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HISTORIA TRAGICA,YVERDADERA

DE HERODES EL GRANDE,

CON SU V I R T U O S I S S I M A MUGER MJRIJMNE,

Y ULTIMO FIN DE LOS MACABEOS, ' SACADA DE ALGUNOS S A N T O S P A D R E S ,

y Autores Ant iguos , como Jofepho Judio , .. ^ .., y otros.

SU AUTOR t)ÓÑ HILARIO SJNTOS ALONSO. CON LAS LICENCIAS NECESARIAS.

En Murcia , en )a inipionia , y Librciia cié í'ranósco Heneditc , vive «n la calle de la Plaicria, donde se hallara ésta, y otras diferentes.

Año de 1772.

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R E S U M E N DE LA H I S T O R I A .

PROSAPIA DE HERODES. CASO/ARROGANTE , Y ,cru¿l que exicuta en fus primaros afios.. Casa con la virtuosa ' Manainne. Quién fin ejta^ fu nobleza^ y^ virtud. Es degollado AncigpnoSelos de Herodis con Ari/lobulo. Traza de Akxandra., para huir con fu hijo de Herodes.. Mata ejleh Ari/lobulo , y lo difimula-.. Es llamado por ejlo á Roma^ hacefelt caufa^. y sale bien., y defde entonces se hace in:is crud. Dlfpoficiones inhumanas que dexa quando pai-te para Roma. JMata á la huzlca á su tio 3o-sepho. Muere Marco Antonio-., y halla a/lucia para hacerse ami­go de Augujho su enmu^-o. Pafa a ver fe con-e/te, y dexaprefas d Mariamne, y á fu Madre Alexandra. Intenta matar a Ma-

' riamne. Muere ejla inocente., y santa miiger con fentiminto de todo el Pueblo, y lo acontecido al sacarla al suplicio. Bwdvese fatuo., y rabioso Herodes de sentimiento de haver muerto á Ma-riamne. Traza la muerte de sus dos hiJos\ Alexandra, y Aris' tobulo'. Trazas de los malvados hermanos de Herodes., Forera ., y Salomé ., con ¿I perverfo hijo Antipatro. Traydon de ejledefcu­bierta. Nacimiento de Jefus, y muertes d: los Inocentes. Dolen­cia , y,muer te rabiofa de Herodes. Manía matará su hijo Anti­patro cinco dias antes de su muerte. Horrible^ y cruel acción.^ que Herodes decreto al exhalar su infernal efpiritu.

FUE Herodes el' Grande hijo de Antipatro , de naci­miento Idiimco : su origen fue Árabe, y Ascalohi-

ta por habitación dilatada ,de donde viene llamarse /Tc /íj/áí Ascaloniia. De todas estas pérfidas Naciones se conficionó su animo doblado. luciéronse, aíii padre, como hijo , c i la religión Judíos •, pero solo por sus particulares intereseí, y razón de Estado. Era Rey , y Pontífice de Judea, á. la sa­zón Hircano , hombre malo por su demaíiada floxedad , y poco cuidado de fu govierno ; tenia cedido los cargos al. pa­dre de Herodes, quien govemaba , como fi fuelTe el pro-prio Rey ; y afsi, Antipatro dio á sus dos hijos los prime­

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de Heredes el Grande. 3 ros puertos del Reyno. A Faselo, d'mayor, le dio el góVier-» no de Jerusalen , y a H^odcs el de Galilea, no teniendo mas que quince años de edad. L Al mando , y poderío de Antipatro se le oponía menos li­bre la persona de Arittobulo, hermano de Hircano, á quien avia cedido elle, por su alto espíritu, el govicrno todo ; pero supo Afttipatro quitar focilmente efte grande cftorvo. Sembró éntrelos Romanos sospechas falsas de su malicia , encendiendo zelos, como de orgulloso espíritu ; y para aíTegurar mas su dia­bólica aftucla , conmovió tanibien á los Judioscontra él, avi­vando el zclo de que su legitimo Reyno no quedalTe degrada­do. Con eílos preparativos le fué fácil á Antipatro hacer muy de su parte a Hircano , como tan dexado en todo , para que rcvoeaíle el Decreto , y cefsion del Govierno , que avia con-' ' cedido á su hermano Ariftobulo. V De atfui se originaron guerras civiles , qué piííieroíi á Je­

rusalen ,"y todo el Reyno en grande conííérnácion; pero Siipo Ant¡patro,en nombre de su Rey,agenciarse a los Romahpsvco-cthandolos con los tesoros del Reyno, para qüeí cbiidürricfllén á su defensa. Embió el Emperador á Pompeyo con iiuméfoso Exercito, quien prendiendo a Ariftobulo, y sus quiltro hijos, los remitió á Roma, para que la infidelidad fueflc aparato de su triunfo. Con efto quedó el padre de Herodes , y sxis dos hi­jos libres de todo embarazo , y señores de todo el mando.Los dos, Faselo, y Herodes , no fueron menos dieftros que su mal­vado padre, en tomar la sombra de Hircano, para incorporar­se el Reyno. No contaba Herodes, como hemos dicho, mas, que quince años de edíid , y en eíle temprano tiempo empe­zó á dar las primcr^is señas de su natural sanguinolento. El caso fué como diré. .

' Infeftaba toda la tierra déla SyríáVti Famoso Vandolero, • llamado Exequias. Prendióle Herodes, y con él , no solo sus sequaces, mas a otros muchos, de quienes se sospechaba sólo que le daban auxilios. Intrépido , no aguardó á hacerles cau­sa en forma de juicio ; y aísi, anandó luego quitarles á todos

; A 2 las

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4 Kijima trágica^ y ¡verdadera las vidas. Y'á empezó aquí á ser cuchillo de inocentes; pues en­tre los muchos que ajuftició, fueron algunos inocentes, por lo que \cs acomularon. Clainaban las madres, y deudos de éftos, al Rey; pero como era un Rey Fantasma , no hallando en él juíiicia, la pediah á Dios con gritos en el Templo. Importu­nados , y tímidos los Consejeros, movieron á Hircano á que llama (Te á Heredes á dar razón al Consejo de acción tan preci-pit.ida , y cruel. Vino Kerodes, y présentele en el Consejo» bien escoltado de los principales Cabos de la Milicia. En­tró con efta tropa en el Senado , vdlido de Purpura , y con' denuedo de quien mas iba á juzgar, que á ser juzgado.

Todos los del Consejo quedaron pasmados, y fin atrever-; se á desplegar los labios al ver eíla novedad. Únicamente Sa-

• mea , uno de los ancianoi del Consejo, temeroso de Dios, y fin temor de hombres, dixo.'A'ó me efpanco qiu venga con efcolta ejlc joven, pues cáda una hact lo que puede para fu feguridai. Lo que menos puede fufrirfe es la arrogancia del trage^ quanio los de--mas Reos^ con el luto., el defcuido del cabillo , la compunción del femblante^ concillan mifericordia-y efle-, crefpo, altivo^ con galas, y vop-o fepvo , la d¿fprecia. Si le guardáis la vida , os quitar á las

' vueflras. Templáis el azero , que os cortará las cabezas. Pareció profecía la de Saméa , porque todos aquellos Jueces murie­ron en breve tiempo á manos de Hcrodes, menos Samca , cu­yo valor ^ y virtud se hizo amar, y temer del enemigo. Con la valentía de su razón salieron los demás del pasmo, e incliná­ronse a condenar á Herodeí; mas Hircano alzó el Confcjo, remitiendo al dia íiguientc la resolución meditada , y aquella noche dio aviso .1 Herodes, para que se puficlTe en cobro.

