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La Vereda del Medio cre__ _______________ ____________________________________ Pág in a 2 d e 161

Luis Sánchez Rojas 2

Diseño de la Portada: José Gregorio MorenoGrabados, pertenecientes a la serie Los Caprichos de Goya Autor: Luis A. Sánchez [email protected] Impresión: Gráficos BicolorISBN: En TrámiteDepósito Legal: En Trámite informació[email protected] [email protected] www.icrconsulting.com.ve Todos los Derechos Reservados Este documento y ninguna de sus partes pueden ser utilizados y reproducida por algún medio sin autoriza-ción alguna del editor o autor del libro.



INDICE

PROLOGO ___________________________________________6

INTRODUCCION ______________________________________8Confucio

SOBERBIA __________________________________________13“La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad” Nicolás Maquiavelo

PESIMISMO _________________________________________21“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad” W. Churchil

DESCONFIAZA _______________________________________30Es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos. François de La Rochefoucauld

INTOLERANCIA ______________________________________37Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio” Mahatma Gandhi

INDECISIÓN _________________________________________43“A los tímidos y a los indecisos todo les resulta imposible, porque así se lo parece” Walter Scott

INCONSTANCIA ______________________________________53La inconstancia y la impaciencia destruyen los más elevados propósitos. Confucio

DESORDEN _________________________________________62El mayor desorden de la mente consiste en creer que las cosas son de cierta manera, porque nosotros deseamos que así sean” Jacques Benigne Bossuet

IRA ________________________________________________71“El éxito y el fracaso dependen de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira” Dalai Lama

IMPRUDENCIA _______________________________________77"La imprudencia suele preceder a la calamidad" Apiano

HIPOCRESIA_________________________________________84“La hipocresía es el colmo de todas las maldades” Molière

ODIO _______________________________________________88“El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor” Buda



MIEDO ______________________________________________95“Quien vive temeroso, nunca será libre” Horacio

AVARICIA __________________________________________101“La avaricia es un pozo sin fondo que agota a la persona en un esfuerzo interminable por satisfacer sus necesidades, sin llegar nunca a conseguirlo” Erich Fromm

INCAPACIDAD ______________________________________107Quien tiene que recurrir a la fuerza para cumplir sus objetivos está confesando, en el fondo, su incapacidad para dialogar, para convencer, para trabar alianzas y negociar” Francisco Martín Moreno

PEREZA ___________________________________________112No son las malas hierbas, las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino” Confucio

ENVIDIA ___________________________________________117“La envidia es una declaración de inferioridad” Napoleón

TRISTEZA __________________________________________122“Con frecuencia una alegría improvisada vale más que una tristeza cuya causa es verdadera” René Descartes

INMORALIDAD ______________________________________128"Buscando el bien de nuestros semejantes, encontraremos el nuestro" Platón

BAJA AUTOESTIMA__________________________________133“No digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes” Facundo Cabral

EGOISMO __________________________________________138“Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo” Sófocles

PROCRASTINACIÓN _________________________________142“Procrastinar es un problema de exceso de optimismo. Básicamente creemos que mañana tendremos más ganas para hacerlo” Desconocido

INTRASCENDENCIA _________________________________146“Los recuerdos de nuestras vidas, de nuestras obras y nuestros actos continuarán en otros” Rosa Parks



DEDICATORIA

Este libro está dedicado a quienes quieren darpropósito y significado a su vida

a través de sus actos y expresionesabandonando los signos de la mediocridad

para adoptar hábitos saludables de prosperidad y convertirlos en sólidas virtudes morales.



PRÓLOGO

En una visión particular, pretendo tratar la mediocridad, desde el punto de vista de

la insatisfacción que tiene un individuo con su vida, lo que hace, su forma de ser, sus ma-

nifestaciones y los resultados que obtiene; pero que no tiene la disposición por corregirse

para mejorar y progresar. Este trabajo es dirigido a aquel que está dispuesto a identificar,

evaluar y aceptar que sus conductas y hábitos, lo mantienen sobreviviendo, por debajo de

sus francas posibilidades, de bienestar, prosperidad, independencia y libertad.

Ciertos signos de la mediocridad pueden parecerle conocidos. Sin embargo descri-

biré algunos de ellos, de manera que pueda inferir si le son familiares, sea que las ha per-

cibido en otros, o en sí mismo. Trataré de ir señalando determinadas características sobre

estos signos, que descubrí en mí. Evidenciándome como un sujeto mediocre, algunas

veces sin percatarme de ello, y en otras absolutamente consciente de lo que hacía. De

igual forma se esbozaran los hábitos saludables de prosperidad que pudiera adoptar de

manera antagónica a los signos de la mediocridad. El texto ha sido escrito en alusión ex-

clusiva a aquellos que se encuentran en una situación en la que no quieren estar, pero de

la que están dispuestos a escapar.

Compartiré con usted mi experiencia a través de una serie de relatos, con el fin que

identifique, interprete y tome la decisión más conveniente y pertinente para usted. El texto

está orientado a colaborar con los inconformes, que están juntando el valor para buscar,

descubrir y recorrer el camino apropiado que les permita ser felices diariamente con cada

circunstancia que les toque vivir.



Luego de una extensa investigación pude constatar que algunos de los signos que

reflejan los individuos mediocres, sin que sean limitativos son: soberbia, pesimismo, des-

confianza, intolerancia, indecisión, inconstancia, desorden, miedo, ira, imprudencia, hipo-

cresía, odio, tristeza, avaricia, egoísmo, incapacidad, pereza, envidia, inmoralidad, baja

autoestima, procrastinación e intrascendencia. Revelando que no son los únicos defectos,

emociones destructivas y estados mentales negativos que pueden contribuir, a que la

existencia de alguien se vea vulnerada por la mediocridad.

Espero que al compartir con usted mis hallazgos y experiencias, puedan experi-

mentar la posibilidad de elegir la forma más útil y apropiada de renovarse y acceder a una

mejor manera de conducir su existencia por el camino del bienestar, prosperidad, inde-

pendencia y libertad. Derribando todas las barreras personales que lo limitan. Manifestán-

dose como un ser humano distinto, siendo la diferencia positiva de éxito en cualquier ám-

bito. Para la persona próspera y progresista, no basta con identificar las debilidades del

ser, es necesario corregirlas, para poder iniciar una vida nueva, colmada de oportunida-

des y genuina felicidad.



INTRODUCCIÓN

Confucio

Usted tiene la capacidad de definir la mediocridad de la forma que mejor lo crea

conveniente. Puede acertar en sus argumentos o errar significativamente. La mediocridad

para algunos es un tema tan amplio y confuso como el éxito. En ciertos casos, por ejem-

plo: un concepto sesgado de mediocridad puede ser, ir a trabajar limpiando en un modes-

to almacén y por la tarde regresar contento con su esposa e hijos sin albergar ningún tipo

de anhelo ni superación socioeconómica, permaneciendo así por largo tiempo e ir vivien-

do día tras día, de la misma manera, siendo inmensamente feliz tal como está. Por otro

lado una idea errónea de éxito puede estar signada por el interés de un individuo en acu-

mular propiedades, vehículos, joyas, acciones, juguetes costosos, y mucho dinero, preo-

cupado únicamente por la comodidad socioeconómica que obtiene para sí mismo y su

círculo íntimo inmediato.

Cientos de individuos han desperdiciado múltiples oportunidades a lo largo de su

existencia, observando cómo se desvanecen grandes ocasiones que han podido mejorar

sustancialmente sus vidas en todos los aspectos. Tomando en cuenta que el adocena-

miento que sufren usualmente es de su exclusiva responsabilidad. Aunque no lo interpre-

ten de esa forma, por estar sumergidos en el embrujo de la ignorancia, carencia, prejuicio

y necedad.



Algunos han sufrido discusiones, disgustos y distanciamientos innecesarios con

familiares y seres queridos. Han caído en la bancarrota por la toma errónea de decisiones

financieras perjudicándose, así como a quienes dependen de ellos. Otros han enfrentado

terribles y devastadoras decisiones como el divorcio, porque de alguna forma se desvia-

ron de los principios valores e ideales, que enaltecen y fortalecen el espíritu.

