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NUEVAS APORTACIONES A LA BIOGRAF1A DE FRA Y ANSELMO TURMEDA (ABDALLAH AL-TARCHUMAN) Las paginas que siguen son unos estudios particulares nuevos sobre algunos puntos de la biografia del escritor mallorquín. Como particulares, tienen que encuadrarse en el conjunto de los hechos conocidos de su vida, bien reconstituido, en el estado actual de nuestros conocimientos, por A. Calvet en Fray Anselmo Turmeda, un heterodoxo español. Son puntos marginales de un trabajo fu- turo, que es la edición, traducción castellana y estudio de la obra arabe de Turmeda, la Tuhfa *. Cada estudio es en sí independiente, aunque se hagan las re- ferencias oportunas para evitar las repeticiones. Por razones téc- nicas ha habido que simplificar la transcripción de las palabras arabes 1 Un índice onomastico, geografico y de conceptos-clave ayudara a aprovechar este material, sobre todo para la biblio- grafia, que no ha sido posible desglosar del texto. l. EsTumos EN LÉRIDA En estas paginas me propongo perfilar algunos puntos sobre la formación de Anselmo Turmeda. No sobre su formación como lite- Comprenden los siguientes trabajos: l. Estudies de Turmeda en Lérida. - 2. Viajes. - 3. Turmeda franciscano. - 4. Su ordenación sacerlotal. - 5. Estudies en Bolonia. - 6. Su profesor Nicolas Martel.-7. Algunas precisiones sobre su nombre :írabe.-8. Sobre el titulo de la obra ara be de Turmeda, la Tuhfa. - 9. Investigaciones en Italia sobre Turmeda jefe de adunas en Túnez. 1 Adoptamos la transcripción de «Al-AndaluS», sin los punt.os diacríticos Y representando la letra n.º 5 con eh y fa 13 con sh. 87

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NUEVAS APORTACIONES A LA BIOGRAF1A

DE FRA Y ANSELMO TURMEDA

(ABDALLAH AL-TARCHUMAN)

Las paginas que siguen son unos estudios particulares nuevos sobre algunos puntos de la biografia del escritor mallorquín. Como particulares, tienen que encuadrarse en el conjunto de los hechos conocidos de su vida, bien reconstituido, en el estado actual de nuestros conocimientos, por A. Calvet en Fray Anselmo Turmeda, un heterodoxo español. Son puntos marginales de un trabajo fu­turo, que es la edición, traducción castellana y estudio de la obra arabe de Turmeda, la Tuhfa *.

Cada estudio es en sí independiente, aunque se hagan las re­ferencias oportunas para evitar las repeticiones. Por razones téc­nicas ha habido que simplificar la transcripción de las palabras arabes 1• Un índice onomastico, geografico y de conceptos-clave ayudara a aprovechar este material, sobre todo para la biblio­grafia, que no ha sido posible desglosar del texto.

l. EsTumos EN LÉRIDA

En estas paginas me propongo perfilar algunos puntos sobre la formación de Anselmo Turmeda. No sobre su formación como lite-

• Comprenden los siguientes trabajos: l. Estudies de Turmeda en Lérida. - 2. Viajes. - 3. Turmeda franciscano. -

4. Su ordenación sacerlotal. - 5. Estudies en Bolonia. - 6. Su profesor Nicolas Martel.-7. Algunas precisiones sobre su nombre :írabe.-8. Sobre el titulo de la obra ara be de Turmeda, la Tuhfa. - 9. Investigaciones en Italia sobre Turmeda jefe de adunas en Túnez.

1 Adoptamos la transcripción de «Al-AndaluS», sin los punt.os diacríticos Y representando la letra n.º 5 con eh y fa 13 con sh.

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rato (de dónde viene su poesía, a qué escuela pertenece, qué léxico o métrica emplea), sino sobre su formación y estudios escolasticos, su «curriculum studiorum».

Lo único que sabemos, nos ha sido transmitido directamente por la Tuhfa, su obra autobiografica arabe. Hay que iluminar ahora esos datos con la bibliografia complementaria, que es toda ella accesoria, ya que no hay otras menciones nominales de Turmeda. Pero ni la Tuhfa ni sus datos habían sido examinados nunca a la luz de los estudios escolasticos de la época, ni los biógrafos de Turmeda habían analizado bastante las expresiones arabes y el sentido que querían expresar. Este trabajo necesario, aunque se­cundario, es el que quieren emprender estas paginas.

En primer lugar recogeremos lo que afirma Turmeda de sí mis­mo en la Tuhfa. Es un testimonio personal, escrito por el autor con fi.nalidad apologética, en arabe y lejos de los posibles conocedores de su vida. Pero hay detalles y descripciones que abogan por la veracidad. Es ademas lo único que existe por ahora como base de estudio.

Seguimos la traducción francesa de Spiro 2 , intercalado entre paréntesis algunas traducciones mas ajustadas o que pueden ilu­minar lo que quiso decir el autor, basados en la edición de la Tuhfa de El Cairo, 1895, cuyo texto transcribimos cuando se trata de traducir por nuestra cuenta. Spiro, a quien cabe el mérito de haber divulgado esta obra, no conocía la personalidad cristiana del autor, ni por tanto las demas obras catalanas del mallorquín.

EZ trivium y eZ quadrivium

«A la edad de seis años, mi padre me puso en manos de un sabio sacerdote (mu'allim min aZ-qiiistna, un maestro de entre los sacerdotes), bajo cuya dirección estudié el Evangelio hasta el punto de saberlo casi todo de memoria, después de dos años. »

«Después me puse a estudiar el idioma del Evangelio y la lógica durante seis años.» Las expresiones arabes indicarían lugat al-

• J. SPIRO, Le Présent de l'home lettré, «Revue d'Histoi.re des Religions» 12 (1885) 68-69, 179-205, 278-301; ed. Ernest Leroux, París, 1886 (la paginación esta tomada de esta edición); «Revue Tunisienne» 13 (1906) 19-101 (sólo se publica aquí la autobiografía).

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 3

inchil, lengua del Evangelio (Gramatica Latina) e 'ilm al-mantiq, ciencia de la lógica (Lógica y Dialéctica) 3 •

Estos estudios corresponderían al trivium (Gramatica, Lógica, Dialéctica). Se podían estudiar fuera de los Estudios Generales o Universales, y se comprende bien que los pudiera realizar Tur­meda en Mallorca, hajo la dirección de un sacerdote, en una escuela aneja a la catedral o a un convento.

Acabado este período, Anselmo Turmeda pasa a Lérida. Puede ser que fuera ya candidato a franciscano. Muy influyentes en Lérida, los frailes menores habrían procurado el pase del despe­jado muchacho a la única Universidad del Reino donde se podía estudiar Artes 4• Quiza fuera él por su cuenta. No eran muchos los mallorquines laicos en Lérida, como lo indican los rótulos que aquellos años 6 • Pero se encuentran, sobre todo en algunos pro­cesos de reyertas 6• Si se ha de creer a la Tuhfa, la posición desaho­gada de su padre le permitiría pagarse sus estudios, aunque el tes­tamento de su padrino, de 1375, mas bien parecería indicar que era éste un tejedor 7; aunque la corporación de tejedores abarcaba todos los grados de riqueza, habría que ver la cuantía de la he­rencia y aun así no quedaría esclarecida con seguridad la posición económica familiar. Es muy posible que Turmeda se pagase los gastos de bancaje y colecta 8 y sobre todo su manutención sir­viendo a algún clérigo o profesor, como luego parece ser que lo hizo en Bolonia. Siempre en la suposición de que no fuera aún franciscano.

• SPmo, o. c., p. 8; Tu.hfa (ed. 1895), p. 4, t 7. El griego no se introdujo hasta mas tarde en estos estudios.

• Hay una serie de documentos en los que las autoridades de Lérida insisten en que tienen privilegio para que no se enseñe en lugar alguno del Reino lo que en la Universidad de Lérida (cf.: Archivo de la Pahería de Lérida, Reg. 398, f. 41, publicada por Gaya Massot, Los valencianos en el Est'lldio General de Lérida <Valencia, 1950), p. 13 y por Villanueva, Viage literario a las Iglesias de España, vol. XVI, p. 42. También en Archivo de la Corona de Aragón (ACA), Reg. 197, f. 180, comentada por JosEP M.ª ROCA, L'Estudi General de Lleyda (Barcelo­na, s. a.).

• Vid. capítula 3, «Turmeda franciscano». • Debo también esta indicación al Sr. José Lladonosa, historiador y Cronista

de la Ciudad, fruto de sus húsquedas en los archivos ilerdenses, que tiene bien conocidos.

7 Vid. opinión de E. K. Aguiló, en «Museo Balear» l (1884) 12, aunque no publica el documento íntegro, ni da su localización en los archivos.

8 Vid. GAYA MASSOT, Las ren.tas del Estudio General de Lérida «Analecta sacr_a Tarraconensis» 25 (1952) 299 ss.

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Franciscano o no franciscano, el hecho es que cuenta que estu­dió en Lérida, durante seis años (hasta los veinte años de edad, según la Tuhfa), «física y astronomía>.

Física se dice en arabe 'ilm al.-tabí'a, «Ciencia de de la natura­leza», o también con el plural 'ilm al-tabí'iyyat 9 , que es la fórmula que utiliza Turmeda 10• Spiro tradujo directamente estos términos por Física, pero ateniéndonos a la terminología de la época que es la que Turmeda querría traducir al arabe, corresponde mas bien al «studium naturalium», con lo que se entendía todo el conjunto del qUOJdrivium (Aritmética, Geometría, Música, Astronomía), como diferencia de la lógica y quiza de la filosofía 11• Es la Sciencia de Natures de que habla, referente a esta etapa de los estudios de, Turmeda, Lorenzo Riber 12• Comprendería también en esta época la Filosofia, es decir, los textos de Aristóteles comentados.

Sobre el 'ilm al-nachchama, que Spiro traduce por «astrono­mía» y que correspondería a esta ciencia del quadrivium, también habría que precisar alga. La palabra arabe nachm, estrella, con sus derivados, se contrapone generalmente a faLak, astro, y los suyos. Los primeros sirven para formar derivados de astrología, los se­gundos de astronomía. :Éste es al menos el sentida actual que con­trapone 'ilm al-tanchtm, astrología, a 'ilm al-faLak, astronomía 13•

No sabemos si para Turmeda esta distinción era muy exacta o si hajo este derivada de naichm, estrella, se escondía el significado de «estrellero», que en castellana medieval quiere señalar a un tiempo al astrónomo que es también astrólogo. Es una voz que se encuen­tra ya, quiza por influencia arabe, en el siglo XIII en el Auto de los Reyes Magos y en la l .ª Crónica General 14• El insistir mas en este sentida de astrología y no englobar a la Astronomía entre las otras artes o «scientiae naturalium» indicaría en Turmeda una

• BELOT (Beyrouth, 1955), p. 443. 10 Parece totalmente errónea la lectura tabiyyat, con supresión de una radical,

que pone la edición de El Cairo 1895 (p. 4, l. 16), y sería posible pro bar lo al cote­jar los manuscritos, pues esta palabra no tiene ningún significada valido para el contexto, y Spiro, que había podido consultar muchos manuscritos tunecinos y franceses, no duda en traducir la palabra como si tuviera radical 'ayn.

11 Cf. M. Bru.EX, De evolutione iuridica studiorum in ordine minorum. Ab initio usque ad an. 1517 (Dubrovnik, 1942).

12 LoRENZO RIBER, Un anti-Lulio, «Boletín Academia española» (1932) 253. 13 Vid. Ch. PELLAT, L'arabe vivant (París, 1961), p. 4. " Vid. CoROMINAS, II, 447.

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afición especial o un deseo de recordar su fama de astrólogo y profeta que aparece en alguna otra obra suya. En la introducción a la Digputa del Ase, por ejemplo, se señala a Turmeda como «hom­me fort sçavant en toute science et plus que assez en Astralo­gie> 15• Ya Jerónimo Pont-Dezmur, en 1606, hacía referencia a Turmeda como hombre que «havia scrit ah rims, como astrolech que era, de las cosas à estas terras esdevenidores» 16.

Otros est'IJ)dios

A continuación, dice Turmeda que empezó a estudiar exclusi­vamente (o con asiduidad) el Evangelio y su lengua durante cua­tro años.

En este período se plantean varios problemas y las opiniones se dividen. «Por entonces vistió el habito franciscano, en cuya reli­gión se impuso en las ciencias superiores, filosóficas y religiosas», generaliza el P. Sanahuja 17• «Es mas que probable que durante el transcurso del año 1368 al de 1372 entrase Anselmo en la orden franciscana, residiendo entonces en Montblanch, donde volvió a estudiar, con preferencia lexicografía y sintaxis latinas» (Calvet) 18•

El P. Pou sólo dice, con su prudencia histórica, que al partir para Bolonia estaba «bien impuesto nuestro religiosa en los estudios ordinarios de las ciencias humanas y eclesiasticas» 19, mientras que Miret y Sans, comentando las palabras de Spiro «el Evangelio y

su lengua», dice: «Eso entendemos que significa que estudió el he­breo (o el griego) y concuerda con la anteriormente mencionada estrofa de las Cobles de la divisiò del regne de Mallorques:

Lo morisch vos és tot clar E en labraich sots molt destre 2'°.

"' Ed. 1606, p. 6; «Revue hispanique» 24 (1911) 369. 1• Citado por E. K. Aguiló «Museo Balear» l (1884) 130. 17 P. SANAHUJA, O. F . M., Historia. de la serafica provincial de Cata.luña (Bar­

celona, 1959), rp. 158. 18 CALVET, Fray Anselmo Turmeda, un heterodoxa español (Barcelona, 1914),

p. 84. 19 J. M. Pou y MARTÍ O. F. M., Visionarios, beguinos y fraticelos catalanes

(siglos XII-XV) (Vich, 1930) , p . 450. 00 MIRET y SANS, Vie de Fray Anselmo Turmeda, «Rev. hisp.» 24 (1911) 261-296.

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Las posibilidades que puede ofrecer este período pueden resu­

mirse en tres capítulos:

1.0 hizo el noviciado y repasó la gramatica latina y otras len­

guas 2.0 estudió filosofia 3.0 estudió teología

Son las posibilidades que vamos a estudiar:

1.0 Noviciado y lengua l,atina. Esta primera opc1on se adapta bastante bien a varios elementos biograficos de Turmeda y la si­guen varios de sus historiadores. El problema de su ingreso en la Orden Franciscana se trata en otra parte. Pero aquí nos importa ver dónde se pone su noviciado franciscano en el plan de estudios que describe la Tuhfa. La vaga denominación «el Evangelio y su lengua» indicaría esa época de estudio y espiritualidad religiosa que supone todo noviciado. Permite suponer que hizo este novi­ciado fuera de Lérida propiamente dicha, en Montblanch, por ejemplo, y se podrían localizar así todas esas referencias a las ciu­dades del «Pla de Tarragona», que supondrían un conocimiento directo del país 21• Pero téngase en cuenta que de esto no ha bla la Tuhfa ni lo mas mínima. En el noviciado de los franciscanos los «aprendices-religiosos» se prepararían con cierto estudio, explica­ciones de la Regla y vida religiosa, canto en el coro y otros ejer­cicios de virtud, a la profesión de sus votos, hajo la dirección de su maestro de novicios 22• Noviciado y estudio de lenguas, o- como se llamaran luego - humanidades, se adaptan bien a los principios de la vida religiosa y a lo que Turmeda querría expresar a sus lectores musulmanes con la frase «el Evangelio y su lengua».

2.0 Un estudio de la Filosofía. De ella no hace Turmeda ni la

21 Disputa de l'Ase, «Rev. hisp.» 24 (1911) 377, 427, 452, 455-57), Cambrils (452), Tortosa (452), Falset (455). Pou Y MARTÍ, o. c., pp. 449-450. cLos viajes por Tarra­gona, Cambrils (de la misma província) y otras poblaciones, citados por Turmeda en la Disputa, pueden fijarse perrectamente como realizados durante esta época de la vida de Turmeda, en la cual debió el fraile novel ejercitar sus dotes apos­tólicas en territorio catalan» CALVET, o. c., p. 77. No hay referencia alguna que indique que estuvo en Montblanch, si no es la leyenda secular de sus aventuras con Fra Marginet, históricamente inviables (vid. Calvet) .

.. Cf. M. BRLEK, o. c., pp. 67-68. Este cargo de maestro de novicios o de encar~ gado espiritual ;par·ece que continuaba hasta el sacerdocio.

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menor mención, a pesar de que tenía palabras equivalentes en arabe. Quiza tenía miedo de la tendencia antifilosófica que domi­naba en los ambientes religiosos del Islam magrebino. Pero puede darse la razón, como en el caso de la teología, que se estudiara mas adelante, de que no tuviera interés en mencionar, a los treinta años de dejar esos estudios, una ciencia en la que doctores arabes en Túnez podrían averiguar su ignorancia.

La Filosofía, elemento esencial en la actualidad para los estu­dios secerdotales, no lo era ni mucho menos en aquellos siglos. A principios de la Orden franciscana sólo se necesitaba la Lógica y la Gramatica para ir a estudiar teología, pero esto se fue modi­ficando. En la formación sacerdotal, sobre todo de franciscanos y dominicos, fue entrando la filosofía con mas o menos autonomía de la Lógica y «studium naturalium». Por los años de Turmeda los Capítulos Generales empezaron a urgir que nadie podía ir a Facul­tad de Teología si no había estudiado antes filosofía: «Nullus ad studium generale Theologiae mitti possit nisi audiat Logicam tri­bus completis armis et Philosophiam duobus et pro studio Pari­siensi ... » 23• Textos como éste son de suma importancia, pues, si se urgían, Turmeda no podía haber ido a estudiar a Bolonia, ya que en su biografía no figura que estudiara previamente filosofía, materia de la que los franciscanos del Reino de Aragón no tenían mas Estudio General que el de Zaragoza 2 4• Es un argumento de peso, si se supone que Turmeda era ya entonces franciscano. A no ser por lo que estudió en Bolonia, según la Tuhfa, «la ciencia de los principios y de los fundamentos de la religión cristiana», com­prendiera los principios filosóficos de la escolastica. O - cosa mu­cho mas probable - que estudiara la filosofía con las Artes, antes, como ha quedado expuesto mas arriba.

En realidad difícilmente se uniría la expresión «el evangelio y

su lengua» con las materias y los textos aristotélicos de la filosofía escolastica de aquel entonces. Ademas, un hombre que después emprende diez años de estudios en Bolonia, de los veinticinco a los treinta y cinco años, no pasaría aquí cuatro años, «de repaso»

"' Cap. Gen. Neapolitanwn (1370) . MF 29 (1929) 170, nn. 6 y 8; BRLEK, o. c., p. 60.

"' SANAHUJ"A, o. c., p . 172.

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- diríamos - del evangelio y del latín. Pero esta hipótesis vale también para explicar aquí el estudio de la teología.

En resumidas cuentas en el conjunto de los datos que se poseen no se hace la menor mención de la filosofía y esta materia, que se estudiaba como facultad aparte en las Universidades, no era ni muchísimo menos obligatoria para la carrera eclesiastica, ni tenía la importancia que luego había de tomar. Por otra parte, la noción de sacerdocio era muy diversa de la actual y no se concedía por razón de estudios ni como final de una carrera. Tendremos ocasión de verlo en el capítula correspondiente de la biografía de Turmeda.

Por tanto, esta hipótesis no esta muy de acuerdo con la frase de la autobiografía, pero podría postularse por razones «estructu­rales».

3.0 Estudio de: Teología. Es quiza la hipótesis mas plausible: «el Evangelio y su lengua», una fórmula muy de la época para señalar el estudio de la Teología como Sagrada Escritura comen­tada, y del hebreo (el griego no se estudiaba generalmente enton­ces, y es probable que Turmeda lo hubiera sacada también a relu­cir, si lo hubiera estudiada). Sobre todo si no quería evocar la pa­labra teología en su equivalente islamico 'ilm al-tawhtd ( ciencia de la unidad - de Dios). De hecho, Turmeda sa bía he brea 25• Por otra parte, este estudio privado de la teología, no en la Facultad teológica, pues no la tuvo Lérida hasta 1430 26, sina quizas en la famosa catedra de Alba de la iglesia de S. Juan de Lérida, siempre regentada durante toda aquella época por maestros franciscanos de fama 27, muy bien le podía servir de preparación para la ordenación sacerdotal, hacia los veinticinco años, o para que se le despertara la afición a las cuestiones teológicas, que iría luego a estudiar a Bolonia.

Esta hipótesis parece la mas probable, unida posiblemente al noviciado de franciscanos. Avalada por muchas de las informa cio-

'"' Cobles de la divisió del Regne de Mallorques (ed. M. Aguiló 1900), es­trofa 55.

"" P. SANAHU.TA, La enseñanza de la teología en Lérida. Catedras regentadaa por Maestros franciscanos (siglos XIV-XV) cArchivo lbero-Americanm> 38 U935) 418-448; 2. • época l (1941) 270-298.

"' P . SANAHU.TA, La catedra de Alba de la lglesía de s. Ju,an de Lérida. cArchi­vo lbero-Americano» l (1941) 270-287.

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nes ya traídas, no se contradice con que hubiera entrado francis­cana al acabar la carrera o estudio de Artes. También se daba el caso de un fraile ordenado sacerdote al año o dos de haber termi­nada su noviciado. Aunque aquí se da también la probabilidad, es­tudiada mas adelante, de que Turmeda ·se ordenara mas tarde, en Bolonia.

2. VIAJES

Otro punto interesante, aunque marginal, en la vida de Tur­meda, lo constituyen sus viajes, sobre todo sus viajes de estudios por Europa. Merece la pena que lo examinemos, al menos some­ramente.

Viaje a Bolonia

Dice Turmeda, según la traducción de Spiro, «al final de esos estudios dejé Lérida para trasladarme a Bolonia en Lombardía 28•

Sobre este viaje no tenemos ningún indicio de su itinerario, y los verbos arabes que emplea Turmeda no indican tampoco si fue por tierra o por mar.

Otro problema es el de la fecha en que se realizó. Los argumentos que hay para fijarla son muy conjeturales. El

dato principal es el de que se fue a Bolonia diez años antes de su paso al Islam y este paso se dio algunos años antes de la expedición de genoveses y franceses a Mahdia (1390) 29• Si la firma del docu­mento de Prato del 1386 es la suya 30, pertenecía ya Turmeda por estas fechas al personal de la aduana de Túnez, lo que coloca su paso al Islam hacia 1384 por lo menos, y su viaje a Italia hacia 1374. N o obsta a este calculo la fecha del testamento de Pedro Silves­tre (1375) ·a favor de Turmeda, pues igualmente podía heredar estando en Lérida o en Bolonia. Aunque se quiera deducir del testamento que aún no era sacerdote, no hay tampoco ningún in-

"" La edición de la Tuhfa de 1895 dice sólo: d>espués me fui a la ciudad de Bolonia de Lombardía» (p. 4, ll. 17-18). Prescindimos de las variantes mas o menos aproximadas que presentan los manuscritos arabj"s cuando se trata de nombres europeos, sobre todo de ciudades.

