01. REVISTA CLARIDAD N12
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CLARIDADEuropa ante la Presidencia española
de la Unión Europea (II)
“Culturas, Políticas y Prácticasde responsabilidad de las Empresas
del IBEX 35”, del año 2009
Mujeres ante la crisis económica.Impactos y oportunidades
Etapas anteriores:Apuntes para la acción sindical
en tiempos de crisis
Cultura
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Presentación
La Presidencia española de la UE está en el ecua-
dor de su andadura y en estos primeros meses
se han sucedido una serie de acontecimientos,
algunos de ellos ligados a la crisis económica, que ya
están mostrando el perfil de una Presidencia compli-
cada en la que no obstante se están consiguiendo al-
gunos de los objetivos propuestos.
El movimiento sindical está teniendo una presencia
destacada en las reuniones y foros que son objeto de
su concurso dentro del programa y calendario fijado
por la Presidencia española.
En este número de CLARIDAD completamos lo que
ya habíamos anticipado sobre la Presidencia españo-
la de la Unión en el anterior número 18. Y lo hace-
mos en primer lugar con el Memorándum sindical a
la Presidencia española que dio a conocer la Confede-
ración Europea de Sindicatos para el periodo de ene-
ro a junio de 2010. Este informe lo suele hacer el
movimiento sindical europeo al inicio de cada Presi-
dencia de turno de la Unión Europea. En el caso del
Memorándum de la etapa de la Presidencia española
el índice que presenta y que recogemos en este nú-
mero de CLARIDAD está articulado en 7 puntos pre-
cedidos de una introducción. Los distintos apartados
recogen, entre otros planteamientos, impactos de la
crisis financiera, económica y social, sobre la Europa
social, sobre el cambio climático y energía, la dimen-
sión social del mercado interior, etc. Todo un plantea-
miento que fija claramente la postura sindical en una
Europa en plena crisis económica y donde se estrena
el Tratado de Lisboa.
Previo al inicio de la Presidencia española se desarro-
llaron unas jornadas, el pasado 15 de octubre de
2009, organizadas por UGT, con el nombre “La es-
trategia de Lisboa: Balances y perspectivas”. El objeti-
vo del seminario era hacer un balance de la Estrate-
gia de Lisboa que se está evaluando en 2010 bajo la
Presidencia española de UE. De esas jornadas hemos
querido recoger dos intervenciones que resumen lo
tratado en las mismas.
La primera de las intervenciones que recogemos se
centra en la Presidencia española y la Estrategia de
Lisboa presentada por Javier Vallés, Director de la
Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno y la
segunda se centra en “La Estrategia de Lisboa: Ba-
lances y perspectivas” presentada por M. Helena An-
dré, en aquel momento Secretaria Adjunta de la Con-
federación Europea de Sindicatos y actualmente Mi-
nistra de Trabajo de Portugal.
Completamos este monográfico sobre Europa con un
artículo de José María Zufiaur, Consejero del Comité
Económico y Social Europeo, sobre la Presidencia es-
pañola de la Unión Europea.
Anualmente UGT presenta su estudio sobre “Cultura,
Políticas y Prácticas de responsabilidad de las Empre-
sas del IBEX 35”. La del pasado año 2009. 4º infor-
me, se presentó el pasado 27 de enero. En palabras
de Cándido Méndez, Secretario General de UGT, que
recogemos en nuestras páginas, “estos informes dan
respuesta para que la sociedad disponga de informa-
ción sobre la situación de la RSE en España. Procu-
rar a los estudiosos del tema, una metodología y
unos datos empíricos que faciliten sus análisis e in-
vestigaciones. Mantener un espacio abierto de deba-
te sobre cualquier cuestión relativa a la RSE”.
También anualmente y con ocasión de la fecha del
8 de marzo, día internacional de la mujer trabajado-
ra, el Departamento de la Mujer de UGT presenta un
informe en el que se valoran aspectos que tiene que
ver con el trabajo de la mujer y con aspectos relacio-
nados con la Igualdad. En este año, en que seguimos
padeciendo una crisis económica y financiera sin
precedentes, queríamos desde CLARIDAD abordar
el tema de “Mujeres ante la crisis económica. Impactos y oportunidades”.
Para ello y en colaboración con la Secretaría para la Igualdad de UGT en-
cargamos un informe a Paloma Rodríguez Vázquez, Licenciada en Filosofía
y Ciencias de la Educación, Sección Psicología de la Universidad de Santia-
go de Compostela y a Cristina Justo Suárez, Licenciada en Sociología por
la Universidad de A Coruña. Recogemos en este número la totalidad del in-
forme en que detalladamente y aportando datos muy valiosos se hace una
reivindicación de la igualdad laboral en una situación económica que tanto
a nivel nacional como internacional plantea un panorama desalentador.
Nuestra revista pasó por distintas etapas y en ocasiones nos gusta mirar
hacia etapas anteriores y recoger artículos o trabajos que, aparte de su
valor histórico, pueden aportar contenidos que no han perdido actualidad.
En esta ocasión hemos rescatado un artículo que se publicó en la tercera
etapa de la revista CLARIDAD en su número 3 de septiembre de 1984 y
en el que Francisco López Romito, Ex Director de los Fondos de Empleo a
la reconversión, escribía un texto con el título “Apuntes para la acción sin-
dical en tiempos de crisis”.
La cultura es uno de los empeños de nuestra revista y en ella recogemos
iniciativas, textos y a veces sugerencias que tienen que ver con la literatu-
ra, el arte, los medios de comunicación o como en este caso la historia.
Se acaban de cumplir lo 20 años de la caída del muro de Berlín y el perio-
dista y colaborador de UGT, Conrado Granados, nos ha propuesto una re-
flexión muy personal sobre esa conmemoración con el título “Berlín, Berlín:
La libertad frente al Muro”.
Las ilustraciones que ocupan nuestras páginas se las debemos a la pintora
Milagros Sánchez.
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Índice
68 Apuntes para la acción sindical en tiempos de crisisFrancisco S. López Romito, Ex Director de los Fondos deEmpleo a la reconversión.
ETAPAS ANTERIORES68
77 Berlín, Berlín: La libertad frente al MuroConrado Granados, Periodista.
CULTURA77
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4
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EUROPA ANTE LAPRESIDENCIA ESPAÑOLADE LA UNIÓN EUROPEAEN EL PRIMER SEMESTREDE 2010 (II)
Memorándum sindical a la Presidencia españolade la Unión EuropeaConfederación Europea de Sindicatos (CES).
La Presidencia española de la Unión Europea y laEstrategia de LisboaJavier Vallés, Director de la Oficina Económica de laPresidencia del Gobierno.
La Estrategia de Lisboa: Balance y perspectivasM. Elena André, Secretaria General Adjunta de laConfederación Europea de Sindicatos.
Presidencia española de la Unión EuropeaJosé María Zufiaur, Consejero del Comité Económico ySocial Europeo.
“Culturas, Políticas y Prácticas de responsabilidadde las Empresas del IBEX 35”, del año 2009Cándido Méndez, Secretario General de UGT.
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Mujeres ante la crisis económica. Impacto y oportunidadesPaloma Rodríguez Vázquez y Cristina Justo Suárez.Universidad de Santiago de Compostela.
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L1. INTRODUCCIÓN
La Presidencia española estará enfrentada a una
serie de retos importantes, debido, principal-
mente, a la crisis económica actual, acompaña-
da de un desempleo que se está disparando rápida-
mente, añadiéndose además el seguimiento de la Con-
ferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático, celebrada recientemente en Copenhague.
Sin lugar a dudas, el primer reto consistirá en dirigir a
Europa en medio de una crisis financiera, económica y
social y reglamentar los mercados financieros de ma-
nera a evitar que vuelvan a producirse las circunstan-
cias que han conducido a la situación actual. En su De-
claración de París, la CES solicitó un Nuevo Pacto So-
cial para conservar los empleos existentes y generar las
condiciones que permitan crear más y mejores em-
pleos. Nuestra preocupación específica es el desempleo
de los jóvenes, que está avanzando al doble del ritmo
del desempleo de los trabajadores de más edad. Tam-
bién nos preocupan aquellos gobiernos que están aban-
donando prematuramente los paquetes de incentivos
que se han puesto en práctica en numerosos países.
Un segundo reto importante es la agenda del cambio
climático. La UE es la única entidad en el mundo (fuera
del nivel nacional) con capacidad para llevar a cabo
una acción directa y coordinada; por ello, debe consti-
tuirse en líder, en lugar de ser una simple acompañante.
Ha llegado el momento de que Europa invierta, en los
próximos tres años, un 1% anual del PIB europeo a fin
de crear más y mejores empleos, promover la innova-
ción, la investigación, el desarrollo y el empleo en las
industrias clave, invertir en tecnologías nuevas, ecoló-
gicas y sostenibles, mantener servicios públicos de al-
ta calidad y ofrecer a los trabajadores la cualificación
que éstos necesitan para trabajar en la economía de
mañana, basada en un bajo nivel de emisiones de car-
bono, todo ello en un contexto de tecnología ecológica
y de empleos con mejor cualificación.
El tercer reto es garantizar una transición efectiva en-
tre el Tratado de Niza y el Tratado de Lisboa. Esta tran-
sición tendrá una gran importancia política y supondrá
un cambio en las orientaciones actuales y un nuevo
impulso político. Esto significa que las instituciones
europeas tendrán que dejar de trabajar bajo la premi-
sa de una “economía liberal” y comenzar a trabajar di-
rigiéndose hacia una “economía social de mercado”,
que es un objetivo ambicioso; la “competencia” ya no
representa un fin en sí, sino un medio –entre otros–
para alcanzar los objetivos de la Unión Europea; el “ple-
no empleo” y la solidaridad deben volver a ocupar el
primer lugar en la agenda europea. Por otra parte, se
ha extendido la votación por mayoría calificada y el Par-
lamento ha visto reforzados sus poderes como cole-
gislador. Por último, la Carta de los Derechos Funda-
mentales de la Unión Europea incluye derechos socia-
les importantes. En este sentido, la Unión Europea
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(II)
Memorándum sindical a la Presidenciaespañola de la Unión Europea
Confederación Europea de Sindicatos (CES)Enero-junio de 2010
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debe reconocer y promover el papel de los
interlocutores sociales.
En la crisis económica actual, los partidos
de extrema derecha han ganado terreno.
Estos partidos tienen una actitud naciona-
lista, racista y xenófoba hacia los trabaja-
dores migrantes. En este contexto, la CES
se muestra preocupada por el impacto
producido por las recientes decisiones del
Tribunal de Justicia Europeo (TJE) hacien-
do que la libertad de circulación prime por
encima de los convenios colectivos y favo-
reciendo la competencia desleal y la des-
igualdad en los salarios.Para que los tra-
bajadores apoyen a la UE, es urgente que
se ratifiquen los objetivos sociales de las
normas del mercado interior. La CES es-
pera que la Presidencia española rectifi-
que el silencio que han mantenido hasta
ahora la Comisión y la Presidencia
anterior promoviendo la acción en
este sentido.
– En primer lugar, la CES apela a la
Presidencia a fin de que ésta ha-
ga todo cuanto esté a su alcance
a fin promover la adopción de un Proto-
colo de Progreso Social que oriente al
Tribunal de Justicia sobre la necesidad
de defender los derechos sociales fun-
damentales en el mercado único. Este
Protocolo deberá adjuntarse a los Trata-
dos, otorgándole la condición jurídica y
la autoridad necesarias para dar orien-
taciones claras sobre cómo interpretar
los artículos de dichos Tratados.
– En segundo lugar, la CES insta a la Presi-
dencia española a tomar las medidas ne-
cesarias con respecto a la revisión de la
Directiva sobre el desplazamiento de tra-
bajadores.
De no ser así, se intensificará la presión so-
bre los sindicatos para que se pronuncien
en contra del mercado único, lo que no ha-
rá más que añadir dificultades a la crisis
que se vive actualmente. Se está exten-
diendo la idea de que el laissez-faire es el
principio rector de muchas políticas de la
UE. En este sentido, la CES espera poder
encontrar suficiente apoyo en España, país
muy favorable a la Europa social, a fin de
subsanar esta impresión.
En el contexto de crisis financiera y eco-
nómica, resulta contraproducente la pre-
sión cada vez mayor para volver antes de
tiempo por la senda del saneamiento pre-
supuestario. En caso de que así se deci-
diera, los Estados miembros no podrán
beneficiarse de una posible recuperación
económica y ello perjudicaría, además, a
los servicios públicos. En momentos de
crisis, la política social y los servicios pú-
blicos de toda Europa deben preservarse
y reforzarse y no sufrir las consecuencias
negativas provocadas por una aplicación
rígida del Pacto de Estabilidad, ya que
ello obliga a realizar recortes prematu-
ros e importantes en el déficit presu-
puestario tan pronto como la actividad
económica muestra algunos signos de
recuperación.
Europa debe invertir, en los próximos tres
años, un 1% anual del PIB europeo a fin
de crear más y mejores empleos, promo-
ver la innovación, la investigación, el desa-
rrollo y el empleo en las industrias clave,
invertir en tecnologías nuevas, ecológicas
y sostenibles, mantener servicios públicos
de alta calidad y ofrecer a los trabajado-
res la cualificación que éstos necesitan pa-
ra trabajar en la economía de mañana,
basada en un bajo nivel de emisiones de
carbono, todo ello en un contexto de tec-
nología ecológica y de empleos con mejor
cualificación.
El empleo en la UE se ha reducido en
más de 4 millones de puestos de trabajo
desde que comenzó la crisis, aunque se
ha mitigado un poco su efecto gracias al
recurso al trabajo de corta duración y
otros regímenes de trabajo. Sin embar-
go, estas medidas a corto plazo, si bien
son importantes, no son en sí suficien-
tes para garantizar que se saldrá de la
crisis con éxito. Las políticas de empleo
deben centrarse en la preparación para
la transición hacia una economía basada
en un bajo nivel de emisiones de carbo-
no. En materia de pérdida de empleos,
los jóvenes se llevan la peor par-
te.Actualmente son casi 25 millo-
nes las personas que se han que-
dado desempleadas en la UE, y
este número tiende a seguir
aumentando.
2. IMPACTO DE LA CRISIS FINANCIERA,
ECONÓMICA Y SOCIAL
EL NUEVO PACTO SOCIAL Y LAS
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Y
SOCIALES DE LA CRISIS
Como ya se dijo antes, la Presidencia es-
pañola tendrá que gestionar la respuesta
que dará Europa a la crisis del empleo. La
Confederación Europea de Sindicatos abo-
ga por un proceso que conduzca hacia un
nuevo pacto social (New Deal) en Europa;
pacto social que generará mayor justicia
social y más y mejores empleos. Este ob-
jetivo debe ser parte integrante de los de-
bates sobre la Estrategia el ejercicio
2020 de la UE. La CES desea desempe-
ñar un papel activo en las discusiones,
La Presidencia española tendrá que
gestionar la respuesta que dará Euro-
pa a la crisis del empleo.
definición y aplicación de las políticas que
repercuten en el ámbito social y del em-
pleo, y reclama:
Más y mejores empleos: invertir en un
plan de recuperación europea ampliado
para dar un nuevo impulso al crecimiento
y al empleo. La CES exige al Consejo Euro-
peo y a la Comisión la elaboración de un
plan de inversiones europeas por un total
anual del 1% del PIB para cada uno de los
tres años próximos a fin de crear
más y mejores empleos, promover
la innovación, la investigación y el
desarrollo, ayudar al empleo en las
industrias clave, invertir en tecnolo-
gías nuevas, ecológicas y sosteni-
bles y preservar los servicios públi-
cos fundamentales.
La solidaridad europea como protec-
ción contra los excesos del capitalismo
financiero: Es fundamental una regula-
ción efectiva de los mercados financie-
ros, una distribución equitativa de la ri-
queza y que no se vuelva al capitalismo
de casino o al business as usual que se
ha estado aplicando en los mercados fi-
nancieros en los últimos 20 años. La
CES exige un aumento significativo del
gasto social en la UE mediante una am-
pliación de las actividades de los fondos
estructurales, particularmente del Fondo
Social Europeo y del Fondo Europeo de
Adaptación a la Globalización. También
debe abordarse la competencia fiscal de-
rivada de los mercados desreglamenta-
dos, ya que esto representa una amena-
za para la Europa Social.
El fortalecimiento de los sistemas de bie-
nestar a fin de ofrecer más seguridad y
evitar la exclusión social: La CES exige
una agenda social europea sólida y cons-
tructiva a fin de que las personas puedan
preservar sus empleos y contar con ingre-
sos estables y para garantizar la protec-
ción de los trabajadores, así como una for-
mación adecuada. Recortar las ayudas no
es el camino a seguir.
Mejores salarios y una negociación co-
lectiva reforzada: La CES rechaza la con-
gelación de los salarios y los recortes en
el salario nominal. Se trata de un tema
de vital importancia, ya que la demanda
se viene abajo para proteger el poder ad-
quisitivo. La CES aspira, por tanto, a que
se fortalezcan las negociaciones colecti-
vas y que las instituciones encargadas de
la formación de salarios se comprome-
tan, junto con el Banco Central Europeo
(BCE) a obrar a favor de más y mejores
empleos. El BCE debe involucrarse en el
crecimiento y el pleno empleo, y no dedi-
carse únicamente a mantener la estabili-
dad de los precios. La CES exige un comi-
té consultivo de los interlocutores socia-
les para el BCE.
La regulación de los mercados financie-
ros deberá ser un punto prioritario en la
agenda de la Presidencia española. Hasta
ahora, los debates en el Consejo sobre la
Directiva relativa a los gestores de fondos
de inversión alternativos y la arquitectura
de supervisión financiera han demostrado
que todavía hay Estados miembros que no
han comprendido la necesidad de restau-
rar la confianza y la estabilidad sistémica
en los mercados financieros –hay que ce-
rrar el casino.
Sin embargo, la regulación financiera no
es suficiente para restablecer la justicia
social. Aquellos que son responsables de
la crisis por haber tenido comportamien-
tos irresponsables a nivel colectivo, de-
berán soportar una buena parte de la
carga que nuestras sociedades tendrán
que afrontar en el futuro. La CES exige la
aplicación del principio “quien contamina
paga” a los mercados financieros y solici-
ta a la Presidencia española que comien-
ce a trabajar en una ley modelo sobre el
Impuesto a las Transacciones Financie-
ras (ITF) a nivel de la UE y más allá
de sus fronteras, basándose en
las propuestas del WIFO (Instituto
Austriaco de Investigación Econó-
mica) y de Spahn. El impuesto
europeo a las transacciones finan-
cieras se aplicaría a todos los co-
merciantes y no a los países, e indepen-
dientemente de dónde estén ubicados los
centros financieros importantes. Al mis-
mo tiempo, se podrían generar ingresos
fiscales considerables que podrían ser
utilizados para apoyar la política social
que habrá de aplicarse a nivel europeo
como consecuencia de la crisis.
La CES considera que aún queda mucho
por hacer a nivel europeo para cerrar los
paraísos fiscales, evitar la evasión de im-
puestos y restaurar la justicia fiscal entre
capital y trabajo y ricos y pobres. La Presi-
dencia española contribuiría sustancial-
mente a la aplicación de una fiscalidad
transfronteriza eficiente avanzando en el
trabajo de preparación de una Directiva in-
tegral relativa a la Fiscalidad del Ahorro
con miras a eliminar las lagunas existen-
tes y prevenir de mejor manera la evasión
de impuestos, abarcando todos los acto-
res y formas de renta del capital, así co-
mo su esfera de acción más allá de las
fronteras europeas.
En el ámbito de la fiscalidad de las empre-
sas, la Presidencia debería:
6
Es fundamental una regulación efecti-
va de los mercados financieros, una
distribución equitativa de la riqueza.
– impulsar una nueva propuesta por parte
de la Comisión Europea a fin de que se
establezca una Directiva relativa a una
base común consolidada para el impues-
to a las empresas (CCCTB);
– reforzar el actual Código de conducta
para la fiscalidad de las empresas,
– y establecer normas de contabilidad me-
joradas que capturarían todo el poten-
cial de la base imponible mediante la in-
troducción de un sistema de información
europeo para las empresas transfronte-
rizas, país por país.
3. PRINCIPALES ÁREAS DE
ACCIÓN PARA LA
PRESIDENCIA ESPAÑOLA
Prioridades de la Presidencia –
¿Es viable la dimensión social?
La CES lamenta que el fortalecimiento de
la dimensión social de Europa no se en-
contrara entre las principales prio-
ridades de la Presidencia saliente
de Suecia. No ha habido nuevas
iniciativas ni se han lanzado nue-
vas áreas de debate. En nuestra
opinión, la Unión Europea debería
enviar una señal clara de com-
prensión y acción con respecto a los pro-
blemas más acuciantes de los trabajado-
res europeos en estos momentos en que
el desempleo está creciendo.
4. EUROPA SOCIAL
A continuación, algunas de las propuestas
que la CES desearía que se retomasen y
desarrollasen durante la Presidencia es-
pañola de la UE.
MOVILIDAD
Protocolo de Progreso Social
Las sentencias del Tribunal de Justicia
Europeo (TJE) en los casos Laval, Viking,
Rüffert y Comisión/Luxemburgo constitu-
yen una amenaza para los trabajadores en
términos de competencia desleal en rela-
ción a los salarios y las condiciones labo-
rales y la desigualdad de trato entre los
trabajadores migrantes y locales. Asimis-
mo, el derecho a la acción colectiva se ha
visto muy limitado, al tiempo que las liber-
tades económicas permanecen intactas.
El supuesto equilibrio entre las libertades
económicas y los derechos sociales funda-
mentales introducido por las sentencias
del TJE suscita serias dudas sobre la com-
patibilidad entre las sentencias del TJE y
las leyes nacionales constitucionales y las
normas internacionales (OIT, Consejo de
Europa).
Con el propósito de remediar los efectos
nocivos de estas sentencias, la CES pide
que se anexe a los Tratados un Protocolo
de Progreso Social. Dicho Protocolo debe
poner en claro el hecho de que, conforme
a los Tratados europeos, el mercado inte-
rior no es un fin en sí, sino que su objetivo
es contribuir a mejorar las condiciones de
vida y de trabajo de los trabajadores y de
los ciudadanos y que el progreso social es
el principio rector que debería dirigir to-
das sus acciones y políticas. En conse-
cuencia, los derechos sociales fundamen-
tales nunca deben ser considerados como
jerárquicamente menos importantes que
las libertades económicas.
La CES ha presentado una propuesta de
Protocolo de Progreso Social1 e insta a la
Presidencia española a tomar las medidas
necesarias para facilitar la adopción del
Protocolo de Progreso Social sin más de-
mora. La próxima oportunidad para adop-
tar este Protocolo será con motivo del in-
greso de Croacia a la UE en 2010.
Desplazamiento de los trabajadores
Las sentencias del TJE antes mencionadas
plantean grandes interrogantes sobre có-
mo harán los Estados miembros y los sindi-
catos de toda Europa para establecer y de-
fender las normas laborales en esta era de
globalización. Es fundamental que los Esta-
dos miembros estén facultados para apli-
car la Directiva sobre desplazamiento de
trabajadores, no solo de acuerdo con sus
tradiciones nacionales, sino también cum-
pliendo sus objetivos iniciales, es decir, for-
talecer la protección de los trabaja-
dores en el mercado único y garanti-
zar un clima de competencia leal.
La CES insta a la Presidencia espa-
ñola de la UE a iniciar un amplio de-
bate sobre cómo restaurar los ob-
jetivos originales de la Directiva sobre des-
plazamiento de trabajadores. La CES
contribuirá activamente a este debate me-
diante la formulación de recomendaciones
concretas para la revisión de dicha Direc-
tiva. Para la CES no cabe ninguna duda de
que, aun cuando la directiva haya sido
aprobada por una amplia mayoría en el
Parlamento Europeo y el Consejo, las re-
cientes sentencias del TJE contradicen la
intención original del legislador europeo.
7
Los Estados miembros deben estar fa-
cultados para aplicar la Directiva so-
bre desplazamiento de trabajadores.
1. Este texto puede consultarse en la página: http://www.etuc.org/a/5175.
Subcontratación
La CES insta a las instituciones de la UE a
tomar las medidas necesarias a fin de
aclarar los derechos y obligaciones de las
partes que intervienen en las cadenas de
subcontratación y evitar así que los traba-
jadores sean privados de su capacidad pa-
ra hacer valer sus derechos de manera
efectiva, particularmente en el cado de
contratos transfronterizos. La CES reitera
por tanto su llamamiento a la instauración
de un instrumento europeo que regule la
responsabilidad conjunta y solidaria de las
empresas y los intermediarios, al menos
en lo que se refiere al pago de impuestos,
las cotizaciones de la seguridad social y
los salarios, y solicita su apoyo en este
campo a la Presidencia española.
Salud y seguridad
Cerca de 160.000 trabajadores
mueren cada año en la Unión Euro-
pea por la falta de prevención ade-
cuada de los riesgos laborales. El
contexto de la crisis económica ac-
tual podría desempeñar un papel negativo,
ya que se le otorgaría menor importancia a
la buena calidad de las condiciones de tra-
bajo. Con la última ampliación de la UE, la
necesidad de armonizar las condiciones de
trabajo se ha convertido, sin duda alguna,
en uno de los mayores retos de la Unión
Europea en el ámbito de la política social.
La CES espera que la Presidencia españo-
la solicite a la Comisión poner rápidamen-
te en marcha iniciativas que se ocupen de
la situación actual, consecuencia de la
precariedad cada vez mayor del mercado
de trabajo, y presentar las propuestas le-
gislativas necesarias tras la segunda fase
de consulta de los interlocutores sociales
sobre los trastornos musculoesqueléticos
(TME) y la exposición a sustancias cancerí-
genas, mutágenas y tóxicas para la repro-
ducción. Esos dos temas ya fueron consi-
derados como posibles iniciativas legislati-
vas en la estrategia de la UE para la salud
y la seguridad para el periodo 2002-
2006. Se ha progresado muy poco. Te-
niendo en cuenta su gran impacto en la
salud de los trabajadores, los TME consti-
tuyen el principal motivo de las quejas que
presentan los trabajadores europeos. A
fin de favorecer la aplicación del sistema
REACH, es urgente contar con una inicia-
tiva legislativa que permita ampliar el ám-
bito de aplicación de la actual Directiva so-
bre agentes cancerígenos y alargar la lista
de valores límite de exposición profesional
obligatorios. La Presidencia española tam-
bién podría desempeñar un papel positivo
apoyando a la Comisión en su trabajo de
preparación de la revisión de la Directiva
sobre los campos electromagnéticos en el
lugar de trabajo, basada en el principio de
prevención establecido en la Directiva
Marco y que cubre todas las categorías
de trabajadores expuestos a tales riesgos.
La CES desea igualmente captar la aten-
ción de la Presidencia en lo que concierne
a la necesidad de garantizar que el progra-
ma de acción instaurado con la finalidad
de reducir las cargas administrativas en la
Unión Europea no acarree una disminu-
ción de las obligaciones de los empleado-
res en lo que respecta a la evaluación de
los riesgos y la aplicación de los principios
de información, consulta y participación
de los trabajadores. La CES considera
que, eximir a las pequeñas empresas de la
obligación de disponer de una evaluación
de riesgos documentada, pondría en peli-
gro la igualdad de protección de la vida y
salud de los trabajadores en la Unión Euro-
pea y no sería coherente con el derecho
social fundamental de poder gozar de con-
diciones de trabajo justas y equitativas, es-
tablecido en el artículo 31 de la Carta de
Derechos Fundamentales.
Inclusión activa
Tras la presentación realizada hace un
año por la Comisión Europea de su Agen-
da Social Renovada y la posterior reco-
mendación sobre la inclusión activa, la
CES reitera su llamamiento para que se
apliquen políticas ambiciosas en este ám-
bito en el seno de la Unión Europea. Su
aplicación activa es tanto más importante
cuanto que la crisis que hemos estado en-
frentando durante los últimos 10
meses e incluso antes ha dado lu-
gar a nuevas formas de exclusión y
ha expuesto a un gran número de
trabajadores a los riesgos de caer
en la pobreza.
Por consiguiente, la CES desea que la Pre-
sidencia española se comprometa plena-
mente en este ámbito, sitúe a las perso-
nas y las cuestiones sociales en el centro
de todas las medidas destinadas a luchar
contra la crisis y dé prioridad a los siste-
mas de seguridad social pública que sean
sólidos y se basen en la solidaridad, en
concordancia con la Declaración de París
adoptada por la CES a finales de mayo.
La CES desea, así mismo, que la Presiden-
cia española confirme y ponga en práctica
las recomendaciones aprobadas por el
Parlamento Europeo el pasado mes de
abril en su informe sobre la inclusión acti-
va de las personas que han abandonado el
mercado laboral y se centre igualmente en
el Año Europeo contra la Pobreza (2010).
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Cerca de 160.000 trabajadores mue-
ren cada año en la Unión Europea por
la falta de prevención adecuada de los
riesgos laborales.
Negociaciones colectivas transnacionales
Las negociaciones colectivas transnacio-
nales se han desarrollado considerable-
mente en los últimos años, debido a una
mayor movilidad de los grupos multinacio-
nales gracias a la nueva dimensión del co-
mercio mundial.
La crisis económica actual acelera-
rá aún más esta movilidad, tal como
lo demuestra la nueva ola de fusio-
nes, reestructuraciones y deslocali-
zaciones en prácticamente todas
las áreas de la industria europea: el sec-
tor del automóvil en particular, la industria
metalúrgica en general, aunque también
el sector bancario, la industria de la cons-
trucción y el sector textil.
Los problemas que se plantean en la agen-
da de negociaciones se refieren a las difi-
cultades para realizar un correcto segui-
miento a nivel nacional, debido a que los
acuerdos en cuestión carecen de un esta-
tuto jurídico a nivel europeo. Además, no
hay claridad en lo que respecta a los pro-
cedimientos necesarios para poner en
marcha el proceso de negociación a este
nivel ni en cuanto a la identidad y repre-
sentatividad de los actores para obtener
un mandato y firmar un acuerdo transna-
cional. Y lo mismo puede decirse de sus
correspondientes procedimientos de ape-
lación.
La Comisión incluyó este tema en su Agen-
da Social del 2005 con la intención de do-
tar tales acuerdos de un estatuto jurídico
opcional, en caso de que fuere solicitado
por los interlocutores sociales. No obstan-
te, después de presentar una Comunica-
ción como base para la apertura de un
procedimiento de consulta con los interlo-
cutores sociales, la Comisión ha recorta-
do algunos de sus principales objetivos, si
bien menos ambiciosos, como el de esta-
blecer un Grupo de Expertos que incluya
representantes de los interlocutores so-
ciales para un mandato de dos años con
el fin de organizar un sistema de vigilan-
cia, establecer un método de análisis del
desarrollo de las negociaciones colectivas
transnacionales y celebrar seminarios dos
veces al año.
La CES considera esta iniciativa útil, pero
piensa al mismo tiempo que es insuficien-
te, teniendo en cuenta el valor estratégico
de este asunto y los cambios que se están
produciendo en este ámbito.
La CES está convencida de que es necesa-
ria una iniciativa política sólida que dé un
nuevo impulso en este sentido.
PROPUESTAS LEGISLATIVAS NUEVAS
Y PENDIENTES
Directiva sobre la ordenación del tiempo
de trabajo
Tras el reciente fracaso de la conciliación
entre el Parlamento Europeo y el Consejo,
la revisión de la Directiva sobre ordena-
ción del tiempo de trabajo volvió a la fase
en que se encontraba en el año 2003. La
pelota fue a parar nuevamente al tejado
de la Comisión. Desde el punto de vista de
la CES, la Comisión debería, tras 9 años
aplazando la correcta asunción de sus
responsabilidades, tomar medidas para
aplicar y hacer cumplir la Directiva actual,
de acuerdo a la interpretación del TJE. El
Tribunal de Justicia, en una serie de casos
de jurisprudencia coherentes que se han
ido produciendo desde el año 2000, ha
confirmado en numerosas oportunidades
que el servicio de guardia en el lugar de
trabajo debe ser considerado como “tiem-
po de trabajo”: esta estipulación debe apli-
carse por todos los medios disponibles.
En opinión de la CES, no existe razón algu-
na para apresurarse en la revisión de una
nueva propuesta. Sea como sea, cualquier
nueva propuesta debería, como mínimo,
garantizar la abolición de la cláusu-
la de renuncia individual y el desa-
rrollo de soluciones equilibradas pa-
ra tratar el tema del servicio de
guardia en el lugar de trabajo, res-
petando las decisiones del TJE. Por otra
parte, debería impedirse la anualización
de la jornada laboral sin las debidas medi-
das de protección en cuanto a la salud y a
la seguridad de los trabajadores y a su de-
recho a la información y a la consulta. Del
mismo modo, es de suma importancia
que la Directiva sobre ordenación del tiem-
po de trabajo también sea capaz de hacer
frente a los retos del siglo XXI, incluyendo
el incremento de la participación de las
mujeres en el mercado laboral y el enveje-
cimiento de la población, así como la ne-
cesidad de adaptar la organización del
tiempo de trabajo a las necesidades de los
trabajadores con responsabilidades fami-
liares y de los trabajadores de edad avan-
zada.
La Directiva sobre ordenación del tiempo
de trabajo constituye un pilar importante
de la Europa social y un instrumento fun-
damental, en el siglo XXI, para proteger a
los trabajadores de los riesgos que repre-
sentan para su salud y su seguridad las
irregulares y largas jornadas de trabajo.
Esta Directiva no debería convertirse en
un instrumento del régimen para la com-
petencia entre los Estados miembros. És-
ta debería más bien garantizar unas nor-
mas mínimas que ofrezcan igualdad de
condiciones en toda la UE. La Presidencia
9
Las negociaciones colectivas transna-
cionales se han desarrollado conside-
rablemente en los últimos años.
española deberá desempeñar un papel im-
portante a fin de garantizar que no se pon-
ga sobre la mesa ninguna solución simplis-
ta, desequilibrada o parcial.
Directiva sobre la portabilidad de los
derechos de pensión profesional
Durante las dos últimas presidencias de
la UE, no se tomó ninguna iniciativa en es-
ta área. Sin embargo, los problemas per-
sisten. Si queremos una movilidad efecti-
va de los trabajadores dentro de la Unión
Europea, es preciso encontrar soluciones
rápidas.
Según la CES, tales soluciones deberían
abordar al menos tres puntos: (i) restrin-
gir las disposiciones que regulan los perio-
dos mínimos para la adquisición de dere-
chos (es decir, un periodo máximo
de 2 años), (ii) y la edad de inclusión
en estos regímenes (menos de 21
años), (iii) y facilitar la participación
de los interlocutores sociales en el
seguimiento de los planes de pen-
siones profesionales (independientemente
de la entidad que los gestione).
Conciliación del trabajo, la vida privada
y la vida familiar
El tema de la conciliación del trabajo, la vi-
da privada y la familiar es de gran impor-
tancia en el contexto de los retos demo-
gráficos y económicos que afronta la UE.
Instamos a la Presidencia española a des-
empeñar un papel activo, en consonancia
con su amplia experiencia y con los logros
obtenidos en este campo, con el propósi-
to de brindar apoyo a aquellas medidas y
políticas sólidas que mejoren las condicio-
nes de conciliación entre la vida profesio-
nal y privada de mujeres y hombres. Los
interlocutores sociales han concluido sus
negociaciones sobre la revisión del acuerdo
sobre permiso parental a fin de fortalecer
sus disposiciones. Este acuerdo debe ser
transpuesto en Directiva de la UE revisado
y aplicado posteriormente en los Estados
miembros. La CES espera que la Presiden-
cia española desempeñe un papel activo y
de apoyo en este proceso.
