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242
Familia
1En todos los países, a la familia se le
dificulta cumplir con su función socia-
lizadora, ya que la descalificación a la mu-
jer en las diversas etnias, sociedades y
grupos; la violencia de género; la falta de
respeto y el desamor, entre otros, han des-
membrado a la familia y a quienes están
más implicados, como son los hijos y las
hijas. Estas condicionantes posicionan a
la institución familia en situación de ries-
go. Hay una dicotomía en el concepto de
familia, pues por un lado se afirma en el
discurso que cumple con su función esen-
cial y, por otra, en realidad estamos repi-
tiendo patrones de conducta que no
permiten la función socializadora.
2La visión sistémica no es aprovecha-
da, ya que se desvinculan los subsis-
temas desde la visión del conflicto
intrafamiliar. La tarea inmediata es ubi-
car la mediación en los subsistemas del
conflicto familiar. Debemos aprender a
organizarnos frente a tanta desigualdad y
abordar el conflicto familiar desde la raíz.
¿Cómo pasar de una estructura orgáni-
ca de la familia, basada actualmente en la
jerarquización de la autoridad, a una que
encuentre el fundamento en la igualdad y
la democratización de las relaciones co-
mo un modo de vida?
3Existe pluralidad de familias, por lo
que desechemos la idea de la familia
nuclear tradicional; respetemos formas,
usos y costumbres; abordemos, desde la
mediación, las nuevas estructuras fami-
liares que se conforman por las condicio-
nes políticas, culturales, sociales y el
movimiento de liberación de la mujer.
4Bolivia enfrenta el reto de la migra-
ción, tanto en el ámbito social como
familiar, producto de la marginación, el
desempleo y la pobreza, donde muchos
hijos e hijas están quedando abandona-
dos, toda vez que padre o madre se ha
visto en la necesidad de emigrar para la
búsqueda de mejores oportunidades.
La mediación a distancia, en los casos
de migración, se considera aún una tarea
muy difícil y la mediación transfronteriza
está por construirse en América Latina.
5No hay que importar respuestas a los
nuevos modelos de familia; sino cons-
truir las propias, partiendo de que la me-
diación aporta principios universales y el
desarrollo humano así los necesita.
6La mediación es la esperanza para
atender de una manera más eficaz las
necesidades de los niños abandonados
y de aquellos que viven en un sistema fa-
miliar donde se violan sus derechos.
7Se propone la capacitación de pares
en los vecindarios para aprovechar el
recurso del mediador en los conflictos fa-
miliares y entre vecinos, con la idea de
que tanto la madre como el padre, con
deseos de mediar, se conviertan en facili-
tadores o negociadores, construyendo
así los líderes que se necesitan para for-
talecer los diálogos positivos en el siste-
ma familia y en el barrio.
Escuela
1Entre los factores que influyen en la
calidad de la educación y en la violen-
cia escolar están el entorno social y los
actores de la comunidad escolar. Exis-
ten agresividad, presión y frustración.
No obstante, la escuela puede cumplir
su función sanadora si sustituye o corri-
ge el efecto de influencias negativas de
la propia escuela, de la familia y de la
comunidad.
2Es derecho del niño, niña y adolescen-
te tener una educación que vele por
su formación integral, y es deber del Esta-
do procurársela.
Para esto deben implementarse, en el
programa escolar, estrategias educativas
243
basadas en el principio de considerar que
todo niño tiene derecho a sentirse seguro
en su escuela y que se le evite toda forma
de opresión o de humillación.
3El Estado encuentra en la escuela la
oportunidad para educar en democra-
cia y ante esto, debe propiciar que todo el
proceso de aprendizaje esté inscrito en
principios democráticos de participación
y respeto, mediante la aplicación de téc-
nicas y estrategias en el aula que fomen-
ten la convivencia, conforme al objetivo
de enseñar a convivir previniendo la vio-
lencia. La escuela debe educar al alumno
en resolución de conflictos.
4Aprender desde temprana edad a ca-
nalizar demandas de justicia a través
de procedimientos como la mediación, que
potencian la experiencia de dejar de ser
objeto de medidas disciplinarias para pa-
sar a ser sujeto de procedimientos eficien-
tes de resolución de conflictos, ejerciendo
compromisos y valorando la construcción
y el cumplimiento de acuerdos.
