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Proff./ssa Elisabetta Sarmati Dispense Letteratura spagnola I (L-LIN/05) La literatura española a principios del siglo XX: de Gustavo Adolfo Bécquer a Federico García Lorca PARTE I: Gustavo Adolfo Bécquer, Ruben Darío, Antonio Machado a.a.: 2016/2017 - Codice 1025673 1 - L-12 Mediazione linguistica e interculturale ( L ) – 27564 2 - L-3 Arti e scienze dello spettacolo ( L ) - 27561 1

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Proff./ssa Elisabetta Sarmati

Dispense

Letteratura spagnola I (L-LIN/05)

La literatura española a principios del siglo XX: de Gustavo Adolfo Bécquer a Federico García Lorca

PARTE I: Gustavo Adolfo Bécquer, Ruben Darío, Antonio Machado

a.a.: 2016/2017 -

Codice 10256731 - L-12 Mediazione linguistica e interculturale ( L ) – 27564

2 - L-3 Arti e scienze dello spettacolo ( L ) - 27561

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Programa per 12 cfu (6 + 6) Obiettivi Capacitar al estudiante en el ánalisis de un texto literario narrativo y poético del siglo XX a través de un correcto empleo de  herramientas métrico-retóricos. Proporcionar conocimientos de historia literaria del siglo XX.

A) Primo modulo 6 cfu (inizio 3 ottobre 2016)1) Storia letteraria: L'età contemporanea della letteratura spagnola, Firenze, La Nuova Italia, pp. 1-290 (fotocopie in Fotocopisteria Mirafiori, piano seminterrato Facoltà di Lettere e Filosofia, Città Universitaria).

2)Poesia:Poesía del siglo XX: de Gustavo Adolfo Bécquer a Federico García Lorca. Antologia a cura del docente (presso copisteria Facoltà di lettere, piano seminterrato). Parte I e II.

3)Narrativa:- Pío Baroja, El árbol de la ciencia, Madrid, Cátedra

B) Secondo modulo 6 cfu (inizio 21 novembre 2016)1) Storia letteraria: L'età contemporanea della letteratura spagnola, Firenze, La Nuova Italia, pp. 1-290 (fotocopie in Fotocopisteria Mirafiori, piano seminterrato Facoltà di Lettere e Filosofia, Città Universitaria).

3)Narrativa:- Miguel de Unamuno, Nieblas, Madrid, Cátedra

4) Teatro:-Ramón del Valle-Inclán, Luces de Bohemia, Madrid, Austral

-Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba, Madrid, Austral

N. B. Studiare con cura le introduzione ai singoli volumi.***

AVVISO:Le nozioni Geografia e Storia della Spagna dei secc. XIX e XX si dànno per acquisite. Utili testi di studio o consultazione per chi volesse approfondire o dovesse acquisire competenze pregresse: Brenan G., Storia della Spagna (1874-1936), Einaudi, Torino, 1970Carr R., Storia della Spagna (1808-1939), Nuova Italia, Firenze, 1966Hermet G., Storia della Spagna nel Novecento, il Mulino, Bologna, 1999

Per nozioni metriche e narratologiche:Antonio Quilis, Métrica española, Barcelona, ArielAngelo Marchese, L’officina della narrativa, Milano Mondadori

Calendario lezioni: le lezioni si svolgeranno il lun. mart. gio. ore 9-11La settimana: 31 ottobre 6 novembre non ci sarà lezione causa impegni accademici.

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I. GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER (1836-1870)1

Reseña a La soledad de Augusto Ferrán, 1861.

Hay una poesía magnífica y sonora; una poesía hija de la meditación y el arte, que se engalana con todas las pompas de la lengua, que se mueve con una cadenciosa majestad, habla a la imaginación, completa sus cuadros y la conduce a su antojo por un sendero desconocido, seduciéndola con su armonía y su hermosura.

Hay otra natural, breve, seca, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye, y desnuda de artificio, desembarazada dentro de una forma libre, despierta, con una que las toca, las mil ideas que duermen en el océano sin fondo de la fantasía.

La primera tiene un valor dado: es la poesía de todo el mundo.

La segunda carece de medida absoluta, adquiere las proporciones de la imaginación que impresiona: puede llamarse la poesía de los poetas.