"' SPIRO, o. c., ipp. 10 y 15. 80 Vid. capítula 8 dnvestigaciones en Italia .. . ».

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conveniente - ya lo recalcaremos mas adelante - en que no fuera ordenado aún al empezar sus estudios de Teología en Bolonia.

Otro elemento que permite suponer que hay que adelantar algo la fecha con respecto a la que pone Calvet (hacia 1379) es la mayor dificultad que parece tienen los franciscanos catalanes para ir a estudiar a Italia una vez consumado el Cisma de Occidente (1378). Bolonia fue generalmente fi.el al Papa de Roma y- como Univer­sidad de la lglesia y por su Facultad de Teología - llegó a susti­tuir en parte a París, fi el al Papa de A vignon, a pesar de algunas resistencias serias. Vemos también que todos los favores que pres­tan los reyes de Aragón a franciscanos para viajes de estudio al extranjero se dan exclusivamente en esta época a estudiantes de París, A vignon, Toulouse o Perpignan 31• Incluso tenemos el caso curioso del infante Juan, no tan «indiferente» entre los dos Papas como el rey D. Pedro su padre, y muy favorable al Papa de Avig­non 32, intercediendo en 1379 ante el rey de Francia en favor de Fr. Nicolas de Costa, «de la ciudad de Mallorca», porque «no pu­diendo magistrarse ... en la Universidad de Cambridge, sin prestar juramento a Urbano VI, cosa que tampoco quisiera él hacerla, le concede tomar el grado de maestro en la de París» 33• Un ejemplo del sentir de parte, al menos, de los franciscanos catalanes con res­pecto a Italia y al Papa de Roma 34 es el hecho de la expulsión de cuatro estudiantes franciscanos, dos de ellos evidentemente ita­lianos, del Estudio General de Teología de Palma de Mallorca, por aceptar la obediencia de Urbano VI. Tuvieron que ser readmitidos por orden del Rey D. Pedro 35•

31 SANAHU.TA, Historia de la serafica . .. , p . 180 ss. •• A. lvARS O. F . M., La indiferencia de Pedro IV de Aragón en et Cisma de

Occidente, «Archivo Ibero-Americano» 29 (1928) 21-97. Sobre cómo procuró el rey D. Pedro el Ceremonioso que su «indiferencia» se cumpliera también en los bie­nes e individuos de la Orden franciscana en sus reinos, cf. SANAHU.TA, o. c., pp. 226-227.

33 SANAHU.TA, o. c., p. 180. .. Vid. el 'capítula XXXIII del P. SANAHU.TA, o. c., sobre las discusiones provo­

cadas por el Cisma entre los franciscanos catalanes. m «Archivum Franciscanum historicum» 17 (1924), 165; RUBIÓ I LLuCH, Docu­

ments . . . 11, 244; SANAHU.TA, o. c., p. 171.

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Franciscanos destinados al extr,anje'!"o 86

Otro punto interesante en la biografía de Turmeda es su ida a estudiar a Bolonia. No se puede saber los motivos que pudieron darse, pero sí se puede investigar un poco qué costumbre o legisla­ción tenían los franciscanos - si Turmeda era ya franciscano -para enviar o ir a estudiar a otros países.

Que era costumbre bastante frecuente el enviar a los jóvenes a formarse en estudios generales, aunque fueran lejanos, es una realidad general en el siglo XIV 87• En tiempo de Turmeda hay mu­cha legislación, lo que indica un hecho generalizado as.

Lo primero que notamos en esta legislación es el que se enca­rezca la idoneidad de los que se envían. Se recomiendan examenes serios antes de enviar del noviciado a estudios generales. Quiza sea para evitar recomendaciones, viajes costosos 89, y, sobre todo, por­que la finalidad de los estudios entre los franciscanos era formar los mejores para la predicación, que requería fuerzas físicas, cuali­dades morales y dotes oratorias, ademas de la ciencia que se adqui­ría en las Universidades. También quizas habría alguna queja de los superiores con respecto a algunos súbditos. El hecho es que la legislación se multiplicaba 40• A no ser que Turmeda fuera a Bo­lonia por cuenta propia y allí entrara franciscano, debería sujetarse a estas normas y ser objeto de toda esta selección, que una legisla­ción tan repetida indica que no siempre conseguía su efecto.

•• Este término no tiene, naturalmente, el mismo sentido ahora que en la Edad Media.

" Por ejemplo, en el capítulo g.eneral de Asís (1340) dice el artículo 13: cPro­vincia Sancti Francisci micti studentem de debito ad studiwn Tholosanum, Osso­nie, Salamantinum, Bononie, Florentinum, Midiolani, Ianuense, Pisanum, Ulix_­pone» «Arch. franc. hist.» (1913) 256.

88 SANAHUJA, o. c ., pp. 180-184 en que habla de los subsidios de los Reyes a franciscanos que iban a estudiar o doctorarse en Universidades o Estudios fuera del Reino.

"" Cf. BRLEK, o. c., p. 61. El Ministro General, Miguel de Cesena, en 1316 reco­mendaba que el candidato no fuera tan fiaco de fuerzas que tuviera que ir a caballo. •

'º Cf. «Acta capituli generalis anni 1346 Venetiis celebrati», publicado poi:. el P. Ferdinandi Delorme O. F . M., en «Arch. franc. hist.» 5 (1912) 698-709, sobre todo el capítulo Ill «De modo exterius exeundi» y el IV, arts. 22-26 Esta legisla­ción se repite y se pormenoriza en los capítulos generales Argentinense (1362) Y Napolitano (1370).

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Tampoco se puede adivinar si era muy frecuente enviar desde Cataluña a las Universidades italianas. Tenemos un texto, que es ya de 1421 y, por tanto, posterior al cisma que tantas cosas había cambiado, que señala que los cismontanos (italianos) podían ir a la Curia Romana, Bolonia, Padua y Perugia; los ultramontanos a París, Oxford, Toulouse y Cambridge 41• Pero esta división seria seguramente mas normativa que radical.

Parece ser que en el período inmediatamente posterior al cisma de 1378 no se ven franciscanos catalanes enviados a Italia, según el P. Sanahuja. Hasta encontramos un caso que nos hace sospechar que venían algunos a doctorarse, quiza por razón del Cisma 42•

Pero esto tampoco tiene mucho significado, como el hecho de que no figuren muchos súbditos del rey de Aragón, ni tampoco Turme­da, en los documentos notariales de los franciscanos en Bolonia. Estudiantes y sobre todo extranjeros no eran los mas indicados en una comunidad grande, para actuar como testigos en donaciones o testamentos.

¿París? ¿Montpellier?

Ademas de Bolonia, dice Turmeda en la Disputa de l'ase que estuvo en París 43• La Tuhfa no lo menciona para nada (lo cual obliga a rebajar un poco el dar demasiada fe a todos los datos, uno por uno, que pretendemos sacar de las obras de Turmeda). Calvet opina que esto debió de ocurrir en estos diez años. Miret y Sans, que también se inclina por la afirmativa al opinar sobre sus estu­dios en París, hizo unas breves e infructuosas pesquisas para des­cu brirle en la capital del saber de entonces 44• No se ve con qué fundamento Rafael Tasis 45 afirma que Turmeda estuvo estudiando en Montpellier: «estudià a Lleida i a Montpellier».

" Cap. Gen. For i Livi, AF. II, 276. Cf. BRLEK, p . 46. .. Cf. el caso de Fr. Guillermo de Monrava, en 1408, que había estudiado

teologia en Florencia, Pisa, Mesina y la Curia Romana. SANAHUJA, o. c., p. 184. 43 «Rev. hisp.» 24 (1911) 420. " «Rev. hisp.» 24 (1911) 15. "' En las notas biograficas de su Antologia de la. Poesia Catalana. De Ramon

Llull a Jacint Verdaguer (segres XIII a XIX) (Barcelona, 1949), p. 28.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 13

Via.je a Túnez

En cuanto al v1a3e Bolonia-Mallorca-Sicilia-Túnez, que nos cuenta la Tuhfa 46, vemos que no tuvo ninguna dificultad econó­mica con la ayuda del profesor y algunos ahorros que tendría él. Es posible que la detención de unos meses en Mallorca le sirviera para reunir algún dinero para las eventualidades de su nueva vida en tierra islam.ica. N o es de suponer esperara, por el mero hecho de su conversión, todas las ventajas de sus cargos que le vinieron luego 47• Tampoco parece que tuviera anteriores connivencias con los musulmanes. Hombre previsor y probablemente, por los cargos que tuvo luego, con un notable sentido económico de las necesi­dades de la vida, no dejaría de tener preparado estos puntos. Lo que no podemos mas que conjeturar es la causa o razón por las que obtendría esos permisos u órdenes de viajes de sus superiores religiosos. Los historiadores de las 'órdenes Religiosas estan de acuerdo en afirmar que . se enviaba facilmente a aquellas tierras a los religiosos turbulentos o que daban que hacer.

3. TuRMEDA FRANCISCANO

Varios problemas que presenta aún la biografia de Turmeda estan relacionados con su vida de religioso franciscano.

Fue franciscano

La Tuhfa no menciona que sea fraile, ni franciscano, al hacer el recorrido de sus años de estudio, así como tampoco hace men­ción de cuando fue ordenado sacerdote. Pero refiere, al final de sus estudios, que. en Túnez sus correligionarios cristianos no le tenían

"' SPmo, o. c., p. 13: «Habiendo hecho todo para tranquilizarle (a MarteD, hice mis preparativos de viaje y me despedía de él. Entonces me cohnó de ben­diciones y me entregó como viatico cincuenta dinares de oro.

«Me embarqué para la ciudad de Mallorca, mi patria, donde me detuve durante cinoo meses, esperando un baroo que hiciera velas hacia tierra de musuhnanes. Habiendo llegada un navío que se dirigía a Túnez, me embarqué en él. Dejamos Sicilia en el momento de la puesta del sol y echamos ancla en la ibahía de Túnez al mediodia.»

" Cf. para este punto J.-H. PRoBsT, Fra Anselm Turmeda et sa conversion c1 l'islamisme «Rev. hisp.» 38 (1916) 464-496.

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14 M. DE EPALZA

sólo por «Un gran sabio de nuestra religión:. 'alim kaMr f?, d1.nina 48,

lo cual se deduciría ya de todos los estudios que ha relatado en las paginas anteriores. El Sultan pregunta ademas por ese qism recién llegado («prêtre>, sacerdote, según Spiro). Y cuando se enteran de su apostasía, los cristianos dicen: «El solo deseo de casarse le em­pujó a esta acción, pues entre nosotros el sacerdote (qiss1.s) no se casa».

De hecho qiss?.s tanto ha significado en arabe «sacerdote» como «religioso» cristiano, con esa ambigüedad que tiene también en castellano la palabra «cura», que se aplica en ambos casos, aunque se use mas para el sacerdote no-religioso, el de parroquias, por estar éste mas relacionado con la gente y ser mas conocido por el pueblo. En arabe es probable el fenómeno paralelo. En cambio la palabra rahib y sus derivados (monje), es posible que no fuera tan conocida en el occidente islamico y es un poco especializada. Es comprensible, por otra parte - aunque lo contrario tampoco ten­dría nada de extraño - que Turmeda no tendría ninguna razón para explicar detenidamente a los musulmanes la diferencia entre el sacerdote religioso y el sacerdote que no lo es. El hecho es que no hay mención en la Tuhfa de que se hiciera franciscano, ni cuando.

En cambio en la documentación cristiana se le menciona siem­pre como Fra o Frare Anselm Turmeda. En sus obras literarias: Cobles de la Divisiò del regne ck Mallorques 49, Llibre de bons amonestaments 50, Profecies '51, Dispu.ta de l'Ase 52, Profecia de l'Ase '53• También en los documentos oficiales que le dirigen: en 1402 las autoridades de Mallorca 5 \ en 1414 el papa Benedic­to XIII 65, en 1921 Alf onso el Magnanimo dirigiéndose a él y al

'" Tuhfa, ed. 1895, p. 9, !l. 3. "' Ed. M. AGUILÓ, estrofa 105. "" Ed. castellana 1724, p. 23. .

1>1 Ed. AI.ós, «Rev. hip.» 24 (1911) 482, ed. RA:moNDr, «Archivio Storico per la Sicilia Orientale» 11 (1914) 237, ed. BoHIGAS, «Estudis universitaris catalans> 9 (1916) 177.

52 «Rev. hisp.» 24 (1911) 358 ss., en que se citan también las ediciones fran­.cesas conocidas y los títulos de la catalana y castellana, hoy perdidas. Todas ellas citan a Fray Ansehno en su título.

03 Ed. RuBIÓ Y BALAGUER, «Est. univ. cat.» 7 (1913) 24. 1>< E. SANS, Fray Anselm Tunneda en 1402, «Est. univ. cat.» 22 (1936) 40. -"" Pou Y MARTÍ, Sobre Fray Anselmo Turmeda, «Bol. R. Academia Buenas

Letras Barcelona» 14 (1914) 46. Reproducido luego en VisionaTios. • . ·

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 15

hijo mayor del sultan hafsida 56 y mas tarde en el salvoconducto que le dirige en 1423 el mismo rey 157• Sus obras estarían todas ellas, a juicio de Probst que lo ha estudiada expresamente, impreg­nadas de espíritu franciscana 58• Sólo se le da otro título (Caid Abdallah) cuando se menciona su nombre arabe.

Pero toda esta documentación, posterior toda ella a su paso al Islam, no aclara nada sobre la fecha de su entrada en la Orden. Para eso sólo contamos con el documento notarial de 1375 59, en el que se nos dice que era ya fraile.

Pueden presentarse, con la base de este documento - la única prueba definitiva de que fue franciscana-, tres hipótesis para si­tuar su entrada en la Orden de San Francisca, dentro del conjunto de la vida de Turmeda tal y como es conocida en la actualidad: que haya entrado franciscano en Mallorca, en Lérida o en Bolonia.

¿Francisca.no ya en Mallorca?

Es posible que lo fuera ya, hacia los catorce o quince años, antes de empezar los estudios de Artes en Lérida. Esta hipótesis expli­caría bien las alusiones a frailes de Mallorca - que dice conoció cuando era pequeño 60 - y de Ibiza 61• También militaría a favor

06 ACA, Reg. 2.672, f. 110 r, publicado por CALVET, o. c., pp. 52-53. "' ACA, Reg. 2.691, f . 138 v, publicado por A. Acun.6, como añadido al Can­

çoner ... . , de su padre M. Aguiló, en 1900, p. 98. También en CALVET, o. c., J?&-ginas 40-44. .

'" O. c ., pp. 477-485, en que se estudia expresamente «Les signifi.cations fran-ciscaines de la diSPutation de l'ase de Fra Anselm Turmeda>. -

59 E. K . Acun.ó, «Museo Balear» l (1884). 00 Disputa de l'Ase, «Rev. hiSP.» 24 (1911) 451-452. 01 Cobles de la divisiò del regne de Mallorques, ed. M. Acun.6, estrofa 91:

despuy que apres lo vayll a la porta Plegadissa al costat duna bardissa viu mon companyo cremar, un altren viu socarrar dins aquell any en Ervissa

Esta estrofa que hace referencia, por el contexto, a la lnquisición, se sitúa seguramente en Mallorca. La porta Plegadissa señalaría el castillo de Bellver o alguna otra de la ciudad de Palma, con un puente levadizo sobre foso. La alu­sión a Ibiza es clara. Lo que no se ve tan claro es la presencia de un francis­cano establemente en Ibiza, donde parece no había convento y no es facil por tanto que le incausara allí mismo la Inquisición. En el material, muy escaso, que he podido encontrar no sale ningún proceso en las Baleares contra frailes o fraticelos. Sobre el convento de Ibiza, el P. Sanahuja habla frecuentemente del

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16 M. DE EPALZA

de esta hipótesis el hecho de que había pocos mallorquines no reli­giosos entre los estudiantes de Lérida. Véanse los «rótulos» o peti­ciones dirigidas al Papa por profesores y alumnos de la Univer­sidad de Lérida para provisión de cargos eclesiasticos, con indi­cación de la diócesis de origen, de los años 1378, 1381 y 1396, co­rrespondientes a la promoción estudiantil de Turmeda e inmedia­tamente siguientes. Son una interesante «cata» geografica de pro­cedencias del alumnado 62• En estos tres documentos los mallor­quines figuran en la proporción de 3 entre 24 7, 2 entre 95 y nin­guno entre 168, respectivamente 63•

Ya se ha hablado mas arriba sobre su situación económica. No €xistiría ningún problema, si le suponemos franciscano, y se expli­caría en parte que le llevaran al único estudio general de Artes que existía en el reino, donde por otra parte los franciscanos tenían muchísima influencia y, puede decirse, vara alta en lo referente a la Universidad.

Obstaría en contra el que, según la Tuhfa, tendría Turmeda al salir de Mallorca sólo catorce años y, sería por tanto, demasiado joven para ingresar en la Orden. Pero en cuanto a la edad para admitir candidatos, los franciscanos, después de la peste de 1348, parece que acogían facilmente a muy jóvenes. 64

También podría obstar en contra el hecho de que los francis­canos no solían ir a otras Facultades de fuera a no ser a las de Teología. Pero esta norma ha de interpretarse sobre todo si se

convento de Ibiza anca). Como esta ciudad esta en Mallorca, parece una equi­'Vocación. Las fuentes a que hace referencia no hablan, al parecer, mas que de Inca (cf. SANAHUJ"A, o. c., pp. 65, 66, 68, 81, 977).

62 Han sido publicados los tres por el Dr. Josep Rius, respectivamente en L'Estudi General de Lleida, «Criterion» 8 (1932) 72-90; Documentos per a la història de la filosofia catalana. Un altre rotllo de l'Estudi General de Lleida, «Criterion» 10 (1934) 96-105, 11 (1935) 139-151; L'Estudi General de Lleida en 1396 «Est. univ. cat.» 18 (1933) 160-174, 20 (1935) 98-141.

63 Para idéntica finalidad de cata han sido también interpretados así por Gaya Massot, Los valencianos en el Estudio General de Lérida CValencia, 1950).

04 «Ütra causa principal (de la decadencia de los franciscanos) . . . fue la horrible epidemia de 1348, la Hamada muerte negra, que acabó con las dos ter­ceras partes de los hombres de toda Europa. La Ovden, con muy mal acuerdo, se dio a a umentar el número de religiosos como fuese, llenar los vacíos de los caídos y aún sobrepasar el número de antes. Al parecer, apenas se atendía mas que a reclutar gente, sin la debida selección, y a admitir a la profesión jóvenes, a tontas y a locas.» SANAHUJ'A, o. c., p. 233. Cif.• en el mismo sentido M. BRLEK, o. c., p . 30. Si la entrada de Turmeda fue hacia 1365, quince años después de esas bajas, no es imposible que se «beneficiara» de estas circunstancias.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 17

trata de fuera de la provincia religiosa 65• Por otra parte los fran­ciscanos de Mallorca podían ver en el muchacho una inteligencia despejada, y le enviarían ya de niño a estudiar, haciendo tiempo para otros estudios superiores hasta los veinticinco años en que se ordenaría sacerdote.

Con todo, a pesar de estas reservas, todo el conjunto de difi­cultades que presenta esta hipótesis ha inclinado generalmente a los historiadores de Turmeda a poner su ingreso en la Orden de San Francisco en Lérida.

¿Franciscana en Lérida?

Esta opinión, de que ingresara franciscano en Lérida o sus alre­dedores (Montblanch ... ) una vez acabados sus estudios de Artes, tiene a su favor a Cal vet, al P. Pou y con ell os a todos los biógrafos de Turmeda. Así se explicarían ademas los cuatro años de los que dice Turmeda «me puse a estudiar exclusivamente el Evangelio y su idioma», frase que puede referirse al latín y hebreo junto con los ejercicios espirituales propios de N oviciado, así como también a la teología preparatoria a la Ordenación sacerdotal. Así se ha estudiado en otro pasaje de este estudio.

«Durante los seis años que Turmeda frecuentó las aulas de la célebre Universidad catalana y también en su ciudad natal, no podía menos de conocer y admirar a la Orden Franciscana . . . Es bien probable, pues, que estando Turmeda estudiando en Lérida entrase en la Orden de San Francisco, y no hay inconveniente en señalarle como habitación el convento vecino de Montblanch, villa importantísima en aquellos tiempos y predilecta de los soberanos aragoneses» 66• Saldría luego de allí para perfeccionar o iniciar sus estudios de Teología en Bolonia.

¿F,,.,anciscano ,en Bolonia?

Esta posibilidad, que ningún dato viene a contradecir rotunda­mente, no ha sido mencionada seriamente por ningún autor. Tiene en contra las diversas y frecuentes alusiones a franciscanos en España, que supondría un conocimiento bastante íntimo, aunque no se excluye que los conociera en España desde fuera de la Orden,

.. Cf. BRLEK, o. c., p . 39 y 46 «Arch. Franc. hist.» 5 (1922) 703. 68 Pou Y MARrl, oc. c., pp. 449-450.

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ya que habla igualmente de otros frailes, especialmente dominicos. De hecho todo lo que alaba 67 o vitupera 68 podía muy bien correr en boca de la gente, o haber sucedido en Italia y aparecer en Cata­luña para efectos del público catalan al que, por la lengua utili­zada, se dirigía.

El hecho que hace sospechar que al empezar sus estudios en Bolonia quiza no fuera aún Turmeda franciscano es la descripción de sus relaciones con su profesor de Bolonia, tal y como nos lo cuenta en la Tuhfa. He aquí los pasajes mas chocantes.

«En cuanto a mí, habitaba el presbiterio 69 de un sacerdote de mucha edad ... Como seguía sirviéndole y rodeandole de mis res­petos, llegó hasta confiarme las llaves de su morada y de sus arma­rios de provisiones. Todo estaba bajo mi poder, excepto la llave de un pequeño cuarto en el interior de su casa, donde nadie mas que él entraba. Era probablemente el lugar donde escondía los tesoros que le eran enviados. Pero sólo Dios sabe en realidad lo que era» 70•

Esta descripción, que difícilmente puede ser una ficción lite­raria, corresponde mucho mas a un sacerdote no-religioso, por muy ampliamente que se pueda concebir la pobreza personal del fran­ciscana y la sujeción al superior en sus haberes, tratandose de un profesor eminente y una gran personalidad 71• Ademas, el hecho

"' Vid. Cobles . .. , ed. M. AGUILÓ, estrofas 44 ss. La personalidad histórica de esos religiosos ha sido documentada sobre todo por E. K. AGUILÓ, cMuseo Ba­lear>> 2 (1885) 218-226, 256-264.

~• Disputa de l'Ase «Rev. hisp.» 24 (1911) 425 ss. Llibre de bons ... (ed. caste­llana 1744), p. 16.

