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XII I
DECORACION DE LOS PUENTES
§ l. - S u historia h asta J 900.
§ II.- E le men tos o rnam en tales.
.:\ rchivoltns.c-Tmpos tns y pr etil es.- Ob eliscos.-Puertas.-Dccoración delos tram os rcctos.-Andcn cs en voladizo .- No ha y qu e abusar.
§ I II. - La evolución d ecorativa en el si glo XX.
El hor migón provoc ó la evoluci ón por eta pas.-Imitación de la picd ra.Prof usión orn amenta1.-FantasÍas mod erni stas.-Sobri cdad dccora ti\·a.·Sinceridad constructiva .
§ IV .- L a colaboración de los arquitectos.
§ l. - SU HISTORIA HASTA 1900
Epoca antigua.- L os Romanos y los P ersas pres cindiero n casisiempre de la decoración en sus puentes. Les bastó la proporción ygrandiosidad de las siluetas para determinar sensación de resistencia y de belleza .
Sólo en algunos puentes los realzaron con puertas conmemorativas, como en el de Alcántara (tomo 1, fig. 41), o con estatuas sobrepilastras (fig. 361), o con nichos en los tímpanos (fig. 362).
F i!:. 361.- De Santo An gelo ( Roma ) . Fig. 362.-D e Vi cen cia
322 SEGUKD.\ PARTl·:.-OI\RAS ESPECIALES
ra 370), a pesar de loschurriguerescos templetesque posteriormente se leañadiero n en algunos delos refug ios de sus pil as(fig. 371), recordando sinduda a los qu e habí an puesto en el puente de l 1VI al',en Va lencia (lig. 372) ; sonambos de bien escaso gusto. . a juicio del autor, alque no basta su antigüeda d pa ra reverenciar a losa r t is tas qu e los reali zaron .
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372.-Puc ntc del Ma r, en Valencia.Fig.
Siglos XVIII y XIX .Ya en el sig lo XV I I I se fueron depurando las proporciones y los elementos de
cora tivos de los puent es, sobre todo en F ra ncia, donde Perronnet, consus puent es de Ne uilly y La Conco rdia (descri tos en el tomo JII, páginas 128, 151 Y 181), estableció un estilo que se hizo clásico y se mantuvoen casi tod os los puentes y viaductos hasta mediad os del siglo XIX . (1).
Ftg, 37.t-Puente acueducto sobre el Yonnc,
Entonces se perfeccionó la orn amentación de algunos pu ent esmerced a los aligeramientos transversa les de los tímpanos en losarcos mayor es de 25 m. de luz (lig. 373), que hemos detallado en elcapítulo X I del tomo l I L
(1) El puente de la Concordia, qu e es el que cr uza el Sena, en P arís, frentea la Cámara de Diput ad os ' y la ig lesia de la Madelcine, acaba de ensancharseampliamen te , pero respetand o el aspec to de sus pilas y paramentos.
CAPÍTULO XJII.-DECOR.\CIÓX 323
Empleáronse también como elementos ornamentales de las bóvedas las archivoltas, las impostas y pretiles complicados, y los obeliscos, estatuas y hasta grandes puertas monumentales, como complemento decorativo de las vías.
Por último, en este siglo xx se generalizó el empl eo del H . A.en los puentes y edificios, que no sólo justificó nuevas estructuras,sino que ha provocado una radical evolución decorativa , de queluego nos ocuparemos.
§ ]J.- ELEMENTOS ORNAMENTALES
Al describir en el tomo 11 [ las bóvedas, estribos y pilas, yapresentamos ejemplos, en los que aparecen las ornamentaciones conque se han decorado estos elementos. .
Completa remos aquellos datos.
Archivoltas.- Son éstas unas acusadas y salientes molduras enel trasdós de los arcos.
Aunque ya se habían iniciado en el puente florentino de la Trinidad, antes citado (fig. 365), donde se emp leó con mayor relievey se hizo clásica, fué en el puente de Lavaur, construido en el siglo XVIII (figs. 374 Y 375).
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Fi l:. 374. -Puente 'viej o de Lavaur (siglo X\"IIl).
320 SEGUNDA PARn·;.-ü BRAS ESPECL\ T..:.<r..:.,_s _
F i., . :lr,:l.- I)e San Jnan de las Abadesas. Fig-. 364.- De Montaub án.