En el discurso de eíle tiempo escaparon de la prifion los dos hijos de Ariftobulo, que rccogieado gente, procuraron, cómo herederos del Rcyno de Judéa, recuperarte. Los Opofitorcs eran los hijos de Antipatro , y el que mas Hcrodes, que tam­bién le pretendía ; y eíle aftuto reco^ió gente por mandado de Hircano, para oponérseles. Alexandro, y Antigono se valie­ron de tes Parthos, con que anearon una gran batalla, en que

ven-

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de Herodci el Grande, ^ vencieron. A Hircano cortaron las orejas, para que quedalTe inhábil al Pontificado y y se le llevaron configo losParthos, y haviendo muerto en la refriega Alcxandro , pufieron á su her­mano Antigono en polTcfsion del Reyno. Escapó Herodes, mas se fué a valer del Emperador Antonio, que dándole gen­te , vino, y puso cerco a Jerusalén. Defendiéronla los Sitia­dos por seis meses; n>as pareciendo á Herodes expugnar mejor los ánimos, que los muros, pretendió casarse con la nieta de Hircano , Mariamne, hija de Alexandra , y Alexandro-

Pareció á Herodes, que decorado con efte matrimonio no despreciarian los Hebreos su sangre plebeya , y que la fuer­za de las armas se honeftaba , perteneciendo á su muger, é bija dd hermano mayor de Antigotx) el Reyno, y mitiga­da'el odio de eílrangero, pidiéndole por su muger legitima he­redera ; y que quitando el medio a Antigono , como después lo hicieron, ha viéndole llevado , preso á Roma , y muerto, no quedaba de la sangre Real de los Macabcos mas que Ma­riamne , y un niño , hern^ano suyo, llamado Ariftobulo. En fin, efeAuado el matrimonio, bolvió sobre Jcrusalcn , y Iia-viendola entrado , la cogió, y se coronó Rey.

Ya llegó la fortuna de efte Pülitico a lo alto de la rueda. Veamos cómo goza la felicidad con la Reyna de míis pren­das del mundo ; pues era Mariamne de tan especiales dotes de gracia , Iiermosura , y sobre todo de virtud especial , que era el Oráculo de todos. Mas efta iluftrifsima Princesa, que no havia en la tierra quien la merccieíle por sus bellifsimas , é incomparables prendas, se di<), no al mayor Principe, fino á un hombre , de quien se ignoran sus Abuelos , y de las peores coftumbres ; ficndo ella exemplar grande de virtud , como se • erá por su Hiftoria,

Como Hircano havia quedado irregular al Pontificado, eligieron por Pontífice á Ananelo, Judio obscuro. A efte no le podia ver Alexandra, madre de Mariamne, y de Ariftobulo. Era aquella muger orgullosa, altiva, imprudente, que en todo parecía niegra , y no madre de la virtuofifsima, y discreta Ma­

ría ni-

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6 Hljlorla trágica, y verdadera ríanme. Empezó á pretender el Pontificado para su hijo , a quien le pertenecía. Atizaba á su hija Mariamnepara que sclc pidieíTe á Heredes para su hermano. Maríamne, hallando oportunidady habló a su marido, y se lo concedió, mandando disponer con gran pompa la Consagración del joven. La ambiciosa madre dio rienda alíilborozo; mas la discreta Ma-riamne no toltó el gozo como aquella , antes, teniendo por sospechosa la felicidad , previno el animo, como tan virtuo­sa , para quando fueíTe viAima al Sacerdote.

• Consagróse el joven Ariftobiilo, y llegando la fiefta de los Tabernáculos , dio principio el nuevo Pontífice a exerccr su oficio. Adelantóse a la edad la gallarda eíiatura , yen la her­mosura del roftro, fin denegar lo viril , se parecía á su her­mana. Aumentando esplendor la dignidad, y ornato Pontífi.-cio,salió al tiempo,como el Sol quando diísipa un horrible nii-'' blado; y como al Sol se despliegan las rosas encogidas al mie­do de la noche, afsí los ánimos de los Hebreos se desbotonaron deshojados en Ariftobulo. En todos hablaron los ojos,puef-tos en el con las esperanzas de Señor natural. Explicábanse crif; muchos con lagrimas alborozadas, y en otros prorrumpía á

' voces elaíeéloi masHerodcs ardía en zelos, receloso deque creciendo en años, y autoridad Ariftobulo , hallaría pronto el Pueblo , para recobrar su Reyno, no contentándose con el Poiatíficado. Y afsímísmo se persuadía , que los Judíos con tan vivo recuerdo de los gloriosos Macabéos , no foffegarian haíla sacudir la oprefion del eftrangero Plebeyo.

Él que le daba a Herodes mayores recelos era Alexandra, madre de Ariftobulo , de natural inquieto, y en quien predo­minaban las flaquezas del sexo, tanto como las altiveces de la dominación. Con cftos recelos puso el Rey á hijo , y madre espías, por quienes ni acción , ni palabra descuidada dexaba de pallar á su noticia. Llegó el caso de eftrechar Herodes a Ale­xandra Jas salidas de Palacio, por lo que empezó entonces su impaciencia a romper una gran guerra. Herodes^ que honda­mente íómcntaba la ofenfion»arrojaba cftinmlos á su desazón,

. ' -• . que-

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• áe Heroáes el Grande.' " 7 queriendo mas saber loque decia , que ataj.arlo.. Alexandía, aconsejada de su impaciencia , tomó una resolución, como de tal juicio , que fué de efta manera. ' ^ j V

Escrivió a Cleopatra , Reyna de Egypto ,, y Señora de la voluntad del Emperador Marco Antonio , á aiyo arbitrio es­taban laá Provincias de Afia:, pidiéndola, fueíle su asylo ; que con su licencia, y ayuda se paíTaria a Egypto con su hijo. Fa­vorecióla en ello, quedando por cuenta de Alexandra llegará un Puerto de mar, y de-Cleopatra tener alli Baxeles, con qué conducirla. Nada consultó de eftocon su hija Mariamnc, mi­rando como sospechosa la prudencia que podía soportarle. A su hijo, Ariftobulo le-procuró hacer creer los- riesgos de su vi­da , y que ya Herodes havia empezado k tomar zelos de él, que alsl era forzoso poner solo en la fuga su cuidado. Efta la trazó Alexandra de eíla suerte^ ; :JHizo disponer coi* mal agüero dos féretros , ó tumbas , en que pensó salvar la vida en la muerte. Cerró: en el uno á su hijo,y en el otro se cerró'ella. Aí'si dispuefto, aguardó á la no­che , y quandoya todo el Palacio eftaba recogido, y en filen-cio, mandó á sus criados, que caminafleii al Puerto. Mas co­ma eíío no podía ser fin Confidentes, y etm tantos los perfi- • dos , que no se hallaba uno de. satisíacion:, luego supo Herodes toda la traína , y no quiso atajarla hafta el ultimo aifto déla tragedia. Puso, mas vigilancia en las espías , para que ni con las sombras, de la muerte ea elatahud se le: escapaílen las vi­das., A.fsl cayeron en susnianoslos^fcretros, en que iban ma-

