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  • Angel RosenblatEl castellanode Espaay el castellanode Amricacuadernos tauros94

  • cu.a.erao. taura..O,ec!or

    P. Le s s Agulfre

    94 Angel R,")~nl-lal / El CASTELLANO. DE ESPA~A Y El CASTELLANO

    DE AMERICA

  • ANGE1. ROSENBL\T

    EL CASTELLANODE ESPAA

    Y EL CASTELLANODE AMERICA

    UNIDAD Y OIFf..RENCLI\CION

    taurus

    T

  • Ha. dicho Bernard Shaw que Inglaterra ylos Estados Unidos estn separados por la.lengua. comn. Yo no s si puede afirmarseLo mismo de Espaa e Hispanoamrica.Pero de todos modos s es evidente que eluso de la lengua comn no est exento deconflictos. equvocos y hasta incomprensin.no slo entre Espaa e Hispanoamrica. sinoaun entre !05 mismos pases hispanoameri-canos.

    Los conflictos y equvocos surgen tambinapenas se plantea el carcter del espaol his-panoamericano. Porque alternan o se entre-mezclan a cada paso tres visiones de carc-ter distinto: la visin del turista. la visindel purista y la visin del fillogo.

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  • VISIN DEL TURESTA,-EL TURISTAEN MlICO

    Detengmonos en la visin del turista. Unespaol. que ha pasado muchos aos en losEstados Unidos lidiando infructuosamentecon el ingls, decide irse a Mjico, porqueall se habla espaol, que es, como todo elmundo sabe, 10 cmodo y 10 natural. Enseguida se lleva sus sorpresas. En el desa-yuno le ofrecen bolillos. Ser una especia.lidad mejicana? Son humildes panecillos,que no hay que confundir con las teleras, yaun debe uno saber que en Guadalajara losllaman tnrotes y en Veracruz cojinillos. Alsalir a la calle tiene que decidir si toma uncamin (el camin es el mnibus, la gua.guade Puerto Rico y Cuba), o si llama a un ruletero (es el taxista, que en verdad sueledar ms vueltas que una ruleta). A no serque le ofrezcan amistosamente un aoenton-cito (un empuioncto), que es una maneracordial de acercarlo al punto de destino (unacolita en Venezuela, un pon en Puerto Rico).Si quiere limpiarse los zapatos debe recurrira un bolero, que se los va a bolear en unsantiamn. Llama por telfono, y apenas des-cuelga el auricular oye: u Bueno 1", lo cual

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  • le parece una aprobaci6n algo prematura.Pasea por la ciudad, y le llaman la atencinletreros diversos: USe renta" I por todas partes (le recuerda el ingls to rem, y compren-de que son locales o casas que se alquilan):"Ventas al mayoreo y menudeo" 00 de ma-yoreo 10 entiende, pero le resulta extrao),"Ricas botanas todos los das" 00 que enEspaa llaman tapas, en la Argentina ingre-dientes y en Venezuela pasapalos]. Ve esta-blecimientos llamados lonchera.s, tlapalerias(especie de ferreteras), miscelneas (peque-as tiendas o quincalleras) y atractivas ros.ticerias (conoca ]as rotiserias del francs.pero no las rosticerias, del italiano). Y uncartel muy enigmtico: "Prohibido a losmaterialistas estacionar en lo absoluto" (losmaterialistas, a los que se prohibe de maneratan absoluta estacionar all. son en este casolos camiones, o sus conductores, que aca-rrean materiales de construccin). lo invitana ver el Zcalo, y se encuentra inesperada-mente con una plaza, que es una de las msimponentes del mundo. Pregunta por unamigo, y le dicen: "Le va muy mal. Se hallenado de drogas". Las drogas son las deu-das y, efectivamente, ayudan a vivir, siem-

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  • pre que no se abuse. Le dice al chofer quelo lleve al hotel, y le sorprende la respuesta:

    -Lllego. seor,-Cmo luego! Ahora mismo.-S, luego. luego.

    Est a punto de esta JIar, pero le han reco-mendado prudencia. Despus comprenderque luego significa "al instante". Le han pon-derado la exquisita cortesa mejicana, y tie-ne ocasin de comprobarlo:

    - Le gusta la paella?- Clan) que si! La duda ofende.-Pos si no tiene tnconveniente. comemos Una

    en la casa de usted.

    No poda tener inconveniente, pero le sor-prenda que los dems se convidaran tansueltos de cuerpo. Encarg en su hotel unasoberbia paella, y se sent a esperar. Peroen vano, porque Jos amigos tambin lo es-peraban a l, en la casa de usted, que era lade ellos. La gente lo despeda: UNos estamosviendo", lo cual le pareca una afirmacinobvia, pero queran decirle: UNos volver-mos a ver". Va a visitar a una persona. parala que lleva una carta, y le dicen: "Hoy se

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  • levanta hasta las once", Es decir, no se le-vanta hasta las once. Aspira a entrar en elMuseo a las nueve de la maana, y el guar-din le cierra el paso, inflexible: "Se abrehasta las diez" (de cmo en la vida se puedeprescindir del antiptico no). Oye con sor-presa: "Me gusta el chabacano" (el chabaca-no, aunque no lo parezca, es el albaricoque).Abre un peridico y encuentra ttulos. a tresy cuatro columnas que lo dejan at6nito:"Sedicente actuario que comete un atraco"(el actuario es un funcionario pblico), "Paraembargar a una seora actu como UD gori-loide" (como un bruto), "Devolvern a lania Patricia. Parecen estar de acuerdo lospadres y los plagiarios" (los plagiarios sonlos secuestradores), "Boquetearon un comer-do y se llevaron 10.000 pesillos" (boqueteares abrir un boquete), "Despus de balaeea-dos los llevaron presos" (la balacera es eltiroteo), '4Se ha establecido que entre losoccisos exista amasiato" (es decir, concu-binato). Pero el colmo, y adems una afrentaa su sentimiento nacional, le pareci el siguiente ~ "Diez mil litros de pulque deco-misados a unos toreros". El toreo es la des-tilera clandestina o la venta clandestina, ytorero, como es natural, el que vive del toreo.

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  • tremendos para pronunciar los nombres me-Nuestro turista se vea en unos apuros

    iicanos : Netzahualcyotl, Popocatpetl, 'Iz-tacchuatl, Tlalnepantla y muchos ms, quele parecan trabalenguas. Y sobre todo tuvoconflictos mortales con la x. Se burlaron del cuando pronunci Mksco, respetando laescritura, y aprendi Ia leccin:

    ~El dumingn pienso ir a. Jochmilco.-No. seor, a Sochirni ico,

    Se desconcert de nuevo, y como queraver la tan ponderada representacin del Edi-po Rey, le dijo al ruletero:

    -Al Teatro Sola.. Qu no ~er. Shola?

    i Al diablo con la xl Tiene que ir a Ne-caxa, donde hay una presa de agua y. ya des-confiado. dice:

    -A Necaja, Neeasa o Necasha, como quieraque ustedes digan.

    -Qu no ser Necaxa, seor?

    Oh s. la x tambin se pronuncia x! Nopudo soportar ms y decidi marcharse. Los

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  • amigos le dieron una comida de despedida.y sentaron a su lado, como homenaje, a lams agraciada de las jvenes. Quiso hacersesimptico y le dijo. con sana intencin:

    -Sei'Jorila. usted tiene cara de vasca.

    j Mejor se hubiera callado 1 Ella se pusode pie y se march ofendida. La basca es elvmito (claro que a l a veces le daban basocas), y tener cara de basca es lo peor quele puede suceder a una mujer, Y hasta a unhombre.

    Nuestro espaol ya no se atreva a abrirla boca, y eso que no le pas lo que segncuentan sucede a todo turista que llega atierra mejicana. Que le advierten en seguida:"Abusado, joven, no deje los velices en labanqueta, porque se los vuelan" (abusado,sin duda un cruce entre avisado y aguzado.equivale a I oio}, cuidado!; los velices sonlas maletas; la banqueta es la acera, y se los

    vuela~ bien se adivina). Nuestro espaol lilos petates y busc refugio en mi tierra ve-nezolana.

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  • EL TURISTA EN CARACAS

    Aqui comienza el segundo acto de su dra-ma. Ya en el aeropuerto de Maiqueta, ledice un chofer:

    -Musi, pnr seis cachetes le piso la chan-cleta y lo pongo en Caracas (musi es todoextranjero. aunque no precisamente el de len-gua espaola, 'i su femenino es musia; loseacheus, que tambin se llaman carones, la-jas. tostones, ojos de buey o duraznos. son los[uerte o monedas de plata de cinco bol-vares : la chancleta. o chola, es el acelerador).

    El chofer que lo conduce exclama de pron-to ; "Se me revent una tripa". EJ autom-vil empieza a trastabillar, y por fin se detiene.Pero no es tan grave: la tripa reventada esla goma o el neumtico del carro, y tie-ne fcil arreglo. El chofer, complacido y carn-pechano, lo tutea en seguida y le invita apegarse unos palos, que es tomarse unos tra-gos, para 10 cual se come una flecha, es de-cir, entra en una calle contra la dreccinprescrita.

    Nuestro turista llega finalmente a Cara-cas, y comienzan sus nuevas desazones, conlos nombres de las (rutas (cambures, patillas.