Fil'. :lr,S.- De la Tri nidad (Florencia ). Fil'. :l66.-De Ria lto (Venecia).
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Vigo 367 .- P ue nte Nue vo (Parí s ) . Fig. 368.-De 'I'o u lous e.
Fig. 369.- P lIente r cas tillo de Ch enonceaux , sobre e l Loira .
CAP íTt.: LO XIII.-DBCORACI Ó " 321
Fig. 370.-Puente de Toledo, en Madrid.
Edad Media.- Los quince siglos de Edad Media fueron en ladecoración de los puentes , como en todo, un ret roceso de la Humanid ad y un esta ncamie nto casi absoluto de sus progresos (figuras 363 y 364).
Aquellos pocos pu entes son, con gran fr ecuencia, feos por sua s p e e t o, in cóm od ospor sus r ampas de ace e s o ; las dimen siones pesadas-a vecesmon struosas- de susapuyos no g ua rdan re- .lación con la finuraen las claves de sus a rcos oj iva les, que puede n ser fo rma que sat isfaga en templos, pero q ue es irracion al en pue ntes.
Imponen sólo respeto por su vetus tez ; pero aqu ellos puentescristianos fueron constructivamente más bárbaros que los budistasde China. los bramánicos de la India y los mahometanos de Persia, I
Renacimiento. - L o s italianosde l Renacimiento, a la par que reverdecieron con mayor refinamiento las tradiciones romanas, iniciaron no só lo la decoración artísticade sus pu entes, sino el empleo delos a rcos ca rpa ne les y rebajados(figu ras 365 y 366).
E n F rancia sig uieron el ejem plo, aunque co n me no r g usto (figuras 367 y 368) ; sobre uno de suspue n tes de aq ue lla época, y porcap richo pr inc ipesco, levan ta ron unpal acio co n visos de cas tillo (figu
Fi g-. 371.- Te mplete de l puente de '!"oleda ra 396), que má s ec onó m ica yconfor tablemen te hu bi éra sc e ri
gido en una de las márg en es de l L oir a.Tampoco hubo ac ie r tos cons t r uc t ivos ni a r t ís t icos en los pu en
tes espa ño le s del Renacimiento. Ya criticamos la pesad ez del via du ct o de R onda (Ii.g. 241 ) Y de l puen te de T oled o. en Madrid (figu
: 1
326 SBCUNDA PARTE.-OBRAS ESPBCIA LBS
gusto, combinando esas barandillas met álicas con fa roles o gruposescu ltóricos.
Presentamos dos ejemplos ele nu estros puentes Vi ctoria y MaríaCristina (figs. 383 y 38·+) ,cu ya dec oración proyectónuestro colabo ra do r el ar qui tecto D. Julio M. Zapata.
Obelisco s y e statuas.En pu entes monumentalesse han decorado su s entradas co n ob eliscos o estatuas y también combinando ambos elementos.
Ge ne ra lme nte se emplazan en los ensa nchesde los es tr ibos de las márge ne s, al efec to prep ara dos.
P ara facilitar el pasode los andenes sin ens an
Fig. 383. - P ue nte Ma rí a Cr isti na , en San Sebastián, cha r considerableme nte losestribos , proyectamos pa
ra el citado puente de María Cr istina, en San Sebastián, dos gran des obe liscos en cada margen, formando cada un o de ellos una bóved a sobre tres bas am entos, qu e permitían el paso de los peatones en todos se ntidos (fig. 385). Confiesa el autor que la fe liz evolución de l g usto arquitectónico, que lu- go expondremos, justificalas cr íticas a nues tro proyecto, redactado en 1903.
E n nuestro posterior puent e del K ursaal (fig. 386) dispusimosunos obeliscos luminosos sobre las pilas y parecen tener más aceptación que aq uéllos.
En cambio, los obeliscos del puente Alejandro III , en París(figur a 387), por sus armo niosas proporciones constituirán siempreuna nu eva prueba del refinado gusto francés.
Puertas.- Los técnicos alema nes, dentro de su tra dicional es-
CAP íTULO X IlI.-Dr.CORACrÓN
F ig. 385.-0beliscos del pu ente Ma r ía Cris tina (San Se bas t ián ).
