005 por qué necesitamos el perdón

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EL ANCLA D E L E V A N G E L I O Dando razón de nuestra esperanza que es el ancla del alma -- Heb. 6:9; 1 Ped. 3:15 Apartado Aéreo 1254 - Manizales [Caldas] Colombia, S.A. www.elancladelevangelio.org [email protected] Presentado Por Por: David Pratte ¿Cuáles son los problemas que produce el pecado en nuestras vidas? ¿Cómo pueden ser solucionados estos problemas? ¿Está agobiado por la culpa y opresión del pecado? Si es así, ¡aquí está la solución a su problema! PERDON? ¿POR QUE NECESITAMOS EL

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EL ANCLAD E L E V A N G E L I O

Dando razón de nuestra esperanza que es el ancla del alma -- Heb. 6:9; 1 Ped. 3:15Apartado Aéreo 1254 - Manizales [Caldas] Colombia, S.A.

www.elancladelevangelio.org [email protected]

Presentado Por

Por:David Pratte

¿Cuáles son los problemas que produce el pecado en nuestras vidas?

¿Cómo pueden ser solucionados estos problemas? ¿Está agobiado por la culpa y opresión del pecado?

Si es así, ¡aquí está la solución a su problema!

PERDON?¿POR QUE NECESITAMOS EL

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¿Por Qué Necesitamos El PERDON? ¿Por Qué Necesitamos El PERDON?

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CONCLUSION

Todos hemos pecado [Rom. 3:23], y el pecado coloca una barrera impa-sable entre nosotros y las bendiciones que hemos discutido. No podemos atravesar esa barrera o rodearla, o por debajo. La única forma de que nosotros tengamos estas bendiciones es por medio de que esta barrera del pecado sea destruida, y el único poder en existencia para destruirla es la sangre de Jesús. Dios ofrece ese poder a todos los hombres [1 Tim. 2:4, 6; Tito 2:11; Juan 3:16; Marc. 16:15-16]. Para recibirlo, debemos reunir las condiciones de Dios. La oportunidad esta en lo alto para nosotros. ¿Cuáles son las condiciones?

* Escuchar y creer al evangelio—Rom. 1:16; 10:17.* Arrepentirse del pecado—Luc. 24:47; 2 Cor. 7:10; Hch. 17:30-31].* Confesar a Cristo—Rom. 10:9-10.* Ser bautizado para el propósito de recibir el perdón—Hch. 2:38; 22:16;

Marc. 16:16; 1 Ped. 3:2].En este momento, los pecados pasados son perdonados. Pero para con-

tinuar recibiendo las bendiciones de Dios, debemos continuar viviendo una vida fiel—Tito 2:11-14; Sant. 1:21-25; Rom. cap. 6; etc. Si uno apostata, él está otra vez en pecado, separado de estas bendiciones. Con todo otra vez su caso no es desesperado. El puede todavía ser perdonado si él se arrepiente y ora—Hechos 8:22; 1 Juan 1:9.

¿Necesita usted el perdón de Dios? ¿Usted necesita una iglesia local con la cual laborar en el servicio de Dios? Cualquiera que sea su necesidad espiritual, contacte a las personas que le dieron a usted este tratado y ellos alegremente le ayudarán.

1987

¿Por Qué Necesitamos ElPERDON?

INTRODUCCION:Algunas veces hay cosas que no realizan lo que necesitamos, pero que

deberían ser realmente de valor para nosotros si las tenemos. Si algunos nos muestran nuestra necesidad, podríamos venir a atesorarnos de algo que en un principio pensamos que no era importante.

Por otro lado, algunas veces anhelamos tener algo, pero luego perdemos nuestra apreciación por ello después de obtenerlo. Esto puede ser verdad aún si ese artículo es todo lo que habíamos esperado que sería. Podríamos apreciar el tenerlo por un rato, pero cuando las “nuevas modas aparecen”, esto se convierte en algo común [trivial], y empezamos a asirnos por lo grande.

