07-Estudio Asentamiento Tell Halula

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La aparición de las primeras sociedades cam- pesinas, denominadas tradicionalmente neo- líticas, representa uno de los hitos de la his- toria de la Humanidad. Se trata, en efecto, del paso que las poblaciones prehistóricas han realizado, bien sea a partir de la evolu- ción autóctona, bien por adopción de un modo de vida de larga tradición basado en la caza, la recolección y pesca, hacia la propia producción de subsistencia. Pero esta trans- formación no es puramente económica sino que implica variaciones significativas en otros ámbitos que integran las sociedades hu- manas. A menudo se ha enfatizado el desa- rrollo tecnológico como causa y/o efecto de esta transformación, pero no hay que olvidar las variaciones en la estructura de la pobla- ción, o el cambio en el sistema social, la mu- tación del mundo simbólico... De hecho, co- mo se destaca a menudo, el conjunto de in- novaciones realizadas por las primeras socie- dades se halla en la base del futuro desarrollo que unos milenios más tarde marcará la evo- lución hacia las sociedades complejas, con la aparición de la ciudad y del Estado. En la zona eurasiática se sigue conside- rando el Próximo Oriente, en general, y par- ticularmente las regiones más mediterráneas del área de Turquía, Siria, Líbano, Israel y Jordania, como los escenarios privilegiados para el estudio de esta transformación, dado que son las regiones naturales donde estos cambios se documentan con una mayor an- tigüedad y se dan a partir de una plena transformación autóctona, es decir, por pro- pia evolución. La zona del Valle del Éufrates constituye una de las zonas ecológicas don- de a partir de los trabajos pioneros de inves- tigadores como J. Cauvin, A. Moore y M. Van Loon en los yacimientos de Mureybet y Abu Hureyra, permitieron incorporarla al núcleo restringido de las áreas pioneras don- de se documenta plenamente la revolución agrícola: el Valle del Jordán, el oasis de Da- masco, el sudeste de Anatolia y las estriba- ciones del Zagros y del Taurus. 45 Estudio del asentamiento de Tell Halula (valle del Éufrates, Siria): aportaciones para el estudio de la emergencia de las sociedades agrícolas en el Próximo Oriente MIQUEL MOLIST Universidad Autónoma de Barcelona JOSEP ANFRUNS Universidad Autónoma de Barcelona WALTER CRUELLS Universidad Autónoma de Barcelona XAVIER CLOP Universidad Autónoma de Barcelona MARIA SAÑA Universidad Autónoma de Barcelona

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asentamientois humanos

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  • La aparicin de las primeras sociedades cam-pesinas, denominadas tradicionalmente neo-lticas, representa uno de los hitos de la his-toria de la Humanidad. Se trata, en efecto,del paso que las poblaciones prehistricashan realizado, bien sea a partir de la evolu-cin autctona, bien por adopcin de unmodo de vida de larga tradicin basado en lacaza, la recoleccin y pesca, hacia la propiaproduccin de subsistencia. Pero esta trans-formacin no es puramente econmica sinoque implica variaciones significativas enotros mbitos que integran las sociedades hu-manas. A menudo se ha enfatizado el desa-rrollo tecnolgico como causa y/o efecto deesta transformacin, pero no hay que olvidarlas variaciones en la estructura de la pobla-cin, o el cambio en el sistema social, la mu-tacin del mundo simblico... De hecho, co-mo se destaca a menudo, el conjunto de in-novaciones realizadas por las primeras socie-dades se halla en la base del futuro desarrolloque unos milenios ms tarde marcar la evo-

    lucin hacia las sociedades complejas, con laaparicin de la ciudad y del Estado.

    En la zona eurasitica se sigue conside-rando el Prximo Oriente, en general, y par-ticularmente las regiones ms mediterrneasdel rea de Turqua, Siria, Lbano, Israel yJordania, como los escenarios privilegiadospara el estudio de esta transformacin, dadoque son las regiones naturales donde estoscambios se documentan con una mayor an-tigedad y se dan a partir de una plenatransformacin autctona, es decir, por pro-pia evolucin. La zona del Valle del ufratesconstituye una de las zonas ecolgicas don-de a partir de los trabajos pioneros de inves-tigadores como J. Cauvin, A. Moore y M.Van Loon en los yacimientos de Mureybet yAbu Hureyra, permitieron incorporarla alncleo restringido de las reas pioneras don-de se documenta plenamente la revolucinagrcola: el Valle del Jordn, el oasis de Da-masco, el sudeste de Anatolia y las estriba-ciones del Zagros y del Taurus.

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    Estudio del asentamiento de Tell Halula (valle del ufrates, Siria): aportaciones para el estudio de la emergencia de las sociedades

    agrcolas en el Prximo Oriente

    MIQUEL MOLISTUniversidad Autnoma de Barcelona

    JOSEP ANFRUNSUniversidad Autnoma de Barcelona

    WALTER CRUELLSUniversidad Autnoma de Barcelona

    XAVIER CLOPUniversidad Autnoma de Barcelona

    MARIA SAAUniversidad Autnoma de Barcelona

  • La construccin del embalse de Tchrine enla zona del ufrates medio motiv, desde fi-nales de los ochenta, el inicio de una opera-cin de salvamento patrimonial auspiciadadesde el Ministerio de Cultura de la Repbli-ca rabe de Siria y en la que han participadoun importante nmero de instituciones e in-vestigadores internacionales, con equipos deGran Bretaa, Francia, Australia, Italia...La invitacin recibida por parte de la Direc-cin General de Antigedades y Museos(DGAM) de Siria en 1989, permiti fijarnuestro inters en un asentamiento en plenovalle fluvial y prcticamente indito: Tell Ha-lula. Se trata de un yacimiento excepcional depoca neoltica, con unas grandes dimensio-nes (8 hectreas de superficie y ms de 11 mde altura de potencia estratigrfica), en don-de las problemticas que se intuan a partir dela documentacin de la prospeccin prelimi-nar, se incorporaban plenamente a la lnea deinvestigacin que estbamos desarrollandodesde 1986 en la Universidad Autnoma deBarcelona. Desde ese momento el proyectose incorpor en el Programa de ActuacionesEspaolas en el Extranjero de la DireccinGeneral de Bienes Culturales y del Institutodel Patrimonio Histrico Espaol, otorgn-dole apoyo financiero y colaboracin tcnica,con la colaboracin ms puntual de la AECI,y de la Embajada de Espaa en Damasco. Porotra parte, el proyecto cont siempre con elapoyo incondicional de la DGAM del Mi-nisterio de Cultura de Siria y se erigi en elcentro de actuacin de un equipo interdisci-plinario de la Divisin de Prehistoria de laUAB, abierto a la colaboracin de investiga-dores, especialistas y estudiantes de otras uni-versidades e instituciones.