5Es necesario incorporar al proyecto
educativo o currículo contenidos ade-
cuados para la formación social del alum-
no, los cuales se deben abordar en forma
transversal para que reflejen la creciente
importancia de la comunicación, la escu-
cha activa y el diálogo.
6Mediante la implementación de progra-
mas de mediación escolar, el desarrollo
de habilidades sociales como la empatía y
la escucha activa, el aprendizaje emocio-
nal, la resiliencia y la búsqueda de con-
sensos, se construye una vía para
afrontar problemáticas especiales como
el acoso entre pares y la fatiga emocio-
nal de los docentes.
7Definir el diálogo como herramienta
fundamental de entendimiento entre
los miembros de la escuela, más que la
sanción, permitirá que la escuela gestio-
ne adecuadamente la transformación del
conflicto y se incremente la autoridad y
el poder del docente sin que éste recurra
a la coerción o el miedo.
8Desde la mediación educativa se
puede dotar a docentes y alumnos
de habilidades comunicacionales para
co-construir un clima escolar que permita
a la escuela constituirse en el ámbito don-
de se potencien los recursos emociona-
les e intelectuales, y se desarrollen la
tolerancia, la valoración de los aportes
en la construcción conjunta y el respeto a
las normas de la convivencia pacífica.
9Asumir la convivencia escolar como
factor de calidad de la educación
tanto en los procesos de organización
institucional como en las prácticas peda-
gógicas y contenidos de aprendizajes,
junto a la implementación de la media-
ción para la resolución de conflictos, po-
tenciará la formación del alumno para el
ejercicio responsable de la libertad, la so-
lidaridad y la defensa de los derechos hu-
manos.
10La convivencia pacífica trasciende
la resolución de problemas concre-
tos o conflictos esporádicos y considera
que los conflictos de convivencia afectan a
toda la comunidad escolar, motivo por el
cual orienta a una implicación activa en
su prevención y tratamiento.
Formar para la vida no en el tránsito a
la adultez.
11La implementación de la media-
ción en la escuela, que apoya su
diseño, desarrollo y evaluación en forma
sistemática e instalada como Proyecto
Educativo Institucional, proyectará el cli-
ma de confianza, respeto y equidad a la
sociedad constituyéndose en una vía ha-
cia la cultura de la paz.
12La paz no es estar en un lugar sin
ningún tipo de problemas, sin es-
fuerzo o sin dolor. Paz significa que pese a
estar en medio de esas circunstancias,
permanezcamos calmados dentro de
nuestro corazón.
244
Comunidad
1La mediación comunitaria es el arte de
la buena convivencia, donde se pro-
mueve la salud social y se puede prevenir,
gestionar, resolver y transformar los con-
flictos en la comunidad dentro del marco
de la cultura de paz. Se caracteriza por ser
dialógica, voluntaria, flexible, pacífica, in-
clusiva y respeta la diversidad, construye
ciudadanía, fortalece vínculos desde el en-
foque de red; reconoce el saber ancestral y
es profundamente pedagógica.
2La mediación comunitaria se muestra
como una propuesta inclusiva del pro-
tagonismo, en plena unidad y armonía, de
la diferencia de etnia, credo, sexo, identi-
dad, idiosincrasia y cultura. Por tanto,
abre un espacio de paz, donde la voz de
todas y todos se escucha con idéntico
protagonismo.
3La equidad, como igualdad de opor-
tunidades que genera la mediación
comunitaria, incorpora al tejido social la
fórmula ganar-ganar, la cual, prevista co-
mo sistema social, abre las puertas a la
comprensión, colaboración y solidaridad
y la coloca en el centro de la subjetividad
comunal.
4La generación del conflicto comuni-
tario encuentra en la mediación la
herramienta útil de construcción de con-
sensos que necesita el siglo XXI para for-
talecer el desarrollo de los valores
humanos en un clima de paz.
5La médula de la mediación comunita-
ria es la creatividad, un espacio para
construir algo nuevo.
6En la mediación comunitaria se atien-
den conflictos que no tienen cabida
en otros ámbitos, además, se ahorra tiem-
po y recursos.