En el marco de su paquete sobre concilia-
ción presentado en octubre del 2008, la
Comisión ha propuesto revisar la Directiva
sobre trabajadoras embarazadas con el
propósito de mejorar sus disposiciones en
lo que respecta a la duración y remunera-
ción del permiso de maternidad. La revi-
sión se encuentra actualmente bloquea-
da en el Parlamento Europeo, y varias
propuestas de la Comisión plantean gran-
des problemas en el Consejo. La Presiden-
cia española debería apoyar el proceso
legislativo y, en caso de que sea necesa-
rio, ayudar a encontrar soluciones adecua-
das, teniendo en cuenta la necesidad de
una aplicación efectiva del derecho social
fundamental de conseguir una conciliación
de la vida familiar y profesional, estableci-
do en el artículo 32, párrafo 2 de la Carta
Europea de los Derechos Fundamentales.
En otras áreas de las políticas de concilia-
ción, como la disponibilidad de servicios
de guardería y cuidado de personas mayo-
res, la Comisión y los interlocutores socia-
les coinciden en que es necesario reforzar
las acciones a nivel comunitario y nacio-
nal, y que estas acciones deberían recibir
el apoyo del Consejo. La inversión en in-
fraestructuras de atención es especial-
mente importante en este periodo de crisis
económica, a fin de preservar el empleo
de las mujeres en los servicios públicos y
privados, así como para seguir ayudando
a los padres que trabajan a combinar el
trabajo con el cuidado de los hijos.
La no discriminación fuera del lugar
de trabajo
Actualmente, las instituciones de la UE es-
tán discutiendo el proyecto de Directiva
para prevenir y combatir la discriminación
fuera del lugar de trabajo, que abarca la
discriminación por motivos de edad, orien-
tación sexual y religión. La CES apoya esta
iniciativa, ya que la misma evitará que exis-
tan diferencias en las normas que rigen
los diversos motivos de discriminación, lo
que podría generar incoherencias a nivel
jurídico y práctico o podría resultar proble-
mático en situaciones de discriminaciones
múltiples. Una Directiva amplia, que cubra
todos los motivos mencionados en
el artículo 19 del Tratado de Fun-
cionamiento de la Unión Europea
significaría un mensaje rotundo pa-
ra los Estados miembros de la UE y
sus ciudadanos, según el cual no
podemos construir una sociedad moderna
y cohesionada si ésta se basa en la discri-
minación. Con el envejecimiento de la po-
blación, la diversidad cada vez mayor de
nuestras sociedades en lo que respecta al
origen étnico y la religión, así como la into-
lerancia cada vez mayor con respecto a
determinadas personas por razones de
orientación sexual diferente, el objetivo
prioritario debería ser la implantación de
un marco legal firme y coherente, que pro-
teja a los ciudadanos de la discriminación,
sea cual sea el lugar en el que éstos se
encuentren dentro de la UE. La CES está
en profundo desacuerdo con aquellos que
afirman, concretamente los empleadores,
que esta Directiva es un “lujo” que las em-
presas no pueden permitirse debido a la cri-
sis económica. La igualdad y la diversidad
no representan únicamente un costo o
10
El tema de la conciliación del trabajo,
la vida privada y la familiar es de gran
importancia.
carga administrativa, sino también un re-
curso potencial para ayudar a las empre-
sas a ser o seguir siendo más competitivas
y sostenibles. La Presidencia española de-
bería desplegar esfuerzos para conseguir
el apoyo de los Estados miembros a esta
iniciativa.
Migración
La CES está a favor de una política global
europea sobre migración, integración y
desarrollo, que proporcione las vías lega-
les para la inmigración y que, al mismo
tiempo, aplique rigurosamente y exija el
cumplimiento de las normas laborales, ga-
rantizando la igualdad de trato para los
trabajadores locales.
El programa de Estocolmo y su plan de ac-
ción, que se aprobará durante la Presiden-
cia española, fijará las prioridades de las po-
líticas de inmigración en los próximos cinco
años. El nuevo marco institucional estableci-
do por el Tratado de Lisboa puede propor-
cionar las herramientas necesarias para de-
sarrollar una política de inmigración justa y
ambiciosa. La CES insta a la Presi-
dencia española a promover una polí-
tica europea de inmigración ambicio-
sa y coherente. En particular:
– el código de inmigración propues-
to debería ofrecer la oportunidad
de volver a evaluar los logros actuales
con miras a reforzarlos y completarlos.
La CES está plenamente a favor de un
nivel uniforme de los derechos de todos
los grupos de migrantes. Una simple co-
dificación de los instrumentos existentes
no sería satisfactoria, ya que reforzaría
el actual enfoque dual de la política de
migraciones;
– la CES lamentaría profundamente que la
aplicación del programa de Estocolmo
se centrara en las medidas represivas
frente a la inmigración ilegal y descuida-
ra el desarrollo de políticas de migración
preventivas que ofrezcan vías legales pa-
ra la migración y la promoción de políti-
cas de integración apropiadas.
En materia de migración económica, la
CES hace hincapié en las siguientes priori-
dades:
• El proyecto de Directiva “Derechos” de-
bería ser adoptado urgentemente.
• Alentar a los Estados miembros a que
apliquen medidas de protección y asis-
tencia a los nacionales de terceros paí-
ses en el territorio donde han sido con-
tratados y a que eviten los intentos uni-
laterales de enviar a sus países a todos
aquellos que han perdido sus puestos
de trabajo. El aumento de los niveles de
desempleo no solo reducirá las posibili-
dades de inmigración legal, sino que
también provocará un aumento del de-
sempleo de nacionales de terceros
países, que podrían en consecuencia
perder los permisos de trabajo y de re-
sidencia asociados a tales puestos de
trabajo. A menudo, los inmigrantes no
tienen derecho a una protección social
adecuada y en las mismas condiciones
que los trabajadores locales, razón por
la cual es preciso no subestimar el im-
pacto de la crisis en los trabajadores
inmigrantes. Existe un riesgo real de
que se genere un mayor número de in-
migrantes ilegales y un aumento de la
pobreza entre ellos, socavando así la
cohesión social en aquellas regiones que
tienen una tasa de desempleo elevada y
un alto porcentaje de inmigrantes.
• En lo que respecta a la Comisión Euro-
pea, ésta ha anunciado tres nuevas
propuestas de Directiva, a saber, la ad-
misión temporal de trabajadores tem-
poreros, de los trabajadores traslada-
dos dentro de su misma empresa y de
los trabajadores en prácticas remune-
rados. La CES solicita a la Presidencia
española tener en cuenta las siguientes
inquietudes de los sindicatos:
– estas nuevas propuestas jurídicas no
deberían desviar la atención de la
adopción de la Directiva “Derechos”;
– al no haber una política más amplia
sobre la migración legal, estas Direc-
tivas pueden tener un efecto negativo
en los mercados de trabajo y afectar
la gestión equitativa de la movilidad la-
boral. Por lo tanto, la CES solicita a la
Presidencia española que establezca
un mecanismo de consulta y de parti-
cipación de los interlocutores socia-
les a la hora de desarrollar estas
propuestas;
– teniendo en cuenta la enorme pre-
ocupación de los sindicatos en lo
que respecta a la Directiva sobre
los trabajadores temporeros, que
permitiría que los nacionales de
terceros países venir a trabajar en
la UE por periodos de hasta 9 me-
ses al año (!), la CES insta a la Pre-
sidencia española a que verifique
cuidadosamente si dicha Directiva
debe ser desarrollada y de qué ma-
nera;
– en cuanto a los trabajadores trasla-
dados dentro de su misma empresa
11
La CES está a favor de una política glo-
bal europea sobre migración que pro-
porcione las vías legales para la inmi-
gración.
y a trabajadores en prácticas remu-
nerados, y teniendo en cuenta los
problemas que ya existen en lo que
respecta a la aplicación de la Directi-
va sobre el desplazamiento de los tra-
bajadores en el contexto del mercado
interior, la CES invita a la Presidencia
española de la UE a que realice una
evaluación crítica del alcance de una
Directiva de este tipo, y solicita que
las condiciones de empleo de los tra-
bajadores trasladados se rijan por las
leyes y por los convenios colectivos
del país de acogida.
5. CAMBIO CLIMÁTICO Y ENERGÍA
Política de la Unión Europea en materia
de cambio climático
La CES resalta una vez más su apoyo a
una política climática europea ambi-
ciosa desde el punto de vista am-
biental y socialmente sostenible que
contribuya a disminuir hasta un
30% las emisiones para el año
2020. El Paquete “Cambio Climáti-
co” de la UE representa un avance signifi-
cativo. Sin embargo, serán necesarias
nuevas medidas sociales y medidas rela-
cionadas con el empleo para lograr el ple-
no empleo y beneficios sociales positivos.
La CES hace un llamamiento a la Presiden-
cia española de la UE a fin de que conside-
re la posibilidad de acoplar el Paquete
“Cambio Climático” a un “paquete de tran-
sición hacia un empleo equitativo”, que po-
dría incluir:
• Un Libro Blanco sobre el cambio climá-
tico, las capacidades y el empleo, in-
cluyendo propuestas prácticas que
permitan promover una acción coordi-
nada por parte de los Estados miem-
bros y sirvan para apoyar la capacita-
ción en nuevas técnicas en sectores
tales como el rendimiento energético y
las energías renovables.
• La creación de un “fondo europeo de
ajuste a una economía baja en emisio-
nes de carbono”, con el fin de pasar a
una economía respetuosa con el medio
ambiente que apoye los ajustes necesa-
rios para aquellos trabajadores que se
vean afectados por medidas relaciona-
das con el cambio climático. Este fondo
sería parcialmente financiado por los in-
gresos obtenidos a partir de las subas-
tas de licencias.
• Una evaluación integral, sector por sec-
tor, del impacto del Paquete “Cambio
Climático” en los precios de la energía y
en el empleo, prestando particular
atención a las categorías de trabajado-
res y hogares más vulnerables.
• La creación de un instrumento perma-
nente que sepa anticiparse a la transi-
ción socioeconómica, que coordine los
instrumentos existentes, tales como los
consejos sectoriales, y que refuerce el
diálogo entre los interlocutores sociales
y las autoridades públicas.
• El desarrollo de medios de negociación,
principalmente a nivel territorial, a fin
de diseñar nuevas políticas industriales
que contribuyan a una economía con un
bajo nivel de emisiones de carbono.
Conferencia de Copenhague
La CES exhorta a las Presidencias españo-
la y belga de la UE a trabajar intensamente
para lograr en Copenhague un acuerdo
justo, ambicioso e integrador, que allane
el camino para que las emisiones globales
sean reducidas en un 85% de aquí al
2050 (con respecto a los niveles de
1990). Los países desarrollados deberían
dar el ejemplo en materia de disminución
de las emisiones y fijarse objetivos firmes
para el año 2020 de al menos un 25% a
40% por debajo de los niveles de 1990,
de conformidad con las recomendaciones
hechas por el GIEC (Grupo Interguberna-
mental de Expertos sobre el Cambio Cli-
mático de la ONU). Los países emergen-
tes que se estén desarrollando más rápi-
damente deberían comprometerse a
controlar sus emisiones. Así mismo, los
países industrializados deben comprome-
terse a proveer fondos, tecnologías lim-
pias y formación para ayudar a los países
en desarrollo a cumplir sus nuevos com-
promisos. El nuevo acuerdo mundial debe-
ría reconocer explícitamente y de-
sarrollar medidas de “transición ha-
cia un empleo equitativo” –reciclaje
profesional, indemnización, presta-
ciones de desempleo, protección
social y derechos laborales–, ya que
éstas son esenciales para alcanzar los ob-
jetivos acordados. Es necesario reorientar
la fiscalidad y situarla dentro de un régi-
men de distribución equitativa a fin de ga-
rantizar un desarrollo sostenible y finan-
ciar estrategias de adaptación y de ate-
nuación.
Adaptación al cambio climático
Europa necesita una estrategia para adap-
tarse a los inevitables efectos del cambio
climático. La Presidencia española debe-
ría instar a la Comisión Europea a que ela-
bore propuestas firmes para facilitar tal
adaptación, incorporándolas en todas las
políticas y programas europeos, incluso
en el paquete de recuperación económica.
Necesitamos Planes Sociales a nivel sec-
12
Diseñar nuevas políticas industriales
que contribuyan a una economía con
un bajo nivel de emisiones de carbono.
torial a fin de tratar adecuadamente los
inevitables trastornos que sufrirán mu-
chos trabajadores, planes en los que los
interlocutores sociales estén plenamente
informados.
Política energética europea
Se ha avanzado muy poco en la Política
Energética Europea. La CES insiste en que
la energía no debe dejarse abandonada al
vaivén de las fuerzas del mercado. Se ne-
cesita una verdadera política euro-
pea de energía a nivel industrial que
fomente la inversión en infraestruc-
turas de distribución inteligentes,
garantice empleos de alta calidad,
proteja a los consumidores vulnerables de
la pobreza energética y garantice la parti-
cipación democrática de las partes intere-
sadas en las instituciones reguladoras na-
cionales y en la Agencia de Cooperación
de los Reguladores de la Energía (ACRE).
6. LA DIMENSIÓN SOCIAL DEL
MERCADO INTERIOR
Estrategia del mercado interior
La última comunicación de la Comisión so-
bre el mercado único para la Europa del
siglo XXI prometió una vez más tomar en
serio su dimensión social, anunciando una
estrategia para los Servicios de Interés
General. La estrategia que dio a conocer
en relación a los servicios de interés gene-
ral, por ejemplo, no fue satisfactoria, ya
que se prefirió adoptar un enfoque secto-
rial, que puede acarrear graves proble-
mas, especialmente en lo se trata de
igualdad de acceso a los servicios funda-
mentales para la cohesión social, como la
salud o los servicios sociales. Ya es hora
de volver a un enfoque equilibrado.
Cuando la CES aceptó el mercado interior
como un proyecto fundamental para la UE,
la Comisión prometió y ofreció una dimen-
sión social sólida, es decir, una agenda de
política social ambiciosa, una serie de ini-
ciativas legislativas en materia de salud y
seguridad en el trabajo y la igualdad de gé-
nero, así como la promoción del diálogo so-
cial. La estrategia del mercado interior no
se refería únicamente a la competencia,
ya que ésta consistía más bien en un plan-
teamiento equilibrado. La agenda social
era considerada como parte integrante
del mercado interior, no como un factor
marginal y externo.
A finales de los años 90 la Comisión cam-
bió su estrategia y se focalizó únicamente
en los esfuerzos para ultimar el mercado
interior promoviendo la liberalización y la
privatización. La dimensión social revistió
poca o ninguna importancia no haciéndo-
se ninguna autocrítica en relación a la libe-
ralización y las privatizaciones.
La CES espera que el nuevo Parlamento
Europeo, la nueva Comisión y la próxima
Presidencia española impulsen acciones.
El mercado interior no puede limitarse a
aportar beneficios a las empresas única-
mente sino que también debe estar al ser-
vicio de los trabajadores. La CES espera
que las instituciones europeas se muevan
en la dirección correcta con una mayor
claridad y seguridad jurídicas en materia
de servicios públicos. Tomando como lec-
ción la batalla generada con respecto a la
Directiva de servicios, la CES insiste en que
se incluya la cláusula Monti (Reglamento de
la CE 2679/98)2 en toda la legislación del
Mercado Único. Esto garantizaría que la ne-
gociación colectiva y el derecho a huelga,
tal como se establece en la legislación na-
cional, no se viese impedida por la aplica-
ción de las cuatro libertades fundamentales
del mercado único. La cláusula Monti, que
ya ha sido incluida en la legislación relativa
a ciertos sectores, es un instrumento efi-
caz para garantizar un equilibrio en-
tre la formalización del mercado in-
terior y el mantenimiento de un alto
nivel de bienestar social.
La CES espera que el próximo “paquete
Altmark” sobre las ayudas estatales y las
iniciativas en relación a las sociedades pú-
blico-privadas institucionalizadas, las con-
cesiones y los contratos públicos tendrá
en cuenta las normas del nuevo tratado.
El Presidente Barroso solicitó al antiguo co-
misario Mario Monti en octubre del 2009 la
elaboración de un informe sobre la manera
en que la UE debería reactivar su mercado
único y un esbozo de medidas destinadas a
completar el mercado único actualmente
desequilibrado. Se espera que el informe
sea entregado antes de finales de abril del
2010. Los olvidados temas relativos a la di-
mensión social y los servicios públicos debe-
rán formar parte de la propuesta.
Salud y servicios sociales
Servicios sociales
El tema de la seguridad jurídica de los
servicios sociales sigue abierto. La CES
considera que es importante que se ga-
13
La energía no debe dejarse abandonada
al vaivén de las fuerzas del mercado.
2. “Esta Directiva no debe interpretarse en el sentido de que afecta en modo alguno el ejercicio de los derechos fundamentales reconocidos en los Estados miem-bros y/o en la Carta Europea de Derechos Fundamentales, incluido el derecho de huelga. Estos derechos podrán incluir asimismo el derecho o libertad de em-prender otras acciones contempladas por los sistemas específicos de relaciones laborales en los Estados miembros.”
rantice la seguridad, especialmente en las
particulares circunstancias que se viven
actualmente, en las que los proveedores
de estos servicios tienen un nivel de de-
manda sumamente elevado. En realidad,
estos servicios están destinados funda-
mentalmente a las personas y tienen una
dimensión social claramente definida. Por
una parte, allanan el camino para la apli-
cación de los derechos sociales consagra-
dos en la Carta de los Derechos Sociales
Fundamentales; por otra, permiten, den-
tro de la Unión Europea, responder de ma-
nera muy concreta a estas personas, par-
ticularmente vulnerables desde el punto
de vista social en los momentos actuales.
Esta es la razón por la cual resulta incon-
cebible que dichos servicios tengan que
regirse por la ley del mercado y de la com-
petencia. Los límites de su aplicación de-
ben estar claramente definidos a ni-
vel europeo, y la Presidencia espa-
ñola debería tomar las riendas en
este asunto.
Asistencia sanitaria
En lo que concierne a la salud, la CES
ha tomado debida nota de la pro-
puesta de Directiva sobre asistencia sanita-
ria transfronteriza, de fecha de 2 de julio de
2008, y de las mejoras incorporadas a la
misma cuando el Parlamento la aprobó en
primera lectura el pasado mes de abril. La
pelota está ahora en el campo del Consejo.
Por consiguiente, la CES espera ante to-
do que la Presidencia española confirme
los avances realizados en el debate del
Parlamento, particularmente en lo que se
refiere a:
• la confirmación de las competencias de
los Estados miembros en materia de or-
ganización de su sistema de asistencia
sanitaria y de definición y estableci-
miento de las condiciones de acceso
al mismo;
• la limitación de la movilidad transfronte-
riza de estos pacientes;
• el mantenimiento de la igualdad de tra-
to entre pacientes nacionales y pacien-
tes inmigrantes.
Estas mejoras pueden consolidar y prote-
ger realmente los sistemas nacionales de
asistencia sanitaria, al tiempo que permi-
ten que los pacientes hagan uso de su de-
recho a circular libremente y disfruten de
un sistema óptimo de asistencia sanitaria.
No obstante, la CES tiene la intención
de obtener otras dos mejoras importan-
tes: (i) la primera se refiere al tema de
la autorización previa. La CES está conven-
cida de que ésta debe seguir siendo la nor-
ma, cuando sea necesario, ya que repre-
senta un instrumento legítimo para regu-
lar el acceso a los sistemas nacionales de
asistencia sanitaria, al tiempo que mantie-
nen su equilibrio financiero. En otras pala-
bras, la CES solicita una revisión de la re-
dacción del Artículo 8, párrafo 3 del pro-
yecto de Directiva; (ii) la segunda mejora
propuesta por la CES se refiere a la base
jurídica de la Directiva, que en nuestra opi-
nión debería completarse con una referen-
cia al Artículo 168 del Tratado de Funcio-
namiento de la Unión Europea, ya que,
sin lugar a dudas, reforzaría la dimensión
social subyacente en los sistemas de
asistencia sanitaria y no los limitaría úni-
camente a las consideraciones del merca-
do interior.
Derecho de sociedades: la Sociedad
Privada Europea (SPE)
Si bien es cierto que la CES apoya las ini-
ciativas que mejoren las condiciones de
mercado para las empresas y acoge con
satisfacción las propuestas destinadas a
mejorar el funcionamiento del mercado de
las PYME, ésta insiste en que la flexibili-
dad de las PYME no debe ser reforzada en
detrimento de los derechos de los trabaja-
dores a participar en las reuniones de las
juntas directivas de sus empresas. La CES
ha venido reclamando, por tanto, la intro-
ducción de modificaciones fundamentales
en la propuesta de Estatuto para la Socie-
dad Privada Europea. En particular,
es fundamental que dichos estatu-
tos estén acompañados de normas
que rijan las reglas mínimas en tér-
minos de participación de los traba-
jadores. También es sumamente
importante que la SPE no ejerza
presión sobre las formas jurídicas
nacionales –y los derechos de parti-
cipación inherentes–. Una dimensión
transfronteriza y los requisitos mínimos de
capital son, por consiguiente, requisitos
esenciales previos para el establecimiento
de una SPE.
La CES apoya la posición que el Parlamen-
to Europeo adoptó por abrumadora mayo-
ría el 10 de marzo de 2009 y exhorta a la
Presidencia española a considerar esta
posición como base para nuevas delibera-
ciones en el Consejo. La CES ha expresa-
do su firme oposición a la propuesta de
compromiso de la Presidencia sueca, que
fue objeto de discusiones en el Consejo de
Competitividad del 4 de diciembre. Este
texto constituiría, de hecho, un retroceso
14
La confirmación de las competencias
de los Estados miembros en materia
de organización de su sistema de asis-
tencia sanitaria y de las condiciones de
acceso al mismo.
inaceptable en materia de derechos de
los trabajadores, tanto a nivel europeo co-
mo a nivel nacional. La CES aconseja a la
Presidencia española que no se precipite
en la adopción de un compromiso inmadu-
ro y reitera su llamamiento a fin de que se
replantee a fondo la propuesta de Estatu-
to de la SPE.
Traslado transfronterizo de la sede
social de una empresa
Las discusiones en torno al Estatuto de
SPE que ha sido propuesto han puesto cla-
ramente de manifiesto la necesidad de ga-
rantizar que las empresas no abusen de
las oportunidades que ofrece el mercado
interno para evadir las obligaciones lega-
les, que tendrían que haberse cumplido
según la legislación nacional. Es por ello
que la CES reitera su llamamiento para la
adopción urgente de una Directiva 14 so-
bre Derecho de Sociedades relativa a los
traslados transfronterizos de las sedes so-
ciales de las empresas, cuyo objetivo sería
impedir el establecimiento de sociedades
“fantasma”. Una iniciativa de este tipo es
una condición previa indispensable para
cualquier desarrollo ulterior del derecho
de sociedades europeo, en particular, pa-
ra la aprobación del Estatuto de la SPE.
7. AMPLIACIÓN
La CES apoya las actuales negocia-
ciones para la ampliación de la UE
como una oportunidad única para di-
fundir nuestros valores. Sin embar-
go, esto no debe servir para soca-
var nuestro modelo social. A este
respecto, exigimos el pleno cumplimiento
de las leyes y prácticas comunitarias, parti-
cularmente en el ámbito del diálogo social.
Los países candidatos deben cumplir los
criterios de adhesión relacionados con la
democracia, los derechos humanos y el
respeto y la protección de las minorías. La
CES espera ser consultada cuando se abor-
de el capítulo social en las negociaciones.
Con respecto a Turquía, nos gustaría su-
brayar que la evaluación realizada por la
Comisión ha señalado la necesidad de que
cesen las graves violaciones de los dere-
chos sindicales en Turquía si este país de-
sea formar parte de la UE.
8. COMERCIO Y RELACIONES
EXTERIORES
La CES considera que las políticas comer-
ciales y de relaciones exteriores de la UE
deberían contribuir en todo el mundo a un
crecimiento sostenible, al desarrollo de la
cooperación social y del trabajo decente,
a la promoción de valores tales como los
establecidos en la Carta de Derechos Fun-
damentales de la UE y al respeto universal
de los convenios internacionales, especial-
mente los adoptados por la OIT. La Presi-
dencia de la UE debe reaccionar con rapi-
dez y firmeza en nuestro nombre contra
cualquier violación de los derechos huma-
nos y sindicales, sea cual sea el lugar en
el que éstos ocurran.
La entrada en vigor del Tratado de Lisboa
tiene importantes implicaciones para la
política exterior de la UE. La creación del
cargo de Alto Representante para Asun-
tos Exteriores –con una amplia represen-
tación diplomática en el extranjero a tra-
vés del Servicio Europeo de Acción Exte-
rior (SEAE)– ofrece oportunidades para
avanzar en los objetivos de la CES. En los
debates que tendrán lugar en relación al
papel que desempeñará el Alto Represen-
tante y el SEAE, así como su relación con
la Comisión y el Consejo, la CES destaca-
ría que estas innovaciones deberían estar
al servicio de la UE en su conjunto y no ser
un simple reflejo de enfoques interguber-
namentales. La CES solicita, en particular,
la inclusión de asesores laborales y de em-
pleo en las principales representaciones
de la UE en el mundo, responsables ante
la Comisión.
El Tratado de Lisboa sitúa la política co-
mercial al mismo nivel de importancia que
otros elementos de la política exterior de
la UE, y otorga nuevos e importantes po-
deres al Parlamento Europeo en relación
con el comercio. Estos progresos debe-
rían tener como efecto una mejor cohe-
rencia entre las políticas comerciales y de
relaciones exteriores y las políticas de em-
pleo y de desarrollo con el fin de alcanzar
nuestros objetivos, en sentido amplio, es-
pecialmente en lo que respecta a la intro-
ducción de capítulos sobre desarrollo sos-
tenible, incluyendo normas sociales y am-
bientales en todos los acuerdos de
asociación y de comercio de la UE, con
disposiciones que garanticen su aplicación
efectiva y la participación de los interlocu-
tores sociales.
La CES espera una intensa partici-
pación de los sindicatos en los even-
tos que se celebrarán en torno a la
Cumbre UE-ALC (América Latina y
Caribe) el próximo mes de mayo. La
CES apoya la promoción de la inte-
gración regional, vinculada a las ga-
rantías sociales, en particular los acuerdos
de asociación con Centroamérica y la Co-
munidad Andina. A este respecto, nos pre-
ocupa que se hayan emprendido negocia-
ciones bilaterales con la finalidad de con-
cluir Tratados de Libre Comercio (TLC) tras
15
El Tratado de Lisboa sitúa la política
comercial al mismo nivel de importan-
cia que otros elementos de la política
exterior de la UE.
el fracaso de las negociaciones unificadas
con la Comunidad. Nos oponemos firme-
mente a un TLC este tipo con Colombia y
hacemos un llamamiento para que cesen
las negociaciones, a la espera de los re-
sultados de una investigación, en el marco
del Sistema de Preferencia Generalizada
(SPG+), relativa a los derechos humanos y
sindicales en Colombia.
Esperamos que la UE profundice y amplíe
sus relaciones con el Gobierno de EEUU,
sobre todo para tratar de desarrollar posi-
ciones sólidas sobre el cambio climático,
así como en relación con la crisis finan-
ciera. Acogemos con satisfacción las re-
cientes medidas adoptadas a fin de otor-
gar a la CES y la Federación Estadouni-
dense del Trabajo y Confederación de
Organizaciones Industriales (AFL-CIO) el
mismo estatus de que gozan los emplea-
dores ante el Consejo Económico Trasa-
tlántico –cuyo orden del día debería am-
pliarse y ser más estratégico. La CES, así
como la Confederación Laboral Canadien-
se (CLC), insisten en que deben ser infor-
mados y consultados en el contexto de
los debates que se están llevando a cabo
para lograr una asociación económica
más estrecha.
En caso de que se reanuden las negocia-
ciones de la Ronda de Doha, hacemos hin-
capié en la necesidad de que la declara-
ción ministerial final de la OMC establezca
un programa de trabajo de seguimiento de
la OMC relativo al comercio y el empleo
que abarque los vínculos entre el comer-
cio, el trabajo decente, las normas de tra-
bajo fundamentales y el desarrollo y que el
mismo sea supervisado por un grupo o co-
mité de trabajo de la OMC.
16
17
LLa Estrategia de Lisboa nos parece desde el Go-
bierno, nos ha parecido siempre desde el
2004, que es un elemento fundamental de de
coordinación de políticas económicas en la Unión
Europea. Tenemos al Banco Central Europeo que ha-
ce la política monetaria, tenemos a los ministros de
finanzas que intentan coordinarse con las políticas
fiscales, sobre todo con el Pacto de Estabilidad y Cre-
cimiento, vigilando la sostenibilidad de las finanzas
públicas entre otros aspectos, pero es necesario
también que en una Unión Europea haya en el ámbito
económico una cierta coordinación de las políticas
tanto macro económicas, como micro económicas y
de empleo. Con este objetivo, cuando nació la Estra-
tegia de Lisboa en el año 2000 se diseñaron directri-
ces integradas que abarcan estos tres ámbitos. Tra-
tándose, por lo tanto, como desde un elemento
estratégico a nivel de la Unión Europea de coordina-
ción entre los países, a mí me parece que no debe-
mos despreciar, además, su valor como elemento,
como instrumento en el debate nacional. Me parece
que, con todos los problemas y deficiencias que se
han expuesto anteriormente y que seguramente sal-
drán ahora en la discusión, que la Estrategia tiene,
es un instrumento donde a nivel de nuestra política
económica española, se dice cuáles son los retos de
medio plazo que presenta nuestra economía y qué
políticas se deben abordar para acometer esos pro-
blemas. Es en el contexto de la Estrategia de Lisboa
donde la discusión en torno a esos retos de mejora
de competitividad, de mejora de cohesión, que puede
tener España para el futuro se aborda con los inter-
locutores sociales, con los gobiernos autonómicos, y
en el Parlamento. Se abordan cuales son las refor-
mas, la prioridad de las reformas llamadas estructu-
rales y modernizadoras, que necesita una economía
como la española.
Son, por lo tanto, dos ámbitos de la Estrategia de Lis-
boa que, incialmente, me parece que hay que desta-
car. En este sentido, creo que, por esas dos razones,
desde 2004 el Presidente del Gobierno se tomó muy
en serio esta tarea y, por ello, nos encargó a Presi-
dencia coordinar esos informes que tenemos que ha-
cer anualmente desde que se revisó la Estrategia en
2005. En los Informes de Progreso del Programa Na-
cional de Reformas se sintetiza la acción del Gobierno
en cuanto a reformas estructurales que responden a
esas necesidades modernizadoras que tiene la econo-
mía española y que discutimos anualmente con la Co-
misión Europea.
Quiero, en mi intervención, tratar tres temas de una
manera sintética, cuál es nuestro Programa Nacional
de Reformas –se ha hablado aquí mucho de cual es la
situación de la Estrategia de Lisboa a nivel europeo, yo
quería plantear un poco como se enmarca esa Estra-
tegia de Lisboa en el caso español–; algunas ideas so-
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10
(II)
La Presidencia española de la UniónEuropea y la Estrategia de LisboaJavier VallésDirector de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno
bre esto que llamamos el post-Lisboa, qué
tiene que ocurrir después del 2010; y, en
ese contexto, hablaré de algunas priorida-
des de la Presidencia española de la Unión
Europea.
Tal y como se ha comentado aquí, esta-
mos repasando la historia de la Estrategia
vista desde la perspectiva del año 2009,
en un contexto de fuerte crisis económi-
ca. Efectivamente, lo decían algunos de
los ponentes anteriores, la perspectiva de
2000 era muy diferente, era la perspecti-
va de la revolución tecnológica, de querer
ser, de equipararnos tecnológicamente
con las economías más avanzadas, en
concreto con Estados Unidos. Se trataba
de convertirse la europea en una
economía basada en el conocimien-
to, siendo más dinámica y flexible,
capaz de generar crecimiento eco-
nómico sostenido con más y mejo-
res puestos de trabajo, con mayor
cohesión social y respeto por el me-
dio ambiente. En noviembre de
2004 vino el Informe Kok y, en el primer
semestre de 2005, la presidencia luxem-
burguesa abordó lo que sería la revisión
de la Estrategia, que pasó a conocerse co-
mo estrategia reforzada tras incorporar
algunos cambios. El diagnóstico que se hi-
zo en ese momento indicaba que los avan-
ces cuantitativos eran muy pobres y se de-
tectaba una falta de voluntad política de
cara a su implementación. De ahí surgió a
partir de 2005 ese relanzamiento de la
Estrategia, focalizándola en la creación de
empleo y en el aumento de la inversión en
investigación y desarrollo, dando, además,
mayor autonomía a los países para que
establecieran cuáles eran las prioridades
en sus políticas económicas para cumplir
con esos objetivos. A nivel español, el go-
bierno socialista tuvo que acometer la re-
visión de la Estrategia de Lisboa en el año
2005, de una manera consistente con los
objetivos de política económica que había
planteado el Gobierno socialista cuando
ganó las elecciones. Nuestro objetivo era
claramente mejorar la productividad de la
economía española, haciéndolo compati-
ble con la mejora del empleo. Teníamos un
claro margen de mejora en ambas varia-
bles, un margen que todavía existe. No
obstante, gracias, en parte, al impulso de
Lisboa y al esfuerzo de políticas en ese
sentido creo que, desde entonces, hemos
mejorado sensiblemente.
En el Programa Nacional de Reformas
planteábamos diferentes actuaciones pa-
ra mejorar la productividad y el empleo en
nuestra economía, estructuradas de
acuerdo con los determinantes de la pro-
ductividad del trabajo, en torno a 7 ejes
de actuación, que cubren esas áreas ma-
cro, micro y empleo que os mencionaba
antes. Básicamente, era una estrategia
que en términos de política económica y
de orientación del gasto público lo que
pretendía, lo que ha hecho y lo que nece-
sita seguir haciendo es fomentar la acu-
mulación de capital humano, de capital
tecnológico y capital físico en nuestra so-
ciedad, más allá de impulsar las políticas
de mejora en el mercado de trabajo, la
calidad del empleo, pero también de au-
mentar las tasas de empleo, de mejorar
la competitividad, en bienes y servicios y
fomentar la del emprendimiento por par-
te de la sociedad.
España se marcó en ese momento unos
objetivos centrales en su política económi-
ca con horizonte 2010, que en 2005 fue-
ron considerados por la propia Comisión
Europea como ambiciosos, pero posibles.
Primero, converger en renta per cápita
con la UE-25. Aunque llevábamos muchos
años en Europa y haciendo una política de
convergencia, España no había logrado to-
davía la convergencia plena en renta per
cápita. Y, segundo, teníamos que aumen-
tar también nuestra tasa de empleo, para
aproximarnos a una tasa de empleo pro-
medio en Europa que estaba o está toda-
vía alrededor del 66%. Desde entonces,
hemos avanzado bastante en renta per
cápita, lo hicimos también en empleo du-
rante la época de expansión aunque, no
obstante, es cierto que en el último año
se ha producido un retroceso signi-
ficativo, y ahora mismo estamos
con la última EPA alrededor del
60% de tasa de empleo, cuando en
2008 llegamos a estar cerca de
ese promedio (por encima del
64%). Como también se ha dicho
aquí, España es un fiel reflejo de
esa convergencia que ha habido en Euro-
pa, en la que se ha producido una mejora
más relevante en empleo femenino que
en empleo masculino.
En 2005 también nos marcamos objeti-
vos cuantitativos en cada una de esas
áreas prioritarias para mejorar el empleo
y la productividad. En mi opinión, en ese
sentido hemos sido pioneros en la Unión
Europea. Nos parecía que ser política-
mente consistentes con la Estrategia de
Lisboa significaba tener unos objetivos
cuantitativos que se debían conseguir con
las actuaciones de política económica. Fi-
jamos objetivos de reducción de deuda
pública, de mejora en la red de infraes-
tructuras ferroviarias, en la reducción de
siniestralidad en carreteras, en abandono
escolar, en inversión en I+D, también en
cuanto a la participación privada en esa
18
La Estrategia de Lisboa significaba te-
ner unos objetivos cuantitativos que se
debían conseguir con las actuaciones
de política económica.
inversión, todo lo que son mejoras en la
regulación sectorial y, como se ha comen-
tado ampliamente aquí, objetivos en em-
pleo femenino, en empleo juvenil e incor-
poramos la siniestralidad laboral por ser
un problema grave en el caso español.