09 En la edición arabe de 1895, kanísa, también ciglesia:t>. Aunque no se use así generalmente, su raíz puede significar «convent.o» o lugar de reunión de gente sagrada. Es seguramente esta voz y no la oriental dayr, cconvento», la que designaría el antiguo convento-iglesia de los franciscanos en Túnez, de la que Mas Latrie dice expresamente cC'était vraisemplablement le prespytère même du foundouc, la maison du desservant, agrandie peut-être et convertie en cou­vent pour ·les religieux, auquels était généralement confié le service des oratoires chrétiens» (Relations et commerce de l'Af1i.que Septentrionale ou Magreb avec les nations chrétiennes au moyen élge [Paris, 1886], p. 193). Como el sentido mas corriente es de «iglesia» y en la iglesia no se vive, Spiro, que no sabia que Turmeda (Abdallah) había sido franciscano, tradujo muy bien cpresbytère», lugar adjunto a la iglesia, donde viven los eclesiasticos, sin llegar a precisar tanto como «convent.o», cosa que no se puede concretar, sobre todo en la hi,pótesis, posible, de que Turmeda no fuera franciscano al llegar a Bolonia.

•• SPmo, o. c ., pp. 9-10. "' Sobre el cpeculio» personal de los religiosos y hasta dónde podía llegar la

opinión de Turmeda en «Rev. hisp.» 24 (1011) 445-450 aunque luego lo repruebe como ejemplo de avaricia.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 19

de referirse sólo y siempre a un solo sacerdote, parecería excluir, al menos en los primeros tiempos de su llegada a Bolonia, a una comunidad de religiosos, entre los que podía destacarse aún mas, a todos los efectos apologéticos, la figura del maestro.

Como no se concibe facilmente que Turmeda franciscano no si­guiera en Bolonia . sus cursos en los Estudios Generales de su Or­den, con maestros sólo franciscanos, cabría emitir la hipótesis de que, al principio al menos de su estancia allí, siguiera las clases hajo la dirección de ese sacerdote, con quien luego, ya franciscano, proseguiría en buenas relaciones y al que seguiría teniendo como maestro y director de estudios.

También cabe otra hipótesis en relación con Turmeda francis­cano y el maestro Martel. Pudiera ser que Turmeda, franciscano en Cataluña, hubiera dejado de serlo al ir a Bolonia o en sus estu­dios universitarios allí, pasando a vivir al servicio de este sacer­dote. Esto explicaría el género de vida y de relaciones profesor­alumno que de otra forma chocan; el salir de la Orden, siendo estudiante, no era un fenómeno raro, sino muy corriente enton­ces 72• Lo que no se explicaría tan facilmente es que Turmeda, salido de la Orden Franciscana, tuviera tanto aprecio a llamarse Fra Anselm en sus obras literarias y fuera tratado así por todos, reyes y papas incluidos. Claro esta que esta denominación se ex­plica mas por ' la fama que dio a su nombre el que firmara con él sus poemas que por su personalidad de fraile en Europa, antes de su apostasía. Mucho mas notable, aunque le quitemos la exagera­ción comprensible que se transparenta en la Tuhfa, sería quizas el aprecio de sus compatriotas cristianos de Túnez al llegar él allí si era un ex fraile, cosa que podía saberse entre los franciscanos, si había franciscanos en Túnez 7ª, o al menos entre los clérigos y

02 El P. Piana O. F. M., a quien presenté, corno entendido que es en historia franciscana, esta posibilidad, opinaba que era rnuy viable, dado el número de religiosos que dejaban la Orden en aquella época durante sus estudios, fueran p no sacerdotes. Sería .quizas una explicación para esa situación descrita en la Tuhfa rnuy extraña, a su juicio, en la vida religiosa franciscana de la época.

78 Es un dato que no he ipodido averiguar aún con certeza. El P . Sanahuja habla del convento de Túnez en 1315, con relación a Ramón Llull (o. c., p. 81) y menciona a Túnez en listas de conventos pertenecientes a fa Provincia de Aragón a principios del siglo XIV (o. c., p. 65), ¡pero mas tarde ya no lo men­ciona en otra lista de conventos a fines del rnismo siglo (o. c., p. _66). No se ve si es porque se cerró o porque pasó a de¡pender de otra provincia franciscana:

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20 M. DE EPALZA

mercaderes procedentes de Italia, Cataluña o Mallorca, sobre todo en un espado de tiempo de seis meses en que vivió entre ellos muy honrado, siempre según la Tuhfa.

Ademas es posible que, si hubiera dejado de ser franciscano antes de ira Bolonia, no hubiera ido a aquella Universidad, mucho mas mediatizada por los franciscanos, que había abandonado, que París, argumento que no tiene tampoco fuerza absoluta ni muchí­simo menos.

Coll'l,Clusianes

No es faci! presentarlas muy seguras, después de la exposición que antecede. De todas maneras, dada la posibilidad de que Tur­meda no fuera franciscano en Bolonia, al menos en parte de sus estudios - sea que viniera franciscano de Lérida y dejara la Orden al principio de sus estudios boloñeses, sea que se hiciera fran­ciscano en Bolonia -, ambas hipótesis explicarían mas facilmente, a los ojos de muchos, su paso hacia el Islam.

El descubrimiento de la existencia de algún documento refe­rente a su vida o actividades en tierras cristianas permitiría dilu­cidar algunas de esas incógnitas apuntadas.

4. ÜRDENACIÓN SACERDOTAL

Con los pocos datos que poseemos sobre Turmeda, cualquier nuevo punto de referencia puede cambiar totalmente la orientación de su biografía o confirmar definitivamente una de las muchas hipótesis que se han hecho sobre algún pasaje de su vida. Pero una investigación sistematica en los archivos para encontrar esos datos es casi imposible. Prueba de ello la «casualidad» con que se han ido descubriendo casi todos los documentos hasta ahora conocidos que nos hablan de él.

no he podido acudir a las fuentes que cita. En el tratado de 4-VII-1392 entre «'únez y Venecia (Libri Commemoriali Ven. VIII, 161, en el Archivio di Stato di Venezia) , aparece entre los testigos de la parte cristiana el «regens ecclesiam sancti Francisci terre Tunisii», cuyo titular, Fray Piacido, es benedictina, lo que induciría a creer que la iglesia y convento hecho por los franciscanos había pasado a los benedictinos o al menos no era regentado por ellos a fines del siglo XIV. Véase G. GoLusovrcH, Tunisi francescana nei Seco!i XIII-XV. «.Arch. Franc. hist.» 13 (1920) 298-300. ·

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 21

Hay un hecho, con todo, en su vida, que se presta a una com­probación documental: su ordenación sacerdotal. Y es el objeto de la investigación cuyos pasos y resultados se exponen a conti­nuación.

La idea vino de la Ordenación de Fray Francisco Eximenis, que se conserva en el Archivo episcopal de Barcelona 74. Exami­nado el Ordinatorum para comprobar la fecha, es facil ver que este género de documentos no sólo trae la fecha de la ordenación sacer­dotal, sino también el lugar y ordenante, así como la Orden Reli­giosa a la que pertenece el ordenando y muchas ~eces el nombre de sus padres y el lugar de nacimiento. Si se añade que las suce­sivas ordenaciones, mas o menos espaciadas, desde la tonsura al presbiterado, se escalonan en un período de varios años, sería una fuente preciosísima de información para la biografía de Turmeda. Como los registros de Barcelona empiezan ya a inicios del s. XIV,

era muy posible que así fuera también en las demas diócesis ca­talanas.

Búsquedas en Lérida

Lérida, primer lugar indicado para iniciar la búsqueda, resultó una decepción. Los archivos episcopales, donde se debieran con­servar estos documentos, fueron quemados el año 1936. Dado el sistema, cerrado a los investigadores, con que se conservaba ese archivo, se pueden dar por perdidos todos los datos que pudiera contener. El Archivo catedralicio o Capitular, salvado por poco en aquella ocasión, no contiene esa clase de documentación. Ademas, ha sido lo suficientemente revuelto por el Sr. Lladonosa, Cronista de la ciudad, y por el P. Sanahuja O. F. M., como para que se les escapara facilmente un dato referente a la relevante personalidad como es Turmeda, tanto para los catalanes como para la Orden franciscana. Por tanto, de la ordenación en Lérida, muy probable, al menos para la tonsura y otras órdenes menores, no se puede ni afirmar ni negar nada documentalmente.

" Ordinatoru.m, R eg. 4, a 22-XIl-1352.

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En Tarragona

Quedaba entonces el recurso de acudir a Tarragona, en cuya archidiócesis esta encardinado el importante convento de francis­canos de Montblanch.

El sistema de tener registrada las ordenaciones sacerdotales en el Archivo Archiepiscopal de Tarragona es muy semejante al de Barcelona, pero las ordenaciones no fi.guran juntas en volumen aparte, sino que estan mezcladas en los registros varios con los demas asuntos de la Curia arzobispal. Pero no es difícil encon­trarlos, por la forma documental a columnas muy específicas que toman, y por los índices manuscritos, relativamente modernos y bastante buenos, que poseen esos registros.

Consultados los registros correspondientes a la probable estan­cia de Turmeda en Montblanch 76, y aún un poco las anteriores y posteriores, se encuentran efectivamente, diversos franciscanos ordenados en Montblanch. Pero no hay la menor alusión a Tur­meda, ni a un Ancelm o Entelm que pueda disimular su nombre. Por otra parte, esta no probaría gran cosa, ya que los registros tie­nen lagunas inmensas, que abarcan a veces años enteros. La des­proporción documental que se advierte entre los documentos, por paner un ejemplo, del año 1369 y la de cualquiera de los años si­guientes, muestra todo lo que falta en esos registros.

Siendo la presencia de Turmeda, según la Tuhfa y las demas indicaciones históricas que se encuentran en lo restante de sus obras, sumamente improbable en otras diócesis catalanas, ni si­quiera en Mallorca, no quedaba mas remedio que seguir la investi­gación en Bolonia.

En Bolonia

Allí la difi.cultad proviene de que basta muy tarde - princi­pios del s. XVI - las actas de las ordenaciones no se guarda ban en la curia arzobispal, sino en los archivos de los notarios, principal­mente de curia. Esta observación del P. Piana, O. F. M., me fue luego confirmada por el actual archivero del arzobispado, Sr. Fan-

.. Reg. VIlI-XI (1360-1369), XII (1369), XIII-XIV (1370-1386).

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 23

ti. La labor del P. Celestino Piana O. F. M., ha sido la de extraer de todo el farrago del fondo notarial del Archivio di Stato di Bo­logna los nombres y fechas de ordenados franciscanos. El fruto de este trabajo 76 recoge 260 ordenados, pero en ellos no esta Turme­da, ni ningún Anselmo de Maiorica o de Catalonia. Las enormes lagunas que supone también este trabajo, reconocidas por el bene­mérito investigador boloñés que las ha llevado a cabo, no periniten tampoco aventurar ninguna afirmación tajante, y dejan aún una abertura a la esperanza en posteriores descubrimientos archivísti­cos, o a una duda sobre la totalidad de la narración boloñesa de Turmeda, para lo que no han faltada partidarios 77•

La búsqueda de otros archivos italianos resultaría por ahora, evidentemente descabellada, y su éxito constituiría, como casi toda investigación archivística sobre Turmeda en el momento actual, una feliz pero imprevisible casualidad.

Importancia de la Ordeñación para la cronología de Turme.da

Otro dato relacionado con la ordenación de Turmeda es el del testamento otorgado por el ciudadano mallorquín Pedro Silvestre a favor de su ahijado Fray Anselmo Turmeda, «dicti ordinis fra­trum Minorum», en 1375 78• En este dato, interpretado por E. K. Aguiló, y en la referencia de la Tuhfa de que su conversión es anterior al sitio de Mahdia por genoveses y franceses (1290), se ba­san fundamentalmente todos los calculos de cronología que con Calvet han seguida todos los historiadores de Turmeda, con ligeras y no siempre justificadas variantes. El trabajo de Aguiló, ha per­Initido también separar definitivamente las aventuras de Turmeda de las de Fray Marginet, posteriores a 1441, según esos calculos generalmente admitidos 79•

"" C. PlANA O. F. M., Promozioni agli. Ordini sacri di religiosi francescani a Bologna (1345-1508), «Areh. franc. hist.» (1964) 3-89 .

.., Cf. BRUNSCHVIG, La Berbérie orientale sous les Hafsidos (Paris, 1940), pa­ginas 469-470 .

.,. Según el documento encontrado por D. Tomas Aguiló y dado a conocer ¡por su hijo E. K. Aguiló en «Museo Balear» l (1884) 11-12 .

.,. No por t.odos. El Ensayo de un diccionario de la literatura, de F. C. Sainz .de Robles (Aguilar, Madrid, 1953, 2.ª ed., t. li, pp. 1.119-1.122), tan novelero como indocumentado, al menos cuando se trata de Turmeda, sigue contando las aven­turas del monje de Poblet, el franciscano de Montblanch y la monja Na Alienor.

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24 M. DE EPALZA

Estos cómputos de E. K. Aguiló, ampliados por Miret y Sans, y

perfeccionados por Calvet, se basan en las siguientes hipótesis: l.ª Turmeda no era sacerdote en 1375. Si hubiera sido sacer­

dote ya, su padrino le hubiera hecho encargar en el testamento alguna s misas, en vez de la fórmula «Ut aret Deu m pro anima mea» 80• Esta deducción no se presenta como apodíctica, pero es fundamental para la cronología que se establece tradicionalmente de los hechos de Turmeda.

2.ª Que como la edad mínima para ordenarse eran los vein­ticinco años, Turmeda a la sazón tendría menos de veinticinco. De esto se deduce que, si no podía entrar en la Orden Franciscana hasta los quince años 81, Turmeda tendría entonces, el año 1375 entre quince y veinticinco años, y habría, por tanto, que poner su nacimiento entre los años 1350 y 1360. De ahí se empieza toda la cronología de los años de estudio que da la Tuhfa.

3.ª Estos datos vendrían confirmados por las indicaciones de la Tuhfa. Si la conversión al Islam se verifica pocos años antes del sitio de Mahdia de 1390 (es decir hacia 1387) y Turmeda tenía entonces treinta y cinco años, hacia el año 1375 tendría pues vein­titrés años, y no podría ser aún sacerdote, lo que confirmaría la suposición del testamento.

4.ª Otra pieza fundamental en este calculo es el presupuesto general de que sería ordenado antes de ir a Bolonia, y que por tanto los diez años de estudio en esa ciudad de que habla la Tuhfa hay que intercalarlos entre poco después del testamento de 1375 y unos años antes del sitio de Mahdia de 1390 82•

RO E. K. AGUILÓ, o. c., p. 12. 81 Este dato no lo he sabido encontrar confirmado. por ahora, por ningún

documento, aunque esto no variaría mucho las conclusiones. Habría que revisar para ello la legislación de los Capítulos Generales franciscanos. La suposición de E . K. Aguiló parece fundada sobre todo en la legislación vigente a fines del siglo XIX. Hay en cambio testimonios que permiten conduir que se había lle­gado a casos de bastante Iaxitud en aquel tiempo (vid. capítulo 3 «Turmeda franciscano»).

"" «Probablemente ordenada de sacerdote, se trasladaba en 1376 ó 1377 a Bo­lonia», afirma prudentemente el P. Pou (o. c., p. 450). Pero el que siri afirmar lo lo supone siempre al construir con tanto cuidado su cronologia es Calvet (o. c., pp. 84-93).

110

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 25

Algu:nas precisiones

A este calculo, que hoy por hoy, por endebles que puedan pare­cer sus fundamentos, no hay razón para refutar, ya que no hay casi datos para sustituirlo, quisiéramos añadir algunas precisiones.

Al primer punto no se puede sino formular la pregunta de si entonces era costumbre expresar peticiones de misas en los testa­mentos, y si no bastaba con la sola indicación «Ut aret Deum pro anima mea», sobre todo tratandose no de un encargo a la parro­quia, sino a uno casi de la familia.

Al segundo, sobre la edad canónica de la ordenación, es a lo que se podría poner alguna dificultad. Al no precisar E. :K. Aguiló las fuentes jurídicas para afirmar la imposibilidad de ordenarse antes de los veinticinco años, cabía la posibilidad de una extrapo­lación histórica, tomando como base el hecho jurídico contempo­raneo, de la legislación canónica de fines del s. XIX 83.

De hecho, la legislación general no es clara en los documentos de aquella época y la practica menos aún. De esto se puede uno convencer recorriendo los diversos canones recogidos por Graciano en su famoso Decretum, Dist. 77 y 78, y aún mas leyendo los cano­nes de las Decretales de Gregorio VI, libr. I, título 14: «De aetate et qualitate et ordine praeficientium», y el mismo título de Liber Sextus y de las Clementinas. Como es sabido, estos libros, con las Extravagantes de Juan XXII, constituyen el Corpus Juris cano­nici, código oficial o colección oficial (salvo el Decretum) de la legislación canónica hasta 1917. Entre las Clementinas se halla el decreto mas reciente y claro: «Generalem ecclesiae observantiam in hac parte praeferri decernimus, ut, alio non obstante canónico impedimento possit quis libere in decimo octavo ad subdiacona­tum, in vicesimo ad diaconatum, et in vicesimo qu.into aetatis suae anno ad presbyteratus ordines promoveri». ClementeV, de quien es el decreto, murió en 1314. La actual legislación, que ha recogido el canon 975, proviene del Concilio de Trento: «No debe conferirse

"' E. K. Aguiló, o. c ., pp. 12-13, sólo dice que Turmeda «no podía exceder, en aquel entonces, de veinticinco años, ni podía tampooo ser menor de catorce, edades fijadas por la disciplina de fa lglesia para la ordenación de presbítero, y para la profesión religiosa».

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26 M. DE EPALZA

el subdiaconado antes de haber cumplido veintiún años de edad; ni el diaconado antes de haber cumplido los veintidós; ni el pres­biterado antes de haber cumplido los veinticuatro 84• Es en la legis­lación franciscana, recogida por el P. Brlek 86, bastante explícita en este punto, donde queda confirmada la hipótesis de E. K. Aguiló de los veinticinco años, cumplidos o por cumplir. Valga esta docu­mentación como confirmación a los escritos del investigador ma­llorquín.

En cuanto a la fecha de la conversión de Turmeda, quizas ha­bría que adelantarla justo al año 1385 o antes, si se supone verda­deramente suyo el documento de Prato que se presenta mas ade­lante 86• La introducción de este nuevo elemento en la cronología, obliga a adelantar la conversión, y por tanto, la ida a Bolonia de Turmeda. Así, el testamento de 1375, si indica que Turmeda no es aún sacerdote, obliga a colocar en Bolonia esa ordenación. Hay por tanto que examinar los siguientes puntos, y escoger la mayor o menor verosimilitud, nunca apodíctica por ahora, de unos sobre atros:

a) Que el testamento no mencione las misas, aunque Turmeda fuera sacerdote, lo cual no sería tampoco muy extraño.

b) Que Turmeda se hubiera ordenado ya mayor de veinti­cinco años (pongamos a los veintinueve) después del año 1375, lo cual permite adelantar la fecha de sus treinta y cinco años, y por consiguiente, de su ida a Túnez, a fechas anteriores a 1386, de acuerdo con el documento de la firma de Prato. Esta hipótesis nos parece muy plausible.

e) Que la firma del documento de Túnez, conservada en Pra­to, con el pase de un tal «' Abdullah>, no corresponda a Turmeda, cosa que es posible también, lo cual permitiría retrasar los treinta

"' Recogida esenciahnente en los canones 976 y 1.365 de Código de Derecho Canónico. ·

80 BRLEK, o. c., .pp. 68 ss. dn Capitulo Generali Parisiensi 1292 Minister Gene­ralis cum universo Capitulo Generali decrevit quod nullus frater provoveretur ad sacerdotium ante 25 annos completos . . . (sigue la documentación, repeticio­nes de otros Capítulos Generales, etc.) ... Sed illud «ant xxv annos completos» in capitulo generali Lugdunensi 1351 mutatum fuit in «qui non attingerit an­num" ... (sigue documentación) ... Ordo vero privilegio fruebatur ut studentes ad sacerdotium in anno 22 promoveri pos.sent, subdiaconus non potuisset ordi­nari nisi 18 annum, diaconus nisi 20 attingerit.>

88 Vid. capítulo «Algunas investigaciones en Italia .•• >.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 27

Y cinco años de la conversión a los años 1387 ó 1388, y la ordena­ción a los veinticinco años, hacia los años 1377 ó 1378 en Cataluña

' ' después del testamento, lo cual era el resultado de las hipótesis expuestas por Calvet.

Ordenación y estudios de Teologia.

Queda finalmente otra cuestión que se puede uno hacer, con relación a la ordenación de Turmeda: ¿No se puede situar, según el plan de estudios que nos da en la Tuhfa, su ordenación en rela­ción con sus estudios de teología?

Esta pregunta supone un concepto moderno de la «carrera sacerdotal», muy diferente de como se presentaba hace apenas cinco siglos. Actualmente, una relación legal muy estrecha s7 exis­te, al menos en la lglesia Católica Romana de rito latino, entre los estudios y las ordenaciones, relación que proviene en sus líneas esenciales del s. xvr y del Concilio de Trento. En el siglo xrv no se requerían estudios especiales para la ordenación, ni suponían estos estudios la ordenación anterior o posterior. Con todo, los francis­canos, sea cual fuere el estudio que hubieran emprendido, ya des­de los primeros años de la orden se iban ordenando - con excep­ción, naturalmente, de los hermanos !egos-, ya que si no se re­quería la ordenación para el estudio de Teología, sí a menudo para la predicación y misiones en el pueblo, y sobre todo para la administración de los Sacramentos, en que tanta parte tenían en­tonces las órdenes Mendicantes.

N aturalmente, de estas premisas se puede deducir que Tur­meda pudo haberse ordenado, mientras se respetaran los años mí­nimos de edad, tanto antes como en medio o al fin de los estudios teológicos. Si nos atenemos estrictamente al programa y cronología que nos escribe en la Tuhfa y que hemos examinado en otro lugar, Turmeda cumpliría los veinticuatro o veinticinco años al acabar sus estudios de Lérida. Pudo pues ordenarse en Cataluña o mas tarde en Bolonia, con idéntica probabilidad 88•

y por ahora no parece que se pueda decir mas sobre este punto de la ordenación sacerdotal de Anselmo Turmeda.

87 Vid. capítulo l «Estudios de Lérida». ss Del hecho de que diga que él mismo administró el Bautismo (Tuhfa, trad.

113 8

28 M. DE EPALZA

5. EsTUDIOs EN BoLoNIA

La estancia en Bolonia de Turmeda nos viene atestiguada por la Tuhfa y por la Disputa de l'Ase 89• N o parece pues que haya motivo serio para dudar de este pasaje, uno de los mas importantes en la vida del escritor.

