.- Aquel pasatiempó. sencillo que ideala M. James Nalsmith...

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MEDIO SIGLO ATRAS... L baloncesto era, hace cin cuenta años, tota1mete des- Conocido en Europa. Su ra diq de acción se hallaba circuns crito, por aquel entonces, a los . estrictos confines de Estados Uni doe, país en el que fué creado este deporte. Llevaba, a la sazón, diez años de vida. Diez años en los que, con todo, cobró en el te- rritoriO americano una consida rable difusión, dejando adivinar fácilmente el singular auge que con e1 tiempo habría de adqui ni’. Al correr de esos dos lustros, aqu 1 simple pasatiempo que Idea a Mr. James Naismith con el escueto propósito de avivar el interés de los alumnos de la Praining School, de Springfield, aburridos por la monotonía de las sesiones de gimnasia, se había convertido en un deporte com pletísirno, dotado de una regla- mentación cuidadosamente estu , cliada, y con la firme base que le confería el pronto arraigo que adquirió en todos los Estados de la Onión. Hasta1918 no llegó el «basket bali» a Europa. Fueron los en- cargados de darlo a conocer en el iiejo continente los sol- dados americanos que desem baicaron en Europa en los años de la Gran Guerra. Las exhibi ciones que de este deporte hicie ron los yanquis en diversos pun tos de Francia suscitaron un vi- yo interés. Y’ al adveninijento de la paz no tardaron en aparecer , en el vecino país numerosos equipos de este nuevo deporte, qut fué imponiéndose por todas parte. Después de Francia, otros - país’s, Bélgica, Suiza, Grecia, In glalerra, acogieron a este bellq deporte. El «basket-ball» contó prOfltO, en Europa, con un gran . número de equipos y de practi cantes. que asegurában totalmen. te su consolidacion. Cuidó de que así fuese el reve rendQ padre don Eusebio Mi. ibm, quien, a su regreso de Cu ta, en donde había permanecido por espacio de unos años en ca- lidad de misionero, creó los pri meros equipos en el patio de las Escuelas de San Antón. Al mis- mo tiempo, en la Escuela Cen tral de, Gimnasia de Toledo se hacían, asimismo, los primeros ensayos de este deporte cuyas bellezas fueron pronto captadas por los incipientes jugadores. Tras un breve período de asi. milación del espíritu y de las re- glas del para nosotros nuevo e porte, ci Padre Millán montó el primer tel-neo interescolar.• Formado que hubo los prime- 1:os equipos todos ellos infan tiles el Padre Millán desarro lló una intensa y provechosa la- bor de divulgación con exhibi ciones en diversos puntos de la provincia. Mataró fué uno de los lugares donde más fácil e inten samente prendió la afición por el nuevo deporte. No paró aquí la infatigab la- bor del introductor del «basket bali» en España. Tras una etapa de activas gestiones, fué impo sible que los principales clubs de fútbol barceloneses se sintie sen interesados poi- el nuevo de- porte, muchos de los cuales for mareo secciones de «basket-ball». El baloncesto era ya dentro de nosotros una realidad. La semi lía tan tespneramente esparcida por el Padre Millón había empe sado a dar sus frutos. La misma presencia da este deporte creó la ineludible necesidad de darle estado oficial, dotándole de Ud organismo que aunase cs-fueyzos y canalizase iniciativas. En el mismo año 1923 se fundó la Fe- deración Nacional, de la que fué presidente don Fidel Bricail, en cuyo gimnasio de la calle de Ca- nuda se domicilié la naciente Fc- deración. A una convocatoria de la No- cional, cursadA a poco de su cons titución, fueron reunidos los dis tintos clubs catalanes para dar curso a la fundación de la Fe. deración regional,. para cuya pl’e sidencia fué elegido don Santia go Ferre. Los cuatro primeros años de vida de la