· Created Date: 8/25/2012 8:05:51 PM

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42 Tomo XXIII , No 4 CARLOS GIL PEREZ: vidas personales y profesionales. Deportivamente éramos conscientes de nuestra desventaja con Madrid. Barcelona. Valencia. Lisboa o Paris. pero nos sentíamos arropados por el grupo de chicos y chicas, de hombres y mujeres, de universitarios y trabajadores, de infantiles, junior y senior. Carlos y los atletas resolvían sus dificultades, se ganaban el respeto y construían su voluntad de ser. En ese ambiente fuimos acogidos y exigidos centenares dejóvenes, era una isla utópica y aiegre, en un país al final de una triste dictadura. Dice el filósofo Marina que el entrenonienÍo es una exclusiva de la inteligencia humana,..., determinado por fines int'entados librenrente. y también dice que los planes que guiatt l()r ente- namientos del atleta son irrealidcLdes que yan a permitir la realización rle una posibilidad. Atra- rér de Ia práctica atlética salmantina. conlormada por muchas personas y factores. y cu]o m0t0r y crisol era Carlos, la meta inteligente y promisoria era la voluntad de desarrollarse (entrenarse) para adquirir un nuevo y mayor nivel de voluntad, aten- diendo así a la advertencia teresiana de que quien no crece, decrece, idea también expresada en Alicia en el País de la Maravillas (hay que correr muy rápido para no pormanecer en e1 mismo sitio). Con Carlos Ia idea era mejorar. crecer. n0 parar. correr lo má: rápido posible para llegar antes a la meta. Nuestra autoestima estaba siem- pre en juego. pero casi siempre salía relorzada al ajustarse 1a búsqueda de1 éxito coyuntural con la de la excelencia posible, y a1 contrastar 1os logros atléticos con las pretensiones, bien moduladas por un ambiente inlerno ahamente competitivo. que casi siempre te permitía anticipar tus posibilida- des y prelensiones reales. Quod llatura dat Salmantica praestat Rafael Martín Acero Sus resultados profesionales, inapelables, no son lo único que debería de trascender de Ia obra de Carlos Gi1 Pérez. En 50 años al frente del Atletismo salmantino, Carlos vio como más de 100 veces alguno de los atletas charros ganaba el Campeonato de España Absoluto y como más de 40 fueron internacionales con el equipo de España. En su década al frente del Arletismo español. Carlos vio como subía al podium el primer atleta español en unos JJ.OO., y c0m0 el equipo de España ascendía por primera a ia márima división europea. Poner el nombre de Carlos Gi1 Pérez a unas pistas de Salamanca, es de justicia. Que algún dia se rizne un Víctor dedicado a Carlos y a sus atletas olímpicos, es de justicia. Que se analice muy serlamente como resolver el luturo del Atletismo en Salamanca serán. de producirse, acciones justas con Carlos y coí 1os atletas y entrenadores salmantinos de varias gene- raciones y del iuturo. Pero. estos días. debemos dejar reflejados otros valores intangibles que nos ha legado Carlos con su Atletlsmo. con el sufijo tdel lat. -ismrrr) que suele significar escuela o movimiento social con roluntad de influir univer- salmente. en nuestr0 caso inlluir positivamente en todas las facetas de 1a vida de los atletas a través del carácter y. por tanto. de su ciudadanía. Este es el Atletrsno que nos han marcado a muchos con valores más allá de éxitos o actos fallidos depor- tivos. Aprendimos atléticamente a pteguntamos sobre qué teníamos que mejorar, cuánto podíamos hacerlo, y cómo intentario con intensidad y perse- verancia. Nacimos con algunas cuaiidades (Btod natura dat¡, y la Saltttonrica del Atlerlsno de Carlos Gil Pérez nor dotó del resro. La pasión de Carlos fue 1a 11ama, de antorcha, Que nos señaló Ia ruta a personas con singularida- des muy diversas, y hacra individualidades dife- rsntes. Carlos trazó 1as calles y nos dio 1a salida para hacer nuestra propia cairera hacia lo que cada cual quería ser. La mayoría 1e conocimos de adolescentes. él nos solicitaba nueslro compromi- so interior, algunos pudieron responder deportiva- mente en edades juveniles o adultas. 0tros en sus Los que hicimos Atlelisma con Carlos vivía- mos nuestra práctica atlética diaria en un nicho ecológico, exigente y optimista, compuesto por un grupo humano que se retroalimentaba en sus adversidades y con sus viclorias. Nos entre- nábamos en e1 Botánico, en su gimnasio y en su pista de cenizas con trazado de boomerang, era de ida y vuelta. pues le laltaba una cur\a. Esta pista signilicó un gran avance. pues hasta en¡onces ciertos entrenamientos y competiciones se realizaron dando vueltas al pequeñ-o edificio del Botánico. Es decir que, entré lai vueltas y 1as idas y venidas, la práctica atlética era pura agi- tación coctelera. Y Carlos Gil Pérez era e1 cocte- lero que creaba sobre la base de entrenamientos muy modernos (cámara de video, ¡en 1972), mezclando con ingredientes de gesrión {inaudi- tos para aquellas épocas), con estlmulación por el conocimiento de lo que se practicaba (creó, en la USAL, una biblioteca con documentos en rarios idiomas. seminarios. cursos. etc.). El cócte1 de Carlos siempre contenía las necesarias gotas de reconocimiento ciudadano a través de su influencia social y mediática {cierta recompen- sa), nuestra existencia, c0m0 grupo, era producto de su pasión y entusiasmo, nuestros hábitos eran encaminados hacia la excelencia. La coctelera de Carlos. a modo de pebetero olímpico. flambeó el inicio y consecución de todo un semillero de talentos, deportivos, profesionales y, sobre todo, humanos. Ese es uno de 1os valores intangibles que hoy no podemos dejar de señalar. Cadá uno tendremos nuestros recuerdos, apreciaciones y valoraciones, pero es indiscutible 1a influencia positiva tCitus, Altius. Fortiust sobre la mayoría ds nosotros de aquel Alletismo salmantino de Carlos Gil Pérez. Quienes tuvimos 1a gran suerte de vivir estas experiencias, con Carlos al frente, podríamos decir con Jenofbnte qte: El espectóculo resultó hermoso, pues fueron muchos los que bujaron a la pí*a y, clnto los estaban mirando sus c0t11- pañeros, sentían emulación ... y los espectadores animaban a los afletas ...".

