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" ' i" "^ppppwippw^^^iBiHpp^pr— ^ EL MUNDO, SAN JUAN, P. t. - DOMINGO 25 DE DICIEMBRE DE 1938. ^ ARTES INICIADAS POR LA MUJER Por ELIZABETH M. BOYKLN LA DICHA DE LA FEA Por Patricia Linde*? tu marco, y tulrnilda de un pa- pel parad cortado para mostrar la fotografía, Rermoao detalle para paredes oscuras, adecuado pera vie- Jaa fotorraflaa y estampas, i Recordemos los dias en que las laboras de fantasía eran realmentt de fantasía: camisas de dormir con cintas y aplicaciones de crochet; fundas bordadas en seda de diver- sos tonos; camisas de dormir con lsrgos festones y un sinnúmero de rsprichosos y bellos adornos. No hay que sonreír ante estos recuer- dos, pues el deseo de crear, de pro- ducir cosas útiles con nuestras ma- nos, jamás debe ser tomado con li- gereza. Sólo los estilos han cambia- do algo y en lugar de un exceso de bordados, ahora preferimos tejer esteras y hacer acolchados y tapi- cerías. Jamás ten#mn* que presentar ex- cusas por nuestra inclinación ha- cia las labores de mano, ni mucho menos aceptar las burlas de los hombres en ese sentido, por el con- trario, debemos recordarles que el ingenio femenino fué el iniciador de toda labor básica de las Industrias principales de hoy día: el hilado, los tejidos, las conservas, la paste- lería, la sastrería y muchas más demasiado numerosas para especi- ficar. . La necesidad de una labor crea- dora con nuestras manos es esen- cial ,para todas nosotras si hemos de conservar en equilibrio razona- ble nuestro sistema nervioso y rues- tras emociones, pues la labor ma- nual es el cauce normal de nues- tro talento y de nuestro interés, y trae a la vida afanosa destellos de arte y aspiraciones de belleza. Nun- ca debemos pensar en que cosas ya El encaje eon crochet es muy ade- suado para esta pantalla rematada con cinta asul y pequeñas borlas. mlnuclón en la inclinación creati- va, en- la mujer se ha registrado un aumente considerable de descon- tento, de nerviosidad. Esta aserción es fácil de corroborar, pues salvo contados casos, rara vez se ve una tejedora neurótica o una bordado- ra dada a caprichosos derroches de tenemos más que comparar las la- borea ejecutadas por nuestras abue- las, originadas y creadas por ellas mismas. Habrá tal vez muchas que no podrían calificarse de obras de arte, pero, de todos modos, mues- tran originalidad, individualidad, la manifestación de algo propio y per- sonal. Y si hoy dejamos a un lado la inacción y nos dedicamos al cro- chet, a tapizar una ailla, a la he- chura de una estera o a otra la- bor creadora, nos proporcionamos distracción y satisfacción. Lo dicho quedó patente ante mis ojos cuando, hace poco, visité una exposición de labores caseras de la provincia de Quebec, donde los canadienses que la componen con- servan sólidas tradiciones de traba- jos manuales: esteras mostrando escenas callejeras; caracteres lo- cales tallados en madera; tejidos de modelos y combinaciones entera- mente originales y otra gran va- riedad de artículos puramente indi- viduales. El consejo de Quebec Para empezar no hay que deva- narse loa sesos: una estera mos- trando un mapa o motivos toma- dos de la localidad; una vista de la calle, unas flores del Jardin pro- CONFIDENCIAS Y LENITIVOS SENTIMENTALES Pero el día llega del pasado arreglo de' cuentas.. Habla una vea una mujer real- mente superior y bella casada con un hombre bueno, pero no muy brl- I llanta. Hizo todo lo que pudo para i complacerla pero eso no era sufi- j cíente. Le disgustaban sus amigos y su familia, y tras algunos anos se Por KATULEEN NORRIS La fea se case y lee lindas ae contentaron coa aer aua madrinas. Hay que admirar a laa mujeres de Quebec que hacen sua esteras en mo- delos originales, aprovechando con frecuencia lo que pueden mirar por la ventana o algún otro motivo familiar. mal humor. La mujer nace dotada de una dichosa disposición natu- ral, y por lo común una mujer in- teresada en algo es sana, llena de salud. Asi pues, no debemos consi- derar esto con ligereza. Las industrias cuteras La cuestión de las labores de ma- cuadro en punta de aguja, ron el mismo modelo loe dos asientos a loa ladoa de la chimenea. para hechas, adquiridas en la tienda más cercena, puedan realmente presen- tar una obra de mano mejor ni de más belleza que las que logramos con los propios esfuerzos, pues ese toque extra, exclusivo, de la labor propia, es precisamente el que es- tablece la inmensurable diferencia entre el hogar y el "sulte" de un hotel. Desgraciadamente, y sin el me- nor asomo de duda, durante los úl- l timos diet años se ha notado un alarmante decaimiento en las la- bores caseras, una disminución ma- yor a toda otra registrada en la historia de las actividades femeni- nas. Al mismo tiempo, coincidiendo de modo significativo con esta dls» los creados por otros. Al efecto no no, ejecutadas en la casa y alguien* do impulsos naturales, tiene otro aspecto que da*una mejor idea de su gran importancia: la del des- arrollo de estilos y productos de ca- rácter puramente nacional. De he- cho, hasta hoy ninguna fábrica ha creado nada realmente nuevo en las artes aplicadas y, más aún, nuestra participación en la labor creadora de«objetos para el hogar, ha dado a estos objetos un aspec- to y un carácter enteramente na- cional. En los últimos años ha sucedido que nos hemos desviado del camino de estilistas originales y nos he- mos contentado con copiar mode- _i— Conocimientos y curiosidades pío o de cualquier procedencia... También, si la persona tiene incli- naciones musicales, adornos repre- sentando grandes notas, o una pau- ta con las notas de cualquier aire. La variedad de ideas puede ser Infinita. Lo mismo aplica a los tapices, a las piezas de madera tallada, a las cortinas, cubrecamas, y cuantos ar- tículos formen el conjunto donde vivimos y pensamos: el hogar. Pa- ra modelos e ideas, si es que somos lo bastante perezosas para no crear loa propios, podemos buscar los In- numerables libros.y revistas dedi- cados en todas partes a las artes caseras, muchas Ilustradas en co-' lores, que dan indicaciones claras y precisas para resolver cualquier duda posible respecto a la ejecu- ción de alguna de estas labores. » Utilidad, originalidad y belleza ..