Post on 22-Jul-2015
Nelson A. Rojas Valenzuela.
Subculturas Juveniles:“Una aproximación al
Hip Hop y alStraight Edge en la
ciudad de Santiago”
INDICE
INTRODUCCION…………………………………………………………… 2
1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA………………………….. 5
2 PREGUNTAS DE INVESTIGACION……………………………. 13
3 OBJETIVOS DE INVESTIGACION……………………………… 14
4 HIPOTESIS………………………………………………………… 16
5 ESTRATEGIA METODOLOGICA……………………………….. 17
5.1 Tipo de Estudio…………………………………………… 17
5.2 Enfoque de Estudio……………………………………… 17
5.3 Temporalidad del Estudio………………………………. 18
5,4 Unidad de Análisis……………………………………….. 19
5,5 Técnicas de recolección de datos…………………….. 19
5,6 Plan de análisis…………………………………………… 20
6 VARIABLES DEL ESTUDIO…………………………………….. 21
PRIMERA PARTE: MARCO TEORICO………………………………… 22
CAPITULO I JOVENES, CONCEPTOS E IDENTIDADES EN LA ERAGLOBAL ………………………………………………………………
23
1.1 Globalización y Construcción de Identidades……… 23
1.2 La Juventud……………………………………………….. 28
1.3 La Mirada que se impone……………………………….. 30
CAPITULO II CULTURAS JUVENILES…………………………………. 36
2.1 La Cultura………………………………………………….. 36
2.2 Sub Culturas Juveniles…………………………………. 38
2.3 Tribus Urbanas…………………………………………… 43
2.4 El Hip Hop…………………………………………………. 46
2.5 El Straight Edge…………………………………………... 48
SEGUNDA PARTE: MARCO REFERENCIAL………………………….. 50
CAPITULO III, LOS JOVENES MIRADOS DESDE EL ESTADO…… 51
3.1 Breve Reseña de políticas públicas y jóvenes……… 51
3.2 Estrategia del Instituto Nacional de la Juventud…… 54
TERCERA PARTE: ANALISIS DE DATOS…………………………….. 66
CAPITULO IV, DEL BRONX AL PASAJE BOMBERO OSSA……….. 67
4.1 Orígenes y evolución del Hip Hop en Santiago…….. 67
4.2 El panorama actual……………………………………… 75
4.3 Elementos culturales distintivos……………………… 76
4.4 Sobre la participación en el Hip Hop…………………. 78
4,5 Radiografía a un Hip Hopero…………………………… 85
4,6 Principios valóricos del Hip Hop……………………… 88
CAPITULO V, (NI) SEXO, (NI) DROGAS Y ROCK & ROLL……….. 91
5.1 Orígenes y evolución del Straight Edge en Santiago 91
5.2 Elementos culturales del Straight Edge……………… 95
5.3 La Participación en el Straight Edge…………………. 96
5.4 Radiografía a un chico Straight……………………….. 97
5.5 Principios Valóricos del Straight Edge………………. 101
CONCLUSIONES…………………………………………………………... 103
HALLAZGOS DE LA INVESTIGACION…………………………………. 110
APORTES DEL TRABAJO SOCIAL…………………………………….. 113
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………... 117
ANEXOS……………………………………………………………………… 124
INTRODUCCIÓN
Este estudio tiene por objeto generar conocimiento respecto del fenómeno
de las “Sub culturas juveniles”, y en particular, sobre dos grupos que de manera e
intensidades diferentes han influido en el cambio de la fisonomía del paisaje
social no sólo en nuestro país, sino también en la mayor parte de las ciudades del
mundo.
El primero de estos grupos, -el Hip Hop -, hoy expandido en ciudades de
Asia, Europa y Latinoamerica, es quizás uno de los movimientos culturales con el
mayor número de seguidores en el mundo. De origen popular y contestatario, no
ha conocido fronteras idiomáticas, religiosas ni territoriales. Los jóvenes chilenos
no han quedado ajenos a este fenómeno, y ya desde hace 20 años han ido
conformando un interesante entramado cultural que se evidencia en paredes,
radios, vestimentas y un particular modo de narrar sus vivencias cotidianas. El
Hip Hop se ha convertido en referencia y refugio de una gran parte de los jóvenes
de nuestras ciudades.
Por otra parte el “Straight Edge”, se presenta como una de las tribus
urbanas más extrañas y desconocidas tanto para el mundo adulto como para
quienes se interesan en la dinámica y plural realidad juvenil de la ciudad de
Santiago. Con raíces tanto en el Punk como en el Hare Krishna, ha captado la
atención de un importante número de jóvenes, quienes bajo la consigna de la
“liberación humana y animal”, han dejado atrás el consumo de todo tipo de
drogas, así como prácticas sexuales promiscuas y en ciertos grupos la oposición
al consumo de alimentos de origen animal. Sin dudas, una versión bastante post
moderna del clásico “Sexo, Drogas y Rock & Roll” con que históricamente se ha
pretendido vincular a la juventud.
Es así como el estudio de estos dos grupos que en apariencia abrazan
valores, creencias y modos tan distintos compartiendo un mismo territorio y
espacio, pretende aproximarnos al origen y desarrollo de cada uno, así como a
las características socioculturales de quienes las integran, enfocándose en el
rescate de las singularidades y representaciones del espacio que habitan,
evidenciando aquellos elementos que configuran sus particulares identidades.
Frente al heterogéneo escenario que presentan los mundos juveniles y la
necesidad de precisión en el análisis, es fundamental asumir el desafío de
reconocer la complejidad y desplegar las capacidades para precisar y relevar
aquellos aspectos trascendentales para la comprensión del fenómeno. En este
sentido el sociólogo Claudio Duarte (2004), llama a considerar como pistas
metodológicas, el ejercicio de miradas caleidoscópicas, dejando de lado el
telescopio y aquellas miradas que desde la lejanía institucional fijan imágenes,
congelan, seccionan, y hacen de la observación una actividad fría, negando de
humanidad el ejercicio de conocer. Señalando entre otras pistas la vinculación
directa e intima con el mundo juvenil múltiple y plural, como una de las
condiciones para la generación de conocimientos comprensivos, la consideración
de los contextos específicos y globales, así como la necesaria historización de las
experiencias juveniles. Son pistas que sin duda, agradecerán quienes intervienen
desde distintas plataformas la pluralidad de mundos juveniles y que por cierto,
han sido recogidas y aplicadas en el desarrollo de este estudio
En función de lo anterior, es desde el Trabajo Social, disciplina privilegiada
dado que la cotidianidad de su práctica requiere de una vinculación estrecha con
el territorio y los grupos que lo habitan, que este estudio intenta dar cumplimiento
a la producción de conocimientos y orientaciones para la intervención y
generación de metodologías flexibles e innovadoras que incorporen las
condiciones particulares y códigos culturales de los sujetos de intervención,
visualizando en éstos su potencialidad como actores trascendentales en la
transformación de la realidad social que los envuelve.
Por su parte, la estructura del documento, se inicia con el planteamiento
del problema y la estrategia metodológica, lo que pretende delimitar y precisar el
objeto de estudio. Posteriormente encontramos tres partes, las cuales se dividen
en capítulos que ordenan la información a desarrollar, dando una mayor claridad
a los contenidos abordados.
La primera parte, contempla el marco teórico y en él, dos capítulos:
Jóvenes, Conceptos e Identidades en la era global; y Culturas Juveniles. Cada
uno de estos capítulos contiene apartados que dan coherencia, sentido y
continuidad a la materia.
A continuación, se examinan elementos que permitirán contextualizar el
abordaje de los jóvenes, por medio de una descripción de las políticas en materia
de juventud, la mirada y acciones desde el Estado.
Posteriormente, en la tercera parte se presenta en dos capítulos el análisis
cualitativo de los resultados, los cuales llevan por nombre: “Del Bronx a Bombero
Ossa: el Hip Hop en Santiago de Chile” y “(Ni) Sexo, (Ni) Drogas y Rock & Roll: el
Straight Edge en Santiago de Chile”. Por último se informa sobre las conclusiones
del estudio, los principales hallazgos y los aportes de esta investigación al
Trabajo Social.
Para finalizar, es necesario señalar que el estudio se plantea desde una
concepción dialéctica del quehacer profesional del Trabajo Social, aspirando a
otorgar una mirada desde una disciplina en constante vinculación con las
problemáticas sociales que afectan los mundos juveniles, por lo que el trabajo
plasmado en estas páginas y el conocimiento que de aquí se genere, está
orientado fundamentalmente hacia un fin práctico y la apertura de nuevas
interrogantes en el área de las realidades juveniles.
1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
En Chile, el 2011 fue un año caracterizado por un impresionante fenómeno
de despertar ciudadano. Fueron miles las personas que a lo largo del país
participaron activamente en el ejercicio de sus derechos mediante demandas y
exigencias orientadas hacia temas medioambientales, económicos, de derechos
civiles y mejoras del sistema educativo. Es en este último tema en donde destaca
el activo y preponderante rol asumido por grupos de sujetos jóvenes, quienes
fueron capaces de movilizar, liderar, negociar y asumir la conducción de un
movimiento que ocupó gran parte de la agenda pública y noticiosa del país.
Por su parte, los medios de comunicación parecieron haber descubierto
una nueva forma de ser joven, acentuando la curiosidad pública que buscaba
conocer en detalle las particularidades, características, gustos y opiniones de
dirigentes y líderes de este movimiento. Tampoco escasearon los intentos de
análisis de esta nueva “fuerza viva”, definiendo perfiles, características, tipos y un
sinnúmero de categorías que aumentaba en función del interés ciudadano (Diario
La Tercera, 2011). A modo de ejemplo, muy interesante resulta la caricaturesca
descripción del “joven encapuchado” que realizó un general de carabineros, así
como la invitación que realizaba un programa de reportajes para que sus
televidentes conocieran “los tres tipos de jóvenes encapuchados” que pueden
encontrarse en una marcha.
De esta manera, los jóvenes aparecen como protagonistas de una
sociedad que enfrentada a la confusión asigna diversas categorizaciones y
valoraciones a lo juvenil, trasladando hacia éstos tanto la esperanza de un
cambio (los jóvenes como el futuro del país: “los jóvenes voluntarios”, “los
estudiantes”, “los jóvenes emprendedores”), como la amenaza misma de las
estructuras del orden social (los jóvenes como fuente de peligro: “los
encapuchados”, “los flaites”, “los jóvenes en riesgo social”).
Es necesario vislumbrar cuales son los verdaderos sentidos e implicancias
de este emergente protagonismo, más aún cuando pareciera contradecirse con
las posibilidades reales de incidencia y participación en los espacios de toma de
decisión política y transformación, que suponen algo más allá de una
superficialidad estética y la curiosidad por conocer estilos de vida excéntricos y
espectaculares a ojos del mundo adulto.
Lo juvenil se ha problematizado a partir de la asignación de diversos
rótulos (Molina, 2000): El joven delincuente; el embarazo adolescente; el joven
drogadicto; el joven de esquina, etc. Con ello claramente se corre el riesgo de
parcializar y nublar la mirada en el análisis acerca de cuales han sido los
avances, retrocesos y desafíos que nos quedan en conjunto como sociedad, y en
particular sobre como integramos desde la comprensión, a los diversos grupos
que la componen.
Desde los estudios sociales, la discusión ha estado centrada en definir lo
juvenil, considerando muchas veces a priori una generalización que dista
kilómetros de las complejas particularidades de la realidad y las formas de ser
joven actualmente. En este sentido, lo vertiginoso de las dinámicas sociales y
culturales ha afectado la realización de estudios que aborden en detalle a grupos,
movimientos o colectivos juveniles específicos (Reguillo, 2000). Es importante
entonces comprender y rescatar las formas de relación que se establecen entre
hombres y mujeres jóvenes de determinados grupos, y que casi de manera
invisible, van incidiendo notablemente en la construcción de nuevas maneras de
hacer comunidad.
Desde la política pública, la problematización mencionada se evidencia
entre otros aspectos, en la existencia de un reciente marco penal regulatorio para
aquellas personas entre 14 y 18 años de edad (ley 20.084, sobre
Responsabilidad Penal Juvenil), y como efecto de ello, la implementación de una
institucionalidad con una considerable batería de programas y proyectos de
prevención, reparación e intervención social a nivel nacional.
Mas allá de las opiniones y desacuerdos que este nuevo ordenamiento
legal genera, cabe preguntarse ¿existe suficiente material (preparación,
conocimiento) en los equipos profesionales sobre las particularidades de los
diversos mundos juveniles, en función de optimizar y hacer más eficiente la
intervención? La respuesta es claramente deducible, y es quizás también una de
las motivaciones de este estudio.
En términos de la dimensión de “lo juvenil”, podemos señalar que la
población chilena se encuentra en un proceso de envejecimiento que hace que la
población joven constituya una proporción decreciente dentro de la población
total del país.
De acuerdo a estimaciones del INE (2005), las personas entre 15 – 29
años han caído desde un 28% a principios de los noventa, a un 24% en el 2005,
que equivale a cerca de 4 millones de personas. Se estima que hacia el año 2020
la juventud representará sólo el 22% de la población.
En función de una mirada amplia del fenómeno, a continuación se entrega
una serie de datos sintetizados en cuadros y porcentajes, con el objeto de
obtener un acercamiento a las características demográficas y de participación
ciudadana de los jóvenes en Chile y principalmente en la ciudad de Santiago.
Cuadro N°1Evolución del peso de la juventud sobre la población 2005.
Año 1990 % 2005 % 2020 %
15 – 19
años
1.235.643 9 % 1.463.158 9 % 1.236.847 7 %
20 – 24
años
1.237.943 9 % 1.322.128 8 % 1.326.425 7 %
25 – 29
años
1.268.512 10 % 1.171.107 7 % 1.483.179 8 %
total 15 –29 años
3.742.098 28 % 3.956.393 24 % 4.046.451 22 %
Poblacióntotal
13.178.782 100 % 16.267.278 100 % 18.549.095 100 %
Fuente: Estimaciones y proyecciones de la población chilena, INE, 2005.
Como se consigna en el cuadro anterior, el año 2002 registró un total de
3.674.239 jóvenes de 15 - 29 años de los cuales 1.850.682 eran hombres y
1.823.557 mujeres, siendo los de 15 años el grupo más numeroso.
La población total de jóvenes de la Región Metropolitana (15 a 29 años de
edad), alcanza a 1.499.084, lo que representa un 24,7% de la población total de
la región. La distribución por sexo es la siguiente: un 49,8 % corresponden a
hombres y 50,2 % a mujeres.
Cuadro N°2Población joven Región Metropolitana según sexo, año 2002.
Sexo Habitantes %
Hombres 748.305 49,8 %
Mujeres 750.779 50,2 %
Total 1.499.084 100 %
Total población Región Metropolitana 6.061. 185
Fuente: Censo 2002, INE.
En términos regionales la juventud se distribuye en el territorio nacional de
acuerdo a los patrones generales de la población concentrándose en: Región
Metropolitana de Santiago (41%), Región del Bío- Bío (12%) y la Región de
Valparaíso (10%).
De acuerdo a su distribución territorial, en la Región Metropolitana
1.453.913 jóvenes se encuentran en la zona urbana y 45.171 en la rural. En el
área urbana 723.833 corresponden a hombres y 730.080 a mujeres. En zonas
rurales encontramos a 24.472 hombres y 24.472 corresponden a mujeres.
En lo relativo a participación política, siguiendo una tendencia
característica de Iberoamérica, la juventud chilena es cada vez más reticente a
utilizar el voto como forma de participación en el sistema político. Al analizar la
evolución del padrón electoral juvenil, es decir, el número de jóvenes inscritos en
el Servicio Electoral para cada elección, desde fines de la década de los ochenta
hasta el año 2004, se advierte una dramática caída en el número de jóvenes
mayores de 18 años que participan en los comicios electorales.
De acuerdo a estudios sobre participación juvenil desarrollados por el
INJUV (2006), el porcentaje de jóvenes (mayores de 18 años) inscritos para votar
cae desde un 58% a un 27% entre los años 1997 y 2003, es decir, más de 2
millones de jóvenes con derecho a voto están fuera de los registros electorales,
situación que de acuerdo al reciente marco regulatorio que plantea la
participación electoral mediante el sistema de “Voto voluntario”, generará
interesantes resultados y transformaciones en este sentido.
La baja inscripción electoral es transversal en la población joven, no
obstante, el nivel de inscripción es relativamente mayor en aquellos jóvenes que
provienen de hogares en que el sostenedor tiene más educación, es decir, se
trata de jóvenes suficientemente educados para saber que el acto de votar
entrega a cada ciudadano un poder de influencia social insustituible, por lo tanto,
la caída en la participación electoral juvenil va acompañada de un proceso de
elitización.
En relación a la situación socioeconómica de los jóvenes, los antecedentes
demuestran que la expansión de la economía en combinación con un conjunto de
políticas sociales, permitió que durante la década de los 90 el país experimentara
un drástico descenso en los niveles de población bajo la línea de la pobreza.
Entre los años 1990 y 2003 la proporción de jóvenes en esta condición bajó
desde un 38% a un 19%. Con respecto a la situación de pobreza de los jóvenes
de la región metropolitana, 64.905 se encuentran situación de indigencia; 179.034
son pobres no indigentes; y 1.255.036 son No pobres.
Gráfico N° 1Situación de pobreza jóvenes región metropolitana, 2000.
Fuente: Casen 2000, MIDEPLAN.
En lo relativo a la participación social, de acuerdo a los resultados de la IV
Encuesta Nacional de Juventud (INJUV, 2003) casi la mitad de los jóvenes de la
región metropolitana declara participar en algún tipo de organización social como
clubes deportivos, organizaciones religiosas, grupos virtuales o de chat, grupos
de juego o hobbie, grupos culturales, grupos artísticos, grupos de voluntariado,
grupos de scouts o partidos políticos.
En este complejo entramado de mundos, orgánicas y culturas juveniles,
surgen el “Hip Hop” y el “Straight Edge”, dos movimientos cuyo origen se remonta
a principios de los 80, y que hoy producto de un proceso de globalización y
transculturación, se han expandido con diferentes intensidades en diversos
territorios de la ciudad de Santiago.
Al recorrer la ciudad o en la observación de grupos de jóvenes, resulta
evidente la masificación y penetración cultural alcanzada por el Hip Hop, dando
cuenta de esto los cientos de graffitis y por sobre todo, la expansión de un tipo de
estética propia de la juventud latinoamericana y afrodescendiente de Nueva York,
precursores en los orígenes de este estilo. El Hip Hop en los sectores periférico
populares, ha encontrado un nicho de crecimiento y transformación siendo
adaptado y “Chilenizado” por sus seguidores, quienes lo han incorporado como
un elemento más en la construcción de la identidad cultural y folklore urbano.
El “Straight Edge” por su parte, representa un estilo de ser joven que no
alcanza la masividad del Hip Hop, pero que se vuelve interesante en cuanto a la
radicalidad y originalidad de su propuesta, la que alcanza un interesante
contrapunto frente a la percepción que desde una óptica “adultocéntrica” (Duarte,
2001), supone una conexión intrínseca entre jóvenes, rock y conductas
antisociales.
La relevancia del estudio de jóvenes Hip Hop y Straigh Edge así como de
otros grupos, radica en la importancia de rescatar y reconocer los aportes que
estos grupos realizan a la comunidad, tanto en materia de producción y consumo
cultural, como también en las transformaciones de las dinámicas propias de cada
territorio en que transitan y se desenvuelven (Molina, 2000). Por ello el
acercamiento, estudio y comprensión de estas manifestaciones y quienes las
desarrollan, se vuelve tarea necesaria y primordial al momento de diseñar
estrategias de diagnóstico e intervención.
A partir de todo lo descrito con antelación, este estudio se plantea las
siguientes interrogantes:
2 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
¿Cómo ha sido el proceso histórico y los elementos representativos de la
identidad cultural de los movimientos Hip Hop y Straight Edge de la ciudad de
Santiago?
¿Cuál es el perfil sociocultural de los jóvenes que participan en los movimientos
Hip Hop y Straight Edge de la ciudad de Santiago?
¿Existe relación entre el perfil sociocultural de los jóvenes y su adscripción a los
movimientos Hip Hop y Straight Edge?
¿Qué motivaciones tienen los jóvenes para participar de los movimientos Hip
Hop y Straight Edge?
3 OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN
OBJETIVO GENERAL 1.
3.1 Describir el proceso histórico y los elementos representativos de la identidad
cultural de los movimientos Hip Hop y Straight Edge de la ciudad de Santiago.
OBJETIVOS ESPECIFICOS.
3.1.1 Identificar los orígenes, el contexto en que surgen y el desarrollo histórico
de los movimientos Hip Hop y Straight Edge en la ciudad de Santiago.
3.1.2 Identificar los elementos culturales identitarios de los movimientos Hip Hop
y Straight Edge de la ciudad de Santiago.
3.1.3 Identificar semejanzas y diferencias entre los movimientos Hip Hop y
Straight Edge de la ciudad de Santiago.
OBJETIVO GENERAL 2.
3.2 Describir el perfil sociocultural de los jóvenes que participan en los
movimientos Hip Hop y Straight Edge de la ciudad de Santiago.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
3.2.1 Caracterizar el perfil socioeconómico de los integrantes en los movimientos
Hip Hop y Straight Edge de la ciudad de Santiago.
3.2.2 Identificar la relación que existe entre el perfil sociocultural de los jóvenes y
su adscripción a los movimientos Hip Hop y Straight Edge.
3.2.3 Determinar las motivaciones de los jóvenes para participar de los
movimientos Hip Hop y Straight Edge.
4 HIPÓTESIS
4.1 El surgimiento del Hip Hop y el Straight Edge en la ciudad de Santiago, es
consecuencia de que Chile, en la década de los años ochenta, se encontraba en
un contexto político y social, en donde una gran parte de los jóvenes urbanos
carecían de espacios reales de participación y expresión, existiendo la necesidad
de generar una identidad cultural propia.
4.2 El perfil sociocultural de los jóvenes participantes de las culturas Hip Hop y
Straight Edge está diferenciado y determinado por el poder económico adquisitivo
familiar y el nivel educacional, por cuanto la obtención de información para
participar activamente del Straight Edge, requiere acceso a tecnologías de
información como Internet y a un relativo manejo del idioma ingles.