Federacion Catalana transcurrieron sin que el «bas ket-ball» avanzase gran cosa. Po- cos clubs, cuyo número estuvo oscilando entre ocho y diez. La cosa se animó algo en 1927, en cuyo año el número de entida dades afiliadas llegó a quince. Este súbito aumento tuvo, sin embargo, una explicación. En ese mismo año pudimos asistir los barceloneses al primer partido internacional: el que jugó la se- lección catalana contra aquel ma- ravilloso Hinciú Club. de Buenos Aires, cuya soberbia actuación habia de constituir un poderoso medio de propaganda de las be- llezas y espectacularidad del ba loncesto. CUANDO EL HINDU CLUB NOS EiSEÑO A JUGAR En jira por Europa, los cam peones argentinos del ilindú Club de Buenos Aires vinieron a Barcelona para disputar Ufl partido contra la selección cata lana. El partido se jugó en el El Hindú Ilgó cuando en nuestro «basket» reinaba tal caos. Y frente a los argentinos se formó, por primera vez, un eqUipo con sólo cinco hombres. Número que, afortunadamente, quedo a como definitivo. Las medidas de los terrenos serían, en lo sucesivo, las reglamenta rías. Se empezó,’ entonces, en fin, a jugar en serio.. POR CMINOS DE PROGRESO Las enseñanzas de todo orden que se derivaron de la visita del Hindú serían bien aprovecharas. La segura marcha que el balor cesto catalán siguió a parrir de cés, en un memorable encuen tro, por 29 a 26. Con esta victoria se abrió una etapa de frecuentes intercambios con equipos franceses. El equi po del Patrie, el más fiel expo nente del estilo brioso y cspec tacular de nuestro baloncesto, realizó repetidos desplazamien tos a Francia, anotándose en ellos brillantes triunfos que sirvieron, en todo caso, para demostrar que aquel brillante triunfo de la se- leccion catalana sobre el campeo- nísimo de Francia no fué un me- ro producto del azar y sí, por el contrario, la consecuencia del es- tado de madurez a que había Ile- gado a nuestro deporte. des- niadrilena y catalana fué ya, en aquella primera edicion de los Centro-Cataluña, sumamente acentuad,o. Allí nació la siempre tensa rivalidad entre las dos re- giones punteles del baloncesto español, al calor de la cual ha- bría de hallar este deporte otro poderoso medio de difusión. ESPAÑA, SUBCAMPEØNA DE EUROPA EN 1935 El capítulo más brillante cje la todavía corta historia de este deporte había de cscribirse al correr del año 1935. En el Cam peonato de Europa, disputado en Ginebra, el equipo español, ante la sorpresa general incluída la nuestra, seamos sincei-os lo- gró la gesta sensacional de llegar a la final junto con el poderoso equipo de Letonia, ante cuyo equipo resulté vencido nuestro «Cinco» por un honioso 24—18. Para llegar a la antesala del ti- tulo europeo, hubo de encer nuestio equipo a Bélgica, por 25—17, y a Checoslovaquia, por 22—17. El equipo españot forqcó en aquel campeonato cen Pedro Alonso, Mauniei-, Ruano, Martín, Emilio Alonso, Ortega, Carbonell 3 Muscat. Cuidó de su designa- ción el entonces seleccionador nacional, Mariano Manent. Las actuacioneS de nuestro equipo fueron elogiosamente co- mentadas por todos los críticos europeos entre los que causó honda impresi&i la magnífica calidad técnica de nuestros juga dores y su indomable espíritu de lucha. La «furia,>, en fin. nos valió en aquella ocasión un re- sonante éxito, el más señalado, insistimos, del palmarés interna- cional de nuestro deporte. CON UN CREDITO INTERNA. CIONAL CONSOLITlADO desigual: deri-ota ante Varsqvia cuyo equipo habría de ser e gran vencedor del torneo vie. tonas frente a Berna, Lieja, Ma. cirid y derrotas ante Mulhotise y. Ginebra. El tocneo se jugó tresdías, lo que obligó a nuestro equipo a jugar dos partidos - da día. En la tercera joruadg, nuestros