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  • lechosas, riones], de las comidas (caraotas,arepas, ame, auyama, mapuey), de las mo-nedas (puYOJ o centavos, lochas o cuartillos,mediecitos, reales). Oye que una seora ledice a su criada:

    -eo;ame ese flux, pngalo en ese cornto ygundelo en el escaparate (el iiux es el traje ~un corOfo es cualquier objeto. en este casouna percha ~ guindar es colgar 'Y el escaparatees el guardarropa o ropero).

    A nuestro amigo espaol lo nvitan a co-mer y se presenta a la una de la tarde, congran sorpresa de los anfitriones, que 10 es-peraban a las ocho de la noche (en Venezuelala comida es la cena). Le dice a una mucha-cha: "Es usted muy mona", y se Jo tomaa mal. Mona es la presumida, afectada, me-lindrosa. Escucha, y a cada rato se sorpren-de ~ "Est cayendo un palo de agua", "Fu-rano de tal pronunci un palo de discurso",lO Mengano escribi un palo de lfbro", "Zu-tano es un palo de hombre", Y el colmo.como elogio supremo: "i Qu palo de hom-bre es esa rnujer !" Pero lo que le sac dequicio fue que alguien, que ni siquiera eramuy amigo suyo, se le acercara y le dijeracon voz suave e insinuante:

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  • -Le exijo que me preste cien boltvares,---Si me lo exige usted -~xclant colri-

    en- no le presto ni una perra chica. Si me10 ruega, ]0 pensar.

    No hay que ponerse bravo. EL erigir ve-nezolano equivale a rogar encarecidamente(el pedir se considera propio de mendigos, yla exigencia es un ruego corts). Adems. leexasperaron las gQlletas~ ms propiamentelas gaUew del trfico (los tapones de PuertoRicol, las prolongadas y odiosas congestio-nes de vehculos (el engailetamiento cara-queo puede alcanzar proporciones pavo-rosas). Y como le dijeron que en Colombase hablaba el mejor castellano de Amrica.y hasta del mundo, all se dirigi de cabeza.

    EL TltRIsTA EN BOGOT

    Por las calles de Bogot Le sorprenden enseguida los gamines o chinos, los pobres ni-os desharrapados. Y la profusin de par-queaderos, donde parquean los carros, esdecir, estacionan los automviles, y las sal-samentarias, mezcla de salchicheras y repos-teras, indudablemente de origen italiano. le

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  • ofrecen unos bocadillos, y se encuentra conunos dulces secos de guayaba. llaman mo-nas a las mujeres rubias. aunque sean msfeas que tropezn en noche oscura. Pide untinto y le dan, no el esperado vaso de vino,sino un caf negro: u LLe provoca un t in-to7" O bien le ofrecen un perico, que es unpequeo caf con teche (el marroncito deVenezuela. el cortado de Madrid). Quiereentrar en una oficina y golpea discretamentecon los nudillos. Le contestan enrgica-mente:

    -Siga!

    Se marcha muy amoscado; pero salen dili-gentemente a su encuentro. Siga significa"pase adelante". Un alto personaje se excu-sa de no atenderlo debidamente: "Estoymuy embolatado con el trabajo" (enredado.hecho un lo), Para limpiarse los zapatostiene que recurrir. no a un bolero como enMjico, sino a un embolador, que se losembola por cincuenta centavos, La gentedice a cada paso con la ms absoluta ino-cencia: "Fulano, o Fulana, no me ponebolas" (es decir, no me presta atencin). Yoye UD continuo revolotear de alas: r"Ala I

    )i2

  • cmo ests?", .. i Ala, pero vos sos bobo I".. j Ala, esa chica. es bestial!" (bestial quieredecir atractiva o magnfica), . i Ala, pero quvieja tan chusca! u da vieja tan chusca esuna nia de unos quince aos, bien graciosa),.. j Ala, pero qu chsga l" {la chisga es la gan-gal, .. j Alita, pero fijte y vers l" (son lasformas del voseo bogotano). Una personaenva a otra saludes. Y dos amigas sedespiden: u Que me pienses!", .~ i Pinsa-me l" Habla de un nio y explica: "Era asde alto" (pone la mano horizontal a la altu-ra del pecho). Pero no les gusta, porque deese modo se habla generalmente de un ani-mal. Para especificar la altura de una perso-na ]0 corriente en Bogot es extender lapalma de la mano en posicin vertical, perode canto. En Mjico se llega en este terrenoan a mayor sutileza.

    El. TURISTA EN BUENOS AIRES

    No tiene suene en Bogot, a pesar de quela gente es servicial, y perdido por perdidodecide irse a Buenos Aires, donde es famauniversal que se habla el peor castellano delmundo. Efectivamente, le asombr tantoche, tanto chau, tanto vos, tanto tarado,

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  • [anta avivato, tanto atorrante, tanta macana.Pero despus de su dura experiencia no lepareci peor ni mejor castellano que el deotras partes. El habla de Buenos Aires sueleprovocar la estupefaccin de los turistas. Unperidico recoga hace aos el siguiente re-lato. que est enteramente dentro de esavisin ~

    "Ayer, justamente, hablando con un seorextranjero recin llegado al pas. nos decaque. a pesar de poseer correctamente el cas-rellano, le resultaba casi imposible andar pornuestras calles sin utilizar los servicios de unintrprete, Ya al bajar del vapor se le habapresentado el primer inconveniente idiomti-co. Al preguntar cmo poda trasladarse a lacasa de un amigo. al cual vena recomendado.un muchacho le respondi:

    -cache el bondi ... {es decir, coja el tran-va, del italiano cacciare y el brasileo bondtl.y le di jo un numero.

    Poco despus sorprendi esta conversacinentre algunos jvenes. al parecer estudiantes,por los libros de texto que llevaban bajo elbrazo:

    --Che, sabs que me boch en franchuteel cusifai? [=me suspendi en francs el ti-po ese]

    - y no le tiraste la bronca1

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  • -Pa'qu... Me hice el otario... En cam-bio me pel un diez macanudo ...

    --En qu?-En casteyano...

    Las aventuras de su espaol le ensearona nuestro turista la discreta virtud del silen-cio. En Buenos Aires aprendi a agarrar eltranva, como en Venezuela a botar la col-lla yen Mjico a pedir blanquillos, En Bue-nos Aires un amigo le dio una extensa listade palabras que no se pueden pronunciar enbuena sociedad o en presencia de damas,y fue contraproducente, pues las expresio-nes ms anodinas se le contaminaban demala intencin (en ese terreno es preferiblela ms absoluta gnoranca, o inocencia).Ya en Venezuela le haban aconsejado nopreguntar a nadie por su madre (hay quepreguntar por su ma11U, basta a un anciano)y contado que en los colegios ni siquiera sepuede mencionar la isla de Sumatra, porquelos alumnos contestan automaticamente:"tLa sutra!"

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  • EL TURISTA. DE REGRESO EN ESPAA

    Conviene advertir que nuestro turista noha hecho turismo por Espaa. Porque sihubiera recorrido las distintas regiones de laPennsula hubiera encontrado parecidos mo-tivos de asombro. Contaba Unamuno queuna persona haba visto, en una poblacinde Andaluca, el siguiente letrero: "K PANK LA". No poda entenderlo, pero era muysencillo; capancal, cal para encalar. Mecuentan otros dos episodios. Una seora deMlaga, muy fina, da a sus amigas de Ma-drid la receta de una tarta: "Tanto de leche,tanto de huevos, tanto de azcar... y harina.la carmita", Al da siguiente la llaman portelfono: "Harina la Carmita no se encuen-tra en los. ultramarinos". i Qu se iba a en-contrar! La carmita es "la que admita". Ydurante la ltima guerra, en Antequera, en-traban los parroquianos en un tienda decomestibles y preguntaban esperanzados:..Hay caf? " El dependiente contestaba,con su acento andaluz: "No ; seb tost".Si se iba a tostar, vala la pena quedarse, yas se form una larga cola. Al llegar almostrador reclamaba cada uno: "i Pero estono es caf! u Y l, sin apearse de su acento,

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  • contestaba imperturbable: "Ya se lo dije aust: seb tost", Les daba efectivamenteceb tost, es decir, cebada tostada.

    El turista espaol que recorre Hispano-amrica no sabe por lo comn que la chule-ra madrilea tiene tradicionalmente su hablaespecial, bien pintoresca, que a veces ha ser-vido de deleite al pblico de los teatros. Enel ltimo tiempo las babIas especiales deese tipo han rebasado sus viejas fronteras.La nueva juventud, frecuentemente rebelde,con o sin causa, aspira tambin a tener supropia habla, acuada en los colegios. cafsy tabernas. No llama el fsil al padre? Uncronista de nuevas escenas matritenses --es--tarnos siempre dentro de la visin turstica-recoge, en la terraza de un caf elegante, di-logos como los siguientes:

    -Queutasteis mucho caucho?-Coronamos Perdices a ciento veinte.- i Huy, qu piratas!

    Hablaban de sus hazaas automovilsticas.Se acerca el camarero, y le piden:

    -Sorprndame con llD vidrio.----eastigueme la Pepsi con yin.-lnsistame en oro lquido con burbujas.

