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sdb valencia www.salesianos.edu ¿Sabes silbar? Bartolomé Garelli era un pobre muchacho que no tenía casi ninguno de los derechos fundamentales de cualquier persona. Don Bosco no sólo le ofrece medios materiales para que se desarrolle, sino que le ofrece amistad, afecto, ayuda, alegría... 1. Índice de Calidad de vida Teniendo en cuenta las áreas que figuran a continuación hallar el índice de Calidad de Vida de Bartolomé Garelli. (Una forma fácil consiste en valorar el grado de satis- facción de 1 a 10 en los apartados que fi- guran a continuación. Al final sacad la nota media). ¿En que aspectos mejoró la vida de Bartolomé Garelli a partir del encuentro con Don Bosco? . Salud · Alimentación . Relaciones familiares . Vivienda . Estudios o trabajo . Amistad y relaciones afectivas . Seguridad personal y social . Religión . Acceso a médico y medicinas . Ocio y Tiempo Libre 2. En más de 130 países Don Bosco inició un camino en favor de niños y jóvenes. Los salesianos continúan hoy, en más de 130 países, la labor que inició Don Bosco con Bartolomé Garelli. Hoy aún queda mucho camino por reco- rrer: Niños explotados en las minas; niños picapedrero; niños obligados ser soldados; prostitución de menores y explotación sexual; niños alquilados; niños mendigos; niños y niñas que fabrican productos de todo a 0'60... Investigad sobre las formas de explotación laboral infantil y las ayudan que reciben los niños y niñas. De cada una de ellas puede nacer un micro-relato. Buscad imágenes de niños que esperan ayuda para recuperar sus derechos. Orga- nizad estas imágenes. Haced un mural o una presentación en power point.

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¿Sabes silbar?Bartolomé Garelli era un pobre muchachoque no tenía casi ninguno de los derechosfundamentales de cualquier persona. DonBosco no sólo le ofrece medios materialespara que se desarrolle, sino que le ofreceamistad, afecto, ayuda, alegría...

1. Índice de Calidad de vida

Teniendo en cuenta las áreas que figurana continuación hallar el índice de Calidadde Vida de Bartolomé Garelli. (Una formafácil consiste en valorar el grado de satis-facción de 1 a 10 en los apartados que fi-guran a continuación. Al final sacad la notamedia).¿En que aspectos mejoró la vida deBartolomé Garelli a partir del encuentro conDon Bosco?

. Salud· Alimentación. Relaciones familiares. Vivienda. Estudios o trabajo. Amistad y relaciones afectivas. Seguridad personal y social. Religión. Acceso a médico y medicinas. Ocio y Tiempo Libre

2. En más de 130 países

Don Bosco inició un camino en favor deniños y jóvenes. Los salesianos continúanhoy, en más de 130 países, la labor queinició Don Bosco con Bartolomé Garelli.

Hoy aún queda mucho camino por reco-rrer: Niños explotados en las minas; niñospicapedrero; niños obligados ser soldados;prostitución de menores y explotaciónsexual; niños alquilados; niños mendigos;niños y niñas que fabrican productos detodo a 0'60...Investigad sobre las formas de explotaciónlaboral infantil y las ayudan que reciben losniños y niñas. De cada una de ellas puedenacer un micro-relato.

Buscad imágenes de niños que esperanayuda para recuperar sus derechos. Orga-nizad estas imágenes. Haced un mural ouna presentación en power point.