    La prioridad inicial dedicada al trabajo decampo, sobre todo de excavacin dado elcarcter de operacin de salvamento, se haido compensando a lo largo de los casi

    quince aos de actividad con la incorpora-cin de campaas de estudio y anlisis en elpropio yacimiento, con la realizacin deprogramas especficos de estudio o desarro-llo de analticas con la implicacin de nue-vos doctorandos y estudiantes en el progra-ma, lo que ha significado la realizacin detesis doctorales, o de trabajos de investiga-cin en el marco de los estudios universita-rios. Respecto a la difusin, los resultadoscientficos obtenidos han sido expuestos encongresos y reuniones, tanto nacionales co-mo internacionales, y sus aspectos ms no-vedosos han sido publicados en revistas es-pecializadas como Paleorient, Journal of Ar-chaeological Science... La publicacin siste-mtica de los resultados a escala detalladacon la publicacin de monografas ha sidootra de las actividades de difusin empren-didas con dos publicaciones ya realizadas.Tampoco se ha descuidado la divulgacingenrica, exponiendo desde 1993 los resul-tados en la prensa y revistas de divulgacingeneral (espaola, siria e internacional). Porltimo, en el aspecto de exposiciones, sedispone a peticin nuestra de un espacio ex-positivo en el Museo de Alepo, cuyo conte-nido se ha ido actualizando a medida que seavanzaba en el conocimiento y los hallazgosen el propio yacimiento. Nuestra participa-cin en 1996 en la exposicin Syrian-Eu-ropean Archaeology Exhibition: Workingtogether organizada por la Unin Europeay la DGAM de Siria, signific el inicio de lapresencia de nuestros trabajos en exposicio-nes internacionales como es el caso de la or-ganizada en 1998 en Bruselas con el ttuloSyrie; Aux origines de lEcriture o en1999 en Syrie. Terre de Civilisations, estaltima organizada por el Muse des Civili-sations de Montreal y que ha sido expuestaen diferentes ciudades de Canad, de Esta-dos Unidos y de Europa. Recientemente

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  • tambin se ha colaborado con exposicionesen Barcelona (Ciclo Mediterraneum delMuseu dHistria de la Ciutat de Barcelo-na) o en la ciudad de Gav. Completan es-ta lnea divulgativa un gran nmero de con-ferencias, tanto en las ciudades de Damascoo Alepo en Siria, como ciudades espaolas,destacando por su significacin las realiza-das en la fase inicial del proyecto en el Mu-seo Arqueolgico Nacional (Madrid) y laefectuada muy recientemente en el Musedu Louvre (Pars), donde se expusieron losprincipales resultados de los ltimos aos.

    Un medio privilegiado para el estudio histrico

    El Valle del ufrates, adems de ser un mar-co geogrfico emblemtico para la globali-dad de la historia antigua oriental, constitu-ye, en la parte del curso medio y alto de Si-ria y sudeste de Turqua, una regin naturalcuya ocupacin y explotacin durante latransicin de las sociedades cazadoras-reco-lectoras a las agrcolas y su consolidacin,est documentndose tanto en los aspectoshistricos y/o arqueolgicos como en losms medioambientales. Es por ello, que enel caso del asentamiento de Tell Halula, elecosistema preferencial de inters por partede las sociedades agrcolas arcaicas es el eco-sistema de ribera, que les permita benefi-ciarse de todos los recursos propios del lla-no aluvial y de los mrgenes del propio va-lle del ufrates como de los afluentes prxi-mos. Pero su ubicacin en la zona de con-tacto de varios ecosistemas naturales le per-mite, asimismo, explotar la zona de estepasemirida as como los recursos de una pe-quea cordillera o montaa baja que rodeanel asentamiento por la parte este. Los recur-sos naturales disponibles en estos tres am-

    bientes son plenamente explotados por loshabitantes y su caracterizacin y estudio,adems de los aspectos paleoeconmicos,nos han permitido una primera caracteriza-cin paleoambiental. En efecto, se ha podi-do establecer la zona como de estepa arb-rea, con unas condiciones hdricas y de plu-viosidad ms alta que en la actualidad, loque significaba una cubierta vegetal muchoms extensa con alta proporcin de gram-neas. En estos ltimos aos se est priori-zando, adems, la recuperacin de los indi-cadores paleoclimticos, tanto a partir de lasmetodolgicas usuales como a partir denuevos mtodos, como, por ejemplo, laaplicacin del anlisis de istopos estables.

    El asentamiento

    Una de las primeras prioridades del proyec-to fue establecer el marco cronolgico y es-pacial preciso de las ocupaciones presentesen el tell. A esta operacin, siempre bsicaen el inicio de un estudio, le sigui la exca-vacin y estudio de los niveles mejor con-servados y cuya documentacin se conside-

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  • ra ms significativa para el conocimiento delas primeras sociedades agrcolas orientales.En los ltimos aos se estn investigandoadems de los objetivos generales expuestos,dos temticas especficas: una centrada enlas prcticas funerarias, tanto en sus aspec-tos sociales como en la vertiente ms antro-polgica, es decir, en los aspectos poblacio-nales, demogrficos, ADN antiguo; la se-gunda se centra en el origen de la cermicay sus primeros desarrollos en relacin con laformacin de las culturas clsicas (Halaf,Samarra...). Hay que destacar no obstanteque, desde el inicio, se han priorizado, dadala poca y el inters histrico que represen-tan, el estudio de los fenmenos de la do-mesticacin animal y vegetal que van liga-dos a la aparicin de la agricultura y gana-dera como nuevas formas econmicas y defuerte incidencia social.