327
378 SgGUNDA PART[~.-OBRAS ESPECIALES
Fi g. 386 .- Pnc n le del Kursa a l ( San Se bas t iá u ) ,
Fi g. 387.- 1'nenl o d é Al ej andro III ( Parí s ).
CAP Í TU LO XlJI.-m;CORACI ÓN 329
Fig. 388 .- P ue nte de Cah oru ( siglo XII ! ) .
tilo, tendi end o siempre a lo colosal, pero con instinto guer re ro, remedando .Ias pu ertas de algunos puentes romanos y, sobre todo, losque en la Edad Media tenían puertas def ensivas (fig. 388), han qu erido dar monumentalidad a mu chos de sus puentes imp ortantes, disponi endo en sus estr ibos grandes pu er tas de asp ecto militar (figuras 389 a 392).
En los demás países se ha reservado este tipo decorativo paralos grandes puentes colgados , en los qu e las pu ertas se utili zan , sobretodo, para el apoyo de los cables de los qu e cuelga el tabl ero.
Fig. 389.-En Ham burgo . Fig. 390.-E n Colon ia.
330 SEGUI\DA PARTE.-OBRAS ESPECIALES
F ig. 391. -f:n L ev en sau .
Fig. 393. - A lzado tran sv er sal del puent e de llrooklyn (1867 ).
Fi g. 392.-En Bu sscrdorf,
Fig. 394 .-1'uen le sob re el Hudson( Nue va Yor k ) (1931 ).
CAPÍTULO XIII. -DECORACIÓN 301
Presentamos en las figuras 393 y 394 ejemplos del pri mero yúltim o de los puen tes colgados de N ueva Yo rk , con tramos cen-
Fi g. 395.- A lza do del puente de A mp os ta
trales de 485 y 1.064 m. respectivamente (este es el record mundialde luces), y añadimos las vistas del único puent e con puertas de estetip o ejecutad o en E sp añ a( figuras 395 y 396) en Am posta, sobre el Ebro ( 1) .
Decoración de los tramos rectos de H. A.- En
alg unos puentes de tramosrectos construídos de ntrode pob lac iones se ha procurado disfr azar la mono
tonía de sus largos planoslisos.
E n la pasare la sobre elT uria, cons truída para laExposición en 1909 y const ituída por ocho tram os de
14 m. de lu z, se ha conse- Fi g . 396.- l' uen te de Ampost a.
g uido (fig. 397) sim ulandoque los fre ntes de las vigas son unos arcos rebaj ados (2).
(1) A djud icado al autor mediante concurso de proy ectos y cons trucci ón,descr ito 'CI1 la R evi sta de Obras Pú blicas. A ño 1914, .p ágs, 527, 539 y 55\.
(2) P royectado y construído por la Sociedacl Const rucciones y Pouimentos.
312 SEGUNDA l'ARTr~.-OBRAS ES PECIA LES
En el pu ent e del Kursaal , en Sa n Sebastián (fig. 386), hemoscons ide rado pr ef erible incrustar en los pa ramentos vistos de losgrandes tramos rectos de 22 m. unas placas lisas de mármol ro joque ofrecen buen asp ecto.
En los tramos rectos del puente Vi ctoria (fig. 383) nos hemoslimitado a añadir en sus apoyos un as ménsulas de piedra artificial.
Para los demás tr am os rectos hemos siempre pr escindido de or -
Fig. 39i .- Pasarela sob re el Turia .
namentación alguna, limitánd onos a chaflanar sus aristas mediantetriangulitos rectangulares de madera de 3 a S cm., dispu est os en elfondo de los mold es de sus vigas en una longitud algo menor que
la luz del tramo. L a vista se ha acostu mb rado a estas formas desnudas, que ya no entra ñan la sensación flectora que se experimentaba en los primeros tiemp os del hormigón armad o.
Andenes en voladizo.- Como hemos ya dich o, en la mayor pa rte de los pu entes de 1-1 . A . conviene disponer los andenes en voladizo, lo qu e permite redu cir la dim ensi ón de pilas y est ribos y elcoste de los for jados.
Así lo hemos hecho en todos los modelos oficiales, tanto parapuentes de carreteras como para los de fe rrocarr iles.
CAPÍTULO X Il l. - DECORACI ÓN 333
E n las primeras aplicaciones de esta disposición se creyó queesos voladizos, al tapar con su sombra pa rte de los arcos o vigas,afearía su aspecto .