jugadores acusaron cía. ramente los esfuerzos de los par- tidos anteriores y no pudieron Sostener el ritmo de regularidad que habian observado en sus pr-e- cedentes actuaciones. De ahí.ese cuarto lugar, altamente honrogo si se tienen en cuenta las des- favorables circunstancias que concuri-icron en sus actuaciones. EL BALONCESTO, DEPORTE OLIMPICO Poi- vez primera, el balorees. tío fu incluirlo en el Cuadro de clepor-tes olímpicos en ocaSión de los Juegos de Berlín, en los que este deporte fué, entre los j»e gos de equipo, el que una ips numerosa participación resentd.. El triunfo en el certamen eUm. pico fué para Estados Untdog, que venció en la final a dé. La superioridad de los nó’ teamei-icanos se ofreció despro vista de toda duda, al filo de unas actuaciones extraordinar-j$ de calidad y eficacia. MístOr Naismith, creador del. «basket-ball» asistió a los Juegos de Berlín y el coste de los. vis- jes y estancias fué sufragado por suscripción popular por los afi cionados de Estados . Unidos, quienes, de este modo, brindaron al venerable anciano la opórtu nidad de vivir la para él inlvi dable efemérides de la consagi-a ción olímpica de su dp9tte. de aquel deporte que él ida-a un día, ya lejano, sin ms ambicidn que la de distraer los ocios de unos alumnog hastiadOs. .. TRES AÑOS DE INACTIVIDAD Y VUELTA A EMPEZAR. Con nuestra Guerra de Libera ción, el baloncesto dejó práctica- mente de existir. Los tres .aflos de total inactividad proujern una dispersión total .de los ele- mentos que integraban la orga nización baloncestista y, resta blecida ja paz, hubo que em*zar de nuvo. Las tareas de reo’gap,r zación, arduas y dúatadas, tt dieron llegar, empero, a u rin, JWLnJwLrLrtrl$1 .- - . ;1] 1;0] Aquel pasatiempó. sencillo que ideala M. James Nalsmith NACE LA FEDERACION EPAÑOLA Y, CASI AL MISMO TIEMPO. LA CATALANA - .- a a a _ _ campo del Gracia, y los sudame- entonces así lo demostró. Poco ricanos, en una actuación que a poco, se le fué despojando de dejó boaquiabierto al público unos vicios que con el tiempo . en realidad fmi esa la primera habían arraigado con fuerza. Se vez que veíamos jugar a «bas- obseivaron algunos avances en ket» de verdad venció a nues- los entonces más intrincados que tros jugadores, por el conclu- nunca caminos de la técnica y el yente tanteo de 50 a 16. La ac- baloncesto empezo a perfilar una tuacion de los argentinos, para personalidad definida. Ya flO era un público habituado a ver el aquel deporte híbrido mezcla remedo de baloncesto que hasta de rugby y de fútbol de los entonces se le había servido en primeros años. nuestros terrenoS, fué sencilla- En 1929 se jugó el segundo mente sensacional. La diferencia partido internacional. Fié con- que nos separaba de aquellos au- tra la Ambrosiana de Milán, en ténticos colosos era realmente Montjuich, el día 8 de diciem abrumadora. Pero ese partido bre, y en ese partido que por- sirvió, no sólo para revelarnos dió nuestra seleccion catalana como y de qué manera se juga- por 42 a 29 ya obtuvimos una ha el verdadero «ba-ket», sino alentadora muestra de lo mucho psi-a rehacer los equivocados ca- que se había progresado. El nP minos que se seguían por aquel vel medio de nuestro juego apa. entonces. recía ya muy por encima de Hasta que llegó el Hindú, los aquel otro, de una tosquedad os- equipos se formaban con siete tensible, que tan facil hiciera la jugadores, en lugar ,de cinco, co- victoria del Hindu dos anos an mo en todo el mundo. Las mcdi. tes. cias del terreno eran más o me Se pisaba ya el buen camino nos el doble de las reglarnen- y esto era lo importante. tarias. Anteriormente, se habían usado los terrenos de tutbol en sus totales dimensiones, y las AL FIN, EL PRIMER TRIUNFO