Otro elemento también bastante seguro es que estuvo allí por razones de estudio. Aunque no mencione expresamente la Univer­sidad, las dos citas lo dan por supuesto. En la Tuhfa nos dice que fue a estudiar «la ciencia de los principios y fundamentos de la religión cristiana» (us:Ul dtn al-nasraniyya wa ihkamahu) 90 , que se puede traducir, ajustandonos mas a la terminología europea contemporanea en esos estudios, «los principios de la religión cris­tiana y sus sentencias». Es, aparentemente, un circunloquio para definir lo que estudió, sin emplear la palabra equivalente a Teo­logía arabe tawhtd (o 'ilm al-tawhtd, ciencia de la unidad [de Dios]), que podía engendrar equívocos entre sus auditores musul­manes. Pero es evidentemente la Teología a lo que se refiere, cuyo texto fundamental era, después de la Biblia, el Libro de las Sen­tencias de Pedro Lombardo. Apenas ningún autor ha afirmado seriamente que haya ido a estudiar Turmeda a Bolonia Filosofía o Derecho 91• No parece que la documentación que nos ha llegado hasta ahora, y sobre todo el texto de la Tuhfa, permita esta supo­sición. Esta también contra la costumbre bastante generalizada de los franciscanos de no ir generalmente a otras facultades que a las de Teología, en las Universidades 92•

La teología la estudian generalmente los franciscanos, en el

SPmo, o. c., p . 36) no se puede deducir que debió ser forzosarnente en Cataluña. Se presentarían muchas ocasiones de hacerlo también en ltalia, y con una estan­cia de diez años no· parece que fuera la dificultad de la lengua la que podía apartar de ejercer diversos ministerios espirituales en los tiempos, sobre todo, en ·que no tenía clases en la Universidad.

"" SPmo, o. c., pp. 9-13. «Rev. hisp» 21 (1911) 420. 00 Tuhfa, ed. 1895, p. 5, U. 9-10. 01 SANAHUJA, o. c., p. 1.589: «Una vez sacerdote, Fr. Turmeda, en 1376, complet6

sus estudios de Teología y Derecho en la Universidad de Bolonia». Es lastima que el P. Sanahuja, en su notable obra, no haya acudido mas a las fuentes cuando se trata de Turmeda.

•• BRI.EK, o. c., p. 46.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 29

siglo X1V en las Universidades donde tenían sus Estudios Gene­rales, o en estos Estudios, aun cuando no estaban adheridos a una Universidad (como los de Barcelona, Lérida, Valencia y Mallorca, en la provincia de Aragón 93), o también en algunos convent~ determinados, como los veintiuno que reconocía, a mediados del siglo xrv, el papa Benedicto XJJ1H. Naturalmente, las Universi­dades eran consideradas de mas categoria. Su elección para los estudios de Turmeda hace suponer en él todas las condiciones de idoneidad personal a que hemos hecho referencia mas arriba.

Para estudiar, pues, la actuación de Turmeda en Bolonia se puede contar con lo que describe él en la Tuhfa y con lo que se sabe de los estudios teológicos de los franciscanos y de la Facultad de Teología de la Universidad de Bolonia 95•

N o se puede estudiar aquí todo lo referente a fundación e his­toria de la Facultad de Teología, sino sólo lo relacionado con Turmeda.

Los datos que trae Turmeda en la Tuhfa de su vida de estu­diante en Bolonia son los siguientes, seleccionando naturalmente los mas significativos:

93 SANAHU.TA, o. c., p. 172. °' Texto de !a Bula de Benedicto XII en «Arch. franc. hist.» 30 (1937) 327 ss. • 5 Como bibliografía fundamental para el estudio de las Universidades, con

sus Facultades de Teología, hay que contar con las obras siguientes: DENIFLE, Die Entstehung der Universitêiten des Mittelalters bis 1400 Berlín, 1885) : DENIFLE­CHATELIN, Chartularium Universitatis Parisiensis, 4 vols. (Parisiis, 1889-1897); A.ro Y SAENZ DE ZÚÑIGA, Historia de las Universidades Hisp<Ínicas, vol. I: Medievo !/ Renacimiento Universitario (Madrid, 1957); STEPHEN D'ISSAY, Histoire des Univer­sités .. . , 2 vols. (Paris, 1933 y 1935); ScHNÜRER, Kirche und Kultur im Mittelalter (Paderbon, 1926 ss.); F. EHRLE, I piu antic hi Statuti de la Facoltà teologica dell'Università di Bologna (Bologna, 1932). Naturalmente, esta última obra, que recoge informaciones anteriores, es fundamental para este estudio y sera abun­dantemente citada en las paginas que siguen.

Sobre los estudios entre los franciscanos, son fundamentales, aparte de las paginas que dedica el P. Sanahuja en su obra, ya muchas veces citada, las si­guientes obras: FELDER, Geschichte der Wissenschaftlichen Studien in Franzisca­neorder bis um die Mitte des 13. Jahrhunders <Freiburg, 1904, trad. italiana, Sie­na, 1911); KuRTSCHEID. De lectorum ordinis minorum formatione, (Quaracchi, 1930), extrato de AOM (1930) 361-374; M. BRLEK, De evolutiones iuridica studiorum in ordine minorum. Ab initio ordinis usque ad an. 1517 (Dubrovnik, 1942). Esta última obra, que ya se ha utilizado repetidas veces en este trabajo, es una tesis doctoral muy bien hecha y utilísima para estos estudios. Hay que tener en cuenta que traza las lineas generc,les y que hay que completarla con la obra del P . Ehrle para ver su aplicación a Bolonia.

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30 M. DE EPALZA

La ciudad de Bolonia es un centro científica para todos los habi­tantes de esta región. Cada año acuden allí de todas partes mas de dos mil estudiantes para aprender allí la ciencia. Todos los estudiantes, aunque entre ellos haya un rey o un hijo de rey, llevan como vestida el traje de su bautismo, que les sirve de signo distintiva 101• No tienen que rendir cuentas mas que al sacerdote con el que hacen sus estudios.

En cuanto a mí, vivía en el presbiterio de un sacerdote muy anciano y de gran autoridad, llamado Nicolas Myrtil . . . (sigue la descripción de Myrtil) Fue junta a este sacerdote donde estudié la ciencia de los principios y de los fundamentos de la religión cristiana. Durante mucho tiempo le serví y cumplía gran parte de sus funciones, lo que le de­terminó al final a recibirme en el número de sus mas íntimos. Como ,siguiera sirviéndole y rodeandole de mis cuidados, llegó hasta a con­fiarme las llaves de su morada y de sus armarios de provisiones ...

Pasé así sirviendo a ese sacerdote y estudiando un período de diez años. Y sucedió que cierto día, habiendo caído enfermo el sacerdote, se

·vio impedida de asistir a la conferencia. Los oyentes de las conferencias, esperandole, se pusieron a discutir algunas cuestiones científicas ... Al final se separaran sin haber resuelto el problema.

De vuelta a casa del director de nuestro colegio, me dijo: «¿Sobre qué habéis discutida hoy en mi ausencia? . .. » (sigue el dialogo entre los dos) ...

(Suplica Turmeda que le explique el significada de «Paraclito») : Vè.s, mi señor, que he venido hacia ti de un país lejano; durante estos diez años que llevo a tu servicio, he adquirida, gracias a ti, conoci­mientos sin número. Acaba ahora ... 102.

Ante esta descripción surge un problema, del que también habra ocasión de tratar al estudiar la figura de Myrtil. Es que en realidad esta descripción se ajusta muy bien a las relaciones de maestro y discípulo, pero carece de ciertos matices que querría

00 Esta nota es curiosísima y no he ;podido hallar su confirmación histórica en las costumbres de Bolonia. Quiza sea una equivocación de Spiro. entre la pa­labra iirabe sibga, que significa «religión», «Bautismo», con la palabra sibiig, que es la que trae la Tuhfa y que significa «tinte», <<eoloreado». Pudiera ser una incorrección de Turmeda que, basiindose en uno de los dos significados de esta raíz, desearía hablar de los habitos religiosos de los estudiantes de la, Facultad de Teología, de distintos colores, :por fos que se reconoca a los miembros de las tliversas órdenes religiosas {dominicos, franciscanos, benedictinos ... ) . Hasta 143~ no me consta que hubiera «uniforme», o al menos trajes de la misma tela y color, para todos los estudiantes (en los Statu.ta utriusque Universitatis iurista­.rum Studii Bonon. Cf. C. Malagola, Statuti delle Università e dei Collegi dello studio Bolognese, Bologna, 1888, 132 s., y G. Taccagnini, La vita dei maestri e degli scolari nello studio di Bologna nei sec. XIII e XIV, Genève, 1926, 69).

· 117 SPIRO, o. c., rpp. 9-12. La traducción de Spiro no es muy perfecta, descono­ciendo como desconocía la verdadera rpersonalidad de Turmeda y sin precisión en el género de estudios que emprendió.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 31

suponer la vida religiosa en un convento franciscano. Esto es lo que a primera vista mas choca, sobre todo a los entendidos en la vida franciscana de la época. Parte de est.as dificultades se tratan en el capítulo sobre Nicolas Myrtil. Pero aquí se va a estudiar mas bien aquellas cosas en que coincide la vida universitaria con lo que sabemos de Turmeda, quedando siempre como viable que haya inventado todo este pasaje o que se lo haya contado otro, ex alum­no de Bolonia o compañero de Túnez o ya antes, en tierras cristia­nas. Todo es posible en aquel tiempo y con este personaje. De todas formas, recuérdese que en la Universidad de Bolonia, recién he­chos los estatutos (1364), con la cooperación y conformidad de las diversas órdenes religiosas y de sus estudios generales todos, no podían éstos diferenciarse mucho entre ellos, sino que se ajus­tarían a las normas generales, expresadas en los estatutos y bien ajustadas a la descripción de la Tuhfa 9s.

Para empezar, el primer problema para el futuro estudiante era buscarse un maestro 99, elemento import.antísimo en la formación y en el éxito escolar del alumno. Este elemento ha sido bastante recalcado por Turmeda en varios pasajes de la Tuhba, tanto al re­ferirse a sus estudios en Lérida, como en Bolonia 1-0o. Esta elección de maestro tenía que venir refrendada por el consentimiento del consejo de los maestros de la Facultad. Es muy normal que Tur­meda, si era franciscano entonces, eligiera su maestro entre los franciscanos, en cuyo estudio general seguía sus estudios. Y tam­poco es extraño que al cabo de los años y con el poder de «subir» que le vemos en Túnez, haya logrado facilmente cierta intimidad con el maestro-director, totalmente normal en este género de re­laciones.

"' «L'organizzazione de gli stucli nelle due classi di scuole (quelle del clero secolare e quelle dei religiosD doveva andare parallela, regolata dagli statuti universitari» (EHRLE, o. c., p . CLXXXIV).

00 «Per il futuro scolaro il primo pensiero doveva essere di trovarsi un maes­tro di teologia, disposta ad adotarlo como suo scolaro, per essere da lui presen­tato alia facoltà, diretto ed aiutato» <EHRLE, o. c., p. CLXXXIV).

100 «Es en Lérida donde se reunen los estudiantes cristianos, mil o mil qui­nientos. No :re<:onoce mas autoridad que la del sacerdote que dirige sus estudio~, SPmo, o. c., p. 9. «En Bolonia todos los estudiantes . .. no son responsables mas que ante el sacerdote con quien realizan sus estudios» (SPIRO, o. c., p. 9) . Véase también todo el conjunto de las relaciones de Turmeda con su maestro, que refiejan muy exactamente esta forma de ser.

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32 M. DE EPALZA

Hay un t.exto, que parece fundamental para establecer el «CU­

rriculum» de Turmeda en Bolonia. Es el que hace referencia, en los Estatutos de la Facultad de Teología, a los estudios que han de haber cursa do los lectores que quieren obtener la licencia 101• Dado que de los demas textos de los Estatutos no es facil ahora, a dis­tancia, deducir el esquema basico de la organización, éste da la pauta general, sobre la que habran de traerse las precisiones que aportau los demas parrafos de los Estatutos.

Deduciríamos, por tanto, que la «carrera» comprendía los si­guientes cursos:

-Seis años oyendo y estudiando teología y, si era religioso, debía ser ya sacerdot.e.

- Tres años en que hubiera leído en un Estudio general. - Dos años en que lea «modo cursorio» la Bíblia en la Univer-

sidad de Bolonia. - Entonces era admitido a la solemne lectura pública de la~

Sentencias, después de lo cual se seguían los distintos ejercicios, de tres años de duración, que llevaban a la catedra.

- Seis meses, antes del octubre siguiente a la lectura solemne e incorporac10n a la Universidad, en los que participau en las disputas públicas (tempus preparati<Ynis ad inferiorem cathe­dram) 102•

- Dos años leyendo Biblia y participando en los ejercicios de la Facultad (tempus perfectionis ad cathedram superiorem) 103•

A pesar de lo distante que arece la terminología, con respecto a la actual organización universitaria, en ella encontraríamos la

101 «Benemeritos viros litteris sacris imbutos preeligere satagentes, quemlibet illorum dumtaxat admittendm et acceptandum statuimus ad lecturam sententia­rum, qui fuerit de legittimo thoro natus, facundus, non corpore vitiatus quique ihabeat ordinem sacrum; ymo, si fuerit religiosus, qui sit iam sacerdos et per sex annos permanserit studens in studio theologico atque, in suo ordine ad lecto­riam promotus, legerit postmodum saltem per trienium in studio aliquo gene­rali, et ex tunc fuerit per sui ordinis generale capitulum seu generale prelatum ad legendum sententias, et tandem ad obtinendam licentiam magisterii Bononiae sub nostro cancellario deffinitus seu rite deputatus ... item quod ante Senten­tiarum lecturam modo cursorio legat Bononiae duos libros Biblie, per decanum magistrorum sibi assignandos, faciendo publica solemne principiwn.» EHRLE, o . c., pp. 16-17. Este texto tiene algunas variantes, expuestas en el aparato crítica, que no modifican, para lo que nos interesa, su substancia.

102 EHRLE, o. c., p. 18-19. 1"" EHRLE, o. c., ;p. 19.

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APORTACIONES A LA BlOGRAFÍA DE TURMEDA 33

mayor parte de sus elementos, con otros nombres aunque con simi­lares funciones 104.

Pero aquí lo que mas interesa es la referencia a Turmeda. Si estuvo diez años en Bolonia, debió salir de allí al acabar el primer año de lectura de Biblia, a no ser que la condición de «haber per­manecido estudiando en el estudio teológico» pueda decirse de ccualquier estudio general de Teología», con lo cual Turmeda hu­biera podido «adelantar» unos años en Lérida cuando estudiaba dos evangelios y su lengua». Uno se sentiria inclinado a esta solu­ción de adelantarse dos años o al menos uno, lo cual explicaria - habiendo la obtenido la licentia magisterii- las referencias a su ciencia y a ser Maestro que Turmeda se atribuye frecuentemen­te 105• Pero, ademas de que no parece permitir esta lectura el texto de los Estatutos, sería raro quiza que Turmeda no haya mencio­nado en la Tuhfa, de una forma o de otra, el brillante acto de la lectura pública, que tanta importancia tenía al final de los estu­dios de «Licenciatura» 100• También podría ser que los diez años a que hace referencia no correspondieran a una realidad muy exacta, pero esto es extraño en la Tuhfa, donde Turmeda, ya viejo, tiene tanto cuidada de marcar uno por uno todos los años de sus estu­dios y formación. P or todo este conjunto de datos habra que incli­narse a poner su duga» a fines del primer año de lectura de Biblia, lo cual concuerda con otros datos que se recogen a continuación.

Sobre los seis primeros años «studens in studio theologico» hay poco que decir. Estudió, o según la terminología escolastica «oyÓ», en esos años «los principios de la religión cristiana y sus senten­cias», es decir, a los lectores o maestros que comentaban la Bíblia y al «Maestro de las Sentencias» 107, Pedro Lombardo, cuyo libro

1°' Sobre organización y funciones de fos diversos grados del profesorado en la Universidad de Bolonia vid. A. SoRBELLI, «Storia della Università di Bologna», vol. I «Il Medioevo (secc. XI-XV)». Bologna, 1940.

100 Vid. capítulo «Sobre el título de la obra arabe ... ». loo De Fray Johannes Petrus Chizzola, Riparolensis, carmelita y decano de la

Facultad en 1589, dice la crónica oficial de la Facultad de Teología, que el dia 27-XI-1584 «fue doctorado y agregado al colegio (de lectores o maestros) con el unanime consentímiento de todos. . . y dio un buen banquete» (EHRLE, o. c., p. XI).

"" El bachiller «cursor» tenía que haber estudíado seis años de teofogía «audiendo lectiones bacalariorum sententiarorum et biblicorum:t (EBRI.E, o. c., p. cLXXXIV).

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34 M. DE EPALZA

de las Sentencia.s iba sustituyendo cada vez mas a la simple lectura de la Biblia 1-0s en las Facultades y Escuelas de Teología, hasta el siglo XVI, en que pasó a ocupar su puesto la Summa de santo Tomas. Al final de este período era el estudiante apuntado en cierto «Libro de Bachilleres», del que hacen referencia algunos documentos y que no se ha encontrado todavía 109• En él estaría registrado Turmeda. No esta siempre muy clara la diferencia entre bachiller bíblico y bachiller de Sentencias, dos categorías que se mezclan en documentos de diferentes épocas y universidades dis­tintas.

Los tres años siguientes corresponderían a la siguiente refe­rencia de los Estatutos: «in suo ordine ad lectoriam promotus, legerit postmodum saltem per trienium in studio aliquo gene­rali» 11<>. El lector, personaje docente que equivaldría al actual «ayudante» o quizas «auxiliar», era un sustituto del maestro en ciertas clases o lecturas mas sencillas. Podría muy bien referirse a esto la frase de Turmeda en la Tuhfa: «durante mucho tiempo le presté servicios (a Nicolas l\/Iartel) y llené gran parte de sus fun­ciones, lo que le determinó por fin a recibirme en el número de sus mas íntimos». Esto indicaría que el «studio aliquo generali» fue la misma Bolonia y no otro estudio general, y que Turmeda fue así con los años creciendo en la intimidad del maestro, dentro del círculo de los demas lectores del maestro o catedratico Martel.

Algo equivalente se podría decir de los dos años siguientes, en que el «bachiller curso» tenía que dar su «cursus» o curso de lec­tura comentada de un libro de la Biblia, señalado por el decano. Es seguramente en esta época que habría que colocar el episodio de la discusión acerca del Paraclito, que le condujo al Islam, siem­pre según la Tuhfa. Vamos a ver a continuación cómo parecen coincidir los datos que presenta la Tuhfa de la posición de Tur­meda en el año de la discusión con su maestro y consiguiente «reve­lación» con los de este período de su «curriculum» académico» 111•

108 Cf. Bru.EK, o. c., p. 48 y la opinión de Denüle en Chart. Univ. Par., II, 704, n. 24.

100 Cf. EHRLE, o. c., pp. XDI-XVII. 110 EHRLE, o. c ., pp. 16-17. 111 Preferimos poner a continuación un texto o traducción muy literal de

este pasaje de la Tuhfa, reservando para las notas los oomentarios o glosas, asi

120

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 35

Y le alcanzó cierto día (al profesor Martel) una enfermedad, y se hizo sustituir 112 en la lectura 113 , Mientras tanto le esperaban los de la reunión 114 y discutían questiones de los dogmas 115 hasta que les con­dujo la discusión al dicho de Dios, - ensalzado sea, - a su profeta Jesús, - sobre él sea la paz -, que vendría después de él un profeta cuyo nombre sería el Paraclito, y fue grande entre ellos la discusión sobre esto, y crecieron sus disputas. Después se alejaron, sin resultado útil sob:rie esta cuestión 116.

Volví, después, a casa del viejo (o maestro), el director del estudio, ya citado 117 y me dijo: ¿Qué es lo que tuvisteis hoy como tema 118 en mi ausencia de entre vosotros? Le informé entonces sobre el desacuer­do de aquel día acerca del nombre del Paraclito y que fulano dio una respuesta 119 de esta forma y fulano dio una respuesta de obra, y le puse al corriente 12º de sus respuestas.

Y tú, me dijo, ¿cómo diste la respuesta? Contesté: con la respuesta del doctor ( qadt) fulano en su comentario del Evangelio 121 ..•

como la justificación de los principales puntos en que diferimos de la traducción de Spiro, o. c., pp. 10-11.

112 tajallafa, V forma del verbo jalafa (suceder, sustituir, como «califa» = vica­rio, sustituto), suele tener un sentido reflexivo-causativo. Sería la mejor traduc­ción para significar el pape} de auxiliares o suplentes que tenían los lectores, cuando no iba el maestro a dar la clase.

113 qira'a, «lectura», en vez de la voz genérica de «conferencia» que le da Spiro. Conferencia seria, en el lenguaje universitario de entonces la «Publica disputatio», de la que par ece h aber un indicio en el texto, en las lneas siguientes. Preferimos aten ernos a «le ctura», mas literal.

m Traducción mas exacta que «los oyentes de la conferencia» (SPmo) para ahl al-machlis, gente de la sesión.

l'° Es una de Ias acepciones de la palabra. Otra, mas corriente, sería «de las ciencias» y haría referencia a la «ciencia de los prindpios de la religión cris­tiana», de que se habla mas arr iba. «Dogmas», «conocimientos cieros» pueden significar también las palabras arabes masa'il al-'ulúm, que nos ocupan, aunque existan otras palabras, como asas o qawa'id, para decirlo: ¿querría Turmeda evitar aquí también el aludir a los dogmas musulmanes, referidos con estas palabras? También la versión d e Sp iro, .}a mas normal, «cuestiones científicaS» o problemas de los conocimientos, púede mantenerse, si se interpreta la ciencia en su sentido amplio, ciencias religiosas incluidas.

118 En la edición de 1895 faltan unas pa1abras que Spiro, en su traducción, debió encontrar en manuscritos tunecinos.

m Traducción literal de la expresión arabe maskan al-shayj sahib al-dars al-madhkúr. Dars, traducido por «estudio», en vez de «colegim> (Spiro).

11• La palabra arabe baht, «búsqueda», «Ínvestigación», «examen», correspon­dería a las equivalentes escolasticas «quaestio», «inquisitio», «disputatio».

" 9 achaba, forma causativa de chawaba (contestar) , correspondería muy bien a la fórmula escolastica «fecit responsionem», hizo una «responsio» o dio una solución a la dificultad o a la «quaestio».

= Aquí la edición de 1895 tiene saradtu en vez de sarartu, seguramente equi­vocación de d por r, que habra ocasión de notar cuan facil es en la lectura de los manuscritos (vid. capítulo «Sobre el título de la obra arabe de Turmeda, la Tuhfa».

= Es mejor traducir chawab por «respuesta» otra vez, ya que «opinióm

121

36 M. DE EPALZA

El texto evangélico supondría una discusión sobre la Bíblia. Aunque no parezca que fuera Turmeda el que la dirigiera en ausencia del maestro, también cabría esta posibilidad y entonces ejercería su docencia como lector de Biblia, tal como suponíamos mas arriba. Pero lo mas probable es que se trate de una «disputatio pública>. Aunque el principio de la discusión parece indicar que nació espontaneamente, de una conversación, luego se ve que se trata de «questiones> ( masail) a las que se dan opiniones o res­puestas, según la doctrina de tal o cual autor o maestro. El detalle final de que pregunte el maestro sobre qué han tratado aquel día, indicaría que era una seria y organizada, prevista, y no una mera conversación esperando al maestro.

Turmeda demoraria su partida hasta final de curso, haciendo sus preparativos de viajes. Aprovechó quizas el período de vaca­ciones que solía empezar por San Pedro y San Pablo, a fines de junio.

