07 Septiembre 2015

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07 Septiembre 2015

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  • 7 SEPTIEMBRE DE 2015 Lunes. Tercera semana

    FERIA

    Invitatorio

    Introduccin a todo el conjunto de la oracin cotidiana.

    V/. Seor, breme los labios. R/. Y mi boca proclamar tu alabanza.

    Antfona: Entremos a la presencia del Seor, dndole gracias.

    Salmo 99 Alegra de los que entran en el templo

    El Seor manda que los redimidos

    entonen un himno de victoria. (S. Atanasio)

    Aclama al Seor, tierra entera, servid al Seor con alegra, entrad en su presencia con vtores.

    Sabed que el Seor es Dios: que l nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebao.

    Entrad por sus puertas con accin de gracias, por sus atrios con himnos, dndole gracias y bendiciendo su nombre:

    El Seor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona: Entremos a la presencia del Seor, dndole gracias.

    Laudes (Lu. III)

    HIMNO Llenando el mundo, el sol abre la maana ms y ms.

  • La luz que transcurre ahora an ms pura volver. Descansa el peso del mundo en alada suavidad, teje la santa armona del tiempo en la eternidad.

    Vivir, vivir como siempre; vivir en siempre, y amar, traspasado por el tiempo, las cosas en su verdad. Una luz nica fluye, siempre esta luz fluir desde el aroma y el rbol de la encendida bondad.

    Todo en rotacin diurna descansa en su ms all, espera, susurra, tiembla, duerme y parece velar, mientras el peso del mundo tira del cuerpo y lo va enterrando dulcemente entre un despus y un jams.

    Gloria al Padre omnipotente, gloria al Hijo, que l nos da, gloria al Espritu Santo, en tiempo y eternidad. Amn.

    SALMODIA Antfona 1: Dichosos los que viven en tu casa, Seor.

    Salmo 83 Aoranza del templo

    Aqu no tenemos ciudad permanente,

    sino que andamos en busca de la futura. (Hb 13,14)

    Qu deseables son tus moradas, Seor de los ejrcitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Seor, mi corazn y mi carne

  • retozan por el Dios vivo.

    Hasta el gorrin ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Seor de los ejrcitos, Rey mo y Dios mo.

    Dichosos los que viven en tu casa, alabndote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinacin:

    cuando atraviesan ridos valles, los convierten en oasis, como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones; caminan de baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sin.

    Seor de los ejrcitos, escucha mi splica; atindeme, Dios de Jacob. Fjate, oh Dios, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido.

    Vale ms un da en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados.

    Porque el Seor es sol y escudo, l da la gracia y la gloria; el Seor no niega sus bienes a los de conducta intachable.

    Seor de los ejrcitos, dichoso el hombre que confa en ti!

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 1: Dichosos los que viven en tu casa, Seor.

  • Antfona 2: Venid, subamos al monte del Seor.

    Cntico, Is 2,2-5 El monte de la casa del Seor en la cima de los montes

    Vendrn todas las naciones y se

    postrarn en tu acatamiento. (Ap 15,4)

    Al final de los das estar firme el monte de la casa del Seor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montaas.

    Hacia l confluirn los gentiles, caminarn pueblos numerosos. Dirn: Venid, subamos al monte del Seor, a la casa del Dios de Jacob:

    l nos instruir en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sin saldr la ley, de Jerusaln, la palabra del Seor.

    Ser el rbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos.

    De las espadas forjarn arados, de las lanzas, podaderas. No alzar la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarn para la guerra.

    Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Seor.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 2: Venid, subamos al monte del Seor. Antfona 3: Cantad al Seor, bendecid su nombre.

    Salmo 95 El Seor, rey y juez del mundo

    Cantaban un cntico nuevo delante del trono,

  • en presencia del Cordero. (cf. Ap 14,3)

    Cantad al Seor un cntico nuevo, cantad al Seor, toda la tierra; cantad al Seor, bendecid su nombre, proclamad da tras da su victoria.

    Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones; porque es grande el Seor, y muy digno de alabanza, ms temible que todos los dioses.

    Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Seor ha hecho el cielo; honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor estn en su templo.

    Familias de los pueblos, aclamad al Seor, aclamad la gloria y el poder del Seor, aclamad la gloria del nombre del Seor, entrad en sus atrios trayndole ofrendas.

    Postraos ante el Seor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda; decid a los pueblos: El Seor es rey, l afianz el orbe, y no se mover l gobierna a los pueblos rectamente.

    Algrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los rboles del bosque,

    delante del Seor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regir el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 3: Cantad al Seor, bendecid su nombre. LECTURA BREVE

  • Hablad y actuad como quienes van a ser juzgados por una ley de libertad, porque el juicio ser sin misericordia para el que no practic la misericordia. La misericordia se re del juicio. (St 2,12-13) RESPONSORIO BREVE V/. Bendito sea el Seor ahora y por siempre. R/. Bendito sea el Seor ahora y por siempre.

    V/. El nico que hace maravillas. R/. Ahora y por siempre.

    V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. R/. Bendito sea el Seor ahora y por siempre. Benedictus, ant.: Bendito sea el Seor, Dios nuestro.

    Benedictus, Lc 1, 68-79 El Mesas y su precursor

    Bendito sea el Seor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitndonos una fuerza de salvacin en la casa de David, su siervo, segn lo haba predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

    Es la salvacin que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que jur a nuestro padre Abrahn.

    Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros das.

    Y a ti, nio, te llamarn profeta del Altsimo, porque irs delante del Seor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvacin, el perdn de sus pecados.

    Por la entraable misericordia de nuestro Dios,

  • nos visitar el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Benedictus, ant.: Bendito sea el Seor, Dios nuestro. PRECES Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que trabajasen concordes para su gloria, y pidamos con insistencia:

    Haz que te glorifiquemos, Seor.

    Te bendecimos, Seor, creador del universo, porque has conservado nuestra vida hasta el da de hoy.

    Mranos benigno, Seor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana; haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra.

    Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, y as todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos.

    A nosotros y a todos los que hoy entrarn en contacto con nosotros, concdenos el gozo y la paz.

    Llenos de alegra por nuestra condicin de hijos de Dios, digamos confiadamente:

    Padre nuestro, que ests en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada da; perdona nuestras ofensas, como tambin nosotros perdonamos

  • a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentacin, y lbranos del mal.

    Oracin

    Seor Dios, rey de cielos y tierra, dirige y santifica en este da nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabras y acciones, segn tu ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, alcancemos la salvacin ahora y por siempre.

    Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo

    en la unidad del Espritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

    R/. Amn. CONCLUSIN

    Por ministro ordenado:

    V/. El Seor est con vosotros. R/. Y con tu espritu. V/. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie vuestros corazones y vuestros pensamientos en el conocimiento y el amor de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Seor. R/. Amn. V/. Y la bendicin de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amn.

    Si se despide a la asamblea, se aade:

    V/. Podis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios.

    Si no es ministro ordenado y en la recitacin individual:

    V/. El Seor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amn.

  • Hora intermedia (L. III) Nona

    V/. Dios mo, ven en mi auxilio. R/. Seor, date prisa en socorrerme.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn. Aleluya.

    HIMNO

    I

    Fundamento de todo lo que existe, de tu pueblo elegido eterna roca, de los tiempos Seor, que prometiste dar tu vigor al que con fe te invoca.

    Mira al hombre que es fiel y no te olvida, tu Espritu, tu paz hganlo fuerte para amarte y servirte en esta vida y gozarte despus de santa muerte.

    Jess, Hijo del Padre, ven aprisa en este atardecer que se avecina, serena claridad y dulce brisa ser tu amor que todo lo domina. Amn.

    SALMODIA Antfona 1: Yo consulto, Seor, tus leyes, pues con ellas me diste vida.