. dre:/,éhijo, y con profunda difsiimilacion , reconcentrando cl odio, determinó.no darse por entendido, CQTÍ nias demos­tración, que bol verlos a Palacio „ y tenerlos cún mas vigir lancia, y cuílodia,contento con la interpresa. ; Paílado algún tiempo>,en que ya parecia eftar olvidado el su-ceíTo, fiícíle Herodes undia con artificioso agrado al quarto de Ariftobulo. Combidóle a una recreación con otros muclios Señores mozos., que le feftejaíTen. Hizo juego de Pelota, para que se: encendieíTe el natural ardiente de Ariftobula:.después

dis-

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" 8 Hijioria trágica^ y verdadera dispuso una gran merienda de cosas fiambres en que tenia prevenidos muchos licores, que con los brindis hicieíFen ex­ceder á efte engaríado joven. Luego tramó con otros, que ar­rojándose a bañarle combidaíTenal baño , y le ahogaíl'en , co­mo con efeílo se hizo. De cita manera acabó, como cxalacion resplandeciente de diez y ocho años, y el primero de su Pon­tificado , el cxplcndor de la naturaleza, el que merecía jun­tar la Diadema á la Tiara, el Epilogo de los Héroes Macabéos, en cuyo generoso espíritu reverberaban.

Corrió luego a Jerusalén la nueva trifte fin voz, ni aliento. Quedaron los naturales, como fi cada uno huviera perdido á su primogénito. Atónitos andaban por las calles, sepultando en el filcncio sus gemidos, temiendo dar señas de su indigna­ción. En A le.vandra pallaba el dolor á despecho, el despecho á desesperación , y arrebatada de eftas furias tomara por si la muerte, fino la reportara la dulce , y discreta Mariamnc; bien que con dolor incomparable , por ser su hermano el dc-pofito de su corazón , y única efperanza de su demolida Casa, Religión, Ley, y Reyno , que todo por cftc joven , Macaneo, pensaba salir de las cenizas á mayor lucimiento. Estaba la virtuosa , y bella Mariamne junto al cadáver como sombra de aquel cuerpo ; estaba también junto a Alexandra, como cor­dial confortativo de su corazón ; junto á Herodes» como U calma inmediata á la tormenta; mas su gran virtud, quefolo tenia la voluntad de Dios por norte , fignió fin retinencia su dispoficion permifsiva , sacando bien de los males, quando su madre los agravó repugnante. Halló Mariamne consuelo á tanta pérdida en no quedarle con quien partir la aflicción, que solo en su Dios queria; y afsi enjugó el llanto, guardándole pa­ra las culpas. ¡ O, quéexemplo nos dio esta Heroína para las advcrfidades , donde para éstas no faltan lagrimas, pero sí para la enmienda!

•:,¡Todos lloraron este confl¡¿lo, hasta Herodes lloró, hacien­do mas demostración que todos al sentimiento ; pero, ó fal­so , que fueron fus lagrimas de Cocodrilo! No hay artificio,

:...- para

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7. HcrjJci í'l €riwé. para que no eicup.í a los labios la calentura ; pues^ do todos el semblante Je Herodes, conocían aun ' lo falso, Alexandra, que no dudaba de que nub^ rayo, determinó fingir con el fingido. Hizose» para atender con logro á la venganza. Escrivió dándola cuenta de loque ha vía paíTado, con los los que da el dolor ]usto a la eloquencia. Prendía üeyna de Egypto pólvora para bolar á Herodes.

En este tiempo ya se daba Herodes por seguro en la artifi­ciosa representación , con que ha via llegado al fin de sus in­tentos : y para restablecerse mas hr/ne, Tcsató á Hircano de los VAvthos. En esta confianza estaba d malvado ^zy , quando Clcopatra no ccf/aba de romper los o/dos a Marco Antonio, con )amentos de tan atroz alevosía, ^o oía esto con gusto Antonio, por ser su hechura Herodes j mas á la impetración de Cleopatra hizo juramento de averiguar h causa, y casti­gar , fi hallaba culpado á Herodes. Citóle a Laodicea , para que dieíTe razón de s). Quedó atónito con este espantoso truc-no. Espantábale la sombra de Aristobulo, y los gritos al Cic­lo de aquell.1 inocente sangre ; pero entre todo , lo que ma« le afligia , er^ saber que Antonio tenia por fmto de su fortu­na disfrutar todas las bellezas Reales. A víanle llevado ya el Retrato déla hermofifsima Mariamnc , muger de Herodes, el quaJ ponderó hasta los iiltimos estremos. Aquí empezó a ca-bilar, que haviendo fido tan de su gusto , no perdería tan buen lance con la capa de su delito, para quitarle la vida.

Andaba aísi vacilando, fin hallar medio, cómo no recaer én las punías de las lanzas que merecía. No halló otro, que tram­pear la /ornada. Instaba Antonio a que comparecicíie por las sospechas que au/nentaba su afedada dilación. No pudien-do ya prestar mas tardanzas, dispuso el viage encomendándose á las artes de sn e/nbuste. Despidióse de Alexandra , fin dar alguna seña de cuidado, ni que.va. De Mariamne con alegría, aílegurandola , de que luego bolveria á l'us brazos. Mas á los proprios deíu langre franqueó las confianzas de su cuidado: y

JB que

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10 Jí'iJloñcL trágica^ y i'erdadcra que notaircn quanto movien'en los que la avian armado aquel nublado. A fu tic Jofepho dio mayor encargo ; pero perver-fo, y como de Herodcs. Di.xolc , que íi no Talla bien de los lazos, queiavian puesto á fu inocencia , luego que oycíTe fu muerte la dieíTe también a Mariamne , para que no fucffe de otro fu belleza , quedando atónito el tio con tal orden.

Llegó á Laodicéa , y fiendo llamado á juicio, habló delante de Marco Antonio,y fus Jueces de tal manera, que los inclinó á fu fingida inocencia > ó ya fueíTe por fu verbofidad/S por los muchos dones , que avia repartido entre los amigos del Empe­rador. Ello, Marco Antonio fe dio por fatisfecho, y efcrivió á Cleópatra diciendo, que le hacia odiofo, entrando la mano en los Reynos estraaos; queavia de menester los del A(ía,y no leconvcniaenagenar,ni extinguir el q tan tiel hechura fuya era.