5 ESTRATÉGICA METODOLÓGICA
5.1 Tipo de estudio
Esta es una investigación que tiene una alcance descriptivo, puesto que,
“éstas buscan especificar las propiedades, las características y los perfiles
importantes de personas, grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que se
someta a un análisis” (Danhke, 1989, p.48). En el caso de este estudio, lo que se
buscó fue, en un primer momento, describir el proceso histórico y los elementos
representativos de la identidad cultural de los movimientos Hip Hop y Straight
Edge de la ciudad de Santiago, lo cual se realizó mediante la Identificación de
los orígenes, el contexto (político, social y económico) y el desarrollo histórico de
estos movimientos, de sus elementos culturales identitarios y de las semejanzas
y diferencias entre los mismos.
En segunda instancia, se recogió información referida al perfil
sociocultural, de los jóvenes que participan en los movimientos Hip Hop y Straight
Edge de la ciudad de Santiago. Lo anterior se realizó, a través de la
caracterización del perfil socioeconómico de estos jóvenes, de la identificación de
la relación existente entre el perfil sociocultural de los mismos y su adscripción a
estos movimientos, y de las motivaciones que los conducen a participar de los
mismos.
5.2 Enfoque del estudio
El enfoque utilizado en este estudio es cualitativo, que según Hernández,
Fernández, Baptista (1991), se basa en un esquema inductivo, expansivo y por lo
común, no busca generar preguntas de investigación de antemano, ni probar
hipótesis preconcebidas, sino que éstas surgen durante el desarrollo del estudio.
La información recopilada no tiene una medición numérica, ya que se
utilizan descripciones y observaciones, ni tampoco tiene como finalidad
generalizar los resultados de su investigación; no lleva a cabo análisis estadístico,
y su método de análisis es interpretativo, contextual y etnográfico. Por lo que el
propósito de una investigación cualitativa consiste, más bien, en capturar
experiencias en el lenguaje de los propios individuos y “reconstruir” la realidad
(ibid).
Considerando las definiciones antes mencionadas y el propósito de una
investigación cualitativa, este estudio consideró pertinente que los datos
recogidos fueran tratados mediante este enfoque. Lo cual se logró a través de la
captura de información, desde el lenguaje de informantes clave y de los jóvenes
que participan en movimientos Hip Hop y Straight Edge.
Dicha información, da cuenta, tanto del proceso y sus elementos
constitutivos, en que los movimientos mencionados, se han dado en la ciudad de
Santiago; como del perfil sociocultural de los jóvenes que participan en estos
movimientos. Por lo que, a partir de estos datos recogidos empíricamente, se
obtuvo la reconstrucción de esta realidad desde los propios sujetos.
5.3 Temporalidad del estudio
Este diseño de investigación es de tipo transeccional, ya que, “se realizan
observaciones en un momento único en el tiempo”. (Hernández, et. Al. 1991), que
se localiza o sitúa entre enero y noviembre del año 2010.
5.4 Unidad de Análisis
Sujeto joven, entre 15 y 29 años, habitante de la ciudad de Santiago
que se identifique como parte del movimiento Hip Hop o Straight Edge.
5.4.1 Universo y muestra
Dado que el número de jóvenes participantes del movimiento Hip Hop y
Straight Edge es indeterminado, se considera como Universo y Muestra un grupo
de 22 informantes claves que cumplen con las siguientes características: de
ambos sexos, habitantes de la ciudad de Santiago, cuyas edades fluctúan entre
15 y 29 años de edad, participantes de las actividades del movimiento Hip Hop y
Straight Edge. De estos 22 jóvenes, 11 son participantes del movimiento Hip Hop
y 11 del movimiento Straight Edge.
5.5 Técnicas de recolección de datos
Entrevista semi estructurada
Para aplicar esta técnica de recolección de datos, se elaboró una pauta de
preguntas, basadas en las dimensiones de los objetivos generales del estudio,
las cuales son, en el caso del primer objetivo: orígenes, contexto, desarrollo
histórico, elementos culturales y semejanzas y diferencias entre los movimientos
antes citados; y para el segundo objetivo, esta pauta estuvo referida a las
dimensiones: perfil socioeconómico, relación entre perfil sociocultural y
adscripción dichos movimientos y las motivaciones conducentes a participar de
los mismos. Con esta información recabada, a través de esta entrevista, se logró
dar respuesta a las preguntas de investigación que fueron las que guiaron este
estudio.
5.6 Plan de análisis
El proceso de análisis de los datos cualitativos, obtenidos mediante las
entrevistas realizadas a informantes clave y a los jóvenes que participan en los
movimientos Hip Hop y Straight Edge, se realizó a través del siguiente esquema
de orden lógico.
1. Transcripción de la totalidad de los datos, obtenidos en las entrevistas, ya
que de esta forma evitamos la pérdida de información valiosa.
2. Revisión del material existente, y clasificación de éste por ejes de interés.
3. Codificación y agrupación de los datos según categorías, temas y posibles
vinculaciones entre si.
4. Interpretación de los datos, se debe puntualizar que se desarrolló
mediante:
Las descripciones de cada categoría: esto implica ofrecer una
explicación completa de cada categoría y ubicarla en relación al
fenómeno que estudiamos.
Los significados de cada categoría: ello quiere decir, analizar el
significado de la categoría para los sujetos.
La presencia de cada categoría: esto es la frecuencia con la cual
aparece en los materiales analizados.
Las relaciones entre categorías: esto es encontrar vinculaciones,
nexos y asociaciones entre categorías.
5. Análisis de datos: mediante el análisis de contenido, el cual estudia
sistemáticamente, tanto el discurso escrito y hablado como una forma del uso de
la lengua, como evento de comunicación y como interacción, en sus contextos
cognitivos, sociales, políticos, históricos y culturales.
6 Variables del estudioLas variables del presente estudio son:
Proceso histórico y elementos representativos de la identidad
cultural del Hip Hop y Straight Edge
Perfil sociocultural de los jóvenes que participan en los movimientos
Hip Hop y Straight Edge
I PARTEMARCO TEÓRICO
CAPÍTULO I
LOS JOVENES, CONCEPTOS E IDENTIDADES EN LA ERA GLOBAL.
El presente capitulo, busca dar cuenta de las conceptualizaciones que se
han realizado sobre lo que hoy entendemos como “jóvenes”, contextualizando su
entendimiento desde la construcción de identidades en el proceso de
globalización.
1.1 Globalización y construcción de identidades
La globalización es un proceso histórico resultado de la innovación
humana y el progreso tecnológico, refiriéndose a la creciente integración de las
economías del mundo, especialmente a través del comercio, los flujos financieros
y asociado a diversos efectos y procesos culturales. El uso de este término se
usa desde la década de los 80, es decir, desde que los adelantos tecnológicos
han facilitado y acelerado las transacciones internacionales comerciales,
financieras y culturales. Este término es visto desde dos posiciones antagónicas,
algunos consideran que es un proceso beneficioso – clave para el desarrollo
económico del mundo - mientras otros la ven con hostilidad debido a que
consideran que suscita una mayor desigualdad tanto “dentro” de los países como
“entre” ellos. Zygmunt Bauman señala que:
“La globalización divide en la misma medida que une: las causas
de la división son las mismas que promueven la uniformidad del
globo. Juntamente con las finanzas, el comercio, y el flujo de
información, se pone en marcha un proceso localizador de fijación
del espacio” (Bauman, 1999, p.2).
A lo anterior agrega que los procesos globalizadores implican
necesariamente la progresión de una marginación, separación y segregación de
los sectores ajenos a la “elites”, siendo estas mas globales y extraterritoriales,
aumentando la brecha entre “Globalizados” y “Localizados” (ibid). Éste fenómeno
cuenta con dos dimensiones principales como son lo económico y lo cultural. En
cuanto, a la dimensión económica, la globalización atraviesa los Estados
nacionales y es vista como un modelo de producción desterritorializado. La
relación entre Estados prácticamente se ve limitada de manera exclusiva a la
economía, desplazando su centro de interés desde el mercado local, hacia el
mercado internacional (Giddens, 1990). En función de ello, Garcia Canclini
menciona que la globalización presenta ciertas paradojas:
“…al mismo tiempo que se concibe como expansión de los
mercados y por tanto de la potencialidad económica de las
sociedades, la globalización estrecha la capacidad de acción de los
Estados nacionales, los partidos, los sindicatos y en general los
actores políticos clásicos. Produce mayor intercambio trasnacional
y deja tambaleando las certezas que daba pertenecer a una nación”(García Canclini, 1999, p. 21).
Por otra parte el autor mexicano Juan Pablo Zebadua (2008), se refiere a
que el proceso de globalización económico que con énfasis promueven
importantes centros financieros es altamente injusto, por cuanto “se intenta
supeditar el rol del Estado a los condicionamientos del mercado neoliberal, lo que
no hace otra cosa que situar las historias sociales locales como discursos
obsoletos” (Zebadua, 2008, p.48 ), es decir, invisibilizándolos en la medida que
son manipulados por ingenierías bursátiles de grandes capitales mundiales,
disolviendo las identidades colectivas en los mercados y las redes globalizadas.
En su dimensión cultural, surgen como respuesta a esta tendencia des-
territorializadora “contra tendencias” a la globalización, como la afirmación de
identidades de tipo comunitarias que se resisten a lo que Ulrich Beck (2008),
denomina como la “paulatina universalización cultural”, en el sentido de
unificación de modos de vida, símbolos culturales y modos de conducta
trasnacionales. La imagen de un joven fumando un Lucky Strike, vestido con un
buzo Adidas y unos lentes Ray-Ban es muy posible encontrarla con relativa
facilidad tanto en Japón como en México, así mismo, el Hip Hop ha pasado a ser
parte del folklore urbano en Santiago como en cualquier ciudad del mundo.
Movimientos ambientalistas, indigenistas, de derechos humanos y muchos
otros emergentes y alternativos que se plantean críticamente frente a la
globalización, presentan particularmente una amplia base de apoyo y adhesión
entre los jóvenes, quienes forman parte de una generación marcada por un
período de ausentismo de posiciones políticas y participación social, lo que ha
llevado a que muchos de estos movimientos se visualicen como una oportunidad
para lograr que parte de los jóvenes se organice, manifieste y asuma posiciones
visibles y en algunos casos de liderazgo y real incidencia en el panorama
nacional. Ejemplo de ello es el protagonismo e impacto que durante el 2011 tuvo
el Movimiento de estudiantes chilenos, capaces de dirigir con audacia las
demandas por transformaciones políticas estructurales en función del
mejoramiento de la educación en el país.
No fue difícil observar durante las manifestaciones estudiantiles que en
muchos de los discursos, gritos y eslóganes de los estudiantes, planteamientos
críticos y de oposición frente a la hegemonía global del capital, incluso aquellos
ataques en contra de sucursales de bancos y comida rápida (Santander, Mc
Donalds, etc.) que representan al menos en lo simbólico la expansión de
capitales en su máxima expresión, son claros ejemplos de la evidencia de
posiciones antagónicas y de resistencia a la hegemonía tanto económica como
cultural hacia la que pareciera avanzar la globalización.
Sin dudas, este fenómeno se manifiesta dialéctico por cuanto ha generado
más allá de nuevos discursos, también nuevos lenguajes y estrategias de
“sobrevivencia”. Son entonces estos discursos juveniles, los que emergen desde
una perspectiva diferente, constituyéndose como narraciones de lo local frente al
discurso global que si bien los incorpora, lo hace desde posiciones verticales y
adormecedoras, tendientes a “la integración social” por medio de mecanismo
financieros de consumo económico.
En definitiva, el contexto de un modelo de desarrollo post industrial trae
asociada la instalación de la globalización, lo cual inaugura un nuevo tipo de
sociedad. Es así como estas sociedades “globalizadas”, se definen tanto por el
consumo y la comunicación de masas, la movilización social y las migraciones,
por la diversidad de costumbres y la defensa del medio ambiente, como por la
producción industrializada, surgiendo a partir de un contexto histórico
determinado por la industrialización posterior y el acelerado nacimiento de nuevas
tecnologías.
Importante es acentuar que el período de post industrialización ha traído
consigo el surgimiento de la Metrópolis, consolidando a la ciudad como el espacio
por excelencia de la producción cultural (aún cuando esta observación solo sería
aplicable en una gran parte de occidente, que es la que en esta investigación nos
incumbe). En este sentido las culturas juveniles cobran relevancia pues se han
visto históricamente como un fenómeno especialmente urbano, específicamente
metropolitano. Feixa (1999) plantea que éstas se han asociado principalmente a
la identidad cultural de la segunda generación de emigrantes a zonas urbanas de
Europa y Norteamérica, dado que estos jóvenes no pueden identificarse con la
cultura de sus padres, de cierta forma intentan construir una cultura propia
mediante expresiones culturales interpretables como una “reinvención” de la
identidad étnica.
En concordancia con esto, se plantea que la construcción de identidades
está determinado por las grandes transformaciones sociales que tienden a
desarraigar identidades culturales ampliamente compartidas, alternando las
categorías en términos de las cuales los sujetos construyen su identidad. En este
sentido, la identidad nacional ha sido especialmente afectada, debido a la erosión
en la autonomía del Estado nación (Giddens, 1990).
Así tenemos que como efecto de la globalización, lo cultural tiene hoy en
día un papel protagónico en todas las esferas de la vida, pudiendo aventurarse la
afirmación de que lo cultural se ha constituido en un espacio al que se han
subordinado las demás esferas constitutivas de las identidades juveniles.
Es en el ámbito de los significados, los bienes y productos culturales
donde el sujeto juvenil adquiere sus distintas especificidades y sobre todo donde
despliega su visibilidad como actor situado socialmente con esquemas de
representación que configuran campos de acción diferenciados. Así mismo es en
el espacio de las expresiones culturales donde los jóvenes se vuelven visibles
como actores sociales (ibid). Dado esto, no puede entenderse la globalización
meramente como un proceso exclusivamente económico, sino, como se ha
presentado en la última década, es un fenómeno mucho más complejo que cubre
una amplia gama de dimensiones tanto sociales como culturales, siendo en esta
última dimensión donde se presenta la influencia más determinante en los
procesos de identificación tanto individual como en la identidad colectiva, tal
como lo demuestra el surgimiento de las sub culturas juveniles.
Esta influencia de la dimensión cultural en la identidad, esta mediada
básicamente por la mediatización de la cultura moderna, mediatización que
consiste en el gravitante rol de los medios de comunicación en la forma como
moldean, por un lado, la manera como las formas culturales son producidas,
transmitidas y recibidas en las sociedades modernas, y por otro los modos como
las personas experimentan los eventos y acciones que ocurren en contextos
espacial y temporalmente remotos (Beck, 2008).
1.2 La Juventud.
Desde la segunda mitad del siglo XX, y con el desarrollo del estudio de las
sociedades, comienzan a manifestarse diversas corrientes de pensamiento que
cuestionan la supuesta base natural de conceptos que categorizan a los sujetos
en función de cuestiones biológicas, entre los que se incluyen el género, la etnia,
la juventud y otras. Esta crítica alude principalmente a que la construcción de
estas nociones no considera los condicionamientos históricos, estructurales,
políticos, económicos y culturales en que estas categorías surgen (Alpizar y
Bernal, 2003). Estas miradas aportarán de manera significativa al surgimiento de
una corriente que entenderá la Juventud como una construcción social, lo que
pone al individuo como sujeto de transformación capacitado para construir los
conceptos que se tenga sobre él.
La juventud entendida como categoría etárea, es una categoría que ha
sido construida socialmente y encuentra su sentido en un espacio cultural
determinado. Walter Grob señala:
” (la juventud) no es una fase natural del desarrollo humano, sino
una forma de comportamiento social que debe ser vista ante todo
como un resultado de la cultura occidental y, consiguientemente,
de la formación de la sociedad industrial moderna” (Grob, 1998,p.56).
En este sentido, el concepto joven, es una construcción moderna que tiene
su origen solo a partir de la primera industrialización del siglo pasado.
La categoría joven de acuerdo al planteamiento de la sociedad occidental
contemporánea enfatiza que los jóvenes en cuanto sujeto social constituyen un
universo social altamente cambiante y discontinuo. Desde la institucionalidad, ha
primado la categorización demográfica del grupo de los jóvenes. Naciones Unidas
establece el límite de la edad de la juventud en 24 años de edad, en cambio en
Chile, se ha establecido a la juventud como la etapa entre los 15 y 29 años de
edad (INJUV, 1992), mas allá de la utilidad en términos estadísticos censales que
pueda presentar esta categorización, la sola diferencia de cómo dos instituciones
establecen el límite etáreo para un segmento de la población, evidencia lo
complejo de conceptualizar el tema.
Los estudios no pondrán decididamente los ojos en este grupo a partir de
fines de la década del 60, cuando los jóvenes comienzan a ser visualizados como
un segmento importante el cual cada vez presentará mayores demandas sociales
para lo cual se crearán organismos estatales especializados, que tendrán como
misión la implementación de políticas públicas focalizadas hacia este sector.
Los diversos procesos sociales y económicos que se han sucedido a lo
largo de nuestra historia en que la tecnología y la globalización ocupan un lugar
importante, ha llevado a que los jóvenes adquieran ‘visibilidad social’, razón por la
cual hoy existen numerosos estudios e investigaciones que abordan áreas como
la asociatividad, la participación, la sexualidad, la educación y la delincuencia,
entre otras.
En relación al surgimiento del concepto y el contexto en que se da,
Reguillo (2000) plantea que la juventud tal cual la conocemos, sería una
«invención» de la posguerra, dado que de acuerdo al nuevo orden internacional
que supuso la victoria de los aliados, los estándares de vida de estas sociedades,
sus estilos y valores, reivindicaron la existencia de los niños y los jóvenes, como
sujetos de derecho. Esto es reafirmado por Morch, quien señala:
“En sus diferentes tratamientos, la categoría juventud ha sido
concebida como una construcción social, histórica, cultural y
relacional, para designar con aquello la dinamicidad y permanente
evolución/involución del mismo concepto” (Morch, 1996, p.25).
Este último autor enfatiza en la importancia de considerar que la
construcción del concepto juventud responde a su “encuadramiento histórico” en
función de que la categoría responde a condiciones socioeconómicas y culturales
particulares productos de las transformaciones sociales que produjeron la
emergencia e instalación del capitalismo, sistema que aporto el espacio simbólico
para el surgimiento de la juventud.
1.3 La mirada que se impone
La mirada que actualmente se impone en el sentido común, es aquella que
considera a la juventud como “un período de tránsito hacia”, sustentada en una
visión biologicista entendiéndola como un problema, una etapa de crisis,
confusión, y de permanente conflicto con el sistema familiar y el mundo adulto.
En 1904, el psicólogo estadounidense Stanley Hall, influido por el
darwinismo, caracteriza la adolescencia como:
“Una etapa de inestabilidad y estímulo (…) un período de
transición, dominado por la angustia, la confusión y los estados
anímicos cambiantes” Hall (1904), citado por Feixa (1999, p. 67).
Hall, tiene entre sus méritos el haber realizado el primer compendio
académico sobre adolescencia - Adolescence: Its Psychology, and its Relations to
Physiology, Antrophoplogy, Sociology, Sex, Crime, Religión and Education - el
que tuvo una gran influencia en su época, principalmente entre los maestros de
escuela a quienes se aconsejaba “dejar a los jóvenes ser jóvenes”, considerando
que estos se encontraban en una etapa de salvajismo que pronto superarían.
Esta mirada sirvió para dar una imagen positiva de la adolescencia al definirla
como una etapa de crisis y moratoria social.
Eriksson (1977) retoma elementos de Hall, aún cuando pone énfasis en la
adolescencia como espacio de aprendizaje y potencial de desarrollo e
integración. Desarrolla la noción de moratoria psicosocial como signo distintivo de
esta fase, la cual se entiende como un período de tiempo que se concede al
adolescente que no esta capacitado para cumplir con determinadas
responsabilidades (responsabilidades vinculadas a un mundo adulto que,
claramente, responde al patrón cultural occidental capitalista). Este período se
caracteriza por una autorización selectiva que otorga la sociedad y por travesuras
provocativas que llevan a cargo los jóvenes. Ejemplo de estas responsabilidades
incapaces de cumplir, serían: trabajar, cumplir horarios, llevar una vida sexual,
asumir la dirección de una familia, sufragar, tener hijos, hablar como adulto y
realizar “actividades de adulto”.
Por su parte, Duarte (1997), plantea críticas a esta definición de
adolescencia aduciendo graves debilidades referidas a la inducción de un
estereotipo de joven “incapaz” e “irresponsable de sus actos” por cuanto se
encontraría en un período de ensayo, lo que en algunos casos llevaría a justificar
ciertas acciones dañinas, como la adicción a las drogas, y en otros a sub valorar
capacidades y potencialidades.
Otro punto criticable en Eriksson, se refiere a que su obra considera la vida
como un circuito lineal en donde la cúspide es la adultez: la maduración, la
condición óptima, lo que según sus críticos negaría el desarrollo permanente del
hombre, independiente de su edad (niñez, adolescencia, adultez, vejez, todas las
etapas tienen su propia identidad, desarrollo y maduración), estableciendo metas
para este desarrollo. Una última debilidad, se referiría a homogeneizar a los
jóvenes atribuyéndoles la capacidad de acceso al estado de moratoria a todos
por igual. Es decir “globalizar un estereotipo de juventud”, sin considerar
determinadas condiciones de jóvenes empobrecidos (principalmente los jóvenes
de los países en vías de desarrollo o de sectores excluidos en las naciones
desarrolladas) que no pueden retrasar las responsabilidades adultas, debido a la
urgencia del trabajo en función de la subsistencia económica.
“(…) la definición de Ericsson), supone el desarrollo igual de las y
los jóvenes, en el sentido de poder demorar para tomar decisiones
adultas en circunstancias en que para la mayoría, la amenazante
situación económica social exige asumir responsabilidades antes
de tiempo, o si se sigue su propuesta, adelantar la adultez. Así,
muchos jóvenes hombres y mujeres, trabajan desde los 15 años y
antes, y un sector amplio esta imposibilitado de continuar estudios
después de la enseñanza secundaria por el alto costo económico
que implica o por la urgencia de trabajar y conseguir ingresos para
el grupo familiar. Otro grupo importante es empujado, por la falta
de oportunidades e incentivos a prolongar su juventud mas allá de
lo ‘oficialmente establecido’ (29 años)”.