    Salmo 118,89-96 XII (Lamed)

    Contemplacin de la palabra de Dios en la ley

    Os doy un mandamiento nuevo: que os amis unos a otros

    igual que yo os he amado. (Jn 13,34)

    Tu palabra, Seor, es eterna, ms estable que el cielo; tu fidelidad de generacin en generacin, igual que fundaste la tierra y permanece; por tu mandamiento subsisten hasta hoy, porque todo est a tu servicio.

  • Si tu voluntad no fuera mi delicia, ya habra perecido en mi desgracia; jams olvidar tus decretos, pues con ellos me diste vida; soy tuyo, slvame, que yo consulto tus leyes.

    Los malvados me esperaban para perderme, pero yo meditaba tus preceptos; he visto el lmite de todo lo perfecto: tu mandato se dilata sin trmino.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 1: Yo consulto, Seor, tus leyes, pues con ellas me diste vida. Antfona 2: T, Seor, fuiste mi esperanza desde mi juventud.

    Salmo 70,1-13 T, Seor, fuiste mi esperanza desde mi juventud

    Que la esperanza os tenga alegres;

    estad firmes en la tribulacin. (Rm 12,12)

    A ti, Seor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; t que eres justo, lbrame y ponme a salvo, inclina a m tu odo, y slvame.

    S t mi roca de refugio, el alczar donde me salve, porque mi pea y mi alczar eres t.

    Dios mo, lbrame de la mano perversa, del puo criminal y violento; porque t, Dios mo, fuiste mi esperanza y mi confianza, Seor, desde mi juventud.

    En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno t me sostenas,

  • siempre he confiado en ti.

    Muchos me miraban como a un milagro, porque t eres mi fuerte refugio. Llena estaba mi boca de tu alabanza y de tu gloria, todo el da.

    No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones; porque mis enemigos hablan de m, los que acechan mi vida celebran consejo; dicen: Dios lo ha abandonado; perseguidlo, agarradlo, que nadie lo defiende.

    Dios mo, no te quedes a distancia; Dios mo, ven aprisa a socorrerme. Que fracasen y se pierdan los que atentan contra mi vida, queden cubiertos de oprobio y vergenza los que buscan mi dao.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 2: T, Seor, fuiste mi esperanza desde mi juventud. Antfona 3: En la vejez y las canas, no me abandones, Dios mo.

    Salmo 70,14-24

    Yo, en cambio, seguir esperando, redoblar tus alabanzas; mi boca contar tu auxilio, y todo el da tu salvacin. Contar tus proezas, Seor mo, narrar tu victoria, tuya entera.

    Dios mo, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas, ahora, en la vejez y las canas, no me abandones, Dios mo,

    hasta que describa tu brazo

  • a la nueva generacin, tus proezas y tus victorias excelsas, las hazaas que realizaste: Dios mo, quin como t?

    Me hiciste pasar por peligros, muchos y graves: de nuevo me dars la vida, me hars subir de lo hondo de la tierra;

    acrecers mi dignidad, de nuevo me consolars; y yo te dar gracias, Dios mo, con el arpa, por tu lealtad;

    tocar para ti la ctara, Santo de Israel; te aclamarn mis labios, Seor, mi alma, que t redimiste;

    y mi lengua todo el da recitar tu auxilio, porque quedaron derrotados y afrentados los que buscaban mi dao.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 3: En la vejez y las canas, no me abandones, Dios mo. LECTURA BREVE

    Antes estabais vosotros alejados de Dios y erais enemigos suyos por la mentalidad que engendraban vuestras malas acciones, ahora, en cambio, gracias a la muerte que Cristo sufri en su cuerpo de carne, Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha y sin reproche en su presencia. (Col 1,21-22)

    V/. Taed para el Seor, fieles suyos. R/. Dad gracias a su nombre santo.