De todo este conjunto de da tos - hemos exceptuado toda la descripción y argumentación de la conversación, que requiere un estudio mucho mas detallado - se podría deducir que el relato de Turmeda tiene un fondo de realidad bastante notable. Es facil que el literato que inventó y adaptó las situaciones de la Disputa 122

podía haberse creado el cuento de Bolonia, pero es poco probable. Si un día se descubriera claramente la impostura literaria del ma­llorquín 123, esto añadiría quizas un mérito mas a la descripción de sus años de Bolonia.

Es una época que nos parece posterior o justo contemporanea a su paso al Islam, encontramos que el Capítulo General francis­cano de Padua, en 1384, vuelve a confirmar el plan de estudios que hemos esbozado como general para todos los estudiantes de la Uní-

(versión de Spiro) tiene un término bien determinado en arabe con la palabra ra'a. En el fondo, las dos versiones son equivalentes.

122 Véase, con todo, el poco aprecio que de las dotes literarias de Turmeda tiene el gran arabista Asín Palacios (El original arabe de la «Disputa del Asno contra Fr. Anselmo Turmeda», «Revista Filología romanica» l [1914] 1-51. Obras Escogidas, vol. li-Ill, 563-616), considerandolo como vulgar plagiario. Natural­mente, no todos estan de acuerdo con este parecer.

123 Es curiosa la facilidad que se tiene, entre los historiadores de Turmeda; para negarle veracidad a sus dichos, en un grado que difícilmente se tiene con un ccorreligionario». Estos problemas merecen estudiarse a la luz de la proble­matica teológica, religiosa, psicológica y social de la conversión, tanto en el Islam como en el Cristianismo.

122

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 37

versidad de Bolonia, urgiéndolo para las demas universidades y para los franciscanos, aunque en la practica sólo se aplicaría a las universidades italianas. Aunque estas reformas sean contempora­neas a Turmeda y vayan dirigidas a los franciscanos en el estadio de estudios en que se encontraba él, no se puede afirmar sólo por esto que fuera afectado por las medidas imperativas que traduci­mos a continuación del libro del P. Brlek 124 : «El Capítula manda que cualquiera que sea bachiller en una U niversidad, para ascen­der a maestro fuera de París, Oxford y Cambridge, preste jura­mento corporal en presencia del Ministro General, de que por tres años leera cuatro libros de las Sentencias, dando sus lecciones asi­duamente cada año, desde el día en que acostumbra a incorporarse (a la Universidad o Estudio) hasta la fi.esta de los apóstoles Pedro y Pablo, en todo el cuarto año 125 leera Bíblia, en el quinto, como bachiller formado respondera ordinariamente a cualquier Maestro Regente de la Universidad y antes del principio del sexto año no tome la licencia de enseñar» 126• Añade el P. Brlek: «Ratio hujus decreti fuit permagna tendentia sese liberandi ah aliquibus actibus academicis vel a parte curriculi studiorum>.

También en este orden de las reformas que pudieran haber afectado a Turmeda en su carrera, hay que citar la que hizo hacer el papa Urbano VI, al convertirse Bolonia en la principal Univer­siàad de la lglesia que reconocía al Papa de Roma frente al de A vignón. Las consecuencias de la legación papal pueden estudiarse en el libro del card. Ehrle 127• No parece que pudieran haber in­

fl.uido directamente en la defección de Turmeda.

6. NICOLAS MARTEL

En estas pagmas Nicolas Martel, el maestro que se atribuye 'I'urmeda en Bolonia, según la Tuhfa, va a ser objeto de un estudio, en vistas a su identificación histórica. No trataremos aquí de su caracter o personalidad, tal y como aparece descrito por la pluma

l.M BRLEK, o. c., p. 24. 105 En el que situaríamos la partida de Turmeda. · ""' De las Actas del Capítulo General de Padua de 1384, MF 29 (1929), 178, 2. "" EHRLE, o. c., pp. ccc-cccIV. Cf. también B. Pérgamo O. F. M. en cArch.

Franc. hist.» (1934) 6.

123

38 M. DE EPALZA

del fraile mallorquín, sino sólo y en cuanto interese a su identi­ficación.

La importancia que le da Turmeda es muy grande en relación a su conversión y, por tanto, al giro que con ella tomó su vida toda. También tiene importancia en el conjunto de la argumentación de la Tuhfa, obra de apologética anticristiana dirigida a los musulma­nes, a quienes el testimonio de un sabio cristiano tenía forzosa­mente que impresionar. De la importancia real del maestro boloñés tendremos ocasión de hablar, según con quién lo identifiquemos. Es evidente, por otra parte, que las apreciaciones de Turmeda, «A los ojos de todos los cristianos de aquel tiempo era tenido como el sabio mas grande ... » 128 y su referencia, seguramente abultada, a los regalos y consultas de reyes y príncipes han de tomarse como normal exageración ante auditores a los que había que impresio­nar. Si hubiera sido un personaje tan importante, no hubiéramos tenido probablemente las dificultades que a continuación se veran, para lograr identificarlo.

Prescindimos de la postura de los que niegan su existencia a priori. Si entre los biógrafos de Turmeda hay quien niegan todo el conjunto de su estancia en Bolonia 129, o al menos el episodio de su conversión por el maestro Martel 130, por nuestra parte no nos parece que se deba llegar a conclusión alguna hasta haber reali­zado todas las investigaciones posibles. Es a veces éste el precio de un hallazgo, y el principio que ha guiado esta investigación.

Prescindiremos también un poco de los problemas que surgen en su relación con Turmeda, relaciones que han quedado estu­diadas en otro lugar.

""' SPmo, o. c., p. 9. "" «Rien ne confirme qu'il ait fréquenté, comme il l'a prétendu lui-même,

l'université de Bologne, dont un des maitres, un certain Nicolas Martel, inconnu par ailleurs, l'aurait mis sur la voie de l'apostasie. II est infiniment probable qu'il a tenu à voiler les circonstances qui ont précédé sa conversion, et il se peut, si elles n'étaient pas toutes à son honneur, qu'il ait voulu se créer par l'histoire de son séjour à Bologne un alibi purement fictif» BnuscHVIG, La Berbérie orien­tale sous les Hafsides des origines a la fin du XV siècle (Paris, 1940), pp. 469-470.

130 Calvet (o. c., pp. 67-68), entre otros muchos, escribe: «Pero lo verdadera­mente estupendo en la sencilla biografia de Abdallah, es la extraordinaria con­fesión del venerable Nicoias Miartel, que sería inexplicable si no fuese eviden­temente falsa ... enorme patraña tejida por Anselmo Turmeda sobre un fondo de sarcasmo e ironía». Véase el juicio, mucho mas ponderado, pero idéntioo en el fondo, de J-H. Probst, o. c., pp. 469 ss.

124

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 39

Dificultades previas

Una primera dificultad se presenta en concretar a qué equivale en italiano, o en cualquier lengua europea de la época, el nombre del maestro escrito en la Tuhfa. Como todo nombre arabe, hay una dificultad de vocalización: ¿Martel? ¿Mirtil? ¿Murtil? ¿Mortel? ¿Martail? ¿Marteli? ¿Mirtilo? ... El esquema m-r-t-i-l 131 permite toda esa serie de combinaciones, limitadas - naturalmente - por el uso mas o menos frecuente de estos apellidos en tierras cris­tianas 132•

Podría hallarse ademas otras dificultades por la transcripción en arabe de sonidos europeos que no tienen equivalente exacto en el alfabeto ara be. N o parece que exista este problema en el apellido este: la labial p, que podría ser la primera radical, suele trans­cribirse con b y no con m; el mismo Turmeda lo hace así cuando mas abajo transcribe con bla p de Paraclito. En cuanto a variantes de manuscrito que hayan deformado este nombre, tampoco parece probable. Spiro, que suele poner las variantes que ha encontrado de los nombres propios 133, no pone mas que esta versión del nom­bre de Martel, prueba de que seguramente entre los manuscritos tunecinos y franceses que consultó no encontró mas variantes. A no ser que se hubiera guiado en esta transcripción por la de Dozy 134• Por otra parte, la edición de la Tuhfa de El Cairo (1895), que debió seguramente utilizar algún manuscrito conservado en Egipto, tiene la misma grafía del nombre, sin que sea probable una mutua influencia con Spiro.

Mas dificultad presenta la identificación del nombre entre los cristianos, por la forma que tienen éstos de figurar en los docu-

131 Thufa, ed. 1895, p. 5, t 5. El arabista italiano prof. Guidi opinaba que la forma italiana de este nombre era probablemente Martella, según T. W. ARNoU>. The preaching of bloun (Laihore, 1961), p . 454.

m De hecho Spiro sólo pone la transcripción Myrtil. Miret y Sans (o. c ., p. 275) pone las dos variantes Mirtil o Martel. Si la m es una mala lectura de la d sonora o enfatica, se originan nuevas combinaciones posibles.

183 La cuestión de la transcripción de los nombres europeos al arabe Y su progresiva modificación en manos de copistas que no los conocen es un problema en los manuscritos arabes. Spiro ha puesto así en notas a pie de pagina todas las variantes, muy diferentes entre sí, de muchos nombres de la Tuhfa.

1"' En el Catalogo de los manuscritos arabes de la Bibioteca de Leyden. Spiro habría quizas excluido las demas grafías de los manuscritos. Es un punto que sólo el analisis de las variantes de los diversos códices puede decidir.

125

40 M. DE EPALZA

mentos. Si éste es muy oficial y siempre que se tratra de religiosos, sólo figura su nombre, al que sigue el toponímico y no el apellido. Anselmo Turmeda, tal y como figura en el testamento de 1875 o en sus obras y documentos posteriores, seria denominado en Bolonia Anselmo de Mallorca, de Cataluña o de Aragón. Turmera que sa­bría seguramente los dos nombres de su profesor, el apellido y el toponímico, hubiera podido ponerlo en forma de nisba 135, añadien­do al lugar de nacimiento la terminación t como a él se le llamó al Mayurqi, forma normal de construcción arabe. Prefirió poner seguramente apellido personal, el cual aparece mucho menos en los documentos cristianos que estan actualmente a disposición de quien quiera comprobar sus afirmaciones.

P or eso hay que guiarse sobre todo por el nombre, Nicolas, nombre por desgracia muy común, escogiendo entre los homónimos los que tienen mas probabilidad de ser el maestro de Turmeda.

Miret y Sans, el único qu parece haber realizado investigacio­nes serias para descubrir la identificación de Nicolas Martel 136 em­pezó a buscar entre los obispos de Bolonia y entre los profeso­res 137• Sus investigaciones entre los prelados boloñeses no dieron gran resultado, así como tampoco sus búsquedas en las listas de profesores de varias obras clasicas de la época. Miró asimismo en otros libres, mas o menos complementarios, sobre estos puntos, con resultado igualmente negativo. He revisado personalmente todo el episcopologio de Eubel y son pocas las posibilidades de que esta oculto su nombre en las listas de obispos italianos de aquella época 138•

Entre los franciscanos de Bolonia

Para ampliar el campo de esta búsqueda había que mirar tam­bién los franciscanos que tuvieron relación con Bolonia y su Uni-

1"" Parte del apellido entre los arabes. Para la complicada formación de los apellidos ara:bes vid. PAREJA, Islamología (Madrid, 1952-1959), pp. 111-113.

126 MmET Y SANS, Vie de Fray Anselmo Turmeda, «Rev. hisp.» 24 (1911) 15-17. 187 «Al dar noticia Dozy del Presente del hombre de letras del truchiman

A:bdala, en el Catalogo de los manuscritos arabes de la Biblioteca de Leyden, dice que aquel mallorquín había estudiado en Lérida y Bolonia . . . al servicio del obispo de Bolonia Nicolas Myrtil. No sabemos si debe seguirse la traduc­ción de Spiro que dice viejo sacerdote Q la de Dozy que ha leído obispo», o. c., p. 15.

138 Eubel, Hierarchia catholica medii aevi . .. ad annum 1431, I, 23.

126

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 41

versidad. El artículo del P. Celestina Piana, O. F. M., La Facoltà teologica dell'Università di Bologna nel 1444-1458 139 da una biblio­grafia bastante amplia sobre profesorado y organización de esta Facultad de Teología, que fue donde estudiaría Turmeda. He po­dido revisarlo casi todos, sin ningún resultado 14º.

El mismo P. Piana, cuando fui a verle a Quaracchi, tuvo la ama­bilidad de dejarme ver los borradores de su libro Chartularium studii bononiensis Sti. Francisci, volumen que ha de aparecer en la colección de Analecw Franciscana. En él se recogen toda clase de documentos (notariales, gastos, testigos en testamentos ... ) , conservados en el Archivio di Stato di Bologna, letivos a los franciscanos de la ciudad. Sera la continuación de la obra realizada por el P. Bonaventura Giordani, O. F. M. 141, que sólo llega has­ta 1300.

En ese volumen hay muchísima documentación referente a la época de Turmeda. Pero en las pruebas que me enseñó el P. Piana no hay por ahora la menor alusión al fraile mallorquín. Esto tam­poco ha de extrañar demasiado, pues era seguramente una comu­nidad muy numerosa y los que salen en los documentos, ya lo hemos notado, son casi siempre unos pocos testigos notariales, para lo que se requeriría a personajes mas representativos que un es­tudiante, y ademas extranjero.

Referente a Nicolas Martel, nos encontramos con el inconve-

139 «Arch. franc. hist.» 53 (1960) 360-441. "º De la amplia lista general de obras referentes a la Universidad de B..Q­

fogna, ampliando las que trae Miret y Sans, pude revisar, sin encontrar traza de Martel ni de Turmeda, las siguientes: S. MAZZETTI, Memorie storice sopra l'Università . . . di Bologna (Bologna, 1840); S. MAZZETII, Repertorio di tutti i Professori antichi e moderni delia famosa Universiúí . . . de Bologna (Bologna, 1848); L. FRATTI, en Monumenta Studii Bononiensis, IV (Bologna, 1919).

Añadase a éstos los libros que puso a mi disposición, muy amablemente, el Prof. Prodi, de la Universidad de Bolonia: Il <l.iber secretus Iuris Caesarei:. àell'Università di Bologna (a cura di Albano SoRBELLI), vol. I (1378-1420), Bologna, 1938; A. SoRBELLI, Storia della Università di Bologna, vol. I «11 Medioevo (secc. Xl-XV)» (Bologna, 1940); C. CALCATERRA, Alma mater studiorum. L'Università di Bologna. ne lla storia de lla cultura e de lla cività (Bologna, 1948).

Del «Liber secretus ... » he sacado listas de profesores llamados Nicolis, pero ninguna huella de Martel, pues todos ellos llevan el toponímico y no el apellido. Como es poco probable que entre estos profesores de la Facultad de Derecho se halle el profesor de Turmeda, no he creído útil poner aquí fa lista de SU.S

nombres. m Acta franciscana. e tabulaTiis bononiensibus deprompta, tomo IX de Ana­

lecta Franciscana. (Quaracchi, 1927).

127

42 M. DE EPALZA

niente antes expuesto: los frailes figuran sólo con el nombre de pila y el de su lugar de origen. Así, en documentos de diversas fechas se encuentran diferentes personajes de nombre Nicolas, en­tre los cuales habra quiza muchos que convivieron con Turmeda y quizas uno de ellos sea su famoso maestro 142• De toda esta lista se deduce lo común que era entonces el nombre Nicolas y lo difícil que resulta encontrar, con sólo el nombre, al maestro de Turmeda. Habría que buscar en listas bastante mas reducidas que las de los franciscanos en Bolonia.

N o tiene excesivo interés la lista de los guardianes o superiores del convento de Bolonia. Sus nombres, sacados año tras año de los apuntes del P. Piana, compren den once guardianes para el período 1370-1390. Basado en que Turmeda hace en cierto sentido de Ni-' colas Martel el director del colegio o residencia 143, se podría bus­car un Nicolas entre los guardianes: no lo hay. Es un dato desfa­vorable para la Tuhfa, si hemos interpretado bien el texto, a no ser que Turmeda no fuera entonces franciscano, posibilidad que ha quedado estudiada anteriormente.

De la lista de los franciscanos ordenados en Bolonia, publicada por el P. Piana, O. F. M. 144, no se puede - en principio -deducir nada, a no ser que se encuentre claramente el nombre completo de Nicolas Martel. Apenas podría probarse que los de nombre Nico-

m Se han tornado como tope, para la lista siguiente, los años comprendidos entre 1370 y 1390 en que debieron transcurrir los diez años de la permanencia en Bolonia que se atribuye Turmeda. Las fechas son de los documentos en que figuran sus nombres.

Nicolas de Mantua (15-VIII-70); N. de Sclavania (18-IX-70) (12-II-71} (16-VI-73); Fra Nicolas, «sapiente viro», «legum doctor» (12-II-71); N. de Burgo Lau­rentio o de Burgo S. Laurentio (23-VIl-73) (4-VIIl-73) (14-IX-73) (13-IV-74) <25-IV-74) (4-VIl-74) (13-V-76) (13-1-83) (2-III-83) (13-III-83) (3-IIl-86) (22-X-88) (ll­IX-89); N. de Neapoli (30-IX-73) (12-X-73); N. de Gubbio (9-VIII-73); Nicola «novitio laico» (8-11-75); N. de Parma (1-VI-81) (13-1-83); N. de Roma (16-V-82); N. «fili us Georgii de ladro (10-X-82); N. de Burgo Lamarum de Bolonia (10-X-82) (22-X-88); N. de Meldola (14-VIII-83) (18-III-85); Nicolas «lector Bibliae. (16-XIl-85) ; N. a Cisterna (12-1-86); N. de Ast (18-1-89) o Asti (22-X-88); N. de Trigesto (18-1-89) o de Triesta (22-X-88); N. de Terano (22-X-88) (18-1-89); N. de Plano Macine (3-IV-89); N. de Almania (ll-IX-89) ; N. de Argelatra (ll-IX-89; N. de Flandria (16-X-89).

"' «Presbytère» (Spiro) y «notre collège» (Spiro), kanisa y daTs respectiva­mente en la edición de 1895. Véase las interpretaciones que hemos dado a estas palabras, p. 18.

m C. PlANA O. F. M., PTomozioni agli 0Tdini SacTi di religiosi francescani a. Bologna (1345-1508) «Arch. Franc. hisb 57 (1964) 3-89.

128

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 43

las, cuya ordenación figura en Bolonia aquellos años han vivido allí o convivido por tanto con Turmeda. Mucho menos puede de­cirse que sea su profesor, pues es a veces pura casualidad que ha­yan sido ordenados y después de muchos años hayan llegado a ser maestros en la Facultad de Teología de la misma ciudad, por muy importante que sea Bolonia.

Entre los profesores y doctores de Te.ología

Mucho mas interés presenta «le rnatricole' degli addottorati e degli incorporati (1364-1500), publicadas por el cardenal F. Ehrle, S. I., como apéndice a su obra sobre la Facultad de Teología de Bolonia, fundamental para estos trabajos 145• Es un elenco de los doctorados por la Facultad de Teología y de los incorporados, como docentes de otras Universidades, para tener el título en Bo­lonia o por Bolonia, seguramente para poder enseñar en alguno de los estudios generales de que estaba formada la Universidad. Tiene un valor incompleto y algo desigual según las épocas 146, con lo que hay que tomarlo con prudencia, como lo advierte el mismo Ehrle. Pero es en conjunto una fuente preciosísima para encontrar al maestro Nicolas Martel.

La lista adolece de la dificultad que hay que lamentar muchas veces en esta búsqueda: que sólo esta el nombre de pila y el topo­nímico, con apenas ningún caso en que quede el apellido. La se­lección habra de hacerse, pues, por aproximación, escogiendo pri­mero los que se llamen Nicolas, prefiriendo luego los mas antiguos y los franciscanos, hasta hallar los datos personales de cada uno que mas puedan ajustarse a la personalidad descrita por Turmeda en la Tuhfa.

1'" EHRLE, o. c., pp. 93 ss. m «Da ciò è interessante per noi - che le matrioole degli addottorati ed in­

corporati hanno un valore veramente eccezionale soltanto dal 1440 in poi, non solo perchè la registratione dei nomi è fatta anno per anno per lo piu dai decani delia faooltà, ma anche perchè vien indicato quasi sempre l'anno in cui ciascuno è stato addottorato o incorporato. 11 resto invece delle matricole dal 1364 al 1440 ha un valore molta relativa, sia perchè è una copia, sia perchè sono registrati senza la data deli'addottoramento o deli'incorporazione: è sempre però interes­sante essendo questa la lista ufficiale probabilmente raccolta da docwnenti autentici o trascrita da un elenco già esistente neli'archivio delia facoltà teolo­gica», B. PERGAMO, I franciscani alla Facoltà Teologica di Bologna 1364-1500, «Arch. franc. hist.» 27 (1934) 3-61, pp. 4-5.

129 9

44 M. DE EPALZA

Es verdad que parece que el viejo maestro, de quien haría re­ferencia Turmeda, no podría ser un recién doctorada de Teología, después de 1364, después de la fundación de la Facultad, apenas diez años antes. Es una real dificultad, que prejuzga a priori sobre la posibilidad misma de que esté inscrito Martel en la lista. Pero no se sabe bien a qué edad se doctoraban o se hacían maestros. Ademas, muchos profesores de los anteriores Estudios Generales, entre los que hay que contar el de los franciscanos, aprovecharían la nueva fundación para sacar, con su mas o menos larga ciencia, un título «oficial». El primera de la lista, por ejemplo, Fr. Nicolas de V enecia, fue nombrada maestro de Teología después de ser ya General de su Orden 147• Añadase que entre los incorporados podían figurar los que hubieran obtenido ya títulos en otras Universida­des 148• Finalmente, la Tuhfa tampoco menciona expresamente la an­cianidad del maestro, ya que shayj indica mas autoridad que edad.

He aquí la lista de los doctorados en las primeras décadas de la Facultad de Teología de Bolonia, según Ehrle, tomando exclusiva­mente aquellos cuyo nombre es Nicolas: l. Magister Nicholaus de Venetia, prior generalis servorum Sanctae Mariae. - 3. lVI. N. de Sicilia, ordinis Minorum. - 4. M. N. de Marianis de Mantua, Ordi­nis Praedicatorum. - 58. M. N. de Burg o Sancti Sepulchri, Ordinis Servorum. - 64. M. N. de Barulo, ord. heremitorum. - 77. M. N. de Colonia, ord. heremit. - 99. M. N. de Orto, secularis, archiepicopo. 107. M. N. de Nuceria, Ord. Praed. -111. M. N. de Aretio, Ordi­nis Servorum. -133. M. N. de Perugio, Ord. Serv. prior gen. -148. M. N. de Spira, ord. carmelitarum. -153. M. N. de Riço de Sicilia, ord. carro. -163. M. N. de Senís, ord. herem. -187. M. N. de Sicilia, ord. praed. -190. M. N. de Venetii, ord. praed. -197. M. N. de Bononia, ord. praed. - 203. - M. N. de Sicilia, ord. min. 205. M. N. de Marsico, ord. celestinum. -208. M. N. de Pingria, ord. serv.

m Según Ganius-Garbius, Annales fratrum, servorum B. M. Virginis, vol. l, 316-326, en que dice que fue elegido General de su Orden en 1363.