canastas eran fijadas en lo alto INTERNACIONAI de las poiterias. Es logico, por lo tanto, que los tanteos numéri ros tuviesen tanto parecido, en- tonces, con los del fútbol. ¿Po- día pedirse ciue afinasen el tiro a unos jugadores qpe llegaban a la casta después de un trote de casi cien metros? EN PIE LA RIVALIDAD CENTRO CATALUÑA , Realizada tan ingente como provechosa tarea, el Padre Mi- llán vid realizado, en 1923, su más dorado anhelo: la celebra- ción del primer campeonato re- gional. Se disputó en dos jorna das,jos días 15 y 23 de abril, y ib.naron parte en él ocho equi pos: American Stars, Layetá constituído éste, bajo el impul so del Padre Millán, con ex alum nos de la Escuela de San An tón), Español, Patrie, Cataluña, Barcelona y La France. Llegaron a la final los equipos del Barce lona y del Patrie, ganando este último por. .. 8 a 4. Como se Fué en 1921 cuando el «bas- ve, meter la pelota en el aro ket-ball» se dió a conocer aquí. no era cosa fácil entonces, . SU APARICION EN ESPAÑA llentras en nuestra región, el baloncesto había enfocado re- sueltaipente un camino de lenta aunque constante superación, en Madrid sucedía lo mismo. La pre senda en la capital algunos jugadores latino-americanos per mitió al baloncesto castellano ga nar rápidamente posiciones, y así se explica que, en mucho menos tiempo del que necesita- mes aquí para dotar a este de- porte de una cierta madurez téc nica, el baloncesto castellano lo- grase situarse a la misma altu ea del catalán en cuanto a efec tividad y a nivel incuestionable superior en punto a calidad téc Como premio a la suma de nica. desvelos e iniciativas que impul. Los primeros cotejos entre saban ya a este depocte que equipos madrileños y catalanes fué marcando un índice de prac- permitieron ya adivinar la eta- ticantes vigorosameqte progresi- pa de cerrada rivalidad que no Yo llegó, al fin, el primel habría de tardar en abrirse y ti-iunfo internacional que, por la gracas a la cual recibió este de- brillantez con que fmi consegui- porte, en lo tocante a Su des- do, y por la valía del adversario, arrollo, un impulso notable. ha de figurac-, aun hoy, como l 28 de marzo de 1935 se he una de las gestas más notables vó a efecto, en el Price, el pri de cuantas constan en el palma- mer interregional Centro Cata rés internacional de este depoi-- luña. Los centrales vencedo te. El 13 de julio de 1930 nos res por 33 a 29 sorprendieron El título de subcampeón tan visito el Foyer Alsacien de Mu- por su juego inteligente y pre- brillantemente cónquistado en lhouse, campeón de Francia por ciso, del más puro patrón ame- Cinebra fué para nuestro balon espacio de cinco años consecuti- ricano. La disparidad de estilos cesto la reválida de Ufl presti vos. En Europa no había habido entre los centrales y los catala- gió internacional que nadie osó equipo capaz de vencerle desde nec se acusó de una formama- discutir. A partir de entonces, el año 1927. Fué, pues, nuestra nifiesta. Mayor orden, más exac- fueron frecuentes las interven selección formada por los inol- titud y método, en los jugado- ciones de nuestros equipos en vidables Pía, Carboneli, Museat, dores castellanos, y máé nervio, torneos internacionales. Anote- Guix y Colomer, con Domingo, un más amplio margen a la ms- mos el interciudades, disputado Homeva y Armengol como su- piración individual en nuestros en mayo de 1936.en Ginebra. La plentes _ la encargada de trun- jugadores. Bajo signos técnicos selección de Barcelona se clasificó car la victoriosa y dilatada re- tan distintos, el equilibrio de en cuarto lugar,’ después de una cha del poderoso conjunto fran- fuerzas entre las des modalida- línea de actuaciones un tanto çl± I-- i”9)2G 1’955& 1

