041b - LAS CIVILIZACIÓNES EDIFICADAS POR EL HOMBRE; EL YO DEL HOMBRE, SU EGOÍSMO Y LA FINALIDAD DE...

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LAS CIVILIZACIÓNES EDIFICADAS POR EL HOMBRE; EL YO DEL HOMBRE, SU EGOÍSMO Y LA FINALIDAD DE SU VIDA Las Civilizaciónes edificadas por el hombre se basan en la iniciativa y el interés de cada uno individuos o grupos de individuos; cada uno de les es movido por el propio yo 1 , por la propia ambición y por el propio egoísmo; luego se puede decir que el yo, la ambición y el egoísmo de estos hombres han edificado hasta ahora las Civilizaciones humanas. Nuestras Civilizaciónes son dominadas por lo tanto del egoísmo y por lo tanto están mal construidas tal como demuestran las injusticias, las prevaricaciones y las pobrezas difusas en cada Nación de la Tierra y particularmente en las Naciones de los pueblos pobres del Sur del mundo, por ejemplo en África, continente mucho rico de materias primas, pero explotado de los potentes locales y de sociedades multinacionales fundadas solamente por un centenar de familias del Norte del mundo. Casi todos los hombres pretenden demasiado de los otros, también dentro de las familias y también éste es intensamente errado porque todos deberíamos contentarse con lo esencial para vivir porque la finalidad de nuestra vida no es acumular riquezas y bienestar sino aquel de ampliar nuestra conciencia superando el yo y el egoísmo. Las religiones pueden mejorar el mundo eliminando sencillamente el yo y el egoísmo de muchísimos hombres acatando las enseñanzas de los Maestros desencarnates del Cerchio Firenze 77 2 (Círculo Florencia 77), entre los que aquel del "Conocerle sÍ mismos 3 para difundirlo entre los mismos fieles porque tal enseñanza es muy importante para eliminar el yo y el egoísmo de cada uno individuos donándoles, así, los primeros sentir de conciencia. Las religiones deberían promover en el mundo también un radical cambio de la actual, injusta y penosa situación de muchos millones de personas, promoviendo una sociedad no más fundada sobre el provecho y sobre el interés de pocos pero una sociedad dónde prevalezcan los intereses colectivos a través del colectivismo cristiano se basado en la regla áurea del Señor Jesús Cristo: << También hacéis a los otros todo lo que queréis que ellos a os hagan: así manda la ley de Moisés y así los profetas han enseñado 4 >>, garantizando solamente a todos un justo sueldo en las Cooperativas de trabajo porque allí la iniciativa y los demás talentos han sido donados por el Señor Dios no solamente por nosotros mismos, pero también por las Comunidades en que vivimos. En las cooperativas de trabajo o en parecidas organizaciones los sueldos deberían ser iguales para todos, pero suficientes por lo simple vivir de las familias, también de aquéllas de los presidentes de las cooperativas o parecidas organizaciones. 1 Cerchio Firenze 77, Per un mondo migliore, páginas 208-209 (Io), Mediterranee 2 Enseñanzas contenidos en ocho libros (más un diccionario)publicados por Edizioni Mediterranee, Roma, Italia 3 Cerchio Firenze 77, Per un mondo migliore, páginas 63-75 (Come intendere l’insegnamento del conoscere se stessi); Dizionario del Cerchio, páginas 54-56 (Conoscere se stessi), Mediterranee 4 Vangelo di Matteo 7, 12 1

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LAS CIVILIZACIÓNES EDIFICADAS POR EL HOMBRE; EL YO DEL HOMBRE, SU

EGOÍSMO Y LA FINALIDAD DE SU VIDA

Las Civilizaciónes edificadas por el hombre se basan en la iniciativa y el interés de cada

uno individuos o grupos de individuos; cada uno de les es movido por el propio yo 1 , por la propia

ambición y por el propio egoísmo; luego se puede decir que el yo, la ambición y el egoísmo de

estos hombres han edificado hasta ahora las Civilizaciones humanas.

Nuestras Civilizaciónes son dominadas por lo tanto del egoísmo y por lo tanto están mal

construidas tal como demuestran las injusticias, las prevaricaciones y las pobrezas difusas en

cada Nación de la Tierra y particularmente en las Naciones de los pueblos pobres del Sur del

mundo, por ejemplo en África, continente mucho rico de materias primas, pero explotado de los

potentes locales y de sociedades multinacionales fundadas solamente por un centenar de familias

del Norte del mundo.

Casi todos los hombres pretenden demasiado de los otros, también dentro de las familias y

también éste es intensamente errado porque todos deberíamos contentarse con lo esencial para

vivir porque la finalidad de nuestra vida no es acumular riquezas y bienestar sino aquel de ampliar

nuestra conciencia superando el yo y el egoísmo.