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  • 42 Tomo XXIII , No 4

    CARLOS GIL PEREZ:

    vidas personales y profesionales. Deportivamenteéramos conscientes de nuestra desventaja conMadrid. Barcelona. Valencia. Lisboa o Paris. peronos sentíamos arropados por el grupo de chicos y

    chicas, de hombres y mujeres, de universitarios ytrabajadores, de infantiles, junior y senior. Carlosy los atletas resolvían sus dificultades, se ganabanel respeto y construían su voluntad de ser. En eseambiente fuimos acogidos y exigidos centenaresdejóvenes, era una isla utópica y aiegre, en un país

    al final de una triste dictadura.

    Dice el filósofo Marina que el entrenonienÍoes una exclusiva de la inteligencia humana,...,determinado por fines int'entados librenrente. ytambién dice que los planes que guiatt l()r ente-namientos del atleta son irrealidcLdes que yan apermitir la realización rle una posibilidad. Atra-rér de Ia práctica atlética salmantina. conlormadapor muchas personas y factores. y cu]o m0t0r ycrisol era Carlos, la meta inteligente y promisoriaera la voluntad de desarrollarse (entrenarse) paraadquirir un nuevo y mayor nivel de voluntad, aten-diendo así a la advertencia teresiana de que quienno crece, decrece, idea también expresada enAlicia en el País de la Maravillas (hay que corrermuy rápido para no pormanecer en e1 mismositio). Con Carlos Ia idea era mejorar. crecer. n0parar. correr lo má: rápido posible para llegarantes a la meta. Nuestra autoestima estaba siem-pre en juego. pero casi siempre salía relorzada alajustarse 1a búsqueda de1 éxito coyuntural con lade la excelencia posible, y a1 contrastar 1os logrosatléticos con las pretensiones, bien moduladas por

    un ambiente inlerno ahamente competitivo. quecasi siempre te permitía anticipar tus posibilida-des y prelensiones reales.