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  • lo cual debe ser un whisky con gaseosa osoda. la nia pide un cigarrillo: y en seguirda, que se lo enciendan:

    -Ponme fumando.- Incinrame el cilndrin.

    luego un intercambio de piropos;-Ests canuto con. ese traje marengo.-Ests maizal. Chami,

    Despus de lo cual se marchan a tumbar laaguja (del velocmetro. naturalmente). l Pue-de uno asombrarse entonces de que los COCiJ.-colos y las colcanitas de Bogot o los paoi-tos de Caracas tengan su jerga especial. oque haya un argot del tango y de los saine-tes criollos? Y en cuanto a tab verbal, losfranceses, lan aristocrdticos en el mane jode su lengua. aunque tambin ms desenfa-dados que nosotros en cierto sentido, nohan "convertido en fango" palabras tan limopias como filie o baiser? No creo que la pudibundez hispanoamericana haya llegadonunca a tales extremos.

    Adems, si el turista. despus de los aosde dura prueba pasados en Amrica. regresaesperanzado a Espaa, se encuentra tambin

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  • con una serie de desenca.ntos. Ni siquiera Sulengua espaola es igual a la que l dej.La gente come, sin reparos, hamburguesasy perritos calientes (i qu horror l l, y aparcasus coches, Los muchachos tienen su romance o su ligue ("Inesita tiene un ligue"), y seperecen por los posters y las pelculas de !US-pense. La radio, la televisin, el peridico, loexasperan a cada rato. Las seoras sueltanunas expresiones que antes ruborizaban alos cocheros. No est la lengua en gravepeligro7 A cada paso se encuentra conexpresiones que no conoca, o que antes te-nan un mbito ms bala o ms limitado."Esto no pita", se dice de lo que no marchabien o no sirve. "Se arm un folklore", quie-re decir que hubo un alboroto o un cisco."Es de miedo!" o "Es de pnico!" sedice de una mujer que impresiona por subelleza (o de cualquier cosa admirable), obien .. Est como un tren I". El rollo hasustituido en gran parte a la lata: "Solt unrollo espantoso", ": Menudo rollo me colo-c! ,. (el rollista est ocupando el lugar delpelmazo). O bien: "i Vaya re6foro!". "Fu-lano me cae gordo", se dice del antiptico.~. Vaya paquete!" o .. i Menudo paquete 1".se exclama ante un encargo fastidioso. "Aho-

  • ra nos traen la dolorosa. i y a retratarse!' I tdice alguien en la mesa del restaurant (ladolorosa es la cuenta, y retratarse es pagar)."Fulano les da sopas con onda". quiere de-cir que supera con mucho a los dems (enunas oposiciones o en cualquier competen-da). La presuncin ha adquirido rica termi-nologa : "Fulanita farda un quilo" t "Eresun fardn". u IQu fardn ests!", H i Me-Dudo farde 1" Y ha surgido un okey verncu-lo, que se repite hasta la saciedad: Vale!y el chalequear, el incordiar y el chequear.y la profusin de estraperlos, gambe"05, guateques, haigas, hinchas o forofos,nias Popoi], topolinos (una topolino), ma-chos o machotes y maromos. Obsrvese queal menos los guateques, los hinchas, las nias Popoff y los machos representan unarica contribucin hispanoamericana.

    Desconfiemos. pues, de la visin de] turis-tao El turista anda por el mundo con la bocaabierta y slo ve u oye lo diferencial, ]0 ex-trao, ]0 inslito. En su propia tierra vivepor 10 comn sin ver nada, impermeable alo que pasa a su alrededor, y a su alrededortambin pasan siempre cosas extraordina-rias. Pero apenas sale por el mundo lleva suprovisin de radar, unas largas antenas y un

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  • precioso aparato fotogrfico o cinematogr-fico que lo registran todo. Y a veces percibelo que nadie ms que l ha podido notar.Un turista que estuvo en Caracas vio efec-tivamente en un escaparate: "Un jamn:300 bolvares". 'Se- march horrorizado delos precios, en lo cual no le faltaba razn.Pero un jam6n significa una ganga. y lo queofrecan por ese precio era una mquina deescribir.

    VISiN DfL PURlSTA

    Si la visin del turista es inocente. pinto-resca y hasta divertida, la del purista es msbien terrorfica. No ve por todas partesms que barbarismos, solecismos, idiotismos,galicismos, anglicismos y otros ismos ma-lignos. El purista vive constantemente agazapado, con vocacin de cazador, sigue elhabla del prjimo con espritu regan y salede pronto armado de una enorme palmeta o.peor an, de cierto espritu burln con pre-sunciones de humorismo. Veamos su modusoperandi.

    En Espaa (salvo en partes de Andaluca.Extremadura y Murcia) dicen patata, y en

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  • Amrica papa; es preciso que los america-nos nos amoldemos al uso espaol. Peropapa es voz indgena, del Impero incaico, .ylos espaoles al adoptarla, despus de tenazresistencia, la confundieron con la batata,tambin americana. que haba penetrado an-tes, e hicieron patata (como los ingleses po-lato). Debemos acompaarles en la: con-fusin? Ms justo seria que ellos corrigieransus pamta.s. Pero Dios nos libre de tamaapretensin. No parece mal que los espaolestengan sus patatas, con tal que a nosotrosno nos falten nuestras papas. Puede unadivergencia de este tipo poner en peligro lavida de una lengua? No es signo de riquezaque en Espaa alternen habichuelas, judasy alubias?

    Parecido es el caso de los cacahuates me-[icanos (de cachuatl). En Espaa, por in-fluencia de la terminacin -huete de otraspalabras (de alcahuete, por ejemplo), los con-virtieron en cacahuetes (y aun en cacahus,zacahueses, alcahus o alcahuetes). Quintiene el derecho de corregir a quin 1 Perono nos metamos a correctores, oficio anti-ptico y peligroso, y dejemos que cada unosatisfaga libremente su gusto, al menos enmateria de cacahuetes, cacahuetes o manies.

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  • Las palabras ms expuestas a toda clasede deformaciones son los extranjerismos. Delfrancs chauiieur, Madrid hizo chfer (estambin la forma de Puerto Rico, sin dudapor una influencia adicional del ingls), EnAmrica preferimos en general el chofer, msfieles a la .acentuacin francesa. No hanquerido enmendarnos la plana1 La Acade-mia, comprensiva al fin, ha acabado por au-torizar las dos acentuaciones.

    Cosa anloga ha pasado con [utbol o tt-bol. que de ambos modos puede y suele de-cirse (Mariano de Cavia, con intencin casti-cista, acu haca 1920 balompi -_un calcodel ingls con aire afrancesado-, admitidohace poco por la Academia en su 19: edi-cin). La Academia tambin termin poraceptar la alternancia pijama-piyama. aun-que con preferencia por la forma peninsular:en Espaa, por la seduccin de Ia grafa, sonpartidarios imperturbables del pijama; His-panoamrica, ms fiel a la pronunciacin ori-ginal Ha voz ha llegado a travs del francso del ingls), prefiere decididamente el (o la)piyama. En cambio el academicismo estimponiendo, frente al respetuoso restarn.el falsificado restaurante. Sin duda vencer,pero no convencer.

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  • La comunicacin y las nuevas formas devida traen inevitablemente palabras nuevas.En Italia ha nacido el appartamento, dedonde el francs appartemeni y el inglsapartment. Cmo hay que llamarlo en es-paol? Lo natural es apartamento, asi comoal dpartement francs lo llamamos, desdefines del XVllI, departamento. Pero aquvienen los puristas. Corren al Diccionario dela Academia y no encuentran apartamento.Entonces sentencian: "No existen. Y comoen seguida descubren apartamiento, excla-man: u Eureka i Hay que decir aparta-mientol", No ven. en su ceguera descubr-dora, que el apartamiento acadmico es otracosa: la accin de apartarse, el lugar apar-tado, Yl por extensin, tambin a vecesuna habitacin recogida en una residencia oen el Palacio Real. En la Argentina y Mjicohan optado por el departamento, en Espaapor el piso o el cuarto, denominaciones evi-dentemente ambiguas, pero el purismo, enVenezuela, Mjico, Puerto Rico y otras par-tes, libr una heroica batalla a favor delapartamiento. Y ahora la Academia, denuevo comprensiva, acaba de aceptar el apm'-tomento. Ya existe 1

    Tienen carcter muy parecido dos aberra-

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  • ciones del purismo argentino; el contralor(con su contralorear} y el refirmar. En elsiglo pasado penetr en el espaol, y creoque en todas las lenguas de Europa, el con-trol francs y su correspondiente controlar.Los puristas argentinos corrieron al Diccio-nario de la Academia y dijeron: HNo existe",y encontraron contralor. Entonces senten-ciaron: "Hay que decir contralor y no con-trot". Pero no vieron que el contralor aca-dmico era otra cosa, era el controlador (decontrleurj. un viejo funcionario de la Cortede Carlos V, encargado de la revisin degastos y cuentas, especie de veedor, comisa-rio o interventor. Hubo, efectivamente, con-tralores, en la Casa Real, en el ejrcito, enlos hospitales. Y aunque en Espaa eso des-aparecido casi por completo. de ah vieneque tengamos en varios pases de Amricacontra/ores generales de la Nacin y contra-[orlas. Pero los puristas argentinos se satis-ficieron con la forma y, menospreciando laspequeeces del sentido, djeron: "Encrgue-se usted del cootralor de estas cuentas". Yde este extrao contralor sacaron un ms ex-trao contralorear: ..Contralorear s. controtar no l ti Ahora la Academia acaba deaceptar todos los controles, no slo el fran-

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  • cs, sino adems el auto-control. de autn-tica factura inglesa. Pero, quin apea a laprensa purista de Buenos Aires de su con-tralor?

