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JUICIO POR LA VERDAD 17/3/08 1 AUDIENCIA DEL 17-3-08 -En la ciudad de Mar del Plata, Partido de General Pueyrredón a los diecisiete días del mes de marzo de dos mil ocho, reunidos en la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal en lo Criminal y siendo las 10:55, dice el Sr. Juez: Vamos a dar inicio a la audiencia prevista en la causa 890 "Colegio de Abogados su Denuncia sobre desaparición forzada de personas" y vamos a comenzar con el interrogatorio del testigo Alejandro Bolino. Tome asiento, señor Bolino. Usted ha sido citado a prestar declaración testimonial en el marco de este proceso al que me he referido, en el que se investigan delitos cometidos al amparo del terrorismo de Estado. De manera que lo que usted declare debe ser bajo juramento y promesa de decir verdad, el Código Penal castiga con penas de prisión a testigos que no declaren la verdad al ser interrogados por el Tribunal o por las partes. ¿Usted ha sido víctima del terrorismo de Estado, tiene alguna circunstancia que le impida declarar? Sr. Bolino: No, no. Sr. Juez: Le recuerdo que tiene la obligación de decir verdad. Póngase de pie que le voy a tomar juramento. Señor Alejandro Bolino ¿jura según sus creencias decir la verdad de todo lo que supiere y le fuere preguntado? Sr. Bolino: Sí. Sr. Juez: Bien. Tome asiento. El Tribunal hoy está tratando la privación ilegal y la muerte del psicólogo Roberto Sanmartino. De manera que su declaración va a versar sobre este hecho. ¿Quiere iniciar su declaración, en relación a lo que sabe respecto de la suerte de Roberto Sanmartino. Sr. Bolino: Nosotros éramos un grupo en esa época, algunos de estudiantes y algunos profesionales que andábamos en moto, así que había cierto vínculo, cierta relación. El "gordo" como lo llamábamos, se caracterizaba, más de ser un militante y orgánico, era un emblema, porque un psicólogo que anduviera en moto con poncho rojo, con casco absurdo y con cara circunspecta, llamaba la atención. Su ideología era peronista, peronista de izquierda. Entonces él cada vez que hablaba o caracterizaba cualquier situación política, lo hacía desde esa óptica. Quiere decir que más allá de ser un peligro como militante era peligroso en cuanto a emblema y propuesta de sus ideas. Yo después de un tiempo dejé de frecuentarlo -digo porque las cosas que voy a decir me llegan confusamente de no sé qué fuentes-, porque en esa época había mucho miedo, de hecho mucha gente no fue al velatorio porque sabían que había gente controlando y filmando. La primera que yo supe fue que él vivía en Rivadavia y Diagonal. En algún momento - un mes antes o dos meses antes- había comprado otro departamento en 14 de julio entre Colón y Bolívar. Aparentemente un grupo, que después yo supe que era de la Triple A, fue a buscarlo a Rivadavia y Diagonal. El portero se da cuenta y manda a decir que le informen al "gordo" que se cuide que lo están buscando, entonces el "gordo" así a título de psicólogo no quiere engancharse en el terror infundado que ya dominaba las calles de Mar del Plata, entonces viene a averiguar y el portero niega todo lo que el "gordo" le inquiría. Entonces él se fue y creo que ya esa noche o al otro día ya lo secuestraron. Esa es una. Sr. Juez: ¿No recuerda como se enteró de esta circunstancia? Sr. Bolino: No, no. Porque yo después conocí una persona del CNU, que con el tiempo descubrí que estaba muy cercano al CNU y me dio información de cómo funcionaba la represión. Yo sabía antes de tiempo de vuelos de la muerte y por ejemplo pequeñas anécdotas, que un suboficial no se agarró a tiempo y cayo en el medio del mar junto con los prisioneros y habrá aparecido como héroe de guerra, porque aparentemente había mucha orina y mucha materia fecal en el piso y este hombre se resbaló y cayó en el medio del mar. Esa y muchas otras anécdotas.

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AUDIENCIA DEL 17-3-08

-En la ciudad de Mar del Plata, Partido de General Pueyrredón a los diecisiete días del mes de marzo de dos mil ocho, reunidos en la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal en lo Criminal y siendo las 10:55, dice el

Sr. Juez: Vamos a dar inicio a la audiencia prevista en la causa 890 "Colegio de Abogados su Denuncia sobre desaparición forzada de personas" y vamos a comenzar con el interrogatorio del testigo Alejandro Bolino. Tome asiento, señor Bolino. Usted ha sido citado a prestar declaración testimonial en el marco de este proceso al que me he referido, en el que se investigan delitos cometidos al amparo del terrorismo de Estado. De manera que lo que usted declare debe ser bajo juramento y promesa de decir verdad, el Código Penal castiga con penas de prisión a testigos que no declaren la verdad al ser interrogados por el Tribunal o por las partes. ¿Usted ha sido víctima del terrorismo de Estado, tiene alguna circunstancia que le impida declarar? Sr. Bolino: No, no. Sr. Juez: Le recuerdo que tiene la obligación de decir verdad. Póngase de pie que le voy a tomar juramento. Señor Alejandro Bolino ¿jura según sus creencias decir la verdad de todo lo que supiere y le fuere preguntado? Sr. Bolino: Sí. Sr. Juez: Bien. Tome asiento. El Tribunal hoy está tratando la privación ilegal y la muerte del psicólogo Roberto Sanmartino. De manera que su declaración va a versar sobre este hecho. ¿Quiere iniciar su declaración, en relación a lo que sabe respecto de la suerte de Roberto Sanmartino. Sr. Bolino: Nosotros éramos un grupo en esa época, algunos de estudiantes y algunos profesionales que andábamos en moto, así que había cierto vínculo, cierta relación. El "gordo" como lo llamábamos, se caracterizaba, más de ser un militante y orgánico, era un emblema, porque un psicólogo que anduviera en moto con poncho rojo, con casco absurdo y con cara circunspecta, llamaba la atención. Su ideología era peronista, peronista de izquierda. Entonces él cada vez que hablaba o caracterizaba cualquier situación política, lo hacía desde esa óptica. Quiere decir que más allá de ser un peligro como militante era peligroso en cuanto a emblema y propuesta de sus ideas. Yo después de un tiempo dejé de frecuentarlo -digo porque las cosas que voy a decir me llegan confusamente de no sé qué fuentes-, porque en esa época había mucho miedo, de hecho mucha gente no fue al velatorio porque sabían que había gente controlando y filmando. La primera que yo supe fue que él vivía en Rivadavia y Diagonal. En algún momento - un mes antes o dos meses antes- había comprado otro departamento en 14 de julio entre Colón y Bolívar. Aparentemente un grupo, que después yo supe que era de la Triple A, fue a buscarlo a Rivadavia y Diagonal. El portero se da cuenta y manda a decir que le informen al "gordo" que se cuide que lo están buscando, entonces el "gordo" así a título de psicólogo no quiere engancharse en el terror infundado que ya dominaba las calles de Mar del Plata, entonces viene a averiguar y el portero niega todo lo que el "gordo" le inquiría. Entonces él se fue y creo que ya esa noche o al otro día ya lo secuestraron. Esa es una. Sr. Juez: ¿No recuerda como se enteró de esta circunstancia? Sr. Bolino: No, no. Porque yo después conocí una persona del CNU, que con el tiempo descubrí que estaba muy cercano al CNU y me dio información de cómo funcionaba la represión. Yo sabía antes de tiempo de vuelos de la muerte y por ejemplo pequeñas anécdotas, que un suboficial no se agarró a tiempo y cayo en el medio del mar junto con los prisioneros y habrá aparecido como héroe de guerra, porque aparentemente había mucha orina y mucha materia fecal en el piso y este hombre se resbaló y cayó en el medio del mar. Esa y muchas otras anécdotas.

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Sr. Juez: ¿Quién era la persona del CNU? Sr. Bolino: No puedo decir el nombre. Sr. Juez: El hecho de reservar el nombre el Tribunal lo puede dispensar en público, pero en privado el nombre de la persona del CNU tiene que ver con actividades ilegales y usted está declarando como testigo y lo tiene que decir. Sr. Bolino: No lo voy a decir. Sr. Juez: Sí, pero usted está declarando bajo juramento. Sr. Bolino: Y iré preso. Sr. Juez: ¿Qué, tiene miedo? Sr. Bolino: No. Sr. Juez: ¿Y cuál es el motivo por el que no lo quiere decir? Sr. Bolino: Porque era bien conocido que me ayudó mucho y le debo una actitud de cuidado. Sr. Juez: ¿Lo ayudó en qué sentido? Sr. Bolino: Y en esa época me echaron del Casino, no tenía dónde recurrir y nos brindó su casa... Sr. Juez: ¿Y usted cree que esta persona está involucrada en la comisión de delitos? Sr. Bolino: No, no creo, porque lo que sí veo que estaba informado, de hecho en esa época la gente que estaba vinculada con la represión se reunía en lugares específicos, por ejemplo en un bar que se llamaba "Mar y Sol", creo, en Colón entre San Luis y Córdoba, ahí de noche se reunían todos, se comentaban las hazañas, las torturas, "le pegó un tiro", "le abrirá con el cuchillo", comentarios de mesa de café con temáticas propias de gente que está en la represión que participaba de todo eso, no era tanto militante como una persona ideológicamente cercana a ellos. Sr. Juez: Sigamos adelante, después vamos a discutir con los colegas el temperamento a seguir. Adelante. Sr. Bolino: Bien. Eso era una. Y la otra fue -que yo no sé muy bien cómo- porque le estuve preguntando a una amiga de la familia y la mamá nunca dijo esto, yo no sé cómo me llegó, que aparentemente uno del CNU que presenciaba cómo lo torturaban, le fue a pedir perdón a la mamá después y que aparentemente dijo que el "gordo" había muerto como un hombre. Es decir, no había claudicado en sus principios ni a su postura, pero me decían que la mamá del "gordo" en esa época estaba lúcida, sin embargo la familia no sabe esto, así que yo no sé... Sr. Juez: ¿Y cómo le llegó esta versión? Sr. Bolino: Eso es lo que no me acuerdo, porque era información muy específica. La mamá era una ama de casa mayor, ni sabría de la existencia del CNU, así que no sé. Sr. Juez: ¿Sabe dónde lo secuestraron?