Por último, se incorporó un objetivo aso-
ciado al emprendimiento, una tasa de
creación para determinados tipos de em-
presas. Somos muy conscientes que esta
valoración sobre el avance en los objeti-
vos del PNR se realiza en un año como es
este del 2009 de plena crisis económica.
La realidad es que en algunos de ellos ha
habido retrocesos en el último año, pero
quiero destacar uno sobre el que creo
que hay que llamar la atención por la gra-
vedad del número, se trata del abandono
escolar, con una tasa que dobla el prome-
dio europeo.
Por el contrario, en otros ámbitos, como
por ejemplo en el de la regulación, hemos
avanzado mucho. Según el indicador sinté-
tico de la OCDE en la última década, nues-
tra economía ha progresado muy
notablemente en la desregulación y
en la mejora de la competencia en
un amplio conjunto de mercados de
bienes y servicios.
A partir de la evolución de la econo-
mía española y del grado de avance
en el Programa Nacional de Reformas, el
Consejo Europeo ha realizado en el último
año una serie de recomendaciones de po-
lítica económica a España. En este mo-
mento, el Gobierno tiene que responder a
esas recomendaciones informando sobre
qué avances ha hecho.
Brevemente, voy a pasar a presentar cua-
les son las tres grandes recomendacio-
nes que nos hacía el Consejo y qué tipo
de actuaciones se han ido desarrollando
en el último año. Encontraréis mayor de-
talle de todo esto en el Informe de Pro-
greso 2009 del Programa Nacional de
Reformas que el Gobierno tiene la obliga-
ción de presentar a la Comisión Europea
en torno al 15 de octubre. Precisamente
esperamos que mañana, 16 de octubre,
el Consejo de Ministros apruebe el Infor-
me. Un año más, y por cuarto año conse-
cutivo desde 2005, los servicios de la Co-
misión reciben, además del Informe, una
valoración de las organizaciones sindica-
les y de las organizaciones empresariales
sobre qué valoración tienen ellas de este
informe, aportando sus puntos de vista
en torno a qué deficiencias o qué respal-
do dan al Informe.
Hay tres grandes recomendaciones que
nos hace Europa en este momento, una
en el tema laboral, nos dice que tenemos
que promover la transición al empleo, im-
pulsar la movilidad, actualizar conocimien-
tos, la formación y reducir la segmenta-
ción. A este respecto, tenéis algunas de
las actuaciones que a lo largo de 2008 y
parte del 2009 se han ido desarrollando
por parte del Gobierno en un contexto de
gran incidencia de la crisis económica
sobre el mercado de trabajo. En este con-
texto, el Gobierno ha tenido que enfrentar-
se, en primer lugar, a mejorar la protec-
ción social de los desempleados y, tam-
bién, a fomentar políticas de empleabilidad
y refuerzo de políticas activas. Dentro de
nuestro plan de estímulo económico, el
Plan E, hay un impulso al gasto público pa-
ra el mantenimiento del empleo con los dos
grandes fondos de 8.000 millones del Fon-
do de Inversión Local y el fondo comple-
mentario de 3.000 millones, el Fondo Es-
pecial del Estado para el Estímulo de la Eco-
nomía y Empleo, con aportaciones
extraordinarias a ciertos ministerios para
fomentar actuaciones de gasto productivo,
principalmente.
Una segunda recomendación no puede
ser otra que la de mejorar en los temas
de educación dado, sobre todo, en algu-
nos de los indicadores que tenemos co-
mo el del abandono escolar prematuro.
Ahí estamos, como sabéis, ante una polí-
tica que está muy descentralizada, que es
competencia de las Comunidades Autóno-
mas, pero ante la que el Gobierno está
haciendo un esfuerzo a partir del desarro-
llo de la Ley Orgánica de Educación, la
LOE, aumentando los recursos públicos,
poniendo en marcha programas de reo-
rientación, de refuerzo, de los llamados
programas de cualificación profesional ini-
cial y luego está todo ese desarrollo de la
formación profesional, pendiente en gran
parte, y de los sistemas de evalua-
ción y acreditación de competen-
cias profesionales.
La tercera gran recomendación
que se nos hizo a raíz del último
Consejo Europeo de primavera –que
avala las recomendaciones pro-
puestas por la Comisión– es mejorar en la
competitividad en algunos sectores espe-
cíficos como en el transporte, el energéti-
co y servicios. En el último año hemos ido
desarrollando diversas actuaciones, como
la transposición de la Directiva europea
de Servicios, como la reforma de la Ley
de Comercio Minorista, o el plan específi-
co para el transporte ferroviario de mer-
cancías, que es un tema deficiente y que
tiene también que dar paso a una mayor
competencia entre las empresas del sec-
tor privado. Por último, en el sector eléc-
19
Mejorar en los temas de educación da-
do, sobre todo, en algunos de los indi-
cadores que tenemos como el del
abandono escolar prematuro.
trico se han eliminado todo lo que son no
solo las tarifas mayoristas, sino también
en las tarifas minoristas de electricidad.
Ya lo estaban en el caso del gas, y se han
tomado medidas para eliminar esto que
llamábamos el déficit tarifario. En resu-
men, estas son actuaciones que contiene
el Informe que, como digo, el Gobierno en-
viará mañana a la Comisión Europea y que
anualmente da respuesta a esas reco-
mendaciones de política económica de la
Comisión Europea en lo que es la Estrate-
gia de Lisboa.
¿Cuál es nuestra valoración, de una ma-
nera más general, de cómo está funcio-
nando y cómo ha funcionado la Estrate-
gia en los últimos 8 o 9 años? En los
resultados cuantitativos cuando hacemos
el ejercicio de compararnos con EEUU
que era lo que la Comisión de aquel año
2000 y de aquel año 2005, después,
pretendía los avances son muy
modestos, tal y como ya se ha di-
cho aquí esta mañana. Sobre to-
do, donde más se ha notado es en
tasa de empleo, una variable que
a nivel europeo también ha acusa-
do el efecto de la crisis económica. Co-
mo se observa en el gráfico, existe un
avance en tasa de empleo que, sin em-
bargo, apenas ocurre en el caso de la
I+D. En términos agregados, estamos
sensiblemente por debajo del 2%, entre
el 1,5 y el 1,6%. De esta manera, EEUU
sigue estando bastante lejos de nosotros
tanto en tasa de empleo como en I+D.
Cuando hacemos el ejercicio de analizar
la convergencia en renta per cápita de
Europa con EEUU, vemos que, hemos
mejorado en empleo, pero nos falta
pues, mejorar en la productividad de la
economía europea. Si me permitís, la
misma película que vemos de España con
respecto a Europa ocurre en la compara-
ción de Europa con EEUU.
¿Cuál es nuestra valoración más cualitati-
va de la Estrategia? Nosotros pensamos
como ya también se ha dicho aquí, que
hay que reforzar ciertos contenidos de la
Estrategia, en concreto su dimensión so-
cial y dimensión medioambiental. En tér-
minos medioambientales, es bien claro
porque tenemos delante de nosotros un
compromiso que Europa ha adquirido de
reducción de gases de efecto invernade-
ro, de mejora de eficiencia energética, de
incremento de energías renovables y eso
se tiene que corroborar en un acuerdo
mundial en la conferencia de Copenhague
en diciembre. Si finalmente se llega a ese
acuerdo, el desarrollo de los compromi-
sos es una parte que nos parece impor-
tante que se debería tener en cuenta en
la Estrategia de Lisboa porque considera-
mos que se trata, también, de una fuen-
te de crecimiento para nuestra econo-
mía. Por otra parte, el Gobierno
considera que la dimensión social no de-
be abandonarse en la Estrategia de Lis-
boa. En este sentido, hay dos aspectos
que, desde nuestra óptica, nos tiene que
interesar defender, se trata tanto de me-
jorar la empleabilidad de los trabajadores
como de avanzar en la igualdad de géne-
ro. Debemos mejorar no solo en tasa de
empleo de las mujeres, sino también en
todo lo que son políticas de fomento de la
conciliación y de igualdad dentro de la
empresa. Desde el Gobierno de España
trabajaremos para que la nueva Estrate-
gia de Lisboa tenga entre sus prioridades
el fomento de la inversión en capital hu-
mano y el refuerzo del denominado mode-
lo social europeo, sobre el que cada país
tiene su particular visión, pero sobre el
que se puede reforzar los elementos co-
munes a nivel europeo.
En el ámbito económico, tenemos que
avanzar en los temas de seguridad ener-
gética y de lucha contra el cambio climáti-
co. Desde nuestro punto de vista eso sig-
nifica mejorar el aprovisionamiento,
mejorar las interconexiones con terceros
países. No quiero tampoco olvidarme den-
tro de las prioridades del post-Lisboa
2010 de la innovación. Nuestro sistema
productivo es un sistema compuesto por
mucha Pyme, donde, por lo tanto, tene-
mos que fomentar programas desde Euro-
pa que traten de desarrollar la innovación,
no solo fomentando la excelencia de los
centros de investigación y de grandes em-
presas que hacen I+D sino intentar que
esas investigaciones se propaguen con di-
ferentes programas a nivel europeo a las
pequeñas y medianas empresas.
Por último, hay que avanzar en la
gobernanza del proceso, un aspec-
to que se ha mencionado también
en la discusión. Queremos mejorar
el compromiso político con la Estra-
tegia no solo de los sindicatos y empresa-
rios, sino también con las Comunidades
Autónomas. De hecho, en muchas de las
recomendaciones que nos hace la Comi-
sión, las políticas son competencia de las
Comunidades Autónomas. Es, por lo tan-
to, necesario coordinar las políticas con
las Comunidades Autónomas. Tenemos
que mejorar, por otra parte, también la
rendición de cuentas de estos objetivos de
mejora de la eficiencia de nuestra econo-
mía, tiene que haber un mayor compromi-
so a nivel nacional con esos objetivos, tie-
ne que haber indicadores cuantitativos por
parte de cada país que la Comisión eva-
lúe. Tiene que haber también incentivos al
cumplimiento dentro de los presupuestos
de la Comisión Europea para aquellos paí-
20
La Estrategia de Lisboa se trata de
una fuente de crecimiento para nues-
tra economía.
ses que están haciendo bien sus deberes
de reforma económica.
Acabo esta visión del post-Lisboa diciéndo-
os que Barroso, que ya ha sido confirma-
do como presidente de la Comisión Euro-
pea, ha hablando de su visión de la Europa
2020 en su último discurso ante el Parla-
mento Europeo el pasado mes de septiem-
bre . En este sentido, comentar que hay
algunos elementos de coincidencia con lo
que nosotros hablamos o pretendemos
que sea la revisión de la Estrategia. Desde
luego, coincidimos en que la dimensión
medioambiental tiene que estar ahí y tiene
que ser una vía para mejorar tanto en em-
pleo como en cohesión social.
El calendario que tenemos por de-
lante para decidir entre los Estados
miembros cuales van a ser los obje-
tivos y la estrategia post-Lisboa los
tenéis ahí en esta transparencia.
Ahora la Comisión va a sacar lo que llama
una comunicación donde pide a los dife-
rentes agentes económicos una valora-
ción de cuáles deben ser esas priorida-
des, cómo ha funcionado en el pasado,
cómo debe mejorar, lo más seguro es que
haga una comunicación más bien a finales
de enero que en diciembre, dado los re-
trasos que va a haber en la formación de
la nueva Comisión. También tenemos una
dimensión que hay que tener en cuenta en
este calendario que es el informe que lide-
ra Felipe González del grupo de reflexión
que antes de junio debe presentar sus
conclusiones. A partir de aquí, como sa-
béis, bajo la Presidencia española en pri-
mavera, el Consejo Europeo adoptará al-
gunas líneas generales de lo que debe ser
esa nueva estrategia.
¿Qué otras dimensiones son importantes
en términos económicos de cara a nuestra
Presidencia? Y es la última parte de mi in-
tervención. Ya me ha dicho José que voy
retrasado, en tres minutos. Muy breve-
mente, comentar que como ha apuntado
recientemente el Presidente del Gobierno
ha dicho en varias de sus intervenciones,
nuestra prioridad tiene que ser la salida
de la crisis económica. En el contexto
europeo hay un plan europeo de recupera-
ción económica donde se enganchan los
planes nacionales. A este respecto, los
consejos europeos tienen que ir haciendo
una valoración de cómo están funcionan-
do y diseñar estrategias coordinadas de
retirada gradual de los estímulos económi-
cos. Segunda dimensión e importante en
esta crisis económica es que los merca-
dos financieros vuelvan a la normalidad.
Hay una serie de ayudas que se han pues-
to en práctica por parte de los diferentes
países. Tenemos que volver, poco a poco,
a una situación de competencia en ese
mercado y, por lo tanto, de retirada de
esos apoyos pero claro, siempre con la
convicción de que el crédito, la financia-
ción esté llegando en condiciones norma-
les a los empresarios, a las empresas y a
las familias. Y, por supuesto, tenemos que
vigilar la sostenibilidad de las cuentas pú-
blicas en un contexto donde el gasto públi-
co es muy grande. Esta sostenibilidad de-
be entenderse siempre a medio plazo y, en
este sentido, nosotros desde el punto de
vista del Gobierno español tenemos el
compromiso de ir reduciendo el déficit pa-
ra poder alcanzar estar por debajo del 3%
a partir del 2012.
Esta ha sido una crisis fundamentalmente fi-
nanciera, aunque en el caso de la economía
española tenía otras vertientes importan-
tes que nos han complicado su resolución.
Bajo Presidencia española tenemos que
impulsar el desarrollo de un paquete de
medidas financieras importantes para
avanzar en la reforma de estos mercados
y que contribuyan a evitar que nos pueda
ocurrir una crisis como la que hemos vivi-
do. Existen propuestas por parte de la Co-
misión para mejorar la supervisión finan-
ciera como continuación de un informe
que es el Informe de Larosière, del año pa-
sado. Se tiene que revisar todo lo que son
las recomendaciones de Basilea II para in-
corporar la regulación de instrumentos
financieros que no estaban regulados,
como son los hedge funds. Las
agencias de rating, los derivados fi-
nancieros, que estaban muchos de
ellos fuera de los balances de las
entidades financieras y, por último,
una dimensión que nos preocupa
mucho desde el punto de vista del
Gobierno, como es la protección a los con-
sumidores y a los inversores dando más
información sobre los productos financie-
ros y reforzando los esquemas de garan-
tía de depósitos y de los inversores.
Todo esto en el ámbito de las reformas,
de los planes de impulso fiscal, de refor-
ma de los mercados financieros. Otros as-
pectos relevantes serán el inicio del pro-
ceso de la revisión del presupuesto
comunitario a medio plazo, las denomina-
das perspectivas financieras, donde están
los fondos de cohesión, por ejemplo, el
fondo social europeo. Ver qué criterios de-
ben cumplir esas perspectivas financieras
a partir del 2013. La definición de esos cri-
terios es importante porque esos criterios
marcarán los destinos de los recursos fi-
nancieros y ahí nos interesa que las actua-
ciones de cohesión sigan siendo importan-
tes, pero también las de innovación y las
de mejora del empleo. Hay compromisos
21
En el contexto europeo hay un plan euro-
peo de recuperación económica donde
se enganchan los planes nacionales.
por parte de la Comisión ya en políticas
de innovación y de economía sostenible
sobre las que no me puedo entretener
ahora.
Acabo con la reflexión que también se ha
hecho aquí antes y que comparto: la ac-
tual crisis económica nos replantea cómo
tiene que ser el modelo de crecimiento
futuro, decimos que tiene que ser un mo-
delo de crecimiento sostenible, no basa-
do en determinados sectores específicos,
y menos si son de bajo contenido tecnoló-
gico o basados en empleo de poca cali-
dad. En este sentido, la Estrategia de Lis-
boa o la Europa 2020 que propone
Barroso, da igual el nombre, es una bue-
na oportunidad para establecer qué tipo
de reformas pueden ayudarnos para tran-
sitar hacia ese crecimiento sostenible a
medio plazo. Como habéis visto, bajo
nuestra presidencia en el primer semes-
tre del 2010 se van a tomar iniciativas im-
portantes para marcar ese rumbo. El Go-
bierno espera contar con la colaboración
de los interlocutores sociales para reco-
rrer ese camino. Muchas gracias.
22
EVOLUCIÓN DE LA ESTRATEGIA DE LISBOA
Consejo de Lisboa Lanzamiento de la Estrategia de LisboaMarzo 2000 • Convertir a Europa en 2010 en la “economía basada en el conocimiento más dinámica y flexible del
mundo, capaz de generar crecimiento económico sostenido, con más y mejores puestos de traba-jo, mayor cohesión social y respeto por el medio ambiente”.
Informe Kok Evaluación del grado de ejecución de la estrategiaNoviembre 2004 • Resultados en general pobres.
• Falta de voluntad política.
Relanzamiento de la estrategia Lanzamiento de la Estrategia de Lisboa “Reforzada”Marzo 2005 • Priorización de los objetivos económicos de crecimiento y empleo frente a los objetivos sociales:
– Reducción de los objetivos a dos: tasa de empleo del 70% e I+D sobre PIB del 3%.
• Mayor papel de los Estados miembros en el seguimiento de la estrategia a través de PlanesAnuales de Actuación Nacional (Programa Nacional de Reformas).
MEJORA DEL EMPLEO Y DE LA PRODUCTIVIDAD
1. LA ESTRATEGIA DE LISBOA Y EL PROGRAMA NACIONAL DE REFORMAS
Renta per cápita, empleo y productividad
1. Refuerzo de la Estabilidad Macroeconómica y
Presupuestaria
2. Plan Estratégico deInfraestructuras y Transporte
(PEIT) y Programa AGUA
3. Aumento y mejoradel Capital Humano
4. Estrategia I+D+i(Ingenio 2010)
7. Plan de Fomento Empresarial
6. Mercado de Trabajo y Diálogo Social
5. Más competencia, mejor regulación, eficiencia de las Administraciones Públicas y competitividad
23
EVOLUCIÓN DE LOS OBJETIVOS GENERALES
Convergencia plena en renta per cápita con la UE-25:
• El PIB per cápita en paridad de poder de compra se sitúa en 2008 en el 100,4% de la UE-25 (103,9% de la UE-27).
Una tasa de empleo del 66% para la población de entre 15 y 64 años de edad (promedio de la UE):
• La tasa de empleo ha avanzado notablemente desde 2004, situándose en el 64,3% en 2008.
• La incidencia de la crisis en el mercado de trabajo ha hecho retroceder la tasa de empleo hasta situarse en el 60,3% en el primersemestre de 2009.
• La mejora en la tasa de empleo ha sido más relevante entre las mujeres (del 41% en 2000 al 54,9% en 2008).
PIB per cápita relativo (PPP)
104
100
96
92
88
84
80
1990
%
2000 2004 2008
Tasa de empleo (15-64 años)
70
65
60
55
50
2000
%
2004 2008 2010*
24
EVOLUCIÓN DE LOS OBJETIVOS ESPECÍFICOS
La crisis económica ha afectado de forma desigual el cumplimiento de objetivos específicos:
España es el país que más ha avanzado en las reformas de mercados de bienes entre 2003 y 2007 (OCDE,“10 años de Reformas en los Mercados de Bienes”, abril 2009):
• España pasa del puesto 19 al 7º en competitividad de sus mercados calculada mediante un índice de Regulación de los Mercadosde Productos (PMR).
La mejora de la competitividad se ha debido a:
• una reducción de la intervención estatal en las actividades empresariales;
• la apertura a la competencia de varios monopolios;
• la reducción de barreras internas a la iniciativa empresarial;
• la reducción de obstáculos al comercio internacional y de restricciones a la inversión extranjera.
Converger en renta per cápita con la UE-25 y aumentar la tasa de empleo hasta el 66% en 2010
* Siniestros laborales: número de accidentes con baja en jornada laboral por cada 100.000 trabajadores.
Paro Juvenil
2004: 23,92008: 24,6Obj. 2010: 18,6
Siniestros Laborales* (reducción acumulada)
2004: 3,92008: 14,9Obj. 2010: 15
Abandono Escolar(%)
2004: 31,72008: 31Obj. 2010: 15
Mejoras de regulación
(ferrocarril, energía, telecomunicaciones, vivienda y financiero)
I+D I+D privada(% sobre total)
2004: 1,06 482008: 1,27 46 Obj. 2010: 2 55
Creación de empresas de más de 1 trabajador (tasa)
2004: 7,12008: 5,3Obj. 2010: 9
Accidentalidaden carreteras
2004: 13,42008: 10,4Obj. 2010: 9,5
Empleo femenino (% 15-64)
2004: 48,32008: 54,9Obj. 2010: 57
Red Ferroviaria (km/km2)
2003: 28,32008: 30,8Obj. 2010: 35
Deuda pública (% PIB)
2004: 462008: 39,5Obj. 2010: 34
Índice PMR de la OCDE
4,0
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0
Uni
ted
Sta
tes
Uni
ted
Kin
gdom
Can
ada
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and
Net
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Den
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l
Luxe
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lic
Mex
ico
Turk
ey
Pol
and
1998
2003
2007
25
RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS DEL CONSEJO EUROPEO DE MARZO DE 2009 A ESPAÑA
Mercado de trabajo: Promover una transición rápida hacia el empleo, con un mayor impulso a la movilidad, actualización
de conocimientos y combatir la segmentación en el mercado de trabajo:
Fomento de la movilidad • Plan Extraordinario de Medidas de Orientación, Formación Profesional e Inserción Laboral.
geográfica y mejora de los • Mejora de los Servicios Públicos de Empleo.
sistemas de búsqueda de empleo
Mantenimiento del empleo• Fondo de Inversión Local.
• Fondo Especial para el Estímulo de la Economía y el Empleo.
• Políticas de estímulo de la contratación.
Otras políticas activas • Fomento del empleo a tiempo parcial.
• Fomento del autoempleo.
Educación: Reducción del abandono escolar prematuro e incremento de la tasa de graduados en educación secundaria
post-obligatoria:
• Aumento de un 14% de los recursos de apoyo a la Ley Orgánica de Educación.
Reducción del fracaso• Plan para la Reducción del Abandono Escolar Prematuro (con las CCAA).
escolar y del abandono• Incremento de plazas de Programas de Cualificación Profesional Inicial.
escolar prematuro• Programas de orientación del alumnado y refuerzo personal.
• Hoja de Ruta de la Formación Profesional y Sistema de evaluación y acreditación de las com-
petencias profesionales adquiridas a través de la experiencia laboral.
Competencia: Mejorar la competitividad a partir del incremento de la competencia en el sector servicios, transportes,
gas y electricidad:
Competencia en el sector • Proyectos de Ley Ómnibus y Ley Paraguas para la transposición en la Directiva de Servicios:
servicios – Simplificación de procedimientos administrativos.
Liberalización del comercio• Proyecto de Ley de Reforma de la Ley de Ordenación del Comercio Minorista:
minorista– Eliminación de la autorización de establecimiento.
– Agilización de trámites.
Mejoras en el sector • Plan Estratégico del Transporte Ferroviario de Mercancías: inversiones y mejor gestión.
transportes • Nueva Ley de Puertos: elimina restricciones a la competencia.
Liberalización de los • Eliminación de tarifas reguladas.
mercados minoristas de • Eliminación del déficit tarifario.
gas y electricidad
26
VALORACIÓN DE LA ESTRATEGIA DE LISBOA
Resultados cuantitativos de la Estrategia de Lisboa:
• Avances significativos en empleo.
• Moderados avances en I+D.
• Falta de consecución de los objetivos.
• Escasa convergencia con EEUU en renta per cápita debido a la falta de mejora relativa de la productividad en Europa.
2. LA ESTRATEGIA POST-LISBOA 2010
Avance en los objetivos cuantitativos de la Estrategia de Lisboa Renovada: 2000-2007
tasa de empleo (15-64)
3
2,5
2
1,5
60 7065 75
????
??
EU-27
US
2000
2000
2005
2005
2007
2007
GDP per Productivity per Hours per Employment DemograficEU27/US capita hour employed rate factor (*)
2000 63.0 77.8 93.5 81.5 106.2
2005 64.1 75.0 94.4 86.6 104.4
2007 65.5 73.7 97.1 88.0 104.0
(*) Population (15-64)/Total Population.
DESCOMPOSICIÓN DEL CRECIMIENTO EN RENTA PER CÁPITA: UE27 VS. EEUU
27
UNA VISIÓN PARA EUROPA 2020: PRESIDENTE BARROSO
PROPUESTA DE REVISIÓNRefuerzo de la estrategia:
Dimensión medioambiental • Cumplimiento de los compromisos de Copenhague.• Objetivos 20/20/20: (20% de reducción de emisiones, 20% de participación de las energías
renovables sobre el consumo total y 20% de mejora de la eficiencia energética).
Dimensión social • Mejora de la empleabilidad:– Nuevas capacidades para nuevos empleos (empleos verdes y empleos blancos).
• Fomento de la igualdad de género.
Prioridades:• Garantizar la estabilidad presupuestaria y financiera.• Una atención renovada a la innovación.• Invertir en capital humano, modernizar el mercado de trabajo y reforzar el modelo social europeo.• Seguridad energética y lucha contra el cambio climático.• Profundización en la integración en el Mercado Único Europeo y mejora de la regulación.
Buen Gobierno:Ex ante: aumentar el compromiso político; desagregar los objetivos para cada EM; incrementar la presencia de temas europeos en el de-bate público.Ex post: realizar una supervisión más efectiva: utilizar herramientas basadas en la evidencia empírica, técnicas de benchmarking y super-visión multilateral; incentivos en los presupuestos al cumplimiento de objetivos.
Una salida exitosade la crisis
Una nueva era para una Europa Global
Liderazgo encambio climático
Presidente Barroso ante el Parlamento Europeo en septiembre de 2009
Avanzar en la Europa de los ciudadanos
Desarrollo de nuevas fuentes de cohesión social y crecimiento sostenible
CALENDARIO DE REVISIÓN DE LA ESTRATEGIA (2009-2010)
4º trimestre 2009 Proceso de consulta de la Comisión y emisión de un Informe Estratégico.
Diciembre 2009-enero 2010 Propuesta formal de la Comisión.
Primer semestre 2010 Presentación de las conclusiones del grupo de reflexión de Felipe González.
Marzo 2010 Adopción de la Nueva Estrategia durante la Presidencia española.
28
RECUPERACIÓN ECONÓMICA
Plan Europeo de • Seguimiento de políticas establecidas a nivel nacional, sus efectos y cumplimiento: Informe al
Recuperación Económica Consejo Europeo:
– Timely.
– Targeted.
– Temporary.
Normalización de los • Igualdad de condiciones de competencia.
mercados financieros • Retirada de las medidas de intervención conforme las condiciones en los mercados lo permitan.
Gestión del Pacto de • Estrategia de salida de los impulsos económicos y retorno al equilibrio presupuestario.
Estabilidad y Crecimiento
AVANZAR EN LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS (COMPROMISOS G-20)
Sistema Europeo de • Implementar el proyecto de reforma de supervisión (Informe Larosière):
Supervisión Financiera – Macro supervisión: European Systemic Risk Board.
– Micro supervisión: European System of Financial Supervisors.
Reformas del marco • La revisión de la Directiva de Requerimientos de Capital incorporará los cambios en Basilea II
prudencial para hacer al sistema financiero más robusto y anticíclico.
• Ampliación del perímetro de regulación (hedge funds, entidades de capital-riesgo, estandariza-
ción de los derivados financieros).
Protección de los • Armonización de los esquemas de garantía de depósitos y de inversores.
consumidores e inversores • Mejorar la información sobre productos financieros.
OTRAS PRIORIDADES
Revisión Perspectivas • Revisión de principios de financiación de las políticas comunitarias: refuerzo de las prioridades
Financieras 2007-2009 post-Lisboa.
• Principio de igualdad en el gasto pero también en ingresos.
Fomento a las Políticas de • Construcción del Espacio Europeo de Investigación (movilidad, infraestructuras, sectores
Innovación. prioritarios.
• Plan Europeo de Innovación.
• Coordinación en materia de Sociedad de la Información.
Desarrollo Sostenible • Gestión post-Copenhague.
• Plan de Acción de la Energía 2010-2012.
3. LA PRESIDENCIA ESPAÑOLA DE LA UE (PRIORIDADES)
30
IIntentaré ser muy rápida porque creo que todo se ha
dicho ya en relación a la Estrategia de Lisboa. Co-
menzaré presentando un breve balance pero me voy
a centrar principalmente en hacia donde nos tenemos
que dirigir después de esta fase de crisis.
En relación a todo esto y a la Estrategia creo que hay
que decir que en el año 2000 cuando se lanzó la Es-
trategia de Lisboa, los sindicatos aprobaron estas pro-
puestas porque para nosotros era una agenda muy,
muy equilibrada. Desde el principio pensamos que era
una agenda que tenía como objetivo fundamental la
realización del mercado interno e interior y en este
sentido sabíamos lo que queríamos pero al mismo
tiempo era una estrategia con todos los ingredientes
enfocados a tener un crecimiento duradero, sosteni-
ble, y no solo en el empleo, porque entonces se habla-
ba del pleno empleo, sino en términos de cohesión so-
cial y desarrollo sostenible era además una estrategia
que tenía objetivos comunes que luego tenían que ser
orientados, implementados, por los Estados miembros.
Y creo también que la Estrategia de Lisboa tenía una
visión, Cándido lo ha recordado esta mañana, que era
transformar a Europa en la sociedad del conocimiento
para ser la economía más competitiva del mundo, con
el empleo y la cohesión social como elementos socia-
les fundamentales. Pero yo creo que es importante
recordar que en el año 2000 Europa era muy distinta
de la Europa de hoy en día, y el Ministro lo ha recorda-
do antes, en el año 2000 Europa estaba en una fase
de crecimiento económico, estábamos en el centro de
la revolución de las tecnologías de la información y
también nos hallábamos en un proyecto social demo-
crático y hay que recordar también que dicha estrate-
gia era un proyecto social democrático pero también
era un proyecto solo para 15 países de la Unión Euro-
pea y era un proyecto elaborado en un momento de
optimismo en Europa, teníamos mucha fuerza en
aquel entonces, estábamos preparando la ampliación,
teníamos el Euro, el mercado interior, todo estaba muy
bien a nivel económico en Europa.
Pero también es cierto que Europa y el mundo desde
entonces han cambiado mucho, en la UE éramos 15,
ahora somos 27 y 27 con niveles de desarrollo econó-
mico y social muy, muy distintos, y políticamente mu-
cho más liberal de lo que era en el año 2000. Hay otro
elemento muy importante, hoy en día los enemigos di-
rectos de Europa en términos de competitividad, que
en el 2000 eran Estados Unidos y quizás Japón, no
son los mismos, hoy en día son más bien las econo-
mías emergentes es decir India, China y Brasil.
En cualquier caso todo eso está cambiando día a
día, pero hemos visto que la Estrategia de Lisboa se
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AD
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10
(II)
La Estrategia de Lisboa:Balance y perspectivas*
Maria Helena AndréEx Secretaria General Adjunta de la Confederación Europea de Sindicatos
Ministra de Trabajo de Portugal
* Mesa redonda: Balance de la Estrategia de Lisboa y perspectivas de futuro, Madrid, 15 de octubre de 2009.
31
enfrentó a dificultades permanentes casi
desde el principio y yo creo que la primera
dificultad de la estrategia de Lisboa era el
hecho de que los Estados miembros, los
gobiernos nacionales, nunca se la apropia-
ron políticamente y para mí ese es el moti-
vo más importante del fracaso. A lo largo
de los años, nunca hemos podido vincular
la estrategia de Lisboa con las estrategias
nacionales y cada vez que había algo que
no funcionaba era la culpa de la Estrategia
de Lisboa pero nunca de la opción política
que habían hecho los Estados miembros.
También tuvimos problemas en relación a
la participación de los interlocutores so-
ciales, nosotros, la CES, hemos llevado a
cabo una reflexión sobre los interlocutores
sociales en la estrategia de Lisboa y como
en otros aspectos hemos visto que hay un
antes y un después del año 2000.
Para España recuerdo que fue ca-
tastrófico con el Gobierno de Aznar,
pero luego todo evolucionó de ma-
nera positiva. Tuvimos otros países
donde fue al revés, por ejemplo Lu-
xemburgo donde el primer año de
la Estrategia de Lisboa ya se habían hecho
todos los planes integrales de la participa-
ción activa de los interlocutores sociales,
era una estrategia común del país pero no
del Gobierno y a lo largo de los años he-
mos asistido a un deterioro de la partici-
pación de los interlocutores luxemburgue-
ses a nivel nacional y europeo.
También tuvimos una gobernanza de la es-
trategia muy muy complicada, hemos
cambiado muchas veces los objetivos
cuantitativos, los cualitativos, la manera
evaluar, etc., todo esto se ha complicado,
se ha burocratizado, había algo positivo
que era el análisis del progreso en los dis-
tintos países con las recomendaciones he-
chas a los Estados miembros pero nunca
hemos visto un resultado ni acciones de
mejora tras dichas recomendaciones. En
cuanto a la reforma del 2005 es una re-
forma que se centra casi exclusivamente
en la calidad, con la idea de que lo social
seguirá. Lo que hemos visto es que no ha
sido así y con esta reforma del año 2005
se produjo el cambio de la Estrategia de
Lisboa y también con una Comisión mucho
más liberal de lo que fue antes, y esto tu-
vo una enorme influencia en las estrate-
gias y políticas de la Unión Europea.
Vemos que las iniciativas a nivel europeo
en el campo social en 2005 se han redu-
cido muchísimo y que los interlocutores
sociales no tenemos ninguna capacidad
de presión. Tenemos una agenda social
europea vacía, sin contenido y una presión
sobre los interlocutores sociales para ne-
gociar y discutir sobre temas comunes,
por otra parte tampoco ha habido progre-
so sobre la coordinación de las políticas
económicas y fiscales, y hemos visto tam-
bién que la utilización del término armoni-
zación en relación a la armonización de las
políticas fiscales estaba casi prohibido a
escala europea.
Hemos asistido también a una agenda de
la desregularización cuyo resultado ha si-
do más precariedad en el mercado labo-
ral. Tenemos un problema de distribución
de las riquezas y del trabajo y subyace una
filosofía que consiste en afirmar que Euro-
pa es demasiado social y que para poder
ser competitivo en un mundo global ten-
dría que reducir esas políticas sociales.
Yo creo que lo peor no son precisamente
las acciones del Tribunal en relación a las
libertades fundamentales de los trabaja-
dores, creo que es este entorno lo que
nos ha llevado a la crisis. No voy a entrar
en la crisis ni en los motivos de dicha cri-
sis todo el mundo los conoce pero lo que
es cierto es que hoy en día somos vícti-
mas de sus consecuencias y yo creo que
ya se ha dicho aquí claramente esta ma-
ñana, dicha crisis va más allá de los mer-
cados financieros y de la especulación, es
una crisis del modelo neoliberal, de un de-
sarrollo de Europa y del mundo basado en
el individualismo, bajos salarios, desigual-
dad, precariedad y agotamiento de recur-
sos naturales.
Y hoy nos preguntamos, después de to-
das estas estrategias ¿somos más com-
petitivos?, ¿tenemos una economía más
basada en el conocimiento de lo que te-
níamos antes?, ¿tenemos pleno
empleo?, ¿hay más cohesión? Des-
graciadamente la respuesta es que
no. Hay indicadores que segura-
mente han mejorado pero en tér-
minos generales Europa no está en
mejor situación que antaño es de-
cir en el año 2000 cuando se lanzó la Es-
trategia de Lisboa.
Actualmente nos enfrentamos realmente
a cuestiones que nos llevan a decir que
hay que encontrar nuevos equilibrios entre
el corto y el largo plazo pero todo eso que-
da vinculado a un cambio de modelo, un
modelo que deseamos sea un modelo cua-
litativo y yo creo que el modelo de calidad
no puede aplicarse exclusivamente al lu-
gar de trabajo y a la calidad del trabajo si-
no también al modelo general de desarro-
llo económico y social. Tenemos que inten-
tar establecer la calidad como uno de los
objetivos fundamentales, pero tiene que
ser un modelo sostenible inclusivo y que
nos ayude a hacer la transición hacia una
economía positiva. Esto es fácil de decir
Hay que encontrar nuevos equilibrios
entre el corto y el largo plazo pero to-
do eso queda vinculado a un cambio de
modelo.
pero difícil de hacer porque tiene implica-
ciones muy grandes en nuestra manera
de vivir, de consumir, de trabajar, de pro-
ducir, y es un cambio de mentalidad que
no va a ser nada fácil ni rápido.