    En 1925 la Academia no consignaba toda-va el verbo reafirmar. volver a afirmar, re-terar una opinin o una actitud. tan legtimo,tan bien formado, tan expresivo. Y s tenarefirmar, que parece ms bien "volver a fir-mar". El purismo argentino (hay que recor-dar que 'ILa Nacin", por ejemplo, tenaespecialistas encargados de "limpiar" la pro-sa) sigue fiel al refirmar, y hasta es frecuen-te que las imprentas y peridicos de la Ar-gentina le enmienden a uno la plana (conozcovarios casos CGRCf-&OS) si se atreve a rea-firmar.

    EL PURISMO llNGISTlCO

    Yo he revisado muchos textos de barba-rismos y solecismos. E~ la mitad de loscasos son ellos los disparatados. Los reme-dios que prescriben suelen ser peores quela enfermedad. Sus autores tienen de la len-gua general un conocimiento limitado y pro-vinciano, y la identifican con el diccionario.

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  • Dan la impresin de que el castellanoest a cada paso a punto de expirar,pero que por fortuna ah estn ellos parasalvarlo. Nunca les pas por la imaginacinque la Academia se fund en 1713 --es de-cir. anteayer-e, y que la grandeza del caste-JIano es anterior a ella. Casi todas las pala-bras que desataron sus iras. o su afn reden-tor, han ganado al fin la consagracin de 1::1Academia, mucho ms tolerante que los aca-demicistas: control. trfico (equivalente detrnsito), familiares (para los puristas eranslo los criados del Obispo), apotesico (sloadmitan apotetico). meticuloso (8610 eraequivalente de medrosoJ. gz'ra (aun a RufinoJos Cuervo le pareca "una empecatadaidea" usarlo como equivalente de tourne),lupa, autobs. arribista, planificar, detec-tive, tener lugar (HLa boda tendr lugarel 20 del corriente") y basta explotar porestallar, Los puristas quedan en ridculo antecada nueva edicin del Diccionario acad-mico. que procura seguir la marcha cons-tante de la lengua. Pero ellos no se arredran,Son recalcitrantes. Siguen fieles a la viejaedicin, con la que adquirieron su slidaformacin purista. En general saben pocode la vida de la lengua y de su rica y como

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  • pleja historia. Y como saben poco, lo com-pensan con un inmenso dogmatismo.

    Por 10 comn el purista convierte en norama universal el uso de Madrid. Por qu VDa ser mejor, por ejemplo, la manita de.Espa-a que la manito de casi toda Hispanoam-rica? Es verdad que otros derivados demano [manija, manecilla, manaza) han adop-tado anal6gicamente la terminacin a. Perola manito conserva con toda fidelidad la ode la mano. como el dilta mantiene la a deel da. La anomala salva a veces a la lenguadel rfgido y rutinario juego analgico.

    La visin del purismo es estrecha y falsa.No la tuvo' la Espaa de Cervantes, y s ladel siglo xvm, ms dbil, ms vulnerablea la influencia extranjera. 1Si hasta el sur-gimiento de la Academia y aun el del puris-mo. que inicia entonces su amplia trayec-toria. representa una influencia francesa. em-pezando por la palabra purista (del francspuriste), que fue al principio slo una de-signacin burlona! El ideal del purismo separece al de Procusto: acomodar la lenguaa la medida del Diccionario. Si los puristaspudieran, mutilaran de la expresin todo ]0que rebasa su edicin acadmica. Son asu modo indios jbaros, aficionados a redu-

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  • cr las lenguas de sus vecinos. Ya en el si.glo XVItl el P. Feijoo exclamaba: uPureza!Antes se debera llamar pobreza, desnudez,miseria. sequedad!"

    No todo es terrorfico, sin embargo, en lavisin del purismo. A principios de siglo re-comendaba un manual venezolano: "No di-gan: Fulano es un sinvergenza. Digan: Fu-lano es un inoerecundo". Sinvergenza no fi-guraba todava en el Diccionario de la Aca-demia (Uno exista"). Hoy no se explica unocmo se poda hablar en espaol sin esa palabra.

    Por lo dems qu quiere decir purezacastellana? El castellano es un latn evolu-cionado que adopt elementos ibricos. visi-gticos, rabes. griegos. franceses, italianos.ingleses y hasta indgenas de Amrica. C-mo se puede hablar de pureza castellana. oen qu momento podemos fijar el castellanoy pretender que toda nueva aportacin cons-tituye una impureza nociva? La llamadapureza es en ltima instancia una especiede proteccionismo aduanero. de chauvinismolingstico. limitado, mezquino y empobre-dor, como todo chauvinismo.

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  • UNID-'O y DIVERSIDAD

    Nos hemos burlado de la concepcin tu-ristica y consideramos falsa y daina la vi-sin del purismo. No es hora ya de ensayaruna visin fHolgica1 Tenemos que plan-tearnos dos cuestiones fundamentales. Pr-mera. si hay una unidad lingstica a la quepueda llamarse "espaol de Amrica", ohay ms bien una serie diferenciada de ha-blas nacionales o regionales. Segunda. si esesupuesto "espaol de Amrica" es una moda-lidad armnica y coherente dentro del es-paol general, o si presenta, por 'el contra-rio, una diferenciacin estructural y unastendencias centrfugas que le auguran unafutura independencia.

    Para abordar estas cuestiones voy a partirde dos perspectivas opuestas. La vieja Gra-mtica general, del siglo XVII. sostena quecuanto ms lenguas conoce uno. ms llega ala conviccin de que no hay sino una solalengua ~ la lengua del hombre. La Gramticageneral postulaba una unidad fundamentalentre las distintas lenguas del mundo, unacomunidad de recursos expresivos esenciales.o de moldes esenciales, del lenguaje humano.Frente a ella la lingstica moderna ha sido

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  • ms bien atomizadora, des integradora. Esaunidad que se llama la lengua general. el es-paol, el francs, el ingls. es una abstrae-cin, una realidad inexistente. No se hablaigual en Madrid, en Salamanca, en Santan-der, en Zaragoza, en Sevilla. Y dentro de laciudad de Madrid no se habla igual en el baorrio de Salamanca que en Chamber o en La-vapis. En una misma colectividad no hablanigual los campesinos, los obreros, los estu-diantes, los mdicos. los abogados. los profesores, los escritores. Y aun dentro de laclase trabajadora. no hablan igual los obre-ros textiles que los de la construccin. Lasdiferencias geogrcas se entrecruzan conprofundas diferencias sociales. No hablanigual dos familias distintas. y en una mismafamilia se diferencian el padre, la madre, losabuelos, los nietos y aun los hermanos. Cadapersona tiene su propio dialecto o, con untrmino tcnico, SU "idiolecto". Digmoslode modo ms universal: "Cada pjaro tienesu canto".

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  • L...s REGIONES DIALECTALES

    Entre esos dos extremos, la abstracta uni-dad universal del lenguaje, o la abstractaunidad de la lengua espaola, y la concretarealidad del habla individual, tratemos de-situar nuestro espaol de Amrica. El granmaestro Don Pedro Henrquez Urea sea-laba cinco regiones principales: 1. La anti-llana o del Caribe (Puerto Rico, Cuba, SantoDomingo, costa de Venezuela. costa atln-tica de Colombia); 2. La mejicana (Mjico ..Amrica Central, Suroeste de los EstadosUnidos); 3. La andina (Andes de Venezue-'a, meseta de Colomba, Ecuador, Per,Bolivia .y Noroeste de la Argentina): 4. La:chilena

  • quez Urea subdivida adems sus cinco re-giones: seis en Mjico y siete en AmricaCentral. etc. Por ese camino vamos al infi-nito fraccionamiento, y tendramos que dis-tinguir, por ejemplo, la lengua de los mani-tos (as llaman a los nuevo-mejicanos, por eltratamiento de manito "hermanito" en elNorte de Mjico), la de los ticos (los costa-rricenses, por su aficin a los diminutivos en-tico, como hermanitico), la de los ches, che-ses o cheyes (asl se llama a los argentinos.no slo en Chile), etc. Y aun dentro de unmismo pas habra que diferenciar, como porejemplo en Venezuela. la lengua de los poi-sas, los alas o los alitas (los tachirenses), lade los primos (los del Zulia, por el trata-miento amistoso de primo) y hasta la de loshijos der diablo (los margariteos, por su afi-cin al exclamativo eufemstico hijo'er dia-blo!) Pero no sucede algo parecido entrelas distintas regiones espaolas, y aun entrelas de Castilla? Y no sucede algo parecidoen cualquier comunidad lingstica? Nadie,sin embargo, ha puesto en duda seriamentehasta ahora la unidad del francs, del ingls,del italiano o del alemn.