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Sr. Bolino: En la Facultad. Lo que pasa que la gente del CNU y de la Triple A, como la facultad de Humanidades y Sociología estaba caracterizada como un nido de subversivos patrullaban siempre acá en la avenida Libertad, para golpear a gente cuando veían pelo largo, todo lo que tenía pinta de gente de izquierda o por lo menos de cuestionamiento al sistema, pero ya lo tenían marcado, eso sí. Sr. Juez: ¿Y usted tomó conocimiento que lo secuestraron de la Universidad? Sr. Bolino: Una de las versiones sí. Lo que pasa que yo me di cuenta que había mucha gente que exageraba, otra que inventaba por otras situaciones que yo viví, así que no sé precisar. Aparte tuve dos accidentes cerebro vasculares y afectó en parte mi memoria, me quedaron zonas izquémicas, así que no sé. Sr. Juez: ¿Usted lo trataba con frecuencia a Sanmartino? Sr. Bolino: Hubo una época que sí, pero después como tenía mucha actividad porque trabajaba como docente, trabajaba en el Casino, tomé distancia, no desde el vínculo, sino desde la dinámica de mi vida. Sr. Juez: ¿Él le transmitió si se sentía preocupado, perseguido? Sr. Bolino: No, en esa época ya...yo me enteré inclusive que lo habían secuestrado por otra gente que me fue a avisar, pero no tenía ya un contacto directo. Pero yo conocí a Hugo Garelik, que ocho meses antes de que lo mataran, estaba muy asustado y me decía que había recibido amenazas de la triple A, no sé si en el caso del "gordo" lo tenían marcado por todo lo que representaba. Sr. Juez: ¿Doctora León? Sra. Abogada: ¿Se acuerda la fecha en que fue secuestrado el licenciado Sanmartino? Sr. Bolino: No. Sra. Abogada: ¿Y el año? Sr. Bolino: '75, creo. Sra. Abogada: ¿Usted tenía una actividad política en ese momento? Sr. Bolino: No, yo estaba alejado. En realidad yo estaba cerca de la Juventud Peronista, no tenía una militancia orgánica porque había cosas que no me gustaban, como por ejemplo el uso de la violencia, de los Montoneros y Juventud Peronista, pero como Mao había dicho a la gente de izquierda de acá que si él estaba en la Argentina sería peronista, me pareció inteligente que una postura de cambio debería ser a partir de la inserción de la masa, la actitud elitista de la izquierda que aparecían como los iluminados, toda una cuestión que yo no estaba muy de acuerdo con muchas cuestiones de la postura de izquierda. Sra. Abogada: ¿Hay algún otro detalle de esto que nos ha relatado que usted podría hacer un esfuerzo en su memoria que pudiera precisarnos por ejemplo con respecto a estos dichos que usted relata, lo que le comentaron a la mamá de Sanmartino, usted no nos puede precisar, dar mayor detalle de esto? Sr. Bolino: No. Yo lo que me acuerdo...sabía que los grupos de derecha de acá funcionaban con la derecha sindical. No sé cómo supe que la triple A en algún momento que vinieron, paraban en un hotel del gremio textiles que estaba en Lamadrid y la costa. Sra. Abogada: ¿Y cuál fue el motivo por el cual a usted lo echan del Casino?

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Sr. Bolino: Porque ahí hay un informante del SIDE, un empleado del SIDE que se llama Juan Herminio Malaguti y él pasaba la lista de la gente que era peligrosa para el Casino en cuánto a sus implicancias ideológicas o de actividad política y hay gente que ha sido echada a partir de esos dichos, sigue trabajando en el Casino con cargo de cierta jerarquía. Sra. Abogada: ¿Y recuerda otros integrantes de la CNU, que usted pueda nombrar? Sr. Bolino: Biglisso, Gómez, después hubo un locutor que después se arrepintió -tenía un programa de radio - Freijo. Sra. Abogada: ¿A Adrián Freijo se refiere? Sr. Bolino: Adrián Freijo, sí. Sra. Abogada: ¿Qué relación tenía usted con Hugo Garelik? Sr. Bolino: En esa época los dos odiábamos trabajar en el Casino, él estaba estudiando psicología, así que teníamos charlas muy personales. Sra. Abogada: ¿Recuerda la fecha en que fue detenido o fue secuestrado Garelik? Sr. Bolino: No, eso no. Sr. Juez: ¿Habló con la mamá de Sanmartino después del secuestro de su hijo? Sr. Bolino: No, no pude comprobar este dicho. Sr. Juez: ¿No habló con la mamá o con algún pariente de eso, con nadie? Sr. Bolino: No, en esa época yo estaba desvinculado, estaba luchando por la sobrevivencia... Sr. Juez: ¿Recuerda algo más de interés para decirnos? Sr. Bolino: No, no. Sr. Juez: Bien, puede retirarse. Mañana a las once de la mañana venga al Tribunal que vamos a hablar con usted. Sr. Bolino: Se van a enojar en el Casino con tantas veces que vengo. Sr. Juez. ¿Porqué...mañana a la mañana trabaja, le damos un certificado? Sr. Bolino: Bueno gracias. Sr. Juez: ¿O quiere venir antes? Sra. Abogada: ¿En que año fue reincorporado en el Casino? Sr. Bolino: Fui incorporado cuando empezó la democracia, pero a partir de una "manganeta" jurídica, porque como estaba prohibido hacer ingresar personal a reparticiones públicas, el argumento fue que faltaba personal y se aprovechaba todos los que habían sido despedidos injustamente, no los que tuvieran procesos penales por robo o mala conducta. Entonces a partir de ese vacío legal me pudieron reincorporar.

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Sr. Juez: Bueno, mañana a las once entonces.

-Acto seguido el testigo se retira y dice el

Sr. Juez: Jorge Sessa. Usted ha sido citado a prestar declaración testimonial en el marco del hecho que se investiga, en el secuestro y la muerte de Roberto Sanmartino, de manera que lo que declare debe ser bajo juramento y promesa de decir verdad, el Código Penal castiga con pena de prisión a quién así no lo hiciere. ¿Usted ha sido víctima del terrorismo de Estado? Sr. Sessa: No, para nada. Sr. Juez: Si se pone de pie le tomo juramento.

-Acto seguido el testigo se pone de pie a fin de prestar juramento. Continúa el

Sr. Juez: Señor Jorge Sessa, ¿jura según sus creencias decir la verdad de todo lo que se le pregunte? Sr. Sessa: Sí. Sr. Juez. Bien, tome asiento, va a ser interrogado por las partes. Sra. Abogada: Por favor puede relatarnos en qué circunstancias se relacionó con el licenciado Sanmartino, todo lo relacionado con su secuestro y posterior muerte. Sr. Sessa: A Roberto yo lo conocí, yo trabajaba en el taller de motos, en Arévalo y él frecuentó para comprarse una moto, porque en esa época tenía un Fiat 600 y no lo podía mantener, según él. Yo lo asesoré con lo que tenía que comprar y después con el tiempo salió de haber ido de viaje con él un par de veces, unos viajes largos, de ahí lo conocí, se hizo habitúe de venir a mi casa, yo trabajaba en la casa de mi mamá en un tallercito que tenía y él venía siempre al taller de noche, venía todas las noches después que salía de la Universidad de trabajar. Así conocí a Roberto. Sr. Abogada: ¿Y de las circunstancias de su secuestro, que les puede relatar? Sr. Sessa: Yo en eso no le puedo decir nada señora, porque yo en ese momento yo estaba trabajando en el taller y yo políticamente nunca pertenecí a nada, no me interesó nunca nada, así que no le puedo decir nada sobre eso. Lo único que fui al velorio, fue un compañero que viajé mucho con él, lo conocí mucho, pero yo mismo de política con él no hablé nunca, ni nunca me dijo nada. Sra. Abogada: ¿Y usted no sabe si él tenía una militancia política? Sr. Sessa: Nada, ni idea, no, porque yo lo conocí como un cliente y después se hizo una amistad muy grande y dio la casualidad que salimos mucho de viaje juntos con él, porque él me decía de viajar en moto, que a mí mucho no me interesaba porque uno veía las motos que se rompían que no era una cosa para viajar, pero él dice "no, vos ves las motos que se rompen, no las que disfrutan". Así empezamos a viajar y lo conocí a Roberto. Pero en política yo no puedo decir nada porque yo nunca lo vi hablar en tantas horas juntos en algún momento podría haber hablado de algo y no, nunca habló de nada, a lo mejor sería porque yo no me interesaba, no sé. Sra. Abogada: ¿Usted estuvo en su velatorio, se acuerda como era el clima que se vivía en ese momento, si hubo muchas personas, pocas? Sr. Sessa: Y había muchos muchachos jóvenes había unos cuántos, yo en ese momento estaba como shockeado realmente, porque me parecía una cosa que no me entraba en la cabeza. Yo fui al velorio y

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había unos cuántos amigos que tenían moto, sin ir más lejos Bolino iba al taller donde yo trabajaba, él tenía moto y yo se la atendía. Sra. Abogada: ¿Recuerda qué se comentaba, el porqué de lo que había pasado, cómo había muerto? Sr. Sessa: Yo lo único que escuché ahí que decían que lo habían levantado, que lo habían llevado y que lo habían matado, lo habían matado por allá por Colón arriba, a mí no me cabía en la cabeza porque realmente uno no estaba en...no me entraban esas cosas en la cabeza, de verdad. Sra. Abogada: ¿Recuerda usted cómo era el clima que se vivía en la ciudad en ese año? Estamos hablando del año '75. Sr. Sessa: Y yo me acuerdo que paraban mucho los militares en la calle en ese momento, a mí me pararon varias veces con moto, sin ir más lejos con motos de clientes. Sra. Abogada: Estamos en el año '75, todavía estábamos en democracia. ¿Los militares, personas de uniforme? Sr. Sessa: Yo nunca tuve problemas, lo que pasa que como uno estaba trabajando todo el día, yo en ese momento estaba en otra cosa, de noche andaba con las motos de carrera, después de trabajar todo el día en el taller a la noche trabajaba en la casa de mi mamá con motos de carrera y ahí es donde venía Roberto a la noche, de ahí lo conocí yo más que todo. Sr. Juez: Bueno, muy bien, puede retirarse gracias.

-Acto seguido el testigo se retira y dice el

Sr. Juez: María Elena Sanmartino. Tome asiento por favor. La hemos convocado a prestar declaración testimonial en la causa 890, en la que se investiga en este momento el secuestro y el homicidio de su hermano, de manera que usted está comprendida en las generales de la Ley, lo mismo tiene obligación de decir verdad. Si se pone de pié le tomo juramento.