“(…) en los sectores populares todavía no se logra visualizar la
juventud como posibilidad, cuando se debe dejar de serlo para
asumir ‘roles de adulto’. Existe un apuro, (hambre, frío,
incertidumbre ante el futuro, etc.) psicológico y social, que no
siempre espera a los cambios biológicos para producirse y exige
que se asuman estos roles” (Duarte, 1994, p. 7).
Siguiendo en la línea de las miradas que se imponen al abordar el
concepto jóvenes, nos encontramos con la exaltación de cualidades en relación a
éstos como constantes protagonistas del cambio social. Esta asignación
automática de atributos que colocan a los jóvenes como el motor de la revolución,
tiene una influencia claramente marcada por el materialismo histórico, lo que
presenta una visión mucho mas positiva comparada con las perspectivas
anteriores, especialmente las emanadas de la psicología.
Es a partir de esta mirada, surgida durante la década de los sesenta,
mediante el reconocimiento de la participación juvenil en procesos de cambio
social significativo (el mayo francés, la revolución cubana, el movimiento pacifista
contra la guerra en Vietnam), que los jóvenes pasan a ser vistos como activistas,
contestatarios y cuestionadores. Esta idealización de la juventud posee por cierto,
una clara naturaleza política, lo cual queda de manifiesto en frases históricas
como la del presidente Allende “ser joven y no ser revolucionario es una
contradicción hasta biológica” (“Allende y la juventud” 1972, p.113), enunciado en
una época caracterizada por una fuerte agitación política. Visualizar la juventud
como depositaria de estas características, es caer nuevamente en la
generalización e histórica negación de sus particularidades.
Feixa (1999), considera que la construcción de modelos de juventud
corresponde a determinadas sociedades situadas en un contexto histórico
particular, las cuales reconocen, nombran y otorgan valores y atributos al
conjunto de individuos situados en un estado intermedio entre la dependencia
infantil y la autonomía adulta. En función de esto, el autor reconoce cinco grandes
modelos de juventud correspondientes a cinco tipos de sociedad los cuales
explicamos en el cuadro que viene a continuación:
CUADRO N° 3Modelos de juventud según tipos de sociedad.
MODELO DE JUVENTUD TIPO DE SOCIEDAD
Púberes Sociedades Antiguas
Efebos Estados Antiguos (Grecia y
Roma)
Mozos Sociedades campesinas Pre –
Industriales
Muchachos Primera Industrialización
Jóvenes Sociedades Modernas Post –
Industriales
Fuente: Feixa (1999)
Como se aprecia entonces, el concepto “jóvenes” aparece recién en las
sociedades post modernas industriales (por lo que nuestros valientes Lautaro, el
teniente Cruz Martínez, así como el popular personaje literario Martín Rivas, no
cabrían en esta categoría ya que sus roles tendrían mayor relación con la
adultez). Zarzuri aporta a esta idea señalando:
“el surgimiento de este concepto va asociado a ciertas
manifestaciones culturales que comienzan a emerger durante los
años cincuenta, especialmente en Estados Unidos, de la mano del
Rock & Roll, lo que daría origen a lo que hoy consideramos como
cultura juvenil” (Zarzuri, 2000, p.86)
La conceptualización de la juventud como espacio intersticial entre niñez y
adultez plantea necesariamente una construcción relacional que a través de
diferentes épocas y procesos histórico sociales han ido adquiriendo denotaciones
y delimitaciones diferentes:
“la juventud y la vejez no están dadas, sino que se han ido
construyendo socialmente en la lucha entre jóvenes y viejos”(Bordieu, 2000) citado por Davila, Ghiardo y Medrano (2005, p.45).
Considerando las diferentes concepciones en torno a la adolescencia –
juventud, Florenzano (1997), plantea que podemos considerar ciertos rasgos mas
o menos comunes a ellas, sea desde el punto de vista biológico y fisiológico, en
cuanto a desarrollo físico; durante ella se alcanza la etapa final del crecimiento
con el comienzo de la capacidad de reproducción, pudiendo decirse que la
adolescencia se extiende desde la pubertad hasta el desarrollo de la madurez
reproductiva completa. No completa entonces la adolescencia hasta que todas
las estructuras y procesos necesarios para la fertilización, concepción, gestación
y lactancia no han terminado de madurar.
Desde el punto de vista del desarrollo cognitivo o intelectual, la
adolescencia, se caracteriza por la aparición de profundos cambios cualitativos
en la estructura del pensamiento. Piaget (1961) denomina a este proceso período
de las operaciones formales, donde la actuación intelectual del adolescente se
acerca cada vez al modelo de tipo científico y lógico. Junto al desarrollo cognitivo,
se comienza con la adolescencia la configuración de un razonamiento social,
teniendo como relevancia los procesos identitarios individuales, colectivos y
societales, los cuales aportan en la comprensión del nosotros mismos, las
relaciones interpersonales, las instituciones y costumbres sociales; donde el
razonamiento social del adolescente se vincula con el conocimiento del yo y los
otros, la adquisición de las habilidades sociales, el conocimiento y aceptación /
negación de los principios del orden social, y con la adquisición y el desarrollo
moral y valórico de los adolescentes.
En la actualidad, el abordaje de la juventud se plantea desde una
perspectiva que busca integrar y comprender tanto las consideraciones y
variables identitarias que la definen, como aquellos procesos de transformación y
dinamismo social presentes en la construcción de aquellas generaciones y las
singularidades que las componen.
CAPÍTULO II
CULTURAS JUVENILES
A continuación se abordarán diversos conceptos necesarios para una
aproximación teórica al estudio de las culturas juveniles, dentro de las cuales y de
manera particular se encuentran el Hip Hop y el Straight Edge por ser motivo de
este estudio.
2.1 La Cultura
Una primera aproximación del concepto Cultura lo encontramos en su
significado primario de acuerdo con la etimología de la palabra (del latín: colere)
que se traduce en sembrar, cultivar, cosechar. Este término se ha identificado con
la morada del hombre. Él desarrolla la idea de cultivo y, relacionándose con la
idea de toda producción del hombre en sus diversas manifestaciones (política,
ciencia, ideología, religión, arte, tecnología, etc.). (Zaid, 2006)
Cultura, entonces, es todo aquello que produce el hombre en forma no
natural. El producto de un proceso y no es por tanto un objeto cualquiera, puesto
que la cultura lo abarca "todo": ideas, sentimientos, producciones materiales,
símbolos, etc.
La cultura en sentido amplio es un fenómeno social, compartido por una
comunidad y que permite diferenciar de otros grupos. De ahí que la cultura sea
una herencia social que afecta el entorno de uno o un grupo de personas. La
cultura define entonces la identidad de una comunidad y la forma de ser de sus
integrantes, brinda herramientas para el cultivo de las formas de existencia. En
este sentido “una cultura es un ideal que orienta la práctica y formación de las
personas” (Ibid.)
Es así como la cultura puede también actuar como un ente de coerción
frente a personas de culturas diferentes. La sociedad entonces se articula como
un órgano que mediante la sanción moral, enjuicia a quienes manifiestan
comportamientos alejados de la norma social, de lo general.
En el contexto actual, las invasiones de las potencias económicas
occidentales a países del medio oriente pueden ser interpretadas como la
estrategia de dominación y control que ejerce la cultura cristiano occidental frente
a la cultura árabe, la amenaza latente, instaurando y estableciendo formas de
pensamiento que visualizan en los elementos identitarios de las culturas ajenas,
una simbolización de la amenaza, situación que se evidencia y queda
ejemplificada en las rigurosas medidas de seguridad impuestas por los
estamentos gubernamentales de los países occidentales que, de alguna manera
u otra, instalan el prejuicio contra lo “ajeno”, como una pauta de comportamiento
aceptado por la sociedad, como un mecanismo solapado de hegemonización
universal.
La cultura no suele ser homogénea en su totalidad, sino al contrario, es
dinámica y se alimenta de las particularidades de quienes forman parte de ella.
Incorporando de manera permanente elementos que le permiten reproducirse,
transformándose en un “campo de disputa” en donde se construyen los discursos
colectivos de identidades en pugna con los contextos de exclusión de la
actualidad (Zebadúa, 2008). En este juego entonces, las sub culturas, contra
culturas y otras definiciones pasan a ejercer un rol fundamental que abordaremos
a continuación.
2.2 Sub culturas juveniles.
Muchas de las experiencias que los jóvenes desarrollan al interior de la
sociedad, son expresadas de manera colectiva manifestándose mediante
expresiones que dan cuenta de estilos de vida distintivos y particulares. Estas
expresiones se localizan en el tiempo de ocio, o como lo plantea Feixa (1999, p.
35) “en espacios intersticiales de la vida institucional”. Estas expresiones van
variando en el tiempo puesto que responden a un espacio y contexto
determinado, la renovación de individuos, así como el paso inexorable de la edad,
permiten que este tipo de expresiones goce de una formidable re invención.
Podríamos decir también que:
“Una sub cultura, es un sistema de signos, formas de
comportamiento y formas de ser y hacer que convive dentro de una
matriz superior. Es decir, es una cultura subyugada a otra, que
convive y la vez otorga elementos que le otorgan particularidad y
reconocimiento a quienes la integran, dotando de una identidad
propia a sus integrantes”. (Feixa, 1999, p. 85)
Las subculturas son ante todo formas de expresión cultural de
generaciones jóvenes que de una forma u otra han quedado completamente
desplazadas de los parámetros de integración de la sociedad adulta (de la
cultural “oficial”, la estructura político y social). Denuncian un vacío, una falta de
espacio, de lugar social, de posición y de rol. Este es el lugar al que son
desplazados y que se podría definir como exclusivo, clasista y racista, y aparece
como inútil, injusto y aburrido a los ojos de los jóvenes de la posguerra mundial.
Las subculturas carecen sin embargo de una expresión política coherente
dirigida a la acumulación de fuerza y a la modificación de los órdenes sociales. Al
parecer de Duarte (2001), estas se conforman con sobrevivir y organizar un
hábitat propio. De hecho, parecen vivir en la superficie, su materia pareciera ser
fundamentalmente estética, la expresión de una singularidad que conforma un
gusto, una manera de entender y una agregación destinada a conformar un
nuevo uso de lo común y el cotidiano. Pero hablar de un estilo no es desde luego
lo mismo que hablar de una moda, cada rasgo de estilo opera también en una
densa trama de relaciones en la que se entremezclan clase, coyuntura
generacional y política, raza y género.
Las categorías de sub cultura y contra cultura a menudo se mezclan, una
mayor claridad sobre esto lo otorga Luis Brilto García, quien señala:
“Una Contra Cultura es una subcultura que llega a un grado de
conflicto irreconciliable con la cultura mayor, entonces se revela en
contra de esta intentando imponerse” (Britto, 1994, p. 10.)
A menudo las sub culturas juveniles presentan características propias de
una contra cultura, pero el límite y la categorización puntual es difícil de
establecer. La coyuntura diaria y las diversas corrientes o estilos que se imponen
al interior de estas, dan pie al vaivén e infértil ejercicio de categorizárlas. En
función de una aproximación a estos grupos, hacia fines de la década de los 80 y
desde el periodismo surge la noción de “Tribus urbanas”, que ya en los años 30
son mencionadas por la Escuela de Chicago o escuela de “ecología urbana”, la
cual centra su investigación en temas que en esa época eran considerados
marginales como la delincuencia, la marginación social, la prostitución, las
culturas juveniles (pandillas, bandas), las que se dan en un contexto de acelerada
expansión industrial de la ciudad.
Michel Maffesoli (1988) diagnostica el proceso de neotribalización en las
sociedades de masa, planteando que el eje fundamental de estas nuevas
agrupaciones gravita sobre una contradicción básica y característica de la
sociedad moderna: auge de la masificación v/s proliferación de micro grupos. Por
un lado, la masa, la gente -en tanto concepto y expresión de una contingencia-
carecería de una identidad potente y transparente, como era el caso del
proletariado del siglo XIX. Mientras que por el otro, la noción y el fenómeno de las
Tribus Urbanas constituyen una respuesta al proceso de “desindividualización”
consustancial a las sociedades de masas, cuya lógica consiste en fortalecer el rol
de cada persona al interior de la agrupación.
Molina (2000) aporta a esto una mirada desde el territorio, señalando la
ciudad como el espacio referencial en cuanto a la producción y reconstrucción de
identidades cotidianamente significadas, que llevarían de manera evidente al
planteamiento neo tribal enunciado anteriormente. Es decir, a un espacio en que
las identidades se ven ante la necesidad de validarse, re pensarse y encontrar
significado frente a otras realidades, externas a este espacio, que compiten por
instaurar sus propias bases y significados acerca de la realidad.
La tribu tiene como característica en común la similitud. Cuando los
individuos se reúnen voluntariamente, por el placer de estar juntos, por búsqueda
de lo semejante, se trata de una tribu o banda. Consiste en buscar en los otros,
los referentes, modos de pensar y de sentir idénticos a los propios, sin ser
necesariamente concientes de ello. Maffesoli plantea que el placer de formar
parte de la banda proviene de la supresión o suspensión de la exigencia de
adaptarse, al precio de una desagradable tensión, a un universo adulto o social y
a sus reglas de pensamiento y de conducta. Además, la banda ofrece a sus
miembros la seguridad y el soporte afectivo del que carecen, es decir, un sustituto
del amor.
En un contexto de globalización y extraterritorialidad cultural, los jóvenes
ven en su adscripción a una tribu determinada, la posibilidad de valorización que
no encuentra en la sociedad adulta. Actualmente, esta dinámica se da en una
sociedad altamente tecnologizada, ello significa migrar por diversos ecosistemas
materiales y sociales, mudar los roles sin cambiar necesariamente el estatus,
establecerse en el mencionado espacio tribal regresando periódicamente a la
casa de los padres, hacerse adulto y volviendo a la juventud cuando el trabajo se
acaba, disfrazarse de joven cuando ya se está casado y se gana tanto como un
adulto, viajar por Internet sin por ello renunciar a la identidad localizada que
corresponde a una nueva solidaridad de base.
Así entonces, asistimos a lo que se definiría como “una pluralización de las
biografías juveniles” (Feixa, 1999) y lo que sumado a la creación de comunidades
virtuales basadas en un tiempo imaginado, podría corresponder al traspaso entre
la «tribu» y la «red» que experimentan las culturas juveniles. Hacia principios de
los 90 se etiquetaba a la sociedad posmoderna como «el tiempo de las tribus»,
entendiendo como tal la confluencia de comunidades donde fluyen los afectos y
se actualizaba lo «divino social». Se trata de una metáfora perfectamente
aplicable a las culturas juveniles de la segunda mitad del siglo XX, caracterizadas
por reafirmar las fronteras estilísticas, las jerarquías internas y las oposiciones
frente al exterior. Sin embargo, es mucho más difícil de aplicar a los estilos
juveniles emergentes en este cambio de milenio, que más que las fronteras
enfatizan los pasajes, más que las jerarquías remarcan las hibridaciones, y más
que las oposiciones resaltan las conexiones
Es así como estas condiciones se constituyen como factores que
favorecen la existencia y el surgimiento de las sub culturas juveniles, y en su
expresión mas inmediata – tribus urbanas – tales como barras bravas, pandillas
marginales, y grupos de adscripción netamente cultural, que generalmente
adquieren una denominación a partir de estilos musicales o practicas culturales
tales como el Punk, el Gótico, el Rastafarismo (de raíz mítico religiosa, aún
cuando eminentemente juvenil), el Heavy metal, el Hardcore, el Reggaeton, y el
Straight edge y el Hip Hop, grupos que esta investigación pretende abordar.
Duarte plantea el equilibrio precario en cuanto a la categorización de los
grupos de jóvenes, frente a la falta de posibilidades y el dinamismo cambiante
plantea algunas claves para adscribirlas a uno u otro concepto.
“La definición de sub o contra cultura juvenil es variable y no
estática. Es decir, no existe posibilidad de asignar a una expresión
juvenil tal o cual condición y establecerla como característica
propia y permanente, más bien dicha condición es parte del
reconocimiento de la complejidad y el dinamismo que las
caracteriza. En este sentido, una expresión juvenil puede tener
visos que nos hagan ubicarla como contra cultura, pero en el
mismo movimiento desarrolla acciones o discursos que nos hacen
verla como sub cultura. Es decir, son parte de un entramado que
solo analíticamente podemos distinguir, siempre y cuando
nuestros acercamientos sean progresivos y den cuenta
comprensivamente del dinamismo y la complejidad ya señaladas”
(Duarte, 2001, p. 28).
“En particular en el ámbito del liceo, encontramos la expresión de
estas culturas juveniles tanto en el sentido ´sub´ como en el
sentido ´contra´ que hemos definido. Una cuota de mayor
complejidad adquiere esta realidad si consideramos que un sujeto
joven se moviliza indistintamente por diversos grupos de jóvenes y
no permanece solo en uno, por lo cual, con dificultad lo podemos
encontrar adscrito a una sola tendencia grupal o de producción
cultural juvenil. En este caso hemos de incorporar a nuestras
acciones de análisis esta condición, para que nuestros lentes se
permitan la flexibilidad y la reproducción permanente de los
hallazgos” (ibid, p. 36).
Lo anterior resulta relevante por cuanto evidencia la naturaleza dinámica y
en constante desarrollo de las identidades juveniles, otorgando pistas (la
flexibilidad como condición necesaria) para la vinculación con estos mundos.
2.3 Tribus urbanas.
A principios del 2009, la noticia de la muerte de un joven aparentemente
“skinhead” apaleado presumiblemente por una pandilla de “skinheads neonazi”,
cobro un excepcional interés en la opinión pública y fue motivo de discusión y
debate en casi todos los medios de comunicación. Lamentablemente el debate
tomó un rumbo infértil por cuanto se evidenciaban notables carencias en la
capacidad interpretativa de la problemática que contribuyera a caracterizar y
entender en profundidad el suscrito fenómeno, primando lamentablemente un
discurso incriminatorio caracterizado por una sanción y recriminación moral en
contra de estos micro grupos, guiado desde una óptica criminalizante donde la
tendencia es a categorizar a los integrantes de estos grupos, bajo etiquetas
delictivas asociadas a la drogadicción, a la violencia y la desadaptación social.
Un mayor entendimiento del tema, requiere necesariamente de una mirada
comprensiva respecto del fenómeno de las tribus urbanas, el que explota a partir
de los 90. En Chile, la reflexión en torno a este se da en forma tardía, situación de
la que da cuenta Zarzuri:
“(…) La emergencia y proliferación de las Tribus Urbanas se deja
comprender mucho más eficazmente cuando las consideramos
como la expresión de prácticas sociales y culturales más
soterradas, que de un modo u otro están dando cuenta de una
época vertiginosa y en constante proceso de mutación cultural y
recambio de sus imaginarios simbólicos. Proceso que incluso
comienza a minar las categorías con las cuales cuentan las
ciencias sociales para abordar la complejidad social, y que
particularmente en el caso de las nociones ligadas a la juventud la
realidad parece desbordar más rápidamente los conceptos con los
que se trabaja. Por lo cual se hace necesario y urgente generar una
aproximación reflexiva encaminada a superar dichos desajustes”
(Zarzuri, 2000, p.125).
Las tribus urbanas se van conformando entonces como constructores de
un espacio, ya sea en el sentido territorial como subjetivo del concepto:
construyen su espacio en la esquina de siempre, en la banca de la plaza, en las
gradas del estadio, en la creación artística. Según Molina (2000), los integrantes
de estas tribus, poseen una “energía expresiva” que actúa como catalizadora del
descontento y la necesidad de ser escuchados. La generación de un espacio se
plantea como una necesidad vital para estos grupos, y cuando no existe de
manera material, sus integrantes lo construyen de manera simbólica mediante la
oposición conceptual de sentirse “fuera” o “dentro” de la tribu, mediante los
elementos identitarios constitutivos. Estas tribus se apropian de espacios de la
urbe que responden simbólicamente a funciones expresivas, lo que Costa, Pérez
y Tropea (1996) definen de la siguiente manera:
i) De pertenencia: lo s lugares a los que pertenezco y que por eso
me pertenecen. Puntos de referencia territorial para todos los
miembros de la tribu, esos lugares suscitan especiales
sentimientos de posesión pero también un ámbito seguro en que la
tribu ejerce un control mas activo de los acontecimientos. Un bar
punk es un ejemplo de ese espacio de pertenencia, así como un
estadio genera lo mismo hará un integrante de alguna barra brava.
ii) De representación: Los lugares en que me represento (a mi
mismo y a los demás) como miembro de una tribu, similar a todos
los miembros y distinto a los demás. Se trata de un lugar en que se
exhibe el aspecto más superficial, el lado más espectacular de la
identidad, a través de la máscara. Aquel en que se luce el uniforme
más completo y por ello más representativo (…)
iii) De actuación: Los lugares en donde se persiguen los objetivos
lúdicos y/o existenciales del grupo. Son espacios que pueden
coincidir parcialmente con los demás anteriores, ya que el territorio
de la actuación puede ser también el de representación de la
identidad. (Costa, Pérez y Tropea; 1996, p. 128).
De acuerdo con lo planteado, los lugares ganados serán defendidos
pasando a formar parte constitutiva en la construcción de identidad, situación que
se ve ejemplarizada en los enfrentamientos entre bandas rivales y que
habitualmente ocurre en ciudades o barrios densamente habitados, siendo común
que sus integrantes se sientan protegidos frente a la red y entramando de
relaciones que los cobija, algunos pueden llegar a realizar acciones violentistas o
claramente delictivas.
En las tribus y pandillas de los sectores más marginales de Santiago la
violencia operaría como un elemento simbólico, principalmente la destrucción de
lo “impuesto”, un choque contra lo institucional y todo aquello que represente las
pautas y valores de comportamiento que han sido instalados en la sociedad por el
modelo socio político. Generalmente esta violencia va asociada a la necesidad de
hacerse visibles, y de esa manera, consolidar su identidad mediante la distinción
que harán los demás sujetos, etiquetándolos y adjudicándoles determinados
valores (por lo general vinculados con lo delictivo).