En este estudio, queremos considerar una bendición de la cual todos nosotros tuvo necesidad en el pasado y continúa siendo necesaria de tiempo en tiempo. Sin embargo, algunos de nosotros podría nunca tener la com-prensión de lo mucho que lo necesitamos. Otros podrían haberla obtenido, pero ahora se agarran por lo grandioso y fallan en apreciarlo. También, el propósito de nuestro estudio es para ayudarnos a apreciar este regalo más plenamente. Este regalo es el perdón de nuestros pecados

Lucas 7:36-48 nos dice de la actitud de dos personas hacia el perdón. Una mujer que fue perdonada de grandes pecados, sintió tal apreciación por el perdón que ella lavó los pies de Jesús con sus lágrimas y los enjugó con su cabello. Un Fariseo criticándola, no apreció la propia y gran necesidad para el perdón. ¿En cuál categoría estamos nosotros? ¿Apreciamos nuestra necesidad por el perdón?

Para ayudarnos a apreciar el perdón, permitamos considerar las conse-cuencias del pecado y la condición de aquellos que son culpables de pecado. Entonces permítanos ver como el perdón resuelve estos problemas.

PROBLEMA #1:LA SEPARACION DE DIOS

A. EL PECADO APARTA AL HOMBRE DE DIOS

Génesis 2:17, 3:8 — Cuando Adán y Eva pecaron, ellos murieron, no exactamente en lo físico [separación del espíritu del cuerpo], sino también espiritualmente [separación del hombre de Dios]. Ellos no pudieron con-tinuar por más tiempo el estar en la presencia de Dios, por lo que se buscó el retirarlos de El [3:23-24].

Isaías 59:1-2 — Nuestros pecados e iniquidades nos separaron de Dios, en consecuencia El no escuchará no aceptará nuestra adoración.

Colosenses 3:6; 1:21 — Dios está enojado con nosotros por el pecado y nos considera sus enemigos.

Efesios 2:12 — La gente en pecado [v. 1-3] está separada de Cristo y sin Dios en el mundo. [Rom. 1:18; 2:5; Efe. 5:6; 4:18; Sant. 4:4].

Versión al Español: Jaime Restrepo M. A.A. 1254 Manizales (Caldas) Colombia, S.A.

[email protected]

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B. EL PERDON RESTAURA NUESTRA RELACION PARA CON DIOS

Romanos 5:6-10 — Aunque el pecado merece castigo, Dios nos ama tanto que envió a Su Hijo para llevar nuestro castigo y de esta manera poder ser salvos. Somos justificados por Su sangre. Dios es ahora capaz para completamente borrar nuestros pecados y tratarnos como si nunca hubiéramos pecado. Evitemos Su ira. En lugar de ser Sus enemigos, reconciliémonos con El [seamos sus amigos otra vez].

Efesios 2:13, 17-19 — Aunque estábamos separados y alejados de Dios, podemos ser hechos cercanos por la sangre de Cristo y tenemos entrada al Padre. En efecto, venimos ha ser miembros de Su propia casa [familia].

Colosenses 1:21-23 — Nuestras malas obras nos hacen enemigos y extraños de Dios. Pero podemos ser reconciliados a través de la muerte de Jesús. Esto debería motivarnos a continuar firmes acorde a la palabra de Dios, pero si no somos fieles, estaremos correctamente en el pecado con todas sus consecuencias.

Ciertamente cuando consideramos las consecuencias serias del pecado, esto nos conducirá a ver nuestra gran necesidad por el perdón. Habiendo obtenido el perdón, debemos continuar con valor y vivir fielmente. De esta manera podemos continuar en comunión con Dios. [Col. 2:13; 1:13-14; Efe. 1:7; 1 Juan 1:6-9].