    Globalmente se han abierto y excavadounos 2.500 m2, distinguindose ms de cua-renta niveles de ocupacin con varios milesde unidades estratigrficas diferenciadas, yque permiten documentar una ocupacinprcticamente continua entre el 7800 y el5700 a. n. e. (aos antes de nuestra era, a

    partir de dataciones absolutas, principal-mente C14, calibradas), enmarcndose en loshorizontes histricos tradicionalmente de-nominados: Neoltico Precermico (Pre.Pottery Neolithic B PPNB fases media yreciente), Neoltico Cermico (Fases:Amuq A-B, Pre-Halaf ) y transicin Neolti-co-Calcoltico (culturas Halaf y Obeid). Ensuperficie, se han recuperado restos materia-les parciales de perodos ms recientes (PostUruk, Edad del Bronce, Edad del Hierro,Helenstico, etc.), pero hasta la actualidadno se han localizado horizontes y restos es-tructurales en posicin estratigrfica.

    El poblado: hbitat con arquitecturade adobe compleja

    El poblado tiene a lo largo de toda su ocu-pacin una extensin considerable, que al-canza las 8 hectreas en los momentos demayor concentracin. La organizacin delespacio construido es variable segn las eta-pas histricas, en la franja ms antigua en elVIII milenio. Las unidades de habitacin sepresentan de manera ordenada segn un ejedominante, sur-norte, con pequeos espa-cios de circulacin (de 0,40 cm a 1,5 m) en-tre ellas. Los espacios delante de las casasson ms amplios y se convierten en zonasabiertas donde se realizan buena parte de lasactividades domsticas de produccin. Enlas fases ms recientes del poblado (VII y VImilenio), el emplazamiento de las construc-ciones y la distribucin del tejido del pobla-do cambia significativamente con un gradode aglomeracin menor y la documentacinde grandes espacios libres y/o abiertos entrelas diferentes casas. Estos espacios son losque tambin nos muestran una gran rique-za de actividades domsticas, al documen-tarse hogares y hornos enterrados, grandesreas de acumulacin de testimonios de

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  • combustin, suelos preparados... Se ha des-cubierto un conjunto de elementos arqui-tectnicos que nos indican la capacidad deestas poblaciones para la construccin deequipamientos colectivos, al mismo tiem-po que nos indican una ciertaprevisin/predeterminacin en el modelode ocupacin del espacio en el interior delpoblado. Sin duda el ms espectacular es elimpresionante muro de piedra, con una al-tura conservada de unos 4 m y que la exca-vacin ha permitido ponerlo al descubiertoen una longitud continua de cerca de 30 m,pero que los anlisis globales (prospeccingeoelctrica, sondeos...) indicaran su locali-zacin en la globalidad de la parte oeste delasentamiento con una forma elptica quepuede superar los 200 m lineales. La fun-cin de esta construccin puede comparar-se a la famosa muralla de Jeric, pues se tra-tara de construir una terraza o plataformaelevada, en la cual se ubicaran construccio-nes, entre las cuales destaca un edificio decaractersticas arquitectnicas bien diferen-ciadas de las casas domsticas habituales(planta rectangular pluricelular compleja,piedra como material de construccin, etc.)y que podra constituir un edificio colecti-vo, si bien los datos disponibles son dema-siado parciales para hacer una propuesta de-finitiva. La fase inicial de esta construccinse data en torno al 7000 a. n. e., habindo-se documentado una continuacin en laspocas posteriores, durante ms de 1.500aos, hasta la poca del Halaf medio, conuna funcin similar. Esta construccin esexcepcional, dado que si bien se conocentrabajos de aterrazamiento en yacimientoscontemporneos, los documentos descu-biertos en Tell Halula constituyen, tantopor su monumentalidad como por la enver-gadura de la obra, los primeros testimoniosde arquitectura monumental en Siria.

    En las fases recientes del poblado, en tor-no al 6500 a. n. e., se documenta otra no-vedad importante con el hallazgo de unmuro o muralla con una altura media con-servada de 1,20 m, tambin construida enpiedra, pero esta vez con una funcin clara-mente de cierre, delimitando, o mejor di-cho, cerrando la instalacin sudeste del po-blado. En este mismo sector del yacimientose ha descubierto una fosa excavada con pa-redes y fondos arreglados a lo largo de losms de 20 m ya documentados y que indi-can su probable funcionalidad como unaestructura de canalizacin de aguas. Hayque destacar que este ltimo testimonio essingularmente importante, dado que prece-de en ms de un milenio, segn la docu-mentacin actual, a las ms antiguas evi-dencias de sistemas de irrigacin y constitu-ye una nueva evidencia de la capacidad ar-caica para la manipulacin de agua.

    En el mbito de la arquitectura domsti-ca, durante toda la fase del poblado, las uni-

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  • dades de habitacin muestran la gran habi-lidad e inversin de trabajo realizada. En lasfases ms arcaicas se trata de casas de mor-fologa muy uniforme de planta rectangu-lar, de tipo pluricelular con tres, cuatro ocinco habitaciones, distribuidas segn unplan ordenado que se va repitiendo en lasdiferentes unidades. El elemento central delas casas es una habitacin de grandes di-mensiones (entre 18-22 m2), de acabadocuidado como nos muestran los suelos y losmuros revestidos y enlucidos de cal y dondese instalan los dispositivos domsticos desti-nados a la coccin: hogar construido deplanta circular o rectangular y horno concubierta plana, construido sobre un zcalode piedra (que aumenta el poder calorfico),en ambos casos enlucidos tambin de cal.Las habitaciones complementarias tienenunas dimensiones menores, con una morfo-loga y calidad constructiva ms variada, co-mo muestra, por ejemplo, que las paredes ysuelos pueden o no tener un enlucido decal, la presencia de silos construidos u ho-gares es tambin variable. En fin, un con-junto de estructuras y/o distribuciones es-paciales de los restos materiales que indicanfuncionalidades complementarias, como elalmacenamiento, proceso de fabricacin detiles, secado de cereales, etc.

