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AGOSTO 2013

¡VTR!

agosto 1 Del santo Evangelio según san Mateo 13, 47-53 En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recogen toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

¿Han entendido todo esto?» Ellos le contestaron: «Si». Entonces él les dijo: «Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas». Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó de allí. Palabra del Señor. Oración introductoria Señor de la historia y Padre mío, creo en tu poder y que vendrá el día en que tendré que rendir cuentas de los dones que he recibido. Confío en tu inmensa misericordia y, en esta oración, quiero ofrecerte todo mi ser. Humildemente te suplico me des tu gracia para vivir el amor en cada momento del día. Petición Señor, ayúdame a tener confianza en el triunfo de tu Reino en mi propia vida. Meditación Porque su amor es para siempre. «Él --como lo revela Jesús--, es el Padre que alimenta a las aves del cielo sin que deban sembrar ni cosechar, y reviste de magníficos colores las flores del campo, con vestidos más bellos que los del rey Salomón; y nosotros --añade Jesús--, ¡valemos más que las flores y las aves del cielo! Y si Él es lo suficientemente bueno para hacer "salir el sol sobre malos y buenos, y... llover sobre justos e injustos", podremos siempre, sin temor y con total confianza, confiarnos a su perdón de Padre cuando nos equivocamos de camino. Dios es un Padre bueno que acoge y abraza al hijo perdido y arrepentido, se entrega gratuitamente a aquellos que se lo piden y ofrece el pan del cielo y el agua viva que da vida para siempre. Por lo tanto, el orante del salmo

27, rodeado de enemigos, asediado por malvados y calumniadores, mientras busca la ayuda del Señor y lo invoca, puede dar su testimonio lleno de fe, diciendo: "Mi padre y mi madre me han abandonado, pero el Señor me ha acogido". Dios es un Padre que nunca abandona a sus hijos, un Padre amoroso que apoya, ayuda, acoge, perdona y salva, con una fidelidad que supera inmensamente a la de los hombres» (Benedicto XVI, 30 de enero de 2013). Reflexión apostólica «El nombre «Regnum Christi», y el lema de sus miembros «¡Venga tu Reino!», significan, ante todo, la aspiración a colaborar con la Iglesia en el establecimiento y la realización del Reino de Cristo en el mundo » (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 13). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón. Señor, eres el Todopoderoso. Al final de los tiempos el bien y tu reino triunfarán. Vendrás a preguntarme cómo he vivido el amor. Ayúdame a saber desprenderme de lo pasajero y descubrir «eso» que no me deja crecer en el amor a los demás. Que tu gracia, Padre bueno, me haga dar un testimonio de vida que ayude a otros a vivir preparados para la venida de tu reino. Especialmente te encomiendo a los miembros de mi familia. Propósito Hacer un buen examen de conciencia para preparar mi próxima confesión.

«Cruz y Resurrección; pasión, gozo y esperanza cierta en el triunfo de Cristo. Él triunfará no según nuestras pobres concepciones, sino según toda la grandeza, anchura, profundidad y

sublimidad de su designio divino, concebido desde la eternidad, sembrado en el tiempo, y que se dirige certero hacia su fin, trascendiendo y dominando la voluntad humana y su febril

circunstancia» (Cristo al centro, n. 725).

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agosto 2 Del santo Evangelio según san Mateo 13, 54-58 En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: «¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?». Y se negaban a creer en Él.

Entonces, Jesús les dijo: «Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa». Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos. Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, a veces yo también pongo límites al poder que podrías ejercer en mi vida. Dudo que quieras hacer algo sobrenatural. Te suplico que esta oración me lleve a creer más firmemente en tu poder y en tu amor. Sé que siguiendo tu voluntad mi vida puede ser una luz para los demás. Petición Dios mío, dame docilidad y sumisión para superar mi superficialidad y mi falta de fe. Meditación No buscar consenso sino dar testimonio de la verdad. «Por una parte, “Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca”; san Marcos refiere que muchos decían: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada?”. Pero por otra parte, sus paisanos lo conocen muy bien: “Es uno como nosotros – dicen –. Su reclamo no puede que ser más que presunción”. “¿No es este el hijo de José?”, que es como preguntarse: ¿qué aspiraciones puede tener un carpintero de Nazaret? Justamente conociendo esta cerrazón, que confirma el proverbio “nadie es profeta en su tierra”, Jesús dirige a la gente, en la sinagoga, palabras que suenan como una provocación. […] El verdadero profeta no obedece a nadie más que a Dios y se pone al servicio de la verdad, listo a responder personalmente. Es verdad que Jesús es el profeta del amor, pero también el amor tiene su verdad. Es más, amor y verdad son dos nombres de la misma realidad, dos nombres de Dios» (Benedicto XVI,).

Reflexión apostólica «La Iglesia es también portadora del “movimiento” del hombre que responde al amor divino: movimiento hacia Dios, en primer lugar, como conversión a su amor misericordioso; movimiento hacia los demás, hecho amor fraterno y solicitud por sus necesidades; movimiento hacia el propio corazón y la propia conciencia, para descubrir en ellos la profundidad de la imagen y semejanza divina; y movimiento hacia el mundo, para edificarlo y transformarlo según el designio del Padre» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 8). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Sagrado Corazón, quiero reconocerte y confiar totalmente en Ti. Ayúdame a saber descubrir, agradecer y hacer fructificar tu gracia que me ayuda a vivir cada momento con profundidad y en el amor. Quiero salir de esta meditación decidido a permitir que el Espíritu Santo forme mis pensamientos y guíe todas mis acciones. Propósito Recordar a mi familia la promesa del Sagrado Corazón a santa Margarita sobre la comunión de los nueves viernes primeros seguidos de mes. «¡El hombre! Esa madeja de bien y de mal, esa mezcla de ángel y de demonio. Ese ser que tiene que luchar, trabajar, sufrir seriamente para poder conservar la amistad con Dios, y llamarse en

plenitud: hijo de Dios» (Cristo al centro, n.1305).

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agosto 3 Del santo Evangelio según san Mateo 14, 1-12 En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús y les dijo a sus cortesanos: «Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en Él fuerzas milagrosas».

Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía a Herodes que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, le tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta.

Pero llegó el cumpleaños de Herodes, y la hija de Herodías bailó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que le pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: «Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.

Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús. Palabra del Señor. Oración introductoria Dios mío, a veces me hago sordo a la voz en mi conciencia en lugar de agradecerte que me hagas ver claramente lo que está bien y lo que está mal. Permite que esta oración sea una oportunidad para despertar de ese letargo e indiferencia espiritual. Petición Jesús, dame la gracia para saber escucharte siempre en mi conciencia, para que seas Tú el criterio, centro y modelo de mi vida. Meditación Por no quedar mal... «Creer en Dios nos hace, por lo tanto, portadores de valores que a menudo no coinciden con la moda y la opinión del momento. Nos pide adoptar criterios y asumir una conducta que no pertenecen a la manera común de pensar. El cristiano no debe tener miedo de ir "contra la corriente" para vivir su fe, resistiendo a la tentación de "uniformarse". En muchas sociedades,

Dios se ha convertido en el "gran ausente" y en su lugar hay muchos ídolos, diversos ídolos y especialmente la posesión del "yo" autónomo. Y también los significativos y positivos progresos de la ciencia y de la tecnología han introducido en el hombre una ilusión de omnipotencia y de autosuficiencia, y un creciente egoísmo ha creado no pocos desequilibrios al interior de las relaciones interpersonales y de los comportamientos sociales. Sin embargo, la sed de Dios no se extingue y el mensaje del Evangelio sigue resonando a través de las palabras y los hechos de muchos hombres y mujeres de fe» (Benedicto XVI, 23 de enero de 2013). Reflexión apostólica «Cada cristiano ha de actuar con una conciencia rectamente formada, de acuerdo con la ley de Dios –proclamada e interpretada por el Magisterio autorizado de la Iglesia–, y adquirir la formación y la convicción necesarias para explicar la doctrina católica y defenderla frente a los errores que con frecuencia se difunden» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 191). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, por intercesión de tu Madre santísima te pido la gracia de ser coherente con mi fe. Que sea valiente para cambiar lo que te ofende a Ti o a los demás. Ayúdame a adherirme firmemente a tu voluntad y a hacer de tu amor el centro de mi propia existencia. No permitas que me haga sordo a tu voz y me quede en la mediocridad del «qué dirán». ¡Quiero ir contracorriente y vivir auténticamente mi fe! Propósito Pedir disculpas, humildemente, a esa persona que he ignorado o menospreciado, influenciado por el «qué dirán».

«Este respeto humano mengua el amor a Jesucristo porque hace al hombre cobarde para practicar lo que la conciencia y el deber le dictan»

(Cristo al centro, n. 195).

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agosto 4 Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21 En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?”

Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.

Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”. Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, creo, espero y te amo. No quiero confiar en mi propia fuerza o razonamiento. Te necesito. Ilumina mi oración, permite que sepa descubrir que el mayor tesoro al que puede aspirar es precisamente el poder tener este diálogo de amor contigo. Petición Jesús, que sea capaz de ponerte siempre y en todo en primer lugar. Meditación La tentación del tener. «Nuestro camino también nos encontramos ante la tentación del tener, de la avidez de dinero, que insidia el primado de Dios en nuestra vida. El afán de poseer provoca violencia, prevaricación y muerte; por esto la Iglesia recuerda la práctica de la limosna, es decir, la capacidad de compartir. La idolatría de los bienes, en cambio, no sólo aleja del otro, sino que despoja al hombre, lo hace infeliz, lo engaña, lo defrauda sin realizar lo que promete, porque sitúa las cosas materiales en el lugar de Dios, única fuente de la vida. ¿Cómo comprender la bondad paterna de Dios si el corazón está lleno de uno mismo y de los propios proyectos, con los cuales nos hacemos ilusiones de que podemos asegurar el futuro? La tentación es pensar,

como el rico de la parábola: “Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años... Pero Dios le dijo: ‘¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma’”. La práctica de la limosna nos recuerda el primado de Dios y la atención hacia los demás, para redescubrir a nuestro Padre bueno y recibir su misericordia» (Benedicto XVI, 22 de febrero de 2011). Reflexión apostólica «Este desprendimiento interior, para que sea real, requiere el ejercicio de un cierto grado del desprendimiento material, que cada uno debe discernir atendiendo a su conciencia y las inspiraciones del Espíritu Santo. Para esto puede encontrar una valiosa ayuda en el consejo de un director espiritual» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 194). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Líbrame, Señor, de las tentaciones; no permitas que edifique mi vida sobre las arenas movedizas de lo superficial y de lo aparente. Ayúdame a amarte por encima de todo. Sé Tú mi único tesoro, el verdadero sostén y el apoyo más firme de mi vida. Propósito Renunciar hoy a algo que me encanta, pero que no necesito, y ofrecerlo por quien no tiene lo mínimo necesario para vivir.