PROBLEMA #2:EL APARTARSE DE LOS AMADOS

A. EL PECADO ES UNA BARRERA ENTRE NOSOTROS Y NUESTROS AMADOS

Esto ocurre siempre dentro de las familias. Los esposos y las esposas pueden ser separados cuando uno comete adulterio o se convierte en un alcohólico. El esposo puede ser poco amoroso en el uso de su autoridad, o la esposa puede rebelarse contra su esposo. Puede haber odio y peleas. El divorcio es siempre el resultado final.

O el conflicto puede ser entre los padres y los hijos. Los padres podrían ser poco amorosos, abusivos, inflexibles, egoístas. O el hijo podría rebelarse y venir a estar en contacto con las drogas, la bebida, el crimen, la inmora-lidad sexual, así como cuando el hijo pródigo estaba viviendo en el pecado [Lucas 15:11-13]. El resultado podría ser una barrera de mala voluntad y contienda entre los padres y los hijos.

O el conflicto podría levantarse entre un hijo y una familia causado por los celos, el egoísmo, el engaño, o el odio, como entre Caín y Abel [Gén. 4], Jacob y Esaú [Gén. 27], o José y sus hermanos [Gén. 37].

La separación puede ocurrir también en la iglesia o entre amigos. Puede haber desacuerdos doctrinales, mentiras, calumnias, tomar ventajas falsamente, celos, contención, orgullo, prejuicios raciales, obstinación, auto deseos, etc. [Sant. 3:14-18; Gál. 2:11-14; Rom. 16:17; etc.].

esperanza de la gloria de Dios.1 Pedro 1:3-5 — Siendo renacidos, tenemos una esperanza viva—la

esperanza de una herencia incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para nosotros. Mientras permanezcamos en pecado, el futuro es desesperación. Si somos perdonados y nos convertimos en hijos de Dios, el futuro nos ofrece la esperanza de una gran herencia. El poder de Dios nos guarda para esa esperanza, si permanecemos fieles y eso da gran seguridad. [Rom. 12:12; 1 Tim. 4:10; Tito 1:2; 3:7].

Los sicólogos nos dicen que no reprendamos a la gente por el pecado porque eso hace que ellos se sientan culpables y desesperados. En lugar de eso, ellos llevan a la gente a pensar que ellos no son responsables por sus pecados. En respuesta, un escritor explicó como, desde el punto de vista del evangelio, hay únicamente una forma de dar esperanza a la gente. Mientras ellos permanezcan en pecado y piensen que ellos no son responsables, no hay esperanza. Pero cuando uno reconoce su pecado, y que es capaz y res-ponsable para pedir el perdón a través de Cristo, ¡entonces hay esperanza! ¿Tiene usted esta esperanza? ¿La aprecia usted?

PROBLEMA #7:PERDIDA DE LA VIDA ETERNA

A. EL PECADO CONDUCE AL CASTIGO

Mateo 25:41 — Los malvados irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Apocalipsis 20:10 — Allí ellos serán atormentados día y noche.Mateo 8:12 — Este es un lugar de tinieblas exteriores.2 Tesalonicenses 1:8-9 — Esto es el castigo eterno. [Véase también

Luc. 16:19-31; Mat. 13:39-42].Este es el destino que está esperando a mucha gente. Con todo que esto

es tan inútil [superfluo] porque hay una solución al problema.

B. EL PERDON NOS CONDUCE A LA VIDA ETERNARomanos 6:23 — La paga del pecado es la muerte, más la dádiva de

Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Este regalo [dádiva], que hemos visto, es hecho posible a través de la muerte de Jesús en nuestro lugar [Rom. 5:6-10].`Santiago 5:19-20 — Si convertimos a uno del pecado, salvamos a un alma de la muerte. Desde que la cosa que causa la muerte eterna es el pecado, si podemos conducir una persona hacia el perdón, po-demos salvarlos a ellos de la muerte y conducirlos a la vida eterna.

Tito 3:7 — Para ser herederos de la esperanza de la vida eterna, debemos ser justificados por la gracia de Dios [1 Ped. 1:3-5; Tito 1:2]. Tan grandes como los problemas pudieran ser en esta vida, los problemas causados por el pecado después de esta vida son mucho mayores. Ciertamente necesitamos ser perdonados y escapar de estas consecuencias. ¿Lo ha hecho usted así? ¿Si usted continúa viviendo así estas consecuencias no regresarán a su vida?