Hay quienes al levantarse, sienten la necesidad de conducirse de forma idónea,

saben qué y cómo hacer para mejorar su vida. Sin embargo terminan actuando de forma

inconsciente e impulsiva perjudicándose innecesariamente. Es como si supieran exacta-

mente cómo deben obrar, pero terminan haciendo y diciendo cualquier desatino que afec-

ta e incomoda a su entorno, alejándolos de sus verdaderos objetivos, enturbiando sus

relaciones y creando molestias en el ambiente, convirtiéndolos en sujetos rechazados y

infelices. Por otro lado a veces pareciera que sus actitudes, conductas y hábitos confabu-

lan para alejar los amigos, empleos, clientes, proveedores, negocios y todo lo que pudiera

ser bueno para usted y los suyos. Dejando sin aparente respuesta la siguiente interrogan-

te: ¿Cómo hacer para que cualquier cosa que diga y haga, no genere un juicio de valor y

una reacción violenta adversa?. Recuerde que su forma de actuar y expresarse responde

a patrones aprendidos y memorizados en su mente, que se manifiestan cada vez que se

activa un determinado detonador emocional.

De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, mediocridad, es: “de cali-

dad media; de poco mérito; tirando a malo”. Probablemente esta sea la razón por la que

algunos utilizan éste término para identificar y determinar la calidad de un producto, servi-

cio y negocio denominándolo “mediano, regular o malo”.

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En otros casos el término mediocridad es utilizado para calificar a los individuos de

acuerdo a sus actitudes, hábitos y conductas. Haciendo referencia a su inteligencia y la

capacidad que el individuo posee, tanto en el aspecto técnico como en lo relacionado a

sus cualidades personales, con términos como: “incapaz” y “negligente”. Orientando en la

mayoría de los casos las ofensas a su carácter y personalidad.

Ser feliz para el sujeto mediocre, es sollozar y protestar constantemente por su

situación, sin moverse del lugar y circunstancia actual, admitiendo que la realidad en la

que vive es inevitable, incontrovertible y obligatoria; adaptándose y enamorándose con el

pasar del tiempo de su melancólica condición. Rara vez un sujeto mediocre reconoce con

honestidad sus defectos y difícilmente valora con objetividad las virtudes de otro. Más

cuando no tiene otra alternativa que reconocer sus debilidades suele concluir en la auto-

flagelación, convirtiendo un maravilloso hallazgo en un terrible suceso. El hecho de que

alguien reconozca si tiene alguno de los signos de la mediocridad, no implica que quiera

cambiar. Aunque al adentrarse en su conciencia pueda ver con claridad las grietas forja-

das en sí mismo. Cada quien es libre de elegir la manera en que desea conducir su exis-

tencia. Es su elección si desea triunfar o permanecer en la inconmovible pasividad.

Un individuo con serios problemas de alopecia, puede anhelar con fervor que le

salga abundante cabello, aunque probablemente no ocurra. Sin embargo, es parte de su

realidad, asumirlo con humildad y fortaleza; sin tristeza ni frustración; evitando considerar

que su vida es injusta y difícil; perjudicando su autoestima e imaginando que su vida es

imposible llevarla de otra forma. Considerando absurdamente que es obligatorio ser des-

afortunado y que la existencia está compuesta únicamente de experiencias negativas y

desgracias.



En ocasiones el ser humano no percibe de manera objetiva todos los eventos que

suceden a su alrededor, que pudieran impulsar e incentivar manifestaciones mediocres.

Por esta razón cada quien desarrolla una singular capacidad de aprender, desaprender y

luego reaprender, lo que a su juicio es necesario para enfrentar su vida. Esto influye en el

tiempo que cada individuo emplea para detectar sus debilidades y ejercer la forma de co-

rregirse. Es probable que en ciertos casos las manifestaciones mediocres sean involunta-

rias, motivadas de manera interna y externa sin percatarse de ello. Aunque cuando por fin

alguno logran advertir su defecto, el sujeto tiende a actuar y expresarse de forma medio-

cre, inevitablemente consciente de lo que hace.

Si un individuo por sí mismo, no puede erradicar sus evidentes signos de mediocri-

dad, es útil que asista con profesionales expertos que le ayuden a descubrirse, corregir y

mejorar su vida a partir de lo que es y las posibilidades de cambio que tiene a su alcance.

Aunque existen muchas condiciones, experiencias y situaciones que no son como se

quiere, sino como suceden en realidad. Es necesario transformar esos acontecimientos

en experiencias que provean enseñanzas para enfrentar la vida de otra forma y procurar-

se un camino alterno que le permita disfrutarlo siendo feliz consigo mismo, abandonando

los conceptos limitantes que le proporcionan sus creencias sesgadas.

Descubrirse, entender y aceptar la necesidad de cambiar el ser, adoptando hábitos

y conductas que coadyuven a adquirir y mejorar los principios, valores e ideales, conside-

rados virtuosos, honorables y correctos, es una tarea disciplinada de hombres justos y

libres. Son los actos agudos y flexibles de aquellos destinados a la trascendencia, a ser el

cambio que quieren ver y el motor de la transformación del entorno que les rodea, los que

logran infinito bienestar, prosperidad y libertad.



Para cambiar el estado innoble de un individuo es necesario fortalecer la creencia

interna sobre la conveniencia de adoptar plenamente hábitos saludables de prosperidad,

cuyos principios son antitéticos a los signos de la mediocridad. Tratar de actuar y expre-

sarse bajo principios morales sin estar convencido de su utilidad, es vivir disfrazado de

una mentira profesando que es verdad. Además probablemente, con el tiempo abandone,

ya que la energía y el sacrificio que requiere para ocultar lo que realmente es en el fondo,

se torna intolerable y cada vez mayor.

Vivir en armonía consigo mismo y con los demás seres humanos, es lo que le dis-

tancia de la mediocridad. Conocerse, amarse y practicar a cada instante acciones hono-

rables, comprensión, fe, buena intención, justicia, equidad y una permanente actitud posi-

tiva, hacen que usted sea un ser humano único. Pedir y soñar no sirve de nada si no se

levanta, se activa y busca que suceda lo que cree que merece. Porque sin importar raza,

edad, color de piel, entorno social, nivel financiero, ocupación, educación ni cultura, usted

tiene la misma oportunidad de ser esencialmente mejor cada día.



SOBERBIA

mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad”

Nicolás Maquiavelo

De ninguna manera abandonar un empleo lo convierte en un individuo mediocre.

Dejar de ser empleado con la firme idea de ser auto-empleado; establecer un negocio

propio, de forma estructurada y organizada es una aventura mágica inigualable.

José trabajaba en una de las empresas más grandes y prósperas del país, con mu-

cho esfuerzo había llegado a una posición de consultor nacional en su área de conoci-

miento. Constantemente era solicitado desde otros departamentos de la misma empresa

para ayudar en la toma de decisiones para proyectos importantes.

Cuando José comenzó a trabajar en la organización, en su primera reunión geren-

cial fue informado del horario, el cual consistía, entre las siete de la mañana y cuatro trein-

ta de la tarde, y un intervalo para almorzar, con la condición de llegar al menos diez minu-

tos antes de las siete; permitiéndole encender su equipo de trabajo, organizar y estructu-

rar sus actividades diarias, antes de empezar la ejecución de labores diarias. Luego de

una semana de trabajo, José observó que cada vez que llegaba a la oficina por las maña-

nas, su jefe ya estaba allí; motivo que lo instó a tomar la decisión de llegar antes que su

supervisor.



El primer día que lo hizo; al llegar su jefe, le sorprendió preparando el café. Orgu-

llosamente José había arribado a las seis treinta, causando en su jefe una supuesta bue-

na impresión. Al día siguiente cuando José entró a la oficina; su jefe estaba allí, descon-

certándolo, por lo tanto el tercer día José procuró llegar a la oficina a las seis de la maña-

na, ya que tenía la firme convicción de ser el primero en llegar a su lugar de trabajo.