Entre tanto que Herodes estaba en Laodicea,el tio Jofepho afsistia á la Reyna coa ííncero afeJlo , enamorado de fu rara belleza, y virtud , tan íimplcmente , que encareciendo un dia lo que Herodes la amaba, y contradiciendo Alexandra,que fe hallóprefente , comprobó Jofepho lo queafirmaba, dicien­do : Es tanto lo que la ama , qm ni en la otra vida qukre e/lar ün punto Jin ella , y a/si me dexb orden, para qu¿ en ¡abundo fii muerte^ fe ladkjfe á Mariaimi¿^ para que paljajfe á hacerle com-pahuralotr'o mundo. Quedaron atónitas contal orden madre, é hija. Bülvió á Judea Herodes bien defpiíchado; falieronle á re­cibir fu madre, y hermana Salome, que con averfion de cuña­da excitó muchos cliifmes, y en efpccial le dixo la familiaridad qiie Joíepho avia estrechado con Mariamne , fabiendo del natural zeloíifsimo de Herodes quanta pólvora le ponia.

Pero la impenetrable honestidad de Mariamne fufpcndió á Herodes, hasta hacerle cargo, a que fatistizo con tal candor la vergüenza, que aquella fiera fe entaneció, y la pidió con la­grimas perdón de tan indigna íbí'pecha. Incauta entonces a fus hypocritas caricias, fe dcícuidó Mariamne, y le dixo: Que^ rerme en el otro mundo por compañera., fon butnas feítas de lo mu-iko que me amaU. Penetró luego Herodes la alufion , y Heno de

íuror,

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de Heredes el Grande. 11 furor, bolvio á fus quimeras íofpechofas, juzgando no re­velaría un hombre tan impoi tante fccreto , íin aver interve­nido amores , en que nada fe recata. Hizo matar al punto á Jofepho , fin oírle 5 no hizo lo mifmo con Mariamne por lu­char entre afedos de amor , y odio. Tratóla defde entonces lofpechofo, entregando el oído á las cizañas que la perverfa Salomé fembraba.

Ocurrió entonces otra borrafca á Herodcs. Pcrdiófe Kw-tonio en la batalla AcT:iaca, en que contendió con todo el ref-to por el Imperio con Oclaviano Augufto,y terminó la trage­dia con fu muerte. Aviale afsiftido Herodcs con naves, dine­ro , y gente, declarandofe abiertamente enemigo de Augufto,, que con tan gran fuccíTo quedó arbitro del mundo. Amigos,y enemigos dieron por perdido á Herodes , mas él fe deteruiinó irfe a echar a los pies de Augufto ; y fupo componer de tal fuerte las cofas, que agenció la amiftad del nuevo , y única Emperador con los mií'mos esfuerzos que la de Antonio.

Yivia ya Hircano decrepito: mas el ardor de fu hija Ale-i xandra excitóle á que aquella era buena ocafion para reftaurav fu Reyno. Que el Árabe le ofrecía gente , y dinero ; mas de-bia,ya que no por sí, por librar a fu hija, y nieta de las uñas de * aquel Tygre, lograr efta oportunidad. El viejo fe refiília ; pe­ro rindióle fu hija á dar letras para el Árabe. Fiáronlas de un mal hombre, llamado Doithec.que al punto llegaroi? á manos de Herodcs. Reconvínole con ellas al mifero viejo Hircano, y luego le hizo matar, tiñendo en fangre aquellas canas, del que fué para el mas que padre, protedor, columna, y cetro. Lue­go pufo en prifion obfcura a Alexandra,y á Mariamneá cargo de lus confidentes.

Alexandra en la prifion mordía el freno de fu impaciencia, Mariamne pcrticionaba la corona de fu conftancia. Las Guar­das al principio fe moftraban afpcrifsimas , pero endulzólas el trato de aquella luavilsima inocencia. Compadecióle mas que todos la Guarda mayor, v^oema Itu'reo, atravelándole el cora­zón lás'ccntcllas, que en lagrimas, lalian de los ojos de la Rcy-

B :i na.

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12 Hlfiorui Lrngica, y verdadera na. Haciafele intolerable tener cautiva á la que cautivaba a quantos la conocían, y trataban, l/n dia , que le vio mas compaísivo , le dixo Mariamne: Qtú nuevas me traes » Soema del otro mundo ? No me dirás, que mot'ioos, y fines tiene el Rey en que yo viva como e/clava infiel ? Dcclarófe abiertamente Soe­ma con ía Reyna : primeramente refiriéndola lo de Jofepho, defpiies lo de Hircano , y lo de Augufto. Defearia la buena Guarda hacer todo la pofeible para dar libre á aquella beílif-ííma inocencia, y compafsivo la dixo : No hallo en m\ arbitrio^ Señora , fara libertaros de efia dura pr'ifton , porque d difidentifi-fimo Fer»ra tiene cargo de todo , y no i^eo como eludir fu vigilan-.cui. Era Perora hermano de Heredes, que ai fu aufeneia avia quedado con el govierno de la Provincia. La fanta Reyna, fu-perior á todos tos males , coníoíó á la Guarda , como fi fuera el prifionero , y le dixo : Los caminos de Dit>s ocultos no ay que

. efcudriíiarlos y fino dexarlos llevar puejlos enfius manos ^ que quan^ to mas eípimfas, atajan para el difcanfo. O Heroína virtuoílf-fima, y qué dominio vas adquiriendo fobre el cuchillo qne ya te amaga.

Efta prííion de la Reyna con Aíevandra la mandó hacer Herodes antes de partirfe para Augufto Ceíar ; porque antes tuvo las cartas de Hircano para d Árabe. Bol vía ya para Je-rufalén muy alegre, y antes de llegar mandó facar de la prtíion á la Reyníi, y con grandes pruebas de amor ía embió la ale­gre nueva de fu arribo. Llegó a verfe con ella, y no huvo ca­ricia , que no la hicieffe: mas Mariamne a nada le refpondia, íino con lagrimas, yfufpiros. Entró en íofpecha , que Soe­ma huvicíTe tenido el desliz que iw tio Jofcpho. Conmovido en aquel punto del amor , y de los zeíos , la colera , y las ÍDÍ'pechas te partiaa el corazón , como entre quatro cavallos, íin faber como reportarle. Quería toHwr el rigor , y caialelc el puñal de la mano al mirar á Mariaimne. Retiróíe echando efpumas, y maldiciendo d amor, que templaba fu enojo. Su licrmana Salomé , y Chipre fu madre. Árabe de nación , res conociendo la diíjpoficion , en que eílaba, para atizar fu lia-

ma,

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dt Tíeroáes el Grande.. 13 ma , no ceflaban de foplar el ftiego con fus chifmes : mas dif-minuyendolo todo la experimentada virtud de la Reyna , cf*' tuvo Heredes algún tiempo irrefoluto-.