Creo que la Estrategia de Lisboa puede de
algún modo ser el instrumento que ayude
a Europa a hacer la transición entre el mo-
delo actual y un modelo más sostenible a
medio y largo plazo y que la Estrategia de
Lisboa va a ayudar a Europa a crear las
condiciones pertinentes para que la eco-
nomía cambie, para que la calidad de los
empleos, la protección social y las econo-
mías macroeconómicas estén en pie de
igualdad y para que podamos realmente
construir sociedades más abiertas e inclu-
sivas, con un desarrollo sostenible.
Discutir sobre el futuro de la Estra-
tegia de Lisboa es discutir sobre los
distintos medios que tenemos, que
están a disposición de Europa con
el fin de alcanzar estos objetivos.
Esto me parece algo difícil, cuando
discutimos a nivel europeo de todos
estos temas no discutimos sobre los ins-
trumentos que necesitamos que creo que
deben ser instrumentos de orden político,
legislativo, y financiero y en este sentido
no podemos desconectar el debate sobre
la Estrategia de Lisboa de un debate fuer-
te, de una agenda de política social en re-
lación a algunas materias, principalmente
las vinculadas a la defensa y al desarrollo
de los derechos de los trabajadores, pero
también en relación a un instrumento fi-
nanciero potente, al presupuesto de la
Unión Europea y para ello necesitamos
una voluntad, un compromiso político muy
fuerte por parte del Consejo, pero tam-
bién por parte de la Comisión Europea que
tiene que desempeñar su papel de iniciati-
va, algo que en los últimos años no ha he-
cho y hemos dejado que todos los objetivos
de Lisboa sean gestionados por el poder
intergubernamental. Y a mi juicio esto hay
que corregirlo rápidamente.
No voy a detallar los aspectos de la Estra-
tegia de Lisboa, ya se han mencionado pe-
ro el desarrollo de la economía sostenible
baja en carbono, es para nosotros el meo-
llo de la Estrategia de Lisboa. Necesita-
mos una nueva política en Europa y desa-
rrollar además la investigación, el desarro-
llo, la innovación y sobre todo ayudar a los
trabajadores, a los sectores muy, muy he-
ridos con esta economía porque no vamos
a poder progresar sin preocuparnos de
los que han sido abandonados. Necesita-
mos una estrategia que defienda la Euro-
pa social y los derechos de los trabajado-
res e incluir el tema de los malos empleos
y hay que discutir además los aspectos de
seguridad de los trabajadores en las tran-
siciones que tendrán que hacer en el mar-
co de su vida laboral.
El tema de la inclusión en los mercados la-
borales es muy importante pero no pode-
mos tratarlo solo en relación a los trabaja-
dores desfavorecidos sino también en re-
lación a los que están en el mercado
laboral y que corren riesgos y que van a
ser víctimas de estos cambios. Hay que
tener una concepción muy amplia de la in-
clusión porque de lo contrario no progre-
saremos en este campo y, claro también
necesitamos una agenda política social
muy potente que haga progresar las pro-
puestas de las CES principalmente las
que tienen que ver con el protocolo de
progreso social. Pero esto no funcionará
si no tenemos una coordinación mucho
más potente de las políticas macroeconó-
micas, de las políticas fiscales y ahí todos
los temas que están vinculados también a
negociación colectiva y a su fortalecimien-
to, y finalmente las nuevas políticas sala-
riales que tienen que formar parte íntegra
de esta nueva Estrategia de Lisboa.
Pero después de haber dicho todo esto no
creo que Europa se pueda permitir espe-
rar la conclusión de las negociaciones y
del debate sobre la Estrategia de Lisboa,
estamos a finales del año 2009 y en es-
tos momentos yo dudo que podamos
adoptar la Estrategia de Lisboa en el mar-
co de la Presidencia española porque aún
no hemos oído propuestas por parte de la
Comisión Europea y Europa conoce una si-
tuación de emergencia en relación al em-
pleo y en este sentido desde la CES
pedimos una acción inmediata, una
acción fuerte y coordinada a nivel
europeo parecida a la que tuvimos
el año pasado para la salvaguardia
de los bancos y de los mercados fi-
nancieros. Necesitamos un plan en
este mismo sentido abarcando la emer-
gencia social y el problema de empleo que
tenemos hoy en Europa porque sino corre-
remos grandes riesgos de nacionalizacio-
nes, de proteccionismo, de forma inme-
diata pero principalmente a medio y largo
plazo.
La CES ya ha presentado propuestas
muy claras en el sentido de estas medi-
das de emergencia que son fundamenta-
les y necesarias, hemos pedido un se-
gundo plan de relanzamiento, hemos he-
cho propuestas para un New Deal o
Nuevo Compromiso social, y estamos es-
perando aún respuesta de las Institucio-
nes europeas y consideramos que las me-
didas a nivel nacional sin ninguna coordi-
nación a nivel europeo, sin compromiso ni
32
El tema de la inclusión en los merca-
dos laborales es muy importante pero
no podemos tratarlo solo en relación a
los trabajadores desfavorecidos.
objetivos comunes y financieros están
abocadas al fracaso a medio y largo plazo.
Creo que Cándido ha identificado nues-
tras prioridades inmediatas en el marco
de este relanzamiento en el contexto so-
cial, necesitamos medidas que puedan
salvaguardar y relanzar el empleo, tene-
mos una emergencia en relación a los jó-
venes que abandonan la escuela y que no
tienen ninguna salida en el mercado labo-
ral, sabemos que vamos a tener proble-
mas vinculados al déficit presupuestario
en relación a las inversiones en los siste-
mas de protección social y también pro-
blemas de calidad de las prestaciones pú-
blicas. Sabíamos y ya habíamos avisado
varias veces, que con esta crisis nuestro
sistema de protección social desestabili-
za a la economía pero no desestabiliza a
todos los países de la misma manera por
lo tanto todos nuestros sistemas se tie-
nen que adaptar urgentemente para dar
prestaciones a todo el mundo y tenemos
que preparar la transición a esta nueva
economía.
También necesitamos afrontar urgente-
mente la regulación de los mercados fi-
nancieros, yo creo que el objetivo de todo
ello es que podamos decir que nunca más
nos tengamos que enfrentar a una crisis
como la que conocemos hoy en día y nun-
ca más tengamos que aceptar que a es-
cala europea cada vez que hablemos de
modernización estemos hablando de debi-
litamiento y principalmente del debilita-
miento de los sistemas de protección, de
los derechos de los trabajadores y de la
protección social de los ciudadanos y prin-
cipalmente también de reducción de todo
lo vinculado a la calidad del empleo.
Si tenemos que sacar una lección de esta
crisis es el hecho de que la construcción
europea no puede hacerse en base a la
competitividad como principal objetivo, qui-
zás hemos sido malos alumnos pero aho-
ra nos debe quedar claro que de esta ma-
nera no progresa Europa, y mucho menos
la Unión Europea representará el ejemplo
para un proceso de globalización que tiene
que ser más justo desde el punto de vista
social y del empleo.
33
34
EEsta cuarta Presidencia española de la UE, desde
que en 1986 nuestro país pasó a formar parte
de la Unión, está llamada a ser diferente. No so-
lo diferente de las anteriores sino diferente a lo que
han sido hasta ahora las presidencias de turno. Pri-
mero porque, tras la entrada en vigor del Tratado de
Lisboa, las presidencias rotatorias son menos presi-
dencias. Tienen que compartir su protagonismo con
las nuevas figuras establecidas por el Tratado: la Pre-
sidencia permanente del Consejo y las nuevas funcio-
nes de la “ministra” de Asuntos Exteriores de la Unión.
Pero los liderazgos con los que repartir estrellato no
se acaban ahí. El Presidente de la Comisión también
ejerce. Y, como siempre, los grandes países de la
Unión –Alemania, Francia, Inglaterra, que representan
más del 50% del PIB comunitario– tienen por costum-
bre tomar iniciativas o imponer vetos por su cuenta, o
mancomunadamente, que terminan condicionando los
mejores programas. Aparte de que tomar decisiones
–sobre todo las más sensibles, incluso si no requieren
la unanimidad– teniendo que poner de acuerdo a 27
socios resulta una tarea que raya con lo imposible.
Quizá, por ello, el primer mérito al que puede contri-
buir este nuevo tipo de presidencia rotatoria que va a
ejercer España durante el primer semestre de este
año es el de tratar de evitar el riesgo evidente de caer
en una cacofonía institucional. Y el de intentar ayudar
para que la UE funcione, en todo lo posible, como una
orquesta bien acoplada. No son pocos, por cierto, los
que temen en Bruselas que el Tratado de Lisboa en lu-
gar de contribuir a una mayor unidad de acción y go-
bierno de la UE desemboque en una mayor dispersión
y parálisis. Si durante la Presidencia española se des-
miente en los hechos ese mal augurio, ya se habrá
conseguido un primer éxito nada desdeñable.
En este contexto, la Presidencia española puede estar
repleta de actividades, reuniones y cumbres muy exito-
sas desde el punto de vista mediático, de muchas fo-
tos de primera página, pero bastante más diluida en
cuanto a resultados concretos. Por ello, parece nece-
sario que la Presidencia española –que ha armado un
programa, bajo el enunciado “Innovando Europa”, que
cubre el conjunto de temas de las distintas formacio-
nes del Consejo de la Unión Europa– se centre, de he-
cho, en una agenda más restringida y estratégica. En
la que se delimite una hoja de ruta que defina con rea-
lismo las actuaciones o eventos de los que se quiere
aprovechar para reforzar las relaciones e influencia de
España, dentro de las políticas comunitarias; las cues-
tiones en las que desea marcar su impronta; las que
son inevitables; las que quiere evitar y aquellas otras
que, aunque no las consiga durante su presidencia,
quiere poner en circulación.
Sin duda, el primer tema en el que la Presidencia es-
pañola debería imprimir su sello es en la definición de
una visión a largo plazo para Europa. En el qué se quie-
re que sea Europa en el contexto de la mundialización.
CLARID
AD
·IN
VIE
RNO/PRIM
AVERA
2010
·CUARTA
ETAPA
Europa
antelaPresidenciaespañola
delaUnión
Europeaen
elprimer
semestrede
2010(II)
Presidencia españolade la Unión Europea
José María ZufiaurConsejero del Comité Económico y Social Europeo
35
Iniciando, de esta manera, una reacción
de la izquierda europea que incida de nue-
vo en el futuro de la construcción europea
y, por ende, en una respuesta propia y di-
ferente a las crisis económica, ecológica y
de la acción política que nos afectan de
forma simultánea e imbricada.
El principal instrumento para ello es la re-
novación de la Estrategia de Lisboa. Una
estrategia que no ha alcanzado ninguno de
los indicadores de que se había dotado: ni
en el terreno social, ni en el educativo, ni
en el de investigación y desarrollo, ni en el
de crecimiento, ni en los medioambienta-
les. Lo que no ha sido exclusivamente por
causa de la crisis: sin ella, la inmensa ma-
yoría de tales objetivos cifrados tampoco
se hubieran alcanzado. La Estrategia de
Lisboa tendría que rediseñar su compo-
nente interno: educación, innovación, polí-
tica industrial, política energética, política
económica y no solo monetaria, po-
lítica de empleo, la cohesión social,
el método de gobernanza y el siste-
ma de financiación. Colocando en el
centro de la misma la Estrategia
Europea de Desarrollo Sostenible.
Así, la Estrategia de Lisboa podría pasar
de ser un mecanismo de desregulación y
de competencia entre los países miem-
bros –lo que es ahora– a otro en el que
primaran las políticas comunes, los bienes
públicos europeos y la cooperación intra-
comunitaria. También habría de dotarse
de una agenda temporal que además de
trabajar a medio plazo programe el largo
plazo, algo imprescindible para afrontar
los desafíos derivados de la crisis ambien-
tal. Pero, además, la nueva estrategia de
Lisboa requiere un componente externo,
hasta ahora inexistente, que le permita
pesar en la configuración de la mundializa-
ción. Ello tendría que implicar una adecua-
ción de las políticas comunes ya existen-
tes –política comercial común, mercado
interior y unión económica y monetaria y
política agrícola común– a la dimensión in-
ternacional e incorporar una estrategia ex-
terna a otras políticas como la energética,
climática, normativa, de desarrollo, de
emigración, social. Ello no será posible sin
cambiar el paso, desde la simple coordi-
nación intergubernamental a unas políti-
cas verdaderamente comunes. Y, en con-
secuencia, a una voz unitaria de Europa en
los foros internacionales.
En este objetivo, España tiene la ventaja,
que no debería desaprovechar para per-
sonalizarse en ese crucial debate, de que
el ex presidente del Gobierno Felipe Gon-
zález es quien preside el Grupo de Refle-
xión sobre el Futuro de Europa.
La lucha contra el paro es otro tema inevi-
table de la Presidencia española. Cual-
quier éxito en otros campos de la cons-
trucción europea quedará sepultado por
la falta de resultados en el terreno del em-
pleo. En primer lugar en España, que ade-
más de ostentar la Presidencia encabeza
la tasa de paro de la UE. Establecer un
Plan de Empleo en nuestro país para
2010 y, si fuera posible para otros dos
años más, que reduzca el que ya tenemos
y el que todavía es previsible que se siga
produciendo habría de ser la prioridad de
las prioridades de la Presidencia española.
Ello pasa, antes que nada, por facilitar
crédito financiable a las empresas y por
inversiones públicas en los sectores y ser-
vicios en los que las distintas administra-
ciones públicas pueden crear empleo.
También por el fomento de inversiones
privadas o público-privadas en sectores e
infraestructuras de futuro vinculados al
cambio del modelo productivo.
Pero también para el conjunto de Europa
la prioridad básica de la Presidencia espa-
ñola ha de ser la del empleo. El esfuerzo
realizado hasta ahora por la UE al respec-
to ha sido claramente insuficiente, ade-
más de disperso. Desde luego muy infe-
rior al que se ha dedicado al apoyo directo
al sistema bancario (el 17,6% de su PIB
en el conjunto de los países del G-20, se-
gún el FMI). La suma de los planes de re-
lanzamiento de los Estados integrantes de
la UE ha representado, en el conjunto de
2008, 2009 y 2010, un 1,6% del PIB co-
munitario. Muy por debajo del 5,6% dedi-
cado en Estados Unidos (Le Monde,
5/1/2010). Precisamente por ello, la
Confederación Europea de Sindicatos
(CES) ha solicitado a la Presidencia espa-
ñola que influya para que la UE invierta en
los próximos tres años un 1% anual
del PIB europeo destinado a “crear
más y mejores empleos, promover
la innovación y el empleo en las in-
dustrias clave, invertir en tecnolo-
gías nuevas, ecológicas y sosteni-
bles, mantener servicios públicos de alta
calidad y ofrecer a los trabajadores la cua-
lificación que éstos necesitan para traba-
jar en la economía de mañana”. Una ma-
yor dinámica económica en el conjunto de
la Unión puede ser, a su vez, uno de los
factores que tire del crecimiento y del em-
pleo en España.
Además, y en el mismo sentido, la Presi-
dencia española tiene interés objetivo en
abogar por un salto cualitativo en la gober-
nanza económica de la Unión. Y en una
subordinación a criterios políticos de las
reglas económicas de que ésta se ha do-
tado. Las reglas de Maastricht –moneta-
rias y presupuestarias– impusieron que
nunca la UE pudiera acudir en auxilio de
Ofrecer a los trabajadores la cualifica-
ción que éstos necesitan para trabajar
en la economía de mañana.
alguno de sus miembros si llegaba a un
riesgo de “quiebra”. En estas semanas se
ha escrito mucho sobre el riesgo que afec-
ta a Grecia por el volumen de su deuda y
hasta se ha especulado con su posible sa-
lida del euro. Cosa que no es nada verosí-
mil, tanto por razones políticas como por-
que ello aumentaría exponencialmente el
peso de su deuda, contraída en euros, y
su tasa de cambio se desplomaría, con
efectos económicos y sociales muy negati-
vos. Los sectores más ultraliberales y las
agencias de calificación han desencadena-
do una campaña, tan injusta como poco
diferenciada, contra Portugal, Irlanda,
Grecia y España (los PIGS, cerdos en in-
glés, según les denominan) por su tenden-
cia al endeudamiento. Haciendo
una amalgama interesada, ya que
la previsión de deuda pública sobre
el PIB en 2011 es del 135% para
Grecia y del 74% para España. En
todo caso, si la UE quiere ser algo
más que un club intergubernamental ten-
drá que establecer mecanismos solidarios
que hoy no existen, para responder a al-
gunos de sus miembros en dificultad. Me-
canismos como el escalonamiento de la
deuda; ayudas del Banco Europeo de In-
versiones; emisión de obligaciones en
nombre de Europa; incitar al Banco Cen-
tral Europeo a prolongar una estrategia de
compra de títulos. U otras medidas en la
línea de estas mencionadas y propuestas
por el equipo de economistas de Natixis,
banca de financiación y de servicios finan-
cieros. No hacerlo, además de condenar
a los países afectados a curas de caballo,
puede poner en riesgo a otros países de
la UE –con quienes aquellos tienen contra-
ída una parte importante de su deuda– y
debilitar ante los inversores la credibilidad
del euro.
En tercer lugar, y en la línea antes mencio-
nada de encabezar una reacción de la iz-
quierda europea frente a la progresiva de-
rechización de la construcción comunitaria
en general, y de la política social en parti-
cular, la Presidencia española tendría que
poner en marcha iniciativas tendentes a
evitar el dumping social en la UE. Un ries-
go que ha tenido como expresiones más
significativas la llamada directiva Bolkes-
tein, la propuesta de directiva sobre tiem-
po de trabajo y las sentencias del Tribunal
Europeo de Justicia, anteponiendo los de-
rechos de establecimiento a los derechos
fundamentales del trabajo. Seguramente
será difícil aprobar medidas concretas so-
bre estas materias durante este semes-
tre. Pero es fundamental plantearlas, con-
vertirlas en bandera de países y de movi-
mientos sociales para evitar un mayor
deterioro del modelo social europeo. Esas
medidas son las que ha reclamado con in-
sistencia el movimiento sindical europeo y
el español: incorporar una cláusula de pro-
greso en el Tratado, para evitar que las
normas que rigen la prestación de servi-
cios invaliden los derechos laborales funda-
mentales; la revisión, en el mismo sentido,
de la directiva sobre desplazamiento de
trabajadores; el reconocimiento, en la revi-
sión de la Agenda Social Europea, de un
completo marco de relaciones laborales a
nivel europeo; y una mayor armonización
fiscal que ponga límite a la competencia fis-
cal que está socavando los modelos de
protección social europeos.
En fin, la Presidencia española tendría que
intentar mantener y reforzar su liderazgo
europeo en relación con América Latina.
En un contexto en el que las cartas se han
movido mucho. Tres países de América
Latina son titulares del G-20; América La-
tina se ha inclinado hacia gobiernos de iz-
quierda al tiempo que se dividía en bloques
de influencia diferenciada, en torno a Ve-
nezuela y Brasil; se ha incrementado la
apertura de América Latina hacia Asia, ha
cambiado el signo de la política de la admi-
nistración norteamericana y los acuerdos
de asociación regionales están paraliza-
dos. Más allá de que en la Cumbre UE-
América Latina y el Caribe se concreten
medidas para hacer de la innovación un
elemento central de la asociación estraté-
gica birregional o de que se ponga en mar-
cha un Mecanismo de Inversión para Amé-
rica Latina (MIAL), similar al que la UE tie-
ne con los países vecinos, y se cree una
Fundación para el impulso de las re-
laciones birregionales, la Presiden-
cia española debería apostar fuerte
por el relanzamiento a fondo de las
negociaciones para un Acuerdo de
Asociación con MERCOSUR. Que
quedaron paralizadas en 2004 y que aho-
ra pudieran darse las condiciones para lle-
varlas, finalmente, a término. La parálisis
de las negociaciones de la OMC, el acer-
camiento estratégico entre EEUU y China,
la proximidad de las elecciones en Argenti-
na y Brasil y la propia disputa por el lide-
razgo estratégico en América Latina pue-
den ser factores que lo propicien. Así se
deduce de las declaraciones que hicieron
al alimón la Presidenta argentina y la Vice-
presidenta primera del gobierno de Espa-
ña; y de la toma de posición de la última
Cumbre de Presidentes de MERCOSUR, el
pasado diciembre. No se me ocurre que
la Presidencia española pueda alcanzar
mayor logro para su acción exterior –ni
mejor incentivo para hacer avanzar las ne-
gociaciones con la Comunidad Andina y
con Centroamérica–, que el que supondría
situar durante los próximos seis meses
las negociaciones de la UE con MERCO-
SUR al borde de la firma.
36
Evitar que las normas que rigen la
prestación de servicios invaliden los
derechos laborales fundamentales.
38
QQuiero recordarles en primer lugar que el 22
de octubre de este año ya se dieron a cono-
cer, el “Tercer Informe sectorial de participa-
ción de los trabajadores y sus representantes en las
empresas del IBEX 35”, y también el “Primer Informe
sectorial de participación de los trabajadores y sus re-
presentantes en el ámbito de la Pequeña y Mediana
Empresa”.
Ambos desde entonces están a disposición del debate
público a través de Nuestro Observatorio; que por cier-
to entra ya en el cuarto año de presencia en la Red.
A la vista de los datos que disponemos y que se les
han facilitado, podemos estar satisfechos de la conti-
nuidad en la acogida que mantenemos: hemos recibi-
do trece mil novecientas setenta y dos consultas
(13.972), la mayoría españolas, pero también de
otros países (latinoamericanos, europeos y asiáticos).
Y en el buscador Google con sus consultas 400.000
en RSE, aparecemos en el primer lugar, lo que de-
muestra el interés que nuestras aportaciones en RSE
suscitan en los medios.
De esta forma mantenemos plenamente los objetivos
que nos planteábamos en su creación: Contribuir a
que la sociedad disponga de información sobre la si-
tuación de la RSE en España. Procurar a los estudio-
sos del tema, una metodología y unos datos empíricos
que faciliten sus análisis e investigaciones. Mantener
un espacio abierto de debate sobre cualquier cuestión
relativa a la RSE.
Por otra parte, debemos hoy subrayar los eventos
que se han producido en España en este último año,
que sin duda van a incidir en el desarrollo de la RSE.
Desde la constitución del Consejo Estatal de Respon-
sabilidad Social de la Empresa –CERSE– en febrero
de 2008 afrontamos en España una nueva etapa, en
la que el desarrollo de la RSE se realiza con la presen-
cia indiscutible de los interlocutores sociales. Por
nuestra parte, confiamos en que los cinco grupos es-
pecíficos creados, que vienen trabajando desde me-
diados de 2009, vayan aportando las líneas de ase-
soramiento que permitan profundizar y extender el co-
nocimiento y la implicación desde los actores sociales
comprometidos.
Las expectativas creadas en torno al trabajo de los
Grupos constituidos desde el CERSE, como Observa-
torio de la RSE en España, están en la línea de: pro-
poner al Gobierno medidas de fomento de las iniciati-
vas de responsabilidad social, emitir informes sobre
iniciativas y regulaciones que afecten a las actuacio-
nes de empresas, organizaciones e instituciones públi-
CLARIDAD · INVIERNO/PRIM
AVERA 2
010 · C
UARTA ETAPA
“Cultura
s, P
olítica
s y Prá
cticas
de
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ad de las Em
pres
as
del IBEX
35”, del año
2009
“Culturas, Políticas y Prácticas deresponsabilidad de las Empresas
del IBEX 35”, del año 2009*Cándido Méndez
Secretario General de UGT
* Presentación del informe del año 2009 el 27 de enero de 2010.
39
cas y privadas, promocionar los estánda-
res y características de las memorias de
responsabilidad social y de sostenibilidad,
así como las herramientas más adecua-
das para su elaboración y seguimiento.
En definitiva el CERSE como Consejo Ase-
sor, tiene en su horizonte la tarea de es-
clarecer un marco de referencia para
avanzar en: transparencia, rendición de
cuentas, y con ello contribuir a erradicar
la cultura del “cortoplacismo”, poniendo
en evidencia la necesidad de los cambios
tanto en la dimensión financiera, como
los requisitos de compromiso y diálogo
con las partes implicadas (accionariado,
trabajadores, consumidores).
Son aportaciones y consensos urgentes pa-
ra nuestra sociedad y han de permitirnos re-
parar y avanzar en una mayor igualdad y co-
hesión social: en recuperación del empleo y
en la mejora de las condiciones de
empleo y trabajo de los ciudadanos.
Volvemos a recordar e insistir en la
premisa de que la responsabilidad
social no es un factor externo, ni aña-
dido a la empresa, sino que afecta al
modelo de gestión empresarial y a las for-
mas de organización de la producción.
Es evidente que, así entendida, la RSE ge-
nera determinadas consecuencias. Se ins-
ta a las empresas y organizaciones a que
hagan no solo relaciones públicas, sino que
asuman conductas coherentes con sus de-
claraciones de responsabilidad social. Es
justamente en este punto donde se produ-
ce la mayor discrepancia: las empresas
tienden a insistir que la RSE es una decisión
unilateral, mientras que nosotros plantea-
mos que es voluntaria, pero no unilateral, y
que significa realizar acciones e iniciativas
más allá del pleno cumplimiento de las le-
yes y los convenios colectivos en vigor.
En cuanto a las propuestas para incenti-
var desde la Administración las políticas de
estímulo a la integración empresarial de la
RSE, la UGT sigue viendo favorablemente:
• Dotar de mayores facilidades para te-
ner acceso a los recursos y a la finan-
ciación pública a las empresas que sean
socialmente responsables y que hayan
sido certificadas como tales.
• Compromiso por parte de las empre-
sas de presentar al final de cada año
un informe sobre las actividades desa-
rrolladas en materia de RSE y que se
entregue ese informe a los sindicatos,
a todas las partes interesadas, y a la
autoridad pública, para su conocimien-
to y, en caso preciso, su discusión. Es-
tamos convencidos de que esta medida
dotaría de una auténtica transparencia
a la empresa comprometida.
En cuanto a la importancia de un mar-
co europeo de referencia basado en cri-
terios concretos destinados a conferir
transparencia, responsabilidad y parti-
cipación de los trabajadores, sin los que
la RSE no puede funcionar, la CES ha
aportado recientemente con su Me-
morándum sindical a Presidencia es-
pañola de la UE, una serie de líneas de
trabajo que podrían desarrollarse du-
rante los próximos meses.
Aprobado el tratado de Lisboa después de
una década de debates, entra en vigor en
diciembre de 2009. La posición de la CES
es combinar la Estrategia de Lisboa y La
Estrategia Europea de Desarrollo Sos-
tenible: “...un nuevo impulso de la Euro-
pa Social” en la necesidad de garantizar
la primacía de los derechos fundamenta-
les del trabajo sobre los de las liberta-
des económicas, en definitiva demandan-
do un fuerte impulso a la Unión Social y a
la Unión Política de la UE.
Es la Presidencia española de la UE la que
abre esta nueva etapa en la vertebración de
la Unión Europea en 2010, año de lucha
contra la pobreza y la exclusión social, en
medio de la grave crisis que estamos atra-
vesando. España tiene simultáneamente
la difícil carga de liderar propuestas alter-
nativas, contando con una realidad de des-
trucción de empleo significativamente ma-
yor que en la media europea.
Se hace necesario poner en evidencia que
esta situación parte de un modelo econó-
mico que ha desencadenado destrucción
de empleo aumentando el riesgo de
la tendencia a la precariedad, y des-
estabilizando y atacando los avan-
ces en cohesión social, sin olvidar
que estamos en fechas cada vez
más cercanas a los limites de no
retorno, en el necesario giro de las
políticas que recuperen el respeto me-
dioambiental.
Desde la UGT miramos hacia el próximo
2010 –en este delicado momento en que
España ocupará la presidencia en la Unión
Europea– con la expectativa de que se res-
tablecerán las líneas de compromiso de la
Estrategia de Lisboa: afianzar la apuesta
por la Europa Social y, desde nuestro país,
reorganizar las fuerzas del emprendimien-
to productivo, situando el valor del trabajo
en el centro de la atención de las fuerzas
en conflicto.
Más y mejor empleo es la prioridad.
También la creación de riqueza en cono-
La responsabilidad social no es un fac-
tor externo, ni añadido a la empresa,
sino que afecta al modelo de gestión
empresarial.
cimiento, en estabilidad, en formación
para hacer crecer la empleabilidad de
los trabajadores; riqueza en salud y bie-
nestar, en igualdad y flexibilidad dentro
de las empresas, y en una economía de
compromiso con el entorno, baja en car-
bono, que haga posible una Europa con
mayor cohesión ecológica y social.
En este contexto de nuevos requisitos en
la perspectiva del impulso de una cultura
empresarial de la participación y la trans-
parencia, habrán de desarrollarse las nor-
mativas que la orienten y les sirvan
de referencia.
Algunas pincelas de la realidad que
han de estar en el punto de mira de
los análisis y las propuestas:
La importancia de la generalización
de la subcontratación, como estra-
tegia empresarial de primer orden,
la externalización de trabajos, la división
internacional e interregional del trabajo, la
globalización en suma. Las empresas pan-
talla, todas las formas de relación mer-
cantil que degradan y debilitan el trabajo
como factor de ciudadanía, como tam-
bién el cierre de empresas perfectamente
viables porque se puede obtener trabajo
más barato en otro lugar.
Algunos investigadores alertan de la ten-
dencia a la “empresarización” de la nego-
ciación colectiva, primero porque han
aumentado la cantidad de convenios colec-
tivos a esta escala, y también porque es en
el ámbito de la empresa donde se dirimen
cada vez más las condiciones laborales.
En este sentido el interés de la Empresa es-
tará muy a menudo ligado a la creación de
una cultura de empresa, una forma de co-
municación y organización del trabajo en la
empresa que beneficie la implicación de los
trabajadores, con todos los corolarios de
compromiso empresarial para su formación
y la retención de estos trabajadores bien
formados e implicados con la empresa, allí
sí será posible la aplicación de una negocia-
ción flexible que permita que las relaciones
laborales tengan un marco desde el que
proteger y afianzar el valor de estas formas
de intercambio en la relaciones de trabajo.
En ese contexto la Empresa ampliará y acti-
vará las formas de sociabilidad con las que
encontrar un mayor compromiso en torno
a la cultura y el proyecto de la empresa.
Por todo lo cual no podemos olvidar la im-
portancia de integrar la participación de la
representación sindical de los trabajadores
en las posibilidades que abre esta perspec-
tiva, y por ello también la importancia de ac-
tivar la presencia sindical en aquellos secto-
res de la actividad productiva donde la pre-
cariedad se expande y por ello la necesidad
de reforzar la negociación colectiva en
adecuación a estas situaciones que ganan
en presencia social en momentos de des-
trucción de empleo como ahora.
De igual modo el empleo experimenta una
creciente individualización, lo que tiende
a aumentar la intensificación del trabajo.
La fragmentación de las empresas, la ex-
ternalización de ciertas áreas de produc-
ción sin el consecuente reconocimiento
sindical, la organización del Grupo de Em-
presa para poder mantener la clarifica-
ción de una reciprocidad representativa
y simétrica: única forma de invertir la ten-
dencia actual de que la acción de los sindi-
catos se establezca muchas veces reacti-
vamente y a la defensiva.
Para el empresario parece ser el objetivo
tender a transformar los proyectos em-
presariales, diversificándolos en relación a
la especificidad o fragmentación de la pro-
ducción (no siempre por referencia a la
especialización), organizando proyectos
empresariales con una plantilla mínima y
gran flexibilidad interna.
Los objetivos de la estrategia de
Lisboa (2000) orientados hacia ge-
nerar competitividad y valor añadi-
do han de integrarse, dada la ac-
tual coyuntura, en una sociedad
que ha de encontrar la productivi-
dad, como resultado de recupera-
ción del saber hacer. Con la apro-
bación del Tratado de Lisboa, se ha
de evolucionar en la dirección de re-
visar los objetivos hacia la sostenibilidad
medioambiental, primando la colaboración
en el seno de la UE, creando las condicio-
nes de integrar a todos los estados en la
lucha por la igualdad y contra la exclusión
y precariedad social.
Las propuestas que conectan con la RSE
de las organizaciones sindicales –de la
UGT– para la presidencia de la UE.
Reactivar la economía y promover el em-
pleo de calidad, plan de choque contra el
desempleo juvenil en España, mejora de la
educación y formación profesional, comen-
zar la aplicación de la Cumbre de Copen-
hague sobre Cambio Climático, procuran-
do informar las estrategias del cambio de
modelo productivo.
Y el desarrollo de nuevos campos para
el Diálogo Social que afecta de manera
central al progreso de la RSE.
40
Algunos investigadores alertan de la
tendencia a la “empresarización” de la
negociación colectiva porque han
aumentado la cantidad de convenios
colectivos a esta escala.
Avanzar en las referencias normativas pa-
ra la Democracia Económica y de partici-
pación de las empresas. Al menos en 12
países de la UE existen distintas formas
de participación de los trabajadores en
los órganos de decisión de las empresas
(Consejos de Administración o de Vigilan-
cia).
En España la incidencia sindical en las de-
cisiones de las empresas solo se realiza a
través de los derechos de información y
consulta.
En el ámbito macroeconómico, dada la in-
cidencia del capitalismo financiero, la liber-
tad de movimientos de capitales y el fenó-
meno de deslocalización de las empresas
plantea la necesidad de que se generen
marcos normativos en: la regulación de la
actuación de los fondos de inversión que
están condicionando la vida económica de
las empresas y los países.
En el ámbito de las empresas la necesidad
de abordar la regulación de los Comités
de Grupo de Empresas (como hemos co-
mentado) lo que es bastante común en los
países comunitarios.
La mejora y adaptación de los códigos de
buen gobierno de las empresas, el esta-
blecimiento de un marco legal para la par-
ticipación de los representantes de los tra-
bajadores en el Consejo de Administración
de las empresas y la regulación específica
y diferenciada respecto al capital de los
accionistas, de la sindicación del acciona-
riado de los trabajadores y de su partici-
pación financiera en la toma de decisiones
de las empresas.
Son todos ellos asuntos que darían un
verdadero respaldo para transformar las
dificultades a las que estamos enfrenta-
dos.
41
42
LI. PRESENTACIÓN
La proximidad de la conmemoración del Día Inter-
nacional de la Mujer Trabajadora, 8 de marzo,
exige reflexionar sobre los avances conseguidos
en términos de igualdad de oportunidades entre muje-
res y hombres y sobre las cuestiones de importancia
fundamental en este ámbito que todavía requieren un
impulso para alcanzar una sociedad en la que la discri-
minación por razón de género se considere una carac-
terística del pasado. Por esto, esta fecha tiene una
doble finalidad. Por una parte, se trata de un día rei-
vindicativo en que se reclama la solución a los proble-
mas que todavía persisten y por otra, posee un mar-
cado carácter ilustrativo de los logros conseguidos.
En la reivindicación de la igualdad, las organizaciones
sindicales hemos marcado desde su inicio un camino
sólido e indiscutible. La desigualdad laboral, las dife-
rentes condiciones de trabajo de mujeres y hombres,
la pervivencia de la desigualdad retributiva por razón
de sexo o el acoso sexual han sido y son, entre otras
cuestiones, una permanente en el ámbito de trabajo
de nuestra organización.
Y aunque es muy importante el camino recorrido ha-
cia la igualdad laboral entre mujeres y hombres, las
cuestiones señaladas siguen teniendo una particular
incidencia en la vida de un número importante de tra-
bajadoras y, por lo tanto, en la agenda de UGT.