7Es fundamental que se pueda capaci-
tar a toda la población de cada país
en herramientas de gestión pacífica de
conflictos.
8Se deben adoptar todas las medidas
para sensibilizar y concienciar a la po-
blación acerca de estas herramientas y,
en especial, a las figuras de autoridad,
donde las personas acuden en busca de
ayuda: Policía, prefectos, abogados, líde-
res naturales, padrinos, médicos, maes-
tros, ancianos y jueces de paz.
9Las comunidades tienen formas tradi-
cionales de resolver sus conflictos y
existen mediadores naturales a los que se
debe respetar y potenciar su labor dotán-
doles de más estrategias y herramientas.
10No debe existir confrontación en-
tre mediadores naturales y profe-
sionales, ambos tienen roles bien
definidos y complementarios.
11Los conflictos tienen diverso grado
de complejidad y se deben cons-
truir metodologías apropiadas para cada
tipo y nivel de conflicto.
12Es imprescindible educar en el diá-
logo, cuál es su filosofía, sus fun-
damentos y sus potencialidades. No es
una receta, es un proceso que requiere
tiempo y esfuerzo.
13Se deben diseñar mecanismos de
difusión y promoción de la media-
ción comunitaria para que toda la pobla-
ción conozca las ventajas y alcances de
esta forma de resolver conflictos.
14Es fundamental concebir a la me-
diación comunitaria como política
pública, creándose sistemas de atención
en todos los niveles que puedan estar ar-
ticulados para atender los conflictos co-
munitarios.
245
Política y democracia
1En la democracia se debe respetar
tanto a las mayorías como a las mino-
rías. El marco institucional debe brindar
normas de convivencia, regulación, obli-
gaciones, derechos, facultades, atribu-
ciones y deberes, de tal manera que
todos, individuos, grupos, asociaciones,
comunidades, organizaciones, tengan un
lugar asegurado y de respeto dentro del
conjunto. Con esta aspiración, la media-
ción brinda la filosofía, el marco teórico y
los métodos necesarios para lograrla.
2Es necesario realizar cambios cultura-
les, incentivar la participación, facili-
tar el diálogo, promover las prácticas
democráticas, así como el desarrollo eco-
nómico, político, social y educativo.
3Las profundas aspiraciones de liber-
tad, igualdad y fraternidad continúan
vigentes, por lo que es necesario des-
arrollar procesos que las conviertan en
realidad. Las grandes desigualdades
económicas, la pobreza extrema y la fal-
ta de oportunidades, entre otras lacras
sociales, representan un lastre para la
participación social amplia y para el des-
arrollo y consolidación de la democra-
cia, por lo que su disminución sustancial
constituye una premisa fundamental pa-
ra la formación de sociedades democrá-
ticas; pero, al mismo tiempo, el marco
democrático es indispensable para que
las sociedades transiten y avancen en
su desarrollo económico, educativo, de
bienestar y satisfacción de las necesi-
dades individuales y familiares.
4En esta dialéctica democracia-desarro-
llo económico e igualdad social, en la
que una y otra son premisas y resultados,
causa y consecuencia, son necesarios
los esfuerzos profundos y articulados del
Estado, la sociedad civil organizada, las
comunidades, los movimientos sociales
indígenas y campesinos, las organizacio-
nes, los sindicatos, los partidos políticos,
los medios de comunicación y el movi-
miento mediador como eje articulador de
la solución de controversias, polarizacio-
nes, disputas y conflictos entre los pro-
tagonistas sociales; así como de la
transformación individual y colectiva y de
la construcción de la armonía y la paz.
5La mediación nos brinda posibilida-
des de construcción democrática, po-
lítica y de amplia participación social. El
movimiento mediador puede convertirse
en la bisagra entre la democracia y la so-
ciedad.
6Es importante la implementación de
procesos de mediación en el desarro-
llo interno de partidos políticos, sindica-
tos, comunidades y demás actores
sociales. Aprender a pensar en nosotros
y en los otros.
7Se deben generar esquemas y proce-
sos que permitan acciones preventi-
vas de la mediación, para intervenir antes
de que los conflictos estallen.