«Los hombres se afanan en amasar inmensas fortunas que después de ahogarles en mil problemas tienen que abandonar para siempre, pero nada quieren saber con ayudar para

extender el Reino de Dios. Tenemos, no obstante, que seguir confiando en la inmensa fuerza de Dios»

(Cristo al centro, n. 1247).

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agosto 5 Del santo Evangelio según san Mateo 14, 13-21 En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.

Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer». Pero Jesús les replicó: «No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer». Ellos le contestaron: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados». Él les dijo: «Tráiganmelos».

Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños. Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús, como esa gente vengo a tu encuentro, quiero hablar contigo y escuchar tus palabras en esta oración. ¿Qué quieres que haga hoy por Ti? No busco ningún interés personal, lo único que te pido es que multipliques tu gracia en mí para poder experimentar tu amor y tu cercanía para trasmitirlos a los demás. Petición Señor, no permitas que deje pasar nunca la oportunidad de servir a los demás. Meditación Ver al otro desde la perspectiva de Cristo. «“Aprendo a mirar a esta otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo”. De ese modo, en las personas que encuentro reconozco a hermanos y hermanas por los que el Señor ha dado su vida amándolos “hasta el extremo”. Por consiguiente, nuestras comunidades, cuando celebran la Eucaristía, han de ser cada vez más conscientes de que el sacrificio de Cristo es para todos y que, por eso, la Eucaristía impulsa a

todo el que cree en Él a hacerse “pan partido” para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno. Pensando en la multiplicación de los panes y los peces, hemos de reconocer que Cristo sigue exhortando también hoy a sus discípulos a comprometerse en primera persona: “dadles vosotros de comer”. En verdad, la vocación de cada uno de nosotros consiste en ser, junto con Jesús, pan partido para la vida del mundo» (Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, n. 88). Reflexión apostólica «El Movimiento cifra en este principio [hacer, hacer hacer y dejar hacer] gran parte de su eficacia, el cual le permite multiplicar su alcance apostólico al involucrar a todos los miembros, cada uno asumiendo la responsabilidad que le atañe, y sumando su esfuerzo al de los demás de manera coordinada y organizada para hacerlo converger en la misión única y unánime de extender el Reino de Cristo y servir a la Iglesia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 353). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, gracias por hacerme parte de la historia de la salvación. ¡Sí! Yo quiero ser ese pan partido que pueda ayudar a los demás a descubrir y experimentar tu amor. Que mi debilidad no me detenga, que sepa poner los problemas en tus manos y, confiadamente, hacer lo que tu santa voluntad permita. Propósito Por la noche voy a examinar mi actitud y mis reacciones ante las dificultades, para ver si corresponden al espíritu de un verdadero discípulo y misionero de Cristo.

«Ustedes vienen a prestarle al Movimiento un corazón para amar más a Cristo, una boca para predicarle, unas manos para distribuir su amor entre los hombres, unos pies para llevarlo a más

almas» (Cristo al centro, n.v1863).

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agosto 6 Del santo Evangelio según san Lucas 9, 28-36 En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le esperaba en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero, despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías”, sin saber lo que decía.

No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”. Cuando cesó la voz, se quedó Jesús solo. Los discípulos guardaron silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor. Oración introductoria Jesucristo, ¡qué hermosa experiencia tuvieron Pedro, Santiago y Juan! Y hoy, de algún modo, me invitas a compartir esta experiencia en mi oración. Concédeme acallar mis preocupaciones para guardar ese silencio que me permita contemplarte y alabarte como mi Señor y mi Dios. Petición Señor, que mi corazón no se apegue al mundo, a lo pasajero, que sólo aspire a gozar de tu amor en la eternidad. Meditación El primado de la oración. «El evangelista Lucas destaca de modo especial el hecho de que Jesús se transfigurara mientras oraba: la suya es una experiencia profunda de relación con el Padre durante una especie de retiro espiritual que Jesús vive sobre un alto monte en compañía de Pedro, Santiago y Juan, los tres discípulos siempre presentes en los momentos de la manifestación divina del Maestro […] La intervención de Pedro: “Maestro, qué bien estamos aquí” representa el intento imposible de detener tal experiencia mística. Comenta san Agustín: “[Pedro]… sobre el monte… tenía a

Cristo como alimento del alma. ¿Para qué descender para volver a las fatigas y a los dolores, mientras allí arriba estaba lleno de sentimientos de santo amor hacia Dios y que le inspiraban por ello una santa conducta?”. Meditando este pasaje del Evangelio, podemos extraer una enseñanza muy importante. Sobre todo, el primado de la oración, sin la cual todo el empeño del apostolado y de la caridad se reduce a activismo» (Benedicto XVI, 24 de febrero de 2013). Reflexión apostólica «Por eso, para hacer la experiencia del amor de Dios hay que fijarla mirada en el rostro de Cristo, humano y divino a la vez, doliente y transfigurado, justo y misericordioso; hay que contemplar ese rostro, que ilumina y sostiene los pasos de quien se acerca a Él» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 30). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, concédeme adherirme a tu voluntad de tal manera, que sea yo una sola cosa contigo. Tu amor es lo más importante en mi vida porque me ha liberado de la esclavitud de mi egoísmo y soberbia. Que tu gracia me transfigure y me convierta en luz que ilumina el camino de los demás. Propósito Darme el tiempo para contemplar y alabar a Cristo en la Sagrada Eucaristía. «Paradójicamente, para conocer a Cristo hay que amarlo. Porque el amor es la llave que abre la intimidad de las personas. Aunque es cierto que no es posible amar lo que no se conoce, en el

campo de las relaciones interpersonales es necesario amar para poder conocer con profundidad a alguien»

(Cristo al centro, n. 536).

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agosto 7 Del santo Evangelio según san Mateo 15, 21-28 En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: «Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio». Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: «Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros». Él les contestó: «Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel».

Ella se acercó entonces a Jesús y postrada ante Él, le dijo: «¡Señor, ayúdame!» Él le respondió: «No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos». Pero ella replicó: «Es cierto, Señor, pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos». Entonces Jesús le respondió: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas». Y en aquel mismo instante quedó curada su hija. Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús, no deja de asombrarme que tus caminos no son como los míos. Por eso, como la cananea, te pido que tengas compasión de mí. ¡Tengo necesidad de Ti! Ayúdame a confiar siempre en tu Providencia, a perseverar en mi oración dándote el mejor tiempo del día. Aumenta mi fe, mi esperanza y mi amor. Petición Señor, que sepa confiar y agradecerte todo, incluso cuando los que amo sufren y me parezca que no escuchas mi oración. Meditación ¿Es grande tu fe? «Singular ejemplo de fe: una mujer cananea, que pide a Jesús que cure a su hija, que "tenía un demonio muy malo". El Señor no hace caso a sus insistentes invocaciones y parece no ceder ni siquiera cuando los mismos discípulos interceden por ella, como refiere el evangelista san Mateo. Pero, al final, ante la perseverancia y la humildad de esta desconocida, Jesús condesciende: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas".

"Mujer, ¡qué grande es tu fe!". Jesús señala a esta humilde mujer como ejemplo de fe indómita. Su insistencia en invocar la intervención de Cristo es para nosotros un estímulo a no desalentarnos jamás y a no desesperar ni siquiera en medio de las pruebas más duras de la

vida. El Señor no cierra los ojos ante las necesidades de sus hijos y, si a veces parece insensible a sus peticiones, es sólo para ponerlos a prueba y templar su fe» (Benedicto XVI, 14 de agosto de 2005). Reflexión apostólica «Esta devoción [cristocéntrica] se manifiesta, sobre todo, mediante la práctica de dos virtudes que Cristo encarnó de modo eminente en su vida, y cuya imitación Él mismo propuso a sus discípulos: la mansedumbre y la humildad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 75). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, la fe y la humildad mueven tu corazón. Te alabo y te doy gracias por todo lo que haces por mí. Perdona mi debilidad al adoptar una mentalidad de niño malcriado que cree que se merece todo. Sé que incluso los sufrimientos vienen de tu mano para mi mayor bien, aunque no siempre lo pueda percibir en ese momento. Propósito Invocar al Señor en oraciones cortas y simples durante el día de hoy, diciéndole que lo amo y pidiéndole la gracia de una mayor intimidad con Él en la oración. «Mediten frecuentemente en el ejemplo de Cristo humilde, que se pone a lavar los pies de sus

discípulos, que se anonadó escogiendo la forma de siervo, que vivió treinta años de obediencia y silencio, que se hace niño con los niños, que se conmueve ante la humildad de la mujer cananea, y ojalá que esta meditación les mueva a aceptar en sus corazones la alegría de la

humildad» (Cristo al centro, n. 1373).

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agosto 8 Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-23 En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas».

Luego les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».

Jesús le dijo entonces: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo». Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.

A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: «No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti». Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: «¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!» Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús, ¡qué hermoso programa de oración el vivir contemplando tu ejemplo! Concédeme llegar a percibir tus sentimientos y conocer a fondo tu corazón sin permitir que la tentación del mal se imponga o me distraiga de mi intención. Por eso te suplico que hoy el centro de mi oración seas Tú y no tanto mis problemas o dificultades personales. Petición Señor, dame la gracia de aceptar y seguir tus caminos. Meditación La tentación de no aceptar el dolor.

