; que a las tres de la tarde se retiró a su casa acomer y antes se encontró con el coronel Guerra, quien le preguntó sisabía dónde vivía Carujo, y habiéndole dicho que sí sabía, le dijo que

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fuese a verlo y le dijese que ya había mandado que le pusiesen grillos alcapitán Triana y que lo aguardaba en el estado mayor; que después decomer salió a la calle con el objeto de ir donde Carujo y teniendo noticiapor boca del teniente López, que se hallaba en su casa, se dirigió para alláy encontrando a Carujo le hizo la advertencia que el coronel Guerra lemandó hacer por medio del exponente; que el comandante Carujo lecontestó: está bueno, y habiéndole recordado la rifa le dijo que en lafonda de las paisanas se verían a la oración, lo que no se verificó, ni allí nien ninguna otra parte; que el exponente a las cinco de la tarde se recogió asu casa por hallarse enfermo, de la que no volvió a salir hasta el otro día.

Preguntado: si con el teniente Hinestrosa habló o le oyó alguna especierelativa a la conspiración, dijo que no.

Reconvenido: cómo afirma no haber tenido conocimiento de la conspi-ración antes que ella sucediese cuando de la declaración del comandanteCarujo resulta que el confesante fue hablado pocos días antes por aquel,dijo que es falso, falsísimo.

Reconvenido: cómo dice que es falso, falsísimo que el comandanteCarujo le hubiese hablado cuando consta que el confesante le dijo quepodía contar con él añadiendo que era necesario matar gente, dijo quenunca ha hablado con el comandante Carujo sobre revolución ni aunsobre opiniones políticas y debió cuidarse muy bien de hacerlo con elexponente por la decisión que siempre ha manifestado por el Libertador,a quien diversas veces ha defendido en conversaciones, tanto con oficia-les como con otras personas; que no puede menos que creer que Carujo,que ha tenido animosidad para atentar contra la vida del Libertador, latenga también con más facilidad para envolver en su crimen al expo-nente; que, seguramente, ha forjado esta impostura por resentimiento alsaber que el confesante fue quien denunció al teniente Hinestrosa.

Reconvenido: que cómo atribuye a impostura la exposición del coman-dante Carujo cuando de ningún modo podía esta aprovecharle en sucausa y si la ha hecho ha sido en obsequio de la verdad y en fuerza deljuramento, que no se puede creer haya prostituido con una imposturasolo por hacer mal al exponente, dijo que eso y mucho más se puedeesperar de un malvado y que está firmemente persuadido que solo por unespíritu de venganza le ha hecho tan infame imputación; que tanto más sedescubre tan inicuo designio, pues al estar complicado, nunca habíadenunciado a Hinestrosa, temiendo que este lo descubriese y antes sí lo

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habría favorecido. Y aunque se han hecho otras preguntas y reconvencio-nes, responde no saber otra cosa, y habiéndosele leído esta su confesiónse afirma y ratifica en ella y la firma con el señor juez y el auditor, porante mi.

Urdaneta, Pareja.J. Tomás Gámez, M. Be/monte

CAREO ENTRE EL CAPITAN GOMEZ y CARUJO.Noviembre 3.

Incontinenti el señor juez hizo comparecer ante sí al primer coman-dante Pedro Carujo para practicar la diligencia de careo con el capitánTomás Gómez, y habiéndosele preguntado a este, previo juramento deordenanza, si conoce al testigo que se le presenta y si sabe le tenga odioo mala voluntad, dijo que sí lo conoce y que cree no le tenga odio ni malavoluntad, y habiéndosele leído la declaración del comandante Carujo ypreguntado si se conforma con ella, dijo que no se conforma.

Preguntado: el comandante Carujo si conoce al que tiene presente y sies el mismo por quien ha declarado y si tiene que oponer reparos a laexposición del referido Gómez, dijo que conoce al que tiene presente, quees el capitán Tomás Gómez, por quien ha declarado, que en honor de laverdad y en fiel cumplimiento de su resolución sobre imponer al gobiernode todo cuanto sepa relativo a la revolución del 25 de septiembre, repro-duce en todas sus partes y se afirma y ratifica en lo que ha declaradoacerca del capitán Tomás Gómez. Y no quedando conformes la firmancon el señor juez y el auditor, por ante mí.

Pareja, J. Tomás Gámez, P. Carujo

Sentencia


No resultando contra el capitán Tomás Gómez otro cargo que laacusación que le hace el comandante Pedro Carujo, la que por sersingular no hace prueba, mucho menos cuando el citado capitán Gómezno se conforma, el tribunal le absuelve por el mérito de la causa. Dése

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cuenta al gobierno para los efectos que haya lugar con relación a lasentencia y para las medidas que en las circunstancias crea convenientedictar.

Rafael Urdaneta. Tomás Barriga y Brito



Su excelencia el Libertador presidente, oída la opinión del consejo deministros, aprueba la absolución dada por el tribunal de la comandanciageneral al capitán Tomás Gómez; pero resultando de lo actuado en con-tra de él algunas sospechas, mándese a servir en la guarnición del depar-tamento de Maturin , para cuyo efecto se le pondrá en libertad y le harámarchar dentro de tres días a su destino.

Por su excelencia, el secretario de guerra,José María Córdova



Rafael Urdaneta

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, el sargento mayorde esta plaza primer comandante José Arce, pasó al cuartel de Vargas, endonde se halla preso el capitán Tomás Górnez, a quien hizo saber laanterior sentencia, y enterado de ella la firmó con dicho mayor.

José Arce. J. Tomás Gámezí,

NOTA


321

JOSE MARIA DUQUE GOMEZ

DECLARACION DE JOSE MARIA DUQUE GOMEZ. Noviembre 3.

En la ciudad de Bogotá, a 3 de noviembre de 1828, el auditor de guerrahizo comparecer ante sí y el presente escribano al señor José MaríaDuque, a efecto de tomarle su confesión, y habiendo prestado juramentoofreció decir verdad en lo que supiese y fuese preguntado, y siéndole porsu nombre, edad, religión y si sabe la causa de su prisión, dijo llamarsecomo queda dicho, de edad de 19 años, católico, apostólico, romano yque ignora la causa de su prisión.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 desde las ocho de la nochehasta las cinco de la mañana?, dijo: que desde las cinco y media de la tardedel día anterior hasta las cinco de la mañana del citado día permaneció encasa del señor José María Triana, como subdirector que es el exponentede aquella casa de educación, como lo tiene acreditado por la certifi-cación que en la intendencia presentó de dicho Triana, remarcada estaverdad por la exposición de 28 niños y demás dependientes de la casa, yademás lo pueden acreditar los señores oficiales que a las cinco de lamañana el viernes 26 estuvieron allí, y fueron el señor coronel Crofton, elcapitán Fuminaga [sic] y el comandante España, que le hallaron conentera tranquilidad.