Interculturalidad
1Sensibilizar a los gobiernos, las institu-
ciones y los medios de comunicación
sobre la necesidad de la interculturalidad
en nuestras sociedades.
2Transversalizar, socializar la intercul-
turalidad en lo cotidiano, multiplicar
la capacidad de convivencia.
3Desarrollar el reconocimiento del
otro. Para ello, el primer paso es co-
nocerse a si mismos, valorarse. Cono-
cer su pasado, sus raíces, su lengua.
Cuando uno se conoce a si mismo tiene
la fuerza de ir hacia el otro. Practicar los
diálogos intraculturales así como la re-
flexión intralingüística.
En segundo lugar, crear espacios de
encuentros diversos para conocerse: el
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aula, las fiestas, las asambleas popula-
res, etc., donde invitamos al otro y a los
otros para intercambiar opiniones, sa-
beres, encuentros festivos, formativos.
La experiencia recogida demuestra que
hablamos de los otros sin conocerlos y
que es muy productivo este encuentro
donde rápidamente las barreras, los
miedos y los prejuicios caen. Restable-
cer el intercambio y la confianza.
4Cambiar uno primero, antes de que-
rer cambiar el mundo. Prevalece la
idea de reconstruir el ser humano antes
de querer reconstruir el mundo.
5Trabajar la reconciliación después de
un pasado doloroso.
6Educar en la cultura del otro y de los
otros más allá incluso de nuestras
fronteras y descubrir otras culturas para
descentrarse de su propia realidad y así
reflexionar sobre la propia.
7Rescatar el papel importante de la mu-
jer, otro sujeto de fuerte discrimina-
ción, y desarrollar sus aptitudes para la
mediación intercultural.
8Poner el énfasis sobre la educación
intercultural y la mediación en la es-
cuela, y no sólo como una asignatura, si-
no en todas las asignaturas y de forma
transversal en absolutamente todo el cu-
rrículum escolar.
9Desarrollar la mediación intercultural
no sólo en las escuelas, sino también
en el sistema universitario.
10Elaborar campañas de sensibiliza-
ción sobre la figura del/a media-
dor/a.
11Crear alrededor de la intercultu-
ralidad equipos pluri e interdisci-
plinarios formados por mediadores,
psicólogos, arquitectos, agentes de me-
dio ambiente, y formadores, entre otros
especialistas.
12Ir más allá de las técnicas de me-
diación y crear una cultura de la
mediación intercultural.
Justicia
1La mediación y la conciliación son
técnicas que deben asumir la admi-
nistración y la procuración de justicia,
pues no sólo reducen la carga de los jue-
ces y el costo del procedimiento judicial,
sino que acortan la duración del conflic-
to, impidiendo que se amplíe o modifi-
que, además de que mantienen la
relación personal entre las partes gra-
cias a su enfoque colaborativo, hacien-
do que los convenios se cumplan en
mayor proporción que las resoluciones
judiciales.
2Acercar la justicia donde se producen
los conflictos como una forma de fa-
cilitar el acceso a este servicio, por lo que
se recomienda la creación de casas o
centros de justicia en las colonias o ba-
rrios y en poblaciones pequeñas, en los
que además de agencias del Ministerio
Público, defensoría de oficio y otras de-
pendencias, se haga mediación comuni-
taria y se resuelvan por este método los
conflictos jurídicos.
3Resulta muy discutible cuán eficiente
es la gestión de fiscales y jueces al
cumplir, de acuerdo a las normas, con la
función conciliatoria o mediadora en tan-
to que así lo estipulan diversas normas
en el ámbito procesal. Sería más conve-
niente que estas audiencias sean reali-
zadas por conciliadores o mediadores
debidamente seleccionados, capacita-
dos y especializados para realizar estas
funciones.
4Los poderes judiciales deberían crear,
mediante leyes sectoriales o modifica-
ciones a sus códigos procesales, centros
de mediación que atiendan directamente
los conflictos de naturaleza jurídica que
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presenten las partes o los asuntos deri-
vados por los jueces, a través de media-
dores especializados, con apoyo de
psicólogos y trabajadores sociales.