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  • EL FONETlSMO

    Ms fructfera me parece la diferenciacin,que tambin esboz Don Pedro HenrquezUrea, entre tierras altas y tierras bajas. Yolas distingo, de manera caricaturesca, por elrgimen almentco: las tierras altas se co-men las vocales, las tierras bajas se comenlas consonantes. En Mjico se oye frecuen-temente, aunque no de manera sistemtica:cafsito~ pas'st, exprimento, trasteros. [osiro,etctera.: en Quito sf p's, no p's; en La pazPorsi (Potos); en Bogot muchismas gra-cias. En cambio, en las Antillas, costas y lla-nos de Venezuela y Colombia, litoral argen-tino, Uruguay, Paraguay. y Chile, es generalla relajacin del consonantismo, en gradovariable, segn las regiones o los sectoressociales: aspiracin y prdida de s (lojom-bre, lo fforo, la; ocho, peicao); prdida dela d intervoclica, en mayor o menor medi-da (no ha llenio, una planch, el deo); articu-lacin relajada de la i, convertida en granparte de esta rea en dbil aspirada larngea(horhe "[orge", heie "jefe"); prdida de lar final (voy a carn; s. se); en zonas ex-tremas, confusin de r y 1 implosivas (puel-torriqueo, izquierda; borsa, durse; etc.). Los

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  • del Centro de MtLCO saludan a los de Vera-cruz, en broma: 44 Arr6 con pecao l" (arrozcon pescado). Un andino de Venezuela riecon un caraqueo y lo remeda: u Me va;a mat?" Los andinos dicen que los caraque-os se comen las eses. Slo que lo piensancon h inicial y con c.

    Es indudable que ese contraste tan radicalentre tierras altas y ti.emas bajas no se debea razones climatolgicas. Las tierras bajashan sido colonizadas predominantemente porgentes de las tierras bajas de Espaa, sobretodo de Andaluca, y tienen ms bien im-pronta andaluza. Las tierras altas tienen msbien seno castellano, y su consonantismotenso, a veces enftico. manifiesta la influen-cia de las lenguas indgenas: las grandesculturas americanas fueron culturas de lasmesetas, y sus lenguas se caracterizaban pre-cisamente por la riqueza del consonantismoimplosivo.

    Las diferencias llegan a su carcter extre-mo en ciertas regiones y en ciertas capas so-cales, Se borran o se suavizan en los secto-res cultos. que mantienen en general la inte-gridad del vocalismo y aun del consonantis-mo. Si esas diferencias dan su carcter alhabla regional. no afectan a la unidad del

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  • castellano general de Amrica. El hablantede cualquier regin hispnica que se desplazapor las otras regiones se siente en un primermomento desconcertado ante una serie derasgos fonticos diferenciales del habla po-pular, entre ellos la entonacin y el tempo,y hasta dice: ~~No entiendo nadaH. Unosdas de reacomodacin le demuestran que loentiende todo.

    DIVERSIDAD LXICA

    Ms afectan a la unidad las diferencias delxico, a veces espectaculares. El lxico esrealmente fraccionador. Cada regin tienesu vocabulario indgena propio, que le m-prime su nota caracterstica, y el prestigio ycondicin expansiva de las capitales puededar a las voces un mbito nacional y hastainternacional. El zopilote de Mjico se haextendido por Amrica Central. pero en elpropio Mjico tiene tambin otros nombres:zape o shope, sin duda por reduccin; chom-bo, en la regin maya; nopo al Este de Ve9racruz, etc. Y an ms al cambiar de pas:zoncho o noneca en Costa Rica, zamuro enVenezuela. aura tiosa o aura en Cuba, chu-

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  • lo, galembo, chicora o gallinazo en Colom-bia (no estoy seguro de que designen siem-pre la misma especie), jote en Chile, urubo zrub en el Paraguay y parte del litoralrioplatense (a veces la nomenclatura ind-gena alterna con 1a hispan izaci6n, tam bindiferenciadora), La misma fruta se llama baonana en la Argentina (quiz de origen afri-cano, a travs del Brasil), cambur en Vene-zuela, guineo en unas partes, pltano enotras (en cambio el pltano de Puerto Ricoy Venezuela es una subespece que adquieresus virtudes supremas cuando se ofrece asa-da, frita O sancochada). En el Sur llamanplacar (del francs) a lo que en el norte sellama clset (del nls) yLefectivamente, hayregiones de Hispanoamrica que siguen fielesa la vieja influencia francesa; mientras otrasparecen cada vez ms permeables a la inva-sora terminologa norteamericana. En unaspartes se mantienen como viejas reliquiasciertas voces espaolas (pollera en la Argentinal: otras conservan denominacionesdistintas (la cota, el [ustanzn, el fondo enVenezuela). O bien cada regin ha hechoevolucionar una serie de palabras en sentidodivergente o ha relegado al olvido segmen-tos distintos del lxico tradicional. Y en

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  • cambio el proceso formativo de la lengua(el rico sistema de prefijos y sufijos) ha ac-tuado. a veces desenfrenadamente, de modoheterogneo y diferenciador: pinsese. porejemplo. en la multiplicidad de verbos en-OT, algunos muy expresivos, como el ala-cranear (despellejar al prjimo) o el balco-near (seguir las cosas como desde un balcn)de la Argentina, el negrear (dejar- de invitara alguien o descartarlo) de Venezuela o elningunear (menospreciar o anular a alguien)de Mjico.

    Mayor trascendencia tiene la organizacindistinta que cada regin da a su fondo patriomonial, de acuerdo con sus preferencias menotales, con lo que GuiUermo de Humboldt lla-m la forma interior del lenguaje. AmadoAlonso ha estudiado desde ese punto de vis-ta las denominaciones de la vegetacin en elhabla gauchesca (pasto, paia, cardo, yuyo). yla investigacin se puede extender a aspectostexicogrcos de todas partes: la rica termi-nologa del alboroto O de la limpieza mone-taria en Venezuela, la del machismo o de lamuerte en Mjico. El lxico de cada reginconstituye un sistema coherente o cohesivode afinidades y oposiciones, distinto del deotras regiones.

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  • An ms, la terminologa vara a veces depueblo en pueblo. El cuchillo romo se llamainfiel en la provincia argentina de Crdoba,moto en la de Tucumn, avudo en la de San-tiago del Estero, desafilado en la de San Luis(es el trmino ms general en la Argentina),y en elnoroeste de esta misma provincia esvil. Loscordones de los zapatos se llaman enlas distintas, regiones de Mjico agujetas, cin-tas, cabetes y tambin cordones; en Vene-zuela, trenzas (tambin en algunas partes dela Argentina); en el Per, pasadores. Elcampo de las valoraciones, por ejemplo, escomplejo. Una palabra tan espaola comolindo tiene un mbito expresivo muy vastoen la Argentina, y 10 mismo puede decirsede sabroso o bello en Venezuela. de chuscoen Bogot, de chulo en Mjico.

    No hay la misma variedad. o mayor, enEspaa 1 Del albaricoque, por ejemplo, sehan recogido, de Norte a Sur. treinta y unnombres distintos (entre ellos albrchigo.alban'llo, damasco, rruzyuelo, pesco o piesco.y aun tonto). Del molesto cadillo, por lo me-nos doscientos veintiocho (desde abroios,cardos, erizos, matasuegras, hasta novios.enamorados, amores). De la vaina de laslegumbres, unas ciento cuarenta (vaina, ia-44

  • ruga, bagueta, cascabillo, casulla, grgola, ho-llejo, calzn, lreiones, etc.), Del sapo, diecio-cho (escuerzo, rano, ponzoa, gusarapo, bu-fa, etc.) y de la cucaracha, quince (caiarra,coriana, chopa, panarola, etc.), De la simp-tica mariquita, doscientos .cuarenta (bichitode luz o mariposa de luz, abuelita, cochi-nilla, coca o coquito, maestrlta, pastorcita,etc.l. De la azada, ciento treinta y tres [zuelao arzuela, legn o len, zacho, cavona. es-cardilla, garabato, etc.) De la colcha, venti-ocho (cobertor o cobertera, cubrecama o so-brecama, tapadera, tendido, jarapa, recel; etc.lPara designar al bzeo, sesenta y tres [birolo,bisojo o biscoio, guiao, mirola, malmira,miracielos, etc.l, Aun un verbo relativamenteneutral como empujar da ms de cincuentavariantes regionales (arrempuiar, ambular,antuviar, emboticar, achuchar, empellar,etctera),

    Despus de eso. podemos asombrarnosde que la modernsima cremallera la llame-mos tambin, en diversas partes de Amrica,clair, zipper, cierre o cierre relmpago? Lavariedad -han venido a confirmarlo los mo-dernos Atlas lingsticos- es rasgo funda-

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  • mental de la difusin del lxico en Espaa.en Francia, en Italia, en toda lengua mo-derna.

    EL SESEO

    Siempre nos encontramos con el mismohecho fundamental: todo lo que se da comoelemento fraccionador del castellano enAmrica lo es tambin del espaol de la Pe-nnsula. No hay un solo rasgo importantedel espaol de Amrica que no tenga su ori-gen en Espaa, que no sea prolongaci6n detendencias reales o virtuales del espaol pe.nnsular. El estudio de las hablas peninsula-res revela a cada paso que muchos de losargentinismos o mej icansmos que parecenms tfpcos, son viejas palabras o provin-cialismos espaoles. El castellano general deAmrica es una prolongacin del que se ha-blaba en Espaa en el siglo XVI -fundamen-talmente el de Castilla y Andaluca. no tandiferenciadas entonces como hoy- y quetuvo su primera etapa de aclimatacin, o denivelacin, en las Antillas, desde donde par-ti en gran parte la conquista y colonizacin

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  • del continente. Ya desde el siglo XVI con-serva hasta hoy un rasgo unificador: el se-seo (con la misma s se pronuncia si, ciencia,corazn), en que han venido a unificarse (lanivelacin es en general empobrecedora)cuatro fonemas del espaol de 1500 (mesa.passar, dezir, braco). Es muy significativoque toda Hispanoamrica, aun las regionescolonizadas desde otros centros, como el Rode la Plata, aun las colonizadas tardamente,presenten este rasgo unificador del seseo. Yme parece evidente que los islotes de ceceo(zi, ze) que se han ido descubriendo en elltimo tiempo son desarrollo moderno, porun descenso en el punto de articulacin dela s, o un alargamiento de la estrechez en-tre lengua y dientes.