-Acto seguido la testigo se pone de pie a fin de prestar juramento. Continúa el

Sr. Juez: ¿Jura usted según sus creencias decir la verdad de lo que supiere y le fuere preguntado? Sra. Sanmartino: Sí. Sr. Juez: Tome asiento y cuéntenos todo lo que conoce respecto de las circunstancias que rodearon a este hecho. Sra. Sanmartino: Como usted sabe, yo hablo como hermana de mi único hermano Roberto Sanmartino, aunque yo el día de su secuestro y de su muerte no estaba en la ciudad porque hacía pocos días que me encontraba fuera del país. El hecho de haber salido de Mar del Plata unos días antes, me permitió sobrevivir y también vivir, decirlo en un sentido amplio y grande de la palabra. Sin embargo a lo largo de estos treinta y dos años en que he vivido y he disfrutado, he guardado en un rincón de mí, una zona oscura, dolorosa, ligada a la muerte de mi hermano. Estos días pensaba que me sentía un poco como la Antígona de la tragedia de Sófocles, es decir como alguien que guarda una deuda con un hermano muerto que no ha sido legalmente enterrado. Yo tengo la esperanza que hoy ustedes -el Tribunal- pueda hacerse cargo de alguna manera de esta parte de la deuda que tiene que ver con colocar la memoria de mi hermano en el lugar que le toque en la historia y de hacer justicia respecto de un asesinato político que quedó absolutamente impune. Aunque yo no estaba aquí aquella noche, evidentemente he escuchado los relatos de mi madre más de una vez y de otras personas cercanas a lo largo de estos treinta y dos años. Por lo tanto voy a empezar relatando lo que recuerdo, lo que

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conozco, que mi madre me ha transmitido y que de alguna manera he ido cimentando en mi mente y en mi recuerdo a lo largo de estos años. Por lo que yo sé mi hermano había dado clases de Psicología del Trabajo la noche del miércoles 4 de junio de 1975, estas clases terminaban según entiendo a las diez de la noche, hace poco me he enterado que terminada la clase, otros componentes supongo que de la cátedra, o compañeros o algunas compañeras que trabajaban con él allí, se habían retirado y solo quedaba él y otra compañera que estaba embarazada - de esto me he enterado hace muy poco- y que en el momento que estaban por salir mi hermano le dice "vos estás embarazada, andate, andate rápido porque la cosa viene muy mal viene pesada" o algo así. Quiere decir que él sabía que algo estaba pasando aquella noche, no sé cómo. No sé exactamente dónde lo secuestraron, nunca he sabido que hubiera un testigo del secuestro a pesar que siempre hemos mantenido los oídos abiertos a este tema. He escuchado que su moto quedó tirada en la avenida Libertad, aunque ahora he escuchado que era otro lugar, pero esto es lo que yo tenía registrado. Y no sabemos qué ocurrió en esas cuatro horas que pasaron desde que fue secuestrado suponemos sobre las diez y algo de la noche y entiendo que a las dos de la mañana en que fue encontrado su cadáver acribillado a balazos. No sabemos qué pasó con él, me ha sorprendido mucho la declaración del señor Bolino diciendo que había sido torturado, es la primera noticia que tengo de esto. Desde luego que mi madre en ningún momento lo supo o por lo menos no me lo transmitió. Lo que sí tengo claridad es que con la llave que le quitaron a Roberto, entraron en su domicilio de la calle 14 de julio entre Bolívar y Colón. Revolvieron todo el departamento y se llevaron objetos de allí. No sé si antes o después con la llave también de él fueron a casa de mi madre. En ese momento en la casa de mi madre estaba ella y una amiga mía, Mónica Tomasick, que desde hacia años a raíz de que habían muerto sus padres era una gran amiga, vivía con nosotros y en ese momento vivía con mi madre. Ellas estaban durmiendo, era sobre las dos y media de la madrugada, sintieron voces y sorprendidas se levantaron y se encontraron con un grupo de hombres, no sé decir cuántos, tengo la idea de que podían ser tres, pero no lo sé con certeza. Estas personas las obligaron a quedarse en la cama, tapadas las cabezas, mientras que hablaban con ellas y revolvían la casa, estuvieron dentro más de dos horas, creo que dos y media, lo revolvieron todo, pidieron a mi madre las alhajas, el dinero, mi madre una persona de gran coraje fue capaz de ocultar lo que tenía, preguntaron porqué no podían mirarlos, porque ellos dijeron que eran policías y mi madre preguntó porqué no podía mirarlos si eran policías y sí recuerdo una anécdota que me contó Mónica que habla un poco del calibre cultural de esta gente, es decir era gente anti comunista fanática e inculta absolutamente. Porque una cosa que hicieron fue revisar todas las bibliotecas que había en la casa y entre ellas en la habitación de Mónica había una biblioteca donde había todo tipo de libros y entonces de pronto agarran un libro que se llamaba "Detrás de la cortina de hierro" y entonces le dicen "mire, por este libro la podemos meter en la cárcel" y entonces Mónica que era una persona inteligente les dice "pero no se da cuenta que esto es contrario a lo que ustedes están diciendo, "cortina de hierro", esto solamente se habla desde el lado del capitalismo y de la derecha y no desde el lado de la izquierda". O sea que hablaban desde una posición de que alguien de que pudiera tener un libro relacionado con el comunismo podía ser encarcelado. Sr. Juez: Una pregunta. ¿Dónde estaba ubicada la casa de su mamá? Sra. Sanmartino: San Martín entre Independencia y Catamarca. San Martín 3128. Sr. Juez: O sea cerca de la seccional 1ª. Sra. Sanmartino: Al lado, a la vuelta, exacto. Sr. Juez: O sea, San Martín entre Independencia y Catamarca. Sra. Sanmartino: Se llevaron objetos, un plan ladronzuelos, televisores, radios, alhajas y luego las dejaron encerradas, cortaron las correas de las persianas de las ventanas, cortaron los hilos telefónicos, rompieron la llave de la cerradura de la puerta de entrada, con lo cuál es como que las dejaron en una tumba, solo que no se habían dado cuenta que había otra entrada, una entrada de servicio por dónde mi madre y Mónica pudieron salir. Lo siguiente es que por la mañana avisaron a mi madre que el cuerpo

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de mi hermano había sido encontrado en la calle Colón y 212, acribillado a balazos. He sabido, no sé esas cosas que uno va sabiendo a través del tiempo de que alguien oyó sus gritos allí, es decir estaba vivo cuando lo llevaron a ese lugar. No he conseguido a pesar del esfuerzo que he hecho estos meses..... Cassette 1 B (Continúa Sra. Sanmartino): ...que me contaron qué decían esos gritos, pero era algo relativo a por qué, por qué yo, pero supongo que era demasiado doloroso para poder inscribirlo en la memoria. Esto es lo que sé respecto concretamente del secuestro y asesinato. Ahora había pensado encuadrar un poco esta muerte tal como yo lo pienso en el contexto de la personalidad de mi hermano y luego en el contexto de la situación que se vivía en ese momento de la cuál yo también era parte. Mi hermano era una persona muy conocida y muy querida en la ciudad. Como tantos otros jóvenes de las viejas familias marplatenses, mi hermano había estudiado en el colegio Mariano Moreno -que no sé si existe todavía- y en aquella época ya era una persona muy interesada por los fenómenos sociales, había participado en las luchas entre la escuela libre, la escuela laica de aquella época y siendo yo todavía muy joven porque me llevaba mi hermano ocho años a mí, lo recuerdo siempre en su interés profundo por la música y en aquella época daba seminarios de historia del jazz en las distintas escuelas secundarias de la ciudad. Sobre el año '60 terminada su escolaridad viaja a La Plata donde estudia Derecho, estudia Derecho dos o tres años, también en aquella época cultiva la música y todo tipo de instrumentos y de canto y luego regresa a Mar del Plata donde estudia sicología en lo que era entonces el Instituto Superior de Ciencias de la Educación, antes de la creación de la carrera de sicología y luego convalida y finaliza su formación donde se crea la carrera de psicología de la Universidad Provincial. Durante aquel tiempo cultiva la música, tiene grupos de jazz y también de folclore, digo esto para mostrar los distintos ámbitos en los cuales él era una persona conocida en distintos ámbitos culturales de la ciudad. Durante aquel período últimamente he leído un montón de cartas que tenía mi madre en el período en el que él estaba en La Plata y donde muestra siempre una intensa sensibilidad social y una oposición siempre muy importante a cualquier tipo de encuadramiento político, mi hermano fue siempre un libre pensador, es decir, una persona con gran sensibilidad social, pero siempre muy rebelde, muy opuesto a la inscripción en cualquier estructura jerárquica o al sometimiento a cualquier autoridad. Esto era una característica de su personalidad, yo creo que desde que era muy niño. Una vez terminada la carrera él empieza a dar clases en la universidad, es docente en varias asignaturas y empieza a trabajar como psicólogo clínico. Es decir que en el momento de su muerte es conocido como psicólogo, como docente, como músico y también como amigo de sus múltiples amigos de muchos ámbitos de los estratos sociales como se podrá ir viendo a lo largo de esta audiencia. Todo esto lo digo porque tengo la convicción de que mi hermano era una persona que no estaba encuadrada políticamente en ninguna organización, era una persona que fue elegida simplemente porque era una persona reconocida, porque era una persona muy querida y porque esto iba a provocar lo que provocó, que fue una estampida de la ciudad, es decir, los psicólogos de la ciudad y en general el mundo universitario se conmocionó tremendamente con la muerte de Roberto, al día siguiente media Mar del Plata a nivel universitario estaba fuera de la ciudad. Hace un momento una amiga que está aquí presente, me decía, justo unos días antes de la muerte de tu hermano yo tenía preparado un pedido para ingresar como docente en una cátedra en la Facultad de Psicología y en el momento que me entero que matan a Roberto, digo "yo no presento este pedido de ninguna manera", es decir es una señal de que el horror en la Universidad se sembró en todos los niveles. Hay algo que me he olvidado de decir y es que entre las cosas que mi madre y Mónica me contaron respecto del interrogatorio que les hicieron cuando estuvieron dentro de la casa estos asesinos, le preguntaron a ellas dónde estaba yo y donde estaba mi marido. Esto nos hizo llevar la carga durante todos estos años de la hipótesis tremenda de pensar que aquella noche en realidad no solo pensaban asesinar a Roberto sino también a su cuñado y a su hermana. Yo creo que el sentir general de la gente de Mar del Plata y la gente ligada a la Universidad en aquel momento fue que este asesinato había sido obra de la triple A. De hecho hace unos años, en el año 2000, se le hizo a Roberto un homenaje en la Facultad de Psicología y recuerdo que la decana de la Facultad de Psicología en ese momento en el discurso que hizo de homenaje a Roberto dijo justamente esto, por un lado Roberto había sido asesinado con el objetivo de sembrar el terror y que la ciudad había tenido la convicción de que esto había sido obra de