“Las Tribus urbanas surgirían como una respuesta social y
simbólica frente a la excesiva racionalidad burocrática de la vida
actual, el aislamiento individualista a que los someten las grandes
ciudades, y a la frialdad de una sociedad excesivamente
competitiva” (Costa, et. al. 1996, p.110)
A partir de lo anterior, podríamos decir, que una de las consideraciones a
tomar en cuenta frente a las agrupaciones juveniles y tribus urbanas, es que el
grupo de una u otra manera, encuentra su espacio de reconocimiento social. Aún
cuando este no se refiera necesariamente a un reconocimiento desde el exo
grupo, sino mas bien, al sentimiento de sentirse respetado y considerado dentro
de su mismo grupo. No obstante aquello, una de las principales motivaciones de
estas agrupaciones, tiene que ver con cambiar la imagen que el mundo adulto
tiene de ellos.
2.4 El Hip Hop.
El Hip Hop es un movimiento cultural que hace su irrupción entrada la
década de los 70’ en Nueva York, específicamente en el barrio de Bronx, según
señalan la mayoría de las publicaciones. En los barrios neoyorquinos se
celebraban eventualmente las llamadas “block parties”, que no eran más que
fiestas populares en las que los miembros de un barrio se congregaban para
observar un evento de determinada importancia. En numerosas ocasiones, estas
fiestas se celebraban en forma de música y baile, donde se solía poner temas de
soul, funk o disco, finalmente, con la percusión acabada, los DJ, aislaban los
ritmos, y los MC seguían recitando sobre estos beats para que la multitud no
dejara de bailar (www.rwhiphop.com).
Hacia el año 1977, en las radios de Estados Unidos y especialmente en
Nueva York, se podían escuchar muchísimas canciones de la denominada “onda
disco”, con artistas tales como Bee Gees, KC & The Sunshine Band, Silvester,
Commodors, etcétera. Estos grupos, o más bien esta “movida musical” surgen
desde el funk, estilo musical de orígenes afro americanos, pero había sido
comercializado de tal forma que perdió todo sentido de identidad con su público
original, es decir, con la gente de origen africano de Estados Unidos.
La población negra de Nueva York, hastiada de escuchar la “blanqueada”
música disco, optó por organizar sus propios conciertos bailables al aire libre.
Mediante el uso de verdaderas “discotecas móviles” llamadas “Sound System”
que consistían en camiones cargados de amplificación y un Disc Jockey poniendo
discos, se fue articulando todo un movimiento en donde bailarines del novedoso
“baile del robot”, imitadores de los pasos del famoso cantante James Brown, junto
a DJs, animadores y curiosos compartían calurosas y largas tardes. (Moraga y
Solorzano, 2005)
En esta época, aparece en el barrio del Bronx, un DJ proveniente de
Jamaica, que ponía discos muy extraños de música Dub (que es una especie de
tecnificación del Reggae, con raras distorsiones y efectos sonoros, muy usada en
la cara B de los discos de reggae). Este DJ tenía por nombre DJ Kool Herc y otra
de sus características era la de usar dos tornamesas en vez de una, como era lo
normal, lo que le permitía alargar los espacios instrumentales de los discos al
tener dos copias del mismo y ponerlos alternadamente en cada tornamesa.
Paralelo a esto, en otros sectores de la ciudad surgían novedosos rayados
urbanos realizados con un nuevo tipo de pintura, la pintura en aerosol o Spray.
Estos pintores o escritores, trabajaban principalmente de noche y en forma
clandestina, utilizando como telón las paredes de las calles o los vagones del
metro de Nueva York para dejar plasmadas sus firmas en obras de carácter muy
surrealista y agresivo, eran los comienzos del Graffiti. (www.educarchile.cl).
A principios de los ochenta, este tipo de manifestaciones se consolidan
bajo el nombre de Hip Hop, conformándose entonces una sub cultura que con el
desarrollo de los años posteriores tomará inusitada fuerza y hacia 1990 se
expandirá por todas las metrópolis de occidente. (valdiviaarayas.blospot.com)
2.5 El Straight Edge.
A finales de los setenta, la escena Hardcore Punk en Estados Unidos,
atraía a bastante gente. Muchos jóvenes hardcores comenzaron un consumo
exacerbado de alcohol y drogas como la heroína y la marihuana. Mientras tanto,
a las salas de conciertos sólo podían entrar personas mayores de 21 años, en
función de las leyes que restringen el ingreso de menores a lugares de venta y
consumo de alcohol en ciertos Estados. La única excepción a esta situación eran
los llamados conciertos all ages (todas las edades). En esos conciertos, durante
el ingreso se marcaba con una "X" a los menores en el dorso de las manos,
pintadas con un rotulador de tinta negra permanente. Esta acción tenia por objeto
evitar que consiguieran alcohol, ya que con esa "X" marcada se les podía
identificar fácilmente como menores de edad en la barras de venta de alcohol de
cada local. Este tipo de acción se fue masificando en los locales de concierto
convirtiéndose en una práctica habitual.
Algunos jóvenes hardcores se manifestaban en contra de la dinámica que
estaba adquiriendo el movimiento, particularmente en lo relativo al consumo de
alcohol, drogas y a la apología de esto en las canciones de las bandas musicales
en cuyas letras se repetía la frase “No future” (No hay futuro), la que pasa a
constituirse en una especia de eslogan de la filosofía Punk, buscando graficar el
sentimiento de pesimismo, falta de expectativas y disconformidad con el modelo
de vida americano. Frente a esta situación, comienzan a fundarse grupos
opositores a la filosofía “No Future”, justificando su oposición mediante un
discurso antisistémico mucho mas radical, fundamentado en que el consumo de
alcohol y drogas son las vías mediante las cuales el Sistema imperante mantiene
dormidas a las personas, alterando sus conciencias y la capacidad para razonar
respecto de su situación de subyugación política y social. Estos grupos
comienzan a reivindicar el uso de las "X" como un símbolo contra el consumo de
drogas (idealstraightedge.blogspot.com). Aún así, ciertas ideas del Punk
continuaron presentes en el Hardcore, principalmente aquellas relacionadas con
la promoción de la libertad y autogestión, graficada en la llamada “ética DIY” (do it
yourself, que significa 'hazlo tú mismo'), fuertemente influenciada por corrientes
Anarquistas europeas.
Durante este proceso, el grupo Minor Treath, una destacada banda
Hardcore de fines de los 70, se volvía popular al interpretar canciones cuyas
letras apuntaban a la libertad de una vida sin drogas, obteniendo simpatías entre
los adeptos a esta nueva corriente. Muchos punks mas adultos empatizan con el
discurso y comienzan a pintarse la X de los conciertos “all ages” en sus manos
para demostrar su solidaridad con los chicos más jóvenes y rechazar el alcohol y
otras drogas. Una de las canciones más populares de Minor Treath se llama
“Straight Edge” (el filo recto), canción que finalmente le dará nombre al
movimiento.
Durante los años siguientes aparecieron grupos straight edge por todo
Estados Unidos, mientras las canciones de las bandas ampliaban su discurso ya
no tan solo en contra del consumo de drogas, sino también en contra de la
promiscuidad sexual y el maltrato animal. Poco después de eso la idea recibió
más atención en Europa y encontró los primeros seguidores (principalmente en
países como Alemania, Holanda y el sur de Europa). Solo a partir de la década
de los 90 con la masificación de Internet, este movimiento conseguirá sus
primeros adeptos en Sudamérica consolidando una escena que tendrá su auge a
principios de la década del 2000, principalmente en países como Brasil, Argentina
y Chile (www.sudamericahardcore.com).
II PARTEMARCO REFERENCIAL
CAPÍTULO III
LOS JÓVENES DESDE EL ESTADO DE CHILE
Este capítulo realiza una breve descripción de las iniciativas
gubernamentales en relación al abordaje de los problemas vinculados a la
realidad de los jóvenes del país, dando cuenta del actual marco regulatorio que
rige el quehacer del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), entregando
además información estadística sobre los jóvenes que habitan la Región
Metropolitana.
3.1 Breve reseña histórica de políticas públicas y jóvenes.
En la búsqueda de imágenes a través de la historia de nuestro país que
nos remitan al concepto de juventud, encontramos diversos personajes
poseedores de características, que quizás se asemejarían a lo que hoy
consideramos “Joven”. La historia señala al toqui mapuche Lautaro, como un
mozo y esbelto guerrero protagonista de las más increíbles hazañas bélicas,
comprometido con la defensa de su pueblo frente a la dominación de los
conquistadores españoles. Más adelante, el personaje literario Martín Rivas nos
es presentado como un esforzado joven de campo que busca ganarse un lugar
en la pujante alta sociedad santiaguina del siglo XIX. Continuando con esta
búsqueda encontramos al teniente Luís Cruz Martínez, héroe de la Batalla de la
Concepción durante la Guerra del Pacífico, quien al momento de su muerte
contaba con no más de 20 años de edad, y cuya figura fue rescatada años mas
tarde por el gobierno militar de Augusto Pinochet enarbolando su nombre como
un ejemplo para la juventud chilena, decretando incluso el 9 de julio (fecha de la
mencionada batalla), como el Día de la Juventud.
Así entonces, solo podríamos hablar de jóvenes en Chile, en un sentido
más estricto, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Situación que incluso
queda de manifiesto a través del cada vez mayor protagonismo y visibilización de
este sector, como por ejemplo en la campaña presidencial del 64 con la “Patria
Joven” como consigna de la candidatura de Frei Montalva, quien al asumir el
gobierno contó con un importante apoyo y la simpatía de lo que en esos
momentos se consideraba jóvenes, es decir, estudiantes secundarios y
universitarios. Complementario a esto, se puede señalar que a Junio de 1967, el
50.5 % de la población tenía menos de 21 años de edad y el porcentaje de ellos
con edades fluctuantes entre los 10 y los 24 años era del orden del 30.4 %
(INJ, 1994), situación que a nivel internacional presentaba porcentajes similares.
Aún cuando es el presidente Frei Montalva quien da los primeros atisbos
de asumir el tema de la juventud con el rango de política de Estado, será solo
años después y en un contexto radicalmente distinto en que el estudio de lo
juvenil en Chile toma fuerza, básicamente a partir del protagonismo que
desarrollan los jóvenes de sectores periférico populares de la ciudad de Santiago
en actividades de resistencia y protesta (enfrentamientos con la policía,
barricadas, movilizaciones) frente a la consolidación de la dictadura militar a
principios de la década de los 80. Según un estudio del Instituto Nacional de la
Juventud (INJUV, 2006), los jóvenes fueron uno de los grupos sociales mas
afectados por las políticas del gobierno autoritario, concentrándose en este sector
la persecución política, el atropello a los derechos humanos y las mas altas tasas
de desocupación como efecto de la crisis económica por la que el país atravesó
a partir de 1982.
A partir del retorno a la democracia y la asunción al poder de los gobiernos
de la concertación, es que se instala de manera pública, la necesidad de contar
con políticas públicas de juventud, convirtiéndose en un tema de preocupación
constante por parte de los distintos organismos, tanto públicos como del tercer
sector, que realizan acciones dirigidas a mejorar la calidad de vida de éste
“segmento poblacional”, denominación así dada por las instancias
gubernamentales.
El diagnóstico en este sentido apuntó fundamentalmente a la carencia de
una acción dirigida hacia los jóvenes de carácter sectorial y fragmentado y por lo
tanto la necesidad de contar con acciones coordinadas y de carácter más
integral. A esto se sumó la ausencia de una planificación y políticas a nivel local
que articularan el trabajo y la inversión pública en juventud.
Actualmente desde el discurso gubernamental es observada con
preocupación la debilidad de espacios y canales de participación para los
jóvenes en la definición de políticas públicas de juventud, donde puedan
incorporarse como actores de su propio desarrollo. Es por ello que durante los
últimos años la estrategia en materia de juventud ha sido apuntar hacia la
promoción de escenarios de participación efectiva, situación que ha sido resistida
por la población juvenil, situación manifestada en los amplios porcentajes de
abstención electoral.
3.2 Estrategia del Instituto Nacional de la Juventud.
Una vez retornada la democracia, durante el gobierno del presidente
Patricio Aylwin, se crea el primero de Febrero de 1991, el Instituto Nacional de la
Juventud, dependiente del ministerio de Planificación y Cooperación.
El proyecto de ley aprobado para la creación de éste, plantea en su artículo
2°, que el Instituto nacional de la Juventud es un organismo técnico, encargado
de colaborar con el Poder ejecutivo en el diseño, la planificación y la coordinación
de las políticas relativas a los asuntos juveniles, de acuerdo con la presente ley.
En especial, le corresponderán las siguientes funciones (Constitución Política de
Chile, Ley 19.042):
a) Estudiar y proponer al Presidente de la República las políticas y los
planes generales que deban efectuarse para diagnosticar y buscar
soluciones a los problemas de la juventud, en todas las áreas de las
actividades nacionales.
b) Coordinar con servicios y organismos públicos, como asimismo con
entidades privadas, la ejecución de los planes y de los programas
aprobados, velar por su cumplimiento y evaluar sus resultados (ibid.).
c) Proponer e impulsar programas específicos para jóvenes en todos los
campos en que actúa la Administración del Estado.
d) Mantener y desarrollar un servicio de información, orientación, apoyo
técnico y capacitación que tienda a perfeccionar las acciones que
cumplan funcionarios públicos y otras entidades en las áreas propias del
sector juvenil.
e) Estimular el conocimiento y la participación de los jóvenes, promoviendo
y financiando estudios, trabajos, campañas, seminarios y otras iniciativas
similares.
f) Vincularse con organismos nacionales, internacionales y extranjeros y en
general, con toda institución o persona cuyos objetivos se relacionen con
los mismos asuntos y celebrar con ellos convenios para ejecutar
proyectos o acciones de interés común.
g) Estudiar y proponer al Presidente de la República, iniciativas legales
relacionadas con la situación de juventud.
La diversidad de realidades que presentan los jóvenes en la actualidad, han
hecho necesario rediseñar un Plan gubernamental para el fortalecimiento de la
acción estatal en materia de juventud. A partir del análisis de los datos recogidos
en las encuestas nacionales de juventud, realizadas por el Instituto nacional e la
Juventud en los años 1994, 1998, 2000, 2003, 2010 se constata que una de las
características particulares de la condición juvenil es su participación en los
procesos de cambio cultural que ha experimentado el país en los últimos diez
años.
Estos cambios culturales y sus efectos, sumado a la curva de crecimiento
demográfico del país, presentan un importante desafío para la sociedad y el
Estado, quien entiende como urgente y necesario implementar estrategias de
carácter intersectorial, más allá de la acción propia del INJUV. Es en este
contexto que en Enero del 2004, se crea el Comité gubernamental para el
fortalecimiento de la acción estatal en materia de juventud, espacio creado a
través del instructivo presidencial número 03 del 23 de enero del 2004.
Este Comité tiene como tarea la definición del Plan de Acción en Juventud
que contiene las líneas que asumirán los diferentes ministerios y servicios
públicos en orden al fomento y desarrollo de los jóvenes del país. Así entonces
nace el Plan de acción en Juventud 2004 – 2006, que contiene 56 medidas
concretas, comprometidas por las reparticiones públicas y que se detallan a
continuación.
Las medidas propuestas por este Plan se articulan en base a los siguientes
ejes: Ciudadanía juvenil y generación de redes; Oferta cultural y recreativa;
Autocuidado en salud; Emprendimiento laboral juvenil y Acceso a nuevas
tecnologías.
3.2.1 Eje de acción de ciudadanía juvenil y generación de redes.
El INJUV, en conjunto con las Intendencias, se compromete durante el año
2004, a promover y entregar asesoría técnica para la creación de los Consejos
Regionales y Provinciales de Juventud.
El Ministerio de Planificación y el INJUV, crean en el 2004, el Consejo
Asesor en Juventud, cuyos miembros serán nombrados por el Presidente de la
República. Esto debiera garantizar una mejor representación de la sociedad civil
en la coordinación de las acciones gubernamentales en Juventud.
El Ministerio de Defensa impulsó durante el 2004 la modernización del
Servicio Militar Obligatorio. Consistente en perfeccionar las normas de
reclutamiento, la incorporación de una cláusula de conciencia respecto de la
obligación de cumplir el servicio militar, del desarrollo de los derechos y deberes
del soldado conscripto y la oficina de derechos del mismo y de la aplicación de
una política de incentivos a la voluntariedad (INJUV, 2004).
El Ministerio Secretaria General de Gobierno tramitó durante el 2004 el
Proyecto de Ley de Participación Ciudadana. Esta ley pretende crear
asociaciones voluntarias, el fondo para el desarrollo de las organizaciones de
interés público y el estatuto de voluntariado que fortalecerá institucional y
financieramente a estas organizaciones.
El INJUV se compromete a tener incorporados a 10.000 voluntarios a la
Red Sol, durante el año 2010. Para esto se espera implementar Programa de
Voluntariado Juvenil, que permita coordinar la acción social de los jóvenes con
iniciativas gubernamentales y no gubernamentales (ibid).
El INJUV se compromete a capacitar durante el 2010 a 10.000 jóvenes en
alfabetización digital, con el fin de que puedan acceder a las Biblioredes.
Además, el INJUV se compromete a difundir y promover el uso de Biblioredes
entre los jóvenes.
El Ministerio de Educación difundirá e implementará el ámbito de la ley Nº
19.532 (Jornada Escolar Completa) que hace obligatoria la incorporación de
jóvenes en los Consejos Escolares, con el fin de fomentar la ciudadanía
estudiantil en el sistema escolar.
El Ministerio de Educación y el Ministerio Secretaria General de Gobierno
implementarán el programa “Debates Estudiantiles” destinados al fomento al
debate y discusión en estudiantes de educación media. Este programa
incorporará a 2000 jóvenes miembros de Centros de Alumnos, con un total de 20
encuentros en la Región Metropolitana, desde el 2004 y hasta el 2006.
El Ministerio de Educación desarrollará durante los años 2004 al 2010 un
fondo de proyectos concursables para el desarrollo de actividades de promoción
de la ciudadanía y la participación juvenil en el ámbito de Educación Superior.
El INJUV, en coordinación con los Municipios, se compromete a formalizar
500 organizaciones juveniles cada año. Esta acción pretende fortalecer la
participación juvenil local y el acceso de las organizaciones juveniles a
oportunidades de desarrollo y financiamiento.
El INJUV se compromete a capacitar a 1500 organizaciones juveniles
durante cada año. Esta capacitación tendrá como propósito entregarles asesoría
técnica para dotarlos de información relativa a Fondos Concursables Públicos o
Privados y la formulación de proyectos.
EL FOSIS Y EL INJUV se comprometen a implementar el proyecto
Travesía desde el año 2004 en adelante. Este proyecto está destinado a aplicar
un modelo de atención a 100 jóvenes de entre 19 y 24 años de edad,
pertenecientes al programa Puente y en situación de vulnerabilidad social
CONACE incorporará cada año en el “Fondo Concursable de Proyectos
para la Prevención del Consumo de Drogas” y el “Fondo de Proyectos para los
Estudiantes de la Educación Superior” un componente de fortalecimiento de las
organizaciones y asociaciones juveniles.
El Ministerio Secretaria General de Gobierno, el Servicio Nacional de la
Mujer, el Ministerio de la Cultura, FOSIS e INJUV, se comprometen a crear el
“Premio Nacional de Reconocimiento a iniciativas juveniles destacadas en
ámbitos de interés nacional” (ibid).
FONADIS se compromete a disponer de un Fondo Concursable para
fortalecer organizaciones en la que estén integrados jóvenes con discapacidad.
El INJUV, el Ministerio de Justicia y la D.O.S. se comprometen durante a
disponer en cada una de sus oficinas nacionales y regionales, de un total de
5.000 copias de estatuto tipo para constituir organizaciones juveniles y asistirlas
técnicamente para la adaptación de éstos a su realidad particular.
El INJUV y el Ministerio de Justicia se comprometen durante al año 2004 y
2006 a difundir los derechos de los jóvenes en el marco de la Reforma Procesal
Penal.
El Ministerio de Salud, el Ministerio Secretaría General de Gobierno, SERNAM
e INJUV, se comprometen a difundir todos los convenios suscritos por el país,
que reconocen y resguardan derechos: erradicación de toda forma de
discriminación y violencia hacia la mujer, ley V.I.F., etc.
3.2.2 Eje de Acción oferta cultural y recreativa.
El Ministerio de Cultura se compromete a poner en marcha un fondo
especial de apoyo a las iniciativas culturales juveniles a través del FONDART y
del Fondo del Libro.
El Ministerio de Planificación y Cooperación y el INJUV se
comprometen a dotar, hasta el año 2010, las sedes regionales y 120 Infocentros
del INJUV con equipos de amplificación y de apoyo, para promover el acceso de
los jóvenes a espacios de expresión cultural y artística.
Chiledeportes se compromete a crear 1000 clubes deportivos
escolares entre los años 2005 - 2010. En este proyecto se involucrará a 1000
establecimientos educacionales a lo largo del país.
Chiledeportes desarrollará un programa de 200 Escuelas Abiertas,
durante cada verano, donde los jóvenes podrán desarrollar actividades físicas y
deportivas en los establecimientos educacionales, utilizando para ello el
equipamiento y la infraestructura de éstas.
Chiledeportes implementará durante el 2005-2006, los “Juegos
Nacionales del Bicentenario”. Esta iniciativa incorpora a jóvenes entre 14 y 18
años a una franja de participación con nuevas disciplinas deportivas y eventos
para la comunidad.
Chiledeportes se comprometen a aumentar en un 10% la cobertura
de escuelas deportivas. Esto implica incrementar la atención de jóvenes en la
Escuelas Deportivas en a lo menos 6.000 participantes durante 2004-2006 (ibid).
El Ministerio de Educación y Chiledeportes implementará durante los
años 2004-2006, 200 establecimientos bajo la modalidad de “Liceo Abierto a la
Comunidad”. Esta modalidad fomenta el desarrollo cultural de los jóvenes,
profesores y familia, reconociendo la diversidad al interior del liceo y de su
entorno, buscando además complementar el proceso de aprendizaje de los
jóvenes que cursan educación media, al disponer de mayor horario para el
desarrollo de habilidades sociales, deportivas, recreativas y culturales.
El Ministerio de Educación desarrollará durante los años cada año 55
Campamentos juveniles que atenderán a 3.700 estudiantes. Estos campamentos
contarán con actividades planificadas que integren contenidos y experiencias
educativas de los distintos sectores y subsectores de aprendizaje en un contexto
pedagógico distinto como son: los espacios naturales, culturales y sociales.