A mitad de la mañana su jefe lo llamó a su despacho para preguntarle la razón por

la que estaba llegando tan temprano, José explicó, que consistía en llegar antes y hacer

que el día comenzara con una impresión de éxito, su supervisor le dijo: que él llegaba

antes que todos por sus responsabilidades de administración y control del personal, pero

si debía arribar antes de las seis de la mañana no podría dejar su hijo en el colegio antes

de venir a trabajar. Concluyó diciendo que no por llegar más temprano ni irse más tarde

implica ser más eficiente. Si una persona debe llevar trabajo a su casa, puede ser por

incompetente o porque le asignan más responsabilidades de las que puede tomar. A partir

de ese día José planificó y ejecutó eficientemente sus tareas dentro de su horario laboral,

permitiéndole disfrutar más tiempo con su familia.

Con el pasar de los años y en función del apropiado comportamiento relacionado

con el trabajo, José adquirió la fama de ser una persona que realizaba todas sus activida-

des de forma exitosa, con carácter justo pero inflexible. En su entorno laboral todos sus

compañeros sabían que podían confiar en José para realizar cualquier tarea. A raíz de su

desempeño, sus servicios fueron requeridos por dos sucursales de otras regiones perte-

necientes a la misma empresa. Para José era genial que dos negocios de esta prestigio-

sa organización requirieran sus servicios, pensaba que había alcanzado el clímax de su

profesión, pues sabía que estaba preparado para subir al siguiente nivel profesional.



Cuando José arribó a la nueva sucursal, comenzó a ser el centro de atención, dic-

tando acciones de formación incluso a compañeros de su misma línea profesional. Cons-

tantemente era invitado por otros departamentos para consultas y colaboraciones técni-

cas. En menos de un año comenzaron los cambios organizacionales en las áreas operati-

vas del negocio. Al requerirse el cambio cultural; por su puesto más complejo, iniciaron los

conflictos con los grupos de trabajo, ya que no era condescendiente como algunos de sus

compañeros, al menos eso era lo que él pensaba; reflejando marcadas diferencias con

compañeros de trabajo por realizar actividades que no le correspondían.

En cierta ocasión estaba dirigiendo una actividad, y quince minutos antes de finali-

zar el horario, anunció a todos los participantes que cumplida la jornada laboral se retira-

ría; ocasionando que el trabajador de mayor rango presente en la reunión lo increpara con

el fin de quedarse una hora más y así terminar la actividad. José respondió que su horario

laboral finalizaba en quince minutos y la actividad podía esperar al día siguiente.

La soberbia había invadido a José. Tristemente conseguía justificar todas sus acti-

tudes y conductas con una irónica sonrisa. Cuando su supervisor le llamó a su oficina pa-

ra reclamarme sobre su actitud del día anterior, José le escuchó con atención, luego mi-

rándolo a los ojos con voz calmada respondió: no estoy aquí para hacer amigos, sino para

cumplir con mis tareas; recalcando la importancia del tiempo junto a su familia. Para José

no era sustancial si lo apreciaban o lo odiaban, siempre que lo respetaran, retirándose de

la oficina sin mediar más palabras, ni concluir la conversación. Fue a su escritorio, encen-

dió su equipo de trabajo y redactó la carta de renuncia, pues en su mente únicamente

habitaba la idea de marcharse, creyendo que la organización no compartía su visión;

además no permitiría que el trabajador que lo imputó, se saliera con la suya.



José era consciente de ser uno de los profesionales mejor preparados en el país en

relación con su área de conocimiento. Imaginó formando su propia empresa de consulto-

ría, asistiendo desde fuera a todas las sucursales de esta empresa y otras relacionadas

con su ramo. Sin dudar, firmó su carta y de manera irrevocable presentó su renuncia. Al-

gunos compañeros se le acercaron para aconsejarle no hacerlo y esperara un poco para

establecer primero su emprendimiento previo al retiro, le aconsejaron calmarse y razonar

por unos días antes de tomar tan fuerte decisión, pensando fundamentalmente en su fa-

milia.

Su supervisor inmediato lo instó a tomar las vacaciones que le debía y al regresar

podía tomar la decisión, que él esperaba fuera la de quedarse. Su familia no supo que

decir, pues cuando les exhibió la idea de renunciar, mostró únicamente el proyecto del

emprendimiento y la futura independencia económica. Estratégicamente mostró ante su

familia una idea con la cual consiguió su apoyo, pero en ningún momento evidenció que la

renuncia obedecía a un ataque de necedad, soberbia y vanidad.

Al retornar de sus vacaciones, tal como lo había decidido, renunció de manera irre-

vocable. Unos meses después, se trataba de ingresar a la misma sucursal de esta em-

presa con la intención de conversar con uno de sus ex-compañeros de trabajo, que consi-

deraba un amigo, para ofrecerle sus servicios de consultor externo. Lo hizo esperar en

recepción por más de tres horas, y cuando vino a su encuentro luego de una simple y en-

greída disculpa le manifestó que su supervisor le había ordenado no atenderle, porque

consideraba que era un desagradecido, intransigente, altanero y vanidoso. Informándole

que el gerente le había instruido en no hacer negocios con él.



Reflexiones sobre la Soberbia

La soberbia no busca la aprobación de los demás, le es suficiente con los elogios

de su hipotético amor propio. Tarde es cuando advierte el deterioro, convirtiéndose en una

enfermedad compleja de curar. Acceder a un estado de soberbia es adentrarse instantá-

neamente en querer ser mejor que alguien a través de una controversia, por el sabor de

una taza de café, o demostrar un punto de vista relacionado con política, entre muchas

otras nimiedades. Es casi imperceptible la manifestación de soberbia, existiendo casos

donde puede confundirse con un favor que una persona hace a otra, más en otros casos

puede ser falsamente denominada “humildad”.

Por ejemplo: Si un individuo pretende dar un consejo al administrador de una cafe-

tería, basado en su humilde gesto, confiando en el suficiente conocimiento de administra-

ción y atención al público. Al dar el consejo sobre la atención al público, la ubicación de un

cartel o simplemente, la forma de cobrar a los clientes, entra en un estado de soberbia,

pero le es imposible reconocerlo, ya que tiene la certeza, que está ofreciendo ayuda.

Cuando el administrador del sitio ofrece resistencia, considerando que no es su problema

y todo finaliza en una diatriba, ambos terminan pensando que el soberbio es el otro. Efec-

tivamente ambos lo son. Querer dar un consejo a alguien que no lo requiere, es también

una forma de soberbia. Este tipo de soberbia puede bien ser una forma de control e inva-

sión al otro individuo. Cuando usted conoce una actividad no necesita que lo adulen, no

es necesario que se lo reconozcan, pues su motivación no debe provenir de lo que pien-

san los demás, sino de la fortaleza de sus principios, valores e ideales, más la fuerza de

las creencias virtuosas que existen en su interior. Pero eso no significa que no pueda te-

ner la modestia de escuchar con honestidad a otros y aprender de todos, ya que cada

persona tiene algo que enseñar y algo que aprender.



Es triste como en ciertas ocasiones hay quienes tienen la tendencia a utilizar la fra-

se mezquina: “Yo Soy Así”, empleando esta expresión para demostrar que no tiene ar-

gumentos para debatir ni disertar sobre alguna idea, situación ni contexto. La lucha inter-

na contra la soberbia es titánica, ya que en ciertos casos consiste en la claridad de no

participar de una diatriba innecesaria. Es entender lo inconveniente de tratar de convencer

a alguien sin menester, ya que la polémica solamente representa un cebo de falsedad,

para no terminar sucumbiendo ante el falso abrazo de la necesidad de admiración produc-

to de la soberbia. Las convicciones extremistas e intransigentes, lo hacen creerse dueño

de la verdad, alimentan la baja autoestima y sedan transitoriamente su ansiedad existen-

cial. La Soberbia es una enfermedad, que origina un lento aislamiento, del mundo en el

que solamente los soberbios creen que existen. Un destierro que pareciera, según estos

sujetos, propiciado por los demás, pero que en definitiva es provocado por su dañina per-

sonalidad, desarrollada con los años y que asumen como parte integral natural de sí mis-

mo.