«Pedro ha pronunciado en nombre de los discípulos su confesión de fe en Jesús Mesías-Cristo, el Hijo del Dios vivo, y con ello formula esa fe en la que se basa la Iglesia y que crea la nueva comunidad de fe fundada en Cristo. Pero precisamente en este momento crucial, en el que frente a la “opinión de la gente” se manifiesta el conocimiento diferenciador y decisivo de Jesús, y comienza así a formarse su nueva familia, he aquí que se presenta el tentador, el peligro de ponerlo todo al revés. El Señor explica inmediatamente que el concepto de Mesías debe entenderse desde la totalidad del mensaje profético: no significa poder mundano, sino la cruz y la nueva comunidad completamente diversa que nace de la cruz. Pero Pedro no lo había entendido en estos términos: “Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparle: ‘¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte’”. Sólo leyendo estas palabras sobre el trasfondo el relato de las tentaciones, como su reaparición en el momento decisivo, entenderemos la respuesta increíblemente dura de Jesús: “¡Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios!”» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 25). Reflexión apostólica «En medio de los problemas del mundo y de las propias dificultades, el miembro del Regnum Christi no aparta su mirada ni su corazón de esta certeza. El amor misericordioso del Padre es más fuerte que todo el mal presente en el mundo y que toda miseria que lacera la propia alma» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 139). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, sólo tu gracia puede fortalecer mi fe para entender y ver las cosas a tu manera. Dame el don de la fe para no poner nunca límites a mi amor. Ayúdame a vivir unido a Ti de tal manera que pueda llegar, en la medida de mi pequeñez, a parecerme a Ti, a seguir tu ejemplo y tu modo de amar y cumplir la voluntad de nuestro Padre Dios. Propósito Organizar mis actividades, para disponer del tiempo suficiente para participar en una hora eucarística.

«Cómo se desgarra el alma al pensar que Él derramó toda su sangre por salvarnos, y que cada día que pasa este mundo se aparta más de Él. La causa, el porqué de este desastre, ya lo saben:

hacen falta apóstoles» (Cristo al centro, n. 109).

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agosto 9 Del santo Evangelio según san Mateo 16, 24-28 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras. Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey». Palabra del Señor. Oración introductoria Padre santo, ayúdame a buscar lo que me haga crecer en el amor, para darte gloria y servir mejor a los demás: bienes que duren y valgan para la eternidad. Y, aunque no me guste ni me atreva a buscarla, que sepa renunciar a mí mismo para tomar mi cruz y seguirte. Petición Señor, dame la fortaleza para tomar mi cruz y seguir los pasos de tu Hijo. Meditación ¿Qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? «En los tres Evangelios, este seguirle en el signo de la cruz… como el camino del “perderse a sí mismo”, que es necesario para el hombre y sin el cual le resulta imposible encontrarse a sí mismo”. Como a los discípulos, también a nosotros Jesús nos dirige la invitación: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. El cristiano sigue al Señor cuando acepta con amor la propia cruz, a pesar de que a los ojos del mundo aparece como un fracaso y una “pérdida de la vida”, sabiendo que no la lleva solo, sino con Jesús, compartiendo su mismo camino de donación. Escribe el Siervo de Dios Pablo VI: “Misteriosamente, el mismo Cristo, para erradicar del corazón del hombre el pecado de la presunción y manifestar al Padre una obediencia íntegra y filial, acepta… morir en una cruz”. Aceptando voluntariamente la muerte, Jesús lleva la cruz de todos los hombres y se convierte en fuente de salvación para toda la humanidad. San Cirilo de Jerusalén comenta: “La cruz victoriosa ha iluminado a quien estaba ciego por la ignorancia, ha liberado a quien era

prisionero del pecado, ha llevado la redención a toda la humanidad”» (Benedicto XVI, 28 de agosto de 2011). Reflexión apostólica «La abnegación aparece no como un fin, sino como un medio necesario para alcanzar el fin: el crecimiento en la santidad personal y la extensión del Reino de Cristo. Cuando la abnegación brota como una exigencia del amor a Cristo y a los demás, entonces encuentra su verdadero sentido y justificación» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 116). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, no es fácil ser tu amigo en la cruz. La tentación a escapar o renegar de la realidad, cuando se presentan los problemas, fácilmente me domina. Gracias por esta meditación que me confirma que puedo confiar en que, con tu gracia, puedo perseverar hasta el final. No puedo esperar gozar de una eternidad gloriosa, llena de fiesta y de alegría, si no derramo, por amor a Ti y a mis hermanos, un poco de sangre, sudor y lágrimas en la tierra. Propósito Adoptar una actitud positiva, y no quejarme, ante las dificultades de este día para seguir a Cristo en el camino de la cruz.

«Necesitas un amor muy grande porque la cruz que te espera también es grande» (Cristo al centro, n. 39).

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agosto 10 Del santo Evangelio según san Juan 12, 24-26 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna.

El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre”. Palabra del Señor. Oración introductoria Ven, Espíritu Santo, inspira esta oración para que sepa vivir de cara a la eternidad. Que viva sostenido por la convicción de que renunciando, muriendo a mí mismo, por amor a Ti, es la única manera de que mi caridad crezca. Petición Señor, dame la fe y la generosidad para pasar mi vida sirviendo a los demás. Meditación El Señor siembra en el corazón del hombre. «Hay otra palabra de Jesús que utiliza la imagen de la semilla, y que se puede relacionar con la parábola del sembrador: "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto". Aquí el Señor insiste en la correlación entre la muerte de la semilla y el "mucho fruto" que dará. El grano de trigo es Él, Jesús. El fruto es la "vida en abundancia", que nos ha adquirido mediante su cruz. Esta es también la lógica y la verdadera fecundidad de toda pastoral vocacional en la Iglesia: como Cristo, el sacerdote y el animador deben ser un "grano de trigo", que renuncia a sí mismo para hacer la voluntad del Padre; que sabe vivir oculto, alejado del clamor y del ruido; que renuncia a buscar la visibilidad y la grandeza de imagen que hoy a menudo se convierten en criterios e incluso en finalidades de la vida en buena parte de nuestra cultura y fascinan a muchos jóvenes. Queridos amigos, sed sembradores de confianza y de esperanza, pues la juventud de hoy vive inmersa en un profundo sentido de extravío» (Benedicto XVI, 21 de julio de 2009).

Reflexión apostólica «La abnegación es necesaria también en el campo apostólico, pues la misión exige un gran desprendimiento personal para emprender con fruto cualquier iniciativa apostólica, y para arrostrar sin desfallecer fatigas, contrariedades e incomprensiones por la causa de Cristo» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 118). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, ayúdame a ser más generosos en el tiempo que dedico a mi oración y a mi apostolado. Y aunque no me has llamado al martirio, como a san Lorenzo que recordamos hoy, permíteme ofrecer pequeños sacrificios por la Iglesia y la salvación de los demás. Propósito Buscar hacer un servicio a esa persona que lo necesita y no puede corresponderme. «El dolor será dolor; pero la cruz de Cristo es una semilla hundida en lo más íntimo de nuestro

ser; un día brotará con una espiga cuajada de frutos para la vida eterna» (Cristo al centro, n. 720).

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agosto 11 Del santo Evangelio según san Lucas 12, 32-48 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No temas, rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino. Vendan sus bienes y den limosnas. Consíganse unas bolsas que no se destruyan y acumulen en el cielo un tesoro que no se acaba, allá donde no llega el ladrón, ni carcome la polilla. Porque donde está su tesoro, ahí estará su corazón.

Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos.

Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre”.

Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre, con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si este siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los criados y a las criadas, a comer, a beber y embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada, llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte que a los hombres desleales.

El servidor que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”. Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, creo en Ti con todo mi corazón. Confío en tu infinita bondad y misericordia. Gracias por tu paciencia y tu gracia que me guía por el sendero. Te quiero y te ofrezco todo lo que tengo. Lo que he hecho es para Ti, para tu gloria y la salvación de las almas. Dame la gracia de no sólo querer que me escuches, sino también de querer escucharte.

Petición Señor Jesús, dame el ánimo para mantenerme siempre vigilante y comprometido en hacer tu santísima voluntad. Meditación Saberse ante la mirada de Dios. «Esto implica la certeza en la esperanza de que Dios enjugará toda lágrima, que nada quedará sin sentido, que toda injusticia quedará superada y establecida la justicia. La victoria del amor será la última palabra de la historia del mundo. Como actitud de fondo para el “tiempo intermedio”, a los cristianos se les pide la vigilancia. Esta vigilancia significa, de un lado, que el hombre no se encierre en el momento presente, abandonándose a las cosas tangibles, sino que levante la mirada más allá de lo momentáneo y sus urgencias.

De lo que se trata es de tener la mirada puesta en Dios para recibir de Él el criterio y la capacidad de obrar de manera justa. Por otro lado, vigilancia significa sobre todo apertura al bien, a la verdad, a Dios, en medio de un mundo a menudo inexplicable y acosado por el poder del mal. Significa que el hombre busque con todas las fuerzas y con gran sobriedad hacer lo que es justo, no viviendo según sus propios deseos, sino según la orientación de la fe. Todo eso está explicado en las parábolas escatológicas de Jesús, particularmente en la del siervo vigilante y, de otra manera, en la de las vírgenes necias y las vírgenes prudentes» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, segunda parte, p. 110). Reflexión apostólica «Dadas las fuertes inclinaciones de la naturaleza herida por el pecado y las continuas provocaciones del ambiente, es necesario vigilar con atención y exigencia para ordenar los apetitos instintivos conforme a la voluntad de Dios, evitar con decisión las ocasiones de pecado y dominar los sentidos internos y externos con sinceridad y serenidad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 188). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, ¡que toda mi vida se resuma en escucharte y en obedecer tu voz! Gracias por fortalecerme en los momentos de tentación o de distracción. Ayúdame porque quiero estar siempre vigilante, esperándote y dedicando mi vida, de una manera más comprometida, para construir tu reino en mí y en los que me rodean.

Propósito Que la participación en la celebración de la Eucaristía sea la actividad familiar más importante de este domingo. «Hay que trabajar y vigilar sin descanso; tener siempre a la vista la fierecilla que todos llevamos

para no ser víctimas de sus zarpazos» (Cristo al centro, n. 798).

¡VTR! agosto 12 Del santo Evangelio según san Mateo 17, 22-27 En aquel tiempo, se hallaba Jesús con sus discípulos en Galilea y les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar». Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza.

Cuando llegaron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le dijeron: «¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?» Él les respondió: «Si lo paga».