El Ministerio de Educación se compromete a aumentar cobertura a
7.000 estudiantes en los festivales deportivos juveniles. Esto conlleva la
realización de competencias y eventos masivos permanentes, inscritos en la
iniciativa “Juegos Generación Bi-Centenario”, que facilitan la participación Inter-
Liceos de jóvenes de educación media.
El Ministerio de Educación convocará durante el 2004 a 3.000
estudiantes al Concurso Nacional de Ortografía “Por un Chile Bien Escrito”, que
cuenta con el auspicio del Gabinete de la Sra. Del Presidente de la República, del
MINEDUC y de la Academia Chilena de la Lengua. El representante chileno
participa en el evento de culminación internacional (ibid).
El Ministerio de Educación convocará durante el cada año a 3.000
estudiantes a las olimpíadas de Física, Química y Matemática. Estas actividades
son organizadas por las Sociedades Chilenas de Física, Química y Matemática,
el MINEDUC y las Universidades sedes que cada año se designan, las cuales
incentivan masivamente a los estudiantes de enseñanza media, al estudio e
investigación de estas disciplinas. Pretenden además, reconocer alumnos
talentosos y motivar a los profesores al desarrollo y aplicación de más y mejores
estrategias de enseñanza.
SERNATUR e INJUV implementan desde el año 2004 el “Programa
de Turismo Juvenil”, orientado principalmente a crear una red de empresarios
especializados en turismo juvenil. Esto implica identificar a las empresas que se
ubican en los principales destinos demandados por los jóvenes o que presenten
el potencial adecuado, involucrar a sus miembros en procesos de capacitación y
asesorías para orientar su oferta y producción al segmento objetivo, promover
sus servicios a través de una guía de distribución nacional masiva y de una
página web, evaluar en conjunto los desempeños por temporada y mejorar tanto
la producción como la promoción en los casos donde exista alguna debilidad
(ibid).
3.2.3 Eje de Acción del auto cuidado en Salud
El Ministerio de Salud, implementará desde el 2006 en el 50% de los
consultorios o centros de salud, una modalidad de atención especializada para
jóvenes: profesionales capacitados, horario específico, espacios habilitados
El Ministerio de Salud aumentará la oferta de consejería en salud sexual
y reproductiva, incluyendo autocuidado preventivo en ETS/VIH-SIDA y con
acceso a métodos de control de fertilidad. Esto será implementado a partir del
2004 y a finales del 2005 se espera atender el 100% de la demanda juvenil en
estos temas.
El Ministerio de Salud, Ministerio de Educación, CONACE e INJUV se
comprometen a aumentar la oferta de atención de salud para jóvenes. Esta
acción incluirá información y consejería en hábitos de vida saludables:
alimentación sana, actividad física, y acciones de prevención del tabaquismo,
consumo de drogas y alcohol, violencia y accidentes.
CONACE implementará planes diferenciados para el tratamiento de la
población adolescente con problemas de consumo de drogas.
El SERNAM se compromete a realizar 26 talleres para jóvenes entre 15 y
24 años, cada año, con el fin de prevenir la Violencia Intrafamiliar.
El SERNAM desarrollará 92 talleres a 2300 mujeres jóvenes de entre 15 y
24 años de edad, para dar atención prioritaria a víctimas de Violencia Intrafamiliar
en los 23 Centros de Atención que tiene esta institución a lo largo del país.
Ministerio de Salud, SERNAM e INJUV desarrollarán campañas de
difusión de los convenios suscritos por el país que reconocen y resguardan
derechos: erradicación de toda forma de discriminación y violencia hacia la mujer,
ley VIF, etc
Ministerio de Salud, INJUV implementarán durante al 2010, un programa
de difusión, información e incentivo a la inscripción de los y las jóvenes en los
consultorios o centros de salud (ibid).
El SERNAM implementará 16 talleres a 240 jóvenes de ambos sexos,
entre 15 y 29 años, participantes del Programa Puente, destinados a sensibilizar,
difundir y promover derechos en sexualidad y responsabilidades familiares con
enfoque de género.
3.2.4 Eje de Acción del emprendimiento laboral juvenil.
El SENCE atenderá durante cada año a mil jóvenes participantes del
Programa Chile Solidario y beneficiarios del pro-empleo a través de un programa
especial de capacitación que mejore sus condiciones de empleabilidad.
El SENCE beneficiará a 9.000 jóvenes a través del Programa de
Formación en Oficios para jóvenes y Contrato de Aprendices. A través de esta
iniciativa, se espera incentivar a las empresas a contratar mano de obra joven
con la posibilidad de ejecutar planes de aprendizaje. Las empresas tienen
derecho a percibir una bonificación mensual de un 40% de un ingreso mínimo
mensual por aprendiz durante los primeros 12 meses de vigencia del contrato por
una sola vez y un adicional de 10 U.T.M. por aprendiz, destinada a financiar los
costos de la capacitación.
SENCE capacitará durante los años 2005-2010 a conscriptos en áreas vinculadas
a la formación para el trabajo y la alfabetización digital.
FONADIS se compromete a proporcionar servicios de intermediación
laboral en todas las regiones del país para jóvenes con discapacidad mayores de
18 años de edad
INDAP y SERCOTEC se comprometen a priorizar durante el 2004 y 2005
al segmento juvenil para favorecer las iniciativas de emprendimiento laboral de
los jóvenes.
INDAP se compromete a priorizar a jóvenes rurales en Instrumentos
“Servicio de Asesoría Técnica” (SAT) y “Programa de Desarrollo de Inversiones”
(PDI). Esto tiene por propósito apoyar a los jóvenes rurales en el desarrollo de
capacidades productivas y empresariales.
3.2.5 Eje de Acción en el acceso a nuevas tecnologías.
El INJUV tendrá habilitada una Red de 120 Infocentros Juveniles a lo largo
de todo Chile, capaz de atender a 500.000 jóvenes en conectividad digital cada
año.
El INJUV realizará durante el 2010 506.000 atenciones a jóvenes en
materias de alfabetización digital y derechos juveniles en las Direcciones
Regionales del INJUV.
La SUBTEL y el INJUV entregarán capacitación a 21.000 jóvenes en
alfabetización digital. Para esto se implementarán cursos de veinte horas
pedagógicas con certificación de competencias.
El SENCE y el INJUV implementarán cada año, cursos de 18 o 30 horas
de alfabetización digital para a lo menos 9.000 jóvenes que participen en los
diversos programas de SENCE.
FONADIS E INJUV se comprometen durante el año 2006 al 2010 a
promover el acceso a las nuevas tecnologías a los y las jóvenes con
discapacidad en los Infocentros del INJUV, habilitando los insumos y espacios
necesarios para ello.
El Ministerio de Educación implementará a partir del 2005, medios
electrónicos para la postulación de beneficios estudiantiles o becas.
El Ministerio de Educación implementará a partir del 2005, medios
electrónicos destinados a la información laboral y académica para jóvenes.
III PARTEANÁLISIS DE DATOS
CAPÍTULO IV
DEL BRONX AL PASAJE OSSA: El Hip Hop en Santiago de Chile.
Este capítulo se inicia con una descripción de los orígenes y el desarrollo
histórico del Hip Hop en Santiago, presentando además el panorama que
actualmente vivencia este movimiento. Se incluye también, aquellos elementos
culturales, como por ejemplo, lo valores, que identifican al Hip Hop, y
posteriormente se realiza una caracterización de los jóvenes que participan de
este tipo de agrupaciones, así como también, de la motivación que los guía para
ser participes de los mismos.
4.1 Orígenes y evolución del Hip Hop en Santiago
“No estoy ni ahí con cultura, la cultura de los ricos y milicos es
basura… Yo no quiero crecer, y yo no quiero estudiar, si las reglas
no son justas y mi libro no es igual, que el del hijo del jefe que
tiene mi papá, él es de casa y lo adiestran pá que sepa mandar, que
sepa todo el mundo lo que los ricos quieren, que sean ignorantes
pero que no se enteren, para así mantener el nivel de la banca, la
economía crece todos los días, mil millones aparecen y los ricos
crecen, crecen y la torta gigante que no repartirán, solo con las
migajas nos tenemos que conformar…”
(Panteras Negras, 1991)
Hacia 1984 el país se encuentra regido por la dictadura militar de Augusto
Pinochet. En este período se empiezan a implementar las mayores medidas de
liberalización económica y la cesantía sube a niveles considerables. La
participación de los jóvenes se da principalmente a través de actividades
escolares extracurriculares, actividades deportivas y grupos religiosos
(comunidades cristianas de base). La actividad política está fuertemente
controlada por el gobierno militar, fundamentalmente por medio de la intervención
de los sindicatos y centros de alumnos. Los partidos políticos se encuentran
proscritos por ley. La actividad cultural se remite a las ya mencionadas
actividades comunitarias religiosas, a las “peñas” clandestinas, y a todo tipo de
creación artística que no represente un cuestionamiento al régimen imperante.
El gobierno militar se encuentra enfrentado a una etapa de agudización del
descontento social y con ello la movilización de los sectores populares a través
de protestas y cacerolazos es cada vez mayor, por lo que las medidas de
represión, así como los enfrentamientos, se agravan de manera considerable. En
este contexto, las alternativas de entretención y esparcimiento para cualquier
joven de población, consistían en lo siguiente:
“(…) uno salía del Liceo, llegaba a la casa y las alternativas eran
ir a jugar una pichanga a la calle o sentarse a ver ‘Cine en su Casa’
en el canal 13. Los sábados era sagrado ver los ‘Sábados Gigantes’
toda la tarde junto a toda la familia, y después a veces uno salía a
fumarse un pito y después de las 10 no se podía salir mucho
porque los pacos te pillaban y te llevaban preso o te apaleaban…”
(Claudio, 35 años).
“(…) pa nosotros el puro viaje de ir al centro ya era entretenido,
por que así salíamos un ratito del barrio, la rutina y el ‘paqueo’ de
los viejos. En la casa la única entretención era ver tele o salir a
jugar a la pelota. A veces el barrio se ponía entretenido cuando
habían protestas y llegaba la policía, eso pa nosotros era
entretenido y al otro día teníamos anécdotas para contar en el
colegio…” (Manuel, 32 años).
Hacia 1984, con la exhibición de la película “Wild Style”, que trata sobre un
grupo de jóvenes bailarines negros y latinos de Nueva York, la cual es transmitida
por el canal estatal de televisión, comienza la llegada a Chile de un nuevo y
llamativo estilo de baile llamado “Breakdance”. Pronto, este nuevo y llamativo
estilo de baile comienza a exhibirse en diversos programas de televisión, y con
ello logra sus primeros adeptos entre la juventud santiaguina.
Aún cuando no existe un acuerdo unánime entre los informantes acerca de
cómo comenzó su propagación en Santiago, la mayoría coincide en la
importancia de las primeras reuniones en el pasaje Bombero Ossa, una calle
peatonal ubicada en el centro de la ciudad, punto neurálgico para la práctica del
Breakdance, lo que podría ser entendido como la semilla del posterior desarrollo
del Hip Hop a nivel nacional. Este punto se vuelve fundamental por cuanto es el
único lugar (por lo menos así mencionado) en donde se reúnen jóvenes de
diversas comunas para bailar el Breakdance (baile quebrado).
Quienes bailaban Breakdance provenían de diversos sectores de la
ciudad, tales como Conchalí, Santiago Centro, San Miguel, Ñuñoa, La Cisterna,
etc. Eran en su mayoría jóvenes de entre 13 y 18 años, habitantes de
poblaciones y sectores medio bajos, en palabras de Claudio:
“…éramos cabros re piolas, nadie estaba metido como en política
u otras cosas, nosotros lo único que queríamos era hacer algo
entretenido…”.
Estos jóvenes acudían al pasaje Bombero Ossa con la intención de
intercambiar música, pasos de baile, revistas y otros materiales. Con el tiempo se
fueron generando algunos grupos de baile que se expandieron por algunos
puntos de la ciudad. A esta expansión ayudó mucho la llegada de jóvenes
“retornados”, hijos de chilenos exiliados que comenzaban a regresar al país,
procedentes de países como Francia, Canadá, Alemania y Suecia entre otros, y
que traían consigo mucho material desconocido para la incipiente movida local.
En esta época aparecen las primeras agrupaciones de B-Boys (denominación
que se le da a los integrantes del Hip Hop y en particular a quienes bailan el
Breakdance), tales como: Montaña Breakers, B14, T.N.T., Floor Masters (cuyo
integrante principal era de Los Angeles, USA).
Hacia 1987, comienzan a aparecer los primeros grupos de Rap, la música
del Hip Hop: Panteras Negras, CMC Los Marginales, Latin Posse (posteriormente
la Pozze Latina, conformado por hijos de “retornados”). Con ellos surge también
un nuevo elemento solo conocido a través de las películas: El Graffiti, cuyos
primeros exponentes provenían de algunas brigadas muralistas y comandos de
propaganda política. Fue en la comuna de San Miguel, en donde se realiza el
primer Graffiti Hip Hop, es decir, una pieza pintada con Aerosol que representaba
una nueva estética y diseño muy similar a lo visto en las películas
norteamericanas, cuyo autor fue “Toño Negro”.
Simultáneamente se formaron los primeros DJ’s.. Destacaron
notablemente los DJ Borna, proveniente de Barcelona y DJ King Master, del
grupo CMC y Los Marginales.
En 1989 se graba el primer disco de un grupo ciento por ciento Hip Hop
chileno, se trataba del casette “Lejos del centro” del grupo Panteras Negras,
originarios de la población Huamachuco de la comuna de Renca. Este grupo,
marca un referente en cuanto al Hip Hop en Santiago, producto de su notoriedad
ejercen un liderazgo gracias al carisma de su vocalista, Lalo Meneses, quien fue
invitado en más de una ocasión a los tímidos programas de debates y opinión
política que se comenzaban a emitir una vez retornada la democracia al país. El
discurso de Meneses reproducía el planteamiento de los sectores mas politizados
del movimiento, planteando reivindicaciones sociales y un serio cuestionamiento
al gobierno recién asumido.
“(…) esa fue una época súper bonita, no había rivalidades ni
nada, entre todos nos intercambiábamos casettes. Era súper difícil
conseguir material como fotos, videos y esas cosas, por eso
nosotros mismos teníamos que inventar las cosas, era como si
‘estuviéramos imitando algo que no sabíamos como era, pero lo
que si sabíamos era que el Hip Hop, o rap o breakdance o como le
llamáramos en ese tiempo, nos representaba y nos hacia sentirnos
importantes”. (Manuel, 32 años).
“…en ese tiempo nosotros bailábamos con música gringa no
más, nadie cachaba bien lo que decía la letra, pero cuando llegó el
Jimmy Fernández (ex integrante de La Pozze Latina) y otros locos
que venían de afuera (del extranjero), empezaron a traducir las
canciones y algunos se animaron a hacer sus propias letras.
Incluso los primeros que hicieron Rap fueron los ´De Kiruza´ con el
tema “Algo esta pasando, algo huele mal”, aunque ellos no eran
Hip Hop igual apoyaron harto a los que estaban empezando a hacer
música” (Raúl, 31 años).
A partir de los 90 y con la llegada de la democracia el panorama cambia; el
retorno masivo de los exiliados y sus hijos, la mayor apertura de los medios de
comunicación y la sobre exposición del Hip Hop a nivel mundial, trae como
efecto, la masificación del movimiento en Santiago. Aún cuando esta masificación
significó que el mercado pusiera sus ojos en esta llamativa “moda”, el Hip Hop y
especialmente su componente musical, el Rap, lograban cada vez más,
consolidarse como una de las expresiones juveniles con mayor aceptación entre
los jóvenes. Prueba de ello, fueron las populares fiestas vespertinas que cada
domingo organizaban discoteques como la Time y la Grammy en Ñuñoa, la Top y
la Rockola en Independencia, y la Strike en La Cisterna entre otras.
Estas fiestas estaban dirigidas a menores de 18 años, en ellas no se
vendía alcohol y a partir de concursos y programación casi exclusiva de música
Rap, buscaban generar un negocio a partir de la escasa oferta de actividades de
entretención existentes para el segmento juvenil menor de 18 años. Este tipo de
encuentros se convirtió en un buen negocio, que duró aproximadamente 3 años,
del 94 en adelante, desapareciendo finalmente con el surgimiento de los Malls,
Cines y otros espacios de diversión citadina. Cabe señalar además que durante
esta década son las subculturas y contraculturas juveniles tales como el punk, el
metal, el new wave y las barras bravas quienes se convierten en un referente de
las nuevas formas de agrupamiento juvenil, particularmente en los sectores
marginales de la urbe.
La década del 90 trae consigo una evidente maduración del movimiento,
realizándose cada vez mayor cantidad de encuentros, recitales, campeonatos y
otro tipo de actividades. En éstas se nota un cada vez mayor profesionalismo
tanto en las propuestas artísticas de quienes participan como en la producción de
las mismas, algunas de las cuales surgen a partir de la autogestión, como una
serie de encuentros metropolitanos en la población La Victoria, y otras que
empiezan a contar con el apoyo de Instituciones y especialmente de los
gobiernos locales.
En 1992 se realiza el primer Campeonato regional de Breakdance en la
comuna de San Miguel, conducente al Primer Campeonato Nacional de Break
Dance, en la región de Coquimbo. En 1986 Rodrigo Moreno y un grupo de
periodistas vinculados a la revista Análisis, forman el colectivo Teleanálisis,
realizando el documental “Estrellas en la esquina”, en el cual se realizaron
algunas entrevistas a integrantes del grupo los Panteras Negras de la población
Huamachuco de Renca, y a otros destacados integrantes de la escena de esa
época.
“(…) yo me metí en esto como en el 94, cuando se hacían las
primeras fiestas los domingos en la tarde en la (discoteque)
Rockola del barrio Bellavista. Me acuerdo que yo iba con mis
compañeros del colegio y era bien entretenido por que la onda era
bailar y conocer gente, a veces nosotros armábamos coreografías
y ganábamos algunos concursos. La música que ponían era bien
‘popera’, o sea bien bailable y media ‘light´, incluso yo tenía otros
amigos raperos que no iban por que decían que ir a esas fiestas
era ´venderse´. De todas formas yo creo que de alguna forma esas
fiestas igual sirvieron para que el Hip Hop madurara un poco y se
expandiera más” (Andrés, 29 años).
“es indudable que las fiestas domingueras comercializaron el Hip
Hop, a mi me daba rabia ver tantos cabros que se creían raperos
por que se vestían con pantalones anchos y usaban el gorro para
el lado. Claro que igual fue una etapa necesaria, yo creo que así
como las personas tienen diferentes etapas en su vida, el tiempo
de las fiestas domingueras fue como la ´adolescencia´ del Hip Hop
en Chile” (Claudio, 35 años).
Hacia fines de los 90, el principal lugar de encuentro ya no era el pasaje
Bombero Ossa ni las discoteques, el Hip Hop se había expandido y los puntos de
encuentro lo constituyen innumerables plazas, esquinas y locales en diferentes
comunas del Gran Santiago. Nuevos medios tecnológicos comienzan a aparecer
y con ello nace una enorme cantidad de grupos de rap, ahora los medios para
producir música y conseguir información del extranjero son mucho más
asequibles. El Breakdance es dejado un poco de lado, cambiando su punto
neurálgico a un costado de la antigua Estación Mapocho, y el Rap se convierte
definitivamente en el principal referente de la ahora denominada “Cultura Hip
Hop”.
Coincidiendo con el nuevo protagonismo que ha partir del 2000 toma la
música Rap dentro de la cultura Hip Hop, comienzan a manifestarse las primeras
divisiones, las cuales responden a diferencias generacionales entre los
“fundadores” y aquellos “nuevos integrantes” que comenzaban a ejercer
liderazgos renovados, caracterizados por un discurso mas integrador y
propositivo y menos contestatario. De esto se advierte que el grupo de los
“fundadores” responde claramente a una generación caracterizada por la
exclusión social, quienes resignifican al Hip Hop según la situación social más
relevante de su cotidianidad reciente, la marginalidad, en el momento en que esta
sub cultura se origina. Opuesto a éstos, la nueva generación, se encuentra en
mejores condiciones relativas de ser incorporados, fundamentalmente mediante
la oferta del sector privado, como también por las políticas implementadas por los
gobiernos concertacionistas.
Uno de los fundadores del Hip Hop, Lalo Meneses, da cuenta de la
segmentación de las visiones en una entrevista concedida a una revista juvenil
llamada Rock and Pop:
“(el INJ) es una invención para que la gente no diga que no hay
nada, pero no tiene ningún objetivo concreto, hay locos a quienes
han ayudado aunque nunca sea suficiente. En el fondo la política
estatal hacia los jóvenes es siempre asolapada y mal intencionada,
se esta tratando de sacar algo a cambio, votos de los locos en las
elecciones. Para los políticos no somos más que un número de
carné y los que trabajan en esas instituciones también lo saben.
(…) el rap tiene que contar cosas y ser un vehículo de
comunicación alternativa, puesto que así nació (…) hay un Hip Hop
que no cuenta nada, que cuenta puras huevadas, que ni siquiera te
dice que bailes. Eso no es Hip Hop, eso es perder el tiempo, gente
que hace canciones con la intención de que les guste a los cuicos
y los pobres. Eso no es rap, ni rock, ni nada, eso es perder el
tiempo…”. (Rock and Pop, N° 50. 1998. p. 28)
Una opinión distinta manifiesta el rapero Seo2, lider de la crew DMS, una de las
más antiguas de Santiago. A continuación un extracto de una entrevista realizada
en marzo del 2000, que ofrece una visión diferente del Hip Hop.
“Yo siento que hay que integrarse al sistema y desde adentro ir
moviendo las piezas a favor de uno, porque si estás fuera nunca
vas a poder entender (el sistema) para así modificarlo a tu gusto.
Como dice Ice T – Hay que comprender el sistema para poderlo
modificar – tú con que moral le puedes decir algo a alguien de algo
que no entiendes”. (Revista Kultura Hip Hop, 2000, p.5).
De esta diferencia de visiones surgirán los conceptos de “Vieja escuela” y
“Nueva escuela” para categorizar no sólo la diferencia generacional, si no más
bien, dos maneras distintas de entender el Hip Hop, lo que marcara la pauta en el
desarrollo de este a partir del 2000 en adelante.