Mencionar y resaltar los avances es imprescindible pa-
ra situarnos en un panorama en que las cotas de igual-
dad laboral se incrementan de forma notable, pero ha-
cer un discurso en el que no se mencionen los retos
pendientes de futuro no puede ser más que una ilu-
sión triunfalista no acorde con la realidad.
El presente documento responde a la necesidad de en-
marcar la reivindicación de la igualdad laboral en una
situación económica que tanto a nivel nacional como
internacional plantea un panorama desalentador.
La modificación del marco laboral actual requiere el
esfuerzo conjunto de administraciones y gobiernos, de
trabajadoras/res, de organizaciones sindicales y de
partidos políticos. Todo ello desde el prisma de situar
el principio de igualdad en el centro del debate para
evitar la perpetuación de discriminaciones laborales
por razón de sexo que no solo pueden perdurar sino
que en situaciones como la actual tienden a agravarse
y desplazar el peso mayoritario de la precariedad labo-
ral sobre los hombros de las trabajadoras.
II. INTRODUCCIÓN
La situación económica actual a nivel internacional es
uno de los temas que centran las agendas políticas y
sociales en todos los países del mundo. La preocupa-
ción es palpable y desde todos los ámbitos se escu-
chan voces más o menos cualificadas alertando no
CLARID
AD
·IN
VIE
RNO/PRIM
AVERA
2010
·CUARTA
ETAPA
Mujeres
ante
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des
Mujeres ante la crisis económica.Impactos y oportunidades
Paloma Rodríguez Vázquez y Cristina Justo SuárezUniversidad de Santiago de Compostela en colaboración con el Departamento Confederal de la Mujer de UGT
43
solo de la gravedad de la situación sino de
las consecuencias que aún puede acarrear
una crisis económica de la envergadura
de la actual.
Lamentablemente no son muchas las vo-
ces que sitúan en el centro del discurso
uno de los aspectos cruciales de toda eta-
pa de precariedad y dificultad: cómo y en
qué medida una situación desfavorecida
en lo económico y lo laboral va a afectar a
la vida de las personas y de qué forma es-
ta situación puede incidir diferencialmente
si estas personas pertenecen a uno u otro
sexo.
En nuestro entorno hemos gozado de un
progreso imparable en materia de igual-
dad que ha venido de la mano de la masi-
va incorporación de las mujeres al ámbito
del trabajo remunerado. Las últi-
mas décadas han supuesto un vuel-
co que se creía irreversible en ma-
teria de derechos para hombres y
mujeres. El acceso de las mujeres
a la educación y especialmente a la
educación superior y a la profesio-
nalización, el acceso al empleo y a la acti-
vidad empresarial, las modificaciones le-
gales y la inclusión del principio de igual-
dad de forma transversal en la normativa,
la decisiva incursión de las mujeres en los
puestos de decisión y en los órganos de
poder, la participación política, cultural y
social, las modificaciones en las relacio-
nes personales y familiares, son la parte
fundamental de los logros alcanzados en
los últimos treinta años que han conse-
guido que la sociedad en general no pue-
da concebir un mundo exento de paráme-
tros básicos de igualdad entre mujeres y
hombres.
Estos logros, que constituyen la base fun-
damental del cambio en nuestra socie-
dad, se han forjado a través del impulso y
la capacidad de innovación de las mujeres
de este país que han sabido conjugar la ló-
gica teórica de sus reivindicaciones con la
efectividad de la praxis en la aplicación co-
tidiana de los avances alcanzados.
Pero sabemos que aún quedan importan-
tes cotas de desigualdad que es preciso
desactivar, pues, aún en los ámbitos más
favorables la igualdad real no es sino una
aspiración. Tanto en lo referente al acce-
so como a la permanencia o a la promo-
ción en el mercado laboral, las mujeres
continúan ostentando las mayores dificul-
tades de desarrollo. La brecha salarial por
razón de sexo, el techo de cristal, las do-
bles y triples jornadas de trabajo, las difi-
cultades de acceso a los puestos de deci-
sión, la parcialidad, la temporalidad, el de-
sempleo, la inactividad o el acoso, son
situaciones que continúan afectando ma-
yoritariamente a las mujeres.
Y la situación de desigualdad en lo laboral
no se presenta en solitario sino que va pa-
reja a otras desigualdades de igual o inclu-
so mayor gravedad y peores consecuen-
cias. La violencia contra las mujeres, el
tráfico de personas o la feminización de la
pobreza, son fenómenos que tanto a nivel
nacional como internacional deben consti-
tuir la mayor preocupación de los estados
democráticos y cuyo atisbo de solución solo
se percibe a través de la garantía de ser-
vicios universales, de una sólida inserción
en el mercado laboral, de la independen-
cia económica de todos y cada uno de los
individuos que forman parte de la socie-
dad y de la distribución equitativa de los
recursos comunes aspirando a la atención
y cobertura de las distintas necesidades
de las personas.
Difícil solución en momentos en que la si-
tuación internacional a nivel económico se
tambalea. Que los cimientos sobre los que
se ha construido el edificio financiero in-
ternacional se asentaban sobre un suelo
resbaladizo es un hecho y que sus conse-
cuencias influirán de forma muy negativa
sobre las partes más vulnerables de la po-
blación mundial es un pronóstico que te-
nemos la obligación de romper.
Hace apenas un año, la Organización In-
ternacional del Trabajo elaboró su informe
anual “Tendencias mundiales del empleo
de las mujeres” en el que refiere la inci-
dencia que la crisis económica tendrá pa-
ra el empleo masculino y, sobre to-
do, para el empleo femenino. Los
datos a nivel internacional advierten
de la posibilidad de unos índices de
desempleo que pueden alcanzar
entre los 24 y los 52 millones de
personas en todo el mundo lo cual
significa que la tasa de desempleo puede
incrementarse hasta el 7% a nivel inter-
nacional.
De ese cómputo total estimado de perso-
nas que pueden llegar a estar en situación
de desempleo, el número de mujeres se
calcula entre los 10 y los 22 millones lo
cual se traduce en un incremento signifi-
cativo en las tasas de desempleo femeni-
nas que podrían alcanzar hasta el 7,5%.
En España, la alarma creada por el de-
sempleo masculino derivado de la caída de
sectores como la construcción o la indus-
tria, que ha producido una serie de expe-
dientes de regulación de empleo en mu-
chas empresas de estos ámbitos y otras
filiales o subsidiarias, ha vuelto en cierta
La situación de desigualdad en lo labo-
ral no se presenta en solitario sino que
va pareja a otras desigualdades de
igual o incluso mayor gravedad.
manera opaco el problema del desempleo
femenino y de la precariedad laboral a la
que en esta situación se enfrentan las tra-
bajadoras que se inscriben en sectores
profesionales y laborales afectados por
mayor temporalidad y fragilidad.
No es nuevo recordar que las situaciones
de dificultad derivadas de crisis económi-
cas expulsan en primer lugar del mercado
laboral a aquellos colectivos en situación
más vulnerable, tanto en lo socio-
personal como en lo profesional.
Por lo tanto, se corre el riesgo de
olvidar una vez más la imposibilidad
del cumplimiento de las expectati-
vas profesionales y laborales de las muje-
res ya que el acento recae en la precarie-
dad a la que en estos momentos se ven
sometidos, también, los varones trabaja-
dores. Los índices de actividad femenina
siguen siendo menores, la tasa de paro
entre las trabajadoras supera la de los
trabajadores y la temporalidad y parciali-
dad siguen afectando de forma especial a
los colectivos femeninos con la consiguien-
te desprotección social y el posicionamien-
to deficitario de las mujeres ante el mer-
cado de trabajo.
A pesar de todo, nuestra legislación en
materia de igualdad y, específicamente, en
materia de igualdad laboral, supone la in-
troducción transversal de este principio
rector en el mundo del trabajo remunera-
do y ello nos sitúa ante la posibilidad de ha-
cer de la crisis una alternativa para el in-
cremento de los niveles de igualdad a tra-
vés de la consolidación de los empleos
ocupados por las mujeres, inicialmente no
afectados por el derrumbe derivado de la
crisis. Las alternativas políticas deberán te-
ner en cuenta la necesidad de la igualdad y
el diálogo social no puede más que incor-
porar las demandas de las mujeres traba-
jadoras en la generación de soluciones.
La grave crisis económica y financiera que
atravesamos ha sido gestada y alimenta-
da por estructuras económicas y políticas
masculinas. Hasta ahora, la participación
de las mujeres en la construcción social y
económica no ha sido más que tangencial
en lo que a toma de decisiones se refiere.
Sus bajos niveles de mando han impedido
que las formas solidarias y extensivas en
el reparto de recursos utilizadas por las
mujeres en diversos puntos del planeta se
hayan visto consolidadas en los países de
economías “saludables”.
Pero ha llegado el momento de reflexionar
y reconocer que la quiebra del orden eco-
nómico establecido no solo tiene conse-
cuencias muy lamentables sino que tiene
unos responsables claros y definidos. Polí-
ticos y banqueros, financieros e interme-
diarios; grupos de poder y de decisión en
los que apenas se encuentra un rostro,
una mente, una aportación de las mujeres.
En el ámbito financiero internacional, las
mujeres apenas han atisbado el núcleo du-
ro donde se toman decisiones. Decisiones
que han resultado de una ineficacia y de
una irresponsabilidad como no se vivía
desde principios del siglo pasado.
Ha llegado, pues, el tiempo de los cambios.
El tiempo de participación con otras for-
mas de hacer, con otras formas de resol-
ver, con otro enfoque que incorpore las ca-
pacidades, las habilidades, los valores que
saquen a flote el buque de la economía in-
ternacional.
Si hasta ahora, la participación femeni-
na consistía únicamente en aportar su
esfuerzo, a partir de este punto de inflexión
tiene que ir acompañada de su capacidad
de liderazgo, de su conocimiento práctico
de las situaciones y de su análisis de las
consecuencias de las decisiones porque
históricamente las mujeres han sido capa-
ces de dar respuesta a gravísimas situacio-
nes de crisis pero, una vez encarriladas las
propuestas teóricas y prácticas de solu-
ción, se han visto sistemáticamente aparta-
das de la concreción de las mismas.
En esta ocasión, las mujeres tienen
que llegar para quedarse y colabo-
rar en poner remedio al desorden
económico masculino, para aportar
soluciones innovadoras, creativas, solida-
rias que garanticen un reparto que alcan-
ce también a quienes más lo necesitan.
Quedarse para impregnar el orden econó-
mico mundial de ese otro punto de vista
que sopesa las consecuencias de toda ac-
tuación a largo plazo, que valora los bene-
ficios a un nivel parejo con el bienestar de
la sociedad y que mejora y humaniza la
economía.
Las mujeres deben quedarse porque ya no
se concibe una estructura económica que
haga invivible nuestra sociedad. Y esa es-
tructura económica, el nuevo rumbo que
han de tomar las finanzas y las propues-
tas de crecimiento de empleo y bienestar,
no pueden prescindir de los hombres pe-
ro, ahora menos que nunca, pueden pres-
cindir de las mujeres.
III. LAS CIFRAS
La crisis económica mundial iniciada en el
año 2008 que tiene su origen en Estados
Unidos responde a una serie de causas di-
rectas como el incremento de la inflación
a nivel internacional, la subida de precios
de materias primas, el desplome financiero
o la desconfianza en los mercados. Es una
44
Las alternativas políticas deberán tener
en cuenta la necesidad de la igualdad.
situación que afecta a todos los países de-
sarrollados de manera decisiva con el con-
siguiente perjuicio directo para los países
en vías de desarrollo.
Este fenómeno ha conseguido impregnar to-
das las economías con mayor o menor inci-
dencia y, en concreto, en el caso de la eco-
nomía española su aspecto más visible es el
débil o nulo crecimiento y el gran aumento
del número de personas desempleadas.
En el 4º trimestre de 2008 España entra
técnicamente en recesión al culminar dos
trimestres consecutivos de tasa negativa
de crecimiento, lo cual supone un indica-
dor contrastado para datar el inicio de la
crisis económica.
Otros indicadores, como la destrucción de
empleo, señalan también la existencia de
crisis. En verano de 2007 el IBEX llega a
su máximo histórico al llegar a 15.945
puntos, y seguidamente comienza su caí-
da hasta llegar a los 6.817 puntos en
marzo de 2008, momento en que se cele-
braron las elecciones generales.
Las series temporales comienzan con da-
tos referidos al año 2006, fecha en la que
la situación económica y particularmente
el sector inmobiliario se encontraban en
una situación de bonanza, de forma que
los cambios relacionados con el impacto
de la crisis en general y en el empleo fe-
menino en particular puedan visualizarse
de forma clara.
Las cifras analizadas en el presente in-
forme tratan de presentar un panorama
general o foto fija de la situación actual
de las mujeres en el mercado laboral de
nuestro país aportando datos relativos a
las tasas de actividad y paro, la población
de 16 años y más y su relación con la ac-
tividad económica, las personas ocupa-
das según edad y sector económico, la
situación profesional en relación con el ti-
po de contrato y la duración de la jorna-
da, el desempleo según grupos de edad y
sector económico y la movilidad en rela-
ción con la actividad. La totalidad de los
datos, recogidos de la Encuesta de Po-
blación Activa, están desagregados por
sexo y se refieren al último trimestre del
año 2009.
45
Varones Mujeres
Ocupados ParadosTasa
Tasa paro Ocupadas ParadasTasa
Tasa paroactividad actividad
TOTAL 10.440,6 2.392,5 68,14 18,64 8.205,3 1.934,0 51,70 19,07
Andalucía 1.671,2 565,0 67,52 25,27 1.222,3 469,0 49,42 27,73
Aragón 318,3 51,2 66,95 13,85 248,7 35,7 50,70 12,55
Asturias 226,4 35,2 59,10 13,46 186,3 33,3 44,77 15,17
Balears (Illes) 256,8 67,3 72,78 20,75 206,0 45,1 56,21 17,97
Canarias 447,8 163,7 70,87 26,78 350,5 130,1 54,98 27,07
Cantabria 135,7 18,7 64,22 12,12 106,5 16,3 48,20 13,27
Castilla y León 588,6 83,0 63,22 12,36 421,1 83,5 46,17 16,54
Castilla-La Mancha 480,5 101,3 68,29 17,41 309,7 86,8 47,00 21,89
Cataluña 1.702,1 377,4 69,97 18,15 1.434,3 265,6 54,83 15,63
Comunitat Valenciana 1.102,3 333,4 69,61 23,22 874,5 242,6 52,94 21,72
Extremadura 233,6 49,4 63,30 17,46 147,2 53,4 43,71 26,64
Galicia 624,1 84,1 62,14 11,87 514,7 84,3 48,07 14,07
Madrid (Comunidad de) 1.563,2 266,9 72,61 14,58 1.334,6 231,6 57,32 14,79
Murcia (Región de) 321,1 98,4 70,19 23,45 236,2 63,1 51,09 21,09
Navarra (C. Foral de) 154,2 16,8 67,32 9,83 119,4 15,4 52,25 11,41
País Vasco 506,0 63,4 64,51 11,14 418,9 59,7 50,77 12,48
Rioja (La) 78,5 11,8 68,51 13,02 58,4 9,9 51,46 14,52
Ceuta 16,2 3,4 66,43 17,23 7,9 4,5 42,93 36,23
Melilla 14,0 2,1 61,65 13,27 8,0 4,0 42,53 32,99
PERSONAS OCUPADAS Y PARADAS POR SEXO. TASAS DE ACTIVIDAD Y PARO. 4º TRIMESTRE, 2009
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
FOTO FIJA DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LAS MUJERES EN EL MERCADO LABORAL EN ESPAÑA.
EPA, 4º TRIMESTRE, INE.
Los datos reflejados en esta tabla mues-
tran un panorama en materia de ocupa-
ción, desempleo y tasa de actividad que
responde a las siguientes características
generales:
Hay más varones que mujeres en situa-
ción de desempleo con una diferencia de
cifras de 2.392,5 correspondiente a la
población trabajadora masculina y
1.934,0 correspondiente a la población
trabajadora femenina.
Estas cifras, que nos remiten a un
importante número de varones
afectados por situaciones de de-
sempleo, es preciso situarlas en el
mapa general de empleo, actividad
y desempleo.
Se observa que a pesar de que el cómputo
total de varones parados es sustancialmen-
te mayor que el de mujeres paradas, tam-
bién lo es su tasa de actividad: 68,14 fren-
te a la tasa de actividad femenina de 51,70.
Además, la tasa de paro masculina es me-
nor que la femenina con una diferencia de
0,33 puntos y el número total de ocupa-
dos (10.440,6) supera ampliamente al
número de ocupadas (8.205,3).
Esto significa que, a pesar de que la situa-
ción actual ha derivado en una importante
destrucción de empleos ocupados por va-
rones, la posición de éstos en el mercado
laboral está consolidada en cuanto a los
porcentajes de participación y el paro si-
gue incidiendo con más fuerza sobre la
menor proporción de mujeres que consti-
tuyen la población activa femenina.
Observando los datos según comunidades
autónomas, se aprecian diferencias impor-
tantes entre unas y otras. Así la situación
más desequilibrada con respecto a los da-
tos de la totalidad del Estado, se encuen-
tra en las ciudades autónomas de Ceuta y
Melilla en las que la tasa de actividad feme-
nina es la menor, junto con la de Extrema-
dura, y la tasa de desempleo que afecta a
las mujeres en ambas ciudades es la ma-
yor, especialmente la correspondiente a
Ceuta que alcanza un nivel de 36,23. Cu-
riosamente, los datos referidos a los varo-
nes de ambas ciudades autónomas, mejo-
ran la situación media estatal con meno-
res índices de paro y, en cuanto a las tasas
de actividad, no se alejan excesivamente
de la media estatal de 68,14, suponiendo
en Ceuta 66,43 y en Melilla 61, 65. Por lo
tanto, puede considerarse que la brecha
de género a nivel laboral es, en ambas ciu-
dades, la más profunda de todo el Estado.
En Andalucía, Canarias y Extremadura, las
tasas de paro femeninas superan la cuar-
ta parte de la población de mujeres acti-
vas. La tasa de actividad femenina de Ca-
narias supera en cinco puntos la media
estatal mientras que Andalucía no la al-
canza y Extremadura presenta una dife-
rencia importante de 8 puntos.
También los varones de Extremadura pre-
sentan bajas tasas de actividad con relación
a la media estatal, y sin embargo, sus cifras
de desempleo son más favorables que la
media, con un 17,46, mientras que en la
misma comunidad un 26,64% de mujeres
están en situación de desempleo.
El paro masculino en Andalucía y Cana-
rias, supera, al igual que ocurre con el fe-
menino, la cuarta parte de la población ac-
tiva. Las tasas de actividad masculinas en
ambas comunidades son elevadas, supe-
rando Canarias la media estatal y casi al-
canzándola Andalucía (67,52/68,14). No
obstante, a pesar de que la situación de
los trabajadores se muestra desfavoreci-
da en ambas comunidades, se sigue ob-
servando peor situación en relación a las
mujeres que presentan mayores tasas de
desempleo y menores tasas de actividad.
Otra de las comunidades en que la
brecha de género se muestra con ín-
dices elevados es Castilla-La Man-
cha. La población trabajadora feme-
nina presenta una alta tasa de paro
(21,89) y una baja tasa de actividad
(47), tanto en relación con los datos
totales como en relación a la pobla-
ción trabajadora masculina de esta comuni-
dad que presenta datos de actividad
(68,29) y paro (17,41) más favorables que
la media estatal.
Tanto en la Comunidad Valenciana como
en la Región de Murcia, las tasas de pa-
ro de las mujeres son más elevadas que
la media estatal, cifras que se acompa-
ñan de mayor tasa de actividad femenina
que la media estatal en Valencia y datos
casi parejos a la media en Murcia. En
ambos casos, la situación de la pobla-
ción de varones se presenta igualmente
desfavorable, pues, no solo superan las
cifras de desempleo estatales sino que
superan las del desempleo femenino,
presentando altas tasas de actividad que
en ambos casos superan la media del Es-
tado.
De las comunidades restantes, Baleares
es la que mayor porcentaje presenta de
mujeres desempleadas, sin alcanzar la me-
dia estatal, y mayores tasas de actividad
femenina, por encima de la media esta-
46
El paro sigue incidiendo con más fuer-
za sobre la menor proporción de muje-
res que constituyen la población activa
femenina.
tal. La tasa de paro de varones en Balea-
res supera en más de tres puntos la tasa
femenina de paro aunque de igual forma,
la tasa masculina de actividad está por
encima de la tasa femenina y de la media
estatal.
También en Cataluña la situación de de-
sempleo parece invertirse afectando más
a los varones, pues, las mujeres presentan
tasas de paro inferiores a la media estatal
y una tasa de actividad superior a la me-
dia, mientras los varones se sitúan en am-
bos datos muy cerca de la media estatal
superando en tasa de paro a las mujeres
en más de dos puntos, aunque es preciso
considerar que todavía la tasa de actividad
masculina (69,97) supera con creces a la
femenina (54,83).
Otra de las comunidades en que el paro
masculino es mayor que el femenino es
Aragón con tasa de paro para las mujeres
de 12,55 y para los varones de
13,85. Ambas tasas de paro son
muy inferiores a las tasas medias
de desempleo estatales para varo-
nes (18,64) y mujeres (19,07).
Igualmente, las tasas de actividad
que presentan trabajadores/as en
Aragón son algo inferiores a la me-
dia estatal, superando con diferen-
cia la masculina de 66,95 a la fe-
menina de 50,70.
Asturias, Cantabria, Castilla y León, Gali-
cia y Euskadi presentan tasas de actividad
y de paro menores que la media estatal
tanto para mujeres como para varones y,
en los cinco casos, son más elevadas las
tasas de paro de las mujeres y más bajas
sus tasas de actividad.
En la comunidad de La Rioja se dan tasas
de actividad tanto para mujeres como para
hombres cercanas a la media estatal
con la consiguiente diferencia entre am-
bas, mientras que en relación a los da-
tos de desempleo, en ambos casos pre-
sentan una diferencia favorable de cinco
puntos con relación a la media de comu-
nidades autónomas y por lo tanto, con
una situación más desfavorable en este
aspecto para las mujeres (tasa de paro
varones: 13,02; tasa de paro mujeres:
14,52).
En el caso de la Comunidad de Madrid,
tanto la tasa de actividad masculina co-
mo la femenina son superiores a la me-
dia aunque con significativa diferencia en-
tre ambas (varones: 72,61; mujeres:
57,32), mientras la tasa de paro es muy
similar para ambos colectivos (varones:
14,58; mujeres: 14,79). Si bien, la tasa
de actividad de varones es sustancialmen-
te superior a la femenina y la tasa de pa-
ro de mujeres es ligeramente superior a
la masculina.
Por último, con respecto a la Comunidad
Foral de Navarra, las tasas de paro son
las más bajas del Estado siendo para mu-
jeres de 11,41 y para varones de 9,83.
Los datos de actividad son, para el caso
de los varones, ligeramente inferiores a
la media y, al contrario para el caso de
las mujeres en que son ligeramente su-
periores a la media estatal con una dife-
rencia entre ambas de 67,32 con res-
pecto a los varones y 52,25 en relación
con las mujeres.
En cuanto a la población de 16 y más
años y la relación con la actividad eco-
nómica, se observa, a través de los da-
tos del 4º trimestre de 2009, que la ta-
sa de actividad femenina es sustancial-
mente menor que la masculina, la tasa
de paro es más elevada y con respecto
a la tasa de empleo la diferencia es no-
toria.
Así mismo, si se observa la evolución
tanto con respecto al trimestre anterior
como la relativa al mismo trimestre del
año 2008, vemos como la tasa de acti-
vidad decrece entre los varones de 16 a
64 años y se incrementa ligeramente
entre las mujeres de los mismos tramos
de edad. La tasa de empleo desciende
en ambos sexos con mayor incidencia
entre los trabajadores y la tasa de paro
se incrementa en los dos colectivos.
Es significativo señalar que, a pesar de la
consideración de que la crisis eco-
nómica recae fundamentalmente
sobre los trabajadores varones des-
truyendo puestos de trabajo de sec-
tores tradicionalmente masculiniza-
dos, la tasa de paro entre la pobla-
ción masculina de 16 a 64 años
sufre una variación con respecto al
trimestre anterior de 0,87 mien-
tras que la tasa de paro femenina
se incrementa con respecto al tri-
mestre anterior en un 0,93.
En relación con los datos de personas ocu-
padas, según sexo y tramos de edad, se
constata que entre los varones de todas
las edades disminuye el nivel de ocupa-
ción. Con respecto a las mujeres, el nivel
de ocupación disminuye de forma notoria
entre las más jóvenes (16 a 19 años:
–36,66%) afectando a más de la tercera
parte de las mujeres pertenecientes a ese
tramo de edad.
47
Respecto a las mujeres, el nivel de
ocupación disminuye de forma notoria
entre las más jóvenes (16 a 19 años)
afectando a más de la tercera parte
de las mujeres pertenecientes a ese
tramo de edad.
48
Trimestre Variación sobre elVariación sobre
actual trimestre anteriorigual trimestre del
año anterior
Diferencia Porcentaje Diferencia Porcentaje
AMBOS SEXOS
Población de 16 años y más 38.443,2 0,7 0,00 86,7 0,23
Población activa 22.972,5 –21,0 –0,09 –92,2 –0,40
– P. Ocupada 18.645,9 –224,2 –1,19 –1.210,8 –6,10
– P. Parada 4.326,5 203,2 4,93 1.118,6 34,87
Población Inactiva 15.470,7 21,7 0,14 178,9 1,17
Tasa de actividad 59,76 –0,06 – –0,38 –
Tasa de paro 18,83 0,90 – 4,93 –
Población de 16 a 64 años 30.873,1 –30,5 –0,10 –28,3 –0,09
Tasa de actividad (16-64) 73,86 –0,05 – –0,25 –
Tasa de paro (16-64) 18,94 0,90 – 4,95 –
Tasa de empleo (16-64) 59,87 –0,71 – –3,88 –
VARONES
Población de 16 años y más 18.833,1 –22,2 –0,12 7,9 0,04
Activos 12.833,2 –71,0 –0,55 –196,3 –1,51
– Ocupados 10.440,6 –172,6 –1,63 –900,0 –7,94
– Parados 2.392,5 101,7 4,44 703,7 41,67
Inactivos 6.000,0 48,8 0,82 204,2 3,52
Tasa de actividad 68,14 –0,30 – –1,07 –
Tasa de paro 18,64 0,89 – 5,68 –
Población de 16 a 64 años 15.591,2 –36,0 –0,23 –44,9 –0,29
Tasa de actividad (16-64) 81,64 –0,33 – –1,08 –
Tasa de paro (16-64) 18,74 0,87 – 5,70 –
Tasa de empleo (16-64) 66,34 –0,99 – –5,59 –
MUJERES
Población de 16 años y más 19.610,0 22,9 0,12 78,8 0,40
Activas 10.139,3 50,0 0,50 104,1 1,04
– Ocupadas 8.205,3 –51,6 –0,62 –310,8 –3,65
– Paradas 1.934,0 101,5 5,54 415,0 27,32
Inactivas 9.470,7 –27,1 –0,29 –25,3 –0,27
Tasa de actividad 51,70 0,19 – 0,32 –
Tasa de paro 19,07 0,91 – 3,94 –
Población de 16 a 64 años 15.281,9 5,5 0,04 16,7 0,11
Tasa de actividad (16-64) 65,92 0,25 – 0,63 –
Tasa de paro (16-64) 19,19 0,93 – 3,98 –
Tasa de empleo (16-64) 53,27 –0,41 – –2,09 –
POBLACIÓN DE 16 Y MÁS AÑOS POR SEXO Y RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD ECONÓMICA. 4º TRIMESTRE, 2009
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
49
Trimestre Variación sobre elVariación sobre el
actual trimestre anteriortrimestre delaño anterior
Diferencia Porcentaje Diferencia Porcentaje
PERSONAS OCUPADAS POR SEXO, GRUPO DE EDAD Y SECTOR ECONÓMICO. EPA, 4º TRIMESTRE, 2009
AMBOS SEXOS 18.645,9 –224,2 –1,19 –1.210,8 –6,10
De 16 a 19 años 160,9 –65,6 –28,96 –104,2 –39,30
De 20 a 24 años 1.112,1 –69,6 –5,89 –286,8 –20,50
De 25 a 29 años 2.244,6 –50,9 –2,22 –326,1 –12,69
De 30 a 34 años 2.902,8 –34,4 –1,17 –206,2 –6,63
De 35 a 39 años 2.815,8 –30,1 –1,06 –133,4 –4,52
De 40 a 44 años 2.680,6 –2,4 –0,09 –63,3 –2,31
De 45 a 49 años 2.415,5 –11,1 –0,46 –45,0 –1,83
De 50 a 54 años 1.980,6 23,3 1,19 12,5 0,63
De 55 años y más 2.333,0 16,5 0,71 –58,3 –2,44
VARONES 10.440,6 –172,6 –1,63 –900,0 –7,94
De 16 a 19 años 101,9 –31,5 –23,59 –52,7 –34,08
De 20 a 24 años 574,6 –49,6 –7,94 –175,8 –23,43
De 25 a 29 años 1.162,7 –34,3 –2,86 –190,4 –14,07
De 30 a 34 años 1.602,5 –16,7 –1,03 –151,8 –8,65
De 35 a 39 años 1.584,9 –4,8 –0,30 –96,5 –5,74
De 40 a 44 años 1.486,3 –12,1 –0,81 –76,4 –4,89
De 45 a 49 años 1.355,9 –16,2 –1,18 –36,9 –2,65
De 50 a 54 años 1.136,5 –5,1 –0,45 –23,8 –2,05
De 55 años y más 1.435,3 –2,4 –0,16 –95,7 –6,25
MUJERES 8.205,3 –51,6 –0,62 –310,8 –3,65
De 16 a 19 años 58,9 –34,1 –36,66 –51,5 –46,61
De 20 a 24 años 537,5 –20,0 –3,59 –111,0 –17,11
De 25 a 29 años 1.082,0 –16,6 –1,51 –135,8 –11,15
De 30 a 34 años 1.300,3 –17,6 –1,34 –54,4 –4,01
De 35 a 39 años 1.230,9 –25,3 –2,01 –36,9 –2,91
De 40 a 44 años 1.194,3 9,7 0,82 13,0 1,10
De 45 a 49 años 1.059,6 5,1 0,48 –8,1 –0,76
De 50 a 54 años 844,1 28,4 3,49 36,3 4,49
De 55 años y más 897,7 18,8 2,14 37,4 4,35
TOTAL OCUPADOS/AS 18.645,9 –224,2 –1,19 –1.210,8 –6,10
Agricultura 782,6 45,5 6,17 –21,2 –2,64
Industria 2.680,9 –38,6 –1,42 –361,7 –11,89
Construcción 1.802,7 –47,7 –2,58 –378,1 –17,34
Servicios 13.379,7 –183,4 –1,35 –449,9 –3,25
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
Se mantienen los datos en positivo para las
mujeres de entre 40 y 64 años ya que no
es probable que desarrollen sus profesio-
nes en sectores masculinizados como la
construcción o la industria. No obstante,
dada la diferencia existente en los datos to-
tales de ocupación según sexo, se mantie-
nen niveles de dificultad específica de acce-
so y permanencia en el ámbito laboral para
las mujeres de todos los tramos de edad.
En cuanto a los sectores económicos, es
llamativo el descenso de la ocupación en
el sector servicios, considerado uno de
los sectores prioritarios de participación
laboral femenina en el que la pérdida de
ocupación supone más del doble de la
pérdida producida conjuntamente en la in-
dustria y en la construcción. En concreto
cuadriplica en pérdida de ocupación al
sector de la construcción y quintuplica al
sector de la industria. La evolución de los
datos revela que si bien la construcción y
la industria sufrieron importantes caídas
de ocupación en el 4º trimestre del año
2008, al igual que el sector servicios,
durante el 4º trimestre del año 2009, es-
te descenso en los dos primeros secto-
res ha disminuido drásticamente aunque
no así en el sector servicios cuya diferen-
cia con el trimestre anterior se cifra en
–183,4.
La agricultura, por el contrario, mantiene
un incremento de ocupación, remontando
los datos negativos del mismo trimestre
del año anterior y presentando una varia-
ción positiva de 45,5 entre el 4º y el 3er
trimestre de 2009.
Con respecto a la situación profesional, a
excepción de la participación en cooperati-
vas que señala un incremento de ocupación
en un porcentaje del 9,95, la ocupación
desciende en todos los sectores presentan-
do el porcentaje más elevado de pérdida un
sector tradicionalmente feminizado que es
el relativo a la ayuda familiar con un –11,73.
En relación con el tipo de contrato, se
mantienen los contratos indefinidos pero
desciende la contratación temporal en un
porcentaje de –3,95. Entre las personas
ocupadas a tiempo completo, desciende
el porcentaje de varones en un porcentaje
de –2,23, superado por el descenso del
porcentaje de mujeres en la misma situa-
ción que se sitúa en un –2,38.
50
Trimestre Variación sobre elVariación sobre
actual trimestre anteriorigual trimestre del
año anterior
Diferencia Porcentaje Diferencia Porcentaje
TOTAL OCUPADAS/OS 18.645,9 –224,2 –1,19 –1.210,8 –6,10
Trabajadoras/es por cuenta propia 3.140,6 –68,9 –2,15 –394,4 –11,16
– Empleadoras/es 1.051,0 –10,6 –1,00 –114,3 –9,81
– Empresariado sin asalariadas/os
Trabajadoras/es independientes 1.893,2 –40,5 –2,10 –217,0 –10,28
– Miembros de cooperativas 37,5 3,4 9,95 –24,9 –39,94
– Ayudas familiares 158,9 –21,1 –11,73 –38,1 –19,36
Asalariadas/os 15.492,6 –157,5 –1,01 –815,5 –5,00
– Con contrato indefinido 11.606,4 2,3 0,02 –147,5 –1,25
– Con contrato temporal 3.886,2 –159,8 –3,95 –668,0 –14,67
Otras situaciones 12,6 2,1 20,44 –0,9 –6,85
OCUPADAS/OS A TIEMPO COMPLETO 16.175,2 –378,8 –2,29 –1.202,6 –6,92
Varones 9.887,7 –225,4 –2,23 –957,7 –8,83
Mujeres 6.287,5 –153,4 –2,38 –244,9 –3,75
OCUPADAS/OS A TIEMPO PARCIAL 2.470,7 154,6 6,68 –8,3 –0,33
Varones 552,9 52,8 10,55 57,7 11,65
Mujeres 1.917,8 101,8 5,61 –66,0 –3,33
PERSONAS OCUPADAS POR SITUACIÓN PROFESIONAL, TIPO DE CONTRATO Y DURACIÓN DE LA JORNADA.
EPA, 4º TRIMESTRE, 2009
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
Probablemente debido a la pérdida de la
ocupación a tiempo completo, el incre-
mento porcentual de varones ocupados a
tiempo parcial supone el doble del incre-
mento de ocupación de las mujeres se-
gún esta modalidad, aunque, siendo el
trabajo a tiempo parcial una de las situa-
ciones más claramente marcadas según
género, el número de mujeres que han
accedido a estos contratos en relación
con el trimestre anterior duplica al núme-
ro de varones.