^,. Si rebuscamos con la Imaginación para hacer algo, no debemoa olvi- dar que el crochet está nuevamen- te muy de moda, y ciertas variada- dos tienen tanto estilo como pueda esperarse. Últimamente se han vis- to encantadoras esterillas y cubra- botes para mesa, hechas en blan- co o crudo, ligeramente almidona- das, tan lindas como las más bellas de encajes y de lasos. Para ideas en este sentido puede consultarse cualquiera de "los libros y revistas ya citados. En el ramo de cubrecama nada hay más atrayente que las tejidas con hilados da algodón, aunque hay que admitir que tejer un cubreca- ma toma máa tiempo y es más di- más, hay tan bellos modelos al crochet que de no ser perita en el tejido con hilos de algodón y agu- jas finas, as máa alentador em- prender al principio las de crochet, al que puede impartirse gran gus- to y originalidad. Entre otras novedades de crochet ae ven hermosas pantallas muy apropiadas para cualquier mesa o estante, en lindas combinaciones de blanco y asul, blanco y rojo, verde o cualquier matiz en armonía con el ambiente. Hay estilos campesi- nos de colorea sobrios para espal- deras de sillas y para asientos, pa- ra cubrebotas y para servilletas. Ahora, manos a la obra. Si nos decidimos por modelos propios y te- nemos un poquito de imaginación, se les pueden producir muy bellos. Si no nos sentimos capaces de al- go original, siempre queda el re- curso de inspiraciones con cual- quier cuadro, ilustración, foto, etc., y antes de lavarnos las manos y desobedecer nuestro impulso por falta de Individualidad, apelemos a laa coplas, a las Imitaciones con li- teral variantes. Siempre tendremos la aatlafaccida de habar hecho algo verdaderamente propio, eon nues- tras propia* manca. —No puedo comprenderlo —me dijo una madre estúpida— no por qué Juana es tan fea siendo sus dos hermanas tan bellas. MI única esperanza consiste en que haya algún hombre que encuentre en ella algo agradable y se case. No me será difícil casar a las otras doa, pero Juana me va a resultar un problema.. Juana oyó lo que decía su madre y se echó a reír. —Qué lástima que sea tan fea —dijo. —Pero no te preocupes: si no encuentro un hom- bre con quien casarme, me haré enfermera y en paz. (Juana tenia entonces quince anos). Claco anos después la volví a ver. Su madre me escribió dlciéndome que se Iba a casar, y que sus dos lindas hermanas todavía no lo ha- blan hecho. Una metaforiosis casi inexplicables Cuando bajé del tren, me encon- tré a Juana que me miraba toda sonrisas. Su figura excesivamente angular resultaba muy bien en un traje de sport, y su pelo negro y laclo habla sido cortado y ondula- do. Los rlcitos pequeños le daban a su rostro una expresión de picardía que resultaba de lo más interesan- te. La muchacha era encantadora, y yo no me cansaba da oiría habién- dome de sus planes matrimoniales. —¿Qué le parece su fea?— no pu- de menos que recordarle a la ma- dre que ahora ya no tenia proble- ma con la muchacha. Juana se dio cuenta de que la vi- da de fiestas y jaleos a que estaban destinadas sus hermanas bellas, no era de lo máa conveniente para una joven "fea". De manera que deter- minó entrar en la Universidad y ae dedicó con todo ahinco a sobresa- lir en sus actividades. Sabiendo que no debia esperar mucho de la vida sin esfuerzo, se convirtió en una muchacha agradable y desinteresa- da que con todo el'mundo procura- ba quedar bien y hacerse simpáti- ca. Y fué en un baile de estudian- tes, donde conoció a Alberto, quien me dijo, aquel dia, habiéndome de ello: —La primera vez que me miré en loa ojos bellos de Juana, me di cuenta de que estaba ante una mu- chacha de carácter amoroso, y en- cantps verdaderos. Deade ese mo- mento me hice a la idea de que me tenia que casar con ella. Yo también comprendí el vehícu- lo que utilizó la muchacha para llegar a la meta de sus aspiracio- nes. Habla estudiado perfectamente la forma de vestirse, cuáles eran los trajes que más la podían favo- recer. Y a pesar de que el Creedor no le habla concedido físico perfec- to, habla procurado por todos los medios hacer resaltar lo que en ella habla de agradable, incluso su gran sentido del humor. "Ketaha de tal manera desesperada que fuf a ver a la mujer de Frank; pero e* Inflexible y no consiente asi el divorcio. Me dijo que yo le habla arrebatado a su marido, lo que no es cierto, y que espera que me vaya bien con él." Dieta y gimnasia para los caballeros Por IDA JEAN KALN Cuando un hombre logra reducir de peso, he ahí una noticia Intere- sante. Usualmente los factores que impulsan a un hombre a reducir son su esposa, su médico, o la na- turaleza de su trabajo. En el caso de ftlchar Himber, famoso director de orquesta, fué el trabajo. El ae queja de que "a nadie le gusta oír Dice LoHta \*J e-ia *7f\ w ^SHA^ c Lif-Qnf |V a laa pos de les hombrea disparos a :>. •.-l^^. aam laa plre- haeen al «•Jane, -.-.*.