P er o va ex tendiéndose su empleo hasta en puentes situa dos enpoblacion es, y nos vamos acostumbrando a esa racional disposición,como en el de Amrninodi ers, en Toulouse (tomo II I, cap. X I II) . en
Fi g-. 39S.- Pue nte de la Expo sici ón de Li cia.
el de Ga1cerá n (fig. 266 de este tomo) y en el recientem ente construido para la Exposición de Li eja (fig. 398).
Hasta pueden consi de rarse como un elemento decorativo.
No hay que abusar. - T odos los ejemplos qu e hemos citado serefieren a gra ndes pu entes, la mayor parte ele ellos dent ro de poblaciones imp ortan tes ; pero algunos novatos ingen ieros, copistas serviles de aquellos eje mplos, cons ide ra dos como clás icos, reprodu jeron muchos de sus ornamentos en puentes ext ra viados de escasaimporta ncia y cas i invi sibl es por las breñas y el mu sgo que lostapan (1).
(1) E llos me recen ser cri tica dos, pero aun más los Centros consultivosque aproba ro n aquellos pr oyectos poco med itad os.
Confiesa since ra mente el autor ha ber pecado en tales excesos, en su pr i-
3'34 SEGUNDA PARTE.-OBRAS ESPECIALES
Debemos insistir en que el gusto artístico moderno, que ahoramás que nunca coincide con la mundial e imperiosa compresión degastos .superfluos, obliga a los ingenieros a suprimir casi radicalmente la ornamentación de los puentes, incluso en poblaciones.
§ Il T.- LA EVOLUCION DECORAT1VA DE LOS PUENTESEN EL SIGLO XX
En efecto; uno de los temas que se han disc utido con gran interés y ex tensión en el Congreso de P uentes de 1928, en V iena, yen el del Hormigó n armado de 1930, en L ieja, ha sido el de la Decorac ión y Es tética de los P uentes de hormigón (1).
El hormigón provocó la evolución por etapas.- El empleo creciente del hormigón en los puentes que, aunque ya iniciado en elsiglo X IX, no tomó carta de na turaleza hasta el siglo presente, alpermit ir el alige ramiento de las siluetas y nu evas for mas constructivas, hubiera deb ido desde el pri mer momento provocar un nuevoestilo decorati vo correspondiente al nu evo mat eri al, así como la apa -
mer proyecto de puente de piedra (¡ ha cuarenta años l) : se per cató pr onto alvisitar sus obra s de cuán impropio eran aquellas filigranas de labra y de siller ía aplantillada, en un riachuelo asturiano; aqu el nu estro primer pu ent e,aver gonzado sin duda de su abusiva vestidura, la oculta hoy ba jo el mugrequ e lo cubre.
Igual y justa penit encia su fr e el nu evo pu ent e de Orens e, en el qu e suautor nos rechazó muchas piedras de sillería porqu e se dijcrenc iaban ell S il
tonalidad, o blig ándonos ad emás a tallar molduras profusas y orn ame nto scon igua l perfección que si se tratara de una catedral (!).
(1) E n un he rmoso número ex t rao rdina r io de febrero de 1931, de la r evista Le 111 oniteur des /ravait.r Pub lics, exclusiva mente dedicado a la Estét icade los puentes, se recu erd a y se asi ent e con la opin ión que formuló el a utoral interveni r en la di scusión de aquel tema en el Cong reso de V iena. Conside-.ra opo r tuno el auto r re pro duci r la s ideas per sona les qu e allí ex puso y quese cons ignaron en el acta de la ses ión cor re spondiente, evide nc iando la evolución decorat iva de los pu en tes en el sig lo xx.
Só lo Litará el autor como eje mplos de esta evolución a lgunos de sus proyectos, qu e pod rá cri ticar con ent era libert ad, ya que siemp re nos imp onenmás respeto los trabaj os de nu est ros colegas, aun los más desacertad os, quelos pr opios, a los que pod emos, sin reparo a lguno, aplicar el escalpelo.
CAPÍ rur.o XII I. -DECORACIÓ:-;, 335
rició n de las grandes const rucciones met álicas, inició un est ilo decorativo del hier ro, vinculado en la Exposición de 1889 (1).
Pero no fué as í; la doci lidad del hormigón le permitió, por elcontra rio, amoldarse suces ivamente a la evolució n del a rte arquitectónico, cuyas tran sf ormaciones rad icales se han sens ibilizado en losúltimos treinta añ os.