    EL VOSEO \' OTROS RASGOS

    Hay unidad de origen y unidad de des-arrollo. Me parece an ms significativo otrohecho: la prdida de la segunda persona delplural en todo el sistema verbal, y de las for-mas pronominales nosotros, os, vuestro. Lalengua hablada no conoce el osotros tenis,

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  • ni el os digo, ni vuestra escuela, y en el ha-bla escrita, en que ese uso es imitacin pe-ninsular -se da sobre todo en discursoso proclamas- se considera afectado. Noes ste, como el seseo, un desarrollo tem-prano, del siglo XVI, sin..u ms tardo, delxvn o del XVUI. Y eso quiere decir que uncambio producido cuando ya estaban cons-tituidas las sociedades hispanoamericanas,ha podido extenderse por toda Hispanoam-rica. Es decir, que en el siglo XVII y XVlUse produjo un activo proceso de nivelacinhispanoamericana,

    Yo creo que ese proceso nivelador, que semanifiesta desde la primera hora en la Espa-ola, no se ha interrumpido hasta hoy. Loconfirma otro hecho, igualmente revelador.De Espaa vino el uso de vos cantis o VO$cants. vos tenis o vos tens o vos tens.vos sois o vos sos, al dirigirse a una solapersona. De Espaa vino tambin la reac-cin contra l. Muchas regiones de Am-rica lo han conservado. sin embargo, peroen la lucha entre el vos y el t se ha pro-ducido una unificacin impresionante de tosdos pronombres: vos ha triunfado sobret o ti, las formas tnicas del sujeto y caso

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  • terminal (t.'05 erast a uos, para vos, con vos);te ha triunfado sobre os en todos los otroscasos (te quiere a vos, te do a vos, te quedso te quedis, callte, sentte, etc.). Se haneliminado las formas t, ti, os. No es ex-traordinario que esta unificacin, con for-mas de los dos pronombres, sea absoluca-mente igual en todas las reglones de voseo,desde Tabasco, Guerrero y Chiapas hastael Ro de la Plata y Chile, cuando el pro-ceso es evidentemente posterior a 1600 yno se ha producido por intermedio de Es-paa (no se encuentra en ninguna reginespaola), sino a travs de las distintas re-giones hispanoamericanas?

    En cambio, en el caso del yeismo (cobayo,caye, etc.), la nivelacin, en Amrica comoen Espaa, est todava en proceso. Se haconsumado en todo Mjico, las Antillas,Amrica Central y Venezuela, pero se con-serva la II lateral en una zona ms o menoscoherente de Amrica del Sur: Bogot yparte de la meseta colombiana (Cundinamar-ca, casi todo Boyac, parte de los Santan-deres, de Nario, del Cauca, del Huila, delTolmal: en las provincias meridionales dela Sierra ecuatoriana (Caar, Azuay, Laja);

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  • en la Sierra del Per y en las provncas deCaman, Islay, Tacna, Moquegua, de la cos-fa meridional; en casi toda Bolivia (exceptopor 10 menos la provincia de Tariia): en elextremo sur de Chile (Chilln, por ejemplo)y al parecer tambin en el extremo norte;en todo el Paraguay y en las provincias pe.rifricas de la Argentina (Corrientes, Misio-nes, este del Chaco; norte de San Juan.norte y oeste de la Rioja, oeste de Cata-marca; norte de [uluy), Como en Espaa,el yesmo es un fenmeno invasor. que co-mienza en las grandes ciudades y no hacompletado su ciclo, aunque ha triunfadoen la mayor parte de Hispanoamrica.

    NIVEL"CIN H1SPANOAMERfCAN\

    Ese proceso nivelador se percibe tambinen el lxico. Fuera de una serie de vocesque se remontan al siglo XVI (papa, cuadra.etc.), hay otras ms tardas, que se han ex-tendido por toda Hispanoamrica. o por casitoda ella: manejar (el automov) frente alconducir de Espaa; apurarse frente a darseprisa; pararse frente a ponerse de pie; irse

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  • frente a marcharse; centauos frente a cn-timos (hoy en Venezuela un centavo equi-vale a cinco cntimos; el Uruguay tiene cenotsimos); fsforos frente a cerillas (Mjicotiene cerillos); crema, del francs, frente anata, la voz t:r.adic.ional (a veces alternan lasdos con diferenciacin, y se reserva natapara la de la leche hervida); liviano frentea ligero; medias (tambin las del hombre)frente a calcetines (en Mjico se mantienela distincin), Aunque es ms difcil hablaren este terreno de una nivelacin completa--el lxico es menos estable- no deja deser impresionante la existencia de un con-[unto de voces que diferencian el uso his-panoamericaqo general del espaol.

    Puede afirmarse, pues, que junto a la dife-renciacin regional y hasta loca), hay ciertatendencia a la unidad hispanoamericana.Esta unidad no es incompatible con la di-versidad, que es el sino de la lengua. Si nohablan igual dos aldeas espaolas situadasen las riberas opuestas de un ro o en lasdos vertientes de la misma montaa, cmopodran hablar igual veinte pases separa-dos por Ia inmensidad de sus cordilleras.ros, selvas y desiertos? La diversidad re-

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  • gional es inevitable y no afecta a la unidadsi se mantiene, como hasta ahora, la mutuacomprensin. En cuatro siglos y medio devida, el espaol hispanoamericano tiene.desde el Ro Grande hasta Tierra del Fue-go, una portentosa unidad, mayor que laque hay desde el norte al sur de la Penn-sula Ibrica. Esta unidad est dada, muchoms que por los rasgos peculiares del espa-ol hispanoamericano (seseo, prdida de lapersona vosotros, losmo, etc.), por lo queel habla de Hispanoamrica tiene de comncon el castellano general: la unidad (unt-dad. no identidad) del sistema fonemtico,morfolgico y sintctico. Es decir, el voca-1ismo y el consonantismo, el funcionamientodel gnero y del nmero, las desinencias perosonales, temporales y modales del verbo, elsistema pronominal y adverbial, los moldesoracionales, el sistema preposicional, etc.y aun el fondo constitutivo del lxico: lasdesignaciones de parentesco, los nombresde las partes del cuerpo o de los animales',r objetos ms comunes, las frmulas de lavida social, los numerales, etc, Al pan 10seguimos llamando pan; y al vino, vino. Porencima de ese fondo comn las divergen-

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  • eras son slo pequeas ondas en la superficie de un ocano inmenso.

    FI}EROS DEL HABLA fA.MILIAR

    y aqu llegamos a la segunda cuestinfundamental. Hay una unidad de espaolamericano porque ese espaol americanoreposa en una comunidad de lengua espa-ola. Claro que esa comunidad es sobre todola de la lengua culta. la de la conferenciao la clase universitaria, la del ensayo o ellibro cientfico, la de la literatura, la de lapoesa, y aun la de la prensa, si descarta-mos cierto tipo de periodismo, que est cun-diendo en todas partes, empeado en hala-gar, o .explotar, los sentimientos ms vulga-res, y con ellos, claro est, la vulgaridad ex-presiva. Por debajo de esa lengua culta co-mn se desenvuelve la diversidad del hablacampesina y popular, y tambin el hablafamiliar de los distintos sectores sociales.

    El habla campesina y el habla popularde las distintas regiones de Espaa y Am-rica tienen su dignidad en s mismas, sunropa razn de ser. Tambin la tiene elhabla familiar. Yo defiendo los fueros del

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  • habla familiar. Otros enarbolan la banderade los derechos del hombre, o de la mujer.Yo levanto mi pequea banderita en favordel habla familiar, vctima inocente del pu-rismo, Los novios, los amigos, los herma-nos, los esposos, tienen que hablar con es-pontaneidad y dar a las cosas sus nombresfamiliares. A m no me parece mal que losargentinos se traten de vos en la relacincordial (en cambio me parece muy mal queeso se considere "mancha del lenguaje arogentino", "sucio mal", "Ignominiosa feal-dad", "negra cosa", "viruela del idioma".o se califique de ruin, calamitoso. horren-do). Tampoco me escandaliza que llamenpollera a la falda, como los personajes deLope de Vega y Tirso, o que al venezolanociertas cosas le den pena 00 que me parece-ra mal sera la desvergenza), y ni siquieraque llame ponchera a la palangana o aljo-faina. Si la llamara aljofaina es posible quele entendieran los puristas, pero no la cra-da o su mujer, cosa que sin duda le impor-tarla ms.

    El habla familiar tiene sus propios fueros.No puede ser incolora, inodora e inspida.Tiene que ser rica. emotiva. evocativa, fa-

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  • miliar. Le cambian el sabor al sancocho sinos obligan a Jlamarlo salcocho. Lo cual noquiere decir que el habla familiar ande a labuena de Dios. Sus dos peligros son la vul-garidad y la afectacin, y est regulada tamobin, hasta cierto punto, por la obra" edu-cadora de la escuela y de la cultura general.Pero los que han visto el peligro de frac-cionamiento del espaol de Amrica, o sudivorcio frente al de la Pennsula, es porqueslo se han detenido en los umbrales delhabla popular o familiar, y a veces en losdel habla suburbana o rstica.