4.2 El panorama actual
El Hip Hop a partir del 2000 experimenta una notable profesionalización,
particularmente en sus diversas áreas de expresión artística. Actualmente existen
artistas chilenos de rap como Saturno, Anita Tijoux, Movimiento Original,
Cevladé, Tiro de Gracia, entre otros, con producciones musicales de carácter
profesional; cantidades considerables de copias vendidas; giras al extranjero; y
consolidados plenamente en la industria discográfica nacional. La escena musical
del rap a nivel underground (no profesional), cuenta con cientos de exponentes y
miles de seguidores en la capital; numerosos discos y videos circulan por Internet
y cada fin de semana son muchas las tocatas y conciertos que se realizan en
diversos puntos de Santiago. Entre los referentes de la escena subterránea
encontramos a: Guerrillerokulto; CHR, Legua York, Jotadroh; Cuarto Universo; El
Lechero; entre muchos otros.
Por otra parte, el Graffiti se ha expandido en niveles inimaginables y
cuesta encontrar muros en la ciudad que no se encuentren impresos de tags,
stencil, throw ups, flops y otras formas estilísticas. Periódicamente aparecen
publicaciones especializadas sobre el graffiti en Santiago y en Internet son
cientos las páginas que exhiben las mejores piezas de la ciudad; cientos de
diseños surgidos del graffiti Hip Hop han sido incorporados a prendas de vestir, a
la publicidad y a productos de consumo masivo. Entre los principales exponentes
se puede mencionar a artistas y crews (grupos) como: Crueles Pintores; CPW,
DVE; AYSLAP; Inti, BAZKO, XPLO; etcétera.
El Breakdance se ha consolidado como el baile urbano por excelencia,
siendo exhibido casi a diario en diversos canales de televisión abierta. Varios
gimnasios lo han incorporado como parte de sus actividades y algunas
instituciones gubernamentales lo promueven mediante la implementación de
talleres en diversos sectores de la ciudad. Cada año se realiza un campeonato
nacional de Breakdance denominado “Sudaka”, el cual contempla eliminatorias
regionales y de él se elige al grupo representante de el país para el Campeonato
Sudamericano de la disciplina.
4.3 Elementos culturales distintivos: Conductas, manifestaciones artísticas,lenguaje, valores.
El Hip Hop esta estructurado básicamente en torno a 3 expresiones
artísticas que funcionan como medios de promoción, de encuentro y como un
importante elemento de autoafirmación de la identidad Hip Hop. Estas
expresiones son el baile, la pintura y la música, las cuales poseen nombres y
características particulares, es necesario señalar que dentro del Hip Hop el
elemento musical considera dos sub divisiones; la música y el canto como
expresiones diferentes.
Las expresiones culturales en el Hip Hop han ido variando en cuanto a
forma y contenido, así como también frente a la masiva expansión del mismo,
diversificándose según los distintos grupos y zonas de la ciudad.
Dentro del Hip Hop podemos distinguir ciertos elementos culturales
particulares que le dan el carácter de sub cultura, por cuanto aún cuando convive
y se subyuga a un sistema cultural macro, posee componentes propios tales
como: una forma original de expresarse, una jerga particular, un “estilo” de ropa
propio, diversas expresiones artísticas y ciertas actividades grupales que poseen
un significado especial para quienes participan de ellas.
El aspecto visual cobra una importancia mayor dentro de los elementos
que identifican a esta sub cultura, cuestión que la hace coincidir claramente con
otras sub culturas juveniles. Este estilo particular tiene que ver con la finalidad de
marcar una diferencia entre grupos y manifestar una oposición a lo establecido
por el patrón cultural oficial. En su vestimenta se destaca el uso de ropa
exageradamente grande, en particular pantalones de varias tallas más arriba;
calzado y camisetas deportivas; gorros; y accesorios tales como colgantes,
pulseras y aros.
“…a mi me gusta vestirme así por que me siento cómodo,
además no estoy ni ahí con lo que diga el resto de la gente, me
interesa lo que me digan mis amigos no mas, todo el resto no me
importa…” (Zoikel, 18 años).
Lo visual se expresa además, en la práctica del Graffiti y su manifestación
más básica y la vez, la más resistida: el tag. El tag (“firma” en inglés), consiste en
una rúbrica con letras de diseño particular, generalmente con el nombre o apodo
de su creador, que se estampa sobre superficies tales como cuadernos, paredes,
micros y un sinfín de lugares, lo que tiene por objeto “dejar una huella” o en
algunos casos “marcar territorio”. Está caracterizado por representar una
trasgresión deliberada a la propiedad privada, y ser fuente de discusión al interior
del propio Hip Hop, en donde hay quienes defienden su práctica argumentando
que el Hip Hop es por esencia “protesta” y “ruptura” frente a lo establecido. Por
otro lado, hay quienes opinan que este es un acto meramente vandálico y que no
representa la esencia del Hip Hop.
“Mi tag es ´More´ y lo uso desde que tenia como 12 años. Yo
´takeo´ en el colegio, en el barrio, en las micros y donde esté,
siempre ando con mi plumón (…) A veces ´takeo´ solo y otras
veces salgo con los cabros de mi grupo, los ´Boomb.S.C.´
(Bombardeo Sur Crew) a bombardear micros o de repente locales.
Es bacán por que uno siente como una adrenalina bombardeando
micros. Incluso a veces hacemos competencia con otro piño que
también son de Puente Alto, para ver quien hace más rayados en
una noche (…) La idea de uno es ´auspiciarse´ a uno mismo y al
grupo y que después todos cachen tu tag…” (Matías, 17 años).
Lo anterior evidencia que la práctica del “bombardeo” o la estampa del tag
en diversos lugares, apuntaría fundamentalmente a una búsqueda de
reconocimiento por parte del grupo de pares, así como la autoafirmación del
sujeto, al coordinarse para realizar esta práctica, definiendo un nombre para el
grupo, transformando a éste en su grupo de referencia en donde los sujetos
pueden reconocerse y ser reconocidos. El termino “auspiciarse” se refiere a
“hacerse conocido”, que su seudónimo sea conocido por todos aquellos a
quienes él considera importante. Es un mensaje en clave para el resto de los
seguidores del Hip Hop, el cual dice: “Este es mi nombre, estoy aquí”.
4. 4 Sobre la participación en el Hip Hop
La participación en la sub cultura Hip Hop en la ciudad de Santiago se
desarrolla básicamente en 3 ámbitos, los cuales clasificaremos de la siguiente
forma: participación pasiva; participación artística; y participación política. La
primera de estas se refiere a la participación en actividades relacionadas con el
consumo y producción cultural, es decir, actividades individuales y grupales
tendientes principalmente a “adquirir”, ya sea un bien, una satisfacción o un
reconocimiento entre sus pares; ejemplo de esto es la asistencia a conciertos, la
compra e intercambio de discos, poleras, revistas, y otros; participación en grupos
de pares, etc. Este tipo de participación se caracteriza además por la ausencia
de relaciones de subordinación.
Los jóvenes que integran el Hip Hop son mayoritariamente hombres, aún
cuando se observa una gran cantidad de mujeres en sus actividades,
principalmente en las tocatas. Al consultar a algunas de ellas, mencionan que no
se sienten “Hiphoperas”, aún cuando escuchan música Rap, se visten al estilo
Hip Hop y su grupo de referencia son seguidores del Hip Hop. Se advierte en esto
una mayor reticencia a ser encasilladas, así como una mayor valoración de su
individualidad e independencia.
“… a mi no me gusta ser de un sólo grupo, a mi me gusta el rap y
me gusta vestirme así pero también me gusta juntarme con otros
chiquillos que son de otra onda” (Evelyn, de 17 años).
Sin embargo y pese a la aparente pasividad de las mujeres y el desapego
que manifiestan de la identidad Hip Hop, muchas de ellas asumen un importante
papel en la organización de estas actividades, asumiendo un rol de liderazgo en
labores eminentemente administrativas y de coordinación. No así en la expresión
artística, volviéndose evidente el menor número de éstas en escenarios, tanto en
el baile como en el canto, situación que se repetiría en el Graffiti. Aunque es
necesario precisar que durante la investigación, se mencionan de manera
permanente y de manera destacada algunas cantantes como Mystika, Anita, las
Deyas, Vafe Jhaus y bailarinas de Breakdance (B-Girls) como Kitty y Jenny.
En esta forma de participación que hemos denominado “participación
artística”, se enmarcan los creadores musicales (productores de bases musicales
sobre las cuales canta el MC – maestro de ceremonias -); los Dj´s, encargados de
hacer trucos con las tornamesas; los mencionados MC´s, protagonistas
principales del espectáculo musical; los Graffiteros (llamados también
“escritores”), los B-boys y B-girls (bailarines de Breakdance); y los gestores
culturales u organizadores de eventos, todos quienes representan liderazgos de
carácter carismático, y muchas veces un estatus superior, dentro de la sub
cultura Hip Hop.
Por último encontramos la participación política, referida principalmente a
las acciones emanadas de una militancia activa, en cuanto a la defensa y/o
promoción de determinados valores que serían intrínsecos al Hip Hop, según la
visión que se tenga de este, cuestión que mencionáramos anteriormente
categorizándolas en “Vieja escuela” y “Nueva escuela”.
Quienes adscriben a la visión de la vieja escuela, se caracterizan por
manifestar un mayor apego a lo que consideran principios fundacionales de la
sub cultura, es decir, observan y viven el Hip Hop como un medio alternativo de
participación y satisfacción de necesidades sociales, manteniendo un discurso
trasgresor y contestatario frente a un sistema que consideran opresor e injusto.
Los Hip Hoperos radicales (como denominaremos a este grupo, para evitar
caer en imprecisiones con la categoría “vieja escuela” desde una mirada
exclusivamente generacional), se caracterizan por una militancia mucho más
comprometida en lo social de lo que denominan “Movimiento Hip Hop”, y
consideran a este como un mecanismo de movilización en función de demandas
sociales que atraviesan a diversos estamentos de la sociedad.
Algunos de ellos han logrado articular organizaciones de base, en torno a
la realización de talleres formativos, y consolidar el último tiempo una fuerte
coordinación entre éstas. Particularmente en Santiago, son visibles este tipo de
organizaciones Hip Hop en las comunas de Estación Central, Cerro Navia,
Pudahuel, San Joaquín y Puente Alto. En función de las redes que han
establecido podemos identificar 3 de ellas:
Red de Hip Hop Activista.
Colectivo Agosto Negro.
Colectivo La Calle Records.
4.4.1 Red de Hip Hop Activista.
La Red de Hip Hop Activista (RH2A), es la mayor y más expandida de
estas redes y tiene sus orígenes en la coordinación de diversos talleres
autónomos de sectores tales como la población Jaime Eyzaguirre en Macul,
Puente Alto, Pudahuel y Villa Francia; así como tambien en las ciudades de
Chillan, Concepción y Valparaíso, que hacia el año 2002 conforman el Colectivo
de Hiphoplogía. El cual se plantea como propósito promover el Hip Hop como un
espacio de reflexión y movilización en torno a problemáticas sociales que afectan
a los sectores mas marginados de la sociedad, apuntando hacia la autogestión y
la autonomía de los sujetos frente a la maquinaria del sistema.
Entre sus logros destaca visibilizar al Hip Hop entre otros movimientos de
reivindicación social, mediante su participación en marchas como las del Día del
trabajador, la Marcha conmemorativa del 11 de Septiembre, Marchas pro
liberación de presos políticos y de apoyo a la causa del pueblo mapuche. Logran
también implementar una metodología de trabajo basada en la Educación
Popular, principalmente a través de la aplicación de instrumentos de trabajo
grupal publicados por el MST (Movimiento de los Sin Tierra) de Brasil.
Otro de sus logros ha sido autogestionar un número importante de material
de difusión discográfica, mediante el sello independiente Esfera Roja. Así como la
realización de encuentros, seminarios y un sinnúmero de actividades artístico
culturales en diversos sectores de Santiago y algunas regiones.
4.4.2 Colectivo Agosto Negro.
Este colectivo nace de la escisión de un grupo de participantes del
Colectivo de Hiphoplogía, encabezados por el grupo Legua York. Agrupa a un
número menor de talleres y colectivos, básicamente de San Joaquín y Puente
Alto. Sus actividades están dirigidas a la realización de talleres y actividades
artístico - culturales, implementando además algunos proyectos patrocinados por
instancias gubernamentales y/o del tercer sector (ong´s y fundaciones).
Entre sus logros se destacan el desarrollo de un sólido trabajo comunitario
y la generación de una importante red social en la población La Legua, lo que se
ha visto reflejado en la implementación de una Radio comunitaria y en su
participación en el Encuentro de la Juventud en la ciudad de Caracas, Venezuela,
el 2005; y el II Encuentro Nacao Hip Hop Brasil, en Sao Paulo el 2010.
4.4.3 Colectivo La Calle Records.
Cabe aclarar en primer lugar, que el nombre mediante el cual
denominaremos a esta red, responde a un criterio arbitrario y es procedente solo
para los efectos de ésta investigación.
Esta red está conformada por antiguos elementos de La Coalición,
instancia creada a fines de la década de los 80 por integrantes de grupos
históricos en el Hip Hop, como Panteras Negras y el grupo de Breakdance
Gravedad Cero, a quienes se han sumado otros importantes actores del Hip Hop
capitalino.
“La Calle Records” tiene como eje central el sello musical independiente
del mismo nombre, y a través de la red que genera se han consolidado como
importantes gestores culturales, principalmente en el sector nor poniente de la
ciudad, en las comunas de Cerro Navia, Lo Prado, Pudahuel y Renca. Entre sus
actividades destacan la producción discográfica de diversos grupos, entre los que
destacan Panteras Negras, Jaas, y Oskar T entre otros, además de la realización
de encuentros anuales de Hip Hop denominados “Encuentro de La Calle”,
contando con el apoyo de diversas instancias gubernamentales.
Aún cuando algunas de las redes y organizaciones aquí descritas,
adscriben a ideas de sectores políticos diversos, todas coinciden en plantear el
carácter revolucionario del Hip Hop, por cuanto este surge del descontento de
sectores marginados del desarrollo social y económico en Nueva York, Estados
Unidos, situación que encuentra eco en otras sociedades capitalistas con un
modelo económico similar al del país del norte.
Por otra parte, quienes adscriben a la “Nueva escuela”, una visión menos
confrontacional del Hip Hop, establecen redes de cooperación y trabajo a través
de la conformación de “crews”, que apuntan mas que nada, a una cooperación en
el área de las expresiones artísticas y como grupo de referencia. Estas Crews
están presentes en toda la ciudad y responden, más que nada, a un criterio
territorial o estilístico. La Crew es el espacio más inmediato de socialización de
los seguidores del Hip Hop, consolidándose como el lugar de encuentro y
desarrollo de redes personales y grupales. En ella participan hombres y mujeres
generalmente de entre los 15 a los 24 años de edad.
Surgen de forma espontánea en barrios o colegios, siendo su estructura de
participación de carácter horizontal fluctuando su cantidad de participantes de
entre 5 a 30 jóvenes. Las actividades de la Crew pasan desde la práctica del
canto, el baile y la pintura, hasta otras más cotidianas en la vida de cualquier
joven, como ir a fiestas, salir, jugar u otras actividades de ocio.
“Para mi la Crew es como mi familia, con los cabros yo aperro a
todas partes, vamos a fiestas, a tocatas o sino nos quedamos
dando jugo en la plaza todo el día y toda la noche. Si le pasa algo a
uno todos aperramos, somos bien unidos por que empezamos casi
todos juntos en el Hip Hop (…) Hay algunos que pintan, pero la
mayoría rapeamos y salimos a takear. En la Crew de nosotros, - la
D.S.- hay 2 grupos, ´Poesia callejera´ y los ´Eskina family´, que
aunque seamos diferentes igual nos subimos todos a rapear por
que al final somos como hermanos por que somos de la misma
Crew” (Zoikel, 18 años).
Entre las actividades realizadas en el Hip Hop, la tocata o concierto, se
convierte en el momento culmine de la relación social entre los sujetos, es allí
donde se manifiesta toda una ritualización que va desde la preparación del viaje
al lugar en donde se realizará la tocata, proveyéndose de plumones y latas de
pintura en spray (el llamado “arsenal”) para ir estampando sus tags por los
lugares que pasen; la recolección de dinero para entrar a la actividad por un
precio negociable con los organizadores; el fumar marihuana o beber alcohol,
hasta la participación de algunos conocidos en el escenario y el rito mas
esperado: “el micrófono abierto”.
El micrófono abierto consiste en que una vez finalizado el show y la
presentación de los diversos artistas, se invita al escenario a todos los asistentes
del público que quieran improvisar algunas ´rimas´, en una especie de juego en
que el contenido de las letras apunta a enaltecer la Crew de la que se es parte.
Este rito puede durar varios minutos y suele dar término a las tocatas.
Los encuentros de Breakdance, consisten básicamente en la recreación de
una pelea callejera entre dos bandos (razón por las que se les denomina
“Batallas”), pero en este caso, los golpes son reemplazados por pasos de baile
espectaculares que buscan ridiculizar al rival. Este se realiza mediante la
conformación de un círculo por parte de los asistentes, y a cada costado de este
se instalan los equipos que darán forma al “desafío”. Los equipos se componen
cada de 5 bailarines en promedio, y la batalla durará lo que éstos estimen
conveniente, previo acuerdo con el DJ, que es quien musicalizará y animará al
público durante la jornada. Finalmente es el público quien declara que equipo
“gana”, aún cuando el objetivo no sea determinar un ganador, sino
más bien, compartir y mostrar lo aprendido durante las prácticas, siendo entonces
la fraternidad y el respeto la regla fundamental de esta actividad. En los
campeonatos que cuentan con un número mayor de equipos participantes, existe
un jurado compuesto por B –Boys de mayor experiencia, quienes se guiarán por
la originalidad del baile, las técnicas empleadas y la empatía que los equipos
logren generar con el público
Tanto las Tocatas como las batallas de Breakdance, presentan quizás
como característica principal, un difuso límite entre artistas y público. La
horizontalidad entre artista y espectador da cuenta de la despersonalización de la
actividad, otorgando el protagonismo a la escena misma y a los hechos que
transcurren durante la actividad.
4.5 Radiografía a un Hiphopero.
A continuación presentamos un cuadro que identifica a los jóvenes
entrevistados durante el desarrollo de esta investigación según su nombre, edad
y comuna de procedencia.
Cuadro N° 4Identificación de entrevistados Hip Hop.
Nombre Edad Comuna
“Juan Carlos” 23 Santiago Centro
“Matías” 17 Puente Alto
“Zoikel” 18 Peñalolén
“Resit” 19 Peñalolén
“Katty” 18 La Florida
“Jonatan” 16 Independencia
“Belén” 16 Ñuñoa
Fuente: Investigación directa
La información recolectada y las actividades observadas nos permiten
reconocer que los participantes del Hip Hop son en su mayoría jóvenes de entre
14 y 25 años, observándose también en un número considerable la presencia de
personas mayores de 25 años.
La presencia de mujeres varía según el tipo de actividad, siendo más
considerable en tocatas y encuentros musicales que en la realización de graffitis
o encuentros de Breakdance.
Cuatro de los entrevistados se encuentran cursando la enseñanza media,
uno egresó de colegio y actualmente trabaja como operario en una fábrica. Los
dos restantes son desertores del sistema escolar y tienen entre sus planes
continuar sus estudios en la modalidad vespertina. De estos últimos, uno
manifiesta evidentes conflictos con el aparato educacional, al cual atribuye una
cuota de responsabilidad en su actual situación. Este tipo de opinión es también
compartida por uno de los que actualmente cursan la enseñanza media.
“me salí del colegio por que iba a puro ´dar jugo´, no entraba
nunca a clases y me pasaban echando pa la casa (…) los profes no
me enseñaban nada nuevo y siento que perdí todos esos años.
Esos años debería haberlos pasado trabajando y así tendría algo
de plata ahora y no tendría que andar trabajando de mandado”(Jonatan, 16 años).
“yo no estoy ni ahí con el colegio, voy solo por que mi mamá me
dice que vaya, pero por mi, yo no iría (…). Los profes enseñan
terrible mal y ni se preocupan de uno y nos pasan puro paqueando.
Yo quiero salirme y trabajar pa tener algo plata aunque sea, total
puedo terminar en la nocturna pa tener el cartón de que salí”(Belén, 16 años).
Los adeptos al Hip Hop se distribuyen por todas las comunas de la capital,
desde los sectores más marginales a los barrios más pudientes. Sin embargo, los
entrevistados señalan, que son algunas las zonas, en las cuales la actividad se
desarrolla con mayor fuerza, especialmente en actividades vinculadas a la música
y la organización de eventos. Entre estas destacan, la comuna de La Florida,
Recoleta, Puente Alto, Cerro Navia, La Pintana, El Bosque, y Pedro Aguirre
Cerda.
Dos de los entrevistados tienen hijos, uno de los cuales es habitante de la
comuna de Peñalolén y tuvo su hijo a los 17 años, lo cual da cuenta de la
realidad que viven las comunas de más bajos ingresos en relación al embarazo
adolescente y la falta de estrategias orientadas a promover la educación sexual.
Con respecto a la identificación étnica de los entrevistados, dos de estos
manifiestan poseer ascendencia Mapuche, aún cuando no manejan el idioma ni
participan en actividades relacionadas con la etnia.
En relación al nivel educacional de los padres de los entrevistados, dos
corresponden a padres con estudios superiores, y el resto con estudios de
enseñanza media y básica incompleta en uno de los casos.
En las familias de los entrevistados se observa una gran variedad de
estructuras familiares, siendo la familia extendida la que más se repite. La
presencia de la madre en la jefatura del hogar también es un elemento común,
aún cuando estas características no podemos extrapolarlas a la totalidad de
integrantes del Hip Hop ni constituirla como un elemento característico. En
cuanto al nivel económico de las familias, también nos encontramos con la
diversidad como el elemento predominante. Aún cuando esta característica se
condice en relación directa con la comuna de origen de los entrevistados.
Con respecto al acceso a nuevos medios tecnológicos de comunicación,
cabe destacar que 4 de los 7 entrevistados posee computador en el hogar, 2
cuentan con conexión a Internet desde la casa y 6 poseen teléfono móvil. Es
necesario destacar que todos los entrevistados manifiestan tener un acceso fluido
y constante a Internet.