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la triple A. Si les parece bien podría intentar hablar un poco de la época tal como yo la viví, porque creo que esto evidentemente está inserto en una serie de hechos y de situaciones de terror que se fueron generando en la ciudad, a lo largo del año '74 y '75. Porque en verdad yo creo que el temor se fue instalando progresivamente en la ciudad a partir de la primavera del '74. Yo cuento cuál era mi situación brevemente, yo había sido estudiante de la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica, para esa época era profesora de literatura y daba clases como ayudante de pedagogía en la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica y era jefe de trabajos prácticos de pedagogía universitaria en humanidades provincial. Al mismo tiempo desde el año '70 en que había fallecido mi padre, era personal no docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad Provincial, es decir, trabajaba en la secretaría de la Facultad de Humanidades Provincial. En el mes de noviembre, creo que día 15, del año '74, la policía federal fue a la casa de mi madre a buscarme. Allí encontró a mi hermano y a Mónica - la misma persona de la que hablaba antes- y se los llevó. Con mi hermano fueron adonde yo vivía -yo me acababa de casar y vivía en otro lado- y entonces fueron con mi hermano a buscarme y allanaron mi departamento en el que vivíamos con mi marido. Me llevaron a la federal, nos llevaron a los tres a la federal, en su momento estaba en la calle Sarmiento y allí nos tuvieron en una cocina oscura durante un montón de horas y luego nos interrogaron, uno por uno. Mi hermano y Mónica salieron rápidamente y a mí me tuvieron un buen rato preguntándome tonterías, tonterías digo porque eran cosas del tipo de "¿Qué actividad tiene usted en la Facultad?", "yo soy ayudante de cátedra, de no sé qué", este tipo de cosas. Pero hay algo que recuerdo y que en ese momento yo no entendía muy bien, pero luego charlando con otra gente he comprendido más y es que mientras me interrogaban, delante de mí había un panel y en ese panel había un recorte del diario en el cuál aparecía el asesinato de Ortega Peña. Esto era el escenario que montaron para mi interrogatorio. Después comprendí que este tipo de ligazones superficiales y ridículas que llevaron a actos terribles a lo largo de aquella época. Yo pregunté porqué me habían llevado a la federal, qué había hecho yo para que me llevaran allí y me dijeron que alguien había denunciado de que en mi casa había armas, cuando yo era una pobre docente universitaria. Lo que sí es cierto es que yo había estado como tesorera en el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Provincial y parece ser que el hecho de trabajar para el bien común dentro de la Universidad era un acto que podía ser considerado sospechoso. En aquella época el jefe de personal no docente de la Universidad era alguien que se decía era de la policía federal que era Roberto Schiro y se suponía que era él quién daba este tipo de versiones extrañas. De hecho yo provengo de una familia la cuál, el trabajo en pro de la sociedad y de la comunidad es algo que yo mamé desde muy pequeña, mi padre había sido presidente de la UCIP de Mar del Plata, era miembro del Rotary Club, trabajaba para el bien del conjunto, quiero decir, trabajaba en sociedades de beneficencia, mi madre también, mi madre era...yo que sé...después de muerto mi hermano con toda su fortaleza creó el coro de la Asociación Cristiana Femenina, donde muchas mujeres que sufrieron después y padecieron cosas terribles, fueron allí recogidas y acogidas, quiero decir que yo siempre tuve la tendencia a participar y a estar en actividades solidarias y de grupo. Sr. Juez: Dijo que el jefe de personal era Roberto... Sra. Sanmartino: Schiro. Sr. Juez: Y usted cree que era... Sra. Sanmartino: Se decía en aquella época que él trabajaba para la federal. Sr. Juez: ¿Esto en Humanidades? Sra. Sanmartino: No en la Universidad, jefe de personal de la Universidad Provincial. Estábamos en noviembre del '74, en el mes de diciembre viene Isabelita a Chapadmalal y se corre la voz en la Universidad de que van a encarcelar a todo el mundo que oliera a progresista o a izquierda de alguna manera, con lo cuál ya había una situación bastante aterrorizadora en el mes de diciembre del '74. Yo me voy de vacaciones, en febrero del '75 vuelvo a trabajar y la situación en la Facultad de Humanidades de la Universidad Provincial era de terror, la gente tenía miedo, pánico y no se sabía

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muy bien a qué, se sabía que la policía podía venir en cualquier momento, que podían cerrar las puertas, que podían llevar a la gente a la cárcel, era una situación realmente de terror. Yo no me acuerdo en qué momento la CNU toma, o la derecha peronista toma las riendas de la Universidad, no me acuerdo en qué mes fue, pero si me acuerdo que en el mes de febrero había muchísimo temor en la Facultad. En el mes de marzo suceden los hechos que todo el mundo conoce, la muerte de Piantoni, de Videla, Elizagaray, etc. el 29 de marzo ponen la bomba en la casa el doctor Andrés Cabo a quien conocíamos, éramos parte del equipo docente de la Facultad de Humanidades y allí entendimos que la situación se estaba volviendo muy tremenda, que ello era una casa de brujas y en ese momento y no recordamos exactamente en qué fecha un alumno de la Facultad- no me acuerdo quién era- pero que trabajaba para la Base Naval, nos avisó que había listas negras de la marina, de personas que habían sido señaladas para ser asesinadas. Es decir que era un momento en que corrían muchos rumores y nadie sabía si creer o no creer las cosas que se decían, pero este compañero nos contó que mi marido y yo estábamos en una lista negra de la marina para matarnos. Este hecho creo que verdad o no verdad, salvó nuestra vida porque en aquel momento tuvimos mucho temor por nosotros y decidimos irnos. He sabido a posteriori que la policía interrogó a mi hermano en algún momento, no sé cómo ni dónde y creo que por la calle preguntándole por mi marido y por mí, cuando ya estábamos a mitad del mar cruzando hacia Europa. Es decir que tenemos prácticamente la certeza de que sobrevivimos por pocos días. Es decir, nosotros llegamos a España el 30 de mayo y la noche del 4 de junio lo fueron a buscar a Roberto y probablemente nos hubieran buscado a nosotros también. Seguramente me queda alguna cosa pero es que ahora mismo me parece que ya he dicho todo lo que pensaba decir, lo que tengo para decir. Sr. Juez: Con toda la información que tiene este hecho, el secuestro y el homicidio de su hermano, teniendo en consideración también la persecución de que usted fue víctima, esta está más relacionada con la Universidad. ¿Cómo lo circunscribiría? Es decir ¿De dónde cree usted que se tomó la decisión de secuestrar y matar a Sanmartino? Porque usted dice, sabemos que es la triple A, ¿pero usted cree que es una decisión que viene de Buenos Aires, que se tomó en Mar del Plata, que la gente a la que molestaba su hermano era gente de Mar del Plata, la gente que usted y su esposo molestarían por su manera de pensar es de Mar del Plata, cómo lo ve usted ahora a la distancia y después de toda esta recopilación? Sra. Sanmartino: Soy sincera, la verdad es que no tengo la menor idea, porque verdaderamente mi hermano era un hombre que no tenía una militancia concreta, era un hombre que hablaba mucho, era un gran comunicador, pero no era un persona encuadrada, era un producto de la Universidad. Sr. Juez: Pero el golpe fue para la Universidad, porque usted dice que cuando lo matan a su hermano, todos los psicólogos se van de la ciudad, o sea que queda desguarnecida. Sra. Sanmartino: Eso lo tengo claro, pero no sé de dónde viene. Sr. Juez: No, está bien, pero usted lo ve como que fue un golpe directamente a la Universidad. Sra. Sanmartino: A las universidades, yo creo que esto estaba dirigido al mundo universitario, sí señor. Sr. Juez: Estaba dirigido al mundo universitario, a la izquierda universitaria. Sra. Sanmartino: Estoy convencida de eso, si a la izquierda en un sentido muy amplio, estoy convencida de esto. Sr. Juez: ¿Quiere decir algo más? Sra. Sanmartino: Ahora mismo no.

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Sr. Juez: ¿Quiénes se quedan con las cátedras desmanteladas? Sra. Sanmartino: Me parece que hay otras personas que podrán contestarlo. Es que yo me fui, yo no volví al país hasta el año '83. Sr. Juez: ¿Pero nunca se enteró como la habían reemplazado? Sra. Sanmartino: Si ahora lo recuerdo, dentro de estas secuencias de hechos, cuando ya habíamos decidido marchar de aquí recibimos -tanto mi marido como yo- un telegrama- esto me había olvidado- firmado por el secretario en aquel momento de la Universidad que era el señor Cincotta, donde nos expulsaban de la Universidad a diez personas de la Facultad de Humanidades, entre los cuáles estábamos mi marido y yo. No sé quién se hizo cargo de las cátedras, no lo sé, pero a lo mejor otras personas pueden saberlo. Sr. Juez: Debe haber documentos. Sra. Sanmartino: Sí, no lo sé. Sr. Juez: ¿Pero había también una lucha en el cuerpo docente digamos por haber...los hachamos a ustedes...? Sra. Sanmartino: No, no lo veía, yo creo que no, que esto venía de otro lugar. Sr. Juez: Las diez personas que dijo ¿recuerda algún nombre?, de las diez personas que hizo mención que recibieron un telegrama. Los que recuerde. Sra. Sanmartino: Sí, el doctor Cabo, Hugo Guangirolli, no recuerdo más. Sr. Juez: ¿Y vinculados a qué cátedras eran? Sra. Sanmartino: Andrés Cabo, ustedes lo han tenido aquí ya lo sé, era...yo no me acuerdo la cátedra que tenía en aquel momento pero fue el profesor de psicología, de psicoanálisis, psicología profunda de la Universidad de toda la vida y Guangirolli me parece que daba neuropsicología, pero hay alumnos o ex alumnos que lo sabrán mejor que yo. Sr. Abogado: Una pregunta. Esta persona usted dijo Mónica, el apellido es Tomassi... Sra. Sanmartino: Tomasik. Sr. Abogado: ¿Vive esa persona? Sra. Sanmartino: No, murió hace unos diez años. Sr. Abogado: En las circunstancias en que usted relató que esta gente con posterioridad al secuestro de su hermano va a la casa de su madre. ¿Hacen referencia concreta a su hermano, o se le refieren cuestiones de su hijo a su madre o solamente van a saquear y a permanecer ahí? Sra. Sanmartino: Yo tengo la impresión de que no, de que fueron a saquear y que preguntaron por nosotros, no sé si preguntaron por él, mi madre nunca me supo precisar. Sr. Abogado: ¿Su madre todavía no tenía conocimiento de qué había pasado en ese momento con su hermano?