Las religiones pueden mejorar el mundo eliminando sencillamente el yo y el egoísmo

de muchísimos hombres acatando las enseñanzas de los Maestros desencarnates del

Cerchio Firenze 77 2 (Círculo Florencia 77), entre los que aquel del "Conocerle sÍ mismos 3 ”

para difundirlo entre los mismos fieles porque tal enseñanza es muy importante para eliminar el

yo y el egoísmo de cada uno individuos donándoles, así, los primeros sentir de conciencia.

Las religiones deberían promover en el mundo también un radical cambio de la

actual, injusta y penosa situación de muchos millones de personas, promoviendo una

sociedad no más fundada sobre el provecho y sobre el interés de pocos pero una sociedad

dónde prevalezcan los intereses colectivos a través del colectivismo cristiano se basado en la

regla áurea del Señor Jesús Cristo: << También hacéis a los otros todo lo que queréis que ellos a

os hagan: así manda la ley de Moisés y así los profetas han enseñado 4 >>, garantizando

solamente a todos un justo sueldo en las Cooperativas de trabajo porque allí la iniciativa y los

demás talentos han sido donados por el Señor Dios no solamente por nosotros mismos, pero

también por las Comunidades en que vivimos.

En las cooperativas de trabajo o en parecidas organizaciones los sueldos deberían ser

iguales para todos, pero suficientes por lo simple vivir de las familias, también de aquéllas de los

presidentes de las cooperativas o parecidas organizaciones.

1 Cerchio Firenze 77, Per un mondo migliore, páginas 208-209 (Io), Mediterranee2 Enseñanzas contenidos en ocho libros (más un diccionario)publicados por Edizioni Mediterranee, Roma, Italia3 Cerchio Firenze 77, Per un mondo migliore, páginas 63-75 (Come intendere l’insegnamento del conoscere se stessi); Dizionario del Cerchio, páginas 54-56 (Conoscere se stessi), Mediterranee4 Vangelo di Matteo 7, 12

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La sociedad humana del futuro deberá basarse en las necesidades fundamentales de las

familias para vivir una vida decorosa, pero simple, satisfaciendo solamente las necesidades

esenciales de cada una, porque no la riqueza o el lujo nos tienen que gratificar, pero el altruismo

que logramos a desarrollar en nosotros mismos; ¡es este altruismo que allí da la paz y la felicidad

no las riquezas!

A las mismases reglas de quien trabaja tendrá que ser imprimida la política: no más

sueldos, remuneraciones y otros privilegios de oro para los políticos aprovechadores, como en

Italia en esta época, fin del segundo Milenio y principio del tercero, pero sueldos como los de los

trabajadores, cualquiera sea la tarea le confiada al político.

Todos los conflictos del mundo son causados por el egoísmo y el mismo es por el caos que

reina en nuestras Naciones; es por lo tanto importante que cada uno supera su yo y su egoísmo

poniéndose altruista en su íntimo y comportandose con los otros como el Samaritano de

evangélica memoria 5 también aplicando la regla áurea del Señor Jesús “Hacéis dasa los otros

todo lo que queréis que ellos a os hagan...” haciendo así la propia parte para poder también vivir

en paz sobre la Tierra. Nos lograremos más fácilmente si nos daremos cuenta que la Vida es Una

y que en Espíritu no somos separados de los otros y del mismo Cosmos 6 porque todo es Uno en

Dios 7 y puesto que Dios es amor 8 podemos comprender que le somos unidos no sólo a Dios -

nuestro Padre y Madre - pero también a todos los otros hombres 9 de una relación de amor, la sola

que eliminará los conflictos y las guerras del mundo, pero también las injusticias, las pobrezas y

los sufrimientos 10 .

El Maestro Claudio del Cerchio Firenze 77 (Círculo Florencia 77) enseña: << Más que

hacer y tener es importante ser: El hombre de hoy toma conciencia de la explotación a que es

sometido por varios partos. No hablo sólo del trabajo. La mujer, los hijos, sopalancando sobre el

afecto familiar, exigen de él más de lo que sea razonable preguntar. El cura, temiendo catástrofes

en este o en el otro mundo, exige un voto político que aseguras un régimen favorable a la religión.

Etcétera.