La primera es una melodía que nace, se desarrolla, acaba y se desvanece.

La segunda es un acorde que se arranca de un arpa, y se quedan las cuerdas vibrando con un zumbido armonioso.

Cuando se concluye aquélla, se dobla la hoja con una suave sonrisa de satisfacción.

Cuando se acaba ésta, se inclina la frente cargada de pensamientos sin nombre.

La una es el fruto divino de la unión del arte y de la fantasía.

La otra es la centella inflamada que brota al choque del sentimiento y la pasión.

***

Introducción sinfónica

Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y 1 Tutti i testi sono tratti da Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas. Leyendas ecogidas, ed. Rubén Benítez, Madrid, Taurus, 1990.

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desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el Arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo.

Fecunda, como el lecho de amor de la Miseria, y parecida a esos padres que engendran más hijos de los que pueden alimentar, mi Musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de creaciones sin número a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serían suficientes a dar forma.

Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse al beso del sol en flores y frutos.

Conmigo van, destinados a morir conmigo, sin que de ellos quede otro rastro que el que deja un sueño de la media noche que a la mañana no puede recordarse. En algunas ocasiones y ante esa idea terrible, se subleva en ellos el instinto de la vida y agitándose en terrible aunque silencioso tumulto buscan en tropel por donde salir a la luz, de las tinieblas en que viven. Pero ¡ay!, que entre el mundo de la idea y el de la forma existe un abismo que sólo puede salvar la palabra, y la palabra, tímida y perezosa, se niega a secundar sus esfuerzos! Mudos, sombríos e impotentes, después de la inútil lucha vuelven a caer en su antiguo marasmo. Tal caen inertes en los surcos de las sendas, si cae el viento, las hojas amarillas que levantó el remolino.

Estas sediciones de los rebeldes hijos de la imaginación explican algunas de mis fiebres: ellas son la causa desconocida para la ciencia de mis exaltaciones y mis abatimientos. Y así, aunque mal, vengo viviendo hasta aquí: paseando por entre la indiferente multitud esta silenciosa tempestad de mi cabeza. Así vengo viviendo; pero todas las cosas tienen un término y a éstas hay que ponerles punto.

El Insomnio y la Fantasía siguen y siguen procreando en monstruoso maridaje. Sus creaciones, apretadas ya, como las raquíticas plantas de un vivero, pugnan por dilatar su fantástica existencia disputándose los átomos de la memoria como el escaso jugo de una tierra estéril. Necesario es abrir paso a las aguas profundas, que acabarán por romper el dique, diariamente aumentadas por un manantial vivo.

¡Andad, pues!; andad y vivid con la única vida que puedo daros. Mi inteligencia os nutrirá lo suficiente para que seáis palpables. Os vestirá, aunque sea de harapos, lo bastante para que no avergüence vuestra desnudez. Yo quisiera forjar para cada uno de vosotros una maravillosa estofa tejida de frases exquisitas en la que os pudierais envolver con orgullo como en un manto de púrpura. Yo quisiera poder cincelar la forma que

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ha de conteneros como se cincela el vaso de oro que ha de guardar un preciado perfume. ¡Mas es imposible!

No obstante, necesito descansar; necesito, del mismo modo que se sangra el cuerpo por cuyas hinchadas venas se precipita la sangre con pletórico empuje, desahogar el cerebro insuficiente a contener tantos absurdos.

Quedad pues consignados aquí, como la estela nebulosa que señala el paso de un desconocido cometa; como los átomos dispersos de un mundo en embrión que aventa por el aire la muerte antes que su Creador haya podido pronunciar el fiat lux que separa la claridad de las sombras.

No quiero que en mis noches sin sueño volváis a pasar por delante de mis ojos en extravagante procesión pidiéndome con gestos y contorsiones que os saque a la vida de la realidad del limbo en que vivís, semejantes a fantasmas sin consistencia. No quiero que al romperse este arpa vieja y cascada ya, se pierdan a la vez que el instrumento las ignoradas notas que contenía. Deseo ocuparme un poco del mundo que me rodea pudiendo, una vez vacío, apartar los ojos de este otro mundo que llevo dentro de la cabeza. El sentido común, que es la barrera de los sueños, comienza a flaquear y las gentes de diversos campos se mezclan y confunden. Me cuesta trabajo saber qué cosas he soñado y cuáles me han sucedido; mis afectos se reparten entre fantasmas de la imaginación y personajes reales; mi memoria clasifica revueltos nombres y fechas de mujeres y días que han muerto o han pasado con los de días y mujeres que no han existido sino en mi mente. Preciso es acabar arrojándoos de la cabeza de una vez para siempre.