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Sra. Sanmartino: No, claro, no, mi madre pensaba que eran ladrones, después le dijeron que eran policías, no sabía qué es lo que había pasado. Sr. Abogado: ¿Usted puede recordar la fecha en que usted fue cesanteada? Sra. Sanmartino: Sí, fue...el telegrama me dejaba cesante a partir del 14 de abril del '75. Sr. Abogado: Usted hizo referencia a una persona que le había hecho un comentario respecto que había unas listas negras de la marina ¿quién es esa persona? Sra. Sanmartino: Yo creo que se llama...le decían "Pupi", no puedo decir mucho más, le decían "Pupi" pero... Sr. Abogado: No sabe el nombre. ¿Usted tuvo conocimiento de que se instruyera una causa penal a raíz de la muerte de su hermano? Sra. Sanmartino: De estas cosas me acabo de enterar hace veinticuatro horas, se que se abrió una causa que duró un mes y que al mes se cerró. Sra. Abogada: ¿En su trabajo como no docente en la Universidad Provincial, la conoció a la licenciada Maggi, o como docente también? Sra. Sanmartino: No, yo era no docente en la Universidad Provincial, conocí a la licenciada Maggi de la Universidad Católica donde yo fui alumna y docente, claro que la conocía, era una excelente persona. Sra. Abogada: Usted recuerda circunstancias en ese momento, en el marco de todos estos actos que como bien dice fue un golpe a la Universidad, a las universidades, porque en ese momento estaba la Provincial y la Católica. Recuerda el papel que llevaba adelante Coca Maggi en ese proceso que se estaba viviendo en las Universidades. Sra. Sanmartino: Mire, yo con respecto al tema de la unión de las universidades y demás me he enterado por Internet, yo eso no lo conocía en aquel momento, sí que conocía el estilo del pensamiento de Coca Maggi, que era una persona muy abierta, muy solidaria y con una ideología muy poco definida. Desde luego que debía estar trabajando a favor de que la Universidad funcionara mejor y que llegara a más ámbitos ciudadanos, pero no puedo dar más elementos que esos, tal como yo la conocía, cuando supe que había muerto me pareció tan ridículo, sin sentido, injusto, estúpido como fue lo de mi hermano. Yo lo incluiría dentro de un mismo estilo. Sr. Juez: Dos golpes a la Universidad. Sra. Sanmartino: Dos golpes a la Universidad de personas, esto, justamente conocidas por tener un espíritu así como muy amplio y muy poco fanático, muy poco dogmático. Sr. Juez: Pero convocante. Sra. Sanmartino: Convocantes, exactamente uno y otro, sí. Yo creo que este es el contexto de verdad. Sr. Juez: Bien, puede retirarse, muchas gracias.

-Acto seguido la testigo se retira. Dice el

Sr. Juez: Carlos Tabbia. Tome asiento. Le explico lo mismo, usted ha sido citado a prestar declaración testimonial en la causa 890 en la que se está investigando el secuestro y el homicidio de

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Roberto Sanmartino, de manera que lo que declare debe ser bajo juramento y promesa de decir verdad. Usted obviamente es víctima del terrorismo de Estado por lo que se acaba de escuchar, igualmente tiene obligación de decir verdad. Si se pone de pie le tomo juramento.

-Acto seguido el testigo se pone de pie a fin de prestar juramento. Continúa el

Sr. Juez: Señor Carlos Tabbia ¿jura según sus creencias decir la verdad de lo que supiere y le fuere preguntado? Sr. Tabbia: Sí. Sr. Juez: Tome asiento y puede iniciar su relato. Sr. Tabbia: Es medio difícil hablar en este momento, después de lo que ha hablado mi mujer y todo lo que va a salir. Ciertamente que es difícil hablar, sobre todo en una situación donde uno es superviviente. Yo creo que atinente a lo que usted decía de que era un golpe a las dos universidades y me parece que es correcto el planteo, porque yo soy egresado de la carrera de Filosofía de la Universidad Católica en el año '70 y también empecé después en la Universidad Provincial la carrera de Psicología de la cuál terminé en el año '74. Por lo tanto yo soy egresado de las dos, Facultad de Humanidades, en una como profesor en Filosofía y en la otra como licenciado en Psicología. No me acuerdo ahora, creo que fue en el año '69, fui elegido delegado estudiantil ante el Consejo Académico de la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica. En el '69...había pasado mayo del '68 hacia muy poco, había un ambiente muy movido en la Universidad, era un ambiente de mucha ilusión y no había tanta diferencia de planteos ideológicos y -lo que son las paradojas de la vida- en ese momento mi compañero de curso era Elio Aprile que después fue alcalde de esta ciudad y otra compañera, Ana Corral, y ellos me propusieron que yo fuera como delegado estudiantil ante el Consejo Académico. En ese momento yo me tomé en serio lo de ser delegado estudiantil y no ser un miembro del staff del Consejo Académico y entonces me dediqué a informar a los compañeros lo que se hablaba en el Consejo Académico de la Universidad. Eso creó un escándalo tan grande, que aquellos que me habían propuesto como delegado estudiantil me llevaron a un juicio público y fui juzgado por la asamblea de la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica, donde se me pedía cuenta de mis intervenciones públicas, dando cuenta lo que pasaba, pues claro; si uno es delegado estudiantil, es delegado de los estudiantes no delegado de las autoridades. En ese momento el decano era un sacerdote que se llamaba Rafael Taliercio -que después creo que cambio de profesión- y había otra persona...todo esto lo digo porque tiene su vinculación con lo que pasó después, una persona que ha muerto que se llamaba Saltu, que era profesor de la Base Naval y este señor -yo después supe que había pedido un informe a la marina de mi vinculación política, que no tenía ninguna, solamente era un estudiante que estaba con todo el fervor de la época- y la Universidad decide expulsarme, cuando me faltaban pocas materias para terminar la carrera de Filosofía. Lo que me permitieron era que diera las materias que me faltaban y tuve el placer de examinarme con el decano que era bastante, una persona muy piadosa, no sé sí sabía Filosofía, pero era muy piadoso. Y me tocó examinarme justo con los que eran mis rivales ideológicos que en algún momento me habían apoyado y tuve el placer de que no me pusieron matrícula de honor porque era vergonzoso siendo un alumno expulsado, pero los otros que eran los que estaban al servicio de la Facultad tuvieron mucho menos nota que yo, con lo cuál digo, por lo menos fue un pequeño triunfo en ese momento de tanta persecución. O sea que yo ya salgo de la Universidad con este cartel de peligroso, subversivo, no sé que me habrán puesto, lo que sé -como dijo mi esposa antes- que termino en una lista de la marina para ser eliminado, más tarde. Empiezo a trabajar, empiezo a estudiar la carrera de Psicología en la Universidad Provincial y yo también era docente, yo estudiaba por un lado la carrera de Psicología y por otra parte trabajaba en la carrera de ciencias de la Educación porque yo ya era profesor, por lo tanto podía tener esta doble actividad. Me nombran auxiliar docente del Departamento ...

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Cassette 2 A (Continúa Sr. Tabbia): En la Facultad de Humanidades había cinco carreras. Ciencias de la Educación, Psicología, Sociología, Ciencias Políticas y Antropología, y yo era el auxiliar del departamento de Ciencias de la Educación con el profesor José Willaude que en aquel momento era el director del departamento. Más tarde entró como director del departamento Guillermo Sablof que ya era miembro del departamento, un excelente pedagogo de reputación en todo el país, pasa a ser el director del departamento y Olga Canietto de Zabala Rodríguez, pasa a ser la jefa del departamento y yo paso a ser el auxiliar y después hay otra persona -que no me acuerdo el nombre- me parece que se llamaba María Ercilia Báez, es hermana de Federico Báez, total que de ese departamento de Ciencias de la Educación, los matan a todos menos a mí que estoy viviendo en España, por lo tanto vuelvo a ser de vuelta un superviviente. Lo matan a Guillermo Sablof en la ciudad de La Plata, matan a Olga Canietto en la ciudad de Buenos Aires, a María Ercilia Báez la matan aquí en Mar del Plata y yo estoy viviendo en el extranjero. Este es el contexto en el cual está viviendo la ciudad la represión. Entonces pego un salto y vuelvo al año '75. Sr. Juez: ¿Qué año era? Sr. Tabbia: Estoy hablando hasta ahora...mire esto me tuve que buscar por Internet. A Guillermo Sablof lo matan el 20 de enero de 1976 en la ciudad de La Plata, saquean su casa y lo fusilan. A Olga Canietto la secuestran en Buenos Aires el 22 de diciembre de 1976. En este contexto vuelvo al momento en que en noviembre de 1974 van a mi casa - como dijo mi esposa- y nos revuelven la casa, yo en ese momento también trabajaba como profesor en la escuela secundaria, enseñaba Lógica, también dando gala de gran nivel intelectual los policías que entraban descubrieron un libro rojo al lado de la cama y cuando lo abrieron era el libro de Petrona de Gandulfo que tenía las tapas rojas, el nivel intelectual de esta gente realmente descollaba, para descubrir los datos. En noviembre nos allanan, a mí no me encuentran porque estaba trabajando, yo pongo un hábeas corpus para los tres que finalmente no fue necesario. En diciembre había todo el terror en la ciudad por la venida de la señora esta María Isabel Martínez de Perón y en marzo matan al doctor Piantoni, no se cuál es el nombre. Leyendo la información que aparece en Google buscando por Internet, ahí aparece una información donde el doctor Jorge Aguilera llama a terminar con la infiltración marxista en las universidades. Claro, esto dicho en un funeral es muy inquietante, porque además el señor Jorge Aguilera era el asesor jurídico de la Universidad Provincial, o sea que era una persona que tenía una responsabilidad muy grande dentro de la Universidad, esto es del 20 de marzo. El 22 de marzo matan a un militar que se llamaba Jorge Videla, a sus dos hijos y al primo de estos que se llamaba Elizagaray y al doctor Goldemberg, 22 de marzo. El 29 de marzo le ponen la bomba al doctor Cabo que era un colega docente de la Facultad de Humanidades. El 14 de abril nos despiden - tengo acá copia del telegrama que nos mandaron, que me mandaron a mí por el cuál me despiden de los cargos que yo tenía en la carrera de Ciencias de la Educación, firmado por un señor que se llama Eduardo Cincotta, creo que hijo porque tiene una "h" detrás-, el telegrama tiene fecha 16, pero la resolución del rectorado es del día 14 de abril, no da ninguna razón por la cual me echan. En realidad echan a diez personas porque expulsan a dos personas por cada carrera, entonces echan a Guangiroli y a Cabo de Psicología, a Sanmartino y a mí de Ciencias de la Educación y de las otras carreras me parece que también expulsan a Roberto Carri que también lo matan y los demás no me acuerdo. Pero sé que era como si eso fuera como una especie de sentencia de muerte, porque era que sube el doctor Catuogno a la Universidad e inmediatamente hacen como una especie de señalamiento de los peligrosos, peligrosos que éramos gente que en general no teníamos un encuadramiento sino que estábamos interesados en aquellos lemas que creo que siguen siendo válidos que supongo que recuerdan lo de la independencia económica, soberanía política y la justicia social, yo creo que siguen siendo lemas válidos que sobre todo se demostraron que eran válidos cuando después viene el golpe militar y Martínez de Hoz destruye toda la industria nacional, o sea que en ese sentido siguen siendo ideas válidas. El 7 de mayo, estamos a 14 de abril, expulsados de la Universidad, en ese momento hemos decidido marcharnos, el 7 de mayo embarcamos para España, el 9 de mayo secuestran a Coca Maggi - estoy haciendo un relato de lo que era el clima que lleva hasta la muerte de mi cuñado- a mitad de mayo la policía interroga a Roberto por la calle, lo detiene y le pregunta por mi mujer y por mí, dónde estábamos y por otras