La reacción de la toma de conciencia de frente a todo esto, y a los privilegios gozados por

pocos, refuerza el egoísmo de cada uno. Se dice entonces <<Yo no quiero ser ya explotado. Yo

quiero gozar los privilegios que los demás gozan>>. Así las partes se invierten, le explotados se

convierten en explotadores. La confusión y la licencia aumentan el descontento de cada uno. Si el

obrero no tiene su justo sueldo, es un sacrosanto su derecho luchar para tenerlo, pero su deber

es aquél de amar y defender su trabajo. De otra parte, no es admisible que las posiciones

5 Vangelo di Luca 10, 25-376 Cerchio Firenze 77, Dizionario del Cerchio, páginas 64-65 (Cosmo), Mediterranee7 Cerchio Firenze 77, Dizionario del Cerchio, páginas 71-72 (Dio) y páginas 296-297 (Tutto ; Tutto è perfetto ; Tutto-Uno-Assoluto), Mediterranee8 Eileen Caddy, Le porte interiori, Mensaje del 17 de Julio, Amrita9 Eileen Caddy, Le porte interiori, Mensaje del 4 de Septiembre, Amrita10 Eileen Caddy, Le porte interiori, Mensaje del 12 de Septiembre, Amrita

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ventajosas de pocos mortifiquen la colectividad, que por la ganacia de algunos sea perjudicada la

economía general .

Cada hombre, por cuantos bienes posea, por cuanta habilidad y capacidad tenga, no es

que un hombre, es decir un obrero digno de su sueldo y nada más.

La sociedad futura, si querrá sobrevivir, no podrá basarse sobre el provecho y sobre el

egoísmo, en última análisis. Es por lo tanto necesario insertar el individualismo en el colectivismo,

en el sentido de estrechamente absolver las propias tareas, pero trabajando por la colectividad y

no por provecho personal. Sólo de una fusión del individualismo con el colectivismo podrá nacer

una sociedad nueva, fundada y constituida por individuos nuevos.

Está claro que cada uno se espera que este cambio ocurra impuesto por lo alto, de quien

gobierna, de los públicos poderes, siendo cada uno convencido de no tener papel alguno en la

cosa pública. Nosotros afirmamos que cada uno tiene su responsabilidad, cada uno contribuye a

crear el ambiente en el que vive, no fuera otro con las tácitas aquiescencias.

Lo que nosotros decimos es exactamente él opuesto de lo que se cree comúnmente.

Ningún es responsable de vuestra ineptitud. Si la sociedad es injusta es porque vosotros no sois

sensibilizados al problema de la justicia, y a vuestra vez sois injustos.

¿Cómo podéis creer de responsabilizar los otros de lo que vosotros tenéis que hacer y no

hacéis? Cuando observáis el triste espectáculo de la corrupción y del fácil enriquecimiento,

vosotros añoráis de no estar en e grupo, de no tener la ocasión de enriquecer fácilmente a vuestra

vez. Así, en el mismo modo, condenáis el privilegio porque vosotros no sois privilegiados.

Si no es superada individualmente una concepción egoística de la vida, ningún problema

que aflige la humanidad podrá ser duraderamente resolvido.

¿Qué debéis hacer pues?

En primer lugar, convencervos que la felicidad no consiste en el acumular riqueza o

amistades, liberarvos del deseo de explotar los otros, y ser convencidos que la sola riqueza es la

que yace en la profundidad del propio ser.

Cada individuo es rico sólo de sÍ mismo.

Es explotar los otros tanbién quererlos convencer a las propias ideas para tener

seguidores.

Entiendo vuestra fácil objeción: pero nos no vos hablamos para tener seguidores. Nosotros

pensamos que podáis llevar una ayuda de nuestras palabras, pero si vosotros no creéis y no

seguís lo que os decimos no sufrimos.

Está claro que a la base de la existencia de cada uno hay el egoísmo, y que el egoísmo no

puede ser desarraigado ipso facto. Así, lo que os preguntamos al principio es un comportamiento

más justo respecto a los vuestros parecidos, una existencia en cuyo las necesidades sean

reducidas a lo esencial, bien sabiendo que este no os cambia, que éste tiene valor solo respecto a

los otros y de la sociedad en que vivís, pero que os deja inalterados en vuestro íntimo; sin

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embargo es necesario para que la libertad de los individuos no se vuelva en licencia, que el

egoísmo individual no se transforma en crueldad, prepotencia y tiranía.

Pero vosotros tenéis que superar el yo egoístico y personal que imprime cada vuestra

acción, cada vuestro deseo, cada vuestro pensamiento. Eso sólo es posible si se ha convencido

de la necesidad de un parecido cambio. El discurso que nosotros hacemos tiene valor por quien

sabe que la causa de la confusión, de todo lo que no procede rectamente, no está fuera de si,

pero está en el íntimo de cada uno. En cambio nuestras palabras no sirven a quien renuncia a la

sociedad porque se pone en la posición de la zorro de la fábula de Esopo, que renuncia a la uva

sólo porque no puede llegar a esta.