    Quod llatura dat Salmantica praestatRafael Martín Acero

    Sus resultados profesionales, inapelables, noson lo único que debería de trascender de Ia obrade Carlos Gi1 Pérez. En 50 años al frente delAtletismo salmantino, Carlos vio como más de100 veces alguno de los atletas charros ganabael Campeonato de España Absoluto y como másde 40 fueron internacionales con el equipo deEspaña. En su década al frente del Arletismoespañol. Carlos vio como subía al podium elprimer atleta español en unos JJ.OO., y c0m0el equipo de España ascendía por primera a iamárima división europea. Poner el nombre deCarlos Gi1 Pérez a unas pistas de Salamanca, es dejusticia. Que algún dia se rizne un Víctor dedicadoa Carlos y a sus atletas olímpicos, es de justicia.

    Que se analice muy serlamente como resolverel luturo del Atletismo en Salamanca serán. deproducirse, acciones justas con Carlos y coí 1osatletas y entrenadores salmantinos de varias gene-

    raciones y del iuturo. Pero. estos días. debemosdejar reflejados otros valores intangibles que nosha legado Carlos con su Atletlsmo. con el sufijotdel lat. -ismrrr) que suele significar escuela omovimiento social con roluntad de influir univer-salmente. en nuestr0 caso inlluir positivamente entodas las facetas de 1a vida de los atletas a travésdel carácter y. por tanto. de su ciudadanía. Este esel Atletrsno que nos han marcado a muchos convalores más allá de éxitos o actos fallidos depor-tivos. Aprendimos atléticamente a pteguntamossobre qué teníamos que mejorar, cuánto podíamoshacerlo, y cómo intentario con intensidad y perse-verancia. Nacimos con algunas cuaiidades (Btodnatura dat¡, y la Saltttonrica del Atlerlsno deCarlos Gil Pérez nor dotó del resro.

    La pasión de Carlos fue 1a 11ama, de antorcha,

    Que nos señaló Ia ruta a personas con singularida-des muy diversas, y hacra individualidades dife-rsntes. Carlos trazó 1as calles y nos dio 1a salidapara hacer nuestra propia cairera hacia lo quecada cual quería ser. La mayoría 1e conocimos deadolescentes. él nos solicitaba nueslro compromi-so interior, algunos pudieron responder deportiva-mente en edades juveniles o adultas. 0tros en sus

    Los que hicimos Atlelisma con Carlos vivía-mos nuestra práctica atlética diaria en un nichoecológico, exigente y optimista, compuesto porun grupo humano que se retroalimentaba ensus adversidades y con sus viclorias. Nos entre-nábamos en e1 Botánico, en su gimnasio y ensu pista de cenizas con trazado de boomerang,era de ida y vuelta. pues le laltaba una cur\a.Esta pista signilicó un gran avance. pues hastaen¡onces ciertos entrenamientos y competicionesse realizaron dando vueltas al pequeñ-o edificiodel Botánico. Es decir que, entré lai vueltas y 1asidas y venidas, la práctica atlética era pura agi-tación coctelera. Y Carlos Gil Pérez era e1 cocte-lero que creaba sobre la base de entrenamientosmuy modernos (cámara de video, ¡en 1972),mezclando con ingredientes de gesrión {inaudi-tos para aquellas épocas), con estlmulación porel conocimiento de lo que se practicaba (creó,en la USAL, una biblioteca con documentosen rarios idiomas. seminarios. cursos. etc.). Elcócte1 de Carlos siempre contenía las necesariasgotas de reconocimiento ciudadano a través de suinfluencia social y mediática {cierta recompen-sa), nuestra existencia, c0m0 grupo, era producto

    de su pasión y entusiasmo, nuestros hábitos eranencaminados hacia la excelencia. La coctelera deCarlos. a modo de pebetero olímpico. flambeóel inicio y consecución de todo un semillero detalentos, deportivos, profesionales y, sobre todo,humanos. Ese es uno de 1os valores intangiblesque hoy no podemos dejar de señalar. Cadá unotendremos nuestros recuerdos, apreciaciones yvaloraciones, pero es indiscutible 1a influenciapositiva tCitus, Altius. Fortiust sobre la mayoríads nosotros de aquel Alletismo salmantino deCarlos Gil Pérez.

    Quienes tuvimos 1a gran suerte de vivir estasexperiencias, con Carlos al frente, podríamosdecir con Jenofbnte qte: El espectóculo resultóhermoso, pues fueron muchos los que bujarona la pí*a y, clnto los estaban mirando sus c0t11-pañeros, sentían emulación ... y los espectadoresanimaban a los afletas ...".