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personas que no sé por quienes. El 4 de junio lo secuestran a Roberto, invaden su domicilio, invaden la casa de mi suegra y preguntan por mi mujer y por mí de vuelta, dónde estamos, creo que eso se lo preguntan a Mónica que estaba viviendo ahí. Este es el contexto en el que muere Roberto y en el contexto donde nosotros somos supervivientes. Antes de terminar esto porque supongo que la mesa querrá preguntarme algo, querría retomar algo que confirma la idea de que este golpe, esta muerte de Roberto estaba escrita dentro de una situación de generar terror en la ciudad, terror a gente de la Universidad, de las Universidades, porque cuando a la testigo Marta García de Candeloro la interrogan en el juicio contra el presidente Viola, quieren descalificar el testimonio de esta testigo fundamental, aduciendo que ella era conocida de Roberto Sanmartino, de María Elena Sanmartino y de Carlos Tabbia y ahí aparecíamos mi mujer y yo signados como marxistas o cosa por el estilo y el juez de la defensa de Viola consideraba que el hecho de que nosotros fuéramos tildados con ese adjetivo descalificaba el testimonio de una testigo fundamental. Con lo cuál va apareciendo realmente que el nombre de mi mujer y mío aparece muy ligado a una situación donde la muerte de mi cuñado, que de haber sucedido eso en ese momento golpeaban directamente a las dos Universidades, porque estábamos los dos, mi mujer docente en la Universidad Católica, yo docente en la Universidad Provincial, egresados de ambas, realmente hubiera sido una situación de terror. No hizo falta, porque el terror lo generaron igual, por eso como decía mi esposa hubo tanta desbandada, gente que salió huyendo, ni volvieron a trabajar, hubo gente que abandonó las cátedras, conseguían lo que de alguna manera ellos querían que era limpiar a la Universidad de impuros, porque limpiar de marxistas como si los marxistas fueran una enfermedad. Ellos sí son puros, por eso tienen derecho a matar y disponer de la vida de los demás y todavía siguen generando temor, porque hoy en día sigue habiendo temor en la ciudad porque parece que esta gente está muy bien vinculada a los aparatos ideológicos del Estado y a los aparatos represivos del Estado. Yo con esto lo que quería era mostrar cómo la muerte de mi cuñado estaba escrita en una situación planificada de terror, que no viene del día antes de la muerte, sino que viene dado por períodos que se van continuando y por eso puse como fecha la del año '69 cuando a mí la marina me hace la investigación y cómo esto ha continuado - no sé si esto ya ha cambiado o sigue continuando- pero me parece que los aparatos represivos siguen estando bastante activos y no se duermen. Esto es lo que tenía que declarar y el porqué de la muerte de mi cuñado ya mi esposa lo ha dicho todo porque nosotros al estar fuera no teníamos un acceso directo. Lo que sí es cierto en ese sentido me sorprendió lo que dijo el testigo anterior César, me parece que dijo él que había mucha gente, la información que tenía es que no había gente en el velatorio porque estaban todos asustados, estaban mis hermanos, mis padres, mi suegra, los tíos de la novia y nadie más, porque los compañeros de Roberto que iban, iban puntuales porque era como ir a ser fichados. En relación con esto diría que es importante cómo en la Universidad existe o existían en el departamento de prensa de la Universidad, personas que se dedicaban a filmar todos los actos que se hacían, tanto en la época del '73, '74, había gente que tenía la afición a hacer periodismo y filmar y parece que todos estos documentos se pueden encontrar todavía en la Universidad o sea que supongo que ahí hay un poco más de información. Sr. Juez: Una sola pregunta. ¿Usted está seguro de que a mitad de mayo es la policía la que lo interroga a Roberto Sanmartino? Sr. Tabbia: No, no estoy seguro, porque yo no estaba. Sr. Juez: ¿Pero cómo le llegó?, ¿le llegó...? Sr. Tabbia: Me llegó que era la policía. Sr. Juez: ¿En la calle? Sr. Tabbia: Sí, pero no sé más que esto, supongo que esto se puede a lo largo de la mañana aclarar. Sr. Juez: Perfecto. Doctora León.

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Sra. Abogada: ¿Recuerda quiénes actuaban en el ámbito universitario, estudiantil, como identificados claramente con esta política de terror que finalmente se va imponiendo? Sr. Tabbia: Mire, yo estaba en ese momento muy vinculado a la Facultad de Humanidades de la Universidad Provincial y en ese momento en esa Facultad no había, no había gente que pudiera estar significada como de los aparatos de este tipo de grupos. Tal es así que cuando Catuogno asume el rectorado de la Universidad, que sería la intervención que hace, en Humanidades provincial ponen como decano a un tal me parece que se llamaba Luccini o Luchetti, ¿Lucchini?, que era el grupo del FEN, en aquel momento era un grupo peronista, un peronismo que se había separado de todo, estaba más en la derecha porque no tenían gente, además hubieran puesto gente de la pesada, se hubiera reventado la...yo lo que sé que cuando...claro yo tuve que marcharme y no pude retirar mi título de psicólogo, fue mi hermana a retirarlo y este Lucchini dijo que yo era una mala persona, que era una persona así...un desprecio, maltrata a una persona que no tiene nada que ver porque en última instancia era mi hermana. Yo creo que ese grupo de Lucchini y del FEN fue lo más a la derecha que había en esa Facultad. Sra. Abogada: ¿Y recuerda en otras facultades o en las facultades de la Católica...? Sr. Tabbia: No estaba, porque donde tenía fuerza este grupo era en la Facultad de Derecho. Sra. Abogada: ¿De la Católica? Sr. Tabbia: Claro en ese momento de la Católica, sí, era un grupo...ahí había una guerra muy fuerte entre...ustedes conocen muy bien en la ciudad los fiscales y todas estas cosas. En Humanidades - usted hizo una pregunta antes a mi esposa- no había una lucha por la cátedras realmente, lo que sí pasó que una vez que echaron a todos los profesores que podían tener - los echaron o los mataron- como a Guillermo Sablof, Olga Cañueto de Zabala Rodríguez. toda esta gente, después vinieron militares como docentes, gente así de mucho nivel, pero no sé quiénes eran estas personas. Sra. Abogada: ¿Y qué recuerda usted que esto que acaba de decir "ustedes saben lo que pasaba en la ciudad...fiscales"?, nos puede aclarar porque como estamos en el contexto de un juicio penal es necesario más allá de qué personas podamos saber los que estamos aquí presentes a que se refiere, pero es necesario que el testigo lo explicite si así efectivamente le consta. Por eso le pregunto usted hace referencia a algo como que es sabido. ¿Nos puede explicar a qué se está refiriendo? Sr. Tabbia: Muy bien no, pero por ejemplo hoy me enteré que la muerte de mi cuñado que sucede el 5 de junio, el fiscal - creo que se llamaba Demarchi - da por concluida la investigación al cabo de treinta días porque no había pruebas y creo que Demarchi ha tenido una función pública hasta hace poco - no sé- sigue siendo una persona del Poder Judicial. También se hablaba de Hooft, porque él, que fue después el profesor de Filosofía del Derecho, fue compañero mío de carrera de Filosofía, éramos compañeros él y su esposa, éramos compañeros de curso, en ese momento una persona muy agradable, pero después por lo que ha ido saliendo en la prensa, parece que había una cierta dificultad para recoger los hábeas corpus, pero calcule que yo en ese momento estaba totalmente afuera y luchando por la supervivencia como Bolino y aterrorizados, porque nosotros nos fuimos un tiempo como para que pasara la tormenta y nos pilló el toro ahí y la vida nuestra cambió totalmente. Sra. Abogada: ¿Usted se refiere al doctor Pedro Hooft? Sr. Tabbia: El que después fue juez, sí, sí, también tenía una cervecería la familia que era bastante emblemática en la ciudad, una cervecería alemana, me parece, ¿Balduino puede ser que estuviera? uno que tenía librería, toda una familia muy emblemática en aquel momento, pero no conozco nada y no quiero que generen de mí una denuncia de cosas que no tengo, porque yo no estaba en el ámbito del Derecho.

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Sr. Juez: ¿Pero sí, le llama la atención que un homicidio de esas características no haya sido investigado, o que la investigación sea...? Sr. Tabbia: Mire, o son muy eficientes los aparatos de investigación que en veintiocho días puedan resolver un juicio o hay una intencionalidad de dar por archivado. Sr. Juez: Claro, la eficiencia en el corto plazo se traduce en el esclarecimiento. Lo que a usted le llama la atención que en el corto plazo... Sr. Tabbia: No haya habido esclarecimiento y se haya archivado y haya quedado como... Sr. Juez: Como N.N. como un homicidio más... Sr. Tabbia: Sí, si, como si no hubiera tenido ninguna repercusión, son tantas contradicciones que uno encuentra en la realidad que... Sr. Abogado: Ustedes viajan a España obviamente exiliándose verdad, en función de esa cesantía que habían tenido el 14 de abril. ¿Ustedes con el señor Sanmartino en ese momento, hablaron la posibilidad también de que él viajara, le dijeron "venite con nosotros a España", se habló de eso? Sr. Tabbia: Sí. Sr. Abogado: ¿Y él que...? Sr. Tabbia: Mi cuñado era una persona muy generosa, muy anárquico -como dijo mi mujer- un poco omnipotente, pensaba que las cosas se podían arreglar y él aunque estaba asustado porque creo que había tenido varias señales, lo habían ido a buscar a la casa, habían preguntado en el local de...él vivía, su madre en la calle San Martín 3128, debajo había un local comercial y habían ido a preguntar ahí por él, habían ido otra vez a la casa, habían subido y habían preguntado por él, lo habían parado en la calle, había muchas señales, pero él, no sabemos porqué y esto creo que pertenece al ámbito de lo privado, qué pasó que no se atrevió a moverse de la ciudad. Sr. Abogado: ¿Esas personas que eran, personas de civil o eran policías? Sr. Tabbia: Personas de civil. Mi suegra nos contaba que un día vinieron dos hombres y preguntaron por él en el piso dónde vivía mi suegra y mi suegra le dijo "te están buscando, andate" y todo el mundo le decía andate, pero él no se pudo ir. Sr. Abogado: Si usted tiene conocimiento, ¿Él no fue cesanteado? Sr. Tabbia: No. Sr. Abogado: O sea que no tuvo esa señal más contundente que la que tuvieron ustedes. Sr. Tabbia: No, no, no. Lo único que tenía esto, que había señales de que había un movimiento... Sr. Abogado: ¿Y respecto de noviembre del '74, cuando los van a buscar la policía y los lleva a la comisaría, sobre qué versaba el interrogatorio que a usted le hicieron? Sr. Tabbia: No, es que a mí no me detuvieron, a la que llevaron fue a mi mujer... Sr. Abogado: Y a su cuñado y a Mónica.