Al entrar Pedro en la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?». Pedro le respondió: «A los extraños». Entonces Jesús le dijo: «Por lo tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti». Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, creo en tu presencia al iniciar este momento de oración. Sé que siempre me esperas y me cuidas. Quiero que este tiempo contigo sea un signo de mi profundo amor por Ti. Petición Jesús, ayúdame a saber reconocer tu grandeza y a convertirme en un auténtico discípulo y misionero de tu amor a través de mis palabras y acciones. Meditación El primado de Pedro. «Cuando en circunstancias particulares Jesús se llevaba sólo a tres discípulos, a Pedro siempre se le nombra como primero del grupo: así sucede en la resurrección de la hija de Jairo, en la Transfiguración y, por último, durante la agonía en el huerto de Getsemaní. Además, a Pedro se dirigen los recaudadores del impuesto para el templo y el Maestro paga sólo por sí y por Pedro; Pedro es el primero a quien lava los pies en la última Cena y ora sólo por él para que no desfallezca en la fe y pueda confirmar luego en ella a los demás discípulos.

Por lo demás, Pedro mismo es consciente de su situación peculiar: es él quien a menudo toma la palabra en nombre de los demás; habla para pedir la explicación de una parábola o el sentido exacto de un precepto o la promesa formal de una recompensa. En particular, es él quien resuelve algunas situaciones embarazosas interviniendo en nombre de todos […] Pedro,

para todos los tiempos, debe ser el custodio de la comunión con Cristo; debe guiar a la comunión con Cristo; debe cuidar de que la red no se rompa, a fin de que así perdure la comunión universal. Sólo juntos podemos estar con Cristo, que es el Señor de todos» (Benedicto XVI, 7 de junio de 2006). Reflexión apostólica «En la espiritualidad eclesial del Movimiento ocupa un lugar destacado la adhesión de mente, corazón y voluntad al Sumo Pontífice, pastor supremo de la Iglesia. Esta adhesión al Papa brota de la fe en la palabras con las que Cristo anunció a san Pedro su función de principio y fundamento visible y perpetuo de la unidad de la Iglesia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 81). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, ayúdame a entregar mi vida en el servicio y en el amor a los demás. Dame valor para ser un testigo de tu presencia en el mundo. Que no tenga miedo de mostrar que mi fe es el centro de mi vida y lo que da sentido a todo lo que hago. Propósito Hacer una oración especial para pedir al Espíritu Santo que ilumine y fortalezca al Papa Francisco.

«En todo torbellino de confusión y de protesta, de desobediencia, de contestación, tengamos clara y firme una idea: sólo hay un faro y sólo hay un ancla y sólo hay una brújula seguros: el

Sucesor de Pedro. De él sólo nos consta por la certeza que nos da la Revelación en el Evangelio»

(Cristo al centro, n. 1403).

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agosto 13 Del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10. 12-14 En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?»

Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: «Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos». Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.

Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.

¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños». Palabra del Señor. Oración introductoria Ángel de mi guarda, te pido tu especial protección en esta oración para que me ayudes a conocer, amar e identificarme cada día más con el Señor. No quiero salirme del redil que tiene que conducirme a gozar eternamente del amor de Dios. Petición Señor, no permitas nunca que me separe de Ti. Meditación Buscar a la oveja descarriada. «Ante los pastores egoístas que Ezequiel encuentra en su tiempo y a los que recrimina, el profeta anuncia la promesa de que Dios mismo buscará a sus ovejas y cuidará de ellas. “Las sacaré de entre los pueblos, las congregaré de los países, las traeré a la tierra... Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré sestear... Buscaré las ovejas perdidas, haré volver a las descarriadas, vendaré a las heridas, curaré a las enfermas; a las gordas y fuertes las guardaré”. Ante las murmuraciones de los fariseos y de los escribas porque Jesús compartía mesa con los pecadores, el Señor relata la parábola de las noventa y nueve ovejas que están en el redil, mientras una anda descarriada, y a la que el pastor sale a buscar, para después llevarla

a hombros todo contento y devolverla al redil. Con esta parábola Jesús les dice a sus adversarios: ¿no habéis leído la palabra de Dios en Ezequiel? Yo sólo hago lo que Dios como verdadero pastor ha anunciado: buscaré las ovejas perdidas, traeré al redil a las descarriadas» (Joseph Ratizinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 110). Reflexión apostólica «Cualquier miembro del Regnum Christi, deseoso de compartir con otras personas el don recibido, puede invitar a otros a formar parte del mismo, teniendo en cuenta las características de cada persona» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 52). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, este Evangelio aumenta mi esperanza. Eres ese Buen Pastor que sale a buscarme cuando me extravío. Me has dado un ángel que me protege en el camino. Y a pesar que frecuentemente yo me olvidó de Ti, Tú constantemente me traes de vuelta. Dame un corazón semejante al tuyo, pues con la fuerza de tu amor podré ser un verdadero seguidor tuyo y apóstol de tu Reino en el Regnum Christi. Propósito Invitar a esa amistad que está alejada de la Iglesia a participar en un retiro espiritual o una actividad de formación que le pueda interesar.

«El apostolado es un invitar a los demás a realizar la misma experiencia espiritual de conocimiento y amor a Jesucristo»

(Cristo al centro, n. 1933).

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agosto 14 Del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.

Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.

Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos». Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, gracias, por ser tan bueno. Por darme la oportunidad de este momento de oración. Ayúdame a estar atento a las inspiraciones de tu Espíritu Santo. Este día seguramente estará lleno de desafíos y actividades, oportunidades para perdonar y buscar el perdón: con tu gracia lo podré vivir plenamente. Petición Concédeme cultivar, Señor, un alma contemplativa, sencilla y alegre para lograr ser un instrumento de tu paz. Meditación Donde dos o tres se reúnen en mi nombre. «Otro fruto de la caridad en la comunidad es la oración en común. Dice Jesús: “Si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. La oración personal es ciertamente importante, es más, indispensable, pero el Señor asegura su presencia a la comunidad que —incluso siendo muy pequeña— es unida y unánime, porque ella refleja la realidad misma de Dios uno y trino, perfecta comunión de amor. Dice Orígenes que “debemos ejercitarnos en esta sinfonía”, es decir en esta concordia dentro de la comunidad cristiana. Debemos ejercitarnos tanto en la corrección fraterna, que requiere mucha humildad y

sencillez de corazón, como en la oración, para que suba a Dios desde una comunidad verdaderamente unida en Cristo» (Benedicto XVI, 4 de septiembre de 2011). Reflexión apostólica «[El encuentro con Cristo] debe ser un verdadero encuentro con la persona de nuestro Señor Jesucristo, “donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 404). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Los conflictos interpersonales son una de las cruces más pesadas que llevamos, porque es difícil perdonar cuando las ofensas y los desaires se van acumulando. Gracias, Señor, porque hoy me recuerdas cuál es el remedio: la oración. Ayúdame a saber reunir a mi familia en la oración, así tendremos más unidad, caridad y humildad para estar abiertos al perdón. Propósito Invitar hoy a ese amigo o miembro de familia, del que me encuentro alejado, a participar juntos en alguna actividad relacionada con la oración.

«No se puede concebir un hombre animado del verdadero espíritu de caridad, irritable, vengativo o simplemente impaciente con sus hermanos. La caridad es paciente, sabe perdonar

al prójimo sin guardar el menor resentimiento» (Cristo al centro, n. 366).

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agosto 15 Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56 En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó a su casa. Palabra del Señor. Oración introductoria María, madre de Jesús, tú supiste escuchar el mensaje del ángel y aceptar, sin dudar, sin poner condiciones, sin pedir pruebas… Además saliste presurosa a llevar a Cristo a los demás. Intercede para que esta oración me ayude a actuar como tú, muéstrame el camino para seguir a Cristo por los caminos de la fe. Petición María, en el día de tu Asunción a los Cielos, ayúdame a imitar tu docilidad, tu silencio y tu escucha. Meditación Abrirse a Dios.

«En este Año de la fe desearía subrayar que María es la Inmaculada por un don gratuito de la gracia de Dios, que encontró en Ella perfecta disponibilidad y colaboración. En este sentido es “bienaventurada” porque “ha creído”, porque tuvo una fe firme en Dios. María representa el “resto de Israel”, esa raíz santa que los profetas anunciaron. En ella encuentran acogida las promesas de la antigua Alianza. En María la Palabra de Dios encuentra escucha, recepción, respuesta; halla aquel “sí” que le permite hacerse carne y venir a habitar entre nosotros. En María la humanidad, la historia, se abren realmente a Dios, acogen su gracia, están dispuestas a hacer su voluntad. María es expresión genuina de la Gracia. Ella representa el nuevo Israel, que las Escrituras del Antiguo Testamento describen con el símbolo de la esposa. Y san Pablo retoma este lenguaje en la Carta a los Efesios donde habla del matrimonio y dice que “Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentarse a Él mismo la Iglesia toda gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada”» (Benedicto XVI, 8 de diciembre de 2012). Reflexión apostólica «María es modelo de fidelidad. La Iglesia la proclama Virgen fiel porque a lo largo de las diversas, y muchas veces difíciles circunstancias de su vida, mantuvo su alma en actitud de sierva del Señor, ratificando su «sí» inicial en cada nueva decisión y acogiendo dócilmente el plan de Dios que se le iba revelando a cada paso más inescrutable y sorprendente» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 127). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, en María me has dado un gran ejemplo de fe. Ella es la Virgen que a lo largo de las difíciles circunstancias de su vida fue fiel. Dame la gracia de imitarla en su fe y en su generosidad para vivir con sumisión la voluntad de Dios y realizar mi compromiso apostólico. Propósito Ofrecerle a María el rezo del rosario, preferentemente en familia.

«No todo fue claro y preciso para María; Ella, como todos nosotros, tuvo que peregrinar en el claroscuro de la fe, y su fe fue puesta a prueba muchas veces. Así, meditando y sufriendo, María fue creciendo en la comprensión de los misterios de Cristo, y la fe constituyó su fortaleza y su

seguridad hasta el final de su vida» (Cristo al centro, n. 1496 y 1497).

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agosto 16 Del santo Evangelio según san Mateo 19, 3-12 En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y, para ponerle una trampa, le preguntaron: «¿Le está permitido al hombre divorciarse de su esposa por cualquier motivo?».

Jesús les respondió: «¿No han leído que el Creador, desde un principio ‘los hizo hombre y mujer,’ y dijo: “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y serán los dos una sola cosa?” De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

Pero ellos replicaron: «Entonces ¿por qué ordenó Moisés que el esposo le diera a la mujer un acta de separación, cuando se divorcia de ella?»