¿Pero como es posible superar el yo egoístico y humano?

Por siglos los hombres, cuando han pensado en este problema, solicitados por las grandes

espiritualidades, han creído suficiente comportarse como de los altruistas para borrar el propio

egoísmo, y no han pensado, en cambio, que cambiando la actitud exterior la naturaleza interior

quedaba inalterada.

Es perfectamente inútil que lo ambicioso se esparza a su jefe de ceniza. Si no ha

cambiado su naturaleza interior lo hará indudablemente para merecerse un puesto preeminente

en una suponida vida espiritual.

El único modo para superar los propios límites es hacerse consapevoli (conscientes

es un otra cosa) de ellos.

Veis, la finalidad de la vida del hombre podéis llamarlo como queréis pero, en sustancia,

significa una cosa sola: superar una visión egoística de la existencia. Ningunos sentir de

conciencia puede ser alcanzado si no es superado el egoísmo. Este en pocas palabras, la

finalidad de la vida del hombre.

Entonces, para alcanzar esta finalidad es necesario hacerse consapevoli de los límites que

están a la base de una concepción egoística de la propia existencia; hace falta ejecutar un tipo de

auto psicoanálisis 11 . Eso puede parecer muy complejo porque, descubriéndovos egoístas,

vosotros creéis cambiar vuestra naturaleza cambiando una actitud exterior, todo dando,

destruyendo vuestra existencia que hasta a entonces habéis construido basándola en aquella

visión de la vida. Pero no es así. Nada de todo esto. Y he aquí dónde la cosa, de compleja, se

pone simple porque volve a pedir sólo, y nada otra cosa de más, que un poco de constancia.

Vosotros tenéis que examinar vuestros estados de ánimo y por lo tanto vuestros

comportamientos. Tenéis que investigar la razón de vuestros temores, de vuestra

incomprensiónes, de vuestros pensamientos. Vosotros tenéis que hacer por vuestras acciones y

vuestros deseos, lo que hacéis respecto a los otros. Yo veo con cuanta diligencia vosotros tratáis

de adivinar las intenciones de lo demás con respecto a vosotros, especialmente: ¿Por qué me

habrá hecho esta pregunta?, ¿Por cuál motivo habrá evitado de encontrarse conmigo? ". Pues, lo

11 Cerchio Firenze 77, Dizionario del Cerchio, página 37 (Autopsicanalisi), Mediterranee

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que hay que hacervos lo sabéis hacer; sólo se trata de desplazar vuestra atención de los otros a

vosotros mismos, manteniendo en el análisis un comportamiento destacado y sincero.

Algunos juegan solo partidos al ajedrez a solas, ahora poniéndose de una parte y luego de

la otra de la tablero. Así vosotros, en el análisis de vosotros mismos, tenéis que desarrollar este

doble papel del observador y de la persona observada, olvidando en el observar que le

observados sois vosotros mismos.

Pero la fase más delicada del análisis, más allá del hacerse consapevoli (no conscientes),

es de no caer en la tentación de comportarse de modo opuesto a como se descubre de ser.... No

es así. Os lo repito hijos: vosotros tenéis que darvos cuenta de lo que se agita en vuestro íntimo.

Vosotros tenéis que superar una concepción de la vida se basada en la separatividad. ¿Qué cosa

es en sustancia una cura psicoanalítica? Reconducir en la esfera de la consapevolezza (la

conciencia es una otra cosa) del individuo aquellos instintos que, por el hecho de ser condenados

por la moral de la sociedad, han sidos por el individuo mismo enterrados en los estados profundos

de su yo, y, reconduciéndolos a su consapevolezza (la conciencia es an otra cosa), hacerles

superarlos.

Lo que yo os propongo es un análogo proceso. Vosotros tenéis que devolvervos

consapevoli (no conscientes) de lo que está dentro de vosotros, de los límites que son a la base

de la concepción egoística de la existencia, más allá de la tentación de comportarvos de modo

opuesto a como descubrís de ser, más allá de la necesidad, diría, casi de condenar vosotros

mismos; sencillamente haciéndose consapevoli (no conscientes): porque es esta consapevolezza

que, por un proceso natural, os franqueará de aquellos límites que son a la base de cada

concepción egoística, truncando así a la raíz la causa de cada incomprensión y de cada dolor.

Paz a vosotros, hijos. Paz a vosotros>>. (Mi nota: en el manifestarse del citado proceso natural

necesita ver la mano de Dios porque todo está en Sus manos 12 ).

12 Eileen Caddy, Le porte interiori, Mensajes del 20 de Marzo y del 14 de Diciembre, Amritra

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