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Sr. Tabbia: A mi cuñado y a Mónica, van a la casa de mi suegra, estaban buscando a mi mujer, estaban en ese momento Roberto y Mónica, como no sabían dónde vivíamos nosotros porque nos acabábamos de casar, todavía no habíamos hecho el cambio de domicilio, Roberto nos acompaña y ahí lo llevan y cuando yo llego a mi casa el portero me dice "la policía se llevó a su mujer", entonces yo ni subí y fui a buscar un abogado -que no me acuerdo quién era- y sé que en aquel momento era candidato a intendente por el Partido Peronista en el año '74 -no sé quién era- y a través de mi suegra hicimos los hábeas corpus correspondientes, pero no sé que le preguntaban. Sra. Abogada: ¿Lo conoció a Juan Manuel Crespo, usted? Sr. Tabbia: Sí, éramos compañeros de curso. Yo tengo la desgracia que tengo en mi entorno montones de muertos, Hugo Garelik, Roberto Evangelista, eran compañeros de curso, Juan Manuel Crespo, una persona que estudiaba Sociología, además como yo era docente en la misma Universidad tenía muchos que eran o alumnos o compañeros y la verdad que me quedé totalmente sorprendido porque lo mataron, que yo sepa me quedé sorprendido cuando me enteré que lo habían matado. Sra. Abogada: ¿Sabe si su cuñado Roberto, lo frecuentaba, lo conocía también a Crespo? Sr. Tabbia: No tengo ni idea, la verdad que no tengo idea. ¿Él podía tener moto, Crespo, andaba en moto? Si andaba en moto podía tener alguna relación, porque mi cuñado era muy de los grupos de moteros, pero no sé si había alguna relación, la verdad que no tengo ni idea. Yo a Juan Manuel lo conocía como compañero de la Facultad. Sra. Abogada: ¿Sabía que había tenido una militancia, un acercamiento a una militancia política anterior al año...? Sr. Tabbia: ¿Crespo? No, no, yo de eso no sabía nada, creo que preparamos alguna materia juntos, pero no... Sra. Abogada: Está bien, pero no deja de llamar la atención también esto, como usted dice rodeado de muchas muertes pero todos vienen del ámbito universitario. Sr. Tabbia: Sí, sí. Sra. Abogada: Con militancia o sin militancia, pero con un claro ideario distinto al que se quería imponer. Sr. Tabbia: Eso es cierto. Sr. Juez: ¿En las víctimas, una manera de pensar, una actitud similar? Sr. Tabbia: Sí, sí, sí, claro. Guillermo Sablof fue una persona que era un gran pedagogo, que se dedicaba a todo lo que sea la Sociología de la Educación, la Educación Comparada enseñaba él y se dedicaba a investigar por ejemplo todo lo que eran los medios de penetración ideológica y estudiaba todo el asunto de los comics, el Pato Donald y como el Pato Donald transmitía toda una ideología, era un hombre que estaba muy comprometido con sus ideas de izquierda y realmente él lo decía, era director de una escuela secundaria, un hombre muy comprometido, pero realmente fue una cosa cruel lo que han hecho con él y con Olga Cañietto también, una muchacha joven. Sr. Juez: En su Universidad, en su Facultad, ¿Usted pudo observar la presencia de personal de civil - si bien usted se fue temprano en el '75- pero ejerciendo funciones de seguridad, ejerciendo funciones de custodios, en algunos casos armados, eso lo ha podido ver? Sr. Tabbia: Estamos en el año '74...

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Sr. Juez: Fines del '74, inicio del '75. Sr. Tabbia: Ahí había en la portería personas que hacían como de porteros -estoy hablando de Humanidades de la calle Libertad- Sr. Juez: De Maipú, a ver, eso me interesa. Sr. Tabbia: Había hombres que estaban, pero parecían que fueran como porteros que estaban cuidando el lugar pero no... Sr. Juez: ¿Pero los palpaban por ejemplo a usted antes de entrar o le revisaban algún bolso? Sr. Tabbia: No, yo no tuve esa experiencia nunca, en ese sentido no. Cuando mi cuñado nos manda una carta que fue creo que la única que hemos recibido, él la escribe en abril, nosotros la recibimos en mayo más o menos cuando estamos llegando, habla que en la Facultad hay un ambiente de terror, que hay policía, que cada dos por tres hay...se ve que esto se fue incrementando, claro. Nosotros a partir de enero, febrero del '74 ya empezamos a retirarnos ya estamos viendo que hay un extraño peligro y ya prácticamente nos desvinculamos, ya había terminado mi carrera de Psicología yo ya estaba como para irme, menos mal que nos fuimos porque seríamos dos números más de la lista. Sr. Abogado: ¿Usted después que se fueron a España tuvo conocimiento, por intermedio de familiares, a usted lo hayan seguido buscando, rastreando, después del golpe militar incluso? Sr. Tabbia: ¿En España? Sr. Abogado: No aquí, que usted haya tomado conocimiento que todavía el aparato represivo lo estaría buscando. Sr. Tabbia: En esta línea puedo decirle lo que me dijeron, que le preguntaron a mi cuñado cuando nosotros nos habíamos ido dónde estábamos, o le preguntaban a Mónica dónde estábamos o sea que nos habíamos marchado y nos estaban buscando, después no tengo ninguna información más. Lo que sí tenemos la certeza de que en España nos seguían a través de los consulados había todo un seguimiento a la gente que iba llegando, pero eso es otro capítulo. Sr. Juez: Puede retirarse, muchas gracias.

-Acto seguido el testigo se retira. Dice el

Sr. Juez: Tomas Grigera. Usted ha escuchado lo que se está investigando a través de estas audiencias, ha sido convocado a prestar declaración testimonial, tengo que hacerle saber que la Ley castiga al testigo que no dice la verdad al ser interrogado por las partes, con pena de prisión. ¿Usted ha sido víctima directa del terrorismo de Estado? Sr. Grigera: No, salvo por el terror en el que hemos vivido. Sr. Juez: Una víctima indirecta. De cualquier manera tiene la obligación de decir verdad. Si se pone de pie le tomo el juramento.

-Acto seguido el testigo se pone de pie a fin de prestar juramento. Continúa el

Sr. Juez: Licenciado Tomás Grigera ¿Según sus creencias presta juramento de decir verdad de todo lo que supiere y le fuere preguntado?

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Sr. Grigera: Sí. Sr. Juez: Bien, tome asiento. El capítulo de esta audiencia es todo lo que le ha ocurrido a Roberto Sanmartino y en parte a su familia, entonces queremos aportar los datos que usted tenga acerca de este hecho. Queremos escucharlo. Sr. Grigera: Con Roberto nos conocimos en la actividad docente en la Facultad de Humanidades en la carrera de Psicología, cuando yo era profesor adjunto y él era jefe de trabajos prácticos y actividad docente que yo desarrollaba en Mar del Plata desde el año '69, sin vivir acá, mi residencia era en la ciudad de La Plata y yo viajaba a dar clases acá. Esta actividad docente mía, es desde el año '69 hasta junio del año '75. Con posterioridad yo tomo la titularidad de la cátedra y él toma el cargo de profesor adjunto y el cargo de él de jefe de trabajos prácticos lo toma el psicólogo Eduardo Larriera. Conozco algunas cuestiones de Roberto y debo y deseo hablar de él y poco del contexto de esta ciudad a la que yo no pertenecía, salvo la circunstancia particular de que mi padre vivía acá en la ciudad de Mar del Plata. Había tomado esta decisión como jubilado. Con Roberto construimos ... Cassette 2 B (Continúa Sr. Grigera): ...construimos una fuerte y confiable amistad. Amistad limitada por el hecho geográfico de no vivir en el mismo lugar y por lo tanto no poder compartir algunas cuestiones de la vida cotidiana. Solamente eran nuestros encuentros en Mar del Plata cuando yo venía acá a dar clases y circunstancialmente algún viaje de él a la Plata donde nos visitábamos. Roberto - si se puede decir algo de su militancia- es que era un militante de la vida. Esta aseveración que hago de él es creo el rasgo más fuerte de Roberto Sanmartino, cuestión que ha influido profundamente y ha tenido consecuencia incluso en mi vida personal, porque aún yo lo soy gracias a él. Roberto era un hombre absolutamente libre, como ya han testimoniado personas más cercanas a él y esta militancia de la vida tenía un instrumento, una máquina que la expresaba, que era su moto. Esta influencia de Roberto en mi vida personal también tuvo que ver con el hecho de que yo también al fin y al cabo compro una moto en el mismo taller que él la había comprado. Y estar con Roberto era como estar siempre sentado en la parte de atrás de su moto, la sensación que uno tenía bajo cualquier circunstancia, social, docente, es que él siempre andaba en moto. Esta forma de vivir de Roberto tan expansiva y tan itinerante se expresaba también en sus largos viajes que él hacia, algunos en moto y otros no, pero siempre era un hombre de vivir en la intemperie, en la intemperie en el sentido más pleno, no solamente espacial. Cuando él tenía que someterse al hecho de ir a un hotel etc., esta situación lo revelaba, le fastidiaba y entonces cuando salía del hotel hacia pequeños hurtos -especialmente de la habitación- Él se sentía orgulloso de esos pequeños souvenir como podía ser un cenicero, una toalla, o los papeles que los hoteles disponen en las mesas para escribir cartas y cosas así. Roberto se había formado fuertemente y era su referencia personal y conceptual - y esto después es vinculante a los hechos- él se había formado con un doctor Lerner en Buenos Aires -padre del cantor, Alejandro Lerner- el doctor Lerner era discípulo de Carl Rogers. Roberto era un Rogeriano pleno. Esto alude en la cuestión Rugeriana a que en el campo de la educación o en el campo de la psicoterapia a la cuál Roberto se dedicaba, Rogers ponía como una cuestión central la provocación, la provocación hoy diríamos Socrática del alumno, provocarlo a pensar como un paciente, provocarlo a asumir sus responsabilidades frente a la vida, bajo las formas de la retórica de devolver preguntas, de cuestionar la fuente de la pregunta, en fin esta era la forma en que Roberto daba clases, atendía sus pacientes y se vinculaba socialmente. Era un verdadero provocador, pero en el sentido más vital no patotero. A veces conversábamos ya en los años '73, '74, aparecían formas sociales de la violencia que él detestaba. Era lo que hoy diríamos un verdadero demócrata. Roberto solía decirme, "Tomás, a nosotros si alguna vez nos matan será en el paredón de la vereda equivocada". Y él en esta expresión fuerte decía, porque para él, él, y nos incluía a los docentes, éramos personas poco simpáticas a la derecha por ser Psicólogos y éramos personas poco simpáticas a la izquierda por enseñar Psicología del Trabajo, o Psicología Laboral. En esos momentos para la izquierda intelectual eran formas de enseñar la explotación del trabajador etc. etc., prejuicios. Lo cierto es que a Roberto no lo matan en el paredón de ninguna vereda equivocada, sino que lo matan en la calle, en la intemperie. Yo desconozco las circunstancias de contexto que he escuchado, pero sí cuando él comienza a sentirse inquieto sobre su