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Mateo 26:75 — Pedro lloró amargamente después de que negó a Jesús. Esto debería causarnos dolor [pena] el saber que hemos ofendido y hemos sido infieles a nuestro Padre y al Hijo quienes nos han amado con tan ricas bendiciones. Miremos en nuestra vida pasada y apesadumbrémonos por “todos aquellos años malgastados”.

La gente que sabe que es culpable de pecado a menudo gastan noches en vela atormentándose acerca de su destino eterno y afligiéndose por sus pecados. Ellos saben que permanecen condenados delante de su Creador, y que ellos se enfrentarán al castigo. Ellos están aterrorizados con el pen-samiento de la muerte y el juicio. ¿Es este su caso?

B. EL PERDON NOS DA GOZO Y PAZ

Salmos 51:8, 12 — Hazme oír gozo y alegría. Vuélveme el gozo de tu salvación. Cuando los pecados son perdonados, no hay más razón para el temor y la tristeza. Ninguna maravilla de los casos evangélicos de conversión son ocasiones tan gozosas [Hch. 16:31-34; 8:39; Luc. 15:7, 10, 22-24, 32].

Filipenses 4:4-7 — Regocijaos en el Señor siempre. La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Romanos 5:1-2 — Siendo justificados por la fe, tenemos paz para con Dios y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. [Efe. 2:17].

El perdón puede remover el temor y la tristeza del pecado y reempla-zarla con el gozo y la paz. ¿Quiere usted esta bendición? ¿Continúa usted apreciándola?

PROBLEMA #6:PERDIDA DE LA ESPERANZA Y LA SEGURIDAD

A. EL PECADO CAUSA DESESPERACION E INSEGURIDAD

Efesios 2:12 — La gente en pecado está sin esperanza. Ellos “no tienen esperanza” [1 Tes. 4:13]. Ellos podrían anhelar el poder tener vida eterna, pero mientras permanezcan en pecado, su destino es el castigo eterno en lugar de lo otro. ¡Pero ninguna esperanza para que! Por lo tanto ellos están “sin esperanza”. “La esperanza del impío perecerá” [Job 8:13].

Los temores y preocupaciones de la gente en pecado causa gran incerti-dumbre e inseguridad. Ellos no pueden mirar más adelante ansiosamente al regreso de Cristo y a la vida después de la muerte. Ni aún en esta vida ellos tienen una seguridad real, por lo que ellos nunca saben cuando morirán u otras tragedias que pudieran sobrevenir a ellos, y ellos no tienen la seguridad de que Dios los escuchará si ellos claman por su ayuda en estas aflicciones.

B. EL PERDON RESTAURA LA ESPERANZA Y LA SEGURIDAD

Romanos 8:24 — En esperanza fuimos salvos.Romanos 5:1-2 — Siendo justificados por la fe, nos gloriamos en la

Todas estas tragedias causan antipatía y separación entre la gente que debería amarse los unos a los otros. Y la causa de todo esto es el pecado.

B. EL PERDON RECONCILIA LA SEPARACION DE LOS AMADOS

En estos casos, debemos buscar obtener el perdón, no exactamente de Dios, sino también de las personas que hemos ofendido.

Lucas 15:18, 21 — Cuando el hijo pródigo se arrepintió, confesó que había pecado contra el cielo y contra su padre.

Mateo 5:23-24 — Si hemos ofendido a alguien, debemos reconciliarnos con ellos si esperamos que Dios acepte nuestra adoración. [Sant. 5:16; Luc. 17:3-4].