E stamos en un período de gestación: artistas y const ruc to resperseguimos un nuevo esti lo, porque sentimos que las antiguas tradiciones artísticas son anac rónicas para los nuevos mater iales. Peroaunque no ha cristalizado aún el estilo propio del hormigón, vamosevolucionando en sus as pect os decorativos casi por sa ltos, aunqu een etapas sucesivas y rápidas. que consideramos característ icas yque pueden defini rse y catalogarse.
Imitación de la piedra-e-L a primera y na tural tendencia de losinge nieros cuando emplearon el hormigón en los puent es fu é la deimitar a la sillería.
La doci lidad del nuevo ma terial, que permite sin gran costerealizar los más comp licados despiezos y perfi les de la arquitecturaclásica, imp ulsó a los técnicos a reproducir los tipos de arcos, pilas yestr ibos que se ejec utaban con gruesos silla res, con estereotomíasy labras com plicadas; en ellos se reproducía n servi lmente los or namentos decorat ivos de los sig los XV III y X IX .
Aq uellos puent es y viad uctos fueron copias de los de sillerí a;en sus bóvedas, est ribos y pilas , en las impostas y pretiles, en losobeliscos y puertas se imitaron los aparejos de los puentes de piedra ;pero las piezas, en lugar de labra rse penosamente, se moldeabancon horntigón.
Para perfeccionar esta pueril fa lsificació n emp leamos en los pa ramentos de los sillares artificiales, morteros con arenas obtenidaspor trit urac ión mecáni ca de las piedras que se que rían imita r.
Podemos caracte rizar esta etapa con nu estro puent e de MaríaCr ist ina (figs. 384 y 385), cons truido en 1904 , que, aunque de hor migón armado, oculta vergon zosament e el materia l que lo cons titu ye : quisimos con un hormigón barato dar la sensac ión de un puente
( 1) V éase nuestra Confcr cnc ia "Evoluciones Construc tivas", Revis ta dcObras púb licas de 15 de febr ero de 1925.
336 SEG UNDA PAR'1'¡';.-OBRAS ESPECIALES
costoso, debilidad human a de apare ntar riq ueza. simbólica de aquella época de tran sición ent re los siglos XIX y XX.
Profusión ornamental.- Sobrevino pr onto la r eacción co ntraes ta ev ide n te depravación elel gus to .
Nos percatam os que era ridícu lo en pu entes de carácter perma-
Vigo 3~9.- Jl t1 e ll t e Victo ri a , en M a dr id.
nentc y público, en cuya conce pcion debe pr esid ir la ser ieda d, imitarma te riales innecesa rios y filigrana s a rquitec tónicas de temp los ypalacios.
Se prescindió entonces de simula r dovelaj es de bóvedas y t ímpan os y se buscó el efecto estético dejando el hormi gón a la vista ,
CAPÍTULO X III.-DI~CORACIÓN 337
pero ut ilizando su docilidad de moldeo para decorar los paramentosvistos con gran profusión orn amenta l.
Ya que nada costaban los perfiles y esculturas, se multiplicaronlas molduras y ar abescos.
A es ta época corresponde nuest ro proyecto del puent e de ReinaV icto ria en Madrid (1910), también de hormigón armado, pero ya contímpanos aligerados a la vista (fig. 399).
Fantasías modernistas.- Sobrevinieron entonces nuevas tend encias arquitectónicas , desterrando la clásica decoración, en pos de originales disposiciones.
No sólo se suprimían las imit aciones de mat erial, sino los tradiciona les ornamentos.
Eran menester nu evas formas y dibuj os, persi guiendo un A rteMo derno, que así se denominaba jactanciosamente.
Fig. 400.-Primer proyecto del puente de San Telmo (Sev illa) .
A esta etapa corresponde mi primer pr oyecto del puent e de SanT elmo en Sevi lla (fig. 400), en el que los arquitectos que me presta ron su va liosa colaborac ión en 1920, creye ron acertar con el gustoentonces dominante en aquella alegre reg ión española.
F elizmente, aunque aqu ella decoración fué aprobada, con elogiosde cuantos la informaron, pasaron algun os años antes de constru irel puent e, tiempo suficiente para que el modernismo quedara relegad oal olvido, sobrevini endo entonces la actu al evolución de la A rquitectu ra.