Preguntado: si tuvo noticia con antelación del criminal atentado come-tido la noche del 25 citado, si fue iniciado por alguna persona, quién, enqué términos y exponga cuanto sepa en el particular, dijo que no tuvo

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absolutamente noticia del acontecimiento, como lo expuso en su anteriordeclaración, que no ha sido iniciado sobre el particular por ningunapersona.

Reconvenido: cómo dice no haber sido iniciado por ninguna personacuando de autos resulta que el primer comandante Pedro Carujo lo inicióe invitó para que entrase en la conspiración y por consiguiente debía tenernoticia de ella, dijo que el exponente sin embargo de haber tenido algunaamistad con Carujo, no se acuerda que le haya iniciado en el particular, ysi acaso le ha dicho algo habrá sido con la obscuridad que es natural en elmodo de expresarse este, y por lo mismo el exponente está seguro de que ono se lo ha dicho, que es lo más natural, o si lo ha hecho es en los términosexpresados. Y leída que le fue esta su confesión, dijo se afirmaba, ratifica-ba en ella y lo firma con el auditor y el presente escribano.

Tomás Barriga y Brito,José María Duque Gómez, P. Zapata

CAREO ENTRE CARUJO y DUQUE. Noviembre 3.

Inmediatamente el señor auditor hizo comparecer al primer coman-dante Pedro Carujo y al señor José María Duque; y previo el juramentoque ambos hicieron en toda forma, se le preguntó a Duque si conoce alcomandante Carujo, si es el que tiene presente, si se presume le tiene odioo mala voluntad, dijo que conoce al señor Carujo, que es el mismo quetiene presente y que no cree le tiene odio ni mala voluntad.

Preguntado: ¿Qué dice a la exposición que hace el señor Carujo en sudeclaración adicional en que afirma lo inició en el plan de la conspiración?,dijo: que se refiere a lo que tiene expresado en su declaración de este día.

Preguntado: al señor Carujo si conoce al señor José María Duque, sicree le tenga odio o mala voluntad, dijo que lo conoce, que es el mismoque tiene presente, que cree no le tenga odio ni mala voluntad.

Preguntado: ¿Qué dice a lo que ha expuesto relativo a la cita que elexponente hizo había iniciado al susodicho Duque, a cuyo efecto se leleyó?, dijo: que una vez el declarante dijo al señor Duque si se hallaba enánimo de entrar en una revolución contra el presente gobierno, y aquel,no contestando a su pregunta en términos positivos y bien pronunciados

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y con notable temor, le respondió que para un lance de armas él no seconsideraba con bastante resolución; que para esto servirían los másvalientes y que otros, como él, trabajarían en términos pasivos como lesfuera posible; y leída que les fue estas sus exposiciones dijeron se afirma-ban y ratificaban en ellas, respectivamente, y de no quedar conformesCarujo y Duque, firman con el auditor por ante mí.

Tomás Barriga y Brito, José María Duque Gómez,P. Carujo, P. Zapata

Sentencia


No resultando contra José María Duque otro cargo que la acusacióndel comandante Pedro Carujo, que a más de no haberse conformado conella el acusado, no hace prueba por ser singular, el tribunal le absuelve delcargo. Dése cuenta al gobierno para la aprobación o reforma, o para quese dicte la medida que se crea conveniente a la seguridad pública, advir-tiendo que este joven es hijo de un padre honrado, muy capaz de sujetarlosi se le entrega y ordena su corrección.

Rafael Urdaneta,Tomás Barriga y Brito

Bogotá, 10 de noviembre de -1828


Su excelencia el Libertador presidente aprueba la sentencia dada porel tribunal de la comandancia general contra José María Duque y disponeque este joven sea encargado especialmente al cuidado de su padre, concargo a este de su responsabilidad, y prohibiéndole que pueda en diezaños ocuparse de la enseñanza y educación de los jóvenes, ni en estableci-mientos públicos ni privados.

Por su excelencia, el secretario de guerra,José María Córdova

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Rafael Urdaneta

En la plaza de Bogotá, a 12 de noviembre de 1828, el sargento mayorprimer comandante José Arce pasó al cuartel de Vargas, en donde se hallapreso José María Duque, a quien hizo saber la anterior sentencia, ente-rando de ella a su padre para su cumplimiento, y firman con dicho mayor.

José Arce, José Maria Duque Gómez,Manuel Duque!

NOTA


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CAUSAS DE CASIMIRO ALQUISIRAS y ANTONIOTOV AR, OFICIALES DE ARTILLERIA,ACOGIENDOSE AL INDULTO

DECLARACION DEL SUBTENIENTE CASIMIRO ALQUISIRAS.Noviembre 20.

En la ciudad de Bogotá, a 20 de noviembre de 1828, el auditor deguerra doctor Tomás Barriga y Brito, a virtud de orden superior y con elobjeto de tomar su declaración instructiva al subteniente de la mediabrigada de artillería Casimiro Alquisiras, relativa a la conspiración queestalló el 25 de septiembre del presente, le hizo comparecer por ante mí elpresente escribano, y previo el juramento de ordenanza ofreció decirverdad en lo que supiese y fuese preguntado; y siéndolo por su nombre,empleo, edad y si sabe la causa de su prisión, dijo llamarse como quedadicho, que es subteniente de la brigada expresada, de edad de 35 años yque sabe la causa de su prisión, que es seguramente por lo ocurrido lanoche del 25 citado.