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MEDIO SIGLO ATRAS...

L baloncesto era, hace cincuenta años, tota1mete des-Conocido en Europa. Su ra

diq de acción se hallaba circunscrito, por aquel entonces, a los

. estrictos confines de Estados Unidoe, país en el que fué creadoeste deporte. Llevaba, a la sazón,diez años de vida. Diez años enlos que, con todo, cobró en el te-rritoriO americano una considarable difusión, dejando adivinarfácilmente el singular auge quecon e1 tiempo habría de adquini’.

Al correr de esos dos lustros,aqu 1 simple pasatiempo queIdea a Mr. James Naismith conel escueto propósito de avivar elinterés de los alumnos de laPraining School, de Springfield,aburridos por la monotonía de lassesiones de gimnasia, se habíaconvertido en un deporte completísirno, dotado de una regla-mentación cuidadosamente estu

, cliada, y con la firme base quele confería el pronto arraigo queadquirió en todos los Estados dela Onión.

‘ Hasta 1918 no llegó el «basketbali» a Europa. Fueron los en-cargados de darlo a conocer enel iiejo continente los sol-dados americanos que desembaicaron en Europa en los añosde la Gran Guerra. Las exhibiciones que de este deporte hicieron los yanquis en diversos puntos de Francia suscitaron un vi-yo interés. Y’ al adveninijento dela paz no tardaron en aparecer

, en el vecino país numerososequipos de este nuevo deporte,qut fué imponiéndose por todasparte. Después de Francia, otros

- país’s, Bélgica, Suiza, Grecia, Inglalerra, acogieron a este bellqdeporte. El «basket-ball» contóprOfltO, en Europa, con un gran

. número de equipos y de practicantes. que asegurában totalmen.te su consolidacion.

Cuidó de que así fuese el reverendQ padre don Eusebio Mi.ibm, quien, a su regreso de Cuta, en donde había permanecidopor espacio de unos años en ca-lidad de misionero, creó los primeros equipos en el patio de lasEscuelas de San Antón. Al mis-mo tiempo, en la Escuela Central de, Gimnasia de Toledo sehacían, asimismo, los primerosensayos de este deporte cuyasbellezas fueron pronto captadaspor los incipientes jugadores.

Tras un breve período de asi.milación del espíritu y de las re-glas del para nosotros nuevo eporte, ci Padre Millán montó elprimer tel-neo interescolar.•

Formado que hubo los prime-1:os equipos — todos ellos infantiles — el Padre Millán desarrolló una intensa y provechosa la-bor de divulgación con exhibiciones en diversos puntos de laprovincia. Mataró fué uno de loslugares donde más fácil e intensamente prendió la afición porel nuevo deporte.

No paró aquí la infatigab la-bor del introductor del «basketbali» en España. Tras una etapade activas gestiones, fué imposible que los principales clubsde fútbol barceloneses se sintiesen interesados poi- el nuevo de-porte, muchos de los cuales formareo secciones de «basket-ball».

El baloncesto era ya dentro denosotros una realidad. La semilía tan tespneramente esparcidapor el Padre Millón había empesado a dar sus frutos. La mismapresencia da este deporte creóla ineludible necesidad de darleestado oficial, dotándole de Udorganismo que aunase cs-fueyzosy canalizase iniciativas. En elmismo año 1923 se fundó la Fe-deración Nacional, de la que fuépresidente don Fidel Bricail, encuyo gimnasio de la calle de Ca-nuda se domicilié la naciente Fc-deración.

A una convocatoria de la No-cional, cursadA a poco de su constitución, fueron reunidos los distintos clubs catalanes para darcurso a la fundación de la Fe.deración regional,. para cuya pl’esidencia fué elegido don Santiago Ferre.