•: •. I.a dieta ea lo principal, pero la equitación ayuda mucho a rebajar. Frank 11 ii D. Boosavelt a un director de orquesta gordo, y no se puede parecer romántico te- niendo 300 libras de peso". Como resultado, el señor Himber ha terminado un magnifico progra- ma de reducción. Pero comencemoa por el principio y dejémosle hablar a él. "Me propuse adelgazar a to- da coeta" declara. —"Ya ha eli- minado treinta libra* en exceso y espero eliminar otras diez". —¿La costó mucho trabajo? preguntamos. —Bueno, sn realidad no fui nin- guna broma. La dieta ei una cosa tremenda, i Y pensar que un hom- bre tenga que pasar por eaa expe- riencia! Luego, mostrándome un empare- dado de lechuga y tomate, me dijo- —Se supone que esto ¡esto! sea mi almuerzo de hoy. El señor Himber es soltero y su programa de menús será una reve- lación para todoa loa que coman fuera de casa. El echa toda la res- ponsabilidad al mozo. Al Igual que otras personas dan propinas por que loa traten a cuerua.de rey en la mesa, él da laa propinas por que le eviten comer en demasía. Y en ese forma, ea el mozo en realidad quien le sirve de freno. Eate moao tiene que saber algo so- bre calorías y tener una gran fuer- za de voluntad, puea su tarea ea servir solamente media ración de laa comidas que podrían engordar- lo. Ka aprendido per experiencia qua cuando ae debilita su voluntad, el señor Himber come mucho y en* tcnces no le da propina. .Dándose cuenta que una dieta pobre conduce a una mala disposi- ción de ánimo, el señor Himber ha actuado sabiamente en este asun- to. No deja de comer los alimentos que necesita para fortalecerse. Co- mo desayuno come dos huevos, una tostada con mantequilla y un vaso de. Jugo de fruta. Al mediodía un vaso de leche y un emparedado. —Hasta ha aprendido a gustar de la lecha y las ensaladas confie- sa. —Pero todavía estoy un poco reacio, no crea. A la comida prefiere un. coctel de jugo de tomate, una' buena ra- ción de carne (pero sin grasa) ve- getales, una ensalada y sin postre. No usa crema para los vegetales, y solamente un bonito pequeño de pan. Este contrato con el moto es una nueva idea de reducción. Podria también utilizar este sistema con su esposa, sobre la base de com- prarle un sombrero nuevo en vez de darle propina. Prométale un sombrero a la última moda de Pa- divorció de él, obtuvo la custodia su hijlto y se marchó a Holly- wood e hizo buena carrera y dine- ro en el cine mudo. Cuando llegó el cine aonoro que cortó sus ambiciones, ya habla tra- bado amistad con un abogado de éxito, bueno e inteligente al cual su mujer negaba el divorcio en ra- zón de los niños. El marido se mar- chó, arrendó un lindo apartamien- to y a los pocos meses de amistad con Laura, llamémosla aal, ésta se fué a vivir con él. La inteligencia, dignidad y afecto de Laura, hicieron esa unión un hogar muy atra- yente y al parecer ninguna de aus amistades hacia caudal de la ver- dadera posición de Laura. "Yo era libre para casarme, dice la carta que me ha escrito, pero Frank no lo era, y aunque no ha- clamos ostentación de nuestras re- laciones, tampoco las proclamába- mos". "Frank tenia dos hijas a las cuales Laura por cierto jamás vio. Ahora tiene una hija propia de tres años. El problema surgió a ra muer- te de su marido divorciado ocurri- da hace algunos meses. Práctica- mente, fué desheredado el hijo de Laura, y ésta no puede comprender que siendo la viuda legitima del di- fundé IK tenia derjeho K unu paite ni, y ella ae ocupará de que usted empiece a reducir a la carrera. En cuanto a jereciclo, el señor Himber dice que prefiere dirigir una orquesta. Sin embargo, practi- ca la equitación dos veces por se- mana y dice que le complace ver cómo el caballo ea el que efectúa la mayor parte del violento ejerci- cio. sustsnclal de su buena fortuna. A Frank le va mal en su profesión, su salud es mala y el dinero les vendría a maravillas. Pero Laura tenia dos años, cuando se escapó con un amante de su casa. El Joven era su propio hijo. Me imagino que cosas come es- tiene miedo de que el escándalo que I tas, borran en la vida de una mujer PEQUEÑOS RATEROS Por ANGELO PATR1 Desde hacia un mes muchos ar- tículos de menor cuantía venían desapareciendo del guardarropa de la escuela. Una chaqueta, una bol- sa, un reloj, sapa tos de deportes, pequeñas sumas de dinero dejadas en un bolsillo. Nadie ae imaginaba quién pudiera ser el ladrón. El be- del se puso en observación. y sor- prendió a Guillermo, un hermoso muchacho de quien nadie podía sos- pechar, en el momento de apode rarse de una pequeña suma deja- da en el bolsillo de una prenda de vestir de otro alumno. A laa muchas preguntas que se le hicieron, sólo pudo responder: —No se por qué lo he hecho, pe- ro lo hice. Los directores de la escuela no sabrán qué procedimiento seguir, al hacerlo confesar públicsmente que él habla sido el ladrón o llevarlo a la Corte Juvenil. Loa maestros ponían argumentos en pro y en contra. Aunque nadie quería hacer le daño al pobre muchacho, era necesario darle un castigo ejemplar e impedir que los demás niños ae reunieran con él. Rabia que hacer justicia de todos modos, porque ha- bla cometido un delito, que si no ae castigaba, podría conducirlo a erro- res más graves. No obstante, nin- guno estaba seguro de que su deci- sión fuera la más acertada y al fin todos convinieron en hacer ve- nir a la madre. En la casa, nadie respondió a las llamadas. Nadie contestó tampoco al teléfono. Una carta enviada por mensajero especial fué devuelta porque no hubo quien la recibie- ra. Interrogado, Guillermo respon- dió: —En la cas» no hay nadie más que yo. —¿Y su madre? ¿Dónde eatá au madre? —Ya no tengo madre, —respondió fué de la casa el año pasado y mi padre trabaja en otra, pobla- ción. Estoy solo y no tengo a nadie que na atienda cuando mi abuela no puede venir. Illa tuvo que irse la semana paaada porque tía Elena eatá enferma y la necesitaba, pero volverá. El pohee chico estaba pues sin amigos, solitario y aln hogar, erran- te por el mundo, y naturalmente, su imaginación tenia también que errar. Sus robos no eran otra que la expresión de lo que sentía. Uno de sus compañeros de clase lo lle- s su caja y todo cambió. A su familia le fué simpático, y convi- nieron en que ae quedará hasta el era realmente un landrón, sólo tra- taba de encontrar algo que le fal- taba, y los robos con frecuencia co- metidos por nIAos mayores que él se deben al mismo motivo y no a mala inclinación natural. Los niños menores de cinco aAos con frecuencia se apoderan de lo de los demás y lo