148 Véase el título que encabeza la lista de los incorporados: «lsti sunt sacrae pagine professores egregii Parisius et in aliis famosis !ocis et universitatibus sollemniter in sacra scriptura doctorati, qui per reverendissimos dominos can­cellarios atque venerabilium magistrorum nostrorum collegium merito incor­porati nostreque alme universitatis Bononiensi studii per eosdem sacre pagine collegio aggregati, scilicet . .. ». EHRLE, o. c., p. 107.

130

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 45

Y entre los incorporados de las últimas décadas del siglo XIV,

muy tarde a juicio del P . Ehrle, figuran: 6. M. N. de Venetiis, ord. carro. -12. M. N. de Cremona.

Ante esta lista, el primer trabajo sería identificar a cada uno de. ellos, para ver si por otras fuentes se puede encontrar su apellido. El P. Ehrle indica, en la introducción a la lista, las principales obras que ha consultado para la identificación, clasificadas por órdenes religiosas 149• Ha puesto ademas en el texto, a pie de pagi­na, dónde pueden encontrarse esos datos bibliograficos en las obras que cita en la introducción, referentes directamente a cada uno de los individuos que ha podido identificar. El P . Piana, O. F. M. ha traído una lista de trabajos posteriores que han completado la búsqueda del P. Ehrle 150, también divididos según las órdenes reli­giosas a que pertenecían.

Para identificar los sujetos, aparte las fuentes ya citadas, se ha seguido los siguientes criterios:

a) mientras no se demuestre lo contrario, por ejemplo con la aparición clara del apellido, a todos se les puede considerar en principio candidatos a ser el profesor Martel.

b) tienen inconveniente o prejuicio desfavorable los religiosos todos, por no parecer muy adecuado a su estada el género de vida de Martel, referente sobre todo a las riquezas acumuladas y a la llave de su casa, etc.

e) queda en cierta manera compensado ese dato desfavorable· en el caso de los franciscanos, ya que se sabe que Turmeda había: sido franciscana.

d) tienen un dato mas favorable los doctores mas antiguos y los anteriores a 1385, fecha aproximada de la partida de Turmeda para Túnez.

Según el criterio desfavorable a los religiosos, expuesto en el apartado b, tiene prioridad el único sacerdote secular que se en­cuentra en estos primeros años en la lista, cuyo nombre sea Ni­

colas.

"º EHRLE, o. c ., pp. 90-100. :iro C. P!ANA, La Facoltà teologica dell'Università di B-0Zogna. nel 1444-1458

(Arch. franc. hist.» 53 (1960) 360-441. 151 EuBEL, o. c., pp. 411 y 453.

131

46 M. DE EPALZA

Maestro Nicolas de Orto, sacerdote secular y luego arzobispo, que habría que identificar con Nicolcís de H<Yrlis, del episcopologio de Eubel151, arzobispo de Ragusa (1393) y de Siponte (1402), en­viado en 1404 por el Papa como nuncio apostólico a Dacia, Suecia y Noruega. Eubel no añade a su nombre el que sea maestro en Teología, como suele hacerlo. Sus altos cargos le señalarían como el maestro que describe Turmeda. Sería natural de la actual ciu­dad de Orte (antiguamente Horta), en el Lacio. El hecho de que haya sido obispo permitiría juntar las dos versiones de Dozy y

Spiro, examinadas mas arriba. También se ve cierto parecido foné­tico con la lectura corriente Martel, que en los manuscritos puede ser Dortil o Dortis con bastante facilidad, confundiéndose la mtm con la dad o d enfatica. También coincidiría en Bolonia con los años comprendidos entre el 70 en que se doctoraría aproximada­mente, y el 93 en que fue nombrado obispo por primera vez, des­pués de la partida de , Turmeda.

Por preferir los franciscanos a cualquier otro religioso, según el criterio expuesto en el apartado e, tendríamos que dejar aparte a la mayor parte de los nombres que les siguen en la lista. Exclui­mos a dos, por ser los mas antiguos (véase criterio de apartado d) y tener alguna particularidad que les hace interesantes para el objeto de este estudio.

Maestro Nicolas de Venetiis, el que encabeza la lista, había sido elegido General de su Orden en 1363. A no ser que después de cumplido su cargo volviera a la enseñanza, no es facil que coinci­diera en Bolonia con Turmeda. Ademas, según la misma fuente, murió en 1370, cuando Turmeda no habría probablemente llegado todavía a Italia.

Maestro Nicolas de Mariarnis de Mantua, dominico, no tiene por ese título a su favor mas que el de ser de los mas antiguos y el de presentar su nombre Marian is y mucho mas M antua cierto pa­recido grafico en arabe con el del Maestro Martel.

Ya sólo quedan los franciscanos, para los que esta el excelente trabajo del P. Pérgamo, O. F. M. 1'52, en que se recogen todos los datos que se conocían en 1934 sobre los referidos franciscanos de

1lí1 EUBEL, o. c., pp. 411 y 453. = Basilio PERGAMO, I franciscani alia. Facoltà Teologica di Bologna 1364-1500

cA.reh. franc. hist.» 27 (1934) 3-61.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 47

la lista. Hay que completar estas informaciones con la documenta­ción aparecida posteriormente, sobre todo en las revistas de his­toria franciscana 153, y en la obra del P. Piana, aún no publicada, a la que se ha hecho referencia mas arriba 154.

Siguiendo el criterio anteriormente expuesto, no expondremos toda la lista de los franciscanos que trae el P. Pérgamo. No traería seguramente ningún dato que distinguiera al maestro de Turmeda. En cambio hay un personaje, llamado Nicolas, que puede ostentar títulos para ello.

Maestro Nicolas de Sicília, franciscano, del que el P. Ehrle no sabe dar ningún dato biografico 155 , es un ejemplo de las dificul­tades que surgen en esta clase de búsqueda, por razón de los «ape­llidos» toponímicos. Su nombre mas conocido es el de Fray Nicolas de Agrigento, pueblo de Sicilia 156• La identificación por el topo­nímico «de Agrigento» sería necesaria en su provincia natal de Sicilia, pero al llegar a Bolonia, en que no debía haber demasiados sicilianos, bastaba con paner el toponímico regional. Así, es pro­bable que Turmeda fuera llamado Fra Ancelm de Mallorca en Lérida, y Fra Ancelm de Aragón en Bolonia.

El nombre Fr. Nicolas de Sicilia no es infrecuente en Bolonia. En la misma lista, hay otro doctorada del mismo nombre, posterior al año 1380. Y Nicolas de Sicilia se llamaba el doctorando de De­recho Civil en Bolonia a 25 de febrero de 1383, cuyas peripecias en el examen nos cuenta Sorbelli en su introducción al «Liber secre­tus Iuris Caesarei» rn1• Un dato mas a favor de su identificación con el maestro Martel sería precisamente su procedencia de Sicí­lia, donde podría haber tenido mas ocasión de conocer directa­mente problemas y mentalidades islamicas, que luego presentaría a sus discípulos. Podría ser que los presentara siendo de corazón musulman, como lo describe Turmeda, o simplemente como una:

133 Sobre todo «Archivum Franciscanum historie=; «Archivo l'bero-Ameri­cano» (Madrid); «Collectanae Franciscana» (Roma), ademas de los volúmenes de Monumenta Franciscana.

JM Chartularium studii bononiensis Sti. Francisci. 16'5 EHRLE, o. c., :p. 102. 106 Su identificación, debida al P . Pérgamo, se ihalla en una bula de 2-VI-

1364 en la que el Papa manda al Ministro General de los Franciscanos que haga doctorar en Bolonia a Fray Nicoliis de Agrigento, Ordinis minorum.

1"' Il «Liber Secretus Juris Caesarei» del'Università di Bologna <Bologna, 1938), vol. I, pp. LXXXV-LXXXVI.

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48 M. DE EPALZA

experiencia personal que explicaría a sus discípulos y de la que Turmeda sacara la consecuencia de su paso al Islam.

Otro elemento favorable a la identificación podría hallarse en su agitada e importante vida 158• Doctorado en 1364, en 1370 pro­vincial en Sicilia. Allí se originan unas disputas con el Inquisidor Fray. Simone de Puteo (Pozo) o de Pozzo, dominico, que llevan al Papa en 1372 a pedir sea removido de su cargo. Dos años después el Papa envía una Bula al Arzobispo de Napoles pidiendo mas cier­tas . informaciones, pues parecía que no todo era cierto en la acu­sación del Inquisidor y ambos contendientes parece tenían una mutua enemistad personal debida a controversias teológicas en que se habían acusado mutuamente de heregías, enemistad atizada . por .algunos súbditos rebeldes del Provincial franciscano. Mas tarde vemos a Fr. Nicolas de Agrigeno, ya en Toscana, intervenir en el pleito que enfrentó a Fr. Pedro ser Lippi, franciscano, Inquisidor en Florencia, con el citado Fr. Simone de Puteo, dominico, Inqui­sidor de Sicília. En 1375 era legado del Papa para las difíciles paces con los florentinos, y el año siguiente venía nombrado obispo de Cittanova de Istria hasta 1377 en que pasó a arzobispo de Paler­mo, en su tierra siciliana, cargo que . ostentó hasta 1387. De esta agitada vida se podría hallar mas de un paralelismo con la del maestro Martel. El hecho de que no parece que haya tenido tiempo material para haber sido profesor de Bolonia después de 1377, en que fue nombrado obispo, es un inconveniente. Ademas, de éste sí se sabe el apellido: Casucchi. Y muy difícilmente coincide en ara be la grafía de este nombre con la de Martel.

Si no podemos, por tanto, extremar la candidatura de Fray Nicolas de Agrigento, se puede sacar una lección de lo que sabemos de su citado compañero de orden Fray Pedro ser Lippi. Este im­portante personaje, muchas veces inquisidor, pasa a ser en Bolonia «lector principalis in conventu Bononie» en 1382 159• No sabemos qué diferencia había entre este cargo y el de doctor en el Estudio General, y ni si había diferencia. Lo que sí podemos imaginar es que era · un magisterio importante, por los otros cargos que el mis-

158 Resumimos lo que traen sobre él, con abundante aparato de citas y docu­mentos, B. Pérgamo, o. c., pp. 12-14, Benvenutto Bughetti, «Arch. fran. hist.> 9 (1916) 347-383, 358 ss. Celestino Piana, «Arch. franc. hist.> 49 (1956) 37-58.

l "9 Antonio FANTOSSI, <.<Arch. franc. hist.» 8 (1915) 677.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 49

mo fraile había desempeñado y seguira desempeñando y porque su nombramiento es objeto de una carta personal del Ministro Gene­ral. Pero resulta que Pedro 1 ser Lippi, doctorado en Teología en la Universidad de Florencia unos años antes, no aparece en ninguno de los documentos que hemos utilizado hasta ahora como fuentes principales para conocer los profesores de la Universidad y de su Facultad de Teología. Eso nos permite pensar con fundamento que esas listas no son exhaustivas y que el maestro Martel podía muy bien ser un gran personaje en la docencia boloñesa y no figurar en ellas.

Algo semejante aparece con el Maestro Nicolas de Bethcma, franciscano, lector.en el año 1378 en Bolonia, según nos dicen unos documentos extraídos de los archivos de Bolonia por el P. Pia­na, O. F. M. 160• Tampoco figura en las citadas listas y sería segu­ramente lector de Teología y maestro en la misma ciencia. Para identificarlo con Martel hay dos inconvenientes: que sabemos su apellido (Nardi o Ferragatti) y que sería posiblemente tan joven o mas que Turmeda, aunque. fuera ya lector y maestro en 1378.

Otro, que no sabemos si fue doctorado en Bolonia o en Venecia o en dónde, es un tal Magister Nicolas Muzio di Venezia, francis­cano también: Gregorio XI, en bula de 29-XII-1372 manda se le confiera el doctorado en Bolonia, Venecia o en cualquier otro Estu­dio General 161 •

Finalmente, otro gran personaje, de nombre Nicolas, que debió tener cierta influencia en la vida de Turmeda, si éste estuvo efec­tivamente en Bolonia, fue Fray Nicolas Misquinus o Caracciolus, dominico, creado cardenal en 1378 con un religioso franciscano y otro agustino, y enviados por el papa Urbano VI aquel mismo año para reformar las Universidades que de él dependían (Padua y Bolonia) 162• Pudiera ser que estas reformas, a la par de las de la Orden franciscana, comentadas en otro lugar, hubieran sido ocasión de malestar para Turmeda en Bolonia.

100 De su Chartularium .. . , aún por publicar, sacado del libro de gastos de la casa (Exp. 11, 123) : «Mag.• Nioolaus de Bethona q. lector Bononie habuit pro tunica sua ... » Siguel algunos document.os que hacen referencia a su persona. Parece que el año 1381 estaba en Asís y en 1385 fue elegido Provincial de Umbría. Hecho obispo en 1417, murió en 1431.

101 Bullarium Franciscanum, VI, n. 1.235 y 1.313. Cf. también B. P!:RGAMO, o. c., pp. 14-15.

1•• EHRLE, o. c., p. CCI.

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50 M. DE EPALZA

Conclusión

Al llegar a este punto, que es punto final porque se nos ha aca­bado la documentación presente, no porque se hayan dado por aca­badas todas las posibilidades, parece que habría que presentar un balance.

La realidad es que, en favor de la identificación del profesor de Turmeda, con todas las dificultades que presenta este personaje de su obra, de características tan realistas, no se ha hallado por ahora nada definitivo. La identificación con las personalidades aquí presentadas no presenta mas verosimilitud que el de la mera posi­bilidad, a excepción, quiza, de Nicolas de Hortis. Por otra parte se estrecha el cerco de estas posibilidades. Si con la mera no identifi­cación de Miret y Sans, que queda resumida al principio de este capítulo, podía hablar Brunschvig de «cierto Nicolas Martil, por otra parte desconocido» 163, ahora este desconocimiento se hace mu­cho mas notable.

Pero hay que decir también que no hay ningún argumento directamente en contra. Hay muchos apellidos no identificados, pues esta sólo el toponímico. Hay muchos profesores que vemos se escapan de las listas oficiales. Las mismas relaciones de los frailes franciscanos, recogidas en los archivos, son muy parciales e incom­pletas. Todo, en fin, parece conjurarse para dejar abiertas posibi­lidades de investigación, que hagan mas certera a nuestros ojos la disputada veracidad de Turmeda en la Tuhfa, veracidad que sólo un documento, con el nombre del maestro Nicolas Martel, acabaría casi plenamente de confirmar.

7. ALGUNAS PRECISIONES SOBRE SU NOMBRE ARABE

Fray Anselmo Turmeda o de Turmeda 164, nombre con el que se le conoce entre los cristianos porque se encuentra en todas sus obras y en todos los documentos oficiales que tratan de él, podría

163 BRUNSCHVIG, o. c., ip. 470. 1.. Ansehno de Tunneda, nombre que figura en .Jas estrofas últimas del LlibT"e

de bons . . • con la rpreposición, seguramente por razones métricas. La omiten casi t.odos los aurores. Massignon la utiliza siempre.

136

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 51

ser también un nombre literario. En realidad podría haber sido un mero seudónimo, pues casi todos los documentos oficiales son pos­teriores a la fama obtenida por sus libros, si no hubiera la clausula del documento notarial de 1375, con el legado a su nombre «Fratri Anselmo Turmeda» 165• Pero aquí no vamos a tratar de su nombre mallorquín, a pesar de lo poco corriente que es, aún hoy, ese ape­llido 166, sino del nombre arabe que tomó al pasar al Islam, cambio que viene atestiguando por el documento de Alfonso el Magna­nimo, dirigido a «Fratrem Encelmum Turmeda, alias Alcaydum Abdallah» 167• Nos fijaremos en el nombre arabe, el único que co­noció Spiro, porque es el único que figura en la Tuhfa 168, aunque no siempre completo o completado, como se ha de estudiar aquí: 'Abel AlLah ibn 'Abd Allah al,..Tarchuman_ al,..Mayurqu'i al-Muh­tad'i 169,

Aquí se trata de estudiar · una por una estas denominaciones y ver a qué corresponden, por qué quiso llamarse así Turmeda o por qué le llamaron así sus contemporaneos o los que vinieron detras. Al final añadiré algún otro dato actual, sacado de una investiga­ción personal.

'Abel Allah ibn 'Abd Allah (Siervo de Dios hijo del Siervo de Dios) 110•

Era al parecer un , nombre corriente entre convertidos del cris­tianismo, hijos de cristianos, que podían llamarse siervos de Dios ya antes, pues eran todos monoteístas e hijos de Abraham, del

105 E. K. AcuILÓ, «Museo Balear» l (1884) 12. 168 Calvet (o. c., p. 77) cita un Turmeda de Almacellas (Lérida) mencionado

en un documento de la época. No parece actualmente muy corriente: En el Diccionari Catalcíà-Valencià-Balear de Au:oVER figura como linaje de Valencia.

1..., ACA, Reg. 2.691, f. 138 v, 23-IX-1423. 168 Así lo reconoce Spiro cuando confiesa en la introducción: «Quant à ila

personne de notre auteur, nous n'en savons que ce qu'il nous raconte lui-même, Malgré tous nos effors, il ne nous a pas été possible jusqu'ici d'en apprendre davantage. Nous ignorons le nom qu'il portait avant sa conversiom. (SPmo, o. c., p. 4). La identificación del autor de la Tuhfa con el autor de la Disputa de l'Ase se debe a Antonio Rubió y Lluch y Menéndez y Pelayo (vid. CALVET, o. c., p. 38).

100 El nombre arabe consta de varias partes, variables, y de no faci! manejo para nosotros. Cf. PARE.TA, Islamología, II, 547-549.

1ro Propiamente, si quisiéramos ajustarnos a las reglas de gramatica y foné­tica arabes, habría que pronunciar A:bdullah ibn Abdillah. Sólo el catalogo de los manuscritos arabes de la Biblioteca de los Awgaf de Bagdad, por A. M. Talass, p. 125, le cita como A:bdullah ibn 'Aba al-Rahman.

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52 M. DE EPALZA

pueblo del Libro o Biblia (ahl al-Kitiib). Turmeda, que cuidó del nombre de su hijo, Muhammad 171, a quien llamó así, «para obte­nerle las bendiciones unidas al nombre del profeta Mahoma», no dejaría de sentir el significada de su propio nombre, que él mismo

l

se había seguramente escogido.

al-Tarchumiin (el traductor)

Aparecee en casi todos los manuscritos 172• Admite, como la mayor parte de las palabras arabes, varias vocalizaciones, casi equivalentes en cuanto al significada: tarchumiin, tarchumiin, tar­chamiin. Pero casi todos, al tratarse de Turmeda, han tornado la

171 SPIRO, o. c., p. 15. 172 A excepción, al parecer, del manuscrito Y. Tampoco en la edición de 1895,

aunque sí figura repetidas veces en el texto. Para la denominación de los manus­critos hasta ahora catalogados y hallados por mí, seguiré la siguiente denomi­nación: _ A = Argel 1083 - FAGNAN (E), Catalogue des manuscripts des Bibliotèques de France, t. XVIII (Paris, 1893), n.º 720.

B = Berlín 2.211 - AuLWARDT (!N), Werzeichniss der Arabischen Handsch­riften (Berlin, 1888), n.º 2.211 (resumen, por su hijo 'Abd al-Halim).

G = Gotha 860 - PERTSCH (!N.), Die Arabischen Handschriften der herzogli.-chen Bibliothek zu Gotha (Gotha, 1880) .

l .l = Istambul 1.147 - Defteri Kütüphane'i Asad Efendi (Istambul s. a.). 1.2 = Istambul 1.148 - Defteri Kiitüphane'i Asad Efendi (Istambul s. a.). I.3 = Istambul 2.909 - Defteri Fatih Kütüphanesi (Istambul s. a.). L = London 5.942 - ELLIS (A. G.) y EDWARDS (E.), A descriptive manuscripts

acquired by the Trustees of ihe British Museum since 1894 (London, 1912). Le = Leiden 873 - VooRHOEVE (P.), Handlist of Arabic Manuscripts in the

library of Leiden and other collections in the N etherlands (Leiden, 1957). P.1 = Paris 1.464 - VAJDA CG.), Index général des manuscripts arabes musul­

mans de la Bibliothèque Nationate de Paris (Paris, 1953). P.2 = Paris 6.051 - VAJDA (G.), Index général des manuscripts arabes musul­

mans de la Bibliothèque Nationale de Paris (Paris, 1953). P .3 = Paris 6.052 - VAJDA CG.), Index général des manuscripts arabes musul­

mans de la Bibliothèque Nationale de Paris (Paris, 1953). Pr = Prine€ton 1.521 - HITT1-Fíims-'Aao AL-MALIB:, Descriptive Cathalogue of

the Garret Collection of Arabic Manuscripts in the Princetown University Libra­ry (Princetown, 1938).

TK = Tunis-Kaak - Manuscrito propiedad de O. Kaak, Director Biblioteca de Túnez.

TA = Tunis-Abdalliyya 1.131 - Ejemplar en la Biblioteca Abdalliyya (Túnez) .

Y.l = Yale 1.059 - NEMOY (L.), Arabic manuscripts in the Yale University Library, New Heaven, 1956.

Y.2 = Yale 1.060 - ld., id. Estos son los manuscritos catalogados que han llegado por ahora a mi cono­

cimiento. Espero hacer indagaciones para encontrar otros próximamente, sobre todo en Istambul, El Cairo y Norte de Africa.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEt.\ 53

primera, con variantes de transcripción, según el sistema~ ~a. Es un c:nombre de oficio» corriente para designar «traductor>, qu¿ ha pasado al francés drogmam 174 o truchement 175, al castellano ti u­jamcín o trujimcín 176, o al catalan torcimany o torsimany 177•

Como otra formulación de nombre de oficio, se entiende la for­ma equivalente, pero no tan corriente, sobre todo, en el occidente arabófono, que trae G. FLUEGEL, en su traducción del Katib je­lebi 178: al-Tarjemiinï. Es la forma que ha dado en castellano tantos derivados, sobre todo en nombres toponímicos (andalusí, fatimí, marroquí) y también de oficio.

La denominación de ibn al-Tr<1idjumiin (hijo del traductor), que le atribuye Massignon 179, no tiene documentación a su favor, a no ser que el ilustre arabista francés haya tenido ante los ojos, en Oriente, donde redactó esta obra en 1917, otros manuscritos o fuen­tes arabes, que no han llegado hasta nosotros. Es una denominación extraña, ya que el ibn, señal de filiación, no tiene en este caso razón de ser, pues el padre de Turmeda no era intérprete o traductor.

al-Mayúrqï

Es la nisba de Turmeda, que indica su lugar de nacimiento, ciertamente Mallorca 180• Es el nombre que le pone Brockel-

173 Tarjuman (Hrrrr en Pr), at-Targuman (VooRHOVE en Le), Tarjumfi.n (ELLIS y EnwARDS en L), Terdjomtin (FAGNAN en A), At-Tarcuman (KARATY, F . E ., en su catalogo en turoo de la Biblioteca Universitaria de Istambul, 1949, 1951, 1953), Torchaman (MmET y SANS, La Tumba ... , p. 25). Targuman (BROCKELMANN, Ges­chichte der arabischen litteratu1', Supl. II, p. 352) Tardjumtin <BROCKELMANN, Encyclopédie de l'Islam, Ill, 484).

m Así lo titula Spiro en la traducción de la Tuhfa. "'" Vid. BELOT, p. 54. 176 También se admiten en castellano las formas m as conocidas de truchiman,

procedente del francés, y dragoman, que proviene también del arabe, segura­mente egipcio, por medio del bizantino y luego el italiano o la lengua de oc (vid. CoROMINAS, IV, 616).