Los cuatro primeros años devida de la Federacion Catalanatranscurrieron sin que el «basket-ball» avanzase gran cosa. Po-cos clubs, cuyo número estuvooscilando entre ocho y diez. Lacosa se animó algo en 1927, encuyo año el número de entidadades afiliadas llegó a quince.Este súbito aumento tuvo, sinembargo, una explicación. En esemismo año pudimos asistir losbarceloneses al primer partidointernacional: el que jugó la se-lección catalana contra aquel ma-ravilloso Hinciú Club. de BuenosAires, cuya soberbia actuaciónhabia de constituir un poderosomedio de propaganda de las be-llezas y espectacularidad del baloncesto.

CUANDO EL HINDU CLUB NOSEiSEÑO A JUGAR

En jira por Europa, los campeones argentinos del ilindúClub de Buenos Aires vinierona Barcelona para disputar Uflpartido contra la selección catalana. El partido se jugó en el

El Hindú Ilgó cuando ennuestro «basket» reinaba talcaos. Y frente a los argentinosse formó, por primera vez, uneqUipo con sólo cinco hombres.Número que, afortunadamente,quedo a como definitivo. Lasmedidas de los terrenos serían,en lo sucesivo, las reglamentarías. Se empezó,’ entonces, enfin, a jugar en serio..

POR CMINOS DE PROGRESO

Las enseñanzas de todo ordenque se derivaron de la visita delHindú serían bien aprovecharas.La segura marcha que el balorcesto catalán siguió a parrir de

cés, en un memorable encuentro, por 29 a 26.

Con esta victoria se abrió unaetapa de frecuentes intercambioscon equipos franceses. El equipo del Patrie, el más fiel exponente del estilo brioso y cspectacular de nuestro baloncesto,realizó repetidos desplazamientos a Francia, anotándose en ellosbrillantes triunfos que sirvieron,en todo caso, para demostrar queaquel brillante triunfo de la se-leccion catalana sobre el campeo-nísimo de Francia no fué un me-ro producto del azar y sí, por elcontrario, la consecuencia del es-tado de madurez a que había Ile-gado a nuestro deporte.

des- niadrilena y catalana fué ya,en aquella primera edicion delos Centro-Cataluña, sumamenteacentuad,o. Allí nació la siempretensa rivalidad entre las dos re-giones punteles del baloncestoespañol, al calor de la cual ha-bría de hallar este deporte otropoderoso medio de difusión.

ESPAÑA, SUBCAMPEØNADE EUROPA EN 1935

El capítulo más brillante cjela todavía corta historia de estedeporte había de cscribirse alcorrer del año 1935. En el Campeonato de Europa, disputado enGinebra, el equipo español, antela sorpresa general — incluídala nuestra, seamos sincei-os — lo-gró la gesta sensacional de llegara la final junto con el poderosoequipo de Letonia, ante cuyoequipo resulté vencido nuestro«Cinco» por un honioso 24—18.Para llegar a la antesala del ti-tulo europeo, hubo de encernuestio equipo a Bélgica, por25—17, y a Checoslovaquia, por22—17. El equipo españot forqcóen aquel campeonato cen PedroAlonso, Mauniei-, Ruano, Martín,Emilio Alonso, Ortega, Carbonell3 Muscat. Cuidó de su designa-ción el entonces seleccionadornacional, Mariano Manent.

Las actuacioneS de nuestroequipo fueron elogiosamente co-mentadas por todos los críticoseuropeos entre los que causóhonda impresi&i la magníficacalidad técnica de nuestros jugadores y su indomable espíritu delucha. La «furia,>, en fin. nosvalió en aquella ocasión un re-sonante éxito, el más señalado,insistimos, del palmarés interna-cional de nuestro deporte.

CON UN CREDITO INTERNA.CIONAL CONSOLITlADO

desigual: deri-ota ante Varsqvia— cuyo equipo habría de ser egran vencedor del torneo — vie.tonas frente a Berna, Lieja, Ma.cirid y derrotas ante Mulhotise y.Ginebra. El tocneo se jugó tresdías, lo que obligó a nuestroequipo a jugar dos partidos -

da día. En la tercera joruadg,nuestros jugadores acusaron cía.ramente los esfuerzos de los par-tidos anteriores y no pudieronSostener el ritmo de regularidadque habian observado en sus pr-e-cedentes actuaciones. De ahí.esecuarto lugar, altamente honrogosi se tienen en cuenta las des-favorables circunstancias queconcuri-icron en sus actuaciones.