“yo no tengo computador en mi casa, aunque estoy juntando
plata pa comprarme uno, por que es super importante tener uno pa
hacer ´bases’ (bases programadas de musica rap), y no tener que
ir a ´pechar´ donde los amigos (…) yo voy casi todos los días a un
cyber que hay cerca de mi casa pa revisar mi correo y chatear un
rato. Es que por Internet sé donde va a haber alguna tocata o
alguna fiesta, aunque también uno va cachando por los afiches en
la calle, por Facebook o los amigos que a uno le cuentan”
(Jonatan, 16 años).
“yo uso harto Internet, siempre me meto al foro de “Imperio h2”.
También tengo una página en Facebook y ahí promociono las
tocatas que organizan mis amigos o a veces subo fotos de graffos
(graffitis). Hubo un tiempo en que me pasaba pegada en Internet,
conocí a caleta de raperos de otras partes, incluso una vez conocí
a un mino y fui a un encuentro que se hizo en Viña” (Katty, 18años).
De acuerdo a estas opiniones, Internet pasa ser una importante herramienta de
comunicación que permite socializar información atenuando la variable de
distancia territorial, transformándose en un espacio que fortalece la construcción
de identidades y las redes de asociatividad.
4.6 Principios valóricos del Hip Hop.
En el Hip Hop podemos encontrar una serie valores que se remiten a los
orígenes históricos y al contexto en el que surge este movimiento en Nueva York.
El Hip Hop, al nacer producto de las actividades realizadas por jóvenes
afroamericanos e inmigrantes latinos habitantes del Bronx, un barrio marginal de
Nueva York, plantea una especial valoración de la diversidad étnica y cultural. Por
lo tanto, podríamos decir que uno de los principios del Hip Hop es la tolerancia, y
más aún, una valoración y promoción de la diversidad. A esto se suma que dada
la multiplicidad de actividades y formas de participación que se dan en el
movimiento, cualquier persona puede incorporarse y sentirse valorada y
reconocida.
Otro de los principios del Hip Hop, y muy relacionado con el anterior, se
refiere al ‘Respeto’. Este concepto posee sus particularidades dentro del
movimiento. El Respeto es un bien que se adquiere mediante diversas formas:
como reconocimiento a una larga trayectoria o militancia dentro del Movimiento
(ejemplo: “el respeto a los de la vieja escuela”; como reconocimiento a la práctica
artística, en cualquiera de sus variantes (Rap, Graffiti, Breakdance,
Tornamesismo, etc.); como valoración de la honestidad, del apego a la verdad y
de la consecuencia en sus prácticas.
La valoración al Barrio de origen es también uno de los valores que
podemos reconocer. El Barrio representa “Lo Real”, un concepto muy usado en el
Hip Hop. Lo Real representa no fingir, mantener las raíces y costumbres del
origen, ser siempre “uno mismo”. Los integrantes del Hip Hop muchas veces
provienen de un origen humilde, al igual que el Movimiento en si mismo, por lo
que cohabitan prácticas discriminatorias en relación a la clase económica de la
cual se proviene. Cuestión que queda de manifiesto en algunas de las letras de
grupos de rap santiaguinos:
“(…) Oye pato malo, tu cara no me gusta, la tuya a mi tampoco,
Cuico (…) tu madre, la trabajai de malo, te trabajai el rostro, te veo
ahí en la calle y ahí me sale el monstruo, que quede bien claro que
el Rap es de la población, de los choros calmaos, que siempre han
ganado, que se quedan piola y que no tiran pa la cola”. (PanterasNegras, 1996)
“(…) poesía callejera es mi rap, mi pasión, no como esos ´pollos
cuicos´ que son todos de cartón, mírame bien rucio hueco no te
metas en mi barrio, no intentes imitarme que a los ´juguetes´ les
doy palo…” (Al Callo, 2006)
Dada la expansión del Hip Hop, muchos de los valores en que se fundó se
han trastocado, a juicio de los primeros exponentes, y son justamente éstos
quienes adscriben al rescate de la esencia fundacional, y coincidentemente los
con un mayor grado de organización sus principales defensores, situación que
encuentra moderado eco en el resto de la escena santiaguina. Este debate
pareciera ser también un motor de desarrollo del hip hop, el cual se aborda, no
sólo en los medios especializados en el movimiento, si no que también, es un
recurrente insumo a la hora de la producción artística.
CAPITULO V
(NI) SEXO, (NI) DROGAS Y ROCK & ROLL:El Straight Edge en Santiago.
Este capítulo se inicia con una descripción de los orígenes y el desarrollo
histórico del Straight Edge en Santiago, presentando sus elementos culturales
identitarios. Posteriormente se realiza una caracterización sociocultural de los
entrevistados de manera de describir aquellos factores que inciden en su
participación en el movimiento.
5.1 Orígenes y evolución del Straight Edge en Santiago.
“…Y hubo Ángeles que no pudieron aceptar la autodestrucción y
el sometimiento de los hombres aquí en la tierra, llevada a cabo por
los ejércitos del mal. Y haciendo marcas en sus manos, estos
arcángeles se hicieron llamar Straight Edge” (Fanzine StraightEdge, 2003).
Hacia 1992, la población joven del país según alcanza las 3.649.078
personas, cifra que representa el 27 % de la población nacional. Del total de
jóvenes el 30,5% corresponde a la región metropolitana (INE, 1992). Con la
llegada de la democracia y los nuevos vientos de cambio, comienzan a
manifestarse abiertamente en el país una serie de expresiones culturales hasta
entonces “ocultas” en los sub mundos de la marginalidad y el underground
santiaguino. Una de estas expresiones es el Punk, movimiento surgido en
Inglaterra a fines de los 70, y adaptado hacia 1982 – 83 por una gran cantidad de
jóvenes chilenos, en su mayoría habitantes de barrios marginales de Santiago.
Hacia 1992, el punk criollo, aún cuando no era masivo, había sobrevivido
dignamente al paso de los años y recibía un nuevo impulso con el surgimiento de
nuevas bandas de la denominada generación del “nuevo rock chileno”,
movimiento impulsado por diversos sellos musicales que buscaban reflotar la
escena musical nacional.
De la mezcla musical del Punk y el Metal surge el Hardcore, que en
Santiago agrupa a personas provenientes de distintas partes de Santiago,
Puente Alto, La Florida Macul, Gran Avenida, Santa Rosa, Providencia, Las
Condes entre otros, Son Jóvenes de entre 14 y 20 años, hombres y mujeres
aunque predominan los primeros. Algunos fueron Punks, otros Metaleros, otros
Skaters, y su característica principal es la exaltación de la agresividad como
reflejo de una sociedad violenta y excluyente. Su ideología apunta a la
autogestión como estrategia de oposición y alternativa frente al capitalismo y la
cultura “oficial”. La identificación estilística de los jóvenes Hardcore se vuelve
tarea difícil, por cuanto fieles a lo hibrido de sus orígenes, a las cadenas, parches
y chaquetas de cuero propios de la cultura punk y metal, se le suman los
polerones con capucha, pantalones anchos, zapatillas y atuendos deportivos mas
cercanos al Hip Hop. En definitiva adoptan la estética de un estilo urbano que
logra instalarse entre los jóvenes a partir de la década de los 90.
“Cuando yo estaba en el colegio, nos juntábamos los Punkys y
los Metaleros (…) no se muy bien como me hice Hardcore, y ni
siquiera se bien que significaba ser Hardcore, para mi era como
seguir siendo Punk pero vistiéndome mas actual y escuchando
música mas agresiva. Luego pude ir entendiendo las letras de los
grupos de Estados Unidos y me sentía identificado con ellos (…)
aunque en realidad los Punks y los Hardcores solo nos
diferenciábamos porque los Punks escuchaban música en
español como La Polla Record, Los Miserables y otros grupos, y
nosotros los Hardcore escuchábamos música en ingles mas actual,
aunque igual seguíamos juntándonos y siendo como un solo grupo
(…) la gente igual nos identificaba como punkys” (Mauricio, 28años).
El Hardcore en definitiva, se convierte en una rama mas estilizada del
Punk, con mayor refinamiento musical y una nueva forma de vestirse, pero que a
fin de cuentas mantiene de la ideología original, una postura crítica frente al
sistema.
La llegada del Straight Edge a nuestro país, según los informantes
consultados, tiene muy poco de romanticismo y mucho de traslación mecánica de
un estilo que hacia 1992 se encontraba en su peak de popularidad en el país del
norte y plenamente consolidado en algunos países de Europa. Su importancia
entonces quizás radica en servir de ejemplo de cómo la globalización presenta
resistencias que mas allá de regionalismos, apuntan a sub culturas
extraterritoriales que utilizan las nuevas tecnologías disponibles como
herramientas de coordinación y articulación en función de la “resistencia cultural”.
El Straight Edge se instala entonces en Santiago hacia 1995 de la mano
de la banda “Silencio Absoluto”, señalada por la mayoría de los consultados como
la primera banda que incorporó en sus letras un llamado a no consumir drogas
con el fin de mantener el “autocontrol” (concepto clave que abordaremos más
adelante). Jerónimo, un joven de 16 años del sector sur de Santiago, es quien
luego de un viaje a Estados Unidos conoce de primera fuente esta tendencia y
retorna con una considerable cantidad de material discográfico y una libreta llena
de contactos. Sociabiliza el material con sus amigos y decide junto a un número
muy reducido adscribirse a este particular “estilo de vida” que plantea tres
postulados básicos: no consumir alcohol ni ningún tipo de drogas, no ser
promiscuo sexualmente y alimentarse de manera vegetariana.
Hacia 1995 “Jero”, como es conocido Jerónimo en el ambiente, y sus
amigos deciden entonces formar la banda musical “Silencio Absoluto”, con la
idea de expresar y promover sus ideas acerca de la liberación humana y animal,
comenzando a presentarse en conciertos de música Hardcore en distintos
lugares de Santiago. A esto se suma el surgimiento de otras bandas Straight
Edge en Buenos Aires y Brasil lo que permitirá generar una red de colaboración e
intercambio de información que verá en la música y los fanzines una eficaz
herramienta de promoción.
“En ese tiempo (1995) me consideraba un Punk, pero encontré
tan poca solidez en su ideología que me fui desilusionando. No
podía luchar de verdad contra el sistema si andaba borracho todos
los días (…) Las drogas y el alcohol son puras formas de
manipulación” (Raúl, 26 años).
Los años siguientes continuaron con el nacimiento de nuevas bandas
como Asunto, Fuerza de Voluntad y Cuestión de Respeto entre otras, lo que
desembocará en la consolidación de una pequeña escena que siempre bajo el
alero del Hardcore mas tradicional, verá crecer su número de seguidores,
reclutados principalmente de ex Punks hastiados del alcohol y la violencia.
El principal espacio de encuentro de los Straight Edgers, como se
denominan ellos (caminante de borde recto) han sido siempre las tocatas, las que
se realizan 1 o 2 veces al mes. En una primera etapa se mencionaba la salsoteca
“El Cimarrón”, ubicada en la comuna de Ñuñoa, como principal lugar de
reuniones, la cual era arrendada especialmente para la realización de tocatas.
Posteriormente el lugar de encuentro fue el pub “Entre Nos” del barrio Bellavista.
Actualmente se mencionan dos puntos de encuentro como los más recurrentes,
un galpón ubicado en Recoleta, el cual agrupa a los integrantes mas
cercanos al grupo Cuestión de Respeto; y un local ubicado en el metro Rodrigo
de Araya, el que agrupa a la gente mas cercana a la banda Nouvelle Gaia. La
promoción de los eventos y el intercambio de información se realizan casi
exclusivamente a través de Internet, situación que ha permitido la visita de
bandas de Brasil y Argentina, así como giras de grupos chilenos hacia esos
países.
“Vivimos en un mundo dominado por el poder, el miedo, las
rabias y la injusticias. ¿Pisotear o ser pisoteados?, donde la ira y el
odio dominan las almas y la actitud de las personas. Vivimos en un
mundo donde no se respetan los derechos esenciales humanos y
animales, y donde se trabaja para consumir y se consume para ser
consumido. En un mundo amarrado al capitalismo, a la
globalización, donde el progreso y el éxito son el PIB, solo somos
número, objeto y estadística, ¿este es el mundo que estamos
creando?, el progreso de nuestros mundos será el resultado de
mas dolor” (Banda Entrefuego, Santiago 2001)
La letra citada da cuenta de la visión critica presente transversalmente en
el Straight Edge respecto de la sociedad y sus formas de desarrollo, incorporando
en ello juicios valóricos respecto del respeto de derechos de humanos y
animales.
5.2 Elementos culturales distintivos del Straight Edge
La principal forma de manifestación artística del Straight Edge es la
música, la cual se diferencia del Hardcore tradicional (caracterizado por guitarras
distorsionadas hasta la saturación y coros guturales) solo por el contenido de sus
letras.
La estética visual, a simple vista tampoco distingue a un Straight Edgers
de un Hardcore e incluso de un seguidor del Hip Hop, pero basta con mirar
algunos detalles como sus manos marcadas en el dorso con una gran “X”, o
inscripciones como “drug free”, “vegan” o “XXX” en sus poleras para darse
cuenta de que es un seguidor del “SXE”, como gustan de abreviar la palabra. Es
curioso ver como en las afueras de los recitales, los Straight Edgers, mientras
beben jugos naturales comparten plumones negros para marcar sus manos.
La letra “X” surge como una marca para diferenciarse de otros Hardcores y
tiene su origen en los conciertos “All Ages” o “para todas las edades” que se
realizaban en Washington D.C. a principios de los 80, en donde a los menores de
edad se les tachaba con una X en la mano para que no pudieran comprar
alcohol. Los primeros Straight edgers las usaron para simbolizar su abstinencia.
Esta letra a pasado a ser un símbolo del SXE, siendo habitual abrir y cerrar los
nombres de grupos y revistas SXE con una “X”, ejemplo: “XREVISTAX”, o
“XBANDAMUSICALX”.
5.3 La participación en el Straight Edge.
El ritual por excelencia en el Straight Edge, al igual que en otras culturas
juveniles, es el concierto o tocata. Estas tienen la particularidad de prescindir de
escenario, de manera que las bandas musicales tocan con el público casi cara a
cara. Durante estos conciertos se puede observar un peculiar baile: el Karate
Dance, el cual se baila de manera individual y consiste en realizar exagerados
movimientos de artes marciales, saltos y patadas sin moverse de su lugar, similar
al “Capoeira” de Brasil. En los momentos en que los temas musicales que se
interpretan bajan de intensidad, los participantes coordinadamente agachan sus
cabezas y comienzan a tirar veloces puñetazos al suelo; frente a consignas como
“¡Go Vegan!” (Vamos veganos), o “¡Stay Free!” (Mantente libre), los participantes
levantan sus brazos y empujan con las palmas de sus manos hacia el cielo,
similar a las catarsis de los fieles evangélicos, aunque sus miradas van dirigidas
al frente y no hacia arriba.
Durante las tocatas se puede observar también la instalación de puestos
similares al comercio ambulante, en donde las personas venden, ofrecen o
intercambian material discográfico, chapitas, poleras, fanzines, videos y
hamburguesas de carne de soya, un alimento muy apetecido por los asistentes.
Otra de las actividades en la que participan muchos Straight Edgers son
manifestaciones pro liberación animal, aún cuando no lo hacen enarbolando la
bandera straight, si no mas bien sumándose a Organizaciones pro animal.
“Aparte de las tocatas nadie hace ´actividades´ solo para los que
sean Straight, o sea, por ejemplo si yo hago una comilona en mi
casa de seguro van a llegar muchos amigos que son straight, pero
también van a llegar otros amigos que no lo son, por que yo
considero que el straight es una cuestión personal y no es andar
cerrándote al resto del mundo, eso seria como pertenecer a una
secta” (Álvaro, 21 años).
“Yo igual voy caleta a carretes con mis amigos del instituto y
toman y fuman y todo pero yo no, y no tengo rollo con eso, yo
respeto y ellos igual me respetan a mi, al principio me leseaban y
todo pero ahora no hay ninguna drama” (Ignacio, 18 años).
El Straight Edge apunta mas bien a una opción de carácter personal que
ha un mensaje que busque masificarse para conseguir adeptos. Existe una clara
reticencia a institucionalizar u otorgarle un carácter orgánico a sus prácticas y
costumbres.
5.4 Radiografía a un chico Straight.
A continuación presentamos un cuadro que identifica a los jóvenes
entrevistados participantes del movimiento Straight Edge según su nombre, edad
y comuna de procedencia.
Cuadro N° 5Identificación de entrevistados straight Edge
Nombre Edad Comuna
“Carlos” 17 Lo Prado
“Piri” 17 Maipú
“Javier” 18 Ñuñoa
“Ignacio” 17 Maipú
“José Miguel” 17 Padre Hurtado
“Victor” 16 Padre Hurtado
“Alvaro” 21 Puente Alto
Fuente: Investigación directa
En cuanto a la edad, podríamos decir que los participantes del Straight
Edge poseen en su mayoría entre 16 y 24 años. Gran parte de estos hombres,
pues por lo observado en algunas de sus actividades, de cada 30 personas, una
era mujer.
En lo referido al nivel de escolaridad, gran parte de los jóvenes Straight
Edgers se encuentran cursando la enseñanza media y un número bastante
menor cursa estudios superiores. Durante la investigación no encontramos a
ninguno que haya desertado del colegio. De los jóvenes entrevistados, todos se
encontraban estudiando y las proyecciones de estos apuntaban en su totalidad a
continuar estudios superiores.
Las comunas de procedencia de los entrevistados son Maipú, Lo Prado,
Ñuñoa, Padre Hurtado, y Puente Alto. Llama la atención un grupo de 5 jóvenes,
recurrentes en las actividades visitadas, que provenían de la localidad de
Melipilla. Estos jóvenes son integrantes de un grupo denominado “Tiempo de
Actuar” y son los editores de un fanzine muy divulgado entre los straight edgers
de Santiago denominado “XTIEMPO DE ACTUARX”.
De los 7 jóvenes tomados como muestra, 4 contaban con familias
cuyos jefes de hogar cursaron estudios superiores, cuyas rentas sobrepasaban
los $ 150.000 per capita. En tanto el resto provenía de familias cuyos padres
cursaron estudios medios, incompletos en el caso de uno de los jóvenes
provenientes la comuna de Padre Hurtado.
De acuerdo a lo recogido en las entrevistas, participar en el Straight Edge
requiere de algunas condiciones (por supuesto no obligatorias) puesto que la
información acerca de tocatas y nuevo material discográfico es escasa y para ello
se ocupa fundamentalmente Internet, por lo que tener acceso a la red es
fundamental para cualquier seguidor de la tendencia. Junto con esto, la mayoría
del material musical, incluyendo a muchos grupos nacionales, es cantado en
inglés, por lo que se requiere de un dominio básico de este idioma, situaciones
que sin duda plantean una diferencia notable con los participantes de otras sub
culturas de naturaleza mas popular como el Punk o el Hip Hop en cuanto al perfil
socio económico de sus participantes.
El valor de una entrada para una tocata Straight Edge, es relativamente
mayor que el de una tocata Hip Hop. Estas actividades se realizan en lugares
cercanos al centro de la ciudad y muy extrañamente en la periferia. Por otra parte
la opción de ser “vegetariano” o “vegano” requiere de comidas especiales que
suplan las cualidades de la carne o de los productos lácteos. Los siguientes
extractos dan cuenta de lo anteriormente planteado:
“Yo me informé a través de Internet sobre el Straight Edge,
escuché algunos temas de grupos gringos y me sentí identificado
con lo que decían” (Javier, 17 años).
“Igual yo creo que para ser Straight Edge tenis que ser de clase
media o por lo menos tener acceso a Internet y cachar un poco de
ingles para entender las letras” (Álvaro, 21 años).
“Hace como 2 años dejé de ser vegano por que llegó un momento
en que junto a mi familia no tenía plata ni para una comida, por lo
que era improbable pensar en una alimentación para mí y otra para
el resto” (Pedro, 31 años).
En relación al tipo de familia, cuatro de lo entrevistados provenían de
familias con una estructura tradicional, es decir, formada por padre, madre e
hijos. El resto de las familias poseía estructura monoparental, cuya jefatura de
hogar era ejercida por la madre.
“Para mi el Straight Edge es como mi familia, yo paso todo el día
metido en la sala de ensayo, y cuando voy a las tocatas me
encuentro con todos mis conocidos. Así es el SXE, es una gran
familia donde todos se conocen y se apoyan, además donde
somos tan pocos, es imposible no conocerse por que en todos
lados andamos los mismos” (José Miguel, 17 años).
“Mis viejos trabajan todo el día, igual yo tengo buena situación
pero no me importa lo material, o sea, detesto a los flaites que
andan con sus pintas de quinientas lucas y no tienen ni uno pa
llevar a sus casas. Creo que la gente debería estar mas conciente
de lo que pasa a su alrededor y no fingir tanto (…) Lo bueno es que
mis amigos y la mayoría de los Straight pensamos así y por eso
somos como una familia…” (Javier, 17 años).
Según del análisis de las respuestas de algunos de los entrevistados de
este último grupo, con respecto a las motivaciones por integrarse al Straight
Edge, se deduce la búsqueda de reconocimiento y valoración social, así como la
búsqueda de un espacio que mas allá de ser grupo de referencia, es
considerado como grupo de apoyo primario.
5.5 Principios valóricos del Straight Edge.
El Straight Edge considera 3 principios básicos, que más que plantearse
como reglas, son orientaciones en función de la obtención del Autocontrol,
concepto fundamental en el Straight que se refiere a la capacidad de cuestionar y
ser crítico frente a las conductas propias que amenazarían con afectar la
conciencia y el funcionamiento del organismo. Estos principios son:
La abstención del consumo de drogas de cualquier tipo, puesto que a
través del consumo de estas, las personas pierden la capacidad de actuar en
conciencia y son susceptibles de dominar.
La abstención del sexo ocasional, es decir, solo practican el sexo
cuando hay amor en la relación. Este principio se basa en la idea de dejar de
entender la práctica sexual como un simple objeto de satisfacción y la sobre
valoración del cuerpo que realiza la sociedad actual.