Ciertamente existe quien tiende a justificar la soberbia, suponiendo que no existe

motivo para darle la razón a alguien cuando no la tiene. A hacer prevalecer su punto de

vista de la forma que sea. Incluso en su necia certidumbre llega a sentir que lo están tra-

tando de llamar tonto. Imagina que esos otros se sienten superiores a él, y que pretenden

humillarlo, dado que percibe erróneamente que aquel quiere ser más importante y mejor

que él. Se vuelve un pesado sacrificio luchar contra tantos años de crianza nociva, convi-

viendo con los mismos vecinos, frecuentando los mismos amigos, en el entorno familiar y

social donde es practicada la soberbia como un mecanismo de defensa, contra las perso-

nas que presuntamente creen ser más importantes y son hipotéticamente ególatras.



Ciertos individuos necesitan de la admiración de otros, demostrando tener habilida-

des superiores, de acuerdo a su falsa percepción. Para ellos esa fascinación les permite

sentir orgullo por lo que hacen y asumen que son. Sustentando su frágil motivación al lo-

gro, en tal admiración. Pensar y actuar cada día mejor, es solamente cuestión de satisfac-

ción interna, y si eso causa en los demás admiración y asombro, al menos esa fascina-

ción no debe afectarlo ni generarle expresiones ni manifestaciones colmadas de soberbia.

Aprendiendo Humildad

La lección importante, no es tratar a los demás, como le gustaría que lo trataran a

usted ni tratarlos como les gustaría a ellos ser tratados; sino ser irreversiblemente hones-

to, humilde y modesto en el trato sin distinción ni limitación alguna. Cuando pierde la hu-

mildad entra en un túnel con poco oxígeno, sin luz y sin salida, donde no distingue la di-

rección ni el camino y por mucho que transite, no sabe si avanza o retrocede, perdiendo

poco a poco el sentido y la vida.

Cuando se presenten las circunstancias apropiadas que permitan reflexionar, pro-

porcionándole la necesidad espiritual de querer ser un mejor ser humano y genere en su

interior el deseo de alcanzar las metas y objetivos espirituales más prominentes, es nece-

sario que procure la transformación de sus pensamientos y sentimientos. Albergando la

posibilidad cierta en su corazón de lograrlo. Percibiendo, descifrando y comprendiendo

esa fuerza interior que lo hará capaz de sobreponerse inteligentemente a todo. Sintiéndo-

se invencible, sin jactancia ni arrogancia. Entendiendo que nada, ni nadie podrá arrebatar-

le su determinación por lograr las más elevadas aspiraciones espirituales y materiales, ya

que siempre tendrá la oportunidad de crear lo que necesita con humildad.



La humildad de corazón hace florecer el afecto y lealtad ayudándolo a progresar y

ser mejor. La sencillez portada en el alma, es la que convierte una persona simple, en un

ideal y digno ser humano. Nada que una persona no pueda hacer y sentir por sí misma,

puede concebirlo y sentirlo por los demás. Por esa razón el ser humano debe desarrollar y

experimentar con humildad, modestia y sencillez la facultad de sentirse poderoso sin ser

soberbio ni vanidoso.

A la hora de controlar, modificar y mejorar características relacionadas con su tem-

peramento, carácter y personalidad, debe pasar ineludiblemente por el hecho de construir

y no por destruir. Los hábitos no se eliminan; se sustituyen. Por lo tanto, es útil y necesa-

rio construirse una identidad única, una personalidad cargada de virtudes morales, con

humildad y modestia, adicionando atributos como la comprensión, empatía, amor propio,

lealtad y afecto por sí mismo y por el prójimo. Descubriendo que la fortuna de las relacio-

nes interpersonales está en la tolerancia, el respeto y la correspondencia.

La humildad, es la virtud que consiste en aceptar con amor, honradez y franqueza

las limitaciones y habilidades propias y de los demás. Es reconocer honestamente los

errores sin subestimarse ni menospreciarse de alguna forma. Admitir que cualquier cir-

cunstancia y padecimiento que enfrente puede encerrar una reflexión y enseñanza de

profunda transformación en el ser. Humildad es tolerar y comprender que la existencia

está compuesta de triunfos y reveses, sin la necesidad de empuñar ninguna de las dos

como única bandera, entendiendo que ambos son parte incuestionable y palpable del re-

corrido por la vida. Ser una persona humilde es servir con generosidad, desprendimiento y

sin superficialidad a sí mismo y a los demás. Ser humilde es comprender que todos en

algún momento hemos sido, esclavos de las pasiones y prisioneros de sombríos deseos.



DESORDEN

Jacques Benigne Bossuet

Cuando Francisco terminaba el tercer semestre de su carrera, tuvo la oportunidad de

participar en actividades extracurriculares de su casa de estudios. Para entonces era

también preparador de mecánica estática, además de ser el coordinador de una agrupa-

ción estudiantil que afiliaba todos los preparadores de la institución. Ser preparador pro-

porcionaba gran orgullo y prestigio, pues consistía en ejercer funciones de asistente pro-

fesoral de la asignatura, ayudando estudiantes a resolver problemas y aclarar dudas.

Formando parte de la elite académica estudiantil del claustro universitario.

Además de ser preparador y el coordinador general de esta agrupación académica,

lideraba la agrupación estudiantil que organizaba el campeonato de futbol inter-cursos

aglomerando al menos veinte equipos cada semestre. Además trabajaba de mesero los

fines de semana, lo que implicaba poco tiempo para divertirse y estudiar. Ese final de se-

mestre se presentó un sinfín de dificultades relacionadas con las tutorías académicas y el

campeonato de futbol, lo que ocupó todo su tiempo y atención. Dejó de trabajar los fines

de semana como mesero, lo que implicó recorte en sus gastos, viéndose obligado a vivir

con la beca estudios que tenía asignada y lo devengado por ser preparador académico.



Aunque los semestres anteriores le había ido bien y su índice académico era exce-

lente, ese semestre iba mal en las asignaturas. En parte porque las actividades extracurri-

culares le quitaban mucho tiempo y por otro lado porque la popularidad de la que gozaba,

lo hacía asistir a innumerables actividades académicas, sociales y deportivas, ocasionan-

do que estudiara poco y faltara mucho a clases.

Cuando anunciaron las fechas para presentar el segundo parcial de todas las asig-

naturas que cursaba. Francisco entró en crisis, porque no había estudiado y la acumula-

ción de inasistencias agravaba la situación. Además no tenía el material para estudiar,

elevando así exponencialmente la probabilidad de reprobar las evaluaciones y por consi-

guiente las materias. Después de un episodio reflexivo de Francisco se acercó a uno de

sus amigos, con el que cursaba varias asignaturas para pedirle por favor lo ayudara, pres-

tándole sus apuntes, además de la consecuente explicación del contenido de cada tema.

Para ese parcial había al menos cuatro temas de estudio por cada asignatura. Al pedirle

ayuda a su amigo, éste le respondió que aún le faltaba evaluar por lo menos dos temas

por cada materia; si se sentaba con él, no podría estudiar el material que le restaba eva-

luar, y probablemente reprobarían ambos.

Al principio Francisco se molestó con su amigo, porque sintió que éste estaba siendo

egoísta y no quería ayudarlo. Luego reflexionó, analizó la situación y comprendió que su

amigo tenía razón. No había razón para hacer que su amigo no estudiara los temas que le

faltaban. Qué derecho tenía en nombre de la amistad, para exigirle que le explicara, com-

prendiendo que probablemente reprobarían ambos. Tomando en cuenta que él era culpa-

ble de toda la situación, por no estudiar, faltar a clases, ni buscar los apuntes cuando era

necesario y de esa forma ponerse al día.



Francisco había permitido que el desorden y la anarquía tomaran su vida. Saliéndo-

se de clases a veces de manera innecesaria, no asistiendo por cualquier junta relacionada

con las organizaciones en las que trabajaba. Dejando de presentar exámenes por ir a ver

un partido de futbol del campeonato interno. Abandonando sus responsabilidades estu-

diantiles, sus amigos y compañeros de estudio. Dejó de trabajar, permitiendo que cual-

quier tarea urgente desplazara sus compromisos importantes.

Casi pierde el semestre, cuando de pronto tuvo un momento de lucidez, permitiéndo-

le el establecimiento de medidas disciplinarias y horarios para atender cada compromiso.