EL BALONCESTO,DEPORTE OLIMPICO

Poi- vez primera, el balorees.tío fu incluirlo en el Cuadro declepor-tes olímpicos en ocaSión delos Juegos de Berlín, en los queeste deporte fué, entre los j»egos de equipo, el que una ipsnumerosa participación resentd..El triunfo en el certamen eUm.pico fué para Estados Untdog,que venció en la final a dé. La superioridad de los nó’teamei-icanos se ofreció desprovista de toda duda, al filo deunas actuaciones extraordinar-j$de calidad y eficacia.

MístOr Naismith, creador del.«basket-ball» asistió a los Juegosde Berlín y el coste de los. vis-jes y estancias fué sufragado porsuscripción popular por los aficionados de Estados . Unidos,quienes, de este modo, brindaronal venerable anciano la opórtunidad de vivir la para él inlvidable efemérides de la consagi-ación olímpica de su dp9tte. deaquel deporte que él ida-a undía, ya lejano, sin ms ambicidnque la de distraer los ocios deunos alumnog hastiadOs. ..

TRES AÑOS DE INACTIVIDADY VUELTA A EMPEZAR.

Con nuestra Guerra de Liberación, el baloncesto dejó práctica-mente de existir. Los tres .aflosde total inactividad proujernuna dispersión total . de los ele-mentos que integraban la organización baloncestista y, restablecida ja paz, hubo que em*zarde nuvo. Las tareas de reo’gap,rzación, arduas y dúatadas, ttdieron llegar, empero, a u rin,

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Aquel pasatiempó.sencillo que idealaM. James Nalsmith.

NACE LA FEDERACIONEPAÑOLA Y, CASI AL

MISMO TIEMPO.LA CATALANA

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campo del Gracia, y los sudame- entonces así lo demostró. Pocoricanos, en una actuación que a poco, se le fué despojando dedejó boaquiabierto al público — unos vicios que con el tiempo

. en realidad fmi esa la primera habían arraigado con fuerza. Sevez que veíamos jugar a «bas- obseivaron algunos avances enket» de verdad — venció a nues- los entonces más intrincados quetros jugadores, por el conclu- nunca caminos de la técnica y elyente tanteo de 50 a 16. La ac- baloncesto empezo a perfilar unatuacion de los argentinos, para personalidad definida. Ya flO eraun público habituado a ver el aquel deporte híbrido — mezclaremedo de baloncesto que hasta de rugby y de fútbol de losentonces se le había servido en primeros años.nuestros terrenoS, fué sencilla- En 1929 se jugó el segundomente sensacional. La diferencia partido internacional. Fié con-que nos separaba de aquellos au- tra la Ambrosiana de Milán, enténticos colosos era realmente Montjuich, el día 8 de diciemabrumadora. Pero ese partido bre, y en ese partido — que por-sirvió, no sólo para revelarnos dió nuestra seleccion catalanacomo y de qué manera se juga- por 42 a 29 — ya obtuvimos unaha el verdadero «ba-ket», sino alentadora muestra de lo muchopsi-a rehacer los equivocados ca- que se había progresado. El nPminos que se seguían por aquel vel medio de nuestro juego apa.entonces. recía ya muy por encima de

Hasta que llegó el Hindú, los aquel otro, de una tosquedad os-equipos se formaban con siete tensible, que tan facil hiciera lajugadores, en lugar ,de cinco, co- victoria del Hindu dos anos anmo en todo el mundo. Las mcdi. tes.cias del terreno eran más o me Se pisaba ya el buen caminonos el doble de las reglarnen- y esto era lo importante.tarias. Anteriormente, se habíanusado los terrenos de tutbol ensus totales dimensiones, y las AL FIN, EL PRIMER TRIUNFOcanastas eran fijadas en lo alto INTERNACIONAIde las poiterias. Es logico, porlo tanto, que los tanteos numériros tuviesen tanto parecido, en-tonces, con los del fútbol. ¿Po-día pedirse ciue afinasen el tiroa unos jugadores qpe llegaban ala casta después de un trote decasi cien metros?