51
AMBOS SEXOS 4.326,5 203,2 4,93 1.118,6 34,87
De 16 a 19 años 218,4 –40,9 –15,76 –5,5 –2,44
De 20 a 24 años 598,0 –28,5 –4,55 137,0 29,71
De 25 a 54 años 3.180,2 245,8 8,38 879,1 38,20
De 55 años y más 330,0 26,8 8,83 108,1 48,73
VARONES 2.392,5 101,7 4,44 703,7 41,67
De 16 a 19 años 135,5 –16,2 –10,65 11,2 8,97
De 20 a 24 años 334,2 –6,4 –1,87 77,5 30,20
De 25 a 54 años 1.726,5 103,0 6,34 538,7 45,35
De 55 años y más 196,4 21,2 12,11 76,4 63,63
MUJERES 1.934,0 101,5 5,54 415,0 27,32
De 16 a 19 años 82,9 –24,7 –22,97 –16,6 –16,71
De 20 a 24 años 263,8 –22,1 –7,74 59,5 29,09
De 25 a 54 años 1.453,7 142,8 10,89 340,4 30,57
De 55 años y más 133,6 5,6 4,35 31,7 31,17
TOTAL PARADAS/OS 4.326,5 203,2 4,93 1.118,6 34,87
Agricultura 192,9 –22,2 –10,30 43,8 29,38
Industria 327,4 –32,4 –9,00 39,3 13,66
Construcción 614,6 –7,5 –1,20 29,7 5,08
Servicios 1.414,5 9,8 0,70 267,1 23,28
Perdieron su empleo hace más de 1 año 1.477,2 270,0 22,37 688,1 87,21
Buscan primer empleo 299,8 –14,6 –4,65 50,6 20,28
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
La conclusión más significativa derivada
de la presente tabla, se refiere al cómpu-
to total de personas paradas por sectores
de actividad. Si bien la incidencia de la cri-
sis se formula en términos de destrucción
de empleo en la construcción y la indus-
tria, sectores masculinizados, el número
más elevado de personas en situación de
desempleo corresponde al sector servi-
cios que es un ámbito laboral feminizado.
Los datos de la evolución de la tasa de ac-
tividad según sexo muestran claramente
la decidida incursión de las mujeres en el
ámbito laboral que se incrementa, con li-
geras variaciones, paulatinamente desde
Trimestre Variación sobre elVariación sobre
actual trimestre anteriorigual trimestre del
año anterior
Diferencia Porcentaje Diferencia Porcentaje
PERSONAS PARADAS POR SEXO, GRUPO DE EDAD Y SECTOR ECONÓMICO. EPA, 4º TRIMESTRE, 2009
el 1er trimestre de 2006 hasta el 4º tri-
mestre de 2009 en que esta tasa alcanza
un porcentaje del 51,7. Estos datos seña-
lan con claridad la concepción del trabajo
remunerado femenino no solo como un
derecho sino también como una consoli-
dada expectativa profesional y vital que hoy
comparten la mayoría de las mujeres de
nuestro país.
Los datos de actividad por sexo y comuni-
dades autónomas, reflejan de igual forma
que es unánime el incremento de la parti-
cipación económica de las mujeres en
nuestro país. Así como en el caso de los
varones, la crisis económica parece inci-
dir en la voluntad de participación labo-
ral y, por lo tanto, en las tasas de actividad,
52
80
70
60
50
40
20
06
TI
20
06
TII
20
08
TII
20
07
TII
20
09
TII
20
06
TIII
20
08
TIII
20
07
TIII
20
09
TIII
20
06
TIV
20
08
TIV
20
07
TIV
20
07
TI
20
08
TI
20
09
TI
20
09
TIV
Varones
Mujeres
FFUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
Año/Trimestre Varones Mujeres
2006TI 68,93 47,47
2006TII 69,09 47,93
2006TIII 69,48 47,83
2006TIV 69,00 48,56
2007TI 68,93 48,61
2007TII 69,33 48,78
2007TIII 69,61 48,98
2007TIV 69,23 49,37
2008TI 69,32 49,73
2008TII 69,64 50,25
2008TIII 69,81 50,46
2008TIV 69,21 51,38
2009TI 69,11 51,51
2009TII 68,89 51,55
2009TIII 68,44 51,51
2009TIV 68,14 51,7
EVOLUCIÓN DE LA TASA DE ACTIVIDAD POR SEXO 2006-2009 (PORCENTAJE).TABLA Y REPRESENTACIÓN GRÁFICA
observándose un ligero descenso en los
cuartos trimestres de 2008 y 2009, en
el caso de la participación femenina, es-
tos últimos cuatro años nos muestran en
todas las comunidades una línea ascen-
dente con diferencias significativas entre
la tasa de actividad femenina presentada
en 2006 y la correspondiente a 2009.
En algunas comunidades esta línea ha su-
frido algún ligero retroceso entre el 4º tri-
mestre de 2008 y el 4º trimestre de
2009, pero en la totalidad, las cifras fina-
les de 2009 superan la situación de parti-
da de 2006.
Destacan los casos concretos de las ciu-
dades autónomas de Ceuta y Melilla, en
que el incremento de la tasa de actividad
femenina ha sido realmente notorio pasan-
do de una tasa de actividad de 36,63 y
36,4 respectivamente en el 4º trimestre
de 2006 a 42,93 y 42,53 en el mismo
periodo de 2009.
El mismo dato de tasa de actividad, com-
putado anualmente por comunidades autó-
nomas y sexo entre 2005 y 2008, refle-
ja un incremento constante tanto en lo
referente a la tasa de actividad mascu-
lina como a la femenina, a excepción
precisamente del caso de las ciudades
autónomas que presentaban datos más
53
2006TIV 2007TIV 2008TIV 2009TIV
Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres
Andalucía 67,96 43,22 68,14 45,7 68,77 48,28 67,52 49,42
Aragón 66,55 47,75 67,94 50,05 68,34 50,93 66,95 50,7
Asturias (Principado de) 59,01 41,28 59,8 42,74 60,31 45,56 59,1 44,77
Balears (Illes) 71,97 53,39 73,36 52,97 71,93 55,66 72,78 56,21
Canarias 70,17 51,48 70,22 51,15 70,56 52,02 70,87 54,98
Cantabria 65,52 46,17 67,19 46,11 66,19 48,15 64,22 48,2
Castilla y León 63,58 43,48 63,96 43,97 63,86 45,88 63,22 46,17
Castilla - La Mancha 68,88 41,83 68,51 43,93 68,68 45,85 68,29 47
Cataluña 72 53,03 72,46 53,44 71,91 55,07 69,97 54,83
Comunitat Valenciana 70,68 50,01 70,71 50,47 70,26 53,09 69,61 52,94
Extremadura 64,37 40,4 64,59 42,53 64,47 42,82 63,3 43,71
Galicia 62,05 45,88 63,55 45,66 63,31 48,23 62,14 48,07
Madrid (Comunidad de) 73,59 55,86 72,65 55,8 73,01 57,74 72,61 57,32
Murcia (Región de) 71,35 46,97 72,64 48,26 72,54 51,05 70,19 51,09
Navarra (C. Foral de) 70,42 51,25 69,96 50,79 69,27 52,14 67,32 52,25
País Vasco 67,42 49,79 66,7 49,31 66,44 50,36 64,51 50,77
Rioja (La) 70,83 48,39 70,04 49,47 69,63 50,49 68,51 51,46
Ceuta 59,29 36,63 69,01 39,22 68,67 45,77 66,43 42,93
Melilla 67,44 36,4 70,95 41,32 66,03 33,64 61,65 42,53
EVOLUCIÓN DE LA TASA DE ACTIVIDAD POR SEXO Y COMUNIDAD AUTÓNOMA
(COMPARATIVA DE LOS 4 TRIMESTRES PERIODO 2006-2009)1
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
1. Se ha optado por incluir una tabla en la que se realice una comparación de los datos de los cuartos trimestres para poder ofrecer las cifras más recientes de forma comparable con lasanteriores, es decir, las correspondientes al 4º trimestre de 2009. Los datos anuales disponibles en el servidor del INE se agotan en 2008.
favorables para la actividad en el año
2005. En la ciudad autónoma de Ceuta,
tanto la tasa de actividad masculina co-
mo la femenina sufren un retroceso des-
de 2005 a 2008, mientras en la ciudad
autónoma de Melilla, este aspecto atañe
únicamente a la tasa de actividad femeni-
na que además es oscilante según el año
de referencia.
En la tabla se percibe el incremento del
desánimo ante la perspectiva de acceder
a un puesto de trabajo. En concreto, en
relación con las respuestas de los varones al
ítem “cree que no lo va a encontrar” hay un
salto cualitativo de 2006 a 2009 en el des-
censo de los niveles de confianza en acceder
al mercado laboral. Si en 2006 la certeza
de poder acceder al mercado de trabajo era
importante y solo 43.500 varones carecían
de ella, en 2009 esa cifra resulta casi tripli-
cada, producto, sin duda de la situación de
crisis económica que atravesamos.
En relación con las mujeres observamos
que esa desconfianza en encontrar un
puesto de trabajo, se ha ido incrementan-
do desde 2006 con un punto de inflexión
en 2007, llegando en 2009 a afectar a
281.000 mujeres, dato que supone más
del doble de varones en la misma situa-
ción de desánimo.
Llaman la atención los datos referidos a la
regulación de empleo que en el caso de
las mujeres apenas son significativos,
afectando a un número total de trabajado-
ras muy escaso, mientras se incrementa
paulatinamente entre los trabajadores.
54
2008 2007 2006 2005
Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres
Andalucía 68,62 46,85 68,2 44,67 67,99 43,09 67,63 41,51
Aragón 68,33 50,37 68,08 49,67 67,17 46,19 67,98 45,39
Asturias (Principado de) 61 45,15 59,53 42,39 59,99 40,67 59,31 38,03
Balears (Illes) 73,55 55,98 73,74 54,44 73,78 54,51 72,36 53,16
Canarias 70,67 51,28 70,58 51,57 71,46 50,68 70,17 48,71
Cantabria 66,8 47,59 66,52 46,48 65,72 45,49 66,5 43,6
Castilla y León 64,19 45,12 64,03 43,57 63,85 42,64 64,12 41,17
Castilla - La Mancha 68,66 45,4 68,95 43,02 69,03 41,03 68,25 39,87
Cataluña 72,26 54,42 72,18 53,11 72,15 52,53 71,8 51,15
Comunitat Valenciana 70,82 51,62 70,52 49,95 70,71 48,81 70,27 47,35
Extremadura 64,8 42,47 64,34 41,64 63,96 39,51 63,99 39,57
Galicia 63,69 47,18 63,29 46,02 62,19 45,78 62,61 44,31
Madrid (Comunidad de) 73,28 56,51 73,17 55,3 72,99 54,85 72,47 53,07
Murcia (Región de) 72,43 50,92 72,82 47,87 71,24 46,61 71,04 44,64
Navarra (C. Foral de) 70,11 52,31 70,88 50,9 70,42 51,06 69,79 49,55
País Vasco 67,03 49,62 66,9 48,86 67,77 48,89 67,38 47,01
Rioja (La) 69,84 49,93 70,07 47,7 70,05 48,83 70,9 47,89
Ceuta 70,19 40,97 66,81 36,77 65,4 40,24 73,79 42,38
Melilla 70,72 37,05 68,42 40,45 69,18 36,94 65,4 38,3
EVOLUCIÓN DE LA TASA DE ACTIVIDAD POR SEXO Y COMUNIDAD AUTÓNOMA.
(DATOS ANUALES 2005-2008)
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
Podría deducirse que la destrucción de
empleos masculinos goza de cierta cober-
tura proporcionada por la regulación de
empleo de la que carecen la mayoría de
los puestos de trabajo que desaparecen y
habían sido ocupados por mujeres.
En relación con el cuidado de personas
dependientes, sean menores o adultas,
resulta interesante establecer una rela-
ción entre los resultados que ofrece esta
tabla y los obtenidos por la Encuesta
“Cuidados en la familia de personas ma-
yores en situación de dependencia”, rea-
lizada por el Imserso en el año 2004. Se-
gún esta encuesta, un 83,6% de las per-
sonas cuidadoras en esa fecha eran
mujeres.
Un 26,4% de las personas cuidadoras en-
cuestadas aseguraban no poder plantear-
se trabajar fuera de casa a causa de sus
tareas de cuidado, lo cual forma parte de
lo que la economista Cristina Carrasco de-
nomina “desempleo oculto”. Un 11,2% re-
fería haber tenido que reducir su jornada
laboral por esta misma causa, con las
consecuencias salariales y profesionales a
ello asociadas.
No obstante, los datos muestran que el
cuidado de personas y otras responsabili-
dades familiares y personales disminuye
como obstáculo para acceder al mercado
de trabajo tanto entre los varones, a los
que no suponía mayoritariamente una ba-
rrera, como entre las mujeres. A pesar de
ello, el número de mujeres que presentan
dificultades para buscar un empleo por
cuestiones derivadas de la atención a
otras personas y responsabilidades fami-
liares es desproporcionadamente mayor
que el de varones (2.366,9 frente a 99,5)
lo que nos sitúa ante un panorama laboral
en que las mujeres se siguen haciendo
cargo y tienen la responsabilidad del tra-
bajo doméstico y de cuidados compaginán-
dolo, en ocasiones, con el trabajo remune-
rado con el consecuente incremento de la
carga global de trabajo y el ejercicio de do-
bles y triples jornadas laborales.
El recorte en servicios sociales, y en de-
finitiva, en los derechos generados por
la construcción del estado de bienestar,
55
2006TIV 2007TIV 2008TIV 2009TIV
VARONES
Cree que no lo va a encontrar 43,5 47,2 79,9 120,1
Estar afectado por una regulación de empleo 15,6 18,3 18,9 19,3
Enfermedad o incapacidad propia 766,1 772,2 790,5 799,4
Cuidar menores o personas enfermas, mayores o discapacitadas 22,9 25,6 22,8 16,4
Otras responsabilidades familiares o personales 77 96,2 87,3 73,1
Estar cursando estudios o recibiendo formación 993,5 1.014,6 1.013,2 1.100,8
Estar jubilado 2.001,4 1.954,7 1.946,2 1.970,6
Otros motivos 302,9 292,8 275,6 295,9
No sabe 17,4 17 13,8 11,9
No clasificable2 1.419,7 1.483,5 1.547,6 1.592,4
MUJERES
Cree que no lo va a encontrar 193,5 175,9 214,6 281,4
Estar afectada por una regulación de empleo 5 2,6 7,6 5,4
Enfermedad o incapacidad propia 1.043,2 1.016,7 967,8 778,5
Cuidar menores o personas enfermas, mayores o discapacitadas 796 824,7 734,6 637
Otras responsabilidades familiares o personales 2.473,6 2497 2.257,5 1.729,9
Estar cursando estudios o recibiendo formación 1.099,9 1.090,6 1.078,8 1.165,5
Estar jubilada 1.028 952,3 1.012,6 1.019,9
Otros motivos 878,1 868,6 894,8 1.454,6
No sabe 40,3 19,3 16,4 14,2
No clasificable 2.205,4 2.322,8 2.311,3 2.384,3
PERSONAS INACTIVAS POR SEXO Y MOTIVO PARA NO BUSCAR EMPLEO.
(COMPARATIVA DE LOS 4º TRIMESTRES PERIODO 2006-2009, EN MILES DE PERSONAS)
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
2. El INE indica que aquellas personas incluidas bajo el epígrafe de “no clasificables” son fundamentalmente las que ya han encontrado un empleo en el que aún no han empezado a trabajary las personas sin empleo de 75 o más años.
repercuten en dificultades en la empleabi-
lidad de las mujeres, en su permanencia
en el mercado laboral y en su promoción
profesional.
Como principales responsables del cuida-
do en el imaginario social, la merma en
servicios y derechos impacta de forma di-
recta en su relación con el empleo remu-
nerado.
El énfasis en la corresponsabilidad, en las
medidas de igualdad empresariales y en los
servicios de atención y cuidado a menores
y dependientes son variables fundamenta-
les para amortiguar los efectos de la crisis
económica en las vidas de las mujeres.
En cuanto a la realización de estudios y la ju-
bilación, las cifras relativas a ambos sexos
son similares. No así las que se refieren a
“otros motivos” que afectan de manera
particular a las mujeres en más del triple
que a los varones. Las respuestas consi-
deradas en el epígrafe “no clasificables”
presentan asimismo una abultada cifra co-
rrespondiente a las mujeres relacionada,
sin duda, no tanto con haber obtenido un
empleo y no haber empezado aún a traba-
jar como con los elevados niveles de espe-
ranza de vida de éstas.
La diferencia en los datos de ocupación
entre varones y mujeres sigue estando
presente en los datos de 2008-2009, pe-
riodo en que la crisis afecta al empleo con
mayor contundencia. A pesar de la dismi-
nución de puestos de trabajo masculinos,
no es menos importante la pérdida de
puestos ocupados por mujeres, que sigue
situando a la población ocupada femenina
a importante distancia de la masculina
(8.205,3 mujeres ocupadas, 10.440,6
varones ocupados).
Si bien el dato de pérdida de empleo mas-
culino en el sector de la construcción es
el más significativo (2.491,4 ocupados en
2008 TI a 1.659,9 ocupados en 2009
TIV) no lo es menos la pérdida de empleos
femeninos en el sector de la agricultura y
de los servicios que han pasado respecti-
vamente de 242,1 a 205,8 y 7.228,3 a
7.180,8 en el mismo periodo.
La presente tabla muestra cómo la tem-
poralidad y la parcialidad en el empleo se
corresponden mayoritariamente con la
ocupación de las mujeres que se ven
afectadas en mayor medida que los varo-
nes por los contratos discontinuos, even-
tuales, de prácticas o de sustitución. En
relación con los contratos indefinidos, la
posición de las mujeres es también menos
favorable con una diferencia de cuatro
puntos porcentuales en el 4º trimestre de
2009.
A lo largo del periodo comprendido entre
2005 y 2008, todos los datos, excepto
los referentes a contratos temporales pa-
ra obra o servicio determinado que recaen
mayoritariamente sobre los varones,
muestran parámetros de precariedad la-
boral más elevados para las mujeres, in-
cluyendo la diferencia entre la contrata-
ción indefinida para uno y otro sexo.
56
2008TI 2008TII 2008TIII 2008TIV 2009TI 2009TII 2009TIII 2009TIV
VARONES
TOTAL 11.923,9 11.859,4 11.758,9 11.340,6 10.830,9 10.700,9 10.613,3 10.440,6
Agricultura 621,6 589,9 587,4 591,8 609,8 584 554,9 576,8
Industria 2.484,4 2.456,1 2.419,1 2.313,6 2.205,6 2.119,3 2.046,2 2.005
Construcción 2.491,4 2.371,9 2.241,9 2.019,5 1.821,2 1.780,1 1713 1.659,9
Servicios 6.326,5 6.441,4 6.510,6 6.415,6 6.194,3 6.217,5 6.299,2 6.198,9
MUJERES
TOTAL 8.478,4 8.565,8 8.587,4 8.516,2 8.259,9 8.244,1 8.256,9 8.205,3
Agricultura 242,1 230,8 199,9 212 228 202,7 182,2 205,8
Industria 829 788,2 776,1 729 694,6 680,1 673,4 675,9
Construcción 178,9 177,5 171,3 161,2 156,7 142 137,3 142,8
Servicios 7.228,3 7.369,2 7.440,1 7.414 7.180,5 7.219,4 7.263,9 7.180,80
PERSONAS OCUPADAS POR SEXO Y SECTOR ECONÓMICO
(COMPARATIVA DE LOS 4 TRIMESTRES PERIODO 2008-2009, EN MILES DE PERSONAS)3
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
3. Datos anteriores a 2008 no disponibles.
57
Varones Mujeres
2006 2007 2008 2009 2006 2007 2008 2009TIV TIV TIV TIV TIV TIV TIV TIV
De duración indefinida: Total 68 70,4 74,1 76,1 63,8 67,3 69,6 73,5De duración indefinida:Permanente a lo largo del tiempo 67,2 69,6 73,3 75,2 61,8 65,2 67,7 71,3
De duración indefinida:Discontinuo 0,8 0,9 0,8 0,9 2,1 2,1 1,9 2,2
Temporal: Total 32 29,6 25,9 23,9 36,2 32,7 30,4 26,5Temporal: Eventualpor circunstancias de la producción 5,1 4,7 4,5 3,6 6,5 6,5 5,8 4,4
Temporal: De aprendizaje,formación o práctica 1,2 1,1 0,9 0,7 1,5 1 1 0,9
Temporal: Estacional o de temporada 1,6 1,4 1,7 1,8 2,3 2 2,1 1,8Temporal: En periodo de prueba 0,5 0,5 0,4 0,2 0,6 0,6 0,5 0,2Temporal: Cubre la ausencia total oparcial de otro/a trabajador/a 1,2 1,2 1,3 1,4 4 4,2 4,5 4,3
Temporal: Para obra o serviciodeterminado 14,6 14,4 12,3 11,7 8,8 8,7 8,6 8,4
Temporal: Verbal, no incluido en lasopciones anteriores 1,6 1,6 1,2 1,4 4,9 4,2 3,3 3
Temporal: Otro tipo 0,8 0,8 0,6 0,8 1,5 1,4 1,4 1,1Temporal: No sabe 5,4 3,8 3 2,3 6 4 3,2 2,3
PERSONAS ASALARIADAS POR SEXO Y TIPO DE CONTRATO O RELACIÓN LABORAL.
(COMPARATIVA DE LOS 4º TRIMESTRES PERIODO 2006-2009, % RESPECTO DEL TOTAL DE CADA SEXO)4
Varones Mujeres
2005 2006 2007 2008 2005 2006 2007 2008
De duración indefinida: Total 68,3 68 69,4 72,4 64,3 63,3 66,9 68,6De duración indefinida:Permanente a lo largo del tiempo 67,6 67,2 68,5 71,6 62,4 61,3 64,8 66,7
De duración indefinida:Discontinuo 0,8 0,7 0,9 0,8 1,9 2 2,1 2
Temporal: Total 31,7 32 30,6 27,6 35,7 36,7 33,1 31,4Temporal: Eventualpor circunstancias de la producción 4,8 5,1 4,6 4,4 6,3 6,6 6,2 5,9
Temporal: De aprendizaje,formación o práctica 1,3 1,1 1,2 0,9 1,4 1,4 1,2 1
Temporal: Estacional o de temporada 2,2 1,7 1,8 1,6 3,1 2,7 2,6 2,3Temporal: En periodo de prueba 0,6 0,4 0,5 0,5 0,6 0,5 0,6 0,5Temporal: Cubre la ausencia total oparcial de otro/a trabajador/a 1,1 1,2 1,3 1,2 4,1 4,4 4,2 4,5
Temporal: Para obra o serviciodeterminado 13,7 14,4 14,8 13,4 8,7 8,7 8,5 8,5
Temporal: Verbal, no incluido en lasopciones anteriores 1,2 1,5 1,5 1,5 3,7 4,7 4,3 3,6
Temporal: Otro tipo 1,2 0,8 0,8 0,7 2 1,6 1,4 1,5Temporal: No sabe 5,6 5,8 4,1 3,4 5,9 6,2 4,1 3,6
PERSONAS ASALARIADAS POR SEXO Y TIPO DE CONTRATO O RELACIÓN LABORAL.
(DATOS ANUALES 2005-2008, % RESPECTO DEL TOTAL DE CADA SEXO)
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
4. Se ha optado por incluir una tabla en la que se realice una comparación de los datos de los cuartos trimestres para poder ofrecer las cifras más recientes de forma comparable con lasanteriores, es decir, las correspondientes al 4º trimestre de 2009. Los datos anuales disponibles en el servidor del INE se agotan en 2008.
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
58
25
20
15
10
5
20
06
TI
20
06
TII
20
08
TII
20
07
TII
20
09
TII
20
06
TIII
20
08
TIII
20
07
TIII
20
09
TIII
20
06
TIV
20
08
TIV
20
07
TIV
20
07
TI
20
08
TI
20
09
TI
20
09
TIV
Varones
Mujeres
FFUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
Año/Trimestre Varones Mujeres
2006TI 6,81 12,22
2006TII 6,36 11,53
2006TIII 6,02 11,11
2006TIV 6,06 11,36
2007TI 6,32 11,39
2007TII 6,1 10,49
2007TIII 6,21 10,53
2007TIV 6,83 11
2008TI 7,87 11,99
2008TII 9,07 12,28
2008TIII 10,32 12,66
2008TIV 12,96 15,14
2009TI 16,86 18,01
2009TII 17,62 18,31
2009TIII 17,75 18,16
2009TIV 18,64 19,07
EVOLUCIÓN DE LA TASA DE PARO POR SEXO (PERIODO 2006-2009)TABLA Y REPRESENTACIÓN GRÁFICA
La evolución de la tasa de paro por sexo
refleja, a partir del 2º trimestre de 2008,
un fuerte incremento en relación con el
desempleo masculino. La situación de las
mujeres, sin ser tan llamativa, muestra un
continuado ascenso de la curva de desem-
pleo que supera en todos los tramos, in-
cluso en el último periodo de 2009, a la
tasa de desempleo masculino.
En general, los datos referentes al paro tan-
to en varones como en mujeres por comuni-
dades autónomas en los cuartos trimestres
de 2006 a 2009, son negativos. El incre-
mento de las tasas de paro es continuado
para unas y otros y, a excepción de Balea-
res, Cataluña, Murcia y Valencia, las tasas
de paro femeninas siguen siendo superiores
a las masculinas alcanzando diferencias sig-
nificativas entre unas y otras en Ceuta, Me-
lilla y Extremadura fundamentalmente.
En el mismo dato tomando como refe-
rencia los cómputos anuales entre
2005 y 2008 se perciben diferencias
significativas con la tabla anterior que
pueden tener relación con la temporali-
dad en determinados trimestres. El paro
masculino y femenino se incrementan,
en Andalucía, Aragón, Baleares, Cana-
rias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Va-
lencia, Madrid, Murcia, Navarra, La Rio-
ja y Melilla.
En Asturias, Cantabria, Extremadura, País
Vasco y Ceuta, descienden ambas tasas,
la referida al desempleo masculino y al fe-
menino.
En Castilla-León y Galicia ascienden ligera-
mente las tasas de paro masculinas pero
descienden las tasas de paro femeninas.
En esta última comunidad, los datos de
paro entre trabajadoras refieren una tasa
de 13,51 en 2005 frente a 10,37 en
59
2006TIV 2007TIV 2008TIV 2009TIV
Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres
Andalucía 8,71 17,54 10,45 19,11 19,7 24,64 25,27 27,73
Aragón 3,45 7,15 4,02 6,53 9,71 9,38 13,85 12,55
Asturias (Principado de) 7,07 11,91 6,28 10,45 7,99 12,29 13,46 15,17
Balears (Illes) 5,34 7,28 7,86 10,59 12,57 12 20,75 17,97
Canarias 8,87 15,01 9,72 12,78 19,03 24,06 26,78 27,07
Cantabria 4,51 7,99 3,13 6,7 8,42 9,54 12,12 13,27
Castilla y León 4,73 11,35 4,63 10,34 8,57 14,81 12,36 16,54
Castilla - La Mancha 4,29 14,24 5,27 12,17 13,18 17,52 17,41 21,89
Cataluña 5,61 8,08 5,6 7,98 12,16 11,4 18,15 15,63
Comunitat Valenciana 6,2 11,64 7,9 10,58 13,96 16,02 23,22 21,72
Extremadura 9,21 18,75 9,84 21,79 14,53 22,98 17,46 26,64
Galicia 5,42 11,3 5,61 9,82 8,77 10,91 11,87 14,07
Madrid (Comunidad de) 4,62 8,77 5,35 7,61 9,46 10,96 14,58 14,79
Murcia (Región de) 6,06 10,74 6,87 10,42 15,9 14,98 23,45 21,09
Navarra (C. Foral de) 2,29 7,69 3,89 4,78 7,04 9,53 9,83 11,41
País Vasco 4,73 9,17 4,31 7,55 7,64 9,17 11,14 12,48
Rioja (La) 5,51 9,31 3,76 8,31 8,5 11,5 13,02 14,52
Ceuta 9,26 22,04 13,37 28,99 9,34 26,99 17,23 36,23
Melilla 6,18 15,87 10,41 29,15 14,85 20,46 13,27 32,99
EVOLUCIÓN DE LA TASA DE PARO POR SEXO Y COMUNIDAD AUTÓNOMA
(COMPARATIVA DE LOS 4º TRIMESTRES PERIODO 2006-2009)5
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
5. Se ha optado por incluir una tabla en la que se realice una comparación de los datos de los cuartos trimestres para poder ofrecer las cifras más recientes de forma comparable con lasanteriores, es decir, las correspondientes al 4º trimestre de 2009. Los datos anuales disponibles en el servidor del INE se agotan en 2008.
2008. Con respecto a este dato hay que
destacar la aprobación durante el citado
periodo de la Ley 2/2007, de 28 de mar-
zo, del trabajo en igualdad de las mujeres
de Galicia que ha constituido un importan-
te respaldo normativo para el acceso, la
permanencia y la promoción de la emplea-
bilidad de las mujeres gallegas.
No obstante, y a pesar de algunos pun-
tos de inflexión positiva, todas las comu-
nidades autónomas presentan en todos
los periodos mayores tasas de paro feme-
nino que masculino.
Con respecto a la atención a menores,
las cifras nos remiten a la casi exclusivi-
dad de las mujeres en la responsabilidad
de la función de cuidados. Los datos de
excedencias por cuidados de hijas/os re-
velan un ligero descenso del porcentaje
de madres que han disfrutado de tal li-
cencia entre los años 2000 y 2008 en
que pasa de constituir el 96,02% al
94,40%. Una cifra que da cuenta de la
escasa implicación de los varones en el
cuidado y atención de las y los menores.
Si bien, tras la aprobación de la Ley
39/1999, de 5 de noviembre para pro-
mover la conciliación de la vida familiar y
laboral de las personas trabajadoras y
con posterioridad del Plan Concilia, apro-
bado y publicado en el BOE de 16 de di-
ciembre de 2005, cuya aplicación se
efectuó a partir del 1 de enero de 2006,
se preveía un incremento importante en
60
2005 2006 2007 2008
Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres
Andalucía 10,27 19,45 9,23 17,94 9,48 17,62 15,25 21,51
Aragón 3,92 8,63 3,80 8,02 3,77 7,23 6,37 8,19
Asturias (Principado de) 8,01 13,40 6,84 12,62 6,42 11,09 6,39 10,96
Balears (Illes) 5,20 9,92 5,11 8,28 5,83 8,53 9,71 10,81
Canarias 9,82 14,43 9,43 14,81 8,52 13,05 16,18 18,98
Cantabria 6,16 11,89 4,44 9,45 4,45 7,87 5,85 8,91
Castilla y León 5,52 13,55 5,19 12,36 4,76 10,63 6,72 13,37
Castilla - La Mancha 5,55 15,32 5,20 14,87 5,03 11,78 9,08 15,42
Cataluña 5,85 8,44 5,27 8,36 5,58 7,83 9,03 8,98
Comunitat Valenciana 6,76 11,76 6,38 11,18 6,87 11,37 11,04 13,59
Extremadura 11,55 22,43 9,89 19,03 9,14 18,97 10,93 21,56
Galicia 7,18 13,51 6,08 11,44 5,72 10,04 7,39 10,37
Madrid (Comunidad de) 6,11 7,68 4,58 8,58 4,93 7,97 7,92 9,61
Murcia (Región de) 5,78 11,56 5,85 10,94 6,01 9,97 12,00 13,55
Navarra (C. Foral de) 4,25 7,59 3,95 7,14 3,18 6,94 5,49 8,34
País Vasco 5,66 9,60 5,47 8,94 4,80 7,82 5,48 7,67
Rioja (La) 3,73 9,83 5,04 7,83 3,88 8,30 6,36 9,82
Ceuta 14,25 29,37 15,46 29,87 15,47 28,75 11,69 26,76
Melilla 7,99 23,26 8,31 22,23 12,06 28,05 15,91 29,32
EVOLUCIÓN DE LA TASA DE PARO POR SEXO Y COMUNIDAD AUTÓNOMA
(DATOS ANUALES 2005-2008)
FUENTE: Encuesta de Población Activa, INE.
la participación masculina en el trabajo
doméstico y de cuidados, se observa que
quienes han incrementado numéricamen-
te su dedicación han sido las mujeres
trabajadoras con una ti-
bia presencia de varo-
nes trabajadores que
fluctúa entre el 3,98%
de las personas que han
disfrutado de permiso
de excedencia por cui-
dado de menores en el
año 2000 y el 5,60%
en el año 2008.
En relación con el tipo
de jornada de la pobla-
ción ocupada según la
situación profesional, se
encuentra que la participación femenina
está afectada de manera rotunda por la
parcialidad. Las mujeres asalariadas su-
ponen el 79,8% de las personas que tra-
bajan a tiempo parcial durante el año
2009. Cierto que este porcentaje ha ido
disminuyendo desde el año 2002 en que
el dato se cifraba en un 82,1%. Sin em-
bargo, la parcialidad no afecta únicamen-
te a las mujeres asalariadas, sino que la
proporción de las mujeres que trabajan
por cuenta propia a tiempo parcial es
igualmente superior a la proporción de
varones en la misma situación profesio-
nal (63,5% de mujeres frente a 36,5%
de varones). Un dato relevante si se tie-
ne en cuenta la todavía escasa participa-
ción de las mujeres en el ámbito de la
creación de empresa que sitúa al peque-
ño empresariado femenino en una posi-
ción debilitada para abordar la tarea de
rentabilizar e incrementar sus posibilida-
des de negocio.
61
Total % Madres
2000 8.339 96,02
2001 10.163 96,43
2002 12.694 96,16
2003 13.879 96,38
2004 16.963 96,34
2005 18.942 95,23
2006 20.225 95,33
2007 32.983 94,06
2008 28.724 94,40
EXCEDENCIAS POR CUIDADO DE HIJOS/AS
FUENTE: Instituto de la Mujer.
TOTAL 16.825,4 17.559,7 18.288,1 19.314,3 20.001,8 20.476,9 19.856,8 18.645,9
Trabajadores/aspor cuenta propia 3.109,9 3.164,8 3.246,9 3.446,2 3.524,2 3.593,2 3.535,0 3.140,6Jornada completa 2.911,1 2.945,6 3.023,5 3.040,2 3.160,6 3.230,3 3.166,2 2.822,1Jornada parcial 198,8 219,2 223,3 406,0 363,6 363,0 368,8 318,6
Asalariadas/os 13.698,8 14.374,6 15.022,4 15.841,6 16.466,2 16.876,5 16.308,2 15.492,6Jornada completa 12.555,5 13.130,0 13.654,5 13.943,1 14.458,3 14.857,5 14.201,3 13.344,0Jornada parcial 1.143,3 1.244,6 1.367,9 1.898,5 2.007,8 2.019,1 2.106,9 2.148,6
Otra situación 16,7 20,3 18,8 26,4 11,5 7,1 13,6 12,6
TOTAL 38,0 38,8 39,4 40,2 40,8 41,4 42,9 44,0
Trabajadoraspor cuenta propia 29,9 31,0 31,4 31,3 31,3 31,1 32,6 33,5Jornada completa 27,4 28,0 28,7 26,9 27,2 27,2 28,5 30,2Jornada parcial 66,9 70,5 67,4 63,6 67,1 66,0 67,9 63,5
Asalariadas 39,8 40,5 41,2 42,1 42,9 43,6 45,1 46,1Jornada completa 36,0 36,6 37,1 36,8 37,5 38,2 39,6 40,7Jornada parcial 82,1 82,2 82,0 81,5 81,7 83,0 82,2 79,8
Otra situación 49,7 37,4 52,7 40,9 34,8 35,2 38,2 26,2
FUENTE: Instituto de la Mujer.
6. Se ha desistido de incluir los datos sobre Jornada parcial por obligaciones familiares por comprender únicamente el periodo entre 2002 y 2004.
Nueva Metodología. EPA-2005 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
POBLACIÓN OCUPADA, SEGÚN SITUACIÓN PROFESIONAL Y TIPO DE JORNADA6
Ambo
sse
xos
Datos
absolutos(enmiles)
%Mujeres
En relación con las prestaciones recibidas
por varones y mujeres en nuestro país, se
encuentran datos que de nuevo remiten a
la persistencia de elevados niveles de des-
igualdad. Las mujeres son perceptoras
mayoritarias de las pensiones de viudedad
(93,16%) y de las pensiones contributivas
a favor de familiares (79,38%). En contra-
posición, tanto en lo relacionado con las
pensiones por jubilación (35,64% muje-
res) como con las pensiones por invalidez
permanente (34,56%) los bajos porcenta-
jes de perceptoras indican con claridad la
escasa participación de mujeres en el
mercado de trabajo y las menores oportu-
nidades de contribuir con sus propias coti-
zaciones presentando además una escasa
variación porcentual de perceptoras/es
en el periodo comprendido entre el año
2002 y el 2009.