Preguntado: qué parte tuvo esa noche y refiera menudamente con todassus circunstancias, dijo: que por la tarde recibió orden del señor coman-dante general para que pasara al capitán Triana al cuartel de granaderosy que le pusiesen un par de grillos; que en efecto así lo verificó, yhabiéndose vuelto al cuartel con el recibo de haberlo entregado y estar desemana, llegó a eso de las cinco de la tarde el capitán Rudesindo Silva y ledijo al exponente: ¿conque se han llevado a Triana? el que le contestó: yomismo lo he llevado; que inmediatamente se fue Silva y volvió antes de uncuarto de hora y le preguntó si ya se había pasado lista y si muchos habíanfaltado, y se le dijo que se había pasado lista y que habían faltado cosa de

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cinco, refiriéndose sus nombres, y entonces le previno que no dejase salira nadie, que se iba a tomar chocolate, que si lo buscaba algún jefe, elsoldado Emidio [sic] Rondón, que sabía para dónde para que lo fuese allamar: que a cosa de las siete de la noche llegó el jefe del estado mayorcoronel Ramón Guerra y le preguntó dónde estaba Silva: que el decla-rante le dijo que se había ido a tomar chocolate y que había dejado ordenque si lo buscaban lo mandase a llamar, que así se practicó; mas cuandovino Silva ya se había ido Guerra, y no encontrándolo se volvió a ir Silva abuscarlo y no volvió hasta las ocho y media después de segunda lista, ypreguntó quién había estado, que si había vuelto el jefe del estado mayory le respondió que nadie ni que el jefe había vuelto; entonces le previnoque municionase la tropa, que la pusiese toda sobre las armas, indicán-dole que así estaban todos los cuerpos y que debía venir el Libertador;que así lo verificó y que se volvió a ir Silva y no volvió hasta las diez ymedia de la noche; que a ese le mandó que fuese por unas botellas deaguardiente para repartirles a la tropa; que cuando volvió ya estabanrepartidas las tropas a los jefes que habían comisionado, ya se habíasacado la pieza de artillería en términos que el exponente no tuvo máslugar que entregar el aguardiente, repartir algún poco y salir con ochohombres a la esquina de la cruz, donde lo mandó Silva con el objeto dedispersar cualquier pelotón que viniese; que permaneció allí muy pocotiempo porque oyó gritar: viva el general Padilla, viva la constitución ymuera Bolívar, lo que le hizo creer había traición, por cuyo motivo semarchó con los ocho soldados, dispersándolos, y el declarante se fue aesconder como lo [ha] hecho hasta la presente, en que con noticia delindulto se ha venido a acoger a él, sin embargo que se conceptúa inocente,pues no estuvo en su alcance obrar de otro modo por haberle engañado elcomandante Silva; que no sabe ni tiene que decir nada sobre el particular;y leída que le fue esta su declaración, dijo se afirma y ratifica en ella, queno tiene que añadir ni quitar y firma con el señor auditor y el presenteescribano.

Tomás Barriga y Brito, Casimiro Alquisiras,José María Morales

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DECLARACION DEL TENIENTE ANTONIO TOV AR.Noviembre 20.

Inmediatamente dicho señor auditor hizo comparecer al teniente dela misma brigada, Antonio Tovar, con el mismo objeto, y previo eljuramento de ordenanza ofreció decir verdad, lo que supiese y le fuesepreguntado; y siéndolo por su nombre, empleo, edad y si sabe la causa desu prisión, dijo llamarse como queda dicho, ser teniente de la expresadabrigada, de edad de 32 años y que sabe la causa de su prisión.

Preguntado: diga cuál es, dijo que los acontecimientos de la noche del25 de septiembre.

Preguntado: qué parte tuvo en ellos, dónde se halló y refiera circunstan-ciadamente lo que haya habido, le conste y sepa en el particular, dijo quedesde las cinco y media salió de su cuartel sin tener la menor noticia de loque iba a acontecer y que como había quedado de ir (a) hacer una visita ala señora Jesús Zúñiga, que vive a espaldas de Las Nieves, lo verificódesde la oración, donde permaneció hasta las diez de la noche, y despuésde haber cenado, como hiciese buena luna, determinaron salir a dar unpaseo por la calle; que así lo ejecutaron y habiendo llegado a la esquina dela calle Florián se encontraron con el sargento músico Gabino Gutiérrezy otro que no se acuerda, los que le dijeron que la tropa estaba sobrelas armas y que habían llevado cartuchos para todos los cuarteles;entonces el exponente le dijo a la señora que la iría a acompañar a su casa,y que llegando allí y dejándola en ella al separarse le dijo que le prestasesu hijo para que lo acompañase a ver qué era, y habiendo llegado alcuartel solo se encontró con Alquisiras que se hallaba en su cama,quejándose de dolor de estómago; que a este tiempo llegó el capitánMendoza y el capitán Briceño y a poco rato el comandante Silva, el quedirigiéndose al exponente dijo que qué se había hecho toda la noche, quesi no sabía que estaba la tropa sobre las armas y echándole ajos le dijoqué intención tenía, si no hubiera venido al otro día, matarlo; a que lerepuso que por qué, pues hasta esa hora había sabido estaba sobre lasarmas: que inmediatamente comenzaron a dar disposiciones entre Bri-ceño, Galindo y Silva, relativas a los planes de sacar al ex general Padilla,atacar al batallón Vargas, desde cuyo momento el exponente se conven-ció que había traición y comenzó a cavilar cómo se escaparía de aquellance, pues Silva había sacado el reloj y decía que ya era tiempo; entonces

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al declarante se le ocurrió decir que marcharía al parque de artillería conánimo de escaparse, y habiéndolo indicado al salir le dio orden Silva aque fuera y le pidiese al guardaparque los cartuchos para municionaraquella guardia; que así lo verificó aconsejándoles se encerrase; queinmediatamente mandó por su caballo desde allí mismo y se marchóhasta la casa de la señora Zúñiga, y habiendo oído el tiroteo se largó aesconderse, como lo ha hecho hasta ahora, que se ha presentado acogién-dose al indulto, sin embargo de conceptuarse inocente; que no sabe otracosa ni tuvo la menor noticia; y leída que le fue esta su declaración, dijo seafirma y ratifica en ella, que no tiene que añadir ni quitar y firma con elauditor y el presente escribano.

Tomás Barriga y Brito, Antonio Tovar,José María Morales'

NOTA

I Folios 85 recto a 88 vuelto del proceso original.

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CAUSA SOBRE CONSPIRACION CONTRAJOS E LUCIO ELORGA y JOSE TRINIDAD GUTIERREZ

DECLARACION DE JOSE LUCIO ELORGA. Noviembre 26.