conservan para si, deseosos de tener muchas cosa*. Algunos se quedan con lo de otros porque realmente desean el obje- to, o la satisfacción que pueda pro- porcionarles. Los niños sólo prac- tican los robos dictados por el egoísmo, pero la experiencia y la educación pronto los curan de esta tendencia. Por otra parte, hay robos que son verdaderamente premeditados, cometidos por niños anormales que por alguna equivocación de la na- turaleza se inclinan al mal. Estos niños necesitan un cuidado y tra- tamiento extremos, qus sólo un es peclalista puede proporcionarles, pues no se trata de personas nor- males según las normas estable- cidas y de no curares a tiempo aca- ban en la cárcel. Los niños contentos y sanos, ocu- pados en quehaceres propios de su edad, rara ves tienen el hábito de robar. Se trata solamente de un error y el único remedie es corre- girlo sin aterrarse ni llenarse da pánico ante él. Antes que todo hay que buscar la causa del error, que indudablemente es la falta de algo, ya sea de afecto, de companeros, de juguetes u otros objetos tan queri- dos de los nIAos. El caso hay que estudiarlo, ayudando al delincuen- te, que en la mayoría de los casos se corrige de modo absoluto. i i i La ciencia al día resultarla de una acción judicial la privarla de la custodia de su hijo ahora de «¡ele años. Hay una abue- la celosa por parte del marido de Laura. Siempre fué aficionado al niño y nunca ae conformó con que se le diera en custodia a Laura en ei juicio de divorcio. "Mi abogado, escribe, me asegu- ra que de acuerdo con la ley tengo derecho a unos cien mil pesos. Me enloquece pensar que tenga que pa- sarme aln ellos. Frank y yo somos de gustos modestos y con esa suma tendríamos una vida segura y casi de lujo en vez de las penurias ac- tuales y educaríamos bien a nues- tros hijos. Pero la abuela de mi chico ea "una gata"; no dejarla de armar escándalo y entonces perde- ría a mi hijo. Estaba de tal manera desesperada que ful a ver a la mu- jer de Frank; pero es Inflexible y no consiente en el divorcio. Me dijo que yo le habla arrebatado a su marido, lo que no es cierto, y que espera que me vaya bien con él. Hemos sido tan felices, nuestro hogar es de perfecta tranquilidad. Si el escándalo estalla todo se que- brará y puede matar a mi hijo. Con todo no puedo resanarse a que esta fortuna se me escape de las manos. Con la enfermedad de Frank esta- mos reducidos a privación, ya no tengo empleada y hago todos los menesteres de U casa, "¿lene us- ted algún consejo que darme?" No alendo abogada, creo que no puedo aconsjcsr en ese terreno. La abuela del niño sin duda recurri- ría a la más estruendosa publici- dad. Su hijo nunca quiso el divor- cio, quería a su mujer y a su hijo. Cuando le llegue el momento de castigar lo aprovechará. Y asi lo que Laura hizo en momentos de arrebato o pasión pero en desafio de los códigos de la gente civiliza- da, caerá sobre su ca ><va y posi- blemente sobre la de su hijo y has- ta su pobre hijita. Hace algunos años una mujer que yo conozco entró al salón de un ho- tel para visitar a su madre, que pasaba unos <lins en la ciudad en que ella vivía. No hiula peleado con <-lla a pesar rie uní t.in.ientosa vida de matrimonios, pero hacia ños que no le via. Un joven se le- vantó de su asiento, al verla entrar, y ella se dirigió a él con ánimo de cambiar presentaciones. "No, dijo el joven de súbito, retirando la mano ya extendida; yo soy Felipe Phl- Hipa". Dicho lo cual se marchó mientras la dama cala desmayada y desesperada en una silla. No ha- bla visto a aquel niño desde que hasta el recuerdo de las escenas de amor extra marital. Se siente tan tiansportada una mujer, cuando empieza a recibir las atenciones de otro hombro que le gusta, los lar- dos diálogos embelesadores, los fi- nos regalos, las citas furtivas. Que Importa; si se ha de pagar por todo eso el dia está muy lejano. Pero el dia-llega fatalmente del pesado arreglo de cuentas. Porque por al- guna razón existe un cierto código básico de moral. Código que afec- ta a la limpieza, honestidad y buen comportamiento de hecho y de pa- labra. Código que dice que los ma- ridos, aunque pequen, se conducen decentemente con sus mujeres si son de buena madera; que las es- posas honorables acumulan méritos y dignidad y no amantes, y hacqn sacrificios que a la larga pagan ge- nerosamente, por sus hijos y por su hogar. Hay momentos en que la adhesión a estas reglas del código de noble- zu parece tediosa y da dolor; pero si la regla está ahí, es porque por generaciones hombres y mujeres con dignidad y decencia la forja- ron. Saben que a veces el inocente lleva la peor parte, pero en el co- rrer del tiempo, la esposa que esco- ge el camino al parecer más duro er. la que cosecha en grandes re- compensas. Y en el correr del tiem- po, la mujer que tira al aire el som- brero de estas cosas convencionales halla que le vuelva a dar en la ca- beza como verdugo pertinas e im- placable. A medida que avanzan los aAos esa frase, "en el correr del tiempo", adquiere una importancia creciente en nuestras vidaa. ¿Que error hay aquí? SI no encuentra el error busque la solución en lo* Anuncios Clasifi- cado*. •r \s •f* El último récord mundial en sal- tos con paracatda* lo establéele un aeronatura francés que se lanzó desde un globo a una altura da 35- 000 pies, tocando tierra sin percan- ces. sea* Expertos en refrigeración han mantenido pan congelado durante mievo meses. Entonces lo han des- convelarin y si servirlo no ha habí- do cambio evidente en la apariencia o en el sabor. e e e Construido hace más de 2S aAos, el primer vapor transoceánico mo- vido por motores Diesel está aún en servicio después da haber reco- regreso da au padre. Guillermo no nido más da 1^00,000 millas. Míelos de Papeles de pared, paro daagraclaoamanta ae ,Kf3f* f^** ** r * T **' **•*' m& pintando una (Dibuje líneas rectas entre lea numeres). *