Paffados algunos días, llamó á fu quarto á la Reyna. Mani-feftófe éfta muy fcntida de Herodes, por a ver el muerto a fu padre Alexandro» á fu hermano Ariílobulo, y á fu abuelo Hir-cano, como también averia tenido prefa , como efclava tugi>=-tiva, dando orden la vez primera , que la hicieíTen vidima en fus exequias, y podia conjeturar lo niiímo de la fegunda. Tro­có en rabia el amor Herodes, ó faltó poco para darla allí la muerte. Boíviófe Mariamnc a fu quarto. Supo Salomé el lan­ce, y pira acabar de bular aquella mina , fobornóal Botiller del Rey, que dixeffe avia fido íblicitado de Mariamne , para darle veneno. Maldad a todos increíble; pero a Herodes pare­ció buen pretexto para fu infame refolucion. Hizo luego po­ner á tormento á un Eunuco de Mariamne. El medio hombre» que no fabia mas que virtudes de fu ama , ni podia fufrir mas el tormento, dixo,qii€ folo,avia notado en el tiempo que avia eílado prefa , y él aufente, intimidades de converfacioii a i Mariamne con SoeiTM. Sin mas informe hizo Herodes traer allí a Soema , y ddan^te de fus ojos le quitaron Ja vida.

Al dki figuiente juntó Confejo, é hizo parecer en él á ía Reyna, para que la jufticia firviefle a la iniquidad. Con medi­tada oración habló primero Herodes: Dios qmere^ dixo, contra^-pefar irás felicidades de afuera cotilas infelicidades domeflicas. Los^ ¿flraños me pomn en fus cabezas, y mi muger, y fuegra debam de tos pies. Adelaitíe menfagero , que ladieffe la nueva de aver falidof vencedor de tantos afanes: oyóla comü fi fuera la mas infaufla. De-fatéme en caricias en fus trozos^ y entregándola el pecho., pafsbeí ^fden i de [precio-., no^ la pudiendo- faear una palabra corth^quan-to menos cariñofa. Niegafe en todo aparecer muger mia , y apren­diendo defumadrc^todo es maquinar contra miejlado^ y vida. Veis aquí uno de nm criados^á quien procuro corromper para que me diejfe veneno.Siempre la he amado^mas amo mas lajufiicia^y verdad., y dt-feo'CQnfervar la vida , qu£ Dios me da , para gratificar tantas fef-

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14 Hlfloria trágica^ y verdadera vicios^ como en-general^ y particular os devo. A vuejirojmio ejiá^ dad conforme á derecho 4a Jentencia ^ que yo de vergüenza callo otras mayores ofenfas, y no quiero fer Juez en lasproprias.

La l'erenidad modcfta de Mariamnc, fin defplcgar los la­bios refpondia por ella. Eliuvo á la relación de aquel cruel lobo ¡a candida corderilla, fin ceño , ni feñal de impaciencia á tantas calumnias. Pareció en ella, que fe dexaba ver patente d valor de fus abuelos los Macabéos; y veinte y ocho años antes del Nacimiento de nueftro Redentor participó los alien­tos de fu gracia la valentía de fu paciencia. Solo dixo : Vaci-lijñmo es quitarme la Corona de la cabeza ^ y la cabeza de los om~ bros; pero es impojsible quitarme la reputación. Si el mi/moque me. acufa cree de m\ veneno , me doy por convencida. Siempre tenñ mas el amor de Herodes, que el odio ; y de/precie la vida, en que jamas he vijlo mas que. pefares, que conforme he fufrido , ejper ando co­mo premia la muerte, para renacer en las cenizas.

Los Jueces miraban a la cara de Hcrodcs, y no a la Rcy-na , y por fu ayrado femblante inclinaron todos á la atroci­dad , condenándola a muerte , fin aver uno que defendicífe la inocencia , inftruyendofe ya defde entonces aquellos mal­vados Jueces en la iniquidad con que fcntenciaron á Chrifto vSeñor nueftro. Pufo horror hafta el cruelifsimo Herodes tal lentcncia, y la mitigó conmutándola con cárcel perpetua; mas la rdbiofa Salomé, que mientras tuvieífe vida Mariam-ne, conocía podia bolrer a la gracia de Herodes , le habló con infufion de furias, para que llegalTe el ultimo adío de la tragedia. Dixolc efta maldita muger: Que el Pueblo fe amotina' ba por Mariamnc : que la confervacion del Ejiado confjlia en qui­tarla la cabeza : que oy era execucion de la Sufiicia , y mañana cor^ rería por la malevolencia. Tanto le importunó , que llevado de impaciencia Herodes, <lixo: Mas que la maten.

Apenas facó efta voz forzada la intame Salomé , quando dio orden de la execucion á un Tribuno. Efíe con gran dolor, y reverencia le intimó a la R^yija , querefpondió con fu in­comparable refignacion : Seais^ amigo^ bien venido , que no puede

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de Herodes el Grande. i^ eflofer tanprejlo^ por el orden del Rey, gue para nú na fea tar­de. Con eftó fin mudar femblante la inocente Mariamnc, caminó al lugar del fuplicio , con mayor alegría, que al com-bite del Rey. En efte lance dio fu inocencia los mayores crédi­tos de su virtud y y paciencia, pues la ííerpe de fu madre Ale-xan Jra ; que ni el ferio, ni el nuev^o lazo, que eftrecha la com­pañía en una calamidad, y cárcel, bailó para que no la in-fultaire , diciendo : Que por fu altivez^ y mala correfpondenda á un marido tan amoroja , merecía la muerte. Tan furiofa fe pufo con fu inocente hija , que faltó poco» para que la infame ma­dre la llevalTe arraftrando al fuplicio por los cabellos. Afsi cSon eíla victima querían todos aplacar a Herodcs. Mas ni tan' apretado lance turbó la paciencia invencible de la virtuofa Mariamne : folo refpondió á fu turbulenta madre : Dexadme^ madre mía, faür en paz de la cárcel del cuerpo, mas molefia , que la de efla pri/ion , no me turbéis el repofo de la muerte. No tuvo animo el Hiftoriador Jofepho, para explicar el genero de muer­te: mas fefupone que fué degollada, y en ella todos los buenos.

Hizo por eíla inocente Paloma llanto inconfolable, no fo­lo el Reyno , y quantos la conocían por fu fama, mas-también el bárbaro Herodes. Andaba , como Caín, fe-guído de la fombra : no bolvia los ojos adonde no encon-traífe teííigos de su impiedad. Daba gritos á folas furiofo, confeíTando con defpecho, y no contrición , aver cometido la maldad mas execrable. Quifo divertir fu trifteza en faraos,, y banquetes, m.iséílos la aumentaban, hallandofesolo en­tre todos fin Mariamne. Saliafea las felvas atónito , y con tanta cavilación vino a ponerfe fatuo. D^ la dolencia del animo enfermó el cuerpo. Culpaba a fu hermana Salomé, que le arrebató la impía refoUicion ; y ella fe efcufaba con fu dicho : mas Dios, que refervaba para mayores penas al Ty-rano, le fanó de fus dolencias. Murió poco delpues la malig-* na Alevandra ^ que con tanto ultrage trató la mejor hija ert « hora , que aun el enemigo fe compadece , fin dexrar la mala " le;a dolor de fa muerte. Siguiófe cruel peíle en el Pué-