En la ciudad de Bogotá, a 26 de noviembre de 1828, el auditor deguerra doctor Tomás Barriga y Brito, a virtud de sus facultades y ante elpresente escribano, hizo comparecer a José Lucio Elorga a efecto detomarle su declaración instructiva relativa a la conspiración que estalló el25 de septiembre último, y previo el juramento de ordenanza ofreciódecir verdad en lo que supiese y fuese preguntado; y siéndole por sunombre, edad y religión y si sabe la causa de su prisión, dijo llamarsecomo queda dicho, edad 22 años, su religión católica, apostólica,romana y que la causa de su prisión es haberse presentado acogiéndoseal indulto que se ha publicado, por lo que pueda resultar en contra, sinembargo que se conceptúa inocente.

Preguntado: dónde se halló la noche que se ha hecho mención, conquiénes estuvo, si tuvo noticia del acontecimiento y qué parte tuvo en él,refiera menudamente, dijo que esa noche se mantuvo en su casa hasta lassiete que pasó a casa del señor José Santamaria a prestarle una flauta;que, habiéndosela dado, se dirigió a casa de la señora Juana Castro, dondese mantuvo hasta las diez y media, como lo tenía de costumbre, y quehabiendo quedado el músico Gabino Gutiérrez y José María Cancino, elprimero de artillería y el segundo de Vargas, de salir en su compañía atocar por las calles y viniendo al cuartel de artillería en busca de Gabino,se encontró con su cuñado Rudesindo Silva, a quien habiéndole pedido

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los músicos, le previno se aguardase y con este pretexto lo mantuvo hastalas 11, poco más; que incómodo el exponente se fue para su casa y antesde llegar a la plaza oyó algunos tiros, por cuyo motivo apuró el paso conligereza para su casa; que no se unió a persona alguna; que no tuvo lamenor noticia de semejante acontecimiento; que a nadie conoció y queabsolutamente no ha tenido parte en el particular.

Preguntado: si no tuvo parte en la conspiración, cómo se ha ocultadohasta la fecha, dijo que al otro día salió por todas las calles sin el menorsobresalto, pues nada le acusaba su conciencia, y que habiendo vistollevar preso a su cuñado y díchole una mujer que toda su casa iba a serpresa, se sobrecogió y fue la causa por que se ocultó.

Preguntado: si asistió a las juntas de Vargas Tejada u obró de algúnmodo en el asunto, dijo que ni lo conoce, ni sabe dónde es su casa y que

r

por lo mismo es falso el cargo, y leída que le fue esta su declaración, dijose afirmaba y ratificaba en ella, que no tenía qué añadir ni quitar y firmacon el señor juez por ante mí.

Tomás Barriga y Brito, José L. de Elorga,José M. Morales

DECLARACION DE JaSE TRINIDAD GUTIERREZ. Noviembre 26.

Inmediatamente, con el mismo objeto, hizo comparecer el señorauditor y ante mí el escribano de esta causa, a José Trinidad Gutiérrez, alque previo el juramento que hizo conforme a derecho ofreció decirverdad en lo que supiese y fuese preguntado; y siéndole por su nombre,edad, religión y si sabe la causa de su prisión, dijo llamarse como quedadicho, edad 23 años, religión católica, apostólica, romana y que sabe lacausa de su prisión, que es porque se ha escondido a consecuencia dehaberle asegurado que el juez de policía lo andaba buscando y ahorahaberse acogido al indulto, sin embargo de no acusar nada su concienciaen punto a crimen, y solo por si le han formado alguna calumnia, comosuele acontecer.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 de septiembre del corriente,con quiénes estuvo?, dijo: que se mantuvo en su casa hasta las siete y media,que luego pasó a casa de la señora Sánchez, a donde iba todas las noches,que allí permaneció hasta las diez y media o más, que de allí siguió con el


señor Carlos Gómez; que en la calle se separó de él, dirigiéndose a casa delas paisanas o la fonda, con ánimo de cenar; que al llegar a la esquina de lacalle Florián los sorprendió el ex comandante Pedro Carujo que iba conunos hombres, que no conoció por estar tapados y le dijo al exponenteque siguiera con ellos, que si no lo mataba. Que en efecto siguió hasta losportales, donde al menor descuido que tuvieron se escondió tras de unacolumna, y que de allí salió corriendo hasta su casa, donde permanecióhasta el otro día, en que salió y estuvo saliendo sin el menor temor mes ycinco días después del acontecimiento, hasta que se escondió por elmotivo que lleva dicho en su primera pregunta.

Preguntado: si tuvo noticia de la conspiración antes de ejecutarse, siestuvo en alguna de las juntas' preliminares, y quiénes más, y qué partetuvo en la conspiración, dijo que absolutamente no tuvo noticia alguna nisupo quiénes podían estar en ella, que a ninguna junta asistió ni supo sihabía tales juntas; y leída que le fue esta su declaración, dijo se afirmaba yratificaba en ella y que no tenía qué añadir ni quitar y firma con el auditorpor ante mí.

Tomás Barriga y Brito, J. T. Gutiérrez,José M. Morales'

NOTAS

1. Aquí va tachado criminales.

2 Folios 145 recto a 148 recto del proceso original.

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CAUSA SOBRE CONSPIRACION CONTRAEL SARGENTO PRIMERO VICTORINO MALDONADO

DECLARACION DEL SARGENTO PRIMEROVICTORINO MALDONADO. Noviembre 26.

En la ciudad de Bogotá, a 26 de noviembre de 1828, el señor auditorde guerra doctor Tomás Barriga y Brito hizo comparecer ante sí y elpresente escribano al sargento primero de la media brigada de artilleríaVictorino Maldonado, con el objeto de tomarle su declaración instruc-tiva relativa a la conspiración que estalló el 25 de septiembre delcorriente, y habiendo prestado el juramento de ordenanza ofreció decirverdad en lo que supiese y fuese preguntado; y siendo por su nombre,edad y religión, dijo llamarse como queda dicho, sargento de la brigadaexpresada, edad 33 años, su religión católica, apostólica y romana.

Preguntado: si sabe la causa de su prisión dijo que por haber salido enunión de los artilleros en la noche que se refiere.