    Oracin

    T nos has convocado, Seor, en tu presencia en aquella misma hora en que los apstoles suban al templo para la oracin de la

  • tarde; concdenos que las splicas que ahora te dirigimos en nombre de Jess, tu Hijo, alcancen la salvacin a cuantos invocan este nombre. Por Jesucristo, nuestro Seor.

    R/. Amn.

    V/. Bendigamos al Seor. R/. Demos gracias a Dios.

    Vsperas (Lu. III)

    V/. Dios mo, ven en mi auxilio. R/. Seor, date prisa en socorrerme.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn. Aleluya.

    HIMNO Muchas veces, Seor, a la hora dcima sobremesa en sosiego, recuerdo que, a esa hora, a Juan y a Andrs les saliste al encuentro. Ansiosos caminaron tras de ti Qu buscis? Les miraste. Hubo silencio.

    El cielo de las cuatro de la tarde hall en las aguas del Jordn su espejo, y el ro se hizo ms azul de pronto, el ro se hizo cielo! Rab hablaron los dos, en dnde moras? Venid, y lo veris. Fueron, y vieron

    Seor, en dnde vives? Ven, y vers. Y yo te sigo y siento que ests en todas partes!, y que es tan fcil ser tu compaero!

    Al sol de la hora dcima, lo mismo que a Juan y a Andrs es Juan quien da fe de ello, lo mismo, cada vez que yo te busque, Seor, sal a mi encuentro!

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Amn.

  • SALMODIA Antfona 1: Nuestros ojos estn fijos en el Seor, esperando su misericordia.

    Salmo 122 El Seor, esperanza del pueblo

    Dos ciegos se pusieron a gritar:

    Ten compasin de nosotros, Seor, Hijo de David!. (Mt 20,30)

    A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo.

    Como estn los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus seores, como estn los ojos de la esclava fijos en las manos de su seora, as estn nuestros ojos en el Seor, Dios nuestro, esperando su misericordia.

    Misericordia, Seor, misericordia, que estamos saciados de desprecios; nuestra alma est saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 1: Nuestros ojos estn fijos en el Seor, esperando su misericordia. Antfona 2: Nuestro auxilio es el nombre del Seor, que hizo el cielo y la tierra.

    Salmo 123 Nuestro auxilio es el nombre del Seor

    Dijo el Seor a Pablo: No temas,

    que yo estoy contigo. (Hch 18,9.10)

    Si el Seor no hubiera estado de nuestra parte que lo diga Israel,

  • si el Seor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habran tragado vivos: tanto arda su ira contra nosotros.

    Nos habran arrollado las aguas, llegndonos el torrente hasta el cuello; nos habran llegado hasta el cuello las aguas espumantes.

    Bendito el Seor, que no nos entreg en presa a sus dientes; hemos salvado la vida, como un pjaro de la trampa del cazador: la trampa se rompi, y escapamos.

    Nuestro auxilio es el nombre del Seor, que hizo el cielo y la tierra.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 2: Nuestro auxilio es el nombre del Seor, que hizo el cielo y la tierra. Antfona 3: Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.

    Cntico Ef 1,3-10 El Dios salvador

    Bendito sea Dios, Padre de nuestro Seor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

    l nos eligi en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fusemos santos e irreprochables ante l por el amor.

    l nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos,

  • para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

    Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redencin, el perdn de los pecados. El tesoro de su gracia, sabidura y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dndonos a conocer el misterio de su voluntad.

    ste es el plan que haba proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona 3: Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos. LECTURA BREVE

    Dejad de denigraros unos a otros, hermanos. Quien denigra a su hermano o juzga a su hermano denigra a la ley y juzga a la ley; y, si juzgas a la ley, ya no la ests cumpliendo, eres su juez. Uno solo es legislador y juez: el que puede salvar y destruir. Quin eres t para juzgar al prjimo? (St 4,11-12) RESPONSORIO BREVE V/. Sname, Seor, porque he pecado contra ti. R/. Sname, Seor, porque he pecado contra ti.