177 En el antiguo catalan también trujamà (ALCOVER, Diccionari ... , vol. 10, pp. 384-385, 355, 564).

178 o. c., p. 120. 178 En colección de artículos suyos recogidos por Vincent Monteil, Parole

donée (París, 1962, p. 288) y en el título dé ll; obra inédita Examen du «présent de l'homme lettré», en bibliografia hecha por Y. Moubarac en Mélanges Louis Massignon, vol. I, ;p. 20, n.º 209. Este trabajo, del que sólo existen cuatro ejem­;plares a maquina y no he podido averiguar aún dónde se hallan, es sin duda el mej.or y casi único trabajo sobre la Thufa, realizado por el gran arabista fran­cés en 1917.

l.SO Es un punto que no estaba claro para sus biógrafos antiguos, pero que

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54 M. DE EPALZA

mann 181 y Houtsma en la Encyclapédie de l'Islam 182, lo que ~­traña mucho a Calvet 183• Pero, aunque no lo traiga Spiro expresa­mente, este nombre viene atestiguado por varios manuscritos 184 y también por la edición de 1873-1874. Sólo en Oriente le he visto llamado al-Tunusí.

al-Muhtadï

Nombre que llevó también uno de los efímeros califas de Bag­dad (869-870), significa «el que ha alcanzado la meta», , es decir, «el que ha alcanzado la fe islamica», «el convertido a la fe». Es un título que sólo encontramos en 11 y, seguramente, en 12 . Puede ser un a podo puesto después de su muerte. Es facil. Y o mismo, al hacer una indagación sobre lo que cuentan de él los vendedores del zoco de los guarnicioneros (sük al-Sarmdjïn, souk des Sellies) en Túnez, donde esta su tumba, , tuve que oír muchas deformacio­nes de su nombre. Se le conoce generalmente por el nombre de Sidi-Tuhfa, por la obra que escribió. Pero cierto , costurero-sastre del dicho zoco me dijo que se llamaba Sidi Abdallah al-Sarchent (el sargento), «porque luchó por la fe contra los enemigos, no con las armas, sino con la pluma», curiosa' mezcla de terminología mo­derna y del concepto tradicional islamico de la guerra santa ( chihiid).

8. EL TÍTULO DE LA OBRA ARABE DE TuRMEDA, LA «TUHFA»

Desde fines del siglo pasado en que se identificó a Anselmo Turmeda como Abdallah el Truchiman, autor del «présent de l'homme lettré», traducido por Spiro, ya no se duda de que es

E. K. Aguiló («Museo Balear» l (1884] 9 ss.) dejó bien asentado, baSÍlndose en la introducción de la Di8pu.ta de l'Ase y en todo el poema de las Cobles de la divi­sió del regne de Mallorques, oonfinnado mas tarde por la Tuhfa. «Es irrefragable la mallorquinidad de Fray Anselmo de Turmeda», escribía con entusiasmo mo­sén Lorenzo Riber, compatriota suyo («Boi!. Acad. española» 19 (1932] 251).

lBl GAL, II, 352. = Encyclopédie de l'Islam, vol. I (1908), p. 20. lllll CALVET, o. c., pp. 51-52. 1B< Entre otros por Pr y Y.1.

140

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 55

Turmeda el autor de esta notable obra de apologética anticristiana. En estas paginas sólo se tratara del titulo arabe de la obra y de algunos problemas que plantean las distintas versiones de manus­critos y ediciones, así como las traducciones que se pueden dar de él.

El título arabe mas corriente, que analizaremos parte por parte, se transcribe generalmente así: Tuhfat al-,adtb (o aríb) fí-raddi 'ala ahl al-Salíb.

La traducción mas conocida de este título es la de J. Spiro: Le présent de l'homme lettré pou.r réfuter les pwrtisans de 1,a croix 185.

Las paginas que siguen, dirigidas principalmente a los no ara­bistas, analizaran una a una las palabras que componen este título.

Tuhfa o «la Tuhfa» es la versión mas reducida y generalmente empleada por los historiadores de Turmeda para designar este libro. N o así entre los arabistas, pues es un nombre muy corrien te para iniciar el título de un libro y hay decenas de obras en cual­quier catalogo un poco extenso de escritos arabes, que empiezan con esta palabra. Se pronuncia Tuhfa cuando va sola y Tuhfat al-adíb, por el fenómeno fonético y gramatical de la pronuncia­ción de la t marbúta cuando sigue una vocal en la palabra siguiente en anexión. En actual pronunciación arabe dialectal: tohfet. Es sabido que los actuales sonidos o y e del arabe no han debido tener representación grafica propia en el arabe clasico, en que estan es­critas todas las obras literarias y también Tuhfa. Actualmente Tur­meda .es conocido entre el pueblo de Túnez con el nombre de Sidi Tuhfa, por la obra que escribió.

Esta palabra puede traducirse en castellano por «regalo», «pre­sente», «dom>, «obsequio», «ofrenda» 186• Todos estos vocablos son claros en su significada cuando van juntos, pero si se examinan

185 Es la mas conocida, peTO no la mas antigua: «donum bene morato o:blatum de refutandis asseclis cruciS» había traducido C. Fluegel, al traducir el Lexicon 'bibliographicum et encyclopedium, llamado el Katib Jelebi, p. 120. «Réponses victorieuses aux arguments des adoradeurs de la croix» en la traducción de Pellissier et Remusat de la Histoire de l'Afrique, de Mohammed-el-K'airouanil, vol. VI, p . 254. Vid. DozY, Cathalogue ...

,.. En catalan «ofrena», en MIRET Y SANS, La tomba del escriptor català Fra Anselm Turmeda en la ciutat de Tunis (Barcelona, 1910), separata del «Butlletí del Centre Excursionista de Catalunya».

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56 M. DE EPALZA

uno por uno, tienen también otros significados equívocos que los hacen desaconsejables para encabezar la traducción del título de la obra. El dialecto arabes tunecino lo tiene ahora también como equivalente a «joya», y Asín Palacios lo ha traducido, en este mis­mo sentido, como «obra maestra». Quiza sea preferible escoger «regalo», porque lleva el doble significada de «don» y de perfec­ción agradable de la obra, que parecería llevar consigo, según lo expuesto, el vocable arabe original.

al-adib

Mas dificultad presenta la lectura adid o arib. La grafía arabe, que sólo distingue la r con respecto a la d por un ligero alargamien­to, no permite en muchos casos la diferenciación, sobre todo si se cuenta con la letra manuscrita, ya que la imprenta no fijó la Tuhfa, y ya veremos de qué manera, hasta la segunda mitad del siglo XIX.

Ademas, las dos palabras tienen significados semejantes. Adib, le­trado, educada, honrada. Arib, ingenioso, habil, astuto. En realidad, adib significa, sobre todo, letrado, literata, perito en el adab o be­llas letras. Puede ser, por tanto, «buen escritor» mejor que «hom­bre instruido», como traduce Miret y Sans 187• Asín ha traducido, en cambio, arib por «autor habil», con lo que se acercan mas aún los dos significados 188 ,

El recurrir a los manuscritos, interpretados por los que los han transcrito en los respectivos catalogos de las bibliotecas no es deci­sivo tampoco. Y no es el caso de mirar la antigüedad de los res­pectivos manuscritos, porque los catalogos son todos de fines del siglo pasado y principios del actual, aunque pueden basarse en transcripciones de listas anteriores. Dan la transcripción arib los manuscritos Le, I. 3, B, A, TK, las ediciones de 1873, 1895 y segu­ramente 1904, así como Brunschvig 189 y Brockelmann 190• Dan la

187 MIRET Y SANS, Vie de Fra ... , p. 12. Adviértase que este autor, al no conocer el arabe, consulta siempre a arabistas, que suele mencionar a lo largo de sus escritos sobre Turmeda.

188 Es curioso que «astuto» ihaya llegado a ser hoy equivalente casi único de «truchiman» (CASARES, Diccionario ideológico de Za. lengua española. [Ma­drid, 1959], pp. 44 y 841), con lo que la alusión personal, al intitular Turmeda su obra El regalo del astuto, quedaria curiosamente reforzada.

189 BRUNSCHVIG, O. c., p. 470. 190 BROCKELMANN, GAL, E. II, 352.

142

APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 57

transcripción adíb, I. l, y seguramente I. 2, así como Pr, L, y

Probst 191• El manuscrito de Yale, cosa curiosa, esta catalogado hajo el título de Tuhfat al labtb, regalo del dotado de juicio, dotado de tacto, asiduo, perseverante, registrado también por Brockel­mann. Se trata, naturalmente, de un error de copista o de trans­criptor, debido a la notable semejanza que pueden tomar en arabe las dos palabras, sobre todo en los manuscrites. No parece deba entrar en discusión esta versión junto a las otras dos arriba men­cionadas.

Los manuscrites que utilizó Spiro para su traducción, numero­sos y casi todos seguramente de Túnez, aunque no sabemos cuales fueron en realidad 192, le llevaran a traducir en el título de la obra «lettré», que corresponde a adíb, mientras que Asín Palacios traduce por «autor habih, que corresponde a aríb, por tener entre las ma­nos seguramente alguna de las ediciones, al menos la de 1904 que añade a las reseñadas por Brockelmann 193• G. Fluegel, en su corta traducción del texto arabe de Hachchi Jalifa 194, titula adíb la obra de Turmeda, y recensiona a continuación la de otro autor con el nombre de Tuhfat al-aríb, lo que indicaria que estaba bien segura de la grafía del primero.

Ya que la «prueba documental» no permite inclinarse hacia una u otra versión, conviene contrastaria con una prueba de crítica interna, viendo el significado algo · diferente de las dos palabras y lo que quiso significar Turmeda, sacandola de la idea que se podía formar de sí mismo, ya que a él se refería ese epíteto del libra.

Una cosa que nota pronto el lector de Turmeda es el deseo de

191 PROBST, Fra Anselm Turmeda et sa conversion à l'islamisme «Rev. hisp.:t 38 (1916) 464-496. El manuscrita L tiene la transcripción ad'ib en el catalogo de Ellis y Edwards de 1912, pero en una carta reciente del departamento oriental del British Museum se me anunciaba el envío del microfilm del referido ma­nuscrito, pero con el nombre de Tuhfat al ar'ib.

19• Spiro, oc. ·c., p. 5, dice sólo: «Les manuscripts sont répandus partout et se trouvent dans toutes les bibliothèques. En général, ils sont peu corrects; les meilleurs sont ceux écrits en caractère maugrébin». Algunas averiguaciones en Lausanne, donde murió Spiro en 1914 como ¡profesor de la Universidad, no han dado ningún resultado por ahora en orden a saber qué manuscritos empleó para su traducción.

100 AsfN PALAcios, Huellas del Islam (Madrid, 1941), p. 17; Obras Escogidas, vol. 11-111 (Madrid-Granada, 1948), p . 567.

m O. c., pp. 120-121.

143

58 M. DE EPALZA

ser llamado «Maestro» que presenta Turmeda en todas sus obras: en las CobLas 195, en las Profe1cías 196, en la Disputa de l'asei 197, y

en la Tuhfa, en la larga descripción de sus estudios y en la alta opinión de ciencia que de él tienen sus correligionarios de Tú­nez 198• Ahora bien, no podía pretender - aun con mucha vani­dad - ser maestro entre musulmanes, de ciencias religiosas o ule­ma, aunque le titule 'Allama la edición de la Tuhfm de 1873 199, ni de ciencia del derecho o faquí 200• La palabra actual ustad: maes­tro, profesor, catedratico, no sé en qué sentido se la podía aplicar Turmeda. El término hakim (sabio, filósofo, prudente) era muy ge­neral, y no correspondía exactamente a su situación en Túnez, así como tampoco el vocablo shayj (jeque), que indica preeminencia de edad, o jefatura, o autoridad, que no hacía tampoco referencia a la ciencia, como Turmeda seguramente querría.

En cambio ad?.b, letrado, educado, honrado, correspondía a sus muchos estudies descrites en la Tuhia (todas las referencias a la lengua del Evangelio), a su deseo de fama de escritor poético entre los cristianos, y a su título de saber muchas lenguas que supone el llamarse «Tarchuman». Si recordamos ademas el epíteto de las Cobles, en que se hace llamar «de les tres letres mestre», veremos que correspondería sobre todo a adtb el concepto que de sí mismo tenía Turmeda.

Claro esta que también podría aducirse en favor de ar?.b, que si se creía buen escritor arabe 201 y habil en los cargos que tuvo, podía muy bien aplicarse este epíteto, tanto mas si se añade la casualidad del sentido de «astuto», equivalente a «truchiman», que queda insinuado mas arriba.

Lo demas del título no presenta especial dificultad, estando

1116 Estrofa 5 «Be sia vengut lo Mestre», 9 «Ay Mestre molt reverent>, 20 «Mestre, placiaus intrar», 55 «Frare Entelm, o fil car - E de ·les tres letres mes­tre - Lo morisch vos es tot clar - E en labraich sots molt destre».

100 Ed. ALÓs «Rev. hisp.» 24 (1911) 495. 1117 «Homme for sçavant en toute sciencie et plus que assez en Astrologie»

«Rev. hisp.» 24 (1911) 369. «Cestuy fre Anselm qui se faict tant sçavant» (p. 370) y pa.ssim.

1"" Cf. SPIRO, o. c., pp. 8-14. 199 Tiene esta palabra un sentido de «sabio», bastante general, sobre todo

referente a oosas de religión. 200 Turmeda mismo cuenta en la Tuhfa cómo se metió inmediatamente des­

pués de su llegada a Túnez en la aduana y '1a política. 201 SPIRO, o. c., p. 15. Cobles . .. , l. c.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 59

fundamentalmente de acuedo todas las traducciones al tratarse de fi radd 'ala ahl al-salib:

«en refutación de los adoradores de la Cruz» (Asín Palacios). «pour réfuter les partisans de la croix» (S piro). «per refutar los partidaris de la creu» (Miret y Sans, que de-

pende de Spiro). «in refuting the Doctrines of the followers of the Cross» (Hitti). «in refutandis asseclis crucis» (Fluegel). Quiza sería mejor, con Asín y Hitti, escoger «en refutación»,

que se ata mas a la letra a la forma arabe (ft radd). En cuanto a la traducción del ahl al-saltb (a la letra «pueblo de

la cruz»), hay que advertir que en ara be la palabra ahl reuniría los significados españoles de «pueblo» en el sentido étnico-religioso de «seguidores» o «adoradores». Por eso, quizas la palabra mas fiel sería la de Spiro, «partidarios», con sentido de:

1.0 seguidores. 2.0 en una fe religiosa (adoradores). 3.0 formando un pueblo o comunidad. 4.0 pero como parte de la comunidad civil o política, compues­

ta también de otros «partidarios» (de Mahoma, de Moisés, o de sus respecti vas ideologías ... ) .

N o pertenece a este estudio el mirar otras formas de expresar esta realidad entre los arabes y en qué difieren sus sentidos del empleado por Turmeda.

Por todo lo visto, el título mas exacto de la obra, traducido al castellano, sería:

REGALO DEL LETRADO EN REFUTACIÓN DE LOS PARTIDARIOS DE LA

CRUZ.

8. lNVESTIGACIONES EN lTALIA SOBRE TuRMEDA,

JEFE DE ADUANAS EN TúNEZ

Este trabajo, último de la serie que aquí se presenta, es quizas el mas abierto a nuevas investigaciones. Representa meramente el estado presente de una investigación que se esta llevando a cabo. Aunque aún hay que buscar mucho mas, puede interesar traer ya ahora los datos hallados, que pueden sugerir otros hallazgos.

145 IO

60 M. DE EPALZA

La fuente principal para saber los cargos que ejerció Turmeda en Túnez es su obra arabe, la Tuhfa. Tiene en esta parte una auten­ticidad histórica sin duda mayor que la que se podría dar a la parte de su autobiografía que refiere su vida entre los cristianos. Escribía en arabe a unos convecinos, que podían comprobar y ne­gar sus dichos, lo que desacreditaría el fin apologético que preten­día. El tono de realismo que emplea parece confirmar, siempre, pero aquí mas, la sinceridad de sus declaraciones. Puede ser que calle mucho, pero es casi seguro que lo que dice es verdad.

T7'aductor o Tarchuman

Es el primer cargo que tiene en la aduana, del que conservara para siempre el nombre, al menos en su obra !iteraria ~rabe. Le puso en él el rey expresamente al principio para que aprendiera cuanto antes la lengua arabe 202•

Se puede afirmar que debió toda su influencia posterior a su habilidad en este cargo primero. Debía saber al menos seis len­guas: el catalan-mallorquín, que era su lengua natal y que prac­ticaría también en Lérida; el aragonés-castellano, que aprendería también en Lérida, en la Universidad de toda la Corona; los diver­sos dialectos italianos; el latín de sus estudios y de las relaciones diplomaticas y oficiales de las embajadas; el arabe y el hebreo, del que hacen referencia algunas de sus obras 203• Son practicamente todas las lenguas comerciales de la cuenca del Mediterraneo Occi­dental 204• De ahí saldría seguramente su conocimiento e impor­tancia en las finanzas.

Aún mas tarde, ya alcaide, la última cita que nos da la Tuhfa sobre su cargo 205 , se menciona de nuevo su cargo de intérprete, aunque propiamente el texto arabe no diga ya que tiene el cargo de intérprete, sino que en aquella ocasión él «traducía» ( ana kuntu utardjimu).

202 SPmo, o. c., p . 15. 203 Coblas . .. , ed. M. Aoun.6, estr. 55. ""' Es posible que supiera también el :francés, ya que hacfa de traductor

en el sitio de los genoveses y franceses a Mahdia. Lo pudo haber aprendido en la cosmopolita Bolonia de los estudiantes.

""' Tuhfa, ed. 1895, p . 13, l. 21 y p. 14, l. l. SPmo, o. c., p. 21. «Dans ces négo­tions (para recobrar prisioneros musulmanes) c'est moi qui fonctionnais comme interprète.»

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 61

Las palabras de Mas Latrie resumen muy bien lo que podía ser este cargo 206:

«Los intérpretes o trujamanes de la aduana, , turcinwnni, torcí­mani, torzimani, interpretes, tursumani, formaban una corporación numerosa y muy estimada. N o tenían todos el mismo rango, y de­bía haber entre ellos cierta jerarquía. Los principales servían mu­chas veces para la interpretación de la versión oficial de los trata­dos. Pero el testimonio de todo trucihiman de la aduana era fide­digna, fuera cual fuere su categoría, y su intervención regular en un mercada 'comprametía a la aduana misma, que se hacía fiadora de la deuda. Es probable que todos ellos juraran su cargo. Eran escogidos con cuidado y su cargo era muy solicitado.

»Los tratados recuerdan a menudo ... que ningún ercader, ni sarraceno ni cristiano tiene que tener truchiman particular; que ningún truchiman puede negar su ministerio al mercader que se lo pide ... Pero los diferentes países tenían sus truchimanes en los fondac de los puertos de Berbería. Por otra parte, los truchimanes de la aduana tenían su parte importante en los negocios que se con­cluían por su mediación.»

Alcaide de la aduama

Dice Turmeda que cinco meses después de su convers10n al Islam «el sultan me puso al frente para alcaide del mar en la adua­na» ( qaddamant al-sultan li-qiyéidat al-bahr bi-l-diw·éin) 207• Natu­ralmente, esta denominación se presta a muchas interpretaciones· que sóla un analisis detallada, aún no realizado, de la arganización o administración tunecina en la época puede avalar.

E. Sans opinaba, refiriéndose a Turmeda, que fue Jefe del Con­sejo Supremo de los asuntos de Estado y de Justicia 208• Esta segu­ramente inspirado en la denominación de Spiro que afirma que era

""" MAs LATRIE, Rela.tion.s et commerce ... , pp. 339-340. ""' SPmo, o. c., p. 15: «le sultan me dorma '1e poste de chef de douane:;.•

Tuhfa (ed. 1895), p. 10, l. 3. """ E. SANS, Fray Ancelm Turmeda en 14-02, «Estudis universitaris catalans>·

22 (1936) 408. «Creiem . . . que el càrrec que va ocupar Turmeda fou el de cal>' del Consell Suprem dels negocis d'Estat i de Justícia, un temps en aràbig Duana o Douana. Així s'explicaria millor que l'haguessin ostentat abans els membres mateixos de la família reial, ja que forçosament havia d'ésser ·un lloc bastant més important que la Duana comercial».

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62 M. DE EPALZA

«jefe de aduanas» y en nota a pie de pagina explica que este cargo lo habían desempeñado hasta príncipes de la familia reinante, coin­cidiendo en esta apreciación casi palabra por palabra con Mas La­trie 2<>9• Esta interpretación se basa en que la palabra D~wan ha servido mucho tiempo, sobre todo en Oriente bajo los Califas Abba­síes, para; significar «consejo de un imperio», «controles de un ejér­citi» y también «ministerio» o «consejo de ministros» 21-0. Pero, aparte de· que difícilmente puede pensarse que a un recién llegado se le confíe un cargo de tal importancia, cuando aún no sabía el arabe, el texto de la edición de 1895 hace expresa mención del mar (bahr) y emplea en vez de jefe, que· se presta a equívocos en fran­cés o en castellana (hay desde jefe de oficina a jefe de gobierno), la palabra al-qiyad.a, nombre abstracto de la función de alcaide - su equivalente en castellana antiguo -, de funciones mucho mas mo­destas aunque importantes. Ademas se menciona en seguida que iba allí para aprender pronto la lengua arabe en vistas a ser tra­.(iuctor, oficio que ejerció a los pocos años en el sitio de Mahdia.

Mas tarde nos refiere Turmeda 211 que en los sitios de Gabes y

Gafsa acompañó al sultan Abul Abbas Ahmad y - al pie de la letra- «estaba sobre (o para) sus tesoros» (kuntu 'aUi jazayni-hi).

Esta frase ha sida traducida por Spiro como «en calidad de tesorero», pero de hecho la construcción del verbo 'ser (kana), y

aún algunos de sus compuestos, con la preposición para o sobre ('ala.) suele significar «responder por alguien», «hacer fianza». ¿ Quiere indicar esta expresión que Turmeda era el responsable de los tesoros, el tesorero, como traduce S piro? ¿O que se hacía res­ponsable del financiamiento de la guerra con los hienes que de él dependían, en la a duana? Por · ahora no puede afirmarse nada con caracter absoluta, aunque quizas ese - al parecer - nuevo cargo sería una simple prolongación, en tiempo de guerra, de sus habi­tuales funciones financieras en un puesto importante de la econo­mía real, como eran las aduanas en su estructura medieval, en muchas cosas muy diferente de la actual.

A la muerte del sultan hafsida, subió al trono su hijo Abu Faris.