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16 Hlfioria trágica., y verdadera , Wo,<lequ6 murieron muchos, y entre ellos los mas de los

Jueces, que fentcnciaron k la inocente Rcyna. No eftan in-defenfos los que dexan a Dios la venganza » "i 1* dexa toda para la otra vida. ' vw >.:, J i,:„ .; Muerta la Santa Reyna , y fu perverfa madre, ya no tenia la malicia donde exercitar fus iras, fino contra dos prendas de las entrañas de Mariamne. Eftos fueron dos hijos jovenci-tos, Alexandro, y Ariftobulo, á quienes tenia fu padre Hero-des en Roma, educándolos con la Nobleza. Entraron en temor los do» hermanos de Herodes, Perora , y Salomé, principales verdugos en la muerte de Mariamne , que fus hijos venga­rían fu fangre , por lo menos en tomando el Cetro , á que eran llamados de fu padre. Empezaron por medio de cliifmo-fos á períuadir á Herodes, que fus hijos le aborrecían , avien-do labido la muerte injufta de fu madre. No hizo cafo de ef-ta incitación Herodes, eftando entonces en el calor de fu afec­to con fus dos hijos, que los avia traído de Roma para ali-vio,y coníuelo de fus penas, fin hartarfe de mirarlos, y admirar el buen logro de fus prendas en la buena educación Romana.

La maldita Salomé , viendo que por aquí no daba luz fu malicia, procuró ponerles aflechanzas, y recoger quanto bue­no, ó malo dixcíTen Alexandro, y Ariftobulo. Dexaronfe decir por donayre : Que los hijos de Mariamne eran por fangre le­gítimos fucceíTores del Reyno: que los otros, que tenia de diez mugeres Herodes, avian hecho bien en aprender á leer, y efcrivir para Notarios de algún Lugarejo. Anotaron también otros dichos, como que Alexandro fe havia dexado decir, que por conocer á fu padre embidiofo , quando iba á fu la­do , agoviaba el cuerpo, por no parecer de mas gentil talle ; y que quando iban á caza de induftria erraban los tiros, por no le dar zelos con ventajofa deftreza. Con eftos continuos chifmes iban Perora , y Salomé, y viéndole frió esforzaron fu malignidad , diciendo , que también avian dicho , que no avian de ir á pagar al otro mundo la muerte de Mariamne fus favores; y que no dudaban que lo executarian brevemente,

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é Herodes el Grande, '. '17 fegun la mano que les daba.

A cfta fazon fe les agregó otro malvado corazón en An-tipatro , para avivar la cizaña. Era Antipatro muy hijo de Herodcs en el fingimiento , y ponzoñoso animo. Avíale te­nido en Doride , muger suya , y poco iluftre , á quienes con deshonor avia echado de la Corte. Aviale cmbiado á llamar, para afsi refrenar el orgullo de Alcxandro , y Ariftobulo. Ha­cíale muy buena cara , dábale negocios de su govierno , y k prefería en todo, para afsi caftigar , y atraer las voluntades de los otros dos hijos. Con eftas gracias, que hacía el padre á Antipatro , se tomaba éílc la mano , para influirle mil chis" mes contra los otros, no defiftiendo Ferora , y Salomé en hacer lo mismo.

Embió Herodes a Roma con largos dones a Antipatro,para que se introduxeíle á la gracia de Augufto. Iba ya bien ins­truido de sus tíos, y desde alli escrivió á su padre se guardaflc de Alexandro, y Ariftobulo, porque en aquella Corte avia descubierto secretos tratados, con que maquinaban contra su Heyno, y vida. Con efte aviso no se atrevió a prenderlos: marchó con ellos á Roma, difsimulando en el camino SÜÍ perversas intenciones, y haciéndolos mil caricias. No halló Bn Roma á Augufto , y pafsó á Aquilea. Fué muy bien reci­bido , y mas sus hijos, del César, que los amaba mucho des»-de que los tuvo confígo. Pidió Herodcs Senado para el diá fi-guiente, porque traía negocio grave que proponer. Procla­mó en él de cíla manera : Yo, Señor ^por labemgmdad inupa^ foy el rriiis fdiz Rey , mas por la malignidad de mis hijos, el mas infeliz'padrc ^porfiandofiempre fus defdichas domejlicas á con-trapefar á fus profpaidades externas. Y no pudiendo efperar mi muerte para la herencia , intentan dármela con violencia , aviendo formado conjuración para ello, como faUan los de aquella Corte.

Los mozos, viéndose en tan gran CcngrcíTo, repentinamen­te heridos de rayo tan impensado , quedaron atónitos ; y quanto mas ágenos de la culpa , con menos prevención á la respuefta. Solo hablaban los ojos con las lagrimas, y el scm-

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• 1.8 Hl/loria trágica, y verdadera blante en confufion vergonzosa. Aiigufto , con su grande juicio, conoció por el color la inocencia, y los alentó, dicien-doles cariñosos: Esforzaos, hijos míos, a refponder, no fe tomt vuejlro fütncio por confefsion. Recobrado Alexandro , dixo:

Mucho es lo que debemos á nutjlro paire , pues quando ofen-áido^fe mojlraba connofotros tan benigno , que de tanta dijlancia^ donde como Rey^yPadre nos podía cajligar., no qiúfo fino traernos á las aras de la mifeñcordia del Cefar, donde no pudiéramos falir mal. Quando d perfo ñas de menor esfera fe imputo delito'^ de tal enormidad^ fn prueba} Sin poder decir ; Keis aquí el veneno , ti cómplice cohechado, y las cartas de la confederacioiú No/otros ma­tar a nuejlro padre , quando todo lo perdíamos ? Pius fiendo de Augujlo jujlifsimo el Rey no claro es^ que no le avia de dar a los •parricidas, aviendo otros hermanos. Algunas palabras con juvenil calor, y piedad de hijos avernos dicho contra los que abufan de vuejlro poder , padre, y Rey nueflro, y le torcieron en la muerte de nueftra madre ^ quefentifieisvos mas ^ que no/otros ni llorarla podimosi mas ningún dicho fe nos probara contravos, á quien con­tra las obligaciones de la Naturaleza , tenemos de efa generosa educación, avernos criado como jurados al Reyno , y cafado con. el explendor de la Corona. Sí en fin, padre mío , no bajío a fatif-faceros, dexarémos la vida , que no efiamos tan enamorados de ella ^ que la queramos > ¡haciendo amarga la vuejlra.