Las cuantías de las pensiones son igual-
mente desfavorables para las mujeres que
en todos los casos perciben menor impor-
te que los varones con la consiguiente po-
sibilidad de empobrecimiento e incremen-
to de la feminización de la pobreza.
62
TOTALES 7.793.805 7.855.750 7.887.961 8.107.268 8.281.379 8.338.546 8.604.119
Incapacidad permanente 794.973 806.689 795.361 845.667 878.333 902.484 930.881Jubilación 4.592.041 4.617.033 4.634.658 4.777.953 4.843.473 4.900.756 5.087.586Viudedad 2.091.794 2.121.893 2.153.557 2.183.358 2.212.486 2.240.408 2.281.270A favor de familiares 42.112 41.576 40.502 39.570 38.700 37.932 37.836Orfandad 272.885 268.559 263.883 260.720 258.387 256.966 266.546
TOTALES 50,00 50,18 50,34 51,01 51,17 51,33 51,36
Incapacidad permanente 30,39 30,94 31,34 32,77 33,41 34,01 34,56Jubilación 33,48 33,53 33,59 34,77 35,04 35,26 35,64Viudedad 93,26 93,27 93,27 93,28 93,27 93,24 93,16A favor de familiares 78,96 79,18 79,47 79,48 79,77 79,90 79,38Orfandad 49,07 49,21 49,31 49,25 49,18 48,94 48,36
TOTALES 393,24 418,84 447,53 469,10 495,69 520,71 581,11
Incapacidad permanente 474,34 508,61 537,85 567,58 601,11 631,70 699,77Jubilación 420,5 441,9 460,56 479,68 507,12 533,93 597,32Viudedad 375,22 403,45 440,02 461,07 485,61 508,06 565,42A favor de familiares 285,73 308,85 338,26 362,04 386,9 410,40 457,86Orfandad 223,08 237,03 254,48 273,16 289,76 304,90 344,13
TOTALES 62,38 61,33 62,38 61,64 61,49 61,19 61,26
Incapacidad permanente 71,49 72,59 73,47 73,85 74,72 75,67 77,09Jubilación 61,94 61,57 61,15 59,95 59,72 59,36 59,27Viudedad 125,63 125,42 123,96 124,90 126,27 127,79 130,95A favor de familiares 109,40 110,48 111,04 110,82 110,15 109,87 109,83Orfandad 102,44 102,31 101,75 101,31 101,27 101,32 101,67
FUENTE: Instituto de la Mujer.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2009
PENSIONES CONTRIBUTIVAS EN VIGOR E IMPORTES MEDIOS, SEGÚN TIPO DE PENSIÓN
Ambo
sse
xos
%Mujeres
Impo
rtes
Med
ios
Mujeres
Impo
rtes
Med
ios
Razón
Varón
/Mujer
63
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
UE 27 – – – – 9,1 9,2 8,9 8,2 7,2 – –
UE 25 – 9,2 8,6 8,9 9,1 9,2 9,0 8,2 7,2 7,1 9,1
UE 15 9,4 8,3 7,5 7,8 8,1 8,3 8,2 7,8 7,0 7,1 9,1
Euro Zona 13 10,2 9,1 8,1 8,5 8,8 9,1 8,9 8,3 7,5 7,5 9,4
Euro Zona 12 10,2 9,1 8,1 8,5 8,9 9,1 9,0 8,4 7,5 7,5 9,4
Euro Zona 11 10,2 9,0 8,0 8,4 8,8 9,1 8,9 8,3 7,5
Bélgica 8,6 7,0 6,6 7,5 8,2 8,4 8,4 8,2 7,5 7,0 7,9
Bulgaria – – – – 13,7 12,0 10,1 9,0 6,9 5,6 6,7
República Checa 8,8 8,8 8,2 7,3 7,8 8,3 7,9 7,1 5,3 4,4 6,8
Dinamarca 5,6 4,6 4,6 4,6 5,4 5,5 4,8 3,9 3,8 3,3 6,0
Alemania 8,9 7,9 7,8 8,5 9,8 10,7 11,1 10,2 8,6 7,3 7,5
Estonia 11,6 13,6 12,6 10,3 10,0 9,7 7,9 5,9 4,7 5,5 14,0
Irlanda 5,8 4,3 3,9 4,4 4,7 4,5 4,3 4,4 4,6 6,0 11,8
Grecia 12,1 11,4 10,8 10,3 9,7 10,5 9,8 8,9 8,3 7,7 –
España 15,7 13,9 10,5 11,5 11,5 11,0 9,1 8,5 8,3 11,3 18,1
Francia 12,0 10,2 9,1 9,2 8,9 9,3 9,3 9,3 8,3 7,8 9,4
Italia 11,4 10,6 9,5 9,0 8,6 8,0 7,7 6,8 6,1 6,7 –
Chipre – 5,0 4,0 3,3 4,1 4,3 5,3 4,5 3,9 3,6 5,3
Letonia 13,8 14,2 13,1 12,1 10,5 10,4 8,9 6,8 6,0 7,5 17,6
Lituania 13,4 15,9 16,8 13,7 12,4 11,4 8,3 5,6 4,3 5,8 14,0
Luxemburgo 2,4 2,3 1,8 2,6 3,7 5,1 4,5 4,7 4,1 4,9 5,7
Hungría 7,0 6,4 5,7 5,8 5,9 6,1 7,2 7,5 7,4 7,8 10,0
Malta – 6,3 7,1 6,9 7,6 7,2 7,3 7,3 6,5 5,9 7,0
Países Bajos 3,6 2,9 2,3 2,8 3,7 4,5 4,7 3,9 3,2 2,8 3,5
Austria 3,7 3,5 3,6 4,0 4,3 4,9 5,1 4,7 4,4 3,8 5,0
Polonia 12,3 16,1 18,2 19,9 19,6 18,9 17,7 13,9 9,6 7,1 8,2
Portugal 4,5 4,0 4,0 5,0 6,3 6,6 7,6 7,7 8,0 7,7 9,6
Rumanía 6,9 7,2 6,6 8,4 7,0 8,1 7,2 7,3 6,4 5,8 –
Eslovenia 7,4 6,7 6,2 6,3 6,7 6,3 6,5 6,0 4,8 4,4 6,0
Eslovaquia 16,4 18,8 19,3 18,7 17,5 18,2 16,2 13,4 11,1 9,5 11,9
Finlandia 10,2 9,8 9,1 9,1 9,0 8,8 8,4 7,7 6,9 6,4 8,2
Suecia 7,6 5,4 4,8 5,1 5,7 6,5 7,5 7,0 6,2 6,2 8,3
Reino Unido 6,0 5,6 5,0 5,1 5,0 4,7 4,7 5,3 5,2 5,6 –
EVOLUCIÓN DE LA TASA DE PARO POR PAÍSES (AMBOS SEXOS, %) UE7
7. En la cobertura del estado laboral, en general se considera la población mayor de 15 años, salvo para:
• España y Reino Unido: a partir de 16 años.
• Suecia: de 16 a 74 años hasta el 2000, y de 15 a 74 a partir del 2001.
• Dinamarca, Estonia, Letonia, Hungría y Finlandia: de 15 a 74 años.
Por otra parte, en Chipre en 1999 no se hace diferencia entre desempleo e inactividad.
64
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
UE 27 – – – – 9,9 9,9 9,7 8,9 7,9 7,5 8,9
UE 25 – 10,7 9,8 9,9 10,0 10,0 9,8 9,1 8,0 7,6 9,0
UE 15 11,0 9,9 8,7 8,8 8,9 9,1 9,0 8,6 7,8 7,6 9,0
Euro Zona 13 12,5 11,2 9,8 9,9 10,1 10,2 10,1 9,5 8,5 8,3 9,6
Euro Zona 12 12,5 11,3 9,8 9,9 10,1 10,3 10,1 9,5 8,6 8,3 9,6
Euro Zona 11 12,3 11,1 9,6 9,8 10,0 10,1 9,9 9,4 8,4 – –
Bélgica 10,4 8,7 7,5 8,6 8,9 9,5 9,5 9,3 8,4 7,6 8,2
Bulgaria – – – – 13,2 11,5 9,8 9,3 7,3 5,8 6,6
República Checa 10,5 10,5 9,9 9,0 9,8 9,9 9,8 8,8 6,7 5,6 7,8
Dinamarca 6,5 5,3 5,1 5,0 6,1 6,0 5,3 4,5 4,2 3,7 5,3
Alemania 9,2 8,3 7,8 8,2 9,3 10,1 10,7 10,1 8,7 7,2 6,9
Estonia 10,1 12,6 12,2 9,7 9,9 8,9 7,1 5,6 3,9 5,3 11,4
Irlanda 5,6 4,2 3,8 4,1 4,3 4,1 4,0 4,1 4,2 4,6 8,0
Grecia 18,3 17,2 16,2 15,6 15,0 16,2 15,3 13,6 12,8 11,4 –
España 23,0 20,5 15,2 16,4 16,0 14,3 12,1 11,5 10,9 13,0 18,4
Francia 13,9 12,2 11,0 10,3 9,9 10,3 10,2 10,1 8,9 8,4 9,8
Italia 15,7 14,5 13,0 12,2 11,6 10,5 10,0 8,8 7,9 8,5 –
Chipre – 7,3 5,7 4,2 4,6 5,4 6,5 5,4 4,6 4,2 5,5
Letonia 13,4 13,4 11,5 11,0 10,4 10,2 8,7 6,2 5,6 6,9 14,4
Lituania 12,1 13,6 14,1 12,9 12,2 11,8 8,3 5,4 4,3 5,6 10,5
Luxemburgo 3,3 3,1 2,2 3,6 4,7 7,1 5,8 6,2 4,7 5,9 6,2
Hungría 6,3 5,6 5,0 5,4 5,6 6,1 7,4 7,8 7,7 8,1 9,7
Malta – 6,5 8,1 7,6 8,7 9,0 8,9 8,9 7,7 6,6 7,7
Países Bajos 4,9 3,8 2,8 3,1 3,9 4,8 5,1 4,3 3,6 3,0 3,5
Austria 3,8 3,8 3,8 3,9 4,2 5,4 5,4 5,2 5,0 4,1 4,7
Polonia 13,2 18,1 19,8 20,9 20,4 19,9 19,1 14,6 10,3 8,0 8,7
Portugal 5,2 5,0 5,0 6,0 6,8 7,6 8,1 8,9 9,6 9,0 10,3
Rumanía 6,2 6,4 5,9 7,7 6,3 6,9 6,4 6,1 5,4 4,7 –
Eslovenia 7,7 7,1 6,8 6,8 7,1 6,8 7,0 7,2 5,8 4,8 5,9
Eslovaquia 16,4 18,6 18,7 18,7 17,7 19,2 17,2 14,7 12,7 10,9 12,6
Finlandia 10,7 10,6 9,7 9,1 8,9 8,9 8,6 7,0 7,2 6,7 7,6
Suecia 6,9 5,0 4,5 4,6 5,2 6,1 7,4 7,2 6,5 6,5 8,0
Reino Unido 5,1 5,0 4,4 4,5 4,3 4,2 4,3 4,9 4,9 5,1 –
EVOLUCIÓN DE LA TASA DE PARO FEMENINA POR PAÍSES (%) UE
FUENTE: Eurostat.
65
2006 2009 Saldo 09-06
UE 27 9,9 9,9 9,9
Bélgica 9,30 8,2 –1,10
Bulgaria 9,30 6,6 –2,70
República Checa 8,80 7,8 –1,00
Dinamarca 4,50 5,3 0,80
Alemania 10,10 6,9 –3,20
Estonia 5,60 11,4 5,80
Irlanda 4,10 8 3,90
España 11,50 18,4 6,90
Francia 10,10 9,8 –0,30
Chipre 5,40 5,5 0,10
Letonia 6,20 14,4 8,20
Lituania 5,40 10,5 5,10
Luxemburgo 6,20 6,2 0,00
Hungría 7,80 9,7 1,90
Malta 8,90 7,7 –1,20
Países Bajos 4,30 3,50 –0,80
Austria 5,20 4,7 –0,50
Polonia 14,60 8,7 –5,90
Portugal 8,90 10,3 1,40
Eslovenia 7,20 5,9 –1,30
Eslovaquia 14,70 12,6 –2,10
Finlandia 7,00 7,6 0,60
Suecia 7,20 8 0,80
COMPARATIVA PAÍSES EUROPEOS TASA DE PARO 2006-20098
8. No se encuentran en la tabla los siguientes países: Grecia, Italia, Rumanía y Reino Unido, por no encontrarse disponibleen EUROSTAT su tasa de paro correspondiente al año 2009.
SALDO 09-06
-8,00 -4,00-6,00 -2,00 0,00 2,00 4,00 6,00 8,00 10,00
F
SueciaFinlandia
EslovaquiaEslovenia
PortugalPolonia
AustriaPaíses Bajos
MaltaHungría
LuxemburgoLituaniaLetoniaChipre
FranciaESPAÑA
IrlandaEstonia
AlemaniaDinamarca
República ChecaBulgaria
Bélgica
A lo largo de los últimos diez años, la si-
tuación de desempleo ha ido evolucionan-
do con claroscuros en los países de nues-
tro entorno. De hecho, comparativamente,
los datos de 1999, son más favorables
tanto para ambos sexos como para la po-
blación femenina trabajadora en relación
con los últimos datos de 2009 en la ma-
yoría de las cifras recogidas. No obstante,
Estonia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo,
Hungría, Austria, Portugal y Suecia, pre-
sentan datos más elevados de paro feme-
nino al final del decenio. En todos los países,
la crisis económica ha tenido repercusión
en los datos de desempleo presentando
una curva ascendente desde los últimos
dos años.
En el caso de España, si bien la situación
laboral de las mujeres es ahora, a pesar
de la crisis, más halagüeña que en 1999
(23,0-18,4) y la evolución a lo largo del
periodo indica una posición desfavorable
para el empleo de las mujeres. Desde el
año 2007 hasta la actualidad el desem-
pleo entre las trabajadoras españolas su-
fre un incremento con proporciones muy
preocupantes similar al que se ha produci-
do en países de reciente ingreso en la UE.
Esto nos remite a la temporalidad, falta de
consolidación y oportunismo en la partici-
pación laboral de las mujeres en nuestro
país cuyo mercado laboral expulsa de for-
ma significativa a las trabajadoras en perio-
dos de recesión económica.
De igual forma, las cifras de desempleo fe-
menino en España superan en 10 puntos
a las cifras de la UE 27 y son las más ele-
vadas de todo el entorno.
IV. APORTACIONES LEGALES PARA
UN TRABAJO EN IGUALDAD
La normativa vigente en materia de igual-
dad laboral ha ido evolucionando tanto a
nivel internacional como nacional desde
las primeras recomendaciones emanadas
de la Organización Internacional del Traba-
jo, hasta las normativas aprobadas por
parlamentos autonómicos o las disposicio-
nes de administraciones locales. La tra-
yectoria es larga y profusa en normas, le-
yes, directivas o recomendaciones que
justifican y avalan la introducción del prin-
cipio de igualdad en el ámbito laboral, pe-
ro, para el caso que ocupa este informe
es necesario destacar de forma especial
la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad
efectiva entre mujeres y hombres.
Una ley que persigue resolver las situacio-
nes de desigualdad y discriminación que
en cualquier ámbito puedan recaer o re-
caigan sobre las mujeres. En definitiva,
una ley que pretende el acceso de los gru-
pos o colectivos de mujeres, especialmen-
te de los más desfavorecidos, a todos los
recursos en condiciones de igualdad con
los varones a través de la introducción
transversal del principio de igualdad en to-
dos los ámbitos de desarrollo de las per-
sonas.
Uno de los ámbitos en que la Ley de igual-
dad pone más empeño en solucionar si-
tuaciones discriminatorias, es precisa-
mente, el ámbito laboral por tratarse de
un campo que en nuestro país ha estado
vedado a las mujeres y como consecuen-
cia, todavía presenta, tal como se obser-
va a través de los datos, claros índices de
precariedad.
La vulnerabilidad de las mujeres ante el
trabajo remunerado y la necesaria corres-
ponsabilidad entre mujeres y varones en
el ámbito del trabajo doméstico y de cuida-
dos, son dos ejes prioritarios tratados en
los Títulos IV y V.
Ambos títulos son el mejor reflejo de la
igualdad a que hombres y mujeres no pode-
mos sino aspirar. Todo su contenido es pre-
ciso, concreto y se acerca a las dificultades
específicas en la participación laboral de las
mujeres, no obstante es preciso destacar
algunas de las medidas contenidas en la
Ley que recogen parte de las reivindicacio-
nes más acuciantes de las trabajadoras.
66
TASA PARO 2009
0 10 15 205
SueciaFinlandia
EslovaquiaEsloveniaPortugalPoloniaAustria
Países BajosMalta
HungríaLuxemburgo
LituaniaLetoniaChipre
FranciaESPAÑA
IrlandaEstonia
AlemaniaDinamarca
República ChecaBulgariaBélgica
Las acciones positivas en la negociación
colectiva, en ocasiones olvidadas, deberían
suponer la aplicación del principio de igual-
dad en cada uno de los sectores laborales
que hasta el momento excluyen sistemáti-
camente a las mujeres.
Las medidas de conciliación de la vida per-
sonal, familiar y laboral dirigidas tanto a
trabajadoras como a trabajadores incenti-
van la corresponsabilidad familiar y laboral
entre hombres y mujeres, aspecto básico
para evitar la perpetuación de la asigna-
ción de lo doméstico y los cuidados exclu-
sivamente sobre las mujeres con el consi-
guiente perjuicio para la participación la-
boral de las trabajadoras.
La consideración de la maternidad no solo
como una opción personal sino como una
función social remedia, en cierta, medida
la exclusión del ámbito laboral de mujeres
en situación de embarazo o con menores
bajo su responsabilidad. La protección de
la salud laboral desde un punto de vista de
género que contempla específicamente
las situaciones de embarazo, parto y pos-
parto zanja las dificultades laborales que
estas situaciones acarreaban a las ma-
dres trabajadoras. La atención especial a
las situaciones de violencia de género que
pueden sufrir las trabajadoras.
La incorporación de la igualdad en el seno
de las empresas a través del “deber de ne-
gociar” con la representación legal de las
y los trabajadores, cláusulas en materia
de igualdad en los convenios colectivos y
planes de igualdad, incentivados con la po-
sibilidad de obtener un distintivo acreditati-
vo o las medidas específicas para erradi-
car el acoso por razón de sexo y el acoso
sexual constituyen la fórmula para llevar a
la práctica la introducción de parámetros
igualitarios en el mundo del trabajo remu-
nerado.
El Título V dedicado a la introducción del
principio de igualdad en el empleo público
supone la consolidación de criterios iguali-
tarios en el acceso, la permanencia y la
promoción en el sector público, un impor-
tante ámbito de participación laboral fe-
menina.
El Título VII sobre igualdad en la Responsa-
bilidad Social en las empresas abre asi-
mismo una vía para la introducción de me-
didas que proyecten la igualdad hacia el
ámbito de actuación empresarial y su en-
torno, y la búsqueda de la presencia equili-
brada de mujeres y hombres en los con-
sejos de administración constituye un as-
pecto fundamental para conseguir que las
aportaciones de las mujeres se tengan en
cuenta en los ámbitos en que se toman
las decisiones.
La aprobación de esta Ley ha tenido im-
portantes consecuencias en la modifica-
ción de otras normas y en especial, desde
la Disposición Adicional Décimo Primera a
la Disposición Adicional Décimo Novena,
se modifican sucesivamente la Ley del Es-
tatuto de los Trabajadores, la Ley de Pre-
vención de Riesgos Laborales, la Ley de
Procedimiento Laboral, la Ley de Infraccio-
nes y Sanciones de Orden Social, el Real
Decreto-ley por el que se regulan las boni-
ficaciones a la Seguridad Social de los con-
tratos de interinidad que se celebren con
personas desempleadas para sustituir a
trabajadores durante los periodos de des-
canso por maternidad, adopción o acogi-
miento, la Ley de Medidas Urgentes de
Reforma del Mercado de Trabajo para el
incremento del empleo y la mejora de su
calidad, la Ley de Empleo, la Ley General
de la Seguridad Social y la Ley de Medidas
para la Reforma de la Función Pública.
La Ley de igualdad presenta, pues, una
proyección de gran envergadura desde la
aspiración de la erradicación de la des-
igualdad aplicando políticas, medidas, pro-
gramas que proporcionen un trato des-
igual a quienes no son iguales, que apoyen
a los colectivos más desfavorecidos y vul-
nerables, que permitan una participación
económica, laboral y social equitativa en-
tre mujeres y hombres.
67
68
E1. ¿CRISIS DEL SINDICALISMO ESPAÑOL?
Es bastante frecuente escuchar o leer afirmacio-
nes acerca de la crisis del sindicalismo demo-
crático español. Esta idea, que no es patrimonio
de miembros o representantes de ningún sector políti-
co o social en especial, viene respaldada generalmen-
te por porcentajes de afiliación, escaso nivel de cotiza-
ción y baja participación de los trabajadores en la vida
interna de los sindicatos. Otros, por la penuria de cua-
dros sindicales y técnicos y hasta por los números ro-
jos de sus presupuestos anuales.
Estos datos se detallan, la mayor parte de las veces,
en pormenorizadas listas numéricas bastante acordes
con la realidad. Prueban, en definitiva, la aún incipien-
te consolidación orgánica de las grandes organizacio-
nes sindicales, aunque no la supuesta “crisis del sindi-
calismo español” en cuanto falto de representatividad
e incapacitado para ofrecer las formulaciones teóricas
y propuestas prácticas que exige la realidad de la Es-
paña presente.
Con esto no pretendo desconocer las dificultades a
que está enfrentado nuestro sindicalismo, algunas de
las cuales señalaré más adelante, sino destacar que
la situación actual es el producto de un ya largo proce-
so de acciones unitarias y también de confrontación
entre diversas organizaciones, concepciones ideológi-
cas, estrategias y propuestas de acción sindical en las
distintas etapas de enfrentamiento al viejo régimen, la
transición hacia la democracia y la consolidación de la
misma. Quiero decir con ello, aunque pueda sonar a
perogrullo, que el mapa sindical de 1984 no es el mis-
mo de 1976/77, pero que tampoco hay razones pa-
ra augurar su cristalización en el próximo futuro. Y si
ello es así en cuanto a las estructuras orgánicas, tan-
to o más evidente viene siendo el proceso de modifica-
ción de la praxis sindical persiguiendo su adecuación a
cada momento histórico, sin perder su papel de fuer-
za de progreso en la sociedad española.
El proceso de ajuste presupone una crítica y autocríti-
ca permanente en que viene participando, directa o in-
directamente, la inmensa mayoría de los trabajadores.
Este es un rasgo de vitalidad de nuestro sindicalismo.
El proceso de ajuste que ha transcurrido a través de
grandes momentos de inflexión como pudieron ser la
“ruptura sindical” con el desmantelamiento del sindica-
to vertical, y la pluralidad sindical subsiguiente, y la
sustitución de la política de confrontación por la con-
certación. Seguidos de los otros, no menos importan-
tes aunque con un carácter de configuración y gradua-
ción de la política de concertación, concretados en el
Acuerdo Básico Interconfederal, el Acuerdo Marco In-
terconfederal y el Acuerdo Nacional de Empleo.
CLARID
AD
·IN
VIE
RNO/PRIM
AVERA
2010
·CUARTA
ETAPA
Etap
asan
teri
ores Apuntes para la acción sindical
en tiempos de crisis*Francisco S. López Romito
Ex Director de los Fondos de Empleo a la reconversión
*. Publicado en el nº 3 de Claridad, Segunda Etapa. (Septiembre, 1984).
69
Otra característica peculiar y valiosa del
sindicalismo español, en este largo capítulo
de nuestra historia, es haber logrado exce-
der los límites corporativos, haciendo su-
yos e impulsando decididamente reivindi-
caciones sentidas por otros sectores so-
ciales. Esta capacidad para conjugar los
intereses específicos y exigencias inmedia-
tas de los asalariados con los del conjunto
de la sociedad, le ha otorgado un mereci-
do protagonismo en áreas de la vida políti-
ca y social no siempre considerados como
propios del ámbito sindical.
Durante la transición, el papel del sindica-
lismo ha ido desde el logro y defensa activa
de la democracia hasta contar con una
participación en las políticas de rentas y
distribución de ingresos o importantes as-
pectos de la política de empleo, pa-
sando por la formulación de un nue-
vo marco de relaciones laborales
abierto a una evolución progresista.
El desarrollo de la crisis económica
y el propio proceso político español
han generado una serie de hechos
y situaciones que significan un nue-
vo reto para el sindicalismo. La magnitud
de ciertos fenómenos, como el paro, el
desequilibrio financiero del sistema de se-
guridad social, la fragmentación y disper-
sión de la clase trabajadora o el desarrollo
de la economía sumergida, sumados a la
instalación de un Gobierno socialista que
manifiesta su voluntad de abordar el sa-
neamiento de la economía y la reconver-
sión del aparato productivo, tienen nece-
sariamente que poner a prueba la teoría y
la práctica sindical anterior.
Es lógico, pues, que ciertos logros obteni-
dos en la etapa precedente muestren sus
limitaciones, que algunas propuestas e
instrumentos pierdan validez y que afloren
sectores con una acusada tendencia a
aferrarse a concepciones y prácticas ya
obsoletas poniéndose a la defensiva ante
los nuevos datos aportados por la realidad.
En estos términos cabría hablar de crisis
del sindicalismo. Y es en ese marco don-
de debiera inscribirse el análisis de sus as-
pectos negativos o problemáticos.
La limitación natural de las presentes re-
flexiones impiden abordar un análisis por-
menorizado de esos problemas, pero creo
conveniente apuntar algunos para reafir-
mar la tesis de que los mismos son pro-
ducto, por un lado, de la crisis económica
y el cambio en la situación política, y por
otro, de respuestas pasivas o del reforza-
miento de actitudes defensivas de neto
corte economicista o corporativo por las
necesarias dificultades en la reorientación
de la praxis sindical.
La firma del Acuerdo Marco Interconfede-
ral significó un paso decisivo en la raciona-
lización de la negociación colectiva, afir-
mando el principio de la libre voluntad de
las partes y fijando los escenarios funda-
mentales de la negociación en términos
de articulación entre los diferentes niveles
de representación y decisión.
La negociación salarial quedó así vincula-
da a la definición de la política de rentas
y pudo ser utilizada, sin perjuicio para los
trabajadores asalariados, como un ins-
trumento idóneo en la lucha contra la in-
flación.
De esta forma el sindicalismo adquirió ca-
pacidad de interlocución con las autorida-
des gubernamentales, sin por ello debili-
tar, en la práctica, la vinculación de las ba-
ses con sus niveles de conducción.
Sin embargo, al mantenerse la negocia-
ción colectiva, en lo fundamental, subordi-
nada a los imperativos de la política de
rentas (incluyendo en ésta salarios, cober-
tura de desempleo, pensionistas, etc.), ha
ido quedando reducida a una actuación re-
petitiva con escasos elementos innovado-
res y el consiguiente desaliento observado
tanto en las bases como en los propios
cuadros sindicales.
Capítulos del AMI con especial significa-
ción para la actividad sindical vienen sien-
do repetidos mecánica y literalmen-
te en los convenios de ámbito infe-
rior sin que se hayan dado pasos en
orden a su desarrollo concreto y
aplicación en las empresas. Me re-
fiero, obviamente, a capítulos como
el de productividad o de derechos
sindicales.
Convenios colectivos de ámbito estatal
que, al calor del AMI, aportaron a trabaja-
dores y empresarios vías de solución ins-
trumental suficientemente flexibles para
afrontar las dificultades derivadas de la
crisis, sin desmedro para ninguna de las
partes, no se han visto profundizados ni
desarrollados en los últimos años, y su ca-
pacidad para influir sobre la negociación
colectiva de otras ramas de actividad ha
sido mínima. Hablo, especialmente, del
Convenio General de Industrias Químicas.
Esto en cuanto a la negociación colectiva
propiamente dicha. En otro orden de co-
sas, no es menos preocupante el aparen-
te repliegue de la actividad e influencia di-
recta del sindicalismo organizado hacia los
La firma del Acuerdo Marco Intercon-
federal significó un paso decisivo en la
racionalización de la negociación co-
lectiva.
trabajadores salariados con empleo. Espe-
cialmente hacia aquellos colectivos pertene-
cientes a sectores abocados a la reconver-
sión industrial o al saneamiento empresarial
y sometidos, ineludiblemente, a la modifica-
ción sustancial de las condiciones de traba-
jo, remuneración y empleo preexistentes.
Si sumamos los magros resultados en
cuanto a mantener una relación mínima-
mente organizada con los trabajadores en
paro, la incomprensión de la problemática
del creciente número de trabajadores con
actividad en las múltiples formas de
la economía sumergida y la deficien-
te atención al fenómeno cooperati-
vo y asociativo laboral, podemos
completar los trazos más negativos
del cuadro sindical.
Podría decirse que el mayor riesgo a que
se enfrenta el sindicalismo español en la
hora presente, es el de perder inserción
en vastas capas de trabajadores, deslizán-
dose hacia una situación de aislamiento
corporativo a la vez que de dispersión or-
ganizativa, y, consiguientemente, ver men-
guada su influencia en el conjunto de la so-
ciedad. Esto, de producirse, significaría un
serio freno al proceso de democratización
y avance social crecientes en España.
2. ¿QUÉ HA CAMBIADO EN ESPAÑA?
En 1984 tenemos un mayor conocimiento
de la crisis económica, su incidencia y for-
mas peculiares de manifestación en nues-
tro país. Hemos puesto a prueba algunos
instrumentos, constatando su mayor o
menor aptitud para encontrar soluciones
a los problemas planteados. Es decir, con-
tamos con una experiencia más rica. Pero
las causas o evolución de la crisis, ni la ex-
periencia habida, son el dato fundamental
a partir del cual deberá reordenarse con-
secuentemente la praxis sindical.
En mi modesta opinión, ese dato primige-
nio reside en el cambio. Es decir, en la
nueva relación de fuerzas a nivel político y
social dimanantes del triunfo electoral del
PSOE el 28 de octubre de 1982.
Ese hecho, de neto carácter político, tiene
vital importancia para la reformulación de
la práctica sindical. Solo a partir de una
correcta asunción del triunfo socialista y
de sus implicaciones pueden reordenarse,
en una nueva escala de valores, los dife-
rentes aspectos y áreas de interés de la
política sindical, para sortear los peligros
y superar las limitaciones que aquejan al
movimiento laboral organizado.
En el devenir de las sociedades, lo nuevo
irrumpe, casi siempre, como conciencia
de su necesidad, para corporizarse luego,
gradualmente, como fruto de una trabajo-
sa y consecuente práctica sostenida.
El cambio, que en el plano político encuen-
tra su traducción literal en la sustitución
de un centro de poder político por otro,
con el consiguiente traspaso del gobierno
de UCD al PSOE, desde una perspectiva
social, económica y cultural y, por tanto,
también sindical, debe ser aprehendido en
tanto apertura hacia un proceso de trans-
formación social.
Las políticas de ajuste, en términos de sa-
neamiento de la economía nacional, cuya ne-
cesidad viene determinada por la crisis, par-
ten de la realidad existente, pero sin cues-
tionar prioritariamente su conformación
estructural. Tampoco mantienen contra-
dicciones de fondo con la práctica sindical
dominante hasta el presente, cuyos pun-
tos principales de fricción se observan en
las políticas de rentas y en términos bási-
camente cuantitativos.
A modo de disgresión, y para anticiparme
a posibles críticas, me parece oportuno
exponer que, en mi opinión, la lucha sindi-
cal en materia de empleo, hasta ahora, no
ha sobrepasado los límites de acciones
defensivas en los casos donde los trabaja-
dores se han visto directamente afecta-
dos por la pérdida irremediable de sus
puestos de trabajo o de medidas de
solidaridad para con los parados en
términos de renta. Con ello no quie-
ro desmerecer, en absoluto, el
enorme sacrificio hecho por los tra-
bajadores y el esfuerzo titánico del
sindicalismo para liviar los males allí don-
de se han podido conseguir las soluciones
deseables.
Me parece, pues, que es posible revitali-
zar la acción sindical, articulándola alrede-
dor de esa idea de transformación que
apunta a la conformación de una nueva rea-
lidad estructural española, entendida en
sus más diversas vertientes: tipos de acti-
vidad, modelos tecnológicos, estructura
empresarial, distribución territorial de la
actividad económica, relaciones sociales
de producción, etc. Esto, ligado al mante-
nimiento de la solidaridad como principio
inspirador de la práctica sindical, no cir-
cunscripta al ámbito de los asalariados,
puede ofrecer condiciones para estable-
cer una más estrecha vinculación con los
trabajadores y acrecentar la influencia del
sindicalismo en el conjunto de la sociedad.
3. A MODO DE SUGERENCIAS
En esta última parte intentaré llamar la
atención sobre aspectos que, a mi modo
de ver, debieran ocupar un lugar destacado
70
Mantenimiento de la solidaridad como
principio inspirador de la práctica sin-
dical.
en la acción sindical en la presente etapa.
Con ello no pretendo desmerecer otros te-
mas de la negociación colectiva y de la ac-
ción sindical que, mantenidos unos y dina-
mizando otros, completaría el nuevo cua-
dro de la política sindical. Pero me parece
conveniente poner énfasis en ellos, por
cuanto están llamados a cobrar una ma-
yor relevancia que la tenida hasta el pre-
sente.
POR EL EMPLEO
Hoy es el empleo, y todo hace suponer
que seguirá siendo durante un buen tiem-
po, la mayor preocupación de la acción
sindical. Mantener el empleo existente y
crear nuevos puestos de trabajo es la con-
signa que orienta gran parte de las ener-
gías. Y de todos es sabido que la mejor
política hacia los parados es conse-
guirles un contrato laboral.
La naturaleza del problema legiti-
ma, por sí misma, la búsqueda de
soluciones más allá del ámbito es-
pecífico de las relaciones patronal-
sindicato y ha ido imponiendo la necesidad
de ampliar la concertación con la partici-
pación gubernamental en las negociacio-
nes. La capacidad de intervención del Es-
tado en el proceso de distribución de ren-
tas y acumulación de capital es tal, que se
torna imposible pensar en una política de
concertación sin su participación efectiva
en la misma.
La supuesta reacción automática y espon-
tánea de los actores económicos antes
estímulos tales como el costo del dinero,
ciertas medidas flexibilizadoras del merca-
do de trabajo o la evolución de precios y
salarios, en orden a generar corrientes de
inversión y de reactivación de la actividad
económica que satisfaga las necesidades
de empleo de los españoles, como mínimo
debe ser puesta en duda. Y tan es así,
que las políticas de promoción económica
e industrial se han ido dotando, cada vez
más, de instrumentos activos de interven-
ción en el proceso de detección de posibi-
lidades de inversión, desarrollo de las tec-
nologías necesarias, captación y forma-
ción de los cuadros, aportación de
capitales, y, en suma, de creación y de tu-
tela durante el periodo de maduración de
las nuevas unidades productivas.
El problema es que nos encontramos en
medio de una crisis estructural, ante un
fenómeno acelerado de transformación
tecnológica, donde productos, procesos
de producción y formas de gestión empre-
sarial están sometidos a un intenso cam-
bio. Y nosotros no solo debemos atender
a la obsolescencia del aparato productivo,
sino también, entre muchas otras, a la in-
adecuación del sistema educativo y de for-
mación profesional, al retraso en la inves-
tigación y el desarrollo tecnológico autóc-
tono, a la pesadez de las instituciones
administrativas y a la profunda obsoles-
cencia de la clase empresarial.
El peso de la posición sindical en esa con-
certación debería trasladarse, cuidando
siempre el debido equilibrio, de la política
salarial y la asistencia a parados y clases
pasivas, hacia el incremento y composi-
ción del gasto público generador de em-
pleo y la formación bruta de capital.