Jesús les contestó: «Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas; pero al principio no fue así. Y yo les declaro que quienquiera que se divorcie de su esposa, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, y se case con otra, comete adulterio; y el que se case con la divorciada, también comete adulterio».

Entonces le dijeron sus discípulos: «Si ésa es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse». Pero Jesús les dijo: «No todos comprenden esta enseñanza, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay hombres que, desde su nacimiento, son incapaces para el matrimonio; otros han sido mutilados por los hombres, y hay otros que han renunciado al matrimonio por el Reino de los cielos. Que lo comprenda aquel que pueda comprenderlo». Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, permite que te encuentre en esta oración; enséñame a comprender tu ley del amor para abrazarla con fe, confianza y humildad. Petición Padre bueno, lléname de tu gracia para que pueda cumplir con tus mandamientos, camino seguro de salvación. Meditación El modo de amar de Dios se convierte en la medida del amor humano. «Con todo, mientras la Iglesia compara la familia humana con la vida de la Santísima Trinidad —primera unidad de vida en la pluralidad de las personas— y no se cansa de enseñar que la

familia tiene su fundamento en el matrimonio y en el plan de Dios, la conciencia generalizada en el mundo secularizado vive en la incertidumbre más profunda a ese respecto, especialmente desde que las sociedades occidentales legalizaron el divorcio. El único fundamento reconocido parece ser el sentimiento o la subjetividad individual que se expresa en la voluntad de convivir. En esta situación disminuye el número de matrimonios, porque nadie compromete su vida sobre una premisa tan frágil e inconstante, crecen las uniones de hecho y aumentan los divorcios. Con esta fragilidad se consuma el drama de muchos niños privados del apoyo de los padres, víctimas del malestar y del abandono, y se difunde el desorden social» (Benedicto XVI, 25 de septiembre de 2009). Reflexión apostólica «El pecado de la soberbia, por ser contrario a la verdad y a la justicia, introduce una honda separación entre el hombre y Dios. Según una infalible ley de su beneplácito, Dios excluye a los soberbios y se revela a los humildes. La persona soberbia no puede ser amiga de Dios ni unirse a Él. Dios y el alma soberbia están separados, como el agua y el aceite, como el día y la noche» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 177). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, gracias por este tiempo de oración. Humildemente te suplico irradies sobre mí la luz de la fe para confiar plenamente en que tu gracia es lo único que necesito para seguir el camino que me señalas. Quiero estar siempre abierto a la experiencia transformante de tu amor. Propósito Hoy me voy a olvidar de mí mismo para crear un ambiente propicio para que estén alegres los que me rodean.

«Ya sabemos que hoy abundan los ejemplos contrarios. Matrimonios deshechos a los pocos años, rupturas, separación, divorcio. Pero el matrimonio cristiano requiere fidelidad mutua,

fidelidad que sólo se entiende desde la perspectiva del amor» (Cristo al centro, n. 1583).

¡VTR!

agosto 17 Del santo Evangelio según san Mateo 19, 13-15 En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase por ellos. Los discípulos regañaron a la gente; pero Jesús les dijo: «Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos». Después les impuso las manos y continuó su camino. Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, con el amor y la confianza de un niño me presento ante Ti en esta meditación. Dame la gracia de saber olvidarme del tiempo y de mis preocupaciones para poder escucharte en este momento de oración. Petición Jesús, ayúdame a recibir tu Reino con la sencillez de un niño. Meditación El corazón y la confianza de un niño. «Jesús había dicho a sus discípulos que, para entrar en el reino de Dios, deberían hacerse como niños. Él mismo, que abraza al mundo entero, se hizo niño para salir a nuestro encuentro, para llevarnos hacia Dios. Para reconocer a Dios debemos abandonar la soberbia que nos ciega, que quiere impulsarnos lejos de Dios, como si Dios fuera nuestro competidor. Para encontrar a Dios es necesario ser capaces de ver con el corazón. Debemos aprender a ver con un corazón de niño, con un corazón joven, al que los prejuicios no obstaculizan y los intereses no deslumbran. Así, en los niños que con ese corazón libre y abierto lo reconocen a él la Iglesia ha visto la imagen de los creyentes de todos los tiempos, su propia imagen.

Queridos amigos, ahora nos asociamos a la procesión de los jóvenes de entonces, una procesión que atraviesa toda la historia. Juntamente con los jóvenes de todo el mundo, vamos al encuentro de Jesús. Dejémonos guiar por él hacia Dios, para aprender de Dios mismo el modo correcto de ser hombres» (Benedicto XVI, 16 de marzo de 2008).

Reflexión apostólica «El Movimiento anima de modo especial a sus miembros a participar de manera entusiasta y generosa en todas aquellas obras y actividades apostólicas destinadas a la formación cristiana de la niñez y de la juventud. Los medios son muy variados, desde promover y dirigir secciones y equipos del ECYD, hasta asumir la presidencia de un club, o colaborar en la organización de campamentos, o en actividades de formación y recreación. La promoción del ECYD, en particular, es un apostolado de primera importancia como medio particularmente apto para la formación cristiana de los niños y adolescentes, y para el eficaz encauzamiento de sus grandes ideales y energías frescas al servicio de la Iglesia y de la sociedad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 384). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesucristo, la tranquilidad que irradia un niño durmiendo es un reflejo de la paz que pudiera gozar si supiera vivir con esa sencillez y humidad. Un niño se fía plenamente y se entrega sin reparos en quien le manifiesta amor. Nadie me manifiesta más amor que Tú, así que ayúdame para aprender a vivir como un niño confiado plenamente en tu amor. Propósito Hoy voy a tratar a los demás de una manera coherente con mi condición de hijo adoptivo de Dios. Voy responder con un «si» a las peticiones de los demás, evitando cualquier mezquindad y egoísmo.

«Cristo es siempre como un niño en las manos de su Padre; la confianza inquebrantable e ilimitada en el Padre amantísimo es fruto de la oración e intimidad con Él»

(Cristo al centro, n. 570).

¡VTR!

agosto 18 Del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega!

¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”. Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, Tú viniste a traer fuego a la tierra, ¡cuánto desearía que ya estuviera ardiendo en mi corazón! Que esta oración me dé el fuego de tu amor, de la fe y de la esperanza, pues sólo con estas tres virtudes teologales podré vivir mi vocación a la santidad. Petición Señor, aumenta mi fe para poder amarte sobre todas las cosas y a mi prójimo como a mí mismo. Meditación La tibieza desacredita el cristianismo. «Hay una pasión nuestra que debe crecer desde la fe, que debe transformarse en el fuego de la caridad. Jesús nos ha dicho: He venido para echar fuego a la tierra y como querría que ya estuviese encendido. Orígenes nos ha transmitido una palabra del Señor: “Quien está cerca de mí está cerca del fuego”. El cristiano no debe ser tibio. El Apocalipsis nos dice que este es el mayor peligro del cristiano: que no diga no, sino un sí muy tibio. Esta tibieza desacredita al cristianismo. La fe tiene que ser en nosotros llama del amor, una llama que realmente encienda mi ser, que sea una gran pasión de mi ser, y así encienda al próximo. Este es el modo de la evangelización: “Accéndat ardor próximos”, que la verdad se vuelva en mí caridad y la caridad encienda como fuego también al otro. Sólo con este encender al otro por medio de la llama de nuestra caridad crece realmente la evangelización, la presencia del Evangelio, que ya no es sólo palabra, sino también realidad vivida» (Benedicto XVI, 9 de octubre de 2012).

Reflexión apostólica «El Movimiento invita a todos sus miembros a esforzarse por vivir la santidad en el estado de vida y las responsabilidades personales, familiares y profesionales que les incumben» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 275). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, te pido que me des la madurez, la coherencia y el coraje para nunca tener miedo a la vida. Sé que nunca te alejas y lo que permites, aunque a veces no me guste o no lo entienda, tiene una buena razón de ser. Con tu gracia podré seguirte en todas las circunstancias de la vida, pero humildemente te suplico me des la fuerza de voluntad que necesito para serte siempre fiel. Propósito Hoy voy a renunciar a eso que no me deja crecer espiritual y apostólicamente. «¿Huida? ¿Miedo? ¿Cobardía? Son actitudes que puedes tomar, como una solución falsa ante un

problema natural de identidad, de exigencia por parte de Dios» (Cristo al centro, n. 448).

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agosto 19 Del santo Evangelio según san Mateo 19, 16-22 En aquel tiempo, se acercó a Jesús un joven y le preguntó: «Maestro, ¿qué cosas buenas tengo que hacer para conseguir la vida eterna?» Le respondió Jesús: «¿Por qué me preguntas a mí acerca de lo bueno? Uno solo es el bueno: Dios. Pero, si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos». Él replicó: «¿Cuáles?»

Jesús le dijo: ‘No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo.’

Le dijo entonces el joven: «Todo eso lo he cumplido desde mi niñez, ¿qué más me falta?» Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme». Al oír estas palabras, el joven se fue entristecido, porque era muy rico. Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, me postro ante Ti como el joven rico. Quiero preguntarte qué más he de hacer para ganar la vida eterna. Dame la gracia de que esta oración me ayude a saber vivir desprendido de los bienes materiales, y, sobre todo, desprendido de mí mismo para poder entregarme a tu amor y a los demás. Petición Jesús, no permitas nunca que me convierta en otro «joven rico». Ven a mi encuentro, guía mis pasos para poder seguirte con generosidad. Meditación Dejar para encontrar. «El lugar interior en el que actúa la Sabiduría divina es lo que la Biblia llama el corazón, centro espiritual de la persona. Por eso, con el estribillo del salmo responsorial hemos rezado: "Danos, oh Dios, la sabiduría del corazón". El salmo 89 recuerda también que esta sabiduría se concede a quien aprende a "calcular sus años", es decir, a reconocer que todo lo demás en la vida es pasajero, efímero, caduco; y que el hombre pecador no puede y no debe esconderse delante de Dios, sino reconocerse como lo que es, criatura necesitada de piedad y de gracia. Quien acepta esta verdad y se dispone a acoger la Sabiduría, la recibe como don. Así pues, por la sabiduría vale la pena renunciar a todo. Este tema de "dejar" para "encontrar" está en el centro del

pasaje evangélico que acabamos de escuchar, tomado del capítulo 19 de san Mateo. Después del episodio del "joven rico", que no había tenido la valentía de separarse de sus "muchas riquezas" para seguir a Jesús» (Benedicto XVI, 6 de mayo de 2006). Reflexión apostólica «El amor exige que toda la vida se oriente a la imitación del Amado, a amar lo que Él ama y querer lo que Él quiere; participamos de su misión de glorificador del Padre y salvador de almas, lo que nos pide hacer todo lo que esté a nuestro alcance para dejar en nuestra vida una huella transparente del amor de Dios» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 150). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Amado Señor, ayúdame a amarte sobre todas las cosas y a tener el valor de dejar para encontrar. Sé que estoy apegado a muchas cosas que me llevan a olvidarte. Ayúdame a entender que no vale la pena tener nada que me pueda apartar de Ti. Propósito Pedir sabiduría y fortaleza al Espíritu Santo para poder ofrecer a Dios «eso» que me ha pedido y yo no he querido darle.