Si morir es dormir, quiero dormir en paz en la noche de la Muerte sin que vengáis a ser mi pesadilla, maldiciéndome por haberos condenado a la nada antes de haber nacido. Id pues al mundo, a cuyo contacto fuisteis engendrados, y quedad en él como el eco que encontraron en un alma que pasó por la tierra sus alegrías y sus dolores, sus esperanzas y sus luchas.

Tal vez muy pronto tendré que hacer la maleta para el gran viaje; de una hora a otra puede desligarse el espíritu de la materia para remontarse a regiones más puras. No quiero, cuando esto suceda, llevar conmigo, como el abigarrado equipaje de un saltimbanqui, el tesoro de oropeles y guiñapos que ha ido acumulando la fantasía en los desvanes del cerebro.

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Rimas

Rima 11 (I)

Yo sé un himno gigante y extrañoque anuncia en la noche del alma una auroray estas páginas son de ese himnocadencias que el aire dilata en las sombras.

Yo quisiera escribirle, del hombre 5domando el rebelde mezquino idioma,con palabras que fuesen a un tiemposuspiros y risas, colores y notas.

Pero en vano es luchar; que no hay cifracapaz de encerrarle, y apenas, ¡oh! ¡hermosa! 10si teniendo en mis manos las tuyaspodría al oído cantártelo a solas.

***

Rima 15 (II)

Saeta que voladoracruza, arrojada al azar,y que no se sabe dóndetemblando se clavará;

hoja que del árbol seca 5arrebata el vendaval,y que no hay quien diga el surcodonde al polvo volverá.

Gigante ola que el vientoriza y empuja en el mar 10y rueda y pasa y se ignoraque playa buscando va.

Luz que en cercos temblorososbrilla próxima a expirar,y que no se sabe de ellos 15cuál el ultimo será.

Eso soy yo que al acasocruzo el mundo sin pensarde dónde vengo ni a dóndemis pasos me llevarán. 20

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Rima 39 (IV)

No digáis que agotado su tesoro,de asuntos falta, enmudeció la lira;podrá no haber poetas; pero siemprehabrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso 5palpiten encendidas,mientras el sol las desgarradas nubesde fuego y oro vista,mientras el aire en su regazo lleveperfumes y armonías, 10mientras haya en el mundo primavera,¡habrá poesía!

Mientras la humana ciencia no descubralas fuentes de la vida,y en el mar o en el cielo haya un abismo 15que al cálculo resista,mientras la humanidad siempre avanzandono sepa a dó camina,mientras haya un misterio para el hombre,¡habrá poesía! 20

Mientras se sienta que se ríe el alma,sin que los labios rían;mientras se llore, sin que el llanto acudaa nublar la pupila;mientras el corazón y la cabeza 25batallando prosigan,mientras haya esperanzas y recuerdos,¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejenlos ojos que los miran, 30mientras responda el labio suspirandoal labio que suspira,mientras sentirse puedan en un besodos almas confundidas,mientras exista una mujer hermosa, 35¡habrá poesía!

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Rima 21 (XXI)

¿Qué es poesía?, dices mientras clavasen mi pupila tu pupila azul;¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?Poesía... eres tú.

***

Rima 38 (LIII)

Volverán las oscuras golondrinasen tu balcón sus nidos a colgar,y otra vez con el ala a sus cristalesjugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban 5tu hermosura y mi dicha a contemplar,aquellas que aprendieron nuestros nombres...ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas 10de tu jardín las tapias a escalary otra vez a la tarde aún más hermosassus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocíocuyas gotas mirábamos temblar 15y caer como lágrimas del día...ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídoslas palabras ardientes a sonar,tu corazón de su profundo sueño 20tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillascomo se adora a Dios ante su altar,como yo te he querido... desengáñate,así... ¡no te querrán! 25

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II

RUBÉN DARÍO (1867-1916)2

De Prosas profanas y otros poemas (1896-1901)

Sonatina

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro,  5y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. 