- MAs LATRIE, o. c., pp. 335-336. !Zl-• PARE.TA, Islamología (Madrid, 1952-1954), pp. 111-113. BELOT, p. 27. 211 Tuhfa, ed. 1895, p. 10, 1. 8; SPIRO, o . c., p. 16.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 63

Es posible, y así lo infiere Clavet 212, que Turmeda influyera en las intrigas de palacio que siguieron inmediatamente después de la muerte del gran monarca y llevaran al trono a su hijo Abu Faris. De hecho, nos dice Turmeda, el nuevo rey «renovó respecto a mí todos los beneficios aw'éimir, poderes, cargos de autoridad) que su padre me había concedida, y me invistió ademas de la intendencia de su palacio (zadamt wilaya dar al-mujtass, me encargó de la admi­nistración de la casa de su propiedad personal, de su propia casa). Y hajo su reinado, cuando era jefe de la aduana e intérprete ... >.

En esta descripción se ve que los cargos que fue acumulando eran todos ellos referentes a cuestiones económicas. Un estudio econó­mico podría indicar la situación financiera de la monarquía hafsi­da, el estada de su comercio exterior y la parte que tendría éste en los ingresos reales. Veríamos la importancia que tendría segura­mente el carga de jefe de aduanas. No es extraño que Turmeda se hiciera carga también de la administración de la guerra.

En conjunto, todo el contexto, y sobre todo ese carga, no muy claro todavía, de administrador de palacio, indica que 'Turmeda era un hombre habilidoso y competente, seguramente de confianza y no muy corruptible, lo que le haría ganar la confianza económica del monarca 213• La confianza religiosa no era quiza tan segura como lo indicarían sus obras cristianas y la necesidad de autode­fensa en este campo que se adivina en la Tuhfa.

Las demas referencias de la autobiografía sobre su carga sólo repiten o vienen a confirmar el conjunto de atribuciones que se acaba de mencionar. Mas adelante se refiere que Abu Faris mandó que fuera a la Goleta «al Director de la Administración de la Adua­na» 214 ( sahib wilayat .al-dtw·an) y a sus asistentes. Este texto no es tan clara de interpretar como parece a primera vista, pues ne) dice Turmeda directamente que sea él el sahib wilayat al-dtwan,. aunque su actuación sea muy importante luego en las negociacio­nes que se siguen y se le llame otra vez alcaide Abdallah, alcaide de la aduana. En realidad este último título es qayd al-bahr (alcai­de del mar), quizas especie de jefe de las relaciones navales, sea local de Túnez capital, sea mas extenso o regional, equivalente al

.tl.'l CALVET, o. c., p. 149. 21• Vid. opinión de J.-H. PROBST, o. c. 21• Spiro traduce simplemente «chef de la douane> a. c.).

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64 M. DE EPALZA

título actual de «Jefe de Sector Navah. De hecho el Director de Aduanas de la Goleta, llamado dos veces sahib al-d?.wa:n 21ll, actúa por su cuenta en estas negociaciones al pasar directamente al mo­narca la carta del sacerdote que quería convertir a Turmeda. N o se ve claro si es porque no dependía directamente del Director de la Administración de Aduanas ( sahib wi'layat al-d?.wan) y era de su misma categoría, o mas bien de que se trataba de un asunto mas personal que no hacía referencia al cargo, una maniobra para meter la zancadilla a su colega y superior y obtener el favor espe­cial del príncipe, esto último muy probable de todas maneras. La diferencia real entre séihib y qéiyd, como elementos para saber su mayor o menor graduación, no es apreciable en sí, igual que en castellano «jefe» y «director». Son vocablos que hay que ver en :función de la administración, del tiempo y del lugar, como es el uso que ha consagrado J efe de Policía y Director General de Se­guridad, cuando en otros cuerpos, épocas, o administraciones pue­den significar una jerarquía muy diferente.

Hay otro detalle que se podría hacer notar, sin extremar mucho el tratamiento, pues se corre el riesgo de ir mas alia de la precisión que no pondría quiza Turmeda en sus paginas. El título de al-qàyd Abdallah parece ser casi un título personal en boca del sacerdote que pide por él, repitiéndose luego el título de su cargo: qéiyd al bahr. Este mismo título personal deferente sera utilizado en 1423 por el documento de Alfonso el Magnanimo: «Fratrem Encelmum Turmeda alias Alcaydum Abdallah» 216• E~ muy posible que sea una fórmula de los cristian o s para dirigirse a una persona siempre con el t ítulo de su cargo, como parecería indicar el documento del rey Alfonso, contraponiendo Fratrem a Alcaydum. Puede significar tambión una asimilación mas completa de Turmeda a la mobleza» administrativa local.

En la introducción a la Disputa de l'Ase 217 se presenta a Fray Anselmo como «oficial de Tunis, pour le grand et noble Manlebu­fred Roy et Seigneur entre les fils d'Adam, et grand Escuyer du dit Roy». No se sabe bien a quién se debe esta introducción y sobre

n• Tuhfa (ed. 1895), p. 11, ll. 4 y 5. Spiro traduce simplement.e cchef de douane» (l. c.).

21• ACA, Reg. 2.691, f. 138 v 23-IX-1923. "'" Ed. francesa 1606, p. 6. Ed. «Rev. ihisp.» 24 (1911) 369.

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 65

todo qué pretende traducir. Un estudio de estas palabras darían quizas algo mas de luz sobre el cargo, relacionado seguramente con la intendencia de palacio, al que se ha hecho referencia mas arriba.

Ahora bien, después de esta «presentación autobiografica» de Turmeda en sus obras, que se ha intentado matizar todo lo posible, convendría completar y confirmar estas afirmaciones.

Para completar lo ya dicho sobre los cargos de Turmeda en Túnez habría que estudiar el conjunto de la administración del reino hafsida en aquella época, investigación ya realizada en par­te 218, pero al parecer muy difícil por la ausencia de documentos suficientes de aquella época en el norte de Africa 219• útil comple­mento sera ver el equivalente a esos cargos en los reinos cristianos, estudio bastante facil y adelantado. He recogido ya ciertos mate­riales sobre los traductores de aduanas y sobre la misma aduana de Túnez, con base en los tratados de comercio de las repúblicas ita­lianas con Africa del N orte, sobre todo en Venecia.

Vienen a confirmar estos estudios las palabras de Mas Latrie 22<>

referentes a los cargos de Turmeda, que pueden ser el mejor resu­men de lo que hemos explicado, tomando por base la Tuhfa:

«El director (de la aduana) , de quien todos los otros cargos y servidores dependían, el gabelLot de algunos tratados catalanes, se suele designar generalmente en los textos latinos hajo los nombres de dominus dugane, dominu,s doane, dominus duganerius, provisor dugane, chaytus dugane, alcaitus dugane, en catalan alcayt de la duana. Es la palabra arabe caïd o al-caïd.

El director de Túnez juntaba a veces al gobierno de la aduana urbana la sobreintendencia de todas las aduanas del reino. Se cali­fica, al men os en algun os documentos, de inspector ( nazir) c1e las ad'!W-nas de Africa. La palabra nazir o nadir parece designar, como la palabra moxerif, el mismo funcionario que el director o alcayde

de la aduana ... El alcaide de la aduana era el director y el protector de todos

los asuntos de los cristianos en sus relaciones con los indígenas;

"" MAS LATRIE, o. c ., pp. 334-364. 21·9 BRUNSCHVIG, O . c., p. XXV.

""" No parece que para esta descripción deba mucho Mas Latrie a la lectura de la Tuhfa, aunque parece innegable que la ha consultada, ya que algunos j.uicios indican un parentesco, si no una dependencia notable.

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66 M. DE EPALZA

hasta suplía a veces a los cónsules en los propios asuntos de la na­ción ... » 221• Y siguen la larga lista de atribuciones encargadas al alcaide, en nuestro caso a Turmeda.

Investigaciones en Prato. ¿Una firma de Turmeda?

Mas limitado, pero mas interesante quizas, es intentar compro­bar la existencia de Abdallah al-Tardjumàn como jefe de aduanas de Túnez. Es una investigación emprendida hace poco, principal­mente en Italia, aunque hay que realizarla también, en los meses próximos, en España y Túnez.

El hilo conductor en esta investigación ha sido el principio de que si .Turmeda era jefe de aduanas en Túnez, y mas aún traduc­tor, su nombre tenía que aparecer alguna vez en los documentos procedentes de Túnez en aquel medio siglo (1380-1430) en que transcurrió su vida en esos cargos. Con esa idea empezó la inves­tigación en algunos archivos italianos.

El primero investigado fue el Archivio Datini, de Prato, junto a Florencia 222• Reune, como es sabido, en varios centenares de miles de documentos, toda la correspondencia, sobre todo comer­cial, del mercader local Francesco di Marco Datini, ademas de sus libros de cuentas y otras relaciones comerciales 223• Aunque la com­pañía Datini, cuyas actividades abarcan esencialmente los dece­nios 1380-1420 - la época de Turmeda - tenía por base Prato y Florencia con sus fi.Hales de la Italia del Norte (sobre todo en Tos­cana y Liguria) y el Levante español (Cataluña, Maestrazgo, Va­lencia, Baleares), sus actividades a barca ban desde Suecia y Esc<>­cia hasta el Mar Negra y Alejandría. Aparte el libro «La prattica di mercature» en que describe Túnez y su estado económico y

comercial 224, figuran veintiséis cartas procedentes de Túnez, dos de Bona y una en arabe, seguramente de Susa 225•

= MAs LATRIE, o. c., pp. 336-337. = Debo al Dr. J. Rubió Balaguer esta indicación que había de resultar tan

provechosa. 023 Véase la obra fundamental para conocer las riquezas de est.e Archivo,

F'EDERICO MELIS, Aspetti della vita economica medievale (Studi nell'Archivio Da­tini di Prato).

"" La prattica di mercatura datiniana, publicado por C. CIANO y F. MELill (Milano, 1964).

... Debo la localización de estas carta.s y múltiples indicaciones de todo orden

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 67

En algunos de estos documentos se encuentran algunas palabras en arabe, yusarrihu ll·l-hurudj, que se podria traducir por <<listo para la salida», teniendo en cuenta que el masdar o infinitivo o nombre verbal de ese verbo significa franqueo, peaje, derecho de aduana. Seria seguramente lo que equivale al actual tampón «SALGA» que se pone a las mercancías que han pagado ya sus derechos de aduanas.

Lo curioso es que, así como cinco cartas llevan esa inscripción en arabe 226, muy seguramente procedentes de la aduana arabe y todas ellas fechadas entre 1399 y 1409, hay una carta, de 1386, que lleva estas solas palabras en arabe: 'Abd Allah 221•

Naturalmente es una firma y, por semejanza con las anterior­mente descritas, procede de la aduana y debería servir de pase. Es, por tanto, lo mas probable que sea de oficial de la aduana. ¿Sera la de Turmeda? La falta de precedentes o puntos de com­paración permite todas las conjeturas. Puede ser que sea la firma de Turmeda, recién llegado a Túnez. Firmaria con el única nombre que tenía seguro, el de Abdallah que había escogido al convertirse. Los demas de al-Tarchuman o al-Mayúrq?, no serían lo suficiente­mente conocidos. El primera supondría un oficio estable y él aca­baba de llegar. El segundo, una indicación de su lugar de origen que él, por razones de su cargo en tierra islamica y de política co­mercial con los extranjeros italianos, no tendría interés alguno en señalar.

Otro indicio es el de que va dirigida a Italia y redactada en italiana, que ciertamente conocería Turmeda. La harían pasar por él, si se trataba de revisar el contenido ademas de poner sólo la firma de haber pagado los derechos de pase, como parece lo mas probable.

Es muy curioso por otra parte que se conserven otras cinco car-

a la amabilidad de la Dott. Aurelia Vannucchi, Directora del Archivio, al Pro­fesor Melis, de la Universidad de Florencia, y a su secretaria Sgna. Cecchi.

""" Archivio di Stato di Prato, Archivio Datini (ASP), Bu. 704, fase. 16 (24-II-1399, de Túnez a Florencia); Bu. 914, fase. 14 (25-II-1399, de Túnez a Barcelona); Bu. 1076, fase. 15, n. 4 (IX-1403, de Túnez a Mallorca); Bu. 1076, fase. 15, n. 5 (X-1403, de Túnez a Mallorca); Bu. 1076, fase. 15, n. 13 001-1409, de Túnez a Mallorca). Es difícil sacar conclusiones generales de tan pocos documentos, acerca de su frecuencia, de las fechas, de su contenido. Y no parece que existan otros fuildos, al menos en ltalia, con documentos semejantes.

rr. ASP, AD, Bu. 546, fase. 16 (22-11-1386, de Túnez a Pisa).

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68 M. DE EPALZA

tas, de los ocho meses anteriores a ésta todas ellas, procedentes también de Túnez y dirigidas a Pisa 228, así como otra dirigida a Florencia de la misma época 229, y no figura en ninguna de ellas ninguna firma ni pasa en arabe. Es de notar que es una proporción muy grande, la de las cartas referidas (1885-1886), entre los docu­mentos que tenemos: siete cartas para nueve meses, cuando el con­junto es de veintiocho para un cuarto de siglo (1384-1409). Aunque, a decir verdad, para juzgar de la ausencia de firma en las otras seis cartas contemporaneas habría que saber cómo salían las cartas de Túnez y cuales pasaban por la aduana y cuales no antes de deducir que fue precisamente en enero o febrero de 1386 cuando se hizo cargo de su puesto el alcaide Abdallah. La ausencia de la firma en documentos posteriores (los otros cinco pases son de letra diferente entre sí y sería muy difícil reconocer o negar la mano del firmante Abdallah en ellas) se explicaría facilmente por los altos cargos que ocupaba, en que no se entretendría en poner su firma a las misivas que tenían que pagar aduanas.

No es un dato seguro. Pero tiene muchos visos de probabilidad de que sea ésa la firma de Turmeda y hemos utilizado con pru­dencia este dato al hacer la cronología de su conversión al Islam y de sus estudios. Los acuerdos que se podrían ver en la coinci­dencia de las fechas podrían ser una confirmación mas de la vero­similitud de la hipótesis.

Otras búsquedas en I talia

Todas las demas búsquedas por Italia han resultado por ahora vanas. Pero han aportado algunos datos negativos.

En Florencia no hay documentos anteriores al siglo xvu, pro­cedentes o que traten de Túnez 230•

Venecia tiene una serie de tratados de aquella época, publica­dos ya repetidas veces 231• En las listas de firmantes no aparece

225 ASP, AD, Bu. 546, fase. 16, nn. 3, 4, 5, 6, 7, fechadas respectiv<imente a Vl-1385, 15-Vll-1385, Xll-1385, 20-XII-1385 y 5-1-1386.

229 ASP, AD, Bu. 1114, fase. 15 (15-VII-1385, de Túnez a Florencia). 230 Han sido consultades los dos volúmenes Arehivio medieeo avanti il prin­

cipato, Firenze, 1951 y 1955. ""' Sobre todo en MAS LATRIE, Traités de paix et de commeree concernant les

relations des crétiens avec les arabes de l'Afrique Septentrionale au Moyen­A.ge (Paris, 1866-1872).

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APORTACIONES A LA BIOGRAFÍA DE TURMEDA 69

Turmeda entre los testigos por parte del rey de Túnez, aunque sí se cita un innominado «trucimam.um doane». Se comprende, por otra parte, y es una observación que habra que tener en cuenta: al notar la falta del alcaide Abdallah en los documentos de tratados entre Italia y Túnez, que, siendo conocido su origen mallorquín, ex súbdito del poderoso rey de Aragón, no fuera la persona de la corte mas indicada para firmar tratados de comercio con las repú­blicas italianas rivales. De hecho vemos que, en una época que hay que situar hacia 1405, cuando estaba en plena privanza del rey, según la Tuhfa 232, el jefe de aduanas de la Goleta, que sospechaba de él, hace leer y traducir la carta que le dirigía el sacerdote sici­liano que le quería hacer volver al cristianismo, a «Unos merca­deres genoveses». Este hecho y el que lo recalque así la Tu.hfa, hacen sospechar que no tenía a veces buenas relaciones con los italianos. Por otra parte, su ayuda al gobernador Aicart de Mur, cuando iba a la coronación del rey de Aragón, según la Disputa, y el que le agradezca el rey sus servicios de mediador 233 insisten en este aspecto quiza «parcialista» de Turmeda frente a las repúblicas italianas. Con estas suposiciones podemos comprender que en los tratados italianos su pape! sería casi exclusivamente técnico, sin extrañarnos de que no esté su firma en ellos.

Una serie de noticias de la época, relativas a Túnez y conser­vadas en las Deliberatione· Miste, me han sido microfilmadas 234; pero no he podido hallar nada aún referente a Turmeda. Los demas documentes oficiales, que he revisado por si había alguna firma no transcrita o mal transcrita 235 no han dado ningún resultada: en realidad son copias de los documentes originales y son tan nota­bles, a nuestro juicio moderno, las diferencias entre texto arabe y versión cristiana, que esta divergencia ha provocado las conocidas discusiones a fines del sigla pasado en las que participaran M. Ama­ri, M. de Sacy, Mas Latrie y atros. Otros índices de documentes, que hemos consultado también, no son de aquella época y raras veces hacen referencia al Norte de Africa 236• Idéntico resultada

232 SPmo, o. c., p. l'i. ''" ACA, Reg. 2.672, f . 110 r. = En total 155 folios que rpueden aportar algún dato interesante a las rela­

ciones con Túnez en la misrna época. = Commem,0riali, vol. VIII, 381, 382, 383, 412; vol. XI, 29 ó 9.

· ""' Son una serie de Miscellanea (233, 239, 243, 244, 245, 246).

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negativo entre los manuscritos de la Biblioteca Marciana de Ve­necia.

Después de Venecia, principal punto de esperanza y no sufi.­cientemente aprovechado aún con respecto a Túnez 237 sólo que­daba por revisar los documentos ya publicados de las relaciones entre Génova y Túnez. El tratado de 17-X-1391 no trae ningún dato nuevo sobre lo ya publicado y transcrito. N o existen firmas, ya que se trata de Regesti o copias. Pero entre los testigos figura en primer lugar el que Marengo traduce 238 por «Capo delia dogana», el notable tunecino «Saydy Maamet Benbuyles» 239 • Aparecen des­pués otros testigos, «testes dugane Tunexis, videlicet, Sydy Boab­dilel Bennayussor Tefamoy dugane Sydy Abdulait Zoganir et Sudy Maamet Bennelaio scribe dugane dicto nomine ... ». Como se ve, ninguna mención del qayd Abdallah. Al final, ni siquiera la posibilidad del innominado truchiman (pues figura nominalmen­te 240• Quizas había por parte arabe el correspondiente truchiman, pero no deja de ser notable esta omisión, tanto mas cuanto que es el tratado que sigue a los acontecimientos de Mahdia, en los que Turmeda afirma que interviuo como traductor, aunque es verdad que hace notar que lo era sólo de las misivas que enviaban al sul­tan 241• Otros documentos referentes a Túnez en Génova son actas notariales que hacen referencia al comercio, pero no hay en ellos ninguna probabilidad de encontrar nada semejante a la firma de Prato 242• Todo este material ha sido, al parecer, muy estudiado recientemente por el Prof. R obert Naura, de la Universidad de Túnez, con quien espero próximamente ponerme en contacto.

"" «Sans doute encore aujourd'hui les Archives de Venise, si elles étaient méthodiquement explorés, fourniraient-elles une masse de matkriaux diploma­tiques neufs, pour le xiv• siècle surtout ... Les autres grands fonds italiens pa­raissent avoir déjà livré l'essentiel de ce qu'ils étaient susceptrbles de donnen BRUNSCHVIG, o. c., p. XXVI.

2'J8 EMILIO MARENGO, Ge11JOVa. e Tu.nisi (1388-1515), «Atti della Societa Ligure di Storia Patria» 32 (Roma, 1901) 28.

""" ASG (Arohivio di Stato di Genova), Ma.terie politiche, Bu. 10, n. 36, filza 10-27-29.

"º « ... interpretando et torkimanando de lingua arabica et saracena in lin­gua latina et de lingua latina in lingua arabica et saracena per (¿ser?) Landum de Segnoreto de Pissis habitatorem Tunexis interpretem se torkimanum ..• >.

2U SPmo, o. c., p. 15. "" Son todos muy posteriores a esta época. Debo ésta y otras ayudas a la

amabilidad del Prof. Domenico Gioffré.

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Para completar toda esta documentación de las relaciones entre Túnez e Italia en esta época, hay que señalar uno de los pocos tra­bajos sobre este tema en los últimos años, a juzgar por las indica­ciones bibiograficas de la publicación «Bibliografía Storica N a­zionale» (Bari). Es un trabajo publicado en Grecia sobre la lega­ción del poeta Dellaporta a Túnez como embajador en 1389. Se basa en documentos inéditos que se conservan muchos de ellos en Venecia, y puede aportar alguna luz a esta época de Turmeda. Este trabajo, publicado en griego en 1957, ha sido objeto de una excelente, laudatoria y bastante larga reseña en «Arch. Veneto», por el Prof. Ferrari 24ª.

:Éste es, a grandes rasgos, el balance de la exploración en Italia y de las posibilidades de comprobar la actividad de Turmeda en su cargo de la aduana. Es una cata para mas serias y orientadas investigaciones, en Marsella y en España, así como en N apoles, Roma y Palermo.

CoNCLUSIONES

Como balance de los datos positives aportados por este estudio, me atrevería a resumir así los puntos nuevos, prescindiendo de matices y precisiones.

1.0 Una mayor exactitud en la traducción del texto arabe de la Tuhfa y la consulta de obras complementarias aportan nuevos datos interesantes sobre los estudios de Turmeda en Lérida y Bo­lonia, su cargo en Túnez, sus viajes y vida religiosa.

2.0 La exactitud en los datos referentes a su estancia en Bolo­nia confirmarían su relato a este particular.

3.0 Las relaciones entre él y su maestro de Bolonia, tal y como nos las describe, indicaria que ninguno de los dos seria franciscano.• en aquel tiempo. Esto se confirmaria con la identificación probable del profesor con el Magister Nicolaus de Hortis, clérigo secular y maestro de Teología en Bolonia, luego arzobispo de Ragusa y Si­ponto y nuncio pontificio por Europa. Esta atribución plantea va­rios problemas en la biografía de Turmeda, en relación a su orde­nación sacerdotal y vida franciscana.

- cArchivio Veneto» 62 (1958) 113-117, por GIORGIO E. FERRARI.

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4.0 El nombre arabe completo de Turmeda es 'Abdallah ilm Abdallah al-Tarchuman al-Mayurq?- al-Muhúid.1- y el título de su obra arabe, la Tuhfa, debe traducirse «Regalo del letrado en refu­tación de los partidarios de la Cruz,.

5.0 Diversas búsquedas archivísticas, en documentos episcopa­les para encontrar su ordenación y en diplomatarios italo-tunecinos para averiguar sus cargos en la administración tunecina, no ban dado resultado alguno.

6.° Finalmente, la probable firma de Turmeda de un docu­mento comercial de 1886 conservado en Prato obliga a situar su paso al Islam antes de 1885.

M. DE EPALZA, s. I.

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