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propio destino, me comparte el hecho de que días o semanas no recuerdo bien -antes de su muerte- a él lo interrogan. Lo interrogan y yo recuerdo que solamente él me dice eso, que lo interrogan y que lo interrogan acerca de qué hace él, quiénes son sus amigos, sus compañeros de trabajo, dónde estaba su hermana y que este interrogatorio a él le produce miedo y yo le pregunto ¿pero Roberto y vos qué hiciste en esas circunstancias? Y él dice "bueno, vos ya sabes como hablo yo, los gasté de arriba abajo, los sobré", entonces yo le dije "mira, esto que me decís no te lo van a perdonar". Mas allá de las excusas disfrazadas a veces de motivos por las cuáles podían matarlo, yo creo que esta cuestión que los hizo sentir a estos chacales asesinos, los hizo sentir en la incomodidad de lo que preguntaban y hacían. Creo que esto es un gran desencadenante de la muerte de Roberto. Frente a esta cuestión y lo que acontece con posterioridad, yo no me sentí naturalmente nada bien, no solamente por lo que nos atañe al campo de la Psicología, sino porque de algún modo en ese momento yo me sentí también de algún modo responsable. Porque tarde advertí que esta profunda admiración que teníamos por Roberto, él escondía en ese gran corpachón, escondía un niño, y escondía un niño con una pregunta muy terrible que él se preguntaba algo acerca de la muerte y esta forma del vivir itinerante expansiva, audaz, en la moto, era una búsqueda de la respuesta a esa pregunta informulable. Así que yo en ese momento sentí que por ser el titular de la cátedra, no había tenido la firmeza suficiente para interrumpir las clases y obligarlo de algún modo a que él se fuera. Pero claro, él era un hombre libre, era imposible a Roberto obligarlo a nada. Creo que estas circunstancias de su muerte, tienen que ver con la verdad necesaria acerca de los hechos sociales, políticos y represivos de ese momento. Creo que también las verdades tienen que ser verdades acerca de las personas mismas, acerca no solamente de las víctimas y victimarios, sino quién era Roberto, en una verdad que apenas yo personalmente puedo atisbar, pero esto que he mirado después de tantos años y las conversaciones tenidas últimamente en este reencuentro restaurador con quién era su pareja y su hermana y su cuñado, esta cuestión de Roberto que él algo sabía y que en esta militancia a ultranza y a toda costa sobre la vida, es parte también de lo que aconteció. Esto es lo que se me ocurre compartir en este momento. Sr. Juez: ¿Alguna pregunta? Bueno muchas gracias. Sr. Grigera: Si usted me permite, las cuestiones se abren y se cierran en cada uno de nosotros, en el campo de la justicia, pero estoy convencido de que los chacales asesinos aún jadean y salivan y que es necesario este acontecimiento judicial para que efectivamente nunca más. Sr. Juez: Muchas gracias.

-Acto seguido el testigo se retira. Dice el

Sr. Juez: María Cristina Guzzo. Tome asiento, usted ya sabe para qué ha sido convocada, le tengo que recordar que el Código Penal castiga con pena de prisión al testigo que no diga la verdad al ser interrogado por las partes, usted obviamente es víctima también del terrorismo de Estado, pero tiene la obligación de decir la verdad. Si se pone de pie le tomo juramento.

-Acto seguido la testigo se pone de pie a fin de prestar juramento. Continúa el

Sr. Juez: María Cristina Guzzo ¿jura según sus creencias decir la verdad de todo lo que supiere y le fuere preguntado? Sra. Guzzo: Sí. Sr. Juez: Usted puede iniciar el relato. Sra. Guzzo: Es difícil. Es fácil, hacer ahora una síntesis después que han hablado los amigos y los familiares. Creo que tuvo que pasar estos treinta y dos años para que finalmente comprendiéramos el asesinato de Roberto. Es un montón de tiempo, es una vida, es un giro del país, pero creo que en este momento nosotros los que estamos testimoniando podíamos haber estado sentados aquí, no

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hubiéramos podido antes, por el terror, por la falta de comprensión de porqué un sujeto como Roberto Sanmartino fue ajusticiado con más de veinte balazos, porque él era un pacifista. Lo podemos comprender ahora a la luz del conocimiento de cómo se manejaban los grupos represivos, las líneas de fuerza y el contexto socio político del Mar del Plata de aquellos tiempos, con suficiente distancia y aire como para poder hablar de ellos. Roberto como dijo Tomás era un hombre de la intemperie y murió como un gaucho. Era un cantor, era un hombre bello, por fuera y por dentro y lo movía la necesidad de libertad. Él era un hombre multi talentoso porque era capaz como profesional y como intelectual, pero también era un músico, era un compositor, era un dibujante, tenía condiciones artísticas y era sobre todo un cantor, así que si yo ahora puedo hacer una síntesis de nuestra patria que es como un Martín Fierro a la intemperie. Iban con "Chichín" con las guitarras, con esas motos como si fueran caballos y eso a Roberto le gustaba. Roberto era como una patriada pampeana, era un hombre de poncho, de guitarra, en todo esto había una pose también, era un seductor y era un provocador. A los que estábamos más cerca nos fue terriblemente difícil comprender su muerte por la personalidad que él tenía. La frase predilecta de Roberto para hacer su lectura de lo que estaba sucediendo en el país del '70 en adelante era "la izquierda y la derecha unidas, jamás serán vencidas", porque justamente con esa frase describía la generación de las luchas del poder por el poder mismo, a lo cuál él se oponía. En ese sentido tiene un pensamiento de vanguardia que era, ni derecha ni izquierda, sino en contra de la lucha del poder, por el poder. En esa repartición más democrática - como decía Grigera- cada uno en su lugar y que cada uno pueda ser libre, eso era su pensamiento. Por eso a pesar de que hubo señales de que él corría peligro, yo también me he sentido responsable de no haber tenido una responsabilidad mayor en basta y ya "se terminó", digamos fines del '74, principios del '75. Después de marzo que comenzaron los asesinatos en Mar del Plata, acá se olía la muerte, se olía caminar por la calle San Martín, se olía la muerte, yo dije "yo no vuelvo más a Mar del Plata, no se puede estar aquí", no volví, me quedé en Buenos Aires, "Roberto hay que irse, hay que irse", esa fue mi lucha de dos meses que fueron dificilísimos hasta que lo matan. Roberto creía que, o esas interrogaciones, esos encuentros que había con la policía se debían a que buscaban a María Elena y a Carlos. Él no se sentía un sujeto target, un sujeto a matar, porque él no había tenido ninguna militancia y era una manera también de negar las cosas, hasta que ya no pudo más, no pudo más negarlas, la última semana cuando ya en la casa ahora veo, me entero que estaba la madre también detrás, van al negocio de debajo de la casa a buscarlo y los empleados del negocio se lo dicen, le dicen "mirá, te están buscando, vinieron a buscarte acá, son dos tipos con camperas negras", entonces ya se fue para Buenos Aires - yo soy de San Pedro- fuimos el fin de semana a San Pedro, fui para hablar con el intendente de San Pedro, a Roberto también lo mató un terrible sentido de responsabilidad que él tenía que era cumplir con el trabajo, él decía "su obligación primera". Cómo dejar así de un día para el otro, a él no lo habían cesanteado, cómo abandonar la cátedra. Bueno parece que sí, estaba dispuesto y fuimos a San Pedro. Pero el lunes anterior al miércoles en que lo mataron, Roberto volvió porque tenía clases el lunes a las ocho y tomó el tren en Constitución para llegar a tiempo a la cátedra, una especie de ilusión que se hizo -ahora me doy cuenta después de treinta años- de que él podía ir con el tren, dar la cátedra y volver a escaparse de los que lo seguían. Hubo señales y lo que yo pude ir investigando ahora es, siempre gente con campera negra, así son los que entran a la casa de la madre y golpean a la madre y a Mónica y roban en la casa, son de campera negra, igual son los que lo interrogan en la calle, igual son los que van a buscarlo a la casa de San Martín y hablan con los empleados del negocio de abajo. Ahora podemos ver, no solo porqué lo mataron a Roberto, porque era emblemático como se dijo, porque movilizaba mucho a los estudiantes, porque era seductor y porque se quería dar un golpe a la Universidad. Pero yo ahora revisando el expediente veo dos cosas que me llaman poderosamente la atención y quisiera poder discutirlas si es posible. Una es que se piden en el expediente se piden los antecedentes de Roberto, se piden también a La Plata porque él había estado en La Plata estudiando primero. No hay ningún antecedente, no hay antecedentes de Roberto en La Plata. Y lo de Mar del Plata son, este interrogatorio que hace la policía junto a la hermana y a Mónica, de noviembre, que es profesor adjunto de la Universidad de Humanidades -eso puesto como antecedente- y que en el año '72 -también que fue a pedir renovación de pasaporte para viajar a Siria, antecedente- y el otro antecedente que envió una postal en 1972 desde Chile a un señor Tenembaum, mandó una postal a Tenembaum, eso es su antecedente. Yo me pregunto y quiero dejarlo acá bien claro. Tenemos que traquetear después de treinta años con un expediente donde se nos burla y se nos dice que el antecedente de un

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asesinato de veintitrés balazos es porque mandó una postal, lo dejo la pregunta. Otro interrogante mío sobre el expediente. Cierra el 10 de julio de 1975, treinta y cuatro días después del final, firmado Demarchi, dice que - acá lo tengo- "Habiéndose practicado todas las diligencias necesarias para el esclarecimiento del hecho, individualización y captura del autor o autores del mismo sin que ellas hayan dado resultado favorable", así que en un mes se liquida toda la investigación, se da por cerrado. "Resuelvo: sobreseer provisionalmente la presente causa, instruida con motivo de homicidio de que fue víctima Sanmartino. Archívese, 14 de julio de 1975" un mes y medio. Está bien, treinta años, por suerte aquí estamos vivos y bien vivos y bien presentes para decir queremos justicia, pero también para ir por la explicación de expedientes y actuaciones como estas, señor Juez. Sr. Juez: Lamento sinceramente que no esté el Fiscal para que escuche lo que usted está diciendo, pero nosotros vamos a tomar cuenta. Sra. Guzzo: Pero queda grabado, porque si estoy aquí es porque quiero saber, porqué una persona pacifista fue asesinada y porqué la causa fue archivada sin ser investigada. Nada más. Sr. Juez: ¿Quieren hacer alguna pregunta a la testigo? El Tribunal va a evaluar todo lo ocurrido en la audiencia de hoy en los próximos días. Pasamos a un cuarto intermedio, creemos que es hasta el día lunes 31, porque no sabemos bien qué es lo que ocurre con el feriado donde tenemos también varios testigos para ese día.