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  • "' i" "^ppppwippw^^^iBiHpp^pr

    ^ EL MUNDO, SAN JUAN, P. t. - DOMINGO 25 DE DICIEMBRE DE 1938. ^

    ARTES INICIADAS POR LA MUJER Por ELIZABETH M. BOYKLN

    LA DICHA DE LA FEA Por Patricia Linde*?

    tu marco, y 1 tulrnilda de un pa- pel d parad cortado para mostrar la fotografa, Rermoao detalle para paredes oscuras, adecuado pera vie-

    Jaa fotorraflaa y estampas, i

    Recordemos los dias en que las laboras de fantasa eran realmentt de fantasa: camisas de dormir con cintas y aplicaciones de crochet; fundas bordadas en seda de diver- sos tonos; camisas de dormir con lsrgos festones y un sinnmero de rsprichosos y bellos adornos. No hay que sonrer ante estos recuer- dos, pues el deseo de crear, de pro- ducir cosas tiles con nuestras ma- nos, jams debe ser tomado con li- gereza. Slo los estilos han cambia- do algo y en lugar de un exceso de bordados, ahora preferimos tejer

    esteras y hacer acolchados y tapi- ceras.

    Jams ten#mn* que presentar ex- cusas por nuestra inclinacin ha- cia las labores de mano, ni mucho menos aceptar las burlas de los hombres en ese sentido, por el con- trario, debemos recordarles que el ingenio femenino fu el iniciador de toda labor bsica de las Industrias principales de hoy da: el hilado, los tejidos, las conservas, la paste- lera, la sastrera y muchas ms demasiado numerosas para especi- ficar. .

    La necesidad de una labor crea- dora con nuestras manos es esen- cial ,para todas nosotras si hemos de conservar en equilibrio razona- ble nuestro sistema nervioso y rues- tras emociones, pues la labor ma- nual es el cauce normal de nues- tro talento y de nuestro inters, y trae a la vida afanosa destellos de arte y aspiraciones de belleza. Nun- ca debemos pensar en que cosas ya

    El encaje eon crochet es muy ade- suado para esta pantalla rematada con cinta asul y pequeas borlas.

    mlnucln en la inclinacin creati- va, en- la mujer se ha registrado un aumente considerable de descon- tento, de nerviosidad. Esta asercin es fcil de corroborar, pues salvo contados casos, rara vez se ve una tejedora neurtica o una bordado- ra dada a caprichosos derroches de

    tenemos ms que comparar las la- borea ejecutadas por nuestras abue- las, originadas y creadas por ellas mismas. Habr tal vez muchas que no podran calificarse de obras de arte, pero, de todos modos, mues- tran originalidad, individualidad, la manifestacin de algo propio y per- sonal. Y si hoy dejamos a un lado la inaccin y nos dedicamos al cro- chet, a tapizar una ailla, a la he- chura de una estera o a otra la- bor creadora, nos proporcionamos distraccin y satisfaccin.

    Lo dicho qued patente ante mis ojos cuando, hace poco, visit una exposicin de labores caseras de la provincia de Quebec, donde los canadienses que la componen con- servan slidas tradiciones de traba- jos manuales: esteras mostrando escenas callejeras; caracteres lo- cales tallados en madera; tejidos de modelos y combinaciones entera- mente originales y otra gran va- riedad de artculos puramente indi- viduales.

    El consejo de Quebec Para empezar no hay que deva-

    narse loa sesos: una estera mos- trando un mapa o motivos toma- dos de la localidad; una vista de la calle, unas flores del Jardin pro-

    CONFIDENCIAS Y LENITIVOS SENTIMENTALES

    Pero el da llega del pasado arreglo de' cuentas..

    Habla una vea una mujer real- mente superior y bella casada con un hombre bueno, pero no muy brl-

    I llanta. Hizo todo lo que pudo para i complacerla pero eso no era sufi- j cente. Le disgustaban sus amigos y su familia, y tras algunos anos se

    Por KATULEEN NORRIS

    La fea se case y lee lindas ae contentaron coa aer aua madrinas.

    Hay que admirar a laa mujeres de Quebec que hacen sua esteras en mo- delos originales, aprovechando con frecuencia lo que pueden mirar por

    la ventana o algn otro motivo familiar. mal humor. La mujer nace dotada de una dichosa disposicin natu- ral, y por lo comn una mujer in- teresada en algo es sana, llena de salud. Asi pues, no debemos consi- derar esto con ligereza. Las industrias cuteras

    La cuestin de las labores de ma-

    cuadro en punta de aguja, ron el mismo modelo loe dos asientos a loa ladoa de la chimenea.

    para

    hechas, adquiridas en la tienda ms cercena, puedan realmente presen- tar una obra de mano mejor ni de ms belleza que las que logramos con los propios esfuerzos, pues ese toque extra, exclusivo, de la labor propia, es precisamente el que es- tablece la inmensurable diferencia entre el hogar y el "sulte" de un hotel.