    UNIDAD HISPANOAMERlCANA

    Frente a la diversidad inevitable del ha-bla popular y familiar, el habla culta deHispanoamrica presenta una asombrosaunidad con la de Espaa, una unidad sinduda mayor que la del ingls de los EstadosUnidos o el portugus del Brasil con res-pecto a la antigua metrpoli: unidad de es-tructura gramatical, unidad de medios ex-presivos. Y en la medida en que la lenguaes -segn la frmula de Guillermo de Hum-boldt- el rgano generador del pensamien-

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  • 10, hay que admitir tambin una unidad demundo interior, una profunda comunidadespritual. Si el hombre est formado o con-formado por la lengua, si la lengua es lasangre del espritu, si el espritu est amue-blado con los nombres infinitos del mundo.y esos nombres estn organizados en siste-ma -es decir, implican una concepcin ge-neral, una losoa->, hay que admitir noslo un unidad de lengua hispnica, sinouna unidad sustancial de modos de ser. Noes esto lo que Ortega y Gasset llamaba re-pertorio comn de lo consabido? La unidadsocial -deca--, por encima de las frente-ras polticas, la da el conjunto de cosasconsabidas. el tesoro comn de formas devida pasadas que forman la inexorable eytructura del hombre hispnico.

    Yo me inclino a creer que esa unidad esmayor hoy que en 1810, cuando grandesporciones del continente vvan apartadashasta de sus propias capitales. Pienso ahoraen tres escritores representativos: AlfonsoReyes, Mariano Picn-Salas, Jorge Luis Bor-ges, Claro que los personajes de Doa Br-bara.o de Don Segundo Sombra o de PedroPramo usan expresiones incomprensibles

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  • para el lector general. Pero tambin las usanlos personajes de Cervantes o de Quevedo,sin mencionar los del rico costumbrismo es-paol. Es verdad que la prosa de AlfonsoReyes tiene algunos mejicanismos. Pero ala de Ortega no le faltan madrileismos, Lasdos proclaman la unidad de una lengua cul-ta que es -digmoslo con trminos de A n-drs Bello-e- medio providencial de comu-nicacin y vinculo de fraternidad entre lasvarias naciones de origen espaol derrama-das sobre los dos continentes.

    UNJDAoD o FRAoCCIONAMIENTO

    Hay, claro est, posibilidades de refor-zar ese vnculo de fraternidad. Pienso enun aspecto del habla culta que hoy debepreocuparnos a todos, por su excepciona!importancia ~ el vocabulario tcnico, Puedequedar a merced de los traductores impro-visados en cada pas, cada uno con su propiocriterio7 Ya Jul10 Casares se detuvo en laself acting machine del ingls, convertida enla seliatina. i:No conviene una regulacininternacional? Creo que algo estn haden-

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  • do ya en ese sentido los organismos tcnicoscom petentes. La unidad de la lengua cul la,no una unidad mecnica. rgida, inmvil,sino una unidad flexible y dinmica, en quetenga amplia cabida la libertad creadora delhombre. una unidad regida mas que por unatica racional y severa. por una esttica m-vil, siempre inquieta. debe ser obra comnde la cultura.

    Ahora bien, si el habla popular de His-panoamrica tiende a diferenciarse cada vezms y el habla culta se mantiene en el nivelhispnico general, no llegar el momentoen que se produzca el tan temido divorcio,como el que se produjo entre el latn cultoy el romance hablado? Hay voces agorerasque 10 pronostican de vez en cuando. y lavisin apccalptica, del espaol, de Europa.de toda nuestra cultura. de todo nuestromundo espiritual y material, est siemprepresente. como teln de fondo de todo elacontecer humano. Quin puede augurarla grandeza eterna de una lengua o de unacultura? La desintegracin no parece, sinembargo. fenmeno inevitable en determi-nado perodo histrico. Los indoeuropestas---Meillet. Kretschmer- han estudiado la

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  • evolucin de los antiguos dialectos griegosy observado en ellos ms bien una tendenciaconvergente. La koin griega represent unanivelacin creada por la cultura, y durmucho mas que las unidades polticas quela sustentaban. La lengua es compaera delImperio --es la frmula feliz de Nebrija--.pero tambin hay un Imperio de 1~ cultura,que quisiramos ver cada vez ms poderoso.

    En el Congreso de Academias de 1956volvi a plantearse el problema de la un-dad o del fraccionamiento. Don Ramn Me-nndez Pidal, el maestro insigne de todosnosotros, sostena que la correccin del se-seo. del yesmo y de otros rasgos america-nos es fcil si se acomete desde la infanda.y ante el progreso de los nuevos medios decomunicacin (radio, cine, televisin, mag-netofona, etc.l, predeca:

    "La pronunciacin de un idioma se formar'maana con acento universal. La palabra radio-difundida pesar sobre el habla local de cad..regin: las variedades dialectales se extingu-rn por completo."

    No hay ah un aliento utpico? Yo nopuedo creer en un ..acento universal" o enla extincin de las variedades dialectales.

    59

  • Ni me parece necesario, ni deseable. Lasvariedades dialectales son inherentes a 'llexistencia misma de la lengua comn, y nola ponen en peligro mientras ella tenga co-hesin, vida cultural, poder irradiador.

    En e\ mismo Congreso la voz de Dama-so Alonso fue en cambio ms bien pesi-mista:

    "La lengua est en peligro ~ nuestro idiomacomn est en un peligro pavorosamente pr-ximo. .. La. mIsin acadmica. es evitar quedentro de pocas generaciones los hispanohablan-les no se puedan entender los unos a los otros,impedir que nuestra lengua se nos 1m~ pe-dazos",

    Si efectivamente el peligro es tan pavo-rosamente prximo. el salvarla parece ta:reaalgo desmesurada para la Academia Espa-ola. Dmaso Alonso, el gran intrprete delas voces poticas ms altas de nuestra len-gua, an continuaba =

    "La fontica del mundo hispnico est. cuar-teada... Un siglo de profundas agitaciones pue-den convertir las quiebras en abismos in-salvables".

    60

  • El problema que plantea es grave: "Queno se nos hunda la casa." Pero l mismoestudiaba, en ]950, con Alonso Zamora Vi-cente y Mara Josefa Canellada, el habla dela zona granadina, sobre todo de la capital,en hablantes cultos, algunos de ellos licen-ciados en Filosofa y Letras. Y deca, entrminos-muy parecidos:

    "La fontica castellana aparece totalmentecambiada, gravemente amenazada en muchoscasos: Labiodentales profusas (algunas Con no-torio rehilamiento), palatales no afrieadas, ex-traordinaria nasalizacin, aspiracin de variadosroatices, seseo, ceceo, etc",

    y en el vocalismo encontraba ocho fone-mas claramente diferenciados (dos tipos dee, de o. de a); es decir, estaba socavada laesta bil idad del pentgono vocalleo del es--paol, que se ha considerado siempre factorfundamental de la estabilidad de nuestralengua. Tendremos que concluir que estnnaciendo nuevas lenguas, entre ellas el graonadino, con vastas perspectivas dentro delmundo lingstico?

    Otra regin de Andaluca, tambin estu-diada por Dmaso Alonso (En la Andaluca

    61

  • de lo. e). y uegc por Manuel Alvar, la dePuente Genil, Lucena, Estepa, Casariche,La Roda, Alameda, Palencia, en los confinesde las provincias de Sevilla, Mlaga y Cr-doba presenta. una serie espectacular decambios, entre ellos la -a final en -e en cier-tas circunstancias fonticas. U na seoradice: '~Mi maro ha o a trabaj ar can"(a trabajar al canal). Y pueden orse dilogoscomo el siguiente (tngase en cuenta que lah se pronuncia aspirada):

    --Qu le eht unt? (qu tal esta usted).19t.:. iho, ~} rn me (igual. hijo, O mas mal).

    Es evidente que un estudio a fondo delas hablas regionales de Espaa e Hispano-amrica desentraara hechos anlogos enotras partes. No los ha desentraado tamobin en las diversas regiones del francs, elingls, el alemn, el ruso? Estaramos, pues,ante un peligro universal de desintegracin1ingistica.