Todos los circunsfeantes tiernamente conmovidos, los Jue­ces inclinados, Herodes confuso, Augusto, en fin, prudente, pronunció; Que no dudaba , que como mozos huvieíTen falta­do en algún desliz á su padre; mas que de grave delito, quan-to mas del patricidio , estaban ágenos. Herodes con lagrimal abrazó \ sus hijos, gra tillándole todos. Excedía en corteíias el malévolo Antipatro » autor de aquella tragedia. Bolvió Herodes con todos tres á Jerusalén , donde duró poco la cal­ma , pues luego bolvieron a levantarse borrasca tras borrascí, que al ultimo de ellas vinieron á acabar con los dos inocentes. Fueron*muchos los chismes que forjaron contra ellos, con el fin dcderribarbs: solo contaré dos » que fueron la causa principal de su desgracia» Atri-

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de Herodes el Grande, í 9 Atribuyeron los Autores de la maldad , Ferora, Salomé, y

Antipatro una conjuración de Alexandro, y Aristobulo con­tra Herodes, Dixo el malvado Antipatro a su padre , que ya tenia averiguada la conjuración de Alexandro con los mas principales Eunucos. Puíieronse éstos á tormento, y en él di-xeron lo que avian oído, y lo que no avian oido , mas nada paíTaba de ligerezas juveniles. Bolvieron a doblar los tormen­tos , por exprimir mas el caso , y algunos dixeron algo de ve­neno , y que se hallaría en el Castillo de Ascalon. Buscado, nada se halló, todos conocían ser ímplorable. Con todo hizo prender Herodes a Alexandro» el qual con picante ironía le dixo : Sefwr, yo he conjurado fifaber quieres con qiúhi, con. Fe rora , y Salomé vuejlros hermanos ; con Tholomeo , y Saprino vucftios Confejeros. Haced mas carnecer)as, matar a todo el mun­do , y reynadfolo. Intercedió en este suceffo Archelao, vinien­do de Capadocia , quien aplacó aquella borrasca. Soltaron á Alexandro ; pero Herodes quedó lleno de sospechas.

Finalmente, bolvió á tramar otra el infame Antipatro con­tra sus hermanos, en que acabó con ellos. Fueron despedi­dos dos Soldados de la Guarda del Rey. Estos los recibió Alexandro inconílderadamente. Acumuláronles , que avian • querido matar al Rey. Sopló Antipatro este fiíego , queem-pezó á arder con demasía. Fueron presos los Soldados, y des­coyuntados á tormentos sus hueíTos, hasta que dixeron , por librarse, que Alexandro , y Aristobulo los avian solicita­do , para que en la caza mataflen al Rey. Fingieron también unas cartas , en que paitaba Alexandro la entrega de un Castillo , remedándole su letra: con esto, y otras maldades falsas, que les acomularon , fueron presos Alexandro, y Aris­tobulo , y a viéndoles hecho una iniqua causa , se resolvió Herodes a mandar quitarles las vidas, dándoles garrote en Se-baste, donde les tenia presos. Tuvieron estos inocentes el mismo paradero que su inocentifsima , y virtuoíífsima madre Mariamne. Supo luego Galfira la muerte de su amado Espo-SQ., jr lamentábase la huvieíVen dexado. con vida., ficndo la

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M Hljtoria trágica y verdadera mayor parte de aquella vitílima, Paísófe á Capadocia con su padre, dexandole al tyrano dos hijuelos , para que hicieíTe Con ellos otro tanto que con su pídre. Tres años antes del Na­cimiento del Redentor se ensayó en estas muertes Hcro-dcs, verdugo de sus hijos, para el carnificio de los Inocentes.

El perverso Antipatro , que fue el autor principal, con sus malévolos tíos, de eftas inocentes muertes, vio lo mal que todos le miraban , ciertos de aver íido eíle infame la causa primera en la muerte de sus hermanos , delicias del Reyno, y afsi determinó salirse de el, para declinar el odio, que le tenian , y cxecutar otra infamia , que su malicia tramaba. Fuese á Roma , para disponer desde aili la muerte de i\\ pa­dre , y levantarse con el Reyno. El medio de que se valió pa­ra mover al Rey á que le embiaíTe , y afsimismo desvanecer sospechas de lo tramado, fué escririr a los amigos que tenia en Roma, para que eftos escrivieflen á su padre, le importaba embiar á Antipatro , a fin de contraftar las prctenfiones de !o6 Árabes, y otras quexas, que se daban continuamente al Senado á cerca de su Govierno. Con eftas cartas el engañador fué engañado, y luego dispuso la jornada de Antipatro, pro­veyéndole de grandes dones , con que gratificalTe a todos los llegados al Emperador.

^ Luego que llegó á Roma , para no olvidar sus infames ar­tes , cícrivió al padre, que no cellaban Arcbelao , y Filipo, hijos también de Heredes, pero de otras mugercs, de inter­pelar al Senado por la injufta muerte de sus hermanos: y efto lo tramaba , para ponerles mal con su padre , y que no les Hamaffe al Reyno , fino á él. Pero Dios, que no solo reserva para la pena eterna tales hombres, mas da en cfta vida a cnterí-dcr con el caftigo quanto le indignan , descubrió sus perver­sas marañas.

Murió Fcrora , una de las vivoras , que infcftaban con sus pon-zoñosos alientos todo aquel Reyno, Murió de veneno, que le dio su muger. A la invcftigacion de efta causa fué Hc-rodes á casa de Perora»y quando biwaba d veneno con que

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áe Heroáes el Grande. a i éfte fué muerto, halló el que tenían para matarle á él. Des­daré la muger, que en 5u casa no avia mas veneno , que el que dcxó Antipatro á su marido, antes de partir á Roma, para que en quanto él UegaiTe de donde esperaba bolver con la Co­rona , jnatafle \ Herodes. Preguntóla dónde cftaba el vene­no ? Subió por lo alto de la casa, y de allí se precipitó ; pero no se hizo daño , por avcr caído de pies. AlTcguróla Herodes la vida , y la dixo, que no solo la libertaria de la muerte,íino q también la premiarla, con tal que le confeflalle la verdad.

Prometióse a decirla , como fué aísi, y luego se comprobó. Dixo , que en aquel pomo que entregaba , cftaba el veneno^ que de Olida avia cmbiado Antipatro a su marido , para matar á su padre; pero que Ferora , arrepentido del tratado, noloquiso executar. Nombró la persona, que le traxo » y se halló comprobado, Bolvió Antipatro a embiar otro vene­no mas aJlivo por un mensagero muy confidente suyo, llama? do Batillo. Cogiéronle , y con el las cartas que traía para Perora, que decían : Si no bafia el primer veneno , ai remito eje segundo , que es aprobado , y para mayor abundamiento. Confclsó de plano el mensagero, y aun añadió , que un her­mano íuyo Medico le avia conficionado. •

Con tan indubitables pruebas despachó luego Herodes una pofta a Roma con cartas muy amorosas á Antipatro, diciendole : Que habida licencia de Augujlo , vinieffe a todaprii-Ja, porque fu decrepitez le avifaba quan poco podia durar fu vida, y no tenia otro confuelo ^fino ver fe renacer en tal hijo, y ponerle de fu mano la Corona. Apreft:ó quanto antes su viage. En Cilícia supo avia fido echada de Palacio su madre , qui­tándola gran suma de dinero, joyas, y otras cosas. Al oir «sta novedad, deliberó bolverse á Roma , rczeloso de que sus tramas se avian descubierto; pero un Consejero suyo , tan "cl como él lo avia íido para todos , le persuadió a prose­guir su viage. Decíale, que llegar, y deshacerse las tinieblas," feria todo uno; que su padre le quería, y creía en todo, te -niendo muclw satisfacción de su cündu<aa. Con cfto se aler*-

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2 i H'ijlom trágica, y verdaiára tó lo bailante para proseguir su camino. Aportó a Scbafte, donde la sangre de sus hermanos levantaba contra él las pie­dras ; mas por jufticia de Dios, ni el odio de todos,ni el amor de alguno , le dio á entender lo que era publico contra él.