    Desgraciadamente, y sin el me- nor asomo de duda, durante los l-

    l timos diet aos se ha notado un alarmante decaimiento en las la- bores caseras, una disminucin ma- yor a toda otra registrada en la historia de las actividades femeni- nas. Al mismo tiempo, coincidiendo de modo significativo con esta dls los creados por otros. Al efecto no

    no, ejecutadas en la casa y alguien* do impulsos naturales, tiene otro aspecto que da*una mejor idea de su gran importancia: la del des- arrollo de estilos y productos de ca- rcter puramente nacional. De he- cho, hasta hoy ninguna fbrica ha creado nada realmente nuevo en las artes aplicadas y, ms an, nuestra participacin en la labor creadora deobjetos para el hogar, ha dado a estos objetos un aspec- to y un carcter enteramente na- cional.

    En los ltimos aos ha sucedido que nos hemos desviado del camino de estilistas originales y nos he- mos contentado con copiar mode-

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    Conocimientos y curiosidades

    po o de cualquier procedencia... Tambin, si la persona tiene incli- naciones musicales, adornos repre- sentando grandes notas, o una pau- ta con las notas de cualquier aire. La variedad de ideas puede ser Infinita.

    Lo mismo aplica a los tapices, a las piezas de madera tallada, a las cortinas, cubrecamas, y cuantos ar- tculos formen el conjunto donde vivimos y pensamos: el hogar. Pa- ra modelos e ideas, si es que somos lo bastante perezosas para no crear loa propios, podemos buscar los In- numerables libros.y revistas dedi- cados en todas partes a las artes caseras, muchas Ilustradas en co-' lores, que dan indicaciones claras y precisas para resolver cualquier duda posible respecto a la ejecu- cin de alguna de estas labores. Utilidad, originalidad y belleza ..^,.

    Si rebuscamos con la Imaginacin para hacer algo, no debemoa olvi- dar que el crochet est nuevamen- te muy de moda, y ciertas variada- dos tienen tanto estilo como pueda esperarse. ltimamente se han vis- to encantadoras esterillas y cubra- botes para 1 mesa, hechas en blan- co o crudo, ligeramente almidona- das, tan lindas como las ms bellas de encajes y de lasos. Para ideas en este sentido puede consultarse cualquiera de "los libros y revistas ya citados.

    En el ramo de cubrecama nada hay ms atrayente que las tejidas con hilados da algodn, aunque hay que admitir que tejer un cubreca- ma toma ma tiempo y es ms di- ms, hay tan bellos modelos al crochet que de no ser perita en el tejido con hilos de algodn y agu- jas finas, as ma alentador em- prender al principio las de crochet, al que puede impartirse gran gus- to y originalidad.

    Entre otras novedades de crochet ae ven hermosas pantallas muy apropiadas para cualquier mesa o estante, en lindas combinaciones de blanco y asul, blanco y rojo, verde o cualquier matiz en armona con el ambiente. Hay estilos campesi- nos de colorea sobrios para espal- deras de sillas y para asientos, pa- ra cubrebotas y para servilletas.

    Ahora, manos a la obra. Si nos decidimos por modelos propios y te- nemos un poquito de imaginacin, se les pueden producir muy bellos. Si no nos sentimos capaces de al- go original, siempre queda el re- curso de inspiraciones con cual- quier cuadro, ilustracin, foto, etc., y antes de lavarnos las manos y desobedecer nuestro impulso por falta de Individualidad, apelemos a laa coplas, a las Imitaciones con li- teral variantes. Siempre tendremos la aatlafaccida de habar hecho algo verdaderamente propio, eon nues- tras propia* manca.

    No puedo comprenderlo me dijo una madre estpida no s por qu Juana es tan fea siendo sus dos hermanas tan bellas. MI nica esperanza consiste en que haya algn hombre que encuentre en ella algo agradable y se case. No me ser difcil casar a las otras doa, pero Juana me va a resultar un problema..

    Juana oy lo que deca su madre y se ech a rer. Qu lstima que sea tan fea dijo. Pero no te preocupes: si no encuentro un hom- bre con quien casarme, me har enfermera y en paz. (Juana tenia entonces quince anos).

    Claco anos despus la volv a ver. Su madre me escribi dlcindome que se Iba a casar, y que sus dos lindas hermanas todava no lo ha- blan hecho. Una metaforiosis casi inexplicables

    Cuando baj del tren, me encon- tr a Juana que me miraba toda sonrisas. Su figura excesivamente angular resultaba muy bien en un traje de sport, y su pelo negro y laclo habla sido cortado y ondula- do. Los rlcitos pequeos le daban a su rostro una expresin de picarda que resultaba de lo ms interesan- te.

    La muchacha era encantadora, y yo no me cansaba da oira habin- dome de sus planes matrimoniales. Qu le parece su fea? no pu-

    de menos que recordarle a la ma- dre que ahora ya no tenia proble- ma con la muchacha.

    Juana se dio cuenta de que la vi- da de fiestas y jaleos a que estaban destinadas sus hermanas bellas, no era de lo ma conveniente para una joven "fea". De manera que deter- min entrar en la Universidad y ae dedic con todo ahinco a sobresa- lir en sus actividades. Sabiendo que no debia esperar mucho de la vida sin esfuerzo, se convirti en una muchacha agradable y desinteresa- da que con todo el'mundo procura- ba quedar bien y hacerse simpti- ca. Y fu en un baile de estudian- tes, donde conoci a Alberto, quien me dijo, aquel dia, habindome de ello:

    La primera vez que me mir en loa ojos bellos de Juana, me di cuenta de que estaba ante una mu- chacha de carcter amoroso, y en- cantps verdaderos. Deade ese mo- mento me hice a la idea de que me tenia que casar con ella.