«Piensa si Cristo no te estará invitando a encontrar una felicidad mayor, la dicha más grande, que consiste en dejarlo todo para seguirlo a Él, para estar con Él y ser uno de sus predilectos, de

sus amigos íntimos» (Cristo al centro, n. 2232).

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agosto 20 Del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos».

Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: «Entonces ¿quién podrá salvarse?» Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible».

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: «Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?» Jesús les dijo: «Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros». Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, aumenta mi fe para que termine de comprender que el bien más grande que puedo tener es tu gracia, lo único que podrá salvarme. Quiero contemplarte y maravillarme de los inmensos dones con los que enriqueces mi vida. Petición Señor, dame la valentía para vivir con libertad de espíritu de cara a los bienes materiales. Meditación Ciento por uno. «El apóstol san Pedro pregunta al Señor qué recompensa les tocará a ellos, los discípulos, que en cambio han dejado todo para estar con Él. La respuesta de Cristo revela la inmensa generosidad de su corazón: a los Doce les promete que participarán en su autoridad sobre el nuevo Israel; además, asegura a todos que "quien haya dejado" los bienes terrenos por su nombre, "recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna". Quien elige a Jesús encuentra el tesoro mayor, la perla preciosa, que da valor a todo lo demás, porque él es la Sabiduría divina encarnada que vino al mundo para que la humanidad tenga vida en abundancia. Y quien acoge

la bondad, la belleza y la verdad superiores de Cristo, en quien habita toda la plenitud de Dios, entra con él en su reino, donde los criterios de valor de este mundo ya no cuentan e incluso quedan completamente invertidos» (Benedicto XVI, 6 de mayo de 2006). Reflexión apostólica «Como san Pablo, olvida lo que deja atrás y se lanza a lo que está por delante, corriendo hacia la meta para alcanzar el premio al que Dios le llama desde lo alto» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 165). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, ayúdame a concretar mi generosidad en la abriéndome a tu voluntad. Quiero vivir con esa apertura en todas las circunstancias de mi vida, especialmente en las que requiera un especial desprendimiento de mis bienes materiales, de mi propio ser y de mi propia voluntad. Propósito Hoy voy a revisar mi estilo vida para identificar las áreas en que se manifiesta incoherencia con mi fe, y proponerme un medio incisivo en mi plan de vida para revertir la situación. «Dios siempre te dará el ciento por uno en la vida. ¿Por qué temes? ¿Por qué no eres feliz»

(Cristo al centro, n. 79).

¡VTR!

agosto 21 Del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo”. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

Por último salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo: “¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?” Ellos le respondieron: “Porque nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña”.

Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: “Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros”. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: “Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor”.

Pero él respondió a uno de ellos: “Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?”

De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos. Palabra del Señor. Oración introductoria Señor Jesús, gracias por darme la gracia de conocerte y de poder tener un encuentro contigo en la oración. Me pongo completamente a tu disposición. Quiero escucharte, trabajar y desgastarme por la extensión de tu reino. Ilumíname para saber cómo y dónde servirte. Esto es lo único que quiero, trabajar en tu viña. Petición Señor, ayúdame a apreciar y ser agradecido por tu gracia.

Meditación Recompensa que compensa toda fatiga. «Jesús cuenta precisamente la parábola del propietario de la viña que, en diversas horas del día, llama a jornaleros a trabajar en su viña. Y al atardecer da a todos el mismo jornal, un denario, suscitando la protesta de los de la primera hora. Es evidente que este denario representa la vida eterna, don que Dios reserva a todos. Más aún, precisamente aquellos a los que se considera "últimos", si lo aceptan, se convierten en los "primeros", mientras que los "primeros" pueden correr el riesgo de acabar "últimos".

Un primer mensaje de esta parábola es que el propietario no tolera, por decirlo así, el desempleo: quiere que todos trabajen en su viña. Y, en realidad, ser llamados ya es la primera recompensa: poder trabajar en la viña del Señor, ponerse a su servicio, colaborar en su obra, constituye de por sí un premio inestimable, que compensa toda fatiga. Pero eso sólo lo comprende quien ama al Señor y su reino; por el contrario, quien trabaja únicamente por el jornal nunca se dará cuenta del valor de este inestimable tesoro» (Benedicto XVI, 21 de septiembre de 2008). Reflexión apostólica «El Regnum Christi se alegra por la diversidad de carismas con los que el Espíritu embellece a la Iglesia y busca contribuir al crecimiento de la comunión eclesial. Por ello, anima a sus miembros a fomentar el apoyo, la estima y la colaboración desde el propio carisma con los diversos movimientos y realidades eclesiales que trabajan en la viña del Señor» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 84). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, muchas veces veo las cosas desde un punto de vista muy humano y egoísta. Me veo a mí mismo molesto porque otros pueden tener más bienes que yo. Ayúdame a que esta meditación me haga entender que lo más importante para ser realmente feliz en mi vida es ser consciente de la necesidad que tengo de tu gracia. Propósito Hoy voy a fomentar la bondad en mis pensamientos y deseos, rechazando cualquier tentación que me pueda apartar del amor a Jesús. «Busquemos sólo edificar, cortando con todo aquello que presente el más leve indicio de crítica o murmuración. Que al vernos, las almas puedan decir lo mismo que se decía de los primeros

cristianos: mirad cómo se aman» (Cristo al centro, n. 243).

¡VTR!

agosto 22 Del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14 En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: «El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir.

Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: “tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda”. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron.

Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego les dijo a sus criados: “La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren”. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados.

Cuando el rey entró a saludar a los convidados, vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: “amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?”. Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación”. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos». Palabra del Señor. Oración introductoria Dios mío, me invitas incansablemente a encontrarme contigo en la oración. Yo creo que me has creado para estar contigo. Espero y confío en Ti, porque siempre me das lo que necesito para estar a tu lado. Te amo porque, a pesar de mi debilidad o indiferencia, continúas invitándome. Petición Señor, dame la gracia para valorar la invitación que me haces de poder vivir gozosamente contigo en la eternidad. Meditación Respuesta a la invitación de Dios.

«Jesús en el Evangelio nos habla de la respuesta que se da a la invitación de Dios – representado por un rey – a participar en este banquete suyo. Los invitados son muchos, pero sucede algo inesperado: rehúsan participar en la fiesta, tienen otras cosas que hacer; al contrario, algunos muestran despreciar la invitación. Dios es generoso hacia nosotros, nos ofrece su amistad, sus dones, su alegría, pero a menudo nosotros no acogemos sus palabras, mostramos más interés por otras cosas, ponemos en primer lugar nuestras preocupaciones materiales, nuestros intereses. La invitación del rey encuentra incluso reacciones hostiles, agresivas. Pero esto no frena su generosidad. Él no se desanima, y manda a sus siervos a invitar a muchas otras personas. El rechazo de los primeros invitados tiene como efecto la extensión de la invitación a todos, también a los más pobres, abandonados y desheredados» (Benedicto XVI, 9 de octubre de 2011). Reflexión apostólica «Para dar a conocer el amor no basta la palabra. Se precisa el testimonio de una vida coherente con las exigencias del amor. Y el amor exige las obras. Por eso se invita a los miembros a ser personas que no se queden mirando cómo van las cosas, sino que busquen imprimir en las cosas una fuerza y el dinamismo que es propio del cristianismo» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 44). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, muchas veces le doy más importancia a mi propia satisfacción en vez de centrar mi atención y mis esfuerzos en lograr una verdadera comunión contigo. Ayúdame a valorar siempre tu invitación de llegar al cielo a través de una vida auténticamente cristiana. Que opte por la virtud en vez del pecado, por el amor desinteresado en vez del egoísmo, por la humildad en lugar de la soberbia, además de vivir con el apremio constante de dar a conocer tu amor a los demás, especialmente a mi propia familia. Propósito Hacer una acción de gracias más personal y fervorosa después de la comunión.

«Nadie puede decir que ya es demasiado apostolado el que hace, porque ser apóstol es una actitud vital que debe aflorar en todo momento, lugar y circunstancia»

(Cristo al centro, n. 422).

¡VTR!

agosto 23 Del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40 En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?»

Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos os mandamientos se fundan toda la ley y los profetas». Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús, gracias por recordarme que lo más importante es amarte en los demás. El mantener una relación personal contigo en la oración debe ser la prioridad en mi vida. Creo, espero y te quiero, ilumina mi oración para que el amor me transforme. Petición Señor, enséñame a ser fiel y amar a los demás con tu caridad divina. Meditación Salir al encuentro del prójimo. «En la Sagrada Escritura, la llamada al amor del prójimo está unida al mandamiento de amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas. Por consiguiente, el amor al prójimo responde al mandato y al ejemplo de Cristo si se funda en un verdadero amor a Dios. Así es posible para el cristiano hacer experimentar a los demás a través de su entrega la ternura providente del Padre celestial, gracias a una configuración cada vez más profunda con Cristo. Para dar amor a los hermanos, es necesario tomarlo del fuego de la caridad divina, mediante la oración, la escucha asidua de la Palabra de Dios y una vida centrada en la Eucaristía. Vuestra vida cotidiana ha de estar impregnada de la presencia de Jesús, ante cuya mirada estáis llamados a poner también el sufrimiento de los enfermos, la soledad de los ancianos o las dificultades de las personas con discapacidad. Saliendo al encuentro de estas personas, servís a Cristo: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis” dice el Señor» (Benedicto XVI, 9 de febrero de 2013).