Preguntado: dónde se mantuvo esa noche, con quiénes estuvo, quéparte tuvo en la conspiración, si supo de ella antes de que se efectuase,refiéralos menudamente, dijo que desde las seis de la noche se estuvo ensu cuartel, donde pasó primera lista, que a las ocho pasó la segunda, acuyo tiempo entró el comandante Rudesindo Silva y previno se municio-nasen las tropas para en caso de necesitarlas el gobierno, pues era ordendel Libertador; que en efecto así se verificó y se retiraron a sus camashasta las diez y media que vino dicho comandante con un pelotón degente, que no conoció, y los oficiales Carujo, López, Galindo y otros que

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no conoció, y mandó formar; que inmediatamente fueron saliendo pordivisiones; que al exponente le tocó salir al último con el comandanteSilva a atacar el cuartel de Vargas y que a los primeros tiros se largó,entregándole sus paquetes al sargento Aguado; que luego que vio que losperseguían se escondió y así ha permanecido hasta el domingo pasado enque se presentó acogiéndose al indulto y piedad del Libertador, sinembargo de que en todo procedió engañado; que estuvo solo con sucompañía y la tropa del cuartel; que no ha tenido más parte que lo quelleva expuesto y que no tuvo la menor noticia antes que aconteciese laconspiración, ni sabe más sobre el particular; y leída que le fue esta sudeclaración, dijo se afirma y ratifica en ella, que no tiene que añadir niquitar, firma el señor auditor con el declarante por ante el presenteescribano.

Tomás Barriga y Brito, Victorino Maldonado,José M. Morales'

NOTA


334

SUBASTA DE LOS MUEBLES DE HORMENT,ZULAIBAR y ARGANIL

República de Colombia, prefectura de Cundinamarca, NQ 1.044.

Bogotá, 26 de noviembre de 1829 19Q

Señores tesoreros principales.

Hagan ustedes que los muebles depositados en esa tesorería, pertene-cientes a Agustín Horment, Wenceslao Zuláibar y Francisco Arganil,sean avaluados y vendidos en pública subasta, enterándose su productoen ella.

Dios guarde a ustedes,Pedro A. Herrón

(Al margen) Tesorería departamental de hacienda. Bogotá, 26 denoviembre de 1829. Por recibida la superior orden que antecede y paradarle su debido cumplimiento, por medio del correspondiente oficiopídase a la prefectura el expediente de la materia en donde se halla. Olano(rúbrica). Zaldúa (rúbrica). Gómez (rúbrica). Con la misma fecha se pasóel oficio prevenido pidiendo el expediente que se expresa. Gómez (rúbri-ca)'.

NOTA

1. Archivo Histórico Nacional, Salón de la República, papeles por clasificar.

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CAUSA SEGUIDA CONTRA ALEJO MARIA PEREZPOR ATRIBUIRSELE COMPLICIDAD EN LACONSPIRACION DEL 25 DE SEPTIEMBRE

Señor comandante B. Trimiño:Acabo de saber que usted se halla en esa y como tengo noticia que yo

por haber faltado de Bogotá en las críticas circunstancias de la revolu-ción, se me ha sospechado como cómplice, he determinado presentarmea usted como jefe que es de la República para que, por su conducto,pueda ser remitido a las autoridades competentes en virtud del indulto desu excelencia que ahora mismo me han participado.

A ninguno he podido presentarme más bien que a usted, que haconocido muy bien mi conducta y puede inferir mis sentimientos.

Suplico a usted tenga la bondad de esperarme esta tarde que partiré aesa, pues mi deseo es vindicarme.

y disponga del afecto can que me ofrezco su servidor que besa sumano,

Alejo M. Pérez

Adición: dispense el papel, pues de este desierto no puede esperarseotra cosa.

Primera comandancia del batallón primero de milicias auxiliares.

Tunja, 18 de diciembre de 1828

Señor comandante general del departamento:Tengo el honor de poner a disposición de vuestra señoría al ciudada-

no Alejo Pérez, que se me ha presentado, anticipándome la carta que a

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vuestra señoría acompaño, lo que pongo en conocimiento de vuestraseñoría para los fines del caso.

Dios guarde a vuestra señoría,Bernardino Trimiño

(Al margen superior la rúbrica de Lacroix).

(Al dorso) Servicio. Al benemérito señor comandante general deldepartamento de Boyacá. Del primer comandante de milicias auxiliares.Presente.

(Al margen). Comandancia general de Boyacá. 18 de diciembre de1828. Resuelto. Siendo Alejo Pérez uno de los fugitivos comprendidos enla conspiración de Bogotá del 25 de septiembre anterior, como consta dela comunicación de su excelencia el ministro de Estado en el departamen-to de la guerra de 11 de noviembre de este año, y habiéndose presentadoal primer comandante Bernardino Trimiño en la Villa de Santa Rosa, aconsecuencia del indulto de su excelencia el Libertador presidente, segúnaparece de su adjunta carta sin fecha y de la del expresado comandante,de este día, el jefe de Estado mayor dispondrá la remisión a Bogotá delmencionado reo con la seguridad debida; mas como este prófugo hatransitado en esta provincia y ha quedado oculto en ella, se comisiona alteniente Aquileo Pérez, escribano de este estado mayor, para tomarleuna declaración instructiva sobre los puntos siguientes: primero, qué díasalió de Bogotá y cuál llegó a esta provincia; segundo, qué camino hallevado; tercero, con quién ha tratado, quién lo ha auxiliado y recibido ensu casa; cuarto, si algunos de estos lo conocían anteriormente y sabíanque estaba comprendido en la conspiración del25 de septiembre próximopasado; quinto, qué lugar ha sido su último paradero antes de presentar-se al comandante Trimiño; sexto, quién le dio noticia del indulto y quiénle franqueó el papel y la tinta con que ha escrito su carta citada y en quélugar la escribió; séptimo, qué día escribió dicha carta y qué día sepresentó al comandante Trimiño. Y fecha se devolverá a esta comandan-cia general para la resolución del caso. Lacroix.

Adición: Además se le preguntará si en esta provincia vino solo oacompañado, y en este último caso quién o quiénes eran sus compañerosy qué traje llevaba él y ellos. Vale. Lacroix. Canales, secretario.

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Estado mayor de Boyacá. Tunja, 19 de diciembre de 1828

Pase al teniente Aquileo Pérez para que en el momento tome ladeclaración prevenida en el anterior decreto de esta comandancia gene-ral.