    Yo tambin comprend el vehcu- lo que utiliz la muchacha para llegar a la meta de sus aspiracio- nes. Habla estudiado perfectamente la forma de vestirse, cules eran los trajes que ms la podan favo- recer. Y a pesar de que el Creedor no le habla concedido fsico perfec- to, habla procurado por todos los medios hacer resaltar lo que en ella habla de agradable, incluso su gran sentido del humor.

    "Ketaha de tal manera desesperada que fuf a ver a la mujer de Frank; pero e* Inflexible y no consiente asi el divorcio. Me dijo que yo le habla arrebatado a su marido, lo que no es cierto, y que espera que me

    vaya bien con l."

    Dieta y gimnasia para los caballeros Por IDA JEAN KALN

    Cuando un hombre logra reducir de peso, he ah una noticia Intere- sante. Usualmente los factores que impulsan a un hombre a reducir son su esposa, su mdico, o la na- turaleza de su trabajo. En el caso de ftlchar Himber, famoso director de orquesta, fu el trabajo. El ae queja de que "a nadie le gusta or

    Dice LoHta

    \*J

    e-ia

    J *7f\ w

    ^SHA^

    c Lif-Qnf |V

    a laa pos de les hombrea

    disparos a

    :>. .-l^^. aam

    laa plre- haeen al Jane,

    -.-.*.:.

    I.a dieta ea lo principal, pero la equitacin ayuda mucho a rebajar.

    Frank 11 ii D. Boosavelt a un director de orquesta gordo, y no se puede parecer romntico te- niendo 300 libras de peso".

    Como resultado, el seor Himber ha terminado un magnifico progra- ma de reduccin. Pero comencemoa por el principio y dejmosle hablar a l. "Me propuse adelgazar a to- da coeta" declara. "Ya ha eli- minado treinta libra* en exceso y espero eliminar otras diez".

    La cost mucho trabajo? preguntamos.

    Bueno, sn realidad no fui nin- guna broma. La dieta ei una cosa tremenda, i Y pensar que un hom- bre tenga que pasar por eaa expe- riencia!

    Luego, mostrndome un empare- dado de lechuga y tomate, me dijo-

    Se supone que esto esto! sea mi almuerzo de hoy.

    El seor Himber es soltero y su programa de mens ser una reve- lacin para todoa loa que coman fuera de casa. El echa toda la res- ponsabilidad al mozo. Al Igual que otras personas dan propinas por que loa traten a cuerua.de rey en la mesa, l da laa propinas por que le eviten comer en demasa. Y en ese forma, ea el mozo en realidad quien le sirve de freno.

    Eate moao tiene que saber algo so- bre caloras y tener una gran fuer- za de voluntad, puea su tarea ea servir solamente media racin de laa comidas que podran engordar- lo. Ka aprendido per experiencia qua cuando ae debilita su voluntad, el seor Himber come mucho y en* tcnces no le da propina. .Dndose cuenta d que una dieta

    pobre conduce a una mala disposi- cin de nimo, el seor Himber ha actuado sabiamente en este asun- to. No deja de comer los alimentos que necesita para fortalecerse. Co- mo desayuno come dos huevos, una tostada con mantequilla y un vaso de. Jugo de fruta. Al medioda un vaso de leche y un emparedado.

    Hasta ha aprendido a gustar de

    la lecha y las ensaladas confie- sa. Pero todava estoy un poco reacio, no crea.

    A la comida prefiere un. coctel de jugo de tomate, una' buena ra- cin de carne (pero sin grasa) ve- getales, una ensalada y sin postre. No usa crema para los vegetales, y solamente un bonito pequeo de pan.

    Este contrato con el moto es una nueva idea de reduccin. Podria tambin utilizar este sistema con su esposa, sobre la base de com- prarle un sombrero nuevo en vez de darle propina. Promtale un sombrero a la ltima moda de Pa-

    divorci de l, obtuvo la custodia d su hijlto y se march a Holly- wood e hizo buena carrera y dine- ro en el cine mudo.

    Cuando lleg el cine aonoro que cort sus ambiciones, ya habla tra- bado amistad con un abogado de xito, bueno e inteligente al cual su mujer negaba el divorcio en ra- zn de los nios. El marido se mar- ch, arrend un lindo apartamien- to y a los pocos meses de amistad con Laura, llammosla aal, sta se fu a vivir con l. La inteligencia, dignidad y afecto de Laura, hicieron n esa unin un hogar muy atra- yente y al parecer ninguna de aus amistades hacia caudal de la ver- dadera posicin de Laura.

    "Yo era libre para casarme, dice la carta que me ha escrito, pero Frank no lo era, y aunque no ha- clamos ostentacin de nuestras re- laciones, tampoco las proclamba- mos". "Frank tenia dos hijas a las cuales Laura por cierto jams vio. Ahora tiene una hija propia de tres aos. El problema surgi a ra muer- te de su marido divorciado ocurri- da hace algunos meses. Prctica- mente, fu desheredado el hijo de Laura, y sta no puede comprender que siendo la viuda legitima del di- fund IK tenia derjeho K unu paite

    ni, y ella ae ocupar de que usted empiece a reducir a la carrera.

    En cuanto a jereciclo, el seor Himber dice que prefiere dirigir una orquesta. Sin embargo, practi- ca la equitacin dos veces por se- mana y dice que le complace ver cmo el caballo ea el que efecta la mayor parte del violento ejerci- cio.

    sustsnclal de su buena fortuna. A Frank le va mal en su profesin, su salud es mala y el dinero les vendra a maravillas. Pero Laura

    tenia dos aos, cuando se escap con un amante de su casa. El Joven era su propio hijo.