Entendiendo que lo más importante eran las asignaturas propias de la carrera. Estableció

horarios de atención al estudiantado relacionado con la agrupación académica y un perio-

do específico para resolver los problemas del campeonato inter-cursos de futbol. Volvió a

trabajar de mesero los fines de semana, asistiendo a todas sus clases. Integrando aserti-

vamente, actividades como preparador, asignaturas cursadas, actividades extracurricula-

res, trabajo de mesero y tiempo específico para hacer deportes. Pospuso todas sus

reuniones sociales para cuando finalizara cada semestre, lo cual le permitía dedicarse a lo

importante, sin dejar de cumplir con lo urgente que surgía día a día.

Reflexiones sobre el Desorden

En ciertas ocasiones no solamente es cuestión de comprometerse, por complacer a

los demás con la excusa de ayudar, para ser aceptado, ni por alimentar el ego. También

está relacionado con la incapacidad que posee el sujeto de negarse a aceptar más obli-

gaciones de las que puede cumplir asumiendo responsabilidades para las que no está

preparado personal, ni profesionalmente.



Para algunos individuos no resulta sencillo cumplir cuando deben, con todos los

compromisos y obligaciones que adquieren, menos cuando estos deberes superan la ca-

pacidad de cumplimiento que poseen. En muchos casos porque el desorden y la anarquía

se han apoderado de sus vidas.

El incumplimiento de los compromisos adquiridos puede deberse a descuidos de

manera premeditada e involuntaria. Aunque en muchas situaciones está más relacionado

con otros signos de la mediocridad como, pereza, egoísmo, inconstancia, indecisión e

incapacidad, entre otros. En algunos casos, el desorden empuja al individuo a permane-

cer indiferente e indolente, viéndose como una víctima más de las circunstancias.

Adquirir un compromiso para luego no honrarlo, o cumplirlo a medias es absoluta-

mente irresponsable y vergonzoso. Comprometerse en realizar una tarea está ligado con

sacar adelante lo propuesto, fundamentalmente porque está implícita la confianza que

otros depositan en su competencia, además está relacionado con la conciencia, princi-

pios, valores e ideales comprometidos. Aquel que no ejerce el autocontrol inteligente so-

bre sus compromisos, está condenado a ser regentado, cual esclavo sin libertad.

Existen cuantiosos compromisos en la existencia de un individuo; consigo mismo,

familiares, amigos, profesionales y ciudadanos entre otros. En algunos casos debido a la

cantidad de obligaciones que adquieren en la vida y en función de las prioridades que

representan para cada quien, cumplen con algunos de estos deberes a medias. En ciertos

casos por egoísmo, en otros porque los convenios superan sus habilidades y la capacidad

de ejecución del sujeto, por estas razones básicas, el desorden y la anarquía son sinóni-

mos de fracaso.



Aprendiendo Disciplina

Cuando conscientemente asume un compromiso de la magnitud que fuere, acepta

también las obligaciones que conlleva este convenio. Adquirir el compromiso, es una

promesa intrínseca, atada a los principios, valores e ideales que posee. Al acceder a de-

terminados acuerdos consigo mismo y con los demás, establece formalmente un com-

promiso donde presume, que conoce todos los aspectos, alcance y consecuencias de los

resultados que obtenga.

El compromiso es un principio personal que se desarrolla y fortalece con mucha

práctica y el transcurrir del tiempo, fundamentado entre otros principios como la valentía,

perseverancia, responsabilidad, honestidad, respeto por sí mismo y por los demás. Inde-

pendientemente si está comprometido consigo mismo, con otra persona, con un ideal o

con su país. El compromiso es un contrato ético y moral sin reprensión, que implica un

estado mental de integridad, confianza y motivación para culminar con éxito lo pactado,

sin importar si está escrito o ha sido cerrado con un apretón de manos. Independiente-

mente si las acciones de cumplimiento están fuera de su círculo de comodidad.

Con el tiempo puede llegar a desarrollar la habilidad de comprometerse únicamente

con aquello que representa lo importante para su vida, fortaleciendo la capacidad de

compromiso con lo que tiene prominente valor para su existencia. Expandiendo sus lími-

tes para asumir riesgos cuando es necesario. Fortaleciéndose primero, en su forma de

pensar y luego en su disposición para actuar, así como para llevar lo convenido hasta el

ineludible fin. Cumplir con los compromisos que adquiere fortalece el espíritu, haciendo

que el entorno confíe en usted, creando alrededor una atmosfera de confianza. Morar con

satisfacción está determinado por la efectividad de su mecanismo de dominio interno.



Los convenios, pactos y obligaciones que tiene con su familia, amigos, empleo y so-

ciedad deben encontrarse soportados en principios, valores e ideales universalmente

practicados y aceptados. Cuando adquiere un compromiso es necesario establecer la

pertinencia del convenio que procura y si éste, está alineado a proyectos importantes que

ha trazado para su vida. Desarrollar un elevado nivel de compromiso hará que descubra

el modo de transformar posibles vivencias negativas, en experiencias interesantes y signi-

ficativas. A veces para cumplir los convenios adquiridos es necesario el coraje y una in-

franqueable fuerza de voluntad.

Sin embargo los compromisos que adquiere consigo mismo, bien esté relacionado

con su profesión, salud, crecimiento personal y el reforzamiento espiritual, requieren ade-

más de fortaleza para aceptarlos, templanza y disciplina para cumplirlos. Este tipo de

compromisos tan íntimos e individuales, pueden adquirirse inicialmente, influenciado por

una emoción intensa, pero con el tiempo, cuando surge el cansancio, el aburrimiento y se

agote la motivación, siendo necesario que emerja la disciplina, al menos hasta convertirlo

en un hábito.

Disciplinarse, es la estrategia inteligente para eliminar el desorden, la pereza y la

procrastinación, constituyéndose en una herramienta de éxito personal que le permite

presionarse a ejecutar todo lo acordado consigo mismo, a pesar de cualquier estado

emocional negativo que pueda sobrevenirle con el pasar del tiempo y las circunstancias.

La disciplina debe fortalecerse diariamente, al principio con acciones pequeñas así como

deberes y responsabilidades que no revisten cambios profundamente relevantes en su

forma de ser y de pensar, e ir avanzando de a poco en obligaciones que constituya y con-

forme las metas y objetivos importantes en su vida.



En algunos casos, la disciplina no es imponerse ni obligarse a costa del dolor, a sí

mismo a cumplir, con lo convenido; sino ejercer firmeza y autocontrol inteligente, en fun-

ción de los principios, valores e ideales razonados cuando decidió aceptar el compromiso.

En otros casos consiste en ejercer control sobre aquellos elementos, situaciones y activi-

dades que le distraen y alejan del objetivo principal. Sin embargo, en ocasiones no acep-

tar ciertas obligaciones sin sentirse culpable, es una decisión inteligente, pues cada quien

debe desarrollar la destreza de rechazar contratos que están fuera de sus límites de con-

trol, alejados de sus proyectos esenciales.

Aprender cómo, cuándo, y de qué forma decir no, es una virtud fundamental en el

crecimiento personal. En la mayoría de los casos, los individuos pueden tender a descui-

dar, abandonar y ceder, ante cualquier emoción, contexto y situación desmotivante, por

no haber fijado sus márgenes de actuación y sus prioridades. Por eso es importante que

reanude con lo pactado, cada vez que tome conciencia de continuar en el camino trazado

inicialmente. Considerando que la mente siempre conseguirá imponer excusas relativa-

mente lógicas y necesarias para desistir y renunciar a lo acordado.

Establecer inicialmente metas a corto plazo y de poca complejidad, con un horizonte

de tiempo determinado, creará un marco motivacional que le permitirá ir avanzando de a

poco en metas y objetivos de mayor envergadura y trascendencia. Priorizar y concentrar-

se integralmente en una meta a la vez, ayudará a canalizar todas las energías disponibles

en obtener lo que desea. Debe establecer un pequeño lapso de tiempo diario, para accio-

nes y actividades que no revisten de significación y lo despojan del tiempo que debe dedi-

carle a lo importante, que en la mayoría de los casos, lo apartan de la meta y objetivo

esencial.



La disciplina se vuelve una posibilidad tangible, si tiene un claro sentido de dirección

y una fiel determinación por lo que desea, conduciéndolo a la búsqueda y utilización de

los recursos pertinentes.