Aquellos que han sido ofendidos deben estar deseosos para perdonar.Lucas 17:3-4 — Si la gente peca contra nosotros y expresa el arrepen-

timiento, debemos perdonarlos aún repetidamente, si es necesario.Mateo 6:12, 14-15 — Ciertamente vemos nuestra necesidad de ser per-

donados por Dios si buscamos una correcta relación con El. En la misma forma, debemos estar ansiosos por perdonar a otros que nos han ofendido para de esta manera poder tener con ellos una correcta relación. Si no esta-mos deseosos de perdonar, traemos resentimientos, buscamos venganza o huimos y hablamos mal de aquel que se ha arrepentido del pecado cometido contra nosotros, nos convertimos en pecadores y Dios no nos perdonará. [Mat. 18:21-35; Efe. 4:32; Col. 3:13; Gén. 42:18-24; 44:1-45:15].

¿Ha hecho usted que su vida sea correcta con aquellos que han pecado contra usted? ¿Ha perdonado usted a aquellos que se han arrepentido del pecado cometido contra usted, y ha tratado a estas personas como usted quiere que Dios lo trate cuando El lo perdona?

PROBLEMA #3:LA PERDIDA DEL AUTO-RESPETO

A. EL PECADO NOS HACE SENTIR INDIGNOS Y FRUSTRADOS

El que sabe que es culpable de pecado, está separado no únicamente de Dios y de sus amistades, sino también de si mismo.

Job 42:6 — Job se aborrecía a si mismo por su pecado. De esta mane-ra así nos sentiremos a menudo cuando el horror de nuestros hechos y las consecuencias plenamente nos hagan frente. “¿Cómo puedo yo hacer una cosa tal?” Estamos totalmente desanimados, disgustados, y enojados con nosotros mismos.

Mateo 26:33-35, 69-75 — Pedro afirmó que él preferiría morir antes de negar a Jesús. De esta manera antes de que la noche estuviera encima, él negó a Jesús tres veces con maldición y juramento. Tal conducta nos da un sentido de total frustración y culpa. “¿Cuál es el uso?” Yo no soy bueno para nada.

A menudo para vencer nuestros sentimientos de inferioridad e insu-

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ficiencia, determinamos probar nuestra dignidad, no por el servir a otros acorde a la palabra de Dios, sino por el uso de nuestra sabiduría humana y la fuerza para dominar a otros. Esto lleva al orgullo, a la obstinación, y a la inconsideración de otros. Cuando reconocemos nuestra ensimismada pecaminosidad, vemos cuan miserables somos.

B. EL PERDON RESTAURA NUESTRO SENTIDO DE DIGNIDAD Y CUMPLIMIENTO

1 Timoteo 1:12-16 — Pablo había vivido celosamente como un promi-nente Judío, convencido de que él debía oponerse y perseguir a los Cristianos. Cuando a él se le probó que estaba equivocado, el pensó de sí mismo como habiendo sido “el primero de los pecadores”. ¡Imagine su frustración! Sin embargo él recibió el perdón y se convirtió en uno de los siervos de Jesús más eficientes a través de quien la mayoría de los libros del Nuevo Testa-mento fueron escritos. El afirmó que el trabajo en el Señor no es en vano [1 Cor. 15:58]—él le dio verdadero cumplimiento.

El apóstol Pedro, cuando él se había arrepentido de negar a Jesús, pre-dicó el primer sermón evangélico tanto a Judíos como a Gentiles [Hechos 2 y 10]. Ciertamente su contratiempo en sus pecados fueron vencidos por el perdón y el servicio fiel a Cristo.

Mateo 20:25-28 — El sentido de perfección que necesitamos no viene de el dominar a otros para probar que somos superiores, ni de la fama, poder, placer, o posesiones. Más bien viene de una vida de servicio fiel a Dios y a nuestro compañero.

El corazón de un niño podría ser destruido cuando, en su trivial necedad, destruyen algo de valor para ellos. En amor, un padre podría reemplazar lo que se perdió. Sin embargo en nuestra necedad podríamos arruinar nuestras vidas por el pecado, pero por el perdonarnos Dios puede darnos un nuevo comienzo—”vida nueva” [Rom. 6:4]. ¿Quiere usted esta bendición? Si usted ya la recibió, ¿está usted continuando una vida fiel a Dios para que de esta manera usted pueda mantener su sentido de perfección?