El respeto a la vida en todas sus formas. Es decir, la liberación del
hombre es también la liberación animal, por cuanto hacer diferencias sería
establecer categorías inferiores y eso es discriminación. En este sentido hay dos
corrientes separadas por sutiles consideraciones, una corriente “vegetariana”,
que la conforman quienes se abstienen del consumo de carne. Y otra corriente
mas radical, “el veganismo”, practicado por quienes se abstienen de consumir
cualquier producto que cause daño a los animales, es decir, no consumen leche,
huevos, ni ningún derivado de los animales.
Cumplir con estos principios no es una obligación para ser Straight Edge,
exceptuando el no consumo de drogas, sino que son opciones a las cuales cada
persona le otorga una valoración distinta y práctica según su posición y creencias
personales. La importancia de estos valores radica, desde una mirada más
analítica, en que le han otorgado a este movimiento un carácter trasgresor no
solo frente a la cultura dominante, si no en que éstas prácticas rompen con el
esquema “clásico” de las formas de resistencia juvenil.
CONCLUSIONES
Si bien el surgimiento del fenómeno de las sub culturas juveniles tiene sus
primeros antecedentes en el período de post industrialización de los países
desarrollados, no es si no con la llegada de la democracia que este fenómeno se
consolida en nuestro país. Este fenómeno puede ser relacionado directamente a
su vez, con el proceso de globalización en el cual Chile se involucra de lleno a
partir de la apertura total de los mercados y con la irrupción masiva de las nuevas
tecnologías de la información.
¿Es quizás la producción y el consumo cultural uno de los “valores” más
“transados” a nivel planetario, y sería entonces eso lo que explicaría el carácter
“global” de estas sub culturas juveniles? Puede que si, pero de acuerdo a los
resultados de esta investigación se infiere que aún cuando la globalización es un
factor importante, la presencia de estas sub culturas responde también en gran
medida a motivaciones y necesidades tanto personales como colectivas que ven
en éstas, un nicho de resistencia no sólo frente a la amenaza de la
homogeneidad cultural, sino también frente a problemáticas psicosociales que
han estado presentes desde siempre, fundamentalmente en los sectores mas
postergados de la sociedad. Estas construcciones de diferencia serian al parecer,
solo formas novedosas de presentar las distancias culturales, sociales y políticas
que solapan mecanismos de exclusión complejos, disfrazando la desigualdad
como diferencia.
En este ámbito es importante mencionar que el presente estudio se centra
en un espacio eminentemente cultural, mas sus resultados y conclusiones
pretenden aportar en la observación de otros fenómenos juveniles vinculados a
las nuevas formas de asociatividad, participación política e integración social.
Se vuelve interesante descubrir como en la globalización opera una
dialéctica en la construcción de discursos, particularmente en los contextos de
exclusión desde donde asoman “nuevas identidades”, en el caso de la “tribus
urbanas” un planteamiento desde el “otro” que se ve traducido en la articulación
de individuos, grupos y redes que de manera auspiciosa generan movimiento y
en mayor o menor medida, oportunidades de incidencia local, participación social
y política.
Podemos concluir aquí que los casos del Hip Hop y el Straight Edge en
Santiago son distintos entre sí, el primero surge en plena dictadura, en un
contexto caracterizado por la pobreza, la cesantía, la represión, la exclusión y la
ausencia total de espacios de recreación y expresión juvenil. Es por lo tanto en
cierta medida, la construcción de una alternativa a una realidad hostil. Es
creación pura por donde se le mire. Más aún si consideramos que la información
que a principios de los 80 podían obtener los cultores nacionales de sus símiles
norteamericanos - adelantados varios años en la evolución del movimiento - era
mínima, por lo que el único camino posible consistía en recurrir al ingenio y a la
creatividad generando una visión particularmente local del Hip Hop.
El panorama actual de este movimiento a nivel local nos habla de un
movimiento cultural consolidado y establecido, con redes y canales de
participación, orgánicas operativas y en algunos casos con una importante base
“militante”.
A nivel internacional el asunto es cosa seria, basta mencionar ejemplos
como Cuba y la gubernamental Agencia Nacional del Rap allí existente, para
darse cuenta de que el nivel de desarrollo y expansión de esta sub cultura
alcanza niveles inimaginables.
Asimismo en Brasil, el Hip Hop ha sido considerado como parte del
programa político de la UJS (Uniao da Juventude Socialista), una de las
organizaciones políticas mas importantes de ese país, lo que se ha canalizado a
través de la estimulación y creación de Nación Hip Hop Brasil, fundada el año
2005 y que actualmente tiene mas de mil grupos afiliados, con dirigentes en mas
de 20 estados y candidaturas propias para diputaciones estaduales con mas de
20 mil votos. La resolución 122 del 14° Congreso nacional de la UJS (UJS, 2008),
señala la urgente necesidad de reforzar ese vínculo con el Hip Hop por medio de
la asignación de un miembro responsable de ese frente en cada uno de los
niveles de dirección política. Nacao Hip Hop Brasil ha editado libros, discos y
organizado multiples foros y encuentros nacionales, planteándose como una
plataforma validada en el dialogo con actores políticos nacionales.
En Venezuela en tanto, el proyecto EPATU (Escuelas populares de arte y
tradiciones urbanas) impulsado por la organización Hip Hop Revolución, ha sido
integrado a los planes del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y
Protección social, siendo implementadas ya 13 escuelas en 9 estados del país,
contando en el 2010 con 800 egresados capacitados como agentes
sociocomunitarios, convirtiéndose en el caballito de batalla del gobierno en
materia de juventud. Seguro estos últimos datos generarán ciertas suspicacias y
nos llevará inmediatamente a plantearnos muchas interrogantes que no
podremos responder aquí.
Sobre la discusión que pudiera generarse acerca de la categoría de sub o
contra cultura en el Hip Hop, no cabe más que señalar lo estéril del debate,
puesto que este movimiento varía indistintamente entre la adaptación y la
oposición irreconciliable con la cultura hegemónica. Existe sin embargo una
increíble capacidad por parte de esta última de integrar elementos y
manifestaciones que en principio son observados como disruptivos. Esta
integración se realiza principalmente a través del mercado y la comercialización
de la producción cultural, y en menor medida como efecto de acuerdos entre el
mundo adulto y los jóvenes en la cotidianidad misma, situación que pudimos
evidenciar en terreno al testificar como la dueña de un pequeño local comercial
de un sector de Peñalolén, le proponía a un joven Graffitero del sector pintar las
paredes de su local con diseños llamativos para el público. Este tipo de
situaciones pone en evidencia como la práctica del Graffiti, va logrando validación
en el medio en el cual se desarrollan este tipo de expresiones.
Los elementos culturales identitarios que otorgan particularidad a este
movimiento, son sin duda un importante aporte para la construcción de la
identidad actual de la sociedad chilena. El desarrollo de una verdadera cultura
nacional pasa por rescatar e incorporar las expresiones desarrolladas por los
jóvenes del país, y en especial por la amplia gama de elementos que conforman
el “folclor urbano” de nuestras ciudades.
Con respecto al perfil socio cultural de quienes se adscriben al movimiento
Hip Hop, podemos decir que está caracterizado básicamente por su
heterogeneidad, aún cuando los jóvenes a los cuales entrevistamos en su
mayoría presentan carencias sociales y una variedad interesante de
problemáticas sociales tales como pobreza, deserción escolar, retraso educativo,
familias desestructuradas, paternidad adolescente, y dificultad para acceder a
espacios de recreación y desarrollo.
Podríamos afirmar entonces que el Hip Hop es un espacio de puertas
abiertas, especialmente para quienes provienen de sectores populares
marginados históricamente, lo que sin lugar a dudas plantea un desafío mayor en
función de utilizar sus expresiones como insumos válidos a la hora de elaborar e
implementar estrategias de intervención con estos sectores.
Por otra parte, el Straight Edge presenta ciertas barreras a la hora de
plantearse como un espacio de referencia para cualquier joven, especialmente
para aquellos provenientes de los sectores planteados anteriormente.
Las características sociales de quienes participan de este movimiento, dan
cuenta del filtro natural que implica la participación en él mediante la práctica
cotidiana de algunos de sus principios básicos, fundamentalmente en cuanto a
sus prácticas alimenticias, que consideran la abstención del consumo de carnes y
otros derivados animales, lo que en sectores mas desposeídos es observado
como un lujo, puesto que no tienen muchas opciones a la hora de alimentarse.
Es necesario destacar además el importante papel de las nuevas TIC´s,
en particular Internet, en la configuración de asociatividades juveniles que
promueven el encuentro y la construcción colectiva de identidades. De acuerdo a
los resultados de este estudio, Internet se instala no solo como un medio de
comunicación, sino también como un espacio de principal relevancia tras ampliar
las posibilidades de obtención de información, dialogo, educación y contacto con
jóvenes de otros lugares. El espacio y tiempo se ven relativizados y ya es algo
cotidiano compartir fotografías, opiniones o incluso grabar un disco entre jóvenes
separados por miles de kilómetros de distancia.
Los jóvenes Straight Edge entrevistados, evidenciaban una condición
social muy diferente a los del Hip Hop, y aún cuando esta investigación no
pretende generalizar los resultados, es conveniente señalar estas apreciaciones.
El manejo del idioma inglés, un mayor acervo cultural y el acceso a tecnologías
como Internet configuran un perfil particular de los integrantes de este grupo.
Otra de las barreras que implica la participación en este grupo, esta
referida al principio del no consumo de drogas, situación que se contradice con la
masividad y significado que se le otorga a esta práctica en los sectores
populares. Las representaciones sociales sobre el consumo de drogas en los
jóvenes de los sectores empobrecidos, apuntan a una valoración por cuanto este
consumo es visualizado como una vía facilitadora en el establecimiento y
generación de relaciones sociales, vinculadas generalmente a los espacios de
recreación y encuentro social.
La oposición a prácticas sexuales promiscuas en el Straight Edge, es una
característica eminentemente valórica, que plantea su principal frente de batalla
y resistencia frente a patrones culturales de una matriz hegemónica que tiende a
la erotización de las relaciones sociales entre hombres y mujeres, “cosificando” el
sexo y promocionándolo como un producto, un bien al cual hay que acceder.
Frente a esto, los sectores populares y en realidad la sociedad misma, se ha ido
conformando en su mayoría como fieles seguidores de las pautas culturales
impuestas por el mercado. Sería entonces, este elemento, una barrera no sólo
para los jóvenes de los sectores populares, si no más bien, para todos aquellos
que ven en los modelos impuestos por el mercado un patrón a seguir.
El Straight Edge, puede observarse entonces, como una de las más
particulares, radicales y originales formas de resistencia juvenil actual. Aún
cuando sin lugar a dudas las proyecciones de su desarrollo no apuntan a la
masificación ni popularidad de sus principios enunciados. En este sentido se
vuelve necesario el estudio de su desarrollo y el de otros grupos desde una
perspectiva que se adapte a la velocidad de los cambios y dinámicas actuales, en
función de agudizar las miradas sobre las realidades juveniles, lo que permitirá
tener una visión más amplia y acotada sobre el surgimiento de grupos quizás aún
más particulares.
Otra de las conclusiones posibles frente al resultado de esta investigación
se refiere al hecho de que la “categoría” de joven, debe ser observada cada vez
con mayor detalle y consideración por los estamentos y actores que intervienen
con estos grupos, por cuanto visualizamos que desde la categorización etárea y
estrictamente demográfica, es un concepto que se extiende en sus rangos de
edad, lo cual se evidencia en la gran cantidad de sujetos menores de 15 años y
mayores de 29 años que participan activamente de estas sub culturas juveniles.
Por lo expuesto en estas páginas, se puede concluir que se rechaza la
Hipótesis N° 1, referida a que “el origen del Hip Hop y el Straight Edge en
Santiago surgen como consecuencia de que nuestro país en la década de los
años ochenta, se encontraba en un contexto político y social, en donde una gran
parte de los jóvenes urbanos carecían de espacios reales de participación y
expresión, existiendo la necesidad de generar una identidad cultural propia”.
Podemos también decir que al contrario de la anterior, la Hipótesis N° 2 se
aprueba, siendo evidente en los resultados de este estudio “que las posibilidades
de poder económico adquisitivo y el nivel educacional de los jóvenes, determina y
diferencia el perfil sociocultural de los jóvenes que participan en grupos Hip Hop
y/o Straight Edge”.
Por último, cabe concluir que los movimientos Hip Hop y Straight Edge,
presentan estructuras y dinámicas internas interesantes y complejas que este
estudio no pudo abordar a cabalidad, y que sin lugar a dudas aportaran a la
transformación evolutiva de la sociedad, situación que queda en evidencia
actualmente con la notable influencia que sus expresiones han logrado en los
medios masivos de comunicación, los espacios comunitarios, institucionales y en
la individualidad de cada uno de sus jóvenes participantes.
HALLAZGOS DE LA INVESTIGACIÓN
Como parte de los hallazgos de esta investigación, podemos mencionar
que el movimiento Hip Hop, y especialmente la facción que se adscribe a una
visión “Vieja Escuela” presenta un interesante desarrollo de sus estructuras de
participación interna y una capacidad sorprendente de articulación tendiente a
convertirse en un canal de expresión social y político entre los jóvenes.
El movimiento Hip Hop se ha convertido en un agente de permanente y
cada vez mayor influencia en cuanto a las pautas culturales de la sociedad
occidental.
El Hip Hop se ha instalado en los sectores populares de la ciudad de
Santiago, como uno de los principales referentes de los jóvenes que allí habitan,
destacándose también una creciente valorización por parte del “mundo adulto” de
estos lugares
El Straight Edge se presenta como un movimiento referente de las nuevas
pautas valóricas que presentan algunas manifestaciones culturales juveniles
emergentes a partir de la consolidación del fenómeno de la globalización.
El movimiento Straight Edge en Chile, a diferencia de otras expresiones
juveniles (especialmente las surgidas en la década de los 80), surge y se
desarrolla entre jóvenes que no responden a un perfil caracterizado por la
marginalidad ni la pertenencia a sectores eminentemente populares y
carenciados socialmente.
En el Straight Edge encontramos un interesante entramado de identidades
que se articulan en función de prácticas alimenticias, expresiones musicales,
estéticas y de género. Llama la atención en esto último, sectores denominados
“Macho Core” cuya identidad se configura en función de la construcción de una
identidad a partir del rescate de elementos del imaginario latinoamericano, como
la familia, la adoración a la virgen, la lealtad y la exaltación del machismo y la
consiguiente subyugación del sexo opuesto, interesante hallazgo que es vuelve
necesario enunciar y para su abordaje en profundidad.
Otro grupo interesante en el Straight Edge es un sector denominado los “Yutes”,
del ingles “Youth” (joven), quienes adoptan y amoldan una estética surgida en la
década de los 80 en la costa oeste de USA que emula vestimentas y el look de
los “marines” americanos con énfasis en el veganismo y el acondicionamiento
físico. Esta tendencia surge como contraposición al “No future” del punk
ochentero, mediante una actitud “positiva y enfocada” frente a un sociedad en
aparente decadencia.
Los movimientos Hip Hop y Straight Edge en Santiago, presentan
semejanzas en cuanto a su expresión visual y estética, tendencia que se repite
con otras culturas juveniles, estableciéndose una tendencia a la homogenización
estética de las tribus urbanas.
Los jóvenes que participan tanto del Hip Hop como en el Straight Edge
tienen entre sus motivaciones, la búsqueda de espacios de protección,
reconocimiento y valoración.
La consolidación del fenómeno de la globalización, se advierte como un
importante factor en el surgimiento de manifestaciones juveniles extraterritoriales.
La consolidación de la globalización tiende a generar similitudes entre los
jóvenes de las metrópolis quienes manifiestan similares formas de expresión
como parte del proceso de construcción de identidades.
El Hip Hop presenta una serie de elementos que cuyo abordaje en
profundidad permite el desarrollo de instrumentos para el trabajo grupal con los
jóvenes que adscriben a ese movimiento.
APORTES DEL TRABAJO SOCIAL
El Trabajo Social se caracteriza por ser una disciplina que genera
conocimiento desde la práctica social misma, enfocando su quehacer en
realidades diversas, en contextos particulares, siempre sujetos a condiciones
cambiantes y a una multiplicidad de factores que nos plantean como desafío una
preparación permanente y una constante actualización de nuestros
conocimientos.
En este sentido entonces, el criterio desde el cual debe partir cualquier
intervención comunitaria, no es el referido al ámbito geográfico ni territorial, si no
más bien a los grupos sub culturales que integran ese espacio y cuyo grado de
repercusión y participación social establecen los verdaderos límites con los que
debe trabajarse.
Los resultados emanados de esta investigación, pretenden ser un pequeño
aporte en el camino hacia la comprensión de las diversas variables que inciden
en las particularidades de los mundos juveniles, intentando generar luces e
interrogantes que motiven el abordaje investigativo tanto de los grupos que aquí
se abordan, como de otras sub culturas.
El estudio de los movimientos Hip Hop y Straight Edge aquí abordados,
adquirirá importancia para el Trabajo Social por cuanto sus resultados pretenden
transformarse en los insumos, que nutran la creación de metodologías de
intervención social enfocadas de manera particular hacia jóvenes que se sientan
identificados con estos u otros grupos.
Actualmente, en países como España, Brasil y Cuba, se han
implementado estrategias de trabajo con la población juvenil justamente a través
de técnicas surgidas a partir de los propios elementos culturales que configuran,
en estos casos, movimientos como el Hip Hop. Logrando resultados
considerables y por sobre todo, instalando recursos en la comunidad a través de
la promoción de la propia potencialidad de los sujetos de intervención. ¿Entonces
por que no atreverse a innovar mediante la socialización de estos conocimientos
entre los diversos actores que se relacionan con la realidad de los jóvenes? ¿Por
que no atreverse a mejorar las condiciones de dialogo entre los jóvenes y el
mundo adulto?
Cuando en el contexto de una entrevista social a una persona joven, el
profesional pregunta con que movimiento o tribu urbana se identifica, la respuesta
otorgada seguramente contendrá valiosos elementos, que si es que se cuenta
con los suficientes recursos para ser hacer una interpretación acertada de éstos,
permitirá orientar de manera clara y precisa, el rumbo que tendrá que tomar la
intervención para conseguir los objetivos que se propongan. Por esta razón, esta
investigación tiene como finalidad dar cuenta de los significados de aquellos
códigos juveniles, muchas veces ininteligibles para el observador común y
corriente.
Es sin duda el Trabajo Social en sus ámbitos de intervención comunitario
y/o grupal, el espacio en donde los resultados de este estudio pueden aplicarse y
obtener un mejor provecho, ya sea para enfocar con mayor precisión el trabajo
directo con grupos de jóvenes que adscriban a los movimientos Hip Hop o
Straight Edge, o para intervenciones de carácter sensibilizador y educativo con
grupos de personas adultas que carezcan de información respecto de las
actuales dinámicas juveniles, ignorando el aporte que estos grupos puedan
realizar al desarrollo comunitario como sujetos movilizadores y agentes de
cambio, accionando muchas veces desde el prejuicio y la estigmatización hacia
éstos. Primordial en esto se vuelve la tarea de favorecer la generación de
espacios y canales de dialogo, entendimiento y cooperación entre los adultos y
los jóvenes, promoviendo el establecimiento de relaciones colaborativas y a la
vez visibilizando y otorgando valor a aquellas características propias de estos
grupos emergentes y sus posibilidades de impacto significativo en la construcción
de comunidades mas solidarias.
Vincularse desde el Trabajo Social con grupos juveniles requiere de la
convicción de estar trabajando con sujetos en tiempo presente, de considerar y
valorar sus aportes mas allá de meros insumos para su categorización, requiere
respetar las diversas maneras de ser joven y las posibilidades de ejercer
ciudadanía con independencia de la edad y el ejercicio del voto. Esto implica
también potenciar las apuestas que cada grupo pueda plantear, favoreciendo el
despliegue de sus capacidades de participación e incidencia política en todos los
ámbitos, para lo cual debe evitarse poner rígidas clasificaciones externas que
nublen la comprensión sobre éste. Fue quizás ésta una de las principales
motivaciones para la realización del estudio, junto con posicionar mas allá de lo
anecdótico y curioso que puede resultar al mundo adulto, aquellas características
que han permitido la masificación global, permanencia en el tiempo,
transformación, impacto y desarrollo de los movimientos Hip Hop y Straight Edge
en cientos de grupos y comunidades..
No está demás advertir entonces, que el fenómeno de la globalización
traerá indudablemente en algunos años, con su impresionante y veloz desarrollo,
el surgimiento de variadas y cada vez mas extrañas formas de expresión juvenil,
frente a las cuales el Trabajo Social no puede hacer vista gorda. Es necesaria
una especialización y agudización de la mirada en este sentido.
El objeto de estudio del Trabajo Social son los problemas sociales, por
tanto su misión es transformar estas situaciones mediante la entrega de
herramientas e insumos para la reflexión y acción de personas y comunidades.
En función de esto, desde las diversas plataformas en que se plantea la acción
profesional, destacan aquellas en donde el Trabajo Social se presenta como un
nexo entre las políticas sociales y la comunidad misma, teniendo una labor
participativa dentro de la intervención, ya que al asumir responsabilidades en la
implementación de políticas públicas, se vuelve imprescindible ampliar las
miradas considerando la particularidades de cada realidad social, más aún en el
trabajo con jóvenes quienes junto con demandar mayor flexibilidad en la acción,
protagonizan desde la vanguardia la dinamicidad de la sociedad.
Por último, Los objetivos y las limitaciones del presente trabajo no nos
permiten entrar a analizar aquí detalladamente las implicancias de las técnicas de
trabajo actual con jóvenes. Basta mencionar que la revisión y reformulación de
estas técnicas de trabajo se vuelve necesaria en un contexto caracterizado por
una gradual y vertiginosa globalidad que posibilitara finalmente, una re
interpretación de la realidad a partir del crecimiento “hacia el interior” de muchos
de estos grupos juveniles, lo cual puede ser visto como una “desalienación” con
respeto a su situación existencial, y una revaloración de la misma desde un punto
de vista reflexivo.
Para finalizar, solo cabe señalar que la vinculación entre el Trabajo Social
y la cultura Hip Hop se proyecta auspiciosa en el sentido de las posibilidades de
acercamiento a la realidad, en la innovación metodológica y en la promoción del
empoderamiento popular. Las culturas juveniles son trinchera y plataforma,
refugio y escenario, identidad, discurso, creación y ejercicio diario de humanidad.
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