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y vestido de rojo piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente;  10la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. 

¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz?  15¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? 

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,  20tener alas ligeras, bajo el cielo volar; ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo o perderse en el viento sobre el trueno del mar. 

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,  25ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur.  30

¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, 2 Tutti i testi sono tratti da Rubén Darío, Poesía, ed. Jorge Campos, Madrid, Alianza editorial, p. 1982.

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que custodian cien negros con sus cien alabardas,  35un lebrel que no duerme y un dragón colosal. 

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida.) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,  40(La princesa está pálida. La princesa está triste.) más brillante que el alba, más hermoso que abril! 

-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-; en caballo, con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor,  45el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con un beso de amor».

***

De Cantos de vida y de esperanza, 1905

Lo fatal

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. 

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, 5 y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por 

lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos,  10y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, 

¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...

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III

ANTONIO MACHADO (1875- 1939)3

De Soledades (1903)

VI

Fue una clara tarde, triste y soñolientatarde de verano. La hiedra asomabaal muro del parque, negra y polvorienta…  La fuente sonaba.

Rechinó en la vieja cancela mi llave; 5con agrio ruido abrióse la puertade hierro mohoso y, al cerrarse, gravegolpeó el silencio de la tarde muerta.

En el solitario parque, la sonoracopia borbollante del agua cantora 10me guió a la fuente. La fuente vertíasobre el blanco mármol su monotonía. La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano,un sueño lejano mi canto presente?Fue una tarde lenta del lento verano. 15 Respondí a la fuente:No recuerdo, hermana,mas sé que tu copla presente es lejana. Fue esta misma tarde: mi cristal vertíacomo hoy sobre el mármol su monotonía. 20¿Recuerdas, hermano?… Los mirtos talares,que ves, sombreaban los claros cantaresque escuchas. Del rubio color de la llama,el fruto maduro pendía en la rama,lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?… 25Fue esta misma lenta tarde de verano. —No sé qué me dice tu copla rientede ensueños lejanos, hermana la fuente. Yo sé que tu claro cristal de alegríaya supo del árbol la fruta bermeja; 30

3 Tutti i testi sono tratti da (in Poesías escogidas, Madrid, Castalia, 1986.

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yo sé que es lejana la amargura míaque sueña en la tarde de verano vieja Yo sé que tus bellos espejos cantorescopiaron antiguos delirios de amores:mas cuéntame, fuente de lengua encantada,cuéntame mi alegre leyenda olvidada. 35  —Yo no sé leyendas de antigua alegría,sino historias viejas de melancolía. Fue una clara tarde del lento verano…Tú venías solo con tu pena, hermano;tus labios besaron mi linfa serena, 40y en la clara tarde dijeron tu pena. Dijeron tu pena tus labios que ardían;la sed que ahora tienen, entonces tenían. —Adiós para siempre la fuente sonora,del parque dormido eterna cantora. 45Adiós para siempre; tu monotonía,fuente, es más amarga que la pena mía. Rechinó en la vieja cancela mi llave;con agrio ruïdo abrióse la puertade hierro mohoso y, al cerrarse, grave 50sonó en el silencio de la tarde muerta.

 VIIEl limonero lánguido suspende una pálida rama polvorienta, sobre el encanto de la fuente limpia, y allá en el fondo sueñan los frutos de oro... 5Es una tarde clara, casi de primavera, tibia tarde de marzo,que el hálito de abril cercano lleva;y estoy solo, en el patio silencioso, 10buscando una ilusión cándida y vieja:alguna sombra sobre el blanco muro, algún recuerdo, en el pretil de piedra de la fuente, dormido, o, en el aire,algún vagar de túnica ligera. 15En el ambiente de la tarde flotaese aroma de ausencia,que dice al alma luminosa: nunca,

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y al corazón: espera. Ese aroma que evoca los fantasmas 20de las fragancias vírgenes y muertas. Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara, casi de primavera, tarde sin flores, cuando me traías el buen perfume de la hierbabuena, 25y de la buena albahaca, que tenía mi madre en sus macetas. Que tú me viste hundir mis manos purasen el agua serena,para alcanzar los frutos encantados 30que hoy en el fondo de la fuente sueñan... Sí, te conozco, tarde alegre y clara, casi de primavera.