Con la práctica constante del auto-control, perseverancia, determinación, auto-

confianza, optimismo y valentía, irá alcanzando todos los proyectos transcendentales pro-

puestos. Justificar conscientemente el compromiso, y sustentarlo en principios, valores e

ideales, permitirá ejercer el control en sí mismo con creatividad, comodidad y fluidez, ca-

racterizándose como un ser libre y justo. Abordando los riesgos de forma controlada, eli-

minando las excusas que lo distancian de sus responsabilidades fundamentales, acer-

cándolo a la meta y objetivo programado.

Una de las características principales de la persona considerada exitosa y próspera,

es que resuelve todos los inconvenientes y situaciones que impiden o retrasan la obten-

ción de su meta, debido a la confianza en sí mismo. Solucionar problemas y situaciones

adversas con el fin de lograr lo que se propone, permite desarrollar la mentalidad y habili-

dad del triunfador.

La construcción de hábitos congruentes con las metas y objetivos planificados, es un

proceso que puede lograrse a partir de la disciplina, con actos y conductas amparados en

principios, valores e ideales. Disciplinarse no debe constituir un sacrificio de ninguna for-

ma. La persona debe actuar por razones motivadas que provengan de la seguridad de su

interior, con firmeza, entusiasmo y apasionamiento.



Disciplina debe ser la gestión eficiente y estratégica del tiempo, esfuerzo, tempera-

mento, carácter y recursos, para acometer acciones y fijar conductas que le conduzcan a

alcanzar las metas y objetivos que se ha propuesto, en pro de su propia felicidad y la de

los suyos. Disciplinarse es un reto personal, ya que cada quien debe asumirlo, indepen-

diente e inteligentemente, si quiere lograr cualquier propósito. Aquello que desea alcan-

zar, puede encontrarse relacionado con bienes materiales, cambios espirituales, así como

de actitud, conducta, carácter y personalidad.

Saber qué es lo que debe hacer y querer que pase, no hará que suceda. Aunque la

imaginación es extremadamente importante, si no toma acción orientada y enfocada, na-

da obtendrá. Si quiere ser el cambio que quiere ver, disciplinarse es el primer paso que

debe dar. El reto entonces, es ser disciplinado con firmeza, con límites flexibles y claros

sin que esta actitud represente para usted, hostilidad ni aflicción. El éxito y la prosperidad

requieren de disciplina estratégica, sin sacrificio ni sufrimiento, tomando en cuenta que el

precio a pagar por el fracaso siempre es relativamente alto.



MIEDO

Horacio

Cuando Manuel finalizaba sus estudios universitarios, a punto de graduarse lo inva-

dió un profundo temor al fracaso. Temía no conseguir el empleo que le permitiera obtener,

lo que esperaba. Pues a raíz de su indisciplina para estudiar, había finalizado sus estu-

dios al menos ocho años después que lo hacen todos los demás. Una vez graduado en-

frentó un terrible dilema, ya que por un par de meses trató de conseguir un empleo, to-

mando en cuenta que para el momento de graduarse ya estaba casado.

Manuel trabajó de jardinero para poder pagar las impresiones de los resúmenes cu-

rriculares, y cubrir los gastos que traería la entrega de sus fichas técnicas en las empre-

sas. Durante algunos meses se paseó por todas las organizaciones empresariales de la

zona dejando su currículo y en su mayoría no lo dejaban pasar de la entrada. Casi todas

las organizaciones decían no tener vacantes y en cualquier caso ellos llamarían.

Enfrentar esa terrible verdad, fue doloroso, fue acercarse a una realidad inesperada

y lamentable. Cuando está finalizando la carrera por obvio y natural hay quienes creen

erróneamente, que únicamente queda conseguir un empleo y todos los problemas son

automáticamente solventados. Algunos piensan que la vida habrá de mejorar como por

arte de magia, porque es aparentemente profesional.



Muchos asumen que el título viene con un cheque y que al otro día de graduado hay

que cobrarlo. No solamente es una fantasía, sino que en ciertos casos la realidad supera

las tenues creencias que formadas durante todos los años de estudio, ocasionando que

algunos entren en shock.

Al encontrarse con esa terrible realidad, Manuel entendió que necesitaba ayuda y

llamó a un amigo, quien con toda paciencia y en función de la amistad, aceptó colaborar

con él, dándole el mejor consejo que podía. Aunque siempre lo sorprendía, su amigo le

aconsejó conseguir cualquier empleo y someterse a un periodo de auto-formación en una

de las líneas naturales de su carrera. El primer tropiezo para los recién graduados es

pensar que al titularse ya es profesional y no es así. No todas las carreras son profesio-

nes a la vez y en el caso de Manuel únicamente tenía una carrera.

Manuel entendió inmediatamente que ver sesenta materias y la más larga de ellas

con una duración de noventa y seis horas no lo convertía en un experto de todos los te-

mas. Una vez comprendida la diferencia que le interesaba, independientemente del signi-

ficado de acuerdo al diccionario, se orientó en buscar empleo de jardinero, ya que era lo

único que sabía hacer en ese momento.

Trabajó de jardinero por alrededor de seis meses juntando todo el dinero que pudo.

Al mismo tiempo realizaba una investigación sobre las posibles profesiones en función de

su carrera y que pudieran servirle, además de algunos cursos en esa área. Luego de es-

tos meses de trabajo y la incipiente preparación e investigación, tomó sus ahorros y se los

dio a su esposa, para que los administrara, pues él se dedicaría a auto-formarse y así

completar el proceso inicial de profesionalización.



Durante cinco meses, a razón de 18 horas diarias, los siete días de la semana y sin

salir de casa, comenzó a formarse y construir un material técnico relacionado con la pro-

fesión que eligió desempeñar. Sus amigos, vecinos y familiares preguntaban constante-

mente quién le pidió hacer aquella actividad. Manuel poseía la claridad acerca de que el

conocimiento y el material desarrollado le darían empleo y un futuro mejor. Siendo la for-

ma como él abordaría su vida de ahí en adelante. Un par de días después de terminar el

material técnico, asistió a su primera entrevista, en el cual le ofrecieron empleo de inme-

diato.

Reflexiones sobre el Miedo

El miedo en cualquier aspecto y etapa de la existencia, es un estado mental, que en

ocasiones inmoviliza al individuo, deteriorando su calidad de vida y la probabilidad de me-

jorarla. El miedo hace que el sujeto analice y anticipe un posible resultado negativo y poco

satisfactorio de una acción que aún no ha realizado. Formándose una equivocada per-

cepción y el subsiguiente análisis erróneo de su realidad.

Para algunos sujetos, no es sencillo entender que estudiar una carrera, no lo con-

vierte en un ser exitoso, poderoso y acaudalado de manera automática. El estudio y la

preparación son solamente herramientas que le permiten alcanzar las metas espirituales y

socio-económicas que se ha propuesto. Lamentablemente algunos han sido formados a lo

largo de su vida para sentir miedo en muchos aspectos, alejándolos de la libertad que

merecen, permaneciendo manipulados por una sociedad que parece deleitarse de impartir

a generación tras generación, la cultura del miedo y la ignorancia.



Identificar, evaluar y eliminar los temores que le impiden vencer sus obstáculos, es

el paso inicial que debe dar, ya que las dificultades son únicamente desafíos a vencer y

superar. Aunque más allá de este concepto, existe la norma, que implica abandonar el

miedo a fracasar, porque aquel que nunca ha fracasado, es quien probablemente siempre

ha permanecido inmóvil. El miedo prolongado inhabilita la probabilidad de que arribe la

abundancia en su vida.

Si usted cree que tiene temor a fracasar debe iniciar con determinar a qué le tiene

miedo, a la meta, el objetivo o al camino escogido para alcanzar lo que se ha propuesto.

Sentirse fracasado es aterrador y paralizante para algunos, por eso a muchos individuos

les da pánico emprender y no culminar, quedando presuntamente en ridículo delante de

otros, con la sensación de estar peor que antes de empezar. Una de las características

del individuo que padece de miedo a fracasar es que inconscientemente obstaculiza sus

posibilidades de éxito en cualquier aspecto, por medio de signos de la mediocridad como

la ira, imprudencia, procrastinación y odio entre otros.