    V/. Yo dije: Seor, ten misericordia. R/. Porque he pecado contra ti.

    V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. R/. Sname, Seor, porque he pecado contra ti. Magnficat, ant.: Proclama mi alma la grandeza del Seor, porque Dios ha mirado mi humillacin.

  • Magnficat, Lc 1, 46-55 Alegra del alma en el Seor

    Proclama mi alma la grandeza del Seor, se alegra mi espritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillacin de su esclava.

    Desde ahora me felicitarn todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por m: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generacin en generacin.

    l hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazn, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacos.

    Auxilia a Israel, su siervo, acordndose de la misericordia como lo haba prometido a nuestros padres en favor de Abrahn y su descendencia por siempre.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Magnficat, ant.: Proclama mi alma la grandeza del Seor, porque Dios ha mirado mi humillacin. PRECES Ya que Cristo quiere que todos los hombres se salven, pidamos confiadamente por toda la humanidad, diciendo:

    Atrae a todos hacia ti, Seor.

    Te bendecimos, Seor, a ti que, por tu sangre preciosa, nos has redimido de la esclavitud; haz que participemos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

    Ayuda con tu gracia a nuestro obispo () y a todos los obispos de la Iglesia, para que, con gozo y fervor, administren tus misterios.

  • Que todos los que consagran su vida a la investigacin de la verdad la hallen y, hallndola, se esfuercen en buscarla con mayor plenitud.

    Atiende, Seor, a los hurfanos, a las viudas, a los que viven abandonados, para que te sientan cercano y se entreguen ms a ti.

    Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusaln celestial, donde t, con el Padre y el Espritu Santo, lo sers todo para todos.

    Adoctrinados por el mismo Seor, nos atrevemos a decir:

    Padre nuestro, que ests en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada da; perdona nuestras ofensas, como tambin nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentacin, y lbranos del mal.

    Oracin

    Seor, t que con razn eres llamado luz indeficiente, ilumina nuestro espritu, en esta hora vespertina, y dgnate perdonar benignamente nuestras faltas.

    Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

    R/. Amn. CONCLUSIN

    Por ministro ordenado:

  • V/. El Seor est con vosotros. R/. Y con tu espritu. V/. La bendicin de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amn.

    Si se despide a la asamblea, se aade:

    V/. Podis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios.

    Si no es ministro ordenado y en la recitacin individual:

    V/. El Seor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amn.

    Completas (Lu.) V/. Dios mo, ven en mi auxilio. R/. Seor, date prisa en socorrerme.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn. Aleluya.

    EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos: Llegados al fin de esta jornada que Dios nos ha

    concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.

    Tras el silencio se contina con una de las siguientes frmulas:

    1.- Yo confieso ante Dios Todopoderoso

    y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisin. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

    Por eso ruego a santa Mara, siempre Virgen, a los ngeles, a los santos y a vosotros, hermanos,

  • que intercedis por m ante Dios, nuestro Seor.

    2.- V/. Seor, ten misericordia de nosotros. R/. Porque hemos pecado contra ti. V/. Mustranos, Seor, tu misericordia. R/. Y danos tu salvacin.

    3.-

    V/. T que has sido enviado a sanar los corazones afligidos:

    Seor, ten piedad. R/. Seor, ten piedad. V/. T que has venido a llamar a los pecadores:

    Cristo, ten piedad. R/. Cristo, ten piedad. V/. T que ests sentado a la derecha del Padre

    para interceder por nosotros: Seor, ten piedad. R/. Seor, ten piedad.

    Se concluye diciendo:

    V/. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

    R/. Amn. HIMNO

    De la vida en la arena me llevas de la mano al puerto ms cercano, al agua ms serena. El corazn se llena, Seor, de tu ternura; y es la noche ms pura y la ruta ms bella porque t ests en ella, sea clara u oscura.