PROBLEMA #4:PERDIDA DE LA INOCENCIA Y LA RECTITUD

A. EL PECADO DA UN PESO DE CULPA

Génesis 3:10 — Adán mismo se escondió de Dios porque supo que estaba desnudo y tuvo miedo. El tuvo un sentido de culpa y vergüenza por su pecado.

Salmos 38:3-8 — Los pecados de David eran una carga muy pesada para llevar [v. 4]. El gemía a causa de la conmoción en su corazón [v. 8]. Así debe ser cuando un líder del pueblo de Dios y un hombre conforme al corazón de Dios, cometió adulterio y había asesinado a un hombre. Mucha gente vive ahora año tras año con la carga, no sabiendo que hacer para ejecutar lo correcto o no deseando hacer lo que ellos saben que es necesario [51:1-3].

Mateo 27:3-5 — La culpa de Judas lo condujo al suicidio. Otros vuelven a la bebida, a las drogas, o a un completo abandono moral para escapar de la realidad de sus culpas. Otros buscan ayuda psicológica o alguna filosofía humanista para racionalizar su conducta.

En los corazones de todos nosotros probablemente pensamos que hemos estado en lo correcto. El enfrentarnos a la realidad de que hemos pecado, hiere nuestra conciencia y ofende nuestro orgullo.

B. EL PERDON RESTAURA NUESTRO SENTIDO DE INOCENCIA Y RECTITUD

Salmos 51:1-3, 7-10 — En este momento de culpa, David ora para que sus pecados sean borrados [v. 1, 9], lavados y limpiados [v. 2], para que él pueda ser blanco como la nieve [v. 7], para tener un corazón limpio y un espíritu recto [v. 10]. Exactamente porque un hombre tenga sus manos sucias, esto no significa que ellas deben permanecer sucias—el puede lavarlas para que se limpien. De esta manera Dios puede tomar un alma manchada por la inmundicia del pecado y lavarla para que quede tan blanca como la nieve.

Hechos 2:36-38 — La misma gente que dio muerte a Jesús, fueron compungidos en sus corazones por la predicación de Pedro—ellos tuvie-ron un sentido de culpa. Cuando ellos preguntaron que hacer, había una solución para su problema. Pedro dijo que ellos podrían tener el perdón de sus pecados si ellos se arrepentían y bautizaban. [Hch. 15:9; 22:16; Rom. 10:10; Col. 1:22].

El conocimiento de culpa es una carga terrible. Pero esa carga puede ser quitada y reemplazada con un hermoso sentido de inocencia, si deseamos venir a Jesús en concordancia con Su voluntad. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. [Mat. 11:28]. ¿Quiere usted esta bendición? Si usted la ha recibido, ¿aún actúa usted como si la apreciara?

PROBLEMA #5:PERDIDA DEL GOZO Y LA PAZ

A. EL PECADO CAUSA TEMOR Y DOLORGénesis 3:7-10 — A causa del pecado, Adán tuvo miedo y se ocultó de

Dios. Adán sabía que Dios tenía el poder y la determinación para castigar el pecado. El sentido de culpa de Adán le llevó a temer la ira de Dios. Aún así, el escondernos de Dios no solucionará el problema de nosotros en algo más de lo que hizo por Adán.

Apocalipsis 20:10-15 — Dios también ha advertido que El nos castiga-rá con el lago de fuego si pecamos y no nos arrepentimos. Después de la muerte viene el juicio [Heb. 9:27]. Seremos castigados eternamente si no obedecemos al evangelio [2 Tes. 1:8-9]. Esto da a la culpa del pecador una cuota de tiempo para que se preocupe con respecto a ello. [Mat. 25:41, 46].

Salmos 38:6 — El pecado también hace que nos sintamos tristes. “Ando enlutado todo el día”.