Es importante dedicar mayores recursos
para llevar a cabo planes gestionados por
las distintas Administraciones públicas,
central, autonómicas o locales que, orien-
tados a la satisfacción de imperiosas ne-
cesidades sociales, urbanísticas y cultura-
les, como en desarrollo de infraestructu-
ras agrarias, forestación, saneamiento y
conservación del medio ambiente, etc.,
estén orientadas hacia la maximización del
empleo. Es posible afirmar que la mano de
obra disponible cuenta con una formación
aceptable para el tipo de tareas requeri-
das, por lo cual se trataría de proyectos
de rápida asimilación de desempleados.
Pero no es menos cierto que los escollos
se presentan en la magnitud de los recur-
sos, y en las ineficacias de las diferentes
Administraciones para la definición y pues-
ta en marcha de los mismos. De allí la ne-
cesidad del sindicalismo de ser exigente
en el reclamo de medios y colaborador en
todo el proceso posterior para garantizar
la mayor eficacia en la utilización de
los recursos. Pero si actuamos en
una etapa de crisis es, también,
porque los recursos son escasos y
a la hora de seleccionar el uso de
los mismos se impone guardar la
debida proporción entre lo inmedia-
to y las medidas de largo aliento, que son,
en definitiva, las que darán la posibilidad al
país de salir airoso de la crisis. Luego pa-
reciera lógico plantearse la necesidad de
lograr la mayor eficacia del Estado en la
utilización de sus instrumentos de inter-
vención en el proceso de inversión. No
solo en las áreas de su competencia ex-
clusiva o casi exclusiva como vivienda,
transportes, salud, etc., sino en el área
concurrencial de la economía.
Se trataría, preferentemente, de impulsar
una reindustrialización orientada al fortale-
cimiento y transformación del tejido indus-
trial y empresarial español.
La creación de empleo ha de plantearse
entonces no como la suma aritmética de
71
Impulsar una reindustrialización orien-
tada al fortalecimiento y transforma-
ción del tejido industrial y empresarial
español.
puestos de trabajo de cualquier naturale-
za, sino como consecuencia del surgimien-
to de nuestras unidades empresariales
con viabilidad a futuro.
La exigencia sindical debería poner espe-
cial énfasis en la orientación de recursos
importantes a la creación de empresas
que reúnan las características de moder-
nidad necesarias que, en prieta síntesis,
podría resumirse del siguiente modo:
– Empresas de pequeña y mediana di-
mensión.
– De acentuadas características participa-
tivas.
Tenencia del capital accionario por todos o
la mayoría de los fundadores-gestores, con
prioridad a formar cooperativas.
Formas efectivas de gestión colegiada.
Proclividad a la aceptación de ayu-
das en capital riesgo u otras formas
que contemplen su posible retorno.
– De neto carácter innovador. Con
neto predominio del componente
tecnológico en el proyecto empresarial.
Políticas comerciales imaginativas.
Abiertas al establecimiento de nuevas
relaciones industriales como elemento
importante en la gestión empresarial,
mediante la mayor participación y co-
rresponsabilización de trabajadores en
el proceso productivo, innovación tecno-
lógica, mejora de la calidad, etcétera.
– Fundadores-gestores con una alta cuali-
ficación técnica y experiencia comproba-
da en centros o instituciones dedicadas
a I+D en el exterior, en grandes empre-
sas españolas o multinacionales o en
pequeñas y medianas empresas innova-
doras con resultados satisfactorios.
– Proyectos que aporten innovación en
proceso, producto o comercialización
aplicables a actividades o sectores tradi-
cionales o de futuro en España. Con es-
pecial atención a aquellos sectores di-
recta o indirectamente involucrados en
planes de reconversión.
Productos de alto valor agregado. Otor-
gando prioridad a los de nueva aparición
en el mercado y sustitutivos de importa-
ciones, procurando añadir a éstos innova-
ciones propias.
Proyectos con ciclos de maduración rápi-
da y elevados niveles de rentabilidad.
La realización de programas de este tipo se-
rían de gran importancia no solo por las em-
presas y puestos de trabajos cuantitativa-
mente considerados, sino por el papel dina-
mizador sobre sectores maduros y la
aparición de nuevas líneas de actividades
productivas actualmente inexistentes, así
como su función regeneradora y moderniza-
dora de la estructura empresarial del país.
Y esto que se expone por motivos de sim-
plicidad, orientado al sector terciario, es
perfectamente aplicable a los otros dos
sectores de la economía.
Lógicamente, como propuestas para la
concertación, amén del protagonismo exi-
gido por el sindicato será necesario lograr
la plena asunción por las restantes partes
de la negociación.
Hasta aquí me he referido a la creación de
empleo. Quedarían incompletos estos
apuntes si no me refiriese a la batalla por
la defensa del empleo existente que el sin-
dicalismo está librando, fundamentalmen-
te en el terreno de la reconversión indus-
trial.
Cuando se pronuncian las palabras “re-
conversión industrial” estamos demasiado
aficionados a pensar exclusivamente en
ciertos procesos de reconversión actual-
mente en ejecución, en unos pocos secto-
res, al amparo de los mecanismo excep-
cionales de la Ley 27/1984 de Reconver-
sión y Reindustrialización y las restantes
normas que la desarrollan. Se trata, por
cierto, de sectores importantes de la in-
dustria española, pero no agotan, ni mu-
cho menos, el amplio panorama de la re-
estructuración y saneamiento empresarial
que viene produciéndose desde hace algu-
nos años al margen de esos instrumentos
legales o de los que les antecedie-
ron.
Opto por este enfoque previo, pues
si de política sindical hablamos, me
parece necesario fijar con propie-
dad la geografía total de la recon-
versión industrial para definir con relación
a ella la naturaleza de las posiciones adop-
tadas por las principales corrientes y or-
ganizaciones sindicales, aparentemente
enfrentadas en dos bandos irreconcilia-
bles.
Y yo creo que esa oposición no es tan ra-
dical o, como máximo, queda reducida al
ámbito de las reconversiones de muy po-
cos sectores de alta concentración obre-
ra, importante presencia de empresa pú-
blica y realizadas con las medidas excep-
cionales de la Ley citada. Pues corrientes
sindicales que aquí defienden posiciones
de confrontación e intransigencia, distan-
72
Nuevas relaciones industriales me-
diante la mayor participación y corres-
ponsabilización de trabajadores en el
proceso productivo.
ciándose claramente respecto de otras
expresiones sindicales, vienen coincidien-
do plenamente con estas últimas en el
amplio proceso de reestructuración indus-
trial espontáneo, por ponerle un nombre,
o en sectores de gran dispersión empre-
sarial como el textil o el calzado.
No es mi intención espulgar coherencias o
incoherencias, sino meditar en voz alta so-
bre la práctica sindical. Y en tal sentido me
interesa decir que en ese campo de recon-
versión, disperso o “espontáneo”, el sindi-
calismo viene actuando, en términos
generales, con realismo, pragmatis-
mo e imaginación. Se buscan las so-
luciones posibles que permitan man-
tener el máximo empleo compatible
con la viabilidad futura de las empre-
sas, mostrándose dispuestos a sub-
sanar deficiencias que atañen a las
propias relaciones laborales, exigiendo lógi-
cas y factibles contraprestaciones.
En esa multitud de experiencias los traba-
jadores vienen perdiendo empleo y deben
aceptar la modificación de las condiciones
de trabajo (en ambos signos) o moderar
sus retribuciones salariales, pero en ge-
neral ganan terreno en su capacidad de
intervención en la toma de decisiones de
vital importancia para la marcha futura de
las empresas, formas más participativas
en sus relaciones con los diferentes nive-
les de dirección y en algunos casos acce-
der a la propiedad o al control mayoritario
de las propias empresas.
Y estos avances, esa es la preocupación,
no vienen consolidándose en las propias
empresas, ni expandiéndose más allá de
ellas en los sectores a los que pertene-
cen, porque no se han trasladado metódi-
ca y consecuentemente a la negociación
colectiva. Hay, pues, un campo fértil para
la acción sindical.
Sobre el acceso de los trabajadores al
control de empresas afectadas por la cri-
sis, escribiré unas pocas líneas más ade-
lante.
En el terreno de la reconversión industrial
“oficial”, por darle también un mote, a na-
die se le escapa que se desarrolla hoy la
batalla más espectacular entre las princi-
pales opciones sindicales y su resultado
tendrá, presumiblemente, efectos impor-
tantes en la conformación del cuadro sin-
dical en el próximo futuro.
Asumir la reconversión, en términos de
necesidad histórica. Poner en juego, de
forma responsable, la fuerza del sindica-
to para lograr un marco legal, suficien-
temente realista y flexible, dotado de los
instrumentos y medidas idóneas para
abordar, de verdad, la adecuación y mo-
dernización de esos importantes secto-
res industriales. Garantizar a los traba-
jadores excedentarios niveles de cober-
tura justos, vías para su retiro de la
actividad dignas y medios e instrumen-
tos idóneos para asegurar la recoloca-
ción en nuevos empleos a los más jóve-
nes.
Comprometerse en la tarea, siendo exi-
gente con los otros protagonistas (Admi-
nistraciones y empresarios) en el cumpli-
miento de sus responsabilidades.
Superar la fácil tentación del seguidismo a
ciertos intereses corporativos o locales,
presentes en los propios trabajadores y su
entorno.
Conseguir que la reconversión sectorial se
lleva adelante concebida, y consecuente-
mente practicada, como parte de una po-
lítica de reindustrialización pensada en tér-
minos de país.
Intentar que, al final del proceso, los sec-
tores reconvertidos y las nuevas empre-
sas creadas, a la par de saneadas, es-
tructuralmente equilibradas y tecnológica-
mente actualizadas, puedan mostrar
inmejorables condiciones de trabajo y
unas relaciones laborales democráticas y
avanzadas.
No era mi intención ofrecer receta al-
guna, soy poco lúcido en la cocina, y
a enumeración precedente pareciera
tener el único cometido de respaldar
la idea de que hay, en el sindicalismo
español, quien está empeñado esfor-
zada y consecuentemente en llevar adelante
esa política.
POR LA DEMOCRATIZACIÓN
DE LA ECONOMÍA
Cuando me refería al cambio operado el 28-
O, estaba subyacente la idea de que la ma-
yoría del país unía a la consolidación de la
democracia política el avance en la demo-
cratización de la vida social y económica, co-
mo único camino para arropar al régimen
político representativo con formas efectivas
de participación popular. Al menos, esa idea
es connatural a los socialistas.
Es conocida la posición de la Unión Gene-
ral de Trabajadores respecto de la necesi-
dad de constituir un consejo Económico
Social, de representación bipartita, que
pueda servir de lugar de encuentro entre
los interlocutores sociales y ofrecer, des-
de allí estudios, información y otros ele-
mentos de juicio que faciliten la negocia-
ción colectiva y colaboren con el progreso
73
Se buscan las soluciones posibles que
permitan mantener el máximo empleo
compatible con la viabilidad futura de
las empresas.
de las relaciones laborales. El consejo Eco-
nómico Social podría, también, favorecer
la participación de los protagonistas socia-
les en una planificación más democrática
de la economía.
En realidad, la utilidad del instrumento de-
penderá más de la disposición de los dife-
rentes interlocutores que de su propia
existencia institucional.
La posible futura constitución de un
Consejo, con las características
apuntadas o algo similar, tanto co-
mo la práctica cada vez más co-
rriente por parte del gobierno, de
concertar medidas significativas de
su política con las organizaciones
representativas directamente impli-
cadas, introducen factores de democrati-
zación y participación importantes. Lógi-
camente, el sindicalismo estará cada vez
más interesado en ello, pero no es me-
nos cierto que el grado de participación
decrece en la medida en que se descien-
de hacia la inmensa masa de los repre-
sentados.
La práctica sindical debe aspirar, en con-
secuencia, a lograr formas reales de par-
ticipación de los trabajadores en todo el
proceso económico, concretizándola en
los diferentes niveles de su actividad labo-
ral y sindical. No solo reservada a los es-
cenarios macroeconómicos, sino también
volcada a las empresas.
Pienso en un proceso gradual y creciente
de participación en las diferentes instan-
cias de toma de decisiones y aplicación de
las mismas; en formas de organización del
trabajo que superen la relación bilateral
(jefe-subordinado) de tipo individual y vayan
a tratamientos más integradores y solida-
rios; en la introducción de numerosos ele-
mentos de flexibilidad en la prestación del
trabajo legitimada por el mayor protago-
nismo de los interesados en la propia defi-
nición de las condiciones de trabajo y de
su control, etcétera.
Es decir, sentar el principio de participa-
ción, junto al de solidaridad, y hacerlo cre-
cer por las dos vías a través de las cuales
el movimiento sindical ha logrado avanzar
en las democracias: la legislativa y la de
negociación colectiva.
La primera hace referencia al estado de
opinión mayoritaria de la sociedad. La se-
gunda pone en movimiento la conciencia y
la voluntad de los trabajadores directa-
mente interesados y los convierte en
constructores de sus propias condiciones
económicas de existencia.
Orientar las energías de los trabajadores
hacia la participación en las empresas sig-
nifica, para el sindicalismo, encarar una
tarea que presupone el abandono, por
muchos trabajadores, de viejas concepcio-
nes afincadas en el individualismo, el eco-
nomicismo, el consumismo, el paternalis-
mo, etc.; a la par que la asunción de nue-
vas ideas sobre el papel del trabajo y sus
condiciones en la realización de los hom-
bres, o las vías idóneas para la transfor-
mación de la realidad existente en pro de
mayores cotas de libertad y bienestar co-
lectivos e individuales.
Este es, por supuesto, un campo cierta-
mente conflictivo en el seno del movimien-
to sindical, pues en él colisionan diferen-
tes concepciones políticas e ideológicas.
Pero el conflicto principal, obviamente, ra-
dica en la resistencia de los empleadores
y los cuadros de mando de las empresas
a la introducción de relaciones laborales
más democráticas. Y ello es así, en el sec-
tor empresarial privado como público, por-
que en ambos predomina una visión tec-
nocrática y verticalista de la organización
empresarial y los procesos de producción,
la defensa de situaciones de prestigio, po-
der e ingresos privilegiados y una común
influencia de las concepciones bur-
guesas acerca de la economía y la
propia vida.
Dada la situación política imperante
es previsible el respaldo de las or-
ganizaciones empresariales a quie-
nes desde la empresa pública o el
propio Gobierno socialista se manifiesten
partidarios de retrasar la participación de
los trabajadores en las empresas estata-
les. Es comprensible su temor al efecto de
demostración y de contagio sobre las em-
presas privadas. Y por razones un tanto
similares, es lógico esperar que el sindica-
lismo oriente buena parte de sus esfuer-
zos a lograr que la participación de los tra-
bajadores en la empresa pública, en un fu-
turo inmediato, no quede reducido a una
limitada y cuasitestimonial presencia de
representantes sindicales en los Consejos
de Administración.
Se impone, pues, al sindicato, definir con
claridad las vías de acción, articulando la
negociación colectiva con la presión políti-
ca. Pero más importante aún es fijar los
criterios que han de dar cuerpo a esta rei-
vindicación, precisando las correspondien-
tes matizaciones en orden a los ámbitos
de aplicación, a la gradualidad de las me-
didas, a las modalidades en atención a la
naturaleza de las empresas (capital públi-
co o privado, tamaño, sector económico),
etc. Y en ello debería hacerse un esfuerzo
74
La práctica sindical debe aspirar, en
consecuencia, a lograr formas reales
de participación de los trabajadores en
todo el proceso económico.
para alejarse de posiciones principistas,
superando encasillamientos finalistas co-
mo la autogestión o cogestión, para avan-
zar hacia soluciones realistas e imaginati-
vas donde lo que cuente realmente sea la
intervención de los propios trabajadores y
su consecuente corresponsabilización con
la vida de la empresa y las condiciones de
todos los que la conforman.
Otro fenómeno de relevante importancia
se está produciendo en el tejido empresa-
rial español, con defectos beneficiosos en
términos de democratización de la econo-
mía. Se trata del surgimiento creciente de
empresas cooperativas o asociativas labo-
rales, ante el cual el sindicalismo viene ju-
gando un papel bastante ambiguo.
Puede afirmarse con propiedad que ese
fenómeno, hasta el momento, es más un
acto reflejo en búsqueda de continuidad
para muchas empresas que se han mos-
trado incapaces de dar respuesta a
la situación de crisis, bajo el control
del capitalismo privado, que fruto
de una política sindical y guberna-
mental orientada a la creación de
nuevas unidades empresariales con
formas de asociacionismo laboral.
La misma aparición de esa atípica figura ju-
rídica, “Sociedad Anónima Laboral”, nos ha-
bla de una situación nueva en una etapa de
transición. Pero no es menos cierto que, a
través de numerosas experiencias con éxi-
tos y fracasos, va creciendo un nuevo tipo
de empresas “asociativas laborales”, coo-
perativas y SAL, con características dife-
renciales respecto del ya conocido coopera-
tivismo vasco, y la empresa capitalista tra-
dicional en la que puede darse cierta
participación accionaria a los trabajadores.
La magnitud del proceso, que bien podría
calificarse de cooperativización forzosa,
está arribando a un grado de madurez en
el que unidades que fueron apareciendo
aisladas, están accediendo a estadios su-
periores de organización en federaciones
y confederaciones que agrupan a cente-
nas de empresas y decenas de miles de
trabajadores. Esto es observable de for-
ma explícita en Asturias, Navarra, País
Vasco y Cataluña, y se extiende paulatina-
mente por la geografía nacional.
El sindicalismo, por sus propias carencias
políticas y organizativas, juega un papel
destacable en la génesis de estas empre-
sas, presionado por la necesidad de inten-
tar soluciones a trabajadores asalariados
cuyo empleo se encuentra amenazado de
muerte. Pero luego va perdiendo relación
con las mimas, de tal suerte que se corre
el riesgo de una desvinculación absoluta
entre el movimiento obrero organizado y
esa importante fracción de la clase traba-
jadora.
La precariedad de la situación actual en
esta materia pareciera responder en gran
medida a las dificultades de nuestro sindi-
calismo para extender, con éxito, su in-
fluencia sobre diferentes capas de los tra-
bajadores, y específicamente sobre aque-
llos que sin ser asalariados ocupan ya un
lugar destacado en el conjunto de la cla-
se. Dificultades que en un extremo deno-
tan rigideces de índole ideológica y en el
otro, el propio dinamismo y aceleración de
un fenómeno absolutamente nuevo.
El fortalecimiento de las formas autoges-
tionarias y su expansión debiera incorpo-
rarse de pleno derecho en la práctica de
hoy en nuestro sindicalismo. De no ser
así, experiencias como las Sociedades
Anónimas Laborales podrían, en el futuro,
retroceder hacia el tipo originario de em-
presas capitalistas, malgastándose el es-
fuerzo y las enseñanzas que dicha expe-
riencia puede aportar al conjunto de los
trabajadores y a la transformación de la
sociedad.
En esta, como en otras materias, será ne-
cesario articular la propia actividad de los
trabajadores y su relación con el sindica-
to, con actuaciones gubernamentales que
faciliten y respalden su crecimiento.
POR LA EMERSIÓN
DE LA ECONOMÍA SUMERGIDA
Para terminar me parece bueno avanzar
algunas líneas con el propósito de resaltar
la importancia que la economía sumergida
debiera cobrar en una política sindical
orientada a salir con éxito de la cri-
sis. Y me daría por satisfecho si
fuese capaz de transmitir la idea de
la complejidad del problema, la va-
riada gama de causas presentes en
su génesis, su riqueza contradicto-
ria en términos de avance y retro-
ceso social, así como la necesidad de huir
de soluciones fáciles, unidireccionales o
de tipo preferentemente “policial”.
El desarrollo de actividades productoras al
margen de los sistemas de fiscalidad, se-
guridad social y contractuales, ha venido
propiciando por diferentes causas actuan-
tes de forma concurrente, en muchos ca-
sos, a partir de la crisis energética, el cues-
tionamiento de las economías de escala, el
crecimiento de los costes laborales, la cri-
sis del sistema de seguridad social y pro-
tección del desempleo, la inadecuación de
las relaciones laborales, los acelerados
cambios tecnológicos, etcétera.
75
Resaltar la importancia que la econo-
mía sumergida debiera cobrar en una
política sindical orientada a salir con
éxito de la crisis.
No es mi propósito aquí profundizar y sis-
tematizar el tema, sino advertir sobre la
multiplicidad de sus causas para apuntar,
en paralelo, que las formas empresaria-
les, tecnológicas, sistemas y condiciones
de trabajo, en los cuales se manifiesta es-
te fenómeno responden, en algunos ca-
sos, a reales retrocesos en términos em-
presariales, tecnológicos y laboral, pero
que en otros están ofreciendo, en las con-
diciones de nuestro país, soluciones de
neto carácter innovador, con fórmulas
más flexibles de organización empresa-
rial, tecnologías avanzadas, alta cualifica-
ción de la mano de obra, y formas y con-
diciones de trabajo que suponen un avan-
ce respecto de las imperantes en el
sector “legal” de la economía capitalista
tradicional.
Es lógica la preocupación del sindicato an-
te la economía sumergida, por las distor-
siones que la misma introduce en el mer-
cado de trabajo y sus efectos sobre el sis-
tema de seguridad social y fiscal, entre
otros. Pero de lo que se trata es de inten-
tar una acción que, sustentada en un co-
nocimiento más profundo del que hoy se
tiene en nuestro país, integre la mayor
cantidad de factores relacionados con la
economía sumergida para hacer posible
un movimiento de emersión que evite el
retroceso hacia sistemas del pasado, a la
par que consolide los elementos de pro-
greso que se incuban en ella.
Es de esperar que el sindicalismo espa-
ñol, también en este caso, sea capaz de
recoger el guante.
Agosto de 1984.
76
77
L“La República Democrática de Alemania es un
Estado socialista de trabajadores y campesi-
nos. Es una organización de trabajadores de
la ciudad y el campo, bajo la dirección de la clase tra-
bajadora y partido marxista-leninista”. Así rezaba el Ar-
tículo 1 de la Constitución de la República Democráti-
ca Alemana, constituida en el año 1949 en el
territorio alemán ocupado por la Unión Soviética al fi-
nalizar la segunda guerra mundial y tras quedar dividi-
do el territorio alemán en cuatro partes por los Acuer-
dos de Postdam.
La conocida popularmente como República Democráti-
ca Alemana o RDA (Deutsche Democratische Republik
en alemán, o DDR), existiría como tal hasta el año
1990, frente a la otra Alemania libre, la República Fe-
deral. Se trataba de dos países hermanos de alema-
nes todos, pero hermanos separados por Regímenes
totalmente distintos: democrático un sistema, comu-
nista el otro, con todo lo que ello implicaba en un tiem-
po en que las dos grandes superpotencias, Estados
Unidos y la Unión Soviética, se disputaban la hege-
monía mundial. Así convivieron durante muchos años
los dos países dándose la espalda, ignorándose el
uno al otro, si bien ocupando un territorio que otrora
fuera de todos los alemanes. La República Federal
de Alemania comenzó a remontar el vuelo tras el de-
sastre de una guerra mundial que la dejó en las ceni-
zas literalmente hablando, mientras que la República
Democrática Alemana ponía en práctica su economía
concentrada, de control estatal, que en unos prime-
ros años le dio resultados, creciendo por encima del
resto de países comunistas satélites de la Unión Sovié-
tica. Pero una economía estatal izada no podía perdu-
rar, tener futuro, como se demostró andando los
años. Uno de los primeros síntomas de que el Régi-
men fallaba fueron las manifestaciones de los trabaja-
dores en el año 1953 en protesta por la situación,
que sería atajada sin contemplaciones por las tropas
soviéticas, que para esto estaban allí, entre otras co-
sas. Alemania Oriental era la “joya de la corona” de los
países satélites de Rusia y había que preservarla a to-
da costa del “influjo” occidental. Hasta que dejó de ser-
lo, acuciada por la enorme deuda exterior que acumu-
laba, y también por el encarecimiento del petróleo a
nivel mundial, lo que hizo comprender a Moscú que no
podía mantener un país artificialmente a la larga.
El malestar entre los berlineses orientales era palpa-
ble conforme avanzaba el tiempo, y los hechos consu-
mados se encargarían de demostrarlo. En un principio
no resultaba difícil pasarse de una a otra parte de Ber-
lín, pero ante el goteo incesante de deserciones, de
ciudadanos orientales que se pasaban a la parte occi-
dental, el Gobierno de la RDA, que tenía como Jefe de
Estado a Walter Ulbricht, decidió cortar por lo sano,
construyendo uno de los instrumentos de control más
horrorosos que ha conocido Europa en la segunda par-
te del pasado siglo XX. En este sentido, el verdadero
rostro de la Alemania comunista empezó a conocerlo
Berlín, Berlín:La libertad frente al Muro
CLARID
AD
·IN
VIE
RNO/PRIM
AVERA
2010
·CUARTA
ETAPA
Cultura
Conrado GranadosPeriodista
el mundo la noche que separaba los días
12 y 13 de agosto de 1961, momento en
que Alemania quedaba dividida en dos par-
tes por el tristemente célebre Muro de
Berlín, que no solamente dividía la ciudad,
sino que convertía al Berlín Occidental en
una isla de libertad rodeada de un mundo
comunista.
EL TRISTEMENTE CÉLEBRE MURO
DE BERLÍN
En la fecha señalada empezaron a insta-
larse alambradas de espinos que poco a
poco serían reemplazadas por el famoso
Muro, de triste recuerdo. Las hemerote-
cas son testigo de lo que sucedió
aquella noche, una larga noche de
los tiempos en que una ciudad que-
daba partida en dos mitades para
siempre, o al menos así pensaban
que sería los jerarcas orientales.
Las escenas conservadas en archi-
vos y hemerotecas son testigo de lo que
ocurrió en aquellas fechas y hablan por sí
solas, pero hay una imagen que dio la vuel-
ta al mundo, una fotografía que pasó a la
Historia como un símbolo, y es la de un
soldado oriental saltando por encima de
las alambradas huyendo hacia Occidente
con el fusil al hombro. Tal vez pensó que
era su última oportunidad y no se lo pensó
dos veces. Porque a partir de aquella fe-
cha, a los berlineses orientales solo les
quedaban dos posibilidades: intentar eva-
dirse, escapar hacia la libertad, o adaptar-
se a vivir para siempre en un mundo co-
munista donde el control del ser humano
era absoluto.
“Nadie tiene la intención de construir un
muro”, había dicho Walter Ulbricht meses
antes, el 15 de agosto de 1961, pero se
trataba de una gran mentira, de las mu-
chas que los dirigentes orientales manifes-
taban en su huida hacia delante, al ser
conscientes de que el país se les iba de
las manos. En realidad Erick Honecker,
como Secretario de Seguridad lo tenía to-
do preparado de antemano, comenzando
en la fecha señalada la construcción del
Muro con la intención de convertirse en
una frontera impermeable con Berlín Oc-
cidental.
Una frontera que tenía, entre otras cosas,
156 kilómetros de largo de fortificación
que era en realidad el Muro en torno a
Berlín Occidental hechos a base de hormi-
gón y piedra, con una altura de entre
3,40 y 40,20 metros, 161 kilómetros de
calle iluminada con focos para la vigilancia
nocturna, 186 torres de observación,
127 kilómetros de alambradas, 259 pe-
rros de carrera entrenados y adiestrados
para perseguir a los que intentaban huir,
etcétera.
Si alguien intentaba escapar a través del
Muro, era consciente de que tenía tres po-
sibilidades: la libertad, la cárcel o simple-
mente la muerte. Los berlineses orientales
que deseaban evadirse tenían además otro
“handicap”, como era el enemigo interno,
la poderosa Policía secreta Stasi, que con-
taba con unos 100.000 funcionarios en
nómina, a lo que había que añadir otros
200.000 “soplones”. La DDR, un país con
apenas 17 millones de personas, era un
Estado totalitario donde tu mujer, marido o
hijo podía ser tu propio enemigo. La pelícu-
la “La vida de los otros” es un vivo ejemplo.
Pero las ansias de libertad eran tan gran-
des que muchos lo intentarían. No hay
datos oficiales, pero se calcula que unas
5.000 personas intentaron saltar el Mu-
ro, de las que unas 200 dejaron la vida en
el camino. Del resto, algunos lo consiguie-
ron, mientras que otros pagaron su osa-
día con largos años de cárcel. Recorrien-
do Berlín estos días pueden verse todavía
fotografías acompañadas de ramos de flo-
res en recuerdo de algunos que lo intenta-
ron y pagaron con su vida el pasaporte a
la libertad. Los había menores de edad,
pero las órdenes ante el intento de fuga
era claras: disparar a matar, sin mira-
mientos. En la publicación alemana Fluter,
recordando aquellos días, hay una foto de
un joven muriendo al lado del Muro con un
texto a pie que dice: “El silencio des-
pués del disparo. El joven de 18
años oficial albañil Meter Wechter
permaneció el 17-8-1962 una hora
larga desangrándose en su lucha
contra la muerte, porque los policías
de la zona Oeste no podían cruzar
la frontera para ayudarle”. Estaba a unos
metros de conseguir la libertad, pero los
disparos de los policías del Este le sega-
ron la vida.
CUANDO LA LIBERTAD SALTA EL MURO
Pero un 9 de noviembre de 1989 iba a
acabar aquella pesadilla, después de la
existencia de un Muro de Berlín que lleva-
ba cerca de 30 años separando una ciu-
dad y un país que siempre debería de ha-
ber sido uno, el de todos los alemanes.
Durante este tiempo habían pasado mu-
chas cosas, y tal vez la más importante
fue el desmoronamiento del bloque comu-
nista, que acabaría con la desaparición
como país de la otrora todopoderosa
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS). Rusia ya no estaba en condicio-
nes de ayudar a sus países satélites,
porque bastante tenía con intentar poner
orden en su desmembración y luchas
78
Empezaron a instalarse alambradas
de espinos que poco a poco serían re-
emplazadas por el famoso Muro, de
triste recuerdo.
intestinas por el poder. Gorbachov fue un
dirigente ruso pragmático que se dio
cuenta a tiempo de lo que se le venía enci-
ma, y afirmó que sus tropas no interven-
drían contra la población para ayudar al
régimen de la Alemania Oriental ante lo
que sucediera en este país, cuyos dirigen-
tes eran incapaces de controlar las ansias
de libertad del pueblo. La suerte estaba
echada, pues, y era cuestión de días,
o de horas. La libertad llegó esa no-
che del 9 de noviembre, dando pa-
so a la inmensa alegría de los ale-
manes de ambos lados del Muro,
que después de 28 años volvían a
encontrarse, ser todos de un mis-
mo lugar. El triste Muro de Berlín levanta-
do por el Régimen comunista de la Repú-
blica Democrática Alemana comenzaba a
desmoronarse ante el empuje de las an-
sias de libertad de un pueblo que había es-
perado tanto tiempo, pero que al final vio
la ilusión convertida en realidad. Familias
que no se veían en décadas, amigos que
habían ido de niños juntos al colegio volví-
an a encontrarse, y ya no eran orientales
u occidentales, sino alemanes.
EL NUEVO BERLÍN
El resto es de todos conocido al estarse
publicando estos días todo tipo de reporta-
jes, noticias, documentales en torno al te-
ma, habiéndose convertido Berlín en la ca-
pital europea de moda. Una ciudad que ha
cambiado tanto, en tan poco tiempo, que
algunos piensan que solo los alemanes,
con su organización y disciplina podían ha-
cerlo. Visitando esta ciudad, podría uno
imaginar que está en un barrio de Nueva
York, por sus modernos edificios de la Pos-
tdamer Platz, mientras que en otro sigue
siendo la gran urbe prusiana. O adentrar-
se en la isla de los museos, o en sus in-
mensos jardines. También han dejado algu-
nas muestras de su pasado, para que
nadie ignore lo que fue y significó el horri-
ble Muro de Berlín: un kilómetro de Muro
queda en pie en la conocida como East-Si-
de Galery, considerado el monumento más
largo de la paz y reconciliación de Berlín.
Artistas de todo el mundo pintaron en este
kilómetro largo de muro, dando rienda
suelta a sus ideas en pos de la paz, liber-
tad y reconciliación. Otro punto importante
es el conocido como Checkpoint Charlie,
que era el puesto de control que separaba
dos distritos, uno del Este y otro del Oeste.
A un lado de la calle los americanos, con
su tanques, y al otro los rusos, con los su-
yos. A través de este puesto podían pasar
al otro lado los aliados y los extranjeros.
Un cartel dejada claro cómo estaba dividi-
da la ciudad: “Aquí termina el sector ame-
ricano”. Como paisaje, a un lado de la calle
una foto de un soldado americano, y en la
otro la de un soldado ruso.
LOS EXTRANJEROS QUE COLABORARON
EN EL NUEVO BERLÍN
De entre los cientos de documentos de to-
do tipo que en estos días están circulando
sobre el nuevo Berlín y su fisonomía se ha-
ce especial hincapié en los famosos arqui-
tectos responsables de grandes obras que
embellecen la ciudad. Nombres como los
de Norman Foster, Daniel Libeskind, David
Mackay, Rob Krier y otros. Sin embargo,
existen unas personas que no aparecen por
ninguna parte, nadie se acuerda de ellas,
pero que sin cuya presencia resultaría im-
posible hacer esas maravillas arquitectóni-
cas que existen en el nuevo Berlín. Se trata
de los albañiles de a pie, la fiel infantería
que durante años, muchos años arrimó el
hombro, día y noche, para que la capital
alemana fuera lo que es hoy. Trabajadores
españoles, portugueses, turcos, italianos y
de otros países que trabajaron duro, ga-
nando en ocasiones bastante menos que
los alemanes para construir la cara de la
nueva ciudad por todos hoy reconocida.
Y solamente habiendo vivido en Ale-
mania se sabe cómo se trabaja en
aquel país de tiempos exactos y
proyectos estudiados al milímetro.
Se dice por ejemplo que el aero-
puerto de Tegel, corrió a cargo de
los arquitectos Gerken, Marg y Nic-
kels, pero ¿alguien ha oído o escrito el
nombre de alguno de los 17.000 obreros
que durante tres meses trabajaron a con-
trarreloj para que el dicho aeropuerto es-
tuviera terminado? Y lo mismo podría de-
cirse con respecto a los edificios de
Postdamer Platz o la nueva Cancillería,
donde miles de trabajadores dejaron lar-
gas jornadas de trabajo a lo largo de los
años. Seguirán en el anonimato, pero fue-
ron y siguen siendo los “fogoneros” de la
general de ese inmenso barco-país que es
Alemania, que los necesitó como mano de
obra extranjera y los seguirá necesitando.
De ellos, unos 130.000 son españoles
que viven hoy en la República Federal de
Alemania. Marcharon allí en los años se-
senta a trabajar, producir, y de paso man-
dar divisas a España para levantar este
país y sacarlo de la absurda autarquía del
Régimen franquista. Ya van por la tercera
generación, y hoy tienen hijos, nietos, que
son ciudadanos alemanes, mientras que
España, su país de nacimiento, es un re-
cuerdo del pasado. Junto a ellos conviven
italianos, marroquíes, portugueses, tur-
cos y de otras nacionalidades. Tres millo-
nes de turcos viven hoy en Alemania, con
todo lo que ello conlleva. Todos ellos con-
tribuyeron a levantar de sus cenizas tras
79
Un kilómetro de Muro queda en pie en
la conocida como East-Side Galery,
considerado el monumento más largo
de la paz y reconciliación de Berlín.
una segunda Guerra Mundial a una Ale-
mania que hoy es el motor de Europa. Pe-
ro ese gran país es un barco que sin sus
“fogoneros”, los llamados gastarbeiter
(“trabajadores invitados”) no hubiese arri-
bado a ese puerto de prosperidad del que
hoy goza. Un dato que también debe ser
tenido en cuenta, sobre todo por ese mo-
vimiento neonazi de jóvenes alemanes
que acuñaron en su día una frase que ha
cuajado en algunos lugares: “Alemania
para los alemanes”. Esa generación de jó-
venes alemanes que nació tras la segun-
da Guerra Mundial, debería saber que,
efectivamente, viven en el país motor de
Europa, pero que sin sus millones de “tra-
bajadores invitados”, el “milagro alemán”
posiblemente no hubiese sido posible.
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