    La noche misteriosa

  • acerca a lo escondido; el sueo es el olvido donde la paz se posa. Y esa paz es la rosa de los vientos. Velero, inquieto marinero, ya mi timn preparo t el mar y cielo claro hacia el alba que espero.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Amn.

    SALMODIA Antfona: T, Seor, eres clemente y rico en misericordia.

    Salmo 85 Oracin de un pobre ante las adversidades

    Bendito sea Dios, que nos alienta

    en nuestras luchas. (2Co 1,3.4)

    Inclina tu odo, Seor, escchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confa en ti.

    T eres mi Dios, piedad de m, Seor, que a ti te estoy llamando todo el da; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti;

    porque t, Seor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Seor, escucha mi oracin, atiende a la voz de mi splica.

    En el da del peligro te llamo, y t me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Seor, ni hay obras como las tuyas.

    Todos los pueblos vendrn a postrarse en tu presencia, Seor, bendecirn tu nombre:

  • Grande eres t, y haces maravillas; t eres el nico Dios.

    Ensame, Seor, tu camino, para que siga tu verdad; mantn mi corazn entero en el temor de tu nombre.

    Te alabar de todo corazn, Dios mo; dar gloria a tu nombre por siempre, por tu gran piedad para conmigo, porque me salvaste del abismo profundo.

    Dios mo, unos soberbios se levantan contra m, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti.

    Pero t, Seor, Dios clemente y misericordioso, lento a la clera, rico en piedad y leal, mrame, ten compasin de m.

    Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una seal propicia, que la vean mis adversarios y se avergencen,

    porque t, Seor, me ayudas y consuelas.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona: T, Seor, eres clemente y rico en misericordia. LECTURA BREVE

    Dios nos ha destinado a obtener la salvacin por medio de nuestro Seor Jesucristo; l muri por nosotros, para que, despiertos o dormidos, vivamos con l. (1Ts 5,9-10) RESPONSORIO BREVE V/. A tus manos, Seor, encomiendo mi espritu. R/. A tus manos, Seor, encomiendo mi espritu.

    V/. T, el Dios leal, nos librars. R/. Encomiendo mi espritu.

  • V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. R/. A tus manos, Seor, encomiendo mi espritu. CNTICO EVANGLICO Antfona: Slvanos, Seor, despiertos, protgenos mientras dormimos para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

    Nunc dimittis, Lc 2, 29-32 Cristo, luz de las naciones y gloria de Israel

    Ahora, Seor, segn tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.

    Porque mis ojos han visto a tu Salvador. a quien has presentado ante todos los pueblos:

    luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn.

    Antfona: Slvanos, Seor, despiertos, protgenos mientras dormimos para que velemos con Cristo y descansemos en paz. V./ Oremos:

    Oracin

    Concede, Seor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino, que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy, crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Seor.

    R/. Amn.

    El Seor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa.

    Antfona final a la Santsima Virgen Mara

    Bajo tu proteccin nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las splicas

  • que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, lbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

    Salmo 99Salmo 83Aoranza del temploAqu no tenemos ciudad permanente,sino que andamos en busca de la futura.(Hb 13,14)Cntico, Is 2,2-5El monte de la casa del Seor en la cima de los montes

    Salmo 95El Seor, rey y juez del mundo

    Benedictus, Lc 1, 68-79Salmo 118,89-96Contemplacin de la palabra de Dios en la leyOs doy un mandamiento nuevo:que os amis unos a otrosigual que yo os he amado. (Jn 13,34)Salmo 70,1-13T, Seor, fuiste mi esperanza desde mi juventud

    Salmo 70,14-24

    Salmo 122El Seor, esperanza del puebloDos ciegos se pusieron a gritar:Ten compasin de nosotros, Seor,Hijo de David!. (Mt 20,30)Salmo 123Nuestro auxilio es el nombre del Seor

    Cntico Ef 1,3-10El Dios salvador

    Magnficat, Lc 1, 46-55Salmo 85Nunc dimittis, Lc 2, 29-32