    Los materiales de construccin son eladobe, las piedras y, originalmente, la ma-dera, aunque en este ltimo caso su conser-vacin es muy reducida. Las piedras tienenun abundante uso para las hiladas inferioreso para los cimientos de las casas. El materialbase para la construccin es, no obstante, latierra, principalmente en forma de adobe,aunque tambin se ha documentado algntapial. Los adobes son ya de dimensiones ymorfologa uniformes y la maestra de losconstructores se constata en la construccinde ngulos dinteles... La buena conserva-cin del material orgnico carbonizado hapermitido descubrir esteras, de forma semi-circular o rectangular, ubicadas tanto en losespacios abiertos exteriores como en los in-teriores de habitaciones cerradas.

    En las fases recientes del poblado, esen-cialmente a partir de los horizontes Pre-Halaf, la arquitectura domstica muestrapeor conservacin que en las etapas ante-riores. Se trata de un hbitat domstico,con una gran riqueza estructural, dada lapresencia de dos tipos de construcciones: lacasa de planta rectangular o cuadrada (detipo pluricelular), continuando pues la tra-dicin anterior y, por otro lado, la plantacircular o tholoi, como se suelen denominarregionalmente. Si de las primeras no insis-

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  • timos, dado que sus caractersticas son pr-ximas a las ya descritas, destaca la aparicinde un nuevo tipo de construccin cuyas ca-ractersticas indicaran su uso complemen-tario, a nivel funcional, de las casas y/o ha-bitaciones de planta rectangular, lejos, portanto, de las primeras interpretaciones quese vinculaban a templos. En efecto, se tratade edificios de planta circular (tholoi) deconstruccin simple y de dimensiones me-dianas (dimetros entre 2,5 y 4,5 m) y tc-nicas de construccin similar a los anterio-res (zcalos de muros de piedra, suelos en-lucidos, etc.). Hasta la actualidad se handocumentado los tholoi tanto en las fasesms recientes de la poca Pre-Halaf comoen los horizontes Halaf.

    En las reas exteriores distinguiramosentre las que pueden considerarse principal-mente como reas de desechos, como porejemplo, las que se encuentran en paralelo alas casas de las fases antiguas; de las zonascon funcin ms diversificada documenta-da, por ejemplo en las zonas ms amplias,en la parte delantera de las casas, dondeadems de pequeas reas de desechos sedocumentan tambin reas de trabajo do-mstico o de actividad productora: descuar-tizamiento de animales, zonas de talla, etc.,y donde algunas estructuras construidas,bien de conservacin (silos), bien de com-bustin (hogares en cubeta, hogares en fo-sa, etc.) o, incluso, plataformas de secado(estructura de tipo grill plan) indican lagran actividad de estas reas. Las variacionesfuncionales de estos espacios externos en lasdiferentes fases del poblado son menores,variando, como indicbamos, ms por susdimensiones y distribucin que por el pro-pio contenido de los depsitos arqueolgi-cos, que siempre denotan su uso como lu-gar prioritario de las actividades domsticas.En los ltimos aos se han producido una

    serie de descubrimientos de elementos decarcter simblico en algunas de estas cons-trucciones domsticas. Se trata, por un la-do, de uno de los rituales comunes de loshbitats del neoltico oriental como es el de-psito de bucrneos de uro (Bos Primige-nius) en los cimientos de algunas de las ca-sas. Por otro lado, el uso regular y en todaslas fases de vida del poblado del subsuelo delas construcciones como lugar para las prc-ticas sepulcrales de la poblacin, como vere-mos ms adelante. Pero el hallazgo signifi-cativo ha sido la constatacin de que lossuelos de la habitacin principal pueden es-tar decorados con pinturas. En efecto, enuna de las construcciones se ha descubiertoun conjunto de figuraciones esquemticas,en pintura de color rojo, formado por untotal de 23 figuras femeninas, distribuidasalrededor de una representacin igualmentesimblica, formada por un cuadrado conrayas internas. Es importante destacar queeste documento constituye una de las msantiguas representaciones humanas pinta-das del Prximo Oriente.

    Transformaciones de la economade subsistencia: la aparicinde la agricultura y la ganadera

    La excavacin ha puesto al descubiertoun rico conjunto de restos vegetales y defauna que permiten caracterizar Tell Halulacomo un poblado de los primeros agriculto-res/ganaderos. Los estudios arqueozoolgi-cos y paleobotnicos proporcionan los ele-mentos materiales para constatar la evolu-cin de una economa de subsistencia cen-trada esencialmente en la explotacin de es-pecies salvajes en los niveles inferiores, haciala gestin de los productos domsticos enlas fases superiores.

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  • La explotacin de los recursos vegetalesmuestra desde la base, y por primera vez enel valle del ufrates, una agricultura inci-piente de diferentes especies de trigos mor-folgicamente domsticos (Triticum aesti-vum/durum, Triticum Monococcum, TriticumDicoccum), pero se constata tambin la exis-tencia de variedades de tipo salvaje como elTriticum Diccoides, la cebada (Horeum spon-taneum), bien como el resultado de una re-coleccin, bien en forma de explotacinagrcola pero sobre morfologa salvaje. Porotro lado, se documenta la explotacin agr-cola de leguminosas (guisantes, lentejas,etc.), as como la explotacin de rboles fru-tales como el olivo y ciruelo (prunus). Losanlisis antracolgicos muestran una granvariedad de importantes especies como elPistacia, Quercus, Fraxinus o Populus, que se-ran indicadores de una vegetacin adaptadaa un clima ligeramente ms hmedo que elactual. Las caractersticas ms favorables a laexistencia de cultivos de secano han sidoigualmente puestas en evidencia por los an-lisis de istopos de C13. La constatacin delproceso de domesticacin de las principalesespecies animales suministradoras de ali-

    mento (cabra, oveja, cerdo y buey) es sin du-da una de las aportaciones ms significativasdel asentamiento en general y de estas fasesms antiguas en particular, pues Tell Halulaconstituye hasta el momento uno de los ni-cos asentamientos del rea del levante orien-tal donde ha sido posible hacer un segui-miento de forma continua y progresiva en eltiempo de estos procesos de domesticacin.