En ocasiones porque se deja llevar por mediocres que están en su entorno, que pa-

decen de envidia e hipocresía y no desean que obtenga el éxito que merece. Amén de

que la vanidosa sociedad clasifica a las personas por el hipotético éxito obtenido. No tener

miedo es casi imposible, el conflicto radica en no enfrentarlo y vencerlo cuando es nece-

sario. Uno de los miedos invasivos más infecciosos del individuo es el temor a intimar,

como dice mi querida prima, “el miedo es el peor engaño de la mente”. Admitir y com-

prender que tiene miedo, determinar sus causas y las probables consecuencias, es reve-

lar con humildad el alma, para sí mismo y los demás. Pero no hacer nada para enfrentar-

lo y superarlo es uno de los signos más evidentes de mediocridad.



El que padece de miedo, tiene una frágil percepción del estímulo y la errónea inter-

pretación del impacto mental causado, respecto al probable efecto físico perjudicial, de

manera que se expresa y actúa en función del análisis de su hipotética realidad, en oca-

siones sin valorar los resultados. El miedo es una de las emociones más contagiosas, por

eso es necesario definirlo con objetividad y modestia. Advertir de forma ecuánime la razón

y alcance del miedo propicia la selección de nuevas actitudes y conductas, para abordar

cada situación con conocimiento y discernimiento, siendo consciente de su importancia y

sus consecuencias.

Incluso en algunos casos, opte por la posibilidad de plasmar en una hoja de papel,

cada uno de los miedos que sufre, con el fin de analizar cuidadosamente su causa sensa-

ta, de manera que pueda discernir si le teme al fracaso, al éxito, al camino escogido o al

resultado. Esta evaluación vuelve el miedo vulnerable, dominable y un poco más fácil de

vencer, convirtiéndolo en un suceso irreal y controlable de cierta forma. Prepárese inago-

tablemente para no dejarse subyugar por los estigmas e influencias negativas de la socie-

dad, de manera que pueda experimentar la libertad espiritual y física. Libérese de los pre-

ceptos inconscientes, que lo mantiene prisionero de una vida mediocre.

Aprendiendo Valentía

Cada individuo es una entidad única y especial desde que nace, con capacidades

extraordinarias. Vivir con valentía no le asegura de ninguna forma, que acabarán sus pro-

blemas ni dificultades en cualquiera de los contextos que se mueve. Lo que implica es,

que pase lo que pase, dispone de las herramientas para hacerles frente asertiva e inteli-

gentemente, pudiendo modificar su realidad presente y futura cuando lo desee.

La Vereda del Medio cre__ _______________ ____________________________________ Pá g in a 100 d e 16 1


Entender que experimentar miedo es lógico y natural, lo convierte en un auténtico

ser humano. Pero sea lo que sea, no puede dejar que lo controle, ni cohíba de ninguna

forma. Es fundamental reponerse y avanzar, tanto si lo padece, como para los que están

en su entorno y dependen de usted, como: familia, amigos, compañeros de trabajo e in-

cluso subordinados y empleados. Enfrentar el miedo y las preocupaciones requiere de un

minuto de valentía, respiración, decisión y templanza para seguir adelante.

Cuando finalmente enfrenta sus primeros miedos y preocupaciones; superándolos;

termina por comprender que siempre podrá hacerlo, en cualquier circunstancia y contexto,

con todos los que aparezcan a lo largo de su existencia. Ser valiente no implica que ex-

ternamente se vea diferente, pues existen muchos que por fuera son aparentemente débi-

les, pero internamente son de espíritu fuerte e inquebrantable.

El coraje consiste en expresarse y actuar valientemente de acuerdo a las circuns-

tancias, aunque en ciertos casos también es la capacidad para resistir los embates de la

vida, con calma, prudencia y discreción, sin escapar ni responder de manera violenta,

desproporcionada y sin razón. La valentía tiene implícito el compromiso con lo acordado y

si en ello están involucrados principios, valores e ideales, el dominio de la situación y sus

posteriores resultados, así como la utilidad psíquica, anímica y espiritual que representa el

desafío. Debe desarrollar y fortalecer el espíritu de resistencia y perseverancia, con prin-

cipios como la confianza, sensatez, paciencia, alegría, anticipación, y disciplina. Utilizando

un lenguaje y comunicación interno sin limitaciones ni restricciones, entendiendo con hu-

mildad y modestia que de esta forma podrá enfrentar cualquier reto que le genere miedo,

en los diferentes contextos y circunstancias, sin importar la situación en la que está, ni

quienes estén a su alrededor, volviéndolo un ser con resiliencia.



INMORALIDAD

Platón

Después del divorcio de David, su ex esposa decidió mudarse a otra ciudad, a razón

de que en esa ciudad del interior estaría rodeada de su familia. Aunque David se sentía

mal por su partida, no podía hacer nada para remediarlo, pues ella tiene el derecho de

elegir lo mejor para ella y su hijo. A las pocas semanas de haberse ido, David decidió ir a

ver a su hijo, así que aparte de otros regalos, pasó a comprarle al niño unos ricos choco-

lates con figuras de caricaturas, tradicionales y que además fabricaban en su ciudad. En

esa época, no tenía el mejor empleo, y todo era complicado a nivel económico. Pues de-

bía mantenerse, colaborar en casa y ayudar a su hijo.

Como a las dos de la mañana, en un punto de control de la guardia nacional, detu-

vieron la unidad de transporte en la que viajaba, para pedir documentos y revisar los

equipajes. Hicieron bajar de la unidad a cada quien con su maleta en la mano. Un poco

soñolientos, hicieron la cola y los efectivos que estaban detrás de una mesa revisando

todo el equipaje, mientras otros revisaban el autobús. Cuando fue el turno de David el

efectivo le pidió que sacara toda la ropa, lo cual hizo tal como lo solicitó; después de revi-

sar, guardó todo; mientras recogía la ropa, el guardia vio una bolsa de papel que traía en

la mano, que había puesto al lado de la maleta. El efectivo preguntó que traía ahí; le res-

pondió que eran unos chocolates para su hijo.



Entonces tomó la bolsa y los sacó, puso uno en la mesa y le pidió que lo rompiera.

David sintió humillación y la vulneración de sus derechos como persona y ciudadano. Este

militar buscaba ver si dentro del chocolate transportaba algo ilegal, así que le respondió,

que si quería ver lo que había dentro de la golosina, la rompiera él, pero que si no conse-

guía lo que presumía había dentro, debía pagar lo que él había cancelado por ellos.

Sin mediar palabras y en tono amenazante el funcionario le pidió que tomara su ma-

leta y entrara en el comando. Cruzaron la calle y al entrar lo primero que hizo el guardia

fue empujar a David fuertemente contra la pared, ocasionándole que soltara la maleta y

los chocolates al piso, le exigió que se quitara toda la ropa, y lo puso a hacer el salto de

rana completamente desnudo, delante de otros guardias, sin que nadie dijera nada, al

mismo tiempo que le gritaba ofensas y lo golpeaba en la espalda y en la cara. Después de

al menos treinta minutos le dio una patada tirándolo al piso, le dijo que podía vestirse,

cogió los chocolates los estrujó dentro de la bolsa y los puso en la basura diciendo que él

tenía el poder y él era simplemente una miserable basura. Casi pierde el transporte,

cuando lo dejaron salir estaba partiendo. Entró en el autobús melancólico no sólo por lo

que le había hecho el guardia, sino porque ya no tenía los chocolates de su hijo, ni dinero

para comprarle algo más.

Lo más inmoral de todo, no era lo que el guardia hizo con David, sino que a todos

los otros guardias que estaban alrededor, les daba igual lo que este sujeto le estaba ha-

ciendo a un ciudadano. Pasaban a su lado sin que nadie ni siquiera volteara a mirarlo, era

como si eso ya lo habían hecho a otros y para ellos la inmoralidad y el desdén era absolu-

tamente normal.



Reflexiones sobre la Inmoralidad

Existen muchos componentes que pueden generar diatriba respecto al concepto de

la inmoralidad, ya que dependen de la crianza, entorno, creencias y perspectiva de cada

quien. La inmoralidad, aquí será considerada como las expresiones, hábitos y conductas

contrarias y con ausencia de principios, valores, ideales y buenas costumbres universal-

mente aceptadas, conocidas de antemano por el individuo, alejadas de todo criterio ético

y moral, con motivos aparentemente irracionales, controversiales e ilógicos.