    Me imagino que cosas come es- tiene miedo de que el escndalo que I tas, borran en la vida de una mujer

    PEQUEOS RATEROS Por ANGELO PATR1

    Desde hacia un mes muchos ar- tculos de menor cuanta venan desapareciendo del guardarropa de la escuela. Una chaqueta, una bol- sa, un reloj, sapa tos de deportes, pequeas sumas de dinero dejadas en un bolsillo. Nadie ae imaginaba quin pudiera ser el ladrn. El be- del se puso en observacin. y sor- prendi a Guillermo, un hermoso muchacho de quien nadie poda sos- pechar, en el momento de apode rarse de una pequea suma deja- da en el bolsillo de una prenda de vestir de otro alumno.

    A laa muchas preguntas que se le hicieron, slo pudo responder:

    No se por qu lo he hecho, pe- ro lo hice.

    Los directores de la escuela no sabrn qu procedimiento seguir, al hacerlo confesar pblicsmente que l habla sido el ladrn o llevarlo a la Corte Juvenil. Loa maestros ponan argumentos en pro y en contra. Aunque nadie quera hacer le dao al pobre muchacho, era necesario darle un castigo ejemplar e impedir que los dems nios ae reunieran con l. Rabia que hacer justicia de todos modos, porque ha- bla cometido un delito, que si no ae castigaba, podra conducirlo a erro- res ms graves. No obstante, nin- guno estaba seguro de que su deci- sin fuera la ms acertada y al fin todos convinieron en hacer ve- nir a la madre.

    En la casa, nadie respondi a las llamadas. Nadie contest tampoco al telfono. Una carta enviada por mensajero especial fu devuelta porque no hubo quien la recibie- ra. Interrogado, Guillermo respon- di:

    En la cas no hay nadie ms que yo.

    Y su madre? Dnde eat au madre?

    Ya no tengo madre, respondi fu de la casa el ao pasado

    y mi padre trabaja en otra, pobla- cin. Estoy solo y no tengo a nadie que na atienda cuando mi abuela no puede venir. Illa tuvo que irse la semana paaada porque ta Elena eat enferma y la necesitaba, pero volver.

    El pohee chico estaba pues sin amigos, solitario y aln hogar, erran- te por el mundo, y naturalmente, su imaginacin tenia tambin que errar. Sus robos no eran otra que la expresin de lo que senta. Uno de sus compaeros de clase lo lle- v s su caja y todo cambi. A su familia le fu simptico, y convi- nieron en que ae quedar hasta el

    era realmente un landrn, slo tra- taba de encontrar algo que le fal- taba, y los robos con frecuencia co- metidos por nIAos mayores que l se deben al mismo motivo y no a mala inclinacin natural.

    Los nios menores de cinco aAos con frecuencia se apoderan de lo de los dems y lo conservan para si, deseosos de tener muchas cosa*. Algunos se quedan con lo de otros porque realmente desean el obje- to, o la satisfaccin que pueda pro- porcionarles. Los nios slo prac- tican los robos dictados por el egosmo, pero la experiencia y la educacin pronto los curan de esta tendencia.

    Por otra parte, hay robos que son verdaderamente premeditados, cometidos por nios anormales que por alguna equivocacin de la na- turaleza se inclinan al mal. Estos nios necesitan un cuidado y tra- tamiento extremos, qus slo un es peclalista puede proporcionarles, pues no se trata de personas nor- males segn las normas estable- cidas y de no curares a tiempo aca- ban en la crcel.

    Los nios contentos y sanos, ocu- pados en quehaceres propios de su edad, rara ves tienen el hbito de robar. Se trata solamente de un error y el nico remedie es corre- girlo sin aterrarse ni llenarse da pnico ante l. Antes que todo hay que buscar la causa del error, que indudablemente es la falta de algo, ya sea de afecto, de companeros, de juguetes u otros objetos tan queri- dos de los nIAos. El caso hay que estudiarlo, ayudando al delincuen- te, que en la mayora de los casos se corrige de modo absoluto.

    i i i

    La ciencia al da

    resultarla de una accin judicial la privarla de la custodia de su hijo ahora de ele aos. Hay una abue- la celosa por parte del marido de Laura. Siempre fu aficionado al nio y nunca ae conform con que se le diera en custodia a Laura en ei juicio de divorcio.

    "Mi abogado, escribe, me asegu- ra que de acuerdo con la ley tengo derecho a unos cien mil pesos. Me enloquece pensar que tenga que pa- sarme aln ellos. Frank y yo somos de gustos modestos y con esa suma tendramos una vida segura y casi de lujo en vez de las penurias ac- tuales y educaramos bien a nues- tros hijos. Pero la abuela de mi chico ea "una gata"; no dejarla de armar escndalo y entonces perde- ra a mi hijo. Estaba de tal manera desesperada que ful a ver a la mu- jer de Frank; pero es Inflexible y no consiente en el divorcio. Me dijo que yo le habla arrebatado a su marido, lo que no es cierto, y que espera que me vaya bien con l. Hemos sido tan felices, nuestro hogar es de perfecta tranquilidad. Si el escndalo estalla todo se que- brar y puede matar a mi hijo. Con todo no puedo resanarse a que esta fortuna se me escape de las manos. Con la enfermedad de Frank esta- mos reducidos a privacin, ya no tengo empleada y hago todos los menesteres de U casa, "lene us- ted algn consejo que darme?"

    No alendo abogada, creo que no puedo aconsjcsr en ese terreno. La abuela del nio sin duda recurri- ra a la ms estruendosa publici- dad. Su hijo nunca quiso el divor- cio, quera a su mujer y a su hijo. Cuando le llegue el momento de castigar lo aprovechar. Y asi lo que Laura hizo en momentos de arrebato o pasin pero en desafio de los cdigos de la gente civiliza- da, caer sobre su ca >