    No parece se, sin embargo, ei signo denuestro tiempo. El signo de nuestro tiempoparece ms bien el universalismo. El desti-no de la lengua responde -salvo contingen-cias catastrficas-- al ideal de sus hablan-

    62

  • tes. Y el ideal de los hablantes oscila entredos fuerzas antagnicas ~ el espritu de cam-panario y el espritu de universalidad. Elespritu de campanario -los campanariosson a veces diminutos. otras algo ms gran-des- lleva a convertir ]0 propio, 10 que secree peculiarmente propio. en norma supe-rior. Su proyeccin al terreno [ingistkosera, no una lengua argentina, sino doso tres lenguas argentinas (el habla gauches-ca est ms cerca de Cuba que del norteargentino). Y en Venezuela, no una lenguavenezolana, sino dos por lo menos. Es decir,que tendramos, no veinte lenguas neoespa-olas, sino cuarenta o cincuenta. No parea?se el ideal de ningn hispanohablante, quetiene el privilegio de formar parte de unacomunidad lingstica de ciento ochenta mi-llenes de hablantes, que es, desde e] puntode vista numrico, la cuarta del mundo, des-pus del chino. el ingls y el ruso (con cr-terio estrictamente lingstico, contandoslo ros hablantes de lengua materna, serala tercera). Y que quiz ser una de las pri-meras, por el desarrollo vertiginoso de lasrepblicas hispanoamericanas (se ha calcu-lado para Hispanoamrica una poblacin po-

    63

  • tendal de 1.200 millones de habitantes den-tro de un mundo de 8.000 millones). Meparece que el ideal general es la universali-dad hispnica. Y esa universalidad -vueivoa insistir-e- no puede basarse en el hablapopular y Iamilar, diferenciada por natura-leza, sino en la lengua culta, que se elevapor encima de todas las variedades locales,regionales o sociales y es el denominadorcomn de todos los hablantes de origen es-paol.

    Los AMOS DE LA LENGUA,

    y no existe el peligro de que se rompaesa unidad de nuestra lengua culta? Nonecesita el castellano de Jos dos continentesuna especie de gobierno superior que 10 aromonice y unifique'? Y, en caso afirmativo,a quin correspondera ese gobierno su-perior?

    Clarn lanz un principio, que levant violentas resistencias: "Los espaoles somoslos amos de la lengua". Ya Puigblanch lohaba enunciado hace ms de un siglo delmodo siguiente:

    64

  • "Los es.paoles americanos, si dan todo eivalor que dar se debe a la uniformidad dellenguaje en ambos hemisferios, han de hacerel sacrificio de atenerse. como a centro deunidad. al de Castilla. que le dio el ser y elnombre".

    Rufino Jos Cuervo adopt este principiocomo lema de sus Apuntaciones crticas,aunque luego formul una restriccin: "Elsacrificio debe ser comn. Cuando los cs-panales se aparten deJ buen uso. los llama-remos al orden". La frmula de Clarn an-daba rondando todava cuando se plante,hace unos cuarenta aos. como norma de lacultura hispanoamericana, "el meridiano deMadrid", Don Ramn Menndez Pidal re-chaza los trminos de Clarn y exclama:

    .. j Qu vamos a ser los

  • "Protesto ante ella, todava y siempre, de10 espinoso que: resulta para nosotros, hispa-neamericancs, el manejo del espaol, Le digoque cuando hablamos con espaoles, stos pa-recen considerar que abusamos de su idioma'1 de Sil paciencia en cuanto abrimos la boca.que somos una raza intolerable de intrusos. demal hechores gramaticales Lqu se '10'1 EUa mecontesta: "Un espaol tiene siempre derechopara hablar de los negocios dcl idioma quenos cedi y cuyo cabo si&ue reteniendo en lamano derecha, es decir, en la ms experimen-Wh", Pero qu quleren ellos que hagamos?Mucho de ]0 espao] ya no sirve en este mun-do de gentes, hbitos, pjaros y plantas COntrastadas con lo peninsular. Todava somosSil clientela en la lengua, pero ya muchosquieren tomar posesin del sobrehaz de 1.1Tierra Nueva, La empresa de inventar sedl1.rotesca; la de repetir de pe a pa ]0 que vinoen ras carabelas lo es tambin. Algn da yohe de responder a mi colega sobre el conflictotremendo entre el ser fiel y el ser inel enel coloniaje verbal",

    LA J~ENGUA, PATRIMONrO COMN

    Esa idea de que el espaol nos cedi elidioma, pero sigue reteniendo el cabo conIa mano ms experta. ser admisible? Etespaol que nos cedi el idioma no es, des-

    66

  • de luego, el actual. De los espaoles del siglo XVI -el argumento lo recojo de AmadoAlonso-, una parte se qued en Espaa, laotra pas a Amrica. Es indudable que Josespaoles que nos cedieron el idioma sonlos que pasaron a Amrica. Acaso los con-quistadores y sus hijos y descendientes tie-nen menos derecho que los del solar nativoa considerar propia su lengua7 Evidente-mente los hispanoamericanos somos tanamos de la lengua como los espaoles. Mecuentan que una vez le preguntaron a DonFederico de Ons cul era el mejor escritorhispanoamericano, y contest sin vacilar ~"Miguel de Cervantes". Efectivamente, todala literatura espaola es patrimonio nuestro,patrimonio comn de nuestra lengua comn.y ojal pudiramos darle a esta lengua co-mn obras parangonables a las de Miguelde Cervantes.

    A Victoria Ocampo le sublevaba el "co-loniaje verbal", y ste es sin duda un puntosensible de todo nuestro mundo hispano-americano. Hoy no se pueden plantear losproblemas culturales o lingsticos sobrebases de hegemona o de subordinacin.Hispanoamrica es muy celosa de su inde-

    67

  • pendencia espiritual. Ciento cincuenta millenes de hispanoamericanos no admitirnjams que puedan depender de treinta millenes de espaoles, y menos an de un gru-po de acadmicos, por ms esclarecidos quesean. Amado Alonso, que vea el surgimien-to de grandes empresas editoriales en M-jico y Buenos Aires --el libro es agente vivode la engua-e-, crea que nuestras dos gran-des capitales empezaban a intervenir en losdestinos generales del espaol. Y vera enello el comienzo de una etapa nueva.

    LENGUA y CULTURA

    La lengua escrita es efectivamente una nor-ma del habla general. Pero hoy el proble-ma parece ms complejo. Estamos presen-ciando, en toda Hispanoamrica, el ascensovertiginoso de 'as capas inferiores de la .po.blacin, que irrumpen animadas legitima-mente por apetencias nuevas. Y an ms,amplios sectores. tradicionalmente sedenta-rios, abandonan las tierras y se asientan enla periferia de las grandes ciudades. Nohay ah un peligro inminente de ruptura denuestras viejas normas, de relajamiento del

    68

  • ideal expresivo? El peligro es real, pero esoquiere decir que la cultura tiene hoy irnpe-ratvos ms perentorios, ms dramticos.La unidad de la lengua espaola slo puedeser obra de la cultura comn. Y entiendopor cultura comn, ms que la adoracin deltesoro acumulado por los siglos, la accinviva, permanentemente creadora, de la cien-cia, el pensamiento, las letras. La Repblica.del castellano est gobernada, no por losms. sino por los mejores escritores y pen-sadores de la lengua. Y en esta empresa degobierno superior cabe una emulacin siem-pre fecunda. Pueden participar y competiren ella, sin restricciones ni favoritismos, to-dos los pases de lengua espaola.

    Instituto de Filologa "Andrs Bello"Universidad Central de Venezuela.

    69

  • INDICE

    Pgs.

    Visin del turista. El turista en Mjico 8El turista en Caracas ._. o" _._ ._, . __ '" 14El turista en BogoUi o., .. , -., ,., 16El turista en Buenos Aires .. , ,., ... L8El turista. de regreso en Espa .. ,_. ,. . 21Visin del purista ... .. _ ,., ,_. _., 26El purismo lingstico ,. ,., ) 1Unidad y diversidad ... 35Las regiones dialectales .. ' __ o _. _.. 37El fonetismo ... ,., . ,. .., ., _ ,., 39Diversidad lxica .. . ... ... 41El seseo ,' _,_ "0 _ , 46El voseo y otros CIsgos ... . _, ... 47Nivelacin hispanoamericana SOFueros del habla familiar ., . . . , ,. _ ,.. S3Unidad hispanoamericana .. __,_ . __ :55Unidad o fraccionamiento .. , ... 57Los amos de la lengua ... ... ,.. ... 64La lengua. patrimonio ccmn , 66Lengua y cultura ". oo " _._ _. 68

    7[

  • cuaderaOB taUru,s

    TITULOS PUBLICADOS

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    3. R. G ulln : Las secretas A,oalfritll de A ,,'anjo M~hGd(l.62 pli$.

    4. Claude Tresmoruant : lntroduccin al pensamiento deTf.'fl/rard de ChlJrdit/. 6.& OO 96 pgs.

    S. F. Scpt:ll; 4J mnca l'n tu vida espirfluat. 48 pgs.6. Ernile Brhier : !.QS IMUlo! lJctualn de fa tilosoit. 3.& ed ..

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    gWl:iY. 32 pgs.!l. Anl!~l del Rlo; Gurda LorC"J." "POf!ta en Nueva YQr"",

    48 pg.\."'. P. Latn Enlralgtl; El mdic ~'J! fa Historiu, 48 p~.

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    carro. Sil -ids y .JII obl'lJ. 117 P'P80'. RaI1l Morodo: PolfticQ y xutidoJ en CM/t:. B1 pt&$.81. Bcmhan1 Wche: Efmcla y recto .,~o del po~r. 6S pilP.81. OuillumCt Af&Y: ElJvludo/1 Jhl pmsami~mo dt: m~T1',o

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    dll\'t: dd 98.100. Jos Luis L. Ar;\nguren: W cri$tianismo de DOSlotewskL101. Federico Sopea: Dejensa tl lIlla generacidrl.Hl2. E.nriquc Tit:mo r.alvAn; 1.D. immanidud reJrlcida.lOl. Alberto MiJWL";!:: El pCJ1stllnicl110 filosJfco d~ ]ulid7z

    Re..Hdro.1M. Jos Monlc