    Los anlisis arqueozoolgicos realizadoshasta el momento se han centrado en eva-luar la variabilidad espacio-temporal quepresentan los conjuntos de restos de faunaen el total de 40 fases de ocupacin diferen-ciadas. Los resultados obtenidos evidencianla existencia de cambios significativos en lagestin de los recursos animales a lo largode la secuencia arqueolgica, destacando,en este sentido, la incorporacin de las cua-tro principales especies domsticas, la con-solidacin y diversificacin productiva delas estrategias ganaderas, paralelamente aldescenso paulatino de la actividad de caza.

    Durante las ocupaciones ms antiguas, lasespecies salvajes desempean todava un rolpreeminente en el aprovisionamiento de ali-mentos de origen animal (principalmentegacela, crvidos, quidos, suidos y bovinos).La estrategia de caza practicada se caracteri-za por la explotacin simultnea de biotoposdiferenciados, evidencindose, a partir de loscriterios de seleccin, una utilizacin flexibley no especializada de los mismos. La nicaespecie domstica documentada durante lasocupaciones ms antiguas del PPNB Medioes la cabra (Capra hircus). A diferencia de laactividad de caza, en la estrategia ganaderapracticada durante este intervalo temporalse registra un elevado grado de seleccin,evitando el sacrifico de los ejemplares impli-cados directamente en la reproduccin, conun nfasis significativo sobre los machos deedad inferior a los seis meses.

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  • No ser hasta los momentos finales delPPNB Medio cuando se documenta uno delos principales puntos de inflexin en la ges-tin de los recursos animales, coincidiendocon las fases de ocupacin 6, 7 y 8. Duran-te las ocupaciones 6 y 7 los restos de cabradomstica desaparecen prcticamente delregistro arqueolgico. El sacrifico de anima-les domsticos se ve reemplazado por la in-tensificacin de la caza de uros, gacelas ycrvidos. Y ser a partir de la fase de ocupa-cin siguiente, la fase de ocupacin 8, cuan-do se asiste de forma progresiva a la plenaestabilizacin de la actividad ganadera. stacontempla la incorporacin, a finales ya delPPNB medio, de una nueva especie doms-tica, la oveja (Ovis aries), paralelamente alincremento, de nuevo, de la ganadera ca-prina. No obstante, las ovejas no tardarnen reemplazar y superar la importancia eco-nmica hasta el momento concedida a lascabras. Paralelamente, las prcticas cinegti-cas, si bien continan constituyendo unafuente de suministro alimentario bsico, ex-perimentan un descenso significativo, diri-gindose ahora hacia el binomio quidos-suidos en detrimento de gacela, crvidos ybovinos. La cantidad de alimento potencial-mente suministrada por ovejas y cabras nosupera, de todas formas, el 15% del pro-ducto obtenido de los recursos animales.Paralelamente al producto crnico, los pa-trones de sacrificio documentados para losovicaprinos durante estas cronologas evi-dencian la potencial explotacin de la lana.

    Como dato significativo, cabe planteartambin, actualmente, la posibilidad de laincipiente domesticacin de los uros y jaba-les durante las ltimas ocupaciones delPPNB medio. Tanto la disminucin de tallacomo de sus porcentajes de representacin,as como la dinmica registrada en los pa-trones de representacin esqueltica, estn

    indicando un cambio en la modalidad degestin de estas especies. Puede decirse,pues, que es a partir de los momentos ini-ciales del PPNB reciente (fases de ocupa-cin 9-12) cuando se asiste a la consolida-cin de la actividad ganadera en el asenta-miento de Tell Halula.

    A partir de este momento, y durante lasfases sucesivas de ocupacin, las estrategiascinegticas y ganaderas practicadas por par-te de estas comunidades asentadas seguirnunas pautas ms homogneas. La explota-cin de los recursos animales se centrarahora de forma prcticamente exclusiva enel cuidado y manutencin de los rebaosdomsticos. La combinacin de rebaos decabras, ovejas, cerdos y bueyes y de sus pro-ducciones (lana, leche, carne, fuerza de tra-bajo) permitir superar las fluctuaciones es-tacionales, constituyendo una alternativa ala actividad de caza. Esta ltima, con unaimportancia econmica inferior, se centraahora de forma mayoritaria en la adquisi-cin de especies animales favorables a unbiotopo estepario, principalmente la gacela.

    Se documenta tambin, a partir del PPNBreciente, un cierto grado de diversificacinen las producciones obtenidas de los rebaosde animales domsticos. Tanto la produccinde leche, de lana como posiblemente la utili-zacin de los bvidos como fuerza de traba-jo contribuyen de esta forma a la implemen-tacin de nuevas estrategias ganaderas cen-tradas no ya tan slo en la combinacin deespecies animales sino tambin de sus pro-ductos. La eliminacin progresiva de ovica-prinos y bvidos de los procesos de produc-cin crnica y el aumento relativo de la im-portancia de los suidos constatan el plenodominio de las tcnicas ganaderas durante lasocupaciones Pre-Halaf.

    Tell Halula constituye, de esta forma,uno de los pocos asentamientos que han

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  • permitido constatar que el proceso de do-mesticacin de cabras, ovejas, cerdos y bue-yes es muy rpido en el tiempo, ya que entan slo unos 200-300 aos se habra com-pletado. Al mismo tiempo, permite afirmarcon toda seguridad que hacia 8500 B. P. enla zona del valle del ufrates las principalesespecies animales suministradoras de ali-mento son ya domsticas.

    Innovaciones en las actividadesartesanas

    Las actividades tcnicas; la industrialtica como fuente de informacin

    La documentacin y el estudio de las herra-mientas, utillajes y otros elementos de los de-nominados testimonios materiales, nos hanproporcionado un conjunto significativo deinformaciones histricas que hacen referen-cia tanto a los aspectos econmicos, comosocioeconmicos y culturales de estas pobla-ciones. As, por lo que respecta a la industrialtica tallada, que constituye el documentoms numeroso, observamos un aprovisiona-miento y utilizacin de diferentes materiasprimas: el slex, la ms utilizada; la obsidiana,con una presencia mucho menor por el he-cho de que la fuente de aprovisionamiento seencuentra a una gran distancia y, por ltimo,la piedra calcrea ser tambin poco utilizadaprobablemente por su menor resistencia altrabajo. La diferenciacin mineralgica dediversos tipos de slex nos indica que si bienlos ms comunes y abundantes son los deorigen local (guijarros transportados por elro ufrates), se reconoce, tambin una va-riedad de mayor calidad y bien adaptada a latalla, que tendra un origen alctono, por elcual se constata un uso especficamenteorientado a la fabricacin de algunos tipos de

    artefactos con un mayor grado de reutiliza-ciones, que incluso podran haber sido ela-borados fuera del asentamiento. Por lo querespecta a las tcnicas de fabricacin, la cade-na operativa est caracterizada por una tallalaminar, de tipo esencialmente bipolar, entrelas cuales se documentan los clsicos ncleosnaviformes.