La inmoralidad es una condición abominable, degradante y desalmada que en cier-

tas ocasiones es difícil de explicar, puesto que determinar la relación entre lo bueno y lo

malo así como entre el conocimiento y la ignorancia, trascendiendo a un plano filosófico.

La inmoralidad desvía la condición humana, convirtiendo a individuos en barbaros, incul-

tos e ignorantes, destruyendo la naturaleza del ser. La inmoralidad está soportada en la

desdichada ignorancia y la catástrofe de la inconciencia, acompañándose de múltiples

signos de la mediocridad, como intolerancia, egoísmo, avaricia, miedo, ira y odio entre

otros. Destruyendo las bases morales de la sociedad, comenzando en el núcleo familiar,

los entornos de crianza e incluso en las instituciones educativas tradicionales.

El individuo inmoral no suele distinguir raza, sexo, edad, tiempo ni condición a la ho-

ra de cometer un acto deshonesto e impúdico, y en algunos casos una vez que es inmoral

en un contexto, es posible ir perdiendo la integridad con respecto a otros aspectos y cir-

cunstancias. Convirtiéndolo en un individuo indigno, despreciable y perverso, que justifica

sus actos en creencias incongruentes, absurdas y falsas.



Aprendiendo Integridad

Integridad es vivir con apego a principios, valores e ideales conocidos, aceptados y

practicados por el hombre justo y bueno, para los que fue creado el ser humano, sin pre-

texto, desvío, justificación ni excusa. Cada quien puede convertirse en lo que piensa, pero

al final solamente será lo que defiende. Porque muchos piensan en ser mejor cada día,

pero jamás lo intentan, ni lo logran. Querer sin hacer no funciona. La integridad es el so-

porte de las virtudes del ser humano, ya que consiste en expresarse y comportarse dentro

de lo permitido y legal, aunque también es cuestión de cumplir los compromisos consigo

mismo y con los demás, aun cuando sea incómodo y desfavorable. Además de ejecutar

cualquier expresión, conducta y acto, con determinación y disciplina, rodeado de ética y

moralmente apropiado independiente del contexto, situación y consecuencias.

Un ser humano íntegro no necesita estar rodeado de personas, ni encontrarse en

determinadas circunstancias para pensar, expresarse y actuar de manera correcta y perti-

nente con sus creencias y virtudes morales. Un ser humano que actúa con integridad irá

dejando huella por donde pase, ya que representa la unión de muchas cualidades y habi-

lidades que enriquecen y fortalecen el espíritu de quien las ostenta, además de aquellos

con los que interactúa en su diario vivir.

El ser humano que practica permanentemente la integridad es poseedor de la con-

fianza y afecto de todos aquellos que están en su entorno, creando lazos inquebrantables

que perduran y trascienden en el tiempo. La integridad funciona como un filtro de pensa-

miento, sentimiento y actuación cuando existe incertidumbre respecto a los actos y expre-

siones que efectuará. Pues vivir con integridad no tiene horario, etapa, circunstancia ni

condición.



La integridad es el perfeccionamiento filosófico y moral del ser. Una persona íntegra

no prescinde de sus principios, valores e ideales a cambio de cualquier tipo de beneficio

social y económico, indistintamente de la situación, condición y necesidad por la que atra-

viese.

La persona que actúa con integridad no realiza juicios de valor, no engaña, no mien-

te y no es hipócrita consigo mismo ni con otros individuos sin importar la situación ni el

contexto. Está regido por un conjunto de virtudes morales que conducen su existencia,

armonizando sus creencias con sus actitudes y conductas diarias.

El ser justo y bueno, es un maestro en el arte de vivir signado por las virtudes mora-

les, sumando cada día una victoria al juego de ser mejor y dejar un legado. Haciendo que

siempre y bajo cualquier circunstancia lo identifiquen por los principios, valores e ideales

que enseña y practica. Para materializar cualquier sueño es necesario modesta honesti-

dad y plena integridad.



Ironía de vivir, es la de aquella persona, que no guarda un motivo sublime durante

su existencia, agonizando lentamente cada día, más cuando muere, desea seguir vivien-

do. Cada expresión y manifestación lega una huella imborrable bondadosa o dañina por

donde pasa; y está en la conciencia de cada quien, cual quiere dejar. Si es posible trans-

formar para bien, la vida de un ser humano, habrá contribuido en algo para mejorar el

mundo. No es necesario esperar a que tenga que hacer un sacrificio penoso para saber

quién es usted en realidad. El ser humano trasciende a través del ejemplo, con actos y

expresiones sencillas, desinteresadas y desprendidas, creando una vida mejor para sí

mismo y los demás.

Transformando la Existencia

Vivimos en una sociedad que exige, permite y acepta menos de lo que cada quien

puede dar. De ahí en cierta medida proviene que la mayoría seamos mediocres a niveles

distintos. A continuación esbozaré algunos atributos que deben acompañar los hábitos

saludables de prosperidad, convirtiéndolas en cualidades de éxito, fortaleciéndolas para

acrecentar su valor y así obtener la abundancia que desea.

La gratitud es un sentimiento honesto que permite reconocer, apreciar y valorar las

acciones y expresiones generosas de las que fue objeto en algún momento por parte de

otros, sin vanidad ni hipocresía. La gratitud demuestra empatía, afecto y lealtad con ese

ser humano que tuvo una atención amable y considerada hacia usted. Las expresiones de

gratitud transforman de forma positiva su vida y la de todos aquellos en su entorno. Pro-

moviendo genuinos cambios emocionales que ayudan a enfrentar las dificultades y fo-

mentan la autoestima saludable.



Tenga en cuenta que cuantos más hábitos saludables de prosperidad incorpore y

practique disciplinadamente, mayor será el grado de felicidad que experimente y propor-

cione a los demás. Asumir con optimismo la vida que procura, es lo mejor que le puede

pasar. De ahí la importancia de disfrutar inmensamente sus hijos, el mar, un café a cual-

quier hora, enamorarse e incluso llorar de vez en cuando si es necesario. Constituyéndo-

se así los matices necesarios para pintar una existencia llena de felices y enriquecedoras

experiencias, consciente que la vida no le permitirá dar marcha a atrás, aunque pueda

crearse nuevas y extraordinarias oportunidades.

Conocerse y amarse a sí mismo, puede llegar a ser complejo y difícil. Sin embargo

tratar de descifrar la vida lo acercará a niveles de conciencia y razonamiento superiores.

Aunque para fracasar en el fino arte de vivir, es suficiente con desconocer que existe la

felicidad, abundancia, prosperidad y el progreso que puede alcanzar. Construir un mundo

mejor requiere de derribar el anterior, sin sentirse víctima ni culpable.

Para evolucionar, progresar y ser mejor no es necesario estar frente a un precipicio,

que no le dé otra opción más que saltar, no es necesario esperar que lo prueben para

demostrar cuán fuerte es. Lo cautivador del amanecer es disfrutar de contemplar como la

luz ocupa e impregna todos los espacios con belleza, moderación, fuerza y templanza. La

mejor cualidad de la naturaleza humana es el amor, y obra de manera inexplicable y ex-

traordinaria en la conciencia de cada quien.



Descubra y realice en su vida aquello que le produzca la satisfacción de trascender y

hágalo desinteresadamente con amor y determinación. Venir al mundo es un hecho mag-

nífico, descubrir cuál es la razón por la que se nace es maravilloso, pero finalizar la exis-

tencia con la satisfacción del deber cumplido, debe ser extraordinario.

La Vereda del Medio cre___________________________________ __________________ Pá g in a 161 d e 16 1

Lui s Sánchez Rojas 161

La Vereda del mediocre está inspirada en las perso-nas que viven en la búsqueda de la excelencia,

siendo mejores seres humanos a través

de la práctica de las virtudes.

Con un lenguaje singular y una visión práctica

de los acontecimientos que provocaron

transformación en la vida del autor.

Aunque no representa el camino a seguir, es una oportunidad que permite reconocer que tan

sumidos en la mediocridad estamos.

00 la vereda del mediocre v1 muestra

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