Reflexión apostólica «[El cristiano] logra adquirir gradualmente, por la acción del Espíritu, un corazón abierto al Creador, a la vocación de Dios, puro, grabado con la ley de Dios, que es la ley del amor; en definitiva, un corazón manso y humilde, como el de Cristo» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 121). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, dame la gracia de amar a los demás con todo mi esfuerzo y buena voluntad. Que mi amor no sea sólo un buen, pero vago, deseo sino que se concretice en buenas obras. Quiero contemplarte, experimentar tu cercanía para que pueda aprender a querer a los demás, especialmente a los más cercanos, como Tú me quieres. Propósito Examinar mi conciencia y, honestamente, evaluar la espontaneidad, la profundidad y la extensión de mi caridad hacia los demás, especialmente con aquellos que supuestamente amo más.

«Dios quiere que le demostremos nuestro amor y nuestra entrega en actos concretos, en palabras hechas vida»

(Cristo al centro, n. 265).

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agosto 24 Del santo Evangelio según san Juan 1, 45-51 En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”.

Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”. Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús, aquí estoy, respondiendo a tu «ven y verás». Ayúdame a orar consciente de que la oración en la fe consiste en disponer mi corazón para hacer la voluntad de Dios, nuestro Padre. Te amo y, a pesar de que no siempre soy capaz de aceptar con paz el sufrimiento, sé que me amas y me buscas en todo momento para ofrecerme tu gracia. Petición Señor, que aumente mi confianza y mi intimidad contigo para buscar siempre la santidad en la coherencia y en el cumplimiento de tu voluntad. Meditación Ven y lo verás. «El cuarto Evangelio cuenta que, después de haber sido llamado por Jesús, Felipe se encuentra con Natanael y le dice: "Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas: Jesús el hijo de José, de Nazaret". Ante la respuesta más bien escéptica de Natanael —"¿De Nazaret puede salir algo bueno?"—, Felipe no se rinde y replica con decisión: "Ven y lo verás". Con esta respuesta, escueta pero clara, Felipe muestra las características del auténtico testigo: no se contenta con presentar el anuncio como una teoría, sino que interpela directamente al interlocutor, sugiriéndole que él mismo haga una experiencia personal de lo

anunciado. Jesús utiliza esos dos mismos verbos cuando dos discípulos de Juan Bautista se acercan a él para preguntarle dónde vive. Jesús respondió: "Venid y lo veréis".

Podemos pensar que Felipe nos interpela también a nosotros con esos dos verbos, que suponen una implicación personal. También a nosotros nos dice lo que le dijo a Natanael: "Ven y lo verás". El Apóstol nos invita a conocer a Jesús de cerca. En efecto, la amistad, conocer de verdad al otro, requiere cercanía, más aún, en parte vive de ella» (Benedicto XVI, 6 de septiembre de 2006). Reflexión apostólica «El cristiano reconciliado con Dios sabe que no puede haber espacio en su corazón para la amargura ni el desaliento. Es preciso reemprender el camino con renovada confianza en la gracia de Dios y con la firme decisión de apoyarse en la fortaleza que procede de Él» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 261). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, sé que a menudo soy muy escéptico y no confío en que sólo con tu gracia mi vida se puede transformar. Por eso pido a tu santísima Madre que interceda por mí para que sepa imitar la fe y la fidelidad que ella vivió. Propósito Voy a iluminar mejor mi conciencia sobre un punto de la fe o la moral consultando el Catecismo de la Iglesia Católica (Se puede encontrar en línea en http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html] «La transformación en Jesucristo no es obra de un día ni de un año; se requiere emplear en ello

toda nuestra vida» (Cristo al centro, n. 2038).

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agosto 25 Del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30 En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”

Jesús le respondió: “Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Pero él les responderá: ‘No sé quiénes son ustedes’.

Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera.

Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”. Palabra del Señor. Oración introductoria Gracias, Jesús, por regalarme este momento de oración. Dame la gracia de dejar todo lo demás a un lado, mis preocupaciones, mis pendientes… porque en este momento de oración Tú eres lo más importante. Quiero escucharte profundamente para vivir conforme a tu Evangelio, esa puerta estrecha que me puede llevar a la felicidad por toda la eternidad. Petición Jesús, concédeme no buscar la ley del menor esfuerzo. Quiero entrar siempre por la puerta estrecha de la abnegación y del sacrificio. Meditación La puerta del cielo. «Durante su última subida a Jerusalén, uno le pregunta: "Señor, ¿serán pocos los que se salven?". Y Jesús le responde: "Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán". ¿Qué significa esta "puerta estrecha"? ¿Por qué muchos no logran entrar por ella? ¿Acaso se trata de un paso reservado sólo a algunos elegidos? […] El

mensaje de Cristo va precisamente en la dirección opuesta: todos pueden entrar en la vida, pero para todos la puerta es "estrecha". No hay privilegiados. El paso a la vida eterna está abierto para todos, pero es "estrecho" porque es exigente, requiere esfuerzo, abnegación, mortificación del propio egoísmo. […] Queridos hermanos y hermanas, si también nosotros queremos pasar por la puerta estrecha, debemos esforzarnos por ser pequeños, es decir, humildes de corazón como Jesús, como María, Madre suya y nuestra. Ella fue la primera que, siguiendo a su Hijo, recorrió el camino de la cruz y fue elevada a la gloria del cielo, como recordamos hace algunos días. El pueblo cristiano la invoca como Ianua caeli, Puerta del cielo. Pidámosle que, en nuestras opciones diarias, nos guíe por el camino que conduce a la "puerta del cielo"» (Benedicto XVI, 26 de agosto de 2007). Reflexión apostólica «Lejos de significar desprecio, aversión o indiferencia hacia las realidades positivas, la abnegación libera el corazón del egoísmo, y lo purifica de las tendencias desordenadas que lo cierran al amor de Dios y de los hermanos» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 114). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Jesús, no es fácil ir a contracorriente al vivir los principios de tu Evangelio, pero aunque no sea fácil, sé que es el mejor camino. Ayúdame a saber confiar y a abandonarme en tu providencia para ser un instrumento dócil y eficaz en tus manos. Propósito Hoy voy a tomar un tiempo para orar y hacer un sacrificio por la conversión de los pecadores.

«Donde hay trabajo hay vida, hay posibilidad de santidad, hay respuesta al amor de Dios que

llama a todas horas a la puerta de nuestra alma» (Cristo al centro, n. 1976).

¡VTR!

agosto 26 Del santo Evangelio según san Mateo 23, 13-22 En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto y, cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él». Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús, gracias por la dureza de tus palabras ante la actitud de los escribas y fariseos: me motivan a redoblar mi esfuerzo por vivir auténticamente mi fe. Humildemente te pido que ilumines esta oración para que sepa renunciar a los halagos del mundo y sólo pretenda ser un auténtico discípulo y misionero de tu amor. Petición Señor, ayúdame a ser y a vivir coherentemente mi fe. Meditación Atar y desatar. «En el Evangelio hay otra palabra de Jesús dirigida a los escribas y fariseos, a los cuales el Señor les reprocha de cerrar el reino de los cielos a los hombres. Estas palabras también nos ayudan a comprender la promesa hecha a Pedro: a él, en cuanto fiel administrador del mensaje de Cristo, le corresponde abrir la puerta del reino de los cielos, y juzgar si aceptar o excluir. Las dos imágenes – la de las llaves y la de atar y desatar – expresan por tanto significados similares y se refuerzan mutuamente. La expresión «atar y desatar» forma parte del lenguaje rabínico y alude

por un lado a las decisiones doctrinales, por otro al poder disciplinar, es decir a la facultad de aplicar y de levantar la excomunión. El paralelismo “en la tierra… en los cielos” garantiza que las decisiones de Pedro en el ejercicio de su función eclesial también son válidas ante Dios» (Benedicto XVI, 29 de julio de 2012). Reflexión apostólica «La caridad es el sello de autenticidad de todo apostolado ya que encierra en sí toda la fuerza evangelizadora del cristianismo, como un impulso incontenible que lleva a servir a todos los hombres, especialmente a los más necesitados. «En una vida cristiana donde su esencia no sea la vivencia de la práctica de la caridad no podrá existir una auténtica santidad cristiana». » (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 89). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, ¡qué maravilloso es tratar con personas que son sencillas y transparentes! Ninguna doble cara ni falsedades para aparentar. Señor, dame esa gracia, esa sinceridad de corazón, también cuando trato contigo en la oración. Propósito Voy a confiar en mi llamada a ser discípulo y misionero de Cristo, especialmente en mi propia familia, para dar a conocer hoy, en palabras y obras de caridad, la grandeza del amor de Dios.

«No podemos vivir el cristianismo rutinariamente; se requiere la autenticidad en el testimonio de nuestra propia vida»

(Cristo al centro, n. 178).

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agosto 27 Del santo Evangelio según san Mateo 23, 23-26 En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: «¡Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera». Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, ayúdame a vivir con autenticidad este momento de oración. Concédeme estar a la escucha de lo que Tú quieres transmitirme; enséñame el valor de la oración, pues de ella brota la fuerza para poder vivir coherentemente mi fe. Petición Jesús, dame la gracia de saberte escuchar siempre en mi conciencia. Meditación La recompensa es estar unidos a Dios. «Jesús se refiere a tres prácticas fundamentales previstas por la Ley mosaica: la limosna, la oración y el ayuno; son también indicadores tradicionales en el camino para responder a la invitación de "volver a Dios de todo corazón". Pero Jesús subraya que la calidad y la verdad de la relación con Dios son las que califican la autenticidad de todo gesto religioso. Por ello Él denuncia la hipocresía religiosa, el comportamiento que quiere aparentar, las conductas que buscan aplausos y aprobación. El verdadero discípulo no se sirve a sí mismo o al “público”, sino a su Señor, en la sencillez y en la generosidad: "Y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará". Nuestro testimonio, entonces, será más incisivo cuando menos busquemos nuestra gloria y seremos conscientes de que la recompensa del justo es Dios mismo, el estar unidos a Él, aquí abajo, en el camino de la fe, y al final de la vida, en la paz y en la luz del encuentro cara a cara con Él para siempre» (Benedicto XVI, 13 de febrero de 2013).