5Es necesario que las leyes que regu-
lan los métodos alternos transiten en
materia de reparación del daño de una
justicia retributiva a una restaurativa,
donde el daño moral sufrido por la víctima
sea la primera referencia y se busque, al
mismo tiempo, que el delincuente conoz-
ca y se haga responsable de los efectos
de su conducta como un primer paso pa-
ra su readaptación social.
6Debe distinguirse entre las audiencias
informativas obligatorias (que pueden
realizar los jueces o los centros de me-
diación como requisito procedimental pa-
ra continuar con el procedimiento judicial),
de las audiencias de mediación propia-
mente dichas, que sólo pueden realizarse
si se cuenta con las voluntades de las par-
tes en conflicto.
7Para difundir el conocimiento y la apli-
cación de los métodos alternos, evitan-
do la oposición de los litigantes, debería
incluirse en los planes de estudio una asig-
natura sobre justicia alternativa.
8Atendiendo a las disposiciones de la
convención de la ONU sobre los de-
rechos del niño, debería unificarse la
edad penal en las leyes latinoamericanas,
creando un sistema integral que incluya a
los jueces, ministerios públicos, defenso-
rías y policías especializados así como la
aplicación de los métodos alternativos en
el procedimiento para menores en con-
flicto con la ley penal.
Seguridad Pública
1Los medios alternativos pueden apli-
carse como instrumentos para preve-
nir el delito, por lo que en este documento
se sugiere:
- La creación de una Policía de ba-
rrio desarmada, debidamente ca-
pacitada para hacer mediación
comunitaria.
- La mediación escolar debe enten-
derse como un método para preve-
nir la violencia entre alumnos de
todos los niveles y con ello la comi-
sión de delitos.
- La mediación comunitaria, al preve-
nir la escalada de conflictos meno-
res, logra la prevención de muchos
delitos derivados de problemas ve-
cinales, por lo que se debe obser-
var este efecto preventivo que
aumenta el valor del método y la uti-
lidad del mediador.
2Las disfunciones familiares constitu-
yen la fuente de muchas conductas de-
lictivas, motivo por el que se debe atender
al divorcio, porque es de sobra conocido
que el mal divorcio prolonga los celos y la
persecución más allá de la resolución judi-
cial que disuelve el matrimonio.
Debe aplicarse la mediación a los pro-
blemas de custodia de los hijos, para que
no degeneren en enfrentamientos y deli-
tos, como también en los problemas de
alimentos.
La mediación para el reconocimiento
de la paternidad extramatrimonial no es
sólo una fórmula para integrar a la familia,
sino una medida preventiva del delito, ya
que es una realidad criminológica que la
herida narcisista del hijo no reconocido
y la falta de la figura paterna para cubrir
las funciones de nutrición y normativas
que le corresponden, conducen al menor
a la comisión de delitos.
3En aquellos delitos que se persiguen a
petición del ofendido, así como en los
que pueda aplicarse el principio de opor-
tunidad por parte del Ministerio Público
prescindiendo de la acción penal, la me-
diación es la fórmula necesaria para obte-
ner el perdón del ofendido o su anuencia
para decretar el no ejercicio de la acción
penal, además de que permite evitar el
etiquetamiento procesal del inculpado y
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controlar el número de asuntos que llega
a los tribunales.
En la averiguación previa durante el
proceso e incluso en la fase de ejecución
penal se debe procurar, por vía de la me-
diación, que el responsable repare el da-
ño sufrido por la víctima.
Atendiendo a la dificultad de reparar el
daño moral y facilitar la readaptación del
delincuente, es necesario buscar, por vía
de la mediación, una nueva justicia, la res-
taurativa, que restituye en buena medida
la tranquilidad al ofendido, dando al delin-
cuente la posibilidad de enfrentar su res-
ponsabilidad pidiendo perdón y conocer la
dimensión del daño causado, como ocurre
normalmente en el encuentro víctima-victi-
mario debidamente preparado y conducido
por un mediador especializado.
4Se recomienda recoger la experiencia
del Estado de Sonora (México), en cuan-
to a la mediación penitenciaria entre pa-
res, ya que capacitar a los internos para
que medien entre la población penitencia-
ria, resolviendo problemas cotidianos entre
los internos y de éstos con su familia, ha in-
fluido en un notable descenso en los delitos.