Profiguió su viagc derecho á Jcrusalén, y aunque por d ceño que en todos veia, y la acusación de su conciencia qui­so retroceder , no lo executó , porque ya le tenia la venganza del Cielo preparado aloxaraiento como merecía. Entró en Jerusalén fin el menor recibimiento : llegó a Palacio con los de su séquito , á los quales echó luego fuera la Guarda , en­trando únicamente Antipatro. Palsó á la sala, donde le es­peraba su padre Heredes, con Quintilio Varo , (á este llama San Lucas Quirino) que era recien venido al Govierno de Syria. Estando ya á la presencia del Rey , quiso con gran re­verencia llegar á sus brazos; pero el padre le apartó con des­den , y enfado , diciendo; Andad, fratricida^ y parricida, que tío puedo ^ ni aun por ceremonia/carme de vuejlros brazos. Veis aqui vuejlro 3uez en QiántUio Varo , preparaos para responder mañana á los enormes cargos en que seréis preguntado. Retiráron­le luego los Guardias a la prifion. Halló al salir á su madre, y mugeres, que ya le lamentaban difunto.

Fué á la mañana llamado á Consejo : hicieronlc patentes hi cartas, y atomito dixo a su padre, que no lemandaíle ma­tar , harta bolver en si para dar razón. Qut razón , dixo Hero-áts,., podéis fingir, aunque fois el mayor artífice del engaño, que tú aparente difculpa tienen vuefiras maldades ? Afsi fe huviejfen comprobado las de vuefiros infelices hermanos, que no tuviera yo arrepentimiento de fu muerte. La mancha de fu fangre no puedo fanár\ fino con aver fido engañado de vos: vuefira malicia declara 'aquella inocencia. Pérfido ave)s fido á vwefiro padre , que os le-

• Vántb del polvo ^ j os sobrepufo á los que en valor ^ y virtud mof-traban la Real fangre de fu madre. Con mis teforos, mis amifiades,

'y mi autoridad os di toda la mano , y pufe en la vuefira el tefia-mento, en que os declaraba único Jüccejbr en el Rcyno, y os em-&ii á Roma por la invefiidura. Con tantos favores ^ ingrato , os

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de ñero des el Grande. ^ ^3 farecio mi mueru perezofa , en ¡cunta años de edad , y con dur pilcados venenos procurajkis abreviarla. Que podéis re/ponder^ infame , y alevofo , que no fe buelvan las piedras contra effa fe­mentida boca ?

Retiráronle, hecha la causa, y sentenciado á muerte. A eíte mismo tiempo ocurrió el Nacimiento de nueftro Redentor Jesu-Christo, la venida de los Magos, y el sobresalto de He-rodcs al nombre del nuevo Rey; por cuya causa hizo aquel horrible eftrago de la muerte de los inocentes. Eftaba Hero-deí en cfta ultima edad tan impaciente, que ni él podia su­frirse. Intentó matarse , porque los nervios de su cuerpo eran cuerdas del tormento ; y mayores los deftrozos del animo, en que el gusano de su conciencia encanceraba mas ,, que los inumcrables que hervían en su asqueroso cuerpo. De efta rabia , con que vivían en él las furias, nació el irracional T>er creto, con que viéndose burlado de los Magos , desbravó en los Inocentes, matando, según el parecer mas fixo , hafta qua-tro mil niños, por coger entre ellos á nueftro Salvador Jesús.

Hallábase Hcrodes a lo poftrero de sus dias en Jericó, don­de afligido de la ultima fatal dolencia, se avia retirado, por fi podia divertir con la amenidad del fitio su dolor : mas era su dolencia azote tan conocido del Cielo, como agena de to­do alivio, ó remedio humano : y afsi, dice Hugo Cardenal: Corrompibfek con intolerable horror todo el cuerpo; y anticipadas en é/, á feveridades del divino rigor, las plagas del Infierno, fer-via á unafquerofo tropel de gufanos de fuente, y pafio. Llegaron á tal e/lremofus dolores, que el mifmo por eximir fe de ellos, in­tento mas de una vez quitarfe la vida con fus proprias manos: w-nando Dios , aun en ejla, jufla venganza de la muerte inju/la de. tantos Inocentes^ y de la multitud enorme de fus delitos. Eftando entre eftas rabias se acordó de su hijo Antipatro , y le mandó matar cinco dias antes de su muerte , sacrificando la quarta vez su propría sangre al ciego furor de su colera ardiente.

Reconociendo después, que avia de ser para sus valTallos la mas alegre nueva su muerte , terminó su vida con la acción

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14 Uijloña. de Uero des el Grande. mas horrible, y cruel , que pudo pensar criatura humana: pues mandó a Salome su hermana , y a sus pocos confiden­tes , que con diversos pretextos pufieíTen presos á ios prin­cipales del Reyno , y en espirando el , á todos los degollaf-scn. El fin que efta fiera llevaba en cfto , era , que Uoraflen los Hebreos en su muerte , fino su falta , á lo menos su cala-jnidad propria , diciendo por ultimo efte infernal Dragón; Sepa ejíe Pueblo^que fimi vida lefiivib de tortmnto^mimuirte au­mento fu. llanto. Coo eftas sangrientas voces exaló Herodes el espíritu vengativo , muriendo contento , porque moría ma­tando. Pero no se executó efta crueldad.

Efte fué el obftinado remate de la perversa vida de He­rodes el Grande , y de su insaciable furia. Afsi acabó efte in­feliz , y afsi acabo con todos los iluftres Macabeos. Sirva,pues, de cxeaiplar , y escarmiento á los que viven , como Herodes, fin religión, ni ley, fiendo un Atheifta , lo que le fabricó su fortuna : mas la misma ola que le levantaba , le sumergía , y ficmprc en tormenta zozobraba. Infiel halló á muchos , y á sus hijos infieles , mas le ahogaren «us lazos. Si le atende­mos á los suspiros, en que se le rasgaba fiemprc el animo , ve­remos padeció mas muertes, y tormentos, que dio á tantos inocentes , haciendo en vida el Noviciado del Infierno. Dura­rá , en fin , el odio á su'nombre , quanto la memoria , que á él eternamente atormenta con el recuerdo de sus maldades.

F I N Reimprimarc,

Guems*

En Murcia en la Imprenta , y Librería de Francisco Bemdilo % vive en la calle de la Platería , donde fe

hallará efta , y otras diferentes Hiftorias.

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Page 26: © Ayuntamiento de Murcia · de herodes el grande, con su virtuosissima muger mjrijmne, y ultimo fin de los macabeos, ' sacada de algunos santos padres, y autores antiguos, como jofepho

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