    Los soportes laminares permiten la elabo-racin de un utillaje en el cual destacan porsu abundancia las puntas de flecha, esen-cialmente de tipo Biblos, juntndoseles enlos niveles ms recientes algunos otros tiposclsicos como las puntas Amuq. Los ele-mentos lticos para las hoces estaban consti-tuidos en los niveles ms arcaicos por sim-ples lminas retocadas, mientras que en losniveles ms recientes se observan tambinlminas con truncadura y dorso, que cons-tituyen un utillaje tpico de la regin en es-ta facies cronolgica. Rascadores, buriles yperforadores completan los conjuntos, ca-racterizados por su calidad tcnica y un pro-ceso de trabajo cuidadoso. El anlisis fun-cional de los conjuntos de industria lticanos facilita la aproximacin al tipo de tra-bajo realizado y sobre qu materiales se hatrabajado. Dos caractersticas seran signifi-cativas: por un lado, la larga vida de las he-rramientas, sobre todo las realizadas conuna materia prima de calidad, con una reu-tilizacin diversificada e intensiva, y, porotro lado, la importancia significativa de lostrabajos sobre las rocas y la materia vegetal.De este ltimo, destacaramos los anlisissobre los elementos de hoz que estn per-mitiendo la proposicin de la morfologa delas hoces con mango derecho o curvado, enlos cuales los elementos lticos se insertancon la ayuda de alquitrn. La obsidiana estdocumentada principalmente en forma delaminillas. Es significativo recordar que losanlisis de caracterizacin de materia prima

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  • de las mismas, ha permitido atribuir su ori-gen a los afloramientos de materia prima delas regiones central y oriental de Anatolia.

    En las fases recientes del poblado (fasesPre-Halaf y Halaf ), las producciones lticasy la misma industria sea muestran cambiossignificativos que podramos caracterizarglobalmente por una menor inversin detrabajo, que configuran un utillaje ms sen-cillo, fruto de cadenas operativas ms diver-sificadas con un aumento de la talla unipo-lar sobre slex de tipo local de menor cali-dad (grano medio y basto) y una menor ca-racterizacin tipolgica. En efecto, entre elutillaje, las puntas y proyectiles siguen es-tando presentes, pero ahora la mayora sonde morfologa ms simple, destacando, noobstante, algunos artefactos (puntas de tipoAmuq) de gran belleza; entre las otras cate-goras se documenta una gran abundanciade lascas y lminas retocadas, rascado-res, etc. La obsidiana est bien representada,tallada por presin, en alguno casos in situcomo indican los ncleos unipolares descu-biertos. El mobiliario pulimentado es abun-dante y las categoras de herramientas di-versificadas: hachas, cinceles, vasos de pie-dra, morteros y molinos, con un rea deaprovisionamiento de materias primerastanto local, la ms numerosa, como algenapara rocas particulares. La industria en hue-so es muy abundante y caracterstica, conuna representacin de objetos muy variadoscon alisadores, punzones, agujas, etc. Des-taca la presencia de esptulas sobre huesocomo til ms significativo, as como las fi-guritas hechas en hueso o barro cocido. Porprimera vez observamos recipientes de vaji-lla blanca, es decir, fabricados en cal, perono es muy abundante.

    El modelado de arcilla se utiliza inicial-mente, en la fase precermica, para la fabri-cacin de figuras animales esquemticas y

    algunos sellos, estos ltimos decoradossiempre con motivos geomtricos. En las fa-ses ms recientes, ya en plena fase de neol-tico cermico, estos elementos continanfabricndose, pero realizados con cermica.En estas mismas fases persiste la tradicinde un mobiliario ltico pulido rico y abun-dante, representado principalmente por ha-chas y vasos fabricados sobre diferentes ti-pos de rocas como el basalto y las calcreas,rocas utilizadas tambin para la fabricacinde molinos. Como objetos menos abundan-tes, pero destacados por su singularidad es-tn las hormas para la fabricacin de calza-dos, adems de las clsicas perlas, colgantesy otros elementos de ornamentacin.

    La aparicin de la cermica y la rupturatecnolgica en las actividades artesanales

    La gran novedad tecnolgica asociada tradi-cionalmente a las primeras sociedades agr-colas es la produccin de las primeras cer-micas y su rpido desarrollo. En el PrximoOriente esta innovacin se manifiesta cuan-do los otros grandes factores de transforma-cin, como las nuevas prcticas econmicaso el sedentarismo de la poblacin, ya se ha-ban completado. En efecto, no es hasta entorno a 7000 cuando en varias regiones cul-turales como la parte central de Anatolia, laregin de la costa mediterrnea, y el nortede Mesopotamia, aparecen las primerasproducciones de cermicas, constituyendouno de los cambios tecnolgicos ms signi-ficativos. En Tell Halula la aparicin de laprimera cermica es contempornea de lasprimeras producciones orientales citadas yla documentacin tanto de las primerasproducciones como de su amplio desarrolloposterior es importante para conocer la se-cuenciacin de las diferentes produccionesen el valle del ufrates en relacin a las otras