Sobriedad decorativa.- En efecto, la tenden cia de estos últi mos años, es la de per segu ir la sencillez de líneas y una ex tremada
22
338 SEGUNDA PARTE.-OBRAS ESPECIALES
sobriedad en la decoración; hasta hay quien preconi za suprimirlatota lme nte .
Cuando se nos ordenó la const rucción del citado puente de SanTelmo en Sevi lla, los mismos arquitectos autores de .aquellas decoraciones, que con ta nta comp lacencia presentamos en 1920, se opu-
Fi g. 401.-l'lIellte de San Telmo (más deta lles en el capítulo IV ).
sie ron a que las rea lizáramos, por encontrarlas impropias y t rasnochadas.
1VI odificaron entonces los alzados, suprimiendo impostas, pérgolas y obeliscos, ejecutá ndose el puente con la sencillez de la figura 401.
Sinceridad constructiva.- La hermosura de un puente debe sóloobtenerse por la silueta de sus fo rmas y por las proporciones de suselementos.
Sus parament os de hormi gón no deben oculta rse con pr ecari osenlucidos ni con grotescas imi tac iones; per o es aún más absurdo el
simular las [untas, puesto que la supresión de éstas constituye unade las grandes venta jas del nuevo mater ial.
Estamos en una era de sinceridad y discreción cons tr uct iva, que
C \PÍTCLO XIIl.-DBCORACIÓX 339
no es tá reñida 111 con la elegancia ni con la belleza de las obras, enlo que pueden y hasta m uchas veces deben interesa rse nues tros colegas los arquitectos.
§ 1V.-L A COLABORACION DE LOS ARQUITECTOS
An tiguamen te los constructores de edificios y puentes eran losg randes artistas esc ultores y pintores.
H oy la educación de los ingenier os, casi excl us ivamen te científica , nos impide disciplinamos en el es tud io del arte; antes, todoslos técni cos practi caban el dibuj o orname nta l y decorativo; hoy sólohay tiempo para aprender el dibuj o lineal.
Po r todo ello, sa lvo algunas eminencias enciclopédicas, pero muyex cepcionales, los ingenieros vulgares nos sentimos incapacitados paraproyectar bellas obras a rquitectón icas .
En general, el ing eni ero, qu e no ha pod ido educa rse artísti camente, no sabe decorar con gusto; podrá copiar molduras y decoraciones. pero no imaginar ornamen tos orig inales .
Debe, pues, recurrir a la colaboración de los arqu itec tos tan pr onto como la obra que proyecte ex ija cierta tendencia ar tís tica. sob o-e
•todo con esta evolució n decorativa. en qu e debe pr cscindirse de losantic uado s mod elos.
Pero as í como los ingeniero s calculan mucho y dib ujan poco.muchos arquitec tos croquisan con en vidiable soltu ra, aunque suelendespreciar la cient ífica estabilida d .
Acostumbrados a dej a rs e guiar por sus láp ices, per sigui end o labellez a en la fo rma , tienden a imagina r d isposici on es at revi das omonumentales. S iente n el arte, per o a veces ca recen del instinto mec ánico ; las est ructu ras qu e concibe n o i recen aspecto or igina l y hastabello, per o algunos prescinden de la resi st encia de materiales y aúnmás del presupuesto.
E l arqui tecto es ant e todo un artista ; el ing eniero. un científicoy un economista: son dos ment ali dades d i íc rentes : para obtener unaobra racional, se precisa armonizar ambas especialidades.
E l ingeniero tie ne , pues. que sujetar, que comprimir los entusias mos art ísticos de su colaborador el arquitecto, si éste se desbordara , limi tando su int erven ción a la puramente decorativa y ornarnen-
•
340
tal. Aun as í, se observan algunos excesos y desaciertos, por desequilibrarse la pond eración indispensable entre la T écnica que debedominar en los pu ent es y el A rte qu e ha de amolda rse a aqu élla , ' sinsumergir nunca las proporci ones de la estructura .
Sigamos, pues, todos la simpática evolución moderna hacia lasin ceridad, característica de esta época ; persigam os en nu estros proyect os la sencillez de disp osiciones y la sobriedad y discreción deornamentos, como se está consiguiendo en la indumentaria, en elarte y ha sta en la orato ria.