GraveteEl jefe

(Rúbrica de Lacroix).

En cumplimiento del anterior superior decreto de esta comandanciageneral, pasé inmediatamente a tomar la declaración instructiva que sepreviene al señor Alejo Pérez, nombrando al efecto de escribano aClemente Antonio Salcedo, amanuense de este estado mayor, a quienencargué guardase el sigilo y fidelidad en cuanto actúe y para que constepor diligencia lo firmó conmigo.

Aquileo Pérez, Clemente A. Salcedo

DECLARACION DE ALEJO PEREZ. Diciembre 19.

En la plaza de Tunja, en 19 de diciembre de 1828, el oficial comisiona-do hizo comparecer ante sí al señor Alejo Pérez, a quien ante mí hizolevantar la mano derecha, y preguntado juráis a Dios y prometéis a laRepública decir verdad sobre los puntos de que- os voy a interrogar, dijo:sí juro.

Preguntado: su nombre, vecindad y empleo, dijo que se llama AlejoMaría Pérez, que es de Antioquia, comerciante, dependiente de su padre.

Preguntado: qué día salió de Bogotá y cuál llegó a esta provincia, dijoque su salida de Bogotá no la tiene presente, esto es en qué fecha, pero quefue a mediados del mes de octubre de este año.

Preguntado: qué camino trajo, dijo que el de la vía de Chocontá.Preguntado: con quién ha tratado, quién lo ha auxiliado y recibido en

su casa, dijo que con motivo de ser la primera ocasión que transita poreste departamento no tiene conocimiento de ninguna persona, que nonecesitaba auxilio de persona alguna en razón de que traía dinero y con élse proporcionaba lo que necesitaba; que nunca fijó residencia en casa

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ninguna ni menos averiguaba el nombre de las familias, por ser cosa queno le interesaba.

Preguntado: si algunos o alguno lo conocían anteriormente y sabíanque estaba comprendido en la conspiración del25 de septiembre próximopasado, dijo que cree no lo haya conocido nadie en virtud de que elexponente no ha conocido a persona alguna y que él no sabía si estabacomprendido en la revolución del 25 de septiembre y que, por consiguien-te, ninguna persona debía saberlo.

Preguntado: cómo si no sabía si estaba comprendido en la revolución,qué motivo lo movió a fugarse de la capital de Bogotá, dijo que estandopaseando en la calle real comenzó a oír el tiroteo, que lo sorprendióbastante y que luego trató de irse a su casa golpeando mucho la puerta, yque en este acto se acercaba mucho el bochinche, y que no abriéndole nirespondiéndole en su casa se fue corriendo para evitar cualquierinsulto o acaso y que últimamente, con respecto a esta pregunta, comoque tiene que marchar al gobierno, allí ofrece dar cuenta a él por extensode lo acontecido hacia el exponente.

Preguntado: qué lugar ha sido su último paradero antes de presentarseal comandante Trimiño, dijo que como tiene expuesto antes, no ha tenidoparadero en ninguna parte, que siempre ha estado de paseo.

Preguntado: quién le dio la noticia del indulto y quién le franqueó elpapel y la tinta con que ha escrito su carta citada, que hace cabeza en estadeclaración, yen qué lugar la escribió, dijo que estando a los alrededoresde Santa Rosa se rugía el indulto por varios campesinos; que esto lo supoa la vez de la permanencia en Santa Rosa del señor comandante Trimiño;que el recado de escribir lo cargaba consigo, pues nunca ha andadodescarriado, como expone, y que la carta la escribió en el mismo lugar endonde supo la noticia del indulto.

Preguntado: qué día escribió dicha carta y en cuál se presentó alcomandante Trimiño, dijo que la carta la escribió el día 16 del corriente yque al siguiente se presentó al comandante Trimiño.

Preguntado: si a esta provincia vino solo o acompañado, dijo que a estaprovincia vino solo, que solo encontraba en el camino algunas personascon quien se reunía, que no las conocía ni lo conocían.

Preguntado: qué traje traía cuando la fuga, dijo que el traje propio de suuso y que un día se mudaba de uno y otro día de otro, pues traía unasmudas de ropa. Que no tiene más que decir, que 10 dicho es la verdad a

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cargo del juramento hecho, en que se afirmó y ratificó leído que le fue loexpuesto, y dijo ser de edad de 25 años y lo firmó con dicho oficialcomisionado y el presente escribano.

Aquilea Pérez, Alejo M. PérezAnte mí,

Clemente A. Salcedo

En el mismo día, y estando concluida la anterior declaración, ordenóel oficial comisionado se pasase al señor jefe del Estado mayor deldepartamento, lo que se verificó, cuyo expediente se compone de cincofojas útiles, y para que conste por diligencia lo firmó dicho señor y elpresente escribano.

Aquilea Pérez, Salcedo,escribano

Estado mayor.


Vuelva este expediente a la resolución del señor comandante general.

GraveteEl jefe

Comandancia general del departamento de Boyacá.


Vista la anterior declaración, negativa en todos sus puntos, se intima-rá al primer comandante Bernardino Trimiño que certifique sobre lospuntos siguientes: primero, ¿en qué fecha recibió la carta del prófugoAlejo Pérez, en qué lugar y quién se la entregó?; segundo, ¿qué día se lepresentó el expresado Pérez, quién lo acompañaba y dónde se hallabaentonces?; tercero, ¿si antes de recibir su carta había tenido algún conoci-miento de él?; cuarto, si después de haberse presentado ha sabido en

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dónde estaba ocultado y diga todo lo demás que pueda saber sobre estenegocio.

Lacroix, Canales.secretario.

Estado mayor.


Pase adonde se previene y para los efectos que indica el anteriordecreto de esta comandancia general.

GraveteEl jefe

INFORME DEL COMANDANTE TRIMIÑO. Diciembre 19.