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  • regiones citadas. En efecto, los estudios rea-lizados nos han permitido identificar tresfases en la evolucin morfolgica, tipolgi-ca y estratigrfica que cubren la etapa delVIII milenio a. n. e., as como otras cuatrofases relacionadas ya con la emergencia delmundo Halaf y que completan toda su se-cuencia del VII milenio a. n. e. De las tres fa-ses iniciales, denominadas Pre-Halaf, desta-ca la primera, que ha proporcionado unconjunto cermico no muy abundante perocon unas cermicas de una gran calidad tc-nica, junto a otras producciones de tecnolo-ga y morfologa muy simples. En las fasesposteriores se ampla la variabilidad de cate-goras, documentndose tambin un incre-mento significativo de la produccin, queconlleva una disminucin en su calidad tec-nolgica. Se ampla tambin la funcionali-dad de los vasos bsicamente destinados atareas domsticas como la preparacin ycoccin de alimentos, a vajillas de mesa, avasos de almacenamiento si bien se amplasu funcionalidad como recipientes rituales,bsicamente como depsitos de enterra-mientos infantiles. La ampliacin del estu-dio a los aspectos de las materias primerasutilizadas para su fabricacin, ha proporcio-nado un conjunto de informaciones signifi-cativas. Sintticamente, podramos caracte-rizar la evolucin establecida hasta ahorapor una fuerte presencia de las produccio-nes locales, incluso muy especficas del pro-pio yacimiento durante las dos primeras fa-ses, mientras que en la tercera se observancaractersticas ms generalizadas en otras re-giones del Levante Norte. En este campopues, Tell Halula est completando un va-co documental importante en relacin alproceso de produccin y consolidacin delas primeras cermicas del Prximo Orien-te, y especialmente en el Valle del ufrates,hasta ahora poco conocidas.

    En la segunda fase de producciones cer-micas, ya entre 6220 y 5500 a. n. e., stas ad-quieren gran calidad y belleza significativas,pues son las fases que pertenecen a la deno-minada cultura Halaf y su transicin hacia lafase Obeid, caracterizadas todas ellas por suriqueza y variedad decorativa. Hay que desta-car en primer lugar el desarrollo tecnolgico,con recipientes elaborados en pastas depura-das, coccin y acabados de calidad, sobre to-do para las series finas con formas ya elabora-das (cuencos carenados, vasos de base plana,jarras globulares con cuello alto, platos...) ydecoracin pintada con motivos simples detemtica geomtrica principalmente, perotambin con temas antropomorfos y natura-listas. El anlisis y la caracterizacin de lasmaterias primeras utilizadas para las produc-ciones de estas fases recientes indican un ma-yor grado de movilidad e intercambio de pro-ductos, procedentes de centros productoresde la zona de la alta Mesopotamia. Esta visinque encaja bien, por otra parte, con esta cul-tura Halaf, de estructura social ya evoluciona-da a la que algunos autores no dudan en cali-ficar entre las sociedades de Calcoltico y conuna estructura social de tipo jefatura (Wat-son, Redman, Akkermans...).

    La evolucin de las prcticasfunerarias

    La documentacin de las prcticas funera-rias es muy significativa en arqueologa, po-sibilitan la extraccin de datos que permitenuna aproximacin a la propia estructura dela poblacin, pero tambin a la estructura yeconoma de la misma y en cierto modo, alcampo ms difcil: el mundo simblico. Enlneas generales, se considera que las prcti-cas funerarias se mueven en dos grandes ti-pos de rituales funerarios, los enterramien-

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  • tos primarios, es decir, inhumaciones intac-tas depositadas poco despus de la muertedel individuo, y las secundarias, cuando sedocumentan esqueletos de individuos quehan sido manipulados dado que se encuen-tran incompletos o desarticulados, ya quehan sido transportados hasta la sepultura.En los dos casos la sepultura puede ser indi-vidual o colectiva. As pues, tanto, los lti-mos cazadores-recolectores como en los pri-meros poblados de agricultores se documen-tan prcticas muy diversificadas, tanto en elmbito regional como dentro de un nicoasentamiento, como si el gesto funerario es-tuviese poco normalizado, como lo pruebanlas documentaciones de Mallaha (Israel), en-tre los ltimos cazadores recolectores o Ca-yonu (Turqua) entre los primeros agriculto-res. Esta diversidad no oculta una evidenciageneral como es la vinculacin de las sepul-turas en el hbitat domstico, dado que seacual sea el ritual, siempre se hallan en el in-terior de las casas, o bien la existencia en al-gunos yacimientos de construcciones colec-tivas con la funcin de receptculo comuni-tario de sepulturas, como en el caso ya cita-do de Cayonu en el alto Tigris.

    A partir de 8200 a.n.e. se documenta, en elLevante Mediterrneo, una mayor regulariza-cin de las prcticas funerarias, con la prcti-ca de la inhumacin primaria e individualdebajo el suelo de la habitacin de la propiacasa. Esta innovacin est siendo documen-tada de manera importante en Tell Halula,donde se han hallado ms de ochenta sepul-turas distribuidas entre las casas habitadas.En efecto, se trata de un ritual funerario bienestablecido en las fases ms arcaicas del yaci-miento, al tratarse de sepulturas primarias in-dividuales. Su posicin en las casas es muyuniforme), dado que se encuentran agrupa-das en su parte meridional y se realiza la de-posicin de las mismas mientras stas estn

    siendo habitadas, dadas, constantes recons-trucciones de los enlucidos de cal de los sue-los. La estructura funeraria se caracteriza poruna simple fosa circular, excavada en el mis-mo suelo, de dimensiones variables pero engeneral reducidos tanto a nivel dimetro co-mo de profundidad (medias de 30-40 cm).La disposicin del cadver es mayoritaria-mente idntica, colocndolo en posicin fle-xionada, sentado en el fondo de la fosa, conlos brazos y piernas flexionados y pegadoscontra el cuerpo (posicin fetal). En algunasde estas sepulturas se han documentado res-tos orgnicos y de materia vegetal en algunastumbas que hemos interpretado como restosde algn sudario o mortaja para envolver elcuerpo. Los documentos ms explcitos pro-ceden de la sepultura E 98, donde se consta-ta en primer lugar una estera vegetal comple-ta cubriendo la parte superior de la fosa, porencima del crneo y antes del adobe de cierredel enterramiento. En la parte inferior y ro-deando el conjunto de restos seos, se docu-mentan restos orgnicos plenamente cristali-zados. Una documentacin ms excepcionalha sido la de la tumba E 93, correspondientea una mujer de unos 20 aos de edad, en la

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  • cual se han documentado unos 10 fragmen-tos de tejido de lino localizados en la parte in-terior de la fosa, cerca del tronco del indivi-duo. El hallazgo de tejidos es excepcional da-da la dificultad de preservacin de estos ma-teriales. Los restos documentados en Tell Ha-lula son uno de los de mayor antigedad deOriente Prximo, datados hacia 8600 B. P.,en el horizonte cultural del PPNB medio.Hay que recordar que hasta la actualidad laprimera documentacin de hilos y tejidos deesta zona se da en dos yacimientos de la zonade Palestina: el poblado de Jeric y la cuevade Nahal Hemar, los dos atribuidos a la fasedel PPNB Medio. En el perodo posterior,entre 8000-7500 B. P. la documentacin, apesar de seguir siendo excepcional, tiene unmayor nmero de ejemplares procedentes dediferentes reas geogrficas: atal Huyuk(Anatolia), Jarmo (Zagros), El Kown (oasisde Palmira), Khirokitia (Chipre).