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Bartolomé GarelliEn seguida me encontré con una bandada dejovenes que me acompañaban por calles y pla-zas hasta la misma sacristía de la iglesia. Perono podía cuidarme de ellos por falta de local.Un encuentro me ofreció la ocasión para inten-tar llevar a la práctica un proyecto en favor delos jóvenes errantes por las calles de la ciudad,especialmente de los salidos de las cárceles.El día de la Inmaculada Concepción de María,el 8 de diciembre de 1841, estabarevistiéndome de los ornamentos para celebrarla santa misa. El sacristán José Comotti, al verun jovencito en un rincón, le invitó a que meayudara la misa.- No sé hacerlo, -respondió él, muy avergonza-do.- Ven -dijo el otro-, tienes que ayudar.- No sé -contestó el jovencito-; no lo he hechonunca.- Eres un animal -Ie dijo el sacristán muy furioso-. Si no sabes ayudar, ¿a qué vienes aquí?- Aga-rró el mango del plumero y la emprendió agolpes contra las espaldas y la cabeza del po-bre chico.- Pero ¿qué haces? -grité yo en alta voz-. ¿Porqué le pegas de ese modo?- ¿A qué viene a la sacristía si no sabe ayudar amisa?- Haces mal.- ¿Y a usted qué le importa?- Me importa mucho; se trata de un amigo mío;llámalo en seguida, que voy a hablar con él.Llegó temblando y llorando el pobre chico porlos palos recibidos.- ¿Has oído ya misa?- le dije con la mayor ama-bilidad que pude.- No- respondió.- Ven y la oirás; después querría hablarte de unnegocio que te va a gustar .Accedió sin mayor dificultad. Era mi deseo qui-tarle la mala impresión recibida del sacristán.Celebrada la santa misa y terminada la acciónde gracias, llamé al muchacho asegurándoleque no tenía por qué temer más palos, con lacara sonriente empecé a preguntarle como si-gue:- Amigo, ¿cómo te llamas?- Bartolomé Garelli.- ¿De qué pueblo eres?- De Asti.- ¿Vive tu padre?- No; murió ya.- ¿Y tu madre?- También murió.- ¿Cuántos años tienes?- Dieciséis.

- ¿Sabes leer y escribir ?- No sé nada.- ¿Sabes cantar? -el chaval enjugándose los ojos,me miró fijamente a la cara, casi maravillado yrespondió: -No- ¿Sabes silbar? - Bartolomé se echó a reír. Esoera lo que yo quería. Comenzábamos a seramigos.- ¿Has hecho ya la primera comunión ?- Todavía no.- ¿Te has confesado?- Sí, cuando era pequeño.- Y ahora, ¿vas al catecismo?- No me atrevo.- ¿Por qué?- Porque, los compañeros pequeños saben elcatecismo, y yo, tan mayor, no sé nada. Poreso tengo vergüenza de ir a la catequesis.- Y si yo te diera catecismo aparte, ¿vendrías?- Vendría con mucho gusto.- ¿Te gustaría que fuese aquí mismo?- Vendría con gusto, siempre que no me pega-sen.- Estate tranquilo, nadie te tocará: serás ami-go mío y tendrás que vértelas sólo conmigo.¿Cuándo quieres que empecemos nuestro ca-tecismo?- Cuando le plazca.- ¿Esta tarde?- Sí.- ¿Quieres ahora mismo?- Pues sí, ahora mismo; con mucho gusto.Me levanté e hice la señal de la cruz para em-pezar, pero mi alumno no la hacía porque nosabía hacerla. En aquella primera lección meentretuve en enseñarle a hacer la señal de lacruz y en darle a conocer a Dios creador y elfin para que nos creó. ( )A este primer alumno se unieron otros; duran-te aquel invierno me limité a algunos mayorci-tos que necesitaban una catequesis especial y,sobre todo, a los que salían de las cárceles.Entonces palpé por mí mismo que si los jóve-nes salidos de lugares de castigo encontrabanuna mano bienhechora que se preocupara deellos, les asistiera en los días festivos, les busca-ra colocación con buenos patronos y les visita-ra durante la semana, estos jóvenes se daban auna vida honrada, olvidaban el pasado y resul-taban, al fin, buenos cristianos y honrados ciu-dadanos. Este es el origen de nuestro Orato-rio, que, con la bendición del Señor, tomó talincremento como yo nunca hubiera podidoimaginar.

Memorias del Oratorio nº 40

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