En cumplimiento del anterior decreto de su señoría el señor coman-dante general del departamento y certificando a las cuatro preguntas,digo a la primera: que la carta que recibí del prófugo Alejo Pérez fuerecibida con fecha 16 por un hombre que me dijo que me dirigían estacarta de! Pedregal, al que no vi más, pues no hice alto en la carta hasta elcabo de un rato que la leí, y al momento me dirigí al cabildo, dondeencontré al juez político del cantón de Santa Rosa y le pregunté si sehabía publicado el indulto sobre los conspiradores del 25 de septiembre,y me dijo que sí; igualmente le pregunté si tenía noticia alguna de quehubiese alguno de los prófugos de Bogotá por aquellos contornos, y medijo que absolutamente tenía noticia de que hubiera en su cantón ningu-no de ellos. Entonces le pedí la lista de los prófugos, e impuesto de ella vie! nombre de Alejo Pérez, que era e! mismo que me dirigía la carta, yentonces dije al juez político: esta tarde se viene a presentar Alejo Pérez,que es uno comprendido en las requisitorias; a la segunda: que habiéndo-se pasado todo el día y no habiéndose presentado, a las seis de la nochedeterminé irme inmediatamente al punto del Pedregal, de donde me dijoel peón era remitido (punto que no olvidé) a ver si hallaba a dicho Pérez;en efecto, llegué a una casa donde golpeé y me salió al encuentro e! citado

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Pérez, y con alborozo me dijo: "no había podido marchar a presentarmeeste mismo día por razón del mucho invierno de toda la tarde (lo que fuecierto), pero ya que usted ha venido aquí me tiene a su disposición ymarcharemos cuando usted guste", y nos pusimos en marcha inmediata-mente; a la tercera, digo que hasta que no recibí su carta y fui al cabildo aver la lista de los prófugos, no tenía ninguna noticia de él; a la cuartapregunta, digo que el amo de la casa donde estaba es un señor Cárdenas,y es cuanto puedo informar a vuestra señoría sobre el particular y encumplimiento del anterior decreto.

Tunja, 19 de diciembre de 1828.Bernardino Trimiño

Comandancia general de Boyacá.


Resuelto, remítase este expediente con la persona de Alejo Pérez a suexcelencia el ministro de Estado en el departamento de la guerra, y por elEstado mayor comisiónese al primer comandante Joaquín Jerez de haceren el punto del Pedregal las investigaciones correspondientes al efecto dedescubrir si el señor Cárdenas citado en la verificación anterior delcomandante Bernardino Trimiño, ha sido el encubridor del reo AlejoPérez.

L. Peru de Lacroix, Aniceto Canales.secretario.

Estado mayor.


Se comunicó la orden al comandante Jerez.

(Rúbrica de Gravete).

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República de Colombia, comandancia general del departamentode Boyacá.

Cuartel general en Tunja, a 19 de diciembre de 1828

Al excelentísimo señor ministro de Estado en el departamentode la guerra.

Excelentísimo señor:Según consta del expediente que tengo el honor de incluir a vuestra

excelencia, el prófugo comprendido en la conspiración del 25 de septiem-bre próximo pasado, Alejo Pérez, quiso presentarse al primer comandan-te Bernardino Trimiño el día 16 del presente en la Villa de Santa Rosa,acudiéndose [sic] del indulto de 12 de noviembre anterior publicado enesta capital el 22 del mismo. Ayer Trimiño con el expresado reo llegó aesta y hoy he mandado practicar las diligencias que vuestra excelenciaverá en el indicado expediente. Mi motivo para aquella actuación ha sidoel de descubrir las personas que en esta provincia han facilitado laocultación de dicho prófugo; mas nada se ha descubierto porque todo 10ha negado, hasta la circunstancia de haber estado en la casa de un señorCárdenas, donde 10 encontró el comandante Trimiño.

El teniente del primer escuadrón de la milicia auxiliar de Boyacá,Primo Rojas, pondrá a disposición de vuestra excelencia al referido AlejoPérez y tan luego como el señor intendente me comunique el día en quefue publicado en Santa Rosa el decreto de indulto, lo pondré en conoci-miento de vuestra excelencia, a fin de comprobar si Alejo se halla o no enel caso del artículo segundo.

Dios guarde a vuestra excelencia,

L. Peru de Lacroix

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República de Colombia, ministerio de Estado en el departamentode la guerra.

Sección central.

Bogotá, a 23 de diciembre de 1828

Al señor comandante general del departamento de Cundinamarca.

Acompaño a vuestra señoría para que se adelanten, según su mérito,las diligencias mandadas a practicar por la comandancia general del depar-tamento de Boyacá a consecuencia de haberse presentado al comandanteBernardino Trimiño el ciudadano Alejo Pérez en virtud del indultopublicado por el gobierno en favor de los conspiradores de la noche del25 de septiembre último.

Dios guarde a vuestra señoría,Rafael Urdaneta

(Al margen) Bogotá, 24 de diciembre de 1828. Pase al señor auditorpara que aconseje lo que se deba hacer. París. Barriga.

Adición: y suministre los datos que contra este individuo resulten enla causa que se siguió contra los cómplices en la conspiración de 25 deseptiembre último. París. Barriga.


El estado de este expediente es el de tomarle su confesión al ciudada-no Alejo Pérez, en cuyo acto se le harán los cargos que resulten según elmérito que preste la causa seguida contra los cómplices de la conspira-ción que estalló en esta capital el 25 de septiembre último. Sin embargovuestra señoría se servirá resolver lo que estime por conveniente.

Bogotá, 25 de diciembre de 1828.

Tomás Barriga y Brito

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DECLARACION DE ALEJO PEREZ.Enero 3.

En la ciudad de Bogotá, a 3 de enero de 1829, el señor comandantegeneral, asociado del auditor de guerra doctor Tomás Barriga y Brito,por ante mí el presente escribano, hizo comparecer a Alejo Pérez, a efectode tomarle su confesión en la causa de conspiración y previo el juramen-to que hizo conforme a derecho, ofreció decir verdad en lo que supiese yfuese preguntado; y siéndole por su nombre, edad, religión, oficio y sisabe la causa de su prisión, dijo llamarse como queda dicho, de edad 25años, oficio hijo de familia, como que depende de su padre en el comer-cio, religión católica, apostólica, romana y que sabe la causa de suprisión, que ha sido el haberse presentado a consecuencia de una requi-sitoria que vio librada contra sí y que por lo demás lo ignora absolu-tamente.