Reflexión apostólica «[En la meditación] conviene tomar conciencia de la presencia de Dios preguntándose qué es lo que va a hacer y con quién se va a dialogar, y renovar las actitudes fundamentales de fe, esperanza y amor a Dios; de acción de gracias y de humildad ante Él» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 225). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, en mi conciencia descubro contantemente tu voz que me guía por la senda de la caridad. Quiero hacer siempre tu voluntad. Ayúdame a adherirme firmemente a ella para hacer de tu amor el centro de mi propia existencia. Propósito Vivir la humildad el día de hoy no hablando de mí, ni justificándome innecesariamente.

« Empezamos a deformar la conciencia cuando admitimos a sabiendas pequeñas transgresiones»

(Cristo al centro, n. 201).

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agosto 28 Del santo Evangelio según san Mateo 23, 27-32 En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre! Así también ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les construyen sepulcros a los profetas y adornan las tumbas de los justos, y dicen: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, nosotros no habríamos sido cómplices de ellos en el asesinato de los profetas”! Con esto ustedes están reconociendo que son hijos de los asesinos de los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!». Palabra del Señor. Oración introductoria ¡Oh! Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, dirige mi corazón para actuar siempre de cara a la verdad. Espíritu de santidad, ven y renueva mi intención. Ven, Espíritu de amor, y enséñame a orar. Petición Jesús, dame la gracia de buscar siempre la verdad. Meditación El Señor se manifiesta en nuestra debilidad. «Los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Cristo, pero, al condenarlo a muerte, dieron cumplimiento de hecho a las palabras de los profetas. Sí, la maldad y la ignorancia de los hombres no es capaz de frenar el plan divino de salvación, la redención. El mal no puede tanto.

Otra maravilla de Dios nos la recuerda el segundo salmo que acabamos de recitar: las “peñas” se transforman “en estanques, el pedernal en manantiales de agua”. Lo que podría ser piedra de tropiezo y de escándalo, con el triunfo de Jesús sobre la muerte se convierte en piedra angular: “Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”. No hay motivos, pues, para rendirse al despotismo del mal. Y pidamos al Señor Resucitado que manifieste su fuerza en nuestras debilidades y penurias» (Benedicto XVI, 26 de marzo de 2012).

Reflexión apostólica «Los compromisos propuestos no son de ninguna manera comportamientos extraordinarios ni una añadidura a la vida cristiana. Son, más bien, expresiones tradicionales de una sana vida espiritual y de un cristianismo vivido con autenticidad. Son un modo de ponerse en contacto con las fuentes de la vida cristiana, a saber, la Palabra de Dios, la oración y los sacramentos, y alimentar con ellas el alma» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 211). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Padre bueno, dame la gracia de salir de esta oración decidido a vivir siempre con autenticidad venciendo el miedo al qué dirán, la rutina o ley del menor esfuerzo, para aspirar a ser tu discípulo y misionero. Aumenta mi generosidad para aportar todas mis cualidades, mi ingenio e incluso mis recursos materiales para llevarte a los demás. Propósito Ante las dificultades del día de hoy, recitar la jaculatoria: Cristo, en Ti confío.

«Estar atentos a que la autenticidad del testimonio personal no se corrompa por obra de la vanidad, de la falta de caridad o del desorden de la propia vida»

(Cristo al centro, n. 190).

¡VTR!

agosto 29 Del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29 En aquel tiempo, Herodes había mandado apresar a Juan el Bautista y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: “No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano”. Por eso Herodes lo mandó encarcelar.

Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida, pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.

La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: “Pídeme lo que quieras y yo te lo daré”. Y le juró varias veces: “Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”.

Ella fue a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?” Su madre le contestó: “La cabeza de Juan el Bautista”. Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: “Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista”.

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.

Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron. Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús, creo que tu gracia transforma mi vida. Ilumina mi oración para que sepa descubrir todo aquello que me aparta de Ti y de los demás. Que sepa ser fiel a tu ley del amor sin miedo de ir a contracorriente. ¡Haz que abrace el estilo de vida que me propones! Petición Jesús, ayúdame a prestar siempre mucha atención para oír y obedecer tu voz que me llama en mi conciencia.

Meditación La violencia que nace del deseo de poseer. «¿De qué manera el Señor guía a la comunidad cristiana a una lectura más profunda de la historia? Antes de todo invitándonos a considerar con realismo el presente que estamos viviendo. El Cordero abre entonces los cuatro primeros sellos del libro, y la Iglesia ve el mundo en el cual está insertada, un mundo en el que existen varios elementos negativos. Existen los males que realiza el hombre, como la violencia, que nace del deseo de poseer, de prevalecer unos sobre los otros, al punto de llegar a asesinarse (segundo sello); o la injusticia, porque los hombres no respetan las leyes que se han dado (tercer sello). A estos se agregan los males que el hombre tiene que sufrir, como la muerte, el hambre, la enfermedad (cuarto sello). A estas realidades, muchas veces dramáticas, la comunidad eclesial viene invitada a no perder nunca la esperanza, a creer firmemente que la aparente omnipotencia del maligno choca con la verdadera omnipotencia que es la de Dios» (Benedicto XVI, 12 de septiembre de 2012). Reflexión apostólica «Lejos de ser una exigencia adicional a compaginar con los deberes matrimoniales, familiares o sociales, ofrece a sus miembros un cauce integrador para vivir dichos deberes con la convicción de que, a través de ellos, realizan su misión de ser levadura cristiana en el mundo» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 20). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, ayúdame a enamorarme de Ti cada día más, de manera que pueda manifestar a los demás, sin temor, con alegría y entusiasmo, las certezas y convicciones que brotan de mi fe y de mi amor a Ti. Propósito Cuando experimente sentimientos positivos, agradables o placenteros hoy, dar gracias y alabar a Dios por regalarme la virtud de la fe, que me da la posibilidad de experimentar la auténtica alegría.

«La sinceridad es fe, es verdadero amor a Dios, porque se vive de cara a Él y no ante el «qué dirán» de los demás»

(Cristo al centro, n. 203).

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agosto 30 Del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46 En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.

El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra”. Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús mío, qué precioso tesoro el poder tener este momento de oración. Ayúdame a dejar a un lado todos mis afanes para guardar ese silencio interior que me da la posibilidad de poder contemplar, alabar y experimentar tu amor. Petición Señor, sé Tú mi grande y único tesoro. Meditación Una alegría y esperanza indestructible. «La contemplación de un amor tan grande da a nuestros corazones una esperanza y una alegría que nada puede destruir. Un cristiano nunca puede estar triste porque ha encontrado a Cristo, que ha dado la vida por él. Buscar al Señor, encontrarlo, significa también acoger su Palabra, que es alegría para el corazón. El profeta Jeremías escribe: “Si encontraba tus palabras, las devoraba: tus palabras me servían de gozo, eran la alegría de mi corazón”. Aprended a leer y meditar la Sagrada Escritura; allí encontraréis una respuesta a las preguntas más profundas sobre la verdad que anida en vuestro corazón y vuestra mente. La Palabra de Dios hace que descubramos las maravillas que Dios ha obrado en la historia del hombre y que, llenos de alegría, proclamemos en alabanza y adoración: “Venid, aclamemos al Señor… postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro”» (Benedicto XVI, 27 de marzo de 2012).

Reflexión apostólica «Hoy, como en los inicios del cristianismo, la renovación cristiana de la sociedad vendrá de pequeños grupos de oración y de acción que, como chispas esparcidas por el mundo, sean capaces de provocar un gran incendio; pequeños grupos que en el encuentro con Cristo, en comunión con sus Pastores y cercanos al hermano necesitado de amor, descubran la perla preciosa del Evangelio y vivan su cristianismo de modo convincente y contagioso» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 344). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, gracias porque me regalas desde ahora la posibilidad de gozar la alegría de tu Reino, esa perla preciosa por la que vale la pena invertir mi vida entera para poseerlo. No permitas que lo cambie por lo pasajero del mundo y que lleno de amor no guarde este don sólo para mí. Propósito Voy a visitar a Cristo en la Eucaristía, o hacer una comunión espiritual, para darle las gracias por su amor y contemplar la belleza de su Persona, divina y humana. «¡Cuántas almas hay que tienen sed de Dios sin conocerlo! ¡Cuántos corazones que sufren y no

saben que en el de Cristo encontrarían su consuelo; y qué pocos los sacerdotes, los apóstoles que vengan a descubrirles estos tesoros!»

(Cristo al centro, n. 399).

¡VTR!

agosto 31 Del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.

El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:

“Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor”.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor”.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: “Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.

El señor le respondió: “Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.

Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación”». Palabra del Señor. Oración introductoria Jesús, hoy comienzo mi oración teniendo presente los muchos dones con los que has enriquecido mi vida. Ayúdame a orar con un corazón contrito, porque no he sabido multiplicarlos exponencialmente. Concédeme que esta meditación me convierta un poco más a tu amor.

Petición Señor, perdona mis pecados y dame tu gracia para seguirte fielmente. Meditación La fe nos hace reconocer los talentos, la caridad hace que fructifiquen. «Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente “a actuar por la caridad” y él mora en nosotros.

La fe es conocer la verdad y adherirse a ella; la caridad es “caminar” en la verdad. Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad. La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica. En la fe somos engendrados como hijos de Dios; la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo. La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen» (Benedicto XVI, Mensaje para la Cuaresma 2013). Reflexión apostólica «El Regnum Christi es un Movimiento de apostolado. Su servicio a la Iglesia no se limita al testimonio personal de sus miembros en medio del mundo, sino que se traduce en el compromiso, como hijos de la Iglesia, de ser fermento y alma de la sociedad, transformando las realidades temporales según el espíritu del Evangelio por medio del apostolado. De aquí se desprende la necesidad de que cada miembro encuentre un lugar en la acción apostólica del Movimiento; se dé a sí mismo poniendo al servicio de la Iglesia sus talentos, su tiempo y su persona, y forje un gran corazón cristiano que sea el motor de su actividad apostólica» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 374). Diálogo con Cristo Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón Señor, quiero multiplicar los dones que me has dado para el bien de los demás: mis amigos, mi familia y todo el mundo que me rodea. Concédeme la gracia de conocerte, de amarte, de experimentar el don de tu amistad y ayúdame a formarme como apóstol del Regnum Christi para estar en condiciones de darte a los demás.

Propósito Hoy, voy a compartir un aspecto de mi fe con un amigo o miembro de mi familia.

«No son tiempos para dejar enterrados los talentos que Dios nos ha dado. Son tiempos de hacerlos fructificar»

(Cristo al centro, n. 1265).