    El nmero de sepulturas por casa es varia-ble, entre tres y doce individuos. Aunque el

    anlisis y estudio definitivo estn en curso,las primeras observaciones indican una granuniformidad de ritual y morfologa funera-ria, dado que infantiles y adultos tienen untratamiento similar, slo diferenciado porlos primeros ajuares formados por herra-mientas, elementos de adorno personal (co-llares, colgantes) segn el sexo y la edad. Es-ta prctica, tambin documentada en AinGhazal en Jordania, muestra, a nuestro en-tender, la consolidacin de la unidad fami-liar como estructura social. En efecto, la vi-sin ms general de los restos arqueolgicosde los primeros asentamientos y su consoli-dacin, como sera el caso del hbitat con eldesarrollo de las grandes habitaciones rec-tangulares, o los aspectos tecnolgicos, pare-cen insistir, por lo que respecta a la estructu-ra social, en una nueva estructuracin entorno a la familia, con probables diferenciassociales respecto de sexos y edades, que po-dran estar favorecidas por una divisin se-xual del trabajo, no perdiendo cohesin degrupo que se manifestaba, probablemente,en labores como los trabajos agrcolas quenecesitan de una gran cooperacin entre losmiembros del grupo.

    La documentacin funeraria de las fasesrecientes no es tan abundante y regular comola descrita para los niveles inferiores, aunquepermite seguir observando cmo el subsuelode las casas sigue siendo la ubicacin de lassepulturas y la incorporacin de las vasijas ce-rmicas como contenedores ideales para losrestos de la poblacin infantil.

    La poblacin

    Los restos humanos recuperados en la exca-vacin constituyen una muestra poblacional,que comparte globalmente unos rasgos co-munes, lo que hace de ellos un grupo bas-

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  • tante homogneo. En la mayora de casos dese trata de individuos no muy altos y de ca-ractersticas marcadamente grciles. A partirdel anlisis osteolgico se ha podido consta-tar cmo las fuertes extremidades denotanunas inserciones musculares propias de unconstante movimiento. Sus vrtebras, a me-nudo daadas, denotan un trabajo impor-tante de transporte de pesos. El estudio ge-ntico actualmente en curso, pone de relievela homogeneidad de las muestras, pudiendotratarse de un grupo humano bastante cerra-do, a excepcin de ciertos individuos, en al-gunos casos masculinos, que tal vez se incor-poran al grupo procedentes de otros conjun-tos poblacionales, confirmando la hiptesisde una gran homogeneidad intragrupal ascomo una mayor diversidad intergrupal.

    La dieta de esta poblacin est marcadapor la adquisicin de nuevos productos, losagrcolas, pero todava no de una maneramayoritaria. Por otra parte, los indicadoresde estrs, como por ejemplo las hipoplasiasdel esmalte, muy presentes en esta pobla-cin denotan unas condiciones de transi-cin en el sistema de subsistencia, un au-mento demogrfico rpido y una concen-tracin de la poblacin, lo que propicia cri-sis alimentarias peridicas, facilitando latransmisin de enfermedades endmicas yepidmicas. En este sentido, podemos ob-servar cmo el perodo de mayor riesgo pa-ra la salud se concentra en el momento delnacimiento, con un grave riesgo, tanto parala madre como para el feto y en la fase de los2 a los 4 aos de edad, momento en que po-da coincidir con el abandono de la alimen-tacin materna y el momento de mayor vul-nerabilidad, documentndose un gran n-mero de defunciones, el mayor despus delmomento del nacimiento. Calculamos que,aproximadamente, al nacer moran un 25%de los individuos y entre los 2 y los 4 aos

    otro 25%. Por el contrario, los individuosque superasen estas cribas infantiles llegan-do a la edad reproductiva y/o adulta, ten-dran grandes posibilidades de vivir bastan-tes aos. En algunos individuos han podidoobservarse patologas degenerativas, propiasde edades avanzadas.

    Un breve balance

    Un proyecto de salvamento patrimonial rea-lizado como proyecto cientfico destinado aconocer cmo era una aldea de los primerosagricultores en la zona primigenia, para elmundo eurasitico, del Valle del ufrates.Unas amplias excavaciones arqueolgicas es-tn permitiendo conocer desde la estructurade las casas, su ordenacin en el espacio, lasconstrucciones colectivas..., pero tambinlas prcticas econmicas con el origen de laagricultura y ganadera como centro de inte-rs primordial para esta poca, sin descuidarlos siempre difciles campos de la simbologao de los complejos y extensos campos de es-tudio de las diferentes tecnologas... Se tratapues, de un proyecto interdisciplinar, a la

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  • manera de un estudio polidrico, donde lasdiferentes caras se complementan para avan-zar en el conocimiento de una aldea de hacems de 8.000 aos y su insercin en el co-nocimiento de las primeras sociedades agr-colas mediterrneas.

    En el transcurso del ltimo siglo un grannmero de ideas han sido avanzadas para ex-plicar el cmo, el porqu y en qu medida laRevolucin Neoltica ha afectado la evolu-

    cin de las agrupaciones humanas y su medioambiente. El proyecto de Tell Halula y las de-ms excavaciones arqueolgicas efectuadas enel ltimo decenio en toda el rea del LevanteMediterrneo, han permitido avanzar algunasrespuestas pero, como es natural, han hechonacer una larga lista de nuevas preguntas a lascuales slo se podr responder con nuevas in-vestigaciones tanto en el mbito de campocomo en los laboratorios.

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