Preguntado: ¿Dónde se halló la noche del 25 de septiembre desde las seishasta las 12, con quiénes estuvo?, dijo: que permaneció en su casa hastalas siete que salió, dio una vuelta con ánimo de pasearse, ir a su tertulia,que era en casa de unas señoras; que volvió inmediatamente a su casa,que es la de las paisanas, que entró al comedor, donde refrescó y fueservido por Manuel Torres, dependiente de la casa, en presencia deFacundo Macharaviaya; que allí permaneció hasta las nueve, a cuya horasalió a dar una vuelta por estar la noche tan clara y que marchó bastantedespacio hasta San Victorino, que volvió por la misma ruta y siguió porla calle real hasta San Francisco, en donde oyó los primeros tiros, yretrocediendo sin saber lo que era se encontró en el puente con un talMoreno, músico de arpa, que no sabe su nombre, y le preguntó: ¿quépodría ser aquello? y le contestó que también lo ignoraba. Que siguiendoel destino para su casa, en la esquina de Santo Domingo se encontró conel capitán Girard, edecán del señor general Córdova, y habiéndole hechola misma pregunta contestó que ignoraba absolutamente lo que fuese,pues él estaba en la casa de la señora Bárbara Cuervo cuando había oídolos primeros y que iba a avisarle al señor general Córdova; que permane-ciendo un rato allí en conversación, apuró el fuego y el capitán Girardsiguió, según dijo, a ceñirse su espada y el exponente se vino a su casa,que era, como ha dicho, en la casa de las paisanas, que era en la plaza; quegolpeó mucho hasta con una piedra y que ni abrieron ni respondieron, yque entonces se dirigió vacilante, sin saber para dónde, por la calle de San

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Miguel; que llegó a espaldas de San Juan de Dios, que cruzó, que volviópor enfrente del convento hasta la tienda de J. María Ortiz, la queencontró abierta y en la puerta él con un lo encontró [sic], le preguntó quéhabía, le contestó que no sabía y entonces el exponente siguió por la calleFlorián, en donde se encontró con el comandante Castellanos y el alférezMurillo, del batallón Vargas, a quienes habiéndoles hecho la misma pre-gunta, dijeron lo ignoraban, pues acababan de salir de su cuarto; en estascircunstancias, el de ser ya más de la una y estar el alboroto aumentán-dose por momentos, el declarante se marchó a casa de una señora, dondepermaneció hasta el otro día, en que habiendo intentado salir supo que elcoronel Ricardo Crofton había ido a casa del declarante a preguntar porél y diciendo que seguramente estaba comprendido en la conspiración,cuando no había dormido allí; que, sucesivamente, tuvo varias noticiasde que Crofton andaba buscándolo con ánimo de matarlo dondequiera quelo encontrase, agregándose a esto el haber sabido de positivo que cuandotraían preso al teniente López había ido Crofton y lo había quitado por elplacer de traerlo, puyándolo con la espada y dándole de planazos yasegurándole que lo iban a pasar por las armas en la calle y que no lo hizo,porque se le opusieron, por cuyo motivo fue la fuga del declarante,permaneciendo en otros pueblos, como consta en la declaración que dioen la ciudad de Tunja, hasta su presentación; que jamás anduvo disfra-zado, ni con ninguna arma.

Preguntado: si tuvo alguna parte en la conspiración y si tuvo noticia deella antes que sucediese, dijo que absolutamente lo ignoró.

Reconvenido: cómo niega no haber tenido noticia de dicha conspira-ción cuando de la confesión adicional de Pedro Carujo resulta que sehallaba iniciado en ella, dijo que es falso, pues apenas lo conocía de vista,que jamás lo trató, que es una calumnia que nunca podrá probarle.

Preguntado: si estuvo en la casa de Vargas Tejada en las juntas que allíse formaban, dijo que ni ha tratado a Vargas Tejada, ni ha sabido nuncadónde vivía. Y leída que le fue esta su confesión, dijo que se afirmaba yratificaba en ella, que no tenía que añadir ni quitar, con lo que seconcluyó, quedando abierta para los casos que puedan ocurrir; y firmacon el señor comandante general y el auditor, por ante mí, de que doy fe.

Joaquín París. Tomás Barriga y Brito,Alejo M. Pérez, José Morales

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De lo actuado contra Alejo Pérez, acusado de haber sido compren-dido en la conspiración del 25 de septiembre próximo pasado, resulta,primero: que el comandante Pedro Carujo en su declaración adicionalafirma estar iniciado en dicha conspiración. Segundo: la presunción en sucontra de no haber dormido esa noche en su casa. Tercero: de habersefugado inmediatamente; pero como no haya las bastantes pruebas paraimponerle por las leyes la pena de muerte, soy de sentir no está compren-dido en ella; por lo mismo es de elevarse con el proceso al supremogobierno para que determine lo haya por conveniente con arreglo alindulto publicado.

Bogotá, 5 de enero de 1829.Tomás Barriga y Brito

República de Colombia, ministerio de Estadoen el departamento de la guerra.

Bogotá, a 12 de enero de 1829 19º

Al señor comandante general del departamento de Cundinamarca.

Vista en consejo de ministros la causa seguida contra Alejo M. Pérezpor complicidad en la conspiración del 25 de septiembre último, que mepasó vuestra excelencia con oficio de 5 del corriente, se ha resuelto queeste individuo sea remitido a Cartagena a disposición del jefe superior deaquel distrito para que en la primera ocasión oportuna le haga salir delterritorio de la República. De orden superior lo comunico a vuestraseñoría para que se sirva darle su cumplimiento en la parte que le toca ydevuelvo la causa citada para los efectos que haya lugar en esa coman-dancia general.

Dios guarde a vuestra excelencia,Rafael Urdaneta

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Bogotá, 14 de enero de 1829

Cúmplase la disposición del supremo gobierno y al efecto remítasecon seguridad la persona de Alejo Pérez a la plaza de Cartagena, adisposición del señor jefe superior de aquel distrito con copia de la ordenmotivo a este decreto; hágase saber por la plaza.

El general comandante general,

José María Mantilla. Joaquín María Barriga.secretario interino.

Bogotá, 14 de enero de 1829

En cumplimiento del superior decreto que antecede pasó el señorcoronel y mayor de esta plaza José Arce a la prevención del cuartel demilicias de caballería, en donde guarda prisión el señor Alejo Pérez, aquien notifiqué e hice saber la anterior sentencia, y enterado de ella lafirmó conmigo.

Alejo M Pérez, José Arcel

NOTA

L Folios 89 recto a 101 recto del proceso original.

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1 Proceso contra los conjurados y documentos enfavor … · Benedicto Triana el24por la noche...

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