XIYo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá?  5Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... -la tarde cayendo está-. «En el corazón tenía la espina de una pasión;  10logré arrancármela un día: ya no siento el corazón». 

Y todo el campo un momento se queda, mudo y sombrío, meditando. Suena el viento  15en los álamos del río. 

La tarde más se oscurece; y el camino que serpea y débilmente blanquea se enturbia y desaparece.  20

Mi cantar vuelve a plañir: «Aguda espina dorada, quién te pudiera sentir en el corazón clavada».

LXXVII

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Es una tarde cenicienta y mustia,destartalada, como el alma mía;y es esta vieja angustiaque habita mi usual hipocondría.La causa de esta angustia no consigo 5ni vagamente comprender siquiera;pero recuerdo y, recordando, digo:-Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.

Y no es verdad, dolor, yo te conozco,tú eres nostalgia de la vida buena 10y soledad de corazón sombrío,de barco sin naufragio y sin estrella.

Como perro olvidado que no tienehuella ni olfato y yerrapor los caminos, sin camino, como 15el niño que en la noche de una fiesta

se pierde entre el gentíoy el aire polvoriento y las candelaschispeantes, atónito, y asombrasu corazón de música y de pena, 20así voy yo, borracho melancólico,guitarrista lunático, poeta,y pobre hombre en sueños,siempre buscando a Dios entre la niebla.

De Campos de Castilla (1910)

A orillas del Duero

Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.  Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía, buscando los recodos de sombra, lentamente. A trechos me paraba para enjugar mi frente y dar algún respiro al pecho jadeante; 5 o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante y hacia la mano diestra vencido y apoyado en un bastón, a guisa de pastoril cayado, trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de altura, hollando las hierbas montaraces  10de fuerte olor ?romero, tomillo, salvia, espliego?Sobre los agrios campos caía un sol de fuego. Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo cruzaba solitario el puro azul del cielo. Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,  15y una redonda loma cual recamado escudo, y cárdenos alcores sobre la parda tierra 

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?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?, las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero para formar la corva ballesta de un arquero  20en torno a Soria. ?Soria es una barbacana, hacia Aragón, que tiene la torre castellana?Veía el horizonte cerrado por colinas oscuras, coronadas de robles y de encinas; desnudos peñascales, algún humilde prado 25 donde el merino pace y el toro, arrodillado sobre la hierba, rumia; las márgenes de río lucir sus verdes álamos al claro sol de estío, y, silenciosamente, lejanos pasajeros, ¡tan diminutos! ?carros, jinetes y arrieros?,  30cruzar el largo puente, y bajo las arcadas de piedra ensombrecerse las aguas plateadas del Duero.  El Duero cruza el corazón de roble de Iberia y de Castilla.  35¡Oh, tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos y roquedas, de campos sin arados, regatos ni arboledas; decrépitas ciudades, caminos sin mesones, y atónitos palurdos sin danzas ni canciones 40 que aún van, abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar! 

Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora. 

¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada  45recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada? Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el monte y el ojo que los mira. ¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerta de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.  50La madre en otro tiempo fecunda en capitanes, madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes. Castilla no es aquella tan generosa un día, cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía, ufano de su nueva fortuna, y su opulencia,  55a regalar a Alfonso los huertos de Valencia; o que, tras la aventura que acreditó sus bríos, pedía la conquista de los inmensos ríos indianos a la corte, la madre de soldados, guerreros y adalides que han de tornar, cargados  60de plata y oro, a España, en regios galeones, para la presa cuervos, para la lid leones. Filósofos nutridos de sopa de convento contemplan impasibles el amplio firmamento; 

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y si les llega en sueños, como un rumor distante,  65clamor de mercaderes de muelles de Levante, no acudirán siquiera a preguntar ¿qué pasa? Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa. Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.  70El sol va declinando. De la ciudad lejana me llega un armonioso tañido de campana -ya irán a su rosario las enlutadas viejas?De entre las peñas salen dos lindas comadrejas; me miran y se alejan, huyendo, y aparecen 75 de nuevo, ¡tan curiosas!... Los campos se obscurecen. Hacia el camino blanco está el mesón abierto al campo ensombrecido y al pedregal desierto.

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