EN PIE LA RIVALIDADCENTRO — CATALUÑA

, Realizada tan ingente comoprovechosa tarea, el Padre Mi-llán vid realizado, en 1923, sumás dorado anhelo: la celebra-ción del primer campeonato re-gional. Se disputó en dos jornadas,jos días 15 y 23 de abril, yib.naron parte en él ocho equipos: American Stars, Layetáconstituído éste, bajo el impulso del Padre Millán, con ex alumnos de la Escuela de San Antón), Español, Patrie, Cataluña,Barcelona y La France. Llegarona la final los equipos del Barcelona y del Patrie, ganando esteúltimo por. .. 8 a 4. Como se

Fué en 1921 cuando el «bas- ve, meter la pelota en el aroket-ball» se dió a conocer aquí. no era cosa fácil entonces, .

SU APARICION EN ESPAÑA

llentras en nuestra región, elbaloncesto había enfocado re-sueltaipente un camino de lentaaunque constante superación, enMadrid sucedía lo mismo. La presenda en la capital dé algunosjugadores latino-americanos permitió al baloncesto castellano ganar rápidamente posiciones, yasí se explica que, en muchomenos tiempo del que necesita-mes aquí para dotar a este de-porte de una cierta madurez técnica, el baloncesto castellano lo-grase situarse a la misma altuea del catalán en cuanto a efectividad y a nivel incuestionablesuperior en punto a calidad téc

Como premio a la suma de nica.desvelos e iniciativas que impul. Los primeros cotejos entresaban ya a este depocte — que equipos madrileños y catalanesfué marcando un índice de prac- permitieron ya adivinar la eta-ticantes vigorosameqte progresi- pa de cerrada rivalidad que noYo — llegó, al fin, el primel habría de tardar en abrirse yti-iunfo internacional que, por la gracas a la cual recibió este de-brillantez con que fmi consegui- porte, en lo tocante a Su des-do, y por la valía del adversario, arrollo, un impulso notable.ha de figurac-, aun hoy, como l 28 de marzo de 1935 se heuna de las gestas más notables vó a efecto, en el Price, el pride cuantas constan en el palma- mer interregional Centro Catarés internacional de este depoi-- luña. Los centrales — vencedote. El 13 de julio de 1930 nos res por 33 a 29 — sorprendieron El título de subcampeón tanvisito el Foyer Alsacien de Mu- por su juego inteligente y pre- brillantemente cónquistado enlhouse, campeón de Francia por ciso, del más puro patrón ame- Cinebra fué para nuestro balonespacio de cinco años consecuti- ricano. La disparidad de estilos cesto la reválida de Ufl prestivos. En Europa no había habido entre los centrales y los catala- gió internacional que nadie osóequipo capaz de vencerle desde nec se acusó de una formama- discutir. A partir de entonces,el año 1927. Fué, pues, nuestra nifiesta. Mayor orden, más exac- fueron frecuentes las intervenselección — formada por los inol- titud y método, en los jugado- ciones de nuestros equipos envidables Pía, Carboneli, Museat, dores castellanos, y máé nervio, torneos internacionales. Anote-Guix y Colomer, con Domingo, un más amplio margen a la ms- mos el interciudades, disputadoHomeva y Armengol como su- piración individual en nuestros en mayo de 1936.en Ginebra. Laplentes _ la encargada de trun- jugadores. Bajo signos técnicos selección de Barcelona se clasificócar la victoriosa y dilatada re- tan distintos, el equilibrio de en cuarto lugar,’ después de unacha del poderoso conjunto fran- fuerzas entre las des modalida- línea de actuaciones un tanto

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